Romeo y Julieta Mi Adaptación (83) - 220927 - 095436

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 28

Romeo y Julieta (Adaptación)

ACTO PRIMERO

ESCENA PRIMERA

Verona una plaza pública.

PREGONES
VENDEDOR 1: ¡Pescados, pescados de plata!
VENDEDORA 2:¡Aquí las rosas de Verona! ¡La fragante mercadería! ¡Compre flores!
¡Vendo alegría!
VENDEDORA 3: ¡Las uvas, las verdes manzanas! ¡Las naranjas y las bananas!
VENDEDOR 4: ¡Tapices de Samarkanda! ¡Alfombras de Paparandanga!

(Entran SANSON y GREGORIO, armados con espadas y escudos)

SANSON A fe mía, Gregorio, no seguiremos cargando insultos.


GREGORIO No. Porque no somos burros de carga.
SANSON Quiero decirte: si nos enfurecen, sacaremos la espada. Me buscan y me
encuentran. Pego en el acto.
GREGORIO Pero no te acalores tan fácilmente.
SANSON Un perro de la casa de los Montescos me acalora.
GREGORIO La pelea es entre nuestros amos y también entre nosotros los sirvientes.
SANSON Es lo mismo. Quiero que me tomen por tirano.
GREGORIO ¡Saca tu espada! Llegan dos de la casa de los Montesco.

(Entran Abram y Baltazar, sirvientes de los Montesco).

SANSON Pongamos la ley de nuestra parte. Que comiencen ellos. Me morderé el dedo
pulgar delante de ellos. Esto es una ofensa. A ver si la soportan.
ABRAM Señor, ¿se muerde por nosotros el pulgar?
SANSON Señor, me estoy mordiendo el dedo pulgar.
ABRAM Señor, ¿se muerde por nosotros el pulgar?
SANSON No, señor, no me muerdo el pulgar por ustedes, señor. Pero me muerdo el
pulgar, señor.
GREGORIO ¿Quiere pelea, señor?
ABRAM ¿Pelea, señor? No, señor.
SANSON Pero si usted lo quiere señor, estoy con usted. Saquen la espada, si son
hombres
GREGORIO Acuérdate de tu golpe maestro. (Se baten)

(Los vendedores se retiran atemorizados. Entra Benvolio).

1
BENVOLIO ¡Apártense, idiotas (les baja las espadas con la suya). ¡Guarden las espadas!
¡No saben lo que hacen!

(Entra Tybaldo).

TYBALDO ¿Tú espada en mano entre estos viles siervos? Vuelve, Benvolio: ¡enfréntate
a tu muerte!
BENVOLIO Sólo quiero la paz, guarda tu espada o con ella apartemos estos hombres.
TYBALDO ¿Espada en mano, hablas de paz? Yo odio esta palabra paz como al infierno,
como a ti y los Montescos. ¡Ven, cobarde! (Se baten)

(Entra el Príncipe Escalus con su séquito).

PRINCIPE ¡Enemigos de la paz, rebeldes súbditos! ¡Con sangre ciudadana han


manchado las espadas! ¿No oyen? Arrojen de las manos sangrientas las
espadas y oigan a vuestro Príncipe que sufre. Ustedes Capuletos y
Montescos, tres veces han roto la quietud de nuestras calles. Si otra vez
nuestras calles perturban pagarán con la vida el desacato. Por ahora, esto
basta. Váyanse todos. Bajo pena de muerte, una vez más repito: Nadie más
en este sitio.

(Salen todos menos Benvolio. Entra Romeo con cara de aflicción)

BENVOLIO ¡Has madrugado, primo!


ROMEO ¿Es tan temprano?
BENVOLIO Recién suenan las nueve.
ROMEO Largas me parecen las tristes horas.
BENVOLIO ¿Qué tristeza hace largas las horas de Romeo? ¿Estás enamorado?
ROMEO Sin que me corresponda la que amo.
BENVOLIO Ay, ¿por qué el amor que parece tan dulce cuando se prueba, es áspero y
tirano?. ROMEO ¿Qué más es el amor? Una locura benigna, una amargura sofocante,
una dulzura que te da consuelo.
BENVOLIO Dime con seriedad, ¿quién es la que amas?
ROMEO Es Rosalina. En serio, primo, estoy enamorado.
BENVOLIO Hazme caso: ¡no pienses más en ella!
ROMEO ¡Ay, enséñame tú cómo se olvida!
BENVOLIO ¡Deja libres tus ojos que contemplan otras mujeres! Viviré o moriré por
enseñártelo.

(Van hacia una esquina y se entretienen con una vendedora o conversando) (Entran
Capuleto, Paris y un sirviente)

PARIS Señor, te pido que respondas a mi demanda.


CAPULETO Te repito lo que antes te dijera: mi hija no conoce aún el mundo, ni siquiera
ha cumplido catorce años, aún no ha madurado para esposa.
PARIS Madres felices hay que son más jóvenes.

2
CAPULETO Sólo me queda ella, pero, cortéjala, querido Paris: tú debes conquistar su
corazón. Por antigua costumbre hay una fiesta en mi casa, esta noche, y he
invitado a muchas de las gentes que más quiero y si tú vienes serás el
predilecto. Vamos, sigamos juntos, (dirigiéndose a un sirviente y dándoleº
un papel). Y tú ándate por las calles de Verona, encuentra a las personas que
aquí nombro y diles que en mi casa las espero.

(Salen Capuleto y Paris).

SIRVIENTE ¡Mandarme a mí a buscar a estos, cuyos nombres están escritos en esta lista!
Si no sé leer los nombres que tienen escritos aquí? Voy a pedir consejos.

(Se acercan al centro Benvolio y Romeo conversando).

ROMEO (dirigiéndose al Sirviente) ¡Buenas tardes, buen muchacho!


SIRVIENTE ¡Dios lo guarde! ¿Saben leer, señores?
ROMEO Soy capaz de leer. (Lee). «Señor Martino, esposa e hijas, el conde Anselmo
y sus bellas hermanas; la señora viuda de Vitruvio; el señor Placencio y sus
lindas sobrinas; Mercucio y su hermano Valentín; mi tío Capuleto, su señora
y sus hijas; mi preciosa sobrina Rosalina; Livia; el señor Valencio y su
prima; Tybaldo; Lucio y la alegre Elena. (Le devuelve el papel). Qué linda
reunión. ¿Y dónde deben ir?
SIRVIENTE A cenar, a nuestra casa.
ROMEO ¿En qué casa?
SIRVIENTE Mi amo es el gran rico Capuleto y si usted no es de la casa de los Montesco,
venga, se lo ruego, a beber con nosotros unas copas de vino. ¡Diviértanse,
señores! (Sale).
BENVOLIO A esta fiesta de Capuleto, vendrá la bella Rosalina, que tú amas. Anda y
mira, compara su rostro con los rostros de las otras muchachas que te
muestre y verás que tu cisne es sólo un cuervo.
ROMEO ¿Otra más bella? ¡Ja! Iré, pero no a ver a esas bellezas, sino a ver a mi amada
en su esplendor.

ESCENA TERCERA
Habitación en casa de los Capuleto. (Entran la señora Capuleto y el Ama).

SEÑORA Ama, ¿dónde está mi hija? ¡Ve a llamarla!


AMA (Llamándola). ¡Chinita! ¡Mi cordera! ¡Dios la guarde! ¿Dónde está esta
muchacha? ¡Ven, Julieta!

(Entra Julieta).

JULIETA ¿Qué pasa? ¿Quién me llama?


AMA Es vuestra madre.
JULIETA Señora, estoy aquí, ¿qué se le ofrece?

3
SEÑORA Ama, ¿qué edad tiene mi hija?
AMA Apostaría mis cuatro dientes a que no cumple aún los catorce. Cumplirá
catorce años en la víspera de San Pedro, ¡Lo tengo en la memoria!¡Dios te
guarde! Fuiste la más preciosa que críe, y si te alcanzo a ver ya desposada
me harás feliz...
SEÑORA Ese era mi tema, de matrimonio te quería hablar. ¿Te sientes tú como para
casarte?
JULIETA Es un honor que no he soñado aún
SEÑORA Piensa en tu matrimonio. Aquí en Verona más jóvenes que tú, ya son
madres, y si no me equivoco, por esta edad, en que eres aún doncella, yo era
tu madre. Escúchame, es muy simple. Te pide por esposa el noble Paris.
AMA ¡Y qué hombre!, mi muchacha, si parece que fuera el mundo, un hombre tan
bonito que parece recién hecho de cera.
SEÑORA No hay flor en el verano de Verona como él.
AMA ¡De verdad, es una flor!
SEÑORA ¿Qué dices tú? ¿Te gustará? Lo verás esta noche en nuestra fiesta. ¡Observa
sus facciones armoniosas! ¡Dímelo ahora! ¿Aceptarás a Paris?
JULIETA ¡Voy a ver, porque viendo se conmueve el amor, pero el vuelo de mis ojos
no irá más lejos de lo que tú digas!
AMA ¡Ya llegaron los invitados! ¡Todos preguntan por la señorita! Vamos a
arreglarte.

