Funcion de La Piel
Funcion de La Piel
Funcion de La Piel
La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y de una importancia trascendental. Se trata
de nuestra cubierta externa y su función básica es separar el organismo del medio ambiente. La
piel es un órgano de gran tamaño, para el que se calcula de forma aproximada una superficie de
alrededor de 2 m2 y un peso de 4 kg, lo que supone aproximadamente el 6 % del peso corporal
total. En este post te explicaremos sus principales funciones y conoceremos un poco más su
estructura.
Emocional: exteriorizamos nuestro estado emocional por la piel; nos sonrojamos, palidecemos,
nuestro pelo se eriza y emanamos olor (feromonas).
Desde la más superficial hasta la más profunda, se distribuye en tres capas de tejido, con un origen
embriológico distinto:
La epidermis:
Tipos celulares:
La dermis o corion:
Anexos cutáneos:
Folículos pilosos: contienen básicamente el pelo, que se basa en una estructura queratinizada que
asienta desde una invaginación epidérmica hasta su profundidad (papila dérmica), que es donde
recibe la nutrición celular.
Fases de crecimiento folicular: anagen (90 % de los pelos se encuentran en esta fase): crecimiento,
2-5 años; catagen: involución, 2-5 semanas; telogen: crecimiento, 2-5 meses.
Glándulas sebáceas: producen lípidos que ayudan a mantener la capa protectora externa.
Está compuesto por conectivo laxo para fijarse a modo de anclaje. Cuando se pierden estos
puentes, da lugar a las típicas arrugas. Está formado por tejido adiposo, por donde discurren vasos
y nervios. El tejido subcutáneo sirve de almacén de energía, así como de aislante térmico y de
protector mecánicos.
MICROBIOTA DE LA PIEL.
Al igual que en otros ecosistemas, donde se pueden generar diferentes relaciones, tanto positivas
como negativas, en el ecosistema cutáneo predominan la simbiosis (cualquier relación estable
entre dos o más organismos de distintas especies), el comensalismo (relación beneficiosa para uno
de los organismos e indiferente para el otro) y la competencia (lucha para conseguir los recursos
necesarios para sobrevivir) entre los microorganismos, y entre estos y el huésped. Tales
interacciones permanecen en un equilibrio constante y, al ocurrir un cambio en cualquiera de las
dos partes, un microorganismo normalmente residente puede convertirse en patógeno. Por
ejemplo, Staphylococcus epidermidis es un comensal común, pero también es la causa más
frecuente de infección adquirida en los hospitales y de colonización de dispositivos médicos, como
catéteres y válvulas cardiacas. El microbiota de la piel humana es toda una colección de
numerosas bacterias, hongos y ácaros que normalmente residen allí, con una relación de 1 a 10
con las células humanas. A su vez, los biotopos que albergan a estos microorganismos son tan
variados como lo es la topografía de la propia piel, y se considera que 9 de cada 10 células
humanas presentan relaciones simbióticas con la microbiota; por lo tanto, las alteraciones en el
ecosistema se traducen en enfermedades o propensión a estas.
La piel es un ambiente inhóspito que se caracteriza por extensas regiones con pH ácido,
renovación continua de sus células superficiales. A pesar de estos mecanismos protectores, los
microorganismos sobreviven y se extienden hasta los apéndices cutáneos en una simbiosis en la
que el huésped puede beneficiarse de diferentes maneras, entre ellas, de la protección contra las
colonizaciones y posteriores infecciones por patógenos. Por ejemplo, Staphylococcus aureus es un
patógeno común, y entre 20 y 30 % de los individuos sanos son portadores nasales asintomáticos,
aunque a partir de esta colonización también puede causar infecciones localizadas y sistémicas. De
igual forma, algunas cepas de S. epidermidis y Corynebacterium spp. pueden inhibir o revertir la
colonización nasal de S. aureus, estableciendo una relación de mutualismo con el huésped. Otra
importante interacción es la relacionada con el tipo de microbiota presente en las glándulas
sudoríparas y la atracción o rechazo por ejemplo la mayoría de los compuestos volátiles del sudor
a los que responden los mosquitos son de origen bacteriano.
