Testimonios Alcala
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ES POSIBLE LA ESPERANZA
Cartas enviadas al periódico digital eldiario.es en solidaridad con Mons. D. Juan
Antonio Reig Pla, Obispo de Alcalá de Henares (Madrid), con el COF y orientadores de
dicho COF de la Diócesis de Alcalá, en relación a la noticia aparecida en dicho periódico:
VER ENLACE.
Estas cartas han sido enviadas por los miembros de EPE (es posible la esperanza)
que están realizando el itinerario de maduración integral para sanar las heridas que se
manifestaron en su PMS (proyección hacia personas del mismo sexo) y por familiares,
amigos o padres con hijos con PMS que realizan dicho itinerario.
Esperamos que estas cartas, nacidas de la experiencia de cada una de las personas
que las escriben, experiencia de sufrimiento, de lucha y esperanza, ayuden a quienes las
lean a descubrir la verdad, la bondad y la belleza del amor humano, sacramento del Amor
de Dios.
Damos gracias a Dios porque estas cartas, testimonios vivos del Amor de Dios, nos
llenan de Verdad, de Gozo y de Esperanza.
Grupo S. Juan Pablo II.
www.esposiblelaesperanza.com -- [email protected]
Tengo 30 años y soy de España. He visto que pedís que os escribamos nuestra experiencia los que
hemos conocido lo que se expone en el artículo. Aquí os comparto la mía.
Desde pequeño me gustaban las chicas. A los 16 empecé a sentirme atraído por otros varones que
tenían determinados patrones a la vez que empecé a notar que la atracción hacia las chicas
disminuía, hasta desaparecer. Ya pasados los 20 creía que no necesitaba ayuda, que esos sentimientos
se irían algún día tal y como vinieron.
Yo recibí esa ayuda porque libre y responsablemente así lo quise, y esa ayuda fue en todos los
aspectos de mi vida. A los pocos meses, ya empecé a comprobar que la atracción a las chicas
empezaba a regresar, y la proyección hacia los chicos disminuía a la par que yo me sentía más seguro
en mí mismo, más integrado en mi realidad y en mi sexo. ¡¡La atracción hacia las chicas volvió, he
vuelto a enamorarme de alguna chica, y qué diferente es a los enganches emocionales que vivía con la
PMS!! RECUPERÉ LA FELICIDAD. Las relaciones amorosas que viví con otros hombres no hicieron
más que consumirme emocional e incluso físicamente (hasta el punto de perder toda la grasa y
quedarme como demacrado), aunque yo pensaba que era “amor” (y que, por lo tanto, no podía ser
malo).
Sin embargo, no supe lo que es el “amor” hasta que no salí de la PMS. Ahora comprendo en primera
persona la enorme diferencia entre vivir una proyección y vivir el amor verdadero, que se extiende no
sólo en la relación con una mujer, sino que lo noto en todas mis relaciones con el mundo, mi familia,
los amigos, etc.… Creía que no necesitaba ayuda ninguna, y hasta que no salí del hoyo, no sabía que
en realidad estaba viviendo un auténtico infierno con el que me estaba conformando… ¡hubiera
quedado toda mi vida ahí, pues la PMS no se hubiera ido nunca por sí sola, como yo esperaba que
sucediera!
Por cierto, nunca me he sentido más amado y comprendido que por las personas que he conocido a lo
largo de este camino, entre ellos, B.V. y el Obispo de Alcalá. Repito, no he encontrado más amor y
comprensión en ninguna otra parte. Anteriormente, otras personas pasaron de mi sufrimiento o no se
lo tomaron en serio, y eso no me ayudó. Otras personas me dijeron que lo que tenía que hacer es vivir
toda la vida como homosexual, y eso no me ayudó. Lo único que me ayudó fue que me dijeran la
verdad, y que me dieran la oportunidad de no tener que vivir toda la vida dominado por la PMS.
¿Hubiera podido vivir todo esto si la ley lo hubiera impedido? ¿Debo aplaudir que una persona que
libremente quiere salir de la PMS no pueda hacerlo porque la ley prohíbe ser ayudado? ¿No tengo
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
derecho a superar las heridas emocionales que se manifestaron, entre otras cosas, en la PMS y
madurar de manera integral, también en mi sexualidad?
Atentamente, una persona que por terrorismo psicológico no se atreve a poner su nombre.
2. Luis, 18 España
Buenas noches
Buenos días. Me siento muy triste porque hoy y además de la manera más vil... Un "periodista".
Usurpando otra identidad y con la intención de hacer daño a atacado con toda su saña a una de las
personas que más quiero y que más me ha ayudado en mi orientación sexual. (Y estoy seguro de que
este "periodista" creerá 100x110 que ha hecho un gran favor a la civilización... y a tantos miles de
adolescentes y jóvenes vulnerables que se sienten perdidos en esta sociedad, por falta de medios para
que se los pueda ayudar y hacer ver la realidad de su SER. Varón, Mujer.
Pues como decía, un usurpador ha querido hacer daño a mi querida amiga y hermana en la fe
católica: B. V.
Hace ya camino de siete años que, por uno de esos caprichos del destino, me encontré con un grupo
católico que estaba teniendo una experiencia única en la plaza de los santos Niños de Alcalá. Ni que
decir tiene que yo me encontraba en un momento de desesperación. Metido en el infierno más
profundo y me explico: hacia un año mi padre había fallecido y yo me había divorciado; gracias a
Dios tuve dos hijos. Una parejita. De repente todo lo que yo había estado ocultando y la doble vida
que había llevado surgió como una alergia en primavera, me refiero a PMS.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Ya en la primera semana pude ser consciente de que sólo se me toleraba por mi dinero a cambio de
sexo. Cosa que aun sabiendo no podía reconocer. Eso duró siete meses, soportando vejaciones,
insultos y hasta golpes. Transcurrido ese tiempo regresé a España, había sido ilegal al pasarme del
plazo establecido y también tuve que pagar los gastos. Una vez en España me establecí en la Línea de
la Concepción, Cádiz.
Le odiaba tanto como le necesitaba. Pero yo ni por un momento pensaba en mi madre, en mis hijos,
en mis hermanos o en mí. Hasta con eso había podido mi desequilibrio emocional, yo sentía tanta
proyección hacia él que esto no me dejaba ver la realidad.
Ahora han pasado muchas cosas en estos 10 años de refuerzo y apoyo a mi masculinidad, soy capaz
de ver cómo he sido creado, porqué, por Quién, para qué. Soy un hombre que vive su castidad con la
ayuda de Dios.
Tengo que decir que llegué a estar unido legalmente según la legislación española a este muchacho y
que un día de lucidez por fin inicié el trámite de mi divorcio.
Como dije antes, en mi infancia y en mi juventud (los 80's) ni siquiera fui consciente del tipo de vida
que llevaba, del infierno que era andar escondido en retretes públicos o drogado, vendiendo mi
juventud, mi cuerpo por unas monedas... No fue hasta que comprendí la realidad de la antropología
del hombre que pude empezar a valorarme como lo que yo SOY, hombre, varón.
Y si me atrevo a contar partes de mi vida es porque haya unos pocos que pueden decir lo que quieran,
aun siendo mentira y yo no pueda decir mi verdad.
He vivido tantos años engañado por mis paranoias que nunca fui consciente de para que había
nacido.
Fdo. X
Soy Daniel. Tengo 28 años. Llevo algún tiempo en este camino de crecimiento y maduración. Un
camino que conocí cuando tenía 17 años. Fue pura casualidad, porque sabía que algo no estaba bien
en mí. Estaba atravesando momentos difíciles en mi familia y tenía años huyendo de esos conflictos a
través de la pornografía.
Cuando encontré EPE, fui muy escéptico al principio. Me tomó mucho tiempo verme reflejado en las
historias de otros chicos que tenían PMS (proyección al mismo sexo) igual que yo. Empecé a leer
mucho, pero sobre todo empecé a leer y entender mi propia historia. No sabía por qué la relación con
mi padre había sido tan superficial, o porque me aterrorizaban los lugares públicos con otros chicos.
Por qué experimentaba este complejo de inferioridad enorme y de dónde venía este rechazo con mi
propio cuerpo.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
En este camino de acompañamiento y formación pude darme cuenta del origen de todas mis heridas
emocionales. Entendí que todos venimos heridos pero que estas heridas se manifiestan diferente. En
mí estaba claro: La PMS y la adicción al sexo.
Desde entonces ha sido un viaje con altos y bajos. Ha sido un viaje de mucho aprendizaje. Me ha
costado ser constante con el itinerario, pero no me queda duda que es el único camino de esperanza
que tengo la LIBRE CONVICCIÓN de seguir.
Nunca fui obligado a mantenerme todos estos años, nadie jamás ha utilizado mi historia obtener
ningún beneficio personal. Ha sido mi elección personal enfrentar mis heridas e irlas sanando. He
tenido la suerte de contar con orientación y guía espiritual. Estoy seguro de que, sin eso, hoy estaría
viviendo una vida vacía sin tener idea lo hermoso que es este camino.
El camino que yo he seguido debería poderse tomar sin temor a vivir represalias. ¿No? ¿Porque SI
somos libres para “aceptar nuestra condición gay”, pero NO para intentar madurar y crecer?
¿Dónde está mi derecho de elegir lo que YO creo que tiene sentido para mí?
Quiero aclarar que este itinerario y este acompañamiento no es bajo ningún concepto una “terapia
para dejar de ser gay”. Lo he vivido, y doy FE que el aprendizaje va mucho más allá de eso.
Hoy puedo decir que he trabajado el perdón con mi padre. Tengo una relación hermosa con él (¡y ni
siquiera sabe de esto!). Hoy soy capaz de entablar relaciones sanas con mis amigos varones y verlos
como iguales. Deje de ser tan narcisista y egoísta. He entendido que una vida de servicio y comunión
me llena más que cualquier otra cosa.
Poco a poco he ido sanando mi relación con mi propio cuerpo. Estoy empezando a quererlo. A veces,
no es tan sencillo y por momentos dudo si realmente podré algún día. Pero ha sido mi elección y estoy
feliz con solo el hecho de intentarlo.
Mi corazón y mis oraciones están con Mons. D. Juan Antonio, con todos los que trabajan en el COF
y con los orientadores que se juegan la piel por mí y por cientos como yo.
No puedo más que estar agradecido con aquellos que se arriesgaron a darme un poco de esperanza.
Porque antes de conocer mi historia, ya la habían hecho suya.
Hoy soy libremente feliz. ¿Hay alguna ley que proteja eso también?
Buenos días, esta mañana he podido leer en su periódico el artículo “El obispado de Alcalá celebra
cursos ilegales y clandestinos para 'curar' la homosexualidad” donde al final del mismo se invita a
enviar un testimonio personal.
Soy un varón de 42 años, de profesión médico. Mi vida ha estado marcada por un fuerte complejo de
inferioridad que me ha dificultado relacionarme con los demás. Este sentimiento de inferioridad y de
inadecuación con los demás se fue gestando poco a poco, sobre todo a partir de mi infancia. A los 5
años, el primer día de clase, me sentí profundamente rechazado y traicionado por la única persona
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
que conocía antes de entrar en el colegio. Me sentí como si no existiera para él y se derrumbó la
esperanza de amistad que yo me había imaginado.
Esta experiencia de rechazo tan infantil me marcó. Me sentía solo y sin amigos. A ello contribuyó que
no me supiera integrarme con los demás jugando al fútbol. Pasé muchos ratos de soledad en los
recreos, dando vueltas alrededor del campo de fútbol, viendo a mis compañeros como jugaban y como
competían entre ellos. Yo me sentía excluido. Los contemplaba con envidia, deseaba jugar y
relacionarme con ellos, pero no sabía jugar bien al fútbol y me desagradaba como se insultaban o
llamaban la atención a alguien porque no iban ganando.
Traté de buscar mi sitio y lo encontré en el estudio. Como no podía competir con los demás en el
deporte, traté de competir y demostrar mi valía en lo académico. Y aquí me fue muy bien.
Fue en esta época cuando pensé por primera vez si pudiera ser homosexual. No me atraían las
mujeres y había erotizado alguna vez en la imaginación una relación con alguien del mismo sexo.
Este pensamiento me atormentaba. Yo quería formar una familia o incluso ser religioso. ¿Y si fuera
homosexual? Aquella duda hizo que me decidiera acudir a una psicopedagoga. Centramos nuestros
esfuerzos en relacionarme mejor con los demás y tratar de superar ese complejo de inferioridad. Solo
después de 2 años me atreví a preguntarle más decididamente si le parecía que yo era homosexual. Su
respuesta fue que no había nada en mí que así lo indicara. Y ahí terminó todo.
Sin embargo, esa duda me siguió angustiando, atormentando y bloqueando. Era un pensamiento
obsesivo, no deseado, con el que en absoluto me sentía identificado y que mucho menos determinara
mi identidad sexual: soy hombre. No era algo que quería y me cerraba las puertas a un compromiso
de amor de comunión y de complementariedad en el matrimonio o en la vida consagrada.
Años después tuve la enorme suerte de encontrarme con alguien que había salido del infierno, por los
muchos sufrimientos que se padecen, de la homosexualidad y que se había casado y formado una
familia. Me contó su historia de heridas afectivas y familiares y me sentí muy identificado. Nuestras
vidas estaban marcadas por una experiencia vital y profunda de soledad y por la ausencia afectiva de
un padre. Aquello me dio muchísima paz. Comprendí de dónde venía la atracción hacia personas del
mismo sexo. En el fondo proyectaba el hombre ideal que yo quería ser en los demás. Me atraía y
deseaba aquello que yo quería ser y no era. Proyectaba mi deseo profundo de ser valorado, apreciado
y amado por los demás hombres. Y esa proyección se erotizaba.
A partir de aquí fui profundizando interiormente en todas las heridas afectivas que arrastraba de mi
infancia. Fui consciente del papel que había jugado la ausencia física y emocional de mi padre en el
proceso de desarrollo. Comprendí que era un hombre como cualquier otro, con muchas más
cualidades positivas que negativas. Identifiqué los rostros de una falsa y verdadera masculinidad. He
aprendido a descansar en el SER y a no dejarme llevar por la dictadura de un pensamiento irracional
u obsesivo o un sentimiento que no define lo que yo soy.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Este camino de maduración me ha permitido ir sanando mi relación con mi padre, al que he podido
conocer y apreciar mucho más que antes, convirtiéndose en un pilar muy importante de mi vida.
También me ha permitido hace no mucho que pudiera conocer y casarme con una mujer maravillosa.
Los pensamientos y sentimientos de atracción hacia personas del mismo sexo han desaparecido
completamente. Valoro mi masculinidad como un don precioso que he recibido y una tarea por hacer.
Mi principal vocación es ahora amar y entregarme a mi esposa hasta dar mi vida por ella. Y también
amar a mis amigos y ofrecer mi trabajo en espíritu de servicio a los demás. Y este camino que se ha
iniciado continuará, sin término, durante toda la vida.
B.V. es alguien que hace acompañamiento para ayudar a las personas a descubrir y madurar su
verdadera identidad, creadas como varón o como mujer, y con una vocación a un amor esponsalicio
(conyugal o célibe). No se trata de convertir a nadie, de que sean lo que no son. Sino de ayudar a que
maduren y crezcan en lo que son y en su capacidad de amar.
242. Los jóvenes necesitan ser respetados en su libertad, pero también necesitan ser
acompañados. La familia debería ser el primer espacio de acompañamiento. La pastoral
juvenil propone un proyecto de vida desde Cristo: la construcción de una casa, de un hogar
edificado sobre roca (cf. Mt 7,24-25). Ese hogar, ese proyecto, para la mayoría de ellos se
concretará en el matrimonio y en la caridad conyugal. Por ello es necesario que la pastoral
juvenil y la pastoral familiar tengan una continuidad natural, trabajando de manera
coordinada e integrada para poder acompañar adecuadamente el proceso vocacional.
Y se reconoce que este acompañamiento pastoral-familiar integral debe estar realizados por personas
cualificadas como es el caso de B.V., a la que he tenido la enorme suerte de tener como acompañante
en este proceso de maduración.
Y este es un camino que además uno no recorre solo sino en comunidad y donde son muy importantes
la familia, la amistad y la vida de fe-encuentro con el amor que Dios nos tiene.
- ¿no es acaso denunciable prohibir un proceso que invita al conocimiento de sí mismo, a los
traumas que uno ha sufrido y al perdón por quienes lo causaron?
- ¿no es acaso denunciable prohibir un proceso de maduración en el que se acoge el don de la
propia sexualidad para vivir un amor esponsalicio de complementariedad y entrega total,
exclusiva, personal y fecunda?
- ¿no es acaso denunciable prohibir un proceso de maduración que ayuda a descubrir y vivir a
uno su verdadera identidad, lejos de complejos de inferioridad y de comparaciones con los
demás?
- ¿De verdad creen que ayuda la masturbación o la pornografía a vivir un amor de entrega
generosa, no egoísta ni autorreferencial?
- ¿No ejercen acaso ustedes como esas patrullas que ustedes denuncian contra cualquier
pensamiento contrario a una determinada ideología?
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Aquí no se trata de curar la homosexualidad, sino de vivir y crecer en lo que uno verdaderamente es,
por encima de pensamientos, sentimientos y vivencias que no afectan al verdadero SER de la persona.
Esto no es odiar a la persona, sino amarla
261. En este contexto, recuerdo que Dios nos creó sexuados. Él mismo «creó la sexualidad,
que es un regalo maravilloso para sus creaturas». Dentro de la vocación al matrimonio hay
que reconocer y agradecer que «la sexualidad, el sexo, son un don de Dios. Nada de tabúes.
Son un don de Dios, un don que el Señor nos da. Tienen dos propósitos: amarse y generar
vida. Es una pasión, es el amor apasionado. El verdadero amor es apasionado. El amor
entre un hombre y una mujer, cuando es apasionado, te lleva a dar la vida para siempre.
Siempre. Y a darla con cuerpo y alma»
Doy pues las gracias a todos aquellos que han tomado la opción de acogerme y acompañarme en mi
debilidad para hacer posible mi conversión al amor de Dios que da su vida por nosotros hasta la
muerte. Doy las gracias a B.V. y a Don Juan Antonio Reig-Pla que tienen la valentía de ayudar a las
personas a vivir su vocación esponsal.
Me considero una persona normal pero especialmente sensible, aunque esto me hizo acercarme al
mundo masculino debido a que las relaciones más confidentes y de expresar mis sentimientos me
hacían sentir incómoda. Me resultaba más fácil relacionarme con los chicos, me gustaba el fútbol,
coleccionar cromos de futbol y el mundo de las chicas me parecía un rollo. De los 5 hasta los 7 años
llevé el pelo a lo chico y esto hizo que en el colegio me etiquetaran de chico aunque en aquel momento
no me molestaba, me gustaba debido a mi confusión interior.
Debido a mi personalidad yo sentía que mi madre no me quería porque no era suficiente chica, no me
gustaba ponerme faldas y recuerdo que me sentía pequeña y despreciada ante su mirada. En cambio,
con mi padre todo lo contrario, creé un vínculo demasiado fuerte con él, mientras que con mi madre
era inexistente. Crecí pensando que no era lo suficientemente mujer y que tenía que esforzarme para
serlo. También debido a experiencias sexuales de pequeña crecí pensando que me atraían las chicas y
al tener esa relación tan estrecha con mi padre quería ser como él, al final creía de forma equivocada
que quería ser un chico.
Todas estas heridas y carencias se manifestaron en la adolescencia y comencé a vivir una relación
con una mujer con la que poder sentirme querida ‘como era’.
Sin embargo, a pesar de que ella me daba lo que quería, todo fue a peor y después de 4 años acabé
viviendo todo un año de infierno: no comía, no dormía, me quería morir, tenía ansiedad y no podía
más.
Comencé el proceso de acompañamiento y sanación de heridas hace 4 años debido a esta relación. Yo
ya no quería vivir una relación de ese tipo, pero todo lo que me ofrecía esta sociedad era ese tipo de
relación si sentía PMS (proyección hacia persona de mi mismo sexo). Gracias a empezar el proceso,
que decidí empezar yo misma sin coacción de ningún tipo, empecé a conocerme, conocer los
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
acontecimientos que me hicieron sufrir, he podido salir adelante y descubrir que la PMS no es una
identidad sino una consecuencia de vivencia. Al ir reconciliándome con esas vivencias he podido
equilibrarme psicológicamente y dejar de tener sentimientos PMS.
Quiero hacer constar que elegir este proceso de maduración integral y poder ser acompañada es una
opción tan valida como las demás y que tengo el derecho a vivir y a elegirlo libremente, ninguna ley
debería impedir eso. Eso es lo que defiende el Obispo de Alcalá el COF y BV, la libertad de poder
sanar si quieres ser sanado en tus heridas.
Hoy escribo para defender mi elección de vida. El alcalde de Alcalá ha declarado ‘déjenles vivir
como quieren vivir’ respecto al colectivo LGTBI; por favor déjennos vivir como hemos decidido y
queremos vivir.
Buenas tardes
Yo soy uno de esos hombres (44 años) atendidos por esta persona, en este servicio y sólo puedo dar
gracias por el bien que hace acompañando a personas como yo, que libremente sienten y deciden que
la atracción hacia el mismo sexo no les hace feliz y que, por el contrario, se revela como un síntoma
de inmadurez y trauma.
En un tiempo en el que se reivindica la libertad para ser gay que yo respeto y defiendo, yo reivindico
y exijo tener derecho a contar con un acompañamiento en un camino de maduración personal que me
lleve a superar lastres como el de la atracción por el mismo sexo.
Aprovecho para denunciar la actitud de su periódico que, con respecto a este tema, actúa como lo
haría la peor Inquisición de nuestra historia pasada. Antes de juzgar y sobre todo de publicar,
deberían conocer el testimonio de las personas que, como yo, tan agradecidos les estamos a este
servicio, si de verdad tuvieran el mínimo interés en ofrecer información imparcial.
Pedro
8. J. M., Colombia.
Señores el diario.es:
Por medio de la presente manifiesto mi total inconformidad por la investigación realizada por el
periodista Ángel Villascusa, con relación al acompañamiento y acogida a personas con PMS
(proyección hacia el mismo sexo) en el Obispado de Alcalá de Henares.
No soy víctima: las personas que hemos recibido ayuda a través del Obispado de Alcalá de Henares
y a través de www.esposiblelaesperanza.com libremente hemos optado por ser acompañados en las
heridas que hemos evidenciado en nuestra historia.
Todos los seres humanos cargamos con heridas de relación con otras personas especialmente con los
padres, eso es la PMS (proyección hacia el mismo sexo), una herida más de muchas otras como el
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
maltrato o el alcoholismo. No es una identidad para mí. Con libertad elijo madurar y me acojo a uno
de los derechos humanos.
Catalogar de “homofobia” (igual-fobia) [palabra sin sentido lingüístico] que muchos otros y yo
optemos por una vía diferente a la de aceptar una vida centrada en el vacío existencial, las adicciones
de todo tipo, la autolesión y la búsqueda desesperada de afecto a través del sexo y de lo que no se
cree tener como varón; engendra contradicción.
El hastío e insatisfacción por una vida vacía y llena de dolor es lo que me obligó a pedir ayuda hace 5
años aproximadamente. El proceso antes que hundirme en la depresión y la ansiedad me ha aliviado y
me ha permitido vivir con mayor plenitud y bienestar a nivel sicológico, espiritual y corporal. A nivel
práctico experiencial y testimonial no me ha afectado, al contrario, me ha llenado de importantes
beneficios. Es un derecho optar por madurar integralmente.
Nadie va allí obligado, nadie escribe al contacto de la página web obligado. Lo que empieza por
querer sanar una herida de PMS, termina siendo un camino de maduración integral de los niveles
mencionados. Pareciera que la PMS (proyección hacia el mismo sexo) es un tema netamente sexual
pero no es así toca cada uno de las dimensiones del ser humano, como cualquier otra herida.
Señores eldiario.es ¿Hasta dónde va su respeto por la intimidad de las personas? ¿Hasta dónde va su
ecuanimidad e imparcialidad? ¿A quiénes afectan los procesos de maduración? ¿Lo legal siempre es
lo correcto? Estas dos últimas cuestiones no les interesan a ustedes claramente porque exigen mayor
rigor periodístico, pero si les interesa obedecer a un foco (línea editorial pro-LGTBI), una de las
tantas líneas a las que se venden los medios de comunicación, como periodista su investigación me
genera dudas sobre su rigor editorial.
Animo a Mons. D. Juan Antonio, Obispo de Alcalá, al Centro de Orientación Familiar y a B.V. a
seguir luchando, cuenten con mi oración y con la de muchos otros que vamos caminando juntos. Son
ustedes valientes su rostro nos representa y nos anima a seguir luchando.
Animo también a los obispos de la Iglesia católica española y a nivel mundial a que denunciar la
imposición de la ideología de género, que no se queden callados. No hay una respuesta pastoral clara
de la Iglesia sobre las personas con PMS que queremos sanar y madurar. Muchas personas y yo
tenemos derecho a optar por una vía diferente.
J.M., Colombia
Buenas tardes:
Soy un chico madrileño y tengo 25 años. Les escribo este mensaje en respuesta a la noticia publicada
por su diario este martes, y les escribo para denunciar la situación injusta en que vivimos los chicos
afectados por la proyección hacia el mismo sexo.
Durante muchos años en mi adolescencia he sufrido este infierno: Estar encerrado en una isla sin
esperanza ninguna, destruido por dentro, destruido por estar atado a una condición llamada
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
'Proyección hacia el mismo sexo'. Durante un tiempo estaba detrás de otros chicos pensando que yo
'había nacido así'. Acudí a diferentes psicólogos y ellos me confirmaron esta afirmación. Sin
embargo, ello no me ayudó a ser feliz ni a salir de mi estado depresivo.
Contrariamente, me agonizaron de tal manera que estuve tres intentos de suicidio casi seguidos.
Cuando ya no tenía ninguna esperanza ni ilusión por vivir apareció Dios en mi vida. Sí, eso he dicho:
DIOS. Un Dios de amor que se ha servido de la Iglesia Católica y en concreto de las personas que
acusáis asquerosamente en vuestro diario. Ellos han dado la vida por nosotros literalmente. Yo les
estaré eternamente agradecido, agradecido por haberme acompañado todos estos años en mi
sufrimiento, abriéndome una puerta por la que he renacido de nuevo.
Con ellos he descubierto que mi proyección hacia el mismo sexo no era algo genético ni innato. Todas
esas teorías que muestran diciendo esto son absurdas y están completamente lejos de la verdad y la
realidad. He descubierto que tenía grandes carencias afectivas desde la infancia. He reconocido que
tenía problemas para encajar con los demás chicos y para asumir una identidad masculina realista en
mi adolescencia. Estos y muchos otros factores que ellos mismos os pueden explicar en persona han
sido el motivo de mi 'desorientación sexual'.
La homosexualidad, como equivocadamente han formado este concepto, no es una orientación sexual
alternativa, contrariamente, es una 'desorientación sexual', que comporta un sufrimiento brutal a
todos los que nos hemos mojado en esta lluvia.
Esta noticia y las afirmaciones de tantos políticos y personas a las que verdaderamente no le
importamos en absoluto son unas acusaciones falsas, hipócritas, asquerosamente hipócritas, que
atacan nuestra libertad, nuestros verdaderos deseos de poder ser libres para amar. Estas noticias son
tentáculos de una tiranía ideológica que sólo busca la destrucción de la persona y apartarla de la
verdad del AMOR DE DIOS.
Denuncio con este mensaje esta persecución. Apoyo incondicionalmente a nuestros orientadores, y
reclamo para nosotros la LIBERTAD. Porque no sólo las personas que dicen querer ser
'homosexuales' son libres, sino que nosotros tenemos esa misma libertad para elegir descubrir
quiénes somos realmente.
Pido a TODOS LOS OBISPOS DE LA IGLESIA CATÓLICA que denuncien públicamente la tiranía
diabólica de la ideología de género, que verdaderamente es un auténtico instrumento de las tinieblas,
y que como buenos pastores y profetas levanten la voz por los que no tenemos voz.
Muchas Gracias
Les escribo con motivo de la información que habéis difundido sobre el obispado de Alcalá con
respecto a la acogida y acompañamiento de personas que sentimos atracción hacia el mismo sexo.
Quisiera compartirles lo que ha supuesto la maravilla que ha supuesto para mi vida el poder
encontrarme con esa acogida y acompañamiento, al que como ser humano tengo derecho y no me ha
proporcionado ningún tipo de frustración sino todo lo contrario, de bendición, agradecimiento, paz y
equilibrio interior.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Me llamo Manolo, tengo 50 años y soy de España. Soy el quinto de siete hermanos, de los que somos
seis varones y una hermana la más pequeña. Mi padre es hijo único y mi abuela paterna vivió siempre
con nosotros en casa hasta su muerte. Cuando era niño, yo era muy enfermizo y mi padre tenía
problemas de adicción al alcohol, lo que hacía que fuese agresivo y violento cuando bebía. Ante esa
situación, recuerdo situarme siempre en una actitud de buscar un continuo refugio “bajo las faldas de
mi madre”, y, a su vez, mi madre se volcaba con el niño que le requería un continuo y exigente
cuidado, refugiándose en ello ante la situación tan dramática que se vivía en mi casa.
Recuerdo que cuando tenía seis años, al escribir la Carta a los Reyes Magos en Navidad, mi madre no
puede dejar de expresar su dolor y su sorpresa al leer lo que se decía en la citada carta: “Lo único
que le pido a los Reyes Magos es cariño”. Fui un niño sobreprotegido por mi madre y, a su vez,
menospreciado y rechazado explícitamente por mi padre, ya que yo mostraba ser una persona débil y
pasiva. A mi padre le tenía verdadero pánico y un odio creciente, llegando a desearle la muerte más
de una vez. Odiaba a mi padre, pero, paradójicamente, siempre buscaba sentirme amado por él,
sintiendo una enorme envidia hacia mis hermanos que encarnaban y asumían los roles de hijos que mi
padre deseaba y que le edificaban.
Tal y como he podido analizar posteriormente gracias, por una parte, al contacto con la Palabra de
Dios y los sacramentos, y, por otra, al itinerario de maduración integral, de forma totalmente
complementaria,
Recuerdo ser siempre el niño que toda madre quisiera tener, y, mi madre, en su ignorancia y su muy
buena voluntad se enorgullecía de ello. Era educado, complaciente, estudioso; estaba siempre en
casa; saludaba a todo el mundo; era un niño bueno. Todo con el fin de sentirme amado, de sentir que
era alguien. A los 12 años tomo conciencia de que me atraen los demás chicos y comienzo a mendigar
sexo a compañeros de forma totalmente desordenada. Buscaba sentirme querido y abrazado por un
compañero, por un chico, mucho más que el mero placer sexual. En el fondo, buscaba el afecto que mi
padre nunca tuvo la capacidad de proporcionarme.
Este hecho era algo que contrastaba y que destruía en mí el concepto del niño bueno que me daba
tanta seguridad y que me daba carta de ciudadanía en mi vida cotidiana. Era algo que no soportaba.
Veía mi atroz egoísmo y el fariseísmo e hipocresía en el que mi vida se iba introduciendo en mi
adolescencia. Tenía la idea de que para que me quisieran, incluso Dios (recuerdo las charlas que nos
daba mi abuela en las que nos decía con la zapatilla en la mano: “Los niños buenos van al cielo y los
niños malos van al infierno”), por lo que mis caídas constantes me destruían. No lo soportaba. Me
autodespreciaba y autoaborrecía, llegando a tener unos terribles escrúpulos. Me salvará escuchar
que DIOS ME AMA COMO SOY, QUE NO SE ESCANDALIZA DE MÍ, QUE HA DADO SU VIDA
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
POR MÍ. Pero en mi neurosis, utilizo a Dios para dar culto a mi egolatría, prosiguiendo en mi vida
farisaica al tener muchos años de vida en continencia, pero sin creer en el amor gratuito del Señor.
Sólo con el tiempo podré llegar a creer y experimentar que Dios me ama gratuitamente. De la misma
forma que pensaba que tenía que dar la talla ante mi padre, pensaba que tenía que dar la talla ante
Dios.
Al llegar a la universidad sufro una fuerte dependencia emocional con un amigo de la facultad en que
estudiaba, con caídas en masturbación compulsiva y una verdadera esclavitud y un infierno. Veo la
película “Atracción fatal”, con Michael Douglas y Glenn Close, y me siento totalmente identificado
con la protagonista, llegando a pensar que era una especie de psicópata. La amistad se estropea
debido a mi ahogo y asfixia egocéntrica hacia su persona.
Quiero expresarles que no es cierto que el sufrimiento que padecía sea consecuencia de la
denominada “Homofobia social” sino que mi mayor sufrimiento era producido al sentirme como una
especie de “vampiro” que necesitaba satisfacer mi carencia afectiva de forma totalmente
desordenada. No quería eso para mi vida ni lo quiero. Mi objetivo al hacer el itinerario de
maduración integral no era ni es el llegar a ser heterosexual sino sanar las heridas que me hicieron
presa de un absoluto egocentrismo, del pánico a vivir, a crecer, porque crecer lleva implícito el morir,
el dejar la infancia atrás. Quisiera saber qué tiene eso de nocivo cuando para mí ha sido totalmente
lo contrario. ¿Hay personas que son felices en el mundo gay? Puedo afirmar con rotundidad que yo
soy feliz fuera de él y tengo derecho como español del siglo XXI a elegir lo que objetivamente creo
mejor para mi vida.
¿Por qué es plausible y laudable la opción que hace una persona de vivir en el mundo gay, de asumir
el género gay y sin embargo es condenable que una persona que siente atracción hacia el mismo sexo
desee sanar sus heridas internas y vivir al margen del mundo gay? ¿Por qué los que van abanderando
las ideas de libertad y tolerancia responden con actitudes totalmente opuestas a lo que exigen y a lo
que abanderan, con verdadero odio hacia las personas que no piensan como ellos? ¿Por qué se
impone un totalitarismo o dictadura con respecto a este tema cuando lo que abanderan es un
verdadero relativismo con el que se proponen una cantidad de géneros en los que las personas deben
ver con cuál concuerdan, con excepción de las personas que sentimos atracción hacia el propio sexo
que no nos identificamos como gays, a los que se nos quiere impedir pensar, opinar, vivir, de forma
diferente a lo que nos impone esa dictadura de lo políticamente correcto?
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
víctimas; quienes presumen y exigen tolerancia y, tristemente, llevan a cabo una actitud tan
intolerante como la que se sufrió en el pasado. Exigen libertad, pero no respetan ni quieren libertad
para todos.
No me arrepiento de haber realizado el itinerario de maduración integral. Antes bien, me alegro y doy
gracias a Dios por ello. Me produce tristeza, vuelvo a repetir, la intolerancia y la dictadura de
pensamiento único que se impone desde el mundo gay. Expreso mi solidaridad y gran agradecimiento
tanto al Señor Obispo de Alcalá, Monseñor Reig-Plá, como al COF de Alcalá, así como a B.V.
Muchas gracias.
respondo a su solicitud de testimonios a la dirección que escriben al final de la noticia “El Obispado
de Alcalá celebra cursos ilegales…”. Así como piden testimonios de personas que se han visto
perjudicadas por la denuncia que presentan pido que se me permita expresar libremente un testimonio
contrario a lo que allí se denuncia, ya que lo que les voy a escribir se trata a fin de cuentas de mi
propia vida. Autorizo al Diario y a otros periódicos de España y del mundo de publicar esta carta.
Soy un joven de 32 años, colombiano. He vivido en España y otros países de Europa. Realicé el
Itinerario de Maduración Integral de la masculinidad desde mis 20 años. A diferencia de usted señor
periodista que se presentó en el Centro de Orientación Familiar para investigar esta denuncia que
hace, yo escribí a Es posible la esperanza (Como dice usted que lo hizo en su artículo) para pedir
ayuda entorno a lo que a mis 20 años consideraba una condición innata en mí: la homosexualidad.
Gracias al Itinerario que realicé en 3 años y al acompañamiento que me ofrecieron pude comprender
la verdad de las causas de la atracción por el mismo sexo (PMS) y por tanto iniciar libremente un
camino de sanación y maduración de mi masculinidad. Pude identificar las heridas que arrastraba
desde mi infancia y que se manifestaron en la PMS.
Fui acompañado por un orientador que desde su profesión como orientador familiar en antropología
adecuada no me confundió, sino que me ayudó a sanar las heridas con mi familia, en mi relación con
los demás, en mi identidad masculina. Vislumbro formar una familia en un futuro muy próximo si es
la vocación para mi vida, y sino ya puedo decir que encontré mi vocación, que no es más que la de
una vida que desde mi herida podré ayudar a otras personas, de hecho, ya es así y hasta el día de hoy
no he encontrado mayor felicidad que esa. Siempre he tenido la libertad de irme. Sin embargo, me
quedé porque debía elegir siendo responsable por mí. Ahora doy testimonio de lo que usted mismo
denuncia en su artículo: es necesario llevar esta verdad a todos los adolescentes, jóvenes y adultos
del mundo. Ninguna ley nacional por muy severa que sea podrá acallar esto.
