Proceso de Cementacion

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Proceso de cementación

La cementación es la precipitación de un metal desde una solución acuosa, que se produce por
efecto de la presencia de otro metal. En este proceso el metal precipitado usualmente se
deposita o "cementa" sobre el metal añadido.

El proceso se basa en el potencial de electrodo que tengan los metales involucrados. El metal
con potencial de electrodo más alto, tiene mayor tendencia a la oxidación, y pasará a la
solución desplazando al metal que tenga un menor potencial positivo.

Lo anterior ocurrirá de este modo siempre y cuando las soluciones sean diluidas y el ión del
metal no se encuentre formando complejo. Cuando hay complejos involucrados, los datos de
potencial de electrodo pueden cambiar drásticamente.

En general, mientras mayor sea el potencial de celda de la reacción de cementación, mayor


será la tendencia a precipitar impurezas, ya que éstas se encontrarán comprendidas con mayor
probabilidad, en cierto rango de potenciales, por lo que se verán favorecidas para precipitar en
conjunto.
Por ejemplo, en el caso de la cementación de cobre mediante fierro, junto al cobre coprecipitan
el plomo, estaño, níquel y cobalto que se encuentran presentes en solución, contaminando el
producto. De igual modo, cualquier impureza insoluble presente en el fierro, como los carburos,
también contaminará el producto. En la cementación de platino y paladio con zinc, es mayor la
amenaza de coprecipitaciones y de posterior contaminación del precipitado. En estos casos, la
selectividad del proceso es más baja y la contaminación puede resultar inaceptable.

La cementación en fase líquida presenta las siguientes ventajas:


La reacción se produce con gran rapidez.
El precipitado puede separarse con facilidad sin contaminación.
Se puede reciclar la solución gastada final y proceder a devolverla a su estado reducido
anterior con algún otro proceso sencillo.
Presenta una gran economía de espacio y de costos de operación.

Como precaución, debe mantenerse siempre alejado el ingreso de oxígeno al reactor de


cementación, para evitar reacciones competitivas que reduzcan la efectividad del agente
precipitante.
Cementación de cobre con chatarra de fierro
La cementación del cobre con chatarra es una técnica muy utilizada en la industria minera de
mediana y pequeña escala para recuperar el metal que se encuentra en las soluciones
acuosas ricas provenientes de la lixiviación.

La implementación de procesos de sedimentación requiere una inversión menor a la requerida


para las plantas tradicionales de SX (extracción por solvente)-EW (electroobtención). No
obstante, el uso de SX-EW es en la actualidad una operación muy utilizada, fundamentalmente
porque no requiere de un proceso de fundición de cementos.

Una vez obtenidas las soluciones de lixiviación ricas en cobre, éstas son sometidas al proceso
de cementación con hierro haciendo uso de las técnicas y alternativas que se indican a
continuación.
Precipitación con bateas o canaletas gravitacionales

Este es el sistema más antiguo para la cementación de cobre y se basa en el uso de


recipientes o bateas hechas de hormigón con fondo de madera. La base de estas bateas tiene
una pendiente de 2%, lo que permite el escurrimiento de las soluciones desde una punta hacia
la otra.

En cada una de las bateas se adiciona permanentemente chatarra de hierro, y desde el


extremo de mayor altura, se alimentan en forma continua las soluciones ricas en cobre.

De esta forma y por efecto de la pendiente de la batea, las soluciones escurren hacia el
extremo de menor altura, manteniendo un contacto permanente con la chatarra, logrando que
se produzca la cementación.

Cabe recordar que por efectos de eficiencia del sistema, se requiere un flujo continuo y una
velocidad de escurrimiento suficiente para que el consumo de chatarra no aumente, ya que a
mayor tiempo de cementación, aumenta considerablemente los requerimientos de chatarra.

La recuperación de cobre mediante este sistema alcanza alrededor de un 80 – 85%,


obteniéndose un producto bastante sucio, debido a la contaminación con chatarra.
Precipitación con equipos rotatorios discontinuos

Estos equipos fueron desarrollados en Alemania en la década del 60, y se les conoce como
"fall-trommels". En Chile, fueron utilizados en la Mina La Cascada entre los años 1972 y 2000, y
en Mantos Blancos desde 1991 a 1996.

Cada reactor de estos equipos está formado por una botella de acero cilíndrica, cerrada y con
un extremo semi-esférico. Su capacidad alcanza a los 33 metros cúbicos y tiene un eje
inclinado a unos 25 grados por encima de la horizontal. A su vez, el reactor cuenta con los
mecanismos necesarios para rotar lentamente sobre el eje a unas 0,3 rpm, similar a la rotación
que mantienen los camiones que transportan cemento.

La gran ventaja de estos reactores en relación al uso de las bateas, es que logran mantener la
chatarra en movimiento permanente, con lo que el cobre depositado se despega
continuamente, generando nuevas superficies de precipitación y pudiendo así alcanzar grandes
rendimientos.
Precipitación con equipos rotatorios continuos

A partir de los diseños originales de lo alemanes, en los años 60 se desarrolló en Chile una
serie de reactores cilíndricos, pero horizontales, de diversas dimensiones, inicialmente hechos
de madera y con sistemas de movimiento similares a los de un molino de bolas, que giran
sobre su eje a una frecuencia muy baja, correspondiente a una vuelta por cada 3 a 5 minutos.

En su interior, los cilindros presentan un sistema de protección basado en tacos de madera de


fibra larga, similar a la del eucaliptus, colocados uno al lado del otro, con el sentido de la fibra
orientada hacia el interior del reactor.

Al humedecerse, la madera se hincha, generando un sello perfecto para el líquido contenido.


En el manto del cilindro se ubica una compuerta para efectuar el relleno de chatarra cada vez
que se inicia un nuevo turno.

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