Metodología Bíblica

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Estudios De La Biblia Por Sus Métodos

El Método Inductivo
La palabra “inductivo” viene del verbo inducir, y éste del latín inducere, que es un antónimo de deducir
o concluir. La inducción, nos dice el diccionario, es “un modo de razonar que consiste en sacar de los hechos
particulares una conclusión general”. Por tanto, denominamos método inductivo aquel mediante el cual se
somete un pasaje bíblico a investigación, con el fin de obtener conclusiones generales sobre su contenido. El
método opuesto es el “deductivo” que partiendo de una premisa predeterminada, procede a establecer una base
bíblica en su apoyo, empleando varios pasajes. Ambos métodos se pueden ilustrar así:
 Método inductivo.
 Método Deductivo.

El método inductivo no se emplea únicamente para el estudio de las Escrituras; es también muy usado en
la investigación de las ciencias experimentales, y se basa en tres principios de operación:
1. La Observación Descubrir lo existente.
2. La Interpretación Determinar su significado.
3. La Aplicación Apropiar los resultados.

Por observación entendemos el acto de considerar con atención el estudio intenso de algún objeto,
asunto o relato; la práctica de la observación es indispensable, porque nos permite saturarnos del contenido del
pasaje. Por eso debemos formarnos este hábito de tal manera que nunca leamos una frase o pasaje bíblico sin
observarlo cuidadosamente. Consta de cuatro partes principales:
1.- La Observación de palabras o términos. La Biblia contiene miles de palabras con significado oscuro
o desconocido. Otras veces las palabras se usan en sentido figurado, y no quieren decir en el pasaje lo que
significan en el uso común.
2.- La observación de las relaciones entre las palabras se les llama estructuras. Las estructuras se
relacionan entre sí por medio de palabras que adoptan la función de “eslabones”.
3.- La observación de formas literarias generales. El pasaje que estudiamos puede ser prosa, poesía,
drama, parábola, literatura apocalíptica, etc.
4.- La observación de la atmósfera, puede ser de compasión, tristeza, dolor, amor, alegría, humildad,
ternura o alguna otra.
El segundo principio de este método es la interpretación. El propósito aquí es determinar el significado
de lo que el autor escribió. En este caso la imaginación se convierte en una valiosa herramienta que nos ayuda a
transformarnos a los tiempos bíblicos, y sentir, pensar y actuar, como lo hicieron los escritores.
El resumen de la interpretación, apoyado en la evaluación anterior, este paso consiste en adaptar las
enseñanzas del pasaje a nuestras circunstancias particulares, y en apropiar lo que sea de utilidad a nuestra vida
personal.

El Método Analítico
La palabra analítico tiene su origen en el término griego análisis que significa “Descomposición”. En el
estudio de la Biblia quiere decir separar o desmenuzar las partes de un pasaje con el fin de arribar a la médula de
su contenido. El método opuesto es el sintético, en el cual se realiza la labor contraria, esto es, se resume y
compendian las enseñanzas para poseer un cuadro general y completo de una determinada porción bíblica.
El análisis de que hablamos principia con una porción entera, que en este caso invariablemente debe ser
un párrafo, y nos lleva hasta la frase o pensamiento que nos interesa en particular.

La gran utilidad de este método reside en que el estudiante se ve forzado a analizar el texto bíblico, y no
los comentarios sobre la Biblia; tres son los pasos principales del proceso analítico.
1.- El examen estructural
Reorganización del texto Bíblico.

2.- El bosquejo del contenido


Presentación sistemática de los pensamientos del Escritor.

