Administración

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Asignatura:

Administración
Grupo:
1A (Escolarizado) Administración de Empresas
Tema:
Frederick Winslow Taylor.
Trabajo:
Ensayo
Profesor:
Salvador Castro
Alumno:
Dayhanna Jhosselin Zalazar Estrada
Introducción.
La obra Principios de la Administración Científica es reconocida como pionera
en el campo de la Administración, y su autor, Frederick Winslow Taylor, es
calificado como el padre de la disciplina, su primer exponente teórico formal,
quien se interesó por primera vez en abordar la complejidad inherente al proceso
productivo que caracterizaba a las empresas de fines de siglo XIX, principios
de siglo XX. La Administración es la disciplina científica que estudia a las
organizaciones, intentando descubrir cómo nacen, cómo evolucionan, cuáles
son sus objetivos, de qué manera pueden optimizar su gestión, y cuál es su
función en la sociedad. Entendemos que estudiar la evolución histórica del
pensamiento en Administración adquiere relevancia práctica dado que las
distintas teorías, enfoques y escuelas que conforman la disciplina han surgido
oportunamente para resolver las problemáticas de las organizaciones de su
época.
Frederick Winslow Taylor.
Frederick W. Taylor3 fue un ingeniero norteamericano, hijo de una familia de
cuáqueros de origen inglés. Nació en la ciudad de Germantown, Pennsylvania
el 20 de mayo de 1856 y falleció en Filadelfia, el 21 de marzo de 1915. Provenía
de una familia acomodada, hecho que facilitó el acceso a su educación aunque
abandonó sus estudios universitarios de Derecho por un problema en la vista, y
fue a partir de 1875 que se dedicó a trabajar como obrero en una de las empresas
industriales siderúrgicas de Filadelfia.
Taylor tenía una personalidad singular, que no pasaba desapercibida. A los 22
años empezó a trabajar en la Midvale Steel Works como jornalero, fue
ascendiendo a encargado, ayudante de sobrestante, maestro mecánico, jefe de
delineantes hasta llegar a ser ingeniero jefe. Hizo su carrera de ingeniería
mientras que trabajaba en la Midvale. Su formación, capacidad personal y
observación práctica condujeron a Taylor a interesarse por analizar el trabajo,
descomponiéndolo en tareas simples, cronometrarlas y exigir a los trabajadores
la realización de las tareas necesarias en el tiempo que se hubiera fijado como
estándar.
Taylor afirma haciendo un análisis de las causas y consecuencias de las acciones
implementadas en su metodología que la máxima prosperidad es el resultado de
la máxima productividad que, a su vez, depende del entrenamiento de cada uno.
Estableciendo de este modo una serie de causalidades determinadas entre sí,
llegando a afirmar incluso que la administración científica del trabajo podría
lograr que los períodos intermedios fueran mucho más prósperos, más felices y
más libres de discordias y disensiones, y los períodos de crisis fuesen más cortos
y menos frecuentes y crueles. “Estoy convencido de que, tarde o temprano, estos
principios serán de uso general en todo el mundo civilizado, para felicidad de
todos”, responde así a sus críticos demostrando el beneficio de la aplicación de
su teoría. Taylor critica la influencia que ejerce el sentimentalismo y presión de
grupo, al momento de establecer los niveles de productividad, presionando los
salarios a la baja. Entiende que ello obedece a la ignorancia de las verdaderas
condiciones de trabajo.
Taylor no entiende cada puesto de trabajo como aislado sino como íntimamente
relacionados entre sí. Aparentemente Taylor tiene la concepción de la
organización del trabajo como un sistema racional entre el hombre y la máquina,
con relación al trabajo fabril. Además involucra en el sistema no solamente las
dos partes interesadas, los obreros y los patrones, sino que tiene en cuenta a una
tercera parte: el pueblo entero, los consumidores que compran el producto
fabricado por las dos primeras, y que en última instancia sustentan tanto los
salarios de los obreros como las ganancias de los patrones. Taylor no deja de
comprender la complejidad del ser humano solo que intenta en un afán de
solucionar el problema que él entiende como el fundamental eje del proceso
fabril, la tendencia del hombre a trabajar lento y poco, reducir la administración
del trabajo a aquellos aspectos que él considera fundamentales dejando de lado
otros que complejizarían la visión del fenómeno de estudio.
