Luis Fernando Sanromán Martínez

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EL NUEVO DERECHO CONCURSAL EN MÉXICO


(ANÁLISIS Y CRÍTICA)

Luis Fernando Sanromán Martínez

SUMARIO: I. Antecedentes. II Principales diferencias entre la actual ley


y la derogada. III. Características del concurso mercantil: a) Interés Pú-
blico. b) Universalidad del concurso. c) La oficiosidad. IV. Supuestos del
concurso mercantil: a) Ser comerciante. b) Incumplimiento generalizado
de las obligaciones. c) Estado de concurso mercantil. d) Pluralidad de
acreedores. V. Procedimiento para la declaración del concurso mercantil
(etapa previa): a) Aspectos generales. b) La visita domiciliaria de verifi-
cación. VI. La sentencia de concurso mercantil: a) Disposiciones relativas
a los órganos. b) Disposiciones relativas a la publicidad de la sentencia.
c) Disposiciones relativas al aseguramiento de bienes. d) Disposiciones
generales. VII. Los órganos del concurso mercantil: a) El Juez. b) El
Visitador. c) El Conciliador. d) El Síndico. e) Obligaciones aplicables a los
visitadores, conciliadores y síndicos. f) Los Interventores. g) El IFECOM.
VIII. Efectos de la declaración de concurso mercantil: a) Suspensión de
los procedimientos de ejecución. b) Tratamiento de los créditos fiscales. c)
De la administración de la empresa. d) De los efectos en cuanto a la
actuación en otros juicios. e) De los efectos en relación con las obligaciones
del comerciante. f) De los contratos pendientes. g) De los actos realizados
en fraude de acreedores. h) La separación de los bienes de la masa. IX. El
reconocimiento de créditos: a) Solicitud de reconocimiento de créditos y
elaboración de las listas de acreedores. b) La graduación de los créditos.
X. La conciliación y el convenio. X. La quiebra: a) Efectos particulares
de la quiebra. b) Enajenación del activo y graduación. c) Pago de
los acreedores reconocidos. XI. Terminación del concurso mercantil:
a) Aprobación del convenio. b) Por pago íntegro a los acreedores
reconocidos. c) Por pago a los acreedores reconocidos, mediante cuota
concursal y no hubieren bienes por realizarse. d) Si la masa es insuficien-
te para el pago de los acreedores contra la masa. e) Si el comerciante
y la totalidad de los acreedores solicitan la terminación de concurso
mercantil. XII. Incidentes y recursos concursales: a) Incidentes.
b) Apelación y revocación. XIII. Los delitos concursales: a) Artículo 271.
b) Artículo 272. c) Artículo 274. d) Otras reglas penales. XIV. Actualidad
concursal. XV. Comentarios y conclusiones.

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ANTECEDENTES

El origen del derecho concursal podemos encontrarlo en docu-


mentos tan antiguos como el Código de Hamurabi y la Biblia (Deu-
teronomio). En las primeras normas jurídicas los deudores respondían
personalmente por sus deudas, así encontramos la manus injectio
romana (Ley de las doce tablas), donde el deudor era esclavizado e
incluso ejecutado por el simple hecho de no pagar sus deudas.
Posteriormente surge la lex poetilia con la cual el derecho romano se
vuelve real, ya que el deudor empieza a responder con sus bienes.
En la Edad Media surgió el derecho estatutario italiano y algunas
leyes españolas como la Lex visigotorum, el Fuero Real y las Siete
Partidas.
En el siglo XVII, Francisco Salgado de Somoza, escribe la obra
Labyrinthus creditorum concurretium la cual propuso la mayoría de
las soluciones aplicables al derecho concursal; su influencia llega
hasta nuestros días.
Posteriormente, el mayor avance en la materia lo encontramos con
el Código de Napoleón que influyó el derecho concursal de toda
Europa.
En México, la primera legislación en la materia fueron las Orde-
nanzas de Bilbao, más tarde se aplicó la Ley de Bancarrotas de 1853
y después los Códigos de Comercio de 1854, 1883 y 1889.
La última Ley que rigió la materia fue la Ley de Quiebras y
Suspensión de Pagos (LQSP) de 1953, derogada por la actual Ley de
Concursos Mercantiles (LCM) del 12 de mayo de 2000.
La actual LCM, del 12 de mayo de 2000, derogó a la controverti-
da LQSP. La finalidad de la promulgación de la actual Ley fue la de
agilizar los procedimientos concursales, modernizar el marco legal y
abaratar los créditos bancarios.
Hay que hacer notar, que la actual Ley fue aprobada finalmente en
la Cámara de Senadores con 78 votos a favor y 23 en contra. A favor
votaron el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de
la Revolución Democrática (PRD) y en contra votó el Partido Acción
Nacional. Al parecer, la aprobación de la LCM fue producto más de
una negociación política que de un análisis jurídico y económico, ya

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que en algunos medios informativos se dijo que el PRI negoció con


el PRD la aprobación de la LCM a cambio de incrementar el techo de
endeudamiento en el Distrito Federal a seis mil millones de pesos1.
Bajo la derogada Ley, se lograron reestructurar muchas empresas
que hoy son exitosas, tales como Electra, Cervecería Cuauhtémoc
Moctezuma, e incluso Aeroméxico. Sin duda, la antigua Ley fue efi-
caz, y podemos considerarla como una de las mejores leyes que han
existido en el Derecho mexicano. Debemos recordar que en la comi-
sión redactora de dicha Ley participaron algunos de los mejores cono-
cedores de la materia mercantil, tales como Rodríguez y Rodríguez,
Mantilla Molina, entre otros. Por las razones que expondré a lo largo
del presente ensayo, en mi opinión la LQSP se debió reformar con el
fin de adaptarla a la nueva realidad jurídica y comercial en México.
Algunos criticaron la LQSP por defender en demasía a las empre-
sas insolventes, y consideraron que se había utilizado con mala fe,
con el fin de que comerciantes sin escrúpulos no pagaran sus crédi-
tos, situación que de hecho sucedió y alarmó a los bancos dado el
riesgo que esto les creaba. Por lo anterior, y dada la crisis provocada
por el error de diciembre de 1994, algunos sectores como los bancos,
presionaron para cambiar el marco regulatorio concursal.

II. PRINCIPALES DIFERENCIAS ENTRE LA ACTUAL LEY Y LA DEROGADA

Es de hacer notar que la LCM, no tiene ningún parecido con la


derogada LQSP. Las diferencias más importantes son las siguientes:
• La LCM elimina la suspensión de pagos y lo sustituye por un
período de conciliación limitado a 365 días (incluyendo las prórrogas).
• Se elimina la junta de acreedores.
• Se crea el órgano del visitador y del conciliador.
• Se crea el Instituto Federal de Especialistas de Concursos
Mercantiles (IFECOM).
• Se limitan las facultades del juez.
• Se delimitan los tiempos procesales.

1
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• Las reglas generales en la LQSP se contienen en los capítulos


referentes a la quiebra, en el caso de la LCM las reglas generales las
encontramos en los capítulos referentes a la conciliación.

III. CARACTERÍSTICAS DEL CONCURSO MERCANTIL

Interés Público: De conformidad con el artículo 1o. de la LCM, la


Ley es de interés público, por lo que no está sujeta a negociación ni a
convalidación en su cumplimiento. Por otro lado, no podrá sujetarse
en ningún momento a arbitraje. Dicho interés público está en duda en
virtud de que el artículo 28 de LCM permite al comerciante2 y a los
acreedores desistirse de su acción. Este Interés Público también está
en duda ya que el concurso mercantil puede terminarse por pacto

Universalidad del concurso: El deudor responde ante todos sus


entre todos los acreedores y el comerciante (artículo 262 fracción V).

acreedores con todos sus bienes. Esta característica tiene su origen en

La oficiosidad: Quiere decir que el impulso inicial y la continuación


el artículo 2964 de Código Civil Federal.

del procedimiento puede ser oficial (artículo 21 de la LCM).

IV. SUPUESTOS DEL CONCURSO MERCANTIL

Hay ciertos requisitos que debemos cumplir para que pueda declararse a
un comerciante en concurso mercantil; deben cumplirse todos ellos

a) Ser comerciante: El concurso mercantil sólo puede aplicarse a


para que sea posible jurídicamente la declaración de concurso mercantil.

las personas físicas o morales que de conformidad con la LCM (artículo


4o.) son consideradas comerciantes. Como sabemos, las personas
civiles, en caso de su insolvencia, se les declara en concurso civil.
Hay que destacar que, hoy día, es posible declarar en concurso
mercantil a los fideicomisos siempre y cuando el patrimonio fideico-
mitido afecte a la realización de actividades empresariales. Igualmen-
te, la LCM incluye en el concepto de comerciante a las sociedades
controladoras o controladas a que se refiere el artículo 15 de la Ley.

2
Para efectos del presente trabajo, el término «comerciante» se refiere al comerciante sujeto a
un procedimiento concursal.

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Por otro lado, considero que la LCM es discriminatoria ya que no


todos los comerciantes pueden acogerse a la misma. De conformi-
dad con su artículo 5o., los comerciantes que sean considerados
pequeños –es decir los que tienen obligaciones por vencer por un
monto menor a 400,000 UDIs–, no podrán ser declarados en
concurso mercantil, a menos que acepten por escrito que se les de-
clare en dicho estado jurídico. Es importante mencionar que la Ley
no da una solución alternativa a estos comerciantes, y los acreedo-
res tendrán la necesidad de promover las demandas que en su caso
procedan, por lo que se generarán muchos problemas. También es
importante decir que estos comerciantes no pueden acudir al
concurso civil por su calidad de comerciante. Realmente nos encon-
tramos en el limbo jurídico ya que no hay fácil solución en caso de
que el pequeño comerciante no quiera acudir al concurso mercantil.
Por último, considero que la LCM no cumple con el requisito de ser
una norma general, por lo que considero criticable el artículo 5o. y
por otra parte de dudosa constitucionalidad ya que el artículo 13 de la
Constitución prohibe las leyes privativas y los fueros.
Asimismo, debemos comentar que hay reglas específicas que
deben aplicarse dependiendo el tipo de comerciante:
• Comerciante persona física: Hay reglas de la LCM que sólo se
pueden aplicar a estos comerciantes; por ejemplo, la declaración de
concurso de la sucesión del comerciante (artículo 12) y se pueden in-
cluir ciertos bienes del cónyuge, de la concubina y concubinario en la
masa mediante la presunción munciana establecida en los artículos
187 y 188 LCOM.
• Sociedades ilimitadamente responsables: La declaración de
concurso mercantil de una sociedad en la que los socios son
ilimitadamente responsables, provoca el concurso mercantil de
dichos socios.
• Sociedades irregulares: El tratamiento del concurso de estas
sociedades es igual al de la sociedades ilimitadamente responsables.
Se debe criticar que no hay mayor sanción a estas sociedades a
diferencia de la derogada Ley, en la que se calificaba penalmente las
quiebras de estos comerciantes (quiebra culpable) y se les negaba el
beneficio de la suspensión de pagos.