3.- Las observaciones


Búsqueda de enseñanzas Pertinentes.
El primer paso consiste entonces, en colocar en orden lógico las declaraciones del escritor, de tal manera
que a simple vista podamos tener todo el desarrollo de su pensamiento en forma bien organizada. De Juan 5:1-5.
El segundo paso del análisis consiste en formular un bosquejo. Este bosquejo debe apegarse al texto lo
más posible, de manera que podamos presentar en forma sistemática del pensamiento del escritor. He aquí un
bosquejo del párrafo citado arriba: La victoria del creyente.
Estamos listos para proceder al tercer paso. La observación deberá girar en torno a siete preguntas
fundamentales. Las respuestas a éstas constituirán el verdadero fruto del estudio analítico. Las preguntas son:
¿Qué?, ¿Cuándo?, ¿Dónde?, ¿Cómo?, ¿Por qué?, ¿Quién?, ¿Para qué?

El Método Sintético
A este sistema de estudio bíblico también se le conoce como “el método del Dr. Gray”, debido a que este
célebre siervo de Dios, por muchos años decano del Instituto Bíblico Moody en Chicago, escribió un libro entero
cubriendo de Génesis a Apocalipsis, basándose en tan singular método. El estudio sintético es la labor de
compendiar o resumir lo más posible, un pasaje, para obtener un cuadro general, pero completo.

La piedra angular de este método es la lectura repetida de un libro de la Biblia a la vez. Durante las
repetidas lecturas de un libro, se recomienda tener en mente tres distintos aspectos:
A.- El tema central del autor.
B.- El desenvolvimiento.
C.- El bosquejo del contenido.
1.- Trabajemos en el libro de Job aplicando los pasos anteriores, y observaremos la forma como se puede
arribar a la comprensión fundamental de su contenido. Las primeras ocasiones que lo leamos, buscaremos su
tema central. Tal vez nos parezca que ese tema pueda ser el significado de la lucha entre el bien y el mal, y sus
resultados, bajo el gobierno de un Dios sabio y todo poderoso.
2.- El siguiente paso consiste en leer Job nuevamente, ahora con el tema central en mente, observando
cómo el autor desenvuelve su argumento.
3.- Con el material anterior cuidadosamente anotado, estamos listos para formular un bosquejo. Como se
ha podido ver hasta aquí, la organización del material bíblico es siempre un proceso fundamental e
imprescindible para el estudio provechoso. El Dr. Gray bosqueja el libro Job en esta forma:
I.- El prólogo.
II.- El diálogo.
III.- Las palabras de Eliú.
IV.- Las Palabras del Todopoderoso.
V.- La respuesta de Job.
VI.- El epílogo.

Para elaborar el bosquejo resulta ser de gran ayuda tomar en cuenta la división de capítulos, párrafos y
versículos ya que el estudiante necesita encontrar las unidades de pensamiento para irlos acomodando en forma
organizada. Sugerencias generales para facilitar el trabajo con este método.
1.- Cada vez que se lea el libro, léase completo y de una sola vez, a fin de mantener frescos todos los
detalles de su contenido.
2.- No haga uso de libros de consulta. Satúrese solo del texto bíblico, y luche porque su mente trabaje
con diligencia en los descubrimientos necesarios.
3.- Cada vez que lea el libro, procure enfocar la mente en un aspecto distinto de la narración puede ser el
histórico, doctrinal, geográfico o biográfico.
4.- Al leer, transpórtese mentalmente a la época, las circunstancias y el trasfondo del escritor.

El Método Crítico
La palabra crítico proviene del término griego (krino) krino, que quiere decir juzgar así entonces, se
llama Crítica Bíblica a la ciencia que busca por medio de una detallada y cuidadosa encuesta, establecer las
palabras exactas de los manuscritos, versiones y citas, y determinar la composición, fecha paternidad literaria, y
valor histórico, según se encuentra juzgado por la evidencia interna. Se divide en dos clases o dramas
principales: La Critica Baja, y La Critica Alta. Estas también reciben los nombres de Histórica y Textual,
respectivamente como su nombre lo indica, la Crítica Textual es la que se encarga de verificar la exactitud del
texto bíblico.
Hoy en día existen alrededor de 5,338 copias completas o en parte, copiadas a mano, mas cientos de
copias de algunas de las primeras traducciones hechas, más la evidencia de las citas bíblicas en los escritos de
los padres de las iglesia primitiva. Sin embargo no existen dos copias que sean exactamente iguales, y mientras
más grande sea el número de copias, mayor será el número de diferencias (o variantes) entre ellas.
Por lo que toca a la crítica histórica, se ocupa de trabajar empleando los resultados de la crítica textual
aceptando como un hecho que se posee el texto correcto, procede a confirmar las afirmaciones que el texto hace
en relación con su paternidad literaria, a la fecha en que se escribió, la veracidad de su mensaje, la unidad de su
estructura literaria, y declaraciones similares. Para tal efecto es preciso elegir primeramente un libro que
constituya la unidad básica de estudio. Luego realizaremos el estudio investigando las siguientes áreas.