El primer periodo de Taylor corresponde a la época de publicación de su libro
Shop Managementl (Administración de talleres), en 1903, sobre técnicas de
racionalización del trabajo del operario mediante el estudio de; tiempos y
movimientos (Motion-time Study). Taylor comenzó desde abajo, con los
operarios del nivel de ejecución, efectuando un paciente trabajo de análisis de
las tareas de cada operario, descomponiendo sus movimientos y procesos de
trabajo para perfeccionarlos y racionalizarlos. Comprobó que el operario
corriente: producía mucho menos de lo que era potencialmente capaz.
Concluyó que si el operario más productivo percibe que obtiene la misma
remuneración que su colega menos productivo, acaba por acomodarse, pierde
el interés y dejan de producir según su capacidad. De allí surge la necesidad de
crear condiciones para pagar más al operario que produzca más. En esencia,
Taylor expresa en Shop Management:
1. El objetivo de la administración es pagar salarios altos y tener bajos costos
unitarios de producción.
2. Para lograr ese objetivo, la administración debe aplicar métodos científicos
de investigación y experimentación para formular principios y establecer
procesos estandarizados que permitan el control de las operaciones de
producción.
3. Los empleados deben ser seleccionados científicamente y llevados a puestos
de trabajo donde las condiciones laborales sean adecuadas, para que puedan
cumplir las normas.
4. Los empleados deben ser entrenados científicamente en la ejecución de la
tarea para perfeccionar sus aptitudes, de modo que cumplan la producción
normal.
5. La administración debe establecer una atmósfera de íntima y cordial
cooperación con los trabaja dores para garantizar la continuidad de este
ambiente psicológico.
La administración como ciencia.
Para Taylor la organización y la administración deben estudiarse y tratarse
como ciencia, no empíricamente. La improvisación debe dar lugar a la
'planeación; el empirismo, a la ciencia: la ciencia de la administración. Taylor
pretendía elaborar una ciencia de la administración. Como pionero, el mérito de
Taylor está en que contribuyó a que se abordase de manera sistemática el
estudió de la organización. El hecho de haber sido el primero en hacer un
análisis completo del trabajo (incluso de los tiempos y de los movimientos), de
establecer estándares precisos de ejecución, entrenar al operario, especializar al
personal — aun el de dirección— e instalar una oficina de planeación, en
resumen, de asumir una actitud metódica al analizar y organizar la unidad
fundamental de cualquier estructura, adoptando ese criterio hasta en la cima de
la organización, lo eleva a una altura poco común en el campo de la
organización.
El principal objetivo de la administración debe ser asegurar el máximo de
prosperidad sil patrón y al empleado. El principio de máxima prosperidad para
el patrón y máxima prosperidad para el empleado debe constituir los dos fines
principales de la administración. En consecuencia, debe haber identidad de
intereses entre empleados y empleadores.
Organización racional del trabajo
Taylor comprobó que los operarios aprendían a ejecutar las tareas observando
a los compañeros vecinos. Notó que eso conducía a emplear diferentes métodos
para ejecutar la misma tarea, así como a utilizar diversos instrumentos y
herramientas en cada operación. Puesto que entre los diferentes métodos e
instrumentos utilizados en cada trabajo hay. Siempre un método más rápido y
un instrumento más adecuado que los demás, es posible encontrar estos últimos
y perfeccionarlos mediante un análisis científico y un detallado estudio de
tiempos y movimientos, en vez de dejarlos a criterio personal de cada operario.
Ese intento de sustituir métodos empíricos y rudimentarios por métodos
científicos en todos los oficios recibió el nombre de Organización Racional del
Trabajo (ORT). La ORT se fundamenta en los siguientes aspectos:
1. Análisis del trabajo y estudio de tiempos y movimientos. El instrumento
básico para racionalizar el trabajo de los operarios era el estudio de tiempos
y movimientos (motion-time study). El trabajo puede efectuarse mejor y más
económicamente mediante el análisis del trabajo, esto es, mediante la
división y subdivisión de los movimientos necesarios para la ejecución de
las diversas operaciones de una tarea. Al observar metódicamente cada
operación ejecutada por los operarios, Taylor vio la posibilidad de
descomponer cada tarea y cada operación de la misma en una serie ordenada
de movimientos más sencillos. Eliminó los movimientos inútiles y
simplificó, racionalizó o fusionó con otros movimientos los inútiles, para
que el operario economizara tiempo y esfuerzo. El estudio de tiempos y
movimientos permite la racionalización de los métodos de trabajo del
operario y la fijación de los tiempos estándar para la ejecución de las tareas.
