Leyenda de La Media Luna
Leyenda de La Media Luna
Leyenda de La Media Luna
Los guerreros masacran a los sirvientes y los pocos guerreros que los
acompañan, siendo Orephani el que más destreza demuestra en la
batalla y el primero en entrar a la cueva donde Yarelhi se encuentra.
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La niña está siendo protegida por otros sirvientes y pronto queda a
merced del guerrero, pero algo mágico sucede...
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Capítulo 2.
Sus ojos miran el fértil e imponente valle, era una fresca tarde de
otoño cuando los árboles tiran sus hojas y él llegó hasta ahí sin creer
que todo lo que veía era suyo. A un par de kilómetros se recorta un
tranquilo lago con pequeñas islas, una serpenteante vereda rasga por
la mitad las tierras.
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entrega los libros de cuentas, además de indicaciones y una carta
especial que deberá abrir una vez instalado en la gran casa.
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que sus ropas están completamente mojadas y él empapado, las
demás mujeres comienzan a hacerle súplicas para entrar y tomar su
baño para evitar un resfriado. Todos ahí sabían de antemano lo que
era mojarse de esa manera y las posibles consecuencias, así que
hicieron cuanto pudieron para hacerlo entrar. Cuando el señor se
aproximó llevando consigo la enorme sonrisa que la lluvia le sacó,
todas las mujeres jóvenes no pasaron por alto los hoyuelos que en las
comisuras de su boca se formaban, dándole un aspecto infantil a su
expresión.
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poco en la bañera permitiéndose disfrutar del calor que ahora lo
envuelve.
Joaquín entra entonces para avisar que don Íñigo bajaría a cenar en
media hora, las mujeres comienzan a terminar la cena más deprisa y
dejando de lado el cotilleo, cada una solicitando la oportunidad de
llevarle los platillos al joven, ganándose severas frases de prudencia
por parte de la señora Matilde, el ama de llaves, quien ordena que la
cena se le sirva conforme el señor la pida, para no afectar su
estómago. Así pues, la señora Matilde organiza quiénes deberían
servirle y envía a Jacinta con las jarras de vino y agua mientras toma
la cena.
Se acerca a una ventana abierta que tenía vista hacia el lago donde
ve cómo algunos de los trabajadores se retiran a sus pequeñas casas
dispersas alrededor de la finca, hasta que nota a una figura pequeña
y delgada que apenas se cubre de la lluvia con un fino rebozo y la ve
entrar a un pequeño cobertizo, poco apropiado para ser una vivienda.
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Capítulo 3.
Joaquín lleva a Jacinta y a los niños debajo de unos árboles en flor para
arreglar las provisiones, don Íñigo los mira hacer mudo aún por la
presencia de la muchacha. A la luz del sol los rasgos de Jacinta eran
incluso más impresionantes, la niña tenía el cabello demasiado oscuro
para notar el color caoba de sus mechones que brillaban
descaradamente dándole un aspecto casi mitológico; su piel de un
bronce claro se iluminaba en tonos dorados, sus largas pestañas
hacían a sus enormes ojos verse más grandes, su pequeña boca al
sonreír desveló unos dientes muy blancos, otorgándole una sonrisa
deslumbrante. Varias veces se encontró conteniendo la respiración
mirando fijamente a la muchacha que se esforzaba demasiado
evitando mirar en su dirección.
- ¿Estás bien?
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Jacinta sintió que se quedaba sin aire, escuchar de nuevo su voz tan
baja era aún más fascinante que recordarla, su rostro comienza a
sentirse caliente e inevitablemente no pudo mantener la mirada en él.
Horas más tarde, el señor entra en la casa, con las mejillas quemadas
tanto por el sol, como por el frío del lago y entrega a la señora Matilde
el pescado que trajo consigo para ser preparado en un caldo y que
después de descansar en su habitación bajaría a comerlo. Mientras
sube las escaleras, le pide a Joaquín que le avisen cuando la comida se
encuentre terminada.
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temía que la joven se sintiera intimidada. Se recuesta en su enorme
cama a soñar con el cabello de la niña, sin ser consciente del tiempo.
Después de un rato, se despierta sorprendido de haberse quedado
profundamente dormido, alguien llama a la puerta, era Joaquín
informando que la comida que solicitó estaba lista y que le esperaban
en el comedor.
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- Espero encontrar a todos instalados en esta mesa a mi
regreso, pues compartiré con todos ustedes una comida en
este horario cada día. Me gustaría que cada uno me expusiera
los detalles que hace falta mejorar en la casa y cada fin de
semana, los ganaderos, agricultores y pescadores
compartirán conmigo de igual manera. Esperen mi regreso.
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Capítulo 4.
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tiempo. De pronto se preguntó cómo apareció aquí, cuando no es una
especie nativa de este país. Nota en el suelo que la tierra está
apisonada (que ha sido pisada constantemente), el lugar está
aromatizado de flores de cempasúchil (tagetes erecta, flor utilizada en
el rito de día de muertos en México), también restos de una resina
seca que se usa para quemar y sahumar sitios, ambas de un aroma
particular y fuerte. Se inclina para tomar del piso una pequeña parte
de la resina, conocida como copal, la acerca a su nariz para percibir
mejor su olor.
Don Íñigo advierte que la niña se acerca a él, sin duda lo ha seguido,
también sabe que es momento de tener una charla con ella.
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- ¿A qué te refieres?
Él nota que ella de pronto cambió su tomo, por uno más bien
nostálgico.
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- No conozco esa leyenda. Nunca escuché hablar de ella en el
colegio ni en los círculos sociales que frecuentaba. Ni siquiera
en las cartas del abuelo.
- ¿Lo era?
- Si, tan exacta, que le voy a pedir que mire en el cielo a la luna,
y le mostraré algo.
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usted supiera de la profecía. Por eso lo seguí cuando vi que se
dirigía hacia este lugar.
- Gracias, Jacinta.
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sacrificios de sangre, como sacerdotes fue un grave error de
interpretación, pues ella jamás vio en su vida a un hombre, así
que se enamoró del primero que ella vio, un guerrero que
espiaba los vaivenes de las comitivas en el día del sacrificio,
ellos atacaron y mataron a todos, excepto a la mujer. Ellos
huyeron juntos, hasta este lugar, donde los sacerdotes los
esperaban y los maldijeron…
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Unas manos suaves le tocan el rostro y él despierta de una dulce
ensoñación, lentamente abre los ojos y mira el delicado rostro de
Jacinta, ella le observa despertarse y le ayuda a ponerse de pie,
notaron que el sol se está ocultando por el horizonte y ambos se
apresuran a ir a la casa, y al delicioso caldo que les espera…
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Capítulo 5.
Habían pasado meses desde la última vez que departieron así con el
dueño de las tierras, según la mayoría del personal era demasiado
pedir que el nieto fuera igual en gustos y carácter a don Francisco,
pero no era exageración que fuera demasiado agradable poder
presenciarlo: las risas, las pláticas, las memorias que cada quién le iba
contando al joven señor, y las nuevas que él les iba compartiendo
sobre su vida en la ciudad.
La pregunta que fue dirigida a don Íñigo, no hizo sino ruborizar a más
de diez chicas, pues era más que obvio que llamaba la atención, y así
como estaban casi todas escondiendo el rostro en sus rebozos era
notorio que estaban atentas a la respuesta. Más el joven señor frunció
ligeramente la frente, intentando responder sin perjudicar a nadie y
sin obviar que de hecho sí existía dicha dama, pero no era quién ellas
creerían, salvo por el detalle de que sería comprensible para todos y
que mantendría el tema zanjado.
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física como mental, así que hacerla venir no haría sino
enfermar…
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Don Íñigo se sumerge en un profundo sueño, que le muestra escenas
mezcladas de la ensoñación y la plática con Jacinta y de la velada corta
con el personal después de comer el caldo de pescado. Pronto se vio
acribillado con las preguntas de las mujeres, todas le recriminaban no
ser la depositaria de sus afectos, hasta una Jacinta malhumorada le
reclamaba esa respuesta, él se debatía desesperadamente tratando
de explicarle que eso debía decirles para evitar peleas innecesarias
entre las mujeres, se sentía desesperado hasta que alguien tocando a
su puerta lo saca de esa profundidad.
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la habitación, escenas del lago y las montañas, firmadas por el mismo
don Francisco, mostraban pinceladas llenas de cuidado y esmero, así
como un colorido bastante peculiar donde el autor presumía el amor
dedicado a su hogar.
Don Íñigo no puede evitar reír con ellos, pues de verdad era
lamentable el estado de Joaquín, los invita a ponerse cómodos en el
sillón cerca de una gran ventana.
Él sabía que en ese caso no tendría más detalles sobre el asunto, así
que decide darlo por terminado, y se levanta a servir tres vasos con el
tequila favorito de don Francisco.
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nota que el joven señor llevaba un paquete de cartas en las manos y
que luego sube a su alcoba. La señora Matilde la llama para que se
prepare para limpiar la habitación, mientras ella se lleva los vasos
usados durante la visita, Jacinta reúne una franela y un cubo con agua
y se dispone a entrar al despacho.
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Tendrás días muy duros y no contarás con nadie, más que contigo
mismo. Tu deber será proteger a toda costa a Jacinta, ella es
depositaria de esa antigua magia, con ella caerás en un hechizo del
más hermoso tipo, aférrate a él y aférrate a ella.
Tu abuelo.
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Capítulo 6.
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- No tengo muchos recuerdos de mi abuelo, pero al conocerlos
a todos aquí, puedo imaginar el tipo de persona que era.
Jacinta tenía que hacer un gran esfuerzo por concentrarse, pues la voz
del señor era baja y calmada, casi susurraba. Ella estaba teniendo que
luchar con las distintas emociones que aquella voz le causaba. Si don
Íñigo supiera lo que le hacía sentir…
Él sonríe al ver que ella estaba distraída, era la primera vez que la
observaba de esta forma. Ella nota, con su rostro enrojecido, los
pequeños hoyuelos que se le formaban al reír. Su risa era demasiado
divertida y la hace sonreír también, siente que algo revolotea en su
estómago, había olvidado la tristeza que hacía minutos mostraba. Él
la mira sonreír y siente que su corazón se detiene un momento, para
luego latir desbocadamente.
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Pronto, las palabras de la carta se cuelan entre ellos, “ella es portadora
de una magia antigua, deberás protegerla a toda costa”, su rostro
vuelve a la seriedad de siempre y su mirada se clava en sus
asombrosos ojos café.
- Niña…
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Jacinta se sostiene de un brazo de don Íñigo, nota su fuerza y se
permite confiar en ella. Entonces se pone de pie rápidamente y sigue
con el trabajo que debía estar haciendo, sin limpiarse las lágrimas. Don
Íñigo la mira detenidamente, se pone de pie y se acerca a ella.
Jacinta lo mira de lado, gira y toma una de sus manos, más grandes
que las de ella, que temblaban un poco.
Él la mira expectante, lo único que desea con esto era escucharla decir
su nombre, al menos una vez.
Don Íñigo comienza entonces a estudiar los libros que sólo él debía
llenar, revisa lo que los diferentes encargados debían llenar y las
diferentes actividades que llevaban a detalle, él deseaba mantener un
seguimiento como el de su abuelo, quien podía sustituir a los
trabajadores en casos de emergencia. Se quita varias ropas de encima
buscando su comodidad, quedando en su pantalón y una camisa
ligera, en ese momento la puerta de su alcoba se abre y recibe a una
sorprendida Jacinta, con la cena en las manos.
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Capítulo 7.
Jacinta sube las escaleras lentamente, aún con las últimas palabras
dichas por don Íñigo frescas en la memoria, las rodillas le amenazan
con flaquear conforme va subiendo, de todas las veces que se imaginó
la vida con el nuevo señor cada vez que don Francisco lo mencionaba,
no se acercaba a la realidad. Ella esperaba que de algún modo el
heredero fuera un hombre demasiado exigente, pero de nuevo se
sorprendía de que fuera tan similar en carácter a su abuelo.
Sin poder evitarlo, tuvo una vista demasiado íntima del joven señor,
él se encontraba descalzo y con pocas prendas sobre su cuerpo, la
camisa casi transparente con los botones desabrochados, realmente
mostraba gran cantidad de piel y ella, lentamente y enrojecida, se
voltea para salir de la habitación.
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Don Íñigo corre a calzarse unos zapatos de descanso y un enorme
abrigo, para recibir a la muchacha con lo que fuera que llevaba en las
manos. Se acerca a la puerta y la observa con la cabeza baja, en una
esquina más cercana a la escalera que a su puerta, se acerca a ella y le
retira la bandeja de las manos.
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- Mañana iremos, necesito hablar con ellos.
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casa. Para mi es importante, pues soy un extraño en
kilómetros.
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Ella toma la bandeja, igualmente sonriendo ante la perspectiva, él
había visto en varias ocasiones cómo asediaban a la señora Matilde
con preguntas sobre el joven señor, tratando de conseguir una
manera de complacerlo, él suponía que Jacinta sentía la misma
curiosidad por él, pero en su digna manera de dirigirse era algo que
jamás demostraría a las demás mujeres. Además, de ser posible a ella
era a la única en toda la finca a quién él personalmente le respondería
con honestidad y con quien él se permitiría sentir algo trascendental.
Jacinta se acerca para llevarse los platos a la cocina, observa que el
señor acostumbra cenar poco, así que toma nota para pedirle a la
señora Matilde que en adelante le sirvan menos comida. Como era de
esperarse, un pequeño grupo de mujeres la esperaban en la cocina
para interrogarla, todas la asediaron con preguntas dichas de
diferentes maneras, pero que eran lo mismo: ¿El señor estaba
vestido? ¿El señor hizo algo atrevido? ¿El señor mencionó a alguna de
ellas? Y la más insistente, ¿El señor es tan atractivo con cualquier ropa
que vista?
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Capítulo 8.
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- Hoy nuestro señor nos pidió desayunar aquí, parece que su
sueño fue muy interesante. – La señora Matilde insiste en el
tema sobre saber qué ocurrió anoche exactamente. –
Pareciera que nuestro señor tuvo un escarmiento, pues
cuando llegamos él ya se encontraba aquí, esperándonos.
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Sin más, todos terminaron el desayuno en silencio, Jacinta no podía
permitirse ser indiscreta ante ellas, así que evitó mirar hacia don Íñigo,
para evitar ser evidente.
Don Íñigo no podía esperar a estar a solas con Jacinta, si bien lo que
dijo fue para mantener a las demás lejos de ella, parecía que no había
resultado como él esperaba, ella se veía notablemente afectada, así
que en cuanto todos comenzaron a levantarse de la mesa, le pidió a
ella que lo acompañara al estudio, le debía una explicación. Él abre la
enorme puerta de madera y la invita a entrar antes que él.
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respirar, la habitación comenzó a dar vueltas y ella miraba todo girar,
la aprensión que hasta ahora no había salido a la superficie
amenazaba con tragarla. Ella tuvo que sostenerse de algo para no
caer, y se tumba en la silla más cercana, deseaba con todas sus fuerzas
evitar un bochorno más frente al joven señor.
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Salieron al patio, donde Joaquín ya tenía listos los caballos, él los
acompañaría hasta el pueblo. El joven señor ayuda a Jacinta a subir a
la pequeña yegua que eligen para ella, un dócil y agraciado animal
color café claro. Los tres salen del patio rumbo al camino que los
llevaría hacia el centro del poblado, donde tomarían otro camino
hacia el lado opuesto. Comienzan a ver desde casitas con muros de
adobe y encalados con techos de tejas, luego aparecen las casitas
hechas aún con carrizos y tablas, igual con techos de tejas. Pronto
llegan a una zona donde las casitas parecen un frágil junco a punto de
ser arrastrado por el viento. Al final del camino, la callecita topa de
frente con una pequeña casa de adobe y carrizos, rodeada de
innumerables plantas aromáticas, flores, arbolitos; la casita parece
sacada de un bello cuento de antaño, antes de la gran conquista.
Afuera de la casita se encontraba sentado un señor de tez morena,
cabello casi blanco y complexión enérgica, el hombre se levanta y les
sonríe mientras bajan de los caballos.
Joaquín decide esperar afuera, pues la gente como él les temían a los
indígenas, para él toda esa gente practicaba la brujería. Dentro de la
casa, se observan más plantas, muebles pequeños y rudimentarios,
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una mesita con una sola silla, un catre con apenas algo con qué
cobijarse y un pequeño asador dónde cocinar los alimentos. El señor
los esperaba mirándolos entrar, observa a don Íñigo con cierto orgullo
en sus facciones, como mirando aquel niño que nació ahí y luego se
convirtió en hombre.
- Supongo que has leído la carta que dejó tu abuelo. Él dijo que
la escribiría para que supieras de la leyenda, de eso tenemos
que hablar.
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El sacerdote lo mira y estudia sus palabras, él ve a través de ellas y
sabe que ese tipo de atracción sólo puede significar dos cosas: un
profundo afecto ha sido plantado dentro de él, algo que crecerá y que
implicará un gran sacrificio, y que ese si ese afecto no es
correspondido traerá una gran devastación para él. Don Íñigo observa
con curiosidad la mirada del sacerdote y nota que algunos de sus
movimientos no lo enfocaban a él, sino que parecían ver el espacio
entre ellos dos, otras veces parecían reaccionar a impulsos que él no
veía, es entonces que se da cuenta de que el hombre es ciego.
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- Pequeña, él es quién has estado esperando desde hace
cientos de años, él es quien puede terminar con todo lo que
te aqueja, hazte cargo de él y deja de rechazarlo, existe una
extraña variante en todo esto, pues en esta vida sólo podrás
disfrutar de sus atenciones, en la próxima es cuando se
resolverá todo, él sobrevivirá hasta que tu regreses de nuevo
y se reencuentren. Los sueños que has estado teniendo, no
son los tuyos, sino los de tu yo futuro, en tu siguiente sueño
podrás verte cómo serás entonces. Llévalo a su casa y
permanece a su lado hasta que él despierte, tendrán muchas
cosas qué hablar.
Joaquín, una vez que dejó al señor en su cama, sale y le indica a Jacinta
dónde se encuentran las velas, para mantener la luz en la habitación
al mínimo, ella se apresura y cierra bien la puerta para luego encender
algunas repartidas por la alcoba. Ella toma asiento en un sillón cerca
de don Íñigo, para permanecer alerta, por si él se despierta, habían
pasado apenas dos horas desde que cayó dormido, ella se preguntaba
lo que él estuviera soñando y las cosas que tendría que decirle una vez
que hubiera despertado. Se acerca a él y le posa la mano sobre la
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frente, evitando tocar la pasta que llevaba, aún su piel la absorbía,
notó que su piel estaba cálida y comenzaba a transpirar.
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Capítulo 9.
Podía sentirse a sí misma en esa mujer del reflejo, ella acerca sus
manos a sus mejillas, notando que el sueño era igual de real que los
demás, pero demasiado pronto ella fue arrastrada fuera de su
ensoñación, despertó al lado del joven señor, quién la miraba
intensamente, ella se incorpora para revisar si estaba realmente
despierto.
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casi de niña. Él estaba temblando, no sabía si era de felicidad o de
nerviosismo, en aquellos momentos él sólo deseaba sostenerla de esa
forma. Ella notó con extrañeza cómo él temblaba, no lograba
entender cómo un hombre como ése estaría tan afectado por una
muchacha como ella.
Don Íñigo sabía que ella tenía dificultades que quizás para él eran
sencillas de afrontar, pero debía tener en cuenta que ella se
encontraba en una situación vulnerable todo el tiempo, así que eso
debía ser lo primero que necesitaba resolver, él deseaba que ella se
encontrase segura y protegida. Él se separa de ella y la mira
intensamente, no se puede imaginar lo que pasaba por la mente de
ella, pero no cometería el error de suponer nada, si ella le compartía
algo él escucharía y le aportaría lo que fuera que ella necesitara.
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- Aquí, justo ahora, es donde debes estar y no pienso permitir
que te quedes toda la noche despierta, mañana tenemos
cosas importantes qué hacer, pienso mantenerte aquí
conmigo el mayor tiempo posible.
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Capítulo 10.
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en la espalda y mira desde el suelo cómo el hombre sale huyendo y la
deja atrás.
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divertía la situación, después de todo era mejor ser descubiertos que
seguir encubriendo lo que estaba pasando.
Don Íñigo se acerca a ella, pues no paraba de reír, la mira y nota que
toda su cara se hallaba enrojecida, al verlo a él Jacinta ríe aún más
fuerte, doblándose por la cintura mientras sostenía su barriga. Él se
preguntaba extrañado qué le sucedía ahora, y al fijarse en el espejo
supo qué le pasaba: él estaba aún más rojo que ella, parecía quemado
por el sol. Don Íñigo comienza entonces a reír con ella, ahora
comprendía las miradas de la señora Matilde y por qué Jacinta estaba
tan fuera de sí.
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acogedor, ella comenzaba a proyectar los muebles necesarios para
una mujer.
Don Íñigo la mira con una enorme sonrisa, le divertía que Jacinta no
pudiera salir bien librada de esta situación. Así que le sigue el juego a
la señora Matilde.
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un ardid de parte del señor para poner a la muchacha en un
aprieto, sin embargo tenía muy presente de que las cosas
debían llevar ese curso.
La sonrisa de don Íñigo se hizo cada vez más grande, conforme Jacinta
recibía más y más objeciones por parte de la señora Matilde.
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- Vamos niña, termina de comer, que el día de hoy tengo
muchas cosas qué hacer, y no te preocupes, tendré todo bajo
control una vez comience a dar indicaciones a los demás, tú
no tendrás que hacer nada. Mi señor, ¿Cuándo se hará pública
su relación? Tenemos que planear demasiadas cosas aquí,
¿van a casarse o sólo vivirán como pareja?
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Capítulo 11.
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expresión, entonces todo cuanto pasaba por su mente unos
momentos antes, desapareció.
- ¿Hay algo malo con ellos? Se pueden hacer mejoras para que
sean de tu agrado.
Don Íñigo suspira, él entiende que el cambio para ella no será fácil.
Asiente ligeramente y la mira, esa niña le llevaba constantemente a
estados emocionales que, francamente, aún se debatía por
comprender, simplemente no podía decirle que no, ella era una
criatura tan delicada en sus modos, que la educación de la clase le
salía sobrando. Le hacía pensar en los gatos de angora que las señoras
francesas llevaban por moda, hermosos y delicados, pero seguían
siendo gatos, no dudarían en sacar las uñas.
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pero por el aroma que había en el comedor, creo que estaba
lista. Vamos a comer.
La señora Matilde los deleita, esta vez, con un frondoso plato hondo
de pozole, un platillo hecho a base de abundante caldo condimentado
y picante, con granos de maíz cocido mediante el método de nixtamal
y diferentes tipos de carne, en este caso de cerdo. Don Íñigo,
entonces, es testigo de una situación fascinante, ya que Jacinta era
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una gran fanática del pozole, no había en toda la finca alguien que
disfrutara más de dicha comida, ella simplemente se transformó en
una niña emocionada con su comida favorita. La estampa que
pintaban sus gestos, los sonidos que hacía al probar y sobre todo, las
dos veces que repitió la ración. Sin duda, Jacinta amaba comer. Don
Íñigo no podía apartar la mirada de ella, todo en ella le tenía pendiente
de los detalles, ahora sabía cómo realizar el movimiento decisivo.
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Capítulo 12.
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licores, luego de recibir una seria advertencia de no tocar aún los
preciados brebajes. Don Íñigo sube rápidamente a su habitación,
deseaba darse un relajante baño y descansar un par de horas, antes
de ayudar con los preparativos. Entra cuidadosamente y comienza a
buscar en el enorme ropero un atuendo para descansar, sale luego de
la habitación y se dirige al cuarto de baño, notando al final del pasillo
una pequeña sombra, que lo miraba detenidamente, ésta se aleja de
la ventanilla al final y se acerca suavemente a él.
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chiquillos. De pronto, a lo lejos, ella ve a una delgada mujer que la
miraba, cuando hicieron contacto visual, la mujer le hace señas de
seguirla, Jacinta corre hacia ella, dejando a los niños atrás. Cuando la
alcanza, se encuentra junto al sauce, pero no había nadie, ella se
acomoda en el piso, sentada, para esperar un poco. La mujer sale de
detrás de una enorme piedra, llevaba en sus manos un pequeño
cuenco con agua y se lo entrega, sin decirle nada, sólo sonriéndole,
Jacinta lo recibe y toma un pequeño sorbo, luego el cuenco desaparece
como niebla, entre sus manos. Una pesadez comienza a caer sobre sus
hombros, haciendo que tuviera que echarse de costado, luego
cerrándole los ojos.
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- Ya veo pequeña, ¿crees que debemos detener todo esto? – Él
habla con la angustia de ella ahora compartida. –
Sinceramente, todo el alboroto en la casa es por ti, yo deseaba
festejar por lo grande que tú me aceptaras como compañero,
y estoy, estaba dispuesto a llevar el tipo de relación que tú
eligieras. Si realmente crees que esto no puede ser, yo lo
entiendo y no dejaré de permanecer a tu lado. Sólo eso pido,
estar cerca de ti.
