Vivir Con Proposito

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VIVIR

VIVIR
CON

PROPOSITO

PROPOSITO
CON
VIVIR
CON

PROPOSITO
Hoy tengo el gusto de compartir con ustedes una de mis grandes
pasiones que tiene que ver con ¿cómo podemos vivir con propósito?,
¿cómo podemos tener una vida plena de sentido?. Nuestro tema de hoy
está dirigido a la familia, porque definitivamente hay muchas cosas que
podemos hacer para que nuestros hijos o los miembros de la familia
puedan aumentar su experiencia de sentido.
Víktor Frankl era un psiquiatra austríaco que vivió las dos primeras
guerras mundiales y al estar en Austria tuvo de cerca el rigor del
conflicto en la primera y la segunda guerras mundiales. Frankl,
experimentó una experiencia muy complicada porque estuvo en varios
campos de concentración durante tres años y medio, perdió a su esposa
en embarazo, a su padre, a su madre, perdió todo, absolutamente todo.
Como dice en su famoso libro “El hombre en busca de sentido”:
“solamente conservaba mi existencia desnuda”, porque a los judíos
incluso los afeitaban para poderlos desinfectar. Y esta experiencia de
Frankl de estar confrontado con tener solamente un día para vivir, no
debió ser muy fácil. Seguramente algunos de ustedes conocen la
historia del holocausto, hay diferentes pasajes donde nos cuentan cómo
las personas se levantaban por la mañana y los capos de la SS iban
escogiendo civiles, los que seguramente podrían sobrevivir y aquellos
que estaban muy delgados o muy enfermos, a unos los ubicaban en una
fila que entraba a las duchas, y a otros, los llevaban en hilera a otro
cuarto en donde estaban las cámaras de gas. Día tras día tenían solo
horas para vivir.
Así es que este hombre que aprendió a montar avioneta después de los
setenta años, y que era alpinista después de varias décadas de vida, se
hizo la promesa de no suicidarse y de empezar a aplicar todo lo que ya
venía aprendiendo de la psiquiatría y la neurología para ayudarle a las
personas a que vivieran con propósito, a que su vida tuviese sentido.
Frankl decía que el hombre se autorrealiza en la misma medida en que se
compromete con hacer realidad algo que le apasione en su vida, algo

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que lo conecte con la vida. Podemos tener muchas cosas, como nos
suele suceder en muchos lugares, tenemos demasiadas cosas pero a
veces no tenemos nada, pues no estamos conectados con ellas.

Podemos tener muchas cosas o hacer muchas cosas, pero estar


desconectados. Para comprender la conexión o desconexión es más útil
ir a la experiencia que a la reflexión. Entonces cierra los ojos un breve
instante y piensa: ¿has tenido en esta semana algún momento donde “te
diste cuenta” de que hay algo que disfrutas mucho hacer? ¿Qué aunque
te toque hacerlo, lo haces porque te gusta? ¿qué se te pueden pasar las
horas mientras realizas esto a veces sin darte cuenta? ¿qué si lo haces y
estás cansado, al final quedas con una sensación de estar a gusto, no de
haber trabajado más? Escribe a continuación las primeras que hayan
llegado a tu mente mientras leías estas líneas.

Así es que la gente dice “mi vida no tiene sentido”, “es que no me hallo”,
“no me encuentro”, “ me desconozco”, “me siento vacío” y lo
escuchamos en lo cotidiano, pero no quiere decir que estemos enfermos
o que estamos mal, lo que quiere decir es que el sentido de la vida a
veces se oscurece, especialmente en las etapas de transición. Cuando
se pasa a la secundaria o de la primaria a la adolescencia, o de la
adolescencia en el contexto escolar a un contexto universitario, o estar
soltero a estar casado, o de estar casado a estar divorciado o viudo. Las
etapas de transición en donde tu identidad es golpeada, pueden ir
acompañadas de crisis de sentido en donde nos preguntamos: ¿de qué
se trata esto?, ¿para dónde voy?, ¿qué es esta vida? y al enfrentarnos a
estas preguntas nosotros los adultos, especialmente los padres de
familia, tenemos una responsabilidad tremenda, porque los seres
humanos somos buscadores de sentido y en esa búsqueda muchas
veces nos quedamos estancados, en un estadio de exploración en en
donde no encontramos por dónde es, y se nos va pasando la vida y se
nos va escurriendo entre los dedos.

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¿En qué etapa de la vida está mi hijo?
¿Es una etapa de transición?
¿Cuáles son algunas preguntas que puede estar
haciéndose en este momento?

¿Qué es importante para él en este momento de su vida?

