José Peirats - La CNT en La Revolución Española II

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José Peirats

LA CNT EN LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA


Tomo II

1971. Ruedo Ibérico

Colección: España contemporánea

Digitalización y edición: C. Carretero

Difunde: Confederación Sindical Solidaridad Obrera

http://www.solidaridadobrera.org/ateneo_nacho/biblioteca.html
ÍNDICE:

XVI. ESPAÑA ANTE EL MUNDO

XVII. VIDA ORGÁNICA Y UNIDAD SINDICAL

XVIII. LA SOMBRA DEL KREMLIN

XIX. EL MILAGRO DE LAS INDUSTRIAS DE GUERRA

XX. LA MAREA CONTRARREVOLUCIONARIA

XXI. LOS SANGRIENTOS SUCESOS DE MAYO

XXII. LA CRISIS DEL GOBIERNO LARGO CABALLERO

XXIII. OCASO POLÍTICO DE LA CNT

XXIV. IRONÍAS DE UN PRIMER ANIVERSARIO

XXV. DESTRUCCIÓN DEL CONSEJO DE ARAGÓN

XXVI. LA CRISIS DEL PARTIDO SOCIALISTA


XVI

ESPAÑA ANTE EL MUNDO

Al iniciarse la rebelión, las potencias democráticas adoptaron una actitud entre


perpleja y expectante. Pero al perfilarse la guerra civil, con perspectivas de
larga duración, Francia -con el consentimiento del gobierno republicano
español- tomó la iniciativa de una neutralidad preventiva, que sometió a todas
las potencias europeas bajo el lema de «No-Intervención». El gobierno Blum,
que había surgido de las elecciones de mayo de 1936, apoyaba su posición en
el supremo interés de la paz europea. El pacto de No-Intervención fue
concertado a últimos de agosto de aquel mismo año. Figuraban entre los
concertantes, además de Francia e Inglaterra, Alemania, Italia y la Unión
Soviética. La adhesión al pacto por la URSS fortaleció la posición del gobierno
francés, quien por boca de Blum pudo declarar en la Cámara: «La política que
venimos siguiendo no ha encontrado oposición por parte de las demás
potencias. El pacto que acabo de defender lleva también la firma de la Unión
Soviética». El Partido Comunista francés, que había venido orquestando una
intensa campaña de agitación intervencionista en favor de la España
republicana, se plegó, como es natural, a aquella política. El Partido Laborista
británico suscribió a primeros de septiembre del mismo año la política de su
gobierno con respecto a España.

El pacto de No-Intervención significaba, por un lado, atar de pies y manos al


gobierno legítimo de España, negándole, en materia de armamentos, el
privilegio que se desprende del reconocimiento diplomático y del juego normal
de los tratados de comercio; por otra parte, dejaba las manos libres a Italia y
Alemania para apoyar militarmente a Franco. Mientras la ayuda soviética no se
produjo, y cuando se produjo en las condiciones hipotecarias conocidas, los
apadrinadores de la sublevación falangista volcaron todo su poderío militar en
favor de Franco.

Durante la dictadura de Primo de Rivera y en ocasión de una visita que hizo


éste a Italia, acompañado del Borbón, ambas dictaduras firmaron un pacto
secreto por el que Italia y España unían su suerte en la política del
Mediterráneo. La caída de la dictadura española dejó sin efecto aquel
compromiso. Pero el deseo de recuperarlo dictó a Mussolini toda su política de
acercamiento a los militares y demás fascistas españoles.

Ya hemos dado a conocer en el capítulo VIII el compromiso establecido en


marzo de 1934 entre el Duce y una comisión derechista capitaneada por el
general Barrera. El propio gobierno soviético, en una recopilación de
documentos que hizo públicos después de la última guerra (Documents Secrets
du Ministere des Affaires Etrangeres d'Allemagne, Editions Paul Dupont, París),
da a conocer el tratado establecido el 28 de noviembre ele 1936 entre Italia y
los franquistas. He aquí el documento:

« El gobierno fascista y el gobierno nacional de España, solidarios en la


lucha común contra el comunismo, que en este momento amenaza
más que nunca la paz y la seguridad de Europa, y animados del deseo
de afirmar sus propias relaciones y de cooperar con todas sus fuerzas a
la estabilización política y social de las naciones europeas, han
examinado en detalle cuestiones concernientes a ambos Estados, y por
mediación de sus representantes en Roma y en Burgos han llegado a
un acuerdo sobre los puntos siguientes:

» 1.º El gobierno fascista asegurará en el futuro al gobierno nacional de


España su sostén y su ayuda para conservar la independencia y la
integridad de España (se trate de la metrópoli o de las colonias) y por el
establecimiento del orden social y político en el interior del país. Los
servicios administrativos de ambos Estados se mantendrán en
contacto, en el futuro, dentro de esta finalidad.

» 2.º Convencidos de que una estrecha colaboración entre ellos ha de


ser útil a ambos Estados y para el orden político y social de Europa, el
gobierno fascista y el gobierno nacional de España conservarán su
enlace, coordinarán sus acciones en todas las cuestiones concernientes
a ambos Estados -en particular en las que afectan a la parte occidental
del Mediterráneo, donde una estrecha coordinación de sus acciones
será necesaria- y se prestarán asistencia mutua con la finalidad de
defender sus recíprocos intereses.
» 3.º Cada una de las partes se compromete a no participar en ninguna
alianza o acuerdo de potencias que pudieran ser dirigidas contra una
de las partes, y a no favorecer, directa o indirectamente, medidas de
cualquier género: militares, económicas o financieras dirigidas contra
uno de los Estados firmantes. Especialmente, se comprometen a no
admitir ninguna utilización de sus territorios, puertos o aguas
jurisdiccionales para ningún género de operaciones dirigidas contra
una de las partes contratantes, ni para la preparación de tales
operaciones, ni para el tránsito de materiales o ejércitos de una tercera
potencia. A este objeto, ambos gobiernos se comprometen a
considerar los acuerdos anteriores, que pudieran estar en
contradicción con el presente acto, como nulos y no producidos, y a
suspender toda ejecución de los compromisos derivados de aquellos
acuerdos.

» 4.º El gobierno fascista y el gobierno nacional de España llegan a un


acuerdo sobre el artículo 16 del pacto de la Sociedad de Naciones, el
cual en su formulación, como en la forma en que ha sido
recientemente interpretado, constituye un grave peligro para la paz y
debe ser, o bien anulado o radicalmente modificado. Si uno de los
Estados contratantes entrase en conflicto con una o varias potencias, o
si contra cualquiera de ambos Estados fuesen tomadas medidas
colectivas de carácter militar, económicas o financieras, el otro Estado
se compromete a tomar a favor de este último posición de neutralidad
y asegurar la obtención de las materias indispensables, a brindarle
todas las facilidades para la utilización de puertos, líneas aéreas,
ferrocarriles y carreteras, así como para las relaciones comerciales por
vía indirecta.

» 5.º A este respecto ambos gobiernos consideran que sería de utilidad


precisar, en ocasión de la conclusión de paz, los medios de utilización
de sus recursos económicos, especialmente las materia s primas y las
vías de comunicaciones. Los servicios administrativos de ambos
Estados deberán, lo más rápidamente posible, concluir tratados
acordes con la realización de este plan.
» 6.º El gobierno fascista y el gobierno nacional de España consideran
como posible y necesario desarrollar, en la medida de lo posible, sus
relaciones económicas a la par que sus relaciones marítimas y aéreas. A
este fin, consecuentes con estas relaciones amistosas, se consentirán
mutuamente franquicias de toda suerte concernientes a sus
mercaderías, a sus pabellones mercantes y a su aviación civil. Ambos
gobiernos se comprometen, desde este instante, a revisar en este
sentido los precedentes acuerdos comerciales y de navegación
marítima y aérea que les afectan. En fe de lo cual firman el presente
protocolo.

28 de noviembre de 1936.»

Teniendo en cuenta este protocolo, la actitud de Italia con respecto a España,


y la ulterior de Franco con respecto a las democracias durante la última guerra
internacional, se explican perfectamente. Sin embargo, y a título de curiosidad
histórica, vamos a permitirnos transcribir aquí algunos fragmentos del diario
del conde Ciano (Journal, 1937-1938, Les Editions de Paris, París, 1949),
verdaderamente sugestivos en lo que respecta a la intervención italiana en
España. Véase la muestra:

« Todo marcha bien en España. La ofensiva persiste en forma


victoriosa. He telegrafiado que se corte el agua de Santander para
precipitar la capitulación. Esta se aproxima de todas maneras; quizás
para mañana.» (24 de agosto de 1937.)

« La victoria de Santander es de grandes proporciones, no es el


principio del fin, lejano aún, pero es un rudo golpe para la España roja.
Yo he dado la orden de bombardear Valencia esta noche con los
aviones de Palma. Hay que aprovechar el momento oportuno para
aterrorizar al enemigo. El Duce me ha dicho que los derrotistas de
Guadalajara lo pagarán caro. Es una alusión a Balbo. Pero se lo
perdonará o, según su costumbre, dejará el caso correr.» (26 de agosto
de 1937.)
***

« En principio el envío de 5 000 hombres a España, indispensable para


mantener las formaciones actuales, ha sido decidido. No temo que la
reacción europea sea muy fuerte, aunque nuestras negociaciones
conLondres corren un serio riesgo.» (30 de agosto de 1937.)

La intervención en España fue empleada por el Duce como contrapartida al no


reconocimiento de su Imperio por la Sociedad de Naciones, principalmente por
Inglaterra. El mismo Ciano revela el fondo maquiavélico de esta maniobra al
final de su nota del 3 de septiembre.

« [...] Volviendo a los acontecimientos actuales, nosotros aguardamos


con calma y tenemos nuestro plan preparado para toda eventualidad.
Esta tempestad pasará como las demás. He obtenido postergar el envío
de refuerzos a España para el día siguiente de las decisiones de Ginebra
relacionadas con el reconocimiento del Imperio. Si se rehusa este
reconocimiento seremos libres para proceder; si se nos reconoce
seremos libres igualmente en virtud de la ley fascista del hecho
consumado.»

***

Entre los valores intelectuales que se incorporaron a la vanguardia


revolucionaria que representaba la CNT, figuraba el gran escritor, geógrafo y
exdiplomático Gonzalo de Reparaz. Sus colaboraciones en Solidaridad Obrera,
recogidas más tarde en un volumen, son el testamento crítico más acabado
sobre los problemas diplomáticos y militares que planteaba la revolución
española.

Transcribimos, escogiéndolo al azar, uno de los trabajos de Reparaz, publicado


el 13 de enero de 1937 en el órgano confederal de Cataluña, bajo el epígrafe
de «Situación diplomática y militar de nuestra revolución»:

« a) Nuestro problema. Es éste: España, germen abortado de nación,


ha caído, de la categoría de potencia colonial, a la de impotencia
colonizable, y las aves de rapiña del imperialismo europeo han decidido
repartírsela.

» La caída empezó hace más de dos siglos. La separación de Portugal y


el tratado de Utrecht (1713) la iniciaron. La pústula sintomática de la
enfermedad específica que nos consume es el Peñón de Gibraltar.
Harto nos duele en estos días amargos. La peste borbónica, entonces
contraída, preparó la crisis napoleónica de la que nos salvó el pueblo
(las guerrillas) aliado a la escuadra inglesa. Si esa alianza existiese
ahora, nuestro conflicto no existiría. Existe porque la escuadra inglesa
está contra el pueblo ibérico. Cuestión esencial ésta sobre la que
volveré.

» La invasión napoleónica disolvió a España determinando la


independencia de casi todo el Imperio ultramarino. Lo que se salvó
perdióse el 98, Salisbury, en un discurso famoso, proclamó nuestra
defunción. Los gusanos que nos comían no se conmovieron. El
agusanado cuerpo nacional, tampoco. En París, León y Castillo y yo
inventamos un reactivo potente: darle a España una gran misión
política y civilizadora en Marruecos. Si la cumplía, quedaba acreditada
su vitalidad y salvábase. Si fallaba, la caída sería mortal. España falló, y
al ingreso de Marruecos entre las naciones muertas siguió el suyo. Ya
poco quedaba que repartir en el mundo: Abisinia, las colonias
portuguesas, las holandesas, China, España. Abisinia está conquistada;
a China la están trinchando, el reparto de las colonias portuguesas y
holandesas está en estudio, el de España y las posesiones que
inesperadamente la regalaran después de su último desastre, lo estaba
también, pero los encargados de defenderlas se anticiparon a
entregarlas a los bandidos que las codiciaban.

» Y ya ha comenzado el trinchamiento de esta China occidental. Nos


hallamos ante este dilema pavoroso: resignarnos a desaparecer o
erguirnos para resucitar. Nuestra desaparición ha sido obra infame de
las clases que nos dirigían sin servir para dirigir. Nuestra resurrección
será la gloriosa labor del pueblo ibero vendido por sus explotadores al
enemigo.
» Tal es nuestro problema. Plantearlo es ya el principio ele la
Revolución: de la revolución mental necesaria, la que nos ha ele dar el
sentido popular de nuestros destinos. Ninguno de nuestros estadistas
le conoció, ni siquiera le sospechó. España, nación acéfala, ha seguido
atontada y dando tumbos en su camino hasta asomarse a este abismo
en cuyo fondo la esperan Hitler y Mussolini para comérsela, lo que
cuentan hacer sin graneles inconvenientes, con sólo obsequiar con
algunas piltrafas a los canes democráticos, que ladran pero no
muerden.

» b) La complicación internacional. Hitler ha dicho que lo que él no


quiere es que triunfe en España el comunismo; declaración desatinada
como todas las de esta cucurbitácea septentrional: primera, porque
España no le reconoce el derecho de intervenir en sus asuntos
interiores; después porque la República española no es comunista.
Pero si quisiéramos que lo fuese, lo sería a pesar de Hitler, de Mussolini
y de todo el capitalismo europeo que más o menos descaradamente
les apoya. Además, todos sabemos que lo que busca él es colonias.

» Toda Europa habla por boca de este nuevo Ganso Bravo, digno
sucesor del otro Ganso Bravo, rey de los vándalos (Genserico). Sabe
que interpreta el pensamiento ario y está seguro de imponerlo a los
nuevos abisinios. No sólo por la ayuda directa de Mussolini, sino
porque le consta que Francia e Inglaterra temen más a la Revolución
española que a las ambiciones fascistas. Francia e Inglaterra, por su
parte, ven con gusto que otro haga el trabajo destructor que ellas no se
atreven a emprender descubiertamente. Hágase el milagro y hágalo el
diablo. Y hecho el milagro ya nos arreglaremos, se dicen unos a otros.

» La parte externa de los tratados amistosos recién tramitados es una


cosa y la interna otra. Y ésta es la que vale. Inglaterra pregunta a Italia
si tiene el propósito de quedarse con las Baleares. Italia contesta que
no, y casi se da por ofendida de la sospecha. Inglaterra, ya tranquila,
vuelve a decir (y esto es lo que se calla): «Pues lo demás que usted
haga en España no me interesa».
» Italia, visto el desinterés británico, sigue enviando tropas a España.
Hitler manda las suyas, y Madrid queda sitiado por un ejército italo-
alemán, mientras las escuadras respectivas bloquean las costas
españolas. Y Europa asiste a la tragedia, como en un circo,
contemplando curiosamente la lucha entre blancos y rojos. Caigan a
millares niños, mujeres y ancianos, pero sálvese la paz... de los
espectadores. A esto le llaman civilización.

» Hay en España ingenuos que fían en la ayuda del proletariado


mundial. Sé que contamos con sus simpatías; veo que nos ayuda con lo
que puede. Pero su ayuda no puede ser eficaz si no hacen en sus
respectivas naciones lo que nosotros hemos hecho: la revolución
social. A eso no llegarán. En ellos actúa la analogía doctrinal: la cultura,
lo aprendido, y en nosotros lo temperamental, lo heredado. Ahora
bien: lo heredado empuja con mucha más fuerza que lo aprendido.
Pedirles que nos imitaran sería mucho pedir, y si les llaman a son de
tambor a llenar los cementerios irán, como fueron en 1914. No se
alzarán contra su propio ejército, como con escándalo de sus amos
hemos hecho los iberos. Precisamente ese ejemplo es el que ha
sembrado el rencor contra nosotros en todas las cancillerías. Por eso
no debemos contar con la ayuda de nadie.

» e) Nuestra guerra y lo que hay que hacer para ganarla. Estamos solos
frente al fascismo universal. Esta es la verdad, pero no debe
asustarnos. Veamos lo que hay que hacer y hagámoslo ejecutivamente.

» Lo primero, armarnos. Tenemos hombres de primera calidad y más


que suficientes, necesitamos un ejército de 500 000 hombres, la cuarta
parte de nuestra población viril en buena edad. Necesitamos fusiles,
ametralladoras, municiones, aviones y, sobre todo, barcos. Ya no son
suficientes, dada la piratería italo-alemana, las dos docenas de cruceros
rápidos que pedía en mi artículo anterior. Nos son indispensables otras
dos docenas de submarinos. No basta vencer en el centro de la
Península. Si no dominamos nuestras aguas costeras, los vencidos, a la
postre, seremos nosotros. Los invasores no ganarán Madrid para
apoderarse de España, pero se apoderarán de España para ganar
Madrid. Tan esclavos quedaremos de un modo como de otro.

» Nuestra acción marítima tendrá tres frentes: Norte, Sur y Este. En el


Norte habrá tres nidos de submarinos con dos unidades, por lo menos,
cada uno: Bilbao, Santoña, Santander. Hay que rescatar cuanto antes el
puerto de Guetaria y artillar poderosamente el cerro de San Antón y
Gárate. Una batería en Punta Ubidi nos sería muy útil.

» El frente Sur es el principal. Urge dominar el Estrecho de Gibraltar.


Allí debe actuar el grueso de la escuadra, si nuestra escuadra tiene
grueso. He cruzado el Estrecho veinticuatro veces y lo tengo bien
estudiado. Poseo una receta para hacerlo intransitable, pero antes me
dejaré ahorcar que publicarla. No se la he dicho jamás a nadie, y me he
guardado muy bien de escribirla. Es mi secreto, y está bien guardado
en espera de que surja en estas tierras ibéricas algún estadista. Pero
que se puede cerrar el Estrecho y cortar las comunicaciones entre
Ceuta y Algeciras no te quepa duda, compañero lector. Sólo faltan en el
gobierno gentes que entiendan de estas cosas.

» Málaga y Almería deben ser nuestra s bases de operaciones mientras


no se reconquistan (y deben ser reconquistadas a toda prisa) Algeciras,
Huelva y Cádiz. Esto es infinitamente más importante que ganar
pueblos en la Meseta, porque es de resultados rápidos y decisivos.

» El frente Este es el más peligroso. El abandono de las Baleares ha sido


un disparate enorme y trascendente. Expuestos a un ataque Alicante,
Valencia y Baleares, caería Madrid mismo si aquí lograse éxito una
acometida venida de Mallorca. Después de la orden a los gobernadores
en julio, prohibiéndoles dar armas al pueblo, no ha recibido la
Revolución ibérica otro golpe como éste. Es claro que nuestra principal
base en esta parte ha de ser Cartagena.

» Pero se dirá: ¿de dónde van a salir los 500 000 fusiles, las municiones,
los aviones, los cruceros y los submarinos? Respondo: se compran en
América, ya que en Europa las potencias democráticas protegen a
Hitler y a Mussolini. Algo fabricaremos en Barcelona, en Bilbao y en
otras partes. Lo que no fabriquemos, a comprarlo. Gástense las
reservas oro, pero cómprese Jo que necesitamos. ¿Que habrá que
esperar? Esperemos. Más vale tarde que nunca. Pero el día en que
nuestras costas estén protegidas y tengamos siquiera 500 000 hombres
armados y organizados, nos tomaremos la alegre libertad de reírnos de
Hitler, de Mussolini, de sus hordas, de la Sociedad de Naciones y del
Comité de no injerencia, acreditado laxante diplomático.

» Entonces podremos, seguros de que Madrid no volverá a ser atacado,


atacar nosotros empezando por emprender la reconquista de
Andalucía. Luego la de Extremadura. Finalmente, la del litoral
occidental, imponiendo a Oliveira Salazar, por la fuerza si es preciso, la
neutralidad absoluta. Veréis cómo, si hay que apelar a la fuerza la
magnánima Inglaterra, que le ha consentido actuar contra nosotros, no
nos deja a nosotros en libertad contra él.

» Para todas estas operaciones habrá que crear un ejército de


maniobras que sea el ejecutor de nuestra ofensiva, operando allí
donde necesario sea. Mas no para sitiar plazas, entregándose a
expansiones de estrategia infantil, sino para buscar al ejército enemigo
y desbaratarlo. Y, desbaratado, todas las plazas caerían. La manía (muy
nuestra) de tomar plazas en vez de desbaratar ejércitos, es una manera
de llevar la guerra al revés y hacerla crónica.

» Cuando los buitres de la civilización vean que tenemos un ejército


submarino, aviones y cruceros, quedarán convencidos de que no
somos colonizables y nos dejarán en paz.

» Con lo que el pueblo español habrá realizado el estupendo milagro de


su resurrección y, además, iniciado la renovación del mundo.» (1)

A pesar del equívoco de la No-Intervención, que por lo que a Italia y


Alemania se refiere equivalía a un «ni quito ni pongo rey, pero ayudo a
mi señor», el gobierno republicano cayó en los primeros momentos en
la trampa de esa ficción democrática, si se tiene en cuenta lo tardías de
sus reacciones diplomáticas. Estas no empiezan hasta mediados de
agosto, a través de un artículo de Indalecio Prieto, aparecido en
Informaciones de Madrid, en el que manifestaba:

« Es lógico que una nación, en el caso presente España, compre al


extranjero armas y municiones cuando lo necesita, y si cuando le son
indispensables le son negadas, ¿qué valor tienen las estipulaciones
internacionales? A este efecto estaría fundada esta negativa si España
estuviera en guerra contra otro país. Entonces la neutralidad de las
naciones se impondría de modo categórico, mas cuando se trata de
una contienda interior, la neutralidad obliga a servir el material de
guerra al gobierno legítimamente constituido, es decir aquel que está
reconocido por las potencias, pues prescindir de dicha obligación a
cuento de la heterogeneidad de las fuerzas que intervienen en dicha
sublevación interior, equivale a inmiscuirse en los asuntos internos del
país que se repudia. Y es ahí donde quiebra la neutralidad en el
fundamento de la disquisición dubitativa [...]»

Sin embargo, del lado contrario de la barricada diplomática las cosas se


entendían de muy otra manera. No sólo se proporcionaban, a crédito de la
victoria franquista, cuan tos pertrechos y elementos bélicos eran necesarios,
sino que constantemente se amenazaba con el coco de la intervención directa.
Basándose en supuestos asesinatos de súbditos alemanes producidos en
Barcelona, Berlín amenazaba a primeros de agosto con la intervención militar
¡en Marruecos! Y el Departamento de Estado de los Estados Unidos, alejado
geográfica, estratégica y casi diplomáticamente del maremágnum europeo,
hacía suyo el proyecto de neutralidad que reforzó Roosevelt con la famosa ley
de embargo de armamentos. Esta política absurda era atenuada con repetidos
ofrecimientos de mediación.

El 28 de septiembre empezaba en Ginebra la primera de una larga serie de


sesiones bochornosas, con la entrega por el enviado español del primer
memorándum sobre la intervención solapada de Italia y Alemania. Se producía
por aquellas fechas la toma de posesión por Ovseenko del Consulado general
de la URSS en Barcelona. El reconocimiento pleno del Estado Soviético,
pendiente de la aceptación de credenciales, se produjo a fines de agosto.
Ovseenko y Rosenberg fueron dos intrigantes de alcurnia en la perniciosa obra
de colonización soviética. Tales fueron las intromisiones del flamante
embajador de la URSS que Largo Caballero, tras una violenta disputa, le arrojó
de su despacho significándole que no aceptaba consejos sobre la manera de
conducir la guerra.

Como era de prever, el 18 de noviembre se anunció oficialmente por Roma y


Berlín el reconocimiento de la Junta de Franco. En dicha ocasión el gobierno
republicano se dirigió a la opinión con un manifiesto del que damos los
siguientes párrafos:

« Desde ahora el faccioso Franco cuenta ya con el beneplácito oficial de


Berlín y Roma. De este modo, las fuerzas conocidas de perturbación y
de guerra en el área internacional avanzan insolentemente en medio
de la pusilanimidad de los gobiernos de los países democráticos hacia
el establecimiento de la hegemonía de los Estados fascistas en la
Europa occidental [...]

» [...] La Italia fascista, denunciada como Estado agresor por la


Sociedad de Naciones y que introduce en su campaña de Abisinia la
misma táctica de la destrucción en masa de la población civil practicada
ahora, sin lograr doblegarla, sobre la población de Madrid, ha
encontrado. en Franco el marioneta cómplice que le hacía falta para
tratar de convertir a España en una colonia enmascarada que añada a
la corona imperial de Etiopía el imperio de las Baleares [...]

» Su digna colaboradora ha sido la Alemania nazi, maestra en el arte de


violar compromisos internacionales, ausente de la Sociedad de
Naciones porque le estorba para sus designios agresivos, y que busca
en España, también con la complicidad de los generales facciosos,
aquellas materias primas que le hacen falta para llevar a cabo sus
propósitos de agresión y de guerra contra la nación que no quiera
someterse a su vasallaje [...]
» […] El gobierno republicano y proletario que a los cuatro meses de
lucha ha salido ya del periodo de improvisación, que ve cada día
convertidas sus milicias en un ejército regular al servicio del pueblo,
aumentada su producción de guerra y cada vez con posibilidades
mayores de desarrollarla, multiplicándola, que cuenta con tanques y
aviones, gracias a la cohesión de todos sus elementos regionales, y la
estrecha inteligencia con que proceden el gobierno central, la
Generalidad de Cataluña y el gobierno provisional vasco, es hoy una
España indivisible, unida en su destino, cual la prueba el envío de las
tropas catalanas al frente de Madrid, se siente actualmente lo bastante
fuerte para vencer por sí solo. Pero es que además tiene al lado suyo al
Frente Internacional Pro-España. Cuenta con el apoyo de Méjico, de la
Unión Soviética y con la mayoría de los pueblos democráticos del
mundo [...]»

El manifiesto termina con las siguientes incitaciones:

« Movilización general de un extremo al otro del país. Que no haya un


rincón de España libre que no sienta la guerra y participe en ella.
Racionamiento cual lo exige una larga campaña. Que nadie mida sus
horas de trabajo y de sacrificios. Que cada uno se sienta responsable
por su conducta de la vida de los camaradas que se baten en el frente
de Madrid y en los otros frentes de la libertad. Que cada español se
imponga a sí mismo el esfuerzo diario, titánico, de trabajar en la parte
que a él le corresponda para asegurar el porvenir de todos. ¡Una sola
voluntad y una sola disciplina y con ellas la seguridad de la victoria!»

El pacto germano-japonés, anunciado al día siguiente del reconocimiento del


régimen de Franco por Italia y Alemania, fue, a la par que el embrión del Eje
Roma-Berlín-Tokío una operación preventiva contra la eventualidad de una
reacción democrática por aquel reconocimiento. Tal reacción no se produjo. Lo
acaecido no pasó de una ofensiva de mediación encabezada por Inglaterra y
Francia, y de un mayor afianzamiento de la política de embargos del lado del
presidente Roosevelt. Y mientras tanto las legiones italo-alemanas seguían
penetrando a chorro en España. Del lado leal, las Brigadas Internacionales
empezaron a actuar por aquellos días, lo que sirvió a la prensa comunista de
España y del exterior para dar la impresión de que sólo ellas defendían los
frentes.

El revuelo producido por el proyecto franco-británico tuvo también en vilo a la


prensa de la zona leal, a los comités de partidos y organizaciones y al propi o
gobierno, duran te todo el mes de diciembre. El proyecto se componía de t res
partes. Primero: llegar a un acuerdo acerca de las potencias que debían
consultarse sobre la necesidad de la mediación. Segundo: negociación de un
armisticio entre los dos bandos en conflicto. Tercero: plebiscito nacional bajo
forma a estudiar ulteriormente.

Apenas conocida la intención del proyecto, la prensa leal, sin excepción,


empezó a disparar sus baterías. Por su parte, el gobierno, en nota del 15 de
diciembre, declaraba que:

« En España no hay dos beligerantes cuya personalidad permita


dirigirse a ambos en los mismos términos. Hay, de un lado, del nuestro,
un gobierno legítimo cuyo origen son las elecciones del 16 de febrero
de este año, suficientemente recientes para que nadie pueda siquiera
poner en duda el sentir de la voluntad nacional, y del lado de los
rebeldes, unos traidores a su propio país, sin origen legal alguno,
levantados en armas por no querer acatar esa voluntad de la nación,
expresada bien terminantemente el 16 de febrero, y detrás de los
cuales se confunden los miles de moros mercenarios traídos en
mesnadas desde Marruecos y las tropas militares fascistas italianas y
alemanas, desembarcadas recientemente en España. Dar autoridad a
los de Burgos, autores de la destrucción vandálica de Madrid, cubiertos
de deshonor por sus crímenes, personalidad internacional, sería un
punto más de lo bajo a que ha descendido la vida internacional en
nuestros días.»
La posición de la Confederación Nacional del Trabajo fue expresada oficial y
públicamente en el siguiente manifiesto:

« EL PROLETARIADO ESPAÑOL DEBE ESTAR ALERTA ANTE POSIBLES


INTERVENCIONES EXTERIORES. Quienes sigan el curso de las posiciones
del mundo internacional que se desenvuelven alrededor de los
organismos oficiales y oficiosos, se habrán dado cuenta de que hace
tiempo se inició una trayectoria un tanto sospechosa por lo que a
España hace referencia, y que esta actitud, a diario, va adquiriendo
caracteres más graves y complicados.

» Nosotros, que nos prometimos el 19 de julio ser quienes menos


habláramos en holocausto a laborar intensamente por el triunfo de la
guerra y la reconstitución económica, consideramos que ha llegado el
momento de variar la conducta. No es posible permanecer más en
silencio, para evitar que el proletariado español, las masas populares
que luchan, cada cual desde el lugar que ocupa, por el aplastamiento
de los traidores, se vean un buen día sorprendidos por
determinaciones que, desde el extranjero, vengan tratando de
imponernos normas y consideraciones.

» Conviene recordar que, a partir del 19 de julio, las potencias


extranjeras, ante la sublevación de los generales que renegaron de su
patria, se inhibieron, limitándose a contemplar los acontecimientos.
Pero el desarrollo de éstos, por lo visto, adquiere rumbos
insospechados para ellos. Y así observamos cómo a raíz de la tentativa
frustrada de Franco sobre Madrid, se opera un viraje en redondo y
todos quieren intervenir.

¿Por qué no intervinieron esas potencias antes del fracaso de Franco?

¿Por qué no contestaron a las continuas denuncias que el gobierno


español les hizo, señalando las intervenciones de Alemania e Italia
apoyando a los sublevados? ¿Por qué no les pusieron coto, a las
demandas del gobierno español cuando indicaba que en España,
Alemania e Italia introducían hombres y material bélico en grandes
cantidades?
¿Por qué, en fin, esos señores pacifistas se callaban entonces? Tal vez
alguno abrigaba la vana esperanza de que Franco, con el apoyo del
fascismo internacional, exterminaría a la fuerza popular que defendía
la libertad, los intereses del pueblo, el arte, la cultura, el progreso en
suma.

» Pero la cruda reacc1on del pueblo español, sepultando a las puertas


de Madrid a las hordas moriscas, germanas e italianas que trataban de
conquistarlo, despertó del «letargo» a quienes «no veían» ni se
«enteraban» de cuanto pasaba por acá.

» Avanza por el mundo la ola de intervención que sólo a las fuerzas


leales que luchan en defensa propia, puesto que fueron atacadas, ha
de perjudicar. Y cuando alguna potencia determina, con claridad y
honradez, vender a España, a su gobierno legal, las armas que quiera,
porque tiene derecho, inmediatamente se producen intervenciones
que dan al traste con aquellos propósitos.

» En la Francia democrática, según dicen, aquella Francia espejo del


mundo, cuyo pueblo marcó la pauta, que corrió como reguero de
pólvora, terminando con el feudalismo señorial e inquisidor, se acaba
de acordar la no recluta de voluntarios para luchar contra el fascismo
de España.

» Y continuamente surgen los cambios bruscos en sectores que por su


situación era casi imposible creer coincidieran en los trabajos
subterráneos contra la independencia del pueblo español en armas.
Pero terminamos, en honor a la brevedad, con una afirmación
categórica:

» Intervengan quienes intervengan, se haga lo que se haga, la CNT no


se avendrá a ningún «abrazo de Vergara». La sangre de millares de
camaradas que cayeron en los frentes de lucha, el sacrificio de cuantos
dan la vida en defensa de nuestra patria, que no es la patria de los
ricos, sino la patria del pueblo; las viudas, los huérfanos, los caídos en
heroica lucha; la ruina económica a que han sometido los traidores a
nuestra fecunda tierra; la dignidad de españoles, no de los de
pandereta y manzanilla, sino la de los españoles rebeldes, de los
españoles de raza independiente, de los españoles que se alzaron
contra todas las invasiones, esta dignidad clásica y añeja no puede
tolerar imposiciones del exterior. Quien intente lograrlo tendrá que
reducir a pavesas al pueblo sufrid o que en esta hora histórica ha
sabido ser más callado que quienes se sometieron a la bota del
despotismo.»

Hasta el 1.º de enero de 1937 no dio a conocer la Junta de Burgos su


criterio sobre el problema. Lo hizo Franco en declaraciones a un
periodista portugués, en las cuales se negaban los facciosos «a
cualquier mediación o parlamento con el gobierno de Valencia». Por
aquellos días (26 de diciembre de 1936) la embajada española en París
había publicado una nota por la que se desmentía que el gobierno
autónomo de Euskadi estuviese negociando una paz separada con los
facciosos.

En el transcurso de este mes de enero se produjeron los siguientes hechos.


Acto de piratería por el crucero alemán Kamisberg en el Cantábrico y en
represalia por la requisa gubernamental de un cargamento de armas
destinado a los rebeldes, transportado a bordo del transporte nazi Palos.
Publicación del plan británico sobre co11trol fronterizo, marítimo y aéreo.
(Exceptuada Rusia, que renunció voluntariamente, Alemania, Italia y Portugal
se hallaban comprendidas entre los controladores.) Escándalo por la presencia
de tropas italianas en el frente de Málaga. Aprobación por la Cámara francesa
del proyecto de ley que prohibía el reclutamiento de voluntarios con destino a
la España leal (por unanimidad de los 591 diputados presentes en el debate,
incluidos socialistas y comunistas). Declaración espectacular de Mr. Eden ante
el Parlamento británico: «Inglaterra se opondrá resueltamente a la
intervención de cualquier potencia en la vida interior española y en la
ocupación de sus territorios». Discusión en el Senado norteamericano de la
nueva ley sobre el embargo de armas con destino a España (aprobada
definitivamente en la segunda quincena de febrero). Dicha nueva ley
destacaba las siguientes prohibiciones: La exportación de armas con destino a
los beligerantes. El transporte, a bordo de buques estadounidenses, de
cargamentos pertenecientes a casas americanas con idéntico destino. El
transporte por igual conducto de determinados productos. La concesión de
créditos a los susodichos bandos en conflicto. Los ciudadanos norteamericanos
no podrían viajar a bordo de buques pertenecientes a los beligerantes.

La prensa del 26 de febrero divulgaba un nuevo ofrecimiento de mediación del


presidente Roosevelt (2). Casi al mismo tiempo, Largo Caballero, saliendo al
paso de críticas y demostraciones malintencionadas, declaraba lo siguiente:

« Mientras entre nosotros se produce el estado de cosas que, con


claridad, queda reflejado en los anteriores párrafos, al otro lado de las
fronteras se habla de intervenciones para que en España termine la
lucha. Y se dice por gobernantes de países extranjeros que tienen
intereses opuestos a los de los fascistas, que nuestra guerra debe
terminar. Pero no se añade que debe terminar con nuestro triunfo. ¿Se
nos quiere acaso empujar a un abrazo de Vergara? Los brazos del que
es hoy presidente del Consejo de ministros no se abrirán jamás para
estrechar a los traidores a su patria, servidores de poderes que
significan tremendo peligro para la paz de Europa y para la suerte del
proletariado.»

Los acontecimientos más salientes de los meses de marzo y abril


fueron la entrada en vigor del plan de control. Siguieron las
declaraciones del embajador y representante italiano en el Comité de
No-Intervención de Londres: «No será retirado ni un solo voluntario
italiano hasta que termine la guerra de España». 10 000 legionarios
italianos habían desembarcado en Cádiz los días 22, 23 y 24 de marzo.
Fueron los «héroes» de Guadalajara.

Sobre los rumores cada vez más insistentes de una paz por separado en
negociación por el gobierno vasco, éste calificó de ridículos dichos
rumores. Queipo de Llano se había ocupado de este asunto desde
Radio Sevilla: «Puedo afirmar que en estos momentos se están
realizando gestiones entre Franco y el gobierno de Bilbao por
mediación de Inglaterra. Dios quiera que se lleven a buen término para
evitarnos el dolor de que Bilbao sea completamente destruido.»
Fijemos ahora nuestra atención sobre la marcha de las operaciones
militares. Estas fueron iniciadas en firme a principios de agosto de

1936.

Por parte de los facciosos, su principal objetivo era la toma de la


capital. La toma de Badajoz, producida el 14 de aquel mes, permitió el
contacto entre las fuerzas del general Mola y las de Yagüe, que
constituían los ejércitos del Norte y del Sur. Mola había fijado la fecha
del 15 para su entrada en Madrid. Cuatro eran las columnas atacantes;
la quinta, según el mismo general, estaba en el interior de Madrid. Se
refería a los elementos fascistas solapados que deberían entrar en
acción a partir del momento en que irrumpieran en las calles
madrileñas las primeras fuerzas atacantes. El vocablo «quinta
columna» quedó incorporado al léxico popular como un casticismo más
y dispuesto para ser exportado allende las fronteras. El 10 del mismo
mes de agosto las milicias catalanas desembarcaban en el archipiélago
balear y ocuparon las islas de Ibiza y Formentera, y el 16 se produjo
otro desembarco en Mallorca. A excepción de Mahón, las Baleares
fueron abandonadas más tarde por disposición del ministro de Defensa
(Prieto), y a partir de entonces pasaron éstas a ser las bases aéreas y
navales más poderosas que tenían los fascistas en el Mediterráneo.
Estas bases se hallaban bajo el control directo de Mussolini.

A primeros de septiembre, las fuerzas navarras ocuparon la plaza y


frontera de Irún. El teniente coronel Ortega, que la defendió, manifestó
más tarde que poco antes de abandonarla había en Hendaya un tren
cargado con cañones y municiones venido en socorro desde Barcelona,
y que las autoridades francesas no permitieron que pasara la frontera
hasta que Irún hubo sido evacuado. Ortega pudo evitar a duras penas
que las armas y municiones fueran entregadas a los facciosos. Como
resultado de la pérdida de Irún, por falta de medios de defensa,
cayeron Fuenterrabía y San Sebastián y se preparó la ofensiva contra
Bilbao. En el frente Sur, por aquellos mismos días, el enemigo ocupó
Talavera de la Reina, Maqueda y Torrijas. El 27 de septiembre
penetraron los facciosos en Toledo. Franco declaró más tarde:
«Cometimos un error de táctica: fue la toma de Toledo la que nos
obligó a desplazar las fuerzas que teníamos ante Madrid. Transcurrió
un mes, que los gubernamentales aprovecharon para preparar la
resistencia de la capital.»

A principios de octubre cayeron igualmente Navalperal, San Martín de


Valdeiglesias y Sotillo de la Adrada, en la ruta hacia Madrid. Pero el
acontecimiento militar del mes es la entrada de las columnas gallegas
en Oviedo, seguido del anuncio por Largo Caballero de una
contraofensiva llamada a romper el cerco de la capital, casi completo
por la retirada de Illescas (a 30 kilómetros de Madrid) y de
Navalcarnero. La proclama del presidente del Consejo es la siguiente:

« A las fuerzas armadas del Ejército del Centro. Las fuerzas fascistas,
que habían acumulado sobre Madrid importantes energías, han
agotado sus fuerzas. Llegó, por lo tanto, la hora de asestar el golpe de
muerte. Mientras los traidores se desangran y pierden su eficacia
combatiente, nuestras filas han ganado en cohesión y principalmente
su poder de ataque se ha multiplicado. En estos momentos tenemos ya
en nuestras manos un formidable armamento mecanizado. Tenemos
tanques y una aviación poderosa. Los tanques y la aviación son armas
importantísimas para reducir al enemigo; pero en sí, estas armas,
camaradas, son insuficientes para una contraofensiva victoriosa. Se
requiere, además, que pongáis a su servicio vuestra voluntad
revolucionaria de lucha. La fuerza destructora de los tanques y de la
aviación debe ser complementada por el empuje de la infantería. Lo
que quede de Jo que los tanques y la aviación arrollen, debe pasar a
vuestras manos en un ataque decisivo de la infantería. La infantería ha
de destruir por entero lo que quede de las columnas facciosas y
apoderarse de sus armas.

» ¡Escuchad, camaradas! Mañana, día 29, al amanecer, nuestra


artillería y nuestros trenes blindados lanzarán sus fuegos contra el
enemigo. En seguida aparecerá nuestra aviación, lanzando bombas
sobre el enemigo y desencadenando el fuego de sus ametralladoras. En
el momento del ataque aéreo los tanques irán a lanzarse sobre el
enemigo por el lado más vulnerable, sembrando el pánico en sus filas.
Esta será la hora en que todos los combatientes, tan pronto reciban la
orden de sus jefes, deberán lanzarse impetuosamente sobre el
enemigo, atacándole hasta aniquilarlo. Los traidores a su propio país,
que han lanzado, por el engaño, la mentira y la coacción a las escasas
fuerzas que les siguen a la muerte, van a recibir por fin el castigo del
pueblo. Nuestras mujeres, nuestros hermanos, nuestros hijos, que iban
a convertirse en sus víctimas, serán salvados por el empuje de vuestras
armas. Ahora tenemos tanques y aviones, adelante, camaradas del
frente, hijos heroicos del pueblo trabajador. La victoria es nuestra.

El ministro de la Guerra, Francisco Largo Caballero.»

Esta contraofensiva quedó reducida a un balón de oxígeno y no hizo


más que retardar la fuerte presión enemiga producida en el mes de
noviembre. En los primeros días de este mes se produce: la entrada de
la CNT en el gobierno, el traslado de éste a Valencia y la constitución de
la Junta de Defensa de Madrid. Alrededor del día 11 llegan a Madrid las
fuerzas aragonesas que anima Durruti. Los facciosos han ocupado
Getafe, los Carabancheles y la Casa de Campo, y el 16 anuncian la
entrada en la capital por el sector de la Puerta de Hierro. Es el
momento cumbre de la heroica defensa, con el enemigo en la orilla
izquierda del Manzanares, en la Ciudad Universitaria y en el Parque del
Oeste. Muere Durruti el mismo día en que es fusilado en Alicante José
Antonio Primo de Rivera. Los generales facciosos tienen que señalar
nuevas fechas para el codiciado acontecimiento, y se conforman con
«desinfectar» Madrid mediante permanente bombardeo. La lucha
degenera en diciembre en guerra de trincheras.

Sobre la heroica defensa de Madrid de aquellos días, se han escrito


páginas maravillosas. Eduardo de Guzmán, periodista confederal de
fibra, cuya agilidad de pluma conocen ya nuestros lectores, nos ha
legado, en su libro Madrid rojo y negro, el siguiente testimonio:
« LA NOCHE QUE SE SALVÓ MADRID. Cada día de octubre es un nuevo
dolor y un nuevo peligro para Madrid. El heroísmo de los milicianos no
basta para contener el avance enemigo. Frente a los tanques, a los
aviones, a la artillería, se hunden una y otra vez las líneas de
resistencia. Progresa el fascismo en todas partes. Sube desde Olías
hasta Illescas. Pasa Valmojado y ocupa Navalcarnero. Conquista el
Puerto de San Juan y Chapinería. Los «Capronis» y los «Junkers»
empiezan con matemática regularidad sus visitas de muerte y
destrucción sobre la ciudad que pronto será mártir [...]

» En Madrid crece por momentos el desconcierto. En las esferas


oficiales no se sabe qué hacer ni qué pensar. El Estado Mayor está a
punto de dar por perdida la capital de nuestra revolución.
Paralelamente, sin embargo, crece el entusiasmo y la decisión de las
masas populares. Está cercana la hora en que todo haga crisis, en que
todo se hunda, en que sólo se salve el heroísmo abnegado del
proletariado madrileño.

» Mientras llega esa hora los momentos son difíciles. Por el este, el
sacrificio heroico de un puñado de faístas resistiendo veinte días en la
catedral de Sigüenza ha retrasado el peligro. Por aquí no llegarán a
tiempo los invasores a las puertas de Madrid. Tienen que modificar su
plan. Lo modifican. No avanzarán ya por la Alcarria rumbo a
Guadalajara y Alcalá; bajarán por las tierras de Cuenca hasta cortar las
comunicaciones de Madrid. El enemigo ataca pasados los Montes de
Albarracín abriéndose rápido camino hacia los nudos de
comunicaciones. No encuentran quien le cierre el paso, quien impida
sus propósitos. El gobierno no puede entretenerse en pensar en las
comunicaciones. Es el Comité de Defensa quien ve claro el peligro. Y
quien le pone remedio enviando rápidamente la columna Del Rosal,
que clavará en el suelo a las mesnadas fascistas.

» Ya está el facismo a 30 kilómetros de Madrid. Ya amenaza por el sur y


por el oeste. Ya los Sindicatos han oído la llamada de su deber y
empiezan a movilizar sus afiliados. Construcción paraliza las obras y
forma los primeros batallones de fortificadores. Metalurgia apresura el
ritmo de los tornos y el trabajo de las máquinas. Los demás ensayan
concentraciones, ponen en pie sus efectivos, entrenan sus hombres
para la dureza de las jornadas próximas.

» En los frentes del Centro hay muchos miles de luchadores


confederales. Se les puede encontrar a centenares en todas las
columnas republicanas, socialistas o comunistas. Están, además, con la
de «Tierra y Libertad», que pelea en los frentes toledanos. Con la
columna Amor que lucha en lugares cercanos. Con la Del Rosal. Con los
que pronto serán gloriosos batallones «Sigüenza» y «Toledo». Pero la
Organización tiene aún más hombres que quieren luchar, que anhelan
empuñar las armas, jugarse la vida en la defensa de la libertad del
pueblo. Apresuradamente se organiza una columna más fuerte que
todas las demás. Es la columna «España Libre». Hombres probados la
integran: militantes de temple acerado nutren sus filas. Pero la
columna «España Libre» -tres mil luchadores dispuestos a todo en la
defensa de la revolución- no puede salir a combatir. No tiene armas; no
quieren dárselas. No pide artillería ni tanques ni aviación. Pide
sencillamente fusiles. Fusiles que se facilitan en abundancia a otras
fuerzas, que los pierden con excesiva facilidad. Todas las gestiones para
conseguir armamento fracasan. A mediados de octubre Frente
Libertario (3) escribe:

« Mientras otras columnas y otros batallones han sido armados, la


columna «España Libre» sigue esperando. ¿Por qué no se le entregan
los elementos precisos para salir, como es su deseo, rumbo al puesto
que se le designe? Lo ignoramos. Ninguna razón, ningún argumento,
ningún pretexto siquiera, justifica esta demora. Nada hay
medianamente lógico que pueda explicarlo. La única hipótesis que
cabe sentar está fundada en que los hombres de «España Libre»
pertenecen a la Confederación Nacional del Trabajo.»

» Es ésa, precisamente, la única explicación lógica. Todo son


habilidades y maniobras contra las Milicias confederales. Todos los
sectores políticos tienen un interés extraordinario en hacerlas fracasar.
Si triunfan, si se cubrieran de la gloria que merece el heroísmo de sus
hombres, nada ni nadie podría cerrar el paso a la revolución. Y hay
muchos que, pese a sus palabras, preferirían perder la guerra a dejar
paso franco a la revolución en marcha [...]

» Y en tanto se pierden las horas en torpes maniobras políticas;


mien­tras cobardes e incapaces pretenden arrojar lodo sobre las
Milicias confederales, achacándoles sus propias infamias, el fascismo
avanza. Finaliza octubre. El gobierno Largo Caballero cree llegado el
momento de jugarse el todo por el todo. El día 29, un estremecimiento
jubiloso recorre las filas de nuestros luchadores. Una proclama del
ministro de la Guerra se reparte profusa entre los milicianos.
Emocionados, los hombres leen en los parapetos:

« ¡Tenemos las armas que necesitamos! ¡Ha llegado la hora de la


ofensiva!... ¡Adelante! Espero vuestros partes de victoria...»

» Todo el armamento son quince o veinte tanques y diez o doce


aviones. Pero el entusiasmo de los milicianos suple la falta de material.
Se ataca intensamente, con heroísmo sin límites. Se toman los
Torrejones y Seseña; se progresa en dirección a Illescas; los periódicos
proclaman nuestra inminente victoria... Pero al día siguiente la ilusión
se desvanece. El día 30, entre una nube de «Junkers», «Fiats»,
«Capronis» y «Heinkels», desaparecen nuestros pobres aviones; el día
30 cada uno de nuestros tanques tiene frente a sí quince o veinte
enemigos, el día 30 se pierde el terreno conquistado, se inicia la
desbandada, ocupan los fascistas Parla y progresan en dirección de
Getafe. El día 30 se derrumban todos los optimismos, y la
desesperación y la tristeza se adueña de los medios oficiales. Ya nadie
duda de que el fascismo llegará a Madrid. Ya nadie niega que en sus
calles habrá de librarse una batalla decisiva para la suerte del mundo...

» Madrid empieza a vivir horas de fiebre. En los centros oficiales el


pesimismo gana los corazones. Ni Asensio ni Pozas creen posible la
defensa de la ciudad. Confiaban en Navalcarnero y Navalcarnero cayó.
Creían en Brunete y en Brunete están ya, estrechamente enlazados,
moros y civilones. Esperaban que la contraofensiva fuera un éxito, y ha
sido un desastre. Las Milicias tienen sobra de valor; pero les faltan
elementos, organización, disciplina, técnica. ¿Cómo vencer en estas
condiciones?

¿Cómo pensar en oponer dique seguro a los mejores estrategas de


Roma y Berlín? Pensando fríamente, calculando las posibilidades,
midiendo los efectivos, nuestro Estado Mayor tiene que considerar
perdida la partida...

» Pero en la calle la gente no conoce la técnica militar. Los hombres de


los sindicatos no han estudiado en Potsdam, ni en Saint-Cyr. Ignoran
los rudimentos de la estrategia. Pero tienen decisión y arrojo. Pueden
hablarles de la superioridad del enemigo. Sin vacilaciones replicarán:

» -¡No pasarán! Y si pasan será sobre nuestros cadáveres y las


llamaradas que consuman Madrid...

» Con ellos es inútil el razonamiento y el cálculo. Ya lo saben Pozas y


Asensio. Ya lo saben, también, Largo Caballero y Prieto. Están decididos
a morir, y a morir matando. Los sindicatos hormiguean de afiliados. Se
acarician con entusiasmo las pistolas. Se mete dinamita en botes vacíos
para fabricar bombas. Se hace acopio de gasolina para rociar los
edificios. Los técnicos pueden pensar que es una catástrofe. El pueblo
sabe que sólo así podrá salvarse...

» El avance enemigo continúa en todos los frentes. Ya cayeron


Humanes y Griñón, Parla y Getafe, Villaviciosa de Odón y Fuenlabrada.
Los cañones facciosos alcanzan a Madrid. Por ahora se contentan con
bombardear los barrios extremos.

» El día 3 se da, por fin, armas a la columna «España Libre». Parte para
Fuenlabrada. Cuando llega, los moros atacan furiosamente Leganés.

» El día 30 se accede a que la CNT participe en el gobierno. Se accede


cuando no queda otro remedio. El gobierno está perdido y Madrid a
punto de perderse. Se accede, quizá, no sólo por fortalecer el
ministerio, sino también para facilitar el cambio de residencia. A los
ministros les pesa Madrid. De Madrid han salido ya muchos con rumbo
a Barcelona y Valencia. De Madrid quiere marcharse el gobierno
también. En el primer Consejo de ministros en que intervienen los
hombres de la Organización, se plantea la huida a Valencia. Nuestros
compañeros se niegan:

» -Igual que está dispuesto a morir el pueblo en defensa de Madrid,


debemos estarlo nosotros...

» Cuatro horas de Consejo. Cuatro horas de forcejeos. Al fin no se toma


determinación alguna. El día 5 los fascistas entran en Móstoles y
Alcorcón, en Pinto y Leganés. El pánico crece entre el elemento oficial.
Muchos, sin esperar determinaciones del gobierno, han salido con
rumbo a Valencia.

» El día 6 vuelve a reunirse el Consejo de ministros. Largo Caballero


insiste en el traslado. Habla de la crítica situación militar. Sólo la llegada
de refuerzos podría salvarle. Pero, ¿de dónde traer estos refuerzos?
Suena el nombre de Durruti. Federica se ofrece para convencerle de
que debe venir a Madrid. El gobierno le confía el encargo y Federica
sale. Nuestros compañeros continúan oponiéndose al traslado a
Levante. Largo Caballero plantea crudamente la cuestión:

» -Si ustedes siguen negándose, la crisis queda planteada. Y una crisis,


en estos momentos, es la catástrofe...

» No hay más remedio que acceder. Esta misma noche, sigilosamente,


como en una huida, el gobierno saldrá corriendo en dirección a
Valencia...

» Amanece el día 7 de noviembre. El enemigo tomó ayer Carabanchel


Alto y Campamento. Los obuses facciosos caen como una lluvia sobre
los barrios de Segovia y Toledo. Nadie ha dormido esta noche. La
aviación voló repetidas veces dejando caer toneladas de trilita. La radio
habló sin descanso trasmitiendo órdenes y consignas. Como el 19 de
julio, ningún trabajador ha ido esta noche a su casa. En los domicilios
de los sindicatos, formando grandes corros a la puerta, tumbados en el
suelo, en las escaleras, en los portales, millares y millares de hombres,
que esperan la orden de partir hacia el frente.

» Durante todo el día anterior se han sucedido las llamadas tajantes:

» -Metalúrgicos, en el local del Sindicato a las siete de la tarde...

» -Uso y Vestido, a las ocho...

»- Gráficos, de guardia permanente en los talleres...

»- Gastronómicos, a las cinco...

» Todos los sindicatos han llamado a sus hombres. Todos los han
puesto en pie de guerra. Todas las pistolas están prestas a dispararse.
Todos buscan un lugar en los parapetos.

» Defensa, organiza y prepara la lucha. Tiene millares y millares de


hombres a su disposición. Los tiene en los sindicatos y en los ateneos
de barriada. Está en pie todo el movimiento libertario. Frío, sereno, sin
que la gravedad del trance conmueva uno de sus músculos. Val ordena:

» -Vallehermoso: Doscientos hombres, con lo que tengan, al Paseo de


Rosales...

» -Puente de Toledo: Que suba toda la gente hacia Carabanchel. Tirar


sobre el que se vuelva...

» -Controles: Que no salga nadie con fusiles ni pistolas de Madrid.


Recoger todas las que podáis. Hay millares de compañeros esperando
armas...

» La organización en pleno responde como un solo hombre. Con


fusiles, con rifles, con pistolas, con bombas, millares de trabajadores
corren a su puesto. Por las calles de Segovia y Toledo, entre el
estruendo de la batalla cercana, se cruzan dos ríos humanos. Hacia el
Manzanares bajan los luchadores que van a levantar, con sus
corazones, el dique que rompa la oleada fascista. De los puentes
suben, aplastados bajo el peso de los míseros ajuares, las mujeres y los
niños de las barriadas que huyen frente al azote de la invasión...
» La defensa de Madrid está hoy en manos de los trabajadores
exclusivamente. El gobierno camina hacia Valencia. En el Ministerio de
la Guerra no ha quedado nadie en su puesto. Miaja ha recibido una
orden y unas atribuciones, pero aún no sabe con quién cuenta ni qué
puede hacer. Está dispuesto a morir en su puesto; pero hasta mañana
no podrá hacer absolutamente nada. Y mañana, acaso será demasiado
tarde...

» En Carabanchel Bajo, en Usera, en la carretera de Extremadura y en


la Casa de Campo está lo más vivo y firme del proletariado madrileño.
Se lucha con rabia, con energía, con desesperación. Se muere con un
viva a la revolución en los labios. Grupos de moros, que han cruzado el
río, tratan de trepar por la montaña del Príncipe Pío en dirección a
Rosales. Allí están unos cuantos guardias y unos centenares de
trabajadores, varios militantes anarquistas, «Nobruzán» entre ellos. No
hay armas para todos. No hay municiones para los fusiles de que se
dispone. Cuando un hombre cae, otro surge de entre las sombras
armado con su pistola. Cuando los moros ceden momentáneamente en
su embestida, unos obreros saltan los parapetos, buscan los cadáveres
enemigos, les quitan el fusil y las municiones. Con fusiles y municiones
fascistas se defiende Rosales durante toda la noche. Con las uñas y los
dientes se defiende Madrid...

» En Usera hay unas trincheras improvisadas y unos parapetos de


adoquines. En Carabanchel lo mismo. Igual en la carretera de
Extremadura. No sirven para ocultar un hombre, para defenderlo de las
balas enemigas, para ponerlo a salvo. Son más un obstáculo que una
defensa.

Pero detrás de ellos, como en las casas, como en las calles, hay millares
y millares de hombres decididos a luchar y morir. Durante toda la
noche el combate es durísimo. Por vez primera los tanques fascistas
dudan en avanzar. Por vez primera la caballería mora es barrida en
masa. Por vez primera los legionarios hambrientos de botín sienten el
terror y el pánico. En las barriadas de Madrid no hay ejércitos
aguerridos. Pero están, firmes en sus puestos, muriendo y matando, los
hombres de los sindicatos.

» Ningún general dirige la batalla. Si a cualquiera de los pocos militares


que han quedado en Guerra se le pregunta quién sostiene el combate,
no sabrá responder. Defendiendo Madrid hay unas columnas
destrozadas, desmoralizadas por los repliegues, sin elementos y sin
decisión. No pueden ser ellas quienes impidan que la morisma se
adueñe hoy de la ciudad. Sólo los sindicatos podrán responder a la
pregunta. Sólo los sindicatos, los ateneos, las barriadas, saben de
dónde han salido estos millares de héroes. Sólo un hombre, Eduardo
Val, tiene en sus manos durante toda la noche los hilos de la defensa
de Madrid...

» En la calle de Serrano, en un hotelito que fue de un marqués


monárquico, suenan sin cesar los teléfonos, entran y salen autos y
motos sin tregua ni descanso. Un grupo de hombres se multiplica,
corre de aquí para allá, ordena, marcha. Isabelo, Salgado, Barcia,
Inestal, Gil, Antonio Rodríguez, Ortega, Juan Torres, Santamaría, son en
esta hora el Estado Mayor único de nuestra resistencia. Llevan varios
días sin dormir. No han comido en toda la jornada. Han pronunciado
cincuenta arengas y disparado trescientos tiros. Están aquí ahora;
dentro de media hora ocuparán un parapeto en Carabanchel; la
madrugada les sorprenderá disparando sus rifles en el barrio de Usera.
Están donde deben estar, donde el enemigo aprieta, donde la moral
afloja. Están, como toda la Organización confederal, en el sitio de
máximo peligro...

» Y en medio del nerviosismo y la lucha, entre la baraúnda de los


acontecimientos, un hombre con mono azul sonríe y ordena con voz
pausada y enérgica. Nunca le conocerán las multitudes. Nunca sabrán
su gesta. Pero si Madrid se salva esta noche es porque su defensa está
a cargo de Eduardo Val...

» Amanece el día 7. La lucha continúa dramática. Hacia los barrios


amenazados parten sin cesar nuevos grupos de obreros. Van en su
mayoría sin armas, esperando recoger las que abandonarán los
muertos. Como en julio, la gente se disputa los fusiles y los puestos de
mayor peligro. En los parapetos, en las casas transformadas en
fortines, los trabajadores disparan sin cesar. Cada disparo es una
expresión de la voluntad de un pueblo.

» -¡No pasarán!

» Vuela la aviación, avanzan los tanques, truena la artillería. El combate


adquiere violencia inusitada. En Carabanchel, unos grupos retroceden.
El enemigo ha roto nuestras líneas. Avanza hasta cerca del Puente de
Toledo. Llegan entonces unos compañeros. A su frente, Isabelo Romero
y Juan Torres. Gritan:

» -¡Cobardes! ¡Cabrones!

» Algunos avergonzados, se paran. Otros, presa de pánico, quieren


seguir. Las pistolas apuntan a sus cabezas. Tienen que volverse. Se
colocan en el Puente, en los parapetos, varios compañeros con la
orden de no dejar huir a nadie. Isabelo, subido en una ventana, grita:

» -¡Vamos por ellos, compañeros! ¡Adelante! ¡Viva la CNT!

» Isabelo es secretario del Comité regional. Isabelo está en los


parapetos como todos nuestros hombres. Los que huían parecen otros.
Siguen detrás de Isabelo y Torres. Es un alud contra el que se rompe el
avance fascista. Grupos de moros quedan tumbados en mitad de la
calle. Los nuestros corren hacia arriba en su persecución. Avanzando,
se pasa Mataderos, se llega a Carabanchel Bajo. El enemigo no pasará
por aquí.

» Como no pasará por Usera. Ni por Villaverde. Ni por la carretera de


Extremadura. Madrid entero se ha puesto en pie. Republicanos,
socialistas, comunistas y anarquistas pelean codo contra codo, en
magnífica hermandad, decididos a vencer. Durante todo el día se lucha
heroicamente. Se agotan las municiones, pero la gente no retrocede.
» Miaja ha recibido, a las ocho de la noche del día 6, de manos del
subsecretario de Guerra, un sobre lacrado con la orden de no abrirlo
hasta las seis de la mañana del día 7. Cuando lo abre, ve que le han
dado el mando supremo de la defensa de Madrid, que se le ordena
formar una Junta y tomar todas las disposiciones para procurar la
evacuación del material. En la mañana del 7, Miaja empieza a actuar.
Llama a todos los partidos y organizaciones. Expone claramente la
gravedad de la situación. La Junta de Defensa tiene que quedar
constituida esta misma tarde. No hay dificultades en nadie. La junta se
formará entre el estruendo del combate que estremece el aire
nervioso de la ciudad.

» A mediodía un ayudante de Miaja se asoma al balcón. Bromeando, un


periodista le interroga:

» -¿Qué, buscando la marcha?

» El militar, serio y grave, replica:

» -No; nosotros no nos iremos. Moriremos en nuestro puesto...

» Luego, irónico, añade:

» -Me asomaba para ver si se veía ya la caballería mora...

» Por la tarde se constituye la Junta de Defensa. Cuando hacen un


ligero examen de la situación, quedan impresionados. Para defender
Madrid no hay más que cien cajas de municiones de fusil, granadas de
artillería para tres horas de fuego, siete ametralladoras en reparación.
Es todo lo que se tiene. Como fuerzas militares, seis columnas sin
moral, sin entusiasmo, aplastadas por un retroceso constante. Nadie
vacila ni tiembla, sin embargo. Una decisión unánime:

» -¡Resistiremos!

» En Burgos, en Valladolid, en Salamanca, el júbilo es enorme. Nadie


duda de que Madrid caerá. Lo dice Franco:

» -Entraremos en Madrid sin disparar un tiro...


» Mola confirma la frase del «generalísimo»:

» -La toma de Madrid será un simple paseo militar...

» Los técnicos extranjeros lo creen también. En París, en Roma, en


Berlín y Londres los periódicos fascistas preparan los gruesos titulares
que dirán al mundo el triunfo de la facción.

» En Leganés, bajo la presidencia de Vallellano, se reúne el futuro


Ayuntamiento de Madrid. En Móstoles se agrupan las caravanas que
traen personalidades fascistas para presenciar la entrada. Franco viste
de fiesta a sus civilones, a sus terciarios, a sus requetés. Los moros ríen
olfateando la carne fresca de las mujeres madrileñas...

» Franco, alegre y jactancioso, habla con unos periodistas extranjeros:

» -Tenemos Madrid entre nuestras manos. Dominamos todas las


alturas. No hay defensa posible. Si conocieran la técnica militar ni
siquiera intentarían una resistencia inútil...

» Los obreros de Madrid se ríen de la técnica. Están decididos a


triunfar.

Con fusiles, con pistolas, con escopetas, con bombas de mano, corren a
los parapetos. Se dejan matar sin dar un paso atrás. Pero el fascismo no
pasará...

» En Albarracín hay tres mil hombres de la Organización. Son


luchadores curtidos en Somosierra y Gredos. Son batallones que llevan
nombres gloriosos: «Mora», «Ferrer», «Orobón Fernández», «Juvenil
Libertario». A su cabeza, hombres de temple acerado: Cipriano Mera,
Carlos y Eusebio Sanz, Valle, Arenas, Domínguez Román...

» El día 7 llegan malas noticias de Madrid. Mera reúne a los hombres y


les habla:

,, -Madrid está en peligro. Tenemos que ir a salvarlo. Que nadie se haga


ilusiones. Vamos a morir. Los que quieran venir, que den un paso al
frente...
» Los tres mil hombres, sin vacilar, avanzan. Mera sonríe complacido.

No esperaba otra cosa. Habla, sin embargo, para advertir:

» -No podemos ir todos dejando este frente abandonado. Con dos mil
basta. El resto puede quedarse aquí...

» Nadie quiere quedarse. Cuesta enorme trabajo convencerles. Al fin,


sin retrasos, dos mil hombres -pañuelos rojinegros, gritos
revolucionarios en la garganta, anhelos de batalla en el corazón- parten
rumbo a la muerte y la gloria de la defensa de Madrid...

» En Tarancón están los supervivientes de Sigüenza. Unos centenares


de hombres a los que se suman otros tantos campesinos y trabajadores
madrileños. El 6 de noviembre, reciben una orden escueta:

» -¡No dejar pasar a nadie con armas! ¡En Madrid se necesitan todas!

» De Madrid sale una larga caravana de coches. En ellos, los cobardes


que huyen del peligro. En Tarancón, los milicianos, fusil en mano,
detienen los automóviles:

» -¿Dónde vais?

» -¡A Valencia!

» -¿A qué?

» -Misión especial.

» Es la hora de las misiones especiales. Todos los flojos de espíritu se


han buscado una misión especial. Los milicianos no transigen:

» -¡Sois unos cobardes! ¡Volved a Madrid!

» Algunos, avergonzados, regresan. Otros insisten en pasar:

» -Bueno: dejad las armas. En Valencia no las necesitáis para nada...

» En un auto llega Pedro Rico (4). Va tirado en el coche, hecho una


bola, con el pánico reflejado en el rostro. Los milicianos ríen ante su
aspecto. Uno le grita:
» -¡Tú también quieres huir, cobarde!

» Pedro Rico trata de justificarse. Uno le interrumpe:

» -¡Debíamos ponerte de cara a la pared!

» Consigue escapar. Da vuelta hacia Madrid, perseguido por las risas y


las burlas. Cuando llegue a la ciudad, buscará refugio en una embajada
extranjera...

» Noche avanzada ya. Mandando los grupos del control está José
Villanueva. Es un hombre delgado, resuelto, decidido. Se ha batido con
heroísmo en la toma del cuartel de la Montaña, en Guadalajara y
Sigüenza. Cuando amanezca, marchará con sus hombres para cooperar
a la defensa de Madrid. Luchará en la Casa de Campo y morirá, frente a
las hordas extranjeras, en la dura batalla de Teruel.

» Llega una caravana de autos. Los milicianos les contienen. Una voz
grita:

» -¡Paso libre! ¡En los coches van varios ministros!

» Todos los ocupantes tienen que descender de los coches. Uno de


ellos se adelanta a Villanueva:

» -¡Esto es un atropello! Soy el ministro de... y voy a Valencia...

» Villanueva replica:

» -Su obligación como ministro es permanecer al lado del pueblo en la


hora dramática. Al huir, desmoralizan ustedes a los combatientes.

» Se han presentado tres o cuatro más. Son también ministros (5)


Villanueva les desarma y les hace pasar a una habitación. Asustado
pregunta uno:

» -¿Qué vais a hacer?

» -Por mi gusto -replica Villa nueva-, llevaros delante mañana cuando


entremos en fuego...
» -Eso es una barbaridad...

» -Mayor sería que os fusilara como merecéis...

Villanueva telefonea a Val:

» -Tengo aquí a cuatro ministros que huían de Madrid. ¿Qué hago con
ellos?

» Val no pierde la cabeza. Es enemigo de la marcha del gobierno, que


interpreta como una fuga. Vive la hora más dramática de la defensa de
Madrid, cuando la vida de todos pende de un hilo. Pero, apresar a los
ministros no resuelve nada. Ordena:

» -¡Dejadlos en libertad!

» -¡Pero es que...

» -¡Nada, nada! ¡Haz lo que te digo!

» -Bueno, pero como yo quiero salvar mi responsabilidad, mándame


una orden escrita...

» Val envía la orden pedida. Cuando la recibe, Villanueva la lee


despacio. Luego dice a los ministros:

» -La Organización, contra mi parecer, os pone en libertad. Podéis

marchar a Valencia. Pero no olvidéis nunca vuestra fuga de hoy ni el


heroísmo con que se está batiendo el pueblo de Madrid...

» Nerviosos, los ministros montan en sus coches y se alejan a todo


correr. Amanece ya el nuevo día. Villanueva les ve alejarse desde el
medio

de la carretera. Luego exclama:

» -¡Y ahora a cumplir nosotros con el deber de salvar Madrid!

» Los hombres comienzan a montar en los camiones. Van en dirección


contraria a los ministros. Van de cara a la muerte. Pero, también, de
cara a la vida, que es el triunfo de la libertad...
» En la mañana del día 8 lanza Franco sus huestes a la conquista de
Madrid. Es el día fijado. Es la fecha en que se descubrirán los arcos
triunfales y el «generalísimo» será aclamado por su gran victoria. Todo
está bien organizado. Todo está bien dispuesto. Es imposible que falle
ni una sola parte del plan trazado...

» El ataque empieza al clarear el día. En línea, las mejores fuerzas de la


invasión. Delante, los tanques. En el aire, bandadas de negros
pajarracos. Los cañones preparan el camino con un fuego intenso.
Carabanchel Bajo, Usera, el Puente de Segovia, los barrios extremos de
Madrid se ven envueltos en metralla y fuego. Un poco más lejos, en las
alturas de Leganés y Móstoles, se forma la comitiva triunfal para la
entrada en Madrid...

» Pero, cerrando el paso al invasor, hay hombres decididos a morir. Ni


la aviación ni la artillería logra que nadie dé un paso atrás. Hombres de
todos los partidos y tendencias se han juramentado para morir en sus
puestos. Nada ni nadie les arrancará de los parapetos, de las casuchas,
de los ribazos donde se defiende la independencia de España y la
libertad del proletariado...

» Los fascistas confían en sus tanques. Frente a ellos, incapaces de


aplastarlos, huyeron hasta ahora los milicianos. Pero la situación ha
variado. Ha variado porque ya nadie piensa más que en vencer o morir.
Franco coloca en vanguardia los tanques. Han de abrir camino, por las
tres carreteras de Toledo, Leganés y Extremadura, hacia el corazón de
la ciudad invicta. Y los tanques avanzan convencidos de que nadie
podrá cerrarles el paso...

» Están ya frente a una trinchera, disparando sus ametralladoras. De


pronto, de la trinchera salta un marino. Es joven, alto, fuerte. Las
ametralladoras le siluetean, pero él se ha tirado rápido al suelo. Los
conductores de los tanques creen haberlo alcanzado. Avanzan. Cuando
uno está cerca, el marino se incorpora, levanta el brazo y una bomba
viene a explotar sobre el carro blindado. El monstruo se estremece en
convulsiones agónicas y queda roto, inmóvil sobre uno de sus costados.
Los otros tanques avanzan. El marino les espera tumbado en el suelo.
Cuando se acercan, repite la operación. Cuatro quedan destrozados en
las cercanías de la trinchera. Los otros retroceden asustados.

» La noticia corre a lo largo de las trincheras leales. Un marino, Antonio


Coll, ha encontrado la manera de contener el avance de los tanques.
Los monstruos no son invencibles. Un poco de serenidad, algo de valor
y el carro quedará tumbado antes ele llega r a las trincheras. (Antonio
Coll morirá dentro de u nos días, en este mismo sitio, luchando contra
los tanques. ¡No importa! Ha demostrado que se puede luchar con los
tanques. Tendrá muchos imitadores. Será, en definitiva, uno de los
grandes héroes de la defensa de Madrid.)

» En Carabanchel se pelea con dureza enorme durante toda la mañana.


Terciarios y rifeños, civilones y requetés pretenden abrirse paso a toda
costa hacia el interior de Madrid. Pero en Carabanchel, cubriendo casi
por entero la distancia que media entre las carreteras de Toledo y
Extremadura, está la columna «España Libre». Tuvieron que esperar
muchas semanas hasta conseguir las armas. Ahora que las tienen, será
muy difícil arrebatárselas. Cada hombre es un león en la pelea. Están
pegados al suelo, guarecidos en las casas, disparando sin cesar los
fusiles y las ametralladoras. Saben manejar las bombas de mano.
Cuando el enemigo se acerca, cuando se dispone al asalto de cualquier
edificio, las granadas estallan abriendo enormes boquetes en sus filas...

» Por la calle del General Ricardos bajan ahora, haciendo fuego, con sus
ametralladoras, dos tanques fascistas. Por la calle del General Ricardos
sube, disparando también, un tanque leal. Más arriba de Mataderos,
cerca de Carabanchel Bajo, chocan con estrépito los tres monstruos. Es
un combate breve y violento, con rechinar de cadenas y descargas de
ametralladoras. Los hombres de «España Libre» saltan los parapetos,
esquivando las balas para intervenir con sus bombas en la pelea. Es
tarde ya para salvar nuestro tanque, destrozado al destrozar a uno de
los enemigos. No lo es para inutilizar al restante. Las bombas le
convencen de la inutilidad de su resistencia. Tiene rota una de las
cadenas. Está inmóvil y copado. El teniente que lo manda se entrega.
En su poder se encuentran documentos que han de tener importancia
decisiva en la defensa de Madrid...

» A las diez de la mañana se ha puesto en marcha la comitiva que ha de


asistir a la entrada de Franco en la Puerta del Sol. Según todos los
planes, Madrid tiene que haber caído para esa hora. Bajan
tranquilamente desde Leganés, montados en sus coches. El ruido de los
motores les impide escuchar el estruendo de la batalla cercana.
Cuando se dan cuenta, las balas agujerean los autos, caen cuatro o
cinco de la comitiva, huyen los demás a la desbandada, convencidos de
que la entrada ha sufrido un pequeño retroceso...

» La columna «España Libre» está al mando del compañero Ramos.


Ramos era maestro antes de la revolución. Ramos empuñó decidido el
fusil cuando en la calle sonaron las primeras descargas. Después ha
combatido en muchos frentes, se ha jugado la vida frente a la invasión.
En Carabanchel, Ramos pelea en los parapetos más avanzados,
animando a sus hombres, enseñándoles con el ejemplo. Al caer la
tarde, luego de una dura preparación artillera, el enemigo vuelve al
ataque. En vanguardia un grupo de tanques. Ramos grita a sus
compañeros:

» -Cuando estén cerca saltaré la trinchera. ¡Vais a ver cómo vuelan!

» El primer tanque está a treinta metros ya. Arrastrándose por el suelo,


el comandante Ramos se acerca. Un millar ele hombres sigue con
emoción enorme, sin respirar casi, su heroica empresa. Cuando está
próximo, Ramos se incorpora, una bomba cruza el espacio, una
explosión aturde los oídos y el tanque se inclina pesadamente sobre
uno de sus costados.

» Pero al mismo tiempo que Ramos, el tanque ha tirado también con


sus ametralladoras. Nueve balazos traspasaron su cuerpo. Cayó
pesadamente junto al monstruo fascista. Electrizados por su ejemplo,
los hombres saltan las trincheras, avanzan sobre los tanques,
persiguiéndolos con sus bombas de mano. Los tanques huyen a la
desbandada. Ramos está muerto. Madrid, salvado...
» En el viejo Ministerio de la Guerra unos hombres esforzados -Miaja,
Roja, Matallana- examinan serenamente la situación. El enemigo no ha
tomado Madrid, pero el peligro sigue. Se ha salvado un día difícil, una
situación crítica. Mas todavía no se ha resuelto la situación. En
Villaverde, Usera, carretera de Toledo y Carabanchel, no se ha
retrocedido un solo paso. A la derecha de la carretera de Extremadura,
en la Casa de Campo, el enemigo ha realizado un profundo avance. Las
fuerzas que guarnecen este sector -columna Mangada, columna Galán,
columna «Libertad», organizada por el PSUC-, se han batido con
heroísmo. Sin embargo, el fascismo abrió brecha entre los montes de la
vieja posesión borbónica…

» Y es ahí, precisamente ahí, donde radica el máximo peligro. Por los


datos cogidos al teniente que mandaba un grupo de tanques, se
conoce el plan de los generales traidores. Si fracasaban en su intento
de hoy, si Madrid no se entregaba el 8, comenzaría una operación de
envergadura. Las tropas invasores se correrán por la Casa de Campo,
ganarán la carretera de La Coruña, cruzarán el río por lugares no
canalizados, entrarán en Madrid por Cuatro Caminos. Con sólo llegar a
Cuatro Caminos habrán conseguido dos grandes éxitos. Uno, dejar
cercadas las tropas que defienden la Sierra. Otro, cortar el agua de
Madrid.

» El pueblo se ha batido con heroísmo incomparable. El Estado Mayor


lo sabe y admira el gesto del proletariado madrileño. Ha visto cómo, en
una hora trágica, los sindicatos movilizaban todos sus hombres. Ha
visto cómo hoy mismo los de Construcción han publicado una orden
ejemplar. Dice:

« Todos los trabajadores de la Construcción que no estén en lista y


controlados por el Consejo Mixto de Fortificaciones, se concentrarán
en los sitios indicados por sus Organizaciones, con sus respectivas
meriendas para marchar adonde sea preciso en defensa del pueblo de
Madrid.»
« Van a luchar, a batirse, a morir tal vez. Nadie les habla de premios. Se
les exige, en cambio, que cada uno se lleve la comida. Y, con orgullo
habrá de proclamarse, ni un solo trabajador deja de cumplir con su
duro y penoso deber.

» El Estado Mayor tiene confianza ciega en el pueblo. Pero los dos


últimos días han sido muy duros. Por la noche continúa el combate.
Mañana la pelea será aún más encarnizada. Pese a la superación de su
moral, los milicianos están deshechos y los trabajadores que
voluntariamente pelean en los parapetos, muertos de fatiga y sueño.
Por donde ataca el enemigo no hay fortificaciones ni está nada
previsto. No se tienen ni refuerzos que enviar a contener su avance.
Faltan municiones y no hay ametralladoras. Si esta misma noche no
llegan refuerzos, Madrid, pese a todo el heroísmo del pueblo, estará
perdido sin remedio...

» Amanecida fría y lluviosa del 9 de noviembre. Al Puente de Vallecas


arriba la primera Brigada Internacional. Son luchadores esforzados,
revolucionarios convencidos, el estado mayor, el corazón y cerebro del
antifascismo europeo. Se había pensado enviarles a Villaverde. El plan
ha variado. Es preciso que vayan a la Casa de Campo, que se enfrenten
con el fascismo que acaba de tomar el Garabitas y continúa su avance.

» La Brigada Internacional cruza las calles húmedas y silenciosas de


Madrid. Camina con paso firme, resonando el chocar de sus zapatos
claveteados con el empedrado de las calles. Cantan en francés, en
alemán, en italiano, himnos revolucionarios. La gente sale corriendo a
verles pasar, a vitorearles, a aplaudirles. En el aire las notas vibrantes
de «La Internacional» primero. De «La Marsellesa» después...

» Las figuras -altas, fuertes, con grandes chaquetones blancos de piel


de cordero- se pierden en la lejanía, penetran en la Casa de Campo. De
allá nos trae todavía el eco:

»… le jour de gloire est arrivé...


» A media mañana irrumpen en la ciudad los camiones de las Milicias
Confederales. Vienen los hombres que salieron de las montañas de
Albarracín y los que, mandados por Villanueva y Benito, esperaban en
Tarancón. Se han sumado también los hombres del batallón «Toledo» y
la batería «Sacco y Vanzetti». Son más de tres mil hombres. A su
cabeza los mejores luchadores de la CNT, de la FAI, de las Juventudes...

» Cruzan Madrid sin detenerse. Al aire, los pañuelos rojinegros. En las


manos, el fusil. En los ojos, una decisión firme. En la garganta, un
himno revolucionario. Bajan rápidos por el Paseo de San Vicente, por la
cuesta de la Dehesa de la Villa. Atraviesan Puerta de Hierro y el
Manzanares. Se pierden en las frondas de la Casa de Campo. Tras ellos,
como una estela, la afirmación de fe revolucionaria:

» Por el triunfo de la Con-fe-de-ra-ción...

» Es el 9 de noviembre de 1936...» (6)

Durante los primeros días de 1937 se produce una nueva ofensiva


facciosa en el noroeste de la capital, con intervención de tropas
alemanas. Por aquellos días, lanza el siguiente manifiesto la Federación
local de Juventudes Libertarias de Madrid:

« Madrid atraviesa su crisis definitiva. La más formidable tormenta está


descargando furiosa sus rayos sobre nuestro suelo. Miles de engañados
mercenarios de Alemania e Italia, fauna salvaje del África y toda la
briba del crimen internacional se estrellan contra los muros
infranqueables que forman los pechos de sus heroicos defensores.
Nada ha conseguido hasta hoy el poder formidable del fascismo
europeo. A pesar de la ruina que siembran sus aviones, a pesar de los
escombros que provocan sus obuses, a pesar de la tormenta
desencadenada de sus inesperados ataques, Madrid sigue en pie,
invencible, heroico, sereno, dispuesto a resistir y a atacar hasta
enterrar el fascismo. Ni el número ni el armamento, ni las oleadas de
asaltantes, ni la muerte, le hacen ceder un paso. Es inútil el intento
faccioso actual, como lo fueron los anteriores, como lo serán los
futuros. No pasarán, no pasarán, no han de pasar. Madrid fue, es y será
nuestro. Jamás lo hollarán las plantas bestiales del fascismo nacional y
extranjero. ¡Firmes, madrileños heroicos! ¡Clavad vuestros pies y
aferraos al suelo que defendéis! ¡Si es preciso, caed, si es preciso,
sabed morir como saben morir los héroes y como mueren los mártires!

¡Artilleros, caed al pie de vuestros cañones! ¡Infantes, sucumbid de


cara al enemigo, brillando al cielo vuestras bayonetas desnudas!
¡Dinamiteros, saltad hechos pedazos ante el estruendo de vuestras
bombas y de vuestra dinamita! ¡Caed raudos y veloces desplomándoos
como águilas sobre los cuervos de la traición, negra como el crimen en
la noche! ¡Madrid abnegado, Madrid heroico! ¡Resiste firme en tu
vanguardia y en tu retaguardia los últimos y terribles coletazos de la
fiera! ¡Aprieta y contrae tus músculos, enciende tu espíritu con la llama
que abrasó el corazón de los héroes del 2 de mayo! ¡Resiste y ataca,
que la victoria se acerca, que la victoria está próxima! ¡Que la victoria
alborea ya por donde más se te ataca! ¡Tus líneas defensivas, tus
trincheras serán la tumba que tragará para siempre al ejército de tus
explotadores y tus verdugos! ¡Por la fe, por el valor, por la constancia, a
la victoria!»

La ofensiva sobre Madrid iba sincronizada con otra contra Málaga, en


la que entraron en acción grandes masas de moros, italianos y
requetés. El día 8 de febrero terminó la ofensiva con la caída de aquella
plaza. Este último desastre suscitó una campaña de críticas contra el
general Asensio, consejero militar de Largo Caballero, el cual tuvo que
presentar la dimisión.

« Desde que el general Asensio comenzó a intervenir en la marcha de


la guerra se suceden las derrotas de manera misteriosa. Al formarse el
gobierno de la victoria, presidido por Largo Caballero, se acentúan los
descalabros, perdiendo Irún, San Sebastián, Talavera, Toledo. El
desastre de Málaga ha culminado la sensación de inquietud que sentía
la opinión.» (7)

Mientras el pueblo español se desangraba en los frentes por penuria


de medios de combate, víctima de una ley de neutralidad democrática
que le ataba de pies y manos, que le dejaba a merced de las hordas
franquistas, éstas, al contrario, eran constantemente abastecidas por
los países totalitarios, especialmente por Italia y Alemania. Estos dos
países abastecían a Franco con grandes cantidades de pertrechos de
todas clases, e incluso con técnicos especialistas y masas de
combatientes mercenarios. Víctor Alba, en su ya citada Histoire d es
Républiques Espagnoles, resume el volumen de las aportaciones de los
totalitarios a los facciosos, diciendo que al final de la guerra había en el
lado franquista 10 000 técnicos alemanes, particularmente aviadores
(«Legión Condor»); 100 000 soldados italianos (Divisiones

«Littorio», «Flechas Negras», «Flechas Azules») y demás, al mando de


los generales fascistas Gambara y Bergonzoli. Este fue derrotado en la
famosa batalla de Guadalajara por las fuerzas al mando del
anarcosindicalista Cipriano Mera, un militante del Sindicato confederal
de la Construcción de Madrid que se había revelado, cual Durruti,
como un gran estratega.

La batalla de Guadalajara dio comienzo el 8 de marzo de 1937. Varias


divisiones italianas atacaron por aquel sector con objeto de envolver
Madrid por el Norte. En los primeros momentos lograron apoderarse
de varios pueblos de la Alcarria, pero el contraataque de las fuerzas
populares, esta vez con la cooperación de la aviación, convirtió la
ofensiva italiana en un nuevo Caporeto. Este desastre fue la más dura
ofensa que pudo inferirse a Mussolini. El poeta Antonio Agraz, redactor
de CNT, la celebró en uno de sus tan inspirados romances:

«Bergonzoli sinvergüenza,

general de las derrotas,

si quieres tomar Trijueque

con los bambinos que portas

no vengas con pelotones:

¡Hay que venir con pelotas!»


El que iba a ser pronto exaltado al rango de teniente coronel y al
mando de un Cuerpo de Ejército, Cipriano Mera, el héroe de
Guadalajara, hizo las siguientes manifestaciones:

« Estoy convencido de que la invasión de italianos y alemanes (8) da un


nuevo cariz a la lucha que sostenemos. Ya no es posible defenderse
como en una guerra civil contra militares sublevados. Tenemos que
hacer la guerra como nos la presenta un ejército regular, dotado de
todos los medios de combate modernos. Y ese camino no es otro que
el de abandonar toda diferencia entre los que luchan. A mi lado no
quiero más que combatientes. En mi División no conozco a quien sea
de la UGT o de la CNT, de un partido republicano o de un partido
marxista. Se impone, y he de exigir de ahora en adelante, una disciplina
de hierro, disciplina que tendrá el valor de lo que se ofrece
voluntariamente. Desde hoy no dialogaré más que con los capitanes y
sargentos.» (9)

Se producía por aquellos meses la transformación de las primitivas milicias en


lo que pasaría a llamarse Ejército Popular Regular. Las columnas confederales y
anarquistas fueron las más reacias a esa nueva modalidad, que interpretaban
como un paso decisivo hacia el clásico militarismo, al fuero de guerra y a la
disciplina de cuartel. Cuando los Comités superiores de la CNT-FAI optaron por
la militarización general de las milicias, cosa a que apremiaban desde el
gobierno los ministros de la CNT, se produjo una grave confusión en todos los
frentes en que participaban los combatientes confederales. Hubo reuniones
tempestuosas entre los combatientes y las delegaciones comiteriles que iban
al frente con la difícil misión que es de suponer. Muchos milicianos
intransigentes, que se habían incorporado a los frentes con carácter de
voluntarios, rescindieron su compromiso y regresaron a la retaguardia. Más
tarde volvieron a incorporarse. La columna Durruti quedó transformada, al
militarizarse, en 26 División. El clima revolucionario y de compañerismo entre
los nuevos jefes y tropa, persistió milagrosamente hasta el final de la guerra.
El 22 de marzo, en plena celebración de la victoria de Brihuega, se celebró en
un teatro de Valencia una asamblea general de la famosa «Columna de
Hierro», cuya ortodoxia anarquista nos es conocida. En dicha asamblea se
acordó públicamente la militarización de la misma «con objeto -se dijo- de no
apartarse de la lucha que se sostiene contra el fascismo». En la misma
asamblea se dispuso dar un empleo eficaz a los fondos en poder de la
columna. He aquí el acuerdo: Destinar 100 000 pesetas a la creación y ayuda
de escuelas racionalistas. Otras 100 000 pesetas, a donativo a los hospitales de
sangre de la CNT. 100 000 pesetas más, a sufragar las defensas en los procesos
internacionales contra los anarquistas. 200 000 pesetas, a la adquisición de
víveres con destino a los defensores de Madrid. Y un millón de pesetas, a
propaganda anarquista: a) Creación de una editorial, b) Creación de una
biblioteca, y c) Ayuda a la prensa anarquista internacional.

Los mismos motivos que se arguyeron para la intervención gubernamental de


la CNT en la Generalidad de Cataluña y en el gobierno central, fueron
empleados para convencer a los milicianos confederales de la necesidad de
militarizarse: la colaboración y militarización eran condiciones previas para ver
satisfechas las demandas de armamento y demás equipo tantas veces
reiteradas. Estas demandas no fueron jamás satisfechas por lo que a las
divisiones confederales se refiere. Y es que a pesar de la archipagada ayuda
soviética que consistió en envíos dosificados de petróleo, cañones,
ametralladoras, tanques y aviones, el problema de la escasez de armamento
fue uno de los más crónicos a lo largo de toda la guerra. La Repú­blica no
dispuso nunca de más de 500 aviones.

Los envíos rusos se iniciaron a partir del intercambio de embajadores entre


Rusia y España. España tenía reconocida a Rusia desde los primeros años de la
República y hasta llegaron a concertar algunos contratos comerciales, pero el
gobierno español no había extendido el correspondiente visa al embajador
soviético. Las relaciones formales fueron establecidas por el gobierno de Largo
Caballero, siendo este mismo gobierno quien acreditó en Madrid al embajador
Rosenberg. Este alto funcionario se instituyó bien pronto en el eje de la
repugnante especulación política que tuvo por base la dosificación de la ayuda
soviética.
La respuesta al desastre de Guadalajara la dieron los facciosos con el
desencadenamiento de la ofensiva sobre Bilbao. El 8 de abril se produjo la
caída de Eibar, y el 15 y 30, respectivamente, Durango y Guernica fueron
bárbaramente bombardeados. Del lado gubernamental hay que señalar un
contraataque local progresivo en el sector de Madrid y la reducción del foco
fascista del Santuario de la Virgen de la Cabeza, en Sierra Morena.

Pero pasemos a ocuparnos de otros interesantes aspectos de los primeros


cuatro meses de 1937.

Una de las causas fundamentales del funesto desenlace de la revolución


española, y del desastre militar, fue la actitud negativa del antifascismo
internacional. La estrecha y efectiva colaboración de los Estados totalitarios
con Franco, y la posición equívoca de las democracias, no fue compensada por
un movimiento político y social de ayuda a la causa popular española. Desde el
punto de vista militar, las llamadas Brigadas Internacionales, con ser en mucho
inferiores en efectivos a los «voluntarios» y «legionarios» italo-alemanes, eran
más bien elementos de recluta de los partidos comunistas internacionales
dirigidos por Moscú. Desde la incorporación de las Brigadas Internacionales a
los frentes de Madrid, la prensa comunista española y del exterior tuvieron
interés en dar la impresión de que sólo estas brigadas defendían a Madrid.
Desde el punto de vista numérico, la contribución extranjera a las filas leales
quedaba cifrada, a mediados de 1937, en 45 000 combatientes. Había entre
éstos no pocos que podríamos calificar de verdaderos voluntarios, anarquistas
y de otras tendencias políticas, así como elementos sin partido, que habían
acudido a España animados por un auténtico espíritu de sacrificio.

En cuanto a la ayuda antifascista, el 14 de agosto de 1936 se había celebrado


en París una importante reunión a la que asistieron Jouhaux (CGT francesa),
Debrouckere (presidente de la II Internacional), Jacques Duelos (Partido
Comunista francés) y otros representantes de diversos partidos,
organizaciones y comités antifascistas. Los resultados de esta reunión fueron
solamente la toma de medidas en el orden de la propaganda pro-España. El 20
del mismo mes, un redactor de la Pravda había dicho en Madrid que el
proletariado soviético tenía abierta una suscripción que alcanzaba varios
millones de francos, puestos a disposición del gobierno español. Esta
propaganda, tan jaleada por la prensa comunista internacional, se concretó en
los envíos arribados a bordo de barcos soviéticos, envíos que, como se sabe,
representaban una mínima parte del valor del oro depositado por el gobierno
republicano en la Unión Soviética.

Entre el 15 y el 17 de noviembre de 1936 se reunió en París un Pleno


extraordinario de la AIT (Asociación Internacional de Trabajadores), a la cual ha
estado siempre adherida la CNT. El Pleno adoptó la resolución siguiente:

« Reunido en París del 15 al 17 de noviembre de 1936 el Pleno de la AIT


afirma su solidaridad total con la CNT de España en lucha contra el
fascismo internacional. Manda el testimonio de su admiración a los
milicianos de la CNT-FAI y a los camaradas de los otros países, al igual
que a los demás sectores antifascistas que luchan a su lado en todos los
frentes de la guerra civil.

» Después de haber escuchado la exposición de los delegados de la


CNT sobre el conjunto de la situación, el Pleno declara comprender las
razones que han dictado a la CNT las decisiones tomadas.

» Registra el deseo de la CNT de hacer triunfar en España el


anarcosindicalismo y desarrollar sobre el plan de esta doctrina, que es
la de la AIT, las conquistas de la revolución social a medida que sea
posible su realización.

» El Pleno toma nota de la afirmación de la CNT y de las Centrales


nacionales, las cuales declaran que ayudarán con todas sus fuerzas a la
CNT a hacer triunfar en España los principios de la AIT.

» Al objeto de dar a esta ayuda un carácter práctico e inmediato, el


Pleno pide a las Secciones nacionales que deleguen cerca de la CNT y
de sus Regionales a todos sus militantes disponibles para que
participen al lado de los militantes de la CNT en la edificación
económica de la reconstrucción social.

» Además, el Pleno decide que la AIT debe tomar en sus manos, de


acuerdo con la CNT y sus diversas instancias, la propaganda de la
Central Española en el extranjero, de acuerdo con el plan conjunto que
ha tenido la aprobación de los delegados de la CNT, en cuanto ese plan
haya sido ratificado por el Comité nacional de la CNT, por el
Secretariado de la AIT o su representante.

» En fin, considerando que la lucha que se sigue contra el fascismo en


España no es más que un acto de la batalla que oponen en el mundo
entero todas las fuerzas proletarias a las del capitalismo moderno,
representado por el fascismo, el Pleno decide aportar todo el esfuerzo
de las centrales de la AIT a los sectores más amenazados, que son, por
el momento, después de España, Francia y Bélgica, y de acuerdo con la
CNT y en colaboración completa con todos los medios adecuados.

» Es seguro que el fascismo no pasará en España, y convencidos de que


las centrales de la AIT sabrán hacer todos los esfuerzos necesarios para
constituir el dique infranqueable para cortarle la marcha, el Pleno
afirma su fe en la próxima victoria total de los trabajadores sobre la
barbarie sistemática de los regímenes de fuerza, que representan un
pasado odioso y condenado para siempre.

» ¡Viva la CNT! ¡Viva la AIT! ¡Viva el comunismo libertario y la


revolución social!»

Por el texto de esta resolución se advierte que la postura gubernamentalista


de la CNT fue una de las cuestiones principalmente tratadas. El Pleno se limitó
a decir que comprendía las razones que habían dictado a la CNT las decisiones
tomadas, lo cual no pasa de ser un simple reconocimiento del hecho
consumado.

En la primera quincena de marzo de 1937 se reunió en Londres un Congreso


de la FSI (Segunda Internacional), al que asistieron los dirigentes socialistas
españoles Pascual Tomás y Cordero. Concurrieron unos veinte representantes
de países europeos. Entre ellos figuraban Jouhaux y Ernest Bevin. Un despacho
de la Agencia Fabra, fechado el 12 de marzo, decía lo siguiente:
« El Congreso Internacional Socialista clausuró anoche sus trabajos
votando las tres siguientes resoluciones: La primera dice: «Es evidente
que asistimos a una agresión deliberada -del fascismo- contra España, y
que el pueblo español se halla comprometido no en una guerra civil,
sino en una guerra de liberación nacional.» La resolución agrega: «Las
dos Internacionales obreras (10) no están convencidas de la eficacia de
las medidas aprobadas por el Comité de No Intervención para remediar
los peligros que presenta la situación. El problema español no puede
resolverse, y, por tanto, salvaguardar la paz, sino gracias a la fidelidad
política a los principios de la seguridad colectiva ejecutada por
mediación de la Sociedad de Naciones. La sola acción para frenar a las
potencias fascistas es una acción determinada de los pueblos pacíficos
para los cuales la paz es un tesoro «La segunda resolución prevé la
organización de una semana internacional, durante la cual será hecha
una gran propaganda para informar a la opinión pública mundial. La
tercera resolución la constituye un telegrama dirigido al jefe del
gobierno español, asegurando a Largo Caballero que todas las fuerzas
obreras socialistas serán convocadas para participar enérgicamente en
la campaña a favor de la República española.»