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• Concurso de Fideicomisos: La LCM como ya lo comentamos,


permite declarar en concurso a los fideicomisos que afecten la reali-
zación de actividades empresariales. Dado el tratamiento de estos
fideicomisos, da la impresión que los mismos tienen cierta personali-
dad jurídica, lo que contradice algunas posiciones doctrinarias3 y
tesis aisladas (Fideicomiso es un negocio jurídico y no persona

b) Incumplimiento generalizado de las obligaciones: Este


moral correspondiendo su representación a la fiduciaria).

elemento descansa sobre el concepto de insolvencia, aunque el


incumplimiento generalizado de las obligaciones se puede generar
por causas ajenas a ésta. El cumplimiento o incumplimiento son
hechos jurídicos pero la insolvencia es un hecho económico. Por lo
anterior, puede haber incumplimiento pero ser solvente o puede hablarse

c) Estado de concurso mercantil: La LCM trató de objetivar las pre-


de insolvencia sin incumplimiento.

sunciones de incumplimiento generalizado de las obligaciones. La LCM


en sus artículos 9, 10 y 11 establece presunciones específicas para presu-
mir que un comerciante está en incumplimiento general de las obligaciones.
El artículo 9, distingue dos supuestos por los cuales puede
presumirse el incumplimiento generalizado de las obligaciones:
• Si el comerciante solicita la declaración de concurso mercantil y
se ubica en cualquiera de los supuestos del artículo 10.
• Si el concurso lo demanda un acreedor o el ministerio público, el
comerciante deberá ubicarse en los dos supuestos del artículo 10.
Los supuestos que establece el artículo 10 son los siguientes:
• Que las obligaciones vencidas tengan por lo menos treinta días
de haber vencido y representen el treinta y cinco por ciento de todas
las obligaciones a cargo del comerciante, a la fecha en que se haya
presentado la demanda o solicitud de concurso.
• Que el comerciante no tenga activos, para hacer frente a por lo menos
el ochenta por ciento de sus obligaciones vencidas a la fecha de la demanda.
Para efectos de la LCM se consideran activos el efectivo en caja,
los depósitos a la vista, los depósitos e inversiones a plazo cuyo
vencimiento no sea superior a noventa días naturales a la fecha de

3
Ver, BARRERA GRAF, Jorge, Instituciones de derecho mercantil, Editorial Porrúa, cuarta
reimpresión, México, 2000, página 265.

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admisión de la demanda, clientes y cuentas por cobrar cuyo plazo de


vencimiento no sea superior a noventa días naturales posteriores a la
fecha de admisión de la demanda y los títulos valores para los cuales se
registren regularmente operaciones de compra y venta en los mercados
relevantes que pudieran ser vendidos en un plazo máximo de treinta días
hábiles bancarios, cuya valuación a la fecha de la presentación de la
demanda sea conocida.
Es importante destacar que, para efectos de la LCM, no se consi-
deran activos los bienes inmuebles, el mobiliario, la maquinaria o los
automóviles del comerciante. La razón de lo anterior, estriba en que
estos activos no son de fácil realización.
El artículo 11 sanciona algunas conductas del comerciante y pre-
sume que el comerciante incumplió generalizadamente en el pago de
sus obligaciones, en los siguientes casos:
1. Inexistencia o insuficiencia de bienes en qué trabar ejecución al
practicarse un embargo por el incumplimiento de una obligación o al pre-
tender ejecutar una sentencia en su contra con autoridad de cosa juzgada.
2. Incumplimiento en el pago de obligaciones a dos o más
acreedores distintos.
3. Ocultación o ausencia, sin dejar al frente de la administración u ope-
ración de su empresa a alguien que pueda cumplir con sus obligaciones.
4. En iguales circunstancias que en el caso anterior, el cierre de los
locales de su empresa.
5. Acudir a prácticas ruinosas, fraudulentas o ficticias para atender
o dejar de cumplir sus obligaciones.
6. Incumplimiento de obligaciones pecuniarias contenidas en un
convenio celebrado en términos del Título Quinto de esta Ley.
7. En cualesquiera otros casos de naturaleza análoga.
Considero criticable y contradictorio lo establecido en la fracción se-
gunda del artículo comentado; presume el incumplimiento generalizado
de las obligaciones por el simple hecho de no pagar a dos o más acree-
dores sin tomar en cuenta lo establecido en el artículo 10 del mismo or-
denamiento, donde se establecen ciertas condiciones para considerar que

d) Pluralidad de acreedores: Es un requisito indispensable,


un comerciante está en incumplimiento generalizado de las obligaciones.

para que proceda la declaración de concurso mercantil que el comerciante

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deba a por lo menos dos acreedores. El primer párrafo del artículo 10


de la LCM, establece que el incumplimiento generalizado en el pa-
go de las obligaciones consiste en el incumplimiento del pago a dos
o más acreedores distintos y se presenten las condiciones a que se re-
fiere dicho artículo. De lo anterior concluimos que es una condición
indispensable para declarar a un comerciante en concurso mercantil,
que éste deba a por lo menos dos acreedores.

V. PROCEDIMIENTO PARA LA DECLARACIÓN DEL CONCURSO MERCANTIL


(ETAPA PREVIA)

a) Aspectos generales : Esta etapa del procedimiento concursal se


extiende desde la solicitud o demanda de concurso mercantil hasta la
sentencia que declara el concurso mercantil.
Pueden demandar la declaración de concurso mercantil los acreedores
y el ministerio público. Asimismo, los jueces que tengan conocimiento
de que un comerciante está en los supuestos de incumplimiento genera-
lizado de las obligaciones, deberá notificarlo al ministerio público para
que éste demande el concurso mercantil. También el comerciante
puede solicitar su declaración de concurso mercantil.
El procedimiento no se suspende por excepciones procesales, inclu-
yendo la incompetencia y la de falta de personalidad. Si procede la
excepción de falta de personalidad, se podrán subsanar los defectos del
poder. Lo que se intentará probar en esta etapa, es que el comerciante se
encuentra en los supuestos establecidos en los artículos 9, 10 y 11.
La demanda de concurso mercantil debe contener el nombre del tri-
bunal, el nombre y domicilio del demandante, en su caso el nombre o
domicilio del comerciante demandado incluyendo las oficinas, planta,
bodegas y almacenes, los hechos que motiven su petición, los funda-
mentos de derecho y la solicitud de declarar al comerciante en concurso
mercantil (artículo 22). Asimismo, en caso de que el demandante sea
acreedor, deberá acompañar a su demanda la prueba documental en donde
acredite tal calidad, documento donde conste que se han garantizado los
honorarios del visitador y los documentos base de su acción.
Es importante decir, que en caso de no garantizar los honorarios
del visitador, el auto admisorio de la demanda dejará de surtir

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efecto. Por lo anterior, considero que el artículo 24 de la LCM es de


dudosa constitucionalidad ya nuestra carta magna establece el principio
de gratuidad de la justicia.
En caso de que sea el comerciante el que solicite el concurso, de-
berá incluir en su solicitud su nombre completo o en su caso denomi-
nación social, domicilio para oír y recibir notificaciones, incluyendo
el domicilio social y el de las diversas oficinas y establecimientos
tales como plantas, almacenes o bodegas; estados financieros de los
últimos tres años; una memoria en la que razone las causas que lo lle-
varon al incumplimiento general de sus obligaciones; una relación de
deudores en la que indique las características de las operaciones así
como los datos generales de cada acreedor o deudor; y un inventario
de todos los bienes de la empresa.
A partir de que se admita la demanda, el comerciante tendrá nueve días
para contestar, en caso de que no conteste se tendrán por ciertos los
hechos contenidos en la demanda. El comerciante podrá presentar cual-
quier prueba para desvirtuar los supuestos establecidos en los artículos 9,
10 y 11. En principio y de conformidad con lo establecido en el artículo
27, la LCM sólo permite ofrecer como pruebas la documental y la opinión
de expertos, pero posteriormente dicho artículo se contradice, ya que el

b) La visita domiciliaria de verificación: Dentro de las noveda-


segundo párrafo del mismo permite que se ofrezca cualquier prueba.

des del nuevo derecho concursal, destaca la visita de verificación. La


visita se debe realizar bajo ciertas reglas y procedimientos que son:
• El visitador es un órgano del procedimiento concursal, que tiene
la característica de entrar en funciones aun cuando no se haya dictado
la sentencia de concurso mercantil.
• Los objetivos de la visita serán determinar si el comerciante está en los
supuestos de los artículos 9, 10 y 11 y, por otro lado, proteger a la masa4.
4
Es importante señalar que la Ley nos da el concepto de masa y lo define en su artículo 4o.,
fracción V, como «la porción del patrimonio del Comerciante declarado en concurso mercantil
integrada por sus bienes y derechos, con excepción de los expresamente excluidos por esta Ley,
sobre la cual los Acreedores Reconocidos y los demás que tengan derecho, pueden hacer efectivos
sus créditos». Consideramos que el concepto de masa expuesto en la LCM es doctrinariamente
incorrecto y se aleja por completo de nuestra tradición jurídica. La masa debe ser un patrimonio
fijo y cuantificable, y esto sólo puede suceder cuando el síndico toma posesión de los bienes de la
empresa. Como veremos más adelante, esto no sucede en la etapa de conciliación ya que el comer-
ciante conserva la administración de la empresa y ésta sigue operando de manera ordinaria ya que
tendrá salidas y entradas de capital.

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• Al día siguiente en que se admita la solicitud o demanda de


concurso mercantil, debe remitirse copia al IFECOM para que este
instituto nombre al visitador. Al día siguiente, el IFECOM deberá
informar quién es el visitador designado y el nombre de las personas
que lo auxiliarán. Asimismo, deberá informar a las autoridades
fiscales que correspondan.
• El juez, una vez recibida la notificación del IFECOM, deberá
dictar el auto de nombramiento del visitador y de sus auxiliares. Tam-
bién fijará el lugar o lugares donde se realizará la visita y los libros,
registros y demás documentos sobre los que versará la visita y la
duración de la misma.
• A partir del auto que ordene la visita, el visitador tendrá cinco
días para presentarse en el domicilio del comerciante. Si no se presen-
ta, el juez o los acreedores podrán solicitar al IFECOM la sustitución
del visitador.
• El visitador podrá solicitar al juez que dicte las medidas precau-
torias semejantes a las del concurso mercantil, como prohibición de
realizar pagos, suspensión de todo procedimiento de ejecución,
asegurar bienes, intervenir la caja, prohibir la trasferencia de recurso
a terceros e, incluso, la orden de arraigo del comerciante.
• Es atacable el dictamen de la visita, ya que el artículo 41 permi-
te que el comerciante, el Ministerio Público y los acreedores aleguen
en un término de diez a partir de que se ponga a la vista el dictamen.
En mi opinión, este dictamen puede ser impugnado mediante la
vía incidental o la revocación de conformidad con lo establecido en
los artículos 267 y 268 de la LCM.