Otros damos la lucha por saber qué es lo nuestro, que es lo propio,


aquello que nos apasiona y que nos puede hacer felices. Encontramos
una orientación de sentido, encontramos que hay algo que vale la pena.
Sin embargo, algunos encontramos solamente una cosa que vale la
pena y obtenemos una seguridad piramidal; hay un único bien
depositario de todo lo valioso, lo único valioso en mi vida es un hijo o lo
único valioso en mi vida es mi trabajo o mi pareja, y el asunto es que, si
lo único valioso en tu vida es tu trabajo, te toca irte a vivir a la empresa
porque si sales de ahí tu vida se oscurece, o si lo único valioso en tu vida
es tu hijo, pues seguramente vas a tener que impedir que crezca y que
haga una vida independiente y se vaya, o si lo único valioso que tienes es
tu pareja pues tendrás que dejarla amarrada a la cama, encerrada en el
cuarto, que no vaya a salir para que no le pase nada. Así es que, gran
parte de la apuesta en la vida, consiste en diversificar el sentido o como
dicen algunos empresarios “no tener todos los huevos en la misma
canasta”, de tal suerte que busquemos una seguridad paralela. Es decir,
cómo podemos tener diferentes fuentes de sentido, de tal forma que si
en algún momento se cae alguna de ellas (porque no tenemos nada
comprado), la vida no se acabe. Si perdemos un trabajo que me daba
sentido, pues tenemos igual una pareja o tenemos igual un hobby, pero
tener solamente algo que nos dé sentido es una actitud existencial
riesgosa, porque se nos puede derrumbar. Aquellos que toda la vida
vivieron para trabajar y después de jubilarse, su vida se acabó, o aquellos
que toda la vida vivieron por un hijo y su hijo se fue de la casa, y estamos
en el período del nido vacío y la relación se acabó, porque la relación no

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era valiosa, nos centramos en que solamente había algo valioso.
Nuestra apuesta es entonces tener muchas cosas para qué vivir.
Los últimos años nos están surgiendo cientos de investigaciones que
nos dicen que las personas que tienen más sentido en su vida, tienen
mejor salud fisica y mental, viven mejor en términos de afecto positivo,
sienten más alegría, más felicidad y un manejan un adecuado
afrontamiento, es más, son más resilientes al enfrentar mejor los
impactos que producen los eventos traumáticos. Y al contrario, la gente
que percibe menos sentido en su vida, tienen más emociones difíciles de
manejar, sufren mayor estrés, depresión, mayores problemas de adicción
y una mayor ideación suicida, incluso, más problemas psicológicos
severos en términos de personalidad; investigaciones en todo el planeta,
nos están mostrando resultados similares. La gente que percibe que su
vida es valiosa la cuida más, porque la gente solamente cuidamos lo que
vale.

Escribe 10 cosas que son importantes para ti. Piensa en todas


las áreas de tu vida: tu vida personal, de pareja, familiar, laboral,
tus amigos, tus hobbies, piensa en cómo pasas el tiempo libre.

Ahora, imagina que una catástrofe ocurre. ¡Tacha 4 cosas de esa


lista!....Tacha 3 más.

Cuando imaginamos que nuestra existencia se ve amenazada, o si lo


hemos experimentado, podemos identificar lo que es verdaderamente
valioso, pues se hace más evidente. Las cosas importantes dan paso a
lo que es fundamental, que a veces no veo porque estoy enfocado en mis
responsabilidades, en lograr éxitos, en hacer muchas cosas para ser
exitoso.

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¿Fue fácil o difícil escribir las 10 cosas que son importantes para ti? ¿A
qué área corresponden las 3 cosas que al final quedaron? ¿Hay
diferentes áreas que son fuente de sentido en tu vida?

Confusion Existencial
Vacío y desconexión

El asunto es que vivimos en una época de mucha confusión existencial,


porque le enseñamos a nuestros hijos que deben hacer las cosas fáciles,
y lo más importante es aparentar, y esa confusión existencial tiene que
ver con que les expresamos que lo importante en la vida es evitar
cualquier displacer, evitar la tendencia al esfuerzo humano, y al mismo
tiempo les decimos que el objetivo es tener mucho poder o mucho
dinero. Y no es que el placer no sea importante la vida, y no es que el
poder no sea útil, el asunto es muy sencillo, el placer es el efecto
espontáneo y natural de alcanzar un fin, no es el fin sí mismo; cuando el
placer es el fin en sí mismo, nunca te sientes satisfecho, nunca te
sientes lleno, siempre quieres más; cuando el poder es el fin último de la
vida, siempre ambicionas más; el poder en realidad es un medio para
alcanzar un fin. Tienes mucho poder, tienes mucho dinero, ¿ahora qué
vas a ser con ese dinero?, “pues conseguir más dinero”, ok y ¿para qué
más dinero? “pues para conseguir más dinero” ok, pero ¿para que más
dinero? “pues para conseguir más dinero” y nunca acaba este círculo.
Bienvenido todo el poder, bienvenido todo el dinero, pero ¿para qué es?,
bienvenido todo el placer, pero como un efecto de alcanzar un fin, no
como un fin en sí mismo.

Si en la pregunta anterior alguna de las 10 cosas que escribiste que son


importantes para ti son ‘ser feliz’ o ‘tener poder/dinero’, o se parecen,
intenta reformularlas teniendo en cuenta que tanto la felicidad como el
poder son un efecto de alcanzar un fin. De esta manera podríamos por
ejemplo decir que ‘ser feliz’ puede ser ‘ser feliz con mi familia’, lo cual
podemos llevar todavía más allá a ‘compartir tiempo con mi familia’. El
compartir tiempo con mi familia me da felicidad.

