Principio de Arquímedes

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Principio de Arquímedes

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Ejemplo del Principio de Arquímedes: El volumen adicional en la segunda probeta


corresponde al volumen desplazado por el sólido sumergido (que naturalmente coincide
con el volumen del sólido).

El principio de Arquímedes es un principio físico que afirma que: «Un cuerpo total o
parcialmente sumergido en un fluido en reposo, recibe un empuje de abajo hacia arriba
igual al peso del volumen del fluido que desaloja». Esta fuerza1 recibe el nombre de
empuje hidrostático o de Arquímedes, y se mide en newtons (en el SIU). El principio de
Arquímedes se formula así:

o bien

Donde E es el empuje , ρf es la densidad del fluido, V el «volumen de fluido desplazado»


por algún cuerpo sumergido parcial o totalmente en el mismo, g la aceleración de la
gravedad y m la masa, de este modo, el empuje depende de la densidad del fluido, del
volumen del cuerpo y de la gravedad existente en ese lugar. El empuje (en condiciones
normales2 y descrito de modo simplificado3 ) actúa verticalmente hacia arriba y está
aplicado en el centro de gravedad del fluido desalojado por el cuerpo; este punto recibe el
nombre de centro de carena.
Índice
 1 Historia
 2 Demostración
o 2.1 Prisma recto
 3 Véase también
 4 Referencias
o 4.1 Notas
o 4.2 Bibliografía

Historia
La anécdota más conocida sobre Arquímedes, matemático griego, cuenta cómo inventó un
método para determinar el volumen de un objeto con una forma irregular. De acuerdo a
Vitruvio, arquitecto de la antigua Roma, una nueva corona con forma de corona triunfal
había sido fabricada para Hierón II, tirano gobernador de Siracusa, el cual le pidió a
Arquímedes determinar si la corona estaba hecha de oro sólido o si un orfebre deshonesto
le había agregado plata.4 Arquímedes tenía que resolver el problema sin dañar la corona, así
que no podía fundirla y convertirla en un cuerpo regular para calcular su densidad.

Mientras tomaba un baño, notó que el nivel de agua subía en la tina cuando entraba, y así se
dio cuenta de que ese efecto podría usarse para determinar el volumen de la corona. Debido
a que la compresión del agua sería despreciable, 5 la corona, al ser sumergida, desplazaría
una cantidad de agua igual a su propio volumen. Al dividir la masa de la corona por el
volumen de agua desplazada, se podría obtener la densidad de la corona. La densidad de la
corona sería menor si otros metales más baratos y menos densos le hubieran sido añadidos.
Entonces, Arquímedes salió corriendo desnudo por las calles, tan emocionado estaba por su
descubrimiento para recordar vestirse, gritando "¡Eureka!" (en griego antiguo: "εὕρηκα"
que significa "¡Lo he encontrado!)"6

La historia de la corona dorada no aparece en los trabajos conocidos de Arquímedes, pero


en su tratado Sobre los cuerpos flotantes él da el principio de hidrostática conocido como el
principio de Arquímedes. Este plantea que todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta
un empuje vertical y hacia arriba igual al peso del volumen de fluido desalojado es decir
dos cuerpos que se sumergen en una superficie (ej:agua), y el más denso o el que tenga
compuestos más pesados se sumerge más rápido, es decir, tarda menos tiempo, aunque es
igual la distancia por la cantidad de volumen que tenga cada cuerpo sumergido.7

Demostración
Aunque el principio de Arquímedes fue introducido como principio, de hecho puede
considerarse un teorema demostrable a partir de las ecuaciones de Navier-Stokes para un
fluido en reposo, mediante el teorema de Stokes (igualmente el principio de Arquímedes
puede deducirse matemáticamente de las ecuaciones de Euler para un fluido en reposo que
a su vez pueden deducirse generalizando las leyes de Newton a un medio continuo).
Partiendo de las ecuaciones de Navier-Stokes para un fluido:

(1)

La condición de que el fluido incompresible que esté en reposo implica tomar en la


ecuación anterior , lo que permite llegar a la relación fundamental entre presión del
fluido, densidad del fluido y aceleración de la gravedad:

(2)

A partir de esa relación podemos reescribir fácilmente las fuerzas sobre un cuerpo
sumergido en términos del peso del fluido desalojado por el cuerpo. Cuando se sumerge un
sólido K en un fluido, en cada punto de su superficie aparece una fuerza por unidad de
superfice perpendicular a la superficie en ese punto y proporcional a la presión del fluido p
en ese punto. Si llamamos al vector normal a la superficie del cuerpo
podemos escribir la resultante de las fuerzas sencillamente mediante el teorema de
Stokes de la divergencia:

(3)

Donde la última igualdad se da sólo si el fluido es incompresible.