1.- Paternidad Literaria ¿Quién fue el autor del libro?


2.- Destinatario ¿A quién se escribió?
3.- Lugar ¿En dónde se escribió?
4.- Fecha ¿Cuándo se escribió?
5.- Propósito ¿Cuál era el objetivo del autor?
Para establecer la paternidad literaria de un libro de la Biblia, es necesario depender de las evidencias
que encontraremos dentro y fuera de él.
En ocasiones es fácil determinar el destinatario, es decir, la persona o personas a quienes se escribió el
libro.
Pocos libros de la Biblia mencionan dónde fueron escritos.
Las fechas en que se escribieron los libros de la Biblia si son de importancia estratégica, ya que con
frecuencia se encuentra íntimamente ligadas al problema de la paternidad literaria.
Por último, nos interesa descubrir el propósito que el autor haya tenido al escribir su libro.

El Método Tipológico
Este no es para los aprendices. No recomendamos su uso cuando, apenas se comienza a conocer el
contenido de la Biblia. Más bien, para ponerlo en prácticas se exige un conocimiento completa de las Escrituras.
La palabra tipológico, proviene del verbo griego tupo que significa golpear, y del término tupco, que
quiere decir la marca de un golpe, una impresión, forma o tipo. Por lo que toca a las diversas clases de tipos,
debemos mencionar seis: de Personas, de instituciones, de oficios, de acontecimientos, de acciones y de cosas.

Algunas recomendaciones fundamentales que se deben tener en cuenta para este estudio son:
1. Estúdiense las reglas de la Hermenéutica sobre la tipología.
2. Princípiese con los tipos más sencillos. Por ejemplo los que se hallan en Éxodo 12 y 1 Corintios 5:7-8.
3. Conserve discreción y sentido común.
4. Recúrrase a todas las referencias bíblicas que sea posible para respaldar la interpretación de un tipo dado.
Para aquella persona que desee lanzarse de inmediato a poner en práctica este método, le podemos
sugerir los siguientes temas donde encontrará abundante material de esta naturaleza: Adán como tipo de Cristo;
Abraham como tipo de Dios; el sacrificio de Isaac y el sacrificio expiatorio de Cristo; José y la vida de
Jesucristo.
El Estudio De La Biblia Según Sus Temas
El estudio de la Biblia encierra tres graves peligros.
El primero consiste en el empeño de conocer su contenido, apoyados solamente en la inteligencia, y
dependiendo del esfuerzo propio.
Un segundo peligro reside en estudiar la Biblia por un sentimiento de deber religioso. Hay quienes la
estudian creyendo almacenar méritos, y en esa forma agradar a Dios. Otros lo hacen movidos por la creencia de
que es su deber destilar toda la información posible contenida en sus páginas. El autor del Eclesiastés escribió:
“El mucho estudio es fatiga de la carne”, (Eclesiastés 12:12), y Pablo agregó: “La letra mata....” (2 Corintios
3:6). La Biblia no se debe estudiar como un fin en sí misma, sino como un medio para un fin. No es un libro que
tan solo se tenga que leer y aprender, sino más bien, uno que se tiene que vivir. Los métodos de estudio bíblico
pretenden enseñar al estudiante la manera de adentrarse en la Escritura, con el propósito de que aprenda a vivirla
y no solamente a recitarla.
Y el tercer peligro grave consiste en estudiar la Biblia olvidando que fue escrita con cierto propósito
primordial revelarnos a Jesucristo como salvador del hombre. El apóstol Pablo declara que el evangelio de Dios
es “Acercar de su hijo” (Romanos 1:1, 3), y especialmente el ministerio del Espíritu Santo se encuentra enfocado
a este mismo fin. Cristo declaro: “El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber” (Juan 16:14).

