EPH-015 Luis Dario Salas Marin

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Ejes tericos para una geografa poltica de Amrica latina. Por: Luis Daro Salas Marn1. lui.marin@hotmail.

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El desprecio por la teora es el inicio del cinismo en la prctica. Horkheimer

Resumen. La geografa poltica de Amrica latina necesita consolidar un conjunto de saberes propios para afrontar los problemas y retos polticos multiplicados en la regin. Aspectos tratados con visiones del eurocentrismo y panamericanismo que descontextualizan la realidad latinoamericana hasta ahora. Por lo que el propsito de este trabajo consiste en debatir algunos paradigmas y valores universales relacionados con el pensamiento nico de las elites polticas y usados por las ciencias sociales y la geografa poltica en particular, que obstaculizan la definicin de ejes tericos para la comprensin del contexto poltico de la regin y a su vez, imposibilitan un marco terico propio a esta disciplina. Este trabajo concluye que la geografa poltica en construccin para Amrica latina tendr que incorporar territorios ajenos al rea natural latinoamericana demarcada por sus fronteras nacionales estatales, territorios que son el producto histrico de la dispora de los habitantes de la regin, para el anlisis terico con visin de praxis poltica y compromiso social en la gestin de espacios socialmente equitativos de Amrica latina. Eje temtico: Abordajes de la Geografa Poltica, Econmica e Histrica. Palabras clave: ejes tericos, geografa poltica, Amrica latina, eurocentrismo y panamericanismo. Desarrollo. Un eje terico esencial que podr guiar toda discusin de Geografa poltica es debatir contra la disciplina misma (Unwin, 1995), con objeto de emanciparla hacia otros caminos ms acordes con la regin de Amrica latina. Poner tras

Facultad de Filosofa y Letras, UNAM. Mxico

las cuerdas a la geografa poltica significa, recordarle a sta su abandono de categoras analticas, al estilo del imperialismo (Born, 2002 y 2007;

Luxemburgo 2007) y lucha de clases (Marx y Engels, 1998; Harvey ,1999 y Berlin, 2009). Poner a la Geografa poltica de espaldas a la pared, es necesario con el fin de debatir en las esferas de la epistemologa y metodologa2 cauces para acceder a la creacin del conocimiento, no solo por la va explicativa, sino tambin por el camino de la comprensin y accin emancipadora. Con la idea de que la Geografa poltica promueva las diferentes, que no las diversas, formas de entender la realidad para superar el carcter nomottico de la explicacin geogrfica tradicional. De igual forma, debatir y poner en entredicho los discursos tradicionales relacionados con la figura del Estado y, las consideradas nuevas agendas de Geografa poltica, eclcticas en lo poltico-ideolgico. Tales ejercicios puestos en entredicho, podran ser para la Geografa poltica latinoamericana responsabilidades traducidas en actitudes emancipadoras a favor de los pueblos de la regin y de otras partes del orbe. La tesis central de este trabajo considera que la definicin de los ejes tericos para una geografa poltica de Amrica latina coadyuvara, no solo a revitalizar el debate terico poltico-espacial de esta disciplina, sino tambin, a definir el camino dialctico y particular de esta regin del mundo como proceso histrico en construccin, transformacin, contradiccin y praxis poltica permanente. En el devenir histrico de Amrica latina, cules son los espacios donde dialcticamente, la poltica ha incidido sobre esos espacios en el proceso histrico de contradiccin permanente?; desde la trinchera de la Geografa poltica, consideramos que son la articulacin sistmica del mundo occidental con la regin en cuestin; asimismo, la articulacin de las costas con las tierras interiores mediante la explotacin de la naturaleza; de igual forma, los espacios costeros e interiores y su transformacin en espacios urbanos; por ltimo, el quiebre o extrapolacin de la forma fsica de la regin de Amrica latina representada en diferentes islas, en los lugares de residencia actual de la

Muy a pesar de la negativa de los posmodernistas de la Geografa poltica por hacerlo.