ESCENA QUINTA Salón en la casa de Capuleto.

(Entran CAPULETO, su ESPOSA, JULIETA, TYBALDO, y todos los invitados y


enmascarados, entre ellos, ROMEO, BENVOLIO y MERCUCIO).

CAPULETO ¡Bienvenidos, señores!¡Bienvenidas, señoras! ¡Vamos, músicos a tocar!


¡Sitio! ¡Sitio! ¡Al baile todos! (Comienza la música y bailan). ¡Más luz,
bribones! ¡Retirad las mesas! ¡Hace calor! ¡Hay que apagar el fuego! Ay,
compadre, esta fiesta inesperada nos ha caído bien!

(JULIETA baila con PARIS. Hace despliegue de toda su gracia y belleza. Mientras sus
BENVOLIO y MERCUCIO bailan con otras damas, ROMEO queda hipnotizado mirando a
JULIETA)

ROMEO (A un Sirviente) ¿Quién es esa señora que enriquece con su preciosa mano a
aquel galán? (Se supone Paris).
SIRVIENTE No sé, señor.
ROMEO ¡Oh, ella enseña a brillar a las antorchas! ¡ Es para la tierra demasiado bella!
¿Amó mi corazón hasta este instante? ¡Que lo nieguen mis ojos! ¡Hasta
ahora nunca vi la belleza verdadera!

(Mientras ROMEO habla, desde la otra esquina TIBALDO lo mira atentamente)

4
TYBALDO ¡Me parece un Montesco, por la voz!¿Que este infame se atreviera a venir
enmascarado a escarnecer nuestra solemne fiesta? ¡Por el nombre y honor de
mi familia no pecaré si aquí lo dejo muerto!
CAPULETO ¿Qué sucede, sobrino, qué te enoja?
TYBALDO Aquél es un Montesco, un enemigo nuestro, un villano que ha llegado aquí.
CAPULETO ¿No es el joven Romeo?
TYBALDO ¡Es el mismo Romeo, ese villano!
CAPULETO Mi buen sobrino, déjalo tranquilo, se porta como un noble caballero.
TYBALDO ¡Tío, es una vergüenza!
CAPULETO ¡Vamos! ¡Vamos! -Que peleador eres, no es verdad? ¡Sé lo que digo,
tranquilízate! (Volviéndose a los Sirvientes). ¡Más luz! ¡Más música!
¡Alegría, muchachos!
TYBALDO: (Enojado) ¡Me voy!

(Salen todos y ROMEO toma de la mano a JULIETA llevándola al centro del escenario)

ROMEO (A Julieta). Si yo profano con mi mano indigna este santuario, mi castigo es


éste: ¡mis labios peregrinos se disponen a borrar el contacto con un beso!
JULIETA ¡Injusto con tu mano, peregrino eres, porque ella se mostró devota! No
olvides que los santos tienen manos y que se tocan una mano y otra y palma
a palma en el sagrado beso de los romeros en la romería.
ROMEO ¿No tienen labios, santos y romeros?
JULIETA ¡Sólo para rezar, ay, peregrino!
ROMEO ¡Entonces, dulce santa, que los labios hagan también lo que las manos
hacen! ¡Ellos ruegan, concédeles la gracia y así no desesperen de su fe!
JULIETA ¡Los santos no se mueven, aunque otorguen!
ROMEO ¡Entonces no te muevas, que mis ruegos van a obtener la gracia que
esperaban! ¡Ahora por la gracia de tus labios quedan mis labios libres de
pecado! (La besa). (Dura la canción).
JULIETA ¡Ahora tu pecado está en mis labios!
ROMEO ¿Pecado de mis labios? ¡Que culpa deliciosa me reprochas! ¡Tienes que
devolverme mi pecado!
JULIETA Besas por devoción...

(Entra el Ama).

AMA Señora, vuestra madre quiere hablaros. (Sale, como escapando JULIETA).
ROMEO (Al Ama). ¿Quién es su madre?
AMA ¡Su madre es la señora de esta casa!
ROMEO ¿Es una Capuleto ¡Oh, qué alto precio pago! ¡Desde ahora soy deudor de mi
vida a una enemiga!
BENVOLIO ¡Fuera! ¡Vamos! ¡La fiesta ya se acaba!
ROMEO ¡Lo temía! ¡Más grande es mi desdicha!

(BENVOLIO se lleva casi arrastrando a ROMEO. El AMA alcanza a JULIETA en la otra


esquina)

5
(Salen todos, menos Julieta y el Ama).

JULIETA ¿Ama, quién es aquel señor?


AMA Es Romeo su nombre, es un Montesco y es hijo único de tu enemigo. (Ama
se aleja).
JULIETA ¡Ha nacido lo único que amo de lo único que odio! ¡Demasiado temprano te
encontré sin conocerte y demasiado tarde te conozco!

(Una voz desde adentro). ¡Julieta! ¡Julieta!


AMA ¡Enseguida! ¡En seguida! ¡Ya nos vamos!

JULIETA ¡Oh, sobrehumano amor que me hace amar al odiado enemigo!

FIN DEL PRIMER ACTO

ACTO SEGUNDO

ESCENA PRIMERA
Una callejuela junto a los muros del jardín de los Capuleto.

(Entra Romeo).

ROMEO ¿Cómo puedo ir más lejos si queda aquí mi corazón? (Trepa el muro y salta
hacia adentro).

(Entran Benvolio y Mercucio).

BENVOLIO ¡Romeo! ¡Primo mío! Saltó el muro de este jardín. ¡Mi buen Mercucio,
llámalo!
MERCUCIO Muy bien, voy a llamarlo: ¡Romeo! ¡Caprichoso! ¡Loco! ¡Amante! ¡Yo te
conjuro por los ojos claros de Rosalina, por sus labios rojos, por su alta
frente y por sus finos pies!
BENVOLIO ¡Vas a enojarlo si te está escuchando!
MERCUCIO No se puede enojar. Yo le pido en nombre de su amada que aparezca.
BENVOLIO Mejor vamos, se habrá escondido entre los árboles. Su amor es ciego y busca
las tinieblas.
MERCUCIO Si amor es ciego, no daré en el blanco. ¡Ah! ¡Pícaro Romeo! Buenas noches,
yo me marcho a mi cama a dormir porque la hierba es demasiado fría.
Bueno, ¿nos vamos?

(Salen).

6
ESCENA SEGUNDA

Jardín de Capuleto.

(Entra Romeo).

ROMEO ¡Se burla aquel que nunca ha sido herido!

(Julieta aparece en una ventana, arriba, sin darse cuenta de la presencia de Romeo).

ROMEO ¡Silencio! ¿Qué ilumina desde aquella ventana la oscuridad? ¡Es Julieta, es
el sol en el oriente! Surge, espléndido sol, y con tus rayos mata a la luna
envidiosa. ¡Es ella en la ventana! ¡Es la que amo! ¡Oh, cuánto diera porque
lo supiese! Habla, aunque nada dice, no me importa, me hablan sus ojos, les
respondo a ellos. ¡Ved como su mejilla está en su mano! ¡Ay, si yo fuera el
guante de esa mano y pudiera tocar esa mejilla!

JULIETA ¡Ay de mí!