VI. LA SENTENCIA DE CONCURSO MERCANTIL

Existe mucha discusión sobre la naturaleza de esta sentencia. Para


algunos, no podemos hablar de una verdadera sentencia ya que la
misma no resuelve ninguna cuestión de fondo o incidental. Sin em-
bargo, se le ha denominado ya desde la antigua Ley como sentencia
por la importancia y los efectos que tiene.
Esta sentencia tiene el carácter de ser declarativa ya que establece
que un comerciante recayó en los supuestos de incumplimiento general

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de las obligaciones. También tiene un carácter constitutivo ya que se


afecta un patrimonio.
En el análisis del contenido de la sentencia de concurso mercantil,
podemos clasificar las fracciones del artículo 43 de la siguiente manera:
1. Disposiciones relativas a los órganos. Orden al IFECOM para que
nombre conciliador (IV). Orden al comerciante para que permita al
conciliador y a los interventores la realización de las actividades propias
a su cargo (VII). La orden al conciliador de iniciar el procedimiento
de reconocimiento de créditos (XIII). La orden de dar aviso a los
acreedores para que puedan solicitar el reconocimiento de créditos (XIV).
2. Disposiciones relativas a la publicidad de la sentencia. Laorden
relativa al comerciante de poner los recursos necesarios para sufragar
el gasto de las publicaciones (VI). Orden al conciliador de publicar un
extracto de la sentencia por dos veces consecutivas en el Diario Ofi-
cial de la Federación y en uno de los diarios de mayor circulación de
la localidad dentro de los cinco días a partir de su designación (XI y
artículo 45). La orden de registrar la sentencia en el Registro Público
de Comercio (XII). La orden de que se expida a quien lo solicite
copia certificada de la sentencia (XV).
3. Disposiciones relativas al aseguramiento de bienes. La orden al
comerciante de poner a disposición del conciliador la contabilidad (VI).
La orden de suspender el pago de cualquier adeudo (menos los necesa-
rios para la operación ordinaria de la empresa) contraído con anteriori-
dad a la fecha de la sentencia de concurso mercantil (VIII). La orden se
suspender todo procedimiento de embargo o ejecución contra bienes o
derechos del comerciante (IX). La fecha de retroacción (X).
4. Disposiciones generales. Determinar el nombre, denominación o
razón social, domicilio y, en su caso, nombre y domicilio de los socios
ilimitadamente responsables (I). Fecha en que se dicte (II). Fundamenta-
ción de la sentencia, lista de los acreedores que el visitador hubiere
identificado y señalando los montos de dicha deudas (III). La declaración
de apertura de la etapa de conciliación (V). La sentencia produce los
efectos del arraigo para el comerciante persona física y para personas
morales se arraigarán a los responsables de la administración (artículo 47).
Al día siguiente de la sentencia, ésta debe ser notificada personal-
mente al comerciante, al visitador, al IFECOM y a las autoridades

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fiscales. El conciliador tendrá la obligación de realizar las publicacio-


nes en el Diario Oficial de la Federación dentro de los cinco días si-
guientes a la fecha de su nombramiento. Las partes que no hayan sido
notificadas se tendrán por notificadas a partir de la última publicación5.
El conciliador, dentro de los tres días siguientes a su designación, debe-
rá hacer del conocimiento de los acreedores su nombramiento y deberá
señalar domicilio dentro de la jurisdicción del juez que conozca del asunto.
En caso de que la demanda sea declarada improcedente, provocará
que las cosas vuelvan a su estado original, salvo los actos de administra-
ción legalmente realizados. Las costas y los gastos deberán ser pagados
por el demandante. En nuestra opinión es imposible que las cosas vuel-
van a su estado original ya que de hecho se afectó la fama pública del
comerciante y, por otro lado, se revisó toda su documentación contable.
La sentencia de concurso mercantil puede ser apelada. Pueden
apelar el ministerio público, los acreedores, el comerciante y el visi-
tador. Considero criticable que dicha sentencia pueda ser apelada por
el visitador ya que, en mi opinión, no tiene interés jurídico.
La apelación debe interponerse dentro de los nueve días siguientes
a la fecha en que surta efecto la notificación de la sentencia y deberán
acompañarse a su escrito los agravios, pruebas y constancias. La con-
traparte tendrá que contestar en un término no mayor de nueve días y
deberán acompañar a su escrito los mismos documentos. Una vez rea-
lizado lo anterior, el juez ordenará asentar dicha apelación en los au-
tos y remitirá el cuaderno respectivo al tribunal de alzada dentro de un
plazo de 3 días, si remite autos originales o de cinco si tratare de tes-
timonio. El tribunal de alzada tendrá dos días para dictar el auto que
admita o deseche el recurso y resolverá sobre la admisión de pruebas,
y abrirá un término de quince días para su desahogo. Posteriormente,
se abrirá un término de diez días para alegar donde primero alegará el
apelante y luego las otras partes. Realizado lo anterior, el tribunal de
alzada tendrá cinco días para dictar la sentencia que corresponda.

5
Considero excesiva la publicidad ordenada en los artículos 43 fracción XI y 45. Por otra
parte, este sistema de publicidad es caro, poco efectivo y no cumple con los objetivos de la LCM.
Por lo anterior, sería más sencillo y barato el obligar al comerciante a sellar todos sus documentos
(facturas, recibos, contrarecibos, correspondencia, etcétera) con la siguiente leyenda: «(Nombre del
Comerciante), ha sido declarado en concurso mercantil mediante sentencia dictada por el Juez ____
el día ______».

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En caso de que se revoque la sentencia, se deberá inscribir en el


Registro Público de Comercio y deberá darse la misma publicidad
que a dicha sentencia.

VII. LOS ÓRGANOS DEL CONCURSO MERCANTIL

La LCM considera como órganos del concurso mercantil al visitador,


al conciliador y al síndico. En esta clasificación agregaremos al juez,
a la intervención y al IFECOM, ya que los últimos tres pueden tener
gran influencia en el procedimiento de concurso mercantil.
Por otro lado, sólo se establecerán las facultades más importantes

a) El Juez: De conformidad con el artículo 7o. de LCM, es el rec-


de cada órgano, dados los objetivos del presente trabajo.

tor del procedimiento y tendrá todas las facultades necesarias para


que se cumpla la Ley. Por lo anterior, considero que el juez tendrá to-
das las facultades, inclusive las que no sean específicas, siempre y
cuando tengan como objeto hacer cumplir la LCM.
De conformidad con el artículo 17 de la LCM, sólo podrán cono-
cer de estos asuntos los Jueces de Distrito que tengan jurisdicción en
el domicilio del comerciante. Es lógico pensar que esta disposición es
inconstitucional ya que la Constitución en su artículo 104 fracción I
establece la jurisdicción concurrente en los asuntos del orden civil
que afecten sólo a intereses particulares. Sin embargo, algunos abo-
gados conocedores como Víctor Manuel Montoya Rivero6 y José
Ovalle Favela7 coinciden en que son los Jueces de Distrito quienes
deben conocer de estos asuntos ya que la LCM es de interés público
y, por otro lado, regula los créditos fiscales ya que los considera
como concursales.
El juez tiene diversas facultades de resolución, tales como resol-
ver las excepciones de personalidad; admitir la demanda de concurso
mercantil; dictar la sentencia de concurso mercantil, condenar al

6
IV Programa de continuidad y actualización para graduados. Conferencia de «Actualización
en materia concursal», 31 de agosto de 2000, Universidad Panamericana, México.
7
Seminario «Ley de Concursos Mercantiles», Instituto de Investigaciones Jurídicas de la
UNAM, 8 y 9 de septiembre de 2000, México.

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demandante al pago de costas y gastos judiciales; dictar la sentencia


de reconocimiento de crédito; desechar apelaciones contra la sentencia
de reconocimiento de crédito; resolver sobre la solicitud de ampliación
del término de conciliación; ordenar la terminación anticipada de la eta-
pa de conciliación; declarar la quiebra; declarar concluido el concurso
mercantil; dictar las sentencias interlocutorias: dictar las providencias
precautorias, interponer medidas de apremio; ordenar el cierre de la

El Visitador: El visitador es un perito auxiliar de la administra-


empresa; y remover al comerciante de la administración de la empresa.

ción de justicia, quien tendrá como objetivo principal elaborar un


análisis sobre la viabilidad de la empresa, analizando si ésta se en-
cuentra en los supuestos de los artículos 9, 10 y 11 de la LCM.
Él posee diversas facultades y obligaciones como: solicitar al juez
las medidas precautorias que estime necesarias; presentarse en el do-
micilio del comerciante; citar al comerciante; tendrá acceso a toda la
contabilidad del comerciante; solicitar al juez las medidas de apremio
necesarias para que el comerciante colabore con la visita; reproducir
cualquier documentación; apelar la sentencia de concurso mercantil;
contratar a los auxiliares que considere necesarios; y apelar la sentencia
que dé por terminado el concurso mercantil.
Considero un error de la LCM, el facultar al visitador para apelar
las sentencias de declaración de concurso mercantil y la de termina-
ción del mismo. El visitador como tal no tiene interés jurídico para
apelar dichas sentencias y, en todo caso, tendría dicha facultad en su

El Conciliador: El conciliador es uno de los nuevos órganos del


calidad de acreedor contra la masa.

concurso mercantil. Esta figura realiza funciones de administrador,


conciliador, economista, contador y financiero. Al conciliador lo
nombra el IFECOM, y tendrá como objetivos principales la vigilan-
cia y supervisión de la administración de la empresa durante el perío-
do de conciliación y actuar como mediador para el fin de que los
acreedores y el comerciante lleguen a un acuerdo.
Consideramos que este órgano es el de más importancia dentro del
nuevo derecho concursal, que tiene la naturaleza de ser un órgano
auxiliar de la administración de justicia, el cual actúa en nombre
propio aclarando que no es un funcionario público.

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El conciliador tiene múltiples facultades y obligaciones tales


como: contratar con permiso del juez a los auxiliares que considere;
vigilar la administración de la empresa; oponerse a las acciones sepa-
ratorias; decidir sobre la resolución de contratos pendientes; solicitar
nuevos créditos para el comerciante; decidir sobre la conveniencia de
mantener la empresa en operación; convocar a los órganos internos de
la empresa; solicitar la remoción del comerciante en la administración
de la empresa y tomar la posesión de dicha administración; podrá
oponerse al cumplimiento de contratos preparatorios y definitivos;
determinar si se resuelven los contratos de depósito, apertura de
crédito, de comisión y de mandato; resolver los contratos de arrenda-
miento; podrá solicitar que se fije otra fecha de retroacción; deberá
presentar al juez una lista provisional de acreedores y recibirá las

El Síndico: La LCM en su artículo 170, establece que el concilia-


solicitudes de reconocimiento de crédito.

dor puede ser también síndico, siempre y cuando sea ratificado en di-
cho puesto por el IFECOM. El síndico tendrá todas las facultades que
posea el conciliador, salvo aquéllas dirigidas a la firma del convenio
o para el reconocimiento de créditos (artículo 177).
De conformidad con la actual legislación, el síndico es una figura
dirigida a la liquidación de la empresa. En cuanto a su naturaleza, es
un auxiliar de la administración de justicia ya que actúa en nombre
propio y por derecho propio, con facultades sobre bienes ajenos8.
El síndico tiene diversas funciones, entre las cuales encontramos que
puede solicitar una ampliación del plazo para cumplir con sus obligacio-
nes; tiene derecho a que se le entregue la posesión y administración de la
empresa; podrá prohibir a los deudores del comerciante que paguen o
entreguen bienes del comerciante; podrá iniciar la ocupación de los
bienes a partir de su designación; podrá contratar crédito nuevos; podrá
recibir la correspondencia del comerciante; podrá requerir al comer-
ciante que se presente ante su presencia; podrá enajenar las masas aun
cuando no se haya realizado el reconocimiento de créditos; podrá ena-
jenar los bienes de la masa por cualquier medio distinto al de la LCM.

8
RODRÍGUEZ Y RODRÍGUEZ, Joaquín, Derecho mercantil, Editorial Porrúa, vigésima cuar-
ta edición, México, 1999, tomo II, página 284.

