La Dislalia. Naturaleza, Diagnóstico y Rehabilitación
La Dislalia. Naturaleza, Diagnóstico y Rehabilitación
La Dislalia. Naturaleza, Diagnóstico y Rehabilitación
com/groups/einclusiva
. LA DISLALIA
COLECCION EDUCACION ESPECIAL
LA DISLALIA
NATURALEZA, DIAGNOSTICO
Y REHABILITACION
ffi
CIENCIAS DE LA EDUCACION PREESCOLAR
Y ESPECIAL
GENERAL PAR DIÑAS. 95 e28006 MADRID
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INTRODUCCION
INTRODUCCIÓN
10
I. I. PROCESO DEL DESARROLLO DEL LENGUAJE
I. PROCESO DEL DESARROLLO DEL LENGUAJE
13
II. ÓRGANOS QUE INTERVIENEN EN LA ARTICULACIÓN
1. Órganos de la respiración
2. Órganos de la fonación
3. Órganos de la articulación
II.ORGANOS QUE INTERVIENEN EN LA ARTICULACIÓN DE
LOS FONEMAS
1. Órganos de la respiración
(1) CANUYT; "La voz". Cit Corredera Sánchez, T. "Defectos en la dicción infantil"
Ed (Kapelusz. Buenos Aires. 1944. Pag. 1 1.
retracción de los cartílagos costales y la presión de tas visceras
abdominales hacia arriba.
Atendiendo a la movilidad de las distintas partes del aparato
respiratorio, se pueden distinguir tres tipos de respiración:
a.- Respiración costal superior o clavicular. Se puede observar
cómo, durante la inspiración, en este tipo, se abomba la parte
superior del tórax, elevando la clavícula y los hombros y hun
diendo el abdomen . Este tipo de respiración se da más fre
cuentemente en la mujer.
b- Respiración abdominal o diafragmática. En la inspiración
se abomba la parte anterior del abdomen por el descenso del
diafragma, hundiéndose en la espiración, permaneciendo in
móvil la parte superior del tórax.
c- Respiración costoabdominal. Se da la inspiración de los
dos tipos anteriores, con gran movilidad lateral de las costillas
inferiores y de la parte superior del abdomen. Este tipo es el
más recomendable para la fonación.
La capacidad normal de los pulmones es de 4 a 5 litros por
término medio, pudiéndose dar variaciones según la talla y
volumen del tórax de cada individuo.
El "aire corriente" o "volumen respiratorio" es la denomina
ción que se da a la cantidad de aire que entra y sale de los
pulmones en un movimiento respiratorio normal completo
(inspiración - espiración), siendo aproximadamente de medio
litro. El "aire complementario" es el que se puede introducir
en una inspiración forzada, que está alrededor de dos litros.
El aire que se desaloja en una espiración forzada, después de
una espiración normal, se le denomina "aire de reserva" y
está también en los dos litros aproximadamente. El "aire
residual" es el volúmen de aire que permanece en los pul
mones después de una espiración forzada, siendo su valor de
un litro.
La respiración es una actividad rítmica producida por una
excitación espontánea, cuyo estímulo es la composición
química de la sangre.
La inspiración es casi uniforme, por estar producida por
contracciones musculares, mientras que la espiración tiene
un primer momento más rápido, para hacerse luego más larga
y len ta, por estar prod ucida por reacciones elásticas. La espira
ción mientras se hab la, es de 8 a 12 veces más larga que la
inspiración.
La respiración y la fonación están más sujetas a los estados
emocionales que la articulación.
19
2. Órganos de la fonación.
La laringe es el órgano esencial de la fonación. Está situada en la
zona media anterior del cuello, en continuidad con la faringe y en
la parte superior de la tráquea. Tiene forma de pirámide triangular
truncad a con la base dirigida hacia arriba. Está separada de la farin
ge por la epiglotis y su vértice truncado se une a la tráquea.
Sus dimensiones en un hombre adulto, son de 48 mm. de diá
metro vertical, 48 mm. transversal y 35 mm. anteroposterior, sien
do algo menor en la mujer.
2.1. Constitución anatómica de ¡a laringe.
En la constitución interna de la laringe se pueden distinguir tres
zonas: la de las cuerdas o ligamentos vocales, llamada zona glótica;
la superior a ella o vestíbulo laríngeo y la inferior o subglotis.
La zona glótica es la fundamental, ya que en ella se produce el
sonido laríngeo. Se presentan en esta zona cuatro repliegues mem
branosos; dos superiores y dos inferiores. Los inferiores son las
cuerdas o ligamentos vocales, elementos fundamentales de la fona
ción y a las superiores se les denomina falsas cuerdas.
Las cuerdas vocales verdaderas o ligamentos vocales, están situa
das horizontalmente en dirección anteroposterior. Por su parte
anterior están unidas al cartílago tiroides, por la posterior a los dos
cartílagos aritenoides.
La longitud de estos repliegues vocales es, por término medio, de
20 a 25 mm. en el hombre y de 16 a 20 mm. en la mujer.
Las cuerdas vocales inferiores o verdaderas, son más gruesas que
las superiores o falsas cuerdas.
El espacio vacio que queda entre los dos ligamentos inferiores
de las cuerdas vocales recibe el nombre de glotis. Este espacio se
puede dividir en dos partes: una anterior de forma triangular, de
nominada glotis vocal o interligamentosa, y la otra formada por el
espacio que queda entre los cartílagos arit enoides, que, en la posi
ción de descanso de la laringe, tiene una forma rectangular y se
denomina glotis intercartilaginosa o respiratoria.
Entre las cuerdas vocales y los ligamentos superiores, existe un
espacio denominado ventrículo de Morgagni, que comunica con la
glotis.
Los principales cartílagos que forman la laringe son: el cricoides
que une la laringe con la tráquea; el tiroides que actúa como escu
do protector de las cuerdas vocales; los aritenoides, en número de
dos, que están situados en la parte posterior y superior del cricoi
des, y la epiglotis, que es fibrocartilago, que separa la laringe de la
faringe y actúa en el momento de la deglución para impedir el paso
de los alimentos a la laringe.
20
2.2. Función fonatoria de la laringe.
cuerdas vocales
cartílago aritenoides
Cuerdas abiertas Parteposterior Cuerdas cerradas
para la respiración antes de la fonación
22
3.2.1. Paladar. El paladar consti tuye la parte superior de la
cavidad bucal y se e ncuent ra dividida en dos zonas: la anterior,
ósea, que recibe el nombre de paladar duro, y la posterior, deno
minada paladar blando o velo del paladar.
La región palatina, con forma de bóveda, constituye una especie
de tabique y separa las fosas nasales de la cavidad bucal.
El paladar duro comienza inmediatamente detrás de los alvéolos,
y se divide en prepaladar, mediopal adar y postpaladar. El paladar-
bland o o velo del pal adar , se divide en zona prevelar y postve lar.
23
III. CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN DE LAS DISLALIAS
1. Dislalia evolutiva
2. Dislalia funcional
3. Dislalia audiógena
4. Dislalia orgánica
III. CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN DE LAS DISLALIAS
28
capacidad o dificultad funcional en cualquiera de estos aspectos
que impide la perfecta articulación.
En otras ocasiones, aunque la dificultad sea la misma, el niño no
percibe su defecto por la fijación que tiene del mismo, no pudiendo
él distinguir las articulaciones que emite bien y las que emite mal.
Para la denominación de los distintos errores que se dan en la
dislalia, se utiliza una terminología derivada del nombre griego del
fonema afectado, con la terminación "tismo" o "cismo". Así la
articulación defectuosa de la /s/ se denomina sigmatismo la de la
/d/ deltacismo, etc. Cuando un fonema es sustituido por otro se
antepone "para", como el pararrotacismo.
El resultado de la experiencia, así como los resultados estadís
ticos existentes, demuestran que se da una mayor incidencia de
dislalias en el sexo masculino que en el femenino.
2.1. Etiología.
29
Por ello estos defectos irán desapareciendo al mismo tiempo que
se va desarrollando la motricidad fina, pues el niño irá adquiriendo
la agilidad y coordinación de movimientos que precisa para hablar
correctamente.
De aquí la necesidad de enfocar el tratamiento, no sólo en
orden a enseñar a articular, sino a desarrollar todo el aspecto
psicomotor del sujeto, educando todos ios movimientos, aunque
no sean inmediatamente utilizados en la articulación de la palabra
y organizando su esquema corporal.
Esta causa es la que se encuentra más frecuentemente en los
casos de dislalias funcionales, pues, aunque se den asociados
otros factores que facilitan la generación del trastorno, la mayoría
de estos niños tienen torpeza en los movimientos de los órganos
del aparato fonador y una falta de coordinación motriz general,
aunque ésta sólo se manifieste en los movimientos de destreza fina
30
sión auditiva, creando un fallo en la exacta imitación de los fone
mas oidos. El niño oye bien, pero analiza o integra mal los fo
nemas correctos que oye.
La educación auditiva y rítmica será, por tanto, un medio para
lograr hablar con perfección.
2.2. Sintomatologia.
32
su forma se puede hacer ininteligible si aparecen afectados muchos
fonemas.
Los niños que padecen este trastorno aparecen con frecuencia
distraídos, desinteresados, tímidos o agresivos y con escaso rendi
miento escolar.
En muchas ocasiones el niño cree que habla bien, sin darse cuen
ta de sus propios errores, y en otras, aunque sea consciente de
ellos, es incapaz por sí solo de superarlos, creando a veces este
hecho situaciones traumatizantes que dificultan más su rehabilita
ción.
3. Dislalia audiógena.
(1) PERELLO. J. "Trastornos del habla". Ed. Científico Médico. - Barcelona 1.973.
Pag.262.
su lenguaje como para su vida de relación.
Junto a la ayuda del amplificador el tratamiento irá dirigido,
fundamentalmente, a la discriminación audi tiva, al perfecciona
miento de su lenguaje, corrigiendo los defectos articulatorios que
presente y enseñando las articulaciones ausentes, desarrollando la
lectura labial que le ayude en la compresión del lenguaje y mejo
rando la voz y el ritmo.
El tratamiento de la dislalia funcional también puede ser válido
para la audiógena, en lo que se refiere a la enseñanza y corrección
de la articulación.
4. Dislalia orgánica.
4 . 1 . Disartria.
Las disartrias pueden ser de origen muy variado dentro del tras
torno neurológico, dándose igualmente desde el nacimiento o
como consecuencia de enfermedad o accidente posterior que
desencadena la lesión cerebral. Generalmente son graves y sus
posibilidades de rehabilitación están en relación con la severidad
de la lesión producida.
"Las alteraciones neurológicas de la fonación, tienen interés
logopédico cuando constituyen "situaciones secuela", es decir, una
34
vez que ha desaparecido la acción del morbo etiopatogénico que
causó la enfermedad neurológica. Son pues, las "situaciones
secuela" de la neuropatología las que constituyen el campo de la
acción de la clínica y la terapéutica foniátrica". (1)
4.2. Disglosia.
(1) PERELLO, J. "Trastornos del hab la" . Ed. Cientifí co Médica. Barcelona, 1.973. Pag. 3
(2) BERNALDO DE QUIROS, J . "Los grandes problemas del lenguaje infantil". Centro
Médico de Investigaciones Foniátricas y Audiológicas. Buenos A i r e s . 1.969. Pag. 368.
IV. TIPOS DE ERRORES EN LA DISLALIA FUNCIONAL
1. Sustitución
2. Omisión
3. Inserción
4. Distorsión
IV. TIPOS DE ERRORES EN LA DISLALIA FUNCIONAL
1. Sustitución.
39
Así frecuentemente el fonema /r / es sustituido por / d/ o por /g/,
diciendo "quiedo" y "pego" por "quiero y "perro". El sonido /s/
es sustituido por el /z/, diciendo "caza" por "casa", y el fonema
/k/ es reemp lazado por el /t/, expresando "tama" por "cama".
La sustitución es el error que con mayor frecuencia se presenta
en las dislalias funcionales y ofrece una mayor dificultad para su
corrección, ya que una vez superada la articulación, cuando el niño
es capaz de emitir correctamente el fonema que tenía ausente, tiene
que superar una segunda fase, generalmente más larga, en la que
tiene que integrarlo en su lenguaje espo ntáneo. Y aquí está la difi
cultad, ya que tenía fijada cada palabra con la articulación defec
tuosa. En estos casos convendrá empezar por enseñarle palabras
nuevas con este fonema, en las que le será más fácil automatizarlo,
para pasar después a la generalización.
2. Omisión.
3. Inserción.
40
Este tipo de error es el que se suele presentar con menos fre
cuencia.
4. Distorsión.
41
V. INCIDENCIA RECIPROCA ENTRE EL HABLA Y LA
PERSONALIDAD
(1) BERNALDO DE QUIROS, J. "Los grandes problemas del lenguaje infantil". Centro
Médico de Investigaciones Foniatricas y Audiológicas. Buenos Aires 1.969. Pag. 61.
45
I. Situación y aceptación familiar.
3. Situación escolar.
Cuando el niño comienza su periodo de escolaridad presentando
un defecto en la articulación de su lenguaje, este hecho supondrá,
por lo general, un handicap para su integración social en el grupo y
para conseguir un rendimiento en proporción a su capacidad. En el
medió escolar en el que se mueve, se puede sentir fácilmente
marginado por los compañ eros, que a veces ni le entenderán cuan
do se expresa, si se trata de un caso severo. Con frecuencia le dirán
que habla mal y le humillaran, creando con ello nuevos traumas en
el niño e inhibiciones que irán empeorando su situación.
Si ésta es muy traumatizante, también hará disminuir su rendi
miento escolar. Pero aún en casos en los que no se ve con tanta
fuerza esta situación frustrante, porque el defecto sea menos rele
vante siempre habrá, por lo general, una disminución en el rendi
miento escolar, porque el niño se manifestará como distraído,
poco centrado, y a veces presentará otros trastornos en la lectura y
la escritura, por las dificultades que tiene para la percepción, para
la orientación espacial, para la discriminación auditiva, etc.
Cuando los errores que comete no son muchos, la familia no
trata a veces de ponerle remedio hasta llegar a la edad escolar, en
que se hacen más patentes sus manifestaciones.
47
VI. DIAGNOSTICO DE LA DISLALIA FUNCIONAL
1. Anamnesis
2. Articulación
3. Inteligencia
4. Psicomotricidad
5. Percepción y orientación espacial
6. Percepción temporal y ritmo
7. Percepción y discriminación auditiva
8. Personalidad
9. Exámenes complementarios
VI. DIAGNOSTICO DE LA DISLALIA FUNCIONAL
2. Articulación.
2.2. Lenguaje dirigido.
Otra forma de examen para conseguir la expresión dirigida
consistirá en presentar una serie de objetos o dibujos conocidos
por el niño, cuyos nombres contengan el fonema a examinar.
Si el niño ya sabe leer, también se puede incluir aquí una prueba
de lectura para observar cómo es su articulación en la misma.
2.3. Lenguaje espontáneo.
Finalmen te habrá que observar cómo habla el niño en su lengua
je espontáneo y esto se conseguirá a base de preguntas y de enta
blar una conversación dirigida a los datos que queremos analizar. A
veces sucede que en el lenguaje espontáneo aparecen errores que
no se dieron en el lenguaje repetido, en el que por imitación supo
hacerlo bien, pero falta la automatización de los mecanismos nece
sarios.
En el resultado de todo este examen habrá que hacer constar el
tipo de error que presenta, si se da una sustitución, omisión o
distorsión de cada fonema afectado, como igualmente si el defecto
es permanente o depende de su situación en la palabra.
En ocasiones se encuentran casos en los que se da una disparidad
total entre el resultado del examen del lenguaje repetido y el
espontáneo, siendo el primero totalmente correcto en todas sus
manifestaciones, sin que aparezca en el mismo ninguna forma de
dislalia. Por el contrario, al comenzar a hablar de forma espontánea
la expresión está llena de distorsiones y desfiguraciones verbales, que
convierten el lenguaje en una jerga ininteligible. Esto supone que en
esta forma de manifestación, al ser libre, se está proyectando una
distorsión de la personalidad, siendo en este caso utilizado el
lenguaje como medio de expresión de problemas más profundos. En
estas ocasiones, al no existir propiamente un defecto de articulación,
el tratamiento que se precisa es psicológico y no logopédico.
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3. Inteligencia.
3.1. Desarrollo intelectual.
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3.2. Compresión verbal.
4. Psicomotricidad.
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En esta prueba se exploran seis aspectos:
Coordinación estática.
Coordinación dinámica de las manos.
Coordinación dinámica general.
Rapidez de los movimientos.
Movimientos simultáneos.
Sincinesias.
4.3. Conducta respiratoria.
Por la relación que tiene la función respiratoria con la realiza
ción del acto de la fonación, también es conveniente conocer el
estado de la misma y las dificultades que en este aspecto presenta
el niño.
Para su observación también se pueden seguir algunos ejercicios
de los programados en el tratamiento.
Convendrá analizar, a través de ellos, !a capacidad que tiene el
nulo para la
•espiración nasal.
• espiración bucal.
• fuerza y duración del soplo.
Se cronometrará cada espiración anotándose el número de
segundos. "La correspondencia entre la edad y la duración media
deberá ser:
6 años, 5 segundos
7 " , 7 "
9 " , 10 "
10 " , 12 "
11 " , 14 "
"(1)
4.4. Tono y relajación.
También interesa conocer, antes de iniciar el tratamiento, la
capacidad que tiene el niño para relajarse y el fondo tónico habi
tual en él para poder trabajar en este aspecto, si es que lo precisa.
Para realizar este análisis se pueden seguir las pruebas siguientes:
a.- Pasividad. Para observar la pasividad en el balanceo, se
colocará al sujeto de pie frente al examinador con los brazos
caidos a lo largo del cuerpo. "Advertencia: <deja los dos
brazos completamente relajados, como un trapo». Ponerle
entonces una mano al sujeto en cada homb ro, y decirle:
<ahora voy a comprobarlo >.
— Mover lateralmente los hombros de manera que se provoquen
grandes oscilaciones de los brazos.
— La misma prueba, pero moviendo un poco por encima del codo
para apreciar la relajación de los antebrazos.
(I) PICQ, L. VAYER. P, -Educaci ón psicomotriz y retraso mental". Ed. Científico Mé
dica. Barcelona. 1.969. Pag. 248 .
58
— La misma prueba ahora a nivel de las muñecas para comprobar
la relajación de las manos." (1)
"Anotar:
— Si hay o no pasividad (ni resistencia ni participación).
— La amplitud de los desplazamientos y las diferencias eventuales
entre ambos lados.
— Si la oscilación es reducida, comprobar si existe oposición
bloqueo o rigidez y a qué nivel, o también si hay participación
voluntaria" (2)
Para observar la pasividad en la caída, se puede actuar de la
siguiente manera: "Para cada uno de los miembros superiores:
coger la mano del sujeto y levantar el brazo hasta la horizontal.
Luego soltarlo. Anotar:
— Si la caída es libre o no.
— Si hay movimiento de péndulo.
— Por el con trario , si existe bloqueo frenado o algún movimiento
voluntario". (3)
b.- Relajación. Para conocer las posibilidades que presenta el
sujeto para relajarse se le rumbará sobre una alfombra en
posición decúbito dorsal. "Después de un corto instante,
coger la mano del sujeto, levantar suavemente el miembro
superior e imprimirle un movimiento de balanceo. Soltar ino
pinadamente, de manera que éste vuelva a caer en su sitio
primitivo:
— un brazo después del otro
— los dos brazos simultáneamente"(4)
"Colocar la mano sobre la rodilla e imprimir a la pierna un movi
miento de balanceo (alternando rotación interna y externa), lo
mismo varias veces con ambas piernas.
Anotar, para cada prueba, la calidad de relajación obtenida (la
relajación es buena cuando no hay ningún freno, ninguna resisten
cia ni participación alguna en el movimiento); apreciar también la
pesadez del miembro, la libertad de las articulaciones, la amplitud
de los movimientos provocados y la naturalidad de la caida" (1)
59
conocer el estado de la organización perceptiva del niño y su
orientación espacial.
5.1. Organización perceptiva.
Para descubrir un posible déficit en este aspecto se puede utili
zar el test de L. Bender, que constituye un instrumento de medida
fácil de manejar y capaz de discriminar según las edades.
Este test, de numerosas aplicaciones psicológicas, presenta el
interés, en nuestro caso, de determinar la maduración de los niños,
explorando la función visomotora, que está asociada a la capacidad
del lenguaje, el cual necesita para su desarrollo un grado preciso de
madurez perceptivo-motor.
60
de la compresión del simbolismo de estructuras rítmicas y su
reproducción, se conocerá la compresión que tiene de cierto sim
bolismo y la capacidad de reproducción correcta, indicando con
ello las posibilidades que presenta de estructuración temporal y
rítmica.
7.2. Discriminación de fonemas.
Igualmente se procederá a realizar el análisis de la discrimina
ción fonemática, observando si reconoce los fonemas que son
iguales y los que son diferentes o dado un fonema ver si sabe si
está o no en las palabras que proponemos. También aquí se
pueden seguir algunos de los ejercicios programados, para realizar
la evaluación correspondiente.
7.3. Discriminación de palabras.
Después de estudiados los anteriores aspectos se pasará a obser
var la capacidad que el niño tiene para diferenciar unas palabras de
otras, cuando tienen sonidos muy semejantes. Se presentarán pares
de palabras cortas, con los mismos fonemas vocálicos e igualmente
situados, en las que sólo varíe alguna consonante y que requieran
una norma] discriminación auditiva para poder realizar la diferen
ciación. También en este caso se pueden presentar para el examen
las listas de palabras expuestas en el tratamiento en los ejercicios
de audibilización.
61
8. Personalidad.
Como ya hemos visto en el estudio de la etiología de la dislalia
funcional, un trastorno de la personalidad del niño o un desajuste
en su adaptación, puede ocasionar una alteración o detención en la
normal evolución de su lenguaje. Por ello también este aspecto
deberá ser estudiado dentro de un diagnóstico que abarque el
análisis de todos los posibles factores que puedan incidir en el
deterioro que se presenta, con el fin de llevar a cabo el tratamiento
adecuado a cada caso.
En el análisis de este apartado se puede utilizar el test proyec-
tivo de la familia de Corman, en el que, a través del dibujo de la
familia, el niño proyectará sus conflictos personales, si es que exis
ten. Es un test de fácil aplicación y de ejecución rápida.