ROMEO ¡Ha hablado ahora! ¡Habla otra vez, oh, ángel luminoso!
JULIETA Oh, Romeo, ¿por qué eres tú Romeo? ¡Reniega de tu padre y de tu nombre!
Si no quieres hacerlo, pero, en cambio, tú me juras tu amor, eso me basta,
dejaré de llamarme Capuleto.
ROMEO (Aparte). ¿Debo seguir oyendo o le respondo?
JULIETA ¡Solamente tu nombre es mi enemigo! Seas Montesco o no, tú eres el mismo.
¿Qué es Montesco? No es un pie, ni una mano, no es un rostro, ni un brazo,
no es ninguna parte del hombre. ¡Cambia de apellido! Si otro título damos a
la rosa con otro nombre nos dará su aroma. Romeo, aunque Romeo no se
llame, su perfección amada mantendría sin ese nombre. Quítate ese nombre
y por tu nombre que no es parte tuya tómame a mí, Romeo, toda entera.
ROMEO Te tomo la palabra. Desde ahora llámame sólo Amor. Que me bauticen otra
vez, dejo de ser Romeo.
JULIETA ¿Quién eres tú que oculto por la noche entras en mis secretos pensamientos?
ROMEO Quien soy no te lo digo con un nombre: santa mía, mi nombre me es odioso
porque es un enemigo para ti.
JULIETA Te reconozco. ¿No eres Romeo? ¿No eres un Montesco?
ROMEO No seré ni lo uno ni lo otro, bella, si las dos cosas te disgustan.
JULIETA ¿Cómo llegaste aquí? Si te encuentran en este sitio, te darán la muerte.
ROMEO Con alas del amor pasé los muros, para el amor no hay obstáculo: no pueden
detenerme tus parientes.
JULIETA Me cubre con su máscara la noche, de otro modo verías mis mejillas
enrojecer por lo que me has oído. Pero le digo adiós al disimulo. Más

7
reservada hubiera sido, es cierto, pero yo no sabía que escuchabas mi pasión
verdadera. Ahora, perdóname, y no atribuyas a liviano amor lo que te
descubrió la oscura noche. Dulce Romeo, si me quieres, dímelo
sinceramente.
ROMEO Señora, por la luna que de plata corona esta arboleda, yo te juro...
JULIETA No jures por la luna, tan inconstante, no sea que tu amor cambie como ella.
ROMEO ¿Por quién voy a jurar?
JULIETA No jures y, si lo haces, jura por ti, por tu gentil persona, que yo te creeré.
ROMEO Te juro que mi amor…
JULIETA No jures, aunque tú eres mi alegría. Esto es demasiado rápido, demasiado
imprevisto y temerario. Este botón de amor tal vez dará una flor maravillosa
cuando otra vez tú y yo nos encontremos. ¡Adiós! ¡Adiós! Dulces sueños.
ROMEO ¿Y así me dejas lleno de deseos?
JULIETA ¿Qué deseos quisieras ver cumplidos?
ROMEO Cambiar tu juramento por el mío.
JULIETA Ya te di mi amor sin que me lo pidieras.
ROMEO ¿Y me lo quitarás, amor mío?
JULIETA Sólo para entregártelo otra vez. Escucho un ruido adentro. ¡Adiós, mi amor!
(El Ama llama desde adentro). ¡Ama, ya voy! Y tú, espérame. ¡En seguida
vuelvo! (Se retira).
ROMEO ¡Oh, dulce, oh dulce noche! Pero temo que todo sea un sueño

(Vuelve a entrar Julieta, arriba).

JULIETA Dos palabras, mi amor, y buenas noches. Si tu amor es honesto y me deseas


como esposa, respóndeme mañana, con mi nodriza que en tu busca mandaré,
la hora y el lugar de nuestra boda. Así serás mi señor en este mundo. (El
Ama, desde adentro).
AMA ¡Señora!
JULIETA ¡Ya voy! Pero si tienes malas intenciones, te suplico... (El Ama, desde
adentro).
AMA ¡Señora!
JULIETA ¡En seguida! ¡En seguida! ... Te suplico que no me sigas cortejando más y
me abandones a mi desconsuelo. Te irán a ver...
ROMEO Es mi alma la que espera.
JULIETA ¡Buenas noches, mil veces!
ROMEO ¡Mil veces tristes noches sin tu luz! (Se retira lentamente, Entra Julieta,
arriba).
JULIETA ¡Ay! ¡Romeo, Romeo!
ROMEO Es mi alma que me llama por mi nombre.
JULIETA ¡Romeo!
ROMEO ¡Amada mía!
JULIETA ¿Dime a qué horas te enviaré el mensajero?
ROMEO Hacia las nueve.
JULIETA Allí estará. ¡Hay un siglo hasta esa hora!¡Buenas, buenas noches! Decirte
adiós es un dolor tan dulce que diré buenas noches hasta el alba. (Sale).

8
ROMEO ¡Baje el sueño a tus ojos, y la paz baje tu corazón! ¡Me gustaría ser el sueño
y la paz que te acaricien!

ESCENA TERCERA

Celda de Fray Lorenzo. (Entra Fray Lorenzo con un canasto).

FRAY LORENZO Debo llenar de plantas esta cesta: malezas venenosas, flores puras
que rezuman un líquido precioso. La tierra es madre y tumba de la
vida. Dentro del tierno cáliz de esta flor residen el veneno y la salud.
Como en la planta viven en el hombre dos fuerzas, la bondad y la
dureza.

(Entra Romeo).

ROMEO Buenos días, padre.


FRAY LORENZO ¡Bendiciones! ¿Qué voz temprana y suave me saluda? Hijo mío,
algún mal te intranquiliza si dejaste, tu lecho tan temprano o ¿no se
ha acostado aún nuestro Romeo?.
ROMEO Así es y, sin embargo, mi descanso fue más dulce.
FRAY LORENZO ¡Dios te perdone! ¿Viste a Rosalina?
ROMEO ¿A Rosalina, padre? No, por cierto. Me olvidé de ese nombre y sus
tristezas.
FRAY LORENZO ¿Dónde estuviste entonces, hijo mío? ¡Sé sencillo, en tu relato!
ROMEO Estuve en la fiesta de mi enemigo y allí de pronto recibí la herida del
amor. Amo sin medida a la hija del rico Capuleto. Como es suyo mi
amor, su amor es mío y para nuestra unión sólo nos falta que nos
unas en santo matrimonio hoy mismo. ¡Ayúdanos!
FRAY LORENZO Qué cambio es éste, ¡santo San Francisco! ¿Olvidaste tan pronto a
Rosalina?
ROMEO No me retes, la que yo amo ahora me devuelve confianza por
confianza y el amor por amor. No así la otra.
FRAY LORENZO Joven voluble, ven conmigo vamos, voy a ayudarte para ver si el
matrimonio que me pides puede cambiar en puro amor este odio de
familias.
ROMEO ¡Vamos andando, me siento impaciente!
FRAY LORENZO ¡Con calma y con cordura! Tú ya sabes: ¡quien apurado vive, apurado
muere! (Salen).

ESCENA CUARTA Una calle.


(Entran Benvolio y Mercucio).

9
MERCUCIO ¿Dónde diablos estará este Romeo? ¿No volvió a casa anoche?
BENVOLIO A casa de su padre, no. Hablé con su criado.
MERCUCIO Es claro que esa mujer de corazón duro, esa Rosalina, tanto lo
atormenta que acabará por volverse loco.
BENVOLIO Tybaldo, el pariente del viejo Capuleto, le ha mandado una carta a
casa de su padre.
MERCUCIO ¡Caramba! Eso es un desafío.
BENVOLIO Romeo le contestará. Desafío por desafío.
MERCUCIO ¡Ay, pobre Romeo, ya está muerto! Lo apuñalearon los ojos de una
muchacha. ¿Te parece que pueda batirse con Tybaldo?
BENVOLIO ¿Tybaldo? (Despectivo). ¿Quién es Tybaldo después de todo?
MERCUCIO Para empezar te diré que es algo más que el Príncipe de los Gatos.
Oh, es un bravo capitán de la galantería. Te provoca a duelo con la
misma facilidad con que tú cantas un estribillo. Sabe guardar el
tiempo, la distancia y la proporción. Te da una mínima para que
descanses y luego, una, dos, tres, y a tu pecho! Es un carnicero con
botones de seda. ¡Ah, que inmortal pasada! ¡La punta reversa! ¡El ay!
(Entra Romeo).

BENVOLIO ¡Aquí viene Romeo!


MERCUCIO Viene sólo la mitad de él, como si fuera un pescado seco.¡Signore
Romeo «bonjour»!¿Qué bien lo hiciste anoche, verdad?
ROMEO ¿Qué dices que hice anoche?
MERCUCIO ¡Que te escapaste! ¿No lo sabías?
ROMEO Perdón, mi buen Mercucio, era un asunto de importancia.

(Entra el Ama).

MERCUCIO ¡Barco a la vista!


BENVOLIO ¡Con una vela que parece una blusa!
AMA Buenos días les dé Dios, caballeros.
MERCUCIO ¡Buenas tardes te dé Dios, hermosa dama! (Intenta abrazarla)
AMA ¡Basta! ¿Qué clase de hombre es éste? ¿Señores, alguno de ustedes
puede decirme dónde puedo hallar al joven Romeo?
ROMEO Yo puedo. Yo soy el joven Romeo.
AMA Si usted es Romeo, debo hacerle una confidencia.
BENVOLIO Lo va a atrapar para una cena.
MERCUCIO ¡Ja, ja! ¡Una alcahueta! ¡Una alcahueta! ¡Una alcahueta!
AMA ¡Por Dios santo! ¡Me siento tan ofendida que tiemblo por todas
partes! ¡Desgraciado piojento! (Dirigiéndose a Romeo). Permitidme,
señor, una palabra, y como ya lo he dicho, mi señorita me ha
mandado a buscarte. Lo que me encargó eso lo guardo para mí sola.
ROMEO Ama, recomiéndame a tu señora y dueña. Yo te juro que...
AMA ¡Qué gran corazón! Se lo aseguro que todo se lo diré. ¡Dios mío!
¡Dios mío! ¡Qué feliz va a ser!

