Compendio Rosacruz
Compendio Rosacruz
Compendio Rosacruz
OCCIDENTAL
por Francisco-Manuel Nácher
11.- Proporciona a sus miembros los métodos para hacerse acreedores a las
Iniciaciones Menores, que suponen el desarrollo, en un tiempo comparativamente
corto, de las facultades supranormales que toda la Humanidad posee en potencia, y
que ha de desarrollar lentamente, a lo largo de su evolución, bien entendido que
las Iniciaciones no se otorgan a nadie, sino que se merecen mediante el propio
crecimiento espiritual.
15.- Fue fundada por Max Heindel en 1909 tras su permanencia, en 1908, en
la residencia de los Hermanos Mayores de la Orden Rosacruz, en Europa y,
durante la cual, le impartieron sus conocimientos y le encargaron hacer público lo
que hasta entonces se había conservado en secreto, dado que la Humanidad había
alcanzado un estadio de desarrollo en el que ya se la podía instruir en una fase más
elevada de la religión cristiana. Los Misterios a que se refería Cristo en Mateo
13.11 y Lucas en 8:10, podían darse ya a los muchos y no a los pocos. La
Fraternidad Rosacruz sería, pues, la mensajera de los Hermanos Mayores de la
Orden Rosacruz y la depositaria de la Sabiduría Occidental, como encargada por
ellos de preparar al mundo para la próxima Era de Acuario, y de proporcionarle así
la futura religión de la Humanidad.
II.- Por otro lado, hay un matiz de la Ley del Perdón de los Pecados que es
muy interesante: todo pensamiento, palabra, obra, deseo, emoción o sentimiento
que experimentamos, queda grabado, como se expone en el “Concepto rosacruz
del cosmos”, en el átomo-simiente del Cuerpo Físico. Y, en el momento de la
muerte, se regraba en el átomos-simiente del Cuerpo de Deseos. De modo que, al
llegar, tras dejar este Mundo, al del Deseo, esas vivencias serán revividas, pero
pasivamente, experimentando nosotros, como víctimas, todo el daño que hicimos.
Eso es lo que las religiones llaman el “infierno” (que, ni existe como tal ni es
eterno) o el “purgatorio”. Con ello el Ego, el Espíritu en evolución, aprende a
cumplir las Leyes Naturales infringidas durante la última encarnación y, en la
siguiente, ya nacerá en el Mundo Físico con la tendencia innata a no hacer
determinadas cosas. Pues bien, si esos pecados fueron “borrados” por un
arrepentimiento sincero, como ello supone que esa lección ya la hemos aprendido
bien, al llegar, tras la muerte, al Purgatorio, aquellas escenas no aparecerán,
habrán desaparecido del átomo-simiente y no las habremos de revivir en pasiva,
como se ha dicho.
e.- La Ley del Amor es la última gran ley Natural enunciada históricamente.
Y lo fue por el propio Cristo: “Estos diez mandamientos se resumen en dos: ama a
Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo”.
Si se medita un poco, pronto se llega a la conclusión de que, a quien ama a
Dios como fuente permanente de la vida, y a su prójimo como a sí mismo, le
resulta imposible infringir ninguno de los Diez Mandamientos, es decir, le resulta
imposible pecar.
En la Ley del Amor está profundamente arraigado el fundamento del
mecanismo de las Leyes Naturales que rigen el comportamiento de los seres vivos.
COMPENDIO DE LA FILOSOFÍA ROSACRUZ O SABIDURÍA OCCIDENTAL.- Francisco-Manuel Nácher
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Si se ama a los demás seres vivos, las Leyes Naturales estarán con nosotros. Si no
se ama a los demás seres vivos, ello significará que nos amamos más a nosotros
mismos, con lo cual, las Leyes Naturales entrarán en juego en nuestra contra, para
enseñarnos la lección del amor inegoísta.
Pero, ¿por qué hay que amar al prójimo como a uno mismo? Sencillamente
porque, como chispas emanadas de Dios y en Dios, formamos parte de Él, porque
nuestra vida y la de los demás seres vivos es toda una y la misma vida: la vida de
Dios. Porque, en este plano físico, tenemos conciencia de nuestra propia
individualidad, pero hay planos más elevados donde la conciencia es, a la vez,
individual y colectiva, y donde comprobamos que todos somos uno y que, lo
mismo que nuestros cuerpos físicos están desde siglos y siglos utilizando para su
formación las mismas materias minerales, y estamos respirando el mismo aire, y
estamos bebiendo la misma agua y compartiendo la misma luz y el mismo cielo y
la misma tierra, también estamos recibiendo y “viviendo como propia” la misma
vida, estamos sintiendo como propio el mismo amor, usufructuamos la misma
autoridad y disfrutamos de la misma capacidad creadora, porque toda la vida y
todo el amor y toda la autoridad y toda la capacidad creadora provienen y son de
Dios.
Por eso el amor al prójimo es lógico y justo, y perjudicarlo es ilógico e
injusto. Porque, en el fondo, nos perjudicamos a nosotros mismo. De ahí la Ley
del Amor.
Y, de la Ley del Amor, deriva una ley natural menor, pero que es
característica del cristianismo: la Ley del Sacrificio. Pero un sacrificio que es
idéntico al amor. El amor nos inspira el deseo de compartir, de dar, de ayudar, en
una palabra, de sacrificarnos por el ser amado. Pero es un sacrificio gozoso, pues
el sacrificio sólo es doloroso cuando se hace sin amor verdadero. Por eso el
cristianismo, basado en la Ley del Amor, habla con gran respeto del sacrificio:
porque amor y sacrificio inegoísta son una misma cosa. Y quede claro que no
merecen el calificativo de sacrificios ciertos actos o conductas que la religión
exotérica aconseja o alaba (azotes, cilicios, penitencias, etc.), con una idea
totalmente injusta y deformada de Dios, como si Él pudiese beneficiarse o
disfrutar con nuestro dolor.
PRIMERA PARTE
Constitución actual del hombre y método de su desarrollo.
SEGUNDA PARTE
Cosmogénesis y antropogénesis
18.- Para una aclaración perfecta de las múltiples preguntas que “El
concepto Rosacruz del cosmos” hace nacer en el espíritu del lector, la obra de Max
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Heindel, en dos volúmenes, “Filosofía rosacruz en preguntas y respuestas” resulta
definitiva, esclareciendo un sinfín de detalles, casos particulares y matices.
22.- Todas las obras de Max Heindel son fruto de sus propias
investigaciones ocultas, ello sin perjuicio de las Enseñanzas recibidas de los
Hermanos Mayores. Dedicó su vida a la investigación, con el fin de allanar el
camino a la Humanidad, y puso al servicio de tal fin sus enormes facultades
superiores, que le permitían llegar, con toda fidelidad, hasta la Región Abstracta
del Mundo del Pensamiento.
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