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ALGUNAS PIEZAS OLMECAS DE CHIAPAS

Y GUATEMALA

C¡lr,os N¡v¡nn¡rn
En el número vr de estos mismos An¿l¿s (Navanete, 1969,
pp. t83-195), di a conocer un grupo de relieves olmecas encon-
trados en Piiifiapan, Municipio de la costa de Chiapas. Como
las exploraciones en Ia zona y el estudio del material excavado
aún continúan, me ha parecido de interés dar a conocer una
serie de nuevas piezas relacionadas con el problema que tanto
inquieta a los mesoamericanistas. Como algunas no tienen
mayor significación, las publico solamente para aportar nuevos
elementos comparativos en el aspecto a¡tistico-simbólico, o que
sirvan como pruebas para los interesados en el origen y disper-
sión de Ia llamada "cultura olmeca". Otras sí merecen un tra-
tamiento más amplio, pues ayudan a resolver algunas dudas o,
por lo menos, son novedosas en algún aspecto particular del
problema.

I
Una figura de iadeíta (Lám. 1), enconhada a unos 19 km.
al noroeste de Ocozocoautla (Stirling, 1947, pp. 140-142), fue
motivo de muchas especulaciones sob¡e la presencia olmeca en
esta región. Aunque permanecen inéditos los mate¡iales obte-
nidos en las excavaciones de Piedra Parada, sabemos que son
más recientes que las fechas establecidas para este üpo de
representaciones.
La presencia de materiales superficiales en la región, fecha-
bles dent¡o del preclásico temprano, asi como el hallazgo de
nuevas piezas en Ia cercanía de Ocozocoautla, no dejan lugar
a dudas sobre el impacto de aquella cultu¡a en la región.
La primera es una figura de iadeíta verde, que representá a
un individuo de pie (Lám. 2). Como en todas las esculturas de
70 ANALEs DE ANTRoPoLocí^

este tipo, los rasgos se hícieron sobre la base de perforacionc


previas. La cabeza tiene Ia conocida deformación craneana
tabular oblicua y toda la figura está fuertcmente pulida. La
hace novedosa el objeto cónico que sujeta con las manos, ador-
nado a la mitad del cuerpo con líneas incisas, horizontales y
cruzadas; no he podido encontrar nada semejante en la lite-
ratura consultada.
La segunda pieza es una especie de pectoral (Lám. 3), tra-
bajada en una piedra de color verde con vetas cafés. La parte
posterior es plana, con toda la orilla resaltada en forma de
marco. Tiene dos agujeros a la altura de las orejas, que pudieron
haber servido para sujetarla a un cinturón o pectoral.
Las piezas pertenecen al licenciado José Casahonda Castillo,
de Tuxtla Gutiérrez. Anteriormente estuvieron en manos de
Artemio Espinosa Conzález y Eleasín Morales, de Ocozocoau-
tla, quienes fueron propietarios de ellas e informantes muy
silenciosos acerca del lugar exacto donde aparecieron. Nos con-
fo¡mamos con señalar que provienen de un mismo sitio, en un
lugar cercano a Ocozocoautla.
Las posibilidades de esta zona geográfíca para la aportación
de datos más amplios sobre el problema Olmeca son muchas,
como ya lo señalamos en una corta nota sobre el rescate arqueo-
lógico en la presa de Mal Paso (Navarrete, 1966, pp. )640),
cuando localizamos un antiguo camino que Pone en contacto,
por vía terrestre y fluvial, la región de Ocozocoautla y la costa
del Golfo. El camino sigue, aproximadamente, el moderno trazo
de Ia carrete¡¿ que une Ocozocoautla con el embarcadero de la
presa; antiguamente salía al embarcadero del río Crijalva a
la altura de San Isid¡o o de Quechula, puntos intermedios en la
ruta hacia la costa. Es sintomático que en el primer sitio se haya
encontrado también una fuerte influencia Olmeca (l¡we, en
preparación).

