El Coaching Ontológico Aplicado A La Independencia Familiar

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EL COACHING ONTOLÓGICO

APLICADO A

LA INDEPENDENCIA FAMILIAR

Ariadna Cisterna

1
Índice

Tema a abordar 3

Aspecto a investigar 3

Marco teórico 4

Hipótesis y objetivos 16

Desarrollo 16

Conclusiones 25

Bibliografía 26

2
Tema a abordar

Todos llegamos a un momento en nuestra vida en el que, viviendo con nuestros

padres, nos planteamos irnos a vivir solos o querer independizarnos. Pero, ¿qué pasa

cuando el lugar que elegimos como posible residencia es una ciudad lejos de nuestra

familia o en otro país?

Aspecto a investigar

Cuando se presenta la oportunidad de irnos lejos de nuestra familia o simplemente

decidimos que queremos vivir en otra ciudad o en otro país, llega el momento de

decirles a nuestros padres “Me voy”.

Puede que ya hayas pasado por ese momento, en el que con toda la ilusión del mundo,

por las posibilidades que se abren, imaginando como sería vivirlo y qué sentirías

estando allá, sentas a tu familia o por lo menos a tus padres y les comentas tu super

idea.

Después de contar detalladamente (o no) a dónde irías, qué harías, dónde te

quedarías, etc. ellos se te quedan mirando fijo por unos momentos y pueden

reaccionar de dos formas:

- ‘Bien’: apoyandote, diciendote que te van a ayudar, etc.; o

- ‘Mal’: enojandose, diciendote todo lo malo que podría pasarte, etc.

En mi caso en un principio reaccionaron bien, porque en realidad no me creyeron o

pensaron que después de un tiempo se me iba a olvidar. Y cuando vieron que iba en

serio, lo tomaron mal.

Pasé a ser una desagradecida por querer vivir una vida lejos y me dijeron con lujo de

detalles muchos ejemplos de cosas malas o terribles que podían pasarme si vivía sola.

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Además de un sermón diario o por lo menos cada vez que surgía el tema -cabe aclarar

que fui la primera de mis hermanos en irme de mi casa-. Lo repiten tantas veces que

empezás a dudar, ¿y si vivir sola no me gusta? ¿y si me pasa algo y no conozco a

nadie? ¿y si lloro todas las noches? ¿y si me arrepiento? ¿y si no me va bien? Y todos

los “¿y si …?” que se te ocurran de puras suposiciones que muchas veces, por no

decir la mayoría, no ocurren.

A pesar de que ellos pudieran tener o no razón, igual lo seguís deseando, y es probable

(como fue en mi caso) que te dé culpa por eso.

Entre las suposiciones, la culpa, el miedo y las dudas, evitan que puedas hacer lo que

querés o que empieces a accionar para hacer realidad ese deseo. Cada vez que lo

recordás te emociona y te encanta la vida que podrías vivir, pero después se te viene

a la mente lo que te dijeron y pensás que capaz no va a ser tan así como la imaginas.

Se hace un círculo vicioso, que por no seguir a tu corazón o a tu sueño, empezás a

ponerte triste y a sentir un vacío que en algunas ocasiones hasta podría enfermarte.

Estuve en ese círculo vicioso por más de un año, en el que traté de llenar ese vacío,

metiendo personas y relaciones que no me ayudaron a sentirme mejor, con

actividades que tampoco sirvieron y aprendiendo cosas nuevas para distraer la mente

un poco hasta que se me acabaron las ideas y cada vez me entristecía más, y se

hacían más frecuentes las veces que lloraba preguntándome qué hacía ahí si no era

mi lugar y no encajaba.

Un fin de semana de julio me la pase con fiebre en la que nada, ni medicamentos ni

inyectables, podía bajarla. Yo sabía que lo mío no era una enfermedad, era todo lo

que estaba conteniendo por no seguir mi sueño de irme. Ahí dije BASTA.

Marco Teórico

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Acontinuación se detallarán las definiciones de las diferentes distinciones que se

fueron nombrando en el desarrollo de la tesina para una mejor comprensión de la

misma.

Coaching ontológico

Es un tipo de intervención que está inspirada en una interpretación del fenómeno

humano que es lo que ofrece la propuesta de la ontología del lenguaje. Es ontológico

porque a través de ella se logran producir experiencias de aprendizaje de las que

muchas veces salimos muy distintos de como antes éramos. Experiencias de

aprendizaje que llamamos de carácter transformacional donde el ser que éramos,

cambia, se modifica, y empezamos a ver la vida o distinto tipo de cosas en forma

distinta y a responder frente a ellas también de manera diferente.

Postulados básicos de la ontología del lenguaje

Primer postulado: Interpretamos a los seres humanos como seres lingüísticos

El lenguaje es, por sobre todo, lo que hace de los seres humanos el tipo de seres que

son. Los seres humanos, planteamos, son seres lingüísticos, seres que viven en el

lenguaje. El lenguaje, postulamos, es la clave para comprender los fenómenos

humanos.