9. Exámenes complementarios.
Los exámenes complementarios solamente se realizarán en
aquellos casos en que, a través del análisis descrito y de los datos
que aporte la familia, se presuma la existencia de otros factores
ajenos a los que constituyen la etiología de la dislalia funciona!.
Estos exámenes serán de carácter médico y se referirán al estudio
neurológico que detecte alguna posible lesión en este campo,
y audiométrico, que pueda medir la pérdida de audición cuando se
teme que ésta exista.
62
VII. TRATAMIENTO
65
2. Necesidad de tratamiento precoz.
3. Condiciones que debe tener la reeducación.
68
VIII. PROGRAMACIÓN DEL TRATAMIENTO.
71
1. Tratamiento indirecto dirigido a las funciones que inciden en la
expresión oral del lenguaje.
1.1. Ejercicios respiratorios.
72
aire en el soplo. Por ello, reviste una gran importancia la realiza
ción de t odo tipo de ejercicios que ayuden a mejorar la función
respiratoria.
Los ejercicios respiratorios pueden llevarse a cabo directamente,
sin aparatos de ningún tipo, o bien ayudados por algún medio o
material simple.
1.1.1. Ejercicios respiratorios sin utilizar material. En estos
ejercicios hay que tener en cuenta:
a) La posición del niño.
b) La forma de respirar.
c) La duración de cada ejercicio.
d) El número de veces que se hará repetir.
a) Posición del niño. En general estará de pie, con el tronco
en posición vertical y los brazos a los costados. La ropa no le
impedirá el libre juego de los movimientos torácicos. También
pueden realizarse los ejercicios en posición horizontal en una cama
dura y con la cabeza en un plano algo superior. Nunca se harán
después de comer. Se procurará que la sala de reeducación esté
bien ventilada durante la realización de los ejercicios respiratorios.
b) Forma de respirar. La inspiración será nasal, profunda y
regular. Nunca violenta ni entr ecortad a, sino realizada en un solo
movimiento. El aire será retenido algunos segundos en los pulmo
nes, realizando después la espiración, que puede ser nasal o bucal.
En la inspiración se pondrá cuidado en dilatar las alas de la
nariz, pues es frecuente que cuanto más aire se quiere inspirar, más
se hunden las aletas nasales y menos cantidad de aire se inspira.
Un ciclo respiratorio completo comprende tres tiempos:
1°. tie mpo: inspiración nasal amplia y profunda.
2o. tiempo: paro del movimiento respirator io. Es una ligera
suspensión en la que se tiene la sensación de
descansar sobre las costillas.
o
3 . tiempo: espiración bucal o nasal, lenta, controlada, do
minada y dócil. La espiración tiene un primer
tiempo más rápido, para hacerse luego lenta
durante un largo rato . La espiración es más
larga que la inspiración, siendo la relación entre
ambas de 10 a 16.
Al hablar de la función respiratoria ya se apuntaban los tipos de
respiración que pueden darse: respiración costal superior o clavicu
lar, abdominal o diafragmática y costoabdominal. En el primer
tipo se puede observar cómo, durante la inspiración se abomba la
parte superior del tórax y se eleva la clavícula. En el segundo es
la pared anterior del abdomen la que se abomba durante la inspira-
73
ción, hundiéndose en la espiración y permaneciendo inmóvil la
parte superior del tórax. En la respiración costoabdominaí se dá
movilidad en las costillas inferiores y en la parte superior del
abdomen, siendo este tipo el más recomendable para la fonación
74
con ejercicios que le lleven a mejorar y dominar su función respira
toria. Así, el acto inconsciente de la respiración, podrá hacerse
voluntario y disciplinado.
En este ejercicio como en los siguiente no se le hablará todavía
de los distintos tipos de respiración, ni se tratará de lograr alguno
concreto, sino que, en principio, se le dejará que siga con el tipo
de respiración que espontánea y más fácilmente le salga. Más tarde
se tratará de lograr la respiración abdominal y la costoabdominal,
ya que, generalmente, el niño suele comenzar con la respiración
costal superior o clavicular.
En este primer inicio de los ejercicios se puede facilitar el acto
de la inspiración para que tome conciencia del mismo, haciendo al
niño que huela y por tanto que inspire el perfume de la colonia,
jabó n o una flor olorosa.
2 o. ejercicio.
Inspiración nasal, lenta y profunda. Retención del aire. Espira
ción nasal en la misma forma.
3 o . ejercicio.
Inspiración nasal, lenta, dilatando las alas de la nariz. Retención
del aire. Espiración nasal lenta y completa. Se le debe indicar al
niño que expulse la mayor cantidad de aire posible,
4o. ejercicio.
Inspiración nasal, de la misma forma que en el ejercicio anterior.
Retención del aire. Expulsión nasal del aire, rápida y contin ua.
5 o. ejercicio.
Inspiración nasal lenta. Retención del aire. Espiración nasal
cortada, en tres o cuatro tiempos o espiraciones, hasta agotar en lo
posible el aire de reserva, sin realizar entre ellas ninguna inspira
ción.
6o ejercicio.
Inspiración nasal rápida. Retención del aire. Espiración nasal
lenta.
7o ejercicio.
Inspiración nasal rápida, dilatando las alas de la nariz. Retención
del aire. Espiración nasal lenta.
8o. ejercicio.
Inspiración nasal, como en el ejercicio anterior. Retención del
aire. Expulsión nasal del aire, de forma rápida.
75
9 o . ejercicio.
Inspiración por fosa nasal derecha. Retención del aire. Espira
ción por fosa nasal izquierda.
10° ejercicio.
Inspiración por fosa nasal izquierda. Retención del aire. Espira
ción por fosa nasal derecha.
77
5o. ejercicio.
Inspiración como en el ejercicio anterior. Después de haber
espirado nasal y regularmente, y sin volver a inspirar, espirar
silbando, de forma entrecortada. Duración: de cinco segundos en
adelante.
6o. ejercicio.
Inspiración nasal lenta. Retención del aire. Espirar silbando,
aumentando poco a poco la fuerza del silbido. Duración: de ocho
segundos en adelante.
7o. ejercicio.
Inspiración nasal lenta. Retención del aire. Espirar silbando,
comenzando fuerte, para ir disminuyendo la fuerza del silbido,
hasta casi no percibirse. Duración: de ocho segundos en adelan te.
78
5o . tipo de ejercicios.
Se realizarán los ejercicios colocando al niño las manos en la
cintura, haciendo que se eleve sobre las puntas de los pies, du rante
la inspiración, volviendo a la posición normal mientras dura la espi
ración.
6°. tipo de ejercicios.
Se combinarán, levantando los brazos por los costados a la
altura de los hombros, a la vez que se eleva sobre las puntas de los
pies, durante la inspiración, volviendo a la posición normal en la
espiración.
79
más alta que el resto del cuerpo, con el fin de que pueda observar
los movimientos que realiza. Se colocará un libro ligero o un
cuaderno sobre su abdomen , para que pueda apreciar cómo, en
la inspiración, el libro o cuadernillo se eleva al elevarse la pared
anterior del abdomen y desciende con el descenso de la misma, en
la espiración.
En los ejercicios de respiración abdominal es conveniente colo
car los labios en posición de silbar, los dientes incisivos separados
dos o tres milímetros, la lengua aplanada y descendida y la cavidad
bucal ahuecada. El aire espirado debe producir un ligero sonido en
los labios, al soplar con fuerza. La resistencia que oponen los la
bios es útil para hacer trabajar el diafragma. Tanto la inspiración
como la espiración, se harán con fuerza, pero sin brusquedad.
c) Respiración costo-abdominal. Estos ejercicios se comen
zarán como los anteriores, haciendo siempre que perciba el niño
los movimientos de su cuerpo con sus manos. Comenzará la inspira
ción abombando la parte superior del abdomen y seguidamente,
sin interrupción, se dará una dilatación hacia los lados de las cos
tillas inferiores. Para controlar mejor esta movilidad lateral que
aumenta el diámetro transversa] de la caja torácica por el movi
miento de las costillas, se colocarán las manos del niño en los cos
tados del tórax, después de haberlo comprobado previamente en
la respiración del reeducador. La espiración se hará en el mismo
orden, comenzando por la abdominal y terminando con la espira
ción costal.
Este tipo de respiración es el más recomendable para la fonación,
por ser la más entera, al actuar juntos en ella el tórax y el abdo
men, exigiendo una gran movilidad de las costillas inferiores y
de la pared anterior del abdomen.
80
en principio sin inflar las mejillas y después inflándolas.
Para facilitar el que durante el soplo no exista fuga de aire nasal,
durante éste, se le puede tapar la nariz y así obligar a que todo el
aire salga por la boca.
2°. ejercicio.
Primero el reeducador soplará sobre la mano del niño, para que
él sienta la fuerza del aire que sale. Después se hará que sea él
mismo el que sople sobre su propia mano, para que perciba la
misma sensación que antes. Este ejercicio se puede repetir en
distintas intensidad es. Primero se le indicará: "sopla flojo" o
"sopla fuerte". Después se soplará sobre su mano con una u otra
intensidad para que el niño aprenda a discriminarlas y a continua
ción las repita con la misma fuerza, sin más indicación que pedirle
que sople igual que lo ha hecho el reeducador.
3 o . ejercicio.
Se pedirá al niño que sople sobre su propio flequillo, para levan
tar los pelos. Si no sabe hacerlo espontáneamente se le indicará
que debe sacar el labio inferior y después soplar.
4o ejercicio.
Se le pedirá que sople sobre su pecho, con la camisa abierta para
que él pueda percibirlo, indicándole, si es preciso, que, para ello,
al contrario que en el ejercicio anterior, ahora debe montar el labio
superior sobre el inferior.
5° ejercicio.
Se hará que proyecte los labios unidos y que emita el soplo sólo
por un pequeño orifico de los mismos.
6 o ejercicio.
Se suspende una tira de papel frente a la boca del niño y se le
indica que sople y así vea cómo la fuerza de la emisión del aire
levanta el papel. Desde una distancia de 10 cm., aproximadamente,
se le irá alejando paulatinamente para que tenga que ir aumentan
do la fuerza del soplo, a medida que se le aleja el papel, para que
éste no deje de moverse.
7 o. ejercicio.
Sobre una mesa se esparcen, en un pequeño radio, trochos de
papel que el niño tiene que hacer volar de un solo soplo. Se adap
tará a la capacidad del niño, poniendo más ó menos papelitos
sobre la mesa. En lugar de trozos de papel, también se pueden uti
lizar pequeñas bolitas hechas con papel de seda, con el fin de que
sean ligeras y vuelen fácilmente, o pequeñas plumas.
81
8o. ejercicio.
El reeducador sostendrá una pequeña tira de papel sobre un
espejo o cristal, indicando al niño que sople sobre el centro de la
misma. Al hacerlo, el reeducador retirará su mano y el papel debe
quedar adherido al espejo por la fuerza del soplo del niño. Aq uí se
ejercitará la fuerza del soplo, que ha de ser suficiente para manten-
ner el papel, pero no tan rápida que se agote en seguida y le haga
caer, y a la vez se ejercita el niño en la dirección del soplo, ya que
éste ha de estar dirigido a un punto determinado. Se puede crono
metrar el tiempo que se mantiene en ejercicios sucesivos y así ver
los avances que el niño realiza.
82
comienza a soplar se le irá alejando la vela, con el fin de que vaya
aumentando la intensidad del soplo en la medida adecuada, para
que, sin dejar de oscilar la llama, no llegue a apagarse.
6o. ejercicio.
Este ejercicio es una combinación del cuarto y del quinto.
Después de una inspiración profunda, iniciado el soplo, se le irá
alejando y acercando, indistintamente, la vela encendida, para que
el niño, atento a este movimiento, module la expulsión del aire en
el soplo, aumentando o disminuyendo éste, para conseguir que la
llama oscile continuamente sin llegar a apagarse.
3 o . ejercicio.
Se colocará la paja o el pequeño tubo en el lado derecho de la
boca, a modo de pipa y se hará soplar al niño por él. A continua
ción se repetirá el ejercicio colocándolo en el lado izquierdo.
Los ejercicios 6 y 8 del apartado A, realizados soplando sobre
papeles, se podrán llevar a cabo también soplando sobre los
mismos a través de una paja.
De la misma forma, todos los ejercicios del apartado B, realiza
dos con velas encendidas, se podrán repetir haciendo soplar al
niño en todos ellos a través de una paja o de tubos de distinta lon
gitud, colocando la llama, inicialmente, a 10 ó 15 cm. del extremo
del tubo o paja.
83
D) Ejercicios con matasuegras.
1 o. ejercicio.
Se dará al niño un matasuegras, de los que venden en las ferias.
y se le pedirá que sople con fuerza, después de una inspiración
profunda, para conseguir extenderlo totalmente. Una vez consegui
do, se puede utilizar este ejercicio para cronometrar el tiempo
que dura la espiración.
2o. ejercicio.
Se pedirá al niño que sople, pero sin llegar a extender total
mente el matasuegras, sino manteniéndolo enrollado hasta la mi
tad, con lo cual tendrá que controlar y modular la expulsión del
aire con una intensidad determinada.
3 o. ejercicio.
Se combinarán los dos ejercicios anteriores en una sola espira
ción y, siguiendo las indicaciones del reeducador, lo mantendrá
extendido o lo replegará a la mitad, ejercitando de este modo el
dominio del soplo.
84
F) Ejercicios con materiales diversos.
1o . ejercicio.
Se inflarán globos de distintos tamaños. Se puede ir contando,
en ejercicios sucesivos, de cuántas espiraciones precisa el niño para
inflar un globo de un tamaño determinado y así controlar cómo va
aumentando su capacidad respiratoria.
2o. ejercicio.
Soplar sobre molinillos de viento, haciéndoles girar los más rápi
damente posible, utilizando primero los de tamaño más pequeño.
3 o . ejercicio.
Hacer sonar diversos instrumentos musicales de viento, como
trompetas, flautas, armónicas, tec.
4o. ejercicio.
Utilización del espirómetro en los ejercicios respiratorios, que
nos dará la medida de la capacidad respiratoria del niño, pudiendo
observar así si ésta va aumentando.
85
desconocen su cuerpo y los segmentos que posee, así como las
relaciones especiales que los unen. Deberá comenzar el niño per
cibiendo su piel como zona de contacto, con la sensación de fron
tera o envoltorio que se roza. Las sensaciones articulares le irán
proporcionando los datos para relacionar los diversos segmentos
del cuerpo y así ir organizando el conjunto corporal y descubrien
do las relaciones espaciales que existen entre las partes del cuerpo
y el cuerpo mismo. A la vez, va consiguiendo un conocimiento cor
poral con la representación y denominación de cada una de las
partes que son afectadas por la relajación. De esta forma, va consi
guiendo construir, con la ayuda de la relajación, su esquema corpo
ral, adquiriendo la imagen de su propio cuerpo.
La experimentación de la propia respiración, en sus distintos
tipos, de los que ya hablamos al tratar de los ejercicios corres
pondientes, unida a una postura relajada, le ayudará al descubri
miento de su realidad física y a la vez, le facilitará la distensión
muscular.
De esta forma, y poco a poco, el cuerpo pasa a ser una realidad
experimentada y reconocida por el sujeto, que le proporciona una
vivencia tranquilizadora y una confianza y seguridad en sí mismo.
(1) BERGES, J , BOU NES. M. "La relajación terapéutica en la infancia". Toray-Masson ,
S.A. Barcelona, 1.977. Pág. 71.
1.2.3. Medio en que deben realizarse los ejercicios de relajación.
En la experiencia de las fluctuaciones tónicas, interviene también
el entorno, la relación con el terapeuta y lo que éste dice. El entor
no o medio en que se realiza la relajación ha de ser tranquilo, con
condiciones siempre parecidas, que facilite la distensión en con
traste con el mundo exterior lleno de prisas y ruidos.
No es conveniente que la sala de reeducación permanezca a
oscuras, pero sí es recomendable que la luz no sea excesiva, evitan
do esto al correr las cortinas o con la presencia de lámparas o luces
indirectas.
Existirá un diván en la sala donde el niño pueda tenderse
cómodamente con la anchura necesaria para que pueda apoyar
sobre él los brazos. También es conveniente disponer a veces de
una pequeña almohada.
Cuando los ejercicios se realicen sobre el diván, el reeducador
se sentará en una silla a la cabecera del mismo, así estará cerca del
niño, pero sin anonadarle, como puede suceder si está de pie
jun to a él, adquiriendo en este caso unas dimensiones que pueden
resultarte inquietantes, viéndole como un centinela que le vigila.
Conviene que el niño, con respecto al vestuario que lleve, se
sienta cómodo, insinuándole en principio tan sólo este dato, pero
sin obligarle a más, ya que a veces, en especial al iniciarse las
sesiones, la chaqueta o cualquier otra prenda, le sirven como tabla
de defensa. Esto suele darse, en especial, con respecto al contenido
de los bolsillos, donde guardan cualquier objeto sin importancia,
pero que para el niño supone mucho, le da seguridad su posesión,
y tiene para él un poder tranquilizante. Estos datos tienen especial
importancia al comenzar la reeducación, cuando el niño todavía se
encuentra inseguro y hay que valerse de todos los medios que
puedan ayudar a superar esta situación y a tranquilizarle.
La influencia del terapeuta ha de ser positiva y facilitadora de la
relajación y la distensión tónica, por la relación que en este sentido
tiene establecida con el niño y por ¡a modificación del tono que
sugiere con sus palabras.
Al intercalar estos ejercicios con todos los demás que precisa el
niño dislálico en su reeducación, se puede marcar como ritmo, una
sesión de relajación semanal, adaptando siempre su frecuencia en
función de las necesidades del niño.
89
fases anteriores, se inicia a continuación la fase de "regreso".
Para ello se pro pone ai niño : "ahora vas a realizar el regreso y tu
brazo derecho va a volver a estar como siempre". Se le pide
que abandone la imagen sobre la que había centrado su atención,
que contraiga los músculos del brazo, hasta este momento disten
didos y para ello se le hace cerrar el puño y doblar con fuerza el
brazo sobre el antebrazo, como si tuviera que levantar un peso,
para pasar a sentir ya su brazo en forma habitual.
El poder contrastar la diferencia que se da entre el tono disten
dido y el tono tenso, al hacerle pasar del uno al otro, le irá permi
tiendo un control de las sucesivas situaciones, facilitándole tam
bién la integración temporal. Al final se le hará ver cómo lo
importante, en un principio, no es obtener la relajación del brazo,
sino estar atento a lo que sucede en el brazo, cuando se decide que
esté relajado.
La sesión puede durar de 7 a 8 minutos.
Probablemente, la primera vez que se realiza este ejercicio, no se
conseguirá el éxito del mismo, por lo que será necesario repetirlo
en sesiones sucesivas, alternando con la experimentación de lo que
es un brazo relajado, actuando con el brazo del reeducador, como
ya indicamos anteriormente.
2o. ejercicio.
Siguiendo el mismo proceso que en el ejercicio anterior y cuan
do se encuentra en el momento en que el brazo derecho está
distendido, se comienza a centrar la atención del niño sobre el
brazo izquierdo, siguiendo el mismo proceso que con el derecho.
Así este miembro empieza a ser sentido, experimentado y situado
con relación al brazo derecho.
3 o . ejercicio.
Después de los pasos anteriores, podemos ya, sugerir al niño, la
relajación conjunta de los dos brazos. Desde este momento, las
imágenes que se le sugieran y las denominaciones que se le den,
harán referencia a un conjunto funcional: "los brazo s", "a cada
lado de tu cuerpo, los brazos están tranquilos, distendidos, caen
pesadamente". Unido a la palabra, se le irán palpando ambos
brazos a la vez, pero de forma inversa, comenzando en uno por el
hombro y en el otro por la muñeca, para facilitarle la integración
de los dos miembros.
4o ejercicio.
Como complemento de los ejercicios anteriores se pueden reali
zar diversas variantes, entrando siempre en juego los miembros
superiores. Algunos de estos ejercicios pueden realizarse, indistinta
mente, estando el niño tumbado o de pie.
90
Una forma puede ser realizando una contracción muscular
seguida de un paro repentino, para que el niño pueda contrastar
más fácilmente los dos estados.
— Extender con fuerza y después relajar:
• la mano.
• los dedos, juntándol os y separándolos.
• la totalidad del miembro superior.
Flexionar y después relajar:
• los dedos dentro de la mano, dejando el pulgar rígido.
• cerrar el puño y luego relajar.
• flexionar la muñeca con fuerza.
5o. ejercicio.
Otras formas tratan de constatar el estado de pasividad:
— Levantar la mano del niño y soltarla para que caiga libre
mente.
— Sujetando el antebrazo por su parte inferior, sacudir la mano
para apreciar la relajación de la muñeca y de los dedos.
— Levantarle el brazo, sujetando la muñeca y apreciar la pesa
dez y después moverlo en distintas direcciones, haciendo
actuar para ello a las articulaciones, apreciando la ausencia de
resistencia.
6° , ejercicio.
Siguiendo con las extremidades superiores, se trata de localizar
y precisar las sensaciones, al percibir los puntos de apoyo o de con
tacto con la colchoneta del diván.
— Percibir, en las puntas de los dedos, el roce con la tela del
diván.
— Esta misma sensación, percibirla en la parte de la palma de la
mano, próxima a la muñeca, que también está rozando la
tela.
— Finalm ente, percibirla en la zona de apoyo próxima al codo .
El reeducador ayudará con sus palabras a que el niño localice las
sensaciones que buscamos: "siento cómo las puntas de mis dedos
rozan la tela del diván, noto la aspereza de ésta, o su suavidad, que
produce como un cosquilleo en las yemas de mis dedos".
9?
— Repetir este movimiento de rotación interna con la rodilla y
al soltarla volverá a su posición externa.
— Levantar la pierna por el tobillo, apreciar su pesadez y dejarla
caer libremente.
— Sosteniendo la pierna por el tobillo, hacer movimientos de
flexión y extensión, observando la ausencia de resistencia o la
ayuda a los mismos.
6o. ejercicio.
Localización de las sensaciones, al percibir los puntos de apoyo
o de contacto.
— Percibir el roce de los calcetines, en la punta de los dedos.
