Sanchez Hernamperez-Cap1

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ARSENIO SÁNCHEZ HERNAMPEREZ

POLÍTICAS DE CONSERVACIÓN
EN BIBLIOTECAS

ARCO/LIBROS,S.L.
Colección: Instrumenta Bibliología
Dirección: JULIÁN MARTÍN ABAD

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En memoria de Aida Buturovic y Rizo Sijaric.
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Post tenebras spero lucem. a
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o.

© Arco/Libros, S. L., 1999


Juan Bautista de Toledo, 28. 28002 Madrid.
ISBN: 84-7635-393-6
Depósito Legal: M-36.555-1999
Printed in Spain. Impreso por Prindng Book (Madrid).
CAPÍTULO 1
UN CAOS DE TÉRMINOS: ¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO?

Con estas ratones perdía el po-


bre caballero el juicio, y desvelába-
se por entenderlas y desentrañarles
el sentido, que no se lo sacara ni las
entendiera el mesmo Aristóteles, si
resucitara para sólo ello.
(El Quijote. I Parte, Capítulo I.)

La búsqueda de un léxico co-


mún que diferencie a una nueva
disciplina de otras parcelas de co-
nocimiento ya asentadas, es una de
las características comunes a todas
las ciencias en estado «embriona-
rio». El lenguaje, estructurador y 0-
aglutinante del pensamiento, per-
mite la organización de métodos y
actividades facilitando el intercam-
bio y desarrollo de ideas. Por ello,
la definición de conceptos se ha ¿Se corresponde la imagen del conservador
convertido en un recurso habitual con la del loco bibliómano?
en el comienzo cíe cualquier manual de introducción, y, en el caso de la
preservación, más que un tópico, es una necesidad. AJ tratarse de una dis-
ciplina nacida fuera de nuestras fronteras, es frecuente la aparición y ge-
neralización de barbarismos de difícil traducción, que generan un vocabu-
lario confuso, excesivamente técnico, sólo comprensible para los iniciados.
Pero, sobre todo, porque, a la evidente imprecisión de los términos, se une
la rápida evolución de la materia.
El desarrollo de la preservación como disciplina integrada en el traba-
jo bibliotecario, no presenta un desarrollo homogéneo sino, más bien, asi-
métrico, que permite la convivencia de conceptos y términos que han va-
riado en sus fines o en sus métodos de trabajo. De esta forma, los
profesionales de la preservación, entienden por una palabra parte de lo
18 POLÍTICAS DE CONSERVACIÓN EN BIBLIOTECAS
UN CAOS DE TÉRMINOS: ¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO? 19

que se entendía hace sólo diez años sin que, por ello, haya perdido su sig-
nificado original. Esta ambigüedad es similar a la que se presenta en otras 1. 1. LA BÚSQUEDA DE UNA DEFINICIÓN UNIVERSAL
disciplinas relacionadas con el libro, como es el caso de la bibliografía o el
de la coclicología, y ha llevado a la asimilación frecuente de diferentes tér- Recurrir a las definiciones de los diccionarios puede llevar a equívocos
minos, como preservar, conservar j restaurar. Finalmente, el propio desarro- e imprecisiones pues, lógicamente, el desarrollo de una disciplina implica
llo de la disciplina en los últimos años ha contribuido a acrecentar nota- la ampliación de los significados que se han dado tradicionalmente a las
blemente la confusión con la aparición de nuevos términos o parcelas de palabras. Por ello, un punto de partida más plausible sería considerar que
trabajo, como conservación preventiva, mantenimiento de colecciones, tratamien- el problema de la ambigüedad reside en que, la adopción del término, no
tos de conservación, preservación de •materiales, políticas de preservación o conser- siempre conlleva la aplicación del método de trabajo y qvie, sin conocer el
vación por fases, que, aunque cada uno tiene su aplicación específica, re- desarrollo histórico de la disciplina, es enormemente difícil hacerse una
sultan difíciles de ubicar en un cajón concreto bajo una etiqueta precisa. idea exacta de a qué equivale.
En algunas ocasiones, se ha culpado del empleo de uno u otro término La aceptación de que los centros de información, deben asegurar la
a las diferentes tradiciones nacionales1, enfrentando los usos alemán, fran- conservación física de los materiales, además de proporcionar el acceso a
cés o español, partidarios de la voz conservación, con el anglosajón, que pre- la información, aparece por vez primera en el marco de las bibliotecas ame-
fiere preservación. Efectivamente, los usos idiomáticos tendrían una cierta ricanas de la época victoriana. Higginbotham señala que la idea y el tér-
responsabilidad y el uso aleatorio de las dos formas en inglés estaría justi- mino parecen asentados en el pensamiento bibliotecario ya en 1876, cuan-
ficado por la similitud de los significados. El diccionario Oxford define el do Ainswoorth R. Spofford, en el Informe Especial de la Oficina de
verbo preservar como «mantener seguro o libre de daño, deterioro etc. o mantener Educación de los Estados Unidos publicado en ese mismo año, incluía un
(una cosa) en su estado actual», mientras que la palabra conservarse explica capítulo titulado «Encuademación y preservación de libros» que cubría varios
con un lacónico preservar*. En este sentido, el castellano es algo más preci- aspectos: control y cuidados básicos de las colecciones; selección, materia-
so. El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua propone les y técnicas de encuademación y, finalmente, educación de lectores. Para
para la voz preservar la definición de «proteger, resguardar anticipadamente a Spofford, bibliotecario de la Library of Congress, la preservación constituía
una [ ] cosa, de algún daño o peligro» y, para conservar, «mantener una cosa o la segunda prioridad en la administración de las bibliotecas públicas, sólo
cuidar de su permanencia»3. superada por la selección y uso de los libros5, aspectos que hoy se incluyen
El problema de la ambigüedad ha sido reconocido por numerosos au- como esenciales en materia de preservación.
tores, que por lo general, han preferido expresar claramente sus dudas y Poco tiempo después, William F. Poole añadía como tareas funda-
proponen una utilización indistinta de ambos términos4. Sin embargo, ello mentales en la preservación la provisión de camisas protectoras para los
crea cierta indefinición y limita enormemente el desarrollo de las políticas libros, la selección de los materiales de encuademación y la limpieza de
de preservación, pues podemos pensar en el caos que se generaría si, refi- los ejemplares y estantes6. En este primer enfoque, por tanto, aparecen al-
riéndose a la catalogación en bibliotecas, unos pensaran en servicio al pú- gunos de los elementos básicos que conformarán la preservación en el
blico; otros, en microfilmación, y, finalmente, unos pocos, las labores de sentido contemporáneo: los cuidados básicos de la colección y de las ins-
clasificación y ordenación de los registros. Por ello, sería conveniente de- talaciones, la encuademación de materiales, la selección de colecciones
terminar qué es lo que, hoy en día, se entiende por estos elusivos concep- y la educación de los usuarios. En cuanto a la reproducción, habrá que es-
tos en el mundo de los archivos y bibliotecas. perar a los primeros años 30 de nuestro siglo para que se materialicen los
primeros programas de microfilmación en la Biblioteca del Congreso,
1 Hernández, Francisca, «La preservación y conservación de materiales bibliográficos en mientras que la necesidad de gestionar los recursos se planteará por vez
el final de siglo», en Educación y Biblioteca, na 78, 1997, pág. 44. primera a finales de los años 70 y principios de los 80.
- The Oxford Modcrn English Dictionary. Oxford. Clarendon Press. 1992. Sin embargo, la aplicación del concepto preservación ha sido, hasta
J Esta diferencia de maüz se puede encontrar también en la definición de Carolyn Clark
los años 90, cuando menos, imprecisa. En 1974, el glosario de la Sociedad
Morrow en A conservaron pulicy slatemenl for reseurch librarles. Urbana. University of Illinois
Gradúate School of Library Science, 1979. (Occasional papers, 139), pág. 3. Americana de Archiveros (SAA) definía el término como «/a responsabi-
4 Como ejemplo, se pueden ver las observaciones expresadas en Darling, Pamela W. and lidad básica para proporcionar recursos adecuados para la protección, cuidado y
Ogden, S., «From problems perceived to programs in practice: the preservadon of library mantenimiento de los archivos, registros y manuscritos», así como las «medidas
resources in the USA, 1956-1980», en Library Resources and Technical Services, vol. 25, 1981, na
1, pág. 10, y en LaRose, Michéle, «Conservation planning and programs», en Proceedings of
5 Higginbotham, Barbara Buckner, Ourpastpreserued: a history ofamerican iibrary preservation,
conservation in archives: international symposium, París: National Archives of Ganada and
International Council on Archives, 1989, pág. 298. 1876-1910. Boston: G. K. Hall, 1990, pág. 7.
5 Higginbotham, op. cit., pág. 8.
20 POLÍTICAS DE CONSERVACIÓN EN BIBLIOTECAS UN CAOS DE TÉRMINOS: ;DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO? 21

