Tema 3 LC
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Dentro de la lírica, los autores del XVIII incluían la elegía, sátira, égloga, fábula,
epigrama, epístola, soneto, himnos, canciones, romances, letrillas, anacreónticas… Como
vemos, no está muy bien definido, y en ocasiones se titulaba como oda, con la que se
identificaba. Es un género poco estimado al lado de la epopeya, la tragedia y la comedia.
Aun así, el ideal de la lírica es el del buen gusto frente al mal gusto del barroco como el
de Góngora. Es decir: se pide claridad, naturalidad y sobriedad. Se privilegia el fondo
frente a la forma y el docere frente al delectare.
• Los clásicos españoles: en la primera mitad de siglo domina Góngora para pasar a la
influencia de Garcilaso, y fray Luis, que conecta con la escuela salmantina. Los
hermanos Argensola se recuperan para la sátira, y Francisco de Rioja está presente en
algún poeta andaluz. Nombramos a:
o Esteban Manuel Villegas por traducir a Anacreonte en el XVII y por sus
eróticas.
o Juan José López de Sedano, que edita 9 volúmenes de poesía en Parnaso
español, donde incluye a renacentistas y barrocos.
o Tomás Antonio Sánchez por su Colección de poesías castellanas anteriores
al XV: por primera vez se edita el Mio Cid, a Berceo, El libro del buen amor…
es una antología fundamental para la recuperación de la poesía medieval.
o Quintana hizo dos antologías: una de poesías selectas castellanas en 3
volúmenes y otra dedicada a la ética en dos volúmenes.
• Los contemporáneos europeos: su impacto fue más ideológico que literario:
Rousseau y Gesser (por sus idilios), Saint Lambert (estaciones), Pope (huella en
Cadalso), Thompson (lo exótico, lo pintoresco y las estaciones), Young (Night
thoughts influiría en noches lúgubres), y Ossia (no es real, sino un caso de superchería
literaria de McPherson, que inventó que había encontrado los poemas de un bardo
gaélico). El osianismo está presente en Meléndez, Cienfuegos, Nicasio, Espronceda…
3. Difusión de la poesía
Uno de los principales cauces de difusión de esta poesía son las tertulias, como las
de la Academia del Buen Gusto, en las que exponían poetas barrocos y neoclásicos, o la
de la fonda de San Sebastián, gestada por Nicolás de Moratín. También tenemos la
Escuela Poética Salmantina o la Academia de Horacianos, dependiente de la escuela
sevillana que precedió a la Academia de Letras Humanas, donde entrarán Alberto Lista,
José de Reinoso, José Marchena o José María Blanco. Los concursos de poesía de la
RAE se inician en 1778. Aunque Moratín no obtuvo premio, sí lo hizo Meléndez Valdés
en 1780 con una égloga en alabanza de la vida del campo, Batilo.
4. La métrica
Estos poetas se agrupan por imitar a los clásicos, tanto grecolatinos como españoles.
El uso de arcaísmos y cultismos es una característica de su lengua, así como el de la
mitología de su retórica y estética. No es aceptada por todos los críticos.
1) La academia cadálsica. Cadalso llega y les educa, eligen seguirle. Les impone su
primer modelo de escritura poética, con una lírica amable y festiva.
2) El parnaso salmantino: tras la marcha de cadalso, destacará Jovellanos desde la
distancia, seguido por fray Diego y Meléndez.
3) La última está marcada por el desarrollo de la labor poética de Meléndez Valdés.
7. Cadalso y Jovellanos como poetas
También fue autor de poesía lírica o satírica, como Sátiras a Arnesto o un romance
contra la tiranía de los maridos. No son muchas pero son interesantes.
8. Juan Meléndez Valdés (1754-1817)
Tras estos poetas e influido por ellos, tenemos a Meléndez Valdés, máximo
representante de la poesía salmantina y maestro de la segunda generación.
Meléndez reconoce que a Cadalso se lo debe todo, y este le deja a el todos sus
manuscritos. Es una relación de amistad, magisterio y confianza extrema. Con Jovellanos
mantiene correspondencia durante más de 20 años, y la influencia de este es más duradera
que la de Cadalso (también es que vive más). Fray Diego González será también
aglutinador del grupo, y a este debe el gusto por fray Luis y por Horacio.