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Obligaciones aplicables a los visitadores, conciliadores y síndicos:


Estos tres órganos del concurso tienen la obligación de registrarse (artícu-
lo 326); de caucionar su correcto desempeño (artículo 327); de excu-
sarse (artículo 328); ejercer con probidad y diligencia sus funciones;
supervisar el correcto desempeño de sus auxiliares; efectuar las actua-
ciones procesales que les impone la LCM; rendir cuentas al juez;
guardar la confidencialidad respecto a los secretos industriales,
procedimientos, patentes y marcas; abstenerse de divulgar informa-
ción que obtenga por sus funciones; permitir al IFECOM que lo
inspeccione y supervise; y cumplir con las disposiciones de carácter

Los Interventores: La figura del interventor sigue siendo decora-


general que emita el IFECOM (artículo 332).

tiva. La falta de facultades y de influencia en los procedimientos se-


guidos bajo la derogada LQSP provocó, en gran medida, la dilatación
de los procedimientos. Lamentablemente, la actual LCM mantiene
este error ya que la utilidad de este órgano sigue estando cuestionada.
La principal función del interventor es vigilar al conciliador, al
síndico y al comerciante.
Los interventores pueden ser uno o varios y éstos son nombrados
por los acreedores. Cualquier acreedor o acreedores que representen
por lo menos el diez por ciento del monto de los créditos, puede
nombrar interventor.
Entre sus facultades encontramos que puede denunciar las omisio-
nes o actos de los visitadores; vigilar al conciliador y al síndico; ges-
tionar la publicación de sentencia; solicitar al conciliador o síndico el
examen de cualquier libro; puede oponerse a la separación de bienes
de la masa; opinar respecto a las resoluciones del conciliador respecto
a los contratos pendientes de cumplimiento; solicitar que se amplíe el
período de retroacción; apelar la sentencia de reconocimiento, gra-
duación y prelación de crédito; asistir a la diligencia de ocupación del
síndico; oponerse a la enajenación por parte del síndico de bienes de

El IFECOM: El IFECOM es otra de las grandes novedades de la


la masa; y objetar el procedimiento de enajenación propuesto.

LCM. El IFECOM es un órgano auxiliar del Consejo de la Judicatura Fe-


deral, con autonomía técnica y operativa. El IFECOM tiene como órgano
supremo a la Junta Directiva, formada por un director y cuatro vocales.

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Entre las facultades del IFECOM encontramos que es el órgano


que nombra al visitador, al conciliador y al síndico, así como a los vi-
sitadores suplentes y conciliadores sustitutos; emite los formatos que
ordena la Ley; fija los pagos y depósitos para quien solicite informa-
ción de peritajes, avalúos y demás estudios; emite disposiciones de
carácter general respecto a los procedimientos aleatorios para
designar a los visitadores, conciliadores y síndicos; elabora los proce-
dimientos públicos de selección y actualización de visitadores, conci-
liadores y síndicos; autoriza, mantiene y revoca la inscripción de los
visitadores, conciliadores y síndicos; establece el régimen de remune-
ración de los visitadores, conciliadores y síndicos; supervisa los
servicios de los visitadores, conciliadores y síndicos; promueve la
capacitación de los visitadores, conciliadores y síndicos; elabora
estadísticas relativas a concursos mercantiles; impone sanciones
administrativas a los visitadores, conciliadores y síndicos; y podrá
cancelar los registros de los visitadores, conciliadores y síndicos.

VIII. EFECTOS DE LA DECLARACIÓN DE CONCURSO MERCANTIL

a) Suspensión de los procedimientos de ejecución: La LCM seña-


la en su artículo 65 que no podrá realizarse ningún mandamiento de
embargo o ejecución contra los bienes del comerciante excepto los
que sean de carácter laboral.
Por lo anterior, tampoco pueden ejecutarse los créditos hipotecarios
y prendarios; sin embargo, el artículo 219 permite que los créditos hi-
potecarios y prendarios se cobren con el producto de los bienes afecta-
dos en garantía. Estos créditos siguen generando intereses ordinarios
hasta el monto de la garantía. Otra característica de estos créditos es
que no se convierten en UDIS y se mantienen en la moneda original en
que se haya originado el crédito. Tales créditos no pueden ejecutarse,
salvo la excepción establecida en el artículo 160, donde se establece
que en caso de que el acreedores con garantía real no firmen el convenio,
podrán iniciar o continuar con los trámites de ejecución. Se exceptúa de
lo anterior los bienes sujetos a la prenda sin transmisión de la posesión,
ya que estos créditos sí pueden ejecutar con fundamento en el artículo
351 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito.

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El artículo 68 de la LCM permite la ejecución de la autoridad la-


boral sobre bienes sujetos a garantía real, aunque el conciliador pue-
de sustituir dichos bienes por una fianza a satisfacción de la autoridad
laboral. Si no es posible la sustitución antes mencionada, el concilia-
dor realizará la ejecución de los bienes y registrará como crédito contra
la masa a favor del acreedor con garantía real de que se trate. Consi-
dero dicha regulación como inconstitucional en perjuicio del acreedor
ya que, en mi opinión, viola el artículo 14 de nuestra carta magna ya
que puede ser privado un particular de sus derechos sin un juicio
seguido por los tribunales previamente establecidos.
En caso de embargo laboral, se considera como depositaria a la per-
sona que tenga a su cargo la administración de la empresa (artículo 67).
b) Tratamiento de los créditos fiscales: Es novedoso que los créditos
fiscales estén sujetos a procedimientos de concursos. Estos créditos tam-
poco pueden ser ejecutados por lo establecido en los artículos 69 LCM
y 144 del Código Fiscal. Este último artículo establece las modalidades
de la suspensión del procedimiento administrativo de ejecución. Por
otro lado, el artículo 146-B del precitado código permite exenciones fis-
cales en caso de que se llegue a un convenio. En mi opinión, esta
regulación contradice al artículo 149 del Código Fiscal donde se
establece claramente que el fisco no entrará en juicios universales.
El artículo 69 de la LCM permite que dichos créditos sigan causando
actualizaciones, multas y accesorios pero se cancelarán los que se causen
en la etapa de conciliación, sin embargo, el comerciante deberá seguir
pagando las contribuciones fiscales y de seguridad social ordinarias
por considerarlo como parte de las operaciones ordinarias de la empresa.
Es criticable que la LCM, al igual que la LQSP, no defina qué de-
be entenderse por operaciones ordinarias de la empresa. Esta falta de
definición puede provocar abusos e interpretaciones erróneas como
las que se generaron bajo la antigua LQSP.
c) De la administración de la empresa: En la etapa de concilia-
ción, el comerciante mantiene la administración de la empresa y podrá
realizar las operaciones ordinarias de la misma. Sin embargo, las fun-
ciones del comerciante estarán sujetas a la vigilancia o, en su caso,
aprobación del conciliador. Incluso, existe la posibilidad de que en el
período de conciliación el comerciante pierda la administración de la

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empresa a favor del conciliador de conformidad con el artículo 81.


El conciliador puede decidir sobre los contratos pendientes de
resolución y puede aprobar, previa opinión de los interventores, la
contratación de nuevos créditos, la sustitución de garantías y la ena-
jenación de activos. En relación a las operaciones antes descritas, no
se toma en cuenta la opinión del comerciante.
Igualmente el conciliador esta facultado para realizar la venta de
bienes que sean perecederos, pero deberá informar al juez de lo ante-
rior (artículo77). Considero que este artículo esta mal ubicado y no
debería de aplicarse a la conciliación sino a la quiebra, ya que dicha
forma parte de las operaciones ordinarias de la empresa.
Por otro lado, se debe intentar conservar la empresa en operación
pero, si el conciliador considera que puede resultar perjudicial para la
masa podrá solicitar el cierre de la empresa (79).
d) De los efectos en cuanto a la actuación en otros juicios: Es una
novedad de la LCM que no sea necesaria la acumulación de los jui-
cios seguidos por el comerciante ya sea como actor o demandado. El
conciliador no debe sustituir al comerciante en la actuación en estos
juicios, salvo en caso de que el conciliador sustituya al comerciante
en la administración de la empresa (artículo 84).
Para interpretar el presente efecto, se debe tener en cuenta lo esta-
blecido por el artículo 65 ya que el mismo, como ya lo explicamos,
prohibe la ejecución de estos juicios.
e) De los efectos en relación con las obligaciones del comerciante:
La actual Ley tiene grandes novedades en este tema. Por ejemplo, se
consideran nulas las estipulaciones contractuales que agraven la si-
tuación del comerciante en caso de solicitud, demanda o declaración
de concurso mercantil (artículo 87). Como sabemos, es muy común
que en los contratos mercantiles se establezca como causa de
rescisión la declaración de quiebra, concurso o estado de insolvencia,
cláusula que es nula dada la actual legislación, siempre y cuando
perjudique al comerciante.
Por otro lado, hay ciertos efectos que nos describe el artículo 88:
• Se tendrán por vencidas las obligaciones pendientes de cumpli-
miento. Aquí se trata de defender el principio concursal de trato igual
a los acreedores (pars condictio creditorum).

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• Los créditos sujetos a condición suspensiva se consideran como si la con-


dición no se hubiere realizado (ver artículo 1939 del Código Civil Federal).
• Los créditos sujetos a condición resolutoria se considerarán
como si la condición se hubiere realizado sin que la partes deban
devolverse las prestaciones recibidas.
• La cuantía de los créditos por prestaciones periódicas o sucesi-
vas se determinará según su valor presente considerando la tasa de
interés pactada.
• Los acreedores por concepto de renta vitalicia tendrán derecho a
que se reconozca su crédito a su valor de reposición en el mercado.
• La obligaciones que tengan una cuantía indeterminada o no
pecuniaria deberán ser valoradas en dinero.
También la LCM, ordena que los créditos dejen de generar intere-
ses y se conviertan a Unidades de Inversión (UDIS). El valor que se
deberá tomar para la conversión a UDIS será el que fije el Banco de
México mediante publicación en el Diario Oficial de la Federación el
día en que se dicte la sentencia que declare el concurso mercantil.
Asimismo, los créditos en moneda extranjera, dejan de generar inte-
reses, se convierten en moneda nacional al tipo de cambio que fije el
Banco de México y se convierten a su vez en UDIS.
Se exceptúan de lo anterior, los créditos con garantía real ya que
éstos se mantienen en moneda nacional y seguirán generando intereses
hasta alcanzar el monto del valor de la garantía.
La conversión a UDIS antes señalada, ha sido ampliamente criticada
por conocedores de la materia tales como Emilio Aarún Tame9, Justino
Montes de Oca10 y José Antonio Marván Lizardi11, quienes consideran
perjudicial dicha operación tanto para el comerciante como para los
acreedores ya que en estos procedimientos difícilmente se paga el prin-
cipal. Para otros conocedores como Luis Manuel C. Méjan, la intención
de la LCM es evitar la práctica nociva en la suspensión de pagos que al
suspender la generación de intereses, la inflación comía al capital.

9
AARÚN TAME, Emilio y RANGEL HERNÁNDEZ, Laura, Comentarios a la Ley de Concur-
so Mercantiles (proyecto al 30 de septiembre de 1999), México, 1999, página 17.
10
MONTES DE OCA, Justino A. y otros, «Análisis crítico del proyecto de la Ley de Concur-
sos Mercantiles» (Conferencia en el Centro Libanés), México D.F., septiembre de 1999.
11
MARVÁN LIZARDI, José Antonio. Análisis y Comentarios de la Ley de Concursos Mercantil,
México, 2000, página 14.

