Cuaderno Num 7 Dyf - Violencia Familiar - Actualizacion - Segundo PDF
Cuaderno Num 7 Dyf - Violencia Familiar - Actualizacion - Segundo PDF
Cuaderno Num 7 Dyf - Violencia Familiar - Actualizacion - Segundo PDF
2655/2013
ADR
7134/2018
AR
554/2013
CUADERNOS DE JURISPRUDENCIA
Violencia familiar
Derecho y Familia
Centro de Estudios
Constitucionales
SCJN
Sistema Bibliotecario de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
Catalogación
Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio, sin autorización escrita de los titulares de los derechos.
El contenido de esta obra es responsabilidad exclusiva de los autores y no representa en forma alguna la opinión institucional de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación.
Esta obra estuvo a cargo del Centro de Estudios Constitucionales de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
La edición y el diseño de esta obra estuvieron a cargo de la Dirección General de la Coordinación de Compilación y Sistematización de Tesis
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Suprema Corte de Justicia de la Nación
Primera Sala
Ministra Ana Margarita Ríos Farjat
Presidenta
Segunda Sala
Ministra Yasmín Esquivel Mossa
Presidenta
Violencia familiar
Actualizado hasta junio de 2022
Centro de Estudios
Constitucionales
SCJN
Programa de investigación: Derecho y familia
Mayo de 2021
AGRADECIMIENTOS
E
n el sistema jurídico mexicano, la Constitución es una norma jurídica. Esta afir
mación implica asumir que es vinculante por sí misma y que las normas inferiores
que no respeten su contenido son inválidas. En este sentido, los derechos fun
damentales han dejado de ser principios programáticos que únicamente podían
hacerse efectivos cuando el legislador los materializaba en normas jurídicas para
convertirse en normas con eficacia directa.1 Sin embargo, las normas que contienen
derechos fundamentales están redactadas de manera abstracta e indeterminada.2 Por
ello, para que estos principios tengan verdadera fuerza vinculante es necesario que se
concreticen por los jueces y tribunales encargados de interpretar la Constitución.3
1
Ver García de Enterría, Eduardo, La Constitución como norma y el Tribunal Constitucional, cuarta edición, Thomson
Civitas, Cizur Menor, 2006.
2
Para revisar los tipos de indeterminaciones de los textos constitucionales ver Ferreres Comella, Víctor, Justicia
constitucional y democracia, segunda edición, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 2007,
pp. 23-37.
3
Guastini, Riccardo, "La constitucionalización del ordenamiento jurídico" en Neoconstitucionalismo(s), Miguel
Carbonell (editor), Trotta, Madrid, 2003, pp. 51-56.
IX
en detrimento de la coherencia de las decisiones judiciales4 y propicia la violación de los
derechos a la igualdad en la aplicación de la ley y a la seguridad jurídica.
Por lo demás, no debe pasar inadvertido que el conocimiento de los criterios de la Suprema
Corte puede ser complejo para las personas que no son especialistas en el tema debido
a varios factores. El primero de ellos tiene que ver con que el sistema de precedentes
mexicano es particularmente complejo, ya que está revestido de distintas formalida
des que pueden complicar el conocimiento de los criterios. Además, el lenguaje técnico
que se utiliza en las sentencias puede hacerlas inaccesibles para aquellas personas que
no son especialistas en derecho. A lo anterior debemos añadir que el número de casos
que se resuelven por la Suprema Corte es muy alto, por lo que resulta difícil conocer
todos los criterios que se han dictado sobre un tema y estar al día en el seguimiento
de los precedentes.
El sistema de reiteración exigía que un criterio dictado por la Suprema Corte fuera discutido
y reiterado en cinco ocasiones para ser considerado obligatorio. Este procedimiento
difería el impacto y la eficacia de los precedentes del Máximo Tribunal del país. A partir de
la entrada en vigor de esta reforma, las razones que sustenten los fallos aprobados por
mayoría de ocho votos en Pleno y de cuatro votos en Salas serán obligatorias para todas
las autoridades judiciales del país.
De esta forma, los criterios recogidos en cada una de las sentencias de la Suprema Corte
que reúnan la votación requerida tendrán un verdadero impacto en la sociedad y repli
carán sus beneficios para todas las personas que se encuentren en situaciones similares.
Esto tendrá como efecto que las personas puedan apropiarse de la Constitución y exigir
que sus derechos se hagan efectivos sin necesidad de esperar a que la Suprema Corte
4
Ver López Medina, Diego, Eslabones del derecho. El deber de la coherencia con el precedente judicial, Universidad
de Los Andes – Legis, Colombia 2017.
5
La reforma judicial entró en vigor el 12 de marzo de 2021.
X Cuadernos de Jurisprudencia
reitere sus criterios. Por este motivo, hoy más que nunca es indispensable que las sentencias
de la Suprema Corte sean conocidas no solamente por los jueces y tribunales del país,
sino también por funcionarios públicos, litigantes, académicos, estudiantes de derecho
y, sobre todo, por todas las personas titulares de esos derechos.
Por las razones anteriores, a través del Centro de Estudios Constitucionales, desde la
Presidencia de la Suprema Corte estamos impulsando la publicación de la Serie Cuadernos
de Jurisprudencia, con el objetivo de dar a conocer de manera sencilla y completa los pre
cedentes de este Tribunal, especialmente en materia de derechos fundamentales. En las
publicaciones que integrarán esta serie se dará cuenta de los criterios que ha dictado
la Corte sobre temas específicos utilizando un lenguaje sencillo y claro. Para ello, se pre
sentarán los hechos relevantes y los argumentos que conforman la ratio decidendi de
las sentencias de manera sintetizada, se expondrán los principales argumentos que fun
damentan estas decisiones, se señalarán las relaciones que existen entre las resoluciones
y se hará referencia a las tesis aisladas y de jurisprudencia que han derivado de estos
criterios.
Violencia familiar XI
Programa de investigación
Derecho y familia
F
amilias monoparentales y familias reconstituidas, hogares extendidos y hogares
unipersonales, parejas sin hijos y parejas no casadas: el reconocimiento de la
diversidad de la familia amerita la revisión crítica del modelo familiar rígido que
encontramos en el derecho mexicano. En las últimas décadas, importantes cambios en
el derecho que afecta las relaciones familiares han comenzado a reflejar trasforma
ciones sociales y jurídicas más amplias. La creciente influencia del derecho de los
derechos humanos ha sido un factor clave para el abandono de normas que protegen
un único modelo de familia, que niegan autonomía a ciertas personas o que distribu
yen de manera desigual las cargas y los beneficios de la vida familiar.
XIII
"derecho de familia", partimos de la idea de que el derecho que afecta a las familias no es
sólo aquel que se encuentra en los códigos civiles o leyes familiares, sino también en todas
aquellas normas que impactan, determinan o constituyen este tipo de relaciones.
Consideraciones generales 1
Nota metodológica 5
XV
1.2 Elementos de estudio en casos de violencia familiar 22
Contenido XVII
SCJN, Primera Sala, Amparo Directo en Revisión 3799/2014,
25 de febrero de 2015 (Convivencia familiar en casos de violencia) 115
Anexos 209
Contenido XIX
Violencia familiar
• ADR 6181/2016
• CT 66/2006
• ADR 1206/2018
• AD 30/2008
• ADR 92/2018
• AD 12/2010
• AR 554/2013 • ADR 413/2012
• ADR 1667/2021
Violencia familiar y Descripción
personas señaladas
Juzgar con como • ADR 3169/2013
perpetradoras de los hechos Causa de
perspectiva de de delitos
género nulidad en el
matrimonio • CT 39/2012
• CT 269/2010
Hechos que • ADR 724/2021
• CT 84/2013
• ADR 2543/2020 constituyen
Suplencia • ADR 2655/2013
de la queja • AD 12/2021
Violencia familiar Elementos de la
y de género demanda Perspectiva
Autonomía del de género • ADR 1350/2021
• CT 18/2006
• ADR 6606/2015 tipo penal de Personas
violencia que pueden
Elementos de sufrir violencia
familiar estudio en casos de familiar
violencia familiar
El tipo penal de
violencia
familiar • ADR 7134/2018
Violencia familiar • ADR 3811/2019
Violencia
en el ámbito penal
familiar en
Violencia
controversias del
económica
orden civil
XXI
Consideraciones generales
D
urante mucho tiempo, la división entre la concepción de lo público y lo privado
en el derecho generó que la violencia en el interior de la familia fuera un problema
que se estimaba ajeno al control estatal.1 Muestra de ello es que —como se verá
a lo largo de este cuaderno— el tema llegó a la Suprema Corte hasta después del año
2000. Este abordaje tardío responde a que antes de esa fecha, los códigos civiles y penales
no consideraban medidas para la atención y prevención de este fenómeno, ni sus efectos
en los actos jurídicos y las relaciones de familia.
El tema fue nombrado de manera explícita hasta el inicio de la década de 1990, mediante
documentos emitidos por la Asamblea General de las Naciones Unidas y la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) que apuntaron la carencia de infor
mación e investigación sobre la violencia doméstica y la necesidad de examinar, formular
1
Asensio, Raquel et al., Discriminación de género en las decisiones judiciales: Justicia penal y violencia de género,
Buenos Aires, Defensoría General de la Nación, 2010, p. 54.
1
y aplicar políticas y estrategias multidisciplinarias para atender el problema.2 Un aspecto
que estos documentos resaltaron fue la importancia de incorporar al análisis las necesi
dades específicas de las mujeres y el impacto del sistema sexo-género en el acceso a sus
derechos en condiciones de igualdad.
El uso de estas herramientas permitió confirmar que las relaciones de poder en el interior
de los hogares generaban la victimización de sujetos específicos, particularmente, de
mujeres, niñas, niños y adolescentes y personas mayores.5 La ENDIREH 2016 mostró que
43.9% de las mujeres encuestadas declaró haber vivido violencia por parte de su actual o
última pareja y 10.3% más señaló haber sido víctima de violencia por algún otro miembro
de la familia.6
En términos de la resolución
de dieciséis de noviembre de
La Suprema Corte abordó el tema paulatinamente y el cambio de paradigma se reflejó, en
dos mil cinco, pronunciada por
la Primera Sala de la Suprema
primer lugar, en la modificación de criterios que eran claramente problemáticos. En 2005,
Corte de Justicia de la Nación
en el expediente varios
por ejemplo, mediante una solicitud de modificación de jurisprudencia, la Primera Sala
9/2005-PS, relativo a la
solicitud de modificación de
cambió el criterio de 19947 que establecía que la violación entre cónyuges no constituía
jurisprudencia 1a./J. 10/94,
se publicó nuevamente
un delito sino el ejercicio indebido de un derecho.
la jurisprudencia citada con
las modificaciones aprobadas
por la propia Sala.
2
Véase CEPAL, Violencia doméstica contra la mujer en América Latina y el Caribe: Propuestas para la discusión,
Santiago de Chile, CEPAL, 1992, p. 5. Híjar, Martha et al., "La violencia contra las mujeres en México: entre lo oculto
y lo visible", en Corona, Teresa et al. (coords.), La mujer y la salud en México, México, Academia Nacional de Medi
cina, 2014, p. 77.
3
Artículo 2, inciso a).
4
Casique, Irene, "Violencia de pareja y violencia contra los hijos", en López, Silvia (coord.), Violencia de Género y
Políticas Públicas, COLEF, p. 35.
5
Espinosa-Torres F, Fernández-Ortega MA, García-Pedroza F., et al, El estado del arte de la violencia familiar en
México. Archivo Medicina Familiar, México, 2009, p. 184.
6
INEGI, Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2011, Principales
Resultados, agosto de 2017, disponible en: «https://www.inegi.org.mx/programas/endireh/2016/».
7
SCJN, Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Tomo 77, mayo de 1994, página. 18, tesis 1a./J. 12/94.
2 Cuadernos de Jurisprudencia
La violencia en el seno de la familia, sin embargo, ha sido un tema difícil de abordar porque,
tal como señala la Corte, su reconocimiento rompe con la idea de que el núcleo familiar
es siempre un entorno de seguridad para sus miembros. Además, no se trata de un fenó
meno que pueda atenderse exclusivamente en su dimensión individual, se trata de un
problema social, complejo y multifacético,8 cuyas manifestaciones están correlacionadas
y se vinculan también con otras situaciones de vulnerabilidad, como la diversidad sexual,
la clase social, el nivel educativo, la situación de discapacidad, entre otras.9
Todos estos datos han sido retomados paulatinamente por políticas públicas a partir de
diversas medidas; entre ellas, la adopción de legislaciones especializadas sobre el tema.
El instrumento normativo más importante en la materia es la Ley General de Acceso de las
Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV) publicada el 1 de febrero de 2007, que
se sumó a otras normas como la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres.
De conformidad con este instrumento, los tipos de violencia contra las mujeres pueden
clasificarse en violencia psicológica, física, patrimonial, económica, sexual, además de otras
formas análogas, entre las que se ha incluido la violencia obstétrica12 o contra los derechos
8
Casique, Irene, "Violencia de pareja y violencia contra los hijos", en López, Silvia (coord.), Violencia de Género y
Políticas Públicas, COLEF, p. 33.
9
Frías, Sonia y Castro, Roberto, "Violencia Familiar contra la Infancia en México. Hallazgos a partir de la Encuesta
sobre la Dinámica en las Relaciones de los Hogares 2003", en Lerner, Susana y Melgar, Lucía (coords.) Familias
en el siglo XXI: realidades diversas y políticas públicas, UNAM, México, 2010.
10
OMS, OPS, Informe mundial sobre la violencia y la salud: resumen, Washington, D.C., 2002, p. 12.
11
Ídem.
12
Al respecto, véase SCJN, Primera Sala, Amparo en Revisión 1064/2019, 26 de mayo de 2021.
Violencia familiar 3
reproductivos. En cuanto a las modalidades, el instrumento señala que la violencia puede
darse en los ámbitos familiar, laboral y docente, en la comunidad, institucionalmente o
configurarse como violencia feminicida. Algunas legislaciones locales, como la de la Ciudad
de México, también incluyen la violencia en el noviazgo, escolar, mediática, digital y
política.13
En las sentencias presentadas en este cuaderno podrá observarse que fue a partir de esta
clasificación que en la jurisprudencia se cimentó el uso de la expresión "violencia familiar",
para abordar los hechos que antes eran calificados como "violencia doméstica", "violencia
intrafamiliar" o "violencia en el hogar". Además, gracias a esta clasificación ha sido posible
observar que la violencia en la familia tiene otras manifestaciones, además de la física o
psicológica, como se reflejó en el Amparo Directo en Revisión 7134/2018 que reconoció
que los hechos reclamados constituían violencia económica.
Este cuaderno de jurisprudencia está dividido en tres secciones con el propósito de facilitar
su lectura. Al inicio, se aborda el impacto del tema en asuntos en materia familiar, donde
podrá observarse cómo la Suprema Corte ha delineado la materia y ha interpretado su
impacto en temas como las uniones familiares, el ejercicio de las labores de cuidado y las
relaciones familiares.
Por último, se aborda la violencia familiar en el ámbito penal. En este apartado podrá
conocerse cómo se han tipificado estos hechos en las legislaciones locales y qué medidas
de sanción se han considerado para atender el problema, así como casos que analizan el
impacto de la violencia familiar en la calificación de la responsabilidad penal.
13
Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Distrito Federal, artículo 7.
4 Cuadernos de Jurisprudencia
Nota metodológica
E
l presente cuaderno forma parte de la serie Derecho y familia de la Colección
Cuadernos de Jurisprudencia del Centro de Estudios Constitucionales de la Su
prema Corte de Justicia de la Nación. Este número aborda el tema de violencia
familiar en la jurisprudencia de la Suprema Corte hasta junio de 2022.
Para abordar este tema se han sintetizado los hechos básicos de los casos, se formularon
preguntas guía que se agruparon por tema, y se extrajeron algunos argumentos que sus
tentan la decisión en los asuntos más relevantes. En atención a los límites de este cuaderno,
debe aclararse que se incluyen los asuntos que refieren específicamente a "violencia
familiar"14 y que —con algunas excepciones que vale la pena destacar aquí— abordan
directamente el tema y sus consecuencias jurídicas. En la jurisprudencia de la Corte existen
casos en los que si bien los hechos que se presentan podrían encuadrarse como violencia
familiar, el estudio en la sentencia no se refiere o estudia de manera directa al tema. Por
tanto, es muy importante aclarar que los casos aquí presentados no incluyen todos los
aspectos o problemáticas derivados de la violencia familiar en la jurisprudencia de la
Suprema Corte.
En una primera parte de este documento se exponen aspectos generales vinculados con
los procedimientos de violencia familiar que se tramitan en la vía civil, esto incluye los
elementos de una demanda y las obligaciones básicas a cargo de juezas y jueces que
14
Para la ubicación de los casos utilizamos los buscadores internos de la SCJN con ciertas palabras clave: violencia
familiar, violencia doméstica y violencia intrafamiliar. Se incluyen asuntos tanto de la décima época como de
la novena. Usamos la expresión "violencia familiar" en correspondencia con la definición de la ley general.
5
tengan a su cargo este tipo de conflictos. Enseguida, se plasman los criterios relacionados
con las medidas para la protección y reparación del daño de víctimas de violencia familiar
que atienden a algunos aspectos de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida
Libre de Violencia (LGAMVLV o ley general). Luego, se presentan algunos casos que hacen
especial referencia a derechos de niñas, niños y adolescentes en este tipo de contextos,
así como de personas mayores. Finalmente, se plasman los criterios vinculados con proce
dimientos tramitados en el orden penal.
Se han seleccionado y en algunos casos sintetizado los principales párrafos que ilustran
la opinión de la Suprema Corte relativa a los temas de este documento. Los títulos bus
can facilitar la lectura y no necesariamente corresponden a los usados en las sentencias
o en otros trabajos sobre violencia familiar. Se identificaron algunos asuntos que sostienen
similares razones y se deja registro de ello como parte del acercamiento al uso del prece
dente judicial.15
Esperamos que este Documento de Trabajo sea de fácil acceso y comprensión, y que sirva
para la difusión sistematizada de los precedentes judiciales de la SCJN en México y en
otros países.
Las únicas fuentes oficiales de los criterios que emite la Suprema Corte de Justicia
de la Nación son el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, así como los en
groses públicos de los asuntos.
15
Este ejercicio no debe confundirse con los mecanismos legales para constituir jurisprudencia previstos en la
Ley de Amparo. Para la consulta de jurisprudencia utilice el Semanario Judicial de la Federación.
6 Cuadernos de Jurisprudencia
7. Derecho a la seguridad social. Pensión por viudez en el matrimonio
8. Estabilidad laboral en el embarazo
9. Derecho a la seguridad social. Pensión por ascendencia y orfandad
10. Derecho a la seguridad social. Guarderías
11. Filiación
12. Alimentos entre ascendientes y ascendientes
13. Matrimonio y divorcio
7
1. Violencia familiar en controversias del orden civil
Elementos
de la demanda Hechos que constituyen
violencia familiar
• ADR 3169/2013
Suplencia de la queja
• CT 39/2012
Violencia • ADR 724/2021
familiar
en controversias Elementos de
Perspectiva de género
del orden civil estudio
• ADR 2655/2013
• AD 12/2021
• ADR 1350/2021
• ADR 7134/2018
• ADR 3811/2019
9
1. Violencia familiar en controversias del orden civil
SCJN, Primera Sala, Contradicción de Tesis 66/2006, 20 de septiembre El criterio derivado de esta
contradicción de tesis fue
de 2006 (Circunstancias de modo, tiempo y lugar de la violencia en deman abandonado al resolver el
Amparo Directo 30/2008.
das de divorcio)16
La Corte debía resolver una contradicción de criterios para determinar los requisitos
indispensables para demandar el divorcio necesario con base en la causal de violencia
familiar. El primer tribunal señaló que era necesario especificar las circunstancias de modo,
tiempo y lugar de los hechos de violencia con el propósito de dar al demandado la posi
bilidad de preparar su defensa y de permitir al juez determinar si la demanda fue promovida
en tiempo. Asimismo, señaló que estas especificaciones resultaban relevantes para resolver
sobre la gravedad de la conducta y decidir si da lugar al divorcio demandado.
Por su parte, el segundo tribunal señaló que bastaba que en el escrito de demanda se
señalaran ciertos datos, hechos o acontecimientos vinculados con la violencia familiar, sin
que la demandante del divorcio debiera hacerlo en forma pormenorizada. Sostuvo que
en atención a que los hechos de violencia familiar se caracterizan porque pueden confi
gurarse mediante conductas u omisiones ocurridas en diversos momentos, esto puede
generar que las víctimas muchas veces no recuerden de manera precisa o exhaustiva todas
16
Mayoría de tres votos. Ponente: Ministro José de Jesús Gudiño Pelayo.
11
sus circunstancias. El tribunal colegiado también estableció que el juzgador en esos casos
debe tener en cuenta lo narrado por la parte afectada, la naturaleza de la causa de divorcio
invocada y su facultad legal para intervenir de oficio en los asuntos que se refieran a la
violencia familiar para resolver el asunto. En su resolución, la Corte determinó dar la razón
al primer tribunal, pues consideró que los detalles requeridos permitían el derecho de
defensa a la parte acusada de haber ejercido violencia.
Primero, la Corte estableció que "el divorcio que se ejerce con fundamento en la causal
de violencia intrafamiliar es de los descritos como divorcio sanción, en donde es necesario
acreditar la conducta ilegal cometida por uno de los cónyuges. [En estos casos] la decla
ratoria de culpabilidad no trae como única consecuencia la disolución del vínculo matri
monial, sino sanciones inherentes a dicha declaratoria." (Pág. 24, párrs. 7 y 8).
Por ello, "en el escrito de demanda, entre otras cosas, se deben precisar los hechos en
que el actor funde su petición, exponiéndolos sucintamente con claridad y precisión. Por
tanto, para que se cumpla con el requisito de precisión en la narrativa de los hechos, éstos
deben aludir puntualmente a las circunstancias de tiempo, modo y lugar, ya que considerar
lo contrario permitiría una narración superflua que no se satisfaría dicho requisito. [En este
sentido] los hechos deben ser narrados aludiendo a las circunstancias de tiempo, modo
y lugar, entendiéndose por tiempo, al día, mes, año y hora en que sucedieron los hechos;
12 Cuadernos de Jurisprudencia
por modo a la forma como sucedieron, describiéndolos lo más exactamente posible;
y, por lugar, al sitio o local en donde sucedieron." (Pág. 27, párrs. 1 a 3).
"[Considerar] que el accionante pudiera narrar en su demanda sólo ciertos datos, hechos
o acontecimientos vinculados con la violencia familiar, sin que deba hacerlo de forma
pormenorizada, precisando las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que acontecieron
y, posteriormente subsanarse las omisiones de la demanda cuando en el periodo proba
torio se acrediten conductas de violencia intrafamiliar, dejaría en estado de indefensión
al cónyuge demandado, ya que no tendría en dicho periodo la oportunidad legal de
preparar su defensa de conformidad a sus intereses." (Pág. 28, párr. 1). "No es obstáculo a
todo lo anterior […] que el juez de la causa debe atender a su facultad legal para intervenir
de oficio en los asuntos que se refieran a la violencia familiar, para analizar la proceden
cia de la acción considerando los elementos o pruebas rendidos durante la sustanciación
del procedimiento, o en su caso, recabar los necesarios, para emitir su determinación final."
(Pág. 29, párrs. 1 a 3).
Es necesario recordar que "la ley faculta al juez de la causa a intervenir de oficio en asuntos
de violencia intrafamiliar, sin embargo, esto se refiere únicamente a que los jueces pueden
dictar las medidas necesarias para salvaguardar la integridad física de alguna persona,
sin que exista petición expresa de las partes, así como actuar de oficio dentro del pro
cedimiento a fin de esclarecer la verdad, no obstante, dicha facultad no puede llegar al
extremo de poder perfeccionar, adicionar, completar, modificar o alterar los hechos en
que se basa la demanda de divorcio." (Pág. 29, párr. 4).
Atendiendo a las consideraciones vertidas, la Corte determinó que "en el escrito mediante
el cual se solicite la disolución del vínculo matrimonial invocando la causal de violencia
intrafamiliar, se deben narrar pormenorizadamente las circunstancias de tiempo, modo
y lugar en que ocurrieron los hechos imputados, lo anterior, para que el cónyuge deman
dado no quede en estado de indefensión, esto es, pueda preparar su contestación y
defensa, asimismo, para que las pruebas se ofrezcan y rindan en relación con la litis
establecida y para que el juzgador pueda estudiar la procedencia de la acción inten
tada." (Pág. 33, párr. 1).
Violencia familiar 13
Las sentencias AD 30/2008 y
AD 29/2008 fueron resueltas en SCJN, Primera Sala, Amparo Directo 30/2008, 11 de marzo de 200917
forma conjunta, mientras que
el AD 12/2010 abordó las
resoluciones derivadas de esos
juicios de amparo. Razones similares en el AD 29/2008 y el AD 12/2010
En primera instancia, el juez determinó dar la razón a la señora, decretó la disolución del
matrimonio y condenó al hombre al pago de las prestaciones solicitadas, así como a la
pérdida de la patria potestad. Inconforme con esta resolución, el hombre interpuso recurso
de apelación. En segunda instancia, la Sala confirmó las condenas del juez, ordenó que
todas las partes acudieran a tratamiento psicológico y estableció un régimen de visitas y
convivencias entre el señor y sus hijos.
La Sala familiar emitió una nueva sentencia en la que consideró que no se había demos
trado la existencia de violencia familiar. Se determinó declarar subsistente el vínculo
matrimonial (es decir, negar el divorcio), absolver al demandado de la pérdida de la patria
potestad, condenarlo al pago de una pensión alimenticia definitiva y dejó a salvo el derecho
de la mujer a hacer valer sus pretensiones sobre los hechos de violencia en otro juicio.
Además, determinó un régimen de visitas y convivencias entre el demandado y sus hijos
y la obligación de acudir a terapia psicológica.
Ante esta resolución, la mujer promovió juicio de amparo y señaló que la resolución valo
Aunque no forma parte de
este cuaderno, en la sentencia raba en forma incorrecta las pruebas aportadas en el procedimiento, al estimar que ella
se aborda a detalle el derecho
de los niños a ser oídos y la no había señalado de manera detallada las circunstancias en que la violencia había tenido
manera en la que se deben
tomar declaraciones por parte lugar. Además, alegó que la sentencia vulneraba los derechos de sus hijos porque éstos
de personas menores de edad.
no habían sido escuchados en el procedimiento.
17
Mayoría de tres votos. Ponente: Ministro José Ramón Cossío Díaz.
14 Cuadernos de Jurisprudencia
La Corte ejerció su facultad de atracción sobre el asunto. En su resolución, la Primera Sala
determinó revocar la sentencia y ordenó que la Sala familiar emitiera una nueva resolución
teniendo en cuenta ciertos lineamientos y, entre otras cosas, valorara nuevamente diversas
pruebas relacionadas con la existencia de violencia familiar, con el fin de atender en forma
debida los casos de violencia familiar.
¿Es necesario que en la demanda de divorcio sean expresados los hechos de violencia de
manera específica, con detalles sobre el modo, tiempo y lugar para tener por acreditada
la causal de violencia familiar?
La Primera Sala reconoció que "las mujeres están bajo un riesgo más alto de ser víctimas
de violencia por agresiones provenientes de un compañero íntimo que de cualquier otro
tipo de perpetrador" (pág. 58, párr. 2). En atención a lo anterior, "cuando una persona
invoca la violencia familiar como causal de divorcio y/o pérdida de la patria potestad,
funda su acción no sólo en un hecho particular y aislado, sino en un cúmulo de actos y
situaciones de maltrato". (Pág. 60, párr. 2).
"De tal forma, sería prácticamente imposible que una persona recordara datos especí
ficos de todos y cada uno de los actos de violencia —maltrato físico, psicoemocional
y sexual— de la que fue objeto, máxime si se trata de menores de edad los que han sufrido
dicha violencia.
Así, la exigencia de una relación pormenorizada de ‘hechos’, que revelen con precisión
las circunstancias de modo, tiempo y lugar de cada uno de los hechos de violencia que
motivan una demanda de divorcio es extremadamente difícil de cumplir y crea un escena
rio de indefensión para la parte solicitante, pues de faltar alguno de estos elementos, no
podría tenerse por probada la acción, o bien, si la parte demandada se limitara a negarlos
lisa y llanamente, o los considerara como no propios, se revertiría en perjuicio de la parte
actora la carga probatoria." (Pág. 60, párrs. 3-4).
"Además, dicha exigencia hace prácticamente imposible que prosperase una acción, ya
que para tener por acreditada la causal de divorcio por violencia intrafamiliar, se tendrían
Violencia familiar 15
que acreditar plenamente las circunstancias de modo, tiempo y lugar, es decir, documentar
el día, mes y hora en que sucedieron los hechos (tiempo); la forma detallada de cómo
ocurrieron (modo) y el sitio o lugar preciso en el que acontecieron (lugar)." (Pág. 60, párr. 5).
El propósito de que los hechos se narren de forma sucinta —con claridad y precisión—,
es que el demandado pueda preparar adecuadamente su defensa; se pide que se narren
claramente los hechos que se imputan al demandado a fin de que éste los conozca y
pueda contestarlos de la misma forma, así como para que tenga la oportunidad de ofre
cer pruebas para tratar de desvirtuarlos, ya que, de lo contrario, se podría oponer como
excepción la "obscuridad de la demanda". (Pág. 61, párrs. 2-3).
Determinó que "no existe justificación legal para llevar [la narración de los hechos de
violencia] al punto de meticulosidad y detalle, llegando al extremo de tener que expresar
la hora, el día, mes y año en que sucedieron los hechos, así como el detalle exacto de cómo
sucedieron y el sitio o el lugar en que se dieron. Pues, como se dijo, la legislación procesal
aplicable, sólo establece la obligación de numerar y narrar los hechos, exponiéndolos
sucintamente con claridad y precisión en la demanda respectiva. Sin que la anterior afir
mación exima a la actora de mencionar cómo sucedieron los hechos, la fecha y el lugar
aproximados." (Pág. 62, párr. 1).
La Corte determinó que "la narración sucinta no implica que se puedan subsanar las
omisiones de la demanda con las pruebas aportadas, ni que el juez pueda perfeccionar,
adicionar, completar, modificar o alterar los hechos en que se basa la demanda de divorcio,
pues si la parte actora omite mencionar hechos, es claro que no podrá subsanar esta
omisión con las pruebas." (Pág. 62, párr. 2).
18
Unanimidad de votos. Ponente: Ministra Olga Sánchez Cordero de García Villegas.
16 Cuadernos de Jurisprudencia
demandado a la pérdida de la patria potestad sobre sus hijos por la violencia familiar
ejercida en su contra. Del mismo modo, ordenó terapia psicológica para las partes y los
niños con el fin de superar el estado emocional derivado del conflicto y determinó la
obligación del señor de pagar la reparación de daños y perjuicios reclamados por la señora,
cuyo monto sería fijado en ejecución de sentencia.
La Corte negó el amparo y reiteró los criterios emitidos en el amparo directo 30/2008 en
torno a la valoración de los hechos de violencia en controversias familiares y como causal
de divorcio.
1. Cuando una persona señala que existieron hechos de violencia en su contra por parte
de su cónyuge, ¿es necesario que especifique detalles sobre el modo, tiempo y lugar para
tener por acreditada la violencia familiar como causal de divorcio?
2. ¿Un dictamen psicológico en el que se acredita el estado depresivo de una persona que
denuncia hechos de violencia familiar debe valorarse como prueba de que estos hechos
efectivamente ocurrieron?
2. Una prueba pericial psicológica que acredita un estado de ánimo afectado por hechos
de violencia familiar sí debe ser tomada en consideración en las controversias de divorcio.
La violencia familiar genera consecuencias múltiples en las víctimas, que merman tanto la
salud física como mental del o de los receptores y deben ser valoradas en el análisis de
los casos.
Violencia familiar 17
Justificación de los criterios
1. La Corte estableció en el caso que "la actora describió la violencia que dijo ejerció su
cónyuge sobre ella". Por lo anterior, remarcó el criterio establecido previamente en el
Amparo Directo 30/2008 y señaló que "la exigencia pormenorizada de ‘hechos’ que revelen
con precisión las circunstancias de modo, tiempo y lugar de cada uno de las conductas
de violencia que motivan una demanda de divorcio es extremadamente difícil de cumplir;
además de que, dicha exigencia hace prácticamente imposible que prospere una acción,
Artículo 323 Quáter. La violencia ya que para tener por acreditada la causal de divorcio por violencia intrafamiliar se tendrían
familiar es aquel acto u omisión
intencional, dirigido a dominar, que acreditar plenamente las circunstancias mencionadas, es decir, documentar el día,
someter, controlar o agredir física,
verbal, psicoemocional, o mes y hora en que sucedieron los hechos (tiempo), la forma detallada de cómo ocurrieron
sexualmente a cualquier integrante
de la familia dentro o fuera del (modo) y el sitio o lugar preciso en el que acontecieron (lugar). En tal virtud, […] sería
domicilio familiar, y que tiene por
efecto causar daño, y que puede ser prácticamente imposible que una persona recordara datos específicos de todos y cada
cualquiera de las siguientes clases:
I. Violencia física: a todo acto uno de los actos de violencia —maltrato físico, psicoemocional y sexual— de la que fue
intencional en el que se utilice
alguna parte del cuerpo, algún objeto máxime si se trata de menores de edad los que han sufrido dicha violencia. […]
objeto, arma o sustancia para
sujetar, inmovilizar o causar daño Asimismo, […] cuando una persona invoca la violencia familiar como causal de divorcio
a la integridad física del otro;
II. Violencia psicoemocional: y/o pérdida de la patria potestad, funda su acción no sólo en un hecho particular y aislado,
a todo acto u omisión consistente
en prohibiciones, coacciones, sino en un cúmulo de actos y situaciones de maltrato. […] De tal forma, sería prácticamente
condicionamientos, intimidaciones,
insultos amenazas, celotipia, desdén,
abandono o actitudes
imposible que una persona recordara datos específicos de todos y cada uno de los actos
devaluatorias,que provoquen en
quien las recibe alteración auto
de violencia —maltrato físico, psicoemocional y sexual— de la que fue objeto, máxime si
cognitiva y auto valorativa que
integran su autoestima o
se tratan (sic) de menores de edad los que han sufrido dicha violencia." (Pág. 94).
alteraciones en alguna esfera o área
de la estructura psíquica de
esa persona; III. Violencia económica: 2. La Corte determinó que, con base en el artículo 323 Quáter del Código Civil para el
a los actos que implican control de
los ingresos, el apoderamiento Distrito Federal, "no debe limitarse a conceptuar como ‘violencia’ solo aquellos hechos a
de los bienes propiedad de la otra
parte, la retención, menoscabo, través de los cuales se materializan las agresiones físicas o verbales hacia uno o varios
destrucción o desaparición de
objetos, documentos personales,
bienes, valores, derechos o recursos
miembros de las familias, pues la intención del legislador al referirse al uso de la fuerza
económicos de la pareja o de un
integrante de la familia. Así como, el
moral o la omisión grave que se ejerza sobre uno de ellos, propone una connotación más
incumplimiento de las obligaciones
alimentarías por parte de la persona
profunda sobre el tema que válidamente lleva a concluir que la violencia familiar es
que de conformidad con lo
dispuesto en éste Código tiene
todo un estado de vida constituido por un continuo sometimiento, dominio, control o
obligación de cubrirlas, y
IV. Violencia sexual: a los actos agresión física, verbal, emocional o sexual dirigido por un miembro de la familia a otro
u omisiones y cuyas formas de
expresión pueden ser: inducir a la u otros a través de actos concatenados y sucesivos que se van dando en el seno familiar y
realización de prácticas sexuales no
deseadas o que generen dolor, que con el transcurso del tiempo van mermando tanto la salud física como mental del o de
practicar la celotipia para el control,
manipulación o dominio de la pareja los receptores de esos actos que si bien tienen puntos álgidos durante su desarrollo (hechos
y que generen un daño. No se
justifica en ningún caso como forma agresivos), no son únicamente esos actos los que ocasionan afectación, sino también el
de educación o formación el
ejercicio de la violencia hacia las ambiente hostil y de inseguridad que ellos provocan, lo que lesiona la psique de los
niñas y niños. Para efectos de
éste artículo, se entiende por sometidos, cuya integridad también está protegida por el precepto legal en cita." (Pág.
integrante de la familia a la persona
que se encuentre unida a otra por 106, párr. 1).
una relación de matrimonio,
concubinato, o por un lazo de
parentesco consanguíneo, en línea
recta ascendente o descendente sin En este sentido, señaló que "la violencia familiar no se limita sólo a aquellos actos a través de
limitación de grado, colateral o
afín hasta el cuarto grado, así como los cuales se materializan las agresiones físicas o verbales, sino que por ese concepto debe
de parentesco civil.
tenerse todo un estado de vida originado por un continuo sometimiento, a través de actos
18 Cuadernos de Jurisprudencia
concatenados y sucesivos que acontecieron en el seno familiar" (pág. 108, párr. 2). Por
todo lo anterior, determinó que el dictamen pericial en materia de psicología que acre
ditaba afectaciones en el estado psicológico de la mujer víctima de violencia familiar
fue debidamente valorado en el caso para determinar la responsabilidad del hombre.
A pesar de que el dictamen no señaló que este estado fuera consecuencia de un acto
particular, la violencia familiar que se desarrolla mediante actos concatenados y sucesivos
en el seno familiar afectan tanto la salud física como mental de las víctimas.
Un hombre y una mujer en unión de hecho desde 1979 tuvieron tres hijos y decidieron
contraer matrimonio en agosto de 2002. En diciembre de 2009 el hombre demandó la
disolución del matrimonio. Al contestar la demanda, la mujer sostuvo que el vínculo matri
monial debía declararse inexistente, ya que el señor había obtenido su consentimiento
para casarse mediante violencia física y moral.
El juez de primera instancia decretó el divorcio y señaló que la mujer no había acreditado
que el matrimonio debía declararse nulo. Declaró disuelta también la sociedad conyugal
y determinó que no era procedente fijar una pensión. En apelación, se confirmó la
sentencia.
La señora promovió juicio de amparo, en el que señaló que el artículo 163 del Código Artículo 163. NULIDAD POR
MIEDO Y VIOLENCIA.
Familiar del Estado de Morelos, que establece que la acción de nulidad de matrimonio El miedo y la violencia
serán causa de nulidad
debe ejercerse dentro de los sesenta días siguientes al momento en que cesó la violencia del matrimonio si concurren
las circunstancias siguientes:
es inconstitucional. Alegó que el artículo restringía su derecho de acceso a la justicia, así I. Las previstas en el artículo 24
de este código.
II. Que el miedo haya sido
como lo previsto por la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia causado o la violencia hecha
al cónyuge o a la persona o
y el Código Penal del Estado de Morelos. personas que le tiene bajo su
patria potestad o tutela al
celebrarse el matrimonio; y
El tribunal resolvió negar el amparo. Señaló que el plazo establecido por la norma no III. Que uno u otra hayan
subsistido al tiempo de
contravenía ningún instrumento en materia de derechos humanos y que había sido esta celebrarse el matrimonio.
La pretensión que nace de esas
blecido con el propósito de garantizar el principio de seguridad jurídica. Como conse causas de nulidad sólo puede
deducirse por el cónyuge
cuencia de esta resolución, la mujer interpuso recurso de revisión. agraviado dentro de sesenta
días contados a partir de la
fecha en que cesó la violencia
o intimidación.
La Corte determinó conocer del caso porque se reclamaba la inconstitucionalidad del
artículo 163 del Código Familiar del Estado de Morelos. En su resolución, la Primera Sala
19
Unanimidad de votos. Ponente: Ministra Olga Sánchez Cordero de García Villegas.
Violencia familiar 19
confirmó la sentencia recurrida, pues consideró que el plazo establecido para ejercer la
acción de nulidad del matrimonio no vulneraba ningún derecho de la mujer y estaba
orientado a cumplir con la garantía de seguridad jurídica para las partes.
¿El artículo 163 del Código Familiar del Estado de Morelos, que establece que la acción de
nulidad de matrimonio debe ejercerse dentro de los sesenta días siguientes al momento
en que cesó la violencia, viola el derecho de acceso a la justicia?
El plazo de sesenta días previsto por el Código Familiar para reclamar la nulidad de un
matrimonio cumple con los requisitos de ser cierto, general, razonable y objetivo, por lo
que no vulnera el derecho de acceso a la justicia.
La Corte señaló que "la inconstitucionalidad de una ley surge de su contradicción con un
precepto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y no es válido ar
gumentar que una norma es inconstitucional por su contradicción con diversa ley de
la misma jerarquía, pues en este caso no se confronta el texto de la ley impugnada con la
Norma Fundamental, sino con el de una diferente" (pág. 28, párr. 1). En este entendido,
la contradicción alegada por la demandante entre el Código Familiar y la LGAMVLV no es
un argumento suficiente para considerar que la norma resulta inconstitucional.
"[L]a reserva de ley establecida en el artículo 17, por la que se previene que la impartición
de justicia debe darse en los ‘plazos y términos que fijen las leyes’, responde a una exigencia
razonable, consistente en la necesidad de ejercitar la acción en lapso determinado, de
20 Cuadernos de Jurisprudencia
manera que, de no ser respetados dichos plazos y términos, podría entenderse caducada,
prescrita o precluida la facultad de excitar la actuación de los tribunales." (Pág. 33, párr. 1).
"En ese entendido, es indudable que cuando en la norma constitucional se emplean dichas
expresiones, se da a entender que las pretensiones que un gobernado pudiera reclamar
debe deducirlas en ciertos periodos, fuera de los cuales no cabe su ejercicio, lo que es per
fectamente comprensible por razones de seguridad jurídica pues no puede permitirse
que los gobernados tengan la posibilidad de deducir acciones indefinidamente, ni que
de manera indeterminada puedan oponerse defensas." (Pág. 34, párr. 1).
"Ahora bien, [el plazo establecido en el artículo 163] es general en tanto que aplica en
todos los procedimientos derivados de acciones de nulidad por causas de violencia, y
aplica también a todo aquel que se ubique en el supuesto de la norma; es razonable en
tanto que no es tan corto que imposibilite el ejercicio de la acción o la actuación de los
órganos jurisdiccionales y no es tan largo como para generar inseguridad, y es objetivo
en tanto que está determinado en una norma y no puede modificarse al arbitrio de la
autoridad o de la voluntad de las partes. […] Por otro lado, la norma es cierta en cuanto
remite al artículo 24 del mismo ordenamiento, que es donde define la violencia familiar,
como el acto de poder u omisión intencional, dirigido a dominar, someter, controlar o
agredir, de manera física, verbal, psicológica, emocional, sexual, patrimonial o económica,
a cualquier miembro de la familia, dentro o fuera del domicilio conyugal con quien se
tenga parentesco consanguíneo, por afinidad o civil, por vínculo de matrimonio, concu
binato, y que tiene por efecto causar daño o sufrimiento, y si bien no define dentro de su
texto cuándo debe considerarse que la violencia ha cesado ello no lo vicia de inconstitu
cionalidad, pues esa circunstancia constituye una cuestión de hecho que no puede nor
marse en una ley sino que, en todo caso, deberá ser objeto de prueba por los medios que
determine la ley, como también deberá demostrarse que el accionante celebró el matri
monio por haberse ejercido violencia sobre él." (Pág. 37, párrs. 1 y 2).
"Resulta entonces que si el plazo de sesenta días que establece el numeral combatido es
cierto, general, razonable y objetivo; no vulnera el derecho público subjetivo que un
Violencia familiar 21
cónyuge que contrajo matrimonio bajo el influjo de violencia pueda para acceder a tri
bunales independientes e imparciales a plantear una pretensión de nulidad, y no impide
que se decida de manera expedita e imparcial sobre esa cuestión. Además, tampoco
significa un estorbo entre aquél y los tribunales y no se traduce en trabas innecesarias,
excesivas y carentes de proporcionalidad, que a su vez redunden en la violación de las ga
rantías que tutela el artículo 14 constitucional. […] Además, no violenta ningún instrumento
internacional, pues no impide que las mujeres puedan vivir sin violencia, miedo o error, y
no afecta a las personas que se encuentren en situación de vulnerabilidad; sino que, por
el contrario, les otorga una acción para librarse de ella, con una exigencia necesaria dada
que la necesidad de impedir que esa acción se pueda ejercer indefinidamente lo que, de
suyo, implicaría que la violencia se prologara indefinidamente en perjuicio del cónyuge
inocente." (Pág. 38, párrs. 2 y 3).
