Marcas Corporales en El Adolescente
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Marcas Corporales en El Adolescente
MARCAS CORPORALES EN EL
ADOLESCENTE ACTUAL TESTIMONIO
DE UNA AUSENCIA.
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MARCAS CORPORALES EN EL ADOLESCENTE ACTUAL
TESTIMONIO DE UNA AUSENCIA
Triolo Moya, Felipa Concepcion
Facultad de Psicología, Universidad Nacional de San Luis. Argentina
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vés de los cuales el sujeto intenta dejar impreso, en la carne, lo que Es evidente que no se nace siendo sujeto pero, palmariamente,
no puede elaborar psíquicamente. Se trata de actos que prorrum- tampoco se nace siendo cuerpo.
pen procurando alivio con su descarga y control contra la angustia. Lacan puntualizó que el animal no tiene cuerpo, el animal es un
Se realiza por medio de incisiones o cortes supericiales en la piel, organismo, «como sujetos del signiicante, podemos prescindir del
llámese «hatching» (cortes en la piel), «sking-removal» (remover cuerpo» estamos en disyunción con el cuerpo, el sujeto está en la
la piel) o «branding» (quemar la piel), con elementos esterilizados palabra antes de tener un cuerpo,
como cúter, bisturí o puntas. Instituyen trazas irreversibles y cons- «…sencillamente antes de nacer y permanece ahí aun después
tituyen un tatuaje no convencional. de no tener cuerpo, es decir, después de la muerte: la duración
del sujeto, al estar sostenido por el signiicante, excede pues a la
Los tatuajes y el piercing constituyen semblantes que falicisan al temporalidad del cuerpo» (Soler, 2010).
cuerpo, tornándolo deseable; al igual que el maquillaje y la pintura
en las mujeres, le conceden al cuerpo condición fetichistica, en el En este sentido, lo que no se puede apalabrar se pone en el cuerpo.
caso del maquillaje y pinturas evanescente.
El hombre establece relaciones harto particulares con su cuerpo,
De los ritos… a tal punto que ciertas prácticas como las mentadas de tatuar el
Se los suele emparentar a los ritos, que siempre se vertebran co- cuerpo; el circuncidarse por motivos religiosos, para evocar las más
lectivamente; la inoperancia de los ritos, produce excesos y desre- frecuentes en nuestra sociedad, evidencian que habitar un cuerpo
gulaciones. Méndez (2011) airma que se trata «de una transforma- para un sujeto no es un fenómeno natural, biológico, diríamos. Es-
ción en los modos de percepción del cuerpo, de las relaciones; una tas prácticas, tal como lo airma J. Lacan (1948), «desmienten en
transformación estética -perceptiva que se pliega de modo indivi- las sociedades avanzadas ese respeto por las formas naturales del
dual en los cuerpos pero que comienza en materias de expresión- cuerpo humano».
percepción siempre culturales, colectivas»
En ese sentido, los ritos constituyen una clara limitación de los El adolescente y (en) su cuerpo
excesos; «conjuro colectivo de los excesos que atentan contra la El proceso puberal y la metamorfosis que le es propia al desarrollo
propia vida del grupo» Méndez (2011). sexual biológico del joven puber, no instaura una garantía del pro-
ceso de subjetivación. El tránsito adolescente inscribe una traza
Acorde a esta concepción de rito, ¿estas prácticas actuales coni- que al re-vivenciar el Complejo de Edipo, causa una conmoción
gurarían ritos? Sólo podemos aseverar que la falta de ritos en una identiicatoria que le permite al adolescente asumir lo real del sexo,
cultura desencausa la violencia y la derrama dislocada en la urdim- las identiicaciones sexuales, la castración simbólica y también, su
bre social. salida a la exogamia.
En Función y Campo de la Palabra y del Lenguaje en Psicoanálisis, Si pensamos a la adolescencia como un tiempo lógico que enfren-
Lacan (1953), nos advierte, al fundamentar a «la palabra como un ta al joven con la problemática de la iniciación sexual, con los re-
don del lenguaje» que este último es cuerpo: tos propios de la escuela, las elecciones vocacionales, los grupos,
« …el lenguaje no es lo inmaterial. Es cuerpo sutil, pero es cuerpo. los amigos, tenemos en ellos los lugares donde se van a poner en
Las palabras son tomadas en todas las imágenes corporales, que juego los emblemas, insignias que el niño traía en el bolsillo como
captan al sujeto, ellas pueden embarazar a la histérica, identiicarse identiicaciones simbólicas. En todos estos lugares, para el joven, co-
al objeto del penis-neid, representar el chorro de orina de la ambi- mienzan a mostrarse sus éxitos y fracasos. Se descubren los modos,
ción uretral o el excremento retenido del goce avaro». como así también las demandas del Otro que impactaron sobre este
transformado en cuerpo hablado y que llevan al encuentro del Otro
Insiste, de consumo, que lo que el psicoanálisis denomina «cuerpo» sexo. Estas insignias, identiicaciones simbólicas (rasgos de los pa-
es disímil del organismo, de lo viviente. dres, ahora objetos perdidos), constituyen en el sujeto el Ideal del yo.