Jacinta lloró aún más, pues tenía la firme creencia de que cuando ella
lograba vislumbrar un posible futuro, por pequeño que fuera, algo o
alguien lo derrumbaba con sus propias manos, como si de un castillo
de arena se tratase. El término del mes se acercaba, y ella no se sentía
lista para llevar a cabo su misión, después de conocer a don Íñigo no
estaría lista nunca. Las indicaciones dadas por los antiguos eran claras,
ella debía llevar a cabo su sacrificio, sin importar que estuviera
equivocado, pues los antiguos sacerdotes ya tenían el pacto sellado,
era todo o nada.
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Capítulo 13.
Los festejos debían llevarse a cabo de manera normal, sin importar los
gastos hechos para la celebración, don Íñigo decidió que los
habitantes merecían una gran fiesta, así que todo continuaba sin
cambios, sólo que esta vez él no podía hacer más. Él comenzaba a
sentir que la fuerza se le iba del cuerpo, había puesto ya tantas
expectativas que apenas podía creerlo. Sin embargo, su amor por la
muchacha no menguaba, parecía crecer y le robaba el aliento. Había
ocasiones en las que despertaba y, después de estar soñando con ella,
algo le oprimía el pecho, le provocaba una angustia que no podía ni
siquiera describir. Se preguntaba si ella se sentiría igual.
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necesitaba descansar. Así que se tumba en la enorme cama, y se
obliga a dormir un rato.
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Capítulo 14.
Jacinta voltea a verlo, sin salir de sus brazos y, sin decir más nada, lo
besa. Él, gratamente sorprendido, la sostiene más fuerte y le
responde. En el rostro de ella, comienzan a caer abundantes lágrimas,
con su corazón roto por sus palabras. Él ciertamente era el caballero
que su abuelo alababa. Se sostuvo de sus hombros, profundizando
aquello que deseaba con toda su alma transmitirle.
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su huipil, quedando solamente en un delgado camisón, él la mira sin
creer que ella accediera. La estrecha nuevamente, permitiendo que
ella explorara su cuerpo. Él se deja caer dentro de la tina, quedando
ella a horcajadas sobre él. Ambos, ahora mojados con el agua caliente,
continúan descubriendo cada parte de ellos. Él observa, lleno de
curiosidad, cómo ella lo admira, tocando sus brazos desnudos, su
pecho y su cabello húmedo. Él sentía cosquilleo por donde ella pasara
sus dedos, sorpresivamente, no eran cosquillas que lo incomodaron,
por el contrario, se sentía estimulado por sus suaves caricias.
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A ambos les comenzaron a castañear los dientes cuando decidieron
salir del baño, él la llevaba prácticamente cubierta con la bata, sin
dejarla siquiera ver por dónde iban, hasta que la llevó a su habitación
y la descubrió, se había puesto encima su huipil y llevaba la falda en
sus brazos, pero él consideraba que aun así iba demasiado
descubierta. Ella se acerca al sillón y al sentarse, su estómago inició
una fuerte protesta. Los dos comienzan a reír, don Íñigo se pone una
bata cálida para bajar a la cocina mientras ella entraba en calor
cubriéndose con una de las cobijas.
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Don Íñigo la mira, cada vez más sorprendido, el ingenio de esta mujer
no tenía límites. De pronto recordó lo que habían hecho para
mantener el agua caliente y su rostro se enrojeció tanto, que la señora
casi cae al piso de espaldas por la carcajada que soltó. El joven señor,
se dirige, entonces, a la alacena, para buscar algo de comer. La señora
Matilde se levanta, completamente entera a pesar del alcohol, y le
sirve dos enormes platos de sopa de verduras con pollo. Se notaba
que estaba esperando este momento, para retirarse a su casa. Incapaz
de decirle algo más, él le agradece y sube a su alcoba con los dos
platos. La señora lo mira retirarse, aun riendo, pero satisfecha de que
los dos estuvieran juntos por fin, la sonrisa de su rostro era de cariño,
como la de la madre que mira a sus hijos ser felices.
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Capítulo 15.
Ellos pasaron una noche sin sueño, pero acompañados uno por el
otro, parecía un sueño lo que habían compartido. Charlaron sobre
tantas cosas, que ambos se perdieron en las horas que pasaron. Ella
habló de las enseñanzas de don Francisco, su niñez libre en el campo
y las situaciones cómicas de Joaquín, quien parecía haber nacido en
una obra de teatro. Él le contó de la vida en la ciudad, sus maestros,
su madre y de un viejo amigo que era relojero, si bien la niñez de don
Íñigo no fue tan divertida, él comenzaba a ver que realmente no era
tan mala.
Ambos bajan las escaleras, sonriendo aún, cuando notan que el viejo
sacerdote del pueblo se encontraba esperándolos. Él lucía una cálida
sonrisa, pero en su mirada, nublada por la ceguera, se apreciaba un
destello de preocupación.
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dispuesto a recibir el daño, así que antes de que ella pudiera decir
algo, él la interrumpe.
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Jacinta sentía poco a poco su nerviosismo desaparecer, una cosa era
segura, los antiguos les tenían preparado un castigo inimaginable. Don
Íñigo parecía estar a punto de ir a la batalla, todo su cuerpo transmitía
su tensión. El anciano estaba levantándose para retirarse, don Íñigo
aún creía que faltaba algo que el anciano debía decirles, pero una
mirada suya lo detuvo antes de formular la pregunta.
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- ¿Qué sucede, Joselito? ¿Cuál es la prisa?
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sacerdotes. Ella miraba todo a su alrededor y no se encontraban a la
vista.
Jacinta cae sobre sus rodillas, había escuchado lo que el anciano les
había dicho, comprendía ahora que el anciano había hecho una
apuesta arriesgada, usando su propia vida. Su sonrisa antes de
desaparecer, también le transmitió que, para él, la vida era igual de
irrelevante, pues se trataba del último de su estirpe, después de él no
habría nadie más. Ella podía sentir, muy dentro de ella, una pequeña
sombra de algo que aún estaba por definirse, pero que
desesperadamente trataba de manifestarse.
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Capítulo 16.
Jacinta pasó varios días sin poder comer nada, sólo las bebidas se
mantenían en su estómago. Ella comentó que estaba pasando por una
etapa de limpieza espiritual. Todos en la hacienda estaban siendo
testigos de que algo extraño le ocurría a la muchacha, pues sus
actividades dejaron de ser las mismas, más por necesidad que por
elección. Los momentos que pasaba al sol eran menos frecuentes
pues después de varios minutos ella enfermaba. También algunos
alimentos no eran tolerados por su cuerpo. La señora Matilde estaba
particularmente preocupada, pues desconocía lo que la muchacha
estaba soportando, ya que a menudo la miraba saliendo de
madrugada caminando sola hacia los cerros. Ella compartía sus
pensamientos con el joven señor, quien se preocupaba de igual
manera.
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Alrededor del día veintinueve del mes de noviembre, hacía una
mañana nublada, cuando Jacinta sale de la finca rumbo al sitio del
sauce, ella llevaba una mirada distante, con su piel pálida y labios
resecos y sin color, ella tenía el aspecto que se mencionan en los libros
de literatura clásica sobre los vampiros. Aquello definitivamente era
una señal de alarma para el joven, quien sale detrás de ella, con la
señora Matilde y Joaquín acompañándolo.
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su porte caballerosa y lista para la defensa le recordaba a hombre que
con amor y lamento la lloraba, su mirada color gris la llenaba de
tranquilidad.
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Él sale de la alcoba con la pequeña mujer en sus brazos, la lleva a su
pequeño cobertizo, la multitud de habitantes ya se encontraban en el
lugar, desde los trabajadores de la finca hasta los pobladores del
pequeño pueblo. Una señora Matilde bastante abrumada, le ofrece
una delicada corona tejida con flores del campo, una ofrenda al cariño
que le tenía. Dentro del pequeño cobertizo se había colocado un
petate nuevo y algunas vasijas con copal, así como multitud de flores
cortadas todas en los cerros, don Íñigo la coloca suavemente sobre el
petate, acomodando delicadamente sus cabellos sueltos y sus manos
sobre el regazo. Detrás de él aparece Joaquín con el sacerdote del
pueblo, quien rápidamente ofrece una improvisada bendición a la
fallecida. Eran las once y media de la mañana.
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intervención de nadie más, acepta mi obsequio y espérala en el
mundo.”
Don Íñigo despierta completamente lúcido, sabía que las palabras del
anciano no eran un simple sueño, pues había alcanzado a ver lo que
ese hombre era capaz de hacer.
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Capítulo 17.
Don Íñigo sube a los aposentos principales, toma una petaca y pone la
suficiente ropa para casi llenarla, toma algunos documentos de
identidad, sus más preciados recuerdos como lo son una fotografía de
su madre y otra de su abuelo, y la ranita del Sauce que Jacinta le dio
en su bienvenida, añade algunos utensilios de higiene personal y las
cartas de su abuelo. Se viste con una ropa sencilla y cómoda,
pantalones de mezclilla, camisa de franela y chaqueta de lona, encima
se pone un enorme poncho, para evitar llamar la atención, por último
se calza unas resistentes botas de piel y un sombrero. Él sale de la
alcoba y baja las escaleras, era tiempo de que él se aventurara en el
mundo y permitiera las cosas suceder de diferente manera, nota
entonces que Joaquín y la señora Matilde lo esperan afuera del
estudio, ambos mirándolo muy serios, le piden que entre en el
despacho, pues tenían algo qué decirle.
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- El gesto que ha tenido con nosotros, no pasará sin notarse en
el futuro, mi señor, pero si usted ha de irse, no podemos
permitir que lo haga solo y sin un centavo, entendemos su
necesidad de desaparecer, pues los demás se darían cuenta.
Joaquín ha decidido acompañarlo, hasta dónde sus años le
permitan, luego de eso, por favor regresen aquí, habrá gente
esperándole siempre, ésta siempre será su casa mi señor.
Además, mantendremos protegidas todas sus pertenencias,
nada suyo será tocado, salvo por mí para mantenerlo limpio.
Usted no es un hombre sin respaldo, vuelva cuando no tenga
más con qué continuar, estas son sus pertenencias.
Luego de tantos años, don Íñigo siente lágrimas asomar por sus ojos,
abraza a la señora con la más grande ternura que podía sentir, aquella
mujer no escatimaba en preocupación por el joven, Joaquín los miraba
sabiendo que quizás era la última vez que ambos se verían. Toma su
saco con pertenencias y un fajo enorme con dinero, mismo que mete
furtivamente en la petaca del señor.
Joaquín aparece en las puertas con dos caballos listos para llevarlos
en una nueva aventura, ambos se despiden de todos desde la entrada
y parten al galope con el sol detrás de ellos.
89
Capítulo 18.
Los años por fin pasaban más lentamente, al menos para don Íñigo,
quien se encontraba inmerso en los bellos paisajes de su país, cada día
se encontraban con un pueblito más pintoresco que el anterior, pero
una cosa era clara: la miseria que vivía el país era mayor conforme
avanzaban, sólo había clase alta y clase baja, la clase media era una
vertiginosa brecha que separaba a las anteriores. También era notorio
que Joaquín estaba cada día más cansado, los años comenzaban a
hacer mella en su cuerpo y su intranquila adicción.
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El silencio reina durante las horas siguientes, Joaquín cae dormido, ya
sea por el alcohol o por el cansancio, el hombre nunca se quejaba,
disfrutaba bastante permanecer de esta forma y se notaba que aún
estaba encantado con el viaje, aún después de quince años, Íñigo
consideraba que era tiempo de volver a la finca y refrescarse, así que
la próxima aventura estaba decidida.
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- ¡Señora Matilde! Como usted siga tan fuerte y entera, seré yo
a quien entierre muy pronto. Creo que llegamos justo a
tiempo para la celebración de los muertos.
Por primera vez en quince años, el peso que la vida puso sobre él le
hizo añicos, Íñigo cae de rodillas y suelta un fuerte alarido de dolor y
desesperación, no sabía si alguien lo escuchaba y no le importaba,
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necesitaba dejar salir todo su tormento. Con ambas manos se cubre
el rostro y solloza sonoramente, él creía que estaba listo para
enfrentarlo, pero aún no podía, se pone de pie y sale corriendo rumbo
al Sauce, ni siquiera nota el aguacero que cae afuera, él simplemente
necesita llegar a él.
- ¡Jacinta!
93
Capítulo 19.
Sin embargo, muy pronto comienza a ser expulsada de ese lugar tan
agradable, algo la empuja para salir, se siente muy apretado y, al final,
logra salir. La luz que ahora la rodea es cegadora y fría, algo la sujeta
y tira de ella, mientras de su pecho algo sale y la hace inhalar algo frío
que la irrita. El ruido estridente que de ella salía, la ponía más molesta.
Las personas que la sostienen repiten una y otra vez, una palabra que
le llena de calma, así que las imita, convirtiendo esa palabra en un
mantra, “¡Mamá!”. Todos en la sala del hospital miraban
impresionados a la cansada madre de aquella extraña niña, que al ser
bañada reveló un cabello rizado, mismo que será la envidia de tías y
primas.
Su madre la llama Noé, un nombre poco común para una niña nada
ordinaria. Ella creció como una espigada chiquilla que, tan amaba
comer que, enfermaba constantemente del estómago, pronto superó
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a su hermano mayor en cuanto a travesuras se tratara. Muy temprano
en su niñez, ella comenzó a tener sueños que la llenaban de miedo, por
no saber de qué se trataban. Pero al despertar, siempre las olvidaba.
Cierto día muy caluroso, ella jugaba al sol en un montón de arena para
construcción, cuando unas niñas pasaron frente a su casa con su
madre, fue testigo de algo aterrador: tanto las niñas como la madre
llevaban una criatura negra sobre sus hombros, ésta sobresalía
encima de sus cabezas y les susurraba palabras llenas de envidia
mientras la miraban a ella, entonces entró corriendo a su casa
aterrada, ese día comenzaron las pesadillas, nueve años tenía.
Durante todo ese año, ella jugó más tiempo con su hermana menor,
Flor, quien constantemente le impedía meterse en líos, ella era por
completo contraria a Noé, era coqueta, delicada y femenina, y ése
sería el último año que pasarían juntas.
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percibe a unos seres en túnicas que aparecen en la habitación de su
hija, ella sabía que venían a llevarla con ellos, a pesar de intentar
impedirles que se llevarán a la niña, al final su Florecilla es llevada
lejos.
Durante esa noche, Noé es visitada en sueños por Flor, quien le pide
jugar una última vez. Mientras ella se despide de su hermana, le
cuenta que la familia necesitaba de otro guardián y por eso era llevada
tan pronto, Noé no alcanzaba a comprender lo que Flor le decía, pero
si entendía que ella se estaba marchando. Noé mira, entonces, a una
anciana que toma de la mano a Flor, ella le sonríe con familiaridad, la
mujer parecía vieja, pero llena de energía y de espíritu fuerte. Flor le
sonríe y se aleja con la anciana. Noé mira su pequeña espalda, llena
de marcas de quemaduras, parecía haber recibido algún tipo de daño,
años después ella comprendería que esa niña había tomado un daño
dirigido a su familia completa, lo que había mermado su vitalidad.
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de entonces, ella vivirá en silencio, su mente escapa a un mundo de
fantasía, donde poco a poco sus recuerdos se guardan muy
profundamente y ella comienza a olvidarlos.
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Capítulo 20.
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- ¿Cuándo me desocupas mi casa?
Esa tarde todos llegaron a la casa prestada, Ana apenas lo puede creer,
la fachada era color azul y tenía el número 18 junto a la puerta. La casa
era enorme, tenía tres pisos construidos, con habitaciones enormes y
frescas, la ventilación y la falta de ruido la hacían parecer de un
cuento, detrás de ésta había un enorme patio con pasto y árboles
frutales, Noé y sus hermanos corrían y explotaban la casa, mientras
Ana los miraba llorando de alegría, junto a sus hermanos y a Víctor, su
amigo.
Esa noche, tomaron una cena muy particular, les consiguieron maíz de
palomitas y vieron películas de animación hasta muy entrada la noche.
Ana, sin embargo, salió a caminar por el enorme patio y corral de la
casa, sentía una ligera aprensión por la tranquilidad y el silencio que
se sentían, el aire fresco le llenaba en su totalidad los pulmones y le
permitía llevarse tantos años de carencias y maltratos. Ella regresa y
mira a sus hijos dormir, se veían tan tranquilos y contentos, Noé había
reído y gritado de emoción, como hacía años no lo había hecho. Su
pequeño con autismo también había salido corriendo con ellos, riendo
y mirándolo todo, absorbiendo la tranquilidad del lugar. En silencio,
Ana dio gracias a Dios por esta bendición.
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ver que la gente del pueblo en general era cálida y amable, compró
algunas cosas para el desayuno y, cuando volvía, las lágrimas no
pudieron esperar para salir nuevamente, ella pasaba por el atrio de
una iglesia, cuando una mujer la miró que iba llorando, se apresuró a
alcanzarla y la saludó.
Ana le contó todo lo que había pasado, sin dejar ningún detalle,
descubriendo que se sentía bien hablar sobre el tema, quizás por las
flores o por la presencia de Magda, aún no lo sabía. Magda le ofrece
ir continuamente a su casa para hablar del tema, ella notaba que había
mucho daño que reparar, le habló de un programa que llevaba con un
grupo de mujeres, en el que podía incluso hacer amigas. Ana le
promete acudir a las reuniones, también prometió llevar a sus niños,
ella sabía que el cambio sería laborioso, pero ya comenzaba a dar los
primeros pasos.
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Al llegar a la casa, Ana se sorprende de ver a los niños aún dormidos,
pero los dos mayores Luz y Luis, ya estaban levantados, ambos
sentados llorando aún por los días anteriores. Ana los abraza y les
promete que todo mejoraría en adelante, los envía a que se
refresquen en el corral, para tranquilizarse, cuando ella comienza a
preparar el desayuno, enciende una pequeña radio mientras tanto y
suaves pasitos se acercan a ella por detrás, era el pequeño Miguel, el
niño con autismo, la mira hacer cuando ella voltea a verlo y se acerca.
- Si, soñé cuando llegamos y corrimos con Noé y Pina por todo
el patio, me pareció un momento muy feliz.
101
segundo piso, una habitación enorme y fresca, recuerda haberse
subido a dormir luego de ver a su madre caminar fuera de la casa. Ella
percibe el olor de las chuletas ahumadas asándose, su estómago
protesta y ella baja rápidamente, como de costumbre con el cabello
rizado hecho una gran maraña.
102
Capítulo 21.
Ella aún soñaba con esa escena donde flotaba en forma de esfera color
rosa, aún era capaz de sentir el ardor en la piel cuando algo la tocaba,
sin embargo Ana sí sabía a qué se debía ése sueño, ella recordaba una
muy similar, estaba segura de que eran sus recuerdos al fecundarse y
comenzar la gestación, pero, ¿cómo podría explicarlo?
Ése año, Noé hizo nuevos amigos en la escuela en que fue inscrita, su
madre decidió enviarla como oyente en el último año de primaria,
para comenzar sin problemas la secundaria. Si bien Noé no era una
niña muy estudiosa, se las arreglaba para sacar buenas notas.
103
Ana se sorprendió cuando un día sin nada en particular, Noé se acerca
para pedirle consejo sobre algo que comenzó a escribir. Durante
algunos años, Ana se ganó algunos billetes escribiendo poesía y
ensayos para un periódico local religioso, así que sabía mucho sobre
este tema, así que toma lo que Noé escribió y lo lee:
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- ¡Claro má! Al principio me asusté, porque pensé que me pude
haber caído de la barda, creo que ya no volveré a subirme.
105
Capítulo 22.
No hizo realmente falta que Ana le trajera esos libros a Noé, pues
durante sueños y pequeños lapsos en los que la niña caía en ese
extrañísimo trance, una anciana se le presentaba y le hablaba sobre lo
que le estaba sucediendo, cuando Noé le dio una breve descripción
física de la mujer, Ana supo de quién se trataba: era la bisabuela
María.
Noé que parecía haber nacido con una energía inagotable a la tarde
caía rendida por el agotamiento, pero a partir de que esos dones
despertaron parecía estar más cansada de lo habitual. Ana lo adjudica
a los recientes cambios en la vida de todos, sin embargo Noé los
resintió de diferente forma, mientras que sus hermanos prosperaban
cada uno en lo que le gustaba más, ella simplemente dormía más. Ella
buscó en diferentes aspectos mejorar el ánimo de la niña, sin mucho
éxito. Hasta que acudió con Magda por su consejo.
- Dices que sus hábitos son básicamente los mismos, salvo por
las horas de sueño y apatía.
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- Si, la animé a que lo escribiera, todo comenzó con un trance
que tuvo hace como un mes, donde vio a un muchacho de ojos
verdes. Ella lo escribió y me lo enseñó, parece que se trata de
ese hombre que ve, y de una bisabuela mía que se le aparece
en sueños y le habla de cosas que yo no entiendo.
Y Ana así lo hizo. Unos días más tarde, llevó a Noé con Magda, quien
le pidió dibujar algo y la observó todo el tiempo, hasta que le entregó
su creación. Era un lago, con dos pequeñas islas y cerros lejanos que
lo bordeaban, pero entre aquellos cerros se alzaba una construcción,
parecía una hacienda, con una caravana de carruajes yendo hacia la
finca.
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- Ella me dijo que hicieras lo que planeabas, hipnotizarme y ella
hablará contigo.
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Magda se giró a Ana y le dio una significativa mirada, la madre de Noé
no estaba tan segura de llevar a cabo el procedimiento en la niña, pero
ahora parecía ser lo correcto por hacer.
- Está bien.
109
Magda volvió con lo que la niña solicitó, mientras se acercan ambas y
la miran hacer. Noé tomó la aguja y se pinchó fuertemente el dedo,
logrando sacar suficiente sangre para cubrir un pequeño hueco en la
palma de su mano, donde vacío las cenizas y las mezcló bien, luego
descubrió su hombro y lo cubrió con la pasta que se formó, después
puso el sobrante en su frente, entre sus cejas y anunció que estaba
lista. Magda procedió a realizar la hipnosis.
110
Capítulo 23.
Ana y Magda tenían ahora una misión importante, cada una estaría
pendiente de cada aspecto del crecimiento y maduración de Noé,
mientras que la bisabuela, educaba a la niña en su aprendizaje, le
hablaba de las criaturas que era capaz de ver, así como se otros que
aún no conocía, les llamaba parásitos, pues se alimentaban de las
emociones más enfermizas que una persona podía sentir, como la ira
y la envidia. Noé comprendía ahora las palabras que esas criaturas le
lanzaban a su hermana, pues la consideraban una amenaza, aunque
al final la pequeña ofreció su fuerza y su voluntad para allanar el
camino que Noé ahora recorría.
Justo cuando llegó el primer ciclo lunar de Noé, tuvo otro significativo
trance, ella miraba a una pareja con ropas antiquísimas que le
hablaban sobre algo, demasiado importante dado el tono de sus
voces, pero que por su diferente dialecto la niña no entendía.
Entonces, de la nada, apareció un enorme espejo hecho con las
pequeñas gotitas de agua que componían la niebla que los rodeaba,
en él se reflejaba Noé, pero con la apariencia de una muchachita de
piel morena y cabello negro y largo, la joven le traducía sus palabras.
111
cuerpo, eso acabaría por darles un poder sobre ti que no
existe, que es ilusorio, pero lo sostendrán y podrán lastimarte
con él. El hombre que viste está buscándote, él también sueña
contigo, te ha visto desde hace mucho tiempo, él es mi pareja,
pero es tú compañero, él nunca me perteneció, yo fui el
camino que lo guía hacia ti, el último antiguo ofreció su vida
para darle a él la oportunidad de llegar hasta ti, pero aún no
puede encontrarte, primero debes aprender y entender las
consecuencias de esa falsa alternativa, de lo contrario
terminarás como nosotros, atrapada. Siempre que necesites
un consejo, sabes cómo acudir a nosotros.
Ése día, Noé comenzó a llevar consigo una pequeña bolsita de cuero
con las cenizas de copal y un pequeño alfiler, sabía que la pasta hecha
con sangre y ceniza era la manera de volver a convocarlos.
La niña rápidamente crecía, y con ella crecían también las miradas que
los hombres, jóvenes y adultos, le dedicaban, ya no intentaba pasar
desapercibida, sino que lucía sus encantos de forma natural. Pronto
cumplió 16 años, fue cuando conoció al primero, muy a pesar de que
Ana encontraba que este chico, de 20 años, muy desagradable, no
podía evitarlo, ella sabía que debía permitir que el curso fluyera.
112
de la madre, convenció a la joven de visitarlo en su casa, él
argumentaba que se lo pedía para tener espacio y privacidad.
Sobra decir que la familia de aquel joven jamás la volvió a mirar con
simpatía, pues su mimado hijo había sido rechazado y lastimado, Noé
también les retiró su agrado, pues entendía que ellos lo consentían
demasiado, al grado de no importarles lo que él estuvo a punto de
hacerle. Ella aún era menor de edad, y si las consecuencias de agraviar
la vida de una joven de esta manera no les importaban, entonces no
sabía qué clase de futuro tendría la mujer que acepte compartir su
113
vida con él. Éste chico le mostró a Noé un amor perezoso, que no
deseaba esforzarse en nada, un amor lamentable.