La existencia humana reconoce tres dominios primarios, el dominio del cuerpo, el

dominio de la emocionalidad y el dominio del lenguaje. Es a través del lenguaje que

conferimos sentido a nuestra existencia y es también desde el lenguaje que nos es

posible reonocer la importancia de dominios existenciales no lingüísticos (cuerpo y

emocionalidad).

Segundo postulado: Interpretamos el lenguaje como generativo

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Por siglos hemos considerado el lenguaje como un instrumento que nos permite

“describir” lo que percibimos (el mundo exterior) o “expresar” lo que pensamos o

sentimos (nuestro mundo interior). Esta concepción hacía del lenguaje una capacidad

fundamentalmente pasiva o descriptiva. Se suponía, nos permitía hablar de las cosas.

Este segundo postulado abandonó esta noción y sostiene que el lenguaje es

generativo. No solo nos permite describir la realidad, el lenguaje crea realidades.

Estamos sosteniendo que el lenguaje es acción, no solo hablamos de las cosas,

hacemos que cosas, ocurran. Cuando hablamos, modelamos el futuro, el nuestro y el

de los demás. Además de intervenir en la creación del futuro, los seres humanos

modelamos nuestra identidad y el mundo que vivimos.

Tercer postulado: Interpretamos que los seres humanos se crean a sí mismos en el

lenguaje y a través de él.

Sujetos a condicionamientos biológicos y naturales, históricos y sociales, los

individuos nacen dotados de la posibilidad de participar activamente en el diseño de

su propia forma de ser. El ser humano no es una forma de ser determinada, ni

permanente. Es un espacio de posibilidad hacia su propia creación. Y aquello que lo

posibilita es precisamente la capacidad generativa del lenguaje. Nadie es de una

forma de ser determinada, dada e inmutable, que no permita infinitas modificaciones.

Principios generales de la ontología del lenguaje

Primer principio: No sabemos cómo las cosas son. Sólo sabemos cómo las

observamos o cómo las interpretamos. Vivimos en mundos interpretativos.

El lenguaje, sostenemos, no es inocente. Toda proposición abre o cierra determinadas

posibilidades en la vida, habilita o inhibe determinados cursos de accion. A esto nos

referimos cuando hablamos del poder de distintas interpretaciones: a su capacidad de

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abrir o cerrar posibilidades en la vida de los seres humanos. Este es el criterio más

importante que podemos utilizar para optar por una u otra interpretación.

Segundo principio: No solo actuamos de acuerdo a cómo somos (y lo hacemos),

también somos de acuerdo a cómo actuamos. La acción genera ser. Uno deviene de

acuerdo a lo que hace.

Tras cada acción, se supone que siempre hay un ser, un sujeto, que se revela

mediante la acción realizada. Nuestras acciones revelan nuestra forma de ser. Al

observar la forma en que el individuo actúa (y nos olvidemos que el lenguaje es

acción), el coaching ontológico puede interpretar la forma de ser de tal persona.

Nuestras acciones también nos permiten transformarnos, ser diferetes, devenir. Al

hacer que una persona actúe de un modo determinado, el coaching ontológico le

permite moverse en una determinada dirección y dejar atrás sus antiguas formas de

ser.

Tercer principio: Los individuos actúan de acuerdo a los sistemas sociales a los que

pertenecen. Pero a través de sus acciones, aunque condicionados por éstos sistemas

sociales, pueden cambiarlos.

Los seres humanos están en la intersección de dos sistemas muy diferentes. Por un

lado, somos un sistema biológico y estamos determinados por nuestra estructura

biológica. En éste nivel podemos situar nuestra capacidad biológica para el lenguaje.

Pero esta capacidad no genera el lenguaje, éste surge de la interacción de la

convivencia de unos con otros.

Por lo tanto, nos connstituímos como individuos desde el sistema de relaciones que

mantenemos con los demás.

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Afirmaciones

Las afirmaciones tienen que ver con lo que llamamos normalmente el mundo de los

hechos. Se relacionan con el mundo que describimos. Son válidas o inválidas.

Declaraciones

Cuando hacemos declaraciones no hablamos del mundo, generamos un nuevo mundo

para nosotros. Después de haberse dicho lo que se dijo, el mundo ya no es el mismo

de antes. Este fue transformado por el poder de la palabra.

La acción de hacer una declaración genera una nueva realidad. Cuando declaramos

nos comprometemos consistentemente con la nueva realidad que hemos declarado.

Declaración de “NO”

Es una declaraciones más importantes que un individuo puede hacer. A través de ella

asienta tanto su autonomía como su legitimidad como persona y, por lo tanto, es la

declaración en la que, en mayor grado, comprometemos nuestra dignidad.

Tenemos el derecho de no aceptar el estado de las cosas que enfrentamos y las

demandas que otros puedan hacernos. Este es un derecho inalienable que nadie

puede arrebatarnos.

Declaración de “SI”

El sí pareciera no ser tan poderoso como el no. Después de todo la vida es un espacio

abierto al sí. Mientras no decimos que no, normalmente se asume que estamos en el

sí.