Colette Soler (2013) parafrasea a Lacan cuando asegura que: Así airmaba Lacan (1977): «Es en relación con esa insignia del Otro
«Para hacer un cuerpo se precisa un organismo vivo más una ima- que se le produce la identiicación que tiene por fruto y resultado la
gen, es decir, atribuye a la unidad de la imagen el sentimiento de constitución, en el sujeto, de la I mayúscula, que es el Ideal del yo».
unidad del cuerpo, unidad que es dada por una gestalt visual y apre- Pero más aún, el acceso al Ideal se orienta por la perspectiva de la
hendida por el sujeto a partir de la unidad de su forma en el espejo». función paterna, que en esta Cultura, es una función cada vez mas
fallida. Se accede al borde que re-escritura el trazo del Ideal del yo.
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Hartmann (2000), relexiona sobre los modos de escritura, del ado- BIBLIOGRAFIA
lescente, dado que es tan frecuente su diicultad para apalabrar. Hartmann, A. (2000). Adolescencia: una ocasión para el psicoanálisis, Bue-
Sostiene que tanto en el diario íntimo, del mismo modo que en los nos Aires: Madrid. Miño y Dávila Editores.
tatuajes e incisiones operadas, podríamos aproximarnos a la escri- Lacan, J. (1948). La Agresividad en psicoanálisis. En: Escritos 1. Buenos
tura de ciertos modos de goce, de la imagen de sí y de las relacio- Aires: Siglo veintiuno Editores. 2007
nes de objeto incestuosas. Intelige a estas incisiones en el cuerpo
Lacan, J. (1953). Función y campo de la palabra y el lenguaje en psicoaná-
del adolescente como: «…producto de presentiicar la inscripción lisis. En: Escritos 1. Buenos Aires: Siglo veintiuno Editores. 2007
que hacía de borde entre cuerpo y goce hasta entrar en el ajuste a
un modelo ideal que encasilla al joven dentro de una moda que lo Lacan, J. (1958). El Seminario Nº 5: Las formaciones de lo Inconsciente.
Buenos Aires: Paidos. 2008
encuadra, necesaria y aún suplente de las permanentes vacilacio-
nes fantasmáticas». Lacan, J. (1960). Observación sobre el informe de Daniel Lagache: Psicoa-
nálisis y estructura de la personalidad. En: Escritos 2. Buenos Aires: Siglo
veintiuno Editores. 2007
Conclusiones
De acuerdo a lo expuesto concluiremos aunque parcialmente, que Méndez, M. (2011). Procesos de subjetivación. Ensayos entre antropología
dado que el cuerpo del psicoanálisis no se construye de una vez y y educación. Paraná; Entre Ríos, Argentina: Editorial Fundación La Hendija.
para siempre, sino que se esculpe inscripturariamente en el devenir Pommier, G. (2002). Los cuerpos angelicales de la postmodernidad. Buenos
de la experiencia del Espejo, y por la pregnancia de la imagen del Aires: Nueva Visión.
otro; el recurso al tatuaje, las escariicaciones y los piercing, formas Soler, C. (2010). El cuerpo en la enseñanza de Jacques Lacan. Versión digi-
indelebles en la epidermis; dadas a la mirada, se entrecruzan con tal recuperada de: www.trelew.gov.ar/…/SEM01-ColetteSoler-elCuerpoen
la constitución de éste. Se trata de una imagen que retorna, y al laEnsenanzadeJacquesLacan.pdf -
hacerlo conigura identitariamente y «subjetiviza». Estos fenóme- Soler, C. (2013). El cuerpo en Lacan. En: El cuerpo habitado. Entorno a
nos mostrativos son parte de la moda entre los jóvenes; instauran Freud, Lacan y Zizek. Revista Replicante. Cultura, crítica y periodismo di-
y profundizan el lazo entre quienes tienen la misma marca, matiz gital. Buenos Aires.
erótico que se devela en la intimidad; garante de amor, iliación,
etc. Estos tienen carácter permanente, y ni aún la más avanzada
técnica láser aleja del todo la cicatriz - resto de la rotura epidérmi-
ca perpetrada. La singularidad del mismo impide generalizaciones,
y nos conduce al análisis del caso por caso, que en el marco de
la experiencia analítica puede asumir condiciones de acting out, o
revelar impulsividad.
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