Cómo Puede Un Musulmán Rezar Con La Concentración Adecuada

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¿Cómo puede un musulmán rezar con la

concentración adecuada, sin distraerse?

Alabado sea Dios.

El musulmán debe presentarse correctamente ante Dios al orar, exaltado sea, teniendo
en cuenta la grandeza de Dios y lo que se espera que haga al enfocarse en él con
humildad.

Ibn al-Qayím (que Dios tenga piedad de él) dijo:

“Cada individuo debe presentarse ante Dios dos veces: cuando se presenta ante Él en
oración y cuando se presenta ante Él el Día en que lo conoce. Quien se presente ante Él
como debería en primera instancia, la segunda vez le será fácil, pero quien esté
despreocupado con respecto a esta presentación, y no esté delante de Él (en oración)
como debería, este acto de presentación (en el Día de la Resurrección) será difícil para él”.
Fin de la cita de al-Fawá'id (p.200).

Entonces, el musulmán no debería pensar en nada fuera de la oración cuando esté


orando; más bien su concentración debería estar puesta en la oración, siendo humilde
ante Dios. Puede ayudarse para lograr esto por medio de lo siguiente:

 Lograr la verdadera sinceridad hacia Dios, exaltado sea. Si enfoca su mente y su


corazón en Dios y el Más Allá pierde interés en muchos asuntos mundanos, y
alcanzará la humildad en su oración.
 Tener en cuenta la grandeza de Dios, exaltado sea, cuando está delante de Él en
la oración.
 Tener en cuenta que Dios puede verlo y lo está mirando mientras reza.
 Tener en cuenta que Dios frente a Su servidor cuando este ora. Al-Bujari (406) y
Muslim (547) registraron de 'Abdullah Ibn' Umar que el Mensajero de Dios (que
las bendiciones y paz de Dios estén con él) vio que alguien había escupido en la
pared en dirección a la Meca. Lo limpió y luego se volvió hacia la gente y les
dijo: “Alguien puede ofrecer una oración y no se le registrará nada de ella
excepto una décima parte, una novena parte, una octava parte, una séptima
parte, una sexta parte, una quinta parte, una cuarta parte, un tercio o quizás la
mitad". Clasificado como bueno por al-Albani en Sahih al-Yámi' (1626).
 Reflexionar sobre los significados de las oraciones para recordar a Dios y los
versos del Corán que uno recita en la oración, porque este es uno de los mejores
medios para alcanzar la presencia de la mente y no dejar distraer el corazón.
 No debe haber nada en el lugar donde uno ora que pueda distraerlo, como
imágenes, adornos y sonidos.
 No deambular mientras se reza, ya sea dejando que la mente divague o
mirando físicamente alrededor.
Al-Bujari (751) registró que 'Aa’ishah dijo: “Le pregunté al Mensajero de Dios (las
bendiciones y la paz de Dios sean con él) sobre mirar alrededor mientras rezaba, y dijo:
"Eso es algo que Shaitán roba de la oración del musulmán".

De acuerdo con otro reporte: "Dios se vuelve hacia Su servidor mientras no esté mirando
a su alrededor, así que cuando ores, concéntrate y no mires a tu alrededor". Registrado
por Áhmad (17800); clasificado como auténtico por al-Albani en Sahih al-Yámi' (1724).

Ibn al-Qayím (que Dios tenga misericordia de él) dijo:

“El tipo de distracción que está prohibida mientras se reza se divide en dos categorías:

1. Cuando la mente deambula y el corazón se distrae de Dios, glorificado y exaltado


sea, hacia algo distinto de Él.
2. Cuando la mirada vaga y uno mira a su alrededor.
Ninguno de los dos no está permitido.

Dios continúa volviéndose hacia Su servidor mientras se concentre en su oración, pero si


su mente o su mirada vagan, Dios, sea exaltado, se aleja de él”. Fin de cita de Al-Wábil as-
Sáyib (p.20).

- El musulmán debe recordar la muerte mientras reza, por lo que debe ofrecer su oración
como si fuera una despedida, como si no fuera a tener la oportunidad de ofrecer otra
oración después de eso.

Ad-Dailami registró en Musnad al-Fírdaws, de Anas (que Dios esté complacido de él) que el
Profeta (las bendiciones y la paz de Dios sean con él) dijo: "Recuerda la muerte cuando
oras, porque si un hombre recuerda esto cuando ora, se esforzará para hacer que su
oración sea buena. Reza la oración del hombre que no cree que vaya a tener la
oportunidad de realizar otra oración, y ten cuidado con cualquier cosa de la que puedas
tener que ofrecer disculpas". Clasificado como bueno por al-Háfiz, como se afirma en al-
Maqásid al-Hásanah (p. 226); clasificado como bueno por al-Albani en Sahih al-Yámi' (849).