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Felicidad o poder como un Felicidad o poder como un
fin… efecto…

Cuando te confundes en la vida y crees que la idea es lograr el máximo


placer posible, empiezas a creer que para llorar tienes que causarte las
lágrimas, entonces tendrías que picar cebolla todo el día, o que para reír
tienes que pegarte en el huesito del coxis, y tendrías que golpearte una y
otra vez para poder reír. La felicidad brota de una manera espontánea,
pues es como una mariposa, entre más la persigues más se aleja de ti,
pero si te sientas en silencio y tienes motivos para ser feliz, ella viene y
se posa sobre tu hombro. Esta confusión genera un clima de vacío como
el de las relaciones efímeras y poco valiosas.
Hoy después de cincuenta años de investigación acerca del tema del
sentido, sabemos que el sentido de la vida es personal, intransferible,
lamentablemente no es hereditario, no depende del coeficiente
intelectual, es independiente del género, su contenido va cambiando con
la edad, no puede imponerse porque es diferente para cada persona y a
veces el sentido de la vida de nuestros hijos no es el que quisiéramos, el
asunto es que se puede modelar y propiciar ambientes donde sea más
facil que perciban cosas valiosas, y no latas de metal que parecen oro,
porque no todo lo que brilla lo es.

¿Que es vivir con


un proposito ?
Muchas personas te van a decir el sentido de la vida es tener metas, pero
hay mucha gente que tiene metas y no siente que su vida esté plena de
sentido. Yo puedo tener la meta de ser abogado como mi padre y trabajar
en el bufete de abogados de él, pero eso no me llena el corazón, no me
hace palpitar por dentro. Yo puedo tener la meta de cumplir a, b o c pero
realmente eso no me conecta. Lo que sí suele ser común es que la gente
que tiene sentido, que tiene propósito, suele tener metas, pero no todo el
que tiene metas tiene sentido.

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Realmente vamos a hablar de las características puntuales. La primera
de ellas, vivir con propósitos significa conectar la emoción y la razón a
personas, acciones y objetos valiosos. Si tú dices que tu pareja te da
sentido, si tu dices mi esposo me da sentido, quiere decir que pensar en
el o estar cerca de el, te emociona, te mueve por dentro, genera e-moción,
hay un movimiento interno. Si tú dices que ese libro te emociona, quiere
decir que pensar en que lo vas a leer o estarlo leyendo, te genera un
movimiento interno, no estás muerto, hay algo que se mueve dentro de
ti. Si tú dices que tu trabajo te emociona, es posible que no quieras a
veces ni dormir, porque tu quieres estar conectado haciendo lo que te
apasiona. El corazón suele estar siempre al lado de lo valioso. Pascal
decía: “hay razones del corazón, que el intelecto no alcanza a
comprender”. Cuando lo experimentas de esa manera dices: “lo sé bien
porque esto me apasiona”.
El asunto es que no todo lo que emociona es una buena idea, por eso
decimos conectar la emoción y la razón, el corazón y la cabeza en un
mismo lugar, el filósofo francés Jean Paul Sartre decía: “podrás
obligarme a que te dé las gracias, pero nunca a que me sienta
agradecido contigo”, una frase muy fuerte, cuando eres papá, cuando
eres mamá, la frase se vuelve muy fuerte, porque a los niños les
decimos: “salude”, “dé las gracias”, no nos preocupamos tanto de que
realmente se sientan agradecidos o que en verdad sientan algún tipo de
conexión; nos quedamos muy en lo superficial y en la apariencia. Qué
interesante sería que nuestro hijo se sienta agradecido (también que dé
las gracias obviamente), que importante que nuestro hijo tenga la
experiencia interna de sentirse justo y no solamente que ejerza la
justicia porque es lo que toca.
Pues bueno, en esta sociedad lo que tenemos es una gran desconexión,
porque las emociones son vistas como elemento de segunda categoría;
de hecho culturalmente si tú quieres molestar a alguien basta con que le
digas: “Ay ya no seas tan emocional” y esa es toda una ofensa porque las
emociones son secundarias, de pronto está prohibida la rabia, está
prohibido el miedo para algunos, la tristeza puede ser muy mal vista, la
alegría la permitimos un poco y si existe, pues que no se note mucho
porque qué dirá la gente, que te alegras con cualquier bobada; las
emociones son muy mal vistas en nuestra cultura.

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Y resulta que las emociones son las que te permiten conectarte con lo
que es valioso, tu sientes rabia cuando te quitan o te pisotean algo
valioso, tú sientes miedo cuando algo valioso corre peligro, y sientes
tristeza cuando algo valioso está dejando de ser de forma natural, o
cuando algo valioso no se puede realizar. Tú sientes alegría cuando lo
valioso está en todo su esplendor; pero ¿qué hacemos si le prohibimos a
los niños que se emocionen?, en otras palabras, les prohibimos que sean
niños. ¿Cómo hacemos para generar en casa un espacio en donde la
rabia se valga?, no la patada a la puerta, ese es otro tema, pero la rabia
se vale. El miedo se vale, no necesariamente implica cobardía.

¿Las emociones entonces son importantes? ¿Pueden ser malas o


buenas?

Escribe las emociones que cuando las ves en tu hijos te generan


angustia, es decir las que valoras negativamente y que por consiguiente
haces todo lo posible para que tu hijo no las experimente o salga
rápidamente de allí, bien porque piensas que puede ser insoportable
para él o porque lo es para ti.

