Nutrición y Deporte. Semana 3

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UNIVERSIDAD MONTRER

Sistema Dinámico Montrer

NUTRICIÓN Y DEPORTE
Semana 3

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Nutrición y Deporte · Semana 3

PRESENTACIÓN

Comprenderá los conceptos básicos de nutrición y la clasificación de los nutrimentos.


Como parte de esta segunda semana continuaremos revisando los temas
correspondientes a la unidad 1 del curso de Nutrición y Deporte, abordaremos el tema
de los aspectos adaptativos fisiológicos que se llevan a cabo en la realización de la
actividad física y el deporte. Aquí comprenderemos la importancia del entrenamiento
en el deportista, ya que este es un proceso que permite al individuo la elevación de sus
resultados deportivos al permitir la preparación y adaptación fisiológica de los procesos
orgánicos que ocurren en el organismo.
Te invito a revisar cuidadosamente la información que te presenta esta continuación de
la primera unidad del curso y identificar de manera conceptual los diversos puntos para
poder resolver de manera correcta y acertada las preguntas que se te plantearan en el
cuestionario de actividades y tareas.

CONTENIDO

Unidad: Sistemas energéticos en el ejercicio

2.1 Utilización de energía por el músculo

Combustible energético para la construcción muscular

La realización de la actividad física depende de un suministro energético adecuado a


las fibras musculares responsables de la contracción. Cuando el ATP se rompe, al
reaccionar frente al agua (H2O), se “hidroliza" produciéndose ADP (adenosín
difosfato) y una molécula de fosfato, liberándose en ese proceso la energía contenida
en éste enlace, esta reacción es catalizada por una enzima de las llamadas ATPasas,
es decir, enzimas que rompen el ATP; usando la energía de su ruptura (hidrólisis), para
transportar iones de un lado a otro de las membranas, produciendo la energía necesaria
para la contracción muscular.

Recordando, la hidrólisis del ATP nos da:

ATP + H2O à ADP + Pi + 7.3 Kcal

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Sin embargo, el musculo contiene una cantidad de energía limitada, la concentración


de ATP en el interior de las células es de 5-6 μmoles por gramo de fibra muscular, la
cual sólo aporta energía para contracciones intensas durante aproximadamente 2-4
segundos como se había visto en el tema pasado de vías de obtención energética. Para
que sea posible mantener la actividad muscular, después de estos primeros segundos,
es necesario que se siga formando continuamente nuevo ATP. Esto lo realiza el cuerpo
gracias a la ruptura de moléculas más complejas. (Javier Gonzalez Gallego, 2006).

Las moléculas complejas a las que nos referimos son los sustratos energéticos que
utiliza cualquier otra célula, incluyendo los miocitos, es decir, hidratos de carbono,
grasa, proteína y además el creatinfosfato o fosfocreatina.

Para recordar, citamos los distintos sistemas energéticos que permiten obtener ATP los
cuales abarcamos en la semana uno.

Creatinfosfato muscular

El Creatinfosfato es un compuesto químico, que posee un enlace fosfágeno de alta


energía, el cual se descompone en el ión fosfato y creatina, y al hacerlo libera grandes
cantidades de energía, es por ello que el creatínfosfato puede brindar con mayor
facilidad, y en fracciones de segundos, la reposición de ATP durante el trabajo
muscular, por tanto, toda la energía almacenada en la fosfocreatina muscular queda
inmediatamente a disposición del músculo para contraerse. (Pérez, 2013).

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Como se mencionó entonces, la fuente energética de reposición continua durante el


trabajo muscular es el creatinfosfato o fosfocreatina (PCr), se encuentra en
concentraciones 5-6 veces mayor que el ATP (25-50 moles por gramo de músculo). Su
concentración esta en equilibrio con la de ATP, y permite obtener rápidamente ATP
mediante la fosfoliración del ADP presente, sin necesidad de oxígeno. El decir la
energía de la PCr se cede al ADP y éste es el que finalmente permite la contracción
muscular, quedando creatina libre.

ADP + PCr à ATP + Cr

Produce energía para mantener la contracción muscular durante un periodo entre los
10 y 15 segundos, suficientes para una carrera de 100 metros por ejemplo, así que la
energía aportada por el sistema del fosfágeno en general se emplea en descargas
máximas y breves de fuerza muscular. (Pérez, 2013).

