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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

EXP. N. O02851-2010-PA/TC
LIMA
IVESUR S.A.

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 15 días del mes de marzo de 2011, el Tribunal Constitucional, en


sesión de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los magistrados Mesía Ramírez,
Álvarez Miranda, Vergara Gotelli, Beaumont Callirgos, Calle Hayen, Eto Cruz y
Urviola Hani, pronuncia la siguiente sentencia, con los votos singulares de los
magistrados Álvarez Miranda, Vergara Gotelli y Urviola Hani, que se agregan

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por la empresa IVESUR S.A., a


través de su representante, contra la resolución de fecha 18 de marzo del 2010, a fojas
581 del cuaderno único, expedida por la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de
Justicia de Lima, que declaró improcedente la demanda de autos.

ANTECEDENTES

§1. Demanda de amparo

Con fecha 30 de mayo del 2006 la recurrente interpone demanda de amparo


contra los vocales integrantes del CSA del Centro de Arbitraje de la Cámara de
Comercio de Lima (CSA), señores Sergio León Martínez, Pedro Flores Polo, Jorge
JaramillO Chipoco y César Fernández Arce, solicitando que se declare nulas y sin efecto:

1(J
. i) la Resolución N.o 0033-2005/CSA-CCANI-CCL, de fecha 29 de marzo del 2005
....J (fojas 104), por la que se resolvió designar como árbitro en el proceso arbitral N° 967-
1 7-2004 al señor Jorge Vega Velasco; ii) la Resolución N.o 0029-2006/CSA-CCANI-
CL, de fecha 21 de febrero del 2006, que desestimó el pedido de nulidad de la
..../"" Resoluci' N.O0033-2005/CSA-CCANI-CCL; y iii) todos los actos en los que participó
.,./ el señ Jorge Vega Velasco en el proceso arbitral N° 967-107-2004, incluyendo la
desi ación de la presidenta del Tribunal Arbitral y el laudo arbitral de derecho emitido
po el Tribunal Arbitral conformado por los señores Elvira Martínez Coco, Jorge Vega
lasco y Rodulfo Cortez Benejam; ello por haberse vulnerado sus derechos a la tutela
procesal efectiva, de defensa y a la independencia e imparcialidad en el ejercicio de la
función jurisdiccional, toda vez que la designación de Jorge Vega Velasco realizada por
el CSA demandado contiene un vicio que afecta a la imparcialidad e independencia del
proceso arbitral en la medida en que dicho Consejo lo integraba don Alonso Rey
Bustamante, quien violando abiertamente el Estatuto del Centro de Arbitraje se
. . esempeñó como representante, asesor y abogado de una de las partes (Lidercon S.L.), y
. n Eugo Sologuren Calmet, quien es socio del estudio integrado por el árbitro
de .gnado. Alegan que no obstante haber advertido de estas circunstancias al CSA se

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solicitó la remoción del vocal Alonso Rey Bustamante, provocando su renuncia, y se


solicitó también la nulidad de la designación efectuada por el CSA del árbitro Jorge
Vega Velasco y la suspensión del trámite del proceso arbitral. Sin embargo el Tribunal
Arbitral - con pleno conocimiento de los hechos - emitió el laudo sin atender sus
pedidos, situación que ha vulnerado sus derechos a la tutela jurisdiccional efectiva y de
defensa.

VU2. Admisión de la demanda

Con resolución de fecha 30 de octubre del 2008 el Trigésimo Noveno Juzgado


Especializado en lo Civil de Lima admite a trámite la demanda de amparo
entendiéndose contra Sergio León Martínez, Pedro Flores Polo, Jorge Jaramillo Chipoco
y César Femández Arce.

§3. Contestación de la demanda

Con escrito de fecha 19 de d'ciembre del 2008 el CSA contesta la demanda


argumentando que si bien existió u participación del vocal Alonso Rey Bustamante
como asesor y representante de la presa Lidercon S.L. lo que a la postre ocasionó la
renuncia al cargo de vocal del A, éste no participó en la designación del árbitro
c nforme se desprende del acta e designación y que respecto de la manipulación del
eñor Hugo Sologuren Calme en la designación referida se tiene que éste tampoco
participó en ella. Argumenta emás que la empresa IVESUR se sometió a las reglas del
arbitraje de la Cámara de C ercio de Lima, por lo que debió presentar sus objeciones
al Tribunal Arbitral atendi do a la regla del Kompetenz-Kompetenz establecida en el
artículo 36° del Reglame to de Arbitraje del Centro de Arbitraje de la Cámara de
Comercio de Lima. Añade que el pedido de suspensión del proceso no fue acogido por
el Tribunal Arbitral encargado de resolver las con versias relativas al expediente 967-
197-2004. Argumenta además que los cuestiona lentos al proceso arbitral debieron ser
efectuados a través de los recursos estableci s por la Ley General de Arbitraje y
posteriormente recién acudir a la vía constituc' nal.

Con escrito de fecha 10 de agosto el 2007 la empresa Galashiels S.A. contesta


la demanda argumentando que el voca Alonso Rey Bustamante jamás intervino en
inguna de las actuaciones o deliberaci es del CSA en el presente proceso.

fecha 18 de mayo 2009, d f


El Octavo Juzgado ESP11lkdO en lo Constitucional de Lima, con resolución
improcedente la demanda y considera que el laudo
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arbitral no puede ser objeto de revisión en sede constitucional pues la recurrente no ha


cumplido con agotar todos los recursos pertinentes dentro del proceso arbitral al no
haber interpuesto el recurso de anulación de laudo.

La Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, con resolución de


fecha 18 de marzo del 2010, confirma la apelada por similares fundamentos.

~NDAMENTOS
1 ...

§5. Delimitación del petitorio

1. El objeto de la demanda de amparo es que se deje sin efecto la resolución de fecha


21 de febrero del 2006, que desestimó el pedido de nulidad de la resolución de
fecha 29 de marzo del 2005 ; la resolución de fecha 29 de marzo del 2005, que
designó como árbitro al señor Jorge Vega Velasco en el Proceso Arbitral N° 967-
107-2004; Y todos los actos en los que le pó el señor Jorge Vega Velasco en el
proceso arbitral N° 967-107-2004, i uye 00 la designación de la presidenta del
Tribunal Arbitral y el laudo arbitral de erecho emitido por el Tribunal Arbitral
conformado por los señores Elvira Ma nez Coco, Jorge Vega Velasco y Rodolfo
Cortez Benejam, en razón a que la signación del árbitro Jorge Vega Velasco
habría sido producto de una actua Ión ilegal del vocal del CSA Alonso Rey
Bustamante quien -violando abie mente el Estatuto del Centro de Arbitraje- se
habría desempeñado como repres tante, asesor y abogado de una de las partes y,
pese a ello, el Consejo demandadó lo designó como árbitro.

2. Así planteado, el caso exige la realización de un análisis vinculado con la


independencia de las actuaciones del Consejo demandado en relación con los actos
denunciados y la presunta falta de imparcialidad del árbitro designado en el
ejercicio de sus facultades, que van desde elección de la Presidenta del Tribunal
Arbitral hasta la emisión del laudo. Esta o a ello, este Colegiafo se circunscribe a
la actuación del CSA, y las consecuenci derivadas de sus actos.

§6. Sobre la existencia de vicios en I pronunciamientos emitidos por el Poder


dicial: La exigencia del agotamiento e la vía previa judicial

De autos se advierte que a pes de haberse admitido a trámite la demanda de


amparo y de haberse corrido tr ado de ella a las partes para que hagan valer su
derecho de defensa y exprese s posiciones, así como alegatos de forma y fondo,
los órganos del Poder Judi optaron por emitir pronunciamientos inhibitorios
fundamentándose exclusiva nte en que "la recurrente no ha cumplido con agotar
todos los recursos pertin t:s dentro del Proceso Arbitral al no haber interpuesto
·,

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del recurso de anulación de Laudo n.

4. Sobre este aspecto de procedibilidad del proceso de amparo corresponde determinar


si, en el caso concreto, le era exigible a la demandante agotar la vía previa
conforme a las disposiciones contenidas en la Ley 26572, Ley General de Arbitraje,
la que aun cuando a la fecha de la emisión de la presente sentencia se encuentra
\ n /\ J derogada, se encontraba vigente en el momento de ocurridos los hechos
\.)'--"'" V denunciados como violatorios de los derechos constitucionales de la actora, incluso
al momento de interponerse la presente demanda; por ello, toda referencia a la
normatividad y a la jurisprudencia se realizará conforme a este parámetro
normativo.

