Qué Fue Del Buen Samaritano

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Problemas del Desarrollo.

Revista
Latinoamericana de Economía
ISSN: 0301-7036
[email protected]
Universidad Nacional Autónoma de México
México

López Castellano, Fernando


Reseña de "¿QUÉ FUE DEL BUEN SAMARITANO? NACIONES RICAS, POLÍTICAS POBRES" de
HA-JOON CHANG
Problemas del Desarrollo. Revista Latinoamericana de Economía, vol. 40, núm. 157, abril-junio, 2009,
pp. 207-211
Universidad Nacional Autónoma de México
Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=11820087009

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Reseñas

¿Qué fue del buen samaritano? Naciones ricas, políticas pobres, Ha-Joon Chang, Madrid, Intermón Oxfam,
2008, 251 pp.

La globalización ha incumplido sus pro- Los fracasos de las “buenas políticas”


mesas: África ha sido explotada, Latino- y el “buen gobierno” ponían de mani-
américa decepcionada y sólo el este asiá- fiesto las patologías y las carencias de la

eseñas
tico —que había ignorado las recetas del teoría económica neoclásica, incapaz de
Consenso de Washington— tuvo un re- entender la problemática del desarrollo
lativo éxito (Stiglitz, 2006). En los años y de explicar el proceso de cambio eco-
ochenta, los estados africanos recibieron nómico. Tales evidencias deberían hacer
ayuda condicionada a un ajuste estruc- reflexionar a todo un “confuso” grupo de
tural que tuvo un costo social muy alto. tecnócratas sobre las supuestas bondades
En los noventa, la ayuda se condicionó de una estrategia de desarrollo sustenta-
a la “gobernabilidad”, que incluía la da en el mantra de la filosofía económica
democratización, la supresión de la co- neoliberal: desregulación, liberalización
rrupción y la transparencia. El resultado y privatización (Rodrik, 2006).
fue un “falso” proceso democratizador, En este sentido, las reflexiones del
que dio lugar a una conformación social profesor Ha-Joon Chang, de la Univer-
y que Mbembe llama “gobierno privado sidad de Cambridge, constituyen una
indirecto”. En América Latina han au- valiosa aportación al debate sobre el
mentado los desequilibrios externos y la desarrollo. Apoyado en un gran aparato
concentración de la riqueza en el interior. documental, y con base en la experiencia
La baja calidad institucional se manifies- histórica de los países industrializados,
ta en una burocracia y un sistema legal ha llegado a conclusiones muy impac-
ineficaces y en una escasa credibilidad tantes acerca del dilema que tanto había
estatal y gubernamental, a su vez intrín- inquietado a autores como Olson (1996),
secamente vinculadas a las deficiencias es decir, cómo habían prosperado los paí-
en el desarrollo del Estado y a las agudas ses ricos. De su investigación ha extraído
desigualdades socioeconómicas. una provocadora observación: tras las
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recomendaciones en materia económi-


