Lec - 1 El Idioma Griego
Lec - 1 El Idioma Griego
Lec - 1 El Idioma Griego
El idioma griego
El idioma griego tiene una historia larga y fecunda que se inicia desde el s. XIII a. C. y lle-
ga hasta el presente. La forma más temprana del idioma se la denomina “Línea B” (s. XIII a.
C.). La forma del griego usado por escritores desde Homero (s. VIII a. C.) a Platón (s. IV a. C.)
se denomina “Griego clásico”. Fue una forma maravillosa del lenguaje, capaz de concebir ex-
presiones exactas y descripciones sutiles. Su alfabeto derivó del Fenicio como también lo hizo
el hebreo (escritura arameo cuadrado).
El griego clásico existió en tres familias mayores de dialectos: Dórico, Eólico y Jónico. De
este último, el Ático es una rama que se hablaba en Atenas.
Atenas fue conquistada en el s. IV a.C. por el rey Felipe de Macedonia. Alejandro el Gran-
de, hijo de Felipe, quien fuera discípulo del gran filósofo griego Aristóteles, salió a conquistar el
mundo y diseminar la cultura y el idioma griego. Debido a que Alejandro hablaba el griego Ático,
éste fue el dialecto que se difundió. Fue incluso el dialecto hablado por los famosos escritores
atenienses. Este fue el comienzo de la Edad Helénica.
A medida que se difundía el idioma griego por el mundo y se enfrentaba con otros idiomas,
se alteró (lo que ocurre con cualquier idioma). El dialecto también interactúa con otro. Con el
tiempo ésta adaptación dio como resultado lo que hoy conocemos o llamamos griego koiné
(6≅4<Ζ) que significa “común” y describe la forma común y cotidiana del idioma, usada todos
los días por las personas. No se lo consideraba una forma literaria pulida del idioma y de hecho
algunos escritores de esta era imitaban a propósito el viejo estilo del griego (lo que sería hoy si
escribiéramos en la lengua de Cervantes). El koiné era una forma simplificada del griego clásico
y desafortunadamente se perdieron muchas de las sutilezas del griego de esa época. Por
ejemplo, en el griego clásico a;lloj( significa “otro” de la misma clase mientras que e[teroj quie-
re decir “otro” de diferente clase. Si alguien tiene una manzana y pide a;lloj recibirá otra man-
zana. Pero si pide e[teroj, quizás reciba una naranja. Algunas de estas sutilezas pasan a las
Escrituras pero no muy a menudo. Es este griego común, koiné, el que se usa en la Septuagin-
ta, el NT y los escritos de los Padres Apostólicos.
Por mucho tiempo el griego coiné confundió a muchos eruditos. Era significativamente di-
ferente del griego clásico. Algunos decían, hablando hipotéticamente, que era una combinación
del griego, hebreo y arameo. Otros intentaron explicarlo como un “idioma del Espíritu Santo”,
dando a entender que Dios creó un idioma especial para la Biblia. Pero descubrimientos de pa-
piros egipcios en los siglos XIX y XX han demostrado que este idioma era el idioma de la gente
común usado en los escritos de testamentos, cartas particulares, recibos, listas de compras,
etc.
Hay dos lecciones que podemos aprender de esto.
1. Como dice Pablo “cuando se cumplió el plazo, Dios envió a su Hijo” (Gál 4:4) y parte de ese
cumplimiento fue un idioma universal. No importa donde viajara Pablo, podía ser compren-
dido.
Silvia Scholtus 1
2 Lección 1: El idioma griego
2. Pero hay otra lección aquí que está quizás un poco más cercana al corazón del pastor. Dios
usó el idioma común para comunicar el Evangelio. El Evangelio no pertenece sólo a los eru-
ditos, pertenece a todos los pueblos. Ahora nuestra tarea consiste en aprender este maravi-
lloso idioma para que lo podamos usar como herramienta y hacer que la gracia de Dios sea
conocida en todos los pueblos.
Para más datos auxiliares sobre el origen del idioma griego ver el material complementario (de ahora en adelante
se citará como MC) que aparece en el Apéndice, las páginas 1-6.