Has identificado la parte de la emoción, una parte de la primera


característica de lo que es vivir con propósito. Ahora, vamos a mirar la
razón, para poderla conectar con personas, acciones y objetos valiosos.
Vas a pedir una explicación a esa emoción de tu hijo, su razón de ser:
¿por qué apareciste? ¿qué quieres decir? ¿me quieres decir algo a mí? No
vale en este punto preguntar a tu hijo ‘qué querías decirme’, pues él, al
expresar su emoción, ya estaba comunicándose. Ahora, tu tarea es
traducirlo. La clave de interpretación consiste en personas, acciones y
objetos valiosos.

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¿Cuál es la persona, objeto o
Emociones que valoro acción valiosa que está en juego
negativamente y qué me está diciendo sobre
ella/él?

No se puede ver con sus amigos


Rabia
y ellos son valiosos para tu hijo

Contaba Víktor Frankl en su libro “El hombre en busca de sentido”, que


estaban en pleno bombardeo y le decía un miembro de la SS a un judío:
“mira, aquí se nota la superioridad de la raza aria ¿cuán asustado estás
en este bombardeo?” y cuentan que el judío lo miraba y le decía: “no
señor, no se trata de superioridad, porque si usted tuviera tanto miedo
como tengo yo en este momento, ya hubiese salido corriendo”. ¿Como
podemos permitir que la gente viva el miedo, la tristeza, la rabia, la
alegría? De esa forma es más fácil rastrear lo valioso.
Entonces, conectamos el corazón, la emoción y la razón a personas,
acciones y objetos valiosos. ¿En donde reconocemos lo valioso?, en los
vínculos con personas valor, situaciones valor y acciones valor. ¿Qué
quiere decir esto?, muy seguramente ustedes no conocen algunos niños
que en este momento están muriendo en Siria y como no tenemos
vínculo con ellos, realmente aunque suene crudo y feo, no nos importa;
porque nos importa aquello con lo que nos vinculamos. Es decir, ¿dónde
reconocemos lo valioso? en las relaciones, en las situaciones, y en
acciones a las que atribuímos valor. Con el paso de los años, la cantidad
de personas valiosas pareciera que en muchos casos disminuyera,
había cosas que antes te apasionaban, te apasionaba el golf, el tenis o el
fútbol, y dejaste de hacerlo, antes te reunías con los primos o con los
egresados del colegio, pero con el paso de los años empezaste a
encerrarte. Algunas personas necesitan agregar más personas valiosas
a sus redes, invertir más en situaciones valiosas, recuperar o desarrollar

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más acciones valiosas. Así es que tenemos que conectar la emoción y la
razón a personas, acciones y objetos valiosos… pero no basta con eso.

Aceptar la invitacion
y dirigirse hacia lo valioso.
Tenemos un segundo componente de eso que llamamos vivir con
propósito. El sentido es algo que te llama y te dice “aquí estoy, para que
vengas y me realices”, nos invita con nombre propio. Así es que el
segundo elemento es aceptar la invitación que nos hace la vida cuando
nos dice todos los días: “¿y qué vas a hacer en esta situación?”, “¿y qué
puedes tu aportar acá?”, “¿qué puedes tú dar acá?”, “¿qué puedes
desarrollar?”. Aceptamos la invitación de la vida y nos dirigimos hacia lo
valioso, el sentido de la vida, el propósito vital es algo que atrae, no
empuja. A veces lamentablemente no empuja, ustedes se imaginan lo
agradable que sería que sus hijos los miraran y les dijeran, “ay papi, este
viernes voy a irme a una fiesta, y voy a dejarme arrastrar por los valores
que me has enseñado” ¡sería lo máximo!, pero no es así, los jóvenes
necesitan levantarse y caminar hacia lo valioso, porque lo valioso no
empuja, lo valioso atrae.
Nosotros tomamos decisiones según lo que es valioso en nuestra vida,
¿qué carrera vas a elegir?, ¿qué deporte vas a practicar?, ¿con qué
persona te vas a meter?, ¿qué es realmente lo valioso en nuestra vida?,
¿cuál es nuestra jerarquía de valores? Si para ti lo más importante es lo
intelectual y estás en un centro comercial, seguramente sientes el
llamado a entrar en la librería, y si no puedes entrar y te tienes que ir de
ese lugar sin cumplir ese llamado, te sientes frustrado, con desazón,
algo te falta. Si para ti lo más valioso en la vida es una práctica religiosa
y no puedes hacer tu ritual o no puedes ejercer tu práctica, tú sientes que
algo te falta, que no estás lleno, que estás vacío.

Pues bien, como los propósitos vitales atraen, pues necesitamos


caminar hacia ellos. El asunto aquí es que hay cosas que brillan y no son
oro, hay cosas que nos llaman con nombre propio, pero no todo lo que
brilla es valioso, tú podrás verlos muy bien peinados, muy bien
arreglados, hablando de lo bueno, hablando de lo correcto y hablando de

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Por eso lo que llamamos un propósito vital, es algo que está allá en el
mundo invitándonos, llamándonos y nosotros vamos hacia ello atraídos,
no empujados. Esa es una diferencia importante para poder discernir si
nuestro corazón y nuestra razón están realmente al lado de lo valioso o
es uno de esos espejismos que aparecen a veces. Entre más me conecte
con personas, acciones y cosas valiosas, vivo con más propósito,
porque además algo que va sucediendo con el paso de los años es que
el propósito de nuestra vida nos define, nosotros somos nuestras
acciones, somos las causas que abrazamos. Tú puedes tener macro
proyectos, macro ideas, estar lleno de cosas que tú dices: todo esto le da
sentido a mi vida, sí, pero el sentido se consuma cuando los realizas. No
sirve de nada tener un montón de ideas, hablar todo el día de ellas y no
realizar ninguna. El propósito de nuestra vida nos define, nos volvemos
nuestros actos.

