Comercio Guamalero

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La historiografía de nuestro municipio está en desarrollo, con los esfuerzos

concentrados, hasta ahora, en lo descriptivo. Dando como resultado textos orientados


más a un ejercicio de construcción de memoria histórica que al análisis diacrónico de
los fenómenos que le han afectado a lo largo del tiempo. Memoria ciertamente
necesaria y que se construye con bastante dificultad debido a la falta de información
recolectada y a la desaparición o dificultad de acceso a muchas fuentes que pudieran
permitir una aproximación o construcción del pasado local más remoto.
Este ejercicio no supone un recuento de una verdad absoluta, ni un análisis histórico
sobre los diferentes sectores comerciales que han aflorado en el municipio, sino más
bien, la identificación de algunos personajes y sitios de comercio que marcaron al
municipio, un repaso de los establecimientos, hechos y personajes más importantes en
la vida económica de Guamal, complementando y dando continuidad a lo propuesto por
el señor José Romualdo Zambrano Cadena en Apuntes de mi tierra: Guamal de ayer y
hoy en esta misma materia.
El transporte

En el desarrollo del comercio de Guamal jugó un papel importante la navegación fluvial,


razón por la cual este se centró en sus inicios en el puerto de la plaza, a pesar de que
el pueblo nunca ha sido un puerto importante, como si lo fueron Mompós, Magangué,
El Banco e incluso Gamarra. Esto se debió, principalmente, a que la corriente del Brazo
de Mompós del río Magdalena no pasó directamente por su cabecera sino hasta la
década de 1920, cuando uno de los tantos cambios que este cuerpo de agua ha sufrido
en su historia unió este canal navegable con el Caño grande a la altura de la boca de la
Caciana, permitiendo una mayor y mejor navegabilidad e integración del municipio con
los puertos aledaños. Este cambio de curso del río fue posterior al que convirtió al
Brazo de Loba en el canal de mejores condiciones para la navegabilidad, en detrimento
del Brazo de Mompós, lo cual implica que al momento en el que Guamal tuvo mejores
condiciones de navegabilidad esta ya estaba significativamente disminuida por esa
parte del río; sin embargo, fue esta arteria fluvial el primer y principal medio de
conexión e intercambio del pueblo, principalmente con la Región Caribe y el resto del
país, hasta mediados del siglo XX, cuando empezaron a ser un poco más transitables
las vías terrestres que lo conectan con El Banco, Mompox y Astrea.

Entre las embarcaciones que se recuerdan con mucho cariño y entusiasmo, aún, entre
los guamaleros, se encuentran: las lanchas La Alicia, La perra, La veloz, La Pocabuy,
La Nancy Elvira, La gitana, La campesina, La fe, La Elena Isabel, La gaviota, La unión
y Doribet, la última de estas embarcaciones de la que se tuvo noticias; los
remolcadores El triunfo, El 4 de octubre, el Ariari y el Tamana; los yates Guamal y
Vélez, las chalupas La puya guamalera y Mi lucha; los vapores: Juan B. Elbers, Cauca,
Colón, Valdivia, Bremen y el famoso David Arango, en el cual arribó al pueblo el
recordado profesor José Ignacio Erazo Paris (Ruíz, 2020), padre del reconocido
cantautor Julio Erazo Cuevas y bisabuelo del laureado poeta Santiago Erazo. Estas
embarcaciones cubrían diferentes rutas a nivel regional, algunas dentro de la
Depresión momposina: El Banco – Guamal, Mompox – Guamal, El Banco – Mompox o
Magangué – El Banco y otras de mayor cobertura: Magangué – Barrancabermeja,
Barranquilla – Barrancabermeja y Mompós – Barrancabermeja.

En la década de 1.990 entró en desuso el transporte fluvial, con el mejoramiento del


transporte terrestre, lo cual también condujo a que el aeropuerto El Carmen dejara de
funcionar en la década de 1.980. Esto trajo consigo, también, una caída drástica, casi
irreparable en el comercio centrado en el rio, trasladándose el centro del comercio a
otros puntos, principalmente la calle 5 y las carreras 4 y 5.

