Informe Situacion Economica Del Peru

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FENOMENO ECONOMICO NACIONAL

INTEGRANTE
Mario Gazco Barreto
índice
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................. 2
SITUACION ECONOMICA ............................................................................................................... 3
SECTOR EXTERIOR ......................................................................................................................... 4
SECTOR PÚBLICO Y POLÍTICA FISCAL ............................................................................................. 5
IMPACTO DEL COVID EN LA ECONOMIA ....................................................................................... 5
POLÍTICA MONETARIA, INFLACIÓN Y TIPO DE CAMBIO ................................................................ 7
PERSPECTIVAS ECONÓMICAS ........................................................................................................ 8
SITUACIÓN POLÍTICA ..................................................................................................................... 9
SITUACION MACROECONOMICA ................................................................................................ 11
STIACION MICROECONOMICA .................................................................................................... 13
Distribución ............................................................................................................................. 14
Informalidad ............................................................................................................................ 16
El impacto Reactiva ................................................................................................................. 16
CONCLUSIONES ........................................................................................................................... 18
BIBLIOGRAFIA .............................................................................................................................. 20

1
INTRODUCCIÓN
Desde una perspectiva histórica, el Perú ha obtenido un crecimiento económico
decepcionante, situación que solo en los últimos 25 años está cambiando.
Durante el último siglo, el Perú solo creció a una tasa promedio anual de 2%, un
ritmo inferior al del promedio mundial y muy por debajo del de los líderes de
crecimiento del mundo. Aunque en los últimos 100 años3 el Perú ha logrado
multiplicar su PBI per cápita por seis, en 2016 se ubica entre los países con
menor ingreso en Latinoamérica, siendo la cuarta parte del ingreso promedio de
los países desarrollados y la mitad del ingreso promedio de los asiáticos.
En términos generales, el crecimiento de la economía peruana ha sido el
resultado de las diversas y no siempre acertadas estrategias de desarrollo de los
gobiernos, de una serie de fuertes choques externos e internos, y de las
actividades del sector privado que, condicionadas por la política económica
vigente, buscaron la inversión, el empleo y la generación de riqueza. Presenta
una síntesis de las principales causas del crecimiento económico peruano y las
consecuencias de este crecimiento en el bienestar de los hogares.
Un aspecto que resalta al considerar los datos históricos de crecimiento
económico es que algunas estrategias que se han implementado en Perú han
tenido un efecto permanente en el nivel del PBI per cápita, y esta observación
escapa al análisis usual de los ciclos económicos, cuya duración no supera una
década.

2
SITUACION ECONOMICA
La actividad económica se mide por los aumentos del PIB, que se denominan
crecimiento económico. Tras caer 11.0% en 2021 y aumentar 13.3% en 2021,
para este 2022 se espera una cifra que fluctuará entre 2,7% y 2,9%, por
insuficiente para crear el empleo necesario. Los aumentos del PIB ocurren
cuando se eleva la inversión y/o la productividad. El problema es que el entorno
político interno unido a la crisis económica mundial, determinaron en 2022. La
situación se agravó con la invasión rusa a Ucrania y sus impactos sobre los
precios de la energía y los alimentos. El lento crecimiento chino y la agudización
de la inflación a nivel global completó un panorama complejo para 2023. Las
respuestas de los bancos centrales, en términos de elevaciones de la tasa de
interés, ralentizaron aún más el ya débil crecimiento económico.
Se puede observar que el crecimiento interanual desde junio de 2022, fue de
3,51%, para luego desacelerarse hasta septiembre. Mes a mes la economía
crece debajo de 2,0%, siempre comparado contra igual mes del año previo. Sin
embargo, un análisis del PIB desestacionalizado, es decir, comparado contra el
período inmediato anterior, ya muestra claros signos de desaceleración. La
posibilidad de una quinta ola podría desacelerar el ya magro avance y se
postergaría la recuperación del nivel de producción pre pandemia que se lograría
en el primer trimestre de 2023. El Banco Central y el Ministerio de economía
proyectan un crecimiento de la inversión privada de 0% para este año 2022 y
1,8% para 2023. El resultado de la inversión privada en 2022 se explica por la
caída de la inversión minera. Al ya mencionado estancamiento de la inversión
privada se suma un tímido aumento de la inversión pública de 2,1% para 2022 y
0,0% en 2023. Si tomamos en cuenta que el crecimiento económico en el Perú
depende principalmente de dos motores (la inversión privada y las
exportaciones), se entiende el lento crecimiento económico proyectado para el
cierre de 2022 y 2023.
La variación porcentual mensual del PIB, comparada con mismo mes del año
previo (período junio a setiembre de 2022), así como una proyección para todo
2022 y 2023. Se observa una desaceleración del crecimiento económico y luego
una estabilización en torno de 1,6% mensual. El problema de 2022, que explica
las cifras anteriores es el crecimiento esperado de la inversión, que se estima en
0%. Al no aumentar la inversión, solo se puede crecer con aumentos de la
productividad. De ahí las bajas proyecciones de 2022 y 2023.
La economía crece por los aumentos del consumo privado, proyectados en 3,1%
en 2023 sustentados en tres factores no sostenibles en el tiempo: bonos
entregados por el gobierno, disponibilidad de parte del fondo de pensiones y de
la compensación por tiempo de servicios. El problema es que el efecto sólo es
transitorio.