específicas, individuales y colectivas, adoptadas para la reparación, manteni- autores entienden que «designa aquellas políticas y procedimientos específicos re-
miento, restauración o protección de los documentos'. lacionados con la protección de materiales de archivo y de bibliotecas para evitar su
Es decir, sigue identificando la preservación con codo lo relacionado deterioro, daño y destrucción, incluyendo métodos y técnicas diseñadas por personal
con la conservación. En otros casos, se proponen aplicaciones que más que técnico». La restauración se ocuparía de «aquellas técnicas y razonamientos uti-
aclarar, contribuyen al caos de términos. En 1976, el Consejo Asesor lizados por el personal técnico responsable de estabilizar los materiales de bibliotecas
Nacional de Conservación (NCAC) de Estados Unidos definía conserva- y archivos deteriorados por el tiempo, el uso u otros factores»11. Así mismo, se es-
ción como un método de trabajo complejo que cubría tres aspectos bási- tablecen en el punto 6 los objetivos de la preservaición en los siguientes tér-
cos: la evaluación del objeto -investigación y documentación-, la preser- minos: «Preservar el contenido intelectual de la información registrada mediante
vación -acción encaminada a retardar el deterioro por el control del medio su transferencia a oíros medios y/o (sic) preservar la forma física original de los ma-
ambiente-y, finalmente, el tratamiento de conservación de los materiales teriales de archivo y de biblioteca en la forma más intacta y utilizable posible»1-.
y su restauración, aunque, como estas definiciones eran enormemente li- A pesar del intento normalizador de la declaración, las definiciones en-
mitadas, posteriormente se corregirán y, en la edición de 1992 del glosa- trañan cierta ambigüedad, como la de definir el significado con el signifi-
rio de la SAA, preservación se describirá como «la totalidad de los procesos y cante. Sin embargo, existen elementos sumamente interesantes en esta de-
operaciones implicados en la estabilización y protección de los documentos contra el claración. Por un lado, es la primera en estabecer una gradación en la
daño o el deterioro y el tratamiento de documentos dañados o alterados. La preser- política de preservación y, partiendo de las generalizaciones y el trabajo
vación también incluye la transferencia de información a otros soportes, como el mi- con las colecciones, llega hasta el nivel concreto de los objetos individua-
crofibne»*. Es decir, a partir de 1992, la SÁA considera la preservación como les. Por otra parte, las diferencias son esenciales al resaltar la divergencia
un trabajo meramente práctico de control y corrección del deterioro, aun- existente en lo referente a los aspectos de gestión de la preservación fren-
que incluye la microfilmación o, como diríamos actualmente, la preserva- te a la conservación, más centrada en la aplicación de las políticas especí-
ción de los contenidos intelectuales. ficas13 elaboradas desde los niveles superiores de gestión.
El primer intento por fijar la terminología en un ámbito internacional, Sin embargo, es posible que los Principios de la IFLA no hayan tenido
fue el informe profesional de la IFLA, de 19799, ampliado en 1986 por J. M. el respaldo que merecían, especialmente en el mundo de los archivos. El
Dureau y D. W. G. Clements10. Ambos textos son muy similares en sus con- glosario compilado por el Comité de Conservación y Restauración del
tenidos, aunque el más reciente es sensiblemente más extenso. Su impac- Consejo Internacional cíe Archivos (ICA)14 propone para la entrada pre-
to en el mundo bibliotecario ha sido considerable, ya que, desde su re- servación «la prevención o dilación del deterioro o del daño de materiales bibliote-
dacción, ha sido el verdadero código deontológico de conservación en carios y archivísticos mediante el control ambiental apropiado y el tratamiento», po-
bibliotecas. Su importancia radica en que es el primer documento enca- lítica que hoy en día asimilamos a la mal denominada «conservación pasiva»
minado a establecer unas normas mínimas de conservación y, lo que es más o, más correctamente, a la «conservación preventiva». Este organismo en-
importante, a favorecer el intercambio y el desarrollo de programas de co- tenderá por conservación «la disciplina dedicada a la preservación y restaura-
operación nacionales e internacionales. Como se señala en el preámbulo, ción de todo tipo de material archivístico o bibliotecario», volviendo a la defini-
la declaración de principios no incluye una lista de prácticas y técnicas, sino ción de la Sociedad Americana de Archiveros, de 1974, ignorando la que
que trata de proporcionar una serie de normas que sirvan de referencia había sido propuesta en el foro internacional sólo dos años antes. Estas de-
para establecer, en colaboración con técnicos y científicos, una política po- finiciones han calado en el mundo de los archivos y, en especial, en el con-
sitiva para el futuro de los materiales. texto europeo, como revela la adopción de esta definición por la Unesco
En el punto 5, se establece la definición de tres términos básicos. Para en algunos manuales del programa de Información y Unisist15.
los autores, la preservación «incluye todas las consideraciones gerenciales y fi- Otros autores, partidarios del camino trazado en 1986, han intentado
nancieras, así como las pautas para almacenamiento y ubicación, niveles de perso- precisar las definiciones. Así Roper entiende que preservación «es -un tér-
nal, políticas, técnicas y métodos aplicables a la preservación de los materiales de ar- mino genérico [empleado] para designar el conjunto de medidas necesarias para
chivo y bibliotecas y a la información que ellos contienen». Por conservación los
" Dureau y Clements, o-p. dt., -artículo 5.
7 Ritzenthaler, Mary Lynn, Preseruing archives and manuscripis. Chicago: The Society of
'• Dureau y Clements, op. di, artículo 6.
American Archivists, 1993, pág. 1.
'•' Bansa, Helinut, IFLA principies on conservation and preservation, Restaurator, vol. 7,
8 Ritzencaler, op. dt., pág. 1.
1986, n9 4, págs. 203-4.
H Crespo, Carmen (ed.), Glosscny ofbasic archival and library conservation terms. Muchen. K.
a «Principies of conservation and restoraticm in libraries», en IFLA Journal, vol. 5, 1979,
n9 4, págs. 292-300.
G. Saur. 1988.
10 Dureau, Jean Marie; Clements, D. VV. G., Principies for the preservación and conservation of
'•' Por ejemplo, Viñas, V.¡ Viñas, R., Las técnicas tradicionales de rastauraáón: un estudio del
library materials. The Hage: IFLA Headquarters, 1986. (IFLA Professional Reports, 8).
RAblP. París: Unesco, 1988. (PGI-88/WS/17), pág. 3.
99 POLÍTICAS DE CONSERVACIÓN EN BIBLIOTECAS UN CAOS DE TÉRMINOS: ¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO? 23

mantener la integridad de los documentos y su contenido informativo [que] abarca de la administración de la biblioteca, cuyo objetivo es el de asegurar que la infor-
los aspectos gerenciales y financieros, el acondicionamiento de locales de trabajo y de mación sobrevive en una forma accesible tan lejos como se pretenda y concierne a la
almacenamiento, la provisión de personal y la adopción de políticas, técnicas y -mé- gestióji efectiva de las colecciones de la biblioteca y de las fuentes de información». Por
todos destinados a salvaguardar el contenido del archivo». Para él, por tanto, la el contrario, reduce el papel de la conservación al de una «actividad dentro
preservación tes la encargada de elaborar, gestionar y buscar los recursos de la preservación, que implica el uso de medidas preventivas y de procesos de repa-
económicos necesarios para el establecimiento de un plan general de con- ración de materiales dañados que aseguren la longevidad de materiales individua-
servación y reproducción de las colecciones. Las «políticas y prácticas que tie- les». Finalmente, contémplala restauración como una «actividad cuyo fin pri-
nen por objeto específico evitar, aplazar y reparar el deterioro y los daños sufridos por mordial es la recuperación de las condiciones originales del objeto por la imitación
los documentos, incluyendo la aplicación de métodos y técnicas activos y pasivos», cuidadosa de los materiales y las técnicas, actividad que sólo es justificable por cri-
vendrían a configurar la conservación. La restauración «comprende una am- terios estéticos o históricos»^.
plia variedad de procedimientos activos de conservación destinados a mejorar el es- Algo que parece claro en este momento, es que resulta difícil determi-
tado físico de los documentos estropeados y restituirlos, en la medida de lo posible, a nar con exactitud qué entendemos por preservación. Cada profesional tie-
su estado original. Los procedimientos pueden ir desde la reparación de una hoja ne una idea más o menos clara y pone el acento en una u otra faceta, pero
rasgada, la reencuadernación de un tomo o la supresión de una mancha, hasta la su significado último está por precisar, tal vez por la dificultad de limitar
desacidificación, el reforzamiento o el reapresto de un documento»1^. un concepto excesivamente amplio. Por ello, deberemos considerar la pre-
Es en este punto donde las definiciones de Roper denotan una ambi- servación como un término múltiple y complejo que abarca todas aquellas
güedad notable. En primer lugar, porque ambos términos parecen idénti- operaciones encaminadas a retener, en óptimas condiciones, las coleccio-
cos en cuanto a que se refieren a políticas activas de conservación, es de- nes documentales y sus contenidos intelectuales, con el fin de asegurar su
cir, la reparación de las obras dañadas. Tanto la reencuadernación, la permanencia y facilitar el acceso de la sociedad a la información. El pro-
desacidificación o la reparación de roturas y desgarros entrarían dentro de blema que se plantea, desde este punto de vista, es determinar qué tipo de
lo que podríamos denominar conservación directa o activa, pero también operaciones se pueden incluir bajo el «paraguas» de la preservación.
dentro de la restauración. Sin embargo, si entendemos por restauración la Gracy señala la existencia de tres grupos o niveles de trabajo19 funda-
vuelta a un hipotético «estado original», la desacidificación, el reapresto o mentales: el ocupado de la gestión de los programas, el encargado de las
la laminación equivaldrían a cometer un falso histórico, sólo admisible en colecciones y su entorno y, finalmente, el que trabaja directamente con los
aras de lograr una mayor estabilidad en obras severamente deterioradas. objetos aislados. Cada uno de ellos posee unos contenidos concretos y, los
tres, han de desarrollarse de forma simultánea para obtener resultados po-
Finalmente, omite lo que se refiere a la prevención, mal denominada por
sitivos. La ventaja de esta perspectiva, es que permite delimitar una serie
él «conservación pasiva» y que, sin duda, hay que englobar dentro del se-
de actividades fundamentales 20 y determinar el papel que cada trabajador
gundo grupo. •
representa en el organigrama de la institución.
El trabajo de preservación puede ser concebido como una estructura
1.2. LA PRESERVACIÓN EN LOS AÑOS 90. UNA NUEVA DEFINICIÓN, piramidal. Las actividades que permiten los recursos para el desarrollo de
UNA NUEVA PROFESIÓN los programas constituyen el vértice superior. El encargado de realizarlas
debe crear y aplicar las directrices y las políticas. Su misión fundamental
A pesar de la diferente comprensión de los cometidos de la preserva- en el centro es la supervisión y coordinación del personal del qiie es di-
ción en los archivos y bibliotecas, la idea de que la preservación es la dis- rectamente responsable. Además, sirve de enlace con el resto de los tra-
ciplina que se ocupa de organizar y de gestionar los diferentes instrumentos bajadores del centro -tanto bibliotecarios como ayudantes y auxiliares- con
los que ha de trabajar estrechamente, organizando y articulando priorida-
de trabajo en materia de conservación, desde un criterio fundamental-
des. A la vez, ha de estar informado sobre las políticas desarrolladas por
mente bibliotecario, se ha asentado claramente en la década de los no-
otros centros cercanos, bien en su propia región o bien en bibliotecas si-
venta 17 . John Feather, uno de los teorizadores de la preservación más in-
milares, con los que ha de establecer contactos para la aplicación de pro-
fluyentes en el ámbito británico, considera que la preservación es «un aspecto

16 Roper, Michael, Planificación, equipo y provisión de personal de un servicio de preservación y 18 Feather, John, Preservation and Ihe managemenl n¡ librar) collections. 2nd. ed. Londres:

conservación de archivos. París. UNESCO, 1989, pág. 2. Library Association Publishing, 1996, pág. 2.
17 Así aparece recogido en Adcock, Edward P., JFLA principies for the core and handling ofli- 19 Gracy, David B., «Between Muffms and Mercury... The elusive definition of

brary material [s.l.]: International Federation of Library Associations and Instítutions Core 'Preservation'», en New Library Scene, vol. 9, 1990, ns 6, págs. 1, 5-7.
Programme on Preservation and Conservation, [1998]. (International Preservatíon Issues, 20 La nueve facetas de Gracy tienen su origen en las once establecidas por Morrow en

Number One), pág. 7. 1979, op. al., not. 4, pág. 15.