Microbiota residente.
El microbiota residente está conformada por dos grupos relativamente fijos de bacterias que se
encuentran habitualmente en la piel: un grupo mayor conformado por bacterias corineiformes y
por estafilococos, y un grupo menor conformado por micrococos y Acinetobacter spp. Las
bacterias residentes a menudo se consideran comensales y mutualistas, lo que significa que no son
dañinas y pueden representar un beneficio para el huésped. Sin embargo, algunas de ellas tienen
un gran potencial patógeno, principalmente las del grupo Acinetobacter, como Escherichia coli,
Proteus spp., Enterobacter spp., Klebsiella spp. y Pseudomonas spp.
Microbiota transitorio.
Microbiotica fúngica.
Después de las bacterias, los hongos son el segundo grupo en importancia en la microbiota
cutáneo. Se han aislado diferentes especies de los géneros Candida, Malassezia, Trichosporon y
Rhodotorula. Candida albicans y C. glabrata se han considerado parte del microbiota cutánea
comensal.
Microbiota parasitario.
En comparación con D. brevis, que predomina en las glándulas sebáceas y de las de Meibomio31.
La localización más frecuente es la cara, particularmente la nariz, las mejillas, la frente, las sienes y
la barbilla, pero también se ha encontrado en el borde libre de los párpados y los folículos de las
pestañas. Demodex folliculorum puede alimentarse de las células epiteliales que recubren la
unidad pilosebácea o, incluso, de otros microorganismos que habitan el mismo espacio, como P.
acnés. Además de su papel en el microbiota, D. folliculorum y D. brevis se han relacionado con
enfermedades como la demodicidosis y la rosácea.
TIPLOGÌA DE LA PIEL.
Hay cuatro tipos básicos de piel sana: normal, seca, grasa y mixta. El tipo de piel se determina
genéticamente. No obstante, el estado de nuestra piel puede variar considerablemente según los
diversos factores internos y externos a los que es sometida.
Piel normal.
Normal" es un término utilizado ampliamente para referirse a la piel bien equilibrada. El término
científico para piel sana es eudérmica. Aunque la zona T (frente, mentón y nariz) puede ser algo
grasa, el sebo y la humedad globales están equilibrados y la piel no es demasiado grasa ni
demasiado seca.
Ausencia de impurezas.
Piel seca.
Seca" se utiliza para describir un tipo de piel que produce menos sebo que la piel normal. Como
consecuencia de la falta de sebo, la piel seca carece de los lípidos que necesita para retener
humedad y formar un escudo protector frente a influencias externas. Esto lleva a un deterioro de
la función de la barrera. La piel seca(xerosis) existe en grados de intensidad variables y en formas
diferentes que no siempre pueden distinguirse claramente entre sí.
Transpiración: Pérdida activa de agua desde las glándulas, causada por el calor, el estrés y
la actividad.
Lípidos epidérmicos, como ceramidas, ácidos grasos y colesterol, que son necesarios para
una función sana de la barrera cutánea.
La piel ligeramente seca puede percibirse tirante, frágil y áspera y tiene un aspecto apagado. La
elasticidad cutánea es también débil.
Sensación de tirantez.
Callosidades.
Descamación.
Picor frecuente.
Piel grasa.
Grasa” se utiliza para describir un tipo de piel con producción acrecentada de sebo. La
hiperproducción se conoce como seborrea.
Genética.
Medicación.
Estrés.
Se caracteriza por:
La piel grasa es propensa a comedones (de cabeza negra y cabeza blanca) y a formas diversas de
acné.
Piel mixta.
En la piel mixta, los tipos de piel varían en la zona T y en las mejillas. La llamada zona T puede
diferir considerablemente, desde una zona muy delgada hasta una zona extendida.
Se caracteriza por:
Las partes más grasas de la piel mixta se deben a una hiperproducción de sebo. Las partes más
secas de la piel mixta se deben a una falta de sebo y al correspondiente déficit de lípidos.