El Judaísmo
El Judaísmo
El Judaísmo
Se formó así lo que podemos considerar realmente como una nueva religión,
el judaísmo, muy diferente de la religión judeo-israelita precedente. A menudo
se considera como padre del judaísmo a Ezequiel, un sacerdote que fue llevado a
Babilonia junto con el rey Joaquín en la primera deportación. Ezequiel creía en la
restauración del reino y describió con detalle una reconstrucción del Templo,
junto con los rituales posteriores a la restauración.
Por otra parte, la política china era cada vez más turbulenta. Las luchas por la
hegemonía ya no sólo se daban entre los distintos estados, sino que internamente
se producían enfrentamientos entre los nobles, y esto fue debilitándolos a todos.
Tras zanjar el conflicto con Tiro, cabría esperar que Nabucodonosor II se ocupara
de Egipto, pero estaba ya cansado y decidió no emprender una nueva campaña.
Pese a ello, el nuevo faraón continuó preparando el país para un posible choque
con el Imperio Caldeo. Incrementó los efectivos griegos en su ejército, permitió
que la colonia de Naucratis se convirtiera en una gran ciudad, y firmó numerosas
alianzas con los griegos.
En 562 murió Nabucodonosor II y fue sucedido por su hijo Amel-Marduk. La
Biblia lo menciona porque, al parecer, liberó de la prisión al derrocado rey
Joaquín.
Escuchadme bien, atenienses: yo soy más sabio que muchos de vosotros, y más
valeroso que muchos otros. Soy más sabio que los que no ven la malicia de este
hombre y sus fines ocultos; y más valeroso que los que, aun viéndola, fingen no
verla por evitarse problemas y vivir en paz.
Pero Pisístrato tenía a su favor al partido de la montaña y Solón tenía en su contra
al de la llanura, por lo que no le hicieron caso. Dicen que al darse cuenta añadió:
Siempre sois iguales: cada uno de vosotros, individualmente, obra con la astucia
de una zorra, pero colectivamente sois una bandada de gansos.
La petición de Pisístrato fue aceptada, pero en vez de 50 hombres contrató 400,
tomó la Acrópolis y se convirtió en tirano de Atenas. Su posición era débil, por lo
que se apresuró a ganarse la confianza de sus ciudadanos. Hizo editar las obras de
Homero en la forma en que actualmente las conocemos, instituyó unas fiestas en
honor del dios Dionisio, en las que se cantaban unas "canciones de machos
cabríos" en alabanza al dios. En griego se llamaban tragedias. Al principio eran
cantos a coro alegres y bulliciosos, pero más tarde los poetas empezaron a
escribir versos serios para la fiesta. En un momento dado, un poeta
llamado Tespis tuvo la ocurrencia de hacer callar al coro de tanto en tanto y dejar
que un actor solista relatara e interpretara una historia tomada de los viejos mitos.
Fue el primer paso de una compleja evolución que experimentaría el género en
los siglos siguientes.
En 556 el tirano ateniense Pisístrato organizó una expedición para ayudar a los
nativos del Quersoneso Tracio (la actual península de Gallípoli, en el lado
europeo del Helesponto). Como jefe de la expedición eligió a Milcíades, el
cabecilla del partido de la llanura, su principal rival político. (Tal vez fue una
forma de librarse de él.) La expedición fue un éxito y Milcíades acabó siendo
tirano de toda la península. Ahora Atenas controlaba los dos lados del
Helesponto.
Ese mismo año murió el rey caldeo Neriglisar. Su hijo fue rápidamente
destronado y diversos partidos se disputaron el trono. Al parecer nadie en el
partido vencedor quiso asumir el riesgo de convertirse en rey, por lo que
asignaron el trono a un personaje que juzgaron fácil de manipular. El nuevo rey
fue Nabónido, quien no demostró ningún interés por la política. En su lugar, se
dedicó a estudiar reliquias antiguas. Desenterró y restauró antiguas tablillas
cuneiformes, desatendió Babilonia y, en cambio, se interesó por ciudades más
antiguas, como Ur y Larsa. Para colmo, Nabónido no había nacido en Babilonia,
sino que era natural de Harrán (actualmente bajo dominio medo), hijo de una
sacerdotisa de Sin, dios de la Luna, por lo que también desatendió a Marduk y, en
cambio, se interesó por Sin y las ciudades que lo veneraban. Es evidente que todo
esto causó un gran descontento en la corte. En todo lo tocante a la política delegó
en su hijo Baltasar. Un rey títere era lo menos conveniente para Babilonia
cuando Ciro II estaba expandiendo sus dominios. Nabónido creyó que Media y
Persia se enzarzarían en una larga guerra civil y así dejarían tranquilo a su
Imperio. Incluso estimuló a Ciro II a atacar a Astiages, y aprovechó los
problemas de éste para arrebatarle Harrán en 553. Sin embargo, el conflicto entre
Media y Persia no fue largo. Ciro II usó más de la diplomacia que de la fuerza y
consiguió en poco tiempo tener de su parte a casi todo el Imperio Medo.
Finalmente, en 550 marchó sobre la capital meda, Ecbatana, la tomó y la
convirtió en la capital de su nuevo imperio, conocido como Imperio Persa.