Germinacion de Semillas en Plantas Dicotiledoneas

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GERMINACION DE SEMILLAS EN PLANTAS DICOTILEDONEAS

INTRODUCCION – La Semilla
Por lo general, todos sabemos qué es una semilla: esa parte dura en la mayoría de frutos
que, si se siembra en las condiciones adecuadas, puede dar lugar a una nueva planta. Y
aunque una definición tan básica y sencilla como esta es correcta en la gran mayoría de
casos, lo cierto es que estos pequeños tesoros de la evolución tienen una importancia
enorme en una parte muy grande del reino vegetal, por lo que vale la pena pararse a
observarlas y conocerlas en profundidad.
Si buscamos dar una definición más exacta, una semilla es una parte de las plantas con
flores (o fanerógamas), que habitualmente se encuentra en el interior del fruto y que
tiene en su interior el embrión que, bajo circunstancias favorables, puede dar lugar a una
nueva planta.
Las semillas son, en la mayor parte de las especies de interés agrícola, el principal
mecanismo de reproducción. Las semillas están constituidas por un embrión y por
compuestos de reserva (glúcidos, proteínas, lípidos), rodeados ambos por las cubiertas
seminales. No obstante, esta esta estructura general varía entre las diferentes especies
principalmente en relación al tipo y proporción de los compuestos de reserva y a las
características de las cubiertas seminales.
de éxito de la futura planta.
Partes de la semilla
Desde fuera las semillas pueden parecer compactas y homogéneas, pero en su interior se
pueden distinguir varias partes muy bien diferenciadas. Estas son las principales partes
de la semilla:
 Embrión: el embrión es, como en los animales, la pequeñísima planta a partir de
la cual se desarrollará el nuevo espécimen. Está contenido en el interior de la
semilla en estado aletargado, esperando el momento de germinar. Dentro del
propio embrión se distinguen 4 partes:
 Radícula: es la primera raíz del embrión. A partir de ella surgirán todas las otras
raíces de la planta.
 Plúmula: una yema, en el extremo enfrentado a la radícula.
 Hipocótilo: el espacio entre las dos partes anteriores. Cuando crezca, formará un
tallo.
 Cotiledón: puede ser solo uno o dos, dependiendo de si la plata es
monocotiledónea o dicotiledónea. Son las primeras hojas de la planta, que no son
hojas verdaderas como tal.
 Endospermo: esto ocupa la mayor parte del volumen de la semilla, y es una
reserva de nutrientes y alimento para que el embrión se alimente de él en sus
primeras etapas de desarrollo. Habitualmente está compuesto principalmente de
almidón. También se le llama albumen.
 Epispermo: es la capa exterior, que en muchos casos es dura y aísla el embrión y
el endospermo de los depredadores y amenazas.
En Dicotiledóneas, como la semilla del poroto, las habichuelas, es decir, las
leguminosas. Están formadas por dos cotiledones, aparte del embrión, cuya función es la
de almacenar alimentos para la planta. Las dicotiledóneas absorben el agua, hinchándose
hasta que su capa exterior se divide, va formando el germen que da origen a la raíz
primaria, que comienza a ramificarse lateralmente, formando las raíces secundarias,
extrayendo del suelo el agua y los nutrientes que precisa para su crecimiento.
Continuando con este proceso, el tallo irrumpe hacia el suelo junto con los cotiledones en
forma de hoja, al aparecer las primeras hojas, los cotiledones caen.
Función de las semillas
Las semillas cumplen en las plantas espermatofitas o fanerógamas exactamente la
misma función que los huevos en los animales ovíparos. Son su forma de propagarse y
de hacer crecer su población. La principal diferencia con este sistema en los animales, las
plantas no cuentan con su libertad de desplazamiento ni muchas de sus capacidades.
Debido a esto, han tenido que desarrollar distintas formas de colonizar nuevos territorios.
Las semillas contenidas en los frutos o flores son uno de los más exitosos resultados de
esta carrera por la supervivencia.
La mayoría de frutos tienden a albergar semillas en su interior. Cuando el fruto cae al
suelo, o cuando es consumido por algún animal, las semillas acaban llegando a la tierra,
esparcidas por acción de los elementos, como el viento, o de los propios animales.
Muchas semillas siguen siendo capaces de germinar incluso después de haber pasado
por todo el aparato digestivo de un animal, contribuyendo así a la propagación por
terrenos lejanos a la planta de origen.
Las semillas, una vez finalizado su desarrollo sobre la planta madre, permanecen en un
estado de “reposo” hasta que se dan las condiciones para su germinación. Este estado
puede venir determinado por la existencia de condiciones ambientales desfavorables o
por la existencia de factores que actúan desde la propia semilla no permitiendo su
germinación hasta que las circunstancias sean las adecuadas. Una semilla que cae al
suelo cuando las condiciones de temperatura o humedad no son las adecuadas, no
germinará hasta que estas mejoren.
En el primer caso se dice que la semilla está en un estado de Quiescencia y en el
segundo que la semilla presenta Dormición.
La Imbibición de las semillas quiescentes, en condiciones óptimas de temperatura,
oxigenación e iluminación, pone en marcha un conjunto de mecanismos fisiológicos que
permiten su germinación y el posterior desarrollo de la plántula.
Muchas de ellas pueden pasar largos periodos de tiempo en estado de espera, protegidas
por su capa exterior hasta que llegue el momento de la germinación de las semillas.
Esta distinción, que podría parecer pequeña, supone un gran incremento en las
probabilidades de éxito de la futura planta.
CONCEPTO DE GERMINACION
La germinación se inicia con la entrada de agua en la semilla (Imbibición) y finaliza con el
comienzo de la elongación de la radícula. En condiciones de laboratorio, la posterior
rotura de las cubiertas seminales por la radícula es el hecho que se utiliza para considerar
que la elongación ha tenido lugar (criterio fisiológico). Sin embargo, en condiciones de
campo no se considera que la germinación ha finalizado hasta que se produce la
emergencia y desarrollo de una plántula normal (criterio agronómico).
Previo a la transformación del óvulo en semilla, debe ocurrir la polinización y luego la
fecundación. Existen dos tipos de fecundación:

