Brailowsky, Stein, Will - El Cerebro Averiado. Plasticidad Cerebral y Recuperación Funcional
Brailowsky, Stein, Will - El Cerebro Averiado. Plasticidad Cerebral y Recuperación Funcional
Brailowsky, Stein, Will - El Cerebro Averiado. Plasticidad Cerebral y Recuperación Funcional
EL CEREBRO AVERIADO
Plasticidad cerebral y recuperación funcional
MEXICO 23781
Primera edición en español, 1992
Primera reimpresión, 1993
Segunda edición en español, 1998
Impreso en México
PRÓLOGO
¿Averías en el cerebro ?
De las regiones del cuerpo, es la cabeza la que recibe las más variadas atri
buciones. Destacan [...] la correspondencia cósmica, la capacidad de racio
cinio, [...] región de comunicación, [...] centro de relación con la socie
dad y con el cosmos, [...] punto en el que aflora la vida interna [I, p. 182].
= ^ ^ « ü 3 K s it E j =
S P É® S S 5 S a a S S 5
j2 ^ » a ^ » a r j r í z : r i i
del siglo ™ i Fuee,ae d ia tqUe “ P' n5 en EuroPa casi hasta com ienzos
V entrículos:
I. Análisis sensorial.
II. Razón.
DI. M em oria.
mero de aspectos del comportam iento, como los movimientos, era por
que en cierta m anera todas ellas se com portaban como máquinas. Más
exactamente, Descartes com paró estos aspectos del com portam iento
con los movimientos de las estatuas de m ando hidráulico que hacían
pasos de baile en losjardines del castillo de Versalles. Allí, cerca del gran
estanque, las estatuas se ponían en movimiento y bailaban cuando se
ejercía una presión de agua suficiente en sus conductos internos.
Si se podía construir estatuas y hacer que fueran móviles gracias a
fluidos, ¿por £|iié los movimientos de los hum anos no habrían de estar
controlados por los “espíritus”, pneuma de Galeno, que circulaban a
través de “poros” y tubos huecos? Aun haciendo hincapié en algunas
analogías entre los seres vivos y las máquinas, reconociendo similitu
des entre los seres hum anos y los animales, Descartes, a pesar de todo,
creía profundam ente en la existencia de las diferencias fundam en
tales entre los seres hum anos, dotados de un alma, y los animales, que
carecían de ella. Los animales apenas eran máquinas, com o las de los
jardines reales. Los seres hum anos, pensaba Descartes, tenían una par
te de m áquina y una parte divina, pero esto significaba dos cosas. En
prim er lugar, si el alm a penetraba en la m aquinaria del cuerpo, sin ser
realmente una parte de éste —su esencia era divina—, lo abandonaría
intacta en el m om ento de la m uerte. U na vez ida el alm a y reducido el
cuerpo al estado de m áquina, se podía em p ren d er —en condiciones
plenam ente admisibles para las autoridades religiosas y morales— el
estudio de la “maquinaria del cuerpo”, exactamente como se habrían es
tudiado las partes y funciones de cualquier m áquina. Por prim era vez,
después de tres siglos, era posible practicar autopsias y estudios anató
micos en cadáveres hum anos sin riesgo de u na sanción, la cárcel o el
patíbulo.
Subsistía un problem a. Si el alma provenía de Dios, que es perfec
ción, ésta no podría ser dividida; esto la hubiera hecho menos perfecta.
Esta paradoja era im portante para Descartes; gracias a sus conocim ien
tos de anatom ía, él sabía que la mayor parte de las estructuras del cuer
po, incluidas las del cerebro, tenían dos partes: p o r ejem plo, una m ano
derecha y una m ano izquierda, un hemisferio derecho y otro izquierdo,
aurículas y ventrículos cardiacos izquierdos y derechos, etc. Ya que el
cerebro tenía subdivisiones, ¿dónde podría alojarse el alma y cómo po
dría ésta controlar las diferentes partes del cuerpo perm aneciendo “per
fecta e indivisible”? Descartes propuso entonces una solución elegante:
el alma penetraba en el cuerpo en un punto y sólo en uno, donde esta
ría en condiciones de controlar las bases espirituales de la m ente. Este
punto de entrada era una glándula que tiene forma de piña, el conanum,
conocida en la actualidad con el nom bre de glándula pineal o epífisis.
30 EL CEREBRO AVERIADO
en el hom bre, los investigadores trataro n de crear en los anim ales le
siones parecidas a las que habían p odido observar en los seres hum a
nos; habían nacido las neurociencias experim entales.
En el transcurso del siglo xvm, tam bién la n eu ro an ato m ía progresó
notablem ente. Se aplicaron nuevos colorantes químicos, p reparados
desde antes p o r la industria textil, al tejido vivo, que así se p u d o exami
nar, con detalle, gracias al m icroscopio; sin este in stru m en to y sin su
perfeccionam iento posterior no hu b iera existido la n eu ro an ato m ía
m oderna. -
Hay que hacer*notar que el cam bio brutal de escala había llevado al
inventor del microscopio, el pañero holandés A ntón van Leeuw enhoek,
a interpretaciones erróneas de lo que observaba con su instrum ento:
esperm atozoides y óvulos de p e rro o de gato eran vistos com o perros
o gatos en m iniatura: anim alúnculos. No obstante, el pañero no sufría
de defecto visual alguno, y más so rp ren d en te todavía, sus co n tem p o rá
neos creyeron ver lo m ism o que él. ¡Había nacido u n a ficción visual!
Con el perfeccionam iento de lentes y sistemas ópticos, los anatom istas
pudieron diferenciar células de tam años y form as diferentes y así estu
diar la arquitectura del propio cerebro. Este tipo de estudio se d e n o
minó “arquitectónico”.
Muy p ro n to se observó que algunos tipos d e células, las neuronas,
eran más num erosas en determ inadas partes del cerebro que en otras.
Rápidamente tam bién se descubrió que la corteza cerebral estaba cons
tituida p o r capas de neuronas, apiladas unas sobre otras, y que las neu
ronas tenían form as diferentes en cada u n a de las capas. Si las diferen
tes partes del cerebro no tenían el mismo aspecto, ¿era insensato pensar
que estas partes desem peñaban funciones igualm ente distintas? Éste
fue precisam ente el m odo de pensar que dio origen a la teoría locali-
zacionista actual. Esta concepción se desarrolló a principios del siglo
xix en el contexto de u n a p reten d id a ciencia llam ada craneoscopia o
frenología, creada en la época de la Revolución francesa p o r el anato
mista alem án Franz Gall (1758-1828) y difundida en los círculos m édi
cos, científicos y poéticos a lo largo de las décadas siguientes p o r su
discípulo Jo h an n Spurtzheim (1776-1832), defensor de la nueva ciencia.
Gall y Spurtzheim afirm aban que las facultades m entales y m orales es
taban localizadas e n la superficie del cerebro, en la corteza cerebral,
de manera que se podía detectar u n a utilización exagerada o demasiado
escasa de alguna de ellas gracias al exam en de la superficie m ism a del
cráneo.
“Tiene disposición para las m atem áticas”, así se distingue, aun hoy en
día, a alguien que hace uso inm oderado de sus capacidades intelectua
les en el cam po m atem ático. Por u n a vía no ortodoxa, basada en hipó
32 EL CEREBRO AVERIADO
les de las neurociencias que han sido creados adrede para dem ostrar
que las concepciones localizacionistas dom inantes (como las que des
cribió, p o r ejemplo, Thom pson) están bien fundadas y para suplantar
otras hipótesis sobre las funciones cerebrales. Sin em bargo, lo que de
bería hacer la ciencia es com probar ideas concurrentes y seleccionar
aquellas que resultan capaces de explicar el mayor núm ero de fenó
menos de m anera racional y verificable por otros laboratorios.
En el campo de las ciencias, como en cualquier otra actividad hum a
na creadora, hay un conjunto de creencias y actitudes sobre la organi
zación del m undo q u e g u ía el com portam iento. Estas creencias y acti
tudes m odelan nuestra m anera de responder a muchas situaciones (a
lo que consideramos consumible, al tipo de personas con las que de
searíamos hablar, a situaciones que generan una actitud de sumisión,
etc.). Del mismo m odo, la investigación científica está canalizada por
creencias y actitudes a las que podríam os designar globalm ente con el
térm ino de ideologías. En la ciencia, como en cualquier otro campo,
cuando un conjunto de creencias y de actitudes m odela nuestra per
cepción y nuestra concepción del m undo, cuando un sistema de ideas
y de opiniones se erige en doctrina, se le denom ina ideología. Las ideo
logías que acepta un científico determ inan los m étodos que em pleará
para penetrar en los secretos de la naturaleza; las ideologías delim itan
también el universo de datos que un investigador en un campo determ i
nado considerará signos im portantes y válidos para captar estos secre
tos. Por ejemplo, cuando un electrofisiólogo se vale de un microelectro-
do para registrar potenciales eléctricos en el interior de una neurona,
esta persona acepta im plícitam ente que este instrum ento m ide en rea
lidad cualquier cosa que merezca ser com prendida. Llega a suceder
que este mismo investigador deduzca que esta medida proporciona tam
bién una b uena indicación de la m anera en que la neurona “ap ren d e”
algo sobre el m undo exterior, es decir, que el registro de la actividad
eléctrica en el interior de la célula corresponde de hecho a una medida
de los procesos de aprendizaje en tanto que tales.
La ideología localizacionista se ha visto coronada p or el éxito. Al
contrario de otras concepciones, el localizacionismo se presta fácil
m ente a la verificación experim ental, gracias a m étodos y técnicas ela
boradas expresa y específicamente para dem ostrar su valor. Al respecto,
Thomas Kuhn ha llamado la atención sobre lo siguiente: “Cuando un
investigador científico puede considerar fundada una ideología, en los
trabajos más im portantes que lleve a cabo ya no tiene necesidad de tra
tar de reconstruir su cam po de investigación, com enzando p o r los pri
meros principios yjustificando el uso que haga de cada nuevo concepto.
Puede dejar todo esto a los que redactan m anuales” (p. 20).
FUNCIONES Y PLASTICIDAD DEL CEREBRO 37
CW,C° SC W en la ‘o p c i ó n de la le-
i . general a 1° particular, el neurólogo identifica los orea-
^ o ,y los sistemas afectados a p artir de una serie de signós e s f a t 3
é s t i T r e a e m ™ “ “ “ T * P r o d u « n ' e in d e p en d ien te m e n te de
stas, se reagrupan en síndrom es. Si bien el neurólogo desde estos di
mos anos dispone d e nuevos m edios de investigación, su p n ra e í naso
S n c ! o n e s Cdel1CO, PrOCede “ Prim er lugnr a llx a m e n de las diferen-
D espuésdeelahLm ‘ em anerv,.oso: motrices, mnésicas, etc.
espues de elaborar un diagnostico positivo y topográfico, trata de na-
ar a un diagnostico etiologico. Como auxilio en esta m anera de avanzar
ufihza te cn ia* de laboratorio que perm iten d e te r m in a r T m a n e m oU
cUspone de m
pone de m étodos
étodos dde'Zaddl" ^ ¡ funcional
exploración “ ÍOne!' Adel
dem is" en nervioso
sistema la f in a lidcen
ad
tral que pueden proporcionarle datos muy valiosos para afinar su diag
nostico y evaluar los efectos del tratam iento m an ten id o g
ca d T ta flT n d ó ííC" ° l6gÍCOS7 S° b r e ,t o d o la e v o lu c ió " de 1 » ¡deasacer-
f nci° n nerviosa m ejoran las técnicas, que se vuelven menos
Ín d o lo ra 5 y m ás L* neurorradiolo-
gia clasica form a parte del conjunto de técnicas
época únicam ente m ediante la autopsia. Así com o existen m apas geo-
morfológicos y m apas de geografía económ ica, existen, p o r u n a parte,
mapas y atlas que representan la anatom ía del cerebro en sus m ínim os
detalles y, p o r otra parte, m apas que localizan funciones en el cerebro
cada vez con m ayor precisión.
A natóm icos o funcionales, estos m apas siguen siendo estáticos y es
tán elaborados m ediante técnicas anatóm icas e histológicas que se pue
den utilizar post mortem o bien m ediante técnicas invasivas de lesión o
estimulación, aplicables a un anim al y, con m ucho m en o r frecuencia,
al hom bre. A fortunadam ente, en la actualidad disponem os de técnicas
de exploración del sistema nervioso que pueden aplicarse sin problem a
al hom bre. Algunas de estas técnicas nos m uestran aspectos anatóm i
cos, otras nos dejan entrever en tiem po diferido, o incluso en tiem po
real, ciertos aspectos del pro p io funcionam iento del cerebro. Ambas
son, por lo demás, com plem entarias y p o nen de manifiesto, respectiva
mente, características estáticas y dinámicas del sistema nervioso central.
En lo que respecta a las técnicas radiológicas, no fue hasta 1972 cuan
do se p u d o o b te n er por prim era vez u n a representación del in terio r
del cerebro desde nuevos y m últiples ángulos gracias a la tomodensitome-
tría o tomografía de absorción, u n a de las form as de tom ografía com pu-
tarizada y realizada gracias a u n scanner. En todas las técnicas tomográ-
ficas — del griego tomos, pedazo cortado, y (radio)grafía— la im agen
final es fruto de u n a reconstrucción m atem ática m ediante com putado
ra. La base de estas técnicas de reconstrucción es la síntesis de u n a ima
gen tridim ensional a partir de u n a serie de im ágenes bidim ensionales
tomadas desde diferentes ángulos en to rn o al sujeto. In d e p e n d ien te
mente del algoritm o utilizado, la im agen reconstituida rep resen ta una
medida cuantitativa de algunas propiedades del tejido. Los cortes pue
den ser de un m ilím etro de espesor y la im agen corresp o n d ien te a un
corte se puede calcular en m enos de un segundo. Si se inyecta al pa
ciente una sustancia yodada, se au m en ta el contraste de los tejidos
anormales o norm ales, y en tre sustancia gris y blanca, p o r ejem plo.