Simplemente le pido que se respete el derecho de las personas a sanar las heridas de atracción por el
mismo sexo. Doy fe que es posible. Pido para que todas las Iglesias de otras partes de España y del
mundo tengan la valentía de anunciar la verdad, como lo ha hecho el COF y el Obispo de Alcalá de
Henares.
Cordial saludo
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Muy buenos días. Mi nombre es Gustavo, soy de Chile y tengo 33 años. Junto con saludar, escribo
para comentar mi experiencia con respecto a mi participación en el Itinerario de Maduración Integral
(el que está significativamente lejos de ser un simple "curso") del que se ha criticado fuertemente en
un artículo recientemente publicado. Considero que solo quienes hemos pasado por esto y hemos
gozado del apoyo que necesitábamos tenemos la autoridad de opinar sobre las ventajas que trae
consigo una instancia como esta.
Primero que nada, he experimentado atracción por el mismo sexo (PMS) desde los doce años de edad,
circunstancia que me ha traído mucho tormento y soledad puesto que jamás se me ha pasado por la
mente y sobre todo por mis propios principios y sentimientos el hecho de aceptar dicha tendencia.
Además, todo mi entorno siempre trataba de que yo finalmente cediera y me identificara con una
tendencia que no consideraba como parte de mi identidad. Por años busqué apoyo, sin resultados,
sintiéndome totalmente solo, devastado y avergonzado hasta que finalmente encontré lo que buscaba
en el itinerario de Es Posible la Esperanza, en donde me acogieron y proporcionaron una guía para
entender lo que me ocurría.
Ya han pasado más de ocho años desde entonces, en los cuales jamás me había sentido mejor en todo
sentido, desde sentirme un hombre en lugar de un niño, salir de mí mismo para ayudar a otros hasta
sentir atracción sexual por el sexo opuesto (si, fue posible para mí luego de atender mis necesidades
emocionales). Lo más importante es que en este grupo he encontrado no solo amigos sino hermanos,
he entendido muchas cosas y sobre todo he encontrado a Dios. En conclusión, no me queda más que
agradecer a quienes forman parte de esta maravillosa obra, que ha seguido adelante a pesar de la
adversidad imperante.
Pienso que si hay quienes desean vivir de acuerdo a sus sentimientos de atracción hacia personas del
mismo sexo, está muy bien, merecen ser totalmente respetados en su decisión; sin embargo, estamos
quienes buscamos una alternativa para sentirnos mejor con nosotros mismos y lamentablemente,
nuestra sociedad no está dando respuesta a esta necesidad tachándola con términos peyorativos y
forzando a quienes deseen ayudar a hacerlo desde la clandestinidad. Estas no son las bases de una
sociedad que se diga democrática sino de una dictadura represiva, lamentablemente. ¿qué pasa con
nuestros derechos, entonces? ¿a quién le importamos? El apoyo proporcionado a las personas debe
ofrecer ambas opciones, tanto para quienes busquen el cambio como para quienes deseen vivir el
estilo de vida homosexual. Por ello, quiero manifestar mi incondicional apoyo a Monseñor D. Juan
Antonio, Obispo de Alcalá, al COF y a B.V, quienes están sufriendo injustamente las consecuencias
de la desinformación solo por el hecho de hacer lo éticamente correcto y atender un requerimiento
social del que nadie más se hace cargo por razones netamente políticas. En otras palabras, las leyes
pasaron a ser más importantes que las personas.
Por último, quisiera añadir que, en mi opinión, cuando se desee exponer alguna realidad que se
desconozca (en el ámbito que sea), la información que se recopile JAMÁS estará completa si no se
considera al menos un punto de vista distinto del propio. De lo contrario, el resultado final estaría
totalmente sesgado y solo contribuiría a la desinformación.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Señores ElDiario.es:
Les comparto estas líneas expresando mi apoyo a Mons. D. Juan Antonio, Obispo de Alcalá, al C.O.F.
y a B. V. ante las acusaciones que se realizan en su contra por colaborar con el acompañamiento de
personas que buscan sanar heridas.
Más que dar argumentos vacíos y meramente teóricos, considero preciso comentarles brevemente mi
testimonio.
Desde que tengo uso de razón, he experimentado PMS (Proyección en el Mismo Sexo) y aunque yo
estaba seguro que todo en mi vida era bueno, pues contaba con buenas calificaciones en el colegio,
tenía personas que me rodeaban, no había problemas en mi vida, además estaba convencido de que
era feliz: por mi extroversión, mi vida social rica, mi familia y mis aptitudes; siempre existió en mí la
conciencia de saber que no todo podía quedarse ahí. A pesar de que la sociedad me bombardeaba
diciéndome que lo que sentía estaba bien y que debía aceptarme, mi corazón, mi mente y mi cuerpo
me gritaban que no podía ser así.
Durante noches lloraba sin saber por qué y a pesar de estar rodeado de muchas personas, seguía
sintiéndome solo. Un día deseando dejar de sufrir por luchar contra lo que estaba sintiendo, decidí
hacerle caso a quienes me decían que mis sentimientos por otros chicos eran normales, pero contrario
a hacerme libre, lo que hice fue sentirme preso y sin escapatoria, encarcelado y etiquetado para vivir
de un modo que en nada correspondía a lo que yo de verdad soy. Cada día era como si un bisturí
fuese cortándome por dentro sin parar, pero sin que yo supiera donde estaba localizado ni cómo
sacarlo.
Busqué ayuda en distintos lugares de manera infructuosa y así me mantuve hasta que desde Panamá
encontré acompañamiento en la sanación de heridas que lejos de decirme que intentara ser alguien
que no soy, me acogió y me presentó la posibilidad de mejorar, de madurar, de crecer como hombre y
poder llegar a ser feliz.
Desde que comencé a trabajar en madurar integralmente mi personalidad, en busca y con la ayuda de
una vida de comunión y solidaridad, mi manera de vivir y de experimentar el mundo ha cambiado
exponencialmente. Luego de un periodo largo y lleno de retos personales, caminando paso a paso, he
podido aprender que soy valioso como hombre y comprender que aquel bisturí que me desgarraba
por dentro eran la suma de muchas heridas de mi pasado que se encontraban a nivel inconsciente y se
manifestaban por medio de la PMS; también comprendí que estas heridas debían ser trabajadas y
puestas en manos de Dios para ser sanadas.
Quizá en un principio llegué para dejar de tener PMS, pero me encontré con más… con mucho más
de lo que nunca me habría imaginado tener y experimentar. El camino ha estado lleno de obstáculos y
he pasado por momentos de intenso sufrimiento, pero ese dolor no lo produjo el proceso, sino que
siempre estuvo ahí latente, haciendo daño desde los pequeños detalles y de manera muy sutil y al
dejarlo salir, naturalmente duele, pero es un dolor parecido al que se tiene cuando uno vomita luego
de tener una indigestión: se sufre, pero se sabe que con el dolor también se va el malestar.
Nada en la vida me ha llenado tanto como en tener un horizonte, un objetivo que es madurar lo más
que pueda madurar para dar lo mejor de mí a mis hermanos, a mi sociedad, a cada persona y así, al
mundo entero.
Al igual que yo lo viví, estoy seguro que existen muchas personas en el mundo entero cuyos corazones
están heridos y sedientos de amor, deseosos de sanar, de que se les acoja y acompañe, y no estoy ni
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
estaré de acuerdo con que se mutile el derecho libre y responsable de los ciudadanos de optar por la
sanación de las heridas que se manifiestan como PMS, de realizar un itinerario de maduración
integral para ser la mejor versión de ellos mismos que puedan ser. ¿No es acaso esto lo que debe
buscar el hombre: ser lo mejor que se pueda llegar a ser? Este no debe ser un privilegio de algunos,
sino un deber de todos para con nosotros, para con el mundo y para con las futuras generaciones,
pero se está prohibiendo y penando severamente a aquellos que desean decidirse por una opción
diferente y, peor aún, a aquellos que ayudan a quienes desean sanar heridas.
Invito y ruego a todos los obispos del mundo, de la Iglesia Católica que promuevan una formación-
maduración integral de la persona y que brinden acompañamiento a las personas con PMS que
quieran sanar y madurar, porque este acompañamiento es necesario y ustedes pueden ayudar a
promoverlo. Que no tengan miedo de luchar en favor del Camino de la Verdad y de la Vida. No
pierdan la Esperanza, denuncien las injusticias y anuncien el Amor de Dios.
También invito a todo el que este leyendo, a que se detenga y piense por un momento si lo que está
haciendo va en favor de la vida y de la verdadera libertad del ser humano. Todos deseamos un mundo
de paz, libertad y buenos valores. No sea usted quien siembre la semilla de la discordia, de la guerra
y el dolor.
Mi nombre es Enrique. He participado junto con otras personas en esa formación, y mi historia es la
siguiente:
Nací en un pueblo cercano a una capital de una provincia de España. Mis hermanos y yo nos hemos
criado, bajo mi punto de vista, en un ambiente bastante sano, lejos de las drogas, de la delincuencia
menor, etc. Fuimos al colegio, acabamos bachillerato y cada uno hizo su carrera. Ahora somos todos
profesionales que nos ganamos la vida con nuestro trabajo. Sin nada diferente a cualquier otro
ciudadano.
Mis padres hicieron una potente labor educativa para que criarnos creciendo en virtudes y
madurando como personas. Mi padre trabajaba en el campo y nosotros le hemos ido echando una
mano desde pequeños para ayudar a la familia a salir adelante. En casa, todos, repito TODOS,
ayudábamos. Hacíamos turnos para limpiar los platos tras las comidas, teníamos encargos que sacar
adelante, hacíamos nuestra cama, ordenábamos nuestra ropa y limpiábamos nuestro cuarto. Y el fin
de semana, ayudábamos a mi padre. Todo genial. Todo extraordinariamente ordinario. Y entre los
encargos, nuestras tareas escolares y nuestros grupos de amigos fuimos creciendo. Ahora somos una
familia normal, que se lleva bien. Cada uno tiene sus virtudes y nos queremos. Cada uno tiene sus
defectos… y nos queremos.
Los hermanos somos totalmente diferentes: uno muy introvertido, otra muy sociable, otra muy
nerviosa y yo, que soy bastante tranquilo.
Hasta aquí todo bien. Pero en mi caso particular, yo no conecté con mi padre. Quizá fuese porque
éramos demasiado iguales, o no. No lo sé. Pero el caso es que soy consciente de entre nosotros
siempre hubo una falta de conexión. Yo siempre le tuve demasiada distancia, no conseguí acercarme.
Ha sido un padre absolutamente genial, pero por el motivo que sea, no llegamos a conectar. Y eso me
dejó huella.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Desde el principio percibí esa falta de conexión entre nosotros. Me he criado sano, soy deportista, me
gusta competir en una amplia gama de disciplinas deportivas, me gusta mi trabajo, disfruto de él y me
estimula seguir aprendiendo.
Soy hombre, lo sé. No necesito que nadie me digo lo que soy. Lo sé. Y sin embargo, percibo en mí, al
mismo tiempo, una atracción por otros hombres que, sencillamente, no me gusta. No quiero tenerla. Y
nadie puede, en base a ninguna ley prohibirme querer lo que quiero o no querer lo que no quiero.
Esa atracción se podría describir como un “¿cómo sería ser como ese hombre?”, “¿ser así de
atractivo?”, “¿Cómo es posible que viva de un modo tan natural teniendo el cuerpo que tiene, con las
cualidades que tiene?”, “¿¡Cómo es posible que lleve con tanta naturalidad tener esos genitales!?”.
El proceso impulsivo que sigue a continuación es sencillamente un afán de poseerlo, de hacerlo mío.
Si se analiza un poco esas sensaciones, se percibe que lo que ahí se siente no es amor, ni muchísimo
menos. Es una mezcla de asombro, de admiración, de idealización, de afán posesivo, de falta de
racionalidad, etc.
En las lecturas y material que he podido ir trabajando (¡¡¡De manera casi clandestina, porque hoy
día NOS PERSEGUÍS!!!!!), he aprendido la diferencia entre sentir y consentir. Entre atracción y
proyección. Porque no soy homosexual. Tengo esa tendencia que me hace proyectar en el “otro”, la
masculinidad que, inconscientemente, he asumido que yo no tengo. Y me lleva a interpretarlo como
una atracción compulsiva de “hombres”. Eso no es amor.
En el amor, uno está dispuesto a querer a la otra persona más que a sí mismo. Y no es eso lo que yo
siento con los hombres.
En el amor hay abnegación, entrega, olvido de uno para hacer del otro el centro de mi vida. Y no es
eso lo que yo siento con los hombres. Yo siento angustia y ansiedad porque no consigo poseer al otro.
No me entrego, sino pretendo servirme de él para obtener una recompensa emocional pasajera.
En el amor, se busca la exclusividad y la estabilidad. Y no es eso lo que yo siento con los hombres. Yo
busco un perfil concreto de varón y con ese perfil me monto en la imaginación todas las barbaridades
que le haría y que me dejaría hacer por cualquiera que cumpla ese perfil. ¡PERO ESO NO ES
AMOR!
Y, así como de modo pasional mi afectividad busca llenar el vacío que se creó entre mi padre y yo con
esas personas a base de desenfreno, mi corazón busca y aspira a un amor de verdad. A saberme
querido y a querer, pero de verdad.
Eso generó una frustración entre lo que sentía y lo que realmente quería. Cuando comencé a
formarme, a leer y a hablar con otras personas que realizan este mismo proceso de maduración de la
afectividad, iba encontrando las palabras que antes no tenía, para nombrar los sufrimientos que
padecía. Iba abriendo lo que en mí había sido algo oculto, para aprender a compartirlo con otras
personas que sufren del mismo modo en un entorno de confianza y cariño sincero. Comencé a liberar
toda esa presión que tenía dentro. Comencé a conocerme de verdad y a crecer personalmente. Estaba
bloqueado. Pensaba que era una situación de frustración que duraría toda la vida. Investigué en la
vida gay y vi que esa no era ¡ni de broma! La vida que yo quería llevar.
Ahora, sigo en la lucha, pero tengo paz. Tengo esperanza. Las cosas están cambiando al mirarme
desde los ojos correctos. Por eso, no puedo entender que alguien me prohíba acceder a esta paz.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Esa ley que me prohíbe encontrar el apoyo que necesitaba, es una ley injusta. Me prohíbe hacer cosas
-¡personales e íntimas!- ¡en las que nadie debería entrar! ¡¡Yo puedo hablar con quien quiera, de lo
que quiera!! Y lucharé para que la ley respete eso.
Estoy francamente agradecido a todas las personas que me han ayudado, que me ayudan y que me
ayudarán. Gracias de corazón, me habéis dado algo de incalculable valor: paz y alegría.
FDO: Enrique
Estimados,
Mi nombre es Andrés. De momento utilizo este e-mail anónimo, pero si os interesara contactar
conmigo en persona, podéis hacerlo sin ningún problema. Quiero contaros lo que ha sido mi paso por
el itinerario que ofrece el Obispado de Alcalá para acompañar a personas que sienten atracción al
mismo sexo no deseada.
Hoy tengo 41 años, hace más de 6 que solicité ayuda a esta pastoral de la Iglesia y, al igual que
vosotros, también trabajo en los medios de comunicación, por eso entiendo bien el valor informativo
de vuestro reportaje (felicidades a Villaescusa).
Comprendo las conclusiones y titulares que deducís de las palabras de B.V. pero hay un matiz que
habéis convertido en eje central que os prometo no es ni riguroso ni veraz, ni lo dice B.V., ni es así; se
trata de la idea de curar la homosexualidad, el itinerario no va de eso. Os cuento mi historia por si
puede servir para aportar verdad al caso.
La otra salida del armario que decidí coger libremente. Mi el caso y el de todos los que vamos allí
En 93 decidí salí del armario en mi entorno rural. Tenía 16 años, mi familia y amigos asumieron mi
identidad gay, me acogieron, respetaron y apoyaron. Tuve un novio 12 años y disfruté de todos los
alicientes de un estilo de vida abiertamente homosexual. El caso es que tras 18 años viviendo la vida
gay, el 2 de marzo de 2012 llegué a la conclusión (sin la mediación de nadie) de que mi atracción al
mismo sexo (la mía, ojo, solo la mía) nunca me llevó a la plenitud afectivo-sexual que tanto ansiaba.
Entendí además que mis deseos homosexuales estaban relacionados con una serie de traumas que viví
en mi infancia. A partir de ahí, y todavía viviendo con X - el que fue mi pareja más de una década -
dejé de identificarme como gay. Fue entonces cuando decidí buscar a gente que hubiera llegado a las
mismas conclusiones que yo. Y después me encontré con el Obispado de Alcalá.
Tanto antes como ahora, no me supone el menor problema admitir que me atraen los hombres, pero
lo que inicialmente me parecía una identidad buena, hoy me parece un problema del que prefiero
estar cuanto más lejos, mejor.
Esta idea que tantos rasgados de vestiduras genera actualmente, es la que nos mueve libremente a
todos los que vamos allí. Puede gustar o no gustar, podemos estar confundidos a acertados, pero
SOMOS libres de pensar lo que nos dé la gana de nosotros mismos. Y con la misma libertad con la
que viví mi identidad gay, hoy la rechazo porque creo que no me hace bien.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Si en el 93 pedí tolerancia para que aceptaran a una minoría, hoy pido lo mismo. Dentro del colectivo
de personas que sentimos atracción al mismo sexo, hay otra minoría: los que aceptando nuestras
atracciones homosexuales, decidimos no vivir conforme a ellas. Entiendo pues que, con la misma
libertad con que un hombre decide transformarse hoy en día en mujer, yo debería tener el mismo
derecho a buscar la ayuda y los apoyos que considere oportunos para sanar las profundas heridas
que arrastro desde la infancia y tratar de renunciar o minimizar mis deseos homosexuales, aunque
persistan toda la vida.
Mi experiencia en EPE
Una de las ideas más potentes que aprendí en "Es Posible la Esperanza" es el hecho de que no se
trata de acabar con los deseos homosexuales, sino de renunciar a ellos y de darles un sentido. Lo
curioso es que esa premisa me ha llevado a vivir los años más felices de mi vida. Para cualquier
profano en la materia, la castidad puede sonar a cachondeo o tortura... pero para mí ha sido todo lo
contrario, para mi ha significado libertad, capacidad para llevar las riendas de mi vida, capacidad
para amar más a los demás y sobre todo "sentido existencial".
Creo por lo que he visto que esto es lo que obtenemos todos del itinerario. Habría estado bien, en pro
del rigor y la veracidad informativa, que nos hubierais preguntado a muchos de los que hemos pasado
por allí, estoy seguro de que habríais recabado muchos testimonios en esta línea.
Aprovecho este e-mail para mostrar mi solidaridad y apoyo a Monseñor Reig Pla, Obispo de Alcalá,
al COF de Alcalá y a B.V. Aprovecho también para pedir a la Iglesia Católica que salga en defensa
de su doctrina y que no se achante ante las amenazas totalitarias del lobby LGTB.
Un saludo, Andrés
Buenos días:
Soy una de las personas a las que se acompaña en el COF de Alcalá de Henares, referido en su
noticia del día de hoy ( https://www.eldiario.es/sociedad/obispado-Alcala-clandestinos-ilegales-
homosexuales_0_884012302.html) como autor de cursos "ilegales y clandestinos" etc. Tengo 35 años
y soy de España.
Leo con consternación que se empeñan ustedes en sembrar la mentira, la duda y la discordia (entre
otros, el detalle de que en la conversación grabada no se mencione qué dice el periodista resulta muy
revelador).
La Proyección por el Mismo Sexo y todo lo manifestado por B.V. en relación con ella es lisa y
llanamente CIERTO. Y lo sé de primera mano, porque se ajusta exactamente a mi caso concreto.
Antes de que me comenzaran a ayudar en el COF, mi vida se reducía a la perspectiva de vivir
encerrado dentro de mí y solo (y cómo dolía vivir así), anhelando que algún hombre mejor que yo se
dignara quererme y mirarme, verme de VERDAD. No comprendía por qué me había tocado a mí, pero
así era. Yo no quería la vida gay. Todo lo que he visto sobre ella es sórdido y falso, lleno de mentiras
y de dolor. TODO.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
La crueldad a la que se condena a quienes queremos salir de ese infierno, si no se nos ayuda, es
increíble. Es diabólica. Y ustedes son cómplices.
Y lo más curioso de todo es QUE A MÍ NADIE ME HA OBLIGADO. Ni una sola vez. Nadie. Ni mis
padres, ni mis hermanos, ni mis amigos ni B.V., ni el Obispo. Nadie. Lo he hecho PORQUE HE
QUERIDO YO. Cuando hablan de la "homofobia interiorizada" es una solemne CALUMNIA. ¿Qué
homofobia, si cuando "sales del armario" resulta que pasas a ser el héroe intocable, y te prometen
éxito, amor y sexo a tope? (la realidad es otra, claro, pero eso no te lo dicen. Ya lo descubres tú
después).
No existe ninguna ley que pueda impedirme madurar y crecer como persona. Pueden intentarlo,
claro, y de hecho vamos por ese camino. Pero es como ponerle puertas al campo. Y ustedes lo saben,
y saben que por mucho que lo intenten, no lo van a conseguir. Pero no se trata de la verdad sino de
tener más visitas, ¿verdad?
Monseñor Reig Plá y todo el equipo de personas que trabajan en el COF y el Obispado (y,
específicamente, B.V.) son unos VALIENTES y me causan PROFUNDA ADMIRACIÓN Y
RESPETO por arriesgarlo todo por ayudarme a mí, y ayudar a todas las personas, hombres y
mujeres, que como yo no QUIEREN, NO QUEREMOS, conformarnos con la "verdad oficial" de que
la vida gay es estupenda y maravillosa.
LA VIDA GAY ES UNA MENTIRA COMO LA COPA DE UN PINO. Y el que diga lo contrario, o
no ha estado allí, o miente para preservar la tiranía del pensamiento único.
Por supuesto, sé que no van a contestar y naturalmente esto no lo publicarán. Pero da igual. La
verdad se abre camino, incluso a pesar de ustedes.
Buenos días,
esta mañana me levanté con la noticia en su diario sobre la actividad que llevan a cabo en el
obispado de Alcalá de Henares. Al final de la misma aparece la frase de "si has sido víctima de una
estas terapias y quieres contar tu caso, puedes escribir". Como dicen, creo que solo les interesan los
testimonios de víctimas o personas que confirmen sus sospechas para reforzar sus tesis, y que los que
escribamos con otra opinión no les serviremos para cebar vuestras injurias, y por lo tanto no
apareceremos en ningún lugar. No obstante, me siento en la obligación moral de contar algún trocito
de mi vida con el fin de esclarecer (aunque sea solamente para usted que me lee), lo que para muchos
significan las personas que nos acompañan, llámese D. Juan Antonio Reig Plá o las muchas personas
que entienden de verdad nuestras heridas y nuestros anhelos de felicidad.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
De profesión soy psicólogo, terapeuta infantil y juvenil, y doctor en educación. Por tanto, creo que
puedo saber una pizca de lo que hablo, pese a que no seamos los que más ruido hacemos para
imponer nada a nadie.
Mi experiencia personal, además de profesional, tiene que ver con una realidad de chicos y chicas
que sufren unas heridas afectivas que a ninguno de ustedes parece importarles. Tanto es así que
aquellos que lloran todos los días por no saber reconocer y gestionar su identidad como hombres o
mujeres, creados para amar y ser amados, para ustedes son reprimidos sexuales o víctimas de una
sociedad que no les acepta como son. Distintos países supuestamente más avanzados y "tolerantes"
han demostrado de sobra que no es así, y que, por ejemplo, las tasas de suicidio en este colectivo no
se reducen. Pero mi pregunta es, ¿cómo son? ¿cómo ustedes quieren? ¿cómo sienten ellos? ¿las
atracciones nos definen? ¿nuestros impulsos sean sexuales o no crean por sí mismos una identidad?
La psicología y psiquiatría actuales podrían explicar muy bien cada una de estas preguntas. Y digo de
hoy porque es así, no son estudios ni investigaciones de antepasados nuestros ni de ninguna otra
época. Claro que ni siquiera los psiquiatras nos interesan cuando dicen algo que contradice nuestro
pensamiento, por más racional que les parezca. Estoy cansado de argumentos totalitarios, sectarios y
propios de una dictadura de pensamiento.
He vivido en mis propias carnes la frustración de no saber relacionarme con normalidad con los
chicos desde mi niñez temprana, he sufrido las consecuencias de parecer femenino cuando jugaba con
las chicas, de fantasear con la vida que me gustaría tener sintiéndome el hombre que mi corazón
siempre ha ansiado ser. Claro que ser más hombre o más mujer no tiene que ver con esto que cuento
si entendemos el sexo de una persona como cualquier cosa, pero la verdad que rige nuestro ser
persona y por lo que nos descubrimos colmados en nuestro existir, con un sentido total, es aquella
verdad que descubrimos cuando "somos capaces de amar y complementarnos como lo que somos
(hombres o mujeres) con alguien que es biológica y existencialmente distinto".
Y todo lo demás, disculpen, son parches o emotivismos en los que podemos caer e incluso vivir toda
una vida. Amar es una capacidad que se expresa a través de una personalidad madura, sin
dependencias, con libertad, etc. Y cuando esto no ocurre, el amor busca en el fondo que la otra
persona sea la medicina, o la tirita para las heridas de soledad, o la búsqueda de placer que no calma
nuestra sed nunca. Y estas razones podrían explicar algunas de las causas del fracaso amoroso y de
la búsqueda incesante y a toda costa de alguien que nos colme esa necesidad, con más u más parejas,
dejando todas ellas unos sentimientos de frustración enormes.
El verdadero amor no interesa a nadie, no genera dinero ni enriquece más que los corazones. No
llena los bolsillos de las industrias del sexo y de la pornografía, de las drogas o del abuso en general.
A todos estos no les interesan nuestras lágrimas, les interesa hacernos ver que lloramos porque no
somos lo que queremos ser, que somos incomprendidos, que el sexo y el placer nos harán por fin
libres. Y el sufrimiento sigue ahí, y va a más.
Ninguna ley puede impedir que las personas pidan ayuda por sus lágrimas sabiendo que hay personas
que no les van a hablar de ideas que no hacen más que probar y no tienen ningún efecto, salvo más
desesperación. Pese a quien pese, todavía hay personas que quieren, sin ningún otro interés,
enjugarlas, escucharlas y apoyarlas. Es una elección personal, que respeta a todos, incluidos los que
no la buscan.
Yo puedo decir alto y claro, y nadie me podrá jamás engañar, que mi vida está siendo renovada y mi
corazón está descubriendo a través de la sanación de mis heridas (de una niñez hipersexualizada y
con experiencias fuertes en este sentido, de una autoestima inadecuada, y una sensibilidad mal
encauzada), que los sentimientos de PMS (Proyección hacia el Mismo Sexo), la búsqueda incesante
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Estoy seguro de que muchas de las personas con PMS van a sentirse identificadas, y aunque lo vivan
de una forma activa, descubrirán verdades en mis palabras. No sé qué pasaría si me infiltrase en un
bar de "ambiente gay" y descubriera la oscuridad e insatisfacción en las vidas de todos los que allí se
encuentren. Déjenme hablarles con un pequeño ejemplo que podría observar: la agonía que se vive
cuando estas personas dejan de ser jóvenes y guapos, y pasan la barrera de los 50-60, que ya no
interesan como mercancía sexual y son apartados con asco de los juegos por los que era invitado VIP
unos años atrás. Estos están en las barras alcoholizados esperando a alguien que les quiera. Y así
podría encontrarme a muchos que se enriquecen con las lágrimas y heridas de los demás.
Quiero mostrar desde aquí mi solidaridad y abrazo a quienes hacen posible que vidas como la mía
adquieran sentido pleno y felicidad, a Mons. Juan Antonio, obispo de Alcalá, y a las personas que,
con él, o de forma independiente, puedan dedicar tiempo a esta necesaria tarea.
Pido a todos los obispos de la Iglesia que se unan a la denuncia de esta tiranía.
Desde hace un tiempo me siento enormemente afortunado por haber recibido esta invitación, libre y
gratuita, al CAMBIO para salir de la mediocridad en la que me encontraba prisionero y ser
realmente un HOMBRE LIBRE.
Esta invitación no fue impuesta ni forzada por nada ni nadie, simplemente fue un encuentro entre dos
personas normales, sencillas, con familia, trabajo, estudios… y, por supuesto, con heridas.
La identificación de tus propias heridas con las de la persona que tienes al lado, es la chispa que
enciende este deseo de sanar dichas heridas y poder ayudar a otros a sanar las suyas. COMUNIÓN y
SOLIDARIDAD.
De ahí surgió este acompañamiento, que yo acepté libre y responsablemente, hacia la maduración
integral de mi personalidad como hombre varón. Cosa que ninguna ley puede impedirme.
Llega un momento en el que empiezas a elegir los estudios, las amistades, el trabajo, la familia… Ahí
es donde yo me desplomé y creía que se acababa mi vida. Todos los pilares en los que me
fundamentaba empezaron a temblar y a derrumbarse, aflorando la vergüenza, la no auto aceptación,
la culpa, la confusión, la inseguridad, los complejos, el autoengaño, la envidia, la desconfianza, el
desprecio, la evasión, la adicción, la proyección, la dependencia… No tenía nada claro, no sabía
quién era, hacia donde iba, con quien iba, que tenía que hacer… y lo que recibía de mí alrededor no
me ayudaba en absoluto, más bien me confundía aún más.
Me encontraba perdido y empecé a dar tumbos por diferentes carreras universitarias y módulos de
formación profesional, empezaba una y al año o antes la dejaba y empezaba otra, mis amigos seguían
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con sus vidas y yo me quedaba atrás, la relación que empezaba con alguna chica no funcionaba y
acababa rápido, emprendía pequeñas metas y no las alcanzaba… en definitiva, estaba estancado y mi
cabeza empezaba a dar vueltas buscando la solución a todo esto: ¿será que no sirvo para nada?,
¿seré un inútil y por eso no tengo amigos?, ¿será por eso por lo que las chicas pasan de mí?, ¿será
que me he equivocado en mis decisiones?, ¿será que he cogido el camino opuesto?...
Busqué y recibí ayuda profesional de psicólogos y psiquiatras, pero todas esas preguntas daban
vueltas en mi cabeza y me generaban un agotamiento del que necesitaba escapar, y lo hacía mediante
la comida compulsiva, el consumo de pornografía, la masturbación y la proyección hacia los demás
chicos. Todas ellas cosas que no sacian y que me hacían entrar en ciclos adictivos en los que cada vez
necesitaba más. Son analgésicos pasajeros que utilizaba para evadirme de mi realidad, pero no
conseguían eso sino algo mucho peor: ANULARME COMO HOMBRE LIBRE CAPAZ DE
CONTROLAR SUS APETENCIAS Y CONDENARME A UNA VIDA ESCLAVA, UNA VIDA EN EL
INFIERNO, UNA VIDA DE MENTIRA.
Gracias a este acompañamiento en mi maduración personal, que integra todas las dimensiones de la
persona (corporal, psicológica y espiritual), he podido ver dónde me encontraba (INFIERNO) y por
qué (MENTIRA); he podido levantarme, caerme y volverme a levantar (COMUNIÓN,
SOLIDARIDAD); he podido empezar un camino que me enseña a conocerme (DIGNIDAD), a ver de
dónde vengo y hacia dónde voy (HISTORIA), a poder poner las cosas en su sitio (SEXUALIDAD), a
llamar a las cosas por su nombre (PMS, ADICCIÓN), a desenmascarar MENTIRAS grabadas en lo
profundo de mi ser, como por ejemplo: que no soy amado, que soy un inútil, que nunca cambiaré, que
no soy digno de ser amado por una mujer y que jamás podré amar a una, que todo está mal, que yo lo
habría hecho mejor…; he podido salir de la MENTIRA y entrar en la VERDAD; he podido ver que no
estoy solo, que los demás tienen heridas como yo y podemos ayudarnos a vivir.
Y por eso DENUNCIO esta violación de mi libertad a poder elegir la sanación de las heridas que se
han manifestado en la PMS y de realizar un Itinerario de Maduración Integral, y exijo el DERECHO
a poder elegirlo libremente.
Muestro mi total solidaridad y apoyo a Mons. D. Juan Antonio, Obispo de Alcalá, a B.V. y al COF,
que se dejan la vida para que otros la recibamos gratuitamente.
Y pido, por favor, a todos los obispos de la Iglesia Católica que denuncien la TIRANÍA de la ideología
de género y la cultura gay y promuevan una FORMACIÓN-MADURACIÓN integral de la
personalidad y un ACOMPAÑAMIENTO a las personas con PMS que quieren sanar y madurar.
Le escribo a raíz del artículo especificado en el asunto y publicado hoy, martes, 2 de abril de 2019.
Sólo espero que esta carta sea una pequeña ayuda para esclarecer la verdad de unos hechos que creo
son tratados injustamente. Aunque le escribo directamente a usted, con nombres y apellidos, no me
atrevo así a hacerlo con los míos, por considerar que peligra mi integridad personal y la de mis seres
queridos. Soy un joven español en la treintena en pleno uso de mis facultades y muy consciente de mi
dignidad y mis derechos.
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Quiero mostrarle mi solidaridad hacia Mons. D. Juan Antonio Reig Plá por permitir, desde el amor a
la dignidad inviolable de cada persona, actuar en libertad. Que las leyes españolas (en este caso
madrileñas) impidan la libertad de elegir, no quiere decir que eso sea sano, bueno y constructivo. En
este caso la conciencia prima sobre la ley, máxime cuando se trata de un asunto tan personal. La
declaración de psiquiatras y psicólogos a la que alude en su artículo puede ser contrapuesta a la de
otros muchos, entre ellos, y sólo es una pincelada, el autor del libro que cita y refleja en imagen. Las
terapias de conversión y reparativas (que no es el caso de los que acusa usted en este artículo), han
tenido un porcentaje de éxito demasiado alto como para no concederles ni siquiera el beneficio de la
duda. En este sentido, el contenido de su artículo me parece acrítico y acientífico. También el que no
tome a consideración que, según estudios muy serios que no verá en el National Geografic sino en
revistas de alto nivel científico (véase Sexualidad y Género, informe de la Revista New Atlantis; o la
declaración del Colegio Americano de Pediatras sobre operaciones de cambio de sexo en niños y
adolescentes), se considera un riesgo para la salud, no las terapias que usted acusa, sino el
pertenecer a "subpoblaciones LGTBI", incluso en países en los que no hay discriminación alguna (es
decir, no tienen estos riesgos físicos y mentales por una supuesta "homofobia" ni por marginación o
"estrés social".)
Comencé a leer libros de profesionales americanos, y ¡cuál fue mi sorpresa!, cada una de las heridas
especificadas como origen de mi PMS, se daban en mi vida, y esto desde diversos libros y diversas
perspectivas: padre hipercrítico y agresivo, sobreprotección de la madre, refugio en el mundo de las
mujeres, complejo de inferioridad por heridas familiares que dieron paso a bullying en el colegio e
incapacidad de integración en el grupo de mis iguales... Resulta que yo no era "homosexual", sino que
me proyectaba y me comparaba, y quería llegar a mi masculinidad y a otros hombres (debido a mis
heridas) a través de la adicción sexual. La PMS era un síntoma de mis heridas, y conforme éstas han
sanado en un proceso de maduración integral, como la prueba del algodón, la PMS se ha ido
diluyendo: lo que era una compulsión por una herida atroz en mi infancia ahora deja de tener sentido
de manera natural.
Me siento más libre, vinculado a mis iguales, viviendo lo que mi corazón siempre ha ansiado: una
vida de amor, comunión y solidaridad. Pido por tanto, a todos los Obispos, y no sólo a Mons Reig,
sino a todos, a la Sra. B. V, a COFs, que den una respuesta contundente a lo que de manera
sistemática se está implantando, acrítica y acientíficamente, a través de leyes ideológicas. También se
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lo pido a todos los hombres y mujeres de buena voluntad que descubren lo que yo he descubierto. Doy
gracias por ellos y manifiesto mi protesta hacia esta publicación por considerarla un atentado contra
mi libertad personal. No exijo a nadie que siga mi camino (nadie puede exigir tal cosa), pero que no
me amedrenten a mí ni a personas que hemos descubierto esta maravilla de acompañamiento; y
mucho menos, que no manipulen a los niños ni a los hijos que, si Dios quiere, tendré.
Atentamente. Brave
A quien corresponda,
Mi nombre es Víctor, soy mexicano y tengo 33 años de edad. Escribo conforme al artículo publicado
acerca de la investigación conducida en contra del Obispado de Alcalá. Al leer las palabras de dicho
artículo, considero que se muestra es una verdad incompleta debido a que no fueron tomados en
cuenta los testimonios de las personas que han sido impactadas por este medio. Por mi parte, debo
mencionar que me resulta difícil leer las palabras que han sido redactadas en dicho artículo, debido a
que en mi experiencia personal con Es Posible la Esperanza fue completamente distinta.