La abuela insistió en el tema y ante la inacción que —según su dicho— existía por parte
de los progenitores, acudió a denunciar los hechos. La primera denuncia no prosperó y la
mujer —después de grabar un interrogatorio a sus nietos sin el consentimiento de sus
padres— nuevamente denunció.
20
Unanimidad de votos. Ponente: Jorge Mario Pardo Rebolledo.
22 Cuadernos de Jurisprudencia
violencia familiar, conforme al artículo 323 Quáter, fracción II, del Código Civil para el Artículo 323 Quáter.
La violencia familiar es aquel
acto u omisión intencional,
Distrito Federal. En el juicio, la abuela expresó que desde que los niños eran muy pequeños dirigido a dominar, someter,
controlar o agredir física, verbal,
ella había notado que el mayor de sus nietos ejercía conductas que le parecían inapro psicoemocional, o sexualmente
a cualquier integrante de la
piadas y que sus denuncias tenían la intención de proteger a sus nietos. familia dentro o fuera del
domicilio familiar, y que tiene
por efecto causar daño, y que
puede ser cualquiera de las
En la sentencia de primera instancia, el juez familiar determinó que las conductas de la siguientes clases (...)
II. Violencia psicoemocional: a
abuela sí constituían violencia familiar, le ordenó que detuviera las acciones y que acudiera todo acto u omisión consistente
en prohibiciones, coacciones,
a un centro de servicios psicológicos. Ante esta determinación, la abuela de los niños condicionamientos,
intimidaciones, insultos
amenazas, celotipia, desdén,
interpuso recurso de apelación. abandono o actitudes
devaluatorias, que provoquen
en quien las recibe alteración
La Sala revocó la primera sentencia y absolvió a ambas partes de lo que se les había recla auto cognitiva y auto valorativa
que integran su autoestima o
alteraciones en alguna esfera
mado. Inconforme, el padre, en representación de la madre y sus hijos, presentó un amparo o área de la estructura psíquica
de esa persona.
en el que señaló que la resolución de la Sala violaba su derecho de acceso a la justicia,
los derechos de sus hijos, así como el principio de legalidad.
El Tribunal Colegiado negó el amparo y señaló que los actos de la abuela no constituían
violencia familiar porque no tenían la intención de causar un daño físico o emocional
sobre los miembros de la familia, además de que pretendían proteger a sus nietos. En ese
sentido, el tribunal sostuvo que no existían actos de los que debía protegerse a los niños
y que las pruebas habían sido valoradas correctamente por la Sala.
El padre interpuso un recurso de revisión, en el que señaló que el Tribunal Colegiado había
omitido analizar el asunto conforme al interés superior de los niños. El señor también
señaló que las pruebas habían sido valoradas de manera errónea y que las conductas
desplegadas por su madre habían dañado la integridad de sus hijos.
La Corte determinó que el asunto era procedente debido a que el tribunal colegiado no
había resuelto la cuestión de cómo se debe proteger el interés superior de la infancia
cuando se presenta un caso en el que un miembro de la familia acusa a un niño ante sus
padres de haber abusado sexualmente de otros niños. En la sentencia, la Primera Sala
determinó, entre otras cosas,21 que las conductas reclamadas que dieron base a las de
nuncias no podían ser consideradas violencia familiar, pero que los actos discriminatorios
posteriores por parte de la señora en contra de sus nietos sí constituían violencia familiar.
La sentencia ordenó que tanto los niños como el padre y la madre tuvieran acompañamien
to terapéutico y que la abuela cesara las conductas discriminatorias y asistiera a terapia
psicológica.
21
Esta sentencia se aborda también en el apartado 3.1, relativo a derechos de NNA en casos de violencia
familiar.
Violencia familiar 23
Problemas jurídicos planteados
1. La Suprema Corte determinó que "para que exista violencia familiar es preciso que el
generador de la violencia por actos u omisiones tenga la intención de dominar, someter,
controlar o agredir física, verbal, psicoemocional, o sexualmente a cualquier integrante
de la familia dentro o fuera del domicilio familiar." (Pág. 59, párr. 1).
Por lo anterior, determinó que esta situación "no puede considerarse acreditada en el caso
pues, por el contrario, el proceder de la demandada, obedece a una obligación que le
impone el artículo 4o. constitucional, al señalar que los ascendientes tienen la obligación
de preservar y exigir el cumplimiento de los derechos de la infancia y que además cualquier
particular puede coadyuvar en el cumplimiento de los mismos. […] En efecto, si se tiene
en consideración que los niños, por su falta de madurez física o mental, necesitan protec
ción y cuidados especiales, incluso la debida protección legal para que puedan tener una
infancia feliz y desarrollarse adecuadamente, la obligación de velar y exigir el cumplimiento
de sus derechos no sólo recae en los ascendientes y el Estado, sino que la sociedad en
general tiene el deber de responsabilizarse con los menores, por ende, debe coadyuvar y
hacer todo lo posible para que no se limiten ni atropellen sus derechos y en esa medida
su salud física y mental se respete a fin de que tengan una vida plena, libre de explotación,
maltrato físico, violencia, abandono, abuso sexual y en general cualquier acto que los
perjudique." (Pág. 60, párrs. 1 y 2).
24 Cuadernos de Jurisprudencia
"En esa virtud, si de las constancias de autos se desprende que de la convivencia que la de
mandada tuvo con sus nietos, advirtió un posible abuso sexual cometido por el mayor
de ellos en contra de los menores, no podía guardar silencio a ese respecto, por el contrario,
estaba obligada a tomar la medidas necesarias a fin de preservar el derecho de sus nietos
a seguir viviendo en familia, pero libres de cualquier acto de violencia o abuso sexual que
propiciado por el hermano mayor pudiera afectar su desarrollo, psicológico y sexual, de
manera que si para ello, como una primer medida informó de ese posible abuso a los
padres de los menores, es claro que si esa medida, desde su perspectiva, no funcionó, en
tanto que tenía bases para creer que el abuso persistía, estaba obligada a tomar las me
didas legales conducentes para que las autoridades competentes, fueran las encargadas
de investigar y decidir lo conducente, a fin de salvaguardar el bienestar y el desarrollo
psicosexual de los menores involucrados." (Pág. 61, párr. 1).
En este sentido, "si la denuncia penal se sustentó en [las pruebas presentadas], es claro
que el proceder de [la abuela] no encuadra en lo que el Código Civil para el Distrito Federal,
—invocado como sustento de la demanda—, considera como violencia familiar, máxime
que en autos no existe ninguna prueba tendiente a evidenciar que su proceder (al formular
la denuncia penal) haya sido con la intención de dominar, someter, controlar o agredir
física, verbal, psicoemocional, o sexualmente a cualquier integrante de la familia dentro
o fuera del domicilio familiar, que es el requisito indispensable que establece la legislación
en comento, para considerar que se está en presencia de un acto u omisión constitutivo
de violencia familiar; por el contrario, en la demanda que dio origen al juicio natural, los
actores reconocen que la demandada no tuvo esa intención, pues al respecto indican que
su contraparte no obró de mala fe […] sino que fueron motivadas por una mala interpre
tación de conductas normales entre niños, aunado a una complicada situación de vida
familiar y prejuicios sin fundamentos." (Pág. 66, párr. 2).
"[Es] claro que si [los derechos de los niños] podían verse transgredidos con la conducta
desarrollada entre los menores, la señora […] no sólo estaba facultada para presentar
la denuncia penal correspondiente, sino que estaba obligada a hacerlo, de ahí que
dicho proceder no puede considerarse como una manifestación de violencia familiar."
(Pág. 99, párr. 2).
En el mismo sentido, "al presentar una segunda denuncia penal, no puede considerarse en
sí mismo un acto de violencia familiar, ni tampoco puede considerarse que por el hecho
de no haber procedido la primera denuncia, la segunda constituya una falsa denuncia,
pues [una denuncia falsa] se caracteriza por basarse en hechos falsos o contrarios a la
realidad, lo que en el caso no acontece, por el contrario, existen diversos indicios que
se derivan de las propias evaluaciones practicadas a los menores, de las cuales se puede
inferir que efectivamente existen o existieron ciertos juegos o conductas sexuales
Violencia familiar 25
asimétricas entre ellos que justifican la preocupación de su abuela y la conducen a pre
sentar una segunda denuncia, indicios que incluso se ven corroborados con [otros medios
de prueba]." (Pág. 110, párr. 2).
2. La Corte determinó en el caso que "lo que en un principio fue una preocupación autén
tica [de la abuela] por el desarrollo psicosexual de los menores, se ha convertido en una
discriminación de índole sexual en contra de su nieto [mayor], lo cual como se indicó pro
bablemente ha influido negativamente en su [desarrollo]". (Pág. 145, párr. 1).
"[La] abuela, basada en lo que ella considera puede ser la orientación sexual de [su nieto],
ha incurrido (consciente o inconscientemente) en conductas discriminatorias que han
impactado negativamente [en sus nietos], lo cual es inaceptable, pues el artículo 1o. cons
titucional es terminante al prohibir ese tipo de discriminación y esa disposición además de
permear en todo el orden jurídico nacional, también obliga a los particulares, sobre todo
cuando esa discriminación, como en el caso, está dirigida a un menor, pues en esa hipótesis
confluyen dos obligaciones para el particular, por un lado, la que deriva de la prohibición
de discriminar y por otra la que se deriva de la necesidad de que los ascendientes e incluso
a cualquier particular vele por la protección de sus derechos". (Pág. 145, párr. 3).
En este sentido, "la discriminación efectuada por [la abuela], sustentada en lo que ella
considera es la orientación sexual de su nieto, califica para ser considerada como un acto
de violencia familiar. […] Lo anterior es así, porque en términos de lo dispuesto en el último
párrafo del artículo 323 Quáter del Código Civil para el Distrito Federal, la violencia familiar
se constituye por cualquier acto u omisión intencional, dirigido a dominar, someter, con
trolar o agredir, física, verbal, psicoemocional o sexualmente a cualquier integrante de la
familia, dentro o fuera del domicilio familiar." (Pág. 146, párr. 3).
"Así, […] si bien las conductas que los actores le atribuyen a la abuela, y con motivo de las
cuales se presentó la demanda instaurada en su contra, no constituyen actos de violencia
familiar, en tanto que […] revelan una auténtica preocupación por sus nietos, la cual se
encuentra sustentada, lo cierto es que los actos discriminatorios posteriores a que se ha
hecho referencia, sí constituyen violencia familiar." (Pág. 147, párr. 3).
"Atendiendo a lo anterior, la autoridad responsable debió concluir que [la abuela], aun cuan
do sea por actos diversos a los que dieron sustento a la demanda, sí incurrió en un acto de
violencia familiar, razón por la cual, en términos de lo dispuesto en el artículo 323 Sextus
del Código Civil para el Distrito Federal, debió ordenarle que se abstenga de seguir dis
criminando a su nieto, esto a efecto de que la sentencia misma constituya una forma de
reparar el daño causado al citado menor, ordenando además que en términos de lo dis
puesto en el artículo 9 y 10 de la Ley de Asistencia y Prevención de Violencia Familiar,
reciba atención especializada tendiente a una reeducación libre de prejuicios y patrones
26 Cuadernos de Jurisprudencia
estereotipados de comportamiento, a fin de erradicar las conductas de violencia emplea
das. […] Además, también debió ordenar que la abuela de los menores se someta a terapia
psicológica a efecto de que en refuerzo de esa atención especializada, comprenda, acepte
y respete la sexualidad de sus nietos, sin importar cuál sea ésta." (Pág. 148, párrs. 1 y 2).
Suplencia de la queja
La Corte debía resolver una contradicción de criterios para determinar cómo debía ope
rar "la suplencia de la queja", que obliga al juez a adoptar una posición activa en la deter
minación de los juicios de divorcio en el estado de Tlaxcala. En la controversia, los tribunales
habían diferido sobre los casos en los que esta suplencia era aplicable.
El primer tribunal resolvió que la suplencia procede únicamente en las determinaciones Artículo 1395. En la decisión de
las cuestiones comprendidas en
relacionadas directamente con los intereses de las personas menores de edad. Por su este libro, el Juez, tomará en
consideración preferente y
lado, el segundo tribunal estableció que en controversias familiares opera la suplencia primordialmente el interés de
los hijos menores, integrantes
de los agravios a favor de los integrantes de la familia, conforme al orden de preferen de la familia de los interesados;
si no hubiere menores en esta
familia, se atenderá al interés de
cia previsto en el artículo 1395 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de ella sobre el de los individuos
que la forman y, por último,
Tlaxcala. al interés particular de éstos.
2. ¿Cómo debe operar en los procesos en materia familiar la suplencia de los agravios
cuando se trate de derechos de niñas, niños y adolescentes?
22
Mayoría de tres votos. Ponente: Ministro José Ramón Cossío Díaz.
Violencia familiar 27
familia como grupo cuando ningún integrante forme parte de los dos grupos anteriores.
La suplencia debe beneficiar a niños, niñas y adolescentes, así como a las víctimas de vio
lencia familiar debido a que se encuentran en un estado de vulnerabilidad.
2. El interés superior de la infancia debe operar como un principio rector de los procedimien
tos en materia familiar, por ello, es obligación de los operadores de justicia aplicar la su
plencia de los agravios en favor de los intereses de niñas, niños y adolescentes.
1. La Corte determinó que "[en] el capítulo de las Reglas Generales del Juicio y Procedimien
tos sobre Cuestiones Familiares, contenidas de los artículos 1387 a 1395 del Código de
Procedimientos Civiles para el Estado de Tlaxcala, se contienen diversas normas por las
cuales se aprecia el alejamiento de estos procedimientos, respecto del principio dispositivo,
ya que además de considerar que su materia es de orden público […] se confieren al juez
diversas facultades de actuación y dirección del proceso, y aun deberes cuyo incumplimien
to acarrea responsabilidad." (Párr. 31).
"En efecto, los procesos de estricto derecho o donde priva el principio dispositivo, se carac
terizan porque el juez mantiene una actitud predominantemente pasiva frente a la actua
ción de las partes […] En cambio, los procesos familiares se desplazan hacia el principio
inquisitivo en cuanto son de orden público o de importancia social y, por ende, el Estado
tiene interés en que su resolución se ajuste a la verdad y a lo más benéfico para la familia,
por ser, en sus diversos tipos, la unidad básica o elemental de la organización de la socie
dad, donde se dan los lazos de mayor vinculación entre las personas y es el medio natural
para el crecimiento y bienestar de sus miembros; asimismo, el Estado se encuentra espe
cialmente interesado en proteger a sus integrantes más vulnerables, como los menores
de edad o las víctimas de la violencia familiar." (Párrs. 32 y 33).
"Por eso, en la ley tlaxcalteca al juez no sólo se le faculta, sino también se le exige una
intervención activa en el procedimiento dirigida a lograr esos objetivos, mediante la
conciliación, la información a las partes sobre sus derechos y obligaciones, la adopción
oficiosa de medidas protectoras, amplios poderes probatorios para determinar la verdad
de los hechos, la limitación de la eficacia de la confesión o el allanamiento, que deben
ceder ante la verdad que llegara a demostrarse; y a su vez, se le impone el deber de atender
preferente y primordialmente los intereses de los hijos menores, o si no los hay, dar prio
ridad a los intereses de la familia sobre los particulares de los individuos que la forman,
para atender al final éstos."
"[L]a suplencia de la queja deficiente debe entenderse inmersa dentro de ese cúmulo
de facultades y deberes, en cuanto resulta necesaria para que éstos sean cabalmente
28 Cuadernos de Jurisprudencia
satisfechos, porque a pesar de las deficiencias en que puedan incurrir las partes en sus
planteamientos dentro del juicio, sea por ignorancia, mala asesoría o algún otro motivo,
el juez debe subsanarlos para adoptar las medidas necesarias y resolver conforme a los
derechos que correspondan, en atención a su interés público." (Párrs. 34 y 35).
Atento a lo anterior, "[tratándose] de la acción de divorcio necesario, donde las partes sólo
pueden ser los cónyuges y, en principio, sus intereses particulares pueden estar dirigidos
a obtener el mayor número de beneficios propios y el menor de cargas o gravámenes, la
suplencia de la queja deficiente debe tener lugar solamente a favor de los menores de
edad, así como para las víctimas de violencia familiar, cuando ésta forme parte de la litis
o, en defecto de los anteriores supuestos, a favor de la familia en sí misma considerada,
por ser aquellos sobre los cuales se otorga especial protección, según la ley tlaxcalteca,
y sin que, por tanto, se extienda a todos los miembros de la familia. […] En cuanto a los
menores de edad, si bien ellos no son parte del juicio, varias de las decisiones que en
ellos deben tomarse pueden afectar sus intereses, y respecto de ellos debe suplirse la
queja deficiente, sobre todo en relación con las consecuencias inherentes al divorcio".
(Párrs. 44 y 45).
En este sentido, "la suplencia de la queja deficiente también debe abarcar a las víctimas
de la violencia familiar, que pueden ser los mismos niños y/o alguno de los cónyuges,
cuando dicha violencia se invoque como causa de divorcio necesario o forme parte de la
litis, sólo en la medida en que resulte necesaria para el cumplimiento de los deberes judi
ciales impuestos en esta materia, es decir, en la adopción de las medidas de protección
para ponerlos a salvo de la continuación de la violencia, así como para lograr su atención o
tratamiento a fin de restablecer su salud, así como informarles de sus derechos y la im
portancia de preservar la prueba sobre la conducta de su agresor." (Párr. 46).
"Cabe mencionar que las víctimas de violencia familiar comparten con los menores de
edad su estado de vulnerabilidad, ya que generalmente se sienten controlados por el
agresor e incapaces de resistir o hacer frente a la situación para impedir la violencia, como
resultado de las constantes agresiones o vejaciones de cualquier tipo dentro del seno
familiar y que, por ende, provienen de un ser querido. Es por lo anterior que se hace ne
cesaria la actuación del juez, mediante la suplencia de la queja deficiente. […] Por último,
cuando en la familia no haya menores de edad, la suplencia de la queja también puede
ser aplicable a favor de la familia como entidad o grupo colectivo, cuando resulte necesario
darle preferencia frente a los intereses particulares de los promoventes, que en los juicios
de divorcio tendría lugar en el sentido de que el rompimiento del vínculo matrimonial, o
la transformación de la familia por ese motivo tenga lugar de la manera menos perjudicial
hacia sus miembros, es decir, que el juicio de divorcio no constituya un motivo de afec
tación o disgregación innecesarias". (Párrs. 47 y 48).
Violencia familiar 29
"Fuera de los sujetos mencionados, la suplencia de la queja resulta improcedente, por
lo cual no puede admitirse a favor de cualquier miembro de la familia, sino sólo de los
que se han mencionado o, en su caso, de la familia como grupo. Al efecto, no obsta el
hecho de que la suplencia de la queja no se encuentre prevista expresamente en la ley
tlaxcalteca para limitar su aplicación solamente a cierto grupo dentro de la familia (me
nores de edad), si de las normas interpretadas, como sistema y en su función, se aprecia
la necesidad de intervención judicial también a favor de otra categoría de miembros
de la familia (las víctimas de violencia familiar), o de ésta misma, en los términos fijados."
(Párr. 50).
2. La Corte determinó que en asuntos de materia familiar "la facultad o deber de suplir la
queja deficiente […] se entiende conferida implícitamente [a los órganos jurisdiccionales],
dado el carácter alejado del principio dispositivo de este tipo de juicios, donde el juez
tiene una actuación muy activa y determinante con el fin de lograr la adopción de medidas
protectoras y resoluciones benéficas a la familia." (párr. 37).
En este sentido, niñas, niños y adolescentes "son sujetos de especial protección dada su
vulnerabilidad, por su condición de personas en proceso de desarrollo, que aún no alcanzan
madurez física y mental, de ahí que no sólo a nivel nacional, sino también en el ámbito
internacional se les considere sujetos merecedores de protección y cuidados especiales."
(Párr. 41).
Así las cosas, "debe entenderse que las decisiones o resoluciones en este tipo de
procedimientos habrán de considerar los intereses de los menores de edad como
base, principio o guía, lo cual corresponde con la superioridad del interés de los niños"
(párr. 43).
En los casos de divorcio necesario, si bien las niñas y los niños "no son parte del juicio,
varias de las decisiones que en ellos deben tomarse pueden afectar sus intereses, y
respecto de ellos debe suplirse la queja deficiente, sobre todo en relación con las con
secuencias inherentes al divorcio, como la obligación alimentaria, la guarda y custodia,
el régimen de visitas y convivencias, o la patria potestad; también en el acreditamiento
de algunas causas de divorcio pueden verse inmiscuidos los intereses de los niños,
como la que se funda en la corrupción del cónyuge por conato para corromper a
los hijos, o la tolerancia en su corrupción (fracción III del artículo 123 del Código Civil
para el Estado de Tlaxcala), o la negativa injustificada para dar alimentos (fracción XIV
del mismo precepto), o la violencia familiar en su contra (fracción XVIII del mismo
artículo). En fin, en toda determinación donde pueda verse involucrado el derecho o
intereses de los niños." (Párr. 45).
30 Cuadernos de Jurisprudencia
SCJN, Primera Sala, Amparo Directo en Revisión 724/2021, 6 de octubre
de 202123
Una mujer solicitó la disolución del vínculo matrimonial que formó con el hombre con
quien procreó dos hijos. En este juicio también solicitaba el pago de pensión alimenticia,
la constitución de garantía de los alimentos, la indemnización compensatoria y la guarda
y custodia de sus hijos. A pesar de haber sido emplazado, el hombre vendió un inmue
ble y reconoció tener una deuda. La mujer consideró que estos actos eran tendentes
a evadir el cumplimiento de sus obligaciones alimenticias. Por tal motivo, la mujer por su
propio derecho y en representación de sus dos hijos, demandó la reducción de garantías
alimentarias y la reparación de daño moral debido a la violencia patrimonial, económica,
psicológica o emocional causada por la venta del inmueble.
El juez que estudió el asunto decretó la reparación del daño moral mediante la determi
nación de que el inmueble vendido debería ingresar nuevamente a la esfera patrimonial
del hombre. Inconformes, tanto el hombre como la mujer interpusieron sus respectivos
recursos de apelación. La Sala Civil que conoció el asunto resolvió revocar la sentencia
de primera instancia y resolver a favor del hombre al señalar que no se había demostrado
el daño causado por la venta del inmueble.
Frente a esta nueva resolución, la madre interpuso un recurso de revisión donde argumentó,
entre otras cosas, que la sentencia viola el principio de congruencia y su derecho a la tutela
23
Unanimidad de cinco votos. Ponente: Ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá.
Violencia familiar 31
judicial completa y efectiva. Lo anterior porque la mujer consideró que no se analizó cómo
la venta del inmueble generaba un daño en la compensación que recibiría y tampoco fue
aplicada la suplencia de la queja para el orden y desarrollo de la familia en lo que respecta
a las cargas probatorias en casos de responsabilidad civil donde se reclame un daño moral
por violencia familiar en su vertiente psicológica.
Criterio de la Corte
"[L]as acciones de responsabilidad civil en los casos de violencia familiar tienen como
objetivo principal la indemnización económica por el daño patrimonial o moral, motivo
por el cual la suplencia de la queja a favor del orden y desarrollo de la familia no es aplicable
en este tipo de acciones para la obtención de un resultado satisfactorio para las personas
que aleguen la violencia familiar, lo anterior porque no se ven trastocadas las relaciones
entre sus miembros o están en juego instituciones de orden público sino que este tipo de
acciones tienen un objetivo eminentemente patrimonial, ya que su resultado implica
que, a través de una suma de dinero, se mitiguen las consecuencias del hecho ilícito y
se reproche al culpable, motivo por el cual corresponde primordialmente al accionante
la acreditación de los elementos de la responsabilidad civil subjetiva, a saber: el hecho
ilícito, un daño y el nexo causal, conforme al criterio sostenido por esta Primera Sala."
(Párr. 93).
32 Cuadernos de Jurisprudencia
fáctica —respondiendo la pregunta de si el daño hubiera ocurrido en el caso que el res
ponsable no hubiera actuado de la manera en que lo hizo— así como a una causalidad
legal, esto es, la determinación de cuáles son las consecuencias por las que el responsa
ble debe responder y cuáles se encuentran más allá de un criterio de adecuación, alcance
de la regla y ámbito de riesgo, ya que este tipo de acciones no buscan que el responsa
ble responda por consecuencias improbables e inesperadas que puedan producirse por
su conducta ilícita. En este sentido, las posibles consecuencias de la violencia económica
y patrimonial sobre la pensión compensatoria y los alimentos no se probó que fueran
ciertas, directas y que se hubieran causado por la conducta del responsable." (Párr. 94).
El juez disolvió el matrimonio y condenó a la mujer a la pérdida de la patria potestad de Artículo 497. La Patria potestad
se pierde por resolución judicial:
sus hijos por considerar que había abandonado sus deberes como madre, conforme a la […]
III. Cuando por las costumbres
depravadas, malos tratamientos
fracción III del artículo 497 del Código Civil para el Estado de Guanajuato. Además, el juez o abandono de deberes, de
quien ejerce la patria potestad,
obligó a la madre al pago de alimentos a favor de sus descendientes y a restituir los bienes pudiera comprometerse la
salud, la seguridad o la
y valores recibidos del esposo. moralidad de los menores, aun
cuando esos hechos no cayeren
bajo la sanción de la Ley Penal;
Previo juicio de amparo, la Sala emitió una sentencia en la que decretó el divorcio con
base en el artículo 323, fracción VIII, del Código Civil para el Estado de Guanajuato, por la
Art. 323. Son causas de divorcio:
separación del hogar conyugal por parte de la mujer por más de seis meses sin causa […]
VIII. La separación del hogar
justificada. Del mismo modo, condenó a la señora a la pérdida de la patria potestad por conyugal por más de seis meses
sin causa justificada;
el abandono de sus deberes de cuidado de los niños.
Ante esta resolución, la mujer inició un juicio de amparo directo. En su demanda señaló
que la sentencia violaba el derecho a la igualdad entre hombres y mujeres, así como el
24
Mayoría de cuatro votos. Ponente: Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
Violencia familiar 33
principio de legalidad, puesto que asumía que ella no quería ejercer las labores de cuidado
cuando su ex cónyuge era quien no le permitía acceder al domicilio conyugal para poder
tener contacto con sus hijos. La señora también señaló que la opinión de sus hijos se no
había tomado en consideración en la resolución y no se habían valorado los hechos de
violencia que ella había señalado durante el procedimiento. El tribunal colegiado resolvió
negar el amparo, al considerar que estaba demostrado que la mujer había abandonado
el domicilio familiar por más de seis meses sin causa justificada.
La Corte determinó que el asunto era procedente porque el tribunal colegiado había
omitido el estudio de un planteamiento de constitucionalidad, al no tener en cuenta la
violencia de género presente en el caso para analizar lo relativo al abandono del hogar
conyugal. En su resolución, la Primera Sala determinó revocar la sentencia y devolver el
asunto al tribunal colegiado para que determinara si las situaciones de violencia que
denunciaba la mujer se verificaron y obligaban a revalorar la aplicación de las normas en
el caso concreto.
1. ¿La omisión del tribunal de estudiar los argumentos en los que la mujer alegó que había
tenido que abandonar el domicilio por violencia familiar viola el derecho a la igualdad y
no discriminación?
2. ¿La Corte debe ordenar que se vuelvan a valorar las pruebas cuando en el juicio se alegó
violencia familiar y el tribunal no estudió esos argumentos?
2. La violencia familiar no implica una cuestión de mera legalidad sino un análisis consti
tucional dirigido a garantizar el derecho a la igualdad y a una vida libre de violencia de
34 Cuadernos de Jurisprudencia
las mujeres. Es procedente realizar una nueva valoración de los hechos y pruebas con
perspectiva de género para dar cumplimiento al derecho a la igualdad.
1. La Sala determinó en el caso que sí había existido una vulneración al derecho a la igual
dad porque el caso "no se juzgó con perspectiva de género, pues se pasó por alto analizar
si en el caso influía la situación de violencia que denunció la demandada en el juicio original
en la aplicación de la normativa por la cual se decreta el divorcio y la pérdida de la patria
potestad, estudio que debió valorarse expresamente, de acuerdo a las constancias y
documentos del acervo probatorio, a fin de analizar si las argumentaciones de la hoy
recurrente respecto a que el abandono del hogar conyugal fue con motivo de la violencia
que sufría por actos del hoy tercero perjudicado, eran fundadas." (Párr. 66).
Concluyó que "es necesario que la sentencia reclamada en el amparo se analice conforme
a una visión de género, en tanto el método de la perspectiva de género puede ofrecer
una solución adecuada al caso en particular que adecuadamente analice la legalidad de
la sentencia que decreta el divorcio y la condena de pérdida de patria potestad, pues sólo
así se puede asegurar un acceso efectivo a la justicia en igualdad de condiciones, al tomar
en cuenta aspectos derivados de una desigualdad estructural conforme a las funciones
del género que pasan desapercibidos para la legislación, que de atenderse debidamente
a su vez responden a la necesidad y exigencia constitucional de velar por el interés superior
de los menores involucrados." (Párr. 74).
Violencia familiar 35
Lo anterior, con el propósito de que el tribunal colegiado se encontrara "en aptitud de
determinar, analizando las pruebas con neutralidad y evitando el uso del lenguaje este
reotipado, si en el caso es posible sostener las causales establecidas en la legislación civil
del Estado de Guanajuato, por las que se decreta el divorcio y la pérdida de la patria potes
tad, o si precisamente derivado de la aplicación de una perspectiva de género es necesario
evaluar los impactos diferenciados cuestionando la neutralidad de la legislación conforme
a los derechos de no discriminación por cuestiones atinentes al género." (Párr. 77).
La Sala señaló también que, en la nueva resolución adoptada, el tribunal colegiado debía
"determinar nuevamente los hechos, cuestionar la aplicación de la norma jurídica, garan
tizar los derechos humanos de todas las personas involucradas en la controversia y realizar
una argumentación con perspectiva de género, básicamente atendiendo a los siguientes
estándares: i. identificar la existencia o no de una relación desequilibrada de poder entre
la quejosa y el tercero perjudicado, por la que se hubiera provocado una situación de
vulnerabilidad o desigualdad que propiciara la conducta de ‘abandono del hogar conyugal’
así como del ‘abandono de los deberes derivados del ejercicio de la patria potestad’ impu
table a la quejosa, o bien una situación de violencia de género que hubiera provocado
esa conducta de la quejosa; ii. por lo que será necesario leer e interpretar nuevamente los
hechos y valorar las pruebas de todo el acervo probatorio sin estereotipos ni discrimina
torios ni favoritismos por razones de funciones de género, o bien; iii. en caso que el material
probatorio no sea suficiente para aclarar la situación de violencia, deberá ordenar a la
responsable recabar pruebas de oficio para verificar la situación a este respecto: iv. deberá
aplicar los estándares de derechos humanos, de todas las personas involucradas, especial
mente de los menores de edad privilegiando en todo momento su interés superior; v. de
detectarse la situación de vulnerabilidad o contexto de desigualdad por razón de gé
nero, deberá evaluar los impactos diferenciados provocados por las normas sustantivas
aplicadas por la responsable en la sentencia reclamada, y con base en ello, vi. deberá
proponer una solución a la controversia familiar a fin de verificar la forma de combatir
la falta de neutralidad de la norma legal aplicable, y especialmente vii. deberá evitar en la
resolución el uso del lenguaje basado en estereotipos o prejuicios, para lo cual deberá
argumentar y hacerse cargo de las desigualdades detectadas usando un lenguaje inclu
yente y no invisibilizador, con el objeto de realizar el debido control de la constitucionalidad
de la sentencia reclamada en el amparo y asegurar con ello un acceso a la justicia sin dis
criminación por motivos de género." (Párr. 80).
2. La Sala señaló que en el caso "el Tribunal Colegiado omitió analizar los argumentos y
planteamientos esgrimidos en la demanda de amparo por los cuales, la recurrente […]
manifestó la situación de violencia y maltrato que recibió por parte del tercero perjudicado,
así como que éste no sólo le profirió violencia física, sino también violencia psicológica y
36 Cuadernos de Jurisprudencia
económica durante el tiempo que tuvo la guarda y custodia de los menores, situaciones
que dice están corroboradas por las declaraciones de dos de sus menores hijas." (Párr. 45).
En este sentido, la Corte estableció que si bien los argumentos parecían referirse a la debida
y completa valoración de pruebas y podrían parecer un tema de mera legalidad, "el
planteamiento refiere a un análisis constitucional, al implicar el análisis de derechos hu
manos pues alegan concretamente a una situación de violencia de género, cuestión que
involucra directamente el análisis al derecho humano de la mujer a una vida libre de vio
lencia y discriminación." (Párr. 46).
En este tema, la Sala recordó que "los derechos humanos de las mujeres, nacieron ante la
necesidad de establecer un régimen específico de protección al comprobar que la nor
mativa general a nivel internacional de los derechos humanos, no era suficiente para
garantizar la defensa y protección de los derechos humanos de ciertos grupos vulnerables
como es el grupo de las mujeres, quienes por su condición ligada al género requieren de
una visión especial en la normatividad internacional de los derechos humanos así como
de distintos tipos de mecanismos para garantizar el efectivo cumplimiento y respeto a
sus derechos, como lo es el impartir justicia con perspectiva de género" (Párr. 48).
Así, es una "obligación a cargo de los Estados […] adoptar medidas apropiadas para elimi
nar los estereotipos y prácticas atingentes a los papeles de hombres y mujeres, que surgen
de modelos de inferioridad de un sexo respecto a otro, o bien de las funciones de género,
las cuales no necesariamente están definidas por el sexo." (Párr. 52).
De este modo, "el derecho humano de la mujer a una vida libre de violencia y discrimina
ción, trae aparejado el deber del Estado de velar porque en toda controversia jurisdiccional
donde se denuncie una situación de violencia, discriminación o vulnerabilidad por razo
nes de género, ésta sea tomada en cuenta a fin de visibilizar si la situación de violencia o
discriminación de género incide en la forma de aplicar el derecho al caso concreto, pues
Violencia familiar 37
de no hacerlo, esto es, de no considerar la especial condición que acarrea una situación de esta
naturaleza puede convalidar una discriminación de trato por razones de género. […]
Este enfoque permite a su vez el logro de la igualdad sustantiva o de hecho, misma que
se configura como una faceta o dimensión del derecho humano a la igualdad jurídica"
(Párrs. 56 y 57).
Derivado de las anteriores consideraciones, "el derecho de la mujer a una vida libre de
discriminación y de violencia, se traduce en la obligación de toda autoridad de actuar con
perspectiva de género, de ahí que tratándose de autoridades jurisdiccionales, […] deben
impartir justicia con una visión de acuerdo a las circunstancias del género y eliminar las
barreras y obstáculos preconcebidos en la legislación respecto a las funciones de uno u
otro género, que materialmente pueden cambiar la forma de percibir, valorar los hechos
y circunstancias del caso, como ocurre en la actual controversia". Siguiendo esta línea
argumentativa, "la introducción de la perspectiva de género en el análisis jurídico, pretende
combatir argumentos estereotipados e indiferentes para el pleno y efectivo ejercicio del
derecho a la igualdad, lo cual de no hacerse puede condicionar el acceso a la justicia de
las mujeres por invisibilizar su situación particular, lo que se advierte ocurre en el caso
concreto." (Párrs. 59 y 60).
Por todo lo anterior, la Corte determinó que "en el caso sí procede realizar un análisis con
base en una perspectiva de género al ser evidente que la recurrente acudió al juicio de
amparo para alegar que en la controversia familiar no se tomaron en cuenta las posibles
desventajas por condición de género, y según las cuales se argumenta que el supuesto de
abandono del domicilio conyugal, para determinar que se actualiza la causal de divorcio
conforme al artículo 323, fracción VIII, del Código Civil para el Estado de Guanajuato,
así como la causa de pérdida de patria potestad estipulada en el artículo 497, fracción III,
del Código sustantivo aludido, es una norma que conlleva un impacto diferenciado por
condiciones de género y específicamente porque se dice se verificó violencia de género
y la responsable fue omisa en analizar las pruebas a este respecto, máxime cuando la
quejosa alegó expresamente en el juicio natural y en la demanda de amparo que se vio
obligada a abandonar el domicilio familiar por sufrir violencia física, psicológica y econó
mica causada directamente por su ex cónyuge, así como que tampoco se puede consi
derar que abandonó sus deberes maternos, sino que su ex cónyuge le impidió realizar
sus deberes ante los constantes maltratos e injurias, así como por propiciarle violencia
de índole económica y específicamente por prohibirle el acceso al domicilio familiar."
(Párr. 61).
38 Cuadernos de Jurisprudencia
SCJN, Primera Sala, Amparo Directo 12/2021, 9 de febrero de 202125
Por medio de su facultad de atracción, el caso fue conocido por la Suprema Corte, la cual
determinó que la decisión del juzgador era incorrecta, porque no se respetó el derecho
al libre desarrollo de la personalidad del actor, pero tampoco se respetaron los derechos de la
demandada.
25
Mayoría de cinco votos. Ponente: Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo.
Violencia familiar 39
formalidades esenciales del procedimiento, como es el hecho de que el juzgador debe
oír el parecer de la parte demandada; no por lo que hace al divorcio en sí mismo, sino por
las cuestiones inherentes a la disolución del matrimonio. Como puede ser la existencia de
hechos vinculados a algún acto de violencia familiar.
"En ese orden de ideas, si bien el respeto al libre desarrollo de la personalidad implica
reconocer la trascendencia que tiene la voluntad del que desea no continuar con el
matrimonio, lo cierto es que el juzgador no podía decretar el divorcio sin antes oír el pare
cer de la parte demandada; y no por lo que hace al divorcio en sí mismo, sino por las
cuestiones inherentes a la disolución del matrimonio." (Párr. 222).
"Esto es así, porque [...] la parte demandada también está en condiciones de hacer la
propuesta de convenio correspondiente; y que en su defecto, según lo establece el primero
de esos numerales, se deja expedita la jurisdicción del juez para emitir de oficio medidas
cautelares [...]si advierte la existencia de hechos vinculados a la existencia de algún acto
de violencia familiar, de manera oficiosa o a petición de parte, podrá emitir diversas
medidas cautelares." (Párr. 227). (Énfasis en el original).
"Ahora bien, de las constancias que se tienen a la vista, se desprende que en el caso a
estudio, si bien el juzgador ordenó el emplazamiento de la parte demandada; lo cierto es
que ella no compareció a juicio, sino que fue su hermano el que presentó un escrito
manifestando que la demandada tenía aproximadamente cinco años con **********; y
que por ello no podía obrar por su (sic) misma y estaba imposibilitada para defenderse."
(Párr. 234). (Énfasis en el original).
"En el caso a estudio, el juzgador no analizó dichas circunstancias, por el contrario, si bien
dio por cierto que la parte demandada presenta una discapacidad, lo cierto es que se
olvidó de juzgar con perspectiva de discapacidad, a efecto de asegurar que la demandada
gozara del derecho de comparecer a juicio en condiciones de igualdad real y efectiva."
(Párr. 239).
40 Cuadernos de Jurisprudencia
"Aunado a lo anterior, el juzgador también estaba obligado a juzgar con perspectiva de
género y analizar si la demandada se encontraba en una situación de vulnerabilidad y
de violencia patrimonial y económica, para que de ser el caso, dictara las medidas nece
sarias para proteger la integridad y bienestar de la demandada.
Se estima de esa manera, porque en términos de lo dispuesto en el artículo 323 Bis del
Código Civil de Nuevo León, la violencia familiar puede entenderse como la omisión inten
cional dirigida a dominar, someter, controlar o agredir de manera psicológica, patrimonial
o económica, dentro o fuera del domicilio familiar, cuyo agresor tenga o haya tenido con
la persona agredida una relación de matrimonio; y en el caso, era necesario analizar si se
estaba en ese supuesto." (Párrs. 271 y 272). (Énfasis en el original).
"Bajo esa lógica, el juzgador debió analizar la situación particular en que se encuentra la
demandada, para en su caso determinar si se estaba en alguno de los supuestos en que
el Código Civil para el Estado de Nuevo León autoriza dictar órdenes de protección
para el caso de violencia familiar, y de ser el caso, dictar las que estimara convenientes; en
especial aquellas que se vinculan con sus necesidades básicas, como lo son entre otras,
la orden provisional e inmediata de pagar una obligación alimentaria." (Párr. 276).
"Atendiendo a lo anterior, es claro que el juzgador desde que tuvo conocimiento de las
manifestaciones efectuadas por el hermano de la demandada, debió atender el caso, no
sólo con perspectiva de discapacidad, sino también con perspectiva de género; identifi
cando si existe un contexto de desigualdad entre la demanda y el actor, identificar si el
material probatorio aportado hasta ese momento, era suficiente para establecer una situa
ción de violencia o vulnerabilidad por cuestión de género, pudiendo incluso recabar
pruebas para visibilizar esa situación, en consecuencia una vez que se reponga el proce
dimiento, a fin de resolver las cuestiones inherentes a la disolución del vínculo matrimonial,
deberá atender el método de análisis que para el efecto ha formulado esta Suprema
Corte, teniendo en cuenta los elementos que ese método propone para estar en condicio
nes de identificar los impactos diferenciados que en el caso se pudieron producir por
cuestiones de género." (Párr. 279). (Énfasis en el original).
Violencia familiar 41
1.2.4 Personas que pueden sufrir violencia familiar
Una pareja tuvo una hija. Desde su nacimiento, la niña convivió con su padre durante dos
meses, para posteriormente estar bajo el cuidado de su madre durante sus primeros doce
años. Durante este tiempo, la señora afirma que el padre no cumplió sus obligaciones
alimentarias.
Cuando la niña tenía doce años, su padre promovió un incidente de cambio de guarda
y custodia a su favor, pues señaló que su hija le había informado que su madre la había
dejado sola, fuera de su oficina, después de una discusión. En su contestación al incidente,
la madre dijo estar de acuerdo con el cambio de guarda y custodia. De igual manera,
aceptó que había discutido con la niña, pero negó haberla dejado sola.
26
Mayoría de cinco votos. Ponente: Ministra Ana Margarita Ríos Farjat.
42 Cuadernos de Jurisprudencia
En su sentencia, el juez familiar condenó a la señora a la pérdida de la patria potestad de
su hija, al considerar actualizada la causa de abandono por más de tres meses de forma
injustificada.
1. ¿Es constitucional el último párrafo del artículo 323 quáter del Código Civil para la Ciudad
de México?
2. ¿La obligación de juzgar con perspectiva de género implica que los tribunales deben
recabar de oficio las pruebas necesarias para conocer la verdad de los hechos contro
vertidos, a fin de visibilizar las situaciones de violencia por razones de género en casos
de violencia familiar?
1. Es constitucional el último párrafo del artículo 323 quáter del Código Civil para la Ciudad
de México, siempre y cuando se interprete de manera conforme con la Constitución y
Violencia familiar 43
considere que la referencia de las personas que pueden sufrir violencia familiar en dicho
precepto es de carácter enunciativo y no limitativo, debiendo considerar que dentro de
tales supuestos, también se encuentran las parejas que, como en el caso, deciden tener
un hijo en común, sin establecer concubinato ni contraer matrimonio, pero que necesitan
mantener una comunicación para ponerse de acuerdo en la crianza de la menor de edad.
2. La obligación de juzgar con perspectiva de género implica que los tribunales, previa
mente al estudio de fondo, deben analizar y advertir si existen situaciones de poder,
contextos de desigualdad estructural o contextos de violencia que deriven en un desequili
brio entre las partes; y, de ser así, valorar si el material probatorio es suficiente para dilucidar
una situación de este tipo. De lo contrario, deben recabar de oficio las pruebas necesarias
para conocer la verdad de los hechos controvertidos, a fin de visibilizar las situaciones de
violencia por razones de género en casos de violencia familiar.
1. "El reconocimiento y la protección jurídica de la familia como una realidad social, diná
mica y diversa debe acompañarse de la interpretación acorde de las instituciones del
derecho de familia, es decir, el mandato constitucional exige adecuar nuestro sistema
jurídico a las particularidades de cada forma de articulación familiar, de manera que se
proteja su desarrollo y la situación querida por sus miembros, siempre y cuando con esto
se maximicen los derechos tutelados.