— Percepción del punto de contacto, al apoyarse sobre el talón
del pie.
— Percibir la zona de contacto de la pantorrilla al rozar el diván.
A la búsqueda de estas sensaciones, ayudarán las palabras del
terapeuta.
93
2o. ejercicio.
Se tratará de que perciba la espalda como continuidad de las
otras regiones adyacentes. Para ello, situado el terapeuta tras la
cabeza del niño, y con las manos sobre sus hombros, eleva uno,
quedando el otro sobre el plano de la colchoneta, con un movi
miento alterno que se transmite a la espalda, dándole la idea de la
unión que existe entre ambas partes.
3o. ejercicio.
Se pueden realizar diversos ejercicios de contraste entre tensión
y distensión, con el tronco.
— Tumbado sobre el diván, levantar el tronco, apoyándose en la
nuca, los homb ros y los talones y volver a la postura relajada.
— Tratar de lenvantar la pelvis sin despegar la espalda y relajarse.
— Contraer el abdomen y volver al estado normal.
— En posición sentada o de p ie, situar la espalda vertical en
tensión, en actitud de firme, para volver a la posición relajada,
ligeramente caído hacia delante.
4o. ejercicio.
Constatación del estado de relajación:
— Levantar un poco el tronco y constatar la ausencia de resis
tencia y de colaboración.
5°. ejercicio.
Localización de las sensaciones al percibir los puntos de apoyo o
de contacto.
— Percibir el contacto de los hombros con la superficie sobre la
que está tumbado.
— Lo mismo a la altura de los omoplatos.
— Consciencia del contacto de la columna dorsal y de la pérdida
del mismo, a la altura de la columna lumbar.
— Sensación de pesadez de la espalda, como si se hundiera en la
colchoneta.
7 o. ejercicio.
Para conseguir la relajación de la frente, no le daremos la idea
de pesadez, como hacíamos para otras partes del cuerpo, sino la
95
idea de ligereza: "tu frente es ligera, está más alta que el resto del
cuerpo, está agradablemente fresca y así te hace sentir tu cabeza
despejada". Se puede ayudar pasándole ligeramente las manos
desde el centro hacia los lados de la frente. La frente relajada le
ayudará para la formación de imágenes mentales.
8 o . ejercicio.
Arrugar la frente y elevar las cejas para dejarlas relajadas a
continuación. Fruncir el entrecejo y distender seguidamente.
9 o . ejercicio.
En este punto se puede unir ya toda la relajación de la cara,
ayudando al proceso con las palabras del reeducador: "la cara está
tranquila, distendida, todo está en calma, la boca, las aletas de la
nariz, los ojos, las cejas, la frente, las sienes, todo está libre, ligero,
en calma". A medida que se van nombrando, se va pasando la
mano suavemente por cada parte de la cara, para que la experien
cia táct it le vaya ayudando a la distensión del tono y a la repre
sentación de la imagen.
96
manos los movimientos de su tórax, costillas o abdomen, según
el tipo de respiración que realice, como ya se indicaba en los
ejercicios correspondientes, siendo la respiración diafragmática o
abdominal la que más facilita la relajación.
Se puede utilizar el suspiro, uniend o respiración y relajación y
tomando conciencia de la inspiración y la espiración prolongadas.
Es importante aquí el hacerle descubrir el ritmo respiratorio y
conseguir que sea calmado y regular: "tu respiración es lenta,
tranquila, como las olas en la playa, que van y vienen con calma".
Se le sugerirá cómo de la respiración participa todo su cuerpo,
como un movimien to rítmico que llega a todo él. Así, a la unidad
del cuerpo a que habíamos llegado, que era una unidad espacial, se
le añade la dimensión temporal, al incorporar un ritmo a todo su
cuerpo : el ritmo res pirato rio. De esta forma, se van unificando los
distintos aspectos que hay que trabajar en el niño. Aquí vemos
cómo, a la vez, interviene la respiración, la relajación y los concep
tos de espacio y tiempo.
3 o. ejercicio.
Se pueden realizar diversos ejercicios para contrastar la tensión
y la distensión de todo el cuerpo:
— Tumbado, hacer una extensión total del tronco y las extre
midades para volver a la postura de distensión.
— P oner el cuerpo e n r o l l a d o , con l a s rodillas j u n t o a l a s orejas y
las manos sobre las piernas, para volver a la postura de relaja
ción.
— De pie. sobre las puntas, estirar los brazos y todo el cuerpo,
como si quisiera alcanzar el techo , para volver a la distensión,
a la que se puede ayudar, si son pequeños los niños, con la
imagen del muñeco que se ha desinflado: la cabeza caída, los
hombros sueltos y relajados y los brazos pendiendo a lo largo
del cuerpo. En esta posición, el terapeuta le sujeta por los
hombros y le mueve hacia uno y otro lado, con movimien
tos rotatorios. Los brazos, que caían relajados a lo largo del
cuerpo, oscilarán libremente, sin que el niño colabore ni
ponga resistencia a ello.
4o. ejercicio.
Tumbado en el diván, con los ojos cerrados, experimentar la
relajación de todo el cuerpo y la ligereza del mismo, sugiriéndole
imágenes mentales que le ayuden: "eres un muñeco sin huesos, un
muñeco de papel que no pesa nada y como no tienes peso vuelas,
vuelas. . . vas montado sobre una nube y debajo ves las montañas y
el mar, mira que azul está el mar . . .". Esta u otra imagen le puede
ayudar a mantener una distensión general.
97
1.3. Ejercicios de psicomotricidad.
Al tratar de la etiología de la dislalia funcional, ya veímos cuán
estrechamente ligado está el desenvolvimiento del lenguaje con el
desenvolvimiento de la motricidad. La experiencia, en el contacto
diario con niños que presentan defectos de articulación, confirma
la relación existente entre motricidad y lenguaje, al encontrar que,
la mayoría de los niños con dislalias funcionales, tienen perturba
das o retardadas las funciones motrices. De aquí ¡a necesidad de
llevar a cabo una educación motriz, para actuar, a través de la
misma, sobre el lenguaje deteriorado.
La educación psicomotriz posibilitará el control mental de toda
la expresión motora. Esta educación es de gran importancia para el
normal desarrollo del niño, ya que se da "un estrecho paralelismo
entre el desarrollo de las funciones motrices, del movimiento y de
la acción y el desarrollo de las funciones psíqui cas" ( 1). Según esta
correlación, un defecto en el desarrollo de la motricidad en el
niño, tiene como consecuencia un retardo en su desarrollo mental
y en el desarrollo de su lenguaje, así como trastornos afectivos.
Vamos a desarrollar en este apartado los ejercicios referidos a:
Esquema corporal.
Coordinación dinámica.
Equilibrio.
Sensibilidad corporal profunda.
Los ejercicios referidos a la orientación espacial y temporal y
los de ritmo, los trataremos en sucesivos apartados.
98
—Paso de carrera sin moverse del sitio.
— Correr y parar instantáneamente al indicárselo.
— Caminar hacia delante, hacia atrás, a la derecha o a la izquierda.
2) En posición sentado.
— Sentado en el suelo con piernas extendi das, piernas cruzadas,
sentado sobre los talones, a caballo sobre una silla.
— Sentado en el suelo, arrastrarse ayudándose de manos y pies.
3)En posición acostado.
— Decúbito supino, decúbito prono y lateral.
— Tumbado en el suelo, rodar o arrastrarse.
4) En cuclillas.
— Gatear, sobre los dos pies y las dos manos, sobre los dos pies y
una mano, sobre las dos manos y un pie.
99
5) Imitación con dibujos.
— Se presentan al niño una serie de dibujos esquemáticos, con di
ferentes posturas, que debe reproducir.
100
B) Coordinación de piernas y brazos.
— Adelantar a la vez el pie y la mano del mismo lado.
— Adelantar el pie y la mano del: lado opuesto.
— Adelantar las dos manos y seguido los dos pies.
— Movimiento de los brazos asociados a la marcha con el mismo
ritmo.
— Marchar, acompañando cada paso con una palmada.
— Caminar, acompañando cada paso con una postura de brazos:
horizontal, arriba, horizontal, abajo.
— Saltar, levantando las dos piernas y flexionándolas a la vez
Puede realizarse el salto sobre una cuerda situada a 20 cm. del
suelo.
— Con un trozo de papel de seda de 5 cm. por 5 cm., hacer, con
la mayor rapidez, una bolita con los dedos de la mano derecha,
con la palma vuelta hacia abajo y luego repetirlo con la mano
izquierda.
— Sentado en una silla, el niño golpea alternativamente el suelo
con el pie derecho y. el izquierdo, siguiendo el ritmo que él quiera.
Al mismo tiempo que golpea el suelo con el pie derecho, golpea
sobre la mesa con los índices de las dos manos.
— Saltar dando palmas a la vez.
— Sentado el niño ante la mesa, se coloca a su derecha una caja y
fuera de ella 20 cerillas y a su izquierda otra caja con 20 monedas
jun to a ella. A una señal, colocará simultáneamente con la mano
derecha y con la izquierda, una cerilla y una moneda en sus cajas
correspondientes y así sucesivamente.
101
Jugando con un compañero:
— Lanzarse la pelota con las dos manos y con una sola.
— Intercambiar dos pelotas lanzándolas mutuamente.
— Estando de espaldas el uno y el otr o, pasarse la pelota descri
biendo un círculo, dándola por un lado y recogiéndola por el otro.
— En la misma posición, pasarse la pelota por encima de las cabe
zas y por debajo de las piernas, describiendo un círculo vertical, al
recogerla uno p or encima de su cabeza y entregarla por debajo de
sus piernas y haciéndolo a la inversa el compañero.
2) Ejercicios con cuerda.
— Hacer girar la cuerda alrededor de un pu nto para que el niño
salte cuando ésta va a pasar bajo sus pies, consiguiendo así reac
ciones rápidas en el niño.
— Saltar a la cuerda, entrando y saliendo sin que ésta le toque. Se
puede entrar y salir por el mismo lado o por distinto.
Estos ejercicios se presentan como muestra indicadora, pero el
reeducador, sobre esta base, puede idear un sinfín de combina
ciones y juegos que ejerciten la habilidad y coordinación dinámica
del niño.
3) Ejercicios que requieren una respuesta motora rápida.
— Pedir tocar una parte del cuerpo con otra parte del mismo:
tocar la rodilla con el codo, etc.
— Pedir tocar algún objeto presente con una parte del cuerpo :
tocar la silla con el pie.
— Si hay un grupo de niños se puede hacer el juego de las sillas,
poniendo éstas en corro, habiendo una menos que el número de
niños. Estos van dando vueltas alrededor del corro y a una señal
dada, se deben sentar rápidamente, quedando uno sin silla. Se
puede ir repitiendo quitando una silla cada vez. Este juego estimu
la una respuesta motora rápida en el niño.
— También en grupo, se colocan los niños en círculo. El reeduca
dor en el centro tira inesperadamente la pelota a uno que la tiene
que recoger, sin dejarla botar en el suelo.
102
del otro, de forma que la punta del pie izquierdo toque el talón del
derecho.
— Manten erse, dura nte 10 segundos aproximadamen te, sobre la
punta de los pies, con los ojos abiertos, los brazos a lo largo del
cuerpo y los pies j u n t o s .
— Caminar a lo largo de una línea trazada, sin balancearse ni
salirse de ella, poniendo en cada paso el talón de un pie pegado a la
punta del otro. Se puede poner sobre su cabeza algún pequeño
objeto, como una caja de fosforos, para que la mantenga en la
marcha sin que se caiga.
— Con los ojos ab ierto s, mantenerse sobre la pierna derecha,
teniendo la izquierda flexionada por la rodilla, con los muslos
paralelos y los brazos a lo largo del cuerpo. Después de un breve
descanso, repetirlo con la otra pierna.
— Mantenerse sobre la pierna d erecha, levantando la rodilla
izquierda. Repetirlo ex tendiend o la pierna izquierda hacia delan te,
lateralm ente y hacia atrás. Después de una pausa, se puede repetir
cambiando de pierna.
— Apoyarse sobre la pierna derecha y levantar la izquierda, colo
cando el talón de ésta sobre la rodilla de la otra.
— Como variante de estos ejercicios, se pueden hacer levantando a
la vez, horizontalmente, el brazo del mismo lado de la pierna que
está elevada.
— Con las manos detrás de la espalda, se pone sobre las puntas de
los pies, permaneciendo éstos j u n t o s y flexiona el tronco en ángulo
recto.
— Manteniéndose sobre un pie, flexionar el tronco hacia delante
y elevar la pierna libre haeia atrás, levantando los brazos en posi
ción horizontal. La flexión del tronco también se puede hacer
hacia atrás y en este caso, la pierna libre se elevará hacia delante.
—Manteniéndose sobre un pie, flexionar lateralmente el tronco
hacia el lado del pie que se apoya y elevar lateralmente la pierna
libre, con los brazos extendidos horizontalmente a la altura de
los hombros.
— Saltar a la pata coja siguiendo una dirección determinada.
— Saltar a la pata coja empujando un guijarro a lo largo de una
línea o entre dos líneas.
—Permanecer en cuclillas con los brazos extendidos lateralmente,
manteniendo vertical la espalda, las puntas de los pies separados y
los talones juntos, pero sin sentarse sobre ellos. Se puede combinar
con cualquier otra postura de brazos.
— En esta posición de cuclil las, dar saltitos extendiendo alterna
tivamente una y otra pierna.
— Los ejercicios descritos se pueden repetir con los ojos cerrados,
añadiéndoles con ello una nueva dificultad, pero presentando de
esta forma gran valor educativo para la estática del cuerpo.
103
— Marchar sobre tacos, puestos de plano o de canto, presentando
en este caso, una superficie menor y por tan to, una mayor dificul
tad. Este ejercicio también se puede realizar llevando algún peque
ño objeto sobre la cabeza.
104
1.4.1. Organización del espacio inmediato al niño.
Si al niño le falta totalmente la orientación espacial, en un prin
cipio, el reeducador irá conduciéndole delante del espejo, o realiza
rá los movimientos frente a él. Luego, lo realizará el niño solo ante
el espejo y finalmente con los ojos cerrados. Conviene que, en prin
cipio, el niño vaya repitiend o en voz alta los movimientos que
realiza.
Vamos a presentar a co ntinuación una muestra seriada de ejerci
cios, a base de los cuales se pueden realizar muchas variantes.
Los ejercicios dirigidos a la organización del espacio inmediato
al niño, aunque están incluidos dentro de este apartado, tanto
sirven para la estructuración espacial como para la educación del
esquema corporal.
A) Nociones de arriba y abajo.
—Brazos arriba.
—Brazos abajo.
—Mirar hacia ar riba.
—Mirar hacia abajo.
—La cabeza está . . . .
—Los pies están ....
F) Direcciones oblicuas.
— Se dibuja un cuadrado en el suelo y se sitúa el niño en el centro
y a continuación se le indican sucesivamente las cuatro posiciones:
ponte delante del cuadrado, a la derecha, detrás y a la izquierda. Si
ya tiene asimiladas estas direcciones se introducen las oblicuas:
delante-derecha, con lo que tendrá que dar un paso hacia delante y
otro a la derecha; detrás-derecha; d etrás-izquierda, y delante-izquier-
da. Se puede realizar con paso o pequeños saltos con pies ju nt os.
— Después de asimilada la dirección oblicua, en lugar de llegar a
ella en dos pasos o tiempos, logrará esta posición con una sola
ejecución, a la orden dada por el reeducador.
— Señalar con los brazos las direcciones oblicuas.
106
nando la distancia en que éstos se colocan la longitud del paso que
tiene que dar. A continuación se repetirá sin tacos.
C) Noción de dentro y fuera como vivencia personal.
— Situarse dentro de la sala de reeducación.
— Desplazarse fuera de la sala.
— Situarse dentro de la casa.
— Desplazarse fuera de la casa.
D) Interiorización de los desplazamientos.
— El niño realizará l os desplazamientos en el espacio, indicados en
los apartados anteriores, pero los llevará a cabo con los ojos
cerrados, con el fin de ir interiorizando las diversas direcciones que
puede seguir al moverse en el espacio.
1.4.3. Organización del espacio con relación al mundo exterior.
A) Situación de los objetos con relación al niño.
— Preguntar qué tiene delante, a la derecha, detrás, a la izquierda,
arriba y abajo.
— Cambiar la orientación del niño y volver a preguntar.
— Cambiar la posición de los objetos y volver a preguntar.
— Pedirle que coloque una silla a su derecha, la pelota delante de
él, etc.
107
C) Noción de cerca y lejos.
—Pedir que tire la pelota cerca y que la tire lejos.
—Que indique un objeto que esté cerca de él y otro que esté" lejos.
—Señalar la pared que está más cercana a él, tocarla y volver a su
sitio y luego señalar la pared que esté más lejana, tocarla también y
volver al sitio, así experimentará, al hacer el recorrido, la diferen
cia existente entre lo que está cerca y lo que está lejos.
1.4.4. Relación espacial de Ios objetos entre sí.
A) Noción de tamaño.
— Ordenar varias pelotas tacos, etc, por orden decreciente.
—Dibujos que representan lo mismo y en distintos tamaños,
presentados en cartones sueltos, ordenarlos de mayor a menor, o la
inversa.
—Presentar dos series decrecientes de dibujos, en cartones sueltos,
que se puedan corresponder, como niñas y vestidos, pájaros y
jaul as, etc. de forma que a cada niña le adjudiquen el vestido que
le corresponda por su tamaño, o a cada pájaro su jaula.
—Presentar una serie de dibujos iguales de distintos tamaños y no
situados en orden y mandar al niño que coloree el mayor o el
menor de los mismos.
108
plo, qué está a la derecha del lápiz, para que el niño responda a
qué objeto corresponde dicha posición.
!09
dibujo en la parte superior o en la inferior. Se puede avanzar a
una mayor dificultad present ándol e la hoja dividida en cuatro
partes y decirle que haga el dibujo en la parte superior derecha, etc.
—Presentarle varios dibujos semejantes con la sola diferencia de
que uno de los elementos cambia de posición de uno a otro
Pedirle que coloree los tejados de las casas que tengan la chimenea
a la derecha, o las pelotas que estén debajo de la mesa, etc, según
la combinación de dibujos que se haya hecho.
— Seguir laberintos, pi diénd ole: "señala el camino que debe seguir
la niña para llegar a la casa", etc.
—Presentar una serie de dibujos sencillos colocados en fila, apare
ciendo repetidos varias veces alguno de ellos y pidiéndole que colo
ree el dibujo que va antes o después del dibujo que aparece repeti
do.
— Se le muestra una serie de dibujos, de casas iguales, por ejemplo,
todas con chimenea, pero faltándoles el humo y se le pide al niño
que dibuje el humo que sale de la chimenea; pero en una casa, el
humo debe salir hacia la derecha y en la siguiente, hacia la izquier
da y así sucesivamente. Se puede presentar cualquier tipo de dibu
jo y adaptar a él el ejercicio.
— Se presenta al niño un dibujo simple de formas geométricas,
pudiendo aumentar la dificultad si éstas aparecen combinadas, por
ejemplo, un circulo con un cuadrado en medio, etc. Se deja que
lo observe unos momentos y se le pide a continuación que lo
reproduzca de memoria.
— El reeducador señala con su de do en el aire como si estuviera
dibujando sobre un encerado, una forma geométrica simple y a
continuación pide ai niño que la. reproduzca, primero en el aire
y luego en el papel.
1.4.6. Juegos dirigidos a la organización espacial.
A) Mosaicos,
— Todos los juegos de mosaicos en los que el niño debe representar
modelos, o seguir series indicadas, con dificultades crecientes, son
de gran utilidad para la percepción y organización del espacio.
B) Construcciones.
— Darle los elementos dispersos de un todo para que el niño forme
con ellos la figura correspondiente. Se puede dar en forma de
piezas para que manipule con ellas, o darle todos los elementos
dibujados, para que con ellos represente el dibujo total.
C) Identificación de posturas o situaciones iguales.
— Presentar al niño una serie de dibujos, en cartones indepen
dientes, que todos tengan tos mismos elementos, pero colocados
110
en distintas posturas o situaciones y pedirle que identifique y una
los que son iguales.
D) Juegos con pelotas.
— Se le tira la pelota indicando a la vez la mano con la que la tiene
que coger, precisando rapidez y automatización por parte del niño.
— Lanzar la pelota, al recibir la orden corr espondien te, arriba,
botarla abajo, delante, atrás, a la derecha o a la izquierda.
— Se señala sobre la pared una vertical cruzada por un horizontal,
quedando la superficie dividida en cuatro partes, pidiendo que tire
la pelota con la mayor rapidez a uno de los cuadrantes; baja y
derecha, alta e izquierda, ... etc. Para mayor dificultad, en lugar de
dar la orden verbal se puede indicar con ios brazos: derecho arriba,
derecho dirigido hacia abajo y separado del cuerpo, etc. El niño
debe orientarse bien.
E) Juegos de imitación.
— Representar una trayectori a en el encerado o sobre un papel,
pudiendo utilizar puntos de referencia, como la mesa, una silla,
tacos, etc., que estarán representados en el dibujo. El niño sigue la
trayectoria indicada, caminando por la sala, teniendo delante y
con la misma perspectiva, el dibujo. Se puede comenzar presentan
do trayectos muy simples, que luego, a medida que se van domi
nando, se pueden ir complicando.
— El reeducad or realiza un desplazamien to, q ue puede ser con
relación a un punto fijo o sin éste, y el niño debe imitarlo igual,
siguiendo las mismas direcciones, sin ejecutarlo en espejo, sino con
una transposición del modelo a sí mismo.
— El reeducad or adopta una postu ra en la que intervengan las
distintas partes del c uerp o, según la dificultad que se le quiera dar.
El niño lo observa y cuando el reeducador vuelve a su postura
normal, el niño debe adoptar la misma postura con todos los
detalles.
F) Juegos para dirigir las direcciones.
— El reedu cador, situad o en la misma orientación que el niño,
cierra los ojos y entonces el niño, sin moverse, tiene que irle
dirigiendo los movimientos que debe hacer para tirar varios obstácu
los que se encuentran diseminados por la sala, indicándole el
número de pasos que debe dar hacia delante, atrás, derecha o
izquierda.
— Dibujar un camino con muchas curvas y cambios de dirección.
