Aguilar Araceli Actividad 2 Geografía
Aguilar Araceli Actividad 2 Geografía
Aguilar Araceli Actividad 2 Geografía
Materia:
Geografía Histórica
Asesor de la Materia:
Mtro. Rene Alejandro Arroyo Córdova.
Alumna:
Araceli Aguilar Bañuelos.
Matrícula:
2215860
Tema de la Actividad:
Categorías que sirven a
la historia y a la geografía
Fecha de Entrega:
7 de noviembre 2022.
Espacio, paisaje, región, territorio y lugar: la diversidad en el
pensamiento contemporáneo.
Introducción
“Más que marcar diferencias, los conceptos deben revelar su multiplicidad, los
posibles eslabones con otros conceptos que permiten expresar la complejidad de
las cuestiones que buscan responder” (Ibid.:61)
Con la presentación de este trabajo Ramírez y López (2015) hacen una propuesta
para reflexionar acerca de las diferentes categorías con las que se aborda la
dimensión espacial “utilizan un procedimiento que posibilita la descripción,
clasificación previsión de los objetos cognoscibles” utilizando 5 conceptos claves:
espacio, paisaje, región, territorio y lugar que refieren a elementos abstractos o
concretos, objetivos o subjetivos, absolutos o relativos, universales o individuales y
que son parte de nuestro interés por entender los procesos sociales que se
desarrollan en el mundo actual”
REGIÓN
Por su parte Lewin entiende por región toda en la cual un objeto del espacio de
vida, por ejemplo, una persona, tiene su lugar o en el cual se mueve; o bien toda
cosa en que puedan distinguirse diferentes posiciones o partes al mismo tiempo, o
que es parte de una totalidad más vasta”
Llama la atención que bajo esta perspectiva la región es vista como una totalidad
que integra partes, o bien es vista como una cosa que permite identificar las partes
que coinciden en una unidad más amplia.
Trayectoria Histórica
El término región tiene sus orígenes asociados a una estructura de gestión política
centralista, la región, que se usaba en tiempos del Imperio Romano para
denominar a las áreas que tenían una administración local, pero se encontraban
bajo el poder central que residía en Roma. También se utilizó para establecer la
unión regional frente a un enemigo comercial, cultural o militar externo.
Durante el siglo XVIII Los geógrafos consideraron que las áreas políticas no eran
adecuadas para el análisis de variables físico-ambientales. Entonces, retomaron
de la geología el concepto de región natural. (Da Costa, 1998)
Durante la primera mitad del siglo XX, se desarrolló la idea de la región como un
lugar único, una porción específica de la superficie terrestre que posee una
individualidad geográfica y que es diferenciable del espacio que la rodea. En este
sentido, se destacaban sus particularidades y se relacionaban los elementos
humanos y ambientales. Asimismo, se definían fronteras y se establecían las
diferencias esenciales entre las regiones, considerando tanto las características
físicas como el entorno social.
A partir de ello pretendía encontrar una identidad regional, es decir, aquello que la
hacía diferente a las demás lo que permitió a los geógrafos aproximarse a las
características que hacen del lugar un espacio único e irrepetible.
Sin embargo, el carácter descriptivo, bajo el cual se desarrollaron, motivó una
crítica seria por parte de algunos autores, no solo por su determinismo ambiental
implícito, a pesar de estar basada en la postura posibilista, sino también porque se
centraba en los elementos del paisaje sin prestar importancia en los vínculos entre
ellos.
Durante los años sesenta, la escuela francesa de principios del siglo XX fue
criticada por la comunidad académica debido a que la descripción de áreas únicas
y homogéneas distaba mucho de un análisis científico de la realidad. En este
sentido se afirmaba que la unicidad era una característica de cualquier objeto y
que el papel del científico estaba en ver más allá y encontrar los patrones
generales a los que se adscribía.
Esta teoría señala tres tipos de regiones: la homogéneas, la nodal y la región para
la planeación.
Región de planeación: Se define como área, con o sin continuidad, delimitada para
la organización, gestión y administración territorial. Ésta puede o no sobreponerse,
dependiendo de las necesidades para las cuales fue diseñada.
Homogéneo: “Es el espacio continuo en el que cada una de las partes o zonas
constituyentes presenta características lo más próximas posible a las demás” .
Región plan: es un espacio en el cual las diversas partes proceden de una misma
decisión, como las filiales proceden de una casa matriz.
Se adopto una visión donde lo importante era ver la manera como el desarrollo del
capitalismo traspasaba su impronta y condicionantes en el espacio y conformaba
regiones que eran el resultado del desarrollo desigual del capitalismo.
