#1 - Ivy Asher - The Bone Witch
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zd
CorreccióN
ShurA
DiSeño
Dark QueeN
EpuB
zd
iNdice
OBSESIONES AL MARGEN
Staff
Índice
Título
Dedicatoria
Sinopsis
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
lA BrujA
de
Hueso
trilogía las croNicAs óseAs
libro 1
Ivy Asher
Para Helayna, porque no sería posible sin ti.
sinopsis
Nunca pensé ni en un millón de años que los huesos me
elegirían a mí. El poder, la magia, debía ir a parar a otro miembro
de la familia. Yo contaba con ello. Pero ahora mi abuela Ruby se
ha ido, y aquí los huesos están en la mesa de mi cocina.
Pensé que los parientes amargados serían mi mayor
problema. Pero apenas he tenido tiempo de encontrar un familiar
antes de que los problemas llamen a la puerta.
Se llama Rogan Kendrick y está seguro de que alguien está
persiguiendo y llevándose a los de mi clase. Según él, yo soy la
siguiente.
Este es un mundo del que nunca quise formar parte, pero la
magia no da un carajo y no toma prisioneros… Al menos tenemos
eso en común. No sé en que estaban pensando mis ancestros
cuando me eligieron, pero voy a darles una carrera por su dinero.
Mi nombre es Lennox Osseous, pero puedes llamarme la
Bruja de Hueso.
1
—¿Esto va a doler?
Formulo la pregunta, un poco más chillona de lo que me
gustaría. Miro el parque vacío, con los columpios balanceándose
en el aire fresco del atardecer, y me pregunto cómo es que nunca
supe que por aquí pasaba una línea ley. La abuela tenía que saberlo,
pero no sé por qué no nos lo dijo a los demás. Frustrada, sacudo la
cabeza. ¿Por qué no hizo como la tía Hillen y me dio un coscorrón,
exigiendo que le escuchara? ¿Por qué no me dejó claro que algún
día tendría que saber todo esto? Podría haberme dado una pista,
haberme dicho por qué tenía que interiorizar todas las lecciones que
quería impartir sobre este mundo y su funcionamiento interno, pero
nunca lo hizo. Me dejó decidir que no importaba, y no sé cómo
sentirme al respecto.
Sé que, en el gran esquema de las cosas, nada de esto es su
culpa, es mía por no preocuparme más. Pero me pregunto por qué
nunca se esforzó en ayudarme a motivarme con esto. El hecho de
que Gwen estuviera dotada hizo que pareciera que la selección era
un hecho. Nunca pensé que podría no ser el caso.
Sí, sabía que había magia en el mundo, que las líneas de
sangre que se remontaban hasta el principio de los tiempos podían
hacer cosas increíbles, inimaginables. Era consciente de que las
brujas tenían un mundo y una sociedad propios, pero me convencí
a mí misma de que yo era una Lesser. Me negaba a codiciar sus
habilidades o a sumergirme en un mundo que, como adolescente,
sabía que no era como se anunciaba. Nunca percibí en mí lo que mi
abuela tan evidentemente si hacía, pero yo nunca quise
involucrarme. Ahora desearía no haber dejado que mi ira me
cegara. Ojalá hubiera dedicado más tiempo a ver la verdad y menos
a convencerme de que nunca formaría parte de ella. Me había
categorizado como algo que nunca iba a suceder, pero estaba
equivocada.
La culpa me pica en la parte posterior de los ojos mientras los
cierro. Con un suspiro, asimilo el zumbido eléctrico de las líneas
ley que atraviesan este parque, el siseo mágico que me invade
desde donde estamos sentados en el coche. He jugado en este lugar
cientos de veces cuando era niña, pero nunca he sentido nada
parecido a la carga que percibo aquí ahora. Tengo la clara
impresión de que hay una gran línea de la que parten otras más
pequeñas. Es una telaraña de conexiones que conducen a otros
lugares como éste, lo que resulta extraño cuando se piensa en ello
y, sin embargo, no puedo negar que me emociona al mismo tiempo.
Quiero enfadarme conmigo misma, con el sentimiento de
ansiedad que me recorre, pero ¿cómo puedo hacerlo cuando esto es
tan épico? Por un lado, las vacaciones van a ser mucho más fáciles
si puedo ir a las Bahamas en lugar de coger un avión. Y a una chica
le vendría bien un poco de R&R* cuando toda esta mierda a la que
me está arrastrando Rogan termine.