El niño hace recorrer por él un pequeño cochecito indicando en
cada una en qué lado tiene que enceder el intermitente o hacia qué
lado tiene que girar.
111
1.5. Ejercicios de percepción y orientación temporal.
El espacio y el tiempo son dos funciones perceptivas que guar
dan una estrecha relación con el lenguaje hablado y escrito. La
noción de ordenación en el tiempo es de gran importancia en este
sentido y así el niño, cuando no ha madurado en este aspecto,
puede tener errores de omisión, inserción o sustitución en su
lenguaje.
Pero el tiempo no entra en el dominio de los sentidos, no se ve
directamente, como el espacio. Es preciso dar una forma material
a los diferentes elementos que entran en la noción del tiempo, a
través de las propias acciones. Cuando el cuerpo entra en movi
miento, cuando el cuerpo actúa, va tomando posiciones en el tiem
po.
La percepción y organización temporal se puede dividir en dos
etapas:
Adquisición de los elementos temporales básicos.
Toma de conciencia de las relaciones en el tiempo.
1.5.1. Adquisición de los elementos temporales básicos.
A) Noción de velocidad.
— Para hacer sensible al niño a las diferentes velocidades, hacerle
caminar lentamente, rápidamente, corriendo. Indicarle: más rápi do,
más lento. .
— Hacer parar una pelota que rueda depri sa, y que rueda lenta
mente, y a la inversa.
— Hacerle rodar una pelota lentamente, rápido y más rápid o.
— Hacerle rodar la pelota alternando las velocidades a indicaciones
del reeducador. Se puede variar utilizando, en lugar de pelotas,
pequeños coches.
B) Comparación de velocidades.
— El reeducador lanza rodando dos pelotas de distinto color y a
distinta velocidad, para que, ante su observación, el niño asimile el:
"más deprisa que...", "menos deprisa que...", "más despacio que"
o "más lento que...".
— El reeducador lanza las dos pel otas a la misma velocidad, para
deducir el "tan deprisa como...".
— Los mismos ejercicios pero con las pelotas lanzadas por el niño.
En lugar de pelotas también se pueden utilizar cochecitos, pero es
conveniente que sean de distinto color para diferenciarlos fácil
mente.
— El reeducador lanzará rodando una pelota y el niño correrá a la
vez más deprisa o más despacio que la pelota.
112
C) Noción de duración.
— Emitir sonidos vocálicos sostenidos con duración creciente,
decreciente y variable. Para determinar la duración, el reeducador
irá contando.
— El mismo ejercicio se puede realizar representando la duración
de cada sonido por medio de una línea, que trazará el reeducador
mientras el niño emite el sonido. La expresión gráfica le ayudará a
adquirir la noción de la duración y de los conceptos largo y corto
con relación al ti empo.
—Después, sólo por el oído, deberá precisar la duración larga y la
duración corta.
— Como variación, estos ejercicios se pueden realizar tocando u n
pito, una flauta, etc.
D) Comparación de duraciones.
— Con sonidos sostenidos y representaciones gráficas de los mism os,
como en los ejercicios anteriores, se compararán los resultados. El
niño emite el sonido y mientras el reeducador traza la línea corres
pondiente.
— El niño emite el sonido y sigue el trazo , conducido por el reeduca
dor.
— El niñio emite sonidos de distinta duración, representando a la.
vez los trazos correspondientes.
— El reeducado r emite el sonido y el niño realiza la correspon
diente representación gráfica, con emisiones de duración variable,
haciendo que cada vez perciba diferencias más pequeñas.
— De la comparación de las duraciones, por los trazos efectuados,
indicará los sonidos que han durado más tiempo y los que han
durado menos tiempo.
—Después, sin representación gráfica, hará la comparación de las
duraciones de los sonidos, haciendo que cada vez capte las diferen
cias menores.
E) Noción de continuidad e intervalo.
—Haciendo rodar una pelota o un coche, hacer notar la continui
dad de la trayectoria, sin paradas ni interrupciones, con su corres
pondiente transcripción gráfica lineal. Ayudados de ésta, tomar
conciencia de las nociones de salida y llegada, principio y fin de la
acción.
— Con la emisión continuada de un sonido vocálico, insistir en las
nociones de continuidad, principio y fin.
— Emisión discontinua del sonido realizada por el reeducador y
trazos discontinuos, también realizados por éste, para representar
gráficamente la noción del intervalo.
— Después, el r eeducador realizará la emisión con intervalos y el
niño llevará a cabo la expresión gráfica de la misma.
113
—Más tarde, el niño realizará la emisión del sonido y a la vez
seguirá los trazos, con los correspondientes intervalos.
1.5.2. Toma de conciencia de las relaciones en el tiempo.
A) Nociones de simultaneidad y sucesión.
—Echar a rodar dos pelotas de distinto color, primero las dos a la
vez y luego una tras otra, para adquirir la nociones de simultáneo
y sucesivo.
—Con dos tizas de distinto color, en la misma mano, se trazan dos
líneas a la vez y después se trazarán las mismas líneas una tras otra.
— Estos ejercicios, después de ser llevados a cabo por el reeduca
dor, los hará el mismo niño, para tomar conciencia de lo que se
realiza a la vez y de las acciones que se ejecutan una tras otra.
B) Los momentos del tiempo: el presente, el antes y el después.
—El reeducador va de un punto a otro de la sala y en el momento
en que pasa junto a un objeto determinado, el niño tiene que dar
una palmada.
—Tirar la pelota y dar una palmada cuando alcanza el punto más
alto, cuando toca la pared o cuando toca el suelo, así irá tomando
conciencia el niño de la noción del momento presente, del instante
just o.
— Siguiendo los mismos ejercicios anteriore s, el niñ o sigue una
trayectoria y da una palmada antes o después de pasar por un
punto determinado.
— Con los ejercicios de pelota, se dará la palmada antes o después
de qué ésta llegue a toque un punto determinado.
— Se irá afinando cada vez más, comenzand o con "a ntes" y "d es
pués", para más adelante indicar "un poco antes" e "inmediata-
mentes después".
— Se le pregunta por lo que hace de día y lo que hace de noche
para diferenciar el día y la noche como distintos momentos del
tiempo.
—Se le pregunta por lo que ha comido o ha hecho hoy, lo que
hizo ayer y lo que quiere hacer mañana, identificando el hoy ayer
y mañana con el presente, el antes y el después.
C) Ordenación temporal.
—Identificar, por las acciones que realiza en ellos, los distintos
momentos del día: la mañana, el mediodía, la tarde y la noche,
como momentos sucesivos del tiemp o.
— Con el conocimiento de los días de la semana, las estaciones y
los meses del año, ejercitarse en precisar, indicándole uno determi
nado, cuál va antes y cuál va después, para que vaya tomando
conciencia de su sucesión en el tiempo.
114
— Cuando vaya dominando estos conceptos se le hará que relacione
horas del día o fechas, indicando cuál va antes y cuál va después de
las que se le hayan propuesto.
— Se presentará una serie de dibujos que representen a una persona
en edades diferentes, por ejemplo un niño, un joven, un adulto, y
un anciano, para que los ordene en relación al tiempo o edad de
cada uno.
— La conciencia de las relaciones temporales se completará con la
ordenación de historietas, en las que se le darán las secuencias suel
tas, con dibujos o con frases, para que el niño las ordene según un
orden lógico temporal.
1.6. Ejercicios de ritmo.
El niño desarrolla la imagen de su cuerpo por medio del movi
miento, pero cuando su motricidad no ha evolucionado conve
nientemente, su imagen se difumina, dificultando la estructuración
de un esquema corporal normal. De aquí la necesidad de introducir
los ejercicios de ritmo en su reeducación, que, con un mínimo de
fatiga, permiten automatizar los movimientos, hasta llegar a la
interiorización de los mismos.
La actividad rítmica permitirá al niño adquirir flexibilidad,
facilitará su relajación y la independencia segmentaria de sus
miembros, ayudando a conseguir, con todo ello, el dominio motriz
de su cuerpo, a la vez que permite materializar la sucesión tempo
ral y sus variaciones.
Es preciso seguir en estos ejercicios, como en todo el tratamien
to de reeducación, un orden progresivo de dificultad, cuidando de
no presentar al principio una actividad de movimientos complejos
sobre un ritmo impuesto. Se comenzará con movimientos simples
y ya experimentados previamente, que se iniciarán al ritmo espon
táneo del niño, para continuar con un ritmo impuesto, pero apro
ximado ai anterior y poder avanzar posterioremente a ritmos di
ferentes, con mayor o men or aceleración y variaciones o rupt uras .
115
"siempre igual", a cont inuación: "siempre igual pero más deprisa"
y luego: "siempre igual pero más despacio".
— Caminar siguiendo el ritmo que se le marque en el tambor;
primero se le marcará el ritmo adecuado a su marcha normal, des
pués de una parada se le marcará un ritmo más rápido y después
de otra parada, un ritmo más lento.
— Estos ejercicios se pueden realizar caminando o marcando el
niño el ritmo con el pie, con la mano o con palmadas, pero utili
zando, en principio, uno solo de los movimientos, a la vez que el
reeducador lo marca con el tambor.
— Después de realizados estos ejercicios, el reeducador comenzará
marcando un ritmo que el niño seguirá, como en los anteriores,
pero los golpes de) tambor cesarán y el niño debe continuar
marcando el mismo ritmo, para conseguir su interiorización.
— Introducir un tiempo fuerte, contando dos golpes del tambor y
dando una palmada al segundo, después marcando el tercero o el
cuarto golpe. Cuando el niño es capaz de seguirlo a un ritmo nor
mal, se ejecutará con ritmos distintos.
B) Combinación de movimientos con ritmos complejos.
— En ej er ci ci o de marcha anterior , se pasará de un ritmo más
rápido a otro más lento y viceversa, sin hacer paradas, teniendo
que adaptarse el niño de uno a otro.
— Unir a la variación de ritmos, las paradas que el niño debe reali
zar, cuando los toques del tambor cesan y reemprender la marcha
cuando el sonido se inicie. Se puede realizar en marcha o con pal
madas.
— Combinar el paro y la march a, por ejemplo, caminar cuatro
tiempos y parar los cuatro siguientes. También se puede seguir este
ejercicio con palmadas.
— Combinar la marcha con las palmas, dando una palmada en cada
paso o combinar ambos con el paro, caminando cuatro tiempos y
dar palmas en los cuatro tiempos de paro.
— Dar dos pasos con palmadas y un paso sin palmada, o bien, dos
pasos con palmada y al tercer tiempo palmada sin paso y así repe
tir sucesivamente.
-En seis tiempos, dar pasos en el 1 y el 2, palmada sin paso en el
3 y 4 y palmada con paso en el 5 y 6. Alternando los pasos y pal
madas se pueden hacer distintas combinaciones, siguiendo el ritmo
marcado.
— Rebotar una pelota en el suelo, siguiendo los golpes del tambor
que sucesivamente irá cambiando los ritmos que el niño debe seguir.
—Combinar los pasos con los rebotes de la pelota, por ejemplo, en
los 4 primeros tiempos dar cuatro pasos y en los 4 siguientes,
parado, dar cuatro rebotes de pelota.
-Caminar tres pasos al frente y al tiempo 4, media vuelta a la
116
derecha, de nuevo tres pasos al frente y en el cuarto tiempo media
vuelta a la izquierda y así sucesivamente siguiendo el ritmo marca
do.
— Caminar tres pasos siguiendo el ritmo marcado y en el tiempo 4,
paso con palmada a la derecha, otros tres pasos y en el cuarto
tiempo, paso con palmada a la izquierda.
— Caminar tres pasos y parar lo corres pondient e a dos tiempos,
pero sin marcar estos con el tambor, y así sucesivamente. Se puede
seguir de esta forma distintas combinaciones para que el niño vaya
interiorizando la noción del ritmo, del intervalo y de la duración
del mismo.
C) Estructuras rítmicas.
— El reeducador golpea sobre la mesa con un lápiz, indicando al
niño que ponga atención para que reproduzca después, los golpes y
las pausas, tal como lo escuch ó. Se comenzará con estructuras
simples como: • • . • » . • • » , • • • • . • •»
que mas adelante, se puede ir complicando con diversas combina
ciones. Además del sentido rítmico entra en juego en estos ejerci
cios la memoria auditiva y la estructura temporal. Ejemplo de estas
estructuras las encontramos en las pruebas de ritmo de Mira Stam-
bak • » » • • » • • • ? *• • • » • • • »
— Otra forma de reproducir las estructuras rítmicas es mostrando
la representación gráfica de las mismas indicando que cada punto
o cruz corresponde a un golpe y la distancia que media entre ellos
equivale al tiempo o intervalos que median entre uno y otro. A
modo de ejemplo, el reeducador realizará las dos primeras estruc
turas para facilitar la compresión del niño. Como en el ejercicio
anterior, también aquí se pueden hacer diversas combinaciones
con dificultad creciente. Aquí, además del sentido rítmico, entran
en juego las estructuras temporoespaciales.
— Representación gráfica de una estructura rítmica , en la que
aparezcan representados por pequeños trazos los tiempos débiles y
por un trazo mayor el tiempo fuerte, por ejemplo: IHfUIJHI
Primero se presentará la estructura al niño, explicándole su signifi
cación para que él la reproduzca con golpes suaves y fuertes. Des
pués se realizará a la inversa, el niño realiza el ejercicio indicado
por el reeducador y después de su ejecución hace la traducción
gráfica con trazos o con círculos, por ejemplo: » o o O O * o o
— Realización de d ictado de estructur as simples que se puede ir
complicando sucesivamente, en las que el reeducador golpea y el
niño hace la transcripción gráfica.
— La estru ctura que se presenta al ni ño, p uede estar codificada,
de forma que la cruz (+) corresponda al golpe dado con la mano
derecha y la línea (-) al dado con la mano izquierda, interviniendo
así también la orientación espacial. Por ejemplo: +•+ — — ++ — — }
+ v + ; + + - + -+-- + + 117
— En este, como en los anteriores ejercicios, se pueden hacer diver
sas combinaciones, con dificultad creciente, a medida que las
estructuras anteriores son dominadas por el n iño . .
1.6.2. Ejercicios de ritmo unidos a la articulación.
— Utilizando articulaciones que el niño vaya domin ando , se pue
den seguir ejercicios de ritmo que facilitarán la interiorización de
la articulación y su expresión. Por ejemplo: ta-ta, ta-ta ta-ta, pa
pa-pa-pa pa pa-pa-pa. Se pueden hacer diversas combinaciones
y seguirlas a distintas velocidades, con las articulaciones que
interese trabajar.
1.6.3. Ejercicios de ritmo con palabras y frases.
—Repetir palabras golpeando con el lápiz cada sílaba. Se comen
zará con palabras sencillas, monosílabas, bisílabas y trisílabas, para
pasar posteriormente, cuando domine éstas, a palabras más largas.
— Después se pedirá al niño que diga palabras que tengan uno, dos,
tres tiempos, etc., para que él mismo vaya descubriendo el ritmo
que tiene cada palabra.
— Se p ropond rán frases sencillas con un ritmo marcado para que
el niño las repita marcando éste. Por ejemplo: la niña - besa - a
su mamá. El zapatero - hace - los zapatos. Después se le dirán tres
frases semejantes, para que sea el niño el que les adapte el ritmo
adecuado a base de golpes o palmadas. A medida que lo vaya
dominando se le irán proponiendo frases más largas, en las que
tengan que intervenir más tiempos. Se pueden utilizar rimas para
que vaya marcando el ritmo correspondiente.
— Mas t arde se le puede pedir que diga una frase que tenga tr es,
cuatro tiempos o más y que vaya marcando éstos con palmadas.
1.7. Ejercicios de percepción y discriminación auditiva.
Una buena percepción y discriminación auditiva es de gran im
portancia para lograr una correcta articulación del lenguaje. En
muchos casos, el niño dislálico que no tiene ningún déficit en su
audición, presenta, no obstante, trastornos en la percepción audi
tiva, con dificultad para reconocer los sonidos y discriminar unos
de otros, dando como resultado una articulación defectuosa, al no
ser capaz de diferenciar los sonidos ni de identificar los que son
semejantes. Cuando aparecen estos trastornos es preciso realizar
con el niño una serie de ejercicios que le ayuden a fijar las imágenes
acústicas correctas para lograr una perfecta compresión auditiva.
La educación auditiva es un medio para percibir mejor lo oído y
para hablar mejor. "La condición de una pronunciación correcta es
la elaboración de una buena audición fonemática. Así en la correc
ción de la dislalia es preciso, ante todo, ejercer una percepción
118
auditiva conecta, por una educación sistemática del oíd o". (1)
1.7.1. Discriminación de sonidos.
—Para enseñar al niño a escuchar conviene comenzar por ejerci
cios de silencio que ayuden a centrar la atención y luego preguntar
le por los sonidos ocasionales que haya podido percibir.
—-En primer lugar, es necesario que discrimine la duración del
sonido, diferenciando cuando éste es largo o corto. De espaldas al
niño siempre, para que sólo reciba la impresión auditiva, se puede
utilizar un sonido vocálico largo y otro cort o, por ejemplo: u ,
u -, para que él haga la diferenciación, utilizando cada vez diferén-
rencias menores.
—Después se tratará de que haga la discriminación en cuanto a la
intensidad, dándole el mismo sonido con intensidad fuerte y suave.
Igualmente, la diferencia de las intensidades será cada vez menor,
siempre en relación a las posibilidades y avance del niño, con el
fin de que vaya agudizando su sensibilidad perceptivo-auditiva.
—Localización de los sonidos indicando el lugar de origen en la
sala, que pueden darse en una punta u otra, inmediatamente detrás
de él, etc.
— Para que discrimine los sonidos pro ducido s con distintos obje
tos, primero se realizarán estos a la vista del niño y después de
espaldas a él, para que los reconozca. Se pueden utilizar los sonidos
producidos por varias monedas batidas en la mano, una cucharilla
movida dentro de un vaso, palmas, golpes con el pie en el suelo,
toque de una campanilla, golpear con el puño en la mesa, botar de
una pelota, el cerrar de la puerta, rasgar del papel, crujido del
papel que se arruga dentro de la mano, etc.
— Después se tratará de que discrimine los sonidos emitidos por
diversos instrumentos musicales. Una vez que se han hecho sonar
ante el niño y que conoce los nombres de los distintos instrumen
tos, se tocarán a sus espaldas, para que reconozca cada uno de ellos.
Se pueden utilizar diversos instrumentos como: castañuelas, xilófo
no, pandereta, cascabeles, flauta, platillos, triángulo, sonaja, trom
peta, tambor, etc. Primero se tratará que discrimine los que tienen
sonidos más dispares y luego los que los tienen más semejantes.
— Discriminación entre sonidos agudos y graves.
— La reproducción de estructuras rítmicas, expuestas en los ejerci
cios de ritmo, en los que el niño reproduce los golpes y pausas tal
como los escuchó, también son válidas para la realización de ejerci
cios de percepción auditiva.
1.7.2. Discriminación fonética.
— En principio, viendo el niño la boca del reeducador y el punto
de articulación del fonema y después sin verlo, se le dan dos soni
dos, en forma de silabas para mayor facilidad, ambas con la misma
120
loro, valla - barra, llana - rana, milla - mira, pilla - pina, villa - viña,
callada - cañada, coral - corral, pera - perra, torero - torrero,
careta - carreta, cara - cada, miro - mido, parecer - padecer.
— Se pueden proponer también palabras más largas, difíciles o poco
conocidas del niño, para que sean repetidas de una en una.
— Se pedirá l a repetición de una pequeña frase en principio, q ue
sucesivamente puede hacerse más complicada, para que la exprese
en el mismo orden en que se le propuso, sin cambiar la situación
de ningún término.
1.8. Ejercicios buco-faciales.
Para facilitar una correcta articulación es preciso ejercitar y agili
zar previamente los órganos que intervienen en la misma, ya que,
aunque no exista defecto orgánico alguno, en muchos casos una
articulación imperfecta es debida a una falta de desarrollo y habili
dad motriz general que afecta también a los órganos bucofaciales.
El niño, por imitación, realizará los ejercicios que lleve a cabo el
reeducador. Sentados ambos frente al espejo, podrá observar los
movimientos que el terapeuta realiza y a la vez comparar con ellos
sus propios movimientos, pudiendo advertir los progresos que va
consiguiendo a medida que va adquiriendo mayor agilidad, coor
dinación y fuerza en sus músculos, logrando las posiciones que
coincidan con los pu ntos de articulación más important es.
1.8.1. Ejercicios de lengua.
La lengua es un órgano muy movible, que entra en juego en la
masticación, la deglución, la succión y la articulación de muchos
fonemas. Su agilidad, flexibilidad, energía funcional y el control
de su motricidad son de gran importancia para una perfecta articu
lación del lenguaje. Los ejercicios de lengua, por tan to, serán
imprescindibles en la mayoría de los casos de rehabilitación de la
dislalia.
A) Movimientos externos de la lengua.
— Sacar la lengua lo máximo posible y volverla dentro de la boca
en movimientos repetidos a distintos ritmos, según la indicación
del reeducador.
— Sacar la lengua lo mínimo posible, sin abrir la boca, de forma que
sólo aparezca la punta entre los labios.
— Sacar la lengua al máximo y mantener la inmovil en posición
horizontal.
— La punta de la lengua se lleva de una comisura labial a la otra,
primero lentamente y luego a un ritmo rápido. Si el niño tiene
mucha dificultad para ello, se le puede ayudar con el depresor,
facilitando así el acto motor de la lengua.
121
— Se realizará un movimi ento vertical de la lengua, subiéndola y
bajándola y apoyando su punta en el centro del labio superior y
del inferior, respectivamente. Se repetirá este movimiento varias
veces, primero a ritmo lento y luego rápido. En muchos casos les
resulta difícil especialmente la elevación de la lengua y en esta
ocasión se les puede ayudar con el depresor a conseguirlo.
— Movimientos giratorios de la lengua, siguiendo toda la superficie
de los labios, primero en un sentido y luego en el contrario. Si se
realiza con niños pequeños se les puede decir que vamos a imitar al
gato, relamiéndose con la lengua alrededor de la boca, resultándo-
les así más motivador el ejercicio.
—Movimientos rápidos de salida y entrada de la lengua, vibrando
sobre el labio superior.