La resolución del problema español confiada al organismo ginebrino era tanto


como condenar al fracaso, y entorpecer, además, la verdadera acción
antifascista que tan bien interpretaron por aquellos días los metalúrgicos de
Charleroi (Bélgica). Estos propusieron la huelga general para obligar al
gobierno belga a levantar el bloqueo contra España. No fueron escuchados. De
ahí que la ayuda antifascista internacional quedase reducida a la organización
de suscripciones públicas, y a la expedición de víveres y artículos sanitarios. Lo
que era excusable en la AIT, que contaba con escasa influencia en los medios
obreros internacionales, fue imperdonable en el movimiento socialista, que,
además de su influencia política en los gobiernos europeos, contaba con un
extenso movimiento sindical y político. Unas frases de León Felipe, publicadas
en Solidaridad Obrera el 21 de abril de 1937, plantean el verdadero problema:

« Y ahora, lo único que tenemos que hacer con él (se refiere a Don
Quijote), es lo que yo intenté decir en el Congreso de Ayuda a España,
que se celebró en París, y que no me dejaron decir. Era esto, sobre
poco más o menos: Los españoles agradecemos mucho vuestra caridad
y esas hilas y bálsamos que nos mandáis para restañar las heridas de
Don Quijote; pero agradeceríamos mucho más que le proporcionarais
una lanza nueva y un escudo moderno.»
XVII

VIDA ORGÁNICA Y UNIDAD SINDICAL

Pasemos ahora a ocuparnos de algunos detalles de la vida sindical y


económica. Para comenzar, encontramos en primer término el Pleno regional
de Campesinos de Cataluña, celebrado en los primeros días de enero de 1937.
El informe del Comité regional de Relaciones Campesinas (CNT) traduce las
discrepancias latentes entre dicha Federación, los campesinos de la UGT y la
Unión de Rabassaires. Dice el informe:

« Al convenir los «rabassaires» y nosotros hacer participar del pacto a


la UGT y hacer a los componentes de ésta oficialmente la invitación
convinieron en que antes precisaban estudiarlo. A los 15 días se
celebró la reunión de conjunto, asistiendo por los «rabassaires»
Ardiaca, Torrens y Roig, por la CNT M. Vázquez, C. Boldú y R. Porté, y
por la UGT Calvet, Poca y Colomé. Esta reunión de conjunto nos causó
gran desilusión, pues al acuerdo recaído ya entre los «rabassaires» y la
CNT fue presentado un contraproyecto por la UGT que, además de
estar totalmente en oposición con dicho acuerdo, era un rompimiento
absoluto del pacto sellado entre la UGT y la CNT, rubricado en el
famoso mitin de la Monumental, organizado por las dos
organizaciones.»

Continúa exponiendo el informe que las negociaciones se dieron por


terminadas por esta causa. Posteriormente recibieron invitación de los
Rabassaires para otra reunión de conjunto en la que debían estudiarse unas
proposiciones encaminadas a reducir las respectivas distancias de
interpretación. Los ugetistas retardaron su celebración bajo toda suerte de
pretextos. Emplazada la UGT a pronunciarse por escrito, lo hizo en los tonos de
vaguedad acostumbrados. Por sugerencia de los rabassaires se concertó otra
entrevista cuya celebración hicieron fracasar los ugetistas. Fue entonces
cuando se decidieron rabassaires y confederales a confeccionar un nuevo
pacto por separado. Este abarcaba las siguientes cláusulas:
« 1.º Cada familia tendrá la tierra que se le señale. La sobrante y las
otras llevadas en administración podrán ser colectivizadas siempre que
haya individuos controlados por organizaciones responsables que
voluntariamente quieran colectivizadas.

» 2.º La capacidad de explotación familiar será fijada en cada pueblo


según sus características y calidad de la tierra del mismo.

» 3.º Los frutos de la tierra serán de aquellos que la trabajen, de la cual


no podrán ser desposeídos mientras la trabajen debidamente.

» 4.º Para organizar las colectividades en los pueblos o localidades en


donde se constituyan, podrán organizarse a base de las tierras que
lleven a la misma los colectivizadores, y de las sobrantes de los que
llevan en exceso, siendo condición indispensable que los que vayan a la
colectivización lleven a la misma todas las tierras que tengan y todos
los útiles de trabajo.

» 5.º Cuando una parcela se encuentre en medio de tierras


colectivizadas, se habrá de permutar con otra, aunque con ventaja para
el que se obligue a permutar la parcela. Esta permuta sólo podrá
hacerse si realmente constituye un estorbo para la colectividad. Si
hubiese más de un caso en un mismo grupo de tierras colectivizadas,
de no llegarse a un acuerdo, se someterá el conflicto al Comité de
Enlace de las tres organizaciones.

» 6.º En los demás casos, si bien se aconseja la concentración


parcelaria, las permutas se harán libremente sin que se acepten
coacciones para obligar a ello.

» 7.º Los frutos y demás objetos que se encuentren en las fincas


incautadas serán transferidos al fondo colectivo del Sindicato agrícola,
el cual servirá para garantía de crédito a la colectividad, siempre a su
disposición en los casos justificados. En los casos de no ser
colectivizada la finca, todo el capital resultante pasará al fondo del
sindicato. Esta cláusula no tendrá efectos retroactivos.
» 8.º Se concentrarán todas las colectividades económicas de
producción, lo mismo de explotación familiar que las colectividades, en
un solo Sindicato Agrícola cooperativo en cada localidad.

» 9.º Las fincas trabajadas antes en administración podrán ser


colectivizadas totalmente o en parte, siempre que haya en la localidad
un número determinado de trabajadores de la tierra que libremente
quieran colectivizadas. Los jornaleros que las trabajen podrán formar
parte de la colectividad si éste es su deseo, o bien trabajar las tierras en
explotación familiar o en los trabajos que organice el sindicato. En
todos estos casos, los jornaleros no habrán de resultar perjudicados.

» 10.º En el caso de viudas con hijos menores se podrá ayudar a


cultivar las tierras por parte del municipio o del sindicato o se les
atenderá con otros servicios de asistencia social, según se crea
conveniente.

» 11.º El apoyo mutuo será la norma de conducta.

» 12.º Para llevar a la práctica estos acuerdos se nombrará un Comité


de Enlace compuesto de tres delegados de cada una de las
organizaciones firmantes de este pacto. Dicho Comité intersindical
procurará, en todo lo posible, actuar de acuerdo con la Consejería de
Agricultura del gobierno de la Generalidad. Barcelona, 19 de diciembre
de 1936.»

Así las cosas, los confederales fueron requeridos por los rabassaires a una
nueva reunión, y al acudir aquéllos a la cita, creídos de que se trataba de
firmar el pacto, se encontraron con que los segundos se negaban a ello, o
ponían como condición que el compromiso debía comprender a la
organización ugetista, allí presente. Y al manifestar la UGT que «no aceptaba la
colectivización de las tierras, no por principio, sino por razones de
oportunidad», quedaron rotas las relaciones entre las tres organizaciones.

He aquí un extracto del acta de las deliberaciones en que figuran las


manifestaciones de los diversos sindicatos representados en el Pleno regional.
Se discute alrededor del 4.º punto (substancialmente el 1.º) que trata de
«¿Qué actitud deben tomar los campesinos de la CNT ante la sindicación
obligatoria?»:

« Los campesinos se manifiestan en su gran mayoría contra el decreto


de sindicación forzosa. A este respecto se afirma que en la Consejería
de Agricultura, dirigida por los Rabassaires, se hace labor partidista.
Mataró afirma que en algunas localidades del litoral los propietarios se
han pasado a la UGT y a los Rabassaires. Los Sindicatos agrícolas tienen
unos reglamentos que impiden nuestra convivencia. El Comité regional
interviene para decir que la «sindicación forzosa» no quita valor a las
colectividades. La intervención de los Sindicatos agrícolas,
colectivizando los productos, hará que nosotros ganemos las simpatías
de los demás. Son tales organismos sólo para las funciones económicas
sin que queden mermados los aspectos doctrinales que predominan en
cada sindicato. Si nos apartamos de los sindicatos agrícolas
conseguiremos que sean otros los que lleven la ordenación económica
y nosotros quedaremos al margen. Se acuerda nombrar una ponencia
para que emita dictamen sobre este punto.»

He aquí el dictamen de la ponencia:

« Teniendo en cuenta que los sindicatos agrícolas tienen una función


esencialmente económica y por lo tanto desligada de toda tendencia y
disciplina social o política, y reconociendo que en donde existen ya de
tiempo estos sindicatos agrícolas cumplen la función económica de
laboración de frutos, como asimismo la compra y venta de los mismos,
adquisición de semillas y abonos, a plena satisfacción de los
trabajadores del campo, pero como esta misma naturaleza de
neutralidad político-social, reforzada por el decreto de sindicación
forzosa que el congreso está discutiendo, hace que puedan
introducirse en su seno residuos de las antiguas instituciones estatales,
hostiles, naturalmente, al espíritu colectivista de la nueva economía,
hija de la revolución que vivimos, proponemos:
» 1.º Los sindicatos agrícolas deben estar dirigidos por las
organizaciones sindicales revolucionarias, CNT, UGT y Unión de
Rabassaires, en los pueblos donde existan estas centrales sindicales.
Allí donde no exista más que una o dos de estas centrales sindicales,
serán ellas o ella las que controlarán la administración de estos
sindicatos agrícolas.

» 2.º Las colectividades agrícolas nacidas de la revolución podrán


formar parte de estos sindicatos agrícolas, con personalidad y
jurisdicción propia para servirse de sus organismos económicos para la
adquisición de frutos, semillas, abonos y útiles necesarios para su
desarrollo económico, quedando dichas colectividades libres para
disponer de los frutos para el consumo, al igual que para realizar el
intercambio de productos con las demás colectivizaciones hermanas.

» 3.º Todos los socios de los sindicatos agrícolas que antes del 19 de
julio militaban o simpatizaban en partidos de derecha no tendrán voz
ni voto.

» Quedando en estas condiciones suficientemente garantizada nuestra


personalidad, una vez nuestra inteligencia y honradez en contacto y
relación con los demás campesinos, podríamos obrar con el ejemplo
ganando su simpatía y confianza hacia nuestros caros ideales.

» Considerando que los momentos que vivimos son de colaboración, ya


que la guerra lo impone, esperamos que el congreso lo apruebe.

» Los ponentes: Por Lérida, R. Oriol, por Igualada, A. Amerius; por


Hospitalet, A. Sauch, por Gandesa, J. Valero, por Molá, F. Rebull; por
Pla de Cabra, F. Anglés, por Seo de Urge!, A. Martín; por Espluga de
Francolí, J. Vidal, por el Comité regional, R. Porté; por el Alto
Ampurdán, F. Callol.»

El 4.º punto trata de «¿Cómo debemos armonizar el valor de los productos


agrícolas con relación al costo de su producción?»
« Tremp opina que hay que hacer un estudio de gastos para poder
valorar los productos. Presenta casos de acaparamiento y de aumento
de precios por parte de comerciantes desaprensivos. Hay que procurar
que todas las comarcas tengan establecida la unidad de precios.

» Arbiols estima que la actual situación del campesino no responde aún


a la necesidad de la revolución. Hay que anular al intermediario puesto
que representa un perjuicio en el campo.

» Pi de Llobregat entiende que a no venir una socialización general de


la riqueza ha de resultar muy difícil lograr lo que es objeto del tema.

» Comité regional dice que «uno de los aspectos que importa imponer
es el que hace referencia a los intermediarios y anular los impuestos.
Los obreros de la ciudad deberían fundar cooperativas. Ello permitiría
hacer los envíos directamente y de esta forma podría establecerse una
valoración. Con la anulación de los impuestos desaparecería el
porcentaje de funcionarios que ahora cobran a expensas del dinero
que reciben de los campesinos.»

» Tortosa cree que las cooperativas son las más adecuadas para realizar
la distribución de los productos y establecer la valorización.

» Antoní del Mar cree que no es posible la valorización por los motivos
que ya han expuesto las demás comarcales. Hemos de ir hacia la total
socialización y así podremos hacer una gran comunidad en toda
Cataluña, donde cada uno coma lo que necesite. Se ha de ir, también, a
la carta de trabajo, y quien no labore no debe tener derecho a
consumir.

» Comité regional dice «que se ha de procurar hacer la exportación


directa, suprimiendo a los intermediarios que actualmente la vienen
realizando». Señala que las colectividades agrícolas están muy mal
económicamente y que se ha solicitado apoyo de quienes están
obligados a ofrecerlo sin que hasta ahora los resultados sean como era
de esperar.»
Sobre este punto fue aprobado el dictamen siguiente:

« Esta ponencia entiende que, mientras el factor moneda tenga valor


para comprar el producto del trabajo, no será posible nivelar de una
manera absoluta el coste de la vida con el de la producción, puesto que
las pesetas tendrán la suficiente influencia para producir el
desequilibrio en el mercado de la oferta y la demanda; no obstante,
puede conseguirse una relativa aproximación entre el coste de la vida y
el valor de los productos del campo poniendo en práctica el
intercambio entre la ciudad y el campo y las comarcas de producción
diferentes, valiéndose para ello de las cooperativas de producción y
consumo, con la fomentación total del intercambio, procurando a la
vez mejorar la producción en cantidad y calidad con el auxilio eficaz de
la técnica agrícola.

» Otra de las medidas que esta ponencia cree que podría ponerse en
práctica sería la abolición de los impuestos sobre los productos en
concepto de consumo, compensando los efectos que estos impuestos
proporcionan con otros impuestos que afectaran de una manera más
justa n todos los ciudadanos por igual.

» Esta medida permitiría una natural revalorización de los productos


del campo que permitiría al campesino mejorar la producción en todos
sentidos. Esta ponencia entiende que deben recabarse para las
colectividades agrícolas los mismos derechos que gocen los sindicatos
agrícolas, de una manera especial en lo que concierne al comercio
exterior a base de intercambio de productos nacionales con
extranjeros, destinados los beneficios de las colectividades agrícolas en
general al fomento de las mismas.

» Caso de realizarse estas operaciones, será necesario nombrar una


comisión comercial compuesta de un delegado del Comité de
Relaciones que entenderá en la fijación de la tasa que ha de percibir el
productor y distribuir los beneficios a las colectividades que a juicio de
dicha comisión tengan más necesidad de ello.
» Para que la comisión tenga un juicio exacto para poder fijar la tasa de
los artículos que deben valorar las colectividades, vendrán obligadas
éstas a hacer estadísticas que señalen el precio de coste de la
producción. Masnou, E. Carreras; Guixols, Juan Oliva, Igualada, Ángel
Amanós; Arbeca, Pedro Boldú; Cabra del Campo, Antonio Ferrer; Aseó,
José Daura, Solivella, Francisco Inglés, Seo de Urgell, Domingo Moliné,
Comité regional.»

El punto 6.º trataba de «¿Qué relaciones y solidaridad deben existir entre las
colectividades campesinas?»

Interviene el Comité regional:

« Por medio de las colectividades puede verse la forma de establecer


un intercambio mediante el sobrante que tenga cada zona. Explica la
necesidad de que se establezca un control para regular la capacidad de
consumo con la producción.

» Pla de Cabra insiste en la necesidad de igualar los salarios.

» Responde el Comité regional poniendo en evidencia el valor que


representan las colectividades y el salario familiar. Alega que hasta que
no se haya destruido por completo el sistema capitalista no ha de ser
posible una completa estabilidad.

» Ginestá manifiesta que algunas colectividades clan un aire


puramente comercial a sus transacciones, llegando incluso a un
aumento constante en los productos. Aboga que se vaya a un salario
familiar en toda la región. Dice que ha de llevarse a efecto la federación
de las colectividades.

» Lérida dice que ha colectivizado todo cuanto ha podido, y tras de


crear la cooperativa, han abolido el jornal, dejando sólo diez pesetas a
cada familia para los pequeños gastos. Señala que en la capital 11ay
mucha gente parada en tanto que en el campo hay necesidad de mano
de obra para laborar las tierras. Señala que por parte de la industria no
hay la relación debida con el campo.»

La ponencia emite el siguiente dictamen, que es aprobado:

« Siendo la CNT la propulsora, orientadora y creadora de las


colectividades, éstas deben tener una estructura igual que los
sindicatos de la CNT y sus lazos de relación y solidaridad deben basarse
en las normas siguientes: 1.º) Todas las colectividades enviarán nota al
Comité regional de todos los productos destinados al intercambio. 2.º)
Durante los periodos de recolección de frutos o en otro momento
determinado en que las colectividades tengan necesidad de más brazos
de los que la colectividad posea, los individuos de las colectividades
podrán desplazarse de unas colectividades a otras a fin de prestarse
esta solidaridad entre ellos. 3.º) Por mediación de las comarcales que
tengan las mismas características en la producción, a fin de
racionalizarla, nivelando la capacidad de producción a la de consumo, y
de fomentar la que escasee y restringir la que sobre. De esta suerte
demostraremos nuestra capacidad constructiva. 4.º) Cuando las
colectividades tengan reservas económicas que no las precisen para su
desenvolvimiento, las pondrán a disposición de las colectividades que
más necesidad tengan de ellas, poniendo de esta forma en práctica la
gran palabra solidaridad. Cuando una colectividad pida auxilio
económico a otras, deberá tenerse en cuenta, antes de prestárselo, la
administración que ha observado. Todos los datos estadísticos, tanto
en lo que haga referencia a la producción como a los desplazamientos
hechos en concepto de ayuda para las recolecciones u otros trabajos
urgentes, se publicarán en nuestro órgano en la Prensa para que las
colectividades tengan datos documentales y relación entre sí. La
Ponencia.»

Sobre el 7º. punto, «Creación de un semanario órgano de los


campesinos», el Pleno asintió favorablemente.

8°. punto: «Necesidad del fomento de la avicultura»:


« Avicultura, de Barcelona, pone en evidencia lo que debe hacerse para
que los gallineros produzcan Jo necesario. Dice que tal como ahora se
hace en el campo solamente se producen 90 huevos por año, en tanto
que de hacerlo de un modo técnico se aumentaría la producción en un
20 % o más. Para la cría de gallinas debe tenerse en cuenta las que
sirven para la carne y las que sirven para poner huevos. No hay que
olvidar las reglas de la higiene. Están bien las escuelas de avicultura,
pero antes hay que pensar en un laboratorio para evitar las
enfermedades de las aves.

» Profesiones liberales habla de ciertas granjas experimentales que


serán puestas en actividad. Es un error pensar que la técnica no tiene
valor. Quieren enseñar el cultivo más adecuado con la práctica, no
como los técnicos agrícolas de la Generalidad, que se dedican, antes
que nada, a hacer política.

» Aseó estima que son necesarios los estudios técnicos, pero que éstos
han de tenerse en cuenta que no es igual el estudio que la práctica.

» Vinebre dice que vamos a una economía nueva, y para evitar el


bloqueo es menester hacer producir como es debido. Existe un
prejuicio contra la técnica.

» Antoní de Mar opina que las colectividades deben laborar en forma


intensiva y no limitarse a trabajar parcelas, sino campos grandes.

» Torre del Español dice que la técnica se estrellará en el campo por no


estar las tierras colectivizadas.

» Profesiones liberales afirma que los técnicos que han ido al campo no
han hecho nada práctico porque eran técnicos de laboratorio. La CNT
hará un laboratorio donde se haga la debida experimentación. Más que
revistas que nadie lee, ni los campesinos, importan realizaciones
prácticas.»
Se adoptó sobre el punto el siguiente dictamen:

« La Sección de Técnicos e Ingenieros agrícolas propone al Congreso de


Campesinos de la CNT:

» Teniendo en cuenta que dentro del Sindicato de Profesiones liberales


de la CNT existe una Sección de Técnicos e Ingenieros agrícolas cuyos
propósitos son ponerse al servicio de los sindicatos agrícolas para
dirigir las nuevas orientaciones y prácticas que la técnica aconseja, y
habiendo podido comprobar que la mayoría de representantes
delegados asistentes que han hecho uso de la palabra en las
discusiones del orden del día reconoce la necesidad de encauzar
nuestra economía de acuerdo con los nuevos postulados
revolucionarios, proponemos:

» Que habiéndose organizado diversas colectivizaciones agrícolas por


parte de los sindicatos de campesinos de la CNT, la mayoría sin
dirección o asesoramiento. y corriendo el peligro de u n fracaso
ocasionado por su rutinarismo en descrédito de la misma CNT, como
organismo responsable ele dicha actuación, se exija el control en esa
dirección de los servicios que puedan aportar los técnicos de nuestro
Sindicato, los cuales informarán del aspecto económico que ofrece la
colectivización, de las rectificaciones que se hayan de hacer, de las
nuevas orientaciones que se deben dar a los cultivos como más
convenientes a su explotación, cuyo informe pasará a la consideración
del Comité regional de Relaciones campesinas para que haga cumplir
estas normas en el espacio de tiempo previamente señalado, y que en
caso de resistencia a seguirlas sea retirado todo apoyo moral y sindical
a la colectivización resistente.»

Un primer Pleno nacional de Regionales de los Sindicatos de Comunicaciones


de la CNT tuvo lugar en Valencia a primeros del mismo enero de 1937. Se
nombró en este pleno un Comité de Relaciones cuya residencia quedaba fijada
en Madrid. He aquí un resumen de los aspectos acordados y que fueron
comunicados al ministerio del ramo:

« 1.º Reafirmar su posición estrictamente profesional, ajena a toda


actuación política partidista, y pedir al gobierno que todos los
empleados, cualquiera que sea su clase, categoría o filiación, presten el
servicio que les corresponda, sin excepciones injustas ni preferencias
desmoralizadoras, cesando las agregaciones y las autorizaciones
concedidas para sustraerse a la diaria y obligatoria tarea profesional.

» 2.º Manifestar se opuestos al cumplimiento de la disposición que


estableció la ficha para efectuar la selección de funcionarios, por
estimar vejatorio este documento y recabar para las organizaciones
sindicales el derecho a realizar esa misión depuradora.

» 3.º Que se constituya un Consejo nacional de Comunicaciones,


presidido por un representante del gobierno, y con igualdad de
miembros de las dos organizaciones sindicales, el que estudiará y
propondrá con toda urgencia las reformas más inmediatas de los
servicios y la transformación orgánica de las corporaciones que tienen
a su cargo las funciones públicas de las comunicaciones nacionales.
Asimismo solicita el establecimiento, con idénticos fines y composición,
de Consejos de Comunicaciones regionales y provinciales.

» 4.º Interesar la nacionalización de los servicios radiotelegráficos


internacionales, así como la intervención de las organizaciones
sindicales en la estructuración de estos servicios en el momento
oportuno.

» 5.º Que el Negociado de personal subalterno y rural de la Dirección


general de Correos sea regido por un técnico y cuatro subalternos y dos
agentes rurales que ostenten, por mitad, la representación de las dos
organizaciones sindicales.

» 6.º Que cesen de prestar sus servicios en comunicaciones los


individuos pertenecientes al cuerpo auxiliar subalterno del Estado, si
no optan por el ingreso en los organismos correspondientes de Correos
o Telégrafos, para lo cual deben dictarse las disposiciones pertinentes.

» 7.º En el aspecto económico propugna, en general, las mejoras de


haberes consignadas en las leyes de Bases del año 1932, y con este fin,
y para no gravar la economía nacional en estos momentos, reclama la
supresión de horas extraordinarias y de toda clase de gratificaciones
que no representen gastos a realizar, y que se apliquen los créditos
presupuestarios destinados a tales atenciones al mejoramiento de los
sueldos asignados a las clases más modestas hasta lograr las
rectificaciones siguientes:

» Carteros urbanos, auxiliares femeninos de Telégrafos, 400 pesetas de


sueldo inicial.

» Subalternos de Correos, 3 500 pesetas de sueldo inicial.

» Y en relación con los agentes rurales que, además de impla n larst: d


decreto del 9 de marzo de 1932 en aquellas provincias donde aún no lo
ha sido, se aumenten sus haberes en un 40 % y se les reconozca como
funcionarios públicos.

» 8.º Sin admitir de momento, en atención a las circunstancias que


atravesamos, la existencia de una jornada determinada, declara que en
el futuro deberá ser aquella que se fije para actividades similares por
las organizaciones de trabajadores.»

El 19 de febrero, el Boletín de Información CN T-FAI de Barcelona daba la


referencia de un Pleno regional de Grupos anarquistas de Cataluña celebrado
con vistas a otro Pleno peninsular de Regionales. De este Pleno se da una vaga
referencia, en la que se dice haberse aquél ocupado de la situación militar y
económica. Se estudió el problema de la colaboración en el gobierno y se
acordó tomar medidas sobre distintos aspectos de las relaciones con el
gobierno central. Se convino impulsar los movimientos autonómicos
regionales, pero evitando el falso concepto separatista. Se resolvió sobre la
intervención de los anarquistas en los Consejos municipales y sobre la
reconstrucción económica, de acuerdo con la resolución de un Pleno regional
de Sindicatos, que había de intensificar la socialización en las industrias y en el
campo, teniendo en cuenta la pequeña propiedad agraria y la pequeña
industria. Sobre la cuestión de la guerra se adoptó el siguiente dictamen:

« Considerando que huelgan disquisiciones y divagaciones sobre el tan


discutido tema de la militarización, se ha llegado a las siguientes
conclusiones:

» 1.º El Pleno regional de Grupos anarquistas de Cataluña considera


que la militarización es una necesidad inevitable, impuesta por la
guerra antifascista, y hace suyas las disposiciones tomadas en este
sentido.

» 2.º Considera asimismo el Pleno que la movilización últimamente


decretada debe ser llevada a efecto con la máxima amplitud,
comprendiendo a todos los individuos útiles que deben emplear toda
su actividad en trabajos de inmediato interés para la guerra. En este
sentido, la economía de guerra debe emplearse rápidamente en
trabajos de fortificación, atrincheramiento e intensificación de las
industrias de guerra, etc.

» 3.° El Pleno, reafirmando sus propósitos antiestatales y


antimilitaristas, afirma, también, que el futuro de la revolución
emancipadora depende del grado de responsabilidad con que la
organización anarquista sepa cumplir las conclusiones del presente
dictamen.

» 4.° Por último, el Pleno exige a todas las organizaciones antifascistas,


sindicatos, empresas colectivizadas, etc., etc., que pongan
inmediatamente todas sus disposiciones financieras y monetarias al
servicio exclusivo de las necesidades de la guerra y de la revolución.»

El 23 de febrero de 1937 se daba cuenta en la prensa de la celebración de un


Pleno nacional Siderometalúrgico en Valencia. El Pleno dio nacimiento a la
Federación Nacional de esta industria, cuya base era la industria minera,
siderúrgica, almacenes de chatarra, cerrajerías y construcciones metálicas,
mecánica en general, broncistas y fundidores en metal, fundiciones en hierro,
hojalatería y similares, caldereros en hierro, pequeña mecánica, automóvil,
astilleros, fabricación de armas, electricistas, etc.

E l 26 de febrero comienza en Barcelona un Congreso regional de Sindicatos de


la CNT. Según estimación de la prensa confederal, participan delegaciones en
representación de un millón doscientos mil afiliados. El aspecto más
importante discutido es la reorganización de los sindicatos a base de
industrias. Según hemos tenido ocasión de ver a través de las intervenciones
sobre este mismo tema, producidas durante el Congreso Confederal de 1931
(véase el capítulo III), la tradicional estructura orgánica de la CNT, adoptada en
el Congreso regional de Cataluña, en 1918, que estableció el sistema de
Sindicatos Únicos de Ramo, había sido puesta en entredicho por muchos
militantes por creerla imperfecta desde el punto de vista de la definición
industrial e ineficaz con miras a las realizaciones inmediatas y futuras del
sindicalismo revolucionario. Durante la guerra, los apologistas de los sindicatos
y federaciones nacionales industriales acentuaron su influencia, y los mismos
acontecimientos revolucionarios, con sus afanes de reconstrucción económica
e industrial, parecían trabajar en su favor.

Juan Peiró, paladín de las Federaciones Nacionales de Industria, volvía al asalto


del tema el día 26 de enero, un mes antes de que se iniciasen las tareas del
Congreso regional de Sindicatos de Cataluña:

« Hoy y mañana, como ayer, en nuestros medios no tiene ni tendrá


más razón aquel que con más extremismos se manifieste. En la
perenne sucesión de los días, el tiempo habla el último con lenguaje
elocuente, inexorable, y el tiempo es, entonces, el juez que a todos
hace justicia.

» Las herejías de ayer, según el criterio común imperante en nuestros


medios, han sido superadas en proporciones enormes y erigidas,
siquiera como transición fatal impuesta por la historia, a la categoría,
no diré de dogmas, pero sí de doctrinas circunstanciales, determinadas
por una guerra que amenaza al pobre legado de pasadas generaciones
humanas y a todas las posibilidades de construir una España nueva,
una España prometedora de magnas vindicaciones de la dignidad de un
pueblo, de ese pueblo generoso que ha vertido torrentes de sangre en
defensa de la revolución de sus sueños.

» Construir equivale a revolucionar. Una revolución que no se


preocupe de construir, muere al nacer. Construir, crear siempre, ésta
es la misión de todas las revoluciones. Pero lo que éstas estructuren y
construyan será en vano si antes no han creado los órganos adecuados
para desarrollar las funciones directrices y administrativas de las
nuevas estructuraciones.

» Aun con riesgo de sentar nuevamente plaza de hereje, yo me veo


compelido a proclamar que en la CNT se echan de menos los órganos
directrices y administrativos de la nueva economía y, como otras tantas
veces, yo digo que a la CNT le faltan ahora las Federaciones Nacionales
de Industria, porque el mundo de la producción y de la economía es un
todo nacional algo inconcebible cuando se pretende de él un
movimiento multiforme, desarticulado. La nueva economía, según
nuestras concepciones teóricas, puede y debe descansar en el
sindicato, que es el órgano creador y capaz de articularla. Pero el
movimiento industrial y la economía forman un conjunto nacional de
independencia, ya porque las industrias de una zona deben marchar al
unísono de sus hermanas y similares de las otras zonas, ya porque la
economía del sur de un país va estrechamente ligada con la del norte, y
las de estas dos latitudes, con las del este y el oeste; y la formación de
este conjunto, a todas luces incontrovertible en cuanto a su necesidad,
la que exige que el sindicato tenga superestructura nacional, no con
expresiones genéricas y sí con manifestaciones concretas y específicas.

» El profundo sentimiento de la unidad que invocamos al proletariado,


es el mismo sentimiento de la unidad que debemos llevar al mundo
industrial y económico. Sin esa unidad, el movimiento de la industria y
de la economía no puede ser regular; forzosamente ha de devenir
antieconómico y negativo, porque una industria cualquiera, si es
consciente de su propia economía, debe conocer las necesidades de
sus mercados y armonizarlas con la capacidad de producción de cada
una de las zonas industriales, porque la economía deja de serlo cuando
la producción excede a las necesidades del consumo y a las naturales
reservas. Y esa unidad en los dominios de la industria y de la economía
sólo puede realizarla la Federación Nacional de Industria.

» Prueba fehaciente de lo veraz de mis afirmaciones la tenemos en el


estado en que yace actualmente nuestro movimiento industrial y
económico: es así que Cataluña no articula sus actividades industriales
y económicas con las de Vasconia, y ambas se han desentendido del
resto de España. Y el hecho fatal se ha producido.

» De la misma manera que las industrias de Euskadi y de Cataluña no


funcionan porque no pueden, sin el apoyo económico de los
respectivos gobiernos autonómicos, la máquina industrial y económica
del resto de España ya no camina sin el auxilio del Estado. Es triste
constatarlo, pero es una realidad, fruto de la improvisación si se quiere,
pero siempre una realidad.

» Yo no soy hombre que esconda nunca mi pensamiento y por eso he


dicho repetidamente que por encima de la revolución antes es la
guerra. Y al decirlo nunca estuvo en mí el propósito de renunciar a la
revolución. Esto sería imperdonable. Lo que siempre quise decir, y
ahora lo repito, es que, antes de pensar en colectivizaciones y
socializaciones, que hoy tienen todo el mal gusto del corporativismo,
tiene preferencia la función de crear los órganos y la capacidad para
dirigir y administrar la nueva economía sin necesidad de clase alguna
de tutelas del Estado y sus instituciones.

» Pero crear los órganos que luego nos sirvan para estructurar la
colectivización o la socialización de la riqueza social, también implica
operar una revolución, porque tomar posiciones y capacitarnos en ellas
para, después de terminada la guerra, organizar la nueva economía,
también es una función profundamente revolucionaria, mucho más
revolucionaria que la función de destrozar una economía con la
incautación, colectivización o socialización de las industrias, para lo
cual no se estaba preparado, entre otras razones por carecer de los
órganos adecuados, únicos, para tan augusta y magna ejecutoria
político-social.

» Y que no se pierda de vista que el deber nos llama a todos a rectificar


ese error táctico. Todavía es hora de afrontar esas realidades con la
serenidad exigida por una revolución que está en marcha.» (11)

La imperfección achacada a los Sindicatos Únicos de Ramo consistía en que


éstos, si bien habían resuelto el problema de las sociedades y sindicatos
profesionales, y habían eliminado dualidades caprichosas y arbitrarias, dentro
de una misma rama profesional, la concepción misma del Sindicato Único de
Ramo no abarcaba todos los aspectos y actividades afines a las industrias
básicas. Por ejemplo, la rama del Transporte, que más bien era actividad
solidaria de las diversas industrias a que servía, subsistía como entidad sindical
autónoma. Los carpinteros de obras, afines a la industria de la Edificación,
estaban en muchas localidades incorporados al Sindicato de la Madera. Este
mismo sindicato, en su aspecto general, se hallaba por naturaleza subordinado
a la misma industria básica de la edificación. Por otra parle, los diversos
sindicatos de una localidad, salvo raras excepciones, no tenían contacto o
relación directa con los sindicatos industrialmente afines del resto del país,
sino que integraban las Federaciones locales mixtas, en el seno de las cuales
no es dable ocuparse de problemas económicos e industriales, ya que
prevalecen allí, por encima del aspecto económico, los afanes sociales,
políticos, ideológicos y revolucionarios. Faltaba, pues, el Sindicato de Industria,
fundado sobre la industria básica, relacionador de todas las profesiones
solidarias, y faltaba la Federación de Industria, o sea la vinculación nacional de
estos Sindicatos de Industria, correspondiéndose por afinidad industrial. El
resultado sería la creación de tantas Federaciones Nacionales de Industria
como Sindicatos industriales existieran. Los adalides de esta superestructura
veían en el Sindicato de Industria, federado local, regional y nacionalmente, no
sólo un excelente medio de capacitación técnica, económica y administrativa
de los trabajadores, sino la mejor garantía de éxito para el mañana
revolucionario, cuando llegase el momento de tener que suplantar el régimen
capitalista por la gestión económica de los sindicatos.
La corriente estructura sindical de la CNT reducía a la mínima expresión la
preocupación económica e industrial de los confederados. Las actividades
económicas quedaban circunscritas a las Secciones Técnicas de los Sindicatos
Únicos de Ramo, sin trascender más allá del plano local de la profesión.
Virtualmente, la Confederación Nacional del Trabajo era la única ligazón local,
regional y nacional entre los sindicatos. Y esta ligazón era más bien de tipo
político o revolucionario. La nueva estructura implicaba, pues, la creación, al
lado de la confederación política de los sindicatos, representados en la CNT, de
tantas federaciones de industria como sindicatos industriales se hubiesen
creado.

El escollo del problema consistía, en primer lugar, en la definición anterior: la


de la industria básica, con todas sus variedades afines. El problema no era fácil
de resolver si se tiene en cuenta que una misma especialidad industrial puede
ser tributaria de varias industrias básicas a la vez y al mismo tiempo presentar
aspectos de autosuficiencia económica. Muchos sindicatos tenían
forzosamente que desaparecer al ser incorporados fraccionariamente a los
sindicatos industriales considerados como prototipo. Y a la vez, estos
sindicatos, condenados a la desaparición, alegaban razones de subsistencia
fundadas en un sinfín de necesidades que les eran propias. Había que vencer,
también, el obstáculo de la rutina o espíritu de conservación, verdadero peso
muerto, reacio a todas las innovaciones. El establecimiento de la industria
básica no era tampoco un problema de fácil solución dada la complicación que
ofrecen los factores económicos en el plano de la producción y de la
distribución. Era, pues, evidente partir de medidas lo menos arbitrarias
posible, pero que eran inevitables, y la arbitrariedad interpretativa
representaba un vivero de discusiones. Había que prevenirse, en fin, contra las
posibles colisiones que implicaría la coexistencia de tantas organizaciones
nacionales al lado de la Confederación Nacional del Trabajo. Y todo ello había
de llevarse a cabo a marchas forzadas, en las peores condiciones de sosiego
espiritual, y en medio del tráfago gigantesco de la colectivización.

El dictamen sobre definición de los sindicatos de industria adoptado por el


Congreso regional de Sindicatos de Cataluña, al que nos estamos refiriendo,
tiene carácter estrictamente regional. Lo damos a continuación a título
informativo para asesorar al lector sobre las labores constructivas de aquel
importante comicio. Dice así:

« La Ponencia nombrada por el Congreso regional de Sindicatos para


dictaminar sobre la estructuración de las Federaciones de Industria,
emite el siguiente dictamen: 1.º Aceptación del número y
estructuración de los Sindicatos de Industria de acuerdo con el
dictamen presentado al Congreso. 2.º La constitución de los Sindicatos
de Industria ha de sostener y acrecentar, si cabe, la solidaridad y el
apoyo mutuo entre los sindicatos desde el punto de vista colectivo y de
los confederados por lo que al esfuerzo individual compete. 3.º La
constitución de los sindicatos de las Federaciones de Industria implica
la posibilidad de que éstas puedan crear todas las actividades que les
sean necesarias como auxiliares de la industria matriz en función de
potencialidad y en correlación normal con su economía y con la
economía en general. 4.º Si el imperativo de las circunstancias actuales
obliga a que la cordialidad y apoyo que debe presidir la actuación de
todos los Sindicatos se intensifique hasta llegar a una mutua
compenetración, ésta se hará sin que por ello pierda ninguno su
peculiar personalidad. De acuerdo con este criterio, el Sindicato del
Transporte Terrestre y Marítimo podrá utilizar extensamente el
transporte de industrias específicas siempre que lo exijan los intereses
generales y procurando que los peculiares de las industrias no queden
desatendidos. 5.º Un posible desacuerdo entre las partes interesadas
será resuelto por decisión rápida tomada por la respectiva Federación
local o por el Consejo local de Economía, cuando éste esté constituido.
Barcelona, 27 de febrero de 1937.»

De acuerdo con las resoluciones del dictamen de la ponencia, la nueva


estructuración de los sindicatos de ramo en industriales quedó
planteada de la forma siguiente:
« SINDICATO DE LAS INDUSTRIAS AGRÍCOLAS, PESCA Y ALIMENTACIÓN.
1) Trabajos y productos agrícolas; 2) Industria harinera, 3)
Fabricación de pan;

4) Fabricación de pastas para sopa; 5) Industria de la repostería;

6) Fabricación de conservas vegetales; 7) Fabricación de galletas;

8) Industria azucarera, 9) Industria aceitera; 10) Industria de productos


enológicos (vitícola, vinícola, alcoholera y vinagrera); 11) Industria
cervecera, 12) Floricultura; 13) Apicultura; 14) Industria de la leche y
sus derivados; 15) Avicultura, ganadería y caza, 16) Industria del
pescado; 17) Industria del café y del cacao en general, 18) Industria
tabaquera; 19) Industria gastronómica, 20 Cultivo forestal; 21) Carbón
vegetal; 22) Industria del corcho.

» ALIMENTACIÓN: Aceites y grasas, Cafés, Confiteros y Bomboneros.


Reposteros y pasteleros. Chocolates, Vinos y Licores. Vaqueros.
Lecheros. Detallistas de leche. Harina. Panaderos. Pan de lujo y Viena.
Fideeros. Galletas. Federación de industrias de Matadero. Volatería,
huevos y caza. Gastronómica que comprende: camareros, cocineros,
reposteros de hotel, billares. Conserjería y cámara. Servicio doméstico.
Comestibles (obreros emancipados). Trabajadores de mercados.
Veterinarios dedicados a la inspección de carnes y leche. Comisionistas
de harina. (Trabajadores que se dedican a comisionistas de granos y
viajantes de productos alimentarios en general y de conservas.
Trabajadores de mercados y comestibles.)

» PESCA: Mercado central del pescado. Pescadores de arrastre.


Pescadores de arte pequeño. Faquines, semanales y vendedores.
Transportistas. Veterinarios dedicados a la inspección de pescado.
Flota pesquera. Mejilloneros y viveros en general. Varios.

» AGRICULTURA: Trabajos y productos agrícolas en general. Riegos.


Mercado central del Borne. Trabajadores dedicados al
aprovechamiento de basuras. Talleres que se dedican a la reparación
de aperos. Ingenieros y agrónomos. Veterinarios agropecuarios.
»SINDICATO DE LAS INDUSTRIAS TEXTILES, VESTIR y ANEXOS. 1)
Cultivo y manufactura del algodón, 2) Manufactura de lanas y pelos; 3)
Manufactura de la seda, 4) Manufactura del rayón y fibras artificiales,
5) Cultivo y manufactura del cáñamo, 6) Cultivo y manufactura del
yute; 7) Cultivo y manufactura del lino, 8) Géneros de punto, 9)
Mercería, 10) Tapicería,

11) Telas completadas con substancias no textiles (cueros artificiales,


telas para impermeables, etc.), 12) Tejidos industriales; 13) Industria
del vestir, 14) Industria del calzado.

» FABRIL: Ramo del agua: trabajo de la pieza tejida, el tinte y el


acabado, igualmente el teñido de hilo de la madeja. Maquinistas y
fogoneros. Contramaestres. Técnicos del ramo del agua. Técnicos
fabriles. Exportación e importación. Representantes de los Comités
lanero y sedero. Ropas usadas. Varios.

» VESTIR: Sastrería, Camisería, Modistería. Impermeables Sombrerería


y gorristería. Corsetería. Colchoneros. Ligas y tirantes. Guantería,
Peletería. Flores artificiales. Zapateros. Bastoneros. Marroquinería.
Artículos de viaje. Guarnicioneros. Alpargatas. Guanteros. Pelo de
conejo. Trabajadores del paraguas. Esparteros y escoberos.
Limpiabotas.

» SINDICATO DE LAS INDUSTRIAS DEL AGUA, GAS, ELECTRICIDAD Y


COMBUSTIBLES.

1) Carbón, 2) Petróleo, 3) Servicios de aguas, 4) Fabricación y


distribución de aguas, 5) Fabricación y distribución de electricidad, 6)
Servicios generales para aprovechamientos hidráulicos.

» Luz Y FUERZA. Agua. Gas. Electricidad. Contadores. Trabajadores de


cables eléctricos.

» COMBUSTIBLES. Petróleos. Administrativa. Flota. Factorías.


Transportes. Cuidadores de aparatos surtidores. Lubrificantes. Carbón.
Aglomerados. Trabajadores del carbón mineral.
» SINDICATO DE LAS INDUSTRIAS SIDEROMETALÚRGICAS. 1) Industria
pesada del hierro, 2) Industria mecánica, 3) Metalistería, 4) Cobre y sus
aleaciones, 5) Plomo, 6) Aluminio, 7) Mercurio, 8) Metales preciosos;

9) Esmaltería, 10) Maquinaria y material frigorífico, 11) Maquinaria y


material eléctrico, 12) Industria del automóvil, 13) Industria de la
aviación, 14) Astilleros, 15) Pequeña mecánica. Material científico y de
precisión.

» METALURGIA: Mecánicos. Lampistas. Electricistas. Trefiladores.


Caldereros en hierro. Caldereros en cobre. Cilindreros. Joyeros y
plateros. Arcas y básculas. Cerrajeros de obras. Fundidores. Afiladores
ambulantes. Modelistas. Trabajadores de las casas de venta de
maquinaria.

» AUTOMÓVIL: Técnicos. Administrativos. Cajistas. Planchistas.


Herreros. Pintores. Guarnicioneros. Mecánicos. Varios.

» AVIACIÓN: Técnicos. Delineantes de laboratorio. Administrativos.


Madera. Metalurgia. Enteladores y guarnicioneros. Mecánicos. Varios.

» SINDICATO DE LAS INDUSTRIAS QUÍMICAS. 1) Ácidos, sales y abonos


químicos, 2) Materias colorantes y explosivos, 3) Aceites, grasas y
jabones,

4) Productos químicos para farmacia y fotografía, 5) Esencias y


perfumes, 6) Industrias del vidrio y cristal, 7) Industrias del caucho,

8) Industrias del celuloide, galalita y anexos, 9) Industrias del curtido de


la piel, correas y tiratacos.

» PRODUCTOS QUÍMICOS: Laboratorios y perfumes. Colorantes y


explosivos. Celuloides y galalita. Grasas y jabones. Ácidos y abonos.
Maquinistas y fogoneros. Gomas. Varios.

» VIDRIO: Vidrio plano. Vidrio hueco. Lámparas. Bombillas. Óptica.


Sopletes. Vidrio negro. Los trabajadores modelistas, mecánicos, etc.,
que trabajan exclusivamente para la industria del vidrio.
» PIEL: Curtidores. Correas y tirantes. Pieles de conejo. Los trabajadores
del calzado.

» SINDICATO DE LAS INDUSTRIAS DE LA CONSTRUCCIÓN, MADERA Y


DECORACIÓN.

1) Construcción, administración y conservación de edificios, 2)


Construcción, administración y conservación de obras, incluso las
públicas. Carreteras, 3) Piedra natural y artificial, 4) Ladrillería, 5)
Materias de construcción de cemento y amianto, 6) Cementos
artificiales, 7) Cal. yeso y cemento natural, 8) Cerámica y materiales
refractarios, 9) Industrias de carpintería y ebanistería, 10) Pintura y
decoración, 11) Instalaciones de desinfección, depuración y ventilación,
12) Instalación de calefacción, de aguas y de aire comprimido, 13)
Instalaciones de agua, gas y electricidad, 14) Instalaciones de
materiales contra incendios,

15) Instalaciones de ascensores y montacargas.

» CONSTRUCCIÓN. Aislamientos e impermeabilizaciones. Encofradores


y hierro armado. Mosaístas y colocadores. Técnicos de calefacción.
Albañiles; y peones. Piedra y mármol. Empapeladores. Empedradores.
Aparejadores. Estucadores. Calefacción. Arquitectos. Ladrilleros.
Cerámica. Canteras. Pintores. Yeseros. Administradores de fincas
urbanas. Porteros. Trabajadores de obras públicas, instaladores de
ascensores y montacargas, lampistas y fontaneros de obras,
instaladores de electricidad, engrasadores, conservación de edificios.
Talleres de escultura. Venta de material de construcción.

» MADERA. Ebanistas. Silleros. Barnizadores. Tapiceros. Escultores.


Carpinteros. Mueblistas. Molduras y cuadros. Cepillos y embalajes.
Herramientas. Muebles de junco. Estuchistas. Toneleros. Torneros.
Cesteros. Billares. Aserradores mecánicos. Somiers. Doradores.
Trabajadores de almacenes de madera y de explotación de maderas.

» SINDICATO DE LAS INDUSTRIAS DEL PAPEL Y ARTES GRÁFICAS. 1)


Industria del papel, 2) Industria del cartón, 3) Artes del libro, 4) Prensa,
5) Material de escritorio (papel, etc.), 6) Fundiciones que corresponden
a las industrias en él acopladas.

» SINDICATO DE LAS INDUSTRIAS DE LA DISTRIBUCIÓN Y


ADMINISTRACIÓN. DISTRIBUCIÓN. Bazares. Alimentación. Tejidos y
similares. Vidrios y cristales. Piel y similares. Metalurgia. Vendedores
de libros. Productos químicos. Artes gráficas y varios.

» ADMINISTRACIÓN. Empleados del Municipio. Empleados de la


Generalidad. Empleados del Estado. Jubilados. Arbitrios. Varios. Banca
y bolsa. Seguros. Agentes de publicidad.

» SINDICATO DE LOS RAMOS DE COMUNICACI0 E5 Y TRANSPORTES.


1) Correos,

2) Transmisiones, 3) Ferrocarriles, 4) Autotransportes, 5) Tracción


sangre, 6) Transporte urbano, 7) Transporte y servicios marítimos,

8) Servicios portuarios, 9) Transportes y servicios aéreos, 10)


Reparaciones terrestres y navales.

» COMUNICACIONES. Correos: técnicos. Carteros. Urbanos.


Subalternos. Rurales. Telégrafos. Teléfonos. Cable. Radio. Todos los
trabajadores y artistas que se dediquen exclusivamente a la
radiodifusión.

» TRANSPORTES: Tranvías. Autobuses. Metro. Chóferes. Lavadores.


Arte rodado. Cargadores. Estaciones. Puerto y similares. Obras del
puerto. Herradores.

» TRANSPORTES MARÍTIMOS. Náuticos. Maquinistas.


Radiotelegrafistas. Patrones. Mecánicos navales. Subalternos. Piquetas.
Guardianes. Amarradores. Carpinteros de ribera. Calafates.
Ferrocarriles. Transportes aéreos.

» SINDICATO DE SANIDAD, ASISTENCIA SOCIAL E HIGIENE. Médicos.


Farmacias y laboratorios farmacéuticos y biológicos. Veterinarios.
Odontólogos. Comadronas. Practicantes. Estudiantes internos de
medicina. Enfermeros auxiliares y especializados. Desratización y
descanización morbosa s. Técnicos sanitarios procedentes de otras
ramas químico-biológicas. Material sanitario (reparación). Personal
administrativo. Personal y establecimientos de hidroterapia.
Herbolarios. Mayorisas de farmacia y especialidades farmacéuticos.
Barberos. Peluqueros. Manicura. Masajistas. Lavandería. Material
electromédico. Limpieza y riego. Pompas fúnebres. Cementerios.
Recogida de basura.

» SINDICATO DE LA ENSEÑANZA y PROFESIONES LIBERALES.


Profesorado de primera enseñanza. ldem de segunda enseñanza.
Universitarios. Educación musical. Idiomas. Educación física. Labores.
Bellas Artes. Escuela de Artes y Oficios. Ciencia pura. Escritores.
Administrativos (funcionarios de cultura). Licenciados. Guarderías.
Residencias (orfelinatos). Colonias escolares. Sección Varios.

» SINDICATO DE LA INDUSTRIA DEL ESPECTÁCULO. Artistas


cinematográficos. Industrias cinematográficas. Operadores y ciclistas.
Variedades. Circo. Maestros concertadores. Parques de atracciones.
Piscinas. Deportes. Cines y teatros. Escenógrafos. Apuntadores.
Tramoyistas. Electricistas. Avisadores. Coristas. Utilleros. Músicos.
Autores. Deportes marítimos. Clubs.»

Hemos hecho mención más arriba a un Pleno nacional de Regionales de los


Sindicatos de Comunicaciones celebrado en Valencia a primeros de enero.
Pasemos ahora a ocuparnos, aunque sea someramente, de otro Pleno nacional
de Sindicatos de la Industria pesquera, celebrado el 27 de febrero en la misma
ciudad del Turia. Haremos lo propio de sucesivos comicios que fueron
celebrándose bajo el signo de la nueva etapa industrialista. Adviértase el
anhelo socializador manifestado en todos estos actos. El Pleno nacional de
Sindicatos de la Industria pesquera adoptó el siguiente dictamen:

« 1.º Incrementación de la socialización de todos los Sindicatos


Pesqueros y sus derivados en un plazo breve.
» 2.º Convocatoria de un Pleno de regionales de toda la industria CNT y
UGT, por las Regionales, con el fin de concretar la socialización en un
plano nacional. Como consecuencia de estos Plenos se iría a uno con
carácter nacional de toda la industria. Esto no quiere significar que los
sindicatos de la CNT no vayan a la socialización inmediata, dentro de
sus posibilidades.

» 3.º De acuerdo con los principios que informan a la CNT en lo que


respecta a las Federaciones de Industria, se afirma que el transporte de
pescado, como consecuencia lógica, ha de pertenecer a la misma,
comunicando al Comité nacional que elevamos para su conocimiento la
no aceptación del autotransporte, principio centralista.

» 4.º Absorción de las funciones de los pósitos por los sindicatos,


recibiendo éstos las bonificaciones que alcanzaron.

» 5.º Creación de un fondo con carácter nacional para la compra de


efectos navales. Estas cantidades saldrán de los sindicatos. El capital
que se necesite, según las posibilidades, se deja a criterio del Comité
nacional.

» 6.º Intervención delegada del Comité nacional en todos los mercados


centrales de importancia, corriendo a cargo de los mercados el sueldo
de dichas delegaciones.

» 7.º Serán aceptadas todas las reformas de orden social y económico.»

A mediados de marzo de 1937 se celebró en Madrid un Pleno regional de


Sindicatos del Transporte. Los puntos 5.º y 6.º del orden del día se referían a la
socialización. Del examen de los mismos surgió la aprobación del siguiente
dictamen:

« Para regular la marcha y orientar a les Sindicatos sobre la


socialización puesta en marcha por los mismos, como asimismo para
facilitar la coordinación de relaciones interregionales entre los demás
sindicatos, se constituirá por la Federación regional de Transportes de
Centro una sección que se denominará Consejo regional de Economía,
la que estará en constante contacto con todos aquellos sindicatos que
tenga n socializa­dos los medios de trabajo, cuya socialización estará
controlada por los Consejos locales, que serán los que velen por el
desenvolvimiento económico de dicha socialización. Se debe tener
presente que cuanto más cordiales sean las relaciones de estos
comités, más fructífera será la labor encomendada a los sindicatos.

» Los sindicatos que tengan varias secciones socializadas,


recomendarán la constitución de Consejillos de Economía, que serán el
enlace entre la sección y el Consejo General del Sindicato, siendo
competencia de estos consejillos la propuesta de tarifas, transportes
fijos y cuantas innovaciones crean favorables para la buena marcha de
la socialización.

» El Consejo de Economía del Sindicato dará cuenta al Consejo regional


de la marcha de los distintos trabajos socializados, que será el que lleve
y controle todas las fuentes de riqueza de aquéllos. Al no hacerse esto
así, nos encontraríamos en el caso de que dentro de un mismo
sindicato surgirían privilegios económicos en algunas secciones, pues
mientras un área socializada puede tener una vida próspera, otras
padecerían de lo contrario, desigualdad ésta que conduciría al
mantenimiento de clases.

» El Consejo de Economía de cada sindicato velará para que la


economía de cada sección sea igualitaria en sus diferentes
características o necesidades, y para ello, todos los excesos de riqueza
de los diferentes Comités económicos de las distintas secciones irán a
parar a la caja del sindicato, quién se servirá de este remanen te para la
implantación de esa igualdad indiscutible y necesaria en la economía
de los salarios. De esta forma se desenvolverá el Consejo regional de
Economía a fin que los salarios de los trabajadores pertenecientes a
esta rama de medio socializado tengan la misma cuantía equivalente,
porque no se pueden permitir por muchas razones desigualdades de
salarios o mejoras económicas dentro de los propios medios.
» Salvo las equivalentes al costo proporcional de la vida, que puede
oscilar, por ejemplo, entre un pueblo y una ciudad, y para controlarlas,
así como todo, es precisa la creación de aquellos organismos
económicos confederales, que son los que hallarán el coeficiente
aritmético regulador y totalitario. Todos estos Comités se deben
desenvolver autónomamente para que su labor no sea entorpecida por
ninguna razón sindical.»

Otro dictamen del mismo Pleno responde a la siguiente pregunta:

« ¿Se deben socializar los medios de transporte para la región del


Centro?» He aquí las conclusiones de la ponencia:

« 1.º Serán consideradas propiedad común, administrada y orientada


por la Federación regional de la Industria del Transporte, y asesorada
por todos aquellos órganos federativos de que la citada industria tiene
que valerse, y que son desde la sección del sindicato del pueblo hasta
la Federación Regional, pasando por las locales y comarcales
correspondientes.

» 2.º Considerando que hay poblaciones y provincias que tienen


material excesivo, tanto en lo que es turismo como en transporte
pesado, y reconociendo que a la vez hay otras ciudades que no están
suficientemente atendidas, por faltarles lo indispensable, que es el
material, proponemos:

» a) Las provincias o las localidades que tengan exceso de materia!,


darán cuenta detallada al Comité Regional de la Federación de todo
cuanto corresponde a las secciones que han de componer esta
industria.

» b) Las que, por el contrario, se encuentren deficientes en la posesión


de los materiales que apuntamos, harán lo propio que las primeras
dándole cuenta a la Federación de lo que tienen y de cuáles son sus
necesidades.
» c) Estudiados ambos informes con el Comité regional de la industria,
éste llevará a cabo un reparto que dé plena satisfacción a las
necesidades de conjunto que representa la Organización que acabamos
de constituir.

» 1.º Teniendo en cuenta que hay una necesidad de organización,


comprendida la propaganda y otros menesteres análogos a los cuales
no se puede imponer una condición, porque no podrían soportarla, la
Federación Regional se comprometerá a entregar a los organismos que
tenga n esta necesidad el material de turismo que les sea preciso,
teniendo en cuenta que el organismo que requiera este material se
verá comprometido a pagar todo cuanto el coche ocasione, como es el
combustible, el chófer y las reparaciones que sean necesarias,
valiéndose siempre del Sindicato más próximo del transporte para
llevar a cabo lo apuntado más arriba.

» 4.º Para estructurar la economía de la socialización de la industria del


transporte, se crearán unos consejos llamados de economía que serán
los encargados de regularizar la contratación de los servicios prestados
y a la vez dar satisfacción a cuantas necesidades tenga la industria,
como son la conservación del material, la organización y pago de
haberes de los partícipes de la socialización, y, por último, del progreso
ininterrumpido a que ha de someterse la industria para que ésta
adquiera cada día más magnitud.

» 5.º Estos consejillos, tanto los que representan a la Federación


Regional, Provincial, Comarcal como a los sindicatos de sección tendrán
una relación íntima para saber las necesidades de cada uno, con objeto
de que cuando uno de estos organismos necesite la solidaridad
necesaria pueda serle prestada por los que se encuentren en buenas
condiciones.

» 6.º Se organizará un cuerpo técnico que, de acuerdo con las


posibilidades económicas de la industria, cree tantos talleres como
necesarios sean a la reparación, teniendo en cuenta no mermar para
nada los intereses de los sindicatos siderometalúrgicos, a los cuales se
les confiere la producción y fabricación de material de transporte.

» 7.º Entiende esta Ponencia que mientras duren las actuales


circunstancias no se podrá regatear el esfuerzo de los que contribuyan
a la buena marcha de la socialización, no fijando la cantidad de horas
de trabajo, ya que eso dependerá de las necesidades de la guerra y la
revolución.

» 8.º Se establecerá un jornal único para todos los que contribuyan a la


socialización, teniendo en cuenta que la Federación Regional trabajará
con toda intensidad y según las posibilidades con que cuente para la
organización del salario familiar, que es lo equitativo y humano.

» 9.º Esta Federación estará en íntima relación con las demás


Federaciones de Industria idénticas a la del transporte, como son las
ferroviarias, marítimas y aéreas, para que nuestros servicios puedan
servir de enlace entre las misiones de unas y otras, así nosotros nos
veremos obligados a no introducirnos en las necesidad es que pueden
ser satisfechas por ferrocarril, y los compañeros ferroviarios en las que
sean de nuestra incumbencia.

» 10.º Ratifica esta Ponencia el acuerdo del Congreso nacional de


Sindicatos del Transporte, celebrado en Valencia, en aquello que se
refiere a estudiar con los Comités nacionales de las Federaciones del
Transporte Marítimo, ferroviario y terrestre el modo de llegar a la
organización única del transporte.»

Apenas terminadas las tareas del Pleno regional del Transporte del Centro, se
celebró un Pleno nacional de la Federación de la Industria ferroviaria. El mejor
resumen de sus conclusiones es el siguiente acuerdo:

« Considerando que antes de llegar a la socialización el estado actual


de cosas requiere un tránsito evolutivo que lleve a las industrias hacia
ella, esta Ponencia ha trazado una línea con el articulado que más
abajo ponemos a vuestra consideración, que, dentro de la
colectivización, puede guiarnos en un futuro próximo a la realización
de nuestro ideal máximo.

» El problema planteado al Comité nacional, como indica muy bien la


circular número 19 del mismo, era y sigue siendo el de la
colectivización. La socialización, dadas las circunstancias en que
actualmente se desenvuelven las industrias, no es de factible
realización, a juicio ele los ponentes, y a tal criterio se debe el estudio
que presentamos a vuestra consideración, en el que hemos procurado
tener en cuenta las fases múltiples de la colectivización, con miras
exclusivas a que, una vez vivan en tal estado los diferentes sectores
industriales que componen la economía del país, puedan pasar, sin
esfuerzo alguno, a la socialización.

» Tras lo expuesto, pues, vamos a daros a conocer los principios básicos


en que fundamenta esta Ponencia la colectivización:

» BASES DE LA COLECTIVIZACIÓN. 1.º Todas las redes ferroviarias de


España deberán formar una sola colectividad, y su organización y
administración será verificada por los propios trabajadores.

» 2.º Pasará a la colectividad todo el activo y pasivo de las anteriores


empresas, quedando nula s las cargas financieras, así como las deudas
anteriores al 19 de julio a empresas no colectivizadas, respetándose los
compromisos de tráfico con el extranjero.

» 3.º Una vez colectivizados todos los ferrocarriles, el producto de la


explotación será común a todas las regiones enjugándose el déficit que
pudiera haber en las menos eficientes con el superávit que hubiera en
las más prósperas.

» 4.º Si la explotación global de todas las redes fuera deficitaria, será el


organismo que regula la vida de la nación el obligado a compensar el
déficit.

» S.º La colectividad ferroviaria, una vez nivelada su retribución con


arreglo al nivel circunstancial de vida, renuncia a todo lucro,
destinando los beneficios que pudiera haber bien a mejorar los
servicios y material ferroviario, en beneficio del país, bien a la ayuda de
otras colectividades obreras que lo necesitaran.

» 6.º Constituida la colectividad ferroviaria deberá imponerse la


unificación total de tarifas, reglamentos, señales, derechos y deberes,
etc., etc.

» 7.º La colectividad ferroviaria, una vez constituida, se esforzará en


lograr la colectividad general del transporte en sus cuatro ramas:
férreo, marítimo, carretera y aire, a fin de beneficiar en su grado
máximo al país.

» 8.º Ante la posibilidad de que España sea (una vez derrotado el


fascismo) una Federación de regiones, vista la devastación de nuestras
líneas, la reconstitución de las mismas será efectuada con arreglo a las
posibles aportaciones y esfuerzos de las redes comprendidas en el
artículo Sº y ayudadas por los organismos regionales que regulen la
vida de la región, reconstruyendo las líneas con arreglo a las
necesidades de los pueblos, variando, si precisara, los trazados a base
de utilidad pública y no particular.

» COORDINACIÓN ORGÁNICA DE LA COLECTIVIZACIÓN. 9.º Para la


buena marcha de la colectivización ferroviaria se crearán comités
profesionales en conexión íntima con las organizaciones sindicales
ferroviarias de la región. Para ello, los compañeros que formen el
comité profesional regional serán vocales natos del Comité de
Relaciones regional. Los vocales natos profesionales sólo tendrán voz,
pero no voto.

» 10.º Los comités profesionales regionales tendrán facultad de


iniciativa y resolución para los efectos regionales y en estrecha
colaboración con el nacional para los asuntos nacionales. También
darán cuenta al Comité nacional de los asuntos de su región.

» 11.º Para las consideraciones expuestas en los artículos precedentes


se sobrentiende que ha de existir un Comité nacional profesional,
compuesto por un delegado de cada región, elegido en un Pleno
regional sindical.

» 12.º Dado el aspecto nacional del ferrocarril, el organismo regulador


de la vida de la nación tendrá cerca del Comité nacional profesional
tres delegados, pertenecientes cada uno de ellos a los departamentos
de Industria y Comercio, Hacienda y Obras públicas, como intervención
y asesoramiento, con voz, pero sin voto en las deliberaciones de este
organismo.

» 13." El Comité nacional profesional remitirá acta de todas sus


reuniones al Comité de la Federación, y los comités profesionales
regionales las mandarán a los Comités de Relacione s regionales.

» 14.º Los miembros del Comité nacional profesional serán vocales


natos del Comité nacional de la Federación en idénticas condiciones
que se señalan en el artículo noveno.

» 15.º Anualmente el Comité nacional profesional, previo informe que


Je faciliten los Comités profesionales regionales, redactará una
memoria y rendirá cuentas de su actuación en un Pleno nacional.

» 16.º La duración de los cargos será de dos años, pudiendo ser


reelegidos.

» 17.º Los compañeros que hayan de desempeñar cargos nacionales o


regionales serán elegidos por Plenos regionales.

» 18.º Si los comités profesionales, tanto de carácter nacional como


regional, no actuaran de conformidad con los deseos de la masa
trabajadora, podrán ser destituidos, respectivamente, por el Comité
nacional de la Federación o por los Comités de Relaciones regionales,
quienes darán cuenta inmediatamente de ello a los sindicatos y
convocarán plenos para analizar el caso y nombrar sustitutos si
procede.
» PRODUCTORES. 19.º Se considerará elemento obrero, a los efectos
integrantes de la Colectividad ferroviaria, a todo compañero, tanto si
realiza trabajo manual como intelectual.

» 20.º Todo compañero que ingrese en la colectividad será destinado a


la labor por la que demuestre mayor preferencia o habilidad,
atendiendo siempre al mejor aprovechamiento de sus energías en
beneficio de la colectividad.

» 21.º La colectividad procurará por todos los medios humanizar y


dignificar el trabajo de los compañeros, aprovechando los progresos de
la técnica, garantizando la salud física y moral, así como las
necesidades, en la vejez, de los trabajadores, y creando escuelas
profesionales y de cultura general, recreos, etc.

» 22.º La Colectividad ferroviaria se constituirá en aseguradora tanto


de los trabajadores que la formen como de sus bienes muebles e
inmuebles, prescindiendo de todo seguro con empresas exteriores.

» 23.º La Colectividad ferroviaria, por medio de Plenos nacionales,


estudiará normas para el ingreso en el ferrocarril adaptadas al principio
de «un sitio para cada compañero y un compañero para cada sitio»,
con arreglo a lo que se señala en el artículo 20. También se estudiarán
normas para sentar principios de máxima justicia para la regulación de
cambios de residencia.

» Artículo adicional. Si circunstancialmente se colectivizasen unas redes


regionales y otras no, se dejarán a las primeras en independencia
económica con los productos de la explotación de sus propias líneas
colectivizadas, coordinando sus relaciones profesionales con el resto de
las no colectivizadas.

» Las redes regionales colectivizadas formarán una caja común, como


se señala en el artículo 3.º, pero prestarán su ayuda moral y material a
las restantes, para realizar la colectivización común.

» La Regional que se independice económicamente se relacionará con


el órgano rector de la región en todos los aspectos.»
El 24 de marzo de 1937 aparecía la siguiente convocatoria del Comité nacional
de la CNT en la prensa confederal:

«A todos los técnicos profesionales, ingenieros, arquitectos,


aparejadores, delineantes, jefes de industria, directores de empresas,
contables, investigadores científicos, encargados de laboratorios,
peritos, técnicos de las diversas especialidades y en general cuantos
tengan una profesión de carácter técnico, excluidos los médicos y
personal sanitario, y los profesores de enseñanza primaria y secundaria
adscritos a los Sindica tos de Sanidad y Enseñanza, encuadrados en los
sindicatos afectos a la CNT.

» Para el día 2 de abril y siguientes, se convoca a todos los Sindicatos


de técnicos, secciones de técnicos de Sindicatos industriales o
Federaciones de Industria y grupos de técnicos afiliados a Sindicatos de
Profesiones liberales de Oficios varios, u otros, afectos a la CNT, para la
celebración de un Pleno nacional en Valencia con el siguiente orden del
día:

» 1.º Nombramiento de mesa de discusión.

» 2.º Presentación y revisión de credenciales.

» 3.º Conveniencia de sustituirse los Sindicatos Únicos de Técnicos por


Asociaciones Regionales de Técnicos, una por cada región, debiendo
los técnicos pertenecer simultáneamente a la Asociación y al Sindicato
de Industria de la actividad en que trabajan.

» a) Articulación regional, comarcal y local, y por especialidades.

» b) Discernimiento de la condición de técnico profesional.

» c) Clasificación general de las secciones de técnicos y de


especialidades que deben comprenderse en cada sección.

» d) Antigüedad antifascista para cargos en comités y representativos


en organismos oficiales de la región, comarca o localidad.
» e) Tarjeta regional de técnicos asociados.

» f) Carnet provisional sindical que deberá facilitar la asociación a los


técnicos no encuadrados todavía en Sindicatos de Industria, etc., de la
CNT.

» g) Congresos, o conferencias regionales y nacionales periódicos de los


técnicos asociados por secciones o especialidades, para asuntos
técnicos y profesionales.

» h) Oficina regional de ensayos e inventos.

» 1. Estructuración.

» 2. Talleres, laboratorios, etc., para ensayos y pruebas.

» 3. Intervención del proyectista o inventor.

» 4. Compensación moral al inventor.

» i) Oficina regional de adaptación y colocación de técnicos en


industrias de la ciudad, del campo, minería, etc., para atender
demandas de la organización confederal.

» 4.º Creación de la Asociación nacional de Técnicos (CNT).

» a) Comité nacional de la asociación.

» 1. Composición.

» 2. Lugar de residencia.

» b) La representación de la asociación de organismos nacionales


oficiales o confederales a designar por el Comité nacional de la CNT.

» c) Estatutos de la asociación.

» 5.º ¿Debe la Asociación nacional de Técnicos o sus Regionales crear


escuelas politécnicas?

» a) Caso afirmativo.

» 1. Estructuración conveniente y mantenimiento.


» 2. Relaciones con los sindicatos de enseñanza (CNT) y sus organismos
regionales y nacional.

» b) Caso negativo.

» 1. ¿Cómo utilizar a los técnicos para la difusión de la cultura técnica?

» 2. Relaciones en este caso con los sindicatos de la enseñanza (CNT)

y sus organismos regionales, comarcales y locales o nacionales.

» 6.º Relaciones con la UGT.

» 7.º Asuntos generales.»

A primeros de abril se celebró en el teatro Lara de Madrid un Congreso


regional de Campesinos de Castilla. Asistieron 480 delegaciones en
representación de 84 895 afiliados. Isabelo Romero, secretario general de la
CNT del Centro, abrió el acto con un discurso con el que dijo:

« Contra los manejos secretos de los que actúan de


contrarrevolucionarios, los hombres de la CNT tenemos que preparar al
pueblo, demostrándole que estamos dispuestos a que, una vez vencido
el fascismo, las cosas no sigan como hasta aquí. Este trabajo de
nuestros compañeros ha dado su fruto en muchos pueblos de Castilla,
donde los compañeros de la UGT han llegado a establecer, con notorio
éxito, la comuna libre que aconseja y propugna nuestro movimiento
confederal.»

Explica la obstrucción hecha por los políticos a la constitución de los comités o


consejos municipales de los pueblos con participación confederal. La
obstrucción se fundaba en motivos de integridad antifascista:

« El Partido Comunista -dice- sólo contaba 10 000 adherentes antes del


18 de julio. Hoy dicen tener 140 000 y no se llaman a sí mismos
advenedizos, sino que ponen trabas a la constitución ele los Consejos
locales con hombres de la CNT porque sus sindicatos fueron
constituidos en algunos pueblos con posterioridad al 18 de julio.

» En estas condiciones nos colocan en la situación de que cuando exista


un pueblo donde no se admita en sus municipios la representación
confederal, los sindicatos, legítima representación ele la masa
productora, desacaten y desestimen las disposiciones que emanen de
esos organismos, nacidos con vicios de nulidad.»

A continuación explica lo que hizo la CNT con ciertas incautaciones:

« ¿Sabéis, compañeros, lo que hizo la CNT con esos valores? Pues, más
de 30 000 000 de pesetas, fueron entregadas al gobierno para que éste
los emplease en armas con que combatir al enemigo común. Y otra
preocupación de nuestros compañeros ha sido de llevar el caudal que
les quedaba, que era muy poco, a los sindicatos de los pueblos de la
región para que pudiesen reorganizar la producción.»

En el debate sobre alianza revolucionaria intervinieron varias delegaciones de


los pueblos. He aquí algunas de estas intervenciones:

DELEGACIÓN DE PRIEGO: «La Alianza es necesaria, pero tengamos en


cuenta que los jesuitas aún no han salido de España. En nuestra
comarca existen muchos elementos emboscados en las organizaciones
políticas, que son los que se oponen a los deseos de los trabajadores.
La UGT lo sabe mejor que nosotros, porque en sus filas cuenta con los
elementos opositores de esta alianza. Pero en toda nuestra comarca se
da el caso de que los campesinos están en contra de los comunistas y
republicanos porque tienen a todos los caciques de la provincia en sus
filas.»

SAN CLEMENTE: «No hemos de equivocarnos y hemos de saber


quiénes son los enemigos de la Alianza, porque no se puede llegar a
ésta mientras continúen los crímenes tan impunes que se vienen
cometiendo contra nuestra organización.»

COMARCAL DE INFANTES: «De acuerdo con la alianza y en que hay que


evitar la tirantez existente entre ambas grandes sindicales.»

COMARCAL DE CAÑETE: «En la UGT existen muchos alcaldes y


burócratas que obstruyen la alianza porque sería su muerte política y la
de sus privilegios.»

VILLAVERDE: «En nuestra localidad la alianza es un hecho. La UGT y la


CNT tienen formada una colectividad que no tiene que envidiar a
ninguna de las formadas en España.»

Compañero Picazo: «En Almadén, la UGT, de acuerdo con el alcalde,


había avalado a todos los mozos comprendidos en la movilización de
las últimas quintas llamadas para que no expusieran sus vidas
combatiendo al fascismo, lo que demuestra quiénes son los elementos
que dirigen los municipios.»

El acuerdo recaído sobre este punto señala:

« 1.º) Que se emplace a los organismos UGT y CNT PARA QUE EN EL


PLAZO MÁS BREVE se llegue a una alianza sobre bases firmes e
indestructibles entre ambas centrales sindicales; 2.º) Que se nombre
una comisión compuesta de compañeros de la UGT y de la CNT para
que cuando surjan inconvenientes para llegar a esta alianza en algunos
pueblos, por obstaculizarla los elementos políticos, se traslade a dichas
localidades y proceda contra los enemigos de la alianza, 3.º) Entiende
este sindicato que la socialización habrá de hacerse en toda Castilla por
encima de los intereses de partidos y organizaciones; 4.º) Que en los
lugares de trabajo no podrán intervenir en la discusión de estas bases
para la alianza, sino exclusivamente miembros de las dos
organizaciones: CNTUGT.»
Uno de los puntos más importantes del orden del día del congreso formulaba
las siguientes preguntas: «¿Se cree de suma necesidad la creación de un
órgano que regule la economía de la industria y efectúe el intercambio? En
caso afirmativo, ¿qué clase de estructura hemos de darle?»

Una ponencia emitió el siguiente dictamen, el cual fue aprobado:

« Estudiado por la ponencia el problema que nos presenta este punto


con el mayor detenimiento, ha creído que es de suma necesidad la
creación de este órgano que, con base completamente nueva, puede
dar cumplida satisfacción a las necesidades económicas de nuestra
organización y, a la vez, con entera garantía, hacer el intercambio de
nuestros esfuerzos entre uno y otro sindicato o de una a otra comarca.
Al estudiarlo, ha tenido en cuenta esta ponencia las circunstancias por
que atraviesa nuestro pueblo con objeto de que, al dictaminar,
podamos congratularnos de haberlo hecho de común acuerdo con
nuestros principios y con la anormalidad de la situación por que
atraviesa nuestro país. Por este motivo, hemos dividido la cuestión en
dos aspectos. El primero es la necesidad de crear este órgano. El
segundo, la estructuración del mismo, para que en el plazo más corto
logre ser una realidad lo que apuntamos. En cada sindicato se creará
una Comisión de Economía que regulará el esfuerzo de la colectividad:

» a) Decimos que la colectividad estará administrada directamente por


esta comisión del sindicato, que se encargará de llevar a cabo la labor
de distribución empleando el sistema, cuando fuese posible, con
arreglo a la familia. Esta comisión tendrá en su mano toda la estadística
de la producción y necesidad, para que pueda saber en todo momento
cómo puede llevar el intercambio o solicitar la ayuda de nuestros
sindicatos comarcales.

» b) La citada Comisión de Economía del Sindicato dará cuenta a la


sección de economía de la Comarcal de cuantos productos le sobran y
de cuantos le faltan, para que ésta pueda determinar con acierto la
forma de intercambiar.
» c) Esta comisión también velará por que los compañeros que no
puedan participar de una manera directa en la obra manumisora que
proponemos estén bien atendidos, evitando así que puedan los
representantes de la vieja sociedad imponerles una condición de
verdaderos esclavos, como fuimos todos hasta ahora. Esto se refiere a
aquellos compañeros que, por trabajar en propiedades extranjeras, no
pueden decidir, hasta que no se termine la guerra, su absoluta
incautación, para hacerlas producir por su cuenta y de una manera
colectiva.

» Terminada la misión local que tiene esta comisión, pasa a ser


administrada por la Comisión Económica de la Comarcal, que se
estructurará de la siguiente forma:

)) COMISIÓN DE ECONOMÍA DE LA COMARCAL. Esta Comisión de


Economía, llamada de la Comarcal, exigirá de los sindicatos que la
componen una estadística, tanto de lo que produce su suelo como de
lo que, no produciéndolo, el mismo necesitase. De la misma forma
estará dispuesta, con el aval de todos los sindicatos a ella adheridos, a
obrar de una manera inteligente con el intercambio que es preciso para
que los sindicatos puedan comprobar que sus intereses están bien
defendidos.

» a) La Comisión de Economía Comarcal se encargará, con las


determinaciones que le den las estadísticas que le habrán sido
remitidas por los sindicatos, de mejorar la situación que en el orden
económico pueda padecer un pueblo, valiéndose del exceso de
productos de otro pueblo que, perteneciendo a su circunscripción, esté
en condiciones ventajosas.

» b) Esta comisión comarcal hará la estadística global de su producción


y consumo y la remitirá, para su oportuno conocimiento, a la
Federación Provincial, valiéndose de este órgano superior para llevar a
cabo la mutua convivencia que es necesaria para la mejor marcha de la
economía entre una comarca y otra.
» COMISIÓN DE ECONOMÍA PROVINCIAL. Esta Comisión de Economía
Provincial, de la misma forma que lo hacía la Comarcal con sus
sindicatos, exigirá de las comisiones comarcales un informe detallado
de las necesidades o sobras que pueda tener cada una de éstas, ya que
teniendo este conocimiento podrá llevar a cabo el intercambio entre
una y otra comarca.

» a) La Comisión de Economía Provincial estará en íntima relación con


la Comisión de Economía de la Región, para lo cual expondremos el
funcionamiento de ésta.

» COMISIÓN DE ECONOMÍA REGIONAL. La Comisión de Economía


Regional tendrá en su poder los informes necesarios para que en todo
momento pueda saber cuáles son las necesidades de una provincia y la
superabundancia de otras, con objeto de efectuar el intercambio, la
venta o la compra de productos de una y de otras regionales. Por el
mismo orden federativo, esta comisión regional tendrá al corriente de
la forma en que se realiza la producción y los productos de su región a
la comisión que con el mismo carácter ha de crearse dentro del Comité
nacional.

» COMISIÓN DE ECONOMÍA NACIONAL. La Comisión de Economía


Nacional también tendrá en su poder los informes que tienen las
mencionadas, con objeto de saber en todas las circunstancias la
riqueza de nuestra organización y la forma en que ha de llevar a cabo el
intercambio de productos entre las regionales que nos representan.

» a) Esta forma de intercambio podrá hacerlo esta comisión tal cual se


determina, siempre que la operación se efectúe dentro de los límites
de nuestro país, cosa que no podrán hacer cuando tenga que valerse
de operaciones semejantes a través de las fronteras. Por ello, esta
Comisión Nacional tiene que tener en su poder un esfuerzo acumulado
o riqueza pasiva con que poder llevar a cabo el comercio entre nuestro
suelo liberado de la tiranía burguesa y los Estados que viven bajo el
régimen de vida de la explotación de unos sobre otros.
» Todas estas Comisiones, cual se desprende, por lo expuesto,
funcionan dentro de los órganos confederales que se mencionan,
valiéndose de un cuerpo técnico-administrativo que puede realizar, con
entero conocimiento de causa, la misión que se le encomendó.

» Al proponer esta forma de organización, hemos querido evitar a toda


costa que sigan en pie los estamentos de la organización en que se
basaba la burguesía para sus negocios; por otra parte, que dé
satisfacción cumplida al trabajador por la garantía que presenta su
estructuración.

» Deseando ser lo más breves posible en nuestro dictamen, esperamos


que las delegaciones pongan el máximo entusiasmo a su aprobación,
ya que la ponencia está dispuesta a hacer cuantas aclaraciones se le
pida n para que su contenido sea lo más eficaz y positivo posible.

» Por la Ponencia. Por la Provincial de Cuenca, Ángel Linares; por la


Provincial de Guadalajara, Gregorio Eusebio; por la Provincial de
Toledo, Aurelio López, por la Provincial de Madrid, Juan Olmos, por la
Provincial de Ciudad Libre, Juan Picazo.»

En el mismo mes de febrero de 1937 se celebró en Valencia un Pleno nacional


de Regionales de la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias. Se dieron allí
a conocer los efectivos de esta organización, representados en el Pleno. La
relación de afiliados era la siguiente:

Por razón de las enormes dificultades creadas por la guerra, y del aislamiento
de ambas zonas leales, no estuvieron presentes las delegaciones de las
regionales de Vasconia y Asturias.
Entre los acuerdos tomados en aquel Pleno figuraban: Creación del Frente de
la Juventud revolucionaria, intensificar la propaganda en el plano nacional con
dirección única y modernizada, impulsar la labor revolucionaria y constructiva,
detener el avance de la contrarrevolución, exigir una más eficiente y enérgica
actuación en la marcha de la guerra.

Como colofón de dicho Pleno fueron aprobadas las siguientes bases para la
creación del Frente de la Juventud revolucionaria:

« 1.º Consideramos que no es posible llegar a formar el Frente de la


Juventud Revolucionaria sin reconocer la transformación social y
económica sufrida por el pueblo español desde el 19 de julio. Por
tanto, deben comprometerse todos los organismos que ingresen en
este Frente a encauzar esta transformación social (12). Nuestra unión
nos dará la fuerza para triunfar. Ganar la guerra, hacer la revolución,
ésta es la misión del Frente de la Juventud Revolucionaria.

» 2.º Influir de una manera decidida y constante para que las relaciones
entre los organismos sindicales sean cada vez más íntimas y
fraternales, por interesar así a la vida económica de España.

» 3.º Se desarrollará una intensa campaña abogando en todo momento


por que en la dirección política y social de España se encuentren
representadas todas las tendencias antifascistas en proporcionalidad a
las fuerzas que representan, ya que así lograremos cohesionar más
firmemente los anhelos de la clase trabajadora, al sentirse justamente
representada, debiendo, para que esta propaganda sea eficaz y
uniforme, desaparecer la actuación exclusivista de secta o partido, ni
en mítines, conferencias, prensa, etc., se podrán hacer apologías o
panegíricos de una doctrina determinada en nombre ele la Alianza de
Jóvenes antifascistas revolucionarios, dedicando todos los actos a
enaltecer la moral de los combatientes y asegurándoles que la
retaguardia llevará a término sus ansias emancipadoras, teniendo los
organismos aliados amplia autonomía para poder exponer al pueblo
sus ideas, tácticas y finalidades, guardándose en estas campañas todo
el respeto y consideraciones para los organismos representados en
este Frente, como asimismo para los organismos aliados en la lucha
antifascista.

» 4.º En el terreno social entendemos que ya que todas las corrientes


antifascistas son de tipo federalista, debe ser la línea político-social de
este sistema la que debe regir en los pueblos ibéricos. Debemos, desde
ahora, procurar para cada región, provincia o municipio, la más amplia
autonomía, reconociendo a todos ellos el derecho a la libre
experimentación.

» 5.º Consideramos que para dar mayor eficacia a las fuerzas


antifascistas, es necesaria la creación del Ejército popular con mando
único, siempre que en este mando estén representadas todas las
organizaciones antifascistas y cuenten con la confianza de los
combatientes. Los mandos militares del Ejército popular deben ser
expresión fiel de las aspiraciones de los combatientes para que exista
así una confianza mutua necesaria para ganar la guerra. Este Frente de
la Juventud revolucionaria luchará porque en el ingreso en la Escuela
popular de Guerra tengan prioridad los jóvenes combatientes.

» 6.º El Frente de la Juventud revolucionaria estará representado


en todos los Estados Mayores y organismos dirigentes de la guerra para
aglutinar a la mayoría de las fuerzas combatientes.

» 7.º Las organizaciones firmantes exigirán que todas las fuerzas


armadas, guardias, carabineros, soldados, marinos y milicias populares
disfruten de los mismos haberes. Exigimos una depuración enérgica de
la burocracia, reducción de los grandes sueldos, supresión de la
duplicidad de cargos retribuidos por el Estado.

» 8.º El Frente de la Juventud revolucionaria impedirá que el


reclutamiento sea llevado a efecto por batallones, brigadas u otros
organismos que no sean los componentes de acuerdo con las
organizaciones obreras.

» 9.º El Frente de la Juventud revolucionaria se impone la labor de


sanear la retaguardia de parásitos y enemigos de la revolución y la
causa antifascista. Todo aquel que por su edad y estado físico, sea apto
para realizar una labor útil, deberá poseer un documento que justifique
su ocupación; de lo contrario deben ser movilizados para labores del
campo, de fortificaciones o para la lucha en el frente. Asimismo el FJR
abogará en todo momento en pro de la labor socialmente útil y la
selección de la producción. El FJR efectuará una intensa campaña para
la adaptación de todas las industrias a las necesidades de la guerra.

» 10.º PROBLEMA DE LA TIERRA. El FJR luchará con la juventud


campesina para el logro de todos sus derechos sobre la tierra, para la
socialización de las tierras de los latifundistas y terratenientes,
formando las colectividades campesinas y dejando en libertad la
producción a los pequeños propietarios que no necesiten asalariados
para el laboreo de sus tierras. En todos los aspectos haremos resaltar la
necesidad de respetar la obra del campesino, haciendo cada vez más
estrechas las relaciones intersolidarias de la ciudad y el campo.

» 11.º Considerando que para restablecer el orden en la economía -


alterado por la guerra- es necesario un organismo regulador de la
producción y el consumo, el FJR lanza la siguiente consigna: TODO EL
PODER ECONÓMICO A LOS SINDICATOS.

» 12.º El FJR presentará como premisa necesaria que todos los jóvenes
que pertenezcan a las organizaciones que entren a formar parte del
mismo, deberán estar sindicados como obreros en la CNT o la UGT, a
excepción de los estudiantes, que pertenecerán a sus organizaciones
profesionales.

» Apartados adicionales. Para ingresar en este FJR es imprescindible la


aceptación de estas bases:

» 1.º Pueden ingresar en el mismo todas las organizaciones juveniles:


obreras, estudiantiles, deportivas y militares que sean antifascistas.

» 2.º Este FJR establecerá relación con todos los frentes juveniles
antifascistas del mundo, incitándoles a que ayuden eficazmente a la
España proletaria que lucha contra el fascismo y por la revolución
social.»

Durante la segunda quincena de marzo tuvo lugar en Valencia un Pleno


regional de los Sindicatos Campesinos de Levante. Se aprobó en este
Pleno la creación de un Banco Campesino. Se aprobaron también
resoluciones encaminadas al reajuste de la agricultura con las
industrias anexas. Se planteó el problema de «las colectividades y las
individualidades que quieren seguir trabajando fuera del control
colectivo, no obstante pertenecer a la Confederación». La resolución
adoptada fue que se podían dar «facilidades de abastecimiento a
todos, sean o no del sindicato, siempre que den las garantías para su
abasto con la cesión de sus productos, hasta el valor consumido,
cediéndoles el sobrante de su cesión, quedando de este sobrante un
tanto por ciento para dar facilidades al Banco Campesino».

Dicho Pleno se ocupó igualmente de las repercusiones de los trágicos


sucesos de Vilanesa. Se produjeron estos hechos a consecuencia de la
intervención de la fuerza pública en la obra económica de las
colectividades.

En nuestro capítulo XV, nos hemos ocupado de la creación en Sueca, en


octubre 1936, de la «Cooperativa Popular Naranjera». Dicha iniciativa
tomó cuerpo entre los pueblos naranjeros de aquella ribera. El
resultado fue la creación de un nuevo tipo de organización económica:
el Consejo Levantino Unificado de la Exportación Agrícola. Un artículo
firmado por Miguel Ros explica cuáles eran los objetivos
fundamentales de aquel organismo:

» Primero: Organizar la exportación y evitar la contrarrevolución. Con


este fin, se han unificado las dos centrales sindicales, CNT y UGT, que
desde el punto de vista económico abarcan la totalidad de la economía
regional. Su composición tiene representación directa (siempre CNT y
UGT) de la industria del transporte marítimo y terrestre, campesinos,
administrativos, técnicos de exportación y agentes.
» La misión a desarrollar por el Consejo levantino, de acuerdo con los
Consejos locales, es exportar la fruta de forma armónica, en el sentido
de que todos los que intervengan en ella, desde el cultivo hasta el
embarque, puedan disfrutar de su valor equitativamente. Pueden
formar parte, en lo que afecta a la exportación, los pequeños
propietarios, es decir, que siguiendo las normas y los precios acordados
por el Consejo levantino y el Consejo local, pueden exportar sus frutos,
cuyo producto les será entregado (artículo 10 del proyecto). Los
repartos de contingente, no son tales repartos proporcionales o
equitativos que deban subsistir, ya que ello proporciona un motivo
para la desunión de los pueblos. El sentido exacto del CLUEA es
entregar el contingente sin más requisitos que la presentación a servir.

» Segundo: Obtención de la mayor cantidad de divisas en beneficio de


la guerra y evitar la exportación de capitales. Al acordarse el precio o
precios que deben regir las ventas de común acuerdo, hemos evitado
la competencia entre los mismos Consejos locales, que no cabe duda
habría surgido. Tal medida ha impedido, por una parte, la mengua en la
adquisición de divisas extranjeras (producto de la competencia), y por
otra, el que los pueblos se miraran como comerciantes o competidores,
en lugar de hacerlo como hermanos en una hora en que la unidad es
tan necesaria.

» En lo que se refiere a la organización de la exportación, ésta evita la


evasión de capitales que, de ser libre cada exportador, primero con su
dinero y luego con el de los amigos que a él afluirían, haría las compras
de la naranja, de acuerdo con el comprador o comisionista, y el
producto de las ventas iría quedándose en el extranjero. Esta es la obra
que debe llevar a cabo el CLUEA. El fondo está bien claro. Y si
solamente lo integran las sindicales CNT y UGT, es porque todos los
partidos políticos están económicamente representados en ellas, y
siendo así, creímos que incurriríamos en una dualidad de
representación si colaboraran específicamente los partidos
mencionados. Y se tiene que reconocer que, apartando los obstáculos
que entorpecen su marcha normal, la exportación iría como una seda,
y si, como antes digo, cosa imposible, no lo fuera, con el método de la
exportación libre entonces sí que sería la ruina y la contrarrevolución
segura.» (13)

Un decreto del ministro de Comercio, por el que el gobierno pasaba a


incautarse de todas las exportaciones al extranjero, también bajo fines de
control de divisas, avivó las naturales suspicacias de los colectivistas. Como
resultado se produjo una serie de fricciones y hasta una resistencia al
acatamiento de las disposiciones oficiales. Y como es de rigor en estos casos, el
gobierno no encontró otro recurso que someter a los insumisos con el
argumento de la fuerza pública. La sola presencia de esa fuerza produjo el
consiguiente nerviosismo, que había de degenerar en una lucha sangrienta.
Aun teniendo en cuenta la alegada intervención de elementos provocadores,
lo cierto es que se produjo una agresión violenta del lado de las fuerzas
gubernamentales con la consiguiente ocupación del centro obrero de Vilanesa.
Los campesinos respondieron dignamente a la brutalidad de los guardias de
Asalto con iguales armas a aquellas con que habían sido atacados, y toda la
comarca ribereña se levantó contra los uniformados. El conflicto, de no haber
mediado la intervención de los ministros y comités confederales, hubiera
tenido gravísimas repercusiones en la región e incluso en los frentes. La
«Columna de Hierro», cuya preocupación por los problemas de la retaguardia
hemos podido estimar en capítulos anteriores, conminó en tonos enérgicos a
la fuerza pública y al mismo gobierno. La intervención de los apaciguadores era
en extremo difícil si se tiene en cuenta que el Decreto que motivó los sucesos
había sido obra del ministro confederal de Comercio, Juan López. Se arbitró
una de esas fórmulas ambiguas de solución encaminadas a salir del paso y a
encomendar el arreglo definitivo a mejor providencia.

Con los apuntados antecedentes, y volviendo al Pleno regional campesino de


marzo, nos será ya posible descifrar el sentido de las intervenciones:

« El Sindicato de Minateda hace constar su protesta por los atropellos


de la fuerza pública al libre desenvolvimiento de sus prácticas de
renovación. Envía saludos a los presos de la CNT en Torres de Cuarte y
una queja contra la conducta represiva del gobierno al avance de
liberación de los campesinos.
» El Comité nacional dijo que podía atribuirse a posibles elementos
emboscados en los sindicatos y en el campo la promoción de sucesos
luctuosos. Exhortó a todos con el fin de que no fueran secundados
tales propósitos, que, unidos a la ceguera mental de que pueda
adolecer el elemento autoritario, dan ocasión a que se realicen
verdaderas masacres. Expuso la versión que de los sucesos tiene, la
cual, a su juicio, ha facilitado la realización de los planes del enemigo.
Añadió que nadie se cuidó de informar previamente a los Comités
regional y nacional de lo que iba a producirse ni aun para una
movilización que se hizo sin su conocimiento ni autorización. El Comité
nacional se ha preocupado de los presos y en este aspecto tiene
garantía de que no se realizará injusticia alguna con ellos. Asimismo, se
ha preocupado de exigir otras garantías para prevenir casos análogos al
que se debate. Recaba de todos que no se haga nada absolutamente
sin ponerlo previamente en conocimiento de los comités que han de
cargar con la responsabilidad de lo que ocurra.

» Se abre debate acordándose la siguiente proposición: 1.º) Libertad


inmediata de todos los detenidos por los sucesos acaecidos estos días,
pertenecientes a la UGT y CNT, excluyendo de esa libertad, para que se
les juzgue, a los que abiertamente se considera como emboscados
perturbadores; 2.º) Proponer al gobierno la necesidad de movilizar
hacia los frentes a toda la guardia de Asalto para que los campesinos
intensifiquen la producción con acierto, con la seguridad de no ser
atropellados por los elementos caciquiles, 3.º) Nombrar una comisión
compuesta de la CNT y la UGT, para intervenir y solucionar por sí los
conflictos campesinos de significado violento, y 4.º) La devolución de
las armas tomadas a los conocidos como militantes de solvencia.»

Al Pleno regional de Campesinos concurrieron 240 delegados, que


representaban a 45 000 afiliados.

Los sucesos de Vilanesa fueron explotados internacionalmente por los


dirigentes del Kremlin, y por sus portavoces ibéricos, para cubrir de ignominia
a la CNT y al anarquismo español. Solidaridad Obrera del 31 de marzo
publicaba la traducción de un artículo venenoso aparecido en la Pravda de
Moscú, que era todo un dechado de vilezas. Junto a la traducción del artículo,
el mismo periódico publicaba la reproducción en cliché del texto original
traducido. Uno de los subterfugios de los servicios de prensa de los consulados
soviéticos en España era el sobadísimo de que las reclamación es sobre
artículos difamatorios publicados en la prensa rusa se basaban en errores
debidos a traducciones falsas o deficientes. El cliché del recorte de la Pravda
podía esta vez cotejarse con la traducción y no duba lugar a subterfugio
ninguno:

« LAS INTRIGAS DE LOS AGENTES TROTSQUISTAS DE FRANCO. El órgano


central de los anarquistas, Solidaridad Obrera, que se publica en
Barcelona, el día 16 de marzo acomete a la prensa soviética con
ataques insultantes.

Y de una manera particular, el autor enjuicia los comunicados de los


corresponsales soviéticos, sobre la actitud contrarrevolucionaria de la
organización trotsquista del POUM, como una táctica dañina cuya
finalidad es llevar el desacuerdo entre los «antifascistas de España».

» Este sucio articulito, que defiende a los traidores trotsquistas, está


hecho por los obscuros elementos que se han filtrado en las filas de la
organización anarcosindicalista. Estos son los excolaboradores de
Primo de Rivera, de «Falange Fascista» y trotsquista. Para nadie es un
secreto que en Solidaridad Obrera mandan los verdaderos cavernícolas
y que su verdadero redactor es Cánovas Cervantes, exredactor del
periódico fascista La Tierra.