e

24 UN CAOS DE TÉRMINOS: ¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO? 25
POLÍTICAS DE CONSERVACIÓN EN BIBLIOTECAS

gramas cooperativos de conservación o de reproducción y para la capta- cando aspectos elementales, como la estabilidad a largo plazo de los ma- e
ción de recursos financieros que permitan la contratación de personal, la teriales tratados o la pérdida de las características actuales de los docu- €
elaboración de políticas a largo plazo o la adquisición de bienes y de equi- mentos en su apariencia externa y en la información que ésta transmite,
pos adecuados. en pos de un malentendido último remedio posible interpretado con exce- e
siva laxitud".
El trabajo con el conjunto de la colección y su entorno, o lo que ha ve-
nido en denominarse conservación preventiva, tiene como finalidad frenar
e
el impacto negativo del medio ambiente en las colecciones. Se deben des-
tacar cinco materias fundamentales en el trabajo preventivo: el control de
los factores ambientales, principalmente humedad, calor, contaminantes
atmosféricos, microorganismos e insectos; la valoración de las caracterís-
ticas del edificio para detectar y corregir los problemas estructurales que im-
plican el deterioro de las colecciones; la planificación de siniestros, inclu-
yendo la recuperación de documentos dañados; las actividades relacionadas
con la protección y mantenimiento de los materiales, desde la limpieza a la
protección mediante caja;,. Finalmente, para lograr una adecuada mani-
pulación de los fondos, la educación de los trabajadores y de los usuarios.
El tratamiento de piezas individuales es al que, tradicionalmente, se ha
prestado mayor interés, pero representa el eslabón final de la cadena de ''WM^^tí^f^^&^-'^i^¿í ~¿"
preservación, la pieza que cierra todo el trabajo desarrollado por las esca-
las gerenciales. Se puede dividir en dos parcelas diferentes: la conservación
de la información y la de los materiales físicos. La primera consiste en la
reproducción, por cualquier medio mecánico, de los materiales consulta-
dos frecuentemente, de los deteriorados o de los que, por razones de se-
guridad, han sido retirados de la consulta. La conservación, por el contra-
rio, implica mayores manipulaciones en el objeto original abarcando
distintas labores, que van desde la reparación de daños físicos a la desaci-
dificación21. Las falsificaciones históricas plantean un interesante problema metodológico de restaura-
El acercamiento tradicional a la conservación se reducía, en gran me- ción: eliminar lo ajeno a la obra o el respeto por los añadidos. En su solución deben primar
dida, a la restauración de piezas consideradas «valiosas». Era el punto de los aspectos informativos sobre criterios de restauración excesivamente puristas.
partida en el que todas las instituciones comenzaban el desarrollo de su
política, quizá por ser el más visible a corto plazo. Sin embargo, reducir
la política de conservación a la aplicación de tratamientos de restaura-
ción es un grave error, pues relega el conjunto de la colección en bene- 1.3. PROBLEMAS METODOLÓGICOS Y PRÁCTICOS
ficio de la parte considerada «selecta» y plantea la práctica profesional DE LA PRESERVACIÓN
comb una suerte de lucha de francotiradores. La aparición de métodos
mecanizados sólo ha servido para acelerar el ritmo de trabajo, sacrifi- La forma de concebir la preservación en bibliotecas posee unas carac-
terísticas específicas, que le son propias y que la hacen diferente de las po-
21 Creemos que el término tratamiento de conservación debe ser entendido desde un pun-
to de vista sumamente restrictivo. Sólo pueden ser calificados de esta manera, los tratamientos
que no implican un cambio de los valores actuales del documento, en cuanto a su aspecto -- La sobrevaloración de las técnicas mecanizadas constituye uno de los mayores proble-
exterior y la información material implícita. Por el contrario, la restauración tiene como fi- mas a los que se enfrenta la conservación documental actual, pues los espectaculares resul-
nalidad recuperar un hipotético aspecto original. Ello es claramente incompatible con las tados ocultan la brutalidad de los procesos. Tratamientos tan radicales como la laminación
líneas de trabajo actuales de la investigación bibliográfica, que obtiene valiosos datos de los interna o splitting, consistente en dividir el papel en dos y laminar con adhesivos plásticos la
aspectos más insospechados, como un parche, una anotación o una nueva encuademación, cara interna, o la laminación con polietileno, tan frecuente en los manuscritos con tintas íe-
cronológica o estilísticamente incompatible con el documento original. Por este motivo, las rrogálicas de los archivos, son practicas que deben ser rechazadas por la destrucción de las
manipulaciones en los procesos de conservación deben ser mínimamente lesivas y los trata- características originales del documento, en la práctica son irreversibles y económicamente
mientos cuidadosamente seleccionados. costosas.
POLÍTICAS DE CONSERVACIÓN EN BIBLIOTECAS UN CAOS DE TÉRMINOS: ¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO? 27

Iíticas de conservación aplicadas en otros centros culturales. Estas dife- mayor parte de los centros documentales, donde la conservación sería un
rencias han sido resumidas en los principios de base propuestos por Jean- elemento prescindible.
Paul Oddos en su manual 23 . El tercer elemento a considerar es, ajuicio de Oddos, la propia misión
El objetivo primordial de una biblioteca es facilitar el acceso a la in- de las bibliotecas en nuestra sociedad. La premisa expuesta más arriba de
formación. Con esta finalidad se encadenan una serie de actividades, des- que la biblioteca es un difusor activo de la cultura, implica que sus recur-
de la selección y la adquisición, a la catalogación y el servicio al público. sos y colecciones deberán estar permanentemente a disposición cíe los usua-
Para que la cadena tenga sentido, es necesario que el libro -elemento al- rios. De esta forma, se deben establecer una serie de niveles de actuación
rededor del que se organizan las actividades bibliotecarias- esté presente según el tipo de centro, ya sea una biblioteca universitaria, pública, espe-
de principio a fin. Sin catálogo, la biblioteca no funciona; de la misma cial o nacional. Las diferentes políticas de adquisiciones, acceso y uso es-
forma, si el documento está alterado y el usuario no puede disponer de tarán, por tanto, imbricadas en el proceso de conservación. Sin embargo,
él, el sistema falla. Por ello, todas las actividades que se desarrollan en la para la mayor parte de los profesionales de los centros de información, la
biblioteca, desde la selección de los servicios que se ofrecerán a la comu- preservación es una incógnita, tanto en su significado como en sus méto-
nidad, a la posición física definitiva que ocupan los ejemplares en los ana- dos de trabajo. Frecuentemente ignorada y considerada como un asunto
queles, están imbricadas en el proceso de preservación y, lo que es más esotérico propio de bibliófilos, archiveros y bibliotecarios de fondo anti-
importante, deben haber sido adoptadas teniendo en cuenta sus necesi- guo, por lo general, ha despertado poco o ningún interés en la mayor par-
dades de conservación. te de los centros24 ya que, cuando el desgaste físico es rápido, las coleccio-
Partiendo de esta idea, cabría preguntarse por qué se ha desarrollado nes son relativamente modernas y los fondos se renuevan periódicamente
con mayor lentitud que otras facetas bibliotecarias. Es difícil precisarlo por la obsolescencia de los textos, la preservación es una molestia añadida
pero, en este retraso, la conceptualización de los materiales documenta- que parece no reportar beneficios materiales pero sí gastos económicos
les parece jugar un papel primordial. En los museos, templos culturales de considerables25.
nuestro tiempo, las colecciones están formadas por conjuntos de piezas La retención de la parte más representativa de una colección durante
individuales con un valor económico generalmente elevado. La palabra un período de tiempo determinado, debe depender de los objetivos y fi-
MUSEO implica para la mayoría valores como historia, cultura, patrimo- nalidad del centro. Un error bastante extendido es el de considerar que
nio, valor económico, etc.; valores que, por otra parte, llevan implícitos únicamente en las bibliotecas con vocación de conservación -grandes bi-
el «respeto», «abstenerse de tocar» y otras limitaciones similares. Sin em- bliotecas nacionales o de investigación- deben plantearse el problema de
bargo, las bibliotecas son centros dinámicos de la cultura y su papel no la alteración, ya que son centros en los que la tasa de conservación a largo
es, únicamente, salvaguardar una parte de un patrimonio, exhibirlo y di- plazo se estima cercana al 100%. Sin embargo, esto no es del todo cierto.
fundirlo, sino ofrecer un conjunto coherente y actualizado de documen- En el Informe Ratcliffe sobre necesidades de preservación en el Reino
tos para que pueda ser activamente consultado. Dentro de las coleccio- Unido, una de las cuestiones clave en la encuesta era la relativa al volumen
nes, recibirán un tratamiento muy diferente los tesoros bibliográficos del de fondos que se pretendía conservar a largo plazo. De las bibliotecas que
que reciben las obras más comunes, de forma que, instituciones e inves- respondieron a la pregunta, 55 pretendían la retención total -28 públicas,
tigadores, han prestado un interés creciente por el cuidado de una pe- 13 universitarias 2 politécnicas, 2 nacionales y 10 gubernamentales-; 35 uni-
queña parte que, a grandes rasgos, se corresponde con el fondo antiguo versitarias y 45 públicas aspiraban a conservar más del 80%, frente a 1 uni-
o valioso. Pero existe otro patrimonio, infinitamente mayor constituido versitaria, 7 politécnicas y 29 públicas que esperaban expurgar más del 90%
por libros, periódicos, vídeos o discos que, a la'já vez que objetos cultu- de las colecciones26.
rales, son elementos familiares de ocio. Ello genera la paradoja de que, Si bien los dos extremos son poco realistas, el hecho de que la balanza
por un lado, se sacralizan ciertos objetos, se separan en los depósitos y su se incline bruscamente en favor de la retención de una parte significativa
uso se relega a una élite iniciada y, por otro, se permite un excesivo dejar del fondo, indica la existencia de una descompensación entre las expecta-
hacer en la manipulación y consulta de los considerados «materiales me-
24 Feather, John, Preservation and Ihe managemeni of librnry cülleclions. London: Library
nores», es decir, todo aquello que carece de la noble pátina del tiempo.
Esto explicaría el menor interés por preservar la mayor parte de los re- Associauon, 1991, pág. 1.
25 Aunque esta afirmación es reflejo de una realidad práctica, consideramos que no se co-
cursos de información contenidos en las biliotecas y, por extensión, en la rresponde con el interés real, como reflejan los primeros resultados de la encuesta sobre ne-
cesidades de conservación en España, en preparación.
23 Ocíelos, Jean-Paul, La conservalwn: príncipes el réalilés. París: Cercle de la Libraire, 1995, 215 Ratcliffe, F. W., Preservación policies and cunservalion in Brilish Librarles: report of the

págs. 9-14. En realidad estos tres principios son la base teórica de su manual, pero su poder Cambridge University Library Conservalion Projecl. [London]: The British Library, 1984,
explicativo justifica que aquí sean considerados como elementos diferenciadores. pág. 17.
28 POLÍTICAS DE CONSERVACIÓN EN BIBLIOTECAS
r UN CAOS DE TÉRMINOS: ¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO? 29

6- La preservación debe implicar a toda la plantilla de la biblioteca.