 Fecundación simple en las Gimnospermas.

 Fecundación doble de las Angiospermas: recordar que un anterozoide se une


a la oósfera y forma la cigota diploide y que ésta por mitosis desarrollará el
embrión. El otro anterozoide se une con la célula de los dos núcleos polares y
origina el tejido triploide llamado endosperma. Como ocurren dos fecundaciones,
las Angiospermas tienen Fecundación Doble.

Transformación del óvulo en semilla.


Los tegumentos del óvulo se transforman en los tegumentos de la semilla, a veces, el
tegumento externo (primina) origina la testa de la semilla y el tegumento interno
(secundina) origina el tegmen, sin embargo, frecuentemente sólo desarrolla la testa a
partir del tegumento externo y el tegumento interno se reabsorbe. La micrópila del óvulo
permanece en el tegumento de la semilla. Los restos de nucela pueden persistir, aunque
generalmente desaparecen en la semilla madura.
Por el lugar de acumulación de las sustancias de reserva se producen los distintos tipos
de semillas, por ejemplo, las endospérmicas. Por multiplicación celular de la cigota se
forma el embrión, el cual va a tener un número variable de cotiledones de acuerdo con la
división y clase de plantas.
Por lo tanto, las partes de la semilla son: la testa, tegumento, cubierta seminal o
episperma (función: protección y sus diferentes esculturas favorecen la dispersión); las
sustancias de reserva (función: alimentar al embrión durante la germinación) y el
embrión (función: formar una nueva planta).
El embrión. Está formado por dos cotiledones grandes, reservante y el eje de la plántula
está formado por el segmento radícula-hipocótilo y plúmula, ésta última desarrollada
con primordios foliares visibles.
Las sustancias de reserva. Se acumulan en los cotiledones del embrión, por lo tanto,
por el lugar de acumulación de las reservas el tipo de semilla es no endospermada.
La plántula. La germinación es epigea, es decir, que sale la radícula penetrando en el
suelo y el primer entrenudo del tallo llamado hipocótilo, se alarga y lleva los cotiledones
sobre la tierra (los cotiledones están ubicados en el primer nudo llamado mesocótilo). La
plúmula o yema apical del tallo continúa formando el segundo entrenudo del tallo llamado
epicótilo que se extiende hasta las primeras hojas o profilos.
Fases de la Germinación
Imbibición
La primera etapa de la germinación se inicia con la entrada de agua en la semilla desde el
medio exterior (imbibición). La hidratación de los tejidos de la semilla es un proceso físico
con una duración variable según la especie considerada. Así, las semillas de guisantes
(Pisum sativum) apenas se imbiben durante las primeras tres horas, mientras que en apio
(apium graveolens) la entrada de agua se completa en treinta minutos. En otras especies
como es el caso de muchas leguminosas, la entrada de agua esta dificultada por las
cubiertas seminales, siendo necesario que estas se alteren mecánicamente para que la
imbibición tenga lugar.
Una vez que la semilla se ha hidratado, comienza a activarse toda una serie de procesos
metabólicos que son esenciales para que tengan lugar las siguientes etapas de la
germinación. En esta etapa de la germinación, si las condiciones del medio lo determinan,
la semilla puede deshidratarse retornando a su estado inicial.