» Estos agentes de Franco se han emboscado en la organización


anarquista con el f in de romper por dentro el frente del pueblo
español, pero sus cálculos no se verán confirmados. Las masas
anarcosindicalistas cada día se apropian más la idea de que es muy
necesaria una disciplina de hierro, un Ejército popular y fuerte. Esta es
la causa de que los enemigos del pueblo español, infiltrados en las filas
del anarquismo, atacan ahora con doble furia al Frente Popular.

» No es ninguna casualidad que precisamente en los momentos en que


los italianos empezaban a atacar a Guadalajara, estos malnacidos
trotsquistas organizaron un levantamiento armado cerca de Valencia.
También hemos de anotar que el periódico de Valencia Nosotros, en
sus artículos de fondo, cada día exige la liberación de los detenidos que
tomaron parte en el levantamiento armado, y entre los cuales hay
fascistas declarados. Estas reclamaciones siempre van acompañadas de
amenazas al gobierno.

» La nota antisoviética de Solidaridad Obrera nos demuestra que los


trotsquistas y otros agentes de la policía secreta alemana e italiana
quieren apoderarse del órgano central de los anarquistas. Este hecho
ya ha abrumado a los dirigentes de los anarquistas catalanes que
quieren de veras luchar contra las fuerzas negras del fascismo
internacional.

N. Oliver.» (14)

Como quedó expuesto en el capítulo XIII, los representantes nacionales de la


CNT y de la UGT suscribieron el 26 de noviembre de 1936 un pacto
preparatorio de unidad sindical. Pocos progresos se hicieron en adelante para
llegar a dicha unidad. Una de las causas del estancamiento de las
negociaciones hay que atribuirla a la política divisionista del Partido
Comunista. La intriga y la provocación fueron sus armas favoritas. Aunque los
Comités nacionales cenetista y ugetista mostrábanse diligentes en algunos
casos, era imposible evitar una serie de provocaciones encaminadas a
enfrentar en la calle y en los lugares de trabajo a los afiliados de aquellas
organizaciones. Se atacaba con calumnias a las colectividades, o más bien se
envenenaban las relaciones entre trabajadores colectivistas. Los afiliados a la
UGT, en buena parte, se habían dejado seducir por las realizaciones
revolucionaria s, interviniendo activamente en la colectivización. Abundaron
las colectividades bajo el signo UGT-CNT y basta específicamente ugetistas.

Los comunistas, repelidos sistemáticamente por los sindicatos confederales


desde el Congreso del Conservatorio de 1931, y abortado su ensayo de
creación de una central sindical propia (CGTU), habían recibido la consigna de
asaltar la central ugetista. La guerra favoreció sus propósitos. Tal como dejan
entender los delegados campesinos al Congreso regional de Castilla, los
voraces súbditos de Moscú no le hicieron ascos a la ubérrima cosecha
proselitista que les brindaba la confusa situación producida a partir del 19 de
julio. La coacción y la amenaza, especialmente en los medios campesinos, y un
descarado encubrimiento de elementos turbios en los medios caciquiles,
fueron sus medios predilectos de captación sindical y política. Los comunistas
trataron siempre de buscar una disculpa achacando a los demás partidos y
organizaciones, especialmente a la CNT, con cínica maestría, los
procedimientos que empleaban ellos mismos.

La infiltración comunista no quedó circunscrita a su progresiva influencia en


los cuadros sindicales de la UGT. Abordó seguidamente su labor demoledora
en el seno de las propias Juventudes Socialistas, tradicionalmente afectas a la
política de Largo Caballero. La constitución de las Juventudes Socialistas
Unificadas fue un golpe contundente a la influencia caballerista entre los
jóvenes de su partido.

Pero la ofensiva tenía más largos alcances. Apuntaba al propio corazón del
Partido Socialista.

Para conseguir sus fines, el comunismo supo aprovechar la fisura que se


produjo en aquel partido durante el fatídico «bienio negro», y que fue
acentuándose con motivo de los hechos de Asturias. El Partido Socialista
quedó bifurcado en tres tendencias: la maximalista de Largo Caballero, que
secundaban la UGT y las Juventudes Socialistas; la moderada y típicamente
socialdemócrata de Julián Besteiro, y la procomunista del líder asturiano
González Peña. Una cuarta corriente -más republicana que socialista- estaba
representada por Indalecio Prieto. En el curso de la guerra se transformó esta
corriente en un oportunismo de dudosa habilidad política. Fue ella la
apadrinadora del negrinismo y una de las causas más decisivas del aislamiento
de Largo Caballero,

Con la deserción de los jóvenes socialistas, y con la pérdida de posiciones


importantes en el seno del Partido, como las de la Casa del Pueblo y la
Agrupación Socialista madrileña, tradicionalmente caballeristas, la influencia
de Largo Caballero quedó circunscrita a ciertas Federaciones provinciales, tales
como la valenciana, que, con su portavoz Adelante, fueron, por así decirlo, los
últimos baluartes del caballerismo.

Nos ocuparemos en el momento oportuno de especificar todos esos


acontecimientos. Por el momento nos limitaremos a señalar que el
estancamiento de los propósitos unitarios entre ugetistas y confederales lo
explican estos hechos y el declive político y sindical de Largo Caballero. Sin
embargo, no es menos cierto que éste puso más empeño en atraer a la CNT a
las obligaciones gubernamentales que en la tarea de una mutua defensa codo
a codo con ésta. El frente único sindical CNT-UGT, aplicado tiempo, pudo
haber pasado de la defensiva al ataque.

Uno de los procedimientos típicamente comunistas consiste en adelantarse al


adversario achacándole falsamente los m ismos bajos procedimientos que sólo
el comunismo practica. Hemos visto a éste ocultar sus malas artes proselitistas
acusando a la CNT de estar nutriendo sus filas con elementos reaccionarios. En
el caso de la unidad CNT-UGT, la reacción de los comunistas fue presentar
aquel principio de pacto como una declaración de guerra anticomunista. La
guerra contra todos los partidos y organizaciones la habían declarado ellos
desde los primeros momentos, y la sostuvieron tesoneramente, en la
retaguardia, durante toda la lucha. El torpedeamiento del pacto en ciernes,
entre la CNT y la UGT, constituía una de sus predilectas obsesiones. El hipócrita
dramatismo de la prensa estalinista hacía exclamar al periódico Adelante lo
que sigue:

« Reiteran algunos órganos de opinión comunista la suspicacia, a


nuestro entender injusta, de que existen en nosotros y en algunos
sectores de opinión antifascista propósitos de lucha y de
desconsideración. Esto no es cierto. Nadie lucha contra el Partido
Comunista. Que se tenga muy presente y que toda discusión se base en
afirmaciones tan claras. No es leal ni limpio hablar de lucha, ni de
propósitos de lucha contra el Partido Comunista, y apuntar de manera
más o menos velada que tal propósito parte de las personas o grupos
que se quieren señalar a través de veladuras más o menos sutiles. El
Partido Socialista y la UGT no son ni pueden ser jamás anticomunistas.
Quien afirme o insinúe públicamente cosa contraria, yerra o falsea la
verdad para buscar la base polémica donde no la hay. En el primer
caso, sostener un despropósito de tal volumen, es ceguera política que
incapacita a quienes tengan como eficaz esta táctica encaminada al
logro de la unidad proletaria. En el segundo, el juego sucio que
tenemos que rechazar por desleal.» (15)

El 15 de aquel mismo mes, una nota conjunta del Comité nacional confederal y
del regional de la CNT de Levante salía al paso de las maniobras comunistas.
He aquí un fragmento de aquella nota:

« [...] desde que se han ido conociendo en algunos sectores que por fin
la CNT y la UGT, garantía indiscutible de la victoria, iban a entenderse,
se repiten manifestaciones por escrito y en actos públicos que
significan una cerrada oposición a tal hecho trascendental. Y a renglón
seguido, por casualidad o por consciencia, surgen incidentes dolorosos,
ocurren cosas que no tienen razón de ocurrir.

» Computando palabras, escritos, incidentes, hechos y actitudes,


llegamos a sospechar que lo único que ocurre es la franca oposición a
la Alianza entre la CNT y la UGT. Que lo que tratan de alcanzar algunos,
desde lugares que no son de responsabilidad, desde puestos que no
son de dirección ni de mando, es torpedear, es crear situaciones de
dificultades al entendimiento entre las dos sindicales.»

La nota terminaba con reiteradas incitaciones a la sensatez.

La campaña comunista se llevaba a cabo contra tirios y troyanos, contra


anarquistas y socialistas, añadiendo a ella, la más flamante de sus consignas:
«El Partido Único del Proletariado», réplica maquiavélica al proyecto de unidad
CNT-UGT. A este respecto, un despacho de la Agencia Febus, fechado el 5 de
abril, daba cuenta de las prometedores primicias de la nueva consigna
comunista:
« Albacete. El Comité provincial de Enlace de los Partidos Comunista y
Socialista ha acordado, en una importante reunión, velar por el
robustecimiento de ambos partidos, realizando una intensa labor de
propaganda marxista para educar políticamente y atraer hacia dichos
partidos a los trabajadores que luchan contra el fascismo.

» Asimismo han acordado laborar por la resolución de los problemas


sociales, económicos y políticos que les afectan, cumplir
escrupulosamente todos los acuerdos y disposiciones del gobierno,
trabajar por el fortalecimiento del Frente Popular, manteniendo
estrechas relaciones con los partidos políticos y organizaciones
sindicales, y respetar la pequeña propiedad, desechando los ensayos
de reforma social que puedan comprometer el triunfo de la causa
republicana, restándonos simpatías y apoyo dentro y fuera de España.
Se sancionará enérgicamente a los contraventores de estas consignas.»

Vamos a cerrar este capítulo con las conclusiones de un pacto de unidad


revolucionaria suscrito entre las Federaciones provinciales de la CNT y UGT de
Zaragoza, Huesca y Teruel. El pacto se hacía público a principios de marzo de
1937 y dio motivo a reiteradas aclaraciones por parte del Comité nacional de la
CNT, al salir éste al paso de interpretaciones caprichosas del mismo que venían
de ciertos partidos y sectores de la Prensa y que dieron el alcance de «fusión»
a lo que no era sino un pacto de alianza más. He aquí el documento suscrito:

« La criminal intentona militarista del fascismo internacional ha


planteado a la clase obrera española la necesidad de aunar todos sus
esfuerzos en una unidad de acción que permita concretar las
aspiraciones que como clase organizada tiene.

» Comprendiendo que la realización del programa de las dos


organizaciones firmantes no puede ser por el momento, más aún si
tenemos en cuenta la diversidad de programas de los distintos sectores
del frente antifascista, y que el in tentar implantar un sistema
económico y político de un tipo determinado sería suicida y de
resultados fatales para la lucha que venimos sosteniendo, la
Confederación regional del Trabajo y la Unión General de Trabajadores
fijan las siguientes bases de unidad de acción:

» 1.º Nos comprometemos a cumplir todas las disposiciones emanadas


del legítimo gobierno de la República y las que dicte el Consejo de
Aragón, en los que se hallan representadas nuestras respectivas
organizaciones, aportando toda nuestra influencia y las
disponibilidades de nuestros organismos para facilitar la aplicación de
las mismas.

» 2.º Se formará en un plazo máximo de ocho días (a partir de la firma


de este pacto), una Comisión de Enlace con carácter regional que
atenderá a todo lo referente a la unidad de acción y a la resolución de
aquellos conflictos que puedan surgir entre las dos organizaciones,
toda vez que el apartamiento lamentable en que hemos vivido hasta
ahora ha posibilitado la infiltración de elementos indeseables que es
preciso liquidar. La propia Comisión de Enlace estructurará su
organización in terna, entrando a formar parte de la misma camaradas
de las sindicales de las tres provincias para facilitar todo lo referente a
la resolución de conflictos provinciales.

» Las solicitudes de constitución de nuevos sindicatos afectos


indistintamente a las dos centrales sindicales se cursarán a través de la
organización respectiva al Comité regional de Enlace, que determinad
previo los informes que estime oportunos. Rechazamos toda coacción
que obligue individualmente a pertenecer a una u otra sindical.

» 3.º Los secretarios provinciales de Aragón de la Federación Española


de Trabajadores de la Tierra y de la Unión General de Trabajadores, se
comprometen al más rápido estudio de la estructuración de la
federación regional de Colectividades de la Confederación regional del
Trabajo, igualmente que las ponencias aprobadas en su Congreso, para
llegar a la unificación, en un solo organismo aglutinador, del problema
agrícola de Aragón.
» La Confederación regional del Trabajo y la Unión General de
Trabajadores consideran necesario sean declaradas legales las
incautaciones hechas a los elementos facciosos, tanto en fincas
agrícolas y urbanas como industriales, y que éstas pasen a ser
propiedad de los Consejos municipales, que las pondrán a disposición
de las organizaciones obreras para que éstas procedan a su
colectivización en conjunto. Ambas organizadores acatarán y apoyarán
las disposiciones que en esta materia disponga el Consejo de Aragón.

» Ambas organizaciones respetarán la libre determinación de los


campesinos para administrarse según sus deseos, sin perjuicio de que a
través de los Sindicatos se emprenda una campaña de divulgación del
colectivismo, con el objeto de llevar a su ánimo las ventajas de la
colectivización. Igualmente la CNT y la UGT ayudarán y estimularán las
colectividades libremente constituidas y que puedan ser ejemplo para
el resto de los obreros y campesinos.

» 4.º Se respetará la libertad del pequeño comerciante y campesino.

» 5.º Nuestras organizaciones se esforzarán en proporcionar a los


mandos responsables todo aquello que tienda a la rápida victoria del
ejército del pueblo sobre el fascismo, y muy especialmente a través del
Consejo de Aragón.

» 6.º Hacemos patente nuestra repulsa de todos aquellos elementos


incontrolados que pretenden imponer violentamente su criterio sobre
los demás. Los representantes de la CNT y la UGT declaran que el
derecho de los trabajadores a elegir entre las dos organizaciones será
respetado escrupulosamente, sancionándose de común acuerdo a los
elementos que no respeten este compromiso firmado por los
representantes legítimos de nuestras centrales sindicales.

» 7.º Estas representaciones hacen patente su deseo de


compenetración cada día más estrecha hasta llegar el día que
rompamos todo cuanto nos separa y sea lograda la fusión.
» 8.º Se organizarán actos conjuntos en los que se dará cuenta a los
trabajadores de estos acuerdos felizmente logrados en beneficio de la
clase trabajadora.

» Este pacto de unidad de acción se imprimirá y se repartirá


profusamente para conocimiento de todos los afiliados a nuestras
organizaciones y del pueblo antifascista en general.

» Por la CNT: Miguel Vallejo, Antonio Ejarque y Manuel López.

» Por la UGT: Malaquías Gil, José Ruíz Borao y Francisco Vayo.»

Conviene retener los extremos de este pacto para cuando pasemos a abordar
el capítulo de la contrarrevolución política producida en Aragón pocos meses
después, hecho que demostrará el menguado valor de los compromisos
escritos cuando no van inspirados por un elemental sentido ético, de honradez
y de sinceridad.
XVIII

LA SOMBRA DEL KREMLIN

Siguiendo el hilo de los hechos, vamos a dirigir la mirada hacia el escenario de


la zona leal dependiente del gobierno de Valencia. Un comunicado de la
agencia periodística «Cosmos», fechado el día 1.º de enero de 1937, decía lo
siguiente:

« El Comité nacional de la CNT ha hecho público el siguiente manifiesto:

» Han ocurrido diversos incidentes entre camaradas de nuestras


organizaciones, y ello, junto con la necesidad de mantener el bloque de lucha
contra el fascismo, ha determinado que el Comité central del Partido
Comunista y el Comité nacional de la CNT, establecieran contacto para buscar
la fórmula de evitar el que pudieran repetirse hechos como el que
lamentamos, con los cuales cada una de las organizaciones que representamos
ha salido perjudicada. Las condiciones concretadas han sido las siguientes:

» Primero: Que no es posible que por interés partidista ni por nadie se


pretenda romper el frente antifascista.

» Segundo: Para mantenerlo es necesario que en la propaganda que


cada cual realice no se rebase de la línea de cordialidad en que deben
plantearse los problemas, sin que ello impida que pueda cada cual
propagar y defender sus puntos de vista doctrinales, siempre que ello
se realice con la objetividad obligada en una etapa de colaboración.

» Tercero: Que cuantos incidentes puedan producirse deben ser


cortados rápidamente en el seno de las organizaciones. Si en la
localidad afectada no fuera posible encontrar los puntos de
coincidencia, se debe apelar a los organismos responsables para que
las organizaciones, con su intervención, eviten el empeoramiento de
las actuaciones.

» Consideramos que son suficientemente expresivos los tres pun los


expuestos para que cada cual sepa a qué atenerse, y recomendamos a
tus afiliados a ambas organizaciones eviten, por todos los medios,
situaciones de violencia y choques que sólo al enemigo común
benefician, evitando. para no provocarlos, adoptar posiciones o realizar
actos que tiendan a mermar la unidad que debe presidir la actuación
de todos.

» Confiamos en que la comprensión, el buen juicio y los anhelos d,:


todos acabarán con estos conflictos que tantos estragos y víctimas
están produciendo.»

Los incidentes a que se refiere este documento son indudablemente los


ocurridos en Madrid a fines de diciembre, que afectaron al delegado en la
Junta de Defensa de aquella capital, el comunista Yagüe, y que motivaron el
asesinato por represalia de varios cenetistas, así como la campaña de insidias
contra la CNT por la prensa comunista y algún sector socialista.

Para juzgar de la doblez del estalinismo bastará señalar que en el momento en


que se rubricaba el anterior compromiso por las máximas representaciones de
la CNT y del Partido Comunista, el diario CNT de Madrid se veía obligado a salir
al paso de un manifiesto lanzado por este partido en la forma siguiente:

« Hemos leído de extremo a extremo tal manifiesto. Ni siquiera sus


insidias han logrado alterarnos los nervios, y menos han logrado
emocionarnos estas falsas palabras: «Hoy más que nunca, repetimos,
unidad, unidad, unidad». Ahora bien, estas palabras, que no nos
emocionan precisamente porque sabemos que no son sinceras, nos
sirven de punto de partida para nuestra contestación.

» Quienes desean la unidad del proletariado no insisten vertiendo


embustes y calumnias acerca del asunto Yagüe; quienes desean la
unidad del proletariado no acusan falsamente a organización
revolucionaria como la CNT, ni hacen campaña de tono político
utilizando la sangre vertida por un camarada, quienes desean la alianza
obrera revolucionaria no aspiran a conseguir que un partido político se
erija en rector y dirigente supremo de un pueblo.
» Nos tiene completamente sin cuidado el manifiesto del Partido
Comunista. Vemos en él, como hemos visto en muchas otras actitudes,
el propósito de levantar un muro infranqueable entre la CNT y la UGT.
Hay quienes al ver la arraigada independencia de nuestra Organización,
aspiran a dejarla aislada para destruirla después, y no faltan quienes
suponen que la UGT, a quien su contacto con la política ha dado un
carácter especial, si hoy queda separada de nuestra organización,
mañana podrá ser el trampolín de todas las ambiciones.

» Frente a estos propósitos, los trabajadores de una y otra organización


sindical reafirman su propósito de alianza y dicen que nadie ni nada
podrá quebrantar la concordia entre ellos. Somos verdaderos
revolucionarios. Para los explotadores del lamentable incidente que
puso en peligro la vida de Yagüe, en la CNT y en la UGT no puede haber
más que una advertencia: serán barridos los provocadores.»

Polémicas del peor tono y endechas al pacto de principio entre la CNT y


la UGT se cruzan y entremezclan en los manifiestos y editoriales. La
prensa confederal sutiliza sobre este aspecto de la unidad del
proletariado echando al vuelo todas las campanas del optimismo. Las
concesiones ideológicas, del lado confederal, rebasan los límites de la
generosidad: «En el fondo de la doctrina marxista y anarcosindicalista -
se escribe en un editorial de Solidaridad Obrera (12 de enero de 1937)-
existe una identidad de pensamiento que se funda en la acción de los
sindicatos para dirigir la economía y la vida nacional.»

La terrible ofensiva que sufre Madrid de parte de los facciosos, reforzados con
«moros rubios» (apodo aplicado por los madrileños a los legionarios de Hitler),
marca una hora de angustia en el corazón del verdadero antifascismo.

El drama de Madrid da bríos a la campaña pro unidad que llega a extremos de


lirismo en unas declaraciones de Federica Montseny hechas a La Libertad y
difundidas por la tan mentada agencia «Cosmos»:
« Dice que nunca el sentido liberal de la democracia había sido tan bien
interpretado como lo es ahora en España. Nunca tampoco se había
dado al mundo ejemplo ele una convivencia armoniosa de las fuerzas
políticas y sindicales unidas por común amor a la libertad y a la defensa
de los derechos humanos elementales. Todo esto lo ha hecho posible
el fascismo internacional. Es preocupación de todos los republicanos,
hasta nosotros, los anarquistas, buscar una fórmula salvadora que
asegure mañana la continuidad y que estructure el nuevo orden
político y social de España.

» Políticamente, somos nosotros precisamente, los militantes de la


CNT, los primeros que hemos hablado de lo que consideramos
condición tácita para la verdadera estructuración democrática de
España: una república federal, con autonomía de regiones federadas
entre sí, constituyendo una Federación Republicana Socialista de
Iberia. Desde el punto de vista económico debe irse a la Federación
nacional de Industrias, creando órganos económicos directivos que
elaboren un plan nacional con vistas al sostenimiento de la guerra y de
la reconstrucción de España después de la victoria. Un plan de carácter
nacional para regular las necesidades de la producción y del consumo,
realizado por medio de federaciones de industrias, que va a llevar a la
práctica rápidamente la CNT. De acuerdo con los acuerdos tomados en
el Congreso nacional del año 1931, debemos ir sin descanso a la
unificación de la CNT con la UGT.» (16)

¿Se entraba verdaderamente en una etapa de concordia?

Para demostrar que no había tregua posible, ni propósitos de enmienda en los


comunistas, sino un voraz apetito de hegemonía a cualquier precio, y dejando
aparte aquí el constante forcejeo librado en Cataluña, la prensa española del
24 de febrero hacía pública una carta del Secretariado general de la UGT
dirigida al ministro de la Gobernación. He aquí el texto de la carta:

« De algún tiempo a esta parte se vienen efectuando detenciones de


compañeros de la organización y del partido, sin que se sepa su
paradero oficialmente, aun cuando extraoficialmente se sabe dónde
están los que se encuentran así. No sabemos que se efectúen
detenciones de otros elementos, y advertimos antes de dirigiros a
quien corresponde: Francisco Largo Caballero, que no estimamos
prudente el continuar actuando de ciertas formas. Si se quiere que
todos entren dentro de la ley, deben empezar todos haciéndolo, y bien
claro: El Estado que paga tiene derecho a estar bien servido (nosotros
nos ofrecemos), y no lo está en este aspecto. Servicio secreto,
persecución de la quinta columna, servicios de información, muy bien;
pero oficiales de la Dirección general de Seguridad. Por ahora
afirmamos que el Estado no está servido. Aparte de que necesitamos
decir algo más que por prudencia nos callamos, pero no resulte que
sólo se hace allí donde por natural espíritu de apoyo al gobierno no se
ofrece resistencia. Sobran oficinas secretas. Se puede decir, lo que
decimos los valencianos: «que son el secret de les sarries». Hay muchos
de esos jóvenes que no sirven para nada y que estarían mejor
construyendo trincheras. En fin, sólo pedimos una cosa: En Orden
público, una sola Dirección general de Seguridad. Menos detenciones
de ugetistas y socialistas.»

Este misterioso texto introduce al lector a uno de los capítulos más


tenebrosos: el de las «checas» secretas comunistas. Pero antes de entrar en
este tenebroso capítulo, pasemos a dar cuenta de la medida arbitraria de que
se hizo víctima al comandante confederal Francisco Maroto. El victimario fue el
entonces gobernador de la provincia de Almería, Gabriel Morón, u n taimado
moscovita disfrazado de republicano. Este proceso tiene su origen en la labor
proselitista efectuada por los estalinianos en los cuadros de las primitivas
milicias, y, más tarde, entre los graduados y clases del Ejército popular. A los
oficiales y comisarios que hacían oídos sordos a las sugestiones proselitistas y
de corrupción de los emisarios del Kremlin, se ponía tenaz empeño en
desprestigiarles y hacerles caer en desgracia, a lo que seguía su procesamiento
y degradación. Este empeño se acentuaba cuanto mayor era la popularidad de
aquellos a quienes se trataba de captar o, según las circunstancias, de anular.
Las circunstancias de la detención y procesamiento de Maroto se especifican
claramente en su autodefensa:

« He leído con la natural indignación la interviú celebrada por Gabriel


Morón con un redactor de Nuestra Lucha y que se inserta en el
editorial correspondiente al día 7 del actual. Me he sobrepuesto al
asco, a la repugnancia, que no podía menos que producirme el ataque
insidioso y falso, y he llegado hasta el final, con la firme decisión de
contestar debidamente y exigir pruebas, exigir que cada uno quede en
el lugar que le corresponde, y se castigue a quien lo merezca, ya que en
modo alguno estoy dispuesto a tolerar que impunemente se diga de mí
lo que se ha dicho.

» Se ha querido rodear la información a que me refiero de un ambiente


truculento. Es un relato en forma folletinesca y en el que se busca lo
sensacional. Lo encabezan titulares llamativos que cobijan, junto a
cosas que no nos atañen, y que no sabemos si serán ciertas, otras cuya
autenticidad negamos con toda la fuerza de la razón y de la verdad.

» Se dice en primer lugar que yo estaba en complicidad con


determinados elementos facciosos que se reunieron en Gibraltar, al
objeto de producir en Almería conflictos de orden público y facilitar así
la entrada de los facciosos en dicha ciudad, una vez que ya habían
conquistado Málaga. Envuelve tanta gravedad la imputación que no
hasta con hacerla sin que a la afirmación siga la prueba rotunda y
categórica. Cosas de tanta importancia y gravedad no pueden lanzarse
como simples divagaciones, sino que hay que concretarlas y probarlas,
en forma que no ofrezca el menor asomo de duda. Yo aseguro desde
estas páginas que tal afirmación, en cuanto se refiere a mí, es
totalmente falsa y emplazo a Gabriel Morón a que lo pruebe. Los
tribunales dirán la última palabra en este asunto.

» En segundo lugar, «que al parecer yo tenía entrada libre en


Granada». Falso también. Pruebas tengo a millares de la falsedad de
esa imputación. Sí alguien ha entrado en Granada -yo no lo he hecho ni
una sola vez- el Estado Mayor del sector correspondiente debe saber la
razón y el servicio que realizaban los abnegados compañeros que con
exposición y evidente riesgo de sus vidas realizaban tales servicios. No
puedo ser más explícito, ya que tengo en cuenta la discreción que no
ha sabido guardar quien tenía obligación de hacerlo, y que ojalá no dé
lugar a que en lo sucesivo no se pueda realizar lo que se venía
realizando. Por otra parle, si yo hubiera tenido expedita la entrada en
Granada, me hubiese traído conmigo a mí familia; otros lo hicieron, o
hubiese procurado un canje, cosa ésta que, gestionada, pude quizás
conseguir, pero que no llevé a cabo porque en todo momento repugnó
tal trato a mi conciencia de hombre libre.

» De lo que afirmo, pongo por testigos a cuantos hombres,


confederados o no, han luchado y luchan en el frente de Granada. Pero
aun hay más: en Granada vivían mí madre, mi hermano, inspector de
Abastos, mi cuñada y dos sobrinos de 14 y 11 años. Mi hermano fue
asesinado por las hordas fascistas en los primeros días del movimiento;
mi madre sufría martirios y malos tratos diarios de esa canalla, cada
vez que hablaba yo por radio o atacaba mí columna. La persecución
contra los míos se acentuaba. Mi cuñada trabaja en la actualidad en un
horno donde gana 2,50 pts. por su labor día y noche. Con este mísero
jornal ha de atender a cuatro de familia.

» Emplazo también a Morón para que demuestre sus afirmaciones y


para que niegue las que por contra dejo consignadas. La tercera
imputación, falsa como las dos anteriores, que contra mí se hace, es la
de que un grupo de caballistas se enfrentaron en las inmediaciones de
Motril con unos muchachos del gobernador de Almería, hiriendo a
algunos de ellos y robándoles un automóvil. Ignoro si el hecho será o
no cierto, pero sí niego en absoluto que esos caballistas perteneciesen,
como falsamente se afirma, a mi columna. Téngase en cuenta que ésta
-la columna- operaba en montes de 2 000 y 1500 metros de altura,
donde para nada tenía efectividad la caballería y que jamás por esta
razón la hubo en la columna que lleva mi nombre, la cual sólo estaba
compuesta de infantería. Testigos de mayor excepción lo son las
autoridades militares del sector de Guadix, donde siempre operó la
columna. Mala profesión es la charlatanería y en nada favorece a quien
la ejerce. Emplazo nuevamente a Gabriel Morón para que pruebe sus
asertos. Es muy fácil decir, pero queda como falsario el que habla sin
demostrar su dicho.

» Por último, dice que mi columna abandonó el frente para bajar a


Almería. Una falsedad más. Ni un solo hombre se movió de su puesto
de lucha. El Estado Mayor del sector de Guadix lo sabe y a su
autorizado testimonio me remito sobre el particular.

» Hablemos ahora de la réplica inserta en el editorial de Nuestra Lucha,


correspondiente al día 9 del actual, réplica dirigida contra el periódico
Confederación. Seré breve. No, redactores de Nuestra Lucha. Ese no es
el camino. Yo soy un anarquista, un confederado y en ningún momento
he sido traidor como ese gobernador de Izquierda Republicana. Esa
forma insidiosa de hacer comparaciones y de poner ejemplos, requiere,
para que no la estimemos canallesca, la prueba consiguiente. Habréis
de saber, de ahora para siempre, que yo soy igual de digno que lo era
nuestro hermano Durruti e igual que pueda serlo el que más lo sea. No
admito odiosas comparaciones; para hacerlas exijo su demostración.
Vosotros tenéis la palabra.

» También tengo que deciros, «queridos camaradas», que yo no


necesito que vosotros me reivindiquéis, ya que mi conducta es bien
limpia y honrada y en ella estriba mi reivindicación contra tanta
calumnia y tanta falsedad. De todas formas quede patente mi
agradecimiento por vuestra «amabilidad».

» Contestando a vuestras capciosas preguntas y para que cesen de una


vez vuestras dudas, quiero aclararos que mí estancia en Almería fue
puramente casual. Regresaba de un viaje a Barcelona donde había ido
a gestionar el envío de cinco mil bombas de mano y otros materiales de
guerra y, al pasar por Almería, el Comité regional de Andalucía, que se
hallaba en esta ciudad, me requirió para que interviniese en un mitin
proyectado y organizado por dicho comité. Accedí al requerimiento. En
el mitin dije verdades como puños, colocando las cosas en el lugar que
les correspondía. ¿Está claro?

» Afirmáis que no soy un Napoleón. Nunca, que yo sepa, he pretendido


serlo; me basta con ser lo que soy. Sin embargo, recuerdo y agradezco
ciertas informaciones publicadas en vuestro diario en las que
patentizabais que cumplía con mi deber y tal asentimiento a mi labor
llena -he de confesarlo- de orgullo mi modestia. No aspiro a más
tributo que al de la satisfacción del deber cumplido.

» Ahora más que nunca queda demostrado que mi encierro obedece a


manejos políticos; véanse las calumniosas y falsas imputaciones que
me dirige Gabriel Morón. En su consecuencia, intereso al Comité
nacional de la CNT y al peninsular de la FAI designen un abogado que
se encargue de producir la oportuna querella contra Gabriel Morón
Díaz ante el tribunal que corresponda, y que allí, con la seguridad y la
garantía del juicio de los hombres, se esclarezca la verdad o la mentira
de las acusaciones que se me han dirigido, para que la responsabilidad
caiga sobre el culpable.

» Al ministro de la Justicia, para que nombre, a su vez, un juez especial


que intervenga en este asunto y lo esclarezca, para dejar de esa forma
sentado el precedente de que nadie está autorizado para lanzar la
lengua a voleo en perjuicio de la dignidad de los demás. Creo que no
habrá necesidad de insistir sobre el particular y se dará satisfacción a
los principios de justicia elementales y de ineludible cumplimiento en
las horas que vivimos. Por hoy, basta.

» Cuartel de Ametralladora s. Almería, 12 de abril de 1937.» (17)

Francisco Maroto fue puesto en libertad provisional el día Primero de Mayo, al


parecer por orden del Ministerio de Justicia.

El Comité nacional de la CNT había publicado a mediados de abril la siguiente


nota en réplica a las declaraciones del gobernador Gabriel Morón, que, como
hemos dicho, era el principal inductor de la detención de Maroto:
« Nos sorprende la prensa con unas declaraciones de Gabriel Morón,
actual gobernador de Almería, en las que de forma la más
irresponsable y provocadora que pueda hacerse, se vierte un montón
de conceptos injuriosos y se tilda a la CNT de fascista. No vamos a
incurrir en los mismos defectos de quien, desconociendo en absoluto
su deber, se ha permitido lanzar en público la manzana de la discordia
y de la confusión. Pero obligado es que sinteticemos la realidad de las
cosas, en breves palabras.

» Pasaremos por alto el tono bravucón con que se expresa quien en


«Octubre» se dejó detener con media docena de bombas en el
granero. Tampoco discutiremos su «heroísmo» excelso al llamarse a sí
mismo «el salvador de la debacle» y evitador de que Almería cayera en
manos de los facciosos, heroísmo y arrojo del que da participación a los
«únicos defensores de la situación»: las Juventudes Socialistas
Unificadas. Vayamos a lo más sustancioso para nosotros:

» 1.º ¿Málaga fue vendida? ¿Por quién? -preguntamos nosotros-.


Morón, gobernador por añadidura, está obligado a concretarse a las
determinaciones del gobierno, que es a quien debía de representar -
decimos «debía», por poder afirmar que no lo ha hecho- y sabe
perfectamente que el gobierno designó, inmediatamente, una
Comisión de Responsabilidades. Y sabe que la comisión ha trabajado y
sigue trabajando en el esclarecimiento de los hechos y en busca de
responsabilidades, para obrar sin clemencia contra quien pueda
aparecer inculpado en la pérdida de Málaga. Morón, pues, no puede de
ninguna manera hacer declaraciones de la índole de las hechas, por ser
incumbencia del gobierno. Y él, como f uncionario, tenía que callar.

« 2.º Si en Málaga «se jugaba a la revolución» y había «demasiados


comités», es cosa que no le incumbe dilucidar a él. En el momento de
tratarlo podrá demostrar con amplitud de detalles y documentos
QUIÉNES ERAN LOS COMITÉS, DE QUÉ ORGANIZACIÓN Y QUIÉNES
JUGABAN A LA REVOLUCIÓN.
Nosotros, con más responsabilidad que Morón, hemos callado y
seguimos callando, por considerar que no es éste el momento
oportuno de historiar en público lo que en Málaga ocurrió desde el 19
de julio, ya que ello sólo conduciría al quebrantamiento del bloque
antifascista. Y nosotros, ante, por y sobre todo, queremos mantener la
unidad para aplastar al fascismo, aunque en ello dejemos jirones de
nuestra propia existencia, como ha venido sucediendo desde la
histórica fecha del alzamiento militar.

» 3.º Que el mitin que tuvo lugar en Almería, ESTABA AUTORIZADO


POR EL GOBIERNO CIVIL SEGÚN PODREMOS DEMOSTRAR CON
DOCUMENTOS. Cosa que omite en sus sabrosas declaraciones el
gobernador en crisis, dando la sensación de que fue un acto de
violencia.

» 4.º Si Maroto ha entrado en Granada es porque ha sido más capaz


que Morón de estar junto al enemigo y batirse con él. Y no puede
esgrimirse ello con la canallesca intención de dar a entender que el
compañero Maroto estaba al servicio del fascismo. Sabe Morón en qué
condiciones ha habido quien ha entrado en Granada, como hay quien
entra en otros lugares que no sería capaz de entrar él, «el héroe de
Almería».

» En fin, terminamos afirmando que el compañero Maroto puede


haber realizado actos irreflexivos, pero de lo que no puede dudar nadie
es de que sea un revolucionario y un antifascista sincero. De ello
respondemos nosotros y responden los millares de camaradas que lo
conocen, que con él han actuado, y el pueblo auténtico de Alicante que
con él ha convivido. Errores habrá cometido desde el 19 de julio, pero
no hay duda de que por el antifascismo HA HECHO MÁS QUE LOS
«MORONES DE RETAGUARDIA» SÓLO CAPACES DE SEMBRAR
DISCORDIAS.

» No decimos más porque a quien compete dejamos la aplicación de la


inmediata sanción que merece un irresponsable del calibre de Gabriel
Morón, irresponsabilidad que aumenta de grado por el cargo que
ocupa y que le obligaba a ser más mesurado en sus palabras.

» Consideramos suficiente lo dicho para que cada cual sepa a qué


atenerse.»

En plena ofensiva de Mola sobre Bilbao, era recogido el diario confederal


Castilla Libre por la publicación de detalles sobre el asesinato de seis
trabajadores en Torres de Alameda. La recogida se convirtió en suspensión que
alcanzó a CNT y Nosotros, hecho que condena Soli del 16:

« Ayer, se suspendían Castilla Libre porque denunciaba, con pruebas,


los asesinatos de que han hecho víctimas en algunos pueblos de
Castilla a los trabajadores de la CNT los elementos que se llaman a sí
mismos, pomposamente, «controlados». Ayer, un escuadrón de
guardias, rodeando la imprenta donde se tira CNT, impedía que
nuestro órgano confederal se pusiera en contacto con el pueblo de
Madrid, suspendiéndolo. Y ayer, también, fue objeto de una
suspensión gubernativa el diario anarquista Nosotros.

Dos días antes, el diario Nosotros había escrito:

« Ayer mismo aún teníamos en nuestros oídos el rumor de la protesta


sobre lo arbitrario de la censura en todas sus modalidades. Hoy, como
si fuera ayer, y justificado por los afanes de esta guerra, se censura
toda carta que viene del extranjero y las que allá se dirigen desde el
interior del país. Como decíamos, justificado está por las incidencias de
la guerra; pero lo que aún no sabemos es que Cataluña esté más allá de
las fronteras de España. Hace hoy ocho días que toda nuestra
correspondencia de Cataluña llega a nuestras manos con retraso que
oscila entre los cuatro a los ocho días. Esto es simplemente intolerable.
¿Por qué se censura correspondencia que ni siquiera viene del frente
de lucha? Hoy, como ayer, lo arbitrario es la norma imperante. A ver
qué es esto y cómo se atiende a esto, puesto que no estamos
dispuestos a consentirlo. ¿Necesitamos «nosotros» valernos de
nuestros propios medios, organizando un correo para uso propio?»

Sobre lo ocurrido en los pueblos de Castilla, motivo de la suspensión de Castilla


Libre y de CNT de Madrid, CNT, en vísperas de su suspensión, había publicado
la siguiente:

« ¿Qué ha ocurrido en Torres de Alameda, en Villanueva de Alcardete,


en Pedro Muñoz, en Puebla de Almenara, en Villa de don Fadrique, en
Corral de Almaguer, en Villamayor de Santiago y en muchos otros
pueblos de Castilla? Numerosos trabajadores de la CNT, trabajadores
dignos, han sido asesinados, y, en la mayoría de los casos, tales
asesinatos han sido cometidos por gentuza que llevaba el carnet del
Partido Comunista. El Comité central de ese partido, no ya sólo Mundo
Obrero, está obligado a decir lo que hasta ahora no ha dicho: si
aprueba o condena tales crímenes. Mientras no lo diga, mientras no se
manifieste concretamente acerca de esta cuestión, ni Mundo Obrero ni
el Comité central del Partido Comunista tienen autoridad para hablar
con los redactores de la prensa confederal.»

A últimos de abril brotaba a la superficie de la infecta laguna política el


tristemente famoso asunto Cazorla, que fue una de las causas que provocaron
la disolución, por el gobierno central, de la Junta de Defensa de Madrid.

Cazorla era consejero de Orden público de dicha junta. Huelga decir que se
trataba de un ferviente comunista. La policía, a su mando, detuvo a un joven
llamado Ricardo Pintado Fe, que resultó ser sobrino del subsecretario de
Justicia Mariano Sánchez-Roca. Durante unos setenta días se ignoró el
paradero del joven y ya se le daba por muerto. No se trataba, ni mucho
menos, de un fascista. El delegado especial de prisiones, que era el cenetista
Melchor Rodríguez, tomó a pecho el esclarecimiento de este misterioso caso y
logró, mediante el ardid de fingirse comunista, descubrir el lugar del secuestro.
Se trataba de una «checa» instalada en la Calle Fernández de la Hoz. Ya con los
datos precisos del lugar donde se retenía al joven Pintado, Melchor Rodríguez
se dirigió al consejero de Orden público, el cual, ante la evidencia, no tuvo otro
remedio que reconocer y tomar providencia sobre el caso.

El 20 de abril se hacía pública en la prensa confederal la siguiente denuncia,


suscrita por el propio Melchor Rodríguez:

« Por no hacer interminable este escrito aduciendo citas y copias de


documentos cruzados entre Cazorla, como delegado de Orden público,
y yo, como delegado especial de prisiones, en relación con la orden
dada por el tal Cazorla referente a sacar de las cárceles del gobierno los
absueltos por los tribunales populares, tras de ser retenidos
gubernativamente por él, para, valiéndose de engaños, y órdenes
verbales secretas, dadas a los a gentes, de su mando, conducirlos a
cárceles clandestinas y a batallones de milicias comunistas con objeto
de llevarlos a las avanzadillas para emplearlos en fortificaciones...
(según él), declaro estar dispuesto a comparecer ante autoridades o
comités responsables para verbal y documentalmente demostrar la
«funesta» política seguida desde la Consejería de Orden público de
Madrid por Santiago Carrillo y Serrano Poncela, primero, y por José
Cazorla últimamente. Este, sobre Lodo, ha resucitado los viejos
métodos de los feroces Martínez Anido y Arlegui, de tal manera que, a
juicio de millares y millares de personas sensatas y de innegable afecto
al régimen legal antifascista, está deshonrando con su perniciosa labor
al gobierno de la República, y por ende a la guerra y a la revolución que
el pueblo está haciendo para transformar todo lo viejo, lo injusto, lo
cruel, por métodos y procedimientos nobles, honrados y de elevada
justicia humana, que nos puede dar patente, ante los ojos de todos los
países del mundo entero, de cómo todos los españoles que formamos
un haz en favor del régimen republicano que el pueblo se ha dado,
defendemos con la frente alta y las manos limpias (una vez pasados los
primeros días de la rebelión facciosa) unos derechos legítimamente
conquistados.
» Como en adjuntos documentos se citan testimonios de atropellos
cometidos por las hordas «comunistas» y «comunistoides» con placa y
carnet de policía a las órdenes expresas del consejero Cazorla, he de
limitar mi presente escrito a acompañar un auto demostrativo de cómo
en las «checas» comunistas, convertidas en cárceles clandestinas, se
retienen secuestrados días, semanas y meses a hombres y mujeres por
simples denuncias falsas o reales, con las cuales se cometen toda clase
de atropellos personales, en pugna con la más elemental razón de las
leyes, tanto escritas como humanas. El caso que cito, cometido contra
la persona de un sobrino del actual subsecretario de Justicia, Mariano
Sánchez-Roca, tuvo por colofón, gracias a mi insistencia cerca de
Cazorla, y a haberme fingido comunista, para lo cual usé de un
supuesto nombre, al objeto de averiguar por teléfono la certeza de
hallarse detenido en el Radio comunista de la calle Fernández de la
Hoz, número 7, el mentado sobrino de Sánchez-Roca, joven a quien ya
habíamos dado por muerto; tuvo por colofón, repito, que surtiese
efecto la carta que yo dirigí a Cazorla y que... a los ¡sesenta y ocho días!
fuese puesto en libertad Ricardo Pintado Fe, que así se llamaba el joven
a que aludo.

» Lo que firmo, responsabilizándome de cuanto digo, y estoy dispuesto


a ampliarlo en todo momento que se me requiera.

» He aquí la carta que se cita:

« Camarada Cazorla, consejero de Orden público. Amigo y compañero


Cazorla: Hace tiempo te hablé y te entregué carta y fotografía con
datos exactos referentes a un joven comunista de 21 años, afiliado al
partido desde el 1.º de julio del pasado año, el cual pertenece al Quinto
Regimiento, sobrino del subsecretario de Justicia, Mariano Sánchez-
Roca. Dicho muchacho (te dije y vuelvo a repetir te) está detenido en
Fernández de la Hoz, número 7, donde lleva sesenta y ocho días en la
fecha de hoy. Sánchez-Roca me interesa constantemente que Ricardo
Pintado Fe (pues tal es el nombre del joven) sea puesto a tu disposición
o a la de las autoridades judiciales. Así lo interesé a ti, sin que a la hora
presente haya tenido contestación por tu parte al deseo de nuestro
camarada Sánchez­Roca. En este instante acabo de telefonear al
número 36458, de Fernández de la Hoz, 7, y me dice el responsable de
aquella casa (que ahora es Abastos) que, efectivamente, Ricardo
Pintado Fe sigue allí detenido, pero a disposición de Marqués de Riscal,
1 (18).

» ¿Quieres hacer el favor de resolver en justicia este enojoso caso para


yo poder complacer al camarada Sánchez-Roca?

» Te lo agradecerá mucho tu buen amigo y camarada. Melchor


Rodríguez (rubricado). Palacio de Justicia, 28 de febrero de 1937.»

« La respuesta de Cazarla fue la siguiente:

« Camarada Melchor Rodríguez. Estimado amigo y compañero: Ayer


fue rescatado y puesto en su domicilio el ciudadano Ricardo Pintado
Fe, por quien te has interesado repetidas veces.

» Al comunicarte esta grata noticia te abraza cordialmente J. Cazorla.»

Hemos señalado que el asunto Cazorla, uno de los muchos que avivaron los
antagonismos de los partidos, fue la gota de agua que hizo rebasar el vaso en
cuanto a los destinos de la Junta de Defensa de Madrid. He aquí el decreto de
disolución hecho público el día 23 de abril:

« El presidente del Consejo de ministros y mm1stro de la Guerra al


general jefe del ejército de operaciones del Centro. Exmo. Sr.
Debiéndose constituir en fecha 24 del actual el Ayuntamiento de
Madrid, en lo sucesivo dicha corporación se ocupará de aquellas
funciones que corresponden a las necesidades y atenciones del
municipio. Por lo que se refiere a la autoridad gubernativa será ejercida
en todas las provincias por los organismos dependientes del Ministerio
de la Gobernación.
» En consecuencia de ello participo a V.E. que quedan modificadas, en
el sentido que se desprende del párrafo anterior, las órdenes del 6 de
diciembre de 1936, emanadas de mi autoridad y trasladadas a V.E. por
oficio de la misma fecha. Queda por consiguiente circunscrita la
jurisdicción de su mando a los órganos estrictamente militares, y se
concreta de manera exclusiva a la jefatura del ejército de operaciones
del Centro.

» Por todo lo anterior queda relevada la persona de V.E. del ejercicio


de la autoridad en el orden civil y, por lo tanto, de las funciones
delegadas del gobierno en la persona del jefe de la plaza militar de
Madrid. Tal relevo deberá originar, a su vez, la disolución de la Junta
delegada de Defensa de Madrid, cuyos miembros han venido
auxiliando a V. E. en la acción gubernativa para la delegación directa de
su autoridad.

» La zona militar de Madrid será aquella parte de la población que


quede al oeste de la siguiente línea de norte a sur: Calle de Bravo
Murillo, Glorieta de San Bernardo, calle San Bernardo, plaza de Santo
Domingo, calle de Campomanes, plaza de Fermín Galán. calle de
Espejo, calle de Milaneses, calle Mayor, calle de Ciudad Rodrigo, plaza
Mayor, calle de Toledo, calle de los Estudios, plaza de Salmerón, Ribera
de Curtidores, plaza de Legazpi, Puente de Andalucía y Río de
Manzanares.

» Al cesar V.E. en las funciones delegadas del gobierno debo significarle


el agradecimiento del Consejo de ministros y mi gratitud personal por
el acierto, energía y abnegación con que en todo instante ha auxiliado
a los poderes públicos, gratitud que ruego transmita a sus
colaboradores, los miembros de la Junta Delegada de su autoridad.
Valencia, 21 de abril de 1937. El presidente del Consejo de ministros y
ministro de la Guerra, Francisco Largo Caballero.»

Efectivamente, la Gaceta de aquella misma fecha publicaba una orden


de Gobernación ordenando la constitución del Consejo municipal de
Madrid a base de 31 consejeros. Dicha orden procedía a la distribución
de los puestos en la forma siguiente:

UGT 6 consejeros

CNT 5

Partido Socialista 6

Partido Comunista 5

FAI 1

Izquierda Republicana 1

Unión Republicana 2

Izquierda Federal 1

Partido Sindicalista 1

Juventudes Socialistas Unificadas 1

Juventudes Libertarias 1

Juventudes Republicanas 1

El mismo día 23 de abril, después de la publicación del anterior decreto, y


mientras se dispersaban les consejeros, endosándose mutuamente el
sambenito de «Juansimones» de la Junta de Defensa, se producía un nuevo
escándalo del que daban cuenta algunos periódicos, entre ellos los diarios
madrileños Castilla Libre y El Socialista. Se trataba del descubrimiento de una
serie de fechorías realizadas por las «checas» murcianas. Decía Castilla Libre:

« Nosotros, ni nos hemos opuesto ni nos opondremos a que se fusile a


ningún fascista, sea el que sea. Pero nosotros nos opondremos siempre
a que se atormente a nadie antes de hacer con él la justicia ejemplar
que el pueblo precisa y reclama. Pero en Murcia se da el caso de que
los atormentados no eran únicamente fascistas. Individuos
pertenecientes a organizaciones revolucionarias y a partidos del Frente
Popular fueron sádicamente torturados en la famosa ergástula
clandestina de Murcia. Y hasta un compañero de la CNT -que no lo era
de después del 19 de julio, sino con mucha anterioridad al
pronunciamiento militar- sufrió la horrible tortura de que le sacasen los
ojos antes de desaparecer, sin que nadie sepa dónde haya podido ir a
parar su pobre cuerpo martirizado.»

He aquí el comentario de El Socialista:

« Aparte lo monstruoso que resulta, en orden a los dictados de la


conciencia, admitir una justicia -llamémosla así- semejante, ¿de qué
sirven entonces los organismos jurídicos a quienes compete dictarla?
Sobre este extremo no aceptamos discusiones ni disculpas de ninguna
clase. Los delincuentes pueden y deben ser juzgados exclusivamente
por los tribunales adecuados. Y el fallo que los tribunales dicten es el
único que puede regir. No se nos acobarda el ánimo a la idea de que
pueda dictarse una sentencia de muerte. Nos asusta, en cambio, que
unos cuantos facinerosos, se llamen como se llamen, constituidos en
Comité de Salud pública, se dediquen por su cuenta a aplicar sanciones
que ningún organismo oficial ha refrendado. Ni admitimos la
posibilidad de que haya servicios policiacos que funcionen al margen
de las autoridades del gobierno, a pretexto -suponemos que el
pretexto será ése- de que es menester limpiar la retaguardia...
¿limpiarla? Desde luego; urge limpiar la retaguardia, pero es de los
irresponsables que se adjudican una categoría que no tienen, ni
podemos, en ningún caso, reconocerles.»

Qué había ocurrido en Murcia? Dejemos explicar los hechos al propio órgano
de la CNT en aquella provincia. La información que damos a continuación se
publicó en Cartagena Nueva, pero la edición en que se publicaba no llegó a
conocimiento del público por haber sido recogida casi por entero por la policía.

He aquí todo un horrible relato:


« La «checa» comenzó a funcionar en tiempos en que
desempeñaba el cargo de gobernador civil de la provincia Luis Cabo
Giorla. La ofensiva de este poncio, de triste memoria, contra los
elementos técnicos de nuestra organización confederal, obligó a ésta a
fiscalizar su labor. Esto dio por resultado el descubrimiento de una
«oficina» de torturas en la calle del Trinquete. El jefe de la «checa» era
un comisario de policía que fue sustituido, más tarde, por Torrecillas, el
exdroguero, ensayista de tormentos. A poco, la «checa» comenzó a
funcionar en la calle de la Frenería. Como el jefe de la policía no le
mereciera plena confianza, mandó llamar de Cartagena al comisario
Argimino, quien se puso a sus inmediatos órdenes. Así nació la «checa»
de Murcia.

» RELATOS DE UN TORTURADO. Nos vamos a remitir al juzgado. En él


encontraremos las declaraciones de varios de los torturados por estos
inquisidores con carnet. Son muchas las víctimas, pero hoy vamos a
limitarnos a transcribir las declaraciones de José María García Serrano.
Dice este camarada:

« El día 12 de marzo, a las once de la mañana se presentaron en la


Tesorería de Hacienda, donde prestaba mis servicios, dos policías que
me dijeron quedaba detenido para ACLARAR UNOS CONCEPTOS. Me
llevaron al gobierno civil. Me hicieron pasar a un despacho situado en
el principal, a la izquierda. En este despacho me recibió, con la sonrisa
en los labios, un tal Torrecillas, que me preguntó cómo me llamaba. Al
darle mi nombre, me echó los brazos por el cuello y me dijo: «¡Hola, mi
querido amigo Serrano! Pasa, pasa.» Me introdujo en una habitación
contigua a la en que me encontraba. En ella había un sillón. Torrecillas
me miraba fijamente. De pronto me dio un puñetazo en el pecho y me
obligó a sentarme, diciendo:

» -¡Siéntate ahí!

» Nada más me dijo. Luego, dirigiéndose a un joven que se hallaba ante


una mesa sentado, entre dos teléfonos, le conminó:
» -Oye, trátale bien al chico; si acaso se insolenta o se pone pesado, le
das una patada en la trompa.

» Marchó Torrecillas dejándome frente al joven a quien le había dado


la amable consigna. Ante mí desfilaron una serie de sujetos a quienes
no conocía. Todos me miraban muy fijamente y todos me lanzaban al
rostro los adjetivos más duros. El que mis se insolentó conmigo fue el
secretario del gobernador, un tal Carpena, quien con un aire de chulo

y de matón, luego de dirigir las frases más violentas y más baja s contra
mi madre, exclamó:

» -Esta noche vas a cantar clarito si quieres vivir.

» Torrecillas iba y venía del despacho a la habitación en que yo me


encontraba. No pasó una sola vez sin que me regalara con una de sus
amables frases y, sobre todo, sin que dejara de descargar sobre mi
rostro sus «gratas» caricias. Una de las veces llegó hasta mí el
gobernador civil. Lo recuerdo, bien. Me hacía preguntas sueltas.
Requirió ele mí la filiación política de Eusebio Chico de Guzmán,
Joaquín Hernández Ros, José Pérez García, Esteban Abad y Sicilia y
Basilio Galindo Martín. Recuerdo que una vez me preguntó:

» -¿Por qué os habéis pasado a la Confederación Nacional del Trabajo?

» Yo le respondí que desconocía los motivos que ellos adujeran para


pasarse a este sindical. Podía yo exponer los míos que no fueron otros
sino los de creer, sinceramente, que las tácticas de esta organización
me parecían las más acertadas para lograr la total reivindicación ele la
clase trabajadora. A mis respuestas replicó el gobernador que yo podía
aducir lo que me viniera en gana. Que creíamos habernos zafado de
liquidar nuestras cuentas con el pueblo por llevar el carnet de la
Confederación, pero que ello no haría más que retardar la justicia
popular en él encarnada.

» Un grupo de individuos, mientras hablaba el gobernador, sacó sus


pistolas y comenzó a examinar los cañones, enfocándolos hacia mi
rostro. A todo esto oía yo clarísimamente los ayes que partían de una
habitación contigua a la en que me encontraba. Estos gritos me
horrorizaban. Los recuerdo perfectamente:

» -¡Ay, asesinos, que me matan! ¡Que me desangro! ¡Sacadme de aquí!

» Y a seguido, una voz imperativa, bronca, que gritaba:

» -¡Calla, perro! ¡Calla o te mato!

» A las siete y media, el gobernador civil volvió a acercarse al sillón en


que me encontraba y me preguntó si yo había pertenecido a Acción
Popular. Contesté rápido, que no, y encolerizado replicó:

» -¡Sois unos...! Ninguno queréis declarar. ¡Ya veremos cómo piensas


después!

» Y me conminó: «Pasa». Me introdujeron en un salón. El gobernador


se acercó al oído y me dijo:

» -Te vamos a calentar. Todo esto lo podrías evitar si «cantaras».

» Yo estaba horrorizado. Me miraban todos de una manera que me


infundía terror. Volvieron a conminarme:

» -Dí que perteneces al Socorro Blanco.

» Yo me negaba. No podía decirlo puesto que no era cierto. Ante mi


negativa, en tono de cólera, me dijeron:

» -Esta noche te «pasearemos».

» Me sacaron del despacho y me hicieron subir a un coche celular. De


éste me pasaron a un automóvil particular, que partió rápido. Me
llevaron al cementerio y me colocaron junto a la pared. En esta
posición me sometieron a un interrogatorio que no olvidaré jamás. A
todo respondía que no, que nada sabía. Trataban de que acusara como
fascistas a los elementos directivos de la organización confederal de
Murcia. Me resistí. Veía cercano el fin de mi vida y supuse que, aun
tratando yo de salvarme, delatando a algún inocente, estas gentes me
matarían lo mismo. Tuve fuerzas bastantes y sobre nadie hablé, ya que
sobre nadie tenía que hablar. De allí me llevaron al monte próximo
llamado Cabeza Cortada. Volvieron a interrogarme. No creo necesario
aclarar los tormentos, las torturas, las amenazas y los golpes que, entre
preguntas y respuestas, me proporcionaban.

» -Queremos saber el nombre de los dirigentes del Socorro Blanco y de


Falange Española.

» Yo respondía que no sabía nada. Me colocaron cara a la pared y oí


perfectamente cómo montaban las pistolas. Torrecillas me dijo:

» -Te quedan cinco minutos de vida. Aún puedes salvarte si hablas.


Piénsalo bien.

» Yo no respondía. Tanto martirio me enloquecía. No me explico aún


cómo pude resistir tanto dolor. Torrecillas comenzó a contar:

» -Uno, dos tres, quince..., veinte...

» Contaba los segundos. De pronto oí: «¡Fuego!» Y una descarga


cerrada a mi espalda. Aterrorizado, me palpaba el cuerpo. De pronto,
de un empellón, me hicieron volver la cara:

» -¿No hablas?

» -No -repliqué-. No puedo hablar de nada ni de nadie. A nadie puedo


acusar, porque nada sé.

» Me pusieron entonces de rodillas frente al coche, ante los faros


encendidos. Allí volvieron a interrogarme. Allí volví yo a callar. De
pronto, comenzaron a disparar. Yo veía rebotar a mi alrededor las
balas. Por fin me subieron al coche y me dijeron que me «dejarían en la
carretera». Llegamos al gobierno civil. Me obligaron a sentarme en el
sillón. Este fue el instante más horroroso de cuantos me hicieron pasar
estos miserables. Se abrió una puerta y apareció ante mí un hombre
joven que se servía para andar de unas muletas. Le oía gemir y llorar.
Levanté mi vista y observé que tenía vacías las cuencas de los ojos.

» -¿Ves? -me dijo Torrecillas. Como ése acabarás si no declaras.


» A las doce de la noche me dejaron en libertad. Me acompañó un
policía hasta mi casa. Me obligaba a acudir, diariamente, a casa de un
agente de Vigilancia, llamado Fernando Ruiz. Allí volvieron a
torturarme. Una de las veces me retorcieron los brazos hasta hacerme
crujir los huesos. Ante tanto dolor, tanto martirio, firmé un papel
escrito que me mostraron. No sé qué decía. Supongo que será alguna
declaración inconsciente. Yo juro que, si he acusado, es inocente aquél
a quien acusé. Firmé el papel como pude haber firmado mi sentencia
de muerte.»

» Los CULPABLES EN LA CÁRCEL. En el día de ayer, y por autos


judiciales, fueron detenidos los siguientes agentes de Vigilancia y
policías de retaguardia, decretándose su procesamiento: Ramón
Torrecillas Guijarro, uno de los jefes de la «checa» y agente de policía
de tercera clase, ingresado en el mes de noviembre último, Domingo
Ranchal Garrio, otro jefe «chequista», terror de los detenidos a su
custodia y mando y organizador de los martirios, Ángel Sánchez
Larrosa, Emiliano Alonso Mareno, Mariano Caravaca Botia, todos
complicados. Los cinco detenidos pasaron a la cárcel en la tarde de
ayer, luego de prestar declaración ante el juez de Instrucción, Amador
del Pozo.»

Por su parte, el Comité nacional de la CNT, por mediación de su Oficina de


Prensa y propaganda, daba el día 22 de abril una nota pública titulada «Contra
el terror político». He aquí la nota:

« Hemos dejado pasar unos días, desde que en la ciudad de Murcia


fuera descubierta una organización terrorista. Un día y otro venía
notándose en la capital, que en todos los tiempos ha sido feudo de la
reacción y del caciquismo, la desaparición de ciudadanos, indiferentes
unos, afectados al régimen otros, y de obreros enrolados a la CNT los
demás.

» Nuestra organización, los sindicatos afectos a la Confederación,


recibían cada día fuertes aldabonazos por parte de elementos
encuadrados en un determinado sector político que antifascista se
dice, aunque emplea los mismos métodos del fascismo, con el fin de
dar por los suelos con la pujanza sindical revolucionaria que en Murcia
comenzaba a manifestarse.

» La seguridad personal de los ciudadanos murcianos estaba a merced


de unos cuantos entes despreciables. La ruindad criminal de unos seres
que sobre sí cargan todas las lacras inmundas, de un bárbaro pasado,
se manifestaba a todas horas. La inquietud, la zozobra, eran generales.
Nadie en Murcia se sentía seguro por virtud del terror que día y noche
sembraba 1a cuadrilla de bandoleros y secuestradores vulgares. En las
«alturas», había cómplices, quizá inductores de los secuestros y
crímenes cometidos. Hasta que un día, cuando la vida se hacía allí
imposible, surge un grupo de valientes, de nobles hijos del pueblo, e
investiga por su cuenta la causa de tal anormalidad. Y lo ha
descubierto.

» Entre los días 8 y 10 de los corrientes han sido detenidos los


principales actores de la cuadrilla asesina que, según un documento
firmado por el Frente Popular, las Juventudes Libertarias, el Comité
provincial y la Federación local de Sindicatos de la CNT, «pertenecían a
un determinado sector político que nos tiene echados a perder los
tímpanos de tanto oírle pedir responsabilidad y mando único, que
quiere que otros cumplan, aunque él se cisca en todas esas consignas
cuando de exterminar al vecino se trata».

» Nosotros esperábamos una desautorización por parte de la prensa y


del partido político al cual pertenecen los miembros de la «checa» que,
con la complicidad del gobernador, operaba en Murcia.

» No hemos visto nada de eso y, por tal causa, salimos de nuestro


mutismo para advertir a quienes pretenden importar del extranjero
sistemas políticos dictatoriales y métodos de terror «made in all
country», que viven equivocados, ya que el pueblo español no tiene
alma de esclavo y nunca permitirá que la beocia y la ineptitud regulen
sus destinos.
» Estamos echando a unos invasores de nuestro suelo sagrado y
echaremos a los que, con un cuento para meter miedo, pretendan
hacernos comulgar con sistemas en desuso y que, además, chocan con
el temperamento de nuestra raza.

» En Murcia funcionaba un tribunal semejante a los en otros tiempos


implantados por Arbúes y Torquemada.

» Suponemos que el camarada Galarza ignoraba cosa tal, pues de otro


modo hubiera cortado a tiempo tamaña anormalidad. Pero ahora no lo
ignora, y el pueblo de Murcia pide justicia, justicia que no puede serle
negada, ya que, si tal ocurriera, supondría pensar que lo de la «quinta
columna» es un cuento parecido a los de «Simbad el Marino», y que a
quien se desea perseguir y se persigue es a los hombres que se niegan
a bailar al son de la chambelona que por ahí andan tocando los que a
otros piden responsabilidad y ellos desconocen su sentido, o lo
conocen

» Esta Oficina de Prensa y propaganda se adhiere al clamor general de


los ciudadanos de Murcia, y con ellos pide justicia implacable para los
que han sembrado el dolor y el luto en la provincia.

» A la vez y para no perder tiempo, advertimos al camarada Galarza


que la «checa» funciona en muchas partes de España, de la España leal,
pareciéndonos que va siendo hora de acabar con tanta persecución,
con anormalidad tanta, ya que, de no hacerse por parte de quien
corresponda, lo harán nuestros Sindicatos, que tienen su personalidad
y les sobran medios para ello.

» Terminamos. Nos solidarizamos con los hermanos de Murcia, con


todos los que se ven amenazados por cuatro irresponsables, y haremos
todo lo que a nuestro alcance esté y las circunstancias aconsejen hasta
hacer que rueden por el abismo sin fondo todos esos métodos de
ruindad impropios de los tiempos que vivimos.»
Mientras la sombra del Kremlin se extendía por España, con la instalación de
las «checas» manejadas por los agentes de la OGPU, el Partido Comunista,
gran inquisidor de estas cárceles clandestinas, arremetía contra los Tribunales
Populares.

Sobre el capítulo de la justicia revolucionaria podrían escribirse muchas


páginas. Nos limitaremos a exponer algunos hechos. El 12 de agosto de 1936,
Soli de Barcelona comunicaba la siguiente noticia a sus lectores: «El conocido
periodista y abogado Ángel Samblancat se incautó ayer del Palacio de Justicia,
suponemos que con el propósito de sanear la morada de la «justicia»
burguesa.

Cedamos la palabra a Samblancat, quien sin abandonar el estilo humorístico


que le es peculiar, va a encargarse de aclarar el enigma de aquella noticia:

« Uno de los primeros días de agosto de 1936, por la mañana, al


franquear el portalón izquierdo del Palacio de Justicia de Barcelona,
encontré a un responsable de milicias, que iba al frente de una
pequeña partida armada, discutiendo acaloradamente con el teniente
de la Guardia civil, jefe del zaguanete del Palacio. El diálogo que
sostenían los interlocutores, era poco más o menos del tenor que
sigue:

» Responsable de la patrulla: Esta es la cueva más infecta de fascistas


de Barcelona y vengo a limpiarla, a hacer en ella una ligera operación
de policía, como dicen ustedes.

» Civilón: Para practicar registros en este templo de los considerandos,


necesitáis un volante del consejero de Gobernación.

» Patrullero: Los primeros traidores están en el gobierno. Quien me ha


comisionado es el Comité de Milicias. Saqué hecha una criba la
chaqueta en las bagarras del 19 de julio y no estoy para pamplinas
protocolares. Conque yo barro con todas las armas que tenéis ocultas y
me llevo amarrados a todos los pillos que desde detrás de la barricada
de sus expedientes y sumarios hostilizan a la revolución.
» Conocía yo el buen mozo -espigado y dorado- que hablaba t au cn
plata y me atreví a terciar en la polémica, dirigiéndome al miliciano
amistosamente:

» -Permíteme, compañero. ¿Quieres suspender 20 minutos nada más


las diligencias que te han encomendado, mientras voy a Pedralbes y
vuelvo?

» -En atención a ti, no hay inconveniente. Pero, date prisa, que lo que
he de hacer, no tiene espera.

» Conté a Santillán y a los representantes de la CNT lo que pasaba en el


Palacio de Justicia, donde pululaban más tricornios que de costumbre.

» -Estamos al tanto -me dijeron. Los muchachos cumplen órdenes


nuestras. Se ha de fumigar esa madriguera de reptiles, quiera o no la
Generalidad. A propósito, ¿por qué no te haces cargo tú de aquel
caserón? Te extendemos el correspondiente oficio en seguida.
Echamos de allí a todas las ratas. Ampárate en el personal nuevo que
hayas de menester. Te vas a la Barriada Centro y Orts pondrá a tu
disposición 30 fusiles. ¿Tienes bastante? Que te den los que quieras.
Toma tu credencial y este papelito para Orts. Te acompañará Patricio
Navarro.

» Me erigía el pueblo en armas, árbitro de la justicia de Cataluña; y


había de hacerse SU voluntad. Me uní en el Paralelo a la veteranía de la
Barriada del Centro y me encaminé al Palacio de Justicia.

» -¡Qué! -exclamó, triunfante, mi miliciano, al verme llegar con


refuerzos de consideración.

» -Continúa los cateas, ocupa todas las armas que encuentres y detén a
los tunantes que llevas apuntados en la lista.

» Al civilón que, al ver las picas revolucionarias, se quedara ya


demudado, se le acabó de perder en la garganta el timbre del metal
laríngeo. Los tinterillos y roedores de los Juzgados ganaron la calle,
saltando con la liga a la zoca por las ventanas, que daban al Salón de
San Juan Benedicto. En las Relatorías descolgaban aprisa y corriendo
los cristos y los retratos del rey, que aún afrentaban allí a las
Pandectas.

» El Comité nacional de la CNT aprobó lo hecho por sus representantes


en el Comité de Milicias. Dos delegados de la Organización confederal
vinieron a integrarse en el Comité superior de Justicia de Cataluña que,
a iniciativa de nuestros Nanos, se constituyó sobre la marcha.

» Componíamos el Comité X..., X... y yo. Algunos abogados de los


Sindicatos Únicos nos ayudaban. No los nombro, porque, salvo
Poblaciones, aún viven e ignoro si les puede inquietar la mención. Lo
mismo digo de otras personas estimables, que no sé si les lisonjearía al
aparecer aquí.

» X... se puso inmediatamente en comunicación con la Villa, que se


había pasado la vida haciendo el oso y ahora era más roja que un
madroño, y llamó a nuestro lado al gran jurista Eduardo Barriobero,
quien no tardó en hacerse visible.

» Los Comités obreros de las cercanías del Arco de Triunfo -Gas y


Electricidad, estación del Norte, Puerto- nos enviaron emisarios con la
consigna de que su inmensa fuerza se hallaba a nuestra disposición.

Algunos nos preguntaban cuándo quemábamos los archivos de la


iniquidad. Cuando yo menos pensaba, me los vi arder con togas,
birretes, libros pornográficos y otras garambainas.

» El Comité de Fábrica de Hispanosuiza nos proveyó en automóviles. El


control del Mercado central de frutas y verduras se encargó de nuestro
abastecimiento.

» Media docena de soplones de la Generalidad rondaban en torno a


nuestros tráfagos, para husmear lo que se hacía e ir con chismes a
Quero Morales. No les faltó que oler.
» Los Nanos venían con brazadas de armas cortas, largas y
semicosechadas en la viña del Señor de los del «Comparezco y digo»:
Walters, Colts, Parabellums, belgas, de Essen, checoeslovacas.

» Como la bandera de la FAI había sido izada en el pináculo de aquella


Castilla del privilegio, los trabajadores que pasaban por delante de la
siniestra fortaleza saludaban con aplausos a la enseña rojinegra.

» Los funcionarios que habíamos dejado sin colocación, poniéndolos


hors d'état de nuire, tenían en el papo un migote, que no podían tragar.
Me hicieron notar a un juez de instrucción, que nos miraba a la obra,
desde detrás de un árbol del Parque. Aquella mañana se había
decretado la cesantía fulminante de todo el personal judicial de la
Región Autónoma.

» Un expresidente de Sala, que nada era ya, vino a ponerse bajo mi


protección. A todos los que se encomendaban a nosotros, les decíamos
lo mismo: «Quien no sea enemigo del pueblo, nada tiene que temer de
él». Amanecían soles nuevos, como si saliesen chorreando vivo cobre
de la fragua.

» El gobierno de Cataluña, encajaba sin pestañear los bofetones que


asestábamos a la caricatura a que había quedado reducido. No podían,
sin embargo, los consejeros de la Generalidad ver con peores ojos el
sismo que terremocionaba la caverna de Temis. Y eso que, por respeto
a los Usatjes, no habíamos disuelto el megotérico Tribunal de Casación,
cuyo presidente -Gubern- y uno de cuyos mamuts -Comas- se habían
largado, tocando el pito a la frontera, al estallar la conflagración. Las
restantes momias amenóficas de tan alto Pretorio comen ahora,
callados como frailes, rancho franquista.

» Para borrar hasta del cristal de nuestros coches el nombre de Comité


superior de Justicia catalán, que escandalizaba a las beatas del
leguleyismo, se constituyó, por decreto del gobierno de la Generalidad,
la Oficina jurídica.
» Era este esperpento un organismo híbrido de apelación e instancia
única al que nosotros dimos carácter de Tribunal revolucionario civil,
con facultad de revocar todos los fallos de Audiencia, Juzgados de
primer resorte y Tribunal industrial (de Trabajo), en que hubieran sido
pisoteados los derechos del litigante sin padrinos, que es el que en la
barra hoy se bautiza.

» La Generalidad me nombró a mí presidente o director de orquesta de


tal murga gaditana, confiriéndome atribuciones, para asociar a mi
trabajo raticida dos letrados adjuntos. Me vi negro o de color de
chocolate para encontrar, ni un coadjutor, que me asistiese. Toda la
plantilla de mascarones del Colegio de abogados nos era hostil. El
derecho, como de costumbre, se torcía, cayendo del lado de los
Hurtados y de los hurtos más rateros.

» Al pasar yo al Tribunal extraordinario, que tomó en mano robusta


mente el fuero militar, me sucedió en la Presidencia de la Oficina
jurídica Eduardo Barriobero. Este insigne jurisprudente ensanchó la
organización y la jurisdicción de la Oficina jurídica, rodeándose de
media docena de jueces poco afectos a la paja quodliberal y de toda la
confianza del jefe de tan importante centro.

» Recuerdo un fiscal que, los domingos, para descansar, se iba al frente


de Aragón a pegar tiros. El resto de la semana, cazaba fascistas en la
capital.

» Los facciosos, que tanto en Madrid como en Barcelona teníamos


presos, en contacto con la 5.ª columna de rejas afuera, amenazaban
desde sus locutorios a nuestras guardias con un alzamiento general.

» En la capital chulapa, la actitud provocadora de los detenidos motivó


un asalto a las cárceles y la ejecución por 'ta exasperada multitud de
numerosos rehenes: de los que iban a hacer de camareros, cuando
Mola y Queipo de Llano se sentasen en la mesa que se les había
dispuesto en la Puerta del Sol, para servirles el soconusco. Entre los
fusilados en la Celular de la Moncloa, figuraban el loro astur
Melquiades Álvarez, la pepa agraria Martínez de Velasco y el
compañero de juergas de Miguel Primo de Rivera, general Dabán.

» Los presos fascistas de Cataluña eran particularmente peligrosos. De


modo muy singular, los militares rebeldes de la guarnición de
Barcelona, aprehendidos el 19 de julio con las armas aún calientes en la
mano, y que a buen recaudo, fueron puestos en las bodegas del
Uruguay, vapor de 14 000 toneladas, arrumbado en una dársena del
puerto, pero que aún se tenía encima del agua.

» Ante el temor de que la osada soldadesca, desarmando a sus


custodios y ayudados por cómplices zarpados de los muelles,
consiguiera evadirse en algún lanchón y promover un conflicto grave
en la Ciudad condal, el pueblo hubo de conminar a las autoridades con
hundir el barco-escuela, si no se castigaba rápidamente a las primeras
figuras del cuartelazo del 19 de julio.

» Como hacían oídos de mercader al público clamor los que estaban


obligados a recogerlo, una patrulla incontrolada forzó la escalera del
Uruguay y se llevó al general Legorburu, a los coroneles Moltó y
Jiménez Arenas, al teniente coronel Sanféliz y a otros peces gordos del
Estado Mayor de la 4.ª División. El número, creo que de siete. No se ha
sabido nada más de ellos.

» A los pocos días eran juzgados, condenados a muerte y baleados, en


el mismo foso de Montjuich en que cayó Ferrer Guardia, los generales
traidores Goded y Fernández Burriel; así como los cabecillas militares
López Varela, López Belda, López Amor y Lizcano de la Rosa. Los tres
famosos López de la lobada infantesco artillera de Barcelona; y la otra
florecita del ramillete.

» Una semana más tarde, prohijando un decreto del gobierno de la


República, el de la Generalidad creó en Barcelona el Tribunal popular,
que ya funcionaba en Madrid y que había mandado al pelotón al perico
maromero lerrouxista Salazar Alonso, introductor del estraperlo en
España, a pesar de lo cual viajaba como su jefe sin careta.
» El Tribunal popular de Barcelona instituyóse con carácter
extraordinario, por serlo también los delitos de rebelión militar, en que
había de entender exclusivamente.

» Túvose intención de investirme a mí de la Fiscalía; pero me quedé en


primer adjunto. Todo ello, sin contar con mi opinión para nada, ni
consultarme siquiera previamente, porque era conocida mi
incondicional adhesión a la causa del proletariado en armas.

» Un mes después, al posesionarse del cargo de consejero de la Justicia


de la Generalidad Andrés Nin, reformó izquierdizándolos los Tribunales
populares de Cataluña y elevándome a mí a la presidencia del Especial,
suprimiendo los adjuntos técnicos y autorizándome para agregar
cuatro compañeros del Ramo fabril y textil al núcleo de los jurados-
jueces.

» El Tribunal especial o extraordinario sesionó al principio a bordo del


Uruguay; después, en el Castillo de Montjuich -bajo el fuego de un
bombardeo- y, finalmente, en la Sala 1ª de la Audiencia de Barcelona.

» Vio y falló las causas de la plana mayor de siete regimientos de la


capital; del 8.º de artillería de Mataró y de numerosos jefe s y oficiales
de la Guardia civil y de Asalto implicados en la rebelión.

» Pronunció alrededor de 200 sentencias de muerte, a un centenar de


las cuales se les die cumplimiento en el Campo de la Bota, en presencia
de millares de obreros y obreras de las fábricas de San Andrés, Pueblo
Nuevo, Badalona y San Martín. Los graciados de perdón o conmutación
de pena por el gobierno de Cataluña no bajaron de otro centenar.

» Muchos de los indultados lograron fugarse del presidio y de los


Campos de trabajo con la complicidad de elementos sospechosos que
pudrían las alturas del régimen. En pocos días, esos saltatapias
ganaban la frontera, se iban a Burgos y no tardaban en ocupar su
puesto en los frentes fascistas, donde no se cansaron de hacernos
fuego hasta el fin de la guerra.
» De esas escapadas ninguna responsabilidad alcanza a la CNT. El
Tribunal extraordinario desatendió siempre toda clase de
recomendaciones, incluso cuando el presidente Companys se interesó
personalmente por la suerte de un nieto de Joaquín Costa, que salió el
19 de julio a combatirnos en la calle, al frente del 4.º escuadrón de
Caballería de Santiago. A este pajarraco estimó el tribunal que se le
había de ajusticiar dos veces. Primeramente, por desleal a la República.
Y después, por serlo también a la memoria de su gran abuelo.» (19)

Los primeros tribunales populares fueron inspirados por la iniciativa


revolucionaria. Estos tribunales estaban compuestos por
representantes de las organizaciones y partidos antifascistas. Podrá ser
más o menos discutible la labor realizada por aquellos tribunales del
pueblo, pero lo que no tiene discusión posible es la labor de
desinfección realizada en una de las instituciones más desalmadas,
conservadoras y reaccionarias de la sociedad burguesa. Tanto es así
que la magistratura acusó el golpe desde los primeros momentos. Una
circular del Tribunal Supremo, cursada a fines de julio de 1936,
exhortaba a su grey de funcionarios a extremar su celo frente al
vendaval de las innovaciones revolucionarias:

« La Sala de gobierno del Tribunal Supremo se ha reunido con carácter


extraordinario en virtud de Orden de la presidencia del Consejo de
fecha 26 de los corrientes y por convocatoria especial acordada por la
sala de Vacaciones, en uso de las facultades que le concede el artículo
903 de la ley orgánica, y por unanimidad, aprobó la siguiente circular:
Ante la grave subversión que tantos estragos ocasiona en estos
instantes a la nación española, la Sala de gobierno confía en que los
oficiales judicial es de todas las categorías darán ejemplo de civismo,
de acata­miento a la legalidad republicana y a la autoridad que la
encarna, y no olvidarán en ningún instante la solemne promesa
prestada al tomar posesión de sus cargos. A ello les exhorta porque el
olvido de los deberes contraídos, la adhesión a los poderes facciosos, la
deslealtad al régimen emanado de la voluntad de la nación y aun el de
debilidad de servirles, mientras el pueblo con admirable heroísmo
lucha por sus libertades, haría caer sobre los funcionarios culpables una
grave responsabilidad que dentro de sus atribuciones, la Sala de
gobierno promovería con la mayor severidad, responsabilidad tanto
más trascendental cuanto que es la última esperanza de que después
de las horas de lucha y de pasión, las sanciones legales puedan
imponerse al propio tiempo que con el rigor necesario, con la
serenidad que es garantía para todo lo que constituye la existencia de
una administración de justicia que conserva inmaculado su prestigio y
haya conquistado la máxima confianza popular. Y toda vez que para
remediar situaciones idénticas a la que hoy tiene perturbado el
mecanismo de la organización del Estado, la vigente Ley orgánica del
Poder judicial dispone en el artículo 21 que los tribunales de las
distintas categorías actúen siempre fuera del alcance de posibles
invasiones que desnaturalicen el origen de su mandato, haciéndoles
aparecer influidos por ilegítimas intervenciones a las que siempre se
sustrajo la judicatura española, y establece forma de adaptación
territorial, que convendría poner en práctica con la perentoriedad que
demandan las presentes circunstancias. Se ordena: Que los presidentes
de las audiencias y jueces de primera instancia, comuniquen con la
mayor urgencia, y por los medios más rápidos, los territorios y las
localidades en las cuales las Audiencias y juzgados no pueden ejercer la
jurisdicción con seguridad, libertad y desembarazo, a fin de que se
adopten las medidas pertinentes, de acuerdo con el texto legal antes
invocado. Y para su debido cumplimiento, publíquese esta circular en la
Gaceta, comuníquese a todos los presidentes de las Audiencias
territoriales por los medios ordinarios y póngase en conocimiento del
excelentísimo señor ministro de Justicia, por si tuviera a bien acordar
que también se haga por los medios de difusión extraordinarios que
tiene a su alcance. Lo que me complazco en poner en conocimiento de
V.E. a los efectos que se sirva estimar procedentes. Madrid, 30 de julio
de 1936. Diego Medina.»
El ministro García Oliver se esforzó en hacer compatible desde el gobierno, con
la incompatible naturaleza del Estado, aquellas atrevidas conquistas del
proletariado. Veamos en qué consistían éstas, según palabras del propio
ministro de Justicia:

« Un nuevo albor de justicia alumbra al pueblo español.


Tradicionalmente ha sido la justicia una aspiración insatisfecha. «Sol,
que a todos alumbra por igual», era la justicia según la definición
clásica. Y, sin embargo, ¡que sol tan eclipsado fue siempre para los
humildes, para los que nada poseían, para los que todo lo habían de
lograr y obtener por su esfuerzo!

» Leyes y jueces estuvieron permanentemente al servicio de la casta


dominante. Leyes y jueces fueron instrumentos de opresión contra la
clase trabajadora. Leyes y jueces no significaron otra cosa que el
amparo, la protección y el encubrimiento de las injusticias sociales, de
los negocios ilícitos con apariencia legal, de los políticos endiosados por
sus finalidades ruines y rastreras.

» Todo esto se acabó. Ellos, los que todo lo tenían, los que vivían en la
abundancia y en la gandulería, los que jamás supieron de la miseria y
del sacrificio, ellos, lo han querido así. Y se terminó la injusticia de la
Justicia para siempre.

» Hemos separado de su función más de trescientos jueces pletóricos


de culpas y prejuicios. Hemos otorgado el derecho a todo ciudadano
para que por sí propio pueda defenderse ante todos los tribunales,
incluso el Supremo. Hemos creado los Campos de trabajo, en los que
los fascistas causantes de la inmensa catástrofe en que ha sido sumida
España, contribuyen con su esfuerzo a la obra de reconstrucción
nacional. Hemos dignificado la función de la Justicia confiándola a
hombres susceptibles a la emoción, sensibilidad y espíritu
revolucionario.

» Hemos suprimido el arancel judicial que implicaba la más grande de


las inmoralidades públicas, aboliendo un sistema de privilegio en favor
de la clase secretaria! y una base indignante de explotación del
personal modesto y laborioso, en cuyo sistema radicaba nada menos
que la enorme carestía de los litigios y la expoliación de los procesados.

» Hemos sentido permanente preocupación por mejora r la situación


económica de los funcionarios modestos, sacrificando los cargos que
estaban pingüemente retribuidos. Hemos robustecido la autoridad de
los Tribunales populares, nueva institución llamada a subsistir para el
futuro. Hemos logrado -en este mismo instante nos lo comunican- la
aprobación, por la Diputación permanente de las Cortes de una ley de
amnistía, la más amplia que se dio nunca, para todos los delitos
políticos y comunes cometidos con anterioridad al 15 de julio, con
excepción de los que perpetraron los esbirros de Lerroux-Gil Robles
con ocasión de la represión brutal en Asturias, el año 1934, y los que
llevaron a cabo sus mesnadas antes y después de las elecciones de
febrero.

» Hemos, en fin, otorgado una nueva y propia fisonomía a la Justicia


española, impregnándola de serenidad, de rigor y de humanismo. Esta
es, en síntesis, la obra hecha en dos meses de actuación. ¿Satisface a
los militantes de la CNT? ¿Complace a todos los fervorosamente
antifascistas? ¿Está a tono con el sentir y la aspiración de las clases
trabajadoras españolas?

» Yo no me atrevo a contestar las tres preguntas. Lo que sí afirmo es


que cuando trabajamos en el Ministerio de Justicia estamos absorbidos
por estas dos preocupaciones fundamentales: la que procura la guerra,
en la que el pueblo de Madrid está escribiendo la página más gloriosa
de abnegación, heroísmo y sacrificio que registra la Historia del mundo;
y la que se deriva de un afán constante de plasmar en realizaciones
inmediatas aspiraciones de justicia renovadoramente profundas,
trascendentales y constructivas, que garanticen de una vez para
siempre que, en lo sucesivo, de eclipsarse parcialmente y por
excepción el sol de la Justicia, será en beneficio y favor de los que
clamaron justicia durante mucho tiempo sin poder alcanzarla jamás.
Para la CNT será esto, sin duda, la satisfacción más grande de su labor
ministerial.» (20)
A medida que el Estado fue rehaciéndose, los viejos y taimados funcionarios
regresaban a sus puestos. Los Tribunales populares, aunque subsistieron con el
mismo nombre, fueron convertidos en una burda caricatura de lo que había
hecho de ellos el pueblo. La misma intervención de los partidos y
organizaciones quedó limitada a la función de jurado, o sea a lo que alguien
calificó con acierto de «justicia de los monosílabos». Las oficinas jurídicas
fueron disueltas por el consejero de la Generalidad de Cataluña por decreto de
fecha 17 de agosto de 1936. El mismo Andrés Nin estableció también la nueva
ley sobre la legalidad de los matrimonios. He aquí el texto del decreto:

« DECRETO DEL CONSEJERO DE LA JUSTICIA DE LA GENERALIDAD


SOBRE EL MATRIMONIO. La nueva estructura jurídica derivada de los
hechos revolucionarios que vivimos debe tener como consecuencia la
ordenación de las relaciones de la familia, la cual deberá establecerse
bajo el principio de la libertad de los cónyuges. Precisa, no obstante,
que mientras el nuevo orden jurídico no consiga su plenitud mediante
las fórmulas legales pertinentes, sean tomadas todas aquellas medidas
que, respondiendo a los principios por los cuales lucha el proletariado,
encaucen las actividades y recojan las que de hecho establezca, de
manera que puedan ser justificadas en todo momento. A partir del 19
de julio, el pueblo ha ido adoptando, en lo que se refiere a las
relaciones familiares, aquellas formas que ha considerado más de
acuerdo con sus sentimientos. Por este motivo han sido muchos los
vínculos matrimoniales contraídos autorizados ante los organismos
responsables de las organizaciones sindicales y de los partidos políticos
que forman el frente antifascista de Cataluña. Por consiguiente,
recogiendo las aspiraciones del proletariado y a fin y efecto de que el
acto normal con el que se inicia la vida matrimonial quede reflejado en
las oficinas que registran el estado civil de las personas y en las cuales
descansa el Estado para tutelar las relaciones que afectan a la
capacidad civil de aquéllas, a propuesta del consejero de Justicia y de
acuerdo con el Consejo.

» DECRETO: Art. 1. Los matrimonios celebrados ante los organismos


responsables de los partidos políticos y de las organizaciones sindicales
que actúan en la lucha contra el fascismo, producirán todos los efectos
civiles respecto a las personas y patrimonio de los cónyuges y sus
descendientes.

» Art. 2. En el acto de la celebración del matrimonio a que se refiere el


artículo anterior asistirá el juez popular del lugar donde se celebre. El
juez podrá delegar: en las personas que por razón de su función le
sustituyan en caso de vacante, ausencia o imposibilidad, en el
procurador del pueblo y en su suplente y, en definitiva, en cualquiera
otra persona con plena capacidad civil que merezca su confianza.

Art. 3. Con el fin de llevar a cabo lo que dispone el artículo anterior,


toda persona que quiera contraer matrimonio o el organismo
responsable de los partidos políticos u organizaciones sindicales ante
los cuales debe celebrarse el matrimonio, lo pondrán en conocimiento
del Juzgado Popular respectivo, con 24 horas de anticipación, cuando
menos expresando el día, hora y lugar donde deba celebrarse.

» Art. 4. Si el matrimonio se celebrase sin la concurrencia del juez


popular o su delegado, a pesar de aviso de los contrayentes o del
organismo responsable, el matrimonio producirá todos los efectos
civiles desde el momento de la celebración. Si la causa de la no
presencia del juez o de su delegado fuese por no haber dado aviso los
contrayentes o el organismo responsable ante el cual se celebre,
podrán los cónyuges subsanar la falta solicitando la inscripción del
matrimonio en el Registro civil. En este último caso, el matrimonio no
producirá efectos civiles sino a partir de su inscripción.

» Art. 5. Una vez celebrado el matrimonio, el juez popular o su


delegado procederá a la extensión del acta y, a este fin, los
contrayentes, bajo su exclusiva responsabilidad, facilitarán al
representante de la Generalidad todos los datos necesarios para la
inscripción del matrimonio.

» Art. 6. El acta deberá contener las circunstancias siguientes: a) El


lugar, día, mes y año en que se efectúa el matrimonio. b) Los nombres
y apellidos de la persona que lo autoriza. c) El organismo responsable
ante el cual se celebra. ch) Nombres, apellidos, estado, naturaleza y
domicilio de los contrayentes. d) Los nombres y apellidos de los padres.
e) Cuando alguno de los contrayentes estuviese representado por
apoderado, se expresará la fecha, lugar y persona autorizante del
poder, y el nombre, apellidos, edad, naturaleza y domicilio del
apoderado. f) Si los contrayentes manifestaran tener hijos anteriores al
matrimonio, se consignará la manifestación y los nombres y demás
circunstancias de los hijos. g) Cuando alguno de los contrayentes fuese
viudo o divorciado, se consignará en el acta el nombre y apellidos del
cónyuge muerto o divorciado y fecha y lugar de su defunción o del de
su divorcio y Registro civil donde se hubiese inscrito. h) Los nombres,
apellidos y domicilios de los testigos. Firmarán el acta los contrayentes
y los testigos, y cuando alguno de estos no pudiese, otro a petición
suya, y el juez popular o su delegado.

» Art. 7. El funcionario asistente remitirá el acta al Registro civil en que


deberá inscribirse el matrimonio. La inscripción en el Registro civil se
realizará en la forma ordinaria, haciéndose constar al margen de la
inscripción el organismo responsable ante el cual se celebrara el
matrimonio, y se procederá a archivar el acta original transcrita.

» Art. 8. Los organismos responsables de los partidos políticos y de las


organizaciones sindicales que actúan en la lucha contra el fascismo,
ante los cuales y con anterioridad a la fecha de este Decreto se hayan
celebrado matrimonios, remitirán al Registro civil del Juzgado popular
del lugar del domicilio de los contrayentes duplicado del acta del
matrimonio, con el fin de que se lleve a cabo su inscripción.

» Art. 9. Las inscripciones de los matrimonios a que se refiere el


presente Decreto, surtirán los mismos efectos como si fuesen
definitivos. Se entenderán, empero, condicionales mientras no se
acredite en forma fehaciente la libertad de los contrayentes antes de la
celebración del acto. Justificada la existencia de libertad de los
contrayentes y de las demás condiciones legales exigidas, se pondrá
una nota al margen de la inscripción dándole carácter definitivo. El
consejero de Justicia: Andrés Nin.»
Como dato curioso y también para significar los procedimientos
empleados en aquellos días en materia jurídica, vamos a transcribir dos
casos concretos tomados de la prensa. El primero se refiere a dos
bodas de tipo marxista. Dice la información:

« Antes de salir una importante columna de milicia nos antifascistas


hacia el frente, se han realizado en el «Cuartel Carlos Marx» dos actos
extraordinariamente revolucionarios y simpáticos. El camarada
Nemesio Gil Lorente, jefe técnico de la 35 Centuria, que tenía
relaciones con la camarada Nieves Cuadrado Bosch, se ha casado con
ella, pero no pudiendo, por la premura de tiempo, hacerlo ante el juez,
han legalizado su situación los camaradas Raimundo Morales, delegado
político, responsable del cuartel, en representación del Partido
Socialista Unificado de Calaluña, y Benjamín Gaucedo, jefe técnico de la
columna expedicionaria. El acta fue redactada por el camarada Chaveli.
A continuación de este simpático acto, se celebró otro en el que
legalizaron su situación el camarada Juan Gómez Martín, jefe del
quinto grupo de la Centuria 34, y la compañera Julia Caparrós Simó, así
como la de una hija suya de dos meses y medio. Legalizaron esta unión
el delegado responsable del cuartel, camarada Raimundo Morales, y el
delegado adscrito, compañero Eloy Jordán, siendo redactada el acta
por el camarada Chaveli.» (21)

Por su parte, Solidaridad Obrera del 29 de aquel mismo mes daba cuenta del
siguiente acto:

« El domingo por la mañana, en presencia de numerosos camaradas, se


celebró en el Sindicato del Transporte un sencillo y emocionante acto,
más por el significado libertario del mismo que por su aspecto de
fórmula social. Se unían, por libre y espontánea decisión, dos jóvenes.
El, un militante de nuestras Juventudes y de la Confederación; ella, una
muñequita preciosa cuya formación se crece con el paso dado. Juan
Freixas y Tomasa Costa se han unido libremente. Esa unión tiene un
vínculo: el amor. Y por encima de curiales y sotanas, una voz selló el
pacto: la de nuestro director Liberto Callejas, cuando les dijo: «¡En
nombre de la libertad, quedáis unidos!»

Para finalizar este bosquejo sobre el aspecto jurídico de la revolución, vamos a


ocuparnos del decreto promulgado el 13 de enero de 1937 por la Consejería
de Sanidad y Asistencia social sobre institución y regulación del aborto. Dado
lo extenso del decreto, uno de los más atrevidos en materia de reforma social,
nos remitiremos al comentario que inspiró el mismo al editorialista de
Solidaridad Obrera, publicado en la edición de aquella misma fecha:

« Un breve y sustantivo preámbulo y 16 artículos integran el Decreto.


Por el primer artículo, «queda autorizada la interrupción artificial del
embarazo, efectuada en hospitales, clínicas e instituciones sanitarias
dependientes de la Generalidad de Cataluña, en las que está
organizado el servicio especial para tal finalidad». Se consideran
motivos justificados para la práctica del aborto, las razones de orden
terapéutico, eugénico, neomalthusiano o ético. Los casos de solicitud
de aborto no terapéutico, ni eugénico, se efectuarán exclusivamente a
petición de la interesada sin que ninguno de sus familiares o allegados
puedan presentar después reclamación respecto al resultado de la
intervención. No se efectuará la interrupción del embarazo en los casos
en que éste exceda de los tres meses, a no ser que exista justificación
terapéutica.

» Para toda interrupción artificial del embarazo, en los dispensarios


que se crearán al efecto, serán obligatorios los siguientes requisitos: a)
Ficha médica psicológica, eugénica y social de la solicitante con arreglo
a un modelo oficial; b) reconocimiento médico previo de la solicitante
para investigar su capacidad vital y resistencia para la intervención. Si
se considera que la fiebre o el reconocimiento de la embarazada
establecen alguna contraindicación del aborto, de índole médica o
social, se buscará solución de un consejo técnico.

» El artículo 14 establece que, a partir de la fecha de publicación del


Decreto, todas las personas privadas que realicen maniobras abortivas,
responderán criminalmente de su actuación ante un tribunal
competente, perdiendo, si son titulares de una profesión sanitaria, el
derecho de ejercerla.