ti vas y las posibilides, mostrando claramente la necesidad de unas políticas
mínimas de preservación, labores que pueden ser resumidos en siete pre- Es responsabilidad de todos los grupos de la biblioceca y ha de formar
misas claves27: parte de todas las rutinas practicadas en el establecimiento: no es sólo un
asunto de especialistas técnicos que trabajan en laboratorios separados. A
1a El acceso a la información es el objetivo primordial de la biblioteca y un derecho cada miembro del centro le corresponde una tarea específica: el biblio-
social inalienable. tecario que determina la posición correcta de un ejemplar, que seleccio-
na un formato determinado o rechaza un donativo si no puede atender
Este acceso es posible gracias a la ordenación y clasificación de registros,
a sus necesidades de conservación; el auxiliar que manipula la docu-
pero también deben crearse los mecanismos que hagan posible la dispo-
mentación con cuidado; el encargado del mantenimiento que trabaja
nibilidad de la información completa, en cualquier formato y durante el
para evitar las variaciones climáticas o elige la fuente de luz menos per-
tiempo que sea necesario. niciosa, e, incluso, el usuario que llama la atención al responsable de la sala
cuando ha solicitado un documento que se encuentra en mal estado o
cierra los libros cuando no está trabajando directamente en sus textos.
2S Toda biblioteca precisa de implan de preservación.
Este plan ha de ser establecido atendiendo al dpo y al volumen de adqui-
siciones, el lapso de tiempo en el estarán a disposición del público, la 7a Una serie de trabajos son inherentes a cualquier tipo de biblioteca.
finalidad de la colección, la relación coste-beneficio y la disponibilidad de Estos son, básicamente, la educación de usuarios y trabajadores, la plani-
personal. ficación de desastres, la limpieza y la colocación. Estas cuatro actividades
asegurarán, en un altísimo porcentaje, menores gastos en reparaciones y
encuademación, y, por otra parte, harán partícipes a los usuarios de su
5a Cada colección difiere en sus contenidos y finalidad.
papel en la conservación de los recursos bibliotecarios.
El plan de preservación ha de acomodarse a los objetivos del centro, de
modo que los programas son independientes e irrepetibles. Las políticas La incapacidad para desarrollar un programa de conservación adu-
en una biblioteca municipal difieren de las realizadas en una biblioteca ciendo motivos presupuestarios, parte del error de considerar que es enor-
especial o de las necesarias en un archivo o en una biblioteca pública. El memente costosa. Sin embargo, cualquier biblioteca puede contar con un
énfasis se pondrá en las prácticas y en los métodos seguidos para el desa- programa de conservación siempre que adapte sus posibilidades a las ne-
rrollo del plan. cesidades más urgentes. Como otros programas desarrollados por la insti-
tución, los objetivos y prioridades deben estar firmemente imbricados en
sus principios y basarse en una política coherente y bien definida. Si éstos
43 La preservación debe ser considerada como una responsabilidad de gestión al más son excesivamente vagos o generales, será necesario replantearlos hasta que
alto nivel. se ajusten a las necesidades actuales. Los trabajos que mayor beneficio re-
Los programas serán desarrollados y gestionados por bibliotecarios cono- portan a las colecciones son baratos siempre que se realicen antes de que
cedores de las prioridades del centro y con capacidad de decisión, pues los ejemplares resulten dañados, por lo que deben preverse las causas de al-
gran parte de las practicas de preservación tendrán clara repercusión en teración antes de que los daños se manifiesten, y adaptar las políticas a los
el desarrollo del resto de actividades bibliotecarias. presupuestos disponibles. Es esencial tener una idea clara de los objetivos
después de realizar investigaciones sobre el estado de la institución y sus co-
5 * El plan de preservación debe estar consolidado como parte continuada del pre- lecciones. Por tanto, el primer paso, a la hora de establecer un programa
supuesto de la biblioteca. de conservación, será realizar encuestas y observaciones sobre el funciona-
Las políticas intermitentes son ineficaces. Como señalaba Spofford a fina- miento del edificio y los problemas más acuciantes, incluyendo aspectos tan
les del XIX, la preservación es la única actividad que se desarrolla veinti- dispares como la manipulación de los ejemplares o la contratación de se-
cuatro horas al día, siete días a la semana. Un presupuesto escaso, pero con- guros. Estas encuestas deben girar en torno a cuatro ejes básicos28:
tinuado, permiürá la aplicación de políticas sencillas con buenos resultados
a largo plazo, como es el caso de la limpieza o la provisión de camisas y con- I" El edificio.
tenedores. Es el gran espacio en el que alojan las colecciones y la forma en la que
está construido, su estado y su uso son fundamentales para conocer los
-' Estas premisas amplían las cuatro clásicas señaladas por Ross Harvey en Preservaüon in
-8 Estos puntos son los expuestos por Adcock, Edward P., op. cit., págs. 10-11.
librarles:-principies, stralegies• cmd practices• for librarians. London: Bowker Saur, 1993, pág. 211.
30 POLÍTICAS DE CONSERVACIÓN EN BIBLIOTECAS
UN CAOS DE TÉRMINOS: ¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO? 31

posibles riesgos a los que se enfrentan. Por ello, deben ser identifica-
dos todos los elementos que constituyen una amenaza para la correcta además, se tienen en cuenta otros factores como el uso, valor y propor-
conservación en materia de medio ambiente y seguridad, analizando ción de deterioro. En caso de adoptar una política de conservación por fa-
pormenorizadamente los elementos arquitectónicos internos y exter- ses, deberá ser integrada dentro de la estructura administrativa de la bi-
blioteca29.

2" Prevención de desastres y respuesta.


El conocimiento del edificio y de las actividades desarrolladas en el inte- 1.4. MODELOS DE PRESERVACIÓN
rior o exterior, servirán para elaborar una lista de riesgos potenciales y
establecer un plan de desastres. Estos programas difieren de los planes Como se ha señalado en numerosas ocasiones, los programas de con-
de emergencia, pues van dirigidos al salvamento de las colecciones y no servación son irrepetibles. No existe una fórmula mágica, o un manual que
del personal, y se pondrán en funcionamiento sólo cuando la integridad contenga la política perfecta. Esto es debido a que cada centro tiene ne-
de las personas esté totalmente asegurada. Su misión es crear una serie cesidades diferentes y a que varía el dpo de usuarios de un centro a otro y
de recursos que permitan una respuesta rápida y adecuada en caso de sus exigencias: lo que puede constituir un tesoro para una biblioteca mu-
inundación, incendio o cualquier tipo de contingencia catastrófica. En nicipal determinada, puede ser un objeto de segundo orden en una bi-
el trabajo de planificación han de establecerse las responsabilidades de blioteca universitaria, y viceversa. Por ello, cada biblioteca debe considerar
cada uno de los miembros de la biblioteca para actuar de forma coor- la creación de su polítca de preservación a la medida de sus propias nece-
dinada, se crearán diferentes brigadas de trabajo y se contratarán los sidades30.
recursos necesarios para el salvamento y recuperación de los materiales Harvey, basándose en los niveles de preservación de Carolyn Clark
dañados. Morrow, propone una serie de modelos adecuados a cada tipo de colec-
ción31. Según el autor, pueden señalarse cuatro modelos básicos: peque-
3fi El medio ambiente. ñas colecciones típicas de las bibliotecas de empresas, fundaciones y en-
Es necesario conocer con exactitud las condiciones ambientales en las tidades privadas, con plantillas muy reducidas y presupuestos igualmente
que la documentación se conserva, qué puntos del edificio presentan pro- escasos; las colecciones de uso frecuente de las bibliotecas públicas y al-
blemas o, por el contrario, cuáles resultan más adecuados. gunas universitarias o académicas, con fondos que llegan a ser cuantio-
sos, y caracterizadas por un tipo de usuarios amplio y plantillas reduci-
4a Las colecciones. das; un tercer grupo de colecciones, con un componente retrospectivo
Indudablemente, el estudio de la colección permitirá determinar los prin- amplio, dotado de plantillas muy especilizadas, habitual en las bibliote-
cipales problemas. Es necesario evaluar su estado, su seguridad, cómo se cas de colegios profesionales, bibliotecas departamentales, seminarios,
almacena y manipula y las condiciones de las salas de trabajo y de los fondos especiales, etc. y, finalmente, un cuarto grupo integrado por co-
depósitos. Además, resulta fundamental conocer el estado de conservación lecciones de importancia nacional, que tendría correspondencia en el
.del conjunto de la colección, qué partes se encuentran en peor estado, cuá- ámbito nacional con las bibliotecas de las Academias y las grandes bi-
les son las más valiosas o importantes, cuáles son las que corren mayores bliotecas públicas regionales y nacionales. En general, los requisitos son
riesgos, el crecimiento de la colección, el espacio disponible para alojar- idénticos para los cuatro grupos: encuademación, reparaciones meno-
la y qué dirección debería tomar la colección. res, manipulación, cuidados y almacenamiento adecuados, control am-
biental, educación de usuarios y trabajadores, reproducción, seguridad,
La necesidad de establecer prioridades es una parte esencial de la pla- planificación de siniestros, posible sustitución de materiales deteriora-
nificación y aplicación de un programa de conservación. El concepto de dos y cooperación. Lo que los diferencia es el grado de implicación en la
conservación por fases es sumamente valioso. El fundamento de un progra- preservación, la escala de actividades a desarrollar, qué elementos se de-
ma de conservación integral por fases es proteger los objetos físicamente, ben considerar prioritarios y qué colecciones deben ser preservadas.
colocándolos en envolturas o cajas de calidad de archivo y desarrollar el
resto de procedimientos en diferentes etapas, dependiendo de los recur- 29 Harvey, Ross, Preservation in librarles: principies, stralegies and practicas for librarians. London
sos y de las prioridades del centro. Acuñado por la Biblioteca del Congreso, Bowker Saur, 1993. (Topics in Library and Information Studies), pág. 214.
en 1973, este concepto ha demostrado ser de gran ayuda en la selección 30 Una interesante guía para la selección de los recursos necesarios a aplicar se puede en-

de materiales para el tratamiento, evitando la selección de objetos que, contrar en Morrow, Carolyn Clark, The preservation challenge: A guide lo conserving library mole-
aunque necesitan atención, no se les puede asignar una prioridad alta si, ríais. White Plains, N.Y.: Knowledge Industry Publications, 1983.
31 Harvey, Ross, Preservation in librarles: principies, págs. 216-225.
i

