Estudio Bíblico JOSUE

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Estudio bíblico: El libro de Josué - Introducción

Serie: Josué

Autor: David GoodingEmail: [email protected]

Reino Unido

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El libro de Josué - Introducción

Presentamos aquí las notas de los estudios sobre el libro de Josué que fueron impartidos por el querido hermano don David
Gooding en el centro de estudios bíblicos del Centenillo, en España, a un grupo de pastores de diferentes procedencias
durante el mes de noviembre de 2013. Ahora las compartimos por este medio con la confianza de que, con la ayuda del Señor,
también pueden ser de utilidad para otros hermanos.

La presencia y gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos nosotros al comenzar nuestros estudios sobre el libro de
Josué.

Vamos a dedicar este primer capítulo a orientarnos correctamente en el estudio de este importante libro del Antiguo
Testamento que es Josué.

Propósito del libro

1. Para salvación

Debemos comenzar considerando lo que Pablo nos dice en:

(2 Ti 3:14-17) "Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la
niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el
hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra."

Pablo afirma que las Escrituras del Antiguo Testamento pueden hacernos sabios para la salvación que es en Cristo Jesús. Por lo
tanto, necesitamos acercarnos al libro de Josué con la convicción de que es capaz de salvarnos. Al estudiar este libro, Dios
quiere añadir a nuestro conocimiento, pero además tiene la preocupación y el propósito de salvarnos. Si preguntáramos a Dios
por qué debemos preocuparnos en estudiar este libro de Josué, él nos contestaría que lo necesitamos para nuestra salvación.
La salvación en las Escrituras es un concepto amplio, no es una cosa que ocurre una vez y para siempre el día en que nos
convertimos, es un proceso que comienza en ese momento pero que continúa durante toda nuestra vida cristiana, y, por lo
tanto, debemos preguntarnos constantemente de qué manera lo que estamos aprendiendo nos ayuda en este sentido amplio
de la salvación, y aún más, cómo puede ayudar a otros para su salvación lo que nosotros predicamos.

2. Inspirado y útil

También notamos que Pablo, además de afirmar que toda la Escritura del Antiguo Testamento es inspirada por Dios, añade
que es útil. Y creer esto en nuestra sociedad moderna, y algunas veces en nuestras propias iglesias, puede requerir de cierto
coraje y convicción. Toda Escritura es útil, pero no sólo para creyentes en general, sino también para personas como Timoteo,
que tenían una posición de responsabilidad en la enseñanza de la Palabra de Dios en la Iglesia.

Así que tenemos que decir que el libro de Josué es útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a
fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

Claves para una interpretación correcta


En primer lugar, hemos de recordar que el libro de Josué fue escrito originalmente para sus contemporáneos, y, por lo tanto,
debemos usar toda la ayuda que podamos conseguir para asegurarnos de entender bien lo que esto implicaba originalmente
para ellos cuando fue escrito. Así que, cuando encontremos referencias geográficas o relatos de acontecimientos históricos,
tenemos que averiguar con cuidado lo que significan en su contexto histórico.

Por otro lado, aunque no sabemos quién era el autor de este libro, ni tampoco cuándo se escribió, sí que tenemos evidencias
de que fue escrito siglos antes de la venida de nuestro Señor Jesucristo. Por lo tanto, se dirigió a personas que no lo iban a
tratar de una forma tipológica, sino que lo iban a entender de manera literal, como un libro de historia y también de
exhortación. Y para comenzar, nosotros también vamos a acercarnos a este libro sobre la misma base histórica, bien que
finalmente podremos encontrar similitudes importantes con nuestra propia experiencia.

Veamos un ejemplo: A los primeros lectores del libro se les recordó que sus antepasados tuvieron que luchar para ocupar su
herencia puesto que había enemigos que se oponían a su entrada en la tierra prometida. Pero nosotros también, que vivimos
en esta época de la historia, encontramos que tenemos que pelear la buena batalla de la fe para poder poseer plenamente
todos los beneficios de la gloriosa herencia que Dios nos ha dado.

Diferencias con nuestro tiempo

Pero, aunque nos acerquemos en un principio al libro de Josué buscando su significado literal, para poder aplicárnoslo es
necesario observar que también hay diferencias muy importantes entre aquel periodo de la historia del pueblo de Dios y el
cristianismo actual en el cual vivimos. Veamos algunas de ellas.

1. El tipo de lucha

A los israelitas de aquel entonces se les mandaba organizar sus ejércitos, preparar sus armas y luchar, sin embargo, a nosotros,
como cristianos de este tiempo, se nos prohíbe explícitamente el uso de la espada, ya sea para defender la causa de Cristo o
para promocionar su reino. Las armas de nuestra milicia, dice Pablo, no son carnales, no son armas físicas (2 Co 10:3-6). De
hecho fue lamentable el día en que la iglesia cristiana se olvidó de ese claro mandamiento del Señor e intentó extender el
reino de Cristo mediante el uso de técnicas militares.

2. La ejecución de los juicios

En segundo lugar, a los israelitas de los tiempos de Josué se les mandó ejecutar los juicios de Dios sobre los habitantes de
Canaán, pero a la iglesia cristiana no se le pide hacer cosa semejante en este tiempo. Somos seguidores del Señor que dijo que
no había venido para juzgar al mundo, sino para que el mundo fuera salvo por él. Conocemos bastante de la historia cristiana
como para saber las atrocidades que se cometieron en el nombre de Dios cuando el cristianismo se olvidó de esto, cuando la
iglesia cristiana usó el poder civil para ejecutar a aquellos que consideraban herejes y cuando reunieron sus ejércitos para
luchar contra los turcos e infieles. Pero tal vez lo más triste sea recordar a algunos reformadores que también hicieron que el
Estado ejecutara a ciertos cristianos por negarse a que sus niños pequeños fueran bautizados, porque creían y practicaban el
bautismo de creyentes.

Es peligroso, por tanto, ignorar las grandes diferencias que hay entre la dispensación de la época de Josué y la de la iglesia
cristiana.

Temática

1. Una advertencia contra el sincretismo

Este libro repite para el lector moderno el mismo mandamiento divino que fue entregado a los antiguos israelitas: El
verdadero creyente no tiene que comprometerse con ningún tipo de idolatría pagana. En este sentido, conviene recordar
cómo Dios mandó al pueblo de Israel evitar los matrimonios con la gente pagana de alrededor, con la advertencia de que su fe
podría ser terriblemente trastornada por pensamientos y actos paganos. Y aún hoy en día, en la iglesia cristiana, necesitamos
estos serios avisos del Señor. De hecho, encontramos varios pasajes en el Nuevo Testamento que tratan de la misma cuestión.
Por ejemplo, a algunos de los convertidos en Corinto, que antes habían sido paganos, les surgían dudas sobre la actitud que
ahora debían tener frente a las prácticas anteriores de su religión pagana. El apóstol Pablo les contestó con la famosa
exhortación: (2 Co 6:14-17) "Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor".
Debemos entender, pues, que cualquier comunión o identificación con ritos paganos ataca los fundamentos de nuestra
relación con Dios, ya que la idolatría es una negación del único Dios verdadero y, por tanto, corrompe nuestra lealtad a Dios.
Por esto, las exhortaciones de Josué son tan importantes y esenciales para nosotros en el día de hoy como lo fueron entonces.

Además, nosotros sabemos ahora lo suficiente de la historia de la iglesia como para habernos dado cuenta de los desastres
que le sobrevinieron cuando dentro de sus cultos se incluyeron ciertas prácticas paganas. De hecho, este no es un problema
de la antigüedad únicamente. Por ejemplo, hace pocos años cierto arzobispo anglicano de Canterbury, después de una visita a
la India en la que quedó impresionado por la espiritualidad de los hindúes, regresó diciendo a la nación británica que había
llegado la hora de unirse con el hinduismo en la búsqueda de la verdad.