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SECTOR EXTERIOR
El año 2021 cerró con un superávit en la balanza comercial de 14.873 millones
de dólares, mientras que, entre enero y setiembre de 2022 llegó a US$ 6.922
millones de dólares, saldo menor en US$ 2.548 millones de dólares en igual
período de 2021. Las exportaciones US$ 49.163 millones de dólares, monto
superior en 9,8% a las registradas en el mismo periodo de 2021. Las
exportaciones mineras fueron determinantes en el resultado, pues representan
cerca del 70% de las exportaciones. Por su lado, las importaciones crecieron
en 16% entre enero y septiembre de 2022, en comparación con igual período de
2021. El mayor crecimiento de las importaciones respecto de las exportaciones
explica el menor superávit comercial. Para 2022, el Banco Central proyecta una
balanza comercial superavitaria en 12.346 US$ millones de dólares; la
reducción, respecto de 2021, se debe al menor crecimiento chino (3,8%
esperado para 2022), principal demandante de metales, que explican cerca del
70% de las exportaciones peruanas. Los principales mercados de destino de
las exportaciones peruanas son China y Estados Unidos. De ahí que los
resultados de ambas economías sean claves para comprender lo que ocurrirá
con Perú. Y ambas economías están en problemas: China, debido, tanto a su
política de COVID cero como a una crisis financiera tras su colapso inmobiliario;
Estados Unidos, por los aumentos de la tasa de interés de la FED para combatir
la inflación. Las exportaciones peruanas se dividen en tradicionales, extractivas
o primarias, que representan el 80% del total y las secundarias y terciarias o con
valor agregado, que representan el 20% del total. Los productos mineros,
representaron el 57% del total de las exportaciones en el período enero–
septiembre de 2022. Perú es un país minero, siendo los principales metales
exportados los siguientes: cobre, oro, zinc y hiero. Por el lado no tradicional,
destacan productos textiles y la agroindustria. El tipo de cambio cerró el año
2021 en un nivel de 4,04 soles) por dólar y luego de la asunción de mando del
presidente Pedro Castillo de ahí en adelante ha experimentado una tendencia
hacia el aumento.
Sin embargo, gracias a la intervención del banco central, el 11 de noviembre de
2022 se encontraba en 3,85 soles por dólar. En Perú es una variable muy
sensible, debido a que cerca del 30% de los préstamos bancarios están en
dólares a personas que obtienen sus ingresos en moneda nacional. Cualquier
aumento en el tipo de cambio las pondría en dificultades de pago. Además, el
tipo de cambio es como un termómetro de la economía y un activo refugio, al
cual van los agentes económicos cuando perciben poca claridad en el rumbo de
la economía. De hecho, la desaceleración de la economía mundial es clave para
explicar, al menos parte, de los resultados de la economía peruana. La historia
económica peruana muestra que cada vez que se han combinado ambos
factores, el tipo de cambio ha mostrado presiones hacia el alza.

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SECTOR PÚBLICO Y POLÍTICA FISCAL
En 2021, el sector público experimentó un déficit fiscal (exceso de gastos sobre
ingresos del sector público) de 2,5% del PIB, debido al aumento de ingresos
tributarios, cuyos pagos se habían postergado en 2020, como un mecanismo
para aliviar los efectos de esta sobre las personas naturales y jurídicas. La
proyección del banco central para el cierre de 2022 muestra un déficit fiscal de
1,9% del PIB. En general, dada la coyuntura política y externa, la cifra es positiva
y refleja un manejo responsable de las finanzas públicas. La disciplina fiscal es
una fortaleza de la economía peruana.
En el Perú existen algunas reglas fiscales que fueron suspendidas en 2020, pero
que se están reponiendo luego del peor año de la pandemia. Las reglas obligan
al cumplimiento de ciertos objetivos. Para 2022 se fijó un límite al déficit fiscal de
3,7% del PIB. La deuda pública, como porcentaje del PIB, fue de 26,9% en 2019,
mientras que en 2020 cerró en 35% del PIB y se esperan cifras similares en 2022
y 2023. Mayor déficit fiscal y crecimiento de la deuda pública fueron dos
impactos directos del COVID-19. Al margen de ello, el sector público requiere de
una reforma para brindar mejores servicios a los ciudadanos del país, en
particular en educación y salud de calidad y reducción de la inseguridad
ciudadana. La pandemia puso sobre la mesa el costo de las reformas no
realizadas en los últimos veinte años y que tuvieron su correlato en el resultado
de las elecciones presidenciales.