II
También de las "cercanías" de Ocozocoautla Droviene un
fragmento de figura tallada en jadeíta verde (Fig. I). El rostro
y el corte en forma de V sobre la frente son por demás carac-
teristicos del estilo olmeca. Lo disiintivo de la pieza es la pro-
longación aniba de la cabeza, en una especie de cono dividiclo
en tres cuefDos.
PIEZAS OLMECAS DE CH1APAS Y CUATEM¡¡A 71

Una pieza completa semejante (Fig. Z), se encuentra en el


museo regional de Villahe¡mosa, Tab. Según Clewlow y com-
pañeros (1967, pp. 38-39), fue tallada en una piedra negra y
proüene del ejido Ojoshal, municipio de Cárdenas, cerca de
Sánchez Magallanes, Tab. En esta pieza el remate cónico

O
|,rl
SCm.

Figura l, Figura de jade de


Ocozocoautla, Chis. Mide ll
cm. de alto.

también se encuentra dividido en tr€s partes, separadas por dos


pares de líneas incisas. El resto lleva t¡es adornos resaltados
sobre el cuerpo, que termina en una cabeza de serpiente que
nos lleva a identificar, obviamente, el ext¡emo cónico con los
c¡ótalos de una víbora de cascabel.
Dos fragmentos más guardan parecido con detalles de las
piezas anteriores, principálmente en la cabeza de serpiente y
) 5cm'
Figura 2. Figura serpentifor-
me. Museo de Villahermosa,
Tabasco.
PIEZAS OLMECAS DE CHIAPAS Y GUATEMATA 73

los adomos del cuerpo. La primera (Fig. 3-a), pertenece a la


eolección de Hernán Navar¡ete. de Veracruz: está labrada en
serpentina negra y procede de Paso del Toro, Ver. La segunda
(Fig. 3-b), es de iadeíta verde, de procedencia desconocida; se
conserva en las bodegas del Museo Nacional de Anhopología
de Guatemala, en la sección dedicada a la antigua mlección
Dieseldo¡ff.

O scm.

Figura 3. a = Figura de Paso del Toro, Ver.


b = Figu¡a de procedencia desconocida, del
Musó de Aitropología de Guatemaü.

Todas estas piezas adquieren significado ante una figura de


se¡pentina de la colección Echániz, de la ciudad de México
(Fig. 4). El penonaie, con todas las características del más
puro estilo Olmeca, sostiene con la mano y el brazo izquierdo
un obieto que en muchos aspectos formales es semeiante a las
piezas descritas: es alargado, tiene una cabeza humana con el
remate cónico y señalado uno de los adornos del cuerpo. El ob-
ieto sobresale del pecho del personaje y tanto los rasgos del
pequeño rostro como el adorno fueron trabaiados por medio
de incisiones.
De todas ellas, solamente Ia pieza del museo de Villahermosa
ha merecido una interpretación: Westheim (1965, Lán. 47),
7+ ANALEs DE ¡rNrRoPor-ocÍa

le lla¡na erróneamente "cuchillo ceremonial". El hecho de que


todas hayan aparecido en regiones distantes, que no se hayan
reportado otros ejemplares, que sean obietos de fácil transporte
y con diseños semejantes, nos hace pensar que cumplieron una
función de carácter especial, con algún significado de rango o
ierarquía.

o 5 Cm.

Figura 4. Figura con cetro de


la coleccióu Echániz.

Tentativamente les he dado el nombre de "cet¡os serpenti'


formes", que vendrían a unirse a esa serie de objetos extraños,
solamente conocidos en representaciones de cerámica y escul-
tura, como son las llamadas "antorchas" y "manoplas", discu-
üdas por ot¡os autores (Coe, 1965, pp. 739-775; Cervantes,
PIEZAS OLMECAS DE CHIAPAS Y GUATEMALA 7'

1969, pp. 37-5I), con las que agruparíamos esta especie de


cetros.