De hecho, se ha convertido en algo muy impopular decir en el día hoy que el Señor Jesucristo es "el camino, y la verdad, y la
vida y que nadie viene al Padre si no es por él" (Jn 14:6). A muchos les parece que eso denota una tremenda arrogancia, que es
un insulto hacia personas de otra fe, y que ese tipo de declaraciones puede llegar a provocar conflictos y enfrentamientos
entre la población, que deben evitarse procurando no hablar de esa manera ofensiva.

Por ejemplo, ocurrió recientemente en el Reino Unido que un grupo de evangelistas tuvieron una campaña y colgaron una
pancarta en el exterior de su capilla con estas palabras del Señor Jesús: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al
Padre, sino por mí". Un día, las autoridades locales telefonearon a esos hermanos advirtiéndoles que no volverían a darles
permiso para una campaña semejante, porque podría ocasionar conflictos civiles entre la población.

Y mientras contemplamos que en el tiempo presente el mundo se mueve hacia la unificación de una religión mundial, los
verdaderos creyentes tendremos que estar firmes en contra de todo tipo de sincretismo y ecumenismo, encontrando ayuda y
lecciones de valor incalculable en el libro de Josué.

2. Josué y Cristo

Aunque ya hemos dicho que se trata de un libro histórico y que sus primeros lectores no lo trataron de forma tipológica, sin
embargo, nosotros, que vivimos a este lado de la historia, tendremos inevitablemente que preguntarnos cuál es la relación
entre la persona de Cristo y la de Josué si queremos llegar a interpretar el libro de Josué de forma correcta y completa. En
otras palabras, hemos de adoptar un acercamiento cristológico a este libro. Voy a intentar demostrar lo que quiero decir
usando un ejemplo:

A Josué se le mandó introducir al pueblo de Israel en la herencia que Dios les había prometido por medio de Abraham.
Consideremos por unos momentos el pacto que Dios hizo con Abraham y que encontramos en Génesis:

(Gn 15:7-21) "Y le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra. Y él respondió: Señor
Jehová, ¿en qué conoceré que la he de heredar? Y le dijo: Tráeme una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un
carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino. Y tomó él todo esto, y los partió por la mitad, y puso cada mitad una
enfrente de la otra; mas no partió las aves. Y descendían aves de rapiña sobre los cuerpos muertos, y Abram las ahuyentaba.
Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él. Entonces
Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida
cuatrocientos años. Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. Y tú
vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha
llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí. Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno
humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos. En aquel día hizo Jehová un pacto con
Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Éufrates; la tierra de los
ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, los heteos, los ferezeos, los refaítas, los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los
jebuseos."

Este es el famoso pacto que Dios hizo con Abraham para darle a él y a su simiente la tierra de Canaán en herencia. Lo primero
que debemos observar es que estamos delante de un documento legal que ha de analizarse con cierta precisión. Y al hacerlo,
la primera pregunta que nos surge es: ¿Quién era la descendencia o "simiente" a quien Dios iba a dar esa herencia?

Para encontrar la respuesta debemos ir a lo que Pablo escribió a los Gálatas


(Ga 3:15-16) "Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida,
ni le añade. Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de
muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo."

Pablo afirma que cuando Dios hizo la promesa de dar la herencia a Abraham y a su simiente, la simiente en la cual Dios estaba
pensando era Cristo. Evidentemente este hecho tiene unas implicaciones muy amplias. La primera de ellas, y la más
importante, es que nadie tiene derecho a ocupar la tierra de Israel aparte de Cristo y que será imposible interpretar
correctamente el libro de Josué aparte de la persona de Jesús.

Otra consideración que se desprende es que la herencia prometida no fue dada a ningún israelita individualmente, ni tampoco
a una generación concreta de israelitas. De hecho, observamos a través de la historia que en muy pocas ocasiones ocuparon
los israelitas la tierra. Y esto tiene que ver con su actitud frente a la "simiente" y a aquellos que antes de él anunciaron su
venida (Mt 21:33-46).

Cuando pensamos en lo que le ocurrió a nuestro Señor Jesucristo cuando vino a este mundo para tomar posesión de su
herencia, es triste considerar que la respuesta de los israelitas fue la de expulsarle violentamente de su propio país, clavándole
en la cruz. Pero Cristo es el auténtico heredero y, por supuesto, va a tomar posesión de su herencia. Este mundo todavía no ha
visto el final de esta historia. Él va a regresar, posará sus pies sobre el Monte de los Olivos, reclamará sus derechos mesiánicos
y heredará esa tierra. Y no sólo Israel, sino el mundo entero, tal como nos dice el Salmo 2.

(Sal 2:7-8) "Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia
las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra."

Ahora nosotros nos regocijamos en nuestros corazones sabiendo que un día veremos al Señor viniendo de nuevo a este
mundo y contemplaremos con gozo cómo él tomará posesión no sólo de la tierra prometida a la simiente de Abraham, sino de
toda la tierra y del universo entero. Y, dicho sea de paso, nosotros que creemos en él, también heredaremos todo eso. Es
cierto que algunos creyentes piensan que la idea de tener una herencia terrenal no es un concepto muy espiritual, pero Cristo
sí que tiene interés en esa herencia, porque él es la simiente a la que se hizo la promesa. Pero es que además nos dice la
Escritura que cualquiera que es de Cristo, también es heredero de esa promesa:

(Ga 3:26-29) "Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de
Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois
uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa."

¿Entendemos el argumento? El término "simiente" en el contrato original se refiere a Cristo. Él va heredar el territorio; pero
vosotros que habéis sido bautizados en Cristo, habéis sido revestidos de Cristo, sois de Cristo y, por lo tanto, por así decirlo,
estáis dentro de Cristo, de manera que la herencia prometida a Cristo es compartida también por vosotros, que sois linaje de
Abraham y herederos según la promesa. De modo que nos interesa mucho este libro de Josué, porque tenemos parte en la
herencia que aquí se promete.

Sin embargo si nos acercamos al libro de Josué de esta forma cristológica, vamos a encontrarnos con algunas cuestiones y
preguntas, como por ejemplo: ¿Cuál es la relación entre esa herencia eterna que recibimos en Cristo y la herencia de la cual
tomó posesión Israel en los tiempos de Josué? Porque es sabido por todos los creyentes que, aunque Josué nos habla de cómo
él llevó al pueblo de Israel a su herencia, Cristo, sin embargo, nos introduce a una herencia mucho más grande y eterna.

Pensando en esto, encontramos que Pedro describe nuestra salvación usando intencionadamente términos que nos recuerdan
la herencia del Antiguo Testamento. Él nos dice en (1 P 1:18-19) que "fuisteis rescatados... no con cosas corruptibles, como oro
o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo" y añade un detalle que evoca deliberadamente la memoria de la primera pascua:
"... como de un cordero sin mancha y sin contaminación". Con esto está estableciendo una conexión entre la redención de
Israel de Egipto por medio de la sangre de corderos literales y la redención que ahora Cristo ha obtenido para nosotros por
medio de su propia sangre.

Pero añade también otros detalles interesantes. Por ejemplo, nos recuerda que, al igual que Israel fue llevado a Canaán para
tomar posesión de la herencia bajo el liderazgo de Josué, nosotros hemos renacido "para una esperanza viva, por la
resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los
cielos para vosotros" (1 P 1:3-4).
Sin embargo, aunque es cierto que Josué sí que dio reposo a los israelitas introduciéndolos en la herencia prometida, el
escritor de Hebreos hace notar que siglos después de que eso ocurriera, Dios comenzó a hablar de otro reposo:

(He 4:8-9) "Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día. Por tanto, queda un reposo para el
pueblo de Dios."