Autores como Lipietz (1978) y Massey (1978) consideraron a la región como parte
de una totalidad en que se adscribe la acumulación capitalista y su reproducción,
diferenciándola de las visiones neoclásicas que la consideran una unidad pre-
establecida. Desarrollo su concepto de región a partir de concebir dos tipos
diferenciados: las regiones y las naciones. Éstas las entendió como un despliegue
de articulación de las estructuras sociales (económicas, políticas, etc.) de los
espacios generadas por ellas. “Estos espacios diferenciados a su vez no pueden
definirse sino a partir de un análisis concreto de las estructuras sociales que les
confieren una individualidad.
Otras alternativas
Dentro de esta postura Doreen Massey (1979) menciona 3 elementos claves para
hablar de desigualdad regional:
Otros autores integran el concepto de poder dentro del análisis de las regiones,
algunos geógrafos analizan la dominación y el poder como elementos
conformadores de la región. Desde este punto de vista retoman el concepto de
especifidad regional de la economía política. Para ellos la región es el medio para
las relaciones sociales y su reproducción. Por su parte autores como Thrift (1983),
Pred (1984), Gregory (1989), Johnston (1985) proponen tomar a la región como el
escenario físico de las relaciones sociales, las cuales se estructuran en el tiempo y
en el espacio.
El desarrollo desde abajo es una estrategia más reciente y refleja las ideas
cambiantes sobre la naturaleza y propósitos del desarrollo en sí mismo. Desde
esta perspectiva, se considera que el desarrollo se basa primordialmente en una
maximización de los recursos naturales, humanos e institucionales de cada área,
para servir a la población de menores recursos o a las regiones consideradas en
desventaja. Las políticas de desarrollo deben orientarse directamente hacia los
problemas de pobreza, así como estar motivadas e inicialmente controladas desde
abajo. Existe una desconfianza en la idea de que el desarrollo se desparrama a su
alrededor. En el desarrollo desde abajo, las estrategias se enfocan en las
necesidades básicas, en la fuerza de trabajo, en los recursos regionales y muy
frecuentemente se centra en el ámbito rural y busca el uso de la tecnología
apropiada, más que la tecnología de punta. Estas estrategias han recibido un
amplio apoyo intelectual pero no hay muchas aplicaciones concretas
Por último, hay algunos autores de la corriente neomarxista que han adoptado la
visión de producción del espacio como referente para hacer sus propuestas como
Neil Smith (1984), en donde la dimensión regional queda solo como una escala
más que éste adopta en su proceso de producción, pero no como una
especificación concreta. Su concreción la da la dimensión de la localización
industrial, que es la que tiene en su haber, esta escala en la actualidad.
Se perciben en América Latina tres orientaciones bien definidas que cuentan con
debates y discusiones específicas y a las que se define como: el estudio de
regiones, la regionalización para la planeación y la del desarrollo regional.
Bassols (1967) afirmaba que los criterios que un investigador debe considerar son
tanto físicos como económicos, de población e históricos. Blanca Rebeca Ramírez
Velázquez y Liliana López Levi partir de lo anterior propone considerar que las
regiones económicas se forman sobre una base natural, la cual debe ser
estudiada en primera instancia, pero después debe realizarse una liga entre la
naturaleza y la sociedad. Sin duda que esta visión marcaba una necesidad
importante de regionalizar con fines de analizar diferentes perspectivas que la
aplicación de los recursos estatales se requería con fines de lograr la
modernización del país. Su trabajo más importante se desarrolla en México, en
donde, de manera específica, Bassols divide a la República Mexicana en ocho
regiones geográfico económicas considerando aspectos de relieve, clima,
hidrología, suelos, oceanografía, vegetación, fauna, recursos no renovables,
impacto del hombre sobre los elementos naturales, evolución económica desde
las civilizaciones prehispánicas y la colonia hasta el siglo XX, el papel del Estado
en la creación de infraestructura, las reformas sociales, la población, el papel de la
burguesía en las ramas económicas y el desarrollo específico de cada rama
económica. Su trabajo sirvió de base para hacer posteriores regionalizaciones
económicas y demográficas, con distintos fines.
Región y regionalismos.