ca e institucional de los “árbitros” de las
“buenas políticas” y el “buen gobierno”
a los países en desarrollo, se esconde la
intención de retirarles la escalera hacia el
progreso. Su ataque a la “ortodoxia”, re-
presentada por la agenda de “desarrollo”
contenida en el Consenso de Washing-
ton, alcanzó al corazón de la metodología
neoclásica, con un embate metodológico
que rememora el methodenstreit decimo-
nónico (Chang, 2004; Chang y Grabel,
2006; López Castellano, 2007).
En el libro que se reseña explica por
qué las naciones ricas recomiendan a los
países subdesarrollados estrategias que
les alejan de la prosperidad. Su acerada
crítica se dirige a estos “malos samarita- tual, algunas predicciones de futuro y su-
nos” y al brazo ejecutor de sus “malas” gerencias de cambio” (Chang, 2008:26).
políticas, la “impía trinidad” de organi- A tal fin, divide su exposición en dos blo-
zaciones multilaterales: el Fondo Mo- ques, precedidos de un apasionante pró-
netario Internacional (FMI), el Banco logo autobiográfico y culminados en un
Mundial (BM) y la Organización Mun- epílogo de acentuado carácter predictivo.
dial de Comercio (OMC). El título de la En el primero (capítulos 1 y 2) dibuja una
obra remite a la parábola bíblica, pero “verdadera historia del capitalismo y la
también al gran cronista de los difíciles globalización”; en el segundo (capítu-
momentos de la industrialización, Ch. los 3 a 9) critica el saber convencional
Dickens, quien ponía en boca del señor sobre el crecimiento a la luz de la teoría
Gradgrind lo que economistas como económica, la historia y los hechos ob-
Garnier teorizaban: nadie daba nada a servados en las sociedades contemporá-
cambio de nada, “el buen samaritano era neas. Como colofón, dibuja un sombrío
un mal economista”. futuro para los países subdesarrollados
Para poner en evidencia la doble mo- si obedecen los “consejos” de los “malos
ral histórica de los “malos samaritanos”, samaritanos”.
plantea un guión aderezado por una mez- Corea ejemplifica la idea de política
cla de “historia, análisis del mundo ac- económica “herética” y notable desem-

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peño económico entre la década de los liberalización comercial, desregulación


sesenta y la crisis de 1997. Chang llama de la inversión extranjera, sistema de pa-
la atención sobre los aspectos más im- tentes y desregulación de la actividad fi-
portantes de la política económica y de nanciera (Chang, 2008:157). Para evitar
exhortación ideológica llevada a cabo que una mala interpretación de la historia
por el gobierno coreano, que generaron de este simulacro del desarrollo —como
un gran crecimiento y un aumento nota- define Rist a la globalización— la con-
ble del nivel de vida. Tales resultados se vierta en hoja de ruta para el progreso de
debieron a una potente burocracia, a un los países subdesarrollados, Chang anali-
“proyecto nacional de transformación” za la relación entre prosperidad y protec-
y a la implantación de mecanismos re- cionismo o libre cambio a la luz de la rea-
distributivos para reducir la inseguridad lidad económica histórica. Su conclusión
generada por los rápidos cambios estruc- es categórica: salvo excepciones, todos
turales y las influencias cíclicas. La pro- los países desarrollados aplicaron activa-
tección a la industria pasó por medidas mente políticas industriales, comerciales
tan drásticas como la prohibición de fu- y tecnológicas. Para ejemplificar la do-
mar cigarrillos extranjeros, y el control ble moral histórica traza un paralelismo
de las reservas de divisas llegó a ser tan entre lo que llama la paradoja de Daniel
absoluto que las infracciones en materia Defoe, librecambista en la ficción, teóri-
de cambios podían ser castigadas hasta co de las limitaciones del libre comercio
con la pena de muerte (Chang, 2008:24). en la realidad, y la economía británica.
En concordancia con otros estudiosos del Gran Bretaña llegó a ser una verdadera
tema, sostiene que la aplicación del pro- nación librecambista a partir de finales de
grama de la “impía trinidad” (dinero sóli- la década de los cuarenta del siglo XIX,
do, gobierno pequeño, empresa privada, es decir, a los 84 años de la publicación
libre comercio y atracción de inversión de la “riqueza de las naciones” (Chang,
extranjera) socavó el proyecto de trans- 2008:56). Otro mito del librecambismo,
formación (Chang, 2004). Estados Unidos, presenta una trayectoria
Chang comparte la idea de Stiglitz parecida: desoye el “consejo” de Adam
(2006) de que el impulso de la globa- Smith de no desarrollar industrias ma-
lización tiene su origen en decisiones nufactureras y defiende la protección
políticas en el campo del comercio inter- de las “industrias nacientes” (Chang,
nacional y de la política financiera, para 2008:69).
invalidar la hipótesis de la “muerte de la La historia descrita no invitaba al giro
distancia”, defendida por los “malos sa- producido en los programas macroeco-
maritanos”, sustentada en cuatro pilares: nómicos de la década de los ochenta del