10
ROMEO Dile que encuentre un pretexto esta tarde para ir a confesarse a la
celda de fray Lorenzo. El nos confesará y nos casará.
AMA ¿Esta tarde, señor? Allí estará. ¡Que Dios lo bendiga!
ROMEO Dale mi amor a tu señora.
AMA ¡Por supuesto, mil veces!

(Salen Romeo y la AMA)

ESCENA QUINTA

Jardín de los Capuletos.

(Entra Julieta).

JULIETA Eran las nueve cuando mandé al ama, me prometió volver en media hora.
Tal vez no lo encontró. Pero no es eso. No puede andar, es coja y vieja, por
eso es lenta. Hay tres horas, tres largas horas desde las nueve a las doce, y el
ama no regresa todavía.

(Entra el Ama)

JULIETA: ¡Dios mío! ¡Ya llegó! ¿Ama adorada qué noticias me traes? ¿Lo encontraste?
Si son malas noticias, por favor dilas alegremente y si son buenas no me las
des con esa cara de vinagre.
AMA Estoy cansada. ¡Aguárdame un minuto! ¡Ay, me duelen los huesos, qué
carrera!
JULIETA Cambiemos tus noticias por mis huesos, ama querida, habla, te suplico.
AMA ¡Jesús! ¡Qué apuro! ¡Espérate un instante!, ¿No te das cuenta que estoy sin
aliento?
JULIETA ¡Tienes aliento para decirme que te falta aliento!¿Son buenas o son malas tus
noticias? Respóndeme
AMA ¡Bueno! ¡Qué mal has elegido! ¡No sabes cómo escoger un hombre!
¿Romeo? No, no es el hombre para ti, aunque tiene mejor cara que ninguno
y sus manos, sus pies, su figura. ¡Uffff! No tienen igual. No es la flor de la
cortesía, pero, te aseguro, que es suave como un corderito. Chiquilla mía, vas
bien encaminada.
JULIETA ¡Pero ya todo eso lo sabía yo! ¿Qué ha dicho de nuestro casamiento?
AMA ¡Jesús!, cómo me duele la cabeza; siento que se me parte en mil pedazos. ¡Y
por acá mi espalda, ay, ay, mi espalda! ¡Qué corazón de piedra el que tú
tienes para mandarme de una parte a otra a corretear hasta caerme muerta!
JULIETA ¡Cuánto lamento que no te halles bien! Amita mía, dime, amita mía, ¿qué te
dijo mi amor?
AMA Tu amor me ha dicho, como honrado caballero que es, amable, bondadoso y
de buena presencia, y te lo aseguro, como virtuoso.... ¿Dónde está tu madre?

11
JULIETA ¿Qué dónde está mi madre? Mi amado ha dicho ¿en dónde está tu madre?...
AMA ¡Virgen Santa! No te enojes... ¿Es éste el bálsamo para mis dolores? ¡Lleva
tú tus recados, desde ahora!
JULIETA ¡Qué enredo! Dime, ¿qué dice Romeo?
AMA ¿Tienes permiso para confesarte?
JULIETA Sí.
AMA Entonces, corre donde fray Lorenzo; en su celda un marido está esperando
para hacerte su esposa. ¡Corre a la celda!
JULIETA ¡Corro a la felicidad! ¡Adiós, ama querida!

ESCENA SEXTA

(Entran Fray Lorenzo y Romeo y Julieta).

JULIETA ¡Buenas tardes, mi padre confesor!


FRAILE Sonría el cielo a este sagrado rito y que ningún dolor pueda dañarlo.
ROMEO ¡Amén! ¡Amén! Que tus palabras unan nuestras manos y la muerte, haga
después su voluntad: a mí me basta que a la amada mía pueda llamarla desde
ahora mía.
FRAILE ¡Vamos y aceleremos nuestra obra! (Salen).

ACTO TERCERO

ESCENA PRIMERA

Verona, una plaza.

(Entran Mercucio, Benvolio, un Paje y Sirvientes).

BENVOLIO ¡Vámonos, buen Mercucio, te lo ruego! ¡Hace calor! Andan los Capuleto
sueltos, y si con ellos nos hallamos habrá pelea.
MERCUCIO ¡Vamos, vamos! No seas cobarde.
BENVOLIO ¡Por mi cabeza! ¡Aquí vienen los Capuleto!
MERCUCIO ¡Por mis talones! ¡Me tienen sin cuidado!

(Entran Tybaldo y otros).

TYBALDO ¡Sigan a mi lado! ¡Yo quiero hablar con ellos! ¡Buenas tardes, señores! ¡Una
palabra con uno de ustedes!
MERCUCIO ¿Y una sola palabra con uno de nosotros? ¡Hay que agregarle algo, digamos
una palabra y un golpe!

12
TYBALDO ¡Estoy listo para eso, si me dan la ocasión! Mercucio, tú te pusiste de
acuerdo con Romeo.
MERCUCIO ¿Acordes? ¿Nos tomas por músicos?¡Aquí tengo el arco de mi violín! (Se
toca la espada). ¡Con él te haré bailar!
BENVOLIO ¡Aquí hablamos en medio de las gentes, vámonos! ¡Aquí todos los ojos nos
observan!
MERCUCIO Deja que nos observen. Es para eso que tenemos los ojos en la cara. ¡Yo no
me moveré por darles gusto!

(Entra Romeo).

TYBALDO (A Mercucio)¡Sea la paz contigo! Aquí está mi hombre. (A Romeo) Romeo,


es tanto lo que yo te quiero que no tengo otro modo de expresarlo, sino
decirte que eres un «villano».
ROMEO Tybaldo, tengo razones para quererte, y por eso excuso la rabia de tu saludo.
¡No soy un villano! ¡Por eso, adiós!
TYBALDO ¡Muchacho! ¡Esto no excusa las ofensas que me has hecho! ¡No sigas!
¡Ponte en guardia!
ROMEO Te aseguro que nunca te he ofendido y que te quiero más de lo que piensas.
Pronto sabrás la causa.
MERCUCIO ¡Qué sumisión tan vil y deshonrosa! ¡Alla stoccata borraremos eso! (Saca la
espada). ¡Ven a bailar, Tybaldo, matarratas!
TYBALDO ¿Qué quieres tú conmigo?
MERCUCIO ¡Nada, buen Rey de los Gatos! ¡Sino una de tus siete vidas!
TYBALDO ¡A tus órdenes! (Saca la espada). (Se baten).
ROMEO ¡Guarda tu espada, Mercucio querido! ¡Benvolio, desenvaina!¡Paremos sus
espadas! ¡Qué vergüenza!¡Oh, Tybaldo, Mercucio! ¡Nuestro Príncipe
prohibió estas peleas en Verona! ¡Para, Tybaldo! ¡Ay, mi buen Mercucio!
(Tybaldo hiere a Mercucio por debajo del brazo de Romeo y huye con los
suyos).

MERCUCIO ¡Estoy herido! ¡Ya me despacharon! ¡Maldita sean vuestras dos familias! ¿Y
ése se fue? ¿Y no le tocó nada?
BENVOLIO ¿Cómo, estás herido?
MERCUCIO ¡Sí, un rasguño! ¡Válgame Dios, pero con esto basta!
ROMEO ¡Valor! ¡La herida no ha de ser tan grave!
MERCUCIO No. No es tan honda como un pozo, ni tan ancha como puerta de iglesia,
pero es bastante. ¡Cumplirá su fin! ¡Pregunta por mí mañana y verás qué
tieso estoy! ¡Maldita sean vuestras dos familias! ¿Por qué diablos te metiste
entre nosotros dos? ¡Me hirió por debajo de tu brazo!
ROMEO ¡Quise hacer lo mejor!
MERCUCIO Ay, llévame, Benvolio, a alguna casa o me desmayaré. ¡Malditas sean
vuestras dos familias! ¡Por culpa de las dos soy desde ahora carne de
gusanos! ¡Ya me dieron lo mío! ¡Qué familias! (Sale, ayudado por
Benvolio).