Durante los primeros segundos de una actividad muscular intensa, como un sprint, el
ATP se mantiene a un nivel relativamente constante, pero la concentración de PCr
disminuye rápidamente. Sin embrago, al llegar al agotamiento, tanto ATP como PCr
presentan niveles muy bajos y son incapaces de seguir manteniendo la contracción
muscular adicional. La recarga de creatina (Cr) para formar de nuevo PCr sólo se hace
a partir de ATP “neo” formado, por lo que la célula debe de poseer dicha disponibilidad
metabólica: energía o ATP procedente del combustible alimentario o estar en
recuperación o relajación muscular (Javier Gonzalez Gallego, 2006)., es decir, comer o
descansar.

A este sistema, como ya se había mencionado algunos temas atrás, también se le


denomina sistema anaeróbico aláctico, dado que la utilización de la fosfocreatina
implica una re síntesis de ATP mediante reacciones en las que no interviene el oxígeno
y no produce productos de desecho tales como el ácido láctico.

Recuperación del sistema de los fosfágenos después del agotamiento posterior a la


actividad física:

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Según analizamos en el texto anterior, toda la energía contenida en este sistema


metabólico, se puede agotar casi por completo en un tiempo promedio de 10-15
segundos de actividad física intensa, sin embargo el sistema del glucógeno y el ácido
láctico puede reponer 2.5 mol de ATP por minuto, y el sistema aerobio lo hace a un
ritmo de 1 mol de ATP por minuto. Por lo que desde la teoría los 2 sistemas energéticos
antes mencionados restituirían por completo el sistema del fosfágeno en un plazo
aproximado entre los (15-30 segundos) después de su total agotamiento, lo que
significaría, que el sujeto puede realizar una actividad de máxima intensidad similar a
la ejecutada en un plazo menor a un minuto después de finalizada la primera, pero en
la práctica esto no funciona así, porque los sistemas de restitución del fosfágeno en
estas condiciones lo hacen de manera forzada. Teniendo en cuenta esto, se
recomienda trabajar con intervalos de descanso entre 3 y 5 minutos, favoreciendo la
restitución completa de este sistema energético. (Cortada, 2016).

Figura. Sistemas energéticos y su duración en el tiempo.

Sistema del ácido láctico

El sistema del ácido láctico, también denominado anaeróbico láctico, no depende de


oxígeno. Utiliza como sustrato energético el glucógeno muscular, que mediante la
glucogenólisis se obtiene glucosa, la cual es metabolizada por vía anaeróbica (sin
presencia de oxígeno) conduciendo a la formación de ácido láctico (glucólisis
anaeróbica).

En condiciones normales, el sistema del glucógeno y él ácido láctico brindan de 30 a


40 segundos de actividad muscular máxima. A esto le sumamos los 10-15 segundos
que aporta el sistema fosfágeno, obtenemos entonces el tiempo aproximado en que
oscila el metabolismo anaerobio.

Glucosa (C6H1206) à 2 Ácido Láctico (C3H6O3) + 2 ATP

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Un inconveniente de este sistema energético, además de su baja rentabilidad


energética, es la generación y acumulación de ácido láctico en los músculos y líquidos
corporales. El ácido láctico, al ser una molécula ácida, reduce el pH muscular,
afectando a la contracción del músculo y a la actividad de las enzimas implicadas en la
glucogenólisis.

Recuperación del sistema del ácido Láctico después del agotamiento posterior a la
actividad física:

El seguir utilizando éste sistema como fuente de energía está condicionado por la
tolerancia al ácido láctico que posea el sujeto en sus músculos y líquidos corporales,
recordemos que el ácido láctico produce fatiga extrema, limita el rendimiento y el
empleo del propio sistema para seguir obteniendo energía. El tiempo de restitución del
sistema energético glucógeno – ácido láctico entonces depende de la capacidad que
tenga el deportista para eliminar el ácido láctico de su cuerpo, por lo general este
proceso tiene lugar en un tiempo entre los 20-30 minutos. (Cortada, 2016).

Sistema aeróbico u oxidativo

El sistema aeróbico u oxidativo, implica la utilización de oxígeno, se pueden metabolizar


además de hidratos de carbono (glucólisis aeróbica), grasa y proteína (incluso alcohol
cuando se encuentre presente), como productos finales generan CO2 y H2O, además
urea cuando se metaboliza proteína. Este sistema es el más rentable desde el punto
de vista energético.