El aeropuerto El Carmen había empezado a funcionar en los años 50 del siglo XX,
distante a 5 kilómetros de la cabecera municipal sobre la vía que comunica con Astrea,
Cesar, gracias a la gestión del profesor Servando Pérez Arévalo. A este campo de
aterrizaje llegaban las aeronaves que hacían el recorrido: Guamal – El Banco –
Mompós y Magangué. Desde que este dejó de funcionar sus terrenos se han empleado
como basurero municipal, convirtiéndose en uno de los problemas más críticos
actuales dado el mal manejo de los residuos sólidos que son vertidos en este sitio, lo
cual puede incidir – y seguramente ya incide - negativamente en la salud de los
habitantes de las áreas cercanas, a consecuencia de la prolongada exposición a los
contaminantes que emanan de este sitio. Situación a la que debe sumarse lo horribles
que son a la vista este y los otros botaderos satélites existentes.

Con el mejoramiento del transporte terrestre se establecieron unas rutas de transporte


de pasajeros y carga desde y hacia diferentes municipios y ciudades de la costa,
principalmente, aunque también existen ya conexiones a algunas ciudades del interior
del país, como Bogotá, Bucaramanga y Cúcuta.

La conexión principal del municipio, con el resto de la región, es la vía nacional 78,
conocida como: Transversal de la Depresión Momposina, que lo comunica con
poblaciones aledañas como El Banco y Mompox. Por dicha Transversal se conecta con
la vía nacional 45, también conocida como Troncal del Magdalena o Ruta del sol, hacia
el suroriente, y hacia el noroccidente con la vía nacional 25 o Troncal de occidente,
mediante los novísimos puentes Santa Lucía y Roncador, siendo estas dos troncales
importantes ejes viales que comunican el interior del país con el Caribe colombiano.

Estas mejoras en la conexión terrestre del municipio han dinamizado el comercio


recientemente en el municipio y, seguramente, lo dinamizará y diversificará a mediano
y largo plazo, lo cual se constituye en una oportunidad de oro para que Guamal se
convierta en un prestador de servicios de primer orden para los usuarios de esta ruta,
aprovechando las ventajas que le brinda su ubicación y las características de su
terreno.

El municipio cuenta con oficinas de las empresas nacionales de transporte terrestre:


Omega, Brasilia y Copetran, además de varias cooperativas regionales de
transportadores, que garantizan el flujo permanente de pasajeros desde y hacia el
municipio. El envío y recibo de encomiendas, además de las empresas antes
mencionadas, se realiza a través de Servientrega, 4 – 72 e Interrapidísimo.
La Estación de Servicios Guamal, fue la primera del municipio y aún se mantiene
vigente. Funcionó inicialmente por el puerto del Zanjón, junto a un almacén de
repuestos para motores fuera de borda. Esta estación debió trasladarla a la salida
hacia Astrea, con el declive del transporte fluvial. En este punto también tiene su
dueño, Gabriel Toloza, un almacén de lubricantes para automotores. A esta han
seguido la EDS del Negro Cuadrado y El niño, de X Rangel. Al margen de estás EDS
funcionaron unos expendios informales, siendo los principales el de Deini Saucedo y el
de Gualterio Guerra Bagarozza. El primero funcionó en la calle 8 con carrera 4 hasta el
año X, en la zona donde se ha ubicado desde hace X años la asociación de
transportadores del municipio. El segundo funcionó en un kiosco en la orilla del río, al
pie del viejo puerto de la Plaza y se mantuvo vigente hasta una trágica tarde de X, en la
cual el sitio se incineró, causando graves heridas a su propietario y la muerte al mayor
de sus hijos.

Entre estos transportadores han destacado, bien por su papel pionero o por su mayor
permanencia en las rutas, algunos hasta la actualidad, se encuentran:

Pasajeros: Cesar Sosa, Gabriel Mora, Belisario Rinaldi, Álvaro Rodríguez, Alberto
Yépez

Carga: Amado Guerra, Gabriel Toloza, Alejandro Rinaldi

Mixto: Rubén Lerma, Adrián Yépez

La cooperativa municipal de transportadores se llamó, originalmente, COOTRAGUAM y


hace X años pasó a llamarse COOTRASURMAG.