dispora latinoamericana, de los distintos continentes como consecuencia de esa emigracin. As mismo, los paradigmas del capitalismo y socialismo real que han marcado buena parte del devenir discursivo de la Geografa poltica, son situaciones ausentes en la discusin de esa disciplina en el mundo y no se diga en el contexto de Amrica latina. En cambio, trminos como democracia3,

desarrollo, derechos humanos y bienestar social, desde la perspectiva paneuropea, son trminos vendidos como verdades o valores universales (Wallerstein,2007) al mundo para legitimar el derecho de intervencin y control de pueblos en diferentes latitudes; por lo tanto, es una obligacin tica de la Geografa poltica preguntarse qu significado histrico tienen esos trminos para los pueblos de Amrica latina?. En un balance preliminar, podemos asentar que tanto el capitalismo como el socialismo real han fracasado globalmente, porque uno y otro conformaron elites ambiciosas, individualistas y consumistas, alejadas de la ciudadana, al utilizar la poltica centralizada en una minora rapaz para cortar todo derecho a la expresin y reivindicacin ciudadana. Signos del fracaso del capitalismo los encontramos en la polarizacin de la riqueza que prevalece inclusive en su propio feudo, dentro de los pases del Norte; la deforestacin, la contaminacin y el cambio climtico global, que como Espada de Damocles, indican el fracaso del sistema capitalista; al calor de esta situacin mundial, es urgente concebir a la Geografa de otra manera. As, a la Geografa la podemos definir como: la exploracin y consolidacin de un nuevo contrato social entre el Hombre y nuestra Madre Tierra, con el apoyo de la transdisciplina integrada espacialmente, para que a su vez, logre espacios mas justos y equilibrados para el buen vivir de la humanidad., con esta definicin nos estaremos situando en un nuevo espacio donde la relacin entre la biotica, ecologa poltica, la geografa poltica y otras disciplinas adquieren sentido. Mientras tanto, la Geografa Poltica, adems de analizar el nivel de conflicto social y poltico derivado de problemas ambientales, tendr

La democracia es una expresin de evangelizar secularmente al mundo.

que darle ms atencin al actor principal, a menudo olvidado, nuestra madre Tierra, para encaminar un nuevo contrato entre el Hombre y la Naturaleza (Matsuura, 2008) con praxis poltica. Una arista de abordaje es poner en entredicho el trmino mismo, de uso y transformacin de los recursos; al cuestionar la relacin histrica entre el hombre y la naturaleza desde los distintos modos de produccin, esa relacin nos llevara a un punto que ojala no sea sin retorno. Creemos que los planteamientos de las ideas del Anarquismo (Horowitz, 1975) y de los Pueblos Originarios (De Marzo, 2010) podrn ayudar a contrarrestar esa concepcin materialista que niega reconocer su fracaso. Hasta ahora, salvo el socialismo real, el sistema capitalista carece del coraje para decir que fracaso y, de suicidarse, como si lo hizo el socialismo real de los pases de Europa del Este (Garca, 2009b: 61); el capitalismo cobija esta cobarda, del no suicidio, arropndose en la serie de contradicciones que prevalecen en el mundo en desarrollo cuyos responsables primarios son el colonialismo y neocolonialismo imperantes en la periferia del primer mundo. Mientras tanto, en lneas precedentes, decamos que la geografa poltica latinoamericana ha pasado de noche la discusin epistemolgica y terica de sus posibles contribuciones a la emancipacin de los pueblos del sur, por lo que no causa extraeza, la negativa de esta disciplina para enfrentar desde el conocimiento y practica poltica, las viejas y nuevas formas de articulacin que el poder imperialista ejerce para fastidiar a la Tierra y sus habitantes. Por ejemplo, la Geografa poltica podr abordar el tema del imperialismo, mediante el marco de la educacin; combinacin ausente en el debate en cuestin en pleno siglo XXI. Tradicionalmente, las metrpolis imperialistas, bajo la tctica geopoltica de tierra quemada, implantan colonialmente y