5. Respecto a los argumentos del juez y de la Sala el resente proceso de amparo,


este Colegiado, si bien comparte el criterio conforme cual el proceso de anulación
de laudo arbitral constituye, en principio, una vía p via al amparo, conforme a la
regulación contenida en la ahora derogada pero, a icada en el caso concreto, Ley
N.O 26572, Ley General de Arbitraje (STC N° 167-2005-HC, fundamento 14 in
fine); no considera que ello signifique pres ndir de atender el hecho de que,
conforme a su artículo 73°, sólo se puede i pugnar un laudo en base a una lista
cerrada de causales. En tal sentido, este Col giado estima que una afectación que no
esté contemplada como causal de anulaci' de laudo y que compromete seriamente
algún derecho constitucionalmente prot gido a través del proceso de amparo, no
puede ni debe tramitarse como un rec rso de anulación, de modo que para estos
supuestos queda habilitado el amparo como medio eficaz de defensa de los derechos
comprometidos.

6. No obstante, conforme se ha establecido en esta sede (SSTC N° 06167-2005-HC/TC


y 06149-2006-AAlTC) , a fin de preservar la capacidad de los árbitros de
pronunciarse acerca de su propia compete cia, no podrá interponerse el amparo
directamente contra un acto violatorio d derechos fundamentales acaecido en el
trámite del proceso arbitral, pues ante 1 eventualidad será necesario esperar el
pronunciamiento definitivo del Tribun Arbitral, el que podrá ser impugnado por
violación intra proceso y resolverse mo una cuestión previa, de ser el caso. En
este supuesto, además, se deberá interpretar extensivamente las causales de
admisibilidad del recurso de anulac· n con relación a la cuestión incidental.

Esto, por supuesto, no quiere ir que todas las violaciones al debido proceso o
emás derechos fundamental , aun cuando ya exista un laudo, puedan ser
.mpugnadas por medio del re so de anulación. Como ya quedó dicho, y la propia
orma así lo prevé, las a sales para interponer el recurso de anulación se
ncuentran contempladas d manera taxativa y, aunque su interpretación sea
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extensiva, esta discrecionalidad (o flexibilidad) tiene límites que se deberán atender


atendiendo a las circunstancias del caso concreto. Lo anterior no implica, por lo
demás, que exista un vacío normativo o una zona donde no haya control de la
arbitrariedad (en cualquiera de las etapas del proceso arbitral), sino que tal control
no se podrá llevar a cabo mediante el recurso de anulación, sino a través un proceso
de amparo, de ser el caso.

En este sentido cabe preguntarse entonces si el aludido cuestionamiento


constitucional podía ser canalizado a través del recurso de anulación por ante el
Poder Judicial. En otras palabras ¿el cuestionamiento conjunto sobre la falta de
independencia en el acto de elección de los árbitros y la derivada presunta
parcialidad de estos con una de las partes se encuentra contenido dentro de algún
supuesto para la interposición del recurso de anulación? Este Colegiado considera
que no, toda vez que ya sea por la vía de la aplicación literal o por la vía de la
interpretación de las causales de procedibilidad del recurso de anulación contenidos I

en la Ley General de Arbitraje, apli le caso concreto, no es posible, sin


desfigurar intensamente la norma le al, admi r que se había previsto el recurso de
anulación como vía previa para la instalac·' n del proceso de amparo cuando se
cuestiona un asunto constitucional relacio do esencialmente con la independencia
en la actuación del CSA al tramitar y e itir las resoluciones cuestionadas y a la
derivada presunta parcialidad del árbit Jorge Vega Velasco en la tramitación del
caso arbitral 967-107-2004, al haber sido designado éste por Vocales del CSA
quienes habrían sido influidos en u tarea de elección del árbitro en cuestión,
viciándose todo el proceso a pa Ir de la emisión de la Resolución N.O 0033-
2005/CSA-CCANI-CCL de fecha 29 de marzo del 2005. Y es que ni el artículo 61 °
ni el 73° de la Ley General de Arbitraje, invocados por la Sexta Sala Civil de la
Corte Superior de Justicia de Lima para desestimar la demanda, incorporan causal
alguna relacionada con dichas cuestiones que permitan interponer el recurso de
anulación, ni es posible interpretar a partO de dicha configuración normativa que el
referido recurso se encontraba habilitad .

9. Se tiene así que el artículo 61 ° estab e que "contra los laudos arbitrales dictados
en una sola instancia o contra los udos arbitrales de segunda instancia, procede
sólo la interposición del recurs. de anulación ante el Poder Judicial por las
causales taxativamente estable as en el Artículo 73. El recurso tiene por objeto
la revisión de su validez, sin n/rar al fondo de la controversia, y se resuelve
declarando su validez o su n dad ". Por su parte, el artículo 73° establece que "el
laudo arbitral sólo podrá er anulado por las causales siguientes, siempre y
cuando la parte que aleg pruebe: l. La nulidad del convenio arbitral, siempre
ue quien lo pida lo hubi e reclamado conforme al artículo 39. 2. Que no ha sido
debidamente notificad e la designación de un árbitro o de las actuaciones
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arbitrales o no ha podido, por cualquier otra razón, hacer valer sus derechos,
siempre y cuando se haya perjudicado de manera manifiesta el derecho de defensa,
habiendo sido el incumplimiento u omisión objeto de reclamo expreso en su
momento por la parte que se considere afectada, sin ser subsanado oportunamente.
3. Que la composición del tribunal arbitral no se ha ajustado al convenio de las

~
artes, salvo que dicho convenio estuviera en conflicto con una disposición legal
e la que las partes no pudieran apartarse o, a falta de convenio, que no se han
. ajustado a dicha disposición, siempre que la omisión haya sido objeto de reclamo
J. expreso en su momento por la parte que se considere afectada, sin ser subsanado
oportunamente. 4. Que se ha laudado sin las mayorías requeridas. 5. Que se ha
expedido el laudo fuera del plazo, siempre que la parte que invoque esta causal lo
hubiera manifestado por escrito a los árbitros antes de ser notificada con el laudo.
6. Que se ha laudado sobre materia no sometida expresa o implícitamente a la
decisión de los árbitros. En estos casos, 1 nulación afectará sólo a los puntos no
sometidos a decisión o no susceptibles de er arbitrados, siempre que los mismos
tengan sustantividad propia y no aparezc n inseparablemente unidos a la cuestión
principal. 7. No obstante lo estableci o en los incisos anteriores, el juez que

( conoce del recurso de anulación drá anular de oficio el laudo, total o


parcialmente, si resultara que la ma ria sometida a la decisión de los árbitros no
pudiera ser, manifiestamente, obje de arbitraje de conformidad con lo dispuesto
en el Artículo l . La anulación p rcial procederá sólo en el caso de que la parte
anulada sea separable del conjunto del laudo. Está prohibido, bajo
responsabilidad, la revisión de fondo de la controversia".

10. Se aprecia pues que ningun de las causales establecidas para la interposición del
recurso de anulación de la do se relacionan con la presente litis. Por tal motivo, en
el caso de autos se prese ta una situación excepcional que no encuentra vía previa
J regulada o establecida para ser recorrida. Por ello, estando a que la via previa para
el cuestionamiento de las materias postula s en el presente caso no se encuentra
regulada, le resulta inexigible a la recurr te recorrerla para habilitar el presente
proceso de amparo. Por lo demás, es ap .cable al caso el principio de pro actione
expuesto en el artículo III Titulo Prelim' ar del Código Procesal Constitucional. En
consecuencia, la causa se encuentra bilitada para un pronunciamiento sobre el
fondo, sobre todo si el contradictor: o se ha instalado con plenas garantías para
ambas partes al haber sido admi . a la demanda y al haberse presentado los
argumentos tanto de forma como fondo in extenso.

La garantía a en la jurisdicción arbitral y la teoría de la


ariencia

El inciso 2) del artículo 139 0 de la stitución establece que


"Son principios y d e os de la función jurisdiccional:
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2. La independencia en el ejercicio de la función jurisdiccional".

La importancia del principio de independencia judicial en una sociedad democrática

~
. implica percibirlo como una garantía, orgánica y funcional, a favor de los órganos y
funcionarios a quienes se ha confiado la prestación de tutela jurisdiccional y
"'\ , . constituye un componente esencial del modelo constitucional de proceso diseñado
por la Constitución. En este sentido el Tribunal Constitucional ha entendido que la
independencia judicial debe ser aquella capacidad autodeterminativa para proceder a
la declaración del derecho, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado, dentro de los
marcos que fijan la Constitución y la Ley. "Se exige así que se adopten las medidas
necesarias y oportunas a fin de que el órgano y sus miembros administren justicia
con estricta sujeción al Derecho y a la Constitución, sin que sea posible la injerencia
de extraños [otros poderes públicos o sociales, incluso órganos del mismo ente
judicial] a la hora de delimitar e interpretar el ec or del ordenamiento jurídico que
ha de aplicarse en cada caso. La independencia j icial debe, pues, percibirse como
la ausencia de vínculos de sujeción política o ec ómica o de procedencia jerárquica
al interior de la organización que ejerce juris lcción" (STC N° 0023-2003-AIITC,
ff.jj. 28, 29, 31 Y 33; STC 0004-2006-AI/TC .