Se estaba refiriendo a algo que el salmista había escrito siglos antes:

(Sal 95:11) "Por tanto, juré en mi furor que no entrarían en mi reposo."

El argumento usado en Hebreos es el siguiente: Si Josué les hubiese dado un reposo completo y si ése fuera el descanso
definitivo que Dios promete, entonces no se hablaría de otro descanso siglos después. Y si Josué no cumplió en plenitud el
propósito divino de dar un reposo definitivo al pueblo, se deduce que queda otro reposo para el pueblo de Dios, un reposo
que no se cumplió en los tiempos de Josué.

Ahora bien, antes de continuar debemos preguntarnos varias cosas: ¿Cuál es la relación que existe entre el primer reposo en
los tiempos de Josué y el segundo reposo que queda todavía, según Hebreos? ¿Cuál es la relación que existe entre la sangre de
los corderos que redimieron a Israel y la sangre de Cristo mediante la cual nosotros somos redimidos?

Para buscar una respuesta vamos a examinar algo que dijo el Señor:

(Lc 22:15-16) "Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca! Porque os digo que no la
comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios."

En estos versículos, el Señor está enseñando que la pascua se iba a "cumplir". Y nuevamente surge una pregunta: ¿En qué
sentido se tenía que cumplir la pascua?

Cuando pensamos en la idea bíblica de "cumplir", con frecuencia tenemos en mente alguna predicción que tiempo después
llega a cumplirse. Por ejemplo, el profeta dijo que el Mesías nacería en Belén y el Nuevo Testamento nos enseña que esa
predicción se cumplió cuando Cristo nació en Belén. Zacarías predijo que el Mesías vendría montado sobre un borrico y que
entraría en Jerusalén y de nuevo los evangelios recogen el cumplimiento de esa predicción en Cristo. Y como en estos
ejemplos, así en muchas otras ocasiones.

Pero ahora, cuando pensamos en la pascua, no vemos cómo esto podría ser una predicción que requiriera un cumplimiento.
De hecho, la pascua era un evento histórico que Israel repetía año tras año. ¿En qué sentido se puede "cumplir" un evento
histórico del pasado? Pues bien, aquí nos tenemos que detener por unos momentos para analizar la relación entre estas dos
cosas. Y, para entenderlo mejor, yo utilizo la palabra "prototipo" en lugar del concepto más sencillo que describe el término
"tipo".

Por ejemplo, nosotros utilizamos la palabra prototipo en el lenguaje moderno para describir los primeros aviones que se
construyeron. Eran máquinas muy primitivas, pero que cumplían con el concepto básico de la aerodinámica y por lo tanto
lograban volar. Ahora, cuando los comparamos con los sofisticados aviones modernos, uno casi pensaría que no tienen nada
en común, y sin embargo, el mismo principio básico que permitió volar a aquella máquina primitiva es el que se expresa en un
nivel mucho más elevado en los aviones modernos. Y nosotros no decimos que el primer avión era un "tipo" de los aviones
modernos, sino un "prototipo". De la misma manera, nos referimos a la pascua original como un prototipo de la muerte del
Señor Jesucristo, porque en la primera pascua se expresó el mismo principio básico que en la cruz del Calvario: la redención de
la ira de Dios por medio de la sangre de una víctima inocente, aunque, por supuesto, en el Calvario ese principio se expresó en
un nivel mucho más elevado. En este sentido, pues, la pascua era un prototipo de la muerte del Señor Jesucristo.

Y ahora sugiero que la conquista de la tierra prometida por Josué y la entrada de Israel a su herencia eran un prototipo de la
gran herencia a la que nos lleva nuestro Josué, es decir, nuestro Jesús. Y, por lo tanto, podemos esperar encontrar los mismos
principios básicos en la conquista de Canaán durante la época de Josué que los que veremos luego en un nivel mucho más
elevado cuando Cristo nos lleve a nosotros a su gran herencia.

Pensemos ahora en otro ejemplo: ¿Fue el cruce del Río Jordán un prototipo? Y en caso de serlo, ¿de qué?
Algunos sugieren que representa el bautismo cristiano y para demostrarlo argumentan que éste va seguido de una vida de
"lucha contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales
de maldad en las regiones celestes" (Ef 6:12).

Para otros, como John Bunyan, el autor de "El Peregrino", se trata de una experiencia que tiene lugar en la vida del creyente
cuando llegamos al final de nuestra carrera y cruzamos el Jordán para entrar en nuestra "herencia incorruptible,
incontaminada e inmarcesible" de la que nos habla Pedro (1 P 1:4), pero mientras tanto estamos todavía en el desierto. Y,
finalmente, hay los que piensan que la cuestión de los prototipos es irreal y que aquel episodio podría servir para expresar
cualquier cosa que a uno se le ocurra, lo cual, por supuesto, es muy peligroso.

¿Con qué interpretación nos quedamos? Antes de nada, debemos recordar que contamos con la autoridad del Señor
Jesucristo, quien dijo que la pascua se cumplió en su muerte. Por lo tanto, la cuestión de los prototipos no es fruto de la
imaginación de nadie.

Por otro lado, el Nuevo Testamento nos confirma que dos cosas pueden ser verídicas simultáneamente a pesar de su aparente
contradicción. Por ejemplo, Pablo escribe en (Ef 2:6) que los creyentes estamos sentados juntamente con Cristo en los lugares
celestiales, y con esto no negamos el hecho de que estamos sentados aquí en la tierra y que no hemos entrado todavía
plenamente en nuestro reposo último y definitivo. Y además, que estando ahora ya sentados en los lugares celestiales, sin
embargo, todavía tenemos que luchar contra principados y potestades que están en las regiones celestes, según explica (Ef
6:12), porque en otro sentido aún somos peregrinos caminando hacia la ciudad celestial.

¿Y cómo podemos ordenar todo esto en nuestra mente? Pues tal vez estudiando en serio el libro de Josué como un prototipo
dado por Dios para ayudarnos a entender la salvación que tenemos en Cristo.

Ahora bien, podríamos argumentar que, si ya tenemos la realidad en Cristo, ¿por qué hemos de preocuparnos de prototipos
de Cristo en el Antiguo Testamento? O volviendo a la ilustración que utilizábamos antes: Si tenemos un avión moderno para
volar, ¿cómo nos puede ayudar el estudiar una máquina primitiva de esas que mencionamos antes? ¿Para qué preocuparnos
del estudio de Josué como creyentes hoy en día?

La repuesta sería que la entrada de Israel a la tierra prometida con Josué era algo que Dios planificó y realizó, y que no fue una
idea primitiva inventada por Josué o Moisés. Y que, por lo tanto, cuando Dios estaba inspirando el libro de Josué y explicando
cómo él hizo que el pueblo de Israel entrara en su herencia terrenal, Dios también sabía en aquel momento que más adelante
mandaría a su Hijo a nuestro mundo para llevarnos un día a una herencia mucho más gloriosa en el cielo.

No podemos creer que Dios llevó al pueblo de Israel a Canaán sin pensar por un momento en lo que iba a hacer más adelante
con su Cristo en este mundo y que a posteriori se le ocurrió que podía usar la historia de Josué como una ilustración. Por lo
tanto, estudiando este prototipo veremos que el diseño era deliberado por parte de Dios, no sólo para beneficiar a los
israelitas en aquel entonces, sino para servirnos a nosotros como ejemplo de la gran salvación que tenemos en el Señor
Jesucristo.