Comenzare con decir que yo mismo experimente la atracción al mismo sexo (PMS) en mi
adolescencia y que actualmente no la experimento. Recuerdo que durante los años de mi adolescencia
me sentí sumamente confundido porque al investigar más acerca del tema, lo único que escuchaba era
“sal del closet y se gay”. Sin embargo, había algo dentro de mí que me decía que debía evaluar
primero lo que sucedía en mi interior antes de tomar decisiones más serias. Sabía que yo era libre
para elegir el rumbo por el cual dirigiría mi vida y que esta decisión debería ser respetada de la
misma manera en la que la sociedad actual respeta a quienes deciden llevar una vida gay. En mi caso
particular, yo decidí buscar respuestas para entender lo que estaba sucediendo en mi interior. En
mayo del 2006 encontré un sitio de internet que me proporciono las respuestas que estuve buscando
durante tanto tiempo.
El proceso de crecimiento que viví a través de esta página de internet, resulto ser una de las mejores
cosas que me han sucedido en la vida. Debo mencionar que yo nunca asistí a alguna de las sesiones
que menciona el articulo debido a que vivía en México. Sin embargo, eso no disminuye el impacto que
EPE tuvo en mi vida, ya que aprendí que el objetivo primordial no era cambiar los sentimientos sino
sanar las heridas y crecer en el amor. Acepto que para muchas personas les resulta imposible creer
algo así, pero eso no cambia la realidad que al menos en mi vida el dejar de experimentar la
atracción al mismo sexo fue posible.
No sabría ni siquiera como describir lo que ha sido para mí vivir en paz y en armonía conmigo
mismo, sobre todo después de haber estado confundido durante tantos años. Hoy solo puedo decir que
vivir mi vocación como esposo y futuro padre de familia no tiene precio y no me queda más que
agradecer a todos aquellos que tuvieron el valor de emprender esta hermosísima tarea.
Buenos días, escribo este correo tras haber leído el artículo que habéis subido relacionado con el
Centro de Orientación Familiar de la diócesis complutense.
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En estas líneas me gustaría contarle mi testimonio y experiencia, dado que, gracias a este centro, he
podido madurar mi masculinidad y gracias al acompañamiento para sanar mis heridas, ahora puedo
sentirme un verdadero varón.
Yo comencé con la PMS hace dos años y gracias a estos encuentros con B. V. y a su acompañamiento
en este itinerario, he podido ir sanando mis heridas afectivas.
Este camino, que yo he elegido libremente hacer, no puede ser impedido su realización por ninguna
ley, dado que es una elección personal y libre.
Continuo con mi testimonio, antes de empezar este itinerario de maduración, uno de los ejemplos que
Le pongo es que tenía proyecciones constantes a personas de mi mismo sexo, ya fuese en el tren, en la
calle, etc... Gracias a este itinerario en el que como he dicho antes he podido sanar heridas, esa
proyección es menos constante o incluso puedo llegar a decir inexistente.
Desde estas líneas exijo el derecho a poder elegir la sanación de las heridas que se han manifestado
en la PMS y de realizar un Itinerario de Maduración Integral.
Y también mostrar mi solidaridad con Mons. Juan Antonio Reig Pla y con B. V ya que sin ellos esto no
podría haber sido posible en mí.
Por último, quisiera pedir a todos los obispos de la Iglesia católica que denuncien la tiranía de la
Ideología de género y la cultura gay y promuevan una formación-maduración integral de la
personalidad y un acompañamiento a las personas con PMS que quieren sanar y madurar.
Soy un joven español de 25 años que con aproximadamente 12 años empezó a sentir Proyección
hacia el Mismo Sexo (PMS). Nunca estuve de acuerdo con estos sentimientos. No los quería en mi
vida. Me hacían sufrir muchísimo. Y, además, yo intuía que aquello no era para mí.
Con 17 años encontré una voz en el desierto: podía descubrir el porqué de esos sentimientos y elegir
que quería. Yo he aspirado siempre a amar una mujer y expresar eso con hijos.
Desde entonces, me puse en camino libremente. Lo primero, conocerme. ¿Qué me pasaba? ¿Por qué
tenía esos sentimientos? Me negaba a pensar que fueran por factores genéticos o biológicos. Yo no
estaba determinado.
Mediante el autoconocimiento pude comprobar que tenía diversas heridas: complejo de inferioridad
(es decir, me despreciaba a mi mismo, comparándome continuamente), adicción a la pornografía y al
sexo (cuando digo adicción, me refiero a algo serio), Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC), miedo a
la relación con mis iguales y miedo a la relación con las mujeres.
Pude descubrir qué elementos en mi historia habían favorecido estas heridas: mala relación con mi
padre y mala relación con mi madre, por ejemplo. Cuando digo mala no digo que sea inexistente.
Mala significa no sana. Había dependencia emocional y miedo. No había confianza entre mi padre o
mi madre y yo.
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También me hizo mucho daño el bullying que sufrí en el colegio. Si, me insultaron. En alguna ocasión
me pegaron. Y todo por ser un chico sensible, que no jugaba al futbol y leía libros en el descanso.
Este hecho me llevó a la conclusión de que jamás iba a ser respetado por un hombre. Y menos por un
igual. Ahí se empezó a instaurar ese miedo a otros hombres.
De esto, saqué una conclusión: no me sentía digno de amor. No sentía el amor de mis padres, que, sin
duda, me quieren muchísimo. Mis padres no se enteraron de mi PMS hasta hace poco. No crea usted
que me odiaban porque pensaran que yo era gay y por eso yo sentía su rechazo. No, nada que ver.
Tampoco sentía el amor o el respeto de mis iguales, de los chicos de mi edad.
Como no me sentía digno de amor, me despreciaba, me hacía daño a mí mismo. ¡Cuánto he sufrido
por eso! Incluso cuando, en algunos momentos determinados, pensé que podía llegar a ser feliz con
otro hombre y lo intenté (insisto que en varias ocasiones), la relación siempre fue tóxica. Siempre me
buscaba a mí mismo y terminaba haciéndome y haciendo daño.
Como tenía miedo a la relación con otros hombres y no me sentía lo suficientemente hombre, mi
corazón los deseaba. Yo quería su cariño, su aceptación, su respeto. Insisto, no porque fuese gay y me
despreciaran por eso, sino por no jugar al futbol o no beber cerveza. En fin, de ahí venía la
masturbación descontrolada, el consumo excesivo de pornografía, las relaciones sexuales con otros
hombres, etc. Este tipo de relación, a través de una pantalla o mediante el sexo, jamás surtieron el
efecto deseado: sentirme un hombre completo y relacionarme con un hombre como mi corazón
ansiaba.
Después de estas experiencias, aprendí que era yo quién tenía la percepción equivocada y empecé a
trabajar la relación con mi padre, con mi madre y con otros hombres de una manera sana. Mediante
el deporte, por ejemplo, pude comprender la sencillez de la relación entre hombres. Gracias al regalo
de tener varias amigas buenísimas, pude empezar a vislumbrar un ápice de lo que es la relación con
una mujer. El odio de tantos años a mi madre había provocado un alejamiento de mi con todo lo que
tuviera que ver con relacionarse con mujeres.
Y en esas estamos. Ahora soy capaz de relacionarme con hombres sin sexualizar la relación. Me
gustan las chicas y aspiro a tener novia y casarme. Lo cierto es que soy bastante torpe e inseguro en
cuanto a ligar, a conquistar, y todavía me echo para atrás cuando una chica me dice que le gusto,
porque no me acabo de creer que una mujer es capaz de amarme tal y como soy. Quedarme solo con
esos dos datos sería un reduccionismo antropológico: también puedo afirmar que soy feliz.
Sin duda alguna y a modo de comentario, me gustaría recalcar que para mi todo cambió cuando me
sentí amado incondicionalmente por Dios. Eso fue maravilloso. Por fin sentí, experimenté, que
alguien me amaba tal y como era. Todo ha sido gracias a Él.
La PMS no define mi ser. Soy hombre y estoy llamado a ser masculino, es decir, a ser padre y esposo,
ya sea en lo físico o en lo espiritual. Tampoco tiene raíces biológicas o genéticas. La PMS es la
consecuencia de unas heridas emocionales y de relación. Estoy llamado, por ello, a darme por
completo en esa paternidad y en esa esponsalidad. He conocido el amor de donación, el amor de
comunión, el amor de solidaridad.
Agradezco a Dios y a su Iglesia por la Historia de Salvación que hacen conmigo. Siempre he visto
respetada mi libertad y siempre he sido acogido en el seno de la Iglesia, sin importar la situación en
la que me encontrara.
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Por eso, muestro todo mi apoyo a Mons. Reig Plá, a B.V. y a todos los Centros de Orientación
Familiar y grupos de apoyo que ayudan a personas con PMS a encontrar la felicidad. Y no solo mi
apoyo, también mi agradecimiento más profundo.
Todo el recorrido que he hecho hasta ahora ha sido de forma libre, porque yo he querido. Nunca se
me ha obligado a nada, incluso cuando me negaba a creer que alguien podía quererme y me
degradaba. Siempre se me ha respetado, se me ha acogido y se me ha acompañado.
Por eso, pido a la sociedad que no me imponga lo que quiero ser o conseguir. Tengo el derecho
fundamental a conocerme, saber quién soy y elegir quién quiero llegar a ser. Nadie me debería
impedir eso.
Este es mi testimonio. Estoy seguro de que cualquier persona, da igual la edad, que lea estas
palabras con inquietud, con ganas de escuchar la verdad, se sentirá conmovido y empatizará con lo
que digo.
Fdo.: Pablo
Soy un chico que vive en una ciudad del centro de España y conozco a B. desde hace 5 años.
Ayer un amigo me ha enseñó una noticia en la que acusaban al Obispado de Alcalá de hacer pseudo
terapias para reprimir la homosexualidad. Ayer me enteré de que llevo 5 años haciendo una pseudo
terapia que está intentando reprimir algo supuestamente innato en mí. Ayer descubrí que una de las
personas que más me ha ayudado en mi vida (de forma totalmente gratuita), al parecer es una
homófoba que engaña a la gente como yo.
Al leer la noticia me he dado cuenta de que debía compartir mi historia por amor a la Verdad.
Cuando tenía 18 años yo era un chico normal, con mi grupo de amigos, mis dudas sobre mi futuro y
mis peleas con mis padres, a los que procuraba no hacer caso en nada. Vivía como podía mi
sexualidad. Igual que muchos chicos de mi edad hacía años que recurría a la masturbación y la
pornografía con mucha frecuencia, entre los compañeros era algo normal. Pronto se convirtió en un
hábito muy arraigado, una adicción. Además, en mi caso en vez de ver pornografía heterosexual, lo
que yo buscaba era gay. Y así surgieron las preguntas: ¿Eso me convertía en gay? ¿Qué era ser gay?
Después comencé a fijarme en mis compañeros de clase, y poco a poco en más y más chicos.
Yo en ese momento tenía muchas dudas, por lo que buscaba información de todo tipo en internet
sobre el tema de la sexualidad. A la vez, en mi entorno familiar más cercano tenía ejemplos de
hombres que llevaban una vida gay. En mi colegio un amigo «salió del armario». Y yo viéndolos, y
viendo las consecuencias de su nueva vida, los cambios que habían dado, sabía que eso no era para
mí. No tenía miedo a ser gay, ni a mis padres ni a nadie, sabía que la gente de mi entorno no les iba a
gustar la decisión, pero tampoco me iban a odiar o rechazar por ello. Por el momento no quise
agobiarme, nadie lo sospechaba y yo estaba a tranquilo. Quizá esperaba que se pasase con el tiempo.
Al poco, la adicción a la pornografía, los problemas con otros chicos y las inseguridades empezaron a
hacerme ver que tenía que reaccionar, ya no era suficiente con dejarlo estar. Tenía que tomar una
decisión.
Por eso, pedí ayuda. La primera vez que hablé con B. fue un momento de gran esperanza e ilusión. 5
años después lo recuerdo como una de las mejores decisiones de mi vida. Ha sido un tiempo de
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intenso trabajo, de momentos duros, en los que he crecido y madurado muchísimo como hombre y
como persona. He aprendido a amar, a salir de mi narcisismo y egocentrismo, a relacionarme de
verdad con otros chicos, a perdonar a la gente que me había hecho daño. Me di cuenta de que llevaba
una coraza puesta, que bloqueaba mi sensibilidad y mis afectos para no sufrir, para no ser herido por
otros. No me arriesgaba y de esa forma tampoco podía relacionarme de forma plena. Esa coraza era
mi condena, me impedía ser feliz.
Durante todo este tiempo siempre he sido consciente de que nadie me estaba obligando a nada, nadie
me estaba intentando engañar, he sido y soy totalmente libre. Soy yo quien ha elegido no vivir una
vida gay, y lo he hecho buscando mi propia felicidad. En estos años he visto a otros chicos que se han
rendido, y al cabo de un tiempo han regresado, nadie les ha reprochado nada, nadie les ha dejado de
lado, les hemos vuelto a acoger como hermanos. Curiosamente si he encontrado algo de exigencia en
estos años ha sido al hablar con ellos, con los que han quedado defraudados y con dolorosas
cicatrices por la vida gay, su valiente testimonio siempre ha sido una llamada de atención en mi vida.
Yo no he reprimido mi PMS, de hecho, sigue ahí en algunos momentos, recordándome el gran regalo
que he recibido, totalmente gratis y de forma desinteresada. No la reprimo porque eso sería una
locura imposible, cualquiera que haya sentido PMS lo sabe. Una de las primeras cosas que recuerdo
de la primera vez que vi a B. y que se ha repetido constantemente en todos estos años, es que este
camino no es para sanar la PMS, que me olvidara de la PMS. Yo no he ido a terapia, no me han
enseñado a reprimir nada. Yo iba ser acompañado para poder ir sanando mis heridas, los miedos, las
inseguridades, las adicciones, a madurar la relación con mi padre, con mi familia, a aprender a tener
amistas verdaderas. Y probablemente la PMS se desharía como un azucarillo después de todo esto, o
quizá no. En cualquier caso, ese no podía ser el objetivo ni la finalidad, no valdría la pena. El
objetivo era convertirme en una persona madura, con o sin PMS, aprender a amar y ser amado. Hoy
5 años después doy testimonio de que así ha sido.
Con B. no he hecho terapia, ella solo me ha orientado en el camino para fortalecer mi masculinidad.
Yo nací varón y masculino, es algo que está en mi ADN, pero tenía que aprender a no reprimir mi
masculinidad. B. me ayudó a descubrir que lo que envidiaba en otros hombres, realmente no tenía que
buscarlo fuera de mí. Con ella no hablo de terapias ni de métodos, hablo de Amor, de mi capacidad
de amar a los otros, a mis padres y a mis amigos.
Y 5 años después puedo afirmar que vivo feliz y sin traumas, sin ansiedad, ni depresiones, sin intentos
de suicidio, como supuestamente era previsible según todos los expertos. Solo tengo gratitud hacia la
Iglesia. Una gratitud que comparto con todas las personas que acuden a los COF de todas las
diócesis de España, que comparto con todas las personas que han pedido ayuda a B. que son muchas.
¿Cuántos matrimonios le deben tanto a B.?¿Cuánta gente que no tiene nada que ver con la PMS?
Termino con un mensaje a todos los obispos de España por los que rezo. Les animo a defender la
Verdad hasta el martirio. Gracias a las supuestas declaraciones homófobas de D. Juan Antonio
mucha gente ha encontrado en la Iglesia el hospital de campaña al que nos llama el papa Francisco.
Gracias a su fidelidad a su vocación de pastor y por medio de los ataques muchos nos hemos atrevido
a pedir ayuda a la Iglesia, o a volver a ella. Gente de toda España, de todas las diócesis acuden a
Alcalá. Qué bonito sería que todos los sacerdotes supiesen ayudar al chico que les cuenta asustado
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que le atraen lo hombres. ¿Cuántos de nosotros hemos recibido malos consejos en la Iglesia? Pero
ahora, y gracias en parte a los ataques de los medios, hemos descubierto que no tenemos que aceptar
la ideología que nos vende el mundo, que la Iglesia no es cobarde ni tiene miedo si se trata de
defender la Verdad o de ayudar a los necesitados sean del tipo que sean. Porque la Iglesia no es
homófoba, porque defender que todos los hombres estamos llamados al amor y a la castidad no es
homofobia, y porque ayudar a una persona tan herida que es incapaz de amar es caridad.
Gracias a todo el itinerario que he realizado en la Iglesia puedo decir que doy gracias a Dios por mi
vida, por mi familia, por mis heridas, por don Juan Antonio, por B. y por los sacerdotes que me han
acompañado en todos estos años. Probablemente mi mentalidad sería completamente diferente si no
hubiera encontrado en la Iglesia la salvación de mi vida. Gracias a todo esto he crecido en mi vida
espiritual muchísimo, he crecido en amistad con Dios. El itinerario no se puede hacer sin la Gracia
del Espíritu Santo, no se puede sanar ninguna herida sin la ayuda de Dios. Pero cuando yo empecé
todo esto solo tenía rencor hacia Él. Sin la Eucaristía, sin la oración y sin el rosario no estaría donde
estoy.
Mi nombre es valiente fiel soy de Colombia desde que llegó el grupo San Juan Pablo II a mi vida ha
sido muy satisfactoria, porque he podido madurar mi vida interior para que se refleje en la vida
exterior.
He podido ver cómo Dios me ha transformado mi vida durante 1 año que llevo en el itinerario de
maduración. He podido sanar mis heridas pocos poco, soy de este caminar porque días, meses, horas
y minutos he podido transformar mi vida a la verdad.
Desde que inicié mi proceso fue muy hermoso porque no sabía que había más chicos con mi misma
condición de tener PMS, cada vez que hacía mi ficha me llena mi ser interior para así sanar esas
heridas profundas que tienes dentro de nosotros.
Soy testigo de este camino ha sido un poco difícil pero a la medida de la oración, el Santo rosario, la
Sagrada Eucaristía, la Visita al Santísimo me ha llenado aún más día tras podemos nosotros ser luz
para nuestros hermoso que vienen detrás de nosotros.
Buenas tardes,
Esta es la historia de Bruno, un niño que nació en un momento ideal para sus padres, la pareja
perfecta. Recién casados, bien situados económicamente, él era muy detallista con ella y siempre la
hacía reír. Ella era la mujer que todo hombre deseaba. Bruno era el primogénito, un niño muy
querido, no le faltaba nada. Mas bien, le sobraban muchas cosas
Pero pronto, al poco tiempo, el padre de Bruno perdió su trabajo y la relación matrimonial perfecta
dejó al descubierto el gran vacío que se ocultaba. La situación económica hizo que su matrimonio
diera un giro de 360 grados, y ahora ella comenzó a ser totalmente anulada por él. Solo valía para
servirle, no había cariño entre ellos. Él se preocupaba de traer dinero a casa, y ella, de mantenerla.
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¿Pero dónde quedaba Bruno? El padre de Bruno se distanció totalmente de él, llegaba cansado y ya
no le prestaba atención. Su madre lo atendía y le daba todos los cuidados. Bruno comenzó a tener
miedo de su padre, ya que solo lo veía gritarle a su madre, la que siempre le daba cariño. Bruno con
solo 3-4 años rechazó a su padre, y con él, rechazó a toda la esfera masculina. En el colegio, Bruno
era incapaz de hacer deportes con el resto de chicos, pasaba la mayoría del tiempo con niñas, aunque
él deseaba jugar al fútbol, pero tenía miedo a hacer el ridículo. En casa le gustaba ponerse la ropa de
su madre a escondidas, o jugar con las muñecas de sus primas...aunque miraba por la ventana y
cuando veía al resto de chicos jugar, le encantaba, quería jugar con ellos. El padre de Bruno casi no
hablaba con él, solo cuando discutían. Bruno lo odiaba.
Al llegar a la adolescencia, Bruno era un chico afeminado, incapaz de relacionarse con otros chicos
con normalidad. Él aun no era muy consciente de todo lo que se le venía encima hasta llegar al
instituto, cuando le empezaron a etiquetar. Él siempre quiso tener novia a pesar de toda su forma de
actuar, siempre quiso ser un chico normal como los demás. Cuando por primera vez le dijeron
"maricón", Bruno abrió los ojos. Él no quería ser eso, lo rechazaba, él no quería ser así. Bruno
cambió drásticamente su forma de actuar y dejó de ser afeminado, comenzó a tener novias, y comenzó
su doble vida...porque todo esto tuvo mucho trasfondo para él.
Bruno no sabía lo que le pasaba, no sabía porque le atraían otros chicos. Nadie lo sabe. Pero es
sencillo. Bruno rechazó a su padre y con él a lo masculino, se apegó a su madre y fue absorbido
emocionalmente por ella. Bruno, al igual que todos, tenía el deseo sano de relacionarse con otros
chicos, pero no sabía cómo hacerlo, lo necesitaba, pero se veía incapaz. Por tanto, ese deseo de
relación lo transformaba en erotismo, no era más que un deseo desordenado, impotente.
A pesar de que Bruno cambió su forma de ser y comenzó a tener novias, no pudo evitar estar expuesto
a la pornografía. Este deseo fue a más, cada vez fue más intenso, hasta que comenzó a tener
relaciones a escondidas con otros chicos que conocía a través de la red. Esta situación se prolongó
tanto en el tiempo que duró años, en los que Bruno continuó viviendo una gran mentira. No obstante,
él nunca quiso salir del armario, él nunca se aceptó así.
Bruno era el chico perfecto, estudioso, trabajador, servicial, masculino, y sin embargo, cuando se
quedaba solo, estaba roto por dentro, y se encontraba con una gran adicción a la pornografía, y a las
relaciones sexuales anónimas.
Bruno nunca le había contado a nadie su historia, hasta que un día necesitó hablar. Fue un sacerdote
el que le dio la respuesta que nunca se iba a imaginar. "Tú no eres así, todos somos muñecos rotos".
Este sacerdote lo dirigió hacia un itinerario de maduración integral de la personalidad, hacia una
vida de comunión y solidaridad, de donación a los demás. Bruno estaba confundido al principio, pero
poco a poco fue entendiendo todo lo que le ocurría. Conoció a muchas otras personas que hoy son sus
hermanos y que se encuentran en su misma situación, que son su apoyo en el día a día. Bruno desde el
principio fue acompañado en todo este proceso de sanación de sus heridas, las cuales, muchas de
ellas han ido desapareciendo. Ha sido capaz de perdonar a su padre, de abrazarlo, de volver a
amarlo, de recuperar la relación rota.
Bruno se está dando cuenta, que a medida que se trabaja este itinerario de maduración, la PMS
(Proyección hacia el Mismo Sexo) va desapareciendo de una forma increíble. Ahora Bruno comienza
a ser feliz, por fin, después de tantos años roto por dentro, en doble vida, su vida se unifica y
encuentra su verdadera identidad.
¿Quién tiene derecho de decirle a Bruno que no sea feliz de esta manera?
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Hoy día, puedes cambiar de genero las veces que quieras, puedes levantarte un día siendo hombre y
por la tarde sentirte mujer, pero, sin embargo, si Bruno encuentra el motivo y su razón de ser sanando
sus heridas para encontrar su verdadera identidad, se trata de un absoluta ilegalidad. NO ES JUSTO.
YO soy Bruno, y esta es mi historia. Soy de Sevilla y tengo 28 años. No soy una víctima, soy feliz y me
siento bendecido de haber encontrado este itinerario de maduración. Esto no será noticia, porque la
verdad se esconde.
Y por supuesto, mi más profundo respeto y apoyo a todas las personas que luchan cada día por la
verdad, dentro y fuera de la Iglesia. En especial a Mons. D. Juan Antonio, Obispo de Alcalá, con el
COF de este Obispado, y por supuesto, con B.V.
Un cordial saludo.
Con estupor e indignación he visto la persecución que ha iniciado su medio informativo contra el
Obispo de Alcalá.
1) Que un diario que se llama tal hasta en su cabecera utilice medios tan bajos para
desprestigiar no solo a personas concretas, sino también a instituciones y a las personas que
libremente han decidido, como yo, curar mis heridas afectivas, gracias a lo cual he dejado de
sentir atracción por los hombres. Creo que en una democracia uno puede desear ser lo que
cree que es o lo que desea ser. Me parece un insulto la descalificación que usted, a través de
sus presuntos periodistas (si no me equivoco, hasta cuatro), hace de la libertad de las
personas. Y me pregunto: ¿no tiene este país temas más importantes para ocuparse en ello?
¿O quizá es una artimaña para captar lectores en estos años de sequía?
2) Me parece ruin y mezquino cómo han orquestado este montaje: a partir de un vídeo
burdamente manipulado (no se oyen las preguntas, por lo que no podemos saber cuáles
fueron las preguntas que produjeron estas respuestas. Además, tampoco podemos saber cuál
fue el orden real de las mismas ni cómo se presentó el ¿periodista?) han movilizado a la
población contra un sector importante de la población a favor de nuestro señor Obispo,
persona íntegra y responsable de sus actos, no como ustedes. Ustedes hacen mención de
denuncias anteriores, pero se olvidan de que ninguna prosperó, pues respetan la libertad de
expresión. Por cierto, los cortes y frases a medias han sido colocado siguiendo el riguroso
método del “cut and paste”. Muy profesional.
3) Veo que, aproximándose las elecciones, ustedes están intentando contentar a la mano que les
da de comer. En un país corrupto, lo suyo es casi una anécdota.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Por otra parte, no es cierto que haya una terapia para sanar la homosexualidad, ni una vacuna ni
como le guste más llamarlo. Le recomiendo que antes de hacer un reportaje difamatorio de este tipo,
encargue a alguno de sus cuatro empleados que haga un mínimo trabajo de documentación.
Permítame que le diga que yo he hecho un proceso de sanación de heridas de mi infancia y primera
juventud que ha conllevado la desaparición de mi atracción por los hombres. De hecho, nunca me he
sentido atraído, sino que buscaba en ellos el cariño o la cercanía o el aprecio que yo personalmente
creía no tener. Y por ello busqué todo ese afecto en otros hombres, pero pagando un peaje muy alto:
tener que tener sexo. Proyectaba en el otro lo que yo creía no tener. Eso es la PMS. Hay literatura
sobre el tema: puedo pasarles los libros personalmente si quieren ser un diario que sea digno de tal
nombre.
No voy a marearle con que la promiscuidad en la vida gay es altísima, ya sea teniendo o no pareja,
estando “casado” o no. El maltrato entre hombres es tabú, y más todavía la violencia “de género”:
solo se penaliza si es de un hombre sobre una mujer. Y ya no hablemos de las fiestas donde hombres
sanos realizan prácticas de riesgo con gente ya infectada. Como periodista, creo que conoce esto y
más.
No sé por qué, si yo libremente quiero sanar unas heridas afectivas para conseguir con ello un mejor
bienestar y calidad de vida, se me niegue. ¿Sería tan amable de explicármelo? Si a partir de ello, de
un acto libre, desaparece mi otrora PMS (proyección sobre personas del mismo sexo), encantado de
la vida.
Si hay personas que entregan su esfuerzo y su tiempo para, de forma desinteresada, ayudarme en lo
que le estoy pidiendo, ¿por qué no deja a esa persona en paz? Le pregunto: ¿cuántas cosas hace usted
en su tiempo libre por los demás? Pues no critique.
Como diario serio que es el suyo, no recortarán ni manipularán este escrito mío dirigido a usted.
Hoy un puñado de gente gritaba en la Catedral de Alcalá “Nuestro amor no se cura”. Aparte de la
falta de urbanidad que supone entrar y vocear en cualquier sitio, nadie les ha dicho nunca que el
amor se deba curar. La falta de amor o el mal de amores sí serían un tema a tener en cuenta.
Mi nombre es Francisco, tengo 34 años. Escribo en relación al artículo publicado en su diario "El
obispado de Alcalá celebra cursos ilegales y clandestinos para 'curar' la homosexualidad". Yo mismo
he recibido acompañamiento en el COF de Alcalá desde febrero de 2014.
Desde niño me había sentido diferente a los demás chicos por mi mayor sensibilidad, y no me había
sentido aceptado como uno más por mi padre, mis hermanos mayores y mis compañeros de colegio.
Llegué a mi adolescencia con una identidad sexual inmadura, con un profundo complejo de
inferioridad respecto a mi masculinidad.
Así, con el despertar de mi sexualidad a los 13-14 años, empecé a experimentar una fijación erótica
por los chicos de mi alrededor, que derivó en pensamientos obsesivos sobre si sería homosexual. A
este complejo de inferioridad como hombre se sumaban complejos en otras áreas de mi persona, con
una completa dependencia de lo que los demás pensaran de mí. Este fue un tiempo de profundo
sufrimiento, en el que llegué a desear estar muerto.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
A pesar de que, en este tiempo, la norma para mí era la inclinación de mi sexualidad hacia los
varones, tuve también experiencias de atracción por las mujeres; esto arraigó la certeza de que
existía en mí una potencial heterosexualidad si sanaban estas heridas en mi identidad.
Con el paso de los años, a través de relaciones de amistad sana con otros varones, por los que me he
sentido querido y valorado, este complejo de inferioridad se fue haciendo más pequeño, menos
molesto, y a la par fue disminuyendo mi fijación por el resto de hombres. Sin embargo, seguía siendo
algo que, de forma intermitente, reaparecía, haciéndome sufrir, por ser un sentimiento indeseado por
mí y que me alejaba de mi meta de poder formar una familia junto a una mujer.
En los últimos 5 años, en los que he recibido acompañamiento en el COF de Alcalá, no he recibido
ninguna terapia aversiva o dirigida hacia una reorientación sexual. Lo que sí he realizado es un
itinerario de maduración de mi masculinidad, en el que he podido:
Secundariamente, he ido experimentando, de forma espontánea, que aquella fijación erótica por el
resto de varones se va transformando en sentimientos de admiración, envidia, o deseo de afecto y
reconocimiento por los otros hombres. Asimismo, he podido iniciar un noviazgo, en el que empiezo a
experimentar un verdadero amor de donación hacia una mujer.
En términos globales estoy mucho más contento que cuando empecé este itinerario. Siento que me han
ayudado a crecer como persona y como varón, en la dirección que libremente he escogido.
Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a Mons. D. Juan Antonio Reig Pla, Obispo de Alcalá
de Henares; a todos los integrantes del COF de Alcalá, y en especial a B.V., que ha contribuido muy
significativamente a mi felicidad de una forma totalmente altruista.
Nunca en estos 5 años he oído palabras de odio o desprecio por aquellos que experimentan
sentimientos homosexuales o eligen un estilo de vida gay, sino todo lo contrario, el respeto y amor por
todo ser humano.
Quisiera así pedir también para mí y para otros como yo, que se respete nuestra libertad de creencia
y nuestro derecho a elegir las opciones que consideremos mejores para alcanzar nuestra felicidad.
Barcelona 02/04/2019
Señores: eldiario.es,
Me reservo mi identidad, en el fondo por miedo a ser engañado como le ocurrió a B.V o que mi
intimidad se haga pública.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Nací en Iberoamérica y hace 12 años me vine a España en busca de un mejor futuro. Hace algunos
años obtuve la nacionalidad española.
Mi padre falleció cuando yo tenía tan solo 1 año, y a los 6 años fui víctima de un abuso por parte de
un primo. Desgraciadamente durante mi adolescencia llegué a repetir lo que había vivido a los 6
años, esto provocó graves heridas en mí, que más adelante me pasaron factura desencadenando en
una PMS (proyección a las personas del mismo sexo).
Durante muchos años viví buscando respuesta a la confusión que existía en mí interior. Yo deseaba
casarme y formar una familia, pero mi cuerpo actuaba de una manera diferente.
Busqué respuestas en la iglesia y hablé con algunos sacerdotes para que me ayudaran, pero su
respuesta fue que Dios me amaba así y que en la oración encontraría consuelo. Esto sólo generó en
mí más confusión y aumentó mi angustia y sufrimiento.
Cuando llegué a Barcelona, empecé a experimentar encuentros sexuales con chicos. Me volví un
adicto al sexo reproduciendo lo que había vivido a los 6 años. Sin darme cuenta practicante cada día
iba a los baños públicos del C.C L'illa y el C.C Las Arenas, buscando que otros chicos me
masturbaran o tuvieran sexo oral conmigo. Era denigrante ver la cantidad de hombres que
diariamente iban a los baños y se prestaban para ofrecer dicho "favor".
Empecé a buscar nuevamente ayuda para salir del ciclo vicioso en el que me encontraba y que estaba
deteriorando todas mis relaciones. Fue así como encontré al COF de Alcalá. Sin darme cuenta
terminé hablando con una bióloga que me ayudó a ver la luz en el túnel dentro del cual me
encontraba. Fue ella quien me ayudó a darme cuenta que con sólo 6 años yo no tenía culpa de
consentir lo que me había pasado y que había sido abusado.
De su mano pude ver la historia de mi vida con una mirada diferente, empecé a encajar las piezas que
me faltaban: La ausencia de la figura paterna, el abuso en la infancia, el alejarme de mis compañeros
varones en el colegio y sentir su rechazo al no encajar en los juegos "típicos" masculinos como el
futbol, el sentimiento de vergüenza tóxica y baja autoestima llegando a actuar de una manera
determinada para agradar a los demás.
Gracias a su ayuda y a través de su acompañamiento pude comprender que existía ESPERANZA, que
mi pasado no determinaba mi presente. Me animó a trabajar para madurar integralmente, (física,
psicológica y espiritualmente) y a luchar por conseguir mi sueño.
Como cualquier español y ser humano, soy LIBRE y estoy en TODO MI DERECHO de hacer este
camino que me ha devuelto la alegría y las ganas de vivir.
Doy todo mi apoyo a Mons. D. Juan Antonio y al personal del COF de Alcalá por el increíble trabajo
que están realizando y animó al resto de obispos y la iglesia en el mundo a luchar por esta causa.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Estimado director.
Me dispongo a escribir unas líneas para mostrar mi protesta acerca de la noticia reflejada hoy en tu
medio de comunicación criticando, el acompañamiento, que ofrece el COF del Obispado de Alcalá de
Henares.
Estoy en desacuerdo básicamente a que como persona adulta que soy, un día decidí que tenía que
madurar algunas cosas de mi persona que veía y notaban que no estaban bien. Pero para ello claro,
necesitaba ayuda, por lo tanto, la pedí.
Yo era, y recalco lo de era, un chico tímido, inseguro, con una autoestima muy baja... también hay
que sumar que soy un hombre sensible y por mi sensibilidad me han herido bastante en mi vida. Todo
esto me dificultaba muchísimo a la hora de participar en cualquier actividad con mis amigos y
compañeros de colegio, ya que me daba miedo unirme a los juegos con ellos por miedo a hacer el
ridículo, hacerme daño, etc. Pero sin embargo yo anhelaba ser como ellos y participar como uno más.
Es por ello que, en mi niñez, pero sobre todo en mi adolescencia, empecé a envidiar a los chicos de mi
edad, sobre todo a los más deportistas, a sentirme diferente a ellos a verme como a un bicho raro, por
lo que pronto comencé a sentir PMS (proyección hacia personas de mí mismo sexo.)
Me costaba mucho hacer amigos y como tenía la autoestima muy baja y era muy inseguro, cuando un
hombre de mi edad, sobre todo seguro de sí mismo, me mostraba su simpatía, le caía bien, o quería
ser mi amigo, yo como creía que no podía ser real, lo empezaba a idealizar y a depender de él. La
dependencia hacia otros hombres han sido una constante en mi vida, y me han hecho mucho daño ya
que construí muchos “falsos yo” en función de quien tuviera enfrente. Es decir, no era yo mismo, que
ha sido uno de mis grandes logros en este acompañamiento, ser libre para ser yo mismo.
Por primera vez empezaba a gobernarme a mí mismo, a encontrarle un sentido a mi vida, a entender
que como persona estoy llamado poseerme a ser señor de mi vida para poder entregársela a los
demás.
Mirando hacia atrás y sanando esas heridas de mi infancia, junto con una mejor relación con mi
padre, estoy notando que poco a poco y sin cambios bruscos mejoras muy sustanciales. Empiezo a no
necesitar ver pornografía, a no depender de ningún hombre, a no idealizar a nadie, a sentirme uno
más entre mis amigos (que es de las cosas más bonitas que me ha pasado) … por lo tanto y sin darme
cuenta la proyección hacia los varones ha pasado a estar en un segundo plano.
Tras varios años en este acompañamiento, que la iglesia me está ofreciendo de manera gratuita, sí,
gratuita, no entiendo que como adulto que soy, tengo 28 años, me prohíban esto. Tengo derecho a
vivir mi vida, según mis creencias y según mi fe. No necesito que ninguna ley me “quiera proteger” de
algo a lo que yo libre y voluntariamente he accedido a realizar. No necesito que ninguna ley me trate
como a un párvulo, que necesita constantemente protección.
Por ello y para terminar quiero mostrar mi apoyo y gratitud a B.V y al obispado de Alcalá.
Un cordial saludo.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Buenas tardes, soy un joven de España, tengo 19 años y llevo haciendo este itinerario de maduración
2 años.