Gracias a la técnica tom ográfica, es posible ver algunas estructuras in
ternas de la sustancia misma del cerebro. La tom odensitom etría, p o r
ejemplo, perm ite hacer la distinción entre la m ateria blanca (com pues
ta en gran parte p o r las vainas de m ielina que ro d ean a las fibras n er
viosas) y la m ateria gris (com puesta p o r el conjunto de cuerpos celu
lares) y reconocer las diferentes estructuras que an terio rm en te sólo se
podían observar m ediante la autopsia. Además, esta técnica im plica
una irradiación m en o r del sujeto, ya que se utilizan haces de rayos X
muy estrechos, em itidos p o r fuentes colocadas en m últiples lugares al
rededor de la persona. Hay detectores colocados en fren te de em isores
Figura II. 1. L a corteza
cerebral. Se m u estra la m a
teria gris, co m p u esta de
cuerpos celulares, y la m a
teria bla n ca , fo r m a d a de
fib r a s m ie lin iza d a s.
m iento. Lord A drián llevó a cabo los prim eros registros unitarios en
1925 en Cam bridge; en aquella época, descubrió u n a ley universal de
im portancia capital y sin la cual sería im posible co m p ren d er el cere
bro: las neuronas se com unican en tre sí m ediante breves im pulsos
nerviosos, los potenciales de acción, y éstos únicam ente varían en fre
cuencia, pero no en am plitud.
Estas técnicas de im agenología y de electrofisiología h a n perm itido
arm ar m apas estructurales y funcionales del cerebro. C uando David
H ubel y Torsten Wiesel, prem ios Nobel de m edicina en 1981, registra
ron la actividad unitaria de las células de la corteza visual del gato o
del m ono, descubrieron que aquélla se podía m odificar m ediante la
experiencia visual que vivían estos animales en el transcurso de sus pri
meras sem anas de vida. Por ejem plo, si se im pide que estos animales
utilicen un ojo du ran te estas prim eras semanas, q u ed arán ciegos de
este ojo para el resto de sus días. U na privación de la misma duración
en la edad adulta apenas habría afectado su vista. En realidad es la car
tografía funcional de la corteza visual la que se ha alterado radicalm en
te. Desde las capas más profundas de la corteza a las más superficiales,
ya no se e n cu en tran prácticam ente neuronas activables m ediante un
estímulo al ojo previam ente ocluido. Se pueden trazar los contornos de
zonas activables de m anera preferencial m ediante la estim ulación de un
ojo y de aquellas zonas que son activables m ediante la estim ulación del
otro ojo. En el gato norm al, el m apa que se elabora de esta m an era se
parece un poco a las líneas de u na huella digital y abarca zonas de su
perficie casi equivalentes para cada ojo. David H ubel, Torsten Wiesel y
sus colegas utilizaron después una técnica de histología funcional
basada en la inyección de u n a m olécula similar a la de la glucosa, pero
no metabolizable p o r las células. Esta molécula, la 2-deoxiglucosa, es ab
sorbida, com o la glucosa, p o r las células del cerebro que tienen gran
necesidad de ella, y, en especial, p o r las que son muy activas y cuyas ne
cesidades m etabólicas son las más im portantes. La m olécula perma
nece prisionera de las células que la han incorporado y puede p o r tanto
ser detectada en el lugar donde fue utilizada si de antem ano se le aplica
radiactividad. Gracias a esta técnica histológica, H ubel y Wiesel con
firm aron la exactitud de los m apas que se habían establecido con base
en datos de electrofisiología unitaria: mapas modificables, mapas plás
ticos.
Se sabe todavía muy poco sobre las funciones integradoras del cere
bro y sobre sus modificaciones a lo largo de la vida. Estudios recientes
sobre los m apas de la corteza som atosensorial p o n en de manifiesto,
no obstante, que estas funciones dep en d en de factores genéticos, varían- j
do de u n a progenie de animales a otra, pero d ep en d en tam bién de fac- 1
VENTANAS AL CEREBRO LESIONADO 53
En el c o n te x to q u e nos o c u p a — la re c u p e ra c ió n fu n c io n a l d esp u és
de lesiones cerebrales— , el g ru p o d e San Francisco m o stró q u e c u an d o
se lesiona el m a p a cortical c o rre sp o n d ie n te a u n á re a sen so rial, a p a re
cen respuestas n e u ro n a le s a su estim u lació n e n áreas corticales total
m e n te d ife re n te s a las d elim itad as a n te rio rm e n te . E sto su c e d e e n u n
lapso d e algunas h o ras, tiem p o in su ficien te com o p a ra q u e nuevas
fibras se fo rm e n . P o r lo tan to , se p e n só q u e la rá p id a re o rg a n iz ac ió n
de la actividad n erviosa se d e b ía al d e se n m a sc a ra m ie n to d e vías “si
lenciosas” cuya actividad e ra in h ib id a p o r las c o n ex io n e s " n o rm a le s”.
U na vez q u e estas últim as se lesio n ab an , las vías silenciosas p o d ía n
m anifestarse. Esta fo rm a d e p lasticidad, p u e sta ta m b ié n e n evidencia
a nivel d e la m é d u la esp in al y del tálam o e n e x p e rim e n to s clásicos del
g ru p o de P atrick Wall, en L o n d res, n o es so la m e n te p ro d u c to d e la le
sión. M erze n ic h y c o lab o rad o res d e m o stra ro n el m ism o tipo d e re o r
ganización n e u ro n a l e n tre n a n d o a m o n o s a d e te c ta r d iferen cias e n la
frecu en cia d e un estím u lo táctil vib rato rio ap licad o a u n o de los dedos
de la m an o . El á rea cortical c o rre sp o n d ie n te a ese d e d o se e x p a n d ió
en fo rm a n o tab le, o c u p a n d o áreas receptivas m ás am plias q u e aquellas
de regiones n o estim uladas. Es decir, m ie n tra s m ás se u tiliza u n a re
gión c o rp o ra l, m ás tejido c ereb ra l se c o m p ro m e te con ella. Y al revés.
C u an d o n o utilizam os u n a fu n c ió n , las n e u ro n a s q u e le c o rre sp o n d e n
tie n d e n a atrofiarse. En u n estu d io re c ie n te d e im a g e n o lo g ía d e fu en
tes m agnéticas realizado e n violinistas, se o b serv ó q u e la re p re se n ta
ción de los d e d o s d e la m a n o iz q u ie rd a (en este caso, la m a n o con la
que se ejec u ta n las notas e n las cuerdas del in stru m e n to ) o c u p a b a una
zona cortical m ás am p lia q u e la c o rre sp o n d ie n te a la m a n o opuesta.
Se e n c o n tró tam b ién u n a relación e n tre esta á re a cortical y la edad a
la q u e el m úsico h a b ía c o m en z a d o a to c a r el violín: m ie n tra s más jo
ven, m ayor el área.
De esa m a n era, el c ereb ro se m o d e la d ía a d ía de a c u e rd o a las expe
riencias cotidianas. El cam b io es la regla. L a in m o v ilid ad la excep
ción. P o d em o s d e c ir q u e n u e stro sistem a n erv io so n u n c a es el mismo.
Estos hallazgos d e m u e stra n q u e el c e re b ro a d u lto es capaz d e mo
delarse a sí m ism o d e m a n e ra insólita. El tra u m a o la e n fe rm e d a d son
podero sas fuerzas capaces d e m o d ificar la a n a to m ía y las funciones
del cereb ro ; sin em b arg o , las actividades d e la vida d iaria representan
factores críticos d e m o d e la d o y cam bio d e la fu n c ió n nerviosa. A i
p esar d e q u e fre c u e n te m e n te se c o m p a ra al sistem a n erv io so con las
c o m p u ta d o ras, éstas n o cam b ian sus circuitos o fu n c io n e s co m o resul
tado de la ex p erien cia. E sta es u n a d ife re n c ia fu n d a m e n ta l. Volvere
m os al te m a d e la re o rg an izació n fu n cio n al e n el cap ítu lo rv.
T a n to la im a g e n o lo g ía m éd ica m o d e rn a c o m o las técnicas elabo-
VENTANAS AL CEREBRO LESIONADO
\
l!
terias (clona) que sí fu e marcada por el anticuerpo radiactivo (4). De, esta forma, es posi
ble obtener clonas que sintetizan el mismo tipo de A])N y, por lo tanto, de proteínas q
'J;
'í
í¡:
t,
i
i
FIGURA II. 10. Autorradiografía ín vivo. A partir del cerebro de un anim al entrenado
( l ), se extraen fracciones de áreas específicas, que se purifican por distintos métodos, como
la centrifugación (2), Estas fracciones se inyectan en animales para la obtención de an
ticuerpos (3), los cuales se marcan radiactivamente (4), para ser inyectados (5) a anima
les entrenados (AE) y no entrenados {A no E ). Cortes de los cerebros de estos animales
se analizan histológicamente por exposición de los cortes aplacas fotográficas en las que se
podrán localizar los sitios de fijación del anticuerpo radiactivo. Estos sitios marcados indi
carán las regiones cerebrales que participan en. tareas específicas (por ejemplo, un entre
namiento); en este caso, el hipocampo de los animales entrenados se marca (6), mientras
que en los A n o E no se presenta este mareaje.
VENTANAS AL CEREBRO LESIONADO 61
na, ele.) y de las enzim as que catabolizan las reacciones del m etabolis
mo interm edio. Después de su síntesis en el cuerpo celular, estas p ro
teínas son transportadas hacia las dendritas y el axón m ediante el trans
porte axonal (véase el capítulo v ) : las proteínas m itocondriales (las
mitocondrias son organelos intracelulares, del tam año de u n a bacteria,
encargados de la respiración celular y de la producción de m oléculas
energéticas) y las proteínas que darían lugar a las m em branas celu
lares, las de los organelos intracelulares (lisosomas, retículo endoplás-
mico, etc.), así com o a productos de secreción (neurotransm isores u
horm onas).'Después de su síntesis, estas proteínas serán conducidas
mediante el transporte axonal hacia las dendritas y el axón.
Se podría p en sar que seria más directo estudiar los genes en vez del
ARNm, pero el estudio de los genes tiene dos problem as: p o r u n a parte,
es difícil saber d ó n d e com ienza el gene y d ó n d e term ina, y p o r la otra,
los genes poseen regiones que n o se expresan en la síntesis proteica (y
que llamamos “in tro n es”, en relación con los “exones”, que sí codi
fican una secuencia de am inoácidos). En cam bio, todos los genes que
componen el ARNm van a expresarse en u na secuencia de am inoácidos.
Dada la relativa facilidad y la alta resolución de las técnicas de análisis
de las secuencias de nucleótidos, com parada con el análisis de las se
cuencias de proteínas, la m ayor parte de los trabajos que describen a
estas últimas proceden de la traducción de secuencias de nucleótidos.
Los ARNm representan, pues, los m ejores indicadores de la actividad de
un gene en particular, es decir, cuando expresan u n fenotipo.
En la actualidad existen técnicas poderosas para estudiar dos aspec
tos de los ARNm: para d e term in a r el adn del cual proviene, y para de
terminar la p ro teín a a la que dará lugar (figura 11.8). En el p rim er
caso, podemos aislar una cantidad pequeñísim a de ARNm (del o rd en de
un microgram o) y m ediante la reacción en cadena de la polim erasa
(pCR, polymerase chain reaction) asociada con una enzim a llam ada
transcriptasa reversa ( rt , reverse transcriplase), podem os llevar a cabo
la síntesis y am plificación de ADN a p artir del ARN. De esta m an era se
pueden identificar los genes que codifican para arn específicos. La po
tencia de esta técnica se aprecia aún más en estudios en que han aplica
do esta m etodología a nivel de u n a sola neurona; es la llam ada rt -pcr
de células únicas. En este caso, se llena u n a m icropipeta de vidrio (un
tubo de vidrio estirado m ediante calor hasta hacer una p u n ta p eq u e
ñísima) con u n a solución que contenga todos los ingredientes de la
reacción (las enzim as, nucleótidos, etc.). D espués, se aproxim a la mi
cropipeta a la célula de interés (p o r supuesto, con ayuda de u n micros
copio) y se inserta el m icroelectrodo en la célula o se le adosa a su
membrana, aplicando un poco de succión (es la técnica de registro de
62 EL CEREBRO AVERIADO
parche de célula com pleta actualm ente en boga, pues perm ite estudiar
los fenóm enos fundam entales de la transmisión nerviosa, a nivel de los
canales iónicos gracias a los cuales u n a n eu ro n a es ex citab le). Así, una
vez que se ha estudiado electrofisiológicamente a la célula (por ejemplo,
sus reacciones a la estim ulación eléctrica o a la aplicación de sustan
cias), se puede aspirar el contenido de ella, esto es, introducir a la pipe
ta los ARNm presentes en el citoplasm a, e iniciar reacciones de la pcr
que perm itirán la amplificación selectiva de ARNm.
O tra técnica de biología m olecular que perm ite la identificación de
neuronas a nivel genético es la hibridación in situ. En este caso, es ne
cesario clonar los adn com plem entarios (adn c) de los ARNm relaciona
dos con u n a p roteína en particular, digamos u n a p ro teín a que form a
parte del recep to r a algún neurotransm isor a un fárm aco en particu
lar. U na vez clonados, se d eterm in a la secuencia de nucleótidos que
los com ponen y a partir de ésta, es posible fabricar entonces “sondas”
que reconocen las secuencias correspondientes tanto a u n a cadena
com o la o tra del a dn c. Recordem os que con la transcripción genética
(la síntesis de arn a partir del a d n ) se produce arn de secuencias “sen
tido” versus secuencias “antisentido” del mismo a d n . El interés de ello
es que si tenem os u n a secuencia antisentido, esta reconocerá en forma
específica su secuencia de nucleótidos com plem entaria, es decir, la se
cuencia sentido que corresponde al ARNm del gen estudiado. Si marca
mos estas sondas, ya sea radiactivam ente o m ediante biotina, po
drem os entonces e n co n trar d ó n d e están éstas.
Veamos un ejem plo de la posible aplicación de estas poderosas téc
nicas: se le enseña a u n a rata a reconocer u n olor a cambio de comida.