. Este Tribunal en la STC N.o 0023-200 AI/TC señaló que la independencia judicial
debe ser entendida como aquella ca acidad auto determinativa para proceder a la
declaración del derecho, juzgando haciendo ejecutar lo juzgado, dentro de los
marcos que fijan la Constitución la ley. En puridad, se trata de una condición de
albedrío funcional.

f 13. A su vez, la Corte Interameric na de Derechos Humanos ha definido el principio de


independencia judicial en los siguientes términos:

"El principio de independencia ju . ial constituye uno de los pilares básicos de las
garantías del debido proceso, mot' por el cual debe ser respetado en todas las áreas
del procedimiento y ante todas s instancias procesales en que se decide sobre los
derechos de la persona. La C e ha considerado que el principio de independencia
judicial resulta indispensable ra la protección de los derechos fundamentales, por lo
que su alcance debe garanti rse inclusive, en situaciones especiales, como lo es el
estado de excepción." [Co Interamericana de Derechos Humanos, Caso Reverón
Trujillo vs. Venezuela. Se ncia del 30 de junio de 2009, parágrafo 68] .

"Conforme a la juri encia de esta Corte y de la Corte Europea, así como de


conformidad con o rincipios básicos de las Naciones Unidas relativos a la
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independencia de la judicatura (en adelante "Principios Básicos"), las siguientes


garantías se derivan de la independencia judicial: un adecuado proceso de
nombramiento, la inamovilidad en el cargo y la garantía contra presiones externas."
(subrayado agregado) [Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Reverón
Trujillo vs. Venezuela. Sentencia de fondo, parágrafo 70].

~
S. Por otro lado, el principio de imparcialidad judicial-ligado al principio de
independencia funcional-, se vincula a determinadas exigencias dentro del
_ proceso, definidas como la independencia del juez frente a las partes y al objeto del
, proceso mismo, pudiendo entenderse desde dos acepciones: a) Imparcialidad
subjetiva, que atañe a algún tipo de compromiso que el juez pueda tener con el caso.
b) Imparcialidad objetiva, referida a la influencia negativa que puede tener en el
juez la estructura del sistema, restándole imparciali , es decir, si el sistema no
ofrece suficientes garantías para desterrar cualquier dud razonable.

Se debe tener presente que la falta de imparcialidad d juez no puede ser alegada en
abstracto, sino tiene que ser probada en cada caso concreto. Sobre este punto el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha señala o que el "principio según el cual
se debe presumir que un Tribunal está exento de rejuicio o de parcialidad refleja un
elemento importante de la preeminencia del erecho" (Caso Pullar contra Reino
Unido).

16. En relación al arbitraje, este Colegiado ha enido la oportunidad de señalar que en el


marco de un proceso arbitral deben ser spetados los derechos fundamentales y las
garantías procesales y sustanciales q componen el debido proceso. Del mismo
modo, deben ser observados los preceptos y principios constitucionales, conforme a
la interpretación de los mismos que resulte de las resoluciones del Tribunal
Constitucional; así como los precedentes vinculantes y las sentencias normativas
que emita este Colegiado, dada su condición de supremo intérprete de la
Constitución (STC N° IS67-2006-P AlTC).

17. Con relación al debido proceso y al ejercicio de la función jurisdiccional en sede


arbitral este Tribunal tiene afirmad que el derecho al debido proceso, reconocido
en el inciso 3) del artículo 139° de a Constitución, sobrepasa el ámbito judicial y se
proyecta sobre todo órgano p' lico o privado que ejerza funciones formal o
materialmente jurisdiccionales. n ese sentido, el Tribunal ha expresado y reiterado
que las exigencias de su re peto y protección deben observarse en todos los
procesos o procedimientos los que se diluciden los derechos e intereses de las
personas, sean éstas persa as jurídicas de derecho privado, órganos y tribunales
dministrativos, Tribunal onstitucional, Jurado Nacional de Elecciones, Consejo
acional de la Magistra ra, Congreso de la República y también ante tribunales
rbítrales, entre otros (S C 2386-2008-AAlTC y STC 81 OS-200S-AAlTC).
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18. Se ha precisado, igualmente, que dicho derecho comprende, a su vez, diversos


derechos fundamentales de orden procesal y que, en ese sentido, se trata de un
derecho "continente". En efecto, su contenido constitucionalmente protegido
comprende una serie de garantías, formales y materiales, de muy distinta naturaleza,
cuyo cumplimiento efectivo garantiza que el procedimiento o proceso en el cual se
\ (\ ) encuentre comprendida una persona pueda considerarse como justo.

V' ; • \)9.El cuestionamiento acerca de si el derecho a ser juzgado por un juez imparcial
también puede titularizarse en el ámbito de un procedimiento arbitral ha sido
resuelto afirmativamente por este Colegiado. Así, en la STC N° 3361-2004-AA/TC
se afirmó que "el derecho a la tutela procesal efectiva no sólo tiene un ámbito
limitado de aplicación, que se reduce a sede judicial. Se emplea en todo
procedimiento en el que una persona tiene derecho al respeto de resguardos
mínimos para que la resolución final sea congruente con los hechos que la
sustenten" .

20. En tanto que derecho fundamental, el derech a un juez imparcial tiene un contenido
constitucionalmente protegido. Ese conteni o, como ya se dijo, está relacionado con
aquello que este Colegiado ha idenf lcado como las dos vertientes de la
imparcialidad, a saber: la imparcialida subjetiva y la imparcialidad objetiva.

21. En lo que respecta a la imparc' lidad subjetiva, ésta se refiere a cualquier


compromiso que pudiera tener el 'uez con las partes procesales o con el resultado
del proceso. Desde esta perspec va, el derecho a un juez imparcial garantiza que
una persona no sea sometida a proceso o procedimiento en el que el juez, o quien
está llamado a decidir sobre cuestión litigiosa, tenga algún tipo de compromiso
con alguna de las partes o co el resultado del mismo. (STC N° 00197-2010-PA/TC,
fundamento 16).

22. Al lado de la dimensión subjetiv , este Colegiado también ha destacado que el


principio de imparcialidad tiene una dimensión objetiva referida a la influencia
negativa que puede tener e el juez la estructura del sistema, restándole
imparcialidad, es decir, si el stema no ofrece suficientes garantías para desterrar
cualquier duda razonable (S N.o 00197-201 O-P AlTC, fundamento 17) .

. Asimismo este Tribunal, obre la teoría apariencia y su relación con el principio de


imparcialidad, ha expue to, siguiendo la línea jurisprudencial del Tribunal Europeo
de Derechos Humano e " Un Tribunal no podría, sin embargo, contentarse con
las conclusiones o idas desde una óptica puramente subjetiva; hay que tener
igualmente en cuent consideraciones de carácter funcional y orgánico (perspectiva
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objetiva). En esta materia, incluso las apariencias pueden revestir importancia ( ..)
debe recusarse todo juicio del que se pueda legítimamente temer una falta de
imparcialidad. Esto se deriva de la conjianza que los tribunales de una sociedad
democrática deben inspirar a los justiciables (00)" (Caso De Cubber contra Bélgica,
del 26 de octubre de 1984; STC N° 00023-2003-AI/TC y STC N.O 0004-2006-
PI/TC); Así, las garantías derivadas del derecho a ser juzgado por un juez arbitral
imparcial son plenamente aplicables, incluso bajo la teoría de la apariencia, cuando
el nombramiento de los miembros (alguno o algunos) del tribunal arbitral la efectúa
una institución ajena a las partes del convenio que permite su constitución (STC N°
6149-2006-AAlTC, fundamento 62).

§8. Análisis del caso concreto

24. A efectos de verificar los hechos de la demanda relacionados con la alegada


vinculación del vocal del CSA don Alonso Rey Bustamante con una de las partes
(Lidercon S.L.), este Colegiado tiene a bien remitirse a fojas 34 del cuaderno único
donde obra el escrito de "oposición total al arbitraje " de fecha 30 de junio del
2005, presentado por Lidercon S.L., firmado por el señor Alonso Rey Bustamante,
Abogado Reg. 16198 - Lim, irigido al Órgano Arbitral encargado de resolver el
Caso Arbitral 967-107-2004, el cual solicita "como cuestión previa se declare
fundada su oposición total arbitraje iniciado a solicitud de Galashiels ". Al
haber tomado conocimiento de dicha actuación, la recurrente con escrito de fecha
11 de noviembre del 2005 (fojas 37) advierte al CSA sobre la participación como
abogado y representante el vocal del referido Consejo Alonso Rey Bustamante y
que el señor Raúl Barri s Fernández-Concha, segundo vicepresidente de la Cámara
de Comercio de Lima es abogado, representante y vicepresidente del directorio de
Lidercon Perú SAC Debe anotarse que ante tal aseveración el CSA resolvió,
mediante Reso1uci' N.oOI19-2005/CSA-CCANI-CCL de fecha 6 de diciembre de
2005, amonestar IVESUR y a su representante y abogado conminándo10 a
guardar un comp rtamiento procesal c forme a los principios del Código de Ética
del Centro.