IMPACTO DEL COVID EN LA ECONOMIA


La rápida expansión de la COVID-19 provocó la pérdida de cuantiosas vidas
humanas, por ello, diversas naciones optaron por aplicar medidas, como el
aislamiento social, para reducir el avance de la enfermedad, aun a costa de
poner en riesgo la economía global. Estas medidas condujeron a la reducción de
las actividades productivas, generando pérdidas en todos los sectores,
principalmente en aquellos más vulnerables. Estas medidas restrictivas han
generado un impacto a nivel macroeconómico, específicamente por la caída de
las actividades productivas, lo cual ha conducido a la desaceleración económica.
Cabe resaltar que, hasta el día de hoy, no se pueden conocer las consecuencias
finales de las medidas ejecutadas para evitar la propagación de la COVID-19;
sin embargo, se puede ir realizando estudios estadísticos, para conocer el
impacto generado hasta el momento, a fin de utilizar estos análisis en la
implementación de medidas que impidan una crisis económica más severa. En
este marco, una de las medidas que permiten conocer el impacto de la COVID-
19 en la economía nacional e internacional son los indicadores
macroeconómicos. De acuerdo, a estas medidas que permiten analizar las
principales variables económicas que constituyen la macroeconómica de un
determinado país. Estos indicadores permiten conocer la evolución histórico-
económica de un Estado, siendo esenciales para conocer la tasa de crecimiento
y desarrollo de una nación. Respecto a esto último, cabe señalar que el análisis
macroeconómico integra dos tipos de indicadores: sociales, que incluyen
subindicadores, como población, hogares, educación, salud, vivienda y servicios

5
básicos, trabajo, pobreza y cohesión social; y económicos, que integran
subindicadores como el PBI, tipo de cambio, índice de precios al consumidor
(IPC) e inflación, reservas internacionales, tasas de interés. Finalmente, de
acuerdo con Banda et al. (2019), estos indicadores permiten que los Estados
tomen mejores decisiones en cuanto a la implementación de medidas o políticas,
puesto que integra factores que posibilitan proyectarse hacia la repercusión de
sus acciones en la sociedad.
En primer lugar, para determinar si la crisis sanitaria generada por la COVID-19
tuvo un impacto económico y social, es necesario conocer el índice general y el
índice selectivo de la Bolsa de Valores de Lima (BVL), ya que ambos seleccionan
un conjunto de acciones de cada sector, predominando la liquidez y su nivel
transaccional en el mercado.

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POLÍTICA MONETARIA, INFLACIÓN Y TIPO DE CAMBIO
La política monetaria está a cargo del Banco Central, quien funciona con un
esquema de metas explícitas de inflación (inflation targeting); el objetivo anual
de inflación es 2% + 1%. Sin ninguna duda, la inflación es el principal problema
que enfrenta la economía peruana, así como el resto de las economías del
mundo. Entre 2001 y 2021, la inflación promedio anual fue de 2,7% y aquella
que contiene sólo alimentos y energía ascendió a 3,3%. Sin embargo, en 2021
la inflación fue de 6,4%, mientras que la de alimentos y energía fue de 10,18% y
la interanual de octubre de 2022 llegó a 8,28%. El problema del aumento de
precios está centrado en alimentos y energía. En la medida que los sectores de
menores ingresos destinan una mayor proporción de este a la compra d
alimentos, se espera un aumento de la pobreza.La inflación en los meses de
junio, julio, agosto, setiembre y octubre de 2022 fue de 1,19%, 0,94%, 0,67%,
0,62% y 0,35%, respectivamente. Se agrega la inflación interanual que muestra
que la inflación se encuentra, desde 2021 fuera de la meta del banco central. Sin
duda alguna, la inflación impacta de manera negativa sobre la pobreza, pues
está concentrada en petróleo, gas y alimentos. Las razones del desvío de la
meta son dos: por un lado, el aumento de los precios internacionales de los
insumos alimentarios y del petróleo y por otro, el aumento de los fletes marítimos
y el precio de los fertilizantes. La inflación acumulada supera 3,00%, que es el
techo del rango meta del Banco Central. Para 2022 se espera una inflación de
entre 8,0% y 9,0% aproximadamente. De acuerdo con el Banco Central, en
mayo de 2022, las expectativas de inflación al cierre del año de los agentes
económicos se ubicaban por encima de 7,0% La estabilidad monetaria es una
característica de la solidez de la economía peruana; sin embargo, factores
externos y la turbulencia política han determinado su aumento por fuera de la
meta. La inflación en 2022 es un problema mundial; la invasión rusa a Ucrania
ha sido determinante. El tipo de cambio, luego de estar en una banda de entre
3,30 y 3,40 soles por dólar en 2020, en 2021 alcanzó un promedio de 3,88 soles
por dólar, superando la barrera de los 4 soles en noviembre de 2021, debido a
la incertidumbre política. En 2022, el tipo de cambio cerró en octubre en 4,01
soles por dólar, para luego disminuir hasta 3,85 soles por dólar en junio, en línea
con los anuncios de una menor inflación en los Estados Unidos y, por lo tanto,
menores expectativas de elevaciones de la tasa de interés. El Banco Central
intervino en el mercado vendiendo dólares y aminoró la volatilidad. Como
institución responsable de la política cambiaria, mantiene un sistema cambiario
de flotación administrada, de acuerdo con el cual, el tipo de cambio lo determina
el libre mercado, pero con intervención de la autoridad monetaria para evitar
fluctuaciones bruscas. Sin duda alguna, el control de la inflación (hoy por encima
de la meta debido a factores externos) y la estabilidad del tipo de cambio,
constituyen dos de las principales fortalezas de la economía peruana. Frente al
problema de la inflación, el Banco Central ha elevado su tasa de interés de
política monetaria de 0,25% en agosto de 2021 a 7,25% en noviembre de 2022.
Si comparamos contra otros países de la región, en noviembre la tasa de
referencia peruana se ubicó por debajo de la de Brasil (13,75%), Chile (11,25%),
México (10,00%) y Colombia (11,00%). Se esperan mayores aumentos durante

