Patrones de Interacción Madre-Hijo en Niños Maltratados

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Revista Mexicana de Análisis de la Conducta

ISSN: 0185-4534
[email protected]
Sociedad Mexicana de Análisis de la Conducta
México

Vite, Ariel; López, Florente


Patrones de interacción madre-hijo en niños maltratados: un estudio observacional
Revista Mexicana de Análisis de la Conducta, vol. 30, núm. 2, diciembre, 2004, pp. 163-179
Sociedad Mexicana de Análisis de la Conducta
Guadalajara, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=59330203

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REVISTA MEXICANA DE ANÁLISIS DE LA CONDUCTA 2004 NÚMERO 2 (DIC)
MEXICAN JOURNAL OF BEHAVIOR ANALYSIS 30, 163-179 NUMBER 2 (DIC)

PATRONES DE INTERACCIÓN MADRE-HIJO


EN NIÑOS MALTRATADOS: UN ESTUDIO
OBSERVACIONAL
(MOTHER-CHILD INTERACTION PATTERNS IN MALTREATED
CHILDREN: AN OBSERVATIONAL STUDY)

ARIEL VITE Y FLORENTE LÓPEZ1


UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

RESUMEN

Se compararon las interacciones de díadas madre-niño con historia de mal-


trato físico y díadas madre-niño sin historia de abuso infantil en dos situacio-
nes: Académica y Juego Libre. Para ello se evaluaron el tiempo asignado a
diversas conductas por la madre y el niño, la distribución de las consecuen-
cias aplicadas por el adulto sobre las conductas negativas y positivas del
niño; y el tipo de relaciones de contingencia. Los resultados indican que, aun-
que las díadas con historia de maltrato muestran mayores índices de conduc-
ta aversiva, de intercambios aversivos y de instrucciones que su contraparte
control; los intercambios aversivos no muestran la extensión e intensidad
característica del proceso de escalamiento. Estos hallazgos se discuten en
el contexto de los modelos propuestos para la explicación de los patrones de
interacción en el maltrato físico infantil.
Palabras clave: Maltrato infantil, indiscriminación materna, coerción, re-
forzamiento social.

1. Favor de enviar toda comunicación relacionada con el artículo a Ariel Vite correo electrónico:
[email protected].

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164 ARIEL VITE Y FLORENTE LÓPEZ

ABSTRACT

We compared mother-child interaction patterns of dyads of maltreated ver-


sus nonmaltreated children under two observational conditions: Academic
and free-play. We evaluated the time assigned to different behavior catego-
ries by mother and child, the distribution of consequences by mothers over
aggressive and positive behavior of child, and the mother-child contingency
preferences. It was found that dyads with maltreatment background displayed
higher indexes of aversive behavior, aversive exchanges and instructions
than normal dyads. However, the scaling process as proposed by the coer-
cion theory was not observed. These findings are discussed in the context of
models oriented to the explanation of interactional patterns of children with
physical maltreatment background.
Keywords: Children maltreatment, maternal indiscrimination, interaction
patterns, coercion, social reinforcement.

En los últimos años, una línea de investigación sobre maltrato físico infantil
estudia la naturaleza interactiva de los procesos involucrados en esta proble-
mática y subraya la importancia del estudio de su desarrollo y mantenimiento
(Ammerman, 1990; Reid, Taplin y Lorber, 1981; Wolfe, 1987). Los resultados
de los estudios realizados bajo esta perspectiva coinciden en identificar una
serie de comportamientos en la participación de la madre y del hijo en situa-
ciones de interacción.
Con relación a la conducta materna, diversos estudios realizados tanto en
ambientes naturales (Boshua y Twentyman, 1984; Lorber, Felton y Reid, 1984)
como en condiciones de laboratorio (Oldershaw, Walter y Hall, 1986; Whipple y
Webster-Stratton, 1991), encuentran que las madres maltratadoras muestran
más conducta aversiva (Vg. regaños, desaprobaciones, gritos, amenazas) que
las madres no maltratadoras. No obstante, otra serie de estudios señalan que
la diferencia entre el comportamiento de estos tipos de madre no radica en su
conducta negativa, sino más bien en el aspecto positivo. En otras palabras,
las madres maltratadoras son menos positivas que las que no lo son. Sin
embargo, investigadores como Lahey, Conger, Atkenson y Treiber (1984) y
Boshua y Twentyman (1984) indican que no existen diferencias en los patrones
de comportamientos maternales positivos ni en los negativos. Otros estudios
reportan diferencias con relación a las instrucciones que las madres maltra-
tadoras proporcionan a sus hijos, encontrándose que éstas aplican el doble
de instrucciones que las madres normales (Cerezo, 1995; Cerezo, D´Ocon y
Doltz, 1996; Cerezo y D´Ocon, 1995; Oldershaw, y cols., 1986).
Por lo que concierne al comportamiento infantil, se señala que los ni-
ños maltratados generalmente muestran comportamientos hostiles y de ais-