Después, se disecan los llamados bulbos olfatorios, estructuras cere
brales que reciben en p rim er lugar la inform ación olfatoria. A partir
de ellos se aíslan los ARNm y m ediante la reacción rt -pcr se clonan los
genes que codifican para estos a rn . U na vez que se conocen estos ge
nes, se puede averiguar su secuencia y fabricar después sondas que iden
tifiquen los ARNm originalm ente aislados. Estamos suponiendo que en
estos ARNm se en cu en tra la “huella” o la m em oria de la información
olfatoria aprendida. Se les marca com o dijimos anteriorm ente y se pro
cesan los bulbos olfatorios de otros animales entrenados de la misma
m anera, con la técnica de hibridación in situ. O btenem os entonces cor
tes finos de estas estructuras y estudiamos la distribución de estas sondas
m arcadas en anim ales entrenados com parándolos con animales no
entrenados. Teóricam ente, habrá una diferencia en tre ambos: los ani
males entrenados m ostrarán las marcas correspondientes a los ARNm
de los olores aprendidos, las células que los expresan (neuronas y/o
glía), su localización y la intensidad de la marca. De esta m anera, po
VENTANAS AL CEREBRO LESION AD O 63
bral al que deberá dirigirse o las asociaciones celulares que d eb erá es
tablecer). Así, una célula podrá convertirse en u na n eu ro n a o en una
célula glial. En el contexto de los transplantes (capítulo vil), esta iden
tificación es fundam ental.
Es concebible que en el cerebro lesionado o enferm o, este delicado
m ecanism o genético se pueda alterar con la producción de proteínas
anorm ales características de la patología en cuestión. Si se p u d ieran
identificar estas moléculas anorm ales, se podrían desarrollar drogas
específicas para antagonizar los efectos de estas proteínas patológicas.
Además, si se pudiera “desinhibir” la expresión de las moléculas que
han participado en el desarrollo celular y en el establecim iento de co
nexiones nerviosas en un cerebro adulto lesionado, se podría tal vez
recrear la organización neuronal perdida. De m om ento, esto es cien
cia ficción, pero el avance en las neurociencias es tan rápido que nos po
demos perm itir algo de imaginación en el terreno de la restauración de
las funciones después de lesiones del SNC.
Para responder a las preguntas que plantea la reparación cerebral,
com encem os por el principio: la célula nerviosa y cómo reacciona ante
un ataque.
III. SINAPSIS Y PLASTICIDAD SINÁPTICA
nicación y de interacción entre las células nerviosas, pero tam bién en
tre células nerviosas y otras células, musculares o glandulares. Veamos
en prim er lugar cómo funciona una n eu ro n a en condiciones nor
males, para precisar después cómo reacciona ante diversos ataques.
Las neuronas se com unican entre ellas y con las demás células m e
diante señales eléctricas o químicas. En efecto, hay sinapsis llamadas
eléctricas y otras, más abundantes, a las que se llama químicas. En las
primeras, la codificación de la inform ación no sufre ninguna trans
formación cuando pasa de una célula a la siguiente. Las segundas, a
las que nos referirem os casi en exclusiva, no sólo son más numerosas,
sino que presentan tam bién propiedades plásticas que probablem ente
explican algunos fenóm enos de recuperación {véase el capítulo iv) y
constituyen lugares de acción privilegiados de un gran núm ero de sus
tancias farmacológicas que actúan sobre el sistema nervioso (véase el
capítulo Vin), En estas sinapsis químicas, la inform ación que llega de
otras neuronas consiste en un conjunto de señales eléctricas codifi
cadas en frecuencia. Esta señales son fruto de la integración de una
multitud de señales axónicas, dendríticas y somáticas, codificadas en am-
68 EL CEREBRO AVERIADO
entrada
Impulso nervioso
Liberación del
neurotransmisor
Figura III. 4. Liberación presin áptica del neurotransmisor. L a llegada del im pulso ner-
vtm itiduce la entrada del ion calcio al interior de la terminal. E l calcio activa el va cia
miento de las vesículas sin ópticas, sitios de alm acén del neurotransm isor, h acia el espa
cio máptico. E l neurotransm isor produce, según su estructura, u n a excitación o u n a
inhibición a l ocupar su s receptores situ ados en la m em brana postsin áptica.
¡
Figura III. 6. L a barrera kematoencefálica. E n la parte superior se ilustra la relación
particular que tienen los astrocitos con los capilares sanguíneos cerebrales. Estos capi
lares se encuentran virtualm ente cubiertos por los llamados pies gliales. E n la parte in
ferior de la figu ra se comparan cortes transversales de capilares cerebrales y de capilares
no cerebrales. Nótese en los primeros un mayor número de mitocondrias dentro del cito
plasma de la célula endotelial (la que form a la pared del capilar y donde se puede ob
servar su núcleo), la existencia de uniones estrechas {tight junctions) entre sus bordes
(flecha), la presencia de transportadores que acarrean las sustancias entre el interior y
el exterior del capilar y su envoltura de pies gliales. Los capilares generales presentan
aberturas mayores en su pared (fenestraciones) y mecanismos de pinocitosis para el paso
de moléculas entre ambos lados de la membrana capilar.
84 EL CEREBRO AVERIADO
de estos as trocí tos, las células del sistem a nervioso c en tral re sien te n de
manera muy a te n u a d a los trasto rn o s físico-quím icos del plasm a. L a b a
rrera garantiza u n v e rd a d e ro e q u ilib rio u hom eostasis fisic o q u ím ic a
del cerebro.
Para asegurar el paso de ciertas m oléculas d e la sangre hacia el ce
rebro y viceversa, éste dispone de sistemas de transporte especializados,
generalmente m uy selectivos. Hay tran sp o rtad o res tran sm em b ran ales
para ciertos iones, p ero tam bién p ara el azúcar, c arb u ran te de la n e u r o
na, y para los precursores de algunos neurotransm isores, de las neu-
rohormonas y de los ácidos nucleicos. P o r ejem plo, la d o p a m in a n o pe
netra en el cerebro. El p recu rso r d e este neurotransm isor, la L-dopa,
llega hasta las neuronas cerebrales y p o r esta razón se utiliza en el tra
tamiento de la e n fe rm e d ad de Parkinson, afección q ue se caracteriza en
especial por deficiencia d e dopam ina. Las h o rm o n as n o fra n q u e a n tam
poco la barrera hem atoencefálica, salvo los esteroides, que son solubles
en las m em branas celulares. A p esar d e to d o , existen alg u n as p u e rta s
que c o rre sp o n d e n a te r r ito r io s c irc u n s c rito s e n los q u e n o ex iste
cierto lapso. Previam ente, tienen lugar otros acontecim ientos que, si
bien de duración lim itada, no p o r ello son m enos im portantes. Así
pues, antes de que se constate u n a dism inución de la concentración
del neuro transmisor, se constata, en cambio, u na acum ulación de éste
en la parte más distal del segm ento de axón que p erm an ece ad h erid o
al cuerpo celular. Esta acum ulación se debe en parte al hecho de que el
neurotransmisor siga siendo tran sp o rtad o d u ra n te u n cierto tiem po
hasta el nivel de la obstrucción, y, p o r otra, a la desaparición de la in
hibición presináptica de la actividad enzim ática que controla n o rm al
mente la síntesis del neurotransm isor.
En el cuerpo celular de la célula se observa u n desequilibrio éntre
las actividades enzim áticas de síntesis del neu ro tran sm iso r y las activi
dades vinculadas a la síntesis de com p o n en tes estructurales — m em
brana, citoesqueleto, etc.— de la neurona. Ya que la síntesis de com
ponentes estructurales es más im portante, se pu ed e pensar q ue con
prioridad la célula pone en funcionam iento m ecanism os que tien d en
a reparar o a reem plazar las porciones de m em branas perdidas, es d e
cir, a incitar nuevas expansiones m ediante u n proceso activo de rebro-
te(véase el capítulo iv). Indiquem os que estos cambios d ep en d en de la
distancia de la lesión con relación al cuerpo celular: las m odificacio
nes producidas p o r u n a lesión axónica cercana al som a n eu ro n al se
rán más rápidas que las de u n a lesión situada a gran distancia.
En este caso, el análisis bioquím ico pu ed e resultar más preciso que
el histológico —ya que puede h ab er cambios bioquím icos sin que haya
cambios anatóm icos— , y ha puesto de m anifiesto ciertos cambios cerca
de las term inaciones nerviosas n o lesionadas de la n eu ro n a dañada.
En otras palabras, las partes intactas de la n e u ro n a son inform adas so
bre los cambios que se producen en la misma célula p ero a distancia
de éstas. Estas observaciones sugieren que estos cambios bioquím icos
a distancia p o d rían participar en la depresión de otras funciones n e r
viosas por diasquisis (véase el capítulo rv) y en la recu p eració n funcio
nal vinculada, p o r ejem plo, a la desaparición de la diasquisis o a u n a
compensación funcional a través de territorios que siguieron intactos.
¿Qué se sabe de los m ecanism os postsinápticos subyacentes en algu
nas neuropatologías? M ediciones recientes de las concentraciones en
neurotransmisores después de lesiones químicas o isquémicas han pues
to de manifiesto que estas lesiones im plican au m en to s im portantes de
las concentraciones de algunos neurotransm isores en dógenos de la
categoría de los am inoácidos, en especial del glutam ato, del aspar tato
y del gam m a-am inobutirato (gaba). Además, sabem os que los am ino
ácidos excitadores, glutam ato y aspartato p o r ejem plo, p ro d u cen efec
tos neurotóxicos p o r in term ed io de receptores sinápticos. Estos efec-
94 EL CEREBRO AVERIADO
franquear esta zona valiéndose del p u e n te artificial y alcan zar así sus
Mancos correctos restab lecien d o los contactos sinápticos ad ecu ad o s.
Para construir este p u e n te , A guayo to m ó segm entos d e n erv io p e ri
férico que extrajo de la p ata p o ste rio r de los anim ales d o n a n tes. N o
«conservó n in g ú n c u e rp o celu lar de n e u ro n a . Aguayo utilizaba p ara
ello únicam ente trozos de axones — que, p o r lo dem ás, acab ab an d e
generando y células n o n eu ro n a les del nervio, e n especial las d e las
diversas envolturas o vainas de las n e u ro n a s o del nervio. D espués d e
la disección del nervio, Aguayo y sus co lab o rad o res seccio n ab an la m é
dula espinal de ratas adultas y p o ste rio rm e n te in sertab a n u n e x tre m o
del segmento del nervio recién disecad o e n el tro n c o cereb ral, hada
arriba de la secáón, y el o tro e x trem o e n la m é d u la espinal hada abajo
Aísífl. De este m o d o , el pedazo d e nerv io p eriférico p o d ía servir de
i puente y perm itir que se fran q u eara el sitio de la sección com pleta de la
| ftédula. Las células nerviosas del sistem a nervioso cen tral te n d ría n así
í k posibilidad de enviar desde el otro lad o d e la sección, hacia a rrib a o
I hacia abajo, p ro longaciones q u e tal vez lo g raran estab lecer contactos.
[■ , Afortunadamente, se disp o n e de u n cierto n ú m e ro de técnicas cito-
{ tógicas que p erm iten q u e los anatom istas m a rq u e n el re c o rrid o q u e si-
i píen las neuronas en p re p a rac io n e s com o la que Aguayo utilizó. U na
; estas técnicas consiste e n inyectar u n a cierta enzim a en el lu g a r en
[ d <lue se localizan los cu erp o s celulares d e las n e u ro n a s que envían
í prolongaciones a este lugar; en efecto, algunas enzim as son captadas
r P°r ^ term inaciones de las células nerviosas y después tran sp o rtad as
| i&avés del flujo axonal (véase el c ap ítu lo m) hasta el c u e rp o celu lar
| sismo. Si se inyecta la enzim a q u e u n m arcad o r h a vuelto visible, bien
j, kíld^ arriba bien hacia abajo de la sección, se la p u e d e volver a encon-
' torunos días más tarde, m ed ian te u n ex am en histológico, e n los cuer-
| pos celulares localizados al o tro lado del p u e n te . N o o b stan te, se re
quieren dos condiciones: es preciso q u e cad a u n o de los ex trem o s del
| «gmento del nervio haya sido in sertad o en el tejido nervioso cuyas
Opacidades de reg en eració n se estu d ian y que haya p asad o u n lapso
Oficíente para p e rm itir q u e las fibras nerviosas se sirvan del p u e n te y
b franqueen. Gracias a esta técnica, Aguayo fue u n o d e los p rim ero s
(io demostrar de m a n era concluyen te q u e la re g e n era c ió n n erv io sa o
,b gemación colateral inducidas p o r u n a lesión p u e d e n , en d eterm i-
’Mdas condiciones, realizarse a g ran d es distancias, incluso e n el anim al
•falto.
4 Para estudiar m inuciosa y d ire c tam en te esta cu estió n a nivel del ce-
bbro, Aguayo y sus discípulos cortaro n com pletam ente el nervio óptico
f F vincula la parte p o ste rio r del ojo con el cereb ro , e in je rta ro n u n
'(Klremo de nervio ciático (de la p ie rn a ), p o r u n a p arte, en la retin a, y
112 EL CEREBRO AVERIADO
implantado luminosa
Figura IV, 3, Transplante de puentes nerviosos. En este experimento, Aguayo y sus co
legas transplantaron un trozo de nervio ciático entre un nervio óptico seccionado y uno
de sus blancos iniracerebrales normales: el colículo superior (A). Se comprobó la viabili
dad de este puente nervioso anatómicamente (B) con una inyección en el colículo de un
marcador que se transporta hasta las células de origen —en este caso las células gan
glionares de la retina (ilustradas en la amplificación de la derecha)— y fisidiógicar
viente (C) mediante el registro de la respuesta eléctrica colicular inducida por estimu
lación luminosa.