Ella llega a su casa, aún abatida por la experiencia, Ana la mira llegar
desde el pequeño patio y la espera para juntas hablar lo sucedido,
minutos después, Magda aparece en su puerta y las tres desenrollan
la dramática experiencia, dándole a Noé una base más firme sobre lo
que debía buscar en una pareja. Noé entonces mira como llega Víctor,
el amigo de su madre y juntos le anuncian que, meses después del
divorcio de sus padres, ellos se reunieron y reavivaron una vieja
relación que tenían, la muchacha sonríe contenta, pues su madre se
veía feliz, Magda los ayuda a llevar esta nueva experiencia de una
forma sana, pues los niños pequeños eran muy delicados, sobre todo
Miguel, quien necesitaba un sentido de seguridad muy específico.
Meses pasan, antes de que Noé se tope con el siguiente chico que le
abrirá los ojos sobre los hombres y las relaciones en sí, ellos se
conocen en una presentación en vivo de la banda de rock que Luis
forma, junto a él y otros amigos. Ella disfrutaba particularmente de
esa música, pues le ayudaba a liberar preocupaciones y el estrés de
estos últimos años.
114
Capítulo 24.
115
Noé despertó una noche con la suave melodía de una flauta lejana,
parecía llamarla, suave e insistente, ella miraba sin ver y Ana supo que
era el tiempo de ir al lago. Así que lo dispuso todo y a los demás les
dijo que irían de paseo, sabiendo que Noé se apartaría un rato, pues
era de suma importancia lo que debía llevar a cabo.
116
susurro, imitando las notas de la melodía de flauta, cantando sobre la
travesía marcada por el dios del sol. Era la misma melodía que los
sacerdotes de antaño cantaban a viva voz durante el sacrificio de
Yarelhi.
Noé llega a las orillas del agua y se descalza completamente los pies,
entrando suavemente en el vaivén del lago helado. Tomando la
extraña navaja ceremonial que se le indicó improvisar, se hizo un
ligero corte en el nacimiento de su dedo pulgar izquierdo, dando una
lenta vuelta sobre sí, dejando caer robustas gotas de su sangre. Ella
finaliza la canción cuando la niebla apareció desde la cueva, siendo
partícipe de su ritual, cubriéndose de forma espesa e íntima.
117
Capítulo 25.
Ella giró sobre sus talones para verlo de frente, el viento mecía
perezosamente sus cabellos, rizados y esponjosos por la humedad del
lago, llegando hasta media espalda. Ella le sonríe, en una invitación a
presentarse, a pesar de conservar entre ellos cierta intimidad.
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lo miraba hacerlo sin interrupciones y sin titubear a la hora de tocarla,
imaginaba cierta resistencia de parte de él hacia el contacto físico.
Íñigo sabía que era muy pronto y, aunque aceptaba las consecuencias,
debía mantener la calma y cosechar paciencia, mucha paciencia. Él
levanta su mano, queriendo sostener su rostro, pero algo le decía que
el próximo toque entre ellos debía esperar, así que bajó su brazo,
incluso Noé parecía decepcionarse, él se pone de pie, le da una
119
reverencia y comienza a caminar lejos. Cada paso era más tortuoso
que el anterior, sus extremidades parecían gritar de dolor, pero él no
se detuvo.
120
Capítulo 26.
Noé poco a poco parecía estar siendo envuelta por la tramposa labia
de Mauricio, constantemente la engañaba con promesas de grandeza
y de importancias que sólo hacían elevar su ego, haciendo que ella se
alejara poco a poco de su camino. Pero ella sabía que lo necesitaba
para su propia conveniencia, con todo y esos defectos que sólo hacían
a su imagen más y más falsa.
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Ella prácticamente hizo todo el movimiento, desde conseguir el dinero
hasta hacer las maletas, él parecía un auténtico inútil en esas cosas.
Luego de obtener una ligera pista sobre lo que puede haber arrojado
al lado de su vida, él regresa con su maestro y le da los detalles que
averiguó.
- Ya veo, ¿sabes si acaso ella tiene una marca con cierta forma
específica?
- ¿Qué forma?
Algunos días después, Fausto comienza una plática con Noé sobre
eventos paranormales y misterios, donde ella expresa sus profundos
conocimientos, pero al darse cuenta ella recuerda que su actual vida
es una gran farsa, lo cual comienza a destruir lentamente sus
123
esfuerzos por mantenerse de esta forma, ella muy dentro de sí misma
sabía y tenía en cuenta que el golpe que debía recibir de su relación
con Mauricio, tendría que ser de enorme magnitud, ella se expuso a sí
misma sabiendo que podría recibir un daño más grande del que puede
que sea capaz de resistir.
124
Capítulo 27.
Noé comienza a sentirse más cómoda con Fausto que con Mauricio,
una situación peligrosa, pues sabe que Mauricio es un hombre infantil
y dependiente, comienza a dejarse llevar por lo que sucede alrededor
de Fausto, lo que evoca en un acto trágico.
- Entiendo, me prepararé.
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- Buena suerte Fausto, sé que no es una tarea sencilla, pues te
arriesgas a ti.
- Así lo haré.
Los días transcurrían de forma tormentosa para Noé, sabía que esto
podría lastimar irreparablemente a Mauricio, dada su dependencia,
pero cuando permanecía con Fausto no había más que pudiera, o
quisiera, hacer para frenarlo, era como lanzar pirotecnia.
Fausto acudió sin dudarlo, pues aparte de necesitarlo tanto como ella,
tenía una misión y no le fallaría a ella, reconocía la tarea de Noé y
debía hacer algo para hacerle terminar por fin esta pérdida de energía.
126
acústica, las notas volaban por sus dedos y la letra fluía con su pasión
expresando sus más profundas emociones. Al terminar, nuevamente
se pierden en el silencio y en sus miradas.
Noé jamás se había sentido tan complementada por nadie antes, sabía
que se trataba del hombre que la miraba, sosteniéndose de sus
brazos, y admirando lo que ella era, se sentía correcto por primera
vez, se sentía sin fugas de sí misma.
127
Capítulo 28.
128
- Abrimos nuestra lavandería mi madre y yo hace unos días, le
regalo un volante, sirve como cupón con el 15% de descuento
en su primer servicio, le será válido un mes a partir de hoy.
129
Fausto tenía el hechizo completo y justo al activarlo pudo sentir la
presencia de Noé cubierta por un velo de tranquilidad, así supo que él
ahora estaba con la mujer con quien lo vio, no pudiendo retener la
furia que aquello le hacía sentir. Muy pronto ella sería liberada de él.
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Aquello le dio una fuerza tal, que solo pudo sonreír durante las horas
que pasaban, hasta que él la nota y al enterarse le informa que
mañana buscará clínicas de aborto en la ciudad.
131
Capítulo 29.
Noé apenas podía creer lo que sucedía, él le había dicho eso y dejó de
respirar por un momento. Aquello era peor de lo que creía, lo
comenzaba a ver como alguien diferente, implacable y cobarde. De
una forma muy seca ella le dice que lo pensará, pues sabía que si de
algo no era capaz era precisamente de abortar. Ella continuó yendo a
trabajar, incluso contándole al gerente de su estado, quien no tardó
en asignarle tareas menos pesadas.
Él insistía cada día en abortar el hijo que ahora crecía dentro de ella,
como ella no cedía en darle la razón y en hacer lo que él deseaba él
constantemente le decía que ese bebé no era suyo. Como si el hijo
que esperaba su amante fuera también de alguien más. Noé sabía que
no podía dejarle salirse con la suya en esto, no más.
Noé solo debía esperar unos meses, en los que ya no pudiera seguir
trabajando y podría irse con su familia, aunque primero debía hablar
con su madre, la forma en que salió no fue muy buena, Ana estaba
incluso radiante cuando le dio la noticia, así que hablar de su regreso
quizás sería lo mejor.
132
Para esa reunión ella cocinaría una cena típica de su ciudad natal,
comida que la familia disfrutaba en forma especial, excepto por lavar
los platos y limpiar la cocina, así que casi todos repitieron porción,
incluso él. Para el momento del anuncio, ella les agradece haber
asistido a su casa y haber aprobado su comida, luego les fue pasando
a cada uno la pequeña fotografía del ultrasonido donde se aprecia el
nuevo miembro de la familia. Todos en orden se acercaron y los
felicitaron dándoles abrazos y bendiciones, fue un momento
conmovedor, hasta que noto la expresión en él. Incluso su madre lo
vio y tanto ella como el padre lo llevaron aparte para darle algunos
consejos, parecían notar que él no deseaba tener el hijo. Así que
permitió que ellos lo tranquilizaran, el resto de la velada pasó muy
gratamente, compartieron consejos y peticiones sobre el futuro bebé.
133
secamente que serían sus últimos días trabajando, mientras
preparaba todo para irse, él pensaba que incluso podrían ser los
últimos días en que la vería, pero ella le solicitó un par de favores.
Primero, necesitaba que le ayudara con sus pertenencias, no deseaba
poner en aviso a Mauricio llevándose todo en un solo día, así que le
pidió ayudarla a sacar un poco de cosas cada semana, en sus días de
descanso, a lo que él aceptó, lo segundo era ver el modo de llevar todo
a la dirección de su madre, ya que era mucho el equipaje de ella, a
esto tampoco se negó, pues él sabía mejor que nadie que el lugar de
ella no estaba ahí.
134
- El bebé falleció, deben tomar una decisión ahora mismo o la
vida de Noé corre peligro mientras más tiempo pase.
135
Capítulo 30.
Algo iba mal, muy mal. De pronto la miraba ahí, pálida y con una
expresión de despojo, también la tenue sombra de tristeza y de
impotencia. Cuando se la llevan, él permanece en la sala y se acerca a
observar mejor a la niña, tenía los labios delgados y azules, todo en la
pequeña era igual a Noé, pero él mirarla ahí sin haber llegado a existir,
le decía que las cosas no salieron como ella quizás había planeado. El
tiempo de más que se ausentó y que se alejó de su deber, le había sido
cobrado con un costo demasiado alto…
136
Él regresa a su cuerpo y su realidad, tenía una sensación desagradable,
el anciano le había hablado de la intervención de un joven, llamado
Fausto, que aparentemente la ayudaba, tendría que buscarlo para
saber todo lo que él pudiera decirle. Rápidamente hace una breve
descripción del joven y regresa con el abogado, para mostrarle la
descripción y el nombre, esperaba que él pudiera ayudarle a
encontrarlo.
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El gerente regresa y le entrega una taza con la bebida humeante, le da
un corto sorbo y descubre que no era tan malo como aparentaba, así
que decide ir al grano.
- Si, Fausto sabe dónde está ella, al igual que yo, pero
desafortunadamente yo no puedo ausentarme de mi trabajo,
él sí puede, pero antes debe decirme el motivo por el que la
busca.
138
afuera de su habitación él ve a un grupo de gente, eran algunas veinte
personas. Fausto lo seguía de cerca, sintiendo también el tirón de la
presencia de ella, entonces lo vio dentro del cuarto, que tenía la
puerta entreabierta. Parecía mirarla con cierto miedo, ella dormía y se
veía notablemente enferma. Las personas de afuera murmuraban tan
bajo, que creían que no se escuchaba su plática, pero para ambos era
una conversación clara. Hablaban de la gravedad del estado de Noé,
no tenían esperanzas de que ella saliera de ahí pronto, también
mencionan que de no mejorar los medicamentos se terminarían.
David miraba fijamente hacia ella, ignorando al resto de los ahí
presentes, inclusive ignorando la mirada tosca que Mauricio le
lanzaba.
139
Capítulo 31.
- ¿Qué es eso?
140
con ella, era probable que se tratara del mismo caso, aunque se sentía
decepcionado, debido a que esperaba que fuera un encuentro real.
Noé despertó tres días después de la operación, pero fue aún más
grande su sorpresa al volver en sí y notar ahí tanto a Fausto con
Mauricio y al misterioso hombre con quien soñaba, aquel hombre tan
atractivo que creyó haber inventado por su necesidad de niña para
sobrellevar su soledad. Pero se encontraba al pie de la cama,
mirándola fijamente.
142
de este hombre. Él toma asiento junto a ella en el borde de la pequeña
cama, pasa su brazo por su espalda y la estrecha contra él, Noé se
aferra a él y deja su llanto salir libremente. Lamentando lo que perdió
para darse cuenta.
Decir que la llevó a su casa era más una forma de decirlo, pues se
encontraba en una hacienda virreinal en el corazón de la delegación
Coyoacán, había árboles, plantas florales y arbustos bien podados por
donde mirara, así como bancas de piedra, fuentes y pequeñas
Terrazas, aquello parecía un sueño. Noé miraba embelesada la vista,
siendo llevada en una ligera y cómoda silla de ruedas, alcanza a ver a
lo lejos, preparando comida con su prisa y alegría de costumbre, a su
madre y sus hermanos.
143
Capítulo 32.
Aún con todo, Noé le prometió varias veces que jamás haría algo igual
o similar, entonces se acompañaban en tranquilos paseos por el
enorme jardín, Ana desde siempre amaba las plantas, para ella esto
era como un tranquilo y relajante parque de diversiones, David le
había hecho la promesa de que siempre podrían quedarse a vivir ahí,
prácticamente le estaba obsequiado la finca, y ella se sentía en un
sueño.
Con el paso de los días, Noé por fin podía dar sus paseos sin la silla de
ruedas, aunque eran más cortos, ella comenzaba a presentar mejoras
en su debilidad. David la acompañaba, siempre a su lado, ofreciendo
tanto su presencia como su honestidad, sabía que ella tardaría algún
tiempo para confiar en él, así que se revestida de paciencia, virtud que
ella no poseía, y le daba cuánto espacio podía para volver a confiar.
144
- Pero, ¿quién es?
Noé los miraba expectante, ella supo, al ver sus expresiones, de quién
se trataba, pero no hizo preguntas, lo conocía bastante bien, esto aún
no terminaba.
145
David le solicitaba a Ana un permiso especial para llevar a Noé a un
sitio, no era fueran de la ciudad, así que no tardarían en volver, al
acceder a dejarlos salir a pasear, su madre la lleva a la habitación para
ayudarla a vestirse con algo más casual y menos cómodo, aún
necesitaba llevar una faja que le ayudaba con su cicatrización, el resto
era unos cómodos jeans rojo oscuro y suéter gris claro, con sus nuevas
y favoritas botas de piel. No había día que Noé no recibiera algún
detalle, Ana finalizó el atuendo con un pequeño y elegante dije de
plata en forma de corazón.
David las espera junto al auto deportivo, que era color azul eléctrico,
él también había cambiado su ropa, usando unos jeans lo
suficientemente ajustados para marcar sus piernas, un suéter negro
de cuello de tortuga y un abrigo ligero café claro. Le abre la puerta del
copiloto y le ayuda a ajustar el cinturón. Ella nota la elegante fragancia
masculina que usa y siente un vuelco en el estómago.
147
Capítulo 33.
- Necesito que sepas que todo cuanto soy y poseo es para y por
ti, entiende que he esperado casi trescientos años a que
llegaras y sin importar lo que haya pasado no te perderé de
nuevo. Desde ese encuentro en el lago, el tiempo para mí
terminó su pausa, ahora avanzamos juntos y nos iremos
juntos.
148
Noé se aleja para mirarlo, había cierto pesar en su mirada, su
expresión era tormentosa, no podía ni siquiera imaginar cómo fue
haber pasado tanto tiempo, simplemente esperando a que ella
llegara, a que ella existiera. No, ya no podía seguir rechazando lo que
él le ofrecía, podía ver lo mucho que él la necesitaba, en su misma
necesidad de él. Así que, por primera vez en un tiempo, ella le sonríe,
logrando lucir una iluminada expresión que calentaba su corazón, que
lograba hacerle olvidar todo ese tiempo vagando.
150
Capítulo 34.
151
en el cuello de ella, fueron suficientes para aplacar su fiebre, la
deseaba más de lo que podía resistir.
152
- Espero que disfruten mucho su estancia aquí, saben que
pueden quedarse cuánto quieran, Noé al parecer aceptó el
pent-house del centro, esta casa es tuya si lo deseas Ana, nada
es más importante para mí que ustedes.
David se sonrojó tanto que Ana comenzó a reír un poco, ella sabía lo
que había sucedido y él se sentía avergonzado, aún estaba convencido
que lo mejor era haber esperado más tiempo, se sentía pillado en una
ofensa.
153
una manera de subsanar su propio pasado, ella no había llegado a él
para cumplir ese destino, ella había nacido para un motivo mucho más
grande que las necesidades de él, incluso las de ella.
154
Capítulo 35.
155
Noé toma su vaso con el té frío y camina hacia la mesa, donde su
madre le señala el asiento vacío junto a David. Luis la mira acercarse
con un gesto serio y molesto, no aceptaba que su hermana
compartiera con otro hombre, no era una postura personal, se
trataban de sus celos de hermano los que lo hacían reaccionar de ese
modo, David lo entendía ya que habían hablado largo sobre el tema,
y aunque lo aceptaba, era un instinto difícil de ocultar.
156
- Siempre he sido un poco impulsiva, cuando algo se mete en
mi mente, no para de darme lata hasta que lo hago, razón por
la que tengo muy pocas cosas de las cuales me arrepiento.
157
Capítulo 36.
158
David abre lentamente la puerta del enorme baño, dentro Ana había
colocado una gran cantidad de velas aromáticas, las cuales hacían que
el lugar estuviera cálido y con un agradable olor a vainilla. En el
tocador a su derecha se hallaban dos batas de salida de baño a juego,
una de él y la otra de ella. A su izquierda se hallaba la enorme tina de
baño color blanco con humeante agua ligeramente colorada por la
infusión de romero, que se mezclan armoniosamente con el aroma de
las velas y producía una suave sensación calmante.
Ambos se miraban sin saber realmente qué hacer, Noé mira en un lado
una botella que contenía una fórmula para hacer espuma, lee
rápidamente las instrucciones y vierte una gran cantidad de ella en el
agua, para luego encender la función de la tina y está comenzó a hacer
una gruesa espuma.
David la miraba divertirse bastante, era una de las pocas veces que la
había visto sonreír de forma tan abierta. Antes de pensarlo siquiera,
él ya estaba tan cerca de ella que podía ver claramente las pecas que
adornaban su cuello y rostro, se hallaba prendado de las reacciones
de Noé, eran tan infantiles e inocentes, que nuevamente se
159
sorprendió cuando ella se apoderó de su cuello y comenzó a besarle.
Aquello era tan exquisito, él simplemente se dejaba llevar, era obvio
que ella no necesitaba que él fuera tan modesto. Él uso sus manos
para llevar las piernas de ella alrededor suyo, era momento de hacerla
suya en lugar de sólo dejarse tomar.
Noé estaba tan sorprendida que aún no pensaba cómo era que ya lo
deseaba de nuevo, David había tomado el control de la situación,
dejándola más que satisfecha, la dejó exhausta. Pero el desenfreno
inicial apenas le permitía examinar lo que sucedía, nuevamente sintió
hacer clic a “eso” que por fin encajaba, la habitación se sentía tan
correcta, como un cómplice de aquello, y aún no habían salido de la
tina, el agua aún estaba cálida y reconfortante.
160
Una hoja larga de maíz le rozó el brazo, haciendo una larga y profunda
herida, su sangre rápidamente coloreó de rojo la planta, como
tiñéndose desde adentro. Ella notó un extraño brillo saliendo de la vara
seca. Escuchó lejanos murmullos melódicos, parecían cantar una
lamentable historia llena de tristeza, ira y traición.
161
dentro era diferente, todo era de tonos oscuros y elegantes, mientras
que la de ella era en tonos claros y suaves. Se incorpora rápidamente
y nota que no llevaba ropa, solo la bata de salida de baño, pero no se
veía a David por ningún lado. Noé se levanta y camina un poco,
acercándose a la enorme ventana, era noche cerrada y suaves luces
iluminaban el jardín, resaltando el gran tamaño de los árboles que
circundan el límite de la propiedad. Pero a lo lejos, en una zona
apartada donde ella no había estado aún, se encontraba un tosco
tronco seco, a los pies de ese viejo árbol, se encontraba David, parecía
estar simplemente sentado ahí, mirando la retorcida corteza, se veía
tranquilo, hasta que miró en su dirección y la miró de pie en la
ventana. Él se puso de pie rápidamente y caminó hacia la casa, lo
escuchó acercarse y entrar suavemente en la habitación.
162
Noé sabía de quién hablaba, aún le parecía difícil tocar ese tema,
sobre todo con él. Se había enterado, escuchando detrás de las
puertas de cómo su hermano había hecho una amenaza abierta a
Mauricio, quien había estado yendo a la casa para intentar negociar
con ella, pero jamás lo había visto, así que sin importar el resto había
dejado de preocuparse por él, su hermano a final de cuentas la estaba
protegiendo.
Noé miraba cómo él intentaba por todos sus medios solventar parte
de su carga, incluso si eso lo dejaba en un lugar muy detrás de sus
responsabilidades.
163
que se encontraba su madre, su corazón ya conmovido se volvió cálido
al mirarla.
Hubo un tiempo en que Ana no sonreía ni para las fotos, cuando vivían
con su padre y constantemente era agraviada de alguna forma ruin y
humillante. Noé recordaba muy bien cómo era sentirse así.
164
Noé se quedó en blanco, se irían pronto, ¿qué pasaría entonces con
ellos? Se quedarían solos, ya nadie podrá intervenir para bien o para
mal. Será mejor no continuar por ese camino, apenas se había
enterado y ya su mente se aceleraba con miles de cosas, debía
aprender a tener paciencia y permitir que todo fluyera como debía.
Definitivamente las cosas cambiaron demasiado rápido.
Para cuando cayó la tarde, un gran desfile de personas tenía casi todos
los muebles de la casa en un enorme camión, mientras que otro resto
era acomodado en otro del mismo tamaño, algunas comodidades
fueron puestas en un práctico remolque habitable, se trataba del
transporte que llevaría a los hermanos y la mamá de Noé a salvo hasta
165
su casa en el pueblo, ella ni siquiera sabía que existían esos remolques
en México, lo miraba completamente divertida, era idéntico a los que
aparecían en las películas estadounidenses.
David la llevó por las escaleras, para cuando llegaron al cuarto piso,
ella resoplaba fuerte y con dificultad, hizo la nota mental de comprar
una caminadora.
David notaba cómo Noé contemplaba el lugar, con una luz de ilusión
que llenaba su mirada. Le permitió absorber todo lo que pudiera para
trazar mejor sus planes, luego la tomó de la mano y la llevó al
elevador, el único acceso al pent-house, él oprimió varios botones en
código y el ascensor comenzó a elevarse, Noé no recordaba haberle
166
visto hacerlo cuando la trajo el día anterior, él notó lo que pasaba por
su mente y rápidamente explicó.
Dentro todo estaba casi igual a la casa de Coyoacán, se dio cuenta que
eran los mismos muebles de allá, los que ahora llenaban el lugar.
El espacio era abierto, sin paredes que estropearan la vista a casi todas
las habitaciones, excepto la recámara y el baño, todo estaba rodeado
de ventanales enormes con cortinas vaporosas de muselina,
decoradas con espumosos listones de bolillo, sencillo pero cálido.
Tenía incluso una especie de chimenea, que más parecía un horno de
piedra cubierto por una gruesa capa de barro. Dentro había pequeñas
167
y lujosas plantas que llenaban de frescura y un ligero olor a tierra
mojada.
168
cerca de ella. Había pasado los años desde que Noé nació imaginando
este tipo de escenas, definitivamente vivirlas era mejor de lo que
había imaginado.
169
color gris Oxford y un par de jeans de mezclilla, también un poco
ajustados, ella bebió de la apariencia de él, parecía haber nacido con
todos los atributos que se le podían ocurrir en esos momentos, el
color de la playera sólo hacía resaltar el verde vivo de su mirada, así
como hacia su piel más clara y su cabello brillaba con vida propia.
170
plástico en su lugar, ahora podrían disfrutar de su privacidad. Para
comer pidieron comida a domicilio, pues aparte de lo que cenaron, no
había nada comestible en la casa.
171
luego descubrí que había tan pocas personas en el mundo con
habilidades, que eran perseguidas por presuntamente haber
hecho pactos demoníacos, una de las mías me permite ver a
los guardianes que protegen y dan guía a las personas de
buenos sentimientos, mientras que a los que albergan
emociones oscuras las parasitan unas criaturas que me
provocan un malestar sólo de verlas. Desde que estuve con
Mauricio había dejado de ver a los guardianes y a esas
criaturas, pero hoy, pude ver que ese joven llevaba uno
particularmente peligroso, me miraba con odio, el último que
vi con esa particularidad, fue a los ocho años. Había olvidado
lo desagradable que era.