neocolonialmente modelos educativos ajustados a su afn de lucro para el control, dependencia y dominio de otros territorios, allende sus fronteras por la va cultural y educativa. Por lo que incorporar el estudio poltico de la educacin, permitira a la Geografa poltica ubicar aristas de relacin entre el quehacer de esta disciplina con el trabajado elaborado por su hija descarriada: la geopoltica (critica). Visto as, desde la relacin entre Geografa poltica y Geopoltica, la educacin sera trabajada en el plano histrico y formal, en la perspectiva de 4

las polticas educativas que los gobiernos nacionales aplican en los centros escolares de sus respectivos pases, bajo presin de organismos

supranacionales al estilo del Banco Mundial (BM) (Lerner, 2009) y la Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmico (OCDE) (Gimeno, 2009). Sin embargo, en el terreno informal de la educacin, la reflexin y desarrollo de ideas iran en el sentido de los procesos de desescolarizacin oficial que desarrollan organizaciones sociales y polticas en situacin marginal para plantar cara a la educacin oficial, a partir de su propia visin del mundo, que construye alternativas diferentes a la educacin estndar que prevalece en la historia de los centros escolares oficiales. Recordemos que algunos sectores sociales en Amrica latina trabajan, con meridiana claridad, una alternativa de educacin autnoma e integral, as como transformadora y emancipadora de la sociedad con base en modelos propios, casos de Brasil, con el Movemento Sem Terra (MST) (Dias y Milln, 2005) y la Universidad Federal de la Integracin Latinoamericana (UNILA) que por cierto, recientemente empezara a formar gegrafos especializados en Amrica latina. En Mxico, ese movimiento emancipador del saber esta en la escuela autnoma zapatista Semillita del Sol (Bellinhausen, 2010), en los municipios autnomos denominados Caracoles, de las Bases de Apoyo del Ejercito Zapatista de Liberacin Nacional (EZLN) del Estado de Chiapas; espacio

comunitario caracterizado por darle la espalda a la escuela oficial (Garca, 2009c) con el fin de reivindicar sus races y cultura particular emanada de los pueblos originarios. De igual manera actan las Escuelas Integrales lideradas por miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educacin (CNTE), cuyo trabajo intenso lo desarrollan en el sur de Mxico. Alternativas que enfrentan permanentemente, modas de polticas educativas oficiales, ahora arropadas bajo el discurso de las competencias. El discurso de las competencias en educacin es la punta de lanza de esa geopoltica imperialista cultural renovada (Salas, 2010) de observar el mundo con los ojos del otro, el dominador, ahora bajo la batuta del discurso geoeconmico denominado Economa (Sociedad) del Conocimiento (EC) acompaada por su brazo derecho: el Discurso Basado en Competencias (DBC). Sin lugar a dudas, la EC apuesta por una geopoltica cuyas coordenadas estn ubicadas en los pases desarrollados y el uso de conocimientos de cuarta 5

revolucin tecnolgica, con el propsito de dominar el mundo con tecnologa de punta y, con las estrategias combinadas del poder suave o subliminal (Soft Power) y el poder duro (Hard Power) . Recordemos que el DBC es un discurso pedaggico intencionado desde la derecha poltica, llevado de las fbricas a las escuelas, que procura preparar a la persona en tareas especficas de bajo nivel cientfico y tecnolgico, particularmente para que los jvenes se capaciten en este perfil y brindar resultados de baja y mediana cualificacin, en beneficio del maltrecho modelo neoliberal. Dnde y con que mecanismo se estructura esta geopoltica del conocimiento?, en pases como Estados Unidos, la Gran Bretaa y organismos supranacionales, caso de la Organizacin para la Cooperacin y Desarrollo Econmico (OCDE), Banco Mundial (BM) y la Unin Europea (UE) con su Plan Bolonia. Que en conjunto presionan a los pases pobres para que stos apliquen una poltica educativa de Estado, estandarizada y mercantilizada, basada en el discurso de las competencias educativas y laborales. Al respecto, toda poltica educativa tiene su sesgo ideolgico, no es neutral, ostenta una intencionalidad poltica; as el movimiento de las competencias es un conjunto de polticas que pretenden, desde la derecha poltica, cambiar la cultura y las instituciones bajo el camino de la ideologa de mercado neoliberal (Jones y Moore 2008). Sea pues que la EC y el DBC mutilan la autonoma y la creatividad para el diseo de modelos educativos propios que correspondan a la realidad nacional de los pases del Sur. Paradjicamente, preocupa que la Geografa poltica, pase por alto, desentraar el papel homogeneizador que los centros escolares han promovido, en distintas latitudes, para borrar todo signo de diferencia y emancipacin individual y colectiva desde la escuela misma. Al mismo tiempo, se observa el desdn de esta disciplina por observar los alcances que han tenido los procesos de enseanza-aprendizaje desde las escuelas