—Sujetar la lengua dentro de la boca doblada hacia arriba y
mantenida por los incisivos superiores y desde esta postura, impul
sarla con fuerza hacia fuera.
— Sacar la lengua y, por su elasticidad, hacerla ancha de forma que
toque las dos comisuras de la boca y estrecha, en movimientos
sucesivos.
—Sacar la lengua y doblarla juntando sus bordes laterales, forman
do un canal longitudinal.
B) Movimientos internos de la lengua.
— Con la boca abierta, pasar la punta de la lengua por el borde de
los incisivos superiores, describiendo cada vez un arco mayor que
abarque también el borde de los caninos y. los premol ares. Repeti r
lo después igual pasando la lengua por el borde de los inferiores.
Dirigir la lengua a los lados de la boca apoyando la punta en la
cara interna de las mejillas sucesivamente. Si se trata de niños
pequeños, para motivarlos, se les pide que pongan la lengua como
si tuvieran un caramelo en uno u otro lado de la boca.
— Realizar movimientos verticales de la lengua, tocando con ella la
cara posterior de los incisivos superiores e inferiores, primero con
la boca abierta y luego repetirlo con ella cerrada.
— Nuevos movimiento s vertical es, situa ndo la punta de la lengua
entre los incisivos y el labio , superior e inferior, sucesivamente.
—Movimiento giratorio de la lengua, con la punta entre los labios
y el sistema dentario. Primero se realiza en un sentido y luego en
el contrario.
—Pasar la punta de la lengua por el centro del paladar, de atrás
hacia delante y a la inversa.
—Pasar la punta de la lengua por los alvéolos superiores e inferiores.
—Apoyar la punta de la lengua en los alvéolos de los incisivos
superiores y, manteniéndola en esta postura, cerrar la boca y tragar
saliva, indicando al niño que en el momento de la deglución, la len
gua no puede aparecer entre los dientes, sino mantenerse en la pos
tura inicial.
122
—Con la punta de la lengua dirigida hacia el paladar, iniciar movi
mientos de choque contra los incisivos superiores, que terminen
con la salida de la lengua entre los labios.
— Doblar la lengua hacia arriba y hacia atrás, manteniéndola sujeta
entre los incisivos. Realizarlo igualmente doblándola hacia abajo y
hacia atrás.
— Golpear rápidamente la cara anterior y posterior de los incisivos
superiores con la punta de la lengua.
— Con la punta de la lengua golpear los alvéolos superiores.
— Con el dorso o parte posteri or de la lengua, tocar el paladar
(posición de articulación en los fonemas k, g, j, ch, ñ).
— Si es posible, movimiento vibratorio de la lengua, como si articu
lara la r.
— Ejercicios de gárgaras.
1.8.2. Ejercicios de labios.
— Apretar los labios y aflojarlos sin abrir la boca.
— Separar ligeramente y juntar los labios con rapidez.
— Sonreír sin abrir la boca y a continuación reir.
— Proyectar los labios unidos y seguidamente , manteniéndolos
unidos, estirar la boca como si fuera a sonreir.
— Realizar el ejercicio anterior con los labios entreabiertos.
— Morderse el labio inferior con lo s dientes superiores y a la
inversa.
— Sostener una paja, un pito o cualquier otro objeto, sólo con los
labios.
— Rápidos movimientos de unión y separación de los labios, articu
lando el sonido p.
— Pasar de forma rápida de la articulación de la "a" a la " o "
y a la "u" y después de la "a" a la "e" y a la "i", exagerando los
movimientos.
— Inflar las mejillas y al apretarlas con las manos, hacer explosión
con los labios.
— Repetir el ejercicio ant erior, pero al apretar las mejillas no
expulsar el aire, sino ret enerlo, manteniendo apretados los labios.
— Hacer chasquear los labios con el sonido del beso.
—Movimiento pasivo del labio inferior, que, relajado, se deja mover
por el reeducador con movimientos verticales y horizontales.
— Zumbido de los labios, pidiendo ai niño que imite el sonido del
avión.
-Vibración de los labios, imitando el sonido de la moto.
— Los ejercicios de soplo, descritos anteriormente, también son
útiles para la agilización de los labios.
— Mantener sobre el labio superior y sujeto por el mismo, un lápiz
a modo de bigote.
— Pedir al niño que estire los labios a la vez que el terapeuta intenta
123
encogérselos o arrugárselos y a la inversa, con el fin de aumentar la
fuerza muscular labial.
— Llevar los labios fruncidos de derecha a izquierda.
1.8.3. Ejercicios de mandíbula.
— Abrir y cerrar la boca con distintos ritmos.
— Ejercicio de mascar o realizar los movimientos similares.
— Imitar el movimiento del bostezo.
—Apretar los dientes y aflojarlos.
—Realizar movimientos laterales de la mandíbula inferior, lleván
dola, sucesivamente, a uno y otro lado.
— Movimientos pasivos de la mandíbula inferior, que, relajada, se
deja mover por el reeducador con movimientos verticales.
124
2. Tratamiento directo de la articulación y de su integración en el
lenguaje espontáneo.
126
Los ejercicios serán breves, de dos a tres minutos de duración y
con pausas intermedias, para continuar repitiéndose varias veces,
en cada sesión. Con la repetición de los ejercicios se conseguirán
las asociaciones necesarias entre el sonido exacto de un fonema y
ios movimientos precisos de articulación, elaborando así los este
reotipos correctos de la articulación de los fonemas trabajados.
Otro aspecto a tener en cuenta en los ejercicios de articulación
es la ley de la economía de la fuerza y del movimiento, según la
cual no se ejecutarán los ejercicios de forma enérgica, con una
fuerza excesiva, y con movimientos exagerados, que darían como
resultado una articulación artificial. Para conseguir que ésta sea
natural, es preciso abordar el nuevo sonido suavemente y sin
movimientos exagerados, incluso con poca voz, para irla subiendo
paulatinamente.
También es preciso conocer cómo los movimientos de articula
ción se adaptan mutuamente, dependiendo de los sonidos que le
preceden y que le siguen, existiendo a veces una pequeña trans
posición del punto de articulación. Por ello, es necesario ejercitar
¡as distintas asociaciones entre consonantes y vocales diferentes,
así como un mismo sonido en comienzo, en medio o al final de
palabra. Una vez conseguidos los fonemas en sílabas directas, se
ejercitarán en sílabas inversas, todos aquellos que puedan darse de
esta forma.
En los ejercicios de articulación, es de gran utilidad, general
mente, el empleo de sonidos auxiliares que el niño es capaz de
pronunciar correctamente y a partir de los cuales podemos llegar
a la obtención de ios nuevos fonemas. De esta manera se procede
sin que el niño advierta nuestra intención de actuar sobre la aiticu-
lación que pronuncia mal. Así se va construyendo el sonido correc
to, que a su vez, va destruyendo las antiguas asociaciones y creando
nuevas asociaciones motrices.
También es necesario que el niño discrimine y reconozca los
fonemas aprendidos y así será conveniente ejercitarlo, haciéndole
que nos diga si tal fonema está o no en las palabras que propone
mos, o si aparece al principio, al final o dentro de la palabra citada.
A través de los ejercicios de articulación, se enseñará al niño el
sonido que tiene ausente o defectuoso, tanto de forma aislada,
como en sílabas directa o inversa, en combinación con las distintas
vocales. Después, en los siguientes ejercicios, se tratará de que lo
integre en su lenguaje espontáneo.
Para poder fijar el punto de articulación de cada sonido, es nece
sario conocer con claridad las distintas zonas de la cavidad bucal.
127
2.1.1. Gasificación de los fonemas. El fonema es la unidad
fonológica más pequeña y el elemento fundamental del lenguaje
Para cada fonema o sonido los órganos fonatorios realizan movi
mientos finamente coordinados y toman una posición definida.
Antes de iniciar la reeducación es preciso conocer las caras-
terísticas de cada fonema y su clasificación.
128
chas consonantes. Si, por el contr ario, se acercan pero no vibran,
dan lugar al sonido articulado sordo.
C) Por la acción del velo del paladar. Cuando el aire sale sola
mente por la cavidad bucal, por hallarse el velo del paladar adheri
do a la pared faríngea, los sonidos emitidos son orales o bucales.
Cuando está abierto el conducto nasal y cerrado el bucal por el
descenso del velo del paladar, son producidos los sonidos nasales.
129
Según el punto donde se lleva a cabo la articulación, las vocales
se dividen en: anteriores como [i, e], posteriores, como [u, o] y
centrales, como la [a].
Las consonantes, según los órganos que actúan y el punto donde
éstos inciden, se dividen en:
1) Bilabiales, cuando son los dos labios los que se ponen en con
tacto.
2) Labiodentales, que se realizan entre los dientes y el labio
inferior.
3) Linguodentales o dentales, apoyando la punta de la lengua
contra la parte interna de los incisivos superiores.
4) Linguointerdentales o interdentales, cuando en la articula
ción, la punta de la lengua se sitúa entre los incisivos superiores e
inferiores.
5) Liguoalveolares o alveolares, en que la punta de la lengua se
apoya en los alvéolos.
6) Linguopalatales o palatales, en las que la lengua se adhiere a
la parte media y anterior del paladar duro, dejando en el medio un
pequeño canal por donde pasa el aire.
7) Linguovelares o velares, cuando se acerca el postdorso de la
lengua al paladar blando o velo del paladar.
Fo ne ma s y C o n s o n a n t e s de l es pa ño l
130
2.1.2. Dislalias en las vocales. En las dislalias infantiles rara
mente se encuentra defectuoso el sonido de las vocales. Lo más
frecuente es la dificultad presentada para el sonido /e/ que tiende a
ser reemplazado por la /a/. En otras ocasiones en lugar de /e/ se
pronuncia /i/. Igualmente pueden ser confundidas la /o/ y la /a/.
Fonema /a/.
La lengua debe permanecer plana en el suelo de la boca, con la
punta detrás de ios incisivos inferiores, ayudándose para ello, si es
preciso, del depresor, presentando una mayor abertura de los la
bios que las demás vocales.
Si se arquea la lengua o se retira hacia el fondo de la boca, res
pectivamente, resulta un sonido entre /e/ y /a/ o entre /a/ y /o/.
Cuando la /a/ está nasalizada, por descenso del velo del paladar,
es preciso hacer notar al niño, sobre su mano, la emisión de aire
caliente por la boca, cuando la /a/ es bien pronunciada. Se ayudará
a conseguirlo articulando iaia o emitiendo con fuerza, pa.
Fonema /e/.
Los labios están entreabiertos, los dientes separados y en distin
to plan o, permaneciendo tos incisivos inferiores detrás de los supe
riores. La punta de la lengua apoyada en la cara interna de los
incisivos inferiores, elevando y arqueando el dorso, que toca el
paladar a la altura de los molares, quedando un canal amplio en el
medio por donde pasa el aire sonoro.
Cuando baja demasiado la lengua en su base y no toca el pala
dar, cambia la /e/ por /a/, o bien si eleva demasiado la lengua y
estrecha el canal de salida del aire, sustituye la /e/ por /i/. En el
primer caso, ante el espejo se le enseñará la posición correcta y se
le ayudará con el depresor a que la consiga, tocándole con el
131
mismo las partes del paladar donde debe apoyar la lengua. Le
facilitará repetir las vocales en el siguiendo orden: i, e, a.
Si el defecto está en el estrechamiento excesivo del canal de
salida del aire, se presionará en el centro de la lengua con el depre
sor para ensanchar el canal.
Fonema / i / .
Se da una ligera abertura labial alargada, con las comisuras de
los labios retiradas hacia atrás. Los dientes se aproximan, sin tocar
se y permanecen en distinto plano, con los incisivos inferiores
detrás de los superiores. La punta de la lengua se apoya en la cara
interna de los incisivos inferiores y el dorso se eleva, tocando el
paladar duro, dejando en el centro una pequeña abertura o canal
para la salida del aire.
Se altera este fonema si se separan mucho los labios o los dien
tes o varía la posición de la punta de la lengua, dando un sonido
semejante a la /e/. En este caso se requiere hacer ejercicios de la
bios e indicar la posición de la lengua, primero sin voz y luego
emitiendo sonido. Si cierra excesivamente el canal de salida del
aire y suena como /y/ es conveniente ayudar con el depresor a
abrir un poco el canal de salida. Si articula con rapidez i, a, la
segunda vocal ayuda a abrir la primera.
132
Fig. 6. Realización del fonema /i/.
Fonema /o/.
Para emitir correctamente este fonema, los labios avanzan hacia
delante, tomando una forma ovalada, con los incisivos un poco
separados. La lengua se retira hacia atrás elevando el dorso hacia el
velo del paladar y tocando con la punta los alvéolos de los incisivos
inferiores.
Puede suceder que el niño abra demasiado la boca y en esta
posición el sonido se asemeja a la /a/. Conviene, en este caso,
acercar los labios y redondear su abertura.
Si la lengua no retrocede hacia atrás y el sonido se asemeja a
la /e/ se empujará suavemente la lengua con el depresor, procuran
do que se levante en la parte posterior.
Si la abertura de la boca es muy estrecha, el sonido que emite se
parece a la /u/. En este caso hay que separarle los labios y hacerle
notar que si la /o/ es bien articulada, apenas se percibe sobre la
mano la salida del aire, mientras que con el sonido de /u/ se perci
be ésta claramente.
133
Fig. 7. Realización del fonema /o/.
Fonema /u/.
Los labios avanzan, separándose de la cara anterior de los incisi
vos y formando una pequeña abertura circular, manteniendo los
dientes separados. La lengua se retira hacia el fondo de la boca,
elevándose hacia el velo del paladar más que con el sonido /o/,
pero sin llegar a tocarle. La punta de la lengua se separa de los
alvéolos inferiores.
Si la abertura de los labios es muy grande y no se retrae sufi
cientemente la lengua, resulta un sonido impreciso parecido a la
/ o/ . Cuando esto sucede, es conveniente realizar gimnasia labial y
ayudar al retroceso de la lengua empujándola suavemente con el
depresor. Hacer notar sobre la mano la salida de aire que se percibe
al articular correctamente la /u /.
134
Si la base de la lengua se eleva demasiado, estrechando excesiva
mente la salida del aire, se colocará el depresor sobre el centro de
la lengua, haciéndole articular sucesivamente /a/ /o/ /u/ presionan
do suavemente para evitar, en esta última, una elevación excesiva.
135
sino también por la vista, ya que el punto de articulación es más
visible.
Fonema /p/.
La /p/ es una consonante bilabial oclusiva sorda. Se articula con
los labios juntos y un poco fruncidos, y los incisivos ligeramente
separados. La lengua toma la posición del fonema que le siga. El
aire, que se acumula en la boca, hace presión sobre ios labios.
Al separar éstos bruscamente dando salida al aire, se produce el
sonido /p/.
Su defecto se denomina betacismo y aparece en escasas oca
siones. Puede suceder que el niño no cierre los labios, dejando salir
el aire y haciendo el sonido fricativo. Para corregirlo basta con que
el niño centre su atención en la posición exacta, sentado ante el
espejo con el reeducador, haciéndole notar cómo en la articulación
correcta percibe la salida explosiva del aire sobre su mano. Tam
bién se puede articular el fonema frente a la llama de una vela para
que vea cómo oscila ésta ante la salida explosiva del aire.
Si el sonido sale nasalizado, por descenso del velo del paladar,
hay que hacerle observar, por el tacto, que las alas de la nariz no
deben vibrar durante la articulación, así como poniendo un peque
ño espejo bajo las fosas nasales, que se empañará por la salida del
aire, si se da la nasalización. Es preciso hacérselo ver, para llegar a
conseguir que la expulsión del aire sea bucal.
Otra forma de obtener la /p/ es la siguiente: se le obstruyen los
conductos nasales y se le pide al niño que cierre fuertemente los
labios y que infle los carrillos. Después, se le dice que abra repenti
namente los labios, con el empuje del aire que tiene en la boca,
consiguiendo así el sonido deseado.
136
Fonema / b /.
La /b/ es una consonante bilabial, oclusiva sonora. Se articula
de la misma forma que la /p/ pero la tensión muscular labial es
más débil y se da la vibración de las cuerdas vocales. Su defecto
también se denomina betacismo y es poco frecuente.
En algunos casos el sonido /b/ se realiza sin vibraciones, siendo
entonces sustituida por /p/. Para conseguir la vibración de las
cuerdas y que perciba la diferencia entre ambas consonantes, se
coloca la mano del niño en la parte anterior del cuello del reeduca
dor, mientras éste articula /p/ y /b/; de esa forma podrá percibir
cómo en la segunda se dan vibraciones laríngeas y no así en la
primera. Luego tratará de realizarlo él imitándolo. También puede
percibir la vibración de la /b/ colocando el dedo índice sobre el
labio inferior, en oposición a la /p/.
Se puede observar también la diferencia de la salida del aire
entre la /b/ y la /p/, articulándolas frente a la llama de una vela, o
al dorso de la mano, como se realizó en los ejercicios del anterior
fonema.
Otra forma de conseguir la /b/ es haciéndole articular la /a/ e ir
cerrando la boca paulatinamente, hasta quedar una pequeña aber
tura, aproximándose así a la /b/.
Si el sonido está nasalizado, se procederá como en los ejercicios
correspondientes a la nasalización de la /p/.
Otra forma de obtener la /b/ es a partir del sonido auxiliar /m/.
Se le hace pronunciar al niño la sílaba ma, prolongada y clara,
obstruyendo al mismo tiempo los dos conductos nasales, obligan
do de esta forma a la salida bucal del aire, con la obtención de la
sílaba ba.
137
Fonema /t/.
La /t/ es una consonante linguodental, oclusiva sorda. Se articu
la con los labios entreabiertos y los incisivos ligeramente separa
dos. La punta de la lengua se apoya en la cara posterior de los in
cisivos superiores y sus bordes se apoyan en las arcadas dentales,
impidiendo así la salida del aire. Al separarse bruscamente la punta
de la lengua, que se sitúa detrás de los incisivos inferiores, se pro
duce el sonido /t/.
Los defectos de la /t/ llamados por extensión deltacismos, no
se presentan con frecuencia, siendo, por el contrario, frecuente en
muchas dislalias que el sonido /t/ sustituya a otros que el niño no
sabe articular, pronunciando /t/ en lugar de /k/ /z/ y /ch/.
Puede suceder que la articulación de la /t/ se haga con vibra
ciones laríngeas, colocando la punta de la lengua en el borde de los
incisivos superiores, resultando, en este caso, la sustitución por el
fonema /d/. Es necesario hacerle notar entonces la diferencia entre
la vibración y su ausencia, al situar la mano en la parte anterior del
cuello y así diferenciar ambos sonidos, o también percibiendo la
salida del aire sobre el dorso de la mano.
Cuando los bordes de la lengua no se apoyan en las arcadas den
tales, el aire sale lateralmente, produciendo un sonido parecido a la
/l /. Se tratará de conseguir la postura correcta de los laterales de la
lengua con el depresor y se apretarán las mejillas contra los mola
res, para evitar la salida del aire.
Si se apoya gran parte de la lengua en el paladar, la /t/ sale
defectuosa. Para facilitarla se puede comenzar a articular situan
do la punta de la lengua cogida entre los incisivos, para irla retiran
do después, hasta situarla en la cara posterior de ios incisivos supe
riores.
Otra forma de obtener la /t/, si el niño domina la /d/, es hacerle
pronunciar en voz baja "dada" repetidas veces y así llegamos a
obtener "tata", ya que con la voz susurrada se pierde la sonoridad.
El aprendizaje correcto del fonema /t/ es importante, porque es
empleado como sonido auxiliar para la obtención de otras consonan
tes.
138
Fig. 11. Realización del fonema /t/.
Fonema /d/.
La consonante /d/ es linguodental, oclusiva sonora. La articula
ción de este fonema, en cuanto a la posición de los órganos articu
latorios, es semejante a la del anterior, con la diferencia que aquí
se da vibración de las cuerdas vocales. Los labios permanecen
entreabiertos, los dientes algo más separados que para la /t/. La
punta de la lengua apoyada en la cara interna de los incisivos
superiores, sobresaliendo ligeramente de ellos y sus bordes laterales
apoyados en las arcadas dentales del maxilar superior. Como la
tensión lingual no es intensa, la salida del aire, al retirar el obstácu
lo de la lengua, es suave.
Cuando la /d/ aparece al final de palabra, se articula como frica
tiva.
Los defectos de este fonema se denominan deltacismo.
En ocasiones la articulación de este fonema no va acompañada
de vibraciones de las cuerdas, convirtiéndola en sorda y sustituyén
dola por /t/ o /z/. Como en casos semejantes, hay que hacer notar
al niño, por el tacto, las vibraciones laríngeas, alternando las
articulaciones de /t/ y /d/ para que perciba las diferencias. Para
distinguirla de la /z/ hay que hacerle ver la variación del punto de
articulación de la /d/ dental y la /z/ interdental.
Si hace demasiada presión con la punta de la lengua y deja salir
el aire lateralmente, le saldrá una /l/. En este caso se le ayudará
con el depresor, para que los bordes laterales de la lengua toquen
las arcadas dentales superiores y con la mano se le oprimirán las
mejillas contra los molares para evitar la salida indebida del aire.
Si presenta dificultad también se puede articular como inter
dental, asomando la punta de la lengua entre los incisivos y el resto
en la misma forma que al hacerla dental.
Otra forma de obtener la /d/ es partiendo del sonido auxiliar
/n/ , si éste es d ominado por el niño . Se le hace repetir "nan a", con
movimientos de la lengua enérgicos y violentos y a continuación
se le tapa la nariz para evitar la salida nasal del aire y así fácil
mente terminará articulando "dada".
Fonema /g/.
El fonema /g/ es una consonante linguovelar, oclusiva sonora.
Se articula como la /k/, pero con vibración de las cuerdas vocales.
El ápice de la lengua apoyado en los alvéolos inferiores, tocando
con el postdorso el velo del paladar. Como en el fonema anterior,
el punto de contacto se adelanta si le sigue la /e/ o la /i/. Aplican
do la mano sobre la parte anterior del cuello, se perciben con
claridad las vibraciones laríngeas.
Los defectos de esta articulación se denominan gammacismos.
Cuando el niño apoya la lengua en los alvéolos superiores, en lugar
de los inferiores, sustituye el sonido correcto por /l/ y si la apoya
tras los incisivos superiores obtiene /t/ o /d/ en lugar de /g/.