Prisma recto

Para un prisma recto de base Ab y altura H, sumergido en posición totalmente vertical, la


demostración anterior es realmente elemental. Por la configuración del prisma dentro del
fluido las presiones sobre el área lateral sólo producen empujes horizontales que además se
anulan entre sí y no contribuyen a sustentarlo. Para las caras superior e inferior, puesto que
todos sus puntos están sumergidos a la misma profundidad, la presión es constante y
podemos usar la relación Fuerza = presión x Área y teniendo en cuenta la resultante sobre
la cara superior e inferior, tenemos:

(4)

Donde es la presión aplicada sobre la cara inferior del cuerpo, es la presión


aplicada sobre la cara superior y A es el área proyectada del cuerpo. Teniendo en cuenta la
ecuación general de la hidrostática, que establece que la presión en un fluido en reposo
aumenta proporcionalmente con la profundidad:

(5)

Introduciendo en el último término el volumen del cuerpo y multiplicando por la densidad


del fluido ρf vemos que la fuerza vertical ascendente FV es precisamente el peso del fluido
desalojado.

(6)

El empuje o fuerza que ejerce el líquido sobre un cuerpo, en forma vertical y ascendente,
cuando éste se halla sumergido, resulta ser también la diferencia entre el peso que tiene el
cuerpo suspendido en el aire y el "peso" que tiene el mismo cuando se lo introduce en un
líquido. A éste último se lo conoce como peso "aparente" del cuerpo, pues su peso en el
líquido disminuye "aparentemente"; la fuerza que ejerce la Tierra sobre el cuerpo
permanece constante, pero el cuerpo, a su vez, recibe una fuerza hacia arriba que disminuye
la resultante vertical.
Descubrimientos e invenciones
La corona dorada

Es posible que Arquímedes empleara su principio de flotabilidad para determinar si la corona


dorada era menos densa que el oro puro.

Una de las anécdotas más conocidas sobre Arquímedes cuenta cómo inventó un método
para determinar el volumen de un objeto con una forma irregular. De acuerdo con Vitruvio,
Hierón II ordenó la fabricación de una nueva corona con forma de corona triunfal, y le
pidió a Arquímedes determinar si la corona estaba hecha sólo de oro o si, por el contrario,
un orfebre deshonesto le había agregado plata en su realización.25 Arquímedes tenía que
resolver el problema sin dañar la corona, así que no podía fundirla y convertirla en un
cuerpo regular para calcular su masa y volumen, a partir de ahí, su densidad. Mientras
tomaba un baño, notó que el nivel de agua subía en la bañera cuando entraba, y así se dio
cuenta de que ese efecto podría ser usado para determinar el volumen de la corona. Debido
a que el agua no se puede comprimir,26 la corona, al ser sumergida, desplazaría una
cantidad de agua igual a su propio volumen. Al dividir el peso de la corona por el volumen
de agua desplazada se podría obtener la densidad de la corona. La densidad de la corona
sería menor que la densidad del oro si otros metales menos densos le hubieran sido
añadidos. Cuando Arquímedes, durante el baño, se dio cuenta del descubrimiento, se dice
que salió corriendo desnudo por las calles, y que estaba tan emocionado por su hallazgo que
olvidó vestirse. Según el relato, en la calle gritaba "¡Eureka!" (en griego antiguo: "εὕρηκα"
que significa "¡Lo he encontrado!")27

Sin embargo, la historia de la corona dorada no aparece en los trabajos conocidos de


Arquímedes. Además, se ha dudado que el método que describe la historia fuera factible,
debido a que habría requerido un nivel de exactitud extremo para medir el volumen de agua
desplazada.28