114 EL CEREBRO AVERIADO
PRO PIEDAD DE
fti'»} f O T r n . . „
REGENERACIÓN, REPARACIÓN y REO RGANIZACIÓN 117
r Hay otras pruebas que tal vez sean aún más elocuentes. Por ejemplo,
ha mostrado que puede haber restauración estructural y funcional
mediante gemación colateral de cocones serotoninérgicos (la serotonina
«otro neurotransmisor) hipocámpicos. Se aprovechó el hecho de que
el hipocampo recibe esencialm ente dos aferencias separadas de fibras
lerotonínérgicas que provienen, cada u n a de ellas, del núcleo media-
bo del rafé, localizado en el tronco cerebral. La supresión de u n a de
otas aferencias m ediante u n a droga neurotóxica específica inducía la
rcinervación del sitio deaferentado p o r la otra aferencia. Si esta supre-
ñón es unilateral, produce una asimetría del com portam iento que se ex
presa muy claramente cuando se coloca a las ratas en u n recinto circu
lar: éstas se ponen a dar vueltas más en un sentido que en el otro. Esta
aíimetría del com portam iento desaparecía gradualm ente; correlativa
mente, lo mismo que en las experiencias de Steward, en el control
histológico efectuado post mortem, se observa que la aferencia restante,
ipsilateral a la lesión, había rebrotado y enviado prolongaciones hasta el
íreadeaferentada p o r la lesión neurotóxica. La finura de este estudio,
realizado por Efrain Azmitia y sus colegas en la Universidad de Cam
bridge, reside en la argum entación com plem entaria que proporcionó
tmsegundo experimento, al inyectarse una sustancia neurotóxica capaz
de destruir específicamente las neuronas serotoninérgicas. Esta inyección
Aferendas ventrales (Av) Aferendas dorsales (Ad)
[■ El fracaso d e la c a p a c id a d r e g e n e r a d o r a n o se d e b e a c o n d ic io n e s in tr ín -
f secas fatales, sino m á s b ie n a la fa lta d e su stan cias c a ta lític a s c a p a c e s d e es-
| timular e n é rg ic a m e n te el c r e c im ie n to y la n u tr ic ió n d e los b ro te s , d e se ñ a-
124 EL CEREBRO AVERIADO
Neuritas
B C
• flp
F ig u r a V. 1 . Los factores neurotróficos. Ensayo biológico para detectar la presencia dt
factores de crecimiento celular. A. Cultivo de células embrionarias en donde se agrega
una proteína para verificar si tiene efectos neurotróficos. B. Ganglio sensorial extraída
de un embrión de pollo de ocho días, cultivado durante 12 horas en ausencia o en
presencia (C ) de NGF (factor de crecimiento nervioso). El NGF ha inducido el creci
miento de fibras nerviosas (neuritas).
FACTORES END ÓG ENO S DE CRECIM IENTO Y DE REPARACIÓN 125
la base del tratam ien to farm acológico d e las lesiones cerebrales y espi
nales, objetivo últim o de gran p a rte d e las investigaciones que se lle
van a cabo en este cam po.
En los últim os años, b u en a parte de las investigaciones se h a dedicado
a la identificación de los factores p ro d u cid o s p o r el sistem a nervioso
que facilitan la reparación de las neu ro n as dañadas. La m ayor parte de
las sustancias identificadas hasta hoy son p ro teín as que estim ulan el
crecimiento y guían hacia blancos a las fibras nerviosas e n regeneración:
estas sustancias se d e n o m in a n neurotrofinas y sus efectos neurotróficos.
La m ejor m a n e ra de verificar si u n a p ro te ín a cerebral es n eu ro tró fica
consiste en p ro b a r su actividad trófica in vitro, es decir, in tro d u cirla en
un frasco de vidrio (de a h í la expresión in vitro) q u e c o n ten g a u n sue
ro nutritivo en el que se h a n sem brado células nerviosas em b rio n arias
yvivas. Se observa a las células nerviosas d u ra n te u n p e rio d o d e te rm i
nado para ver si sobreviven y si h acen b ro ta r u n a especie de ram itas
denominadas neuritas. En general, cu an d o el m edio nutritivo sólo con
siste en suero, las neuronas no tardan en m orir; n o obstante, cu an d o la
proteína som etida a p ru e b a se agrega al m edio d e cultivo y las n e u ro
nas sobreviven y crecen, se considera q u e esta p ro te ín a cum ple con las
condiciones necesarias para ser calificada d e sustancia trófica.
Hace unas décadas se descubrió el prototipo m ism o de las sustancias
neurotróficas y se d e n o m in ó factor de crecimiento nervioso, o más co
múnmente, en inglés, nerve growth factor ( n g f ). La neurobióloga italiana
Rita Levi-M ontalcini y su colega estad o u n id en se Stanley C o h én fueron
los que d escu b riero n el n g f . A m bos recibieron hace poco el p rem io
Nobel p o r su trabajo pio n ero en este cam po. El descu b rim ien to inicial
fue el del p ap el decisivo q u e d e se m p e ñ ab a el n g f en el d esarro llo del
sistema nervioso sim pático (una p arte del sistem a nervioso periférico
que inerva las glándulas y los m úsculos lisos del c u e r p o ). G racias al
trabajo de Franz H efti y de sus colegas, hoy sabem os que el n gf tam
bién es indispensable p ara la sobrevivencia de otras n eu ro n as locali
zadas en las partes del cereb ro que in terv ien en de m a n era especial en
la expresión de la m em oria. Estas partes del cereb ro se d e n o m in a n
nucleus basalis de Meynert, banda diagonal de Broca, septum medio, y co n
tienen los cuerpos celulares de las n e u ro n a s que fabrican y lib eran el
neurotransm isor llam ado acetilcolina. U n a de las hipótesis plausibles
que se p la n te an en la actualidad con respecto a la e n fe rm e d ad d e Alz-
heimer y a dem encias del m ism o tipo es q u e los pacientes afectados
por estas patologías p ie rd e n la capacidad de p ro d u c ir el n g f . En con
secuencia, p e rd e ría n tam bién las n eu ro n as colinérgicas (que p ro d u
cen la acetilcolina) en las áreas que acabam os de m e n cio n ar y ten
drían q u e a fro n ta r u n a p é rd id a de m em o ria ab ru m ad o ra.
126 EL CEREBRO AVERIADO
r
recuperación funcional a nivel del com portam iento. Los discípulos
de Cotman estudiaron lo anterior tom ando muestras de la corteza fron-
tol a ratas adultas y colocando spongel em papado de las sustancias que
habían acum ulado en u n a herida cerebral infligida a otras ratas
diez días antes. Tres o cuatro días después de la operación, se evaluó
; íl comportamiento de las ratas en u n laberinto especialm ente diseñado
!para medir la capacidad que éstas tenían de resolver problem as espa-
; dales. Enfrentadas a este tipo de desem peño, las ratas presentaban
5déficits importantes cuando habían sufrido u n a ablación de la corteza
frontal. Se com pararon los com portam ientos del g ru p o que había reci-
í bido extractos de h erid a con los de ratas que habían sufrido la misma
j Ablación cortical y habían recibido u n a im plantación de spongel em-
■papado de suero fisiológico en vez del extracto de la herida. Los resul-
1
r
128 E L C E R E B R O A V E R IA D O
tados de este experim ento de comportamiento dem ostraron que los ani
males con lesiones cerebrales que han recibido u n extracto de herida
aprenden la tarea m ucho antes y m ejor que los del grupo testigo que
recibieron la solución testigo (solución salina). Así, pues, el extracto
de herida no sólo perm ite conservar las neuronas con vida y hacerlas
crecer, sino que tam bién facilita la recuperación del comportamiento.
G D
codifica para estas Trks pu ed e pro d u cir varios transcritos, es decir, va
rias formas moleculares, cada una de ellas con posibles diferencias fun
cionales. De allí, la m ultiplicidad de efectos de las neurotrofinas.
Las cinasas m em branales activan la producción de segundos mensa
jeros, los cuales influirán sobre u n gran n úm ero de funciones biológi
cas. Existen varios factores neurotróficos que p ro d u cen sus efectos a
través de m ecanism os nucleares. Así p o r ejem plo, el IGF-I produce la
activación de la proteína-cinasa B (tam bién llam ada proteína-cinasa
Akt) y la expresión de este factor Akt increm enta la sobrevivencia ce
lular gracias a u n potente efecto antiapoptótico. El Akt se conoce como
un proto-oncogene, es decir, u n p eq u eñ o trozo de m aterial genético
que se en co n tró en algunos casos de cán cer y que después se vio for
m aba parte de los mecanism os genéticos norm ales de proliferación ce
lular. En la actualidad se han descrito más de dos docenas de proto-on-
cogenes. Es interesante el h ech o de que varios factores neurotróficos
actúan a través de procesos antiapoptóticos, es decir, de procesos que
se op o n en a la m uerte celular program ada. Com o vimos, el igf-1 es
un o de ellos, pero tam bién el cntf se encuentra asociado a u n factor in
hibidor de la leucem ia.
Esta lista no es exhaustiva y no debem os so rp ren d ern o s si con el
desarrollo de la investigación en este cam po se descubren nuevas sus
tancias con efectos tróficos. De hecho, se sospecha ya de la existencia
de varias de ellas, sin que hasta la fecha se haya logrado aislarlas. Tal es
el caso de los agentes neurotróficos derivados del músculo. En efecto,
se sabe que las m otoneuronas en desarrollo (las células nerviosas que
inervarán el m úsculo esquelético) d ep en d en para su sobrevivencia y
diferenciación de su contacto con la célula m uscular y que u n nervio
puede atrofiarse si el m úsculo al que éste llega desaparece. También se
sabe que si no se agregan extractos de m úsculo a cultivos de motoneu
ronas em brionarias, éstas no sobrevivirán. Hasta la fecha n o se ha po
dido caracterizar el o los factores tróficos que produce la célula muscu
lar. Sin em bargo, podem os asegurar q ue sólo es cuestión de tiempo
para que suceda esta identificación.
Como ya hem os dicho, el hecho de quitar el NGF del m edio de cultivo
conlleva, de 48 a 72 horas, la m uerte de las neu ro n as cultivadas, pero
el gru p o de Eugene Jo h n so n , de la U niversidad de W ashington, en St.
Louis, dem ostró que si se bloquea la síntesis de proteínas en estas neu
ronas, se previene tam bién su m uerte. Esto implica que a falta de NGF,
las neuronas producen u n a o varias proteínas que p u ed en resultar
tóxicas o letales. Jo h n so n ha den o m in ad o a estas proteínas “tanatinas”
y, com o m encionábam os an terio rm en te, po d rían estar implicadas en
la m uerte celular program ada o apoptosis que o c u rre norm alm ente
FACTORES ENDÓGENOS DE CRECIMIENTO Y DE REPARACIÓN 131
sino tam bién en sitios muy distantes de ésta. Esto es im portante, por
que una lesión cerebral localizada afecta efectivamente las conexiones
entre las neuronas a grandes distancias. Las term inaciones sinápticas
pueden desaparecer definitivamente, pero también pueden simplemen
te retraerse durante cierto tiempo o form ar conexiones totalmente nue
vas y perm itir que finalm ente se restablezca la función perdida después
de la lesión. Las ncam , pero tam bién otras moléculas de la superficie
celular o de la m atriz extracelular, tal vez desem peñen un papel de
im portancia capital en estos fenóm enos de reconexión, y queda por de
term inar si estas proteínas se pueden utilizar en u n m arco terapéutico.
Parece ser que cada día se descubre u n a nueva sustancia que po
dría contribuir a que el cerebro reaccionara con eficacia a u n a lesión
o a otras formas de daño. U no de los más interesantes y recientes des
cubrim ientos ha sido de nuevo llevado a cabo p or el grupo de Colman
en la Universidad de California en Irvine. D urante m ucho tiempo se
ha creído que la acum ulación de algunas proteínas en el cerebro de
los pacientes afectados p or la enferm edad de A lzheim er es la causante
de esta patología, que engendra m últiples síntomas: degeneración
neuronal, pérdida de memoria, agresividad, etc. U na de estas proteínas,
llamada amiloide, se acum ula en los vasos sanguíneos del cerebro, en las
neuronas en degeneración y en las células gliales. Se creía que esta
proteína era un buen m arcador de la patología que se observaba en
los pacientes afectados p o r la enferm edad de Alzheimer, precisamente
debido a esta acum ulación.
En la actualidad se ha confirm ado que, al m enos en todas las varie
dades familiares de enferm edad de Alzheimer, existe u n a acumula
ción de p roteína am iloide en el cerebro de estos pacientes, y que esta
acum ulación es u n a condición necesaria, au n q u e no suficiente, para
producir la enferm edad. La im portancia de esta acum ulación es que
sucede m uchos años antes de que la sintom atología se presente y si
descubrimos alguna m anera de retardarla, podríam os entonces pro
longar la vida útil y plena de estos enferm os. A ctualm ente sabemos
que existen genes en los cromosomas 21, 19,14 y 1 que intervienen en
la producción de la proteína am iloide o de otras proteínas derivadas
de las apolipoproteínas, moléculas constitutivas de la m em brana celu
lar. Además de la p roteína amiloide, se han descrito la apolipoproteína
E (ApoE) y las llamadas presenilinas, que condicionan la sobrepro
ducción de derivados amiloidogénicos (aquellos que facilitan la produc
ción de p roteína am iloide).
En cual quier caso, se ha dem ostrado que extractos de la proteína ami
loide pueden ser tam bién tóxicos, e incluso fatales, para neuronas en
cultivo e inducen lesiones cuando se inyectan d en tro del cerebro.
r
FIGURA VI. 1 . E dad y plasticidad neuronal. Experimento de Goldman y Galkin para in
vestigar los efectos de lesiones cerebrales tempranas. En una mona rhesus, se retiró el feto
a la edad embrionaria de 1 1 0 días y se le extirpó la porción dorso-lateral de la corteza
prefrontal Después de la operación, se volvió a colocar elfeto en el vientre matemo. Dos me
ses más tarde, este feto fu e parido normalmente y no presentó n ingún déficit. L a obser
vación histológica del cerebro no mostró degeneración retrógrada en el núcleo dor.so-me-
diano del tálamo, sitio de origen de las fibras que llegan a la corteza prefrontal.
142 EL CEREBRO AVERIADO
: iPiéDAD DE
Blr' ' •. • A LT.E.S.M.
EDAD, T IE M PO Y PLASTICIDAD 147
EL ENVEJECIMIENTO CEREBRAL
E l tiempo de recuperación:
EL CASO PARTICULAR DE LESIONES ESPACIADAS EN EL TIEMPO
Lesiones
seriales Prueba
unilaterales
Lesión
bilateral
( D - ( D
Lesión Prueba
bilateral
Figura VI.4. L a lesión serial. Protocolo experimental utilizado p a ra comparar los efectos
de lesiones cerebrales practicadas en u n a o dos etapas. C ada protocolo incluye a un
grupo con lesiones unilaterales secuenciales (un lado y después el otro), dos grupos con le
siones bilaterales efectuadas en un solo tiempo y u n grupo sin lesiones (sham ). Este dise
ño puede variarse a n ivel de intervalo de tiempo entre las lesiones, evaluación conduc-
tu a l entre las operaciones, estructuras lesionadas, etc. O tra variedad de protocolo es el
de la lesión progresiva, en donde se busca reproducir los efectos de lesiones evolutivas,
como es el caso de los tumores. E n cada etapa quirúrgica se lesionan áreas cada vez ma
yores y en ambos lados del cerebro.