Ante el artículo publicado esta mañana, quiero mostrar mi desacuerdo, dado que en mi experiencia
personal he podido ver como gracias a este acompañamiento en la sanación de mis heridas causadas
por la ausencia de la figura paterna he podido ir madurando afectivamente.
Desde estas líneas quiero mostrar mi apoyo a Mons. Juan Antonio Reig Pla y a los centros de
orientación familiar que trabajan y ayudan a tantas personas a sanar sus heridas, como ha sido mi
caso.
31. TG
Saludos,
Con motivo de lo sucedido hoy, 2 de abril de 2019, y por la sugerencia de la Iglesia, madre y maestra,
escribo esta carta para denunciar las informaciones publicadas por un periódico español.
Las acusaciones del artículo contra el obispado de Alcalá, y mas concretamente contra su obispo, me
atañen personalmente, y por ello me veo también en la obligación de esclarecer el asunto y depurar
todas las artimañas y engaños ideológicos que los medios quieren transmitir.
Yo soy miembro de lo que ellos llaman terapias para sanar la homosexualidad, y llevo más de tres
años trabajando con muchos jóvenes en este itinerario de maduración. Y, lejos de lo que ellos piensan
que es una terapia represiva que no nos deja aceptarnos tal y como somos, yo lo que he vivido
durante todo este tiempo es que la depresión, el dolor, y la incomprensión sobre uno mismo han ido
desapareciendo. Y lo mejor de todo, realmente he empezado a aceptarme tal y como soy; un varón
anheloso de amor cuya masculinidad necesita madurar.
El camino de maduración que se me ha propuesto por parte de la Iglesia es, según he hecho
experiencia y según mi condición de católico, un camino completamente alejado del odio o el
desprecio, es un camino en el que mi realidad afectiva ha cobrado sentido y en el que verdaderamente
he descubierto una realidad nueva donde aprendo a ser realmente feliz.
Porque todo lo que he descubierto en el mundo gay, y el mundo que estos medios defienden, no es más
que dolor. Puedo decir sin ninguna duda que lo único que he encontrado en esa vida homosexual son
relaciones superficiales, relaciones en las que eres utilizado como objeto de placer, relaciones en las
que la donación amorosa está frustrada. El mundo gay solo me ha dado un “placer” pasajero cuyo
consecuente sufrimiento era insoportable. No he conocido fuera de este camino de la Iglesia más que
engaño y perversión. Y yo como varón que siente atracción por personas del mismo sexo he de admitir
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
que no he estado libre de pensar que realmente en el mundo que ellos predican hay libertad y auto-
aceptación, pero al final siempre he experimentado todo lo contrario: esclavitud.
Aunque es muy difícil hacer entrar en razón a quien la ideología le ha cegado tan profundamente,
espero que mi pequeño testimonio sirva de luz en tanta oscuridad.
PD: Rezaré por todos vosotros para que descubráis en el Señor la verdad que me ha salvado.
A la atención de ELDIARIO.ES,
1.- Manifestar mi solidaridad con el Obispado de Alcalá, su COF, don Juan Antonio Reig y B.V. ante
los últimos acosos de los que han sido víctimas hoy día 2 de abril de 2019.
2.- Denunciar la manipulación informativa y la persecución de la que está siendo objeto la Iglesia en
las personas antes citadas.
3.- Exigir que se respete mi derecho a elegir la opción de hacer un itinerario de maduración integral
de mi persona, para que pueda trabajar la sanación de mis heridas personales que han dado lugar a
una PMS (proyección hacia personas del mismo sexo) o que se han manifestado posteriormente.
4.- Solicitar a los obispos de la Iglesia, sucesores de los apóstoles, que sean valientes y denuncien
la tiranía de la Ideología de Género y la cultura homosexualista, y que promuevan formación y ayuda
a tantísima gente que no tiene opciones.
5.- Testimoniar con mi vida que merece la pena luchar por esta causa:
Tengo 29 años y soy español. Mi padre siempre ha sido un hombre ocupado, sacando la familia
adelante con mucho trabajo fuera de casa ya que somos muchos hermanos. Mi madre ha tenido
periodos de trabajo fuera de casa y otros de trabajo en casa criando y llevando las labores de casa.
La cultura económica en la que vivimos y la situación familiar que teníamos en casa obligaba a mi
padre a pasar demasiado tiempo trabajando. Yo era un niño bastante sensible, me llamaba la
atención actividades más finas y menos rudas que otros amigos, y necesitaba más atención de mis
padres que el promedio de un niño. Mi padre ha sido bastante desconocido para mí durante mi
infancia. No conocí su ternura, su cercanía, su abrazo, al menos no ha quedado en mi memoria. Lo
cierto es que a mi padre lo he conocido ahora, de mayor, y he descubierto que hay episodios de mi
vida que me han alejado de él. Hoy en día la relación con mi padre ha mejorado bastante y he
descubierto en él esos aspectos que antes no conocía.
Como he dicho, por mi sensibilidad, evitaba ciertas actividades con otros niños, como puede ser el
fútbol u otras formas de socializar muy extendidas entre los varones, en general los deportes. Eso me
hizo sentir un poco alejado del mundo masculino, aunque no en el mundo femenino, pues, aunque
"marginado" yo sabía que mi mundo era el masculino. Esto unido a la historia con mi padre crea en
mí una sed de masculinidad. Tengo claro que soy un varón, pero mi interior me dice que necesito
completar mi masculinidad.
Cuando era niño, fui abusado por un chico tres años mayor que yo. Esto se dio en muchas ocasiones,
y no recuerdo la edad, pero puede ser entre los 7 y los 10 años. Yo me consideraba cómplice de
aquello porque este chico me llevaba a escondidas y me decía que no se lo contara a nadie. Nunca
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
antes recuerdo haber sido estimulado sexualmente. Dentro de mí sabía que esto estaba muy mal, y no
debía saberlo nadie, y además me hacía sentir doblemente avergonzado: por el abuso y por la
complicidad ante la excitación (aunque inocente). Cuando acabó todo, en la adolescencia empecé a
erotizar lo masculino y a ver pornografía gay. Con 14 o 15 años empecé a frecuentar los chats y a
buscar cibersexo (masturbación con webcam). Pronto, con 16 años, contacté con un hombre de casi
30 años y me convenció de quedar en su piso discretamente. Salí hecho polvo, destrozado, deprimido.
Pero a los meses quise repetir. Con el tiempo he descubierto que siempre he querido reproducir
aquello que me hicieron de niño cuando abusaban de mí y aquello que posteriormente vi en la
pornografía. La pornografía me envenenó.
Con el paso de los años he tenido periodos de todo tipo: años en los que no he tenido o apenas he
tenido contactos sexuales y años en los que he quedado con numerosos hombres (en casas, aseos
públicos o en la misma calle). He llegado hasta el punto de contagiarme de la sífilis, ladillas y
gonorrea, y caí en una grave depresión. Os aseguro que he encontrado el infierno. Y no tiene que
venir ningún cura ni nadie a contármelo, lo he vivido yo.
Si me ha pasado todo esto no es porque esté desinformado, abducido, o porque no me hayan dado
educación sexual. Todo lo contrario. Me ha pasado esto porque este descontrol de mis impulsos,
condicionados por unas heridas concretas, es muy visceral cuando se da y no atiende a ciertos
razonamientos. Atajar un comportamiento como este precisa de un acompañamiento, porque entrar
sólo en el interior de uno mismo es imposible. Pero no es necesariamente un acompañamiento
psicológico (al menos en mi caso), sino varios acompañamientos: espiritual, médico, comunitario...
Todo esto que os cuento siempre ha sido para mí una doble vida. He llevado una vida que se entiende
como hipócrita. Yo en realidad siempre he sido un chico normal de cara a la galería, siempre
apoyándome en mis creencias cristianas, gracias a lo cual no he hecho cosas peores de las que he
hecho. No sé qué sería hoy de mí si no fuera por la Iglesia. Cuando atacáis a la Iglesia, me siento
atacado yo, porque yo soy parte de ella. Ella es mi madre. En la Iglesia se me acoge, se me acompaña
y se me enseña. Yo soy libre de rechazar todo esto cuando quiera. Y cuando lo he hecho, hasta ahora,
la Iglesia nunca me ha cerrado sus puertas, todo lo contrario.
Yo no tengo terapeuta, ni he tenido, ni estoy haciendo terapia, ni he hecho nunca terapia de ningún
tipo. He tenido un acompañamiento en la sanación de mis heridas. Y nunca me han cobrado por ello.
Urge que los obispos sean valientes y denuncien este ataque organizado que se está dando contra la
libertad y la dignidad de la persona. No podemos estar callados ante tiranos que pretenden
señalarnos y sancionarnos por hacer una elección de vida totalmente lícita. Hay que denunciar esta
inmoralidad y proponer itinerarios de maduración integral a tantos heridos que no tienen dónde
acudir.
Dios ha provisto un camino para heridos como yo, un itinerario de maduración integral. Un hogar de
encuentro donde se vive intensamente la catolicidad de la Iglesia, en comunión y solidaridad. Rostros
con nombres concretos, personas llamadas por Jesucristo al apostolado de la esperanza. Gracias a
esto, estoy haciendo un descubrimiento hermoso de mis heridas, siempre de la mano del Señor
(sirviéndose de personas concretas). Por Cristo, con él y en él. Así como sus llagas transfiguradas son
manantial de gracia y salvación, nuestras heridas sanadas y redimidas serán fuente de esperanza
para los heridos del mundo.
No hay ley en el mundo que impida esta decisión vital que he tomado libre y responsablemente. Yo
soy feliz así, quisiera que no se me juzgue por ello y no persigan mi decisión.
Fdo: Dimas.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Les escribo en referencia al artículo que tanto revuelo ha creado entre sus colegas de
profesión y en la actualidad social de nuestro país. Les escribo dentro del anonimato por el tema
sensible ante el que nos encontramos y con la intención de hacerles llegar mi postura y mi experiencia
en base a los llamados “cursos para curar la homosexualidad” del Obispado de Alcalá.
Tengo 26 años y hace cinco que recibo un acompañamiento por parte del COF de Alcalá y en
concreto por B.V.; cuando comencé a acudir a las sesiones con ella, llegué con un sufrimiento
tremendo, llevaba una vida homosexual totalmente reconocida, tuve pareja durante más de un año,
mis padres aceptaban o mejor dicho respetaban mi decisión y todo se mantenía en una calma tensa,
puesto que en algunos momentos no me encontraba a gusto con mi condición.
Fue una persona de confianza, la que escuchó hablar del COF de Alcalá y me dio el contacto
para ir a ver B.V. En aquellos momentos no era consciente de todo lo que me pasaba; estaba
sufriendo pero no sabía por qué, porque todo en mi vida iba bien. Anteriormente estuve en los
psicólogos y orientadores de mi instituto y me decían que el problema era que no me aceptaba del
todo y esa serie de cosas, que creo que no eran ciertas, porque a la vista estaba que no ocultaba mi
vida homosexual a nadie.
Fue tras dos años en la Universidad, y tras haberlo dejado con esa pareja con la que estuve,
cuando tras varias dudas me decidí acudir a ir a hablar con esa persona. Soy cristiano y no veía nada
raro en ir a hablar con alguien que era cercano a mí forma de pensar. Nunca mi fe supuso ningún
problema con mi orientación sexual, siempre me sentí acogido en mi grupo parroquial.
Si yo fui a hablar con B.V. por primera vez, fue libremente y porque necesitaba escuchar de
alguien con experiencia en este tema, alguna palabra que me ayudara a comprender porque estaba
sufriendo (sin tener por qué). Sinceramente me chocó el sitio en el que estuvimos hablando y esas
cosas, pero enseguida pude comprender que en ese sitio podía encontrar paz en mi corazón, que era
lo que sinceramente necesitaba.
En cinco años han pasado muchas cosas, momentos de alegría, momentos de ánimo, y
desánimo y también momentos en los que he dejado de ir al COF, etc. Pero realmente, tras un tiempo
de rebeldía, básicamente porque quería hacer mi vida sin escuchar las recomendaciones que me
daban, no he sido feliz. Reconozco y afirmo mi tendencia homosexual y no me avergüenzo de ello. Lo
que si me avergüenza es haber perdido momentos importantes en mi vida viendo pornografía,
buscando desesperadamente contactos o alguien que me quisiera de verdad, cuando, siendo sinceros,
en el mundo gay eso es difícil de encontrar tanto en la calle (salvo que salgas por las zonas de
ambiente) como en las redes sociales (con mayoría de perfiles falsos y grandes índices de
promiscuidad).
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Sinceramente, creo que su colaborador ha ido a hacer daño y a enriquecerse en base a una
noticia totalmente manipulada. Hasta ahora pensaba que eráis un medio de comunicación valiente
por descubrir casos de corrupción hasta entonces encubiertos, pero aquí os habéis colado. No sólo
habéis hecho daño a una persona, sino a muchos de los que estamos acudiendo a sentirnos
acompañados para aliviar nuestro sufrimiento en un lugar de Iglesia, cuyos sacerdotes en muchas
ocasiones no se atreven o saber tratar estos temas. En un lugar en el que nos sentimos bien y en el que
no hacemos daño a nadie.
Si habláis de libertad de expresión, dejadnos elegir que camino queremos escoger en la vida.
Si nos reconocemos personas con PMS pero no queremos seguir un camino cercano a la vida gay,
¿Por qué tenemos que conformarnos con pertenecer a un grupo con el que no nos sentimos
identificados? ¿No tenemos derecho a sentirnos acompañados y dirigidos pastoralmente por un grupo
de personas que trabaja desinteresadamente para acompañar a personas como yo?
Les invito a hacérselo mirar. A poder pensar en el daño que pueden hacer sus palabras y a
que sean humildes y no busquen constantemente el foco de atención mediático con noticias sin
contrastar y pisoteando a quien haga falta, con tal de conseguir más contratos publicitarios, dinero o
visibilidad.
Por mi experiencia puedo afirmar que la Iglesia tras muchos errores en muchos ámbitos, está
empezando a acoger a personas con tendencia homosexual desde el amor, no desde el odio y la
represión, como ustedes plasman en su escrito. Que todo esto tiene un origen y que no es el genético y
que lo único que queremos “curar” o más bien sanar, son las heridas emocionales que se han
generado en el seno de la familia por la ignorancia y la desinformación en estos temas. Y que hay
mucha gente que como yo sufren la incomprensión de un mundo que últimamente cada vez se
convierte en más totalitario, alimentando los extremos y fomentando el odio entre las personas, aquí
me he sentido amado, y afirmo que no he sido el único. Os ruego que no volváis a ser artífices de esa
destrucción de las relaciones humanas con acciones como estas.
Sin más, y abierto a un diálogo sobre el tema, les envío un saludo y espero que sean capaces
de aclarar esto en futuras publicaciones, contando con más testimonios que el de un colaborador
interesado en ser vitoreado por una acción aparentemente heroica, faltando a la verdad y con una
falta de rigor bastante notable.
Fdo. Anónimo.
Escribo este correo en respuesta a la publicación de la noticia de Mons. D. Juan Antonio Reig Pla,
Obispo de Alcalá, el día 2 de abril de 2019 en eldiario.es.
Desde pequeña he sentido PMS y no era feliz. Me sentía un bicho raro, incomprendida y sola. Era
muy infeliz porque yo no quería sentir lo que sentía. Siempre estaba triste. Mi deseo de siempre era
casarme y formar una familia, y que esta familia estuviera formada por un padre y una madre. Hubo
un día que hablé con personas cercanas a mí lo que me sucedía, y aunque la gente lo respetaba y lo
entendía, me seguía sintiendo infeliz. Me quería morir porque veía que no tenía ningún papel en este
mundo. No podía dormir por las noches. Mi vida era una pesadilla continuamente porque no vivía
acorde con mi naturaleza. Viendo estas personas lo que estaba sufriendo me quisieron ayudar y
buscamos ayuda.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Y es verdad porque yo empecé a sentir PMS cuando mi madre me cortó el pelo como a los chicos, y
empecé a sentirme un bicho raro porque no me identificaba con las chicas ya que ellas no llevan el
pelo corto. Cuando llevaba el pelo corto y vestía con vestido me sentía un bicho raro. Cuando llevaba
el pelo corto y pantalones me identificaba con los chicos porque ellos son así. Y ese fue el
impedimento y la HERIDA que hizo que no MADURARA bien mi feminidad.
En este Centro de Orientación Familiar de la Iglesia fue la primera vez que me sentí
COMPRENDIDA, ACOMPAÑADA Y QUERIDA COMO SOY. ME HAN ACOMPAÑADO PARA
AYUDARME SIMPLEMENTE A MADURAR MI FEMINIDAD QUE LIBREMENTE YO HE
ELEGIDO Y QUIERO HACER PORQUE AHORA SOY FELIZ. AHORA VIVO ACORDE CON MI
NATURALEZA QUE ES LA DE SER MUJER. Ya no siento PMS porque ha madurado mi feminidad.
Ya no miro a las mujeres como las miraba antes, sino que ahora me fijo en los hombres. NO ME HAN
LAVADO EL CEREBRO, NI HE TOMADO NINGÚN TIPO DE PASTILLAS NI ME HAN REPARADO
NADA. AHORA VIVO CON ESPERANZA, ALEGRIA Y PAZ. Tengo ganas de vivir, no de morirme.
Yo respeto que cada uno haga con su vida lo que quiera y que la viva como pueda, y si una persona
quiere vivir su vida de manera homosexual, lo respetaré, y es más, la ayudaré en todo lo que necesite.
¿Por qué se me tiene que privar a mí de tener un acompañamiento? ¿No vivimos en un país libre?
¿Dónde está entonces la libertad? ¿No soy libre de hacer con vida lo que quiera y de vivirla como yo
quiera? ¿No soy libre de elegir si quiero tener un acompañamiento, terapia, reunión, operación, clase
o lo que sea? Estos acompañamientos son TOTALMENTE LIBRES. Ahí está la libertad que me quita
el estado.
Mons. D. Juan Antonio Reig Pla y a B. V. solo ayudan a personas que LIBREMENTE le han pedido
ayuda. Debería haber más obispos y personas como ellos.
Desde España.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
decidan libremente no seguirlo y reconducir su vida en una dirección distinta a la que la sociedad de
hoy en día les lleva rápidamente; se les persiga y se trate de cortar las opciones que estas personas
puedan encontrar.
Desde lo personal podría argumentar largo y tendido por qué pienso que sentir una “atracción” hacia
las personas del mismo sexo no es tal, sino una amalgama de traumas y de conflictos sin resolver que
vienen de la infancia y que se pueden tratar. Dicho tratamiento, sin embargo, se viste con un velo de
oscuro en su noticia, como si fuera una especie de lobotomía de esas que se intentaron hacer en el
pasado, las cuales atentaban contra los derechos humanos claramente, todo sea dicho.
Pero están ustedes acusando en esta noticia a alguien de hacer algo sin forzar a nadie, sin obligar,
desde el respeto y desde la plena conciencia de que lo que dice no es mayoritario ni va a ser
compartido por la sociedad mainstream. Estoy seguro de que se sorprenderían soberanamente si, en
lugar de apuntar con dedo acusador, casi sin mirar y sacando las cosas de contexto, pudieran pararse a
pensar si lo que se hace está realmente mal, si realmente es un atentado contra la libertad, o todo lo
contrario.
Soy una persona que ha llevado una vida activamente gay durante una parte importante de mi vida,
tras muchos años de experiencias, compartidas con amigos que, a día de hoy, deciden seguir llevando
esa vida, llegué a la conclusión, razonada y basada en la observación de la realidad que me rodeaba, de
que ese, sencillamente, no era el camino por el que quería seguir caminando.
Como digo, no hago daño a nadie, es una elección libre y soy un ciudadano, adulto, con cabeza y
estudios superiores. Sé a ciencia cierta, que han sacado de contexto las declaraciones (como suele
hacerse siempre en prensa, no es nada nuevo) simplemente les ruego que, a aquellos que así lo
decidamos, nos permitan dirigir nuestra vida por el rumbo que nosotros (y no la sociedad) nos marque.
Como apunte final, sé que considerarán que mi homofobia interiorizada me hace pensar así y que lo
que en realidad necesitaría sería una terapia que me ayudara a quitarme el lastre que la sociedad me
impone y así poder ser feliz.
Puedo decir abiertamente, que no hay homofobia en mí, todo lo contrario, entiendo perfectamente lo
que lleva a las personas a sentir lo que sienten, porque lo he vivido y porque lo he analizado, ambas
dos.
Es cierto que la sociedad ha impuesto muchos años una losa sobre las personas que, como yo, hemos
sido diferentes, hemos tenido más sensibilidad y nos hemos comportado de maneras que no son
usuales. Estoy de acuerdo con ustedes en que eso hay que fomentarlo y aceptarlo.
Lo que también sé, por experiencia propia y ajena; por toda la gente que me rodea, que conozco y con
la que me relaciono, que la conducta sexual que se propone hoy en día no trae nada en claro, nada
constructivo.
Espero que puedan respetar la postura de este ciudadano y dediquen su trabajo en los medios de
comunicación a asuntos de mayor relevancia, que hay muchos y están muy necesitados de atención.
Sin más dilación, reciban un cordial saludo, Un ciudadano preocupado
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Durante toda mi vida había sentido atracción por personas del mismo sexo, siempre creí que yo “era
así”, y pensaba que mi camino en la vida era “salir del armario” e intentar ser feliz viviendo una vida
gay. El deseo era muy justo, ¡¿Quién no desea la felicidad en esta vida?!, pero según iba dando pasos
en este sentido esa promesa de felicidad no se cumplía, de hecho, la decepción cada vez se hacía más
grande… Me alejaba de lo que buscaba.
Un buen día llegó a mis manos por recomendación de un amigo un libro de Richard Cohen
“Comprender y sanar la homosexualidad” … y encontré lo que no esperaba encontrar… ¡una
respuesta coherente al porqué de mis sentimientos de atracción por personas de mi mismo sexo! Fue
como leer mi propia vida escrita en un libro, lo que leí encajaba con quién era yo, y entendí a la
perfección que mi AMS (más tarde entendí que era PMS) era fruto de una masculinidad inmadura y
de heridas en mi infancia y adolescencia.
Esto fue el principio de un largo recorrido, busqué ayuda profesional y más tarde recaí en el
Obispado de Alcalá de Henares, en donde fui acogido, ayudado y acompañado. Durante este tiempo
he podido ir madurando mi forma de relacionarme con mi propia familia y amigos, he ido
descubriendo el porqué de mis sentimientos, he ido reconociendo mecanismos de huida que tengo… y
podría seguir escribiendo un sinfín de cosas más, pero creo que lo más importante a remarcar de esta
cuestión es que pude ir conquistando poco a poco todo eso que es deseable que un joven niño-
adolescente vaya conquistando a lo largo de su juventud (seguridad en sí mismo, confianza,
capacidad de establecer relaciones positivas, etc.…), y al tiempo constataba como los sentimientos de
atracción hacia personas del mismo sexo disminuían.
No todo el mundo tiene la suerte de poder vivir una infancia-juventud con una educación adecuada, el
no haberla tenido (junto con otros muchos factores) conlleva consecuencias en la vida adulta, y la
PMS es una de ellas. Por mi propia trayectoria personal y la de mucha más gente con la que me he
cruzado en la vida, estoy seguro en afirmar que no hay sentimientos de atracción por el mismo sexo
sin sufrimiento, y no se puede mirar para otro lado cuando el sufrimiento está presente.
Ojalá se pudiera ser plenamente feliz llevando una vida “gay”, mi vida hubiera sido mucho más
sencilla, pero resulta que esto no es posible, no es verdad que los sentimientos de atracción por el
mismo sexo sean algo natural, en realidad responden a heridas, traumas, etc., etc.…
Como he escrito al principio de este testimonio, estoy casado y soy padre. Nunca jamás había entrado
en mis planes el casarme con una mujer o tener hijos ¡jamás! Pero al ir colocando mi vida, mis
sentimientos, mis relaciones, etc.… en orden se despertó en mí el deseo y la atracción por la que es
hoy mi mujer y con la que he formado una familia… Y aquí verdaderamente he encontrado el
verdadero sentido y la alegría. ¡La felicidad que creía que encontraría en la vida gay en realidad
estaba detrás de un largo, difícil e intenso camino de maduración!
Desearía que todas las personas que sientan atracción (proyección) por personas del mismo sexo
pudieran recibir la atención y el acompañamiento adecuado para poder superarlos y, entre otras
cosas, dejar de lado el sufrimiento que acarrean inevitablemente.
El Obispado de Alcalá y B.V. han entendido, asumido y decidido ayudar y acoger a personas que,
como yo, pedimos ayuda libremente (libremente llegué y libremente me iré con total tranquilidad), por
lo cual sólo puedo mostrar mi total apoyo y agradecimiento a esta entidad y a B.V. en particular por
ayudarme y por ser una luz de verdad en medio de la mentira que está extendida respecto a la PMS.
José
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Buenas noches, escribo estas líneas para contar mi testimonio respecto al acompañamiento en la
sanación de heridas. En mi caso, solicité ayuda al COF por PMS (Proyección hacia el Mismo Sexo).
Tengo que matizar que hablo de PMS porque considero que no hay innato en mí homosexualidad,
sino que es una proyección en otros varones de las características masculinas que creo tener déficit y
que quiero poseer.
A modo resumen soy el único varón dentro de una familia de muchas hermanas. Cuando yo era muy
pequeño perdí a mi padre. Conociendo estos dos detalles de mi vida ya se podía saber en qué iba a
desembocar mi vida: tener PMS.
Es cierto, que, a parte de estos aspectos, ha habido otros muchos de gran influencia, pero me gusta
ver reflejado en mi vida lo obvio que es que la PMS no se nace sino se hace. Antes de que se formara
en mí la PMS, me consta a ciencia cierta que mucha gente de mí alrededor se lo imaginaba por estos
dos detalles. Incluso cuando la gente conoce estas dos características de mi vida lo primero que
hacen es preguntarme si no he desarrollado PMS con esa situación (aunque luego sean
ultradefensores de que la PMS se nace y que no es dependiente de factores externos por lo que se
desarrolle; pero previamente me lo cuestionan, porque en el fondo la gente sabe que la PMS es fruto
de heridas).
El factor principal es que de pequeño perdí la figura de referencia masculina de mi vida: mi padre.
Me hallé rodeado de una familia donde predomina en todo momento el sexo femenino y donde las
figuras masculinas en las que me podía haber identificado no estaban presentes. La figura paterna es
la que me debía enseñar cómo vivir la masculinidad innata que llevo dentro (es decir, sentirme
varón), pero yo carecí de este apoyo, sobrepasándome las situaciones en las que debía relacionarme
como varón. Me sabía varón, pero me sentía inferior a todos ellos, tenía mucho complejo de
inferioridad respecto al resto de varones, a mis compañeros, amigos, tíos, estar en una intimidad con
ellos me superaba.
A parte de estos aspectos, fue necesario que se dieran otras circunstancias para fomentar esta PMS,
como fueron: poseer una gran sensibilidad, no en exceso, pero si lo suficiente para reflexionar sobre
mi vida y que las cosas me afectarán más. No digo que la sensibilidad sea mala, al revés, es un don si
la orientas bien, pero en mi caso la orienté para victimizar sintiéndome inferior a todos los demás
varones; entorno escolar y urbano con pocos niños varones de mi edad; que me pusieran en la clase
de los repetidores y yo fuera de los pocos alumnos varones no repetidores, etc.
Todo esto me alejaba del mundo varonil, me hacía querer entrar en él, por el sentimiento innato de
pertenecer a mis semejantes, pero estas situaciones eran barreras que me alejaban. No logré
relacionarme de manera sana con mi grupo de pares de chicos, no logré figuras de referencia, no
logré sentirme identificado como varón. Lo que si logré es sentirme diferente, sentirme aislado y con
deseos de pertenecer a ese mundo del cual era totalmente ausente. El mundo masculino era
completamente desconocido, tenía un complejo de inferioridad respecto a los varones que me
bloqueaba.
Por otro lado, las referencias que tenía eran mis hermanas que eran mi modelo a imitar, con el que
aprendí a relacionarme. A su vez, se suma que mis hermanas tienen sus heridas afectivas de gran
profundidad, las cuales no me corresponde a mí hablar de ellas, pero si puedo añadir que yo sufría
muchísimo por sus heridas, pues tuvieron adolescencias duras. Esto me ha producido un rechazo
hacia las mujeres, ya que mi experiencia de niño era que una mujer no me podía hacer feliz. Veía que
la convivencia había sido horrible y por lo tanto había rechazado vivir con cualquier mujer. Recuerdo
que de niño me atraían las mujeres, pero que a medida que las heridas de mis hermanas afloraban yo
iba teniendo aversión a las mujeres y rechazándolas.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Todo ello produjo un rechazo hacia las mujeres (pues me habían hecho sufrir) y una necesidad de
pertenecer al mundo de los varones (por sentir ese mundo ausente y desconocido). El resultado de
esta suma tan desastrosa fue la PMS.
Lo que buscaba era pertenecer al mundo varonil, a mí mundo, buscaba el anhelo de una figura
masculina que pusiera un poco de orden a mi vida, debido a que la convivencia con mujeres me
consumía y siempre achaqué que era la falta de mi padre lo que nos producía ese malestar. La falta
de un varón. Sentía que estar cerca de un varón era la forma de salir de ese tormento. Y como no lo
conseguía porque no había varones en mi hogar el anhelo se convirtió en erotización. Cuando
erotizas te conviertes en alguien. De esta manera era alguien, pues inunda la idea de que si
consiguiera que se fijaran en mí sería alguien y podría tapar ese vacío existencial.
Lo más irónico de todo este rollo que estoy contando es que lo menos importante de mi vida es la
PMS, a pesar de que es un gran sufrimiento que he cargado durante mucho tiempo. Me explico: el
problema es que he desarrollado una herida psicoafectiva, fruto de no sentirte amado. Toda esta
ausencia del mundo varonil, todo este sufrimiento en mi casa a causa de mis hermanas, todo el
complejo de inferioridad como varón, y otras muchas cosas más, han causado que yo me sintiese
inferior y lleno de complejos. Acabé ensimismándome y ocultándome en un rostro de niño bueno
buscando el cariño, pero en el fondo era incapaz de Amar.
Con lo que al no sentirme amado ni poder amar, solo he saboreado la amargura. No alcanzaba la
felicidad a pesar de cumplir metas u objetivos que me planteaba.
Gracias a este acompañamiento de la sanación de las heridas descubrí toda esta herida que llevaba
dentro, que tanto daño me ha hecho y que nunca he sabido identificar. He aprendido de qué se
compone una persona, su antropología, y claro está, al descubrir esto descubres que el origen es que
somos creados por Dios para el Amor. Este acompañamiento poco a poco me delataba en cuáles son
las facultades que me faltan para Amar. Las principales era darme cuenta de las heridas
psicoafectivas que tengo tan profundas, e intentar sanarlas para poder Amar. El primero, perdonarme
a mí mismo, a mis hermanas y a todos aquellos que han podido hacerme daño. Veo como mi vida ha
cambiado, como he podido Amar al otro. Me he sentido amado, y como las personas por las que no
me he sentido amado es porque tienen sus heridas psicoafectivas que les impiden Amar. He visto que
mis hermanas me aman, aunque a veces les cueste demostrarlo. Y cuando comprendo todo esto, mi
PMS disminuye, pues desaparece la necesidad de proyectarme en otros varones. Este
acompañamiento va impulsado a favorecer una MADURACIÓN INTEGRAL, que me ha ayudado a
poder vivir en SOLIDARIDAD y COMUNIÓN.
Hoy puedo relacionarme con otros varones sanamente, sin idealizarles. Hoy he aprendido a
mentalizar y no victimizar en mi vida. He aprendido a salir de mí y a no creerme el ombligo del
mundo, he aprendido a cuidar mi afecto para poder vivirlo en plenitud sin dependencias. He
aprendido a Amar a una mujer. Puedo decir que soy feliz gracias a poder sanar mis heridas, que es
una alegría poder ser LIBRE, pues la PMS es solo un síntoma de que algo va mal.
Hay una canción que me da vueltas en la cabeza, pues refleja muy bien en mi vida lo que es dejarse
llevar por la PMS o por tantas maneras de buscar la vida en otras cosas. Sus autores, hablan del
verbo "cantar" y dice: “Al cantar, me puedo olvidar de todos los malos momentos, convertir en virtud
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
defectos, desterrar la vulgaridad aunque solo sea un momento y sentir que no estamos muertos, no es
placer, es necesidad”.
Si cambias la palabra "cantar" por "PMS" la canción refleja muy bien lo que he sentido durante años.
Perder la vida en cosas que lo único que me hacían era olvidar esas heridas. La PMS es eso, una
búsqueda de necesidad, de sentir que no estás muerto. No es placer, es una necesidad que no produce
satisfacción, ya que la herida que se manifiesta en ella sigue abierta y es un intento de apagar esa sed
de idealizar varones. Necesidad de no sentirme muerto, no por placer.
Es importante saber de las existencias de esas heridas, ya no solo en la PMS, sino en un montón de
falsos rostros que ocultan un sufrimiento interno más profundo, que es lo que las produce.
Por eso escribo esta carta, para dar testimonio del sufrimiento que hay detrás de la PMS. No puedes
imaginar lo que sufro cuando veo a niños que manifiestan PMS, sufro porque si tienen PMS es por
causa de un sufrimiento más profundo en el que nadie les está apoyando, han vivido en soledad sus
heridas psicoafectivas.
¡Gracias a este acompañamiento he podido tener la suerte de conocer mis heridas, de conocer la
carencia del Amor en mi vida para de este modo se me brinde la oportunidad de poder Amar
verdaderamente!
Yo no obligo a nadie a cambiar, pues está en su derecho de no hacer nada para sanar. Pero YO
accedo LIBREMENTE a SANAR MIS HERIDAS. Tengo el DERECHO a SANAR ESTAS HERIDAS,
DERECHO a la VERDAD. DERECHO a poder AMAR a una MUJER y ninguna Ley puede
impedírmelo.
Agradezco mucho a Mons. D. Reig Plá por haber sido valiente y demostrar el conocimiento que tiene
sobre las heridas afectivas. Por ser valiente porque no le importa la crítica y humillación si eso
supone que a uno solo de nosotros puede ayudarnos. Gracias a los COF por acoger a tanta gente
herida que no ha recibido apoyo nunca.
La paz.
Me dirijo a ustedes en relación a la recién publicada noticia en su diario referente a los cursos
ilegales de curación de la homosexualidad en el obispado de Alcalá de Henares.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Lamento haber leído la crónica periodística de alguien que escribe con el ánimo de hacer daño a
personas que actúan con bondad hacia aquellos que libremente reclaman una ayuda para las heridas
emocionales que marcan su vida.
Tengo 30 años. Escribo estas líneas desde la experiencia de haber vivido el infierno de la mentira gay
y de haber sentido también el amor de personas desinteresadas que desde la Iglesia me han hablado
de una nueva forma de vivir, que me ha permitido conocerme mejor a mí mismo y por ello dirigir con
equilibrio mi vida.
Crecí en el seno de una familia que siempre me ha querido, mis padres me educaron conforme a
buenos valores, aunque desde bien pequeño he sido un chico muy sensible que no se ha tomado muy
bien las observaciones de los demás. Este ensimismamiento me llevó más tarde en la adolescencia a
sufrir el rechazo de mis compañeros de colegio. No me gustaba mi forma de expresarme o
simplemente de estar. Me encerré en un muro para protegerme de lo que me pudieran decir, siendo el
niño de la ventana que ve como los demás jugaban al fútbol mientras anhelaba ser como ellos.
Sufrí también un acoso sexual por parte de un familiar que marcó posteriormente mi sexualidad de
forma drástica. A partir de este hecho cambió mi forma de ver a la figura masculina. Sentí una
proyección hacia los hombres que la arrastré con amargura durante toda mi juventud. Quería ser
aquello que nunca pude ser, ser el hombre seguro de sí que decide por dónde ir, el fuerte que puede
hacerse valer, el deportista que es reconocido por sus compañeros... Empecé a envidiar de los demás
chicos las cualidades que yo no tenía. Tanto me fijé en ello, que no encontré atractivo en el mundo
femenino. Eroticé la atracción hacia esos chicos y me proyecté sobre ellos. No pude dejar de fijarme...
No me sentí nunca orgulloso de eso ni busqué refugio en el ambiente gay, porque no me sentía parte
de él...
Mucho más tarde, después de haber intentado tener una relación con una chica que resultó en fracaso
por mi falta de atracción, pasé como he dicho por una época de desierto, amargura, depresiva... en la
que dejaba pasar el tiempo sin otro objetivo que el de quedarme quieto y no mover ficha a mi
alrededor... Hasta que llegó el momento y el lugar en el que me vi envuelto por la tentación de probar
la vida gay de la que nunca me había sentido parte. Fue una época en la que perdí todo respeto hacia
la persona, considerándola como un medio para alcanzar mi propio placer y un medio para satisfacer
mis apetencias. Fue una caída al vacío del sinsentido. Fue una época en la que corté todos los lazos
que me unían hacia mis seres queridos, mi familia, mis amigos...