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f) De los contratos pendientes: La declaración de concurso mer-


cantil no puede afectar los contratos del comerciante que tengan un
carácter personal (artículo 91). Sin embargo, sí se pueden afectar
todos los demás contratos tales como:
• Compraventa: No se puede exigir al vendedor la entrega de los
bienes al comerciante a menos que pague el precio o garantice el pago.
En caso de que sea el vendedor el declarado en concurso, tendrá el
comprador derecho a exigir la entrega de la cosa previo pago del precio.
• Contrato de depósito, de apertura de crédito, de comisión y de
mandato: Estos contratos no se resuelven por la declaración de
concurso, salvo que el conciliador decida lo contrario.
• Contrato de reporto: Si el comerciante es el reportador, debe
transmitir al reportado en un plazo no mayor a quince días contados
a partir de la declaración de concurso, los títulos de la especie que co-
rresponda contra el reembolso del precio más el premio acordado; en
el caso de que sea el reportado, el contrato se tendrá por abandonado
y el reportador podrá solicitar el pago de la diferencia que, en su
caso, exista a su favor, mediante el reconocimiento del crédito; y en
el caso de los reportos celebrados entre el comerciante y su contraparte
en forma recíproca se darán por vencidos en forma anticipada. Los
prestamos de valores celebrados por el comerciante en moneda nacional,
se sujetarán a estas mismas reglas.
• Contrato diferenciales o de futuros: Los contratos diferenciales o
de futuros que tengan una fecha de vencimiento posterior a la declara-
ción de concurso mercantil se darán por terminados anticipadamente.
• Contrato de arrendamiento: La declaración de concurso mercantil
no rescinde los contratos de arrendamiento de inmuebles, sin embargo
el conciliador podrá decidir sobre la rescisión del mismo. En materia
de arrendamiento se deben diferenciar dos casos, ya que es muy dife-
rente si el comerciante concursado es el arrendador o el arrendatario. Si
es el arrendador, seguirá percibiendo los pagos de manera ordinaria
pero si es el arrendatario, será el conciliador el que puede decidir sobre
la conveniencia de rescindir o no el contrato.
También, hay que aclarar que tanto los contratos preparatorios, como de-
finitivos, pendientes de ejecución deben ser cumplidos por el comerciante, a
menos que el conciliador se oponga por convenir a los intereses de la masa.

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En mi opinión, es criticable la regulación de la LCM en relación a


los contratos pendientes de cumplimiento. Estos efectos surgen por la
declaración de concurso mercantil y están dirigidos en gran medida a
inmovilizar el patrimonio del comerciante, ya que la mayoría de es-
tos efectos fueron tomados del Título III de la LQSP, que se refiere a
los efectos de la quiebra. Recordemos que, en la etapa de concilia-
ción, el comerciante generalmente mantiene la administración de la
empresa y, por otra parte, la empresa puede seguir realizando sus ope-
raciones ordinarias por lo que resulta contradictorio tratar de inmovi-
lizar el patrimonio cuando la empresa tiene la obligación de seguir
realizando sus operaciones ordinarias.
g) De los actos realizados en fraude de acreedores: Como es natural
en este tipo de asuntos, es probable que el comerciante haya realizado
actos en el pasado que pueden generar graves daños en la masa. Hay
que decir que estos actos son en principio válidos ya que se realizaron
por el comerciante cuando gozaba de plenas facultades sobre sus bie-
nes. Por esta razón, la LCM al igual que lo regulaba la LQSP, puede
tener efectos sobre las operaciones realizadas en el pasado.
La novedad de la actual legislación es que fija la fecha de retroacción
o período sospechoso a 270 días anteriores a la fecha de declaración
de concurso mercantil. Sin embargo, el conciliador, los interventores o
cualquier acreedor podrán solicitar que se determine una fecha ante-
rior. Los actos realizados en fraude de acreedores durante el período
sospechoso pueden ser anulados si éstos perjudican a la masa y se
reúnen los requisitos de Ley que comentaremos más adelante.
La intención de esta regulación es evitar un daño a la masa y, por
otro lado, un beneficio injustificado de un acreedor sobre los demás.
Los actos realizados en fraude de acreedores tienen ciertas
características como (artículo 113):
• Son actos que realiza el comerciante.
• Son actos realizados antes de la declaración de concurso mercantil.
• Son actos que se realizan con un tercero que conoce y sabe que
se realiza con la intención de defraudar.
• Si son actos de carácter gratuito, no será necesario probar que el
tercero tenía conocimiento de que se tenía la intención de defraudar a
los acreedores.

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La LCM en su artículo 114 y 115, establece algunas conductas que


son consideradas en fraude de acreedores tales como operaciones donde
se paguen cantidades notoriamente mayores o reciba contraprestacio-
nes notoriamente menores que la contraparte; operaciones donde el
comerciante pacte condiciones o términos que se aparten de las condi-
ciones prevalecientes en el mercado; remisiones de duda; pago de obli-
gaciones no vencidas; descuentos, incremento de garantías; y pagos de
deuda en especie cuando ésta sea diferente a la originalmente pactada.
Por otro lado, la LCM presume otros actos en fraude de acreedores
entre los que encontramos las operaciones realizadas en contra de la
masa, hechas con los parientes hasta cuarto grado del comerciante, o
en su caso del administrador o miembros del consejo de administra-
ción de la empresa y las operaciones realizadas con sociedades
mercantiles en las cuales dichos parientes sean administradores o
formen parte del consejo de administración.
Por último, hay que aclarar que estas operaciones son nulas por lo
que en principio deben devolverse los bienes a la masa, aunque la
LCM aclara que también debe incluirse en la masa el producto y los
intereses que hayan generado dichos bienes.
h) La separación de los bienes de la masa: Merece la pena criticar a
la LCM, ya que la definición de masa establecida en su artículo 4o., se
aleja completamente del concepto tradicional de este término. La LCM
define a la masa como «la porción del patrimonio del Comerciante de-
clarado en concurso mercantil, integrada por sus bienes y derechos, con
excepción de los expresamente excluidos en términos de esta Ley, sobre
la cual los Acreedores Reconocidos y los demás que tengan derecho,
pueden hacer efectivos sus créditos». Dada la definición de la LCM, no
podemos determinar fácilmente qué bienes integran la masa ya que no
hay un procedimiento de formación de la misma, por lo anterior no
hay un inventario ni lista de bienes y, así, estamos en el mundo de la
especulación. La anterior Ley tenía un procedimiento donde se forma-
ba la masa mediante la toma de posesión de los bienes por parte del
síndico. Por esta razón, en la actual Ley, el término más adecuado
para referirnos a las acciones separatorias debió ser: «reivindicación».
Las acciones separatorias tienen como finalidad sustraer, de la masa,
bienes que no debieron ser incluidos por ser éstos de un tercero. Por

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lo anterior, podemos concluir que estas acciones separatorias son muy


parecidas a las tercerías excluyentes de dominio civiles.
La LCM nos señala qué bienes pueden ser separados de la masa. Así,
la Ley no señala que pueden ser separados de la masa cualquier bien que
sea identificable cuya propiedad no sea del comerciante. En caso de que
no haya oposición a la acción separatoria, ésta procede de plano.
Ya que los bienes separables de la masa deben ser identificables,
debemos preguntarnos si los bienes fungibles pueden ser sujetos de
una acción separatoria. Si seguimos la postura de Rodríguez y Rodrí-
guez12, las acciones separatorias sólo pueden efectuarse sobre bienes
que sean específicamente individualizables y cuando estos bienes son
fungibles no estamos en posibilidad de identificarlos. Por lo anterior,
las cosas fungibles son separables en tanto sean identificables.
Asimismo, las acciones separatorias deben fundarse en un derecho
de dominio y deben tramitarse en forma incidental mediante el
procedimiento especificado en los artículos 70 y 267 de la LCM.
Pueden ser separados los bienes que señala el artículo 71 de la LCM:
1. Los que pueden ser reivindicados por ser de un tercero y sea
posible que se recuperen.
2. Los inmuebles vendidos al comerciante, no pagados por éste,
siempre y cuando la venta no se haya inscrito en el Registro Público
de la Propiedad.
3. Los bienes muebles adquiridos al contado, si el comerciante no
hubiere pagado la totalidad del precio al tiempo de la declaración de
concurso mercantil.
4. Los muebles o inmuebles adquiridos a crédito si la cláusula de
resolución por incumplimiento en el pago se hubiere inscrito en el
Registro Público correspondiente.
5. Los títulos valor de cualquier clase emitidos a favor del comer-
ciante o que se hayan endosado a favor de éste, como pago de ventas
hechas por cuenta ajena.
6. Las contribuciones retenidas, recaudadas o trasladadas por el
comerciante por cuenta de las autoridades fiscales.

12
RODRÍGUEZ Y RODRÍGUEZ, Joaquín. Derecho Mercantil, Editorial Porrúa, vigésima
cuarta edición, México, 1999. Tomo II, página 325 y 326.

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7. Los bienes que tenga el comerciante por concepto de depósito,


usufructo, fideicomiso, que haya recibido en administración o consig-
nación, por comisión de compra, venta, tránsito, entrega o cobro; así
como los que tenga para entregarlos a persona determinada por
cuenta y en nombre de un tercero.
Para que pueda realizarse la separación, se deben respetar las
siguientes reglas (artículo 72):
• En lo relativo a la existencia o identidad de los bienes cuya
separación se pida, se tendrá en cuenta lo siguiente:
I. Las acciones de separación sólo procederán cuando los
bienes estén en posesión del Comerciante desde el momento de la
declaración de concurso mercantil.
II. Si los bienes perecieren después de la declaración de concurso
mercantil y estuvieren asegurados, el separatista tendrá derecho a
obtener el pago de la indemnización que se recibiere o bien para
subrogarse en los derechos para reclamarla.
III. Si los bienes hubieren sido enajenados antes de la declaración
de concurso mercantil, no cabe separación del precio recibido por
ellos; pero si no se hubiere hecho efectivo el pago, el separatista.
podrá subrogarse en los derechos contra el tercero adquirente,
debiendo en su caso entregar a la masa el excedente entre lo que
cobrare y el importe de su crédito.
En el segundo caso previsto en el párrafo anterior, el separatista no
podrá presentarse como acreedor en el concurso mercantil.
IV. Podrán separarse los bienes que hubieren sido remitidos, reci-
bidos en pago o cambiados por cualquier título jurídico, equivalente
con los que eran separables.
V. La prueba de la identidad podrá hacerse aun cuando los bienes
hubiesen sido privados de sus embalajes, desenfardados o
parcialmente enajenados.
VI. Siempre que los bienes separables hubieren sido dados en
prenda a terceros de buena fe, el acreedor prendario podrá oponerse a
la entrega mientras no se le pague la obligación garantizada y los
accesorios a que tenga derecho.