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INTERACCIÓN EN NIÑOS MALTRATADOS 165

lamiento en relación con sus pares (Cerezo, 1995). Pero también en este
rubro se encuentran resultados discrepantes: mientras que un grupo de in-
vestigadores reportan altas tasas de conducta inadecuada (Vg. desobedecer,
repelar) otros estudios señalan que en niños maltratados (Cerezo y D´Ocon,
1995; Oldershaw y cols., 1986) no existen diferencias significativas entre
estos y niños sin problemas de maltrato (Burgess y Conger, 1978; Lahey,
y cols., 1984; Lorber, y cols., 1984; Whipple y Webster-Stratton 1991). Lo
mismo acontece con el comportamiento neutral o positivo: Si bien las tasas
obtenidas muestran de manera consistente bajos valores para los niños mal-
tratados, cuando se comparan con su contraparte, los niños normales, no se
encuentran diferencias significativas (Cerezo y cols., 1996).
A pesar de tales discrepancias, los hallazgos de la investigación han
permitido delinear propiedades de la regulación del comportamiento diádico
en este tipo de parejas. En general, se consideran los siguientes factores: (a)
Instrucciones: se dice que las madres maltratadoras carecen de habilidades
para imponer sus órdenes, emplean una tasa elevada de instrucciones sin
conseguir la obediencia del niño y, en consecuencia, provocan una serie de
secuencias instruccionales del tipo orden-oposición-orden-oposición que pro-
picia secuencias aversivas (Lorber y cols., 1984). (b) La conducta aversiva
(Vg. regañar, amenazar, humillar) característica de las madres maltratadoras,
está relacionada con tasas altas de conducta inadecuada por parte del niño
(Vg. desobedecer, conducta oposicional, agredir) (Lorber y cols, 1984; Older-
shaw y cols., 1986; Wipple y Webster-Stratton, 1991). (c) Conducta maternal
inapropiada, la cual se manifiesta tanto en relación con la conducta prosocial
del niño, como con la conducta negativa del mismo. De hecho, el comporta-
miento maternal inapropiado ha sido la variable más importante para clasi-
ficar a las madres con historia de maltrato físico (Cerezo y cols., 1996) y (d)
Cuando se evalúa la relación entre conducta maternal inapropiada y conduc-
ta inapropiada del niño se observa que, conforme se repiten estos episodios,
la probabilidad condicional de que la madre emita conducta inapropiada dis-
minuye significativamente después de la conducta inapropiada del niño.
Además de la caracterización anterior, existen otras consideraciones
que es necesario tomar en cuenta. En primer lugar, estos resultados han
sido obtenidos considerando un solo miembro de la pareja, ya sea la madre
o el niño, lo que proporciona una aproximación incompleta del fenómeno
bajo estudio. Por otra parte, en los pocos trabajos que han empleado una
perspectiva interaccional sus resultados señalan, de manera general, que
las madres maltratadoras se comportan en forma aversiva hacia sus hijos de
manera inoportuna. En otras palabras, sus intervenciones aversivas carecen
de relación con lo que el niño hace o dice. Esta condición sitúa al niño en
un contexto interactivo impredecible con importantes implicaciones para su
conducta, tales como un elevado riesgo de psicopatología y, en particular,

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166 ARIEL VITE Y FLORENTE LÓPEZ

de conducta antisocial (Cerezo y cols., 1996; Reid, y cols., 1981). Ante esta
situación se considera pertinente realizar estudios que incluyan a los dos
miembros de la díada madre-niño, a fin de conocer con mayor detalle cómo
se regulan sus intercambios y cuál es el manejo del reforzamiento positivo y
negativo en dichos intercambios.
Por las razones previas en el presente estudio se evalúa a las díadas
en una situación de interacción. El propósito específico fue comparar díadas
madre-niño con historia de maltrato físico y díadas madre-niño sin historia
de abuso infantil en dos situaciones, académica y juego libre. El objetivo fue
establecer si existen diferencias en el tiempo asignado a diversas conductas
por la madre y el niño, la distribución de las consecuencias aplicadas por el
adulto sobre las conductas negativas y positivas del niño; y el tipo de rela-
ciones de contingencia.
Se seleccionaron las dos condiciones de observación anotadas debido
a que se ha reportado que representan situaciones extremas en las interac-
ciones madre-niño. En la actividad de juego las madres son más didácticas
y verbales, se observan ajustes en las interacciones entre ambos y parece
propiciar un mayor involucramiento de la madre con sus hijos. Además, el
juego del niño parece ser alentado por la estructuración paternal debido a su
importancia educativa (Yogman, 1982, Pedersen, 1980; Power, 1985). Por
otro lado, en la situación académica, los intercambios son menos frecuentes
pero más conflictivos y se observa que los padres carecen de control sobre
la conducta del niño en la realización de la actividad (Levin, Levy-Shift, Appel-
baum-Peled, Katz y Komar, 1997; Rosemond, 1990).