» Los demás artículos disponen la habilitación de locales y dan las


instrucciones necesarias para la puesta en práctica de este importante
y trascendental decreto, lleno de esencias y moral anarquista, que está
firmado por nuestro compañero Pedro Herrera.»
XIX

EL MILAGRO DE LAS INDUSTRIAS DE GUERRA

Las Juventudes Libertarias se habían constituido ya avanzado el período


republicano. Empezaron a organizarse en Madrid, sin duda para contrapesar la
influencia, en la sede del socialismo político, de las juventudes marxistas. Más
tarde, fueron extendiéndose por toda España, llegando a constituir la tercera
rama de la gran familia libertaria. En 1932, tomaron el nombre de Federación
Ibérica de Juventudes Libertarias (FIJL). A una organización propia
correspondieron, en consecuencia, varios periódicos juveniles. Los más
importantes fueron el órgano oficial de la FIJL, Juventud Libre, que aparecía en
Madrid, y el portavoz de las Juventudes Libertarias de Cataluña, que adoptó el
título de Ruta. El primer número de Ruta apareció a mediados de octubre de
1936.

La FIJL había establecido la siguiente declaración de principios:

« Con el nombre de «Federación Ibérica de Juventudes Libertarias» se


constituye una entidad que tendrá por objeto lo siguiente:

» Agrupar a los jóvenes de ambos sexos, sin distinción de razas ni color


que sientan las inquietudes sociales y el deseo de una superación que
haga del hombre un ser libre social e individualmente y un igual ante
sus semejantes social y económicamente.

» Para estos fines, esta agrupación luchará contra la propiedad, el


principio de autoridad, el Estado, la política y la religión.

» Contra la propiedad porque es una injusticia inhumana que un


hombre detente la riqueza producida por otros hombres, o la tierra
que sólo a la Humanidad pertenece y que es un atributo para la
sociedad, tan sagrado como la vida lo es para el individuo.
» Porque tiene su origen en un violento y criminal despojo del m..ís
fuerte contra el más débil, creando la odiosa existencia de los parásitos
de la colmena humana, que no tienen otra misión social que vivir del
trabajo ajeno, mediante la explotación y miseria de los demás.

» Porque crea el capitalismo y establece la ley del salario que condena


al hombre a una permanente esclavitud económica y a los vaivenes y
consecuencias de su desequilibrada economía.

» Porque es causa de la prostitución, el más infame y degradante


ultraje que la sociedad infiere a la conciencia humana, al condenar a la
mujer a hacer objeto de mercantilismo las manifestaciones más puras y
de más elevada sensibilidad que atesora el sentimiento ético y moral
de los humanos; sus sentimientos de madre y sus amores de mujer.

» Contra el principio de autoridad, por suponer éste el relajamiento de


la personalidad humana al someter unos hombres a la voluntad de
otros, despertando en ellos instintos que les predisponen a la crueldad
e indiferencia ante el dolor de un semejante; y por ser la autoridad el
instrumento que sirve para someter por la violencia al individuo a los
intereses

» Contra el Estado, porque coarta el libre desenvolvimiento y normal


desarrollo de las actividades éticas, filosóficas y científicas de los
pueblos, y por ser el fundamento básico que mantiene el principio de
autoridad y defiende la propiedad mediante los cuerpos armados,
policía y magistratura.

» Porque mantiene el ejército y la armada, cuya misión destructora es


inhumana al lanzar unos pueblos contra otros, destrozando los
sentimientos de socialidad y solidaridad propios del ser humano, para
convertirse en medio de dominación de los pueblos fuertes contra los
más débiles.

» Contra la política, porque presupone la anulación de la individualidad


al entregar la voluntad propia a otra extraña, desvirtúa los intereses
colectivos por una falsa mayoría parlamentaria y es el sistema para
legitimar los intereses de la propiedad y las leyes para el cuidado y
defensa

» Contra las religiones, porque atentan al libre pensamiento del


hombre, creándole una jerarquía moral que le predispone a admitir sin
protesta toda tiranía y desvirtúan las relaciones sociales por el terror y
el fanatismo, negador de la razón y el progreso científico.

» El esfuerzo de esta agrupación tenderá a crear en los jóvenes una


convicción libertaria, a fin de prepararles individualmente para luchar
contra todas las formas autoritarias tanto en el terreno sindical como
en el ideológico para la consecución de un medio social liberta rio en el
que las funciones y actividades del individuo para la producción no
estén sujetas a ninguna tiranía económica, sino a sus posibilidades
profesionales, asegurándoles la igualdad económica mediante la libre
cooperación y apoyo mutuo y en sus relaciones la libre afinidad sin otra
ley que la solidaridad y el amor, llevando al ánimo del pueblo en
general y particularmente de sus componentes la convicción de que
mientras la igualdad económica no sea un hecho no será posible la
verdadera igualdad entre los hombres, y que la igualdad económica no
sea un hecho, no será posible mientras existan la propiedad y el
Estado, y que, por lo tanto, la propiedad debe ser común para el mejor
aprovechamiento de los esfuerzos, sin otra traba entre el individuo y la
comunidad, que la necesidad de cohesionar los esfuerzos para
mantener la producción industrial y de bs comunas entre sí para las
relaciones de intercambio y transporte, y en el orden moral y en el
orden material por la afinidad entre los individuos y la solidaridad entre
las comunas.

» Para lograr estos fines se real izará una activa propaganda por medio
de charlas, conferencias, mítines, periódicos, folletos y cuantos medios
haya a nuestro alcance.»

Casi desde el principio se manifestaron dos tendencias en el seno del


movimiento juvenil. Al principio, la divergencia consistía en la necesidad o no
de existencia de una organización nacional de los jóvenes. Los jóvenes
libertarios catalanes se aferraban al criterio de organizar a sus adherentes por
grupos o federaciones independientes, vinculados a los sindicatos o a los
grupos anarquistas, dándoles una misión estrictamente de capacitación y de
propaganda. Se repudiaba por éstos la necesidad de una organización de tipo
nacional. Dividir a los libertarios en jóvenes y viejos ha sido, en los medios
confederales y anarquistas, un motivo permanente de debate. Ambas
tendencias juveniles mantuvieron por mucho tiempo sus posiciones. La
divergencia se acentuó después del 19 de julio.

Durante los meses trágicos de la guerra, la FIJL secundó en casi todas las
regiones la posición colaboracionista que habían adoptado las otras dos ramas
hermanas. En consecuencia, el viejo pleito que dividía a los jóvenes se
convirtió, de cuestión de mera oportunidad, en problema de principios. La
mayoría de los jóvenes libertarios de Cataluña, que no habían otorgado nunca
su adhesión incondicional a la FIJL, se erigieron paulatinamente en reducto de
la clásica interpretación de los principios libertarios. Por lo que respecta a la
FIJL, intervino como organización en todas las combinaciones del frente
antifascista, ostentando sus militantes, como hemos visto, la representación
de cargos administrativos gubernamentales. Esta concepción táctica debía
conducirla a una serie de contactos con las demás organizaciones juveniles,
republicanas y marxistas, y a la participación intensa en aquel frondoso
movimiento de pactos de unidad con los jóvenes de los demás partidos. Pero si
bien es cierto que la FIJL no opuso apenas resistencia a la psicosis
circunstancialista, que afectó durante la guerra a la mayoría de los libertarios,
no es menos cierto que fue más afortunada que las Juventudes Socialistas en
inmunizarse contra el virus estalinista. Los constantes intentos de los
comunistas por absorber a todas las Juventudes en un bloque que ellos
pensaban dominar (22), los señuelos, consignas y halagos empleados a este
objeto, encontraron en los jóvenes de la FIJL, una impermeabilidad digna y
obstinada. Ofrecemos más abajo una prueba.

El estado de las relaciones entre las Juventudes Libertarias de Cataluña y la


FUL resalta de una de las resoluciones del Congreso que celebraron las
primeras el 1 de noviembre de 1936. Uno de los temas de aquel congreso era
la «discusión de la proposición hecha a las Juventudes Libertarias de Cataluña
por el Pleno nacional de Regionales para que ingresen en la FIJL». La respuesta
del congreso fue la siguiente: «Sobre la proposición de la FUL el congreso, por
unanimidad, acuerda su ingreso en la misma, recabando plena autonomía para
la Regional catalana a fin de poder seguir sus relaciones con la FAI».

La resolución implicaba una vez más el criterio anticentrista de los jóvenes


libertarios de Cataluña y su voluntad de seguir considerándose como simples
secciones culturales de la Federación Anarquista Ibérica. Más tarde se operaría
en aquéllas un progresivo distanciamiento de la FAI, a medida que esta
organización fue afirmando su espíritu de contemporización política. Esta
radicalización de los jóvenes libertarios de Cataluña empieza después de los
hechos sangrientos de mayo de 1937. Sus relaciones con la FUL fueron
nuevamente críticas. Y el pacto con las Juventudes Socialistas Unificadas de
Cataluña quedó completamente olvidado. Este pacto se había producido como
consecuencia del que establecieron los confederales y faístas con la UGT y el
PSUC (agosto de 1936). He aquí el pacto juvenil a que hacemos referencia:

» BASES MÍNIMAS SOBRE LAS CUALES SE CREA EL COMITÉ DE ENLACE


ENTRE LAS JUVENTUDES SOCIALISTAS UNIFICADAS Y LAS JUVENTUDES
LIBERTARIAS DE CATALUÑA. Comprendiendo que los momentos que
atravesamos precisan de la máxima coordinación de esfuerzos entre
los elementos antifascistas combatientes, se constituye un Comité de
Enlace entre las Juventudes Socialistas Unificadas de Cataluña y las
Juventudes Libertarias de Cataluña, con el fin de que exista de
inmediato una estrecha cohesión entre ambas organizaciones,
necesarias para ganar pronto la guerra, realizando sobre la marcha la
transformación social, con cuya arma es más seguro y definitivo el
triunfo de la causa del pueblo. Se constituye, además, este Comité de
Enlace, como primer paso para lograr la estrecha colaboración de toda
la juventud antifascista y revolución aria, cuya base podrá ser ampliada
cuando ambas partes lo crean conveniente. Las dos organizaciones
firmantes se comprometen a cumplir las siguientes bases mínimas:
»1. El Comité de Enlace estará integrado por dos miembros de las JSU
de Cataluña y dos de las Juventudes Libertarias de Cataluña.

» 2. Se desarrollará una intensa campaña, abogando en todo momento


por que en la dirección político-social de España se encuentren
representadas, en relación a sus fuerzas, todas las tendencias
antifascistas, ya que así lograremos cohesionar más firmemente los
anhelos de la clase trabajadora al sentirse justamente representada.

» 3. Somos partidarios de la movilización, con el f i n de poner en pie de


guerra el máximo número de combatientes; y a tal efecto nos
comprometemos a que se lleve a cabo con la mayor rapidez, hasta las
máximas consecuencias que la guerra exija.

» 4. Entendemos que la juventud debe adquirir para la lucha eficaz


contra el fascismo una preparación técnico-militar que no tiene,
aceptando plenamente la creación de las escuelas de preparación
técnico­militar en los pueblos y barriadas; a tal fin prestaremos nuestro
apoyo para la mayor eficacia de las mismas.

» 5. Por imperativo de la lucha, se impone el que cada combatiente


posca una disciplina y una moral a tenor de las circunstancias, lo que
no quiere decir que volvamos a la vieja disciplina cuartelaría.

» 6. Una de las necesidades más imperiosas en la lucha que


sostenemos es que se vaya de inmediato a la creación de una estricta
economía de guerra que responda, en todo momento, a las
necesidades de la misma; y para ello adoptamos las siguientes
consignas: a) Adaptación de la industria metalúrgica para la fabricación,
en gran escala, de pertrechos de guerra. b) Paralelamente a lo indicado
en el apartado anterior, debe llevarse a efecto un vasto plan de
fortificaciones. c) Transformación y adaptación del comercio y la
industria para que en diversos aspectos contribuyan a las exigencias del
momento. d) Establecimiento progresivo del salario único familiar. e)
Aumento de la jornada de trabajo. f) Solución completa del problema
de los desocupados y refugiados. g) Abolición del salario de las milicias,
atendiendo solamente las necesidades de las familias de los que
luchan. h) Preparación y adaptación de la mujer en las labores que
hasta aquí ha venido realizando el hombre, para poder ocupar su
puesto en el momento de la movilización general. i) Dada la
envergadura de la lucha que sostenemos, debemos todos, sin
excepción, contribuir con nuestro esfuerzo hasta conseguir la victoria.
Y en este sentido deben ser movilizados cuantos hayan permanecido al
margen de la lucha hasta la fecha, incluyendo a todos los detenidos
para los trabajos de fortificación y de guerra.

» 7. Colaboración directa de la juventud en la limpieza de agentes del


fascismo en nuestros frentes y en la retaguardia.

» 8. Las organizaciones juveniles que forman este Comité de Enlace


influirán, en lo posible, para que las relaciones entre la CNT, UGT, PSUC
y FAI sean cada vez más estrechas.

» 9. Las dos organizaciones juveniles firmantes se comprometen a


cumplir estrictamente cuanto señalamos en este documento. Por el
Comité Ejecutivo de las JSU de Cataluña, Martí Savat, José Pérez y
Tomás González. Por el Comité Regional de las Juventudes Libertarias
de Cataluña, Alfredo Martínez, Fidel Miró y Juan-Francisco Aso.
Barcelona, 17 de noviembre de 1936.»

Tres meses después de la firma de este pacto, se celebró en la Plaza de


Cataluña de Barcelona un gran mitin de concentración del frente de la
juventud revolucionaria. Lo organizaron las Juventudes Libertarias de Cataluña
(según las palabras del presidente del acto -Alfredo Martínez), «en
colaboración con todas aquellas Juventudes que comprenden las
circunstancias graves por las que atravesamos en España» (el desastre de
Málaga). La alusión a las ausentes iba dirigida a las JSU, que no figuraban en el
acto. Figuraban, sin embargo, representaciones de las Juventudes del POUM.
Al mitin asistieron más de 50 000 espectadores.

La ausencia de las JSU se explica por el hecho de la presencia en el acto de


oradores de la Juventud Comunista Ibérica (POUM). La eliminación del
comunismo de oposición rezaba también para los cachorros del estalinismo.
Por el contrario, las Juventudes Libertarias reivindicaban la presencia de todos
los jóvenes revolucionarios en el Frente de la Juventud. Esta disparidad de
posiciones, de bajo fondo político por parte de las JSU, venía a desbaratar
completamente el compromiso suscrito el 17 de noviembre. Las relaciones
entre las Juventudes Libertarias y los jóvenes estalinistas entraron en crisis
como consecuencia de aquel acto. Veremos en seguida las consecuencias.

A principios del mes de abril celebróse en Madrid u no de esos congresos de


factura estalinista encaminado a establecer los cimientos de una alianza
nacional ele todos los jóvenes. Ofrecemos, ele la prensa del 5 de aquel mismo
mes, la siguiente reseña:

« Madrid, 5. Realizase, con gran éxito, el Congreso de la Alianza de las


Juventudes, que tuvo lugar en el Ateneo. Después de haber hecho u so
de la palabra varios oradores de la JSU, les tocó el turno a los
delegados libertarios, Sánchez y Bosch Mediano. Al anunciar Alcalá
Castillo al primero, el Congreso, puesto en pie, tributó una ovación a
dicho representante y al himno anarquista que interpretaba una
banda.

» El camarada Sánchez empezó diciendo que agradecía la ovación


tributada al himno libertario. Pero, antes que nada -dijo- tengo que
deciros algo que no debería sorprenderos. Mi voz viene a discrepar casi
en absoluto de todo lo que aquí se ha manifestado. Aquí os asusta la
palabra «revolución». Decía ayer un destacado militante de la JSU que
era necesario que se desplazasen algunos hombres a organizar a las
Juventudes de Cataluña. Que en el frente de Aragón no se combatía.
Pues he de decir, han de decir las Juventudes Libertarias, que en el
frente de Aragón no se combate porque hay un 75 % de anarquistas, y
alguien procura, en las altas esferas, que estos combatientes
permanezcan inmovilizados. Nosotros pedimos una alianza juvenil con
una base sólida, que aquí no se ha querido plantear, sino que se ha
dado de lado, una base de alianza que sirva para hoy y para mañana;
pero no vemos posibilidad de llegar a un acuerdo; se tiene que
sacrificar todo, como nosotros lo hemos hecho con nuestros más
honrosos principios. En nombre de la juventud libertaria he de deciros
que el informe de la JSU es totalmente hueco de contenido social y
emplazamos a ésta para presentar unas bases sólidas.

» Las palabras del representante de las Juventudes Libertarias causan


gran sensación. Sube luego a la tribuna el camarada Bosch Mediano,
por la Federación local de las Juventudes Libertarias.

» Vine a este Congreso -dice- creyendo encontrar algo nuevo en los


hombres que, si no piensan como nosotros, trabajan y luchan por unas
aspiraciones de hombres revolucionarios. Las JSU organizaron en
Valencia un Congreso en el que trataron a su manera la situación de la
juventud española. También los jóvenes libertarios hemos ido a
Valencia y llevamos una posición firme y clara, de auténtico contenido
revolucionario. Franco y Mola también están haciendo la revolución
para su medro fascista. Los jóvenes libertarios quieren una revolución
con una ética social. Los jóvenes de la JSU han traído a este congreso
las mismas bases aprobadas en Valencia. Había que recoger en pro de
la alianza a los combatientes que luchan por el gobierno legítimo, «y al
lacio de éstos, incluso a los católicos», se ha dicho por aquellas
juventudes. Y yo pregunto, ¿cómo las JSU pueden llegar a unirse con
los católicos cuando siempre llevaron éstos la religión para medro
personal?

» Se extiende en consideraciones sobre el pleito existente entre el


gobierno de Euskadi y la CNT. Causa verdadera sorpresa entre los
asistentes la dureza con que trata este asunto.

» Decía ayer un compañero -prosigue- que era necesaria la unión de la


CNT y la UGT y pregunto: ¿Seríais capaces ele ingresar en bloque en las
filas de la CNT? No. ¿Seríais capaces de ingresar en las filas de la UGT?
Tampoco. Entonces no es posible hacer en esas condiciones la fusión.
Aquí se ha dicho que se lucha por la República democrática y
parlamentaria. Conforme si es una república en el sentido que defendía
Platón: democrática, si democrático significa el gobierno del pueblo
por el pueblo. Parlamentaria, de ninguna manera. No podemos estar
conformes con el parlamentarismo. Son los sindicatos quienes deben
controlar la política y la economía de España. Los jóvenes unificados
quieren la nacionalización de la industria. Somos únicamente los
trabajadores los que debemos apoderarnos de cuanto signifique
producción.»

En la intervención del joven libertario Bosch Mediano se hacía alusión a un


pleito existente entre la CNT y el gobierno de Euskadi. Dicho pleito tuvo origen
en el momento mismo de la constitución del gobierno autónomo de Euskadi,
de cuya constitución quedaron descartados los elementos confederales del
norte. Cuantas protestas y campañas se llevaron a cabo no consiguieron
modificar las determinaciones de nacionalistas y comunistas vascos respecto a
la participación de la CNT en aquel gobierno. Más tarde les eran arrebatados a
los confederales norteños los talleres en que venían editando el diario CNT del
Norte. Este despojo, hecho a beneficio de los comunistas, que empezaron a
imprimir allí su órgano Euskadi Roja, suscitó graves incidentes, entre ellos la
detención de miembros del Comité confederal de aquella región que se habían
opuesto resueltamente a la evacuación del local, por considerarlo merecido y
legalmente adquirido. Estas detenciones provocaron una viril reacción de los
militantes confederales de aquellos frentes, cuya amenaza de intervención
pudieron a duras penas evitar los elementos responsables de los comités. En
unas declaraciones a la prensa del 24 de abril, Segundo Blanco, destacado
militante confederal de Asturias, expuso algunos pormenores ele aquel
incidente:

« Dice que la nota publicada en Madrid y Cataluña, facilitada por la


Delegación de Euskadi sobre este pleito, es tendenciosa y no se ajusta a
la verdad. Existía un acuerdo de la Regional del Norte de fundar un
periódico titulado CNT del Norte, que fuera órgano confederal. Para
esto nos entrevistamos con la empresa del Noticiero Bilbaíno, para
tirar allí el periódico. No se requisó, ni nos incautamos, como se ha
dicho, de ninguna imprenta. Propusimos a El Noticiero que nos
vendiese la maquinaria. El desenvolvimiento de este periódico como
empresa desvinculada de todo movimiento, era difícil y su situación
económica mala. Accedieron y se llegó a firmar un contrato de compra
y venta, ante notario y abogado, el día 15 de febrero. Apareció el diario
CNT del Norte, y la adquisición se hizo de acuerdo con todas las
disposiciones legales. Este acto jurídico de compra y venta fue elevado
a escritura pública el 23 del mismo mes. Ninguna modalidad quedó por
llenar. Se buscaron los antecedentes del asunto y el Comité regional
del Norte envió al gobierno de Euskadi un extenso y razonado
documento en el que ponía de relieve todo lo ocurrido y en el que
entre otras cosas hacía constar que la empresa editora de El Noticiero
Bilbaíno era una sociedad limitada, nada sospechosa de desafección al
régimen y que, por tanto, ambas partes estaban en perfecto derecho
de adquirir y enajenar bienes. Que la sociedad editora de El Noticiero
Bilbaíno no era sospechosa de desafección al régimen, lo demuestra el
hecho de que el gobierno vasco dictó una disposición por la cual se
incautaba de todos los periódicos que fuesen desafectos al régimen y
no se incautó de El Noticiero bilbaíno.

» El Noticiero pasó pues a ser propiedad de CNT del Norte el día 17 de


marzo. Euskadi Roja, que ahora se edita en El Noticiero, anunció que
pensaba tirar el periódico en dichos talleres, y se presentaron el 28,
quedando en situación desairada. Pero después, por disposición del
gobierno vasco, se mantuvo la orden de que allí se tirara Euskadi Roja.
El edificio fue rodeado por los guardias y detenidos nuestros
compañeros. Se dijo que el Comité regional, que había quedado
detenido, había sido tratado con toda clase de consideraciones. Esto no
es cierto. En la cárcel fueron mezclados con los fascistas y con algunos
procesados por intento de evasión.

» Se celebró un Pleno interprovincial en Santander, con asistencia de


Asturias, en el que se acordó protestar ante el gobierno de Euskadi,
ante Largo Caballero y ante la prensa de lo ocurrido, destacándose una
delegación de la que formó parte la regional de Asturias. El camarada
Aguirre reconoció que nos asistía toda la razón, pero nos encontramos
con que el consejero de Gobernación afirmó públicamente que se
pretendía que los batallones confederales bajasen del frente. Sin
embargo, el camarada Aguirre tuvo ocasión de leer la copia de la carta
enviada a nuestros batallones por el Comité regional, carta en que se
les indicaba que actuaran con prudencia, asegurándoles que el Comité
regional se bastaba para resolver cuantas dificultades surgieran en la
retaguardia. En el propio Consejo de gobierno, Aguirre comentó las
palabras que con tanta torpeza había pronunciado el consejero de
Gobernación en relación con los combatientes de la regional del
Norte.»

El Congreso de la Alianza juvenil de Madrid tuvo la virtud de poner de relieve


uno de los aspectos más vidriosos de la lucha política producida en la
retaguardia. Nos referimos a los ataques públicos, por parte de los
amaestrados receptores de consignas, contra las industrias de guerra de
Cataluña. En un editorial del 8 de abril, Solidaridad Obrera salía al paso de las
manifestaciones hechas ante aquel Congreso por el secretario general de las
Juventudes Socialistas Unificadas de Cataluña. Este había afirmado, entre otras
cosas, que existían en aquella región fábricas para la industria de guerra,
magníficamente instaladas, y que se empleaban solamente para la fabricación
de cápsulas de munición para pistola. A lo que replicaba Soli:

« Primero, es un Consejero que afirma lo que no sabe y al ser


desmentido e invitado a que pruebe lo que dice, da la callada por
respuesta. Después es un teniente coronel que opera en el frente de
Aragón, que se atreve a afirmar que ha causado más víctimas el
material de guerra fabricado en Cataluña que las balas de los fascistas.
Se le invita a que lo pruebe, y el hombre de palabra y responsabilidad
da la callada por respuesta. Más tarde, obedeciendo a la misma
consigna, hay un envío de material devuelto del frente, y nombrada
una comisión compuesta por técnicos militares y personas civiles,
firman un documento en el que hacen constar que dicho material ha
sido devuelto estando en perfectas condiciones. Otro envío y otro,
todos de la misma procedencia, y con el mismo resultado. Más tarde, el
célebre asunto de los tanques. Luego, un suelto en el periódico
defensor de la unidad hablando de dirección honrada en la industria de
guerra y competencia sindical. Y por último, como final -por ahora, ya
que el sector del PSUC es tenaz en sus cosas la afirmación del
secretario de las JSU de Cataluña [...]»

Sin embargo, la campaña derrotista, lejos de amainar, siguió


arreciando. A tal extremo, que degeneró en debate público, y el propio
consejero primero de la Generalidad, José Tarradellas, tuvo que salirle
al paso, en fecha 15 de abril, con el siguiente artículo:

« ATENCIÓN» INDUSTRIAS DE GUERRA PRETEXTO POLÍTICO. En épocas


normales es comprensible -y aun hasta cierto punto- que los partidos
políticos procuren ampliar sus organizaciones recurriendo a la
propaganda de sus ideales y promoviendo campañas que tiendan a
desacreditar a sus adversarios ante la opinión pública. Si estas tácticas
son, den t ro de lo normal de la política, relativamente comprensibles,
es inadmisible, perturbador y despreciable aprovecharse, en tiempo de
guerra, del silencio obligado que algunos observan para combatirlos.

» De cierto tiempo a esta parte, ha aumentado considerablemente el


número de los desocupados que se dedican a criticar las industrias de
guerra creadas en Cataluña. Estas censuras, son casi siempre inspiradas
por la envidia y el despecho. El día que podamos hacer el balance de la
actuación realizada por los hombres que han tenido cargos de gobierno
en Cataluña desde el 19 de julio hasta la fecha, nos encontraremos con
resultados muy curiosos y aleccionadores. Veremos cómo aquellos que
usan constantemente como arma única y única actividad la censura
sistemática de toda obra constructiva realizada por los demás, habrán
de quedar envueltos dentro de su crítica y dentro de la teoría, mientras
en los cargos de responsabilidad que les han sido confiados, su obra,
muchas veces, sólo ha producido el caos y el desorden.
» Ayer mismo, en el periódico Treball, pude leer un artículo que habla
también de industrias de guerra. Desgraciadamente estamos
acostumbrados a leer comentarios y a escuchar mítines y conferencias
que sirven para que los articulistas y oradores demuestren una
ignorancia absoluta de las materias de que se atreven a hablar.
Empero, nunca había leído un artículo como el que he mencionado. En
él, con tal de defender la determinada posición política de su partido,
se dicen y afirman las más arbitrarias falsedades y los comentarios más
caprichosos con sorprendente despreocupación.

» Ante las continuas rectificaciones de que son objeto, ¿no podrían


enmudecer de una vez estos que nunca han hecho otra cosa sino la
crítica de las obras de los otros? ¿No les parecería más útil, en lugar de
hablar de las cosas que no conocen, ni entienden, ni comprenden, que
se esforzaran en realizar una obra en los lugares de los cuales son
responsables? Si fuera posible, pediría que no se jugara con el tema de
las industrias de guerra. Los que formamos parte de la comisión,
aceptamos todas las críticas, y aquellos que quieran hacerlas, ya tienen
un camino bien digno y lícito si se sirven de sus representantes dentro
del gobierno de la Generalidad. Es allí donde tienen que discutirse
estos asuntos, y no en la calle, ante la opinión pública, no toda formada
por compañeros en la causa. Tenemos bastante sentido de
responsabilidad para comprender que una respuesta nuestra detallada,
una réplica documental, podría perjudicar a aquellos que los criterios
gratuitos se envanecen en defender. Por esto, nuestro patriotismo se
resiste a responder y comentar como quisiéramos las críticas
aventuradas. ¡Qué beneficio para nuestra dignidad, si no se utilizasen
más pretextos semejantes para hacer política!

» Ya sé que mis palabras tendrán poco valor para algunos de esos


curiosos aficionados a las cosas de guerra; pero he querido aprovechar
la oportunidad que aquel lamentable escrito me brinda, para decir
públicamente que si se quiere crear un ambiente de guerra, y si hemos
de llevar a la práctica un plan para conseguir la victoria, hace falta
pensar que sólo podremos realizarlo obrando con lealtad y actuando
con sinceridad, lejos de provocar situaciones de ventaja. En definitiva,
creo que aquél que no actúa así es incapaz de ejecutar ningún plan
constructivo, y mucho menos, obtener nuestra victoria.»

Más contundente es la réplica de Eugenio Vallejo, publicada en Soli (24 de


abril). Como hemos visto, Vallejo, destacado militante confederal y técnico
calificado, formaba parte de la Comisión de la Industria de Guerra de Cataluña.
Esta la presidía Tarradellas, como consejero de Hacienda y primer consejero,
desde su creación por decreto de la Generalidad de fecha 7 de agosto de 1936.
Dicha comisión estaba compuesta por representantes de la Consejería de
Defensa, de Economía, de Hacienda y de Seguridad interior. Los miembros de
la comisión eran nombrados directamente por los consejeros de estos
departamentos. Las organizaciones y partidos no tenían representación directa
en la comisión y ésta sólo podía dar explicaciones al gobierno de la
Generalidad por mediación de las referidas Consejerías. Sin embargo, los
comunistas daban a entender en sus propagandas que constituía un
monopolio de la CNT. Recuérdese que la CNT sólo controlaba dos de las cuatro
Consejerías apuntadas: Defensa (Isgleas) y Economía (Santillán):

« DIFAMAN A LOS OBREROS DE LAS FÁBRICAS DE MATERIAL DE G


UERRA. En la cruzada emprendida por los dirigentes del PSUC contra
las industrias de guerra de Cataluña, faltaban dos elementos que, hasta
ahora, habían permanecido mudos: Vidiella y Estivill. ¡Por fin han
hablado!

» En Reus se ha celebrado un mitin, y los profesionales de la


difamación y de la zancadilla, verdaderos revolucionarios en eso de
destruir lo que encuentran a su paso cuando ostentan un cargo, se han
despachado a su gusto. Lo grave es que han hablado en nombre de la
UGT, y los obreros de esta organización, que desde el principio han
puesto su afán en trabajar para la guerra desinteresadamente, sabrán
con testar a las palabras de sus dirigentes. De no ser así, los
documentos refutarían de una manera eficaz las palabras de los
charlatanes profesionales que han hablado en Reus.

» De una forma pintoresca, pregunta Estivill, para qué se necesitan en


Barcelona las cerraduras de las maletas. Esta respuesta se la podrían
dar los que precisen de esta clase de artículo para huir por la frontera o
para pasar por la misma las pistolas que van a proveer a los centros de
la UGT.

» No hacemos, y lo podríamos hacer, ametralladoras, fusiles y cañones


-sostiene Estivill-, como si esto lo quisiera relacionar con la maquinaria
que hace cerraduras para maletas, transformándolas en máquinas de
hacer cañones. ¡Lo mismo que el de la grúa de las cien toneladas! Si se
hacen fusiles, tanques, pistolas, etc., pueden darles informes los
mismos obreros de su organización que participan en esta fabricación,
junto con los compañeros de la CNT.

» Pero esto en sí, no tiene otra importancia que la que se le quiera dar
a quien habla de lo que no sabe y obedece a una consigna que, por
encima de la verdad, pretende hacerse paso en su camino, en el cual
sólo han puesto obstáculos.

» Sostiene Estivill, y sus palabras son reproducidas en Treball, que lo


que se hace en material de guerra, se hace con cara al negocio. Y
añade: «Hay nuevos ricos salidos del campo del proletariado que
especulan con la guerra. Se han pagado espoletas que valen doce
pesetas, a treinta pesetas.» ¿Qué quiere decir esto? ¿Quiénes son los
nuevos ricos que especulan con la guerra? ¿Quién cobra el material a
más del doble de lo que, según Estivill, vale?

» Los obreros de las fábricas de espoletas y de toda clase de material


de guerra están, desde el principio de la guerra, cobrando
semanalmente los jornales correspondientes a la semana de trabajo no
percibiendo, por voluntad propia, las horas que trabaja n los domingos.
Además, la mayoría de las fábricas no han querido empezar a cobrar la
nómina hasta que se han agotado todos los recursos que tenían en
caja. Si no han cobrado más que los jornales, ¿dónde está la
especulación y el negocio sucio?

» En lo que pueda referirse a Industrias de guerra, HASTA LA FECHA NO


SE HA PASADO NINGUNA FACTURA DE NINGUNA CLASEDE ESPOLETAS
ENVIADAS FUERA DE CATALUÑA NI SE HA PENSADO NUNCA EN ELLO.
La acusación merece la pena de recogerla y exigir la rápida
rectificación. Las fábricas que construyen espoletas y toda clase de
materiales de guerra, algunas de ellas fuera de Barcelona y que están
representadas por elementos directivos de la UGT en sus localidades,
se encargarán de exigir al difamador Estivill la aclaración a las palabras
de este sujeto pronunciadas en el mitin de Reus.

» Los que han puesto todo su esfuerzo en intensificar la producción y


que ha n sido vejados por los elementos del PSUC precisan una rápida
aclaración, no consintiendo que las palabras de este sujeto sigan la
misma trayectoria que las demás, pronunciadas por sus antecesores.
Los obreros y los comités de fábricas de material de guerra, en las
cuales están representados los dos organismos sindicales, tienen la
palabra.»

En la campaña contra las industrias de guerra de Cataluña coincidieron el


espíritu absorcionista del gobierno central y el sectarismo de los satélites de
Moscú.

No es un secreto que el milagro de la creación de la industria de guerra en


Cataluña tuvo por principal impulsor y realizador a la CNT, a través de sus
sindicatos. La Confederación controlaba, antes y después del 19 de julio, la casi
totalidad del proletariado industrial barcelonés y la mayoría de los obreros
organizados de la región. Cataluña y Vizcaya eran los dos grandes núcleos
industriales de España. El sector obrero confederal era, por otra parte, el
mejor preparado, dada su intensa educación revolucionaria y constructiva,
para enfrentarse con los problemas económicos e industriales que había de
plantear la revolución. En todos los comicios de la CNT, y principalmente en el
agudo periodo republicano, se habían manifestado siempre estas inquietudes.
Era natural que así sucediera. En mítines, charlas, conferencias y asambleas de
los sindicatos, en la prensa semanal y diaria, en el folleto, en la revista y en el
libro, se traducía intensamente la preocupación por las labores constructivas
de la revolución. La CNT vivía por y para la revolución. Lo demuestra el hecho
de las colectivizaciones, que surgieron espontáneamente, por estado de
madurez revolucionaria, y sin que las decretase ningún comité.

La necesidad de una industria de guerra se planteó en el momento mismo en


que empezaron a llegar del frente apremiantes demandas de material de
combate, Según Santillán (Por qué perdimos la guerra, p. 111), Durruti fue uno
de los jefes militares más exigentes:

« Todos los jefes del frente aragonés nos enloquecían con sus
reclamaciones continuas de armas y municiones. Con más insistencia y
con más tenacidad que nadie, Durruti, que había establecido su Cuartel
general en Bujaraloz, nos improvisaba una filípica diaria con todo lo
que necesitaba para hacer la guerra y salir triunfante de la empresa.»

Como aportación a la polémica sobre las industrias de guerra, Soli había


publicado aquellos días los siguientes datos:

« El 21 de julio, el Sindicato de la Metalurgia, de acuerdo con García


Oliver, eligió a Vallejo para organizar las fábricas de material de guerra.
Desde el 19 de julio, varias casas de Barcelona se habían destacado,
espontáneamente, en la fabricación de tanques, con más buena
voluntad que técnica. Vallejo se dedicó a recorrer las barriadas y a
acoplar en ellas a todos los compañeros útiles para la labor, A los 6 días
se entregaban ya algunos tanques al Comité de Milicias. Se carecía de
toda clase de elementos y más aún de planos, porque en Cataluña
nunca se había construido material bélico. Cuando la guerra del 14 se
trabajó para los beligerantes, pero no en armamentos, sino en material
para ferrocarriles. Excepto la casa Barret, que hacía obuses, las grandes
factorías metalúrgicas -los aceros de San Martín- no se ocupaban más
que de material ferroviario. Carecíamos de técnicos y planos al
comenzar la guerra. García Oliver presentó a Vallejo dos técnicos que
habían trabajado en las fábricas de Oviedo. Al mismo tiempo
obtuvimos el valioso concurso del coronel de artillería Jiménez la
Veraza, director que era de la fábrica de armas de Oviedo el 6 de
octubre de 1934 y contra el que se dictó sentencia de muerte por su
actuación en los sucesos. Con estos elementos dimos comienzo a la
fabricación. Las fábricas de armas de España estaban en poder de los
facciosos. Nos incautamos de algunos planos, así como de maquinarias
especiales que estaban ocultas en determinada casa de Barcelona. Lo
primero que se hizo fue centralizar la actividad de la «Hispano Suiza»,
por ser la más importante de Cataluña y que contaba con más medios
materiales y personal. Esta y 7 u 8 casas más resolvieron en los
primeros instantes los problemas más urgentes de fabricación.

» A los pocos días se forma la Comisión de Industrias de Guerra del


gobierno de la Generalidad. Vallejo es nombrado por decreto delegado
del comité, cargo que no tiene matiz político alguno. Nuestra primera
inquietud fue la situación de las fábricas. Los burgueses, sabedores de
lo que se avecinaba, habían retirado todos los capitales. Los obreros
aceptaron cobrar solamente a base de nóminas de jornales siempre
que se facilitara material, a pesar de que el desgaste de la maquinaria,
por el excesivo trabajo, bien pudiera ser compensado con una
amortización a los efectos de la postguerra. Todas las fábricas de la
metalurgia catalana trabajan para la guerra. La Generalidad invierte 3
millones de pesetas sólo en jornales para las industrias metalúrgicas. A
excepción de algunos pequeños talleres que empezarán a actuar en
cuanto se les provea de los elementos necesarios, en todas las fábricas
se trabajan los tres turnos. Hoy nuestros técnicos no tienen nada que
envidiar a los extranjeros. Justifica esta afirmación la transformación
realizada en pocos meses en una industria que producía antes los más
diversos artículos. Las fábricas que producían tubos de carmín para
labios fabrican hoy cartuchos y balas. ¿Por qué callar hipócritamente?
No. Cataluña ha facilitado y sigue facilitando material bélico y materias
primas para elaborarlo al resto de nuestra zona; pero la ayuda del
gobierno de Valencia no ha sido nada eficaz. Existe incluso una cierta
tirantez, que dura ya varios meses... En muchas casas, y durante los 8
meses que llevamos de guerra, no se ha hecho ni una sola fiesta. Los
técnicos trabajan 16 horas diarias por término medio. La producción
aumenta cada vez más. Dentro de poco no habrá en Cataluña un solo
torno que no esté empleado en esta actividad. Existe el proyecto de
que regresen del frente todos los compañeros especializados para
intensificar el trabajo.

Las armas de que disponía Cataluña, y que había arrebatado a los


militares sublevados, eran insuficientes en cantidad. Gran parte de
estas armas estaban en manos de las milicias o pueblo armado de la
retaguardia. La consigna de «todas las armas al frente», de haber sido
obedecida, no hubiera resuelto el problema definitivamente. Los más
fervientes paladines de aquella consigna eran los comunistas, que, por
otra parte, postulaban el mantenimiento de cuerpos armados de
retaguardia cada vez más numerosos, y eran los primeros en no querer
desprenderse de sus propios arsenales. Tendía aquella consigna a
desarmar al pueblo y a los milicianos no adictos a la política comunista.

Entretanto, el Comité de Milicias y el propio gobierno de la Generalidad


sufrieron desde los primeros momentos los efectos de la política
financiera ele Madrid, que, como hemos visto, se traducía por el
bloqueo interior de divisas, lo que privaba a Cataluña de poder resolver
sus necesidades en armamento. De ahí la paralización del frente de
Aragón, que con tanto interés partidista explotaban los comunistas.

Cuando empezaron a llegar las primeras remesas de armamento ruso,


los barcos que lo transportaban, de propio intento o por órdenes
emanantes del gobierno central, no tocaban los puertos de Cataluña.

« Esta actitud -añade Santillán en la obra citada, p. 112- nos indignaba


mayormente. Inclusive cuando se prometía que tal o cual cargamento
sería para nosotros, nada nos llegaba. Se nos ofreció material, pero
había que pagarlo, y siempre terminábamos en la impotencia por no
disponer de divisas. (23)
El principal obstáculo para esta ayuda en armas o en divisas, era el
predominio que tenían los anarquistas en los frentes y la retaguardia,
especialmente en el Este. La situación estacionaria del frente aragonés
no era por falta de hombres dispuestos a avanzar en dirección del
objetivo clave que representaba Zaragoza. Era por falta de armas. Más
de 150 000 voluntarios se habían inscrito durante los primeros días, y
en su mayor parte hubo que rechazarlos por falta de armamento. Y
esta situación se prolongó durante meses y meses. La paralización del
frente de Aragón permitió que los facciosos fortificaran allí sus
posiciones y que pudiesen maniobrar libremente en otros frentes,
especialmente en el norte y en el centro. La toma de Zaragoza en los
primeros días hubiera sido seguida de la de Teruel y Huesca, y ello
hubiera trastocado toda la estrategia del enemigo. Pero la
incomprensión del gobierno central, su desconfianza sobre los buenos
y sinceros propósitos del sector predominante en Cataluña, malogró las
posibilidades militares e industriales de esta importante región, lo cual
influyó grandemente en los destinos de la guerra. Para comprender el
milagro de la industria de guerra catalana hay que tener en cuenta que
había que transformar de arriba a abajo gran parte de las instalaciones
industriales de paz. En este aspecto se produjeron hechos de gran
significación para quienes se han empeñado siempre en negar la
realidad del caudal de iniciativas populares puesto al descubierto por
las revoluciones. Todo aquel que tenía una sugerencia que hacer o una
nueva invención en mientes acudía a los comités para ofrecer
desinteresadamente el producto de sus desvelos, de su ingenio o de
sus alucinaciones.

En la organización y puesta en marcha de las industrias de guerra


soldaron perfectamente sus entusiasmos los simples operarios y los
técnicos. Entre algunas personalidades del campo político y algunos
representantes confederales, los intereses y prejuicios de partido
quedaron diluidos ante el cariño que despertó en ellos aquella
extraordinaria obra. Podríamos citar como ejemplo la estrecha
colaboración y solidaridad entre la Esquerra y la CNT en este orden de
actividades. Cualquiera que haya sido el destino posterior de alguna
figuras de nuestra revolución, sus hechos durante la misma son
imperecederos, y permanente el valor de su ejemplo en aquellos
momentos trascendentales.

Dentro de los inconvenientes señalados, la industria de guerra, de


iniciativa y de realización popular, fue a pesar de todo, una realidad
tangible, bien que discutida y difamada por los más incapaces entre los
políticos. Y por ello se impuso al resto de España, antes y aun después
de que el gobierno central tuviera a bien intervenirla. La producción,
sin embargo, en ascenso durante el período de relativa libertad de
iniciativa, fue descendiendo con la intervención centralista, pues el
gobierno central abandonó aquella industria, y a los 80 000
trabajadores que la representaban, a la férula de una nube de
burócratas y de agentes rusos, disfrazados éstos de técnicos
eminentes, que si nada sabían de lo que presumían, se acreditaron
como perfectos espías de Stalin, al que reportaban minuciosos datos y
hasta planos referentes a la producción. Se acreditaron también estos
rusos como elementos de discordia, por sus descocadas actividades
proselitistas entre los trabajadores de las fábricas, pues procedían por
doquiera como en país ocupado.

La transformación de la industria civil en industria de guerra fue casi


total en Cataluña. Nuestras fábricas de municiones y armamento
radicaban en su mayoría en el Norte y en Andalucía. En Toledo se
hallaba instalada una de las más importantes fábricas de cartuchería.
Con vistas al peligroso avance de los facciosos hacía aquella ciudad, se
solicitó, por los representantes catalanes, el traslado de dicha fábrica,
total o parcialmente, a Cataluña. El gobierno central se opuso
formalmente a aquel traslado, y la fábrica quedó en poder del enemigo
el día 27 de septiembre de 1936, fecha en que se perdió para la
República Toledo.

Existe abundante documentación informativa sobre el proceso de las


industrias de guerra en Cataluña. El documento más solvente es el
conocido «Report d'Actuació» de la propia comisión, fechado en
octubre de 1937. En el mismo está basada la carta del presidente
Companys que damos, substancialmente, a continuación. Fue ésta
dirigida al ministro de Defensa nacional, Indalecio Prieto:

« Barcelona, 13 de diciembre de 1937.

» Excmo. Sr. D Indalecio Prieto, ministro de Defensa nacional. Presente.

» Mi querido amigo: He recibido tu carta del día 7 y una copia de la que


con fecha 5 has dirigido a nuestro amigo Comorera. He leído con la
mayor atención su contenido que me ha interesado vivamente, pues se
hace historia y se plantean problemas que por su importancia debieran
ser definitivamente resueltos por el gobierno de la República con el
objeto de que ni por un día más continúe la grave situación en que se
encuentran las industrias de guerra.

» Por primera vez rompo el silencio que me i m puse como norma de


conducta, tanto tiempo mantenido a pesar de las campañas injustas,
debidas muchas veces a falta de información y que a menudo me han
producido la sensación de que más que procurar coordinar con mayor
eficacia la obra realizada por Cataluña, podían debilitarla. Interrumpo
este silencio y deseo expresar en forma concreta y objetiva los
principales hechos dentro de los cuales nos hemos visto precisados a
desarrollar nuestra obra desde el 19 de julio hasta ahora.

» Para tí, que has visto tan de cerca la convulsión político-social por
que ha atravesado nuestro país desde el 19 de julio hasta el presente,
no será una sorpresa ni una novedad el decirte que el 20 de julio se
encontró Cataluña con una transformación tan honda que había roto,
en nuestra tierra, todos los moldes de una coordinación y colaboración
que hiciesen posible la implantación, en forma rápida, de un plan que
satisficiese las necesidades que imponía la guerra. Era necesario hacer
todos los esfuerzos para llegar rápidamente a una coordinación. En
Cataluña, por su situación industrial y económica, nuestras masas
obreras sintieron, como una reivindicación histórica, la necesidad de
incautarse de toda la industria. Pero esta incautación, principalmente
en lo que hace referencia a la industria metalúrgica, es preciso
reconocer que no fue solamente por el deseo de tenerla en sus manos,
sino que inmediatamente se pensó en la necesidad de transformarla
para su adaptación a la fabricación de material de guerra. Es evidente
que en los primeros momentos la buena voluntad de unos y otros no
habría sido suficiente para hacer grandes cosas, si la Generalidad de
Cataluña no hubiese intervenido de manera franca y decidida. Era
necesario coordinar todas las iniciativas particulares que surgían de
cada comité; era necesario también, hacer comprender a éstos que la
requisa o la intervención de la Generalidad no significaba, en modo
alguno, que volviésemos a un régimen de trabajo como antes del 19 de
julio, sino que la cooperación de la Generalidad debía ser siempre
interpretada como una tutela y en un amplio espíritu de colaboración,
necesario en aquellos momentos más que nunca, entre la clase
trabajadora y el gobierno, e imprescindible para ganar la guerra. Por
este motivo, a principios de agosto, la Generalidad empezó a intervenir
toda la industria que posibilitaba la fabricación de material bélico, así
como la que, aunque no afectase de manera directa a la guerra, era
indispensable para su industria. Cuando ahora me informo de que van
haciéndose de manera normal incautaciones y requisas, me produce
naturalmente gran satisfacción; pero como comprenderás, amigo
Prieto, en el mes de agosto de 1936, este anhelo y este deseo de la
Generalidad de coordinar toda nuestra industria, chocó con una
resistencia, hasta cierto punto comprensible, por parte de aquellos
comités que desde el primer momento se habían apoderado de las
fábricas y que creían de buena fe que solamente ellos podían llevar
adelante la fabricación de material de guerra. Sin embargo, a pesar de
todas estas dificultades, algunas de ellas de cierta gravedad, la
Generalidad fue coordinando todo este gran trabajo y este enorme
esfuerzo que ha hecho Cataluña, y la obra en principio mirada con
recelo, bien pronto obtuvo la confianza de la clase trabajadora, de
nuestro pueblo y de sus técnicos y eso permitió llevar adelante una
industria que si no ha llegado a alcanzar la extensión que nosotros
requeríamos, podemos, por lo menos, decir con íntima satisfacción,
que hemos cumplido tal como Cataluña y la República se merecen,
dentro de los medios y posibilidades a nuestro alcance.
» Solucionamos en principio los problemas que podía plantear la
intervención de la Generalidad en la industria y esbozando un plan de
trabajo, pusimos rápidamente manos a la obra de cara al futuro. Por
espontáneo impulso, alentado por indicaciones que me llegaron de
altas magistraturas de la República, los milicianos de Cataluña se
dirigieron a tierras de Aragón, como una amenaza y al sólo objeto de
privar de movimiento a la guarnición de Zaragoza y a las fuerzas
rebeldes de dicho sector, conteniéndolas y dificultando la posibilidad
de un avance sobre Madrid; milicias surgidas en aquellas horas,
aglomeradas, sin más cohesión que el entusiasmo y la improvisación, y
sin el armamento indispensable.

» Con el entusiasmo que Cataluña pone siempre en sus propósitos, nos


dedicamos a establecer un plan de fabricación de guerra, de cara a las
perspectivas que se presentaban de que sería larga y difícil y debíanse
preparar todas las previsiones. Creíamos que por lo menos era
necesario hacer lo imposible para obtener rápidamente tres
materiales: fabricación de cartuchos, proyectiles de cañón y explosivos.
La Generalidad creyó, y llevó a la práctica, que era imprescindible
también, adaptar con toda rapidez pequeñas industrias, como por
ejemplo fábricas de objetos ele escritorio, fábricas de material eléctrico
y artículos de metal de propaganda, para la fabricación de vainas de
cartucho. No solamente resultaba difícil la adaptación de estas fábricas,
sino que era necesario adiestrar a nuestros obreros en esta nueva
industria; pero mientras se estaban llevando a cabo estos trabajos y
enterados de que en Toledo existía la fábrica de cartuchos, pedimos al
entonces ministro de la Guerra que quisiera, al menos, traspasar, si no
toda la fábrica, un par de equipos de la misma a Barcelona, con el
objeto de continuar produciendo la cartuchería necesaria toda vez que
ya habíamos podido organizar la fundición y fabricación de copelas,
cosa que nos fue también muy difícil, pues, como tú no ignoras, las
fábricas de Toledo y Sevilla empleaban principalmente latón militar de
las fábricas de Lugones y Córdoba, y naturalmente, nos encontramos
en los primeros momentos faltos de las materias prima s necesarias
para la obtención de copelas. Estos problemas que de modo
esquemático solamente enuncio en este momento, representaban un
gran esfuerzo de adaptación para poder fabricar rápidamente
cartuchería. Te supongo ya informado del resultado de nuestra
petición al entonces ministro de la Guerra, de mandar a Cataluña un
par de equipos de Toledo, para nuestra fábrica. Con un espíritu que
dejo a tu consideración, fueron negados a Cataluña unos elementos
que más tarde, desgraciadamente, cayeron en poder de los facciosos.
No obstante, no bastó con esto, sino que se nos dijo que Cataluña no
haría nunca cartuchos, manifestación ésta que más bien pudiera
parecer un deseo ele que fracasasen nuestras aspiraciones. Y
reconozco con satisfacción que en esta oportunidad fuiste tú quien
precisamente, por encima de estos inconvenientes puestos a nuestra
industria y a nuestro deseo, en el mes de octubre me enviaste unos
informes y unos datos que te había remitido el director de la fábrica de
Toledo, datos e informes que nos sirvieron para resolver problemas
que teníamos planteados. Sin embargo, comprendimos
inmediatamente que con la adaptación de nuestra industria civil no
bastaba para la producción suficiente de cartuchería. Podríamos, sin
duda, con tal adaptación, producir cantidades suficientes para los
primeros momentos, pero de ninguna manera los necesarios para las a
tenciones de cada día que iban en aumento.

» Con el fin de procurar resolver en toda su amplitud la fabricación de


cartuchería, durante el propio mes de agosto, nos pusimos en relación
con fábricas importantes de Francia y Bélgica para la obtención de
maquinaria, la más moderna posible. Durante el mes de septiembre,
ante la anulación por parte de una casa belga de dos equipos para la
fabricación de cartuchería, encargamos otros equipos a Francia que
son los que actualmente tenemos instalados, uno en la fábrica número
7 y otro en la fábrica número 12. Claro está que no tengo la pretensión
de decirte que este problema de la cartuchería lo hemos resucito
completamente, pero sí podemos afirmar que con nuestros medios y
venciendo las dificultades con que hemos tropezado para la
adquisición ele primera s materias del extranjero, tales como cobre y zi
nc elect rolí t icos para la obtención del latón militar, hoy puedo decir
te, a m il;\o Prieto, que llevamos fabricadas 60 millones de vainas, y en
esta cantidad no va comprendida la producción de los meses de
octubre y noviembre de las fábricas organizadas por nosotros y que,
por disposición tuya, ha n pasado a depender directamente de la
Subsecretaría de Armamento y municiones.

» Paralelamente también a la fabricación de la vaina organizamos la


producción de balas máuser, habiendo llegado el 30 de septiembre
último a la cantidad de 76 millones.

» Otro de los problemas a resolver era el de los proyectiles de cañón.


Mucho más fácil, es justo reconocerlo, pero, naturalmente, nos
encontramos también con las dificultades que planteaba la adaptación
de nuestra industria para la fabricación de proyectiles de diferentes
calibres, por falta de planos, toda vez que estos habían desaparecido
del parque de artillería. Sin embargo, en el mes de septiembre de 1936,
empezábamos ya a producir proyectiles. Claro que fue en cantidad
pequeña, insignificante para las necesidades de nuestro ejército, 4 000
proyectiles que, no obstante, fueron aumentando cada mes en
proporción tan acelerada como era posible, llegando en el mes de abril
del presente año, a la cifra máxima de 90 000. Y el 30 de septiembre
llevábamos ya producidos 718 000 proyectiles de cañón.

» Una vez fabricados y mecanizados los proyectiles, era necesario


hallar la manera de resolver la fabricación de la espoleta. Este sí que
fue problema difícil. Falta de primeras materias, ausencia de los
conocimientos necesarios por parte de nuestros obreros para realizar
un trabajo tan preciso como es la fabricación de la espoleta... Por ello
fue necesario también la adaptación de nuestra industria y vemos, por
ejemplo, en Palafrugell y en Figueras, donde estaban instalados
diferentes talleres de mecánica, surgir, gracias a los consejos técnicos y
al entusiasmo de nuestros obreros, una industria que resuelve
rapidísimamente los problemas de la fabricación de las espoletas,
llegándose a producir entre estas dos poblaciones importante cantidad
de las mismas, y el 30 de septiembre, Cataluña había producido 566
442.
» He aquí que habíamos adaptado nuestra industria metalúrgica y
siderúrgica a la fabricación de dos materiales esenciales para la guerra:
fabricación de cartuchería y fabricación de proyectiles, pero era preciso
resolver el tercer problema: el de los explosivos. Nos encontramos
desde el primer momento con el de la pólvora, de la trilita, de los
cebos, de las cápsulas y detonadores, de toda la pirotécnica necesaria
para que los materiales que iban saliendo de nuestras fábricas,
pudiesen ser enviados de una manera completa.

» Surge, por encima de todos, el grave problema de la pólvora, que


como te recordarás, trajo el invierno pasado graves preocupaciones en
todas partes, y entonces Cataluña posibilitó en su constante trabajo la
adaptación de la fábrica de Murcia a una mayor producción,
facilitándole rápidamente la maquinaria que necesitaba para
aumentarla, con objeto de atender las necesidades de nuestro Ejército.
Pero no bastaba la fábrica de Murcia y pensamos que únicamente
podíamos resolver este problema con la rápida instalación aquí de una
fábrica de pólvora. Difícil tarea ésta, primeramente por la falta de
técnicos que conociesen suficientemente su fabricación, luego por la
necesidad de construir la maquinaria precisa. Pero, con todo, no
vacilamos ni un instante en llevar nuestra idea a la práctica, y en el mes
de julio de este año, tuvimos la satisfacción de producir, por primera
vez en Cataluña, pólvora para fusil y para proyectiles. Mientras se
procedía a la instalación de la maquinaria para la fabricación de
pólvora, en la misma fábrica se ha ido produciendo natamita, cargas
del 7 y 7 1/2 y mecha, llegando la producción de dicho material hasta la
fecha a 330 300 kg, 73 559 y 36 016 cargas y 900 000 metros,
respectivamente. De pólvora, desgraciadamente, poca cantidad hemos
podido obtener: escasamente unos 30 000 kg, desde agosto hasta la
fecha. Esta poca producción, irrisoria, si se tiene en cuenta que nuestra
fábrica puede producir cerca de 1000 kg diarios, no es, ni mucho
menos, por culpa nuestra, sino principalmente porque una persona
que ha desempeñado importantes cargos de responsabilidad a tu lado,
nos indicó hace tres meses que no era necesario que fabricásemos
pólvora, pues la Subsecretaría de Armamento y municiones la tenía en
cantidad más que suficiente y seguramente como consecuencia de
estas manifestaciones aquel mismo organismo nos ha venido
dificultando constantemente la obtención del éter, procedente de una
fábrica que hasta el pasado mes de septiembre era intervenida por la
Generalidad y que después pasó a depender directamente de tu
ministerio.

» Es decir que esta fábrica de pólvora, que puede duplicar la


producción diaria de la de Murcia, se ha encontrado durante tres
meses fabricando pequeñas cantidades y entreteniéndose muchas
veces en secar y pavonar diferentes clases de pólvoras de fusil y cañón
extranjeras y fabricadas en la fábrica de Murcia, que nos han sido
remitidas por mediación del Parque de Artillería número 4.

» Pero así como la fabricación de la pólvora, por diferentes


circunstancias, nos fue difícil poder realizarla con la rapidez que
deseábamos, nos es muy grato hacer en cambio constar en este
momento que en el mes de septiembre de 1936, habíamos ya
organizado una fábrica cuya producción era especialmente de trilita,
tetralita, dinitronaftalina y ácido pícrico, y hoy, a pesar de las
dificultades de obtención de algunas materias primas, por falta de
divisas necesarias, hemos producido hasta la fecha 752 972 kg de
tetralita y 7 875 kg de ácido pícrico. La fabricación de estos explosivos,
producidos todos ellos por primera vez en Cataluña, y alguna inclusive
por primera vez en España, fue enseguida venciendo innumerables
dificultades y ha permitido contribuir muchas veces a la resolución de
problemas angustiosos que no he de subrayar. Hay que observar
solamente que el 26 de agosto de 1936, por primera vez en España, ya
se cargaban bombas de aviación con trilita fabricada en Cataluña.
Respecto a materias explosivas, Cataluña se encontró también que
tenía que resolver el problema de la fabricación no solamente para
nuestras industrias, sino para las del resto de la República, de estopines
de todas clases, detonadores, cebos, cápsulas, etc., y es para atender a
estas necesidades que montamos una fábrica que hoy en día tiene una
gran importancia y que ha permitido fabricar cerca de 42 millones de
cápsulas de máuser del 7 y cebos, estopines y detonadores de
diferentes clases hasta 3 millones. Tú, que conoces las innumerables
clases que existen de estopines, detonadores, cebos, espoletas,
comprenderás la variedad de material que sale de esta fábrica, que
además produce el fulminante de mercurio, el nitruro de plomo y toda
clase de pólvoras fulminantes.

» He aquí los tres problemas esenciales que se habían de resolver y que


hoy día puedo decir que representan la realización de un deseo que
muchas veces a nosotros mismos nos había parecido imposible llevar a
cabo. Todos estos problemas de fabricación iban paralelamente unidos
con otro y era el de la organización del Parque de Artillería, a fin de
adaptarlo en forma que la carga de proyectiles de cañón, bombas de
aviación y cartuchería máuser se pudiera realizar de acuerdo con las
necesidades del momento. Debo recordarte que el día 19 de julio
trabajaban en el Parque de Artillería 30 obreros, y que al hacerse cargo
nuevamente el Ministerio de Defensa nacional, por indicación tuya, del
parque en el mes de agosto último, trabajaban allí cerca de un millar...
Y no solamente esto, sino que la Generalidad de Cataluña había dotado
al parque de toda la maquinaria y utillaje necesarios para que estos mil
trabajadores pudiesen hacer la labor que les estaba encomendada.
Después del asalto del Parque de Artillería éste quedó medio destruido
y nuestra primera misión consistió en reconstruirlo, adaptarlo o
encargar la construcción de la maquinaria especial para la colocación
de la cápsula, carga de pólvora de volumen, máquinas ele engarzar,
instalación de los talleres correspondientes para carga de proyectiles
de cañón y espoletas, etc., puesto que de las primeras, el parque
estaba falto en absoluto y de las otras el material que existía estaba
deteriorado. Además nos encontrábamos con una cantidad importante
de cartuchería disparada y también se instaló un taller de descapsulado
y reconado al objeto de poder aprovechar el total de los 6 millones
hallados en los diferentes cuarteles de Cataluña.

» En este parque se encontraban también millares de fusiles faltos de


cerrojo por haber éstos desaparecido. Fue preciso que estas armas se
pusieran en condiciones de servicio, para lo cual se encargó la
fabricación de los mencionados cerrojos, pudiéndose principiar el
montaje de los primeros a comienzos del mes de septiembre, después
de haber hecho los planos y el utillaje de una pieza tan complicada
como ésta.

» Referente al Parque de Artillería, por haber tú intervenido en ello o al


menos tenido conocimiento, ya comprenderás cuáles fueron las
dificultades que tuvimos que vencer para imponer allí dentro una
autoridad y una disciplina. A pesar de los disgustos y muchas veces de
haber tenido que ir personalmente al parque para resolver con mi
presencia problemas que en él se planteaban, hubo un momento en
que el Parque de Artillería dio todo el rendimiento necesario, llegando
a cargar de 300 000 a 350 000 cartuchos diarios.

» Mi gran ilusión habría sido poder adaptar nuestras dos mayores y


más importantes industrias, la Hispano Suiza y la Elizalde, que se
habían especializado en gran parte en motores de aviación,
exclusivamente a la fabricación de estos motores. He dicho que ésta
era una gran ilusión y hubo un momento en que creímos que se llevaría
a cabo. Fue en el mes de octubre del año pasado, cuando después de
un amplio estudio realizado conjuntamente con técnicos de aquellas
casas, técnicos de la Generalidad y otros de una nación amiga nuestra,
se formuló un plan. En este plan se nos prometía el envío de las
primeras materias necesarias, y si era menester, también de la
maquinaria para la fabricación de los últimos modelos de motores.
Después de largas conversaciones y discusiones, al fin se encontró cuál
era el procedimiento para que rápidamente se pudieran enviar los
planos necesarios y las materias indispensables para proceder a la
construcción de motores. Al cabo de dos o tres meses llegaron los
planos, más tarde las primeras materias y entonces, por indicación
directa de tu Ministerio, nosotros dejamos de intervenir
principalmente en la casa Elizalde, encargada de la fabricación de estos
motores, que supongo debe haber empezado a hacer entregas desde
entonces.
» Pero el trabajo en estas dos casas había quedado limitado, en sus
comienzos, por dificultades que supongo que no desconoces y que
nosotros no podíamos resolver, a la reparación de motores de aviación,
pero esto no quiere decir que éstas podían dejar de producir otro
material de guerra, toda vez que se trata de selecciones
independientes y es seguramente por este motivo que en el mes de
septiembre del año pasado, tu propio ministerio, entendiéndolo así,
pasó a la casa Elizalde, por mediación de la Generalidad, un importante
pedido de bombas de aviación. Y con estos datos queda contestada la
extrañeza que manifiestas en tu carta de que la casa Elizalde fabricase
material de guerra que, a tu juicio, no debía hacer, a fin de poder
dedicar todas sus energías a las otras actividades. Yo tengo también la
seguridad que si a la casa Elizalde, en la cual pocas intervenciones
hemos tenido nosotros, le disteis diferentes encargos de bombas de
aviación, es porque esto no representaba mengua de la actividad de las
otras secciones de precisión de la propia casa. Por otra parte debo
asimismo decirte que en el mes de abril de este año tu ministerio
encargó, por nuestra mediación, a la casa Elizalde, la fabricación de 2
000 minas submarinas.

» Y la casa Elizalde se encontró en el mes de abril con un encargo de


150 motores de aviación, fruto de aquellas conversaciones y de
aquellos estudios que antes te indicaba. Este encargo fue pasado a la
casa Elizalde por mediación nuestra, pero he aquí que tropezó con
dificultades, que creímos vencidas, gracias a los ofrecimientos hechos,
y entonces, con el fin de cumplimentar rápidamente este encargo, a
pesar de que la Generalidad ya no intervenía para nada en la casa
Elizalde y que el Estado tenía en ella intervención directa, nosotros, con
el objeto de facilitar la rápida obtención de los motores que le habían
sido encargados, cedimos una cantidad importante de divisas a dicha
casa, para hacer posible la compra, no solamente de las primeras
materias necesarias, sino también de aquella maquinaria especial que
necesitase.
» Esta misma aportación de divisas por parte de la Generalidad para la
adquisición de primeras materias y maquinaria especial, se hizo a
muchas casas, entre otras, a Pirelli, Hispano Suiza, Poldi, Suministros
Eléctricos, etc., etc.

» Con respecto a la aviación también nosotros teníamos el vehemente


deseo de resolver una preocupación, que era la fabricación de
tetrastilato de plomo, indispensable para etilar la gasolina, y por eso, el
mismo día en que se constituyó la Comisión de la Industria de Guerra,
el 7 de agosto de 1936, ya pedimos al Laboratorio de Química de la
Escuela de Ingenieros Industriales de Barcelona, que efectuase diversos
ensayos para la obtención de dibrom-1-2-etano, lo que consiguió
después de largo estudio. Logrado esto, empezamos a instalar
rápidamente una fábrica para la obtención del octanol, fábrica que
además de este producto hace el cloruro de etilo y el tetraetilo de
plomo puro. La instalación de esta fábrica ha sido dificilísima, toda vez
que es la única de España y de las pocas que existen en Europa.
Además de fabricar los productos indicados, ésta sirve también para
que cantidades de tetraetilato de plomo que compra al extranjero la
Inspección de Combustibles de tu ministerio pueda ser transformada
en fluido etilo, producto de tanto interés para nuestra aviación.

» Paralelamente al problema de los motores de aviación nace el


problema del camionaje y del transporte. Nos encontramos aquí con
una sola fábrica que puede producir motores de explosión para
camiones, que es la Hispano Suiza, nos encontramos asimismo, con
diferentes casas americanas que tienen depósitos en Barcelona y que
inmediatamente intervenimos para ir rápidamente al montaje de
chasis para camiones y ambulancias. Pero esto no era suficiente y por
ello la Generalidad de Cataluña, con sus propias divisas, compró al
extranjero los chasis que consideró necesarios en pequeña cantidad,
porque otra cosa no era posible, para resolver los problemas más
urgentes, y así es como podemos decir hoy que en Cataluña se han
carrozado y montado completamente 294 ambulancias, 385 camiones
de transporte, 147 camiones blindados, 142 camiones de cisterna para
agua, 30 tanques de gasolina y 127 chasis transformados en camiones
de desinfección, furgones-taller, depuradoras de agua, cocina, etc. Esta
cantidad, ya comprendo que es muy poca cosa comparada con la que
necesita el Ejército, pero yo desearía que tuvieses en cuenta que estos
camiones han sido adquiridos gracias a un esfuerzo considerable y a un
vehementísimo deseo de realizar una obra eficaz.

» Otro problema hemos resuelto y que tú ya conoces por haber podido


comprobar que eran cumplimentadas inmediatamente tus peticiones y
es el de máscaras antigás. En el mes de septiembre de este año,
llevábamos ya fabricadas en Cataluña 100000 máscaras antigás, y
cuando dejamos de intervenir en esta industria se hallaban en periodo
de fabricación 100000 máscaras más. No es del caso enumerar los
numerosos problemas que tuvimos que resolver. No es mi deseo, por
lo menos, hacerlo en esta carta, toda vez que se apartaría del tono de
la misma y más bien podrá ser objeto de un «rapport» que, en su día,
hará Cataluña para explicar cuál es su obra.

» Como ya te he dicho, no me propongo hacerte una exposición


detallada de todo el esfuerzo que ha hecho Cataluña en industrias de
guerra, no es éste el momento, mas sí vale la pena de subrayar, como
simple elemento de información, que este esfuerzo nos ha permitido
enviar, por ejemplo, más de 2 millones de bombas de mano a los
frentes: 30 millones de metros de alambre espinoso; 71 619 bombas de
aviación; reparar en nuestros talleres, entre coches y camiones, 3 200
vehículos, suministrar todos los utensilios en piezas de recambio de las
innumerables armas que utiliza nuestro Ejército, aportar nuestra ayuda
obli9acta, pero entusiasta como la que más, a todos los frentes ele la
República. Y quiero subrayar que casi toda la maquinaria para realizar
este esfuerzo ha sido fabricada en Cataluña; basta decir, como uno de
los múltiples datos, que bajo la dirección nuestra, se han construido
119 prensas y 214 tornos, muchos de ellos nunca fabricados en España,
fresadoras, máquinas de horadar máquinas de rectificar, máquina s
limadoras, un sinfín de maquinaria pequeña y grande que ha sido
preciso construir y principalmente toda la maquinaria complementaria
a los equipos de cartuchería comprados a Francia, ha sido realizado en
nuestros talleres y fundiciones. Hoy día, que tan difícil es, debido a los
inconvenientes de todo orden que constantemente surgen, la
obtención de las primeras materias, observarás las dificultades que
hemos tenido que vencer, por ejemplo, para instalar una fábrica de
pólvora para producir 1000 kg diarios como la que tenemos.

» Hemos fabricado, también, pistolas, fusiles ametralladores e


instalado una fábrica para la construcción de mosquetones máuser y
para hacer todas las piezas de recambio de los mismos; tenemos
terminada una importante fábrica que podrá producir 20 toneladas
diarias de celulosa, etc., etc.

» Huelga recordar, que además de los cartuchos máuser hemos


fabricado también cartuchos del 9 largo, del 9 corto, del 7,65 y calibres
especiales. Otra cosa que al principio parece no tener importancia,
pero que real­mente la tiene toda, puesto que fue preciso estructurar
una organización completa para ello, es la fabricación por primera vez
en Cataluña, de todas las piezas de recambio de ametralladora
Hotchkiss. Nosotros hemos hecho 76 distintas, desde los anillos
portafusiles hasta el mismo cañón; hemos tenido que construir las
piezas de recambio del fusil ametralladora Hotchkiss, tipo 2, hemos
hecho también, por primera vez en Cataluña, todas las piezas para el
mosquetón y fusil máuser, como también para las carabinas máuser;
hemos hecho cargadores de pistola para las innumerables marcas que
hoy día tiene nuestro Ejército, 9 largo, 9 corto, 7,65, doble cargador,
cargador especial, etc., por primera vez en España hemos tenido que
fabricar bombas de mano antitanques Hoffman, bombas de ataque y
defensivas, etc., así como todas las piezas de recambio para las
ametralladoras Colt, fusiles rusos y fusiles ametralladores. Tampoco
nunca se habían fabricado en España lanzagranadas, granadas para los
mismos, truks para transporte de camiones, trenes de aterrizaje para
aviación, espoletas de fundición inyectada en marcha para aviación, y
toda una serie de piezas de recambio para diferentes motores de
aviación.
Y en materia explosiva, el sodio metal, el ácido pícrico, el dibromuro de
etilo, el monocloronaftalé, el octanol, el bromo, etc., efectos y
productos que por primera vez en España hemos fabricado y producido
en Cataluña.

» En fin, amigo Prieto, no quiero alargar esta carta más porque


parecería que tenía intención de hacer la apología de un esfuerzo y un
trabajo, realizados con entusiasmo que nunca ha faltado y que era,
además, obligación nuestra [...]» (24)

He ahí el glorioso capítulo de las industrias de guerra, tan mal comprendido


por el gobierno central y por los espías de Stalin, que encomendaron a sus
satélites la misión de deformar su sentido mediante campañas de difamación.
La creación de las llamadas Comisiones de Compras de armamentos constituye
capítulo aparte. Aun a trueque de desviar la atención de los lectores hacia
aspectos poco edificantes de aquella época, no podemos dejar de ocuparnos
de esta tenebrosa gestión, a cuyo efecto pasamos a resumir, dada su mucha
extensión, uno de los documentos más ilustrativos sobre lo que fueron las
Comisiones de Compras, que dependían de la Subsecretaría de Armamento del
Ministerio de Defensa. Acerca de este problema, un extenso informe del
Comité peninsular de la FAI fue sometido en el mes de septiembre de 1938 a
un Pleno de regionales de las tres ramas -CNT, FAI, FUL- del Movimiento
Libertario.

Según este informe, la primera Comisión de Compras estaba presidida por el


exministro Fernando de los Ríos, que, cosa natural, por desconocimiento de
esta clase de comercio, fue fácil presa de la voracidad de los traficantes
internacionales de armamentos. Esta Comisión fue sustituída por otra,
formada por delegados de todos los partidos y organizaciones, la cual actuaba
bajo control del embajador de España en París (Luis de Araquistain). Pero, al
margen de esta Comisión oficial, los ministros que intervenían en la guerra
enviaban a comprar, provistas de abundante dinero, a personas de su
confianza. Por decreto de la presidencia del Consejo, de fecha 18 de diciembre
de 1936, se disolvieron las anteriores comisiones y se nombró otra bajo la
dirección de un tal O... A ella se incorporaron una serie de elementos que
andaban por Francia desde el principio de la guerra, y que más bien podían ser
considerados como desertores.

Llegado Negrín a la presidencia del Consejo, movilizó agentes de su confianza


con el fin de controlar secretamente aquellas compras. He aquí parte de un
informe de uno de esos agentes:

« En los primeros meses que siguieron el levantamiento fascista, la


Comisión de Compras que se formó en París no hizo lo que se esperaba
de ella, pero tampoco perpetró ningún robo. Sus cuentas, liquidadas ya
totalmente por las personas que el camarada Prieto nombró para ello,
lo han demostrado. Hasta del último céntimo gastado hay explicación
satisfactoria. Cuando aquella comisión empezaba a marchar, no
obstante los obstáculos que se ponían a su buen funcionamiento,
especialmente el deseo de no comprar de los técnicos, deseo que se ha
extendido a lo largo de los meses que llevamos de guerra, y que yo
tengo la convicción que se basa en la secreta esperanza de que se nos
derrote, fue disuelta por el camarada Prieto, el cual encargó a agentes
particulares suyos todas las compras.»

Es del dominio común que entre los traficantes en pertrechos de guerra


abundan los elementos de la peor catadura. Mezclados con ellos, los
«comisionistas» oficiosos -veremos muy pronto el por qué de este calificativo-,
u oficiales del gobierno de la República, tenían que ser objeto de los peores
contagios y tentaciones. Entre éstos había los de buena fe, cuyos compromisos
eran desoídos o incumplidos incomprensiblemente por el ministro
competente, y los logreros, que obstaculizaban o ladeaban toda operación si
juzgaban que iba a privarles de los beneficios que tenían calculados. No puede
olvidarse que uno de los procedimientos más usuales era sobrecargar las
facturas tras haber previamente sobrecargado las cláusulas del contrato, de
acuerdo con los proveedores. Estas sobrecargas arrojaban a veces un aumento
de un 50 por ciento sobre el precio real. Magníficas oportunidades de compra
de materiales fueron desechadas por los agentes del gobierno, en los
mercados clandestinos de Europa y América, porque no ofrecían garantías de
lucro, ni de seriedad y calidad en el ofrecimiento. Los agentes de compras
fueron, pues, degenerando, salvo raras excepciones, en vulgares comisionistas
que tasaban en alto precio sus beneficios particulares, sin importarles gran
cosa la sangre derramada en las trincheras por el pueblo, y que era derramada
precisamente por falta de elementos de ataque y de defensa.

El informe a que hacemos referencia más arriba concreta, entre otros muchos,
el caso que deja ver la carta transcrita a continuación. Esta es de un proveedor
de la Comisión de Compras en París, y va dirigida al embajador de España en
dicha capital. Lleva fecha 23 de marzo de 1938:

« Señor Embajador: No es solamente sensible, sino también


angustioso, que en la situación actual en que se encuentran de defensa
de sus vidas, me atreva a presentarles pleitos del género del que voy a
plantear.

» Yo era en otro tiempo, así como mi casa AVIO-STAR, un proveedor de


esa oficina, a la que he servido con cariño, no solamente por interés
comercial, sino también en razón de mis sentimientos y opiniones.
Pero desde hace poco se ha empezado a operar contra mí, por razones
que ignoro, una campaña de difamación y de injurias que no puedo
tolerar por más tiempo. El objeto de esta campaña obedece, en primer
término, a quitarme de la lista de proveedores de esa oficina. Hasta tal
punto que a una oferta interesante que hice a los servicios de la Oficina
comercial, ésta contestó que mi casa no existía en la plaza de París y
que no ofrecía ninguna clase de garantía comercial (lo que por lo
menos es contradictorio). En virtud de ello, 15 goniómetros de un tipo
inferior a los míos fueron pedidos a otra casa al precio unitario de 26
700 francos cuando yo los ofrecí solamente a 10000 francos. Tengo las
pruebas a vuestra disposición si Ud. las desea, así como de otras
operaciones hechas en las mismas

» Creo que los señores que integran esa Oficina comercial forman una
camarilla particularmente nociva para los intereses que están
encargados de defender, boicoteando las expediciones de material y
pasando los pedidos a determinadas casas, atendiendo más a su
interés personal que representan.

» Esto es indigno de uno de vuestros servicios, señor Embajador, sobre


todo tratándose de un servicio agregado a la Embajada y que actúa con
recursos y procedimientos que no podré tolerar más tiempo. Espero
que antes de obligarme a tomar las medidas de seguridad que se
imponen, hará Ud. rectificar la situación por los medios que tiene a su
disposición, que son los más eficaces y directos.»

El caso bochornoso transcrito no revela más que un aspecto de la general


inmoralidad de los agentes de compras del gobierno en el extranjero. Quiere
decir esto que la especulación más abyecta se producía en todas las ramas de
los abastecimientos, tanto en el dominio de los carburantes y de las armas
como en los alimentos. Importantes fortunas se amasaron por una serie de
aprovechados con el sacrificio del pueblo.

Transcribimos, como colofón de este negro capítulo, la resolución del


mencionado Pleno de regionales del Movimiento Libertario, que a la vista del
informe que hemos citado dice:

« Después de estudiar las gestiones de las Comisiones de Compras de


armas y materias primas para la producción bélica; conocida la
actuación incompetente y funesta de la Subsecretaría de Armamento y
de sus gestores principales, en el deseo de poner a disposición de la
producción de guerra todos los recursos industriales, de materias
primas del país y humanos, el Pleno de regionales del Movimiento
Libertario acuerda:

» 1) Propiciar con carácter urgente la transformación de la


Subsecretaría de Armamento en Ministerio de Armamentos.

» 2) Correrá a cargo de ese ministerio la adquisición de armas y


municiones, de maquinaria y de materias primas, y la fabricación en la
España leal de toda la producción de guerra posible.
» 3) El Ministerio de Armamentos estará controlado y asesorado por
dos cuerpos mixtos constituidos en la forma siguiente:

» a) Control de operaciones comerciales. Se constituirá a base de un


miembro de cada partido integrante del Frente Popular. Sin el visto
bueno de este organismo, el ministerio no podrá hacer ninguna
adquisición de armas y materiales de guerra.

» b) Consejo Superior de Industria de Guerra. En todo lo relativo a la


producción de guerra en la España leal será asesor y determinante este
consejo, constituido por las representaciones sindicales y técnicas de
las siguientes Federaciones de Industria: Luz y Fuerza y Combustibles,
Químicas, Siderometalúrgica, Transporte y Construcción de la CNT y de
la UGT.

» 4) Los partidos y organizaciones serán hechos responsables y


sancionados por la conducta de sus delegados en esos organismos y en
los casos de cobro de comisiones, de malversaciones y de sabotaje a la
producción de guerra.

» 5) Se investigará y someterá a los Tribunales de Justicia la actuación


de las Comisiones de Compras y de la Subsecretaría de Armamento.
Septiembre de 1938.»
XX

LA MAREA CONTRARREVOLUCIONARIA

Una de las obsesiones capitales de los militantes confederales fue la


propaganda proselitista y la capacitación del militante. Con ser el
anarcosindicalismo español una de las organizaciones españolas más bien
surtidas en elementos activos, la evolución de los acontecimientos ampliaron y
hasta cambiaron casi completamente el marco y hasta el sentido de sus
clásicas actividades. La demanda de elementos capacitados para atender a las
múltiples tareas que se iban presentando, creó un problema de difícil solución.
Los frentes absorbieron un elevado porcentaje de aquellas reservas. Otro
tanto hacían las colectividades. Sin embargo, era en los frentes donde se había
concentrado, por razones quizás de educación y de temperamento, el grueso
de los militantes. Costó ímprobo trabajo convencer a estos militantes de la
necesidad de su presencia en las labores orgánicas de la retaguardia. La
militarización de las milicias, y su transformación en ejército regular, hecho
que vino a herir en lo más vivo las convicciones de muchos combatientes, tuvo
la virtud de producir en muchos de éstos un repliegue saludable. Hay que
puntualizar aquí que los estalinistas se habían anticipado en retirar de los
frentes, por mandato del partido, a sus elementos más activos.

Para atender las necesidades de la propaganda se crearon, desde los primeros


días de la revolución, las respectivas oficinas, que funcionaban según las
directrices de los comités regionales. Cuidaban las Oficinas de Información y
propaganda de la organización de actos públicos a base de equipos volantes.
Algunas de estas oficinas, tales como la instalada en la Casa CNT-FAI de
Barcelona, estuvieron dotadas de emisora propia y de servicio de prensa;
cuidaban asimismo de la impresión y distribución de periódicos y boletines
redactados en varios idiomas, con destino a los centros de consumo del
extranjero.

Una de las iniciativas más ambiciosas de las Oficinas de Información y


propaganda de Barcelona, fue la creación de una Escuela de Militantes. Se
proponía esta escuela abastecer la demanda de cuadros de oradores y de
redactores para los periódicos. El movimiento editorial anarcosindicalista, sólo
en lo que atañe a periódicos y revistas, tomó las características de una
verdadera inundación.

Como mínimo, cada comarca tenía su periódico, y además ciertas localidades


modestas se pagaban también este lujo. Entre la prensa de gran ti raje
figuraban los cotidianos Solidaridad Obrera y Catalunya de Barcelona; CNT y
Castilla Libre de Madrid; Nosotros y Fragua Social de Valencia. Solidaridad
Obrera era el decano de todos ellos. El periódico fue fundado por Anselmo
Lorenzo en 1907. CNT empezó a publicarse en vísperas de los sucesos del 8 de
enero de 1933. En 1938, al producirse el corte de la zona leal entre Cataluña y
Levante, CNT pasó a suplantar al diario confederal Catalunya, que se editaba
en Barcelona en idioma catalán. No obstante, CNT de Madrid continuó
apareciendo hasta el final de la guerra, o sea hasta marzo de 1939. Otro de los
decanos de la prensa era el semanario anarquista Tierra y Libertad. Este había
aparecido como diario madrileño en 1904, bajo la dirección de Federico
Urales.

Ante la imposibilidad de dar una estadística completa de toda la prensa


confederal y anarquista que apareció durante la guerra, nos limitaremos a citar
algunos títulos de diarios, semanarios y revistas. Son los siguientes:

Acción Sindical, de Valls; Agitación, de Castellón de la Plana; Acracia, diario de


Lérida; Adelante, de Reus; Alba Roja, de Premiá de Mar; Amanecer, de
Badalona; Boletín de Información CNT-FAI, en varias ediciones diarias y en
ocho idiomas diferentes, Barcelona; Boletín CNT-FAJ, Igualada; Campo Libre,
órgano de la Federación de Campesinos de Castilla, Madrid; ¡Campo!, órgano
de la Federación de Campesinos de Cataluña, Barcelona; Cartagena Nueva,
Cartagena; CNT de la Mancha, Albacete; Confederación, diario, Murcia; Ciudad
y Campo, Amposta; CNT del Norte, diario, Bilbao; CNT, Gijón; Cultura y
Pedagogía, Jaén; Cultura y Acción, Alcañíz; CNT Marítima, Valencia; Cultura y
Porvenir, Seo de Urgel; CNTFAI Catalana, Barcelona; Diari de Tarragona,
Tarragona; Espectáculo, revista, Barcelona; El Combate, Caspe; El Criticón,
semanario humorístico, Barcelona; El Quijote, Barcelona; El Amigo del Pueblo,
órgano de los «Amigos de Durruti», Barcelona; El Productor, Onteniente;
Estudios, revista, Valencia; Esfuerzo, revista, Barcelona; El Frente, órgano de la
26 División (Columna Durruti); Frente Libertario, diario distribuido
gratuitamente, órgano del Comité de Defensa Confederal del Centro; Frente y
Retaguardia, órgano de la Columna Roja y Negra, Fuerza y Cerebro, Gerona;
FIJL, Madrid; Faro, Málaga, Faro, Barcelona (sustituyó a Ruta durante su
suspensión en 1938); Gerona CNT, diario, Gerona; Galicia Libre, Madrid,
Germinal, Elche, Hoy, revista, Barcelona, Humanismo, Ripoll, Hombres Libres,
Guadix; Ideas, Bajo Llobregat; Iniciales, revista, Barcelona; Juventud Libre,
diario, órgano de la FIJL, Madrid, Liberación, diario, Alicante, La Revista Blanca,
revista, Barcelona, Luz y Fuerza, Barcelona, Luchadoras, portavoz de Mujeres
Libres, Madrid; Mar y Tierra, Altea; Nuevo Aragón, diario, órgano del Consejo
de Aragón, Caspe; Orientación Social, Barbastro, Oriente, Tortosa;
Orientaciones Nuevas, Granollers, Proa, órgano de los marinos confederales de
guerra, Barcelona, Porvenir, revista infantil, órgano de la Federación de
Escuelas Racionalistas de Cataluña, Barcelona; Pueblo Libre, Sueca; Ruta,
órgano de las Juventudes Libertarias de Cataluña, Barcelona; Superación,
diario, Sabadell; Sembrar, Vich; Semáforo, revista, Valencia; Sembrador,
Puigcerdá; Solidaridad Humana, Cardona; Timón, revista, Barcelona; Tiempos
Nuevos, revista, Barcelona; Umbral, revista ilustrada semanal, Valencia;
Vertical, Sabadell; Vida, órgano de la Federación de Campesinos de Levante,
Valencia, Vía Libre, Badalona, Titán, órgano de las Juventudes Libertarias de
Aragón, Caspe.

Además, los grupos de anarquistas extranjeros editaban varios periódicos en


sus respectivos idiomas, tales como Guerra di Classe, que estuvo dirigido por
Camilo Berneri. L' Espagne Antifasciste era editado por el Servicio de
Propaganda del Comité Nacional de la CNT con destino a los pueblos de habla
francesa. En la Casa CNT-FAI de Barcelona se hallaba instalada la Emisora ECN-
1 (Radio CNT-FAI), desde cuyos micrófonos se radiaban programas diarios y
conferencias de los militantes más capacitados sobre temas de tipo cultural,
ideológico, económico y técnico.

Para dar una idea sobre el funcionamiento de la Escuela de Militantes de


Barcelona, transcribimos aquí una exposición radiada por ECN-1 bajo el
epígrafe «Necesidad, finalidad y resultados de esta Escuela». Dice así:
« Faltaríamos a nuestros deberes más elementales si los que hoy
integramos esta Escuela de Militantes, tanto alumnos como profesores,
no diésemos cuenta de nuestra obra y de lo que ella representa para
los militantes confederales y anarquistas de nuestra región,
especialmente en estos momentos de superación y sensibilidad social.
Nadie ignora que el nuevo régimen caído, con sus represiones
continuas y salvajes, impidió siempre la formación de los núcleos
militantes obreros y con ello la necesaria capacitación sindical del
asalariado. Sabía aquel régimen cuán peligrosos eran para su existencia
estos núcleos de trabajadores en constante ebullición de actividad
creadora, cuyo valor moral intrínseco era indispensable, y por eso
contenía y refrenaba toda expansión.

» No obstante la clandestinidad a que nos veíamos sumidos, nuestras


organizaciones nunca se vieron diezmadas ni faltas de elementos aptos
para su desarrollo; pero, al alzarse contra el pueblo esa corrupción
denominada fascismo, nuestros mejores militantes ocuparon sus
puestos de lucha, cayendo unos para no levantarse más mientras otros
siguieron luchando sin descanso en los frentes de vanguardia y
retaguardia, teniendo además que atender a la inmensa labor
propagandística que los graves momentos que atravesábamos nos
exigían, encontrándonos con la falta, casi absoluta, de elementos aptos
y capacitados para realizar tan precisa y perentoria labor.

» Solamente un reducido grupo de camaradas veteranos podían recibir


el encargo de ocupar las tribunas del pueblo y expresar lo que era y es
necesario a la idea de la renovación social. En esta situación, las
demandas de compañeros propagandistas y organizadores que nos
hacían los pueblos ganados al fascismo eran abrumadoras. Y Cataluña,
que era y sigue siendo la región solicitada, no podía satisfacer aquellos
anhelos sino en una proporción limitadísima. De esta carencia de
elementos, surgió la idea de crear un organismo con el fin exclusivo de
cultivar militantes, adaptarlos y capacitarlos para la obra y las ideas de
la organización en sus diferentes aspectos.
"Así nació esta Escuela de Militantes, auspiciada, sostenida y
fomentada por el Comité regional de la CNT y el de la FAI en Cataluña.
A las pocas semanas de su fundación, los resultados obtenidos por
nuestra labor incesante de captación y preparación no han podido ser
más lisonjeros, sobrepasando nuestros cálculos. Como oradores
contamos hoy más de treinta camaradas de ambos sexos que han sido
examinados y puestos ya a disposición de las Oficinas de Propaganda
de la CNT y FAI en Cataluña. Como complemento, otros tantos
constituyen el número de los que hacen prácticas para lograr el
calificativo de periodistas y escritores, e igualmente, el de los que no
reuniendo condiciones para la oratoria o el periodismo, han de
dedicarse a las labores ingratas de organizar grupos, secciones,
sindicatos, etc.

» Para las prácticas del periodismo, la escuela cuenta con un Boletín en


el que los camaradas ven publicados sus trabajos -corregidos, como es
natural, por una comisión de redacción-, lo que sirve de acicate y
estímulo para los alumnos. La cultura general y elemental la poseen
casi todos nuestros alumnos; no obstante, los camaradas más
capacitados de la organización confederal y anarquista explanan sus
conocimientos mediante conferencias sobre historia social, económica
y preceptiva literaria, oratoria y otros temas convenientes a la
formación literaria y organizadora de todos nosotros. Esta labor de
cultura, en los alumnos, se realiza todos los días laborales, mediante
cursillos, conferencias, charlas, etc., y luego por controversias acerca
de los temas tratados. Los días festivos se establece la tribuna libre,
cuya práctica facilita a la vez una primera clasificación con relación al
examen.

» Así, el camarada aspirante a orador ocupa la tribuna de la escuela por


espacio de un tiempo determinado y desarrolla un tema, con la mayor
sencillez, brevedad y máxima elocuencia que le es dable. Aquel a quien
el comité nombrado al efecto aprueba, pasa automáticamente a
formar parte de las comisiones de propaganda, sin que por ello deje de
ser alumno, pues se considera que el orador necesita practicarse
concienzudamente antes de llegar a serlo con todas las cualidades
requeridas. Igual acontece con los escritores. Algunos de nuestros
alumnos de esta especialidad, con amplios conocimientos de
preceptiva literaria y redacción, han sido ya enviados a diferentes
pueblos y puestos al frente: de publicaciones de la Confederación
Nacional del Trabajo.

» Ha sido muy bien acogida nuestra iniciativa, dada la importancia de la


misma. Nuestra escuela cuenta actualmente con más de trescientos
alumnos. Y hay en plan de formación numerosos grupos en toda
nuestra región, en Aragón y Levante, que sólo esperan nuestras
indicaciones para formar otras tantas escuelas que vivirán,
naturalmente, al calor de la nuestra, la cual les servirá de guía. Es
indudable que u no de los mayores aciertos de nuestra organización ha
sido el de crear esta original institución, ya que sus componentes, a la
vez que obtienen conocimientos útiles e interesantes en todos los
ramos del saber humano, adquieren, también, metódicamente, la
mayor perfección dentro de su especialidad.

» Esperamos mucho de nuestra escuela. Es más, nos hemos propuesto


que así sea, con el propósito de que su influencia cultural y moral sea
encaminada y encauzada a conseguir la mayor superación posible del
militante, dentro de cada sindicato y por alejado que esté. Sus frutos y
resultados, como queda dicho, han sido altamente beneficiosos; pero
pueden serlo mucho más, si los jóvenes obreros ansiosos de cultura se
percatan de la necesidad de sumarse a nuestra obra y se disponen a
luchar con tesón, a fin de ser miembros capaces entre la legión de
militantes. Su concurso estimulará a los dirigentes de la escuela para
persistir en sus propósitos de perfeccionar y ampliar gradualmente, a la
par del aleccionamiento de la experiencia, el plan y organización, hoy
en germen, de las enseñanzas. Para ser alumnos de nuestra escuela se
requiere:

» Primero: Vocación y voluntad para lograr, individualmente, los


objetivos que la escuela persigue.
» Segundo: Tener ideas propias y una cultura general, sobre todo en lo
que se refiere a las cuestiones sociales. A falta de estas condiciones, la
voluntad, como hemos dicho, para lograrlas, y

» Tercero: La asistencia del alumno a la escuela, garantizada


socialmente por el sindicato a que pertenezca. Sin estos requisitos, no
lograría otra cosa que ser simple oyente en una academia de
trabajadores cuya misión es lograr que se destaque y sea útil a la obra
que se ha de realizar cerca del pueblo.

» Llamamos la atención a todos y principalmente a los sindicatos, a las


Juventudes Libertarias, para que envíen como alumnos de nuestra
escuela a cuantos jóvenes se distingan por su capacidad, dotes,
condiciones y voluntad, para hacer hombres capaces y diestros en la
propia obra de la Organización. Sólo así, por un perfeccionamiento
continuo de nuestros militantes activos, podremos realizar labor útil y
fecunda en pro de nuestros ideales y de la humanidad, vencer los
obstáculos tradicionales y triunfar ventajosamente en esta cruzada que
nuestro pueblo sostiene por la libertad y la instauración de una vida
justa e igualitaria.»

Las mismas Oficinas de Información y propaganda organizaron, a partir de


enero de 1937, un ciclo de conferencias en el Cine Coliseum de Barcelona.
Desfilaron por aquella tribuna los mejores oradores del movimiento libertario,
tales como Federica Montseny, García Oliver, Gastón Leval, Higinio Noja Ruíz,
León Felipe, etc. La más importante de estas conferencias, fue la de apertura
del ciclo. Corres­pondió pronunciarla a Federica Montseny, la cual versó sobre
el siguiente tema: «El anarquismo militante y la realidad española». El principal
interés de esta conferencia, de la que damos el resumen publicado en el
Boletín de Información de aquellos días, reside en el propósito de la oradora
de explicar, a la luz de los principios fundamentales del anarquismo, y también
de las realidades, la posición que habían tomado la CNT y la FAI a raíz de la
trágica conflagración española.
« Camaradas y amigos: He aceptado el honor de iniciar este ciclo de
conferencias con la complacencia del que ha de cumplir un deber
impuesto por sí mismo, pues quien ha situado la posición del
anarquismo clásico ha de situar hoy también al anarquismo en la
posición exacta a que le han llevado los acontecimientos que estamos
viviendo.

» Nosotros, como anarquistas, no hemos rectificado nada de lo que era


consubstancial con nosotros mismos. Era preciso hacer esta
declaración. Somos anarquistas, continuamos siéndolo y perseguimos
el logro de los mismos ideales de siempre. Los acontecimientos no
tienen nada que ver con lo que es y seguirá siendo el movimiento
anarquista español. Pero es necesario separar el ideal inmóvil del de
aspirac1on eterna. Un ideal inmóvil, un ideal que se estanca, que no
tiene flexibilidad, que no tiene agilidad, que no sabe reaccionar, él y sus
hombres representativos, de acuerdo con las circunstancias, este ideal
está destinado a ser superado a ser arrinconado, a ser sustituido por
otros ideales. He aquí lo que hemos sabido tener en cuenta los
anarquistas españoles. Sin que el ideal dejara de ser el mismo, sin que
la idea anarquista hubiera sido retirada ante la experiencia formidable,
ante la situación histórica y el momento español, hemos sabido
adaptarnos, hemos sabido situarnos y hemos sabido practicar el
principio físico con el cual definía Tárrida del Mármol la palabra
«autoridad»: «La autoridad es algo de lo que vamos restando
cantidades y de lo cual queda siempre un residuo y que hemos de
tender a hacer cada día más pequeño.»