contestatarias, algunas de las cuales anarquistas del tipo de Paideia; ms an, es remota la idea de que la Geografa poltica plantee la posibilidad de estudiar y pugnar por el proceso de desescolarizacin4 de las personas y colectivos,

El proceso de desescolarizacin trata de los mecanismos que la persona y el colectivo estructuran, con independencia y autonoma, para elaborar sus propios saberes de praxis poltica y eludir as, el discurso ideolgico homogeneizador de la escuela oficial.

esfuerzos que puedan ser focalizados, por ejemplo, en actividades aprendizaje ajenas a la educacin oficial.

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Por ejemplo, una forma de desescolarizar desde la Geografa poltica, es por conducto de la representacin cartogrfica que, la Geografa usa como lenguaje de hechos observables y subjetividades construidas por los grupos humanos. Representacin que incluye el fenmeno poltico expresado en el espacio, dentro de la Geografa en cuestin. Ya que, histricamente la cartografa es una expresin de los intereses del poder occidental, que usa el mapa y en esencia, las proyecciones cartogrficas, para reiterar quin tiene el poder de este lenguaje y por lo tanto, quin esta facultado para situar y deformar el espacio terrestre. Para muestras de ello, ah estn las proyecciones de Mercator y Polares (Norte) que tienen por objeto reflejar los poderes del eurocentrismo y noratlantismo

respectivamente. Nogu (1998:96) recuerda que los mapas son falseados tradicionalmente en el mbito pblico por los diversos gobiernos de pases como la exUnin Sovitica, Gran Bretaa y grupos de poder, con el propsito de desubicar al otro: ciudadano comn, grupo poltico o pas antagnico, al esconderles y tergiversarles informacin. Las lites usan tambin el lenguaje de los smbolos de la produccin cartogrfica del primer mundo, para concentrar

deliberadamente los problemas globales en los pases del Sur, en ubicaciones concretas denominadas puntos calientes, o zonas de tensin y conflicto. La cartografa del mundo pobre tendr que responder y denunciar con creatividad desescolarizada esas tradiciones venidas del Norte, una

oportunidad es invertir los papeles, esto es, representar sobre un mapa a los grandes centros de decisin poltica y econmica mundiales, a manera de puntos calientes, con el apoyo de esas mismas proyecciones cartogrficas o en su caso, usar la subjetividad y la parodia (Ver fig. 1) como herramienta creativa para construir mapas polticos y denunciar a los responsables de los problemas globales. Esto es, ubicar, denunciar (Ver fig. 2) y detener (George, 2001:240) a los que tienen el poder (Snchez, 1992), (Marzo De, 2010), responsables del deterioro humano y ambiental. Tal vez, este camino de desescolarizacin cartogrfica pueda contribuir a definir otras nuevas agendas de la Geografa poltica, no con el afn de 7

explicar, sino de comprender y desaprender el mundo oficial, portavoz de los intereses globales de una minora. Una de esas agendas tendr que abordar la esfera del poder relacionada con el lenguaje y las TICs, autores esenciales como Foucault (1999), Snchez (1992), Sastre (2005) Petras (2002), Chomsky (2001), enriqueceran por separado la crtica de la Geografa poltica y de paso, a la teora crtica (Garca, 2009b) de la Escuela de Frankfurt. Casos como los temas relacionados con las narrativas del discurso y construidas por la geopoltica crtica mediante el drama que los Estados usan para poner en cuestin su destino o el destino de otros; los problemas ambientales; los movimientos sociales y polticos, entre otros. (Quintero, 2007: 156) Por ejemplo, un drama reciente son la serie de manipulaciones que los grupos de poder poltico y econmico, desde los pases desarrollados y
Fig. 1.- Cuando el Sur es Norte. Fig. 2.- Representacin cartogrfica de Mxico secuestrado por el narcosistema.