Y el mismo Dios que inspiró su palabra siglos atrás cuando escribió Josué, él mismo nos hablará a nosotros también por medio
de este libro. Y seguro que al ir adentrándonos en el estudio de Josué, no podremos por menos que pensar automáticamente
en el Señor Jesucristo. Dios lo sabe, porque fue él mismo quien diseñó aquellos acontecimientos como un prototipo para
nosotros. De esta forma este relato del Antiguo Testamento nos ayudará a entender más de lo que Dios ha hecho a nuestro
favor por medio de Cristo.

Antes de terminar esta introducción sobre el término técnico "prototipo", quisiera hacer un par de aclaraciones:

Primeramente, debo decir que al referirme a un hecho como un prototipo, en ningún momento estoy negando su realidad
histórica para convertirlo en una fábula. Así, por ejemplo, cuando me refiero a la entrada de Israel en Canaán, o cuando digo
que Moisés guardó la pascua en Egipto, o que el pueblo de Israel cruzó el mar Rojo, o que las murallas de Jericó cayeron y que
Rahab fue salvada por medio de la fe, en todos los casos me refiero a ellos como eventos históricos y experiencias personales
reales.

Al usar la palabra prototipo para hablar de estas cosas, lo que quiero decir es que el Dios que salvó a Israel en esos tiempos ya
tenía en mente una salvación mucho más grande que manifestaría en el futuro. Así que, el descanso que Josué dio al pueblo
de Dios en Canaán fue una experiencia auténtica, pero no era la etapa final de la salvación, la cual sólo encontraremos en
Jesucristo.

Entonces, al estudiar el libro de Josué debemos tener constantemente estas dos cosas en mente: Su experiencia fue genuina y
real, por lo tanto, podemos aprender de ella lecciones reales y prácticas para nuestra propia vida. Pero, a la vez, vamos a
encontrar que en muchos aspectos era un prototipo de la salvación que ahora tenemos en Cristo, la cual quedará reflejada e
ilustrada en nuestro estudio de este libro.

Aplicación de Josué

1. ¿Tiene por costumbre consultar al Señor y su Palabra, y actuar luego conforme a ella?

2. Josué recibió la exhortación de esforzarse y ser valiente. ¿Cuál cree usted que sea el significado de esa exhortación? Lea
Apocalipsis 21:8 y tome nota de lo que allí se dice en cuanto a los cobardes.

3. ¿Ha decidido usted a quién seguir? ¿Ha considerado lo que pudiera costar? ¿Qué lo llevaría a contemporizar con el
mundo? ¿Será posible hacerlo y no sufrir las consecuencias? ¿Valdrá la pena pagar el precio?

Aplicación final de Josué

1. ¿Cuáles son las verdades básicas de Josué?

2. ¿Cómo se aplican estas verdades a mi vida?

3. ¿En vista de estas verdades, qué cambios deberían hacer en mi vida?.

4. ¿Cómo pienso llevar a cabo estos cambios?

5. ¿Cuál será mi oración personal referente a esta verdad, y los cambios que debería efectuar en mi vida?

Aplicación práctica

Uno de los versos clave del Libro de Josué es el 1:8 “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de
noche meditaras en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito.” El Antiguo Testamento está
repleto con historias de cómo la gente “se olvidó” de Dios y Su Palabra y sufrió terribles consecuencias. Para el cristiano, la
Palabra de Dios es vital. Si la descuidamos, nuestra vida sufrirá las consecuencias. Pero si adoptamos de corazón el principio
expresado en el verso 1:8, estaremos completos y preparados para ser usados en el reino de Dios (2 Timoteo 3:16-17), y
encontraremos que las promesas de Dios en Josué 1:8-9 serán también nuestras.

Josué es un perfecto ejemplo de los beneficios de un valioso tutor. Por años él permaneció junto a Moisés. Él observó a
Moisés mientras seguía a Dios de una manera casi perfecta. Él aprendió de Moisés a orar de una manera personal. Aprendió
cómo obedecer a través del ejemplo de Moisés. Aparentemente Josué también aprendió del ejemplo negativo que le costó a
Moisés el gozo de haber entrado en la Tierra Prometida. Si estás vivo, tu eres un tutor. Alguien, en alguna parte, te está
observando. Alguna persona más joven o alguien a quien estás influenciando, está viendo cómo vives y cómo reaccionas.
Alguien está aprendiendo de ti. Alguien seguirá tu ejemplo. La tutoría es mucho más que las palabras pronunciadas por un
mentor. Su vida entera está en un escaparate.

Temas de Aplicación: Explicación e importancia

Triunfo

Dios daba el triunfo a los israelitas cuando obedecían su plan maestro, no cuando seguían tras sus propios intereses. La
victoria llegaba cuando confiaban en El y no en su poder militar, dinero, fuerza o ingenio.

La obra de Dios hecha a la manera de Dios nos lleva a éxito que ofrece Dios. La medida del éxito, sin embargo, no debe ser
establecida por la sociedad que nos rodea sino por la Palabra de Dios. Debemos ajustar nuestras maneras de pensar y adoptar
el punto de vista de Dios en cuanto a lo que es triunfar.

Fe

Los israelitas demostraron fe al confiar todos los días en Dios en cuanto a salvación y dirección. Recordando cómo Dios
había cumplido sus promesas en el pasado, desarrollaron una firme confianza en que Él seguiría siendo fiel en el futuro.

Nuestra fuerza para hacer la obra de Dios resulta de nuestra confianza en Él. Sus promesas nos aseguran su amor y su
presencia que ha de guiarnos en las decisiones y luchas que enfrentemos. La fe comienza cuando creemos que podemos
confiar en Él.

Dirección

Dios dio instrucciones a los israelitas sobre cada aspecto de la vida. Su ley los guío en su diario vivir y sus órdenes
especificas de marcha les dio la victoria en la batalla.

La dirección de Dios para la vida diaria la podemos encontrar en su Palabra. Manteniendo al día nuestra relación con Dios,
tendremos la sabiduría necesaria para ganar las grandes batallas de la vida.

Liderazgo

Josué fue un ejemplo de un líder excelente. Tenía confianza en el poder de Dios, valor frente a la oposición y disposición a
buscar el consejo de Dios.

Para ser un líder fuerte como Josué, debemos estar listos para escuchar y actuar rápidamente cuando Dios lo indique. Una vez
que tengamos sus instrucciones, debemos ser diligentes al ejecutarlas. Los verdaderos líderes son guiados por Dios.
Conquista

Dios mandó a su pueblo a conquistar a los cananeos y tomar todas sus tierras. Si hubieran terminado esta misión hubieran
cumplido la promesa de Dios a Abraham y aplicado el castigo que merecían los pueblos impíos que vivían allí.
Desgraciadamente, Israel nunca terminó este trabajo.

Israel fue fiel al cumplir con esta misión al principio, pero su determinación se debilitó. Amar a Dios significa más que sentir
entusiasmo por Él. Debemos terminar todo el trabajo que Él nos da y seguir sus instrucciones en todos los aspectos de nuestra
vida.

Personas clave de Josué

JOSUÉ

RAHAB

JOSUÉ

Una de las tareas más difíciles que enfrentan los líderes es encontrar a alguien que lo reemplace, entrenar a otros para ser
líderes. Muchos grandes logros fueron iniciados por personas de gran capacidad cuya vida o carrera terminó antes de que la
visión se convirtiera en realidad. La realización de aquel sueño se convirtió en responsabilidad del sucesor. La muerte es la
última fecha tope de los líderes. Una de las mejores pruebas de nuestro liderazgo es la disposición y capacidad que
demostremos al entrenar a otra persona para que ocupe nuestro puesto.