Desde la planeación, hay dos cambios importantes en los paradigmas Por un lado,
el giro que existe de la planeación regional a la local y por el otro, el que hay de la
dimensión de la planeación al de la gestión en donde se presenta un cambio
importante en relación con el papel del Estado como ente responsable del
ordenamiento regional de una nación con los lineamientos generales de
direccionamiento de la planeación a otro en donde solamente se le adscribe un
papel de gestor entre las demandas de la sociedad civil y la acción del sector
privado en la implementación de acciones de desarrollo. La gestión entonces, se
concierte en la acción fundamental que rige el papel de la dirección de la
transformación de las regiones y en donde el Estado en lugar de regulador se
vuelve un intermediario entre la sociedad civil y el sector privado.
Reflexiones finales
hay tres elementos relevantes en el debate inicial y el contemporáneo: primero, la
existencia de una dimensión modelística relacionada con la cuantificación y la
matemática para representar a las regiones que es similar al del espacio y en
ocasiones se traslapan; segundo, una dimensión abstracta que se relaciona con la
homogeneidad que existe al interior de la región (Palacios, 1983) en donde entra
también la abstracción de la polarización y la integración como parte integrante de
su concepción; y por último, la integración de elementos físicos, sociales y
económicos que prevalece en su concepción, especialmente en la geográfica. Es
difícil llegar a un consenso acerca del concepto, sin embargo, a partir de la
discusión académica se encontraron ciertos puntos en común, como la necesidad
de conocer las características, elementos, procesos y patrones, así como entender
sus relaciones con los espacios que la circundan o que tienen alguna influencia
sobre ésta.
TERRITORIO
Clasificación
Desde los estudios sobre la conducta animal, Rifá (1988) señala como punto de
partida a los estudios de Howard en 1920, de Noble en 1939 y de Burt en 1943,
como los primeros exponentes en la idea de que existían áreas que los animales
defendían como suyas. Dichos autores se centraban más en delimitar un
perímetro de contención de su sobrevivencia y no tanto en la caracterización del
espacio contenido al interior del anillo definido.
En 1950, Hediger vinculó espacio y conducta, al proponer que la conducta
esperada de un animal pueda preverse a partir del lugar y el momento. Cinco años
después, este autor, introdujo el concepto de distancia individual como unidad
básica del territorio. “Esta equivale a la separación mínima entre dos sujetos, y
hace que éstos tengan a su alrededor una especie de anillo imaginario que les
delimita un espacio mucho más pequeño, lo que más tarde se definió como ‘área
nuclear’” (Entre 1965 y 1971, Leyhausen estableció la relación entre la
circunferencia del espacio y la jerarquía que se genera en un espacio
determinado, misma que depende de la densidad de población, de manera tal que,
entre mayor sea ésta, más se refuerzan las estructuras jerárquicas y viceversa.
La casa es, la unidad básica del barrio, pueblo o ciudad. A partir de los grupos de
viviendas se construye una comunidad, que vendría a ser un tercer nivel del
territorio, mismo que se escala desde el ámbito regional hasta el nacional. En el
cuerpo está contenido un sujeto, que sintetiza y refleja las características, los
valores y las costumbres de su grupo de pertenencia más inmediato. Ese cuerpo,
en su desplazamiento sobre el espacio, se encuentra sujeto a la inclusión y la
exclusión de los lugares. “Bienvenido a…”, “Prohibida la entrada a…”, marcan
territorios.
Godelier (1984: citado en Haesbaert, 2011) menciona que: “Se designa como
territorio la poción de la naturaleza, y por lo tanto del espacio, sobre el que una
sociedad determinada reivindica garantiza a todos o a parte de sus miembros
derechos estables de acceso, de control y de uso con respecto a la totalidad o a
parte de los recursos que allí se encuentran y que dicha sociedad desea y es
capaz de explotar.”
Hornby (1974) remite la palabra territorio como una área específica de tierra que
está bajo alguien quien la controla o un gobierno”; mientras que Gregory (2008) lo
define como “una unidad de espacio contiguo que se usa, se organiza y se maneja
por un grupo social, una persona o institución para restringir y controlar el acceso
de gente y lugares”.
En el mundo actual “no puede haber Estado sin territorio y viceversa”, y el territorio
integra dimensiones diversas que van del afianzamiento del nacionalismo hasta el
reconocimiento de la llamada democracia representativa.
Se estableció el principio de que los Estados debían decidir sobre lo que ocurría
sobre sus tierras, y los conflictos internacionales debían resolverse con los
mecanismos de la comunidad internacional y dieron origen al concepto de
fronteras entre naciones.
a) implica una forma de clasificación por área; b) debe contener una modalidad de
comunicación por el uso de una frontera; c) implica una tentativa de mantener el
control sobre el acceso de un área y a las cosas que hay dentro de ella o a las que
se hallan afuera a través de la represión de aquellas que están a su interior.