—No duele, es más una descarga de adrenalina que otra cosa.
—responde—. Sin embargo, no recomendaría tratar de recorrerlas
por tu cuenta. Puedes perderte en ellas, abrumada por la sensación,
si no sabes lo que estás haciendo.
—¿Cómo sabes tú lo que estás haciendo? —Presiono
mientras miro fijamente el espacio deshabitado y trato de ver las
líneas que sólo puedo sentir.
—Elon y yo aprendimos cuando teníamos unos doce años. —
Me aclara.
—Ah, claro. Supongo que eso está a la par con todo el asunto
del viejo extra poderoso linaje mágico del que formas parte. —Me
burlo rotundamente.
* R&R: reposo y relax
—Algo así. —responde con la misma rotundidad, y me
pregunto si podría haber sido yo, si lo hubiera permitido.
Rogan sale del lado del pasajero de mi coche y Hoot salta tras
él como el pequeño acosador que es. No me extraña que no parezca
gustarle hablar mucho de su familia; bueno, aparte de su hermano,
y lo único que sé de Elon es que es un osteomante y que ha
desaparecido.
La puerta de mi coche cruje al abrirla, el sonido es fuerte y
chirriante en la tranquilidad del vacío aparcamiento. Me sorprende
que no haya más gente por aquí, pero supongo que las noches
empiezan a ser más frías, lo que hace que sea menos atractivo para
los paseos tardíos y las aventuras en el parque. Coge mi mochila
del asiento trasero y yo rodeo mi viejo todoterreno para reunirme
con él en el otro lado. Una brisa fresca me empuja los rizos a la
cara y me esfuerzo por recogerlos mientras el sol se oculta un poco
más y las sombras se extienden por el parque como si se levantaran
de un sueño profundo y se prepararan para hacer alguna travesura.
Es una buena noche para la magia.
Me detengo y miro con recelo a mi alrededor durante un
momento. Rogan empieza a caminar hacia el centro de un claro
cubierto de césped, pero intento averiguar quién acaba de plantar
ese pensamiento en mi cabeza. ¿Cómo diablos iba a saber que es
una buena noche para la magia? ¿O que la luna esta noche va a ser
creciente, con una luna de cosecha a sólo once días de distancia?
Me miro a mí misma de reojo.
—Eres un Brujo de Sangre, ¿podrías saber si mis antepasados
se acostaron con algún licántropo? —pregunto mientras me
apresuro a alcanzarlo. Me lanza una mirada interrogativa cuando
me acerco a él y a Hoot.
—¿Por qué? —pregunta—. ¿Sientes la necesidad de marcar
tu territorio o de cavar un agujero y enterrar algo en él?
—Ja, Ja. —Me río con una ceja levantada porque no me hace
gracia—. No, pero las ganas de arrastrar mi culo por la alfombra
son cada vez más fuertes. —suelto con sorna, provocándole una
risa silenciosa—. Te lo pregunto porque se me acaba de ocurrir lo
de Rain Man sobre la luna, y eso me parece raro, o quizá debería
decir más raro de lo que ha sido todo lo demás hasta ahora. ¿Por
qué las brujas se preocupan por la luna? Parece que sería más bien
un rasgo de los lobos. —observo.
El deja de caminar y me mira como si no estuviera seguro de
si hablo en serio o no.
—Joder con la Arpía, de verdad que no tienes ni idea. —
declara, con el desprecio irradiando de su mirada—. Ruby debería
ser acusada por dejar que su línea se cocine en semejante
ignorancia. —afirma con naturalidad, e inmediatamente se me
suben los humos.
—Sabes, lo creas o no, Rogan, Hemamancer de la Casa
Kendrick —bromeo—, no a todo el mundo le importa una mierda
el mundo de la magia. Esta vida no es exactamente todo lo que
parece. —digo a la defensiva.
¿Cómo se atreve a venir a por mi abuela? Ella lo habría dejado
todo para ayudarle. He visto y he estado en el extremo receptor lo
suficiente como para saber lo serio que se tomaba todo. Ella no se
merece su ridículo. Puede que yo sí, pero ella no.
—¿Y qué sabes tú realmente de esta vida? Por todo lo que he
visto, la respuesta a eso es nada. —replica con desprecio.