Noé lo mira y entonces lo ve: el guardián más increíble que había visto,
se asemejaba a un noble caballero celestial, portaba una firme
armadura dorada, no llevaba armas, sus puños debían ser
impresionantes, pero su mirada, había tal gloria y poder en su mirada,
su presencia la hacía sentirse bajo la protección de un implacable dios
de la guerra. Éste le sostiene la mirada inmutable y le regala un leve
asentimiento, reconociendo a la guardiana de ella y ofreciendo su
respeto a quien ahora lo observaba.
- ¿Cómo es?
172
- ¿Cómo es qué?
173
David sintió un ligero mareo, muy diferente de esa experiencia con el
anciano, y lo siguiente que supo fue que estaba viendo detrás de Noé
a una muchacha idéntica a ella, sonriéndole.
174
Capítulo 37.
- Solo puedo decirte que es preciosa, igual que tú, sólo hay un
detalle que la hace diferente a ti, pero el resto es idéntico,
incluso los lunares y pecas.
175
“Noé necesito que hablemos, sé todo sobre la profecía, un mentor mío
me habló de ella y me ayudó a reconocerte, permíteme ayudar, quizás
el clímax de todo esto ocurra pronto y debes estar preparada.”
Sabía que Fausto podría saber algo al respecto, así que tomó un
martillo para romper el concreto y comenzó a destruir el pedestal.
David compartió con Fausto una antigua botella de coñac, la que tenía
guardada desde hacía ciento cincuenta años, y de la que bebía una
177
pequeña porción cada tiempo, tenía alrededor de veinte años sin
abrirla, el olor era tan fuerte que rápidamente se impregnó la
habitación.
178
geométrica extraña, similar a un hexágono que sellaba en su interior
cabellos y uñas, así como una botellita muy pequeña con agua
recolectada de la niebla que habita la cueva.
179
Casi cae hacia atrás de la impresión, a punto de sumergirse de nuevo
en aquel líquido.
La pícara sonrisa que Yarelhi le dirigía le hacía querer reír con ellas,
ambas parecían haber llegado al mundo desde otro planeta, sus
extrañas maneras contrastaban con lo que se había imaginado. Sin
duda los años que habían pasado aquí juntas las habían vuelto muy
cercanas.
Las dos mujeres la llevaron casi a rastras hacia una extraña cueva, se
encontraba dentro de una enorme caverna, le recordaba a las fotos
que alguna vez vio de los cenotes mayas, pero esto era por mucho más
profundo.
180
obsidiana, otro era una maraña de troncos y raíces que más bien
tenían la forma de una silla con respaldo, el cuarto era una increíble
silla hecha de hierro fundido, el quinto se parecía a los tronos de los
reyes forrado con terciopelo rojo, el sexto era un banco sin respaldo
hecho de piedra lunar que parecía brillar con luz propia y el séptimo
era una simple silla de madera corriente atada con lazos de mecate.
Noé recordó alguna vez recibir la advertencia de que algún día estaría
de pie ante ellos, pero de quien debía cuidarse era del séptimo, quizás
significaba que era él quien podría ayudarla en algún momento de
necesidad, pues los demás la miraban con cierto desdén.
181
- ¿Qué les hace pensar que así de fácil terminarán con todo?
- Las tres aquí hemos recibido las instrucciones del mismo dios,
jamás debíamos haber llevado a cabo el sacrificio por nuestra
cuenta, debíamos hacerlo en conjunto con los demás elegidos.
Una de nosotras debía entonces desangrarse hasta morir para
hacerlo, pero eso sólo retrasaría el sacrificio final, haciendo
que nuestra habilidad fuera diluyéndose con el tiempo.
Nuestra primera misión en ese caso era asegurar la
descendencia que continuaría con los rituales, pero al
realizarlo en conjunto se podía terminar en uno solo. Cosa que
ustedes ignoraron y nos condenaron. Si el dios hubiera querido
esto desde el principio, nos habría enviado a nacer sin la
habilidad de amar a nadie. – Les espetó Yarelhi.
183
- Noé, ¿cuándo te encontraste con él?
184
Así como fue llevada a la cueva, Noé fue regresada a rastras hasta
donde se encontraba el estanque de líquido extraño, las dos mujeres
la sostuvieron muy cerca de aquella agua, luego la miraron
intensamente, ambas besaron cada una sus mejillas y luego la
arrojaron.
Noé abre los ojos repentinamente, mira alrededor suyo con gran
agitación, Fausto y David la miran un poco asustados, ambos parecían
estar como hacía unas horas, David apenas estaba tomando asiento.
Mientras para ella pasaron horas, para ellos no fue ni un segundo.
Ambos notan lo que ella miraba, es entonces que ven las marcas,
segundos antes no estaban ahí. Se acercan a ella y comienzan a
inspeccionarlas, ni Fausto ni David habían visto algo parecido.
186
- Noé, ¿sabes cuánto tiempo tenemos para encontrar a la
cuarta y llevar a cabo el gran ritual?
187
personas, cuando él mismo lanzó una cura para los horrores que vivían
algunos.
Ella pasó de estar mirando el papel y dar una fina pincelada a notar la
sangre en su regazo y luego mirarlo.
188
desapareciendo. No creas que mis intenciones son puramente
desinteresadas. Esto me puso fuera del juego por varios miles
de años y puede volver a hacerlo, por eso necesitamos vencer
de una vez.
189
Noé despierta de un salto, notando cómo la sangre de su nariz
continuaba saliendo, goteando en su ropa, tomó el paño más limpio
que encontró y lo sostuvo en su nariz, saliendo rápidamente yendo al
baño, pasa frente a David, quien la mira y nota la sangre en su parte
frontal, él salta detrás de ella, totalmente alarmado y a punto de
llamar pidiendo una ambulancia, hasta que la observa lavando la
sangre de su nariz.
191
Capítulo 38.
Fausto habló demasiado rápido sin notar que dentro había una
atmósfera extraña y cargada. Los miró con curiosidad, parecían haber
peleado o a punto de hacerlo.
- Noé tuvo otro trance, esta vez fue convocada por el dios. Le
mostró cosas, parece que algo de suma importancia.
Noé le cuenta con todo tipo de detalles, sin dejar información para
ella. Para cuando terminó, Fausto sólo pudo mirarla intensamente. Le
pidió mostrarle los dibujos que había hecho, ella lo llevó a la pequeña
habitación improvisada en el piso bajo ellos, le permitió mirar cada
dibujo y pintura. Él apenas lo creía, se asemejaba demasiado a un
“miembro nuevo” de la hermandad, aquel joven se era demasiado
misterioso, tanto como para ponerle alerta en más de un modo, pues
su mera presencia los ponía a todos nerviosos. Fausto no podría
192
delatar la identidad del nuevo, algo debía necesitar hacer ahí como
para ir personalmente. Les habló de él, pero si mucho detalle, pues
apenas lo había visto algunas veces. Las cuales eran suficientes para
no olvidar su apariencia y mucho menos su presencia.
Los tres salen del edificio y toman el auto que les esperaba, otro de
los choferes que trabajan para David y que Noé ni sabía el nombre.
Los llevó a la dirección que Fausto le entregó. Se trataba de una vieja
casa, un poco descuidada, la pintura había desaparecido si no es que
jamás la tuvo, bastante descuidada pero limpia.
Dentro todo era tan diferente que miraban los tres sorprendidos por
la diferencia. Parecían haber ingresado en una enorme casa de alguien
193
acaudalado, la primera estancia era una espaciosa sala con enormes y
cómodos sillones, mesillas ornamentales decoraban las esquinas y
estaban puestas entre los espacios, las paredes estaban adornadas
con papel tapiz demasiado viejo pero en tal estado que parecía no
tener más de unos pocos años. Fueron guiados por la muchacha hasta
la sala, donde ella tomó asiento y les hizo una seña de hacer lo mismo.
Noé toma asiento cerca de ella, en su lado izquierdo, mientras que los
otros dos tomaron el sillón frente a ellas. En medio había una pequeña
mesa con mantel de encaje, en ella había un enorme plato con unas
extrañas galletas en forma de flor, Noé recordaba haberlos visto en su
teléfono, eran pasteles lunares, un popular postre de China.
- Esta mañana creí que sería un día como los demás, pero de
pronto se me apareció una enorme señor con taparrabo y un
penacho, creía que moriría de la impresión, pero entonces me
dijo la cosa más extraña, que unas personas vendrían a verme
y me mostró una foto de ustedes, bueno, no era una foto
común, era como un dibujo en un bloque de piedra muy
brillosa. Me dijo que especialmente confiara en la mujer, -
señaló a Noé – Me dijo que serías como mi hermana, yo vivo
aquí sola desde hace muchos años, un día mis padres me
regalaron con una señora muy gorda y ella me trajo aquí, me
dejó y cerró la puerta.
- ¡No! Todos los días viene alguien que me trae comida y una
bebida que no sé qué sea, con esa bebida he cumplido apenas
cinco años desde que llegué.
194
- ¿Cómo? Estamos en el año dos mil diez.
- Eso es extraño, pero con esa bebida cada vez que la tomaba
me quedaba dormida, cuando despierto creo qué pasaba
entonces un año, porque he estado despierta unos diez días.
Hasta que hoy desperté y ese señor me dijo que dejara de
tomar el brebaje, ni siquiera sé cuándo vendrán por mí.
- Yo soy Noé.
- Yo me llamo David.
- Y yo Fausto.
195
Los cuatro se continúan mirando, parecían haber descubierto algo
más, hasta que ella les dice de pronto.
196
veremos qué sigue. Mientras tanto estarás con nosotros y no
más sola ni dormida.
Ella caminaba en círculos por una enorme casa, todo era blanco y
estaba muy limpio. En el centro había una sala circular que tenía una
escalera de caracol que circundaba toda la sala y subía por lo que
parecían varios pisos, ella subió y entró en cada habitación que
encontró, notando que en cada una había memorias y objetos
pertenecientes a una persona diferente, se trataba de sus primos por
el lado materno.
197
los demás están ahí, David, Fausto y Sofía. Todos la miraban despertar,
parecía que ellos llegaron antes y ella se había desviado hacia esa
extraña casa.
- Estamos aquí.
198
Nadie respondió, por lo que se puso de pie y se acercó a los cuatro,
con Jacinta y Yarelhi a ambos lados. Su mirada estaba fija en Noé,
aquella expresión paternal había desaparecido, mostrando ahora una
firmeza que no aceptaba objeciones. Noé se encontraba ligeramente
nerviosa, aquello era algo que esperaba pero que también le ocasiona
cierto temor, por lo que fueron a pedirle que hiciera.
199
a todo su potencial, esto es meditando y buscando dentro de
sí mismos aquello que los contiene y liberarlos. Mientras
tanto, habrán otros seres que les darán caza a ustedes, no es
necesario que permanezcan juntos, cada cual es capaz de
eliminar a los que vendrán, si bien no son muy fuertes son
muchos. Solo les pedimos que sean puntuales, en la fecha
designada los estaremos esperando junto al sauce en el lago,
hasta entonces no podrán contactar más con nosotros, que
también estaremos preparándonos.
- Pero, creí que solo con sangre se hacía el ritual. ¿Por qué
debemos cultivar poderes?
200
Cuando Noé despertó, los tres la miraban de cerca, había
preocupación en sus rostros.
- ¿Qué sucede?
La bebida que Noé ingirió fue lo suficiente fuerte para hacerla dormir
las dos horas que duró el viaje. Al despertar estaban aterrizando, ella
miró a David con una expresión hosca, pues se había perdido de las
vistas desde su ventana.
203
elevaba en interminables pisos llenos de enormes ventanas, parecía
que la fachada estaba cubierta por un enorme cristal polarizado que
reflejaba el cielo y no perdía los detalles de las nubes. Frente al edificio
se extendía el mar y el cielo, alejando su vista hasta perderse. En la
parte trasera del hotel se encontraba el área de piscinas que, debido
a la baja temporada, estaban casi desiertas. El momento de ir era el
mejor de todos.
Juntos suben a las habitaciones, David había pagado servicio para dos
enormes habitaciones dobles, pues creyó necesario que
permanecieran al menos en parejas, Noé y Sofía nuevamente
compartirán, mientras Fausto y él también lo harían. Se encontraban
una seguida de la otra con un enorme balcón/terraza que se
conectaba. Las mujeres estaban muy emocionadas, así que
rápidamente se metieron al cuarto y salieron con un bonito bañador
combinado de una pieza en color azul turquesa. Juntas bajaron casi
corriendo a las albercas, estaban ansiosas por mojarse, parecían tener
en común una casi adicción por el agua. Los hombres bajaron en ropa
ligera, sólo un pantalón de lino blanco y sandalias. Noé bebía de la
imagen que David daba, no paraba de notar las miradas que otras
pocas mujeres le daban, incluso los acompañantes de estas notaban
al hombre rubio con ojos verdes. Fausto resaltaba por su blanquísima
piel y cabello casi transparente. Ambos se sentaron en enormes
sillones a la sombra mientras bebían de una costosa botella de whisky.
Ambos reían ante los juegos de las dos en el agua, hasta que las
notaron completamente rojas por las quemaduras del sol, David
llevaba una pomada para quemaduras que rápidamente les
comenzaron a aplicar a las dos. La noche fue demasiado para ellas,
que no podían ni usar ropa por el ardor.
Esa noche la pasarían fuera del hotel, llevaban una enorme bolsa con
comida y bocadillos así como una colchoneta para recibir el amanecer
en la playa. Juntos comieron y rieron, hasta que llegó un momento en
que no hubo más ruidos a su alrededor y se dedicaron a mirar la
enorme luna que se apreciaba cerca del horizonte. Fausto comenzó a
tararear un mantra tibetano para meditar y los cuatro comenzaron a
entrar en estado de meditación. Noé miraba fijamente la luna, sentía
dentro de ella una pulsación que le pedía salir casi a gritos, podía
sentir esa palpitación en su marca del hombro, nunca había hecho
eso, lo cual la ayudó a fijar su atención en ello. Lentamente sintió que
su cuerpo bajaba, llevándola al lugar donde sin duda se encontraba
parte de su poder obstruido.
205
Pero al pasar los segundos algo dentro de ella se sentía más fuerte e
iluminado. Noé sonrió y comenzó a tomar las demás rocas, una a una…
206
Miró como una enorme nube carmesí quedaba al destruir a aquellas
criaturas, dejando a sus soldados libres y vitoreando.
Abrió los ojos con cuidado, temiendo quedar ciego. Pero recibió el
suave brillo de una fogata en medio de un frondoso bosque, él estaba
sentado frente a una mujer con ropas y aspecto chamánicos. Ella
sostenía una sonrisa tranquila y familiar.
- Comencemos de nuevo.
207
Ella levantó suavemente sus manos, dejando una ventana entre sus
dedos índice y pulgar conectados, mostrando sus palmas hacia él,
primero lentamente, luego muy rápido, dentro de ellos apareció una
especie de vórtice que soltaba luces, estas iban dirigidas a él, en su
mano izquierda de pronto deslumbró una extraña marca, se trataba
de dos flechas cruzadas en X con símbolos lunares entre cada espacio,
de su mano salió una especie de barrera luminosa, era de color rojizo
la cual comenzó a absorber los rayos que eran lanzados contra él,
volviendo el escudo de luz destellar en colores variados y volver al rojo
cristalino de antes. Hasta que de pronto, algo dentro de él hizo un
sonido crocante y ese escudo lo envolvió completamente en un capullo
sellado y firme.
208
debía medir casi tres metros de alto, llevaba ropa hecha con plumas
de vistosos colores, su torso iba descubierto y se notaban sus densos
músculos, sobre los cuales había símbolos estrechamente dibujados.
Sobre su cabeza había un exuberante penacho con las mismas plumas.
Él le tendió una mano para levantarla y ella la tomó. Era tan pequeña
a su lado que se sintió demasiado frágil.
209
Capítulo 39.
Sin previo aviso él desató una ráfaga de algo muy cálido que comenzó
a derretir su cuerpo, se sorprendió al no sentir dolor, aquello era como
quitarse una gruesa capa de lodo que ocultaba su verdadera piel. Ella
creció exponencialmente casi a la estatura de él, su piel brillaba en
colores iridiscentes, como los destellos de un ópalo.
210
Ella comenzaba a unir las piezas, esas personas la alimentaban muy
poco y siempre le daban el brebaje para dormirla, quizás era como él
decía, debía permanecer así. Sofía notaba cómo solo de pensarlo, su
magia vibraba debajo de su piel, pidiendo, rogando por salir.
Tuvieron que forzar una relajación, pues esa magia, ese poder
comenzaba a escuchar su llamada de nerviosismo. Su primera lección.
211
- Noé, necesito verificar algo, envía una de esas burbujas a
David.
Noé se tuvo que esforzar aún más, pues debía mantenerlos a todos
dentro. Pero al final, pudo hacerlo y los cuatro fueron atrapados,
luego Sofía convocó una pequeña esfera plateada, dentro de esa
esfera un extraño humo parecía arremolinarse, hacía ondas y mareas.
En un segundo esa marea se detuvo y de pronto comenzó a moverse
agitadamente y, al siguiente momento todos se encontraban en el
212
claro de un denso bosque, ahí no parecía existir la vida más allá de los
centenarios árboles.
Sofía había dejado de ser una niña de quince años, ahora hablaba la
guardiana, que si bien no tenía edad ni era manipulada por ella,
demostraba su naturaleza.
Fausto notó los mismos detalles, salvo que su armadura no era sino
una ligera protección del mismo cristal rojo del que era el hacha, las
luces del día rebotaban en su pulida superficie, la mirada gris de
213
Fausto se tornó amarilla, igual de concentrada que la de su oponente.
En la otra mano de Fausto se apareció un curioso capullo ovalado, que
le cubría solamente el antebrazo. Sus pies iban descalzos, expuestos
ante la batalla.
214
rodeándolos, se perdían entre el bosque, sus alaridos sonaban alto y
ensordecedores. Él se posicionó nuevamente, tomando un frente.
Caminó lentamente y, quedando a un palmo de distancia del más
cercano, un gruñido salió de su garganta y aquel poder avasallador
salió despedido, eliminando a todos y cada uno de los monstruos que
los rodeaban. Los tres miraban impresionados el gran potencial
destructor de aquello. Al mirar detrás suyo, hacia los demás, David de
pronto cae sobre su rodilla, luchando por mantenerse despierto, Por
lo visto usarlo lo dejaba agotado.
Era el turno de las dos mujeres. Noé sabía dentro que quizás su magia
no serviría mucho para luchar, sino para inhabilitar a un oponente más
fuerte que ella. Por el momento sólo había aprendido a liberar las
burbujas, pero una vez que Sofía comenzó a lanzarle ataques, Noé se
convirtió en una estatua viviente de un material azul y brillante, todos
miraban como de su cuerpo se emitía una luz azul. Sus pies no tocaban
el piso, su cuerpo estaba elevado por encima del suelo algunos
centímetros y, no obstante, podía deslizarse en el aire, esquivando los
ataques enviados por Sofía.
215
de ópalo. Ella también comenzó a flotar en el espacio, yendo tras de
Noé.
216
Corrieron hacia las habitaciones y, mientras se daban rápidas duchas,
llamaron al servicio del hotel. Cada uno devoró su respectiva bandeja.
Luego las mujeres salieron disparadas con sus bañadores hacia las
piscinas. El resto de la tarde la pasó disfrutando nuevamente de
aquellas vacaciones.
Pero justo antes de irse, David pide un plato especial, aquel plato no
se encontraba en el menú, pues por el nombre, lo habrían reconocido.
El mesero volvió con una enorme fuente con fruta picada, parecía una
217
extraña figura de arte. Todos miraban asombrados la altura de la
fuente, debían ser casi un metro de altura, en la cima de la misma
estaba altiva y de ensueño una enorme manzana roja, era tan
brillante, que los tres pensaban en la manera más lenta de comerla,
sin saber que estaba hueca, sin corazón, pero con una gran sorpresa
esperando. David les indicó que podían comer la fruta que desearan y
la cantidad que quisieran, pero cuando los tres fueron a tomar la
manzana de la cima, él simplemente la alcanzó antes y se la quedó sin
probar. Todos hicieron reclamos sobre la acción, pero él simplemente
les dijo que ésa era suya, el resto podía compartirlo.
219
Capítulo 40.
220
imaginaban el futuro juntos. Llegaron a una zona muy particular que
no conocían, dentro del mar estaba lleno de enormes rocas porosas,
y contra ellas se formaba una perezosa espuma de las olas contra su
rugosa superficie. Ambos las suben y permanecen ahí sentados
bastante rato.
221
frazada gruesa y una nota que decía “La mañana es fría, no vayan a
resfriarse”, sin dudas Sofía era una buena cuidadora.
El vuelo de regreso fue rápido, está vez Noé pudo disfrutar de las
maravillas que ofrecen el mareo y los nervios de experimentar un viaje
en avión, para cuando aterrizaron se sentía tan enferma que no podría
comer nada el resto del día.
Acordaron pasar el día en el edificio con Noé y David, ella les prometió
cocinarles algo delicioso, aunque ella aún se moría del malestar. Sin
embargo lo que encontraron dentro les cambiaría sus planes.
222
se encontraba un maletín que no era suyo. Asumió que ahí se
encontraba la llave que lo dejó entrar.
- Por favor, déjenme a solas con él. Nada bueno puede salir si
ustedes dos pierden el control ahora, justo cuando acabamos
de comenzar. Salgan un momento.
Ambos salen y los dejan a solas, pero también sabía que los tres
tendrían un oído en la conversación.
223
- Muy bien, dime lo que deseas, pero algo te voy a dejar en
claro, no iré contigo a ningún lado, lo que sea que quieras,
dímelo ahora.
“Sin duda él no la dejará ir, si consigo que ella venga conmigo puedo
cambiarla por una buena cantidad de dinero, el embarazo de Claudia
no está yendo nada bien y si lo que escuché de mi compañera es cierto,
esta semana estaré sin trabajo. Ojalá ella no se hubiera embarazado.”
225
Noé se levanta y entra a la habitación, cerrando tras de sí la puerta,
dejándolos solos.
226
- Déjame ayudarte a salir, creo que el cansancio del vuelo de
pronto te llegó, sujétate de mí y vayamos a la cama.
227
simplemente esperar. Ella tomó una mochila y salió a recorrer las
calles.
Ella caminaba por una calle particularmente tranquila para la hora que
era, algunos negocios estaban cerrados, lo cual daba una extraña
sensación de soledad. Estaba dando vuelta en una esquina, cuando
unas fuertes manos la sujetaron y la arrastraron hacia atrás,
haciéndola entrar en una camioneta.
229
Noé lo sujetó con una burbuja salida de su mano, él no pudo hacer
más nada. Ella se acercó a él, caminando lentamente a su alrededor,
sonriendo como un gato, el sudor pronto le empapó la espalda.
Definitivamente su plan no iba como él había planeado.
- ¡Sácame de aquí!
230
hago nada y ya estás orinado de miedo. Siempre creí que eras
patético, pero esto raya en lo absurdo. No puedo imaginarme
lo que deseas lograr al intentar tanto atraparme, en definitiva
perdiste algo más que tu tiempo. Ni siquiera yo tendré que
hacerte nada, mis amigos han estado viendo lo mismo que yo
desde el principio, por lo que no tardan en llegar aquí y esta
vez no voy a intervenir con ellos.
231
- Sé lo que estás pensando, pero debes dejar de preocuparte,
estoy muy bien, en verdad me siento genial, di un largo paso
en esa sanación que necesitaba y comprendí que no debo
mirar hacia atrás, también entendí que nunca le importé ni un
poquito.
David y Noé se quedaron solos y por fin pudieron tratar el tema del
día.
232
- Lo tenías todo planeado y no me lo dijiste.
Noé no recordaba haber pasado mejor día, parecía que por fin sus
vidas correrían entre el desenfreno de sus cuerpos y la maravillosa
sensación de sus compañías.
233
Noé comienza a tomar nota de los productos que tendría que
aprender a realizar, cuando David la lleva a un enorme escritorio y le
muestra los documentos de un gran taller laboratorio que ofrecía sus
fórmulas para la venta exclusiva bajo su marca. Así como el respectivo
permiso y registro de la marca para ella, un bellísimo y elegante logo
estaba impreso en varios diseños, listo para su aprobación.
234
Lo que ella no sospechaba era que aquello era solo una trampa para
hacer todo por ella, sin que supiera nada.
Su madre y sus hermanas pasaban cada hora del día con ella riendo y
bromeando, yendo de compras y comiendo en sitios fuera.
En varias ocasiones Sofía se les unía, las demás veces que no acudía
ella argumentaba que tenía cosas pendientes qué realizar, aunque por
el tenue brillo en sus ojos, Noé sospechaba que esos pendientes
tenían nombre y complexión masculina.
235
Fueron los días más maravillosos con su familia, por la tarde llegaron
Víctor con Luis y Miguel, ellos habían pasado los días anteriores
arreglando la gran casa de Coyoacán, donde se había amueblado de
nuevo, con todo recién adquirido, además de acondicionar todo el
perímetro con detalles para una gran sorpresa.
