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    La monarquía hispánica experimentó una clara decadencia en el siglo XVII debido a las continuas guerras, la crisis económica y las revueltas internas. Gobernaron con poderosos validos y participaron en la Guerra de los Treinta Años, pero sufrieron grandes derrotas frente a Francia. Además, Cataluña, Portugal y Andalucía se sublevaron. Con Carlos II, la dinastía de los Austrias llegó a su fin sin heredero, abriendo una disputa por la sucesión.

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    La monarquía hispánica experimentó una clara decadencia en el siglo XVII debido a las continuas guerras, la crisis económica y las revueltas internas. Gobernaron con poderosos validos y participaron en la Guerra de los Treinta Años, pero sufrieron grandes derrotas frente a Francia. Además, Cataluña, Portugal y Andalucía se sublevaron. Con Carlos II, la dinastía de los Austrias llegó a su fin sin heredero, abriendo una disputa por la sucesión.

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    La monarquía hispánica experimentó una clara decadencia en el siglo XVII debido a las continuas guerras, la crisis económica y las revueltas internas. Gobernaron con poderosos validos y participaron en la Guerra de los Treinta Años, pero sufrieron grandes derrotas frente a Francia. Además, Cataluña, Portugal y Andalucía se sublevaron. Con Carlos II, la dinastía de los Austrias llegó a su fin sin heredero, abriendo una disputa por la sucesión.

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    La monarquía hispánica experimentó una clara decadencia en el siglo XVII debido a las continuas guerras, la crisis económica y las revueltas internas. Gobernaron con poderosos validos y participaron en la Guerra de los Treinta Años, pero sufrieron grandes derrotas frente a Francia. Además, Cataluña, Portugal y Andalucía se sublevaron. Con Carlos II, la dinastía de los Austrias llegó a su fin sin heredero, abriendo una disputa por la sucesión.

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    LA ESPAÑA DEL SIGLO XVII: LOS PRIMEROS BORBONES

    la monarquia hispánica en el siglo xviii (Felipe III – Felipe IV y Carlos II): el gobierno de los validos, la guerra de los
    treinta años y la decadencia del imperio: la crisis económica y social.

    LA MONARQUIA HISPÁNICA EN EL SIGLO XVII (FELIPE III – FELIPE IV Y CARLOS II): EL


    GOBIERNO DE LOS VALIDOS, LA GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS Y LA DECADENCIA
    DEL IMPERIO: LA CRISIS ECONÓMICA Y SOCIAL.

    Durante el siglo XVII, la monarquía hispánica vivió un claro proceso de decadencia. El


    reino de Castilla sufrió una profunda crisis económica, frente a continuos ataques del
    impero otomano (turcos), holandeses, franceses y luchar en los mates contra los
    ingleses. Interiormente los reinos hispánicos se tuvieron que enfrentar a Cataluña,
    Andalucía Países Bajos y Portugal.

    Los numerosos problemas de los últimos años del reinado de Felipe II se agravaron con
    los Asturias del siglo XVII, lo que supuso la decadencia de la España imperial.
    Esta crisis generalizada vino marcada por la imposibilidad de mantener la hegemonía
    en Europa frente a unos enemigos cada vez más poderosos. Las guerras fueron
    constantes entre 1621-1700. A diferencia del gobierno absoluto y personal de Carlos I
    y Felipe II, el gobierno de los monarcas del siglo XVII estuvo marcado por la figura del
    valido, persona de confianza del rey, en quien delegaba la mayor parte de sus
    funciones.

    El primer Austria menor Felipe III (1589-1621) heredó de su padre un gran imperio y un
    ejército de 125.000 hombres. Pero también heredó una deuda enorme y los largas
    guerras: con Inglaterra y con los Pises Bajos.
    En su reinado el gobierno estuvo en manos del Duque de Urceda pero en cansancio y
    la grave situación de hacienda derivó en dos bandas totas: (1607), (1609). Por lo tanto
    Felipe III optó por un reinado pacífico.