‘El tiempo es oro’ ¿En qué gastas tu tiempo? ¿Qué actividades haces
normalmente en un día y cuánto dedicas a cada una?
Haz un estimado del porcentaje de la manera en que usas el tiempo

Actividad % de tiempo que le dedico

¿Cuál es la actividad a la qué más tiempo le dedicas?

¿Cuál es la actividad a la que menos tiempo le dedicas?

¿Cuál es la actividad que más valoras? ¿Le dedicas el tiempo que


quisieras?

Si mañana te dijeran que te queda un tiempo determinado de vida


(1 año, 1 mes, 1 día), ¿usarías tu tiempo diferente?

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Ahora, el asunto aquí es ¿de qué se trata tu vida?, mejor dicho, ¿qué te
exige el mundo en el que vives?, ¿para qué es que estás hecho?, ¿cómo
le ayudamos a nuestros hijos a que puedan empezar a encontrar de qué
se trata esta vida que tienen?, ¿cómo les ayudamos a que puedan tener
la apertura para leer las señales que les hace la vida? La idea es trabajar
para que lean las exigencias del mundo en el que viven, para que
descubran cuál es su camino y para qué están hechos.
La vida con propósito, en últimas, es la mejor educación posible; cuando
decimos educar en el sentido de la vida caemos en una redundancia,
porque si no educas en el sentido de la vida, sencillamente no estás
educando. Una vida con propósito es nuestro mejor legado. Vamos a
hablar de algunas ideas útiles para que en familia generemos un
horizonte donde sea más fácil la experiencia de sentido, es decir, si el
sentido de la vida, si el propósito vital fuese un globo de helio y en
nuestra casa hubiesen dos globos de helio, pues tendríamos que pelear
entre todos los miembros de la familia para que cada quien encuentre el
suyo, encuentre lo propio; pero ¿que pasaría si en nuestra sala tenemos
treinta globos de helio?, sería muy fácil, pues tendriamos de a cinco o
seis globos. ¿Cómo generamos ambientes familiares en donde la
experiencia de sentido pueda ser una experiencia más viable, cercana y
fácil?; vamos a ver algunas ideas que las podemos aterrizar y que
seguramente van a hacer aportes valiosos en esta tarea.

Acciones
Primera idea, vamos a conversar con nuestros hijos sobre nuestras
metas y nuestros valores, sobre nuestros planes, pero solamente
después de un buen tiempo, unas semanas en donde nosotros
hemos venido hablando de lo que es valioso para nosotros, tal vez
ahí les preguntemos por lo que es valioso para ellos. Tenemos que
abandonar esa obsesión con la información, cuando uno es papá o
mamá está obsesionado con tener la información y tener todo el
control, y no soporta ver un adolescente acostado en la cama, no
soporta ver un adolescente sentado en una silla, y uno piensa que
está desperdiciando toda su vida, y que el mundo se le va a acabar
si no hace algo, y es que preferimos tenerlos en clase de

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matemáticas, clase de español, equitación, tenis, club de cine arte
y que lleguen bien cansados a la casa, que no se vayan a aburrir,
porque si se aburren, qué hacemos. Pues entonces, el asunto aquí
es conversar sobre nuestras metas y valores, en lugar de
perseguirlos. Los niños con el paso del tiempo se van convirtiendo
en algo así como mariposas, entre más los persigues, más se
alejan, pero si tú te sientas en silencio e inspiras paz, te vas a dar
cuenta de que los adolescentes son como gaticos que empiezan
hacer caras y ronronean cerca, como aquel que quiere contar algo.
Bueno, vamos a conversar sobre metas y valores, vamos a exponer
nuestros planes, y solamente después de un tiempo vamos a
preguntar por los planes de ellos.

Segunda idea. En todas las tradiciones espirituales y religiosas,


incluso en la psicología misma, los modelos de rol juegan un papel
importantísimo. Vamos a conversar sobre actos heróicos o
personas que hayan hecho cosas fuera de lo común, yo sé que es
importante utilizar algunos modelos de rol clásicos, por supuesto
que todos queremos hablar de Gandhi, de Mandela, de Jesús, y está
muy bien, maravilloso, pero hay un tema que es aquí muy
importante, y es que hablemos de héroes cotidianos, que tal hablar
del tío Andrés que le dio cáncer, y le dieron dos años de vida, y
cambió toda su vida y lleva ya diez años vivo, ese es un héroe;
hablemos de doña Josefina que se quedó con cinco hijos viuda y a
todos los sacó adelante, ella es otra heroína. Es decir, hablamos de
los héroes que tenemos cerca. La vida de los héroes famosos es
importante, pero compartamos también la de los héroes
cotidianos. Muchos de ustedes seguramente serán héroes, todos
cargamos nuestra propia historia, necesitamos que nuestros hijos
se inspiren y que tengan modelos aspiracionales, confiables,
creíbles y de carne y hueso.