Y en este momento, en este periodo de bajeza... Me encontré con aquellas personas a las que su
artículo ha menospreciado. Me encontré con personas que sabían por lo que yo había pasado, que me
entendían en mi sufrimiento y que desinteresadamente me ofrecieron su apoyo si yo lo aceptaba.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Estamos hechos para amar y ser amados. Para poder hacer lo primero necesito previamente sentir lo
segundo... Y es precisamente esto lo que me está enseñando la Iglesia en este camino. Les pido que
actúen con la misma responsabilidad y respeto con el que fue tratado el periodista que acudió a
hablar al obispado de Alcalá. Vivan y dejen vivir.
Reciban un cordial saludo, un joven.
Estimados señores:
Hoy en día se presume de que hay “libertad de expresión”. Sin embargo, cuando hay personas que
intentan ayudar a otras con PMS y que deciden buscar otra manera de vida, se les acusa de
homofobia.
Exijo que, ya que se dice que hay “libertad de expresión” se nos sea permitido decidir qué opción
tomar. Hoy en día solamente se conoce una manera, pero, ¿por qué no puede considerarse la otra?
Yo he vivido en mí mismo este proceso y por expongo mi testimonio:
Tengo 20 años y soy de España y hace unos 6 años comencé el proceso de maduración.
Mis padres se estaban divorciando y yo estaba viviendo un infierno, los chicos me atraían muchísimo,
tenía una adicción enorme a la masturbación y pornografía, no le veía sentido a mi vida… Llegó el
momento en que yo estaba pensando en quitarme la vida.
En ese momento conocí este proceso donde descubrí mis heridas y además que había otra manera de
vivir.
Durante estos años he aprendido a ser más estable emocionalmente, he podido perdonar a mis
padres… Tenía relaciones muy tóxicas con toda mi familia, y gracias a este proceso he podido
canalizarlas y crecer como persona.
Además, he podido superar todos los complejos que me acompañaron durante un largo período de mi
vida. Era un chico muy obsesivo, dependiente de personas, sin amigos…
Algo muy importante es que he superado eso y he conseguido crear relaciones de amistad con chicos
cosa que antes era impensable.
Por escandalizador que pueda parecer para algunas personas he podido dejar atrás la PMS y ser
una persona más madura, feliz y seguro de mí mismo.
Me gustaría resaltar que la PMS (Proyección por el mismo sexo) NO ES UNA ENFERMEDAD, son
simplemente heridas que uno tiene y pueden ser tratadas y dejarlas atrás.
Estoy muy enfadado de que no se permita conocer otra posibilidad, una posibilidad que a mí me ha
dado la vida, y por eso RUEGO QUE SE PERMITA LA POSIBILIDAD DE PODER ELEGIR OTRA
MANERA DE VIVIR.
Ruego que tomen medidas y permitan poder elegir lo que quieres hacer con tu vida.
En el COF a mí me han dado la felicidad y me gustaría que ustedes permitan que esta felicidad que a
mí me han dado y este proceso tan fructuoso que he realizado, le sea permitido a tantas otras
personas que están por llegar.
¿Por qué se ha de determinar una manera de vida cuando existen otras más?
Muchas gracias por su atención.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
40. Marta
Queridos amigos,
Soy una chica cristiana de España que me considero muy afortunada.
Aunque según ustedes sería una víctima por haber conocido este grupo de la Iglesia donde han dado
respuesta a mi sufrimiento por sentir PMS (proyección hacia el mismo sexo) hacia otras chicas por
las heridas que en mi niñez y mi adolescencia han dañado mi más profundo ser mujer.
En este itinerario de maduración personal integral he podido darme cuenta y estar segura de que
todas las personas sufrimos por alguna causa que ha dañado nuestras experiencias de amor. La PMS
no es algo malo de lo que en este camino me intenten curar, sino que la PMS es la manifestación de
mi sufrimiento y a la vez la PMS me ha hecho sufrir mucho. Y en este proceso lo que estoy
aprendiendo es a detectar los sufrimientos que me han herido en mi vida para sanarlos y purificarlos.
Yo no soy peor, ni ninguna chica o chico que tenga PMS que los demás. Al contrario, puedo conocer
profundamente mi debilidad que me ha llevado a una doble vida, a una dependencia de otras chicas
como si de una droga se tratase (y ninguna droga es buena), a una vida de mentiras a mis padres, a
mis hermanos, a mis amigos y a mi propio novio.
Yo como mujer, no me quería porque pensaba que estaba mal hecha y que las demás chicas de mi
edad eran mejores que yo, pero en la Iglesia y concretamente en este itinerario he podido descubrir la
belleza con que Dios me ha creado mujer, perfecta. Una mujer que es feliz ahora, madre de tres hijos,
esposa feliz de mi marido al que puedo ser fiel y amar profundamente. Esto para mí, como una mujer
mal hecha o inferior al resto que me creía yo, pues hubiera sido imposible. Yo nunca, jamás hubiera
imaginado este regalo de vida que el Señor ha preparado para mí: mi maternidad y mi esponsalidad.
Todo esto tiene sentido en mí como cristiana que soy, porque sólo Cristo resucitado puede
transfigurar estas heridas y si no has conocido el amor de Cristo pues no puedes entenderlo.
Por esta razón pido respeto por los cristianos que libremente optamos por caminar en la Iglesia.
No quiero que nadie sienta lástima por mí ni necesito que ninguna ley vele por mis “derechos”
porque soy muy feliz porque he podido descubrir que Dios me ama como soy (igual que te ama a ti) y
que me ha creado una MUJER perfecta.
Este camino que me está ayudando a conocer y madurar mi persona ha sido buscado y elegido por mí
totalmente libre y responsablemente y en ningún momento coaccionada por nadie ni nada.
Esta es mi elección que, insisto, he tomado de forma libre y precisamente los que predican la libertad
están ahora amenazando la mía. Porque ninguna ley me puede obligar a hacer o ser lo que yo no
quiero ser y precisamente vuestras leyes y vuestras noticias me hacen daño porque invaden mi
persona y mi libertad. Yo no hago daño a nadie haciendo este itinerario. Y os pediría que, si queréis
abanderar una sociedad de respeto, tolerancia, no discriminación, seguridad ciudadana... dejéis de
importunar a los que libremente y por fe en nuestro Señor que nos ha creado hombre y mujer a su
imagen y semejanza, acudimos a nuestra madre la Iglesia.
En esta carta aprovecho para mostrar mi solidaridad y apoyo con Mons. D. Juan Antonio Reig Pla,
con el COF de Alcalá y con B.V. Gracias por dar la cara por tantos, tantas veces.
Obispos de la Iglesia, os pido que escuchéis la voz de tantos sufrimientos en las familias de vuestras
parroquias, a que no tengáis miedo a denunciar la tiranía con que están imponiendo la cultura gay
también a los que no queremos eso en nuestra vida ni en la de nuestros hijos.
Precisamente somos nosotros los que les respetamos, los que respetamos las opciones que cada uno
toma en su vida, por eso no pueden quitarme la libertad de escoger la opción que yo he tomado. Mi
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
libertad acaba donde empieza la de mi hermano, y en este caso, este itinerario es personal y no coarta
la libertad de mi prójimo.
Un abrazo,
Dios te ama y te quiere feliz
tras la noticia que ha escandalizado sobre el acompañamiento a gente con PMS, quiero hacerles
partícipes de mi historia personal y del vuelco que ha dado mi vida tras conocer este itinerario de
maduración personal, que tanta luz y verdad ha arrojado en mi vida. Soy un chico de 33 años, casado,
con tres hijos y con PMS.
La PMS para mí siempre ha sido un sufrimiento muy grande que no me dejaba vivir o no me permitía
vivir la vida que yo quería. Yo no entendía nada, no sabía ni lo que me sucedía, ni porqué me sucedía
a mí. Lo cierto es que me veía distinto a los demás, algo no normal. Algo que iba en contra de mi
masculinidad, de mi esponsalidad y de mi paternidad.
Y todo ese sufrimiento lo llevaba arrastrando desde la infancia y por mi historia, desde la soledad. Y
siempre la misma pregunta: ¿por qué? ¿por qué a mí? Nunca encontré respuesta.
Tan sólo hace cuatro años este itinerario me la dio: todo a causa de heridas en mi persona, heridas de
desamor. Heridas que habían interrumpido mi proceso de maduración como hombre.
Como cuando en una casa de seis hermanos, uno es el tercero y se siente fuera de lugar y atacado en
sus imperfecciones, cuando uno se siente una carga económica porque en su casa se vive desde la
precariedad, cuando tienes una madre con depresión y desaparece la alegría del hogar, cuando eres
rechazado en el deporte y por el resto de amigos por ser amanerado o no tan bueno como ellos, …
Todo eso hizo que no percibiera el amor de aquellos que me rodeaban y no me sentía amado. Ni
amado ni me podía amar.
El varón que era quedó enterrado en mis adentros y buscaba en otros chicos aquello que no
encontraba en mí mismo: tenía PMS. Y todo este mundo se me volvió en contra: un abuso por parte de
un primo mío hizo que se abriera la puerta a un mundo esclavo de la masturbación, pornografía y
sexo con otros varones. Llegué a llevar una doble vida en el que por una parte mostraba la
normalidad de un chico universitario sin problemas y luego por la noche pasaba horas cara la
pantalla o buscando contactos de manera impulsiva.
Me convertí en un adicto a una sexualidad sin freno ni medida. Todo era por y para el sexo. Y eso te
hace sufrir. Y mucho, sobre todo cuando uno quiere llevar una vida normal, con su novia, con la que
formar una familia como la de Nazaret.
Tuve novia, la que ahora es mi esposa, y compaginaba el noviazgo con mis infidelidades con otros
hombres. Y eso me rompía por dentro, rompía a mi novia y rompía nuestra relación. El único
consuelo, las lágrimas.
Sólo cuando pude abrir mi sufrimiento a la que iba a ser mi mujer todo esto se pudo ordenar algo.
Digo algo, porque después en el matrimonio volvió a venir la necesidad, el escape, la evasión a
buscar sexo para calmar mi sufrimiento. Y viendo todo el mal que era capaz de hacer, a mi
matrimonio, a mi esposa, a mi hija, a mí mismo, pude abrir este sufrimiento a un sacerdote y él
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
mostrarme la verdad de todo esto a través de este acompañamiento que me ayuda a detectar mis
heridas y poder ir sanándolas.
Gracias a este itinerario puedo ser el hombre que nunca pensé que llegaría a ser, el marido que se
merece mi mujer, fiel y entregado a su esposa, que perdona y es perdonado cada vez que uno mete la
pata, el padre que está creciendo junto con sus hijos y está aprendiendo de San José a poder cuidar
de ellos.
Gracias a este itinerario puedo reconciliarme con mi historia, con mi primo que tanto daño me hizo,
haciendo nueva la relación con mis padres y mis hermanos. Estoy creciendo como el varón que
siempre fui, seguro de mí mismo, ahora incluso juego al fútbol y hago deporte y soy válido para ello.
Libre de todas mis esclavitudes y adicciones al sexo, a la masturbación, a la pornografía, a los chats.
Y todo ello teniendo un referente como hombre que soy: Jesús. Y es que Él dijo: yo soy la verdad y la
verdad os hará libres. Gracias a Dios
Y después de todo esto, cómo poder entender que alguien que quiera ayuda, se le ofrezca y le vaya
ordenando su vida y por ello esté haciendo mal. Pero, es más, cómo entender que una persona que
entrega toda su vida por los demás, no es sólo que esté haciendo mal, sino que está cometiendo un
delito.
Permítanme decir que esa libertad que ustedes predican y defienden atenta contra la libertad del que
quiere ayudar y del que necesita ayuda. ¿No tiene acaso igual derecho de libertad el que quiere llevar
un estilo de vida LGTBI que aquel que no comulga con ello y decide hacer un itinerario de
maduración que ordena su vida?
Creo que lo que ustedes defienden se asemeja más a una dictadura, tanto que la critican, que a una
vida en el que cada persona pueda vivir de manera libre. Igual si tanto les escandaliza es porque hay
algo de verdad en ello. Yo tengo el mismo derecho a poder elegir la sanación de mis heridas a través
de este itinerario de maduración que cualquier otro ciudadano de este país, España, a poder llevar el
tipo de vida que uno desee. ¿Dónde quedan los derechos y libertades? Háganselo ver.
Y por último y casi que tenía que estar el comienzo de esta carta mostrar mi gran agradecimiento a
nuestra madre la Iglesia y la labor está haciendo en la humanidad. No hay más ciego que el que no
quiere ver. Una madre que me ha acogido, que no me ha juzgado, ustedes sí, y que me ha abierto su
casa de par en par sin tenerme nada en cuenta. Una madre que me está educando con el amor de
María.
Gracias a Monseñor D. Juan Antonio Reig Pla por su valentía, por su perseverancia, por su
honradez, por su libertad y por su fidelidad. Éste sí que es un hombre de fe. Dando la vida
constantemente y por ello el mundo se la quiere quitar. ¿Anunciar el amor de Dios en el mundo es
delito? ¿Hablar desde la verdad es delito? Yo muy agradecido por toda su labor porque gracias a él
yo pude encontrarme con este itinerario, gracias a él mi vida cobró sentido y gracias a él estoy
conociendo el amor de Dios en mi vida que tan libre y feliz me está haciendo.
Y me gustaría que este gracias se pudiera extender al resto de obispos de España por haber acogido
en sus diócesis este itinerario tan revelador y esperanzador para cualquier persona.
Espero que puedan ser tan valiente como el arzobispo de Alcalá y defiendan a toda costa el derecho
de vivir la vida con la dignidad que nos da el ser hijos de Dios. Sed valientes para defender la verdad
en este mundo y actuar ante la tiranía de aquellos que quieren ocultar la belleza de la vida cristiana.
Cómo decía San Juan Pablo II en una JMJ con los jóvenes y que en esta carta recuerdo a todos los
arzobispos del mundo: ¡No tengáis miedo!
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Comienzo esta carta indicando que ojalá testimonios como el que pretendo expresar acá, pudieran
también encontrar un espacio de publicación en diarios como este (o muchos otros) donde muchas
veces (sino todas) la orientación de los contenidos y noticias, o lo que llamarían la "línea editorial"
termina siendo sesgada y orientada a solo mostrar una parte de la historia, dando énfasis a solo una
perspectiva que limita el abordaje de temas de alta relevancia e impacto en nuestra sociedad, siendo
esto dirigido por un conjunto de personas encargados no solo de "transmitir la noticia", sino en
muchos casos imponernos puntos de vista, como si todos debiésemos aceptar silenciosamente y sin
reclamo los llamados fenómenos o cambios de nuestra sociedad moderna
Dicho lo anterior, comienzo por decir que AFORTUNADAMENTE me encuentro inmerso en este
proceso de maduración, que más allá de trabajar la PMS (proyección hacia el mismo sexo) en
realidad lo que se busca es el desarrollo integral de la persona, contemplando para ello un trabajo
duro de madurez de nuestra psicología, espiritualidad, corporalidad y el manejo apropiado de
nuestras emociones y sentimientos, entre muchos otros elementos (voluntad, comunión, solidaridad,
humildad, etc.)
¿Y no es acaso intolerante y discriminatorio prohibirle a alguien recibir ayuda, teniendo esa persona
un profundo deseo de cambio y una profunda convicción de trabajar su PMS y su maduración
personal? ¿o es que acaso la intolerancia únicamente cobra significado en una dirección? (esa que
impone mi línea editorial)
Existen personas que NO aceptan ni aceptaran nunca (me incluyo) la "homosexualidad" como estilo
de vida, y no se trata de una imposición de la iglesia, ni de un dogma religioso o moral que pudiera
llevarme a tener esta determinación, porque muchos hemos vivido largos años inmersos en ese
mundo, particularmente tuve "relaciones de pareja" muy largas (7 años... 9 años) con personas de mí
mismo sexo, desde los 18 años hasta mis 35 estuve metido de cabeza en un mundo al cual
definitivamente no pertenencia, y no fue porque alguien me vino a contar o a convencer de que ese
ambiente era muy malo o de que iría al infierno si seguía por allí, YO LO VIVÍ EN CARNE PROPIA
durante muchos años, y por ende no puedo defender lo indefendible, queriendo hacer ver que es un
paraíso el estilo de vida gay, y mucho menos puedo pretender hacer ver al resto de las personas, y
mucho menos convencer a todo el que se me atraviese, de que sin duda alguna, la solución es
aceptarse, porque solo así encontrara felicidad y plenitud en su vida.
La respuesta para mí y para muchos de los que VOLUNTARIAMENTE nos encontramos en este
camino, es decir: ¡¡NO!! ... no queremos este tipo de vida, personalmente NO encontré ningún
motivador, ningún elemento de valor que me incentivara a continuar por ese rumbo y tengo EL
DERECHO A DECIR NO!! y TENGO EL DERECHO a RECIBIR AYUDA SI LO CONSIDERO
APROPIADO Y PERTINENTE
La persona que estaba allí sentada frente a la psicóloga que hoy se ataca, entiendo que no tenía
ningún deseo de cambio profundo ni de maduración personal, por lo que se transmite su intención fue
la "búsqueda de la noticia", para entonces publicar ideas generalizadas que debemos aceptar sin
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
reclamo, porque DEBEMOS TENER TOLERANCIA ante las personas que desean vivir un estilo de
vida gay. TOLERANCIA ... que buen concepto este, sobre todo si lo sabemos aplicar SIEMPRE
Si usted vive una vida gay y considera que se la está pasando muy bien allí , reforzando cada día que
pasa sus valores personales y hasta familiares, madurando cada día más, y cada vez siendo más
responsable consigo mismo, trabajando su voluntad, su autoestima, su espiritualidad, etc.… si ese
ambiente le aporta todo esto (o si su lista imaginaria de beneficios es aún más larga)... pues adelante
continúe por allí (NADIE SE LO ESTA NEGANDO).
Ahora bien, si en algún momento usted se da cuenta, de que el estilo de vida gay no es lo que usted
desea, sepa usted que existe un camino diferente, que no es fácil y que requiere mucho esfuerzo,
PERO QUE EXISTE y nos llena de muchísima esperanza a todos a los que allí pertenecemos, que se
sepa que hay personas que estamos dispuestas ayudar a todo aquel que lo desee, cada uno desde sus
talentos y sin necesariamente recibir nada a cambio (SOLIDARIDAD), que se sepa que existen
personas (psicólogos, educadores, diseñadores, ingenieros, informáticos, músicos, sacerdotes,
religiosos y muchos más) que procuramos reunirnos en cada rincón de este mundo para apoyar esta
causa, para ayudarnos, y para demostrarnos de que ES POSIBLE EL CAMBIO y es posible la
MADURACIÓN INTEGRAL, lo único que pedimos es RESPETO A NUESTRAS CONVICCIONES y
exigimos el derecho de poder desarrollar nuestra vidas apropiadamente de acuerdo a nuestra
determinada determinación de cambio, y esto pasa por tener el derecho de recibir ayuda sin
necesidad de escondernos, o de temer a la aplicación de alguna ley, si vamos hablar de tolerancia
apliquémosla en todos los sentidos, y no solo en la visión que queremos imponer a través de un estilo
editorial o idea personal
Soy venezolano con 36 años al día de hoy, buena parte de mi vida la hice en Venezuela, viví en EEUU
por casi tres años y ahora me encuentro en Colombia, llevo conociendo esta comunidad desde que
tenía 18 años, y durante mi etapa más joven nunca acepte que se me prohibiese vivir esa vida gay que
tanto anhelaba. DECIDÍ VIVIRLA, y la viví de la forma más intensa posible (ha sido uno de los
errores más grandes de mi vida), hasta mis 35 años pude ser testigo de todo lo que allí se puede vivir
y de todo lo que allí podemos encontrar, nada me convenció y lo que agradezco a DIOS es el haber
tenido siempre presente de que existía otra opción, un camino que no decidí tomar durante mucho
tiempo (soberbia), pero que ya desde hace un año y hasta ahora lo he trabajo, lo continuo y
continuare trabajando.
Puedo decir al día de hoy, que a pesar de lo fuerte, de lo duro y doloroso que pueda ser el camino,
definitivamente es un recorrido sanador y lleno de mucha esperanza, y así como en algún momento a
mis 18 años me negaba aceptar que alguien me prohibiese vivir una vida gay, contrastantemente hoy
a mis 36 años, después de haber validado con mi propia experiencia que prácticamente nada de lo
que hay en ese entorno vale la pena, pues basado en esto, hoy a mis 36 años puedo decir que NO
ACEPTO QUE NADIE ME PROHÍBA RECIBIR ESTA AYUDA QUE TANTO BIEN ME HACE,
tampoco acepto que se me limite a no poder vivir un proceso de cambio y de maduración que HE
DECIDIDO VIVIR, porque es aquello que ha logrado dar sentido y valor a mi vida, y para lo cual NO
encuentro justo que deba buscar o encontrar el apoyo desde la clandestinidad... a escondidas como si
estuviera cometiendo algún crimen quien decidiese ayudarme
Ya para culminar solo me queda dar las gracias al esfuerzo de Mons. D. Juan Antonio Reig Pla
(Obispo de Alcalá), a todos los sacerdotes, religiosos y profesionales de las distintas áreas y saberes
que ponen su granito de arena para ayudar a tantas personas (entre las cuales me incluyo). Gracias
por mostrarnos que en medio de tanta oscuridad todavía hay un reflejo de luz que nos da esperanza
para continuar el camino, y para mantener la aspiración de ayudar a muchos más, tanto en el
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
presente que hoy nos ocupa, como en el futuro que está por venir... pues estoy completamente seguro
que: LO MEJOR ESTA POR VENIR
Javier Rondón
estando al corriente de los sucesos acaecidos el martes 2 de abril del corriente año, en lo relativo a la
investigación que se quiere llevar a cabo contra el obispado de Alcalá, sobre cursos ilegales que
pretenden reparar la homosexualidad, quiero manifestar mi postura al respecto.
Soy partícipe de este itinerario de maduración integral de la personalidad, si bien, nunca he sentido
atracción por personas del mismo sexo, este itinerario me ha ayudado demasiado con mi propia
maduración personal, aprendiendo respeto y amor propio para poder brindarme hacia los demás con
respeto y amor de igual manera. Este es un camino que yo, por voluntad y elección propia, he
decidido tomar, y de cuyos efectos me he beneficiado.
Creo que este debe ser un DERECHO al que a toda persona debe garantizársele, ya que se relaciona
íntimamente con la libertad de cada ser humano de tomar sus propias decisiones y hacer lo que cree
correcto para su propio bienestar.
Esperando tomen conciencia de la actitud y postura que están tomando, deseo que el mismo respeto y
tolerancia que ustedes exigen, ejerzan para con los que piensan diferente y toman otras alternativas
en lo que a esta cuestión respecta.
En esta situación no se trata de discriminación ni de fobia, sino, una perspectiva diferente, que al
contrario de lo que ustedes piensan, busca la LIBERTAD, EL AMOR Y LA VERDAD DEL SER
HUMANO. No espero que lo entiendan, ni que lleguen a estar de acuerdo, sino, simplemente que nos
respeten.
El motivo de mi respuesta es para dar a conocer mi punto de vista y mi experiencia de vida ante todo
lo que está ocurriendo en este momento allí en España.
Para comenzar, diré que al igual que muchos chicos de todo el mundo tengo PMS, la cual significa
Proyección al Mismo Sexo -decimos proyección porque no existe atracción entre ambos polos, si no
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
entre opuestos, polo positivo y negativo se atraen mientras que positivo y positivo se repelen al igual
que negativo y negativo.
Quiero ser lo más sincero en todo lo que voy a explicar a continuación; en primer lugar, no estoy aquí
para fomentar ningún tipo de odio ni fobia hacía cualquier ser, más bien quiero dar mi opinión
respecto a mi experiencia y espero que, al igual que como todos deseamos, puedan escucharme y
tomarme en cuenta. Como ya dije antes vivo en Ecuador que es un país tercermundista y en el que
rige el machismo, totalitarismo y control de masas por medio de tabúes y el miedo, vengo de una
familia que desde generaciones atrás a sido disfuncional como muchas otras, mi hogar consta de un
padre narcisista y territorial, una madre sumisa y con carencia de poder demostrar afecto constante,
de ellos dos quedamos 3 hijos, dos niñas y yo, yo soy el último, el único varón y por consiguiente al
que más atención le pusieron, mis padres desde lo que supieron hacer como progenitores nos criaron
en un hogar con comodidades, pero con poco afecto.
Mi padre pasó lejos de mi en toda mi niñez lo que significó que yo estuve al cuidado de mi madre y
hermanas, no tuve un modelo paterno al cuál seguir porque muchas veces fue la causa de grandes
decepciones las cuales crearon heridas en mi ser, todas estas heridas como son el abandono, rechazo,
no filiación ni reconocimiento de mi propia valía causaron en mi un cúmulo de reacciones que se
desencadenaron poco a poco, primero se manifestó con fantasías sexuales con imágenes eróticas,
luego ese sentimiento creció hasta que a mis 7 y 9 años tuve un encuentro sexual con otro niño que
conocía, fue sexo oral y por pura curiosidad, a los 9 años había experimentado algo que debí hacerlo
cuando este en mi madures sexual, pero si miramos el trasfondo de todo esto algo sucedía en mi
interior, y fue tan fuerte que desencadenó en mí sentimientos que no quería sentir porque no me
gustaba, más que por rechazo simplemente yo mismo no lo quería aceptar, el tiempo pasó hasta que a
los 12 comencé con la masturbación y pornografía, fue aquí cuando todo se tornó más fuerte,
comencé a chatear con desconocidos que se entendían a sí mismos como gays o homosexuales y desde
este momento fue que intente aceptarme, pensar que lo que sentía está bien para mi nivel moral y que
algún momento podría sobrellevarlo y ser feliz, todo esto me lo pintaron muy bonito aquellos hombres
mayores de 18 años con los que conversé.
Al cumplir los 13 todo dio un cambio de 365°, mi familia descubrió que tenía sentimientos eróticos
por personas de mí mismo sexo y con la ayuda de mi padre conocí lo que es la educación en el amor,
claro que al principio estuve demasiado escéptico de todo este trabajo que me mostraron pero decidí
seguirlo y ver lo que sucedía, al fin y al cabo tenía 13 y una vida por delante así que podría
intentarlo.
Ahora que tengo 16 ha habido en mi un esclarecimiento muy amplio de mí mismo, de quien soy y de lo
que estoy dispuesto a demostrar de mi ser, he conocido muchas cosas, ha habido muchas respuestas a
miles de preguntas que tenía, no solo con relación a la PMS sino también a cómo vivir la vida de la
mejor manera posible, una vida que desde la solidaridad y la donación pueda permitirme crecer y
acompañar a los demás que necesiten de mi ayuda y de mi experiencia. Todo esto que digo me ha
permitido madurar como un joven que puede ver más allá de las cosas superficiales e indagar en las
cosas que no podemos ver.
Para poder escribir toda esta carta he estudiado y aprendido mucho de lo que es vivir y cuáles son los
problemas que se nos pueden venir encima, con respecto a la PMS he investigado mucho y no solo
con internet o libros, si no que he salido junto con mi padre -que se interesó mucho por ayudarme a
madurar mi verdadera masculinidad a hablar con personas de la comunidad LGTBIQ+ y a recopilar
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
muchos testimonios, desde todo este experimento que hice con mi padre pudimos ver que, al igual que
otros tipos de vida, también existen problemas y muchas personas me han dicho que la vida de la
gente con PMS es una mala vida, que todo lo que te dicen al principio es muy llamativo pero que en
realidad es un mundo en el que el principal motor es el uso del otro como objeto sexual siendo
disfrazado de amor, que existen muchas consecuencias, pero como ellos decidieron ese camino ahora
tienen que enfrentarlo.
Sé que no he vivido mucho, pero lo que yo ahora pido es que seamos una sociedad que no se rija por
lo que dice cada uno ni lo que cada uno busca para su beneficio propio y absoluto, si no, que veamos
las cosas desde un panorama en el que todos podamos desarrollarnos libremente y con nuestra forma
de querer vivir nuestro camino pero siempre con respeto y tolerancia por parte de todos, tanto
creyentes, como no creyentes, tanto seres con cromosoma xy y seres cromosoma xx.
Quiero que todos podamos elegir que queremos para nuestra vida y que sea cual sea la decisión de
cada uno tener las herramientas necesarias para llevar nuestro proyecto de vida a cabo.
Tengo 22 años de edad actualmente, hoy 02/04/2019. Soy de Ecuador, un país pequeño, pero muy
lindo al cual me siento orgulloso de pertenecer.
Hace 3 años mi vida era un caos. Realmente no tenía un sentido de existencia. Me sentía vacío, triste,
solo, era un chico que además de ser neurótico, vivía con traumas psicológicos que me impedían vivir
en paz.
Era un chico extremadamente tímido, callado, retraído y con miedos, con demasiados miedos. Me
sentía deprimido todo el tiempo por las cosas que pasaban a mi alrededor.
Como una huida adquirí una adicción a la pornografía y masturbación de una manera severa y esa
era la única cosa que me mantenía en paz, como si eso fuera una especie de sedante que me hacía
olvidar de todos mis problemas e inseguridades, al menos por un rato. Esta fue realmente una de las
peores etapas de mi vida.
El tiempo pasaba y la adicción a la pornografía se hacía más fuerte. No podía controlar cuantas
veces al día o a la semana lo hacía. Realmente la pornografía puede ser tan adictiva como caer en
otro tipo de adicciones con estupefacientes, porque el mecanismo biológico es similar: la liberación
de hormonas como dopamina y serotonina que te hacen sentir placer y alejarte un poco de la realidad
puede ser demasiado adictivo. Debo aclarar que toda la pornografía era de temática homosexual.
A decir verdad, es muy curioso que me resultara particularmente atractivo videos pornográficos en
los que un hombre maduro tuviera relaciones con chicos demasiado jóvenes. A veces deseaba ser yo
ese chico joven que solía actuar en ese tipo de películas.
Recuerdo que, en la secundaria, jamás tuve inclinación o atracción alguna hacia chicos de mi edad.
Pero sí lo sentía hacia hombres mucho mayores a mí. Mi adicción y mi comportamiento compulsivo
estaba saliéndose de mis manos y ya empezaba a hacer cosas más fuertes. Empecé a adentrarme en
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
una adicción a videos chats homosexuales y al cybersexo. Y realmente se había convertido en una
adicción porque no podía detenerla.
Estuve a punto de conducirme a un estado de adicción más fuerte y a hacer todo esto más real; entrar
en una adicción a los encuentros sexuales. Hasta que un día no pude más con todo esto. No podía
seguir viviendo de esta manera. Esto solo me causaba dolor y me hacía sentir miserable por no poder
ser el dueño de mi propio cuerpo. Busqué ayuda en internet, incrédulo de poder encontrar algo,
incrédulo de que alguien pudiera comprender lo que yo estaba sintiendo y viviendo.
El día en que la encontré me puse muy feliz. NO recuerdo haberme sentido tan feliz y con tanta
esperanza en toda mi vida luego de saber que ellos realmente podrían ayudarme. Desde que el primer
momento en el que entré y hasta el día de hoy, el sentimiento de hermandad, amor y acogida,
comunión y solidaridad se siente en el ambiente y eso es muy contagioso.
Me devolvieron la esperanza, me hicieron sentir que la vida valía la pena. Es necesario recalcar que,
yo ingresé a la página por mi PROPIA VOLUNTAD. Necesitaba de la página y sé que la sigo
necesitando hasta el día de hoy porque gracias ella, mi vida se dividió en un antes y un después.
También tengo que recalcar que su propósito principal no era una conversión homosexual en sí, sino
una maduración integral de la persona, en la que pueda sanar muchas heridas, superar traumas y
devolverle a la persona su sentido de humanidad para con los demás. Yo soy y he sido alguien ateo y
ellos, a pesar de ser una institución católica respetaron eso y nunca me obligaron o forzaron a
practicar la religión o algo de lo que yo no estuviera de acuerdo.
He madurado mucho en estos 3 años que he aprendido en este itinerario, y mis propios amigos y
familia son testigos de ello. Me he vuelto una persona muy madura en muchos de mis aspectos. He
dejado atrás miedos e inseguridades sobre mi persona. Me he aprendido a valorar enteramente y por
lo que soy.
Aunque por estos 3 años que han pasado, han surgido ya sentimientos de proyección hacia chicos de
mi propia edad, me di cuenta que había algo en mí que me hacía envidiar a los otros. Quería ser
como ellos, los elevaba en un pedestal y por, sobre todo, pensar en siquiera sentirme igual a ellos me
parecía un chiste.
Ahora es distinto, ahora tengo más confianza me mí mismo de la que tuve antes. Ahora miro a otros
chicos y ese sentimiento de envidia me parece ridículo e inmaduro. Ahora me he vuelto más humano y
menos egoísta. He aprendido a compartir y donarme a los demás y he encontrado felicidad al hacerlo.
Antes era un chico realmente solitario, con muchos problemas sociales, especialmente por mi
neurosis. Ahora he aprendido a entender a los demás y aceptarlos tal como son. He aprendido que
soy más feliz cuando alguien más es feliz.
Para mí el itinerario de es posible la esperanza ha sido realmente una de las mejores cosas que me
han pasado en la vida y gracias a esta ahora soy lo que soy. Ya he vencido en mucho a estas
adicciones de pornografía que en un pasado me tenían esclavizado y no me permitían vivir.
Es por todo esto que quiero denunciar a todas aquellas personas que están atacando al obispado de
Alcalá de Henares y a las personas que han ofrecido ayuda desinteresada a las personas que, como
yo, voluntariamente han decidido seguir el itinerario de maduración integral. Testimonios como este y
el de muchos otros chicos que conozco me hacen rectificar que no existen señales o pruebas que
deriven en problemas de ansiedad, depresión o suicidio por el estudio del itinerario. Todo lo
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
contrario, el itinerario ha sido una fuerte herramienta que nos ha permitido evitar que ese tipo de
situaciones invadan nuestra vida, viendo la vida desde una perspectiva real y no subjetiva.
También exijo el derecho a elegir la sanación de heridas adquiridas en nuestro pasado, sin que
existan acusaciones o imposiciones de ideologías que nosotros no queremos aceptar y estamos en
todo nuestro derecho de no hacerlo. Porque como también se respeta el derecho de la libertad de
pensamiento y elección, este derecho no puede serle quitado a personas que por su propia voluntad
quieren realizar el itinerario de Maduración Integral con el objetivo de convertirse en personas más
solidarias y con un sentido de realización.
Por último, quiero pedir a todos los obispos de la iglesia católica una denuncia contra la tiranía,
opresión, injusticia o imposición de la ideología de género y cultura gay a personas que no están
conforme con vivir una vida de este estilo, y que se promueva la formación Integral de la
personalidad y un acompañamiento a estas personas que quieren sanar y madurar.
Estimados de ElDiario.es
Por medio de la presente me comunico con vosotros acerca del reportaje publicado en su diario
llamado “El obispo de Alcalá celebra cursos ilegales y clandestinos para curar la homosexualidad” y
mostrar mi desacuerdo y protesta ante tal, debido a que se saca de contexto absolutamente todo el
trabajo que se hace desde la diócesis y se tergiversan la información.
Yo soy una persona que tiene PMS (proyección hacia personas del mismo sexo) y gracias al
acompañamiento que he recibido y sigo recibiendo de manera voluntaria me ha cambiado la vida. Lo
que he encontrado con este programa es la maduración integral de mi persona, de mi sexualidad, no
es una cura para la homosexualidad. Gracias al itinerario de maduración que he estado haciendo
puedo asegurar que el proceso de sanación de las heridas causales de las proyecciones hacia
personas del mismo sexo (mal llamada homosexualidad) permiten que estas proyecciones disminuyan
y desaparezcan, ya que se trabaja todas las dimensiones y facultades de la persona (espiritual,
psicológica, intelectual, corporal).
Este itinerario de maduración me salvó de en algún momento cometer suicidio y poco a poco empecé
a quererme y aceptarme tal cual como soy, como un varón de pies a cabeza, no hay nada más
placentero de poder aceptarme como varón, porque eso es lo que soy, algo que no podía aceptar
antes de empezar con el itinerario. El vivir la “homosexualidad” es un verdadero infierno, ya que
conlleva adicciones, depresión, independientemente si la homosexualidad sea aceptada o no
socialmente.
Como lo dije anteriormente estoy haciendo el itinerario voluntariamente, no hay nadie de las
personas que conozco que también lo están haciendo que lo realicen de forma obligada. Este trabajo
representó una esperanza para mí, de saber la verdad sobre mis heridas y repararlas. Representa
también el abrirme hacia el trabajo de comunión y solidaridad.
