CROMOSOMAS

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BIOLOGÍA I

¿Qué son los cromosomas?


Se conoce como cromosomas a ciertas estructuras altamente organizadas que existen en
el interior de las células. Están compuestos por material genético (ADN) y otras diversas
proteínas. En ellos reside la información genética del ser vivo.

Los cromosomas se encuentran en pares, por lo general, en idéntico número para todos
los individuos de una misma especie, pero pudiendo variar en los distintos tipos de células.
Dependiendo de la cantidad de cromosomas que tengan (llamado carga cromosómica),
éstas podrán ser diploides (2n, carga total) o haploides (1n, media carga).

En las células eucariotas (provistas de núcleo celular definido), los cromosomas están
formados por cromatina. Pero también los forman ARN y otras proteínas, algunas muy
básicas llamadas histonas. Todo ello conforma nucleosomas, grupos inactivos de ADN
que conforman los ladrillos fundacionales de cada cromosoma.

El panorama total de los cromosomas de un individuo, es decir, el mapa genético, se


denomina cariotipo.

Forma de los cromosomas

Los cromosomas miden entre 10 y 20 micras.

Cada cromosoma presenta una forma y un tamaño característicos.

Sin embargo, tienden a una forma semejante a una X (en los eucariontes) o a una forma
circular (en los procariontes).
Su forma es observable en microscopio durante las etapas de meiosis o mitosis (división
o replicación celular).

Los pares cromosómicos pueden ser distintos en su longitud, pero generalmente son muy
parecidos, ya que poseen los mismos genes en el mismo orden. Esto no siempre se
cumple, por ejemplo, los cromosomas sexuales difieren considerablemente entre sí.

Los cromosomas presentan una estructura doble, compuesta por dos formas largas,
paralelas entre sí, llamadas cromátidas. Las mismas están unidas entre sí en un punto
focal llamado centrómero.

En cada “brazo” de una cromátida se ubican los genes. En idéntica posición respecto a su
homóloga, en compartimientos llamados locus (loci en plural).

El centrómero de los cromosomas divide cada cromátida en dos segmentos, llamados


“brazos”: uno corto (brazo p) y uno largo (brazo q).

Los cromosomas pueden ser metacéntricos, submetacéntricos, acrocéntricos o


telocéntricos:

 Cromosomas metacéntricos. Tienen el centrómero casi a la mitad exacta de la


estructura, formando brazos de longitud muy parecida.
 Cromosomas submetacéntricos. Tienen el centrómero desplazado del centro, pero
no totalmente hacia ningún extremo. Poseen brazos inexactos y asimétricos,
claramente distinguibles.
 Cromosomas acrocéntricos. Tienen el centrómero cerca de un extremo, alejado del
centro, formando brazos enormemente desiguales.
 Cromosomas telocéntricos. El centrómero está en el extremo de ambas cromátidas
y parece formar sólo dos brazos.
Función de los cromosomas:

Los cromosomas garantizan la transmisión de información genética.

Estas estructuras biológicas preservan el contenido genético y evitan (en lo posible) que
se dañe o se extravíe. Es decir que son garantes de la transmisión de la información
genética almacenada en el ADN de la célula madre a sus descendientes durante la
replicación celular.

Una pérdida de dicha información, por destrucción o deterioro de un solo cromosoma,


puede acarrear en el individuo malformaciones, enfermedades o síndromes que deterioran
su salud o su correcto funcionamiento.

Tipos de cromosomas

Los cromosomas eucariontes se forman a partir de una doble cadena de ADN.

Existen cromosomas distintos para células eucariotas y procariotas, diferenciables tanto


en su forma como su estructura:

 Cromosomas procariontes. Poseen una sola cadena de ADN, se encuentran dentro


de los nucleoides dispersos en el citoplasma de estos organismos unicelulares, y
poseen una forma circular.
 Cromosomas eucariontes. Son considerablemente más grandes que los
procariotas, y poseen una doble cadena de ADN lineal (en doble hélice). Presentan
forma de X.

También existen cromosomas especiales e inusuales, presentes en algunos tipos


celulares o en algunas especies únicamente, como son:

 Cromosomas politénicos. Característicos de los tejidos de ciertos insectos y


especialmente en sus glándulas salivares, se producen en núcleos en permanente
replicación (interfase permanente). Son cromosomas de cientos o miles de hebras
unidas entre sí y de gran tamaño (hasta 7,5 micras).
 Cromosomas en escobilla. Observados en los óvulos de salamandra (Ambystoma
mexicanum), son algunos de los más grandes observados en células reproductivas
de animales no mamíferos. Presentan forma de “rulos” o bucles a manera de un
cepillo o una escobilla.
 Cromosomas B. Se trata de un conjunto heterogéneo de cromosomas
suplementarios o “de repuesto”, llamados supernumerarios y típicos de algunas
especies animales. Estos son más pequeños que los normales (los “A”) y obedecen
a patrones de herencia alternativos.