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Cuando hemos dicho que sí o su equivalente acepto ponemos en juego el valor y

respeto de nuestra palabra. Pocas cosas afectan más seriamente la identidad de una

persona que el decir sí y el no actuar de forma coherente con esa declaración.

Declaración de ignorancia. “NO SÉ”

Declarar no sé es el primer eslabón del aprendizaje. Implica acceder a aquel umbral

en el que, al menos, sé que no sé, y por lo tanto, me abro al aprendizaje. Habiendo

hecho esa primera declaración puedo ahora declarar ‘Aprenderé’, y en consecuencia,

crear un espacio en el que me será posible expandir mis posibilidades de acción en la

vida.

Declaración de gratitud. “GRACIAS”

Cuando niños nos enseñaron a decir gracias y a menudo miramos a esa enseñanza

como un hábito de buena educación, una formalidad que facilita la convivencia con los

demás. Podemos decir Gracias sin que ello signifique demasiado, aunque decirlo no

es nunca insignificante. Podemos mirar la declaración de Gracias como una

oportunidad de celebración de todo lo que la vida nos ha proveído y de reconocimiento

a los demás por lo que han hecho por nosotros y de lo que significan en nuestras

vidas.

Declaración “PERDÓN”

Perdonar no es un acto de gracia para quien nos hizo daño, aunque también puede

serlo. Perdonar es un acto declarativo de liberación personal. Al perdonar rompemos

la cadena que nos ata al victimario y que nos mantiene como víctimas. Al perdonar

nos hacemos cargo de nosotros mismos y resolvemos poner término a un proceso

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abierto que sigue reproduciendo el daño que originalmente se nos hizo. Al perdonar

reconocemos que no sólo el otro, sino también nosotros mismos, somos ahora

responsables de nuestro bienestar.

Declaración de amor. “TE AMO”

Un supuesto común es que el amor existe y que decir te amo o te quiero no hace más

que describir lo que está allí. Es posible que decirlo no cambie la emoción que uno

siente hacia el otro, pero decirlo o no, no es indiferente a la relación que construímos

con el otro, cuando este otro es también un ser humano. El declarar te amo o te quiero,

participa en la construcción de mi relación con el otro y forma parte de la creación de

un mundo compartido.

Juicios

Los juicios son un tipo particular de declaración. Siempre viven en la persona que lo

formula. Son fundados o infundados de acuerdo a la forma en la que se relacionan

con el pasado.

Los juicios también hablan acerca del futuro. Cuando emitimos juicios estamos

implicando que, sobre la base de acciones observadas en el pasado, se pueden

esperar ciertas acciones en el futuro. Los juicios nos permiten anticipar lo que puede

suceder más adelante. Esta es una de las funciones que cumplen los juicios. Por

medio de ellos particularmente en los “fundados” podemos entrar al futuro con menos

incertidumbre, con un sentido mayor de seguridad, sabiendo lo que podemos esperar,

y por lo tanto, restringiendo el rango de las posibles acciones futuras. Nos sirven para

diseñar el futuro. Cuando emitimos juicios estamos suponiendo que el pasado es un

buen consejero del futuro. Estamos suponiendo que, porque algo sucedió una y otra

vez en el pasado, podría volver a pasar en el futuro. Sin embargo muchos factores
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pueden hacer que el futuro sea muy diferente. Hay dos circunstancias en las que

nosotros mismos, a través de nuestras acciones, participamos en hacer que el futuro

sea diferente, el Aprendizaje y la Innovación.

El aprendizaje nos permite realizar acciones que no podíamos efectuar en el pasado.

Nuestra capacidad de aprender nos permite desafiar aquellos juicios acerca de

nosotros mismos.

También tenemos la capacidad de crear nuevas acciones, de introducir nuevas

prácticas. A esta capacidad la llamamos innovación. Ella nos permite participar en la

creación de lo nuevo.

- Fundamentación de los juicios

1- Siempre emitimos un juicio “por o para algo”. Siempre visualizamos un futuro

en el cual nuestro juicio abrirá o cerrará posibilidades. Según el juicio que formulemos,

alguna acciones van a ser posibles y otras no.

2- Cada vez que emitimos un juicio estamos suponiendo que se coteja con un

conjunto de estándares de comportamiento para juzgar el desempeño de los

individuos, que nos permiten evaluar la efectividad de sus acciones.

3- Cuando emitimos un juicio generalmente lo hacemos dentro de un dominio

particular de observación. Puede ser un dominio de acción (comportamiento) o de

observación (cómo se ve)

4- Se logra fundamentar un juicio al proveer afirmaciones relacionadas a la que

estamos juzgando.

5- A veces la cantidad de afirmaciones no alcanzan para fundar un juicio porque

cuando fundamos el juicio contrario resulta que encontramos más afirmaciones que

en el punto anterior.

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Para ser un juicio fundado debe cumplir con los puntos mencionados, de lo contrario

sería un juicio infundado.

Miedo

Es la sensación de angustia que se produce ante la percepción de una amenaza. Es

una señal que indica que existe una desproporción entre la magnitud de la amenaza

y los recursos que tenemos para resolverla.