Es un mecanismo de provisión energética lenta. Lo más destacable es la gran


capacidad de aporte energético, la cual depende de las reservas de substratos
oxidables, especialmente grasa. La utilización de glucógeno o grasa dependerá del
nivel de entrenamiento previo, cuanto más entrenado este el deportista, más
rápidamente se utilizara la grasa como combustible para la contracción muscular (luego
de algunos minutos), caso contrario se recurre a este combustible luego de agotado el
glucógeno (45- 60 minutos aproximadamente). (Javier Gonzalez Gallego, 2006).

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Utilización de la glucosa: la utilización de la glucosa en éste sistema supone la


combustión completa de la molécula de glucosa en la mitocondria mediante la
participación de sus intermediarios metabólicos en el ciclo de Krebs y la transferencia
de sus electrones por la cadena respiratoria (Glucólisis à Acetil CoA à Ciclo de krebs
à cadena respiratoria). El proceso conlleva la descomposición hasta CO2 y H2O
(subproductos que, a diferencia del ácido láctico no modifican el pH y no ocasionan
fatiga) y producen 38 ATP por mol de glucosa (es decir, es 19 veces más rentable que
la vía anaeróbica). La capacidad energética potencial de los depósitos de glucógeno
por esta vía es de 1.055 kcal, partiendo de aproximadamente 270 g de glucógeno
muscular. (Javier Gonzalez Gallego, 2006).

Glucosa + 6 O2 à 6 CO2 + 6 H2O + 38 ATP

Utilización de la grasa: Los ácidos grasos entran en la vía metabólica de la beta-


oxidación mitocondrial, que conlleva la producción de Acetil CoA y su entrada en el ciclo
de Krebs. Se pueden producir hasta 9 moléculas de ATP por cada átomo de carbono
que integre el ácido graso (ej. el ácido palmítico (de 16 carbonos) genera 130 moléculas
de ATP en su combustión o el ácido esteárico (de 18 carbonos) genera 147 moléculas
de ATP en su combustión), mientras que la glucosa tan sólo aportaba 6 moléculas de
ATP por átomo de carbono oxidado (Cortada, 2016).

La capacidad energética potencial de la grasa corporal depende de la cantidad de


reserva que se tenga, a su vez, la reserva de grasa depende de factores como: el sexo,
la edad y el propio deportista. El promedio de grasa de un hombre comúnmente varía
entre el 15-18% y la mujer una media de 25-28%, pero según el deporte que realice se
tienen reservas corporales de grasa distintas, por ejemplo un varón corredor de maratón
llega a tener hasta un 5% de grasa corporal.

Por ejemplo, tomando como referencia 8,4 kg de grasa, el valor calórico que representa
es de aproximadamente 75.000 kcal. Como podemos ver, la capacidad potencial de la
grasa corporal, supera con mucho la capacidad física del ejercicio en ejecución
continua, sobreviniendo la fatiga mucho antes de agotarse los depósitos de grasa.

Al hablar de fuente energética grasa, se incluye no sólo la del depósito adiposo,


movilizado a sangre en forma de ácidos grasos que alcanzan el músculo para ser
metabolizados (lipólisis), sino los propios triglicéridos musculares y los ácidos grasos
sanguíneos. En ejercicio aeróbico intenso el papel de los triglicéridos musculares es
fundamental, mientras que cuando es ligero tienen una gran importancia los ácidos
grasos provenientes de la lipólisis adiposa.

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Utilización de las proteínas: Su capacidad potencial de provisión de energía también es


alta pero menor que la de la grasa. La utilización de la proteína como fuente energética
es escasa (no supera el 5% de los requerimientos energéticos celulares). Mientras
mayores sean las reservas de carbohidratos y lípidos, menor es la participación de la
proteína en el metabolismo energético por medio de la gluconeogénesis.

A continuación se presenta a manera de esquema, los tres sistemas energéticos para


su comprensión y comparación según lo revisado anteriormente.