Ofrezco mi total apoyo a Mons. D. Juan Antonio, Obispo de Alcalá, porque nos ha enseñado a vivir en
el amor y la verdad y ha sido alguien que ha dado la cara por defender a aquellos que en estos
momentos no tienen voz para seguir un itinerario de maduración en el amor, que se ve atacado por
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
todas partes y en donde se está negando mi derecho a la libertad de escoger el mejor proceso de
maduración de mi elección, que como escribía más arriba, funciona. Ninguna ley puede impedir esto.
Pido a todos los obispos de la Iglesia Católica que denuncien la tiranía de la Ideología de Género y
de la cultura gay y promuevan una formación integral de la personalidad y un acompañamiento a las
personas que como yo tenemos PMS que queremos sanar y madurar.
I. R. (miembro de EPE)
Cordial saludo
Por medio de la presente me comunico con ustedes para mostrar mi desacuerdo y mi inconformidad
con respecto a la publicación que realizaron en su diario, con relación a el itinerario de maduración
que ofrece el Obispado de Alcalá de Henares, a personas con PMS (proyección a personas del mismo
sexo).
Yo personalmente soy un joven con PMS y no me considero una víctima más, puesto que yo
voluntariamente decidí aceptar la ayuda que nos ofrece el Obispo de Alcalá y de la página
www.esposiblelaesperanza.com y gracias a esta orientación que repito he aceptado voluntariamente,
la cual marco un antes y un después, ya que mi vida cambió grandemente pues vivía en una mentira la
cual me tenía al borde del suicidio
Y al estar en un mundo de soledad, incertidumbre, inseguridad, al no saber qué hacer y que sería de
mi vida. Mis días eran horribles solo quería entrar en sueño profundo al sentir que era difícil ser
simplemente yo. Fue un camino muy difícil, el cual no me siento feliz de haber recorrido, pues fue un
camino de espinas, donde me negaba a aceptar la PMS (proyección hacia el mismo sexo). No podía
dejar que mis heridas y muchos de los factores que influyeron para que se generara marcaran un
punto determinante en mi vida, puesto que es una inmadurez que solo me estaba matando lentamente,
no puedo aceptar una vida cargada de sufrimiento y de angustias.
Por eso busqué ayuda y EPE me la brindó, encontrando una gran y maravillosa familia que me
brindó un camino lleno de luz y verdad, pero lo más bonito de descubrir esto, es que sienta un
corazón más liviano y con ánimos de conocer que más me trae este itinerario. También, el saber que
tengo hermanos en los cuales apoyarme.
No puedo decir que este sea un camino fácil, y tampoco que sea corto pues es un camino largo y de
grandes descubrimientos que te llevan a conocerte más a ti mismo y a salir en busca de tu verdadero
yo.
El salir en la búsqueda de conectar con nuestro propio cuerpo y transmitir sentimientos que nos
negábamos a experimentar, llevados de la mano a Dios, encontrando hermanos que están por encima
de la herida, el cultivar nuestra seguridad y aumentar nuestra autoestima, reparar y reconciliarnos
con nosotros mismos, con los demás y lo más importante con Dios.
Rompiendo cadenas que nos tienen amarrados a nuestros pasados reviviendo a cada instante
dolorosos sucesos que marcaron de una u otra manera nuestras vidas, nos han enseñado a afrontar
nuestros peores miedos, a enfrentar las consecuencias de estos y a gestionar las posibles soluciones
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
El vivir en comunión para complementarnos con los demás de forma especial con la mujer, en orden a
vivir un amor verdadero. En darnos con solidaridad, el valor de salir siempre al encuentro, a la
defensa del más débil, del más necesitado, explotando y oprimido. Entre muchos valores más, los
cuales han hecho lo que soy ahora, donde he dejado el chico oprimido para salir a la búsqueda de lo
que me pertenece: MI MASCULINIDAD.
Desde hace 4 años me levanto tranquilo, simplemente a vivir mi vida y vivirla tal como soy: un varón
en busca de la verdad y sanación, no usando espejos de otras personas, sino que usando el mío,
viviendo en comunidad con la familia EPE, viviendo cada día agradecido con Dios por haber traído
la esperanza a mí ser. Al encontrar hermanos de camino que están ahí luchando junto a mí, unidos
bajo una misma meta.
Por eso me niego a aceptar leyes que estén en contra de los itinerarios de maduración integral, puesto
que es mi derecho de sanar mis heridas, las cuales se han manifestado en la PROYECCION HACIA
EL MISMO SEXO (PMS), pues está mi maduración integral y mi vida por encima de las leyes que
consideren los diferentes gobiernos y la ideología de género.
Quiero recalcar que es decisión propia, y no hay nadie de los que conozco que estén obligados a
hacerlo, todos trabajamos por nuestra maduración y salir de las sendas de la mentira, las cuales
están siendo impulsadas por la ideología de género.
Y muestro mi total apoyo a Mons. D. Juan Antonio, Obispo de Alcalá y con B.V, pues gracias a ellos,
muchos de los que vivían en esa mentira están viendo una la luz y una esperanza, donde nos han
enseñado a vivir en comunión y solidaridad, donde son unos de los que han luchado por defender los
derechos de los que no pueden pelear, puesto que nos están negando el derecho de decidir libremente
sobre nuestras vidas.
Pido de ante mano a todos los miembros de la iglesia católica en especial a los obispos, que
denuncien la opresión que está generando la ideología de género, que no se queden callados, que
promuevan los itinerarios de maduración integral, y apoyen a aquellas personas que como yo
tenemos PMS pero aun así seguimos en pie de lucha queriendo madurar y sanar.
Le escribo de Argentina para contar que hice el Itinerario de “es posible la esperanza” y mi
experiencia fue muy positiva al respecto. Allí aprendí que se puede ser feliz cuando uno mismo ELIGE
trabajar de una forma integral toda su persona y lo que conseguí fue una mayor libertad para mi vida
y mucho bienestar con mi familia, amigos, compañeros del trabajo y de la vida.
TODA PERSONA HUMANA es un regalo maravilloso y tenemos el derecho, todos y cada uno, de
PODER ELEGIR EL CAMINO QUE CREE CORRECTO para seguir un ideal, superarse día a día,
etc. Nadie fue ni está obligado a realizar el itinerario si no es por PROPIA DECISIÓN.
Gracias!
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Hola:
Quiero darles las gracias por el trabajo que realizan como periodistas. También he estudiado esta
carrera y conozco el esfuerzo que se necesita para informar adecuadamente. Sin embargo, quiero
manifestarles mi opinión con respecto a la información que han transmitido bajo el título: “El
obispado de Alcalá celebra cursos ilegales y clandestinos para 'curar' la homosexualidad”. Hay
muchos aspectos en los cuales no estoy de acuerdo sobre esto que han escrito, sin embargo, solo
quiero compartirles mi experiencia personal sobre el tema que han abordado:
Cuando estaba pequeño solía ver a mi papá tratando mal a mi madre, o tratarme mal a mí. También
lo veía en las cantinas o me contaban que frecuentaba el prostíbulo del pueblo. Eso me marcó
bastante. Pero como yo necesitaba el amor de alguien, encontré a un hombre que me prestaba
atención, sin embargo, terminó abusando sexualmente de mí durante varios años.
Sobre los 18 años empecé a tener relaciones sexuales con otros chicos. Ninguna relación me
satisfacía, siempre quería tener más y más. Empecé a entrar a chats gays, a tener más masturbación,
a ver pornografía.
Gracias a Dios logré encontrar el Itinerario que me ha permitido madurar, sanar mis heridas,
perdonar a mi padre y a quien abusó de mí. Esto lo he logrado fundamentalmente por el amor de Dios
transmitido a través de personas que me han acompañado, me han guiado, me han mostrado que hay
una esperanza en medio de la oscuridad producida por la ideología de género.
Doy gracias a Dios porque en mi país, Colombia, no se ha producido una represión tan grande contra
los que pensamos distinto. Aquí aún existe la posibilidad de decidir si vivir o no bajo la mentira de la
PMS (Proyección al Mismo Sexo). Vale la pena destacar que la decisión de madurar mi verdadera
masculinidad la tomé bajo mi entera libertad; un día en que estaba desesperado por el sufrimiento
que genera ir en contra de la naturaleza del propio ser, cansado de la adicción al sexo, de
compararme con otros chicos y sentirme menos, encontré la respuesta que tanto anhelaba: es posible
superar la PMS.
Este trabajo no habría sido posible sin el acompañamiento de mis padres, así como de muchos chicos,
chicas y profesionales que han estado conmigo en las buenas y en las malas, como verdaderos
amigos, al ejemplo de Jesús.
Hoy en día la relación con mis padres ha mejorado inmensamente. A ambos les conté de mi PMS y me
han sabido apoyar en mi proceso de maduración. La relación con mi papá que era nula ahora es muy
cercana. Puedo confiar más en él, hablarle de cosas personales y compartirle incluso hasta mi
experiencia de abuso que antes de este Itinerario habría sido imposible mencionarle.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Ahora espero poder donarme a otras personas; ayudar a quienes están viviendo en la mentira de la
PMS. El egoísmo que me sumergía en mí mismo, en buscar chicos para que me dieran cariño,
utilizarlos para tener sexo y arrojarlos al olvido; a la basura, se ha quedado en el pasado.
Personalmente me encuentro muy indignado al ver un artículo tan sesgado como el que han
presentado para atacar a unas personas que solo buscan ayudar a los que quieren la ayuda.
Seguramente nadie obligó a este periodista a buscar esa ayuda, solo lo hizo por intentar destruir un
proyecto que da respuesta a quienes tenemos tanta sed de verdad. El obispado no está imponiendo
nada como lo está haciendo la ideología de género con tantas leyes.
Les pido que se dejen interpelar por el Señor y no continúen los ataques a quienes libremente han
decidido creer en Él.
Quiero manifestar mi apoyo al COF, a V. B. y al obispo de Alcalá, Mons. D. Juan Antonio. Espero
que sepan encontrar la forma de seguir apoyando a jóvenes que como yo han sufrido demasiado. Los
tendré muy presentes en mis oraciones. Es una pena que en España tengan que afrontar ataques tan
graves. El Señor iluminará su camino para que puedan afrontar esta situación.
Por último, hago un llamado a todos los obispos del mundo y a la Iglesia en general para que se
manifiesten al respecto, para que no permitan que sus apóstoles sean violentados de esta manera. Por
favor, necesitamos que denuncien la TIRANÍA de la ideología de género y la cultura gay. Igualmente,
es fundamental que promuevan una formación-maduración integral de la personalidad y un
acompañamiento a las personas con PMS que quieren sanar y madurar.
Atte. Un joven de Colombia, de 25 años, que fue sacado del infierno de la PMS.
50. Charbel
Buen día:
En el año 2014 fui diagnosticado con una enfermedad y desde ese momento empecé a buscar
alternativas diferentes de vida.
Mi historia, como dice su artículo, estuvo llena de ansiedad, depresión, deseos suicidas e infelicidad.
Mientras más me adentraba a las causas de mi PMS, y viajaba a mi niñez, más aumentó mi ansiedad y
deseos suicidas. El acompañamiento de sacerdotes de la página, unos compañeros de camino y
orientadores me ayudaron un poco. También conocí amigos con los que pude compartir todas estas
desavenencias.
Hoy, año 2019, después de un profundo viaje a mi niñez, he conocido a los culpables de mi PMS
(Proyección al Mismo Sexo), que fueron principalmente mis padres que abusaron sexualmente de mí,
entre otras cosas. Los perdoné, reparé mi alma, convertí mi dolor en fuente de vida.
En marzo mi enfermedad anal, que se debió a esas nocivas relaciones homosexuales, se empeoró. Le
envío una foto, he sufrido mucho, sangro aún por mi ano. En mayo me harán un examen de
colonoscopia para revisar qué puede ser. Adicional a eso, también tengo una enfermedad venérea
diagnosticada en 2018. No quiero volver a esa vida homosexual, para mi es suficiente controlar mi
atracción, porque sé de testimonio vivo, que eso me hizo daño.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Fueron más de 20 años en una vida que no siento que sea para mí feliz, sé que esto lo puede a usted
ofender y también irse en contra mía, pero en la tolerancia está aceptar a los que piensan diferente, si
no le hacemos daño a otros.
Yo sé que usted tiene su visión de la vida, lo que está bien y mal, sobre la que es justo e injusto. Sé que
puede denunciar y acabar esa página, pero no sabe el mal tan grande que le haría a las personas que
queremos otro estilo de vida porque hemos sufrido mucho.
Le pido el favor que tenga misericordia de mí y de las otras personas que se han acercado a estos
grupos. No nos haga el mal de aniquilarnos por la ley. Se lo suplico, tenga piedad.
Le agradezco mucho por leer mi testimonio y espero hablar con usted en otras ocasiones.
Dios lo bendiga.
Charbel.
A través de esta carta quisiera expresarles mi total rechazo a la noticia que publicaron el pasado
lunes, titulada “El obispado de Alcalá celebra cursos ilegales y clandestinos para ‘curar’ la
homosexualidad”, pues me parece un atentado contra la verdad de la sexualidad humana y contra
quienes la defienden, como el señor obispo de Alcalá y la señora B.V.
Digo lo anterior porque yo he vivido de primera mano las consecuencias de la mentira gay.
Permítanme contarles de manera breve mi testimonio.
Cuando era joven, empecé a sentir fuertes deseos eróticos hacia otros varones, lo cual me hizo sufrir
porque ya antes me había creído la mentira de que si sentía ese tipo de deseos, significaba que era
homosexual, y yo no quería vivir un estilo de vida gay.
El sufrimiento fue corto, pues, gracias a Dios, recibí ayuda de un grupo de personas que me abrieron
los ojos a la verdad; me dijeron: tú no eres homosexual, tú eres un varón y lo que tienes es un
problema de proyección hacia el mismo sexo (PMS), causado por las heridas vividas a lo largo de tus
años.
Desde entonces la visión de mi vida cambió, pues me di cuenta que tenía heridas en mis relaciones
personales (con mis padres, mis hermanos, mis amigos, etc.), que estas no me permitían vivir
plenamente mi masculinidad y que me hacían buscarla afuera en los demás (proyección). Ahora,
gracias al acompañamiento y acogida recibidos por este grupo, he podido dar pasos importantes para
sanar mis heridas, madurar mi masculinidad y salir de la PMS. Por eso, puedo asegurar que nunca
había vivido con tanta alegría, esperanza y paz, como lo hago ahora.
También quisiera expresar que me parece absurdo que exista una ley que prohíba optar por un
proceso de sanación de heridas, cuando es un derecho (incluso me atrevería a decir que es un deber
también) buscar la verdad y vivir de acuerdo a esta.
Por eso, el señor obispo de Alcalá y la señora B.V. tienen mi total apoyo, pues conozco su trabajo y sé
que solo pretenden dar a conocer la verdad, para así devolverle a tanta gente (como a mí) la
esperanza de salir de la PMS y de vivir plenamente la propia sexualidad (masculinidad o feminidad).
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Dios quiera que, a ejemplo de estos dos, los demás obispos y fieles del mundo, denuncien la mentira
gay y promuevan estos procesos de sanación y maduración.
Eduardo de Colombia.
Hola, me llamo Rafael, vivo en España y tengo 32 años, soy maestro y psicopedagogo. Desde los 25
años estoy realizando un itinerario de maduración integral de la persona.
Crecí con una sensibilidad muy aguda, todo me afectaba en exceso, era muy susceptible a las
correcciones y toleraba poco la frustración. Era un chico alegre, risueño, me gustaba cantar, jugar a
playmovil, hacer puzzles, jugar a “papás y mamás”, a juegos de mesa, a las cartas, a juegos
predeportivos (donde era común jugar niños y niñas juntos). Dicha sensibilidad me ayudaba a
descubrir el valor de la amabilidad y de la servicialidad.
A medida que fui creciendo desarrollé un complejo de inferioridad tremendo respecto de mis
compañeros y hermanos varones. Me veía torpe en los deportes, miedoso para arriesgar fuera de los
juegos en los que yo me veía más seguro y con mucha necesidad de que otros me aprobasen. Intenté
jugar en un equipo de balonmano, en uno de baloncesto y al tenis, pero el miedo escénico y la
sensación de patoso me invadían y bloqueaban. Conseguí jugar al baloncesto cuando en el parque de
mi barrio estaba con mis hermanos y otros niños amigos de toda mi familia, poniendo en juego mis
aptitudes para el baloncesto, con ellos me sentía seguro, y era capaz de disfrutar jugando con niños y
niñas.
Crecí con un sentimiento de soledad grande a pesar de estar muy rodeado de gente. Por suerte, mi
familia ha sido muy sociable y siempre hacíamos planes con otras familias donde yo me sentía más
seguro que el patio del colegio.
Crecí percibiendo a mi padre como alguien que me quería, pero a la vez le tenía miedo por sus
prontos, sus exigencias y su modo de ejercer el poder cargado de autoritarismo. Mi madre era para
mí el refugio en que yo me escondía de los gritos de mi padre.
Durante los años de instituto empecé a tener más amigos personales desvinculados al entorno
familiar, pero me sentía muy inseguro y me percibía como inferior. En mis padres no recibí el apoyo
cuando dudé si continuar en el equipo de baloncesto o no. Yo pedí dejarlo y les pareció bien. Esto me
confirmaba que no era digno de jugar con otros niños de mi edad y ponía el deporte en una categoría
de privilegio para los más habilidosos, fruto de esta cultura que busca la eficiencia y el
perfeccionismo, el poder como dominación y no como un servicio.
A los 16 años hablé con mis padres porque experimentaba mucha confusión respeto de mi identidad.
Experimentaba una fuerte excitación frente al cuerpo y la seguridad de otros varones y no sentía
atracción hacía las mujeres. Ellos me trasmitieron mucha tranquilidad. Experimenté un amor
incondicional y un amor que me invitaba a trasformar el mundo, aquello por lo que yo me había
sentido frustrado (mi falta de desarrollo en los deportes, mi aguda sensibilidad…) no debía hundirme
en la autocompasión pero tampoco en la percepción de originalidad personal como un ser especial
(sobreestimándome… “yo que soy tan bueno, que soy capaz de percibir y comprender las alegrías y
sufrimientos de los demás”… como haciéndome y creyéndome el importante…). Soy único e
irrepetible pero llamado a ser presencia de Cristo viviendo una vida de Comunión y Solidaridad con
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
mis Hermanos, es decir, mis dones y cualidades, son llamados a vivir con los demás y al servicio de
los demás para crecer JUNTOS en el Amor.
Como os comentaba en las dos primeras líneas a los 25 años en pleno uso de mi libertad decidí
comenzar un itinerario de maduración integral en el que soy acompañado para sanar mis heridas de
desamor.
Comencé un camino de descendimiento a lo más profundo de mi ser. Comencé a poner nombre a mis
deseos y frustraciones. Tenía y tengo un deseo profundo de entregarme a los demás… de hacer feliz a
mi familia y a mis amigos, y, sin embargo, mis complejos, mi baja tolerancia a la frustración y mi
sensibilidad aguda (dramatizaba en exceso, sintiendo A TRAVÉS DE los demás y NO CON los demás)
me impedían vivir así, en un amor de donación.
Fui descubriendo que tenía enquistado mucho rencor hacía mis padres, a mis hermanos y a mis
compañeros y amigos. El rencor pide venganza y aunque desease el bien para los demás de modo muy
sutil y manipulador descubrí que llevaba en mi interior un “niño bueno” egocéntrico y tirano. Había
crecido con un nivel de vergüenza tóxica que me presentaba mis limitaciones como algo de lo que
huir y no como una cuestión a afrontar y enfrentar.
Fui comprendiendo que nadie enseño a mis padres a serlo e hicieron más de lo que pudieron. Ellos
como todos arrastran heridas desamor. Tanto mi madre como mi padre son dos personas con un
deseo de amor (ENTREGA, DONACIÓN, RENUNCIA A APETENCIAS PROPIAS EL UNO POR EL
OTRO, SACRIFICIOS MUTUOS PARA HACER EL BIEN AL OTRO…) mutuo muy grande y noble
pero muy débil. Digo grande y noble porque sus intenciones han sido y son muy honestas deseando el
bien de sus hijos, y débil porque educar a un hijo es cuestión complicada y al igual que sus virtudes y
cualidades se trasmiten y contagian, también sus defectos se trasmiten viéndose frustrados muchas
veces y cayendo en la mentira de cambiar esas intenciones nobles que tienen a priori por intenciones
de dominación (autoritarismo y dependencia afectiva).
Comprendí que las complicaciones de la vida, las dificultades económicas, el tiempo que nos querían
dedicar y no podían, muchas veces por la cantidad de trabajo fuera y dentro de casa tantas veces
hacían complicada la convivencia y frustraban su deseo de amarnos.
Gracias al acompañamiento entre otras personas de B.V, comencé a perdonar a mis padres,
creciendo en confianza con ellos y agradecimiento por haberme regalado ese amor (noble pero débil)
incondicional y con ganas de trasformar el mundo en un mundo mejor.
Empecé a caminar con ellos compartiendo mis frustraciones sin exigencia y mis alegrías como un
regalo a ofrecer a otros. A varios de mis hermanos les había tenido envidia, y pude hablar con ellos y
comenzar a pedir perdón y a perdonar. Empecé a jugar al fútbol, al padel y al baloncesto con
hermanos y amigos con la esperanza de vivir un deporte nuevo, un fútbol y un baloncesto nuevo,
donde poder aportar mi capacidad estratega para lograr un fin bueno, juego cargado de
compañerismo y fraternidad donde JUNTOS disfrutamos del juego en equipo.
Podría empezar a nombrar a tantos y tantos psicólogos, psiquiatras, filósofos, teólogos, médicos,
biólogos, pedagogos, antropólogos… y de tantas otras ciencias que sin hablar directamente de la
PMS (proyección hacia personas del mismo sexo) exponen teorías acerca de las conductas del ser
humano, y de los porqués existenciales, planteamientos vitales… y que, sin embargo, estando lejos
de pretender dejar de experimentar PMS, al hacer vida esos planteamientos, la PMS se reduce y se
puede acabar con las fantasías que reducía la sexualidad a lo genital, sensitivo corporalmente,
excitación fisiológica, dejando de lado la dimensión psicológica y espiritual de la sexualidad. No
hago cita de los nombres de dichos autores porque de momento se ha demostrado con las leyes
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
LGTBI que no hay intención alguna de un diálogo abierto, respetuoso y CIENTÍFICO. Se quiere
impone una ideología, pero por el momento se ha impuesto un modelo único de pensamiento
totalitario que quiere impedir el derecho a la libre elección de madurar las heridas de desamor entre
otras muchas represiones.
Quiero mostrar mi solidaridad con don Juan Antonio Reig Pla, Obispo de Alcalá de Henares, con el
COF de dicha diócesis y con B.V y pido a todos los obispos de la Iglesia católica que denuncien la
tiranía de la Ideología de Género y la cultura gay y promuevan la formación-maduración integral de
la persona y un acompañamiento a las personas con PMS que quieran madurar.
También reto a los periodistas a no manipular la información que reciben de otros (ya sea recibida de
forma licita o ilícita por parte de estos), provocando la DESINFORMACIÓN, haciendo calumnias y
difamaciones. Prueba de esto es que nos encontramos en algunos periódicos, titulares que ponen
frases que comienzan con fidelidad a quien las escribe y que terminan con palabras que no han sido
escritas por dichas personas o instituciones a las que se les atribuye dicha frase. ¡Basta ya de mentir!
Con la esperanza de poder vivir en una cultura que promueva la VIDA, LA ALEGRÍA Y LA
ESPERANZA, LA BONDAD LA VERDAD Y LA BELLEZA DEL AMOR HUMANO, me despido.
Un abrazo, Rafael.
Diario.es
Cordial saludo
Espero que estén bien y sus labores marchen de la mejor manera posible.
Me dirijo a ustedes aceptando la propuesta realizada al final de su reciente artículo “El obispado de
Alcalá celebra cursos ilegales y clandestinos para “curar” la homosexualidad”.
Diré que mi nombre es Felipe, tengo 21 años y vivo en la ciudad de Medellín, Colombia, donde
actualmente curso el pregrado. Soy el mayor de dos hermanos varones. Mis padres se separaron
cuando tenía dos años, mi hermano y yo quedamos a cargo de mi madre.
Cuando tenía ocho años, fui abusado sexualmente por parte de un amigo tres años mayor. En ese
momento sabía que estaba mal, pero temía contárselo a mi madre pues me sentía culpable, adicional
a eso tenía la advertencia de este chico quien me intimidaba y amenazaba constantemente.
En el colegio las cosas no siguieron bien, acoso por parte de compañeros, burlas, rechazos por gustos
distintos al fútbol entre otras cosas, fueron mi “talón de Aquiles”.
Vivía idealizando a mis amigos pues tenían un padre cerca, preguntaba a la vida y a Dios, por qué no
estaba el mío. Pensaba que no me quería, que no me amaba. Rechazaba todo mi ser, quería tener otro
aspecto físico, otra personalidad, otras cualidades. Por otro lado, mi madre me envolvía en un mundo
femenino al que sabía que no pertenecía, ella era dura, exigente y con necesidades emocionales muy
latentes que tiempo después pude entender y nombrar.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Poco a poco empezaron a surgir sentimientos que no entendía por mis compañeros, deseaba estar
más cerca de ellos, deseaba amigos, deseaba su masculinidad, complicidad y compañía, luego vino el
deseo sexual.
A los quince años terminé el colegio, deprimido, angustiado, triste y sin sentido, entonces me sumergí
en pornografía, en los chats y en la masturbación compulsiva. Me sentía distinto a los demás varones,
pero anhelaba profundamente conectar con ellos. Deseaba ser un varón más y no entendía por qué la
vergüenza me paralizaba y no me dejaba ser espontáneo.
Busqué respuestas y todas parecían decir que era homosexual, y debía vivir como gay. Pero sabía
desde un punto de vista biológico que solo se nacía varón y mujer. Lo mismo ocurría si lo miraba
desde un punto teológico pues “varón y mujer los creó Dios”. La psicología, la neurociencia y un sin
número de ciencias avalan la existencia y diferencia entre los dos únicos sexos: masculino y femenino.
Con diecisiete años después de una búsqueda ardua encontré la página: esposiblelaesperanza.com.
La respuesta a todas mis preguntas, con bases desde la fe y la razón.
Me di cuenta al instante que había muchas personas luchando en ese camino, con esperanzas y ganas
de vivir de otra manera.
Realicé los pasos que me pedían y libremente decidí empezar un camino, en donde semanalmente
desde ese tiempo me reúno con mi orientador y un grupo de trabajo en el que revisamos libros,
dialogamos temas, conferencias y todo tipo de artículos fundamentados en la Antropología adecuada
propuesta por Juan Pablo II, el Catecismo de la Iglesia Católica y el Compendio de la Doctrina
Social de la Iglesia que nos forman no solo en el conocimiento de la PMS (Proyección hacia personas
del mismo sexo) que en resumidas cuentas fue lo que nos llevó a esa búsqueda, sino también en el
conocimiento de la herida del corazón humado, una herida de desamor manifestada de distintas
maneras, pero con una marca muy profunda cuando es nuestra identidad sexual la que está herida,
como es el caso de la PMS.
El ser humano es un ser integral por lo tanto entendido así, es necesario que en sus dimensiones
(corporal, psicológica y espiritual) adquiera una maduración en la masculinidad o en la femineidad y
desde una vida nueva en donde la comunión y solidaridad sean nuestra meta.
Después de casi cuatro años, puedo ver claramente el cambio en mi vida. Mis relaciones con otros
varones han mejorado notablemente, mi Madre murió hace dos meses y gracias a este camino y a
Dios, pude comprender su historia y vivir un proceso de perdón y reconciliación antes de su partida.
El proceso con mi Padre es lento pero prometedor, mi espiritualidad ha crecido y el anhelo de vivir
intensamente libre de esclavitudes e ideologías totalitarias aviva en mí.
Es contradictorio e injusto que en nombre de la libertad se promuevan ideologías que acerca de este
concepto conocen muy poco. Buscan a través de la política beneficios sin importar la historia de
jóvenes como yo, que, en busca de verdad, encuentran una falsa aceptación que condena a una vida
sin sentido. Afirmo que sin sentido pues la he vivido en carne propia.
Exijo el derecho a poder elegir la sanación de mis heridas. Exijo poder realizar un itinerario de
maduración integral, que lejos de “curar la homosexualidad” busca madurar mi identidad como
varón llamado a la complementariedad. También hacemos un llamado a la Iglesia Católica, a
nuestros obispos, a nuestros sacerdotes, pues es necesario buscar en nuestra tradición la verdad
escondida en “vasijas de barro”, es necesario apropiarnos de la verdad revelada por Cristo.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
estos momentos tan difíciles que se viven en España a causa de la verdad, al Centro de Orientación
Familiar (COF) y a nuestra querida orientadora B.V.
Les escribe Camila desde Quito- Ecuador, escribo esta carta para dar mi queja de la forma en la que
el medio de comunicación EL DIARIO ES ha generado un artículo lleno de mentiras, y con la única
intención de motivar el odio contra un acompañamiento que ES DE FORMA VOLUNTARIA Y LLENA
DE AMOR
Además, doy mi completo apoyo a Mons. D. Juan Antonio, Obispo de Alcalá, por su acompañamiento,
el cual aclaro yo busque siendo una mujer adulta, pues la PMS es decir la proyección hacia el mismo
sexo convirtió mi vida en un caos.
La PMS no es algo que yo busqué o con lo que nací como me quieren hacer creer, la PMS se presentó
en mi por la ausencia de mi madre, y mi gran apego hacia mi padre.
Esta herida de mi infancia me derivó en que me atraiga lo que yo no tuve, es decir el amor de una
mujer (mi madre) y como nunca tuve una madre, busque amor en otra mujer, pero esa forma no me
ayudó, convirtiendo mi vida en un real infierno.
La falta de una figura femenina me atrajo al LESBIANISMO, pero el verme envuelta en este tipo de
atracción me trajo mucho sufrimiento, EL MUNDO HOMOSEXUAL no es un entorno sano, existen
muchísimas violaciones, abusos, confusión, intereses sobre todo toxicidad y lastimosamente yo entre
en ese mundo, después de una vida de penumbras no pude más ya que YO NO QUERÍA ESO, NO
ACEPTE EL LESBIANISMO COMO MI DESTINO.
Busqué ayuda y créanme no fue fácil, en un mundo en donde querían obligarme a aceptar una
atracción que no me hacía feliz, pero todos decían que era normal, el acompañamiento jamás fue una
terapia, PARA MI FUE un alivio, una voz que me escuchaba y me permitía entender la razón de mi
inconformidad, una contención, UN LUGAR EN DONDE YO PODÍA SER VERDADERA, EN
DONDE PODÍA EXPLICAR MI DESDICHA Y BUSCAR ALGUIEN QUE ME ENTIENDA
Explíquenme ¿por qué no tengo derecho yo a buscar lo que me haga sentir feliz? Y saben la felicidad
la encontré con la compañía de los guías, agradezco a ellos en ahora permitirme ser una mujer feliz,
tranquila, YO TENGO EL DERECHO A ELEGIR LO QUE ME HACE FELIZ Y SU
ACOMPAÑAMIENTO ME PERMITIÓ ENCONTRAR LA LUZ
NO HABRÁ LEY QUE ME IMPIDA SER FELIZ, ¿POR QUE LA PERSECUCIÓN A LAS PERSONAS
QUE NO QUEREMOS ACEPTAR LA PMS COMO DESTINO?, TODOS TENEMOS DERECHO A
SER FELICES, YO SOY FELIZ GRACIAS A LA AYUDA DE MONS. D. JUAN ANTONIO Y LO
APOYARE PUES TODOS DEBEMOS BUSCAR NUESTRA FELICIDAD.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Hoy he conformado mi familia, con un hombre maravilloso que me ama y jamás sentí tanta dicha,
adoro a mis hijos y agradezco toda la ayuda recibida pues me permitió vivir de una forma plena,
rechazo al medio de comunicación que quiere impedir que más personas como yo reciban
información y cada uno tiene la autonomía de decidir si la usa o no, es dar información
ATENTAMENTE, CAMILA S.
QUITO- ECUADOR
Buenas noches estimados miembros del Periódico eldiario.es, es un placer para mí estar aquí.
Me presento, mi nombre es "H", soy de Ecuador y tengo 18 años, el motivo de esta carta es con la
intención de DEFENDER el DERECHO que tiene cada ser humano a la LIBRE EXPRESIÓN y
LIBERTAD DE DECISIÓN.
Yo digo que el cambio está en uno mismo, realmente yo dejo que las personas con PMS que han
elegido ese estilo de vida sean felices como son, pero los que no quieren y sufren por ello no hay que
negarles su DERECHO. Porque si las personas con PMS viven tal estilo de vida y tienen sus
DERECHOS, ¿por qué no apoyar a los que no quieren serlo? Eso sería TIRANISMO Y
AUTORITARISMO y por favor con las palabras del mismo colectivo GLBTI: "Libertad y Tolerancia
para Todos", entonces ¿por qué tanto intento de acallar a los que no aceptamos aquello?
Miren, no sé si tomarán en cuenta este mensaje, puede que todo lo que haya escrito aquí no les
importe o interese, posiblemente lo olviden al primer minuto porque sé que no están de acuerdo con
esto, sí, es verdad, pensamos diferente, pero no es motivo para destruirnos POR FAVOR, no nos
destruyamos, aceptamos lo que quiere cada quien para su vida y listo.
Amigos y amigas, sean felices y dejen ser felices a los que encuentran una manera de serlo pero POR
FAVOR seamos DE PALABRA como se exige tantas veces y NO SE HACE NADA.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Aquí he aprendido cosas MUY VALIOSAS, no solo he aprendido de la PMS (Proyección al Mismo
Sexo) sino que aparte de esto en este Itinerario de la Maduración de la Masculinidad se enseñan
VALORES, VERDADES, CONSEJOS Y MEDIOS PARA CRECER PERSONALMENTE. Con EPE y su
Itinerario he LOGRADO ver VERDADES que antes no me daba cuenta, CRÉANME, ESTO NO ES
PARA DEGRADAR AL INDIVIDUO QUE ESTÁ HACIENDO EL ITINERARIO, EN MI CASO, ME
HA AYUDADO. CON ESTO SE QUIERE LOGRAR QUE LOGRES PERDONAR HERIDAS DE TU
PASADO Y RECOMENZAR UNA VIDA NUEVA. GRACIAS A EPE Y A TODOS SUS MIEMBROS MI
VIDA A EMPEZADO A SER DISTINTO, HOY SOY MÁS FELIZ Y LA PMS ES ALGO QUE ESTÁ
QUEDANDO EN EL OLVIDO, ¡¡¡QUE VIVA LA VERDAD Y LA ESPERANZA, NO NOS VAMOS A
CALLAR!!!
Sinceramente, deseo que todos vosotros seáis felices porque yo ya lo soy, hagamos de este mundo un
lugar mejor; si el hermano que tengo a mi lado no piensa igual que yo no es motivo para atacarlo,
SEAMOS COMPASIVOS; incluso soy compasivo con todos aquellas personas con PMS, no los ataco
porque sé que en el interior están MUY HERIDOS, quiero que también sean felices pero sin atacarnos
mutuamente.
De mis más sinceras consideraciones Periódico eldiario.es; espero que con su trabajo den alegría y
una sonrisa más a este mundo, no para atacar, sino para salvar y ayudar al necesitado de este mundo,
eso incluye tanto a las personas con PMS que son felices como son como los que NO aceptan y
EXIGEN SUS DERECHOS TAMBIÉN, ¡EXIGIMOS NUESTROS DERECHOS TAMBIÉN!
Su Amigo "H".
Sólo puedo hablar bien y estar agradecida de B.V., de Mons. D. Juan Antonio Reig Pla y del COF de
la Diócesis de Alcalá de Henares.
Especialmente, aunque no sólo por ello, sino por muchísimas cosas más, por la ayuda brindada en el
acompañamiento de la sanación de las heridas en o de mi propia feminidad.
Desde pequeña, pero especialmente desde la etapa de la pubertad empecé a no sentirme identificada
con el mundo femenino. No me gustaba el modelo de mujer que veía en mi madre (entregada, pero en
la casa, ocupando un lugar lleno de responsabilidades y obligaciones, un poco aislado de la vida
social…), llegando a idolatrar a papá, más cariñoso, comprensivo, social…
Por otro lado, tampoco sentí la acogida o valoración de mi singularidad, de mis dones o cualidades,
gustos e intereses, de parte de sus compañeras (mujeres), cosa que una niña necesita en su etapa
escolar.
Sentí el rechazo y la burla por parte de todos los compañeros de clase ante mi desarrollo precoz.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Todo ello tambaleo los cimientos de mi identidad sexual, sin llegar a poner en duda ni el ser mujer, ni
mi atracción sexual hacia los hombres, pero sí llegando a despreciarme en muchos momentos y haber
querido nacer varón, para no tener que sentirme diferente o un bicho raro, porque no era como todas.
El poder identificar algunas heridas como las mencionadas, conocer con mayor profundidad a mi
madre, a mi padre, la relación de los dos, también sus sufrimientos y flaquezas, pero a la misma vez lo
mucho que me quieren o han querido a mis hermanos, desde su humanidad imperfecta, pero siendo a
la vez reflejo de un Amor Primero y más grande ha sido y está siendo un camino precioso de acogida
y valoración mutua.