Este fin de semana comenzaría el gran plan, mientras tanto Noé fingía
no haberse dado cuenta. David deseaba hacer ese día lo más especial
para ella, así que estaban dispuestas a cualquier cosa con tal de
cumplir su parte.
Fueron los días más maravillosos con su familia, por la tarde llegaron
Víctor con Luis y Miguel, ellos habían pasado los días anteriores
arreglando la gran casa de Coyoacán, donde se había amueblado de
nuevo, con todo recién adquirido, además de acondicionar todo el
perímetro con detalles para una gran sorpresa.
Este fin de semana comenzaría el gran plan, mientras tanto Noé fingía
no haberse dado cuenta. Ella notó cuánto se esforzaban todos en
mantener la sorpresa en secreto, así que hizo como que no sabía
cuándo los escuchaba susurrar los detalles de todo, ya tenían listo el
sacerdote que oficiará, el lugar con todos los adornos, el banquete
contratado y el gran pastel en estilo nude con frutas que ella había
elogiado en una película.
237
Capítulo 41.
Por fin llegó el sábado. Desde la noche anterior, Ana envió a David a
dormir con Luis y Fausto, mientras el resto se quedaba en la casa con
Noé, pusieron películas de época y se hicieron tratamientos faciales.
238
Después de un largo trayecto, en el que tuvieron que atravesar casi
toda la ciudad, llegaron a la gran casa de Coyoacán, al bajar de los
autos, se escuchaba una orquesta con violines y violonchelos suaves e
íntimos.
- ¿Podemos pasar?
Ana los miraba con un gran nudo en la garganta. Ella también había
dado a Noé su bendición anoche, antes de quedarse dormida
abrazándola.
239
Por fin dieron las tres de la tarde y los invitados estaban siendo
acomodados en sus lugares para comenzar la ceremonia, el sacerdote
había llegado y clamaba a todos para tomar asiento.
El camino era apenas de unos metros, pero se sintió como una travesía
de años interminables, hasta que llegó a la altura de David, él se veía
gallardo y elegante en el frac que eligió.
240
Al término, Noé es arrastrada nuevamente dentro de la casa, donde
Ana y sus hermanas le quitan el costoso vestido y la enfunda en uno
más corto y cómodo, con una falda en corte princesa con corsé, le
recordaban a los vestidos de quinceañera.
David la miraba comer y reír a las bromas de sus primas, aquello era
su más grande dicha en esos momentos.
Por fin llegó el momento del baile de los novios, iniciaron con una muy
común canción melosa, para luego cambiarla por la elegida por David,
Autumn leaves de Erick Clapton.
241
La banda musical de cuerdas comenzó a tocar una melodía alegre y
lenta para el baile con los familiares.
Eran casi las cinco de la mañana cuando un lujoso auto deportivo los
llevó al aeropuerto, mientras la familia tenía la apertura para
permanecer en la casa el tiempo que deseara.
Ambos partieron rumbo a un largo viaje por las ciudades que ella
deseara.
242
De ahí comenzaron una especie de peregrinación, fueron de ciudad
en ciudad viajando en tren, las vistas que recorrieron eran increíbles.
243
- Felicidades, la señora está embarazada, al parecer tiene un
mes de gestación.
No fue sino hasta el tercer día que ella despertó y fue a comer algo, o
mejor dicho a intentarlo, ya que rápidamente experimentó la primer
náusea.
El día más memorable para él, fue cuando despertó y suspiraba por
comer mangos, se encontraban fuera de temporada así que no pudo
conseguirlos, ella pasó todo el día sin poder comer nada más, pues
todo le causaba asco. Él recordará para siempre el día que por fin pudo
conseguirle la fruta, ella devoró toda la bolsa, eran tres kilos de
mangos, cerca de quince piezas.
Ella los miraba con curiosidad, lo que fuera que llevarán ahí, debía ser
en gran cantidad, considerando el tamaño de ésta.
245
Al abrirla notaron que estaba llena a rebosar de pequeños peluches
de unos treinta centímetros, todos animales bebé diferentes.
Esa misma tarde, David llega a la casa cagado con compras que llevaba
realizando desde hacía varios días, también se notaba que estaba
haciendo una revisión en el pent-house para una remodelación,
aunque también consideraba la posibilidad de mudarse a la gran casa,
lo mejor que les fuera recomendado, eso haría, sin importar cuáles
fueran.
246
David salió del consultorio casi echando gritos, las molestias se debían
a que quizás el espacio comenzaba a ser un poco reducido. Sólo le
mandaron hacerse masajes con una manteca corporal, para darle
elasticidad a la piel.
El trayecto duró casi tres horas, pues David insistió en que debían
conducir despacio, para evitar los movimientos bruscos y el estrés. Él
realmente era encantador con sus cuidados, aunque un poco
sobreprotector, pero encantador. Noé se sentía como la persona más
frágil del mundo, aquello no le desagradaba demasiado, al final no
subestimaba su propio potencial, sino que lo mantenía más a la mano
de lo común. Ella también defendería a sus hijos con todo lo que tenía.
Ana iba y venía con enormes platos llenos de fruta picada, les
recomendaron consumir alimentos saludables y ella se lo tomaba muy
en serio. Ella sabía qué tipo de alimentos serían mejores para ella.
247
Para cuando terminaron, Ana les ofreció cocinarles algo, incluso a los
trabajadores que se contrataron para realizar el viaje, David tomó el
relevo para atender a Noé y cuidarla. Llevaba consigo otro enorme
plato, esta vez con verdura cocida al vapor con su aderezo favorito:
miel y mostaza.
En cuanto Noé lo vio una fuerte arcada la atacó, si bien era su favorito,
desde las náuseas ya no podía tolerar el olor. Él sonrió y se llevó el
aderezo lejos, dejando sólo la verdura. Ambos hicieron bromas al
respecto, mientras Ana se robaba el protagonismo con los
trabajadores. Era una señora encantadora y demasiado simpática,
Víctor la miraba de lejos con un gesto serio, quizás celoso. Eso los hizo
sonreír.
Aún podía recordar aquellos años en los que una extraña niebla lo
abrazaba y le mostraba cosas de su mundo que aún le costaba por
entender. Ahora había avanzado, por fin, a su final feliz, a pesar de
que les quedaba un gran paso por delante, ya sólo faltaba un año y
medio para ese desenlace.
249
- No, estuve pensando muchas cosas, así que no dormí nada.
Pero descuida, tú dormiste como un tronco, te traje y ni
siquiera te moviste. Incluso tuve que revisar si respirabas.
- ¡Mamá! Yo no ronco.
- Con nada, ya está todo casi listo, nada más esperar a que
termine.
Ésta mañana, con la luz aún recién salida y el frío aire entre árboles y
plantas, hacían que su piel se viera tan blanca y pálida, que esas pecas
parecían verdaderos lunares. David no podía quitar su mirada de ella,
la veía disfrutar de cada detalle con tanta pasión, que la energía se le
iba. Se comenzaba a preguntar cómo había llegado a merecer este
presente.
251
Entraron a la casa después de permanecer varias horas a la
intemperie, Noé ya se lograba cansar cada vez más pronto, así que
decidieron regresar para descansar, sin embargo ella subió a la
habitación y volvió a dormir sobre la cama. David ajustó las cortinas y
se acurrucó junto a ella para dormir también.
Era casi medio día cuando los dos se fueron a dormir, y era media
tarde cuando nuevamente bajaron con el mismo ritual: comer algo y
salir al jardín. A su regreso les dieron la noticia de la llamada del
médico, ambos estaban contentos y David rápidamente fue a llamar
al doctor para confirmar la decisión.
252
A medio mes del octavo mes de gestación Noé comenzó a
experimentar dolores más recurrentes. En ese momento comenzaron
las apuestas por la fecha de nacimiento de los bebés.
253
Fue llevado a la sala de quirófano, donde Noé estaba siendo
preparada para la operación, ya habían inyectado la epidural en su
columna, ahora solo bastaba terminar de limpiar su vientre.
254
Desafortunadamente para él, Noé se despertó hasta la mañana, casi
al medio día.
Verla abrir nuevamente sus ojos fue la experiencia más liberadora que
había experimentado, él la acunó entre sus brazos y la mecía en su
abrazo.
Noé lloraba al ver por fin los rostros de sus niños, tenían demasiado
pelo, justo como ella, pero viendo detenidamente eran rubios como
él.
Pasaron tres días hasta que pudo darles alimento y, a pesar de ser una
experiencia extraña, sentía como si una pequeña porción de ella
viajara y se asentara en sus pequeños.
255
Capítulo 42.
David la llevaba en sus brazos, mientras Luis y Luz llevaban cada uno
a un bebé. Dentro de la habitación ya estaba instalada una enorme
cuna mecedora, ella estaba segura de que su intentaba meterse ahí
bien podría caber sin esfuerzo. Ahí dentro el ruido de los festejos era
mínimo, si no inexistente.
Un par de horas más tarde, aparece David por las escaleras, Fausto y
Sofía hacía rato se habían despedido, dejando unas cajitas adornadas
tiernamente con obsequios para los bebés. Ana los toma y sube a la
habitación, observa que los pequeños se remueven, estaban a punto
de despertar y pedir más alimento.
256
Ana regresa a la sala, asegurándose de encender bien el monitor de
los bebés y llevando consigo la pantalla para observarlos dormir. Le
entrega el monitor a David y se retira a descansar, sin duda apenas
habían llegado y ella ya se comenzaba a cansar, sin embargo su
emoción la mantenía activa y alerta. Ahora sólo necesitaba descansar.
257
- Nada al parecer, creí haber visto algo en los vidrios, pero no
había nada, regresen a la sala, veré que todo siga tranquilo,
quizás me quede aquí.
258
David accede y Noé saca de su escondite la pequeña bolsita de cuero
con ceniza y el alfiler.
259
Se acabaron los argumentos. Desde ese día todos procuraban dejar
todo tan limpio como estaba en un inicio, pues si bien la presencia de
Ana se debía a que Noé la necesitaba durante la cuarentena de su
operación, Ana los aguijoneaba constantemente sobre pasarla viendo
televisión y comiendo, a veces parecía una madre implacable, pero a
David le constaba que era la madre más amorosa que conocía. Sin
duda sería la mejor abuela del siglo.
Para cuando pasó una semana, Noé ya podía bajar andando sola a la
sala, se había comprado una tierna cuna portátil donde poner a los
gemelos mientras todos permanecían en la sala. Con cada día
transcurrido los dos pequeños pasaban más tiempo despiertos. Lo
cual todos agradecieron, pues disfrutaban particularmente
demasiado cuando podían hacerlos reír.
Los días pasaban como un rápido borrón de eventos para recordar, así
como una gran fila de fotografías que en conjunto acordaron imprimir.
El cumpleaños de Noé.
260
Ella parecía haberlo olvidado y vivía cómodamente con ello. Entonces,
y sin decirle nada a nadie, él comenzó a planificar una gran fiesta.
- ¿Qué escudo?
261
- Así que de esto se trata. ¿Qué es? ¿Otra habilidad que de
pronto aparece? Esto me irrita bastante. Creí que Noé estaba
pasando por otra etapa hormonal, pero se trataba de que me
vio sospechoso y no pudo saber lo que estaba haciendo.
Noé lo miró con una mueca molesta. Quizás había estado tan molesta
que no lo había notado, había una delgada banda girando a la altura
de su frente, era de color metálico. David intentó alejarlo y logró
hacerlo desaparecer. Entonces ella pudo acceder a sus pensamientos
y supo que lo que decía era verdad.
262
Era una de las pocas veces en su vida que se sentía torpe, por haberse
equivocado.
263
Capítulo 43.
Noé pasó varios días sin bajar a la sala, todos comenzaban a pensar
que estaría enferma, era su vanidad la que estaba herida, no era fácil
para ella admitir que se había equivocado, el fracaso en cualquiera de
sus versiones era algo que no sabía manejar. De igual manera le había
pedido a David que le diera un poco de espacio, mirarlo después de
todo lo que se había imaginado le producía ganas de llorar.
Después del cuarto día, ella por sí sola bajó a la sala y la convivencia
continuó como siempre. Llevaba casi un mes desde el nacimiento de
los gemelos y ella se estaba recuperando maravillosamente. Le pidió
a David que fueran de cita a algún café en el centro de la ciudad, él
accedió con una sonrisa enorme.
264
- Si, lamento asustarlos, necesitaba pensar muchas cosas y
asimilar otras. En general me ayuda mucho permanecer sola
para mis procesos.
Las bebidas fueron puestas en la mesita, así como una cesta con piezas
de pan en miniatura. Continuaron charlando y dejándose relajar. Un
violinista entró al lugar y pasaba por las mesas tocando una melodía
suave y triste, logrando que el ambiente se volviera más silencioso.
265
Noé se acercó a David y se recostó en su pecho, él pasaba un brazo
por sus hombros y justo en ese momento el botones del hotel llegó
con su pedido.
Noé iba por la tercera copa del vino, cuando lo miró celosamente.
David la miró con una expresión fingida de sorpresa, lo que la hizo reír
pero mantuvo su postura. Él sabía lo que ella insinuaba, entendía lo
que ella deseaba y había estado preparado para ello.
266
casi en vilo hasta el baño, el cual estaba lleno del vapor y la luz de las
velas.
David disfrutaba por su parte de los suaves sonidos que ella emitía
conforme le dejaba caer pequeños chorros de agua sobre el cabello.
Él nota a su lado derecho una serie de botellitas, todas acomodadas
de manera ordenada, estas contenían distintos activos para la tina,
desde burbujas y sales, hasta fluidos para elevar la libido, él toma la
de burbujas y la derrama lentamente, activándose casi de inmediato.
267
Sus labios fueron a besar su cuello y morder suavemente el espacio
entre su cuello y su oreja, aquello hizo que ella respirara más
pesadamente.
268
David llevó el carrito hasta donde estaba ella y, cuando ella se asomó,
vislumbra todo un festín, había desde postres hasta un enorme pollo
relleno asado, verduras horneadas, huevos preparados y bebidas.
David seguía sin entender cómo todo lo que ella hacía le parecía tan
encantador y tierno.
Noé amaba el auto simplemente por el color, ella se veía alegre y sexy
en el auto.
Pasaron unas horas más paseando, cuando llegaron a una zona donde
varias tiendas se alineaban a los lado, donde se vendían productos
como los que ella tenía en el piso, bajaron para adentrarse y averiguar
cómo era la experiencia de compra que la gente buscaba. Sin duda
todo era de buen gusto pero sobrio, el piso de Noé estaba lleno con
productos categorizados y muebles donde los compradores podían
269
sentarse a disfrutar de una bebida, misma que se ofrecía dependiendo
del monto de su compra y era gratis.
Noé salió de esas tiendas con nuevas ideas, sobre todo de los
productos más vendidos.
270
Capítulo 44.
Noé subió y encontró la escena tan encantadora que sacó una foto
con su teléfono, acomodó al pequeño junto a su hermana y ayudó a
David a acostarse en la cama, él también parecía cansado. Al voltear a
la cuna presenció algo que le dejaría sin aliento, los gemelos dormían
tomados de la mano, sus pequeños puños estaban firmemente
sujetos. También tomó una bellísima foto.
271
De pronto sintió unas fuertes manos sobre su cuello y espalda, ella
disfrutaba mucho ser masajeada de aquella forma, todo el estrés
acumulado en sus músculos se esfumaba, ella voltea en su pequeña
silla sin respaldo y lo observa sonreír, con marcas de la cama aún en
un lado del rostro.
David comenzó a pasar sus manos y pulgares de forma sensual por sus
brazos, cuello y poco a poco iban bajando. Noé se levanta de pronto y
lo interrumpe.
272
- Descuida, tus hermanos deben haberse ido a dormir, y tu
madre, ella debe estar ocupada con Víctor, no la vi al llegar.
273
Permanecieron charlando y haciendo reír a los bebés, cuando en la
puerta aparece Ana y les toma varias fotos mientras los observa. Entra
sonriendo también.
274
Ana se queda sin habla, parecía no haber visto a su hija en años,
parecía haber olvidado que su hija podía percibirlo todo. Esa hija
ahora le daba un vistazo de lo que era capaz de ver.
Noé la miraba con los ojos anegados en lágrimas, Flor estaba con su
delgada mano sobre el hombro de su madre, la miró directamente y
le dio una suave señal, era hora de hablar con su madre.
Flor pasó su pequeña mano por su rostro, limpiando sus lágrimas, ella
sonreía beatíficamente, ayudando a su madre a obtener fuerza y
tranquilidad.
275
versión. Todos lloraban y se lamentaban también, pero era algo
inevitable, tenía que suceder de ese modo.
276
Todos vieron ese destello incendiar el cuerpo de Noé y luego pasar al
de Luis, quien de pronto sintió que las fuertes cadenas que lo ataban
de pronto caían al piso y se hacían añicos.
Tenía sentido, pues Luis sentía que algo demasiado pesado había sido
quitado de encima suyo. Noé le hizo señas a Luz y ella se acercó, un
poco recelosa y escéptica. Pero al ser abrazada por su hermana, sintió
desaparecer una voz insistente que le dictaba cosas horribles al oído.
Noé, David y Flor vieron cómo se desintegraba la criatura negra sobre
su hombro.
277
Capítulo 45.
El nuevo dilema era quién cuidaría a los gemelos. Aún eran muy
pequeños para asistir a ese tipo de eventos, así que tampoco se
arriesgaría. Al final Ana decidió quedarse a cuidarlos y le pidieron a
Sofía hacerle compañía.
El resto del día lo pasaron como si una gran fiesta tuviera lugar ahí.
Para cuando cayó la tarde, Noé fue llevada a la habitación principal,
donde sus hermanas se encargaron de su ropa y maquillaje para la
fiesta nocturna.
278
Las hermanas de Noé hacía rato que se habían ido, ella había
permanecido frente al tocador mirándose, se sentía extraño llevar esa
ropa. Como si perteneciera a otra persona y a quien miraba en el
espejo no fuera ella.
Lo miró sorprendida.
279
La música estaba alta y las luces de tonos rojos, azules y morados
parpadeaban y cambiaban, sin duda la fiesta estaba empezando.
Había una enorme mesa frente al escenario, la mesa principal, se
dirigieron hasta ahí y tomaron asiento. Los hermanos de Noé
estuvieron junto a ellos casi en el acto.
280
si se debía a las bebidas, pero llegó un momento en que veía a las
criaturas negras mezcladas entre la gente, le faltaba seguridad debido
a que siempre los veía por el rabillo del ojo, nunca de frente. Comenzó
a buscar entre todos y de pronto desaparecen. Ella ya no pudo seguir
disfrutando la fiesta.
281
formando y mezclando, sobre todo amaba el olor de la cebolla
caramelizada.
284
Capítulo 46.
Cada día que pasaba era más bullicioso que el anterior, afuera todos
celebraban las festividades religiosas, mientras que ellos lo hacían por
pura tradición. Tanto Ana como Noé aprendieron más temprano que
tarde que todo fácilmente era una farsa, no creada por alguna deidad
celosa, sino por hombres que deseaban usar su religión para encubrir
sus propias ambiciones. Era demasiada casualidad que toda la fe en el
país estaba basada en el sometimiento, pues mientras más humillante
sea la plegaria más escuchada sería.
Era realmente difícil trazar una línea donde terminaba una cosa y
comenzaba la otra, pues los hermanos menores de Noé aún
disfrutaban de las celebraciones, que les decían que simplemente
creyendo en una entidad todos sus miedos y peligros, desaparecerían.
Noé sabía que aquello era una mentira.
285
limitaba a un escudo que más pronto la dejaba exhausta, pero que
fijaba en su familia apenas sentía que estaba a punto de caer dormida.
Ana notaba todo aquello, pero le era demasiado difícil romper con
costumbres tan arraigadas en su mente y comportamiento, como
simplemente soltar una plegaria cada vez que le costaba trabajo
levantarse.
Aún con todo, se mantenían unidos. Hasta que llegó el tiempo de que
Ana y los hermanos regresen a Michoacán.
Noé aún sentía un pinchazo cada vez que David autorizaba un nuevo
cargo a la tarjeta de crédito. Pero él le sonreía y le guiñaba un ojo,
demasiado coqueto. En esta ocasión, los enviaría en un avión privado
que los dejaría en la ciudad de Guadalajara, ya que llevaban
demasiadas cosas, de nuevo. Ellos de ahí serían trasladados en un
enorme camión.
286
- Luz consiguió el teléfono personal de cada uno de ellos, estoy
seguro de que escucharás de ella demasiado como para
ignorarlo.
287
El médico les pidió hacerse el examen de sangre y notó lo que quizás
era la explicación, David era del grupo positivo y Noé del negativo.
288
Todos los oficiales lo miraban ahora, como el mal perdedor que era.
Adicionalmente a esto, David le mostró al comandante una pequeña
tarjeta negra, en forma ovalada, esta tenía un simple número de dos
dígitos. El comandante palideció y de inmediato ordenó la retirada de
las unidades. Se disculpó profundamente y se fueron. Dejándolos a
solas.
289
Noé los recibió en la sala, donde alimentaba a la niña, el otro gemelo
estaba ya plácidamente dormido. David los llevó a la habitación,
dejándole a solas con ellos.
- ¿Qué le hiciste a mi hijo? Está como loco, dice que eres una
bruja y que tu esposo le hizo algo. Pero no nos dice qué,
tuvimos que llevarlo a una clínica psiquiátrica. Lo tienen
sedado.
290
Se quedaron en silencio, el padre de Mauricio se removió incómodo.
Ella sabía que de haber sido de otro modo, habrían sido una de esas
familias que se visitan cada semana y que cuentan anécdotas de gente
tan atrás en la generación, de forma entrañable y nostálgica.
291
Capítulo 47.
La risa parecía querer salirse por los ojos, la expresión de ella debía
haber sido poesía, para que él reaccionará así.
292
rápido, y cuando menos lo espere ya no podrá volver atrás a
disfrutarlos.
Con ello, llegaron los primeros pasitos de los bebés, sus primeras
enfermedades, sus primeras caídas, sus primeras palabras y, por fin,
sus primeras noches de sueño completas.
David insistió durante días que contrataran ayuda para cuidarlos, pero
sólo luego de expresarlo, él mismo se arrepentía, pues sería difícil
confiar en alguien para la tarea, ninguno estaba dispuesto a
arriesgarse y poner a prueba la teoría de que las personas ajenas a su
reducido círculo los buscarían para hacerles daño.
293
Todos sonreían ante sus comentarios.
Jiquilpan los recibió con un cielo tan azul que era imposible para ellos,
el color era profundo y les hacía lagrimear los ojos, así como
muchísima vegetación silvestre y doméstica, las lluvias aún se sentían
en la humedad del aire. Con suerte ese día verían llover.
Llegaron a una enorme casa de tres pisos, el camión había subido una
cuesta en dirección occidente, tenían una vista del pueblo y el valle
detrás que era igual de impresionante. El cerro de San Francisco al sur
era enorme y se podían ver pequeños asentamientos conforme subían
la vista.
294
Para cuando terminaron de mirar todo a su alrededor, toda la familia
de Noé salió a recibirlos, Luis dio indicaciones de dónde poner el
equipaje que llevaban, mientras las hermanas de Noé le arrebataban
prácticamente los bebés de los brazos.
Ana sonreía tanto que parecía que se iba a lastimar el rostro, Noé le
lanzaba miradas de ya saber sus planes cuando dijo que la casa sería
prestada, ella la ignoró. Estaba más allá de la felicidad por tenerlo ahí.
Gracias al apoyo, tanto de Víctor como de David podían llevar la vida
que tenían.
Por la tarde, los hermanos en conjunto salieron con los bebés a pasear
por el pueblo, Sofía y Fausto los acompañaron, estaban encantados
con lo que los rodeaba. Así que decidieron poner las últimas noticias
al corriente.
295
Noé le contó todo lo que sucedió con él, desde el engaño y las
humillaciones, hasta el secuestro y el susto con su magia. Ana sonreía
triunfal de saber que había recibido su merecido.
296
casa, ya no parecían angelitos, sino diablillos. Habían olvidado que
demandaban mucho tiempo y ahora que caminaban no podían
despegarles la mirada de encima.
297
Capítulo 48. (1er Especial) Un negocio muy lucrativo.
Esa noche, ella se fue a dormir con esa preocupación llenando sus
pensamientos. Lo que soñó fue extraordinario.
Ella veía la escena como si no estuviera ahí, pero sus ojos de niña no
podían mirar a otro lado.
298
Quizás por la emoción inicial del acto en sí, comenzó a recordar sus
hazañas de más pequeña, y en un intento por minimizar la situación le
comentó con voz temblorosa a su madre:
299
las veces en las que dejó una marca imborrable en los corazones de
cuantos la conocían.
Ana dejó lo que estaba haciendo y la miró con los ojos tan abiertos
como platos.
301
Capítulo 49.
Noé decidió que visitaría a su padre, si bien era cierto que necesitaba
terminar de sanar su relación con él, ella sabía que para ello debía
verlo frente a frente. La noche anterior había propuesto el tema con
su hermano, quien se oponía enérgicamente. Ella le aseguró muchas
veces que estaría bien, además de que el encuentro era necesario, al
final accedió a llevarlos, a ella y a David.