7
la primera parte de 2023; el consenso apunta a un valor entre 7,50% y 8,00%
hacia el primer cuatrimestre de 2023. La estabilidad monetaria es una prioridad
en el Perú.

PERSPECTIVAS ECONÓMICAS
Las proyecciones dependerán de dos factores: por un lado, la evolución de la
economía mundial y por otro, de la incertidumbre política interna. Aun así, para
este 2022 se proyecta un crecimiento económico que fluctuaría en torno de 2,6%
mientras que la inflación se ubicaría dentro de un rango de 8% a 9%. Lento
crecimiento e inflación por encima del rango meta del banco central (entre 1% y
3% anual) configuran un año complicado, en especial para la creación de empleo
y el nivel de vida de los más vulnerables. 2023 se espera muestre un
comportamiento similar, aunque con la inflación hacia la baja luego del primer
semestre. El tipo de cambio se espera cierre el año cerca de los 4 soles por
dólar, mientras que el déficit fiscal bajaría de 2,5% en 2021 a 1,9% en 2022 y
1,8% del PIB en 2023.

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SITUACIÓN POLÍTICA
Luego de 15 meses de gobierno de Pedro Castillo, sus niveles de aprobación
pública no superan 20%. De acuerdo con diversas encuestas, es el presidente
con menor nivel de aprobación desde 2001. La incertidumbre caracteriza al
gobierno actual; algunas manifestaciones son las siguientes: por un lado, el
promedio de duración de un ministro en su cargo es de 12 días, pues han pasado
más de 70 ministros en lo que va del gobierno; por otro, los escándalos de
corrupción de personajes del entorno presidencial son mayúsculos y ya se han
hecho un tema usual en el Perú; al exministro de transportes, se suman su
exsecretario de palacio de gobierno, dos sobrinos y un gran número de
funcionarios cercanos al presidente, todos ellos fugados y perseguidos por la
justicia. Las contradicciones y medidas mal aplicadas parecen ser la norma, con
contadas excepciones. En ese contexto, la incertidumbre frenó la economía.
Sus primeros 15 meses de gobierno han mostrado improvisación, falta de un
rumbo claro, designación de funcionarios públicos, como ministros de estado
poco capacitados para los cargos o que no cumplían con los requisitos para el
mismo. Tampoco ha habido un mensaje común y se ha hecho pan de todos los
días, las contradicciones entre los mismos miembros de las altas esferas del
gobierno. El estilo del presidente de no hablar con la prensa y expresar ideas,
dependiendo del público al cual se dirige, proyecta señales confusas a la
población. Lo más probable es que, en los siguientes meses, la política
condicione la economía. Inclusive, en el congreso de 130 miembros, la bancada
oficialista obtuvo 37 escaños, pero se dividió en tres grupos: uno que sigue al
fundador del partido, Vladimir Cerrón (tendencia radical de izquierda), otro,
compuesto por profesores, que apoya a Castillo y un tercero que se mantiene al
margen de ambos. Inclusive Pedro Castillo fue obligado a renunciar a Perú Libre,
partido que lo llevó al gobierno. Así las cosas, se esperan años de conflicto,
dentro del mismo partido de gobierno y del ejecutivo con el legislativo, con
efectos negativos sobre la economía. El Congreso muestra los mismos
problemas del presidente del país. Su nivel de aprobación apenas llega a 18%
(noviembre 2022). En general se percibe una ausencia de conexión entre las
autoridades del país y la población. La pandemia dejó al Perú como el país con
el mayor número de fallecidos por cada cien mil habitantes del mundo. La
frustración de la población y la desesperanza con el gobierno actual, manifestada
en un malestar generalizado, ha hecho que el presidente pierda el apoyo de sus
propios bolsones electorales y nuevamente retumban las voces de adelanto de
elecciones, renuncia del presidente y el congreso, etc.