» Nadie pudo prever los acontecimientos que siguieron al 19 de julio;


sin embargo, nosotros no perdíamos la visión del momento y
continuábamos actuando como hasta entonces, pues desde el
advenimiento de la República, ninguna organización dio tantas pruebas
como la nuestra de fervor revolucionario. Un socialismo reformista, un
acomodamiento casi general, había ido conteniendo el proceso
revolucionario. Fue necesaria nuestra constancia, el acicate, lo que
podríamos llamar nuestra locura, para el desgaste de las fuerzas que se
oponían a los avances del proletariado, consiguiendo, también, que el
propio socialismo reformista se situara en una posición revolucionaria.
Y así llegamos a la militarada, a la que hizo frente el proletariado,
determinando, con su resistencia heroica, los acontecimientos y
surgiendo una aurora nueva. Se produce en España un movimiento de
masas y nuestro pueblo se lanza a una revolución que no tiene nada en
común con la revolución rusa ni con otros movimientos. No hubiera
habido revolución si no hubiésemos nosotros preparado al pueblo. Es
éste nuestro triunfo y el galardón más preciado que tenemos los
anarquistas.

» Sin que la filosofía anarquista haya sido rectificada, hemos sabido


adaptarnos a las circunstancias. Ha habido casos en que los anarquistas
del resto del mundo apenas han podido comprender al anarquista
español. No pretendo censurar a los anarquistas. No puede censurarse
un movimiento ni unos individuos. Nosotros, como los comunistas
estatales o los socialistas, insistimos en la realización total de nuestros
ideales. Una vez establecido tal acuerdo, nuestra posición se marcaba
en esto: o continuamos en la oposición, en una oposición
incomprensible desde el momento que debíamos suministrar nuestros
esfuerzos agrupados todos alrededor de la República burguesa, pero
que representaba el liberalismo frente al fascismo, o bien presentarnos
donde las circunstancias nos obligan a situarnos. Si en España
estuvieran todos los compañeros de Europa, América y otros países
que no comprenden lo que hacemos con el anarquismo español,
hubiéramos visto cómo actuaban y su reacción mental ante los
acontecimientos que se habían producido, con realidades muy distintas
a las que habíamos soñado. Los ideales son los mismos, pero a veces
uno no tiene más remedio que rectificar incluso la opinión que le
merecen los hechos que se previnieron no en el sentido con que
habían de ser previstos ahora. Porque nadie podía saber que haríamos
la revolución a la vez que hacíamos una guerra. No una guerra civil
como las del siglo pasado, en las cuales las fuerzas estaban igualadas,
sino una guerra moderna, con todos los elementos necesarios para la
lucha.
» Si el 19 de julio hubiésemos ido a la realización totalitaria de nuestros
ideales libertarios, el hecho habría sido catastrófico, como si lo
hubiesen intentado comunistas estatales o socialistas. Con ello hubiera
quedado roto un frente de lucha. Por eso hemos sido nosotros los
primeros en dar la nota de ponderación en las aspiraciones. La lucha
del pueblo español contra el fascismo, que era ya de por sí bastante
audaz y grandiosa para un pueblo desarmado, un pueblo que necesita
varios días para agitar la conciencia de los otros pueblos, nos hizo
encontrarnos solos con nuestro espíritu de querer ser libres frente a la
tendencia autoritaria del fascismo internacional. Nosotros
representamos un movimiento contra los imperialismos siempre
agresivos de Italia y Alemania. Y es ya por sí tan grande esta lucha, que
el triunfo sobre el fascismo ya merecía el sacrificio de nuestras vidas.

» Nosotros, los anarquistas españoles, dándonos cuenta de las


imperiosas necesidades que exigen las realidades del momento, hemos
seguido una línea de conducta cuya finalidad tendía a que no se
repitiera lo que ocurrió en Rusia, donde el anarquismo, a pesar de su
potencialidad, fue desplazado de la dirección de la revolución por una
organización minoritaria.

» Éramos nosotros, el 19 de julio, el movimiento obrero más


importante de España (25) al menos en Cataluña, y podíamos habernos
lanzado a la aventura de una conquista total de nuestros ideales. No lo
hicimos por no malograrlo todo. Con nuestra actitud hemos evitado
que alguien pudiera terminar la fermentación popular por medio de
una dictadura.

» La intervención de la CNT en el gobierno central y en el Consejo de la


Generalidad de Cataluña ha conseguido que el movimiento anarquista
no se viera desplazado de la dirección de la revolución. Se necesitaba
un verdadero frente único de todo el proletariado y de todos los
elementos antifascistas para poner un valladar infranqueable al
fascismo internacional que de la península había hecho campo de
operaciones, y ahora este pueblo que va venciendo a los fascistas
avanza socialmente creando un nuevo concepto de la vida, una nueva
sociedad.

» Decirme si no es grande lo que estamos haciendo. Cuando


contemplamos las horas que estamos viviendo nos asombramos de
nosotros mismos. Y pensaremos cómo ha sido posible que hayamos
podido vencer tan grandes obstáculos.

» De todos los problemas que plantea la hora presente, el de la guerra


es el más simplista, porque para la misma se ha podido conseguir y
mantener la unidad de todos los obreros, republicanos, socialistas,
comunistas y anarquistas, los que saben que el fascismo representa la
estrangulación, algo más duro que la dictadura pasada, porque en el
movimiento fascista se ha injertado el fascismo alemán e italiano.

» El odio al fascismo, el deseo común de vencerlo nos une, pero ahora


imaginad el panorama una vez terminada la guerra, con diferentes
fuerzas ideológicas que propugnarán por imponerse unas a otras. Una
vez terminada la guerra se volverá a situar de nuevo en España el
problema, con las mismas características que se situó en Francia y en
Rusia. Nosotros hoy ya debemos de situarnos. Hemos de precisar
nuestros puntos de vista para que los otros partidos sepan a qué
atenerse, y podamos todos, de una manera franca, leal, encontrar esa
unidad precisa para el día de mañana... Hemos de buscar la plataforma,
el punto de contacto que nos permita con la mayor libertad y con un
mínimo plan de realizaciones económicas, continuar el camino
emprendido hasta llegar a la meta.

» Ya hemos hablado nosotros de lo que queremos una vez que haya


terminado la guerra. Lo que decimos hoy lo veníamos diciendo antes
de la guerra. Y decíamos que había algo consubstancial con la historia
de España, con las aspiraciones del pueblo que se manifestaba en cada
momento de eclosión de la conciencia, el movimiento de los
Comuneros de Castilla, el de los segadores catalanes, que desde muy
lejos afirma la posición de nuestro pueblo contra el poder centralizador
y absorbente, esta aspiración, admiración de los otros países, que se
sorprendían con los aires de libertad y de democracia que la
informaban y que era la afirmación de nuestra personalidad propia
ante cuanto pudiera significar tiranía u opresión.

» Todos tenemos el mismo sentido racial de la libertad contra la


opresión, contra la humillación, y por eso en España no pudo
imponerse la dictadura de Primo de Rivera, que era de opereta, como
tampoco impondrán la suya Mola y Franco, pues nuestro pueblo
prefiere la muerte antes que la esclavitud.

» Nuestro concepto de organización es simplemente federalista. De mí


en particular se ha dicho que estoy más cerca de Pi y Margall que de
Bakunín. Yo puedo afirmar que en la interpretación filosófica,
económica y política de Pi y Margal! coincidimos todos los anarquistas
españoles, porque éste supo dar con lo que era consustancial con
nuestro espíritu. El federalismo es la garantía de que el resultado de la
lucha ha de ser fecundo en beneficios materiales para los obreros de
las ciudades y de los campos, haciendo de España lo que no ha sido.
Federalistas hemos de ser todos. Federalistas han de ser los socialistas,
a pesar de su tendencia centralista, que ha tenido como consecuencia
el espíritu centralista de Marx, que ha de ser rectificado. Federalistas
son todos los republicanos, y federalistas hemos de ser nosotros
aceptando la constitución de la Federación ibérica de Repúblicas
socialistas, que dará a cada región el derecho de estructurarse a sí
misma. Hasta hoy España es una cabeza monstruosa con un cuerpo
raquítico. A Madrid afluye toda la riqueza del país.

» No es posible la reconstrucción económica del país manteniendo el


poder de la burguesía. Si se quisiera restituir a la burguesía el poder,
ello constituiría la mayor de las catástrofes. Los trabajadores aceptarán
las jornadas de sacrificio para la revolución, intensificarán la
producción en beneficio de la revolución, pero si ello se les exigiera
para otra cosa que no fuera el triunfo de la revolución, nada se
conseguiría, y además los obreros no lo permitirían. El pueblo español,
al luchar contra el fascismo, lucha al mismo tiempo contra las
desigualdades sociales, contra toda una historia de siempre en la que
se le adjudica a él el papel de víctima, contra el señoritismo del pueblo
español, aunque se le exijan mayores sacrificios para después de la
guerra y para el triunfo de la revolución, como tiene una moral de
combate, sabrá estar en su puesto y trabajará para él y para sus hijos,
pero nunca lo hará para que alguien redondee solamente su fortuna,
trabajará, luchará solamente para sí y para el mañana. Que no olvide
nadie esto. No se trata de una guerra civil.

Es la guerra del pueblo, de los trabajadores contra el señorito, contra el


militar, contra el parásito.

» Los partidos burgueses han fracasado por no haber sabido crear una
conciencia moral ni oponerse a la militarada, dejando a los militares en
libertad de acción para que pudieran preparar el actual movimiento
faccioso, que si no triunfó fue porque le faltó una base popular.

» De ahora en adelante, para que pueda plasmarse la nueva España, es


necesario que todos los resortes de la dirección del país pasen a manos
de los trabajadores, y una vez establecido el federalismo se impone la
unidad económica de los trabajadores por medio de la unión efectiva,
constante y leal de las dos sindicales UGT y CNT.

» Nosotros tenemos un concepto tan elevado de la libertad individual y


colectiva que no deseamos el triunfo de una política económica
proletaria a costa de la imposición de una dictadura de la clase
trabajadora.

» En España, con la economía en manos de los trabajadores, es preciso


que se acentúe la moral del sacrificio y el sentido de responsabilidad
individual y colectiva. La moral ha de llevarnos a aceptar todas las
penalidades, racionamiento, las jornadas para la reconstrucción, la
honradez y la austeridad, y todos nos hemos de sentir soldados de una
gran causa; siendo desterrados todos los privilegios. Con el sentido de
responsabilidad lograremos la desintegración de nuestros egoísmos, de
nuestras ambiciones personales, para sumar en la obra que ha de
garantiza r la realización de todas nuestras ansias. Y esto que
queremos, somos los primeros en alentarlo en nosotros y en los otros.
» Si en España no se ha podido destruir la autoridad en absoluto, se
van mermando sus prerrogativas con federalismo, primero, y después
enseñando al hombre a vivir sin que nadie le mande para el
cumplimiento de sus deberes, creando en él el sentimiento de la
libertad dentro de los principios anarquistas que continúan siendo la
esencia del liberalismo.

» Este proletariado español, educado en tales principios y afinada su


personalidad en las realidades que impone la lucha que lleva a cabo,
será el que señalará el camino por el que han de seguir todos los
obreros del mundo para la conquista del derecho a la libertad y al
bienestar.»

La crisis del gobierno de la Generalidad, provocada a mediados de


diciembre de 1936, significa el principio de la batalla
contrarrevolucionaria. Solidaridad Obrera del 15 de aquel mes, inicia
una campaña de entrefiletes alusivos a la nueva situación. «No se
puede separar la guerra de la revolución. Para entender este enunciado
se precisa ser más revolucionarios que políticos. ¡Por desgracia
abundan más los segundos que los primeros!»

« No puede decir otro tanto -dice en la misma fecha el órgano del


POUM- el PSUC. Desde su órgano en la prensa, y desde la tribuna
pública, inició toda una campaña de injurias y de calumnias contra
nuestro partido, campaña que no tenía otro objeto que preparar lo que
luego ha exigido: nuestra eliminación del Consejo. Nosotros hemos
hecho toda clase de esfuerzos para que no se rompiera la unidad de
acción en momentos como éstos, no porque tuviéramos poco ni
mucho apego a los cargos, sino por considerar que semejante ruptura
sólo al fascismo podía beneficiar. Otras organizaciones se han
esforzado, asimismo, por evitar la ruptura, y en muy primerísimo lugar
la CNT. Sin embargo, la ruptura no ha podido ser evitada por la
intransigencia del PSUC que no se contenta con exigir nuestra
eliminación, sino que preconiza la anulación pura y simple de todas las
conquistas revolucionarias de la clase obrera, cosa que nosotros no
permitiremos jamás.»
En su edición de la misma fecha, Treball, órgano del PSUC, encargado de
orquestar la campaña, que respondía a veladas consignas moscovitas, expone
la actitud de su partido barajando sofismas y provocaciones:

« Nuestra actitud frente al POUM no es, tampoco, como alguien parece


que lo cree, una posición de partido. Nosotros luchamos contra los
provocadores con la misma tenacidad y por los mismos motivos que
contra los fascistas. Todo el mundo conoce nuestro trabajo en pro de la
unificación; todo el mundo sabe que fuimos nosotros sus iniciadores, y
que hemos sido y seguiremos siendo sus defensores más
encarnizados.»

La posición del estalinismo frente al POUM era, además de una


cuestión de partido, además de una consigna general de la política del
Komintern, una postura encaminada a agenciarse la soberanía en el
seno de la UGT catalana. El POUM tenía una cierta influencia sobre la
filial sindical catalana de la Internacional Comunista. Fueron los
poumistas quienes le dieron vida con mucha anterioridad a la creación
del PSUC. Este había surgido de una alianza entre la Unión Socialista de
Cataluña y el Partido Comunista catalán. En vísperas de la
proclamación de la República, la UGT era en Cataluña la más cenicienta
de las secciones de la Sindical socialista. Su influencia se reducía a
pequeños reductos profesionales que languidecían a la sombra del
frondoso árbol confederal. Proclamada la República, se produjo la
abortada ofensiva estalinista contra la pujante Confederación Nacional
del Trabajo. El fracaso de esta ofensiva fue debido al profundo arraigo
popular de la central anarcosindicalista y al celo vigilante de su
inagotable manantial de militantes. El mismo POUM, que tenía
entonces el nombre de Bloque Obrero y Campesino, no dejó de probar
su suerte. El congreso confederal de 1931, y los congresos regionales
celebrados en aquel mismo año, adoptaron resoluciones tajantes
contra las infiltraciones comunistas de cualquier tendencia que
amenazaban a la Organización. El mismo Congreso del Conservatorio
invalidó, de sus alegadas representaciones, a elementos comunistas
que se habían hecho elegir por algunos sindicatos en los cuales tenían
cierta influencia. La aprobación de una moción por la cual ningún
elemento confederado que hubiese aspirado a cargos públicos, o que
hubiera intervenido en campañas electorales, o que fuese elemento
activo del cualquier partido político, podía ostentar la representación
de la Confederación Nacional del Trabajo, tuvo la virtud de cercenar las
pretensiones de los elementos que tanto se habían esforzado por
clavar su bandera en el corazón del movimiento obrero confederal.

En consecuencia, poumistas y estalinistas convirtieron a la esquelética


UGT catalana en campo de sus nuevas experiencias. El intento de Estat
Catalá y de la Esquerra de crear una Sindical genuinamente catalana -la
Federación Obrera Catalana (FOC)-, no pasó de proyecto. Pero llegado
el 19 de julio, y afirmada la hegemonía sindical absoluta de la CNT, la
necesidad de oponer a ésta una fuerza popular neutralizadora se hizo
imperativa. Contribuyeron a sacar a la UGT catalana del anonimato el
haberse volcado sobre ella todos los elementos y partidos que estaban
enfrente de la Confederación, y también la actitud contemporizadora
de ésta con respecto a la pequeña burguesía y a los partidos que la
representaban. Los estalinistas, que habían elevado la defensa de los
intereses de la pequeña burguesía al rango de plataforma política,
fueron desplazando a sus odiados rivales del POUM de los cuadros
ugetistas. Y seguidamente, siempre apoyándose en la pequeña
burguesía y en los partidos que asistían a ésta -Acción Catalana, Estat
Catalá y la propia Esquerra Republicana de Cataluña-, lograron el
objetivo supremo de desplazar al POUM de la dirección política de la
Generalidad. Este y no otro fue el motivo de la crisis de diciembre. La
propia CNT mordió el anzuelo al aprobar la constitución de un nuevo
gobierno a base de representaciones sindicales. La presencia de la
Esquerra en ese gobierno quedó disimulada con el pretexto de que
representaba a la pequeña burguesía. Esta tenía, pues, doble
representación: la UGT, representada a su vez por elementos
destacados del Partido Socialista Unificado de Cataluña, y la Esquerra.
La pequeña burguesía estaba también representada por el consejero
«rabassaire», José Calvet.
Resuelta la crisis de la Generalidad, con el consabido Gobierno sin partidos, el
POUM lanzó un manifiesto público en el que se leen advertencias como ésta:

« Si a pesar de nuestros esfuerzos y de nuestros sacrificios se rompiera


la unidad de acción, la culpa no sería nuestra. Sería de aquellos que
todo lo subordinan a sus ambiciones partidistas, y estamos seguros que
en un plazo no muy lejano los hechos nos darán la razón.
Desgraciadamente se han de experimentar los resultados de esta
maniobra, que realizada en estos momentos no puede más que
favorecer al enemigo común. Por tanto, nos vemos obligados a
denunciarlo a la clase trabajadora de Cataluña.»

La ofensiva contrarrevolucionaria se oculta tras esta hábil consigna:

« Antes que nada, ganar la guerra, que es la garantía de la revolución». A lo


que replica Soli (19 de diciembre):

« Francamente, hemos de confesar que nos huele a chamusquina esa


consigna de «primero ganar la guerra». Se trata de una consigna seca,
sin substancia, apenas sin nervio, sin jugo. Primero ganar la guerra y
hacer la revolución al mismo tiempo, porque la guerra y la revolución
son consustanciales como el sol y la luz. He ahí la consigna.»

« Ha sonado la hora de la socialización -insiste el mismo periódico, el


24 del mismo mes-. La primera fase de la revolución que se vive
consiste en el establecimiento de Comités de control, que han sido su
expresión y órgano funcional, pero es imprescindible completarlo con
un paso decisivo: la socialización integral.»

La Batalla, alegando supuestas persecuciones, escribe:

« A nosotros no nos atemoriza la lucha. Cuando se pone empeño en


buscarnos, se nos encuentra. Nosotros no provocamos a nadie; pero
estamos dispuestos a responder dignamente a las provocaciones.
¡Cuidado! ¡Mucho cuidado! Hemos hecho y seguiremos haciendo todo
lo posible para evitar una lucha que consideramos criminal. Hemos
hecho y seguiremos haciendo todo lo posible para que se rehaga la
unidad de acción contra el fascismo y para el triunfo de la revolución. Y
en este sentido esperamos la ayuda de todos los trabajadores: los de la
CNT y la FAI, los de la UGT y los del propio PSUC. Pero que lo sepan
todos: si a pesar de nuestros buenos deseos se nos obliga a ir a la lucha
física, que carguen con la responsabilidad los que la tienen. Y, por hoy,
nada más.»

Otro de los frentes abiertos por el comunismo, si no el principal, iba contra la


propia CNT. La escasez de víveres empezaba a hacerse sentir. La política
financiera del gobierno -supresión o dosificación de divisas para la obtención
de materias primas- agravó la situación de las industrias, por lo que a Cataluña
se refería. Fue ésta una medida aplicada desde el principio por el gobierno
central con vistas a aplacar los fueros revolucionarios del proletariado catalán.

Juan Comorera, nuevo consejero de Abastos de la Generalidad, aprovechó esa


situación de penuria para poner en práctica un madurado plan de especulación
política. En las primeras declaraciones de Comorera se proclamaba
públicamente la incapacidad de su antecesor (el cenetista Domenech) en
materia de abastecimiento, denunciando al mismo tiempo con forzado
patetismo la situación alarmante que venía a crear la escasez de alimentos.
Pretendía Comorera haber encontrado completamente exhaustos los
depósitos de víveres destinados a la población.

El 24 de diciembre, Solidaridad Obrera sale al paso de la campaña con las


siguientes razones:

« ¿Es cierto o no que durante la gestión de Domenech en Abastos se


han llevado a cabo los trabajos de que se ha hablado a los periodistas?

¿Es cierto o no que le han faltado las ayudas de divisas que ha


pretendido, con perfecto derecho, del gobierno? ¿Es cierto o no que a
pesar de no hallar esas divisas ha dejado encargado, al abandonar la
Consejería, el envío de gran parte de los artículos que nos son
necesarios? En cambio, de Camarera siempre habremos de decir que
en las circunstancias presentes, salir a alborotar la plaza pública sin
ofrecer la inmediata solución, es una imprudencia con la que sólo ha
logrado agravar una situación de que son más culpables las
circunstancias.»

En Soli de la misma fecha, J. Álvarez, exsecretario de la Dirección general de


Abastos ele la Generalidad de Cataluña, y exdelegado de compras, lanza la
siguiente aclaración:

« Dos PALABRAS OPORTUNAS. Coincide, precisamente en estos


momentos de alarma para el pueblo barcelonés, como consecuencia
de las desacertadas declaraciones del nuevo Consejero de Abastos, en
uno de los rotativos de la noche, mi llegada a esta ciudad, después del
viaje a Úbeda como delegado del ex-Consejero de Abastos de la
Generalidad, para la adquisición de trigo y harina en la provincia de
Jaén. Asistido de los compañeros de las respectivas comarcas, hemos
concertado, en nombre de la Generalidad ele Cataluña, operaciones de
compra e intercambio que dan como resultado la próxima llegada a
nuestra ciudad de varios centenares de vagones de harina y trigo,
suficientes para proveer a nuestras indus­trias de elemento primordial
para su elaboración y dar lugar con ello a un compás de espera que
permita la llegada de dicho cereal de las otras regiones, en donde otros
delegados, al igual que yo, han conseguido operaciones, lo mismo en el
interior que en el exterior, que resolverán por completo el latente
problema del abastecimiento de pan, artículo de primera necesidad, y
el desarrollo normal de todas las industrias derivadas del trigo [...]

Por aquellos mismos días, La Humanitat, órgano de la Esquerra, dejaba


asomar una vez más su complacencia, escribiendo: «Ahora, todas las
buenas razones que se quiera, pero en Barcelona no hay pan, que es lo
que se come y lo que alimenta».
Si se tiene en cuenta la llegada al puerto de Barcelona, alrededor del 20 de
enero de 1937, de un nuevo barco soviético, cuyo cargamento oficial consistía
en 901 toneladas de harina de trigo, 882 toneladas de azúcar y 568 toneladas
de mantequilla, «donación de los obreros y campesinos rusos a los
antifascistas españoles», cabe preguntarse si no visaba la campaña comunista
sobre la escasez de productos a dar realce a aquel acontecimiento, o dicho en
otras palabras, a dar un carácter providencial a aquellos envíos, respaldados,
como se sabe, con fabuloso depósito de oro, y a afirmar al m ismo tiempo las
posiciones del Partido Comunista, para el que ninguna maniobra ni
especulación era mala.

El primer barco soviético, el Ziryanin, había arribado al puerto de Barcelona el


día 13 de octubre del año anterior. Para que se tenga una idea de aquel
acontecimiento, damos aquí el rapport del propio capitán del barco, dirigido,
bajo forma de mensaje, a su jefe Stalin:

« A los trabajadores de la Unión Soviética, a nuestro jefe, camarada


Stalin: Arribamos a Barcelona el día 13 a media noche, entramos en el
puerto por la mañana, encontrando en nuestro camino centenares de
barcas, lanchas y remolcadores repletos de gente, con banderas y
carteles de bienvenida. A bordo subieron los representantes de los
partidos conjuntamente con nuestro cónsul, camarada Antonov
Ovseenko. El pueblo llenó todo el muelle, los techos de las casas,
ventanas, balcones, todos los barcos anclados en el puerto. Continuos
toques de sirenas de todos los buques españoles, fábricas, talleres. Al
desembarcar se organizó un grandioso mitin, interviniendo en él todos
los representantes de todos los partidos dando la bienvenida y
agradecimientos. Respondieron nuestro cónsul, Antonov Ovseenko, el
capitán Borisenko, el marino Filipov, declarando que los trabajadores
de toda la Unión Soviética, hora tras hora siguen su lucha heroica y de
todo corazón se encuentran con ellos. Imposible expresar con palabras
la formidable fuerza del recibimiento, el júbilo del pueblo catalán. Por
la tarde, junto con el cónsul, visité al presidente de Cataluña,
Companys. Después de hacer el «rapport» de mi llegada entregué al
presidente la lista del cargamento traído. El presidente transmitió el
reconocimiento fraternal del pueblo catalán a los trabajadores de la
Unión Soviética. El vapor es continuamente visitado por miembros del
gobierno, representantes de organizaciones, de fábricas y talleres, los
cuales traen flores. La tripulación del barco recibe un sinnúmero de
invitaciones. Visitamos dos fábricas, los obreros nos saludaron: «¡Viva
la Unión Soviética! ¡Viva el camarada Stalin!» Iniciamos la descarga del
barco el día 15 de este mes y terminaremos el 18 y 19 del mismo. Al
lado del vapor, una multitud de miles de personas. La tripulación del
Ziryanin, la colonia soviética de Barcelona envían saludo fraternal a la
querida patria, a nuestro querido jefe, camarada Stalin, a todos los
trabajadores, a nuestras familias. El capitán del vapor Ziryanin,
Borisenko.»

Como complemento de este mensaje, publicado en los diarios del 18 de


octubre, damos ahora la versión Solidaridad Obrera del 21 de aquel mismo
mes sobre lo que fue la despedida tributada al Ziryanin por el pueblo de
Barcelona:

« EL PROLETARIADO BARCELONÉS RINDE HOMENAJE DE DESPEDIDA A


LOS MARINOS RUSOS. Los ocho días que ha permanecido en nuestro
puerto el Ziryanin, culminaron ayer tarde en uno de los actos más
emocionantes entre libertarios de la Barcelona proletaria. La
perspectiva que ofrecían los diferentes muelles por donde tenía que
pasar el barco ruso era una elocuente demostración de lo que es capaz
de improvisar un pueblo libre. Por encima de aquella muchedumbre
enfervorizada aleteaban al viento las banderas-símbolo de las
diferentes tendencias antifascistas. Pancartas en las que una frase
tenía el valor de todo un poema social. Los cientos de miles de
ciudadanos que se habían sumado al soberbio acto de despedida no
tenían más que un punto de mira: el Ziryanin. Era un pueblo rendido a
la humana significación de aquella primera visita de otro pueblo. La
sensibilidad era un tributo a la solidaridad. Unas toneladas de
productos alimenticios trasladó desde Rusia a España este mensajero
del proletariado ruso, ofrenda de sus mujeres a las nuestras, afable
caricia de los pequeñuelos de Oriente a los niños de Iberia. Toda la
grandiosidad del mensaje precisaba de una reciprocidad espiritual y
ésa la dio, y bien cumplida por cierto, el obrerismo barcelonés.

» No somos muy amigos de forzar la nota espectacular, pero


confesamos que el solemne acto de ayer era más pulsación que
espectáculo. La formidable movilización de masas tuvo su justificación
en un rasgo de humanidad henchida. El micrófono recogió y transmitió
la voz y el pensamiento de diferentes militantes de las organizaciones
del frente antifascista. Todos ellos supieron vivir unos instantes el
ambiente de solidaridad en que se desarrolló el grandioso acto y dieron
la túnica elevada que era menester.

» Poco después de las tres de la tarde -hora anunciada para que


zarpara el buque- se hallaban en su cubierta Miravitlles, Valdés,
Benejam, Fernández, que en nombre de sus respectivas tendencias
sindicales y políticas saludaron a los marinos y al pueblo ruso. Las
palabras del camarada Aurelio Fernández, profundas y sencillas,
quedaron grabadas en aquella enorme formación social y
multitudinaria, ya que fueron reflejo de su significación revolucionaria.
Después, se acercaron al micrófono el camarada tripulante del
Ziryanin, Filipof (26), el capitán, Borisenko, y el cónsul de la URSS en
Barcelona, Ovseenko. La traducción de sus parlamentos fue subrayada
con el entusiasmo de la concurrencia. Pero donde la emoción del
pueblo tuvo grandiosidades espirituales fue cuando el Ziryanin se
apartaba de la riba y enfilaba la bocana. Millares y millares de
pañuelos, que eran todo un simbolismo, revoloteaban por encima de
las cabezas. Las banderas se desplegaron al viento y las sirenas de los
buques surtos en el puerto, vaporcitos y canoas, rasgaron el rumor del
entusiasmo de aquella masa humana para adentrarse en los corazones
de todos. En la cubierta y en el puente de mando del buque, cuajado
de flores, los marinos rusos, puño en alto, recibían el testimonio de
solidaridad y de amor del proletariado barcelonés. El maravilloso
espectáculo tuvo su apoteosis en aquella salida del puerto, rodeado el
vapor ruso de pequeñas embarcaciones repletas de camaradas.

» El Ziryanin ha ganado la salida del puerto. Unas notas grises


empalidecen aquella emoción y la sirena del Uruguay, que aún lanza al
espacio el último gemido -porque tiene envenenado su vientre de
hierro (27)-, es el saludo de todo un pueblo. Y entre penachos de humo
denso, desaparece de nuestra vista el vapor que nos trajo un hálito de
solidaridad material y fraternal. El Ziryanin cruza por detrás de unos
guardianes de no sé qué compromisos (28) y la grandiosidad del
momento se nubla con esta nota de tristeza del véspero otoñal.»

Como puede verse por la muestra, la llegada del primer barco soviético al
puerto de Barcelona tuvo la virtud de conmover todas las fibras sentimentales
del pueblo catalán. Para encontrar una manifestación popular semejante,
desde el punto de vista de la espontaneidad en la emoción, tendríamos que
recurrir al ejemplo que ofreció la manifestación producida en ocasión del
entierro de Durruti. Pocos acontecimientos tocaron tan a lo vivo los
sentimientos del pueblo. A pesar de las fundadas reservas que había abrigado
siempre el proletariado barcelonés con respecto a la dictadura soviética,
aquella mise en scene de los consumados actores del estalinismo tuvo la virtud
de despertar uno de los sentimientos más arraigados en el alma española; el
que surge de la emoción solidaria. Sin embargo, ¡qué lejos estaba ese pueblo,
y hasta los propios elementos que le dirigían, de la profunda significación de
aquel acto de fingida amistad! Aun a la vista de los hechos sucedidos
ulteriormente, cuesta trabajo concebir que se pueda ocultar la más fría y
refinada traición detrás de las muestras de solidaridad.

La confabulación, como se verá a través del desarrollo de los hechos, era de


grandes alcances. Precisamente por aquellos días hacía su aparición en el
escenario político de Cataluña uno de los personajes más funestos de la
reacción contrarrevolucionaria. Se trataba del nuevo Comisario general de
Policía, Eusebio Rodríguez Sala. Le dio posesión del cargo el consejero de
Seguridad Interior, Artemio Ayguadé, de la Esquerra, en presencia del
secretario de la Junta de Seguridad Interior, Aurelio Fernández, representante
de la CNT, quien en dicha ocasión (24 de diciembre) pronunció un discurso del
que transcribimos los siguientes párrafos:

« Saludo al compañero Eusebio Rodríguez Sala, nuevo Comisario del


Orden público en Cataluña, y no puedo hacerlo sin satisfacción porque
procede del campo proletario y de organización eminentemente
proletaria. Ha de ser una gran satisfacción para mí ver que los cargos
de responsabilidad van recayendo en las organizaciones proletarias que
han de sustituir al régimen imperante hasta ahora.

» Con el compañero Rodríguez no nos conocemos de hoy. Tenemos


una historia de militantes de la misma organización, porque aunque
ahora es militante de la UGT, antes lo fue de la CNT.

» Sólo espero que se lleve a la práctica una cosa; y es que el Orden


público en Cataluña cambie completamente de características; para
lograrlo, es necesario que la colaboración de los hombres que
proceden del campo revolucionario le den la tónica que debe tener [...]

» Así, pues, deseo asegurarte, compañero Rodríguez, que en mí


encontrarás no sólo al amigo de colaboración, sino a un compañero
dispuesto a trabajar y a hacer pocos discursos para que los resultados
del Orden público se vean pronto en la calle.»

Efectivamente, Rodríguez Sala había figurado entre el elenco confederal de la


provincia de Tarragona en los aciagos tiempos de la represión de Martínez
Anido, y se había caracterizado como activo elemento de los grupos de acción
del sindicalismo. Durante el período de la República había pasado a los rangos
del republicanismo posibilista para entregarse, más tarde, en las horas turbias
de la revolución, en brazos del Partido Socialista Unificado de Cataluña, en
donde adquirió una súbita preeminencia. Pocos días después de su exaltación
a la Comisaría general de Policía, daba ya que decir al órgano regional de la
CNT, el cual, en fecha 9 de enero de 1937, le dedicaba el siguiente latiguillo:
« El Comisario general de Orden público es uno de los más aficionados
A darle a la sin hueso siempre que encuentre un periodista a mano.
Pocos días transcurren sin que la prensa no publique las consabidas
«enérgicas declaraciones de Eusebio Rodríguez», en las que se
despacha a su gusto sin reparar en indiscreción más o menos.

» Las publicadas el día 3 de los corrientes son un excelente semillero de


propaganda antirrevolucionaria que los fascistas de San Sebastián,
editores del diario Unidad, y el ínclito Queipo de Llano, han sabido
aprovechar, como era lógico. Después de leerlas, saca uno la impresión
de vivir, no en Cataluña, sino en un infierno, en una tierra plagada de
asesinos en la que impera el caos más espantoso. No otra cosa dicen
los periódicos fascistas de París, y Rodríguez, inconscientemente, les
ayuda con su pernicioso afán de hablar [...]

» Hace días pensamos llamar la atención a dicho amigo, y lo dejamos


siguiendo la máxima de que «peor es meneallo». Pero en la prensa de
ayer leemos otra serie de «enérgicas manifestaciones» del m ismo
autor, que son para caerse de espaldas.

» He aquí un párrafo: «Hay que acabar con las cárceles y cementerios


clandestinos», dice refiriéndose a Barcelona. Y bien, ¿mide el amigo
Rodríguez la responsabilidad de sus palabras cuando se entrega al
deporte de las «declaraciones»? ¿Se percata de la responsabilidad de
su cargo?

¿Por qué ahora que se habla tanto de control no controla el Comisario


general de Orden público su lengua?»

A todo esto juntábase el trabajo de zapa de las células comunistas, que


desplegaban gran actividad en las empresas, actividad proselitista que
utilizaba todos los medios. Un boletín interior del Comité local del PSUC (El
Leninista), de fecha 31 de diciembre de 1936, publicaba la siguiente
información confidencial:
« CÉLULA DE EMPRESA DE LOS SERVICIOS ELÉCTRICOS UNIFICADOS DE
CATALUÑA.

Una de las luchas más duras ha sido que la CNT ha puesto siempre
todas las trabas que ha podido para desacreditar a la UGT, para contar
con mayoría de afiliados. Entonces, por mediación de esta célula, se
lanzó la consigna de crear un Comité Central obrero de Con t rol y de
Enlace sindical, haciéndose a este punto las reformas del caso en el
Comité existente, y se consiguió, ciertamente, hacer una fuerte crítica a
su actuación, y entonces se hizo que la CNT desautorizara a los
hombres que la representaban en el Comité central.

» Con esta reforma se consiguieron dos pun tos muy esenciales. En


primer lugar que los hombres que actuaban desde los primeros
momentos sectariamente fuesen desplazados. En segundo término, y
ya a causa de la propaganda efectuada por la célula, que se
reconociesen como delegados en los Servicios los compañeros
nombrados por el camarada Comorera. Esta fue una gran victoria,
puesto que así con t rolamos totalmente y directamente la industria
[...]

» Los integrantes del Comité Central ele Control de la Industria son,


actualmente, del partido, así como todos los miembros ejecutivos de la
Federación catalana ele la Industria. Destacamos haber podido eliminar
al POUM de este comité. Actualmente, en este edificio, entre más de
setecientos hombres, no hay un solo militante del POUM. Después,
destaca enormemente que en las reuniones del sindicato, la línea a
seguir es trazada por el partido, hasta el punto que su comité directivo
se halla compuesto por quince miembros, doce de los cuales son del
partido. Que en dos congresos efectuados en el término de dos meses,
los cinco representantes de la delegación de Barcelona fuesen,
también, del partido [...]»
Estos procedimientos, de escuela maquiavélica, daban lugar a continuos
choques entre los trabajadores de algunas organizaciones, con las
consiguientes víctimas. Cumplía entonces su función de plañidera el consabido
Comité de Enlace CNT, UGT, FAI, PSUC. He aquí una de sus típicas jeremiadas,
publicada en la prensa del 21 de enero de 1937:

« Camaradas de la CNT-FAI y de la UGT-PSUC. Hoy se ha producido en


Barcelona otro hecho desagradable. Un trabajador ha disparado su
pistola contra otro trabajador, causándole la muerte. Las dos centrales
sindicales y el Comité de Enlace de las mismas, con la FAI y el PSUC, no
quieren entrar en el examen de los motivos que han determinado tal
acción fratricida. Sean aquéllos cuales fueren, los atentados contra los
compañeros deben ser desterrados de nuestras normas de lucha,
porque se convierten en actos contrarrevolucionarios, ya que atentan
contra la unidad de acción del proletariado y más en estos momentos
en que el fascismo nacional e internacional nos combate a todos sin
distinción de matices ni de ideas.

» Los organismos firmantes protestan enérgicamente contra el


atentado de hoy y lo condenan por ser un síntoma de desmoralización
para la clase trabajadora. Recordamos a nuestros afiliados el pacto
establecido entre las cuatro organizaciones que forman el Comité de
Enlace, y exigimos a todos el respeto a la libre voluntad sindical y,
sobre todo, el respeto a la vida de los militantes de las cuatro
organizaciones.

» Si alguna dificultad o descontento hubiese entre los camaradas, el


razonamiento y la cordialidad deben imponerse acudiendo a los
organismos responsables. Pero jamás debe llegarse a la ejecución de
actos como el que condenamos, que nos llevarían a la derrota más
aplastante y a la vergüenza histórica de haber hecho traición, no sólo al
proletariado de nuestro país, sino al de todo el mundo.

» ¡Camaradas de la CNT-FAI y de la UGT-PSUC! ¡Condenamos la


violencia entre proletarios! ¡Viva la unidad de acción de la clase obrera!
¡Empleemos sólo la violencia contra nuestro enemigo común: el
fascismo!

» Por el Comité de Enlace: Castellote, Cortés, Vidiella y Rosell. Por la


CNT, Valerio Mas. Por la FAI, Juan Gavaldá. Por la UGT, Antonio Sesé.
Por el PSUC, Pedro Ardiaca.»

La ofensiva del comunismo contra la CNT y la FAI, principal ahora de sus


objetivos, no reparaba en los procedimientos más perjudiciales para la
revolución. La fiebre de proselitismo llevaba a la UGT y al PSUC a convertirse
en paladines de todos los descontentos de la obra de las colectivizaciones. El
comunismo se convirtió en Cataluña en el receptáculo de las reivindicaciones
de la pequeña burguesía, de los pequeños artesanos y comerciantes, y muy
especialmente de los pequeños propietarios del campo catalán. En el campo
explotaba el natural conservadurismo de estos campesinos, cuyo odio hacia la
reforma colectivista atizaba constantemente, a la par que envolvía con
campañas de bajas calumnias a los adalides de la colectivización.

Prueba de ello es el primer Congreso de Trabajadores de la Tierra, celebrado


por la UGT catalana el 23. de enero de 1937, al que acudieron unos cuarenta
delegados en representación, según datos oficiales, de 30 000 afiliados. El acto
se redujo al nombramiento de sendas ponencias con anterioridad a toda
discusión, y esta discusión se limitó a repetidas intervenciones de los
miembros del Comité ejecutivo regional de la UGT. La tribuna se hallaba
adornada con una gran pancarta en la que se leía la siguiente inscripción:
«MENOS ENSAYOS COLECTIVISTAS y MÁS PRODUCTOS». En dicho congreso, el
dirigente comunista Víctor Colomé (29) intervino en estos términos:

» Es preciso terminar rápidamente con la situación confusionista -en


algunas comarcas caótica- que existe hoy en el campo catalán, y esto
es indispensable para obtener la victoria contra el fascismo. Si bien sois
vosotros los que tenéis que decidir si se tiene que ir a la colectivización
o no, nosotros debemos deciros que no somos partidarios de ella, por
no creerla oportuna en estos momentos.»
Por aquella misma fecha se produjeron los sucesos de La Fatarella, provocados
por esta siembra de odios entre los trabajadores del campo. La Fatarella es un
pequeño pueblo de la provincia de Tarragona entre Gandesa y el Ebro.
Contaba unos 600 habitantes, en su mayor parte pequeños propietarios
dotados de mentalidad retrógrada. La idea de colectivización tropezó allí con
una tenaz resistencia, posiblemente sin consecuencias ulteriores de no haber
mediado la intervención comunista con su política de incitación de las pasiones
y prejuicios retardatarios. Dada la mentalidad de la mayoría de la población,
les fue sumamente fácil a los emisarios del PSUC soliviantar los ánimos de esa
mayoría contra los elementos minoritarios que, alentados por sus afines de
otros pueblos colectivizados, se proponían implantar en el pueblo las
conquistas económicas de la revolución. Por último, la casi totalidad de los
vecinos ingresaron en bloque en la UGT, produciéndose inmediatamente una
situación de tirantez entre colectivistas e individualistas, pronto complicada
por presiones más o menos interesadas de los respectivos sectores desde el
exterior.

El levantamiento se produjo el día 23 de enero, fecha en que la mayoría de la


población lo hizo en armas contra un grupo de confederales que había
penetrado en el pueblo para influir en el arreglo del problema causante de la
agitación. Los incursores abandonaron el pueblo para parapetarse en los
alrededores y solicitaron refuerzos a Barcelona y a los pueblos más
importantes de la comarca. En casi todos estos puntos se recibió la noticia bajo
versión de que la Quinta Columna se había levantado en La Fatarella.
Inmediatamente fueron despachados para el lugar ele los sucesos dos
camiones de Patrullas de Control, varios agentes de investigación y vigilancia y
una compañía de guardias de Asalto, la cual entró en fuego al llegar a la
entrada del pueblo. Durante la operación ele asalto y limpieza, que duró varias
horas, murieron o fueron heridos algunos de los atacantes, lo que dio pretexto
para una represión inclemente contra los levantiscos, los cuales dejaron en el
campo una treintena de muertos.

La circunstancia de hallarse mezclados entre los asaltantes algunos grupos de


confederales, que acudieron de las vecinas comarcas, y la habilidad a que
recurrieron los comunistas, que formaban asimismo parte de la Guardia de
Asalto y de las Patrullas, de retirarse prudentemente una vez consumados los
hechos, puso en evidencia a la CNT y a la FAI como principales responsables de
la represión. Queda sobreentendido que las llamadas Patrullas de Control,
sobre las cuales se quiso cargar todo el peso de la responsabilidad, estaban
compuestas por miembros ele todos los partidos y organizaciones de Cataluña,
y que la Guardia de Asalto obedecía al mando de la Consejería de Seguridad
interior, a la Comisaría general de Orden público (Artemio Ayguadé y
Rodríguez Sala), y no solame11le al de la Junta de Seguridad interior y Jefatura
de los Servicios de Orden público, en donde figuraban los cenetistas Aurelio
Fernández y Dionisia Erales, lo cual, si bien no puede ser justificante de tan
sanguinaria como condenable represión, menos debía servir de motivo de
especulación política contra la organización confederal. Esto es precisamente
lo que hizo el PSUC. Después de haber suscrito una declaración conjunta que
echaba tierra al asunto, arremetió con todas sus fuerzas contra la CNT en una
campaña repugnante, en la que, zafándose de las propias responsabilidades,
las desviaba completamente sobre la organización confederal.

Pero no se habían desvanecido todavía los ecos de la campaña por los hechos
de La Fatarella cuando ocurrió otro incidente incalificable. El 5 de marzo se
produjo en Barcelona la sustracción de doce tanques de combate de uno de
los depósitos de material bélico dependiente de las industrias de guerra. El
sustractor resultó ser el teniente coronel comunista del Cuartel Vorochilof,
controlado por el PSUC.

He aquí la información publicada:

« SUSTRACCIÓN DE DOCE TANQUES. El pasado viernes, de cuatro a


ocho de la tarde, tuvo lugar en Barcelona un hecho que ha producido
extraordinaria sensación por la gravedad extremada del mismo y que
vamos a relatar para conocimiento de los trabajadores todos.

» En uno de los varios almacenes de material de guerra existentes y


cuya dirección discretamente omitimos, se presentaron el citado día
algunos individuos, quienes exhibiendo un documento a cuyo pie iba
estampada la firma de nuestro compañero Eugenio Vallejo, reclamaban
que se les entregasen doce tanques de los últimamente fabricados. El
camarada responsable del almacén, ante la documentación en regla
presentada, no puso reparo alguno a las solicitudes, entregándoles las
máquinas pedidas. Pero no obstante esto, algo notó a última hora en el
aspecto de aquéllos que le infundió alguna sospecha. Para asegurarse,
y como medida de prudencia y precaución, rogó de ellos el número del
coche que llevaban. Lejos de satisfacer esta demanda, los sujetos
montaron rápidamente en el auto, dándose acto seguido a la fuga.

» Dispuesto a que el robo no quedara impune, el camarada


responsable del almacén de material bélico de donde fueron sustraídos
los tanques les siguió desde otro coche, pudiendo apreciar que
aquéllos eran depositados en el cuartel Vorochilof. El camarada
responsable puso inmediatamente en conocimiento del compañero
Vallejo lo sucedido, quien solicitó de Patrullas de Control fuese
rodeado inmediatamente el cuartel mencionado, e impedida toda
salida de él. Logrado este objetivo, Vallejo visitó al teniente coronel
jefe del cuartel Vorochilof, exigiendo de éste la entrega inmediata de
los doce tanques sustraídos, ya que la documentación presentada a los
efectos de la sustracción no era válida por haber sido falsificada su
firma. El teniente coronel respondió con negativas rotundas, ya que ni
sabía nada de tal robo ni tenía el menor conocimiento de ello...

» En vista del resultado ineficaz de las gestiones realizadas por el


camarada Vallejo, solicitó éste la presencia del primer consejero
Tarradellas, quien en unión de aquél realizó reiteradas gestiones acerca
del referido teniente coronel, el cual respondía a sus interrogatorios
con negativas rotundas y afirmaciones de ignorancia. Cuando la
discusión adquiría caracteres más firmes, llegaron al cuartel Vorochilof
los camaradas Valdés, consejero de Trabajo de la Generalidad por la
UGT y Almendros, secretario del Comité militar del PSUC, los cuales se
mostraron disgustadísimos por el proceder de sus camaradas del
aludido cuartel, a los que recriminaron duramente su conducta.

» Así las cosas, no les quedó a éstos otro remedio que confesar. El
teniente coronel jefe del establecimiento manifestó entonces que en
su poder se hallaban no más de cinco tanques de los sustraídos,
ignorándose dónde se encontraba el resto. Se insistió en que confesara
toda la verdad, declarando finalmente estar en posesión de los doce t
anques sustraídos de manera tan indecorosa.

» Establecidos los hechos y puesta de manifiesto conducta tan


improcedente en instantes como los presentes, en que tanto se alaba
la unid ad proletaria y ante la actitud mantenida por el teniente
coronel j efe del cuartel Vorochilof, éste ha sido sometido a
expediente. Tenemos noticias de que, al verse descubierto el affaire, el
mencionado jefe hizo constar que él no hacía sino obedecer las
órdenes que le llegaban del alto mando de la División Carlos Marx.

» ¿Qué hay de cierto en esto? Lo que está fuera de toda clase de dudas
es que los tanques robados no se sustrajeron para realizar operaciones
de guerra. La Consejería de Defensa de la Generalidad de Cataluña,
atenta a los intereses generales de la lucha antifascista, no es parcial en
la distribución del material bélico, sino que inspirándose en un
principio de equidad, reparte entre todas las fuerzas que operan en el
frente de Aragón el material de que se dispone sin tener para nada en
cuenta su filiación política o sindical.

» Si no se sustrajeron esos tanques para llevarlos al frente, ¿para qué


se realizó operación tan «brillante»? Presumimos en esto un bosquejo
de intento dictatorial contra el que todos saben nos alzaríamos
inmediatamente. En este caso, como en todos, no podemos dejar de
recordar la existencia del peligro constante. Si el insano afán de partido
puede en alguien más que el propio instinto de conservación, nosotros
tenemos que hacer constar una vez más nuestra voluntad firme e
inquebrantable de vencer al fascismo por encima de todo. De vencerle
en compacto haz de unidad estrecha con los trabajadores de todos los
matices, políticos y sindicales, a cuyo pacto de unidad sabemos hacer
honor sin alimentar dobleces de ningún género contra nadie.» (30)
Denunciados estos hechos, la misma Soli, publicaba el 9 de marzo el siguiente
telegrama del jefe de la columna «Carlos Marx» (comunista), inspirador, según
manifestación del encartado, de la referida sustracción:

«Comisario de Guerra División «Carlos Marx» al di rector de Solidaridad


Obrera. Enterado por la prensa asunto sustracción tanques, te ruego
hagas público que el Estado Mayor de esta División es ajeno por
completo a este asunto, ignorando incluso la existencia de tanques en
Cataluña. Desautorizamos, pues, las manifestaciones del supuesto
encartado en este asunto. Manuel Trueba.»

Habrá que tener presente este episodio para cuando llegue la hora de analizar
los antecedentes de la provocación de los luctuosos hechos de mayo. Huelga
consignar que a partir de este momento la tirante situación política en el seno
del gobierno de la Generalidad entró en una fase insostenible. Sin embargo, la
crisis no fue planteada hasta el 26 de marzo, fecha en que el Consejero
primero, a la salida de un consejo, la anunció a los periodistas, manifestando
que prometía ser muy laboriosa. Efectivamente, la crisis no quedó resuelta
hasta el 26 de abril, o sea un mes exactamente después.

La crisis fue provocada por un decreto del consejero de Orden público, con
fecha 4 de marzo, por el cual se declaraban disueltas las Patrullas de Control
en aras de una ulterior reorganización de los distintos cuerpos armados que
pululaba n por la retaguardia catalana. Se prohibía a los guardias la facultad de
estar adheridos a los partidos y organizaciones, y se procedía a la supresión de
los comités de control de dichos cuerpos armados so pretexto de que la
depuración ya estaba hecha. Además, se ponía en práctica el plan de
«desarme de la retaguardia». Todo paisano portador de un arma sin la debida
autorización o licencia sería desarmado y sumariado. Este decreto implicaba lo
siguiente: reducir a la impotencia al pueblo y, por consiguiente, desarmar a la
revolución. Las armas pasaban a poder de la fuerza pública, y ésta quedaba
sujeta a la absoluta dependencia de la Consejería de Orden público, a la cual,
suprimidas las Patrullas populares y los Comités de Control de los Cuerpos
armados, le eran otorgadas todas las clásicas prerrogativas propias del
gobierno.

Pero los militantes confederales y anarquistas, que fueron los primeros


sorprendidos por esas reaccionarias medidas, reaccionaron con gran
indignación contra sus representantes en el gobierno catalán, y éstos
recibieron el encargo de rechazar el decreto. En consecuencia, se produjo la
crisis. Otros aspectos fundamentales de esta crisis se revelan por los
documentos publicados aquellos días. Uno de ellos es el que copiamos a
continuación. Fue lanzado por la Federación de Grupos anarquistas de
Barcelona el mismo día (27 de marzo), en que los periódicos daban la noticia
de la crisis. Helo aquí:

« A LA OPINIÓN PÚBLICA, A LOS TRABAJADORES Y A LOS ANARQUISTAS


EN GENERAL. Nuevamente hemos de dirigirnos a los que no han
perdido la noción de la guerra y de la revolución que el pueblo español
está viviendo, para que no vean en nuestras actitudes nada más que la
verdad y el deseo de ser útiles, como siempre fuimos, a la causa del
pueblo laborioso y contrarios recalcitrantes de todo cuanto signifique
privilegios y violencias. Por esa misma razón nos hemos colocado en el
plan de colaborar con sectores políticos que siempre se distinguieron
en contra nuestra. Una advertencia tenemos que hacer. Directamente
no colabora la FAI con la política. No obstante, como son los
compañeros de la CNT, y nosotros a ella nos debemos como
trabajadores, compartimos la responsabilidad de sus actos.

» Los MOTIVOS QUE INDUCE A ESTA CRISIS. Para nadie es un secreto la


fuerza que en Cataluña tienen la CNT y la FAI y, sin embargo, nadie
podrá decirnos que hemos exigido las representaciones de acuerdo con
estas fuerzas. Hemos permitido que organizaciones que tenían una
fuerza reducida fuesen mayoritarias en el Consejo de la Generalidad.
No interesaba la representación, puesto que nuestro deseo no era otro
que vencer al fascismo. Sin embargo, otras de las representaciones no
pensaban de la misma manera. Tenían los cargos para servir a su
partido político, y cuando en un trance como el que atraviesa España
se quiere hacer política, las consecuencias han de ser fatales.

» Para evitar esta crisis hemos hecho cuanto hemos podido. Desde
renunciar a mucha s de nuestras consignas hasta reñir entre propios
compañeros para hacerles ver que había que ser más transigentes que
los demás, puesto que era la guerra la que nos determinaba de hacer lo
que hacíamos.

» Mas los otros no han obrado de la misma manera. El deseo malsano


de torpedear nuestros postulados los ha llevado constantemente a
plantear cuestiones que de no ser por los motivos apuntados no lo
hubiésemos permitido.

» La paciencia y la tolerancia tienen un límite. Cuando nos damos


cuenta de que a pesar de todos los buenos propósitos nuestros los
demás siguen en sus trece, no nos queda otro remedio que salir por los
fueros de nuestra dignidad y decir: ¡Basta de contemplaciones!
Colaboración, sí; pero honrada y sincera. De otra forma no hay
posibilidades de seguir ni un momento más.

» Y como hemos agotado todos los procedimientos que teníamos a


nuestro alcance para conseguirlo; como ya no nos quedaba más
camino que el de renunciar a seguir o el de claudicar de nuestras
convicciones, antes de esto último, que representaría la muerte de un
movimiento que tiene raíces tan hondas, hemos optado por el camino
más seguro, que es el de aceptar una crisis.

» CÓMO HA DE SOLUCIONARSE LA CRISIS. Entendemos nosotros que


para que no vuelva a ocurrir lo que antes mencionamos, hemos de
trazar con claridad la solución que se le ha de dar, y por la fuerza que
tenemos, será necesario exigir las carteras que nos correspondan: Que
no se vaya al Consejo para hacer política. Que se actúe con claridad y
sinceridad, y que la Consejería de Defensa sea la única autorizada para
organizar desfiles y movilizar, así como para realizar todo cuanto se
relacione con los problemas de la guerra.
» Desde la Consejería de Abastos no deben servirse los intereses de
partidos, sino los del pueblo en general. Y desde la de Seguridad
interior, no debe tratarse de escamotear las esencias de la revolución
en marcha, y ser inflexibles con todos los enemigos emboscados bajo la
capa de «colores y colorines», evitándoles las posibilidades de abusar
de nuestra excesiva benevolencia.

» ¡Que nadie ostente un cargo oficial o social si no es con el firme


propósito de vencer al fascismo criminal, prescindiendo de todo medro
personal!

» No queremos imponer a nadie nuestro criterio, pero tampoco


aceptamos que nadie nos haga pasar por las horcas caudinas de
partidos y partidillos.

» Para que la crisis tenga una solución sensata y satisfactoria para


todos, es indispensable que el decreto recientemente publicado sufra
una modificación tan fundamental que sólo quede del mismo el título.

» Resumiendo: No podemos aceptar que se nos coloque al cuello el


dogal que ha de ahogarnos. Antes que eso, colocarnos en el trance de
asumir toda la responsabilidad, a fin de que las cusas queden
solucionadas de acuerdo con las exigencias del momento que vivimos,
y pedimos:

» Primero: Que las Consejerías sean repartidas según las fuerzas de


cada organización.

» Segundo: Anulación inmediata del decreto de Orden público,


confeccionado por la Generalidad, e implantación de otro que
responda a las aspiraciones de ambos organismos sindicales.

» Tercero: Castigar severamente todo afán de medro personal e


inmoralidades antirrevolucionarias.

» Cuarto: Depuración inmediata de los cuerpos armados y de los de


tendencia fascistizante, inmiscuidos tanto en los frentes de lucha como
en los centros oficiales y comités responsables de la retaguardia.
» Y, por último, ser inflexibles con todo aquel que, empleando
cualquier pretexto, no se someta a las consignas de guerra y
revolucionarias.»

Unos días después, el 30 de marzo, el Comité regional de la CNT de Cataluña


hacía públicas las siguientes consignas:

« Ante las circunstancias actuales planteadas por la crisis surgida en el


Consejo de la Generalidad de Cataluña, este Comité regional hace las
siguientes declaraciones, y particularmente se dirige a todos los
militantes y compañeros de la organización confederal y anarquista,
para que tengan en cuenta las siguientes disposiciones:

» Primero: Mientras duren las actuales circunstancias todos los


compañeros estarán en constante contacto con sus respectivos
comités o delegados de grupos.

» Segundo: Los Comités de los Sindicatos estarán en continuo contacto


con su Federación local o comarcal respectiva, y asimismo lo
efectuarán los delegados de grupos.

» Tercero: Todos los Comités locales o comarcales desplazarán un


delegado a Barcelona para que, por los medios que se dispondrán, esté
en contacto con el Comité regional.

» No tiene más virtud esta nota que la de coordinar nuestra actuación


con plena responsabilidad ante la guerra y la revolución, problemas
que alguien tiene interés en plantear como antitéticos y que nosotros
consideramos complementarios uno del otro.

» La responsabilidad y la serenidad, hoy, como siempre, han de presidir


nuestras acciones. ¡Compañeros! ¡Hoy más que nunca, un solo grito,
una sola consigna!

» ¡Por la revolución y por la victoria contra el fascismo!

El Comité regional.»
La Federación local de Grupos anarquistas de Barcelona, el 20 del mismo mes,
se había dirigido ya a la opm10n pública con un manifiesto similar que
anticipaba de cierta manera el advenimiento de la crisis:

« Con insistencia machacona exigimos lo que de derecho nos


corresponde, y ateniéndonos a los acuerdos recaídos en nuestra
organización confederal y anarquista, optamos por el cumplimiento de
los mismos.

» PARA GANAR LA GUERRA. Es preciso que todos los hombres útiles


para la defensa de nuestras libertades estén a disposición del pueblo,
sin admitir más fútiles pretextos ni holgazanería inculcada en los
centros oficiales y organizaciones político-sindicales.

» Deben entregarse inmediatamente todos los fusiles y armas útiles


para el frente de batalla y ninguna persona honrada debe resistirse a
contribuir por la causa del pueblo. No debe engañársenos con el mito
de la movilización si no se moviliza ni tan siquiera a los que poseen las
armas y son útiles para la guerra.

» El ORO en poder del gobierno central y los valores acumulados en


poder de los burgueses, que todavía subsisten para escarnio del
movimiento revolucionario, deben servir para algo más que para
pagarse lujos y placeres, y no puede haber consideraciones para
aquellos que en el momento dado sabrían adaptarse a todas las
circunstancias e incluso fusilarnos a nosotros por la espalda.

» IGUAL DECIMOS DEL ORDEN PÚBLICO. ¿Por qué persiste la


Generalidad en que sean (como antes) las fuerzas beneméritas, Asalto
y Mozos de Escuadra, las que rijan los destinos del pueblo? Eso no cabe
más que en el instinto burgués y recalcitrante.

» ¿Qué se pretende con aniquilar las actividades de los verdaderos


hombres del pueblo, con el célebre decreto de Orden público, del día 4
de marzo, que con tanto tesón defiende el camarada Tarradellas,
mientras la casi totalidad de los «comodones», en los puestos oficiales,
cuarteles de guerra y Guardia civil, siguen como antes del 19 de julio,
comiendo a dos carrillos, con sus sueldos fabulosos, y ven con
desagrado y desdén nuestra obra emancipadora?

» ¿Por qué no se atienden las aspiraciones del pueblo de Cataluña


entera, que es la que debe preocuparse de los problemas de más
palpitante actualidad, cumplimentar sus acuerdos y dilucidar la
atmósfera enrarecida en lugar de atendernos con rodeos y maniobras
en la sombra?

» Necesitamos una actividad más limpia; las cosas más claras y


concretas, sin ambages ni rodeos de ninguna clase, ni el afán particular
de personajes y personajillos, sino d recto camino del triunfo de la
revolución y de la guerra, y

» EXIGIMOS:

» 1.º La anulación del decreto de Orden público por atentatorio a las


esencias de la revolución en marcha.

» 2.º Depuración rápida y fundamental de los cuerpos armados.

» 3.º y último. Que el decreto responda a las aspiraciones del pueblo y


se confeccione de acuerdo con el ritmo revolucionario de las
organizaciones antifascistas. El Secretariado.

Los «Consejos de Obreros y Soldados y demás Cuerpos similares de


Cataluña», hacían oír su voz en aquellos días a través de la siguiente
declaración:

« CONTESTACIÓN OBLIGADA AL CONSEJERO DE SEGUR IDAD INTERIOR.


Habiendo publicado la prensa del día 4 del corriente unas
manifestaciones hechas por el consejero de Seguridad, en las cuales,
refiriéndose al Consejo de Obreros y Soldados, decía que éstos ya
habían hecho la depuración de las fuerzas, y que por lo tanto habían
cumplido su misión, debemos manifestar públicamente, para
conocimiento del pueblo y de cuantos organismos sindicales y políticos
colaboraron en la lucha antifascista, que de cuantas denuncias hemos
presentado de los elementos facciosos a la Consejería de Seguridad
interior, no se ha tomado hasta el presente resolución alguna, por lo
que continúan en la actualidad dentro de los cuerpos. Es todo cuanto
tenemos que decir en bien de la causa, y estamos dispuestos a
demostrarlo con datos a cuantos organismos responsables pueda
interesar. Por el Consejo de Obreros y Soldados y demás cuerpos
similares ele Cataluña.

El Comité Central.» (31)

Entre los episodios de esta crisis cabe señalar una solución abor­tada el día 3
de abril. A los doce días de crisis, la CNT accedió, a ruego del presidente
Companys, a la formación de un gobierno con paridad representativa con la
UGT. Pero el presidente de la Generalidad, al dar cuenta de la solución, hizo
pública una extensa nota por la que «bajo su exclusiva responsabilidad», daba
por constituido un gobierno a base de consejeros no designados previamente
por la CNT, aunque con «carácter interino». Soli del 7 de abril, polemizando
con Las Noticias, diario mediatizado por los comunistas, dejaba entrever un
poco más los motivos ele la crisis:

« Es sobradamente conocida por todos la campaña innoble que contra


nuestro camarada Isgleas, consejero de Defensa, emprendieron no ha
mucho los elementos que militan en el PSUC y la UGT de Cataluña. Los
pretextos más triviales sirvieron para justificar el torpedeamiento de la
gestión de nuestro camarada. Se inició la labor con una pregunta
insidiosa acerca de la inactividad de los frentes de Aragón, pregunta
que ha sido empleada recientemente por Comorera en unas
declaraciones que hizo a la prensa en los momentos más difíciles por
que atravesaba la crisis de la Generalidad. Esa campaña culminó en la
constitución de un Comité pro Ejército popular, que significa una
desautorización rotunda para la labor del consejero de Defensa. Por si
esto fuera poco, tenemos el hecho escandaloso de la sustracción de
doce tanques en un almacén de industrias de guerra, realizada por
miembros destacados de la organización militar del PSUC. Además, y
para rebasar el nivel de la cordura, se llevó a cabo la especulación
política más descarada con el simulacro de traslado de una de las
divisiones que operan en el frente de Aragón, que fue ofrecida al
gobierno central por medio de un jefe comunista para que fuese
trasladada al frente de Guadalajara.

» Con esa campaña pública, alternada con una bien organizada labor
de zapa, se logró crear una situación difícil al compañero Isgleas, quien,
viendo el giro que tomaban las cosas y las dificultades cada vez
mayores que encontraba en su gestión, presentó al presidente de la
Generalidad la dimisión irrevocable de su cargo [...]»

Abortada la «solución presidencial», la crisis continuaba y, con ella, bajo todas


las formas, la turbia campaña del Partido Comunista. El mismo día 7, la CNT y
la FAI celebraban un mitin político en el Teatro Olimpia. Como resumen del
acto se aprobaron las siguientes conclusiones:

« Creación del Cuerpo Único de Seguridad previa una rígida depuración


del personal y mando.

» Intervención de los delegados de las organizaciones en cuantos


conflictos de orden público se planteen.

» Derecho de sindicación político-social de las fuerzas públicas siempre


que no constituyan organizaciones específicas.

» Defensa: Colaboración con todo el entusiasmo en las movilizaciones


que sean necesarias para el total aplastamiento del fascismo.

» Elaboración de una moral de sacrificio para la guerra.

» Prohibición absoluta de cuantos órganos hayan sido creados


alrededor de la guerra y que afecten a la Consejería de Defensa.

» Coordinación de la política económica de todas las Consejerías, sean


cuales sean las organizaciones y partidos que las detenten.
» Creación de Comisiones asesoras en las Consejerías a tenor de las
existentes en Economía, Servicios públicos y Defensa, que detentaba la
CNT, particularmente en la Consejería de Agricultura, a base de Unión
de Rabassaires, CNT y UGT, en igualdad de representaciones:

» Movilización de la retaguardia en tres frentes:

» 1.º Frente militar.

» 2.º Frente cultural.

» 3.º Frente económico.

» Movilización de todas las riquezas, sean particulares o colectivas,


para el buen desarrollo de la economía y el apoyo que necesita la
guerra.

» Revisión de los sueldos oficiales, ajustando sus remuneraciones al


nivel económico que la situación actual de la guerra exige.»

Como hemos expresado, la crisis de la Generalidad quedó resuelta el 26 de


abril con la formación del siguiente gobierno:

Consejero primero y Hacienda: José Tarradellas, Esquerra.

Seguridad interior: Artemio Ayguadé, Esquerra.

Cultura: Antonio M. Sbert, Esquerra.

Agricultura: José Calvet, Rabassaires.

Defensa: Francisco Isgleas, CNT.

Economía: Andrés Capdevila, CNT.

Servicios públicos: Juan J. Domenech, CNT.

Sanidad y Asistencia social: Aurelio Fernández, CNT.

Abastos: José Miret, UGT.


Trabajo y Obras públicas: Rafael Vidiella, UGT.

Justicia: Juan Comorera, UGT.

La solución dada a la crisis fue de tipo nominal. Los problemas que la


suscitaron quedaron pendientes en espera de mejores o más favorables
ocasiones. Lo que no había podido conseguir un decreto reaccionario iban a
intentarlo turbios elementos mediante la provocación y el empleo de la fuerza.
XXI

LOS SANGRIENTOS SUCESOS DE MAYO

El 25 de abril, uno de los destacados militantes del PSUC, Roldán Cortada, fue
víctima de mortal atentado. Dos días después eran asesinados en los
alrededores de Puigcerdá tres militantes anarquistas, entre ellos Antonio
Martín, destacado elemento del frente antifascista y alcalde de aquella villa, y
la prensa del PSUC y el propio Rafael Vidiella, dirigente del partido y consejero
de la Generalidad, lanzaron a voleo atrevidas acusaciones contra los
«incontrolados de la FAI», relacionándolas con el atentado que costó la vida a
Cortada, y hasta provocaron detenciones de varios cenetistas, entre ellas la de
Luis Cano, consejero municipal de Hospitalet de Llobregat, que tuvieron que
quedar sin efecto por propia decisión del juez de la Audiencia de Barcelona,
Ramón Chorro, el cual resolvía en fecha 2 de mayo que:

« En las actuaciones encaminadas al esclarecimiento del repugnante


asesinato del compañero Roldán Cortada, ha surgido como incidente la
formación de un nuevo sumario contra Luis Cano Pérez. Ha motivado la
incoación de este nuevo procedimiento el hecho de que el precitado
Cano, usando el nombre de consejero de Defensa de una población,
organizaba fuerzas armadas y expedía licencia de armas, es decir,
ejercía funciones privativas del consejero de Seguridad interior. Por
primera vez, un Juzgado, siguiendo las instrucciones recientemente
dictadas por el ministro de Justicia, compañero García Oliver, y
recibidas en la Fiscalía de la República, de fecha 16 de abril, ha
declarado la ilegalidad de las referidas funciones, y el instn1ctor del
sumario ha dictado auto de procesamiento contra Luis Cano, el cual fue
puesto en libertad previa la prestación de una fianza. Con respecto a la
investigación del sumario que podríamos llamar principal, ni el citado
Cano, ni los seis detenidos que fueron puestos en libertad, tuvieron la
menor intervención directa ni indirectamente, en el asesinato de
Cortada.»
Por lo que respecta a los sucesos de Puigcerdá, habían sido provocados por
elementos de la fuerza pública de filiación separatista. Puigcerdá era un
importante paso fronterizo cuya vigilancia ejercían, desde el 19 de julio de
1936, los elementos de los partidos y organizaciones de aquella ciudad. Pero a
raíz del decreto del 4 de marzo sobre Orden público, la Consejería de aquel
departamento y el propio comisario (Artemio Ayguadé y Rodríguez Sala,
respectivamente) pretendieron ocupar manu militari aquella zona. La forma
jactanciosa y violenta con que se llevó a cabo la operación, que obedecía, más
que a servicio oficial, a inconfesables propósitos de hegemonía política,
presididos por actos de arbitrariedad, provocó el incidente que costó la vida a
Antonio Martín y a sus compañeros.

La rápida intervención del Comité regional de la CNT de Cataluña pudo evitar a


duras penas una agravación de los sucesos, pues a la petición de auxilio de las
víctimas, materialmente sitiadas por las fuerzas uniformadas, afiliadas
políticamente al PSUC y a Estat Catalá, acudieron bien pertrechados grupos de
cenetistas de las vecinas comarcas aragonesas y leridanas. Estos estuvieron
concentrados varios días en Seo de Urgel, y amenazaban por la retaguardia a
las fuerzas policiacas desplegadas alrededor de Puigcerdá, a la vez que
privaban a éstas de todo posible enlace con las autoridades de Lérida. Así
pues, las verdaderas fuerzas sitiadas eran las concentradas en Bellver, pueblo
situado entre Puigcerdá y Seo de Urgel, que fue el lugar donde ocurrieron los
sucesos. Los confederales de Puigcerdá y Seo de Urgel establecían contacto
por radio y se comunicaban a través de las montañas cercanas de Andorra.
Pero, como ya hemos dicho, la mediación de los comités confederales de
Barcelona puso fin al conflicto; naturalmente, con la rendición de la plaza de
Puigcerdá, que fue ocupada por la fuerza pública.

El mismo día, 27 de abril, Solidaridad Obrera denunciaba u n a baja maniobra


de los comunistas. En numerosos domicilios de Cataluña se estaban recibiendo
cartas anónimas, escritas en cadena, en pésimo castellano, y con este texto:
« COMITÉ ANTIFASCISTA PRO CATALUÑA y REVOL UCIÓN. Es cosa
demostrada el sabotaje sistemático de la CNT y la FAI a la guerra, a la
revolución y a Cataluña. Todo el mundo puede contribuir a la
resistencia pasiva enfrente de la acción perturbadora de esos
organismos. LA PRIMERA CONSIGNA que has de cumplir bien tú es la
de aconsejar que nadie compre la Soli, Cataluña y La Noche, a fin de
restar opinión a los organismos citados. Recibirás otras consignas por el
mismo conducto. Haz cinco copias de estas hojas y envíalas a cinco
amigos tuyos (dos de tu pueblo y tres de fuera) por el mismo
procedimiento, todo y dando TEXTUALMENTE las mismas
instrucciones.»

Y llegó el 1.º de mayo, un Primero de Mayo que, pese al momento


revolucionario que se vivía, fue el más deslucido, por no decir el más triste, de
toda la historia del proletariado español. Uno de los mayores síntomas de lo
que iba a acaecer, fue la negativa oficial a toda celebración de la gloriosa fecha
en Cataluña. Los festejos quedaron reducidos a la publicación de sombríos
manifiestos reveladores de trágicos presentimientos. El publicado por el
Comité nacional de la CNT y la Comisión ejecutiva de la UGT, decía
escuetamente lo siguiente:

« En esta fecha del 1.º de mayo, la Comisión ejecutiva de la UGT y el


Comité nacional de la CNT saludan conjuntamente a la clase
trabajadora española, incitándola a continuar estrechando sus
relaciones de cordialidad hasta conseguir la unidad sindical del
proletariado español.

» Con este motivo, ambas representaciones declaran que en beneficio


de la unidad obrera, considerarán facciosas aquellas otras
organizaciones que pretendan constituirse y desarrollarse al margen de
las Centrales Sindicales que representamos.

» Los firmantes de esta declaración, animados del más firme espíritu


revolucionario, prometen trabajar sin descanso, y sin detenerse ante
sacrificio de ninguna especie, en pro de la unificación del proletariado,
y laborar hasta dar cima completa al noble propósito emancipador que
nos une.»

Tenemos, sin embargo, que señalar aquí el acto de conjunto celebrado por las
organizaciones provinciales, CNT y UGT, de Valencia. Tuvo lugar en el Teatro
Principal de aquella ciudad, bajo la presidencia del subsecretario de guerra,
Carlos Baraibar, y del ministro Juan Peiró. Hicieron uso de la palabra, por la
CNT, Mariano R. Vázquez y Federica Montseny; por la UGT, Guillén y Rubiera.
Damos aquí el discurso taquigráfico de este último:

« Trabajadores de Valencia, luchadores del Ejército de la libertad y de


la revolución, antifascistas del mundo entero, hermanos proletarios: en
este Primero de Mayo de 1937 vamos a comenzar por sentar los
jalones básicos del triunfo de una revolución, sentando los pilares
fundamentales para las realizaciones proletarias en este rincón de
Europa, en esta España que parecía ignorada del mundo entero y que,
con un gesto glorioso, está despertando la conciencia universal. El
mundo entero está pendiente de nosotros, los trabajadores de todos
los países del planeta en que habitamos tienen su mirada pendiente de
las realizaciones de España; todos preguntan cuando a nosotros llegan,
como decía el camarada Vázquez hace unos momentos: «¿Será
posible que se comprendan, que se pongan de acuerdo los hombres de
la UGT y de la CNT?»

» ¿Cómo no ha de ser posible? ¿Qué es este acto que estamos


celebrando, sino la rúbrica de un pacto entre los hombres que militan
en una y otra central sindical? ¿A qué conduce, si no, la obra y el
esfuerzo de los hombres que dirigen las dos centrales sindicales,
fundamentos básicos, pilares indestructibles de la revolución que está
en marcha?

¿Qué puede ser y representar, si no, este Primero de Mayo, tan


distinto a los otros Primeros de Mayo que hemos celebrado hasta
aquí? Y es que hay unidad, no en el ambiente, sino en las conciencias,
que son las que generan y producen el ambiente. Los trabajadores, no
ahora en la guerra con sus amarguras, sino antes de que la guerra
llegara, formaban ya un conjunto; cuando un militante de una central
sindical sufría las injusticias sociales, no podía dejar de sentir en su
sensibilidad y en sus fibras íntimas los dolores y las amarguras que la
injusticia producía en los de la otra central sindical. Esto no era posible
antes, porque había entre nosotros, interpuesto, el capitalismo, la
burguesía española que quería dividirnos para podernos vencer. Pero
cuando la burguesía, al vernos profundamente diferenciados, se lanzó
a la calle, entonces los hombres de la UGT y de la CNT, como uno solo,
porque una sola era su voluntad de vencer, olvidando resquemores,
restañando sus heridas, se unieron para vencer por la causa de la
revolución.

» No es esto nuevo en nuestra nación. Estaba en la conciencia de todos


los trabajadores. Yo recuerdo, camaradas: era yo un niño, porque aún
no soy viejo, eran los días febriles y angustiosos de 1917, estaba yo en
tierra asturiana, donde tuve la suerte de nacer, y allí los hombres de la
UGT y de la CNT inmolaron ya, unos cuantos, su existencia por el
triunfo de la revolución que ahora estamos gestando.

» Y no fue sólo aquel día. En octubre de 1934, cuando morían frente a


las hordas capitalistas españolas los trabajadores asturianos, no eran
sólo los de la UGT. Estaban también revelando su fuerza, los hombres
de la CNT, y aquella consigna, aquel grito de rebeldía, de guerra ¡UHP!,
prendió en la conciencia de los trabajadores españoles, y allí nació la
unidad sindical.

» Esa es la obra de esta hora. No es el fruto de la improvisación. No es


este un acto de circunstancias, un acto convencional; es algo que está
grabado en nuestras conciencias. Es la meta a donde conduce el
sacrificio de los hombres que lucharon por la emancipación de los
trabajadores españoles. Yo recuerdo en este acto esperanzador, en
este acto en que fraternizan los hombres de la UGT y de la CNT y de la
FAI otro acto que, también precisamente a esta misma hora, hace un
año, celebrábamos en Betanzos, pueblecito de Galicia, en el que
estaban también hombres de la UGT, de la CNT y de la FAI. A estas
horas, ¿qué habrá sido de aquellos hermanos de Betanzos, los más de
los cuales, no tendrán la suerte de rememorarlo como ante vosotros lo
hago yo? Muchos habrán desaparecido, y al caer habrán muerto con el
brazo en alto, cruzando ambas manos en solidaridad indestructible,
como caían los trabajadores de Asturias en el año 34, sellando un pacto
de inteligencia y de unión entre los trabajadores honrados. Y yo, con mi
humilde voz, que no puede representar todo el caudal de energías,
emociones y entusiasmos de la central sindical en la que llevo unos
cuantos años, vengo a decir: no temáis, trabajadores españoles; la UGT
y el CNT marcharán unidas firmemente, no en este momento de la
victoria, sino también hasta el momento de la victoria de la revolución
[...]

» Unidos todos, queridos camaradas, con entusiasmo, con disciplina,


con identificación, pensemos todos en el esfuerzo de los hombres a
quienes cupo la suerte de orientar esta falange sindical; pensemos
todos en aquel hombre que tuvo la fortuna de recordar aquí el
camarada Baraibar, en aquel «Noi del Sucre», vuestro Salvador Seguí,
que es el nuestro, porque él señaló y orientó la unificación de los
trabajadores. Sigamos su ruta, el ejemplo que nos dejó [...] Sigamos
adelante.

» En las trincheras inmolan su vida todos los españoles honrados, todos


los hombres conscientes y leales. Un día, son las mujeres, como Lina
Odena, flor helada en plena juventud, otro día, los artistas de la estirpe
de Emiliano Barral; otro día militares internacionales como Fernando
de Rosa, que vino a España a luchar con sus hermanos por la libertad.
Más tarde, vuestro hermano, vuestro caudillo, el símbolo de la unidad
proletaria, quien más sacrificios realizó por ella porque por ella murió:
vuestro Durruti.

» Caerán los mejores, caerán los artistas, los artesanos, los


trabajadores manuales y los de la inteligencia, y al morir ellos labrarán
una España mejor. Mueren por el triunfo de la libertad, inmolan su vida
y trasponen las puertas de la Historia, por asentar a su Patria sobre
nuevas bases indestructibles de paz y de justicia social. Por el triunfo de
los ideales que amaron tanto, tanto, que por ellos supieron morir; pero
su muerte, su sacrificio, no es estéril porque consolida el avance de la
revolución social. y nos legan sus ilusiones, su ejemplo; en el cual nos
hemos de mirar» Pero no hay que engañarse; yo no pretendo engañar
a la gente, no tengo nada que encubrir, como nada tiene que encubrir
ningún trabajador sensato, consciente. Ha habido entre nosotros
diferencias, discordias, disputas agrias y acaloradas, ¿quién lo duda? La
unidad no puede asentarse sobre el desconocimiento. Nuestra unidad
ha de asentarse sobre la experiencia. Yo os digo, camaradas de ambas
centrales sindicales, si el 18 de julio hubiéramos podido celebrar en
España actos como el que estamos celebrando, ni Franco, ni Mola, ni
Cabanellas, se hubieran atrevido a lanzarse a la calle y enfrentarse con
el pueblo. No pensaron que los obreros podrían ponerse de acuerdo y
unirse. Gran chasco el que sufrieron, error crasísimo del que estarán
bien pesarosos a estas horas [...] Nosotros no vendemos a España,
vendemos nuestras vidas por la libertad del pueblo español. Tenemos
la obligación gratísima de cumplir, de legar a nuestros hijos una España
que no alcance a conocer el ludibrio de la España del 18 de julio;
tenemos la obligación de redimir a España, para que no siga encanijada
como lo estaba cuando murió el 18 de julio. Tenemos la obligación de
promover sus riquezas naturales, de asentar los pilares de la justicia
social para que las generaciones que nos sucedan no vuelvan a padecer
las injusticias de la justicia que mandaban hacer los hombres de la
burguesía española. Para hacerlo así, no podemos seguir divididos,
disgregados, hombres de la UGT y de la CNT. El ideal de todos es ganar
la guerra y ganarla cuanto antes, para librar a España de esta sangría
que amenaza consumir toda su vitalidad. Pues si ésa es nuestra
aspiración común, no puede haber para la realización nada que
suponga diferencia entre los hombres de las dos Sindicales. El rótulo no
importa, importa el contenido del programa de ambas organizaciones.

» Y debemos avanzar tanto en la unión, que bien pronto el rótulo no


nos distinga; si es preciso, rompamos nuestras banderas, rasguemos
nuestros programas para hacer el programa y la bandera que nos dirija
y nos cobije a todos [...]
» El pacto firmado entre los representantes de ambas organizaciones
sindicales no será letra muerta, será el final de una obra de hombres
que sienten gravitar sobre sí la responsabilidad histórica de esta hora
de tragedia y de esperanzas en que vive España, y ese pacto se llenará
con el caudal de espíritu de todos y cada uno de los hombres que ellos
representan. Nadie tiene derecho a decir que eso no lo hizo él, y que
por no hacerlo él no le obliga lo que hacen nuestros dirigentes, nos
obliga a todos por igual, y el que no se crea obligado a obedecer, que
se marche, que entre nosotros no cabe.

» Y a la vez que esto lo hacen las organizaciones responsables y


conscientes, con paso firme, con trazo seguro, con pulso que no se
altera, marcha el gobierno de la República, el gobierno que recogió el
fardo de la guerra, para llevarnos a la victoria y continuar hasta el
triunfo de la revolución. Gobierno de centrales sindicales, gobierno que
es la unión de la CNT y de la UGT, de los comunistas, de los socialistas,
de los anarquistas, de los republicanos y hasta de los nacionalistas
vascos. Gobierno de unidad nacional, gobierno que nos representa a
todos los luchadores y antifascistas españoles.

» Y este gobierno que nos representa a todos, nos pide en el día de hoy
no descansar en el trabajo, que no salgamos en manifestación, que,
como una ofrenda que llevar a nuestros luchadores de las trincheras
redoblemos nuestros esfuerzos en el altar del trabajo, que es el
sacrificio de cada día. Queridos camaradas: al llamamiento del
gobierno responden las organizaciones obreras y el pueblo español.
Por primera vez en la historia, en esta fiesta internacional del trabajo
no se pide nada al gobierno, sino que se le dice, y yo aquí lo digo a
Federica y a Peiró: el Pueblo y el Ejército están con vosotros, porque
están seguros de que les representáis y de que les lleváis al triunfo de
la revolución. Lo que para el día de hoy nos pide el gobierno, sea lo que
nosotros le demos el día de mañana y para todos los días en tanto dure
la guerra: redoblar el esfuerzo, aumentar el sacrificio. ¿Qué importa
trabajar una hora más, qué importa derrochar una enorme cantidad de
energías, si esa hora de esfuerzo, esa hora de energías derrochadas
aumentará el caudal de posibilidades para triunfar en la guerra y en la
revolución? ¿Qué importa que los que estamos en la retaguardia
demos un poco más de esfuerzo y de sacrificio, si los que están en la
vanguardia dan todo, hasta la vida, y mueren con el fusil en alto,
satisfechos de morir por una España que se redime de la burguesía y
del fascismo internacional? Diez meses de guerra y hemos llegado a
poder celebrar este acto, pero que este acto no sea un islote perdido
en la zona de las luchas sociales de España. Unidad orgánica, unidad
para fundir el esfuerzo, para que la iniciativa individual no se pierda en
el conjunto de actividades del pueblo español que lucha para triunfar
en la guerra. Disciplina ciega, disciplina militar, no la disciplina del
militar de antaño, de extracción de Toledo, Valladolid o Segovia, no,
disciplina militar de esta hora, como Carrasco, como Mera, que se
forjan en las trincheras de la libertad, luchando por el triunfo del
antifascismo, sin distinción de ideas. Lo que importa en esta hora a las
organizaciones no es el número; lo que importa es el renunciamiento
de sus afiliados para poder contribuir en mayor parte al triunfo. Eso es
lo que hemos de hacer nosotros, eso es lo que yo, hombre de la UGT,
pido desde aquí, como ayer lo pedía desde un estadio en Castellón,
como mañana lo pediré a los trabajadores de Sagunto. Compañeros: en
la trinchera se hermanan los hombres, mueren cerebro con cerebro,
codo con codo, muy juntos, íntimamente unidos, para oponer una
barrera infranqueable al fascismo invasor. Pues nosotros, en la
retaguardia, codo con codo, corazón con corazón y cerebro con
cerebro, formamos la barrera de nuestro indestructible ideal, frente a
los elementos de la Quinta Columna que quieren corroer la vitalidad de
la retaguardia, sin la cual no hay vanguardia eficiente, como sin
vanguardia y retaguardia eficiente no hay triunfo en la guerra [...]

» Los trabajadores saben que si ganamos la guerra triunfa en Europa la


libertad, la democracia, y en España la revolución social. Si perdemos la
guerra, lo que triunfa en España, en Europa también, es el fascismo. Y
al enfrentarnos con el fascismo, es porque somos los más y los
mejores, y porque somos los más y los mejores tenemos que triunfar.
» El camarada Vázquez resaltaba aquí la importancia de un lema:

« Proletarios de todos los países, uníos». Yo os tengo que decir:


«Proletarios, ya unidos, de España: Querer es poder, y el poder de esta
hora es ganar la guerra y hacer la obra de la revolución social.»

» Yo quiero resaltar en este acto un hecho que ha producido en mi


espíritu honda emoción. En el día de ayer, la Radio nos trajo una muy
grata noticia. Es grata por lo que representa como valor intrínseco en la
merma de las posibilidades marinas de las huestes del felón Franco. Un
barco menos, un barco más, importa mucho, pero no es fundamental.
Un montón de cañones que pagó el pueblo español, un montón de
acero que sobre los mares levantó el pueblo español para ser la
garantía de su defensa, de la independencia nacional, todo eso
desapareció en 45 minutos para sumergirse en el mar Cantábrico (32).
Es mucho lo perdido. Los generales facciosos, Franco, Cabanellas y
Queipo, habrán llorado su pérdida en el día de ayer. Nosotros
celebramos la victoria náutica, no por el valor material que supone,
sino por el símbolo que representa. El barco que nuestras alas rojas,
alas de la libertad de España, que abaten al fascismo internacional,
hicieron estremecerse bajo las aguas del Cantábrico, no era solamente
un barco, una montaña de acero y unos cuantos cañones; el barco que
allí se hundió tenía u n nombre, nombre que, cuando era de España,
podía llevarlo, nombre que era un sacrilegio que apareciera sobre sus
escotillones después del 18 de julio; nombre simbólico de nuestra
acción; España no estaba allí, España está en todos y e.ida uno de
nosotros. Lo que se hundió era España la negra, la incapacitada, la
España miserable de injusticia social, la España de las monjas beat as y
ramplonas, de los curas mendaces, traidores al Cristo que dicen
representar, de militares desleales al juramento de fidelidad a la
Nación: esa España negra ayer se hundió. Desde hoy queda España, la
única, la de la libertad, la España de la UGT y de la CNT [...]»
El Primero de Mayo fue considerado, pues, como día de trabajo. Posiblemente
recibirían también esta consigna los elementos de la fuerza policiaca, pues
durante aquellos días extremaron su labor de provocación dedicándose a
cacheos en la vía pública barcelonesa. Los confederales a quienes se les
ocupaban armas eran desarmados y detenidos. Si lo encontrado en el registro
era un simple carnet confederal, éste era destruido en presencia del
interesado, quien, además, era objeto de groseros insultos. Solidaridad Obrera
del día 2 salía al paso de esta serie de provocaciones:

« La garantía de la revolución es el proletariado en armas. Intentar


desarmar al pueblo es colocarse al otro lado de la barricada. Por muy
consejero o comisario que se sea no se puede dictar orden de desarme
contra los trabajadores que luchan contra el fascismo, con más
generosidad y heroísmo que todos los políticos de la retaguardia, cuya
especialidad e impotencia nadie ignora. ¡Trabajadores: que nadie se
deje desarmar por ningún concepto! ¡Esta es nuestra consigna!: iQue
nadie se deje desarmar!»

Los trágicos sucesos de Barcelona empezaron el día 2 de mayo, alrededor de


las tres de la tarde. A esa hora, la fuerza pública, al mando del Comisario
general de Orden público, atacaron por sorpresa el edificio de la Telefónica,
situado en la Plaza de Cataluña. Aprovechando la confusión de los primeros
momentos, los atacantes consiguieron apoderarse de la planta baja del
edificio, pero la pronta reacción de los trabajadores impidió el logro completo
de los fines policiacos. El ataque quedó reducido a un sitio del edificio, pues a
la voz de alarma de los sitiados reaccionaron los confederales de las barriadas
y su -enérgica intervención- dio comienzo a la sangrienta lucha de fortines y
barricadas.

Las fuerzas que atacaban la Telefónica eran portadoras de una orden de


incautación de puño y letra del consejero de Seguridad interior. Dicha orden
había sido expedida a espaldas del gobierno de Cataluña o al menos sin contar
con los consejeros confederales. Huelga decir que los representantes obreros
que controlaban la Telefónica lo hacían de acuerdo con todos los preceptos
dimanantes del decreto de colectivizaciones y control de las empresas, y que el
Comité de Control CNT-UGT, era presidido por un representante de la
Generalidad. El pretexto de ilegalidad era, pues, absurdo, y encubría otro
pretexto: una meditada provocación de sucesos luctuosos con vistas a una
represión contra la CNT y a la puesta de ésta al margen de la legalidad. La
hegemonía confederal en Cataluña estorbaba los planes totalitarios del
estalinismo. Según veremos después, la maniobra iba encaminada, además, a
provocar la caída de Largo Caballero, indeseable para los rusos.

Los antagonistas se dividieron en dos bandos. De una parte, la fuerza


pú12_1ica (guardias de Asalto, Guardia nacional republicana, guardias de
seguridad y mozos de escuadra) y los partidos PSUC y Estat Catalá (comunistas
y separatistas); de otra parte, las fuerzas populares formadas por los
anarquistas (CNT, FAI y Juventudes Libertarias), el Partido Obrero de
Unificación Marxista y las Patrullas de Control. Los Comités de Defensa
Confederal (CNT-FAI), organizados tradicionalmente por barriadas, fueron los
grandes estrategas de la contraofensiva popular. Se levantaron por doquiera
las no menos tradicionales barricadas, y la lucha, tanto o más implacable que
el 19 de julio, quedó planteada por el dominio de la calle.

Hubo un momento, cuando había empezado a correr la sangre, en que se


vislumbró la esperanza de un arreglo pacífico del conflicto.

Por gestión oficial de los consejeros y comités confederales, al poder


demostrar éstos que la orden de incautación de la Telefónica había sido
expedido de forma irregular, las fuerzas asediantes recibieron orden de
levantar el sitio. Se pidió entonces la dimisión de Artemio Ayguadé y de
Rodríguez Sala, como sanción por su extralimitación de funciones y abuso de
confianza. La intransigencia de los otros partidos, y muy particularmente la
actitud oportunista del presidente de la Generalidad, que se opuso
resueltamente a aquellas sanciones, provocaron la huelga general seguida de
un rompimiento de hostilidades.

En los primeros momentos, las fuerzas populares se hicieron dueñas de las


barriadas extremas y de la mayoría de los distritos del centro de la capital. La
resistencia gubernamental se limitaba a la posesión de puntos estratégicos en
los cuartelillos de la fuerza pública, en los centros oficiales y de los partidos
beligerantes, y a alguna que otra barriada. Son de señalar las operaciones de
asalto y limpieza de cuarteles de la fuerza pública por las fuerzas populares. Tal
sucedió con los reductos de la Guardia civil situados en la Exposición y en el
Cine América. Desde los centros del PSUC y de Estat Catalá, situados en el
casco viejo, se disparaban toda clase de armas automáticas, de las cuales los
componentes de ambos partidos tenían gran acopio. Los campeones de la
consigna de «todas las armas al frente», los mismos que el 5 de marzo habían
intentado sustraer 12 tanques de los almacenes de guerra, según parece con
vistas a esta provocación, se hallaban armados hasta los dientes.

La CNT y la FAI eran, sin embargo, dueñas de la calle. Sólo algunos locales de
ateneos y sindicatos, así como la propia sede del Comité regional confederal,
quedaban aislados, o más bien batidos desde los fortines ocupados por el
enemigo. El local del Comité regional se hallaba enclavado en la Vía Durruti,
entre los más i m portantes focos enemigos, tales como la Jefatura superior de
Policía y la propia Generalidad de Cataluña. No muy lejos de allí se hallaba
situado el Cuartel Carlos Marx, donde funcionaba el Estado Mayor de las
operaciones de la coalición gubernamental-comunista-separatista. Los Comités
de Defensa confederal pusieron en servicio varios tanques, encargados de
restablecer las comunicaciones a través de las zonas batidas por los fuegos
enemigos.

La lucha fue particularmente intensa en el casco viejo, cuyas tortuosas calles se


hallaban erizadas de barricadas y fortines, e iba en aumento a medida en que
iban conociendo los confederales los martirios y asesinatos cometidos con los
rehenes en las tenebrosas checas comunistas. Y no hubiera tardado el pueblo
en dar completa cuenta de todos los provocadores de no mediar la
desalentadora influencia de los Comités centrales, los cuales, avivada su
moderación por la presencia en Barcelona de algunos de sus ministros en
misión pacificadora, esforzáronse en frenar la acción de los cuadros de
Defensa. Las componendas y buenos oficios de ministros y comités, junto a los
patéticos llamamientos de «¡alto al fuego!», hicieron cundir la indecisión en el
momento decisivo, y se llegó a arbitrar un armisticio bajo condiciones de
manifiesta ventaja para los enemigos del pueblo.
El día 4 se intentó restablecer la normalidad, mediante el nombramiento de
una comisión especial. La emisora de la CNT, instalada en el Comité regional,
radiaba a cortos intervalos los siguientes llamamientos:

« La situación de fuerza que se ha planteado es preciso resolverla


definitivamente. Los choques callejeros son consecuencia de un
proceso largo y doloroso, destinado a sacrificar a los hombres y a los
organismos confederales, después que se ha aprovechado su esfuerzo
y su sangre para abatir al fascismo traidor. No os dejéis engañar, sabéis
bien y tenéis pruebas concluyentes al respecto, que ni la CNT ni la FAI
van contra vosotros, ni personal ni colectivamente. Sois, como
nosotros, soldados de la causa antifascista. Ofreced al pueblo vuestras
armas y poneos a su lado, como hicisteis el 19 de julio. La FAI y la CNT
no quieren ni piensan establecer ninguna dictadura; pero no están
dispuestas, mientras quede vivo uno solo de sus hombres, a someterse
a nadie. Si nos batimos contra el fascismo no fue por simple inclinación
a la lucha armada. Fue para asegurar las libertades públicas, para
impedir que al pueblo lo masacren y lo exploten los que, sin llamarse
francamente fascistas, quieren, sin embargo, establecer un régimen de
absolutismo, contrario a la tradición, al sentimiento y a la historia de
nuestro pueblo.» (33)

***

« Mujeres y hombres del pueblo, trabajadores: No es una explicación lo


que lanzamos a la opinión pública. Es una palabra abierta y franca que
lleva, como todas las nuestras, la clara sinceridad de nuestras
intenciones y de nuestras ideas. No somos responsables de lo que
sucede; no estamos atacando; nos estamos defendiendo. No fuimos los
que empezamos ni los que provocamos. Somos los que responden,
como pueden, al desafío, a la injusticia, a la calumnia y a la fuerza, que
en vez de emplearse contra el fascismo se emplea y utiliza contra los
más aguerridos antifascistas: contra la FAI y la CNT. Sabéis quiénes
somos, y que nunca ocultamos lo que queremos. De cuánto valemos,
hemos dado mil pruebas.
¿Qué se busca queriendo eliminarnos? ¿No os parece sospechoso que
se ataque a la CNT y a la FAI cuando en Madrid y en Andalucía, en
Vizcaya y en Aragón, las fuerzas nuestras son las que más arrojo y más
valor han demostrado al enemigo? ¡Obreros de la CNT y de la UGT:
recordad bien el camino recorrido, los caídos envueltos en sangre, en
plena calle, en las barricadas! ¡Deponed las armas, abrazaros como
hermanos!

¡Tendremos la victoria si nos unimos; hallaremos la derrota si luchamos


entre nosotros! Pensadlo bien, os tendemos los brazos sin armas;
haced lo mismo y todo terminará. ¡Que haya concordia entre nosotros!
¡Guerra a muerte contra el fascismo!»