El miedo puede ser disfuncional, cuando paraliza, inhibe, o funcional cuando usamos

la señal de miedo para desarrollar los recursos faltantes o reinterpretar las amenazas.

Culpa

Para que la culpa se manifieste juzgo haber violado un código establecido. Si se

violentan valores y principios (declaraciones) lo veo como un quiebre a mi

compromiso, la llamamos funcional. Si se violentan juicios (colapsados como verdad

o afirmaciones) genero explicaciones, que nos llevan a una culpa disfuncional.

Valores

Los valores están relacionados con la ética, ésta es el terreno en el cual tomamos

posición sobre el sentido de la vida y donde generamos “aquello que hace que la vida

merezca vivirse o la manera correcta de vivir”.

Lo que tiene valor en nuestra vida también está relacionado con la distinción que

hagamos sobre el bien y el mal y la forma cómo concibamos lo que significa “vivir

bien”, aquella “manera correcta de vivir” o el vivir con sentido.

Los valores tienen polaridad: pueden ser positivos o negativos; y tienen jerarquía: son

superiores o inferiores, hay unos más importantes que otros.

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Víctima

- Explican por qué no lo lograron.

- Atribuyen a las circunstancias sus dificultades

- No se interroga a sí misma, se interroga sobre los “por qué” las cosas le

suceden

- Vive en un mundo de resentimiento, resintiendo aquello que ocurrió y no puede

cambiarse

- Con el relato de sus historias dispara emocionalidades de bronca, angustia,

impotencia, dolor, debilidad, inseguridad, presión, tristeza, etc.

- Dice “yo no soy responsable”

- Opera sobre la creencia de que, para sentirse bien, debe encontrar el resultado

deseado o la excusa adecuada

- Depende de los juicios de aprobación de los demás, temen ser castigados si

no encuentran la excusa adecuada.

Responsable

- Vive la responsabilidad como la habilidad de responder ante los desafíos que

representan las circunstancias

- Ve los errores como oportunidades

- Reconoce que su accionar no fue suficiente para lograr el resultado que

deseaba

- Elige ser responsable porque le da poder

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- No le teme a la incertidumbre, porque sabe que accionar muchas veces puede

significar un “salto al vacío”

- Accionar desde la responsabilidad dispara emociones de alegría, alivio,

tranquilidad, felicidad, madurez, etc.

Visión

Es una declaración de posibilidad que no está en nuestra realidad circunstancial. Es

el futuro diseñado hoy, un logro a alcanzar.

La visión es la descripción intensa de cómo será la persona. Cuando es poderosa, se

convierte en nuestra razón de ser diaria para la acción.

Quiebre

Es una interrupción en el fluir transparente de la vida. Por ejemplo, si al estar

caminando tropezamos súbitamente observaremos aquel pavimento que antes nos

era transparente. Aquello ahora emerge en nuestro campo de atención, tomamos

consciencia de ello y concita nuestro pensamiento.

A partir del quiebre de la transparencia comenzamos a pensar en cómo reestablecerla.

Todo quiebre involucra un juicio de que aquello que acontece, sea lo que sea, no

cumple con lo que esperábamos que sucediera. Los quiebres habitan en el

observador.

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Pareciera que habláramos de problemas, sin embargo, el término problema suele

asumir una carga negativa. Normalmente eludimos tener problemas. No eludiremos

necesariamente tener quiebres.

Al introducir un nuevo término, éste nos evita la contaminación con los supuestos de

nuestra concepción tradicional. Dado que los problemas existen “fuera” del

observador, el único recurso de acción que le queda a éste es el hacerse cargo de

“resolverlo”. Podemos preguntarnos ¿de qué forma sería posible transformar este

problema en oportunidad?

Dado que los quiebres son juicios -y los juicios, como sabemos, son declaraciones-

tenemos la opción de poder declarar algo como quiebre. La declaración de quiebre es

un recurso fundamental en nuestro diseño de vida.

Compromiso

El compromiso es un fenómeno universal y esencial para la coordinación de acciones

entre seres humanos. El compromiso es la base para cualquier cambio intencional. La

clave de nuestros logros está en nuestra capacidad para comprometernos a crear algo

que no existía previamente para nosotros. Se trata de inventar nuevas interpretaciones

y prácticas para hacer que nuestra realidad sea consistente con nuestros

compromisos.

Todos los seres humanos se comprometen. Aún aquellos que posponen todo deben

reconocer, en cierto punto, que están comprometidos con no tomar decisiones.

El compromiso define la relación entre un futuro que está totalmente determinado por

circunstancias históricas y uno que puede ser influenciado, cambiado o creado por

seres humanos.

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Hipótesis y objetivos

Los jóvenes que desean irse de la casa de sus padres a una ciudad lejos o a otro país,

pueden encontrarse con que sus padres no acepten su decisión. Esta situación podría

generar en ellos sentimientos de miedo, culpa e indecisión.

El objetivo de esta tesina es acompañarlos a que distingan los juicios que sostienen

que les impiden seguir hacia la realización de su meta de irse a esa ciudad o país. Y

puedan hacerse responsables de su vida y elegir y diseñar cómo quieren que sea.