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Perú está pasando por una situación política única. Si bien es cierto que en
nuestra política siempre hemos tenido complicaciones en cuanto a temas de
debilitamiento a las instituciones por temas de corrupción, la economía siempre
se ha mantenido independiente respecto a las líneas macro. Sin embargo, hoy
en día, lo que se pretende establecer a partir de una izquierda muy radical, que
sigue teniendo una cuota de poder, es la imposición de ciertas reglas, las cuales
generan el denominado riesgo político. En ese orden de ideas, las empresas que
pensaban invertir en el Perú han neutralizado o paralizado sus inversiones. Las
empresas están yendo lentas en la inversión y quienes ya tienen inversiones en
el Perú se encuentran de espectadores sobre la incertidumbre que estamos
teniendo; inclusive con la posibilidad de salir de las inversiones. Entonces,
vivimos un momento único en nuestro país. La exposición que se va a realizar
permite situarnos como inversionistas sobre las alternativas que se podrían
manejar en caso de que el Estado incumpla a partir de todo el riesgo político que
nace de la imposición de ideas políticas que felizmente están siendo
neutralizadas gracias a que tenemos instituciones que no son tan sólidas, pero
que están funcionando y han permitido neutralizar lo que hace siete meses
veíamos como una situación catastrófica. El riesgo político genera
consecuencias económicas para el inversionista y esto no es exclusivo de
nuestro país.
Tenemos esta erosión democrática. Esta indica un desgaste y un debilitamiento
de las instituciones de cada uno de los países de América Latina o de muchos
países de América Latina, que tiene como finalidad debilitar la posición
democrática de un país, con la particularidad de que los gobernantes han sido
elegidos a través del modo democrático. Lo vemos en El Salvador, México, Perú,
Colombia, Chile, Ecuador y otros países. Son los mismos gobernantes los que
erosionan desde adentro, y eso es lo que estamos viendo en el país, las
instituciones y las libertades. Vemos también que hay una triple crisis: una crisis
de gobernabilidad, una crisis de expectativa y una crisis de certezas. Hoy día en
el Perú y en algunos países de América Latina todo es incierto. Esto,
evidentemente, ahuyenta las inversiones. Estamos experimentando un
fenómeno de protestas sociales que arrancaron en América Latina
aproximadamente en el 2019. Sin embargo, en algunos casos la violencia ha
sido mayor. También el fenómeno de la polarización política, hoy en día, implica
una amenaza al orden democrático, y creemos que es lo que está sosteniendo
este Gobierno. Mucha de la importancia y trascendencia en la polarización
política parte de la desinformación a partir de las redes sociales, que finalmente
tienen como único objetivo dividir a la población e inhiben a neutralizar la
posibilidad de cooperación entre partes que se encuentran en diferentes
posiciones políticas o ideológicas. Finalmente, la inversión extranjera está en
caída. Con ello, podemos decir que el Estado de derecho no atraviesa por su
mejor momento en la región.

10
SITUACION MACROECONOMICA
El mayor consumo privado, impulso a la inversión pública y resiliencia de las
exportaciones serán los principales factores que permitirán que la economía
peruana cierre el 2022 con un crecimiento de 3,3%, informó el Ministerio de
Economía y Finanzas (MEF) durante la presentación del Marco Macroeconómico
Multianual (MMM) 2023-2026.
Entre 2022 y 2026, la economía alcanzaría una tasa de crecimiento promedio de
3,3% producto de la implementación de un conjunto de medidas que contribuirán
a impulsar el gasto privado y público y brindar un entorno de mayor confianza a
los agentes económicos; recuperación y resiliencia de la demanda interna en un
escenario de vacunación masiva, control de la pandemia, reactivación del
turismo e impulso del gasto privado; mayor producción que impulsará el volumen
de las exportaciones; impulso a la competitividad y productividad, por el Plan
Nacional de Competitividad e Infraestructura y respuestas de acciones de
política provenientes del trabajo en las mesas ejecutivas existentes o por crear;
en la medida que se observe un incremento en la velocidad del crecimiento
interno, con lo previsto en el plan de reactivación, todo ello será funcional al logro
de una mayor confianza de los consumidores y empresarios.

