CONTRIBUCION OSYD - Liderazgo Médico - Tauil
CONTRIBUCION OSYD - Liderazgo Médico - Tauil
CONTRIBUCION OSYD - Liderazgo Médico - Tauil
CONTRIBUCIONES
Gabriel Tauil
Noviembre 2022
DECISIÓN Y LIDERAZGO MÉDICO EN SITUACIONES
DE CRISIS Y EMERGENCIAS1
Gabriel Tauil2
Introducción
La medicina es una ciencia que ha sido descripta como la más científica de las
humanidades y la más humana de las ciencias. Compleja, ya que mezcla el
humanismo, la ética, la lógica, el conocimiento científico de la bibliografía y de la
evidencia científica, la transmisión de conocimientos entre colegas, maestros y
alumnos, así como la propia experiencia y el juicio clínico. Por lo tanto, la medicina
no es una ciencia en el sentido estricto, sino una oscilación entre la ciencia y el
arte.
1
Los puntos de vista son personales y no representan necesariamente la posición del OSYD o de la
Universidad del CEMA.
2 Médico, especialista en medicina interna, especialista en Terapia Intensiva, médico aeroevacuador, ex
médico procurador de órganos INCUCAI, Profesor Universitario. Jefe sección Sanidad RI 1 Patricios
asignación y utilización de los recursos de salud; en el Principio de beneficencia,
que implica que las decisiones y acciones buscarán siempre el mejor bienestar del
paciente; y por último en el Principio de autonomía, que reconoce el derecho del
paciente a participar en la toma decisiones, incluyendo el rechazo al tratamiento.
Todas estas, permiten la formulación de una decisión, que implicará un diagnóstico
presuntivo, y la toma de decisiones para el posterior tratamiento.
Cada decisión puede implicar una cantidad crítica de incertidumbre con respecto a
su resultado y, como tal, implica un cierto riesgo para el paciente. Esto se debe a
que el resultado de las decisiones es probabilístico: una buena decisión no siempre
conduce a un buen resultado, de la misma manera que una mala decisión no
siempre es dañina, por lo que los buenos resultados no pueden garantizarse.
Emparentado a esto, está el liderazgo del médico, el cual tiene que hacer valer su
postura para que todo el personal de salud médico y no médico siga sus
indicaciones. En las urgencias, no hay tiempo para discutir, la indicación se tendrá
que ejecutar inmediatamente si se quiere poder ayudar al paciente. Es muy
importante que el médico a cargo sea un líder, y sea reconocido como tal, para
que no haya superposición de indicaciones, ni dudas o desconfianza.
Las “Situaciones”
Estábamos en el peor momento de la pandemia, ya habíamos perdido a varios
amigos, compañeros de guardia y familiares. Algunos habían fallecidos, otros se
habían recuperado, pero quedaron con secuelas respiratorias, cardiológicas o
psiquiátricas. Y algunos otros, ya de alta, trabajando a la par.
Eran las 3 am, estábamos desde las 8 am del día anterior, y sólo habíamos tenido
tiempo para cenar algo rápido. Había 30 pacientes en la UTI, sedados, intubados,
pronando y supinándolos. Ya me tocaba ir a tomar agua o café, y descansar algo
hasta que se cumplan las 24hs de guardia. Había sido una buena guardia pese a
todo, ningún paciente había fallecido, y eso ya servía para levantar la moral de
todos.
Instantes después, nos llaman de la guardia externa con una urgencia. Tenían 15
pacientes intubados, y llegaban más. No había más lugar para nadie. Con ese
panorama, no había tiempo para descansar. Pero lo que más me preocupaba en
ese momento, era una joven de tan solo 25 años, con toda su familia ya intubada
en nuestra UTI, que ya no podía respirar más. No había lugar, no había camas, no
había respiradores. El miedo y la resignación nos acechaba a todos, y se percibía
también en la cara de ella.
En ese momento, a pesar del agotamiento extremo, saqué fuerzas que creía no
tener, y me fui al depósito del hospital, con la esperanza de encontrar algún
respirador viejo. Y así fue como hallé uno de primera generación, de ésos que ya
prácticamente no se usan en ningún lado, pero sin funcionar y sin mantenimiento
alguno. Yo comparo a esos respiradores con los autos viejos. Un poco de aceite,
nafta, y ya están funcionando.
Los problemas no terminaban allí. Ahora había que encontrar dónde conectarlo.
Necesitábamos un lugar físico dentro del hospital, una camilla, una toma de
oxígeno, aire comprimido, un tomacorriente, la monitorización y el personal
experimentado que la cuide. Sin todas esas cosas, no se puede salvar una vida. No
es solo comprar respiradores como se pregonó durante la pandemia.