SISTEMA DE SISTEMA ÁCIDO


CARACTERÍSTICAS SISTEMA OXIDATIVO
FOSFÁGENO LÁCTICO
Metabolismo Anaeróbico Anaeróbico Aeróbico
Metabolitos de
- Ácido Láctico CO2 y H2O
Desecho
Velocidad de
Muy rápido Rápido Lento
implementación
Glucógeno, grasa y
Sustrato energético Creatinfosfato Glucógeno
proteína
Capacidad energética
0.6 1.2 Ilimitada
(moles de ATP)
Alta potencia. Mínima Alta potencia. Duración Duración prolongada o
Modalidad deportiva
Duración corta de Resistencia
Velocidad de provisión
de energía (moles 3.6 1.6 1
ATP/min)
(Javier Gonzalez Gallego, 2006)

Cociente respiratorio y liberación de energía

El cociente respiratorio (CR) es la relación entre el consumo de oxígeno y la producción


de dióxido de carbono (CR = CO2 / O2). Éste índice permite valorar el sustrato
energético utilizado para la re síntesis de ATP y para evaluar la mezcla metabólica
utilizada en reposo o durante el ejercicio. Cada macromolécula tiene un coeficiente

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respiratorio dado que está en función del oxígeno necesario para su metabolismo y la
producción de CO2 como producto final.

Hidratos de carbono: La oxidación aeróbica de los hidratos de carbono da lugar al


consumo de 6 moles de oxígeno y a la producción de 6 moles de dióxido de carbono,
por lo tanto si se utilizan los hidratos de carbono como fuente energética el cociente
respiratorio será de 6CO2/ 6O2 = 1.

Es posible calcular el número de calorías liberadas al producir la combustión de un litro


de oxigeno conjuntamente con los hidratos de carbono. Un mol de glucosa (180g) libera
686 kcal (1 g de hidratos de carbono = 4 kcal) y utiliza 135 litros de O2 (cada mol de O2
equivale a 22.1 litros). El equivalente calórico de cada litro de O2 será entonces de
686/135= 5.05 kcal. Es decir un litro de O2 utilizado en la combustión de los hidratos
de carbono liberará 5.05 kcal aproximadamente.

Lípidos: Los lípidos producen menos CO2 en relación al volumen de oxígeno (VO2).
Por ejemplo en la combustión de un mol de ácido palmítico se generara 16 moles de
CO2 y se utilizan 23 moles de O2. El cociente respiratorio será en este caso de 16 CO2/
23 O2= 0.7; normalmente se toma en cuenta el CR de 0.7 para los lípidos como un
promedio, teniendo en cuenta que este valor varía de 0.69 hasta 0.73 en relación a la
longitud de la cadena de carbono que caracteriza al ácido graso.

Un mol de ácido palmítico (256 g) libera 2,455 kcal (el valor calórico de 1 g de ácidos
grasos es de 9 kcal) y requieres 517 litros de O2. Esto quiere decir que cada litro de
O2 utilizado para la combustión de los lípidos dará 2,455/417= 4.7 kcal. Los lípidos
necesitan más O2 para liberar la energía que contienen y son por lo tanto, menos
rentables que los hidratos de carbono. No obstante, tienen otras ventajas, como su
mayor valor calórico o el hecho de que no retienen agua.

Proteínas: Se puede saber la cantidad de proteínas degradadas si se mide la cantidad


de nitrógeno (urea) en la orina, aunque durante la actividad física también aumenta la
liberación de urea por el sudor y heces fecales y se deberían tener en cuenta éstas
pérdidas de igual manera.
Cada gramo de nitrógeno en la orina indica que se ha oxidado 6.25 gramos de
proteínas y que se han producido aproximadamente 4.8 litros de CO2 y consumido 6
litros de O2. Sabiendo, por tanto, los gramos de nitrógeno en orina se pueden conocer
los litros de O2 utilizados y los de CO2 producidos por la oxidación de proteínas. El
coeficiente respiratorio fijado para las proteínas es de 0.82.

Utilización del combustible energético

La utilización aeróbica y anaeróbica de los sustratos oxidables van a depender de


distintos factores como: la intensidad del ejercicio y el nivel de entrenamiento.

Individuo no entrenado

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En el caso del individuo no entrenado el consumo de oxigeno parte de un nivel de


reposo (alrededor de 0.25 L/min). A medida que el ejercicio avanza y que se incrementa
su intensidad, el consumo de oxigeno aumenta también paulatinamente, y llega un
momento en que se alcanza el consumo de oxígeno máximo, en donde a mayor
esfuerzo, no puede hacer un mayor consumo de oxígeno, pues se ha llegado al límite
fisiológico. Este valor de VO2max puede ser de 4 a 4.5 L/min para una persona no
entrenada. (Javier Gonzalez Gallego, 2006).