Era una buena noticia. Luis lo miraba con el ceño fruncido todo el
tiempo, parecía tener el impulso de querer salir corriendo de ahí. Se
mantuvo mirándolo bastante rato, su padre parecía no notar que ella
tenía demasiados años sin verla, pensó que no procesaba aún que
estuviera viéndolo. A ese grado era su intoxicación.
Todo resultó tal y como, quizás, debiera, abordaron la van roja que
vino a recogerlo y partieron.
Tomaron una cena ligera, Ana les había conseguido tamales y atole
para cuando llegaran. Luis fue directamente a su habitación y no
regresó a cenar.
303
Subieron el resto de la cuesta, hasta llegar a la cima del cerro. Miraron
todo el valle, apreciaron todos los pueblos y rancherías que se veían a
esa hora, pequeñas luces parpadeaban hasta donde les alcanzaba la
vista.
Pasaron la tarde viendo a los bebés disfrutar del agua y los juegos. Noé
decide irse a dormir unas horas, realmente pasaba demasiado tiempo
durmiendo, parecía su especialidad.
304
insistente voz en la cabeza que no paraba de intentar recordarle algo,
pero justo cuando estaba a punto de saberlo, esa voz se callaba. A
decir verdad estaba acostumbrada a aquello, pues nunca tuvo buena
capacidad para recordar cosas.
Ella vagaba lentamente por una enorme casa sin muebles, estaba
completamente vacía, pero en excelente estado. Parecía recién
pintada, las paredes blancas estaban impecables.
Ella recorrió casi todos los rincones, vio más personas nadando ahí, la
miraban extrañados y la señalaban, ella lo dejaba pasar y seguía
nadando.
305
dio una enorme bocanada de aire, algo en su mente le dijo que su
cuerpo dormido también había recordado apenas que debía respirar.
David le pidió que le contase lo que soñó, él sabía que era un tema
serio, así que luego de escucharla decidió que no la volvería a dejar
sola, aún en un sitio tan seguro y rodeado de gente cercana.
306
Capítulo 50.
Noé recordó otra parte de ése bosque que tenía una vieja casita de
piedra, famosa por ser un lugar de descanso y marcado por la historia
por ser una de las propiedades que un ilustre personaje histórico
dejaría para el deleite del pueblo. Lo llevó casi corriendo, antes de que
olvidara el sitio y la ruta para llegar a él.
308
La estación pronto comenzó a enfriar los días, pero para David esto
era apenas la entrada de la temporada, recuerda con viveza otra
época en la que vivió en un lugar aún más frío.
Estaban despertando a orillas del extraño río, las piedras eran cálidas
contra su piel, Noé los miraba desde el suelo, ella siempre despertaba
al final, no sabía el motivo.
309
- Me alegra de verlos a los cuatro en excelente estado y
presentación. - El dios les sonrío.
Los cuatro se miraron sorprendidos, las dos mujeres los miraron con
sus miradas llenas de aprobación.
310
apelación, los cuatro deberán estar ahí para entonces. Noé,
¿recuerdas cuando fuiste e intentaste hacerlo? El rito consiste
en lo mismo, pero mientras tú lo realizas los demás aportaran
su sangre alrededor tuyo, ellos representarán los tres tipos de
entes existentes: vivos, muertos y deidades, siendo tú el canal
que nos unirá a todos.
Los cuatro asintieron, las dos mujeres sólo los miraron, con sonrisas
orgullosas por aquellos valientes que se lanzaban al más grande
sacrificio hecho en nombre de todos. El dios prosiguió.
311
todo, no lo necesitaban, confiaban totalmente en su palabra. Noé mira
detrás y lo observa con una expresión de pesadez y tristeza profunda,
él sufría por el destino que tuvo que darles, al final de cuentas ellos
fueron su creación especial y se aprovecharon de ello.
Él soltaba golpes certeros y defendía lo que fuera que había detrás, los
demás, sus compañeros, advirtieron que se debía proteger a toda
costa, se trataba de una especie de sustancia que era capaz de dar
vida, cada uno había nacido con el conocimiento para usarla, pero en
conjunto sólo algunos se adjudicaron el derecho de hacerlo. Él no tenía
aspiraciones tan altas como los demás, él sabía que si eran capaces de
crear y dar vida, debería ser sin ataduras a ellos.
Creó a siete seres, quienes serían los guías de su deseo, en sus manos
restaba una porción de masilla tan pequeña que no alcanzaba para
otro ser, lo hizo migas muy pequeñas y las arrojó sobre los creados por
sus compañeros, ahí algunas fueron absorbidas y pudo sentir el calor
de su propio deseo crecer y echar raíces en algunos pocos, aquello fue
suficiente para sentirse satisfecho.
313
Todos fueron llevados de nuevo por la corriente, eran agitados y
sacudidos en todas direcciones, hasta que despertaron en la casa.
Todos menos Noé.
Ella despertó a orillas del río, tosió un poco, aún sentía cada golpe,
cada momento que estuvo ahí viendo se resistía a abandonar su piel.
Tata Juriata estaba a su lado, sentado en cuclillas, la miraba y
acariciaba suavemente su cabeza, reconfortando lo que acababa de
presenciar. Ella era su más preciada petición, la que lanzó
desesperadamente para terminar con lo que apenas comenzaba en el
mundo de los mortales.
314
Capítulo 51.
Todo aquel daño estaba siendo absorbido por su cuerpo tan creado
particularmente, ella recibía todo el dolor del dios, parecía tan joven,
se veía tan vulnerable, que ella simplemente lo recibió todo. Su cuerpo
comenzaba a liberar pequeñas motas de luz, que se adherían al cuerpo
de él, no podía rechazarla, él había implorando al destino que ella
existiera tal y como era, recibía su regalo en paz y agradecido, aquella
mujer, nacida sin Karma y sin destino fijo, estaba actuando sin un
precepto establecido por nadie. Ella quizás, sólo quizás, podría formar
parte de los nuevos dioses, aquellos que él vislumbró, la parte que se
guardó para sí mismo, la nueva generación de deidades, más justa y
más benévola. Sonrió ante aquello y la expresión de Noé cambió, ella
estaba sorprendida por algo, parecía darse cuenta de un detalle que
nadie más veía.
315
Él la miraba extrañado, ella usaba su poder naturalmente, ella jamás
había siquiera intentado entrar en su mente, todo fue a ella, la
información acudió a ella y se le entregó. Aquello era fascinante.
Noé parecía darse cuenta de que los demás aún no podrían saberlo,
quizás con su aportación y sacrificio aquello sería un paso más en su
elevación. Prefería pensar en aquello, ella aún luchaba con el
pensamiento de merecer algo o no.
316
Ella lo libera de su agarre y él toca suavemente la superficie lisa y
viscosa, aquello no lo lastimaba. Se acercó y él le pidió tocarla
también. Estaba fría y húmeda, era como pasar la mano sobre la pulpa
de la sábila.
317
- Sé lo que te preguntas, yo me cuestiono lo mismo, eres una
igual a mí en varios aspectos, tus compañeros también pero
aún les falta descubrirlo.
Ella despierta lentamente, estaba rodeada por los demás, sus dos
manos estaban siendo sujetadas muy fuerte, mientras David la tenía
recostada en su regazo. Parecían haber terminado una discusión, ella
sospechaba que se trataba de hacerla volver.
Noé sonrió ante su pequeña broma, los tres tenían una expresión
asustada, sus ojos estaban tan abiertos, que la risa se le murió de
pronto.
318
alguien cuidando, afortunadamente he descubierto algo.
¿Notaron que yo siempre despierto después?
319
- Ellos sienten el peligro de forma instintiva, ya que ahora saben
lo que ustedes son, los perciben como algo peligroso, sé que
son los padres, pero debes intentar comprender los un poco.
320
Los llevaban en el carrito de bebés, iban pasando entre los árboles del
centro del pueblo, estaba extraño, había muy poca gente, y todos
miraban alrededor con temor, mientras se escondían en negocios y sus
casas.
Los saludó con una inclinación de cabeza, los bebés activaron por
instinto el escudo, era la primera vez que lo hacían, intentando
protegerlos a todos, pero el tipo fue más rápido y lanzó unas pequeñas
agujas a los demás, con eso quedaron contagiados de una oscuridad
maligna, la cual les hacía intentar romper el escudo y llegar a ellos.
Sin embargo, había lapsos en los que los hermanos de Noé derrotaban
esa oscuridad lo suficiente para esconderla y revisar a los bebés, se
aseguraban de que estuvieran bien. El resto del tiempo, ellos lanzaban
esas mismas agujas oscuras, que arañaran su protección.
Noé soltó el agarre de sus bebés, ella sabía que los pequeños sabían
de una forma muy instintiva lo que sucedía, lo que les hacía no llorar
ni llamar la atención sobre ellos.
Ella lanzó un rápido soplido desde su boca, lo cual hizo que todos los
hermanos miraran en otra dirección, distraídos. Aprovechó esa
distracción y corrigió el daño en su escudo. Luego se fue de ahí tan
rápido, que estaba segura de que no notaron su presencia. Tenía que
hablarlo con David, aquello no era una buena señal, debían estar tras
sus hijos para evitar el gran rito.
321
Noé apenas despertó, se levantó y corrió por las cuevas, llegó hasta
donde se encontraba el trono. Ahí estaba él.
Tropezó y cayó cerca de sus pies, lejos del firme control de su cuerpo,
ahora la desesperación atormentaba su espíritu.
322
Elevó una mano con la palma hacia arriba y silbó entre sus dientes,
aquellas agujas reunieron su oscuridad y salieron disparadas hacia él,
se detuvieron sobre su mano y las estrujó.
323
Capítulo 52.
- Ese ser que los atacó, quería llegar hasta Tata Juriata, y sabía
que haciendo daño a mis hijos podría hacerlo aparecer. Me
gustaría que comprendieran mi situación.
- Eso no nos corresponde, nos pides demasiado, comenzamos
a creer que ni siquiera eres nuestra hermana. Estuvimos en
peligro por tu culpa. Esos niños no son normales.
- No es lo mismo.
325
El silencio inundó la habitación. Ana sabía que una sola palabra suya
haría que todos entraran en razón, pero le pesaba demasiado el
remordimiento de obligarlos a hacer algo, ella sabía que eso era
terrible. Pero, en el fondo, enterrado muy bien, también sabía que
para nada era lo mismo y que Noé tenía razón. Ahora, su hija estaba
haciéndose a un lado para respetar el bienestar de su familia, cargaría
con aquello sin importar.
Ana la miró, su hija era demasiado fuerte, cuando era necesario ponía
un impenetrable muro a su alrededor, incluso para ella. Se levantó y
dejó la taza con un aromático té en la mesa junto a la puerta, luego
salió en silencio, cerrando la puerta detrás de ella.
Sintió un suave roce sobre su cabello, era cálido y familiar. Miró hacia
arriba, para mirar a su esposo, pero él continuaba sobre la cama, en
el espacio sobre ella había un ligero vapor rosado, nunca lo había
visto.
326
suavemente sus cabezas, el tiempo parecía ralentizarse, ella se sintió
mareada y sus ojos amenazaban con cerrarse.
327
Noé estaba siendo llevada por la marea de nuevo, era sacudida sin
parar, sus extremidades se contrajeron, apretando su cuerpo,
protegiéndose de lo que fuera que pudiera impactarse contra ella.
Todo de pronto se detuvo.
328
- Aquí puedo verlo todo, este espejo me permite ver todo lo que
yo desee, incluso percibir la honestidad y el corazón de las
personas. Tu madre sufre, y tus hermanos también. Esa magia
usada en ellos les hicieron ver cosas pequeña, cosas que tú ya
conoces y que ellos no debían ver. Ellos son completamente
mortales y ahora cargan algo que nunca debieron. Me temo
que han sido marcados.
Noe también pudo verlo y sus ojos volaron hacia el dios, incluso a pesar
de que quizás él no pudiera ver tan lejos, ella lo enfrentó.
329
común, si ellos no están a salvo. Aquí y ahora te pregunto, ¿es
ella tu compañera?
Ella no respondió, sabía que sus palabras eran ciertas, así como sabía
lo que él hacía, nada de sus pensamientos e intenciones estaba velado
a su audaz poder.
330
El dios se le acercó lentamente, demostrando que podía tener la
libertad de soltar sus emociones, ya que no podía dañarlo.
332
Capítulo 53.
Noe seguía viendo el rostro de aquella mujer, tan parecida a ella y con
sus gestos tan similares a los suyos. Sin duda se trataba de Alejandra,
su hija.
David llegó hasta ella, un consuelo silencioso ante una situación que
ambos padecían. Noe se alejó, terminando de empacar sus
pertenencias. La noche fue larga y tormentosa, estaba segura de que
en esa casa, subiendo la colina, nadie había podido dormir.
333
Se detuvo frente a ellos, los miró a todos y les sonrió, intentando
esconder por todos los medios el ligero temblor en su estómago, por
sentirse expulsada de su propia familia.
Noe sospechaba que la protección puesta por Tata Juriata era algo
más que simplemente eso. Una nueva tarea aparecía ante ella,
enseñarles a no desperdiciar ese invaluable poder.
335
Cada kilómetro más cercano, era cada vez más frío, hasta que tuvieron
que encender la calefacción de la camioneta.
336
parecía lento y perezoso, intentaron hablar, pero ningún sonido salía
de ellos.
Al momento de que cada uno tomó el alfiler entre sus dedos, sus
cuerpos mágicos despertaron y la aguja se incrustó profundamente en
la palma izquierda de cada uno. La sangre que goteaba iba
directamente a una mano de Noe. Comprendiendo, ahuecó su mano
rápido, evitando que cayera la sangre, luego lentamente la balsa
volvió a moverse, llevándolos y dejándola sola ahí.
Ninguno comprendía cómo estaban ahí, si aún faltaban dos días para
realizar el rito, quizás terminando sabrían la razón de aquello. Ella
tenía una fuerte sensación de que algo sucedía mientras ellos
permanecían ahí, pero conforme lo pensaba la idea se volvió extraña,
confusa y evasiva.
337
él, todos quedaron de pronto a la vista, la niebla estaba siendo
absorbida por el agua del lago.
Los tres del exterior, invocaron sus armas, preparándose para una
dura batalla.
338
viendo a los demás pelear y, sobre todo, evitar que la preciosa sangre
de sus compañeros permaneciera caliente en su mano.
Nadie notó que debajo del agua, una criatura se aventuraba a intentar
llegar hasta ella. Hasta que escuchó un sonido como de galletas siendo
mordidas, el escudo del dios le impedía notar fuera de él lo que
sucedía, a menos que lo pudiera ver directamente.
339
Los colosos peleaban, mientras el blanco comenzaba a sonreír
maliciosamente, el dios notó, demasiado tarde, cómo atacaban por
todos lados el escudo sobre Noe.
Noe vio cómo su sangre, roja como la suya, caía sobre su mano,
llenándola, el olor, sin embargo, era como el copal, fresco y maderoso.
340
Un gran rugido de batalla se escuchó, David estaba desesperado por
llegar hasta ella, liberó su destructivo poder y pulverizó a todos los
que los rodeaban.
Una vez libres, los tres se acercaron a ella, y dejaron caer rápidamente
su sangre sobre ella. Su pobre mano desbordaba sangre, pero la
mantuvo lo más firma que pudo. Mirando al cielo, supo que el
momento había llegado.
Tomó el cuchillo ceremonial, los miró a los tres y sonrió. Luego hizo un
profundo corte en su brazo, mientras sangraba, lo levantó e hizo que
la sangre en su mano se derramara sobre su corte, dejándola caer
sobre la piedra en la que estaba parada.
Luego el suave susurro del agua, dio varias vueltas sobre sí, buscando
el origen de aquel ruido, hasta que la canoa se antes apareció, pero
estaba vacía. Ella la miró largo rato, intentando convencerse de que
no había sucedido nada malo, ellos hicieron el ritual.
341
Al llegar a la orilla, ella saltó y corrió en varias direcciones. No se veía
a nadie.
Soltó un gemido doloroso cuando los tres estuvieron visibles ante ella,
David corrió y se dejó caer junto a ella, su abrazo estaba tan lleno de
añoranza, parecía a punto de quebrarle los huesos.
Ella los miró, estaba desconcertada, pasaron dos días, pasó dos días
dormida. Los demás la vieron y, aunque aún trataban de entender lo
que pasó, dejaron para después el resto de lo sucedido.
342
Capítulo 54.
343
- Señor, ¿podría llevarnos al pueblo más cercano? Estamos
perdidos aquí.
- Bienvenidos a Pátzcuaro.
Los cuatro estaban atónitos, esto no era el pueblo, era apenas una
casa en ruinas y una iglesia cayéndose.
344
- No joven, hace cincuenta años que el lago amaneció seco, de
un día para otro. Yo lo vi, toda la noche hubo truenos y luces
que salían del lago, parecía el mismísimo infierno desatándose
sobre nosotros. En la mañana ya no había agua. Y de ahí,
terremotos por todos lados, en todo el país hubo terremotos.
Las ciudades grandes también quedaron así, muchísima gente
murió.
- ¡Oiga joven! ¿No me van a pagar el favor que les hice? Aparte
les di las indicaciones, y la información. Soy un hombre solo,
sus dos amigas se ven muy macizas.
345
estaban, Fausto las guiaba delante, mientras él permaneció detrás, el
hombre continuaba riendo, aquella mueca le provocó náuseas a David,
quien simplemente gruñó y una pizca de poder iluminó sus ojos,
haciendo que el hombre gimiera de terror. Le dio la espalda y caminó
tras ellos.
El paisaje desolado les quitaba las razones para conversar entre ellos,
al parecer el cataclismo fue tan grande que ni siquiera las ruinas
estaban bandalizadas.
346
El viaje demoró sólo unas horas. Pudieron notar que el daño estaba a
todo su alrededor, no había principio ni fin a aquello.
Su mano tocó el suelo y sintió una superficie lisa ondulante y agua fría.
Abrió de golpe los ojos, estaba mirando la piedra en medio del lago,
los demás luchaban afuera del escudo azul, a su derecha el dios
peleaba contra el coloso, las criaturas miraban detrás de ella,
creyendo que nadie las descubriría. Noe miró hacia su espalda y ahí lo
vio, al monstruo que hizo la diferencia en la pelea y los envalentonó a
romper su burbuja. Le lanzó un golpe de su poder, deshaciéndose de
él. Luego miró en dirección al dios, en su mirada había una chispa de
comprensión y un suave asentimiento.
Noe se lanzó por el cuchillo negro y, antes de pensarlo dos veces, cortó
su mano, dejando caer la sangre de sus amigos y la suya al agua.
347
- Gracias a todos ustedes por acceder a participar en esto, sin
su ayuda no habría encontrado la manera de detenerlos. Noe
comparte con ellos la visión que tuviste.
Noe les contó todo, los detalles desolados y aterradores los dejaron
asustados y algo más.
348
abiertas el aire les refrescaba y alborotaba el cabello. Tenían una
sensación de plenitud que ninguno había experimentado.
349
notaron, todos lo miraban completamente pasmados, Ana se le
acercó y casi cayó de rodillas ahí mismo.
- Sí, mi señor...
Todos rieron ante eso, luego trajeron a la sala a los gemelos. Los dos
padres se derretían cada vez que los veían, eran una familia feliz y
entregada, esos pequeños eran tan listos que disfrutaban demasiado
de esas atenciones.
Luego de jugar un rato con ellos, el dios se les acercó y dijo algo que
les heló la sangre.
351
- Vamos, es suficiente, despierten bien. Nada más pierden el
tiempo.
Caminó unos pasos y una fuerte luz salió de cualquier lugar, para luego
revelar a un hombre y una mujer donde antes estuvieron los bebés.
Dentro de la cuna de viaje.
352
- No sientan pena, hemos disfrutado mucho el trato de bebés,
sobre todo Gio, que como todo hombre adulto desea usar
pañales y ser alimentado como un crío.
Por ahora...
353
Capítulo 55.
Nuevamente el cumpleaños de Noe, esta vez sin dos bebés de los qué
preocuparse, se organizó una gran fiesta en la casa de Ana, David otra
vez pasaba horas al teléfono, organizando y comprando más cosas.
No fue nada sorprendente notar que, junto a Luis, Ana y Fausto, salían
furtivamente algunas horas al día, para volver todos con expresión
inocente e ignorante.
354
Recordando la charla donde él explicó todo sobre ese suceso histórico,
aún le provocaba sonrisas, quién imaginaría que una travesura de
juventud terminaría de aquella manera.
Sin embargo, había algo que no encajaba en todo aquello, desde que
los días eran irreales, demasiado sol, demasiada claridad, demasiado
cálidos para ser invierno. Las personas eran demasiado amigables, no
se escuchaba demasiado ruido del exterior. Todo parecía perfecto.
Más pronto terminaba por olvidarlo, hasta que notó las miradas que
le lanzaba el dios, para luego sonreírle como todos los demás.
Noe miraba a sus hijos, aun siendo incapaz cómo aquello podría ser
real, cómo aquello podía ser posible. De una forma primitiva de
angustia, deseaba que todo aquello terminara y volviera a ser como
antes, no podía explicarlo, extrañaba los desacuerdos, necesitaba esa
pizca de caos que siempre sombreó hábilmente su vida.
355
pertenecer a una vida demasiado feliz. Había comenzado a pensarlo
cuando David apareció, pero aún con eso había situaciones en las que
ellos diferían y eso le bastaba para darle el equilibrio entre perder su
tiempo sonriendo de más y apreciar los momentos en los que de
verdad era feliz con él.
356
A su alrededor todo era oscuridad, infinita y cruel oscuridad.
357
- ¿Noe? No te vayas, no te duermas, nada ahí es real, debes
luchar, no permitas que te absorban...
Al no haber comido nada aún, el efecto del hongo fue casi inmediato…
358
Despertó dentro de la burbuja, los demás dormían, mientras David
esperaba impacientemente a que ella volviera.
- Sólo porque no creo ni por asomo que, los que veo día a día,
no son ustedes, ni mi familia, necesito saber qué pasó.
359
- Está bien, lo haré, pero mis poderes pueden no ser suficientes
para pelear si soy atrapada.
Noe comenzó a pensar en cada uno de ellos y, sintió una gran fuerza
acudir a ella, esa fuerza se sentía como cada uno de ellos. Al momento,
los tres experimentaron una fuerte conexión con ella, y en ese breve
momento, pudieron verse a través de sus ojos.
Antes de volver, Noe los miró, intentó expresar cuánto los amaba,
sobre todo que sus sonrisas fueran reales y dolorosas. Se acercó a
David y lo besó, como creyó que jamás podría hacerlo, aquél hombre
le devolvía la fuerza que estaba esfumándose.
Noe se despidió de los tres mientras les sonreía con el mismo cariño.
360
Sin embargo tuvo que hacerlo, tenía que, sus pertenencias estaban
dentro, las necesitaba para poder irse.
Su fortuna era demasiada, pues nadie la seguía, ella miró hacia atrás,
a las luces encendidas, suspiró con pesar pero segura de que ellos no
eran su familia verdadera. Tenía que darse prisa y terminar con todo.
Pasadas las horas, el autobús llegó, ella abordó sin problemas y fue a
acomodarse en su asiento. Deseaba tanto terminar con todo, que no
se dio cuenta de que el dios la miraba desde una esquina, oculto a la
vista, mientras el autobús iniciaba la marcha.
361
Aún estaba demasiado oscuro cuando bajó del camión, su estómago
protestó por la falta de comida, pero todo en el pueblo estaba
silencioso y oscuro, no se veía nada puesto para vender. Las pocas
personas habían llegado con ella en el viaje.
362
Capítulo 56.
- Ése sueño nunca debiste tenerlo, todo fue preparado para ti,
¿no te gusta? Tu familia ya no sufre más, ya no tendrás que
preocuparte por tus hijos, ahora son adultos y saben cuidarse.
Son capaces de cambiar lo que no les gusta, así serán más
felices. Nadie sufrirá más...
363
encontraba rodeado por una burbuja de magia, ahora recordaba que
lo había visto dañado, mientras ahora ahí estaba, firme y eterno.
Noe corrió hacia él, entrando en esa burbuja protectora, que hizo al
ser detenerse y comenzar a bufar, similar a como hacen los gatos.
Estaba molesto, pero aquello era una oportunidad valiosa para
conectar con su magia.
365
Noe aprovechó lo más que pudo la oportunidad, se vistió con su piel
azul y salió corriendo hacia el lago, recordando a medio camino que
no tenía consigo el cuchillo de obsidiana, casi regresa, de no haber vito
al ser negro venir a ella, rápido como sus patas lo eran.
Ella aceleró su paso, casi tropezando con el fango del lago, sus rodillas
se llenaron de lodo y se rasparon, pero ella siguió corriendo. Para
meterse tanto como el agua cubriendo hasta su cintura, estaba
helada.
366
miró más allá y, a lo lejos, se alzaba un frondoso sauce, tan verde y
vivo, como debía ser.
Noe los miró a los tres, mientras el dios se acercaba, pero no alcanzó
a distinguir nada, su visión se nubló y luego oscuridad.