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Vas a escoger un día a la semana y una comida del día que compartan
juntos, con calma, en familia. Puede ser la cena o el almuerzo del sábado
o del domingo. Vas a escoger una persona, familiar, vecino, amigo,
compañero del trabajo que tus hijos conozcan, una persona con quien
tus hijos hayan compartido o comparten tiempo, y les vas a contar su
historia, las dificultades que han superado o cosas fuera de lo común
que han hecho.

Necesitamos cosas sagradas en familia, cuando lo sólido se


desvanece y se vuelve líquido es muy difícil agarrarse de algo,
necesitamos algo que sea sagrado, algo que sea innegociable; bien
sea la visita a los abuelos cada cierto tiempo, bien sea la cena
familiar, hay muchas cosas que se van negociando en la vida, de
hecho si tú peleas por 436 cosas en tu casa, pues estás
desperdiciando la vida en lugar de disfrutar de tus hijos. Elige tres
o cuatro peleas y mantenlas hasta que seas abuelo, pero no pelees
por 436 cosas, a veces no importa tanto si los zapatos quedaron
ubicados de una manera perpendicular dentro del armario, y así se
nos va la vida en detallitos y lo realmente importante a veces se
hace invisible, cuando nos damos cuenta ya se fueron los hijos de
la casa. Así es que, generemos rituales familiares pocos pero
sólidos.

¿Hay algún tipo de ritual ya establecido en tu familia que quizás a


veces pasan por alto? Fortalécelo. Un ritual, por definición, es algo
que se repite en el tiempo, ocurre de la misma forma de manera
habitual.

No los hay? Genérenlos en familia para que cada quien se sienta


identificado. Escríbelos a continuación. Pocos, porque la idea no es
sofocar de rituales las interacciones familiares, pero sólidos, que
permanezcan en el tiempo.

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Vamos a enseñarles a renunciar a algo en favor de otro algo. Los
jóvenes necesitan saber que hay cosas que son más valiosas que
otras cosas, porque cuando todo vale lo mismo, nada vale nada.
Filosóficamente sería discutible, porque obviamente el tema del
relativismo y de pensar que las cosas dependen de ojo del
observador es una postura fácilmente sostenible y muy
interesante, con una profundidad filosófica enorme. Pero hay
edades para todas las cosas, edades para discutir acerca de la
filosofía, la epistemología y la forma de ver el mundo, y otras
edades en donde somos faros y somos guías, y donde tenemos que
enseñarles que hay cosas que son más valiosas que otras. Así en
principio sea con temas materiales: “vamos a renunciar a comprar
este celular o este ipad, porque en seis meses sale la siguiente
versión y tú vas ahorrar un poco de tu mesada y juntos vamos a
comprar esto”, tal vez podamos comprar la fábrica si queremos,
pero el tema aquí no es de dinero, el tema aquí es de conciencia del
valor. Estos jóvenes no pueden creer que la leche viene del
refrigerador, porque la leche viene de las vacas y para eso hay todo
un proceso en donde hay que trabajar para poder comprarla.

Necesitamos que nuestros jóvenes se vean como sujetos de valor,


es decir, que ellos se vean como sujetos de propósito, que ellos sí
pueden desarrollar sus metas, sus propósitos, realizar su sentido. Y
resulta que vivimos en una sociedad del ISO 9000, la sociedad de
los indicadores de gestión, la sociedad del antibacterial para que
todos estemos perfectos, y resulta que en este mundo de la
perfección y la excelencia, nuestros hijos crecen sintiendo que les
faltan veinte centavos para el dólar y que hagan lo que hagan,
jamás van a ser reconocidos. Pues bien, si nosotros por esas cosas
de la vida, crecimos en uno de esos hogares perfeccionistas, donde
todos eran especialistas en ver el punto negro de la sábana blanca,
y donde nos exigían que tendieramos la cama tan bien templada

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que si un mosquito se para en ella se desnuca, pues tal vez
tengamos que reentrenarnos por amor a los hijos.

Necesitamos que nuestra cabeza piense en versión de


posibilidades y no en versión de problemas; a la gente le suelen
preguntar ¿quién es analfabeta? y muchos dicen “un analfabeta es
alguien que no sabe leer y ni escribir” pero que tal que todos
empezáramos a decir que un analfabeta es alguien que puede leer
y escribir, solamente que no le han enseñado o no ha aprendido.
Eduquémoslos en la posibilidad y al mismo tiempo en las
responsabilidad, es decir, la habilidad para dar respuesta pues la
vida nos hace preguntas y somos nosotros los llamados a
responder. Si yo quiero que mi hijo sea responsable, tengo que
fomentar la habilidad para dar respuesta, eso quiere decir que
necesito que la vida le haga preguntas y dejar que él las responda,
no puedo yo responder todas las preguntas, necesito que él vaya
aprendiendo a responderlas, porque yo moriré y si la vida me da el
privilegio de seguir el orden natural, yo moriré primero, y él tendrá
que ser responsable. Es nuestro deber entregarle al mundo un
joven que se volverá adulto y que va a poder aportarle a la sociedad.

