Introducción Derecho Penal1
Introducción Derecho Penal1
Introducción Derecho Penal1
SEMESTRE : 2022 – I
ABANCAY – APURÍMAC
2022
I
DEDICTORIA
II
AGRADECIMIENTOS
Por medio de esta presente monografía doy a conocer mis sinceros agradecimientos
primeramente a Dios por guiarme siempre por el camino correcto, a mis Padres quienes
me han brindado todo su apoyo incondicional
III
Contenido
UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE LOS ANDES......................................0
2 ESTRUCTURA DE LA ACCION................................................................12
CONCLUSIÓN...................................................................................................18
3 BIBLIOGRAFIA...........................................................................................20
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INTRODUCCIÓN
En sus primeras contribuciones a la dogmática penal, especialmente con sus
trabajos en la década del treinta, como por ejemplo con Kausalitat und Handlung,
(Causalidad y Acción) y su monumental obra, Das Deustche Strafrechts (Derecho Penal
alemán), y posteriormente el Das neue Bild des Strafrechtssystems Eine Einfuhrung in
die finale Handlungslehre (Nuevo Sistema de Derecho Penal, Una introducción a la
doctrina de la Acción Finalista), Hans Welzel,[1] realizo una fundamentación teórica de
un sistema nuevo, basado en el concepto de injusto personal, sentado sobre los pilares
de su concepto final de acción, con lo cual las concepciones causalistas, de acción y por
consiguiente la teoría del injusto en ella basada, que hasta ese entonces era doctrina
dominante, había entrado en crisis, y por ello no eran ya defendibles, al menos, por un
sector de la doctrina.
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contraposición de la teoría de la culpabilidad a la teoría del dolo hasta entonces
imperante en la doctrina.
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y por ende reprochar o censurar, es indudablemente fijo, no existe sino uno, pues son
taxativas las formas que debe asumir la voluntad y concretamente no puede ser sino
dolosa, culposa o preterintencional. Estas formas son iguales, invariables, fijas, estables
para cualquier clase de ilícito o hecho punible. De la misma manera, existe un tipo de
las justificantes o de causas de justificación del hecho, también fijo respecto a cualquier
clase de hecho que pueda subsumirse en los tipos de la parte especial del Código.
Este tipo de las justificantes debe estar ausente, no debe configurarse, para que
pueda darse el hecho punible. Al no existir el tipo de las justificantes, nace
inmediatamente el tipo del injusto sobre la base disipada de la adecuación típica del
hecho al modelo legal de la parte especial y al de la culpabilidad de la parte general, en
la forma como se ha indicado. ¿Por qué nace el tipo del injusto? Porque al no existir una
causa de justificación del hecho típico, tal hecho. es antijuridico, lo que permite indagar
si la reunión de estos dos tipos puede sumarse al tipo que señala las formas del ligamen
moral del hecho al autor (culpabilidad).
a) Tipo objetivo. Son todos los aspectos externos o materiales del hecho
punible, como la conducta, su resultado y el nexo de causalidad material. Este tipo es
variable según cada delito, pues corresponde a la innumerable cantidad de hechos
descritos como tales en la parte especial del Código Penal. Tantos tipos objetivos hay
cuantos delitos descritos existan.
b) Tipo del injusto. Es la valoración que hace el juez del hecho típico en cuanto
lo halla contrario a una norma y porque lesiona o pone en peligro, sin justa causa, un
interés jurídicamente tutelado. Se identifica en forma negativa_ de no existir ninguna de
las causas que lo justifican, las cuales están enumeradas taxativamente en la ley penal.
Por tanto, el tipo del injusto sería fijo, en cuanto que las causas de justificación, que
deben estar ausentes para poder hablar de hecho punible, consagradas en el Código, se
refieren a cualquier clase de hecho típico (art. 29).
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c) Tipo de la culpabilidad. Es el nexo sicológico entre el hecho y el autor
referido a su voluntad, mediante el cual el juez al descubrirlo, según el grado, le puede
reprochar tal hecho y expresar un juicio de mérito o censura. este tipo de culpabilidad es
fijo vale decir referible a toda clase de hechos típicos como que está indicado en sus
formas en la parte general del código.
