Cómo Puede Un Musulmán Rezar Con La Concentración Adecuada
Cómo Puede Un Musulmán Rezar Con La Concentración Adecuada
Cómo Puede Un Musulmán Rezar Con La Concentración Adecuada
El musulmán debe presentarse correctamente ante Dios al orar, exaltado sea, teniendo
en cuenta la grandeza de Dios y lo que se espera que haga al enfocarse en él con
humildad.
“Cada individuo debe presentarse ante Dios dos veces: cuando se presenta ante Él en
oración y cuando se presenta ante Él el Día en que lo conoce. Quien se presente ante Él
como debería en primera instancia, la segunda vez le será fácil, pero quien esté
despreocupado con respecto a esta presentación, y no esté delante de Él (en oración)
como debería, este acto de presentación (en el Día de la Resurrección) será difícil para él”.
Fin de la cita de al-Fawá'id (p.200).
De acuerdo con otro reporte: "Dios se vuelve hacia Su servidor mientras no esté mirando
a su alrededor, así que cuando ores, concéntrate y no mires a tu alrededor". Registrado
por Áhmad (17800); clasificado como auténtico por al-Albani en Sahih al-Yámi' (1724).
“El tipo de distracción que está prohibida mientras se reza se divide en dos categorías:
- El musulmán debe recordar la muerte mientras reza, por lo que debe ofrecer su oración
como si fuera una despedida, como si no fuera a tener la oportunidad de ofrecer otra
oración después de eso.
Ad-Dailami registró en Musnad al-Fírdaws, de Anas (que Dios esté complacido de él) que el
Profeta (las bendiciones y la paz de Dios sean con él) dijo: "Recuerda la muerte cuando
oras, porque si un hombre recuerda esto cuando ora, se esforzará para hacer que su
oración sea buena. Reza la oración del hombre que no cree que vaya a tener la
oportunidad de realizar otra oración, y ten cuidado con cualquier cosa de la que puedas
tener que ofrecer disculpas". Clasificado como bueno por al-Háfiz, como se afirma en al-
Maqásid al-Hásanah (p. 226); clasificado como bueno por al-Albani en Sahih al-Yámi' (849).
Quien no puede hacer eso, que tenga en cuenta la grandeza de su Señor y sea humilde
cuando esté de pie, inclinándose o postrándose, porque estará de pie delante de su Señor,
y debe hacerlo con humilde concentración, sin dejar vagar su mente o su mirada; que
tome conciencia de que Dios lo está mirando, y que tenga en cuenta la muerte y sus
terrores, orando como quien se despide. Si logra eso, será suficiente para ayudarlo a
concentrarse y no distraerse con otra cosa que no sea la oración.
Si no puede reflexionar sobre lo que está recitando del Corán y sobre los contenidos de su,
entonces que tenga en cuenta estas ideas.
durante la oración
Lo que el creyente debe hacer es ser humilde en su oración y concentrarse durante ella,
porque Dios, exaltado sea, dijo (interpretación del significado):
“Por cierto que triunfarán los creyentes. Que observen sus oraciones con sumisión” (Los
Creyentes, 23:1-2).
Pero si está tranquilo y realiza su oración sin prisas, aunque a veces su mente divague y
se descuide, esto no invalida su oración. Sin embargo, no tendrá la misma recompensa
que cuando su mente estuvo concentrada y tuvo la debida humildad y atención plena
hacia Dios. Tendrá la recompensa por lo que logró, pero en cuanto a las partes en las que
perdió su concentración, perderá recompensa también. Por lo tanto, el orante debe
concentrarse en su oración y hacerla sin prisa, con humildad ante Dios, glorificado y
exaltado Sea, para lograr una recompensa completa. Pero su oración no se invalida por
eso, a menos que el creyente la realice de una manera apresurada y descuidada, como
cuando uno se inclina pero no se toma el tiempo para permanecer en esa posición, y los
movimientos, demasiado apresurados, no reflejan la humildad apropiada. Lo que debe
hacerse es moverse con tranquilidad, adoptando la postura correcta, para que tenga
tiempo suficiente de decir Subhana Rábbi al-‘Adhím (Glorificado sea mi Señor, el
Grandioso) cuando se inclina, de decir Rábbana wa laka al-hámd (Señor nuestro, a Ti
pertenece toda alabanza) cuando se levanta después de la inclinación, de decir Subhana
Rábbi al-A‘la (Glorificado sea mi Señor, el Altísimo), cuando se postra, y luego de decir
Rábbi ighfir li (Señor, perdóname) entre las dos postraciones.
Cuando el Profeta (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) vio a un hombre que
no oraba con calma como debía, le dijo que repitiera su oración: “Reza, porque no lo has
hecho”. Orar de una manera tranquila y sin prisa es uno de los aspectos más importantes
de oración, y esto es lo que se requiere del orante, al inclinarse y postrarse, entre las dos
postraciones y al levantarse después de la inclinación. Eso en árabe se llama tama’nina,
que significa tener calma y tranquilidad. También es mencionado como concentración, lo
que significa tener un enfoque apropiado y humildad al rezar.
Entonces, es esencial orar de manera tranquila y sin prisas, de modo que en cada etapa de
la oración tenga tiempo de realizar con cuidado lo que corresponde. Cuando el creyente
se inclina, debe hacerlo sin prisa de manera que su oración sea lo más íntegra y completa
posible.