El Tema Biográfico
Este puede resultar un estudio altamente provechoso e inspirador. Se ha calculado que la Biblia
menciona cerca de tres mil personajes diferentes, cada uno de ellos con sus características específicas.
Quizá una de las razones por qué resulte tan fructífero este sistema, se ha debido a la verdad variedad de
los personajes bíblicos. Se habla tanto de hombres como de mujeres y niños; los hay valientes y cobardes,
perversos y santos; algunos alcanzaron gran renombre, otros permanecieron en la oscuridad; de algunos se
narran extensas e interesantes biografías, mientras que otros prácticamente se pierden en el anonimato. Pero lo
de ellos se narra, constituye una rica fuente de conocimientos en relación con el plan de Dios para la humanidad.
1.- El nombre, lo primero que nos interesa es el nombre.
2.- Los rasgos físicos, no hay que abrigar esperanzas de encontrar mucha información a este respecto.
3.- Antepasados y descendientes, en esta sección la búsqueda tiene que ver con las características de los
antepasados y los descendientes del personaje.
4.- Su niñez y juventud, aquí se estudia ya directamente la vida del individuo, buscando acontecimientos
o influencias que en una forma u otra moldearon su carácter e influyeron decisivamente en la trayectoria
posterior de su vida.
5.- Su ocupación. Estudiemos ahora su trabajo. Encontraremos que éste encierra buen número de facetas
diferentes; por ejemplo. Los lugares donde trabajo.
6.- Carácter. Lo que más importa de un hombre no es lo que hace, sino lo que es; por tanto, su carácter
es un aspecto clave del estudio.
7.- Su vida espiritual. En gran parte elegimos a un personaje para estudio por las lecciones que su vida
espiritual nos pueda ofrecer.
8.- Influencia en su vida. Aquí dedicaremos tiempo a la consideración de todas aquellas influencias
ejercidas sobre la vida de nuestro personaje por individuos, circunstancias y fuerzas que modelaron su vida y al
final jugaron un papel definitivo en sus decisiones.
9.- Su influencia sobre los demás. Los hombres no son sólo receptores pasivos de los efectos de
circunstancias, fuerzas o personas, sino que voluntaria o involuntariamente también una influencia definida
sobre quienes los rodean.
10.- El pecado en su vida. Parte de la experiencia espiritual del individuo es, claro está, sus luchas con el
pecado.
11.- Conclusiones. Al estudiar los puntos anteriores, habremos acumulado considerablemente
información sobre el personaje bajo estudio.

El Tema Histórico
La Biblia se ha constituido en un infalible libro de historia para esos estudiosos. No fue escrita con ese
fin, pero sus narraciones se han verificado a través de los siglos, encontrándoseles siempre veraces.
Para el progreso en la aplicación de este método, se recomienda un procedimiento similar al sugerido
para el sintético; esto es, principiar con lo general, y avanzar paulatinamente hacia lo detallado y minucioso, en
este caso, la primera área de estudio será la Biblia entera. Con esto queremos decir que debemos primero
ubicarnos históricamente en relación con todo el período bíblico, antes de concentrar nuestra atención en el
pasaje que específicamente nos interesa.
Una vez que contemos con el cuadro histórico general, podremos realizar un estudio más detallado. Este
se puede efectuar de tres maneras principales.
Primera, dedicándonos al estudio de un periodo especifico de la historia bíblica. Por ejemplo, el tiempo
de los jueces aquí es posible adentrarse en los detalles y circunstancias de este lapso de la historia de Israel. El
reino de Salomón sería otra época rica en enseñanzas.
La segunda forma es estudiar la perspectiva histórica de un solo libro. La comprensión exacta de algunos
de ellos, en gran parte depende de los antecedentes que poseamos sobre los eventos que allí se narran.
Por último se puede someter un solo capítulo al análisis histórico. Cuántos emocionantes
descubrimientos nos esperan al estudiar en esta forma, por ejemplo, el capítulo 6 de la profecía de Isaías.
Llegaremos a comprender por qué el profeta principia el capítulo aclarando: “En el año que murió el rey
Uzías...”.