"De esta manera, la interpretación del artículo 323 quáter, último párrafo del Código Civil
que hizo el Tribunal Colegiado, en la que concluyó que solamente los supuestos que en
él se indican, puede actualizarse la violencia familiar claramente es incorrecta, porque
entendido en esos términos, el precepto referido es violatorio de los derechos humanos
de igualdad y no discriminación, pues importa una restricción injustificada para reclamar
dicha violencia familiar a aquellas personas que no se encuentran dentro de los supuestos
indicados, a pesar de que vivir relaciones familiares distintas a las ahí contempladas, como
sucede en el caso, en el que una pareja decide tener un hijo en común, sin establecer
concubinato o contraer matrimonio, pero que al igual que los concubinos o los cónyuges
deben mantener una relación continua para ponerse de acuerdo en los aspectos impor
tantes para la crianza de su hija, pues tienen que resolver los aspectos económicos,
escolares, educativos, etcétera.
44 Cuadernos de Jurisprudencia
Por lo tanto, si la interpretación realizada por el Tribunal Colegiado sobre el último párrafo
del artículo 323 quáter del Código Civil para la Ciudad de México, impide que se configure
la protección de vivir en un ambiente libre de violencia familiar, esa interpretación es con
traria a la Constitución, porque transgrede los principios de igualdad ante la ley y no
discriminación.
"Como puede observarse, la doctrina desarrollada por esta Suprema Corte de Justicia
de la Nación es consistente en el sentido de que el juzgador debe allegarse de oficio de
material probatorio cuando se involucren los derechos de una persona que pertenezca a
un grupo vulnerable de la sociedad. Tal facultad se justifica desde el derecho a la igualdad
material. En efecto, si una de las partes de la contienda de violencia familiar está en una
situación de debilidad frente a su presunto agresor, resulta justificado que el juzgador
remedie la inequidad en que se encuentran las partes a través de su actuar oficioso."
(Párr. 97).
"Así entonces, asiste razón a la recurrente en el sentido de que es incorrecto que el Tribunal
Colegiado haya avalado la decisión de la sala responsable de que la peticionaria no logró
demostrar la violencia física y psicológica que aduce ha ejercido en su contra el señor
**********, pues en tal caso, debió ordenar de manera oficiosa el desahogo de las pruebas
conducentes, por ejemplo, la pericial en psicología, tanto del señor ********** como de la
quejosa, de manera anterior a resolver el fondo del asunto para poder cumplir con el deber
de los jueces de garantizar a todas las personas el acceso a la justicia en igualdad de condi
ciones y poder estar en aptitud de valorar correctamente las consecuencias específicas
de la violencia psicológica alegada. Lo anterior en virtud de que la violencia familiar es
una de las formas más insidiosas de violencia contra la mujer, y que tiene efectos discrimi
natorios que generan una situación de vulnerabilidad." (Párr. 99).
Violencia familiar 45
1.3 Violencia económica
SCJN, Primera Sala, Amparo Directo en Revisión 7134/2018, 21 de agosto
de 201927
En 2012, en el Distrito Federal (hoy la Ciudad de México) una mujer solicitó su divorcio
ante el juez de lo familiar. En la sentencia, la jueza dio por terminado el matrimonio, declaró
disuelta la sociedad conyugal y determinó que la liquidación de la sociedad debía realizarse
mediante un procedimiento independiente. El ex esposo acudió al procedimiento espe
cífico (incidente de liquidación) y solicitó que diversos bienes se repartieran entre él y la
señora.
En su contestación, la mujer señaló que el señor no tenía derecho al reparto que solicitaba
porque, sin causa justificada, había abandonado el domicilio familiar antes del divorcio.
Además, señaló que durante la relación el señor no había hecho un uso responsable de
los recursos de la familia y había cometido conductas como contratar créditos en común
que posteriormente no contribuía a cubrir.
La jueza resolvió excluir diversos bienes de la sociedad. Inconformes, ambas partes inter
pusieron un recurso de revisión. En la sentencia de segunda instancia, la Sala familiar le
otorgó un menor número de bienes al hombre por considerar que el reparto debía atender
a que él no había trabajado durante la relación.
La mujer interpuso un recurso de revisión en el que señaló que el artículo 183 del Código
Civil para el Distrito Federal era inconstitucional por violar el derecho a la igualdad, al no
contemplar los casos en los que uno de los cónyuges no aporta ingresos para la socie
dad conyugal ni se ocupa de las labores del hogar; señaló que en esos casos el cónyuge
no debería obtener el cincuenta por ciento de la división de los bienes. La repartición
de los bienes —alegó ella— implicaría una afectación a sus derechos, toda vez que era
27
Mayoría de tres votos. Ponente: Ministra Norma Lucía Piña Hernández.
46 Cuadernos de Jurisprudencia
ella quien había aportado a la obtención de esos bienes con el desempeño de una
doble jornada.
1. ¿Cómo deben valorarse los hechos de violencia económica en las resoluciones en torno
al régimen legal de sociedad conyugal cuando uno de los cónyuges ha incumplido con
sus deberes de mutua colaboración y solidaridad, omitido aportar patrimonialmente y se
ha desentendido de las labores del hogar?
2. ¿Existe en el caso un contexto de violencia económica que deba ser valorado para la
repartición de los bienes en la liquidación de la sociedad conyugal?
3. ¿Es necesario aplicar al caso un análisis desde la perspectiva de género para determinar
si la norma que rige la disolución de la sociedad conyugal es inconstitucional, cuando una
persona señala que la disposición genera impacto de género diferenciado?
1. En atención a las circunstancias de cada caso concreto, la sociedad conyugal puede ser
modulada cuando se presentan hechos constitutivos de violencia económica contra una
de las partes y alguna de las partes incumple con sus obligaciones en la pareja.
Violencia familiar 47
Justificación de los criterios
1. La Corte estableció que la violencia de género que "ocurre en el entorno familiar [debe
ser] entendida como un acto que supone la negación del ejercicio de los derechos de la
mujer [y que] tiene consecuencias sociales, económicas y políticas para toda la socie
dad, puesto que reproduce y perpetúa un sistema de discriminación y subordinación de
más de la mitad de la población, y constituye una violación de los Derechos Humanos."
(Párr. 181).
En este sentido estableció que "[las] mujeres toleran relaciones extremadamente dañinas
y muchas no vislumbran otro tipo de convivencia debido, entre otras cosas, a lo siguiente:
a) la internalización de valores sociales según los cuales la subordinación femenina es algo
‘natural’; b) la aceptación de normas culturales que regulan la vida en pareja y los roles de
esposa y madre; c) la idealización de la familia y del matrimonio; d) las presiones sociales
que las llevan a cumplir con los mandatos culturales dominantes; y, e) la dependencia
económica respecto al varón." (Párr. 182).
48 Cuadernos de Jurisprudencia
hechos se desprendía que el hombre había cometido conductas violentas como contratar
créditos en común con la señora y dejar de pagar su parte o gastar el sueldo de ella en
forma irresponsable.
Por lo anterior, señaló que "el Estado Mexicano debe erradicar cualquier tipo de violencia
y, en particular, la violencia económica, toda vez que es una de las manifestaciones de
la negación del principio de igualdad y constituye uno de los mayores obstáculos para
avanzar en el pleno ejercicio de los derechos humanos de las mujeres. Ello, pues el principio
de igualdad es uno de los valores más importantes reconocidos por la comunidad inter
nacional y constituye la piedra angular de la teoría de los derechos humanos. Su impor
tancia radica en que garantiza derechos y limita privilegios, con lo que favorece el desarrollo
igualitario de la sociedad." (Párr. 189).
Señaló que este régimen "se instauró en un contexto donde una gran parte de las mujeres
no trabajaban remuneradamente y, por ende, no formulaban riqueza propia, pues la gran
mayoría se dedicaba a las tareas domésticas sin retribución alguna. […] Por ello, con la
intención de proteger a las mujeres que se encontraban en esa situación, el legislador
determinó que —cuando se optaba por este tipo de régimen— independientemente de
si alguno de los cónyuges aportaba o no económicamente para construir el patrimonio,
los bienes obtenidos durante el matrimonio conformarían la sociedad conyugal legal y
se liquidaría en partes iguales, si no había capitulaciones matrimoniales que establecieran
lo contrario.
En este contexto, la Corte señaló que "el mero contenido del artículo 183 del Código Civil
para el Distrito Federal (ahora Ciudad de México), no evidencia un aspecto discrimina
torio en contra de las mujeres pues, de su lectura —en relación con el artículo 182 Quáter,
del mismo ordenamiento— se concluye que las mujeres son copropietarias en un cincuenta
por ciento de la totalidad de los bienes que su cónyuge obtuvo durante su matrimo
nio, independientemente de si aportaron o no económicamente —ya sea con recursos
monetarios o con las tareas del hogar y del cuidado de los hijos—. Lo cual protege la
desventaja en la que se encuentran las mujeres que no tienen un trabajo remunerado
y retribuye el costo que pagan por dedicarse exclusivamente a las labores del hogar; toda
vez que consecuencia de ello, es que no pueden, por sí mismas, hacerse de un patrimonio."
(Párr. 218).
Violencia familiar 49
Sin embargo, "en la expedición de la norma que rige la cesación de la sociedad conyugal
no se vislumbraron las situaciones de desventaja y vulnerabilidad que sufren las mujeres
que desarrollan una ‘doble jornada laboral’. Situaciones, por ejemplo, como la violencia
de género, que constituye una forma de discriminación al impedir el goce de los derechos
humanos y, particularmente, al violar su derecho a la igualdad y a vivir una vida libre de
violencia. […] Tampoco se advirtieron escenarios familiares donde se desarrolla particu
larmente la violencia económica, en los que el agresor afecta la viabilidad financiera de la
víctima y le arrebata el derecho a tomar decisiones en cuanto a su economía y el destino
de los recursos que obtiene en lo particular. […] Lo que implica que la violencia económica
es soslayada en la ley y, por ende, no es considerada para efecto de posibles excepciones
en los regímenes patrimoniales, lo que origina con su normalización, no obstante que tal
violencia impacte, de manera negativa, en la identidad y bienestar social, físico, psicológico
o económico de las mujeres y sus familias e, indirectamente, en el desarrollo social, eco
nómico y político del país. […] Ello, además sin considerar que las mujeres que son madres
se insertan en el mercado laboral en condiciones más adversas que el resto de las personas
y tienen que combinar la crianza de los hijos y los quehaceres domésticos con sus activi
dades laborales; con lo que se desincentiva su participación laboral debido a la violencia
económica. […] Es por esto, que cuando la mujer desarrolla una ‘doble jornada laboral’ y
además sufre violencia económica, debe analizarse si es procedente que imperen otras
razones (adicionales a las que contempla el artículo 196 del Código Civil para el Distrito
Federal, ahora Ciudad de México) en la determinación sobre el momento en que deban
cesar los efectos de la sociedad conyugal, esto es, no obstante, los cónyuges cohabiten el
domicilio conyugal. […] Ello pues, si tenemos que el proveer de recursos económicos y
el realizar labores del hogar contribuyen a la adquisición o incremento de los bienes;
entonces, cuando el cónyuge varón, injustificadamente, se desentiende o abandona ambas
obligaciones y, por ende, incumple con sus deberes de solidaridad, arroja en su cónyuge
mujer toda esa carga, lo que ocasiona un efecto nocivo a la sociedad conyugal, en una
doble dimensión: la cónyuge que lleve a cabo la ‘doble jornada laboral’ destinará mayores
recursos para compensar el desentendimiento del varón en aportar recursos económicos
para la manutención del haber común; y la omisión de este último en apoyar con las labo
res domésticas, repercutirá en que la mujer o tenga que destinar otra parte considerable
de sus ingresos para sufragar los gastos necesarios para el apoyo que necesita en las labores
domésticas y de atención a sus dependientes o deba acortar su jornada laboral para asumir
estas tareas, con la consecuente imposibilidad de obtener un mejor salario. Lo que tras
cenderá en que disminuya considerablemente el numerario para la preservación o incre
mento de los bienes de la sociedad conyugal." (Párrs. 241 a 245).
"Por tanto, el hecho de que la mujer sea la que desarrolle esta doble jornada laboral y el
cónyuge varón no le permita o le limite tomar decisiones sobre el destino de los recursos
que obtiene, para que formen parte de la comunidad de bienes, es decir, le controle el
50 Cuadernos de Jurisprudencia
destino de los recursos; el que no le apoye de forma alguna para adquirir bienes que
acrecienten el patrimonio común; o que sea la única que asuma el pago de créditos y
deudas que hubiese contraído la sociedad conyugal (ya sea porque abandonó el domicilio
conyugal o porque aun habitándolo no desarrolle ninguna actividad que aporte a la so
ciedad); entonces, ello implica violencia económica de género." (Párr. 249).
En este sentido, determinó que "el régimen de sociedad conyugal es susceptible de gene
rar un impacto desproporcionado por motivos de sexo o género en casos individualmente
considerados. Esto, al disponer que los bienes y utilidades corresponden por partes iguales
a ambos cónyuges y que sólo pueda cesar esa comunidad de bienes, por abandono
injustificado del domicilio conyugal, no obstante que esa cesación también debería operar,
aun cuando ese abandono del domicilio no exista, esto es, desde el momento en que
uno de los consortes, injustificadamente, se desentienda de sus deberes de solidaridad,
es decir, de hacer aportación alguna (económica o de tareas domésticas y cuidado de los
hijos) para preservar o incluso incrementar el patrimonio". (Párr. 251).
"Es por tanto que, dentro de los cauces que delimitan el contenido normativo del artículo
196 del Código Civil para el Distrito Federal (Ciudad de México), en relación con su justi
ficación subyacente direccionada a generar consecuencias adversas o una sanción por
incumplimiento injustificado de los deberes de solidaridad que implica el matrimonio
respecto del patrimonio común generado en la sociedad conyugal, permiten compatibi
lizarlo con el principio de igualdad, a fin de evitar situaciones discriminatorias contra las
mujeres, por violencia económica o patrimonial, ya que la interpretación conforme da
lugar a contemplar un supuesto adicional de cesación de la sociedad conyugal, al ser inte
grada la norma mediante esa interpretación, lo que da como resultado se considere que
también cesarán los efectos de la sociedad conyugal, en lo que le favorezcan al cónyuge
varón, desde el momento en que éste, de manera injustificada, se desentienda de aportar
tanto económicamente como en las labores del hogar. […] Tal modulación de este régimen
se origina, además, en razón de que alguno de los cónyuges —en el caso se alega que el
hombre no cumple con las finalidades del matrimonio, de procuración de respeto, igualdad
y colaboración para la satisfacción de las necesidades en común—." (Párrs. 251 a 253).
Por lo anterior, "debe adoptarse una óptica casuística e interpretar y aplicar la normatividad
general —centrada en el régimen de sociedad conyugal— en consideración de la inciden
cia del orden social de género, las relaciones asimétricas de poder o las situaciones de
subordinación que condiciona, de los roles que impone a cada cónyuge con base en la
identidad sexual, de la valoración y protección que este orden asigna a las labores y tareas
del hogar y cuidado, independientemente del sexo de quien las desempeñe; así debe
considerarse la posible violencia de género en sus distintas modalidades y consecuencias,
incluida significativamente la violencia económica y patrimonial." (Párr. 256).
Violencia familiar 51
"La modulación de la sociedad conyugal tiene por objeto, entonces, descartar la posibilidad
de un enriquecimiento injusto por parte del cónyuge varón al haber ejercido violencia
económica contra su esposa, y garantizar que ambos tengan acceso, de acuerdo a sus
aportaciones, a los productos generados por el esfuerzo común. Asimismo, la lectura que
esta Primera Sala le da al artículo, garantiza que los bienes generados en situaciones de
violencia de género, particularmente la económica, pertenezcan de forma proporcional
a quien los generó sin colaboración del otro cónyuge y, por otra parte, a que, en el
momento de liquidar el patrimonio común, se destine una parte de él a compensar los
gastos adicionales para la conservación del patrimonio que hubiese erogado la cónyuge
que así lo demuestre y para compensar el desentendimiento del otro consorte sobre sus
deberes de solidaridad en las labores del hogar." (Párr. 259).
3. "[La] perspectiva de género constituye una categoría analítica —concepto— que acoge
las metodologías y mecanismos destinados al estudio de las construcciones culturales y
sociales entendidas como propias para hombres y mujeres, es decir, lo que histórica, social
y culturalmente se ha entendido como ‘lo femenino’ y ‘lo masculino’." (Párr. 66).
En este sentido, "la obligación de los operadores de justicia de juzgar con perspectiva de
género puede resumirse en su deber de impartir justicia sobre la base del reconocimiento
de la particular situación de desventaja en la cual históricamente se han encontrado las
mujeres —pero que no necesariamente está presente en todos los casos— como consecuencia
de la construcción que socioculturalmente se ha desarrollado en torno a la posición y al
rol que debieran asumir, como con motivo de su sexo. […] La importancia de este
reconocimiento estriba en que de él surgirá la posibilidad de que, quienes tengan enco
mendada la función de impartir justicia, puedan identificar las discriminaciones que de
Derecho o de hecho pueden sufrir hombres y mujeres, ya sea directa o indirectamente,
con motivo de la aplicación del marco normativo e institucional mexicano. […] Dicho
de otra manera, la obligación de juzgar con perspectiva de género exige a quienes im
parten justicia que actúen remediando los potenciales efectos discriminatorios que el
ordenamiento jurídico y las prácticas institucionales pueden tener en detrimento de
las personas, principalmente de las mujeres." (Párrs. 67 a 69) (énfasis en el original).
Atendiendo a lo anterior, la Sala consideró que en el caso era necesario un análisis desde
esta perspectiva "debido, no solamente a que la recurrente es mujer, sino a que se alega
que la norma impugnada está construida bajo estereotipos de género y no contempla
una regla que prescinda de los mismos para el supuesto de cesación de la sociedad
conyugal, lo que, inclusive, podría encuadrar en supuestos de violencia económica.
Además, [debido a que la mujer señaló] ciertos contextos de desventaja y desigualdad
estructural, que pudieran generar vulneración al derecho a la igualdad y no discrimina
ción." (Párr. 72).
52 Cuadernos de Jurisprudencia
SCJN, Primera Sala, Amparo Directo en Revisión 3811/2019, 30 de junio
de 202128 (Cancelamiento de pensión alimenticia y violencia económica)
Un señor demandó de su esposa y uno de sus dos hijos (mayor de edad) la cancelación
de la pensión alimenticia que otorgaba a su favor. Sostuvo que su esposa contaba con un
trabajo por lo que no subsistía la necesidad alimencia. Al contestar la demanda, la señora
reclamó (en reconvención) el aumento de pensión, la orden al empleador para realizar el
pago y el aseguramiento de una pensión provisional. La jueza declaró la cancelación de
la pensión de la señora y uno de sus hijos y dejó subsistente la pensión correspondiente
a otro hijo. La sala confirmó la sentencia en apelación.
La señora presentó demanda de amparo en la que argumentó, entre otras cosas, que
resultaba discriminatorio cancelar la pensión alimenticia con base en el simple hecho
de que ella cuenta con un trabajo remunerado. Alegó, que no se tomó en cuenta que
durante cerca de 27 años se dedicó a las labores del hogar y al cuidado de los hijos y, por
ese mismo hecho, no tuvo la posibilidad de realizar estudios universitarios para poder
obtener un ingreso mayor, mientras que su esposo sí contaba con esos estudios.
Además, reclamó, que existió una disparidad notable entre los ingresos que percibe el
actor y los que percibe ella. En específico, señaló que mientras su marido ganaba $70,000
pesos mensuales, ella, por haberse dedicado a las labores del hogar y al cuidado de los
hijos, sólo estuvo en posibilidad de obtener un empleo como secretaria en una escuela,
el cual le genera un ingreso de $7,000 pesos al mes. Finalmente, la señora argumentó que
resultaba incorrecto que la sala le hubiera atribuido a ella la carga de probar la subsistencia
de su necesidad alimentaria cuando corresponde a la parte actora el deber probar los
hechos constitutivos de su acción. Esto es, sostuvo que en el caso el actor demandó la
cancelación de la pensión alimenticia, entonces era él quien tenía la carga probar la falta
de necesidad alimentaria de la parte demandada.
El tribunal colegiado negó el amparo solicitado. Por un lado, estableció que la cancelación
de la pensión alimenticia en el caso no actualizaba una forma de violencia patrimonial
o económica por motivos de género. Además, sostuvo que la perspectiva de género no
debe tener como efecto la reversión de las cargas probatorias durante el juicio y concluyó
que correspondía a la quejosa demostrar por qué el ingreso que recibe como producto de
su trabajo no es suficiente para satisfacer sus necesidades.
28
Unanimidad de votos. Ponente: Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
Violencia familiar 53
En contra de la sentencia de amparo, la señora interpuso recurso de revisión. Reclamó,
como causa de pedir, que el tribunal colegiado debió analizar la disparidad que existe
entre sus ingresos y los de su marido mediante una perspectiva de género, para concluir
que esa diferencia es producto de desventajas estructurales generadas por motivos de
género. Alegó que cancelar el pago de la pensión alimenticia bajo el argumento de que
la quejosa percibe un ingreso, sin considerar dichas desventajas estructurales, es una
forma de violencia patrimonial y económica.
La Suprema Corte determinó conocer del caso al considerar que subsisten temas consti
tucionales alrededor del derecho de acceso a la justicia en condiciones de igualdad y no
discriminación por cuestiones de género, en relación con el derecho de alimentos. Al resol
ver, la Primera Sala revocó la sentencia y ordenó al tribunal colegiado dictara otra sen
tencia en la que, mediante un análisis con perspectiva de género: (i) se pronunciara sobre
la procedencia de la cancelación de la pensión alimenticia; (ii) analizara si fue correcto que la
sala responsable omitiera pronunciarse sobre la acción reconvencional; y (iii) examinara
si se actualiza el supuesto de violencia aducido por la señora.
4. ¿Puede existir violencia económica incluso cuando una persona percibe una pensión
alimenticia?
1. Una controversia debe analizarse con perspectiva de género cuando se observe una
relación asimétrica de poder entre las partes derivada de la situación de dependencia
económica de la cónyuge respecto de su esposo. Esa circunstancia se acredita cuando
la persona se dedicó durante gran parte de su matrimonio a las labores del hogar y de los
hijos, así como del contexto de desventaja estructural para obtener ingresos que le per
mitan sufragar por cuenta propia sus gastos de manutención.
54 Cuadernos de Jurisprudencia
2. Como actor, el deudor alimentario tiene a su cargo probar que la acreedora cuenta con
los recursos suficientes para poder satisfacer todas sus necesidades alimentarias y que,
por tanto, puede prescindir del pago de la pensión alimenticia.
3. Contar con un empleo no es un hecho que por sí mismo permita concluir en la falta de
necesidad alimentaria, pues incluso pudiera ser un indicio de que el pago de manutención
que recibe al momento es insuficiente para cubrir sus necesidades alimentarias.
1. "Dado que en el caso ahora bajo análisis el tribunal colegiado expresamente determinó
procedente prescindir de llevar a cabo un juicio con perspectiva de género, los agravios
formulados por la recurrente resultan fundados, en tanto que, por un lado, el tribunal
colegiado indebidamente dejó de atender a lo expresamente solicitado por la quejosa y,
por otro lado, falló en identificar el desequilibrio de poder que suele surgir entre los
cónyuges ante una determinada distribución de funciones, regida por roles de género,
a partir de los cuales el hombre emprende su desarrollo profesional en el mercado laboral
remunerado, mientras que la mujer asume exclusiva o preponderantemente las cargas
del cuidado del hogar y de los dependientes." (Párr. 78)
"En el caso sometido a revisión, esta Primera Sala toma en cuenta que la recurrente es una
mujer casada que, en función de la distribución del trabajo establecida al interior del
núcleo familiar, se dedicó exclusivamente a las labores domésticas y de crianza. Este
reparto de responsabilidades familiares, sostenido durante casi tres décadas, provocó que
el vínculo de la recurrente con el mercado laboral se viera debilitado. Además, ocasionó
que ella, a diferencia de su esposo, haya tenido menor disponibilidad para continuar con su
educación académica y su formación profesional, así como que su única posibilidad para
acceder a prestaciones laborales haya sido a través del empleo de su cónyuge." (Párr. 83).
"Por tanto, esta Primera Sala considera que en el caso es posible verificar la presencia de
una relación asimétrica de poder entre las partes derivada de la situación de dependencia
económica de la cónyuge respecto a su esposo, al haberse dedicado durante gran parte
de su matrimonio a las labores del hogar y de los hijos, y a su vez, del contexto de desven
taja estructural para obtener ingresos que le permitan sufragar por cuenta propia sus
Violencia familiar 55
gastos de manutención. De ahí que, como lo sostiene la recurrente, el tribunal colegiado
debió atender a su causa de pedir y, por ende, analizar si la autoridad responsable cum
plió de manera diligente con la obligación de analizar la controversia bajo una perspec
tiva del género, esto es, tomando en consideración los impactos adversos que la situación
de dependencia económica que vive con su esposo y el contexto de desventaja que enfrenta
por tal motivo provocan en el acceso a la justicia en condiciones de igualdad." (Párr. 85)
2. "Si bien el tribunal colegiado sostiene que, conforme a la tesis jurisprudencial 1a./J.
39/200429, la carga de probar la insuficiencia de los ingresos correspondía a "la esposa",
esta Primera Sala advierte que la aplicación de dicha tesis al caso bajo análisis fue imprecisa
por dos motivos principales. Primero, porque la tesis se refiere al caso en el que la parte
actora es la acreedora alimentaria ("la esposa"), razón por la que, conforme a la regla gene
ral, le atribuye la carga de probar los hechos constitutivos de su acción, es decir, que sus
ingresos son insuficientes para satisfacer sus necesidades alimentarias; en cambio, en el
presente asunto, por una parte, la parte actora es el deudor alimentario, por lo que confor
me a la regla principal le corresponde a él probar los hechos constitutivos de su acción; y,
por otra parte, la necesidad alimentaria ya había sido probada en un juicio previo en el
que le fue concedida la pensión alimenticia a la recurrente, por lo que aquí ameritaba ser
acreditado no era la presencia, sino la falta de necesidad alimentaria." (Párr. 105).
"Segundo, porque la propia tesis menciona que la cónyuge que trabaje fuera del hogar
tiene derecho a recibir alimentos siempre que los ingresos que perciba sean insuficientes
para cubrir sus necesidades alimentarias y que su cónyuge tenga capacidad de propor
cionarle alimentos, otorgando una pensión equitativa en relación con sus ingresos. De aplicar
este criterio al caso concreto, el tribunal habría advertido su incompatibilidad con la de
terminación de la sala responsable." (Párr. 106)
"Así pues, por una parte, el tribunal colegiado no advierte que existe una diferencia fun
damental entre el criterio contenido en la tesis citada y el caso que se encontraba bajo su
jurisdicción: en el primero, la parte actora en el juicio ordinario fue la acreedora alimentaria
(razón por la cual, conforme a la regla general, es ella quien tenía la carga de acreditar los
hechos constitutivos de su acción), mientras que en el juicio que origina el caso ahora
bajo análisis la parte actora es el deudor alimentario." (Párr. 107)
"Dado que en el asunto que ahora nos ocupa la parte actora es el deudor alimentario,
conforme a la misma regla general, es él quien tenía a su cargo probar que la acreedora
29
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XX, Julio de 2004, pág. 9, registro digital 181230, de
rubro: "ALIMENTOS. LA ESPOSA QUE TRABAJA FUERA DEL HOGAR Y QUE POR ELLO RECIBE UNA REMUNERA
CIÓN, TIENE DERECHO A PERCIBIRLOS, PERO A ELLA LE CORRESPONDE PROBAR LA NECESIDAD DE OBTE
NERLOS (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE PUEBLA)". Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Secretaria: Carmina
Cortés Rodríguez.
56 Cuadernos de Jurisprudencia
cuenta con los recursos suficientes para poder satisfacer por cuenta propia todas sus
necesidades alimentarias y que, por tanto, puede prescindir del pago de la pensión alimen
ticia sin ver repercutidas sus posibilidades materiales para sufragar sus gastos de manu
tención." (Párr. 108).
3. "El hecho de que la quejosa cuente con un empleo remunerado, si bien prueba que
cuenta con una fuente de ingresos adicional a la pensión alimenticia, esto no se traduce
en automático en tener por acreditada la falta de necesidad alimentaria; es decir, no necesa
riamente prueba que la acreedora alimentaria cuenta con la solvencia económica suficiente
para sufragar sus gastos de manutención por cuenta propia y sin el apoyo de su cónyuge,
requisito indispensable para efectos de tener por actualizada la causal de cesación de la
obligación alimentaria conforme a la legislación civil aplicable." (Párr. 95).
"Además, (…), se debe considerar que el cónyuge que tiene a su favor la pensión alimenticia
se entiende incapacitado para obtener lo necesario para su subsistencia siempre que haya
asumido en mayor medida que el otro cónyuge las cargas domésticas y de cuidado y, por
ende, se encuentre en una desventaja económica que incide en su capacidad para hacerse
de los medios suficientes para sufragar sus necesidades30. Esto debido a que la eventual
vulnerabilidad generada durante el matrimonio a partir de determinada división del trabajo
constituye una causa objetiva, real y legítima de necesidad alimentaria que debe ser ali
viada, en la medida de lo posible, por quien se benefició directamente de dicha distribución
de funciones en el núcleo familiar." (Párr. 96).
"…Es posible concluir que una mujer casada que se dedicó exclusivamente durante casi
tres décadas a las labores de cuidado del hogar y de los hijos y cuyos ingresos actuales
representan solo una décima parte de los ingresos de su cónyuge, difícilmente estará en
las mismas condiciones de posibilidad que su cónyuge para satisfacer su necesidad
alimentaria por cuenta propia, por lo que es improcedente cancelar su pensión alimenticia
únicamente por contar con un empleo, pues este hecho, además de que en sí mismo no
es prueba de una falta de necesidad alimentaria, inclusive puede ser indicio de una situa
ción de violencia económica en contra de quien durante mucho tiempo dependió eco
nómicamente de su cónyuge." (Párr. 110).
4. "Es importante mencionar que el mero hecho de que la quejosa perciba una pensión
alimenticia no se traduce en automático en la ausencia de violencia económica (esto es,
la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia), pues bien puede ser el caso de que
la cantidad que recibe la acreedora alimentaria sea tan desproporcionadamente baja con
respecto a los ingresos de su cónyuge, que la cuantía pueda constituir un acto encaminado
30
Amparo Directo en Revisión 1340/2015.
Violencia familiar 57
a perpetuar la relación de dependencia económica y, por ende, la situación de desven
taja y vulnerabilidad económica de la cónyuge recurrente." (Párr. 113).
"… La violencia económica en el ámbito familiar o de pareja puede tener dos modalidades:
i) cuando es el hombre quien ejerce el papel de proveedor, es decir, el hombre es quien
trabaja y aporta todo el dinero para la manutención del hogar y es la mujer quien realiza
las tareas domésticas o su supervisión y ii) cuando la mujer, además de realizar las tareas
domésticas y de crianza, trabaja y aporta económicamente para la manutención del hogar."
(Párr. 118)
"En cuanto a la segunda modalidad, en la que la mujer también trabaja fuera de casa y
aporta económicamente al hogar, la doble jornada laboral, se puede ver reflejada en los
siguientes casos: el hombre decide qué hacer con el dinero que gana su cónyuge mujer;
supervisa y controla todos los gastos; le prohíbe, impide o limita las compras de determi
nados productos personales de la mujer, con el argumento de que no gaste en cosas que
no son para la casa; le exige cuentas o comprobantes de las cosas que compró con su
sueldo; el hombre le obliga a que le entregue el dinero que gana y lo administra; le obliga
para que las cuentas bancarias, chequeras o tarjetas de crédito que guardan el dinero que
percibe la mujer estén a nombre de él; le impide o prohíbe pagar para ir a lugares de recrea
ción; cuando se ven obligadas a asumir solas el cuidado y la manutención de los hijos/as;
el hombre no deja gastar a la mujer el dinero que gana; contratan créditos en común y el
hombre no paga la parte que le corresponde; se ejerce presión para que la mujer deje una
actividad remunerada; poner como aval o a nombre de la víctima préstamos o tarjetas de
crédito; imposibilitarle el ahorro; quitarle posesiones a la víctima o destruirle objetos
58 Cuadernos de Jurisprudencia
personales; controlar su acceso a préstamos; negarle un ingreso o servicio financiero
propio; cuando alguien impide el crecimiento profesional o laboral de las mujeres, como
forma de limitar sus ingresos económicos; dejar el agresor su empleo y gastar el sueldo de
la víctima de forma irresponsable obligando a ésta a solicitar ayuda económica a familiares
o servicios sociales. Estas situaciones están rodeadas de la idea nociva de que ‘aunque la
mujer pague, el hombre de la casa es él y la mujer no se manda sola’." (Párr. 120).
"En el caso que nos ocupa, como ya se asentó, es posible corroborar que, durante cerca
de tres décadas, fue el cónyuge quien ejerció el papel de proveedor, es decir, quien obtuvo
un empleo remunerado y aportó el dinero para la manutención del hogar, mientras que,
por su parte, la cónyuge se dedicó exclusivamente a las tareas domésticas y de crianza,
situación que bien podría enmarcarse en la primera modalidad apuntada. Sin embargo,
actualmente la cónyuge, además de realizar las tareas domésticas y de crianza, también
cuenta con un empleo remunerado y aporta económicamente para la manutención del
hogar, situación que podría enmarcarse en la segunda modalidad antes referida." (Párr. 121).
Violencia familiar 59
2. Medidas para la protección y reparación
del daño de víctimas de violencia familiar
61
2. Medidas para la protección y reparación
del daño de víctimas de violencia familiar
Un hombre fue acusado de ejercer violencia familiar en contra de su esposa y fue conde
nado por el juez de lo familiar a mantenerse a una distancia mínima de cien metros de la
mujer, conforme al artículo 282, fracción VII, del Código Civil para el Distrito Federal. El juez Artículo 282. Desde que se
presenta la demanda, la
consideró que esta medida era necesaria para salvaguardar la integridad física, psíquica controversia del orden familiar
o la solicitud de divorcio y solo
y emocional de la señora. mientras dure el juicio,
se dictarán las medidas
provisionales pertinentes;
asimismo en los casos de
El demandado apeló la resolución, que fue confirmada en segunda instancia, por lo que divorcio en que no se llegue
a concluir mediante convenio,
presentó un amparo. En su demanda señaló que la medida dictada en su contra vulneraba las medidas subsistirán hasta
en tanto se dicte sentencia
su libertad de tránsito. interlocutoria en el incidente
que resuelva la situación
jurídica de hijos o bienes,
según corresponda y de
El tribunal colegiado resolvió que la medida no vulneraba el derecho a la libertad de acuerdo a las disposiciones
siguientes:
tránsito porque el ámbito de acción y deambulatorio del hombre no resultaba afectado A. De oficio:
I.- En los casos en que el Juez
o restringido. En cambio, el tribunal señaló que la medida garantizaba el derecho de los de lo Familiar lo considere
pertinente, de conformidad con
integrantes de la familia a desarrollarse en un ambiente libre de violencia. los hechos expuestos y las
documentales exhibidas en los
convenios propuestos, tomará
las medidas que considere
El hombre interpuso recurso de revisión y señaló que la medida vulneraba sus derechos adecuadas para salvaguardar la
integridad y seguridad de
porque le impedía acudir a una bodega en la que guardaba su material del trabajo, además los interesados, incluyendo las
de violencia familiar, donde
tendrá la más amplia libertad
para dictar las medidas que
protejan a las víctimas [...]
31
Mayoría de cuatro votos. Ponente: Ministro Humberto Román Palacios.
63
de que en ningún momento había agredido físicamente a su cónyuge. En su resolución,
la Primera Sala determinó negar el amparo al señor por considerar que las medidas de
protección no vulneraban injustificadamente sus derechos y confirmó la sentencia
reclamada.
¿La orden de distanciamiento, impuesta por el juez como resultado de la violencia familiar,
es una medida que vulnera la libertad de tránsito?
La Corte determinó que en el caso, "la libertad de tránsito […] no se ve trastocada, pues
esencialmente tutela la libre circulación de la persona por el territorio nacional sin nece
sidad de documentación alguna y sólo limitada para los casos y requisitos migratorios,
arraigos por procesos penales y exclusión de extranjeros no gratos; de ahí que la orden
de no acercarse a la parte actora en el juicio natural a una distancia de cien metros, regu
lada por el artículo 282, fracción VII, del Código Civil para el Distrito Federal, constituye […]
una medida cautelar ordenada por el juez, para que la persona a quien se le atribuye la
generación de la violencia familiar, quede obligada a no acercarse a los agraviados
a la distancia que el juez estime pertinente, a fin de salvaguardar la integridad física y
psíquica de estos últimos, pues los integrantes de la familia tienen derecho a desarrollarse
en un ambiente de respeto, evitando conductas que generen violencia familiar, mas de
ningún modo puede considerarse como atentatoria de las garantías consagradas por el
precepto constitucional en comentario, que no son sino los derechos sustantivos, a saber;
el de entrar al país; de salir de él; de viajar por su territorio; y, el de cambiar de domicilio
o de residencia." (Pág. 10, último párrafo).
En este sentido, "el precepto aplicado que se reclama de inconstitucional, tiene como
propósito fundamental el de salvaguardar a la cónyuge que es o fue víctima de la violencia
familiar, la cual, nace como protección de las minorías vulneradas, para el efecto de retomar
los valores sociales perdidos evitar la descomposición social, y en su lugar traer armonía
a los hogares; medida que, de ningún modo puede considerarse que constituye una im
posición que afecte la libertad de tránsito del quejoso, ya que mediante ella no se viola
su libertad personal de poder hacer lo que desee, siempre y cuando su conducta no sea
64 Cuadernos de Jurisprudencia
contraria a derecho ni afecte a terceros, pues su ámbito de acción y deambulatorio no se
ve afectado o restringido, es decir, que la libertad personal del quejoso no se altera porque
éste se encuentra en posibilidades de salir de su domicilio a realizar sus actividades coti
dianas, las que desee o tenga obligación de desarrollar fuera del mismo, como bien
pudieran ser laborales, de vigilancia y supervisión de sus propiedades o riqueza, de recreo,
salud, etcétera; tal y como acontece con la generalidad de las personas, con la única obli
gación de no acercarse a la tercera perjudicada a una distancia de cien metros, […] por lo
que no se puede considerar que la medida impuesta a éste, que ha sido analizada, violente
la garantía a él otorgada por el artículo 11 constitucional." (Pág. 12, párr. 1).
¿El artículo 8o. del Código de Procedimientos Penales para el Estado de Tlaxcala, que faculta
al juez que conoce de la causa penal para destituir al Ministerio Público que incurra en
omisiones que afectan a las víctimas en casos de violencia familiar, viola el principio de
división de poderes y las formalidades esenciales del procedimiento?
El artículo viola el principio de división de poderes y las formalidades esenciales del pro
cedimiento. El incumplimiento de las medidas de protección a las víctimas de la violencia
32
Unanimidad de votos. Ponente: Ministro José Ramón Cossío Díaz.
Violencia familiar 65
intrafamiliar que son ordenadas por el Juez de lo Familiar puede generar responsabilidad
administrativa y penal conforme a los ordenamientos vigentes en la entidad. La destitución,
sin estar precedida de un procedimiento de responsabilidad que respete el derecho al
debido proceso, no es una vía idónea para hacer efectiva dicha responsabilidad.
Por otro lado, "el incumplimiento de [las medidas de protección en casos de violencia
familiar] por parte de los agentes del Ministerio Público origina, además de responsabilidad
administrativa [podría generar] responsabilidad penal, dado que podría llegar a acreditarse
un delito contra la administración de justicia." (Pág. 41, párr. 1).
"[No] puede considerarse en modo alguno que la obligación dirigida al juez para que
ordene la destitución del agente del Ministerio Público sea estrictamente necesaria para
hacer efectivas las facultades que son exclusivas del juez, ya que la destitución de un
agente del Ministerio Público no es una facultad exclusiva del juez, sino del superior
jerárquico de dicho agente en términos de la legislación aplicable. […] Por lo demás,
el artículo 8o. del Código de Procedimientos Penales para el Estado de Tlaxcala lesiona la
estructura de la administración centralizada, porque rompe las líneas de mando, obedien
cia, nombramiento, vigilancia y responsabilidad. Lo anterior, porque las atribuciones que
tienen los superiores jerárquicos de los agentes del Ministerio Público quedarían sin ningún
efecto, dado que el Juez Penal estaría ejerciendo tales atribuciones." (Pág. 41, párrs. 3 y 4).
Aunado a lo anterior, "la posibilidad jurídica de que un Juez Penal pueda ordenar la des
titución de un agente del Ministerio Público cuando éste omita el cumplimiento de las
medidas protectoras de la violencia intrafamiliar, implica una relación de subordinación
protagonizado por el primero en perjuicio del segundo" (pág. 42, párr. 3).
66 Cuadernos de Jurisprudencia
Ante estas consideraciones, "se lleva a cabo un ejercicio de ponderación entre el princi
pio de división de poderes y la protección de las garantías individuales de las víctimas del
delito, con la finalidad de determinar si resulta o no justificado que un Juez Penal
pueda destituir a un Agente del Ministerio Público si es que con ello se salvaguardan
los derechos fundamentales de las víctimas del delito." (Pág. 43, párr. 1).
"[Uno] de los fines que se persiguen con el principio de división de poderes es evitar una
afectación a los derechos fundamentales o sus garantías, como consecuencia de que un
poder se torne en absoluto." (Pág. 44, párr. 1).
"Por otro lado, la medida señalada en el artículo impugnado también pone en juego
derechos fundamentales, en este caso, de los agentes del Ministerio Público, quienes
podrían ser destituidos sin la oportunidad de ser oídos y vencidos en juicio, como se verá en
el considerando siguiente. […] Tomando en cuenta lo anterior, […] en el presente caso
no se justifica la no observancia del principio de división de poderes, porque con ello no
se garantizaría necesariamente la protección de los derechos de las víctimas de la violencia
intrafamiliar y sí, en cambio, se afectaría un derecho fundamental de aquellos agentes del
Ministerio Público que pudieran ser destituidos por los jueces penales en cumplimiento
del precepto impugnado." (Pág. 46, párrs. 2 y 3).
Violencia familiar 67
Ello, evidentemente, dejaría al agente del Ministerio Público desprotegido ante la decisión
del juez." (Pág. 47, párrs. 3 y 4).
"A partir de lo expuesto […] se llega a la conclusión de que la norma impugnada atribuye
a uno de los poderes facultades que incumben a otro poder sin que exista justificación
para ello. La norma impugnada no cumple ninguno de los requisitos indispensables para
admitir como válida una excepción al principio de división de poderes" (Pág. 50, párr. 1).
Una mujer y un hombre mantuvieron una relación de concubinato en la que tuvieron una
hija. En el procedimiento, la mujer alegó que desde el inicio de la relación existía violencia
física y verbal en su contra. Una noche, después de 10 años de relación, luego de haber
ingerido bebidas alcohólicas, el hombre agredió a la mujer fuertemente, la golpeó, insultó
y amenazó para que no lo denunciara, hasta que ella logró escapar junto con su hija.
Derivado de estos hechos, la mujer acudió al Ministerio Público para denunciar lo sucedido,
por lo que se inició una averiguación previa.
La autoridad ministerial ordenó un dictamen psicológico para la mujer y ella solicitó que
se ordenaran medidas de protección de emergencia, conforme a la Ley de Acceso de las
33
Unanimidad de votos. Ponente: Ministro José Ramón Cossío Díaz.
68 Cuadernos de Jurisprudencia
Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Distrito Federal. Seguido el procedimiento, el
Ministerio Público solicitó que se librara orden de aprehensión contra el señor por la
violencia ejercida a su concubina.
El juez de primera instancia registró la causa penal y determinó acordar las medidas de
emergencia solicitadas por la mujer, entre las que se incluía la separación del hombre
del domicilio familiar y la entrega inmediata de objetos de uso personal y documen
tos de identidad. Ante esta determinación, el hombre promovió un amparo en el que
señaló como actos reclamados la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia
del Distrito Federal y las medidas de protección otorgadas a la demandante.
De las medidas, entre otras cosas, reclamó la orden de alejamiento, la devolución de sus
propiedades, la prohibición para comunicarse con ella y con sus hijos. Según su conside
ración, la norma no era suficientemente precisa y vulneraba con ello su derecho a la
seguridad jurídica.