Consumo privado, exportaciones e inversión pública a pesar del contexto


internacional adverso que ha afectado los precios de alimentos y combustibles,
el consumo privado se ha mantenido ante la recuperación progresiva del empleo
y los ingresos de los hogares en un contexto de mayor operatividad de las
actividades económicas; sumado a ello, las medidas de apoyo por el Poder
Ejecutivo a las familias más vulnerables durante el primer semestre del año, han
permitido reducir el impacto del alza de precios.

Las exportaciones estarán sostenidas por el mayor impulso de la oferta primaria


asociado a la mayor producción de Mina Justa y Quellaveco, y normalización de
operaciones de Las Bambas tras superar las paralizaciones por conflictividad
social; resiliencia de las exportaciones no tradicionales ante los mayores envíos
de productos de agroexportación como frutas, legumbres, cereales, entre otros;
además, las exportaciones de servicios continuarían recuperándose,
fundamentalmente, por el gradual restablecimiento del flujo de pasajeros no
residentes y las medidas internas de impulso al sector.

A su vez, la inversión pública mostró una aceleración durante el año, explicada


por las acciones que se han adoptado para impulsar la ejecución, tales como las
capacitaciones, el seguimiento de carteras de proyectos, y la asignación del
presupuesto más elevado en los últimos años para importantes obras públicas:
S/ 64 mil millones.

11
Según el Plan de Reactivación Económica que el MEF ayudará a sostener el
crecimiento del consumo privado y la inversión pública en la segunda mitad del
año.

En tal sentido, la inversión pública se afianzará como la principal herramienta


para avanzar en el cierre de brechas y fomentar la creación de empleo,
generando mayor bienestar en la población, resultado también de su
funcionalidad con la inversión privada. En 2022, la inversión del sector público
no financiero alcanzará la suma histórica de S/ 48,2 mil millones (8,5% real).

Cabe destacar que la trayectoria fiscal actual posiciona a Perú como uno de los
primeros países en establecer reglas fiscales tras la COVID-19, lo cual conllevará
a una importante recomposición del espacio fiscal y mantendrá la competitividad
de las finanzas públicas del país. Además, mientras que los déficits fiscales de
la región seguirán siendo mayores a los que tenían antes de la pandemia y sus
niveles de deuda pública se mantendrán elevados, las finanzas públicas del país
seguirán siendo diferenciadas y con bajos niveles de deuda. Ello permite que
Perú tenga una mayor fortaleza fiscal y macroeconómica, en contraste a otras
economías emergentes, frente a la materialización de riesgos relacionados al
contexto internacional.

En cuanto a la previsión de los ingresos fiscales en el horizonte del presente; en


2022 los ingresos crecerán 2,5% real en consistencia con el notable avance
registrado en el primer semestre del año (+17,6% real) y con ello alcanzarían el
21,4% del PBI en 2022. En tanto, para 2023 se prevé que los ingresos fiscales
disminuyan 1,0% real y se sitúen en 20,5% del PBI debido al efecto de menores
precios de exportación (-5,8%); mientras que, los ingresos crecerían a un ritmo
promedio de 3,3% real entre 2023-2026 y se ubicarían en 20,5% del PBI, ante la
convergencia del crecimiento económico a sus niveles de largo plazo.

12
En cuanto al gasto público, este crecerá de manera ordenada en función a las
reglas fiscales y los ingresos disponibles. Para 2022, el gasto no financiero del
gobierno general ascenderá a S/ 211,6 mil millones (+1,1% real o 8,9% nominal)
y será equivalente a 22,3% del PBI. Entre 2023 y 2026, el gasto transitará
ordenadamente hacia niveles observados antes de la pandemia (2023: 21,4%
del PBI, 2024: 21,0% del PBI, 2025: 20,5% del PBI y 2026: 20,0% del PBI). No
obstante, entre 2019 y 2026, el gasto público se incrementará a un ritmo
promedio anual de S/ 13 mil millones entre dicho periodo (promedio anual 2022-
2026: S/ 8 mil millones).

Es relevante destacar que la consolidación fiscal de Perú para los siguientes


años es consistente con el largo historial de prudencia fiscal del país y con el
continuo compromiso de mantener la sostenibilidad de las finanzas públicas,
teniendo como reto restituir el Fondo de Estabilización Fiscal (FEF). Ello permite
mantener la confianza de los mercados financieros que se traduce en tener uno
de los riesgos país más bajos entre economías emergentes y economías de la
región.

Asimismo, las finanzas públicas sostenibles permiten brindar soporte a la estabilidad


macroeconómica del país, preservar una alta capacidad de respuesta fiscal frente a
eventos adversos, y tener espacio para llevar a cabo reformas estructurales que
permitan un mayor crecimiento y bienestar de los ciudadanos.