Luego de discusiones, peleas, y todo lo que puede ocurrir a las 4 am, el personal
me apoyó, la llevamos al quirófano de guardia, la intubé e hicimos todo lo que se
tenía que hacer. Fuimos cambiando los turnos de cuidados al lado de ella hasta
que, muchas horas después, se liberó una cama en la UTI, cuando su madre
falleció. Cosas de la vida, esa joven fue la única de su familia de cuatro personas
que sobrevivió. No recuerdo su nombre, ella no sabe qué pasó, pero está viva, y
sin secuelas.
Sirven para cuestiones muy determinadas. Por ese motivo, es importante que el
líder del servicio sea lo suficientemente “abierto”, para poder salir de esos
diagramas, si es necesario, y pensar y ejecutar otros diagnósticos y tratamientos
de acuerdo al lugar, los peligros, la cantidad de pacientes y los recursos limitados
que tenga.
El Triage
El Triage es un sistema de clasificación de pacientes que es utilizado en servicios
de emergencias hospitalarios, tanto en la paz como en la guerra, para ordenar y
organizar el ingreso y el tratamiento de pacientes (múltiples o individuales).
Permite asignar y gestionar los recursos disponibles
según las necesidades. Es especialmente útil ante
desastres naturales, ataques terroristas, en
hospitales de campaña, en los puestos socorro o en
una “primera línea” de combate.
Fue sólo de uso militar desde las guerras napoleónicas hasta 1964, año en que los
hospitales de EEUU empezaron a utilizar un sistema similar.
Grafico 2
Con frecuencia los esfuerzos se dirigen a quienes requieren una atención menos
compleja, pero con mayores garantías de éxito. Éste es el Triage invertido, aquel
que prioriza el tratamiento de los heridos más leves, con el objetivo de su vuelta
inmediata al frente de combate, en un enfoque que contraviene los principios del
derecho humanitario internacional, pero que se practica en situaciones extremas.
Ya no se trata de salvar a cada paciente de manera individual, sino de preservar la
salud de la población en su conjunto. En este caso, el interés particular puede
estar subordinado al interés colectivo.
Esto ocurrió cada día durante la pandemia. Cada vez que se desocupaba una cama
en la UTI, había que elegir qué paciente ingresaba a esa cama vacía. Para adoptar
esta difícil decisión se tenía en cuenta la edad del paciente, sus antecedentes
médicos, su situación actual y las chances de sobrevida. Duro momento, en que
uno se ponía en la posición de “verdugo”. Uno sí, y los otros no. Y ahí llegan los
pensamientos de “¿por qué este, y no el otro?”, “¿y si hubiera traído a la UTI al
otro paciente?”, “¿Qué hubiera pasado si…?”. Esas preguntas nos retumban día
tras día, noche tras noche, decisión tras decisión. Y vivimos con esa mochila
pesada, que nos sigue a donde vamos.
Esto deja secuelas en el personal de salud que debió tomar estas decisiones, ya
que el tener que decidir quién vive y quién muere, tiene sus consecuencias
psicológicas profundas. Nadie forma mentalmente a los médicos para eso, ni para
poder sobrellevar las “cicatrices del alma”. Hay que ser lo suficientemente fríos
como para liderar estos conflictos sanitarios sin temor y sin dudar, ya que de la
duda y el miedo aparecen los errores, y un error, puede determinar la muerte de
un paciente que no debió morir.
“Hospital de Campaña”
Conclusiones
Como se ha intentado conceptualizar en estas pocas palabras, las decisiones
médicas y el consiguiente liderazgo, están basados en múltiples factores. Algunos
factores están relacionados con el profesional (conocimientos, habilidades,
aspectos culturales, la propia experiencia acumulada, inteligencia, emociones,
personalidad, hambre, sueño, enfermedad, cansancio, abuso de sustancias para
mantenerse despierto, stress) y otros con el ambiente de trabajo (saturación del
ámbito laborar, ruido, condiciones adversas de trabajo, recursos limitados, reglas
poco claras).
En el caso particular del médico militar, más allá de su formación médica, está
entrenado para trabajar en los ambientes de trabajo más exigentes y estresantes.
El médico militar trabaja en terreno hostil, con limitaciones de recursos y en
condiciones adversas de trabajo (sueño, frío, victimas en masa, desastres
naturales, en el fragor y el peligro del combate). Debe de tener el ingenio
suficiente para hacer con poco, lo suficiente que requiere la situación médica. Está
entrenado para evacuar pacientes vía aérea, vía terrestre, o vía marítima.
Entrenado para sobrevivir en todos los medios. Además, debe ser un líder.
Muchos aspectos desarrollados aquí, son también de aplicación y utilidad para todo
el personal de salud, que diariamente pone toda su dedicación y esfuerzo para
lograr la mejor y más rápida recuperación de sus pacientes.
BIBLIOGRAFIA