Moisés tomó una decisión excelente cuando escogió a Josué como ayudante. Esa selección después fue confirmada por Dios
mismo cuando mandó a Moisés que comisionara a Josué como su sucesor (Números 27:15-23). Josué había jugado un papel
clave en el éxodo de Egipto. Como jefe del ejército de Israel, fue la única persona a la que se le permitió acompañar a Moisés
parte del camino cuando este subió a la montaña para recibir la Ley. Josué y Caleb fueron los únicos dos de los doce espías que
trajeron un informe alentador al regreso de su primera visita a la tierra prometida. Otras referencias muestran a Josué como la
sombre de Moisés. Su entrenamiento básico consistió en vivir con Moisés experimentando de primera mano lo que significaba
dirigir al pueblo de Dios. Esa fue la mejor manera de enseñarlo: ¡con el modelo de su propia vida!

¿Quién es su Moisés? ¿Quién es su Josué? Usted es parte del engranaje de la obra continua de Dios en el mundo. Usted
sigue el modelo del algunos, y otros siguen su modelo. ¿Qué tan importante es Dios para las personas a quienes usted desea
imitar? Y los que lo observan a usted, ¿ven reflejado a Dios en todas las áreas de su vida? Pídale a Dios que lo guíe a un Moisés
que sea digno de confianza. Pídale que le haga un buen Josué.

Puntos fuertes y logros:

Ayudante y sucesor de Moisés

Uno de sólo dos adultos que experimentaron la esclavitud de Egipto y vivieron para entrar en la tierra prometida

Llevó a los israelitas a la patria que Dios les había prometido


Estratega militar brillante

Fiel en pedir la dirección de Dios para los retos que enfrentaba.

Lecciones de su vida:

El liderazgo eficaz muchas veces es el producto de mucha preparación

Las personas que escogemos como modelos tendrán un impacto definitivo en nuestras vidas

Una persona entregada a Dios será el mejor modeló para nosotros

Datos generales:

Dónde: Egipto, desierto de Sinaí y Canaán (la tierra prometida)

Ocupaciones: Asistente especial de Moisés, guerrero, líder

Familiares: Padre: Nun

Contemporáneos: Moisés, Caleb, María, Aarón

Versículos clave:

"Y Moisés hizo como Jehová le había mandado, pues tomó a Josué y lo puso delante del sacerdote Eleazar, y de toda la
congregación; y puso sobre él sus manos; y le dio el cargo, como Jehová había mandado por mano de Moisés" (Números
27:22, 23).

Josué se menciona también en Éxodo 17:9-14; 24:13; 32:17; 33:11; Números 11:28; 13; 14; 26:25; 27:18-23; 32:11, 12, 28;
34:17; Deuteronomio 1:38; 3:21, 28; 31:3, 7, 14, 23; 34:9; libro de Josué; Jueces 2:6-9; 1 Reyes 16:34.

RAHAB

Rahab era prostituta en Jericó. Como tal vivía al margen de la sociedad, casi totalmente rechazada. Su casa, construida como
parte de los muros de la ciudad, proporcionaba alojamiento y favores a los viajeros. Era un lugar natural para que los espías
israelitas se alojasen, ya que serían confundidos con clientes de Rahab.
Las historias acerca de los israelitas habían estado circulando por algún tiempo, pero ya era evidente que estaban por
invadir la ciudad. Como vivía sobre el muro, Rahab se sentía especialmente vulnerable. Sin embargo, mientras tenía el mismo
estado de ánimo general de temor del resto de la población, sólo ella se volvió al Señor en busca de salvación. Su fe le dio el
coraje de esconder a los espías y mentir a las autoridades. Rahab sabía que su posición era peligrosa. Al dar asilo a los espías,
corría el riesgo de que la descubrieran y mataran. Sin embargo, Rahab se arriesgó porque percibió que los israelitas dependía
de un Dios digno de confianza. Dios recompensó a Rahab prometiéndose seguridad para ella y su familia.

Dios obra a través de personas como Rahab, a quienes nosotros fácilmente rechazaríamos. Dios la recuerda a causa de su fe,
no de su profesión. Si a veces se siente que es un fracaso, recuerde que Rahab superó su situación por medio de su fe en Dios.
¡Usted puede hacer lo mismo!

Puntos fuertes y logros:

Antepasada de Booz, y por lo tanto de David y Jesús

Una de las únicas dos mujeres mencionadas en la lista de los Héroes de la Fe de Hebreos 11

Ingeniosa, dispuesta a ayudar a otros, a pesar del gran riesgo que corría.

Debilidades y errores:

Era prostituta

Lección de su vida:

No dejó que el temor afectará su fe en el poder de Dios para dar la victoria

Datos generales:

Dónde: Jericó

Ocupación: Prostituta / mesonera, después se convirtió en esposa

Familiares: Antepasada de David y Jesús


Contemporáneos: Josué

Versículo clave:

"Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz" (Hebreos
11:31)

La historia de Rahab se narra en Josué 2 y 6:22, 23. También se menciona en Mateo 1:5; Hebreos 11:31 y Santiago 2:25.

PALABRAS CLAVES DE JOSUÉ:

1. Conquista y poseer.

VERSOS CLAVES:

1. Capítulo 1:5-9; 22:5

2. “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te
desamparare. Esfuérzate y sé valiente; Porque tu repartirás a este pueblo por heredad la tierra la cual juré a sus padres que la
daría a ellos. Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley de ella ni a diestra ni a
siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, para
que guardes y hagas conforme a todo lo que en el está escrito; Porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá

bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en
dondequiera que vayas.” (Josué 1:5-9)

3. “Solamente que con diligencia cuidéis de cumplir el mandamiento y la ley que Moisés siervo de Jehová os ordenó: Que
améis a Jehová vuestro Dios, y andéis en todos sus caminos; que guardéis sus mandamientos, y le sigáis a el, y le sirváis de
todo vuestro corazón y de toda vuestra alma” (Josué 22:5)

FRASE CLAVE:

1. “Escogeos hoy a quien sirváis.” (Josué 24:15)

CAPÍTULOS CLAVES:

1. Capítulos 23-24

TEMA PRINCIPAL DE JOSUÉ:


El mensaje principal de Josué es la fidelidad de Dios en guardar Sus promesas. Esto se ve en el cumplimiento de la promesa
divina que Dios hizo a Abraham concerniente a la posesión de la tierra prometida que Dios había prometido a sus
descendientes (Gén. 12:7).

EL LIBRO DE JOSUÉ:

El libro de Josué es llamado conforme a su autor. Josué fue el sucesor de Moisés después de su muerte. El fue el que dirigió
al pueblo de Israel para entrar en la tierra prometida. Se escribió aproximadamente en 1,400 a. C., este libro es un registro de
las conquistas y división de Canaán, un periodo de 50 años. Es en su mayoría un libro de historia acerca de campañas militares
en donde Dios peleó por los judíos, una de las mejores guerras de todos los tiempos. El libro continua donde Deuteronomio
termina; Josué completa lo que Moisés comenzó.

EVENTOS PRINCIPALES:

Los espías enviados a Jericó, recibidos por Rahab; cruzando el Jordán, invasión de la tierra, caída de Jericó, pecado de Acán y
derrota en Hai, Israel en Ebal y Gerazim, la batalla de Bet-horon donde el sol se detuvo, división de la tierra, establecimiento
de 6 ciudades de refugio, y la despedida de Josué y muerte.

GRANDES LECCIONES DE JOSUÉ:

1. El libro de la ley de Dios leído y registrado—Dios instruyó a Josué acerca de la necesidad de él y el pueblo de guardar y hacer
conforme al libro de la ley (1:8). Por lo tanto, cuando ellos vinieron al Monte Ebal, Josué obedeció el mandamiento

de Moisés acerca de recordar al pueblo que habría bendiciones de obediencia y maldiciones de la desobediencia (8:30-35; Dt.
27:1-26).