—Por favor. —Le suelto—. No he necesitado tener magia
para ver lo que le hace a la gente que no la tiene. Todas las historias
que mis tíos y tías cuentan sobre su madre que se levantaba y se iba
todo el tiempo porque alguien requería su ayuda. El estrés y la
presión que supuso para su padre no poder contar nunca con ella,
tener que criar a cinco hijos él solo hasta que se desplomó de un
ataque al corazón. Y no me hagas hablar de las peleas y rencillas
que provoca este mundo. La forma en que mancha a la gente les
hace estar desesperados por ser poderosos, por sentirse especiales,
por desearlo tanto que acaban divididos por eso, y perdidos. Hay
tantos daños colaterales, ¡mira lo que le acaba de pasar a mi primo!
Ahí me detengo. No revelo más, no suelto las otras razones
que tengo y que me hicieron dejar de creer en la magia de la magia.
Puede que Rogan y yo estemos atados, pero eso no le da un pase
de acceso a lo que soy y a lo que me ha hecho ser así.
—Madura, Lennox. —refunfuña, levantando las manos en
señal de exasperación. —Me sorprende la advertencia—. Esto es
la vida, no un cuento de hadas o una historia de magos conjurada
en la imaginación de un artista hambriento. La vida no es fácil. Hay
cosas buenas y malas, como en todo. Si quieres elegir lo malo para
justificar tu ignorancia, hazlo, pero no te haces ningún favor. Te
guste o no, este mundo es tuyo ahora, y resentirlo no cambia nada.
Se me escapa un bufido incrédulo.
—Gracias, oh sabio y benévolo, por tu amable consejo.
¿Crees que no lo sé? Pero yo no crecí como tú en una venerada casa
especial de magia, así que dame un poco de margen. La he jodido,
lo entiendo. No debí alejar a mi abuela cuando trató de enseñarme,
pero lo hice. En caso de que no lo hayas notado, ella ya no está, y
no puedo retractarme. Lo hago lo mejor que puedo. Si hubiera
sabido que los huesos me elegirían a mí y que luego aparecería un
gilipollas santurrón y se apoderaría de mi vida, quizá hubiera hecho
las cosas de otra manera.
Hoot suelta un pedo tan fuerte y retumbante que pondría
celoso a un motor de Harley Davidson. Arrugo la cara e
inmediatamente me tapo la nariz con el brazo para protegerla del
ataque que sé que se avecina. Rogan es el primero al que le llegan
los gases nocivos y se aleja, con un jadeo seco. Me muevo lo más
que puedo contra el viento, nunca he tenido más miedo de respirar
que en este momento. Hoot me mira a mí y luego a Rogan, y con
un bufido que estoy segura de que significa que mi trabajo aquí ha
terminado, procede a revolcarse en la hierba y la suciedad,
deleitándose con su propio hedor.
—Me pido no ser yo quien le dé un baño a ese cabrón. —
anuncio, con una voz que suena más a Steve Urkel de lo normal
debido a mi nariz tapada.
—Ese está mal. —afirma Rogan, abanicando el aire alrededor
de su cara de forma agresiva.
Levanto las cejas y asiento lentamente con la cabeza. Y
entonces nos quedamos mirando un momento, la creciente tensión
que se estaba creando entre nosotros detenida por el torpedo del
culo de Hoot, pero ahora hay una clara incomodidad.
Rogan se acerca a mí, dejando de lado al perro y a su rollo
nocturno. Se pone la bolsa de lona alrededor del pecho y la coloca
a su espalda. No sé qué está haciendo, pero cuando invade mi
espacio personal, retrocedo instintivamente. Alarga la mano y me
impide seguir dando un paso atrás, entrando en mí espacio hasta
que mis pensamientos se dirigen a algún lugar tentador.
Esto va a ser una mierda de primer beso, y no estamos
preparados. No me importa que mis partes femeninas se enciendan
como un cohete de la NASA listo para lanzarse, no me gusta Rogan
Kendrick. No me importa lo besables que puedan ser sus labios o
por qué me mira con tanta intensidad. Una chica tiene que trazar la
línea en algún lugar, y yo la trazo en la esclavitud mágica.
—¿Qué... qué estás haciendo? —cuestiono, con una pregunta
ligera que delata lo nerviosa que me siento ahora mismo.
Me sujeta contra él, y me veo obligada a levantar la vista para
encontrar su mirada penetrante.
No mires sus labios. No habrá una inclinación accidental.
¡Contrólate joder, Lennox!
Sus ojos verdes como el musgo revolotean de un lado a otro
entre mi inquietante mirada de tono caramelo, y sus manos bajan
de la parte superior de mis brazos, rozando mis codos antes de que
su tacto desaparezca.