De igual manera, el ácido láctico, medido por su nivel en sangre, empieza a elevar su
nivel muy ligeramente al principio, lo que es lógico ya que como antes se indicaba
existe producción de ácido láctico aunque el metabolismo sea básicamente aeróbico.
Pero llega un punto en donde ya se produce un evidente aumento del ácido láctico.
Este punto es llamado umbral anaeróbico, el cual se alcanza cuando el VO2 es
aproximadamente el 65% del VO2max.

La producción de ácido láctico generara una elevada lacticidemia, que puede hacer
disminuir el pH sanguíneo desde el valor normal de 7.35 hasta 7, lo que produce fatiga
muscular, de tal modo que esfuerzos superiores o mantenidos no es posible de llevar
a cabo hasta que el ácido láctico de músculos y sangre no se metabolice
aeróbicamente en hígado para producir glucosa o en musculo cardiaco y otros tejidos
(excepto neuronas y hematíes).

Individuo entrenado:

En el individuo entrenado, el volumen de oxigeno inspirado en reposo es superior y


sobre todo lo que aumenta es el VO2max, que puede llegar a ser un 20% mayor al de
un individuo no entrenado. Asimismo, los niveles sanguíneos de ácido láctico muestra
el umbral anaeróbico más tardíamente y a niveles de consumo de oxigeno más
cercanos al VO2max (hasta 80-85%). Es por eso que el umbral anaeróbico y el
aumento de la capacidad aeróbica es el mejor índice en cuanto a la capacidad de
mantener un determinado nivel de intensidad de ejercicio.

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Figura. Consumo de oxígeno y niveles de ácido láctico en sujetos entrenados y no
entrenados


Control hormonal de la utilización del combustible energético

Muchas hormonas juegan un papel crucial regulando la utilización de sustratos


energéticos.

La concentración sanguínea de glucosa en el ejercicio depende del equilibrio entre su


liberación hepática y captación muscular. El glucagón, es una hormona que se
incrementa durante el ejercicio y que promueve la glucogenólisis y la gluconeogénesis
hepática, y también aumenta la liberación de catecolaminas, que contribuyen también
a la estimulación de la degradación del glucógeno. (Cortada, 2016).Es la hormona
contrareguladora de la insulina.

El incremento en la secreción de cortisol estimula el catabolismo proteico, poniendo a


disposición aminoácidos para la gluconeogénesis, y la hormona de crecimiento
disminuye la captación celular de glucosa, contribuyendo a mantener sus niveles
sanguíneos.

Aunque los niveles de insulina disminuyen durante el ejercicio, existe un aumento de


la sensibilidad de las células musculares a la misma, produciéndose una estimulación
de su captación muscular.

Los ácidos grasos almacenados en forma de triglicéridos se liberan por medio de la


lipasa adiposa, enzima que es estimulada por cortisol, catecolaminas y hormona de
crecimiento. Las concentraciones plasmáticas de estas hormonas se incrementan con
la progresión del ejercicio, estimulando la lipolisis. (Javier Gonzalez Gallego, 2006).

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2.2 Sistemas Energéticos Utilizados en Función de la Modalidad Deportiva

La utilización de los sustratos independientemente de cada individuo, se relaciona con


el tipo de actividad física y especialmente con dos factores: intensidad del ejercicio y
duración, las cuales se condicionan entre sí. Es decir, a una intensidad grande la
duración tiene que ser obligatoriamente pequeña, mientras que con intensidades bajas,
el ejercicio se puede mantener por más tiempo.

Los sistemas energéticos se pueden englobar de la siguiente manera:

a) Ejercicios de máxima intensidad y mínima duración (menos de 30


segundos).

Carreras de velocidad de 100 y 200 metros lisos, saltos, pesas, golpes de tenis, de
fútbol, de golf, lanzamiento de peso, etc., utilizan única o en gran medida el sistema del
creatinfosfato, capaz de suministrar en poco tiempo una gran cantidad de energía. En
promedio, la velocidad máxima de provisión de ATP por este sistema es de 3,6 moles
de ATP/min y un total de suministro de ATP de 0.6 moles, lo que hace que este sistema
(fosfágenos) se agote rápidamente (10 segundos).

b) Ejercicios de menor grado de intensidad y mayor duración (30 segundos a


1,5 minutos).