Los mercados públicos

En el puerto de la plaza El Carmen, sitio fundacional de Guamal, estuvo el primer


mercado público, al aire libre, en el cual se centraba todo el intercambio comercial con
los corregimientos y demás pueblos vecinos. En este cobraban especial relevancia las
llamadas garitas, unas construcciones elaboradas normalmente en madera y zinc y a
manera de palafitos, como medida de protección frente a las crecientes del río, que
causaron graves daños, siendo las más recordadas la de 1.916, 1.970 y 2011.

Como protección de las periódicas inundaciones fue necesaria la construcción de


tramos de murallas entre los puertos de la Plaza y el Zanjón, durante la administración
de Manuel Villa (1.974 - 1.976) y ampliada hasta el puerto de La boya - en el barrio San
Martín - y del Matadero - en el barrio abajo -, durante la administración del médico
Robert Ramírez Blanco (2008 - 2011). Esta muralla ha servido, también, para evitar la
constante erosión que el río causaba en los barrancos de la rivera, ocasionando la
pérdida de tres calles del pueblo, registrándose la pérdida más reciente a principios de
la década de 1.960. En una de las casas de las calles arrasadas por el río, nació y vivió
durante su infancia el reconocido escritor Carlos Delgado Nieto.

Antes de que se construyera el primer mercado público bajo techo, el comercio se daba
entre el puerto de la Plaza y el del Zanjón. El día principal de mercado era el domingo,
día en el cual se llenaba el puerto de bultos de panela, maíz, ajonjolí, frijol, arroz,
queso, plátanos, esteras, tinajas, curumuta y manteca de cerdo, entre otros productos
que iban y venían por el río (Zambrano, 1997). Este comercio fue trasladado a un
edifico construido en la calle 3 con carrera 4 A, donde se ubica actualmente la Escuela
urbana de niñas N°2, a mediados de la década de 1.940, y en la década de 1.960 el
mercado se trasladó al edificio donde actualmente funciona la UMATA, en la calle 3 con
carrera 6 A. Este mercado dejó de funcionar del todo a finales de la década de 1.990,
época en la cual solo era usado para la venta de carne de res, debido a la
implementación de expendios en otros puntos con mayor dinámica comercial para la
época.

En el interior del mercado público cercano a la plaza había pequeños locales o


colmenas, donde productos alimenticios para el consumo diario. Los principales
matarifes que expendían sus productos en este mercado fueron: Jorge Felizzola
Angarita y Juan Orozco, quienes comerciaban con carne de res y Heliodoro Chamorro
Yépez, quien era el expendedor de carne de cerdo. Los domingos se realizaban los
llamados mercados campesinos o comunitarios en la parte exterior del mercado
público, eventos en los que se exponían al público variedad de productos alimenticios,
tales como: miel, batirillos, diferentes clases de panelas, plátanos, guineos y otras
frutas y hortalizas provenientes de Margarita, El Botón, Sandoval y San José de los
Trapiches, todas localidades del Bolívar. También se vendían productos elaborados en
barro como tinajas, tinajones, múcuras, lebrillos y todo tipo de artesanías hechas con
totumo, palma y madera de balso, principalmente. De la zona rural de Guamal llegaban
grandes cantidades de sacos de maíz blanco y amarillo, fríjol cabeza negra, ajonjolí,
corozo de curumuta, almidón de yuca, manteca de cerdo, cuero de res, cebo, maderas,
naranjas y cítricos de la región.

Durante las décadas de 1.940 a 1.960 se comercializaban muchos de estos productos,


principalmente, con la ciudad de Barranquilla, mediante los remolcadores Sucre,
Guadalupe, Galera Zamba, Júpiter y Elbers. Hacia Barrancabermeja se negociaba
queso, suero, marranos y gallinas, entre otros productos. Comercio que realizaban las
señoras Juana González Rico, Dominga Yépez Ramos, Fe María Palomino Ardila y
Carmelina Camargo, quienes viajaban semanalmente en la lancha La Nancy Elvira.