Para eso te invito que te plantees las preguntas que se van presentando, podrías

sorprenderte con tus respuestas.

Desarrollo

Puede ser que un día te despertaras pensando que ya era el momento de irte a vivir

solo. Puede que te hayas cansado de dar explicaciones cada vez que querés hacer

algo. Puede que ya no quieras estar pendiente de no llegar más tarde de lo normal

para que no se preocupen pensado que te paso algo. Puede que hayas leído una nota

en algún lado sobre cómo sería si viajaras solo a alguna parte. Puede que te hayas

enamorado de una ciudad o país y quieras ir.

Por la razón que sea llegas a la conclusión de que querés irte. Te imaginás cómo sería

vivir solo, dejar de estar pendiente del reloj, cambiar de planes y a último momento

decidir querer hacer algo sin pensar que tenes que avisar que vas a llegar más tarde,

conocer lugares y personas nuevas en otro lugar, las posibilidades son infinitas y

saberlo te entusiasma.

Entonces decidís que definitivamente querés vivirlo. Pensás, ya estoy grande, soy

mayor de edad, puedo decidir qué quiero y cómo quiero vivir mi vida, le voy a decir a

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mis padres que me voy. Elegís una ciudad y muy convencido les decis a tus padres

que querés hablar con ellos. Con todo el entusiasmo de haber decidido tu futuro les

contás lo que vas a hacer, esperando su aprobación, después de todo, lo más normal

del mundo es que el hijo se vaya de la casa de sus padres después de ser mayor de

edad.

Cuando les contas no reaccionan como esperás y empiezan a refutar y decirte el mal

resultado de cada cosa que dijiste. También puede haberte pasado como a una amiga

que la amenazaron diciéndole que si se iba se olvidara que tenía padres, o como a mi

que me dijeron que era una desagradecida y me preguntaban por qué los odiaba tanto.

Nunca pensaste que algo que te hiciera tan feliz pudiera generar esos sentimientos en

las personas que más querés. Y empezás a pensar ¿y si tienen razón? ¿y si no me

tengo que ir? ¿y si me arrepiento? ¿y si me pasa algo malo?

¿Qué pasa si te digo que todas esas suposiciones son basadas en juicios? Que vos

podes decidir y elegir cuáles querés seguir sosteniendo y cuáles no, que vos podés

crear unos nuevos, después de todo solo son interpretaciones.

LA MEMORIA ALMACENA, NO LO QUE VIVISTE, SINO LAS


INTERPRETACIONES SUBJETIVAS DE LO QUE CREES HABER
VIVIDO. ALEJANDRO JODOROWSKY.

¿Cómo te hace sentir que vos podés elegir cómo pueden ser y qué querés creer? Que

a diferencia de las afirmaciones, que son los hechos que no se pueden modificar, a

éstos podes cambiarle la forma en la que ves esas situaciones o hechos, ya sea

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pasadas presentes o futuras. Para poder cambiar un juicio primero vamos a tener en

cuenta en qué situación lo sostenemos, si nos estamos basando en una experiencia,

para qué emitimos ese juicio y si lo podemos fundamentar. Entonces ahora, volviendo

a las suposiciones de lo que nos podría pasar, ¿realmente te estas basando en un

hecho o solo lo estás imaginando? Y si estás basándote en una experiencia, si volviera

a pasar ahora, ¿podrías asegurar que vas a reaccionar de la misma forma? ¿cómo

creés que sería ahora? ¿qué juicio sostenes con respecto a eso? ¿cómo querés que

sea? ¿y si esta vez cuando pasa lo mismo todo sale como vos querés? ¿hay juicios

que sentís que te ayudan a seguir y los querés seguir sosteniendo? ¿cuáles?

¿Cómo querés que sea tu vida? ¿Qué querés vivir? ¿Cómo lo querés vivir? ¿sostener

estos juicios te abren posibilidades para lograr la meta de irte? ¿Para qué no te

arriesgarías?

¿Cómo te sentís después de haber respondido las preguntas? ¿Cómo sentís tu

cuerpo? ¿Qué juicios elegís sostener ahora? ¿cambiaste alguno? ¿diseñaste algunos

nuevos? ¿qué observas en vos y en tu situación con estos cambios? ¿Empezás a

sentir como se va asomando de nuevo y de a poco ese entusiasmo que en primera

instancia te hizo tomar la decisión de vivir la vida que querés vivir?

Volvamos a diseñar cómo sería tu vida y lo que podrías lograr si te animaras.

Empezamos a pensar qué podríamos hacer para poder irnos, podríamos pensar en

donde vamos a vivir. Y está todo genial y estamos contentos de nuevo.

Hasta que se cola una vocecita en tu mente y te dice otra vez “¿y si te arrepentis?”,

“podría pasarte algo malo”, “¿y si no conseguís trabajo?” y es probable que también

se te empiecen a venir de nuevo a la mente todas esas cosas que te dijeron. Y aunque

ya seamos conscientes de que solo son creencias y que podemos cambiarlas, igual

nos da un poco de miedo que nos pasen.