En primer lugar, la semilla se hincha debido a que absorbe agua a través de la micrópila.
Esto le permite ablandar los tejidos internos y el tegumento para que pueda asomar la
radícula.
Luego, el hipocótile asoma hacia la superficie, pero como los cotiledones aún
permanecen bajo tierra, se curva un poco formando una estructura conocida como asa
germinativa.

La radícula cambia su anatomía y se transforma en la raíz primaria.


El tegumento de la semilla se rasga permitiendo que asomen los cotiledones. Los
cotiledones - cuando son epigeos - emergen a la superficie (en el caso de que
sean hipogeos permanecerán bajo tierra) protegiendo al primer par de hojas juveniles.

En general, esta deshidratación no afecta negativamente a las semillas, las cuales


pueden posteriormente volverse a hidratar y reiniciar el proceso de germinación. No
obstante, en algunas especies, una deshidratación prolongada puede implicar la
transformación de las semillas en “Semillas duras”, que se caracterizan porque se imbiben
lentamente. Este fenómeno es frecuente en leguminosas, por ejemplo, en judía
(Phaseolus vulgaris), lo que determina una germinación más lenta y heterogénea.
Otros factores que pueden influir en esta etapa de la germinación son:

 La falta de suficiente agua (déficit hídrico)


 Exceso de agua
 Velocidad de hidratación
 Temperatura en la que tiene lugar la imbibición
La sensibilidad de las semillas a la falta de agua (déficit hídrico) es variable según la
especie. No obstante, la velocidad de germinación suele ser menor cuando la semilla ha
estado sometida a déficit hídrico: igualmente se ha observado que en estas circunstancias
las semillas son más susceptibles a las infecciones por hongo.
Un exceso de agua también puede llegar a ser desfavorable al dificultar la llegada de
oxígeno al embrión. Por ello, algunas especies impiden la germinación, en presencia de
un exceso de agua, generando una capa de mucilago que dificulta la entrada de suficiente
oxigeno como para que se inicie la germinación.
En otros casos, la hidratación rápida de la semilla puede provocar alteraciones de tipo
mecánico (rotura del eje embrionario) que afectan a la germinación y al posterior
establecimiento de la plántula: este fenómeno es habitual en semillas de judía.
Por último, la imbibición a bajas temperaturas de las semillas de algunas especies, sobre
todo origen tropical y subtropical, puede provocar alteraciones en el posterior crecimiento
y desarrollo de las plantas. Este es el caso del algodón (Gossypium Spp.) y de la soja
(Glycine max) en las que, si sus semillas son Imbibidas a una temperatura inferior a 5
grados, se produce un escaso crecimiento en la planta y la aparición de anormalidades
durante el desarrollo de las raíces.
GERMINACION “Sensu Stricto”
Una vez que la semilla se ha hidratado adecuadamente, se entra en una segunda etapa
del proceso de germinación, la denominada fase de germinación “sensu stricto” (en
sentido estricto), que se caracteriza, entre otros hechos, porque se produce una
disminución en la absorción del agua por las semillas. Durante esta etapa tiene lugar una
activación generalizada del metabolismo de la semilla, lo cual es esencial para que se
desarrolle la última fase del proceso de germinación, la fase de crecimiento.
FASE DE CRECIMIENTO
Cuando germina una semilla, primero sale la radícula y luego se desarrolla la plúmula.
Dependiendo de la planta, los cotiledones de la semilla se quedan sobre el suelo y se
denomina germinación epigea, pero en otras plantas los cotiledones quedan bajo tierra
denominando como germinación hipogea.
En esta ultima fase de la germinación, se produce el crecimiento y emergencia de la
radícula a través de las cubiertas seminales.
Las semillas que han alcanzado esta fase de crecimiento no pueden volver a etapas
anteriores, y en el caso de que las condiciones del medio no permitan que esta fase
pueda seguir adelante, la semilla morirá
.

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