Además, trajo las siguientes ventajas:
• Eliminación del desperdicio del esfuerzo humano y de movimientos
inútiles.
• Racionalización de la selección y adaptación de los operarios a la
tarea.
• Facilidad de entrenamiento para los operarios y mejoramiento de la
eficiencia y el rendimiento de la producción gracias a la
especialización de actividades.
• Distribución uniforme del trabajo para que no haya periodos en que
éste falte o sea excesivo.
• Definición de métodos y establecimiento de normas para la ejecución
de las tareas.
• Tener una base uniforme para fijar salarios equitativos y conceder
premios por producción.
2. Estudio de la fatiga humana. El estudio de los movimientos humanos tiene
una triple finalidad:
• Evitar los movimientos inútiles en la ejecución de una tarea.
• Ejecutarlos con la mayor economía posible, desde el punto de vista
fisiológico.
• Dar la secuencia apropiada a los movimientos (principios de
economía de movimientos).
En este sentido, Gilbreth estudio los efectos de la fatiga en la productividad del
operario, y comprobó que la fatiga lleva al trabajador a disminuir la
productividad y la calidad del trabajo, y a la pérdida de tiempo. También
contribuye al aumento de la rotación de personal, de enfermedades y accidentes,
y a la disminución de la capacidad de esfuerzo. Para disminuir la fatiga, Gilbreth
propuso algunos principios de economía de movimientos, que pueden
clasificarse en tres grupos:
• Relativos al uso del cuerpo humano.
• Relativos a la distribución física del sitio de trabajo.
• Relativos al desempeño de las herramientas y del equipo.
3. División del trabajo y especialización del operario. El análisis del trabajo y
el estudio de tiempos y movimientos condujeron a la reestructuración de las
operaciones empresariales, eliminando los movimientos innecesarios y
economizando energía y tiempo. Una de las consecuencias del estudio de
tiempos y movimientos fue la división del trabajo y la especialización del
operario con el fin de elevar su productividad. Así, cada operario se
especializó en la ejecución de una sola tarea para ajustarse a los estándares
descritos y a las normas de desempeño establecidas por el método.
4. Diseño de cargos y tareas. El primer intento de definir y establecer
racionalmente los cargos y tareas ocurrió en la administración científica; en
este aspecto, Taylor fue pionero. Como todo pionero, es muy respetado por
algunos y muy criticado por otros. Tarea es la actividad ejecutada por alguien
en desarrollo de su trabajo en ia organización. La tarea es la menor unidad
posible de la división del trabajo en una organización. Cargo es el conjunto
de tareas ejecutadas de manera cíclica o repetitiva. Diseñar un cargo es
especificar su contenido (tareas), los métodos que deben emplearse en la
ejecución de las tareas y las relaciones con los demás cargos. El diseño de
cargos es el proceso de crearlos, proyectarlos y combinarlos con otros cargos
para la ejecución de tareas. La simplificación del diseño de cargos otorga las
siguientes ventajas:
• Admisión de empleados con calificación mínima y salarios menores,
lo cual reduce los costos de producción.
• Minimización de los costos de entrenamiento.
• Reducción de errores en la ejecución del trabajo/ lo que disminuye
desperdicios y devoluciones.
• Facilidad de supervisión, lo cual permite que cada supervisor controle
un número mayor de subordinados.
• Aumento de la eficiencia del trabajador y, por tanto, de su
productividad.
5. Incentivos salariales y premios por producción. Una vez analizado el trabajo,
racionalizadas las tareas, estandarizado el tiempo de ejecución, seleccionado
científicamente el operario y entrenado de acuerdo con el método
preestablecido, sólo resta que colabore con la empresa y trabaje dentro de
los estándares de tiempo previstos. Para lograr la colaboración del operario,
Taylor y sus seguidores desarrollaron los planes de incentivas salariales y de
premios por producción. La idea fundamenta] era que la remuneración
basada en el tiempo (empleados pagados por mes, por día o por hora) no
estimulaba a trabajar más, y que debería ser sustituida por la remuneración
basada en la producción de cada operario (salario por pieza, por ejemplo):
quien produce poco gana poco, y quien produce mucho gana en proporción
a su producción.