Era tal la carga que salía y llegaba a los puertos de la Plaza y el Zanjón, que se
necesitó constituir el Sindicato de Braceros de Guamal, grupo de fornidos hombres que
se encargaba de las labores de embarque y desembarque de estos productos. Entre
los componentes de dicho sindicato estuvieron: Los hermanos Andrés y Juventino
Florián López, los hermanos Carlos y Luis Pava Martínez, José Manuel Herrera,
Hermenegildo Campo, Antonio “Fifí” Sánchez, Santos Benavides, Ciro Páez, José
Manuel Fonseca Rangel, José Arias Florián, el popular Míster Charles y Polidoro
Arango Alfaro entre otros. Uno de estos miembros fue el conocido como Néstor
“Basteza”, hombre de baja estatura y contextura fornida, quien sufrió un grave
accidente, muy recordado por los mayores al cargar una nevera. Esta era demasiado
pesada y al tener un resbalón no logró deshacerse de ella, por lo cual fue
prácticamente aplastado por el aparato, sufriendo dos fracturas en la columna
vertebral, que terminarían causándole la muerte posteriormente después de muchos
sufrimientos.

En aquella dinámica mercantil cumplió un papel muy destacado un grupo de


comerciantes, quienes le compraban la producción a los campesinos, incluso
adelantándoles dineros por las futuras cosechas para que ellos prepararan el terreno
para los cultivos y adquirieran los demás elementos necesarios, tales como semillas e
insumos agroindustriales. Posteriormente les cancelaban el saldo adeudado, de
acuerdo a la cantidad producida. Estrategia que constituía una gran ayuda para el
campesinado, suplía la ausencia de un aparato crediticio eficiente y oportuno y les
permitía garantizarse la provisión de los productos que enviaban a otros sitios del país.
Estos comerciantes fueron: José de la Cruz Mejía y Marcos Díaz González, en un
principio, y posteriormente Luis Ribón Cuevas, Octavio Lara, Pompilio Ramírez, Amado
Guerra y Juan Francisco García Mallorca, quien comerciaba con cueros de res.

Las granjerías
Los productos locales de mayor recordación que eran distribuidos en medio del
movimiento, en ocasiones frenético, del puerto, están las Granjerías, que se pueden
definir, de manera general, como dulces pequeños, aunque existen de todo tipo:
Quequis, Caballitos, Almojábanas, Cucas, Panochas, Marialuisas, Panes de queso,
Galletas cerradas y de Coco, Polvorosas, Cocadas, Enyucados, Encocados,
Esponjados de coco, Bocadillos, Pasabocas y Merengues, además de los cuales
también se vendían Chichas: de grano o de arroz con piña, Avena caraqueña, Peto,
Mazamorra, Kibbes y Butifarras. Estos productos fueron preparados, a través del
tiempo, por varias personas, tales como: Jacinta Rodríguez, Ángela Martínez, Isabel
Pedrozo conocida como "Chabe" Pisco, Rosa Mora, Evelia Zambrano, Maximina
Trespalacios, Sarita "Miqui" Saucedo, Bertha Miranda, Lira Pedrozo, Ida Páez y
Robustiano Yépez, el popular “Catoto”.

Es necesario recordar a las mujeres de la familia López, que se recuerda hicieron parte
del ajetreo de la producción y venta de granjerías en el puerto desde inicios hasta la
primera parte de la segunda mitad del siglo XX. La primera de estas mujeres que
prepararon granjerías, de las que se tiene memoria, fue Ana de Jesús y,
posteriormente, su hermana Evangelista López. Luego aparecieron Silvia Martínez
López, hija de Ana de Jesús, Ubaldina Ocampo, nuera de Evangelista López, a quien
esta le enseñó y de quien sus hijos y nietos guardan un pequeño recetario, en
expansión, llamado: “Las recetas de la Magüe”, luego de su reciente fallecimiento.
Finalmente, pero no menos importante, en esta pequeña línea familiar, está Gratulina
Rodríguez de López.