Noe fue llevada por los médicos. Estaba siendo tratada como una
suicida, por las características del corte. Todos tuvieron que mentir en
cuanto al origen del corte, no podían decirles a los médicos de qué iba
todo realmente.
Él la miraba ahí en tal estado, por sus breves charlas supo lo que ella
había padecido en esa extraña realidad y, sumando a la anterior a
aquella, era predecible que estuviera luchando por su vida, de nuevo.
367
su ella no volvía con él, esperar de nuevo a que ella volviera, no podría
soportarlo.
368
Estaban temiendo lo peor, ella no dejaba de sonreírles, las oscuras
ojeras debajo de sus ojos se hacían más azules y sus labios estaban sin
color.
369
Capítulo 57.
370
Él sabía a qué se debía el rencor del hombre, salvo que había venido a
dos cosas, debía dejarlo expulsar toda esa rabia, así podría recibir la
otra noticia.
371
cierto. Se decía una y otra vez que, de haber sabido desde el inicio que
aquello sería tan peligroso, jamás la habría dejado hacer aquello.
Al mirar adelante, hacia las cuevas, una de ellas tenía un suave brillo
de luz azul, el color de ella, lo miraba completamente pasmado. Luego,
sus brazos y piernas parecían sobrarle, puesto que le hicieron tropezar
varias veces, él corría hacia aquella cueva. Cayó de lleno en la entrada
y se quedó congelado ahí mismo, sin importar qué sus manos estaban
maltratadas, algunos dedos estaban rotos y sangraban.
Ahí estaba, sentada y con los ojos cerrados, su burbuja azul cristalino
la rodeaba en un halo efervescente que era absorbido por ella,
mientras esté emitía pulsaciones, similares a su ritmo cardíaco.
Ella lo miró de pronto, sus ojos fijos y brillantes, como debería ser en
aquel infernal mundo. Su expresión era de genuina curiosidad, lo vio
atormentado y grave. Aquello hizo que ella se levantara y se acercara
a él.
David de nuevo resbaló con sus pies, era ella, la estaba mirando y
parecía no creerlo.
David sentía tal alivio, que su cuerpo se sintió flojo de pronto, incluso
en un lugar como aquel, él cerró sus ojos y cayó dormido.
373
Encontró a los demás dentro de la habitación, llorando aún,
desconsolados.
374
David quería reír, pero las expresiones de todos eran algo aterrador.
375
Se encontró con el resto de ellos en la camioneta, saldrían justo ahora
para Jiquilpan, en el regreso tendrían suficiente tiempo para aclarar
las cosas.
Las casi cinco horas que tardaron en llegar al pueblo, fueron apenas
suficientes para convencerlos de que todo estaba correctamente, aún
estaban temerosos de las capacidades otorgadas a Noe, pero
comprendían que quizás no existía un límite.
376
Capítulo 58.
Los días siguieron como debían ser, el invierno estaba por entrar, cada
vez el frío era más y ella no podía estar más feliz por aquello. Por la
ventanilla de la camioneta, podía ver la organización para la festividad
de los muertos en el pueblo, la calle principal ya había sido cerrada al
tránsito local, mientras las casas eran adornadas para la ocasión.
Ella cerró los ojos, disfrutando de lo que la rodeaba ahora, los ruidos,
la gente que gritaba y murmuraba. Apenas podía creer que los sonidos
de las personas comunes le causaría tanta añoranza, escuchar
improperios le había causado risas anteriormente, pero después de
pasar varios días con sólo sonrisas y formalidades, definitivamente
extrañaba aquello.
377
Llegaron por fin a la casa, se veía más grande de lo que recordaba,
menos brillante y más cálida. Por nada del universo sería capaz de
cambiar aquello.
Ella hizo sus ropas desaparecer, ambos vestían solo su piel, ella era
brillante azul y él lustroso dorado.
378
él sabía que ese conocimiento les había sido arrebatado, mientras que
sufría por no poder recuperarlo, puesto que tendría que someterlos
de nuevo a un casi exterminio.
Él caminó durante unas horas, había permitido que sus pies dirigieran
el rumbo, no tenían prisa ni preocupaciones, cuando se detuvo,
estaba casi en la cima del gran cerro de San Francisco.
379
cansadas de correr tras ellos, pero el olor familiar del dios lo hizo
seguirlo directamente. Se echó sobre su panza y esperó.
380
Está noche, todas las luces de la calle principal, serían apagadas,
permitiendo únicamente la luz de las ofrendas, miles de velas y
lámparas de aceite viejas serían las únicas iluminando, creando un
ambiente místico y prehispánico, en esta temporada era común ver
las raíces de este país con cierto orgullo. Era na lástima que ese orgullo
nacional durará sólo un par de días, pues el resto del año las fiestas
creadas para los santos religiosos dominaban en gran medida.
381
deportivos, ella llevaba un gorrito de crochet en tonos café, verde y
negro.
382
presenciar. Se trataba del dios correteando con una especie de perro.
Al principio parecían estar peleando, por lo que los cuatro se pusieron
alertas, pero al acercarse más vieron que estaban jugando.
Noe sonreía ante la expresión tímida del dios, que se limitó a reír
suavemente. Creando en el perro una reacción conmovedora, pues
parecía sonreír también.
Los cinco miraban al extraño ser, que los miraba con esos ojos
bonachones que algunos perros grandes mostraban en su adultez.
384
Capítulo 59.
Al ver la reacción del ser cuando Noe fue a acariciarlo, su corazón dio
un suave vuelco, listo para reaccionar ante una reacción agresiva por
su parte. Pero cuando su mano estuvo sobre la cabeza de este, y se
quedó completamente quieto, recibiendo el suave tacto de ella, su
postura se relajó.
Alejandra, que colgaba del arnés de Noe, también elevó una pequeña
mano, intentando tocarlo también, al ver lo que su mamá hacía,
entonces vio con un nudo en el estómago cómo Noe se ponía en
cuclillas y dejaba a la pequeña tocarlo.
385
despidió con un asentimiento y salió corriendo detrás del perro. Los
perdieron de vista y decidieron continuar el recorrido.
Ana y los demás los esperaban en una esquina más adelante, todos
comían garbanzos asados en pequeñas bolsitas, por lo que Noe se
adelantó y les compró a los cuatro una bolsita para que comieran
también. Era inevitable para este recorrido salir de ahí sin haber
comido algo diferente cada cuadra, ciertamente ese día nadie cenaría
en casa.
Ella también lo sabía, por lo que sin duda notaba lo que David hacía
cuando sentía que lo miraban demasiado, se conmovía hasta el
tuétano con el esfuerzo que él ponía al marcar esa línea, por lo mismo
nunca revelaba que conocía ese secreto, ella simplemente le seguía el
juego. Aunque debía admitir que esa atención y cuidado la complacían
demasiado.
Sin embargo, David se sentía de alguna forma igual que ella, para él
ella siempre sería la mejor de todas: era hermosa y era amorosa,
386
incluso era sensual e insaciable, la misma necesidad que él sentía ella
le profesaba. A veces sentía que él había hecho trampa al haberla
conocido hacia cientos de años, al haber vislumbrado quién sería su
pareja eterna, su compañera, y había pasado esos cientos de años de
diferencia esperándola, aprendiendo y convirtiéndose en el hombre
que ahora era, sólo así sintió que podía merecerla, pues para él, el
pasado que tuvo, por tormentoso o solitario que fue, no era
suficiente.
387
saber que eran testigos de la reacción de su esposo a un obsequio de
ella.
388
aseguraban que la próxima aventura los tomaba con energía
suficiente para realmente aprovecharla.
389
Mientras los hombres de las casas estaban al volante y charlaban
entre ellos, las mujeres comenzaban a trazar un plan para
sorprenderlos.
Ana no estuvo muy satisfecha, pues sentía que al ser soltera, debía
solicitarle permiso de invitarlo, así que ambas hablaron largan y
seriamente con ella. Hasta que quedó tranquila con la situación. Él
llegaría al día siguiente.
390
Durante el resto del camino, todos miraban en silencio por las
ventanillas, el aire se había tornado húmedo y caliente hacía media
hora, mientras se acercaban más y más.
391
Capítulo 60.
392
hacerlos superar el mismo pasado que ella se esforzaba por no
enfrentar.
Era apenas pasado el mediodía, por lo que todos estuvieron listos para
acercarse a la enorme piscina en cuestión de minutos, sólo el gordo
gato se quedaría en la habitación, pues temían que se perdiera.
393
lo empujó al agua, él la sujetó por la cintura, pegando su cuerpo al
suyo, y ambos cayeron.
Ella alcanzó a llenarse los pulmones con aire, por lo que permaneció
bajo el agua más tiempo que él, logrando sacarle un buen susto.
Todos los miraron sin atreverse a reaccionar, hasta que Luis se lanzó
de nuevo, salpicando a todos.
Ana sin rechistar pidió una margarita, le encantaba esa bebida, podía
tomarlas sin parar y sin darse cuenta cuando el alcohol le hiciera
efectos, mientras que Víctor prefería los mojitos. Luz y Octavio
pidieron cerveza clara preparada en una bebida llamada michelada.
Miguel y Pina pidieron frappés de frutas, y Luis, David y Noe pidieron
ron con hielo y agua mineral. Ella consideraba que sería una excelente
forma de romper el hielo con Octavio, mientras que David y Luis
hablaban entre ellos de una nueva banda de rock recién descubierta.
394
Pasadas las dos de la tarde, pidieron nuevamente al camarero algunos
menús para pedir comida. El mesero les ofreció acercarse al
restaurante del hotel y disfrutar del bufet, que en esos momentos aún
estaba disponible. Todos saltaron de sus sillas y se apresuraron al
hotel para elegir cada quien sus alimentos.
Cada uno se acercaba a esa mesa con su plato en las manos y sin saber
por dónde comenzar. Había tantas opciones que simplemente
estaban indecisos.
Los demás fueron por mariscos, mientras que Luis prefirió un enorme
corte de carne en término bien cocido con puré de papas y cebollas
asadas.
395
lugar, tal parecía que el personal se tomaba muy en serio la tarea de
cuidar de sus huéspedes.
396
Mientras lo esperan, ambos toman una rápida ducha y se visten para
salir después. Ambos suponían que los demás estarían ya en el
restaurante o quizás en la playa.
Noe le envía un mensaje de texto a Luz, para saber qué planes tenían
para ese día. Sin embargo, Luz no respondía. Decidió preguntarle a
Luis y él le contestó que estaban discutiendo algo con su madre,
parecía ser un tema delicado. Por lo que le pedía reunirse con ellos en
la suite de Ana y Víctor, David también debía presentarse.
397
regaño de Luis había sido demasiado. Tenía la cara roja y se notaba
que el cuerpo le temblaba ligeramente, Noe sabía que eran sus
emociones luchando por salir y expresarse, pero también se notaba
su falta de control sobre éstas.
398
Capítulo 61.
Noe y David fueron al servicio de spa del lugar, pasaron una tarde
maravillosa con los masajistas y después en un baño individual de
vapor. Ambos tomaron nota de algún día visitar un temazcal.
399
Una vez en su habitación, dejaron todo a un lado y se dispusieron a
ordenarlo, pues había accesorios que debían armar.
Incluyendo el dueño del bote recibió la indicación por parte del cartel,
desafortunadamente todo en su vida se los debía a ellos, por lo tanto
no podía negarse. Sintió un ligero pánico al saber que las personas de
las que debían encargarse se parecían demasiado a los que hoy habían
ido a solicitar el servicio de su bote.
400
Él sonrió para sí mismo, cuando leyó lo que uno de sus hombres le
estaba informando, sabía perfectamente que se trataba de ellos, y
data vez estaba preparado para dejar en claro un par de cosas.
Fue al baño y se aseo para regresar a descansar. Esa noche, justo antes
de quedarse dormido, la terrible sensación de que algo peligroso se
acercaba se instaló pesadamente en su estómago, era una sensación
alarmante, que si bien no le impidió dormir, sí le produjo pesadillas.
La recepcionista los vio salir, por los accesorios que cada uno llevaba,
era obvio que habían encontrado el servicio de paseo en bote que
habían estado buscando, se despidió cortésmente y les deseo
diversión en familia.
401
Ambos notaron que el sujeto ya no se veía tan tranquilo como el día
anterior, ahora lucía nervioso y asustado. David se dijo a sí mismo que
quizás no le agradaba despertar tan temprano, pero de nuevo no
encajaba, porque él mismo les dio ése horario. Decidió ignorarlo.
402
No hizo falta esperar demasiado, apenas minutos después un ejército
de lanchas y motos acuáticas aparecieron desde el puerto y se dirigían
hacia ellos, el dueño del bote apagó el motor y, acto seguido, se lanzó
al agua, dejándolos varados.
403
Luis también notó de quien se trataba y las miradas que David le daba
a su hermana, se levantó e intentó llegar a su lado, pero el escudo le
impidió llegar a dónde David esperaba.
404
Los dos fueron rodeados por maleantes y luchaban con demasiada
cautela, en un momento uno de ellos logra herir a Noe con un extraño
cuchillo, al parecer el sujeto tenía creencias en deidades
prehispánicas, la hoja de su navaja era de obsidiana, motivo por el cual
logró herirla.
Disparó...
Noe miró hacia ese sonido, resaltado entre los demás, aquel sonido
que se grabó en su mente. Y mientras volteaba, el disparo dio de lleno
en el pecho de David, la enorme bala entró y luego se expandió.
Recordó cómo se sentía tener control sobre los poderes de los demás,
salvo que ésta vez éstos respondían como propios. Comenzó a perder
el control, miró fijamente a Mauricio, quien sonreía triunfal ante su
situación, ella saltó sobre el aire, se elevó sobre todos ellos y llegó
hasta donde él estaba, la veía sorprendido pero aun sintiéndose
ganador.
405
Lo único que debía hacer era expulsar a través de su cuerpo la furia
que se cocinaba en su interior. No dudó ni por un segundo. Ella
explotó con toda su ira.
Ella les permitió llevarlo hasta la arena blanca, una vez puesto
suavemente lo revisaron cuanto les permitía su estabilidad emocional.
406
Noe permanecía mirando, sin siquiera parpadear, su cuerpo había
vuelto a ser de carne y hueso.
407
Bajó lentamente a la tierra, encontró a todos donde se habían
quedado. David seguía sin moverse, pero curiosamente él podía
sentirlo vivo, los demás no podrían saber la diferencia entre estar
realmente muerto y estar en la caverna.
408
Capítulo 62.
Sintió unas manos suaves en su rostro, se sentían como las de él, eso
la hizo apretar los ojos, no los abriría nunca más.
Entonces vio la imagen más hermosa de su vida: era él. Era él.
409
voló hacia su amada esposa, entonces supo que aún podría volver a su
cuerpo físico, el cual se encontraría muy dañado, lo que explicaba que
se encontrará ahí sin poder regresar. Durante unos minutos estuvo
sentado meditando sobre su cuerpo físico, sabía que había
permanecido en el agua y afortunadamente estaba sanando a un
ritmo elevado, debido a la salinidad del agua, en un proceso que no le
importó, lo único que necesitaba saber era que volvería con ella. En
aquellos momentos de conocimiento, ella había llegado y él la recibió.
411
Permanecieron en silencio mirándola, ambos hicieron una promesa y
cada uno la haría realidad a su manera.
Noe saltó de la cama y corrió había él, el alivio fue tan inmenso, que
sus emociones expulsaron parte de su magia y la caverna entera se
estremeció con ella.
412
profundamente. Ella había crecido tan aislada de los demás, debido a
las criaturas que veía, además de sus conocimientos tan tempranos
sobre su responsabilidad al ser elegida, que el saber que estaba en ese
estado por él... Decidió no continuar por ese camino, él estaba con ella
y eso importaba en su totalidad.
413
Noe no sabía realmente a qué se refería, pero antes de preguntarle al
respecto, él la empujó suavemente hacia el río para volver con David.
414
Todos fueron a los sillones y esperaron a la respuesta. Incluso Octavio
se encontraba entre ellos, parecía que en medio de la calamidad había
sido aceptado en la familia.
Noe miró a David, había algo más que debía compartirles. Él asintió,
dando su acuerdo.
417
Capítulo 63.
Sospechó que tendría que idear formas de hacerla agotar esa energía
que de pronto la llenaba.
Con los días, el cabello de Noe cambiaba cada vez más, un día ya no
estaba tan rizado al otro se veía más claro, hasta que llegó el momento
en que estuvo tan diferente que todos creyeron que ella poco a poco
lo había modificado sin decirles, sólo David había notado cómo había
ido cambiando. Ni siquiera ella se había dado cuenta, hasta que los
demás le dijeron.
418
entonces que notó que su piel se sentía diferente también, era suave
pero con una sensación hidrofóbica, pues sus aditamentos de belleza
tardaban demasiado en integrarse en su piel, como la crema
humectante, incluso al mojarse notaba que su piel no se humedecida.
Definitivamente algo extraño sucedía.
David comprendió sus dudas, era momento de compartir con ella otra
parte de su historia oculta.
- Comprendo...
419
Noe lo observó demasiado, tratando de imaginarse cómo sería antes.
Recuerda haberlo visto en sueños, pero la imagen suya era exacta a
como era ahora, así que para ella no había diferencia.
Más días siguieron pasando, cada vez que otro cambio era notado, ella
deslumbraba. Incluso el día en que su piel pareció verse más clara, en
lugar de bronceada por el sol. El personal del hotel llegó a preguntarle
si usaba algún bloqueador especial y cuál era la marca, pues era
demasiado notorio.
Tuvieron que planear una mentira verdadera, pero que seguía siendo
mentira, les dijeron que se trataba de la aplicación de un tónico hecho
con agua oxigenada y otro de peróxido solo, y que debido al uso de
ambos se lograba ese proceso. Incluso en el cabello, pues cada día se
veía más claro, pero comenzó a clarear desde el rojo, ahora se veía
anaranjado.
420
ninguna usaba frecuentemente tacos altos, usaron unas botas de piel
con estoperoles y cadenas. Noe había comprado pares a juego para
ella y sus dos hermanas, ambas hechas a medida y sobre pedido a una
marca de motocicletas chopper.
421
Efectivamente, sólo alguien con un poder adquisitivo alto podría
identificarlas y costearlas, dado que ellas las reconocieron parecía que
sabían diferenciar de artículos de lujo de los de alta confección. Eso
por sí mismo le dijo a Noe que tenían razones para considerarse
demasiado buenas o influyentes, pero la mirada de incomodidad y
envidia le dijo otro tanto sobre su límite al respecto.
Cuando iban de regreso, las mismas mujeres las miraron con más
interés aún, una de ellas casi escupe su bebida por la nariz cuando vio
el collar de serpiente en el cuello de Noe deslumbrando con las luces.
Se trataba del collar de serpiente Bvlgari, Noe no tenía ni idea,
simplemente se puso esa pieza por ser llamativa y porque le gustaba
demasiado.
422
David sonreía con placer al momento de decirle.
423
la mitad que te corresponde, se nota que no has revisado tu
cuenta bancaria.
Estaba guiñando un ojo con diversión, cuando Noe sintió su piel arder
de la misma forma que en la playa.
No fue tan grave como la primera vez, en esta ocasión ella no perdió
el sentido, estuvieron bajo el agua hasta que finalmente se tranquilizó.
Una vez que los demás estuvieron muy adelantados, David llevó a su
esposa a un oscuro rincón que recién descubrió, se encontraba
demasiado necesitado de ella como para esperar a que llegaran al
hotel. La condujo por un pasillo entre dos construcciones, parecía un
callejón detrás de varias casas.
425
modo de mantener la atención de todos y aprovechaban cada
oportunidad de salirse con la suya.
Una vez dentro, Noe los miraba intensamente y con rigidez, ambos
comenzaron a poner a prueba sus habilidades recientes, pero nada
funcionó, su madre los reprendió en lugar de darles lo que querían.
Más tarde, ya aburridos, se quedaron dormidos.
426
Los demás se veían tranquilos, pero un poco aburridos. Aún les
quedaba una semana más de vacaciones, pero si estaban deseosos de
volver antes no tenían ningún problema para ello.
Noe sirvió dos enormes platos con chilaquiles verdes y queso fresco,
así como café americano y un par den rebanadas de pan tostado con
queso Cottage.
427
Todos en el restaurante recibieron una rebanada y fueron integrados
en la celebración.
428
Capítulo 64.
Noe estaba más allá del cansancio, si bien hacía unos días había estado
ansiosa por explorar nuevas cosas, ahora deseaba dormir por tres días
seguidos. Sin contar que los gemelos cada vez reclamaban más
atención.
A veces Noe no cabía del terror cuando los veía expresarse de una
forma demasiado madura y clara, aún sin usar palabras, pues el
recuerdo de esa realidad utópica le venía de pronto, cosa bastante
desagradable si pensaba demasiado en ello. Pero justo después,
volvían a ser unos absolutos bebés.
429
deseaba poder ir a la feria de juguetes y ver las novedades. David
como siempre ya estaba volando por las diferentes páginas de venta
en línea desde su teléfono móvil, Noe lo miraba sorprendida, él nunca
perdía la oportunidad de gastar dinero, lo dejaba pasar porque al final
era su dinero.
Este año incluso el gordo minino tendría obsequios, Pina había estado
haciendo tratos con una amiga suya y adoptaría a un pequeño de color
blanco y pelo largo, se imaginaba pasando un cepillo suave por su
pelaje, mientras lo dejaba dormir sobre sus piernas. Esperaba que la
gatita se llevara bien con el gordo consentido.
430
los bebés en la cuna de viaje, mientras que estaba vacía y ambos
salían.
Habían sabido que podían hacer aquello hacía unos días, cuando Ana
se quedaba dormida mientras los cuidaba, en esa ocasión
simplemente se vieron de pronto en esos cuerpos y habían salido a
pasear, como nadie los reconocía estuvieron a punto de meterse en
problemas, así que esa aventura duró muy poco.
431
David no podía entender de lo que hablaban, por lo que accedió a
dejarlos entrar, él asumiría el cargo si ocurrían daños. Buscaron por
casi media hora, hasta que una señora que iba en la comitiva vio las
cosas robadas en la cuna, rodeando a los bebés.
Él volvió sobre sus pasos, hasta donde ella estaba observando a los
niños.
Noe levantó su mano, para hacerlo callar y luego pasó su palma por
encima de los bebés, una suave burbuja color salmón onduló y luego
desapareció, dejando en evidencia a dos jóvenes de unos dieciocho
años, sentados y apenas dentro de la cuna, sus miradas seguían siendo
las de unos bebés, pero el resto de ellos era completamente maduro.
- Vaya, a otro perro con ese hueso Tata, sabemos por ti mismo
que eres bastante viejo, quizás eras demasiado desastroso
como para poner atención y aprender de los demás.
David y Noe se rieron ante la idea, pero todo lo que él mencionó tenía
sentido. Luego de escuchar a la gente irse, y la orden de Noe, todos
en sus habitaciones salieron a ver qué sucedía. Se detuvieron al notar
lo que pasaba, vieron a los gemelos ahí metidos y demasiado grandes
para caber y al dios siendo burlado y regañado por Noe, aquello era
algo digno de verse.
434
- Mamá, sólo queríamos divertirnos como ustedes hacen, es
bastante bochornoso que nos lleven a todos lados como
bebés.
- Si, y el de él es...
435
Gio rápidamente le cubrió la boca y casi toda la cara, aquello debía ser
demasiado tierno como para avergonzarle.
- Creo que tendré que donar todos los regalos de los bebés, ya
gasté demasiado en obsequios para ellos, pero no creo que la
ropita les quede.
436
lo habría mencionado si aquello causaba que se sintieran
avergonzados de nuevo. Pero Noe no podía controlar su risa, se
escucharía hasta la calle si no paraba, lejos de calmarse con su
expresión severa, ella reía aún más, logrando contagiarlos a todos,
incluidos los gemelos. David no tuvo más alternativa que reír también.
437
- Bueno, nos gustaría ir a casa. Pensamos que podríamos
remodelar el edificio, para hacerlo más grande y clásico, como
un departamento enorme para los cuatro.
Noe sentía que estaba por caerse por la impresión, sin embargo para
cuando David se dio por enterado, Gio ya la había ayudado a sentarse
en la sala, él había estado discutiendo detalles con los demás y no
pudo darse cuenta de su esposa. Estaba pálida y respiraba con
dificultad. Ella sostuvo la cara de Gio y lo miró con profundidad.
Una imagen fue lanzada a su cabeza, no desde él, sino de otro sitio, el
cual impartía de alguna forma el destino de sus hijos. Sus ojos se
cerraron y estuvo rodeada de oscuridad...
438
Ninguno presentaba daños. Detrás de ambos, Tata aparece, portando
sus propias armas y defendiendo el flanco libre de ella, dejándola en
medio de los dos.
439
Capítulo 65.
Noe daba vueltas en esa visión que tuvo, algo que tenía una seria
similitud con aquella ilusión utópica era que al parecer Alejandra
tendría un acercamiento con el dios. Cosa que no le gustaba
demasiado.