EDAD, TIEM PO Y PLASTICIDAD 157
efecto serial. E xtraño efecto serial en este caso, puesto que u n a lesión
más amplia o total p ro d u ce m enores efectos que u n a lesión mas lim i
tada, a condición de que se haya efectuado en dos tiem pos separados
por un intervalo suficiente. ¿Cóm o explicar esto?
No se sabe con precisión si el hecho de operar en dos tiempos, y no
en uno solo, favorece una compensación funcional y no un ahorro o
una recuperación funcional. No obstante, el estudio que hemos des
crito sobre la restauración de una locomoción idéntica a la de partida
160 EL CEREBRO AVERIADO
! d6„ d 1 extremidades-
Ü
— ada e se n c ia lL „ te p r r u n a dye?p“ -
E e c e tw ” d° PamÍna' ‘° “ liaadas « U
- inen^ ínaV e^ón^eT ce^bro^ nterior311^ 3 ^ ne“r°-
2 LrrTo
cor P p
masraedi“
dz p te ™ 7
^^
^
í d S l ^ T ” barrea en t o d E J E u n ^
* in ¡ St o d a - Ü ? r 7 r” a b mer 'a ccntésima P“« e de la cantidad
^ u X d^
sx = S .2 = S 5S -3
r pata emprender *
neur®c*ryjanos entendieron esta razón como "fundamentalistas"
ipasaron a los hechos: Marc Peschansld, en una obra q u t S l t
o r a los transplantes en el sistema nervioso, no vaciU en comparados
163
L O S TRASPLANTES DE CÉLULAS EN EL SISTEM A N ER V IO SO 165
con otro aco n tecim ien to fantástico d e la se g u n d a m itad de este siglo: los
primeros pasos e n la luna. El p rim ero q u e dio este paso decisivo fu e u n
neurocirujano sueco, Erik-O lof B acklund. J u n to con Lars O lson del Ins
tituto K arolinska e n Estocolm o, hizo los p rim ero s tran sp lan tes in tracere-
brales e n el h o m b re. Se m antu v o la tónica del au to in jerto : el sujeto
receptor es tam b ién el d o n a n te , lo cual evita problem as d e rech azo de
células transplantadas a través de u n proceso in m u n ita rio y d e rechazo
del proyecto p o r u n com ité d e ética. La p rim era tentativa d ata d e 1982;
la segunda, del a ñ o siguiente. C om o verem os m ás ad ela n te e n este mis
mo capítulo, los cirujanos tran sp lan tan células d e u n a p a rte d el c u e rp o
a otra — en este caso, d e la g lán d u la su p ra rre n al al cereb ro — p a ra p aliar
en el e n ferm o d e P arkinson la desap arició n casi total d e n e u ro n a s dopa-
minérgicas. El n e u ro c iru ja n o sueco udliza u n a técnica q u irú rg ica llam a
da estereotáxica”, q u e p e rm ite colocar con precisión, en las tres d im e n
siones del espacio, u n a cánula, u n electro d o o la p u n ta d e u n a aguja d e
jeringa que in tro d u ce e n el cereb ro . Esta técnica m inim iza los perjuicios
infligidos a los tejidos que se atraviesan, p ero necesita de u n a d e m ar
cación previa y precisa de los principales vasos san g u ín eo s y de la estruc
tura cerebral que estará d estin ad a al im plante: técnica refin ad a p a ra la
que se necesita u n in stru m en tal co m p lejo y la co laboración d e varios
equipos. Los cirujanos urólogos p ro c e d en a la ablación d e u n a de las
dos glándulas su p rarren ales, los biólogos sep aran la p arte c en tral de la
glándula — la m é d u la su p ra rre n a l— de la p arte cortical, y d esp u és los
neurocirujanos im p la n ta n e n el cereb ro los pedazos d e tejido de la m é
dula su p rarren al. A lgunos d e estos pedazos fu e ro n im p lan tad o s después
de haber sido en ce rra d o s en u n p e q u e ñ o resorte q u e los vuelve detecta-
bles a los rayos X; los dem ás se im p lan tan sin él, lo cual dism inuye los
riesgos d e reacción glial desfavorable. T écn ica refinada, h ab ilid ad im
presionante, p e ro resultados d ecep cio n an tes. A p esar d e u n a m ejo ría
sintomática clara, a u n q u e transitoria e n u n caso, y tal vez u n a evolución
de la e n fe rm e d ad m enos ráp id a d e lo previsible, la em p resa se conside
ró un fracaso. Se llevaron a cabo otras dos tentativas e n 1985 e n el Insti
tuto Karolinska, e n colaboración co n el D e p artam e n to d e N eurología
de la U niversidad d e L u n d en Suecia, y e n el C en tro M édico d e Denver,
en Estados U nidos. P o r razones q u e su rg iero n de investigaciones, esta
vez con m onos, los pedazos d e m éd u la su p ra rre n a l se im p la n ta ro n en
una estructura vecina a la elegida p ara las dos p rim eras o p eracio n es. En
cada un o d e los casos se constató u n a m ejoría, p e ro ú n ic a m e n te d u
rante los dos p rim ero s m eses después d e la in terv en ció n . Este resultado,
una vez más, se co n sid eró u n fracaso.
La e sp e ra n za lleg ó d e M éxico. Ig n acio M ad razo , n e u ro c iru ja n o d el
Instituto M ex ican o del S e g u ro Social, y R en e D ru ck er-C o lín , n e u ro fi-
166 EL CER EB RO AVERIADO
blanco norm ales (núcleos del pretectum y del tectum) del c ere b ro del hués
ped sin ojos. En este nivel se establece u n sistem a d e redes nerviosas ade
cuado a pesar de que las fibras del injerto p e n e tre n en el sistem a n e r
vioso del h u é sp e d en u n sitio a n o rm al y la trayectoria que siguen para
alcanzar sus blancos sea p o r vías aberrantes. Estas observaciones, p o r su
puesto, nos re c u erd a n y confirm an la teoría d e la quim io afin id ad fo rm u
lada p o r Paul Weiss y desarrollada a lo largo de los años c u aren ta p o r
Roger Sperry, p rem io N obel d e m edicina e n 1981. Este ú ltim o dem ostró
que no sólo es posible u n a im p o rtan te reg en eració n del sistem a nervio
so central de los vertebrados inferiores, sino tam b ién q u e esta re g e n era
ción no se realiza d e cualquier m anera: cada axón e n cu e n tra su blan co
preciso y adecuado, com o si éste estuviera m arcad o con u n a especie de
etiqueta quím ica, com o si h u b iera afinidad quím ica e n tre la célula q u e
regenera u n axón y su blanco. En efecto, en el pez de colores, p o r ejem
plo, el nervio óptico vuelve a crecer después d e la lesión y restablece la
configuración inicial de las proyecciones retinotópicas (es decir, p u n to a
punto) del tectum. L a reinervación c o rrecta del tectum óptico se realiza
incluso en el caso de u n a sección com pleta del nerv io con laceración y
mezcla de fibras. Tam bién e n este caso el m ap a d e reg en eració n corres
ponde exactam ente al m ap a d e desarrollo norm al.
En las aves, vertebrados de sangre caliente, se h a n p o d id o llevar a
cabo estudios de injerto e n em b rio n es d e n tro de huevos in cu b ad o s arti
ficialmente, U n ejem plo de este tipo d e estudio son las experiencias
efectuadas e n N o g e n t sur M am e p o r N icole Le D o u arin y sus colegas
con quim eras codorniz-pollo. E n u n estadio precoz del desarrollo, se
pueden in jertar tejidos nerviosos d e u n e m b rió n d e co d o rn iz a u n em
brión de pollo y viceversa. La recuperación es ráp id a y el injerto se incor
pora al sistem a nervioso del huésped. P u ed e n a ce r u n a quim era, com o
por ejem plo u n pollo con u n injerto de cresta n e u ra l torácica d e co d o r
niz, y criarla d u ra n te unos meses. Estas aves h etero in jertad as y xenoin-
jertadas — lo cual significa q u e h a n recibido u n in jerto p ro c e d e n te de
un ejem plar de o tra especie— n acen con el c u erp o y el tó rax y alas con
plumajes francam ente diferentes, son su m am en te valiosas p ara el estudio
de la evolución de los derivados d e la cresta neural. Ésta se fo rm a desde
la región dorsal del tu b o n e u ra l y d a o rig en a u n a g ra n diversidad d e te
jidos, entre ellos a las n e u ro n a s d e los ganglios espinales; m arcadores
histológicos o bioquím icos naturales p e rm ite n d iferen ciar las células de
las dos especies de aves y seguir su m igración e n el c u erp o d e los ani
males. Este acercam iento tan fe c u n d o resp o n d e tam b ién a m últiples
preguntas q u e se p la n te an e n la biología del desarrollo.
Fértiles e n datos fu n d a m e n ta le s so b re la n e u ro b io lo g ía d e l d e sa rro
llo, los estudios de injertos e n el sistem a n erv io so e fectu ad o s e n verte-
172 EL CEREBRO AVERIADO
teóricas de este en foq u e son m últiples: las células de estas líneas tumo-
rales de origen nervioso se p u ed en caracterizar y m an ip u lar previamen
te al transplante; se p u e d e n p ro d u c ir en gran can tid ad con caracterís
ticas m uy específicas; se p u e d e n utilizar p a ra m últiples transplantes, y
p o r últim o, en cada transplante, e m p le a r m aterial casi idéntico, lo cual
p erm ite u n a estandarización de los protocolos d e u n a experiencia a
o tra y d e u n lab o rato rio a otro. N o obstante, y an te todo, queda por
verificar si estas células, convertidas en am itóticas con fines de trans- j
piante, n o vuelven finalm ente, en el e n to rn o cerebral, a su naturaleza ]
m itótica inicial. ¡No h a b ría q u e in d u c ir u n cán c e r p a ra tra ta r una en- I
fe rm ed ad de Parkinson! I
P ara tran sp lan tar estos diferentes tipos celulares e n las m ejores con- '
diciones, se tie n e n en c u e n ta m últiples factores. C o m o hem os visto, la
ed ad del d o n a n te es d e te rm in a n te en el caso d e n e u ro n a s del sistema
nervioso central. La ed ad ó p tim a d e estas células se inscribe en una
ventana tem p o ral estrech a d e u n o a tres días, d iferen te según las re
giones cerebrales y según los tipos celulares. La e d a d ó p tim a del do
n ante, c o rresp o n d ien te al p erio d o d e proliferación, de m igración y de
inicio de la diferenciación, se h a d e d e te rp iin a r independientem ente
p ara cada población n eu ro n al. Así, pues, las células d e Purkinje que
pro v ien en de fetos d e 15 días sobreviven bien , p e ro m u e re n si provie
n e n de fetos de 18 días. En éste últim o caso, las únicas células nervio
sas q u e sobreviven son las m icro n eu ro n as del cerebelo, que se fabrican
au n después del nacim iento. Es frec u en te q u e el tejido embrionario
siga siendo la sede de u n a neurogénesis después del transplante; pre
senta tam bién u n a vulnerabilidad m e n o r a la anoxia — carencia de oxí
geno— q u e el tejido nervioso m ad u ro , n o expresa todavía marcado
res antigénicos de superficie celular, y, sobre to d o , c o n tien e neuronas
que todavía no h a n ex ten d id o largas p rolongaciones, las cuales co
rre ría n el riesgo de ser seccionadas o lesionadas en u n transplante.
E ntre los factores q u e n o son la ed ad del d o n a n te, m encionem os la
edad del receptor, el volum en del im plante, el grado d e deaferentación
de la e stru ctu ra h u ésp ed y, facto r vinculado al p re c ed e n te , la concen
tración de factores tróficos en la e stru ctu ra q u e acoge al transplante;
estos factores y otros más co n d icio n an ta n to el g ra d o d e sobrevivencia
de las células injertadas y d e reco n ex ió n del sistem a re c e p to r como la
expresión funcional d e los transplantes.
U na reinervación d e la e stru ctu ra h u ésp ed no es u n a condición
necesaria p a ra q u e u n tran sp lan te corrija un disfuncionam iento: las
células dopam inérgicas injertadas e n el estriado corrig en notoriamen
te la disfunción m o to ra e n g e n d ra d a p o r u n a lesión específica del siste
m a nigroestriado. Parece ser q ue esto es cierto en el caso d e las vías de
LOS TRASPLANTES DE CÉLULAS EN EL SISTEMA NERVIOSO 179
viosas y gliales, p o d ría lib e ra r facto res tróficos y p e rm itir así la sobrevi
vencia d e las n e u ro n a s d e l re c e p to r ax o to m izad as, d e afere n ta d a s o
d a ñ ad a s. L a a p o rta c ió n de los facto res tróficos ta m b ié n p o d ría facili
ta r la g e m ac ió n d e los ax o n es de las n e u ro n a s q u e p e rm a n ec ie ro n
intactas, re s u lta n d o e n u n a in e rv a ció n m ás c o m p le ta. P o r o tra parte,
las células in je rta d a s p o d ría n c a p ta r y re tira r d e l á re a d e transplanté
a m in o á cid o s excito tó x ico s o el calcio e x tra c e lu la r e n exceso (y polen-
c ialm en te tóxico) (véase el c a p ítu lo m) d esp u és d e su frir an o x ia, una
crisis e p ilé p tic a u o tra s lesiones. Esta m a n e ra d e a c tu a r d e los trans
p la n te s, tró fica y p ro te c to ra , la ilu stran d e m o d o e x c e p c io n al las expe
rien cias e n las q u e la re c u p e ra c ió n del c o m p o rta m ie n to , d e sp u é s de
lesiones d e la c o rte za fro n ta l e n las ratas, fu e facilitad a d e m a n e ra si
m ila r p o r in je rto s d e células co rticales e m b rio n a ria s, d e astrocitos pu
rificados y hasta d e spongelco lo cad o d u ra n te varios días e n u n a cavidad
lesional. U n a acció n re la tiv a m en te tra n sito ria del tra n s p la n te puede
im plicar, p o r lo d e m ás, efectos a largo plazo a nivel d e l h u é sp e d . Esto
es al m e n o s lo q u e p a re c e d e m o stra r u n e stu d io d e D o n a ld Stein y sus
c o la b o ra d o re s e n la U n iv ersid ad d e C lark e n el q u e el re tiro d el trans
p lante d e corteza frontal e m b rio n aria del cereb ro h u ésp ed , algún tiem
po desp u és del tra n sp la n te , n o cam b ió la e x p re sió n d e co m p o rtam ien
to d e las ratas, la c u al h a b ía m e jo ra d o c la ra m e n te d e sp u é s d e l injerto.