—Te estoy enseñando. —dice de manera uniforme, en voz
baja, y mi mente conjuga varios significados, los cuales todos,
hacen que las mariposas revoloteen por mi abdomen.
—¿Cierras los ojos? —Me indica, con un tono seguro.
—¿Por qué? —Argumento mientras me digo a mí misma que
me aleje de él y de lo que sea que esté haciendo, pero mis pies
permanecen plantados justo donde están.
—Para poder explicarte cómo se sienten. —Me dice. Me
siento aún más desconcertada cuando mis ojos se dirigen
automáticamente a sus pectorales y mis dedos se mueven con
anticipación—. Las líneas ley, voy a enseñarte a sentirlas para que
puedas usarlas.
La comprensión me invade como un cubo de agua helada, y
mis ojos rebotan hacia sus labios durante una fracción de segundos
antes de volver a posarse en su potente mirada.
—Sí. Las líneas ley. Lo pillo.
En mi interior hago una mueca, pero en mi exterior cierro los
ojos. La mortificación se me cuaja en el estómago y el calor me
sube por el cuello hasta las mejillas. Me reiría de mí misma si
pudiera sentir algo más que vergüenza. Tengo que controlarme en
serio. Sí, hace tiempo que un hombre guapo no se mete en mis
asuntos, pero el hecho de que mi cerebro acabe de lanzarse al
terreno de oh, ¿sabes qué sería divertido? ¡Un orgasmo! es
simplemente patético.
—Bien, deberías sentir las diferentes frecuencias que emiten
las líneas individuales. —Me explica. Respirando profundamente,
me concentro en lo que está diciendo—. Es casi como si estuvieras
escuchando varias emisoras de radio a la vez, algunas más fuertes
que otras, y quisieras elegir la más alta de todas ellas.
Utilizando mis otros sentidos, estudio las diferentes fuentes
de energía que me rodean hasta que puedo señalar la que me parece
más dominante. Él se queda callado, dándome tiempo
pacientemente para que entienda lo que me está diciendo que haga.
—Creo que lo tengo.
—Bien. Ahora obsérvala por un momento. Deberías ser capaz
de sentir instintivamente su frecuencia, y cuando lo hagas, también
deberías percibir que tu magia casi responde a ella.
Me concentro en el zumbido de la línea ley y trato de
reconocer un sonido similar que me atraviesa. Tardo un momento,
pero empiezo a sentir una vibración que me cruza, como si fuera
un diapasón o algo así. Sonrío, pero reprimo la risa que burbujea
molesta en mi garganta. Oigo los diferentes tonos, el mío y el de
las líneas ley. El asombro se apodera de mí. Me concentro más en
los hilos, los tonos chocan y me dan ganas de igualarlos. Me
pregunto qué pasa si hago que mi tono suene exactamente como el
de la línea, ¿existe eso?
—¡Mierda! No, no lo harás. —exclama Rogan, y unos fuertes
brazos me rodean, rompiendo mi concentración.
Con un chillido, me arrancan de donde estaba, y mis ojos se
abren para encontrarlo alejándome de lo que acaba de percibir
como una amenaza.
—¿Qué ha pasado? —pregunto confusa, con los ojos mirando
a mi alrededor, segura de que algo peligroso se dirige hacia
nosotros. La magia se hincha en mi pecho, respondiendo a mi
coacción, lista para ser invocada.
—Casi te montas en la línea. No pensé que te dieras cuenta
tan rápido. —anuncia, su tono suena medio sorprendido y medio
agitado.
—¿No es eso algo bueno? —pregunto, perpleja por el pánico
que veo en sus rasgos.
—No. Es decir, sí, lo será en algún momento, pero si no tienes
un destino, puedes atraparte en la fila o aparecerte en algún lugar
peligroso.
—Oh.
—Sí, oh. —Asiente mientras suelta un suspiro de alivio—.
Siento que mi corazón acaba de intentar salirse de mi garganta. —
confiesa, presionando una palma contra su pecho.
Probablemente debería sentirme mal, pero no me dijo que
tuviera cuidado ni me advirtió de que podía quedar atrapada en una
línea de ley para siempre. Probablemente por eso tenía la impresión
de que eran demasiado peligrosas para usarlas.
—Entonces, ¿cómo se sabe a dónde se va y se le dice eso a la
línea ley? —Indago.