Desde los micrófonos instalados en la Generalidad de Cataluña, los


parlamentarios de los partidos y organizaciones dirigían el mismo día 4
desesperados llamamientos a los combatientes. El propio Rafael Vidiella,
consejero de la Generalidad y dirigente del partido provocador, hablaba en
estos términos:

« Es indispensable que todos los trabajadores depongan su actitud. Es


indispensable que depongan las armas, que se haga alto al fuego. Que
conserve cada cual sus posiciones, pero sin disparar un solo tiro.
Nosotros tenemos la certeza de que encontraremos una solución
definitiva esta misma noche. Trabajadores: nosotros tenemos fuerzas
más que suficientes para vencer al fascismo nacional e internacional,
pero con una actitud fratricida como la que se ha planteado no
podemos llegar a la victoria definitiva. Hay que hacer alto al fuego.
Nosotros buscaremos esta solución hoy mismo. Catalanes,
trabajadores, antifascistas todos:

¡Viva la unidad proletaria! ¡Viva la unidad antifascista para ganar la


guerra! ¡Viva la unidad de todos los trabajadores para vencer
definitivamente al fascismo nacional e internacional! ¡Viva Cataluña!
¡Viva la República!»

García Oliver, ministro del gobierno central y primer enviado por éste para
solucionar el conflicto, se expresó así:

« Camaradas: Por la unidad antifascista, por la unidad proletaria, por


los que cayeron en la lucha, no hagáis caso de provocaciones. No
cultivéis en estos momentos el culto a los muertos. Que no sean los
muertos, la pasión a los muertos, de vuestros hermanos caídos, lo que
os impida en estos momentos cesar el fuego. No hagáis un culto a los
muertos. En toda guerra civil, como la que vivimos, hay muertos
siempre. Los muertos todos de la familia antifascista tendrán la misma
gloria, tendrán el mismo honor. Tal como os lo digo lo pienso. Me
comprendéis, me conocéis suficientemente para pensar que en estos
momentos solamente obro por impulso de mi libérrima voluntad,
porque me conocéis bastante para estar convencido de que nunca, ni
antes ni ahora, ni en el porvenir, nadie conseguirá arrancar de mis
labios una declaración que no sea sentida. Sí, después de decir esto
debo añadir: Todos cuan tos han muerto hoy son mis hermanos; me
inclino ante ellos y los beso. Son víctimas de la lucha antifascista y los
beso a todos por igual. ¡Salud, camaradas, trabajadores de Cataluña!»

Al subrayar García Oliver que hablaba por impulso de su libérrima voluntad, se


refería a los rumores que circulaban entre los combatientes confederales
según los cuales los parlamentarios de la CNT y el secretariado del Comité
nacional de la misma, que se habían personado en la Generalidad en misión
pacificadora, eran rehenes de los comunistas y del propio presidente de
Cataluña. De acuerdo con esta versión, cuantas consignas daban aquéllos
serían consecuencia de la coacción. Este rumor no carecía de fundamento. En
el momento en que la lucha era más intensa, los parlamentarios confederales
que estaban realizando gestiones en el Palacio de la Generalidad tuvieron la
impresión, a juzgar por ciertas actitudes y ciertas manifestaciones irónicas, de
que habían caído en la trampa. Pero sus supuestos carceleros no contaban con
algo muy importante. Las baterías del castillo de Montjuich, controladas por la
CNT-FAI, apuntaban sobre el palacio presidencial. Bastó, pues, una ligera
indicación de que los cañones estaban prestos para disparar al primer aviso,
para que a los catalanistas y psuquistas se les helase la sonrisa. A pesar de
esto, las negociaciones iniciadas el día 4 fracasaron completamente. El
presidente Companys exigía, como condición previa a toda ulterior decisión,
que el pueblo armado (léase la CNT y la FAI) se retirase de la calle. Esta
absurda pretensión desató nuevamente la lucha.

No solamente no hubo solución, sino que el día 5 el gobierno catalán dimitió


en bloque. Dicha crisis comportaba la separación automática del consejero de
Seguridad interior cuya dimisión era exigida, y en cierto modo venía a arreglar
las cosas. Pero el mismo día los guardias de Asalto cercaron los locales del
Sindicato Único de Sanidad y de la Federación local de Juventudes Libertarias
de Barcelona. Se volvió, pues, a la lucha. Avanzada la tarde de ese mismo día,
el Comité regional hizo nuevas proposiciones de solución:

« Cese de las hostilidades. Cada parte mantiene sus posiciones. La


policía y los paisanos que combatían a su lado quedan invitados a hacer
una tregua. De no cumplirse estos acuerdos, se avisará
inmediatamente a los comités responsables. No se hará caso de los
disparos aislados. Los defensores de los sindicatos se mantendrán
tranquilos, esperando nuevas informaciones.»

Aceptada esta proposición, de palabra, en los hechos las fuerzas


gubernamentales no cesaron de disparar. El propio Comité regional, reunido
en la casa CNT-FAI, tuvo que suspender la sesión para acudir en defensa del
edificio, que era atacado furiosamente por las fuerzas gubernamentales. Los
confederales, por el contrario, no podían lanzarse a fondo debido a las
repetidas consignas de tregua, serenidad y alto al fuego. El descontento entre
ellos iba en aumento. Un importante sector de opinión empezó a manifestar
su protesta contra la conducta de los comités. Encabezaba esta corriente
extremista la agrupación denominada «Los Amigos de Durruti». Esta
agrupación se había formado a base de los elementos hostiles a la
militarización, muchos de los cuales habían abandonado las unidades del
naciente Ejército popular al quedar disueltas las milicias voluntarias. «Los
Amigos de Durruti» contaban con su órgano de expresión, cuyo título evocaba
los tiempos románticos de la revolución francesa. El Amigo del Pueblo, tal era
el título del periódico, hacía una labor demoledora contra los ministros y
comités confederales y abogaba por la continuación revolucionaria del 19 de
julio.

« Se ha formado en Barcelona -decía- una Junta revolucionaria. Todos


los elementos responsables del intento subversivo que maniobraban al
amparo del gobierno han de ser pasados por las armas. En la Junta
revolucionaria ha de ser admitido el POUM porque se situó al lado de
los trabajadores.»

Los comités confederales desautorizaron inmediatamente a esta agrupación,


que, sin embargo, no desapareció.

El mismo día 5 eran vilmente asesinados los conocidos anarquistas italianos


Camilo Berneri y Barbieri. Hasta el 11 de mayo, Solidaridad Obrera no pudo dar
cuenta a sus lectores de algunos pormenores de este doble asesinato,
perpetrado por las checas comunistas. Nótese en la información que
transcribimos las escandalosas mutilaciones de la censura, puesta en práctica a
partir de aquellos días:

« SOBRE EL ASESINATO DEL COMPAÑERO CAMILO BERNERI. Esa


actuación secreta e incontrolada que desde hace algún tiempo viene
pesando sobre nuestra zona antifascista, ha sido la determinante de
una tragedia más: la muerte de nuestro camarada el profesor Camilo
Berneri. Descartando las actividades fascistas -y en este caso hay mil
razones para descartarlas- resulta en extremo inquietante la existencia
de una entidad fantasma que da al traste con los más destacados
militantes del antifascismo, con los que se han distinguido
precisamente por su ardor revolucionario y sus actividades en pro de la
causa del proletariado. Y si esto es así, y si hoy no hay entre nosotros
un poder capaz de contrarrestar influencias misteriosas, ¿qué nos
queda por hacer a los que de buena fe hemos acudido a esta lucha
contra la reacción plenos de entusiasmo y de buenos propósitos? Ayer
fue Mark Rein, el periodista redactor del Social Democratic Kraten, que
desapareció del Hotel Continental de esta ciudad después de haber
recibido dos llamadas telefónicas. Hoy ha sido el camarada Berneri,
cuyo cadáver fue encentrado el jueves, acribillado a balazos, en el
Hospital Clínico de Barcelona.

» QUIÉN ERA EL PROFESOR BERNERI. Aunque en otro lugar de este


número damos unos datos biográficos del malogrado camarada
Berneri, hacemos aquí una ligera semblanza suya para la mejor
composición de este reportaje. Nació en Lombardía -Italia- en el año
1897 y se unió desde muy joven al movimiento anarquista. En Florencia
se distinguió por sus actividades y escritos muy apreciados y luchó más
tarde contra la guerra y el fascismo. Dirigió mucho tiempo La Defensa,
órgano de la Federación Anarquista Toscana, y tomó parte activa en el
movimiento anarquista internacional. Fue expulsado de Italia al
advenimiento del fascismo, y más tarde, de Francia. Al estallar la
rebelión fascista en España, vino a nuestro país con la columna italiana
que se integró a la División Ascaso.

» Dos ALTAS PERSONALIDADES SE OCUPAN DE LOS ARTÍCULOS DE


BERNERI. El camarada Camilo Berneri, que era profesor de la
Universidad de Florencia colaboraba asiduamente en revistas
americanas y periódicos de ideología anarquista. Actualmente
preparaba un interesante libro sobre la revolución española y escribía
en Le Libertaire artículos en los que expresaba sus discrepancias de
revolucionario con otros sectores antifascistas. Hace algunos meses, y
según noticias que tenemos de origen fidedigno, una alta personalidad
que se hospedaba en Barcelona, sostuvo una conferencia con otra alta
personalidad a propósito de los artículos que Berneri escribía. Parece
ser que a ambas personalidades les inquietaban excesivamente los
trabajos de Berneri, y a esa inquietud y a los medios de calmarla se
refirieron en su entrevista.
» Los DOS HOMBRES DEL BRAZALETE ROJO. Berneri, en u n ión de su
compañera, del camarada Barbieri y de otros compañeros se hallaba el
martes 4 de mayo, a las 10 de la mañana, en la Plaza del Ángel, número
2, segundo, primera. En esta casa se presentaron dos hombres con
brazaletes rojos (cerca de dos líneas censuradas). Ambos hombres
(media línea censurada) fueron recibidos por Berneri y Barbieri. Al ver a
éstos, los del brazalete les rogaron que no dispararan sobre ellos
porque eran amigos suyos. Barbieri y Berneri contestaron: «Somos
antifascistas venidos a España para defender la revolución y no hay,
por tanto, razón alguna para que disparemos sobre antifascistas.» Se
ignora la misión que llevaban a la casa los del brazalete rojo y el
pretexto que expusieron para justificar su presencia allí, lo cierto es
que los dos hombres salieron de la casa (línea y media censuradas).

» UN REGISTRO INJUSTIFICADO y UNA AMENAZA ABSURDA. A las tres


de la tarde, aproximadamente, los dos hombres del brazalete rojo
volvieron a presentarse (tres líneas censuradas). Estos se prestaron de
buen grado al (una línea censurada) después de un minucioso registro
en las (media línea censurada) nes de Berneri y Barbieri, rompieron la
puerta de la habitación del camarada Mastridicasa. Al llegar a este
punto, el camarada Costa Tantini, que se hallaba en la casa, entregó
tres fusiles que le habían sido confiados por tres milicianos de la
Columna Ascaso, los cuales se habían ido con permiso a Francia. Todos
(palabra censurada) salieron llevándose las armas a excepción de los
que continuaron registrando la habitación ocupada por el camarada
Fantozzi. Se hicieron cargo (palabra censurada) de documentos, libros,
y otros papeles de la habitación del camarada Mastridicasa y, en vista
de que en la ocupada por Berneri los documentos eran muy
numerosos, acordaron irse sin ellos después de decir que volverían más
tarde. (Tres líneas censuradas). Al tiempo de marchar conminaron los
(palabra censurada) a los habitantes del piso a que permanecieran en
él, absteniéndose de salir a la calle, pues en caso de hacerlo, se les
recibiría en la vía pública a tiros de fusil. Cuando Berneri y Barbieri
exigieron justificación de tal conducta les respondieron que estaban
informados de que trataban con anarquistas italianos armados.
» LA DETENCIÓN y LA MUERTE. A las seis de la tarde del miércoles (día
5) se presentaron en la casa doce hombres: (una línea censurada). Al
entrar hicieron salir a los camaradas Berneri y Barbieri y les
comunicaron que estaban arrestados. Barbieri quiso saber la causa de
la detención. «Parece ser que sois contrarrevolucionarios» -se les dijo.
Barbieri se indignó. Veinte años de anarquismo militante le daban
derecho a esa indignación, (siete líneas censuradas). Y aquí surgió un
hecho confuso; una contradicción que nada aclara o que aclara
demasiado. Durante la madrugada del seis de mayo, la policía se
presentó en la Plaza del Ángel, número 2, y aseguró a la compañera de
Barbieri que aquel mismo día, a las doce, serían libertados los dos
recluidos. Pues bien, también aquel mismo día la familia de los dos
desaparecidos supo, por la ficha del Hospital Clínico, que sus dos
cuerpos, acribillados a balazos, habían sido recogidos por la Cruz Roja
en los alrededores de la Generalidad, durante la noche del 5 al 6 de
mayo.

» UN DICTAMEN DE AUTOPSIA BASTANTE EXPRESIVO. La autopsia


practicada en el cadáver de nuestro compañero Berneri demuestra la
facilidad con que obraron los asesinos para llevar a efecto su hazaña.
Veamos cómo. Presenta el cuerpo una herida causada por arma de
fuego con orificio de entrada por detrás de la línea axilar derecha y de
salida por la mamilar derecha a nivel de la séptima costilla, de atrás a
adelante y de arriba a abajo. Asimismo aparece otra herida de arma de
fuego en la región temporo-occipital derecha con dirección de arriba
abajo y de atrás adelante. A juzgar por la situación de los bordes de las
heridas, éstas han sido producidas a corta distancia y a una media
mínima de 0,75 metros. Las heridas fueron causadas estando situado el
agresor detrás o lateralmente con respecto al agredido, por lo que
hace referencia a la herida abdominal y en un plano de superioridad
por lo que respecta a la de la cabeza. Y tal ha sido la muerte del
camarada Berneri, junto con Barbieri. Estos son los procedimientos que
se han puesto en práctica hoy, como a mediados de abril se pusieron
en juego otros análogos para hacer desaparecer a Mark Rein, el hijo del
menchevique Abramovich, redactor jefe del periódico Social
Democratic Kraten. La policía practicó entonces gestiones para
encontrar al desaparecido. No tuvo éxito en ellas. Exactamente igual
que le ocurrirá en este caso cuando se lance a unas pintorescas
averiguaciones sobre la muerte de estos camaradas.»

Camilo Berneri fue uno de los valores más completos del anarquismo
contemporáneo. Reunía en sí condiciones de talento excepcionales. Era uno de
los escritores más bien informados del campo anarquista, lo que le permitía
escribir sobre los temas más variados, que sabía tratar con la erudición más
sorprendente. Dejó al morir asesinado una obra documentadísima, como todo
lo suyo, sobre la intervención italiana en la guerra de España: Mussolini a la
conquista de las Baleares. La consagrada revista Estudios, de Valencia, le
contaba entre sus colaboradores más leídos. Fue director del semanario
Guerra di Classe, editado en Barcelona por los anarquistas italianos que habían
acudido a las trincheras españolas en defensa de la revolución popular.
Miliciano en el frente de Huesca, Berneri vio morir cara al enemigo a otro gran
anarquista italiano y también gran escritor: Fosco Falaschi.

Continuemos la interrumpida narración de los hechos de mayo. El día 5 se dio


a conocer por radio un manifiesto firmado por la CNT y la UGT de Barcelona.
Decía este manifiesto:

« Los trágicos sucesos desarrollados en nuestra ciudad durante las


últimas cuarenta y ocho horas han impedido que la totalidad de los
obreros de Barcelona concurriesen al trabajo. El conflicto que motivó
esta situación anormal y perjudicial para la causa del proletariado, ha
sido satisfactoriamente resuelto por los representantes de los partidos
y organizaciones antifascistas, reunidos en el palacio de la Generalidad.
Por tanto, las Federaciones locales de la CNT y la UGT han tomado el
acuerdo de dirigirse a todos sus afiliados ordenándoles que se
incorporen inmediatamente a sus labores habituales. Es necesario
retornar a la normalidad. Persistir en la inactividad industrial equivale,
en estos momentos de guerra antifascista, a colaborar con el enemigo
común, debilitándonos nosotros mismos. Así, pues, se ordena a los
trabajadores de la CNT y la UGT, sin excepción de ninguna especie, se
incorporen al trabajo, recomendando a los obreros de ambas sindicales
que eviten con su conducta dentro de los lugares de producción todo
aquello que pueda ser motivo de perturbaciones y rozamientos
mutuos. Las Federaciones locales de la CNT y UGT reiteran a sus
afiliados que depongan las actitudes hostiles. Son momentos de
comprensión y de solidaridad. Los carnets de ambas centrales
sindicales deben ser sagrados para todos, y los Comités de Control
tienen el deber de garantizar el respeto a todos los trabajadores sin
distinción. Camaradas de la CNT y la UGT: ¡A trabajar todos! La
Federación local de Sindicatos Únicos de Barcelona (CNT). Federación
local de Sindicatos de la UGT.»

Las fuerzas policiacas se aprovecharon una vez más de la impresión producida


por esta nota para tomar nuevas posiciones. El ministro de la Marina, que era
vivamente criticado por la inactividad de la flota, se apresuró a enviar a
Barcelona varias unidades de guerra, entre las que figuraban los destructores
Sánchez Barcáiztegui y Lepanto. Por otra parte se tuvieron noticias de la
incautación del Orden público por el gobierno central y del envío a Cataluña de
fuertes contingentes de guardias de Asalto desde el frente del Jarama.
Fracasadas las gestiones pacificadora s de García Oliver y Mariano R. Vázquez,
ministro de la Justicia y secretario general de la CNT respectivamente, Federica
Montseny propuso al gobierno central su intervención personal con antelación
al envío de las fuerzas expedicionarias. Estas fuerzas no debían ser enviadas
hasta el momento en que la ministro de Sanidad lo juzgase oportuno. Negóse
asimismo a ser escoltada en su viaje a Barcelona por carretera. Al llegar a la
sede confederal de Cataluña, se puso inmediatamente en contacto telefónico
con la Generalidad, indicando que, como representante del gobierno central,
debía serle garantizado el acceso al palacio presidencial. Pero durante el
trayecto, que estaba sembrado de barricadas enemigas, y a pesar de cuantas
garantías se le habían ofrecido, fue interceptado el paso a la ministro y a sus
dos únicos acompañantes, salvándose milagrosamente de un fusilamiento en
toda regla.

Las primeras providencias de Federica Montseny, una vez en presencia de


Companys, fue desposeer a éste de su cargo -mientras duraran sus gestiones-
en nombre del Gobierno de Valencia. Companys había adoptado una actitud
de sospechosa neutralidad. La centralilla telefónica de la Generalidad, aunque
controlada por él, la había dejado negligentemente a merced de los consejeros
beligerantes, quienes desde los teléfonos atizaban el fuego y daban órdenes
de ataque a los centros marxistas y de Estat Catalá. La intervención personal
por la ministro sobre estas comunicaciones contribuyó grandemente al
apaciguamiento. Companys daba la impresión de estar aguardando, con mal
contenida impaciencia, una pronta solución del conflicto y de la guerra misma
por intervención de la escuadra británica. Por aquellos días se había dado por
radio la sensacional noticia de que varias unidades navales inglesas habían
zarpado de sus bases con dirección de Barcelona.

La muerte de Antonio Sesé, secretario general de la UGT catalana, había


venido a complicar más todavía la posibilidad de una solución (34), no
obstante haber seguido a aquella muerte la del destacado militante anarquista
Domingo Ascaso. En cuanto a Sesé, aunque se pudo demostrar que el disparo
que le causó la muerte no había partido, según se había propalado, del local
del Sindicato Único de Espectáculos públicos, sino de las barricadas
gubernamentales situadas en el Paseo de Gracia, se especuló grandemente
sobre los supuestos móviles del no menos supuesto asesinato. Seguidamente
se produjo un furioso ataque contra la estación de Francia, en el cual
intervinieron fuerzas militares del vecino cuartel Carlos Marx. Esta
intervención militar, se produjo, incuestionablemente, a espaldas de la
Consejería de Defensa, la cual, controlada por la CNT, se mantuvo siempre al
margen del conflicto, habiendo podido ser factor decisivo en él. Sin embargo,
el gobierno central se hizo cargo aquel mismo día, a través del general Pozas,
de la Capitanía general de Cataluña. La Consejería de Defensa dejó
automáticamente de existir. Simultáneamente, los comunistas pasaban a la
ofensiva en los pueblos de la región. La idea de una intervención extranjera
produjo gran inquietud en ciertos sectores y contribuyó a acentuar la
depresión en los comités confederales. La CNT y la FAI de Cataluña publicaron
el día 6 el siguiente manifiesto:

« A LA CONCIENCIA MUNDIAL. AL PROLETARIADO INTERNACIONAL. A


LOS PAÍSES DEMOCRÁTICOS. En estas horas trágicas, la Confederación
Nacional del Trabajo y la Federación Anarquista Ibérica se dirigen a la
opinión pública de todo el mundo para dar aclaraciones sobre los
acontecimientos de Barcelona. Todo el mundo parece estar convencido
de que los anarquistas y los sindicalistas son los culpables de los
trágicos acontecimientos de Barcelona. Nada hay más falso que esta
opinión. La CNT y la FA! siempre estaban dispuestas, igual que lo están
ahora, no solamente a mantener el orden público, sino también la
unidad necesaria entre los amigos de la libertad, entre todas las fuerzas
democráticas antifascistas del pueblo español.

» Compañeros, trabajadores e intelectuales antifascistas: Durante estos


últimos diez meses que siguen al 19 de julio, nosotros hemos hecho
todo, no solamente para defender la libertad del pueblo español, sino
también la paz de nuestro pueblo, y junto a ello la paz de Europa.
Nosotros hemos rechazado toda idea dictatorial. Hasta hemos dado la
misma proporción en los puestos públicos a las minorías. La solución de
la última crisis gubernamental también ha sido posible gracias a las
concesiones que hemos hecho a los partidos antifascistas. No hemos
querido dictar nuestra voluntad a nadie y no hemos insistido en la
realización de nuestros postulados.

» Estábamos y estamos convencidos de que nuestra finalidad -el


comunismo libertario, en la Federación Ibérica Libre y el
aniquilamiento del capitalismo- no se puede implantar en seguida.
Hemos decidido colaborar con los demás partidos en los municipios, en
los gobiernos federales y hasta en el gobierno central. Nunca hemos
pensado en romper esta colaboración antifascista. Incluso en el campo
económico, los obreros de Cataluña han aceptado voluntariamente
muchas cargas y hemos hecho todo para convencer a los trabajadores
de que estos sacrificios económicos solamente son pasajeros, y que
son necesarios para la lucha antifascista. Sin regatear en nada, hemos
convencido a los trabajadores sobre la necesidad de sacrificarse en
esta lucha libertadora.

» Pero no todos los partidos antifascistas han hecho lo mismo; hay


elementos que tienden a la dictadura de un partido. Ellos no pueden
soportar que el pueblo catalán empiece una nueva era de libertad y de
paz social, de democracia y equidad. Ellos mismos querían dominar
todo, querían implantar la dictadura de su partido. La Confederación
Nacional del Trabajo y la Federación Anarquista Ibérica les
obstaculizaban en sus aspiraciones. Mientras estas dos organizaciones
tienen consigo a la mayoría del pueblo catalán, los politiqueros no
pueden tender sus redes, por esto han intentado todo para aniquilar a
la CNT y a la FAI.

» Desde hace tiempo han elaborado un plan. Nosotros tenemos


bastantes pruebas de que los acontecimientos del 3 de mayo son obra
de los provocadores políticos. Poco a poco querían quitar a los obreros
de Barcelona sus derechos. Paso a paso se iba hacia el camino trazado
y se arrebataba a los obreros una posición tras otra. En Madrid, en
Valencia y en todas las ciudades, los obreros controlan todas las
instituciones municipales. También controlan la central telefónica. En
Barcelona la central telefónica también ha sido controlada por un
comité de las dos sindicales -CNT-UGT- bajo la presidencia de un
delegado del gobierno. El día 2 de mayo, un par de días después de ser
asesinado el alcalde anarquista de Puigcerdá y tres compañeros, se ha
producido el asalto a la Telefónica. Todos los obreros de Barcelona han
considerado este asalto como una de las más grandes provocaciones.

» A mediodía se acercaron tres camiones con fuerza pública, la cual


asaltó el edificio, que se encuentra en el centro de la ciudad, y quiso
obligar a los obreros a trabajar bajo su custodia y bajo el control de un
comisario especial. Claro está que la población obrera de Cataluña no
ha podido aceptar esta provocación y decidió defenderse. Se ha exigido
el retiro de las fuerzas armadas, pero no ha sido atendida esta petición.
Las organizaciones obreras temían que se hiciera un nuevo asalto a
otras empresas que están bajo su control, y temía que la fuerza pública
asaltase los centros sindicales. Pera evitar que esto sucediera, los
obreros, en las barriadas de la capital, han tomado las medidas de
defensa, al mismo tiempo que los comités responsables de la CNT y de
la FAI hacían gestiones ante el gobierno.

» Pero éste no hizo nada para satisfacer al pueblo. Al revés: la policía


empezó el asalto a los edificios y desde entonces se levantaron
barricadas y los obreros tomaron las armas, como el 19 de julio.
Cogieron las armas, pero no para atacar, no para romper el frente
antifascista, sino para defender las libertades amenazadas y los
derechos que han sido conquistados el 19 de julio del año pasado. En
ninguna parte la organización anarquista y sindical, como tampoco
ningún Comité de Defensa, ha atacado a las fuerzas armadas del
Estado. En ninguna barriada han sido los obreros los agresores. El
Comité regional de la CNT y el de la FAI han declarado siempre,
públicamente, y lo han repetido en sus consignas, que los obreros no
atacan a la fuerza pública y tampoco atacan al gobierno de la
Generalidad, porque ellos mismos forman parte de él y son una de sus
mayorías más fuertes.

» Se podrían dar docenas de pruebas que demuestran solamente el


deseo pasivo de defenderse. Para nada ha servido todo esto. Las
negociaciones fracasaban; cuanto más cedían la CNT y la FAI, tanto más
agresivos se hacían ciertos provocadores. Los anarquistas y los
sindicalistas, han declarado una vez más que están dispuestos a
colaborar. En el nuevo gobierno provisional hay representantes de las
dos sindicales, la CNT y la UGT, de la Esquerra catalana y de los
Rabassaires, pero con todo ello, tampoco reina la paz. Mientras los
obreros estaban dispuestos a deponer las armas y a demoler las
barricadas, por la otra parte se hacían preparativos bélicos. Se han
efectuado detenciones y fusilamientos. La central de la organización
anarcosindicalista de Cataluña ha sido rodeada y sitiada. Intentan los
aspirantes a la dictadura aplastar por medio de las armas la
organización de los obreros catalanes, que tiene un historial de medio
siglo. Este es el verdadero sentido de los acontecimientos que en estas
horas suceden en Barcelona.

» La Confederación Nacional del Trabajo y la Federación Anarquista


Ibérica en Cataluña, declaran que ni antes ni ahora quieren tomar el
poder en sus manos, sino que estamos dispuestos a colaborar honrada
y lealmente, con todas las fuerzas antifascistas del pueblo español. No
queremos dirigir nuestras armas contra el pueblo, como tampoco
contra los obreros, aunque pertenezcan a otra ideología o a otro
partido. La historia ele nuestra organización demuestra que nosotros
no queremos apropiarnos del poder político. Los últimos diez meses de
una colaboración leal con todos los partidos antifascistas demuestran
que nosotros no somos los causantes de esta lucha fratricida.

» Apelamos a los obreros de todo el mundo. Apelamos a las


democracias. Apelamos a todas las fuerzas y organizaciones
antifascistas de todo el mundo. No tenemos miedo de presentarnos
ante el tribunal de la conciencia mundial. Nosotros deseamos paz entre
los obreros y campesinos. Queremos colaborar con todo aquel que con
toda voluntad quiera combatir al fascismo, que es el enemigo mayor de
todos.

» ¡Compañeros: No creáis en las calumnias que puedan propalarse


contra nosotros! Quien quiera luchar verdaderamente contra el
fascismo, sabe que nosotros no queremos la dictadura, ni ningún poder
sobre nuestros hermanos de trabajo. Quien conozca la historia de
nuestra lucha, sabe que lo único que queremos es libertad y bienestar
para todo el pueblo español, paz para Europa y para todo el mundo.

» ¡Antifascistas, obreros y campesinos de todo el mundo: Poneos a


nuestro lado! ¡No permitáis que enloden nuestros ideales! ¡No
permitáis que sean asesinados los obreros de Barcelona! ¡Ayudadnos
en esta lucha heroica, contra todos los enemigos de la libertad y
bienestar para todo el pueblo español, paz para Europa! El Comité
regional de la CNT. El Comité regional de la FAI. Jueves, 6 de mayo de
1937.»

A última hora de la noche de ese mismo día, la CNT y la FAl hicieron nuevas
proposiciones de arreglo. Según éstas, todos los paisanos y fuerzas armadas
debían comprometerse a retirarse de las barricadas. Simultáneamente, debía
ponerse en libertad a todos los rehenes. Había que descartar por ambas partes
toda suerte de represalias. Se daba un límite de dos horas para la respuesta.
Dicha respuesta no se obtuvo en toda la noche y en gran parte de la
madrugada. La coalición gubernamental quería ganar tiempo, en espera quizá
de la llegada de las fuerzas expedicionarias anunciadas por Valencia, que
habrían de marcar su sangrienta huella por las comarcas de Tortosa, contra
cuantas seguridades se dieron a la ministro de Sanidad sobre su imparcialidad
y composición. Los confederales especulaban incluso con la personalidad
ideológica del teniente coronel Emilio Torres Iglesias, comandante de las
fuerzas expedicionarias, que lo había sido de la Columna «Tierra y Libertad».
Hasta las 4.45 de la madrugada del día 7, y no sin que antes hubiesen
manifestado los confederales su resolución de cortar el paso hacia Barcelona a
aquellas fuerzas, no se obtuvo respuesta favorable a las proposiciones
antedichas. En consecuencia, se dio a conocer por radio la siguiente nota:

« A TODOS LOS TRABAJADORES DE LA CNT. Habiéndose llegado a un


acuerdo por ambas representaciones políticas y sindicales, se os hace
saber que recibiréis las oportunas órdenes de los comités responsables
a fin de restablecer completamente la normalidad. Al mismo tiempo se
os recomienda tengáis la serenidad que requieren los momentos
actuales, no respondiendo a las provocaciones que puedan surgir por
parte de los elementos interesados en que perdure este estado de
perturbación.»
No obstante, se produjeron nuevas colisiones durante el resto de la
madrugada, al negarse los gubernamentales a retirarse los primeros de las
barricadas. Pero, avanzada la mañana, renació la calma. Los confederales
dieron el ejemplo de abandonar los primeros la lucha dejando a sus
contrincantes parapetados y en son de guerra. La invasión de las calles por la
población civil contribuyó al restablecimiento de la normalidad. Persistieron, a
pesar de todo, los tiros sueltos, y se registró inclusive un ataque contra el
automóvil de la ministro de Sanidad. El automóvil ostentaba las insignias del
Ministerio de Sanidad, iba ocupado por el secretario del Comité nacional de la
CNT, Mariano R. Vázquez, que se dirigía a Valencia, y por el secretario de la
ministro, compañero Baruta, el cual resultó herido a consecuencia de los
disparos. Vázquez pudo esquivar el plomo homicida arrojándose al piso del
vehículo. Los agresores guarnecían una barricada del PSUC levantada en la
Diagonal, cerca de Pedralbes. Por las circunstancias de la agresión puede
colegirse que el atentado había sido premeditado, e iba dirigido contra la
propia Federica Montseny.

A las 8,20 de la noche hacían su entrada las fuerzas expedicionarias al grito de


¡UHP! Formaban una caravana de 120 camiones repletos de elementos
heterogéneos (5 000 guardias). Prueba de ello es que al desfilar ante el edificio
del Comité regional, en dirección a la Jefatura de Policía, hubo disparos para
aquel edificio al mismo tiempo que gritos de «¡viva la FAI!». El teniente
coronel Torres llegó por avión y se hizo cargo de la jefatura de Orden público.
Ya hemos señalado la presencia del general Pozas en la Capitanía general,
nombrado para el mando militar de Cataluña y del frente aragonés. La
organización confederal daba por terminado el «incidente» con el siguiente
llamamiento:

« LA CNT AL PUEBLO CATALÁN. Terminado el trágico incidente que ha


llenado de luto a Barcelona, y para que todo el mundo sepa a qué
atenerse, el Comité regional de la CNT y la Federación local de
Sindicatos Únicos manifiestan su voluntad unánime de colaborar con la
mayor eficacia y lealtad al establecimiento del orden público en
Cataluña, cesando con la etapa de actuación partidista que llevó
precisamente a la situación insostenible que desencadenó la tragedia.
» Nos complacemos, por tanto, en reiterar nuestro concurso al
gobierno de la Generalidad y al nuevo delegado del Orden público
mandado por el gobierno central, teniente coronel Torres, del que
hemos podido comprobar la excelente disposición de ánimo con que
viene a ejercer tan delicado cometido en Cataluña.

» Unidad y confianza, lealtad e igualdad de derechos y deberes para


todos los sectores antifascistas en todos los aspectos. He aquí la
consigna del momento que todos deben atender y secundar al
unísono. El Comité regional de la CNT. La Federación local de Sindicatos
Únicos.»

En medio de tanta euforia de paz, el mismo día 8 Solidaridad Obrera era el


mejor barómetro indicador de cómo habían quedado las cosas. He aquí toda
una serie de sintomáticas manchetas:

« ¿Cuándo se va a acabar de recoger carnets confederales? ¿Pero no se


está diciendo que se desea una pacificación general? Pues a
demostrarlo que obras son amores.»

***

« La solución armónica dada a los sucesos de la ciudad por la UGT y la


CNT no ha satisfecho a los elementos provocadores, quienes aún no
han salido de su asombro pensando haya renacido la calma sin haber
habido vencidos ni vencedores.»

***

« ¡Destruid las barricadas! ¡Dejad las armas! ¡Mañana todos los


obreros al trabajo; y los otros, los combatientes, a conquistar Huesca,
Teruel, a libertar Zaragoza!»

***
« ¿Por qué razón se cacheaba ayer, a última hora de la tarde, a los
trabajadores de tranvías y autobuses, en plena prestación de servicios?
¿En virtud de qué órdenes y de quién?»

***

« Las Patrullas de Control son una de las más genuinas expresiones de


la revolución antifascista en Cataluña. Surgieron de la entraña del
pueblo al calor de la corriente revolucionaria. Su actuación brillante y
valiente les hace acreedoras al general aplauso. Ayer las Patrullas de
Control han tenido un gesto digno que evidencia el sentido de
responsabilidad que las inspira, colocándose a las órdenes del delegado
especial de Orden público del gobierno de la República. Solidaridad
Obrera rinde en esta fecha memorable un sentido y sincero homenaje
a las Patrullas de Control, garantía inequívoca del orden público
revolucionario.»

La prensa de aquellos días publicaba el resumen de muertos y heridos caídos


durante los sucesos. Se dio un total de 500 muertos y de unos 1000 heridos.

Uno de los términos del armisticio era la puesta en libertad de los presos por
ambos bandos. Los confederales procedieron inmediatamente a cumplir su
compromiso; los gubernamentales y los chequistas no solo retuvieron sus
rehenes, sino que procedieron a nuevos arrestos. En un suelto titulado
«Nuestros presos», Solidaridad Obrera del día 11 lanzaba la siguiente protesta:

« Sorprenderá a muchos de nuestros lectores este epígrafe, pero


responde a una realidad. La CNT tiene todavía presos como resultado
de los últimos sucesos. Nuestra nobleza, esta nobleza jamás
desmentida en nosotros, hizo que así que se dio la voz de «¡alto al
fuego!» algunos cientos de detenidos en nuestros sindicatos fueron
puestos en libertad sin más preámbulos. ¿Cómo se paga esta actitud
generosa y leal? Reteniendo a nuestros presos en calabozos inmundos,
o lo que es peor, queriendo buscar tres pies al gato para imputar a
nuestros compañeros determinados delitos en relación con ciertas
muertes ocurridas en una refriega donde la responsabilidad es
totalmente imposible de determinar… (35)

» En los calabozos de la Jefatura de Policía -añadía el periódico-


tenemos unos trescientos compañeros a quienes hay que poner en
libertad inmediatamente. Llevan seis días presos, y en ese tiempo
nadie les ha modo, no podemos imputar a los de la acera de enfrente.
¡Cuidado, repetimos, que no está el horno para bollos!»

En cierto modo, el mantenimiento de aquellas detenciones sólo podían


explicarse por el hecho de que muchos de los detenidos no podían ser
restituidos, y esto por la simple razón de que habían sido asesinados
cobardemente. En las checas comunistas, seguros los inquisidores rojos de que
la operación tenía carácter definitivo, no habían hecho las cosas a medias.
Hasta el día 11 no se tuvo la certeza de que algunos desaparecidos, tales como
el miembro del Comité regional de Juventudes Libertarias de Cataluña y
secretario del Frente de la Juventud Revolucionaria, Alfredo Martínez, así
como otro de los destacados miembros de aquel Comité, y elemento de enlace
con los jóvenes del frente aragonés, el intelectual uruguayo Juan Rúa, habían
sido alevosamente asesinados. Por aquellos mismos días, una ambulancia
misteriosa había abandonado doce cadáveres más de jóvenes libertarios en un
campo del vecino municipio de Sardañola-Ripollet. Sobre estos hechos
macabros decía Solidaridad Obrera:

« Tres días de lucha fratricida en Barcelona, a tiro limpio. Tres días de


caza del hombre, sistemática y terrible. Hablen, si no, los cadáveres,
espantosamente mutilados, de doce militantes de la CNT de San
Andrés, sacados de sus casas y llevados en una ambulancia al
cementerio de Sardañola. Hablen, si no, los cinco hombres del rondín
de Eroles, asesinados también. Hablen los 15 militantes de la CNT
hallados muertos en los alrededores de Tarragona, y otros más,
encontrados en diversos puntos de Cataluña. Hable, si no, el cuerpo
exánime de Camilo Berneri, figura señera del socialismo libertario
italiano, filósofo y escritor de fama mundial, fusilado a quemarropa en
el silencio y el secreto de la noche. Y hablen todas las víctimas de uno y
otro lado, señalando a sus verdugos, a los que incubaron la tragedia, a
los que tendieron la trama, a los que nada hicieron para evitarla y a
cuantos procuraron retrasar la solución del conflicto, oponiéndose a
todo arreglo satisfactorio, a fin de producir la intervención extranjera
que se esperaba y de la que eran avanzadilla los seis barcos franceses e
ingleses que estuvieron frente al puerto de Barcelona el miércoles y
jueves de la semana pasada [...]»

Pero los hechos de mayo no se habían circunscrito solamente a Barcelona.


Tuvieron grandes repercusiones en la región, especialmente en la provincia de
Tarragona. La vecindad del frente aragonés y el predominio en aquel frente de
las columnas confederales, impidieron moverse a los elementos estalinistas de
Lérida. Contingentes militares de la Columna «Roja y Negra», así como de la 29
División del POUM, estuvieron concentrados en Barbastro al acecho de los
movimientos de los elementos estalinistas de la 27 División. Algunas de estas
fuerzas descendieron hasta Binéfar. Esta actitud preventiva de las milicias
confederales y poumistas dio lugar más tarde a la disolución de la 29 División,
al fusilamiento de alguno de sus jefes y al monstruoso proceso contra el
POUM. Precedió a todo ello el secuestro y asesinato del más destacado de sus
dirigentes: Andrés Nin.

Bajo el epígrafe de «Lo ocurrido a la CNT en Tarragona», Solidaridad Obrera


publicaba el día 14 la siguiente información:

« A medida que el tiempo pasa, y una vez serenados los ánimos, se van
conociendo por nuevas noticias y datos todas las ramificaciones que el
vasto movimiento de provocación contra la CNT y la FAI tenía en
Cataluña. Y decimos «movimiento», porque, en efecto, todo cuanto ha
ocurrido obedecía, como en anteriores trabajos hemos señalado, a un
plan largamente meditado por gentes de lealtad dudosa para con la
revolución y Cataluña [...]
» LA CONSABIDA TOMA DE LA TELEFÓNICA. El miércoles, día 5, a las
ocho de la mañana, se presentaron inopinadamente en el edificio de la
Telefónica, gran número de fuerzas de policía, con gran lujo de
armamento y bombas de mano, dispuestos a tomar por asalto, de un
modo violento, la citada central, de la que en efecto se apoderaron, ya
que por parte de los trabajadores que allí se encontraban no hubo la
menor resistencia. Una vez dueños por completo del edificio,
procedieron a la intervención de las comunicaciones interiores y
exteriores, desconectando los teléfonos de la organización confederal y
anarquista.

» Cuatro horas más tarde, se celebraba en la Comandancia militar una


entrevista entre el compañero Casanovas, en representación de los
camaradas de Teléfonos, y el teniente coronel jefe de las fuerzas de la
costa, a quien informó detalladamente de los anormales hechos
consumados. Celebrada esta entrevista, se acordó retirar la fuerza del
primer piso, donde se hallaban instaladas las máquinas, aun cuando
quedasen en situación de vigilancia en el vestíbulo. A los 15 minutos de
tomado este acuerdo, que en parte y por mutua transigencia
solucionaba amistosamente el conflicto planteado, el jefe de policía
comunicó a la central que el delegado de Orden público de Tarragona
se negaba a cumplir lo pactado en virtud de severísimas órdenes
recibidas de Barcelona.

» En tanto se celebraban estas entrevistas y conversaciones


telefónicas, nuestros compañeros pudieron observar gran movimiento
de gente en el local de Esquerra Republicana, viéndose que numerosos
individuos entraban sin armas y salían armados con fusil. Lo mismo, y
no con tanto descaro, ocurría en el local del PSUC y Casa del Pueblo.

» UN INTENTO DE ASALTO y UNA ENTREVISTA EN VANO. En la mañana


del día siguiente a los hechos que relatamos, comenzó el ataque
violento y descarado contra nuestra organización. Determinadas
fuerzas iniciaron, con intenso fuego de fusil y lanzamiento de bombas
de mano, un infructuoso asalto al local de las Juventudes Libertarias.
Rechazado el ataque, y ante la gravedad que la citada agresión
suponía, se nombró por nuestra parte una Comisión que se
entrevistara con el Comisario de la Generalidad, pidiendo una reunión
de todas las fuerzas antifascistas, con el fin de evitar los hechos
lamentables que más tarde se consumaron. Puestos al habla con el
compañero Comisario de la Generalidad, éste convocó a los
representantes de todas las organizaciones políticas y sindicales,
negándose a asistir los camaradas de la UGT y del PSUC, por lo cual no
se pudo celebrar dicha reunión que, sin duda, hubiera evitado la
reproducción sensible y aumentada de los sucesos.

» ASALTO DEFINITIVO AL LOCAL DE LAS JUVENTUDES LIBERTARIAS Y


NUEVA REUNIÓN. Al objeto de informarse de lo ocurrido en Tarragona,
se desplazaron a las primeras horas de la tarde, hasta la citada capital,
los compañeros Castelló y Rueda. A su llegada pudieron escuchar estos
camaradas un fortísimo tiroteo, comprobando inmediatamente que se
trataba de un nuevo asalto al local de las Juventudes Libertarias, por
parte de la fuerza pública, en colaboración con elementos paisanos de
otras organizaciones. La enorme violencia del asalto determinó que
esta vez los asaltantes lograran su propósito. En vista de ello, nuestros
compañeros convinieron con el delegado de Orden público en celebrar
una entrevista en la Comisaría, en presencia de las autoridades.
Llegados a dicho centro, conferenciaron con el capitán de aviación de
Reus, camarada Barbetá, informándole de que sus deseos eran de
evitar todo derramamiento de sangre, solicitando una reunión de
conjunto de todas las organizaciones antifascistas. A dicha reunión
acudieron representantes de

Esquerra Republicana, UGT y PSUC, además de las distintas autoridades


militares y del gobierno de la Generalidad.

» LA AVIACIÓN DEL GOBIERNO CENTRAL CONTRA LA ORGANIZACIÓN


CONFEDERAL Y ANARQUISTA. Una vez reunidos, el delegado del
gobierno central, capitán Barbetá, expuso que tenía órdenes
terminantes del gobierno de utilizar todas las armas, incluso la
aviación, para someter a la organización confederal y anarquista si ésta
no entregaba antes las armas. Nuestros representantes resaltaron
entonces la campaña hecha desde Solidaridad Obrera para que todas
las armas largas fueran al frente, y que, por lo tanto, estaban
dispuestos a entregar las armas, siempre que el desarme fuese general.
A tan adecuada respuesta replicó el capitán Barbetá que no podía
proceder al desarme de las demás organizaciones, por cuanto éstas se
habían puesto incondicionalmente al lado del gobierno; a lo que
contestaron nuestros compañeros que tampoco la Confederación
estaba en contra del gobierno, puesto que también lo integraba.

» Continuó la discusión, y al fin, nuestros compañeros se avinieron a


ceder sus indiscutibles derechos, con tal de evitar toda situación
violenta que perjudicase la unidad de los trabajadores. Entregaron
pues, las armas, asegurando las autoridades que se depositarían en el
campo de aviación interín se discutía, por los representantes
confederales en el gobierno, el desarme general o la devolución de las
mismas, y, desde luego, bajo las condiciones siguientes: 1.º) Libertad
de todos los detenidos; 2.º) Retirar toda la fuerza pública afecta a
Tarragona, así como también la perteneciente a los organismos
políticos y sindicales, quedando sustituidos por soldados de aviación;
3.º) Respetar las vidas y libertades de todos los compañeros y los
locales de la organización. Aceptadas por todas las organizaciones
presentes estos puntos, el capitán Barbetá aseguró que, por ningún
concepto, permitiría extralimitación de ningún género, así como
también que actuaría con toda energía, sancionando severamente
aquellos casos que estuviesen en contra de estos acuerdos, fuese quien
fuese el individuo u organización que los vulnerase. Con estas palabras
quedaron satisfechos nuestros camaradas, en la creencia de que con
sensatez y buena voluntad habían evitado hechos dolorosos para
todos. Pero su satisfacción duró poco; pronto se dieron cuenta de que
habían sido engañados.

» SURGEN LAS REPRESALIAS. El resto del día en que se celebraron estas


reuniones transcurrió tranquilo, pero al amanecer del día siguiente, a
eso de las tres de la mañana, inesperadamente, fuerzas de Asalto y
policía se adueñaron violentamente de la Consejería de Defensa
interior, al decir de ellos, en virtud de órdenes superiores recibidas. Y
como si el tal asalto fuese una señal convenida, comenzaron entonces
las más duras represalias contra los militantes de la CNT y la FAI,
incumpliéndose, de este modo, la palabra dada por las autoridades.
Pronto las afueras de la población quedaron sembradas de cadáveres
de militantes destacados de nuestra organización. He aquí algunos de
los encontrados: Mario Berruti, Baltasar Vallejo (del Sindicato del
Transporte marítimo), Mateo Freixas (Transporte terrestre); José
Gallisa (Sindicato de la Distribución), Julián Martínez, Ramón Álvarez
(Guardia nacional republicana), José Castellví (Sindicato de Oficios
varios), Francisco Malina y cuatro cadáveres más que hasta el presente
no han sido identificados. Igualmente fue asesinado, durante esta
represión, el destacado militante Rúa, joven anarquista uruguayo, que
a raíz del levantamiento faccioso de julio vino a España a combatir al
lado de los trabajadores españoles (siguen 22 líneas censuradas con su
consiguiente epígrafe) [...]» (36)

En la edición del mismo periódico, correspondiente al día 16, se prosiguen las


informaciones, esta vez sobre «Lo ocurrido en Tortosa»:

« EL ESPÍRITU DE FRATERNIDAD DE NUESTROS COMPAÑEROS. En


ninguna de las diferentes comarcas de Cataluña había entre los
militantes de la CNT y de la UGT mejor avenencia y buena voluntad que
en Tortosa. Cuantas dificultades de orden colectivo se presentaban en
la localidad y en los pueblos, eran resueltos por los representantes de
ambas sindicales con el mayor respeto y transigencia, por lo cual, la
armonía entre los trabajadores nunca se veía interrumpida por
desacuerdos o polémicas. Y a tal punto de concordia llegaban estas
relaciones, que a pesar de haberse suspendido en toda Cataluña los
mítines de conjunto del pasado Primero de Mayo, los compañeros de
Tortosa hicieron cuanto les fue posible para que los actos anunciados
en su comarca se celebrasen. Por todo esto, nadie podía imaginarse
que en Tortosa tuvieran los sucesos ocurridos en Barcelona las
sangrientas derivaciones que tuvieron. Nosotros, que hemos sido los
primeros en extrañarnos, una vez informados debidamente de lo
sucedido, vamos a relatarlo para conocimiento de la opinión que es en
definitiva quien ha de juzgar.

» El miércoles de la nueva «semana trágica», en que tantos sucesos


dolorosos se desarrollaron, y en las primeras horas de la mañana, el
jefe de la Guardia nacional republicana de Tortosa, teniente coronel
Domenech, al mando ele SO números del citado cuerpo, tomó por
asalto el edificio de la Telefónica, previa rotura de la puerta,
posesionándose de todas las dependencias y comunicaciones. En vista
de semejantes hechos, se destacó una comisión compuesta por
compañeros de la CNT al objeto de parlamentar con el jefe de la fuerza,
en tanto que los demás camaradas se disponían, ante esta situación de
violencia cuya finalidad desconocían, a tomar cuantas posiciones
creyeran oportunas para evitar una nueva sorpresa. Puestos al habla
nuestros compañeros con los asaltantes de la Telefónica, consiguieron
llegar a una avenencia, acordándose que las fuerzas se retirarían del
edificio, deponiendo su actitud provocativa, como así en efecto lo
hicieron. Después de esto, la calma volvió a renacer, sin que hubiera
desgracias que lamentar.

» Poco tiempo hubo de durar esta tranquilidad, ya que al anochecer, y


amparados por las primeras sombras, comenzaron algunos elementos
de la fuerza pública, en unión de otros individuos, militantes de
determinados partidos, a disparar reiteradamente contra nuestros
compañeros, que temiendo un golpe de mano patrullaban por las
calles. Generalizóse el tiroteo por ambas partes, logrando los
camaradas de la CNT dominar prontamente a los insurgentes, con lo
que se restableció la tranquilidad. Los guardias promotores del
conflicto quedaron en calidad de prisioneros, siendo no sólo
respetadas sus vidas, sino atendidos de modo que nada les faltase. En
cuanto a la dirección y demás servicios de la localidad, encargáronse
provisionalmente, y en tanto se aclaraba lo sucedido, los organismos
de la CNT.
» Una vez dominada y normalizada la situación, se recibió en Tortosa la
noticia de que a pocos kilómetros de la ciudad se hallaban fuerzas
armadas del gobierno de Valencia, y que, según órdenes concretas del
Comité regional de la CNT, no había que oponer a su paso resistencia
alguna. Así lo hicieron nuestros compañeros, dando con ello muestras
de acatamiento y disciplina a las consignas de la organización. Pero su
leal conducta no se vio correspondida, por cuanto apenas llegadas las
fuerzas comenzaron a efectuar detenciones de aquellos a quienes
encontraban el carnet confederal. Con esto se iniciaron las represalias.

» Al entrar las fuerzas del gobierno de Valencia por las primeras calles
de la ciudad, y como si su llegada constituyese un hecho esperado,
salieron de los locales de la UGT, así como de los de todos los partidos,
numerosos elementos que, convenientemente armados, comenzaron a
efectuar cacheos, detenciones y registros, de tal modo que en pocos
minutos el desorden y la confusión adquirieron grandes proporcione s.
Por su parte, las fuerzas recién llegadas, en vez de restablecer el orden,
se sumaron decisivamente a los revoltosos, quedando prontamente la
tranquila y laboriosa ciudad de Tortosa a merced de unos cuantos
individuos. Comenzaron entonces los registros, los saqueos y las
deten­ciones. Las viviendas de los afiliados a la CNT eran asaltadas,
apoderándose los nuevos invasores de cuanto dinero, prendas de
vestir, objetos o subsistencias encontraban.

» Entre los individuos que más se destacaron en estos actos de pillaje y


barbarie, figura un conocido por «Chaparro». Este sujeto, capitaneando
un nutrido grupo, asaltó el edificio donde está instalada nuestra
Federación local de Sindicatos, quemando la bandera de nuestra
organización confederal y rompiendo las pancartas de los balcones. Por
último, y como remate de todo esto, arrancaron y destrozaron una
placa que da el nombre de Durruti a una de las calles principales. No
contentos con esto, se trasladaron a los pueblos de la comarca, donde
continuaron sus saqueos y desmanes, sobre todo en cuantas
colectividades campesinas posee la CNT. Incluso en uno de los pueblos
por los que atravesaron, en Tivenys, publicaron un bando según el cual
cuantas propiedades habían sido requisadas habían de ser devueltas, a
partir de aquel momento, a sus antiguos dueños. Naturalmente, nadie
tomó en serio tal desatino; pero este detalle es suficiente para juzgar la
ideología de los revoltosos.

A fin de tener más libertad de acción, los provocadores, constituidos en


autoridad, dieron en encarcelar a todos aquellos que su capricho
determinaba. De este modo, bien pronto los calabozos se vieron
atestados, la matanza vendría después.

» En efecto; en la noche del jueves día seis, el citado «Chaparro», en


unión de otros elementos de su cuadrilla y de un guardia de Asalto,
cuyo nombre se desconoce, se personó en los calabozos del
ayuntamiento, donde estaban detenidos unos veinte compañeros, en
unión de un cabo de guardias de Asalto que se encontraba preso por
no haber querido disparar contra los trabajadores. Ya en los calabozos,
hicieron salir de los mismos, bajo pretexto de que tenían que llevarlos a
declarar, a unos cuantos compañeros, entre los que se encontraba el
mencionado guardia de Asalto, apellidado Febrer, Antonio Odena y el
conocido militante Rogelio Tena. A todos se los llevaron en dirección
de Tarragona, convenientemente atados y custodiados. Y ya no
podemos decir más, sino que en efecto, en Tarragona fueron
encontrados; pero cadáveres y arrojados como perros en las afueras.»

Parecidos sucesos se produjeron en varios pueblos de la comarca de Vich. Esta


comarca es una de las más reaccionarias de Cataluña, debido a la tradicional
influencia del clericalismo. La CNT era la única organización liberal conocida en
aquel foco tradicionalista. Sus enemigos encontraron la mejor forma ele luchar
contra el pueblo juntándose a las unidades de guardias de Asalto y carabineros
que llevaban a Vich, Manlleu, Bisura de Ter, Montesquieu, La Farga de las
Llosas y otros pueblos, las consiguientes y precisas consignas de provocación.
El resultado fue un frente único de policías y requetés contra la CNT y sus
militantes. Los locales de esta organización fueron asaltados y destrozados sus
enseres. Tomados entre dos fuegos, los confederales tuvieron que abandonar
la comarca en masa tras una lucha desesperada que tenía en su contra todas
las des­ventajas.
Existe abundante bibliografía sobre los trágicos sucesos de mayo, en cuanto a
su aspecto episódico. Abundan también los documentos encaminados a
interpretar los motivos fundamentales de lo que se tuvo siempre por una vasta
maniobra de provocación. Juzgados los hechos superficialmente, parecían ser
el resultado lógico de las rivalidades políticas entre las organizaciones y los
partidos. La existencia de las checas comunistas, que tanto habían dado ya que
hablar, y otra clase de intervenciones misteriosas, hacían evidente la presencia
de un poder oculto, movedor de todos los hilos. Indudablemente, antes de
percibir -más bien por falta de pruebas materiales que por defecto de
perspicacia- los verdaderos contornos del poder oculto, se dieron algunos
pasos en falso, o más bien se llegó a conclusiones que, aunque evidentes,
adolecían de parciales o incompletas. Tal la interpretación de motivos que
daba un extenso manifiesto del Comité nacional de la CNT, que recogemos de
Solidaridad Obrera del 13 de junio de aquel mismo año. La aplicación de una
rigurosa y no menos parcial censura mutiló en gran parte este documento. El
rigor de la censura, junto con la campaña de desarme contra los confederales
de la retaguardia, fueron los más sonados trofeos del armisticio. A ellos podría
agregarse la disolución de las Patrullas de Control por la aplicación a rajatabla
de todo lo prescrito en el decreto de Orden público del 4 de marzo. Una nota
del gobierno de la Generalidad (18 de mayo) no se recataba en señalar: «Con
los nuevos medios de orden público serán ejecutados los anteriores decretos
del gobierno de Cataluña, publicados también ahora por el gobierno de la
República». Según la nota, estos decretos se referían, entre otras cosas, «a la
supresión de controles de carreteras, caminos, y al desarme de la
retaguardia». Efectivamente, pocos días antes, un decreto de Gobernación
(gobierno central) intimaba «a la entrega de armas largas, máquinas de guerra,
explosivos, gases», etc.

He aquí el manifiesto del Comité nacional. Los subrayados indican lo suprimido


por la censura.

« ANTE LA PERSISTENCIA DE LA CAMPAÑA DIFAMATORIA EN TORNO A


LOS SUCESOS DE BARCELONA, LA CNT SE DIRIGE A TODAS LAS
CONCIENCIAS HONRADAS DEL PAÍS.
En la Central Telefónica de la Plaza de Cataluña, de Barcelona, se
presentaron un buen día guardias y policías en gran cantidad,
mandados por Rodríguez Sala, comisario de Orden público. ¿Para qué?
Sencilla y llanamente: el PSUC y Estat Catalá que, como partidos, no
intervienen en Teléfonos, tenían necesidad de controlarlos para sus
fines conspirativos, y la CNT no se aviene a ello por darse cuenta de lo
que se tramaba en Teléfonos. Funcionaba desde que comenzó el
movimiento el Comité de Control UGT-CNT. Había, además, un
delegado del Consejo de la Generalidad que en representación del
gobierno asumía la responsabilidad de las comunicaciones telefónicas.
La actitud de Rodríguez Sala y Ayguadé, al mandar a la guardia, no era
legal; lo demuestra el hecho de que el Consejo de la Generalidad
reconoció la extralimitación del comisario y del consejero de Seguridad
interior. Acompañando al hecho de la Telefónica, aparecen los centros
de Estat Catalá y del PSUC con barricadas y fortificaciones. Aparecen
los fusiles en la calle y es ante estas demostraciones de guerra, cuando
algunos camaradas se aprestan a la defensa por suponer con muy buen
acierto, que se trata de dar la batalla a la CNT, siendo la incautación de
la Telefónica por el PSUC y Estat Catalá, la primera etapa del plan.

» ANTECEDENTES. Lo expuesto no aclararía las cosas, y como todo en la


vida tiene un origen, hay que buscarlo más lejanamente, en ciertos
antecedentes. Hay un largo proceso de batalla contra nuestro
movimiento en Cataluña. Los comunistas, Estat Catalá y algunos
emboscados trabajaban activamente para desprestigiarnos en las
regiones y en el extranjero. Lo que no saben todos, son las
coincidencias raras que acompañan estas actuaciones que culminan en
los sucesos de mayo.

» No todos saben, por ejemplo, que ya por Francia andaban


Casanovas, Lluhí Vallescá, Xicota Sancho, Polo, y Ventura y GassoI,
trabajando por la «independencia de Cataluña». Era un proceso de
preparación similar al que se realizó durante la dict3dura, pero con una
diferencia, que entonces el fascismo italiano intervenía como agente
provocador por medio de Garibaldi (37) y en esta ocasión Mussolini
cooperaba Por mediación de Dencás, el separatista agente provocador
de octubre en Cataluña. Y en diciembre tuvo lugar un complot que dio
por resultado el fusilamiento de Reverter, comisario de Orden Público,
y la huida de Casanovas, presidente del Parlamento por haberse
demostrado su complicidad en el golpe de Estado frustrado.

» Los separatistas, burgueses en fin de cuentas, no podían avenirse a


que el alzamiento fascista diera al proletariado el triunfo que los
despojara de sus bienes. Y en busca de una reposición entablaron
relaciones con Italia para provocar la lucha que diera lugar a la
intervención exterior y que facilitase el reconocimiento por algunas
potencias de la independencia de Cataluña al mismo tiempo que se
debilitaba el frente antifascista. A ello podían comprometerse cuantos
deseaban que las cosas queden poco menos como antes del 18 de
julio.

» En Francia se conspiraba para lograr un arreglo. Había complicadas


algunas personalidades. Un agente inteligente que estaba al servicio
del antifascismo español había descubierto conciliábulos. Se le
encargó, facilitándole medios, que siguiera las investigaciones hasta
recoger las pruebas irrefutables que dejaran al descubierto a los
traidores. Y, este agente, cuando se disponía a recoger las pruebas que
habrían de desenmascarar a muchos, fue asesinado en Barcelona. ¿Por
quién? Trabajaba para el gobierno de la República. Tuvo, pues, que ser
asesinado por los que conspiraban, que por algún medio estarían en
antecedentes de la importante misión de aquel agente. Recordemos
que Ayguadé era consejero de Seguridad interior. Que es de Estat
Catalá. Y que sobre él recaían sospechas fundadas de intervenir en el
complot.

» El 20 de abril, Comorera, líder del Partido Comunista de Cataluña,


estuvo en París. Entre otras personas visitó al secretario de Ventura y
Gassol y a un tal Castañer. ¿Quién es Castañer? La información nos
dice:

«Agente de policía de la Generalidad».


» Se han realizado averiguaciones que han comprobado que tiene
relación con un tal Vintró, secretario de Octavio Saltó, periodista al
servicio de los fascistas españoles.

También se le ha visto con otros personajes del fascismo que residen


en Biarritz y San Juan de Luz. Al propio tiempo mantiene relación
estrecha y asidua con elementos de Estat Catalá, muy especialmente
con Dencás y Casanovas. El primero visita a Castañer en su casa y el
segundo recibe la visita de éste.

» Polo, otro policía de la Generalidad, que fue hombre de confianza de


Badía, actúa en Francia bajo las órdenes del Vizcaíno, agente de
contraespionaje fascista, que opera a las órdenes de Beltrán y Musitu
(38).

» ¿Qué dicen estas mezcolanzas de elementos separatistas y fascistas?

¿No podemos encontrar ahí la raíz de ciertas provocaciones? Nosotros


estamos convencidos de que sí. Y tiene que estarlo quien examine las
cosas de forma objetiva. Añadamos a estas actividades que los
fascistas, para últimos de abril, preparaban una operación de
desembarco que abarcaba desde Almería hasta Rosas. Se trataba de
una operación de gran envergadura. No se realizó por no haber podido
adquirir el material

» Quedó aplazada para mediados de mayo, y si no ha tenido lugar


débese a cierto incidente que ocurrió y puso los planos en manos de la
policía de un país neutral. Añadamos también que a últimos de abril,
Estat Catalá concentraba en la frontera a los hombres armados que
tenía en Francia. Y, un antecedente, que el 12 de abril, la Gaceta de la
República publicaba una relación de oficiales, suboficiales, clases e
individuos de tropa de la Guardia nacional republicana que eran dados
de baja del cuerpo, sin perjuicio de que el resultado de la información
determinaría la aplicación de sanciones por desafectos con arreglo al
decreto del 21 de julio.
» Pues bien, un capitán, cuatro alféreces, 19 brigadas, cuatro tenientes,
18 sargentos, 25 cabos y 58 guardias de los incluidos en esta baja del
cuerpo, no fueron dados de baja tal como ordenaba el decreto de abril,
por complacencia o consentimiento del exconsejero de Seguridad
interior de la Generalidad, Artemio Ayguadé, habiendo actuado en los
sucesos de mayo al frente de la fuerza.

» Indicamos que por aquellos días se mandaron grandes contingentes a


la frontera y que el jefe de un núcleo importante de ellos, al llegar a
Figueras, en lugar de presentarse al Consejo municipal, fue
directamente al PSUC, demostrando a la opinión con esta sencilla
actitud que era una fuerza armada a disposición del Partido Comunista
y no al servicio del pueblo o del gobierno, que tiene que ser imparcial.
Todos estos detalles nos dicen con bastante claridad que los hechos de
Barcelona no fueron más que el incidente preparado, la chispa
rada ara producir el choque y que el incidente no proviene de la
CNT.

» ACTITUDES DURANTE LOS SUCESOS. La CNT desde el primer


momento, intervino para cortar la lucha en la calle. Este comité, junto
con la Ejecutiva nacional de la UGT, se desplazaron a Barcelona e
hicieron esfuerzos sobrehumanos para liquidar el conflicto. Buscamos
la solución. Se aceptó por todos, pero los comunistas se negaron a
aplicarla inmediatamente y dieron largas a la solución en espera de que
el gobierno de Valencia, no pudiendo aguantar más la situación,
procediera a la incautación del Orden público, como así ocurrió.

» Y cuando el jueves por la mañana, la CNT y la UGT habían dado la


orden de vuelta al trabajo y aparecía la ciudad en calma, se reprodujo
la batalla, porque mientras la CNT no luchaba, los separatistas y
comunistas detenían, cacheaban, rompían carnets, acosaban los
locales de la CNT, provocaban atacando, obligando a que se
estableciera de nuevo la defensa por parte de la CNT. Y cuando el
primer tranvía de la línea de Gracia bajaba hacia la Plaza de Cataluña,
fue tiroteado por los guardias y Estat Catalá, parapetados en las
barricadas de la calle de París y Diagonal, obligando a que por
prudencia no se normalizara la circulación de tranvías y autobuses. Y se
tirotearon los coches que salieron para arreglar las vías de tranvías
rotas.

» Cuando el viernes por la mañana cesaba el fuego, a la hora


convenida, desde los centros comunistas y catalanistas, se hacía fuego
para provocar de nuevo la lucha. Y el viernes por la noche, desde la
Comisaría de la calle de París, Estat Catalá y los guardias hicieron unos
setenta disparos contra el coche en que el secretario del Comité
nacional se desplazaba a Valencia, con el agravante de que viajaba en
un coche del Ministerio de Sanidad, por lo tanto, oficial, que bien
púdose suponer que iba en él la compañera Federica Montseny,
ministro de Sanidad. Este Comité nacional desplazó inmediatamente
delegados a todas las regionales para impedir que los sucesos de
Cataluña tuviesen repercusión en otras regiones. Al mismo tiempo
desplazó una delegación al frente de Aragón para impedir que se
abandonara el frente y se logró por parte de los elementos
confederales. Un hecho que nos interesa destacar es el asesinato del
anarquista estimado por todos los antifascistas del mundo, camarada
Berneri, el cual fue detenido en su casa por supuestos agentes al
servicio de Rodríguez Sala. ¿Por qué? Sospechamos que aún más por
ser anarquista, por saberse que poseía una extensa documentación
que demostraba, con pruebas, de forma irreductible, cómo Italia hacía
tiempo que preparaba el alzamiento fascista en España. Esta
documentación, que estaba a punto de ser puesta al servicio del
gobierno de la República, era por demás peligrosa.

» DESPUÉS DE LOS HECHOS. Es después de sofocado el movimiento,


cuando más canallesca es la conducta de los sectores que quieren
aplastar a la CNT y al anarquismo en Cataluña. En primer lugar,
semanas después, ha podido observar el transeúnte de Barcelona,
cómo en los centros de los comunistas y de Estat Catalá, seguían las
barricadas en pie provocativamente, mientras que las nuestras
desaparecieron el viernes. Una ola de sangre y terror ha asolado los
pueblos de Cataluña. El asesinato impune ha estado a la orden del día.
Y nuestro movimiento libertario ha callado, ha soportado. No por
cobardía, sino por disciplina y sentido de responsabilidad,
contemplando cómo segaban la vida de sus mejores militantes. Ha
soportado con estoicismo el asalto a las colectividades, a la obra
constructiva del proletariado.

» AHORA. Y después de esta conducta ejemplar, aún hablan los que si


vergüenza tuvieran se habrían fundido ellos mismos, para desaparecer
ante tanto crimen, ante tanta barbarie, ante tanta traición a la lucha
antifascista. Y todavía se permiten amenazar. Y aun pretenden echar,
con cinismo inusitado, las culpas sobre la CNT. Ya hemos dicho lo
suficiente para que cada cual juzgue, para que cada cual examine,
compare y decida por su propia cuenta. Véase con previsión que hay en
Cataluña una amalgama de intereses coincidentes contra nosotros.
Estat Catalá, los comunistas, la Esquerra, que persiguen intereses
diferentes, de carácter partidista. Pero todos coinciden, aunque de
distintos ángulos, al objetivo de exterminar a la CNT. Y coincide con
ellos, y les apoya de forma indirecta, Mussolini a través de Dencás. Y
conste, con precisión, que no cometemos la torpeza de confundir al
Partido Comunista con los fascistas.

Así afirmamos categóricamente nuestra convicción de que el Partido


Comunista no tiene el menor contacto con el fascismo. Pero no ocurre
lo mismo con los elementos de Estat Catalá. Y, al coincidir en la calle,
¿quién los maneja? No se nos escapa la responsabilidad de cuanto
hemos dicho; pero cuanto hemos consignado responde a realidades, y
nadie será capaz de desmentirlas porque quedaría inmediatamente
aplastado por el peso de los hechos y las pruebas, ya que se trata de
informaciones fidedignas del conocimiento exacto de las cosas.

» Ayguadé, Dencás, Mussolini, Casanovas, Lluhí Vallescá, Sancho


Xicota, Polo, Castañer... y otros que no nombramos, agrupados en un
siniestro plan de traiciones y de complot... ¡Ahí están los responsables
de los sucesos de Barcelona!
» Nadie diga que la CNT es la provocadora y un elemento disgregador,
traidor de la lucha antifascista. La CNT tiene la conciencia más limpia
que esos renacuajos que, incapaces de atraerse a las masas populares
con su actuación honrada, tienen que echar mano a procedimientos
bajos, a intrigas rufianescas y a todo un plan conspirativo de
aplastarnos. Pero a la CNT NO LA EXTERMINARÁN LOS TRAIDORES. A la
CNT sólo se la supera trabajando con más honradez, nobleza y
austeridad que ella. Y esto no son capaces de hacerlo los personajes de
la intriga catalana.

El Comité nacional.»

Valencia, junio de 1937.»

La anterior explicación de los hechos revela la verdad en parte, pero no toda la


verdad. Es cierto que un importante sector del catalanismo anduvo en
trapicheos encaminados a zafarse de la contienda mediante la separación de
Cataluña del resto de España y la puesta de aquélla bajo protectorado de
alguna potencia extranjera. Ciertos encopetados catalanistas evadidos
intrigaban desde Francia en este sentido. Otros, como Dencás, lo hacían desde
Roma, camelando la codicia del Duce. Eran éstos el ala extremista de Estat
Catalá, de mentalidad fascista. Puede, pues, que éstas fueran las razones de la
rabiosa intervención catalanista contra la CNT y la FAl. Su colaboración con el
estalinismo quizá no tuviese más alcance que el de contribuir a demoler a la
poderosa y odiada organización del proletariado que tantas veces había hecho
abortar sus propósitos separatistas. Estalinistas y separatistas se hallaban
alucinados por el mismo odio a un enemigo común, pero sus objetivos eran de
distinto color. La CNT estorbaba en unos sus trapicheos de separación (una
Cataluña separada bajo la protección de una potencia extranjera, democrática
o fascista); en los otros, el propósito de roer el hueso confederal para mejor
allanar el camino a otra potencia: la Rusia Soviética, cuyas ambiciones eran de
monopolio sobre toda España.

Repetimos que la exposición de motivos apuntada en el manifiesto del Comité


nacional confederal tiene sus visos de veracidad, pero no abarca todo el
problema. Los verdaderos designios de la conspiración, en cuanto a Rusia, sea
por falta de piezas de convicción, sea por razones políticas, quedaban
completamente velados. Estalinistas y separatistas se hicieron el juego
mutuamente y establecieron u n pacto tácito de camaradería de armas contra
el obstáculo más formidable que se oponía a sus apetitos; pero unos y otros,
por separado, se movían según motivos y planes diferentes.

Optamos, pues, por atenernos a la hipótesis de que razones de tipo político


aconsejaron al Comité nacional de la CNT pasar por alto, en la exposición de
motivos de los hechos de mayo, el importante y principal papel jugado por la
policía secreta de Stalin, o sea los verdaderos móviles de aquella provocación.
Repetimos, también, que quizás se careciese de pruebas irrebatibles que
permitiesen hilvanar las acusaciones de rigor. Incluso es posible que estas
pruebas fehacientes no llegasen nunca a poder de los comités confederales.
Ellas han sido brindadas más tarde por el general Krivitski, jefe que fue de los
servicios de información soviéticos en Europa occidental durante aquella
época.

En el primer volumen de esta obra (páginas 237, 238, 239 y 240) hemos hecho
conocer a nuestros lectores parte de las revelaciones de aquel general
relacionadas con la rapiña estaliniana sobre el oro español. Vamos a transcribir
ahora, de la obra de Krivitski Agent de Staline (París, 1940), la parte
relacionada con la provocación estalinista de los hechos de mayo (39).

Según Krivitski, la razón más poderosa que atrajo la mirada de Stalin hacia
España fue la necesidad de romper con el aislamiento diplomático de que era
objeto Rusia por parte de las potencias occidentales, democráticas y
totalitarias. La mayor codicia de Stalin era el establecimiento de un pacto con
Alemania, y en su defecto, con Francia o con Inglaterra. Todas sus gestiones en
este sentido habían fracasado cuando empezaron los hechos en España.
Consumada la intervención descarada de Italia y Alemania al lado de los
rebeldes, el gobierno de Largo Caballero, que había llamado inútilmente a
todas las puertas de los gobiernos de Europa, en petición de ayuda, puso sus
ojos en el Kremlin. Las tentadoras proposiciones del gobierno español, que se
comprometía a pagar con oro, y a precios liberales, los envíos de armas,
despertaron en Stalin una segunda codicia: hacerse con las cajas fuertes que
atesoraban el oro de la República. La estrategia diplomática era convertir en
títere del Kremlin al gobierno republicano triunfante en España, para mejor
obligar a las potencias europeas a romper, con respecto a Rusia, el asfixiante
cinturón sanitario. Pero, desde el principio, se propuso conseguir en España lo
más posible, sin apenas arriesgar nada. Consecuencia de esta política fue la
ayuda estalinista, que revistió la forma del clásico caballo de Troya:

«Toda la España leal vio que una ayuda tangible venía ahora de la
URSS. Los republicanos, los socialistas, los anarquistas y los sindicalistas
no tenían otra cosa que teorías e ideales que ofrecer. Los comunistas
proporcionaban cañones y aviones para combatir a Franco. El prestigio
soviético era apoteósico. Los comunistas, triunfantes, sacaron el mejor
partido.» (40)

Con los primeros cañones llegados a España, y pagados con largueza por el
tesoro español, llegaron también los emisarios encargados de la organización
de la policía secreta (OGPU) y «voluntarios» de las Brigadas Internacionales.

« Si Stalin quería dominar a España, a la cual empezaba a ayudar


proporcionándole armas, debía organizar y dirigir esa afluencia de
cruzados convirtiéndola en un bloque estaliniano [...]

» En todos los países extranjeros, comprendida la Gran Bretaña, el


reclutamiento para la Brigada Internacional estaba organizado por los
partidos comunistas locales y sus filiales. Algunos grupos
independientes de extrema izquierda trataron de constituir sus
columnas. Pero la mayoría eran enrolados por los comunistas y
proporcionada por los simpatizantes, por esos hombres que, la mayoría
de las veces, ignoran la vigilancia ejercida sobre ellos, y a distancia, por
los comunistas.» (41)

***

« Mientras esta Brigada Internacional -el Ejército del Kominterntomaba


posiciones en el frente, las unidades puramente rusas del Ejército Rojo
llegaban tranquilamente e instalaban sus cuarteles en la retaguardia.
Este contingente militar soviético no pasó nunca de dos mil hombres, y
sólo los pilotos y los tanquistas efectuaron un servicio activo. La mayor
parte de los rusos eran técnicos: oficiales de estado mayor, instructores
militares, ingenieros, especialistas de las industrias de guerra,
químicos, mecánicos de aviación y de radio y expertos en artillería.
Estos elementos del ejército rojo eran mantenidos al margen de todo
contacto con los civiles españoles, siempre que fuese posible. Se
hallaban alojados aparte y les era prohibido adherirse a los grupos
políticos españoles. La OGPU les vigilaba constantemente, pues se
trataba de mantener en secreto su presencia en España y de impedir
que fueran corrompidos por los herejes.» (42)

Pero esta serie de medidas y de precauciones no era suficiente. Había que


influir hasta ganar la conciencia de algunos figurones políticos españoles y
limpiar el campo de la enojosa presencia de los incorruptibles:

« En mis conversaciones de noviembre con Stachevski, en Barcelona,


los proyectos de Stalin en España habían sido ya abordados. Stachevski
no me había ocultado que Juan Negrín era el futuro jefe del gobierno
de Madrid. En aquel momento Caballero era universalmente
considerado como el favorito del Kremlin. Pero Stachevski había ya
escogido a Negrín como sucesor de aquel. Caballero era un radical, u n
revolucionario idealista. Sin embargo, no había favorecido la actividad
de la OG PU, que bajo la dirección de Orlov, había emprendido en
España, como en Rusia, una gran depuración de todos los disidentes,
independientes y antiestalinistas, que el partido calificaba en bloque de
«trotsquistas». (43)

« La OGPU había hecho buen trabajo. Desde el mes de diciembre ele


1936, el terror reinó en Madrid, en Barcelona y en Valencia. La OGPU
tenía sus prisiones particulares. Sus destacamentos perpetraban
asesinatos y secuestros. Se mantenían repletas las mazmorras y se
realizaban raids de aviación. Se hacía, claro está, a espaldas del
gobierno leal. El ministro de Justicia no tenía autoridad sobre la OGPU,
la cual formaba un Estado dentro de otro Estado. Fue una potencia
ante la cual temblaban incluso ciertos altos funcionarios del gobierno
de Caballero. La URSS parecía tratar a España como si se tratase de una
colonia soviética.» (44)

Según Krivitski, el 19 de julio de 1936 la influencia de la Komintern era ínfima


en España, pues el número de afiliados al Partido Comunista español no
pasaba de 3 000. Sin embargo, el efecto psicológico de la ayuda soviética y los
tan bombeados éxitos de la Brigada Internacional empezaron a dar sus frutos:

« Los espléndidos éxitos de la Brigada Internacional y la ayuda material


recibida de la Unión Soviética, aumentaron los efectivos del Partido
Comunista español en tales proporciones que el número de sus
miembros, en enero de 1937, pasaba de 200 000. La defensa de Madrid
había aumentado enormemente el prestigio de la URSS. Se había
llegado al final de la primera etapa de la intervención estalinista.» (45)

Otra de las tácticas preferidas por el estalinismo consistía en sembrar la


discordia en las filas de los partidos y organizaciones. El propio Partido
Socialista fue uno de los campos preferidos para esta siembra de discordias y
de infiltraciones:

« El trabajo de la OGPU en territorio español provocó una escisión


entre los antifascistas de la República. Caballero y sus amigos
empezaron a comprobar las consecuencias de su alianza con el Partido
Comunista en el «frente único». Caballero sentía repugnancia por el
terror soviético que disgregaba a su propio partido y abatía a sus
propios aliados. El gobierno autónomo de Cataluña, que resistió
enérgicamente a la depuración de la OGPU, tenía la simpatía del
presidente del Consejo. Una crisis interior se preparaba en España.
Desde Moscú, donde se manejaban los asuntos interiores de España, vi
yo desarrollarse la crisis y llegar a su punto culminante.» (46)

He aquí cómo explica Krivitski los entretelones de la gran provocación


que dio lugar a los hechos sangrientos de mayo:
« En abril de 1937, Stachevski llegó a Moscú para informar a Stalin
sobre la situación de España. Aunque estaliniano convencido y de una
ortodoxia rigurosa, estimaba que la conducta de la OGPU en territorio
republicano era errónea. Stachevski, como el general Berzini,
reprobaba los brutales métodos coloniales empleados por los rusos en
España A probaba la forma de proceder de la OGPU con respecto a los
disidentes o «trotsquistas» en la URSS, pero opinaba que la OGPU
debía respetar a los partidos políticos regulares de España. Hizo
comprender prudentemente a Stalin la necesidad de un cambio en la
política de la OGPU en España. El «gran patrón» fingió ser de su
opinión y Stachevski salió del Kremlin muy satisfecho.

» Más tarde, en el curso de una entrevista con el mariscal Tujachevski,


llamó a éste la atención sobre la actitud vergonzosa de los agentes
soviéticos en España. Esta entrevista hizo mucho ruido en nuestros
medios, pero la posición de Tujachevski era ya muy débil. El mariscal
estaba de acuerdo en frenar a quienes se conducían en España como
en país conquistado, pero carecía de la suficiente autoridad para
hacerse obedecer. Tuve yo entonces bastantes conversaciones con
Tukhachevski. Este esperaba la caída de Largo Caballero y la subida al
poder de Negrín, hombre que él mismo había puesto de relieve. El
mariscal decía frecuentemente:

» -Estamos en vísperas de grandes batallas en España.

» La cosa estaba clara para los que, como nosotros, comprendíamos la


política de Stalin. Este había consolidado sus éxitos en la esperanza de
situar a España bajo la dependencia del Kremlin, y estaba presto para
un nuevo asalto. La Komintem desapareció completamente de la
escena. Berzini tenía en su mano la dirección del ejército republicano
(47). Stachevski había conseguido transferir a Moscú la mayor parte del
oro del Banco de España. La máquina de la OGPU funcionaba a toda
presión. La empresa había funcionado según las instrucciones de Stalin:
«Mantenerse fuera del alcance de la artillería». Por nuestra parte,
habíamos sorteado los riesgos de una guerra internacional y Stalin
parecía estar cercano a conseguir sus propósitos.

» El solo obstáculo serio era Cataluña. Los catalanes eran


antiestalinistas y eran a la vez los principales sostenedores de Largo
Caballero. Para dominar la situación, Stalin debía someter a Cataluña
bajo su ley y derrocar a Caballero. Era lo que se desprendía del informe
de uno de los jefes del grupo anarquista de París, el cual era un agente
secreto de la OGPU. Este había sido enviado a Barcelona donde, en
tanto que anarquista destacado, gozaba de la confianza de los
anarcosindicalistas del gobierno autónomo. Tenía por misión proceder
como provocador e iniciar a los catalanes a actividades imprudentes
que justificasen la intervención del ejército para reprimir la revuelta.

» Su informe constaba al menos de treinta páginas. Como todos


nuestros informes secretos había sido transmitido bajo forma de
minúsculos rollos de película fotográfica. En Moscú, un servicio
especial poseía los más perfeccionados aparatos americanos para
revelar dichos rollos. El agente daba detalles sobre sus entrevistas con
los diferentes jefes de partido que tenían su confianza, y también sobre
las medidas que había tomado para hacerles actuar en el sentido
deseado por la OGPU. El agente estaba convencido de que muy pronto
se producirían incidentes en Barcelona.

» Igualmente leí otro informe procedente de José Díaz, líder del Partido
Comunista español, dirigido a Dimitrov, presidente del Komintern.
Dimitrov lo transmitió inmediatamente al cuartel general de la OGPU,
pues sabía desde largo tiempo que era su verdadero amo. Díaz
presentaba a Caballero como un so11ador aficionado a las frases, que
no sería nunca un aliado sincero de los estalinistas. Loaba a Negrín.
Describía el trabajo que los comunistas llevaban a cabo en las filas
socialistas y anarcosindicalistas para minar su potencia interior. Estos
informes daban a entender completamente que la OGPU conspiraba
para aplastar a los elementos «irreductibles» de Barcelona a fin de i m
poner la autoridad de Stalin.
» El 2 de mayo de 1937, Sloutski me telefoneó al Hotel Savoy
ordenándome que me encontrase con un importante comunista
español llamado García. Era éste el jefe del servicio secreto del
gobierno republicano que tenía entonces su sede en Valencia. Había
sido enviado a Moscú para asistir a los festejos del 1.º de mayo. A
causa del mucho trabajo que daba la depuración, el telegrama
anunciando su llegada había sido olvidado. Nadie acudió a esperarle y
se hallaba solo en el hotel «Nuevo Moscú». Sloutski me rogó reparar la
negligencia de la mejor manera posible. Junto con un camarada fuí a
ver a García. Era éste un hombre robusto y de una treintena de años.
Me dijo que su amigo Orlov, jefe de la OGPU de España, le había
facilitado unas breves vacaciones en la capital soviética.

» -Yo estoy satisfecho del viaje -me dijo- pero nadie vino a mi
encuentro y no he podido obtener el salvoconducto para penetrar en la

Plaza Roja. Todo lo que he podido ver del desfile han sido los juegos de
agua desde esta ventana.

» Dimos nuestras excusas al camarada García y le invitamos a comer en


el «Savoy». Advirtió éste que los obreros soviéticos de la calle ofrecían
peor aspecto que los obreros españoles, incluso en plena guerra civil.
Comprobó también que el 2bastecimiento era insuficiente y me
preguntó por qué el gobierno soviético no había conseguido elevar el
nivel de vida de las masas. Cuando volví a encontrarme con Sloutski,
dije a éste:

» -¡Vaya idea que habéis tenido de mandarnos a este español!

» -Orlov ha querido quitárselo de encima -contestó aquél.

» Yo había leído los informes. No tenía, pues, necesidad de preguntar


cuanto Orlov se proponía realizar en mayo.

» Las noticias de Barcelona fueron sensacionales en el mundo. Los


periódicos aparecían con títulos enormes: «¡Revuelta anarquista en
Barcelona!» Los corresponsales hablaban de una conspiración contra
Stalin en la capital de Cataluña, de una batalla para apoderarse de la
Central Telefónica, de combates en las calles, de barricadas, de
ejecuciones. Hasta aquellos momentos, las jornadas de mayo en
Barcelona parecían más bien una lucha fratricida entre antifascistas,
aprovechada por Franco para atacar. Según la versión oficial, los
revolucionarios catalanes trataban traidoramente de apoderarse del
poder en el momento en que todas las energías eran necesarias para
resistir al fascismo. Otra versión de la tragedia de Barcelona, dada a la
prensa y difundida por todo el mundo, era decir que se trataba de una
«revuelta» de los elementos irreductibles unidos a los elementos
extremistas del movimiento anarquista con objeto de provocar
desórdenes en provecho de los enemigos de la República.

» El hecho es que en Cataluña la gran mayoría de los obreros eran


antiestalinistas resueltos. Stalin sabía que un conflicto era inevitable,
pero sabía también que las fuerzas de la oposición estaban divididas y
podían ser aplastadas con una acción rápida y enérgica. La OGPU atizó
el fuego y lanzó, unos contra otros, a sindicalistas, anarquistas y
socialistas. Tras cinco días de carnicería, durante los cuales perecieron
quinientas personas y hubo un millar de heridos, Cataluña se convirtió
en el garito donde se jugaba la suerte de Largo Caballero. Los
comunistas españoles, conducidos por Díaz, reclamaban la supresión
de todos los partidos y sindicatos antiestalinistas de Cataluña; el
control de la OGPU sobre la radio, sobre los locales de reunión, la total
supresión de todas las agrupaciones antiestalinistas en el territorio de
la República. Largo Caballero se opuso a estas exigencias y fue obligado
a presentar su dimisión el día 15 de mayo. El doctor Juan Negrín se
convirtió en el jefe del nuevo gobierno, de acuerdo con las previstas
decisiones de Stachevski. Este gobierno fue saludado como el de la
«victoria». Negrín se mantuvo en el poder hasta el hundimiento de la
resistencia republicana ocurrida en marzo de 1939.» (48)

La CNT encajó la primera y más grave de sus crisis por falta de tacto
político y hasta por ausencia de política alguna. Lo cual era en extremo
desconcertante dada su decisión de intervenir en la responsabilidad de
los gobiernos y en los torneos de la política. No faltó, sin embargo, un
deseo, en los medios oficiales de la CNT y de la FAI de articular una
política con todas sus consecuencias. La elaboración de una política
realista tuvo su más alta expresión en una Conferencia de toda la
Prensa confederal y anarquista que, bajo los auspicios del Comité
nacional de la CNT, tuvo lugar el 28 de marzo de 1937 en la «Casa CNT-
FAI» de Barcelona. Su objeto principal era la subordinación de todos los
órganos de expresión del anarcosindicalismo al dirigismo de los
Comités nacionales. Había que suprimir ciertas disonancias y la libertad
de crítica de algunos periódicos, que se habían erigido en vestales de
los principios y en francotiradores al acecho de las debilidades de los
comités y de los ministros confederales. Los resultados de esta
conferencia fueron el mejor síntoma de las mal fundadas ilusiones en
una quimérica disciplina confederal. Aunque la Conferencia satisfizo en
gran parte los proyectos a ella encomendados, la fórmula dirigista tuvo
que ser adoptada por mayoría, menguada victoria si se tiene en cuenta
que las minorías reiteraron al final de las sesiones su propósito de
insubordinación. La violenta respuesta de los confederados a las
provocaciones que dieron lugar a los hechos de mayo, representa
igualmente un desbordamiento de las consignas de los comités. Estos
no hubieran afrontado nunca una lucha en el terreno violento. Y si
lograron al fin imponerse, fue a base de mares de sudores.

La CNT fue en todas las etapas de la lucha española la víctima


propiciatoria de las maniobras políticas. Todos los partidos supieron
urdir maniobras que visaban a minar su influencia y a destruirla. Sin
embargo, de haber sabido aprovechar todos los recursos de tipo
político que se le ofrecían, dada su riqueza en elementos militantes,
dada su indestructible posición, dada la sólida y bien nutrida
potencialidad de sus organizaciones, nada ficticia, como era el caso de
la mayoría de los partidos, habría podido aspirar muy bien al relevante
papel de árbitro de la situación en Cataluña. El sostén que supo
agenciarse allí el comunismo -partido sin historia y ya desacreditado
ante el pueblo-, halagando el conservadurismo de los partidos
burgueses, era perfectamente asequible para la CNT, sin necesidad de
halagos. Bastaba, para lograrlo, una eficiente presión de los sindicatos
en el terreno económico, sincronizada con una gestión política
inteligente encaminada al aislamiento del partido estalinista. Hay que
reconocer que este partido había sabido adquirir una posición
formidable avivando los aletargados instintos de la pequeña burguesía,
pero él mismo ofrecía muchos pun tos vulnerables a la crítica de sus
adversarios, que no supieron o no quisieron aprovecha r los
confederales por atenerse al peor de los oportunismos políticos. El
Partido Comunista, por su calidad de partido al servicio de una
potencia extranjera, y por los escandalosos procedimientos, terroristas
y totalitarios, que empleaba, permitía a la CNT articular, primero, y
desencadenar, después, movimientos de opinión y de los partidos,
decisivos políticamente. Ello, claro está, representaba tanto como
situarse enfrente de una potencia cuyo concurso se consideraba
providencial para la victoria de las armas leales. Pero teniendo en
cuenta que lo que estaba en juego era una cuestión de vida o muerte, y
que en realidad si no se hizo no se dejó tampoco de hacer, una actitud
resuelta en este sentido hubiera sido la mejor política aun dentro de
los límites del oportunismo.

Pero para esto, que implicaba tomar la delantera a los satélites de


Moscú en el juego de las alianzas, y que hubieran conducido al
aislamiento de este adversario, era necesaria una política a la vieja
usanza, para la cual, moral y psicológicamente, la CNT no estaba
preparada. No se cambia la mentalidad de todo un movimiento por la
simple resolución de intervenir en política. Lo prueba la propia
impotencia de adaptación política de la CNT durante toda la guerra. Y
lo más trágico para ella fue esa situación confusa de no poder hacer
política ni querer dejar de hacerla. El resultado fue siempre una falta
de agilidad en las resoluciones, casi siempre tardías. En la mayoría de
los casos predominaba la confusión y la duda. El constante recurso a la
lealtad antifascista, al sacrificio y a la transigencia, era el mejor
exponente de su impotencia política.
Descartadas, pues, estas posibilidades, dependientes siempre de una
agilidad de maniobra, imposible dada la mentalidad de los
confederales, no quedaba otro recurso que renunciar a la política y
atraer al enemigo hacia el propio y experimentado terreno confederal
de lucha. La poderosa influencia popular, industrial, económica,
sindical y hasta militar de la CNT, hubiera podido compensar con creces
las desventajas de su insuficiencia política. Una maniobra ágil en este
sentido, seguida de un cambio de frente hacia la oposición, hubiese
hecho de la CNT una organización respetada y temida. El panorama
internacional, la marcha desastrosa de la guerra, sin responsabilidad de
gobierno por su parte, y la vuelta al propio terreno táctico y
estratégico, no habrían podido menos que favorecer las posiciones del
anarcosindicalismo. Repetimos que al no hacerse esto ni lo contrario, la
CNT quedó emplazada en terreno ajeno y resbaladizo, siempre a
merced de los golpes del enemigo. O política con todas las
consecuencias, o repliegue inmediato a las posiciones primitivas. Este
era el dilema. Ya hemos visto la imposibilidad de lo primero. No se
quiso tampoco recurrir a lo segundo. Y la peor de las resoluciones es no
tomar ninguna. Esta posición confusa, suicida, no salvó a la CNT de
tener que debatirse entre dos fuegos: el de la propia oposición
confedera], representada por ciertos grupos y periódicos, por las
colectividades, por los sindicatos y por los municipios, y el fuego
graneado de todos los partidos adversarios. Situación difícil, que
neutralizó la mayor parte de sus posibilidades y esfuerzos. Y hay que
agradecer a las propias conveniencias circunstanciales de los partidos y
de los gobiernos -cifradas en la situación desastrosa de los frentes- la
conservación de ciertas posiciones en el dominio económico, milagro
que a fin de cuentas hay que apuntar también en el activo de los
sindicatos. La fiera actitud de éstos en no dejarse arrebatar sin lucha
unas conquistas convertidas en la razón de su existencia, puso freno
constantemente a las apetencias gubernamentales. No hay que
desestimar, sin embargo, el hecho de que los acontecimientos
diplomáticos y militares trabajaron siempre a favor de ciertas
tolerancias gubernamentales. Cualquier empeño ciego en atacar
aquellas conquistas hubiera representado aceptar las consecuencias de
una guerra civil en la retaguardia, ante la cual ni los efectivos
sindicales, ni los milicianos confederales que luchaban en los frentes,
se hubieran cruzado de brazos. La aventura, en el peor de los casos,
hubiera implicado un desplome de los frentes.
XXII

LA CRISIS DEL GOBIERNO LARGO CABALLERO

Restablecida la normalidad en Barcelona, se dio solución a la cns1s de la


Generalidad con la formación de un gobierno a base de un representante de la
CNT (Valerio Mas), uno de la UGT (Vidiella) y uno de la Esquerra Republicana
de Cataluña. Cada consejero se hizo cargo de varios departamentos o carteras.
Dionisio Eroles, destituido de la jefatura de los servicios de Orden público,
pasó a ocupar el cargo de secretario general interino de la Confederación
regional del Trabajo de Cataluña, que dejó vacante Valerio Mas. El día 11, la
Gaceta publicaba el nombramiento oficial de José Echevarría Novoa como
delegado del gobierno central del Orden público de Cataluña; el de Emilio
Torres Iglesias como Jefe superior de Policía y el de J. M. Díaz Ceballos como
Comisario general de Seguridad de Barcelona. Las conferencias telefónicas
interurbanas continuaban suspendidas y la censura de prensa era rigurosa. Los
tribunales estaban atareadísimos con la discriminación de responsabilidades
por los últimos sucesos. En consecuencia, seguían detenidos como presos
gubernativos gran cantidad de militantes confederales. La Esquerra y los
comunistas iniciaban una intensa campaña por la municipalización de los
transportes urbanos. Es decir, reclamaban la destrucción de la Colectividad de
Tranvías, Metro y Autobuses. La campaña de desarme de la retaguardia estaba
en pleno auge. El día 13 de mayo se había publicado el siguiente bando del
ministerio de la Gobernación:

« Ángel Galarza Gago, ministro de la Gobernación de la República


española, hago saber que en cumplimiento del Decreto cid 17 de
octubre de 1936, publicado en la Gaceta del 18 de igual mes y año,
actualmente: convalidado con el carácter de ley por la del 19 de
diciembre de.: 1936, y haciendo uso de las facultades que en la misma
se me confieren, en relación con el Código de Justicia militar y demás
disposiciones de pertinente aplicación, QUEDA SOMETIDO TODO EL
TERRITORIO NACIONAL QUE PERMANECE LEAL AL GOBIERNO
LEGÍTIMO DE LA REPÚBLICA Y AQUEL QUE SEA RECONQUISTADO POR
LAS FUERZAS DEL EJÉRCITO POPULAR, A LO EXPRESADO EN ESTE
BANDO. No siendo tolerable que en poder de ciudadanos que no
forman parte del Ejército popular de la República y en poder de
organizaciones que no estén bajo la jurisdicción del ministro de la
Guerra, existan armas y máquinas de guerra necesarias e
indispensables a nuestro Ejército, y que se empleen o puedan
emplearse para apoyar los disturbios y el desorden público en la
retaguardia, para atacar a las instituciones legítimas de la República y
para tratar de resolver en forma cruenta las diferencias ideológicas que
existen entre partidos políticos y organizaciones sindicales, es preciso
proceder a la entrega de todas las armas de esa naturaleza, para que
sean exclusivamente utilizadas por las fuerzas regulares del Ministerio
de la Guerra en la vanguardia de la lucha con los que se rebelaron
contra el poder legítimo de la República, se ordena la recogida de
armas largas, máquinas de guerra y explosivos por el ministro de la
Gobernación, en aquella parte del territorio en el que ejerce
jurisdicción. Es notorio que la medida debe ser inmediatamente
aplicada a aquella región en la que el expresado ministerio es ahora
responsable del mantenimiento del orden público; pero no todos los
ciudadanos cumplieron las órdenes de las autoridades gubernativas, y
con ello se favorecen los designios del enemigo, impotente para vencer
en la guerra, pero hábil para intentar provocar disturbios en la
retaguardia, es llegado el momento de que quienes se obstinan en
retener las armas que son necesarias a nuestro Ejército, sean
considerados como colaboradores directos de los elementos facciosos
que luchan contra el gobierno legítimo de la República. Por ello,

» ORDENO Y MANDO:

» Artículo 1.º Será castigado como acto de adhesión a la rebelión


militar y castigado con las penas que señala el Código de Justicia
militar: la tenencia de armas largas, máquinas de guerra, explosivos,
materias incendiarias, gases lacrimógenos o asfixiantes o cualquier otro
medio o artificio capaz de producir graves daños.
» Art. 2.º A los efectos de la comisión del delito señalado en el artículo
anterior, se reputarán autores:

» 1.º Los que, sin constituir fuerza del Ejército o de los demás cuerpos
armados del Estado, lleven una o varias armas largas, uno o varios
explosivos, materias incendiarias, gases lacrimógenos o asfixiantes,
máquinas de guerra, o conduzcan algún vehículo, blindado o no, en el
cual se haya instalado ametralladoras o cañones; o si fueran blindados,
que sus ocupantes lleven alguna o algunas armas largas.