N o o b stan te, hay q u e su b ray ar q u e este e je m p lo sigue sien d o relativa
m e n te e x ce p c io n al, ya q u e las ex p erien c ia s d e re tiro o de d estru cció n
d e las células in je rta d a s h a n ev o lu cio n ad o , e n la m ay o ría d e los casos,
h a cia u n a d e sa p a ric ió n d e los efectos b en éfico s re la cio n a d o s con el
tra n sp la n te . El tejid o fetal p u e d e serv ir d e p u e n te q u e p e rm ita la re
g e n e ra c ió n d e las fibras lesio n ad as, las cuales, sin este injerLo-puente,
se e n c o n tra ría n e n la im p o sib ilid a d d e fra n q u e a r el á re a lesio n ad a y
la cicatriz glial q u e lin d a c o n ella. M últiples e x p e rie n c ia s h a n dem os
tra d o q u e los tra n sp lan tes, so b re to d o los q u e se in je rta n e n b lo q u e en
u n a cavidad lesional, p u e d e n a su m ir esta fu n c ió n d e p u e n te : p u en te
pasivo e n el caso e n q u e el in je rto ú n ic a m e n te p ro p o rc io n a u n a es
tru c tu ra d e fra n q u e a m ie n to , p u e n te m ás activo c u a n d o p ro p o rc io n a
u n relevo a las p ro lo n g a c io n e s celu lares q u e sólo fra n q u e a n parcial
m e n te este p u e n te , p e ro e n c u e n tra n e n él células de relevo q u e envían
p ro lo n g a c io n e s al o tro la d o d e l á re a lesio n ad a.
H ay a lg u n o s o tro s m e can ism o s q u e p o d ría n e x p lic a r los efectos
b en éfico s d e los in jerto s in tra c e re b ra le s o in tra m e d u la rc s. U n alto nú
m e ro d e cam bios fu n c io n a le s o b serv ad o s d esp u és d e l tra n sp la n te , en
especial c u a n d o los in je rto s se co lo can e n los v en tríc u lo s cerebrales,
sería el re su lta d o d e u n a lib e ra ció n c o n sta n te y n o re g u la d a d e facto
res h u m o ra le s, n e u ro tra n sm iso re s o n e u ro h o rm o n a s , p o r ejem plo.
LOS TRASPLANTES DE CÉLULAS EN EL SISTEMA N ER V IO SO 189
D roga y terapia
C a s i to d o s lo s h o m b res m u e re n d e s u s re m e d io s, y n o de sus
e n fe rm e d a d e s .
Moliere, 1673
A lgunas d ro g a s ú n ic a m e n te a c tú a n te m p o ra lm e n te : n o a ta c a n la cau
sa del m al sin o q u e , al a te n u a r los sín to m as, a p o rta n u n a ayuda a los
en ferm o s; e n los m ejo res casos, estos ú ltim o s se c o m p o rta n norm al
m e n te — o casi— m ie n tra s están so m etid o s a la a cc ió n farm acológica.
El tra ta m ie n to sin to m á tic o m ás e m p le a d o es c o n s e g u rid a d el de la
e n fe rm e d a d d e P ark in so n m e d ia n te la L rdopa. Ya h e m o s a lu d id o a este
tip o de tra ta m ie n to , cuyo in te ré s clín ico es in n e g a b le , y preferim os
o p ta r p o r o tro e je m p lo d e tra ta m ie n to sin to m á tic o q u e ilu stre u n in
terés m ás fu n d a m e n ta l p o r este tip o d e e n fo q u e : se tra ta d el trata
m ie n to c o n a n fetam in as, q u e p o n e d e m a n ifie sto q u e u n a estru ctu ra
n erv io sa re sid u a l su ficien te p u e d e su b sistir p a ra q u e u n a d e term in a
d a fu n c ió n se e x p re se , p e ro q u e esta fu n c ió n sólo se m an ifiesta si el
o rg a n ism o es e stim u lad o p o r la dro g a.
L a a n fe ta m in a y sus d erivados se h a n e m p le a d o c o m o d ro g as psi-
c o e stim u la n te s h a sta c o m ien zo s d e los añ o s s e te n ta y todavía se utili
zan, ya sea p o r su acción an o rex ig én ica (supresora del apetito) o, a veces
y p a ra d ó jic a m e n te , p a ra tra ta r a n iñ o s h ip eracü v o s. Estas sustancias
FARMACOLOGÍA Y DAÑO CEREBRAL
201
FICURAlx :2. E l laberinto radial. A parato para estudiar algunas funciones cognosciti
vas (es dear, elaboración de m apas temporales y espaciales internos) en la rata E l an i
males colocado en el compartimiento central del laberinto y debe visitar todos los brazos
(ocho en este caso) u n a sola vez. Dos visitas al mismo brazo se consideran como un
error. A l fin a l de cada brazo se encuentra la recompensa (agua o comida) Tanto
en la entrada como en la porción distal de cada brazo se pueden instalar dispositivos
(Jotoceldas) para la detección automática del paso del animal.
222 EL CER EB RO AVERIADO
l y y j
“ ■t a - p— Id .
cadena
A¡_ su muerte. a través de la ifi“ "P°.r caída"-
activación de mecanismosP« cual unacélulade»cn-
codificados genéticamente
a a ü « r a Hfi nSi° utll,zan^omo equivalente al de "muerte celular programada” '
a^*^aS!mposiMida(Tno1^0!5" jdad dCJ1“Cer dert°S movimientos, en efpecial cuando
t ^ P°i b dad C a re,acionada con una disminución de la fuerza muscular
(se trata de un síntoma esencial de la enfermedad de Parkinson).
CélulaS gHaleS constituida por los astrocitos.
r o n e L ^ e b r a f “ “ ” * * * * ° q W COndenie a] nÚcieo basal -agnoce.u.ar y a la
“ Í S a r S í T " * " " que” injertae" Cltr° " COprincipal <d' unaarMria- deun
rolocaljzación: localización en un mismo sitio. Habilualm enre se utiliza el térm ino para
. e s T u ó S m a 1“ Z ' “ "curotransmixsre, difcren-
242 EL CEREBRO AVERIADO
contralateral: situado en el lado opuesto (del cuerpo, del cerebro). Contrario de ipsi-
lateral: situado en el mismo lado.
deaferentación: pérdida de las vías nerviosas que llegan a una estructura corporal,
desde una célula hasta un tejido.
dendrita: rama de la célula nerviosa que lleva señales hacia el cuerpo (soma) de la
neurona.
deontología: conjunto de reglas que establecen los deberes y relaciónenle médicos
entre sí, con sus pacientes o con la sociedad,
diasquisis: pérdida más o menos transitoria de una función nerviosa causada por los
efectos indirectos de una lesión cerebral en las estructuras nerviosas que han per
manecido intactas, pero cuyo funcionamiento ha sido afectado por la lesión,
droga (o fármaco): sustancia química capaz de afectar la sustancia viva. La farmaco
logía es la rama de la ciencia biomédica que estudia estos efectos,
electrólisis: descomposición química de algunas sustancias en solución o en fusión
por el paso de una corriente eléctrica.
encefalinas: pentapéptidos (moléculas de 5 aminoácidos) con efectos de tipo opioi-
de. Se han descrito dos tipos: la leucina-encefalina y la metionina-encefalina.
endorfinas: familia de sustancias de carácter peptídico con efectos opioides (es decir,
semejantes a los producidos por la morfina),
engntma: cambio cerebral que se supone ocurre como resultado de una experiencia y
que representa a la memoria.
espinal: perteneciente a la médula espinal o a la columna vertebral,
excitotoxicidad: daño celular producido por concentraciones excesivas de glutamato,
neurotransmisor excitador.
exocitosis: expulsión (y modo de expulsión) de sustancias por células secretoras hacia
el espacio extracelular. Las moléculas de neurotransmisores almacenadas en las
vesículas sinápticas son expulsadas en la hendidura sináptica mediante un me
canismo de exocitosis.
extradural: localizado en el exterior de la duramadre. La duramadre es la más resis
tente y la más superficial de las meninges, membranas que envuelven el cerebro y
la médula espinal. Véase también svbdural.
factor de necrosis tumoral (tnf): citocina (véase) producida en forma natural por los
macrófagos en respuesta a la infección bacteriana y a otros estímulos. Se han des
crito dos formas: alfa y beta. Su combinación con otras citocinas como el interferón
resulta en muerte de células tumorales. También se le conoció como caquectina
(factor inductor de caquexia -enflaquecimiento extremo-) y como linfotoxina.
Además de sus efectos antitumorales, participan en reacciones de defensa del
organismo, en la inflamación, en la regulación de la expresión genética, tienen
efectos tróficos, etc.
factor (es) trófico(s): sustancias de carácter peptídico (esto es, proteínas) que pro
mueven la diferenciación y la sobrevida celular,
fagocitosis: proceso que realizan algunas células de ingestión y digestión de partículas
sólidas, bacterias, fragmentos de tejidos necrosados, cuerpos extraños, etcétera.
Fas: gene con potencial de producir cáncer (oncogene) pero que participa en fun
ciones normales de la célula (es decir, no patológicas),
filogenético: relativo a la filogénesis, es decir, a la formación de las especies o a la
parte de la biología que trata de esta evolución,
fosforilación: reacción química que transfiere un grupo fosfatado de un compuesto
orgánico a otro.
gerontogenes: genes que intervienen en los procesos de envejecimiento celular.
GLOSARIO 243
gUir i S ” i Cél^ 1f nj ™ osas que incluye a los ast roe itos, la microglia. la oligoden-
son de 10^50 U M de- Schwann‘ En que
el sistema nervioso central de los vertebrados
son de 10 a 50 veces mas numerosas las neuronas.
hematoma: depósito o colección de sangre en un tejido
!naZ PSÍTnP r¡VaC‘Ón dC 13 VÍSU Cn ' a m ita d d el c a m P ° v's u a l (a cau sa d e u n a lesión
u n ila te ra l d e las areas visuales del c e re b ro ).
hibridación: estrictamente, producción de híbridos (cruzas entre diferentes especies
géneros, familias). Técnica mediante la cual se identifica la homología de una
secuencia entre cadenas sencillas de ácidos nucleicos. La técnica se basa en la for-
'í de, d°bles cadenas entre bases complementarias. Se aplica, en neurocien-
m a r c a d o s ^ s o n d a s ^ a ' ^ " P,egan pequeñas cadenas de ácidos nucleicos
marcados (sondas) a blancos particulares para así localizarlas. Por ejemplo un
ac id o n u cleic o p u e d e “h ib n d iz a rs e ” co n o tro m a rc a d o ra d io a c tiv a m e n te p ara
h io e iio fi 3 ° CallZaClon de este al interior de un tejido (v.gr., hibridación i n ntl).
^ Pó J a n o eC,mient° anormaI del tamaño de una célula, de un tejido o de un
hipocampo: circunvolución situada en la región antero-medial del lóbulo temporal
En los mamíferos, es resultado de la internalización de una corteza arcaica desa
rrollada en los reptiles y en ios mamíferos primitivos,
hipoglicemia: índice anormalmente bajo de glucosa en la sangre.
Ptejidof vítoT 110011 an° rmal de Ia cantidad de oxígeno a nivel de las células o de los
homeostasrs: tendencia de los sistemas biológicos a mantener un estado de equilibrio
hom unciío: representación (motora y sensitiva) del cuerpo a nivel de la corteza cere-
O bras g en er a les
DpaSWAÍadC
■ 1 „ , SdPv o l7^2f 3NNew
vo1- Í w York
^ Í CaAcademy
A Z id of Sciences,
aspetís « W 506
Nueva York 1994, (Ann.
pp
f abrís, N et al. (comps.), Neuroimmunomodulation — The State ofthe art (Ann. NY Acad.
Sci., vol. 741), New York Academy of Sciences, Nueva York, 1994, 372 pp.
™ ’ P-’ y p eraudlR (comps.), Cellular and molecular basis o f regeneration — From ¡inver-
tebrates to hum ans,}. Wiley & Sons, Nueva York, 1997.
Rn!erations,
S ! n’ Williams
w m J ’ yiM ? n Garno r (C° mps ) ' B m 'n
Se Wilkins, Baltimore, 1994, 437 pp.
rehabilitation -C lin c a l consid-
Gardner H The shattered mind, Vintage Books, Nueva York, 1976, 481 pp.
°P]US’ ' ^ D Dietr'ch (comps.), The role of neurotransmitters in brain injury
Plenum Press, Nueva York, 1992, 375 pp. 3 ^
247
¿4ít EL CEREBRO AVERIADO
Smith, C. U. M., Elements of molecular neurobiology, 2* ed. J. Wiley & Sons, Chichester
1996, 522 pp. ’
Stein, D. G., S. Brailowsky y B, Will, Brain repair, Oxford University Press, Nueva York,
1995,156 pp. ’
Tonel!, D., y F. O. Cope (comps.), Apoptosis — The molecular basis of cell death, Coid
Spring Harbor Lab., Nueva York, 1991.
Trembly, B. yj. Slikker (comps.), Neuroprotective agents —Clinical and experimental aspeds,
Ann. NY Acad. Sci., vol. 765, New York Academy of Sciences, Nueva York, 1995,
348 pp. ’
Wurtman, R. J., et al. (comps,), The neurobiology of Alzhetmer disease, Ann. NY Acad. Sci.,
vol. 777, New York Academy of Sciences, Nueva York, 1996, 439 pp. ’
Revistas especializadas
P r e f a c io
Rimbaud, A., Una temporada en el infiemo (1873), en Rimbaud, A., Obra Completa, Edi
ciones 29, Barcelona, España, 7a. ed., 1977.
C a p ít u l o I
Broca, P., “Perte de la parole. Ramollissement chronique et destruction partidle du
lobe antérieur gauche (sur le siége de la faculté du langage)”. Buüetin de la Société
d’Antkropologie, 1861, 2, 232-238.