Precisamente en dicha norma se recalca sobre la esencia del hecho punible, cual
es la de destruir, lesionar, dañar, disminuir o poner en peligro un interés jurídico
amparado por el derecho, el cual pertenece a la comunidad en general, o al sujeto
paciente del hecho en particular, o a ambas partes. No hay delito punible sin ofensa
efectiva o potencial de un interés penalmente protegido. No hay hecho punible sin que
se lesione o ponga en peligro un bien tutelado en el ordenamiento del Estado. Porque un
hecho que no tenga esta característica, la de tutelar derechos individuales o colectivos,
jamás será tipificado como punible por el Estado que pretende ser el supremo
representante de los intereses de la comunidad y de sus componentes. Si la conducta que
el legislador ha tipificado, al mismo tiempo es establecida o impuesta por el
ordenamiento jurídico, no puede ser igualmente prohibida, esto es, antijurídica; y una
conducta autorizada, aunque típica, no puede ser también ilícita, conforme los principios
fundamentales del derecho, no solamente penal. Por otra parte, se ha dicho que la
antijuridicidad es el elemento jurídico del hecho punible. En efecto, no es suficiente la
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existencia de una conducta (activa u omisiva) que corresponde a un tipo legal-penal, en
su aspecto puramente descriptivo, para que pueda hablarse de hecho punible. Es
indispensable su anti juridicidad, su ilicitud, en virtud del principio que se resume en el
apotegma nullum crimen sine injuria
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quebrantar la norma, a esta manifestación de contradicción Welzel lo llamo anti
normatividad.
Sin embargo, es cierto que toda infracción de la norma con el tipo penal genera
la anti normatividad de esa conducta, pero nada más, como destaca el maestro de Bonn,
el orden jurídico no se compone solamente de normas, sino también de preceptos
permisivos, o como el los llama, “autorizaciones”, y son estos preceptos permisivos los
que en ciertos casos, permiten la realización de una conducta anti normativa, la
justifican, y es en estos supuestos cuando la realización de un tipo prohibitivo se torna
conforme a derecho, por ello es que, como Antijuricidad, entendemos a la contradicción
de una conducta anti normativa, con todo el ordenamiento jurídico en su conjunto, y no
solo con una norma aislada. De esta manera, Welzel elabora el concepto de
ANTIJURICIDAD que no es lo mismo que la anti normatividad.
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(“Unrecht”, negación al derecho o contrario a derecho) y realiza una distinción entre
este y la antijuricidad, la cual el la considera de trascendental importancia, diciendo lo
siguiente, la Antijuricidad, es una mera relación (una contradicción), el Injusto, por el
contrario, es la Conducta Antijurídica misma, es la conducta de matar, de estafar, de
hurtar, etc.
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tipos exigen ya violencia o intimidación en las personas o fuerza en las cosas, por lo que
requerir en tales casos además ánimo de lucro puede resultar superfluo (¿quién va a
apoderarse con violencia de un bien mueble de la víctima si no es para lucrarse con él?).
En otros casos el legislador recurre a elementos como la expresión obrar "en perjuicio
de", "para perjudicar", "para descubrir los secretos o vulnerar la intimidad", "en ofensa
de"… En algunos supuestos el legislador ha definido el tipo a través de un elemento
subjetivo, pero de manera negativa, es decir, estableciendo que el tipo se ve colmado o
realizado siempre que no se realice con un ánimo específico (así, en el hurto de uso de
vehículo del art. 244.1 CP, siempre que no se realice con ánimo de apropiárselo, pues de
otro modo se vería realizado el tipo del hurto genérico). Además, la jurisprudencia
recurre a elementos subjetivos de los tipos en ocasiones en que el legislador no los ha
previsto expresamente, o al menos en los que dicho elemento es dudoso (como ocurre
en el caso del art. 525.2 del CP).
Por lo demás, la doctrina clasifica los elementos subjetivos del tipo según
pretendan o no una finalidad presente en la acción misma. En caso afirmativo, los
denomina elementos de tendencia interna intensificada. En este grupo podría incluirse la
exigencia de un peculiar ánimo lúbrico en los delitos contra la libertad e indemnidad
sexual. Dicho ánimo permite distinguir la conducta típica de otras que, aun revistiendo
la formalidad externa de intromisión en la libertad sexual de la víctima, no atentan
materialmente contra ésta. Por ejemplo, porque se trata de una exploración médica.
Junto a dicho grupo de elementos subjetivos, otros, los denominados de tendencia
interna trascendente, buscan una finalidad que se logra tras la conducta delictiva. De ahí
la expresión "trascendente". El caso del ánimo de lucro en el hurto sería ejemplo de
éstos.
En cualquier caso, dichos elementos aportan algo a la definición del tipo de que
se trate en cada caso: eso que añaden se califica como "subjetivo", pero lo cierto es que
permiten considerar una conducta como típica o atípica en función de su relevancia
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externa -y no sólo interna-, es decir, vienen a distinguir la conducta ya en el plano de la
imputación objetiva.