MÉTODO

Participantes

Cinco díadas madre-hijo, con historia de maltrato físico, dos niñas y tres ni-
ños, y cinco díadas madre-niño sin historia de maltrato, dos niñas y tres ni-
ños, con un rango de edad entre los seis y los nueve años; con una media
de 7.8 años para el grupo de maltrato y una media de 7.6 años para el grupo
control. Las díadas con historia de maltrato físico infantil fueron canalizadas a
través de la Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER)
de la SEP y del DIF-Pachuca, por el equipo de profesionales encargados de
detectar, confirmar y canalizar a los niños con este tipo de problemática. Las
díadas sin historia de maltrato, determinadas como tal por el equipo de la
USAER, se seleccionaron de una escuela primaria oficial del sur de la ciudad
de México. En general, se intentó que ambos grupos fueran comparables en
términos de edad, género, escolaridad y nivel socioeconómico.

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INTERACCIÓN EN NIÑOS MALTRATADOS 167

Escenario

Cada grupo de díadas fue video grabado en escenarios diferentes. Para las
díadas con historia de maltrato físico infantil (Grupo Maltrato), las sesiones
de observación se realizaron en una cámara de Gesell del Centro de Servi-
cios Psicológicos de la Facultad de Psicología de la UNAM y en un cubículo
ex profeso del DIF-Pachuca. Dichos escenarios se acondicionaron con una
mesa de 80x80 cm. de una altura de 60 cm., dos sillas, juguetes diversos
(como muñecos, mecano, carros etc.), cuadernos para colorear y juegos de
mesa, para cada una de las sesiones.
Para las díadas sin historia de maltrato (Grupo Control) las sesiones de
observación se llevaron a cabo en el comedor familiar, contemplando los
mismos materiales que las díadas con historia de maltrato físico.

Materiales

Videocámara, video casettes de 8 mm, video reproductora VHS y televisión.


Juguetes diversos, cuadernos para colorear, juegos de mesa, trípode, pro-
grama de registro, y Systat

Procedimiento

Las grabaciones de las díadas se llevaron a cabo por medio de una cámara
de video sostenida por un trípode, colocado a tres metros de la mesa en la
cual se encontraban la madre y el niño, para el Grupo de Maltrato, y en la
esquina de la sala de la casa para el Grupo Control. Las diez díadas se ob-
servaron en 3 sesiones de 30 minutos, en dos condiciones de observación
con una duración de 15 minutos cada una. De esta forma, se obtuvieron un
total de 90 minutos de grabación, 45 por cada actividad, por cada díada. Las
condiciones fueron las siguientes:
ACADÉMICA. Esta condición se programó con actividades supervisadas
por la madre de acuerdo al nivel escolar de cada niño. De esta manera se
pidió a las madres que supervisaran la tarea que correspondiera a su hijo en
cada una de las sesiones a fin de que la elaboraran juntos.
JUEGO. En esta condición se dio la libertad al niño de elegir el tipo de
juego, (Vg. damas chinas, palitos chinos, serpientes y escaleras, lotería, me-
canos) dado que el objetivo de esta situación era observar las interacciones
de cada díada, sin algún tipo de regla o demanda en particular.
Estas actividades se programaron de tal manera que tres sesiones de
15 minutos fueron para la actividad académica y tres sesiones con la misma
duración para la de juego, efectuándose cada sesión de grabación en ese
orden.

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Sistema de Observación

La codificación del total de los videos de las díadas se realizó por dos ob-
servadores independientes, el registro fue de tipo continuo con estimados
en tiempo real. En una primera reproducción de los videos se registró la
conducta de la madre y, en una segunda, la del niño. Con ese fin se utili-
zó un programa de cómputo en lenguaje Pascal diseñado para este tipo de
estudios (Torres, Zarabozo y López, 1991) el cual posibilita la obtención de
archivos individuales con la duración de las categorías y su secuencia a lo
largo del tiempo de la sesión de observación. La codificación se realizó de
la siguiente manera: se aplicó el mencionado programa el cuál generaba un
archivo con las categorías y códigos de la misma. Para ello, se asignaba una
tecla numérica del teclado de la computadora a cada categoría. De acuerdo
al comportamiento observado se presionaba la tecla correspondiente, efec-
tuándose el conteo de la duración de cada categoría, este procedimiento se
continuó hasta finalizar con la sesión video grabada.