empresas multinacionales, pusieron en marcha para contrarrestar las filtraciones que el portal de Wikileaks, bajo el mando de Julian Assange ejecuto para hacerse de diversos documentos confidenciales que comprometan al imperialismo norteamericano en la Guerra de Irak y sus actos bochornosos como la masacre de civiles iraques a manos de la aviacin norteamericana en 2003 y, de las formas sucias y oscuras con que la Diplomacia Internacional acta en este y otros casos. El poder mundial vio como al final de cuentas, Wikileaks difundi esos documentos, primero por cuenta propia a travs de las redes sociales de 8

internes y despus, por conducto de seis medios impresos seleccionados: The Guardian, New York Times, Der Spiegel, Le Monde, El Pas y la Jornada encargados de masificar esa informacin entre la opinin pblica mundial desde fines de 2010. Con este gesto, Wikileaks desnudo una serie de actos ilcitos e ilegtimos que gobiernos y grupos de poder practican, bajo el ejercicio de una diplomacia internacional, precedida siempre por guerras (Luxemburgo) de baja intensidad en contra de pases del Sur. Han sido meses enteros en que Wikileaks, con auxilio de informacin clave, muestra a una clase en el poder carente de todo principio tico, por lo que sta para legitimarse, busca desviar la atencin de la opinin pblica internacional. Los sucesos polticos y movilizaciones sociales ocurridos en el Magreb contra el poder mundial, a ste paradjicamente le cae como anillo al dedo, al que tratar de sacarle el mximo provecho. Histricamente, el imperialismo norteamericano y el poder econmico mundial utilizan la combinacin de valores democrticos y neofascismo, con reivindicaciones histricas de los pueblos del Magreb y Medio Oriente, en el contexto del islam poltico; una carambola de tres bandas pues, para callar los documentos reveladores de Assange, en contra occidente y de paso,

descabezar a los regmenes rabes pro occidentales y, no utilizables, que permitan impulsar un proceso de deculturizacin5 del islam, entre la poblacin, particularmente joven, de estas regiones del mundo rabe. Dramas que ocurren, no solo en el ciberespacio (ms adelante se har alusin al trmino), sino tambin en la realidad concreta de la calle. Recordemos que los grupos de poder utilizan la calle para realizar proselitismo poltico y legitimar las acciones de clase en esas concentraciones de masas; pero tambin, los grupos de poder, valindose de los Mass Media y de la violencia, fomentan paradjicamente las culturas del consumo y del miedo en distintos momentos para arrinconar a la gente en otro espacio, el espacio privado del hogar. No obstante, la calle es un espacio de conspiracin poltica (Delgado, 2007), por lo mismo, es imposible pensar en el aislamiento humano de la calle porque la naturaleza callejera es colectiva por excelencia,
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donde las energas

perdida de caractersticas de los pueblos originarios con objeto de integrar o aculturizar a la poblacin a favor de la cultura dominante.(Gallego, 2006: 31) y Said (2004)