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2 ESTRUCTURA DE LA ACCION
2.1 TEORIA CAUSAL DE LA ACCIÓN
Entrando ya en los albores del siglo XIX, y bajo las influencias de corrientes
filosóficas positivistas, donde la confianza depositada en las ciencias naturales, era la
base para formular todo tipo de construcciones dogmáticas, el derecho penal no escapo
a dichas concepciones, y se fueron elaborando las primeras categorías o estratos para la
creación de un concepto teórico del delito, de la mano de un teórico alemán llamado
Franz von Liszt (1851 – 1919) con su Tratado de Derecho Penal y posteriormente
fueron completados dichos trabajos con aportes de Ernest von Beling (1866 – 1932),
Edmund Mezger, y Gustav Radbruch.
Von Liszt, al hablar del primer elemento del delito, realizaba una distinción en la
acción y la separaba en dos partes, en la primera, un proceso causal externo u objetivo,
y por otro lado ubicaba el contenido de la voluntad como un dato meramente subjetivo.
De esta manera, entendía a la acción como un movimiento corporal, o una enervación
muscular, impulsado por un acto de voluntad, como un mero proceso causal
desencadenado por la voluntad (aspecto exterior, efectos) que produce un resultado, una
modificación en el mundo exterior, todo con independencia de que el autor lo haya
querido o al menos podido preverlo.
Entonces, acción para el sistema de von Liszt, era todo movimiento corporal
causado por un acto voluntario, es decir por todo acto libre de presiones mecánicas y
psicológicas.
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no se puede suponer suprimido el movimiento corporal sin que deba dejar de producirse
el resultado ocurrido.
Von Beling, por su parte, compartiendo este criterio, estimaba que la acción era
la voluntad exteriorizada en forma de puesta en marcha de la causalidad. Voluntad que
podía ser activa (movimiento corporal) u omisiva (en la omisión hallaba esa voluntad en
la contención de los nervios motores), pero cuyo contenido no importaba, puesto que lo
único trascendente era que el sujeto haya actuado voluntariamente.
Este panorama se completaba con una tipicidad (recién aportada por Beling en
su obra Die Lehre vom Verbrechen de 1906) neutra, acromática o avalorada (puesto que
nada decía acerca de la antijuridicidad) y objetiva (ya que no admitía elementos
subjetivos); una antijuridicidad objetiva y formal, donde lo importante era la
contradicción de la conducta con el orden jurídico[5] y una concepción subjetiva de la
culpabilidad, según la cual ésta se presentaba como la relación psicológica que existe
entre la conducta del sujeto y el resultado y que puede asumir la forma de dolo o culpa
(imprudencia). Así el dolo y la imprudencia constituían formas del estrato culpabilidad
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de la culpabilidad, el dolo y la culpa, concebidos como simples referencias psiquips del
hecho objetivo, al autor.
Este dominio final que una acción lleva a cabo, tiene dos fases, la primera se
desarrolla plenamente en la esfera del pensamiento, y a su vez tiene tres etapas, que van
sucediéndose de una manera inversa, a esto Welzel lo llama Proceso de Retroceso,
porque se suceden de la siguiente manera: En primer lugar, el autor se propone fines,
objetivos que quiere causar en el mundo real, escogiendo su punto de acción, luego
efectúa una selección de medios que son aquellos factores causales que cree idóneos
para la realización de sus fines, y por ultimo haciendo uso de su dominabilidad pone en
marcha la cadena causal, ejecuta su acción en el mundo real orientado a la finalidad
propuesta. “La segunda fase de la dirección final se desarrolla en el mundo real, es un
proceso causal en la realidad dominado por la determinación del fin y de los medios en
la esfera del pensamiento. Si no se logra el dominio final en el mundo real, la acción
real solo quedaría intentada
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desvalora resultados aislados producto de causalidades, desvalora conductas, porque son
estas las que contradicen la norma, y la norma es objetiva, desvalora su finalidad por ser
el elemento central de la acción, la finalidad es la desvalorada por el derecho, no los
resultados que pueden o no objetivarse en el mundo, un resultado es o no valioso, según
si su finalidad sea o no valiosa para el derecho, para la norma, no hay resultados
valiosos o disvaliosos por sí mismos, en cambio, si hay conductas valiosas o
disvaliosas, finalidades valiosas o disvaliosas, por eso Welzel dijo que el Injusto era
mixto, es una unidad compleja, es objetivo – subjetivo, porque la acción contiene
elementos objetivos y subjetivos.