Catálogo Conductual

Se empleó un grupo de categorías utilizadas en el campo de investigación del


maltrato físico infantil y se realizó una conjunción selectiva de las categorías
propuestas en los trabajos de Amador, Pérez y Vite (1997), Mendieta y Vite
(2000) y Parra y Vite (2002). Además, con el fin de adaptar las definiciones
a las presentes condiciones de observación, se realizaron varias descripcio-
nes narrativas a partir de la observación de las video grabaciones de cinco
díadas elegidas al azar. Posteriormente, se analizaron dichas descripciones
y se conformó el catálogo conductual de la siguiente manera: El catálogo de
conductas de la madre incluyó las categorías de Razonamiento (Ra), Apro-
bar (Ap), Instrucciones (In), Amenazar (Am), Desaprobar (De), Regañar (Re),
Supervisar (Su), Reparar (Rp) y Otras (Ot). El catálogo de conductas niño in-
cluyó Obedecer (Ob), Desobedecer (Ds), Repelar (Re), Realizar la actividad
(Ra) y Otras (Ot). Véase el Apéndice 1 para la definición de las categorías.

Concordancia entre observadores

Se obtuvo un índice de concordancia entre observadores contrastando los


dos registros de los catálogos conductuales obtenidos por los observadores
independientes. Para ello se escogieron al azar un 30% del total de sesiones
tanto de la madre como del niño y de ambas condiciones, Académica y Jue-
go. El índice de concordancia entre observadores se obtuvo con el Coeficien-
te Kappa de Cohen (Bakeman y Gottman, 1989) que corrige los acuerdos
esperados por azar.

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INTERACCIÓN EN NIÑOS MALTRATADOS 169

Con dicho análisis se obtuvo una concordancia entre observadores de


las conductas de las madres maltratadoras de .76 a .82 en la situación aca-
démica y de .80 a .84 en la de Juego. La concordancia entre observadores
para las conductas de los niños con historia de maltrato fue de .80 a .86 en
la situación académica y de .86 a .90 en la de Juego. Por lo que respecta a
la concordancia de las madres del Grupo Control, esta fue de .82 a .91 en
la situación académica y de .79 a .96 en la de Juego y la de los niños del
Grupo Control fue de .85 a .92 en la situación académica y de .88 a .98 en
la de Juego.

Reducción de datos

Para llevar a cabo el análisis de los datos se realizaron los siguientes pasos;
en primer lugar los archivos en tiempo real fueron transformados en secuen-
cias de comportamiento, de acuerdo con un muestreo temporal segundo a
segundo. En segundo lugar, los dos archivos de datos obtenidos, uno de la
madre y otro del niño, fueron combinados en uno solo, de forma que una se-
cuencia de comportamiento fue la variable correspondiente a la madre y otra
al hijo. Estos datos fueron analizados por medio del paquete estadístico Sys-
tat, con el propósito de obtener tanto los tiempos dedicados por las madres
a los diferentes comportamientos considerados por el catálogo conductual,
como para determinar las interacciones madre-niño significativas.

Resultados

A fin de determinar si las madres de los grupos Control y Maltrato difieren en


la forma de participación en las situaciones Académica y de Juego se obtuvo
el tiempo asignado por la madre a cada categoría conductual. Las categorías
originales de Amenazar, Desaprobar y Regañar de la madre, fueron reagru-
padas en una sola: NEGATIVAS. Los valores obtenidos, segundos de com-
portamiento, fueron transformados en minutos.
Con los valores obtenidos se aplicaron evaluaciones ANOVA para cada
una de las categorías de la madre en un diseño mixto con Grupo como fac-
tor entre-sujetos y Condición como factor intra-sujeto. Se obtuvieron efectos
significativos en las categorías Instrucciones, Negativas y Supervisión. En
la primera se observaron efectos principales de Condición (F[1,8] = 14.27,
p<.01). En la segunda se observaron efectos principales de Grupo (F[1,8]
= 5.83, p<.05), Condición (F[1,8] = 6.20, p<.05) y de interacción Grupo por
Condición (F[1,8] = 9.93, p<.05). En la tercera, Supervisión; se encontraron
efectos principales de Grupo (F[1,8] = 5.82, p<.05). De lo anterior se puede
concluir que las madres dedicaron más tiempo a emitir Instrucciones en la
situación Académica que en la de Juego, pero que no hubo diferencias aso-