i
POLÍTICAS DE CONSERVACIÓN EN BIBLIOTECAS UN CAOS DE TÉRMINOS: ¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO? 33
I
de los lectores, protección de los materiales y selección de los métodos de I
encuademación.
- Cooperación con otras bibliotecas I
- Desacidificación en masa
- Proyectos cooperativos de reproducción Modelo 2. Colecciones de uso intensivo.
- Microrilmación exterior I
- Análisis del medio ambiente
- Adquisición de copias de remplazo
Este segundo grupo es el constituido por colecciones de uso frecuen-
I
- Especificaciones técnicas en trabajos de encuademación/restauración
- Reparaciones menores/Encuademación
te. Estas colecciones están formadas por materiales recientes y la presen-
- Reproducción de materiales valiosos para reducir la manipulación cia de materiales antiguos es anecdótica o de importancia menor. La ma- I
- Expurgo o reemplazo de ejemplares en mal estado
íesarrollo de programas escritos de preservación yor parte de las obras son de préstamo y son manejadas en diversas
- OJrttrol de iluminación, temperatura y humedad
de usuarios y trabajadores
circustancias, generalmente fuera del recinto y descartadas cuando se han
- Control enX préstamo
ferias y colocación
deteriorado o han dejado de ser consultadas. Junto a las colecciones cir-
culantes, conviven materiales que deben ser conservados a largo plazo, sien-
préstamo
programa de siniestros do el caso de las obras de historia local, los manuales de referencia, las edi-
ciones más lujosas y los diccionarios, enciclopedias, catálogos, etc.
Estas colecciones deberán acentuar la política de educación y concien-
ciación, aspecto en el que, tanto Harvey como Morrow, señalan la con-
rsitarios de 1° y 2° Ciclo
veniencia de establecer políticas por escrito en las que se conmine a la
rofesional es/Especialistas
comunidad a colaborar en la conservación de los fondos. Además, debe-
•/ \s rán tener algún tipo de programa de reparaciones básicas y de encua-
demación exterior. Siempre que sea posible, se procederá a realizar la-
bores básicas de conservación en el propio centro, como reparaciones en
las encuademaciones, fijación de elementos sueltos o protección básica
de los materiales en mal estado. Una política adicional sería la repro-
La relación entre los vectores Políticas, Tipo de colecciones y Usuarios permite establecer ducción de los ejemplares de alto valor que son fotocopiados con mayor
programas de preservación «a medida». frecuencia, poniendo a disposición de los usuarios una copia que pre-
venga los daños en el original.
Modelo 1. Colecciones especializadas de pequeño tamaño.
Modelo 3. Colecciones retrospectivas de bajo uso.
Las pequeñas bibliotecas especializadas se caracterizan por un uso re- Las colecciones con un componente retrospectivo importante que es
ducido de sus fondos y por grupos de usuarios muy determinados. Se co- necesario conservar a largo plazo, se correspondería con el modelo 3 de
rresponde con la categoría 1 de Morrow, es decir, colecciones de literatu- Harvey y Morrow. Según la autora norteamericana, se trataría de colec-
ra convencional y fuentes corrientes, con un pequeño porcentaje de ciones formadas por fuentes de referencia y obras convencionales asidua-
colecciones retrospectivas, incluyendo libros antiguos, manuscritos y ma- mente consultadas, además de una cuantiosa colección retrospectiva utili-
teriales únicos de historia local. Suelen disponer de recursos extremada- zada con moderación, que incluye bibliotecas departamentales y pequeñas
mente limitados y su plantilla se reduce a pocos trabajadores, de modo que colecciones separadas de libros raros y manuscritos. Generalmente, se tra-
es bastante improbable contar con los recursos necesarios para establecer
ta fondos de instituciones que cuentan con presupuestos amplios y, por tan-
un programa de conservación y, más aún, cargar a uno de los miembros
to, con la posibilidad de diversificar las funciones del personal y de los pre-
con las tareas relacionadas con e-1 cuidado y mantenimiento de las colec-
ciones. supuestos sin necesidad de recurrir a recursos externos de financiación,
A diferencia de otras instituciones mayores, el control ambiental no aunque estas fuentes no deberían ser menospreciadas.
debe ser rigurosamente aplicado, siendo suficiente mantener unos índices Al igual que los modelos anteriores, este tipo de centros debe prever
de compromiso entre el bienestar de los trabajadores, usuarios y el de las la creación de los recursos básicos de preservación, como control del me-
colecciones. Sin embargo, será necesario planificar las fuentes de ilumi- dio ambiente, reparaciones menores, educación de usuarios y trabajado-
nación, entre las que se seleccionarán lámparas de baja emisión de radia- res o planificación de catástrofes. Sin embargo, y a diferencia de las an-
ción ultravioleta, y establecer un programa de prevención de desastres. teriores, debe introducir cuidados especiales para las colecciones
Otras actividades relacionadas con este upo de centros son las labores de retrospectivas, como la instalación en el propio centro de talleres y la con-
limpieza, educación de trabajadores en la manipulación, concienciación tratación de servicios adicionales de reproducción y de conservación y
04: POLÍTICAS DE CONSERVACIÓN EN BIBLIOTECAS UN CAOS DE TÉRMINOS: ¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO? 35

una política de desarrollo de colecciones más activa en el fondo retros- 1.5. BIBLIOGRAFÍA ADICIONAL
pectivo.

1. Preservación en general,
Modelo 4. Colecciones de interés nacional.
El cuarío modelo, lógicamente, exige mayor infraestructura en con- AGRESTO, JOHN, «Preserving our heritage», en Nalional Preservation Neius, 1986, vol.
5, págs. 1-13.
servación, pues se trata de colecciones irremplazables. Posiblemente, con-
« Transcñpl ufan adress delivered al Lhe New York Conference, 'Our Memory at Risk' hela
tiene objetos cíe gran trascendencia cultural y también un considerable nú- al Lhe end of a three-year projecl to analyze preservation neds of Lhe sLate 's libraries and
mero de ejemplares que no tienen excesivo valor como objetos individuales archives. Looks at preservation as a polilical, social, and sclwlary imperative» (Montori,
pero sí son importantes como conjunto. Generalmente, este tipo de co- Caria J., «Librar/ preservation in 1986: An annotatecl Bibliography», en Library
lecciones se encuentran ubicadas en edificios de gran tamaño, que dispo- Resources and Technical Services, 1987, vol. 31, n a 4, pág. 374).
nen de grandes recursos económicos y plantillas numerosas. Aunque no ASSOCIATION OF RESEARCH LlBRARIES, Preservation planning program resource giddes.
. todas, disponen de infraestructura en materia de preservación, con bi- Washington: Association of Research Libraries, 1993.
bliotecarios encargados de la misma a tiempo completo y técnicos en con- Se presentan siete gtiías con los elementos principales para desarrollar un pro-
servación, encuademación y reproducción. grama de preservación en una biblioteca: 1. Options for replacing and reformating
En este tipo de centros, las labores básicas están -o deberían estar- ple- deterioraíed materials; 2. CollecLions conservation; 3. Commercial library binding; 4.
namente consolidadas, especialmente, en lo referido a control ambiental, Collections mainlenance and improvement program; 5. DisasLer preparedness; 6. Slaff
programas de respuesta en caso de desastres, educación y en la práctica dia- training and user awareness in preservation managemenl; 7. Organizing preservation
activilies.
ria de la conservación. A diferencia de los dos primeros modelos, deben pri-
BATTIN, PATRICIA, «Preservation: the forgotten problem», en New directionsfor higher
mar las políticas encargadas de la preservación de los contenidos -median- education: Priorilies for Academic Libraries, editado por T. J. Galvin y B. Lynch, San
te microfilmación sistemática de los fondos u otro tipo de reproducción-. Francisco, Jossey-Bass, 1982, págs. 61-69, (vol. 39).
La conservación material toma un significado muy superior al de otros —, «Dicussion of'Collection preservation: the practical choices'», en TAPPIProceedings:
tipos de colecciones. La importancia de los tratamientos realizados, para- 1988 Paper Preservation Symposium, Capital Hilton, Washington DC, October 19-21,
dójicamente, se complementa con un mayor énfasis en el respeto del es- Atlanta, GA, TAPPI, 1988, págs. 215-216.
tado cíe los objetos, de forma que se pretende un acercamiento al docu- —, «Crumbling books: a cali for strategies to preserve our cultural memory», en
mento mímimamente agresivo, potenciando las labores sencillas de Change, 1989, págs. 6, 56.
conservación en detrimento de líneas más activas de trabajo. La pérdida —, «The importance of archives», en American Archivist, 1990, vol. 53, n a 2, págs.
de información ocasionada por los tratamiento restauradores es, en este 188-190.
tipo de colecciones, inadmisible. Por ello, frente a la tradicional postura Llamada a la concienciación a archiveros a los que urge a practicar políticas
intervencionista de los trabajos cíe restauración, en las colecciones de im- semejantes a las desarrolladas en bibliotecas.
—, «'As far into the fu ture as possible': choice and cooperation in the 1990s», en
portancia nacional deberán primar las políticas de protección en conte-
Advances in Preservation and Access, editado por Barbara Bruckner Higginbotham
nedores adecuados, la estabilización de objetos dañados y la prevención. y Mary E. Jackson, Westport, Conn, Meckler, 1992, págs. 41-48.
BEARD,J. C., «Preservation problems in public libraries», en Preserving Word: Library
La preservación ha sufrido cambios trascendentales en los últimos vein- Association Conference Proceedings, Harrogate, 1986, editado por R. Palmer, Londres,
te años. Ha ampliado notablemente sus contenidos y mejorado sus instru- Library Association, 1987, págs. 46-50.
mentos de trabajo, de tal forma que se ha integrado en la rutina bibliote- BROWN, JAYWARD, «The once and the future book: the preservation crisis», en Wilson
caria como una faceta esencial para el éxito de la difusión de la Library Bulletin, 1985, vol. 59,
información. Lejos de permanecer reducida a los talleres de conservación BUCHANAN, SALLYA., «Preservation perspectives: too big, too expensive, too time-con-
o de encuademación, sus ámbitos de trabajo implican a la mayor parte de suming», en Wilson Library Buttetin, 1993, vol. 68, n s 2, pág. 64.
la plantilla de la biblioteca y su impacto dependerá, en gran medida, de la BYRNES, MARGARET, «Preservation and collection management: some common con-
concienciación de trabajadores y de los usuarios, usufructuarios de los re- cerns», en Colleclion Building Reader, editado por Betty-Carol Sellen y Arthur
cursos que la institución pone a su disposición. Igualmente, la preserva- Curley, New York, Neal-Schuman, 1992.
CALMES, ALAN; SCHOFER, RALPH; EBERHARDT, KEITH R., «Theory and practice of
ción ha ampliado notablemente su campo de trabajo, A diferencia de la
paper preservation tbr archives», en Restaurator, 1988, vol. 9, n° 2, págs. 96-111.
conservación tradicional, recluida en las grandes instituciones, la preser- La aplicación de medidas de preservación en archivos de recursos limitados es
vación debe ser practicada, en la medida adecuada, en todo tipo de colec- escasa y problemática. Los autores -un archivero, un conservador y un inge-
ciones con el fin de mejorar el servicio y limitar el gasto provocado por el niero en investigación operativa- han diseñado un modelo de trabajo fácil de rea-
mal uso y el deterioro de las colecciones. ¡ lizar.
36 POLÍTICAS DE CONSERVACIÓN EN BIBLIOTECAS UN CAOS DE TÉRMINOS: ¿DE QL'É ESTAMOS HABLANDO? 37