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IX. EL RECONOCIMIENTO DE CRÉDITOS

a) Solicitud de reconocimiento de créditos y elaboración de las


listas de acreedores: El procedimiento de reconocimiento de créditos
es totalmente diferente a la derogada LQSP. En la anterior legislación
era una obligación de los acreedores demandar su reconocimiento de
crédito en el procedimiento y en caso de que no lo hiciere en los pla-
zos de Ley, perdía derechos (privilegios) o inclusive se podía llegar al
extremo de no escucharlo (artículo 225 de la LQSP).
Actualmente, no existe la obligación de solicitar el reconocimiento
de crédito dada la redacción del artículo 122 de la LCM.
Por otra parte, es importante señalar que el procedimiento de reco-
nocimiento de créditos bajo la actual LCM, depende en gran medida
del conciliador ya que éste debe elaborar una lista provisional y otra
definitiva de los créditos. En base a estas listas, el juez dictará la
sentencia de reconocimiento de créditos.
El artículo 122, manifiesta cuándo se puede solicitar el reconoci-
miento de crédito por parte de un acreedor:
- Dentro de los 20 días naturales siguientes a la última publicación
de la sentencia de concurso mercantil.
- Dentro del plazo para formular objeciones a la lista provisional a
que se refiere el artículo 129 de la LCM.
- Dentro del plazo para la interposición del recurso de apelación a
la sentencia de reconocimiento, graduación y prelación de créditos.
Por su parte el artículo 123, establece una especie de suplencia de
la queja a favor de los acreedores, ya que aun cuando éstos no solici-
ten el reconocimiento de crédito deben ser incluidos en la lista provi-
sional, siempre y cuando se puedan determinar los adeudos conforme
a la contabilidad del comerciante.
Dada la redacción de los artículos 122 y 123 podemos concluir que
la LCM defiende en exceso a los acreedores inactivos, lo que en mi
opinión es injustificable. En definitiva, se premia la falta de interés e
irresponsabilidad de los acreedores.
Otra cuestión criticable, es que las solicitudes de reconocimiento
de créditos deben ser presentadas ante el conciliador y no ante el juez
(artículo 125), lo que en mi opinión es de dudosa constitucionalidad

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ya que el conciliador, al recibir documentos, está realizando una


actividad jurisdiccional. Por otro lado también es criticable lo
dispuesto por el artículo 125, ya que el Juez, al dictar sentencia, no
tendrá conocimiento cabal de los créditos en cuestión lo que sin duda
dificultará que la sentencia esté debidamente motivada.
La LCM presume, salvo prueba en contrario, que las deudas entre
el comerciante y su cónyuge, concubina o concubinario han sido
pagadas, por lo que en principio estas personas no pueden ser
acreedores del comerciante.
La lista provisional de acreedores se pone a la vista del comercian-
te y de los acreedores por un término de cinco días en los cuales se
podrán realizar objeciones. Después de realizadas, el conciliador
cuenta con diez días para presentar al juez la lista definitiva. Por otro
lado, el conciliador no será responsable por errores u omisiones de la
lista definitiva cuando estos errores deriven en la falta de registro de
algún crédito y que el acreedor en cuestión no haya solicitado el
reconocimiento respectivo.
Realizada la lista definitiva, el juez tendrá cinco días para dictar la
sentencia de reconocimiento, graduación y prelación de créditos.
b) La graduación de los créditos: La LCM, en su artículo 217, es-
tablece cuatro tipos de acreedores: los acreedores singularmente pri-
vilegiados, los acreedores con garantía real, acreedores con privilegio
especial y los acreedores comunes. Sin embargo, podemos hablar de
seis tipos de acreedores realmente, que en orden jerárquico son:
1. Acreedores contra la masa: El artículo 225 de la LCM, estable-
ce que son créditos contra la masa, los laborales generados en los dos
últimos años anteriores al concurso mercantil por concepto salario o
sueldo. También se consideran como créditos contra la masa los ge-
nerados por la administración de la masa, tales como los honorarios
del visitador, conciliador, síndico y los gastos realizados para conservar
los bienes que integran la masa.
2. Acreedores singularmente privilegiados: Estos acreedores son
los que se generan por los gastos de entierro en caso de que la senten-
cia de concurso mercantil sea posterior a su fallecimiento y los
gastos por concepto de enfermedad que haya causado la muerte. Es
importante decir que, dentro de estos gastos, no debemos incluir los

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gastos por concepto de ceremonias religiosas y a los gastos por


concepto de publicaciones del fallecimiento del comerciante.
3. Acreedores con garantía real: Éstos son los acreedores hipotecarios
y prendarios. Es importante señalar que la LCM no hace referencia a
los créditos de habilitación y avío ni a los créditos refaccionarios, por
lo que estos créditos no gozan de los privilegios que tienen los
acreedores con garantía real.
4. Créditos laborales que no se encuentren dentro del supuesto cons-
titucional (artículo 123 fracción XXIII) y créditos fiscales: Son los cré-
ditos laborales por concepto de salario o indemnización que se generen
antes de los dos años anteriores a la declaración de concurso mercantil.
5. Acreedores con privilegio especial: Son los acreedores con de-
recho de retención tales como el comisionista, el vendedor de cosa
mueble, el porteador, el constructor de obra mueble y el hospedero.
6. Acreedores comunes: Aquí deben colocarse todos los créditos
que no puedan entrar en las anteriores clasificaciones.
Es importante señalar que, dada la redacción de la LCM, ningún
crédito debe ser pagado hasta en tanto no se dicte la sentencia de re-
conocimiento, graduación y prelación de créditos. Por lo anterior, es
criticable que los trabajadores visitadores, conciliadores y síndicos só-
lo puedan cobrar cuando se dicte dicha sentencia ya que estos créditos
se deberían considerar como parte de los gastos ordinarios del concur-
so. Será muy difícil convencer a verdaderos especialistas para que so-
liciten al IFECOM su registro como visitador, conciliador o síndico si
sólo podrán cobrar hasta que se dicte la sentencia antes referida.
Por último, es importante señalar que la sentencia de reconoci-
miento, rectificación y graduación de créditos debe ser considerada
como la sentencia definitiva para efectos de amparo directo. La razón
de lo anterior se debe a que es esta sentencia la que define los dere-
chos y la obligaciones de las partes y resuelve definitivamente el fondo
del asunto, aun cuando esta sentencia no pone fin al procedimiento
concursal. Sin embargo, hay quien opina que la sentencia definitiva
para efectos de amparo directo es la sentencia que pone fin al concurso
mercantil a que se refiere el artículo 262 de la LCM13.

13
LOPERENA RUIZ, Carlos, «Seminario sobre la Ley de Concursos Mercantiles». Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la UNAM, 8 y 9 de septiembre de 2000.

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X. LA CONCILIACIÓN Y EL CONVENIO

El artículo 145 nos señala que la etapa de convenio tendrá una dura-
ción de ciento ochenta y cinco días naturales contados a partir de la
última publicación en el Diario Oficial de la Federación de la senten-
cia de declaración de concurso mercantil. Sin embargo, existe la po-
sibilidad de ampliar el término antes señalado dos veces por períodos
de noventa días siempre y cuando se cubran los requisitos señalados
en el precitado artículo. Por lo anterior, el período de conciliación
tendrá una duración máxima de 365 días.
Para que proceda la primera prórroga de la conciliación será nece-
sario que el conciliador o los acreedores reconocidos que representen
dos terceras partes del monto del crédito reconocido (no del número
de acreedores), soliciten al juez la ampliación. Para que proceda la se-
gunda prórroga, será necesario que lo solicite el noventa por ciento de
los acreedores reconocidos (no del monto).
Dado el diseño de la LCM, se corre el peligro de que dentro del
primer período, no se haya dictado la sentencia de reconocimiento,
rectificación y graduación de créditos, por lo que en muchas ocasio-
nes se dependerá de la voluntad del conciliador para que haya una
ampliación de dicho término. Igualmente, será importante que se
dicte dicha sentencia para que pueda darse la segunda prórroga.
La consecuencia de no llegar a un convenio dentro del período que mar-
ca la Ley y sus respectivas prórrogas es la quiebra (artículo 167 frac. II).
El conciliador deberá realizar todo su esfuerzo con el fin de llegar
a un convenio, por lo que podrá reunirse con el comerciante y los
acreedores de manera conjunta o separada. En caso de que el conci-
liador considere que hay una imposibilidad de llegar a un convenio,
podrá solicitar al juez la terminación de la etapa de conciliación.
Es importante señalar que el convenio debe tener en cuenta a todos los
acreedores, e incluso se considerarán nulos los convenios particulares entre
el comerciante y uno de los acreedores, ya que dicha situación rompe el prin-
cipio de igualdad de trato entre los acreedores «pars condictio creditorum».
La LCM da las más amplias libertades de negociación y no limita
ni la espera ni la quita en ningún porcentaje, por lo que la única
limitante será la imaginación de las partes.

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La sentencia en la cual se apruebe el convenio, dará por terminado el


concurso mercantil y cesarán las funciones de los órganos del mismo.

XI. LA QUIEBRA

La quiebra es la tercera etapa del procedimiento (etapa previa, etapa


de conciliación y etapa de quiebra). El objetivo de la quiebra ya no es
la rehabilitación de la empresa sino la liquidación de la misma y el
pago de los acreedores. Por otra parte, al ser una etapa del procedi-
miento, será necesario que primero se lleven a cabo las dos etapas
anteriores para poder declarar la quiebra.
Lo anterior lo concluimos de la interpretación del artículo 177 de
la LCM que dice:

Las facultades y obligaciones atribuidas por esta Ley al conciliador, distintas a


las necesarias para la consecución de un convenio y el reconocimiento de
créditos, se entenderán atribuidas al síndico a partir de su designación. Cuando
la etapa de conciliación termine anticipadamente debido a que el Comerciante
hubiere solicitado su declaración de quiebra y el juez la hubiere concedido, la
persona que hubiere iniciado el reconocimiento de créditos permanecerá en su
encargo hasta concluir esa labor.

Por lo anterior, debemos concluir que el síndico no puede realizar


actividades referentes al reconocimiento de créditos por lo que es ne-
cesario que esta actividad se inicie necesariamente en la etapa de con-
ciliación mediante el conciliador. Para efectos de la quiebra, es muy
importante que se dicte la sentencia de reconocimiento de créditos ya
que sin la misma no podremos pagar a los acreedores lo que les
corresponde.
La quiebra procede en los siguientes casos:
• La solicite el comerciante.
• Transcurrido el término para la conciliación y sus prórrogas no
se haya aprobado el convenio.
• El conciliador solicite la declaración de quiebra y ésta sea concedida.
En los dos primeros casos, la resolución se dictará de plano, y en
el tercero, el procedimiento deberá realizarse en forma incidental. Sin
embargo, debemos tener en cuenta que para dictar la sentencia de

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concurso mercantil será necesario que se realice el reconocimiento


de créditos.
En cuanto a la publicidad de la sentencia de quiebra, ésta deberá

a) Efectos particulares de la quiebra: La declaración de quiebra


publicarse en los mismos términos que la de concurso mercantil.

produce los mismos efectos que la declaración de concurso


mercantil. Lo anterior podemos deducirlo de la interpretación del
artículo 2o. y del 176 de la LCM, ya que la quiebra es una etapa del
concurso mercantil. Sin embargo, la quiebra produce ciertos efectos
particulares entre los que encontramos los siguientes:
Administración de la empresa: Mediante la sentencia de quiebra, se re-
mueve de la administración de la empresa al comerciante sin necesidad de
que se realice algún trámite adicional. Las facultades de administración
de la empresa pasarán al síndico, el cual tendrá las más amplias facultades
de dominio (artículo178), por lo que podrá vender, rentar, afectar,
hipotecar, modificar, etcétera, cualquier bien comprendido en la masa.
El síndico podrá mantener, si lo considera conveniente, las
actividades ordinarias de la empresa.
Las actividades del síndico referentes a la administración de la em-
presa, debe realizarlas como un administrador diligente en negocio
propio, por lo que será responsable de las pérdidas o menoscabos que
la empresa sufra.
Los pagos que se realicen al comerciante, posteriores a la última
publicación de la sentencia de declaración de quiebra, no tendrán
efecto liberatorio. Tampoco tendrán efecto liberatorio en caso de que
el deudor pague al comerciante a sabiendas que se ha declarado la
quiebra del mismo.
En el caso de las personas morales, las responsabilidades del co-
merciante las tendrá quien cuente con las facultades de representación
de la empresa de conformidad con lo establecido en el artículo 196 de
la Ley concursal. Se debe tener en cuenta que el artículo antes comen-
tado se encuentra ubicado en el Capítulo II del Título Sexto, referido
a los efectos particulares de la quiebra, por lo que dicha disposición
sólo es aplicable a la quiebra.
Ocupación de los bienes por parte del síndico: Desde el momen-
to de su designación, deberá iniciar las diligencias de ocupación de los