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Y ahí empezamos a hablar de “el” miedo, como si fuera algo o alguien, ¿de verdad

podés verlo? ¿cómo es? ¿dónde está?

¿Y si decimos “mi” miedo? ¿en dónde está? ¿en qué parte del cuerpo lo sentís? ¿qué

sensaciones genera en vos? ¿qué origina ese miedo? ¿a qué le tenés miedo? ¿es

más grande que vos? ¿qué es lo peor que podría pasar? Y realmente pensá en lo

peor, ¿tu vida está en riesgo? Si la respuesta a esa pregunta es no, ¿qué pasaría si

eso pasara? ¿podrías sobreponerte a esa situación?

En mi caso por ejemplo, mi peor miedo era a arrepentirme, que la pasara tan mal que

terminara volviendo. ¿Qué era lo peor que podía pasarme? Que tuviera que volver. Y

¿qué tenía de malo si volvía? Que me iban a decir que me equivoqué. Entonces en mi

caso no era miedo a tener que volver sino miedo a qué me van a decir si volvía.

Después de verlo de esa forma ya no es tan grande, ¿o si?

SI NO TUVIERAS MIEDO, ¿QUÉ HARÍAS?

Ahora veamos, si pudieras elegir entre arriesgarte e irte o quedarte con la duda de qué

hubiera pasado si ibas, ¿cuál elegirías? ¿seguís sintiendo miedo? ¿dónde se origina

ese miedo? ¿seguís eligiendo irte?

Yo digo “sí, me voy igual y no importa si después duermo con la luz prendida”, ¿y vos?

Personalmente me pasó que aunque le hiciera frente a todos mis miedos y pudiera

cambiar todos mis juicios, sentía culpa por querer irme lejos. Yo sería feliz en otra

ciudad pero ellos, mi mamá, mi papá y mi abuela, estarían muy mal allá extrañándome.

Suena tonto desde mi punto de vista de ahora, pero escuchar a mi mamá diciéndome

llorando lo mal que iba a estar si me iba tan lejos que no iban a poder ayudarme o

acompañarme si me pasaba algo tanto como si viviera cerca y que encima iba a estar

sola, y además que mi abuela también llorara por eso, no me ayudaba. Ellos

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esperaban que cuando me fuera de mi casa fuera en pareja y yo quería saber cómo

era vivir sola en un lugar que nadie me conozca y saber cómo era yo sin el

condicionamiento de mi entorno. Por esa culpa y por tratar de ser como ellos querían,

me frene un tiempo hasta que después de que decidí que igual me iba, lo “compensé”

estando lo más que pudiera con ellos para que pudieran “despedirse” de mí. Si lees

ese juicio parecía que estaba por morir más que mudarme a vivir a otra ciudad y como

si no existiera la tecnología para hacer llamadas o videollamadas o como si no pudiera

visitarlos.

Como habíamos visto en el marco teórico sabemos que cuando sentimos culpa es

porque no estamos cumpliendo con un valor. Ahora puedo decir que el valor que yo

sostenía en ese momento es que no podía ser feliz causando daño a otras personas.

Si me preguntabas en ese momento ¿de verdad les estaba causando daño al irme?

Hubiera dicho, y, un poco. ¿Qué tipo de daño? Emocional ¿Lo estaba haciendo con

la intención de hacer daño? No. ¿Y para qué quería irme entonces? Para ser feliz,

estar bien conmigo misma, vivir mi vida y no la que me dicen que tengo que vivir. Hoy

la única respuesta que sigue siendo la misma es la última y mi intención nunca fue

hacer daño. ¿Cómo podría hacer daño algo tan normal como querer independizarme?

En ese momento de mi vida seguía a un coach colombiano que sube videos a youtube.

En uno de sus videos decía algo parecido a esto “cuando te llegue el momento de

morir, ni tu mama ni tu papa van a poder morir en tu lugar, aunque quisieran, te va a

tocar ir a la tumba solo. Lo mismo con tu vida, ellos no pueden vivirla por vos.”

¿Sentiste culpa por querer irte lejos? Si la respuesta es sí, ¿qué valor estás

sosteniendo? O mejor dicho, ¿qué es lo que pensás cuando sentís culpa? ¿qué hay

que crees que no estás cumpliendo? ¿en qué parte del cuerpo sentís la culpa? ¿qué

genera en vos la culpa? ¿qué emociones se disparan en esos momentos? Si un amigo

te contara que siente culpa y te dice lo que estás pensando en este momento, ¿qué

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le dirías? ¿te parecería tan grave como podrías estar viéndolo en este momento? Es

probable que sea mejor distinguirlo si lo vemos desde otra perspectiva. ¿Podrías decir

si ese valor es un juicio o creencia que cierra posibilidades o una declaración que te

invita a accionar? Si pudieras rediseñarlo, ¿cómo quisieras que fuera? ¿podés elegir

vivirlo de esa forma? ¿cómo te hace sentir? ¿cuál elegís?