Bajo esta perspectiva, los territorios parecen ser hitos que demarcan la acción
cotidiana de los agentes sociales, independientemente de que éstos sean de
carácter natural o social. El papel del sujeto externo es importante cuando se
marcan los límites, pues muchas veces el desconocimiento de los códigos internos
de un espacio es lo que aglutina a los que están adentro que delimita el territorio.
Desde la geografía Milton Santos(2004) argumenta que: “Un Estado Nación está
formado esencialmente de tres elementos: a) un territorio, b) un pueblo y c) una
soberanía. La utilización del territorio por un pueblo crea un espacio. Las
relaciones entre pueblo y su espacio y las relaciones entre diversos territorios
nacionales son reguladas por la función de la soberanía”
Admite que el territorio como una dimensión política tiene límites inmutables y que
en un momento dado representa un elemento fijo. Su ocupación efectiva por un
pueblo le da dinamismo Argumenta que las sociedades territoriales están
condicionadas al interior de un territorio por su modo de producción dominante, su
sistema político, responsable de las formas particulares de impacto del modo de
producción y por r los impactos de los modos de producción
Para Santos (2000) el uso, sobre todo el económico, es el definidor por excelencia
del territorio, por lo que utiliza la categoría de “territorio usado” como correlato de
“espacio geográfico”. A su vez integra otras escalas a este concepto y con ello la
categoría de lugar, sin dejar de adscribirle su relación con el Estado nación y
refiriéndose a él de la manera siguiente: El territorio es un lugar en el que
desembocan todas las acciones, todas las prácticas, todos los poderes, todas las
fuerzas, esto es, donde la historia del hombre se realiza plenamente a partir de las
manifestaciones de su existencia
Autores como Pulido y Rojas (2011) afirman que cuando el espacio geográfico es
delimitado y controlado por actores sociales diversos, se convierte en territorio,
generando formas variadas de territorialización de procesos sociales
diferenciados. En este sentido, el espacio geográfico comienza a ser delimitado,
controlado y valorado por los diversos actores sociales (individuos, grupos,
asociaciones, empresas, poderes públicos y religiosos) que, de este modo, lo
convierten en territorios. Todas esas acciones ocurren y concurren con variada
intensidad y cobertura y, por consiguiente, los modos de territorialización de los
procesos sociales son múltiples y diferenciados en el espacio.
Otros autores
Gilberto Giménez (2004:315) afirma que el territorio es “el espacio apropiado por
un grupo social para asegurar su reproducción y la satisfacción de sus
necesidades vitales, que pueden ser materiales o simbólicas”. Afirma que el
territorio puede ser considerado zona de refugio, como medio de subsistencia,
como fuente de recursos, como área geopolíticamente estratégica, como
circunscripción político –administrativa, etc.; pero también como paisaje, como
belleza natural, como entorno ecológico privilegiado, como objeto de apego
afectivo, como tierra natal, como lugar de inscripción de un pasado histórico y de
una memoria colectiva y, en fin, como “geo símbolo”. Gilberto Giménez (2001)
parte de una idea del territorio en la cual es concebido como “espacio apropiado”..
A su vez, dicho territorio puede ser aprehendido en diferentes niveles de la escala
geográfica: local, regional, nacional, plurinacional y mundial. El primer nivel es el
de la casa y el de los territorios próximos, que conforman lo local; después, están
los territorios intermediarios que sirven de vínculo con lo regional. El nivel nacional
corresponde a un territorio político-jurídico y cuando se unen varios países, como
en el caso de la comunidad económica europea, se accede a una escala superior.
El nivel global suele asociarse con la desterritorialización, es decir, con las
relaciones supraterritoriales de los flujos financieros y las telecomunicaciones,
donde se considera que los vínculos están disociados de toda lógica territorial.
Armando Silva (1992) propone diferenciar entre dos tipos de apropiación del
territorio: el oficial y el ciudadano. El primero es el de las instituciones y el otro se
crea y se transforma con su uso cotidiano, con el nombre que le otorgan quienes
lo habitan, perciben y visitan. El territorio es algo físico al mismo tiempo que
mental. Se trata de “espacios de autorrealización de sujetos identificados por
prácticas similares que en tal sentido son impregnados y caracterizados”. Las
fronteras se marcan a partir de elementos físico concretos, tales como los ríos,
montañas o barrancos y de otros humanos como los muros, barricadas y
trincheras. Sin embargo, no siempre se trata de objetos materiales, en ocasiones
son inmateriales, imprecisos, pero existentes. Son bordes sociales, muchas veces
visuales y otras se expresan en el habitar, con el uso social del lugar, en donde se
“marcan los bordes dentro de los cuales los usuarios familiarizados se auto
reconocen y por fuera de los cuales se ubica al extranjero o, en otras palabras, al
que no pertenece al territorio”.