humanas son orientadas a nuevos horizontes de lucha social; esto muestra como la calle se modifica y transforma, juntos con los grupos sociales que la habitan. Tal como ocurri con las protestas que diferentes movimientos sociales aplicaron en la ciudad de Seattle (Cason y Brooks, 1999), al cercar calles, para impedir que polticos y lites econmicas llegaran al edificio sede donde se desarrollara la reunin de la Cumbre Ministerial de la Organizacin Mundial del Comercio (OMC) en la ciudad de Seattle, en noviembre de 1999. Lewkowicz (2002: 130) plantea para el espacio callejero latinoamericano en evolucin, que la calle argentina podr ser denominada la calle postneoliberal desde los sucesos del 19 y 20 de diciembre de 2001; tiempo en el cual, los vecinos de Buenos Aires, sin importar ideologas, salieron a la calle con el propsito de echar del poder a Fernando de la Ra, accin que lograron, pero adems, construyeron una nueva subjetividad, el de gente, por encima del trmino pueblo. Situacin similar desarrollaron los habitantes de la ciudad de Quito, en momentos diferentes desde fines de 1990, para expulsar a los gobiernos de Abdala Bukaran, Jamil Mahuad y Lucio Gutirrez en Ecuador; se podr repetir los fenmenos argentino y ecuatoriano de echar del poder a gobernantes, contrarios al inters de los ciudadanos, en otros puntos de la geografa poltica de Amrica latina?. No obstante, los movimientos sociales y polticos son penetrados y prostituidos por los tentculos de las lites con el afn de controlarlos y dividirlos. Para Petras y Veltmeyer (2002), las ONGs son el instrumento para realizar ese juego sucio; los autores refieren que las ONGs. surgieron despus de la Segunda Guerra Mundial y son hechura del sistema capitalista, para desestabilizar y desmovilizar los movimientos sociales y polticos espontneos de carcter emancipador de los pases pobres; al respecto, las ONGs usan proyectos asistencialistas de corto plazo para beneficio de grupos vulnerables con el propsito velado de erosionar todo intento poltico por cuestionar, desde abajo, el orden econmico y poltico prevaleciente. Asimismo, la Geografa poltica trabajara su relacin con el ciberespacio y las nuevas formas de control social que el capitalismo ejecuta, envuelto en una cara amable que atrapa a la gente, por conducto de las TICs; detengmonos por un momento en las imgenes de satlite urbanas que Google, ofrece al pblico para facilitar su desplazamiento citadino; son imgenes que empiezan a 10

causar mpula, en ciertos grupos sociales que se oponen a su difusin por atentar contra su privacidad barrial, caso de Berln recientemente. Sin embargo, la Geografa poltica muestra poco inters en esto y en el estudio del cmo estas tecnologas han servido para movilizar y articular a la gente en torno a la idea de emancipacin, demostrado ya en los casos de Tnez y Egipto en el primer trimestre de 2011. No obstante, a contracorriente de la maquinaria de exterminio con que suele operar el sistema capitalista, a travs de la divisin internacional del trabajo y ahora, con los sistemas sofisticados de espionaje y control de las comunicaciones del ciberespacio con los que cuenta, al estilo de la Red Echelon.;6 el ciberespacio lo concebimos como espacio social mltiple de la realidad virtual, compuesto por una matriz de datos digitales, que al estar conectados a nivel mundial, hacen que el internauta interrelacione su circunstancia personal con la de otros, en ese espacio mltiple a ser dominado, no necesariamente por ellos, sino por quienes tienen el poder: multinacionales, gobiernos en turno encargados de controlar la web, ms all de la geografa real concreta. Desde esta arista, la Geografa la ubicamos en el discurso de la transdisciplina, ligada a su vez, al mbito de la Cibergeografa (Buzai, 2001 y 2007). En este contexto, cundo aparece la Geografa poltica?, cuando tocamos el eje de trabajo denominado: las relaciones sociales de poder en el ciberespacio; con trminos como el de la ciberguerra que gobiernos nacionales y grandes empresas emprenden para proteger los cdigos de sus sistemas de informacin, contra las acciones que los hackers desarrollan para violar esos cdigos con el fin de neutralizar y boicotear toda actividad de los grupos de poder. Ojala que la Geografa (Cibergeografa) y en s, la nueva frontera que la Geografa poltica tiene denominada ciberespacio, no terminen en el futuro por hacer el juego sucio al colonialismo digital y de banda ancha. Tal como ocurri con el colonialismo occidental, en el que la Geografa facilito las cosas para que ese colonialismo dispusiera de territorios, recursos y
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La Red Echelon es un potente sistema internacional de espionaje anglosajn (radares y satlites) instaurado para interceptar comunicaciones privadas y pblicas (telfono, fax y correo electrnico) en el terreno militar, poltico e industrial (Le Monde Diplomatique, 2010:47) Este sistema esta compuesto por Estados Unidos, Gran Bretaa, Canad, Australia y Nueva Zelanda.