Algo muy importante al momento de dejar de sentir culpa es perdonarnos a nosotros

mismos. ¿Cómo sería perdonarte? ¿cómo te sentirías si te perdonaras?

HOY LE DIGO ADIÓS A LA CULPA. ESTOY A CARGO DE MI


FELICIDAD.

Otra cosa que solía pasarme, cuando tenía esos momentos de llanto en el que no

sabía que estaba haciendo con mi vida y por qué no podía irme o después de una

“charla” con mi mamá o mi papá, era que me preguntaba ¿por qué me tratan así? ¿por

qué no me entienden? Son tan malos conmigo, ¿no se dan cuenta que me hacen daño

al querer convencerme de que me quede? ¿cómo pueden querer que sea infeliz? Los

padres tienen que apoyar a sus hijos no ponerse en contra en una situación así.

Después de haber leído ese relato y las distinciones podrías decir ¿cómo estaba

siendo en ese momento? Sólo faltó que diga pobrecita yo. Sí, estaba viendo desde el

lado de víctima. En ese momento no me daba cuenta y a veces nos pasa que estamos

parados de esa forma y no lo distinguimos. Con los ejemplos que nombramos en el

marco teórico de formas de ver de las personas que observan desde el lado de víctima

podemos identificar si en esta situación lo estamos siendo.

¿Te encontrás diciendo, “lo que pasa es que ellos me hacen”, “la situación

económica…”, o pensamientos parecidos a los que dije al principio? Lo primero es

poder distinguirlo para después poder elegir. ¿Te sentiste identificado con la distinción

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de víctima? ¿notaste que sostenés alguno de estos juicios? ¿cómo podrías

cambiarlos? ¿cómo serían ahora?

Si te sentiste identificado en esta situación no te preocupes, acordate que podemos

elegir y diseñar cómo queremos ser, si antes lo hacías es porque encontrabas algún

beneficio al comportarte de esa forma, y ahora nos damos cuenta que eso ya no nos

sirve. Para poder dejar esto vamos a declarar que ya no queremos seguir siéndolo,

por ejemplo yo dije basta, no quiero mas esto. Podes hacer la declaración que sientas,

no hay solo una forma, cada persona tiene la suya. En el marco teórico están

detalladas las declaraciones.

Entonces, ¿elegiste una declaración? ¿qué declaraste? ¿cómo querés ser ahora?

Después de mi declaración de no, lo único que quería era irme. Ya no sabía a dónde,

ni cómo ni con quién pero que me iba, me iba. Fui preparada para llorar todas las

noches, eso ya no me asustaba. Los últimos días que viví con mi familia trate de estar

lo más que pude con ellos para después si los extrañaba, sabía que ya los había

disfrutado mucho. No aceptan mi decisión, bueno, yo quiero vivir y arriesgarme,

quedarme con la duda me iba a enfermar. Y así uno a uno, cada temor en mí fue

desapareciendo. Esa fue mi forma pero no tiene que ser la tuya, eso lo podes diseñar

vos.

Te pregunto, ¿querés hacerte cargo de tu vida? ¿cómo sería hacerte cargo de tu vida?

¿con qué estás comprometido? ¿estas comprometido a todo el tiempo explicar por

qué no estás logrando irte o queres decretar lo que querés lograr?

Cuando decidimos que queremos hacernos cargo de nuestra vida y dejar de ser

víctimas estamos siendo responsables, ya no vamos a sentirnos mal por lo que los

demás dicen o hacen, ya no vamos a decir “es que las circunstancias…”, vamos a

decir yo elijo cómo quiero sentirme, voy a hacer que las cosas pasen, basta de seguir

esperando que los demás hagan cosas por mí, yo puedo hacerlas. Es que es mejor

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probar y que no salga que decir ellos no lo hicieron por mí. ¿Cómo te sentís al hacerte

responsable? ¿cómo te sentís al saber que vas a hacer que las cosas pasen? ¿cómo

es la posición de tu cuerpo en este momento?

Cuando me hice responsable de mi misma empecé a organizarme para irme, en ese

momento de mi vida ya no trabajaba así que para poder pagarme el pasaje y tener

algo para sostenerme mientras conseguía trabajo vendí unas cosas que tenía. No les

quería pedir dinero a mis padres para que no tuvieran posibilidad de contradecirme ni

depender de ellos, a partir de ahora yo dependo de mí. Así que me compre mi pasaje

y recién ahí les dije que el 13 de octubre me iba, que no les estaba pidiendo su opinión

porque ya la sabía. Solo les estaba informando para que no se sorprendan cuando me

vean armar mis valijas y cuando me fuera ese día. No me dijeron nada y no les quedó

más que aceptar mi decisión, después de todo me iba a ir igual lo aceptaran o no. Ese

momento me sentí tan bien conmigo misma. Y si me volvieron a decir cosas para que

desista ya no lo recuerdo, porque ya no los escuchaba. Me escuchaba a Mí y eso me

hacía muy feliz.