—Tienes que conocer la frecuencia de la línea a la que quieres
viajar, tienes que saber exactamente dónde quieres parar en esa
línea. Una vez que te conectas y eres atraído por ella, cambias tu
magia a la frecuencia de tu destino, y abracadabra, estás allí.
—¿Abracadabra? ¿En serio? —Me burlo.
—¿Qué prefieres que diga? ¿Shazam? ¿Boom chaka laka?
¿Voilà?
—Quiero decir, un simple Yújuu habría bastado, pero boom
chaka laka es una opción sólida también.
—Tomo nota. —contesta, y yo lucho contra una sonrisa.
—Entonces, si no sé la frecuencia de donde quiero ir, estoy
jodida. ¿Es eso lo esencial? —Reitero, asegurándome de que lo he
entendido todo bien.
—Sí, lo has entendido. Puedes pensar que puedes improvisar
y crear cualquier frecuencia para ver a dónde te lleva y aprender
así, pero si te dejas caer en medio del océano, la cagaste. Una
corriente podría alejarte de la línea... así. —Chasquea los dedos y
yo palidezco—. No serías capaz de volver a ella, y eso es sólo una
de las muchas cosas malas que podrían pasar. Podrías apearte a
temperaturas gélidas en el Himalaya o en un volcán. En medio de
una reunión del consejo, exponiéndonos a los Lesser.
—Te escucho fuerte y claro. No seas estúpido y juegues
conmigo. —Le digo. Suspiro. Hasta aquí las Bahamas—.
Entonces, ¿cómo se aprenden las frecuencias de dónde ir, si no se
permite averiguar las cosas por ensayo y error?
—Hay grabaciones que puedes conseguir. Son como un mapa
de líneas ley. Las estudias y luego practicas con alguien que tenga
experiencia hasta que lo domines con seguridad. Una vez que lo
tengas, hay una aplicación que puedes descargar que es un
directorio de líneas ley.
—¿En serio? —pregunto, sorprendida.
—¿Qué? ¿Los brujos no pueden tener conocimientos
tecnológicos? —Se burla, con un brillo de diversión en los ojos.
Entonces me doy cuenta de que todavía me sostiene contra él,
y mi ritmo cardíaco responde a la repentina toma de conciencia.
Las yemas de mis dedos rozan el suave tejido de su camisa y noto
sus músculos inflexibles cuando me aprietan. Siento el impulso
involuntario de estirar la mano y trazar con mis dedos la cicatriz
que le atraviesa un ojo, y siento una abrupta curiosidad por saber
cómo se la hizo. Rogan me aparta un rizo rebelde de la cara y
entonces es como si el hechizo al que estamos sometidos estallara.
Se aclara la garganta y me suelta, dando un paso atrás para dejar
espacio entre nosotros.
—Deberíamos irnos. —anuncia, y yo vuelvo a la realidad,
asintiendo con la cabeza.
—Bien, sí. Blackbriar, Tennessee, allá vamos. —declaro con
torpeza, sintiendo la necesidad de correr hacia los árboles
circundantes y esconderme.
¿Qué demonios me pasa? Es como si mis hormonas se
volvieran locas y malinterpretaran todo lo que me rodea. Él suelta
un pequeño silbido y Hoot se acerca trotando. Miro fijamente a la
pequeña bola de pelo, ligeramente ofendida por el hecho de que
escuche tan bien a un hombre que debería ser prácticamente mi
enemigo. Traidor. Hoot es recogido, y lo siguiente que sé es que
Rogan vuelve a rodearme con su brazo. Justo en ese momento, mis
entrañas vuelven al modo de lujuria adolescente, y cuando estoy a
punto de regañarles, él me pide que me sujete. De mala gana, le
rodeo la cintura con los brazos. Miro fijamente hacia los árboles,
intentando pensar en cosas como el cálculo y el pago de las facturas
para que mi diablilla interior capte la indirecta y se vaya a la
mierda.
Mis ojos se fijan en un movimiento extraño en las sombras, y
la inquietud me invade. Apenas puedo distinguir la silueta negra de
una persona, que parece observarnos. Pero antes de que pueda abrir
la boca para decir algo, me disuelvo en un número infinito de
pedazos y soy expulsada al universo. Es como si fuera un grano de
arena absorbido por el vacío. En un momento estoy entera, de pie
en medio de un parque, y al siguiente, no soy nada, y todo lo que
me rodea ha desaparecido.
10