Filolaos de Tarento, en Henry E. Sigerist, A history of medicine, vol.2, Early Greek, Hindú,
and Persian Medicine, Oxford University Press, Nueva York, 1961.
López-Austin, A., Cuerpo humano e ideología, u n a m , México,1980 (dos volúmenes).
Renard, Journal, 23 de marzo de 1901.
Sahagún, Fray Bemardino de, Historia general de las cosas de la Nueva España, Ed. Porrúa,
México, 1956.
Shakespeare, W., El mercader de Venecia. Obras completas, Ediciones Aeuilar, Madrid
1951. 6
Shakespeare, W., Hamlet. Obras completas, Ediciones Aguitar, Madrid, 1951.
C a p ít u l o II
C a p ít u l o IV
? F Cc-npo.
S i L
C a p ít u l o V
C a p ít u l o VI
H e !? °‘
f c = 5 & m ,.
p V iile u rb a n n c , 1979. ^ W” ^ P£Stauration des Fonctions Nerveuses, simep,
C a p ít u l o Vil
B jórklund, A , , V. Sienevi, A W a * * » <*. M « « * » c . E te v ie r. A n , „ „ d a m ,
Lewin, R., “Dramadc results with brain grafts”, Science, 17 de julio de 1987, 245-247.
Peschanski, M., Lecerveau reparé?, Pión, París, 1989.
Sladek, J. R., y D. M. Gash, Neural Transplants Development and Function, Plenum Press,
Nueva York, 1984,
C a p ít u l o V III
C a p ít u l o IX
C a p ít u l o X
d endrita: 61. 65. 66, 70, 72, 90, 104, 179, 223, 168, 169, 170, 173, 177, 186, 191, 200, 201,
225 202, 220, 230
espina dendritica: 72, 225 Lrdopa: 85, 163, 170,191, 200
lesión: 90 agonistas dopam inérgicos: 96
arborización dendritica: 179, 223 apom orfina: 96
sinaptogénesis dendritica: 161 antagonista: 220
densidad postinápdca: 73 haloperidol: 220
com posición: 73 células dopam inérgicas: 107, 108, 163, 165,
densidad sináptica: 162 168,169, 170,173, 186
deoxiglucosa fluorescente: 108
2-dcoxigl ticosa: 52 yParkinson: 163, 165, 169, 230
depresión: 25, 26, 102 6-L-fluorodopa: 170
a Largo plazo (ltd ): 78 6-hidroxidopam ina: 95
definición: 78 Dowling, J.E.: 63
nerviosa: 198 droga (véase fármaco)
derivados am iloidogénicos: 134 Drosophila
desadaptación conductual: 161 longeva: 152
desarrollo: 52, 64, 80. 81, 125, 131, 132 melanogaster: 151
celular: 64, 80, 136 Drucker-Colín, R.: 165,166
del sistema nervioso simpático: 125 dualism o m ente-cuerpo: 30
establecim iento de redes nerviosas: 132 Duvdevani, R.:195
nervioso: 79, 80, 82, 224
ontog én ico cerebral: 52, 81, 131, 132 edad: 56, 81, 125, 216
y lesiones: 139-160 envejecim iento (véase envilecimiento)
y plasticidad: 139-160 y lesión nerviosa: 98, 126
Descartes, R.: 28-30 y plasticidad: 56, 139-160, 216
desconexión sináptica: 82, 84 y recuperación funcional: 139-160, 216
desenm ascaram iento d e vías: 56, 75, 103 Edad Media: 27, 28
d esnutrición precoz: 218 E delm an, G.: 131
desoxiglucosa edem a cerebral: 195, 196
2-deoxiglueosa: 52 edem a: 86, 99, 206
desoxihem oglobina: 46 efecto
despolarización: 90 condicionante o de lesión condicional: 161
depresores: 199 K ennard: 140
barbitúricos: 199 placebo: 148, 197
deterio ro cognoscitivo: 152 serial: 154-161, 162
dextrom etorfano: 205, 208 efectos neurotróficos: 124,125
diabetes insípida: 179 FX'.F (epidemial growth factor): 129
diagnóstico neurológico: 40-64, 98 egipcios: 21-23
diasquisis: 12, 93, 99, 101, 102, 103 E hrlich, P.: 84
cerebelosa cruzada: 101, 102 ejercicio: 104
diazepam : 193 electrochoque: 25
diferenciación neural: 74 terapia de: 25
difusión de volum en: 102 electrodo de registro: 119
discrim inación: 49 electroencefalografía (eeg): 47, 50, 51
visual: 49 actividad anorm al: 47
verbal: 49 electroencefalogram a: 47, 51
disección anim al: 26 electrofisiología: 36, 37, 52, 53, 62
disfunción bioquím ica: 44 registros: 37
división celular: 58 unitarios: 37, 52, 62
doctrina cardiocéntrica del alma: 24 electrón: 44, 45
do ctrin a celular d e la localización d e las fun elim inación
ciones cerebrales o frenología: 13, 14, 25, axónica: 79
26. 27, 30-40,162 sináptica: 79, 82
do lo r crónico: 169, 184, 230 em barazo: 196
dopam ina: 85, 95, 96, 107, 108, 152, 163, 165, em bolia: 86, 91
INDICE ANALÍTICO 259
embriología: 173 radicales libres: 149, 150, 208
em brión: 25
genómicas: 149, 150, 151
crecim iento del: 25 telóme rasas: 151
transplantes de: 133, 173, 175, 177, 180 orgánicas: 149
181, 183, 185, 186, 188, 229 inmunológica: 149
emociones: 23
neuroendócrina: 149
encefalinas: 169, 230 pigmentos asociados: 151
endocrinología: 102, 173 terapias d e retardo de enferm edades asocia
endonucleasas: 91 das: 210, 211
endorfinas: 169, 184, 230 y transplantes: 170, 185
endotkelialleucocyU adhesión molecule (ELAM¡: 87 enzimas: 61, 71, 78, 80, 81,111, 129, 149, 150
enferm edad del snc: 11, 14, 25, 28, 84 203,210,211,236
autoinm une: 135 acetiicolinesterasa: 211
cerebrovascular: 205, 236 antioxidantes: 149-152, 210, 211
farmacología: 205 catalasa: 152
factores tróficos: 205 superóxido dismutasa: 149-152
mental: 25, 26, 28, 30 caicio-calmodulina tipo II (CaMxII): 90
depresión: 25, 26, 102 convertidora de interleucina: 81, 236
manía: 102 beta: 81
neurodegenerativa:! 1, 82, 84, 163-191, 190 de degradación: 71
191,210 de la inm ortalidad (véase lelomerasas)
Alzheimer: 11, 82, 84, 125, 126, 134, 148, de síntesis: 71
152, 163-170, 183-193, 204, 210, 211 NO-sintasa: 91
hipótesis vascular: 204 proteolíticas: 80, 91
IL-1: 135 endonucleasas: 91
sintomatología: 132 fosfolipasas: 91
y transplantes: 163-191 proteasas: 91
y farmacología: 204 lelomerasas: 151
factores tróficos: 205 tratamiento: 203, 210
corea de H untington: 182, 183, 230 Epamín® o fenitoina: 193
transmisión: 182 epidemial growth factor ( egf): 129
y trasplantes: 183 epilepsia: 23, 4 4 ,5 1 ,9 7 , 184, 188, 197
demencia: 125 139, 148, 182 epileptogénicos: 199
sintomatología: 182, 210 equipotencialidad: 99, 100
terapias de retardo: 210, 211 erección: 184
Parkinson: 82, 84, 85, 108, 163, 182-191, esclerosis
190,197, 200, 210, 230, 229 lateral amiotrófica: 205
sintomatología: 163, 182 en placas: 176
tratam iento inm unosupresor: 167 cscotoma: 122, 215
y transplantes: 163-191 espacio sináptico: 69, 71
y farmacología: 205, 210, 230 espectro electrom agnético: 42
factores tróficos: 205 espectroscopia de resonancia magnética de
enlaces covalentes: 150 protones: 46, 47
enriquecim iento ambiental: 96 esperma: 23
entrecruzam iento: 149, 150 espina dendrítica: 72, 223, 225
entrenam iento: 12, 60 espíritu: 21, 26, 27, 29, 30
posterior a lesiones cerebrales: 12 espíritus: 26, 29
envejecimiento: 81, 126, 146, 148-153, 170, esquizofrenia: 166
209, 210, 211 estabilización selectiva: 147
teorías del: 149-151 estado de choque: 12, 93, 99, 101, 102, 103
de la m utación somática: 150 estereotaxia: 165
de la acumulación de errores: 150 esteroides: 75, 85, 196
fisiológicas: 149, 150 pregnanolona: 75
acumulación de productos de deshe progesterona: 75
cho: 149-151 estimulación
entrecruzam iento: 149, 150 ambiental (véase ambiente)
260
EL CEREBRO AVERIADO
sensorial: 47
visual: 159, 216, 223 citocinas neuropoyéticas (cntf): 129 205
225 ’
estimulación tetánica: 76, 77
estimulación vaginal: 196 factor de crecimiento ciliar (cntf): 129
estimulantes: 199 factor inhibidor de la leucemia (iif)*
129
anfetaminas: 199
estímulo factor neurotrófico derivado de la glía
(gdnf): 129
condicionante: 37
síntesis y liberación: 225
no condicionante: 37 egf: 205
estrés: 195, 233, 236 fgf: 112, 226
estrógeno: 151, 196, 233 gdnf: 74, 205
estrógenos: 196 igf-1: 205
ética profesional: 15 IGF-I; 74
evolución: 65
igf-2: 205
excitabilidad IL-3: 74
de la membrana: 70 nexina: 74
excitotoxicidad: 94, 95,135, 147, 208 NGf: 74, 123, 124, 125, 126, 129, 130,131,
exorcismo: 21
135,136, 137,169, 177,185,186, 187,205
experiencia posdesión (véase ambiente) 208, 225, 226
expresión genética y plasticidad (véase plastici NT-S: 205
dad)
NT-4/5: 205
eyaculación: 184 TGF-pl: 205
factor nutritivo: 123, 124, 126
quimiotácticos: 79
Altt: 130
quimiotróficos o quimiotrópicos: 79
de activación plaque taria: 78 temporal post-lesión; 162
de adhesión: 132-134 tóxicos: 136, 162
de agregación plaquetaria: 208 y transplantes: 162, 168, 169, 173, 177
de crecimiento de fibroblastos: 112 fagocitosis: 74, 89
de crecimiento de neuroblastos 1 (ácido- Fahn, S,: 210
aFGF): 129
farmacología
de crecimiento de neuroblastos 2 (básico- general: 66, 73
broF): 129
de la plasticidad cerebral: 97
de crecimiento derivado de plaquetas (Pdgf): de la restauración: 210, 211, 212
interacción droga-receptor: 193-195
de crecimiento epidemial (egf): 129 terapias
de crecimiento nervioso: 14 post lesión: 192-211, 235, 236
de crecimiento tipo insulina I (igf-I): 129,130 negativas: 193
de crecimiento tipo insulina II (jgf-H): 129 objetivos: 205, 206
de crecimiento transformante alfa: 129 y carácter de la lesión: 198
de crecimiento transformante beta: 129 para enfermedades neurodegenerativas1
de necrosis tumoral: 81, 87 210 , 211
de orientación: 133
acctilcolinesterasa: 211
derivados del músculo: 130 ampakinas: 211
efectos neurotróficos: 124, 125 antiapoptóticos: 211
espacial post-lesión: 162 antiinflamatorios: 211
inmunológicos: 135
bloqueadores de los canales de calcio-
neurotróficos o de crecimiento celular: 74, 211
75, 79, 80, 81, 90, 112, 123-138, 162, 168’ factores de crecimiento: 211
169, 173, 177, 185, 186, 187, 187, 205, 208 perspectivas: 235
225, 226, 235, 237 presenilinas: 211
aFGF: 205
farmacopea china: 208
bdnf: 129, 205
fármacos: 192-211, 226
bFGF: 205
acetilcolina; 203, 211
Ctnf o citocinas neuropoyéticas: 129, 205, agonistas: 194
ampakinas: 211
ÍNDICE ANALÍTICO 261
anfetaminas: 226 péptidos opiáceos: 204, 205
antiapoptóticos: 211 dextrom etorfano: 205
antagonistas: 194 presenilinas: 211
anticonvulsivos: 193 procolinérgicas: 204
antíinflam atorios: 211 tranquilizantes: 193, 198
aspirina: 211 diazepam: 193
ibuprofen: 211 Valium®: 193
ind o m etad n a: 211 haloperidol: 193
naproxen: 211 neurolépticos: 198
prednisona: 211 sedantes: 199
antioxidantes: 209-211 serotonina: 204
ácido ascórbico: 209 antagonistas: 204
vitamina E: 209-211 cinanserina: 204
bloqueadores de los canales de calcio: 211 ciproheptadina: 204
depresor: 199 sustancias psicoactivas: 199
barbitúricos: 199 VagusstofJ: 204
dopam inérgico: 210 Fas: 81
enzimas: 203 Feeney, D.: 193, 202
epileptogénicos: 199 Feldman, R.S.: 192
estim ulantes: 199, 200, 201 fenciclidina: 95
anfetaminas: 199, 200, 201, 202 fenestración: 83
fenitotna: 193 fenitoína: 193
epam ín: 193 epamín: 193
factores asociados a su efecto: 193-200 fenotipo: 61
factores vinculados a la droga: 193-195 fibras
receptores m em branales: 194 colinérgicas: 187
sensibilidad a la droga: 195 crecim iento aberrante: 142, 143, 187, 189
factores vinculados con el sujeto: 195-198 de la corteza en torrinal: 118
diferencias sexuales: 195, 196 de la retina: 112
horm onas: 195, 1% de nervio óptico: 112
factores vinculados al en torno: 198 dopam inérgicas nigroestriadas: 95, 107,
aislam iento social: 199 108, 109, 110, 164, 178, 181
alim entación: 198, 199 muscular: 79, 95
contam inación ambiental: 199 musgosas: 37, 77
contexto cultural: 199, 200 nerviosas o axones: 41, 43, 54, 79, 114, 115
factores de crecimiento: 205, 211 1 2 5 ,161
gangliosidos: 206, 207, 208 crecim iento: 73, 82, 84, 131
ginkgo b iloba: 208 en regeneración: 122-138
hipnóticos: 199 lem nisco medio: 106
horm onas: 205, 206, 207 plasticidad de las: 14, 15, 90, 93, 106-111,
adrenocorticotrópica: 206 115-123, 127. 136, 147, 160, 161, 162, 169,
hipofisiaria: 206 183, 187,188, 223, 226, 228
horm ona de la glándula tiroides: 205, 206 retrocrecim iento anorm al: 121
horm ona liberadora de la tirotropina: 205 paralelas: 37