25. Asimismo, obra a fojas 25 la solic' ud de la recurrente de fecha 21 de diciembre de


2005, dirigida al Consejo Direc vo de la Cámara de Comercio de Lima, para que
se destituya al Vocal del CS on Alonso Rey Bustamante "al haber comprobado
de la simple revisión de los ctuados del Caso Arbitral N° 967-107-2004 en el que
se aprecia no sólo el pod r torgado a favor del referido vocal por la empresa
Lidercon SL. , sino y sob todo, sujirma y sello de abogado puesto en los escritos
presentados en dicho e ediente ". Se constata además que en el referido escrito se
denuncia el hecho de ue el CSA, aun cuando se le informó de la irregularidad, no
realizó los des1in ni efectuó las investigaciones ni planteó las medidas
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EXP . N.O02851-2010-PA/TC
LIMA
IVESUR S.A.

correctivas pertinentes. Frente a ello el CSA, con Resolución N° 0001-2006/CSA-


CCANI-CCL, de fecha 4 de enero del 2006, señala que "en el expediente N° 967-
107-2004 existen diversos recursos presentados por Lidercon s.L. que son
suscritos, entre otros, por el señor Rey en su condición de representante de esta
\h f mpresa, lo cual (. ..) no está prohibido por el Estatuto del centro ni es
v v :ncompatible con su cargo de vocal del Consejo. (. ..) Sin embargo, existe un
_' escrito de f echa 28 de junio del 2005 en el citado expediente, donde el señor Rey lo
suscribe no sólo como representante de Lidercon s.L. , sino también como
r
I abogado, lo que sí colisiona con la incompatibilidad reseñada en el artículo 16°
del Estatuto. Este hecho determina que la advertencia de IVESUR sea justificada ".
Luego, la Presidenta de la Cámara de Comercio de Lima, mediante carta de fecha
16 de enero del 2006, comunica a IVESUR "que en referencia a la comunicación
de fecha 11 de enero del 2006, mediante la cual solicita se resuelvan las
solicitudes contenidas en su escrito del 21 de diciembre pasado, incluyendo el
pedido de remoción del señor Alonso Rey Bustamante, del cargo de vocal del
CSAde nuestra institución. Hago de su conocimiento que mediante carta de fecha
23 de diciembre del 2005, el señor Alonso Rey Bustamante, renunció al cargo de
, vocal del Consejo Superior de Ar . raje Esta renuncia fue aceptada por el Comité
Ejecutivo de la Cámara de CA -ercio d Lima (' .') ".
\

26. De todo lo expuesto, este Colegiado recia que, en coincidencia con lo alegado por
la recurrente, efectivamente exis .ó una vinculación o relación de dependencia
\ entre el vocal don Alonso Rey ustamante y la codemandada Lidercon S.L. al
desempeñarse como apoderad , representante y abogado de ésta, relación que
motivó la renuncia del referi o vocal como miembro del CSA. Esta apreciación
inclusive ha sido ratificada por la propia demandada (CSA) en su escrito de
contestación a la demanda fojas 342) cuando señala que "que si bien existió una
participación del vocal A ansa Rev Bustamante. lo que a la postre ocasionó la
renuncia al car o de vocal del C nse 'o Su erior éste no participó en la
designación del árbitro ". Por tanto, e tiene por plenamente acreditado lo alegado
por la recurrente en su demanda lo relacionado a la vinculación del referido
vocal con una de las partes.

Corresponde también verifica uáles fueron las actuaciones de la parte recurrente


durante el desarrollo del pr so arbitral en torno a la acreditada vinculación del
entonces miembro del CS on una de las partes involucrada en el proceso arbitral
cuestionado, y ClOn del propio Consejo demandado ante los
cuestionamientos vertid en su momento. Ello resulta relevante para determinar si
se ha vulnerado el cipio de imparcialidad subjetiva en el ámbito de la
e la apariencia.
~.\':"!!:.j\....¡I''4J-¡L \._ '1 .. l' l "-~'.).'1!\L
PLa~O

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EXP. N .O 0285 1-20 1O-PA/TC


LIMA
IVESUR S.A.

28 . Al respecto se acredita de autos que el CSA, mediante Resolución N.o 0033-2005-


CSA-CCAN-CCL, del 29 de marzo de 2005, designa al árbitro Jorge Vega Velazco
en defecto de la designación que correspondía a IVESUR, en el proceso arbitral N°
967 -107 -2004; dicha designación fue comunicada a la ahora demandante el 7 de
abril de 2005. Con fecha 30 de junio de 2005 Lidercon S.L. se opone al arbitraje
N.O 967-107-2004 mediante escrito en el que interviene el señor Alonso Rey

~
stamante como abogado de la referida empresa. Con fecha 11 de noviembre de
005 IVESUR advirtió al CSA sobre la posible interferencia del señor Rey
_. Bustamante en el CSA (fojas 37), en la medida en que actuaba como abogado y
¡ representante de una de las empresas demandadas pese a ser miembro del CSA; el
CSA, con fecha 6 de diciembre de 2005, emite la Resolución N.o 0119-2005/CSA-
CCANI-CCL y amonesta a IVESUR y a su representante y abogado ; el 27 de
diciembre IVESUR solicita al CSA la revocatoria de la amonestación y la atención
de sus pedidos sobre las denuncias e infracciones formuladas en su escrito del 11
de noviembre (cfr . Resolución N .o 001-2006/CSA-CCANI-CCL a fojas 54); con
fecha 21 de diciembre de 2005 IVESUR solicita la remoción del vocal Alonso Rey
Bustamante mediante solicitud dirigid Consejo Directivo de la Cámara de
Comercio de Lima advirtiendo 1 alta diligencia del CSA respecto de las
irregularidades denunciadas y de la amon tación recibida; con fecha 4 de enero de
2006 el CSA resuelve revocar la amone ación a IVESUR indicando además que la
competencia para determinar la existe cia o no de las infracciones incurridas por el
señor Alonso Rey Bustamante la lene el Consejo Directivo de la Cámara de
Comercio de Lima (fojas 54); c fecha 16 de enero de 2006, mediante carta
dirigida a IVESUR S.A. la P sidenta de la Cámara de Comercio de Lima le
comunica, refiriéndose a las licitudes de ésta contenidas en sus comunicaciones
del 21 de diciembre de 2005 del 11 de enero 2006, que el Comité Ejecutivo de la
Cámara de Comercio de .ma en su sesión del 4 de enero de 2006 ha aceptado la
renuncia del vocal señ Alonso ey Bustamante, añadiendo que los asuntos
relativos a la tramitació de los ex dientes (incluido el involucrado en el presente
caso) son de naturaleza funciona y debe absolverlos el CSA (fojas 60); el 27 de
enero de 2006 IVESUR solicit al CSA la nulidad de la resolución por la que se
designó al árbitro Jorge Vega elasco, dada la interferencia producida por el vocal
Alonso Rey Bustamante su designación que afectó la imparcialidad e
independencia del CSA al omento de designar el árbitro. Con fecha 2 de febrero
IVESUR solicita al Tribu 1 Arbitral la suspensión del proceso 967-107-2004; el 7
de febrero de 2006 se n . lca el laudo emitido con fecha 1 del mismo mes y año;
con fecha 21 de febrer de 2006 se realiza una audiencia ante el CSA para ver la
solicitud de nulidad la Resolución N.o 0033-2005-CSA-CCAN-CCL por la que
el CSA designó a rbitro Jorge Vega, resolviéndola mediante Resolución N.o
0029-2006/CSA- ANI-CCL, del 21 de febrero de 2006, notificándose dicha
resolución a la re rrente el 2 de marzo de 2006.
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IVESUR S.A.