Violencia familiar 69
5. ¿La medida establecida en el artículo 66, fracción I, que obliga a abandonar el domicilio
a quien ejerce violencia familiar, viola el principio de legalidad e inviolabilidad del
domicilio?
2. La Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida libre de Violencia del Distrito Federal no viola
el principio de igualdad. El trato diferenciado que la norma otorga cumple con los requi
sitos de perseguir una finalidad constitucional, ser razonable y proporcional en tanto busca
proteger a las mujeres que sufren violencia, tanto en el ámbito público como en el privado,
para garantizar su acceso a una vida libre de violencia.
70 Cuadernos de Jurisprudencia
6. La medida de protección a víctimas, que obliga a la entrega inmediata de objetos de
uso personal y documentos de identidad de la víctima y, en su caso, de las víctimas indi
rectas, no viola el principio de seguridad jurídica. A pesar de que no existe una lista de los
objetos que se incluyen en esta categoría, el legislador utilizó términos que pueden ser
dotados de contenido por el juzgador mediante métodos interpretativos que no permiten
la arbitrariedad en la decisión.
1. La Corte determinó que "la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, al [emitir la Ley de
Acceso de las Mujeres a una Vida libre de Violencia del Distrito Federal] no invadió la esfera
de competencia del Congreso de la Unión, en virtud de que la expedición de dicha ley
es una facultad que compete a aquella autoridad, de conformidad con las disposicio
nes establecidas tanto en el artículo 122 constitucional como en los preceptos del Estatuto
de Gobierno del Distrito Federal y de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida
Libre de Violencia." (Párr. 27).
2. La Primera Sala determinó que, para analizar las medidas recogidas por la normativa
reclamada es necesario recordar que el derecho a la igualdad entre hombres y mujeres
implica el derecho a acceder en igualdad de circunstancias a ámbitos esenciales de la vida
social. Así, "la pretensión al elevar a la mujer al mismo plano de igualdad que el varón
estuvo precedida por el trato discriminatorio que a aquélla se le daba en las legislacio
nes secundarias, federales y locales, que le impedían la participación activa en las dimen
siones anotadas y asumir, al igual que el varón, tareas de responsabilidad social pública."
(Párr. 43).
En este sentido, "el principio general de igualdad como límite a la actividad materialmente
legislativa […] exige razonabilidad en la diferencia de trato, como criterio básico para la
producción normativa, así, el principio de igualdad no prohíbe que en el quehacer de
la actividad materialmente legislativa se contemple la necesidad o la conveniencia
de diferenciar situaciones distintas o darles un tratamiento diverso, porque la esencia de
la igualdad consiste, no en proscribir diferenciaciones o singularizaciones, sino en evitar
que éstas carezcan de justificación objetivamente razonable." (Párrs. 56 y 57).
Violencia familiar 71
Siguiendo con esta línea argumentativa, "una diferencia de trato que repercuta sobre un
derecho consagrado por la Constitución no sólo debe perseguir una finalidad legítima,
sino que también se ve violentada cuando se aprecie claramente que no existe una razo
nable relación entre los medios empleados y la finalidad perseguida, debiendo las primeras
guardar relación con las segundas. Así pues, el trato diferenciado de dos situaciones de
hecho diversas no constituirá una discriminación, siempre y cuando se cumplan las
siguientes condiciones:
- Que la consecución de dicho fin por los medios propuestos sea posible y, además,
adecuada." (párr. 66).
Por lo anterior, "no toda diferenciación de trato constituye discriminación, siempre que
su propósito sea legítimo en virtud del Pacto y si los criterios de diferenciación son obje
tivos y razonables." (Párr. 68).
En este sentido, la Corte concluyó que "la emisión de una ley dirigida a las mujeres que
sufren violencia y que no considera a los hombres, se sustenta en criterios objetivos como
la estadística realizada en el Distrito Federal que pone en evidencia la alta cifra de violencia
en contra de las mujeres que habitan esta entidad, y no en criterios subjetivos relativos a
las personas en sí mismas. [Aun] cuando la ley impugnada sólo esté dirigida al género
‘mujer’ la distinción no es ofensiva, pues tiende a equilibrar el ejercicio de los derechos
civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, que no hacen valer las mujeres ante la
violencia de la que son víctimas. En consecuencia, la normatividad en estudio cumple con
el requisito de proporcionalidad, toda vez que genera la misma situación jurídica para
todas las mujeres que se ubiquen en dicha hipótesis." (Pág. 124).
Por todo lo anterior, "la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia sí resulta
racionalmente adecuada en relación a las características de las personas a quienes va
dirigida: las mujeres que sufren violencia, es decir, las que resienten toda acción u omisión
que, basada en su género y derivada del uso y/o abuso del poder, tenga por objeto o re
sultado un daño o sufrimiento físico, psicológico, patrimonial, económico, sexual o la
muerte, tanto en el ámbito público como privado, que limite su acceso a una vida libre
de violencia." (Pág. 125). Derivado de este análisis, la Sala determina que la norma no
genera un trato diferenciado injustificado en contra del hombre y no vulnera su derecho
a la igualdad.
72 Cuadernos de Jurisprudencia
3. El hombre argumentó que las medidas de seguridad podían homologarse a una orden
de aprehensión y, en ese sentido, vulneraban su derecho a la seguridad jurídica recogido
en el artículo 16 constitucional. Ante esto, la Sala señaló que "la orden de aprehensión
[…] es una resolución que se emite con base en la solicitud del Ministerio Público, auto
ridad constitucionalmente facultada para ejercer acción penal en contra de una persona
que resulte probable responsable en la comisión de un delito, derivado de la llamada ave
riguación previa en el sistema mixto o carpeta de investigación para el nuevo sistema
acusatorio, en cuya fase esa autoridad investigadora comprueba de manera probable
la responsabilidad de una persona en la comisión de un delito. […] Dicho acto de manera
alguna puede homologarse a las medidas de protección que establece la Ley de Acceso
de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Distrito Federal, por tanto, no pueden
aplicarse los requisitos que la Constitución Federal establece para la orden de aprehensión,
toda vez que las medidas de protección no tienen la finalidad de aprehender a quien se
considera probable responsable de la comisión de un delito para ponerlo a disposición
de un juez e inicie un proceso penal en su contra, lo cual, sí implica un acto privativo de
libertad dentro de un procedimiento judicial, como así se considera a la orden de apre
hensión; por el contrario, las medidas de protección son actos de urgente aplicación en
función del interés superior de la víctima de violencia, cuando se encuentre en riesgo
la integridad física o psicológica, la libertad o seguridad de la mujer víctima y de las vícti
mas indirectas, y se dicten bajo una vigencia limitada, de hecho, no sólo pueden dictarse
por un juez penal sino también por un juez civil o familiar. […] Por tanto, las medidas
de protección no son violatorias del artículo 16 constitucional, en cuanto no tienen
por qué dictarse bajo las condiciones y requisitos que establece dicho precepto constitu
cional para la orden de aprehensión, pues el objeto y finalidad de las dos figuras es comple
tamente distinto." (Párrs. 138 a 140).
4. La Corte señaló que "[el] segundo párrafo del artículo 14 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos señala que antes de emitirse el acto privativo debe mediar
un juicio ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumpla con las for
malidades esenciales del procedimiento (emplazamiento al juicio, oportunidad de ofrecer
y desahogar pruebas, de alegar y emitir una resolución que dirima la cuestión efectiva
mente planteada), garantizando adecuada y oportunamente el derecho de defensa,
de acuerdo con las leyes expedidas con anterioridad al hecho." En este sentido, "los
actos de privación se rigen por el artículo 14 de la Constitución Federal y se caracteri
zan por ser definitivos; mientras que los de molestia se relacionan con el precepto 16
constitucional y se distinguen de aquéllos por ser provisionales y carecer de definitividad."
Así, "los actos de molestia, pese a constituir afectación a la esfera jurídica del gobernado,
no producen los mismos efectos que los actos privativos, pues sólo restringen de manera
provisional o preventiva un derecho con el objeto de proteger determinados bienes jurí
dicos, los autoriza, según lo dispuesto por el artículo 16, siempre y cuando preceda
Violencia familiar 73
mandamiento escrito girado por una autoridad con competencia legal para ello, en donde
ésta funde y motive la causa legal del procedimiento. […] Se caracterizan por ser provi
sionales. Tales actos se rigen solamente por la garantía de seguridad jurídica (fundamen
tación y motivación) que prevé el artículo 16 constitucional." (Párrs. 144 a 150).
Por lo anterior, "el contenido del segundo párrafo del artículo 62 de la Ley de Acceso
de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Distrito Federal, al establecer que las
medidas de protección son precautorias, cautelares y de urgente aplicación en función
del interés superior de la víctima, no se rige por el derecho de audiencia previa contenido
en el artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, porque no
tiene por objeto la disminución, el menoscabo o la supresión definitiva de un bien material
o inmaterial o de un derecho del gobernado, sino únicamente un propósito de interés
general, consistente en prevenir un acto de violencia más en contra de la mujer agredida;
por lo que tienen únicamente alcances precautorios y cautelares, además de estar fundadas
dichas medidas, en principios de debida diligencia y estado de necesidad." (Párr. 152).
Sin embargo, "si bien, el derecho de audiencia no rige para antes de que el juez dicte las
medidas de emergencia, la propia Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Vio
lencia del Distrito Federal, en su artículo 72, establece que en el momento de ser notifi
cada la medida de emergencia se va a citar al agresor para que comparezca ante el juez
a alegar lo que a su derecho convenga, lo cual permite considerar que la ley impugnada
tutela y cumple en otorgar ese derecho al agresor, en virtud de la afectación que pudiera
resentir a la esfera de sus derechos con el dictado de la medida cautelar." (Párr. 153). Por
todo lo expuesto, las medidas establecidas en la norma para proteger a las víctimas en
situaciones de emergencia no vulneran el derecho de audiencia.
5. "[La] inviolabilidad del domicilio es un derecho fundamental que impide que se efec
túe ninguna entrada y registro en el domicilio salvo que se actualice una de las tres
excepciones a este derecho: 1) la existencia de una orden judicial en los términos previstos
por el artículo 16 constitucional; 2) la comisión de un delito en flagrancia; y 3) la autorización
del ocupante del domicilio." (Párr. 163).
Lo expuesto permite considerar que las medidas de emergencia a que se refieren los
artículos impugnados deben ser analizadas a la luz del contenido del primer párrafo
del artículo 16 constitucional, no así del párrafo décimo primero, pues éste se refiere a
74 Cuadernos de Jurisprudencia
una diligencia exclusiva de la materia penal cuyos requerimientos constitucionalmente
son muy específicos, en especial, se encuentra el que la orden de cateo deba ser solicitada
por el Ministerio Público, en la que debe expresarse el lugar que ha de inspeccionarse,
la persona o personas que hayan de aprehenderse y los objetos que se buscan; diligencia
que se lleva a cabo con la presencia de dos testigos. Como puede advertirse, la orden de
cateo tiene una finalidad específica, pues permite la detención de personas y buscar
determinados objetos.
6. En cuanto a este apartado, la Sala estableció que "el legislador puede utilizar expresiones
lingüísticas abstractas que abarquen un determinado abanico de posibilidades y con ese
objetivo, tiende a utilizar formulaciones que, por distintas vías y métodos de interpretación
puedan concretarse lo suficiente para establecer con claridad el ámbito de su validez, sin
rebasar los límites que propicien una aplicación arbitraria de la ley, es decir, sin dejar en
una zona de penumbra el ámbito de la prohibición o permisión legal, en su caso. […]
Violencia familiar 75
En ese sentido, [la norma reclamada] de ninguna manera se aparta del texto de la Ley
Fundamental por no definir los vocablos que integran las porciones normativas de ‘objetos
de uso personal’ y ‘documentos de identidad de la víctima’, pues la contravención a dicha
norma se debe basar en aspectos objetivos que generalmente son los principios consa
grados en ella, ya sea prohibiendo una determinada acción de la autoridad en contra de
los particulares gobernados y ordenando la forma en que deben conducirse en su función
de gobierno. […] No obstante, […] se deja al arbitrio del juzgador la interpretación de la
norma y en esos términos el significado de las palabras utilizadas por el legislador, mediante
alguno de los métodos interpretativos para que le permita dar mayor claridad a su acto."
(Párrs. 182 a 184).
Una pareja se casó en 2002 y tuvo dos hijos. En enero de 2013, la mujer demandó por
la vía de controversia de violencia familiar a su esposo y solicitó que el señor abandonara el
domicilio común. La señora precisó que en ese momento tenía cinco meses de embarazo
y expresó que durante la relación había sufrido violencia por parte de su pareja en todos
sus embarazos.
Las agresiones —según detalló la señora— consistían en ataques verbales; otras veces,
le impedía salir y ver a su familia, además de que se negaba a darle dinero para las nece
sidades básicas. Aunado a ello, dijo que el señor generaba violencia en contra de sus hijos
y presentó el informe de una psicóloga que señaló que ella y sus hijos presentaban con
secuencias negativas de la violencia sufrida.
La demanda fue admitida y el juez familiar decretó como medidas de protección que el
hombre abandonara inmediatamente el domicilio común y que, si éste se resistía, se haría
uso de la fuerza pública para su exclusión. El juez también le prohibió el acceso al domicilio
del grupo familiar y a acercarse a una distancia mínima de cien metros a la mujer y a sus
hijos, así como cualquier contacto físico, verbal o telefónico. Una vez que el señor recibió
la notificación sobre las medidas dictadas abandonó el domicilio.
34
Unanimidad de votos. Ponente: Ministro Arturo Zaldívar.
76 Cuadernos de Jurisprudencia
que no había pruebas de que debían ser modificadas, ante lo que el señor interpuso un
recurso de apelación que fue desechado.
Violencia familiar 77
2. ¿Las medidas de protección vulneran el derecho al debido proceso, audiencia o propie
dad del agresor, al limitar el ejercicio de sus derechos para proteger la integridad de las
víctimas de violencia familiar?
1. La Sala determinó que "las medidas de protección y garantía del derecho a una vida
libre de violencia, implican el despliegue de una serie de conductas estatales, a través
de las cuales se garantice la seguridad de las víctimas, una debida investigación de los
hechos constitutivos de violencia, y la consecuente reparación de los daños. […] En esa
línea, en el ámbito internacional de derechos humanos se alude a la necesidad de medidas
de prevención. En efecto, se considera que pueden dictarse medidas de urgencia para
evitar situaciones en las que se pusiera en riesgo la salud e integridad física o mental de
quienes hayan sido víctimas de daño físico, psíquico, o daño a su integridad sexual, ame
naza, agravio, ofensa o cualquier otra forma de agresión por parte de un miembro de su
grupo familiar." (Pág. 24, párrs. 1 y 2) (énfasis en el original).
Así, "en cumplimiento de las obligaciones [de protección a las víctimas] el legislador del
Estado de México creó todo un sistema normativo cuyo propósito radica en prevenir,
corregir y sancionar la violencia intrafamiliar. En particular, estableció la posibilidad de
que el juez dictará órdenes de protección. […] En el Amparo en Revisión 495/2013 esta
Primera Sala sostuvo que las medidas de protección son actos de urgente aplicación, las
cuales se dictan en función del interés superior de la víctima de violencia, cuando se
encuentre en riesgo la integridad física o psicológica, la libertad o seguridad de la mujer
víctima y de las víctimas indirectas, y bajo una vigencia limitada." (Pág. 24, párrs. 4 y 5).
Por lo anterior, "la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Estado
de México definió en su artículo 28 a las órdenes de protección como actos de protección
78 Cuadernos de Jurisprudencia
y de urgente aplicación en función del interés superior de la víctima y son fundamental
mente precautorias y cautelares. Éstas deberán otorgarse por la autoridad competente,
inmediatamente que conozcan de hechos constitutivos de Infracciones o delitos que
impliquen violencia de género. Dispuso que las órdenes de protección pueden ser
de emergencia o preventivas, y entre éstas se encuentra la posibilidad de ordenar que la
persona agresora desocupe el domicilio en el que habite la víctima. […] En esa misma
línea, en el artículo 2.355 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de México se
estableció que en las controversias de violencia familiar el juez podrá dictar las medidas
de protección al admitirse la demanda de violencia familiar o durante el proceso. Entre
dichas medidas se encuentra el ordenar al presunto generador de violencia que salga
inmediatamente del domicilio común, aunque fuera propietario del inmueble. […] De la
normatividad anterior se observa que las medidas de prevención pueden dictarse desde
la admisión de la demanda de violencia familiar. [Lo anterior] se encuentra justificado en
atención a las obligaciones internacionales del Estado mexicano en las que se comprometió
a prevenir y erradicar la violencia." (Pág. 25, párrs. 1 a 3).
"En efecto, la garantía de protección del derecho a una vida libre de violencia supone que
el Estado posibilite su verdadera realización. Por ello deben establecerse procedimientos
justos y eficaces para las víctimas de violencia en los que obtengan medidas de protección,
un juicio oportuno y un acceso efectivo a resarcimiento, reparación del daño u otros
medios de compensación. […] En cuanto al momento en que debe dictarse una medida
de prevención, […] ésta puede dictarse desde el inicio de la controversia familiar, o en
cualquier momento del juicio. Así, el que la orden de emergencia se dicte al momento
mismo de la admisión de la demanda de violencia familiar, no hace sino otorgar garantías
a las víctimas de que no serán objeto de nuevas agresiones, y hace efectivo su derecho a
denunciar los actos de violencia que han sido cometidos en su contra. […] La diligencia
con que pueden dictarse las medidas urgentes se justifica para prevenir o bien, establecer
mecanismos de protección a la integridad de las víctimas que han denunciado algún tipo
de violencia, permite darles la seguridad en el sentido de que no se pondrán en riesgo los
valores primordiales de salud, dignidad e integridad física y mental. Constituye un deber
de primer orden el garantizar el respeto a la salud, integridad física y mental de las personas
que son objeto de violencia, máxime cuando las víctimas se encuentran en una situación
de vulnerabilidad manifiesta frente a sus agresores, como niños o personas con discapa
cidad. [Respecto] a la forma o elementos que deben verificarse para que pueda dictarse
la orden de emergencia […] basta que exista una situación de riesgo que comprometa
los bienes y derechos de los integrantes del grupo familiar, sin que sea necesario que se
actualice un daño. Aquí conviene hacer una precisión sobre el concepto de riesgo. Éste
debe entenderse como la posibilidad de que un daño "probable" ocurra en el futuro.
Para demostrar tal probabilidad basta con que el juzgador advierta, además del dicho
Violencia familiar 79
de la persona que la alega la agresión, la existencia de indicios leves sobre dicha situa
ción." (Pág. 26, párrs. 1 a 4).
"Tal estándar se desprende tanto del deber de protección de los derechos a la salud e inte
gridad física y mental de las víctimas, de las medidas de protección reforzadas que merecen
los menores de edad; así como de la normatividad del Estado de México conforme a
la cual, para otorgar las órdenes emergentes y preventivas, deberá considerarse el riesgo
o peligro existente, y la seguridad de la víctima. Esto es, la Ley de Acceso de las Mujeres a
una Vida Libre de Violencia del Estado de México no alude al concepto de daño, sino que
señala que basta con que la víctima se encuentre en una situación de riesgo, requerimiento
que es congruente con la protección que merecen los derechos y valores que se afectan
en las situaciones de violencia familiar." (Pág. 27, párr. 1).
2. La Corte determinó en relación con los derechos señalados por el señor que "ni el mo
mento en que se dicta la medida de urgencia, ni el estándar que se requiere para que las
órdenes precautorias sean procedentes, vulneran los derechos al debido proceso, audiencia
o propiedad del agresor ya que, por un lado, tales medidas no son definitivas; y por otro,
merecen un grado de protección menor frente a los valores y derechos que se pretende
proteger. [Así], las medidas de urgencia no tienen por objeto la disminución, el menoscabo
o la supresión definitiva de un bien material o inmaterial o de un derecho del gobernado,
sino únicamente un propósito de interés general, consistente en prevenir un acto de
violencia más en contra de las víctimas; por lo que tienen únicamente alcances precauto
rios y cautelares, además de estar fundadas dichas medidas, en principios de debida dili
gencia y estado de necesidad." (Pág. 27, párrs. 2 y 3).
La Sala estableció que "además, durante el juicio de violencia familiar se recibirán, admitirán
y desahogarán las pruebas que procedan y se recibirán los alegatos del agresor, tal y
como lo establece el Título Décimo Segundo del Código Civil del Estado de México y la
Sección Segunda del Código de Procedimientos Civiles del Estado de México. En ese sen
tido, el derecho de audiencia al agresor está garantizado para que haga valer lo que a su
derecho convenga; de ahí que, de manera alguna, las medidas de emergencia invocadas
resulten violatorias de la Constitución General. […] Asimismo […], la celeridad de las me
didas se justifica —en forma de excepción—, al emitirse cuando se encuentra en riesgo
la integridad física o psicológica, la libertad o seguridad de las víctimas. […]" Atendiendo
a lo anterior, la Sala confirmó la sentencia del tribunal colegiado al considerar que los
derechos del señor no fueron vulnerados "al desalojar al recurrente, ya que ello estuvo
justificado en tanto se evidenció la situación de riesgo de los demandantes. En efecto, la
demandante acompañó diversas periciales psicológicas que indican que ella y sus menores
hijos se encuentran en una situación de riesgo, periciales que constituyen indicios sufi
cientes para decretar la medida precautoria." (Pág. 28, párr. 1 a 3).
80 Cuadernos de Jurisprudencia
SCJN, Primera Sala, Amparo en Revisión 24/2018, 17 de octubre de 201835
El juez resolvió negar la separación de personas porque estimó que la medida solicita
da no se encontraba de forma específicamente en lo dispuesto por el numeral 221 del
Código de Procedimientos Civiles local,36 pues el artículo únicamente establecía medidas
judiciales para cuando el cónyuge solicitante siguiera habitando la casa conyugal. Según
su razonamiento, la medida no era conveniente ni necesaria porque la mujer ya vivía
separada de su marido y no necesitaba de protección.
En apelación, la Sala que conoció del asunto determinó otorgar la medida solicitada. En su
sentencia consideró que, de acuerdo con las pruebas exhibidas, era imposible que las
partes habitaran la misma casa y determinó reintegrar a la mujer y sus hijos al domicilio
conyugal. Además, el tribunal consideró que existía riesgo de violencia física y psicológica
del cónyuge sobre la mujer, por lo que con base en la Ley General de Acceso a las Mujeres Artículo 221. Cuando alguno
de los cónyuges, intente, o
a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV) procedía la separación legal de personas y la fuese a intentar demanda,
querella o denuncia, puede
reintegración al domicilio conyugal solicitada. solicitar la separación al Juez,
acreditando por los medios
permitidos a su alcance,
la urgencia y necesidad de la
El demandado promovió un juicio de amparo indirecto. Señaló que los artículos de la medida. Dicha autoridad, desde
luego, dispondrá las medidas
LGAMVLV eran inconstitucionales y que el acto vulneraba su derecho al debido proceso. necesarias para que el cónyuge
que tuviere el cuidado del
El juzgado determinó negar la protección constitucional y el señor interpuso recurso de hogar y de los hijos siga
habitando la casa conyugal y
prevendrá al otro cónyuge que
señale el domicilio donde
deberá habitar durante
el curso del procedimiento
respectivo.Asimismo, podrá
35
Unanimidad de votos. Ponente: Ministro José Ramón Cossío Díaz. solicitar al Juez, sujetándose a
los lineamientos de este
36
"Artículo 221.- Cuando alguno de los cónyuges, intente, o fuese a intentar demanda, querella o denuncia, capítulo, el embargo
puede solicitar la separación al Juez, acreditando por los medios permitidos a su alcance, la urgencia y necesidad precautorio de bienes de su
de la medida. Dicha autoridad, desde luego, dispondrá las medidas necesarias para que el cónyuge que tuviere cónyuge que, en caso de recaer
en bienes inmuebles, deberá
el cuidado del hogar y de los hijos siga habitando la casa conyugal y prevendrá al otro cónyuge que señale el inscribirse con carácter de
domicilio donde deberá habitar durante el curso del procedimiento respectivo. temporal en el Registro Público
Asimismo, podrá solicitar al Juez, sujetándose a los lineamientos de este capítulo, el embargo precautorio de de la Propiedad, a efecto de
garantizar las obligaciones
bienes de su cónyuge que, en caso de recaer en bienes inmuebles, deberá inscribirse con carácter de temporal alimentarías a cargo de éste.
en el Registro Público de la Propiedad, a efecto de garantizar las obligaciones alimentarías a cargo de éste."
Violencia familiar 81
revisión. El Tribunal Colegiado de conocimiento se declaró incompetente para conocer
de la cuestión de constitucionalidad planteada, por lo que determinó enviar el caso a la
Suprema Corte.
3. ¿El artículo 33 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia,
al facultar a las autoridades a dictar medidas cautelares "similares" no previstas expresa
mente en la legislación, transgrede la garantía de legalidad?
1. Las medidas de protección, emergentes o de carácter civil tienen una finalidad consti
tucionalmente reconocida, que es la garantía de las mujeres a una vida libre de violencia.
Son mecanismos adecuados para prevenir el abuso físico o emocional en contra de las
mujeres en el interior del hogar y responden al deber del Estado de actuar con debida
diligencia en casos de violencia para proteger a las víctimas.
82 Cuadernos de Jurisprudencia
3. El artículo 33 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia,
al facultar a las autoridades a dictar medidas cautelares "similares" no previstas expresa
mente en la legislación, no transgrede la garantía de legalidad porque otorga la facultad
de realizar otros actos de protección y de urgente aplicación, distintos a los enumerados
en la legislación, y dirigidos a salvaguardar a la víctima. Las leyes no son diccionarios, y
exigir que en el cuerpo del texto se agoten todos los supuestos de actos de protección
y de urgente aplicación tornaría imposible la función legislativa.
1. La Corte determinó que "los artículos cuya constitucionalidad fue cuestionada facultan
a las autoridades competentes que conocen de hechos probablemente constitutivos de
infracciones o delitos que impliquen violencia contra las mujeres, el dictado de órdenes
de protección (artículo 27), ya sea con el carácter de emergentes, como es el reingreso de
la víctima al domicilio, una vez que se salvaguarde su seguridad (artículo 29), o de natu
raleza civil, como la posesión exclusiva de la víctima sobre el inmueble que sirvió de domi
cilio (artículo 32). Asimismo, asignan a las autoridades jurisdiccionales la valoración de las
órdenes y la determinación de medidas similares en sus resoluciones o sentencias en los
juicios o procesos en materia civil, familiar o penal (artículo 33)." (Párr. 33).
En este tenor, la Primera Sala reconoció que la norma señalaba un tratamiento diferenciado
en razón de sexo y aplicó al análisis de las medidas el test de proporcionalidad desarro
llado por la Corte y estableció que "el propósito de la ley consiste en crear un esquema
institucional que permita erradicar la violencia contra las mujeres, considerada como el
símbolo más brutal de desigualdad de género existente en nuestra sociedad." (Párr. 36).
Del análisis de la reforma legal, la Corte señaló que "los artículos 27, 29, fracción III, 32,
fracción III, y 33 de la legislación se insertan en el reconocimiento de la necesidad de crear
un régimen específico de protección, materializado a nivel internacional […] al compro
bar que la normativa general no era suficiente para garantizar la defensa de las mujeres,
quienes por su condición de género requieren una visión especial para el respeto de sus
derechos." (Párrs. 37 y 38).
En el entendido de que el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia implica
tomar medidas concretas para lograrlo, incluyendo la creación de normas civiles para
prevenir, investigar y sancionar cualquier tipo de violencia en contra de la mujer y meca
nismos de protección eficaces dentro de un procedimiento judicial en curso, la Sala con
cluyó que existía una finalidad constitucionalmente imperiosa de las medidas, pues el
Estado se encuentra obligado a "adoptar medidas integrales para cumplir con la debida
diligencia al combatir la violencia contra las mujeres, lo que incluye un adecuado marco
jurídico de protección, políticas de prevención y prácticas para actuar eficazmente ante
las denuncias." (Párr. 42).
Violencia familiar 83
En relación con la idoneidad y adecuación de las medidas, la Sala determinó que este
requisito se encontraba acreditado debido a que "las medidas precautorias […] justamen
te garantizan que el posible agresor no atente contra la integridad de la mujer ni perjudique
su propiedad una vez que la autoridad ha tenido conocimiento de hechos probablemente
constitutivos de infracciones o delitos que impliquen violencia en su contra, momento
de máxima exposición y peligro para la víctima. Ciertamente, al disponer como orden de
protección de emergencia el reingreso de la víctima al domicilio, una vez que se salva
guarde su seguridad, y como orden de protección de naturaleza civil la posesión exclusiva
sobre el inmueble que sirvió de domicilio, la legislación logra en la medida de lo posible
evitar un acto de violencia más en su contra. Asimismo, al establecer que corresponderá
a las autoridades jurisdiccionales la valoración de las órdenes y la determinación de
medidas similares en sus resoluciones o sentencias, la ley otorga la flexibilidad necesaria
para que cada decisión de la autoridad esté estrechamente vinculada a las circunstancias
que rodean el caso concreto." (Párr. 44).
Por lo anterior, el tribunal consideró que los artículos impugnados "responden eficazmente
a la dinámica de la violencia doméstica y constituyen mecanismos idóneos para prevenir
el abuso físico o emocional en contra de las mujeres al interior del hogar." (Párr. 45).
En relación con que la medida sea la mínima restricción posible para alcanzar la finalidad
perseguida, la Sala determinó que "la existencia de una ley que prevé una protección
especial a las mujeres no implica decretar la superioridad de un género sobre el otro sino
brindar soluciones normativas específicas para un grupo social que ha sufrido histórica
mente de discriminación, lo que por sí mismo no conlleva una restricción a derechos de
terceros ni la supresión del derecho de los hombres a una vivienda digna." (Párr. 48).
La Sala remarcó que "[según] el Instituto Nacional de las Mujeres, en el 2016 el 66.1% a
nivel nacional de las mujeres mayores de quince años han experimentado violencia a lo
largo de su vida, mientras en 2011 el 49.2% reportó violencia de pareja, de las cuales el
22.3% afirma haber sufrido daños físicos o emocionales y sólo un 22.2% se ha acercado
al menos a una institución o autoridad en búsqueda de ayuda. A esto se suma que, en el
2016, el 9.1% de mujeres señalaron haber sido víctimas de violencia física o sexual en los
últimos doce meses. Por otro lado, en nuestro país el 16.4% de las mujeres no perciben
ingresos propios y sólo el 15% cuentan con vivienda propia, además de que las mujeres
llevan a cabo el 69% de las horas dedicadas al cuidado del hogar, lo que sin duda influye
en su desarrollo laboral. […] Estas estadísticas muestran que existe un importante por
centaje de la población que por su condición de género de hecho requiere de la protección
estatal ante un posible ataque violento perpetrado en su hogar, que sea sensible ante la
situación de vivienda e ingresos. En este escenario de necesidad y urgencia, las medidas
de protección […] constituyen una intervención válida y razonable en el derecho de
propiedad del presunto agresor, ya que, por un lado, se trata de órdenes cautelares —por
84 Cuadernos de Jurisprudencia
tanto, no definitivas—, y por otro, merece un grado de protección menor frente a los
valores y derechos que se pretende salvaguardar." (Párr. 50).
Por todo lo anterior, "se advierte que no habría alternativas legales menos restrictivas,
pues en caso de no intervenir, el Estado estaría incumpliendo con su obligación de actuar
con la debida diligencia en casos de violencia y exponiendo a la posible víctima a la con
vivencia con su agresor, lo que sería frontalmente contrario al parámetro constitucional
en la materia. Lo anterior, en el entendido de que la propia legislación establece los requi
sitos de fundamentación y motivación de dichas medidas a la luz de los principios de
debida diligencia y estado de necesidad, debiéndose analizar su procedencia casuística
mente y quedando sus efectos indefectiblemente sometidos a las resultas del procedimiento
en el que se dicten, donde el sujeto afectado es parte y podrá aportar los elementos
probatorios que considere convenientes." (Párr. 53).
La Sala determinó que "los artículos 27, 29, fracción III, 32, fracción III, y 33 de la Ley de
Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia constituyen respuestas normativas
proporcionales en el contexto mexicano de violencia de género, tomando en cuenta
las obligaciones estatales de prevenirla, atenderla y erradicarla." (Párr. 54).
2. La Corte determinó que "el artículo 32, fracción III, es una medida cautelar que, como
tal, constituye únicamente un acto de molestia. [La] naturaleza de estas decisiones que
se caracterizan por ser accesorias y sumarias, en tanto la privación no es un fin en sí mismo
y se tramitan en plazos breves; y cuyo objeto es, previendo el peligro en la dilación, ga
rantizar la existencia de un derecho cuyo titular estima que puede sufrir algún menoscabo
y son un instrumento de interés público, pues buscan restablecer el ordenamiento jurídico
desapareciendo provisionalmente, una situación que se reputa antijurídica. Por ende, no
puede considerarse que el precepto en cuestión entrañe una violación al derecho a la
propiedad, sino una incidencia razonable y legítima frente a los valores y derechos que
se pretenden proteger con la medida preventiva." (Párr. 56).
"[La] vigencia de las providencias precautorias está supeditada y tiene efectos únicamente
hasta que cause ejecutoria la sentencia definitiva o, en su caso, el auto que pone fin al
Violencia familiar 85
procedimiento en el que se dictaron. En consecuencia, es falso que su emisión constituya
una ‘molestia exorbitante’ o ‘condena perpetua’, pues el acto de molestia sobre la propiedad
del bien inmueble sólo perdurará mientras exista el riesgo respecto de la persona solici
tante y en tanto se dilucide la cuestión de fondo del juicio." (Párr. 57).
Además, es necesario señalar que "el artículo 32, fracción III, no otorga propiedad alguna
a la víctima, por lo que no podría hablarse en ningún momento de acumulación de bienes.
Además, como medida precautoria, se trata de un acto de molestia que no privará de su
propiedad al presunto agresor, en caso de que este último derecho exista. De ahí que no
pueda considerarse que el precepto involucra una afectación innecesaria o desmedida
de otro derecho constitucionalmente protegido, sino simplemente una orden urgente
cuya procedencia se determina casuísticamente valorando el riesgo específico de cada
caso concreto." (Párr. 58).
Por todo lo anterior, "el artículo 32, fracción III, de la Ley General de Acceso de las Mujeres
a una Vida Libre de Violencia, si bien tiene una incidencia en el derecho de propiedad del
presunto agresor, constituye una medida legislativa proporcional a la luz del parámetro
de constitucionalidad aquí descrito." (Párr. 59).
3. La Primera Sala señaló que "el enunciado normativo impugnado establece que corres
ponderá a la autoridad jurisdiccional competente no sólo la valoración de las órdenes,
sino también la determinación de ‘medidas similares’ en sus resolución o sentencias. En ese
sentido, debe decirse que efectivamente está otorgando la facultad de realizar otros actos
de protección y de urgente aplicación, distintos a los enumerados en la legislación, y
dirigidos a salvaguardar a la víctima. Así, la norma prevé un ejercicio discrecional de esta
facultad para atender las circunstancias específicas que rodeen un caso concreto. Sin
embargo, de ello no se sigue que el precepto otorgue un cheque en blanco a favor de la
autoridad para dictar cualquier tipo de medidas que colisione con el principio de legalidad
o vulnere la seguridad jurídica." (Párr. 61).
"Lejos de ser una palabra multívoca que abra de forma indiscriminada su significado, la
locución ‘similares’ limita la naturaleza y fin de las medidas en cuestión, al mismo tiempo
que otorga la flexibilidad necesaria para atender debidamente la complejidad del fenó
meno de violencia, marcado por el peligro en la demora y las especificidades de cada caso
concreto. [Las] leyes no son diccionarios, y exigir que en el cuerpo del texto se agoten
todos los supuestos de actos de protección y de urgente aplicación tornaría imposible la
función legislativa, traduciéndose en una labor interminable y nada práctica, teniendo
como consecuencia que no se cumpliera con su finalidad." (Párr. 63).
86 Cuadernos de Jurisprudencia
2.2 Medidas de protección y garantía
de los derechos de las víctimas
SCJN, Pleno, Controversia Constitucional 54/2009, 27 de mayo de 2010
(NOM para la atención y prevención de violencia familiar, sexual y contra
las mujeres)37
En su demanda, el gobernador señaló, entre otras cosas, que la autoridad sanitaria no era
competente para normar asuntos de procuración y administración de justicia, que es
facultad de los Congresos Estatales legislar en materia de atención a víctimas de violencia
intrafamiliar y sexual por tratarse de delitos del orden común, que la modificación recla
mada vulneraba el principio de reserva de ley constitucional, pues la autoridad estaba
haciendo uso de facultades que no le habían sido expresamente conferidas y que
la modificación violaba la garantía de legalidad y seguridad jurídica con la imposición de
gravámenes.
¿El hecho de que la NOM regule cuestiones relacionadas con la atención, tratamiento y
necesidades de las víctimas de violencia familiar y sexual invade facultades reservadas
para los estados?
37
Mayoría de diez votos. Ponente: Ministro José Ramón Cossío Díaz.
Violencia familiar 87
Criterio de la Suprema Corte
El Pleno estableció que "si bien algunas conductas son calificadas en ciertos ámbitos
materiales establecidos constitucionalmente, como lo es destacadamente el caso de
la materia penal, esto no significa que esta calificación sea excluyente de su tratamiento
en otros ámbitos del derecho. Lo establecido para las víctimas en el ámbito constitucio
nal, en particular el artículo 20, B, fracciones III y V, son deberes para las autoridades de
procuración de justicia; no la concesión de exclusividad para su aplicación. Este deber
genera un derecho para las víctimas: una garantía para la satisfacción inmediata del mismo,
y no una limitación para que este derecho pueda ser exclusivamente garantizado por
una sola autoridad, que además no es la que materialmente cuenta con la capacidad,
conocimiento, especialidad para su eficaz tratamiento y prevención, como sí lo es el per
sonal adscrito al Sistema Nacional de Salud." (Pág. 63, párr. 3).
88 Cuadernos de Jurisprudencia
De esta necesidad material de acceso a los servicios de salud, es de donde deriva la regu
lación de su atención a través de normas específicas del ámbito de salud, y no de manera
exclusiva del ámbito penal. Si bien es cierto que las conductas contempladas en la norma
impugnada pueden ser a su vez constitutivas de delito, y que sus víctimas cuentan con el
derecho de que el Ministerio Público competente para su conocimiento les garantice
atención médica, de ninguna manera se sigue que la única y exclusiva manera de tratar,
calificar y regular conductas relacionadas con este tipo de situaciones sea la criminal.
Además de que, como ya se vio en los puntos transcritos, la norma establece las seguri
dades pertinentes para salvaguardar las competencias en materia de procuración y admi
nistración de justicia, sin obstaculizar o perjudicar su desarrollo." (Pág. 65, párr. 3).
El 17 de marzo de 2004, una mujer que fue agredida física y sexualmente por su concubino
acudió con su hijo de siete meses de edad y su hija de tres años al Instituto de la Mujer
del Distrito Federal. En el Instituto un médico legista certificó su estado físico y el personal
inició las gestiones para canalizarla a un albergue.
A la señora se le informó que en el Albergue para Mujeres que Viven Violencia Familiar de
la Secretaría de Desarrollo Social local —al que podía ser canalizada en ese momento—,
existía un brote de varicela. Sin embargo, ante la imposibilidad de ser canalizada a otro
albergue y motivada por la situación de violencia física y psicológica a la que se encontraba
sometida por parte de su concubino, aceptó ser trasladada a este lugar.
Unos días después de haber llegado al albergue, el hijo de la señora fue valorado por el
personal médico, dado que parecía haberse contagiado de varicela. La familia fue trasla
38
Mayoría de tres votos. Ponente: Ministro Arturo Zaldívar.
Violencia familiar 89
dada al área en la que se encontraban las personas contagiadas y, ese mismo día, la niña
también se contagió de varicela. Dos días después del contagio, una médica del albergue
informó que la niña presentaba lesiones en el tórax ocasionadas por la varicela, por lo
que recomendó observación. Pasados otros dos días, el médico del albergue elaboró una
nota en la cual reiteró que la niña presentaba una lesión dermatológica y estableció un
"plan de vigilancia".
El 10 de abril la niña seguía con el padecimiento, otro médico del albergue indicó en una
nota que la madre había solicitado repetidamente que fuera a verla para valorarla porque
su temperatura corporal era de 40 grados centígrados, situación que persistió por dos
días. La respuesta del doctor fue que controlara la temperatura por medios físicos.
Al día siguiente, el médico indicó en una nota que la niña continuaba con altas tempe
raturas y que presentaba vesículas, costras y huellas de rascado en el muslo derecho, para
lo cual recomendó dosis única de cinco mililitros de metamizol sódico y control por medios
físicos. El cuadro clínico persistió y el 13 de abril la niña fue trasladada a un hospital
pediátrico de la Secretaría de Salud del Distrito Federal para una consulta externa.
En el hospital, un tercer médico elaboró una nota en la que reiteró el diagnóstico, destacó
la falta de "manejo previo" y prestó especial atención a la lesión del muslo derecho. Adi
cionalmente, a más de siete días del primer diagnóstico, recomendó un tratamiento con
antibiótico y el aislamiento de la niña.
La niña volvió al albergue ese día y la misma doctora que la atendió en primer lugar reiteró
que era necesario iniciar un tratamiento antibiótico por la lesión que la niña presentaba
en el muslo derecho. Horas más tarde de ese mismo día, la niña fue hospitalizada de
urgencia en el Instituto Nacional de Pediatría, en donde murió debido a la negligencia en
el tratamiento de varicela complicada con sepsis. El padecimiento, que generó un choque
séptico y falla orgánica múltiple, no fue diagnosticado por los médicos tratantes y los
peritajes evidenciaron que la niña no fue revisada ni explorada físicamente durante
las consultas en el albergue.
El 11 de abril de 2006 la madre de la niña presentó una demanda en contra de los médicos
que trabajaban en el albergue y del médico que atendió a su hija en el hospital pediátrico,
así como del Gobierno del Distrito Federal, la Secretaría de Desarrollo Social y la Secretaría
de Salud. En la demanda, la señora exigió el pago del daño moral ocasionado por la
muerte de su hija por un monto mínimo de treinta millones de pesos, el pago de daños
y perjuicios, los intereses moratorios correspondientes y el pago de gastos y costas deri
vados del juicio.
90 Cuadernos de Jurisprudencia
entre otras cosas, que en el caso no se acreditó una mala práctica médica por parte del
personal de salud, que fue la madre quien no prestó los cuidados debidos y omitió referir
los síntomas que presentó su hija y que el derecho de la señora para pedir la reparación
había prescrito. En las contestaciones también se resaltó que no se le había ocasionado
ningún daño a la señora porque ella decidió ingresar al Albergue a pesar de que se le había
informado que había un brote de varicela y que no tenía derecho a reclamar el pago de
la reparación y que las normas oficiales mexicanas que reclamaba que no se habían apli
cado no correspondía aplicarlas en caso de albergues.
En el caso se llevaron a cabo cuatro juicios de amparo antes de que el asunto llegara a la
Suprema Corte. Derivado de cada juicio se emitieron sentencias de segunda instancia que,
cronológicamente, establecieron la obligación del gobierno de pagar $150,000 (ciento
cincuenta mil pesos), $500,000 (quinientos mil pesos), $2,500,000 (dos millones quinientos
mil pesos) $15,000,000 (quince millones de pesos) y $7,000,000 (siete millones de pesos) por
concepto de daño moral a la señora.
Frente a la última sentencia de segunda instancia, las partes acudieron por quinta vez al
amparo. La madre señaló que el monto fijado como indemnización no era justo ni equi
tativo, ni cumplía con sus funciones compensatoria y sancionadora. Por su lado, el Gobierno
estableció que la condena estaba indebidamente fundada y motivada y la cantidad fijada
iba en decremento del interés general. El tribunal colegiado solicitó a la Primera Sala el
ejercicio de su facultad de atracción para conocer del asunto.
La Corte admitió el amparo para fijar los parámetros que deben primar para determi
nar el monto que debe resarcirse a la víctima en una demanda de daño moral cuando el
obligado es un ente público y otras consideraciones sobre la obligación de indemnización
a cargo de un ente público. En su resolución, modificó el monto de indemnización para
la víctima, al considerar que en el caso existía una responsabilidad por daño moral elevada,
agravada porque el Gobierno local se encontraba en una posición especial de garante
como consecuencia del grave contexto de violencia sufrido por la señora.