Con estos mentores, no extraña su enorme y grandiosa obra poética, muy culto y
formado, que leía ávidamente poéticas filosóficas, históricas, linguínsticas, científicas…
de hecho, las 4/5 partes de sus bienes eran libros (más de1200, la mayoría en francés, pero
también en español, inglés, italiano, griego y portugués).
8.1. Vida
Vida larga y compleja. Hombre de bien con equilibrio entre las supuestas 1ª y 2ª
fase (estudiante-magistrado), sin barrera, continuum al que se añaden nuevos elementos.
Su obra es muy representativa de lo que encontramos en la poesía ilustrada del
XVIII. G. Demerson dice que realmente no es original, ni precursor ni revolucionario,
que su éxito de “restaurador” reside en que restaura la pureza tras el mal gusto barroco.
No se puede diferenciar entre un poeta temprano y uno tardío, pues cultiva las
mismas formas en toda su producción, aunque con cambios de tono o variedades lógicas
por el paso del tiempo, y no por un cambio de ideas o de corriente. La modalidad más
numerosa es la poética anacreóntica, que conforma una cuarta parte, seguida de los
romances y odas y también letrillas, sonetos, elegías, silvas, églogas, epístolas…
- Dice que no es un verso gongorino ni prosaico, sino que es un verso de buen gusto.
- Defiende el uso de arcaísmos, empleados por él y por otros contemporáneos, pues
contribuyen a sostener la riqueza de la lengua. P. ej., uso de “do” en lugar de
“donde”. Se busca darle una altura como la del latín.
- Justifica sus obras como de entretenimiento, porque son ocios de su juventud, no
del profesor serio de la universidad.
- A su “querido amigo” Jovellanos le ofrece las primicias de su “blanda musa”, los
frutos de su dulce niñez. Recordemos el culto a la amistad de los ilustrados, y lo
reconoce como guía o maestro: “hijos son de tu amistad mis versos”, “mi maestro,
mi amigo y mi padre ser quisiste”, “tuyos son mi nombre y mis laureles”…
- Cuenta cómo en el periodo de la guerra vio aniquilado cuanto tenía por el incendio
de su casa: sus copias, libros a los que había dedicado parte de su patrimonio.
- Subjetividad en el prólogo, habla mucho de sí mismo, de su presencia en la
historia literaria y de su experiencia. Habla de las traducciones de sus obras y de
su proyección europea, con conciencia de posteridad, dignidad y elevación.
- Encontramos una muestra de humildad al final, en la que se declara un aficionado
empeñado en elevar la lengua.
- Como Jovellanos se dirige a la juventud para motivarles a dedicarse a la poesía y
a la gloria nacional.
- Hay una queja, una lamentación por la patria perdida.
8.2.2. Las anacreónticas
Derivan del nombre de Anacreonte (VI a. C.), de cuya obra se conservan fragmentos
de los que se hicieron imitaciones. ¿Qué son? Son poemas de metros cortos y ritmo
rápido, ubicados en la naturaleza y habitualmente contados por una primera persona, en
muchas veces el ‘yo poético’. Los temas principales son los goces sensuales, el vino y el
amor, con frecuentes referencias mitológicas.
Estas poesías no llegaron a imprimirse hasta 1554 en Francia, donde fueron muy
populares. La primera traducción española parece la que de Quevedo, que no se imprimió
hasta 1794. Las más importantes fueron las Eróticas (1618) de Manuel de Villegas. Fue
un tipo de poética muy extendida al final del XVIII (Cadalso, Moratín, Meléndez).
Los primeros intentos de Meléndez se deben, de hecho, a Cadalso, y las cultiva más al
principio y al final de su producción. Pretende una imitación del modelo sobrepasándolo
a través de sus propios medios.
Se considera que podrían competir con la epopeya, pues ambas son consideradas
composiciones sublimes. Meléndez también la apreciaba de sobremanera y los restauró
tras su decadencia tras Góngora. Además de a este, cuenta con la influencia de Garcilaso,
Lope, Luzán… Son 72 romances en total, la mayoría de sus primeros años. En las
ediciones de 1785 y 1979 los llamó Romances pastoriles para ser Romances.
De un Meléndez más tardío (1820), tenemos casi 100 odas de diversas longitudes (de
20 a 530 versos) en las que se muestra preocupado por el destino de España, se resigna a
su exilio, aconseja paciencia y mirarse por dentro. El sentimiento amoroso está en las
primeras, pero la religión y la filosofía ocupa el lugar protagónico.