29. Este Colegiado aprecia que la recurrente postuló todos los mecanismos posibles
destinados a que el Consejo Superior de Arbitraje demandado investigue y resuelva,
conforme a las atribuciones que su estatuto le asigna, lo relativo a la "participación"
e influencia que habría afectado la imparcialidad e independencia del vocal

r cuestionado por su calidad de abogado y representante de una de las partes


involucradas en el proceso arbitral, provocando incluso su renuncia y la aceptación
(V\ j de la misma circunstancia que se revela con contundencia recién el 16 de enero de
'V V 2006, fecha en la que la demandante recibe la comunicación de aceptación de la
aludida renuncia, la que indudablemente está ligada a las irregularidades detectadas.
Ante ello, es razonable percibir que los iniciales indicios rechazados en primer
término por el CSA cobran mayor contundencia con las medidas adoptadas al
interior de los órganos de gobierno del arbitraje y de la propia Cámara de Comercio
de Lima, por la persistente actividad persuasiva de la demandada. En este sentido y
apreciados los hechos, este Tribunal entiende que la necesaria garantía de
imparcialidad subjetiva se debe de realizar atendiendo al factor confianza, que es
esencial en el proceso arbitral y ante el cuestionamiento formulado y las evidencias
puestas a disposición. Así, es particular xigible que el CSA tome todas las
previsiones del caso para despeja;), uda d alguna de las partes respecto de la
imparcialidad e independencia) m el ejercic' de sus atribuciones antes de que la
causa sea resuelta mediante e1 respectivo audo. Ello es particularmente relevante
toda vez que, conforme ya se expuso, o existía regulación que hubiera permitido
que se instale el presente debate en de del poder judicial a través de los recursos
de impugnación que la Ley N° 26 2 establecía. Al respecto se aprecia que a partir
de las normas aplicables al caso ales como el Estatuto del Centro de Conciliación y
Arbitraje de la Cámara de Co ercio de Lima, el Reglamento Procesal de Arbitraje y
la Ley General de Arbitraj , se advie e que no S~ encuentra regulado el deber de
revelación de las pos' les inco patibilidadcs que pudieran afectar a la
independencia o a la imparcialida (lel CSA, como sí lo está respecto de los árbitros
(artículo 29 de la Ley N.O 2657 artículo 31 del Reglamento Procesal de Arbitraje
de la Cámara de Comercio d ima '2004 ' ) o incluso respecto de los consejeros
miembros del CSA ante el s retario general, y si no cumpliera con dicho deber el
propio CSA debe remitir 1 ctuado al Consejo Directivo de la Cámara de Comercio
de Lima con su recome ción de suspensión o remoción, según la gravedad de la
falta (artículo 20° del atuto vigente). Al respecto el CSA no ha acreditado haber
realizado ninguna acf id referente a los hechos previa al laudo, salvo amonestar
al recurrente y lue ctificar "de oficio" la amonestación, el mismo día que el
Comité Ejecutivo a Cámara de Comercio de Lima en su sesión del 4 de enero de
2006 aceptó la re ncia del vocal Alonso Rey Bustamante.
" .
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30. Este Colegiado considera que demostrar la falta de imparcialidad subjetiva es


particularmente difícil toda vez que supondría, en algunos casos, la necesidad de
ingresar en la mente del juzgador, de allí que cobre absoluta relevancia el aforismo
recogido en innumerable jurisprudencia: justice must not only be done; it must also
I be se en to be done; ello no significa que cualquier sospecha respecto de la
parcialidad de cualquiera de los que intervienen en el proceso arbitral -sea el CSA
I' (~ ~ los árbitros en el caso- implicaría su descalificación; sin embargo la apariencia
'-./ ~e legalidad en el procedimiento de designación, dado el caso, origina serias dudas
_ - ab origen en la tramitación justa e imparcial del caso sometido a arbitraje, siendo
- que dichas dudas se deben despejar antes de la resolución de la controversia, pues de
lo contrario resulta imposible subsanar cualquier irregularidad en sede arbitral. Sólo
así y atendiendo a la sospecha documentada y no trivial se estará garantizando el
principio de independencia e imparcialidad no sólo desde la perspectiva de los
hechos concretos sino también desde la perspectiva de la teoría de la apariencia, la
que dado el caso implica no sólo los actos del CSA demandado sino todo aquellos
que por su inacción sucedieron con posterioridad en sede arbitral. Por ello, este
Tribunal aprecia que la vista de la causa y la resolución de la solicitud de nulidad de
la Resolución N.O 0033-2005/CSA-CCA C mediante la Resolución N.O 0029-
2006/CSA-CCANI-CCL, de fecha 2 e febrer del 2006, que declara no ha lugar,
al haberse resuelto con posteri . ad a la e isión del laudo, no obstante que el
pedido fue realizado con a erioridad a emlSlon, se convierte en una mera
formalidad y diluye el furtdamento esen al del proceso arbitral que se construye
sobre la base de la confianza. En c secuencia este Tribunal, a partir de una
evaluación de los hechos en conjunto n la tramitación del caso arbitral N° 967-107-
2004 seguido por la empresa G ashiels S.A. en contra de la recurrente y de
v Lidercon S.L., advierte que el C :t\-encargado de la designación del árbitro de las
codemandadas- habría vulner do la garantía de imparcialidad subjetiva inherente
a todo órgano encargado de v, lar por la garantía de independencia en el ejercicio de
la función jurisdiccional, en canco ancia con la teoría de la apariencia, y con ello
se han visto afectados los actos itidos en torno a la controversia planteada; es
decir, la Resolución N.O 0033 05/CSA-CCANI-CCL, de fecha 29 de marzo del
005, la Resolución N.O 00 006/CSA-CCANI-CCL, de fecha 21 de febrero del
006, y todos los actos e os que participó el señor Jorge Vega Velasco en el
roceso arbitral N° 9 07-2004. Por estos motivos, resulta un imperativo
econducir el proces arbitral a sus cauces constitucionales, respetando y
estituyendo a la rec ent todas y cada una de las garantías del debido proceso,
debiéndose por ello ti ar la demanda de amparo, y declararse a su vez la nulidad
de las actuaciones' Idas realizadas por el Consejo Superior de Arbitraje.

tos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere


la Constitución Po ' ca del Perú
, ,

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lVESUR S.A.

HA RESUELTO

l. Declarar FUNDADA la demanda de amparo; en consecuencia NULAS la


Resolución N.o 0029-2006/CSA-CCANI-CCL, de fecha 21 de febrero de 2006, que
desestimó el pedido de nulidad de la Resolución de fecha 29 de marzo de 2005; la
Resolución N.o 0033-2005/CSA-CCANI-CCL, de fecha 29 de marzo del 2005, que
designó como árbitro al señor Jorge Vega Velasco en el proceso arbitral N° 967-
107-2004; Y los actos en los que participó el señor Jorge Vega Velasco en el proceso
arbitral N° 967-107-2004.

2. RETROTRAER el proceso arbitral N° 967-107-2004 al momento de la designación


del árbitro de las codemandadas, el cual deberá efectuarse salvaguardando la
garantía de imparcialidad tanto del órgano designante como del árbitro a designar.

Publíquese y notifíquese.

ss.
MESÍA RAMÍREZ
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLEHAYEN
ETOCR
--
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lVESUR S.A.

VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADO ÁLV AREZ MIRANDA

Con el debido respeto por la opinión vertida por el resto de mis apreciados colegas
magistrados emito el siguiente voto singular por cuanto no concuerdo con los
argumentos ni con el fallo de la sentencia de la mayoría conforme lo expondré a
continuación.

Arbitraje y procesos constitucionales

1. En primer lugar estimo pertinente traer a colación lo desarrollado por este


Colegiado en la STC N° 06167-2005-PHCITC (Caso Cantuarias Salaverry) en el
sentido que el arbitraje es concebido "como el proceso ideal, en donde los
particulares son protagonistas de la dirección y administración de la justicia" y
pueden conseguir, a través de un laudo, la solución definitiva a un conflicto, al
otorgársele carácter de cosa juzgada.

De ahí que, "el arbitraje se configura como un JUIClO de conocimiento" con


"jueces particulares ", por lo que no cabe duda que estamos ante un fuero
jurisdiccional sui generis y que, por tanto, obedece a una lógica propia.

2. Por ello, la evaluación que este Colegiado efectúe sobre los cuestionamientos que
se efectúen respecto de dicha institución, debe tomar en cuenta que su activación
nace, en principio, de la autonomía de la voluntad de los interesados, quienes no
desean recurrir a la jurisdicción ordinaria para tutelar sus intereses por cuanto la
jurisdicción arbitral "ofrece especialidad, neutralidad, flexibilidad, celeridad,
confianza, privacidad y simplicidad legislativa para que las partes arriben a
soluciones rápidas que evidentemente están dispuestas a respetar -por seguras-
para continuar en los negocios o asuntos privados" (SANTISTEVAN DE
NORIEGA , Jorge. "Arbitraje y Jurisdicción desde la perspectiva del Tribunal
Constitucional del Perú. En Revista Peruana de Arbitraje N° 2. 2006. pág. 21.)
dado que tales condiciones, difícilmente se pueden encontrar en nuestro actual
sistema judicial.

Es más, incluso los interesados pueden invocar la solución a un conflicto sobre la


base de un criterio de conciencia o equidad.