1. ¿Cuáles son las obligaciones del Estado al proporcionar albergues para víctimas de
violencia familiar?
Violencia familiar 91
2. Ante el incumplimiento de las obligaciones del Estado en su posición especial de garante,
¿cómo debe determinarse una justa reparación para las víctimas de violencia familiar
afectadas por ese incumplimiento?
2. La reparación del daño tiene que considerar que la señora fue víctima de la negligente
atención recibida por su hija, en el marco de un indebido tratamiento en el Albergue que
la recibió como parte de las obligaciones del Estado de atender a mujeres que han sufrido
violencia intrafamiliar. Además, debe ponderar el aspecto cualitativo del daño ocasio
nado a la víctima y el aspecto patrimonial derivado del daño moral, así como la naturaleza
de la relación jurídica de los sujetos responsables con la víctima, el grado de responsabi
lidad, la capacidad económica y la finalidad de la indemnización.
1. La Sala señaló que, a pesar de que "las obligaciones y deberes del Estado frente a la
ciudadanía parten de la idea de que aquél siempre tiene una posición de garante respecto
de sus derechos, hay casos donde esta posición es especial o reforzada." (Pág. 84, párr. 3).
En ese sentido, en el caso de las víctimas de violencia familiar, "el Comité para la Eliminación
de la Discriminación contra la Mujer sostuvo en su Recomendación General 19, sobre la
violencia contra la mujer, que los Estados deben adoptar medidas destinadas a muje
res víctimas de violencia en el hogar, las cuales comprendan refugios, en los que sean
atendidas por personal capacitado que contribuya a su rehabilitación y asesoramiento.
Así, estos refugios juegan un papel fundamental en la posibilidad de que las mujeres
puedan romper ciclos de violencia que ponen en riesgo su vida y la de sus familiares." (Pág.
82, párr. 2).
"[De] acuerdo con la citada Recomendación General No. 19, sobre ‘La violencia contra la
mujer’ del Comité Cedaw, el artículo 8 de la Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, las autoridades tienen la obligación de
prestar a las mujeres víctimas de violencia el servicio de refugios, dentro de los cuales
personal capacitado brinde servicios especializados y gratuitos que comprendan, entre
otros, hospedaje, servicio médico, asesoría jurídica y apoyo psicológico. […] Consecuen
temente, resulta evidente que la vida e integridad de las personas que ingresan a refugios
92 Cuadernos de Jurisprudencia
como el Albergue involucrado en el presente caso, quedan bajo un especial cuidado del
personal adscrito a dichos lugares. En relación con este punto, de conformidad con los
citados estándares internacionales, el Estado mexicano se encuentra obligado —de manera
conjunta, reflejándose en todos los niveles de gobierno— a contar con albergues o refugios
para atender a mujeres en situación de violencia, lo cual implica que asume un deber
reforzado de velar por la salud e integridad de las personas atendidas." (Págs. 87 y 88).
Por ello "el Estado se encontraba en una especial posición de garante respecto de las
personas que llegaban a ese lugar y que conocía sobre un contexto de potenciales riesgos
de infección derivado del brote de la enfermedad, todo lo cual se actualizó antes de
la negligencia médica." (Pág. 81, párr. 4).
2. La Corte determinó que, en el caso, "la reparación del daño tiene que partir de la con
sideración de que la señora fue víctima de la negligente atención recibida por su hija, en
el marco de un indebido tratamiento en el Albergue que la recibió como parte de las
obligaciones del Estado de atender a mujeres que han sufrido violencia intrafamiliar. [Sin
embargo,] las consideraciones de la Sala responsable no dieron cuenta del hecho de que
la señora acudió al Albergue para salvar su vida y la de sus hijos, frente a un grave contexto
de violencia intrafamiliar. Y tras lo difícil que es adoptar la decisión de salir de casa,
una de las consecuencias directas de sus actos fue la llegada a un albergue en el que, tras
el contagio y negligente actuación del personal médico adscrito al mismo, su hija perdió
la vida." (Pág. 81, párr. 2 a 4).
"Así, para lograr una justa indemnización en casos que involucren al Estado o a sus agentes
como parte demandada, se partirá del siguiente esquema:
a) Aspecto cualitativo del daño o daño moral en sentido estricto, el cual com
prende la valoración de: (i) el tipo de derecho o interés lesionado; (ii) la
existencia del daño; y (iii) la gravedad de la lesión o daño.
b) Aspecto patrimonial o cuantitativo derivado del daño moral, dentro del cual
se deberán valorar: (i) los gastos devengados derivados del daño moral; y
(ii) los gastos por devengar.
Violencia familiar 93
"a) Aspecto cualitativo
b) Aspecto patrimonial
94 Cuadernos de Jurisprudencia
psicoemocional de la ahora quejosa que el monto indemnizatorio debe
cubrir la posibilidad de que, en caso de que así lo desee, ésta pueda buscar
la atención especializada necesaria.
[…]
Violencia familiar 95
(ii) Grado de responsabilidad. Como también quedó fijado desde los
juicios de amparo directo […], la responsabilidad del personal del
Albergue que laboraba para el Gobierno de la Ciudad de México
es alta, pues fue claro que el tratamiento de la niña no fue adecuado,
destacando la falta de exploración física, la abstención de intervención
tras más de dos días consecutivos con temperaturas superiores a los
40°C, y la omisión de ministrar medicamentos hasta después de
10 días.
Por otra parte, llama la atención a esta Sala que la respuesta inmediata
de las autoridades que comparecieron al juicio y, en general, los
posicionamientos que caracterizaron las etapas tempranas del mismo,
reflejaran un intento constante por responsabilizar a la madre de
la niña.
96 Cuadernos de Jurisprudencia
y los contribuyentes—, la finalidad de la indemnización debe ser
la de reparar justamente el daño provocado y todas y cada una de
sus consecuencias, analizadas en un sentido amplio según la trascen
dencia de los hechos ilícitos que dieron lugar al presente juicio de
amparo directo." (Págs. 86 a 91).
En el estado de Guanajuato, una mujer solicitó el divorcio y demandó el 50% de los bienes
adquiridos durante el matrimonio, así como el pago de una justa indemnización para ella
y su hijo por la violencia que su cónyuge ejerció en contra de ellos durante la relación.
En primera instancia la jueza otorgó a la mujer el porcentaje de bienes solicitado y condenó
al demandado al pago de una indemnización por daño moral, cuyo monto debía calcularse
en la etapa de ejecución de la sentencia, teniendo en consideración el nivel de vida y la
situación real de las víctimas, el entorno en que viven y su desarrollo, así como la posibi
lidad económica del demandado. Ambas partes interpusieron el recurso de apelación
frente a esta determinación.
La Sala que conoció del asunto determinó confirmar el porcentaje de bienes otorgados
a la mujer y reiteró la obligación del demandado de pagar la indemnización por daño moral,
por haber ejercido actos de violencia económica en contra de la mujer. En su resolución
señaló que esos actos habían vulnerado el derecho de la mujer y su hijo a una vida libre
39
Unanimidad de votos. Ponente: Ministro Arturo Zaldívar.
Violencia familiar 97
de violencia. Nuevamente ambas partes promovieron un juicio de amparo; por su parte,
la mujer combatió la exclusión de algunos bienes sujetos de la compensación, mientras
que el señor argumentó que el porcentaje de compensación otorgado no atendía a
las características del caso, además de que los actos de violencia por los que estaba siendo
sentenciado no habían sido probados.
La Corte determinó admitir el caso para analizar el derecho a una justa indemnización y
Esta sentencia también
se aborda en el Cuaderno
a vivir una vida libre de violencia. En su resolución, entre otras cosas, la Primera Sala reco
de jurisprudencia sobre
compensación económica noció la procedencia de una justa indemnización en el caso y ordenó a la autoridad conocer
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compensacion-economica
La violencia familiar ocurrida en el caso cumplió con los requisitos establecidos para la
procedencia de la reparación solicitada, al acreditar que existió un hecho ilícito, un daño
patrimonial y un nexo causal entre el hecho y el daño causado.
98 Cuadernos de Jurisprudencia
Justificación del criterio
La Primera Sala determinó que en el caso procedía "realizar un análisis con base en una
perspectiva de género al acreditarse, durante toda la secuela procesal, que la recurrente
—y su hijo— sufrieron de violencia familiar causada directamente por su ex cónyuge, lo
que da cuenta de las posibles desventajas por condición de género." (Pág. 13, párr. 3).
Lo anterior debido a que "en aquellas controversias donde se plantee una situación
de violencia o vulnerabilidad que, por cuestiones de género, impida impartir justicia de
manera completa e igualitaria, los órganos judiciales deben verificar, aplicando la herra
mienta de perspectiva de género, si existen posibles desventajas por dicha condición."
(Pág. 12, párr. 1).
En relación con la violencia familiar, la Sala estableció que "la violencia intrafamiliar
puede demandarse como un caso de responsabilidad civil extracontractual regido por
el derecho a una justa indemnización, [dado que] constituye un hecho ilícito, que tiene
cabida en las relaciones entre particulares, cuyas consecuencias patrimoniales y extrapa
trimoniales deben ser reparadas de manera justa y acorde a la entidad de la afectación."
(Pág. 32, párr. 3).
"En ese sentido, cuando se demande la reparación del daño patrimonial o moral que ha
resentido una víctima de violencia intrafamiliar, deberán mostrarse los elementos que
integran la responsabilidad civil. Estos son: la existencia de un hecho ilícito, un daño, y el
nexo causal entre ese hecho y daño. Sólo cuando se han probado esos elementos puede
darse lugar a una indemnización económica." (Pág. 32, párr. 4) (énfasis en el original).
Violencia familiar 99
que comportan una conducta dañosa en la esfera física, emocional o psíquica de
algún miembro de la familia constituyen un hecho ilícito, pues su realización trans
grede normas de orden público, establecidas incluso a nivel constitucional e internacional."
(Pág. 36, párr. 1).
Por lo que respecta al daño, "[el] daño patrimonial consiste en todas las pérdidas econó
micas efectivamente sufridas y los desembolsos realizados en atención al daño. También
incluye los perjuicios o el lucro cesante, entendidos como los beneficios que el afectado
hubiera recibido de no haber resentido el hecho ilícito. Así, el daño patrimonial puede
tener consecuencias presentes y futuras." (Pág. 37, párr. 2).
"Así, la conceptualización del daño moral centra su objeto y contenido en los intereses no
patrimoniales o espirituales que pueden verse afectados. En tal sentido, las angustias, las
aflicciones, las humillaciones, el padecimiento o el dolor constituyen daños a la moral en
tanto son afectaciones a intereses no patrimoniales." (Pág. 38, párr. 1).
Acerca del nexo causal, la Corte señaló que "el nexo causal entre la conducta imputable
al demandado y el efecto adverso que de ella se deriva para el demandante, debe estar
debidamente acreditada porque el origen de la responsabilidad gravita precisamente en
la atribución del hecho dañoso al demandado. Así las cosas, la responsabilidad supone la
atribución de la autoría de un hecho que tenga la eficacia causal suficiente para generar
el resultado." (Pág. 41, párr. 1).
"En los casos de violencia intrafamiliar debe mostrarse que los daños psicológicos que
resintió o resentirá la víctima, y los costos económicos que asumió o asumirá en el futuro,
derivan precisamente de la violencia doméstica que realizó el agresor. Es decir, debe
probarse que las afectaciones patrimoniales y extrapatrimoniales son consecuencia del
hecho ilícito que se demanda." (Pág. 41, párr. 2).
Para determinar el quantum indemnizatorio necesario para alcanzar una justa indemni
zación, la Sala señaló que la "reparación del daño patrimonial puede comprender de
acuerdo al artículo 1405 del Código Civil del Estado de Guanajuato, el restablecimiento
de la situación anterior, cuando ello sea posible o el pago de daños y perjuicios. Cuando
el daño se cause a las personas y produzca la muerte, incapacidad total permanente,
parcial permanente, total temporal o parcial temporal, el grado de ella se determinará
atendiendo a lo dispuesto por la Ley Federal del Trabajo." (Pág. 42, párr. 1).
"[Para] fijar la indemnización económica derivada del daño moral, debe analizarse i) el
tipo de derecho o interés lesionado, ii) el nivel de gravedad del daño, iii) los gastos deven
gados o por devengar derivados del daño moral, iv) el grado de responsabilidad del
responsable, y v) la capacidad económica de este último."
En atención al caso concreto, la Sala determinó que se actualizaba "una conducta dañosa en
la esfera emocional o psíquica de [la mujer] y su hijo, actos que a la luz de los lineamientos
expuestos constituyen un hecho ilícito, pues su realización transgrede normas de orden
público, establecidas incluso a nivel constitucional e internacional". Acerca del daño,
consideró que éste sí se había actualizado y era atribuible a la conducta del deman
dado, sin embargo, "del contenido probatorio no [resultaba] posible determinar la
importancia del valor o interés afectado, como cuantificador de este aspecto del daño, es
Así concluyó que, en el caso "los actores sí lograron acreditar la existencia de la violencia
intrafamiliar, la existencia de un daño, y la relación causal entre el daño y el hecho ilícito.
No obstante, no [había] elementos para determinar el grado de afectación producido a
partir del hecho ilícito y con base en ello establecer el quantum de la indemnización" (Pág.
47, párr. 4).
Un juez civil conoció del asunto y el 6 de mayo de 2019 determinó procedente la repara
ción del daño moral mediante la declaración judicial de ineficacia o inoficiosidad del
contrato de compraventa. Determinó que el terreno debía de ingresar nuevamente a la
esfera patrimonial del padre; ordenó la cancelación de la escritura correspondiente, de
las inscripciones y anotaciones registrales, entre otras para que el padre aparezca como
titular del terreno; absolvió al comprador de la declaración de causahabiencia, y condenó
al padre al pago de gastos y costas. Los padres apelaron la decisión, por lo que una Sala
Civil revocó la sentencia de primera instancia y condenó al pago de costas en ambas
instancias.
40
Unanimidad de cinco votos. Ponente: Ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá.
Por su parte, el padre presentó una demanda de amparo adhesivo, la cual fue negada por
un Tribunal Colegiado. El Tribunal negó el amparo a la madre por estimar que si bien exis
tió un hecho ilícito, no se probó el nexo causal o el daño porque no se ofreció o desahogó
prueba pericial en psicología de manera que no se acreditó el daño psicológico. También
observó, entre otras cosas, que no se le había reconocido a la señora el derecho a una
compensación, por lo tanto no resintió daño alguno por la venta del terreno. No obstante,
el Tribunal concedió el amparo a los hijos para que la sala civil ordenara el desahogo de
una prueba pericial en psicología para analizar si existía el daño moral alegado.
1. ¿En los casos de responsabilidad civil donde se reclame un daño moral por violencia
psicológica familiar, debe aplicarse suplencia de la queja para recabar pruebas que acre
diten el daño moral?
2. ¿En los casos donde se advierta la posible existencia de violencia psicológica familiar,
las autoridades jurisdiccionales deben aplicar la perspectiva de género y ordenar oficiosa
mente el desahogo de pruebas para valorar esa violencia previo a resolver el fondo
del asunto?
1. En los casos de responsabilidad civil donde se reclame un daño moral por violencia
psicológica familiar, no debe aplicarse suplencia de la queja para recabar pruebas que
acrediten el daño moral, porque este tipo de acciones tienen un objetivo patrimonial
y en ellas no se ven trastocadas las relaciones entre los miembros del núcleo familiar o
están en juego instituciones de orden público.
2. En los casos donde se advierta la posible existencia de violencia psicológica familiar, las
autoridades jurisdiccionales deben aplicar la perspectiva de género y ordenar oficiosa
mente el desahogo de pruebas para valorar esa violencia previo a resolver el fondo del
asunto. Esto para cumplir con el deber de los jueces de garantizar a todas las personas
el acceso a la justicia en igualdad de condiciones y analizar las consecuencias específi
cas de tal violencia. Sin que este análisis implique necesariamente que el proceso deba
producir un resultado satisfactorio o se arribe a la conclusión pretendida por quien reclama
dicha violencia.
1. En otros asuntos "se ha señalado que la suplencia de la queja a favor del orden y desa
rrollo de la familia puede empalmarse sobre un importante número de decisiones sobre
los hijos e hijas, precisando que como la suplencia opera en favor de la familia misma,
quedaba un espacio residual de relaciones jurídicas en juego, cuya existencia y relevancia
se debía ponderar caso a caso para evitar que la ruptura de las relaciones de carácter
familiar carecieran de un impacto jurídicamente diferenciado sobre sus integrantes, ya que
era fundamental la eliminación de posibles actos de discriminación y otros obstáculos
que impidieran desproporcionada e irrazonablemente el ejercicio de sus derechos de
paternidad o maternidad, así como la compensación de la eventual pérdida de oportuni
dades que hubiese sufrido una de las partes durante y con motivo de la unión familiar."
(Párr. 89).
"[L]as acciones de responsabilidad civil en los casos de violencia familiar tienen como
objetivo principal la indemnización económica por el daño patrimonial o moral, motivo
por el cual la suplencia de la queja a favor del orden y desarrollo de la familia no es aplicable
en este tipo de acciones para la obtención de un resultado satisfactorio para las personas
que aleguen la violencia familiar, lo anterior porque no se ven trastocadas las relacio
nes entre sus miembros o están en juego instituciones de orden público sino que este
tipo de acciones tienen un objetivo eminentemente patrimonial, ya que su resultado
implica que, a través de una suma de dinero, se mitiguen las consecuencias del hecho
ilícito y se reproche al culpable, motivo por el cual corresponde primordialmente al
accionante la acreditación de los elementos de la responsabilidad civil subjetiva, a saber:
"En consecuencia [...] se considera correcta la valoración hecha por el tribunal colegiado en
el sentido que las alegaciones de violencia psicológica no implicaban la obligación de la
persona impartidora de justicia de recabar aquellas pruebas constitutivas de la acción,
incluyendo material probatorio para la acreditación de un daño moral bajo la figura de la
suplencia de la queja prevista en los artículos 107, fracción II, de la Constitución Federal
y el 79, fracción II, de la Ley de Amparo." (Párr. 95).
2. "[La] Primera Sala ha establecido el deber de los tribunales de implementar este método
de juzgar con perspectiva de género, aunque las partes no lo soliciten, para verificar si
existe una situación de violencia o vulnerabilidad que, por cuestiones de género, impidan
impartir justicia de manera completa e igualitaria." (Párr. 98).
Por lo tanto, "previo al estudio de fondo de la controversia, los jueces deben analizar y
advertir (i) si existen situaciones de poder, contextos de desigualdad estructural y/o con
textos de violencia que deriven en un desequilibrio entre las partes; y (ii) si el material
probatorio es suficiente o, por el contrario, es necesario recabar más pruebas con el fin de
dilucidar si se está ante un contexto como los descritos en el inciso anterior.
En este contexto, "[la] Primera Sala precisó en el amparo directo en revisión 4398/2013
que la protección al derecho a no vivir en un entorno de violencia familiar como un derecho
fundamental, demanda deberes específicos a cargo del juzgador en materia probatoria.
En dicho precedente, se señaló que el juzgador debe recabar de oficio las pruebas que
estime conducentes para el esclarecimiento de la verdad, en aquellas controversias de
violencia familiar donde estén involucrados los derechos de las personas que pertenezcan
a un grupo vulnerable. Retomando lo establecido en el amparo directo en revisión
2655/2013 en el que se precisó que, si el impartidor de justicia considera que el material
que forma el acervo probatorio no es suficiente, entonces deberá ordenar el desahogo
de las pruebas que considere pertinentes y que sirvan para analizar las situaciones de
violencia por género o bien las circunstancias de desigualdad provocadas por los estereo
tipos de género." (Párrs. 102 y 103).
"En tal sentido, [...] no se observó el deber de ordenar de oficio las pruebas necesarias para
visibilizar las situaciones de violencia, vulnerabilidad y discriminación por razones de
género en casos de violencia familiar como cuestión anterior a la resolución del fondo
del asunto. Destacando que esta situación no implica necesariamente que el proceso deba
producir un resultado satisfactorio o se arribe a la conclusión pretendida por la accionante,
ya que existen presupuestos y criterios para la resolución de los recursos judiciales
que permiten la correcta y funcional administración de justicia para las acciones en las que
se reclame la responsabilidad civil subjetiva por violencia familiar." (Párr. 107).
107
3. Obligaciones particulares en casos de
violencia que involucren personas menores de edad
La abuela insistió en el tema y ante la inacción que —según su dicho— existía por parte
de los progenitores, acudió a denunciar los hechos. La primera denuncia no prosperó y la
mujer denunció nuevamente, después de grabar un interrogatorio a sus nietos sin el con
sentimiento de sus padres.
41
Este caso se trata en el apartado 1.2 sobre violencia familiar, supra.
109
violencia familiar, conforme al artículo 323 Quáter, fracción II, del Código Civil para el
Distrito Federal.42 En el juicio, la abuela expresó que desde que los niños eran muy pe
queños ella había notado que el mayor de sus nietos ejercía conductas que le parecían
inapropiadas y que sus denuncias tenían la intención de proteger a sus nietos.
La Sala revocó la primera sentencia y absolvió a ambas partes de lo que se les había recla
mado. Inconforme, el padre, en representación de la madre y sus hijos, presentó un amparo
en el que señaló que la resolución de la Sala violaba su derecho de acceso a la justicia, los
derechos de sus hijos, así como el principio de legalidad.
El tribunal colegiado negó el amparo y señaló que los actos de la abuela no constituían
violencia familiar porque no tenían la intención de causar un daño físico o emocional
sobre los miembros de la familia, además de que pretendían proteger a sus nietos. En ese
sentido, el tribunal sostuvo que no existían actos de los que debía protegerse a los niños
y que las pruebas habían sido valoradas correctamente por la Sala.
El padre interpuso un recurso de revisión, en el que señaló que el tribunal colegiado había
omitido analizar el asunto conforme al interés superior de los niños. El señor también
señaló que las pruebas habían sido valoradas de forma errónea y que las conductas des
plegadas por su madre habían dañado la integridad de sus hijos.
La Corte determinó que el asunto era procedente debido a que el tribunal colegiado no
había resuelto la cuestión de cómo se debe proteger el interés superior de la infancia
cuando se presenta un caso en el que un miembro de la familia acusa a un niño ante sus
padres de haber abusado sexualmente de otros niños. En la sentencia, la Primera Sala
determinó, entre otras cosas,43 que las conductas reclamadas que dieron base a las de
nuncias no podían ser consideradas violencia familiar, pero que los actos discriminatorios
posteriores por parte de la señora en contra de sus nietos sí constituían violencia familiar.
La sentencia ordenó que tanto los niños como el padre y la madre tuvieran acompañamien
to terapéutico y que la abuela cesara las conductas discriminatorias y asistiera a terapia
psicológica.
42
Véase, supra, nota al margen, p. 27.
43
Esta sentencia se aborda también en el apartado 1.2, relativo a la definición de violencia familiar.
La Corte determinó que "de acuerdo con las directrices fijadas por diversos organismos
internacionales, todo interrogatorio o entrevista dirigido a un menor que haya sido testigo
o víctima de un delito, requiere que el entrevistador o el interrogador esté debidamente
capacitado para ello, a fin de que sin intimidar al menor y teniendo en cuenta su edad,
sexo y madurez, actúe con tacto, respeto y vigor, para que lo que revele el menor en dicha
entrevista o interrogatorio no se contamine y sea auténtico; [sin embargo, el proceder de
la abuela en el caso] tampoco puede considerarse un acto de violencia familiar, pues
en cierta medida responde a la curiosidad o necesidad natural de verificar que sus nietos no
estuvieran sufriendo abusos de carácter sexual, tan es así, que la propia madre del menor
también procedió a interrogar y grabar al menor sobre las conductas sexuales referidas a
la abuela." (Pág. 117, párr. 3).
"De ahí que si bien, no se puede calificar como correcto el proceder de la abuela al inte
rrogar de la manera en que lo hizo a sus nietos, este proceder si puede estar ‘justificado’,
pues debido a los innegables lazos que se forman entre nietos y abuelos, surge en éstos
la necesidad (que además es una obligación legal) de protegerlos y prevenir cualquier
situación que les pueda representar un riesgo, de ahí que la abuela haya considerado la
necesidad de indagar al respecto, grabando el interrogatorio respectivo, a efecto de evi
denciar ante los padres, el peligro que a su parecer corrían los nietos menores frente a su
hermano mayor, situación que por cuestión natural sería difícil de aceptar por los padres,
en virtud de que se trataba de un conflicto que involucraba a todos los hijos, de ahí que
si bien el proceder de la abuela al grabar la conversación —tipo interrogatorio que tuvo
con sus nietos—, no puede considerarse correcto, sí puede tener una justificación razo
nable que impide considerarlo como un acto de violencia familiar, a que alude el artículo
323 Quáter del Código Civil para el Distrito Federal, en tanto que carece de la intención
que se requiere para ello. […] Atendiendo a lo anterior, si los actos que se atribuyen a
la abuela de los menores no constituyen un acto de violencia familiar en términos de lo
dispuesto en el artículo 323 Quáter del Código Civil para el Distrito Federal, los conceptos
Una mujer acudió al juez familiar en el estado de Quintana Roo para demandar la pérdida
de la patria potestad que ejercía su exesposo sobre el hijo que tuvieron juntos, puesto
que el hombre había abandonado física, emocional, afectiva y económicamente al niño.
El padre contestó la demanda y solicitó que le fuera asignada la guarda y custodia de su
hijo, así como que se suspendiera la patria potestad que la madre ejercía sobre él.
El Tribunal Colegiado también señaló que este requisito representaba una oportunidad
para aquel progenitor que incurra en alguna causa que afecte al menor reflexione sobre
esa conducta y la enmiende. La señora interpuso recurso de revisión contra esta
sentencia.
44
Mayoría de cuatro votos. Ponente: Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo.
¿La condición que establece el artículo 1018 BIS, que exige que haya una suspensión previa
de la patria potestad para que proceda su pérdida, atenta contra el interés superior del
menor?
La pérdida de la patria potestad pretende proteger la integridad del niño o la niña ante las
conductas activas u omisivas de quienes la ejercen, cuando éstas suponen un peligro para
el desarrollo holístico de los NNA, como en los casos de violencia familiar. Por ello, resulta
excesivo que para decretar esta pérdida se exija que el incumplimiento de las labores de
crianza, o bien violencia contra los NNA, sea permanente y sistemático, como señala el
requisito establecido en el artículo 1018 BIS del Código Civil del estado.
Por lo anterior, el requisito es inconstitucional por no atender al principio del interés su
perior de la infancia. Para el estudio de la suspensión de la patria potestad basta que exista
un incumplimiento de las labores de crianza, que el juzgador podrá estudiar para deter
minar sus consecuencias y proteger la integridad del niño o la niña.
La Corte señaló que, conforme al marco Código Civil para el Estado de Quintana Roo, "para
que proceda la pérdida de la patria potestad en cualquiera de las cuatro hipótesis a que
alude el artículo 1018 Bis del Código Civil, primero […] es necesario que exista una sen
tencia condenatoria que imponga como pena la suspensión, misma que de acuerdo con
lo dispuesto en las fracciones I, II y IV del numeral 1019, puede actualizarse en los siguientes
supuestos: 1) por incapacidad declarada judicialmente; 2) por ausencia declarada en forma,
y 3) por no permitir que se lleven a cabo las convivencias decretadas judicialmente o por
convenio aprobado." (Pág. 24, párr. 1).
En este contexto, para analizar si este requisito es coherente con la protección del interés
superior de la infancia, es necesario considerar que "si bien la patria potestad es una ins
titución que se encomienda a los padres, ésta siempre es en beneficio de los hijos, en tanto
que se rige en función del interés superior del menor." (Pág. 34, párr. 1).
"Estos deberes que se robustecen con lo dispuesto en el artículo 998 del propio orde
namiento y se unen al derecho que tiene el menor de convivir con quienes ejercen la
patria potestad, incluso si el padre y la madre viven separados, se encuentran instituidos
única y exclusivamente en beneficio del interés superior del menor, por tanto, el
incumplimiento de cualquiera de esos deberes va en perjuicio del mismo." (Pág. 36, párr. 1).
"En esa virtud, a fin de proteger el interés superior del menor, el legislador de Quintana
Roo, vinculó la pérdida de la patria potestad al incumplimiento de esos deberes" (pág.
37, párr. 1).
El "incumplimiento [de estas labores de crianza] debe revestir de cierta gravedad, a fin de
que no quede duda de que ese incumplimiento denota un verdadero desinterés de quienes
ejercen la patria potestad hacia el menor." (Pág. 37, párr. 7).
"Esa gravedad se revela al exigirse que la violencia familiar que da origen a la pérdida de
la patria potestad sea reiterada; que el atentado a la integridad física, sexual, emocional
o psicológica del menor, constituya un delito doloso; que el abandono del menor a su
suerte sea con la finalidad de deshacerse de las obligaciones de crianza que se derivan de
la patria potestad; y que aun dejando al menor a cargo de una persona o institución, se
deje de atender sin causa justificada y por más de seis meses las necesidades de crianza
y afecto del menor. […] Así, aunque la pérdida de la patria potestad llegó a ser considerada
como una sanción para los padres o abuelos que incumplen con las obligaciones de
crianza, lo cierto es que, más allá de constituir una sanción, pretende proteger la integridad
del menor ante las conductas activas u omisivas de quienes la ejercen, no sólo cuando
éstas denotan un desinterés injustificado hacia el menor, sino cuando en mayor o menor
grado, suponen un peligro para el desarrollo holístico del mismo, es decir en cualquiera
de sus aspectos físico, mental, espiritual, moral, psicológico y social. […] En esa virtud, se
justifica que bajo ciertas hipótesis el legislador del Estado de Quintana Roo, en el artículo
1018 Bis del Código Civil, haya previsto que el incumplimiento de las obligaciones de
crianza puede conducir a la pérdida de la patria potestad." (Pág. 38, párrs. 1 a 3).
En atención a lo anterior, la Sala estableció que "resulta excesivo que se exija que el incum
plimiento [de las labores descritas] sea permanente y sistemático, pues esa permanencia
sistémica que se exige para decretar la suspensión de la patria potestad necesariamente
En tal virtud, [el requisito establecido por el artículo 1018 BIS] resulta inconstitucional,
por no resultar razonable y atentar contra el interés superior de la infancia que se deriva
de lo dispuesto en el artículo 4o. constitucional, así como de lo establecido en el numeral
3.1. de la Convención sobre los Derechos del Niño." (Pág. 44, párrs. 1 y 2).
Una mujer, en representación de sus cuatro hijos, acudió al juez familiar para denunciar
que el padre de los niños había ejercido actos de violencia física, económica y psicológica
en contra de ellos. En su demanda solicitó que se dictaran las medidas necesarias para
proteger la integridad física y emocional de sus hijos. En la contestación a la demanda, el
hombre señaló que la mujer había estado obstaculizando la convivencia con sus hijos. Por
lo anterior, solicitó el cumplimiento forzoso del régimen de visitas y convivencias que se
había establecido en el divorcio.
En primera instancia, el juez tuvo por acreditados los actos de violencia del hombre en
contra de sus hijos y le ordenó abstenerse de realizarlos nuevamente bajo la amenaza de
imponerle una multa. Determinó también que las visitas debían suspenderse mientras las
partes acudían a terapia psicológica y que, dependiendo del avance, las visitas podrían
reestablecerse. Ambas partes apelaron la decisión.
La Sala determinó modificar el régimen de visitas establecido y ordenó que las visitas y
convivencias se llevaran a cabo en un centro de convivencia familiar. Además, ordenó que
las partes acudieran a terapia psicológica, de cuyo avance dependería la modificación del
régimen de visitas y convivencias.
La madre de los niños promovió un juicio de amparo en el que señaló que la sentencia de la
Sala no estaba bien argumentada, además de que el demandado había confesado haber
45
Unanimidad de votos. Ponente: Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo.
El Tribunal Colegiado señaló que, a pesar de que en el caso había existido violencia familiar
en contra de los niños, no era necesario suspender el régimen de visitas y convivencias,
pues éste podía llevarse a cabo en forma supervisada en el centro. Reiteró que la convi
vencia del padre con sus hijos era un derecho de ambas partes. Inconforme con la reso
lución, la mujer interpuso recurso de revisión y alegó que, conforme al interés superior
del menor, el régimen de visitas y convivencias debía ser restringido, porque el contacto
con su padre generaba una situación de riesgo para los niños.
¿El interés superior de la infancia autoriza restringir la convivencia entre un niño, niña o
adolescente y su progenitor cuando existe la posibilidad de que se ejerza violencia en su
contra?
La Corte determinó que "un derecho primordial de los menores radica en no ser separados
de sus padres, a menos que tal separación sea necesaria en el interés superior del niño.
[…] Este derecho se encuentra directamente relacionado con la patria potestad, ya que
si bien ésta es una institución que se encomienda a los padres, dicha encomienda es en
beneficio de los hijos, ya que está dirigida a la protección, educación y formación inte
gral de los mismos, cuyo interés es siempre prevalente en la relación paterno-filial." (Pág.
58, párrs. 1 y 2).
Por todo lo anterior, "para decidir cuándo deben restringirse o suspenderse las visitas y
convivencias entre los hijos y el padre que no ejerce la guarda y custodia, el juzgador debe
analizar en cada caso concreto, cuáles son los hechos y circunstancias que rodean a me
nores en torno a los cuales gira la controversia, a fin de resolver lo conducente" (Pág. 61,
párr. 1).
En el caso concreto, una vez acreditada la violencia física y psicológica del padre en contra
de dos de sus hijos, la Corte señaló que "si bien los padres tienen el derecho y el deber de
corregir a sus hijos, esa corrección debe ser en un ámbito de respeto a la dignidad del
menor, de ahí que ese derecho-deber, no puede utilizarse como estandarte para ejercer
actos de violencia sobre los hijos, pues la violencia en cualquiera de sus clases, física, psico-
emocional y sexual, no se justifica en ningún caso como una forma de educación o for
mación hacia el menor." (Pág. 62, párr. 2) (énfasis en el original).
"En ese orden de ideas, si bien los padres tienen el derecho y el deber de educar a los hijos,
dicha educación debe impartirse en un marco de respeto a la dignidad y los derechos de
la niñez, de tal manera que la educación de un menor no puede utilizarse como argumento
para propiciar una disciplina violenta, cruel o degradante." (Pág. 65, párr. 3).
"Así, si en el caso a estudio, los actos de violencia que el demandado ejerció sobre dos
de sus menores hijos (gritos, golpes con la mano, cachetadas [sic], nalgadas, insultos) no
pueden considerarse de tal gravedad que ameriten esa separación, no existe razón para
suspender la convivencia entre él y sus hijos como pretende la quejosa, máxime cuando
los propios menores manifestaron su deseo de seguir conviviendo con su progenitor."
(Pág. 68, párr. 1).
En enero del año siguiente, el Ministerio Público ejerció acción penal y civil de reparación
del daño en contra del padre y la madre del niño y unos meses después, el juez de pri
mera instancia libró orden de aprehensión en su contra. El padre fue sentenciado en
primera instancia por el delito de violencia familiar. Interpuso un recurso de revisión que
confirmó la sentencia.
46
Mayoría con tres votos a favor. Ministro Ponente: Olga María del Carmen Sánchez Cordero.
¿Cuáles son las obligaciones de los órganos jurisdiccionales cuando conocen un amparo
penal en el que un niño o niña ha sido víctima de violencia familiar, y durante el proceso
no contó con representación legal?
La Sala estableció que "de conformidad con la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y los tratados internacionales citados, de los que México es parte, todas las
autoridades deben velar por el interés superior del menor, lo que implica necesaria
mente que debe ponderarse su preferencia en relación con otros principios constitucio
nales, como acontece en el caso concreto, en relación con el principio denominado ‘non
reformatio in peius’, conforme al cual no está permitido agravar la situación del sentenciado."
(Párr. 89).
La Corte señaló que, en el caso, el Tribunal Colegiado "advirtió que el menor ofendido, no
se encontró debidamente representado y que ello impidió que sus derechos […] estuvieran
plenamente salvaguardados, [las actuaciones realizadas no implicaron] la designación de
un representante del menor para la defensa efectiva de sus intereses legales durante el
procedimiento. [El] Tribunal Colegiado llegó a dicha determinación tomando en cuenta
el interés superior del menor, y de igual forma fue correcto que se otorgara el amparo
para el efecto de que la Sala responsable repusiera el procedimiento penal, esto con el fin
de que le fuera designado un representante o tutor especial al menor ofendido y hecho
lo anterior, se le notificara el auto de término constitucional para que estuviera en posi
bilidad material y jurídica de impugnarlo y a su vez, durante la secuela procesal tenga la
oportunidad legal de hacer valer los derechos fundamentales consagrados a favor del
menor en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. […] No "es obstáculo
para lo anterior, el hecho de que el juicio de amparo hubiera sido promovido por el hoy
recurrente y no por el menor, ya que en el presente asunto se encuentra en conflicto el
principio del interés superior del menor, lo que trae como consecuencia que se anteponga
al análisis de constitucionalidad del acto únicamente en favor de quien acude al juicio de
amparo, frente a la obligación impuesta tanto al Estado como a toda autoridad de velar
y hacer cumplir los derechos de la niñez, por lo que es preponderante atender el interés
superior del menor." (Párrs. 95 y 96).
Artículo 336 Bis B. […] El 2 de febrero de 2016, el Defensor de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca
Comete violencia familiar en la
forma de alienación parental
el integrante de la familia que
promovió acción de inconstitucionalidad en la que reclamó la invalidez de los artículos
transforma la conciencia de un
menor con el objeto de impedir,
obstaculizar o destruir sus
vínculos con uno de
sus progenitores.
47
Ponente: Ministra Norma Lucía Piña Hernández. Véase la votación en: «https://www2.scjn.gob.mx/Consulta
Tematica/PaginasPub/DetallePub.aspx?AsuntoID=193848».
El defensor también señaló que la incorporación del SAP a la legislación violenta el derecho
de los NNA, por no representar una actuación diligente para la protección de sus derechos, Artículo 459. La patria potestad
se pierde:
además de colocarlos en situaciones de riesgo dentro de los procesos judiciales. Por otro […]
I a III […]
lado, apuntó que el reconocimiento de este "síndrome" coloca a los niños y niñas como IV.- Cuando el que la ejerce
produce actos de
objetos de manipulación y alienación que permite dejar de lado los testimonios que rindan alienación parental, existiendo
la posibilidad de poner en
riesgo la salud, el estado
en el marco de los procesos judiciales en los que se vean involucrados, además de que no emocional o incluso la vida
del menor.
incorpora un control de convencionalidad con enfoque de derechos de la infancia.
Otros argumentos relevantes que el Defensor planteó fueron que las disposiciones vio
lentaban el derecho de niñas, niños y adolescentes a expresar su opinión y a que ésta sea
valorada; que los preceptos generaban discriminación indirecta al reproducir estereotipos
de género contra las mujeres y que eran contrarios a la obligación de juzgar y legislar con
perspectiva de género.
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"Artículo 336 Bis B. (…)
Comete violencia familiar en la forma de alienación parental el integrante de la familia que transforma la concien
cia de un menor con el objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus vínculos con uno de sus progenitores."
"Artículo 429 Bis A. (…)
Quien tenga el cuidado y custodia de los hijos debe procurar el respeto y el acercamiento constante de los
menores con el otro ascendiente que también ejerza la patria potestad; en consecuencia, cada uno de los as
cendientes deberá evitar cualquier acto de alienación parental, encaminado a producir en el menor rechazo,
rencor, odio, miedo o desprecio hacia el otro progenitor. Bajo pena de suspenderse o declararse la pérdida de
su ejercicio.
Se entiende por alienación parental la manipulación o inducción que un progenitor realiza hacia su hijo, mediante
la desaprobación o crítica tendiente a producir en el menor rechazo, rencor, odio, miedo o desprecio hacia el
otro progenitor".
"Artículo 459. La patria potestad se pierde:
(…)
I a III (…)
IV.- Cuando el que la ejerce produce actos de alienación parental, existiendo la posibilidad de poner en riesgo
la salud, el estado emocional o incluso la vida del menor.
3. ¿El artículo 336 Bis B, en la porción que establece un resultado de "conciencia transfor
mada" vulnera el derecho de las personas menores de edad a opinar en los asuntos que
los afectan y a que su opinión sea tomada en cuenta porque parte de la consideración de
que la conciencia del menor está transformada?
4. ¿La regulación de la alienación parental, en tanto supone que el dicho del niño es pro
ducto de una manipulación y se encuentra viciado, y conduce a anular su testimonio en el
procedimiento, puede generar procesos de victimización secundaria en contra de menores
que han sufrido otras formas de violencia o inclusive abuso sexual por parte del proge
nitor que se dice alienado?
5. ¿Es inconstitucional la porción normativa del artículo 45, fracción IV, del Código Civil
del Estado de Oaxaca que señala como condición para la pérdida de la patria potestad
que con las conductas de alienación parental "se ponga en riesgo la salud, el estado emo
cional o la vida de los menores de edad"?
6. ¿Es desproporcional la sanción establecida para los casos de violencia familiar por alie
nación parental que señalan la pérdida o suspensión de la patria potestad?
3. El artículo 336 Bis B del Código Civil del Estado de Oaxaca, en cuanto a la descripción
del supuesto de violencia familiar a partir de señalar un resultado de conciencia transfor
mada, vulnera el derecho de los menores a ser escuchados en los procedimientos juris
diccionales que les atañen y a que su opinión se tenga en cuenta, pues supone que niños
y niñas son objeto de transformación de su conciencia y que no son autónomos en
sus opiniones.
5. El artículo 45, fracción IV, del Código Civil del Estado de Oaxaca, que señala como con
dición para la pérdida de la patria potestad que con las conductas de alienación parental
"se ponga en riesgo la salud, el estado emocional o la vida de los menores de edad" sí es
inconstitucional, puesto que justifica y tolera la violencia contra niñas y niños.
6. La medida de sanción por casos de violencia familiar por alienación parental, que señala
la pérdida o suspensión de la patria potestad, sí es desproporcionada porque no per
mite la ponderación del juez sobre los hechos del caso para llegar a una solución que
proteja los intereses de todas las partes en el procedimiento y que valore el interés superior
de la infancia en el caso concreto.
1. La Corte señaló que del análisis de la iniciativa del legislador se desprende que "[el] con
cepto utilizado en los preceptos para designar la conducta de alienación parental, tanto
en el artículo 336 Bis B al regular el supuesto de violencia familiar, como en el 429 Bis A,
al establecerla como una causa de suspensión o pérdida de la patria potestad, fue el
de Alienación Parental (AP) y no Síndrome de Alienación Parental (SAP)." (Párr. 149)
En ese sentido, resaltó que "en las normas referidas se aludió expresamente a —Alienación
Parental— [en] una acepción estricta, referida a aquellos casos en los que la conducta
de rechazo del hijo hacia el padre o la madre no encuentra una justificación objetiva y
puede reconocer como causa determinante la intervención del otro progenitor; siendo
claro que la norma en estudio alude a esta última, es decir, a la conducta de alienación
parental en sentido estricto." (Párr. 151).
Por ello, "los preceptos recogen una conducta apoyada en el estudio general de los actos
de alienación parental en su acepción estricta, dando cabida así, para su abordaje psico
lógico, a los diversos estudios existentes sobre esas conductas en el foro respectivo; en
tonces, devienen infundados los argumentos de la accionante tendentes a demostrar la
inconstitucionalidad de las porciones normativas impugnadas con base en las objeciones
o críticas que estima son oponibles a las teorías de Richard Gardner al calificarlo como un
síndrome pues, como se ha precisado, el legislador no basó la conceptualización de la
conducta en los postulados de dicho médico." (Párr. 155).