» 2.º Los que posean en la casa en que habitan o en alguna de sus


dependencias, unidas a aquélla directamente, patios, corrales, huertas,
alguna o algunas de las armas o máquinas de guerra que se señalan en
el artículo primero.

» 3.º Los que resulten propietarios, incautadores, inquilinos o


arrendatarios de cualquier local o finca rural en la que se encuentren
alguna o algunas de las armas mencionadas.

» 4.º Las juntas directivas, comités o responsables de aquellas


organizaciones políticas o sindicales en cuyo domicilio oficial se
encuentren armas de las indicadas, cuya pertenencia no se pudiese
vincular en alguno de los asociados o de los habitantes del edificio.

» Art. 3.º Serán considerados como delitos de auxilio a la rebelión y


sancionados con las penas que establece para ello el Código de Justicia
militar:

» 1.º Las omisiones en que incurrieren los funcionarios públicos,


corporaciones y agentes de la autoridad, al no ejecutar con la debida
diligencia y celo las órdenes para el desarme emanadas de este
ministerio, con arreglo a las instrucciones que con igual fecha se
publican como orden al ministerio en la Gaceta de la República.

» 2.º Los actos realizados por funcionarios públicos o agentes de la


autoridad de entregar alguna o algunas de las armas recogidas a
personas o entidades de carácter particular o el acto de hacer el
depósito de las armas recogidas en lugar distinto de aquel que se
señale con arreglo a las instrucciones mencionadas.

» Art. 4.º Los reos de los delitos comprendidos en este Bando serán
entregados a los Juzgados de guardia, en donde los hubiere
establecidos o a los de urgencia o a aquellos otros a los que se hubiere
atribuido competencia para juzgar esta clase de delitos, y quedarán
ante ellos sometidos a juicio sumarísimo, con arreglo al Código de
Justicia militar.

» Artículo adicional. Transcurridas veinticuatro horas de plazo que para


entrega voluntaria de las armas se concede en las instrucciones antes
mencionadas, podrán aplicarse, en los casos en que así proceda, las
penas establecidas en el Código de Justicia militar. Valencia, 13 de
mayo de 1937.»

Por si el anterior bando no fuese una prueba fidedigna de la rev1v1scencia de


los mejores y más característicos documentos castrenses, véase la Orden que
lo acompañaba de la misma fecha:

« MINISTERIO DE LA GOBERNACIÓN. ORDEN. Con esta misma fecha se


dicta, en virtud de las atribuciones concedidas al ministro de la
Gobernación, por la ley del 19 de diciembre de 1936, un bando en el
que se define el delito de tenencia de determinada clase de armas,
como incurso en determinados artículos del Código de Justicia militar, y
se señala el procedimiento para juzgar a sus autores. La necesidad
imperiosa del desarme de toda la retaguardia, aconseja que las
instrucciones que el ministro de la Gobernación dé a los directores
generales de Seguridad, a los gobernadores civiles y a los delegados del
gobierno en diferentes regiones, tengan carácter público para que ni
las autoridades ni los ciudadanos puedan alegar ignorancia de las
mismas. Por ello vengo en dictar la siguiente Orden:

» Artículo 1.º A contar de la fecha de la publicación de esta Orden en la


Gaceta de la República, se concede un plazo de 72 horas, para que
todos los ciudadanos, partidos políticos o sindicales, comités, consejos
municipales y cualquier clase de asociaciones o entidades que
poseyeren armas largas, las entreguen en Valencia, en la Dirección
general de Seguridad, en Barcelona, en el local donde está instalada la
Delegación de Orden público del gobierno central; y en las demás
regiones, en el local que designe el gobernador civil o el delegado
nacional.

» Art. 2.º Para este efecto se considerarán armas largas, los fusiles,
mosquetones, rifles, carabinas y todas aquellas otras armas de cañón
rayado que no estén incluidas entre las armas cortas. Se considerarán
también como armas largas las ametralladoras, fusiles o pistolas
lanzallamas, los morteros y los cañones.

» Art. 3.º Se hará también entrega en la forma señalada en el artículo


primero, de toda clase de explosivos, pólvora, dinamita, trilita, etc.,
bombas de mano, coches o carros blindados, motocicletas blindadas,
líquidos inflamables, gases lacrimógenos o asfixiantes, y en general,
cualquier otro medio o artificio capaz de producir graves daños.

» Art. 4.º Las autoridades mencionadas en el artículo primero se


pondrán, dentro de las veinticuatro horas siguientes a la publicación de
estas instrucciones en la Gaceta de la República, de acuerdo con la
autoridad militar superior que exista en la capital en donde la
autoridad civil ejerza su mando, para que aquélla designe un local que,
estando bajo su jurisdicción, sea destinado a depositar todas las armas
que en esta forma, durante las 72 horas sean entregadas, y las que
posteriormente sean recogidas. Las autoridades civiles indicadas,
diariamente y con las formalidades que después se señalan, ordenarán
el traslado de las armas entregadas o recogidas desde los locales en
que se hubieren depositado, a aquel otro designado por la autoridad
militar, sin que, por ningún pretexto o razón, pueda demorarse esta
entrega.

» Art. 5.º Cada ciudadano, al hacer entrega de las armas, podrá exigi r
un documento que lleve el sello del centro en donde las deposita, y en
el que se haga constar el nombre y apellido de quien efectúa la
entrega, así como la clase de arma, con número, marca y calibre. Ese
documento no se extenderá si no es a petición del interesado; pero,
diariamente, de todas las armas entregadas o recogidas, se hará una
relación por duplicado, en la que constará la clase de armas, número y
calibre. Una de estas relaciones acompañará el traslado de armas para
su entrega a la autoridad civil, como justificante de haber efectuado
dicha entrega, quedando otra relación en poder de la autoridad militar.

» Art. 6.º Una vez transcurridas las setenta y dos horas de plazo
voluntario para la entrega de las armas, las autoridades competentes
del Ministerio de la Gobernación y los agentes de la autoridad,
ordenarán que se practiquen los registros que crean necesarios para la
busca y retirada de armas. Para estos registros se entregará a los
agentes encargados de realizarlos un documento en el que se haga
constar la finalidad del registro, el local en donde ha de efectuarse y la
fecha en que se ha de realizar. Un duplicado de este documento
quedará en poder de la persona responsable del mismo, si se tratase
del local de algún partido, sindicato u otra entidad o asociación. Si se
encontrasen armas en el registro, serán en el acto detenidos todos los
que se encontraren en el local y que se reputasen tenedores de dichas
armas y entregados, antes de un plazo de doce horas, a la autoridad
judicial competente, para que sean juzgados con arreglo al Bando de
esta misma fecha. Si en el local o lugar donde se practicara el registro
no se encontrara nadie, se harán las averiguaciones precisas para llegar
a conocimiento de quiénes puedan ser los que allí depositaron las
armas, y una vez conocidos estos datos, se procederá a su busca y
captura y entrega a la autoridad judicial, para que ésta proceda en
consecuencia.

» Art. 7.º Toda persona que sea sorprendida circulando con arma larga
o con explosivos, o con algunas de las máquinas de guerra señaladas en
el bando y en estas instrucciones, será en el acto detenida y puesta a la
disposición del tribunal competente. Se señalará el arma o máquina de
guerra que se hubiera encontrado en su poder, que pasará a la
autoridad militar anteriormente indicada, y una copia del acta al
tribunal correspondiente, por si éste reclamara, como pieza de
convicción, el arma o máquina de guerra, que en este caso se pondría,
por los agentes de la autoridad, a su disposición. El acta en que se haga
constar el arma de que era portador el detenido, será firmada por éste,
y si se negara, se le conducirá al juzgado de guardia con el arma en
cuestión, para que en la secretaría, y bajo la fe del secretario, se
levante acta.

» Art. 8.º Si el portador de alguna arma larga alegara pertenecer a


alguna unidad armada de las dependientes del Estado, pero no pudiese
demostrarlo en el acto, o por no llevar uniforme o por carecer de los
documentos que acreditaren su alegación, le será recogida el arma y se
le entregará un recibo de la misma y el arma será entregada a la
autoridad militar con una indicación escrita de la alegación hecha por
su poseedor. Si éste resultara no pertenecer a la organización oficial
armada que hubiere alegado, será detenido y puesto a la disposición
del tribunal competente.

» Art. 9.º Se concederá un plazo que terminará el día 22 de mayo para


que todos aquellos que poseen licencia de uso de arma corta,
extendida por los partidos políticos o sindicales y cuya fecha sea
anterior al 1.º de abril de 1937, canjeen esta licencia por una licencia
gratuita concedida por la autoridad gubernativa correspondiente. La
licencia gratuita tendrá como plazo de duración el de tres meses a
partir del 13 de mayo de 1937. Para tener derecho a este canje de
licencias, será preciso presentar, con la licencia del partido político o
sindical, el carnet que acredite pertenecer al partido o sindical que la
concedió y que la fecha en que esté extendido el carnet político o
sindical sea anterior al 19 de julio de 1936.

» Art. 10.° No se podrá retirar el arma corta a quien lleve licencia


concedida por el partido político o sindical hasta el 22 de mayo. A
partir de dicho día será preciso poseer la licencia concedida por la
autoridad competente y serán retiradas todas las armas cortas a los
que no acompañen la expresada licencia y sus poseedores entregados
al juzgado para que les sean exigidas las responsabilidades que hubiere
lugar.
» Art. 11.º Queda terminantemente prohibido a las autoridades y
agentes de la autoridad el privar de armas cortas a quienes tuvieran la
licencia correspondiente, a no ser con ocasión de delito, en cuyo caso,
les será también retirada la licencia. Asimismo se considerará como
falta muy grave, la de que los agentes de la autoridad retengan para sí
o dejen de entregar en el centro oficial donde presten sus servicios, las
armas cortas que legalmente recogieren.

» Art. 12.º Para tenencias de armas de caza, es indispensable la licencia


correspondiente, y a quienes les hubieran retirado escopetas de caza
pueden solicitar la licencia con arreglo a las disposiciones legales.

» Art. 13.º Los que posean armas largas de las señaladas en estas
instrucciones y no residan en las capitales de provincia, harán la
entrega de ellas en los respectivos Consejos municipales, pero
exigiendo recibo de dicha entrega, firmado por el alcalde y secretario o
la persona que haga sus veces. Los alcaldes telegrafiarán directamente
al director general de Seguridad de la provincia de Valencia o a los
gobernadores o delegados respectivos con la relación de armas
entregadas. Las armas así depositadas, se entregarán al delegado o
delegados de la Dirección general de Seguridad o a los gobernadores
civiles y delegaciones que éstos designen para recoger periódicamente
las armas en los Consejos municipales.

» Art. 14.º La vigilancia que los partidos políticos, sindicatos o cualquier


otra clase de asociaciones estimaren necesaria, de sus domicilios o
centros, la reclamarán de la Dirección general de Seguridad, de los
gobernadores civiles o de los delegados; y será prestada por guardias
de seguridad o Asalto. Si en el interior del edificio se considerase
necesaria alguna vigilancia, sólo se podrá ejercer con arma corta, para
lo cual se podrá conceder un número de licencias que no pasen de
cinco a cada centro. Estas armas no podrán ser sacadas del local por
nadie, sino que habrán de permanecer dentro de él.

» Art. 15.º Las autoridades dependientes del Ministerio de la


Gobernación, no permitirán la infracción de ninguna de estas
disposiciones y cumplirán con todo rigor las instrucciones de los
artículos anteriores. La autoridad o agentes de la autoridad que no lo
hicieren así, aparte de la responsabilidad criminal en que incurran, con
arreglo al bando de la misma fecha, quedarían en el acto suspendidos
de empleo y sueldo. Valencia, 13 de mayo de 1937. Ángel Galarza.»

El tono draconiano de los textos transcritos son la mejor demostración de la


psicología del Estado. Concurren en el texto todos los detalles, de lenguaje, de
estilo y de propósitos, característicos a la histórica fisonomía del poder
político. La constitución del gobierno, los nombres, las personas y las
tendencias políticas que se barajaban en él, no fueron capaces de desvirtuar
en un ápice las esencias permanentes del órgano estatal. Desarmar al pueblo,
concentrar el poder represivo en las clásicas instituciones que son a su vez el
instrumento ciego del aparato gubernamental constituido, fue el único pulmón
por donde respiraron, desde el 19 de julio, y sin excepción, todos los políticos
que se fueron sucediendo en los sitiales oficiales. La intervención ministerial
de la CNT no pudo alterar en lo más mínimo esa esencia íntima, esa trayectoria
histórica de las revoluciones acaudilladas por gobiernos más o menos rojos.
Por lo contrario, según demuestran los hechos, con mayor convencimiento
que todas las tesis y teorías alambicadas, esta participación oficial de fuerzas
vírgenes de probada popularidad entre las masas, sobre no alterar aquel
producto permanente, contribuyó, por no decir en grado decisivo, a fortalecer
las vacilantes y debilitadas instituciones del centralismo. Y el precio de
fortalecer al Estado se paga siempre, indefectiblemente, con la debilitación de
las fuerzas que le ofrecen su asistencia. A todo fortalecimiento del poder
estatal corresponde siempre, por empírica ley de compensaciones, una lasitud
en los factores de base. Los hombres pasan, el Estado queda. El proceso de
tránsito de las personas por la plataforma resbaladiza de los gobiernos iba a
producirse muy pronto, apenas deshechas las barricadas de Barcelona.
Demasiado metódica, para parecer espontánea, fue la ofensiva
contrarrevolucionaria -de gran estilo- del Partido Comunista. Las incitaciones
de este partido a la represión inclemente contra los «responsables» de los
disturbios de Cataluña, fueron llevadas de concierto con la puesta en
circulación de las más incalificables calumnias. Soli del 11 de mayo tuvo que
salir al paso de una acusación moscovita según la cual el exconsejero de
Defensa de Cataluña, Isgleas, había pasado la frontera «con cientos de miles
de millones». Poco después escogerían los calumniadores otra víctima:
Eugenio Vallejo, representante de las industrias de guerra de Cataluña. Mundo
Obrero, del día 10, publicaba a toda plana el siguiente cartel:

» ¿Es que por falta de energía o por lo que sea se va a comprometer la


victoria de la República y el triunfo de nuestra revolución popular? El
Partido Comunista dice muy alto: No. El pueblo está de acuerdo con
nosotros. Los facciosos de Cataluña que levantaron barricadas contra el
gobierno legítimo, deben ser castigados implacablemente. Todos los
partidos y organizaciones del Frente Popular tienen que condenar
públicamente el criminal levantamiento de Cataluña. Los que no lo
hagan no pueden estar dignamente representados en el gobierno.»

Esta campaña tomó su expresión más virulenta en un mitin celebrado por el


Partido Comunista en Madrid. Las blasfemias que allí fueron vertidas aguzaron
la intuición de CNT, de Madrid:

« ¿Qué quiere el Partido Comunista? Por las palabras de José Díaz y por
las manifestaciones que ha publicado su órgano en la prensa, que se
produzca una crisis para que la CNT deje de estar representada en el
gobierno. Ya tiene el gobierno, para su estudio, la reacción de alguna
de las fuerzas que le asisten. Si sabe ahora unir lo que se dice en
público con lo que se desea en privado, ya tiene mayores elementos de
esclarecimiento de juicio para conocer el origen de los sucesos de
Cataluña y sus consecuencias.»

Por su parte, Solidaridad Obrera andaba también sobre la pista de los


designios moscovitas. He aquí algunos párrafos del editorial del
periódico de aquella fecha:

« Contra el presiden te del Consejo y ministro de la Guerra, camarada


largo Caballero, se ha desatado una campaña sorda de desprestigio,
cuya finalidad es desplazarle de la dirección política y militar del país.
Los dirigentes del Partido Comunista español, más atentos a las
consignas que les son dictadas desde el exterior que a la defensa de los
altos intereses de la guerra y la revolución ibérica, se han propuesto
dificultar la actuación normal del gobierno de la República, fiel
expresión del bloque antifascista, colocando obstáculo tras obstáculo
en la ruta hacia la victoria [...] Hemos dicho en anteriores ocasiones
que el Partido Comunista español -Sección española de la Internacional
Comunista- no obra por cuenta propia; que obra al dictado y recibe
inspiraciones de fuera de nuestro país [...] Si queremos evitar que la
maniobra prospere y aspiramos a liquidar las diferencias entre
proletarios, hemos de realizar de una manera inmediata la alianza
entre las dos grandes centrales sindicales [...] En todas partes de
España los trabajadores se unen pasando por encima de todas las
diferencias de carnet sindical, menos en Cataluña. ¿Por qué? Porque en
Cataluña los camaradas comunistas -PSUC, adherido a la Internacional
Comunista- monopolizan burocráticamente la dirección de la UGT y
hacen servir a los obreros a ella adscritos de marionetas que se
mueven al capricho de unos señores extraños a nosotros y a nuestras
cosas, aunque lancen consignas y publiquen periódicos en lengua
vernácula [...]» (49)

La turbulenta campaña no tenía límite ni medida. Apuntaba a todos los flancos


y sacaba partido de las más bajas calumnias. No se echaban en olvido las
fabricadas anomalías del frente aragonés ni los supuestos sabotajes en las
industrias de guerra. Mundo Obrero obligaba a los milicianos de la 25 División
a replicar a las difamaciones destiladas por aquel órgano en su edición del 9 de
mayo. El motivo de la protesta era el siguiente suelto:

« Exigimos la reorganización inmediata del Frente de Aragón sobre la


base del Ejército popular, para acabar con esas llamadas milicias que
cuando se trata de combatir contra el fascismo no tienen armas ni
municiones bastantes, y sí, en cambio, las tienen para asesinar a sus
hermanos de la retaguardia y para expoliar y saquear a los campesinos
que viven de su trabajo y ayudan al triunfo de la República.»
El 15 de mayo se produjo la crisis del gobierno de Caballero. En una reunión
histórica del gabinete, los representantes comunistas Vicente Uribe y Jesús
Hernández provocaron la caída del gobierno. Los detalles son los siguientes.
Desde el comienzo de la reunión, convocada para estudiar los resultados de la
situación de Cataluña, los voceros del Komintern exigieron en todos los tonos
la puesta en ejecución de una política represiva de escarmiento contra los
«responsables del levantamiento» de Barcelona. Caballero manifestó estar de
acuerdo con el castigo, siempre que previamente se señalaran los verdaderos
responsables. No hubo, por lo tanto, coincidencia en la discriminación. La CNT,
la FAI y el POUM eran los candidatos al sacrificio propuesto por los estalinistas.
Caballero se negó a ejercer una represión a ciegas. Ante esta actitud del
presidente del Consejo, Vicente Uribe y Jesús Hernández abandonaron la
sesión. Caballero saludó con esta frase: «El Consejo de ministros continúa».

Fue entonces cuando ocurrió lo inaudito. Lentamente fueron levantándose la


mayoría de los ministros, entre ellos Prieto, Negrín, Álvarez del Vayo, Giral,
lrujo. Quedaron en sus puestos el presidente del Consejo, Anastasio de Gracia,
Ángel Galarza y los cuatro ministros confederales.

- Ante esta situación -dijo Caballero-, la crisis queda planteada.

Los ministros de la CNT sugirieron que continuara el Consejo. A lo que replicó


Caballero:

- Eso sería la dictadura. Y yo no quiero ser dictador.

La crisis fue, pues, planteada por el Partido Comunista, respaldado por el


propio Partido Socialista al frente de cuya Ejecutiva se hallaba el comunistoide
Lamoneda. Prieto aprovechó la ocasión para saldar sus resquemores políticos
inclinando con su enorme peso el platillo de la balanza. El presidente de la
República, después de las consultas de rigor, encargó al propio Caballero la
formación de un nuevo gobierno. En aquellas consultas, tanto la CNT como la
UGT habían sugerido esta solución: «Un gobierno presidido por Largo
Caballero y del cual formen parte las mismas fracciones y partidos que
figuraban en el actual, sin que ninguna de ellas quede apartada» (Pascual
Tomás). «Un gobierno que tenga base sindical y presidido, indiscutiblemente,
por Largo Caballero» (M.R. Vázquez). «Gobierno presidido por un socialista en
el que participen todas las fuerzas del Frente Popular, sin exclusión de las
organizaciones sindicales» (José Díaz). Esta opinión era más explícita en
Mundo Obrero:

« Se ha planteado una crisis que era necesaria porque había errores de


bulto en la política seguida por el gabinete Largo Caballero, errores que
han dado por resultado los lamentables y sangrientos acontecimientos
de Cataluña. Errores reflejados en la situación de inactividad de los
frentes; errores que se reflejan en la situación caótica de las industrias.
Todo esto tenía que dar por resultado que una de las fuerzas
representadas en el gobierno planteara la cuestión de confianza. Esta
fuerza había de ser el Partido Comunista. Pascual Tomás ha dicho que
la UGT sólo apoyaría un gabinete en el que Largo Caballero sea
presidente y ministro de la Guerra. Pascual Tomás ha debido hablar en
nombre propio, porque centenares de miles de obreros de la UGT
piensan de modo distinto.»

Claridad, de Madrid, que cambiaría muy pronto de casaca, se


pronunciaba todavía por un «Gobierno del Frente Popular presidido
por Caballero», y Adelante, de Valencia, decía a toda plana: «Viva Largo
Caballero, el presidente indiscutible del gobierno del pueblo y el
ministro de la Guerra creador y forjador del Ejército de la victoria».
Fragua Social, diario confederal de Valencia, escribía al pie de una
fotografía del expresidente del Consejo: «Largo Caballero, figura señera
de la revolución ibérica, con cuya gestión, como jefe del gobierno y
ministro de la Guerra, se identifica la CNT.»

De acuerdo con las consultas, iniciadas en la tarde del mismo día 15, Largo
Caballero confeccionó unas bases de gobierno que dio a conocer a todos los
organismos políticos y sindicales. En ellas se atribuían a la UGT tres ministerios:
presidencia y Defensa nacional (incluídos Guerra, Marina, Aire, Municiones y
Armamento), Estado y Gobernación; al Partido Comunista dos ministerios:
Instrucción Pública y Trabajo; al Partido Socialista: Hacienda y Agricultura e
Industria y Comercio; a Unión Republicana: Comunicaciones y Marina
Mercante, Izquierda Republicana: Obras Públicas y Propaganda; y a la CNT:
Justicia y Sanidad.

A este proyecto, Izquierda Republicana contestó ambiguamente.

Unión Republicana y la UGT lo hicieron afirmativamente. El Partido Comunista,


el Partido Socialista y la CNT negaron rotundamente su participación.

Queriendo arreglar las cosas, el presidente de la República convocó una


reunión de líderes de varios partidos en la Presidencia. Prieto, alegando que no
era su voz la más autorizada del partido, se hizo acompañar por Lamoneda.
Republicanos y socialistas coincidieron en la imprescindible presencia del
Partido Comunista en el nuevo gobierno, pues sólo así podían considerarse
Frente Popular. Presentaron entonces los comunistas otro problema:
partiendo de la presidencia de Largo Caballero, habría que desglosar de esa
presidencia la cartera de Guerra. Largo Caballero se opuso terminantemente a
esta pretensión. En consecuencia, el Partido Comunista reiteró su negativa a
toda posible colaboración. Fue encargado Negrín de la formación del gobierno,
quedando éste definitivamente constituido en la siguiente forma:

Presidencia, Hacienda y economía: Juan Negrín, socialista.

Defensa nacional: lndalecio Prieto, socialista.

Gobernación: Julián Zugazagoitia, socialista.

Estado: José Giral, Izquierda Republicana.

Justicia: Manuel lrujo, nacionalista vasco.

Instrucción pública y Sanidad: Jesús Hernández, comunista.

Agricultura: Vicente Uribe, comunista.

Obras públicas y Comunicaciones: Giner de los Ríos, Unión Rep.

Trabajo y Asistencia social: Jaime Ayguadé, Esquerra Catalana.


Conocida la composición del nuevo gobierno -bautizado inmediatamente por
los comunistas como «Gobierno de la victoria»-, la CNT hizo constar en una
nota escueta que no prestaría su colaboración (18 de mayo):

« Constituido el gobierno Negrín sin nuestra participación,


consecuentes con nuestra posición, no prestaremos ninguna
colaboración al mismo. En este momento sólo nos cabe poner en
conocimiento del proletariado encuadrado en la CNT, que ahora más
que nunca debe mantenerse atento a las consignas de los Comités
responsables. Sólo con homogeneidad en la acción haremos fracasar la
contrarrevolución y lograremos que se frustre el «abrazo de Vergara».
¡Camaradas: atentos a las consignas de los Comités responsables! ¡Que
nadie se preste al juego de los provocadores! ¡Serenidad! ¡Firmeza y
unidad! ¡Viva la alianza de las sindicales!»

Como puede colegirse, el desplazamiento de la CNT de las funciones


gubernamentales tuvo carácter de expulsión en toda regla. Es de notar
también la situación poco airosa en que quedó la CNT, dada su vinculación
incondicional a la figura de Largo Caballero y la réplica desconsiderada de éste
durante la tramitación de la crisis. Desembarcada del gobierno central, y en
vísperas de serlo del gobierno de Cataluña, la CNT quedaba obligada, por su
declaración de no asistencia al gobierno de Negrín, a probar su capacidad en el
terreno de la oposición. Era éste su terreno clásico de lucha. De maniobrar con
decisión y con inteligencia, las perspectivas que se le ofrecían eran enormes.
Estas podían resumirse en tres aspectos fundamentales: oposición
propiamente dicha, con todas las consecuencias, y una inteligente campaña de
obstrucción gubernamental; valorización del papel de los sindicatos frente a
los partidos políticos; un mayor impulso a la alianza sindical con la UGT.

En este último aspecto los acontecimientos no podían ser más favorables. La


expulsión de los ministros confederales y del propio Largo Caballero implicaba
también la expulsión de la CNT y de la UGT. La consecuencia tenía que ser
forzosamente un mayor acercamiento entre ambas sindicales: la oposición de
la Alianza Sindical frente a la concentración política del Frente Popular. Los
comunistas venían jugando con esta fórmula desde hacía mucho tiempo. Su
consigna de Frente Popular a ultranza apuntaba a dos fines concretos: vuelta
al statu qua político anterior al 19 de julio y obstaculización de la Alianza
Obrera. El Frente Popular, nacido cuando las elecciones del 16 de febrero de
1936, había sido completamente superado por el Frente Antifascista, nacido el
19 de julio. El segundo englobaba a los partidos políticos y a las organizaciones
victoriosas de la sublevación. La vuelta al Frente Popular, preconizada por el
comunismo, delataba una artera maniobra de eliminación de la CNT y la FAI
del bloque antifascista.

Veamos ahora cómo acometió la CNT la nueva fase oposicionista. El 21 de


mayo, el Comité nacional de la CNT hacía público el siguiente informe sobre la
tramitación de la crisis (Boletín de Información CN T-F.AI de Barcelona):

« Tenemos que exponer ante los militantes de la Organización y


simpatizantes de la revolución española, para su debida
documentación, todo aquello que en forma concisa pueda servirle de
ilustración sobre el proceso seguido, hasta la formación del actual
gobierno.

» Requerido el Comité nacional de la CNT por el Excmo. Señor


Presidente de la República para evacuar consulta sobre la crisis política
planteada, manifiesta su criterio condensado en lo siguiente.

» 1.º La CNT patentiza claramente que no es responsable de la


situación planteada, considerándola de todo punto improcedente e
inadecuada en relación a los intereses de la guerra y del frente
antifascista, y declina la responsabilidad de las consecuencias que la
misma pudiese producir.

» 2.º Que no prestará su colaboración a ningún gobierno en el que no


figure como presidente y ministro de la Guerra el camarada Francisco
Largo Caballero.

» 3.º Que este gobierno ha de tener como base las representaciones


obreras, manteniendo la colaboración de los sectores antifascistas.
Posición que consideramos altamente beneficiosa para que en el orden
internacional no se denote existe falla en el frente de lucha
antifascista, y en el orden interior de confianza al proletariado para que
entusiásticamente, y con el apoyo leal de todos, podamos caminar
unidos hacia la victoria. Valencia, 15 de mayo de 1937.»

» La Ejecutiva de la UGT, como se verá, coincidió con nuestra


apreciación. Véase su nota:

« La Comisión ejecutiva de la UGT de España, requerida por el Excmo.


Señor Presidente de la República para evacuar consulta en orden a la
crisis política planteada, hizo saber a S.E. que declinaba toda
responsabilidad en las causas que pudieran haber producido la misma,
haciendo constar que no prestará colaboración de ninguna clase al
gobierno que pueda formarse si este gobierno no está integrado por
idénticas representaciones que el dimitido, figurando en él, como
ministro de la Guerra y como presidente, el camarada Francisco Largo
Caballero, por exigirlo así las necesidades imperiosas de la guerra y
para responder con el máximo fervor a la confianza que
internacionalmente ha sabido conquistar con su heroísmo el pueblo
español. Valencia, 15 de mayo de 1937.»

« El 16 por la mañana recibimos el comunicado de Largo Caballero, al


cual contestamos. Este documento lo había mandado Largo Caballero a
todos los sectores. Las respuestas que recibió dieron como
consecuencia que fuera a declinar el domingo por la noche. Pero Azaña
le volvió a conferir el mandato. No fue posible que constituyera
gobierno. Y declinó definitivamente en la madrugada del lunes. El
mismo día fue encargado Negrín. A su consulta concretamos lo que en
la nota oficiosa referimos. Fracasado en sus deseos el camarada Largo
Caballero, el presidente de la República encarga al camarada Negrín,
del Partido Socialista, la formación del gobierno. La CNT mantiene su
posición de no prestar su colaboración directa ni indirecta a ningún
gobierno que no esté presidido o sea ministro de la Guerra el camarada
Francisco Largo Caballero, cuyo criterio fue expuesto en la nota
siguiente:

« El camarada Negrín ha sido encargado por S.E. el Presidente de la


República para constituir gabinete. Al ser requerida para colaborar en
un gobierno, constituido por un representante de cada organización y
partido (en total nueve), ha manifestado su criterio inquebrantable,
reflejado ya con precisión en la consulta sostenida con S.E. La CNT no
presta colaboración, directa ni indirecta, al gobierno que pueda
constituirse por el camarada Negrín. No se trata de oposición al
ministro dimisionario de Hacienda. Es la línea de conducta trazada. No
provocamos la crisis, desacertada, inoportuna y perjudicial a la guerra y
al bloque antifascista. Conformes con la actuación leal del presidente y
ministro de la Guerra en el gabinete Francisco Largo Caballero, no
podemos sumarnos a posiciones partidistas que prueban escasa
nobleza y falta de colaboración. La CNT, potente y disciplinada, confía
en que la reflexión impida se sigan cometiendo desaciertos que
agraven aun más la situación difícil provocada por la insensatez.»

« En la madrugada del martes, día 18, Negrín dio por constituido el


gobierno. Inmediatamente tratamos de ponernos de acuerdo con la
Ejecutiva de la UGT para lanzar una nota conjuntamente. No fue
posible reunirla y por ello nada decidimos.

» Se ha constituido un gobierno sin las sindicales. Nada más hay que


añadir al proceso de la crisis, como no sea indicar que en la noche del
domingo, Azaña invitó a una reunión a los partidos y en ella dijo «que a
él le resolverían el problema si encontraban un hombre que fuera
aceptado por las sindicales para ministro de la Guerra.» ¿Qué ocurrió
para que Azaña al otro día aceptara el gabinete Negrín sin las
sindicales? Pronto lo sabrá este Comité nacional. Lo exacto es que en
principio los comunistas, la política de Moscú, han ganado una batalla
en España. De nuestra capacidad depende que logremos la revancha,
de forma rápida y eficaz, sin que para ello sea preciso apelar a la
violencia exteriorizada en la calle. Repitamos, ¿qué es lo que desea el
nuevo gobierno? ¿Desea la violencia, porque cuenta con medios para
sofocarla, y con ello pueda dar pie a la intervención inmediata del
extranjero, «que habría de evitar la guerra civil»?»

« DOCUMENTOS CAMBIADOS ENTRE EL COMITÉ NACIONAL Y LARGO


CABALLERO.
« Comité nacional de la CNT. Estimados compañeros: Después del
cambio de impresiones tenido -una vez recibido de S.E. el Jefe del
Estado el encargo de reorganizar el gabinete- con las representaciones
de todas las fuerzas políticas y sindicales que participan en la lucha
contra el fascismo, han surgido algunas diferencias de apreciación por
parte de algunos de los consultados. Intento, sin embargo, por mi
parte, dar inmediata solución a, la crisis. Para ello me permito
adjuntaros un esquema de estructuración del nuevo gobierno,
rogándoos que, a ser posible, antes de las cuatro de la tarde de hoy,
tengáis a bien enviarme una respuesta para que a mi vez pueda dar
cuenta al Excmo. Señor Presidente de la República del resultado de mis
gestiones. En espera de vuestras más prontas noticias quedo vuestro y
de la causa. F.L. Caballero.»

» Hay un membrete que dice: «Presidente del Consejo de Ministros.


Valencia, 16 de mayo de 1937.»

» Estructuración del nuevo gobierno que pretendía formar Largo


Caballero:

» UGT: Tres ministros: Presidencia y Defensa nacional (el Ministerio de


la Guerra tendrá cuatro Subsecretarías: Guerra, Marina, Aire y
Municiones y Armamento), Estado y Gobernación.

» Partido Socialista. Dos ministros: Hacienda y Agricultura, Industria


Comercio.

» Partido Comunista. Dos ministros: Instrucción pública y Trabajo.

» Izquierda Republicana. Dos ministros: Obras públicas y Propaganda.

» Unión Republicana. Un ministro: Comunicaciones y Marina mer-


cante.

» CNT. Dos ministros: Justicia y Sanidad.

» Ministros sin cartera. Un representante de la Esquerra Republicana


de Cataluña y otro del Partido Nacionalista Vasco.
» CONSEJO SUPERIOR DE GUERRA. Estará compuesto: Presidencia:
presidente del Consejo de ministros y ministro de la Defensa nacional.
Vocales: Un ministro de la UGT, otro del Partido Socialista, otro del
Partido Comunista, otro republicano, otro de la CNT, un representante
del gobierno de Euskadi, otro de la Generalidad de Cataluña, cuatro
vocales técnicos del E.M. (Aire, Marina, Guerra y Municiones y
Armamento). En el Consejo superior de la Guerra se tratarán todos los
problemas fundamentales de la campaña y en definitiva resolverá el
ministro de la Defensa nacional. El Consejo superior de Guerra se
reunirá por lo menos una vez a la semana. Las cuestiones de guerra
sólo se tratarán en este organismo, en el que estarán representadas
todas las fuerzas con participación en el gobierno. El ministro de
Hacienda propondrá un decreto creando un Consejo de Economía, en
el que estarán representados los departamentos ministeriales
afectados por los problemas económicos y comerciales. En el Consejo
de ministros, que se reunirá por lo menos una vez a la semana, se
tratarán los problemas de política general.»

« Al camarada Francisco Largo Caballero. Presente. Hemos estudiado


detenidamente su atento comunicado y el esquema que nos adjunta,
base de estructuración del nuevo gobierno. Lamentamos tener que
disentir del proyecto y decir de forma clara que la CNT no puede
aceptar, a pesar de sus buenos deseos, se la coloque en el plano de
inferioridad en que se la sitúa. Pero, habiendo afirmado con toda
honradez que estamos dispuestos a prestarle nuestra colaboración,
podría interpretarse como contradicción flagrante de nuestra posición
el rechazo de su propuesta. Y como no hay tal, porque aún seguimos
en el plano de colaborar y darle las facilidades posibles para que
constituya gobierno, se impone que expliquemos, argumentándola,
nuestra posición.

» Primero. No es posible que a la CNT, que no provocó la crisis, se le


arrebate en un 70 por ciento su personalidad en el gobierno.

» Segundo. La CNT, que trabaja y tiene por objeto primordial la unidad


con la UGT, no puede estar en el gobierno con representación inferior a
la misma, ya que ello sería abrir un margen de recelos, desconfianzas y
competencias que tenemos que evitar en bien de la unidad.

» Tercero. A la CNT, bajo ningún pretexto, se la puede situar en el plano


de igualdad al Partido Comunista en la solución que se presenta. a)
Porque el Partido Comunista ha provocado la crisis. b) Porque el
Partido Comunista no ha colaborado en la obra de gobierno con la
lealtad de la CNT. c) Porque el Partido Comunista no representa, ni
mucho menos, lo que la CNT, ni para el pueblo ni para el proletariado
español.

» Cuarto. La UGT se reserva toda la fuerza armada en vanguardia y


retaguardia (lo que aceptamos), y en cambio a la CNT se la desposee de
la obra constructiva, edificadora, que es por la que más cariño y afecto
tiene.

» Quinto. Consideramos completamente inadmisible que la economía


de España quede concentrada en una sola mano. Y otra cosa no es
conceder al Partido Socialista, Hacienda, Agricultura, Industria y
Comercio. De nada serviría la consecución del Consejo de Economía,
porque este Consejo de Economía pierde toda su eficacia al ser dirigido
y orientado por una sola voz y un solo pensamiento. Por otra parte es
demasiado dura la experiencia vivida en siete meses de colaboración,
durante los cuales los Ministerios de Industria y Comercio han tenido
que soportar un metódico y bien dirigido boicot ejercido desde el
Ministerio de Hacienda. Además la política de conservadurismo y
concretamente antiproletaria que había de orientar el nuevo gobierno,
chocaría de forma violenta con las aspiraciones del proletariado
español que, indiscutiblemente, desde el 19 de julio, en los frentes y en
la retaguardia, no da su sangre y su esfuerzo por la reconstrucción del
pasado, sino por un presente y un porvenir renovador de la vieja
estructura económica, política y social de España.

» Resumiendo. La CNT, siempre en el plan de transigencia, en


holocausto al mantenimiento del bloque colaboracionista, no
pretende, aunque tiene indiscutible derecho, mejorar su posición en el
gobierno. Pero tampoco puede disminuirla. Al efecto, o sigue la CNT
con los cuatro ministerios que detentaba, o, por el contrario,
equiparándose a la UGT, quiere para sí tres: Justicia, Sanidad y
Asistencia social e Industria y Comercio. El Partido Socialista podría
tener Hacienda y Agricultura.

» No queremos extendernos en más consideraciones. Es una posición


la nuestra que por lo razonable y justa no precisa argumentación.
Repetimos, sin embargo, que no hemos provocado la crisis. Que la CNT
no puede perder posiciones en una situación por ella no planteada y ya
que hoy está indiscutiblemente mejor situada que lo estaba al entrar a
formar parte del gobierno por primera vez. Y si entonces a una
organización nueva se le dieron cuatro carteras, hoy, después de la
experiencia vivida y de la responsabilidad demostrada en la obra del
gobierno, tiene perfecto derecho a pedir un mejoramiento en su
posición. No lo hace, pero tampoco puede rebajársele.

» Esta es nuestra última palabra, tal vez ruda, pero noble. Queremos
vincular a la obra de gobierno un movimiento cuya importancia en
todos los órdenes nadie puede poner en tela de juicio. Pero para
vincularlo en forma efectiva tiene que estar representado en
condiciones. No queremos ir por el camino de la doblez y de la
hipocresía: decir una cosa y hacer lo que nos plazca. Si colaboramos
con nobleza, lo hacemos y asumimos la responsabilidad de ello. Pero
nunca seguiremos una trayectoria en la política, en la obra del
gobierno, y otra de oposición en la calle.

» Confiamos, es nuestro ferviente deseo, que las presentes líneas le


hagan meditar, seguros de que llegará a la conclusión, tras la reflexión,
de que nos asiste la razón, reconociendo que una vez más la CNT se
sitúa no en el plan de la demanda y la absorción, sino de la justicia y la
equidad. Con este motivo le saluda fraternalmente, por el Comité
nacional. Mariano R. Vázquez (Secretario).»

« COPIA DE LA CARTA DEL PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA, DEL 16


DE MAYO
DE 1937. «Camarada Francisco Largo Caballero. Presente. Recibida su
cornunicac1on de hoy 16 de mayo en la cual nos da a conocer su
pretendida formación del nuevo gobierno, nos complace poner en su
conocimiento lo siguiente:

» Expuestas en nuestra nota de ayer las condiciones mínimas e


indispensables que estima nuestro partido que pueden ser aceptadas
por todo gobierno que quiera gobernar como organismo del Frente
Popular, nos sorprende su propuesta de hoy que no sólo no revela en
usted la más mínima disposición a tener en cuenta estos deseos, que
son los deseos de todo el pueblo español, sino que significa un
empeoramiento en relación con la distribución de trabajo del anterior
gabinete. Por lo cual le hacemos saber nuestra más absoluta
disconformidad con ese proceder y le ratificamos nuestra posición de
que en esas condiciones no puede usted contar con nuestro partido
para formar gobierno. Le saluda atentamente. José Díaz.

« COPIA DE LA CARTA DEL PARTIDO SOCIALISTA OBRERO ESPAÑOL.

« Valencia, 16 de mayo de 1937. Excmo. Sr D Francisco Largo Caballero.


Presidente del Consejo de Ministros. Estimado camarada: Contestando
a su carta de hoy, en la cual nos remite un proyecto del nuevo gobierno
que piensa formar, lamentamos no haya tenido presente la opinión
que le expuso esta Comisión ejecutiva. Conociendo además la negativa
adoptada por el Partido Comunista, estimamos que el Partido Socialista
no puede estar representado en ese gobierno. Suyos y del socialismo.
Por la Comisión ejecutiva: R. Lamoneda.»

« COPIA DE LA CARTA DEL COMlTÉ EJECUTIVO DE UNIÓN REPUBLICANA


NACIONAL DEL 16 DE MAYO DE 1937. «Excmo Sr. D. Francisco Largo
Caballero. Estimado amigo: El Comité nacional de Unión Republicana
ha conocido y estudiado las líneas generales del gobierno que se
propone usted formar cumpliendo el encargo de S.E. el Presidente de
la República. Consecuentes en el reiterado criterio de prestar el apoyo
y colaboración de Unión Republicana a todo gobierno de Frente
Popular, hemos acordado expresarle nuestra conformidad, aceptando
y agradeciendo la representación que nos ofrece.

» Hechas estas manifestaciones nos permitimos significarle, de acuerdo


con su propio criterio, que es de urgente necesidad la solución
inmediata de la crisis para calmar la inquietud explicable del país y no
entorpecer con prolongadas interinidades el curso de las operaciones
de guerra. Este convencimiento, que no necesita mayores ilustraciones,
nos obliga a indicar que, si desventuradamente surgiera alguna
dificultad de Frente Popular, esperamos que ella se resuelva con
mutuas y obligadas transacciones, tales como lo demandan el interés
del régimen y el de la rápida y total victoria sobre el enemigo común.
De usted affmo. s.s.q.e.s.m. El Presidente: Diego Martínez Barrio.»

COPIA DE LA CARTA DEL PARTIDO DE IZQUIERDA REPUBLICANA.

« Valencia, 16 de mayo de 1937. Excmo. Sr D Francisco Largo Caballero.


Valencia. Estimado amigo: Refiriéndonos a la carta que se ha servido
dirigirnos usted, dándonos a conocer la composición que podría tener
el nuevo gobierno que se le ha encargado formar: con representación
de todas las fuerzas antifascistas y de la obra que este podría realizar,
nos creemos obligados a manifestarle lo que sigue:

» El Consejo nacional del Partido de Izquierda Republicana estima


imprescindible que en los momentos actuales, la alta dirección de la
política de un gobierno que ha de hacer frente a ingentes
responsabilidades de tipo histórico, debe ser la única y exclusiva
preocupación de su presidente. Por otra parte los problemas que
plantea una guerra como la que actualmente padecemos, deben ser
estudiados y resueltos con la colaboración y asesoramiento que juzgue
convenientes, por la persona que sea designada para ocupar la cartera
de Defensa nacional que con notorio acierto, a nuestro entender, se
propone en el escrito de usted.
» Por lo demás, nos creemos obligados a señalar la necesidad absoluta
de que en el Consejo de ministros se traten y discutan las líneas
generales de la política de guerra, fundamento y justificación de
gobierno tan heterogéneo como el anterior y como el que ahora se
propone, constituidos para hacer [rente a las contingencias que se
desprenden del alzamiento fascista en nuestro país. Queremos por
último, señalar la conveniencia de que por el gobierno se mantenga
una relación más estrecha y viva con d Parlamento, por ser éste pieza
fundamental del régimen democrático que defendemos.

» Nos es grato con este motivo saludarle muy cordialmente, quedando


suyos y de la causa antifascista. Salvador Quemades.»

« UNIÓN GENERAL DE TRABAJADORES. Compañero Francisco Largo


Caballero, Presidente del Consejo de Ministros. Presente. Estimado y
querido compañero: Reunida en sesión extraordinaria la Comisión
Ejecutiva de la Unión General de Trabajadores de España para
examinar el contenido de su carta fecha 16 del presente mes, a la que
acompaña una nota en b cual se adelanta la estructuración a la que ha
de ajustarse la formación del nuevo gobierno, acordó, por unanimidad,
aceptar en todo lo expuesto por usted en la división de Ministerios y
funciones a realizar por los mismos.

Atentamente le saluda, en nombre de la Comisión Ejecutiva, su


compañero y amigo. P. Tomás.»

» Camaradas: Con los datos que contienen las notas anteriores, podéis
juzgar cuál ha sido la actitud y posición del Comité nacional y cómo
está la situación en España, políticamente hablando. Sólo cabe
recomendar en estos momentos la máxima serenidad, así como
procurar por todos los medios que se establezca una inteligencia veraz
entre todos los productores que militan en la CNT o en la UGT. Sólo así
lograremos desplazar a los enemigos del proletariado, que es tanto
como decir de la revolución constructiva que vienen realizando los
productores desde la sublevación fascista.»
El mismo día 21 de mayo, la Federación Anarquista Ibérica intervenía en la
campaña con un extenso manifiesto en el que se glosaba la maniobra de los
partidos políticos y de la pequeña burguesía y sus designios
contrarrevolucionarios. Se había hecho saltar en pedazos el frente antifascista.
Los hechos de mayo representaban una trampa, una provocación para atrapar
a las organizaciones revolucionarias. La CNT y la FAI pararon el golpe aun a
costa de mucha sangre, haciendo abortar la tentativa de aniquilarlas. La crisis
del gobierno central era el segundo golpe: su objeto era alejar a los
anarquistas, a la CNT y a la UGT de sus posiciones y responsabilidades de
gobierno. El gran artífice de la maniobra era el Partido Comunista. Esta iba
contra las conquistas revolucionarias de los trabajadores, contra la
colectivización y los principios de socialización.

El día 22, el Comité nacional de la CNT dirigía un nuevo manifiesto a la opinión.


Se destacaba en él la exclusión de las sindicales del nuevo gobierno, «un
gobierno mediatizado por las potencias extranjeras», un gobierno
contrarrevolucionario que para tener las manos libres se había desembarazado
de los obstáculos sindicales y de Largo Caballero y que venía a preparar el
«abrazo de Vergara». Este nuevo gobierno no podía contar con la confianza de
los trabajadores y contra la CNT y la UGT no se podía gobernar. «Frente a la
contrarrevolución, la alianza revolucionaria de las masas».

Esta ofensiva culminó en las manifestaciones públicas de los cual ro


exministros confederales. A partir del 27 de mayo, Juan López, García Oliver,
Juan Peiró y Federica Montseny iniciaron un ciclo de conferencias ante el
público de la capital levantina. El propósito era explicar, con todos sus
inconvenientes y entorpecimientos, la obra por ellos realizada en sus
respectivos ministerios. He aquí, en substancia -sacrificada su mucha extensión
al espacio-, lo que fueron aquellas conferencias:

JUAN LÓPEZ: «[...] En este punto concreto es donde encaja


perfectamente una explicación de lo que ha sido nuestra gestión en el
Ministerio de Comercio que por ser un ministerio de este tipo tenía la
obligación de llevar a cabo una obra constructiva en el plan económico.
» Claro que no era posible, aunque no existiera el propósito, sabotear u
oponerse a un avance realizado desde ese ministerio, porque la
economía está dividida en diferentes actividades. El comercio es sólo
una de ellas, no diré la más importante, pero desde luego
importantísima. Pero no es posible realizar un avance ni mucho menos
una revolución en el plano de la economía, si estas transformaciones
no están presididas por un mismo criterio, por una unidad de
pensamiento y de acción. Naturalmente, las condiciones establecidas
para hacer obra, no ya revolucionaria, sino de unificación en el plan de
la economía, con arreglo a las conveniencias de la guerra y a las
conveniencias de la revolución española, no podían hacerse si el
Ministerio de Comercio y el de Industria, desglosados de un mismo
ministerio por el hecho político de nuestra entrada en el gobierno,
estaban en manos de los representantes de la CNT. Y otro Ministerio, el
de Agricultura, que abarca todo el aparato productor agrícola, estaba
en manos de un comunista. Y el Ministerio de Hacienda, clave para el
desarrollo de una política económica revolucionaria o no, estaba en
manos de un socialista de derecha; era obligado que ante una situación
de esta naturaleza, nosotros planteásemos el problema en forma que
fuera posible una solución; y nuestras primeras palabras en el seno del
gobierno fueron las de que era necesidad absoluta, para iniciar una
ordenación de la economía que fuese fecunda para el pueblo español,
la debida coordinación de todos los elementos dirigentes de la
economía española en un organismo donde se elaborase un criterio, el
cual hubiera de regir todas las actividades económicas en la agricultura,
en la industria, en el comercio y en la hacienda. Y como había un
ambiente propicio, el gobierno aceptó esta proposición nuestra y se
acordó llegar a la formación de ese organismo. El gobierno acordó,
varias veces, que era decisivo para ganar la guerra y para poner en
orden la economía y organizar debidamente el abastecimiento de
España, que todos los ministerios de tipo económico se constituyeran
en comisión para estudiar todos los problemas planteados por la
situación económica y llegar a una solución constructiva acerca de cada
uno de estos problemas.
» Era obligado que en el seno de esa comisión se abordasen los
problemas económicos, recogiendo la realidad revolucionaria de la
calle. Era necesario precisar qué actividades de la producción de
nuestra economía podían nacionalizarse, incautarse o socializarse, era
necesario llegar a una conclusión, a un criterio firme, acerca de la
política que habíamos de seguir en el plan de comercio. Era obligado
estudiar qué política, qué régimen político y financiero había de
seguirse para hacer posible una orientación unitaria y revolucionaria de
la economía española. Todo eso era necesario resolverlo. Teníamos el
deber y el mandato de ofrecer a la España antifascista unas soluciones
constructivas que despertaran la confianza de las masas productoras, al
igual que se había despertado el entusiasmo y la confianza en todos los
partidos y organizaciones para llegar a la unificación del ejército.

» Nosotros cumplimos fielmente nuestro compromiso de crear en


España el mando único en lo militar, en lo político y en lo económico.
Pero aquí viene la explicación de nuestra gestión al frente de un
departamento, y es ésta: no se ha efectuado nada constructivo en el
aspecto económico; no por razones de orden técnico ni de confianza
en las personas, sino por razones de índole política.

» Cuando se reúnen siete personas para discutir y ponerse de acuerdo


acerca de un problema, y entre esas siete hay cinco que piensan de una
manera y dos que piensan de otra, el resultado de esa reunión no
puede ser fructífero si no existe la voluntad de respetar a la minoría, si
no existe la decisión de armonizar el criterio de los menos con el de los
más.

» En el seno de esa comisión, los que representábamos una tendencia


revolucionaria y unitaria en la economía que había de llevar a efecto el
gobierno de la República, éramos dos, y quienes sostenían el criterio de
que no había de producirse ninguna alteración en lo fundamental,
quienes defienden y defendían el statu quo económico del capitalismo,
quienes mantenían ese pensamiento, que en estas circunstancias es un
pensamiento conservador, estaban en mayoría y, además de estar en
mayoría, estaban en plan de no resolver nada. De oponerse a todo, de
obstaculizar los más pequeños avances en el aspecto económico.
Naturalmente, hemos discutido con mucha amabilidad, con mucha
gentileza, hemos hecho alarde de una fecunda elocuencia en la
defensa de nuestros puntos de vista. Ya he defendido en todo
momento la conveniencia absoluta de que se fuera al monopolio del
comercio exterior de la República española. He defendido, porque ése
era el criterio de nuestra organización, que había que monopolizar el
comercio por una conveniencia práctica y revolucionaria. Y hemos
llegado a presentarnos, en la defensa de ese punto de vista, haciendo
demasiadas transigencias, porque nosotros, que sosteníamos el criterio
positivo de que toda la economía debía estar regida por los sindicatos,
por los trabajadores a través de sus sindicatos, porque nosotros que
hemos sostenido esa teoría, hemos llegado a transigir en afán de que
se estructurara una unidad económica en España, con el concepto
estatal y capitalista que se defendía en contra de nuestro criterio.

» Nosotros, interpretando el espíritu de la revolución española,


interpretando la conjunción de fuerzas que constituye todo el
antifascismo español, queríamos llegar al monopolio del comercio
exterior estableciendo, a través de la organización estatal, a través del
Estado, el control debido para garantizar que esa política de monopolio
del comercio exterior, no se realizara en beneficio exclusivo de un
sector de la clase trabajadora. Pero hemos defendido al mismo tiempo
el punto de vista de que si bien el Estado debía controlar toda esa
organización, la práctica del monopolio habían de tenerla los sindicatos
de trabajadores, había de estar en manos de aquellos que tenían en su
poder los resortes y la dirección de todo el aparato de la producción;
pero ni con esa transigencia ha sido posible que predominara en el
seno del gobierno el criterio llevado por nosotros para establecer una
base de unificación en la economía española. De ahí que tengamos que
confesar la inutilidad de nuestra gestión en el plan económico, de ahí
que no podamos presentarnos hoy ante la opinión antifascista de
España para exhibir una obra de organización del comercio español, de
la economía española debidamente organizada. ¿Por qué esa
inutilidad? Por lo que decía al principio. Si en el seno de la comisión
éramos siete y de los siete cinco eran mayoría contra nosotros, en los
Consejo s de ministros éramos diez y ocho y entre esos diez y ocho, la
mayoría contra nosotros era aplastante y absoluta.

» ¿En qué razones se inspiraba la acción de los sectores políticos que se


situaban frente a este objetivo nuestro llevado a la economía? Pues lo
vamos a explicar brevemente.

» He dicho al principio que la causa que ha determinado el que


nosotros no podamos presentar a la opinión más que montones de
papel con sendos proyectos para unificar y ordenar la economía
española obedece a un problema de orden político. Es el problema que
plantea la revolución, el que determina la pugna de intereses de los
que representan la revolución española, porque son representantes de
la clase trabajadora y de aquellos que representan intereses contrarios
a los de nuestra clase: y quieren mantener el statu qua de la
estructuración capitalista, porque: la revolución no es fecunda ni es
verdadera si no llega al terreno de la economía, si no destierra el poder
capitalista, si no se quita de las manos de unos cuantos el monopolio
de la riqueza para entregarlo al pueblo productor; si la clase
trabajadora no se posesiona de todos los instrumentos de producción y
si ella no rige la economía del país, no hay revolución posible. Por lo
tanto, la oposición a todos los proyectos, a todos los avances que
pudieran realizarse en la economía, ha sido cerrada y sistemática por
parte de aquellos elementos que representan intereses contrarios a los
de la clase trabajadora y que ponen su gestión al servicio de los altos
intereses del capitalismo.

» Una perspectiva de desorden había de ser la consecuencia de una


política de negligencia, de abandono o de revuelta por parte de los
sectores políticos que se han opuesto a todo avance en el terreno
económico de la revolución española.

» La actitud de estos elementos políticos, debidamente


calculada, llevada a un plan de conjunto y de acción contra la
revolución española, fue la de que permanecerían todas las cosas
desorganizadas, de no organizar nada y de oponerse a aquellos que
querían hacerlo; porque oponiéndose a esa organización se oponían a
una consecuencia práctica, lógica, de toda organización; porque
existiendo la posibilidad de realizar un plan económico, de ordenar las
cosas relacionadas con los intereses de la clase trabajadora a través de
sus sindicatos, se prestigiaban, ganaban para sí la opinión de todo el
pueblo antifascista y, además, sentaban la posibilidad de avanzar en lo
futuro cuando se fueran quitando del camino todos los obstáculos que
nos oponen la guerra y los problemas de la retaguardia, actitud
calculada por parte de aquellos elementos políticos que representando
altos intereses del capitalismo y determinadas maquinaciones en el
plano internacional, impidieron que los hombres de la CNT efectuasen
una obra constructiva en la parte que se les había encomendado para
representar al gobierno de la República española.

***

» Los primeros proyectos presentados por los representantes de la CNT


en el seno del gobierno para llevar a cabo los objetivos que
considerábamos indispensables para ordenar las cosas, planteaban una
cuestión de principio que era consecuencia de nuestra participación en
el gobierno. Si los sindicatos estaban representados en él, tenían
forzosamente que estar representados en todos los organismos
oficiales que creara ese gobierno. Si los sindicatos participaban en la
estructuración de un nuevo Estado o de una organización que nacía al
calor del Estado, habían de estar representados en sus organismos
secundarios. Por lo tanto, al constituir un Consejo municipal, un
Consejo provincial, un Tribunal popular, un organismo cualquiera
dependiente del Estado, forzosamente había que aceptar la
representación de las organizaciones sindicales, y los hombres de la
CNT, interpretando así el sentir de la clase trabajadora, cuando se
proyectaba una organización por el gobierno, sostenían el punto de
vista de que los sindicatos, de que la Confederación Nacional del
Trabajo y la Unión General de Trabajadores tenían que estar
representadas en esos organismos.» Y es más. Como las masas obreras,
todos los trabajadores, están encuadrados en la UGT y en la CNT, y
como la suma de todos los trabajadores de la UGT y de la CNT
constituyen la mayoría absoluta del pueblo español, nosotros
sosteníamos la teoría de que en esos organismos, la representación
mayoritaria había de ser para las dos centrales sindicales. La oposición
a este punto de vista fue sistemática por parte de elementos de otros
partidos, no solamente en par te de la proporcionalidad que nosotros
defendíamos para que fuera mayoritaria la representación te las dos
centrales sindicales, sino que de una manera absoluta se sostenía el
principio de que en la estructuración de las cosas hechas por el
gobierno no podían intervenir nada más que los partidos, que eran los
partidos los que representaban a la masa organizada y los que estaban
encargados de regirla y de dirigirla, que los sindicatos no tenían que ser
nada más que unos auxiliares de los partidos políticos. El poder había
de corresponder absolutamente a los partidos políticos, en cuyo caso,
la representación de la clase trabajadora a través de la CNT y la UGT,
había de estar allí presente para obedecer, pero no para mandar, como
corresponde a la mayoría que representa la clase trabajadora [...]»

***

GARCÍA OLIVER: «[...] Y así nos encontramos con un ministerio, como


os dije antes, donde no existía, prácticamente, la justicia, donde no
había órganos de justicia. Cada cual se la creaba; todo el mundo
administraba su justicia. Ha habido quien la llamaba «paseo». Yo digo
que era la justicia administrada directamente por el país, por el pueblo
en ausencia absoluta de los órganos de la justicia tradicional que había
fracasado. Y hasta que el gobierno no crease los nuevos órganos de
justicia, incorporando los Tribunales populares a la jurisdicción normal,
perfecta, fatalmente el pueblo tenía que llenar esta función y la
llenaba.

***

» El ministerio estaba en Madrid, y hubimos de trasladarlo a Valencia.


No obstante el traslado, el Ministerio de Justicia tenía que crear en
cada provincia sus respectivos tribunales. Puedo deciros que si bien
entramos el 5 de noviembre en el gobierno, con el estado calamitoso,
caótico de la vida jurídica de nuestro país, un mes y medio después, el
primero de enero de 1937, había ya en toda España la justicia popular
organizada y habían terminado los «paseos», y la administración de
Justicia, propia de cada zona, era una realidad.

***

« Con fecha 24 de noviembre aparece el primer decreto de importancia


del Ministerio de Justicia. El primer decreto de importancia dispone
que todo ciudadano podrá comparecer por sí, representándose y
defendiéndose él mismo ante no importa qué tribunal de la nación.
¿Tiene importancia? Es un derecho, y un derecho es más que una
cesión graciosa de los reyes y de los gobernantes, porque los
ciudadanos que tienen un derecho positivo pueden hacer uso de él
cuando les dé la gana, cuando les convenga, no cuando se produzca la
cesión graciosa de los reyes y de los gobernantes. Y lo más lógico y lo
más natural es que en un país como el nuestro, de tanto descrédito
jurídico, donde el pueblo tampoco creyó nunca en la justicia, en sus
representantes y en sus abogados defensores, hay que concederle por
lo menos el derecho a que él mismo pueda defenderse, en lo civil y en
lo criminal. Cuando un proceso se produce, siempre es mejor que un
procesado pueda defenderse por sí, bien o mal, y pueda renunciar por
sí a esta defensa, a que tenga que sufrir forzosamente la defensa
obligada de un abogado que no es de su confianza, que, a lo mejor,
como ocurría antes, se pensaba y se decía siempre que los abogados se
vendían a la parte contraria, si la parte contraria le compraba con más
dinero del que podía pagar el que tenía necesidad de sus servicios. Y
con este decreto queda a salvo la dignidad del abogado y el derecho
del ciudadano.

***

» Con fecha 12 de diciembre dimos un decreto-ley. En esta ocasión, el


ministro de Justicia no da derecho, al contrario, da penas de prisión en
contra de aquellos que, aprovechándose de las circunstancias en que
vivimos, explotan inicuamente a la clase trabajadora, al pueblo
español, vendiéndole los comestibles a los precios que les da la gana. Y
dimos años de prisión para eso. La restricción del derecho, era en este
caso para el granuja, para el enemigo del antifascismo, para el que
solapadamente en la retaguardia iba ayudando al fascismo,
aumentando desorbitadamente los precios de los comestibles con el
fin de conseguir que bs masas obreras perdieran su entusiasmo y su
moral, y se produjesen catástrofes en nuestra retaguardia.

***

» Con fecha 22 de diciembre dimos un decreto cancelando todos los


antecedentes penales por delitos cometidos con anterioridad al 15 de
julio del año 1936. ¿Es mucho o es poco? Lo que puedo deciros es que
esto es más práctico y positivo que la venida de Jesús a la tierra para
limpiarnos del pecado original que cometieron nuestros primeros
padres, Adán y Eva; porque el pecado original no pesaba como un
estigma en las multitudes proletarias; pesaba como un estigma el tener
antecedentes penales en éste y en todos los países del mundo, que
famosa es la obra de Víctor Rugo que representa la tragedia de todos
los libertados de presidio, de todos los que tienen antecedentes
penales, a través del personaje principal de su obra Les Misérables.

***

» El 31 de diciembre, como promesa de la obra futura, di la conferencia


que di sobre lo que yo pensaba había de ser la justicia en España. Tres
días antes había aparecido el decreto creando los Campos de trabajo.
Ya hablé entonces del por qué de esos Campos de trabajo, de la
significación utilitaria que tenían para aprovechar las energías de los
fascistas condenados y hasta también para hacerles el favor de que no
los matasen ni los condenasen a muerte. De esto se habló en su día,
pero hay una profunda inquietud hoy en las masas auténticamente
proletarias, pensando si aquellos Campos de trabajo que se crearon
para que los fascistas pagasen con riqueza de trabajo los daños
causados a España, no servirán para encerrar las propias masas de
trabajadores.

***

» Yo ni ahora ni nunca he retrocedido en mis actos ni en mis


pensamientos. Se crearon los Campos de trabajo con una finalidad. Si
no la cumplen no es culpa de quien los creó, porque si no los hubiese
creado y quisieran utilizarse esos Campos de trabajo para los
trabajadores, también los habrían creado y no habríamos resuelto
nada. Pero debo decir que cuando se gobierna, cuando se trabaja, hay
que tener un pensamiento universal, un pensamiento colectivo que
nos impida sustraernos a abordar los grandes problemas y buscar
soluciones a los mismos, aunque puedan ser utilizados contra nosotros.
¿Pero es que no ha pensado nunca el obrero que fabrica navajas que
aquella navaja en la que está trabajando, que después será vendida,
sirva a lo mejor para matarle a él, a su compañero o a sus hijos? ¿Es
que el obrero que fabrica armas, y esto sí que es seguro, y esto sí que
es cierto, no había pensado nunca que aquellas armas que fabricaba
podrían servir para ametrallarle a él, a su familia y a su clase?

***

» A tal efecto, para que no quedase en simple aspiración ingenua se


aprobó el reglamento interno de los Campos de trabajo. Y aparte de
que se prohíbe terminantemente, en el régimen de los Campos de
trabajo, y constituye un delito para el funcionario que lo hiciese, el
apalear a un prisionero, hemos introducido en la vida interna de esos
Campos de trabajo las conquistas más avanzadas del mundo entero,
hemos ido más allá de lo que ciertos Estados confieren en
Norteamérica, más allá de lo que confiere la propia legislación
soviética. Está nuestra obra basada ¿en qué? En una sola
preocupación: en conseguir que los fascistas condenados a Campo de
trabajo, trabajen, no de una manera exagerada, sino de una manera
normal. Pero esto, quien tiene la experiencia de la cárcel y del presidio,
sabe que es muy difícil de sostener, porque lo más trágico de la vida de
encierro y privación de libertad es la pérdida de la esperanza de
recobrar esta libertad. Cuando sufre un condenado la pena de 10, 20 ó
30 años de presidio, los años son muy largos. Y en el primer Campo de
trabajo de Totana, al entrar allí, encontramos un lema q ue no es u n a
abstracción, no es lo que se encontraba en nuestras d1n:des y
presidios, aquel pensamiento de Concepción Arenal de «Odia el delito
y compadece al delincuente», una abstracción del clásico liberal ismo
inglés, declaración sin sentido. En el Campo de trabajo encontraremos
este lema: «Trabaja, y no pierdas la esperanza». No se pide allí más que
una cosa: trabajar y no perder la esperanza; pero eso no se lo decimos
para después reírnos sarcásticamente, como lo hacen los regímenes
burgueses, con sus premisas de haber hecho declaraciones abstractas.

***

» Para que el individuo no pierda la esperanza es preciso trabajar en la


conciencia del individuo mismo, porque el que entra en un Campo de
trabajo o en la prisión, tiene pasiones y tiene vicios, y hay dos maneras
de conducir al hombre: especulando y trabajando sobre sus pasiones y
sus vicios o pegándole. Uno de los dos métodos hay que seguir
fatalmente, y mi conciencia de anarquista me impedía tener que
determinar el sistema del palo, si es que representaba algo para
sostener al prisionero en el Campo de trabajo. Y como está condenado
a trabajos y no percibe salario, y como el individuo cuando entra tiene
una familia, tiene una novia, tiene un hijo con los cuales querría
relacionarse por escrito o comunicándose, y tiene una pasión o un vicio
que es eterno y, sobre todo, se acrecienta en la vida de encierro, que
es el tabaco, yo sostenía al individuo, con nuestro régimen legislado, ya
hecho ley, de una manera sencilla: en el Campo de trabajo cada
segundo de la vida del individuo representa una emoción de sus
pasiones generosas o malas y de sus vicios, y buscaba lograr que
hiciese una vida diaria de normal trabajo, no de trabajo brutal: lo que
hacéis vosotros, acaso menos. De normal trabajo y por él se le asignaba
una bonificación semanal de cincuenta céntimos por día, con Jo cual él
podía comprar el papel y los sellos y escribir a su familia, si es que tenía
deseo de ello, dando satisfacción a esta pasión tan humana y generosa.
Y podía comprar también el tabaco, si es que le dominaba este vicio
que tanto apasiona la vida del hombre. A base de esto es posible
sostener 24 horas a un hombre en una perfecta conducta y en un
trabajo normal. Veinticuatro horas se le sostenía minuto a minuto,
pero una semana es más de un día, son siete días y había que
someterlo la semana, porque aquel que ganase no más de tres o cuatro
bonos a la semana, como ya tenía seis reales' o dos pesetas para sellos,
para papel y para tabaco, podía permitirse el lujo de comportarse
malamente, de trabajar malamente el resto de la semana y hacernos
obligatorio el tener que maltratar. Había que darle un estímulo para la
semana, y aquel que había ganado los seis bonos semanales de buen
rendimiento de trabajo y de conducta, al llegar el domingo se le daba
más, se le daba un día de libertad que le servía después, para serle
bonificado a la hora de tener que salir. Esto le sostenía un día y otro, y
le sostenía también en todo el periodo semanal.

***

» Pero el año es más largo, lo sabemos los que hemos vivido la vida de
las cárceles y de las prisiones. Así como es fácil sostener tres días al
prisionero mediante bonos y fracasar a la semana si no hay algo de
estímulo que sostenga al individuo para el domingo, lo mismo podía
ocurrir con el año. ¡Son tantas semanas! Había, pues, que sostener
también de una manera proporcional a aquél que por ejemplo,
teniendo treinta años de prisión o de Campo de trabajo, al cabo del
año había ganado 52 bonos de extinción de pena que significaban 52
semanas de buena conducta y de trabajo normal, y por ello se le
otorgaba, a más de los 52 días, un año de libertad. Esto, sumado a la
libertad condicional, de la cual no se les priva, aun cuando no se le
concediese amnistía, da lugar a que cualquier condenado a 30 años de
Campo de trabajo, sin ser apaleado, trabajando normalmente, viviendo
dignamente, podía extinguir esa pena de 30 años, en seis, siete, ocho,
nueve o diez años, según su conducta. Nada en el mundo de tan
avanzado, aun cuando tiene sus antecedentes. Siempre el pueblo
puede ser más clemente que el propio gobernante, pero el ministro de
Justicia hizo cuanto tenía que hacer. Si mañana, al pueblo le parece,
después de la victoria, y solamente después de la victoria, que todavía
nueve años de Campo de trabajo es demasiado y quiere dar la
amnistía, el pueblo es soberano, el pueblo es el supremo legislador y
sea él quien se muestre más generoso que el propio ministro, aun
cuando haya sido el ministro de Justicia más generoso de todo el
mundo.

» Y entramos en la nueva etapa del año que tenía que convertir en


realidades aquellas promesas de la conferencia del 31 de diciembre, y
empezamos suprimiendo el arancel judicial. Para la generalidad de la
masa española eso tiene muy poca importancia, pero el arancel judicial
venía a ser en síntesis lo siguiente: todos los funcionarios del Ministerio
de Justicia, desde el secretario hasta el último empleado de las
Secretarías, no tenían un sueldo fijo, percibían en concepto de
aranceles aquello que buenamente les quería dar el secretario, que era
en resumen el gran camarero del cabaret, que se quedaba con la parte
mayor de todas las cosas que se extraían en materia de justicia. Y
convenía que se suprimiesen los aranceles judiciales. ¿No estábamos
haciendo una revolución y una revolución proletaria? ¿Qué menos
podía hacerse que proletarizar a los funcionarios de justicia? Pero es
que esto tenía otra alcance, es que antes la justicia era distinta, la
justicia era pausada y la justicia era inmoral en su funcionamiento,
porque al secretario del Juzgado le convenía, le interesaba prolongar
citaciones, acumular papeles, acumular muchos papeles, porque cada
citación, cada legado de papel tenía que pagar en concepto de arancel
una parte muy importante de la economía individual. Y era un
verdadero robo y saqueo del ciudadano, del hombre del pueblo, que
en vez de acercarse a la justicia para obtenerla y conseguirla, lo que
hacía era acercarse a un antro de inmoralidad, a un antro de
prevaricación. Había, pues, que obtener beneficios para el obrero y
para el pueblo en general. » No vayáis a creer que este hecho no tiene
importancia. Tantas veces como los ministros de Justicia se
propusieron suprimir los aranceles, fracasaron, ni con parlamento, ni
sin parlamento, porque las rentas de los secretarios judiciales eran tan
cuantiosas, que alcanzaban cifras de miles de duros al año, y para no
perder esa enorme bonificación, corrompían las altas esferas de la
gobernación de España y nunca prosperaba ese propósito saneador y
justo de dar al proletariado de la justicia un sueldo seguro, fijo para
mientras trabajaba y un retiro para el día en que dejara de trabajar.

» En fecha 19 de enero se aprobó un decreto autorizándome para


presentar a las Cortes un proyecto de amnistía total. Y en 25 de enero
del año 1937, el decreto de amnistía total aparecía promulgado. No
hacíamos más que legalizar solamente una pequeña porción de tierra
antifascista española que conservaba presos comunes en las prisiones.

» En el resto de la España antifascista, los presos comunes habían sido


libertados por la acción espontánea del pueblo. En el País vasco, a
pesar de los pesares, aun cuando lo solicitaban y pedían ir a los frentes,
todos los presos comunes continuaban en sus prisiones. Y hubo
necesidad de hacer justicia a los unos y a los otros. O se ponía en
prisión a todos aquellos que habían salido a la calle por la acción del
pueblo, o se ponía en libertad aquellos a quienes se negaba ésta.
Porque la honradez pide unidad de pensamiento y de acción en el
gobernante y no podía consentirse, sobre todo en justicia, que hubiera
dos clases de presos a los que se diera distinto trato. Y se dio la
amnistía saliendo aquellos presos del País vasco. Al mismo tiempo se
legalizaba la situación de todos los ciudadanos de la España antifascista
que, por desgracia de su vida, habían tenido que ir a la cárcel.

***

» El 4 de febrero de 1937 aparece un decreto otorgando a la mujer la


capacidad jurídica. Todo esto sin ruidos. Se iba haciendo una nueva
legalidad. ¿Cuán tas mujeres de España se han enterado que desde el 4
de febrero son mujeres libres? ¿Cuántas lo saben? Sin embargo, en el
Ministerio de Justicia se corrió al encuentro de la mujer y, lo supiese o
no, se le concedía la capacidad civil que de hecho es la capacidad
política. Porque pensad vosotros en el contraste y el absurdo que
suponía que hubiese una mujer casada, que fuese elegida alcaldesa,
diputado, ministro, que hiciese leyes y que, en cambio, no pudiera
disponer de ella en el concepto civil ni de sus bienes. No podía ni
siquiera salir de casa sin el permiso del marido. Si quería viajar no podía
hacerlo. Si quería sacar un pasaporte no podía hacerlo. Era de hecho
una esclava, aunque la República le había conferido el derecho de votar
y de ser elegida, algo que no tiene importancia en la mujer y en el
hombre, porque lo que tiene importancia en ambos es algo que es más
positivo que los derechos de tipo político, que son abstracciones para
ser ejercidas una vez cada cuatro años o una vez cada cinco. Pero la
acción civil de la mujer tiene que ser ejercida cada momento, cada
minuto, cada día, desde que nace hasta que muere.

***

» En la misma fecha dimos un decreto legalizando las uniones libres de


los milicianos muertos en la lucha contra el fascismo. No necesita esto
muchas explicaciones. También surge aquí el estímulo de las familias y
el derecho indiscutible que tienen todos cuantos, queriéndose, el
hombre en la guerra y la mujer en la ciudad, en la retaguardia,
sabiendo aquél que podía morir, vivían libremente unidos no pensando
en materialidades. Pero pasamos por el lado del hambriento y no nos
detenemos a preguntarle si es un hijo de un miliciano muerto que no
estaba casado. Pasamos junto a una compañera abandonada, y no le
preguntamos si es la compañera de un miliciano muerto que no estaba
casado. De eso no nos preocupamos. Y la ley concedía solamente el
derecho a percibir dignidades y apoyo material a la compañera y a los
hijos de aquellos que murieron en el frente y que estaban legalmente
casados.

***

» Y vamos a terminar la parte constructiva del Ministerio de Justicia,


diciendo que el 13 de mayo se dio un decreto ampliando funciones de
los Tribunales populares. Este ha sido un decreto largamente
trabajado. Es decir, que aun cuando toda mi simpatía personal estaba
cerca del presidente y ministro de la Guerra, camarada Largo Caballero,
aun cuando se ha dicho que los de la CNT y Largo Caballero formaban
una piña, una conjuración en el seno del gobierno, y esto no ha existido
-la prueba está aquí-, el camarada Largo Caballero presentó un decreto
sosteniendo y volviendo, para muchos equivocadamente, a la antigua
ley de Jurisdicciones, sometiendo a fuero especial, a fuero de guerra, a
todos los militares, por todos los delitos e incluso a los paisanos. Y si
cada cual en su papel de gobernante y en su conciencia mantuvo, como
siempre, su punto de vista en el seno del gobierno, aparte mi simpatía
y respeto para él, sostuvimos una lucha de cerca de tres meses, él
aferrado a sus puntos de vista y yo defendiendo el fuero único.

» Yo no cedí. Yo sostenía y sostuve que no debe haber más que una ley,
nada más que una jurisdicción. Hay, sí, distintas ramas de trabajo útiles
y no útiles en la sociedad, pero la categoría del trabajo no puede dar
lugar, de ninguna de las maneras, a un derecho, a un tribunal y a una
ley exclusiva para cada una de las manifestaciones del trabajo.

» Hay militares, sí, pero para mí no son militares; para mí son


trabajadores de las armas de la guerra, como otros son trabajadores de
las armas de la paz, y civiles y militares se confunden porque si un
militar trabajador de las armas de la guerra es tal en el frente, el obrero
metalúrgico que hace las armas, es un trabajador de las armas en la
retaguardia. ¿Por qué hacer distingos, por qué reconocer privilegios?
Había siempre algo de despectivo en contra de la categoría civil en el
hecho de que existiese un fuero militar para determinados delitos os.
Era algo que nunca se había conocido hasta que las influencias
germánicas en el cristianismo no vinieron a trastocar la evolución
política y social de Europa.

» Se venció en esta lucha y quedan solamente sometidas al fuero de


guerra las que podríamos decir medidas disciplinarias por delitos
cometidos sólo y exclusivamente por militares en actos de servicio.
Todo lo demás pasa a un solo fuero, al fuero civil. Y los tribunales
populares, que fueron creados para reprimir, para castigar la rebelión
fascista, se transforman y deben de entender desde entonces todos los
delitos que se cometen en España. Es decir, que el Tribunal popular,
que debía de entender solamente en la represión de la rebelión, y por
consiguiente era un ensayo condenado a desaparecer tan pronto la
rebelión fuese terminada, el Tribunal popular se incorpora de una
manera definitiva y para siempre a nuestra administración de justicia.
Hasta para los delitos comunes y mirado bien, para los delitos
comunes, en este decreto, que es confirmación de otro anterior,
llevamos a la práctica algo también muy avanzado, porque para el
delito común, como ya dijimos en nuestra conferencia del 31 de
diciembre, habían pesado conceptos que agravaban la situación de los
presos con procedimientos infames y penas excesivas. En este nuevo
decreto establecimos que la pena máxima para los delitos comunes no
será la de 30 años como existía antes de la revolución; la pena máxima
es de 15 años, con libertad condicional también, cumpliendo, como se
establece, esta pena en granjas y casas de trabajo y ciudades
penitenciarias, y hacer posible, con hechos y con realidades, una
verdadera transformación de aquel que por desgracia suya haya tenido
que delinquir y caer en manos de la ley.

» Acaso tenía razón el compañero López cuando dijo que en el seno del
gobierno, pocos avances se pudieron hacer en el sentido material de
las cosas que tenían un valor. Acaso sea verdad que todas las demás
conquistas que hay aquí son de un orden abstracto y teórico que no
quitan una peseta de uno para dársela a otro. Son derechos que se
reparten con buenas intenciones, que no merman las cajas de caudales
de nadie, ni del Estado ni del individuo. Puede llegar momento en que
termine esta incautación del Estado volviendo la propiedad a manos de
sus antiguos poseedores, lo que no podrá suceder si la transferencia de
la propiedad se inscribe en el Registro del Ministerio de Justicia, a
nombre de los Municipios y en usufructo de los ciudadanos, elementos
constitutivos de la municipalidad. Esta es la diferencia entre el
concepto alto de ía incautación y el concepto jurídico de la
transferencia del derecho de la propiedad.
» Hicimos algo más. A más de ministro de Justicia, compartí con el
presidente del Consejo y ministro de la Guerra, camarada Largo
Caballero, y los otros ministros que lo integran, la responsabilidad del
Consejo superior de Guerra.

» En el Consejo superior de Guerra, de la marcha y funcionamiento de


la guerra en general teníamos todos nuestra responsabilidad o nuestra
gloria, porque ahora hay un ejército que antes no lo había. Ahora hay
un elemento capaz de contener, que era lo que importaba, pues
cuando fuimos al gobierno no teníamos nada y corríamos siempre por
todas partes. El elemento, pues, indispensable de la victoria, era, ante
todo, contener, para forjar después la máquina del ejército de la
victoria y de la ofensiva. El primer elemento se constituyó: está forjado
el Ejército. Obra es del ministro de la Guerra y de todos aquellos que lo
hayan apoyado o querido apoyar, de los componentes del Consejo
superior de Guerra.

» Por mi parte, he de explicar mi gestión. De mi lealtad con el ministro


de la Guerra no soy yo quien tiene que hablar. En todo caso, es el
Ministro de la Guerra quien lo hará y enjuiciará la obra de los que
estuvimos al lado suyo, y quien dirá si hubo o no lealtad.

» Yo me encargué de la creación de las Escuelas populares de Guerra.


Me encargué de ello, porque la primera Escuela popular de Guerra que
existía en España, la de Cataluña, fue obra y creación mía.

***

» Hicimos la Escuela de Guerra de Cataluña, y así me encargué de


organizar las Escuelas de Guerra de España. Dos meses después
teníamos cinco Escuelas populares de Guerra que podían dar y dieron
un rendimiento de tres mil oficiales cada dos meses. Indudablemente,
se pueden crear más, pero he de deciros que faltaban edificios, que
faltaban profesores, que he pasado verdaderas tragedias, pidiendo
militares capacitados y honrados para llevarlos de profesores, y no fue
posible, porque las Escuelas de Guerra se instituyeron para crear
mandos militares, porque no los teníamos, porque eran muy pocos los
mandos leales. Y lo importante es poder trabajar con pocos para llenar
los frentes. No vaciar los frentes para después, al cabo de tres meses,
haberles dado nuevos oficiales.

***

» Ahora bien; pensad vosotros en la importancia de estas Escuelas de


Guerra. La importancia revolucionaria y popular, porque antes de la
revolución podían concurrir todos los hijo s de la nobleza, los hijos de la
burguesía, y los hijos del proletariado, que era la manera graciosa que
tenía de conceder derechos la sociedad burguesa, derechos que según
decía, eran para todos iguales. Pero ¿cómo realizar estos derechos?
Para ingresar en una Academia militar se necesitaba pagar una
matrícula, se necesitaba pagar el vestuario, los estudies, la
manutención, dinero que solamente poseen para sus hijos los
burgueses, los capitalistas y los potentados.

» Yo creé unas Escuelas de Guerra y llamé al pueblo, a los campesinos,


a los metalúrgicos, a los marineros, a quienquiera de la clase obrera
que se creyera con derechos y conocimientos suficientes para integrar
los cuadros de mando del Ejército popular español. Y les pedía
solamente una cosa: el aval de las organizaciones y partidos del Frente
Popular. Nada más que eso. Y lo elemental para sufrir un pequeño
examen a que se les sometía, porque no creáis tampoco que se va a
hacer de un analfabeto un oficial de artillería, quien para tirar necesita
de unas tablas de matemáticas, y si no lo hace así, matará a sus
compañeros en vez de matar a sus enemigos.

» Los mandé a la Escuela sin pagar matrícula, sin pagar vestido, sin
pagar estudios. Y encima les dimos 12,50 pesetas diarias para que, si
eran casados, pudieran sostener a sus compañeras y a sus hijos. ¿Es o
no una obra revolucionaria? [...]»

JUAN PEIRÓ: «[...] ¿Qué era el Ministerio de Industria en noviembre


último? Pues, sencillamente, camaradas, el Ministerio de Industria en
noviembre del año pasado, al hacerme cargo yo del ministerio, era una
especie de agencia que únicamente se ocupaba de facilitar primeras
materias a aquellos que tenían dinero para comprarlas. Y como si esto
hubiese sido poco, para justificar la existencia de un ministerio, éste, el
de Industria, se ocupaba de un menester que ha venido ejecutando,
creo yo, hasta los presentes momentos. Y era el de facilitar todas las
primeras materias para las industrias de guerra, y no solamente eso,
sino que se ha preocupado, por lo menos mientras yo he estado en él,
de ayudar a la organización y a la creación de industrias de guerra.

» Pero nada más, camaradas. Sin embargo, en España, teníamos la


industria, todas las industrias, al borde de un abismo. Algo que si
queréis podría calificar de cosa natural. Se produce un movimiento
faccioso que no por ser esperado tenía que dejar de sorprender por la
magnitud que había de alcanzar su desarrollo. Las grandes empresas
capitalistas, la mayoría de las cuales estaban comprometidas en el
complot fascista, desaparecieron de España, o por lo menos de la zona
leal, abandonando las industrias. Los burgueses, los propietarios,
comprometidos igual mente en este movimiento faccioso, desertaron
todos de sus puestos y lo dejaron todo abandonado.

» ¿Cuándo y cómo el gobierno de la República se había preocupado de


encauzar la movilización de esas industrias que quedaban paralizadas?
Yo he de deciros una cosa: el día 2 de agosto, el Ministerio de Industria
y Comercio promulgó un decreto por el cual se iba a la intervención de
las industrias que hubiesen sido abandonadas por sus empresas o
patronos, patronos y empresas que al abandonar sus intereses no lo
podían hacer por otra razón que por la sencilla de estar
comprometidos en el movimiento. Esta intervención, que en unos
momentos dio resultado, pero que en otros lo dio totalmente negativo,
aconsejó al propio tiempo el tener que derogar aquel decreto. Y las
industrias abandonadas por sus empresas y patronos, las abandonadas
por empresas y patronos que no tenían capital para hacerlas funcionar,
de estas empresas nadie se preocupaba. ¿Y qué es lo que pasaba en
estas industrias, camaradas? Pues pasaban cosas muy grandes, a las
cuales nadie daba importancia.
» En primer lugar había industrias controladas cuyo control se traducía
en una interferencia de gestión que lo realizaba todo. Por otra parte,
había industrias incautadas, que por el hecho de haberlo sido de una
manera improvisada, en lugar de conservar la economía se hundía de
un modo casi vertical. Por otra parte, había industrias colectivizadas
que se encontraban en el mismo caso, pero había un caso muy
significativo todavía, y es que existían industrias incautadas, industrias
controladas al frente de las cuales estaban todavía los antiguos
patronos que, muy lejos de hacer nada para que la economía de
aquellas industrias prosperase, como era su deber hacerlo, lo que
hacían era arramblar con parte de esta economía producida por
aquellas industrias y llevarla al extranjero. Nadie, absolutamente nadie,
se preocupaba de cortar esta evasión de capitales. Y esto llegó a un
momento de tragedia que había que resolverlo.

» Llegaron al Ministerio de Industria, en el mes de enero, a sumar más


de 11 000 las instancias solicitando que el Ministerio de Industria se
incautase o por lo menos interviniese en las industrias representadas
por estas 11 000 instancias. ¿Y sabéis lo que suponía la petición de
incautación o intervención que se formulaban en estas 11 000
instancias? Pues suponía once y pico mil petición es de ayuda
económica al Ministerio de Industria y éste no tenía una sola peseta
para corresponder, no ya a la petición de estos obreros, de estos
trabajadores que acudían al Ministerio de Industria en solicitud de
apoyo económico, sino para salvar la economía de las industrias que se
estaban hundiendo.

» Porque se da el caso también de que había industrias que, al quedar


abandonadas a merced de los trabajadores, incapacitados éstos para
improvisar todo aquello que es indispensable para dirigir y administrar
una industria, habíase hundido su economía y en cambio aquellos
obreros no estaban en condiciones de dirigir y administrar aquella
industria. Y no era lícito, no era conveniente, ni siquiera tolerable, que
unos hombres que habían destruido una economía ensayando,
creándose una capacidad para dirigir y administrar la propia industria,
cuando ya habían conquistado este grado de capacidad, se les dejara
abandonados y se dejara que aquellas industrias se hundieran por falta
de un pequeño capital con que desarrollar la nueva actuación de
aquellas industrias.

***

» ¿Cuál fue el procedimiento para terminar con esta situación? Pues,


sencillamente, estudiar un proyecto de colectivización de las industrias,
no un proyecto de colectivización que adoleciera de un vicio
centralista, como otro proyecto de colectivización que todos conocéis;
yo estaba elaborando un proyecto de colectivización de las industrias
basado en la concepción federalista, y mientras estaba dando el último
toque, tuve ocasión de celebrar una entrevista con Largo Caballero, a la
cual asistieron los tres ministros restantes de la CNT. Y al hablar del
problema agudo, grave, gravísimo, de la economía de las industrias, yo
insinué que había que presentar un proyecto de colectivización, porque
no conocía otro modo, otra manera de poner orden en la industria y de
conseguir que el gobierno de la República tuviera un derecho legítimo
sobre la economía de las industrias.

» Y cuando yo insinué este propósito, Largo Caballero, hombre que en


esta ocasión demostró el sentido revolucionario que presidía su
actuación al frente de la República, hubo de decirme:

» -Mire usted, Peiró. Yo no soy de los que creen que cuando termine la
guerra España tiene que quedar tal como estaba el 18 de julio. Yo estoy
convencido de que el pueblo español, de que el proletariado español
está haciendo uno de los más grandes sacrificios y, por lo tanto, estos
sacrificios solamente pueden tener una compensación: la de que
España no retorne al 18 de julio. No creo yo que en España pueda
implantarse un régimen netamente socialista, pero sí creo que las
industrias tienen que ser colectivizadas y, por lo tanto, el trabajador, a
cambio del sacrificio de ahora, habrá de tener un derecho de gestión
en la dirección y administración de la industria. Pero, dese usted
cuenta de una realidad, y la realidad es ésta: Usted me habla de
colectivizar la industria nacional e intervenir la de capital extranjero,
pero usted puede tener la seguridad de que si hay empresas de capital
extranjero, los trabajadores, en cambio, son españoles, y cuando usted
colectivice la industria nacional, estos trabajadores españoles no
querrán tener en cuenta que trabajan para empresas extranjeras, y
querrán también colectivizar la industria en que ellos trabajan. Y como
ni usted ni nosotros podremos oponernos a esto que nosotros
habremos establecido como principio de justicia, ¿qué es lo que
ocurrirá? Inglaterra, Francia, Bélgica y otros países nos lo negarían
todo, pues ya ve usted que nos niegan aquello a que un gobierno
legítimo tiene derecho: a que se le den armas, a que se le ayude a
hacer frente y a apagar un movimiento faccioso. Y no lo tenemos, nos
lo niegan. Casi tenemos que defendernos con nuestras propias fuerzas.
Usted, igual que yo, conoce en qué situación está la industria de
guerra. Y bien, si nosotros aceptamos lo que usted propone, la
colectivización de las industrias, entonces nos encontraremos con que
esto, que todavía como caridad nos conceden los países democráticos,
como tendremos que lesionar intereses que les son propios, entonces
la ayuda quedará ahogada en absoluto. Y ¿cuál será nuestra posición?

» Yo no sé lo que vosotros opinaréis, camaradas, pero yo consideré


esta argumentación del camarada Largo Caballero como una
argumentación lógica, como una argumentación que se contradecía
con la realidad que vivía entonces España y hube de decirle:

» -Reconozco que es verdad lo que usted me dice y, por Jo tanto, voy a


desistir de mis propósitos de colectivizar la industria española. Pero,
camarada Largo Caballero, el problema queda en pie y es un problema
que hay que resolverlo. Cómo lo va usted a resolver?

» Y me contestó:

» -Están tan estropeadas las cosas, está todo tan echado a perder, que
ni siquiera sé yo Jo que se puede hacer. Usted que conoce estas cosas,
puede ver la manera de salir del paso.
» Y como había que salir del paso, de alguna forma, yo, aprovechando
algo que ya estaba hecho en el Ministerio de Industria, elaboré el
decreto del 22 de febrero, que se refiere a la incautación e
intervención de las industrias.

» Con absoluta buena fe, sin dejarme llevar de la pasión y de aquello


que ha sido el sentimiento de toda mi vida, coa la sinceridad con la cual
fuimos al gobierno de la República, yo traté de elaborar algo que los
mismos republicanos tuvieron que reconocer que era de un sentido
profundamente conservador. Y ¿cómo no había de serlo, camaradas, si
lo que se trataba de conseguir era salvar la economía nacional y ésta
no pertenece a la CNT, a la UGT, ni al Partido Comunista, ni pertenece a
nadie porque pertenece a todos?

» Una vez hecho el proyecto de decreto, lo llevé al Consejo de


ministros, y aquí, camaradas, empieza el calvario. Se reconocía que era
un Decreto en proyecto, desde luego profundamente conservador,
pero no se quiso darle el visto bueno si antes no pasaba por una
comisión interministerial que estaba compuesta por los ministros de
Hacienda, Comunicaciones, Trabajo, Obras públicas, Agricultura,
Comercio e Industria. Lo sometí a esa comisión interministerial, y para
que se aceptara el enunciado «incautación» nos pasamos toda una
sesión. Los republicanos, representantes de la pequeña burguesía, era
legítimo que se opusieran a la palabra «incautación», lo que no podía
explicarse en otros elementos que no representaban ni debían
representar por lo menos a la pequeña burguesía. Pero como la
palabra «incautación» era tan justa, tan lógica, que venía a recoger un
estado de hecho porque el Estado no iba a incautarse de nada, sino
que, en todo caso, se incautaba de algo que ya lo estaba, los que se
oponían a la palabra «incautación» tuvieron que convencerse, después
de consultar los diccionarios, de que no había otra palabra que la
palabra «incautación» porque era la propia para expresar el
pensamiento que contenía aquel proyecto de decreto.

» Para llegar a la segunda sesión, pasaron algunas semanas, y el


problema estaba allí en pie, y el problema se iba agudizando cada día
más, la tragedia era más honda, más profunda, y la economía española
se iba hundiendo. Y esto no decía nada a los camaradas que hoy
aparecen como los más grandes defensores de los intereses de España.

» Yo he de decir que el proyecto de decreto perseguía un objetivo


netamente colectivista. Recogía a todas las industrias, trataba de
establecer que las industrias prósperas cubriesen, con sus excedentes,
lo que dejasen en descubierto las industrias necesitadas. Esto, claro
está, requería, hubiese obligado a ir a la creación de un Banco
Industrial, no de un Banco de crédito industrial como el que ahora
existe, del cual hablaré, sino de un Banco industrial que viniese a llenar
las funciones exigidas, impuestas por las trágicas circunstancias
económicas, industriales, políticas y sociales que vive España. Y para
esto, para echar eso abajo, pasamos otra sesión, pero ya se había
triunfado. Entonces el proyecto de decreto quedaba como un
esqueleto indecente, sin pies ni cabeza, que yo hube de enmendar al
dictar las normas de su aplicación. El que haya leído las normas de
aplicación del decreto del 22 de febrero, y que hace referencia a la
incautación e intervención de las industrias, verá que en su espíritu
reside algo profundamente revolucionario, algo que venía a recoger el
presente y dejaba el camino libre, llano, a todas las contingencias
económicas, industriales, políticas y sociales que pudieran venir luego.