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bienes del comerciante. En dicha ocupación, se deberá levantar inven-


tario en el cual se describirán los bienes muebles e inmuebles, los títulos
valores, géneros de comercio y derechos a favor del comerciante.
Los depositarios que tengan bienes del comerciante que hayan
sido embargados, deberán entregar dichos bienes al síndico.
La presunción munciana: Esta presunción de origen romano se ha
seguido aplicando hasta nuestros días. Sin embargo, las legislaciones
modernas han ampliado el concepto romano, ya que hoy la presun-
ción incluye a las concubinas. La presunción munciana, consiste en
considerar todos los bienes adquiridos por el cónyuge (en el régimen
de separación de bienes), concubina o concubinario, dentro de los dos
años anteriores a la fecha de retroacción como pertenecientes al
comerciante por lo que se integran a la masa.
La presunción munciana debe ser promovida por el síndico en la
vía incidental en contra del cónyuge, la concubina o el concubinario
en donde bastará que se pruebe el matrimonio o el concubinato du-
rante el período sospechoso aplicable al caso (dos años anteriores al
período de retroacción).
Hay un vacío en la Ley, ya que no se hace mención al caso de los
divorciados. Aquí nos encontramos ante el problema de que haya una
sentencia firme de divorcio donde se le reconocen derechos al cónyu-
ge sobre un patrimonio que en un momento dado pudiera ser recla-
mado por el síndico en la quiebra. Podemos encontrar dos posturas,
una a favor de la divorciada o divorciado la cual fundaría su dicho en
derechos adquiridos por la sentencia de divorcio y la segunda que
entendería a dichos bienes como parte de la masa ya que se debe

b) Enajenación del activo y graduación: Desde la declaración de


respetar el Interés Público de la LCM.

quiebra, el síndico podrá iniciar las enajenaciones de bienes procuran-


do obtener el mejor precio posible. También existe la posibilidad de
vender los bienes como unidad productiva siempre y cuando el pro-
ducto de la venta sea mayor a las demás posibilidades (artículo 197).
La enajenación deberá realizarse en subasta para lo cual se deberá
realizar una convocatoria que reúna los requisitos del artículo 199 y
dicha subasta deberá realizarse en un plazo comprendido entre diez
a noventa días a partir de la mencionada convocatoria.

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Las posturas deberán cumplir con los requisitos del artículo 201,
incluyendo la manifestación, bajo protesta de decir verdad respecto a
los vínculos familiares o patrimoniales con el comerciante, adminis-
tradores del comerciante o personas relacionada directamente con él.
Terminada la subasta, el juez ordenará la adjudicación de los
bienes previo pago, a favor del postor. En todos los casos deberá
realizarse el pago íntegro en los diez días siguientes a la fecha de
celebración de la subasta y, en caso de que no se realice el pago, se
descartará la postura y la subasta se tendrá por no realizada.
Los bienes que, por su naturaleza, deban venderse con prontitud
porque no puedan conservarse sin que se deterioren o sufran una dis-
minución del precio o que su conservación sea costosa podrán ser
vendidos por el síndico bajo su responsabilidad.
Es importante señalar que no podrán ser vendidos los bienes que
estén sujetos a una demanda de separación de bienes. Otro punto im-
portante es que el síndico no responde por vicios ocultos o evicción
salvo pacto en contrario.
En esta parte del procedimiento, los acreedores reconocidos con
garantía real, pueden iniciar o continuar los procedimientos de ejecu-
ción conforme a los procedimientos y reglas que resulten aplicables.
El síndico tendrá la obligación de que toda reserva e inversión
debe depositarse en instrumentos de renta fija en una institución de
crédito, cuyos rendimientos protejan el valor de dichos recursos en
relación a la inflación y tengan suficiente seguridad, rentabilidad,

c) Pago a los acreedores reconocidos: Se debe reconocer un


liquidez y disponibilidad (artículo 215).

avance en la actual legislación respecto a este tema ya que limita los


tiempos procesales, lo que sin duda evitará dilataciones innecesarias
en perjuicio de los acreedores.
El síndico a partir de la sentencia de quiebra, deberá realizar infor-
mes cada dos meses sobre las enajenaciones realizadas y sobre la
situación del activo, así como una lista de los acreedores que serán
pagados. Respecto a los créditos que sean impugnados se deberá
realizar una reserva del importe que pudiera corresponderle, y resuelta
la impugnación se le pagará al acreedor o en su caso se reintegrará el
monto en disputa a la masa. Si la impugnación es sólo sobre una

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parte del crédito, se deberá pagar la parte que no esté en disputa y se


reservará la parte impugnada.
El juez deberá poner a la vista de los acreedores reconocidos y del
comerciante, el reporte y la lista antes referidas para que, dentro del
término de tres días, las partes manifiesten lo que a su derecho corres-
ponda. Transcurrido dicho término el juez debe resolver la manera y
término en que se procederá a los repartos de efectivo disponibles.
En tanto no sea dictada la sentencia de reconocimiento de crédito,
el producto de las ventas deberá invertirse conforme a las reglas del
artículo 215.
No se podrá declarar terminado el concurso mercantil, mientras
haya créditos pendientes de reconocimiento por haber sido impugnada
la sentencia que lo reconoció.
Los acreedores reconocidos, que no hayan obtenido el pago
íntegro, conservarán individualmente sus derechos y acciones por el
saldo contra el comerciante.
En caso de que se haya terminado el concurso mercantil, y se des-
cubran nuevos bienes que debieron haber sido incluidos en la masa,
se podrán vender y distribuir conforme a la LCM, lo que se conocía
en la antigua LQSP como reapertura de la quiebra.

XII. TERMINACIÓN DEL CONCURSO MERCANTIL

El concurso mercantil termina por las causas a que se refiere el


artículo 262 de la LCM. Estas causas son las siguientes:
a) Aprobación del convenio: Como ya vimos anteriormente, la
aprobación del convenio da por terminado el concurso mercantil.
b) Por pago íntegro a los acreedores reconocidos: Ésta es una for-
ma muy improbable de terminación la cual está alejada del mundo
concursal y de la insolvencia.
c) Por pago a los acreedores reconocidos mediante cuota concur-
sal y no hubieren bienes por realizarse: Esta forma de terminación
también puede ser conocida como terminación por falta de activos.
d) Si la masa es insuficiente incluso para el pago de los acreedo-
res contra la masa: Esta forma de terminación se relaciona con la
anterior, ya que se termina el concurso por falta de activos. No tiene

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ningún caso continuar con el procedimiento cuando no podemos


pagar ni siquiera el primer grado de acreedores.
e) Si el comerciante y la totalidad de los acreedores solicitan la
terminación del concurso mercantil: Esta forma de terminación no
merece mayor explicación ya que es un pacto expreso entre todas las partes.
Por último, es criticable que la LCM no haya tenido en cuenta la ter-
minación de concurso mercantil por falta de pluralidad de acreedores
ya que como sabemos, este tipo de asuntos tienen la naturaleza de ser
universales. Por otro lado, si sólo contamos con un acreedor, el proce-
dimiento se debería resolver en las instancias mercantiles ordinarias.

XIII. INCIDENTES Y RECURSOS CONCURSALES

1. Incidentes: Debemos recordar que doctrinalmente los incidentes


son procedimientos que tienden a resolver controversias de carácter ad-
jetivo relacionadas inmediata y directamente con el asunto principal14.
Generalmente, en el medio del litigio se entiende al incidente como
un pequeño juicio que trata de resolver una controversia específica
relacionada con el juicio original.
El artículo 267 de la Ley regula los incidentes y establece que las
cuestiones que se suscitaren en la tramitación del concurso que no
tengan prevista una substanciación especial se plantearán por el
interesado en la vía incidental y se observarán las siguientes reglas:
a) Del escrito inicial se correrá traslado por cinco días a la parte o
partes interesadas en la cuestión. Si no se desahoga la vista se tendrá
por confesa a dicha parte salvo prueba en contrario. Es decir, a partir
del acuerdo que admita el incidente, se le dará traslado a la contraria
y ésta deberá contestarlo en el término de cinco días.
b) El escrito inicial de la demanda incidental, así como la contestación,
deberán estar acompañadas de pruebas, las cuales deberán expresar sobre
qué puntos versan y no podrán ser éstas extrañas al incidente planteado.
c) Transcurridos los cinco días antes referidos, el juez citará a una
audiencia de desahogo de pruebas y alegatos, la cual debe celebrarse
en los diez días siguientes.

14
BECERRA BAUTISTA, José. Diccionario Jurídico Mexicano, Tomo III, voz «Incidente».
Editorial Porrúa, décimo segunda edición, México, 1998, página 1665.

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d) Si se ofrecen la testimonial y la pericial, exhibirán con el escri-


to de ofrecimiento, copia de los interrogatorios al tenor de los cuales
serán examinados los testigos o cuestionados los peritos y se tendrá
que dar el nombre y domicilio del testigo o perito en cuestión.
e) Si se promueve la pericial, el juez podrá designar peritos o los
que estime necesarios, sin perjuicio de los que nombren las partes.
f) Con el fin de que las partes puedan rendir sus pruebas en la ci-
tada audiencia, los funcionarios o autoridades tienen la obligación de
expedir las copias y documentos que soliciten, apercibidas que de no
hacerlo estarán sujetas a las medidas de apremio que el juez conside-
re convenientes y se dejarán de recibir las que no se hayan preparado
oportunamente.
g) Concluida la audiencia, el juez dictará la sentencia que corresponda.
El incidente no suspenderá, por ningún motivo, el procedimiento
principal.
Debemos hacer ciertos comentarios. Tenemos que hacer notar que
el legislador comete un error ya que no se limita en ninguna parte el
número de peritajes ni testimoniales, por lo que se podrán ofrecer el
número que quieran las partes según su conveniencia. También debe-
mos advertir que las periciales que se ofrezcan deben estar preparadas
en un término de diez días y estar listas para la audiencia, cuando to-
do aquel que haya postulado, sabe que es común la tardanza en estos
peritajes y que debido a su complejidad duren mucho más tiempo.
La Ley ordena en dos casos que la impugnación se realice en la vía
incidental y establece reglas especiales, dichos casos son:
• La impugnación del nombramiento del visitador, conciliador o
síndico realizada por los acreedores o por el comerciante debe
realizarse dentro de los tres días siguientes a su nombramiento de
conformidad a los artículos 31, 149 ó 172. La impugnación sólo se
admitirá cuando se verifiquen los supuestos del artículo 328. Esta
impugnación debe realizarse en la vía incidental (artículo 56).
• La impugnación de la valuación del síndico por parte de
cualquier acreedor reconocido procede en la vía incidental pero no
suspende la enajenación del síndico y su resultado no afectará la va-
lidez de la enajenación. Mientras se resuelve el incidente, el síndico
deberá separar del producto de la venta, la diferencia entre el valor

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atribuido por el síndico y el valor reclamado por el acreedor inconforme


y deberá invertirla conforme lo marca la Ley (artículo 214).
2. Apelación y revocación: El artículo 268 regula la apelación y
revocación. Para el mejor estudio de lo anterior presentamos las
siguientes reglas:
a) Para que proceda la apelación será necesario que la Ley lo
establezca de manera explícita.
b) La apelación sólo procederá en el efecto que indique
explícitamente la Ley.
c) En caso de no proceder la apelación procederá la revocación.
La Ley no establece, en su articulado, la forma de tramitación de
la apelación o revocación, por lo que tendremos que acudir a la legis-
lación adjetiva supletoria de la Ley que conforme al artículo 8o., es el
Código de Comercio.
En mi opinión, el sistema de impugnación de la Ley tiene proble-
mas ya que no es uniforme y es difícil saber hasta qué punto serán
aplicables las reglas del Código de Comercio. Lo anterior deberá ser
resuelto en el foro mediante la práctica.