    El reinado de Felipe IV (1621-1665) supuso un cambio en la política exterior y el


    ascenso de un nuevo valido el Conde Duque de Olivares. Este pretendía la restauración
    de la monarquía y que todos los territorios participasen en el esfuerzo común con el
    mismo sacrificio que lo hacía Castilla. Este proyecto se llamó “La Unión de Armas”
    Se consideraba que este esfuerzo era necesario para mantener la integridad de los
    reinos hispánicos y la continuidad de su hegemonía, ya que habían surgido nuevas
    potencias políticas: Francia, Inglaterra y Holanda.

    La Monarquía Hispánica participó en distintas etapas de la guerra de los Treinta Años


    (1618-1648) junto al emperador austríaco derrotando a las potencias protestantes
    pero finalmente perderemos contra Francia (1643, Rocroi).

    Las causas de esta gran derrota hay que buscarlas en el agotamiento económico y
    humano y a las rebeliones internas. Supondrá el cese del Conde Duque de Olivares y la
    llegada de otro valido, Don Luis de Haro. Finalizará la guerra en (1648) con la Paz de
    Westfalia que significó el fracaso de españoles y austríacos y la confirmación de la
    hegemonía francesa y la consagración del pluralismo religioso.

    La guerra con Francia continuó hasta la Paz de los Pirineos (1659) con una nueva
    derrota por parte de España. Francia conseguía los territorios catalanes del Rosellón y

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    LA ESPAÑA DEL SIGLO XVII: LOS PRIMEROS BORBONES
    la monarquia hispánica en el siglo xviii (Felipe III – Felipe IV y Carlos II): el gobierno de los validos, la guerra de los
    treinta años y la decadencia del imperio: la crisis económica y social.

    la Cerdaña lograba con cesiones comerciales y se establecía el enlace matrimonial del


    rey de Francia, Luís XIV con la hija de Felipe IV, María Teresa.
    Internamente España tendrá que hacer frente a tres problemas:
    Primer problema: La crisis de 1640, segundo problema: Reino de Portugal y el tercer
    problema: Andalucía

    Referente a la crisis de 1640 constituyó un periodo de revueltas y sublevaciones. Las


    reformas que puso en práctica el Conde Duque de Olivares (UNIÓN DE ARMAS)
    provocaron la desconfianza y el rechazo general. El primer gran enfrentamiento se
    produjo en Cataluña. Las tensiones entre las instituciones catalanas y la monarquía
    propiciaron el estallido de una revuelta. 7 de Junio 1640 se produjo en Barcelona el
    Corpus de Sangre, derivando en un motín general en el cual el marqués de Santa
    Coloma fue asesinado. La corona responde con el envío de tropas y Pau Clarís
    (presidente de la Generalitat) se alía con Francia. Se proclamó Conde de Barcelona al
    rey francés Luis XIII. Esta situación se mantuvo hasta la rendición de Barcelona en
    1652.

    En segundo lugar Portugal, la rebelión catalana propició la sublevación cuya victoria


    resultó fácil por la ausencia de tropas castellanas. Las Cortes portuguesas proclaman
    rey al duque de Braganza con el nombre de Juan IV.
    El tercer problema interno es el caso de Andalucía. Allí se produjo en 1641 una
    conspiración dirigida por el duque de Medina Sidonia.

    Todas estas rebeliones eran muestra de la crisis general de la Monarquía Hispánica


    que, unida a la política internacional, marcará el fin de los Austrias.
    Con Carlos II se llegó al final de la dinastía de los Austrias (1665-1700). La delicada
    salud del rey convirtió la corte en escenario de continuas intrigas y complots y la no
    descendencia provocó la formación de bandos alrededor de los principales candidatos
    a la sucesión: el nieto de Luis XIV, Felipe de Anjou. El otro aspirante el Archiduque
    Carlos hijo del emperador de Austria. A finales del año 1700, Carlos II antes de morir
    nombró heredero a Felipe de Borbón con la condición de que no heredara el trono de
    Francia.

    Referente a baleares recalcar que a lo largo del siglo XVII retrocedió la amenaza turca y
    los ataques norteafricanos perdieron intensidad. También en el momento en el cual se
    establecen en las islas las primeras tropas reales profesionales.

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