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170 ARIEL VITE Y FLORENTE LÓPEZ

ciadas a los grupos Control y Maltrato. Por otro lado, en lo que se refiere a la
categoría de Conductas Negativas, las madres del Grupo Maltrato dedicaron
mayor tiempo en la condición Académica que en la de Juego, mientras que
las madres del grupo Control lo hicieron en la misma medida en ambas condi-
ciones. También puede observarse que, en general, éstas últimas emplearon
menor tiempo en la categoría Negativas que las madres del grupo Maltrato.
Por último, la evaluación indica que las madres, en general, supervisaron
más al niño en la condición Académica que en la de Juego. En la Tabla 1, se
pueden consultar los detalles relacionados con estas comparaciones.

Tabla 1. Media del tiempo (en minutos) dedicado a cada una de las con-
ductas por las madres de los grupos Maltrato y Control en las condiciones
Académica y Juego. Entre paréntesis se presenta la desviación estándar.

Grupo maltrato Grupo control


Categorías Académica Juego Académica Juego
Razonamiento 0.33 0.91 1.95 1.13
(0.58) (0.46) (0.58) (0.46)
Aprobar 0.59 0.40 0.50 0.39
(0.29) (0.27) (0.29) (0.27)
Instrucciones 4.11 2.55 3.11 1.7
(1.5) (1.19) (1.5) (1.19)
Negativa 1.86 0.41 0.27 0.44
(0.33) (0.25) (0.33) (0.25)
Supervisar 24.3 17.38 32.98 39.04
(4.20) (5.55) (4.20) (5.55)

Con el propósito de conocer cómo los niños distribuyen las conductas Ac-
tivo y Aversiva (resultante de la combinación de Desobedecer con Repelar), a
través del tiempo, se llevó a cabo un procedimiento similar al del análisis an-
terior: se sumaron los tiempos, en minutos, dedicados a cada una de ellas.
Como en el caso de las conductas de las madres, se aplicaron evalua-
ciones ANOVA para cada una de las categorías del niño en un diseño mixto
con Grupo como factor entre-sujetos y Condición como factor intra-sujeto. Se
encontraron efectos principales de Condición para las categorías Obedecer
(F[1,8] = 7.17, p<.03) y Activo (F[1,8] = 14.96, p<.01). Las evaluaciones ante-
riores indican que los niños emplearon un mayor tiempo en la conducta Obe-
decer en la condición Académica que en la de Juego y que ocuparon mayor
tiempo en Activo en la condición de Juego que en la Académica. Ninguna de
estas diferencias se asoció con el factor Grupo. En la Tabla 2 se muestran
detalles estadísticos de estas comparaciones.

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INTERACCIÓN EN NIÑOS MALTRATADOS 171

Tabla 2. Media del tiempo (en minutos) dedicado a las conductas Obe-
decer, Aversiva y Activo por niños de los grupos Maltrato y Control en las
condiciones Académica y Juego. Entre paréntesis se presenta la desviación
estándar.

Conducta Situación Grupo maltrato Grupo Control


Activo Académica 29.1 34.79
(2.77) (2.77)
Juego 39.54 40.66
(2.31) (2.31)
Aversiva Académica 3.64 0.15
(1.66) (1.66)
Juego 0.56 0.01
(0.37) (0.37)
Obedecer Académica 1.46 0.52
(0.36) (0.36)
Juego 0.79 0.38
(0.29) (0.29)

Para complementar lo anterior, se evaluó el comportamiento de la ma-


dre consecuente a la conducta positiva y negativa del niño. En la Tabla 3
se observa que las madres maltratadoras emplean más comportamientos
negativos e instruccionales ante las conductas positivas y negativas infantiles
que las normales. Además, proporcionan menos razonamientos y más con-
secuencias negativas ante comportamientos positivos, como el de activo, de
sus hijos, respecto al empleado por las madres control.

Tabla 3. Media del tiempo (en minutos) del comportamiento maternal


contingente a la conducta infantil de los grupos Maltrato y Control en las con-
diciones Académica y Juego.