CHAPMAN, PATRICL-V, Quidetines on preservation and conservaban policies in the archives and servación, como el control ambiental, protección de materiales, valoración
libraries heritage. París: UNESCO, 1990. (Programa General de Información y del estado de conservación de las colecciones, organización y administración,
Unisist, PGI-90/WS/7). prevención de siniestros, microfilmación, actividades cooperativas, educación,
Guía paso a paso para establecer una política de preservación. Claro y conciso, al etc. Se suministra conjuntamente con Darling, P. Webster, Harris y Merrill-
final propone una bibliografía enumerativa. Oldham Preservation planning program, 1987, al que sirve de apoyo y comple- t-
CHILD, MARCAKET, «Deciding what to save», en Abbey Newsletter, 1982, vol. 6, n Q 4, págs. mento.
4 págs. DliGENNARO, RICHARD, «Research Libraries: rnankind's memory at risk», en TAPPI «
'Text ofa 1981 address which deals withformultinglibrary/archive conservation policies'
(Art and Archeology Technical Abstracts, 19-1265).
Proceedings: 1988 Paper Presarvation Symposium, Capital Hilton, Washington DC, Octobcr
19-21, Atlanta, GA, TAPPI, 1988, págs. 13-14.
e
CHRJSTENSEN, JOHN O., «Extended life for popular paperbacks», en Library Journal,
1 oct, 1989, págs. 65-66.
DEPEW, JOHN N. A library media and archivalpreservation handbook. Santa Barbara, Ca:
ABC-Clio, 1991. ISBN 0-87436-543-0.
t
«...is one of several recent writings wich consider the question of whether paperbacks Manual básico en materia de preservación. Comienza con el clásico capítulo
need to be stregíhened and the options avalaible in the light ofthe expected use ofthe ítems: dedicado al papel y su fabricación, para pasar a describir los problemas de con-
it is a good illustration of the precept that 'preservation is for use» (HARVEY, Ross, servación preventiva. El tercer y cuarto capítulos se centran en cuidados básicos,
Preservation in libraries: a reader... pág. 266). Reimp. en esta obra, págs. 304- manipulación, reparaciones y encuademación, reservando un capítulo en exclu-
306. siva a los problemas de preservación de los libros quebradizos. Los siguientes
CLEMENTS, D. W. G., «Policies for collection and retención», en Managingpreserva- capítulos analizan los problemas de los materiales especiales, metodología para
tion of serial literature: an International Symposium hehl at Library ofCongress, Washington la evaluación del edificio y de las colecciones y planificación en caso de siniestros.
D. C, may 22-24, 1989, editado por Merrilyn A. Smith, München. K. G. Saur, En el capítulo final se ofrece un directorio muy completo de instituciones y sumi-
1992, págs. 17-23. (IFLA publications, 57). nistradores -lógicamente más interesante para el lector americano-. La obra está
El costo de la preservación debe calcularse desde el momento mismo en el que muy bien estructurada y permite un acceso rápido a parcelas concretas de la dis-
las piezas pasan a formar parte de los fondos. De ahí la necesidad de desarrollar ciplina, contiene numerosos ejemplos prácticos y cuestionarios de instituciones
herramientas de trabajo como Cpnspectus. norteamericanas, lo que le convierte en un valioso instrumento de trabajo. Sin
CLOONAN, MlCHELE VALERIE, «The preservation of Knowledge», en Library Trenas, embargo, en ocasiones, el nivel es irregular y a párrafos meramente divulgativos
1993, vol. 41, n a 4, págs. 594-604. le siguen otros sumamente complejos o de nula aplicación en el trabajo diario,
CUNHA, GEORGE MARTIN, «Current trends in preservation research development», como la extracción del pH siguiendo la normativa TAPPI o las diferentes técni-
en American Archivist, 1990, vol. 53, na 2, págs. 192-202. cas de análisis de la resistencia del papel. Por otra parte, recurre frecuentemen-
El autor hace un breve repaso de los avances logrados en la conservación de te a la transcripción de párrafos de otros autores, lo que le da un desagradable
archivos, desde el control ambiental a la desacidificación en masa y el papel alca- aspecto de 'refrito'.
lino. Se trata de una llamada a los archiveros para que se conciencen de la nece- FEATHER, JOHN, «Preservation and consen'adon: a professional issue for the 1990s»,
sidad de conservar y mantenerse al día de los nuevos avances. Contiene 27 referen- en New Zealand Libraries, 1989, vol. 46, n a 2/3, págs. 17-25.
cias bibliográficas. Reimp. en HARVEY, Ross, Preservation in libraries: a reader... págs. «Feather notes that the Solutions to the preservation-problern are 'managerial' and iniroduced
386-398. the idea of 'collection management': preservation makes sense only when it is seen aspart
DARLING, PAMELA W-, «Planning for the future», en Library Preservation Program: of the adquisition, use and disposal». (HARVEY, Ross, Preservation in libraries: a rea-
Models, priorities possibilities. Proceedings ofa Conference, Washington D. C, april 29, der... pág. 9). Reimp. en la misma obra, págs. 16-29.
1983, editado por Jan Merril-Oldham and Merrily Smith, Chicago, American —, Information preservaron and management. Brookfield, V.T.: Gower, 1996.
Library Association, 1985, págs. 103-110. This revised edition of the very successful'Preservation and the Management of Library
La autora hace hincapié en la necesidad de establecer una serie de prioridades Collections' (LAPL, 1991) gives a comprehensive overvieiu ofthe management and pre-
que no deben posponerse por la falta de un laboratorio de conservación. La coo- servation of information in both traditional and electronic formáis. It tahas account of
peración puede, en este campo, rendir un gran servicio. receñí Research in some of the more traditional áreas, but, in wholly new chapters, also
—, «Creativity v. despair: the challenge of preservation administration», en Library gives detailed consideration to the technical and professional issues which arise from
Trends, 1987, vol. 30, n a 2, págs. 179-188. the need to preserve electronic data and to créate and preserve electronic data archives for
— (comp.), Preservation planning program: resource notebook. Rev. ed. by Wesley L. the future. This new focus reflects the changing concerns ofboth academics and practi-
Boomgaarden. Washington D.C.: Association of Research Libraries, 1987. cioners lowards: emphasis on access to information rather than preservation ofmaterials,
Carpeta de una selección de artículos fotocopiados (en algunos casos con esca- permanence of electronic data and media, selection of electronic information for preser-
sa fortuna) de diferentes autores. La finalidad de esta recopilación es, como vation, disseminalion of and access to preserved electronic media, implemenlation of
señala Boomgaarden en la introducción, la de proporcionar mayor difusión a access policies, issues raised by electronic dala archives and ihe extensive use ofrefresh-
más de cien artículos importantes publicados, en la mayoría de los casos, en ment and surrogacy, digitalization. The book is intended for students and for practicioners.
revistas de difícil acceso, así como ofrecer una lista clasificada de más de dos- It gives a broad overview for the beginner, but has sujfcient depth to satisfy the more
cientas referencias de fácil acceso o que no pudieron ser reproducidas por advanced. (Library Association Publishing, Catalogue, ofnew books and Backlist.
carecer de los permisos pertinentes. Se cubren diferentes aspectos de la pre- 1996, pág. 25). t
38 POLÍTICAS DE CONSERVACIÓN EN BIBLIOTECAS UN CAOS DE TÉRMINOS: ¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO? 39

—, Preservalion and the management of library colleclions. 2nd. ed. Londres: Library Proceedings ufFifth National Conference of Association of College and Research Librañcs,
Association Publishing, 1996. ISBN 1-85604-190-5. Cincinanati, Ohio, Aprílj-S, 1989, editado porjanice C. Feller, 1989, págs. 298-
J. Feather es profesor de biblioteconomía e información en la Universidad de 302.
Tecnología de Loughborough y editor de numerosas publicaciones bibliográfi- «An examination of preservation thought and practice in academic and research libraries
cas. Esto le permite dar un enfoque de la conservación muy diferente ai de otros at the lurn of the century» (Art and Archeology Technical Abstracts, 28-1912).
autores, formados en la práctica de la conservación. La obra está orientada al KAPLAN, HILARYA.; BANKS, BRENDA S., «Archival preservation: the teaming of the
mundo de los bibliotecarios y responsables de colecciones, centrándose espe- crew», en American Archivist, 1990, vol. 53, n a 2, págs. 266-273.
cialmente en los materiales modernos como la fotografía o' los soportes magné- Enfatiza las diferencias entre las necesidades de preservación de los archivos y las
ticos. Sus definiciones de preservación, conservación y restauración son más cer- bibliotecas.
canas a los criterios actuales que las oficiales de la IFLA enunciadas por Dureati KELLAR, SCOTT, «Collections conservaron: an emerging perspective», en Conservation
y Ciements en 1986. Maneja, en cada capítulo, un gran número de referencias Administraron News, 1990, vol. 43, págs. 1-2, 30.
bibliográficas que aparecen resumidas al final del texto, aunque existen nota- KRUGER, BETSY, «Automating preservation information in RLIN», en Library 'Resources
bles ausencias. Algunos errores presentes en la primera edición han sido rectifi- and Technical Services, 1988, vol. 32, na 2, págs. 116-126.
cados. LAROSE, MlCHELE, «Conservation planing and programs», en Proceedings of
GRACY, DAVID B., «Between muffins and Mercury...: the elusive definition of Conservation in Archives: International Symposium, Ottawa, Canadá, May 10-12, 1988,
'Preservation'», en New Library Scene, 1990, vol. 9, na 6, págs. 1, 5-7. París, National Archives of Ganada and International Council of Archives, 1989,
«•...defines more closely what preservalion is. His definition is given in terms of the activi- págs. 297-308.
Lies which preservalion encompasses in the I990s and so is a succint description of the com- LlDDLE, DAVID, «Conservation: The public library view», en Conservation and collec-
ponenls of preservation terms in libraries». (HARVEY, Ross, Preservation in librarles: a tion management: proceedings ofa seminar at Loughborough University of Technology, 22-
reader..., pág. 9). Reimpreso en esta misma obra, págs. 10-15. 23July 1987, London, National Preservation Office, British Library, 1988, págs.
HARVEY, ROSS, «Nothing left to access?; the problem of deteriorating newspapers», 29-38.
en Education for Librarianship, 1988, vol. 5, n a 1, págs. 18-26. McCLEARY, JOHN, «El transcurso de la conservación: ¿Ha mantenido España el
El autor presenta la problemática y esfuerzos realizados en materia de preserva- ritmo?», en Boletín ANABAD, 1995, vol. XLV, n fi 2, págs. 39-60.
ción de prensa periódica en Nueva Zelanda y en Australia. Traducción de Luis Crespo Arca. La conservación de archivos y bibliotecas en
—, Preservation in libraries: A reader. Londres: Bowker Saur, 1993. (Topics in Library España ha tenido un desarrollo asimétrico. Pese a lo mucho que se ha avanzado
and Information Studies). ISBN 0-86291-608-9. desde finales de los años 60 en las políticas de restauración, la conservación pre-
Volumen independiente, pero complemento de la obra del mismo autor y año ventiva apenas ha interesado. La presentación de resultados en otros países, en
Preservation in libraries. Los diez capítulos cubren todos los aspectos de la preser- especial de los Estados Unidos, y la comparación con lo que se ha hecho en nues-
vación. Cáela uno se abre con una pequeña introducción y se cierra con una tro país, no puede ser más elocuente. Una llamada a la reflexión.
excelente selección de referencias adicionales, lo que le convierte en un valioso McCRADY, ELLEN, «Selection for preservation: a survey of aproaches», en Abbey
manual de referencia para bibliotecarios y conservadores. Los dos volúmenes Newsletter, 1982, vol. 6, na 4, Supl., págs. 1-4.
forman, sin duda, el texto más completo publicado desde los trabajos de P. W. «Description of plans which consider Conservation as a part of collecting or retention
Darling de 1987. «This seleclion ofwritings is based on the preñases that all collections need policiesfor libraries and archives» (Art and Archaeology Technical Abstracts, 19-
a preservation plan and that preservation must be the concern ofall library staffat every level 1303).
and a part ofall library roulines» (pág. 2). MERRILL-OLDHAM, JAN, «Preservation comes of age: an action agenda for the '80s and
—, Preservation in libraries: principies, strategies and practices for librarians. London: beyond», en American Libraries, 1985, n a 16, págs. 770-772.
Bowker Saur, 1993. (Topics in Library and Information Studies). Sucinta explicación de los objetivos, técnicas y problemas a los que se enfrenta la
ISBN 0-86291-632-1. preservación. Reimpreso en Darling, Pamela W. (ed.), Preservation planning...,
Manual dirigido a los encargados de la preservación de las colecciones. Al con- págs. 35-37.
trario que otros manuales escritos al uso, el autor trata el tema desde el punto de —; MORROW, CAROLYN CLARK; ROOSA, MARK, Preservation program models: a study pro-
vista de los bibliotecarios y la gestión de los fondos. Presenta la misma estructu- ject and report. Washington DC: Association of Research Libraries, 1991.
ra que el volumen de lecturas del mismo autor, editorial y año, y le sirve de com- MILEVSKY, ROBERT J., «Library preservation: Implementing programs. A sumary
plemento. Sin duda, uno de los mejores trabajos de esta década. report», en New Library Scene, 1985, vol. 4, n Q 2, págs. 1, 5, 7-8.
HAZEN, DAN C., «Collection development, collection management and preserva- MORROW, CAROLYN CLARK (with CAY WALKER) , The preservation challenge: a guide to
tion», en Library Resources and Technical Services, 1982, vol. 25, n a 1, págs. 3-11. conserving library •rnalerials. Wliite Plains, N.Y.: Knowledge, 1983.
«Hazen dassijies some preservalion activities such as environmental controh and general NAINIS, LINDA; BEDARD, A., «Preservation book survey in an academic law library»,
collection mainlenance, including repair and rebinding, as mass treatments, not needing en Law Library Journal, 1986, vol. 78, n 9 2, págs. 243-259.
item-by-item atlention from collection development librarians». (MlLEVSKl, Robert J. y NASLUND, CHERYL TÉRRAS, «Preservation programs in small academic libraries», en
Linda NAINIS, Tmpiementing a book repair...', LRTS, 31, 2, nota final 21). Operations handbook for small academic library, editado por Gerard B. McCabe,
HlGCINBOTHAM, BARBARA BuCKNER, «Custodianship to Conservation: building on Westport, Greenwood, 1989 págs. 153-162. (The Greenwood Library Management
the preservation foundations of our forebears», en Building on ferst century: Collection).
40 POLÍTICAS DE CONSERVACIÓN EN BIBLIOTECAS UN CAOS DE TÉRMINOS: ¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO? 41