XIV. LOS DELITOS CONCURSALES

Uno de los temas que sufrió mas modificaciones se refiere a la res-


ponsabilidad penal de los concursados. La antigua Ley, heredando el
sistema concursal español, distinguía tres tipos de quiebras y por lo
mismo había tres tipos de responsabilidades. Los tres tipos de quiebra
que había son:
• Quiebras fortuitas
• Quiebras culpables
• Quiebras fraudulentas
En la antigua Ley no era posible aplicar este esquema a la Suspen-
sión de Pagos ya que el artículo 427 de la Ley derogada simplemente
remitía a las reglas generales de la quiebra por lo que era evidentemen-
te inconstitucional ya que en materia penal no se permite la analogía.
El sistema actual, deja a un lado la clasificación de la Ley de
Quiebras y Suspensión de Pagos, creando tipos penales nuevos los
cuales encontramos en el título undécimo de la nueva Ley.

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Hay tres delitos concursales que son:


A)
Artículo 271.- El comerciante declarado, por sentencia firme, en concurso
mercantil, será sancionado con pena de uno a nueve años de prisión por cualquier
acto o conducta dolosa que cause o agrave el incumplimiento generalizado en
el pago de sus obligaciones.
Se presumirá, salvo prueba en contrario, que el Comerciante ha causado o
agravado dolosamente el incumplimiento generalizado en el pago de sus
obligaciones cuando lleve su contabilidad en forma que no permita conocer su
verdadera situación financiera; o la altere, falsifique o destruya.
El juez tendrá en cuenta, para individualizar la pena, la cuantía del perjuicio
inferido a los acreedores y su número.

Encontramos que la declaración de concurso mercantil es un ele-


mento del delito, y no un requisito de procedibilidad, ya que no hay de-
lito si no existe dicha declaración y que ésta sea firme. Como vemos,
el delito es por no llevar una contabilidad que permita conocer su ver-
dadera situación financiera; por lo que los comerciantes que no sean or-
denados tendrán muchos problemas en esta situación. Por lo anterior, si
se revoca la sentencia de concurso mercantil deja de existir el delito.
B)
Artículo 272.- El Comerciante contra el cual se siga un procedimiento de
concurso mercantil será sancionado con pena de uno a tres años de prisión
cuando, requerido por el juez de concurso mercantil, no ponga su contabilidad,
dentro del plazo que para ello el juez concursal le hubiere concedido, a disposición
de la persona que el juez designe, salvo que el Comerciante demuestre que le
fue imposible presentarla por causas de fuerza mayor o caso fortuito.

En mi opinión, este artículo es criticable ya que convierte la


rebeldía procesal por incumplimiento de una carga, igualmente pro-
cesal, en un delito. Por otra parte, no es un elemento del mismo la
declaración de concurso mercantil, y bastará con la simple demanda
o solicitud de concurso mercantil para que cualquier supuesto
acreedor pueda querellarse.
C)
Artículo 274.- El que por sí o por medio de otra persona solicite, en el concurso
mercantil, el reconocimiento de un crédito inexistente o simulado será sancionado
con pena de uno a nueve años de prisión.

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Éste es un delito totalmente nuevo ya que la antigua Ley no


contenía ninguna pena por la solicitud de reconocimiento de un
crédito inexistente.
D)
Otras reglas penales: Hay ciertas reglas que hay que tomar en
cuenta para la aplicación de los delitos concursales:
• Si el comerciante es persona moral, la responsabilidad penal recaerá
sobre los miembros del consejo de administración, los administradores,
directores, gerentes o liquidadores que sean autores o partícipes del delito.
• Los delitos se perseguirán por querella y tendrán derecho a la
misma, el comerciante y cada uno de los acreedores, estos últimos
aun cuando algún otro acreedor se hubiere desistido de su querella o
hubiere concedido el perdón. Por lo anterior, no pueden querellarse ni
los conciliadores, ni los visitadores, ni los síndicos.
• El juez penal no conocerá de la reparación del daño ya que lo
anterior le corresponde al juez concursal.
• Los delitos concursales cometidos por el Comerciante, por
personas que hayan actuado en su nombre o por terceros, podrán
perseguirse sin esperar a la conclusión del concurso mercantil y sin
perjuicio de la continuación de éste.
Es de hacer notar que no se necesita ser acreedor reconocido para
actuar penalmente contra el comerciante, aunque se deberá probar
ante el juez penal la calidad de acreedor del comerciante en concurso.
Por último, de conformidad con la opinión del especialista, licenciado
Jaime García Priani, debemos comentar que las acciones penales
iniciadas con fundamento en la derogada LQSP, han quedado sin materia
por lo dispuesto en el artículo Quinto transitorio de la LCM, ya que dicha
disposición señala lo siguiente: «Los procedimientos de quiebra y de
suspensión de pagos que hubiesen sido iniciados con anterioridad a la en-
trada en vigor de esta Ley, continuarán rigiéndose por la Ley de Quiebras
y de Suspensión de Pagos publicada en el Diario Oficial de la Federación
el día 20 de abril de 1943». De la redacción antes transcrita podemos
concluir que el artículo Quinto transitorio solamente se refiere a los
procedimientos de quiebra y suspensión de pagos, excluyendo por lo tanto a
los procedimientos penales iniciados bajo la derogada LQSP, así la nueva
Ley dejo sin materia a los asuntos penales iniciados bajo la derogada Ley.

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XV. ACTUALIDAD CONCURSAL

Del 1º de diciembre de 2002 a 31 de mayo de 2002, se han admitido


24 juicios de los 47 que forman el total de los asuntos. El impacto eco-
nómico de los juicios admitidos en este período asciende a 13,700 mi-
llones de pesos, euivalente al 44% del total de los asuntos concursales.
Dentro de la etapa de conciliación, encontramos 13 procesos que
involucran a 32 empresas que tienen 23,439 millones de pesos en
deudas con 5,378 acreedores. Respecto a las quiebras, encontramos
únicamente 3 procesos que involucran a 4 empresas que poseen 1,847
millones de pesos de deuda con 50,521 acreedores.
Hay que destacar que el 38% de los asuntos radican en la ciudad
de México. Por otro lado, debe mencionarse que el 48% de los casos
ha sido promovido por el propio comerciante y el 52% ha sido de-
mandado por los acreedores15.
Con los datos antes referidos, podemos concluir que estos asuntos
empiezan a tener una mayor importancia en el foro, ya que en un prin-
cipio no había muchas solicitudes ni demandas de concurso mercan-
til, dado el desconocimiento de la nueva Ley.
Hay que destacar dos casos, en particular, que son la declaración de con-
curso mercantil de las constructoras Grupo Tribasa S.A. de C.V y la decla-
ración de la quiebra de Bufete Industrial Arrendamiento de Maquinaria
S.A. de C.V. Será interesante saber cómo se están desarrollando estos asuntos,
ya que son los primeros concursos importantes regidos bajo la LCM.
Lamentablemente, hasta el día de hoy no hay información respecto
de asuntos que se hayan terminado por convenio. Para efecto de valorar
las bondades o defectos de la LCM, éste es el dato más importante ya
que el principal objetivo de la Ley, es la conservación de las empresas.

XVI. COMENTARIOS Y CONCLUSIONES

Evidentemente, la LCM tiene muchos defectos y por lo tanto podría


ser mejorada sensiblemente. Por esto, propongo las siguientes
modificaciones:

15
Cuarto Informe Semestral del Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles, 1º
de diciembre de 2001 a 31 de mayo de 2002.

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LUIS FERNANDO SANROMÁN MARTÍNEZ

a) Eliminar la absurda distinción entre pequeños y grandes


comerciantes establecida en el artículo 5o. o, en su caso, regular el
concurso de los pequeños comerciantes.
b) Aumentar el tiempo de conciliación, ya que 365 días para llegar
a un convenio será insuficiente, en muchas ocasiones, dada la
complejidad de los asuntos concursales. Asimismo, deberían ser
menos estrictos los requisitos para la ampliación del plazo de ciento
ochenta días establecido en el artículo 145.
c) Deberían aumentarse las facultades de la Intervención, ya que
éste sigue siendo un órgano meramente decorativo.
d) Debería aclararse la forma de cobro de visitadores, conciliado-
res y síndicos. Tal y como lo comentamos anteriormente, éstos son
créditos contra la masa, y aun cuando la Ley establece que estos
acreedores cobran antes que cualquier otro crédito, no se especifica
que puedan cobrar sus honorarios en forma periódica durante el
procedimiento. Por lo antes explicado, estos acreedores tendrán que
esperar hasta la sentencia de reconocimiento de créditos, lo que
puede durar más de seis meses en ser dictada.
e) Debería eliminarse la garantía de pago del visitador, establecida
en el artículo 24 de la LCM, ya que es de dudosa constitucionalidad
por el principio de gratuidad de la justicia.
f) Debería haber un tipo penal específico que castigara los abusos
de los visitadores, conciliadores y síndico.
g) En mi opinión, es absurdo que haya tantos órganos en el proce-
dimiento concursal ya que fácilmente la figura del conciliador puede
absorber a la del síndico o viceversa.
h) El procedimiento de reconocimiento de créditos debería poder rea-
lizarlo el síndico en la etapa de quiebra. La Ley establece en su artículo
177, que el síndico no puede realizar el reconocimiento de créditos.
i) Debería definir el concepto de operaciones ordinarias de la empresa.
j) Debería ser considerada la imposibilidad del comerciante de
realizar las operaciones ordinarias de la empresa, como causal de
quiebra (artículo 167).
Merece la pena realizar ciertos comentarios y críticas finales:
1. Existen contradicciones entre la finalidad de la Ley y su diseño.
Por un lado se dice que es de interés público conservar las empresas

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(principio de conservación de la empresa), pero por otro se perjudica


al comerciante sujeto a estos procesos. Por ejemplo, los tiempos
procesales para llegar a un convenio son cortos. Tampoco ayuda a la
conservación de la empresa la conversión a UDIS, ya que la actualiza-
ción de las deudas agravará la situación del comerciante. Tampoco
ayuda a la conservación de la empresa la excesiva protección de la Ley
a los acreedores ya que inclusive establece una especie de suplencia de
la queja a los acreedores que no soliciten su reconocimiento de crédi-
to, ya que pueden ser incluidos en la lista provisional si el conciliador
los puede deducir de la información del comerciante (artículo 123).
2. Considero insuficientes los controles sobre los órganos del
concurso, a pesar de la gran responsabilidad que éstos poseen en el
procedimiento.
3. Hay que hacer notar la falta de técnica jurídica en la actual
legislación, la cual es evidente en los artículos 214 y 296 de la LCM
ya que los mismos tienen dos fracciones I y dos fracciones II.
4. Es criticable, también, que en los artículos 112, 133 y 265 se ha-
ga referencia a la publicación por boletín, a pesar que los tribunales
federales hasta ahora no cuentan con dicho medio de publicación.
5. Hay que señalar que la generación de nuevas legislaciones no es
la solución de fondo para resolver los problemas económicos.
La mayoría de las empresas que acudieron a la suspensión de pagos
por la crisis generada en diciembre de 1994, no fueron responsables
directas de su insolvencia, ya que los errores gubernamentales y de
los bancos provocaron gran parte de estos problemas financieros.

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