13
ROMEO ¡Este Mercucio, familiar del Príncipe y mi mejor amigo, ha sido herido de
muerte, por mi causa! Está manchado mi honor por la insolencia de Tybaldo,
por Tybaldo que desde hace una hora es mi primo. ¡Julieta, mi Julieta! ¡Tu
belleza me vuelve débil!

(Entra Benvolio).

BENVOLIO ¡Nuestro Mercucio, el valeroso, ha muerto!


ROMEO ¡El oscuro destino de este día amenaza los días que vienen!
BENVOLIO ¡El furioso Tybaldo está de vuelta!
ROMEO ¡Mercucio muerto y tú vivo y triunfante! (A Tybaldo). ¡Te devuelvo el
«villano» que me diste. ¡Mataste a Mercucio y ahora tú, yo, o bien los dos, lo
seguiremos!
TYBALDO ¡Tú, pobre diablo, que lo acompañabas aquí abajo, irás a verlo arriba!
ROMEO (Sacando la espada). ¡Es esto lo que debe decidirlo! (Se baten. Cae Tybaldo).
BENVOLIO ¡Romeo, vete! ¡Corre! ¡Tybaldo ha muerto! ¡El vecindario acude!¡Si te
cogen, tu el Príncipe te dará la pena de muerte! ¡Corre! ¡Pronto!
ROMEO ¡Qué idiota es mi destino!

(Sale Romeo. Entran ciudadanos).

CIUDADANO 1º ¿Por dónde ha huido el que mató a Mercucio? ¿Dónde escapó


Tybaldo, ese asesino?
BENVOLIO Ahí está, tendido, ese Tybaldo, ¡muerto!
CIUDADANO 1º Vamos, señor, y ¡sígame! ¡En el nombre del Príncipe, le pido que
obedezca!

(Entra el Príncipe con su séquito, el viejo Montesco, Capuleto, sus esposas y otros).

PRINCIPE ¿Quiénes son los canallas que empezaron esta pelea?


BENVOLIO ¡Oh, mi noble Príncipe, yo te lo diré! A Mercucio, lo mató éste que está
muerto aquí, Tybaldo. Y a éste lo mató el joven Romeo.
SRA. CAPULETO ¡Es mi primo, es el hijo de mi hermano! ¡Oh Príncipe! ¡Si eres justo,
por esta sangre nuestra que se derrame sangre de Montescos! ¡Oh,
Tybaldo, mi primo!
PRINCIPE Benvolio, ¿quién provocó esta riña?
BENVOLIO Fue Tybaldo, a quien lo mató la mano de Romeo. Antes le suplicó
que no pelearan, pero la ira de Tybaldo no lo dejó escuchar. ¡Si esta
no es la verdad, que yo me muera!
SRA. CAPULETO El es un familiar de los Montesco. ¡Por afecto, no dice la
verdad!¡Pido que Romeo muera si fue Romeo el que mato a Tybaldo!
PRINCIPE Romeo lo mató y él a Mercucio. ¿Quién paga ahora esta preciosa
sangre?
MONTESCO Romeo era el amigo de Mercucio, hizo lo que la ley habría hecho;
sentenciar a Tybaldo.

14
PRINCIPE ¡Y por su ofensa que Romeo sea desterrado del país! Si es encontrado
aquí, debe morir. ¡Llévense el cadáver de Tybaldo y respeten las
órdenes que he dado! (Salen).

ESCENA SEGUNDA

Jardín de Capuleto (Entra Julieta, sola).

JULIETA ¡Oh, noche, protectora del amor!¡Oh, noche, ven! ¡Ven tú con mi Romeo!
¡Oh, aquí llega mi ama y me trae noticias. (El Ama entra con actitud de
enorme preocupación) ¡Ay de mí! ¿Qué ha pasado? ¿Por qué estás
restregándote las manos?
AMA ¡Ay, qué día! ¡Está muerto, muerto, muerto! Se acabó todo, ¡Todo se acabó!
¡No existe, lo mataron, está muerto!
JULIETA ¿Qué demonio eres para atormentarme? ¡Este suplicio es un infierno!
¿Romeo se mató? Si dices «sí» será esta sílaba un veneno para mí.
AMA ¡Yo vi la herida con mis propios ojos -que Dios me ampare- sobre su ancho
pecho! Un cadáver sangriento, lastimoso, pálido. Tybaldo ha muerto. Lo
mató Romeo. ¡Romeo debe irse, desterrado!
JULIETA ¡Dios mío! ¿Fue la mano de Romeo la que esparció la sangre de Tybaldo?
AMA ¡Así es! ¡Así es! ¡Ay, qué maldito día! ¡Que a Romeo le caiga la deshonra!
JULIETA ¡No hables mal de mi esposo! Oh, Romeo¿qué causa te llevó a matar a mi
primo? ¡El primo infame que quería asesinar a mi marido! ... Mi marido está
vivo, el que a Tybaldo quiso matar, pero Tybaldo ha muerto. ¡Romeo, mi
Romeo desterrado!¡No hay medida, no hay palabra que exprese ese dolor!
(Llora amargamente)
AMA Márchate a tu alcoba, voy a salir en busca de Romeo para que te consuele.
¡Sabré hallarlo! ¡Vendrá a verte esta noche tu Romeo!
JULIETA ¡Ay, encuéntralo, encuéntralo, y entrega este anillo a mi claro caballero!
¡Que venga! ¡Le daré mi último adiós! (Salen).

ESCENA CUARTA

Una sala en la casa de los Capuleto (Entra el viejo Capuleto, su mujer y Paris).

CAPULETO Tan tristes son las cosas que han pasado, señor, que aún no hablé a
mi hija. Es tarde ya, no bajará Julieta, y si no fuera por acompañarte
yo me habría acostado hace una hora.
PARIS ¿Cómo hablarle de amor con tantas penas? ¡Señora, adiós! ¡Que no
me olvide su hija!
SRA. CAPULETO Mañana ya sabremos lo que piensa. ¡Esta noche está muy triste!
CAPULETO Conde Paris, me atrevo a prometerle la mano de mi hija. Estoy
seguro de que ella sólo hará lo que yo diga. ¿Qué día es hoy?

15
PARIS Lunes, señor.
CAPULETO ¿Lunes? ¡Bien, el jueves se casará con este noble conde! Nada de
pompa. Dos o tres amigos porque, comprenderás, es tan reciente la
muerte de Tybaldo, nuestro primo, que pensarían mal de un gran
festejo. ¡Media docena de invitados, basta! Pero, ¿tú , estás de
acuerdo con el jueves?
PARIS ¡Ay, señor, que mañana sea jueves!
CAPULETO Ándate, pues. ¡Será el jueves, entonces! ¡Y tú, mujer, antes de irte a
la cama sube a ver a Julieta, y la preparas para la fecha de su
matrimonio! ¡Adiós, señor! ¡Buenas noches! (Salen).

ESCENA QUINTA

Jardín de Capuleto. (Entran Romeo y Julieta).

JULIETA ¿Ya quieres irte?


ROMEO ¡Si parto, vivo! ¡Sí me quedo, muero!
JULIETA Aquella luz lejana no es el día. ¡Quédate, pues, aún te queda tiempo!
ROMEO ¡Que me aprisionen y me den la muerte si así lo quieres tú, yo estoy
contento! Yo no quiero partir, quiero quedarme. Bienvenida la
muerte, si Julieta lo quiere. Conversemos. No es de día.
JULIETA ¡Es de día! ¡Es de día! ¡Ándate pronto ¡Está aclarando más y más,
adiós!
ROMEO ¡Está aclarando más y más el día, más y más se oscurecen nuestras
penas!

(Entra el Ama).

AMA ¡Señora!
JULIETA ¿Ama?
AMA Viene a tu pieza tu señora madre.¡Ten cuidado! ¡Apunta el día!
(Sale).
JULIETA ¡Ventana, entonces, deja entrar el día y que salga la vida!
ROMEO Un beso más, y bajo. ¡Adiós! ¡Adiós, amor mío! (Desciende).
JULIETA Ay, ¿nos encontraremos otra vez?
ROMEO No lo dudes, ¡y todas esas penas se endulzarán cuando las
recordemos!
JULIETA ¡Dios mío, es como si te viera, estás abajo, como un muerto en el
fondo de una tumba! ¿O mi vista me engaña o te ves pálido?
ROMEO ¡Así también, mi amor te ven mis ojos! ¡El dolor bebe nuestra sangre!
¡Adiós! (Sale).