tII
De¡pués de los relieves de Piiijiapan, la escultura olmeca más
impresionante encontrada en la costa de Chiapas es la descu-
bierta en el rancho Oio de Agua, a 2 km. al sur de la colonia
agraria Alvaro Obregón, Municipio de Mazatán. Tiene 66 cm.
de altura, 28 cm. de ancho y 24 cm. de grosor. Está ¡ota en
algunas partes por el arado que la descubrió cerca de unos
montículos. Los primeros datos sobre su descubrimiento los
obtuvo el ingeniero Edua¡do l\4artínez, de la New World Ar-
chaeological Foundation, quien visitó expresamente el sitio, del
que es propietario el señor Gabriel Marina Argüeyo. La escul-
tura se encuentra ahora en el museo regional de Tapachula.
La zona donde está situado el rancho es tica en materiales
de la época olmeca, y comprendería una área territorial desde
Salinas la Blanca, en la vecina república de Guaiemala (Coe
y Flannery, 1967), hasta Piiijiapan, con una serie de sitios inter-
medios donde se ha establecido una ocupación intensa del
preclásico inferior: Izapa (Ekholm. 1969), Altamira (Green y
Lowe, 1967), Aquiles Serdán y Sitio Sánchez (Navarrete, c y b,
en preparación).
La escultura podría formar parte del tipo de representacio-
nes "compuestas", tipicas en el arte olmeca, como llamaría-
mos a aquellas piezas en que se superponeo y alternan diseños,
principalmente antropomorfos. Aqul es notorio que la figura
principal, que sirve de eie a los otros elementos, no está pro-
porcionada en las partes üsibles del cuerpo, 1o que parece bus-
cado a propósito para integrar los motivos que deseaban mos-
trarse con mayor énfasis. En la lámina 4 hemos señalado
algunos detalles a fin de hacer más clara nuestra descripción.
El rostro está demasiado destruido para conocer sus rasgos
(Lám. 5): debajo de la mandíbula bajan dos bandas que sos-
tienen una especie de placa o gran pectoral que conüene las
figuras de mayor interés;los pies están adornados por aiorcas
muy esquematizedas. A los lados del bloque, de donde sobre-
sale la cabeza destruida, baian dos adornos estriados.
76 ANALES DE ANTROPOLOCiA

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3cm.
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Figura 5. Hacha de El Sitio, Depa amento
de San Marcos, Guatemala.
PIEZAS OLNÍECAS DE CHL\PAS Y CUATEMALA 77

