Informe Final - Alemania
Informe Final - Alemania
Informe Final - Alemania
Industrialización
Tercer Reich
Alemania Occidental
Alemania Oriental
Alemania reunificada
La caída del muro de Berlín en 1989 abrió las puertas a la reunificación en
1990 de la Alemania Oriental y la Alemania Occidental. Durante los años
90, la economía alemana debió lidiar con dos grandes desafíos
estructurales: la unificación con Alemania oriental y la unión monetaria
(introducción del euro). La economía de Alemania oriental colapsó como
consecuencia de un tipo de cambio sobrevaluado al adoptar el marco
occidental (DM), lo que se combinó con un rápido aumento de los salarios
por encima de la productividad y con la caída de los flujos comerciales
tradicionales. En ese momento, Alemania occidental tuvo que financiar
alrededor de la mitad del consumo de sus conciudadanos en el Este
(unos 100.000 millones de euros al año, el equivalente a 8% del PIB)
mediante diferentes prestaciones. Esto se convirtió en una pesada carga
para el sistema de seguridad social y los costos laborales no salariales.
La unificación también generó altos déficits presupuestarios, que
aumentaron la deuda pública aproximadamente de 40% del PIB en 1992
a 60% en 1997. El superávit en las exportaciones de Alemania occidental,
que rondaba el 5% del PIB antes de la unificación, se desvaneció por
completo e impulsó una ola de ansiedad nacional en torno de una
supuesta pérdida de competitividad internacional. El segundo cambio
histórico fue el establecimiento de la Unión Monetaria Europea (UME),
con la consecuente introducción del euro en 1999. Como resultado,
Alemania perdió el control de su política monetaria y quedó sujeta a una
tasa de interés fijada por el Banco Central Europeo (BCE). En el ámbito
nacional, esto significó un periodo de tasas de interés reales
relativamente altas, acompañadas por baja inflación y lento crecimiento.
Algunos economistas sostenían que el país había ingresado a la UME con
un tipo de cambio sobrevaluado (1,96 DM/€), cuyo efecto fue la pérdida
de competitividad.
Estancamiento y Reformas
Entre los años 1998 y 2005 asumió un nuevo gobierno, estos años se
caracterizaron por mostrar un crecimiento lento, que condujo a un
desempleo alto y persistente en torno de 10% y a déficits presupuestarios
cercanos a 3%. La inflación era baja y, debido al débil crecimiento y a las
restricciones salariales, no alcanzaba el nivel de los países de la
eurozona. Las exportaciones netas constituían el principal motor de
crecimiento, mientras que la demanda interna (particularmente la
inversión, pero también el consumo privado) sufría un estancamiento. En
este contexto, se multiplicó el miedo a perder competitividad internacional.
El gobierno decidió reducir su déficit, en cierta medida también para
cumplir los criterios de Maastricht enmarcados dentro del Pacto de
Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea, que exige déficits y
deudas públicas menores a 3% y a 60% del PIB, respectivamente.
Probablemente, la política de austeridad adoptada durante la recesión
prolongó la etapa de bajo crecimiento y alta desocupación.
Inflación