2. Dios en pelea con el pecado—La guerra de Josué para conquistar en contra de los Cananitas fue para un propósito noble.
Dios peleó por su pueblo, destruyó a las naciones malvadas de Canaán y estableció la nación de Israel, por medio del cual vino
el Mesías para bendecir a todas las naciones. El propósito principal de Dios fue tener un pueblo separado, y consagrado a el,
para liberarlos de la idolatría. Y de esta manera, preservar la simiente de Abraham para que Cristo pudiera venir (Gen. 22:18;
Ga. 3:16)

3. En Josué podemos contemplar a Dios peleando en contra del pecado, destruyendo a los enemigos físicos de Israel. Después
de muchas oportunidades, Dios castigo y sacó a los Cananitas por causa de sus pecados. La copa de su iniquidad por último se
llenó (Gen. 15:16). Dios permitió que Israel fuese vencido por causa de su Pecado (7:10-13). Dios continúa siendo el enemigo
del pecado. Cristo vino para destruir las obras del pecado (1 Jn. 3:8). Su reino, la Iglesia, no es de este

mundo (2 Co. 10:4), pero pelean una batalla constante contra las asechanzas del diablo (Ef. 6:10-20).

MILAGROS EN JOSUÉ:

Las obras de Dios registradas en Josué muestran el justo juicio de Dios sobre las naciones malvadas de Canaán y su
providencia en cuanto a guardar a su pueblo.
(1) El paso del Jordán (3:14-17). Lograron cruzar el Jordán en tierra seca.

(2) La caída de Jericó (Cap. 6). Los muros de Jericó cayeron de una manera milagrosa. Esta fue una de las grandes victorias que
Dios dio a Su pueblo. Esto sucedió aproximadamente en el 1400 a. C., el tiempo de la conquista de Josué.

(3) En Gabaón Jehová arrojó desde el cielo grandes piedras del granizo (10:11).

(4) El sol se detuvo en Gabaón y la luna en el valle de Ajalon (10:12-14)

(5) El maná cesó el día siguiente que los hijos de Israel comenzaron a comer de los

frutos de la tierra que ellos no habían sembrado (5:12-12).

LA LLAVE PARA EL ÉXITO ESPIRITUAL (JOSUÉ 22:5).

1. Cuidarse con diligencia.

2. Cumplir los mandamientos de Dios.

3. Amar a Jehová.

4. Andar en los caminos de Jehová.

5. Guardar sus mandamientos.

6. Seguir a Jehová.

7. Servir a Jehová con todo el corazón y alma.

REFERENCIAS EN EL NUEVO TESTAMENTO ACERCA DE ESTE LIBRO

1. Rahab (2:1; 6:22; He. 11:31)

2. Caída de Jericó, un ejemplo de victoria por la fe después de haber hecho la voluntad

de Dios (6:20; He. 11:30)


3. El castigo por el pecado (24:19-20; Hch. 7:42)

4. La confianza de que Dios nos ayuda (1:5-7; He. 13:5).

NOTAS ARQUEOLÓGICAS (LA CAÍDA DE JERICÓ)

El Dr. John Garstang, director de la Escuela Británica de Arqueología en Jerusalén y del Departamento de Antigüedades del
Gobierno de Palestina, excavó las ruinas de Jericó en 1929-36. Halló evidencias de que la ciudad había sido destruida alrededor
de 1400 A. C., lo que coincide con los tiempos de Josué. Muchos detalles de sus descubrimientos confirman de manera notable
el relato bíblico.

DESPEDIDA DE JOSUÉ:

A la edad de 110, Josué dio su último encargo a Israel en uno de los más grandes sermones que encontramos en la Biblia. En
este discurso les recuerda que Dios fue el que los sacó de la esclavitud, peleó por ello, los trajo a la tierra prometida y

que todas las promesas que Dios les había prometido se cumplieron, sin dejar

promesa alguna sin cumplir.

LOS HUESOS DE JOSÉ:

Los huesos de José, fueron llevados desde Egipto hasta Canaán, y fueron enterrados en la tierra prometida, como él lo había
pedido (Gen. 50:25; Josué 24:32).

JOSUÉ UN BUEN EJEMPLO A SEGUIR:

Josué fue un hombre de valor y convicción. Aunque otros querían apartarse del buen camino, el y su familia perseveraron
hasta el fin. En Josué 24:15 encontramos uno de los textos que ha sido recordado por muchos a través de la historia. En este
pasaje Josué dice. “Escogeos hoy a quién sirváis, pero yo y mi casa serviremos a Jehová” Esta es la actitud que los líderes del
hogar necesitan tener para poder tener el verdadero éxito espiritual.
Comentario de Josué

La Conquista de Canaán

El Paso del Jordán

La Caída de Jericó

Victorias sobre los Cananeos

El sol se Detiene

Colonización de Canaán por las Tribus

Josué: El Hombre

Era de la tribu de Efraín (Núm 13:8). La forma griega de su hombre era "Jesús." En cuanto llevó a su pueblo a la Tierra
Prometida, puede haber sido prototipo de su gran Sucesor, Quien guía a los Suyos a la tierra prometida de la gloria eterna.

Josué había sido ayudante personal de Moisés durante los 40 años en el desierto. Dirigió la lucha contra los amalecitas (Ex
17:9). Estuvo con Moisés en el Sinaí (Ex 24:13). Fue uno de los doce espías (Núm 13:8), 16). Josefo dice que era de 85 años
cuando reemplazó a Moisés. Se cree que haya tardado unos 6 años en conquistar la tierra, y dedicó el resto de su vida a
colonizar y a gobernar a las doce tribus. Dirigió a Israel unos 25 años y murió a los 110, y fue sepultado en Timnat-sera, en
Efraín. Fue un gran guerrero; enviaba espías y disciplinaba sus fuerzas, pero también oraba y confiaba en Dios.

NOTA ARQUEOLÓGICA

El nombre de Josué. Las tablillas de Amarna, escritas por aquel tiempo y desde Palestina al Faraón de Egipto, dicen de la
derrota del rey de Pella, "Pregunte a rey de Benjamín. Pregunte a Tadua. Pregunte a Josué.

Capítulo 1 El Libro

Un gran capítulo. Israel tenía un Libro; solamente una fracción de lo que ahora tenemos en la Palabra de Dios, pero !qué
importante! La admonición solemne de Dios a Josué, en vísperas de su gran tarea, fue de que cuidara mucho de seguir de
cerca las palabras de aquel Libro. Josué obedeció, y Dios le premió con un éxito fenomenal. !Qué gran lección para los
caudillos de la iglesia!.

Capítulo 2. Los Dos Espías y Rahab

Rahab había oído de los milagros hechos a favor de Israel, y se había convencido de que el Dios de Israel era el Dios
verdadero (10, 11). Y cuando se vio con los espías, resolvió, aun a costa de su vida, que su parte sería con Israel y su Dios.

Quizás no haya sido tan mala como la palabra "ramera" ahora implica. Vivía entre un pueblo sin moralidad. Las sacerdotisas
de la región eran prostitutas públicas. Su profesión era considerada por la gente entre la cual vivía, como honorable, y no
vergonzosa tal y como lo es ahora entre nosotros.
Más adelante Rahab se casó con un israelita llamado Salmón (Mat 1:5), convirtiéndose así en antecesora de Booz, de David,
y de Cristo. Se le nombra entre los héroes de la fe (Heb 11:31).

NOTA ARQUEOLÓGICA

La Casa sobre el Muro (2:15). En Jericó se hacían casas sobre el muro.