OAKLEY, RÜBERT L., Copyright and preservation: A serious problem in need o/a thmtghtful peración y educación, mientras que el segundo se centra en diversos tratamieri- • %-
solution? Washington DC: Commission on Preservation ancl Access, 1990. tos de conservación como la desacidificación en masa, control de plagas y cli- -
(Commission on Preservation and Access Report). mático o almacenamiento. ™"
El autor explica las razones que llevaron a la creación del Comité de — (ed.), Managing the preservation of serial literature: an International Sjmposium. 4b
Preservación y Acceso y su ambicioso plan de microfilmación de más de 3 Conftrence held at the Library of Congress, Washington DC, May 22-24, 1989.
millones libros valiosos en estado quebradizo. Algunos párrafos de las pági- München: K. G. Saur, 1992. (IFLA publications, 57). ISBN 3-598-21783-8, ISSN %_.
nas 1 a 5 han sido reimpresos en HARVEY, Ross, Preservaticm in librarles: a reader..., 0344-6891.
págs. 30-36. Publicación que contiene las aportaciones de los diferentes participantes al %-
ODDOS, JEAN-PAUL (dir.), La conservation: principes el reedites. Paris: Cercle de la Congreso de la IFLA de 1989, dedicado en este caso a la preservación de las ^
Libraire, 1995. (Collection bibliothéques). publicaciones seriadas. Muchas de las intervenciones se centraron en las posíbi- ^"
RATCLIFFE, F. W., «Preservation: a decade of progress», en Library Review, 1987, vol. lidades que ofrecen las nuevas tecnologías de intercambio de información, así A
36, págs. 228-236. como la necesidad de desarrollar los catálogos bibliográficos como herramienta
—, Preservation polides and conservalion in british libraries: report ofthe Cambridge Universüy imprescindible de cara a la preservación de la herencia documental. fe
Library Conservation Project. [London]: The British Library, 1984. SUN, MARJORIE, «The big problem of brittle books», en Science, 1988, vol. 240, págs.
Evaluación de las necesidades de conservación en el Reino Unido. Esta obra 598-600. &
marcó un cambio de rumbo en la preservación de este país. SWARTZBURC, SUSAN G., «Preservation: an overview», en Preservation oflibrary mate-
RlTZENTHALER, ¡VÍARY LYNN, Archives and manuscripts conservation: a manual on physi- riáis: proceedings of a seminar sponsored by Library Binding Institute and Pincenlon- w~
cal care and management. Chicago: Society of American Archivists, 1983. (SAA Basic Trenton Chapter of Special Libraries Association, Ruígers University, july 20-21 1979, ¿*
Manual Series).
editado por Joyce R. Russell, New York, Special Libraries Association, 1980 **~
Básicamente, trata de los aspectos que hoy denominamos preservación, como el
págs. 1-5. (|_
estudio del medio ambiente, las formas correctas de almacenamiento, los pro-
—, Preserving library materials: a manual. 2nd ed. Metuchen, NJ: The Scarecrow Press,
gramas de microfilamación o la creación de programas de conservación. Son
1995. ISBN 0-8Í 08-2855-3. &
especialmente interesantes los capítulos 7-Integrando la conservación y la admi-
«A completely revised and updated neiu edition of this basic test, which helps librarians to
nistración archivística-, 8 - Realización de un programa de conservación- y 9 -
analyse their conservation needs and develop adequate programmes to meet them.... A list V—
Evaluación de las necesidades de conservación-, así como la bibliografía comen-
of organizations concerned with conservation of library materials, and analytical biblia- *
tada. El Apéndice B. muestra, con dibujos a línea sencillos y claros, algunas de las
tareas básicas de reparación y conservación. graphy and glossary of technical terms are appended» (ICCROM News, July 1995, na 21,
—, Preserving archives and manuscripts. Chicago: The Society of American Archivists, págs. 30-31). @_
1993. (Archiva! Fundamental Series). ISBN 0-931828-94-5. VINCENT-DAVISS, DIANA, «Preservation needs of law libraries», en Abbey Newsletter,
Manual completo de preservación. Dividida en diez capítulos (definición, pla- 1990, vol. 14, n a 2, págs. 21-22. fU
nificación, naturaleza de los materiales, causas de deterioro, medio ambiente, WlLSON, A., «For this and future generations: managing the conflict between pre- _
manipulación, almacenamiento, administración, reproducción y restauración) servation and use», en Library Review, 1982, vol. 31, págs. 163-172. "—
y ocho apéndices (glosario, bibliografía, espacio de trabajo, procesos básicos —, The bell has tolled twice: what public libraries should do about the preservation effort. [s.l]: ^
de conservación, distribuidores, organizaciones, instituciones y fuentes). A [s.n.], 1985. (Prospects for British Public Libraries Proceedings of the Public ™~~"
pesar de incluir los mismos apéndices y algunos capítulos de la monografía Library Authorities Conference). @_
de 1983, existen notables aportaciones para mejorar las explicaciones. Por
desgracia no comenta las referencias bibliográficas aunque mejora su clasifi-
cación temática.
2. Selección en preservación f>-
SÁNCHEZ, ARSENio, «La conservación en archivos y bibliotecas: problemática y pers-
pectivas», en Revista General de Información -y Documentación, 1993, vol. 3, n u 2, págs. ASSOCIATION OF RESEARCH LIBRARIES, Basic preservation procedures. Washington: ^__
243-249. Association of Research Libraries, 1981. (SPEC KIT, 70).
Reflexiones ante el estado actual de la conservación en España. Frente al sistema —, Brittle books programs. Washington: Association of Research Libraries, 1989. (SPEC tjt-
de trabajo tradicional, enfocado hacia la restauración,, el autor propone la apli- KIT, 152). ' &
cación de programas de conservación preventiva en los que se deben involucrar ATKINSON, ROSS W., «Selection for preservation: a materíalistic approach», en Library V—
todos los miembros de la institución. Resources and Technical Services, 1986, vol. 30, nü 4, págs. 341-353. ^|
SiviITH, MERRILY A. (ed.), Preservaticm oflibrary materials. Conference held ai ¡he National «He idmtifies four aspects of the process: What needs preservation ? Wfiat should be preser-
Library of Austria, Vienna, april 7-10, 1986. München: K. G. Saur, 1987. (IFLA publi- ved? Which methods for preservation are possible? and, which methods should be used? |^'_
cations, 40/41). ISBN 3-598-21770-6, ISSN 0344-6891. Atkinson divides library materials into three classes for the decision-making process: spe-
Reunión internacional en la que participaron las más importantes autoridades ríal or unique Ítems with intrinsic valué, which are to bepreserved and rnay be microjilmed; %.
mundiales en el mundo de la preservación. Se divide en dos volúmenes, el primero high use iíems currently in demaná, which can be photocopied orfilmed; and infrecuenlly *.
dedicado a las políticas institucionales en cuanto a planificación, gestión, coo- used materials wich are Lo be retainedforpostmority. It isfor the materials in this category ,*-"
42 POLÍTICAS- DE CONSERVACIÓN EN BIBLIOTECAS UN CAOS DE TÉRMINOS: ¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO? 4í