STIACION MICROECONOMICA
La pandemia del covid-19 puso a prueba la capacidad de los peruanos de
enfrentar situaciones adversas. Las micro y pequeñas empresas (mypes)
afrontaron retos realmente duros y lograron superarlos, demostrando una gran
resiliencia que les permite ver con mejores perspectivas el mediano plazo.
El Perú es un país de emprendedores. En circunstancias difíciles, los peruanos
han sabido sortear obstáculos y salir adelante, impulsando sus propios negocios
con singular éxito, mediante el esfuerzo, sacrificio y mucha voluntad.

La pandemia fue para muchas, por no decir para todas las mypes, la prueba más
dura que han enfrentado. Los resultados no han sido los óptimos para muchas
de ellas, pero no se rindieron; por el contrario, demostraron una gran capacidad
de resiliencia que las ha puesto de nuevo en la palestra

En el Perú hay aproximadamente 3.1 millones de pequeñas y microempresas.


Han pasado una situación compleja por dos años en plena pandemia que ha
golpeado fuertemente a todos los empresarios, afirma el presidente del Gremio
de la Pequeña Empresa de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), Rodolfo
Ojeda.

13
Sostiene que, pese a la dureza de la situación, los microempresarios son
crecientes, trabajadores, innovadores, y tienen una singular fuerza para salir
adelante.

Rodolfo Ojeda comenta que las mypes llegan a generar empleo para nueve
millones de peruanos.

Distribución
El representante gremial asevera que el 52% del total de las mypes del país se
encuentra en el sector servicios. El comercio representa el 35% y la producción
el 13%. Como consecuencia de la pandemia, en el 2020 todo se cayó, fue muy
duro a nivel mundial y más en nuestro país, debido a la situación en la que nos
encontrábamos. No estábamos preparados para afrontar esa coyuntura.

Se Precisa que, en el 2020, alrededor de cinco millones de personas perdieron


su trabajo. Muchos tuvieron que hacer un giro radical es sus negocios para poder
sobrevivir. Las ventas que se encontraban en el orden de los 148,000 millones
de soles se redujeron a los 60,000 millones.

Pese a ello, es importante tomar en cuenta el potencial y la fuerza que tienen los
microempresarios del país y de lo que son capaces de hacer.

Frente a la situación generada por la pandemia, el Gobierno peruano dictaminó


una serie de medidas para afrontar la situación. Así, se otorgaron 60,000
millones de soles mediante el programa Reactiva Perú. Este monto representó
aproximadamente el 8% del producto bruto interno (PBI) nacional.

El 30 de octubre del 2021, más de 500,000 empresas de todo el país accedieron


a Reactiva Perú, de las cuales el 98.3% son micro y pequeñas empresas.

14
Con relación al porcentaje de beneficiados por Reactiva Perú, el 14.2% fueron
microempresas, el 31.9% pequeñas empresas, el 4.9% medianas empresas y el
49% grandes empresas.

Con respecto a la distribución del trabajo, de la población económicamente activa


(PEA), las mypes generan aproximadamente el 47% del empleo, radica su
importancia dentro del desarrollo económico del país, ya que las mypes
representan el 21% del PBI. Los microempresarios aportamos más de 1,800
millones de soles al fisco”, sostiene el dirigente gremial.

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Informalidad
Para el gerente general del Instituto Peruano de Economía (IPE), Diego Macera,
uno de los temas que más pasó factura durante la pandemia fue la informalidad.
No fue hasta la crisis que vimos la magnitud de la informalidad en el país. Las
pymes y las mypes fueron el segmento empresarial más afectado por la
pandemia, pues cerca de 600,000 micro y pequeñas empresas formales dejaron
de operar en el 2020.

No obstante, se asegura que, si bien los rubros comercio y servicios fueron los
más golpeados por la pandemia, con la reactivación en el 2021 y en lo que va
del 2022 demostraron mucha resiliencia, una mayor fuerza de lo que se había
anticipado inicialmente.

No se anticipó un rebote tan fuerte; pero la economía peruana demostró tener


más fortaleza de la que habíamos pensado y fue un buen empuje para las
mypes. El rebote ya nos pone, en lo que se refiere a producción, por encima de
lo que teníamos antes de la pandemia; seguramente no en todos los sectores,
pero, en promedio, tenemos ya un nivel de producción como país por encima del
2019 y eso significa una oportunidad para seguir creciendo y seguir mejorando.

El impacto Reactiva
El gerente general del IPE aseveró que Reactiva Perú fue uno de los
instrumentos que le permitió avanzar a la economía peruana mucho mejor de lo
que pudo haber sido con otras iniciativas.