m elanocortinas: 206 rafé-hopocámpicas: 119, 120
inhibidores de la acetilcolinesterasa: 211 ventrales: 120
inhibidores de calcio: 209 septo-hipocámpicas: 158, 219, 227
nifedipina: 209 serotoninérgicas: 119, 120
nim odipina: 209 simpáticas: 187
inhibidores de las enzimas de síntesis de ácido crecim iento aberrante: 187
araquidónico: 209 trepadoras: 37
lipo-oxigenasa: 209 regeneración: 14, 15, 90, 93, 106-111, 115
ciclo-oxigenasa: 209 123, 127, 136, 147, 160, 161, 162, 169, 183,
inhibidores de la síntesis de prostaglandi- 187, 188, 223, 226, 228
nas: 209 fibrillas amiloides: 210, 211
sustancias vasoactivas: 209 fibrina: 112
262 EL CEREBRO AVERIADO
129
fih ro b la st g ro w th fa cto r: gemación regenerativa o colateral (véase reinóte)
fibroblastos: 87, 136 genes: 58, 61. 62, 63c 97, 134, 149, 151, 152,
fibronectina: 132 168,175, 230, 236, 236
fiebre: 135 activación post-lesión: 86
filam entos helicoidales pareados: 210 anim ales knock out : 236
Filolaos de T arento: 25 artificiales: 59
fisostigmina: 185 inm ediatos tem pranos: 86
flema: 26 c-fos: 86
fluidos vitales: 26 e ju n : 86
bilis amarilla: 26 zif268: 86
bilis negra: 26 codifican paraT rks: 130
flema: 26 transcritos: 130
sangre: 26 y envejecimiento: 149, 151, 152
flujo age-1: 152
axónico: 71, 72, 111 gerontogenes: 151
sanguíneo: 236 LAGl: 152
sanguíneo cerebral: 42, 46 y m uerte celular: 81, 86, 91
fluorodopa: 170 pe53: 82
fluorescencia: 71, 72, 73, 108 y transplantes: 168
fosfatasas: 78, 97 genética: 13, 52, 58, 59, 60-64, 81, 91, 97, 123
fosfolipasa A2 ( pla2): 91 terapias genéticas: 191
fosfolipasas: 91 y envejecimiento: 149, 151
fosforilación de proteínas: 194 y plasticidad (véase p la s tic id a d )
fosforilación: 74, 76, 97 y transplantes: 168
fosforilasas: 78, 97 genom a: 169
Fouricr, análisis de: 47 gerontogenes: 151
free radical smvengm (véase antioxidantes) gerontología: 148
frenología: 13, 14, 25, 26, 27, 3040, 162 Geschwind, N.: 98, 99
Broca, P.P.: 32, 34, 54 ginkgo biloba: 208
B rodm ann, K.: 54 giro angular: 34
funciones nerviosas: 11, 12, 14, 21-39 giro dentado: 77,143, 147
anom alías de las: 37 Gispen, W.: 206
cognoscitivas: 13, 38, 49 glándula: 29, 95, 125
pensam iento: 13 adrenal: 169
lenguaje: 13 pineal o epífisis: 29, 30
historia de las: 21-39 suprarrenal: 165, 167
inhibición de: 12 disección: 167
movimiento: 13, 22 g lia lfib r illa jy a c id ic p r o ie in (gfap): 86
p érd id a de: 11, 12, 14 g lia b d e riv e d g n /w th fa c to r ( GDNf ) : 129
motrices: 14, 22 gliosis: 135, 136
sensoriales: 14 globo pálido: 107
recuperación d e :l 1 glucocorticoides: 75
visión: 22 glucosa: 44, 195, 52, 224
Fuxe, K.: 102 Goldm an, P.: 141, 144, 145
G ordon, C.: 184
GABA (véase á cid o g a m m a m m in o b u tír ic o ) G ram sbcrgen, A.: 142, 143
Gage, F.: 189 griegos: 24, 25, 26, 29
Galeno: 26, 29 Alcmeón: 25, 26
Galkin, T.: 141 Aristóteles: 24, 25
Gall, F.: 31 Galeno: 26, 29
ganglio sensorial: 124 Platón: 23
ganglios espinales: 171 grupos hem e: 150
ganglíósidos: 206, 207, 208, 235 guanina: 57
GAP43: 80 fuanosín-monofosfato: 79
gato: 52, 201,202, 203, 204 glía: 62, 73, 74, 75, 80, 83, 84, 86, 87, 88, 131,
GDNF (g lia l-d eriv ed g ro w th fa c to r): 129 135, 136, 137
ÍNDICE ANALÍTICO 263
inteligencia: 25-27, 140, 213 ablación: 58, 121, 139, 140, 143, 155, 158,
artificial: 239 214
interleucinas: 74, 211 cortical: 126, 127
beta: 81, 87 bilateral: 154, 156
TNF: 211 de corteza occipital: 202, 216
TCF: 211 del hipotálamo lateral: 158, 214
interleucina-1 ( il-1): 135 de corteza motora: 139, 140
tnUnrleukin-1)J co n vertin g en xym e (ICE): 81 de corteza sensoriomotora: 143
intem euronas estriatales: 205 de! lóbulo prefrontal: 140
patología: 205 del tronco cerebral: 155
farmacología: 205 unilateral de colículo superior: 121
factores tróficos: 205 cambios celulares asociados a la lesión
intervalo interoperatorio: 157, 161, 162 (véase cam bios celulares)
intoxicación metabólica: 87 factores asociados a la respuesta post
in tra ce llu la r a dh esió n móteosles (iCAM): 87 lesión: 92
intrones: 61 efectos bioquímicos: 92,93
inyección de células embrionarias: 174 como técnica invasiva: 41
inyección de células: 174, 175, 176 condicionante: 161
iodo: 41 y recuperación funcional: 161
ion: 69, 70, 85, 225 de células piramidales del área ca3: 226
calcio (véase calcio) de corteza entorrinal: 118, 126, 143, 219
magnesio (véase m agnesio) del septum: 144, 187, 219
iris: 109 de vías septohipocámpicas: 219, 227
injerto de: 109, 110 de corteza frontal: 132, 135, 155, 157,
irradiación: 41 158, 185, 188, 198, 206, 209, 211
isquemia; 80, 82, 86, 87, 93, 95, 129, 135, 196, de corteza prefrontal: 141, 144, 145
205,208 de corteza sensoriomotora: 202
isquemia espinal: 204 accidentes vasculares: 95, 203, 204, 207
de corteza visual: 12, 157, 159, 202, 216
Jackson, H.: 153 de núcleo caudado: 207
Jeannerod, M.: 153, 157 de sustancia negra: 182
John, E.R.: 50 de vías septohipocámpicas: 186, 187, 227
Johnson, T.E.: 151 del área de Broca: 32, 34
Johnson, E.: 130 del área de Wemicke: 34
del hemisferio cerebral derecho: 48, 51
Haas, J.: 53, 103 del hemisferio cerebral izquierdo: 153
Kandel, E.: 76, 236 del hipocampo dorsal: 158, 218
Kelche, C.: 190, 218, 225, 227 del hipotálamo lateral: 146, 158, 214
Kennard, M.: 139-143 del lóbulo frontal izquierdo: 32
Kerr, J.F.R.: 80 del nervio óptico: 161
KNOCK OUT: 236 del nigroestriado: 177, 178, 181, 182
Kolb, B.: 142, 229 del núcleo supraquiasmático: 180
Kuhn, T.: 36 del septum : 187
del sistema límbico: 117
L-dopa: 85, 163, 170,191, 200 delSNP: 16, 106, 111, 113
laberinto: 118, 185, 216, 222 hipocámpica: 88, 90, 135, 218, 220, 225,
radial: 221 226
T: 143, 185 septohipocámpica: 184, 222, 227
lagI : 152 déficit o deficiencia post-lesión
laminina: 132 conductual (véase también recuperación
Lantéri-Laura, G.:32 fu n c io n a l): 12, 32, 37, 65, 140, 143, 153,
Le Dourain, N.: 171 178, 181, 93-138, 182, 185, 193, 218
lemnisco medio; 106 motor: 155, 159, 161, 178, 17^9, 181,
lesión 182, 185,193, 202
cerebral: 11-16, 22, 23, 30, 32, 37, 38, 39, 46, y transplantes: 178, 179, 181, 182
50, 58, 64, 63, 64, 65, 73, 75, 81, 82-138, 239 de coordinación: 182
EL CEREBRO AVERIADO
órganos genitales: 25
reorganización funcional: 53, 56, 98
órganos vitales: 25 138, 175
cerebro: 25 del tallo cerebral: 104
corazón: 25 intersistemas: 104
ombligo: 25 m edular: 56, 122
genitales: 25 talámica: 56, 104
orientación: 146 dep en d ien te de uso: 132
orina: 179
farm acología de la (véase fa rm a c o lo g ía )
ovariectomía: 196 metaplasticidad: 104
óxido nítrico: 78, 87, 91, 102 negativa: 97
NO-sintasa: 87, 91 recuperación o restauración funcional (véase
oxígeno: 46, 86, 209 recuperación fu n c io n a l)
oxidación: 81, 199 regeneración: 11, 14, 92, 98-138
de la célula nerviosa: 14
Paillard, J.: 228
de las Abras nerviosas: 14, 15, 90, 93,
Paracas: 22
106-111, 115-123, 127, 136, 147, 160,
parálisis: 12 161, 162, 169, 183, 187, 188, 223, 226,
Passingham, R.: 139, 143 , 228
Patrissi, G.: 155 ' reorganización: 98-138, 161
PDGF (p la te le t-d eriu ed g ro w th fa c to r ): 129 anatóm ica aberrante: 142, 143, 171
p e n e :184 cortical: 53, 56, 103,104
pensam iento: 13, 35 funcional: 14, 53, 54, 55, 56, 75, 161
péptido: 70, 71, 72, 184 p ro d u cto del aprendizaje: 53 (véase
opiáceo: 204 tam bién a p re n d iza je )
quim oatrayente de m onocitos: 87 neuronal: 55, 56, 160, 161
percepción: 37 m etaplasticidad: 104
periodo crítico: 222 reparación: 11, 14, 98-138
periodos estrales: 196 NCAM: 132-134
peroxidasas: 150 sináptica: 65-97
perro: 203 definición: 75
personalidad: 26 habitación: 75, 76
Perú: 22 ltd : 78
Peschanski, M.: 163 ltp : 76, 77, 78, 79, 132, 225, 237
pesimismo: 25 m em oria: 75, 76
pez d e colores: 161 técnicas para el estudio de la: 14
pie glial: 75, 83, 85 y apoptosis: 80-82
pigm entos y edad: 56, 139-160, 216
asociados con la edad: 151 y experiencia: 56
lipofuscina: 151 y farmacología: 192-211
pinocitosis: 83 y genética: 52-63, 72
pirom en: 203 y terapias am bientales: 213-227
Pitágoras: 25 y transplantes: 64, 106, 109-114, 128, 133,
placa neuromuscular (véase u n ió n n eu ro m u scu la r) 163-191
placas neuríticas: 210 p la le le t-d e riv e d g ro w th fa c to r (PDgf) : 129
placebos: 198 Platón: 23
plasma: 85 plom o
plasticidad: 11-16, 21, 37-41, 52-58, 61, 64-138, ingestión de: 218
175, 192, 202, 218, 225, 227, 228, 239-242 pneum a: 26, 29, 37
adaptadva: 224 polaridad eléctrica: 69
del esquem a corporal: 55 polím eros: 115, 230
del receptor: 96 puentes de: 231
del sistem a nervioso: 11-40, 65-97 polineuropatía diabética: 205
cerebral: 11-16, 38, 52, 82 farmacología: 205
historia de la: 21-39 factores tróficos: 205
cortical: 53-58, 104 (véase tam bién corte polirribosom as: 223
za cerebral) pollo-codorniz: 171,172
INDICE ANALITICO 271
P r ó l o g o .............................................................................................................7
P refacio a la se g u n d a e d i c i ó n ........................................................................ 9
P refacio a la p rim e ra edición, ¿Averías e n el cereb ro ? . . . .1 1
I. F u n cio n es y plasticid ad del cereb ro : Breve c ró n ic a de u n a
larg a h is to r ia ............................................................................................21
II. V entanas al c e re b ro lesionado: Im a g e n o lo g ía d e u n sistem a
d in á m ic o ............................................................................................... 40
III. Sinapsis y plasticidad s i n á p t i c a ................................................... 65
IV. R eg en eració n , re p a rac ió n y re o rg a n iz a c ió n ............................. 98
V. F actores e n d ó g e n o s d e crecim ien to y d e re p a ra c ió n . . 123
VI. E dad, tie m p o y p l a s t i c i d a d .......................................................... 139
VII. Los tra n sp lan tes d e células e n el sistem a n erv io so . . . 163
VIII. F arm aco lo g ía y d a ñ o c e r e b r a l ................................................... 192
D roga y t e r a p i a ................................................................................ 200
IX. La re e d u ca ció n y el e n t o r n o .......................................................... 213
X. ¿D ónde está la avería? P reg u n tas, p ro b lem as y p ro n ó stico s , 228
G l o s a r i o ............................................ ................................................... 241
B ib lio g ra fía ...................................................................................................... 247
In d ic e a n a lític o ............................................................................................... 251
El cerebro ha sido un órgano que ha despertado, desde siempre, la
curiosidad del ser humano: es poco menos que irónico el que esta
curiosidad, este anhelo de conocim iento y de comprender lo que se
conoce, sea, en el propio ser hum ano, una de las funciones
principales de este órgano que tanto lo ha fascinado.
Infortunadam ente, el cerebro también está expuesto a múltiples
causas de disfuncionamiento: enfermedades degenerativas,
traumatismos craneanos, etcétera.
El ce yabro avenado presenta los estudios mas recientes sobre la
recuperación funcional de este órgano, lograda en virtud de la
plasticidad cerebral, término poco conocido del público lego, pero