En lugar de esto, Arquímedes podría haber buscado una solución en la que aplicaba el
principio de la hidrostática conocido como el principio de Arquímedes, descrito en su
tratado Sobre los cuerpos flotantes. Este principio plantea que todo cuerpo sumergido en un
líquido experimenta un empuje de abajo hacia arriba igual al peso del líquido desalojado. 29
Usando este principio, habría sido posible comparar la densidad de la corona dorada con la
de oro puro al usar una balanza. Situando en un lado de la balanza la corona objeto de la
investigación y en el otro una muestra de oro puro del mismo peso, se procedería a
sumergir la balanza en el agua; si la corona tuviese menos densidad que el oro, desplazaría
más agua debido a su mayor volumen y experimentaría un mayor empuje que la muestra de
oro. Esta diferencia de flotabilidad inclinaría la balanza como corresponde. Galileo creía
que este método era "probablemente el mismo que usó Arquímedes, debido a que, además
de ser muy exacto, se basa en demostraciones descubiertas por el propio Arquímedes." 30
Alrededor del año 1586, Galileo Galilei inventó una balanza hidrostática para pesar metales
en aire y agua que aparentemente estaría inspirada en la obra de Arquímedes.31

El Siracusia y el tornillo de Arquímedes

El tornillo de Arquímedes puede elevar agua eficientemente.

Artículo principal: Tornillo de Arquímedes

Véase también: Siracusia

Una gran parte del trabajo de Arquímedes en el campo de la ingeniería surgió para
satisfacer las necesidades de su ciudad natal, Siracusa. El escritor griego Ateneo de
Náucratis cuenta que Hierón II le encargó a Arquímedes el diseño de un enorme barco, el
Siracusia, que construyó Arquias de Corinto bajo su supervisión.32 El barco podía ser usado
para viajes lujosos, cargar suministros y como barco de guerra. Finalmente su nombre fue
cambiado por el de Alejandría, cuando fue enviado como regalo, junto a un cargamento de
grano, al rey Ptolomeo III de Egipto.

Se dice que el Siracusia fue el barco más grande de la antigüedad clásica. 33 Según Ateneo,
era capaz de cargar 600 personas e incluía entre sus instalaciones jardines decorativos, un
gimnasio y un templo dedicado a la diosa Afrodita. Debido a que un barco de esta
envergadura dejaría pasar grandes cantidades de agua a través del casco, el tornillo de
Arquímedes supuestamente fue inventado a fin de extraer el agua de la sentina. La máquina
de Arquímedes era un mecanismo con una hoja con forma de tornillo dentro de un cilindro.
Se hacía girar a mano, y también podía utilizarse para transferir agua desde masas de aguas
bajas a canales de irrigación. De hecho, el tornillo de Arquímedes sigue usándose hoy en
día para bombear líquidos y sólidos semifluidos, como carbón, hielo y cereales. El tornillo
de Arquímedes, tal como lo describió Marco Vitruvio en los tiempos de Roma, puede haber
sido una mejora del tornillo de bombeo que fue usado para irrigar los jardines colgantes de
Babilonia.34 35

La garra de Arquímedes

Artículo principal: Garra de Arquímedes

Polibio narra que la intervención de Arquímedes en el ataque romano a Siracusa fue


decisiva, hasta el punto de que desbarató la esperanza romana de tomar la ciudad por asalto,
teniendo que modificar su estrategia y pasar al asedio de larga duración, situación que duró
ocho meses, hasta la caída definitiva de la ciudad. Entre los ingenios de que se valió para
tal hazaña (catapultas, escorpiones y grúas) se encuentra una que es de su invención: la
llamada manus ferrea. Los romanos acercaban todo lo que podían los barcos al muro para
enganchar sus escaleras a las fortificaciones y poder acceder con sus tropas a las almenas.
Entonces entraba en acción la garra, que consistía en un brazo semejante a una grúa del
cual pendía un enorme gancho de metal. Cuando se dejaba caer la garra sobre un barco
enemigo el brazo se balancearía en sentido ascendente, levantando la proa del barco fuera
del agua y provocando un ingreso del agua por la popa. Esto inutilizaba los ingenios
enemigos y causaba confusión, pero no era lo único que hacia: mediante un sistema de
polea y cadenas, dejaba caer súbitamente el barco provocando una escoración que podía
llevarlo al vuelco y al hundimiento. 13 15 36 Ha habido experimentos modernos con la
finalidad de probar la viabilidad de la garra, y en un documental del año 2005 titulado
Superarmas del mundo antiguo (Superweapons of the Ancient World) se construyó una
versión de la garra y se concluyó que era un dispositivo factible.37 38

El rayo de calor de Arquímedes, ¿mito o realidad?