Casi todo el frente del pectoral lo ocupa una cara de iaguar


con la típica frente hendida en V, las cejas "flameadas", el
ceño fruncido, la nariz achatada y el labio superior deshuido
del lado izquierdo. La boca está desmesuradamente abierta
para darle cabida a un segundo personaje, al que flanquean dos
garras; tiene también la frente partida, lleva pectoral con el
diseño en forma de X y un cinturón adornado al frente. Está
sentado con las piernas cruzadas sobre lo que parece ser una
estilización de la mandíbula inferior, que a su vez descansa so-
bre una especie de trono, que en mi opinión podria ser una
estilización de los dientes y la lengua, colocados fuera de las
fauces (Lám. 6).
El lado derecho de la escultura muestra el brazo roto. donde
es posible ver el brazalete que lo adorna, Se aprecia también
el tipo de orejeras y un adorno que comienza a un lado de ellas
y cae hacia abaio; en el lado izquierdo se ven los mismos ele-
mentos. Lo importante de las vistas late¡ales es el perfil de la
cabeza defo¡mada hacia atrás (Láms. 7 y 8).
La parte posterior (Lám. 9) tiene una serie de líneas agru-
padas en fo¡ma de cuadros, como si se t¡atara de algún trazo
previo a la inscripción de glifos, sin que pretendamos que ésta
sea la explícacióu de ellas. Algunas líneas se hicieron en el
lado derecho, cerca de la base.
La cabeza está patida en forma triangular, con ei agregado
de una especie de remate superior que también presenta la
misma hendidura (Lám. l0<, b) y un aguiero en el centro;
desgraciadamente toda esta parte está nuy destruida y es difí-
cil entender su forma original.
Obsewando los lados y la espalda se hace evidente que todo
el interés del trabajo escultórico se centró en el frente, no per-
mitiendo que la figura se liberase completamente del bloque,
a menos que los trazos de la espalda sean partes no concluidas
que le hubieran dado mayor soltura.
Algunas piezas semeiantes, en cuanto a características con.
ceptuales y de forma
-alternancia de rostros, cabeza hacia
atrás partida en triángulo y una figura humana dentro de las
fauces de un iaguar-, se hace necesario mencionar: la famosa
placa de iadeíta de "los cinco rostros" (Coe, ob. cit., Fig. 20),
la piedra de Tlacotepec, Gro. (Coe, ob. cit., Fig. 4), el monu-
18 aNALEs DE
^NTRoPoLocL{
mento 44 de La Venta, Tab. y el ldolo de San Martín. Ver.
lClewlow, 1968, pp. 3741).
' Si la pequeña figura del gran pectoral se pudiera interpretar
como li róresentición de un nlRo, cobrarían importancia de
relación otüs piezas donde también aparecen infantes corr la
cabeza hacia airás, partida en un colte triangularj la esc-ult¡ra
de Las Limas, Ver.- (Medellín Ze¡il, 1965, pp. 5-16)' el altar
4 de La Venta (Drucker, 1952, Fig. 52) -donde el personaje
que carga al niño emerge de las fauces de un iaguar-, y una fi-
gurilla áe jadeíta, de procedencia desconocida (Coe, op. cit.,
Fis.7).
Por'otra parte, debemos destacar que la escultura del rancho
Oio de Agua es el monumento olmeca -no porláti}-- más
meridional que se conoce, y que a esto aúne lo complicado de
su simbologL en un punto tán disiante de la región del Gol-
fo. Un futuro análisis petrológico podrá decirnos si la escultura
fue hecha en la región o si se la traio a Chiapas, desde aquel
lugar donde este tipo de monumentos es común.
úInicamente conozco otra más hacia el sur -en cuanto a
escultura mayor, de bulto-: la cabeza de San ferónimo, Baia
Verapaz, Guatemala, pero de Ia que carecemos de informa-
ción. Destaca en ella el glifo del maíz que lleva en la f¡ente
y el mentón prolongado en forma de barba (Lám. l0c).

IV
Una importante pieza de la colecció¡ del doctor Anoyo
Segura, de Tapachula, fue encontrada en terrenos aledaños a
El Sitio, en Guatemala, al limpiarse una milpa. Este lugar es
cercano al ¡ío Suchiate y en algunos aspectos ofrece semejan-
zas con Izapa, en el lado mexicano de la f¡ontera ( Shook, 1965,
pp. 180-194).
La pieza es un hacha de jadeíta color verde oscuro, muy
oulida v rota en un extremo. En la cara anterior lleva un ros'
Lo y lai extremidades inferiores de un individuo; la mayor parte
de los rasgos fueron hechos por medio de lineas incisas, menos
los oios y la boca que están vaciados, sobre la base de perfora-
ciones previas, de acuerdo con la conocida técnica de los lapi-
darios olmecas (Covarrubias, 1961, Fig. 20); los aguieros de la
nariz también se señalaron por medio de dos perforaciones.
Todas las líneas conservan restos de pintura roia,
Lh¡rina 10 l.'iqurilh dc Picclr¡ Prr¡¡cla, Ocozocoautla, Chis.
'fod¡s Lrs fotoglafi:rs <le cstc ¡rtículo flcron tonudas por
i\.{lrrio Vega, por cortcsía de h NWAlir.
Lámina 2. !igura de Ocozocoautla, Chis 1l c¡n. de altu¡a.
Lámina l. Pecto¡al de Ocozocoautla, Chis. 15 cm. de altura.
oreJera

ctoral

Lámina'f. Escultr¡¡a clel Rancho Ojo de Agua, N'Iazatán' Chis'; detalles'