Capítulo 3. El Paso del Jordán

Cuando el arca de Dios llegó a la orilla, las aguas del río se acumularon en Adán (v.16), 25 km. al norte, en tanto que río
abajo, las aguas discurrieron sobre el lecho pedregoso, que quedó lo suficientemente escaso de agua como para poder
cruzarlo a pie. Siendo la época de la inundación anual del Jordán, el milagro era mucho más notable. En Adán el Jordán fluye
entre riberas de arcilla de 12 m. de alto , sujetas a derrumbes. En 1927 un terremoto hizo derrumbarse estas riberas de tal
manera, que represaron el agua durante 21 horas. Dios puede haber usado algún medio semejante para "amontonar" las
aguas y darle paso a Josué. De todas maneras era un milagro muy notable y llenó de espanto a los ya atemorizados cananeos
(5:1).

Mil cuatrocientos años después, Jesús fue bautizado en el Jordán en el mismo lugar donde cruzó Josué.

Capítulo 4. Las Piedras Memoriales

Eran dos monumentos: uno donde el arca había estado a la orilla este del Jordán, y otro donde acamparon al lado oeste, en
Gilgal (4:20), para que generaciones venideras no olvidaran el portentoso milagro.

Capítulo 5. Celebración de la Pascua

Por fin, ya dentro de la Tierra Prometida, el cuarto día después de haber cruzado el Jordán, su primer acto fue celebrar la
Pascua (4:19; 5:10). Al día siguiente cesó el maná (5:12). Entonces Dios envió uno de los capitanes de Su ejército invisible, para
animar a Josué para la tarea (5:13-15).

Capítulo 6. La Caída de Jericó

Jericó fue tomada con la ayuda directa de Dios, para infundir confianza a los israelitas en iniciar la conquista de pueblos más
poderosos. Encabezados por el Arca y con toques de trompeta, rodearon la ciudad siete días , acompañados por las huestes
invisibles de Dios (5:14) que esperaban la hora señalada; y al séptimo día, al toque de las trompetas y al clamor del pueblo, los
muros cayeron.

En una profecía sorprendente (26) se pronunció una maldición sobre cualquiera que intentara reedificar la ciudad. Para su
cumplimiento, véase 1 Reyes 16:34.

Jericó estaba a unos 10 km. del Jordán. Gilgal, cuartel general de Josué, estaba como a medio camino.
Los muros de Jericó abarcaban poco más de 3 hectáreas. Era una ciudad amurallada que servía de refugio a la numerosa
población circundante.

Jericó del N.T. estaba casi a 2 km. al sur de las ruinas de la antigua Jericó, y el pueblo moderno queda a 2 km. al sureste.

NOTAS ARQUEOLÓGICAS

El Dr. John Garstang, director de la Escuela Británica de Arqueología en Jerusalén y del Departamento de Antigüedades del
Gobierno de Palestina, excavó las ruinas de Jericó en 1929-36. Halló evidencias de que la ciudad había sido destruida alrededor
de 1400 A.C., lo que coincide con los tiempos de Josué. Muchos de talles de sus descubrimientos confirman de manera notable
el relato bíblico.

"El muro se derrumbó", v. 20. Halló el Dr. Garstang así fue. El muro era doble; uno exterior de 2 m. de espesor y otro
interior de 4 m. con un espacio de 5 m. entre uno y otro; ambos de unos 9 m. de altura. Fueron construidos, no muy sólidos,
sobre cimientos defectuosos y disparejos; de ladrillos de 10 cm. de espesor y de 30 a 60 cm. de largo, unidos con mezcla de
barro. Unían ambos muros casa edificadas encima, como la de Rahab que "vivía en el muro". Halló Dr. Garstang que el muro
exterior cayó hacia afuera y cuestas abajo , arrastrando consigo al muro interior y las casas; la capa de ladrillos va cuesta abajo
y en disminución progresiva. Los cimientos de los muros del palacio, de 14 hileras de piedra, permanecen en su sitio,
inclinados hacia afuera. El Dr. Garstang cree que hay indicios de que el muro fue derribado por un terremoto, método que
Dios pudo haber usado tan fácilmente como cualquier otro.

"Consumieron con fuego la ciudad" (v. 24). Eran muy marcadas las señales de la conflagración. Garstang encontró grandes
capas de carbón y cenizas y restos de muros enrojecidos por el fuego. Sufrió más el muro externo. Las casas a lo largo del
muro fueron quemadas hasta el suelo. En general, el estrado estaba cubierto de una capa de ladrillo caído y enrojecido.

"Guardáos vosotros del anatema" (v.18). Debajo de las cenizas y los muros caídos Garstang halló , en las ruinas de
almacenes, abundancia de alimentos: trigo, cebada, lentejas y otros, carbonizados por el intenso calor, sin haber sido tocados
no comidos; evidencia de que los conquistadores se abstuvieron de apropiarse de los alimentos, tal como le fue mandado.

Capítulos 7, 8. Caída de Hai y Betel

En Hai Israel tuvo primeramente un revés desastroso, debido al pecado de Acán. Esto, después del paso milagroso del
Jordán y la caída milagrosa de Jericó, fue una sacudida tremenda para Israel. Era una lección disciplinaria. Dios estaba con
ellos. pero quería hacerles comprender que esperaba la obediencia de su parte.

NOTA ARQUEOLÓGICA

Betel. Las palabras de 8:9, 12 y 17 dan a entender que fue una batalla conjunta que abarca tanto Betel como Hai, y que
ambas ciudades fueron destruidas. Distan solamente de 2 km. la una de la otra. Albright cree que ambas estaban incluidas
bajo el nombre de Hai.
El túmulo de Betel (Beitan) fue excavado por la expedición conmemorativa Kyle bajo auspicios de la Escuela
Norteamericana de Jerusalén y del Seminario Teológico Xenia de Pittsburgh, en 1934 bajo la dirección de W.F. Albright. Se
halló que había sido destruida, en una época que coincide con la invasión de Josué, por "una conflagración tremenda" de
"violencia poco común". Había una masa sólida de 1.50 m. de espesor, de "ladrillos caídos y quemados al rojo, tierra negra y
llena de cenizas, y escombros carbonizados y astillados". Dijo Albright que en ninguna parte de Palestina había visto huellas de
un incendio tan destructivo.

Capítulo 8:30-35. Recitación de la Ley en el Monte Ebal

Moisés había mandado que esto se hiciera (véase Deuteronomio 27). Siquem, en el centro de la tierra, en medio de los
montes Ebal y Gerizim, estaba en un valle de notable belleza, inigualado por su importancia estratégica. Aquí Abraham había
levantado, 600 años antes, su primer altar en aquella tierra. Aquí José, en una ceremonia solemne, leyó el libro de la Ley al
pueblo.

Capítulos 9, 10. La Batalla en que se Detuvo el Sol

Gabaón, a unos 16 km. al noroeste de Jerusalén, era una de las ciudades principales del país (10:2). Atemorizados por la
caída de Jericó y Hai, los gabaonitas se apresuraron a someterse en servidumbre a Israel. Esto enfureció a los reyes de
Jerusalén, Hebrón, Jerimot, Laquis y Eglón, y marcharon contra Gabaón. Entonces Josué acudió en socorro de Gabaón. Esto
condujo a la célebre batalla de Gabaón,

Bet-oron y más al oeste, en la cual el sol se detuvo durante casi un día entero. Cómo se detuvo, no lo sabemos. Algunos han
calculado que el calendario perdió un día, como por aquel tiempo. De todas maneras, en una forma o en otra la luz del día fue
milagrosamente prolongada, para que la victoria de Josué fuese completada.

NOTA ARQUEOLÓGICA

Laquis, Debir. Estas dos ciudades se citan entre las destruidas (10:32, 39).

Laquis: La expedición arqueológica Wellcome 1931 halló allí una gran capa de cenizas, que coinciden con la época de Josué.

Debir: (Quiriat-sefer, Tel Beit Mirsim). Aquí la expedición conjunta del Seminario Xenia y de la Escuela Norteamericana de
Jerusalén, 1926-28, encontró una capa profunda de cenizas, carbón y cal, con indicios de un gran incendio y señales culturales
de que esto haya sido época de Josué; todo debajo de esa capa era cananeo, y todo encima de ella, israelita.