En ejercicios tales como carreras de 400 metros, pruebas de natación de 100 metros,
etc., se utiliza, además del sistema de fosfágenos, el del ácido láctico. Este último
presenta una velocidad de provisión de 1,6 moles de ATP/min, que es bastante menor
que la de creatinfosfato, pero suficientemente elevada como para satisfacer la velocidad
de demanda energética de los deportes con demanda de energía por hasta 30
segundos.

c) Ejercicios de menor intensidad y duración (1,5 minutos a 3 minutos).

En carreras de 800 metros lisos, pruebas gimnásticas, boxeo (asaltos de tres minutos),
lucha (asaltos de dos minutos), etc., además del sistema del ácido láctico, ya puede
operar el sistema aeróbico. Este último presenta una velocidad máxima de suministro
energético de 1 ATP/min y una capacidad máxima de provisión calórica prácticamente
ilimitada.

d) Ejercicios de baja intensidad y duración superior a tres minutos.

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En este tipo de ejercicios, con ejemplos como la marcha, esquí de fondo, pruebas de
natación de distancia media y fondo, maratón, etc., cuyo sistema predominante es el
aeróbico.

2.3 Metabolismo energético y tipos de fibras musculares

El tema se encuentra expuesto en la unidad 1 el apartado 1.3. Únicamente para


recordar… desde el punto de vista de la utilización energética se puede, distinguir tres
tipos de fibras:

Tipo I. Fibras rojas de contracción lenta y metabolismo aerobio.

Estas utilizan fundamentalmente el sistema aérobico para obtener energía. Contienen


buenos depósitos de glucógeno y triglicéridos, siendo capaces de usar los ácidos
grasos como fuente mayoritaria de energía. Por ello, estas fibras son las que actúan
predominantemente en las actividades deportivas de resistencia.

Tipo IIa. Fibras rojas de contracción rápida y metabolismo aerobio y anaerobio.

Poseen características similares a las tipo I, pero también presentan capacidad


glucolitica anaeróbica (sistema del ácido láctico), como las fibras tipo IIb.

Tipo IIb. Fibras blancas de contracción rápida y metabolismo anaeróbico.

Son fundamentalmente fibras que utilizan el sistema del ácido láctico y del fosfágeno.
Sus elevadas contracciones de ATPasa les permiten degradar rápidamente el ATP con

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fine contráctiles. Poseen asimismo altas concentraciones de glucógeno que utilizaran


la vía del sistema del ácido láctico. (José Mataix Verdú, 2012).

2.4 La fatiga muscular

La fatiga es un estado funcional orgánico transitorio y reversible, expresión de una


respuesta de índole homeostática del organismo. Tiene un significado protector, como
mecanismo de defensa ante las lesiones irreversibles y lesiones deportivas, como una
alarma del cuerpo que busca prevenir la realización de esfuerzos por encima de sus
límites.

Se activa ante el deterioro de determinadas funciones orgánicas y celulares, se origina


secundario al fracaso de los dispositivos orgánicos para adaptarse a las condiciones
requeridas por un trabajo, su objetivo es evitar las consecuencias adversas derivadas
de una práctica físico-deportiva excesiva.

Por el tiempo de aparición se pueden distinguir tres tipos de fatiga:

- La fatiga aguda.
- Fatiga subaguda
- La fatiga crónica.

La fatiga aguda

Es la que se origina durante la realización de una actividad física, entrenamiento o


competición, produciendo disminución del rendimiento. Afecta a un grupo muscular o a
todos los músculos del cuerpo.

La fatiga subaguda

Se conoce también como sobrecarga. Se produce por niveles de entrenamiento


relativamente altos que exceden el nivel de tolerancia muscular. Aparecen alteraciones
inflamatorias más o menos intensas entre las 8 y 72 horas después del sobreesfuerzo.

La fatiga crónica

Se conoce como síndrome de sobreentrenamiento, aparece cuando hay un


desequilibrio entre el entrenamiento, la competición y el descanso por más de 72 horas.
Necesita un mayor tiempo de recuperación, ocasiona un estado permanente de fatiga
que conduce al deterioro del rendimiento. (Cortada, 2016).