Ahora bien, siguiendo por ahora este entendimiento, la norma vendría a proteger
bienes, pero si ésta actúa una vez que han sido lesionado estos bienes, que clase de
protección daría el derecho penal, esta afectación es producto de acciones, y ¿qué
sucedería con estas acciones?, ¿acaso no serían alcanzadas por la norma?, ¿quedarían al
margen del reproche penal?, parecería ser que todo dependería de un juego del destino
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para la impunidad de estas acciones reprobables, si como producto de la casualidad no
se lesionan bienes, no habría porque reprochar a la acción que intento lesionarlos, de
todos modos, el derecho penal, no serviría demasiado porque no salvaría a ningún bien
jurídico.
El crea una denominación interesante, para una clase de delitos culposos, los
delitos conscientemente imprudentes donde el ilícito en estos, consiste en una acción
final contraria a la norma, (al deber), y el resultado producido tiene sobre el ilícito tan
poca influencia como la que tiene en los delitos dolosos entre los cuales deben ser
incluidos esta categoría de delitos.
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clase de realización del hecho, que en la posición anterior se encontrarían en el ámbito
de la esfera de un desvalor de resultado.
Así por ejemplo afirma el profesor Roxin, “en derecho penal no hay injusto de
resultado sin injusto de acción.” Estructurando de este modo el injusto sobre la base de
la unión de ambos. El profesor de Múnich, asevera “si por ejemplo dos personas
disparan con ánimo homicida a un tercero y una de las balas le alcanza mortalmente,
mientras que la otra no acierta a dar a la víctima, según la teoría que acepta al disvalor
de acción como único fundamento del injusto, ambos habrían realizado el mismo
injusto, incurriendo así, en la misma culpabilidad.” Roxin se opone enfáticamente a esta
concepción del injusto, en la que habría que equiparar en punición el hecho consumado
y el intentado – o al menos la tentativa acabada-. Por ello es que la frase que indica que
en las malas acciones rige la voluntad y no el resultado, resulta correcta en cuanto que
los resultados no se pueden prohibir independientemente de las acciones humanas.
Por otro lado, y siguiendo con este entendimiento dual, el profesor Hans-
Heinrich Jescheck, sin duda uno de los máximos pensadores alemanes cuya obra ha
tenido gran influencia en los teóricos de habla hispana, participa de la importancia de
ponderar dentro de la dogmática actual del injusto, al desvalor de acción y al desvalor
de resultado conjuntamente para la configuración del injusto, al sostener la inviabilidad
de las ideas de quienes sobre una dogmática del injusto entendido de modo final,
defienden la posición, de que únicamente la voluntad de acción configura el injusto,
dejando relegado el desvalor de resultado como carente de toda relevancia en tal
ordenación.
En tal sentido critica que “está concepción mono subjetiva debe ser rechazada,
porque el injusto no consiste solo en la relación entre la voluntad de la acción y la
norma jurídica, sino que radica igualmente tanto en la realización de la voluntad de la
acción como en ese daño social que el lesionado y la comunidad sufren por el hecho y
debe ser evitado conforme a la valoración normativa, (resultado), siendo que tan solo en
la acción se materializa el riesgo para el bien jurídico protegido, y la voluntad de esta
acción no es más que una parte del injusto de la acción, pero no todo.
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Teniendo en cuenta estos pensamientos es que estos profesores no aceptan
defender la eliminación del desvalor de resultado del injusto, porque esto conduciría a
consecuencias político criminalmente inaceptables. Así en el hecho doloso habría que
equiparar la tentativa acabada a la consumación (obviamente por idéntico desvalor de
acción) y en el hecho imprudente habría que conminar con pena todo comportamiento
considerablemente contrario al deber de cuidado, centrándose así en aspectos
meramente objetivo
CONCLUSIÓN
El injusto penal, ha mutado de fisonomía dogmática a lo largo de la evolución
jurídica penal, desarrollada principalmente en Alemania, hasta mediados de la década
del 30`, con la aparición de la monumental obra del profesor Welzel, donde enunciaba
las bases para un Injusto distinto, con elementos distintos, de carácter estrictamente
Personal, en el cual se destacaban dos ejes centrales, por un lado la Acción y por el otro
la Norma, donde encontrábamos a la primera en estricta contradicción con la segunda.
Esta acción en cuya base se distinguía una finalidad guiada por la voluntad, que tras la
elaboración de un plan de tinte final, se dirigía hacia el quebrantamiento de las
descripciones prohibidas, desvaloradas, enunciadas en una preposición jurídica
determinada, violando de algún modo su esencia, es decir la Norma.
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intentaban aplicar penas a todos los responsables de aquellos resultados dañosos a
bienes jurídicos.
3 BIBLIOGRAFIA
SERVIO TULIO RUIZ ¨COMPOSICIÓN DEL TIPO DEL INJUSTO¨
(Introducción al estudio de la antijuridicidad penal)
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MAURACH- Zipf- Derecho Penal parte general ED. Astrea.
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