Estampa que reproduce el uso de espejos ustorios en la defensa de la ciudad de Siracusa durante
el asedio romano.

Según la tradición, dentro de sus trabajos en la defensa de Siracusa, Arquímedes podría


haber creado un sistema de espejos ustorios que reflejaban la luz solar concentrándola en
los barcos enemigos y con la finalidad de incendiarlos. Sin embargo, las fuentes que
recogen estos hechos son tardías, siendo la primera de ellas Galeno, ya en el siglo II.39
Luciano de Samosata, historiador también del siglo II, escribió que, durante el sitio de
Siracusa (213-211 a. C.), Arquímedes repelió un ataque llevado a cabo por soldados
romanos con fuego. Siglos más tarde, Antemio de Tralles menciona los espejos ustorios
como arma utilizada por Arquímedes.40 El artefacto, que en ocasiones es denominado como
el "rayo de calor de Arquímedes", habría servido para enfocar la luz solar en los barcos que
se acercaban, haciendo que estos ardieran.

La credibilidad de esta historia ha sido objeto de debate desde el Renacimiento. René


Descartes la rechazó como falsa, mientras que investigadores modernos han intentado
recrear el efecto considerando para ello tan sólo las capacidades técnicas de las que
disponía Arquímedes.41 Se ha sugerido que una gran cantidad de escudos bien pulidos de
bronce o cobre podrían haber sido utilizados como espejos, para así enfocar la luz solar
hacia un solo barco. De este modo se habría podido utilizar el principio del reflector
parabólico, en una manera similar a un horno solar.

En 1973 el científico griego Ioannis Sakkas llevó a cabo una prueba del rayo de calor de
Arquímedes. El experimento tuvo lugar en la base naval de Skaramangas, en las afueras de
Atenas, y en esta ocasión se usaron 70 espejos, cada uno cubierto con una cubierta de cobre
y con alrededor de 1,5 m de alto y 1 m de ancho. Los espejos se dirigieron contra una
maqueta de madera contrachapada de un barco de guerra romano a una distancia de
alrededor de 50 m. Cuando los espejos fueron enfocados con precisión, el barco ardió en
llamas en cuestión de unos pocos segundos. La maqueta estaba pintada con una capa de
betún, lo cual podría haber ayudado a la combustión.42
En octubre de 2005 un grupo de estudiantes del Instituto Tecnológico de Massachusetts
llevó a cabo un experimento con 127 espejos cuadrados de 30 cm de lado enfocados en una
maqueta de madera de un barco a una distancia de 30 m. Brotaron llamas en una parte del
barco, pero únicamente después de que el cielo se despejara y de que el barco permaneciera
inmóvil alrededor de diez minutos. Se concluyó que el arma era un mecanismo viable bajo
estas condiciones. El grupo del instituto repitió el experimento para el show televisivo
MythBusters (cazadores de mitos), usando un barco de pesca de madera como blanco, en
San Francisco. Nuevamente hubo carbonización, además de una pequeña cantidad de
llamas. Para prenderse fuego, la madera necesita alcanzar su punto de inflamabilidad, el
cual ronda los 300 °C.43

Cuando los cazadores de mitos emitieron el experimento llevado a cabo en San Francisco
en enero de 2006, la afirmación fue categorizada como mentira, debido a la duración del
tiempo y el clima necesarios para la combustión. También señalaron que, debido a que
Siracusa mira el mar hacia el Este, la flota romana debería haber atacado durante la mañana
para una óptima reflexión de la luz por los espejos. Además, armas convencionales como
flechas en llamas o catapultas hubieran sido una forma mucho más fácil de prender fuego
un barco a cortas distancias.1

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