Conducta Materna

Conducta Positiva Negativa Instrucción Supervisar Razonamiento

Infantil Malt Cont Malt Cont Malt Cont Malt Cont Malt Cont

Obedecer 4.6 .8 8.2 .8 22.6 4.8 51.6 45.8 0 2.2

Aversiva 0 0 8.1 .6 51.2 3.6 14.8 91.3 22 .8

Activo 43 44.8 271.6 9.2 249.4 229.8 3701 8107.8 52 133.8

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172 ARIEL VITE Y FLORENTE LÓPEZ

Por último, con el propósito de evaluar el tipo de relaciones de contingen-


cia, es decir el efecto del reforzamiento y su papel en los intercambios de las
díadas, se realizó un análisis de la relación entre el comportamiento de las
madres y el de sus hijos. Para tal efecto se crearon matrices antecedente-
consecuente de la interacción madre-niño, con dicha matriz se efectuó un
análisis Log-lineal. Un primer paso fue determinar si la estructura de relacio-
nes es estable a través de los grupos y las condiciones. Los resultados obte-
nidos (X2 56 = 4852.78; p>.0001) rechazan el modelo de homogeneidad, por
lo que sugiere que el patrón de dependencias (conductas madre-niño) difiere
entre los grupos, y entre las situaciones (Académica y Juego).
Posteriormente, se realizó el análisis de los residuos estandarizados
para obtener los valores Z críticos (+1.96). De manera exploratoria, con tal
información se pueden determinar las transiciones significativas. Estas tran-
siciones son las que ocurren en un nivel por encima del esperado por el azar,
es decir, en las que se sugiere una relación de dependencia entre conducta
antecedente y conducta consecuente.
En la Figura 1, se presentan el diagrama de estado de las interacciones
de las díadas con historia de maltrato físico infantil y su grupo de control
en la situación académica. En las primeras, se observan tres patrones en
la actividad académica, en el primero se aprecia una probabilidad baja de
obediencia infantil ante los razonamientos, instrucciones, aprobación y des-
aprobación materna. Además, se observa también una baja probabilidad de
que ante dicho comportamiento del niño la madre proporcione razonamien-
tos y aprobación, pero una probabilidad alta de que la madre desapruebe la
desobediencia.
En el segundo patrón observado en el grupo Maltrato, se observa una
baja probabilidad de que el niño desobedezca cuando la madre le da alguna
instrucción, pero alta ante el regaño materno; cuando el niño desobedece
existe una alta probabilidad de que la madre proporcione instrucciones y baja
de regañarlo. Por lo que respecta al tercer patrón, se observa que cada vez
que la madre desaprueba el niño repela y una probabilidad alta de presentar
la misma conducta cuando la madre lo regaña. Cuando el niño repela se
presenta una alta probabilidad de que la madre supervise, así como cuando
este realiza la actividad (ver figura 1).
En comparación el grupo control, lado derecho de la figura, presenta dos
patrones de interacción madre-niño. En el primero se observan probabilida-
des moderadas de que ante la obediencia infantil, la madre responda con
razonamientos o aprobación y relativamente alta de que responda con ins-
trucciones. En el segundo patrón se presentan probabilidades moderadas
de que la madre proporcione razonamiento e instrucciones ante la desobe-
diencia infantil.
Por lo que respecta a la situación de Juego, en la Figura 2 se presen-

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Interacción en niños maltratados 39
INTERACCIÓN EN NIÑOS MALTRATADOS 173

Figura
Grupo 1.
maltrato Grupo control
Grupo Maltrato Grupo Control

Ra
.06
Ra
.07
Ap .20
.11
Ob In .65
.07
Ob
De .84
.13
Ap
.07

In .17

.84 Ds
.57
Re
.04

De Ra .57
1
Ds

Re .42 Re
In .52
.12

.85
Su Ra
.95

Figura 1.- Diagrama de estado de las conductas de las díadas de las dos
muestras en la condición académica. Conductas de la madre: Ra = Razona-
mientos, Ap = Aprobar, In = Instrucciones, De = Desaprobar, Re = Regañar,
Su = Supervisar. Conductas del niño: Ob= Obedecer, Ds= Desobedecer, Re
= Repelar, Ra = Realizar la actividad

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174 ARIEL VITE Y FLORENTE LÓPEZ
Vite & López 40

tan el diagrama de estado de los intercambios de las díadas con historia de


maltrato y su grupo de comparación. En este diagrama se aprecia, para las
Figura 2.
primeras,
Grupo una baja probabilidad de que el niño obedezca
Maltrato Grupoo desobedezca
control ante
la instrucción materna, y una moderada probabilidad de que el niño desobe-
dezca cuando la madre desaprueba la conducta desobediente.
Grupo maltrato Grupo control

.06 Ra
In Ob
.87 .44 Ob
.12

.97
In .55
De Ds
.50

.50 .18
Re Am Re
1

Figura 2.- Diagrama de estado de las conductas de las díadas de las dos
muestras en la condición de juego. : Ra = Razonamientos, In = Instruccio-
nes, De = Desaprobar, Re = Regañar, Am = Amenazar. Conductas del niño:
Ob= Obedecer, Ds= Desobedecer, Re = Repelar, Ra = Realizar la actividad