La forma de deducir experimentalmente si la fatiga observada es crónica se efectúa


mediante la electromiografía y/o la dinamometría.

Mecanismo de aparición de la fatiga

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Los principales mecanismos de aparición de la fatiga se relacionan con la acumulación


de metabolitos, depleción de sustratos energéticos, modificaciones hidroelectrolíticas,
afectación de la captación de aminoácidos y alteraciones enzimáticas. (Javier
Gonzalez Gallego, 2006).

a) Acumulación de metabolitos

Uno de estos metabolitos, el amoniaco, se genera a partir del AMP (adenosín mono
fosfato) producido en el ejercicio intenso. El amoniaco inhibe el ciclo de Krebs, la
gluconeogénesis y la oxidación mitocondrial.

Los hidrogeniones aparecen como consecuencia de la formación de ácido láctico.


Reducen los potenciales de acción de la membrana muscular inhibe la fosforilasa y la
fosfofructoquinasa y limitan la liberación de ácidos grasos desde el tejido adiposo.

Finalmente, el fosforo inorgánico liberado por la degradación de ATP puede limitar la


producción de fuerza uniéndose a la cabeza de la miosina.

b) Depleción de sustratos

La depleción del creatinfosfato y del glucógeno muscular, cuyos depósitos son


limitados, pueden ser factores limitantes en la producción de energía para la
contracción.

c) Modificaciones hidroelectrolíticas

Se debe tener especial cuidado en cuando se realiza actividad deportiva a altas


temperaturas o en pruebas de muy larga duración, la perdida excesiva de agua puede
originar una disminución del volumen plasmático y la pérdida de iones (deshidratación),
una alteración del potencial de membrana y una afectación de la transmisión de los
impulsos nerviosos.

d) Deficiencia en la captación de aminoácidos

Los aminoácidos ramificados (valina, leucina e isoleucina) son aminoácidos esenciales


que, a excepción del resto de los esenciales se degradan en tejidos extra hepáticos,
fundamentalmente en el músculo esquelético. Durante ejercicios prolongados se ha
propuesto que la reducción plasmática de los aminoácidos ramificados respecto al
aminoácido aromático triptófano libre puede llevar a un incremento en la síntesis de 5-
hidroxitriptamina (serotonina) cerebral y a la aparición de la fatiga. La razón es un
desequilibrio entre aminoácidos ramificados y triptófano.

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e) Alteraciones enzimáticas

Cuando se reduce la síntesis de ATP en situaciones de fatiga, se produce la alteración


de una serie de enzimas que requieren también de ATP para su funcionamiento. Entre
ellas están la miosina ATPasa, relacionada con la bomba de Na+/K+, la hexoquinasa,
que degrada la glucosa o la Ca++ATPasa, implicada en la re captación de calcio por el
retículo sarcoplasmatico, por lo que el metabolismo intermedio donde participan estas
enzimas, se ve afectado.

Fatiga y rendimiento

Lo importante no es prevenir la fatiga ya que en algún momento aparecerá, lo


importante es la posibilidad de demorarla, lo que permitiría mantener el rendimiento en
las partes inicial y media de la prueba y, a pesar de ello, realizar un mayor esfuerzo al
final.

Una forma de retardar la fatiga es a través del entrenamiento. Por ejemplo, en los atletas
con un entrenamiento de resistencia se utiliza más grasa como combustible en lugar de
glucógeno y existe un ahorro de glucógeno que evita la depleción de sus reservas
musculares y hepáticas. Se puede trabajar de forma más intensa para no producir tanto
ácido láctico después del entrenamiento.
También interviene la adaptación al ambiente. Una aclimatación al calor ambiental
contribuye a reducir la hipertermia y la pérdida de electrolitos, por lo tanto retarda la
deshidratación. (Javier Gonzalez Gallego, 2006).

REFERENCIAS

Bioquímica y fisiología. (abril de 2014). tipos de fibras musculares. Recuperado el


noviembre de 2016, de http://www.bioquimicayfisiologia.com/2014/04/tipos-de-fibras-
musculares.html

Cortada, J. J. (Enero de 2016). Sustratos Energéticos. Recuperado el Noviembre de


2016, de https://jesusjuradocortada.com/2016/01/13/sustratos-energeticos-utilizados-
por-el-musculo-esqueletico-para-la-contraccion/

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