16
JULIETA ¡Suerte! ¡Suerte!
SRA. CAPULETO (Desde adentro). Hija mía, ¿te levantaste ya?
JULIETA ¿Quién es? ¿Mi madre? ¿Aún no se acuesta, o ya se levantó? ¿Por
qué razón puede venir a verme? (Entra la madre).
SRA. CAPULETO ¿Qué te pasa, Julieta?
JULIETA No estoy bien.
SRA. CAPULETO ¿Todavía llorando por tu primo? ¡Basta! ¡El dolor es prueba de
cariño, pero tanto dolor es tontería!
JULIETA ¡Yo tengo que llorar lo que he perdido!
SRA. CAPULETO ¡Hija mía, temprano, el jueves próximo te esperará en la iglesia de
San Pedro el joven y gallardo conde Paris: ese día este noble
caballero te hará feliz haciéndote su esposa!
JULIETA ¡Ay, por San Pedro no puedo ser una feliz esposa! ¿Por qué este
apuro para desposarme? Quiero que digas a mi padre que no quiero
casarme todavía.
SRA. CAPULETO ¡Aquí viene tu padre! ¡Vea decírselo, y tú misma verás cómo lo
toma!
(Entran Capuleto y el Ama).

CAPULETO ¿Todavía más lágrimas? (A la Señora Capuleto). Vamos, mujer, ¿la


informaste de nuestra decisión?
SRA. CAPULETO Sí, señor. ¡La agradece y la rechaza!
CAPULETO Cómo? ¿Lo ha rechazado? ¿No agradece? ¿No se siente orgullosa?
JULIETA ¡No me siento orgullosa! ¡Lo agradezco!
CAPULETO ¡Óyeme, señorita melindrosa, no me agradezcas, pero prepara bien
tus piernecitas para que el jueves próximo con Paris te vayas a la
iglesia de San Pedro, y si no vas, te llevaré a la rastra!
JULIETA ¡Buen padre, te lo pido de rodillas, escucha una palabra, con
paciencia!
CAPULETO ¡Criatura desobediente, oye bien lo que te digo, estarás, este jueves,
en la iglesia o no me mirarás más a la cara! ¡No me contestes, no
hables, no repliques! ¡No estoy bromeando, el jueves está cerca!
(Sale).
JULIETA ¿No hay piedad para mí? ¡Oh, dulce madre mía te suplico que aplaces
esta boda, un mes, una semana, si no lo haces me moriré.
SRA. CAPULETO ¡No me hables! ¡Yo no quiero hablar contigo! ¡Esto se ha terminado!
¡Haz lo que quieras! (Sale).
JULIETA ¡Oh, Dios! ¡Oh, Ama! ¿Cómo impedir esto? (Llora y piensa durante
unos momentos) Conversa con mi madre, dile que salgo a ver a fray
Lorenzo.
AMA ¡Corro a contárselo! (Sale).
JULIETA ¡Corro a pedirle al fraile su consejo! ¡Y si todo fracasa, no me faltan
fuerzas a mí para buscar la muerte!

17
ACTO CUARTO

ESCENA PRIMERA
Celda de Fray Lorenzo. (Entra Fray Lorenzo y el conde Paris).

FRAILE ¿Es el jueves, señor? ¡Hay poco tiempo!


PARIS Capuleto lo ha fijado y no tengo por qué calmar su prisa.
FRAILE ¡Y aún no sabes lo que piensa ella! Esto es irregular, y no me gusta.
PARIS Llora y llora la muerte de Tybaldo, por eso apenas si le hablé de amor. ¡Se
ha encerrado en su pena, solitaria, tal vez la sanará mi compañía! Ya sabes el
motivo del apuro.
FRAILE (Aparte). ¡Y también de por qué debe aplazarse! ¡Aquí llega a mi celda la
muchacha! PARIS ¡Feliz encuentro, mi señora esposa!
JULIETA Llámame así cuando yo sea esposa.
PARIS ¡Ese «yo sea» será el jueves próximo!
JULIETA ¡Lo que ha de ser, será! Padre, ¿dime si ahora tienes tiempo o si debo volver
después de misa?
FRAILE ¡Mi pensativa niña, tengo tiempo! Señor, déjanos solos un momento.
PARIS ¡No quiero perturbar las devociones! Iré de madrugada a despertarte, Julieta,
el jueves. Hasta entonces, pues, guarda este santo beso. (Sale).
JULIETA ¡Para mí no hay auxilio, esperanza, ni consuelo!
FRAILE ¡Julieta, ya conozco tu dolor! Sé que el próximo jueves, sin remedio, debes
casarte con el conde Paris.
JULIETA ¡Padre, no me hables de este matrimonio, si no me dices tú cómo impedirlo
quiero morir!
FRAILE Calma, hija mía. ¡Existe una esperanza! ¡Para esta situación desesperada una
desesperada solución! Si en verdad prefieres morir antes que desposarte con
el conde tal vez será posible que te atrevas a simular la muerte. Si tú te
atreves te daré el remedio.
JULIETA ¡Antes de dar mi mano al conde Paris me dejaré caer de aquella torre!
FRAILE Ándate a casa ahora, que te vean contenta, acepta desposar a Paris: es
miércoles mañana: por la noche quédate sola y cuando estés en cama bebe el
licor de este pequeño frasco, sentirás que la sangre soñolienta se enfriará de
súbito en tus venas se detendrá el latido de tu pulso. ¡Como estarás helada y
sin aliento tu apariencia será de la de una muerta!. ¡Cuando el novio, en la
mañana te venga a despertar, te hallará muerta! Entonces serás transportada
al mausoleo donde sepultan a los Capuleto. Yo advertiré a Romeo, mientras
tanto. Juntos esperaremos que despiertes. De allí Romeo ha de llevarte a
Mantua.
JULIETA ¡Dame ese elixir, dámelo, sin miedo!
FRAILE ¡Tómalo! ¡Ándate pronto! ¡Y tu propósito cumple con decisión y con
firmeza! En este mismo instante saldrá un monje que llevará una carta a tu
marido.
JULIETA ¡Dame tu fuerza, amor, y tendré fuerzas para salvarme! ¡Padre mío, adiós!
(Sale).

18
ESCENA TERCERA

Aposento de Julieta. (Entra Julieta y el Ama).

JULIETA ¡Sí, Ama, ese vestido es el mejor, pero te ruego que me dejes sola. Necesito
hacer muchas oraciones.

(Entra la señora Capuleto).

SRA. CAPULETO ¿Puedo ayudarte? ¿Estás muy ocupada?


JULIETA No, señora. Ya hemos escogido el vestido de la ceremonia. ¡Te ruego
ahora que me dejes sola, y que el Ama esta noche te acompañe!
SRA. CAPULETO ¡Entonces, buenas noches, y reposa, que falta te hace! (Salen la
señora Capuleto y el Ama).
JULIETA ¡Adiós! ¡Adiós, entonces! ¡Sólo Dios sabe cuándo nos veremos!
¡Esta es la droga! ¿Y si esta pócima no me hace efecto? Tendría que
casarme en la mañana? No. ¡Esto lo impedirá! Por ti bebo esta droga,
mi Romeo. (Cae en su lecho detrás de las cortinas).

ESCENA QUINTA

Aposento de Julieta. Julieta sobre su lecho. (Entra el Ama).

AMA ¡Señorita! ¡Julieta! ¡Señorita! ¡Dormida como un tronco! ¡Señorita!


¡Pichona mía! ¡Dormilona! ¡Vamos! ¡Señora novia! ¡Corazón!
¡Levántate! ¿Cómo, ni una palabra? ¡No por ésas! ¿Cómo, vestida,
con tu ropa puesta? ¡A toda costa debo despertarte! ¡Julieta!
¡Señorita! ¡Señorita! ¡Ay, socorro! ¡Está muerta! ¡Auxilio! ¡Vengan!
¡No quisiera jamás haber nacido!

ACTO QUINTO

ESCENA PRIMERA Una calle en Mantua. (Entra Romeo).

ROMEO Tuve un extraño sueño. Estaba muerto y soñé que mi esposa me


encontraba, tanta vida me daba con sus besos que reviví sintiéndome
rey! (Entra Baltazar, sirviente de Romeo). ¿Qué hay, Baltazar?
¿Noticias de Verona? ¿Fray Lorenzo me manda alguna carta?¿Mi
esposa, cómo está? ¿Qué tal mi padre? ¿Cómo está mi Julieta? ¡Lo
repito porque nada está mal si ella está bien!

BALTAZAR Perdona si te doy malas noticias, cumplo con la misión que me


confiaste. Julieta ha muerto y está en la cripta de los Capuleto a. Yo
mismo vi cuando la sepultaban. De inmediato partí para decírtelo.