Una forma de obtener su articulación correcta, si domina la /k/
es a partir de ésta, añadiéndole las vibraciones laríngeas, que
percibirá por el tacto sobre la garganta del reeducador y luego
sobre la suya.
Otra forma es gargarizando, ya que por medio de las gárgaras
141
logra poner en contacto el postdorso de la lengua con el velo del
paladar y automatizar este movimiento.
También valiéndonos del sonido auxiliar /k/, al que le ante-
ponemos una /n/, obtenemos la sonoridad que precisa. Le hacemos
repetir al niño "enke" o "enki", tapándole a la vez las narices y
así conseguimos la /g/ sonora.
Otro sonido auxiliar que se puede utilizar también es la /d/. Se
le hace repetir ''dada" y con el depresor se hace, sobre el predorso
de la lengua, una ligera presión hacia atrás, obteniendo así la /g/.
B) Articulaciones fricativas.
Se denominan articulaciones fricativas aquellos sonidos que se
producen al darse un estrechamiento del canal bucal, por donde
pasa el aire, sin que lleguen a cerrarse por completo los órganos
que intervienen en su articulación, produciéndose un sonido de
fricción o frotamiento.
Así como las oclusivas eran momentáneas, las consonantes frica-
tivas se pueden llamar continuas, al poderse prolongar su articula-
ción.
La corrección de las articulaciones fricativas convendrá comen-
zarla por la educación del soplo, ya que éste, diferentemente mo-
dulado por la posición de los órganos articulatorios, es la caracte-
rística de estos sonidos.
Las articulaciones fricativas están formadas por: la labiodental
/f/, la linguo interde nta! /z/ , la linguoalveolar /s /, la linguopalatal
/y / y la linguovelar / j / .
Fonema /f/.
La /f/ es una consonante labiodental, fricativa, sorda. Se articu-
la colocando el labio inferior bajo el borde de los incisivos superio-
res y levantando ligeramente el labio superior de forma que se
puedan ver un poco los incisivos superiores, dejando escapar el aire
142
entre los dientes y el labio. El ápice de la lengua se coloca detrás
de los incisivos inferiores, levantando un poco sus bordes para
acentuar el surco central. El velo del paladar se cierra y en la larin-
ge no se dan vibraciones.
El defecto de esta articulación no suele presentarse con frecuen-
cia, pero cuando aparece, suele corregirse fácilmente, ya que tiene
un punto de articulación muy visible.
En ocasiones aunque labios y dientes estén bien colocados, el
fonema obtenid o es la / s/ , al arquear excesivamente la lengua.
Se obtiene fácilmente el sonido perfecto, haciendo soplar al
niño y, durante el soplo , presionando ligeramente el labio inferior,
con nuestro índice, para colocarle bajo la línea media de los inci-
sivos superiores y se le pide que siga soplando en esta postura; de
esta posición y de manera continuada se emite la /a/ obteniendo
así "fa". También se le puede decir que se muerda los labios, el
superior y el inferior y de esta última postura, pasar al soplo. Des-
pués se alternará la articulación de la /f/ y de la /s/ para que per-
ciba la distinta forma de salida del aire y a la vez el distinto sonido
que se produce.
También puede suceder que intente articular este fonema a la
inversa, esto es, apoyando el labio superior en los incisivos infe-
riores. Se procederá a su corrección como en el caso/anterior,
logrando la posición correcta a partir del soplo, a la vez que se
presiona sobre el labio inferior y se inmoviliza el maxilar inferior
evitando que lo adelante, para que consiga y mecanice la posición
correcta.
Fonema /z/.
El fonema /z/ es linguointerdental, fricativo sordo. Para su ar-
ticulación, la punta de la lengua se estrecha y se sitúa entre los
incisivos superiores e inferiores, sin cerrar por completo la salida
143
del aire, tocando con sus bordes los molares, para evitar la salida
lateral del aire.
Es frecuente el defecto del seseo, en el cual el fonema /z/ es
sustituido por /s/. En diversas regiones españolas e hispanoameri-
canas este defecto no es tenido como tal, al considerársele una
variedad del dialecto regional.
Su correción es sencilla en los casos de dislalias y se supera con
facilidad. Colocada la lengua en la posición correcta, se le hace
soplar al niño sobre su mano o sobre un papel, para que pueda
percibir la salida del aire. De la espiración áfona se pasa a la espira-
ción sonora, obteniendo asi una correcta articulación.
Fonema /s/.
La consonante /s/ es linguoalveolar, fricativa sorda. Se articula
con los labios entreabiertos y las comisuras algo retiradas hacia los
lados. Los dientes ligeramente separados y el ápice de la lengua
apoyado en los alvéolos de los incisivos inferiores, dejando una
pequeña abertura redondeada. Los bordes de la lengua tocan los
molares superiores y las encías, evitando la salida lateral del aire
y formando un estrecho canal central por donde pasa la corriente
aérea que choca contra los dientes superiores y sale rozando el
borde de los incisivos.
Los defectos de esta articulación, que se dan con mucha frecu-
encia, se llaman sigmatismos. Generalmente, en la dislalia funcio-
nal, están ocasionados por una defectuosa posición de la lengua
durante la articulación o también pueden ser originados por una
falsa posición de los dientes o de los labios.
El tratamiento del sigmatismo suele ser siempre satisfactorio,
pues este defecto de articulación se corrige en muy poco tiempo.
En el desarrollo del lenguaje, la /s/ es durante mucho tiempo
imprecisa e incorrecta, constituyendo una clásica dislalia de evolu-
144
ción. Cuando aparece este defecto en el período de transición de
una dentición a otra, no debe ser tratado hasta que los nuevos
dientes no son bastante grandes, ya que puede tratarse de un sim-
ple problema de evolución, que se supera de forma natural.
El sigmatismo toma diversos nombres, según la causa que lo
genere. El sigmatismo interdental es el más frecuente. En este de-
fecto, la punta de la lengua se introduce entre los incisivos, resul-
tando el sonido /z/. Este sigmatismo, es normal de evolución cuan-
do se caen los incisivos de la primera dentición.
En ocasiones, el sigmatismo interdental se produce al darse una
respiración bucal constante, por existir algún obstáculo en la res-
piración nasal, lo que hace que el niño tienda a tener la lengua
continuamente fuera.
En el sigmatismo dental la lengua se apoya fuertemente contra
los alvéolos inferiores, impidiendo que se forme el canal medio y
en este caso, el aire sale extendido entre los dientes. Si la punta de
la lengua se apoya en los alvéolos superiores, se produce el sonido
oclusivo /t/.
El sigmatismo labiodental ', que aparece con escasa frecuencia, es
producido al dar salida ai aire entre el labio inferior y los incisivos
superiores, resultando una articulación semejante a la /f/.
Sigmatismo labial es el producido al proyectar hacia delante
ambos labios. El aire espirado penetra en el espacio que queda
entre los dientes y los labios y produce un sonido que se asemeja a
una mezcla entre /f// y /ch/.
El sigmatismo palatal se presenta cuando la punta de la lengua
se lleva hacia atrás, aproximándose al paladar duro. La /s/ palatal
que así se obtiene se parece al sonido /ch/.
El sigmatismo lateral se produce al elevarse sólo la lengua por un
lado, dirigiéndose entonces la corriente de aire espirado hacia el
lado opuesto, saliendo entre los caninos y los premolares, para
chocar contra la mejilla. El lado de la boca por donde se escapa el
aire es reti rado hacia atrás . Si se frota con el dedo la mejilla del
lado por donde sale el aire, se produce una interrupción del soni-
do. También puede darse el caso que, apoyando la lengua en las
protuberancias de los incisivos superiores, sus bordes no toquen los
molares, dejando escapar el aire lateralmente, sustituyendo la /s/
por la /l/.
Así como en los casos anteriores el sigmatismo es producido por
una colocación defectuosa de la lengua, los labios o los dientes, el
sigmatismo nasal es provocado por una función anormal del velo
del paladar. La oclusión del velo del paladar debe ser perfecta en
los sonidos silbantes, pues la menor disminución de la misma, se
traduce en una perturbación de estos sonidos, al dejar salir parte
del aire por las fosas nasales.
Para la corrección del sigmatismo hay que tener en cuenta que
145
el sujeto está convencido de que pronuncia correctamente, no
percibiendo la diferencia entre el fonema defectuoso y el que se
pronuncia con exactitud. Por lo tanto, el tratamiento no ha de
intentar corregir la articulación defectuosa, sino que consiste en
la formación de un sonido totalmente nuevo.
Como estimulación previa, son de gran utilidad todos los ejerci-
cios de soplo indicados en el apartado correspondiente, así como
los de agilización de la lengua, cuya posición defectuosa es en
muchos casos la causante del sigmatismo.
Para iniciar al niño en la nueva articulación, habrá que comenzar
por enseñar frente al espejo la posición correcta de los órganos
que intervienen en la misma. Esta posición puede ser lograda con
la ayuda del depresor. Especialmente en el sigmatismo interdental,
se puede colocar la punta del depresor entre los dientes, de forma
que obligue a la lengua, que ha de quedar debajo, a apoyarse tras
los incisivos inferiores, pidiendo entonces al niño que expulse el
aire por la abertura de los dientes, en su parte central. También se
puede ayudar con la mano a la extensión de los labios, ya que las
comisuras han de estar algo retiradas hacia los lados. Si con el uso
del depresor se encuentra alguna dificultad, en este caso, puede
ser sustituido por dos palillos que se sitúan entre los incisivos y los
caninos y que, cruzándose dentro de la boca, mantienen la lengua
bajo ellos en la posición adecuada. Si se consigue una buena arti-
culación por medio del depresor o los palillos, será preciso seguir-
los utilizando repetidas veces hasta que se logre la mecanización de
la postura correcta y ya pueda conseguirse sin su ayuda. También
puede ser utilizada, para el tratamiento del sigmatismo interdental,
según H. Gutzmann, citado por M. Seeman, (1) una sonda trans-
versal, con forma aproximada de arco, con una curva descendente
en la parte central que presiona el centro de la lengua obligándola
a tomar la postura adecuada, formando el canal central, al ser intro-
ducida la sonda entre los caninos.
Otra forma de conseguir la /s/ puede ser a partir del sonido
auxiliar /f/. Se le hace articular éste, que tiene una posición de
lengua semejante y el aire se concetra en la línea media. En ese
momento, se tira del labio inferior hacia abajo, quedando de
esa forma los incisivos unos sobre los otros, produciendo así la
/s/ . También se puede articular una /i / susurrada, cada vez más
débil, hasta que acaba sonando como /s/ .
En el sigmatismo lateral se puede hacer soplar al niño con la
punta de la lengua ligeramente sacada, resbalando el aire a lo largo
de la línea media de la misma. Después, se le hace retirar la punta
de la lengua detrás de los incisivos inferiores, mientras sigue sa-
liendo el aire, a la vez que se unen los dientes, unos sobre otros y
se consigue el sonido deseado.
Otro procedimiento a utilizar en el sigmatismo lateral será
(1) SEEMAN, M. 'Les troubles du langage chez l'enfant" Presses Académiques
Europeénnes, Bruxelles-librairio Maloine S.A. Praís 1967. Pág. 100
oprimir las mejillas, apretándolas contra los molares para impedir
!a salida lateral del aire, que es dirigido así hacia los incisivos.
En el sigmatismo nasal será conveniente taparle la nariz durante
la articulación, para que el aire se vea obligado a salir por la boca.
Colocándole un pequeño espejo bajo las fosas nasales, se le puede
hacer ver ¡a diferencia entre la salida o no salida del aire por las
mismas, observando cuando éste se empañe o quede transparente.
Esta observación puede servir para la corrección de cualquier
fonema nasalizado.
En el sigmatismo palatal, en que el sonido de la /s/ es sustituido
por el de la /ch/, además de enseñar al niño la postura correcta y
tratar de conseguirla ayudándole si es preciso con el depresor o
los palillos, es conveniente también hacerle notar, sobre el dorso
de su mano, la diferente forma en que se da la salida del aire en
uno y otro fonema
Fonema /y/.
El fonema /y/ es Iinguopalatal, fricativo sonoro. En su articula-
ción los labios permanecen entreabiertos y los incisivos ligeramente
separados. El dors o de la lengua se adhiere a la parte media y ante -
rior del paladar duro, dejando en el centro un pequeño canal por
donde corre el aire. Los bordes contactan con la arcada dental
superior, desde los caninos hacia atrás. La punta se sitúa trás los
incisivos inferiores. Al ser una consonante sonora, las cuerdas
vibran durante su emisión.
Se puede dar un defecto de este fonema cuando se apoya exce-
sivamente la lengua contra el paladar, cerrando el canal de salida
del aire, convirtiéndolo así en oclusivo y articulándolo como /ch/.
En este caso, habrá que comenzar indicando la postura correcta de
la lengua, pudiéndose ayudar con el depresor o con una varilla,para
mantener abierto el canal de salida del aire. Al mismo tiempo, se le
147
puede hacer ver la diferencia entre la /ch/ y la /y/, por la sonoridad
de esta última, que puede percibir por las vibraciones laríngeas.
Para conseguir esta articulación también se puede partir del
sonido auxiliar /i/. Sin dejar de producir este fonema, se va es-
trechando el canal de salida del aire, hasta conseguir el fonema /y/.
También se puede conseguir este fonema repitiendo deprisa "ia ia
ia" hasta acabar en "ya".
Fonema /j/.
La consonante /j/ es linguovelar, fricativa, sorda. Para su
articulación los labios y los dientes permanecen entreabiertos. La
lengua se ensancha, estando su parte anterior en contacto con los
alvéolos de los incisivos inferiores. El postdorso se acerca al velo
del paladar sin llegar a cerrar la salida de la corriente de aire, el
cual sale por el canal formado por la lengua y el velo del paladar,
produciendo el sonido característico de este fonema español.
Su defecto se llama jotacismo. Este puede darse al levantar
demasiado la lengua contra el velo del paladar, cerrando así la sali-
da del aire y convirtiéndola en la oclusiva /k/. Para corregirlo, se
le hará observar al niño la posición correcta y se le ayudará con
una varilla a despegar el dorso de la lengua, facilitando así el que
permanezca abierto el canal de salida del aire.
Se puede obtener tambien este fonema a partir del sonido auxi-
liar /g/, que tiene el mismo punto de articulación, con la oposición
que se da entre oclusiva y fricativa y entre sonora y sorda. Hacien-
do gargarismos se perciben fácilmente las vibraciones laríngeas del
fonema /g/. Después se tratará de quitarle la sonoridad, constatan-
do a través del tacto las diferencias entre /j/ y /g/.
También saldrá con facilidad el fonema /j/ haciendo carraspear
con fuerza al sujeto, como si quisiera quitarse algo de la garganta.
148
Fig. 19. Realización del fonema /j/.
C) Articulaciones africadas.
Las articulaciones africadas son aquellas en las que interviene un
momento de oclusión seguido de un momento de fricación, tenien-
do como característica que, tanto la oclusión como la fricación, se
articulan en el mismo punto. En castellano existe una sola conso-
nante africada que es la /ch/.
Fonema /ch/.
Este fonema es iinguopalatal, africado, sordo. Para ser articula-
do los labios avanzan hacia delante y se separan un poco entre sí
dejando ver los dientes, que también están ligeramente separados.
El predorso de la lengua se apoya en la región prepalatal, formando
en principio una oclusión momentánea, que evita la salida del aire,
mientras los bordes de la lengua tocan los molares. En un segundo
tiempo, el predorso de la lengua se separa del paladar, producién-
dose la fricación con la salida del aire por un estrecho canal forma-
do por el dorso de la lengua y el paladar. La punta de la lengua no
desempeña en este fonema ningún papel especial. Al ser una articu-
lación sorda, no se dan vibraciones de las cuerdas vocales.
El defecto de este fonema puede darse al no apoyar la lengua
contra el paladar, a la vez que se sitúa tras los incisivos inferiores,
articulando así, en su lugar, el sonido /s/ .
Para corregirlo, después de indicar al niño la posición que ha de
tomar la lengua, se articula frente al dorso de su mano la /ch/ y la
/ s/, para que pueda percibir la dist inta forma como sale el aire en
una y otra. En la /ch/ la corriente espirada de aire es más violenta
y más caliente, mientras que en la /s/ el aire sale con más suavidad,
de forma silbante y es más fresco. Igualmente se notará la diferen-
149
cia de ambos fonemas, articulándolos frente a una vela encedida,
por la forma más o menos fuerte en que oscile la llama. Cuando
trate de repetirlo el niño, para obtener en la salida del aire los
mismos resultados que el reeducador, obtendrá el sonido /ch/.
También se puede conseguir esta articulación a partir del sonido
/ñ/ , si éste se do mina, p or t ener ambo s el mismo punt o de articula-
ción linguopalatal Se pide al niño que sitúe la lengua en la posi-
ción de este último fonema, colocándole el depresor entre los
dientes para evitar el silbido de la /s/, pidiéndole que articule la
/ch/ , a p artir d e esa postu ra, de manera explosiva.
También a partir de la /s/ se puede lograr la /ch/ haciendo que
emita la /s/ de forma explosiva. Otra forma de conseguirla será
imitando el estornudo sobre la mano o tratando de imitar el soni-
do de la locomotora.
D) Articulaciones nasales.
Consonantes nasales son aquellas que se producen al cerrarse el
canal bucal de salida del aire y al descender el velo del paladar, por
no permanecer adherido a la pared faríngea, realizándose entonces
el paso de la corriente aérea a través de las fosas nasales.
Las consonantes nasales son: la bilabial /m/, la linguoalveolar
/n/ y la linguopalatal / ñ/ . Todas ellas son sonoras.
Fonema /m/.
La consonante /m/ es un fonema nasal, bilabial, sonoro. Para su
emisión los labios se unen, con una tensión muscular media, impi-
diendo la salida del aire a través de ellos. El ápice de la lengua se
apoya tras los incisivos inferiores y el resto de la misma queda
extendida en el suelo de la boca. El velo del paladar desciende,
permitiendo la salida del aire por las fosas nasales y las cuerdas
vocales vibran.
150
El defecto de la /m/ se denomina mitacismo. Este se da, general-
mente, al entreabrirse los labios en el momento de la articulación,
con lo cual la totalidad o parte del aire sale por la boca, obtenien-
do un sonido semejante a la /b/.
Cuando existe dificultad para conseguir este fonema como cual-
quier otro nasal, es muy conveniente la realización previa de ejerci-
cios respitatorios con espiración nasal, para facilitar la salida del
aire por las fosas nasales.
Para conseguir luego la articulación se pedirá al niño que cierre
los labios con presión y que coloque un dedo sobre el ala de su
nariz, para percibir las vibraciones de la misma en la salida del aire,
después de haberlo constatado previamente sobre la nariz del
reeducador. Otra forma de que observe el niño la salida del aire
por las fosas nasales, es colocando un pequeño espejo bajo la nariz
que se empañará cuando la espiración sea nasal.
También se puede obtener la /m/ a partir de la /a/ pronunciando
una /a/ larga y cerrando, poco a poco los labios hasta convertirse
en /m/. Otra forma será a partir de la /n/, si ésta se domina. Se le
hace articular al niño la /n/, prolongando el sonido nasal y pidién-
dole que cierre los labios y de esta forma, aunque las posiciones de
la lengua son diferentes, puede lograrse la / m/.
Fonema /n/.
La consonante /n/ es un fonema nasal, linguoalveolar, sonoro.
Para la articulación de este sonido, los labios y los dientes perma-
necen ligeramente entreabiertos. Los bordes de la lengua se adhie-
ren a los molares superiores en su cara interna, el dorso toca una
parte del prepaladar y el ápice se une a los alvéolos superiores
cerrando así la parte central de la cavidad bucal e impidiendo la
salida del aire por la boca. A la vez, desciende el velo del paladar.
151
permitiendo la salida de la corriente aérea por las fosas nasales,
que va acompañada de vibraciones laríngeas.
Cuando el niño presente dificultades para la articulación de este
fonema, es preciso comenzar, como ya se indicó para todas las
nasales, con ejercicios respiratorios, de espiración nasal, hasta que
consiga dominar la expulsión del aire por la nariz.
De la misma forma que con la /m/, aquí podrá observar el niño
la salida del aire, colocando un pequeño espejo bajo las ventanas
nasales, que se empañará en la emisión de la /»/ con la espiración
nasal. Y también apoyando su dedo en el ala de la nariz, donde
podrá percibir las vibraciones de la misma.
Si al intentar articular la /n/ no une los bordes de la lengua a los
molares superiores, sacando un sonido semejante a la /l/, además
de los ejercicios anteriores, habrá que insistir en enseñarle la posi-
ción correcta de la lengua, ayudándole con el depresor, si es preci-
so, a que la adhiera lateralmente para evitar la salida del aire.
También puede suceder que sustituya la /n/ por la /m/ al cerrar
los labios y los dientes y no apoyar la punta de la lengua contra los
alvéolo superiores.
En este caso, igualmente habrá que insistir en la postura que ha
de adoptar la lengua, sujetándole con los dedos la boca, para que
la mantenga entreabierta y poniéndole el depresor entre los dientes
para evitar que los una.
Fonema /ñ/.
El fonema /ñ/ es nasal, linguopalatal, sonoro. Se articula con los
labios ligeramente entreabiertos, algo menos que en el fonema /n/
y los dientes casi juntos, con solo una pequeña separación. El
dorso de la lengua se apoya contra el paladar duro, comenzando el
contacto desde los alvéolos de los incisivos superiores. Los bordes
152
laterales de la lengua tocan la cara interna de los molares y la pun-
ta queda detrás de los incisivos inferiores sin tocarlos. El velo del
paladar desciende y el aire sale por la nariz, acompañado de vibra-
ciones laríngeas.
Para que el niño constate la salida nasal de la corriente aérea, se
utilizarán los mismos métodos descritos para las articulaciones
nasales anteriores.
Puede suceder que el dorso de la lengua no toque el paladar
haciéndolo tan solo la punta y los bordes, sustituyendo así la
articulación de la /ñ/ por la /n/.
En este caso habrá que indicarle que apoye con energía la len-
gua contra el velo del paladar, pudiéndole ayudar con el depresor a
que levante la lengua en el centro para que pueda tocar el paladar
con ella.