Cromosomas eucariontes

Los hombres tienen un par 23 de cromosomas de tipo XY.

Además de lo ya dicho, los cromosomas de los eucariotas o eucariontes presentan


telómeros en sus extremos o brazos: suerte de “tapones” compuestos por regiones de
ADN repetitivo y no codificante. Estos extremos no tienen información indispensable, pero
brindan estabilidad estructural al conjunto entero.

Además, los cromosomas eucariontes pueden clasificarse según su función específica


dentro del conjunto genético del individuo. Esto es sumamente importante a la hora de
crear un nuevo individuo de la especie, sobre todo mediante la reproducción sexual. Así,
podemos hablar de:

 Cromosomas somáticos. Llamados también cromosomas autosómicos, le brindan al


individuo sus características no sexuales, o sea, aquellas que lo definen en sus
aspectos vitales no reproductivos, como su forma, tamaño, estructura, etc.
 Cromosomas sexuales. También llamados alosomas, son los que (además de otras
características) determinan las características sexuales del individuo, o sea, que
diferencian al individuo de acuerdo a su género biológico: varón y hembra. En el
caso de los seres humanos, los hombres primeros tienen un par 23 de cromosomas
de tipo XY (por su apariencia), mientras que las mujeres de tipo XX.
Cromosomas procariontes

Los organismos procariotas tienen ADN circular y se reproducen por mitosis.

En los organismos procariotas (bacterias y arqueas), los cromosomas no poseen


telómeros, pues son de forma circular y estructura mucho más simple (una sola tira de
ADN). De hecho, suelen tener un único cromosoma en el que está todo material genético.

La replicación del ADN empieza por diversos sectores de su citoplasma, más o menos
organizados dependiendo de la especie. Esto se debe a que son formas de vida mucho
más simples y primitivas, cuya reproducción es siempre asexual (mitosis).

Importancia de los cromosomas

La función de los cromosomas es crucial para la existencia de la vida organizada. Por un


lado, se encargan de la transmisión del material genético y dirigen sus procesos
reproductivos sexuales o asexuales. Pero además portan la información para todo el
funcionamiento de la célula y, en consecuencia, del organismo.

Por otro lado, gracias a su organización, la información genética ocupa poco espacio y su
manejo facilita la replicación celular. Y éste es un proceso vital para el crecimiento de los
organismos, la reposición de sus células viejas o dañadas, o la reproducción.

Cromosomas humanos
Tenemos 22 pares de cromosomas somáticos y un par de cromosomas sexuales.

El número cromosómico de la especie humana son 23 pares (es decir, 46 cromosomas).


De ellos 22 corresponden a cromosomas somáticos y 1 a cromosomas sexuales.

¿Cómo fueron descubiertos los cromosomas?

Thomas Morgan demostró la relación de los cromosomas con la herencia.

Los cromosomas fueron descubiertos en células vegetales y animales (lombrices del


género Ascaris) a finales del siglo XIX. Los científicos Karl Wilhelm von Nägeli (Suiza) y
Edouard Van Benenden (Bélgica), hicieron el mismo descubrimiento de manera
simultánea e independiente.

Su nombre proviene de las tinturas empleadas para poder observarlos (del griego:
chroma, “color”, y soma, “cuerpo”). Sin embargo, hasta el siglo XX no se comprendió el rol
que juegan en la transmisión genética.

En el siglo XIX Gregor Mendel ya había explicado el funcionamiento de la herencia, sin


saber de la existencia de los cromosomas. En el siglo XX, Thomas Morgan demostró la
relación de los cromosomas con la herencia. Este descubrimiento le valió el premio de
Fisiología y Medicina en 1933.

Manipulación genética

Gracias a los enormes avances de la técnica médica y biológica, hoy en día es posible
intervenir los cromosomas para inducir determinadas características o comportamientos
en los seres vivos. Esto permite modificar genéticamente alimentos o animales, para
hacerlos más nutritivos, más voluminosos, etc.

Esto representa un enorme abanico de posibilidades técnicas e industriales, pero también


una responsabilidad y un enorme dilema ético. Las consecuencias de jugar con la
naturaleza y el devenir de la vida pueden resultar impredecibles.

Además, este tipo de tecnologías abren la puerta a cuestionamientos morales respecto a


la alteración del genoma humano. Por un lado, ese tipo de alteración podría llevar a
nuevas formas de discriminación, pero por otro lado, también a la tan deseada cura de
muchas enfermedades congénitas.

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