El Tema Profético
Para muchos cristianos, hablar de profecía significa perder tiempo. Es importante y aun urgente, que nos
entreguemos a un estudio serio de la profecía bíblica. Además, no menos que una tercera parte de la Biblia está
dedicada a asuntos proféticos, de tal manera que si en verdad nos interesa llegar a conocer la Palabra de Dios,
irremisiblemente nos veremos obligados a dedicar una buena parte de nuestro tiempo a ellos.
Profecía es la proclamación de la voluntad de Dios para los hombres, y en ocasiones incluye el anuncio
de algún evento futuro como parte del cumplimiento de esa voluntad. La profecía no es la bola de cristal de Dios
dada a los hombres para saciar su curiosidad. Es la proclamación de la voluntad de Dios para los hombres, y en
ocasiones incluye el anciano de algún evento futuro como parte del cumplimiento de esa voluntad. La profecía
no es la bola de cristal de Dios dada a los hombres para saciar su curiosidad. Es la proclamación de su voluntad
soberana y amorosa para toda la creación, y su llamamiento a un pacto de fidelidad con el pueblo que es llamado
por su nombre, y el cual está listo para seguirlo son el conocimiento previo de hacia donde le lleva. La esperanza
que se ve, no es esperanza. Romanos 8:24. Hoy día, la iglesia necesita la profecía más que nunca, no para
condenar a los paganos, ni para satisfacer una curiosidad necia, sino para despertar un sentimiento de
insatisfacción con nuestra propia situación, y para encender los corazones tibios con una esperanza vital en el
glorioso mundo futuro de Dios, el cual será dado a conocer en la aparición de nuestro Señor Cristo Jesús.
Estudiar la Biblia siguiendo este método significa la lectura repetida del libro o porción deseada. Aún
cuando en la primera lectura parezca un confuso laberinto de ideas, personajes, lugares, etc., no debemos
desmayar, sino seguir leyendo hasta lograr organizar su contenido.
1.- Es de gran importancia ubicarnos en el medio ambiente del profeta.
2.- Se busca también los temas principales del pasaje.
3.- La descripción de la personalidad y las características del mensajero también interesan.
4.- Durante lecturas subsecuentes anotaremos lo más posible, la cronología del pasaje profético.
5.- Ahora enfocaremos la atención sobre los individuos a quienes se dirigió el mensaje de Dios por boca
del profeta.
6.- Se debe buscar también los propósitos que Dios haya tenido para enviar a su mensajero.
7.- Enseguida se debe trabajar exclusivamente en los mensajes proféticos.
8.- El siguiente paso será comparar cada mensaje con pasajes similares o paralelos en otras partes de las
Escrituras.
9.- Por fin arribamos a la delicada tarea de clasificar el contenido de los distintos segmentos de la
porción bajo estudio.
A.- Los pasajes proféticos y los didácticos.
B.- Los mensajes que ya se hayan cumplido, o los que aún están por cumplirse.
10.- Una vez formado un criterio sobre el mensaje de la profecía, resta solamente elaborar las
conclusiones y aplicaciones personales.

