Francesco
Francesco
Francesco
“Francesco”
“Cada ángel lleva en sus plumas sueños e ilusiones por cumplir, ¿Te gustaría
que te cumpliera uno?…”
Mi rumbo se tornaba cada vez más enredado, ¿A dónde me dirigía? Era la gran
pregunta que quería responderme en estos momentos, pero millones de recuerdos
confusos giraban sobre mi cabeza y me impedían sacar una conclusión apresurada.
Solo veía aquel vehículo en el que me encontraba recorriendo las calles de Cali, una
ciudad labrada con un imponente ímpetu de edad media, llena de paisajes inolvidables
con paredes destilando la alegría contagiable de las personas, salsa rondando por
cada pasillo de sus hogares, bailando con un swing de años anteriores. La
monumental máquina de metal azul se detuvo en una gigantezca construcción de
concreto que traía devuelta la epopeya de siglos pasados en un presente que aún
mantiene su tradición.
Mientras tanto, el aire cálido de aquella tarde de noviembre que empezaba a
disminuirse conservaba mi escuálido cuerpo un poco húmedo, durante la danza
efímera de millones de palomas que buscan encontrar un espacio donde posarse.
Ahi estaba, mas seguro no podria encontrame ultimamente mis sueños solo giraban
entorno a ella. La encontré fragil, sumergida en una mar de lagrimas.
Todo habia quedado cubierto por el silencio hasta que la tranquilidad fue perturbada
por el sonar del celular. Miles de llamadas de mi secretaria ajustando la agenda
resultaban ser bastante asfixiantes, proveedores recién llegados del extranjero, Miami,
Paris, Ámsterdam, y para sumarle a eso franquicias que querían surtir nuestros
productos de perfumería en parte de Europa y Asia, y como no era de esperarse
grandes diseñadores que perseguían la última línea de collares para dama y anillos
matrimoniales, realmente eran sensacionales.
Mi padre falleció hace unos dias, y la casa se siente tan sola aun no logro
recuperarme desde su partida. Expresaba con una tristesa inmensa.
Se pusó de pie y en ese mismo instante de sus manos cayó un pequeño cuaderno de
una decoración muy particular.
Recuerdo que ya habia escuchado hablar antes sobre un diario, “Mi madre” era la
persona que lo habia mencionado, pero la ultima imagen que tengo de ella es aquel
día en la iglesia cuando me enseñaba la importancia de seguir a Dios, él era nuestro
guía perfecto y siempre estaba dispuesto a darnos lo mejor para nosotros. Aunque
ultimamente tuve dudas que desearía que las hubieras contestado, ¿Sabías que te
morirías? Porque cada palabra que pronunciabas venía acompañada de muchas gotas
cristalinas selientes de tus ojos y al terminar, le pediste a Don Luis Alberto, que en paz
descanse, me llevara lejos del lugar a comprar unos cuantos helados para Sofia y yo,
de un momento a otro una gran explosión dentro del santuario sepulto toda esperanza
de encontrar a mamá viva. Solo me dejo una llave y diciendome.
Con esta llave no solamente abriras un hermoso diario, tambien abriras las
puertas de lo mas valioso para ti. Y con un beso termino su despedida.
Contaba con suerte, ya hace diez años que habia muerto mi madre y queria venir a
ver el lugar en donde habia sucedido todo, heche la llave en mi bolsillo. Debia de ser
esa, no es comun diarios con cerraduras. Efectivamente el cuaderno cedió a darle el
giro a la llave. Lo primero que encontramos fue una carta. La intriga no se quedaba
quieta e insistia por saber los vinculos que tenia mi madre para que el padre de
aquella joven lo tuviera.
Hola:
Luis Alberto
Sabias que ultimamente pienso mucho en ti, cada parte de mi busca un trozo de ti,
una palabra, una sonrisa cualquier metodo de los que utilizas para hacerme reir, soy
feliz cuando estoy contigo, por que eres mi abrigo, estas cuando mas te necesito y por
eso te felicito te ganastes mi vida y mi corazón eres la razon para que se haya
completado por ti todo mi amor.
Atte:
Laura bottecelli”
Para cuantas sorpresas mas deberia preparame, hace rato que no veia a sofia desde
mi viaje a italia los mismos de la muerte de mi madre, ya habia crecido y casi no le
puedo reconocer, tan solo eramos unos niños cuando paso todo, ahora con su cuerpo
de mujer formandose, posaba sobre mis hombros a que la consolara al enterarse que
soy Francesco Zucconi. Aquel muchacho torpe que se divertia con las palomas, y el
mismo que se caia al caminar por las a ceras de la ciudad.
Es la primera ves que me sentia tan intimidado estando a su lado, depronto cambie el
tema un poco continuando con la lectura. Efectivamente mi madre habia sido la
doncella amada de sueños prohibidos de Don Luis, convirtiendose en la julieta de
noches platonicas a escondidas de mis abuelos. Las clases sociales seria una de las
principales razones por las que mis abuelos no permitiria que se efectuara tal union,
mi madre se vió presionada a desistir, no solamente los separaba la imposibilidad de
comprometerse, si no tambien grandes extensiones de tierras a ambos lados de un
inmeso oceano que no permitiria su paso tan facilmente. Italia, habia sido marcada
como la cuna de todos mis ancestros maternos, es ahi en donde Fabrizio Botecelli
habia forzado a mi madre a permacer.
“Cada dia sin ti, transcurre como una oración sin sentido, un remolino que se ha
atravezado en mi camino, una distancia que la ha marcado un apellido, dejando un
corazon fragil, indefeso y dolorido.”
Cada poema que leia, recordaba los sentimiento mas profundos que emanaba de su
corazon, la imposibliidad de no poder hacer nada la restringio a contraer matrimonio
en italia. Pero su deseo de verle no paro ahi, despues de mi nacimiento, la fuerte
insistencia de regresar a colombia fue escuchada y en la decada de los noventa mis
padres pisaban suelo caleño, sin contar con una agrabante que mi padre venia
padeciendo cancer que al siguiente año falleció.
Aquel viernes 14 de enero del 2000 muy puntualmente mi madre y yo nos dirigiamos
por la plaza de Caicedo a la ermita. Era él, definitivamente la sonrisa reprimida de
tantos años, delataba tanto amor vivido. Y puedo decir que desde ahi seria la mia, fue
la primera ves que conocí a Sofia.