Emaus, Camino Mistagogico
Emaus, Camino Mistagogico
Emaus, Camino Mistagogico
Ignacio propone 5 aspectos dinámicos para la contemplación de la Resurrección. Así, el que contempla, se implica a
fondo en la centralidad del Evangelio y de la Vida. Por eso se comienza con VER, OIR y SENTIR, luego se pasa a
CONSIDERAR los EFECTOS Verdaderos y los EFECTOS de Santidad, fruto de la Resurrección, y finalmente, se pasa a
MIRAR el OFICIO de CONSOLAR que el Señor TRAE.
En EMAÚS, los EFECTOS Verdaderos y Santos tienen que ver con la MISTAGOGÍA, es decir, con la habilidad para
proponer, para acompañar, formar; la calidad humana para cuidar y corregir a los hermanos; con el modo de gobernar la
comunidad; y especialmente con el modo de ganar y enamorar a todos de cara a una misión. Una pedagogía que atiende cada
aspecto de la vida:
1) Se acercó y se puso a caminar con ellos.
2) Preguntó de qué iban hablando … No supuso. Solamente les escuchó.
3) Después de escuchar, interpeló y aportó a lo que ellos planteaban.
4) Con el ademán de seguir su camino provocó le pidieran entrar.
5) Entró para quedarse con Ellos.
6) Bendijo el pan y al dárselo, se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero ya no estaba.
7) Su corazón ardía. Y salieron a comunicar la noticia.
0° Paso: “Preparación de la Oración”. Prever lo que se crea conveniente para la Oración, lo cual puede
incluir la escogencia de un pasaje bíblico, un acontecimiento vital, etc.
1° Paso: “A lo que vengo”. Se trata de aperturar el encuentro.
2° Paso: “Pacificación”. Es una metodología para lograr concentrarme-descentrarme-centrarme.
3° Paso: “Oración Preparatoria”. Es una jaculatoria que ayuda a centrar los afectos y razonamientos.
4° Paso: “Composición del Lugar”. Un modo de trabajar la imaginación y los imaginarios.
5° Paso: “Petición”. Se trata de pedir lo que deseo.
6° Paso: “Contenido o Materia”. Es el tema, temática o asunto sobre el que se basa la oración.
7° Paso: “Coloquio”. Es un diálogo tierno y fecundo entre el Orante y el Orado.
8° Paso: “Cierre de la Oración”. Es un modo de ver si lo vivido en la Oración, es de Dios, y si tiene
significatividad en mi vida.
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PARA ORAR EN 3RA SEMANA DE RESURRECCIÓN
Aquel mismo día, dos de los discípulos se dirigían a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta
estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Y sucedió que, mientras ellos
conversaban y se hacían preguntas, el mismo Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero
sus ojos estaban tan cegados, que no eran capaces de reconocerlo.
El les dijo: «¿De qué vienen conversando por el camino?» Ellos se detuvieron entristecidos, y uno de
ellos llamado Cleofás le respondió: «¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos
días han pasado allí?».
Él les preguntó: «¿Qué ha pasado?» Ellos contestaron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta
poderoso en obras y palabras delante de Dios y ante todo el pueblo; y cómo nuestros sumos sacerdotes y
magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el libertador de
Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó. El caso es que algunas mujeres
de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro, y, al no hallar su cuerpo,
vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles, que decían que él estaba vivo. Algunos de
los nuestros fueron también al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no le
vieron».
Entonces Jesús les dijo: «¡Qué torpes son para comprender y qué duros de corazón para creer todo lo
que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Cristo padeciera todo eso y así entrara en su gloria?» Y,
empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que decían de él las Escrituras.
Al llegar al pueblo a donde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le insistieron
diciendo: «Quédate con nosotros, porque es tarde y está anocheciendo». Y entró para quedarse con ellos.
Cuando estaba sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a
ellos. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero Jesús desapareció de su lado. Se dijeron uno a
otro: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?».
Y levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que
estaban con ellos, que decían: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!». Ellos, por
su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan.
Palabra del Señor.
¿A QUÉ VENGO?
VENGO A CONTEMPLAR LA RESURRECCIÓN.
• Ya sea sentado, paseando, acostado o reposado; tanto en casa, como en el parque o la Iglesia me sereno para
que esta cita con Dios tenga lugar.
• Me acomodo con una posición que me ayude a concentrarme-descentrarme-centrarme, implicando todo mi ser.
• Al ritmo de la respiración, voy saboreando aquella palabra o aquella frase del Padrenuestro que se me quedó
fija en la apertura de este encuentro. Una y otra vez repito este ejercicio.
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PARA ORAR EN 3RA SEMANA DE RESURRECCIÓN
NOTA: La oración preparatoria siguiente me ayuda a experimentar libertad de apegos. La repito tantas
veces como quiera, dejando que resuene en mi mente y en mi corazón.
NOTA: Este paso es muy especial y merece realizarse con esmero. Le dedico unos 10 minutos.
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Cómo la Divinidad se manifiesta tan espléndida en la resurrección, por sus EFECTOS Verdaderos y Santos que nos
propone como modelo:
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Señor: Meditando en tu llamada y en mi deseo de seguirte he descubierto que el ideal de mi vida entera eres Tú y que el
ideal de mi modo de proceder es el modo de proceder tuyo. Por eso fijo mis ojos en Ti -los ojos de la fe-, para contemplar tu
figura tal como aparece en el evangelio...
Señor, que yo pueda sentir con tus sentimientos, los sentimientos de tu corazón con que amabas al Padre y a los
hombres... Yo quiero imitarte en esta disposición de amor y de entrega … Enséñame, Señor, tu modo de tratar con los
discípulos, con los niños, con los fariseos, con los pecadores o con Pilatos y Herodes... Comunícame la delicadeza con que
tratabas a tus amigos.
Enséñame a ser compasivo con los que sufren: con los pobres, los enfermos, los huérfanos, los ancianos, las viudas...
Quiero saber cómo manifestabas tus emociones, incluso hasta llorar... Enséñame tu modo de mirar, como miraste a Pedro
para llamarle a tu seguimiento o levantarle de su caída, como miraste al joven rico que no se decidió a irse contigo, como
miraste a las gentes que andaban como ovejas sin pastor...
Enséñanos tu modo de proceder, para que sea nuestro modo de proceder y así podamos realizar el ideal de ser
seguidores tuyos, colaboradores tuyos en la obra de la evangelización y salvación.
Pido a María …, que forme en mí y en todos nosotros, otros tantos Jesús como Tú.
( PEDRO ARRUPE - resumen)
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