"Así, en la hipótesis de que fuere viable la aplicación de dicho principio en [el caso concreto]
se tendría que concluir que el hecho de que el legislador de Oaxaca haya introducido en
el Código Civil local la regulación de una conducta sobre la base de la denominada ‘alie
nación parental’ como un supuesto específico de violencia familiar (336 Bis B) y como una
causa de suspensión o pérdida de la patria potestad (429 Bis A), aun cuando no exista un
consenso entre los expertos al describir ese fenómeno o en su forma de detección o
Lo anterior, debido a que "es cierto que no existe un consenso en la doctrina especializada
sobre la conceptualización de la llamada AP y su diagnóstico; sin embargo, de las opiniones
de los expertos sí se desprende la existencia de la conducta, pues aun con las variantes y
matices de sus estudios, es posible advertir que en ciertos casos de conflictos familiares
de separación de los padres, algunos menores de edad rechazan la relación con uno de
ellos, y si bien se sostiene que las causas de ese comportamiento pueden ser multifacto
riales e incluso estar justificadas por la conducta negativa o inadecuada del progenitor
rechazado, también se admite que el comportamiento del niño, aun dentro del conflicto
familiar de separación, puede no encontrar una justificación suficientemente objetiva que
lo sustente, y es precisamente en este último caso, donde se impone averiguar el origen
de la animadversión hacia el progenitor de que se trate, al ser factible que sea producto de
influencias o injerencias en la psique del niño, que violenten su integridad, provenientes
de su otro progenitor o de otro miembro de la familia, ya que en ese caso, suficientes refe
rencias doctrinarias admiten que tal situación provoca daños psicoemocionales en el
menor y menoscaba su desarrollo integral." (Párr. 165).
"En ese sentido, si se atiende a la línea rectora del principio de precaución [que] privilegia
la acción de la ley ante potenciales riesgos de daño precisamente ante la incertidumbre
científica, ha de admitirse entonces que la creación de las normas aquí cuestionadas, por
parte del legislador de Oaxaca, en modo alguno puede juzgarse contraria a la finalidad de
ese principio, pues tomando en cuenta la evidencia doctrinaria en torno a la existencia
de un fenómeno de conducta que puede producir efectos nocivos en la salud psíquica y
emocional de los menores de edad, el legislador actúo en aras de prevenir ese riesgo de
afectación." (Párr. 166).
La "motivación del legislador ilustra el hecho de que los actos de alienación parental sí
han sido estudiados con regular amplitud en el foro de las ciencias de la conducta; siendo
viable considerar que los actos de alienación parental existen y su presencia puede ser
detectada por los expertos, por lo que su inclusión en las normas sí tiene una base científica
suficiente que la apoye, al margen del desarrollo que siga teniendo el estudio del fenó
meno." (Párr. 169).
"De esta forma, y con las razones expresadas en su Dictamen, es dable concluir que el
legislador de Oaxaca actuó apegándose a la finalidad esencial del principio de precaución;
esto, porque aunque no hubiere uniformidad o consenso científico sobre la conceptua
lización de la conducta llamada alienación parental, sí hay la suficiente certeza sobre su
existencia en controversias familiares de separación y disputa sobre la patria potestad,
guarda y custodia y convivencia con los hijos, de modo que se ocupó de regularla en la
La Corte consideró que de acuerdo con su doctrina consolidada, "la observancia del interés
superior del menor conlleva la exigencia de proteger con mayor intensidad los derechos
de los menores en aras de lograr su pleno ejercicio, de manera que tal interés superior de
la infancia se activa no sólo ante situaciones que puedan generar un daño real y cierto en
su esfera jurídica, sino incluso ante la sola posibilidad de que los bienes y derechos de los
menores se puedan ver en una situación de riesgo." (Párr. 172).
2. La Corte estableció que "la regulación prevista en la porción impugnada del artículo
336 Bis B, en el sentido de que las conductas de AP dan como resultado la transforma
ción de la conciencia del menor de edad, vulnera la concepción de éste como un sujeto de
derecho con autonomía progresiva, contrariando así los artículos 1o. y 4o. constitucionales,
así como 1o., 2o., 3o. y 4o. de la Convención sobre los Derechos del Niño." (Párr. 208).
En este sentido, apuntó que el artículo 336 Bis B "configura un supuesto legal específico
de violencia familiar, a partir de considerar que las conductas de AP que despliega el sujeto
activo (cualquier integrante de la familia), transforman la conciencia del menor; de
modo que se exige un resultado de ‘conciencia transformada’ en la víctima; esto, con la
finalidad de impedir, obstaculizar o destruir sus vínculos con uno de sus progenitores."
(Párr. 211).
Ante esto, es necesario considerar que "un niño evoluciona como sujeto con autonomía
al adquirir conciencia sobre su realidad y, a partir de esta consideración, progresivamente,
ejerce sus derechos en forma personal y directa; es decir, en la medida en que el niño
madura física y emocionalmente, adquiere conocimientos y experiencias en su entorno,
va conformando su propia percepción de la realidad y su capacidad para juzgar moralmente
sus propios actos y los de los demás, configurándose progresivamente como sujeto autó
nomo." (Párrs. 212-213).
Por ello, admitir que una intervención o injerencia externa "puede estar influyendo en la
mente del niño respecto a su percepción de la realidad (en su conciencia) y particularmente
en la concepción que tiene del progenitor rechazado, no debe negar, per se, la capacidad
del menor de formarse su propio juicio de la realidad, con sus propias concepciones del
mundo que le rodea y con un esquema de valores propio, conforme a su grado natural de
desarrollo […]. Ese reconocimiento de la autonomía progresiva del menor de edad en el
contexto de conductas de ‘alienación parental’, reconociendo su propia percepción y ca
pacidad de juicio sobre la realidad que lo rodea, no se alcanza si la norma lo concibe como
un ser transformado en su conciencia sólo a partir de intervenciones o injerencias externas
provenientes de un miembro de su familia (entre ellos, de su padre o madre); ello, porque
asumir que alguien transformó su conciencia, entraña la idea totalizadora de que la concien
cia del menor está anulada, que su propia percepción de la realidad y su propia capacidad
de juicio según su etapa de desarrollo, no tienen peso alguno en su comportamiento, y
tal concepción del menor, lo objetiviza y desconoce su calidad de sujeto con autonomía
progresiva." (Párrs. 220 y 221).
En adición a lo anterior, "[la] inclusión del elemento normativo analizado, induce a los
operadores de la ley a considerar que la conducta reprochable sólo constituye violencia
familiar cuando se actualiza ese, de por sí, complejo y cuestionable resultado de ‘concien
cia transformada’ en el menor, y deja de lado que lo relevante en la configuración de la
hipótesis de violencia familiar, tendrían que ser los actos de injerencia que recibe y que
afectan su integridad psicoemocional y su relación con uno de sus progenitores." (Párr. 226).
"En conclusión, si la norma supone que la conciencia del menor ha sido transformada, ello
implícitamente desconoce a los menores de edad como sujetos con autonomía progresiva
y no permite que se realice un análisis diferenciado del fenómeno en cada caso, acorde
con la condición particular del menor, para ponderar conforme a su circunstancia, si existe
o no una manipulación o inducción en su percepción y concepción de la realidad, como
causa determinante de su comportamiento; y al concebirlo de ese modo, lo hace víctima
de una doble violación a sus derechos: el derecho a su integridad psíquica y su derecho
a ser considerado como sujeto con autonomía progresiva." (Párr. 227).
3. La Corte determinó que "uno de los derechos de libertad de los menores de edad y que
concretizan su acceso a la justicia, es el derecho a expresar su opinión y a que ésta se tome
en cuenta en los asuntos que les afectan; en el entendido que su opinión deberá ser
considerada atendiendo a su edad y madurez, y ponderada conforme a su interés superior
en las circunstancias del caso concreto. Este derecho está estrechamente vinculado al
diverso de reconocimiento de la autonomía progresiva, pues es conforme a ésta, que se
puede alcanzar plenamente su efectividad. […] En ese entendido, […] el artículo 336 Bis B
impugnado, en cuanto alude a un resultado de "conciencia transformada", también vulnera
el derecho de los menores de edad a manifestar su opinión en los asuntos que les con
ciernen y a que ésta sea tomada en cuenta." (Párrs. 241 y 242).
"[El] supuesto de violencia familiar que se examina supone como resultado de la conducta
del activo, que el menor ha sido transformado en su conciencia; y esto, trae consigo la
carga argumentativa de que lo que el niño diga no es en mérito a su propio juicio, sino
que es reflejo de una injerencia externa en su psique y, por tanto, que el juez deba descartar
sus opiniones o manifestaciones de facto, por no ser propias, de modo que la condición
apuntada necesariamente repercutirá en la valoración de su dicho." (Párr. 246).
"De modo que, si bien pudiere llevarse a cabo el acto procesal donde el menor de edad
podrá formal y materialmente externar sus opiniones [de acuerdo con la ley adjetiva del
Estado] sobre los hechos que le conciernen; lo cierto es que, al indagarse respecto de la
existencia de actos de AP, conforme a la definición del supuesto normativo, que presupone
que los menores son objeto de transformación de su conciencia y que no son autónomos
en sus opiniones, ello indefectiblemente repercute en la valoración de su dicho, lo cual,
incide, por tanto, en que de fondo no se tome en cuenta su opinión pues se considerará
que está ‘alienada’". (Párr. 250).
"En ese tenor, se reitera que, si existiere una intervención en su psique producto de
actos de manipulación o inducción externos, los efectos de esa injerencia tendrían que
entenderse en el contexto del ejercicio del menor de edad de su autonomía progresiva,
y en consecuencia, el ejercicio de su derecho a ser escuchado en el proceso y a que su
opinión se tome en cuenta, también tendría que ser preservado conforme a dicha auto
nomía, en aras de una correcta detección y determinación del supuesto de violencia
familiar, sin desecharse o descartarse sus manifestaciones de entrada, a partir de la idea
de que el menor tiene su conciencia transformada, lo que no garantiza la norma al prever
en su texto como resultado de la conducta, precisamente esa condición." (Párr. 251).
Lo anterior en el entendido de que, "[s]i las manifestaciones que vierta el menor de edad
(o cualquiera de las partes en el proceso jurisdiccional) entrañaran la denuncia de actos
de violencia de cualquier otra índole o de abuso sexual, proveniente del padre o madre
que se diga alienado, o bien, si del abordaje psicológico del menor pudiere derivarse
presuntivamente como causa de su comportamiento tal violencia o abuso, la norma en
modo alguno excluye los deberes de las autoridades para investigar los hechos conducentes".
(Párr. 294) (énfasis en el original).
"El supuesto específico de violencia familiar por alienación parental, como se ha visto, por
regla general, atento a su naturaleza y particularidades, es objeto de intervención judicial
oficial, no en forma aislada, sino en el contexto de controversias del orden familiar relativas
a la separación de los padres y a las disputas relativas a la patria potestad, a la guarda y
custodia de los hijos y a los regímenes de convivencia." (Párr. 297). "De modo que si la
razón del rechazo o animadversión que muestra el menor de edad hacia uno de sus pro
genitores, pudiere tener su origen causal en la conducta del propio progenitor rechazado,
y particularmente en actos de violencia familiar (de cualquier tipo) perpetrados por ese
progenitor contra el menor […] no se está en presencia de alienación parental, en su sen
tido estricto, es decir, no se actualizaría el supuesto de violencia familiar que se examina."
(Párr. 298) (énfasis en el original).
"En esa lógica, si necesariamente esa hipótesis específica de violencia familiar por aliena
ción parental se manifiesta en el contexto de disputas judiciales del orden familiar, por la
guarda y custodia de los hijos y los derechos de convivencia, no es dable admitir que un
padre o una madre que quiere conservar el cuidado de sus hijos, no denuncie ante el juez
que conoce del proceso familiar respectivo, la existencia de actos de violencia familiar
contra el niño, provenientes del progenitor que se dice alienado, por miedo a que se le
impute la realización de actos de alienación parental con el riesgo de perder o no obtener
dicha guarda y custodia; siendo que la existencia de esos actos de violencia contra el
5. La Corte estableció que "cuando el artículo 459, fracción IV, del Código Civil del Estado
de Oaxaca, condiciona la pérdida de la patria potestad a que con los actos de alienación
parental se ponga en riesgo la salud, el estado emocional o la vida de los menores de
edad, tal previsión normativa implícitamente está justificando y tolerando la violencia
contra ellos. Es decir, el artículo impugnado exige que alguno de esos bienes jurídicos
pueda verse afectado con el acto de violencia perpetrado contra el menor para que se pueda
producir la consecuencia jurídica, de modo que en realidad no es una disposición prohibi
tiva de la violencia en forma absoluta, lo que no puede ser admisible en la norma, conforme
al deber del Estado de proteger de manera reforzada el derecho de los niños a una vida
libre de violencia y acorde con el propósito internacional de que las normas legales sean
un vehículo eficaz que contribuya a erradicar la violencia contra los menores en la familia."
(Párr. 314) (énfasis en el original).
Del mismo modo, debe tomarse en consideración que "el hecho de que una norma prevea
como medida o consecuencia jurídica la suspensión o pérdida de la patria potestad […]
no debe conducir al juzgador, en todos los casos y de manera automática a que, acreditada
la conducta, necesariamente deba decretarse la medida. Esto, porque conforme al interés
superior del menor, los jueces están constreñidos a ponderar las circunstancias del caso
y los diversos derechos de los menores que se vean involucrados, para decidir conforme a
ese principio si la medida legislativa, en el caso concreto, es necesaria por ser la más idónea
y eficaz para proteger al niño, pues finalmente, como se precisó en el segundo apartado
de estudio de esta resolución, la patria potestad, antes que un derecho de los padres, es
una función que se les encomienda en beneficio de los hijos; por tanto, su suspensión o
su pérdida, debe obedecer al interés superior de éstos." (Párr. 315).
Así pues, lo establecido de que la porción normativa del artículo 459, fracción IV, del Código
Civil del Estado de Oaxaca, en la que se señala como condición para la pérdida de la patria
potestad que con las conductas de alienación parental "se ponga en riesgo la salud, el
estado emocional o la vida de los menores de edad", es inconstitucional." (Párr. 316).
6. El Pleno señaló que "[la] suspensión o la perdida de la patria potestad, implican […]
que el progenitor que ha sido suspendido o ha perdido el ejercicio de la patria potestad,
no puede tener a su cargo la guarda y custodia del hijo, y sólo por determinación judicial, si
se estima conveniente para el menor, podrá establecerse un régimen de visitas y convi
vencias, como ejercicio del derecho del niño, niña o adolescente a mantener sus relaciones
Atendiendo a lo anterior, "dicha medida adoptada por el legislador […] vulnera [el] derecho
[de niñas y niños] a vivir en familia y a mantener relaciones afectivas con ambos progenitores.
Esto, no porque la medida sea inconstitucional en sí misma, sino porque efectivamente
resulta desproporcionada porque los preceptos aludidos no dan cabida a que el juzgador
haga esa ponderación del interés superior del menor conforme a las circunstancias del
caso concreto, y decida si efectivamente aplicarla, resultará en beneficio del niño, niña
o adolescente involucrado." (Párr. 329) (énfasis en el original).
"En ese sentido, aunque […] la norma […] busca proteger la integridad psíquica y emo
cional del niño, [la medida constriñe] al juez a su aplicación inmediata, sin permitir, por su
falta de previsión, la ponderación judicial en torno a su idoneidad, necesidad y eficacia en el
caso concreto, para salvaguardar el interés superior del menor." (Párr. 332). "Con la suspensión
o pérdida de la patria potestad como resultado de actos de alienación parental, colisionan
tanto el derecho del niño a ser protegido de actos de violencia familiar que están afectando
su integridad psicoemocional, como el derecho del niño a vivir en familia y a mantener sus
relaciones con ambos progenitores; confrontación de derechos que no puede ser resuelta
sólo con apreciar en abstracto la naturaleza de uno y otros bienes jurídicos inmersos, sino
que se requiere la ponderación de todos los elementos y circunstancias que incidan en el
caso para, conforme al interés superior de los menores de edad, determinar si es viable
adoptar otras medidas distintas, que resulten idóneas para proteger con equilibrio tales
derechos." (Párr. 333).
Por lo anterior, "[l]as normas cuestionadas son susceptibles de vulnerar el derecho de los
menores a vivir en familia y a mantener sus relaciones con ambos progenitores, en tanto
tácitamente se excluye la posibilidad de que estos derechos deban hacerse prevalecer en
un caso concreto, por ser lo más conveniente al interés del niño." (Párr. 334).
¿El artículo 178 del Código Penal para el Estado de Michoacán, que considera a la alienación
parental como violencia familiar y lo sanciona con pena privativa de libertad, es inconsti
tucional por vulnerar el interés superior de la infancia, al no ser una medida idónea para
la protección de sus derechos?
49
Unanimidad de votos. Ponente: Ministro Alberto Pérez Dayán.
Aunque el artículo 178 del Código Penal para el Estado de Michoacán impone la pena
privativa de libertad ante casos de alienación parental como una medida que busca salva
guardar la integridad de niñas, niños y adolescentes, esta medida resulta desproporcional
porque no permite al juzgador ponderar en cada caso el interés superior de la infancia y
decidir si la aplicación de la medida se traduce en un beneficio para el niño o la niña
afectada por la conducta.
Los razonamientos vertidos sobre el tema señalaron que "el legislador al introducir la
alienación parental como una forma de violencia familiar y como causa de suspensión o
pérdida de la patria potestad, lo hizo atendiendo al interés superior del menor y a la obli
gación del Estado de adoptar un estándar de protección reforzado de los derechos de
los menores de edad; de ahí que, estimó que su previsión legislativa se encontraba for
malmente justificada". (Pág. 24, párr. 3). Sin embargo "si bien las disposiciones impug
nadas buscan proteger el [el derecho a no ser sujetos de violencia en el seno familiar], con
la medida adoptada como consecuencia se ven restringidos los demás derechos." (Pág.
25, párr. 1).
El Pleno consideró que "las medidas como la pérdida de la patria potestad (y por igualdad
de razón, su suspensión), la reasignación de la guarda y custodia, así como la privación de
un régimen de convivencias, en sí mismas, no son inconstitucionales, aun cuando entra
ñen una separación de los menores de uno o ambos padres, pero sí deben entenderse
como excepcionales y deberán estar justificadas precisamente en el interés superior de
los menores, ya que en ellas convergen las necesidades de protección de diversos derechos
de éstos, que se impone jerarquizar y ponderar en su propio beneficio". (Pág. 25, párr. 2)
Así las cosas, "al no permitírsele al juzgador hacer una ponderación del interés superior
del menor conforme a las circunstancias del caso concreto y de esta manera, decidir si su
En España una pareja con residencia tuvo dos hijos. La madre trasladó a los niños a México
con el argumento de que vivían una situación de violencia familiar provocada por su
esposo. El padre solicitó la restitución internacional de sus hijos, y seguido el proce
dimiento, el juez familiar negó la restitución inmediata al considerar que podría causar un
daño en la salud psicológica de los niños.
En contra de esa sentencia que puso fin al juicio, el padre promovió juicio de amparo
directo en el que argumentó que no existían elementos o pruebas que dieran certeza
sobre la violencia que supuestamente existía hacia sus hijos y esposa. El Tribunal Colegiado
concedió el amparo, pues valoró que efectivamente las pruebas ofrecidas por la madre
en relación con la violencia vivida no eran suficientes para que se actualizara una excepción
a la restitución.
50
Mayoría de tres votos. Ponente: Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
¿Qué elementos deben considerarse cuando una parte argumenta que en el caso de
restitución internacional se acredita una excepción porque en el caso existió violencia
familiar?
Además, el juez debe atender a los antecedentes manifestados en cada caso. De ser nece
sario, también debe ordenar periciales psicológicas a los adultos que se consideren víctimas
de esa violencia de género en el núcleo familiar para corroborar si, efectivamente, pade
cen algún síndrome de maltrato por esas causas, y si esa violencia provoca un impacto en
el bienestar de niñas, niños y adolescentes.
La Corte señaló que "la Convención de La Haya exime al Estado requerido de realizar la
restitución del menor, en los siguientes supuestos: i. que se demostrare que la persona
que solicite la restitución hubiera consentido o posteriormente aceptado el traslado o
retención; ii. se advierta la existencia de un grave riesgo en la restitución del menor,
o bien que ésta lo exponga a un peligro físico o psíquico, que ponga al menor en una
situación intolerante, iii. o bien cuando se comprueba que el propio menor se opone a su
restitución." (Párr. 59) (énfasis en el original).
En este sentido, "a fin de asegurar que las excepciones establecidas en dicho numeral sean
tomadas en cuenta por la autoridad, se dispone que las autoridades judiciales o adminis
trativas deben tomar en cuenta la información que proporcione la Autoridad Central sobre
Para resolver sobre esas excepciones, "la Convención deja a discreción de las autoridades
encargadas de aplicar el instrumento internacional referido y determinar así conforme al
interés superior del menor los casos en los que se genere una excepción que impida
la restitución inmediata de los menores, así como que incluso para ello es pertinente
considerar la opinión del menor sin importar la edad mínima para expresarla […] [En el
caso], el Colegiado fue omiso en valorar detenidamente la totalidad de las circunstancias
del caso, a fin de verificar si en efecto se estaba frente a la actualización de un grave riesgo
que comprometiera la salud física o psicológica o bien el estado emocional de los menores
con su restitución inmediata, o bien si ésta los expondría a un peligro físico o psíquico."
(Párr. 62).
"Pues a pesar de que el Colegiado señaló que si bien se desahogó una pericial en psicología
y consideró que ésta no puede tenerse como válida, por haber sido ofrecida por la tercero
perjudicada hoy recurrente en el procedimiento de exhorto internacional, sin posibilidad
de ser objetada por el quejoso, el Colegiado a su vez fue omiso en valorar el contenido de
dicha pericial y verificar si efectivamente de ésta pudiera corroborarse el grado de riesgo
que sufrirían los menores con la restitución inmediata, asimismo tampoco consideró como
argumenta la quejosa si efectivamente se demostraba una situación de violencia familiar
que hiciera presumir un riesgo para los menores con su restitución." (Párr. 63).
"Dicha omisión se traduce en una vulneración directa, además del contenido de la propia
Convención de La Haya, al principio del interés superior del menor, pues se debió pon
derar la situación particular de los menores, los antecedentes y causas del abandono del
hogar conyugal, junto con la pericial desahogada a fin de concluir con razones suficientes
por qué en el caso no quedaba comprobado el riesgo grave en detrimento de los dos
niños de quienes se solicita su restitución." (Párr. 64).
En ese sentido, la Corte determinó que "al haber sido omiso el Tribunal Colegiado de eva
luar y ponderar el interés superior del menor con las argumentaciones del quejoso, se
vulneró el derecho de los menores implicados a que se considerara su interés superior
como cuestión primordial en la solución de la controversia sobre la restitución internacional
solicitada. [Así,] no basta la mera presentación de la solicitud de restitución internacional de
menores para que ésta sea procedente, sino que, la autoridad auxiliar de la Autoridad
Central, debe cerciorarse conforme al interés superior del menor y las propias disposiciones
de la Convención de La Haya, si la restitución del menor a su lugar habitual de residencia
resulta conveniente a sus intereses, por lo que de advertir la configuración de un riesgo
o peligro sin duda debe rehusarse a restituir al menor, para lo cual debe razonarse y moti
En relación con la violencia familiar, la Corte señaló que "los juzgadores deben tomar en
cuenta que […] por lo regular se encuentra asociada a la violencia de género, lo que implica
que la violencia de género no necesariamente debe ser ejercida en contra de un infante
para afectarle profundamente. Esto es así, por que las acciones de los adultos que conviven
en un mismo núcleo familiar tienen una influencia primordial en el crecimiento del niño
o niña, de ahí que, cuando se ejerce violencia de género en el hogar los hijos sufren afec
taciones en sus propias visiones sobre el género, así como demuestran normalización de
la violencia o bien una indefensión aprendida, afectaciones que además de perjudicar al
niño en su desarrollo, constituyen un elemento central en la perpetuación de la violencia
de género como fenómeno social (cita omitida)." (Párr. 89).
"De ahí que los juzgadores, reconociendo la importancia y gravedad de las afectaciones
que la violencia de género puede tener sobre los infantes, debe allegarse de elementos que
le permitan diagnosticar el contexto de violencia de género, de acuerdo a los antecedentes
manifestados en cada caso, e incluso ordenar periciales psicológicas a las mujeres o hom
bres adultos que se consideren víctimas de esa violencia de género en el núcleo familiar
con el objeto de corroborar si efectivamente padecen de algún síndrome de maltrato por
esas causas, y si esa violencia de género aducida provoca un impacto, esto es, afectación
en el bienestar de los menores, lo cual indiscutiblemente influirá en la decisión a tomar en
cada caso." (Párr. 90).
"Lo anterior es así por la exigencia que existe a que todos los juzgadores introduzcan la
perspectiva de género en el análisis jurídico, método que pretende combatir argumentos
estereotipados e indiferentes para el pleno y efectivo ejercicio del derecho a la igualdad
(cita omitida), lo cual de no hacerse puede condicionar el acceso a la justicia por cuestiones
de género e invisibilizar una situación particular." (Pág. 91).
"De suerte que la directriz de impartir justicia con perspectiva de género, no se contrapone
con el principio del interés superior del menor, sino, por el contrario, ambos principios
persiguen un mismo propósito: el respeto a los derechos humanos de las personas invo
lucradas en la controversia, de ahí que al advertir una situación de violencia de género el
juzgador está obligado a tomarla en cuenta en toda resolución que emita. (cita omitida)."
(Párr. 92).
En consonancia con lo anterior, "el Colegiado debió considerar las diversas denuncias por
violencia familiar interpuestas por la recurrente y verificar si dicha situación representaba
a su vez un riesgo para los menores en el caso de su restitución, o bien debió motivar por
SCJN, Primera Sala, Amparo Directo en Revisión 1564/2015, 2 de diciem Este asunto se aborda en el
Cuaderno de jurisprudencia
bre de 201551 "Restitución internacional de
niñas, niños y adolescentes",
núm. 1, de esta misma serie
Derecho y familia.
Hechos del caso
Una familia estadounidense integrada por madre, padre y dos hijos, llegó a vacacionar a
México. Durante las vacaciones, la madre denunció ante autoridades mexicanas la existen
cia de violencia familiar por parte del padre y decidió permanecer con sus hijos en territorio
nacional. Ante esto, el señor solicitó la restitución de sus hijos al lugar de su residencia
habitual, los Estados Unidos.
En contra de la sentencia, el señor promovió juicio de amparo directo, en el que alegó que
la decisión del juez se basaba en suposiciones, que no podía resolver sobre la base de una
denuncia que no ha sido investigada y que él también ejercía la guarda y custodia. El Tri
bunal negó el amparo bajo el argumento de que restituir a los niños implicaba exponerlos
a un peligro físico o psíquico, debido a que su padre estaba sujeto a un proceso penal por
el delito de violencia intrafamiliar.
Ante lo anterior, el hombre interpuso recurso de revisión. El señor consideró que se afec
taban sus derechos y los de sus hijos al negarse la restitución bajo el argumento de que
existía un procedimiento penal en su contra en los Estados Unidos, respecto del cual
aún no existía sentencia condenatoria.
La Corte determinó estudiar el asunto porque el caso consistía en resolver una solicitud
de restitución internacional de dos niños, por lo que era necesaria una interpretación del
principio de interés superior de la infancia. Además, la Corte apuntó como un tema rele
vante y trascendente determinar si la mera existencia de una denuncia por violencia familiar
puede configurar un motivo de riesgo suficiente para impedir la restitución internacional.
En la resolución, la Primera Sala determinó revocar la sentencia y ordenar que una nueva
fuera dictada, atendiendo a los criterios establecidos.
51
Unanimidad de votos. Ponente: Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo.
¿La existencia de una denuncia por violencia familiar es suficiente para actualizar alguna
de las hipótesis establecidas en el artículo 13 de la Convención sobre los Aspectos Civiles de
la Sustracción Internacional de Menores, necesarias para negar la restitución internacional
de un niño?
La Primera Sala determinó que la Convención sobre los Aspectos Civiles de la Sustracción
Internacional de Menores "parte de la base de que el interés superior es protegido me
diante la restitución del menor a su lugar de origen, por tanto quien pretenda destruir esa
presunción apoyándose en lo dispuesto en el inciso b) del artículo 13 de la propia Con
vención, está obligado a probar de manera fehaciente que de darse la restitución, existe
grave riesgo de que el menor en torno al cual gira el procedimiento de restitución, estará
expuesto a un peligro físico o psíquico, o que de alguna u otra manera se pondrá al menor
en una situación intolerable. […] Situación que no se logra demostrar con la simple exis
tencia de un proceso penal en contra de quien solicita la restitución. […] Esto es así, porque
considerar lo contrario, implicaría pasar por alto, por un lado, que el artículo 20, apartado B,
fracción I, de la Constitución Federal, señala que uno de los derechos de la persona impu
tada, radica precisamente en que se presuma su inocencia, hasta en tanto no se declare
su responsabilidad a través de una sentencia emitida por el juez de la causa, y por otro,
que la excepción prevista en el artículo 13, inciso b) de la citada Convención, exige prueba
plena, no una simple presunción". (Pág. 46, párrs. 3 a 5) (énfasis en el original).
"En este sentido, […] aunque el principio de presunción de inocencia se encuentra dirigido
específicamente a la materia penal que es donde cobra plena aplicación, en tanto que
toda persona acusada de la comisión de un delito debe ser considerada y tratada como
inocente en tanto no se establezca legalmente su culpabilidad; […] no considerar que ese
principio también puede tener eficacia refleja en los procedimientos del orden civil, im
plicaría permitir que en ese tipo de procedimientos se resuelvan las controversias partiendo
de una presunta culpabilidad, esto a pesar de que no exista una sentencia penal que defina
su culpabilidad en la comisión del delito que le es imputado, lo cual necesariamente
Pese a lo anterior, "es importante destacar que el interés superior de la infancia, obliga al
juzgador a resolver lo que resulte más favorable para el menor cuya restitución se solicita;
por ello, si bien el juzgador que conoce de un procedimiento de restitución internacional,
atendiendo al interés superior del menor, está obligado a tomar en consideración la
existencia del proceso penal que se sigue en contra de aquel que solicita la restitución, a
fin de ponderar cuál es el delito que se le imputa y qué trascendencia podría tener en el
menor respecto del cual se solicita la restitución, que en el proceso penal se encuentre
culpable a quien solicita la restitución, pues no es lo mismo por ejemplo que el proceso
penal se siga por un delito de fraude o lesiones en contra de un tercero, a que el delito se
siga por violación o abuso sexual en contra de los propios menores." (Pág. 48, párr. 1)
(énfasis en el original).
Una mujer dio a luz a su primer hijo en 2001, después de cinco años se casó en los Estados
Unidos y en 2007 tuvo otro niño. En 2013 se divorció del padre de su segundo hijo y el
juez determinó que ella sería la principal encargada de la custodia del niño. Adicionalmente,
en la sentencia el juez instauró un régimen de visitas para el padre.
En primera instancia la jueza valoró los testimonios de los dos hijos de la mujer y determinó
negar la restitución. Señaló que el padre sólo tenía derechos de convivencia con su hijo, por
lo que la mujer había hecho uso de su derecho de custodia para trasladarse a México.
Por otra parte, estableció que en el caso sí se actualizaba una situación de riesgo para el
niño proveniente de la conducta agresiva del padre y de sus antecedentes penales, por
lo que se actualizaba una excepción a la regla de restitución inmediata.
52
Mayoría de tres votos. Ponente: Ministro Arturo Zaldívar.
El tribunal colegiado que conoció del caso solicitó a la Corte hacer uso de su facultad de
atracción para establecer criterios sobre el interés superior de la infancia y la restitución
internacional de menores. La Corte atrajo ambos amparos y determinó de qué forma debía
llevarse a cabo la valoración de las excepciones a la restitución, así como el establecimiento
de contacto transfronterizo entre un niño y su progenitor.
En casos de violencia familiar se actualiza un riesgo serio, real, actual y directo cuando los
niños presencian los hechos de violencia, incluso cuando no se cometan directamente
en su contra. Las agresiones físicas, psicológicas, sexuales y económicas se traducen en un
impacto significativo en su salud emocional y psicológica que los vuelven víctimas secunda
rias de los hechos.
En el caso, la Corte determinó que para acreditar que existe un riesgo grave que pueda
constituir una excepción a la restitución del niño, el riesgo "debe ser serio, real, actual y
directo y deberá estar plenamente probado." (Pág. 35, párr. 1). En este sentido, estableció
Para sustentar lo anterior, la Primera Sala determinó que "a pesar de que el progenitor se
[encontraba] sometido a un programa de asistencia para el seguimiento a su estatus de
ofensor sexual, existen elementos que pueden afectar la esfera psíquica y emocional [del
niño]. Lo anterior, derivado de la situación de violencia domestica [sic] que ha enfrentado
y del hecho de que existe un alto grado de certeza de que ni su madre ni su hermano lo
puedan acompañar a su retorno." (Pág. 39, párr. 2).
En relación con las declaraciones de violencia de la mujer, la Sala apuntó que "la violencia
de domestica [sic] tiene consecuencias que comprometen las libertades fundamentales de
quienes son sus víctimas, como los derechos a la vida y la seguridad personal, al más alto
nivel posible de salud física y mental, a la educación, al trabajo y a la vivienda, así como a
la participación en la vida pública. Así, paralelamente a las mujeres, víctimas primarias de
esta violencia, se encuentran sus hijos como víctimas secundarias —testigos—." (Cita
omitida) (pág. 39).
Así, "al evaluar el impacto de la violencia doméstica en los menores testigos de esta violen
cia, uno de los errores más frecuentes es diversificar los hechos de violencia que sufre la
madre respecto de la situación de los hijos, es decir, se pretende distinguir que un generador
de violencia puede causar un daño físico, psicológico o sexual a la madre y no así a los
hijos —ya que el padre no realiza directamente una agresión física o verbal—. Sin embargo,
está distinción es incorrecta, pues a pesar de que los niños no reciben directamente la
violencia, al estar expuestos a ella se producen prácticamente los mismos efectos emo
cionales y psicológicos que el de una víctima primaria de violencia paterna." Cita omitida)
(pág. 40).
"En efecto, diversos estudios afirman que las situaciones que involucran a los niños como
testigos de la violencia que sufren sus madres al interior del hogar constituyen una forma
de abuso en su contra, ya que sufren de manera directa las consecuencias, no sólo físicas
y emocionales, sino también las derivadas de haber vivido y formado su personalidad en
un ambiente de desigualdad de poder y sometimiento de la madre a la conducta violenta
de un hombre. […] En ese sentido, la exposición de los hijos a la violencia contra la mujer
en las relaciones de pareja se considera, por sí misma, un factor de riesgo para su bienestar
y desarrollo que influye de manera directa en la vida normal y en el estado de salud general
de los hijos." (Págs. 40 y 41).
Por lo anterior, la Corte determinó que "existe un riesgo serio, real, actual y directo, porque
las agresiones físicas, psicológicas, sexuales y económicas que presenciaron los niños se
traducen en un impacto significativo en su salud emocional y psicológica, que logran
calificarse como realmente preocupantes." (Pág. 42, párr. 2).
145
4. Violencia familiar contra personas mayores
En 2012 en el Estado de México una mujer mayor acudió al juez familiar para iniciar una
controversia por violencia familiar. La señora señaló que sus dos hermanos ejercían vio
lencia en su contra y solicitó: el desalojo del domicilio del hermano que vivía con ella; la
prohibición para ambos de acercarse a su domicilio o tener cualquier tipo de contacto;
y una orden de protección y auxilio policial para salvaguardar su integridad.
El juez familiar admitió la demanda y determinó que las partes debían acudir a terapia
psicológica por seis meses para reestablecer "la paz y el orden familiar"; tiempo durante
el cual los codemandados no debían acceder al domicilio de la mujer, debían respetar una
distancia mínima de cien metros y abstenerse de mantener cualquier tipo de contacto
con ella. En la misma resolución, giró un oficio al director de Seguridad Pública para que
la unidad correspondiente proporcionara protección y auxilio policial a la señora en su
domicilio en caso de amenaza.
147
La Sala determinó modificar la sentencia y estableció que los codemandados habían
ejercido violencia psicológica en contra de la actora; ordenó al hermano separarse de
manera definitiva del domicilio común; finalmente, prohibió que los codemandados
tuvieran acceso al domicilio y que se acercaran a la actora a una distancia menor de cien
metros. La sentencia, además, ordenó girar oficio al Instituto Nacional de las Personas
Adultas Mayores para que, de ser necesario, proporcionaran asistencia integral al hermano
con objeto de garantizar sus derechos a una vida con calidad y libre de violencia.
5. ¿Opera la suplencia de la queja para los casos en los que una persona mayor señala que
se han cometido hechos de violencia familiar en su contra?
53
Esta sentencia se aborda también en el apartado 1.1, relativo a la definición de violencia familiar.
1. La violencia familiar puede darse entre cualquier miembro del grupo familiar y no es
necesario que éstos compartan una relación sentimental o que vivan en la misma habi
tación, tal como señala el artículo 4.397 del Código Civil para el Estado de México.
3. No en todos los casos es la víctima quien debe probar que sufre una situación de vio
lencia, esta condición ha de ser valorada conforme a los elementos del caso concreto.
En cada asunto, el juez adoptará una posición activa cuando se involucren derechos de
adultos mayores y grupos en situación de vulnerabilidad para garantizar su derecho a vivir
en un entorno familiar libre de violencia.
Los juzgadores deben allegarse del material probatorio necesario para esclarecer la verdad
de los hechos y recabar de oficio las pruebas que estimen conducentes para el esclare
cimiento de la verdad en las controversias de violencia familiar en las que estén compren
didos los derechos de las personas que pertenezcan a un grupo vulnerable. Esta obligación
responde al derecho de igualdad sustantiva, que obliga a brindar una protección reforzada
al grupo en situación de desventaja.
4. No se actualiza una situación de desigualdad por razón de género cuando de los hechos
del caso se desprende que entre las partes no existe una situación de subordinación Artículo 4.397. Para los efectos
del presente título se entiende
o dependencia. por:
I. Violencia familiar: Toda acción,
omisión o abuso, que afecte la
5. En los casos de violencia familiar opera la suplencia de la queja a favor de la víctima en integridad física, psicológica,
moral, sexual, patrimonial y/o
atención a que se encuentra en una situación particular de desventaja por la situación de la libertad de una persona en el
ámbito del grupo familiar aún
cuando se configure un delito:
indefensión a la que puede enfrentarse. Por lo anterior, cuando una persona mayor señala a. Violencia psicológica:
Es cualquier acto u omisión que
que se ha cometido violencia familiar en su contra, el juez debe suplir la deficiencia de dañe la estabilidad psicológica,
que puede consistir en:
la queja. negligencia, abandono,
descuido reiterado,
celotipia, insultos,
Del mismo modo, la Corte determinó que "la sola presunción de violencia intrafamiliar
puede dar lugar a que se ordene al agresor abandonar el domicilio que habita la víctima,
siendo irrelevante que habiten distintas habitaciones." (Pág. 34, párr. 1).
2. La Primera Sala estableció que "los adultos mayores constituyen un grupo vulnerable
que merece especial protección por parte de los órganos del Estado, ya que su avanzada
edad los coloca en muchas ocasiones, en una situación de dependencia familiar. En efecto,
la discriminación y el abandono son los principales obstáculos que se deben combatir a
través de la protección reforzada de sus derechos." (Pág. 17, párr. 3) (énfasis en el original).
En el caso, para documentar esta situación de exclusión la Corte utilizó diversas fuentes,
como las estadísticas generadas por el INEGI y la CONAPO. En este sentido, de acuerdo con
el marco nacional e internacional de derechos humanos, señaló que "si en un procedimien
to judicial alguna de las partes tiene la categoría de adulto mayor, es decir si tiene más de
60 años, el juzgador debe analizar las disposiciones legales aplicables al caso en seguimien
to de los principios establecidos en los ordenamientos mencionados, proporcionando el
mayor beneficio que pudiera corresponder al adulto en edad avanzada." (Cita omitida)
(pág. 19, párr. 2).
En el mismo sentido, "las víctimas de violencia familiar comparten con los menores de
edad su estado de vulnerabilidad, ya que generalmente se sienten controlados por el
agresor e incapaces de resistir o hacer frente a la situación para impedir la violencia, como
resultado de las constantes agresiones o vejaciones de cualquier tipo dentro del seno
familiar y que, por ende, provienen de un ser querido. Es por lo anterior que se hace nece
saria la actuación del juez, mediante la suplencia de la queja deficiente". (Pág. 12, párr. 2).
En relación con el caso, la denunciante de violencia en "el juicio de origen tenía 77 años,
sin embargo, el presunto generador de violencia tenía la edad de 82 años. Lo anterior
demandaba del juzgador el resolver la controversia atendiendo a la especial vulnerabilidad
[de ambas partes]." Por lo anterior, la Corte concluyó que "del contenido de la resolución
combatida no se advierte un trato diferenciado respecto a la protección que merecía cada
una de las partes." (Pág. 19, párrs. 2 y 3).
3. La Corte señaló que "el derecho a vivir en un entorno libre de violencia forma parte del
catálogo de los derechos humanos que deben considerarse integrados al orden nacional,
Atendiendo a lo anterior, en casos que involucran este derecho "el juzgador debe recabar
de oficio las pruebas que estime conducentes para el esclarecimiento de la verdad, en
aquellas controversias de violencia familiar donde estén involucrados los derechos
de las personas que pertenezcan a un grupo vulnerable." (Pág. 26, párr. 2) (énfasis en el
original).
En este tenor de ideas, "la doctrina desarrollada por [la] Suprema Corte es consistente en
el sentido de que el juzgador debe allegarse de oficio de material probatorio cuando se
involucren los derechos de una persona que pertenezca a un grupo vulnerable de la socie
dad. Tal facultad se justifica desde el derecho a la igualdad material. En efecto, si una de
las partes de la contienda de violencia intrafamiliar está en una situación de debilidad frente
a su presunto agresor, resulta justificado el que el juzgador remedie la inequidad en que
se encuentran las partes a través de su actuar oficioso." (Pág. 27, párr. 2).
"Debe precisarse que lo anterior no significa que se invierta la carga de la prueba y que
sea el demandado quien tenga que probar que no tiene la calidad de agresor. Con ello,
simplemente se impone que, para clarificar la situación de violencia alegada, el juzgador
deba allegarse de manera oficiosa de mayores elementos probatorios, cuando los apor
tados por las partes resulten insuficientes." (Pág. 28, párr. 4).
En conclusión, la Corte determinó que "fueron incorrectas las afirmaciones del órgano
colegiado respecto a que en todos los casos es la víctima quien debe probar la situación
de violencia alegada […]", pues esta condición debe ser valorada conforme a los elemen
tos del caso concreto. (Pág. 32, párr. 1).
4. La Corte señaló que "debe introducirse la perspectiva de género en los asuntos donde
estén involucrados los derechos de la mujer, a fin de visibilizar si la situación de violencia
o discriminación de género incide en la forma de aplicar el derecho al caso concreto, pues
de no hacerlo, esto es, de no considerar la especial condición que acarrea una situación de
esta naturaleza puede convalidar una discriminación de trato por razones de género. […]
En este sentido, en toda controversia jurisdiccional donde se denuncie una situación de
violencia, discriminación o vulnerabilidad por razones de género, debe verificarse la exis
tencia de situaciones de poder o bien de contextos de desigualdad estructural basados
en el sexo, las funciones del género o las preferencias sexuales de las personas, para de
terminar si es necesario aplicar la perspectiva de género en la resolución del caso." (Pág.
20, párrs. 1 y 2).
5. La Corte resolvió que en el caso opera la suplencia de la queja deficiente debido a que
"[e]n el amparo directo en revisión 413/2012, se indicó que ‘tratándose de cuestiones de
derecho familiar, y menos aún cuando hay violencia involucrada, no se puede actuar con
el rigorismo de un estricto derecho civil, pues la voluntad privada es ineficaz para la
solución de los vínculos familiares y es en donde adquiere mayor vigor la aplicación
de los supuestos de los artículos 107, fracción II, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y el 76 bis, fracción VI, de la Ley de Amparo’." (Pág. 12, párr. 1)
(énfasis en el original).
En esta línea, estableció que "las víctimas de violencia familiar comparten con los menores
de edad su estado de vulnerabilidad, ya que generalmente se sienten controlados por el
agresor e incapaces de resistir o hacer frente a la situación para impedir la violencia, como
resultado de las constantes agresiones o vejaciones de cualquier tipo dentro del seno
familiar y que, por ende, provienen de un ser querido. Es por lo anterior que se hace nece
saria la actuación del juez, mediante la suplencia de la queja deficiente." (Pág. 12, párr. 2).