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siglo XX, y sólo un episodio de “amnesia peso a las personas, con independencia
histórica”, fruto de una reescritura de la de su riqueza; el segundo pondera más
historia, hace que se soslayen episodios la riqueza. En clara sintonía con Sen
como el de la denominada “edad de oro (2006), reivindica la noción de demo-
del capitalismo” (1950-1973). El éxi- cracia entendida como “gobierno me-
to económico se debió a programas de diante el debate”, y menciona que ni la
intervención bien diseñados y a que se experiencia histórica ni los estudios más
mantuvieron rigurosos controles sobre recientes sobre la relación entre demo-
los movimientos de capital internacional cracia y crecimiento económico arrojan
(Chang, 2008:77-80). Tal tesis concuer- resultados sistemáticos sobre el cambio
da con la de estudiosos del desarrollo en societal favorable (Chang, 2008: 215).
perspectiva histórica, como Hobsbawm Tampoco rehúye el debate sobre la im-
o Sunkel, quienes refieren que los buenos portancia de los factores culturales so-
resultados en los países en desarrollo se bre el desempeño económico, en pleno
obtuvieron en etapas de fuerte interven- vigor en las reformulaciones recientes
cionismo, y los peores correspondieron del pensamiento económico. Chang
con la liberalización posterior a los años coincide con Sen (2007) en su crítica a
setenta. autores como Hutington, y sostiene que
En la retórica de la globalización se comprender el cambio social implica di-
penaliza al Estado por regular, despil- sociar la cultura de la “ilusión del desti-
farrar recursos y asignarlos irracional- no”, porque la cultura puede modificarse
mente. Sin embargo, países elogiados mediante la exhortación ideológica y la
como casos de éxito económico debido política educativa, apoyadas en cambios
al mercado, como Singapur o Corea, en las instituciones y las políticas econó-
mantienen un sector público empresarial micas (Chang, 2008:215-231).
superior a Filipinas o Argentina, presen- Chang proyecta un sombrío futuro
tados como ejemplos de fracaso debido de seguir las políticas difundidas en la
a un Estado demasiado extenso (Chang, actualidad por los malos samaritanos, y
2008:129-130). También califica de error propone “desafiar al mercado” con una
restringir la corrupción al sector público política “herética”. Ante la opinión de los
y a las economías en desarrollo, como librecambistas (concentrarse en la agri-
atestiguan los casos de Enron y Arthur cultura) o de los profetas de la economía
Andersen, entre otros, en EU. posindustrial (concentrarse en los servi-
Para Chang, democracia y mercado cios), se coloca en favor de la industria
se oponen, porque responden a lógicas manufacturera, elemento diferenciador,
diferentes: la primera confiere el mismo históricamente, de los países ricos y po-

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bres. De la misma forma, apuesta por hechos, los economistas “libertarios” si-
implantar programas sociales, financia- guen fieles a sus preceptos (North, 2007).
dos mediante la reducción de la evasión La utopía neoliberal sigue siendo, como
y la generación de ingresos fiscales, y por sostiene Bourdieu, una “utopía en vías de
gravar la especulación financiera. realización”, impulsada por el desorden
En definitiva, la oportunidad del libro financiero y convertida en programa po-
está fuera de toda duda, en un momento lítico, gracias a un gran esfuerzo político
en que se derrumba el “orden” neolibe- y a una teoría económica que se pretende
ral, y en el que se vaticina un regreso a la descripción científica de lo real.
“economía de la gran depresión” (Krug-
man, 2009). Chang apela a la razón y a la
historia para que los malos samaritanos Fernando López Castellano
dejen de actuar por interés propio, pero Departamento de Economía
el optimismo de Chang no tiene visos Aplicada, Facultad de Ciencias
de confirmarse. Casi un siglo más tarde Económicas y Empresariales,
del certero epitafio de Keynes al Laissez- Universidad de Granada
faire, y pese a la pertinaz evidencia de los

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