Los 7 Chakras
Los 7 Chakras
Los 7 Chakras
El término chakra proviene del sánscrito y se traduce como “rueda” o “disco”. De acuerdo con el
hinduismo, los chakras son centros de energía (“prana”) que se ubican en nuestro cuerpo.
Funcionan como unas «válvulas reguladoras» del prana. Reciben, acumulan y distribuyen la
energía por todo nuestro cuerpo y, dependiendo de su ubicación, varían en su fuerza vibratoria y
velocidad.
Según indican algunas escrituras, en el cuerpo humano hay un total de 88.000 chakras que suelen
coincidir con zonas ricas en terminaciones nerviosas. La mayoría de ellos son muy pequeños,
pero hay 7 chakras principales que destacan sobre los demás. También hay un pequeño número de
chakras secundarios de relevante importancia, como los situados en las manos, cabeza, rodillas y
pies.
Los 7 chakras principales discurren siguiendo nuestra columna vertebral. Los podemos situar a
lo largo de una línea vertical por el centro de nuestro cuerpo, desde la coronilla de la cabeza hasta la
base del tronco. Así pues, la columna vertebral constituye el eje y centro de nuestro cuerpo y es la
vía principal por la que fluye nuestra energía. Siendo los chakras puntos específicos en los que se
concentra esta energía. Y no se presentan como algo estático, sino que están en continuo
movimiento, girando sobre sí mismos y vibrando a una cierta frecuencia.
Los chakras están conectados a nuestro ser a nivel físico, emocional, mental y espiritual. Y
están relacionados con nuestros pensamientos, sentimientos y hábitos. Si hay alguna perturbación,
sea de la naturaleza que sea, se verá reflejada en nuestros chakras y viceversa. Cuando logramos
un equilibrio con éstos, nuestra energía vital se potencia y disfrutamos de una fuerte sensación de
bienestar físico y mental. Si nuestros sentimientos o formas de vida no son saludables, los chakras
empiezan a deteriorarse y se produce un desequilibrio que se nota en nuestro estado mental y
nuestra salud.
En el nivel físico, cada órgano y glándula están conectados con un chakra. De esta manera, cada
chakra regula una zona específica del cuerpo; así como las emociones, la perspectiva mental y el
propósito espiritual conectados con dicha zona. También se asocia cada uno de estos chakras
principales con una época del desarrollo físico y con un color.
Los tres chakras inferiores son los más vinculados a nuestro ser físico o material y su vibración es
más lenta que los superiores. El cuarto chakra se puede considerar como la unión entre nuestro
mundo físico y el espiritual. Y los tres chakras superiores se relacionan con funciones más
espirituales o metafísicas.
Cada chakra es una zona de confluencia de las energías ubicadas a lo largo de nuestro canal central
o Sushumna nadi, situado en la columna vertebral. Cada tradición asocia un número de chakras que
pueden ser de cuatro a once. Aunque, en occidente, se han incorporado 7 chakras, que también se
pueden encontrar en culturas como en el Tíbet o incluso los Mayas.
Así mismo, cada chakra tiene una frecuencia única que percibimos como uno de los siete colores del
arco iris.
El segundo Chakra, el chackra sacral Svadhisthana, se ubica en el abdomen, por debajo del
ombligo. Es el chakra de la sensualidad y las emociones. Por ello, en equilibrio está vinculado a
una sexualidad plena y libre de toda culpa. Cuando está bloqueado puede aparecer un sentimiento
de desprecio o represión, así como también puede estar desajustado en forma de exceso y
adicciones.
Este chakra vibra en el color naranja y nos conecta con el elemento agua, nos permite abrirnos al
fluir de la vida. Físicamente, se asocia con las caderas, los genitales, el sistema reproductivo, los
riñones y la vejiga. Este chakra es una apertura a nuevas experiencias de la vida. Nos ayuda a
aceptar el cambio y las experiencias sensoriales que se puedan dar.
El chakra del plexo solar, Manipura, es el tercer chakra. Se ubica unos 3 dedos por encima del
ombligo, y está asociado con el color amarillo.
El cuarto Chakra, Anahata, se asocia al corazón. Es decir, a los sentimientos de amor hacia los
demás y la apertura hacia la vida. Por eso, se ubica en el centro del pecho. Cuando está cerrado
pueden aparecer enfermedades cardíacas o coronarias. En el plano emocional puede costarnos
relacionarnos de forma sana y sentirnos libres de abrirnos al exterior.
Actúa como un punto de conexión y equilibrio entre el mundo físico y el espiritual. Su elemento es el
aire y está conectado con el sistema respiratorio. Se asocia al color verde lo que nos revitaliza con
las fuerzas del amor como la compasión, la armonía, la amistad, el amor de pareja, el amor de
familia, el amor por uno mismo y la existencia misma. El mantra asociado a este chakra es “YAM”.
Si te apetece trabajar este chakra te recomiendo este taller de Bhakti & Hatha yoga que preparé un
día de mi cumpleaños para compartir con mis alumnos de XLY Studio.
Ajana, el sexto Chakra, es el chakra del tercer ojo, se ubica en la frente en la zona del entrecejo y
nos conecta con el mundo del pensamiento y con la intuición. Con la energía que nos permite
visualizar, ver sin necesidad de mirar y entender. Su color es el azul índigo y su elemento es la luz.
Por eso, está íntimamente ligado a la glándula pineal y al contacto con otras formas de conciencia.
Sus cualidades nos ayudan a mejorar la memoria, la capacidad de concentración y la intuición.
Permitiéndonos desarrollar atributos como la imaginación, la creación artística, los sueños y el poder
de visualizar. El mantra asociado a este chakra es “OM”.
El séptimo chakra, el chakra corona o Sahasrara es el último chakra. Está ubicado en la coronilla y
está relacionado con la espiritualidad. Es el chakra de la conciencia pura y su color es el violeta
aunque su energía es también blanca, entendida como la vibración más alta que cubre todos los
colores existentes. Por eso, su elemento es la luz interior, la voluntad y el pensamiento que tiene el
poder de la mente.
El bloqueo de este chakra se muestra con una expansión de nuestro ego y una necesidad de
dominación. El bloqueo de este chakra también nos lleva a ser más rígidos en nuestros sistemas de
creencias y esto dificultará nuestro crecimiento personal.
Sahasrara está representada por una flor de loto con cientos de pétalos. Nos pone en sintonía con la
divinidad y la gracia de nuestro verdadero ser; conectándonos con el infinito, el significado de la vida
y la devoción. El mantra asociado a este chakra es “AUM”.