Por otra parte, ante la desobediencia infantil la madre observa una alta
probabilidad de proporcionar instrucciones (lo que también ocurre ante la
conducta de obedecer del niño) y, por último, cuando la madre desaprueba
se presenta una probabilidad moderada de que el niño repele.
En lo que concierne a las díadas control, emergen dos patrones interac-
tivos, en el primero se observan probabilidades moderadas de que ante la
obediencia infantil la madre responda con razonamientos o instrucciones. En
el segundo, se observa una probabilidad baja de que el niño repele ante una
amenaza materna, pero cada vez que éste repela la madre lo amenaza.

Discusión

El interés principal de este estudio fue determinar si existen pautas espe-

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cíficas de comportamiento que caractericen las relaciones madre-hijo con


antecedentes de maltrato del niño. Para ello, se compararon díadas sin an-
tecedentes de abuso físico infantil con díadas con antecedentes de maltrato
en condiciones que difieren en demandas normativas para el niño. Conviene
resumir los hallazgos en las tres fuentes de datos evaluados: Tiempo asigna-
do a las diferentes categorías conductuales por la madre y por el niño, dis-
tribución de tipo de consecuencias a las conductas del niño y dependencias
entre las conductas de la madre y del niño.
En el primer análisis se observó que las madres maltratadoras exceden
a las madres control en cuanto a los tiempos que invierten en conducta aver-
siva. Si bien el ordenamiento de las preferencias conductuales de la madre
es similar en los dos grupos, la diferencia radica en los valores absolutos de
tiempo dedicado a cada categoría conductual, particularmente en las de des-
aprobar, regañar e instrucciones. Respecto al análisis de las conductas de
los niños se observó que los niños de ambos grupos ocupan casi el mismo
tiempo en realizar la actividad tanto en la situación académica como en la de
Juego. En cuanto a la conducta aversiva (desobedecer y repelar), se apre-
cian diferencias en la condición académica en donde los niños con historia de
maltrato muestran un mayor tiempo en este tipo de comportamiento que su
contraparte control. Sin embargo, en la situación de Juego no se observaron
diferencias entre los dos grupos de niños en dicha conducta.
En cuanto al uso materno de consecuencias sociales, se observó que
las madres maltratadoras de preferencia aplican consecuencias positivas a
las conductas aversivas respecto a las conductas positivas del niño. Esta
incongruencia sugiere un proceso de indiscriminación materna. Nuestros da-
tos sugieren también que lo anterior es propio de las madres maltratadoras
puesto que las madres normales siguen una tendencia opuesta a la anterior
y, en particular, rara vez refuerzan conductas aversivas del niño.
Los resultados anteriores, en general, son similares a los obtenidos en
diversos estudios (Cerezo y cols., 1996; Boshua y Twentyman, 1984; Cerezo
y D`Ocon, 1995; Lorber y cols., 1984; Oldershaw y cols., 1986; Whaler y Du-
mas, 1986; Whipple y Webster-Stratton, 1995).
Por otra parte, un análisis central del presente estudio fue evaluar el in-
tercambio conductual en las parejas. Para ello se estudiaron las dependen-
cias entre la conducta de la madre y del niño y viceversa, es decir, relaciones
en que la presencia de una conducta de un miembro predice la ocurrencia de
una conducta particular del otro. Bajo estas condiciones se observó que las
díadas madre-niño con historia de maltrato físico se involucran más que sus
contrapartes control en intercambios aversivos (Vg. instrucciones-desobede-
cer, regañar-desobedecer, desobedecer-regañar, desaprobar-repelar, repe-
lar-desaprobar, regañar-repelar). Esto se manifiesta en ambas situaciones,
pero de manera más marcada en la situación de alta demanda (académica).