6. Concepto del homoeconomicus. Con la administración científica se
implantó el concepto homoeconomicus, esto es, el hombre económico,
según el cual se cree que toda persona está motivada únicamente por las
recompensas salariales, económicas y materiales. En otras palabras, el
hombre busca el trabajo no porque le guste, sino como medio para ganarse
la vida. El hombre está motivado a trabajar exclusivamente por miedo al
hambre y por la necesidad de dinero para vivir. En consecuencia, las
recompensas salariales y los premios por producción (y el salario basado en
la producción) influyen profundamente en los esfuerzos individuales en el
trabajo y logran que el operario llegue al máximo de su capacidad de
producción para obtener mayor ganancia.
7. Condiciones de trabajo Se comprobó que la eficiencia no sólo depende del
método de trabajo y del incentivo salarial, sino también de un conjunto de
condiciones laborales que garanticen el bienestar físico del trabajador y
disminuyan la fatiga. Las condiciones laborales que más preocuparon a la
administración científica fueron:
• Adecuación de instrumentos y herramientas de trabajo, y de equipos
de producción para minimizar el esfuerzo del operario y la pérdida de
tiempo en la ejecución de la tarea.
• Distribución física de las máquinas y equipos para racionalizar el flujo
de la producción.
• Mejoramiento del ambiente físico de trabajo, de manera que el ruido,
la falta de ventilación, iluminación y comodidad general en el trabajo
no reduzcan la eficiencia del trabajador.
• Diseño de instrumentos y equipos especiales (transportadores,
clasificadores, contadores y otros elementos) para reducir
movimientos innecesarios.
8. Estandarización. La organización racional del trabajo no sólo se preocupó
por el análisis del trabajo, el estudio de tiempos y movimientos, la fatiga del
operario, la división del trabajo, la especialización del operario y los planes
de incentivos salariales, sino que empezó a preocuparse por la
estandarización de los métodos y procesos de trabajo, la estandarización de
máquinas y equipos, herramientas e instrumentos de trabajo, materias primas
y componentes, con el fin de reducir la variabilidad y la diversidad en el
proceso productivo y, por consiguiente, eliminar el desperdicio y aumentar
la eficiencia.
9. Supervisión funcional La especialización del operario debe estar
acompañada por la especialización del supervisor. Taylor no estaba de
acuerdo con la centralización de la autoridad y defendía la llamada
supervisión funcional, que es justamente la existencia de diversos
supervisores especializados en determinada área, con autoridad funcional
(relativa sólo a su especialidad) sobre los mismos subordinados.
Principios de la administración científica, según Taylor.
1. Principio de planeación: sustituir el criterio individual, la improvisación y
la actuación empírico práctica del operario en el trabajo por los métodos
basados en procedimientos científicos. Cambiar la improvisación por la
ciencia mediante la planeación del método de trabajo.
2. Principio de preparación: seleccionar científicamente los trabajadores de
acuerdo con sus aptitudes y prepararlos y entrenarlos para producir más y
mejor, en concordancia con el método planeado. Disponer y distribuir
racionalmente las máquinas y los equipos de producción.
3. Principio de control: controlar el trabajo para cerciorarse de que está
ejecutándose de acuerdo con las normas establecidas y según el plan
previsto. La gerencia debe cooperar con los empleados para que la ejecución
sea la mejor posible.
4. Principio de ejecución: asignar atribuciones y responsabilidades para que el
trabajo se realice con disciplina.
Conclusión.
La administración científica, iniciada por Taylor y sus seguidores,
constituye la primera teoría administrativa. La preocupación por crear una
ciencia de la administración comenzó por la experiencia concreta e
inmediata del trabajo de los operarios y el énfasis en las tareas. En el primer
periodo de su obra, Taylor se dedicó exclusivamente a la racionalización
del trabajo de los operarios, y luego, durante el segundo periodo, definió los
principios de administración aplicables a todas las situaciones de la
empresa. La organización racional del trabajo se basa en el análisis del
trabajo del operario, el estudio de tiempos y movimientos, la división de las
tareas y la especializaron del trabajador. Dicha racionalización buscaba
acabar el despedido y la ociosidad de los operarios, y reducir los costos de
producción. Para obtener la colaboración de los operarios, se establecieron
los planes de incentivos salariales y de premios por producción, basados en
el tiempo estándar (eficiencia = 100%) y en la convicción de que el salario
constituye la única fuente de motivación para el trabajador (hombre
económico).
Bibliografia:
1. Henry Fayol, Administrado Industrial e Geral, Sao Pau- lo: Atlas, 1950..
2. Frederíck W. Taylor. Shop Management. Nueva York: Harper & Bros,
1903.
3. Chiavenato, Obra de Taylor pag.48-64.

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