3. Empero, conforme ha sido expuesto en la STC N° 03574-2007-PA/TC, "el


arbitraje no puede ser entendido como un mecanismo llamado a desplazar al
Poder Judicial, ni éste sustituir a aquél, sino que constituye una alternativa que
complementa el sistema judicial, puesta a disposición de la sociedad para la
solución pacíjica de las controversias, y una necesidad, básicamente en la solución
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EXP. N.O02851-2010-PA/TC
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IVESUR SA
de conflictos patrimoniales de libre disposición y, sobre todo, en la resolución de
las controversias que se generen de la contratación internacional".

4. En tal sentido, soy de la opinión que, en principio, los litigios arbitrales no tienen
por qué judicializarse, salvo que estemos:

~ Ante una causal de anulación prevista legalmente, en cuyo caso, el interesado


podrá interponer el recurso de anulación correspondiente; o

~ Se vulnere de modo evidente, manifiesto y claro, el contenido


constitucionalmente protegido de alguna de las partes o terceros, de manera no
prevista en la ley, excluyendo el caso de derechos fundamentales de índole
procesal, que atendiendo a los principios sobre los que se cimienta el arbitraje,
deban ser reinterpretados a la luz de la normatividad de dicha institución.

En efecto, conforme ha sido desarrollado en la STC N° 04195-2006-PAlTC, "el


hecho de que el laudo sea, prima facie, in impugnable, no lo convierte en
incontrolable en vía del proceso de amparo. " En este escenario, el interesado tiene
habilitada la jurisdicción constitucional para salvaguardar sus derechos siempre que
no se encuentre inmerso en ninguna de las causales de improcedencia previstas en
el artículo 5° del Código Procesal Constitucional.

En consecuencia, resulta irrevisable en sede constitucional el criterio de los árbitros


y/o cuando se cuestione el fondo del asunto, por lo que en tales supuestos, no
procede el amparo.

Ello, en virtud de que atendiendo que el control constitucional tiene una baja
intensidad al considerar la doble naturaleza del arbitraje: en parte jurisdiccional y
en parte autonomía de la voluntad de las partes.

Análisis del caso en concreto

5. Conforme se advierte de autos, los cuestionamientos de la recurrente se basan en


una alegada falta de imparcialidad tanto del Consejo Superior de Arbitraje de la
Cámara de Comercio de Lima (por la participación del Vocal Alonso Rey
Bustamante en la designación del árbitro Jorge Vega Velasco) como del Tribunal
Arbitral (por la participación del citado árbitro).

6. Al respecto, conviene precisar que en la STC N° 06149-2006-PAlTC y 06662-


2006-P AlTC (acum.), se desarrollaron algunas pautas sobre lo que debe entenderse
por imparcialidad en el fuero arbitral, como por ejemplo que "una de las partes no
podrá considerar violado su derecho al juez imparcial por el hecho de que su
contraparte efectúe el nombramiento de uno de los árbitros, y viceversa " pero que
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sin embargo, "son plenamente aplicables, incluso bajo la teoría de la apariencia,
cuando el nombramiento de los miembros (alguno o algunos) del tribunal arbitral
la efectúa una institución ajena a las partes del convenio que permite su
constitución ".

y es que, tal garantía judicial, propia del fuero ordinario, sólo puede asimilarse del
fuero arbitral al ordinario, si atendiendo a la lógica propia del arbitraje, previamente
se han realizado morigeraciones a la misma.

7. Ahora bien, yen cuanto a la vulneración alegada por Ivesur S.A.; soy de la opinión
que tal cuestionamiento no puede ser ventilado a través del presente proceso de
amparo pues conforme se advierte de autos:

a) Si bien cuestionó la participación del miembro del Consejo Superior de Arbitraje


Alonso Rey Bustamente por haber tenido una relación Lidercon S.R.L., no
puede soslayarse que todo hace indicar que dicho miembro también estuvo
vinculado con Ivesur S.A. (demandante en el caso de autos y ca demandado en
el litigio arbitral subyacente).

b) Es más, tampoco participó en la designación de Jorge Vega Velasco como


árbitro en litigio arbitral subyacente, como incluso es advertido por la mayoría
de mis honorables colegas en el considerando N° 26.

c) En su momento, no recusó la designación de Jorge Vega Velasco como árbitro


conforme al procedimiento establecido en los artículos 30° y 31 ° del la Ley N°
26572, Ley General de Arbitraje (vigente en aquel momento), y en el
Reglamento del Centro de Arbitraje de la Cámara de Comercio de Lima.

d) Sin perjuicio de lo expuesto, todo hace indicar que, adicionalmente, el caso de


autos se encuentra inmerso en la causal de improcedencia tipificada en el
numeral 5 del artículo 5° del Código Procesal Constitucional por cuanto Ivesur
S.A. no impugnó en su oportunidad la Sentencia de primera instancia emitida en
el Exp. 06919-2006, a través del cual, se desestimó la nulidad del citado laudo
arbitral al no advertirse vicio alguno en la designación del árbitro Jorge Vega
Velasco.

8. Atendiendo a tales consideraciones, la "presunta" afectación al debido proceso


invocada por la demandante, no es susceptible de ser ventilada en el presente
proceso pues tanto la evaluación respecto de la conducta de los miembros del
Tribunal Arbitral, como la de los del Consejo Superior de Arbitraje, no sólo es
contradicha por los emplazados, sino que se encuentra sujeta a una valoración
subjetiva.
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LIMA
IVESUR S.A.
Así mismo, se tendría que evaluar si se cumplió o no, con las reglas del propio
Centro de Conciliación y Arbitraje Nacional e Internacional de la Cámara de
Comercio de Lima, a las que IVESUR S.A. voluntariamente se adhirió.

9. Al respecto, conviene precisar que en relación a la imparcialidad subjetiva, en la


STC N° 001 97-201 O-PA/TC, este Colegiado señaló que "ésta se refiere a cualquier
compromiso que pudiera tener el juez con las partes procesales o con el resultado
del proceso. Desde esta perspectiva, el derecho a un juez imparcial garantiza que
una persona no sea sometida a un proceso o procedimiento en el que el juez, o
quien está llamado a decidir sobre la cuestión litigiosa, tenga algún tipo de
compromiso con alguna de las partes o con el resultado del mismo ".

1O. Por consiguiente, la vía del amparo no resulta idónea para la dilucidación del
presente asunto controvertido, pues conforme al artículo 9° del Código Procesal
Constitucional, el proceso de amparo carece de una etapa probatoria en la que
puedan actuarse los medios probatorios tendientes a que cada parte acredite sus
afirmaciones, máxime si se tiene en cuenta que, a fin de cuentas, lo afirmado por las
partes resulta a todas luces complejo.

Por tales consideraciones, mi VOTO es porque la presente demanda sea declarada


IMPROCEDENTE.

Sr.

ÁLVAREZ MIRANDA
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IVESURS.A .

VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADO VERGARA GOTELLI

Emito el presente voto singular por las consideraciones siguientes:

Petitorio

1. En el presente caso tenemos a la empresa recurrente quien demanda a los


vocales integrantes del CSA del Centro de Arbitraje de la Cámara de Comercio
de Lima (CSA), señores Sergio León Martínez, Pedro Flores Polo, Jorge
Jaramillo Chipoco y Cesar Femández Arce, con la finalidad de que se declare la
nulidªd de la Resolución N° 0033-2005/CSA-CCANI-CCL, de fecha 29 de
,/ marzo de 2005, por la que se resolvió designar como árbitro al señor Jorge Vega

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Velasco (Proceso Arbitral N° 967-107-2004), de la Resolución N° 0029-
/ 2006/CSA-CCANI-CCL, de fecha 21 de febrero de 2006, que desestimó el
pedido de nulidad interpuesto contra la Resolución N° 0033-2005-CSA-CCANI-
CCL y se declare la nulidad de todos los actos en los que participó el señor Jorge
Vega Velasco, considerando que se está afectando sus derechos a la tutela
'/1 procesal efectiva, de defensa y a la independencia e imparcialidad en el ejercicio
I ,,' de la fun9ión jurisdiccional.
/
/! Refiere que en el proceso arbitral N° 0967-107-2004 el Consejo integrado por el
señor Alonso Rey Bustamante designó al señor Jorge Vega Velasco como
árbitro, violándose el estatuto del Centro de Arbitraje puesto que don Rey
Bustamante se desempeño como asesor y abogado de una de las partes
(Lidercom S.L.). Señala que tras haber advertido dicha situación ante el CSA a
través de una solicitud de remoción del vocal Rey Bustamante, éste renunció,
solicitándose a consecuencia de ello la nulidad de la designación efectuada por
el CSA del árbitro Jorge Vega Velasco y la suspensión del trámite del proceso
arbitral. Expresa finalmente que pese a que el Tribunal Arbitral tuvo
conocimiento de los hechos emitió el laudo arbitral sin tener en cuenta sus
pedidos.