El Tema Teológico
La teología no es más que el estudio de las enseñanzas contenidas en la Biblia. Frecuentemente se le
denomina también como la ciencia que estudia a Dios.
Se denomina ciencia a la teología porque consiste en hechos o verdades relacionadas con Dios y las
cosas divinas, presentadas en forma lógica y ordenada. El vocablo religión se deriva de una palabra latina que
significa ligar; en otras palabras, la religión representa aquellas actividades que ligan al hombre a Dios en cierta
relación. La religión es una práctica, mientras que la teología es conocimiento. La religión y la teología deben
marchar unidas de la mano en la experiencia bien equilibrada; empero en la práctica son separadas a veces, de
manera que no puede ser teólogo sin ser verdaderamente religioso, y por otra parte, uno puede ser
verdaderamente religioso sin poseer un conocimiento sistemático de las verdades doctrinales.
El material con el cual trabaja la teología es la Escritura. Es la Biblia la cantera de donde se desprenden
las verdades gloriosas utilizadas en la construcción del edificio de la doctrina cristiana.
Si como hemos dicho antes, la Biblia es la base de la doctrina del cristianismo, es imprescindible que el
cristiano, además de otros métodos practique el teológico, buscando cimentar debidamente su fe, y a fin de
presentarle un fundamento sólido a sus creencias. Especialmente el pastor, el predicador, el maestro o el
misionero, deben familiarizarse con esta forma de estudio, pues de ello dependerá en mucho la solidez de su
predicación y enseñanza. Para estudiar la Biblia de acuerdo con este sistema, se ponen en práctica cuatro pasos
definidos. Cada uno de ellos, a la vez que es progresivo, pretende llevar al estudiante a la médula doctrinal de la
porción elegida.
1.- El descubrimiento. No es raro que leamos muchas veces algún pasaje bíblico sin percatarnos de que
contiene profundas enseñanzas doctrinales.
2.- La comparación. La lista de enseñanzas doctrinales que hayamos compilado en el proceso anterior,
servirá para iniciar la labor de confrontación entre las diferentes declaraciones del texto.
3.- La organización. Reunidas ya todas las enseñanzas doctrinales de un segmento bíblico, el siguiente
paso consistirá en su organización.
4.- La interpretación. El último paso en el método teológico, consistirá en encontrar el significado de las
palabras del escrito.
La manera de obtener el significado de las palabras en el pasaje, es por medio del contexto.

El Tema Devocional
Se conoce este método con el nombre de “devocional”, porque acentúa el estudio con el fin de producir
la edificación de la vida espiritual del cristiano, llevándole a una experiencia más real de su conocimiento de
Dios y de su entrega personal a él.

Este tipo de estudio lo podemos practicar cuando menos de cuatro diferentes maneras:
1.- Progresivo. Para un gran número de cristianos, estudiar la Biblia significa únicamente leerla
progresivamente de Génesis a Apocalipsis.
2.- Práctico. Una segunda forma de realizar el estudio devocional, consiste en analizar pasajes que sean
adecuados a nuestro interés o a nuestra necesidad espiritual.
3.- Pastoral. La vida cristiana no es una emoción momentánea; es un proceso que dura toda la vida.
4.- Personal. Las Escrituras serán a nuestro corazón dulces como la miel, sólo en la medida en que
logremos localizar entre sus páginas a Jesucristo, el Hijo muy amado del Padre, en el cual él tiene su
contentamiento.
Una vez elegida la porción que deseamos estudiar, la cual puede ser un libro, un capítulo, un párrafo o
un versículo, procedemos a establecer primero la similitud entre las circunstancias en que vivían los personajes
del pasaje, y las de los tiempos de Cristo.
Curso De Metodología De La Investigación Bíblica
Metodología de la investigación Bíblica. Este Curso de metodología tiene como objetivo motivar la
necesidad en el predicador de alcanzar y desarrollar una competencia comunicativa, como expresarse y escribir
correctamente como factor clave en su ministerio, todo ministro de la Palabra divina debe alcanzar un buen
desarrollo comunicativo en cuanto a la investigación, redacción y análisis de sus estudios bíblicos, clases o
sermones. Este curso está concebido para que el alumno aprenda: A conocer los pasos previos en el proceso de la
escritura: generación de ideas, definición del tema y correcta organización del texto, ya sea para un fin oral o
escrito en estudio de la Palabra de Dios. Conocer las claves básicas a seguir en la composición de un texto. A
seguir los principios elementales a la hora de elaborar un texto de investigación, el uso de las citas literales, notas
al pie, y bibliografía utilizada.