Ahora que ya nos conocemos un poco más a nosotros mismos, podemos empezar a

diseñar la vida que queremos vivir, la visión del lugar que queremos llegar. Te

propongo algo, cerra los ojos, imaginate que estás sentado o acostado en el asiento

del colectivo o avión. Se detienen y escuchas que dicen que llegaron a “el nombre de

la ciudad que elegiste”. ¿Cómo te sentís al saber que llegaste? Esa sensación invade

tu cuerpo. Bajas, vas a buscar las valijas y mientras pensás que aunque estabas

desordenado al momento de tomar la decisión todo se acomodó, lo que necesitabas

para irte lo conseguiste y lo que ya tenías te ayudó. Ubicados desde ese lugar en el

que ya llegaste, pregunta ¿a dónde querés ir? ¿para qué querés estar ahí? ¿cómo se

te ocurre que podrías elegir hoy para vivir lo que visualizaste? Deja que tu Ser fluya,

las ideas van a surgir. Y si alguna idea te asusta un poco podemos volver a las

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preguntas sobre el miedo. La primer aventura puede empezar en cualquier momento,

cuando vos lo decidas. Podría ser la historia que más te guste contar.

¿Lograste conectarte con el momento de la visualización de llegar? ¿qué emociones

sentiste? ¿cómo te sentís ahora? ¿te comprometés con vos mismo a hacer realidad

esa visión?

PREGUNTATE SI LO QUE ESTÁS HACIENDO HOY, TE ACERCA


AL LUGAR DONDE QUIERES ESTAR MAÑANA

Ya somos responsables de nosotros mismos, estamos comprometidos y vamos a

hacer que las cosas pasen y vamos a hacer realidad esa visión.

En el camino a lograrlo es probable que te encuentres con situaciones inesperadas,

cosas que podrías llamarlas problemas y que podrían frenarte de nuevo si lo permitís.

Para que eso no sea un impedimento más, quiero acompañarte a que los veas, como

le decimos en coaching ontológico, como quiebres. Vimos en el marco teórico que un

quiebre es una situación inesperada que interrumpe nuestra transparencia o modo

automático en el que solemos vivir.

Si estamos organizando todo y pasa algo que no estaba previsto, podemos elegir entre

volver a ser víctimas y dejar que ese ‘problema’ nos frene o podemos ser

responsables, declararlo como un quiebre y seguir enfocados con nuestra visión para

poder hacerla realidad.

Un quiebre muy importante que tuve en mi organización fue que yo iba a quedarme

en la casa de una amiga que vivía en la ciudad que elegí, hasta que consiguiera un

lugar y pudiera irme, y cuando le dije que ya tenía el pasaje para el 13/10 me dijo que

me había apurado mucho y que lo dejara para más adelante. Yo interprete que ella no

quería que fuera a su casa, parecía que todo se me iba a venir abajo en ese momento.

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Y me dije a mi misma esto no puede ser una excusa para no irme voy a encontrar otra

forma y me voy igual el día de mi pasaje. Le dije que si mis padres le preguntaban

dijera que yo iba a su casa y que ese mismo día después de llegar, cuando consiguiera

dónde quedarme los iba a llamar para decirles la verdad. Quiero es mostrarte que si

yo me quedaba en el problema, seguramente todavía viviría con mis padres y les

seguiría echando la culpa a ellos o a mi amiga por lo que (yo interpreté que) me dijo y

no fue así. Yo había decidido ser responsable. Mi mantra en ese momento era “Soy

una mujer fuerte e independiente, el universo conspira a mi favor”.

Así que te invito a que cuando algo parezca presentarse como un problema no dejes

que te frene y vuelvas a pensar ¿qué es lo que querés lograr? ¿a dónde querés ir? Y

que eso no sea una excusa para no hacerlo, al contrario, que sea una motivación para

seguir adelante. Nada va a hacerte más feliz que lograrlo.

Hoy ya hace 2 años del día en que empecé a vivir mi vida en el lugar que elijo. Y una

anécdota muy graciosa fue que en mi último almuerzo con mi familia, mi mamá me

felicitó porque había logrado lo que me propuse y dijo que ella siempre me había

apoyado.

Una vez que llegué lo primero que me pregunté a mí misma fue “¿por qué no lo hice

antes?”. Ninguna de las suposiciones que tenía se hizo realidad a pesar de estar

preparada si eso llegaba a presentarse.

Una última pregunta, ¿cómo querés que sea tu historia?

Conclusiones

Escucharnos a nosotros mismos y vivir como queremos es más importante que tratar

de vivir según lo que se espera de nosotros.

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Podemos ser más felices si nos hacemos cargo de nuestra vida y hacemos que las

cosas pasen.

Van a pasar situaciones en las que podamos dudar pero está en nosotros elegir si

dejamos que eso nos frene o si hacemos de eso un desafío para mostrarnos a

nosotros mismos que podemos lograrlo.

Todo el tiempo podemos elegir y diseñar cómo queremos ser y cómo va a ser nuestra

vida.

Bibliografía

Ontología del lenguaje - Rafael Echeverría

Compromiso y cambio - Jim Selman

Axon Training

Rafael Echeverría: Que es el coaching ontológico. Youtube.

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