19
ROMEO Si es así, desafío a las estrellas. ¡Parto esta misma noche hacia
Verona!
BALTAZAR ¡Ten paciencia, señor, te lo suplico! ¡Estás tan pálido y desencajado
que se lee en tu rostro la desgracia!
ROMEO ¡No te equivocas! ¡Haz lo que te digo! ¿No traes para mí cartas del
monje?
BALTAZAR No, mi señor.
ROMEO ¡No importa! ¡Vete ahora! ¡Yo te sigo! (Sale Baltazar).¡Contigo
dormiré esta misma noche, Julieta!, ¡Buscaremos la manera! Hace
poco, recuerdo, un boticario vivía por aquí era tan miserable que
vendía incluso los venenos que están prohibidos! ¡Este mismo infeliz
debe vendérmelo y con mi muerte pagada correré hasta la tumba de
Julieta!

ESCENA TERCERA

Mausoleo de los Capuleto. (Entra Paris con su paje y una antorcha).

PARIS ¡Muchacho, vete, y déjame la antorcha! Recuéstate debajo de esos


pinos y si alguien se aproxima dame un silbido. ¡Déjame las flores!
¡Ándate ahora, y haz lo que te mando!

PAJE (Aparte). ¡Pobre de mí! ¡Tiritando de miedo y tener que quedarme entre las
tumbas! (Sale).
PARIS ¡Oh, dulce flor! ¡Voy a cubrir con flores este lecho nupcial en donde
yaces! ¡Todas las noches regaré estas flores con agua dulce o con, el
llanto mío! ¡Llanto nocturno y flores en tu cripta, éstos son los
regalos que te ofrezco! (Se escucha un silbido del Paje). ¡Me avisa el
paje que alguien se aproxima!¿Qué pies malditos llegan esta noche a
interrumpir el rito del amor? ¿Y qué? ¿Con una antorcha? ¡Con tu
manto oh, noche, escóndeme por un momento! (Sale).

(Entran Romeo y Baltazar).

ROMEO ¡Toma esta carta! Mañana temprano la entregarás a mi padre. Ándate


ahora. ¡Voy a ver el rostro de mi amada! ¡No te atrevas a
interrumpirme!
BALTAZAR ¡Me voy, señor, no te molestaré!
ROMEO ¡Adiós, buen compañero!
BALTAZAR (Aparte). Voy a esconderme por aquí. Sus ojos me dan miedo. ¿Qué
se proponen hacer? (Sale)
PARIS Este es el desterrado de Verona, Romeo Montesco, el asesino del
primo de mi amada. ¡Debo detenerlo! (Se adelanta). ¡Alto!¡Bandido
condenado, te detengo ¡Debes morir! ¡Ven conmigo! ¡Obedece!
ROMEO ¡Me dices la verdad! ¡Debo morir! ¡Para eso he venido, buen
muchacho!¡Por Dios! ¡Ándate pronto!

20
PARIS ¡Y bien, yo desafío tu mandato y te detengo como un criminal!
ROMEO ¿Me provocas? ¡Defiéndete, muchacho! (Se baten).
PAJE ¡Voy a buscar los guardias! ¡Se pelean!
(Sale. Cae Paris).
PARIS ¡Me muero! ¡Por piedad, abre la tumba y colócame al lado de Julieta!
(Muere).
ROMEO ¡Lo haré! ¡Te juro! (Se acerca al cuerpo de Julieta)
¡Amor mío, mi esposa, la muerte secó tu respiración, pero aún no
domina tu belleza! ¡Aún no te conquista! Ah, Julieta, ¿por qué sigues
tan bella? ¡Estoy pensando que tal vez te ama la muerte! ¡Ojos, dadle
la última mirada! ¡Brazos míos, llegó el último abrazo! ¡Labios,
sellad con este beso puro un pacto eterno con la muerte ansiosa!
¡Amor mío, salud! (Bebe). Buen boticario, es rápido el veneno y mi
agonía termina con la muerte y con un beso. (Muere).
(Julieta se despierta)

JULIETA ¿Qué es esto? ¡Es una copa aún apretada en la mano ya fría de mi
amor! ¡Ah, fue veneno el que causó su muerte! ¿Por qué te lo bebiste
todo, ingrato, sin dejar una gota para mí? ¡Voy a besarte para que tus
labios si han guardado una gota de veneno me maten con el beso que
te doy! (Lo besa). ¡Están tibios tus labios todavía!

GUARDIA 1º (Desde adentro). Guíame tú, muchacho. ¿Por qué lado?


JULIETA ¡Oigo un ruido! ¡Me queda poco tiempo! ¡Oh, querido puñal! (Toma
la daga de Romeo). ¡Esta es tu vaina! ¡Aquí te quedarás! ¡Dame la
muerte! (Se hiere). (Cae sobre el cuerpo de Romeo y muere).

(Entra la ronda y el Paje de Paris).

PAJE ¡Allí están!


GUARDIA 1º ¡Aquí hay sangre en el suelo! ¡Hay que apresar a todo el que ande por
el cementerio!¡Busquen al Príncipe, a los Capuleto, despierten en
seguida a los Montesco! )

EPILOGO

PRINCIPE Ya me enteré de todo. En esta fosa por fin descansan los enamorados.
Ellos sólo buscaron el amor el odio ajeno los llevó a la muerte. ¿Y
ahora donde están los enemigos?¡El castigo ha caído sobre todos!

CAPULETO ¡Montesco, hermano mío, estréchame la mano, Ya no tengo otra cosa


que pedirte!
MONTESCO Pero yo puedo darte mucho más. Levantaré en recuerdo de Julieta su
estatua construida de oro puro. ¡No habrá imagen más bella y
venerada como la de la pura y fiel Julieta mientras dure la vida de
Verona!

21
CAPULETO ¡Con igual esplendor haré a Romeo otra, junto a la estatua de su
esposa! ¡Ay, pobres víctimas del odio nuestro! En la paz enlutada de
este día el doloroso sol no se levanta. Salgamos de este sitio para
hablar de estos amargos acontecimientos. De los que del rencor
participaron unos tendrán perdón y otros castigo. Jamás se oyó una
historia tan doliente como esta de Julieta y Romeo.

22
Líneas PRINCIPE

(En la plaza después de la pelea)

PRINCIPE ¡Enemigos de la paz, rebeldes súbditos! ¡Con sangre ciudadana han


manchado las espadas! ¿No oyen? Arrojen de las manos sangrientas las espadas y oigan a
vuestro Príncipe que sufre. Ustedes Capuletos y Montescos, tres veces han roto la quietud
de nuestras calles. Si otra vez nuestras calles perturban pagarán con la vida el desacato. Por
ahora, esto basta. Váyanse todos. Bajo pena de muerte, una vez más repito: Nadie más en
este sitio.
_________________________________________________________________________

(En la plaza después de la muerte de Tybaldo)

PRINCIPE ¿Quiénes son los canallas que empezaron esta pelea?


BENVOLIO
SRA. CAPULETO ¡Oh, Tybaldo, mi primo!
PRINCIPE Benvolio, ¿quién provocó esta riña?
BENVOLIO
SRA. CAPULETO ¡Pido que Romeo muera si fue Romeo el que mato a Tybaldo!
PRINCIPE Romeo lo mató y él a Mercucio. ¿Quién paga ahora esta preciosa
sangre?
MONTESCO sentenciar a Tybaldo.
PRINCIPE ¡Y por su ofensa que Romeo sea desterrado del país! Si es encontrado
aquí, debe morir. ¡Llévense el cadáver de Tybaldo y respeten las
órdenes que he dado! (Salen).
_________________________________________________________________________

(En la escena final)

PRINCIPE Ya me enteré de todo. En esta fosa por fin descansan los enamorados.
Ellos sólo buscaron el amor el odio ajeno los llevó a la muerte. ¿Y
ahora donde están los enemigos?¡El castigo ha caído sobre todos!

23
Líneas PARIS

(después de la conversación de Romeo y Benvolio)

PARIS Señor, te pido que respondas a mi demanda.


CAPULETO …aún no ha madurado para esposa.
PARIS Madres felices hay que son más jóvenes.
CAPULETO Sólo me queda ella…
_________________________________________________________________________

En la fiesta baila con JULIETA


_________________________________________________________________________

Después de que la AMA le cuenta a JULIETA sobre el destierro de Romeo.

CAPULETO … yo me habría acostado hace una hora.


PARIS ¿Cómo hablarle de amor con tantas penas? ¡Señora, adiós! ¡Que no
me olvide su hija!
SRA. CAPULETO … ¿Qué día es hoy?
PARIS Lunes, señor.
CAPULETO …¿tú , estás de acuerdo con el jueves?
PARIS ¡Ay, señor, que mañana sea jueves!
CAPULETO Ándate, pues…
_________________________________________________________________________

Después de que los padres de JULIETA la retan

FRAILE ¿Es el jueves, señor? ¡Hay poco tiempo!