1er. Seminario. EL PREDICADOR COMO COMUNICADOR

CAPÍTULO I. EL PROCESO DE LA ESCRITURA.


1. Los pasos previos: Investigar, leer y escribir a) Generación de ideas y su organización. b) Definición
del tema.
2. La mente que quiere Dios.
3. El arte de Clasificar y Ordenar las ideas. a) Tomar notas.

CAPÍTULO II. EL TEXTO


1. Composición del texto. a) La introducción. b) Exposición o desarrollo. c) La conclusión.
2. Principios a seguir a la hora de elaborar el texto de investigación.

Segundo Seminario. PROCESO DE LA INVESTIGACIÓN

CAPÍTULO I. EL MÉTODO DE LA INVESTIGACIÓN


1. Trazo o itinerario de la investigación. a) Problema/ objeto/ objetivo/ campo de acción.

CAPÍTULO II. LA NECESIDAD DEL SABER Y SU FUNDAMENTO BÍBLICO


1. La Sabiduría de Dios. a) La Ciencia. b) El Conocer.

CAPÍTULO III. LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y LOS DISTINTOS TIPOS DE


CONOCIMIENTO
1. Distintos tipos de razonamiento o conocimientos existentes. a) Razonamiento especulativo. b)
Razonamiento empírico.

CAPÍTULO IV. PASOS QUE CONFORMAN EL PROCESO DE LA INVESTIGACIÓN


1. El problema (el ¿por qué?). a) Primera característica del proceso de investigación: el concepto del
problema. b) Ejemplos prácticos. c) Elección del tema a partir de una necesidad espiritual y universal.
2. El objeto de estudio (el ¿qué?). a) Ejemplos prácticos. b) Totalidad/especificidad.
3. Marco teórico de la investigación y contextual de la investigación.
5. El Objetivo del proceso de investigación (el ¿para qué?).
6. Campo de acción.
7. La hipótesis. a) Un posible modelo estructural de un informe investigativo.

CAPÍTULO V. MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN


1. Los métodos teóricos. a) El análisis. b) La síntesis. c) La inducción y la deducción. 2. Los métodos
histórico y lógico. 3. Método de la observación. a) La entrevista. b) Algunas reglas básicas para la construcción
del cuestionario.

CAPÍTULO VI. PROCESAMIENTO Y ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN


1. Localización y búsqueda de la información. a) Fichas catalográficas. b) Fichas bibliográficas. c)
Fichas de contenido. D) La exposición. E) Documentación. F) Organización de materia. c) Elaboración f)
Recomendaciones para preparar una exposición oral.
GLOSARIO
ANEXO. Norma de Asiento Bibliográfico por tipo de Documentos.

Las credenciales académicas que legitiman y dan autoridad a estos textos no pueden ni deben ser otras
que las que soberanamente otorga Dios por medio de Jesucristo a los que fielmente hablan y enseñan conforme a
su Palabra. Por tanto, como iglesia de Cristo, no reconocemos otra jurisdicción o institución humana como
referencia última y aprobatoria para el ejercicio pleno de los ministerios que solo Dios constituye para su iglesia
según los dones que el Espíritu imparte y que están aprobados por la Biblia. Como la Escritura es única Regla de
Fe y Practica para la iglesia de Cristo y fundamento del perfeccionamiento del conocimiento para el cristiano
invitamos a cada hermano o hermana que Biblia en mano, que siempre compruebe que las ideas, conceptos
bíblicos y teológicos que conforman estos textos educativos tienen, o no, un sólido basamento en la Escritura y
están en perfecta armonía con el espíritu de las enseñanzas de nuestro único Maestro, Jesucristo. A El toda la
potestad, gloria y honra en los cielos como en la tierra.

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