En octubre de 2015 una mujer mayor con discapacidad acudió al juez familiar en el Estado
de México para solicitar medidas de protección por violencia familiar. La mujer señaló que
había sufrido violencia y actos de abuso en su contra por parte de su hermana con la
Artículo 2.355. Al admitirse
que compartía su domicilio, como cuando ésta removió los ajustes mobiliarios de la casa la demanda de violencia
familiar o durante el proceso,
necesarios para que la demandante realizara sus actividades cotidianas. a juicio del juez podrán
dictarse las medidas de
protección siguientes:
I. Ordenar al presunto
La jueza admitió la demanda y, con base en el artículo 2.355 del Código de Procedimientos generador de violencia que
salga inmediatamente del
Civiles para el Estado de México vigente al momento de los hechos, ordenó diversas me domicilio común, aunque
fuera propietario del inmueble.
didas de protección mientras se llevaba a cabo el juicio. Entre las medidas dictadas, ordenó Si se resiste se utilizará
la fuerza pública;
a la hermana de la demandante que saliera del domicilio común bajo amenaza de uso de II. Autorizar al receptor o
agredido un domicilio
diferente de aquél en el
la fuerza pública, le prohibió acceder al domicilio del grupo familiar, acercarse a la deman que se genera la violencia,
si así lo solicita;
dante o mantener cualquier contacto con ella. III. Prohibir al presunto
generador de violencia
el acceso al domicilio
En la sentencia definitiva la jueza decretó infundada la queja dado que, según consideró, del grupo familiar, así como
a los lugares de trabajo o de
estudio de la víctima;
no se había acreditado violencia familiar en el caso, por lo que absolvió a la demandada IV. Prohibir al presunto
generador de violencia familiar
de las prestaciones reclamadas y dejó sin efectos las medidas provisionales decretadas. y a aquellas personas que estén
de acuerdo con él, acercarse
Frente a ello, la demandante apeló la resolución. a una distancia determinada
de cualquier lugar donde se
encuentre la víctima u otro
miembro del grupo familiar;
Seguido el procedimiento, la Sala familiar determinó confirmar el fallo, por lo que la señora y cualquier contacto
físico, verbal, telefónico
que solicitó las medidas presentó un amparo. En su demanda señaló que la sentencia vul o de otra índole;
V. Ordenar la exclusión del
neraba su derecho a la tutela judicial efectiva, a la integridad personal, y que había omitido agresor y el reingreso de la
víctima al domicilio del grupo
aplicar los principios de protección a los adultos mayores con discapacidad. También familiar, cuando ésta,
por razones de seguridad
señaló que las pruebas periciales sí acreditaban la violencia en su perjuicio. personal ha debido
salir del mismo;
VI. Fijar una pensión alimenticia
provisional a favor de la víctima (s)
El tribunal colegiado resolvió que la sentencia transgredía los principios de legalidad pues, y los menores; y
VII. Emitir una orden de
de acuerdo con las pruebas del caso, sí existía violencia familiar provocada por ambas protección y auxilio policial,
dirigida a las autoridades de
partes y las dos hermanas "presentaban daño psicológico" por la inapropiada convivencia seguridad pública de la que se
expedirá copia a la víctima para
familiar existente. Por lo anterior, con base en el artículo 2.359, el tribunal dictó medidas que pueda acudir a la autoridad
más cercana en caso de
amenaza de agresión fuera de
con el objetivo de lograr una sana convivencia entre las partes: llamó a las dos mujeres a su domicilio.
evitar actos de molestia y ordenó que ambas tomaran terapia psicológica para que resol
vieran sus diferencias. En ese sentido, decidió conceder el amparo para que la autoridad
Artículo 2.359. En la sentencia
responsable dictara una nueva resolución en la que resolviera que las dos eran generadoras se determinará la forma de
restablecer la paz y el orden
de violencia y estableciera medidas para reestablecer la paz y el orden familiar. familiar, mediante la adopción
de las medidas que el Juez
considere pertinentes,
conducentes a la integración del
grupo familiar conforme a la ley.
54
Unanimidad de votos. Ponente: Ministro Arturo Zaldívar.
La Corte admitió el asunto al considerar que requería analizar cuestiones relativas a los
derechos de las personas con discapacidad y una interpretación conforme a estos dere
chos del artículo 2.359 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de México.
En su resolución, la Sala modificó la sentencia recurrida y ordenó que el caso debía anali
zarse bajo la perspectiva de derechos humanos de las personas con discapacidad.
1. ¿En los casos de violencia familiar que involucran a personas mayores con discapacidad
es necesario analizar los hechos desde la perspectiva de los derechos humanos de este
grupo en situación de vulnerabilidad?
1. En los casos de violencia familiar que comprenden personas con discapacidad es nece
sario analizar desde la perspectiva de sus derechos humanos si la discapacidad genera una
situación de desventaja procesal para la persona, en atención a la obligación de garantizar
el acceso a la igualdad en el procedimiento. En este caso, la resolución no consideró las
pautas del régimen de protección especial establecido para las personas con discapa
cidad, por lo que las medidas dictadas deben ser revaloradas para realizar ajustes razo
nables al proceso a fin de mitigar y eliminar dichas barreras de desigualdad.
1. La Corte señaló que "el concepto de la discapacidad bajo una perspectiva de derechos
humanos reconoce los retos y desafíos que afrontan las personas con diversidad funcional,
manteniendo así el aspecto negativo centrado en los límites y barreras del entorno y la
sociedad, tal y como lo plantea el modelo social, de suerte que el reproche es a esas causas
externas reconocidas como barreras y límites irracionales, y no así a la persona en sí misma
porque tal y como cualquier otra, no obstante su diversidad funcional, goza de reco
nocimiento de derechos y dignidad humana, luego ante los retos que implica su interacción
con las barreras y límites externos es necesario el diseño de régimen normativo de pro
tección especial que garantice mediante mecanismos y ajustes razonables la plena y
efectiva participación social, así como el ejercicio y goce de derechos en igualdad de con
diciones de las demás personas." (Párr. 39).
Lo anterior deriva en que el "goce efectivo de tutela judicial efectiva, implica que el ope
rador jurídico para efectos de determinar si es necesario algún ajuste al procedimiento
judicial, dado que es una obligación del Estado en términos del numeral 13 de la Conven
ción sobre los Derechos de las Personas con discapacidad, asegurar la participación efectiva
de todas las partes del proceso en un plano de igualdad la implementación de ajustes al
procedimiento se realizará siempre que, la discapacidad implique una desventaja procesal."
(Párr. 41).
Por tanto, "el operador jurídico tiene la obligación de operar el régimen especial de
derechos para las personas con discapacidad, siempre que i) existan elementos en el
acervo probatorio que permitan establecer que la persona tiene una condición o diversidad
funcional que pueda calificarse como una discapacidad y que ésta se traduce en una des
ventaja procesal que impida su acceso a la justicia en condiciones de igualdad; ii) la desven
taja procesal no ha sido corregida a través de algún ajuste razonable previsto en la ley;
iii) la facultad cuyo ejercicio es solicitado forma parte de su ámbito competencial; y, iv) su
ejercicio es idóneo para eliminar o aminorar la desventaja procesal y no lesiona despro
porcionadamente derechos de terceros." (cita omitida) (Párr. 44).
Atendiendo a lo expuesto, la Sala concluyó que, en el caso, "el Tribunal Colegiado, sí con
taba con elementos objetivos en el acervo probatorio para considerar que la quejosa tiene
una condición de discapacidad." (párr. 46) Lo anterior, obligaba al órgano jurisdiccional a
"advertir ante la petición de la quejosa, e incluso de oficio, que de no considerar en la deter
minación judicial de la responsable la condición de discapacidad, sí se genera una des
ventaja procesal para la entonces quejosa […]." (Párr. 47).
Por lo antes señalado, es obligación del órgano jurisdiccional, "en un análisis bajo la eficacia
del derecho a la tutela judicial, verificar si bajo pruebas y elementos objetivos que obren
2. La Primera Sala determinó que en el caso "es preciso implementar los principios que
entabla el protocolo de actuación para quienes imparten justicia en casos que involucren
derechos de personas con discapacidad a fin de optar por la solución jurídica que haga
operativo el régimen constitucional de los derechos de las personas con discapacidad y
a la par optimizar la aplicación del artículo 2.359 del Código de Procedimientos Civiles
para el Estado de México, que establece una serie de estándares específicos para lograr
el restablecimiento de la paz familiar de acuerdo a como lo pretende el precepto legal."
(cita omitida) (Párr. 67).
De este modo, "tratándose de una controversia familiar en la que se pruebe la violencia denun
ciada, la o el juzgador además de poder decretar medidas de protección y reparación de
daños y perjuicios a cargo de quien cometa los actos de violencia, debe procurar la paz y
orden familiar; en efecto la ley adjetiva del Estado de México es clara al indicar que el
principal efecto de la sentencia es restablecer la paz y orden familiar, en tanto la familia
reviste una protección especial por parte de la actividad estatal, luego no solamente
se repara el orden y estabilidad familiar mediante el pago de daños y perjuicios ocasio
nados, sino que debe procurarse reestablecer el orden y paz familiar, lo que cobra especial
"Entonces, con todas esas bases, al comprobarse en una controversia familiar que sí existe
la violencia familiar denunciada, el Estado tiene además que desplegar las acciones y
medidas necesarias para reestablecer el orden y paz familiar, asegurarse que en la conse
cución de dicho fin se garantizarán los presupuestos de acción estatal que se enmarcan
en los derechos de las personas con discapacidad." (Párr. 71).
Por todo lo anterior, la Sala determinó que "fue incorrecto que se soslayaran los principios
derivados del marco constitucional y convencional de los derechos de las personas con dis
capacidad, porque si bien es indiscutible la necesidad de ordenar una intervención tera
péutica que ayude a ambas partes de la controversia a restablecer la paz y orden familiar,
dado que una de las partes es una persona con discapacidad, reviste especial relevancia
indicar a la responsable que a fin de dictar las medidas que estime pertinentes, debe con
siderar los principios que aquí se han descrito, lo que significa que en el caso concreto
deben visualizarse las necesidades concretas de la recurrente." (Párr. 73).
159
5. Violencia familiar en materia penal
La Corte debía resolver una contradicción de criterios para determinar si la pena de sujetar
a tratamiento psicológico especializado, establecida en el artículo 200 del Código Penal Artículo 200. Se le impondrá de
seis meses a cuatro años de prisión,
para el Distrito Federal por el delito de violencia familiar, debía imponerse luego de un pérdida de los derechos que tenga
respecto de la víctima, incluidos los
de carácter sucesorio y en su caso,
estudio técnico que fundamentara su necesidad o era parte de las sanciones que corres a juicio del juez, prohibición de
ir a lugar determinado o de residir
pondía a todas las personas responsables de ese delito. en él, al cónyuge, concubina o
concubinario, o el que tenga
relación de pareja, pariente
consanguíneo en línea recta
Por un lado, un tribunal sostuvo que la imposición del tratamiento psicológico especiali ascendente o descendente sin
limitación de grado, al pariente
zado debe aportar pruebas para conocer si existe una afectación a la salud mental del colateral consanguíneo o afín
hasta el cuarto grado, al tutor,
sujeto activo pues, de otro modo, la pena carece de justificación legal. Por otro lado, al curador, al adoptante o
adoptado, que:
el segundo tribunal sostuvo que para decidir una pena con tratamiento psicológico no I.- Haga uso de medios físicos o
psicoemocionales contra la
integridad de un miembro de la
se requieren de pruebas que justifiquen su necesidad, pues la comisión del delito muestra familia, independientemente de
que se produzcan lesiones; o [...]
por sí misma una afectación psicológica del sentenciado y el tratamiento correspondiente Asimismo, al agente se le sujetará
a tratamiento psicológico
forma parte de las medidas impuestas por el legislador para la readaptación social integral especializado, que en ningún
caso excederá del tiempo
del sujeto. impuesto en la pena de prisión,
independientemente de las
sanciones que correspondan por las
lesiones inferidas o por cualquier
otro delito que resulte. [...]
55
Unanimidad de votos. Ponente: Ministro Sergio A. Valls Hernández.
161
Problema jurídico planteado
¿La imposición del tratamiento psicológico establecido en caso de violencia familiar debe
actualizarse sólo en caso de acreditar una afectación en la salud mental del sujeto activo
o debe imponerse sin necesidad de aportar elementos de prueba adicionales?
Derivado del estudio de la iniciativa de ley, la Corte determinó que, al establecer esta
norma: "el ánimo del legislador consistió en contar con una normatividad penal novedosa,
que respondiera a las actuales necesidades sociales, con un sentido de prevención del
delito y que contara con las disposiciones tendientes a la reivindicación pública del sen
tenciado, a la prevención del delito y a la protección de la colectividad." (Pág. 31, párr. 2).
Por lo anterior se sigue que, "dentro del catálogo de medidas de seguridad se encuen
tra la supervisión de la autoridad, consistente en la observación y orientación de la con
ducta del sentenciado, ejercidas por personal especializado dependiente de la autoridad
competente, con la finalidad exclusiva de coadyuvar a la readaptación social del sen
tenciado y a la protección de la comunidad, que el juzgador deberá disponer, cuando
Siguiendo estos razonamientos, "el artículo 200 del Nuevo Código Penal para el Distrito
Federal, lejos de constituir una pena, debe entenderse como una medida de seguridad,
consistente en la supervisión de la autoridad, tendiente a observar y orientar la conducta
del sentenciado, por la que el Estado procura su readaptación social, su reincorporación
al núcleo familiar, la prevención del delito y en consecuencia, la protección de la sociedad,
debiendo calificarse dicha medida como de imposición obligatoria para la autoridad juris
diccional de la causa. [Por ello], la obligatoriedad de someter al agente del delito de vio
lencia familiar a un tratamiento psicológico especializado, deviene precisamente de la
intención de los asambleístas, de procurar la rehabilitación del sentenciado, mediante
la observación y orientación de su conducta, para que a la postre, pueda incorporarse al
núcleo familiar que agravió con su conducta delictuosa, integrarse por tanto a la sociedad,
previniendo de esta manera la comisión de delitos subsecuentes de esa naturaleza, pro
tegiendo por ende a la colectividad misma." […] En este mismo sentido, "el precepto en
estudio no establece el tiempo mínimo de la citada medida de seguridad, por lo que,
si es la autoridad ejecutora la encargada de supervisar, observar y orientar la conducta
del sentenciado, será dicha autoridad la que, atendiendo al desarrollo del tratamien
to, deba informar al juez de la causa, si es necesario que la medida de seguridad perdure
por el tiempo impuesto en la pena de prisión o bien si puede ser por una temporalidad
menor." (Págs. 34 y 35, párrs. 1 a 3).
El hombre también argumentó que el artículo 284 bis del Código de Defensa Social del
Estado de Puebla, en el que se preveía la hipótesis delictiva de violencia familiar, era
inconstitucional por señalar de manera imprecisa los actos que constituyen violencia
familiar. La Corte atrajo el caso para pronunciarse sobre la constitucionalidad del artículo.
En su resolución, la Primera Sala confirmó la sentencia reclamada por considerar que el
artículo no violaba los derechos alegados.
1. ¿El artículo 284 bis del Código de Defensa Social del Estado de Puebla es incompatible
con el principio de taxatividad de las normas penales al señalar que la violencia familiar
puede actualizarse con "agresiones físicas o morales de manera individual"?
2. ¿El artículo 284 bis del Código de Defensa Social del Estado de Puebla es incompatible
con el mandato de proporcionalidad, por imponer una pena de prisión por la comisión
de un acto individual de violencia familiar?
3. ¿Existe una situación de desventaja en el caso que debía ser analizada desde la pers
pectiva de género?
Comete el delito de violencia familiar el cónyuge; la cónyuge; concubino, concubina; pariente consanguíneo en
línea recta sin limitación de grado; pariente colateral consanguíneo o por afinidad, hasta el cuarto grado; adop
tado; adoptante; madrastra; padrastro; hijastra; hijastro; pupilo; pupila o tutor que intencionalmente incurra en
la conducta descrita en el párrafo anterior, contra cualquier integrante de la familia que se encuentre habitando
en la misma casa de la víctima.
A quien cometa el delito de violencia familiar, se le impondrán de uno a seis años de prisión y multa de cincuenta a
ciento cincuenta días de salario; y estará sujeto a tratamiento integral para su rehabilitación por un tiempo que
no rebase la sanción privativa de la libertad que se haya impuesto, así como la perdida de la patria potestad, de
los derechos hereditarios y de alimentos."
La penalidad descrita en el tercer párrafo se aumentará hasta en una mitad, en caso de sujetos pasivos mayores
de 70 años.
La autoridad judicial y el ministerio público, en su caso, dictara las medidas necesarias para el tratamiento psico
terapéutico del agresor y de la víctima, ordenando cuando, sea procedente, las medias apropiadas para salva
guardar la integridad de sus familiares."
3. Aunque existen ocasiones en las que una relación asimétrica de poder por razón de
género puede presentarse en perjuicio de un hombre, en este caso esas afirmaciones
fueron analizadas conforme a las pruebas presentadas y se descartó el supuesto de que
existía una situación de desventaja.
1. La Sala estableció que "el mandato de taxatividad sólo obliga al legislador a una deter
minación suficiente, y no a la mayor precisión imaginable. Es decir, los textos legales que
contienen las normas penales únicamente deben describir con suficiente precisión
qué conductas están prohibidas y qué sanciones se impondrán a quienes incurran en
ellas, pues la exigencia en cuanto a la claridad y precisión es gradual." (cita omitida)
(Párr. 63).
"Si bien existe una cierta incorrección en la opción por la palabra ‘individual’ para referirse
a uno; el término escogido por el legislador guarda una correspondencia semántica sufi
ciente con la voz ‘uno’ para que, en el contexto de la norma penal impugnada, se entienda
que la palabra individual se usa como sinónimo aceptable y comúnmente comprensible
de los términos uno, único o aislado." (Párr. 65).
Por lo anterior, la Sala consideró que "no es ambiguo el término ‘individual’ empleado por
el legislador en el artículo analizado. Esto porque es claro que, en el contexto de la des
cripción típica, los términos ‘individual’ o ‘reiterada’ aluden al número de agresiones
necesarias para configurar el tipo penal." (Párr. 66). "Es decir, la violencia familiar surge
como delito, y acarrea las consecuencias respectivas, con un solo acto o evento único —como
indica el término ‘individual’— o con varios eventos o actos —como indica el término
‘reiterada’". (Párr. 67).
2. La Sala determinó que "la incorporación de la figura típica [de violencia familiar] cumple
con el mandato constitucional de ocuparse de un bien jurídico valioso, y que guarda
respecto de él una relación instrumental de protección y salvaguarda" (Párr. 75).
Con la incorporación de este tipo penal, "el legislador secundario sopesa adecuadamente
la importancia de la integridad personal y la especial situación de vulnerabilidad de quienes
conviven en relaciones afectivamente significativas, con el entendimiento que el Derecho
Penal debe configurar la última respuesta —recurso— de un Estado democrático social
de Derecho como el nuestro." (Párr. 71).
También con la tipificación, el legislador "admite a la familia como un bien valioso y las
relaciones y arreglos que en ella se generan como un espacio de interés para el Estado no
para justificar injerencias arbitrarias en la vida privada de las personas, sino por la necesidad
de emprender acciones protectoras de la integridad de las personas que conviven en ese
ámbito. De manera que […] la situación personal en la relación de pareja o dentro de la
familia no siempre carecerá de interés para el Estado, ni atañerá exclusivamente a quienes
participan o se desarrollan dentro de ella." (Párr. 73).
En este sentido, la Sala señaló que "lo que provee base razonable y justifica —por ende- la
sanción penal atribuida a quien lesiona la integridad personal dentro de la familia, no es
la singularidad o pluralidad, o incluso la modalidad —física, moral o patrimonial—, de las
agresiones, sino la certeza de que, como producto de éstas, se afecta la integridad personal
"Así, lo que interesa y finalmente acarrea sanción a quien transgrede la norma penal es
que la conducta desplegada —singular o reiterada— resulte apta, eficiente y suficiente
para lesionar el bien jurídicamente tutelado por la norma penal: la integridad física o
psicológica de algún miembro o integrante de la familia. Sobre todo, cuando es factible
que un evento singular —dada su eficacia, gravedad o impacto— ocasione el daño que
la norma penal quiere evitar." (Párr. 77).
"Por tanto si, […] el legislador secundario adopta una decisión constitucionalmente sensata
al proteger un bien jurídico valioso, resulta también adecuado y razonable que dejara al
intérprete la determinación respecto a las circunstancias, contexto, grado y consecuencias
de la agresión perpetrada, independientemente de su repetición." (Párr. 78). Por lo anterior,
la Corte señaló que no es inconstitucional que la norma señale que un solo evento de
violencia constituye base suficiente para reprochar penalmente la conducta de violencia
familiar.
Lo anterior considera que "aunque el poder es interpretable de acuerdo con las personas,
las relaciones que protagonizan y el contexto en que ocurren tales relaciones, la asimetría
de poder por razones sexo-genéricas tiene su origen en el orden jerarquizado de género,
el cual asigna valores y desvalores, otorga derechos o los niega, y reconoce autonomía o la
limita, a partir justamente de la identidad sexo-genérica." (Párr. 48). Por ello, "es comple
tamente posible que dicha asimetría se presente en relaciones entre varones, entre mujeres,
o entre mujeres y varones, en detrimento de estos últimos." (Párr. 50).
Los delitos de violencia familiar y violación agravada por razón de parentesco pueden
acreditarse de manera autónoma. No existe imposibilidad jurídica para que la misma relación
de parentesco, que es considerada una circunstancia agravante para el delito equiparable
a la violación, pueda ser tomada en consideración para estimar acreditado el delito de
violencia familiar. Ambos tipos penales no contienen los mismos elementos configurativos
y tutelan bienes jurídicos diversos.
La Corte señaló que el concurso de normas surge cuando "diversas disposiciones legales
resultaran aplicables a un mismo hecho; lo cual no puede suceder, ya que, de ser así, se
estaría recalificando la conducta del sujeto activo, es decir, se consideraría típica respecto
de dos hipótesis normativas con lo cual se le sancionaría doblemente por una sola con
ducta, y por ende se estaría violentando la garantía de exacta aplicación de la ley penal."
(Pág. 33, párr. 1).
Sin embargo, "los artículos [que sancionan el delito de violencia familiar], constituyen tipos
penales autónomos, que describen una conducta relevante para el derecho penal por
estimar de suma valía el bien jurídico que tutela de protección a la familia, pues se sanciona
la acción u omisión grave y reiterada ─pluralidad de acciones u omisiones─ que dañe la
integridad física o psicológica de uno o varios miembros de la familia, como así se advierte
del proceso legislativo respectivo que dio origen a la incorporación del citado delito al
ordenamiento penal de Nuevo León, a partir del tres de enero de dos mil." (Pág. 42, párr. 1).
Por lo anterior, "se estima que en el caso no existe concurso de normas penales que requiera
solución a través del principio de especialidad, en razón de que la conducta sancionada
por el delito de violencia familiar, no se encuentra comprendida en su totalidad en el
diverso de equiparable a la violación agravada, aunado a que los referidos tipos penales
tutelan diversos bienes jurídicos, como son la protección de la familia y la seguridad sexual
y el normal desarrollo psicosexual de los menores e incapaces. (Pág. 56, párr. 1) (énfasis
en el original).
En efecto, respecto al delito equiparable a la violación, el Código Penal para el Estado de Artículo 269. A las sanciones
Nuevo León, en su artículo 269 establece una circunstancia agravante que se actualiza señaladas en los artículos 263,
266, 267 y 268, se aumentarán
al doble de la que corresponda,
por la calidad específica del sujeto activo, a saber, que sea pariente de la víctima hasta en cuando el responsable fuere
alguno de los parientes o
cuarto grado, o con algún otro con quien tenga un deber de cuidado, para lo cual remite a personas a que se refieren los
artículos 287 Bis y 287 Bis 2;
los diversos 287 bis y 287 bis II, del mismo ordenamiento legal, los que, por su parte, esta asimismo, perderá el derecho
a ejercer la patria potestad,
blecen figuras delictivas denominadas violencia familiar y equiparable a la violencia familiar, tutela, curatela y los derechos
hereditarios o de alimentos
respectivamente, que se actualizan únicamente cuando quien realiza la conducta grave que pudiera tener sobre
la persona agredida
y reiterada que produce un daño físico o sicológico en la víctima, tiene relación de
Así, no puede considerarse que exista un concurso aparente de normas penales que
requiera solución mediante la invocación del principio de especialidad, pues para estimar
actualizado el delito de equiparable a la violación, solamente se requiere la imposición
de la cópula a una persona menor de trece años o mayor de edad pero que se halle sin
sentido, o que por cualquier causa no pudiera resistirse a la acción delictiva─ sin que se
exija que esta conducta sea reiterada─ y el bien jurídico que tutela es la seguridad sexual
y el normal desarrollo psicosexual de los menores e incapaces, que resulta agravado
cuando es cometido por quienes tengan el vínculo de parentesco o familiaridad con los
ofendidos, descritos en los artículos 287 bis, 287 bis I y 287 bis II; mientras que para estimar
configurado el diverso delito de [violencia familiar], se requiere una conducta activa u
omisiva grave reiterada que dañe la integridad física o sicológica de uno o varios miem
bros de la familia, de lo que se advierte entonces que la conducta tipificada en el delito
de [violencia familiar], no se encuentra comprendida en su integridad en la de equiparable
a la violación agravada." (Pág. 57) (énfasis en el original).
"No es óbice a lo anterior, que en ambos supuestos normativos se haga alusión a la relación
familiar o de parentesco que existe entre la víctima y el agresor, porque tal circunstancia
no implica que por sí, ambos preceptos sancionen la misma conducta, pues como se indicó,
en el delito […] [equiparable a la violación], constituye una mera circunstancia agravante,
que no incorpora ni sanciona la conducta tipificada en el diverso delito de [violencia
familiar], el cual, se reitera, se actualiza por una conducta de acción u omisión grave y
reiterada, que produzca daño físico o sicológico en alguno de los miembros de la familia,
exigiéndose como requisito sine qua non en el activo, una calidad específica en función
del bien jurídico que tutela dicho delito." (Pág. 58) (énfasis en el original).
Así, no obstante que ambos delitos [equiparado a la violación agravada y violencia familiar
─así como su equiparado─] prevean que el sujeto activo tenga una relación de parentesco
o familiar con la parte ofendida ─una como calidad específica del activo que agrava el
tipo penal básico, y otra como calidad específica del activo integrador del tipo básico─
tal calidad no constituye la conducta penalmente sancionada; de ahí que no exista imposi
bilidad jurídica para que esa misma relación de parentesco que es considerada como
una circunstancia agravante para el delito [equiparable a la violación], pueda ser tomada
en cuenta para estimar acreditado el diverso delito de violencia familiar, pues no se
está en presencia de un concurso de normas que deba solucionarse mediante el principio
de especialidad, en virtud de que no contienen los mismos elementos configurativos y
tutelan bienes jurídicos diversos." (Pág. 58, párr. 2) (énfasis en el original).
La Corte debía resolver una contradicción de criterios sobre si los delitos de lesiones y
violencia familiar podían configurarse como delitos autónomos cuando derivaban de los
mismos hechos o si debían considerarse como un solo delito. El primero de los tribunales
sostuvo en un caso que resultaba incorrecto tener por acreditado el delito de violencia
familiar derivado de los mismos hechos por los que se actualizó el delito de lesiones
agravadas, porque ello equivalía a un doble reproche o recalificación por el mismo
evento.
Por su parte, el segundo tribunal sostuvo que no es factible que el delito de lesiones se
subsuma al de violencia familiar, puesto que ambos delitos son autónomos, con indepen
dencia de que el primero fuera el medio de consumación de este último. Por último, el
tercer tribunal en la contradicción sostenía que no es subsumible la conducta del delito
de lesiones al de violencia familiar. Señaló que debían ser considerados delitos autónomos,
que protegen diversos bienes jurídicos tutelados por la norma penal, por una parte, la
seguridad de la familia y, por otra, la integridad personal, circunstancias que confirman
su autonomía.
¿Los delitos de lesiones y violencia familiar son autónomos cuando derivan de los mismos
hechos, o la actualización de ambos constituye un doble reproche o recalificación por el
mismo evento?
Los delitos de lesiones y violencia familiar son dos delitos distintos con características
propias y, por ende, autónomos, razón por la que pueden actualizarse en el mismo evento,
sin que ello constituya un doble reproche o una recalificación de la conducta.
La Corte determinó que "el delito de violencia familiar es un delito autónomo, totalmente
independiente de algún otro, ya que así se desprende de los preceptos que lo tipifican,
en donde se señala que, además del delito de violencia familiar, podrá producirse otro
59
Unanimidad de votos. Ponente: Ministra Olga Sánchez Cordero de García Villegas.
En atención a esta consideración, el tipo penal de violencia familiar "se actualiza con inde
pendencia de cualquier otro, como puede ser del delito de lesiones, por lo que derivado
de los mismos hechos pueden actualizarse ambos delitos, sin que ello constituya una
recalificación por el mismo evento." (párr. 54)
Aunado a lo anterior, es necesario considerar que "el núcleo del tipo de lesiones, es la
alteración de la salud tanto en su aspecto físico como mental; y que el núcleo del delito
de violencia familiar, es el daño a la integridad física y psicológica y, si bien éste es un
elemento que pudiera estimarse común en ambos delitos, lo cierto es que los demás son
distintos, lo que les da su propia autonomía." (Párr. 57).
Así, "mientras en el delito de lesiones los sujetos activo y pasivo no son calificados, en el
delito de violencia familiar sí, pues deben ser miembros del grupo familiar; además, que
dichos delitos protegen bienes jurídicos distintos, el de lesiones la integridad personal y
el de violencia familiar, el derecho de los integrantes de la familia a vivir una vida libre de
violencia, la seguridad de la familia." (Párr. 58).
En el estado de Baja California, un juez penal dictó auto de formal prisión en contra de un
hombre como probable responsable del delito de violencia familiar en contra de su esposa,
contemplado en el artículo 242 Bis del Código Penal para el Estado de Baja California.
Después de que el hombre interpusiera dos juicios de amparo, el juez penal dictó senten
cia en la que determinó que el hombre no era penalmente responsable de ese delito por
no haberse acreditado la "corporeidad" del mismo. El agente del Ministerio Público del
asunto y la esposa apelaron dicha decisión, por lo que el 18 de octubre de 2017 una sala
penal determinó que en efecto el hombre era penalmente responsable por la comisión
del delito de violencia familiar. En contra de la decisión de apelación, el hombre promovió
60
Unanimidad de cinco votos. Ponente: Ministra Norma Lucía Piña Hernández.
El hombre promovió un nuevo juicio de amparo directo por considerar que el artículo 242
Bis del Código Penal del Estado de Baja California, vigente al momento de los hechos, era
inconstitucional por violar el principio de legalidad y exacta aplicación de la ley penal, al
ser ambiguo, vago y objeto de diversas interpretaciones, conforme al párrafo tercero del
artículo 14 constitucional. La porción normativa que decía "Al que dolosamente ejerza
violencia física o moral o incurra en la omisión grave de cumplir con un deber en contra
de su cónyuge, pariente consanguíneo en línea recta ascendente o descendente sin limi
tación de grado, adoptante o adoptado", no mencionaba de forma expresa el bien u objeto
jurídicamente tutelado, ni indicaba si para producir el resultado típico era necesario que
el acto u omisión se produjera una vez o de manera reiterada, entre otras cosas.
¿La porción normativa del artículo 242 Bis del Código Penal del Estado de Baja California
que establece que la violencia familiar se actualiza con "que dolosamente ejerza violen
cia física o moral [...] en contra de su cónyuge" es incompatible con el principio de legalidad
en materia penal en su vertiente de taxatividad por no mencionar expresamente el bien
jurídico tutelado ni aclarar si la conducta debe ser reiterada u ocurrir una sola vez para
configurarse?
La porción normativa del artículo 242 Bis del Código Penal del Estado de Baja California
que señala que la violencia familiar puede actualizarse con "que dolosamente ejerza
violencia física o moral (...) en contra de su cónyuge" es compatible con el principio de
legalidad en materia penal en su vertiente de taxatividad, al ser lo suficientemente clara
y precisa, al leerse en su contexto. Exigir lo contrario, implicaría imponer al legislador una
obligación excesiva de describir con suficiente precisión y exactitud en qué consisten las
acciones a las que se refiere.
"[L]a porción normativa aplicada al quejoso se integra por los siguientes elementos
—en la parte que interesa para el presente fallo—:
- De manera dolosa; y,
La norma impugnada establece una calidad específica de los sujetos (activo y pasivo)
involucrados dentro del núcleo familiar, entendido no sólo al formado por lazos de paren
tesco, sino también por aquellas personas que están vinculadas a la familia por diversas
razones (guarda, custodia, educación, instrucción, cuidado, entre otros); en el caso en
especial, que se trate de cónyuges.
Además, el delito de violencia familiar se encuentra dentro del Título Primero ‘Delitos
contra el orden de la familia’ del Código Penal para el Estado de Baja California vigente al
momento de los hechos, por lo que el bien jurídico protegido lo es la integridad perso
nal de quienes unidos por lazos afectivos, de seguridad o dependencia, conviven y pueden
verse particularmente afectados por las conductas dañosas física o psicológicamente de
quienes comparten con ellos y ellas esos lazos y esa convivencia.
"[E]l principio de taxatividad sólo puede obligar al legislador a una determinación suficiente
sin requerir una determinación máxima, pues la exigencia radica en que las normas penales
describan con suficiente precisión qué conductas están prohibidas y qué sanciones se
impondrán a quienes incurran en ellas, ya que se debe alcanzar un punto adecuado entre
precisión (claridad) y flexibilidad de una disposición normativa para que, en una sana
colaboración con las autoridades judiciales, dichas disposiciones puedan ser interpretadas
para adquirir mejores contornos de determinación y mayor concreción, tomando como
base no sólo el texto de la ley, a fin de que el operador jurídico pueda acudir a la gramática,
a otras expresiones contenidas en la misma disposición normativa o disposición diversa,
también al contexto en el cual se desenvuelven las normas y a sus posibles destinatarios."
(Párr. 64). (Énfasis en el original).
"[E]l precepto reclamado establece lo que debe considerarse violencia física o moral,
entendida como los actos que el sujeto activo ejecuta en contra de los integrantes de la
familia, que atenten contra su integridad física o psíquica, sin que pueda llegarse al extremo
de exigir una determinación máxima en la redacción del texto legal; por ende, en caso de
presentarse un problema de taxatividad, es factible analizar las constancias y el contexto
de la norma, en aras de conocer la intención del legislador, como acontece en el presente
asunto." (Párr. 67).
"Sin que tal mandato constitucional también implique fijar de forma expresa el bien jurídico
valioso sobre el que guarda una relación instrumental de protección la descripción típica,
ya que esa circunstancia constituye un aspecto dogmático del delito que se infiere el
propio contexto normativo, tal como acontece en el presente caso respecto del delito de
violencia familiar, cuyo bien jurídico que amerita protección es la integridad personal
de quienes unidos por lazos afectivos, de seguridad o dependencia, conviven y pueden
verse particularmente afectados por las conductas dañosas física o psicológicamente de
quienes comparten con ellos y ellas esos lazos y esa convivencia." (Párr. 73).
Por todo lo expuesto, [...] el precepto reclamado contiene un grado suficiente de claridad
y precisión en relación con la descripción típica del ilícito de violencia familiar, por lo que
no vulnera el derecho a la exacta aplicación de la ley penal en su vertiente de taxatividad,
pues en el contexto en que se desenvuelve dicho precepto, no sólo es factible obtener su
significado sin confusión alguna, sino que, como ya se dijo, también se complementa
su contenido al ser relacionado con un párrafo localizado en la misma disposición norma
tiva." (Párr. 74).
Además, "la justificación para la sanción penal por la conducta descrita en el precepto
reclamado no es la singularidad o pluralidad de acciones, tampoco la modalidad de las
agresiones, sino la certeza de que, como producto de éstas, se afecta la integridad personal
de los miembros de la familia, ya que el núcleo esencial de tipo penal consiste en lesionar
dicha integridad personal." (Párr. 77).
Así, lo que trae como consecuencia una sanción para quien transgrede esa norma es que
la conducta desplegada, aunque sea por una ocasión, sea apta, eficiente y suficiente para
lesionar el bien jurídico tutelado por la norma, esto es, la integridad física o psicológica
de algún miembro de la familia. De esta forma, el legislador secundario adopta una decisión
constitucionalmente válida al proteger un bien jurídico valioso y dejar al intérprete la
determinación respecto a las circunstancias, contexto, grado y consecuencias de la agresión
perpetrada, independientemente de su repetición." (Párr. 78).
La denuncia dio inicio a una averiguación previa por el delito de homicidio, por la que se
ordenaron diligencias como peritajes en criminalística y fotografía, la asistencia del
médico legista, el traslado del personal de inspección ministerial al lugar de los hechos y
el levantamiento del cadáver, que se realizaron ese mismo día. Sin embargo, en el acta
originada por estas acciones, no existió registro de los funcionarios que llevaron a cabo
las diligencias.
Unas horas después, el hombre declaró por segunda vez y dijo que no había visto a su
esposa desde el día anterior, que se comunicaron por última vez mediante una llamada
telefónica en la que él pudo percibir que ella se encontraba bajo los efectos del alcohol y
que al llegar a su casa por la mañana la puerta estaba cerrada, por lo que tuvo que entrar
por una ventana. Según dijo en esa ocasión, encontró a su esposa colgada de una cuerda
de cáñamo insertada a una bisagra en la pared de su habitación y un "recado póstumo"
en la cama dirigido a sus padres. De acuerdo con su declaración, luego de encontrar a su
esposa llamó a su suegra para comunicarle la noticia y acudió enseguida a las oficinas del
Ministerio Público.
El mismo día por la tarde, la madre de Mariana, Irinea Buendía, acudió al Ministerio Público
a declarar que su hija sufría violencia por parte de su marido desde el inicio del matrimonio.
Este maltrato era físico y emocional, pues el señor la golpeaba y frecuentemente la humi
llaba, además de amenazarla de muerte. La madre comentó que no la dejaba salir de casa
y que su hija había acudido a ella y a su mejor amiga en varias ocasiones, luego de estos
episodios de maltrato.
61
Unanimidad de votos. Ponente: Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
Unas semanas después la demandante acudió a ampliar su declaración y detalló los malos
tratos de los que era víctima su hija, que iban de los golpes a la violación y amenazas de
muerte. En su declaración agregó que cuando ella le propuso a su hija que acudieran a
denunciar, ella se había negado porque su esposo amenazó con matarla y que quedaría
impune.
Luego de diversas diligencias y actuaciones realizadas sin seguir los protocolos básicos
marcados por la ley, en septiembre de 2011, el Ministerio Público encargado del caso
determinó el no ejercicio de la acción penal en contra del esposo de Mariana, al considerar
que los hechos correspondían con un suicidio. La resolución fue notificada a la madre casi
un mes después, ante lo que ella presentó dos escritos. En el primero de ellos solicitó al
agente del Ministerio Público que reconsiderara la resolución; en el segundo, solicitaba
al procurador del Estado que revisara la resolución emitida por el Ministerio Público.
En marzo de 2012, antes de que supiera sobre la resolución que devolvía la averiguación
previa a la Fiscalía Especializada en Feminicidios, Irinea Buendía promovió juicio de amparo
en su carácter de denunciante y víctima en la averiguación previa contra el Procurador
General de Justicia del Estado de México. En su demanda señaló como acto reclamado la
omisión de resolver en tiempo y forma el recurso de revisión presentado el 17 de noviembre
de 2012, previsto en el artículo 117 del Código de Procedimientos Penales del Estado de
México.
La demanda fue admitida y luego de que le fue notificada la resolución del recurso, la
señora realizó una ampliación de la demanda. Seguido el trámite del juicio de amparo,
acudió a la revisión por considerar que los actos reclamados vulneraban su derecho de acceso
a la justicia e incumplían con la obligación de investigar con debida diligencia el femini
cidio de su hija.
La Corte concedió el amparo a la señora Irinea. En sus efectos, la decisión implicó confir
mar el levantamiento de la decisión de no ejercicio de la acción penal y ordenar que se
realizaran todas las diligencias necesarias para investigar, con perspectiva de género y
de conformidad con el marco jurídico aplicable, la muerte violenta de Mariana Lima
Buendía.
¿Cuáles son las obligaciones de las autoridades ministeriales al investigar la muerte con
violencia de una mujer?
Las autoridades deben actuar con debida diligencia reforzada en casos de violencia con
tra las mujeres y explorar todas las líneas investigativas posibles con el fin de determinar
la verdad histórica de lo sucedido. El deber de investigar adquiere mayor relevancia en
relación con la muerte de una mujer en un contexto de violencia por cuestiones de género
como el que existe en nuestro país, por lo que debe considerarse como una posible línea
de investigación la violencia de género cuando la víctima es mujer.
Por lo anterior, todos los casos de muertes de mujeres, incluidos aquellos en los que pare
ciera haber motivos criminales, accidentales o suicidio, deben de analizarse con perspectiva
de género para poder determinar si hubo o no razones de género en la causa de la muerte
y confirmar o descartar el motivo del deceso, especialmente en casos en los que existen
pruebas de que la mujer era víctima de violencia familiar. Esta obligación implica el deber de
recabar pruebas de la escena del crimen, respetar la cadena de custodia, contar con personal
debidamente capacitado y atender a los protocolos de investigación especializados.
La Corte estableció que el derecho de las mujeres a vivir libres de violencia y discriminación
implica que "las autoridades estatales no sólo deben condenar toda forma de discrimina
ción basada en el género, sino también están obligadas a tomar medidas concretas para
lograrlo, tales como consagrar la igualdad de género y de sexo en sus normas, y abolir
todas aquellas leyes, costumbres y prácticas que redunden en acciones discriminatorias
contra las mujeres." (Cita omitida) (párr. 112).
"Para lograr lo anterior, las autoridades deben adoptar, en todas sus políticas y actos, una
herramienta como método para detectar y eliminar las barreras u obstáculos que discri
minan a las personas por condición de género, a la cual se le denomina perspectiva de
género, que surge como resultado de una teoría multidisciplinaria, cuyo objeto preten
de buscar el enfoque o contenido conceptual conforme al género que se debe otorgar para
analizar la realidad y fenómenos diversos, tales como el derecho y su aplicación, de modo
que se permita evaluar la realidad con una visión incluyente de las necesidades del gé
nero, que contribuya a diseñar y proponer soluciones sin discriminación." (Citas omitidas)
(párr. 113).
Por lo que "para la época de los hechos del presente caso —junio de 2010—, las autori
dades investigativas del Estado de México tenían no sólo la obligación de cumplir con las
obligaciones convencionales y nacionales referidas, sino incluso, en el caso concreto,
contaban con un protocolo obligatorio con reglas y procedimientos claros de cómo actuar
ante la muerte de una mujer en dicha entidad." (Párr. 126).
La Corte destacó que "de conformidad con los diferentes protocolos para investigar las
muertes violentas de mujeres, si bien estas muertes tienen múltiples expresiones y con
textos, gran parte de ellas son cometidas en el hogar de la mujer, a manos de personas
conocidas —como parejas o familiares—, y una de las formas comunes de dicha muerte
es la asfixia y los traumatismos [cita omitida]." (Párr. 128).
Así, la Corte señaló que las autoridades investigadoras deben explorar todas las líneas
investigativas posibles con el fin de determinar la verdad histórica de lo sucedido. "El deber
de investigar adquiere mayor relevancia en relación con la muerte de una mujer en un
contexto de violencia contra las mujeres, puesto que se debe tomar como una posible
"En términos generales, las autoridades que investigan una muerte violenta deben intentar
como mínimo: i) identificar a la víctima; ii) proteger la escena del crimen; (iii) recuperar y
preservar el material probatorio; iv) investigar exhaustivamente la escena del crimen;
v) identificar posibles testigos y obtener declaraciones; vi) realizar autopsias por profesio
nales competentes y empleando los procedimientos más apropiados; vii) determinar la
causa, forma, lugar y momento de la muerte, y cualquier patrón o práctica que pueda
haber causado la muerte. En el caso de muertes de mujeres se deben identificar las con
ductas que causaron la muerte y verificar la presencia o ausencia de motivos o razones
de género que originan o explican la muerte violenta. Además, en dichas muertes se deben
preservar evidencias específicas para determinar si hubo violencia sexual y se deben hacer
las periciales pertinentes para determinar si la víctima estaba inmersa en un contexto de
violencia. Además, las investigaciones policiales y ministeriales por presuntos feminicidios
deben analizar la conexión que existe entre la violencia contra la mujer y la violación de
otros derechos humanos, así como plantear posibles hipótesis del caso, basadas en los
hallazgos preliminares que identifiquen la discriminación o las razones de género como
los posibles móviles que explican dichas muertes. En ese sentido, se debe investigar, de
oficio, las posibles connotaciones discriminatorias por razón de género en un acto de vio
lencia perpetrado contra una mujer cuando dicho acto se enmarca en un contexto de
violencia contra la mujer que se da en una región determinada." (Citas omitidas) (párr. 134).