that cooperative efforts for preservation are impvrtant» (SwARTZBURC, Susan G, en CAN, «Provides conlextfor underslanding and creatingan effectivepreservalion program. Exccllent
1987, n 9 29, pág. 12). inlroduction to archives preservalion». (KAPLAN, Hilary A. (et al.), Archives preservation...
BlGGAR, JOHANNA, «Our disappearing books», en Abbey Newslelter, 1984, vol. 8, n u 5, http://palimpsest.stanford.edu/byauth/ka~lan/kaplan.html).
págs. 84-85. KJiCSKEMETl, CHARLES, «Financial support for preservation activities», en Preservation
«...The books in the Library of Congress are noí sujjicienty rare when their acidity and oflibraiy materials. Canference held at National Library of Austria, Vienna, april 7-10, 1986,
embrittlement are discovered, they are microjihned and pulped. Cold slorage is considered an editado por Merrily A. Smith, München, K. G. Saur, 1987, págs. 3-9. (IFLA
impractical rneans to preserve at least one copy ofeveiy book prinled» (Art and Archaeology Publications, 41).
Technical Abstraéis, 23-2092). «A slralegy for increasing the resources avalaible for preserving archives and library mate-
CALMES, A., «To archive and preserve: a media primer», en Inform, 1987, págs. 14,17- rials is proposed based on the double hypolhesis that (1) resources do exist and need only be
33. idenlified; and (2) current preservation policy to raise the awareness oflhepublic and deci-
Cox, RICHARD J.; SAMUELS, HELEN W., «The agenda to improbe the identification sion-makers is misdirected and should be revised. Áreas in which IFLA and ICA could give
and retention of records of enduring valué», en American Archivist, 1988, vol. 51, irnportant cooperative leadership are: the formation of a worldwide training institule that
n fi 1-2, págs. 28-42. begins with training trainers from all countries in the preservation and Conservation prac-
« With particular concern for appraisal and disposition of electronic records, this article tices; independent testing ofprocesses, supplies, and equipment, the Information to be sha-
suggesls a research agenda to develop better strategies. Relates research agenda to the SAA red with developing countries; and the formation of guidelines on care and treatments,
Committee on Goals and Priorities» (CURTIN, Bonnie Rose (comp.), NÁCARA. GRASP..., printed and circulated widely on an international basis».
pág.A-9). LORD QuiNTON, «Who shall sui"vive?», en Conservation and collection management:pro-
«Guidelines on the selection of general collection materials for transfer to special ceedings of a seminar at Loughboroiigh University of Technology, 22-23July 1987, London,
collections», en College and Research Librarles News, 1985, vol. 46, págs. 349-352. National Preservation Office, British Library, 1988, págs. 1-9.
GwiNN, NANCY E.; MOSHER, PAUL H., «Coordinating collection development: the El crecimiento exponencial del número de publicaciones, hace de la preservación
RLG Conspectus», en College and Research Librarles, 1983, vol. 44, n fl 2, págs. 128- un problema difícil de afrontar. Las numerosas causas de alteración y el costo que
140. suponen todas las facetas del trabajo biliotecario, imponen la necesidad de una
«Collection development offitiers in librarles whose parent institutions are members of the selección previa de fondos a adquirir. Sin embargo, este punto resulta problemático
Research Librarles Group, Inc., have a new collection evaluation tool, the RLG Conspectus. a todos los niveles porque es muy difícil suponer qué tedrá valor en el futuro. El
The Conspectus is an overview, or summary arranged by subject, of existing collection autor considera que cada biblioteca debe sopesar detenidamente sus necesidades
strengths andfuture collecting inlensities ofRLG members. Il serves as a location devicefor antes de proponer una política de adquisiciones.
collections considered as national resources and as a basisfor. assignment ofprimary collec- MAGRILL, R. M; RINEHART, C., «Selection for preservation: aservice study», en Library
ting responsibililies. The authors trace the antecedents ofthe Conspectus to work of ALA com- Resources and Technical Services, 1980, vol. 24, ns 1, págs. 44-57.
mittees, the initial RLG Collection Development Committee, and a group known as GNO- MCDONALD, PETER, «The Core Agriculture Literature project: setting priorities for
fyIES+2. Descriptions ofthe data-galhering process and ofthe on-line versión ofthe datábase preservation», en Abbey Newsletter, 1991, vol. 15, n a 2, págs. 17-18.
precede an outline ,of the benejicts, realized and anticipaled, lo individual institutions, as Presentación del programa de preservación de esta universidad.
well as the partenership. The Association of Research Librarles is conducting an experi- NAYLOR, BERNARD, «Conservation and Conspectus», en Conservation and collection
ment to see if the methodology can be extended to non-RLG association members». management: proceedings of a seminar at Loughborough University of Technology, 22-23
HAMILTON, GEOFFREYE., «Newspapers preservation and access: developments and July 1987, London, National Preservation Office, British Library, 1988, págs. 19-
possibilities», en Interlending and Document Supply, 1992, vol. 20, págs. 43-48. 27).
HAMILTON, MARSHA S., Cuide to preservalion in adquisitiori processing. Chicago: American OBERG, L. R., «Evaluating the Conspectus approach for smaller library collections»,
Library Association, 1993. en College and Research Libraries, 1988, vol. 49, n° 3, págs. 187-196.
HARRIS, CAROLYN; MANUEL, CAROL; WOLVEN, ROBERT, «A cost model for preserva- OODEN, BARCLAY, On the preservation of books and documents in originalform. Washington
tion: the Columbia University libraries aproach», en Library Resources and Technical DC: Commission on Preservation and Access, 1989.
Services, 1991, vo!. 35, na 1, págs. 33-54. «The nalionalpreservationprogram can save the contents ofmillions of briltle books through
HAYES, R. M., The magnitude, costs and benejicts of the preservation of bríítle books. [s.l.]: [s.n.], rnass microfilming, but many library materials with scholarly valué as artifacts are also in
1987. (Report cm the Preservation Project, 30 november 1987). need of preservalion. This paper provides an intellectual rationale for consideration ofthe
«Inlrinsic valué in archival material.» [Atlanta]: National Association of Government book as an artifact and discusses possible selection strategies to provide a context forfurther
Archives and Records Administrators, 1982. (Staff Information Paper, 22). exploraüon oflhese issues». Reimpreso en HARVEY, Ross, Preservation in libraries: a rea-
Directrices de la NARA para la clasificación de materiales valiosos. Claro y con- der..., págs. 323-328.
ciso, aplicable a materiales de archivo. Incluye ejemplos prácticos. Reimp. en —, «Determining Conservation options at the University of California atBerkeley»,
CURTIN, Bonnie Rose, NÁCARA GRASP..., págs. 421-426. en Library preservation program: Models, priorilies possibilities. Proceedings ofa Conference,
JONES, NORVELL M. M.; RITZENTHALER, MARYLYNN, «Implementing an Archival Washington D. C, april 29, 1983, editado por Jan Merrill-Oldham and Merrily
Preservation Program», en Managing Archives and Archival Institutions, editado Smith, Chicago, American Library Association, 1985, págs. 63-68.
por James Gregory Bradsher, Chicago, The University of Chicago, 1988, págs. Partiendo de las cuatro prioridades básicas a la hora de establecer un programa
185-206. de preservación -identificación de problemas, prioridades, infraestructura y
44 POLÍTICAS DE CONSERVACIÓN EN BIBLIOTECAS UN CAOS DE TÉRMINOS: ¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO? 45

aplicación del programa-, el autor describe el trabajo desarrollado en esta biblio- Proceedings ofa Conference, Washington D. C, apríl 29, 1983, editado por Jan Merríl-
teca. Olclham and Merrily Smith, Chicago, American Library Association, 1985, págs.
OLSON, DAVID J., Are we losing ourparí? Records preservation in Lhe North Carolina, State 88-92.
Archives. [Raleigh]: [Friendsof the Archives], 1989. La biblioteca de la universidad de Stanford sirve de modelo en la reclamación de
«...Olson más urill a callfor the development ofa comprehensive preservation strategy and mayores partidas presupuestarias dedicadas a la preservación.
idenlif.es e-ight specific recomendations, among them additional stack space and the upgra- WRIGHT, DOROTHY; MCDONALD, PETER, «The core literature approach to setting
ding of environmental control systems, the establishment of the position of preseruatin offi- preservation prioriries», en Ccmservation Administration Nerus, 1991, n a 47, págs. 8-
cer, and the implementation ofpaper quality standards in staíe government» (American 9, 29.
Archivist, vol. 53, 1990, n a 2, pág. 367).
RESEARCH LIBRARY GROUP, The RLG Conspectus. Standford: Research Librarles,
«Conspectus is an on-line data base for comparing and analyzing the exisdng
collection strengths and current collecting policies of RLG member libraries and
for distributing primary collecting responsibilities among RLG members».
(WiLSON, A., 'Collection policies and preservation: United Kingdom', en SMITH,
Merrily, op. cit., pág. 17).
SMETHURST, J. M., «The relationship between acquisition, retention and preservation
policies», en Conseruation and collection management: proceedings of a seminar at
Loughborough University of Technology, 22-23fuly 1987, London, Naüonal Preservation
Office, Britísh Library, 1988, págs. 11-18.
Basándose en el informe Ratcliffe sobre necesidades de preservación en las
bibliotecas británicas, el autor centra su intervención en el problema de la asi-
metría entre los proyectos de retención de las colecciones y la adquisición. Esto
plantea un grave problema de preservación, ya que todo lo que se compra debe
ser dotado de una conservción mínima. Por ello aboga por una mayor coordi-
nación a nivel nacional entre centros y una racionalización de las políticas de
retención y adquisición.
SMITH, CLTVE, «Starting a conservation programme», en Archives and Mamiscripts,
1987, vol. 15, n a 1, págs. 41-47.
Basado en una conferencia impartida en Sidney, en septiembre de 1984. Se trata
de una breve explicación, clara y concisa, de cómo ha de realizarse un programa
de preservación, tomando como ejempo el realizado en los Archivos Westpac,
en 1986.
STEPHENS, A., «The application of life cycle costíng in libraries», en BritishJournal of
Academic Librarianship, 1988, vol. 3, na 2, págs. 82-88.
STREIT, SAMUEL A., «Transfer of materials from general stacks to special collecrions»,
en Collection Management, 1985, vol. 7, n a 2, págs. 33-46.
TOMER, CRISTINGER, «Selecting library materials for preservation», en Library and
Archival Security, 1985, vol. 7, na 1, págs. 1-6.
WALKER, GAY, «Information neededfor preservation decision-making», en Managing
preservation of serial literature: an International Symposiwn held at Library of Congress,
Washington D. C, may 22-24, 1989, editado por Merrily A. Smith, München, K. G.
Saur, 1992, págs. 117-126. (IFLA Publications, 57).
«... La preservación de materiales en serie es un proceso complicado que requiere mucha
mano de obra, pero por lo general en los programas amplios de preservación no existe nin-
guna duda acerca de la necesidad dtt preservar como mínimo la información contenida en
todas las publicaciones...».
WATSON, DUANE, «The divine library function: preservation», en School Library Journal,
1986, vol. 33, n fl 3, págs. 41-45. Reimpreso en HARVEY, Ross, Preservation in libra-
ries: a reader..., págs. 428-436.
WEBER, DAVID C., «Preservation programs: The fiscal support at Stanford and other
Mordí American libraries», en Library preservation program: Models, priorities possibilities.

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