Lárnina 5. F¡ente de la cscult¡¡a cle Oio de Asua.
l,ámina 6. Detalle dcl pectoral de la lámina anterio¡.
Lámina 7. Lado derecho de la escultu¡¡
de Ojo de Agua.
Lánina 8. Lado izquierdo de la escultu¡a
de Oio de Agua.
Lámina 9. Espalda mostrando las líneas incisas
., t- ^-L--- ^^.+ll^
l

Liimüra 10. r, y b= detalles de la cabeza y €l remate sulxrior; c = Cabeza de


San ferónimo, Bala Verapaz, Guatemala. Mide aproximadamente l0 cnr. de altüra.
PIEZ.AS OLMECAS DE CH¡APAS Y CUATEMALA 79

De la figura simplificada vale destacar la sencillez de las ex-


bemidades inferiores cor. el martlot al frente. Este mismo
tipo de exhemidades simplificadas o reducidas a su forma bá-
sica se encuentra también:en el hacha Humboldt del museo de
Berlín (Coe, op. cit., Fíg. 18) y en otra de procedencia desco-
nocida que ilustra Covarrubias (op. cit., Fig. 3)-b) donde, iun-
to a un rostro con elementos parecidos al de nuestra pieza, hay
una mano esquematizada.
El rostro tiene puntos de contecto con otra hacha dibuiada
por Covarrubias (op. cit., Fig. 34a), sobre todo en el concepto
que expresa. Son semejantes los cuaho elementos que decoran
los lados del rostro, que en Ia de aquel autor sólo son dos. Pe-
ro su mayor semejanza se encuentre en el tocado compuesto
por una especie de ba¡ra que sostiene una planta de máí2, re-
ducida a las hoias y la mazorca, que en nuestra pieza es más
realista. Este tipo de representaciones ha sido objeto de la atet'r-
ción de Coe (1962, pp. 579-80), en una sugerente nota sobre
la semejanza de estos diseños con el que aparece en una vasiia
peruana. Por nuestra parte, hemos vuelto a aludir el tema de las
representaciones de maíz en el tocado, a propósito de los relie-
ves de Pijiiiapan.
En la otra cara hay incisos l0 glifos que también conservan
restos de color roio. En ellos pueden identificarse algunas for-
mas ,naturales, como los dos pies o manos del segundo glifo
*corltados de a¡riba hacia abaio-, que son parecidos a la esti-
lización de las extremidades descritas en el frente; el pie del
glifo 9 y el rostro del 10. El séptimo podría ser un antecedent€
dé'la. estilización de los colmillos y Ia lengua bífida de la ser-
piente, y el cuarto parece corresponder a un numeral 5; aun-
que ya la discusión de estos últimos entra en el ter¡eno de las
suposiciones.
' bstos glifos tienen bastante en común con los del altar negro
de Kaminaliuyri (Girard, 1962, Fig. 242), los de un tiesto de
Chiapa de Corzo aún no publicado y, principalmente, con la
eitatrilla de Tuxtla (Piña Chan y Covanubias, 1963, Lám.
2). Una discusión más amplia sobre glifología del preclásico
ha hecho Kelley (1966, pir. t++-+5 ¡.'." criyo estilo de sus
Figs, 2-b y c, encont¡amos cierta familiaridad con ios nuestros.
.' Finalmente, sólo nos queda deiar nuestra propia duda sob¡e
la contemporaneidad entre la figura frontal y los glifos de la
80 ANALES DE ANTRoPoLocÍA

espalda, pues si bien en la estatuilla de Tuxtla se presenta uná


relación semeiante entre una figura olmeca y una serie de gli-
fos, en el altar de Kaminaljuyú aparecen -sospechosamente
grabados a un lado de los relieves- iunto a figuras y glifos de
un estilo más evolucionado. El problema constante en arqueo-
logía, de la costumbre de retrabaiar monumentos de etapas
antiguas, hace más embrollada la discusión.

. SUI\f \fARY

This paper presents some sculptu¡es of Olmec origin from


Chiaoas and Guatemala. Part of the mate¡ial is identified as
snaké shaped scepters; others are important because they dis-
play incised gl¡,phs, similar to those which appear on the
Tuxtla statuette.

smLlocRAfíA

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