Giordano Bruno fue un filósofo, astrónomo y teólogo italiano del siglo XVI. Propuso teorías revolucionarias como que el universo era infinito y contenía múltiples mundos habitados, lo que chocaba con las creencias de la Iglesia católica. Fue juzgado por herejía, encarcelado durante 7 años y finalmente quemado en la hoguera en 1600 en Roma. Sus ideas científicas influyeron a otros pensadores a pesar de su muerte.
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Giordano Bruno fue un filósofo, astrónomo y teólogo italiano del siglo XVI. Propuso teorías revolucionarias como que el universo era infinito y contenía múltiples mundos habitados, lo que chocaba con las creencias de la Iglesia católica. Fue juzgado por herejía, encarcelado durante 7 años y finalmente quemado en la hoguera en 1600 en Roma. Sus ideas científicas influyeron a otros pensadores a pesar de su muerte.
Giordano Bruno fue un filósofo, astrónomo y teólogo italiano del siglo XVI. Propuso teorías revolucionarias como que el universo era infinito y contenía múltiples mundos habitados, lo que chocaba con las creencias de la Iglesia católica. Fue juzgado por herejía, encarcelado durante 7 años y finalmente quemado en la hoguera en 1600 en Roma. Sus ideas científicas influyeron a otros pensadores a pesar de su muerte.
Giordano Bruno fue un filósofo, astrónomo y teólogo italiano del siglo XVI. Propuso teorías revolucionarias como que el universo era infinito y contenía múltiples mundos habitados, lo que chocaba con las creencias de la Iglesia católica. Fue juzgado por herejía, encarcelado durante 7 años y finalmente quemado en la hoguera en 1600 en Roma. Sus ideas científicas influyeron a otros pensadores a pesar de su muerte.
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Giordano Bruno
Giordano Bruno, de nacimiento Filippo Bruno (Nola, provincia de Nápoles,
1548 - Roma, 17 de febrero de 1600) fue un astrólogo, filósofo, matemático y poeta italiano.
Sus teorías cosmológicas superaron el modelo copernicano, pues propuso que
el Sol era simplemente una estrella; que el universo había de contener un infinito número de mundos habitados por animales y seres inteligentes. Miembro de la Orden de los Dominicos, propuso en el campo teológico una forma particular de panteísmo, lo cual difería considerablemente de la visión cosmológica sostenida por la Iglesia católica.
Además de estos razonamientos, sus afirmaciones teológicas también
fueron otra de las causas de su condena, que lo llevaron a ser ejecutado por las autoridades civiles de Roma después de que la Inquisición romana lo encontrara culpable de herejía. Fue quemado en la hoguera. Tras su muerte, su nombre ganó fama considerable, particularmente en el siglo XIX y principios del XX.
Nació en Nola, a unos 20 km de Nápoles, entonces bajo el dominio español.
Estudió en Nápoles desde los diez años, en 1565 ingresó a la Orden de los Dominicos, donde se dedicó al estudio de la filosofía aristotélica y a la teología de Santo Tomás de Aquino (tomismo). Ese mismo año cambió su nombre de pila, Felipe, por el de Giordano. En 1575 fue trasladado al convento de la Minerva en Roma y fue ordenado sacerdote.1
Expresó en escritos y conferencias sus ideas científicas acerca de la
pluralidad de los mundos y sistemas solares, el heliocentrismo, la infinitud del espacio y el Universo y el movimiento de los astros. Sus opiniones suscitaron un escándalo, y se formularon 130 artículos de acusación contra él. Por temor a la Inquisición, a los veintiocho años abandonó la "prisión angosta y negra del convento" y huyó de Roma en 1576, comenzando una vida errante y aventurera. Desde entonces pudo decir con razón, que "toda la tierra es patria para un filósofo". Viajó por el norte de Italia: Génova, Savona, Turín, Venecia, Padua, enseñando gramática y cosmogonía a los niños para ganarse la vida. Al mismo tiempo estudió intensamente las obras de Nicolás de Cusa, Telesio y adoptó el sistema de Nicolás Copérnico, lo que le valió ser combatido tanto por los católicos como por los protestantes. Se trasladó luego a otras regiones, como Ginebra 1579 y Lyon. En la Universidad de Toulouse se doctoró en teología y enseñó dos años (1580- 1581). Escribió la Clavis magna (lulista) y explicó el tratado De Anima de Aristóteles. Tras recorrer otras regiones y realizar diversos escritos, regresa a Italia, fijando su residencia en Venecia, donde la Inquisición veneciana lo encarcela el 23 de mayo de 1592 y es reclamado por Roma el 12 de septiembre de 1592, pasando otros siete años en prisión, acusado de blasfemia, herejía e inmoralidad, para finalmente ser condenado, por herético, impenitente, pertinaz y obstinado, a la hoguera, en la que murió el 17 de febrero de 1600 en Campo de' Fiori, Roma. Murió estoicamente, sin exhalar un grito. Rechazó al sacerdote que quería darle a besar el crucifijo. En 9 de junio de 1889 se erigió por suscripción internacional una estatua en el lugar de su muerte, exaltando su figura como mártir de la libertad de pensamiento y de los nuevos ideales.