Además, el mirarme a mí misma, como mujer, única, valiosa, con una misión y una vida por dar-
entregar, está llenando de alegría y esperanza mi día a día. Aprendiendo a ir dentro de mí, para amar
y dar lo mejor a los que me rodean: mi familia, mi novio, mis amigos, mis alumnos… y así ser
plenamente feliz, viendo que nadie es perfecto, pero que en todos nosotros hay una gran sed de amar y
ser amados-valorados como somos: hombres o mujeres.
Sres. de "eldiario.es"
Me dirijo a ustedes en respuesta a la petición que han efectuado de que les sea remitida información
acerca del acompañamiento que se ofrece desde el COF de Alcalá de Henares Regina Familia.
Con mucho dolor, por cómo ustedes han manipulado y falseado la atención que recibimos las
personas con proyecciones hacia personas del mismo sexo (PMS) por parte del Equipo del Centro de
Orientación, y en concreto por BV, les doy cuenta de mi testimonio, en unión al de muchos otros
hombres y mujeres que al igual que yo, han sido acogidos en su sufrimiento y acompañados por BV y
por el Cof de Alcalá de Henares.
Hace ya nueve años que empecé a ser atendido por el Cof del Alcalá de Henares. Acudí
completamente desunificado, encerrado en mí mismo, disperso y disociado en múltiples “falsos yo”
que representaba ante los demás.
No era capaz de dar sentido y orientación a mi vida y mantenía una lucha vital constante ya que
estaba entregado a una vida de vértigo, fruto de la adicción sexual. La pornografía se había
convertido en una esclavitud, y toda mi vida se hallaba hipersexualizada. Es por ello que me parece
escandaloso que ustedes, en su noticia, relativicen el daño que la pornografía hace a la persona y a la
Sociedad entera.
Vivía en la soledad de no saber quién era, para qué vivía, ni qué sentido tenía mi vida, carente de
autonomía, y lleno de miedos. Mis amistades eran como “falsos refugios”; el dolor y el vacío
existencial constante.
Pero siempre Dios...protege y auxilia. La oración que durante tantos años grité, fue escuchada, y fui
bendecido recibiendo la ayuda adecuada: el COF de Alcalá de Henares y la comunidad de hermanos
de “Es posible la Esperanza”.
Durante estos años he hecho “muchos deberes para casa”, como ustedes indican con burla. He
descendido a mis heridas y traumas; he muerto a mis “falsos yoes”; he ordenado mi vida y he dejado
de vivir de forma insolidaria e individualista. He sido capaz de acoger mi debilidad, y la debilidad del
otro, de perdonar y de reconciliarme con mi familia, y con todos aquellos que me hicieron mucho
daño y me humillaron; de superar de mis miedos y crecer en fortaleza, seguridad y autonomía.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
He descubierto, la capacidad que tenemos todos los que hemos vivido en este proceso, de ser “testigos
de la verdad”, de vivir en la pobreza y la humildad, descubriendo nuestros dones personales y siendo
“creativos”.
Hoy puedo decir, que es posible salir de la “MENTIRA”, pero que no es posible en soledad. Que, sin
la vida comunitaria y fraterna y la orientación adecuada, es imposible madurar; el hermano te
interpela, y te obliga a salir de ti mismo, te muestra tus heridas ocultas, que van sanando en la
relación, y la vida de uno se transfigura.
Esta vocación y este sentido, hay que madurarlos día a día, en fraternidad, con los otros, en
comunión.
La PMS queda lejos, muy lejos, fue una semilla, una semilla que bien cultivada con la gracia de Dios,
ha dado mucho fruto.
Es necesario seguir anunciando la verdad y denunciando las mentiras, esas mentiras que provocan
tantos sufrimientos, y a su vez, hay que proporcionar los medios que hagan que otros, puedan vivir la
Iglesia como madre, que se preocupa de ellos, que les acompaña, les asiste, cuida y protege, y los
saca del profundo dolor de la vida “gay”.
Quiero denunciar, por último, el totalitarismo que estamos viviendo, y que queda puesto de manifiesto
a través de todas las noticias que ustedes están publicando. Las leyes injustas por la que nos regimos
vulneran con total impunidad mi libertad de conciencia, de pensamiento, de creencias, y de
desarrollar mi vida personas conforme a los principios y valores por los que deseo que se rija.
Ruego a mis pastores los Obispos, que, si lo estiman adecuado y conveniente, den testimonio de la
verdad de lo que constituye la PMS, que hagan visible y anuncien el Magisterio de la Iglesia en este
tema, y que defiendan con valentía a las personas y familias que sufren por ello.
Un fraternal abrazo
Juanfran """""
Recibí un abuso a los 5 años y desde entonces se despertó en mí un interés precoz por la sexualidad
que influyó negativamente en mi adolescencia y juventud.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
impedía enfrentarme a los retos que todos tenemos en la vida en el trabajo, las relaciones sociales, la
pareja y las personales.
Llevaba una doble vida. En la universidad cada día estaba más triste, no sabía cómo tener amigos del
mismo sexo, estaba todo el día con amigas, me distanciaba de mis padres, tuve una novia, pero no
terminó de funcionar. En un momento de desesperación me volví a encontrar con un Dios vivo que
abrazaba mi historia y mi vida, que me quería como era y sin hacer méritos. Eso me ayudó a querer
dejar de llevar una doble vida: cristiano de puertas para afuera y cuando nadie me veía me desfogaba
con la masturbación y la pornografía.
En ese proceso, empecé a preguntarme qué vida quería llevar y vi la necesidad de caminar
acompañado por un tiempo. En ese trabajo de acompañamiento con diferentes personas descubrí
complejos, adicciones, apegos, malos hábitos, egoísmo, etc. En resumen, descubrí una herida de amor
porque nunca me había sentido querido y aceptado por ser yo mismo.
Con el tiempo, puede hacer amigos del mismo sexo, superar el bullying de la infancia y el abuso,
desarrollar aficiones, etc. En medio de ese proceso empecé a salir con una chica con la siento algo
fuerte y profundo, una atracción intensa que jamás había sentido y un deseo de querer compartir con
ella mi vida y formar una familia.
Respeto a todos aquellos que elijan otras opciones al igual que pido respeto para los que creemos en
un camino diferente. Esta sociedad es libre y plural como para que todos podamos vivir en comunión
y solidaridad.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
multifocal progresiva gracias a los tratamientos antirretrovirales que, en la actualidad, han mejorado
mucho, pero que, en sus inicios eran temidos por sus efectos indeseables, como también sobreviví al
apuñalamiento precordial a manos de alguien, posiblemente un chapero, que en el juicio declaró que
creía que iba a tener una historia bonita conmigo…
Cuando miro hacia atrás y contemplo las vicisitudes-vulnerabilidades de mi vida, PIENSO, es decir,
ME PARO A PENSAR… No siempre me paré a pensar, más bien lo contrario: por dos décadas (24 -
44 años) fui arrastrado por el tsunami de los impulsos – la mayor de las veces, ciegos-, y de las
emociones -no hasta muy tarde reconocidas) … Mi estilo de vida homosexual se había hecho
ingobernable…
¡PERO NUNCA PADECÍ FALTA DE INQUIETUD!
Entre los 14 y los 19 años tuve mi novia, y eso hablaba de una vocación ya sentida desde los primeros
años de mi vida: ¡QUIERO SER PAPÁ! ¡NI CURA, NI OBISPO, NI PAPA, ¡SINO PAPÁ! – advertía a
mis padres cuando mi hermano mayor partió para el seminario.
Me duele muy en lo hondo no haber podido llevar a plenitud tal vocación: no haber sido padre
biológico, y me duele por mucho que hoy tenga no pocos hijos espirituales… ¡y hasta nietos! Pero me
duele profundamente no haber podido formar una familia, un hogar con una buena mujer, con la que
traer hijos al mundo. Me emociono cuando veo a esos papás y esas mamás y esas abuelas y abuelos
que acompañan a los chicos arrastrando de sus carritos hasta el cole… Me duele mi vida y me paro a
pensar qué puede llegar a ser de esos niños, hipersaturados hoy de vanas ideologías que dan las
espaldas al sentido de la vida humana y la realización de valores.
ES UNA GRAN FALACIA PENSAR QUE VAMOS PROGRESANDO CUANDO LA REALIDAD
NOS HABLA, PURA Y LLANAMENTE, DE REGRESIÓN (en el sentido no solo psíquico, también
en el social y económico y ecológico). ES MENTIRA PENSAR QUE VAMOS PROGRESANDO, QUE
EL HOMBRE SE SUPERA A SÍ MISMO Y QUE LA ÉPOCA DE LO HUMANO ESTÁ A PUNTO DE
PASAR Y SER HISTORIA, PASADO:
De espaldas a las leyes naturales no habrá avances posibles. La visión esteticista y materialista de la
naturaleza late en el fondo de los llamamientos al respeto del medio ambiente (LLANO, Alejandro1):
LA PERVERSIÓN DE LA NATURALEZA ACABA POR PERJUDICAR A SUS CAUSANTES
DIRECTOS Y A SUS VÍCTIMAS INDIRECTAS.
Directamente, esto tiene que ver, y no de modo secundario, con la propia naturaleza humana. La
perversión de la misma como tal parte de la idea de que el pensamiento es algo así como un
epifenómeno de los procesos neuropsicobiológicos y no lo que en verdad es: algo inmaterial como lo
es el discurso de nuestra libre voluntad diseñada para la realización del BIEN que la inteligencia en
conexión con la VERDAD, le desvela como lo necesario para el cumplimiento con los propósitos
netamente humanos, vale decir, relacionados con el SENTIDO DE LA VIDA: LIBERTAD DE LA
VOLUNTAD, VOLUNTAD DE SENTIDO Y SENTIDO DE LA VIDA (Víktor FRANKL2), propios de la
noodinámica del hombre y de la mujer.
Existe la pausa por excelencia que es, como he dicho, EL PENSAMIENTO, aun cuando en nuestras
vidas pese el légamo de las meteduras de patas, de las cuales podemos extraer aprendizaje merced al
sentido ontológico de la culpa inexcusable3. En último término, la batalla la libramos, cada uno de
1
LLANO, ALEJANDRO. La nueva sensibilidad. En la era de la desconexión. Ed. PALABRA. Madrid (2017)
2
FRANKL, VÍKTOR E., fue el creador de la tercera escuela vienesa de psicoterapia, llamada LOGOTERAPIA, esto es,
terapia centrada en el sentido de la vida. Junto con el Psicoanálisis, la Psicología Individual de Alfred Adler, y la
Psicoterapia cognitivo-conductual, se encuentra reconocida científicamente a nivel mundial. Entre sus textos más
sobresalientes cabe citar: el muy conocido EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO, y otros como ANTE EL VACÍO
EXISTENCIAL, EL HOMBRE DOLIENTE, o LA PRESENCIA IGNORADA DE DIOS. Todos ellos disponibles en librerías.
3
La culpa inexcusable, junto a la muerte inevadible y el sufrimiento inevitable, constituyen las tres situaciones límites de las
que habla FRANKL, apoyado en Karl JASPERS, nada menos que el reconocido autor de su PSICOPATOLOGÍA GENERAL,
texto de obligado estudio para cualquier psiquiatra.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
todos, en el ámbito específicamente humano de la libre espiritualidad, lo que nada quita, sino que más
bien realza nuestros modos de entender el resto de las dimensiones que constituyen la unicidad bio-
psico-familiar-social-cultural.
Lo que más me motiva para este testimonio, es la urgencia de atender científicamente, es decir, sin
apasionamientos, la ideología de género, y de modo más concreto, lo relativo a la población LGTBI.
Por lo demás, resultaría baldío e ineficaz todo intento por hacerle conocer y comprender las
vulnerabilidades de tal sector si me desprendiera de la entera vivencia personal en la redacción que
me ocupa.
Como he indicado más arriba, por algo más de dos décadas, mi vida transcurrió apegada a la
confusión y fragilidad de la homosexualidad, aunque debiera matizar, siguiendo a las nuevas
nomenclaturas, bisexualidad, por cierto, dato este por mí mismo negado al menos hasta que, por obra
del misterioso hilo de la Trascendencia, después de una parada en seco tras la muerte de mi padre,
viniera a dar con un programa humanitario para la sanación de las dependencias y abuso de
sustancias del que saldría graduado a los tres años (1999 – 2002) y teniendo la enorme suerte de
haber conocido la Logoterapia, formación que realicé entre el 2001- 2005, y poco después, 2006, la
página web llamada por entonces ESPOSIBLEELCAMBIO.COM , que reemplazaba a la jaqueada
Salgamos del infierno de la homosexualidad, y se continuaba con la actual
ESPOSIBLELAESPERANZA. COM, a través de la cual y durante trece años, he podido madurar mi
propia masculinidad en los niveles psicoafectivo, sexual, y relacional frente hasta mi hasta entonces
incomprendida homosexualidad. Y ello pude hacerlo, entre otras muchas ayudas recibidas, gracias a
personas como B. V., que tanto me ayudó en el proceso de maduración de mi masculinidad con
criterios científicos abundantes.
En efecto, mi vivencia de la cosa sexual, por todo ese tiempo anterior, estuvo vinculada al consumo de
drogas, de las cuales el alcohol y el homosexo, se caracterizaron como las más terribles de superar,
al menos a priori, porque después uno viene a darse cuenta de que tales problemas no son en modo
alguno irresolubles, y hasta cierto modo sencillos de resolver. Ello apela al conocimiento de sí mismo
y del mundo como una amalgama de fragmentos que, de ningún modo, permanecen desconectados de
la unicidad, del COSMOS, término éste contrario al CAOS.
Ante tanta confusión e imposición en lo relativo al sexo y al género, URGE, como decía, PARARSE
A PENSAR, esto es aprender a permanecer tranquilos en nuestros aposentos, pues como muy bien
dijera el científico y filósofo B. Pascal, todos los conflictos que acontecen en el mundo provienen de
este no saber recogernos ante la contemplación, diría yo, serena de nosotros mismos y del mundo.
La naturaleza en general y, por supuesto en primerísimo lugar, es MADRE Y MAESTRA. El diseño es
claro desde el origen de la creación: varón y mujer los creó. Es algo obvio que, sin embargo, hoy
pretende escapar a las evidencias. El constructo LGTBI no pertenece a dicho diseño, ni tan siquiera
es posible hablar con serenidad sobre el hecho de que nadie nace L, o G, o T, o B, o I (los
cromosomas siempre cantarán en la resolución de los estados de intersexualidad).
La opción de apostar por la muerte de Dios y que cada cual se haga a sí mismo como le dé la gana, es
algo que, sencillamente, pone en crisis la supervivencia de la civilización, pero que, sin embargo,
invita a una nueva sensibilidad (Alejandro LLANO4) en la era paradójica de la desconexión.
“Aunque el abajamiento del ser humano a rasgos propios de la animalidad no deje de ejercer
sobre nosotros cierta extraña atracción, lo cierto es que el modelo que más fuertemente tiende
hoy día a fascinarnos es el propio de la máquina. No es casual que, para significar el afán de
independencia y autonomía, ahora recurramos al término técnico de <<desconexión>> (…)
nos desconectamos con la misma rapidez con que nos conectamos, sin desgaste ni fatiga.
Comenzamos así a movernos en un plano que parece situarnos en una suerte de novísima
4
LLANO, ALEJANDDRO: obra citada.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
sensibilidad, en la que los propios condicionamientos, lejos de coartarnos, parece que nos
potencian”. Esto exige “un cambio radical en nuestro modo de pensar. Desde hace tiempo
somos víctimas de un planteamiento intelectual que daña a la materia no menos que al
espíritu”.
Ahora ya no se trata de sanar las heridas emocionales y afectivas, que dimanan de los conflictos
psico-familiares-educativos y sociales, sino más bien potenciarlos -obviándolos, ¡claro está! –,
mutando lo traumático coercitivo en una suerte de singular libertad, que de ellos emergiera y que es
contraria a su propia inmaterialidad. Como decíamos, la libertad no es un fenómeno secundario a
nuestro cerebro, no es un epifenómeno de los condicionamientos bio-psico-sociales sino DON,
REGALO, COSA QUE NOS VIENE DE ARRIBA, DEL VITALÍSIMO TONO TRASCENDENTAL.5
Las vulnerabilidades no pueden ser consideradas ventajas. Los condicionamientos pueden y deben
ser intervenidos mediante el ejercicio de la CONCIENCIA Y LA RESPONSABILIDAD, los dos pilares
básicos sobre los que asienta lo propiamente humano.
En relación a las personas con AMS (PMS), su madurez sexual y personal no siempre fue cuestionada
por principios morales y religiosos, sino que las propias vivencias psíquicas de inadecuación,
ridículo, e inferioridad, los sufridos procesos de autoexclusión defensiva, el desapego y la ira respecto
al padre, el vínculo especial con la madre, la inestabilidad afectiva general, los traumas, fijaciones o
abusos durante el desarrollo, fueron seguidos de compulsión a la repetición de patrones conductuales
autodestructivos, desembocando finalmente en peticiones de ayuda psicoterapéutica especializada con
la esperanza de reorientar, en tanto personas, la vivencia sexual conforme a su naturaleza y esencia
como varones6.
Por el contrario, como afirma Nicolosi7, ya fallecido, autor indispensable en la terapia reparativa de
la homosexualidad, hoy prohibida (o sea, este mi modo de pensar está prohibido, es decir, sólo podré
hablar dentro de una catacumba), pues trataría de imponerse desde la ideología-perspectiva de
género, al médico hablar de la cosa sexual con su paciente obligándolo a exhortar al mismo a que
siga siendo homosexual hasta la misma muerte. Pues bien, como afirma Nicolosi:
Parecen situarse bastante fuera de la realidad los estudios que evitan la vista amplia de la
investigación de los sistemas familiares, las historias de casos clínicos, el auto-relato de las personas
con orientación homosexual que han vivido la transición hacia la heterosexualidad y una
comprensión del proceso de cambio psicoterapéutico.
Esos estudios no dicen nada de la psicodinámica bien establecida del proceso de identificación de
género, especialmente a través de la relación con el padre del mismo sexo (Bieber,1962; Hatterer,
1970; Kronemeyer, 1970; Mayerson y Lief, 1965); ignoran los sistemas familiares y la teoría de
5
En el decir de los expertos, parece que no ha habido una decadencia tan grande desde el siglo IV, desde la caída del
imperio romano
6
La atracción sexual solo se desarrolla en el plano varón-mujer. La mujer es el ser humano más atractivo de la creación,
pero tal dignidad la propia mujer pareciera tenerla muy adentro, como sus propios genitales, proyectada hacia su interior,
capaz de escapar al mero pantallazo. A la mujer se la contempla y su belleza radica en su interioridad. Al varón también,
pero no olvidemos que el varón, como sus genitales, va hacia afuera: lo contemplamos en la belleza inefable de la
camaradería y la amistad. Muy por el contrario, en el curso de mi homosexualidad, yo veía a un tipo a doscientos metros y
ya estaba pensando como hacerme con él… Después, conforme fui creciendo y madurando, me dije:<<pero, hombre, a
doscientos metros no lo ves, anda, acércate más: primero a cien, luego a cincuenta, luego a cinco metros, y lo miras de
cintura para arriba y de cintura para abajo, y después mira cómo te lo vas a comer, si es que te lo vas a comer… ¡Claro, ahí
se para uno en seco!: porque mirar a un hombre, a una persona del mismo sexo, si se mira desde el corazón, equivale a
verlo completo, en su dignidad; el otro no es una cosa, no es una proyección de mi yo, de mi yo-ideal… Como yo he vivido
con complejos de inferioridad por muchísimos años, y he deseado ser un tiarraco y un bicharraco, después voy a
desenvolverme mucho en esa voluntad de codicia de los bienes ajenos, porque teniendo al otro, ¿me voy a tener a mí mismo?
Mi experiencia personal me demuestra que no: que poseyendo al otro, y al otro, y al otro… cada día estaba más alejado de
mí mismo…
7
NICOLOSI, JOSEPH, ha sido el padre de la terapia reparativa de la homosexualidad. Así se titula uno de sus textos,
donde, como bien señala: “La homosexualidad ni es problema de condición, ni de orientación sino de relación”. Otros
textos importantes son “Quiero dejar de ser homosexual” (Ed. Encuentro), “Cómo prevenir la homosexualidad” (Ed.
Palabra), o “La confusión de género en la infancia” (Ed. Palabra)
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
relaciones objeto, y la teoría psicoanalítica de Edipo (Socarides, 1968); además de la pobre relación
padre/hijo bien documentada del homosexual masculino (Bieber 1962).
Tampoco hacen referencia a la comprensión más profunda del significado de las relaciones de sus
semejantes del mismo sexo, expuesta por van der Aardweg (1985, 1986). De esta forma, su modelo
descarta tanto la experiencia subjetiva como el sentido personal8,9
Del mismo modo, se ponen de espaldas a los importantes avances que el psicoanálisis ha
experimentado con la llegada de Heinz Kohut10 y su análisis del narcisismo, y digo análisis -aunque
que dentro de la esfera psicoanalítica- por cuanto atreverse a estas indagaciones equivale por fuerza
meter manos en harina en materia existencial.
Difícilmente sería explicable todo este conjunto semiológico por la interiorización de la llamada
homofobia social. No es que la estigmatización no se haya cebado en las personas con AMS (PMS),
aspecto históricamente claro y que cabría ilustrar sin excesivo esfuerzo11; es que, sencillamente,
sonaría a no poco determinista hacerla resultar, tanto más por su abigarrado sufrimiento, del mero
rechazo social.
¿Razones?
a) Las evidencias biológicas no han sido específicamente resueltas o, mejor dicho, lo van siendo en
igual medida que los trastornos mentales que subyacen a ellas: no olvidemos que, a fin de cuentas, la
AMS (PMS) no es sino síntoma (de otra cosa).
b) Como ya hemos apuntado, son abundantes los trabajos que argumentan la génesis psíquica, muy a
pesar de lo que mengua la investigación científica del problema desde 1973.
c) Hemos obtenido amplia confirmación científica de las diferencias de la población no-LGTBI frente
a la población LGTBI, con la más excelente y última de las investigaciones, un metaanálisis clínico,
publicado por la revista The New Atlantis12, cuyo resumen ejecutivo adjuntamos.
8
VAN DEN AARDWEG, GERARD J. M.: Homosexualidad y esperanza. Terapia y curación en la experiencia de un
psicólogo. Ed. Eunsa.
9
DE IRALA, JOKIN: Comprendiendo la homosexualidad. Ed. Eunsa.
10
KOHUT, HEINZ: La restauración del sí-mismo. Ed. Paidós.
11
Hubo un tiempo en que los homosexuales estaban insertos en la ley de vagos y maleantes (dictadura franquista) … ¡TAN
POCO HAY DERECHO!... Tan poco hay derecho a que a un joven (1979) lo coja un policía en un cine gay y lo meta en un
coche patrulla a la salida, se lo lleven y entre varios le aticen una paliza de muerte en los bajos de una comisaría después de
que el policía se hubiera hecho pasar por uno más de los espectadores del gremio, e invitara al joven a que lo esperara a la
salida… Ese joven fui yo y la Constitución Española había sido ya aprobada… ¡ESO ME OCURRIÓ A MÍ!... ¡A ESO NO
HAY DERECHO!, PERO ¡A LO QUE ESTÁ SUCEDIENDO AHORA TAMPOCO!
12
Resumen ejecutivo
Este informe ofrece una explicación minuciosa, resumida y actualizada de los resultados de investigaciones en el ámbito de
las ciencias biológicas, psicológicas y sociales acerca de la orientación sexual y la llamada “identidad de género.”
Esperamos que esta exposición facilite la labor de los médicos, científicos y ciudadanos en general, a la hora de abordar las
dudas que tienen algunas personas en nuestra sociedad.
Algunos hallazgos fundamentales:
Primera Parte: Orientación sexual
Las pruebas científicas no respaldan la visión de que la orientación sexual es una propiedad innata y biológicamente
fija del ser humano (la idea de que los individuos “nacen así”).
Si bien hay pruebas de que los factores biológicos, como los genes y las hormonas, están asociados a la conducta y a la
atracción sexual, no existen explicaciones convincentes de que la orientación sexual en los seres humanos tenga una
causalidad biológica determinista. Aunque los científicos han detectado ciertas diferencias menores en la estructura y
la actividad cerebral de sujetos homosexuales y heterosexuales, esos descubrimientos neurobiológicos no aclaran si son
innatas o fruto de factores ambientales y psicológicos. No aclaran si son causa o efecto de conductas humanas.
Los estudios longitudinales en adolescentes apuntan a que la orientación sexual en algunas personas podría ser
bastante flexible a lo largo de la vida. En este sentido, en un estudio se estimaba que hasta un 80% de los adolescentes
del sexo masculino que indican una atracción hacia el mismo sexo dejan de sentirla al alcanzar la edad adulta (no
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
c) No pueden seguir ignorándose los correspondientes al origen espiritual (noético), al menos cada
vez que, como es harto frecuente, AMS (PMS) y adicción o adicciones caminan juntas, y aunque no
sólo sea por esto. En la medida en que, a nivel científico y nosológico, se ha hablado de “adicciones
y” (patología dual), ninguna objeción habría que oponer al binomio “AMS (PMS) y”, con objeto de
establecer su correspondiente contexto.
d) Tampoco podemos olvidar los derroteros tomados por la llamada TRANSEXUALIDAD. Por lo ya
citado, la delicadeza en su trato, como en todo tratamiento, pero en este aún más, es obligada.
Y muy bien, Sr. Vilascusa, ahí tiene mi propio testimonio de vida, acompañado de la documentación
científica necesaria para emprender una buena investigación. Confío en que la dé a conocer, y que le
sirva de ayuda para seguir emprendiendo investigaciones con la seriedad que, al menos, el método
científico exige.
obstante, algunos investigadores cuestionan hasta qué punto esa cifra refleja realmente los cambios en la atracción
hacia el mismo sexo o es consecuencia de defectos metodológicos de la encuesta).
Se encuentran antecedentes de haber sufrido abusos sexuales dos o tres veces más frecuentemente en personas que no
son heterosexuales en comparaciones con personas heterosexuales.
Segunda Parte: Sexualidad, indicadores de salud mental y estrés social
En comparación con la población general, las subpoblaciones no heterosexuales tienen un riesgo más elevado de
padecer diversos problemas de salud general y salud mental.
Se estima que los miembros de la población no heterosexual tienen 1,5 veces más riesgo de trastornos de ansiedad que
los miembros de la población heterosexual, así como aproximadamente el doble de riesgo de depresión, 1,5 veces más
riesgo de abuso de sustancias y casi 2,5 veces más riesgo de suicidio.
Los miembros de la población transgénero también presentan un mayor riesgo de sufrir diversos problemas de salud
mental en comparación con los miembros de la población no transgénero. Resulta especialmente alarmante que en el
colectivo transgénero, la tasa de intentos de suicidio a lo largo de la vida y para todas las edades se estime en un 41%,
mientras que es menos de un 5% para la población general de los Estados Unidos.
Hay pruebas, si bien limitadas, de que diversos factores de estrés social como la discriminación y la estimatización,
contribuyen a elevar el riesgo de problemas de salud mental de las poblaciones no heterosexual y transgénero. Es
necesario llevar a cabo más estudios longitudinales de calidad para que el “modelo de estrés social” sea una
herramienta útil para entender esos problemas de salud pública. Sin embargo, las diferencias antes descritas se
encuentran incluso en entornos sociales donde no existe un ambiente de discriminación contra estas personas.
Tercera parte: Identidad de género
Los estudios científicos no corroboran la hipótesis de que la identidad de género sea una propiedad innata y fija del ser
humano e independiente del sexo biológico, es decir, que una persona sea “un hombre atrapado en un cuerpo de
mujer” o “una mujer atrapada en un cuerpo de hombre,” como si hubiera un error en su cuerpo y sus órganos
genitales.
De acuerdo con una reciente estimación, aproximadamente el 0,6% de la población adulta estadounidense se identifica
con un género que no se corresponde a su sexo biológico.
Los estudios comparativos de la estructura cerebral de personas transgénero y no transgénero han demostrado la
existencia de correlaciones débiles entre la estructura cerebral y la identificación transgénero. Esas correlaciones no
constituyen una prueba de que la identificación transgénero tenga una base neurobiológica.
En comparación con la población general, los adultos sometidos a cirugía de reasignación de sexo siguen
experimentando un mayor riesgo de problemas de salud mental. En un estudio se observó que, en comparación con los
grupos control, los individuos con reasignación de sexo tenían aproximadamente 5 veces más probabilidades de
intentar suicidarse y 19 veces más de morir por suicidio.
Los niños son un caso especial al abordar las cuestiones transgénero. Solo una pequeña minoría de los que manifiestan
una “identificación de género cruzada” durante la niñez siguen haciéndolo en la adolescencia y la edad adulta.
Son escasos los estudios científicos que avalen el valor terapéutico de los tratamientos para retrasar la pubertad o
modificar las características sexuales secundarias en adolescentes, aunque algunos niños puedan mostrar un mayor
bienestar psicológico si son apoyados y animados en su identificación de género cruzada. No existen pruebas de que a
todos los niños con pensamientos o conductas de género atípicas haya que animarlos a convertirse en transgénero.
[Lawrence S. Mayer, M.B., M.S., Ph.D. y Paul R. McHugh, M.D. Sexualidad y género. Conclusiones de la Biología,
la Psicología y las Ciencias Sociales]
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Reciba mi más cordial saludo y mi más profundo agradecimiento por la posibilidad de hacer llegar a
muchos los itinerarios de maduración de la masculinidad y la feminidad. Nueva masculinidad y nueva
feminidad. Varón y mujer en igualdad de derechos y oportunidades. Varón y mujer, tan iguales y ¡tan
diferentes!, llamados al AMOR.
Juan Carlos
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Como dije antes, en mi infancia y en mi juventud (los 80's) ni siquiera fui consciente del tipo de vida
que llevaba, del infierno que era andar escondido en retretes públicos o drogado, vendiendo mi
juventud, mi cuerpo por unas monedas... No fue hasta que comprendí la realidad de la antropología
del hombre que pude empezar a valorarme como lo que yo SOY, hombre, varón.
Y si me atrevo a contar partes de mi vida es porque haya unos pocos que pueden decir lo que quieran,
aun siendo mentira y yo no pueda decir mi verdad.
He vivido tantos años engañado por mis paranoias que nunca fui consciente de para qué había
nacido. El itinerario me ayudó a descubrirlo y vivirlo.
Fdo. C.
61. X.
He leído su artículo sobre los “cursos” y “pseudoterapias” “clandestinas e ilegales” del obispado de
Alcalá de Henares y he de decir que me entristece bastante todo esto. Es más, no puedo evitar
indignarme y cuestionarme en qué clase de sociedad democrática estamos viviendo. ¿Cómo es posible
que cuestiones de este tipo se den a estas alturas del siglo XXI?
En cuanto lo he leído me he visto en la obligación moral de escribirles porque resulta que sí tengo
pistas sobre este caso y sé de personas, así en plural, y más de las que podrían imaginar, incluso
fuera de España, que están en el ajo, si se me permite la expresión.
La verdad, no sé por dónde empezar. Es tal la magnitud de lo que dice la mujer del audio y el impacto
que ha tenido en mí mismo, sin ir más lejos, que estoy dispuesto a hacer lo que haga falta para hacer
justicia.
Le voy a contar mi caso con toda la humildad y honestidad que sea posible recoger, y me va a
permitir que lo haga desde el anonimato, pues tengo miedo a represalias en mi entorno.
Yo soy alguien que realmente quiere, anhela y desea revertir la PMS y descubrir mi verdadera
identidad como varón. Al comenzar este itinerario, que llevaba años buscando tras un intento de
suicidio, me prometieron ver milagros, y así ha sido. Mi vida ha ido a mejor, aquellas personas de mi
entorno, tanto los que conocen mi situación como los que no, están notando una favorable evolución e
incluso recurren a mí para hablarme de casos cercanos a ellos y pedirme consejo. Me siento más
optimista, contento, tengo más fortaleza mental; he dejado de lado las crisis de ansiedad, depresiones
y pensamientos suicidas que antaño me atribulaban por los sentimientos de la PMS.
Podría contar mil cosas, pero permítame que destaque una cosa, y es que, a raíz de este itinerario, he
dejado de ver a algunos de mis amigos como meros objetos sexuales con los que fantasear para
darme placer, también he dejado de pensar cómo conseguir tener sexo con ellos. Ahora comprendo
que es lo peor que podría hacerles. Incluso llegué a plantearme emborracharlos para conseguir lo
que quería.
Ahora comprendo que lo que buscaba en ellos eran aquellos rasgos masculinos que creía que carecía.
Poco a poco voy descubriendo que no es así, que se trata de un engaño inducido por una herida de
índole afectivo-sexual. No tengo miedo a llamarlo trastorno, porque así me siento.
Ya estando en la Iglesia me sentí acogido y querido. Había algo dentro de mí que me impulsaba a
buscar la verdad a mi situación, que aquellos sentimientos por sí mismos me hacían experimentar la
muerte en vida: me sentía solo, no importante para nadie. Necesitaba un vínculo afectivo íntimo con
otro hombre para compensar la distancia de mi padre en mi infancia y he descubierto que no voy a
82
Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
encontrarlo en la cama de otro hombre. Ahora tengo amistades sanas y auténticas, mi vida tiene un
sentido, como diría Víktor Frankl. Hablo de un sentido que trasciende nuestro ser: amar a una mujer
hasta entregarme y donarme totalmente. Haré lo que esté en mi mano para lograrlo.
Por tanto, no se trata de una fobia, pues, según la RAE, fobia es aversión o temor exagerado. Sin
embargo, desde mi experiencia, que no admite discusión, en ningún momento he sentido aversión, ni
temor u odio hacia las conductas de la Proyección por el Mismo Sexo (o PMS, término que para mi
grata sorpresa conocía y que, por cierto, es el más adecuado a nivel psicológico, moral,
antropológico y lingüístico frente a otros términos como gay u homosexual).
Es más, le diré que lo único que me provocó ansiedad, depresión y hasta un intento de suicidio es el
hecho de no encontrar otra alternativa a mis sentimientos más que la vida gay, pues en el fondo de mi
ser, ansío, por encima de todo, unirme a una mujer en matrimonio (del de verdad, de los que respetan
y comprenden la magnitud del sacramento) y formar una familia. Además, se trata de algo que está
impreso en cada una de mis células. Pocas cosas hay que me hagan tan feliz y me hagan seguir
adelante con este itinerario de maduración integral.
Por cierto, es así como se llama, y no pseudoterapia, ni cursos u otros términos que emplea en su
artículo. Se trata de eso, de un itinerario para madurar integralmente.
Durante todo este tiempo de itinerario, en ningún momento he sentido que mi libertad se haya visto
coartada ni que me hayan dorado la píldora porque pensaban igual que yo. Sencillamente, existimos
personas que sentimos estos sentimientos de PMS pero no los deseamos ni nos identificamos con ellos.
¡Ojo! Que no niego su existencia, eso sería ridículo. Lo que sí niego de forma rotunda, y es rotunda
porque es fundamentada empíricamente, es que de estos sentimientos se pueda desarrollar toda una
identidad (pues yo no siento que me identifiquen) ni que se trate de algo congénito. Es un insulto a la
naturaleza y a la ciencia.
Estará de acuerdo conmigo en que la naturaleza es sabia y que de contemplar la opción de una
“identidad gay” habría habilitado nuestra fisonomía para ello. Resulta imposible que exista la
complementación entre personas del mismo sexo, pues psicológica y anatómicamente somos iguales y
como bien sabrá: sólo los polos opuestos se atraen, y los iguales se repelen.
Le invito a descubrir el amor tal cual es, o sea, como un acto libre y consciente de la voluntad, y no
como un sentimiento efímero y absorbente, como es el “enamoramiento”.
Creo firmemente que no se respeta mi decisión de no identificarme como gay y buscar una ayuda
adecuada para cicatrizar una herida que me impedía madurar y crecer como persona. Ahora veo
posible alcanzar la meta más importante de mi vida: amar.
Es gente como usted la que niega que existan personas como yo, que deciden “renegar”, por decirlo
así, de la vida gay y buscar ayuda para abandonar esos sentimientos.
Lamento tanto que casos como el mío no tengan cabida ni la misma visibilidad que el lobby LGTBI.
¿Por qué quienes queremos cambiar tenemos que escondernos y ser perseguidos? ¿Acaso sólo existe
la libertad de expresión y derechos humanos para una parte de la sociedad? Dejen de pensar y actuar
como si no existiéramos. Dejen de hablar por nosotros. Sólo pedimos el mismo derecho que el resto,
que lo tenemos, amparados en la Constitución y derechos humanos.