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Así mismo, en estas díadas se presentan probabilidades bajas de obediencia


del niño ante las intervenciones de la madre así como una alta tasa de ins-
trucciones maternales ante la obediencia infantil. Por otro lado, se observan
pocas conductas positivas tales como razonamientos, aprobaciones ante la
conducta de realizar la actividad y obedecer.
En comparación, el grupo de díadas sin historia de maltrato muestra un
patrón de intercambios más positivo en ambas situaciones, académica y Jue-
go, (Vg. obediencia-razonamientos, obediencia-aprobación, desobediencia-
razonamientos, desobediencia-instrucciones). Sin embargo, al igual que las
madres maltratadoras, emplean tasas altas de instrucciones. Además, pro-
vocan en el niño desaprobación cuando emplean amenaza y ante el repelar
responden con amenazas. A pesar de estos comportamientos no se obser-
van intercambios aversivos interdependientes.
De manera general, no obstante que las díadas madre-niño con historia
de maltrato físico se involucran más que las madres control en episodios de
coerción y castigan conductas positivas y refuerza negativas, no parecen
que propicien uno de los procesos explicativos del maltrato, el escalamien-
to (Patterson, 1982; Reid, 1983); Reid y cols., 1981), es decir en el análisis de
los datos generados, no se observaron intercambios aversivos, madre-niño
mayores de 18 segundos, que de acuerdo a Reid (1983) es el criterio para
propiciar un episodio de maltrato físico.
El análisis anterior lleva a plantear la existencia de un proceso, en el que
tanto el reforzamiento positivo como el negativo mantienen la conducta aver-
siva infantil. Por un lado una madre puede ceder u obedecer a las demandas
inherentes a la conducta oposicional del niño ante una instrucción. Por otro
lado, es posible que la madre pueda estar preocupada por otros asuntos aje-
nos al niño, y algunas veces dispense atención de manera azarosa a la con-
ducta del niño. Esta presumible condición de estímulos aversivos para el niño
puede ser terminada a través de una respuesta coercitiva, porque esta acción
es probable que sea seguido por un (predecible) contraataque materno.
Estos dos posibles procesos que toma el reforzamiento negativo, han
sido conceptuados como hipótesis de “obediencia” (Patterson, 1982) e “in-
discriminación materna” (Whaler y Dumas, 1986). Acorde con la primera, la
conducta instruccional materna genera ambientes en los cuales se mani-
fiesta conducta oposicional del niño y conducta aversiva de la madre. Esta
situación se mantiene hasta que la madre desiste en su demanda; es decir, al
ceder ante la conducta oposicional del niño la madre escapa de la situación
aversiva. La segunda, propone que la conducta materna errática y desatenta
genera un contexto interactivo, que para el niño es caracterizado como im-
predecible. Ante esto, la conducta desviada del niño logra tener la función de
obtener una respuesta más predecible de la madre.
Los hallazgos obtenidos apoyan la pertinencia e importancia que para

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INTERACCIÓN EN NIÑOS MALTRATADOS 177

la investigación del maltrato tienen los estudios observacionales. Por un


lado proporcionan evidencia respecto al proceso de interacción y, en conse-
cuencia, permiten evaluar las hipótesis propuestas respecto al proceso de
coerción que ocurre en el maltrato físico infantil. Por otro lado, los factores
inmediatos relacionados con el maltrato infantil se encuentran en las situa-
ciones de interacción cotidianas. Por consiguiente, el conocimiento de estos
procesos de interacción, permitirá contribuir con elementos importantes para
el diseño de estrategias de intervención para este tipo de población.

REFERENCIAS

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178 ARIEL VITE Y FLORENTE LÓPEZ

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APÉNDICE

Conductas de la madre

Razonamientos (RA): Verbalizaciones que señalan el por qué debe de reali-


zar o no una actividad, indicando sus consecuencias.
Aprobar (AP): Expresiones verbales aprobatorias y/o movimientos verticales
de cabeza que indican la aceptación de la conducta del menor.
Instrucciones (IN): Verbalizaciones que señalan la conducta que debe reali-
zar el niño.
Amenazar (AM): Verbalizaciones para conducir a través de consecuencias
aversivas la realización de una conducta.
Desaprobar (DE): Verbalizaciones y/o movimientos horizontales de cabeza
para condenar la conducta del menor.

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INTERACCIÓN EN NIÑOS MALTRATADOS 179

Regañar (RE): Verbalizaciones en tono de voz alto, para expresar disgusto o


enojo hacia la conducta del niño.
Supervisar (SU): Observar la actividad o conducta del niño, sin proporcionar-
le instigación física y/o verbal.
Reparar (RP): Verbalizaciones que indiquen el arrepentimiento de la madre
por alguna acción aversiva dirigida al niño.
Otras (OT): Cualquier conducta no contemplada en las anteriores.

Conductas niño

Obedecer (OB): Llevar a cabo la instrucción dada por la madre.


Desobedecer (DS): No llevar a cabo las instrucciones proporcionadas por la
madre.
Repelar (RE): Verbalizaciones que señalan contraposición a las instruccio-
nes de la madre.
Realizar la actividad (RA): Involucrarse de manera directa en la tarea en
cuestión.
Otras (OT): Cualquier conducta no contemplada en las anteriores.

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