Por lo general, se dice que el programa no llegó a las micro y pequeñas


empresas, sino que tuvo un mayor impacto en las grandes empresas; y esto no
es del todo cierto.

Se asegura que, si se ajustan los créditos por el nivel de empleo que absorbe la
microempresa formal, así como por su nivel de ventas sobre el total de empleo,
el total de ventas y se compara con los porcentajes de asignación de Reactiva
Perú, se observará un sesgo favorable hacia las mypes.

Hubo créditos mayores para las empresas grandes, pero es porque también
tenían más trabajadores, más ventas y más capital de trabajo que pagar.

El Perú es un país de muchas mypes que generan trabajo. Es uno de los países
en el mundo en donde más se incrementó el crédito al segmento de la micro y
pequeña empresa. El aumento de los nuevos créditos en el caso peruano fue
casi 14 veces superior a la mediana registrada en el resto de los países de la
región. Esto fue resultado de condiciones de financiamiento más favorables
ofrecidos a partir del programa Reactiva Perú.

Se sostiene que se ha ido recuperando trabajo, producción, empleo y mucho del


empleo que se ha ganado ha sido precisamente en pequeñas y microempresas.

Con la reanudación de las actividades económicas en el 2021, las mypes se han


convertido en el principal medio de retorno al mercado laboral.

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En Lima Metropolitana, el número de trabajadores en empresas de uno a 10
trabajadores se incrementó en casi 430,000 personas entre marzo y mayo del
2022 con relación al mismo periodo del 2019.

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CONCLUSIONES
La economía peruana ha registrado una leve recuperación durante el último
trimestre del 2020, pese a la inestabilidad política y su repercusión en la base
fiscal del país. Si estos problemas disminuyen durante los próximos meses, se
proyecta que la economía podría crecer hasta un 12 % al cierre del 2021. Para
el 2022, su desempeño ya sería el mismo que registró en el 2019.

En la actualidad, los ruidos y riesgos sobre el futuro de la economía peruana se


asocian al ámbito político. En la próxima contienda electoral, se esperan
candidatos que no cuestionen el modelo económico del país en su totalidad y
congresistas que no lleven adelante más iniciativas de gasto que desestabilicen
la economía. Solo la devolución de aportes de la ONP representa USD 4 000
millones de gasto adicional, es decir, dos puntos del producto bruto interno (PBI),
que generarán un forado en las cuentas fiscales.
Si el Congreso actual sigue esta tendencia, puede erosionar la base fiscal que
es el pilar sobre el que se ha sostenido la economía peruana durante los últimos
30 años. En el ámbito monetario, la autonomía y buen manejo del Banco Central
de Reserva del Perú (BCRP) todavía nos brinda seguridad. A nivel internacional,
la recuperación de China permite al Perú contar con un socio clave para la
recuperación del sector exportación.
A largo plazo, es necesario que el Gobierno actual y el próximo impulsen la
inclusión financiera y la formalización de la población, a fin de facilitar su acceso
al crédito y a iniciativas como los bonos universales. A nivel empresarial, es
crucial capacitar a las pequeñas y medianas empresas (pymes) para que
desarrollen habilidades que mejoren su desempeño en el mercado actual.
A nivel macro, el principal desafío consiste en mantener la estabilidad financiera
y monetaria del país. Hay que trabajar a fondo todos los temas sectoriales y
desarrollar la competitividad de las industrias nacionales, con un aumento de la
calidad en los productos. Vender materias primas es positivo, pero insuficiente
en un entorno donde se exigen productos con un valor agregado cada vez
mayor.

El Producto Bruto Interno (PBI) del tercer trimestre de 2022 registró un


crecimiento interanual de 1,7 por ciento, tasa menor a la observada en el
trimestre anterior (3,3 por ciento). La demanda externa explicó la desaceleración
del crecimiento respecto al trimestre previo: las exportaciones de bienes y
servicios desaceleraron su expansión de 9,0 por ciento a 0,8 por ciento entre el
segundo y el tercer trimestre. Esto es explicado por la menor producción primaria
local, principalmente de los sectores minería metálica e hidrocarburos.
Asimismo, se observó un ritmo más acelerado del volumen importado de bienes
de consumo duraderos y no duraderos e insumos industriales. Por su parte, la

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demanda interna aceleró su ritmo de expansión interanual de 1,8 por ciento en
el segundo trimestre a 3,3 por ciento en el periodo de análisis, debido a la
recuperación de la inversión pública. Sin embargo, el consumo privado y público,
así como la inversión privada, influyeron en la desaceleración de la actividad
económica. El consumo privado perdió dinamismo en un contexto de una alta
inflación, la inversión privada se contrajo por menores desembolsos del sector
minero y el consumo público cayó por la reducción del gasto asociado a la
emergencia sanitaria.

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