Otro modo de conseguirla es haciendo pronunciar al niño "nia",
"nio", "niu", de donde fácilmente se puede pasar a "ña", "ño",
"ñu".
Si articula bien la /ll/ también se puede partir de este sonido, que
tiene el mismo punto de articulación al ser linguopalatal, para
conseguir la posición tipo para la /ñ/, insistiendo en este caso en el
aspecto nasal de ésta última.
155
F) Articulaciones vibrantes.
Las articulaciones vibrantes se caracterizan porque en ellas se da
una serie de interrupciones momentáneas durante la salida del aire
fonador, producidas por el contacto entre el ápice de la lengua y
los alvéolos, dándose siempre vibración de las cuerdas vocales
durante la emisión del sonido.
En español existen dos consonantes vibrantes, ambas linguo-
alveolares: una vibrante simple /r/ y otra múltiple /rr/.
Fonema /r/.
La consonante /r/ es un fonema vibrante simple, linguoalveolar
sonoro. Se articula con los labios entreabiertos, permitiendo ver la
cara inferior de la lengua levantada hacia el paladar. Los bordes
laterales de la misma se apoyan en las encías y molares superiores,
impidiendo así la salida lateral del aire y la punta toca los alvéolos
de los incisivos superiores. El aire se acumula en la cavidad forma-
da por la lengua y el paladar. Al pronunciar el fonema, el ápice de
la lengua le separa momentáneamente y al desaparecer la breve
oclusión saje el aire en forma de pequeña explosión, que se puede
percibir al colocar el dorso de la mano frente a la boca. Se da
entonces una vibración pasiva de ¡a lengua, producida por ¿a presión
de la corriente de aire espirado, que actúa sobre ella.
La regulación del tono muscular de la lengua es el dato más
importante y el que suele crear la dificultad en la pronunciación de
este fonema.
El defecto de esta articulación, tanto referido a la vibrante sim-
ple como a la múltiple, se denomina rotacismo y se encuentra con
mucha frecuencia en los casos de dislalias-funcionales.
La sustitución del fonema r por otros fonemas se denomina
pararrotacismo, siendo frecuente en el hablar infantil, dentro de
una dislalia normal de evolución, ya que, por la dificultad que
presenta este fonema, aparece relativamente tarde en su pronuncia-
ción correcta, que no suele darse hasta los 4 años en muchos casos.
El rotacismo puede tener distintas denominaciones, según el
lugar donde la r defectuosa es formada.
El rotacismo labial se origina cuando la vibración se da en los
labios y no en la lengua o entre el labio inferior y los incisivos
superiores. Este tipo de rotacismo aparece con escasa frecuencia.
El rotacismo interdental se da cuando la lengua se sitúa entre los
dientes, vibrando en contacto con los incisivos superiores, pro-
duciendo un sonido ceceante.
En el rotacismo bucal, el aire es desviado lateralmente, entre la
lengua y las mejillas, haciendo vibrar estas últimas y sustituyendo
la /r/ por la /l/.
La /r/ velar, o rotacismo velar, es producido por las vibraciones
del paladar blando, articulando el dorso de la lengua contra él,
156
produciendo el sonido de la /g/.
El rotacismo uvular, que se puede considerar como una variedad
del rotacismo velar, es la forma que aparece con mayor frecuencia
en las dislalias. En este caso, la vibración se da en la úvula o campa-
nilla y el sonido emitido es el de la /r/ francesa.
El tratamiento de los fonemas /r/ y /f/, es, por lo general, el más
largo, el que requiere más sesiones para conseguir su corrección.
Como en la articulación de este fonema juega un papel muy impor-
tante la lengua, su tono muscular y su agilidad, es preciso comen-
zar el tratamiento con todos los ejercicios de lengua ya descritos
en el apartado 1.8.1., tanto los que se refieren a movimientos
externos, como los de movimientos internos, pues a través de to-
dos ellos se conseguirá la movilidad deseada y que suele faltar en
los casos de rotacismo. Otra forma del tratamiento indirecto serán
todos los ejercicios de vibración de labios, así como situar la punta
de la lengua en contacto con los alvéolos superiores y hacer soplar
al niño en esta posición.
Paralelamente a estos ejercicios, se iniciará el tratamiento direc-
to de la articulación.
Un modo de obtener el fonema /r/ es partiendo de la pronuncia-
ción de /t/ y /d/ para las cuales la lengua tiene que situarse en una
posición semejante a la /r/ . Fren te al espejo, hacemos pronunciar
al niño, sin ninguna tensión en la lengua y lo más bajo posible, los
sonidos t, d, t, d, después de una inspiración profunda y mien-
tras dura la espiración, haciendo recaer siempre la fuerza del acen-
to sobre la /t/. Es preciso que esto se haga suavemente, con movi-
mientos linguales lo más pequeños posible, haciéndole acelerar el
ritmo poco a po co, hasta hacer lo r ápidame nte. Al realizar el
niño este ejercicio, no hay que centrarle en que debe pronunciar
la /r/, pues en este caso se esforzará en emitir el fonema de la
forma defectuosa en que solía hacerlo, sino que, a través de estos
sonidos auxiliares, deberemos conseguir el fonema, nuevo para él,
de /r/ correcta.
De la misma forma, partiendo de sonidos auxiliares, haremos
articular al niño mientras dura la espiración, los sonidos t, 1, t, 1,
t, 1, ... repitiendo varias veces el ejercicio, con descansos interme-
dios.
Igualmente, se puede partir de la sílaba la, repetida con rapidez:
la, la, la ...
Otra forma de ejercicios será hacer pronunciar al niño una /d/
prolongada, para que el aire penetre en torbellino entre la punta de
la lengua y la parte anterior del paladar duro, produciéndose un
sonido de zumbido, durante el cual se deja sentir la vibración de la
punta de la lengua.
En los casos de rotacismo bucal, en que la /r/ es sustituida por
la /l/, al desviarse el aire lateralmente y hacer vibrar las mejillas, se
157
colocará la mano del niño sobre la mejilla del reeducador, para que
perciba la vibración de ésta al pronunciar la /l/ y la no vibración de
la misma con la /r/. Igualmente, se situara el dorso de su mano
frente a la boca del reeducador para que perciba la explosión de
aire que supone la /r/ y que no se produce con el fonema /l/.
Para facilitarle la pronunciació n correcta en este caso, se le puede
ayudar oprimiéndole las mejillas contra los molares, para evitar así
la salida lateral del aire.
Puede haber casos en que se pronuncie bien la combinación
"tra" y entonces convendrá partir de ella para lograr la /r/. Se le
hará repetir este grupo, tratando de alargar cada vez más la /r/:
tra, trra, trra.... para ir, poco a poco, separando la consonante
inicial: t.ra, t.ra, t.ra, ra,. Este ejercicio se repetirá igualmente con
las restantes vocales.
Fonema /rr/.
La consonante /rr/ es vibrante múltiple, linguoalveolar, sonora.
Los órganos de la articulación se colocan como en la /r/, pero aquí
la punta de la lengua vibra repetidas veces, al formar varias oclu-
siones contra los alvéolos. El ápice de la lengua hace presión sobre
la protuberancia alveolar, pero la presión del aire vence su resisten-
cia permitiendo la salida de la corriente aérea. La resistencia lin-
gual hace volver a la lengua a su posición primitiva, repitiéndose
nuevamente el mismo movimiento con gran rapidez, dando lugar a
la salida del aire en pequeñas explosiones. La correcta pronuncia-
ción de este fonema exige una gran agilidad en la punta de la len-
gua.
Los defectos de este fonema son los mismos que los descritos en
el caso anterior, recibiendo también idénticos nombres.
Para el tratamiento de este fonema, será preciso comenzar como
158
se indicaba en el tratamiento de la /r/, por todos los ejercicios de
agilización de lengua ya descritos (1.8.1.) y de vibración de labios,
Para el tratamiento directo de la articulación también son váli-
dos todos los anteriores ejercicios dirigidos a la /r/, pues además
habrá muchos casos en que ambos fonemas estén ausentes. En esta
situación conviene ejercitar primero la /r/, para después emplearla
en la adquisición de la /rr/.
Cuando se da el caso que el niño domina la vibrante simple, esta
/r / puede ser utilizada como sonido auxiliar para conseguir más
fácilmente la vibrante múltiple. Se le hará pronunciar una /r/
prolongada, lo más anterior posible, muy bajo y con la menor fuer-
za. Entonces, le hacemos avanzar la mandíbula inferior un poco
hacia delante y ayudando el reeducador con sus dedos sobre las
mejillas del niño, le lleva los labios también hacia delante, con-
tinuando con la pronunciación de la /r/ suave, que ira acercándose,
de esta forma, cada vez más a la vibrante múltiple.
También es conveniente, ante el espejo, indicar al niño la posi-
ción tipo del fonema, así como la salida del aire, que él percibirá
sobre su mano.
Otra forma de obtener la /f/ es a partir de las combinaciones tra,
pra ... o de las sílabas inversas ar... haciéndole alargar la r, como se
indicaba para el fonema anterior.
G) Sinfones.
Se denominan sinfones aquellos grupos fónicos en los que
aparecen dos consonantes seguidas de una vocal. El fonema
intermedio, que recibe el nombre de líquido, será la /l/ o la /r/,
que tiene esta denominación porque se funden o licúan con otros,
que se denominan licuantes. Estos son: p, b, f, t, d, g, c. Con ellos
se forman los grupos o sinfones siguientes: pr, br, fr, tr, dr, gr, cr,
pl, bl, fl, tl, gl, cl. La d no se licúa con la l.
La ausencia de los sinfones o ausencia de la consonante líquida
intermedia, es un defecto muy frecuente en las dislalias, diciendo
"pato" por "plato", por ejemplo. También es frecuente que se
sustituya esta consonante intermedia por otra, especialmente en el
caso de la r, para la que se da una mayor dificultad, articulando
más fácilmente el grupo con la 1. Así dirán "plisa" por "prisa".
Esto se da a veces, no solo en los casos de rotacismo, en los que
habrá que comenzar con el tratamiento de éste, sino en los casos
en los que el niño articula bien, la r simple, pero no la tiene incor-
porada a este grupo fónico.
Para su corrección, estos grupos de articulaciones se pueden
clasificar en dos apartados:
a) Aquellos sinfones en cuya articulación intervienen órganos
diferentes, como puede ser bl, ya que el fonema /b/ será
dado por la sepación de los labios y el /l/ por la posición
que toma la lengua.
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A este grupo pertenecen los sinfones: pr, br, fr, pl, bl, fl.
Su corrección es más fácil y, de estar ausentes, conviene
comenzar a trabajar con ellos lo primero.
b) El segundo apartado lo constituye aquellos grupos en que
es el mismo órgano, la lengua, la que entra en actividad,
variando sólo su posición para uno u otro fonema y por
ello presentarán una dificultad mayor que los anteriores.
En cualquiera de los casos hay que comenzar por asegurar-
se que el niño articula, en otras combinaciones silábicas,
los fonemas que van a intervenir en los sinfones a tratar.
En el tratamiento de los grupos pertenecientes al primer
apartado, se sentará el reeducador junto al niño frente al
espejo y se le hará articular, para el grupo bl, la /l/. Sin
mover la lengua de la posición de este fonema, se le hará
llevar los labios a la posición de la /b/, tratando de que
pronuncie los fonemas casi al mismo tiempo y de forma
continuada: l - b - l - bl - bl. De esta manera se conseguirá
fácilmente el sinfón propuesto y los demás de este apartado.
Para los sinfones del segundo grupo, en los cuales la
articulación de los dos fonemas presenta mayor similitud,
además de utilizar el procedimiento, anterior que en algunos
casos puede dar buenos resultados, de hacer articular lenta-
mente y de forma aislada pero continuada, cada uno de los
fonemas, para irlos uniendo cada vez más, en la práctica
resulta muy positivo el introducir una vocal auxiliar que irá
desapareciendo poco a poco. Así, para conseguir el grupo
tra, se comenzará haciendo repetir con rapidez tara ....
tara .... tara, haciendo que ponga la fuerza articulatoria en
la segunda sílaba y articulando la primera vocal átona y
muy breve. De esta forma se acaba convirtiendo en tra.
Igualmente se procederá con los demás sinfones.
160
formar parte de su lenguaje dialogal en todos los niveles. Y aquí,
entre otros medios, podemos utilizar el ritmo.
Emplearemos los fonemas tratados unidos a sencillas estructuras
rítmicas: ca-ca-ca- , ca-ca-ca , ca-ca-ca , o bien: cha , cha-cha ,
cha-cha-cha , cha , cha-cha , etc.
Igualmente se utilizará el fonema en sílaba directa e inversa dentro
de la misma estructura:
sa-sa-sa , as-as- , sa-sa-sa , as-as ; la-la , al-al , la-la.
También se podrá trabajar a la vez los sonidos que confunde para
que aprenda a discriminarlos:
se-se , ce , se-se , ce ; tra-tra , tar-tar , tra-tra , tar-tar.
La combinación del fonema trabajado con distintas vocales puede
ser de utilidad por las ligeras trasposiciones del punto de articulación
que a veces se dan: ra-ra-ra , ri , ra-ra-ra , ri.
Se puede también combinar el fonema trabajado con otro u otros
que ya domine para flexibilizar el movimiento:
re-re , te , re-re , te , re-re , te.
2.3. Ejercicios de repetición.
A medida que se va consiguiendo que el niño articule correcta-
mente el fonema que tenía ausente o defectuoso, por medio de los
ejercicios descritos, es preciso continuar un tratamiento paralelo
hasta lograr que sea integrado en su lenguaje espontáneo, pues el
niño, al irse corrigiendo, comienza articulando correctamente de
forma aislada, en cualquier combinación silábica, pero en su expre-
sión libre vuelve a la misma forma defectuosa que poseía.
Uno de los medios a utilizar para mecanizar y fijar definitiva-
mente la forma correcta son los ejercicios de repetición. Estos
ejercicios comenzarán referidos a palabras que contengan el sonido
a tratar en las distintas posiciones: inicial, media o final. El ree-
ducador pronunciará despacio la palabra que seguidamente será
repetida por el niño. A continuación se utilizarán frases sencillas
que contengan dichas palabras para que, igualmente, sean repetidas
por el niño.
Damos a continuación unas series de palabras que contienen los
fonemas tratados en sus distintas posiciones y que pueden servir de
pauta para la realización de estos ejercicios de repetición. Se trata
rán primero en sílaba directa, inicial, media y mixta y después en
sílaba inversa, final y media.
Fonema /a/.
ama, ala, asa, ata, agua, papa, nata, taza, sala, cara, manzana,
manga, saltar, marca, larga.
Fonema /e/.
ese, ele, este, era, mete, bese, debe, teme, nene, pegue, desde,
verme, tenle, cerque, vence.
161
Fonema /i/.
isa, iré, ir, irme, pipa, tiza, lima, risa, mire, vino, pista, fiesta,
pinza, mil, peine.
Fonema /o/.
oso, ola, ojo, oro, codo, gorro, loro, topo, mozo, bobo, sol,
toldo, bolso, corcho, colchón.
Fonema /u/.
uno, uso, uña, uva, mula, buque, churro, cuna, fuma nube,
punta, pulpo, susto, fuimos, puente.
Fonema /b/.
bata, bebe, bigote, botella, bueno, loba, sube, subida, abogado,
abuelo, cabalgar, beber, subirse, bolsa, busca.
Fonema /?/.
taza, tela, tijera, torero, tulipán, ataque, botella, pitillo, patoso,
título, gastar, atención, Matilde, atormenta, tumbado.
Fonema /d/.
dame, deja, dice, dominó, ducha, nadaba, madera, medida, pisa-
do, maduro , danza, modesto, disco, adomo, dulce, dadme, bebed ...
Fonema /k/.
casa, quema, quita, conejo, cuchara, pecado, paquete, poquito,
escoba, sacude, cálculo, Raquel, quince, acorta, curva.
Fonema /g/.
gato, guerra, guitarra, goma, gusano, pagado, juguete, águila,
bigote, figura, rogar, garganta, guinda, golpe, gusta.
Fonema /f/ .
fama, fecha, físico, folleto, fusil, búfalo, aferra, afila, aforo, re-
fuerza, bunfanda, festejo, filmar, reforma, fustiga.
Fonema / z/.
zapato, ceniza, cine, zoquete, zumo, calzado, encerado, vecino,
azote, azúcar, rezar, almacén, cinta, escozor, azul, paz, pez, bizco,
gozne, juzgar, luz.
Fonema /s/.
sapo, semilla, sirena, sonido, subida, pesado, meseta, pasillo, te-
soro, resumen, saltar, servicio, simpático, resorte, asunto, patatas,
limones, vivís, pollos, tus, pasta, siesta, listo, repostar, suspiro.
162
Fonema /y/.
ya, yema, yegua, yodo, yugo, payaso, oye, joyero, bayoneta,
ayuda, boyar, leyenda, yel mo, mayordo mo, mayúscula.
Fonema /j/ .
jabal í, jefe, ji net e, Josefa , jugue te, moj ado, tejero, cajita, mejora,
orejudo, jazmín, mujer, ágil, cajón, justicia.
Fonema /ch/.
chaqueta, chepa, chino, chocolate, chupete, machaca, mechero,
cachito, pecho, lechuga, echar, chiste, chirla, pichón, chunga.
Fonema /m/.
mapa, mesa, mira, moreno, muñeca, tomate, caramelo, camino,
cómodo, amuleto, martes, remendar, mil, montar, multa.
Fonema /n/.
navaja, nene, nido, noveno, número, mañana, conejo, animal,
anoche, llanura, canal, nervio, níspero, nort e, nunca, pitan, comen,
fin, camión, betún, canto, venda, pinta, escondo, apunto.
Fonema / ñ/.
leña, tiñ e, reñí, dañ o, ceñudo, mañana, añejo, meñique, señorita,
pañuelo, señal, bañista, reñir, peñ ón, español.
Fonema /l/.
lata, leche, liso, lobo, luna, calado, maleta, colina, paloma, pelu
do, largo, lento, listo, melón, columna, dedal, papel, fácil, farol,
azul, calma, selva, mil, polvo, multa.
Fonema /ll/.
llama, lleva, allí, lloro, lluvia, callado, galleta, pollito, bellota,
talludo, callas, taller, pellizco, sillón, pollos.
Fonema /r/.
caramelo, arena, marino, aroma, oruga, caras, arenque, marisco,
farol, eructo, pintar, comer, subir, pastor, curvo, martillo, perdido,
firmado, acorta, surtido, mirar, cardar, arder, morir, servir.
Fonema /?/.
rata, remo, risa, rapta, ruta, garrafa, carreta, derrite, cerrojo,
serrucho, borrasca, renta, barril, rosquilla, barrunta, honrado,
alrededor, Enrique, enroscar, Israel.
Grupo pl.
plato, pl eno, pliego, plomo, plumero, copla, sople, súplica, aplomo,
emplumar.
163
Grupo bl.
blanco, bledo, blindado, bloque, blusa, tablado, roble tablilla
pueblo, ablucción.
Grupo tí.
atlas, Atlántico, atleta, atlético.
Grupo cl.
clase, clemente, clima, cloro, clueca, reclama, tecleo, inclina ancla
recluta,
Grupo gl.
glacial, gleba, glicerina, globo, glucosa, regla, inglés, renglón
arregla, epiglotis.
Grupo fl.
flaco, flecha, afligido, florero, fluido, chiflado , reflejo aflige aflora
anuente. ' '
Grupo pr.
prado, premio, prisa, propina, prudente, lepra, apresar, capricho
aprobar, apruebo. '
Grupo br.
brazo, brecha, brisa, broma, brújula, sobrado, pobreza, sobrino,
libro, abruma.
Grupo tr.
trabajo, trepa, trineo, trozo, truco, letra, atreve, patria, cuatro,
atruena.
Grupo dr.
dragón, drenar, madrina, droga, drupa, piedra, madre, ladrido, cua-
dro, madruga.
Grupo cr.
cráneo, crece, criado, cromo, crudo, miera, lacre, escribe, acróbata,
cruzado.
Grupo gr.
gratis, greca, grifo, grosero, grupo, logra, vinagre, agrio, magro,
agrupa.
Grupo fr.
frase, freno, frito, frota, frutero, cofrade, sufre, Africa, afronta,
frutería.
164
2.4. Ejercicios de expresión dirigida.
165
no, que le motive a expresarse y que facilite el entablar un diálogo
con el reeducador o iniciar una narración.
Cuando en esta forma de expresión domina la articulación o
articulaciones que tenía ausentes o defectuosas, se puede dar total
mente por superada la dislalia funcional que padecía.
166
IX. ESTUDIO DE CASOS
IX ESTUDIO DE CASOS.
CASO N° 1.
Diagnóstico. J. G. Masc, 7 años 2 meses. Es el menor de cuatro
hermanos, las tres mayores chicas, con bastante diferencia de edad
en relación a él. El ambiente y las relaciones familiares son buenas,
con aparente aceptación del problema del niño, pero existe una
actitud de mimo y superprotección hacia él, por ser el único varón
y con una diferencia de edad considerable.
Su articulación está alterada por la existencia de dislalias en dis-
tintos fonemas. Presenta sigmatismo, kappacismo y gammacismo.
En los tres casos se da el error de sustitución, al cambiar el fonema
/s/ por /z/ , el /k/ por /t / y el /g / por /d/ , siendo el defecto perma-
nente en cualquier forma de lenguaje.
Su madurez psicomotora es escasa, presentando especial dificul-
tad para todo tipo de coordinación dinámica. La agilidad buco-fa-
cial es deficiente, principalmente en la lengua. Le cuesta mucho
seguir con ella los ejercicios que se le proponen y cuando lo logra
lo hace de forma muy lenta. Su respiración es poco profunda, no
durando más de 4 segundos la espiración y presenta escasa fuerza
en la intensidad del soplo.
Tiene alguna dificultad para la discriminación auditiva, tanto en
lo que se refiere a sonidos como a fonemas y palabras, siendo
necesario repetirle los ejercicios varias veces para que sea capaz de
diferenciarlos.
169
Tratamiento. En el aspect o familiar se ha orienta do a los padres en
el sentido de que ayuden a que el niño logre la madurez psicológi-
ca propia de su edad, para lo cual, tanto ellos como las hermanas,
deberán dejar de considerarle como un bebé y de tratarle como tal.