Comenzó a ausentarse por varias horas casi todos los días, él le decía
a Noe que se trataba de los planos, él estaba inmerso en la planeación
junto al ingeniero, pues deseaba que todo quedara perfecto y al gusto
de todos.
440
Se sentía como una princesa al ser mimada con tantas cosas y detalles,
ella era tan atractiva que se robaba las miradas de todos en las tiendas
y plazas comerciales. Gio las acompañaba en calidad de protector, al
igual que Luis y Víctor, todos habían descubierto un nuevo y más
intenso celo en cuanto a Alejandra.
Todos aprendieron a tratarla con respeto y tacto una ocasión que una
chica quiso humillarla y dejarla atrás, esa joven cita deseaba salir
primero en las fotos, pero un comentario sarcástico y cargado de
sentido la dejó en su sitio. Así como algunos productores que querían
engañarla para ceder con ellos y dejarlos, por lo tanto, aprovecharse
de ella. Todos salían aullando de dolor ante sus "caricias".
442
talentosa, así que se dio el último ánimo para poner en marcha su
plan.
Él debía llegar antes para preparar las cosas y la familia llegaría con
Noe más tarde. Todos estaban emocionados, deseaban ver qué tipo
de acabados tendría y los colores que tendrían de fondo para la
decoración y los muebles. Todo sería nuevo.
443
- Si, sé que ustedes tienen dos bonitos gemelos, pero he
pensado en ese término y creo que lo cambiaré por el de... -
ella sonríe maliciosamente, mostrando sus blancos y
perfectos dientes a través de sus labios rojos - compañeros.
444
La toxina comenzó a hacer efecto, haciendo que él cayera de espalda
en toda su longitud, no esperaba que una droga corriente pudiera
hacerle efectos, quizás se pasaría rápido. Él sinceramente esperaba
que no tuviera efectos después de despertar. Poco a poco, el mundo
perdió la luz, sentía cómo sus ojos se cerraban y, muy vagamente, la
escuchó caminar hasta llegar a él. Luego no supo más.
La familia por fin había llegado, Noe esperaba que la clave del
ascensor no hubiera sido cambiada aún, pues la arquitecto lo había a
estado usando, subieron todos en el compartimento y subieron. Iban
cargados con golosinas y frituras, Luis y Víctor habían comprado
botellas de licor, incluso el tímido de Octavio estaba emocionado.
Dentro, estaba David. Estaba desnudo y con una mujer sentada sobre
él.
Noe no podía ni respirar, cuando sintió que sus rodillas iban a colapsar,
se dio la vuelta y se fue.
445
con restos de una bebida. Gio se agachó y olfateó un trozo de cristal.
Sus ojos eran despiadados cuando la miró de nuevo.
Notaron que algo extraño sin duda pasaba, pero quizás no era el
momento de hacer preguntas, salieron todos con lo que llevaban aún
en las manos, Alejandra bajó con ellos y vio que Noe estaba parada
cerca de su auto, parecía no saber qué hacer.
446
- Mamá, Gio me pidió llevarte arriba, parece que todo esto
tiene una explicación, papá se veía extraño, vamos por favor.
Gio parecía haber orquestado una carnicería, sin duda usó la fuerza
física de una forma moderada, la mujer yacía en una esquina golpeada
y goteando sangre de la nariz y la boca. David hacia aún sin reaccionar,
pero ya estaba vestido con sus ropas. Gio sin duda había tenido esa
consideración con él.
Gio sin duda era un hombre despiadado, pero noble, esa situación
había despertado su sentido de justicia, había entendido demasiado
bien y pronto que su padre jamás haría algo que pusiera en riesgo la
relación con Noe, lo veía en sus miradas a ella, en la forma de tocarla
y en que no podía alejar sus manos de ella. En la forma en que se
preocupaba por ella.
Noe vio el piso, era una loseta preciosa de láminas de mármol con
vetas de algún raro metal, el contraste que hacían era increíble. Se
volvió y miró las paredes, tenían un tono azul tan claro y pálido que
casi no se notaba, aquello se veía tan iluminado y sobrio, sin duda se
había esmerado en cada detalle. El cielo raso tenía acabados en pasta
blanca, se veía como si una espumosa nube los cubriera, las lámparas
del techo tenían focos opacos de luz blanca. Ése increíble hombre
había puesto su amor y dedicación en cada detalle.
Noe ignoró lo que sucedía entre sus hijos y la mujer, se acercó a David,
apoyó u frente en la suya, notando su piel fría y pegajosa, estaba
sufriendo.
Sus hijos la miraron salir, con sus rostros expresando el dolor de verla
irse.
448
encontraba, ya que si el daño a su padre era profundo, la encontrarían
y entonces la matarían.
Noe bajó hasta su auto, condujo lentamente y llegó hasta aquél hotel
en la Avenida Reforma, donde una vez pasaran aquella increíble
noche.
449
para que se sustituyera. Necesitaba mantenerlo así un rato más,
mínimo hasta que él respondiera.
450
Capítulo 66.
451
debiera a que por una vez él estuvo más vulnerable y no pudo
responder de la forma en que ella necesitaba. Había caído en un juego
demasiado superficial pero efectivo.
452
Permanecieron sobre la alfombra, como aquella vez, mirando por la
ventana hacia las luces de la ciudad, aún no anochecía, pero era lo
suficiente tarde para ya comenzar a ver algunas luces encendidas.
David la miro con las cejas levantadas, él pensaba lo mismo cada vez
que la veía con su piel azul y cristalina brillando.
453
- Buenas noches estimado huésped, lamento molestarlo, pero
en su auto estaban sus teléfonos móviles y no paran de sonar
desde hace rato, pensamos que los olvidaron así que los traje.
Si desea que le sirva algo puede hacerlo ahora o esperar más
tarde y llamar al menú que aparece junto al teléfono. Pase
buena noche.
Noe le pidió llevarla antes para limpiar y que nadie viera el desastre
que hicieron los gemelos, salvo que al llegar encontraron el lugar
limpio.
455
encargaban de disfrutarlos al máximo, pues en general sus vidas eran
ruidosas y llenas de gente que los rodeaba.
Alejandra había elegido una habitación en tonos beige con rosa pastel,
una combinación tierna y femenina, mientras que Giro eligió tonos
grises con azul naval.
Para la habitación principal, David había elegido para ellos una mezcla
de sus colores, dorados y azul cian.
456
Los muebles se eligieron de madera de roble y cerezo, Noe sentía
temor de dañarlos tan solo con tocarlos. Se quedó de una sola pieza
cuando vio la enorme cama con dosel, se veía antigua pero en
excelente estado.
457
Capítulo 67.
458
- ¿A qué se debe eso? Supongo que hay una razón. - Noe
comenzaba a sospechar de algo.
En lugar de más palabras, el dios les dio una reverencia a los seis, luego
se fue como había llegado.
459
confirmarles las razones correctas, no podían arriesgarse a hacer un
cálculo equivocado.
460
- Nos reuniremos el día del equinoccio a la media noche aquí,
yo los llevaré hasta allá. Preparen sus armas y escudos, espero
que no aparezca nada que los ataque, como la última vez,
pero esta ocasión será más fuerte para Noe, de nuevo
necesito que conecten su magia a ella, para que pueda
manejarla. Si mi cálculo es correcto será suficiente.
461
El dios aparece a las once y media de la noche, todos se encontraban
listos. El dios les pidió tomarse de las manos en círculo, sintió una
descarga cuando la mano de Alejandra lo tomó sin darse cuenta a su
izquierda. Ella no reaccionó pero sintió lo mismo al tocarlo.
No parecía una tarea especialmente difícil, salvo por que las heridas
de todos no cerrarían hasta que todo hubiera terminado, cada uno
sangrará hasta finalizar el rito.
Todos fueron pasando con Noe, quien llevaba una pequeña vasija de
barro, con capacidad para aproximadamente medio litro, les ayudó a
realizar el corte y a derramar la sangre en el pequeño cuenco, sintió
un tirón de pesar cuando se acercaron sus hijos, ambos la miraron
esperando a que ella les hiciera su corte. Noe sentía sus rodillas
doblarse, no se sentía capaz de hacerlo. David se acercó y los ayudó,
también mostraba una expresión dolorosa, pero sus manos no
temblaron cuando les pasó la filosa pieza de obsidiana, sabiendo
profundamente que era necesario y que estaban ahí cooperando con
la causa con toda su honestidad.
462
Noe miraba caer la sangre de sus hijos, que ya no eran bebés, sino
adultos y debía afrontar esa realidad.
Hubo una suave señal en las nubes lejanas, ella tomó la astilla de
obsidiana y cortó su brazo. El corte era largo y profundo, la sangre
manó y cayó sobre el cuenco, casi llenando el resto del espacio vacío.
Todos invocaron sus armas, listas para atacar lo que fuera que se
acercaba.
463
Capítulo 68.
Tata se elevó para intentar saber qué lo provocaba, pero uno de esos
rayos fue directamente hacia él, tan rápido que no tuvo tiempo de
evitar el impacto.
Noe estaba sola, recibiendo el impacto de toda esa ira, su escudo, por
alguna razón, era más resistente, por lo que resistió.
464
compañeros y así, continuó. Ella pudo sentir cuando ese pequeño y
aparentemente frágil protección, cubría al planeta entero, también se
percató de que esa nube se encontraba replicada en diferentes
puntos, ya que recibía daño en cada uno de esas zonas.
Noe elevó sus dos manos, expulsando su golpe más fuerte. Fallando
en golpearlo.
Ella sentía la furia crecer más y más, a la par que crecía su miedo. Le
bastó una sola mirada a sus amigos, para descubrir la manera de
deshacerse de aquello.
465
Una vez dentro, deja reunir todo su odio, se dejó llenar de las más
oscuras emociones que podía permitirse, su piel se encendió como
lava, un momento azul brillante, luego roja e incandescente.
El ser viscoso se adhirió a ella, como una lapa llena de tentáculos, Noe
sonrió con malicia, un último pensamiento de sus compañeros y una
solitaria lágrima cayó por su rostro.
467
Su voz estaba rota y raspaba, ninguno de ellos tenía la respuesta, ni
siquiera sabían si existía una.
Él cayó sobre sus rodillas, haciendo que todos lo miraran, ella lloraba
y abrió mucho los ojos al verlo. Corrió a él y se arrodilló abrazándolo
con fuerza.
Noe temblaba ante la alternativa, sólo uno podía volver. David la miró
y acarició su cabello despeinado y su rostro. Le sonrió con amor y, sin
dejar de mirarla, dijo.
Noe sentía sus piernas fallarle, sabía en el fondo que era la mejor
solución, sin embargo estar lejos de él la dejaba adolorida y
necesitada.
469
- Con la capacidad de Noe de venir aquí cuando lo desee, esto
no tiene que ser una despedida definitiva, no necesitan
despedirse de esta manera.
470
Noe se desmayó por el choque emocional, la llevaron al edificio, junto
al cuerpo de David. Debían celebrar un funeral para él, una vez en
casa, dejaron a Noe en la enorme habitación, mientras los gemelos
buscaban los documentos importantes, Gio llamaba a los abogados
mientras Alejandra hacía los arreglos.
Ana fue a abrazar a sus dos nietos. Mientras esperaban a las personas
a las que llamaron, tenían que presentarse en el departamento.
El papeleo con los abogados era sencillo, sólo necesitaban que Noe
despertara para firmarlos, llevaban un balance general de las
posesiones, la fortuna era increíble, además de las propiedades y las
acciones.
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Capítulo 69.
¡Mamá!
Sus amados hijos esperaban por ella, pero sabía que ellos llegarían
muy lejos sin su ayuda, no la necesitaban. Un sabor amargo
permanecía en su lengua constantemente, recordándole que ya nada
sería dulce en el mundo sin él.
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El sabor amargo se iba lentamente y el mareo por el estado de
ensueño desaparecía poco a poco.
Hacía ya una semana que se mantenía de esa forma, y cada día los
abogados acudían al domicilio, no podían no ir.
Lo que sí recordó fue que el 50% de todos los bienes eran suyos,
mientras que el resto se dividía por mitad a los dos hijos. Eso fue lo
que David estipuló en la actualización de su testamento, tiempo
después de nacidos sus hijos.
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Ella ni siquiera sabía qué pasó con su cuerpo. Recordarlo la obligó a
despertar y lanzarse a la habitación donde debía estar. Entró y lo vio
vacío.
Las sábanas tenían su olor, sentía que se volvería loca solo por olerlo.
Lo extrañaba tanto, le dolía todo el cuerpo, el alma. Lloró hasta que
quedó vacía, luego volvió a llorar más.
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Se quedó dormida en su mar de llanto, por fortuna ese estado en
medio de la vigilia y la inconsciencia no volvió más.
Se quedó sentada en la sala esperando a sus hijos, eran casi las 7am.
Si lo pensaba detenidamente se sentiría enferma por esperar desde
tan temprano, pero era una necesidad que tenía, no podía ignorarla
sólo por la imagen que podría estar dando. Él era su compañero, su
esposo, su verdadero amor, no se permitiría ser paciente.
Los bancos ofrendaban con gran poesía y arte el duelo por la figura
perdida. Todos y cada uno de ellos, desde el más longevo y poderoso,
hasta el recién acuñado y de apoyo popular.
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Sus hijos le informaron que durante dos horas aproximadamente,
después de enterarse del deceso, toda la economía del país se
paralizó, hasta que los abogados declararon a los herederos y a la
esposa viuda.
Inclusive hubo una fuerte disputa sobre el lugar donde sus restos
descansaban, pues hasta las personas más influyentes conocidas
públicamente peleaban darle el sitio más excéntrico y costoso.
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Capítulo 70.
Para Noe todo aquello era una ridiculez, estaba casi segura de que
ninguna de esas personas que ahora peleaban por un poco de su
atención conocía siquiera el aspecto de David, le provocaba enfado y
asco aquellas actitudes.
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Dentro, subieron el ascensor, mientras recibían llamadas insistentes
de Fausto y Sofía. Parecía ser importante, cada uno respondí su móvil,
atendiendo a ambos.
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verdaderos o falsos, conocían las identidades de los cuatro, excepto
del dios.
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madre. Gio cerró la puerta suavemente, mientras miraba con dolor
como su hermana, su tía y abuela se aferraban a su madre, quien por
primera vez perdía un poco de ese férreo control que mantenía
siempre.
Lloriqueaba como una niña, los cuatro sabían a qué se refería así que
decidieron darle su espacio, Alejandra se comprometió a quedarse
con ella, para vigilar su regreso. Los demás salieron.
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parecía que aquel trayecto se llevaba la pena y la angustia de saber
que él ya no viviría con ella.
Noe intentaba hablar, habían tantas cosas que deseaba decirle con
desesperación, pero él la callaba besándola o chistando, no estaba
dispuesto a desperdiciar esos valiosos momentos con palabras que
después quedarían reverberando en las paredes, enloqueciéndolo en
el proceso.
Noe se durmió entre sus brazos, parecía descansar apenas, sus ojos
estaban oscuros debajo, sus mejillas se veían hundidas y algunos
huesos se marcaban entre su piel, apenas habían pasado unos días y
ella estaba tan decaída. Necesitaba convencerla de no dejarse afectar
de aquella manera, pues él seguía existiendo y ella podía ir y venir a su
antojo.
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Capítulo 71.
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atónitos ante su expresión furiosa. Todos en estampida comenzaron
a correr tras ella, unos esperaron a que el ascensor regresara,
mientras que otros bajaron precipitadamente por la escalera.
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Se dio la vuelta y entró al lobby, encontrando a los demás llegando
apenas a la planta baja. Noe miraba al frente, con su tétrico y elegante
andar, estaba tan delgada que el vestido de kashmir ondeaba con sus
pasos. Gio miraba a la gente en la puerta, algunos se marchaban con
prisa mientras que otros ni siquiera se atrevían a moverse, estos
últimos orinados encima.
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Se dirigió a su habitación y los dejó a todos exponiendo sus diferentes
opiniones, ella recordaba las palabras del dios acerca de tener vía libre
de hacer lo que les diera placer sin consecuencias, pero una parte de
su mente le decía que había estado a punto de cruzar la línea.
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El último día de descanso para Alejandra transcurrió de la misma
forma, todos discutiendo mientras Noe permanecía ajena a todo
aquello, aunque se percibía más tranquila.
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Las puertas se abrieron a su espalda, mostrando una parte del edificio
que fácilmente nadie jamás había pisado.
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Capítulo 72.
Aquella piel color bronce tan lisa y perfecta, no hacía sino darle un aire
aún más superior al traje italiano con costuras externas, demostrando
haber sido hecho a mano por el sastre, en una muestra aireada y sutil.
Él sonrió para sus adentros, David no era el único que supo cómo
arreglárselas para convertirse en alguien casi indispensable para el
mundo humano de las finanzas.
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por tu aspecto, hace un tiempo me habría ganado una paliza
por parte de Noe y David, aunque tu padre se habría sentado
cómodamente a ver cómo tu madre me rompe la cara.
- No iré por las ramas, mis orgullos son diferentes a los de los
hombres, sin embargo te diré que seré infeliz si tú me
rechazas. Sé, sin ánimos de ofenderte de ninguna manera,
que tú también pudiste sentir el vínculo que se estableció el
día que tú y tu hermano se hicieron adultos. Tu magia te hizo
madurar así de rápido como un mecanismo más de defensa,
nadie más que tú misma pudiste avanzar de esa forma, ni
siquiera los dioses pasamos por una metamorfosis tan
avanzada. Si tu quisieras, ahora mismo podrías matarme, sin
esfuerzo alguno, así de grande es tu poder.
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pies y lo que sus ojos miraban en su pequeña estatura era su torso
agitado a centímetros de distancia.
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El médico y la enfermera salieron, dejándolos a solas, de nuevo.
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Capítulo 73.
Se acercó con prisa a Gio y le solicitó las llaves del auto, ya que él
estaba en posesión de las diferentes llaves de los autos, se había
vuelto fanático de ellos.
Una vez tuvo las de su auto deportivo, salió casi corriendo, subió y
condujo con dirección a la agencia donde Alejandra trabajaba.
Noe sonrió, era típico de alguien que deseaba admirar todo desde un
punto estratégico y sin que nadie sospechara. Se dirigió al elevador y
picó el botón del último piso, le comenzaron a intentar detener, pues
nadie sin autorización podía subir, ella golpeó con ligereza una de las
paredes, mientras todos miraban como caía hecha pedazos y
escombros. Nuevamente entró al elevador, esta vez sin nadie
impidiéndole el paso.
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Mientras subía los casi 20 pisos, iba recordando cada situación donde
él y su hija estuvieron presentes, dándose cuenta del vínculo que
había entre ellos.
Ambos la miraron con la boca abierta, era una estampa que recordaría
por siempre, comenzó a reír de forma estridente, quizás por sus
mismos nervios que estaban comenzando a desvanecerse. Noe tenía
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una expresión atónita, mientras que él tenía un brillo complacido en
su mirada. Intentó tranquilizarse para explicar la situación.
Con cada palabra que salía de ella, él se sonrojaba más, pues las
habilidades mentales de Noe funcionaban incluso en él, ella debía
estar viendo todo en la mente de Alejandra.
Los tres bajaron por el ascensor, aun riendo y retando a Noe a seguir
usando esa increíble capacidad. El resto del personal los vio salir del
elevador y dirigirse al área de prensa. Mientras se diseñaba y lanzaba
un anuncio oficial a nivel nacional, Alejandra llevó a Noe a los
maquillistas y encargados de vestuario para un cambio radical de
imagen.
Todos se asombraban del increíble cabello que poseía. Lo cual los hizo
tardar más tiempo para arreglarlo, pues todos deseaban tocarlo y
peinarlo.
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Sus cabellos fueron alzados en voluminosas capas que daban un fondo
feroz y amenazador, mientras que los iluminadores bronces y dorados
le daban a su piel un resalto etéreo y húmedo, suavizando la energía
primordial que expresaban su mirada y postura.
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Capítulo 74.
Los reporteros escuchaban sin hacer ruido, se les dijo que las
preguntas debían esperar a que ella terminara su relato. Ellos
obedecían sin dudarlo.
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que a ella le temían, y a ella le daban miedo. Curiosamente
toda mi familia cercana nadie tenía un bicho de esos, excepto
mi padre, él mantenía uno que se burlaba abiertamente de
nosotros y especialmente de mi madre, era horrible verlo.
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- Después de la partida de ella, experimenté un silencio mental
que, fácilmente me podría haber llevado a la locura, pero
continuar viendo a esos seres burlarse y lanzar ofensas contra
mí y mi familia, me hacían rabiar. Sabía que algo estaba en mi
destino para acabarlos. Tiempo después, la mujer que se llevó
a mi hermana comenzó a venir a mí en sueños de noche,
hablaba largamente conmigo, contándome historias y las
raíces de todo aquello. Esos bichos fueron creados del odio y
envidia que Europa trajo con la conquista, el odio a una
sociedad establecida y con mejores sistemas que la suya y
envidia de la riqueza que esto les había dado, el paraíso que
se les puso enfrente y que en un tiempo tan corto ellos
mismos arruinaron. Pero el daño estaba hecho, esos seres
habitaban en casi cada persona del mundo y parte de mi
deber era acabarlos a todos.
El resto de ellos, poco a poco vaciaron el lugar. Noe los miraba con
una increíble sensación de alivio e indignación, pues al parecer no
entendían el trasfondo de todo. Alejandra estaba a punto de
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protestar, pero Juri la detuvo del brazo, señalando a Noe, que parecía
aguantar las ganas de reír. Ella estaba profundamente preocupada por
lo que su madre podría hacer en un estado desquiciado, ambos
corrieron hacia ella para intentar saber qué le ocurría. Estaban por
comenzar a hablar, cuando vieron a un solitario periodista, que
mantenía un ojo en cada movimiento que hacían. Se levantó y se
acercó demasiado despacio y cauteloso. Los tres lo miraron,
esperando sus palabras, quizás de burla.
Noe encendió de inmediato su piel, lanzando por el aire las sillas y los
demás objetos a su alcance, estaba a punto de golpearlo con un puño
encendido, cuando en el cuello del hombre un dije comenzó a vibrar,
tenía la forma de un felino demasiado rudimentario para saber qué
era exactamente, todos sintieron a esa figura cobrar vida, junto a un
ligero movimiento del piso.
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Capítulo 75.
Los tres miraron sorprendidos al dije, que vibraba cada vez más alto y
fuerte, mientras que la tierra comenzaba a sacudirse violentamente,
las alarmas sísmicas de la ciudad comenzaron a sonar por cada calle y
colonia, comenzando así un nuevo caos.
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Alejandra comenzó a llorar fuerte y con pesar, pues no había vuelto a
ver a su padre, se lanzó a sus brazos mientras sollozaba con fuerza.
David acunó a su hija con cariño y cuidado, era tan delicado que Noe
sentía sus lágrimas rodar por su rostro.
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Noe no podía hacer nada esta vez, sólo mirarlo desaparecer frente a
ella. Él le sonrió mientras se despedía, sentía sus entrañas desgarrarse
nuevamente, pues en definitiva jamás volvería a verlo, a menos que
muriera.
Noe dejó salir unas lágrimas rápidas, miró a su familia y a sus hijos,
quienes se agruparon en un rincón, se acercó a ellos y les sonrió.
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ustedes, porque quiero que todos vivan felices y longevos.
Algún día encontraré el modo de verlos, les prometo esto.
Noe sabía que esa terquedad salió de ella misma, así que no les
impidió ir con ella. Miró una última vez a su familia y los protegió con
una fuerte y blindada burbuja azul con destellos dorados, el poder de
David aún permanecía en ella, lo que la hizo de cierta forma muy feliz.
Juri los llevó hasta donde la bestia se arrojaba contra unas firmes
paredes que el dios alzó a su alrededor, pero era notorio que su poder
no podría aguantar demasiado, él se estaba quedando con poco
poder, Noe se preguntó a dónde había ido su magia, pues él había sido
demasiado poderoso como para aniquilar sólo la bestia. Quizás había
elegido hacerlo así, a menos que se tratara de otro problema.
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estaba furioso pero no había manera de razonar con él, sólo podía
detenerlo destruyéndolo.
Sabía que ya no había más maneras de tratar con ella, tenía que
destruirla. Era momento de dejar de jugar y actuar de forma directa.
Expuso sus dos manos enviando ahora las ondas destructivas de
David, cada vez más fuertes al ver que la bestia se agazapaba, pero se
resistía. Noe extraía cada vez más magia, haciendo que su cuerpo
cambiara drásticamente, su cabello perdió todo el color que le
quedaba, mientras su piel se cristalizaba en una roca brillante y
transparente, que expulsaba calor a través de la piel misma, su ropa
cayó hecha retazos quemados y los anillos que momentos antes
pondría en su dedo se derretían, cayendo en gotas del metal.
Ella miraba con horror sus más entrañables posesiones caer de aquella
forma, un breve vistazo a sus dedos confirmó que habían
desaparecido. El mismo calor eliminó las últimas lágrimas que debían
derramar sus ojos, no había más agua en su cuerpo, ahora estaba
totalmente hecho de cristal.
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