Vas a pensar en la responsabilidad como una habilidad que


debe ser entrenada ‘con rueditas’, para que luego tus hijos
puedan manejar su bicicleta solos. Tu serás las rueditas y vas
a pensar que eres ‘la voz de la vida’ que hace preguntas.
Entonces, cuando un hijo te cuente algo, en lugar de sólo
reconocer y validar su experiencia escuchando activamente,
vas a hacer preguntas abiertas, que le permitan a él
profundizar en su experiencia: ¿Qué de lo que tú sabes, eres o
has aprendido, sientes que fue lo que te ayudó a responder
así? ¿Qué te preocupa y qué has hecho en otras situaciones
similares para manejar esa preocupación? ¿Alguna vez te
había pasado lo mismo, qué te ayudó o qué harías diferente
esta vez? ¿Qué aprendiste de ese error?

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Fomenta la fe y la esperanza desde la perspectiva que consideres.
Si tienes una perspectiva religiosa, maravilloso, la religión es un
excelente camino para la fe y la esperanza. Si tienes una
perspectiva que va por otro camino y realizas algún tipo de práctica
espiritual que fomente la fe y la esperanza, está perfecto, pero es
muy importante que la fomentes. Tal vez algunos de ellos llegaran
a los 18 años, a los 17 o a los 20 y dirán “mira, yo quería irme por
este lado pero ahora quiero irme por este otro lado” y puede que tal
vez sea duro para ti, pero tú dejaste la conexión sembrada. La fe y
la esperanza son el tejido que muchas veces nos sostiene cuando
el sentido de la vida se oscurece.

Cultiva el “nosotros familiar”, es más fácil saber para dónde voy, sí


sé de dónde vengo. ¿quiénes somos los Rodríguez?, ¿quiénes
somos los Martínez?, ¿quiénes somos los Jaimes?, ¿De dónde
partimos? Cuando los jóvenes son más pequeños es más fácil que
juguemos a dibujar el escudo de la familia con las características
de nuestra familia o que creemos el himno de la familia, que
tengamos nuestro propio lenguaje en un “nosotros” particular;
porque si tú sabes de dónde partes, es más fácil que puedas elegir
a dónde llegar, si tú eliges a dónde llegar, pero no sabes desde
dónde partes, es posible que el camino sea mucho más largo de lo
que creías.

Vamos a aprovechar los recursos que tengamos. En todas partes


hay libros, vamos a narrar historias, veamos películas o
fomentemos el buen diálogo sobre personas bondadosas;
seguramente todos han visto películas de cine que les han
marcado la vida o que han generado la sensación de que hay
mucho por hacer. Vamos a fomentar actividades altruistas y
conductas prosociales; a veces introducir un billete en el
supermercado puede ser una buena obra, pero es mucho más
interesante que tu hijo te acompañe y te ayude a construir esa
casa, o que tu hijo vaya y aporte él mismo algunas cosas. Cuando
aprendemos a dar, encontramos que es más fácil el sentido de la
vida, porque aunque suene fuerte algunas personas padecen de
algo que yo llamo la “mastitis espiritual”, cuando no das lo que
tienes para dar, te pones duro y te duele vivir. Cuando no entregas

V
V I IV V
I RI R
C C
O N O
P RNO P P
O SRI T
OO P O S I T O
todo lo que tienes para dar te vas poniendo duro, te duele la vida.
Humildad viene de “humus” que significa humedad, si te falta
humedad te vas poniendo duro, y cuando estás muy duro te pasa lo
de las galletas duras, un solo golpe y te partes en mil pedazos.
Fomentar actividades altruistas y conductas prosociales nos hace
humildes y nos permite sacar todo lo que tenemos para dar.

Permítales que se aburran, de verdad es muy importante que se


aburran, estamos de verdad muy angustiados porque los jóvenes
tengan tiempo libre. El tiempo libre se volvió como el enemigo
número uno de los papás, que no tengan ni un segundo para que no
piensen porque se meten en problemas. La evolución humana
depende de la creatividad, el espíritu emprendedor depende de la
creatividad, las ideas aparecen en momentos de aburrimiento.
Permíteles que se aburran, tu hijo se va a acercar y va a empezar
“mami estoy aburrido, mami estoy aburrido, ¿qué hago? ¿qué
hago?” entonces tú lo miras con muchísimo amor y le dices: “mi
amor, sabes que puedes hacer, lo mínimo posible, no hagas nada”,
“¿en serio?”, “sí hijo, no hagas nada, me parece genial, maravilloso”,
“¿pero y qué hago, mientras no hago nada?”, “pues nada mi amor,
no pasa nada” y que se aburran un rato, no pasa nada, el tema es
nuestro. Cuando ellos dicen que se aburren, tengan la seguridad de
que no se aburren, van a buscar algo que hacer.

Lo realmente valioso surge cuando detienes un poco la vida, si tú


vas muy rápido, no percibes lo valioso porque estás demasiado
distraído. Así es que, si tú te detienes es posible deslumbrarte en
una manera mucho más interesante, es hacer conciencia plena o
hacer meditación, detener el tiempo a través de los sentidos.
Enseñémosles a nuestros hijos a qué sabe la comida, porque a
veces ni siquiera lo saben; ayudémosles a discernir los diferentes
componentes que traen las recetas, que puedan utilizar el gusto
para saber si tiene comino, si tiene ajo, si tiene cebolla,
ayudémosles a que puedan discernir a través del tacto, que
podamos ver que se siente aquí, que podamos escuchar los
diferentes instrumentos que tiene una melodía, a que vivan un poco
más el presente, sin abandonar el futuro por supuesto, pero
necesitamos detenernos. Algunas tradiciones en la india dicen que

V I V I R C O N P R O P O S I T O
tienes un número de respiraciones que te es dado en el momento
de nacer y que una vez se te acaban abandonas esta tierra, si tu vas
muy rápido respiras más rápido, si respiras más rápido te vas más
pronto de acá; no te vayas sin que tus hijos estén listos.
Ayudémosles a ellos a que también detengan un poco la vida, para
que puedan disfrutar de sus nietos.