Según la Enciclopedia de filosofía de la Universidad de Stanford, «en 1600
no había una postura oficial de la Iglesia Católica sobre el sistema copernicano, y ciertamente no era una herejía (aunque sus razonamientos eran opuestos al sistema ptolemaico que prevalecía entre la jerarquía católica). Cuando Giordano Bruno fue quemado en la hoguera como hereje, no tuvo nada que ver (en un sentido oficial, aunque si tuvo que ver en un sentido de "principios religiosos") con sus escritos en apoyo de la cosmología copernicana.» Entre sus afirmaciones teológicas que se consideraron heréticas estaban las siguientes: que Cristo no era Dios, sino meramente un mago excepcionalmente hábil, que el diablo se salvará y otras.
Según Isaac Asimov, su muerte tuvo un efecto disuasorio en el avance
científico de la civilización, particularmente en las naciones católicas pero, a pesar de esto, sus observaciones científicas continuaron influyendo en otros pensadores, y se le considera uno de los precursores de la revolución científica
Una obra de Giordano Bruno
Los Heroicos Furores (resumen) Siendo como es tan compleja y varia la creación filosófica de Giordano Bruno, abordamos en esta breve reseña monográfica uno de los temas capitales, sin duda, del ilustre discípulo italiano y de toda la producción filosófica y literaria del Renacimiento. La obra de la cual iniciamos a continuación un somero estudio y síntesis fue intitulada por su autor De los heroicos furores. ¿Qué quiere esto decir? Difícil se nos hace presentar aquello que no precisa palabras y es el dios sumario y burlón que ata, liga, estrecha, vincula y relaciona todas las cosas vivas e inertes del universo animado. ¿Lo llamaré amor? ¿Utilizaré aún ese viejo nombre gastado que define hoy ya a la caterva de afectos pordioseros y burgueses que cruzan las almas innobles? -Los heroicos furores- es el apelativo que utilizó Bruno, y aun quiso llamarlo Cántico. -Heroicos-, esto es, valientes y esforzados. -Furores-, es decir, pasiones de fuego, ígneos sentimientos, empresas, cruzadas, peregrinajes, rutas, conquistas. Traduciendo: la furia del héroe, la pasión del alma y el humano corazón por fundirse en indisoluble abrazo con la esfera de la perfección, el reino de los arquetipos, el mundo superior, celeste, real. Tal es el propósito de Bruno. La obra que nos ocupa ve la luz el año 1584.
El tema de los amores, divinos y humanos, y la mística contemplación de las
formas y sus ocultas esencias, no es único y exclusivo de nuestro autor. El propio Dante en La divina comedia o La vida nueva nos ofrece una exquisita muestra de dedicación al tema. Asimismo, Pico de la Mirándola, Marsilio Ficino, León Hebreo, Baltasar Castiglione o el propio Lorenzo de Médicis han expuesto y comentado con lujo de detalles e ideas las aventuras del amor tras de su eterna presa. John Charles Nelson, en su obra Renaissance Theory of Love, nos ofrece una buena muestra del ramo.