Por su parte, Linck y Casabianca (2006) afirman que el territorio es: una
construcción social que procede, a la vez, de un patrimonio ambiental y de un
patrimonio cultural. Ambas dimensiones quedan estrechamente vinculadas por
razones evidentes: un recurso natural no existe como tal y ni siquiera se reconoce
si no se movilizan al mismo tiempo tanto los conocimientos técnicos como las
instituciones, los valores sociales y las representaciones, que condicionan su
aprovechamiento en un ámbito social dado. El territorio es, en síntesis, un sistema
complejo, envolvente y aglutinante, que integra en una sola entidad, por una parte,
a los actores y sus representaciones culturales y simbólicas y, por la otra, al
espacio material que los actores usan y organizan mediante múltiples estrategias
sociales, productivas e institucionales
Los territorios culturales o simbólicos que estudiamos son los que habitan los
grupos etnolingüísticos, de ahí que los llamemos etnoterritorios, entendidos como
el territorio histórico, cultural e identitario que cada grupo reconoce como propio,
ya que en él encuentra no sólo habitación, sustento y reproducción como grupo,
sino también oportunidad de reproducir cultura y prácticas sociales con el
transcurso del tiempo
Por su parte Agnew y Oslender (2010) entienden la territorialidad como control del
territorio con fines políticos, sociales y económicos”; son formas que cambian a
partir de los contextos sociales, históricos y geográficos específicos. El territorio
implica contigüidad, la globalización y los avances tecnológicos, las barreras
físicas y la distancia son cada vez menos evidentes y pueden sortearse
fácilmente. La interacción social y la comunicación son posibles a través de redes,
flujos y nodos; de sistemas que no dependen de la proximidad. Esto cambia la
naturaleza de los territorios que existen en forma relacional y no necesariamente
se excluyen. Sin embargo, aunque los Estados naciones han perdido poder sobre
el ámbito local, todavía tienen gran capacidad de control y de gobierno. La
soberanía sigue siendo un factor central para el orden internacional (Gregory
2009). En concordancia con lo anterior, la desterritorialización surge como un
concepto asociado a los procesos de globalización y a los avances tecnológicos, a
la creación de comunidades mediadas a través del ciberespacio.
La multiterritorialidad de Haesbaert.
Reflexiones finales
El territorio alude a una visión mucho más amplia que la adscrita a otras
categorías. la cual está ligada con la definición política que la vincula con el poder
y el Estado y por otra una dimensión cultural que integra la naturaleza, la
producción y reproducción social de los grupos y al significado que esto tiene en
su vida cotidiana, cuestiones que aparentemente son divergentes y sin embargo,
son difíciles de separar al interior de esta categoría. En otras palabras, el territorio,
como concepto, da cuenta de lo estrecha que es la relación entre el ámbito político
y el cultural en la vida humana. Su predominancia en relación al Estado, la
delimitación política y la dimensión del poder constituyen la versión de corte
eurocentrista del término, que sin duda ha influenciado a estudios de geografía
política, y de política pública para su definición. La dimensión cultural y simbólica
se adscribe a una propuesta eminentemente latinoamericana, de corte rural y
centrada en los movimientos ambientalistas del continente que acentúan todavía
más la dimensión política que la categoría presenta. Aunque el concepto tiene una
larga trayectoria en la academia europea, ha sido un recurso importante y
significativo para el análisis de la realidad latinoamericana, sobreponiéndose
muchas veces a los otros conceptos. El territorio, desde el punto de vista teórico y
metodológico abre, sin duda una nueva dimensión del ámbito espacial, a través
del concepto mismo y de aquellos que derivan de él, como el de
desterritorialización o reterritorialización. En suma, si bien las categorías de
espacio, región y paisaje, al venir directamente de la tradición geográfica, la de
territorio tiene una adscripción más relacionada con otras ciencias sociales de
corte crítico, donde se usa para diferenciar y tomar distancia del significado que
ésta tiene en las teorías especialistas clásicas de la geografía y del espacio
Conclusiones.
Fuente de Consultas:
http://www.publicaciones.igg.unam.mx/index.php/ig/cataog/view/19/101/311-1