Si un musulmán logra eso en su oración, nada lo distraerá de ella y continuará


enfocándose en su Señor, por lo tanto la oración se convierte en una delicia para él y no la
abandona, pues está deseando volver a orar.
Si el orante no es árabe y no conoce los significados del Corán o de la oración para
recordar a Dios, entonces que haga lo mejor que pueda para aprender árabe y entender
sus significados, para que su recompensa sea más completa y no se pierda la virtud de
reflexionar sobre los significados del Corán.

Quien no puede hacer eso, que tenga en cuenta la grandeza de su Señor y sea humilde
cuando esté de pie, inclinándose o postrándose, porque estará de pie delante de su Señor,
y debe hacerlo con humilde concentración, sin dejar vagar su mente o su mirada; que
tome conciencia de que Dios lo está mirando, y que tenga en cuenta la muerte y sus
terrores, orando como quien se despide. Si logra eso, será suficiente para ayudarlo a
concentrarse y no distraerse con otra cosa que no sea la oración.

Si no puede reflexionar sobre lo que está recitando del Corán y sobre los contenidos de su,
entonces que tenga en cuenta estas ideas.

Y Dios sabe mejor.


Concentración y humildad apropiadas

durante la oración

Alabado sea Dios.

Lo que el creyente debe hacer es ser humilde en su oración y concentrarse durante ella,
porque Dios, exaltado sea, dijo (interpretación del significado):

“Por cierto que triunfarán los creyentes. Que observen sus oraciones con sumisión” (Los
Creyentes, 23:1-2).

La concentración y la humildad durante la oración son algunos de los aspectos más


importantes y la esencia de la oración. Por consiguiente, debemos prestar atención para
enfocarnos con la humildad apropiada durante la oración y realizarla con tranquilidad y
sin prisa, cuando nos postramos e inclinamos, entre las dos postraciones, luego
inclinarnos, y cuando nos ponemos de pie otra vez.

Si el orante falla en su concentración y humildad porque está demasiado apresurado,


entonces su oración queda inválida.

Pero si está tranquilo y realiza su oración sin prisas, aunque a veces su mente divague y
se descuide, esto no invalida su oración. Sin embargo, no tendrá la misma recompensa
que cuando su mente estuvo concentrada y tuvo la debida humildad y atención plena
hacia Dios. Tendrá la recompensa por lo que logró, pero en cuanto a las partes en las que
perdió su concentración, perderá recompensa también. Por lo tanto, el orante debe
concentrarse en su oración y hacerla sin prisa, con humildad ante Dios, glorificado y
exaltado Sea, para lograr una recompensa completa. Pero su oración no se invalida por
eso, a menos que el creyente la realice de una manera apresurada y descuidada, como
cuando uno se inclina pero no se toma el tiempo para permanecer en esa posición, y los
movimientos, demasiado apresurados, no reflejan la humildad apropiada. Lo que debe
hacerse es moverse con tranquilidad, adoptando la postura correcta, para que tenga
tiempo suficiente de decir Subhana Rábbi al-‘Adhím (Glorificado sea mi Señor, el
Grandioso) cuando se inclina, de decir Rábbana wa laka al-hámd (Señor nuestro, a Ti
pertenece toda alabanza) cuando se levanta después de la inclinación, de decir Subhana
Rábbi al-A‘la (Glorificado sea mi Señor, el Altísimo), cuando se postra, y luego de decir
Rábbi ighfir li (Señor, perdóname) entre las dos postraciones.

Cuando el Profeta (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) vio a un hombre que
no oraba con calma como debía, le dijo que repitiera su oración: “Reza, porque no lo has
hecho”. Orar de una manera tranquila y sin prisa es uno de los aspectos más importantes
de oración, y esto es lo que se requiere del orante, al inclinarse y postrarse, entre las dos
postraciones y al levantarse después de la inclinación. Eso en árabe se llama tama’nina,
que significa tener calma y tranquilidad. También es mencionado como concentración, lo
que significa tener un enfoque apropiado y humildad al rezar.

Entonces, es esencial orar de manera tranquila y sin prisas, de modo que en cada etapa de
la oración tenga tiempo de realizar con cuidado lo que corresponde. Cuando el creyente
se inclina, debe hacerlo sin prisa de manera que su oración sea lo más íntegra y completa
posible.

Shéij ‘Abd el-‘Azíz ibn Baaz.

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