Antecedentes del caso

2. Para resolver el caso necesitamos remitimos a los antecedentes del caso:

a) Tenemos del caso que la empresa IVESUR y Lidercon S.L. constituyeron


una empresa denominada Lidercon Perú S.A.C., empresa que fue la
concesionaria que se adjudicó la buena pro de la licitación de las
supervisiones técnicas para vehículos automotores.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

EXP. N.o02851-2010-PA/TC
LIMA
IVESUR S.A.
b) Es así que la empresa Galashields interpone demanda arbitral contra Ivesur
S.A. y Lidercon ante el Centro de Arbitraje de la Cámara de Comercio de
Lima (Exp. 967-107-2004).

c) En este proceso arbitral el Consejo Superior de Arbitraje (CSA) tuvo como


vocal integrante al señor Alonso Rey Bustamante, teniendo como una de sus
funciones la elección de los árbitros que conformarían el Tribunal Arbitral.

d) La empre-sa, Ivesur S.A. solicitó la remoción del mencionado miembro,


fundamentan'do su pedido en el hecho de que este vocal actuaba como
representante \y abogado de la empresa Lidercon S.L., situación que advertía
en dicho escr~o al Consejo Superior de Arbitraje (CSA).
;
i
Por Resoluc,i ón N° 119-2005/CSA-CCANI-CCL, el Centro Superior de
Arbitraje amonestó a IVESUR S.A. y a su representante y abogado,
conminándálo a guardar un comportamiento procesal acorde con la
naturaleza ,del arbitraje y los principios consignados en el artículo 3° del
Código de Ética del Centro.

Contra esta resolución la empresa recurrente rechazo la amonestación


impuesta y solicitó al CSA atender su pedido, obteniendo finalmente
resolución favorable, declarándose la nulidad de la resolución en el extremo
que se le había interpuesto la amonestación.

g) Por Resolución N° 033-2005/CSA-CCANI-CCL, de fecha 29 de marzo de


2005, el Consejo Superior de Arbitraje designa como árbitro al señor Jorge
Vega Velasco.

h) Posteriormente el señor Alonso Rey Bustamante mediante carta 23 de


diciembre de 2005 renunció al cargo de vocal del Consejo Superior de
Arbitraje, renuncia que fue aceptada por el Comité Ejecutivo de la Cámara
de Comercio de Lima.

i) Ivesur S.A. con fecha 27 de enero de 2006 solicita la nulidad de la


Resolución N° 033-2005/CSA-CCANI-CCL, por la que se resolvió designar
como árbitro al señor Jorge Vega Velasco considerando que al haber
participado el señor Rey Bustamante en la sesión de Consejo Superior de
Arbitraje que designó como árbitro a Vega Velasco, este acto quedaba
viciado por lo que debía declararse la nulidad de dicho nombramiento.

j) Asimismo se aprecia de fojas 63 de autos que la Resolución que designó al


señor Vega Velasco como árbitro no fue suscrita por el vocal Rey
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EXP. N.O 0285 1-20 I O-PAITC


LIMA
IVESURS.A .
Bustamante, evidenciándose que la nulidad del acto de designación del
mencionado arbitro se fundamenta principalmente en el hecho de la
participación del vocal Rey Bustamante en la sesión de designación del
referido arbitro.

k) Finalmente el pedido de nulidad solicitado por IVESUR S.A. se declaró no


ha lugar, fundamentando dicha decisión en el hecho de que la empresa
referida no solicitó la recusación contra el señor Vega Velasco,
procedimiento que correspondía para lo pretendido por IVESUR S.A.

3. Tenemos entonces una demanda de amparo presentada por una persona jurídica,
,¡'habiendo en diversas oportunidades emitido pronunciamientos expresando mi
! posición respecto a la falta de legitimidad para obrar activa de las personas

¡ jurídicas (sociedad mercantil). En tal sentido he señalado que cuando la


Constitución habla de los derechos fundamentales, lo hace pensando en la

l
ii
/ persona humana, esto es en el ser humano física y moralmente individualizado.
I Hacia él pues se encuentran canalizados los diversos atributos, facultades y
/ ',./ libertades, siendo solo él quien puede invocar su respeto y protección a título
i subjetivo y en sede constitucional. Es por ello que nuestra legislación
j
,!

expresamente señala que la defensa de los derechos fundamentales es para la


"persona humana", por lo que le brinda todas las facilidades para que pueda
reclamar la vulneración de sus derechos fundamentales vía proceso
constitucional de amparo, exonerándoseles de cualquier pago que pudiera
requerirse. En tal sentido no puede permitirse que una persona jurídica, que ve
en el proceso constitucional de amparo la forma más rápida y económica de
conseguir sus objetivos, haga uso de este proceso excepcional, urgente y
gratuito, puesto que ello significaría la desnaturalización total de dicho proceso.
No obstante ello considero que existen casos excepcionales en los que este
colegiado puede ingresar al fondo de la controversia en atención i) a la magnitud
de la vulneración del derecho, ii) que ésta sea evidente o de inminente
realización (urgencia) y iii) que el acto arbitrario o desbordante ponga en peligro
la propia subsistencia de la persona jurídica con fines de lucro. Además debe
evaluarse el caso concreto y verificar si existe alguna singularidad que haga
necesario el pronunciamiento de emergencia por parte de este Colegiado.

4. En el presente caso observo no solo que no existe una situación especial o


urgente por la que este Colegiado pueda realizar un pronunciamiento de fondo,
sino también se evidencia que la recurrente pretende hacer uso del proceso de
amparo para denunciar la falta de imparcialidad de un vocal en un proceso
arbitral, por lo que considero pertinente resaltar los hechos que hacen inviable la
presente demanda.
.. •

TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

EXP. N.O 0285 1-20 1O-PA/TC


LIMA
IVESUR S.A.
5. La empresa IVESUR solicita la nulidad de Resoluciones emitidas en un proceso
arbitral, es así que su pretensión está dirigida principalmente a denunciar la falta
de imparcialidad de un vocal que integró el Consejo Superior de Arbitraje. De
autos encontramos, primero, que la empresa recurrente IVESUR S.A. denuncia
la afectación de sus derechos al debido proceso, esencialmente la imparcialidad
del vocal Rey Bustamante, cuando éste no emitió resolución alguna en el
proceso arbitral al que se encontraba sometida la empresa recurrente, segundo, el
vocal cuya parcialidad se denuncia presentó su renuncia ante el Consejo
Superior de Arbitraje, lo que significa que no participó en dicho proceso de
elección de árbitros, y tercero, las resoluciones cuya nulidad solicita la empresa
recurrente no tienen relación alguna con el señor Rey Bustamante, sino que está
referida a la elección como árbitro del señor Vega Velasco, cuya imparcialidad
no ha sido denunciada por la empresa recurrente.

6. En conclusión no encuentro argumento alguno que pueda hacer viable la


presente demanda puesto que el vocal cuya parcialidad se denuncia renunció al
Consejo Superior de Arbitraje, es decir no participó en el proceso arbitral, y
mucho menos en la elección del árbitro Vega Velasco, y de haber participado en
dicha elección no podría extenderse la denuncia de la falta de imparcialidad
hasta el arbitro de Vega Velasco, ya que este concepto está referido
principalmente a la persona que resuelve determinada pretensión, es decir la
parcialidad se imputa al que decide una causa y no a otro.

7. Por lo expuesto la demanda debe ser desestimada, no solo por la falta de


legitimidad del demandante sino por la pretensión traída al proceso de amparo.

Lo
, '
. ,

TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

EXP. N.o 02851-2010-PA/TC


LIMA
IVESUR S.A.

VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADO


URVIOLA HANI

Con el debido respeto por mis colegas magistrados, emito el presente voto singular por
los siguientes argumentos:

Sobre la no exigencia del agotamiento de la vía previa judicial

1. En la sentencia de la mayoría (fundamentos 8 y 10) se concluye que no le es


exigible a la demandante el agotamiento de la vía previa judicial porque los hechos
que se cuestionan no están comprendidos en el artículo 73° de la Ley General de
Arbitraje. Por lo que el cuestionamiento al Consejo Superior de Arbitraje, por una
supuesta infracción de la imparcialidad, es una situación excepcional que no está
regulada y por ello no le es exigible a IVESUR S.A. el agotamiento de la vía
previa.

2. Tal conclusión, en abstracto, parece razonable, pero no para el caso concreto que se
está resolviendo. A mi juicio, es evidente que lo que IVESUR S.A. persigue, al
cuestionar al Consejo Superior de Arbitraje y no directamente al Tribunal Arbitral
que resolvió la controversia, es precisamente evitar la exigencia del agotamiento de
la vía previa. Es decir, se esfuerza la demandante en presentar una supuesta
situación "no prevista" en la jurisprudencia de este Colegiado para lograr lo que en
el fondo se pretende : la nulidad de un laudo arbitral que le fue adverso .