PARIS Capuleto lo ha fijado y no tengo por qué calmar su prisa.
FRAILE … Esto es irregular, y no me gusta.
PARIS Llora y llora la muerte de Tybaldo, por eso apenas si le hablé de amor. ¡Se
ha encerrado en su pena, solitaria, tal vez la sanará mi compañía! Ya sabes el
motivo del apuro.
FRAILE (Aparte). ¡Y también de por qué debe aplazarse! ¡Aquí llega a mi celda la
muchacha!
PARIS ¡Feliz encuentro, mi señora esposa!
JULIETA Llámame así cuando yo sea esposa.
PARIS ¡Ese «yo sea» será el jueves próximo!
JULIETA ¡Lo que ha de ser, será! Padre, ¿dime si ahora tienes tiempo o si debo volver
después de misa?
FRAILE ¡Mi pensativa niña, tengo tiempo! Señor, déjanos solos un momento.
PARIS ¡No quiero perturbar las devociones! Iré de madrugada a despertarte, Julieta,
el jueves. Hasta entonces, pues, guarda este santo beso. (Sale).

_________________________________________________________________________

24
Después de la conversación de ROMEO y BALTAZAR en Mantua

Mausoleo de los Capuleto. (Entra Paris con su paje y una antorcha).

PARIS ¡Muchacho, vete, y déjame la antorcha! Recuéstate debajo de esos


pinos y si alguien se aproxima dame un silbido. ¡Déjame las flores!
¡Ándate ahora, y haz lo que te mando!
PAJE
PARIS ¡Oh, dulce flor! ¡Voy a cubrir con flores este lecho nupcial en donde
yaces! ¡Todas las noches regaré estas flores con agua dulce o con, el
llanto mío! ¡Llanto nocturno y flores en tu cripta, éstos son los
regalos que te ofrezco! (Se escucha un silbido del Paje). ¡Me avisa el
paje que alguien se aproxima!¿Qué pies malditos llegan esta noche a
interrumpir el rito del amor? ¿Y qué? ¿Con una antorcha? ¡Con tu
manto oh, noche, escóndeme por un momento! (Sale).

(Entran Romeo y Baltazar).

ROMEO
BALTAZAR
ROMEO
BALTAZAR (Sale)
PARIS Este es el desterrado de Verona, Romeo Montesco, el asesino del
primo de mi amada. ¡Debo detenerlo! (Se adelanta). ¡Alto!¡Bandido
condenado, te detengo ¡Debes morir! ¡Ven conmigo! ¡Obedece!
ROMEO ¡Me dices la verdad! ¡Debo morir! ¡Para eso he venido, buen
muchacho!¡Por Dios! ¡Ándate pronto!
PARIS ¡Y bien, yo desafío tu mandato y te detengo como un criminal!
ROMEO ¿Me provocas? ¡Defiéndete, muchacho! (Se baten).
PAJE ¡Voy a buscar los guardias! ¡Se pelean!
(Sale. Cae Paris).
PARIS ¡Me muero! ¡Por piedad, abre la tumba y colócame al lado de Julieta!
(Muere).

25
Líneas FRAY LORENZO

(Después de la escena del balcón)

FRAY LORENZO Debo llenar de plantas esta cesta: malezas venenosas, flores puras
que rezuman un líquido precioso. La tierra es madre y tumba de la
vida. Dentro del tierno cáliz de esta flor residen el veneno y la salud.
Como en la planta viven en el hombre dos fuerzas, la bondad y la
dureza.
(Entra Romeo).
ROMEO Buenos días, padre.
FRAY LORENZO ¡Bendiciones! ¿Qué voz temprana y suave me saluda? Hijo mío,
algún mal te intranquiliza si dejaste, tu lecho tan temprano o ¿no se
ha acostado aún nuestro Romeo?.
ROMEO Así es y, sin embargo, mi descanso fue más dulce.
FRAY LORENZO ¡Dios te perdone! ¿Viste a Rosalina?
ROMEO ¿A Rosalina, padre? No, por cierto. Me olvidé de ese nombre y sus
tristezas.
FRAY LORENZO ¿Dónde estuviste entonces, hijo mío? ¡Sé sencillo, en tu relato!
ROMEO Estuve en la fiesta de mi enemigo y allí de pronto recibí la herida del
amor. Amo sin medida a la hija del rico Capuleto. Como es suyo mi
amor, su amor es mío y para nuestra unión sólo nos falta que nos
unas en santo matrimonio hoy mismo. ¡Ayúdanos!
FRAY LORENZO Qué cambio es éste, ¡santo San Francisco! ¿Olvidaste tan pronto a
Rosalina?
ROMEO No me retes, la que yo amo ahora me devuelve confianza por
confianza y el amor por amor. No así la otra.
FRAY LORENZO Joven voluble, ven conmigo vamos, voy a ayudarte para ver si el
matrimonio que me pides puede cambiar en puro amor este odio de
familias.
ROMEO ¡Vamos andando, me siento impaciente!
FRAY LORENZO ¡Con calma y con cordura! Tú ya sabes: ¡quien apurado vive, apurado
muere! (Salen).

Después de la conversación de JULIETA y el AMA

JULIETA ¡Buenas tardes, mi padre confesor!


FRAILE Sonría el cielo a este sagrado rito y que ningún dolor pueda dañarlo.
ROMEO ¡Amén! ¡Amén! Que tus palabras unan nuestras manos y la muerte, haga
después su voluntad: a mí me basta que a la amada mía pueda llamarla desde
ahora mía.
FRAILE ¡Vamos y aceleremos nuestra obra! (Salen).

26
Después de la pelea de los padres con JULIETA

ACTO CUARTO

ESCENA PRIMERA
Celda de Fray Lorenzo. (Entra Fray Lorenzo y el conde Paris).

FRAILE ¿Es el jueves, señor? ¡Hay poco tiempo!


PARIS Capuleto lo ha fijado y no tengo por qué calmar su prisa.
FRAILE ¡Y aún no sabes lo que piensa ella! Esto es irregular, y no me gusta.
PARIS Llora y llora la muerte de Tybaldo, por eso apenas si le hablé de amor. ¡Se
ha encerrado en su pena, solitaria, tal vez la sanará mi compañía! Ya sabes el
motivo del apuro.
FRAILE (Aparte). ¡Y también de por qué debe aplazarse! ¡Aquí llega a mi celda la
muchacha!
PARIS ¡Feliz encuentro, mi señora esposa!
JULIETA Llámame así cuando yo sea esposa.
PARIS ¡Ese «yo sea» será el jueves próximo!
JULIETA ¡Lo que ha de ser, será! Padre, ¿dime si ahora tienes tiempo o si debo volver
después de misa?
FRAILE ¡Mi pensativa niña, tengo tiempo! Señor, déjanos solos un momento.
PARIS ¡No quiero perturbar las devociones! Iré de madrugada a despertarte, Julieta,
el jueves. Hasta entonces, pues, guarda este santo beso. (Sale).
JULIETA ¡Para mí no hay auxilio, esperanza, ni consuelo!
FRAILE ¡Julieta, ya conozco tu dolor! Sé que el próximo jueves, sin remedio, debes
casarte con el conde Paris.
JULIETA ¡Padre, no me hables de este matrimonio, si no me dices tú cómo impedirlo
quiero morir!
FRAILE Calma, hija mía. ¡Existe una esperanza! ¡Para esta situación desesperada una
desesperada solución! Si en verdad prefieres morir antes que desposarte con
el conde tal vez será posible que te atrevas a simular la muerte. Si tú te
atreves te daré el remedio.
JULIETA ¡Antes de dar mi mano al conde Paris me dejaré caer de aquella torre!
FRAILE Ándate a casa ahora, que te vean contenta, acepta desposar a Paris: es
miércoles mañana: por la noche quédate sola y cuando estés en cama bebe el
licor de este pequeño frasco, sentirás que la sangre soñolienta se enfriará de
súbito en tus venas se detendrá el latido de tu pulso. ¡Como estarás helada y
sin aliento tu apariencia será de la de una muerta!. ¡Cuando el novio, en la
mañana te venga a despertar, te hallará muerta! Entonces serás transportada
al mausoleo donde sepultan a los Capuleto. Yo advertiré a Romeo, mientras
tanto. Juntos esperaremos que despiertes. De allí Romeo ha de llevarte a
Mantua.
JULIETA ¡Dame ese elixir, dámelo, sin miedo!
FRAILE ¡Tómalo! ¡Ándate pronto! ¡Y tu propósito cumple con decisión y con
firmeza! En este mismo instante saldrá un monje que llevará una carta a tu
marido.

27
28

También podría gustarte