Entre los inmigrantes extranjeros que llegaron a Guamal, ocupan un lugar destacado
las hermanas Amparo, Carmen, Consuelo y Dolores Cuevas Bayarri, debido a que
fueron quienes introdujeron un delicioso postre de origen español, como ellas: la
Marialuisa. Estas, inicialmente, eran una torta de gran tamaño y que, posteriormente, a
petición de los clientes, se empezó a vender por mitades y cuartos, siendo la señora
Luisa Ribón Ortiz, quien actualmente custodia la receta familiar, quien puso de moda la
venta de este producto en porciones individuales pequeñas, más accesibles al
consumidor, como se hace hoy día. En esta familia también prepararon Marialuisas:
Consuelo y Mariana Ribón Cuevas, hijas de Consuelo Cuevas Bayarri; Emperatriz
Erazo Cuevas, hija de Carmen Cuevas, quien las preparaba en Bogotá y la señora
“Chabe” Pisco, suegra de Luisa Ribón Ortiz. Este postre, ya típicamente guamalero,
lleva como relleno entre las dos galletas un dulce de piña, a diferencia del preparado en
San Juan Nepomuceno que lleva arequipe o dulce de leche. El glaseado en ambas es
de merengue, pero la de San Juan se adorna con unas figuras dibujadas sobre el
merengue blanco con otro tinturado de rojo y las de Guamal se adornan con grajeas
multicolores.

Productores agropecuarios
El desarrollo económico del municipio se ha estimado que gira en torno a la ganadería,
la agricultura y, en menos grado a la pesca, aunque no se puede llegar a decir que el
municipio haya sido un gran aportante al sector en el ámbito departamental ni nacional.
En el comercio de productos del renglón agropecuarios, en el ámbito local, han
destacado: José de la Cruz Mejía, Pedro Saucedo, Tulio Angarita Ibarra, Tránsito
Ramos, Israel Rangel, Manuel Octavio Lara, Sebastián Cantillo, Humberto Rangel,
Norberto Mendoza y Juan Saucedo.

Los inmigrantes comerciantes


Otros inmigrantes extranjeros que también contribuyeron al desarrollo comercial del
municipio, además de las hermanas Cuevas Bayarri, fueron: los italianos Celestino y
José Ángel Puccini, ganadero y comerciantes, respectivamente; Víctor Bagarozza,
ganadero y los libaneses Abraham Raad, quien tuvo una garita donde posteriormente
se ubicó el billar de don Benito Rodríguez, hoy día billar Centenario, que hizo famoso
Diofante Mejía; Elías Ramón Faisal, quien trajo uno de los primeros automóviles al
pueblo, un Volvo al que llamó El Líbano, que disputa el primer lugar con el Ford modelo
1.920 de Gabriel Ribón. Don Elías fue comerciante de telas y ganadero. Además de
este llegaron el popular “Turco bara, bara”, Salvador Guerra, Jorge Hazbún y Jorge
Beyeh, comerciantes de telas, inicialmente y luego ganaderos, aunque don Jorge,
posteriormente, montó la primera distribuidora de Cerveza águila del municipio.

Además de estos inmigrantes extranjeros, se recuerdan unos inmigrantes de otras


regiones del país, que aportaron significativamente al desarrollo del comercio del
pueblo. Los antioqueños, de quienes no se recuerdan los nombres y tuvieron sus
negocios ubicados en la carrera 5 entre calles 2 y 3: Caicedo, almacén de víveres;
Montaño, almacén de telas y bisutería; Jaramillo, almacén de insumos de panadería;
Ospino, quien tuvo una tienda en la casa que fue de Francisco Guerra Blanco, que hoy
día no existe, pues esa calle se la llevó el río. Antonio Rodríguez, tuvo una tienda en la
calle 6 con carrera 5; Víctor González, quien tuvo un almacén de telas en la casa que
actualmente es de la familia Paz Guerra; Pompilio Ramírez, quien se dio a conocer en
el pueblo vendiendo drogas en bicicleta por los pueblos vecinos, posteriormente
comerciante de productos agropecuarios de la región hacia Barranquilla y artesanías
momposinas para el Valle del Cauca. Diego Duque, quien compraba y vendía granos
en la casa donde estuvo la cárcel y hoy día quedan la Personería, la Inspección de
policía y la Comisaría de Familia; Los Chimichagüeros: Arturo Torres y Orlando
Martínez. El primero tuvo un almacén de variedades conocido en su última etapa como
Almacén Merly y apoyó grandemente el deporte y las expresiones artísticas locales y el
segundo tuvo el almacén de telas La confianza, que quedaba donde actualmente
queda el Alberto VO5.