Además, la Primera Sala señaló la necesidad fundamental de proteger la escena del crimen;
preparar adecuadamente a los intervinientes; fotografiar la escena del crimen y cualquier
otra evidencia física, p. ej., el cuerpo como se encontró y después de moverlo; todas las
muestras de sangre, cabello, fibras, hilos u otras pistas deben ser recogidas y conservadas;
examinar el área en busca de huellas de zapatos o cualquier otra que tenga naturaleza de
evidencia; y hacer un informe en el que se detalle cualquier observación de la escena, las
acciones de los investigadores y la disposición de la prueba recolectada. Por ello, estableció
una lista de control sobre las diligencias necesarias. (Párrs. 137 a 141).
Por todo lo anterior, concluyó que "no hubo una correcta protección de la escena del
crimen para determinar la forma en que se encontró a Mariana Lima Buendía y las eviden
cias que habrían servido para la investigación de su muerte; no se sabe con certeza qué
peritos estuvieron presentes; la inspección no sólo no se realizó con la acuciosidad reque
rida, sino que omitió diligencias básicas e incurrió en irregularidades graves como
permitir que una persona respecto de quien se debió abrir una línea de investigación
—por ser quien, por su propio dicho, había encontrado y movido el cuerpo de su esposa
minutos antes— estuviera presente y moviera —en presencia del equipo investigador—
elementos de la escena del crimen." (Párr. 143).
Una mujer, su concubino y otros fueron acusados de diversos delitos relacionados con el
tráfico de personas extranjeras en el territorio nacional para llevarlas a los Estados Unidos
de América. A la señora se le imputaron los delitos de delincuencia organizada con la
finalidad de cometer delitos de tráfico de indocumentados, conforme a los artículos 2,
fracción III, y 4, fracción II, inciso b), de la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, y
por realizar operaciones con recursos de procedencia ilícita, en las modalidades de adqui
sición y depósito de recursos económicos en moneda nacional y bienes, previsto por el
artículo 400 Bis del Código Penal Federal.
El juez de primera instancia absolvió a la señora de los delitos señalados por considerar
que de las pruebas aportadas no se acreditó si la señora pertenecía a la organización
criminal, cuál era su participación específica y si la señora sabía o no que los recursos que
manejaba procedían de una actividad ilícita. El Ministerio Público apeló dicha decisión ya
que el juez había omitido analizar y valorar algunos medios de prueba. Por lo que un tri
bunal unitario acreditó la plena responsabilidad penal de la señora y la condenó a nueve
años de prisión y 1250 días de multa. A pesar de que la señora manifestó haber sufrido
actos de tortura durante su detención y solicitar que se excluyeran pruebas.
La señora y su concubino presentaron una nueva demanda de amparo directo, el cual les
fue negado por un tribunal colegiado, de manera que interpusieron un recurso de revisión.
Entre los agravios se reiteraron los actos de tortura a que fue sometida la mujer, así como
la falta de perspectiva de género en la decisión del tribunal colegiado porque se consideró
que sólo por ser concubinos la señora debía conocer las actividades ilícitas de su concu
bino. Se resaltó el contexto de la mujer quien era víctima de violencia económica y psicoló
62
Unanimidad de cinco votos. Ponente: Ministra Ana Margarita Ríos Farjat.
En casos donde se alegue que una imputada sufrió violencia psicológica y económica
por su concubino y coimputado, ¿cómo aplicar la perspectiva de género para determinar
si se acredita su responsabilidad penal más allá de toda duda razonable?
En casos donde se alegue que una imputada sufrió violencia psicológica y económica
por su concubino y coimputado, el operador jurídico debe aplicar la perspectiva de género,
realizar una investigación y allegarse de las pruebas necesarias para acreditar cuál fue el
contexto en el que se cometió el delito. Esto para determinar si la imputada se encontraba
en una situación de desventaja y vulnerabilidad al momento de los hechos. De manera
que, una vez que se eliminen los estereotipos de género en el análisis del caso, se evalúe
si la responsabilidad penal está acreditada más allá de toda duda razonable, y cuál es el
impacto diferenciado en los elementos para acreditar el delito, la posible existencia de una
causa de justificación o una causa absolutoria, las formas de atribución de autoría o parti
cipación, o en la individualización de la pena.
La Primera Sala ha establecido una "metodología que deben seguir los operadores jurídicos
al momento de aplicar la perspectiva de género:
Para lograr visualizar las situaciones de desventaja provocadas por condiciones de sexo
o género, el Protocolo para Juzgar con Perspectiva de Género determina que se debe:
"i) Clarificar y precisar el punto de vista con el que se analizan los hechos y las pruebas.
iv) Hacer una reconstrucción adecuada y completa de los hechos." (Párr. 95).
"Una vez hecho lo anterior, en caso de que considere que los hechos sí se llevaron a
cabo en un contexto de violencia (en el que el coacusado de la quejosa, en su carácter de
concubino, ejerciera coacción, engaño o inducción para obtener el control respecto a sus
percepciones económicas, al obligarla a trabajar en sus dos empresas o, incluso, respecto
al uso de sus cuentas bancarias, bajo el riesgo de que, de no hacerlo, se afectara la subsis
tencia de ella o de sus hijos menores de edad), juzgue el caso con perspectiva de género
acorde con la doctrina que al respecto ha desarrollado esta Suprema Corte." (Párr. 123).
Para tal efecto, deberá ser particularmente cuidadoso en verificar que la inferencia y valo
ración probatoria para tener por actualizada la responsabilidad penal de la quejosa en su
comisión no se sustente en estereotipos de género derivado de su situación familiar
(condición de concubina); es decir, deberá evitar sostener la actualización de la prueba
indiciaria, en cuanto al elemento relacionado con el conocimiento de los hechos ilícitos,
únicamente bajo el argumento de que era concubina de quien es considerado el líder de
la organización delictiva (su coimputado) o sólo por trabajar en sus dos empresas (el
restaurante y la tienda de ropa), en caso de que se acredite que su concubino la obligaba
a trabajar en dichos lugares, o por haber sido detenida al interior del domicilio en el que
cohabitaba con su concubino." (Párr. 124).
Para tal efecto, deberá evaluar el impacto diferenciado de la solución propuesta para
buscar una resolución justa e igualitaria de acuerdo con el contexto de desigualdad por
condiciones de género y la violencia advertida, lo cual puede impactar en los elementos
para acreditar el delito, la posible existencia de una causa de justificación o una causa
absolutoria, las formas de atribución de autoría o participación, o bien, en la individuali
zación de la pena." (Párr. 130).
Una mujer privó de la vida a su esposo, quien desde 2007 ejercía violencia contra ella
y sus siete hijos. La violencia de la que era víctima iba desde insultos hasta violación y
produjo diversos efectos en su vida, como reacción depresiva prolongada y riesgo de
autolesión.
En el proceso penal, la mujer y su abogado solicitaron que la violencia familiar que había
existido se tomara en cuenta para determinar que en el caso se actualizaba una excluyente
de responsabilidad o bien, se aplicara un sustitutivo de la pena de prisión. En primera
instancia el juez no tomó en cuenta el contexto alegado y sentenció a la señora.
En segunda instancia la Sala determinó que, aunque la mujer había manifestado ser víctima
de maltrato constante por parte de la víctima del delito, esto no podía tomarse en conside
ración debido a que no existían pruebas de esa situación y que el caso no podía ser objeto
de un sustitutivo de la pena de prisión. El amparo le fue igualmente negado y la mujer
interpuso recurso de revisión.
63
Unanimidad de votos. Ponente: Ministro Arturo Zaldívar.
1. ¿Qué consideraciones son las que deben tomar en cuenta los órganos jurisdiccionales
al resolver sobre la culpabilidad de una mujer que cometió un delito en contra de quien
ejercía violencia familiar en su contra?
2. ¿Son inconstitucionales los artículos 84 y 89 del Código Penal para el Distrito Federal,
al señalar que la sustitución de la pena de prisión es procedente sólo en los casos en que la
pena impuesta no exceda de cinco años de privación de libertad, sin considerar los casos
en los que la pena de prisión separa a padres e hijos?
1. Los órganos jurisdiccionales deben tener en cuenta que la violencia familiar puede
generar efectos muy diversos en las víctimas desde físicos, psicológicos hasta sociales y con
consecuencias graves. Por ello, deben atender el contexto que se presenta en cada caso
para determinar la culpabilidad y estudiar los hechos desde la perspectiva de género.
Este análisis del contexto tiene el propósito de verificar si al momento de los hechos la
víctima de violencia familiar se sentía en peligro o actuó en forma razonable de confor
midad con la situación. El uso de la perspectiva de género permite garantizar el derecho
a la igualdad de las víctimas de violencia familiar, pues esta violencia genera un contexto
de desigualdad que es necesario atender.
64
Artículo 84 (Sustitución de la prisión). El juez, considerando lo dispuesto en el artículo 72 de este Código, podrá
sustituir la pena de prisión, en los términos siguientes:
I. Por multa o trabajo en beneficio de la víctima o en favor de la comunidad, cuando no exceda de tres años; y
II. Por tratamiento en libertad o semilibertad, cuando no exceda de cinco años. […]
La Primera Sala reconoció que "[las] mujeres que están en relaciones violentas se encuen
tran atrapadas en el ciclo de la violencia que también es conocido como el síndrome de
la mujer maltratada. […] " Así, "repiten constantemente el ciclo de la violencia descrito,
de forma tal que creen perder el control respecto de la situación de abuso. Creen que es
imposible escapar, inclusive cuando pudieran hacerlo. Las mujeres maltratadas se vuelven
pasivas y su motivación para dejar las relaciones violentas disminuye a tal grado que no
pueden salir de esas relaciones. Por tanto, sufren más abuso y quedan atrapadas en el
ciclo de la violencia" (Pág. 23, párrs. 1 y 2).
"En las relaciones abusivas los hombres agresivos pueden llegar a controlar totalmente a
las mujeres que maltratan; controlan su dinero, su ropa, su comida. Sistemáticamente
cortan el contacto con sus familiares y sus amigos. Las mujeres maltratadas saben que, si
tratan de escapar, ellas mismas y sus hijos corren peligro y enfrentan peligro de muerte
cuando intentan salir de la relación abusiva. En muchas ocasiones la violencia llega a escalar
a tal punto que las mujeres maltratadas tienen que elegir entre su vida y la de sus hijos o
la vida de su agresor. […] En este sentido, las mujeres que enfrentan violencia familiar, en
muchas ocasiones enfrentan peligro de muerte." (Pág. 24, párrs. 1 y 2).
"Por otro lado, los efectos de la violencia son diversos ya que las mujeres maltratadas
pueden presentar depresión, baja autoestima; inseguridad y vivir en aislamiento, lo que
implica que ellas mismas o por su dificultad de comunicarse con los demás, han roto sus
redes sociales, lo que les provoca una sensación de soledad e indefensión.
La Sala apuntó que "existe la creencia de que las mujeres maltratadas fácilmente pueden
dejar una relación violenta. No obstante, hay diversos factores que influyen en una deci
sión de ese tipo, como la dependencia económica, el aislamiento, la vergüenza de buscar
ayuda, la presión social o religiosa para permanecer en la relación violenta o el miedo de
generar represalias o episodios de violencia más agudos en contra suya o de sus hijos.
Este último factor suele tener mucho peso para que las mujeres que sufren violencia fami
liar no se separen de sus parejas agresoras. Asimismo, las mujeres que sufren violencia, se
quedan con su pareja porque esa persona es a la que aman y en muchas ocasiones es el
padre de sus hijos." (Citas omitidas) (págs. 25 y 26).
Por todo lo anterior, "en los juicios en los que las mujeres maltratadas enfrentan cargos
penales por haber agredido a sus agresores, las juezas y jueces deben tomar en cuenta el
contexto de las mujeres que enfrentan violencia familiar ejercida por parte de sus parejas.
Esto ya se ha dado en las cortes de Estados Unidos —que en todos los estados federados
aceptan el uso de periciales propias para mostrar el contexto de violencia—, España, Chile,
Canadá, Australia y Nueva Zelanda, por mencionar algunas. […] Las periciales ayudan a
entender si la mujer maltratada que ataca a su agresor se sentía en peligro o actuó en
forma razonable de conformidad con su propio contexto. Así, los jueces toman en cuenta
la realidad social que enfrenta la perpetradora y porque ella respondió de esa forma,
desde su propia situación y perspectiva. […] [E]n México muchas mujeres enfrentan
riesgo de morir a manos de sus parejas, por tanto, es necesario que se analice la violencia
familiar como una situación compleja que tiene diferentes aristas. Esto puede hacerse
mediante el método de juzgar con perspectiva de género […]." (Citas omitidas) (págs. 26,
párr. 2; pág. 27, párrs. 1).
En relación con la obligación de juzgar con perspectiva de género, "las autoridades juris
diccionales están obligadas a impartir justicia con una visión de acuerdo con las circuns
tancias del género y eliminar las barreras y obstáculos preconcebidos en la legislación
respecto a las funciones de uno u otro género, que materialmente pueden cambiar la
forma de percibir, valorar los hechos y circunstancias del caso, como ocurre en la actual
controversia. […] Esto es, la introducción de la perspectiva de género en el análisis jurídico,
pretende combatir argumentos estereotipados e indiferentes para lograr el ejercicio pleno
2. La Corte determinó que "el legislador está facultado para establecer limitaciones a los
beneficios de la ley, siempre y cuando resulten razonables y proporcionales. La sustitución
de la pena de prisión cumple una finalidad constitucionalmente legítima, pues tiene sus
tento en razones de política criminal acordes con la finalidad de la pena; a saber: alcanzar
la paz social, combatir la impunidad y lograr la prevención general." (Pág. 42, párr. 1).
La Corte recordó que "en materia de beneficios es necesario partir de la premisa de que
‘el sentenciado es penalmente responsable de la conducta delictiva más allá de toda duda
razonable para el Derecho y para el sistema, por lo que la consecuencia jurídica debida (la
que, en principio, no podría soslayarse bajo ninguna consideración) tendría que ser
el cumplimiento de la pena’. En este sentido, el beneficio ‘constituye una auténtica excep
ción: la regla general es que las penas impuestas se compurguen tal y como fueron decre
tadas a la hora de la individualización definitiva; las posibles excepciones son las que el
legislador dispone a partir del momento en el que los reos comienzan a compurgar
la pena’." (Pág. 43, párr. 3).
La Primera Sala apuntó que, conforme a otras resoluciones sobre el tema, los requisitos
previstos en el artículo 89 del Código Penal para el Distrito Federal son constitucionales
y acordes con las Reglas de Tokio. Los cinco años requeridos constituyen "una limitante
que el legislador impone a los jueces para que no puedan suspender la pena de prisión
cuando se trate de delitos graves. Esto es razonable, pues no parece haber ninguna jus
tificación para que no se condene a una persona que resultó penalmente responsable
de la comisión de un delito cuyo bien jurídico tutelado se considera valioso." (Pág. 44,
párr. 2).
En relación con el alegato de discriminación, la Corte determinó que "los requisitos para
que se sustituya la pena de prisión por otras medidas, y los requisitos para el disfrute del
beneficio de la condena condicional, no violan el principio constitucional de igualdad,
pues configuran instituciones y medidas que orientan la política criminal y penitenciaria
del Estado al objetivo de la readaptación social del delincuente, de manera que se está
en un ámbito en el que no hay una afectación directa de derechos humanos de los indi
viduos." (Cita omitida) (Pág. 47, párr. 2).
Respecto al derecho de protección de la familia, la Primera Sala apuntó que "los artículos
que regulan la sustitución de la pena no afectan los derechos de familia porque la pena
de prisión no impide que la recurrente tenga contacto con sus hijos, ya que ellos pueden
visitarla. Debe tomarse en cuenta que el sistema penitenciario está organizado con base
en el respeto a los derechos humanos, por lo cual se le brinda al sentenciado la facilidad
de que en reclusión pueda seguir teniendo interacción con el exterior durante el cum
plimiento de la pena, por ejemplo, a través de las visitas de su familia. Ello permitirá a la
persona que compurga la pena de prisión, influir positivamente en la educación de sus
menores hijos, lo cual también es un medio para que logren su reinserción, que es el fin
constitucional esperado." (Pág. 49, párr. 1).
En 2012 una mujer acudió a denunciar que sufría violencia familiar por parte de su pareja.
Derivado de lo anterior, se inició una averiguación previa en la que el juez dictó medidas
cautelares al hombre para que no se acercara al domicilio, al centro de trabajo de la señora
ni a una distancia menor de cien metros de ella o de sus familiares.
Derivado de estos hechos, se inició un proceso penal en contra del concubino por el delito de
homicidio. En primera instancia, el juez determinó absolver al imputado, al considerar
que no existían pruebas suficientes para tener por acreditados los hechos. El Ministerio
Público interpuso recurso de apelación, que se resolvió en el sentido de condenar a la
mujer por homicidio, por estimar acreditada su plena responsabilidad en la comisión del
delito de homicidio calificado por traición y le impuso una pena privativa de libertad de
65
Unanimidad de votos. Ministro Ponente: Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
La mujer promovió juicio de amparo por considerar que la resolución vulneraba su derecho
a la legalidad y al debido proceso. El tribunal colegiado negó la protección constitucional,
por lo que la mujer interpuso recurso de revisión.
Los órganos jurisdiccionales deben considerar si en el caso existe una condición de des
ventaja histórica, estructural y sistemática basada en el género que afecte la posibilidad
concreta de ser responsable en la participación de un acto ilícito. Conforme a estas con
sideraciones, deben determinar también la forma y los grados de la atribución de autoría
y participación en el delito.
La Sala determinó que en el caso existía, "de los hechos que el propio tribunal colegiado
considera probados, evidencia razonable de violencia basada en el género en la ocurrencia
Así, el deber de juzgar con perspectiva de género "implica hacer realidad el derecho a la
igualdad; responde a una obligación constitucional y convencional de combatir la discri
minación por medio del quehacer jurisdiccional para garantizar el acceso a la justicia y
remediar situaciones asimétricas de poder." (Párr. 40).
Lo anterior atiende a que "la subordinación y la violencia basada en el género son cues
tiones estructurales que no solo se manifiestan cuando las mujeres padecen un hecho
ilícito y por tanto, comparecen a los juicios penales como víctimas, sino también cuando
se encuentran en conflicto con la ley, como probables perpetradoras de esos hechos."
Por todo lo anterior, "en los juicios en los que las mujeres maltratadas enfrentan cargos
penales por haber agredido a sus agresores, las autoridades judiciales deben tomar en
cuenta el contexto de las mujeres que enfrentan violencia familiar ejercida por parte de
sus parejas y de sus ex parejas. […] [L]as indicaciones de violencia basada en el género
[obligan] a la autoridad judicial en conocimiento del caso a aproximarse al asunto desde
una perspectiva de género, la cual es una categoría de análisis que permite visibilizar la
asignación social diferenciada de roles y tareas en virtud del sexo, género u orientación
sexual; revela las diferencias en oportunidades y derechos que siguen a esta asigna
ción; evidencia las relaciones de poder originadas en estas diferencias; se hace cargo de
la vinculación que existe entre las cuestiones de género, la raza, la religión, la edad, las
creencias políticas, entre otras; pregunta por los impactos diferenciados de las leyes y polí
ticas públicas basadas en estas asignaciones, diferencias y relaciones de poder, y determina
en qué casos un trato diferenciado es arbitrario y en qué casos necesario." (Cita omitida)
(párrs. 56 y 57).
Para poder determinar cuándo un trato diferenciado es arbitrario y cuándo está justificado,
la Sala señala que las autoridades judiciales están obligadas a:
"a. identificar si existen situaciones de poder que den cuenta del desequilibrio y de la
situación de desventaja por razón de género y analizar el contexto de violencia que
vivía la inculpada, a fin de garantizarle el acceso efectivo e igualitario a la justicia.
Así, "[u]n análisis con perspectiva de género permite —entonces— verificar la incidencia
del orden social de género —y las condiciones de subordinación, discriminación y vio
lencia que condiciona— en la calidad y suficiencia de la prueba de cargo; en la razonabilidad
de las inferencias a que las que conduce la evidencia directa o indirecta; en la conducción
escéptica del proceso penal, y en la asignación de responsabilidad penal de la quejosa
más allá de duda razonable. Si bien no puede considerarse a priori, tampoco debe des
cartarse a priori la incidencia de una condición de desventaja histórica, estructural y siste
mática basada en el género en la reprochabilidad de cierto injusto; en la posibilidad
concreta de tener codominio funcional de la conducta ilícita, y en la forma y grados en
que esto permite atribuir autoría y participación en un delito." (Párr. 64).
La Corte resaltó que en el caso existían "hechos […] de violencia basada en el género en la
ocurrencia de los hechos materia de la causa como el hecho de que la víctima hubiera es
tado relacionado afectivamente con la inculpada y tuvieran un hijo en común, hubiera en
esa relación antecedentes de violencia lo suficientemente significativos como para que
Por lo que, "el órgano de amparo omitió revisar si las inferencias incriminatorias a partir
de la evidencia de cargo entregan una versión consistente de los hechos más allá de
duda razonable sobre su mecánica y forma de ocurrencia; si resultaron razonables,
adecuadamente confrontadas y depuradas de estereotipos discriminatorios de género."
(Párr. 73).
Julieta se encontraba en su domicilio junto con su pareja Gerardo y la bebé de ella, cuando
luego de salir a buscar un pañal, vio cómo él introducía un dedo en el ano de la niña.
Posteriormente, la señora la puso a dormir y fue a la planta baja del domicilio a bañarse.
Al escuchar que su hija lloraba, volvió a la habitación y vio a Gerardo golpear a la niña
contra la pared provocándole una convulsión y la pérdida de consciencia.
Cuando ambos adultos se percataron de que las lesiones de la menor eran graves, acu
dieron al hospital, donde la niña murió por traumatismo craneoencefálico unas horas
después. Derivado de estos hechos, el Ministerio Público inició una investigación que
concluyó con el ejercicio de la acción penal contra el señor Gerardo y la madre de la niña
por los delitos de violación equiparada y homicidio en razón de parentesco calificado con
ventaja. Ambos delitos fueron atribuidos a la señora porque no evitó que acontecieran
estos hechos.
Frente a esta resolución, Julieta promovió juicio de amparo y argumentó, entre otras cosas,
que el artículo 16 del Código Penal para el Distrito Federal, conforme al cual se le atribuyó
Unanimidad de votos. Ponente: Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. En el caso la SCJN usó nombres ficticios
66
Artículo 16. (Omisión impropia 1. ¿El artículo 16 del Código Penal para el Distrito Federal, en la porción que señala "garante
o comisión por omisión). En los
delitos de resultado material
será atribuible el resultado
de bien jurídico" o "delitos de resultado material", incumple con el principio de taxatividad
típico producido a quien omita
impedirlo, si éste tenía el deber
por no establecer en forma precisa las conductas prohibidas?
jurídico de evitarlo, si:
i. Es garante del bien jurídico;
ii. De acuerdo con las 2. La porción normativa "se halla en una efectiva y concreta posición de custodia de la
circunstancias podía evitarlo; y
iii. Su inactividad es, en su vida, la salud o integridad corporal de algún miembro de su familia o de su pupilo" para
eficacia, equivalente a la
actividad prohibida en el tipo. atribuir la posición de garante a una persona, ¿es contraria al principio de culpabilidad de
Es garante del bien jurídico el
que: [...] d) Se halla en una la norma penal, al no establecer en forma clara la relación entre la persona y el resultado
efectiva y concreta posición de
custodia de la vida, la salud o
integridad corporal de algún
lesivo?
miembro de su familia o de
su pupilo.
3. ¿Qué elementos de la perspectiva de género deben tomarse en cuenta para determinar
la responsabilidad penal en comisión de un delito por omisión de una mujer, cuando el
bien jurídico lesionado es su hijo o hija?
1. El artículo 16 del Código Penal para el Distrito Federal, en su porción normativa "garante
del bien jurídico" o "delitos de resultado material", aplicado al caso, alude a conceptos
que no resultan hostiles e indescifrables para los operadores jurídicos a quienes corres
2. El supuesto "se halla en una efectiva y concreta posición de custodia de la vida, la salud
o integridad corporal de algún miembro de su familia o de su pupilo" para atribuir la po
sición de garante a una persona no es contrario al principio de culpabilidad. Esto es
así, porque introduce el presupuesto de equivalencia valorativa entre acción y omisión;
restringe los supuestos en que se actualiza la posición de garante, y establece claramente
el elemento de estar en capacidad real, efectiva y material para que esta modalidad de
conducta pueda atribuirse a la persona que se colocará eventualmente en esa situación.
Por ello es necesario que, en la valoración del caso concreto, el supuesto sea interpretado
con base en una probabilidad razonable y apegada a las circunstancias del caso y las exi
gencias factibles al garante.
1. La Corte señaló que el principio de taxatividad prescribe que "sólo pueden castigarse
penalmente las conductas debidamente descritas en la legislación correspondiente como
ilícitas y aplicarse las penas preestablecidas en la ley para sancionarlas, con el fin de sal
vaguardar la seguridad jurídica de las personas" (cita omitida) (párr. 39). Por ello, "[la] legis
ladora debe […] formular claramente el tipo penal con el propósito de dotarlo de un
contenido concreto y unívoco para evitar la arbitrariedad en su aplicación, así como de
un grado de determinación suficiente que permita que aquello que es objeto de prohi
bición sea conocido por la persona destinataria de la norma." (Párr. 41).
En este entendido, consideró que "la porción normativa aplicada a la señora Julieta, es lo
suficientemente clara y precisa para cumplir con el principio de legalidad, en su vertiente
de taxatividad, exigencia constitucional ineludible cuando se trata de descripciones típicas.
Si bien las expresiones ‘garante del bien jurídico’ o ‘delitos de resultado material’ aluden a
conceptos que requerirían una explicación técnica para una persona común, cierto es que
no resultan hostiles e indescifrables para las operadoras jurídicas a quienes corresponde
la revisión y aplicación de esta forma de atribución de la responsabilidad penal. Esto
es, la norma describe los elementos necesarios para decidir sobre la actualización de la
comisión por omisión y éstos son suficientemente comprensibles y distinguibles. [Por
lo que se concluyó que] no se encuentra vicio de constitucionalidad en la norma impug
nada por falta de taxatividad, pues […] la legisladora ha usado su libertad de configuración
para adoptar una norma suficientemente clara y precisa en cuanto a los requisitos nece
sarios para incurrir en la modalidad de comisión por omisión." (Párr. 48).
2. "La comisión por omisión, en la porción normativa aplicada a la señora Julieta, expresa
la función motivadora del derecho penal y se configura como una necesidad de protección
de bienes jurídicos de una negligencia especialmente grave de quienes debieran ocu
parse de manera directa y obligatoria de su salvaguarda, defensa y preservación. Incumplir
esta obligación resulta, para la legisladora penal, de tal entidad que esta omisión debe
ser considerada equivalente, en su eficacia, a la acción lesiva de dicho bien." (Párr. 50).
"Aunque en los delitos de comisión por omisión, [la determinación sobre la posibilidad
de evitar el resultado] se basa en una causalidad hipotética, a partir de un juicio valorativo
posterior sobre la eficacia de la acción omitida para impedir la producción final del resul
tado, es fundamental que la intérprete arribe a esta decisión con una probabilidad razonable
y apegada a las circunstancias del caso y las exigencias factibles al garante. Es impres
cindible, si es de respetarse el principio de culpabilidad, que el espíritu que anime dicha
determinación sea que nadie está obligado a lo imposible. Así, es necesario evaluar exhaus
tivamente si el garante estaba en posibilidad real, material y efectiva de impedir el sur
gimiento del resultado […]". (Énfasis añadido) (párr. 52).
Es decir, el supuesto "’se hall(e) en una efectiva y concreta posición de custodia de la vida,
la salud o integridad corporal de algún miembro de su familia o de su pupilo’" parte de
una visión cualificada de un deber subjetivo de cuidado a partir del hallazgo de un cuidado
objetivo. Este cuidado objetivo es la evaluación razonable de la previsibilidad o inmi
nencia del resultado y el deber subjetivo de cuidado es la determinación —también razo
nable— de la capacidad individual, aunque reforzada y especialmente exigible, de la
"Para honrar, entonces, los principios de mínima intervención y de culpabilidad, este deber
subjetivo no puede construirse como una consideración general y abstracta, sino como
un juicio casuístico basado en lo que la persona sabe, debió saber y puede efectivamente
hacer con esa información en el momento preciso, y siempre y cuando se coloque en el
supuesto establecido por la norma para adjudicarle la posición de garante. Una petición
extraordinaria o a partir de especulaciones sobre acontecimientos futuros de naturaleza
incierta e incontrolables razonablemente por el garante, es una violación al principio de
culpabilidad que rige el derecho penal democrático." (Párr. 54).
Es necesario, además, que el garante tenga un cierto control objetivo del hecho; […] es
necesario tener certeza razonable sobre sus capacidades reales y materiales de impedir
el resultado que lesiona el bien jurídico. Este contenido subjetivo de la imputación —la
culpabilidad— es una consecuencia necesaria de la dignidad del ser humano. A la ausen
cia de acción determinada debe seguir la producción del resultado y la capacidad de acción
debe abarcar la capacidad de evitar dicho resultado. No bastará que haya causado o
aumentado el riesgo, sino que lo haya hecho voluntariamente o en determinadas condi
ciones que permitan atribuirle el resultado típico. Es necesario, por tanto, que el garante
esté en capacidad real y efectiva de ejercer ese papel y evitar el daño. No solamente importa
el incumplimiento de un deber, sino el contexto en el que ese deber se incumple." (Párr. 55).
3. Con base en los precedentes desarrollados por la Suprema Corte, existe una "obligación
oficiosa a cargo de la autoridad judicial de impartir justicia con perspectiva de género
con el propósito de detectar relaciones asimétricas de poder y situaciones estructurales de
desigualdad, así como tomar en consideración la presencia de estereotipos discrimina
torios de género en la producción, interpretación normativa y en la valoración probatoria"
(Párr. 69). Lo anterior, dado que "la subordinación y la violencia basada en el género son
cuestiones estructurales que no sólo se manifiestan cuando las mujeres padecen un hecho
ilícito y por tanto, comparecen a los juicios penales como víctimas, sino también cuando
se encuentran en conflicto con la ley, como probables perpetradoras de esos hechos."
(Párr. 71).
"[Al] resolver el amparo directo en revisión 1206/2018, que retoma los precedentes antes
citados, la Sala señaló nuevamente que las autoridades judiciales, en cumplimiento del
derecho a la igualdad y a la no discriminación y a una vida libre de violencia, deben ob
servar cómo el orden social de género reparte la valoración, el poder, los recursos y las
oportunidades en forma diferenciada a partir de la interpretación del cuerpo de las per
sonas y de la asignación binaria de la identidad sexual y, al hacerlo, es susceptible de
determinar también el acceso a los derechos." (Párr. 80).
"Esto ocurre […] cuando la autoridad judicial omite un análisis sobre la incidencia de la
situación de desventaja histórica de las mujeres en la determinación de su responsabilidad
penal, incluida la atribución de autoría y participación, de manera que esta determinación
supere satisfactoriamente la presunción de inocencia de la que disfruta toda persona
imputada. En opinión de la Sala, la subordinación y la violencia basada en el género son
fenómenos estructurales que no sólo se manifiestan cuando las mujeres u otros grupos
"Por ello, la Sala reafirma en sus precedentes que un análisis con perspectiva de género
permite verificar la incidencia del orden social de género —y las condiciones de subordi
nación, discriminación y violencia que condiciona— en la calidad y suficiencia de la prueba
de cargo; en la razonabilidad de las inferencias a que las que conduce la evidencia directa
o indirecta; en la conducción escéptica del proceso penal, y en la asignación de respon
sabilidad penal más allá de duda razonable. Si bien no puede considerarse a priori, tampoco
debe descartarse a priori la incidencia de una condición de desventaja histórica, estructural
y sistemática basada en el género en la posibilidad concreta de tener codominio funcio
L
a violencia familiar en México no puede entenderse como un problema aislado
del contexto más amplio de violencia que existe en el país. Diversos estudios
apuntan a que la violencia, en general, ha incrementado en los últimos años, lo
que se ha reflejado en el aumento de homicidios de hombres y mujeres, con la tasa
más alta en 2019.67
Esta violencia generalizada se suma a la desigualdad de género68 que coloca a las mujeres
en situaciones de vulnerabilidad en los espacios públicos, como la escuela, los lugares de
trabajo y, sin duda, también al interior del hogar. Además del aumento de homicidios
de mujeres en espacios públicos, en un periodo de casi 30 años se registró que en los ca
sos de homicidios acontecidos en contextos de violencia familiar, el 88.7% de ellos fue
contra mujeres.69 El panorama que esto plantea nos obliga a reflexionar sobre una respuesta
jurídica integral a la violencia familiar que, como se apuntó antes, afecta de manera dife
renciada a mujeres de todas las edades, a niños y personas mayores.
La regulación de la familia como grupo social ha implicado, durante mucho tiempo, que
ésta sea caracterizada como una unidad natural y necesaria que provee de protección y
que satisface diversas necesidades de los individuos que la conforman.70 Es posible observar
67
INEGI, Comunicado de prensa núm. 432/20. Datos preliminares revelan que en 2019 se registraron 36 mil 476
homicidios Información a nivel nacional y por entidad federativa, 23 de septiembre de 2020.
68
INTERSECTA. Las dos guerras. El impacto de los enfrentamientos de las fuerzas armadas en los asesinatos de mujeres
en México (2007-2018), México, 2020, p. 7.
69
INEGI, Mortalidad, Conjunto de datos: Defunciones por homicidios, Información de 1990 a 2019, información
disponible en «https://www.inegi.org.mx/sistemas/olap/proyectos/bd/continuas/mortalidad/defuncioneshom.
asp?s=est».
70
Véase, como ejemplo: Rojina Villegas, Rafael, Compendio de Derecho Civil I, Decimosexta edición, Porrúa, México,
1979, pp. 229-255, Linacero De La Fuente, María, Tratado de derecho de familia. Aspectos sustantivos, 2a. ed. Tirant
lo Blanch, Valencia, 2020, p. 29.
205
que se ha otorgado un papel central al matrimonio para definirla y que se ha extendido
la idea de que la familia es un entorno en el que impera un ambiente de solidaridad entre
sus miembros.71
Hoy tenemos una limitación conceptual para pensar en los conflictos entre los miembros
de familia, que provoca que distintos actores recurran a mecanismos penales para buscar
soluciones, sin embargo, el tratamiento penal presenta muchas complicaciones. El sistema
penal, al ser un mecanismo pensado para usarse de forma excepcional, cuenta con recursos
muy limitados y es capaz de atender solo determinadas manifestaciones de la violencia,72
lo que se suma a que todavía los operadores de este sistema conservan prejuicios y acti
tudes de minimización que afectan a las víctimas.73
La respuesta que otorga el sistema de justicia a la violencia familiar con frecuencia está
orientada de manera exclusiva a la atención médico-terapéutica de las víctimas74 y de los
agresores, lo que puede reforzar la creencia de que la violencia en la familia es un tema
meramente individual. Esto no permite visualizar que la violencia en la pareja y en contra
de niñas, niños y adolescentes encuentra asideros en una cultura que privilegia los modos
violentos de relacionarse para mantener un estatus en la familia y la sociedad, y que man
tiene la creencia de que es tolerable la violencia contra niños y niñas con fines educativos
y disciplinares.75
En la jurisprudencia mexicana, como es posible observar en los casos expuestos, hay al
gunos avances. Destaca el afianzamiento de las medidas urgentes para proteger a las
víctimas; así como, el estudio de la violencia familiar como un tema de constitucionalidad
71
Isabel Cristina Jaramillo, "The Social Approach to Family Law: Conclusions from the Canonical Family Law
Treatises of Latin America", The American Journal of Comparative Law, vol. 58, 2010. Véase, también, Ibarra Olguín,
Ana María y Treviño Fernández. Sofía, "Constitución y familia en México: nuevas coordenadas", en Espejo Yaksic,
Nicolás e Ibarra Olguín, Ana María (edit.), La constitucionalización del derecho de familia: perspectivas comparadas,
SCJN, México, 2019.
72
Ibidem, pp. 867-868.
73
PNUD, Comparación de las políticas sobre violencia doméstica en América Latina: penalización, empoderamiento
de víctimas y rehabilitación de agresores, EEUU, 2017, p. 16.
74
Iglesias Skulj, Agustina. "Violencia de género en América Latina: Aproximaciones desde la criminología femi
nista", Revista de Direitos e Garantias Fundamentais, vol. 15, núm. 1, 2014, p. 223.
75
Azaola, Elena, Maltrato, abuso y negligencia contra menores de edad en Secretaría de Salud. Informe Nacional
sobre Violencia y Salud, México, 2006, pp. 44-45.
Sobre las medidas urgentes para atender situaciones de riesgo, la Suprema Corte estableció,
en primer lugar, que la adopción de una norma como la LGAMVLV, orientada a la protección
de las mujeres, y las legislaciones locales en la materia, está dirigida a equilibrar el ejer
cicio de derechos de las mujeres frente a situaciones de violencia. Por lo mismo, la adopción
de leyes especiales no resultaba contraria al principio de igualdad y no discriminación.76
Del mismo modo, las sentencias fueron constantes en apuntar que la limitación a otros
derechos que genera una orden de protección es válida porque estas medidas tienen el
propósito de proteger a las víctimas con base en el contexto en el que este tipo de violencia
se desarrolla. Además, la protección y la garantía del derecho a una vida libre de vio
lencia son acciones que responden a la obligación del Estado de permitir una debida
investigación de los hechos constitutivos de violencia y la consecuente reparación de los
daños.77
Un segundo aspecto que resalta tiene que ver con la procedencia de los recursos de revi
sión, esto es, con la reclasificación del género como categoría de estudio constitucional.
Estas decisiones afirmaron que omitir considerar la violencia familiar no es una cuestión
de mera legalidad, sino que es una cuestión relacionada con el derecho a la igualdad y
a una vida libre de violencia. Del mismo modo, las sentencias confirmaron que debe ser
tomada en cuenta toda controversia jurisdiccional en la que se denuncie violencia, discri
minación o vulnerabilidad por razones de género, a fin de visibilizar si esa situación incidió
en la forma de aplicar el derecho al caso concreto.78
76
Amparo en Revisión 495/2013, 4 de diciembre de 2013.
77
Amparo Directo en Revisión 6141/2014, 26 de agosto de 2015.
78
Ibarra Olguín, Ana María y Treviño Fernández. Sofía, "Constitución y familia en México: nuevas coordenadas",
en Espejo Yaksic, Nicolás e Ibarra Olguín, Ana María (edit.) La constitucionalización del derecho de familia: pers-
pectivas comparadas, SCJN, México, 2020, p. 388.
Por último, la Suprema Corte en el desarrollo del tema ha respondido en forma novedosa
a los casos que se presentan y examinado cuidadosamente el uso del derecho penal.
En el amparo directo en revisión 5490/2016 planteó el derecho de una víctima a recibir
una reparación material por el daño que los hechos de violencia familiar le habían cau
sado; y en la acción de inconstitucionalidad 11/2016, cuestionó el uso de la pena privativa
de libertad para los casos en que los progenitores han ejercido violencia familiar.
Estos avances muestran que las intervenciones del Estado para prevenir y atender la
violencia deben tener en cuenta que los contextos en los que se produce y la presencia
de otros factores de vulnerabilidad. Además, las violencias de género están interconectadas
y deben conceptualizarse en forma comprehensiva79 para generar respuestas completas al
problema, de manera que las medidas adoptadas no consideren que las expresiones más
cruentas de esa violencia son las únicas que el Estado debe atender.
79
Sonia Frías, "Violentadas", Nexos, junio de 2016.
209
12. AR 495/2013 4/12/2013 Medidas para la protección y Medidas cautelares y de
reparación del daño de víctimas protección.
de violencia familiar.
13. ADR 3169/2013 22/01/2014 Violencia familiar en controver Elementos de estudio en ca
sias del orden civil. sos de violencia familiar.
Obligaciones particulares en Derechos de niñas, niños y
casos de violencia que involu adolescentes en casos de vio
cren personas menores de edad. lencia familiar.
14. ADR 4398/2013 2/04/2014 Violencia familiar contra perso
nas mayores.
15. ADR 903/2014 2/07/2014 Obligaciones particulares en Restitución internacional.
casos de violencia que involu
cren personas menores de edad.
16. ADR 621/2014 13/08/2014 Obligaciones particulares en Derechos de niñas, niños y
casos de violencia que involu adolescentes en casos de vio
cren personas menores de edad. lencia familiar.
17. CT 84/2013 13/08/2014 Violencia familiar en el ámbito Autonomía del tipo penal de
penal. violencia familiar.
18. ADR 3799/2014 25/02/2015 Obligaciones particulares en Derechos de niñas, niños y
casos de violencia que involu adolescentes en casos de vio
cren personas menores de edad. lencia familiar.
19. AR 554/2013 25/03/2015 Violencia familiar en el ámbito Violencia familiar y de género.
penal.
20. ADR 6141/2014 26/08/2015 Medidas para la protección y Medidas cautelares y de pro
reparación del daño de víctimas tección.
de violencia familiar.
21. ADR 3957/2014 2/09/2015 Obligaciones particulares en Derechos de niñas, niños y
casos de violencia que involu adolescentes en casos de vio
cren personas menores de edad. lencia familiar.
22. ADR 1564/2015 2/12/2015 Obligaciones particulares en Restitución internacional y
casos de violencia que involu violencia familiar.
cren personas menores de edad.
23. ADR 5490/2016 7/03/2018 Medidas para la protección y Derecho a una justa indem
reparación del daño de víctimas nización y reparación del
de violencia familiar. daño.
24. ADR 6181/2016 7/03/2018 Violencia familiar en el ámbito Violencia familiar y personas
penal. señaladas como perpetrado
ras de delitos.
25. ADR 6606/2015 8/06/2016 Violencia familiar en el ámbito El tipo penal de violencia
penal. familiar.
26. AD 50/2015 3/05/2017 Medidas para la protección y Medidas de protección y
reparación del daño de víctimas garantía de los derechos de
de violencia familiar. las víctimas.
27. AI 11/2016 24/10/2017 Obligaciones particulares en Violencia familia y "alienación
casos de violencia que involu parental".
cren personas menores de edad.
28. AD 27/2016 10/01/2018 Obligaciones particulares en Restitución internacional y
casos de violencia que involu violencia familiar.
cren personas menores de edad.
(ADR 7134/2018) 1a. XVIII/2020 (10a.) SOCIEDAD CONYUGAL. CESAN SUS EFECTOS
DESDE EL MOMENTO EN QUE UNO DE LOS CÓNYUGES SE DESEN
TIENDE, INJUSTIFICADAMENTE, DE APORTAR TANTO ECONÓMICA
MENTE COMO EN LAS LABORES DEL HOGAR, EN DETRIMENTO DEL
HABER COMÚN, CON INDEPENDENCIA DE QUE NO HAYA ABAN
DONADO EL HOGAR CONYUGAL (INTERPRETACIÓN CONFORME
DEL ARTÍCULO 196 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL
[AHORA CIUDAD DE MÉXICO]). Agosto de 2020.
(ADR 495/2013) 1a. LXXXVIII/2014 (10a.) ACCESO DE LAS MUJERES A UNA VIDA
LIBRE DE VIOLENCIA EN EL DISTRITO FEDERAL. EL ARTÍCULO 62,
PÁRRAFO SEGUNDO, DE LA LEY RELATIVA, AL ESTABLECER LAS
MEDIDAS DE PROTECCIÓN DE EMERGENCIA, NO VIOLA EL DERE
CHO FUNDAMENTAL DE AUDIENCIA PREVIA. Marzo de 2014.
(ADR 3799/2014) 1a. C/2016 (10a.) INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR. EN ATENCIÓN A
ESTE PRINCIPIO, CUANDO LOS PROGENITORES EJERZAN ACTOS
DE VIOLENCIA SOBRE LOS HIJOS, PUEDE RESTRINGIRSE SU CON
VIVENCIA. Abril de 2016.
5.3.1 Juzgar con perspectiva de género casos que involucren violencia familiar