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personas con el deber moral de dominar el mundo para beneficio de la humanidad (?). De ah que para algunos, el desarrollo de la geografa esta supeditada a no ser ya ms, la sombra del poder y superar la dinmica poltica de disciplina conservadora. Oportunidad reciente para que la Geografa poltica sacuda su carcter conservador, lo dan las sublevaciones de jvenes de los pases del Magreb y Medio Oriente. Adems esta disciplina tendr que reflexionar en cmo los grupos de poder a nivel global para mantener el status quo, usan el fascismo para acotar su fundamentalismo secular: la democracia, porque cuando a sta, las masas la toman por asalto, las lites venden la idea de que gracias a sus tecnologas, va el Google, Twitter y Facebook, la humanidad y sus jvenes pueden acceder a la susodicha democracia. La Geografa poltica tendr que reflexionar tambin sobre qu tanto, los jvenes se comprometen en la poltica de la realidad concreta o si solo, ellos estn implicados en poltica a travs del ciberactivismo digital (Gutirrez, 2008), el cual forma parte de una cibercultura, donde lo que importa es el consumo, el individualismo extremo y el aqu y el ahora (Castells y Hall, 2001), caso del Silicon Valley, EUA. Innegablemente que existen bondades del pasado en el saber geogrfico que no podemos desechar de un plumazo, a diferencia de lo que Kuhn propone en el paradigma de las revoluciones cientficas compuesto por el ciclo de: ciencia normal-crisis-ciencia normal. Pero, ante el carcter conservador que permea buena parte de la discusin terica de la disciplina geogrfica, asumamos que el desarrollo de una Cibergeografa crtica, en el contexto de Amrica latina, servira para enfrentar y contrarrestar los modismos geogrficos que circulan como verdades absolutas y que de cuando en cuando cambian de piel. Misma situacin tiene el tema de la migracin en la discusin terica. La Geografa poltica latinoamericana toma ya en cuenta el tema de la migracin. Sin embargo, esta disciplina no es ajena al enfoque terico funcionalista que prevalece hoy en da para explicar, desde las diferentes disciplinas, el tema de las migraciones; por lo que ser una necesidad de la disciplina que nos ocupa, explorar otros caminos de abordaje sobre la migracin, al estilo del enfoque marxista y de las redes sociales.

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Porque en todo caso, coincidimos con Garca (2002a), cuando l dice que la migracin, junto con la deuda externa y pobreza unen a los latinoamericanos en una regin en proceso de construccin denominada: Amrica latina. Finalmente es conveniente plantearnos la pregunta de hasta qu punto, el gegrafo poltico tiene la obligacin de asumir una postura de intelectual7 ante los diversos problemas concretos, de inters publico y mundial, que le rodean? O en su caso, qu le impide al gegrafo poltico latinoamericano asumir un compromiso poltico permanente a favor de los grupos sociales pobres y marginados de la regin?. En esencia parte de la respuesta se encuentra en el sistema de valores (Wallerstein, 2007), que como cientficos sociales defenderamos y construiramos desde la trinchera de nuestras disciplinas centradas en la praxis poltica (Yurn, 2008); contrariamente, le daramos la espalda a la Tierra y a los grupos sociales marginados.

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Pacheco (2006:7) aclara que el termino intelectual se invent en la Francia de 1898 para referirse a los que se atrevieron a defender al capitn Dreyfus, acusado de traicin, a la patria, injustamente como se comprob despus. Intelectual, dice Gabriel Zaid, es el escritor, el cientfico o el artista que asume una posicin pblica frente a un problema especfico.
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