Las tiendas

Estos establecimientos de comercio son los más numerosos. En cada barrio hay al
menos una y son, en muchas ocasiones, más que un sitio de comercio, un espacio
agradable y cercano de encuentro con los vecinos.

Se recuerdan mucho en Guamal las tiendas de: Francisco Guerra Blanco, Ana de J.
Aguilar, Lucho Cuevas, Balbina (Preguntar a Mena el apellido), Martina (¿qué
apellido?), Clara Acuña, Daniel Yépez,

Aún funcionan las de: Hernando Guerra, Félix Yépez,

Inventario de comercios

Restaurante: Carmen Cuevas Bayarri, Miriam y Ana Luisa Jiménez, Doña Castica
Trespalacios
Almacén ganadero: José de la Cruz Mejía (Donde previamente estuvo el correo) y
Manuela Ospino
Almacén de bisutería: "Conchi" Mejía Ospino y Maruja Ramón de Abughos
Almacén de telas: Licinio Guerra Blanco, José Álvarez, Elías Ramón Faisal, Darío
Ospino, Graciano Rubio y Jorge Hazbún
Droguería: Diomedes Guerra Blanco, Rafael Díaz y Germán Ribón, Botiquín filantrópico
de Eusebio Ferreira
Botica: Francisca Blanco
Almacén de variedades: Alfredo Gore, Martha
Almacén de ropa: Conchita Mejía
Heladería: Gudelia (¿cuál era su apellido?)
Taller de joyería: Balmiro Trespalacios
Depósito de maíz: Marcos Díaz
Hoteles: Chimila, Gualterio Guerra; La espiga de Oro, de Leandra Rangel; Mi casita,
Habitaciones La Florida,
¿De qué era el almacén de Darío Ospino?
Miscelánea: Lilia Brugés
Almacén de Juan Alvear y Balbina Pérez (¿Qué vendían?)
Almacén de Eliodoro Orozco (¿Qué vendía?)
Trilladoras: Manuel López, Néstor A. Rangel
Cantinas: Las acacias, de Luis Ángel “Pili” Ramírez, Martha Meza en la antigua plaza
marina, Gallo solo de Carmen Torres
El Almacén y Droguería La ganga de Gualterio Guerra, también incluía heladería.

Emisoras: Ecos de Guamal, primera emisora, surgida a partir del programa Cóctel
dominical, realizado por un altoparlante ubicado en el Kiosco Gallo solo; Fabulosa
stéreo

Las siguientes personas vendieron productos en el último mercado público:

Hortalizas y legumbres: María de los ángeles y Nicasia Aconcha.


Avena, Peto y otras bebidas: Natividad de Rinaldi, La Jiño, Luz María
Carnes: Marciana Guerra
Granjerías: La niña Jacy, G
ranero Deus, José Deus Narváez
Granero Iris, Humberto Rincón e Iris Gutiérrez
Almacén Rubio, Graciano Rubio
Tienda del señor Alejandro Rinaldy
Tienda de la señora Rosita Vega
Tienda y Droguería El Pueblo, Juana Blanco de Ramírez
Droguería del doctor Máximo Jiménez
Billares Muñoz
Discotecas: Años locos, Génesis, luego llamado El portal, Los troncos,
Martha Infante tenía venta en el mercado (¿De qué?)