3. Afirmo ello por dos razones puntuales. En primer lugar, porque IVESUR S.A., de
acuerdo a lo que obra en el expediente, en ningún momento recusó ni manifestó,
oportunamente, oposición alguna a la designación del señor Jorge Vega Velasco
como árbitro (folio 107), motivo por el cual, el presente proceso de amparo no
puede servir para controvertir tardíamente lo que en su momento no se cuestionó,
esto es, el nombramiento del árbitro Jorge Vega Velasco. En segundo lugar, porque
IVESUR S.A., en otro proceso de amparo (Expediente N° 06919-2006) ya ha
cuestionado, recurriendo a los mismos argumentos que se esgrimen también ahora,
la validez del laudo arbitral de 31 de enero de 2006. El 27.° Juzgado Civil de Lima
ha declarado infundada, mediante sentencia de 22 de julio de 2010, la demanda de
amparo de IVESUR S.A. ; sentencia que, al no haberse interpuesto recurso
impugnatorio alguno, ha quedado consentida mediante la Resolución N.o 19 de 21
de septiembre de 2010 (folios 85 a 94, Cuaderno del TC).
, \ ' t ,

TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

EXP. N.o02851-2010-PA/TC
LIMA
IVESUR S.A.
4. En ese sentido, estando a que la pretensión real de la demandante es que se declare
la nulidad del laudo arbitral, a la demandante le era plenamente exigible el
agotamiento de la vía previa. De lo contrario, con un criterio poco consistente
(fundamentos 8 y 10 de la sentencia), el Tribunal Constitucional estaría poniendo
en riesgo la estabilidad y seguridad jurídica de la institución del arbitraje, porque
bastaría, en adelante, que quien quisiera conseguir la nulidad de un laudo arbitral,
cuestione una supuesta irregularidad (que, por lo demás, en el presente caso no se
aprecia) en la designación de un árbitro para considerarse eximido de la obligación
de agotar la vía previa.

5. Y es que en el arbitraje el agotamiento de la vía previa es más que un presupuesto


procesal para la procedencia de una demanda de amparo contra un laudo arbitral. Es
también una forma de garantizar el principio Kompetenz-Kompetenz y evitar una
irrazonable judicialización total del arbitraje, que desnaturalice su propia esencia y
con ello, genere inseguridad e inestabilidad jurídica para aquellos que deciden
voluntariamente recurrir al arbitraje a fin de solucionar sus controversias sobre
derechos disponibles.

Sobre la supuesta violación de la falta de independencia de la jurisdicción arbitral y


la UteoTÍa de la apariencia"

6. No dudo que los derechos fundamentales, como bien se señala en la sentencia en


mayoría, despliegan sus efectos en el ámbito del arbitraje, particularmente el
derecho a un arbitraje imparcial. Sin embargo, no me queda claro cómo es que, en
el caso específico, la mayoría encuentra vulnerado este derecho, si el miembro del
Consejo Superior de Arbitraje, don Alonso Rey Bustamante, no intervino en la
sesión en la cual se designó al árbitro Jorge Vega Velasco.

7. En la Resolución N° 0033-2005/CSA-CCANI-CCL de 29 de marzo de 2005 (folios


97-98, Cuaderno del TC), se afirma:

"QUINTO: Que, IVESUR ha manifestado mediante escrito presentado el


22 de marzo de 2005, que no ha arribado a un acuerdo con Lidercon
sobre la designación del árbitro de parte que les corresponde designar,
solicitando que el nombramiento indicado lo realice el Consejo Superior
de Arbitraje, sin considerar cualquier propuesta formulada por su
codemandada" .

Esta Resolución, en la cual se designa al árbitro Jorge Vega Velasco, es expedida


con la intervención de los señores: Sergio León Martínez, Carlos Cárdenas Quirós,

2
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

( I
EXP. N.O02851-2010-PA/TC
LIMA
lVESUR S.A.
Pedro Flores Polo y Jorge Jaramillo Chipoco, con la inhibición del señor Hugo
Sologuren Calmet.

8. Es decir, no es cierta la afirmación de IVESUR S.A. de que el señor Alonso Rey


Bustamante haya participado en la sesión de designación del árbitro Vega Velasco.
En efecto, en la Resolución N° 0029-2006/CSA-CCANI-CCL de 21 de febrero de
2006 (folio 104) se señala:

"SEXTO: Que, en ese sentido, no resulta cierta la afirmación de


Ivesur cuando señala que el señor Rey asistió y participó en la Sesión
del Consejo Superior de Arbitraje en la cual se emitió la Resolución
N° 0033-2005/CSA-CCANI-CCL por la que se designó al señor Vega
como árbitro, por lo que mal podría indicarse que el citado vocal tuvo
alguna injerencia en la emisión de dicha resolución, toda vez que ésta fue
materia de discusión y acuerdo en una sesión a la que no asistió el señor
Rey". (folio 106).

9. Siendo esto claro, me parece por demás inapropiada la aplicación de la "teoría de la


apariencia de la imparcialidad" -aplicada además a una persona (el señor Alonso
Rey Bustamante) que no intervino como árbitro ni en la designación del árbitro-,
considerando que dicha teoría, trasladada al ámbito del arbitraje, sirve para evaluar,
precisamente, la conducta de las personas que intervienen como árbitros. En todo
caso, dicha teoría debió aplicarse para evaluar la actuación del árbitro Jorge Vega
Velasco y no de una persona que no intervino como tal en el proceso de arbitraje.

10. Por lo demás, la "teoría de la apariencia de la imparcialidad" no es, como se


desprende de la posición de la mayoría, un instrumento que se sustente en meras
conjeturas o suposiciones ligeras y carentes de fundamento.

"Es decir, la simple apariencia no debe ser suficiente. Sólo un indicio.


Para que la existencia de apariencia de imparcialidad sea mortal a
un laudo, debe resultar en un problema de debido proceso
debidamente acreditado. No especulado. De otra manera se corre el
riesgo de abrir la puerta ( ... ) para evitar el cumplimiento de un laudo"l.
(resaltado agregado).

I González de Cossío, F. " Independencia, imparcialidad y apariencia de imparcialidad de los árbitros". En


http://www. gdca.com.mxIPDF/arbitraje/ rNDEPENDENCIA %20 1M PARC IAL! DA D%20 Y%20AP AR IENCJA %20DE%20 LOS%2
OARBITROS.pdr. Revi sado el 28-01-2011.

3
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,,...
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. i.

TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

EXP. N .o 02851-201O-PA/TC
LIMA
IVESUR S.A.
En la sentencia de la mayoría, no se ha analizado ni identificado indicio alguno de
parcialidad del árbitro Jorge Vega Velasco, por lo que me parece arbitrario e
injustificado que se decida en el fallo que se dejen sin efecto "los actos en que
participó" dicho árbitro, incluido el laudo arbitral. En efecto, del análisis de los
fundamentos de la sentencia de la mayoría, especialmente los fundamentos 28, 29 y
30, no se precisa un solo indicio de parcialidad atribuible al árbitro antes
mencionado; más aún si éste no fue árbitro único, sino miembro de un tribunal
arbitral.

Sobre la inexistencia en el expediente del laudo arbitral cuya nulidad declara la


mayoría

11. Debo señalar también que el laudo expedido en el proceso arbitral N° 967-107-2004
no obra en el expediente, motivo por el cual me parece incomprensible que se esté
declarando la nulidad de un laudo arbitral que la mayoría ni siquiera ha tenido a la
vista. Es más, como ya señalé supra, IVESUR S.A. en otro proceso de amparo
(Expediente N° 06919-2006) ya ha cuestionado sin éxito, con los mismos
argumentos, la validez del laudo arbitral de 31 de enero de 2006. Al respecto, el
27.° Juzgado Civil de Lima ha declarado infundada la demanda de amparo de
IVESUR S.A., mediante sentencia de 22 de julio de 2010; la misma que, al no
haber sido impugnada, ha quedado consentida mediante la Resolución N.o 19 de 21
de septiembre de 2010 (folios 85 a 94, Cuaderno del TC).

12. Asimismo, como la demandante solicita la nulidad del laudo arbitral antes
mencionado, parece razonable que siendo una resolución emitida por un Colegiado
(Elvira Martínez Coco, Jorge Vega Velasco y Rodulfo Cortez Benejam), debió
notificarse a sus integrantes para salvaguardar también su derecho de defensa.

Por estos fundamentos considero que la demanda, al no haberse agotado la vía


previa, debe declararse IMPROCEDENTE de acuerdo con el artículo 5° inciso 4
del Código Procesal Constitucional.

Sr.

URVIOLA HANI

L
4

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