Capítulo. 11. Derrota de los reyes del norte.

En la batalla de Bet-oron, en que se detuvo el sol, Josué había roto el poder de los reyes del sur. Ahora su victoria sobre los
reyes del norte, en Merom, le dio el control de todo el país.
Hicieron la obra, en su mayor parte, tres grandes milagros; la división del Jordán, la caída de Jericó, y la detención del Sol.
Dios lo hizo todo.

NOTA ARQUEOLÓGICA

Hazor. Josué "quemó Hazor con fuego" (11:11). Garstang halló las cenizas de este incendio, y alfarería indicativa de que
sucedió cerca de 1400 A.C.

Hay además una de las tablillas de Amarna, escrita a Faraón en 1380 A.C. por el nuncio egipcio en el norte de Palestina, que
dice: "Recuerde mi Señor el rey lo que Hazor y su rey ya han tenido que soportar".

Testifican pues la conquista de Palestina por Josué grandes capas de cenizas, con indicios de ser de aquella época, en Jericó,
Betel, Laquis, Debir y Hazor, en confirmación exacta de las palabras bíblicas.

Capítulo 12. Lista de los reyes vencidos

Se nombran 31. En términos generales, se había conquistado el país entero (10:40; 11:23; 21:43). Sin embargo, quedaban
grupos pequeños cananeos (13:2-7; 15:63; 23:4; Jueces 1:2, 21, 27, 29, 30, 31, 33 y 35). Después de la muerte de Josué, éstos
dieron qué hacer a Israel. Además, quedaban sin conquistar las regiones filisteas, sidonia y libanense.

Capítulos 13-22. Repartición del Territorio

El mapa anterior muestra la ubicación aproximada de las naciones cananeas, y la distribución de las doce tribus de Israel.
Había 6 ciudades de refugio (cap 20, y Dt 19), y 48 ciudades para los levitas, incluso las de refugio y 13 para los sacerdotes
(21:19, 14). El altar junto al Jordán, mal entendido al principio por las tribus del oeste, se hizo como símbolo de la unidad
nacional a pesar del río que dividía la nación.

Capítulos 23, 24. Discurso de Despedida de Josué

Josué había recibido de Moisés la Ley escrita de Dios, 1:8. Ahora añade a ella su propio libro, 24:26. Josué hizo buen uso de
"libros", así como lo había hecho Moisés (véase bajo Dt 31). Había hecho reconocer el país con un "libro" (18:9). Leyó al pueblo
del "libro" de Moisés (8:34). En el Monte Ebal "escribió en piedras" una copia de la ley (8:32). Tuvo algo que ver con el "libro
de Jaser" (10:13), probablemente una colección de cánticos sagrados.

El énfasis principal del discurso de despedida de Josué fue contra la idolatría. La idolatría cananea era mezcla estética de
religión y de libre indulgencia de los deseos carnales tal que solamente una persona de fuerza excepcional de carácter podía
resistir sus halagos.

Los Cananeos
"Cananeos" era un término general aplicable a todos los habitantes del país. En un sentido más limitado, se aplicaba a los
que vivían en la llanura de Esdraelón y sus vecindades. "Amorreos" era otro término que a veces se aplicaba a todos los
habitantes, pero más específicamente a una tribu que vivía al oeste del Mar Muerto y que había conquistado el territorio al
este del Jordán, desplazando a los amonitas. "Ferezeos" y "jebuseos" ocupaban las montañas del sur. "Heveos" y "heteos",
grupos dispersos desde el poderoso reino del norte con su capital en Carquemis, ocupaban la región del Líbano. Se cree que
los "gergeseos" vivían al este del mar de Galilea, aunque no se sabe nada definitivo de ellos. Las fronteras de todos estos
pueblos eran movedizas, y en diferentes épocas ocupaban diferentes lugares.

Religión de los Cananeos

Baal era su dios principal, y su esposa Astoret la principal diosa. Esta era la personificación del principio reproductivo de la
naturaleza. Ishtar era su nombre babilónico; Astarte su nombre griego y romano. Baalim, plural de Baal, eran imágenes de
éste, y Astarot el plural de Astoret. El símbolo de Asera (Valera ant., "bosque") era una vara sagrada, trono de árbol o como de
piedra que representaba a la diosa. Los templos de Baal y de Astoret generalmente se hallaban juntos. Las sacerdotisas eran
prostitutas sagradas; y los sodomitas, prostitutos de los templos. La adoración de Baal, Astoret y otros dioses cananeos
consistía en las orgías más extravagantes; sus templos eran centros de vicio.

NOTA ARQUEOLÓGICA

El mandamiento expreso de Dios a Israel era que destruyera o desterrara a los cananeos (Dt 7:2, 3). Josué se dio a la tarea
con todas sus fuerzas, ayudándole Dios mismo con grandes milagros. En realidad, fue Dios quien lo hizo.

En las excavaciones en Gezer en 1904-09, Macalister, del Fondo para la Exploración de Palestina, halló en el estrato cananeo
de 1500 A.C. anterior a la ocupación israelita, las ruinas de un "lugar alto" que había sido un templo en donde se adoraba al
dios Baal y a la diosa Astoret (Astarte).

Era un recinto de 45 m. por 36 m., rodeado de un muro pero son techar, en donde los moradores celebraban sus festejos
religiosos. Dentro de los muros había 10 columnas toscas de piedra, de 1.50 m. hasta 3.30 m. de alto, delante de las cuales se
ofrendaban los sacrificios.

Debajo de los escombros de este "lugar alto", Macalister halló gran cantidad de urnas que contenían los restos de niños que
habían sido sacrificados a Baal. Todo el recinto entero resultó ser un cementerio de niños recién nacidos.

Otras costumbres horrendas era la de los "sacrificios de los cimientos". Cuando había que construir una casa, se sacrificaba a
un niño, cuyo cuerpo era sepultado entre las paredes, para traer buena suerte al resto de la familia. Muchos de estos se
hallaron en Gezer. También han sido encontrados en Meguido, Jericó y otros lugares.

Debajo de los escombros de este "lugar alto" Macalister también encontró cantidades de imágenes y placas de Astoret, con
los órganos sexuales toscamente exagerados para excitar los sentimientos sensuales.
Los cananeos, pues, adoraban cometiendo excesos inmorales en presencia de sus dioses, y luego asesinaban a sus hijos
primogénitos como sacrificio a estos mismos dioses.

Parece que en gran parte, la tierra de Canaán había llegado a ser una especie de Sodoma y Gomorra en escala nacional.

¿Nos preguntamos todavía por qué Dios mandó a Israel que exterminará a los cananeos? ¿Tenía derecho a seguir viviendo
una civilización de semejante inmundicia y brutalidad? Es uno de los ejemplos de la historia, de la ira de Dios contra la maldad
de las naciones. Los arqueólogos que cavan en las ruinas de las ciudades cananeas se preguntan por qué Dios no los destruyó
mucho antes.

El propósito de Dios al ordenar el exterminio de los cananeos, además de ser un juicio sobre éstos, era mantener a Israel
libre de la idolatría y de sus prácticas vergonzosas. Dios estaba fundando la nación israelita con un solo gran propósito; el de
preparar el camino para la venida de Cristo, estableciendo en el mundo la idea de que hay un sólo, vivo y verdadero Dios. Si
Israel caía en idolatría, dejaría de tener razón de existir como nación. Por vía de precaución era necesario borrar del país los
últimos vestigios del culto idólatra. En esto, Josué dio a la nación un buen comienzo. Si Israel hubiera seguido por el mismo
camino, !cuán distinta hubiera sido su historia!

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