Oferta de servicios

El 16 de abril de 1953 se inauguró la planta de generación eléctrica, gracias a la gestión del guamalero
Abel Alfaro Sánchez, mientras estuvo al frente de la Secretaría de obras públicas del departamento. Esta
planta fue remplazada por la subestación perteneciente a la interconexión eléctrica nacional,
inaugurada en 1983 por la empresa Corelca. El cinco de abril de 1962 se llevó a cabo la inauguración de
la Caja agraria de Guamal, única entidad bancaria con sede en el municipio. Los otros servicios bancarios
de lo que gozan los guamaleros son prestados por: Crezcamos, Bancamia, Fundemicromag y los
corresponsales bancarios de Bancolombia y Banco de Bogotá. En los municipios vecinos: Mompox y El
Banco, existen oficinas de los bancos: Agrario, Bogotá, BBVA, Popular y Bancolombia.

En el año 1966 se inauguró el servicio de telefonía a larga distancia, que en aquél entonces operaba
Telecom. Actualmente el municipio cuenta con cobertura de los principales operadores de telefonía
celular del país, además del acceso a televisión satelital mediante las redes de Claro y DirecTV; servicio
de TV e Internet para hogares mediante una moderna red GPON, brindado por la empresa local
Cablenet, fundada por el pionero de las comunicaciones guamaleras Ives Ribón Ortiz a principios de la
década de 1990. Además, se cuenta con el servicio de internet para grandes clientes brindado por Ufinet
y Azteca Comunicaciones. El municipio cuenta con dos emisoras locales y varios canales de noticias
locales y regionales mediante redes sociales, como Guamal en video.

El 18 de febrero de 1987 le fue otorgada la autonomía administrativa al hospital local del municipio,
conocido actualmente como E.S.E. Hospital Nuestra señora del Carmen, catalogado de primer nivel. Se
cuenta con atención de segundo nivel cercana en los hospitales: San Juan de Dios de Mompox y La
candelaria de El Banco. En la cabecera municipal existen, por lo menos, 8 droguerías, sin contar los sitios
de dispensación de las EPS. Existen 2 IPS que brindan servicios adicionales a los de la E.S.E a los afiliados
de algunas EPS y, también, de manera particular.

Se cuenta en el municipio con 5 hoteles, con variedad de calidad y precios, destacando: Confort Plaza y
La Florida, además de varios restaurantes de comidas típicas, corrientes, rápidas y a la carta, varias
panaderías y estaderos, 3 discotecas, clubes de billares y otros establecimientos nocturnos

Conclusiones
Habiendo hecho este repaso realizaré algunas consideraciones que, estimo, serían importantes en lo
venidero, con el ánimo de jalonar procesos de desarrollo comercial y empresarial importantes en el
municipio.

Se debe mencionar que los métodos de explotación de los recursos del municipio son de carácter
extractivo en su gran mayoría, lo cual ha hecho insostenible dicha explotación y no se vislumbran
estrategias ni políticas públicas que permitan pensar en una pronta recuperación de recursos
importantes como los ecosistemas de las ciénagas, por ejemplo.

Si bien para estas primeras décadas del siglo XXI el pueblo ha tenido un interesante dinamismo
comercial como consecuencia de la oferta de servicios brindada a los pobladores de los corregimientos y
veredas propios y del cercano municipio de Margarita, principalmente, se puede y se debe decir que en
Guamal no se produce, básicamente, nada, no de manera tecnificada ni sostenible, salvo contadas
excepciones que solo parecen confirmar la regla general histórica que lo ha mantenido rezagado en un
departamento rezagado frente a la mayoría de los del país, que a la vez, está rezagado frente al mundo.

En este sentido, se debe mencionar que el rezago del municipio con respecto a otras zonas del
departamento, han obedecido más a la falta de la infraestructura necesaria para jalonar procesos de
desarrollo, a la escasa presencia de personajes visionarios que inviertan en diferentes negocios y
asuman los riesgos de sus decisiones comerciales, las escasísimas posibilidades de acceso a formación
media y superior para la mayoría de los jóvenes y a las divisiones de orden partidista o politiquero que
no han permitido construir frentes comunes a favor del municipio, que a desventajas geográficas,
climáticas o de biodiversidad.

Se espera que se puedan implementar, pronto y con urgencia, estrategias que permitan cerrar la brecha
que ha impedido al municipio alcanzar indicadores de desarrollo comercial y empresarial
representativos que por lo menos lo acerquen a los que tienen otros municipios de la región caribe.

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