En cuanto a la articulación se han seguido los ejercicios articula-
torios referidos a los fonemas que tenía ausentes.
Para el desarrollo de su motricidad se han seguido principalmente
los ejercicios de coordinación motora, que era el aspecto que pre-
sentaba más disminuido y los juegos y ejercicios de habilidad. La
agilidad bucal se ha conseguido fundamentalmente a base de ejerci-
cios de lengua. Su respiración se ha hecho más profunda y ha
adquirido mayor fuerza en el soplo, principalmente con ejercicios
de espiración soplante y otros realizados con distintos materiales.
Ha sido necesario insistir en todos los ejercicios de discriminación
auditiva.
Este niño ha superado completamente el problema que pre-
sentaba, con una integración total de la correcta articulación,
después de seis meses de tratamiento, a razón de tres sesiones
semanales.
CASO N° 2.
Diagnóstico. R. P. Masc, 7 años, 7 meses. Este niño tiene una si-
tuación familiar anómala. Ha pasado los primeros años de su vida
en Estados Unidos, pero al morir su madre se lo trajeron unos tíos,
en cuya familia está integrado, siendo el menor con bastante dife-
rencia junto a dos primos mayores. Suele pasar algunas cortas
temporadas con su padre en Nueva York, donde está casado de
segundas nupcias. El clima familiar actual es bueno, pero se ha
dado en la vida de este niño el problema del bilingüismo, entre el
inglés y el español y por otra parte, uno de los tíos con los que vive
es sudamericano y esto ha influido en la confusión que tiene entre
la /s/ y la /z/ en el lenguaje espontán eo.
En el estudio de su articulación se ha detectado un rotacismo
con ausencia de la /r/ simple y de la múltiple. En ambos casos exis-
te una distorsión del fonema, dando en su lugar un sonido indeter-
minado, apareciendo permanente este defecto en cualquier forma
de lenguaje. La articulación de la /ñ/ también está algo distorsiona-
da al no emitirla con toda claridad, pero sí con bastante aproxima-
ción. En la expresión espontánea, sustituye la /z/ por la /s/ , y suele
omitir la /s/ final de las palabras.
Presenta alguna dificultad en la agilidad buco-facial para los
ejercicios de vibración de labios y para los de elevación de la len-
gua. Su capacidad respiratoria es buena, pero le falta dominio del
soplo en cuanto a la modulación de su intensidad. El tono muscu-
lar es tenso, no presentando en el examen pasividad, ni para el
170
balanceo ni para la caída de los miembros superiores y siendo
escasa su capacidad de relajación.
Tiene un ligero problema de ritmo, principalmente manifestado
para la reproducción de estructuras rítmicas escuchadas, por falta
de memoria auditiva.
Tratamiento. En el aspecto articulatorio se ha tratado este caso
siguiendo los ejercicios indicados para la /r/, /r/ y /ñ / y para los
sínfones con /r/ medial. Se ha insistido en los ejercicios de repeti-
ción y expresión dirigida y espontánea para la automatización de
la /z/ y de la /s/.
Para conseguir la agilidad buco-facial se han seguido los ejerci-
cios de lengua y de labios. Con el fin de lograr el dominio del soplo
se han llevado a cabo los ejercicios respiratorios indicados con
material, principalmente los realizados con matasuegras y velas,
que exigen modular la fuerza del soplo según lo que se le va pidien-
do o la distancia a la que se le van poniendo las velas. Se han segui-
do también con este niño los ejercicios de relajación.
Se han llevado a cabo ejercicios de ritmo, especialmente los
referidos a estructuras rítmicas, con el fin de reforzar su memoria
auditiva.
Al cabo de siete meses de tratamiento, con tres sesiones semana-
les, se ha dado por terminado el caso de este niño, con su total
rehabilitación.
CASO N° 3.
Diagnóstico. J.V. Masc, 6 años, 3 meses. El examen de la articula-
ción de este niño da como resultado la presencia de dislalia con
diversas manifestaciones: rotacismo en la /r/ simple, en cualquier
forma de lenguaje y en todas las posiciones, dándose siempre la
sustitución por la /d /. Aunque en sílaba directa articula bien las
demás consonantes, las omite todas en silaba inversa, en la expre
sión espontánea, tanto si aparecen en medio como en final de pa
labra. En todas las silabas dobles omite la consonante medial. En
el lenguaje espontáneo, sustituye la /g/ por la /v/.
Se aprecia una disminución en su desarrollo psicomotriz ya que
en las conductas motrices de base se da una valoración negativa en
las pruebas de coordinación estática y dinámica y en la rapidez de
movimientos.
Se han podido apreciar también dificultades en aspectos viso-
motores con un nivel de maduración más bajo que el que le corres-
pondía por su edad cronológica. Su estructuración espacial es
deficiente y no tiene seguridad en la orientación derecha-izquierda.
También presenta dificultad para la reproducción de estructuras
rítmicas, no respetando el número de golpes, ni diferenciando los
intervalos de tiempo largos y cortos.
171
Tratamiento. El tratamiento de este niño se ha enfocado funda-
mentalmente al desarrollo de su motricidad, de la percepción y
orientación espacio-temporal y del ritmo, ya que en estos aspectos
es donde han aparecido sus fallos principales. Se ha centrado en
los ejercicios de esquema corporal, coordinación motora y equili-
brio, en lo que se refiere a la psicomotricidad. Se ha seguido el
plan indicado en los ejercicios de percepción y orientación espacio-
temporal y de ritmo. Este niño ha presentado especial dificultad
para superar los ejercicios referidos a la representación gráfica del
espacio y a la reproducción y comprensión de estructuras rítmicas.
Paralelamente se le han trabajo los aspectos articulatorios en
que aparecían fallos. Se han seguido los ejercicios indicados para el
rotacismo y los sinfones o sílabas dobles. Para la omisión de conso-
nantes en sílaba inversa y las inversiones entre /g/ y /v/ dadas en
el lenguaje espontáneo, se han seguido los ejercicios de repetición
y de expresión dirigida y espontánea.
El problema de este niño ha sido superado al cabo de nueve
meses de tratamiento, asistiendo a tres sesiones semanales.
CASO Nº 4|
Diagnóstico. J.F. Masc., 8 años, 6 meses. En el estudio de la anam-
nesis de este niño, se descubren problemas graves de personalidad
y adaptación. Ocupa el tercer lugar entre cinco hermanos y su
desarrollo ha sido normal. Siempre presentó algún defecto de
articulación pero han observado en él que en algunas temporadas
tiene regresiones, con una mayor distorsión de su lenguaje y en
otras habla mucho mejor. Su actitud en la vida familiar es de
rechazo continuo, tanto a los padres como a los hermanos, con Jos
que nunca quiere jugar porque afirma que no le quieren a él. Le
gusta estar siempre solo. Su actitud frente al medio escolar tam-
bién es de rechazo, teniendo todos los días problemas con los
compañeros por su constante agresividad. Su rendimiento escolar
es escaso. No existen problema familiares graves, pero sí se descu-
bre un estado de angustia y ansiedad, especialmente en la madre,
ante los problemas del niño. El trastorno que presenta en su articu-
lación es fundamentalmente el sigmatismo, con una distorsión de
la /s/ que es más acusada cuando aparece en sílaba inversa y que
se da tanto en la expresión repetida como en la espontánea. En
esta última forma de lenguaje también hay una ligera distorsión
de los fonemas /ch/, /t/ y /d/.
En el aspecto psicomotor ha manifestado una falta de coordina-
ción dinámica, no muy acusada.
A través de la prueba del dibujo de la familia, para el estudio de
su personalidad, el niño ha proyectado el rechazo que siente a toda
su familia, jun to a una desvalorización de sí mismo. En la entre -
172
vista para explicar el dibujo, el niño ha llegado a afirmar que él es
el menos feliz de la familia porque nadie le quiere y que desea
morirse.
Se habían realizado anteriormente exámenes neurológicos pero
sus resultados habían sido negativos.
Tratamiento. El caso de este niño es fundamentalmente de origen
psicológico, por lo cual el tratamiento se ha orientado primordial-
mente en este sentido. Se han comenzado a llevar a cabo con él
sesiones de psicoterapia a la vez que se le ha tratado la articulación,
con los ejercicios precisos para la corrección del sigmatismo. Para
la integración correcta de los fonemas /ch/ /t/ y /d/ se han seguido
los ejercicios de repetición y de expresión dirigida y espontánea.
En el aspecto psicomotor se han seguido ejercicios de coordinación
motora para lograr un mejor desarrollo en este sector.
El problema articulatorio de este niño se ha superado en cuatro
meses, con una asistencia de dos sesiones semanales, pero ha conti -
nuado el tratamiento de psicoterapia, ya que persistía el problema
de personalidad y adaptación.
CASO N° 5.
Diagnóstico. L.A. Masc, 6 años, 8 meses. El examen de la articula-
ción de este niño da como resultado la presencia de rotacismo, con
ausencia de la /?/ múltiple que es sustituida por la /g/. Existe tam-
bién una ligera distorsión en la /r/ simple, especialmente cuando
aparece en sílaba inversa y todo ello referido a cualquier forma de
expresión.
En el examen psicomotor ha tenido una valoración negativa en
el aspecto de coordinación estática, con especial dificultad para
mantenerse en equilibrio. En cuanto a la motricidad buco-facial
presenta incapacidad para los movimientos vibratorios de los labios
y escasa agilidad en la leng ua, especialmente ante los ejercicios que
requieren que ésta sea elevada, resultándole más fácil los movi-
mientos laterales.
Tratamiento. El tratamiento de la articulación ha contenido todos
aquellos ejercicios indicados para la superación del rotacismo,
único problema presentado en este caso, con los consiguientes
ejercicios de repetición y expresión dirigida y espontánea, para
lograr la total integración de la pronunciación correcta.
En el tratamiento indirecto dirigido a las funciones que inciden
en el lenguaje, se ha programado el trabajo con este niño en el
aspecto psicomotriz, que es en el que únicamente han aparecido
algunos fallos, con ejercicios de coordinación motora y de equili-
brio. La motricidad buco-facial se ha desarrollado con ejercicios de
173
labios y de lengua.
Su rehabilitación se ha logrado en cinco meses de tratamiento
con dos sesiones semanales.
CASO N° 6.
174
como los ejercicios de repetición y expresión dirigida y espontánea
para lograr la automatización de todo ello.
Se ha seguido el tratamiento programado para el desarrollo de la
motricidad, como igualmente al referido a la estructuración espa-
cio-temporal, y ejercicios de ritmo. También se ha incluido en su
tratamiento la programación de la percepción y discriminación
auditiva, ya que este aspecto debía ser desarrollado.
Se ha pedido a la familia que siga manteniendo la postura de
colaboración que muestra y que traten también ellos de estimular
a la niña para ir logrando su participación activa.
Ha tardado dos cursos escolares, a razón de tres sesiones sema
nales, para poder superar todos los problemas que presentaba.
CASO N° 7.
Diagnóstico. J.D. Masc, 8 años , 1 mes. Es el mayor de seis herma-
nos teniendo otro gemelo con él, que además presenta los mismos
trastornos, habiendo seguido el mismo tratamiento con resultados
semejantes. Según ios datos aportados por la familia, hubo proble-
mas en el parto. A través de la exploración neurológica que le reali-
zaron previa al diagnóstico, se pudieron observar ligeros signos de
inmadurez. Aunque su desarrollo afirman que ha sido normal,
los padres han observado siempre en él una falta de habilidad
motora además de ¡a dificultad articulatoria.
Presenta un rotacismo con ausencia de la /rr/ múltiple, que la
sustituye por la /r/ simple. También existe una ligera distorsión
de la /r/ en los sinfones o sílabas dobles. Todo ello en cualquier
forma de expresión.
Su motricidad es el aspecto que aparece más deteriorado, con
una valoración negativa de las conductas motrices de base en
general. La movilidad buco-facial es muy deficiente, especialmente
en ¡o referente a la lengua que se le agarrota y es incapaz de elevar-
la y menos aún de conseguir su vibración ni la de los labios. Se
puede afirmar que, en general, sus órganos activos de la articula-
ción presentan habitualmente una postura muy estática. Su respira-
ción es poco profunda y entrecortada, no manteniendo la espira-
ción más de 6 segundos y tiene escasa fuerza en el soplo. No
consigue en la prueba la pasividad de sus miembros para el balan-
ceo y la caída, ni logra relajarse por el tono tenso que mantiene.
También se encuentran dificultades en el aspecto visomotor,
con un nivel de maduración más bajo de lo que corresponde a su
edad. El ritmo espontáneo que manifiesta es muy deficiente,
con golpes irregulares y aceleraciones repentinas.
Tratamiento. El tratamiento de la articulación ha consistido en
todos los ejercicios programados para el rotacismo y los sinfones.
175
así como los de repetición y expresión para la fijación de la articu-
lación correcta, una vez conseguida ésta.
Se ha seguido la programación para el desarrollo de la motrici-
dad, la agilidad buco-facial, la respiración y relajación y la capaci-
dad rítmica.
Aunque presentaba un solo problema articulatorio, ha tardado
mucho tiempo en superarlo, por el déficit que tenía en las activida
des básicas que incidían en él. Ha estado asistiendo a tres sesiones
semanales durante un curso entero hasta lograr su rehabilitación.
CASO N° 8.
Diagnóstico. CE. Masc, 6 años, 9 meses. La anamnesis de este
niño pone de manifiesto que hubo problemas en el parto, que fué
excesivamente largo. Su desarrollo motriz y del lenguaje fué lento,
pues empezó a andar y a hablar tardíamente y siempre tuvo los
defectos de articulación que presenta actualmente. Con anterio-
ridad le habían hecho exploración neurológica, dando como resul-
tado signos de inmadurez.
Su lenguaje está muy distorsionado y el examen de su articula-
ción revela la presencia de dislalias que afectan a diversos fonemas.
En primer lugar, aparece rotacismo, con sustitución de la /rr/ por
la /g/. La /r/ simple está distorsionada, siendo más marcada esta
alteración cuando aparece en sílaba inversa y especialmente si está
en medio de la palabra. Existe también un deltacismo con una
distorsión de la /d/, especialmente cuando va en medio de la
palabra. Sigmatismo con omisión total de la /s/ si está en sílaba
inversa. Lambdacismo, con omisión de la /l/ cuando aparece en
sílaba inversa. No articula ninguno de los sinfones, haciendo una
distorsión de la consonante intermedia, que siempre son la /r/ o
/l/ que tiene afectadas. Todo esto se da en cualquier forma de
expresión.
El examen de la motricidad da como resultado una falta de
desarrollo en este aspecto, con una valoración negativa en las
conductas motrices de base. La agilidad buco-facial está disminui-
da, con especial dificultad para los movimientos de la lengua.
En la organización perceptiva, también se encuentra limitación.
La organización espacial es igualmente deficiente y no tiene seguri-
dad en las coordenadas derecha-izquierda. Su problema en el ritmo
es ligero, manifestando su dificultad sólo para la reproducción de
estructuras algo complicadas, confundiéndose más en el número
de golpes que en la duración de los intervalos.
Tratamiento. En este caso se ha programado el tratamiento en el
aspecto articulatorio, con todos los ejercicios indicados para la
obtención de los fonemas ausentes y para la automatización poste-
rior de las formas correctas.
176
Se han seguido los ejercicios de psicomotricidad y los buco-fa-
ciales, para lograr un mejor desarrollo motriz del niño y la agilidad
que precisa para la articulación. Igualmente se ha seguido la pro-
gramación para el desarrollo de la percepción y la orientación
espacial, intercalando también algunos ejercicios de ritmo, espe-
cialmente los referidos a estructuras rítmicas.
La rehabilitación de este niño ha sido muy rápida en proporción
a los problemas que presentaba y a la distorsión que existía en su
lenguaje. Lo ha superado todo en cinco meses de tratamiento, a
razón de tres sesiones semanales.
177
CONCLUSIONES
179
4. El medio que vemos más idóneo para tratar de prevenir la disla-
lia funcional es la existencia de educación preescolar para todos,
ya que a través de ella se desarrollarán, en la edad adecuada,
todos aquellos factores cuya maduración es necesaria para lograr
una correcta articulación. La educación preescolar ayudara al
niño a conseguir el desarrollo psicomotor que precisa en cada
etapa; le proporcionará el conocimiento y la organización de su
esquema corporal; le ayudará a lograr una correcta estructura-
ción espacio-temporal; desarrollará su capacidad de percepción
y colaborará en la educación del ritmo y del oído. Todos estos
aspectos, en mayor o menor medida, se encuentran disminuidos
en los niños que presentan dislalia funcional y precisamente la
falta de maduración en los mismos es la causa del problema que
padecen.
5. Otro medio que se puede sugerir como preventivo, es la práctica
de la expresión corporal, desde una edad temprana, ya que
facilita un desarrollo armónico y una coordinación motriz,
ambos de gran importancia dentro del problema que tratamos.
6. La experiencia también pone de manifiesto que tiene una gran
importancia la relación interpersonal entre el reeducador y el
niño, como terapia eficaz para conseguir el desbloqueo afectivo.
7. Finalmente, vista la influencia que tienen los factores psicológi-
cos en la etiología de la dislalia, los cuales están íntimamente
relacionados con los problemas familiares, se ve la necesidad de
trabajar por una educación e integración familiar, que ayude a
mejorar las relaciones interpersonales dentro del seno de la
familia, para que la convivencia en ella sea en todo momento
estimulante y gratificadora y que nunca llegue a constituir un
trauma en la evolución del niño.
180
BIBLIOGRAFÍA.
LESTER TARNOPOL, Se. O.; Dificultades para el aprendizaje. Ed. Prensa Médica
Mexicana. México, 1.976; 324 págs.
181
NIETO, H.: Anomalías del lenguaje y su corrección. Ed. Librería de Medicina. México,
1.967.493 págs.
NIETO, M.: El niño disléxico. Ed. Prerua Médica Mexicana, México. 1.975; 293 págs.
PELARDA, M.; GÓMEZ, A.: Reeducación de dislexiat. Ed. CEPE. Madrid, 1.978;
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PIAGET, J.: flVHELDER, 8.: Psicología del niño. Ed. Morata. Madrid, 1.975; 6» edic;
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PICQ, L.; VAYER. P_- Educación pacomotriz y retraso mental. Ed. Científico-Médica.
Barcelona, 1.969. 274, págs.
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Madrid. 1.973; 7» edic; 223 págs.
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356 págs.
ROSER, G.: Uanual de educación psicomotriz. Ed. Toray-Masson.; 3» edic. Barcelona,
1.975; 140 págs.
SEEMAN, M.: Les troublesdu langage chez l'enfant. Ed. Presses Académiques Européen-
nes. Bruxelles, 1.967; 312 págs.
182
INDICE.
Págs.
Introducción 7
I. Proceso del desarrollo del lenguaje 11
II. Órganos que intervienen en la articulación 15
1. Órganos de la respiración 17
1.1. Funció n respirator ia y tipos de respiración. . 18
2. Órganos de la fonación 20
2. 1. Constitución anatómica de la laringe 20
2.2. Función fonatoria de la laringe 21
3. Órganos de la articulac ión 22
3. 1. Órganos activos de la articulación 22
3.2. Órganos pasivos de la articulación 22
III. Conce pto y clasificación de las dislalias 25
1. Dislalia evolutiva 28
2. Dislalia funcional 28
2.1 . Etiología 29
2.2. Sintomatología 32
3. Disialila audiogen a 33
4. Dislalia orgánica 34
4. 1. Disartria 34
4.2 . Disglosia 35
IV. Tipos de errores en la dislalia funcional 37
1. Sustitución 39
2. Omisión 40
3. Inserción 40
4. Distorsión 41
V. Incidencia reciproca entre el habla y la personalidad . 43
1. Situación y aceptació n familiar 46
2. Actitu d del niño frente a su problema 47
3. Situación escolar 47
183
VI. Diagnóstico de la dislalia funcional 49
1. Anamnesis 52
1.1. Datos personales 52
1.2. Datos familiares 53
2. Articulación 53
2.1 . Lenguaje repetido 54
2.2. Lenguaje dirigido 54
2.3 . Lenguaje espontá neo 54
3. Inteligencia 55
3.1 . Desarrollo intelectual 55
3.2. Comprensión verbal 56
4. Psicomotricidad 56
4.1 . Conductas motrices de base 56
4.2 . Motricidad buco-facial 57
4.3. Conducta respiratoria 58
4.4. Tono y relajación 58
5. Percepción y orientaci ón espacial . 59
5.1 . Organización perceptiva 60
5.2. Organización del espacio 60
6. Percepción temporal y ritmo 60
7. Percepción y discriminación auditiva 61
7.1 . Discriminación de sonid os 61
7.2. Discriminación de fonemas 61
7.3 . Discriminación de palabras 61
8. Personalidad 62
9. Examenes complementar ios 62
VII. Tratamiento 63
1. Enfoque pluridimensional del tratamiento . . . . . . 65
2. Necesidad de tratam iento precoz 66
3. Condiciones que debe tener la reeducación 66
3.1. Relación personal entre el reeducador y el niño 66
3.2. Carácter progresivo de la reeducación 67
3.3. Utilización de técnicas fundamentales en prin
cipios pedagógicos 67
3.4. Colaboración de los padres 67
3.5. Medio en que debe realizarse la reeducación 68
VIII. Programación del tratamiento 69
1. Tratamiento indirecto dirigido a las funciones
que inciden en la expresión oral del lenguaje. . . . 72
1.1. Ejercicios respirato rios 72
1.2. Ejercicios de relajación 85
1.3. Ejercicios de psicomot ricidad 98
1.4. Ejercicios de percepción y orientación
espacial 104
1.5. Ejercicios de percepción y orientación
temporal 112
1.6. Ejercicios de ritmo 115
1.7. Ejercicios de percepción y discriminación . .
auditiva 118
184
1.8. Ejercicios buco-faciales 121
2. Tratamiento directo de la articulación y de su. ..
integración en el lenguaje espontá neo 125
2.1. Ejercicios articulatorios 126
2.2. Utilización del ritmo como medio de automa-
tización de la articulación correcta 160
2.3. Ejercicios de repetición 161
2.4. Ejercicios de expresión dirigida 165
2.5. Ejercicios de expresión espontánea 165
IX. Estudio de casos 167
Conclusiones 179
Bibliografía 181
185
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