Tanto el obispo de Alcalá, como la terapeuta de la noticia y el itinerario de maduración integral “Es
Posible La Esperanza” cuentan con mi apoyo y mi disposición para ayudar a quien de verdad lo
quiera y necesite. No se puede hacer una idea del bien que ha hecho esa mujer y de las vidas que está
salvando el itinerario, empezando por la mía.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Le doy las gracias por haber leído hasta aquí, eso ya es un paso. Al igual que a mí, Dios también le
quiere a usted tal como es, y por usted murió crucificado.
PD: Si decide publicar mi carta, como ya ha hecho con las de algunos amigos míos, al menos
publíquela en su totalidad.
Me despido con un saludo y deseando que sea capaz de acoger mis palabras.
Me llamo Jerónimo y soy un español de pie de 38 años de edad, que ha leído y escuchado la noticia de
los cursos para curar la homosexualidad en Alcalá de Henares, tanto en su medio como en otros
medios de comunicación.
Yo le escribo como una persona con PMS que realiza su itinerario de maduración integral. Lo hago
de forma desinteresada, es decir, sin que nadie me haya dicho que escriba ni como debo hacerlo, lo
hago totalmente libre, lo repito LIBRE.
Me ha producido mucho dolor esa noticia y la forma en que se ha hecho, pero no voy a entrar a
juzgar al periodista, porque mi intención es decir que no me cabe en la cabeza que se esté pidiendo
respeto para unas personas y luego no se respete a otras, hay que respetarnos unos a otros. Esto lo he
intentado vivir siempre.
Yo por mi circunstancia familiar y por mi situación en el colegio viví más apegado a las niñas y
cuando fui creciendo me di cuenta que me atraían los hombres, que me fijaba más en ellos que en las
mujeres, y esto lo viví en secreto, sufriendo mucho y viviendo una doble vida, es decir, aparentando lo
que no sentía. De adolescente empecé a tener relaciones sexuales con otros chicos y aunque dolorosas
eran placenteras, pero siempre me dejaban un vacío en mi interior.
Hace unos años, decidí a vivir en plenitud y dejar el mundo gay que no me llenaba, y a empezar a ser
yo mismo. y la verdad, que soy más FELIZ y LIBRE.
Por ello, solamente digo, y porque lo he vivido y se puede decir que tengo experiencia, que hay que
respetar, que si hay hombres y mujeres que libremente quieren acudir allí a que le acompañen o lo
que sea, están en su libertad, ¿quiénes somos nosotros para quitársela? si pedimos respeto para los
que quieren vivir su vida gay, respetemos también a los que quieren vivir de otra forma.
Hola mi nombre es Lourdes, tengo 25 años, resido en España, trabajo en el ámbito de la salud, estoy
casada con Mateo y tenemos un hijo.
He conocido gracias a mi marido, durante nuestro noviazgo, un itinerario integral de la persona, que
ha sido fundamental para que hoy mi esposo y yo estemos felizmente casados porque me ha ayudado a
madurar de una manera integral y a ver al otro con ojos de amor y no de exigencia.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Durante mi infancia he creído que yo era perfecta en todo lo que hacía, que mis padres, mis hermanos
y mis amigos me querían porque yo era una chica buena y no hacía nada mal. La relación con mi
padre era ausente porque trabajaba todo el día y apenas le veía en casa. Mi madre, en cambio, era la
figura que tenía de referencia porque era la que, aunque también trabajaba, pero menos horas que mi
padre, se ocupaba de nosotros. Llegué a no aceptar a mi madre por este hecho, porque era la que
siempre estaba encima de mí y al parecerme mucho a ella, esto hacía que chocáramos mucho. He
llegado a despreciar a mi madre por cómo era y a no querer ser como ella.
Durante mi adolescencia mis padres me dieron libertad, como ellos supieron hacer con mucho amor,
y yo la convertí en libertinaje haciendo lo que quería, desobedeciendo, mintiendo, llegando a estar
con un chico al que no quería por buscar el amor de una manera desesperada ya que sentía que en mi
casa no les importaba lo que hiciera o dejase de hacer. Digo sentía porque era sólo eso, puro
sentimiento sin ningún tipo de racionalidad ni sentido.
Gracias a tener que irme lejos de casa de mis padres conocí al que hoy es mi marido. Él me descubrió
durante los años de noviazgo este acompañamiento que hacen a los jóvenes desde el COF Regina
Familiae de la diócesis de Alcalá de Henares. Donde he podido ver que mi deseo de ser amada no es
malo, que todos tenemos deseo de plenitud, pero que la afectividad mal entendida puede hacerme
mucho daño a mí y a los que están a mi alrededor, que yo soy perfecta como soy y mis heridas de
inmadurez son las que, sanándolas y siendo conscientes de ellas, me harán ser una persona realmente
libre y feliz. Poder vivir con otros jóvenes y compartir nuestras heridas también me hace tener un
corazón de solidaridad con mis hermanos, cosa que no sale de mí ya que tiendo a ser tremendamente
egoísta. Me ha enseñado de una manera integral (intelectual, espiritual y corporal) que todos tenemos
heridas que nos marca y a veces nos llevan a hacer cosas que no queremos realmente o a pretender
ser lo que no somos por un profundo sentimiento de desamor pero que ese no es el final del camino,
que no me quede lamiéndome mis heridas y lamentándome, sino que hay esperanza. Que todos
cometemos errores, pero que todos somos perdonados.
Poder sanar la relación con mis padres, haciéndoles partícipes de mis sufrimientos y alegrías. Poder
pedir perdón a personas a las que había hecho daño en el pasado por ese deseo de buscarme a mí
misma por encima de buscar el bien para los demás, poder pedir perdón también a mi marido cuando
soy una soberbia y quiero pasar por encima de él despreciándole incluso. Yo por mí misma no sería
capaz de hacer estas cosas, si no llego a ser, en pleno derecho de mis facultades, acompañada por
personas que te hablan de un amor en plenitud, que he podido experimentar en momentos concretos
al darme a los demás sin esperar nada a cambio.
Poder acompañar a mi marido durante este itinerario y poder hacer yo misma este itinerario también
me hacen cada día no juzgarle, no juzgar nuestras vidas, ya que ser como somos y las cosas que
hemos vivido es lo que nos han hecho encontrarnos y ser felices.
Por último, quiero agradecer especialmente a Don Juan Antonio Reig Pla, obispo de Alcalá de
Henares, y a B. V. por todo el amor, la formación y la misericordia que nos dan para poder vivir
plenamente y no de una manera superficial, buscando la transcendencia y no la inmediatez, que sólo
te da alegría momentánea pero no felicidad profunda y duradera.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Pido a todas las personas que conformamos la Iglesia que no dejemos de luchar contra la ideología
de género, de formarnos en el amor y la familia, de ayudar a tanta gente que desea en su corazón
madurar como personas de una manera plena.
La paz. Lourdes.
Hola, mi nombre es Mateo, tengo 28 años, soy de nacionalidad española y trabajo en el ámbito de la
salud. Estoy casado con Lourdes y tenemos un hijo.
Llevo 3 años acudiendo al COF (Centro de Orientación Familiar) Regina Familiae por decisión
propia, al verme necesitado de ayuda para madurar como persona de forma integral. Escribo estas
líneas para contar mi experiencia de estos años de apoyo y seguimiento desde el COF y como me ha
cambiado la vida gracias a este acompañamiento.
Soy una persona extrovertida, alegre, muy sensible, que me gusta estar rodeado de la gente que me
quiere y a la que quiero. Nunca he sido un buen estudiante, recuerdo que desde pequeño me dedicaba
a jugar y no me centraba mucho en lo que se me decía en el colegio, hacía los deberes obligatorios y
a veces ni siquiera. Jugaba mucho en el recreo con los niños de mi clase, con mis hermanos en casa y
con los vecinos en el parque. La verdad es que tuve una infancia muy feliz. Cuando llegué a la
adolescencia, cambió un poco el rumbo de las cosas, a mí no me gustaba el futbol y todavía no salía
con mis amigos por la calle yo solo.
Tuve muchos enfrentamientos con mis padres a raíz de esto, yo quería hacer lo que me daba la gana y
era completamente rebelde, sin tener ningún tipo de responsabilidad, lo que me llevó a alejarme
mucho de mi familia. A pesar de vivir con ellos, no les contaba nada y hacía mi vida fuera de casa,
refugiándome en mi mismo, sin expresar nada a mi familia.
Fui creciendo y empecé a salir con un grupo de amigos que hice. Llevaba mi vida con una soledad
tremenda, tanto las alegrías como los sufrimientos, los vivía yo solo, o, solo a veces, lo compartía con
estos amigos con los que quedaba para beber por la calle. Fue una temporada que lo pasé un poco
mal, ya que me emborrachaba mucho, la mitad de los días de la semana para alienarme de la vida
que llevaba.
Poco a poco, fue creciendo un vacío muy grande en mi interior: por sentirme rechazado en casa,
porque no se fijaba en mí ninguna chica y porque no terminaba de encajar del todo en el grupo de
amigos, ya que no compartía cosas importantes del grupo como era el futbol.
Me refugié en una sexualidad descontrolada y en una afectividad mal entendida, ya que los únicos
que me hacían algo de caso eran estos amigos. En el grupo, parecía ser alguien, en concreto para uno
de estos amigos.
Aquí comenzó mi PMS (proyección hacia personas del mismo sexo). Empecé a idealizar rasgos
masculinos que yo no tenía, tratando de alcanzarlos inútilmente, intentando cambiar mi identidad,
aunque en mi corazón siempre había una necesidad muy grande de ser feliz y de luchar contra todos
esos impulsos de cambiar todo lo que yo creía que era.
En un momento muy grande de desesperación, comencé a buscar ayuda y encontré por mi cuenta el
COF de la diócesis de Don Juan Antonio Reig Pla, obispo de Alcalá de Henares. En él, y gracias a
B.V. empecé un itinerario de maduración en el que, gracias a trabajar mi voluntad y mis capacidades
de amar a los demás pude darme cuenta de que esa felicidad que buscaba desde lo profundo de mi
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
corazón, no estaba en buscarme a mí mismo sino en darme a los demás, saliendo precisamente de mí
mismo.
Este hecho me cambió tanto la vida, que me devolvió la alegría por vivir cada momento que pasaba, y
empecé a ordenar el caos en que se había convertido cada rincón de mi vida: me pude reconciliar con
mis padres, comencé a vivir de forma sana mi sexualidad, incluso me atreví a meterme en un campo
de futbol con 25 años por primera vez (a pesar de lo patoso y el ridículo que hice, lo disfruté como un
niño).
Poco después conocí a Lourdes (ahora mi mujer), que me atraía físicamente y por la que empecé a
sentir amor sincero. Después de un tiempo de conocernos en profundidad, le pedí salir y tras un
noviazgo libre, sincero y casto decidimos casarnos. En este tiempo de conocernos he de decir que
Lourdes ha sido muy comprensiva y no me he sentido juzgado a pesar de los errores que he cometido.
Por último, he de decir en mi experiencia que el amor esponsal (de entrega total y libre, mutua
fidelidad y apertura a la vida) que disfrutamos Lourdes y yo jamás lo he sentido en relaciones con
otras personas con PMS.
El hecho de poder disfrutar de esta felicidad plena, no es gracias a mis capacidades, sino al trabajo y
acompañamiento en el COF a través de B.V.
Ante una necesidad tan clara de amor en el ser humano y esta sociedad que lucha para evitar que la
alcancemos, pido a los obispos y sacerdotes la formación en este tema, tan necesaria en estos días en
que vivimos y que defiendan la vida y la familia.
La paz, Mateo.
Soy un hombre cuyo hermano, al que denominaré "X" para evitar represalias de los colectivos
totalitarios que actualmente nos quieren imponer su ideario, ha experimentado el infierno existencial
en el que te sume la P.M.S. y quiero contar mi experiencia al respecto.
Somos una familia numerosa integrada por 12 hermanos, siendo X el cuarto hijo de la misma. Desde
pequeño, X tenía una sensibilidad digamos que "especial"; le gustaban mucho los juguetes coloridos y
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
multiformes, sentarse a escuchar historias de terror y buscar el cariño de las personas más cercanas,
algo que las féminas de mi familia sabían dar más y mejor que nosotros, hombres analfabetos
afectivamente hablando.
Mi padre, un pequeño empresario que trabajaba de sol a sol, no pasa mucho tiempo en casa.
Podemos decir que era, y no por voluntad propia, un "padre ausente". Su ausencia prolongada tuvo
consecuencias negativas en nuestro desarrollo y maduración personal.
Mi madre, heroína donde las haya, trabajaba en el hogar incansablemente, no pudiendo dar a sus
hijos el cariño maternal que todo hijo necesita para su normal desarrollo afectivo, ya que entre
coladas, ollas y biberones las horas del día resultaban muy insuficientes.
En este contexto creció X.
He visto sufrir muchísimo a X, buscando incesantemente paliar el anhelo de su corazón con falsos
amores que no hacían más que ahondar en la profunda herida que desangraba su ser. Intentos de
suicidio, drogadicción, doble vida...no eran más que síntomas de una herida que manaba a chorros.
Un día, en medio del sufrimiento descrito, X conoce a través de un amigo de otro amigo (ya sabemos
cómo son estas cosas) a un sacerdote que le tiende una mano amiga y le propone la realización de un
itinerario de maduración integral cuyo fin último es la sanación de aquellas heridas causantes de
tanto dolor en el hombre. X descubre en este itinerario de vida que la P.M.S. no es más que una
manifestación de una profunda herida cuyo origen fundamental es la imperiosa necesidad de amar y
ser amados que todo hombre lleva inscrita en su ser. Así, la vida de X cambia, no sin lucha y, desde
luego, desde la más absoluta libertad. La decisión de realizar un itinerario de maduración integral
fue en todo momento libre por parte de X. No hubo presión familiar ni exigencias. Fue su profundo
dolor y su desesperanza lo que llevó a X a comenzar dicha singladura de la mano de una serie de
personas que han dado y dan su vida por esta verdad.
Actualmente X es un hombre maduro que conoce las heridas y los interrogantes de su historia. Su vida
ha cambiado gracias a la acción de Dios que se sirve del acompañamiento en la maduración para
hacer hombres libres de verdad.
Les ruego, señores de eldiario.es, que le den una oportunidad a la verdad. Es mentira que la mal
llamada homosexualidad sea una seña de identidad. Es un engaño, una falacia, una manifestación de
algo subyacente que grita por ser sanado.
Dar todo mi apoyo a Mons. Don Juan Antonio, obispo de Alcalá, al COF y a B.V.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
He leído en su publicación “eldiario.es” la noticia que titulan: El obispado de Alcalá celebra cursos
ilegales y clandestinos para “curar” la homosexualidad.
A cobijo del artículo de la ley contra la LGTBIfobia de la Comunidad de Madrid han montado un
artículo de “investigación” que lo único que pretende es cercenar la libertad de aquellas personas
que, sintiéndose incómodos con su proyección hacia el mismo sexo (PMS) buscan salida buscan
salida a esa situación.
Hasta la saciedad estamos oyendo que las personas con PMS no pueden ejercer su libertad para vivir
según su voluntad. Empiezo a ver que es cierto, pues el obispado de Alcalá a nadie ha obligado a
asistir a sesiones de acogida y acompañamiento para las personas que sufren por su PMS, pero el
autor del artículo sí que pretende impedir que lo hagan. ¿Acaso la libertad sólo se puede ejercer si
funciona en la dirección que el autor del artículo (y de la ley contra la LGTBIfobia de la Comunidad
de Madrid) quiere?
Con cínica afectación el autor se pitorrea del consejo que la terapeuta le ha dado: dejar de ver
pornografía. ¿Acaso no es verdad que la pornografía está creando en nuestro entorno graves
adicciones que anulan la voluntad de los individuos y los incapacitan para una vida equilibrada?
Quien pretende presentarse como defensor de la libertad de los individuos ¿desconoce la
“esclavitud” que viven muchas de las mujeres que han de participar en esas sórdidas escenas?
¿Desconoce los tremendos intereses económicos que genera este inhumano negocio? Cínica
afectación.
Por cierto, uno de mis hijos sufre por su PMS. Es un encanto de persona. Lo mejor de mi casa.
¿Quién se ha creído ser este redactor para impedir que, en uso de su libertad, mi hijo pueda buscar
ayuda para salir de su sufrimiento?
Atentamente, GPM
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Buenos días:
Después de conocer en las noticias, cómo el periodista Ángel Villaescusa, habiéndose hecho pasar
por afectado por PMS, publica la conversación con la trabajadora del Obispado. B.V. sólo puedo
decir que no se puede caer más bajo. Pero esto no es nuevo, ya en la historia se hizo, Judas vendió a
Jesús por unas monedas, igual que ocurre hoy día, la condición humana no ha cambiado.
Tengo que manifestar que gracias al trabajo del Obispado de Alcalá y en particular a B.V. nuestra
familia ha podido afrontar la PMS, y encontrar la verdadera felicidad.
Somos criaturas de Dios, aunque ustedes crean que se han hecho a sí mismos, y Dios nos ha creado
Varón y Mujer en una complementariedad, que nos hace íntegros. Nuestras heridas nos pueden hacer
sentir atracción hacia el mismo sexo, pero eso no nos da la identidad.
En la persona humana se hace visible una dimensión física (lo material, lo visible), una dimensión
psicológica, que comprende diferentes potencialidades (inteligencia, voluntad, memoria, sentimientos,
emociones, instintos, etc.), y una dimensión trascendente-espiritual, que, asumiendo, integrando y
elevando las dos anteriores, nos hace salir de nosotros mismos y nos capacita para la comunión con
los otros, con el medio ambiente y con Dios.
Esto nos hace diferentes de los animales, y no podemos dejar que se nos imponga esta Ideología de
género, estamos hartos de toda esta confusión que nos estáis metiendo por los medios de
comunicación y que viene impuesta por las élites de la masonería que van ocupando cada vez más las
instituciones. Y que os pagaran bien me imagino, para venderse de esta manera. Pero no somos
tontos, y vamos a defendernos y defender a nuestros hijos de toda esta imposición totalitarista que nos
coarta la libertad.
Un agradecido de B.V. y el Obispado de Alcalá de Henares.
Habiendo tomado conocimiento de lo acontecido el martes 2 de abril del corriente año sobre los
"cursos ilegales y clandestinos para curar la homosexualidad" contra el obispado de Alcalá, quiero
expresar lo que a mi experiencia respecta.
Soy madre de un joven que estaba confundido con su identidad sexual. Acudió por su propia
voluntad a la ayuda que ofrece esta página "es posible la esperanza", porque quería tener la
oportunidad de poder decidir no ser homosexual. Con el tiempo y con la ayuda de estas personas de
bien, se volvió un joven más alegre, decidido, valiente y con proyectos de vida.
No entiendo por qué una persona no puede tener DERECHO a elegir el camino o la orientación
sexual que quiere para su vida.
Espero no sólo que tomen conciencia de lo que están haciendo, condenando a las personas que
piensan diferente, sino que además comprendan lo importante que es promocionar este tipo de
acompañamientos para quienes de esta forma buscan su LIBERTAD EN EL AMOR HUMANO.
Para terminar, les pido que no discriminen ni se vuelvan fóbicos hacia quienes pensamos diferente.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Buenos días:
Voy a tratar de ser conciso, sin utilizar el vulgar lenguaje cargado de política e ideología que se
frecuenta en la sociedad.
Estoy totalmente en contra de la denuncia hacia el obispado de Alcalá. Allí se ofrece un itinerario de
maduración integral. Se propone, pero no se impone. Por lo tanto, los que acceden a realizarlo es
porque quieren cambiar algún aspecto de su vida relacionado fundamentalmente con la afectividad y
creo que esta es una decisión muy respetable.
No conozco mucho acerca de este itinerario, pero sí veo sus frutos en mi amigo, que ha avanzado
mucho con su problema desde que lo empezó.
Lo comenzó por su atracción hacia personas del mismo sexo, debida a ciertas heridas afectivas del
pasado, que él mismo reconoce.
Actualmente es más abierto con los hombres en lo que se refiere a amistad y se le ve más seguro y con
confianza en sí mismo; más completo.
Por este motivo, recomiendo a cualquier persona que esté pasando por algún desorden de tipo
afectivo y realmente se ame a sí misma y pretenda cambiar su vida para mejor, de la mano de la fe,
que no dude en ponerse en contacto con el obispado de Alcalá. Aprovecho para agradecerles la gran
labor que están haciendo a pesar de las numerosas críticas que están recibiendo.
Un saludo
Ante la noticia publicada hoy en el diario.es, bajo el titular “El obispado de Alcalá celebra cursos
ilegales y clandestinos para “curar” la homosexualidad”, manifestamos lo siguiente:
En primer lugar, lamentar que en pleno siglo XXI y en un país como España, haya que esconderse
tras el anonimato; porque al parecer es ilegal ayudar a quien libremente pide ayuda, de acuerdo con
la sana doctrina cristiana y de forma totalmente gratuita.
Lamentar también la mezcla de medias verdades (la peor de las mentiras) y la mala fe demostrada
por el periódico, incapaz de ver la bondad y la entrega de quien dedica su vida a servir a los demás,
tan sólo por amor a Cristo y al otro.
Llama la atención que este medio y tantos otros no denunciaran en su día el totalitarismo que
significa impedir ayudar y ser ayudado, desde de la libertad de conciencia y la libertad religiosa.
Contrasta poderosamente con la libertad de la que gozan quienes, desde tantos sectores, propician la
ruina y la muerte de tantos inocentes con el silencio cómplice de esos mismos medios.
Conocemos desde hace muchos años la defensa inquebrantable de la verdad, la bondad y la belleza
del amor humano realizada por D. Juan Antonio Reig Pla, siguiendo los pasos de aquel gran Papa,
San Juan Pablo II, siguiendo en definitiva a Cristo.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Conocemos de forma directa el gran bien que ha propiciado, gracias a Dios, la entrega gratuita e
incansable de B.V. a tantos jóvenes (chicos y chicas) que han podido, desde la libertad, acoger el don
inmenso de Cristo en sus vidas, que pasa transformando cualquier herida, y vivir así en plenitud el
amor humano. La proyección hacia el mismo sexo es tantas veces, una manifestación más de esas
heridas profundas. De esta realidad podemos dar fe.
Vidas transformadas (esa es la realidad del encuentro personal con Cristo) que las llena de sentido y
los lleva a la comunión y solidaridad con los demás; especialmente el hombre-mujer sufrientes de este
mundo. Es tanta la vida que hemos podido ver, la entrega, la comunión, la sanación de los vínculos de
relación en la familia (con padres y hermanos etc.) que sólo puede llenarnos de tristeza el que alguien
pueda impedir, desde la ley (TOTALITARIA) y el profundo desconocimiento de la realidad espiritual
del ser humano, el derecho inalienable de todo hombre-mujer a, si libremente lo desea, encontrarse
con Dios y dar sentido pleno a su existencia.
La búsqueda del sentido de la vida está inscrita en el corazón del ser humano, se trata de un camino
arduo, que conlleva muchas veces desorientación y necesidad de guía; en esta tarea tantas veces es
necesario el acompañamiento en la maduración, no sólo en el aspecto de la atracción sexual
concreta, sino en tantos otros como la capacidad de entrega a los demás, la posibilidad de vivir
vínculos familiares sanos, la solidaridad etc.
Con este humilde escrito, que estamos dispuestos a firmar, de ser necesario en defensa de todas las
personas de buena voluntad que dan su vida por la fe en Cristo, haciéndose como Él “Pan partido
para el Mundo”, apoyamos plenamente al Obispado de Alcalá de Henares, al “Centro de Orientación
Familiar “, a B.V. y a cuantos trabajan de forma gratuita por mostrar al mundo la verdad, la bondad
y la belleza del amor humano.
Al mismo tiempo, como católicos, pedimos a todos los obispos españoles la denuncia firme y explicita
del TOTALITARISMO que significa la ideología de género y la cultura gay imponiéndose desde los
poderes públicos, sin respetar la libertad de las personas. Sólo la Verdad nos hace libres.
J y MJ
Buenas noches:
He tenido la oportunidad de leer la noticia que publica su medió relativa a la Diócesis de Alcalá, al
equipo de profesionales que trabajan allí y a las supuestas terapias.
En primer lugar, conozco de primera mano la labor que se hace en la mencionada Diócesis y me
parece que es admirable el trabajo que realizan con las familias y el acompañamiento que se realiza a
las personas que voluntariamente acuden allí, con infinidad de heridas de diversa índole. Se trabaja
con familias desestructuradas, con jóvenes en riesgo social, con jóvenes con adicciones y también,
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
también con jóvenes que quieren profundizar en la maduración de su personalidad, dentro de lo cual,
acuden jóvenes que no se sienten a gusto con su identidad, sexualidad, experiencias, etc.
Las personas que trabajan en dicho COF y en la diócesis y en especial el Obispo y B.V. acogen a todo
el que quiera ir, sea como sea, y se les da una palabra, orientación y acompañamiento desde la
libertad del que acude y desde la profesionalidad y el cariño del que acude a ellos.
En este sentido, me ha extrañado que si ustedes buscan información al respecto se tengan que
camuflar o infiltrar a alguien. Se trata de una institución eclesial, ya saben ustedes que en este país
existe la libertad religiosa, cada uno es libre de vivir su confesión, fe o creencia y de ir a solucionar
los problemas, heridas o situaciones donde lo considere oportuno. Creo que si alguien con PMS
quiere ir a un COF y manifestar allí sus inquietudes o solicitar ayuda...puede hacerlo libremente, y si
alguien lo quiere hacer en el colectivo LGTB lo puede hacer igual. No creo que nadie esté
infringiendo ninguna ley, ya que la libertad de cada individuo no es coaccionada.
Los hechos son los siguientes: Un periodista haciéndose pasar por una persona con PMS, se ha
dirigido al COF de Alcalá, pidiendo ayuda. En éste centro como en tantos COF que las Diócesis
tienen al servicio de la sociedad, no se le ha pedido carnet de afiliado a la Iglesia ni ninguna otra
cosa; así ha podido engañar a la persona que amablemente le ha atendido para ayudarle, sin
percatarse de que le estaban tendiendo una trampa.
Nuestra experiencia como padres de una persona con PMS, ha sido la misma: nos han atendido desde
el primer momento sin pedirnos nada a cambio, tampoco el tan deseado dinero que en otros ámbitos
es indispensable.
La Iglesia ha sido y es siempre pionera en todos los ámbitos en los que se requiera la ayuda a los más
necesitados. En esto también, así es nuestra experiencia desde que empezamos nuestra andadura
hacia la sanación de nuestras heridas. En una sociedad pansexualista, que está siendo pervertida por
tierra mar y aire, los jóvenes cuando tienen problemas, caen en la anorexia, la bulimia…, y, como
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está de moda, en disfunciones sexuales. Todos tenemos heridas, pero en los momentos actuales es muy
frecuente que las heridas respiren por ahí.
Cuando nuestro hijo nos dijo que era “bisexual” se nos cayó el mundo encima, pensamos que cuando
le abriésemos los ojos, con la verdad…sentimos tanta confusión y dolor… No entendíamos que
habiendo salido con varias chicas, siendo un chico bien parecido y educado, le pudiera pasar esto.
Quizás ocurrió porque las chicas empezaron a fijarse en él, antes de que estuviera preparado para
tener una relación de noviazgo;(lo de la igualdad, también en esto es una manipulación) así, ellas que
eran más maduras, dejaron la relación. Finalmente, hubo una tercera novia que venía de una familia
desestructurada, con una mente muy soñadora y problemas…que nuestro hijo hacía suyos, hasta el
punto de no poder dormir por la noche, pensando en cómo resolverlos. Muy a menudo sufría algún
incidente personal, a veces provocado, para llamar la atención. Hemos dejado que otros denigren la
castidad, mientras que nosotros simplemente no educamos en ella. Gracias a Dios, esto terminó,
porque era una situación que le estaba haciendo daño. Nuestro hijo se quedó descolgado en los
estudios; los amigos fueron subiendo de curso o saliendo a trabajar, con lo que parece ser que
conoció a un chico con el cual inició una relación de amistad que desembocó en el problema. La
erotización de los jóvenes y de la sociedad y lo poco que se valora la castidad, está haciendo estragos
en nuestra descendencia.
El acompañamiento en estos años ha sido primordial, tenemos la alegría de estar en el buen camino,
poniendo nuestra vida en las manos de Dios, y dejándonos ayudar, ¡existe la esperanza! Así, para
nosotros, todo ha cambiado, y procuramos tener presente que todo lo que nos ocurre es para nuestro
bien.
Nosotros, como padres de un hijo afectado de PMS, estamos haciendo este recorrido de conocer el
camino de maduración integral de la personalidad, de forma libre y responsable, que NINGUNA LEY
tiene capacidad de impedir. Los padres somos los primeros y principales educadores de nuestros
hijos. Los gobiernos son subsidiarios, no los que imponen lo que se les debe decir o no a nuestros
hijos. Denunciamos y exigimos el DERECHO a poder elegir el itinerario que consideremos necesario
para la sanación de las heridas que se han manifestado en la PMS de nuestro hijo y, por tanto, de
realizar un Itinerario de Maduración Integral de la personalidad, hacia una vida de comunión y
solidaridad.
Somos padres católicos, y como tales tratamos de educar a nuestros hijos para que sean buenos
cristianos y sirvan a la sociedad, preocupados e interesados en el bien común de la sociedad, y,
especialmente, de los jóvenes de nuestro tiempo. Cada día son más los jóvenes que andan sin saber
quiénes son. Nos duele la manipulación que desde ámbitos políticos se hace de ellos a todos los
niveles, pero quizá el más peligroso para todos sea la formación en materia sexual, la cual se ejerce
no sólo en la educación, sino en los distintos medios de información, audiovisuales, informáticos,
revistas, música, libros...
Destacar la importancia que una buena educación afectiva tiene en todos nosotros, pero
principalmente en los jóvenes a los que hay que educar “para el amor”, para “saber amar”, amar
hasta que duela, hasta dar la vida por el otro.
Sobre todo, nos interesa la búsqueda de la verdad, y a eso dedicamos gran parte del tiempo de
nuestra familia.
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Cartas de miembros de EPE y familiares en solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Abril 2019
Pensamos en contárselo (nuestra situación familiar con un hijo con PMS) a un amigo sacerdote, para
que nos aconsejara, como así lo hizo; fue de gran ayuda en esos momentos, pero necesitábamos algo
más, sobre todo al principio. En ningún momento, ninguno de nosotros dudamos de la ayuda de Dios,
ni de su doctrina; lo que empezábamos a dudar es de que los buenos consejos y el sentido común
hicieran huella en nuestro hijo, por eso buscamos la ayuda de alguien más especializado.
Sabíamos que D. Juan Antonio tenía conocimiento de toda la manipulación que desde las élites se
dirigen hacia la población, al tiempo que nosotros conocemos también todo esto y la Sagrada
Escritura. No queríamos a alguien que nos pusiera paños calientes y nos vendara los ojos. Es por eso
que no dudamos en acudir allí (al COF de Alcalá). Somos de otra Diócesis, con lo cual estoy diciendo
que esto es totalmente necesario. Esta ayuda que nosotros recibimos es imprescindible también que la
puedan recibir en toda España. En estos momentos los necesitados somos nosotros, los padres que
nos encontramos de pronto con una situación que nos desborda y que por la experiencia de otros
sabemos que se puede revertir, y hasta que eso ocurra, ir sanando las heridas.
Nuestra total solidaridad con Mons. D. Juan Antonio Reig, Obispo de Alcalá, por su valentía y
testimonio que como obispo de la Iglesia Católica nos da a todos al acogernos y ayudar en este
camino que se nos ha trazado y en el que encontramos tantas manos amigas, tanto en el COF, con la
ayuda de B.V., como con los demás padres con los que compartimos experiencias y nos ayudamos
mutuamente en nuestro caminar.
Pedimos a todos los obispos de la Iglesia Católica que denuncien la TIRANÍA de la Ideología de
Género y la cultura gay y promuevan todos una formación-maduración integral de la personalidad y
un acompañamiento a las personas con PMS que quieren sanar y madurar.
Tenemos el deber de actuar, no sólo por nosotros y por nuestros hijos, sino por los que vienen detrás.
Hace algún tiempo vimos unos vídeos muy interesantes en los que recrean el cerebro y plasman los
estudios que un grupo de investigadores han llevado a cabo en la Universidad de Navarra, para ver
cómo se comporta el cerebro de las personas ante ciertos problemas o estímulos. Esto pertenece a un
proyecto que se llama: “Los secretos de tu cerebro”. Las neurociencias de vanguardia analizan hoy
qué regiones del cerebro se activan y cuáles se silencian frente a estímulos de la vista, el movimiento,
las decisiones, etc. Detectan cambios en las funciones cerebrales que suceden en el procesamiento de
las emociones… Abordan distintos aspectos de la vida humana.
Es curioso ver cómo cosas que sientes en tu corazón, se pueden demostrar en estos estudios.
La adolescencia es una etapa crucial en la formación de la personalidad. “Sólo los seres humanos
están permanentemente abiertos a las influencias de la educación, la relación con los demás y sus
propias decisiones. Toda experiencia humana deja huella y produce cambios persistentes en los
patrones de las conexiones neuronales del cerebro, específicas y propias de cada uno según la
historia de su vida”. El cerebro adolescente es inestable por los rápidos cambios que permiten los
pasos del cerebro infantil al cerebro joven. El mundo afectivo personal se altera en una etapa en que
los sistemas que integran las emociones racionales, están aún madurando.
Solo la verdad nos hace libres, que no es lo mismo que la frase que un día dijo un político: “la
libertad, nos hace verdaderos”.
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La persona que no conoce toda la verdad, no es libre, no se puede decir que una persona es libre para
decidir cuando no conoce toda la verdad. Esta persona está siendo manipulada.
El resultado es que los usuarios caen dentro de una dependencia química, requiriendo grandes dosis
para lograr el mismo efecto. La ciencia moderna nos permite comprender que la naturaleza
subyacente de la adicción a la pornografía es química, casi idéntica a una adicción a la heroína.
Los que promueven la pornografía también promueven la pederastia al trivializar los actos sexuales
entre niños y adultos.
Bueno para saber de dónde viene todo esto, gracias a la Dra. Judith Reisman, una gran profesional
que desde hace más de treinta años viene investigando en este tema, llegamos al tristemente famoso
Alfred Kinsey.
“Durante mucho tiempo se ha sabido que los niños, durante el desarrollo de su sexualidad, pasan a
través de lo que comúnmente se conoce como el período de la "latencia". Éste es un período que
acontece antes de la adolescencia y se caracteriza por una falta de interés en los asuntos relacionados
con la sexualidad. Este período, reconocido por los psicólogos y otros expertos en el desarrollo de los
niños, es importante porque permite que los niños presten atención y aprendan fácilmente muchas
materias útiles para ellos, tales como matemáticas, lenguaje, geografía, música, etc.
Sin embargo, si en esta etapa se les diera instrucción sexualmente explícita, se provocaría una
desviación errónea de su atención. El desarrollo normal sufriría enormemente, desviando la
curiosidad normal y sana que el niño, y más tarde el adolescente, siente hacia estas materias tan
importantes, hacia los asuntos sexuales.
Existen abundantes evidencias de la relación entre las ideas de Kinsey, los programas educativos y
ciertas organizaciones, de las cuales la mayor es la Federación Internacional de Planificación de la
Familia o IPPF, presente en todos los países incluido el nuestro…”
Kinsey fue un zoólogo que extrapoló los estudios en animales a los hombres, figura central de la
revolución sexual del siglo XX: masturbador compulsivo, sadomasoquista, bisexual, pederasta,
zoofílico…Kinsey fue el padre de la revolución sexual y el aborto por encargo.
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Kinsey “demostró” con sus “estudios seudo-científicos” que la mayoría de los hombres han violado a
mujeres o niños, cometido adulterio, o frecuentado prostitutas; y que las mujeres eran igualmente
depravadas y altamente propensas al aborto ilegal. Siendo éstas las pautas que alegaba, Kinsey y sus
colegas compusieron un Código Penal Modelo para temas sexuales, que descriminalizaba
prácticamente cualquier conducta conocida. Después de todo, si todo el mundo lo está haciendo ¿Por
qué convertirlo en delito?
Juntos establecieron la industria de educación sexual escolar a través de sus filiales, el Consejo de
Educación e Información sobre la Sexualidad de los Estados Unidos.
De ahí provienen la formación en materia sexual que en todos los países, incluido el nuestro,
pretenden dar a nuestros niños y jóvenes, que un día serán los adultos que tengan en sus manos los
destinos de todos. (Bueno, en realidad lo que se quiere es formar esclavos, los destinos los llevarán
los descendientes, de los que ahora quieren manipularlos.)
¿Es esto lo que queremos para nuestros hijos, familiares, jóvenes con nombre y apellido…para esto
murió Jesús…? ¡Fuimos rescatados a precio de Sangre! ¿Pagaremos con las “treinta monedas de
plata”?
Son tiempos fuertes, pero la unión hace la fuerza. Para que el mal triunfe, solo es necesario que las
personas de bien no hagamos nada.
Esperamos y deseamos por el bien de todos y a mayor gloria de Dios, que tengan a bien leer este
informe.
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