Escribe 5 actividades para hacer con tus hijos que les permitan
detenerse y estar en el presente. Piensa en cosas que ya hacen y
puedes aprovechar, pero también no tengas miedo de innovar y
salirte de lo habitual.

El optimismo y el pesimismo se contagian. Ustedes tiene un amigo


y le dicen “oye, ¿qué te parece este atardecer?”, “cuál atardecer con
el hueco en la capa de ozono, todos vamos a morir”, “pero hombre,
mira los delfines”, “¿pero cuáles delfines?, con el deshielo que hay
en los polos los delfines también morirán…somos un mero
accidente en esta nave llamada tierra”. ¿Se imaginan un amigo
así?, pues ustedes lo abrazan y le dicen “hombre, voy a comprar un
poco de cianuro, nos vamos a las tres”. El sentido se contagia con
la rapidez del sin sentido. Cuando eres padre de familia el sentido
se te puede oscurecer porque somos humanos, lo que no podemos
permitir es pensar que porque el sentido se nos ha oscurecido, la
vida no lo tiene. La vida tiene sentido bajo cualquier circunstancia,
a veces se oscurece, a veces tenemos experiencias que nos roban
el sentido, claro que sí, pero alguien nos mira, y seguramente hay
temas en nuestras crisis existenciales que tenemos que hablar,
pero es con nuestra pareja, no con nuestros hijos, y si nuestra
pareja se pone muy mal, pues lo hablamos con otra persona. Y no
es que no podamos mostrar a los hijos la tristeza, claro que sí, o
que a veces estamos en una mala época, claro que sí, pero siempre
con esperanza porque alguien nos mira.

V I V I R C O N P R O P O S I T O
Fomenta la fe y la esperanza desde la perspectiva que consideres.
Si tienes una perspectiva religiosa, maravilloso, la religión es un
excelente camino para la fe y la esperanza. Si tienes una
perspectiva que va por otro camino y realizas algún tipo de práctica
espiritual que fomente la fe y la esperanza, está perfecto, pero es
muy importante que la fomentes. Tal vez algunos de ellos llegaran
a los 18 años, a los 17 o a los 20 y dirán “mira, yo quería irme por
este lado pero ahora quiero irme por este otro lado” y puede que tal
vez sea duro para ti, pero tú dejaste la conexión sembrada. La fe y
la esperanza son el tejido que muchas veces nos sostiene cuando
el sentido de la vida se oscurece.

Cultiva el “nosotros familiar”, es más fácil saber para dónde voy, sí


sé de dónde vengo. ¿quiénes somos los Rodríguez?, ¿quiénes
somos los Martínez?, ¿quiénes somos los Jaimes?, ¿De dónde
partimos? Cuando los jóvenes son más pequeños es más fácil que
juguemos a dibujar el escudo de la familia con las características
de nuestra familia o que creemos el himno de la familia, que
tengamos nuestro propio lenguaje en un “nosotros” particular;
porque si tú sabes de dónde partes, es más fácil que puedas elegir
a dónde llegar, si tú eliges a dónde llegar, pero no sabes desde
dónde partes, es posible que el camino sea mucho más largo de lo
que creías.

¿Qué quiero que mis hijos consideren valioso?

¿Por qué eso es valioso para mí?

¿Se los he dicho con palabras o con acciones?

El reto es: realiza 3 acciones concretas con las que vas a


mostrar a tus hijos eso que es valioso para ti. Puede que la
primera vez se lo pierdan, así que

V I V I R C O N P R O P O S I T O
Cómo voy a mostrarlo a
Lo valioso para mí
mis hijos?

¿Qué es valioso para mis hijos?

¿Tenemos algo en común?

El reto es realizar 3 acciones concretas con mis hijos donde me


involucre con eso que ellos consideran valioso. Tal vez tendrás
que investigar y hacer una esfuerzo. Vale la pena!!.

Y por último, sé feliz. Sé feliz porque la vida es un suspiro, y


mientras parpadeas tus hijos ya se fueron de la casa; disfrútalos,
jueguen, ríanse, hagan bromas, hagan guerra de cosquillas, ¿hace
cuánto no haces guerra de cosquillas?, ¿te parece que tu hijo está
muy grande con 20 años? Haz guerra de cosquillas, ¿te parece que
tu hijo está muy grande con 30 años? Agárralo a almohadazos y
cosquillas también, ¿te parece que te puedes despeinar? ok, el
maquillaje lo puedes corregir; la vida es más grande que eso, y ¿qué
tal si nos untamos el helado un día?, ¿qué tal si nos ensuciamos un
día? ¿qué tal si caminamos bajo la lluvia un día? no pasa nada y
ganamos mucho.

V I V I R C O N P R O P O S I T O
VIVIR
CON

PROPOSITO

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