» Pero, ¡ah!, camaradas, yo tenía posibilidad de enmendar aquello


cercenado, por medio de las normas de aplicación, pero con un decreto
y unas norma s de aplicación yo nada podía hacer, si no iba seguido
todo ello de un decreto por el cual se le concediera un crédito. El
crédito se me concedió. Un crédito de 30 millones de pesetas para que
yo pudiera prestar ayuda a las industrias que lo necesitasen, pero he
salido del Ministerio de Industria sin haber podido hacer uso de esos 30
millones, porque, claro está, de la misma forma que yo encontré la
manera de enmendar la plana escrita por la comisión interministerial,
el ministro de Hacienda encontró también la manera de dificultar el
que yo pudiera dar parte de esos millones a las industrias necesitadas.
» Y veréis cómo. Al final del decreto por el cual se me concedían los 30
millones para ayudar a la industria, había un artículo que decía:

« Para la aplicación de estos 30 millones de pesetas, el ministro de


Hacienda y el de Industria, de común acuerdo, dictarán unas normas.»
Y pasaron unos días, bastantes días, y en todos ellos el Ministerio de
Industria atendía a la presión de un sinfín de comisiones que venían a
pedir la ayuda del Ministerio y yo no les podía conceder ni una peseta,
por la sencilla razón de que no la tenía. Reclamé día y hora para
reunirme con el ministro de Hacienda, con el fin de ultimar el proyecto
sobre normas de aplicación de los 30 millones. Me contestó que ya me
avisaría. Y a los pocos días recibí las normas dictadas ¿por quién?,
dictadas por el Banco de Crédito Industrial, el cual, de los 30 millones
de pesetas en metálico, únicamente otorgaba 24. Esto quiere decir
que, por de pronto, este Banco ya se metía en el bolso seis millones, y
también que de los 24 millones restantes había que pagar el 6 por
ciento de intereses.

» Yo soy un hombre modesto, un hombre comprensivo, un hombre


incapaz de decir una palabra que pueda zaherir a nadie, pero soy un
hombre que comprendo que cuando hay algo que no puedo ni debo
consentir, no lo consiento. Y dije que no me atenía a otras normas que
a aquellas que redactáramos el ministro de Hacienda y yo. Además, le
dije al ministro de Hacienda que yo quería, no 24 millones, sino 30
millones, y si los daba o no el Banco de Crédito Industrial me era
completamente indiferente, pero que estos 30 millones tenían que ser
administrados a base de un interés recíproco, es decir, que si el Banco
cobraba un interés por la administración de estos 30 millones, como yo
tenía que sacar pesetas y parte de esos 30 millones había que
revertirlos luego al Banco, también quería intereses. Estos intereses no
los quería para mí, no los quería para el Ministerio de Industria; los
quería sencillamente en beneficio del Estado. Y esto, en el Consejo de
ministros, en el cual se produjo la crisis, todavía promovió debate,
porque el ministro de Hacienda, sin ton ni son, arremetió contra
determinados ministros, entre ellos yo, y al echarme en cara que si las
normas no estaban redactada s y puestas en vigor era por culpa del
ministro de Industria, en defensa propia, hube de decirle:

» -No, camarada Negrín. No es por culpa del ministro de Industria. Lo


convenido era que las normas tenían que ser redactadas por usted y
por mí de común acuerdo. Y vinieron las normas que usted mismo tuvo
que confesar que habían sido redactadas por el Banco de Crédito
Industrial, de cuya personalidad nada tengo que decir, pero mientras
yo he esperado a que usted me señalara día y hora para reunirnos, con
objeto de dictar estas normas, hace pocas horas usted me ha dicho:

« Hágalo usted mismo, haga usted un proyecto de esas normas y luego


las veré y, si estoy de acuerdo, las firmaré.»

» Y precisamente se produjo la crisis en el momento en que se estaban


redactando las normas para la aplicación de los 30 millones de pesetas
que yo quería y que yo no hubiese tramitado sino a base de una
administración honrada y leal, como debe ser la de un dinero que es
del Estado.

» Además, quizás tengamos que arrepentirnos de ser o de haber sido


demasiado honrados. Quizás tengamos que arrepentirnos de haber
hecho una obra demasiado patriótica, con miras a los intereses de
España, porque el decreto de incautación e intervención de las
industrias no perseguía otra finalidad, además de salvar la economía de
España, que la de atraernos a los Comités de control y a los Comités de
empresa, con objeto de encauzarles por un camino de eficacia, por un
camino por el cual se diera la sensación de capacidad.

» Yo he sospechado, todavía sospecho ahora, que lo que no interesaba


era que los trabajadores, convertidos en gestores de las industrias,
dieran algún día muestras de capacidad suficiente, que les concediese
títulos mañana para decir, a quienquiera que fuese que para hacer
marchar la industria, para levantar la economía de España, no eran
necesarios los burgueses, no eran necesarios los capitalistas.

***
» Carente España ele divisas y teniendo fuentes naturales de primeras
materias de productos que podían facilitar al gobierno español
estas divisas que le faltaban para la compra de material de guerra,
se explica que yo pusiese tenaz empeño en que las minas de
plomo y las fundiciones de plomo intensificasen su producción hasta
el máximo posible. Visité las minas, visité las fundiciones y pude sacar
la convicción profunda, cierta, de que las empresas mineras, de que las
empresas que tenían fundiciones que benefician el material de plomo,
saboteaban al gobierno de la República. Yo saqué de la primera
impresión, motivos, razones mas que suficientes para incautarme
inmediatamente de las minas y ponerlas en manos de los trabajadores
bajo el control del Estado. Pero teniendo en cuenta que una parte de
estas minas están en manos de empresas extranjeras, quise
reflexionar, reflexioné e hice las advertencias que yo entendía eran
necesarias. Llamé a Valencia a los trabajadores mineros, a los
metalúrgicos que trabajan en las fundiciones que benefician el mineral
de plomo, llamé a las Empresas y les expliqué los motivos por los que el
gobierno español tenía necesidad de que estas minas diesen el máximo
rendimiento y de que las fundiciones pusiesen en movilidad todos los
elementos que tenían en sus manos.

» Yo visité fundiciones y la que más tenía una tercera parte de los


hornos en funciones. En los patios, en los almacenes, había centenares
y centenares de toneladas de mineral de plomo. En las bocas de las
minas había centenares de toneladas de mineral de plomo. Tanto es así
que había empresas que no podían pagar el salario de sus trabajadores.
Visité una fundición, que aparte de no llegar a una tercera parte de sus
elementos en funciones, tenían los hornos de la explotación hacía ya
muchos meses paralizados. Yo hube de decir que el Estado, que el
gobierno español necesitaba que, al mismo tiempo que se beneficiaban
los minerales de plomo, se explotase el plomo porque éste era
necesario al gobierno. Y después de pasarme tres meses rogando y
rogando, me encontraba con que las Empresas se reían del ministro de
Industria, y al reírse del ministro de Industria se reían del gobierno de
la República.

» Y como yo soy un hombre modesto, incapaz de zaherir a nadie,


incapaz de faltar lo más mínimo a nadie, no estaba dispuesto a
consentir que nadie se burlase de mí y del gobierno español, de la
República ni del pueblo que está dando su sangre en defensa de la
libertad. Y me decidí, no a incautarme, sino a intervenir las minas,
porque verdaderamente era el único medio de lograr la intensificación
de la producción y facilitar al ministro de Hacienda una parte de las
divisas que muchas veces le negaban porque no las tenían. Y cayó en
mis manos una carta que es una de las muchas pruebas de que la
Compañía o la Sociedad Minero-Metalúrgica de Peñarroya está en
relación con los facciosos. Y al tener esta prueba, aunque la Empresa
sea extranjera, el gobierno de la República tenía medios legales, no
solamente para incautarse de las fundiciones, sino para expropiarlas de
una manera absoluta y definitiva.

» Delante de esto y delante un sinfín de datos facilitados por los


propios mineros y metalúrgicos de esta industria, no cabía otra
solución que la de incautarse de las minas de la Sociedad Minero-
Metalúrgica de Peñarroya, e incautarse también de sus funciones. Y
claro está, así lo hice yo. Yo os pregunto a vosotros, si cuando se
tropieza con una empresa neta, francamente facciosa, como se puede
comprobar por medio de esta carta que acabo de leer, yo os pregunto
a vosotros si esta Empresa es merecedora de alguna consideración o,
por el contrario, es merecedora de que se le imponga la mínima
sanción de incautarse de aquello que, después de todo, ha sido
elaborado por el esfuerzo de los trabajadores y que se utiliza
principalmente para trabajar en contra de los intereses de los
trabajadores. Lo hice o lo estaba haciendo, cuando se produjo la crisis.

» Ya os habéis dado cuenta, camaradas, que, una vez producida la


crisis, el doctor Negrín se ha apresurado a derogar las disposiciones por
las cuales se hacía esta incautación.
» Cuando los ministros de la CNT fuimos a ocupar nuestros puestos nos
encontrábamos en seguida con el problema de las sales potásicas en
Cataluña. Al producirse el movimiento faccioso, las empresas mineras
de Sallent, Cardona y demás cuencas mineras, abandonaron éstas
porque estaban comprometidas en aquel movimiento. Nadie se
preocupó de las minas de sales potásicas de aquella cuenca, y como los
trabajadores tenían necesidad de vivir, se pusieron a trabajar por su
cuenta. Pero la extracción de potasa, si ésta no es vendida, es un
trabajo completamente en vano, y, por lo tanto, lo necesario era que
estas potasas tuvieran salida. Los mineros, por mediación de la
Generalidad de Cataluña, buscaron la manera de dar salida a esas
potasas, pero en cuanto salían de aguas jurisdiccionales eran apresados
los barcos que las conducían, embargadas las sales y, desde luego, el
Tribunal internacional daba la razón a aquellos que habían decomisado
las sales.

» Esto quiere decir que los mineros de Figols, Sallent y Cardona podían
trabajar, pero no podían exportar ellos, ni podía exportar el gobierno
de la Generalidad, porque el único capacitado para hacer el comercio
de exportación era el gobierno de la República.

» Yo no sé por qué causa hemos pasado un sinfín de meses queriendo


resolver este problema y no ha habido forma humana de poderlo
resolver. Pero, al fin, se encontró la forma. Yo voy a explicaros, con
toda sinceridad, la manera de encontrar la solución.

» Cuando ya los mineros de Cataluña se convencieron de que era


imposible hacer el comercio de exportación, se presentaron en
Valencia, ofreciéndose para solucionar el conflicto de forma
conveniente para todos. Como yo no tenía otra solución que la de
proceder a una incautación de las minas de sales potásicas, y como
tropezaba con la oposición del gobierno de Cataluña y con la oposición
de los mismos obreros que al estallar el movimiento sedicioso
quedaron abandonados, y fueron ellos los que tuvieron que organizar
el trabajo, y eran ellos solamente los que venían extrayendo las sales
potásicas de aquellas minas, no encontré otro camino que el de ir,
acompañado de una comisión de camaradas de la UGT y de la CNT, a
visitar al camarada Largo Caballero y plantear el caso con toda crudeza,
con toda sinceridad. Yo le dije a Largo Caballero:

» -Los mineros que hasta ahora han tenido las minas en sus manos, sin
que nadie se ocupase de su suerte, no quieren abandonar estas minas.
Por tanto, hay que buscar la manera de que las minas continúen en
manos de los obreros y de que pueda efectuarse la exportación de
estas sales potásicas, que tanto beneficio han de reportar a los
mineros, al gobierno de Cataluña y al gobierno de la República.

» Y entonces el camarada Largo Caballero, recordando su vida de


revolucionario, me dijo:

» -¿Tiene usted una solución?

» -Sí, la tengo, le contesté, y es que el Estado se incaute de las minas de


sales potásicas de Cataluña y que las entregue a los mineros para que
éstos sigan explotándolas como hasta ahora; que los mineros estén
autorizados para realizar el comercio interior de aquellas sales; y para
los efectos del comercio exterior de las mismas, que ha de reportarnos
grandes cantidades de divisas, que tanta falta nos hacen, debemos
crear un organismo donde estén representados el gobierno de la
Generalidad, el gobierno de la República y los obreros mineros.

» Largo Caballero me dijo:

» -Si usted, para resolver este estado de hecho, presenta un decreto,


no seguirá adelante; le saldrán al paso y este problema que urge tanto
resolver, quedará insoluble como hasta aquí. Atrévase usted a hacer
esto por Orden y luego ya hablaremos.

» Y yo lo hice así. Ya tenía resuelto el problema de las sales potásicas


de Cataluña, pero ahí están ahora en Valencia los trabajadores mineros
de aquella cuenca, y, a pesar de los días transcurridos, aquélla está
abarrotada de millones de pesetas en sales potásicas; están también
los mineros saturados de pedidos y estas sales, que, llevadas al
extranjero, tendrían que retornar aquí convertidas en divisas, allí están
completamente paralizadas y me temo que las cuencas mineras del
Alto Llobregat sufrirán la misma suerte que han corrido las demás
minas.

» Todo ello que significaba precisamente el encauzamiento de un


estado de hecho que venía a favorecer de una manera notable a la
economía nacional, todo esto será derogado. ¿Y no habrá en su lugar
nada que edificar sobre esto que se destruye? Yo no lo sé. Me temo
que lo que se trata de edificar chocará con toda la resistencia de unos
trabajadores que durante diez meses no han abandonado las minas,
que las han mejorado y que al no poder exportar las sales potásicas,
por lo menos se han preocupado de mejorar aquella cuenca dotándola
de caminos, que las empresas no se preocuparon nunca de realizar.

» Hay otra cosa que yo quería hacer y no he podido: lo que se refiere a


las industrias eléctricas. Estas, desde un principio, han sido intervenidas
por el Ministerio de Industria, pero lo han sido de una manera tan
platónica que podríamos asegurar que la intervención no ha resuelto
nada. La dirección y la administración de esta riqueza nacional ha
estado siempre en manos de las organizaciones sindicales, pero como
estas industrias son una de la:; pocas industrias prósperas que quedan
en España, esta misma prosperidad ha siclo, precisamente, la que ha
llamado la atención, no solamente de los municipios, sino de los
propios gobernadores civiles -la CNT no tiene ningún gobernador civil-,
que han querido provincializar, que han querido municipalizar unas
industrias, que, si algo hay que hacer en ellas, es nacionalizarlas. Por
esto, para evitar un conflicto que ya se planteaba, de estos organismos
sindicales frente a los Consejos municipales y frente a los gobernadores
civiles, yo tuve que dar, en los últimos días de mi estancia en el
ministerio, una orden en la cual se disponía que esas industrias
eléctricas continuasen en manos de las organizaciones sindicales, ya
que, hasta ahora, éstas habían dado muestras de una capacidad
suficiente para administrar y dirigir estas industrias. Lo que yo iba a
hacer ahora era precisamente nacionalizar la industria eléctrica;
nacionalizarla en forma que yo conceptúo que es la única que podemos
aceptar los trabajadores.

» Aunque sea una pequeña digresión, he de recordar aquí que he


tenido que sostener una empeñada lucha con determinados sectores,
porque a diario querían coaccionarme en el sentido de que fuera a
nacionalizar las industrias. Yo no podía nacionalizar las industrias, por,
que, después de todo, yo, en el gobierno, no era más que mandatario
de una organización que es contraria a la nacionalización según los
antiguos usos. Pero como la realidad es siempre la realidad, y como
aquí hay industrias que es forzoso en unas nacionalizar, en otras
municipalizar, yo me proponía nacionalizar la industria eléctrica de la
única forma, repito, que yo conceptúo que pueden admitirla los
trabajadores: nacionalizar la industria, pero dejando su administración
y su dirección en manos de las organizaciones sindicales, no en manos
del Estado. Al Estado, el único derecho que yo le reconozco, que le he
reconocido y le reconoceré siempre, es que ejerza, sobre esta industria
nacionalizada, administrada y dirigida por los trabajadores un sistema
de control con objeto de fiscalizar de qué forma se administra lo que,
después de todo, es un patrimonio nacional.

» Por ejemplo, tenemos aquí un Consorcio del plomo, compuesto por


unos señores que se pasan casi todo un mes durmiendo y que un buen
día, durante el mes, se reúnen para determinar el precio del plomo.
Unos señores que cobran unos sueldos considerables y en nada
benefician los precios del plomo. Este organismo yo lo iba a destruir
creando una Comisión nacional del plomo en la cual estuviesen
representados los intereses de la minería del plomo y en la que
tuvieran participación todos los trabajadores. Este decreto ha sido
aprobado por un Consejo de ministros, pero no ha podido ponerse en
vigor porque el ministro de Industria tenía que ponerse de acuerdo con
el de Hacienda para modificar una base, la base novena, de su
reglamento, en la cual trata la forma de facilitar una masa de maniobra
a esa Comisión nacional del plomo con objeto de hacer el comercio
interior y exterior.
» Pero como las cosas han ido como han ido, como las cosas han ido
como tenían que ir, han pasado, antes de que se produjera la crisis, t
res semanas, y los ministros de Industria y Hacienda no se han podido
reunir. El ministro de Industria ha tenido que abandonar el ministerio y
esto, que venía a rectificar una injusticia enorme, esto, que beneficia a
los trabajadores, porque les da una participación directa en los
beneficios de la explotación de la minería española, esto ha quedado
sin efecto, y a pesar de haber sido aprobado en un decreto, ya no se
realizará.

» Y así, si no temiera hacerme más pesado, os podría exponer un sinfín


de casos interminables, de una trascendencia enorme. Podría deciros
que, a cada iniciativa presentada por el ministro de Industria, hemos
tropezado con un sabotaje muy cordial, muy amistoso, pero sabotaje al
fin. Muchas cosas han quedado por realizar, después de ser aprobadas,
porque no hemos tenido los medios necesarios para realizarlas. Y así se
va escribiendo la historia. Voy a terminar.

» Lo interesante, por si a ello hubiera dado lugar, es que era necesario


quitar este sabor de boca que alguien pudiese tener. La Confederación
Nacional del Trabajo ha aceptado una responsabilidad de gobierno y la
ha aceptado con entera sinceridad, renunciando a casi todos sus
postulados, ateniéndose a la realidad de esta hora histórica que vive
España. Tanto es así, que yo puedo decir que, de tan sinceros que
hemos sido, nos hemos comportado como unos perfectos ingenuos y
de esta ingenuidad han querido sacar partido aquellos que quizá
estuvieran interesados en no sacar tanto partido.

» Se ha especulado con la ingenuidad, con la sinceridad y con la buena


fe de los ministros de la CNT. Pero allá aquellos que han querido hacer
esta labor de deslealtad. A lo sumo podremos admitir que ellos se han
comportado tal vez de la única manera que podían comportarse, y que
también la CNT se ha comportada de la única manera que se podía
comportar.
» Por ahí todavía se va diciendo que la CNT no renuncia a sus
postulados, que la CNT trata de realizar una política totalitaria, que
trata inclusive de llegar al comunismo libertario. Y esto es tan incierto
como cierto es que nadie podría aportar ni una sola prueba, ni un solo
hecho que viniese a abonar la certeza de esta intención que se atribuye
a los hombres de la CNT.

» Arrostrando incluso las iras de nuestros propios camaradas,


arrostrando la ira de las masas trabajadoras que son las que sienten en
el fondo de su alma el aguijón de la tragedia que han provocado el
capitalismo y los militares traidores, nosotros hemos dicho que
habíamos de pensar menos en la revolución para pensar más en la
guerra, aunque hemos de reconocer que la guerra y la revolución son
dos cosas inseparables.

» Pero no muy lejos de todo esto que nos atribuyen, nosotros hemos
hecho declaraciones explícitas. Nosotros hemos declarado, ya antes de
que fuéramos al gobierno de la República -podría citaros textos- que
nosotros, los hombres de la CNT, creíamos que el fin de la guerra tenía
que cristalizar, tenía que plasmar en la instauración de una república
federal de tipo socialista, de una república que condensara eso que
nosotros conocemos por federalismo económico [...]»

FEDERICA MONTSENY: «[...] El presidente de este acto me ha


presentado destacando la significación de mi incorporación a la
actuación gubernamental, no tan sólo por la novedad de ser una mujer,
sino por mi significación personal en el movimiento obrero y anarquista
español. Hija de una familia de viejos anarquistas, descendiente de
toda una dinastía, por decirlo así, de ácratas, con una actuación y con
una vida de lucha en defensa permanente de unas ideas que heredé de
mis propios padres, mi entrada en el gobierno, la aceptación del cargo
a que quiso llevarme la CNT, había de significar algo más que el mero
nombra miento de un ministro. Los demás partidos, las demás
organizaciones, los demás sectores no pueden comprender cuál fue la
lucha interna en el Movimiento y en las propias conciencias de los
militantes que la incorporación de la CNT al gobierno había de
representar y representó para todos nosotros. No pueden
comprenderlo, pero el pueblo lo comprende, y caso de que no
comprendiera, debe saberlo. Debe saber que para nosotros, que
habíamos luchado permanentemente contra el Estado, que habíamos
hablado permanentemente de que desde el Estado no podía hacerse
absolutamente nada, de que las palabras gobierno y autoridad
significaban automáticamente la negación de todas las posibilidades
libertarias de los hombres. y de los pueblos, la incorporación nuestra
como organización y como individuos a una obra gubernamental había
de significar, o una audacia histórica de fundamental importancia, o
una rectificación teórica y táctica de toda una obra y de toda una
historia.

» Cuando fui nombrada por la CNT representante de la misma en el


gobierno, estaba yo en el Comité regional de Cataluña. Había vivido
toda la etapa, toda la epopeya sin mancha alguna que va desde el 19
de julio hasta noviembre. Meses de embriaguez revolucionaria
absoluta. Si nosotros hubiéramos querido ir a la realización de nuestras
ideas en Cataluña, nada ni nadie se hubiera podido oponer a ello.
Estaba la producción en nuestras manos, estaba la distribución en
nuestras manos; no estuvo el gobierno de la Generalidad en nuestras
manos porque no sé hasta dónde, prudentes o escrupulosos, no
quisimos tomarlo. Esta es la realidad pura y escueta. Si alguna
responsabilidad hay incluso en esto, es haberse opuesto de una
manera tenaz y permanente al totalitarismo en todos sentidos, lo
mismo en el plano de las soluciones económicas que en el plano de una
actuación política cuando se tomó el poder de una manera decidida y
resuelta y pasando incluso por encima de nosotros mismos, buena
parte de esa responsabilidad me corresponde.

» Por encima de nosotros mismos, por encima de nuestros ideales, de


nuestra interpretación de las cosas, de las soluciones que para los
problemas teníamos, se nos planteó pura y exclusivamente uno: el de
la necesidad de mantener a todo trance la unidad de un frente de lucha
que no podía romperse.
» Y para nosotros, con un sentido de responsabilidad que habrían de
imitar y del que habrían de aprender otros sectores de la lucha de
España, la causa que aquí se ventilaba era vencer al fascismo, que se
iba extendiendo por Europa, por América, por todos los países, era algo
más importante que realizar nuestros propios ideales, porque nuestros
propios ideales satisfacían una necesidad, una aspiración de partido.
No podíamos comprometer la suerte del mundo entero a la
satisfacción, definitiva o transitoria, de una aspiración nuestra, de
partido.

Así actuamos nosotros. Así obramos nosotros, pero la experiencia de


cuanto había ocurrido a los anarquistas en otros países había de
plantear también en nosotros otra cuestión de fondo y de forma.
Nosotros no podíamos quedar al margen de la dimensión de España.
Nosotros no podíamos quedar en una colaboración platónica, por
cuanto sobre buena parte de nuestras fuerzas se levantaba la escasa
legalidad que en España había. Por lo tanto, para nosotros como
anarquistas y como movimiento obrero por encima de nuestros
propios ideales, por encima de nuestra propia finalidad, se antepuso
una nueva razón, de índole general también y de índole propia
orgánica nuestra; si bien no podíamos ni debíamos comprometer la
unidad del frente de lucha antifascista lanzándonos a intentos de
realizaciones libertarias de nuestros ideales, tampoco podíamos
quedar al margen de la dirección de la revolución española y de los
destinos de España. En el vado o en el puente. Y de una manera
decidida, consciente, sin rectificar nada de lo que representaba y
representa el credo de nuestras ideas, la CNT acordó intervenir en el
gobierno; un gobierno que para nosotros no podía ser un gobierno
como los demás, un gobierno que había de ser aglutinante de todas las
fuerzas antifascistas, que había de ser la suma de todas las voluntades
puestas en tensión para vencer al fascismo. Y así entramos en el
gobierno. Con una dosis incontable de ilusiones y de buenas
voluntades.
» Acostumbrados a otras actuaciones, acostumbrados a trabajar en los
sindicatos, a la actividad, a la propaganda, a la labor silenciosa y
constante de un movimiento que se hace y que se forma en la
oposición y que en la oposición trabaja; con una dosis de buena
voluntad, de entusiasmo, de respeto y de generosidad que otros
movimientos no tienen, nuestra entrada en el gobierno, había de
significar también el paso doloroso por una experiencia que ha de
sernos aleccionadora. ¡Cuántas reservas, cuántas dudas, cuántas
angustias internas hube de vencer yo personalmente para aceptar ese
cargo! Para otros, podía ser la meta, podía ser la satisfacción de
ambiciones desmedidas. Para mí no era más que el rompimiento con
toda una obra de mis propios padres. Había de representar para mí un
esfuerzo tremendo hecho a costa de muchas lágrimas. Y acepté. Y
acepté venciéndome a mí misma, y acepté dispuesta a lavarme ante mí
misma de lo que consideraba ruptura con todo lo que había sido, a
condición de mantenerme siempre leal, siempre recta y siempre
honrada, siempre fiel a los ideales de mis padres y de toda mi vida. Así
entré en el gobierno, y así salimos para Madrid. Y así llegamos a
Madrid.

» Toda mi vida recordaré -creo que de manera imborrable restará en


mi alma- el recuerdo de la salida de Madrid. Cuando el gobierno
decidió marchar venciendo todas nuestras reservas, venciendo la
oposición de nosotros cuatro, todos acatamos la decisión. Nos
habíamos comprometido a marchar. Era necesario marchar. Y lo que
era terrible y doloroso para nosotros es que era necesario marchar en
silencio, no decir nada a nadie.

» Estuve dos días en Valencia, y al cabo de ellos regresé a Madrid.


Regresé a Madrid porque yo, para trabajar, para actuar, para poner
entusiasmo y voluntad en lo que hago, necesito ante todo y sobre todo
sentir la estima de mí misma. Yo me sentía desestimada de mí misma.
Me parecía que había perdido mucho de mí misma y necesitaba
recobrarme; volver a encontrar el norte de mí misma. Todas estas crisis
morales un poco tontas, nadie más que nosotros puede
comprenderlas. Nadie más. Los que tenemos aún bastante juventud en
el alma para creer en las grandes cosas generosas y nobles, para creer
que el hombre, para creer que la raza humana es algo más que un ser
que se arrastra y que persigue sólo objetivos materiales, los que cada
noche hacemos examen de conciencia y nos preguntamos hasta dónde
continuamos siendo dignos de nosotros y de las ideas a las cuales
hemos vinculado nuestras propias vidas, somos los que podemos
comprender estos estados morales.

» En los días que estuve en Madrid aún no había empezado mi gestión


de gobierno. El ministerio se constituyó el 4 de noviembre; un
ministerio que no existía, pues fue hecho de retazos. Se hizo un
Ministerio de Sanidad y Asistencia que no existía. Se hizo
probablemente para que la CNT pudiera entrar en el gobierno y dentro
del gobierno pudiera hacer la menor labor posible. Sin embargo, yo no
estoy descontenta de la labor hecha ni por nosotros ni por los otros, a
pesar de todo. Ni por mi particularmente en lo que a mí respecta. No
había hecho nada en el ministerio. Estaba todo por hacer.

» Yo estuve en Madrid, diez, doce, no sé cuantos días. Días duros, quizá


los más difíciles. Días en que mi gestión personal se redujo a estar en el
Ministerio de la Guerra a compartir las angustias de aquellos primeros
días en que Madrid se defendía sin tener nada aún organizado. Días en
los que yo hacía de todo: hasta ir a Albacete a buscar cañones,
corriendo a través de la noche en un coche sola con el sobrino de
Miaja. De todo hice. Servía de esa manera a la causa, a una causa que
ya no era mía, a una causa que se confundía con el instinto de
conservación de un pueblo, precisamente en Madrid, donde
desaparecían las tendencias de partidos y organizaciones para impulsar
e imponerse la unidad de la especie contra ese enemigo común que
representaba todo cuanto el pueblo de Madrid sabía que hacían los
fascistas cuando entraban a saco, cuando entraban a muerte y a
degüello en los pueblos.

» Decía García Oliver en su conferencia que la labor más ardua, que la


labor más dura, que la verdadera estructuración de la victoria, la hizo
ese gobierno, el único auténtico gobierno de la victoria. Y es cierto
esto. Y es cierto porque la labor más dura, la más ardua, no es
precisamente ganar lauros militares teniendo un ejército organizado,
teniendo una aviación y una marina más o menos potente. Ganar
lauros, conseguir victorias, no es conseguirlas ni ganarlas cuando se ha
estructurado el instrumento que articula nuestras fuerzas.

» El mérito está en hacer algo de nada. Es hacer de unas milicias


desarrapadas, sin disciplina alguna, sin técnicos militares, porque la
mayor parte de los técnicos militares, cuando llegaban al frente se
pasaban al enemigo, un ejército, organizar y hacer unas fortificaciones,
preparar la posibilidad de la victoria para los que han venido luego a
recoger los frutos, para los que luego venían y se atribuían todo,
absolutamente todo el mérito.

» Constituir en estas condiciones un ministerio, debiendo ante todo


proceder a la movilización del personal para poder traerlo donde me
diera la gana, considerando al que no cumpliera las órdenes como
desertor e incurso en todas las responsabilidades que a los desertores
competen. Hacer esto representó para mí y para todos cuantos me
ayudaban, muchos quebraderos de cabeza, dificultades incontables. Y,
por regla general, las pequeñas dificultades son mucho más difíciles a,
vencer que las grandes. A las grandes dificultades, a los grandes
obstáculos, se pueden oponer y se oponen siempre las grandes
resoluciones y las grandes energías. Pero a la oposición lenta y sorda, a
eso, a eso hay que oponer una cantidad de paciencia incontable, y la
astucia propia de los gatos que esperan que el ratón salga.

» Después, yo llevaba a mi ministerio una serie de proyectos. Yo no


hacía como muchos, como hacen casi todos los ministros que
sustituyen a otro ministro, única causa de mi gestión, único y exclusivo
móvil de mi trabajo, el destruir lo que mi antecesor hubiera hecho. Yo
creía que tenía que hacer cosas nuevas, que destruir no construye, que
es necesario construir y a la vez que construimos seguir preparando el
terreno para los que luego vendrán. Tenía, además, propósitos; y el
primero de los propósitos era traducir en realidad, en el marco de
acción donde yo me desenvolvía, todo aquello que constituyen
acuerdos y propósitos de la Organización a que pertenecían. Eran
ensayos, ensayos desde luego audaces y que podían dar buen
resultado.

» Muchas cosas más podría decir; muchas más. Una esencial es que
nosotros, en política, fuimos absolutamente ingenuos. Nosotros
habíamos tomado en serio eso de utilizar el poder, de utilizar el paso
por el gobierno con un sentido constructivo y revolucionario. Nosotros
trabajábamos desde la mañana hasta la noche realizando todos los
trabajos. No teníamos tiempo que perder ni viajando ni celebrando
conciliábulos, ni intrigando ni haciendo camarillas políticas ni
preparando crisis.

» Cuando se produjeron los sucesos de Barcelona estábamos de tal


manera absorbidos por nuestras actividades, que nos sorprendió la
noticia, a nosotros primero que a nadie. No sabíamos absolutamente
nada. Se nos llamó a la Presidencia, y se tomó el acuerdo de resolver
las cosas sin violencia, de que fuesen a Cataluña dos representaciones
sindicales para ver de resolver el conflicto. Fueron esas dos
representaciones sindicales y se resolvieron las cosas teóricamente.
Prácticamente no se resolvían, porque no había el deseo de que fuesen
resueltas. El deseo que había era, por el contrario, que la situación se
prolongase, que fuese precisa una intervención violenta y armada, que
por Cataluña corriera la sangre y que hubiese quizás repercusiones
nacionales o internacionales del conflicto. Yo, incapaz de permanecer
pasiva, de permanecer al margen, me marché también a Cataluña.
Estuve en Cataluña ocho días, ocho días de trabajo permanente,
buscando la solución de todos los problemas y orientada por los
compañeros de mi Organización.

» Fuimos afortunados en la gestión. El asunto se resolvió bien. Fue una


lección y una experiencia para todo el mundo. Debió serlo, mejor
dicho. Y cuando regresé a Valencia, contenta, convencida de que
podíamos apuntarnos un lauro nacional e internacional, de que las
organizaciones obreras y el gobierno habían demostrado que tenían un
control absoluto sobre las masas, y que el gobierno, nunca como
entonces, estuvo valorizado al poder resolver sin efusión de sangre un
conflicto de formidable importancia, cuando yo regresaba
placenteramente convencida de que volvía vencedora, por un camino
cubierto de laureles, nos encontramos con que la crisis quedaba
planteada el mismo día de nuestra llegada.

» Es decir, que habían ocurrido cosas misteriosas, cosas que no


sabíamos nosotros cuatro, infelices ministros que estábamos en
Comercio, en Industria, en Justicia y en Sanidad y Asistencia social.

» Llegamos aquí. Llegué yo aquí; asistí al primer Consejo de ministros


que había y la crisis quedó planteada de la manera más absurda, más
curiosa, porque no se planteaba por una cuestión de orden público,
sino por mil cuestiones ya totalmente aparte y alejadas de los sucesos
de Barcelona. El hecho es que se planteaba, que se producía, que
dimitía el gobierno. Y el resto lo sabéis vosotros.

» Se constituyó el nuevo gobierno. La CNT no quiso tomar parte en él,


porque no se aceptaba la representación de las organizaciones
sindicales, y nosotros considerábamos que la incorporación de las
organizaciones sindicales a la obra del gobierno era de fundamental
importancia, de internacional importancia. Quedamos excluidos del
gobierno, y yo personalmente quedé con todos los proyectos, con
todos los propósitos, con todos los deseos de haber hecho grandes
cosas y no haberlas podido hacer, de desear continuarlas y realizarlas
en la medida de lo posible.

» Yo, anarquista, que rechazaba al Estado, le concedía un margen de


crédito y de confianza para hacer una revolución desde arriba.
Revolución moral, revolución social, revolución de conductas y de
costumbres. Y aquellos que habían de estarnos reconocidos porque
dejábamos la calle y la violencia y porque cogíamos la responsabilidad
en el gobierno encuadrándonos dentro de la legalidad que otros
hicieron, no han cesado hasta conseguir que nosotros, los
revolucionarios de la calle, volviéramos a la calle.

» Y ahora es éste el problema. La CNT está en la calle. No saben ellos la


terrible responsabilidad en que incurren al hacer volver a la calle sin la
responsabilidad de gobierno, una Organización y un Movimiento
poderoso que no han perdido nada en vigor ni en eficacia, sino que,
por el contrario, las han robustecido, adquiriendo una disciplina y una
coordinación que antes no tenían.

» En el fondo nos conocen. Saben cuál es el fondo de nuestra alma y


han aprendido a comprendernos a través de nuestras actitudes y de
nuestra lealtad permanente. Saben que nosotros no hemos
comprometido nunca ni comprometeremos jamás la suerte del fin de
la guerra y han ido especulando impunemente con esta lealtad y con
este sentido de responsabilidad nuestro. Porque ellos han provocado el
conflicto, y cuando nosotros hemos reaccionado cansados de aguantar,
entonces hemos sido nosotros los provocadores y, sin embargo, como
en el caso de Barcelona, y en todos los casos, hemos sido llevados al
conflicto que ha sido el final de un proceso de provocación
permanente.

» Ellos sabían que no perderíamos la cabeza, que queríamos también


luchar contra el fascismo porque conocíamos la lucha que en España se
libra y toda la importancia capital y la importancia histórica que ella
tiene. Y han especulado con esta comprensión nuestra. Y han real izado
un ensayo, el postrer esfuerzo, para impedir que en España una
revolución social se haga. Estaba hecha jurídicamente, estaba hecha
espiritualmente, estaba hecha orgánicamente en el momento mismo
en que el movimiento confederal intervino en la gobernación de
España. Porque ese es el problema de fondo, fundamental: las masas.
Hasta ahora las masas, ¿qué han sido? En las luchas entre el capital y el
trabajo la catapulta histórica que utilizábamos todos, absolutamente
todos los proletarios y hasta los sectores políticos para la lucha por la
consecución de los ideales. Hasta tanto no se ha creado una conciencia
de clases, hasta tanto las masas no han reconocido las conclusiones
personales de tipo económico y político, hasta ese momento las masas
habían quedado, estaban política y jurídicamente al margen de las f
unciones de gobierno.

» Este es un hecho que produce una concepción histórica, incluso en la


organización nuestra. Y de ahí que nosotros hayamos hecho intervenir
a la CNT y no a la FAI (50), a la CNT que es la masa, que es el
proletariado que constituye los sindicatos, que constituye la
Organización de los trabajadores auténticos, de los productores del
pueblo que asumen la responsabilidad y la dirección de sí mismos, de
las instituciones políticas y económicas de una España nueva. Este es el
hecho fundamental ante el que se resuelve y contra el que luchan los
partidos políticos que no aceptan la incorporación de las masas, como
organizaciones obreras, en la dirección y en la administración de la
cosa pública.

» Ellos lo hicieron, nosotros lo provocamos, nosotros lo consideramos


como la revolución más fundamental que se ha hecho en materia
política y en materia económica. A partir de esta fecha, a partir del
paso de la CNT por el gobierno con sentido de responsabilidad, con una
actuación útil, con una obra realizada ya sin regateos, un nuevo
porvenir se abre para el mundo, para todas las Organizaciones obreras
del mundo, porque la CGT francesa ha declarado que la representación
sindical en el gobierno, la participación de la UGT y de la CNT en el
gobierno era algo fundamental, algo que representa para el mundo la
incorporación de las masas obreras a las tareas de gobierno (51).

» El hecho es éste: cuando una revolución se produce, cuando un


pueblo está en la calle, cuando se destruyen los cimientos de una
sociedad, cuando debe estructurarse una sociedad nueva, ¿quién la
construye? La construyen los obreros, los productores, los que
arrancan el mineral del fondo de las minas, los que hacen marchar las
máquinas en las fábricas, los que modelan el hierro en los talleres, los
que arrastran las máquinas por las vías. Son los obreros, los obreros de
la mano de obra, con una inteligencia, con un espíritu constructivo, con
un sentido de responsabilidad, con una reintegración como clase a la
obra del gobierno.

» Ya no es la masa, ya no son los esclavos que arrastran las piedras y


construyen las pirámides de Egipto. Son los obreros, los trabajadores,
ante una nueva concepción de la vida y una nueva concepción del
derecho, que se rebelan contra los viejos estilos de la política del
capitalismo y que dicen: presente. Soy yo quien trabaja, soy yo quien
edifica y he de ser yo quien administre y quien dirija aquello que he
creado.

» Ahora bien: ¿creéis vosotros que es posible, que es factible, que


puede gobernarse hoy como partidos políticos, sin contar con la
responsabilidad de gobierno, la colaboración en el gobierno -ahora,
mañana ya hablaremos-, sin contar con las Organizaciones, sin contar
con los sindicatos? Es ya imposible. Nada puede hacerse contra
nosotros y sin nosotros. Que reflexionen en ello y que piensen en ello
cuantos han querido ser bastante audaces y han creído contar aún con
bastantes recursos, con bastantes orientaciones para desarrollar este
postrer esfuerzo.

» Nosotros estamos aquí, con una labor hecha, con una experiencia
adquirida. con una honradez que nadie ha maculado y con un ejemplo
de capacidad que valoriza a las masas ante sí mismas. Porque el hecho
también es éste. Todos somos obreros, y al dejar el ministerio hemos
vuelto al trabajo como siempre, porque jamás dejamos de trabajar los
que somos hijos de trabajadores y hemos vivido del trabajo [...]»

¿Qué ocurría entretanto en el seno de la UGT? La ofensiva contra Largo


Caballero, que había culminado con el desplazamiento de éste y de la
propia UGT de las responsabilidades del gobierno, ofensiva llevada a
cabo con la complicidad de destacadas personalidades socialistas, de
derecha y de centro, hacía presentir la existencia de una crisis aguda en
el seno del Partido Socialista y de la Unión. Desplazar a Largo Caballero
del gobierno era insuficiente y hasta peligroso, de no lograr al mismo
tiempo su alejamiento de la dirección de la UGT. Como hemos
comprobado, Caballero había sido desalojado ya de dos de sus
principales posiciones: de las Juventudes Socialistas y de la propia
Ejecutiva del Partido. Desalojarle ahora de la UGT era tarea urgente.
Esta empresa había de emprenderse empezando por una conquista
progresiva de la dirección de los periódicos. A mediados de mayo esta
labor estaba ya muy adelantada. El Socialista, órgano de la Comisión
ejecutiva del partido, estaba en manos de Lamoneda. Claridad cambió
de dirección por aquellos días, y aunque continuaba ostentando el
título de órgano de la UGT, su orientación sufrió un brusco viraje.
Quedaba solamente en pie Adelante, órgano de la Federación
Provincial Socialista valenciana. Este periódico escribía el mismo día 15
de mayo a propósito de Claridad:

« Según nuestras noticias, Carlos Hernández no dirige ya el periódico.


¿Interpreta el nuevo director el sentir de la Ejecutiva? ¿A quién
representa? Bueno será que se diga de una vez, ya que, como se
comprenderá, no nos gusta perder el tiempo en dialogar con quienes
sostengan su peculiar personalidad. Nos agradan los contendientes
claros, que digan lo que son. Si comunistas, comunistas; si sindicalistas,
como sindicalistas; y si socialistas, como tales. Queremos que nadie
trate de engañar al proletariado diciendo estar adscrito a un partido
mientras se sirve a otro.»

La prensa del día 18 publicaba el siguiente despacho de la Agenda Febus:

« La Comisión ejecutiva de la Comisión Provincial Socialista de Madrid


ha publicado una nota recomendando a todas las secciones y afiliados
que conserven la serenidad, debiéndose hacer caso omiso de cuantas
indicaciones, recomendaciones y manifestaciones hagan elementos
ajenos a la Ejecutiva del Partido y del Comité de Enlace de los Partidos
Socialista y Comunista, debiendo estar atentos a las indicaciones que
en caso necesario se dieran a la prensa antifascista.»

Firmaban esta nota Manuel Cuevas y Rafael Henche. Esta crisis


subterránea subía a la superficie a últimos del mes de mayo. Un
número importante de Federaciones de la UGT habían votado en
contra de una nota que había publicado la Comisión ejecutiva de esta
organización con motivo de la crisis. En consecuencia, la Comisión
ejecutiva, cuyo secretario general era Largo Caballero, presentó la
dimisión. Este gesto de la Ejecutiva impresionó profundamente a los
afiliados y dio lugar a una reacción saludable. La dimisión no fue
aceptada, y los miembros dimisionarios continuaron en sus puestos.

Como tendremos ocasión de ver más adelante, los verdaderos alcances


de esta crisis quedaban solamente aplazados.
XXIII

OCASO POLÍTICO DE LA CNT

A principios de junio se produjeron en Cataluña una serie de cambios en los


servicios de Orden público a título de reorganización de aquellos servicios. El
jefe de policía de Barcelona, Torres Iglesias, que como recordarán nuestros
lectores había sido enviado al frente de las fuerzas policiacas expedicionarias,
a título de garantía para la CNT, fue sustituido par Ricardo Burillo, de probada
ortodoxia comunista.

En la delegación de Orden público, Echevarría Novoa fue también cambiado


por Paulina Gómez Sáez. El día 9 eran disueltas por decreto de la Generalidad
las famosas Patrullas de Control.

En nuestro capítulo XIV nos hemos ocupado extensamente del proyectado


Cuerpo Único de Seguridad. La fusión en un solo cuerpo de todas las
instituciones armadas de la retaguardia era una maniobra para suprimir a las
milicias populares, incluidas las Patrullas de Control de Cataluña, que cumplían
esa función de retaguardia en nombre del pueblo armado. Estas milicias y
controles fueron suprimidos por aquel decreto, pero en el momento de la
supresión de las Patrullas de Control, que eran el último baluarte de la fuerza
popular armada, persistían todavía los diversos institutos y cuerpos represivos
del Estado, y aumentado extraordinariamente, el de Carabineros. Estos, de
simples funcionarios del Ministerio de Hacienda que habían venido siendo, se
convirtieron en una poderosa institución armada de «guardias de corps» del
presidente Negrín. El apelativo de «hijos de Negrín», inventado por el pueblo,
les acompañó durante toda la guerra.

En la primera entrevista del nuevo delegado general de Orden público con los
periodistas, celebraba éste que la recogida de armas en toda Cataluña se
efectuase satisfactoriamente. Al mismo tiempo añadía:
« Es criterio del delegado otorgar permiso a las sindicales que deseen
celebrar reuniones, siempre que lo hagan con la antelación marcada en
la ley de Asociaciones, y no en plazos perentorios como ha venido
ocurriendo hasta ahora. En cambio las reuniones de carácter político
sólo serán autorizadas si su celebración puede redundar en beneficio
del orden público.»

El día 15, tras una extensa conferencia de Burillo con el consejero de


Gobernación, se encontró la fórmula que permitiría descongestionar la Cárcel
celular de Barcelona, atestada de confederales retenidos gubernativamente.
Se habilitarían para cárcel una serie de locales públicos. El mismo día se
procedía a la clausura de las emisoras de los partidos y organizaciones. La del
PSUC siguió funcionando aún algún tiempo. El 25 de mayo, el nuevo ministro
de Justicia, el vaticanista Irujo, inauguró su nueva gestión excluyendo a la FAI
de los Tribunales populares, con el pretexto de que esta organización no
estaba legalmente constituida. El Comité peninsular de esta organización, que
el ministro vasco tildaba de clandestina y de inexistente, había publicado el 7
de junio un importante manifiesto (Boletín de Información, Barcelona), del
cual transcribimos los siguientes párrafos:

« Tenemos el texto de un «Informe político reservado», enviado por el


Comité central de un partido político que no hace falta nombrar, a sus
comités de Radio, en el que se expresa la línea política inmediata del
partido. Dice lo siguiente:

« ORDEN PÚBLICO. Conversaciones con el gobierno de Valencia.


Destitución de los delegados de Orden público por estar mediatizados y
ser incompetentes. Alusión a la separación de los partidos de la
comisión de encuesta para la pacificación y restablecimiento del orden
en las comarcas. Hasta ahora se han hecho grandes avances sobre la
retirada de las milicias en la costa.»

» Esta parte de la trama se ha cumplido con la separación del anterior


delegado de Orden público, Echevarría Novoa, que, al parecer, no
acataba las consignas de persecución a nuestro Movimiento.
» CRISIS. Provocación de la misma. Motivos: se basarán en la
interinidad del gobierno actual. Nuestro partido pedirá la presidencia.
El nuevo gobierno tendrá las mismas características del de Valencia: un
gobierno fuerte, de Frente Popular, cuya principal misión sea la
pacificación de los espíritus y exigir responsabilidades a los autores del
último movimiento contrarrevolucionario. En este gobierno se dará
participación a la CNT, pero de tal manera que la CNT tenga que verse
obligada a no aceptar la colaboración y de esta forma nos
presentaremos ante la opinión pública como los únicos que queremos
colaborar con todos los sectores. Si hay intransigencia a este respecto,
no será por nosotros, sino por los mismos que en otras oportunidades
mantuvieron la misma posición.»

» ¿Puede pedirse mayor provocación? ¿Es posible, honestamente,


prescindir de la organización confederal en la formación de un
gobierno antifascista? Sólo los servidores de la reacción pueden
planear semejante estado de cosas.

» GUERRA. Por razones de prudencia omitimos detallar esa parte del


plan, pero transcribimos una frase final: «Para esto, será necesario que
el próximo gobierno sea exclusivamente político [...]»

» Como puede verse, los propósitos son bien claros: quitar el control
del Orden público de manos imparciales para ponerlo en las de un
ejecutor de consignas persecutoria s. Eliminar a la CNT de la
Generalidad, imponiéndole condiciones humillantes y haciéndola
aparecer como «sectaria» e «intransigente». Hecho esto, poner en
práctica las medidas represivas que se piden en la prensa psuquista,
especialmente en el aspecto económico y en lo que afecta a la obra
constructiva de los sindicatos de la CNT. En suma, un plan
completamente de reacción.

» Desafiamos al Comité central de ese partido a que desmienta o


rectifique este plan. Por lo demás, esperamos a que los hechos hablen.

» Por nuestra parte, rechazamos toda responsabilidad en las posibles


consecuencias de tales provocaciones. Ahora, como siempre, estamos
dispuestos a realizar los mayores sacrificios por la causa común
antifascista; pero también estamos dispuestos a defender las
conquistas de la revolución contra todos los que intenten pisotearlas.

» A nosotros tampoco nos arredran las contrariedades. Estamos


acostumbrados a la lucha desigual, y nos sentimos más enardecidos
cuantos más obstáculos encontremos en nuestra marcha. No ha
entrado aún en nuestros ánimos el pesimismo, pues tenemos tal
confianza en nuestras fuerzas que creemos, como esos compañeros de
la FAI que han hecho frente, en las cercanías de Derio, a un ejército
diez veces más poderoso en hombres y material, que nada ni nadie
podrá doblegarnos.

***

» No se puede asistir con indiferencia a la campaña de persecuciones


llevada a cabo contra los elementos antifascistas de más probado
coraje, ni es posible aguantar un día más que se llenen las cárceles de
presos gubernativos, entre los que se hallan compañeros de valía,
mientras campean por la ciudad elementos peligrosos de los requetés y
del fascio, que conspiran de una manera franca y abierta contra el
régimen actual.

» Como tampoco es posible callarse la protesta general que ha


provocado la detención del gran periodista Gonzalo de Reparaz, al que
no se le han respetado ni sus muchos años, ni esa gallardía con que
defiende posiciones que quisiéramos ver menos abandonadas por los
que gobiernan.

» Se quiere por lo visto actuar de valientes en la retaguardia. Esos


hombres formidablemente armados que no tienen que apagar ninguna
insurrección, deben salir con toda rapidez para el frente, donde es
seguro que se han de cubrir de más gloria que por las calles de pueblos
y ciudades.»

En el plano político, la prensa del primero de junio publicaba un despacho de


la Agencia Febus, controlada por los comunistas, según el cual el Comité
nacional de la CNT, en visita a Negrín, había ofrecido, en términos de gran
afectuosidad, su apoyo moral y material al gobierno, en atención «a la defensa
de la dignidad de la República y de la integridad de su territorio». La mise au
point se produjo al día siguiente, por mediación de la misma agencia. He aquí
la nota aclaratoria del Comité nacional confederal:

« Nos sorprende una nota aparecida en la prensa en la que se afirma


que la CNT ha visitado al camarada Negrín, jefe del gobierno, para
ofrecerle apoyo material y moral para defender la dignidad de la
República. Nos interesa precisar que el Comité nacional de la CNT, al
visitar al camarada Negrín, no ha hecho más que evacuar una consulta
para una posible colaboración gubernamental de la CNT, consulta que
nos fue solicitada por el propio jefe del gobierno. No hay más. La CNT
no puede hacer otra cosa, ya que hasta el presente mantiene la misma
posición que a su debido tiempo concretó en nota pública.»

El mismo primero de junio, el mismo Comité nacional daba a conocer


públicamente, mediante una larga nota, los acuerdos de un Pleno
nacional de Regionales que se había celebrado a partir del 23 de mayo,
o sea inmediatamente después de la formación del gobierno de Negrín.
He aquí la nota, publicada en el número 272 del Boletín de
Información, de Barcelona:

« Primer punto: «Estudio de la crisis producida».

» SE ACUERDA: Aprobar en su totalidad las gestiones y posición


adoptada por el Comité nacional.

» Segundo punto: «Posición del movimiento ante el nuevo gobierno».

» SE ACUERDA:

» 1.º No prestar colaboración directa ni indirecta al nuevo gobierno.

» 2.º Fomentar la propaganda criticando la obra que realice el


gobierno, indicando además que es el gobierno de la contrarrevolución
y del «abrazo de Vergara». Esta propaganda debe alcanzar a los frentes
e introducirse extensamente en los cuerpos armados.

» 3.º Procurar el entendimiento con la UGT para llevar comúnmente


tarea de oposición al gobierno.

» 4.º Hacer todo lo posible para arrancar decisiones en los lugares de


trabajo, en los sindicatos y en todas partes donde sea posible,
conjuntamente con la UGT, o los obreros enrolados en ella. Que la
propaganda pro alianza UGT-CNT sea el objetivo de nuestras
campañas.

» S.º Que los camaradas sigan en los cargos que ocupen, muy
particularmente en los Consejos económicos regionales, provinciales y
locales, por considerar que son órganos nacidos al calor de la
revolución, desde los cuales se conserva en parte la economía,
marcando desde los mismos, en cuanto sea posible, el camino
revolucionario a seguir.

» 6.0 En los consejos donde sea posible ponerse de acuerdo con los
republicanos y la UGT para desplazar a los comunistas, debe hacerse.

» 7.º Realizar propaganda intensa de acercamiento a las fuerzas


armadas, demostrándoles cómo la baja política les ha llevado al
terreno de enfrentarles contra nosotros, haciéndoles creer que somos
sus enemigos. Decir con claridad que la CNT las considera hermanas en
la lucha antifascista

» 8.º No aceptar bajo ningún pretexto el hecho violento que puedan


plantear en todas partes, ya que tratan de provocarnos para llevarnos a
la lucha en la calle, que tenemos que evitar.

» 9º. Reservar, teniéndolas a buen recaudo, todas las posibilidades


bélicas.

» 10.º Si la UGT hiciera marcha atrás y determinara prestar


colaboración directa o indirecta al actual gobierno, que el Comité
nacional convoque inmediatamente un Pleno de regionales para fijar la
posición de nuestro Movimiento.

» Tercer punto: «Informe de las Regionales».

» SE ACUERDA:

» Que las Regionales remitan inmediatamente los informes por escrito


al Comité nacional, para que éste los transmita a las Regionales. Estos
informes tienen que abarcar la situación sindical, y los aspectos
económico, guerrero y político.

» Cuarto punto: «Situación política. a) Nuestra posición frente a los


partidos políticos y organizaciones que forman el frente de lucha
antifascista.

» SE ACUERDA:

» Atacar al Partido Comunista en el orden nacional. Atacar en el plano


local a quienes se hagan acreedores de ello, por su comportamiento en
la localidad, provincia o región.

» b) «Manera de cohesionar la orientación políticosocial del


movimiento libertario».

» SE ACUERDA:

» 1.º Que las Regionales queden en libertad para constituir o no los


Comités de enlace propuestos por Cataluña, a base de la CNT, la FAI y
la FIJL, yendo siempre de acuerdo los Comités de las TRES
organizaciones.

» 2.º Aceptar el plan de organización del servicio de INFORMACIÓN y


COORDINACIÓN, que ha presentado el Comité nacional, en el cual
intervienen las TRES organizaciones.

» En asuntos generales:

» SE ACUERDA:
» A proposición de Centro. Nombrar una delegación del Pleno que se
entreviste con el ministro de Comunicaciones para solventar las
arbitrariedades que está cometiendo con el Sindicato de
Comunicaciones, en orden de intervención, traslados, ceses, etc.

» A propuesta de Aragón. Se designa una ponencia que elabore un


dictamen sobre la defensa económica y sindical de las conquistas
revolucionarias, aprobándose las siguientes conclusiones:

» La Ponencia nombrada para dictaminar en el punto relativo a la


defensa legal y revolucionaria de las conquistas de orden económico,
sindical y revolucionario, aconseja:

» Primero: Solución inmediata del problema, con relación a las cargas


fiscales.

» Todos los locales sindicales que están en manos de los trabajadores,


así como aquellos que retienen los partidos y organismos que
participan activamente en la guerra antifascista, quedan exonerados de
toda clase de impuestos fiscales, en tanto que los organismos estén al
servicio de las funciones sindicales.

» Segundo: la CNT responderá de todas las cargas fiscales a que sean


acreedoras las industrias y colectividades del campo, exceptuando sólo
aquella que trabaja y produce exclusivamente para la guerra, y
estableciendo en el acta de incautación legal el reconocimiento de las
mismas incautaciones efectuadas por los organismos responsables,
siendo éstos los que responderán en el orden colectivo porque
representan intereses comunes y no individuales.

» Tercero: Si el gobierno nacional o las regionales se negaran a


reconocer los derechos de los organismos responsables, el Comité
nacional de la CNT se hará cargo, por intermedio de la Comisión de
coordinación económica, de los intereses que representen las cargas e
impuestos generales de las colectividades y la industria, para hacer
respetar con toda la fuerza y por los medios corrientes la integridad del
patrimonio económico de toda la organización.
» Cuarto: Las cargas fiscales que no se establezcan con arreglo a las
disposiciones legales, no podrán alcanzar a las industrias que están
paralizadas, o serán proporcionadas al rendimiento actual de las
mismas, y comenzaran a regir desde el segundo semestre del año en
curso. Las contribuciones responderán al canon establecido antes del
19 de julio.

» PLAN DE DEFENSA ECONÓMICA. Interín se tramitan y resuelven


legalmente las disposiciones que señalan los apartados más arriba
indicados, la CNT, por medio de una comisión especial, designada al
afecto, y por su Comité nacional, en relación con las Regionales,
determinará un plan escalonado de actuación de los Sindicatos,
previendo cuáles, cuántos y cómo entrarían en la lucha para defender,
por medios corrientes, cualquier intento que se pretenda llevar a cabo
en detrimento de las conquistas alcanzadas por el proletariado, a fin de
llegar sólo en última instancia a la utilización de la violencia a que
pudiera conducirnos la acción del Estado: Por la Ponencia. Centro,
Aragón y Comité peninsular de la FAI.»

» Andalucía, plantea el caso de los detenidos que tiene el Comité


nacional, y a proposición de Centro se acuerda:

» Que el Comité nacional, antes de sancionar, informe a la Regional de


Andalucía.

» Andalucía, considera incorrecta la Circular número 7 del Comité


nacional, en la que se informa del caso Maroto. A propuesta de Aragón
se pregunta a las Regionales, las cuales aprueban la circular del Comité
nacional.

» Cataluña informa de la decisión adoptada sobre los «Amigos de


Durruti», y el Pleno determina unánimemente que se aparte de la
Organización a los orientadores de la agrupación «Amigos de Durruti»,
y que se impida, sea como sea, que se fomente un movimiento
escisionista a consecuencia de ello.

» A propuesta de Cataluña se acuerda:


» Que el secretariado de la AIT resida en España, y que en París se
tenga un secretariado dependiente de él.

» Comité nacional, plantea una vez más, su situación precaria y el


incumplimiento por las Regionales de los acuerdos del Pleno de
Regionales que determinó:

» 1.º Que liquidaran las deudas con el Comité nacional.

» 2.º Que se votaran cantidades para el Comité nacional.

» 3.º Que se abonara, por una sola vez, una peseta por afiliado, para el
Comité nacional, y

» 4.º Que se sacaran los sellos confederales que correspondiesen a


cada cual.

» El Pleno se ratifica en el acuerdo, comprometiéndose a cumplirlo las


Regionales.

» Lo que certifica. Por el Comité nacional: Mariano R. Vázquez,


secretario. Valencia, 29 de mayo de 1937.»

El acuerdo de este Pleno que hace referencia a la constitución de Comités de


Enlace integrados por las tres ramas, CNT, FAI y FIJL, debe tenerse en cuenta.
Uno de los dictámenes, el que se refiere a la defensa de las conquistas
revolucionarias, lleva la firma del Comité peninsular de la FAI, de lo que se
infiere que la organización anarquista intervino en la reunión con carácter
deliberativo, siquiera en este punto, de supremo interés para todo el
Movimiento. Era el punto de partida para la constitución del que fue
denominado más tarde Movimiento Libertario Español, especie de fusión de
las ramas sindical, específica y juvenil, que había de sobrevivir al acto final de
la guerra para prolongarse en la clandestinidad y en el exilio.

Otro de los acuerdos de este Pleno fue la ratificación no colaboracionista con


respecto al gobierno Negrín. Esta actitud parece haber sido rectificada por un
Pleno nacional de Regionales posterior, según prueba la circular conjunta de
los Comités regionales de Cataluña de la CNT y de la FAI publicada el día 11 de
junio. He aquí el texto de la circular:

« A todos los sindicatos y grupos:

» Después del último Pleno de locales y comarcales, celebrado el día


1.º del actual, en el cual se acordó continuar la colaboración política,
siempre que fuera en forma digna para nuestra Organización
Confedera), y en el cual también se tomó el acuerdo de invitar a todos
los compañeros pertenecientes a los «AMIGOS DE DURRUTI» para que
aportaran las pruebas de cuantas acusaciones formulan en sus
manifiestos y en su periódico, dándoles un plazo determinado para que
tal hicieran, como el plazo expiró y las pruebas no han sido aportadas,
nos hemos visto obligados a publicar la nota que todos ya conocéis y a
la que el Pleno último nos facultó.

» En el Pleno nacional de Regionales en el cual se acordó continuar y


aceptar la colaboración política, siempre que fuera en un plan digno y
de justa proporcionalidad para nuestra Organización, se confeccionó y
aprobó un plan programático de carácter mínimo, que la CNT
presentaba al gobierno, a los partidos políticos y organizaciones
obreras. Dicho plan programático tenía y tiene que ser la base
fundamental de una campaña intensa y activa que debe de realizarse
en todas las Regionales. Plan que suponemos ya habréis leído por
haberlo publicado toda la prensa confederal e incluso la de los demás
partidos políticos. En dicho Pleno nacional de Regionales se acordó
también estar ojo avizor a todas las provocaciones, pues se concretó
que no debía de hacerse ninguna gesta esporádica, de carácter aislado,
local o regional, porque en caso de tener que enfrentarnos contra el
gobierno, lo haríamos de una manera general en toda España.

» En estos últimos días, se han acentuado las persecuciones, asaltos a


las colectividades y expulsión de nuestros representantes de los
ayuntamientos. Todo ello nos ha obligado a enviar una delegación de
este comité a entrevistarse con el ministro de Gobernación para ver de
poner coto a tanto atropello, a tanta vejación y a tanta tropelía. La
comisión os informará del resultado de dichas entrevistas.

» Como temíamos hacía ya mucho tiempo, los partidos y


organizaciones contrarias, enemigas, han conseguido del gobierno la
disolución de las Patrullas de Control. Este Comité, encontrándose ante
un hecho consumado y previendo que se buscaba la ocasión para que
nuestra Organización perdiera la cabeza, dejándose llevar por el
nerviosismo que producen hechos tan arbitrarios, y se lanzara a la calle
en un movimiento esporádico, no ha tenido más remedio, debido a las
circunstancias, más que adversas para nosotros, que aceptar la
disolución de las Patrullas de Control. No obstante, hemos insistido ya,
en el último Consejo de la Generalidad, en la imperiosa necesidad de ir
a la constitución del Consejo de Seguridad interior para llegar a la
creación del Cuerpo Único de Seguridad y hacer con toda urgencia la
depuración de todos los cuerpos armados.

» Por otra parte, ante las continuas maniobras de los elementos


dirigentes del PSUC para desplazar a la CNT del gobierno de la
Generalidad de Cataluña, maniobras que, según nuestros informes,
tendrán desenlace en una muy próxima crisis del actual gobierno,
hemos creído necesario y urgente convocar un Pleno regional de
sindicatos y grupos para discutir el siguiente Orden del día:

» 1.º Informes de los Comités regionales y discusión de los mismos.

» 2.º Nombramiento de secretario interino del Comité regional de la


CNT.

» 3.º Ante la presente situación político-social, ¿qué actitud debemos


tomar?

» 4.º Estructuración definitiva de la Organización confederal por


comarcas.

» Este Pleno tendrá lugar el próximo domingo día 13 del actual a las
diez de la mañana, en nuestro local social, Casa CNT-FAI, Vía Durruti,
32.
» Dada la trascendencia e importancia de los asuntos a tratar,
esperamos vuestra asistencia a dicho comicio.

» Os saludan fraternalmente.

» Por el Comité regional de la CNT, el secretario interino: Dionisio


Eroles. Por el Comité regional de la FAI, el secretario: Severino
Campos.»

El programa mínimo a que hace referencia la anterior circular, fue publicada el


8 de junio. Decía así:

« La CNT, que, desde el 19 de julio, con hechos, tiene demostrado su


profundo interés, rayano en la obsesión, en ganar la guerra, ha
estudiado la situación, reconociendo que sin la realización inmediata
de una política de guerra y de renovación ejercida por igual a través de
todos los departamentos del gobierno de la República, no es posible
salir del marasmo en que nos debatimos hace meses.

» Se han realizado esfuerzos considerables por los hombres y


organizaciones que han asumido la dirección de la guerra y de los
destinos del país, pero no siempre el objetivo coronó los esfuerzos.

» La CNT considera que ello se debe a que, a pesar de haberse hablado


mucho de «todo para ganar la guerra», no se han enfocado los
problema con arreglo a esa premisa indiscutible. No se trata, por lo
tanto, de que el programa que sometemos al gobierno y a la opinión
sea u n programa de partido: rechazamos tal supuesto. La CNT afirma
que cuanto contiene su programa no son más que realizaciones
indispensables para llevar a la práctica una completa política de guerra.

» Si queremos trabajar todos con honradez y entusiasmo para acelerar


el triunfo en la guerra, es indispensable llevar a la práctica nuestras
conclusiones. La CNT, antes que todo, quiere laborar para ganar la
guerra. Ahí tenéis su opinión honrada. Que nadie la interprete
torcidamente es lo único que deseamos.
» EN DEFENSA NACIONAL. Dirección única y mando único efectivos y
sin debilidades, aplicándose severas sanciones a quienes no cumplan
las disposiciones del mando, igual en el Ejército de tierra que en la
Marina y Aviación. Sanciones severísimas también a los altos mandos
que, con pretextos fútiles, no cumplan las determinaciones superiores.
El mando único parte del Ministerio de Defensa nacional, llegando
hasta el miliciano, para garantizarlo, junto a cada sección de los
Estados Mayores, existirá el competente elemento civil designado por
igual entre los tres sectores antifascistas: marxistas, libertarios y
republicanos.

» Constitución de un Consejo organizador junto a cada Subsecretaría


de Defensa nacional, cuya exclusiva f unción será la de impedir
decisiones partidistas.

» En todos los órdenes de la guerra y para cuanto haya que realizar, se


procederá a la distribución igualitaria, partiendo siempre del principio
de que existen tres bloques: el marxista, el republicano y el libertario.

» Política de auténtica defensa marítima, utilizando todos los medios


que para la misma existen y que hasta la fecha no se han aprovechado.

» Creación de la Subsecretaría de Industrias de guerra, dependiente del


Ministerio de Defensa nacional.

» Anexionado a este secretaría, se constituirá un Consejo nacional de


Industrias de guerra con representaciones del gobierno y las Sindicales,
el cual asumirá la dirección única de las industrias de guerra, debiendo
laborar intensamente para crear una industria de guerra potente que
nos independice del exterior.

» Elaboración de un plan de fortificación que abarque la retaguardia de


todos los frentes, haciendo imposible extensos avances del enemigo.

» EN GOBERNACIÓN. Cumplimiento inmediato de los decretos sobre


constitución del Cuerpo de Seguridad único. Mientras se organiza el
Cuerpo de Seguridad único, los Consejos provinciales y el Nacional de
Seguridad asumirán las funciones que les atribuyó el decreto de
constitución del Cuerpo único, con las mismas facultades que los
Cuerpos armados existentes.

» Creación del Consejo de Orden en la retaguardia, compuesto por los


representantes de los tres sectores, marxistas, republicanos y
libertarios, del cual se trasladarán a los lugares en que surja algún
conflicto o tenga que intervenir la fuerza pública contra alguna
organización o partido, delegados que impedirán la actuación parcial y
facilitarán el cumplimiento justo de los mandatos de la autoridad.

» Reajuste de gobernadores, procediendo a la formación de un cuadro


de gobernadores con igual número para cada uno de los sectores que
forman el frente de lucha antifascista, republicanos, marxistas y
libertarios.

» EN ECONOMÍA. Creación del Consejo de Economía, compuesto de la


representación de las Sindicales e intervención de los ministerios
afectados. Este Consejo de Economía, compuesto por elementos
competentes y seleccionados, procederá inmediatamente a la
elaboración de un plan de reconstrucción económica, plan que una vez
elaborado y aceptado por todos, será llevado a la práctica sin dilación,
velando el Consejo de Economía por su inmediata realización,
oponiéndose a toda traba, venga de donde venga, que surja para
impedir la puesta en práctica del plan de reconstrucción económica.

» Organización efectiva del monopolio en el comercio exterior, medida


indispensable para realizar una política de capacidad económica, sin la
cual se dificulta el triunfo en la guerra. El monopolio tiene que
organizarlo el gobierno a través de los órganos productores creados
con ese exclusivo objeto.

» Revisión de los aranceles, procediendo a su anulación en todas las


materias y productos precisos para la industria de guerra. Disminución
considerable de los aranceles sobre productos alimenticios.

» Municipalización de la vivienda, creándose, anexionado al municipio,


el órgano regulador de la administración de la vivienda.
» Municipalización de la tierra, constituyéndose, anexado al municipio,
el órgano ordenador de la laboración del campo, a través del cual se
organizarán todas las operaciones de venta, intercambio y adquisición
de productos y forma de valorizarlos en beneficio de los campesinos.
Este órgano estará constituido por las representaciones sindicales del
campo, UGT-CNT, entendiéndose que el campesino queda en absoluta
libertad de laborar la tierra individual o colectivamente.

» Reconocimiento legal de las industrias colectivizadas intervenidas por


el Estado o controla das por los sindicatos, buscando la forma de
intensificar la producción útil, prescindiendo de la inútil o secundaria
mientras dure la guerra.

» Creación, por las sindicales UGT-CNT, de un servicio de inspección de


trabajo, que asumirá la responsabilidad de lograr un máximo de
rendimiento en los lugares de producción, impidiendo de esta forma la
disminución de la misma.

» EN POLÍTICA EXTERIOR. Orientación de una política exterior enérgica


que parta siempre del principio inviolable de negar el trato de igualdad
que se da a la Junta facciosa.

» Negativa rotunda de aceptar ninguna intervención del exterior, ni


mediadora ni determinante, en el desenvolvimiento de nuestra lucha
contra el fascismo.

» Realización de un programa intenso de propaganda en el exterior,


tendente no sólo a demostrar a las democracias la barbarie del
fascismo internacional y su intervención en España, sino también a
despertar de su letargo al proletariado internacional, sumándolo a
nuestra causa.

» Reajuste rápido del cuadro de consulados y embajadas, dando


intervención por igual a los sectores antifascistas en los cargos oficiales
mencionados, a los que habrán de llevar las organizaciones militantes
de absoluta garantía antifascista y capacidad precisa.
» EN JUSTICIA. Revisión de toda la legislación anterior al 19 de julio,
renovándola con arreglo a las aspiraciones populares, fundadas en la
nueva concepción de la vida que el 19 de julio significa.

» EN INSTRUCCIÓN PÚBLICA. Constitución de un Consejo nacional de


Enseñanza que elabore un plan de enseñanza nacional, alejando en
absoluto de la educación de los niños el sectarismo.

» EN OBRAS PÚBLICAS. Elaboración y puesta en práctica inmediata de


un plan nacional de intensa red de carreteras, tendiendo a dar
facilidades para los servicios de la guerra.

» Estudio y realización de un vasto plan de electrificación y de política


hidráulica para ser aplicado a la industria de comunicaciones.

» INTERVENCIÓN EN LOS MINISTERIOS. Dependientes de los


Ministerios de Agricultura, Instrucción pública, Trabajo, Asistencia
social, Obras públicas. y Comunicaciones, se constituirán consejos
asesores, compuestos por igual número de representantes de la Unión
General de Trabajadores y de la Confederación Nacional del Trabajo,
los cuales intervendrán en cuantos problemas se planteen en los
ministerios que afecten a las organizaciones sindicales.

» Por el Comité nacional: Mariano R. Vázquez, secretario.»

El anunciado Pleno regional de Sindicatos de la CNT y Federaciones de


Grupos de la FAI se celebró el 14 de junio. He aquí el dictamen
aprobado sobre el tercero y más importante punto del orden del día:
«Ante la presente situación político-social, ¿qué actitud debemos
tomar?».

« 1.º La ponencia entiende que debe aceptarse la participación en el


gobierno de la Generalidad a base de la justa proporción que
corresponde a la Organización confederal, o sea la misma proporción
del gobierno anterior, siempre que sea aceptado un programa mínimo
de realizaciones económicas y de cara a la guerra y a la revolución.
» 2.º En el caso de que la CNT no participe en el gobierno de la
Generalidad, la Ponencia estima que se puede colaborar, tal como se
venía haciendo hasta el 27 de septiembre último (en cuya fecha la CNT
entró a formar parte del primer gobierno de la Generalidad), a base de
las siguientes condiciones:

» a) Cesación inmediata de toda represión contra las Colectividades


agrícolas y reposición de las que han sido atropelladas con motivo de la
represión actual.

» b) Garantía absoluta de la vida y libertad de nuestros militantes y


afiliados, por sus actividades antifascistas.

» c) Aplicación inmediata de nuestro programa de reconstrucción


económica a base de la movilización de la retaguardia y estructuración
del frente económico, al objeto de estabilizar la vida económica del
país y asegurar la potencialidad de nuestros frentes de combate.

» d) Respeto al decreto de Constitución de municipios vigente,


teniendo en cuenta que los ayuntamientos son organismos económicos
administrativos y no políticos.

» 3.º La Ponencia considera que hay que iniciar inmediatamente una


activa campaña de prensa y oral en toda la región catalana, a base de
concentraciones comarcales y de una concentración final en la capital,
con objeto de pedir a los poderes constituidos la movilización de la
retaguardia.

» Una vez creado un ambiente favorable y captada a favor de la


Organización la opinión pública, la Ponencia entiende que será
conveniente recabar del presidente de la Generalidad el reajuste del
gobierno de Cataluña a fin de poner término a la interinidad actual,
que perjudica enormemente el desenvolvimiento de la vida político-
social-económica de la región.

» 4.º Considera la Ponencia que debe salir del seno del Pleno que se
está celebrado una comisión que, debidamente documentada, se
entreviste, avalada con la asistencia del Comité nacional, con el
ministro de Gobernación de Valencia, para recabar se ponga término a
la política de represión que se está llevando a cabo en Cataluña contra
la CNT.

» 5.º Con objeto de dar una mayor agilidad y elasticidad a la


organización confederal, para poder resolver todos los aspectos que los
problemas políticos plantean, se constituirá, en el seno del Comité
regional y como órgano auxiliar del mismo, un Consejo asesor de
Asuntos políticos que estará compuesto por los siguientes miembros,
nombrados por las organizaciones que se detallan: CNT: 2; FAI: 1,
Juventudes Libertarias: 1, Campesinos: 1.

» Este Consejo asesor de Asuntos políticos, tendrá facultades para


procurarse todos los elementos técnicos auxiliares que crea
conveniente para el mejor cumplimiento de la labor que le está
encomendada.

» Será misión de este Consejo asesor estudiar y dictaminar sobre todos


los problemas políticos que se planteen a la Organización confederal, e
intervendrá, asimismo, en la solución de todos los problemas
gubernamentales.

» Por el Sindicato de Edificación, Madera y Decoración: C. Flores. Por la


Federación Local de Guixols: Francisco Isgleas. Por la Federación Local
de Hospitalet: Manuel Collado. Por el Comité regional de Campesinos:
Juan Arans. Por el Comité regional de la FAI: Severino Campos. Por el
Sindicato de la Enseñanza y Profesiones liberales: Juan P. Fábregas.»

El 18 del mismo mes de junio tuvo lugar en el «Velódromo de Invierno» de


París un mitin de solidaridad con la revolución española. Fue organizado por
los anarquistas y sindicalistas revolucionarios franceses. Especialmente
invitados, hicieron uso de la palabra Benito Pavón, David Antona y los
exministros García Oliver y Federica Montseny. Este acto tenía doble interés.
Por un lado, ponía en contacto el obrerismo y la intelectualidad liberal
francesa con los líderes más significados de la revolución española; por otro
lado, el anarquismo español, criticado ásperamente en los medios libertarios
internacionales, por su posición colaboracionista, comparecía simbólicamente
ante sus jueces. El tono de los discursos estuvo impregnado de un afán
polémico.

Aunque nos hemos ocupado ya (en el capítulo XII) del juicio que merecieron
esos discursos al veterano anarquista francés Sebastián Faure, vamos a
transcribir aquí, aunque sea fragmentariamente, los pasajes más interesantes
de las intervenciones de García Oliver y de Federica Montseny:

GARCÍA OLIVER: «[...] Es más: pudimos haber continuado dirigiendo la


guerra y la revolución sin necesidad de formar parte del gobierno de
Cataluña ni del de España, siempre y cuando el proletariado
internacional no nos hubiese abandonado como nos tenía
abandonados. Porque, realmente, ha sido trágico el abandono en que
hemos estado sumidos; los que hemos vivido aquellas horas de
angustia, bien lo sabemos. Todas nuestras reservas en fusiles y
cartuchos, en poco más de dos meses, se perdieron en los campos de
batalla. Y llegó el momento trágico en que ya no podía absolutamente
continuar la lucha.

» Yo, que entonces estaba encargado de la preparación de la guerra,


cuando se terminó la pólvora sin humo, única que sirve para cargar los
cartuchos, mandé que éstos se cargaran con pólvora negra y de humo,
esa pólvora, que no llega a quemarse del todo, y que puede originar
una explosión dentro del fusil, que puede producir a la vez la muerte
del propio compañero que la emplea. Y a mí me vinieron a ver
represen­tantes de los camaradas del frente de Aragón, y me dijeron:
«Si nos mandas otra vez cartuchos con pólvora negra, bajaremos y te
mataremos» Y yo les dije: «Pues no hay más que pólvora negra y
habéis de tirar con pólvora negra. Y cuando la pólvora negra se
termine, habréis de tirar con piedras, porque estamos luchado contra
el fascismo y habéis de luchar hasta morir.»

» Sin embargo, la pólvora blanca sin humo estaba en Francia, estaba en


Bélgica, estaba en Inglaterra; en todas las naciones hay fábricas de
pólvora blanca, como las había en nuestro país, pero que estaban en
poder de los fascistas. Y no pudimos adquirirla.

» Entonces nos quedaba el dilema de afrontar definitivamente el


problema político de España, ya implantando el comunismo libertario,
ya aceptando la colaboración gubernamental.

» Y entramos a formar parte del gobierno de Cataluña y del gobierno


de Madrid. Ya era hora que lo hiciéramos, porque durante este tiempo
habíamos luchado contra los fascistas en los frentes de batalla, con
organizaciones militares deficientísimas; columnas sin mandos
militares, sin técnica militar, tenían que enfrentarse con verdaderos
ejércitos dirigidos por técnicos extranjeros.

» Y así entramos a gobernar, por algo éramos la organización


mayoritaria del país. Poco tiempo después, el ejército estaba creado, el
ejército revolucionario, con mandos de los propios elementos
trabajador es.

» Esto es todo cuanto representa nuestra aportación en la obra del


gobierno, consolidación de la lucha armada, restablecimiento, en el
resto de España de un orden social, de una justicia revolucionaria, que
algo se ha hecho, en este sentido, importantísimo allí, aceptando la
CNT la cartera de Justicia [...]»

FEDERICA MONTSENY: «Camaradas y amigos. He venido a París con


ilusión. Esperaba hallar congregada en este acto toda la conciencia
liberal de Francia, todo el espíritu antifascista de las masas francesas,
toda la simpatía que merece y necesita la tragedia española.

» El proletariado internacional, las democracias de Europa, no han


querido comprender esta verdad tan elemental y tan simple: que en
España se está jugando la suerte del mundo. Han fracasado las
democracias como fuerzas estatales, y ha fracasado el proletariado
como fuerza revolucionaria y antifascista. Las Internacionales, las tres,
la sindical, la segunda y la tercera, incluso la nuestra, han fracasado, al
no saber organizar la protesta mundial del proletariado, obligando a los
gobiernos a situarse en lo que a la invasión de España por Italia y
Alemania se refería. Cuando nosotros pedíamos armas con
desesperación, toda la solidaridad internacional se ha limitado a darnos
chocolate y leche condensada para nuestros hijos. No se ha sabido ni
aun organizar el sabotaje, el boicot, para conseguir que, ya que
nosotros no podíamos recibir armas, tampoco las recibieran los
rebeldes. ¡Terrible responsabilidad para los proletarios de Francia, de
Inglaterra, de Bélgica, de Suiza! En cuanto a la democracia, ha dado el
ejemplo más vergonzoso de cobardía ante la bravuconería fascista que
puede darse, consintiendo esa farsa de la No Intervención, del control
ejercido por los mismos Estados beligerantes, puestos en peligro por la
revolución que había estallado en España.

» Ha sido la CNT la que ha sometido a constante gimnasia


revolucionaria al proletariado español, preparándole para esa
resistencia al fascismo que es el ejemplo y la lección dados por el
pueblo español al mundo.

» Porque, en realidad, es esto lo más importante, lo más fundamental,


según nosotros, de lo que la CNT y el proletariado español han sabido
hacer: demostrar a todos los trabajq0ores del orbe que la resistencia
contra el fascismo es posible, que a la violencia organizada del
fascismo, última carta del capitalismo mundial para sostener sus
privilegios y defender sus intereses, hay que oponer la violencia
organizada de la clase obrera: La unidad de clase de los oprimidos, de
los despojados, de los explotados, contra los opresores, los
explotadores y los privilegiados.

» Si a nuestra unid ad para la lucha hubiera contestado la acción


decidida de los trabajadores de todos los países, el fascismo estaría ya
vencido en España y habría recibido un golpe de muerte en Italia y
Alemania.

» Si la personalidad humana no es una entelequia, si la dignidad


humana no es un mito, todos los enemigos del fascismo, que destruye
todo esto, que somete al hombre y lo reduce a la condición de
máquina obediente, que a nula todas las conquistas del cerebro
humano, hemos de encontrarnos reunidos alrededor de un objetivo
común: impedir que los Estados totalitarios se consoliden y que la
bestia negra de la autoridad exacerbada y frenética se haga dueña del
mundo.

» La CNT ha sabido realizar esa misión alta y útil en España. Por eso se
nos acusa. Por eso hay camaradas que estiman que nosotros hemos
renunciado a nuestros ideales y hemos iniciado un camino de
rectificaciones peligrosas. No. Nosotros nos hemos encontrado ante
problemas vitales, palpitantes, ante los que no se podía esconder la
cabeza bajo el ala, ante los que debía buscarse una solución inmediata,
ya que de ella dependía el triunfo o el fracaso.

» Por ejemplo, en lo que se refiere a la guerra, fue Durruti el primero -


no sospechoso precisamente de falta de con tenido anarquista- el que
comprendió que la guerra debíamos hacerla tal como la hacía el
enemigo. Que era preciso convertir en un ejército con técnica militar,
con mando eficaz y único, que pudiera luchar con ventaja y ahorrando
el mayor número posible de vidas, nuestras milicia s desordenadas,
heroicas, pero ineficaces. Y el mando militar se organizó y se
improvisaron los jefes que no teníamos y se ha hecho el ejército que no
existía. Un ejército con jefes como Mera, albañil de la CNT, que h a
declarado públicamente:

« Cuando la guerra termine, Mera, albañil, volverá a coger el palustre


de su oficio y enterrará al Mera general de hoy.»

» La CNT ha comprendido que, en lo que respecta a todos los


problemas, había de tener un punto de vista, un plan concreto. Hoy lo
tiene. Lo tiene en economía, lanzando las grandes líneas para todo un
proyecto de reconstrucción de España, de realizaciones revolucionarias
por etapas, que comienzan por la municipalización inmediata de todas
las colectivizaciones, conseguida en lo que al campo se refiere. Lo tiene
en Justicia, en Enseñanza, en Obras públicas, Seguridad interior, en
Política exterior, en Defensa. Con criterio constructivo, encarándose
con realidades, no soslayándolas, refugiándose en la intangibilidad de
principios, que son letra muerta, cuando no pueden solucionar los
conflictos planteados por el curso de los acontecimientos y por el
encadenamiento de hechos sucesivos, que constituye la vida de los
hombres y de los pueblos.

» Esa es, según parece, nuestra gran falta, nuestro gran crimen, del que
nos acusan no pocos anarquistas que no han sabido ni podido
superarse a sí mismos. ¡Errores! Sin duda los habremos cometido.
¿Quién no los comete? Sólo no se equivocan los que no hacen nada.

» ¡Ah, camaradas obreros franceses! ¡Qué diferencia hay entre la vida


que lleváis, despreocupada, tranquila, apartando con obstinación las
preocupación es, para extraer de la existencia la mayor cantidad
posible de goce, y la que llevamos nosotros en España! Hemos
aprendido a estimar la vida, viendo de qué manera mueren los
hombres. Y hemos aprendido a despreciarla, cuando, para conservarla,
deberíamos imponernos una existencia de miseria espiritual y de
vergüenza íntima. Todo esto lo siente y lo piensa todo nuestro pueblo.
Lo sienten y lo piensan los hombres que mueren en el frente y las
multitudes que perecen bajo los bombardeos en las poblaciones de la
retaguardia.

» Desde octubre, toda España vive en tensión heroica, en una tensión


que ha ido en crescendo, aumentando el diapasón, hasta llevarnos al
heroísmo del pueblo de Madrid, que desafía cada día a la muerte,
convertida en obuses, y de ese pueblo de Bilbao, que se defiende casa
por casa, que se bate como puede contra el fascismo de fuera y de
dentro. Vosotros, obreros franceses, que vivís vuestra vida tranquila,
que sabéis que el metro os espera al salir de este acto, y vuestra casa
apacible, sin peligro de bombardeo alguno, no podéis saber lo que es
eso. Pero si podéis, debéis saberlo, por cuanto habéis vivido en la
guerra europea, habéis sentido gruñir sobre París los mismos obuses
que destruyen hoy a Madrid, que asesinan a Bilbao, que han sembrado
la muerte en Málaga y Almería.
» Pues bien: es preciso que os habituéis a pensar una cosa: las mismas
bombas, tiradas por las mismas manos que asesinan a nuestras
mujeres, nuestros viejos y nuestros niños, que les persiguen por la
carretera de Málaga y Almería, y de Bilbao a Santander, caerán sobre
vuestros viejos, vuestros niños y vuestras mujeres. El fascismo es eso.
Es la guerra, es el imperialismo amenazante, es la destrucción de todos
los valores de nuestra civilización.

» Termino, camaradas, repitiéndoos esa frase terrible, que quisiera que


aprendieseis de memoria, para que, a su influjo, se galvanizaran
vuestros cuerpos y vuestras conciencias y comprendierais todos cuál es
vuestra tremenda responsabilidad y vuestro tremendo peligro: Si el
fascismo triunfa en España, vendrá fatal e inevitablemente la guerra,
que a costa de tantos sacrificios y de tantas cobardías queréis evitar. Si
el fascismo es batido en España, el fascismo se hunde en Italia y en
Alemania, y el mundo podrá respirar, alejados, por mucho tiempo, los
fantasmas siniestros de la guerra y de la esclavitud. Nada más.»

Los campesinos confederales desarrollaron gran actividad entre últimos de


mayo y finales de junio. Se reunió en primer lugar un Pleno regional de
Campesinos de Cataluña, el cual tuvo lugar en Barcelona. Este Pleno consumió
cinco sesiones. Puede ser considerado como una derivación del Congreso
regional de Sindicatos de Cataluña del 26 de febrero. Uno de sus objetivos
principales era acoplar los Sindicatos de Campesinos a los nuevos acuerdos
sobre Federaciones de Industrias. Se acordó en este Pleno ir a la creación de la
Federación Regional de Industrias Agrícolas, la que debía englobar, además de
los sindicatos y colectividades agrícolas, las secciones de riegos, mercado
central, aprovechamiento de desperdicios, reparación de maquinaria agrícola,
ingenieros agrónomos, veterinarios, etc. El secretariado quedaba formado por
seis secretarías. Secretaría de consultas y propaganda oral, de relaciones
económicas, de colectividades, de industrias avícolas y consultorio técnico y
secretaría general. Formaban parte del secretariado nueve delegados en
representación de las distintas zonas económicas de la región. Paralelamente
había que crear los secretariados comarcales en forma acorde con las
necesidades de las comarcas interesadas. Otro de los acuerdos del Pleno fue
crear la Federación de Colectividades agrícolas de la región. Decía a este
respecto el dictamen:

« Igualmente debe irse a la creación de la ayuda mutua respetando en


cuanto sea posible las características propias y particulares de cada
colectividad, pero inspirándose de una amplia visión constructiva,
económico-social, comercial y de intercambio UNIFICADO, así como en
el aspecto de créditos y auxilios mutuos, sin interés o gravamen alguno
a las colectividades necesitadas, y a la creación de sanatorios y centros
culturales, completamente gratuitos parla todos los colectivistas, y
para cuyo desarrollo esta Ponencia entiende que todas las
colectividades deberán someterse a contribuir a la secretaría regional
de relaciones de Colectividades agrarias con el uno por ciento del
índice total de su riqueza productiva, cuyo uno por ciento habrá de
enviarse a partir de la fecha del acuerdo, de una manera sincera y
voluntaria a la referida secretaría hasta que se estructure por ésta la
forma estadística de controlar y recaudar esta aportación mutua.»

Igualmente, a primeros de junio, el Comité nacional de la CNT lanzaba la


convocatoria de un Pleno nacional de Regionales de Campesinos, en Valencia,
para el 12 del mismo mes. Su objeto principal era la creación de la Federación
Nacional de Campesinos. Este Pleno implicaba celebrar previamente los
correspondientes Plenos regionales para la discusión del orden del día.

La importancia de este Pleno queda fielmente reflejada en el acuerdo concreto


de constituir la proyectada Federación Nacional Campesina, a cuyo efecto se
aprobaron los consiguientes Estatutos. Se establece en éstos, además de la
reglamentación de rigor, un plan de coordinación de la economía agrícola
confederal con miras a la socialización. He aquí el texto de los Estatutos, del
que fueron ponentes un miembro del Comité nacional de la CNT y un delegado
de cada una de las Regionales representadas en el Pleno:
« Constitución, objeto y domicilio. Artículo primero. Con el título de
FEDERACIÓN NACIONAL CAMPESINA se constituye en España una
asociación que tiene por objeto agrupar en los organismos que la
componen a todos los campesinos trabajadores de la tierra afiliados a
sindicatos afectos

» Art. 2.º El domicilio social de la Federación Nacional Campesina será


el que libremente designe el secretario general de la misma, en la
capital residencia del Comité nacional de la CNT, mientras un congreso
no determine lo contrario.

» Art. 3.º La Federación Nacional Campesina queda adherida a la


central sindical «Confederación Nacional del Trabajo», de la que es el
órgano sindical y económico de los campesinos afiliados a la misma y,
por lo tanto, viene obligada a cumplir los acuerdos de la CNT.

» Art. 4.º Constituye objeto primordial de la Federación Nacional


Campesina articular en plano nacional la economía agraria de las zonas
agrícolas, terrenos, etc., ocupados por los trabajadores de la tierra o
colectividades o agrupaciones de éstos, afiliados a la CNT, u organismos
mixtos CNT-UGT en los que, habiendo trabajadores de ambas centrales
sindicales, se acuerde por mayoría adscribirse a la Federación Nacional
Campesina a los fines de su desenvolvimiento económico y agrícola.

» De los organismos de la Federación. Art. 5.º La Federación Nacional


Campesina estará compuesta por las Federaciones regionales de
Campesinos de las diversas Regionales confederales. La jurisdicción
territorial de cada Federación regional será la misma de la respectiva
Regional confederal, y, por lo tanto, sufrirá las alteraciones de aumento
o disminución que ésta experimente.

» Art. 6.º Las Federaciones regionales de Campesinos se estructurarán


libremente en la forma que hayan acordado o acuerden en Pleno o
Congreso regional, pero necesariamente habrán de basarse en la
existencia de Sindicatos de campesinos o Secciones de campesinos de
Sindicatos de otra denominación, afectos a la CNT, ya sean dichos
sindicatos o secciones de tipo local o comarcal, y habrán de admitir la
federación en zonas o comarcales de los sindicatos o secciones locales.

» Art. 7.º Tanto las secciones o sindicatos de campesinos locales o


comarcales, como las Federaciones comarcales y regionales de
campesinos, establecerán subsecciones o departamentos por
especialidades o industrias agrícolas o cultivos, pero siempre
subdividiéndose en la forma necesaria para desarrollar con autonomía
y coordinadamente los dos aspectos sindical y económico, motivo de
las actividades de la Federación Nacional

» Art. 8.º Cada Federación regional de Campesinos designará libre-


mente a dos de sus afiliados, sean o no miembros de su Comité
regional, para formar parte del secretariado nacional de la Federación
Nacional Campesina, teniendo los designados la obligación de fijar su
residencia en la capital donde radique el domicilio oficial de la
federación.

» Art. 9.º La representación oficial de la Federación Nacional


Campesina y la ejecución de sus acuerdos nacionales y aplicación de los
presentes Estatutos, corresponden al secretario nacional de la misma,
que tiene las funciones propias de todo comité o consejo nacional de
una Federación Nacional de Industria.

» Art. 10.º El secretariado nacional de la Federación Nacional


Campesina estará compuesto por un secretario y tantos vocales como
represente el duplo de las Federaciones regionales de Campesinos
constituidas en cada momento, correspondiendo dos vocales a cada
Federación regional adherida.

» Art. 11.º El secretariado nacional, reunido en sesión plenaria, con


asistencia de más de las tres cuartas partes de sus componentes,
incluido el secretario, determinará las funciones a desempeñar por sus
componentes y la periodicidad obligatoria de las reuniones plenarias
ordinarias. Tanto de éstas, como de las extraordinarias, levantará acta,
que firmarán el secretario y dos vocales.
» Art. 12.º El secretario será elegido en Pleno o Congreso nacional. A él
compete el uso de la firma social en toda clase de documentos de
mutua obligación y en la correspondencia general, pudiendo delegar la
firma de ésta en uno o varios vocales por acuerdo del secretariado
nacional recaído en reunión plenaria del mismo.

» Art. 13.º El mandato del secretario se considera terminado cada vez


que se celebre un Pleno o Congreso nacional de la Federación Nacional
Campesina, ya sea ordinario o extraordinario, debiendo el Pleno o
Congreso respectivo ratificar o sustituir en su cargo al secretario en
ejercicio. Se entenderá tácitamente confirmado en su cargo al no
acordarse lo contrario.

» Los vocales designados por las Federaciones regionales terminarán su


mandato cuando lo acuerden las Federaciones que representan,
viniendo éstas obligadas a designar en estos casos seguidamente a
quienes deban sustituirlos.

» Plenos o Congresos nacionales. Art. 14.º El Pleno o Congreso nacional


de la Federación Nacional Campesina, reunido con carácter ordinario o
extraordinario, representa la voluntad de la Federación Nacional
Campesina, y sus acuerdos son obligatorios para todos sus
componentes y adheridos.

» Art. 15.º El Pleno o Congreso quedará constituido por delegaciones


libremente designadas en asambleas por los sindicatos de otras
denominaciones afectos a la CNT, convocadas expresamente para
tratar del Pleno o Congreso nacional correspondiente.

» Con carácter informativo concurrirán a los Plenos o Congresos,


obligatoriamente, las Federaciones Regionales de Campesinos
adheridas a la Federación Nacional Campesina, y voluntariamente las
colectividades o agrupaciones campesinas, constituidas total o
parcialmente por trabajadores afiliados a la CNT.

» Art. 16.º Los Plenos o Congresos ordinarios serán convocados una vez
cada año por el Secretariado Nacional de la Federación Nacional
Campesina, y los extraordinarios cada vez que dicho Secretariado lo
estime necesario o lo soliciten al mismo dos Federaciones regionales o
el Comité nacional de la CNT.

» Art. 17.º Interín no se acuerde lo contrario en un Pleno o Congreso


nacional, quedan facultadas las Federaciones regionales para
determinar libremente la extensión o jurisdicción territorial de sus
zonas o comarcales.

» Órganos asesores, consultivos, técnicos y culturales de la Federación.


Art. 18.º La Federación Nacional Campesina creará cuantos
organismos, a manera de comisiones anexas a su secretariado nacional,
estime necesarios para impulsar, fomentar, controlar y orientar las
actividades agrícolas o agropecuarias de todo orden del campesino
interesado en la Federación, tanto en el orden, de los cultivos,
industrias auxiliares del campo, granjas y laboratorios de
experimentación, ganadería, etc., etc., como en cualesquiera otros
asuntes que el secretariado nacional de la Federación Nacional
Campesina considere convenientes a los fines de esta Asociación.

» Art. 19.º Las comisiones expresadas en el artículo anterior se


entenderá son órganos meramente asesores, consultivos, técnicos y
culturales al servicio de la Federación Nacional Campesina, la cual
podrá escoger libremente el personal técnico, administrativo y
profesional necesario para el funcionamiento de los mismos.

» Art. 20.º Todo órgano de la naturaleza expuesta en los dos artículos


anteriores tendrá necesariamente su correspondiente ramificación en
cada una de las Federaciones regionales que componen la Federación
Nacional Campesina, pudiendo extenderse también, por iniciativa de la
respectiva Federación regional o del secretariado nacional, a las
comarcales y a las localidades que éstas comprendan. Si la extensión de
las comarcales o localidades se hace solamente por acuerdo del
secretariado nacional, será de cuenta de éste proveer los elementos
necesarios y subvenir a los gastos convenientes en aquella cantidad
necesaria que no pueda satisfacerse con los propios recursos de la
Federación regional interesada.

» Art. 21.º A los fines de la difusión de la cultura técnica y de la


industrialización de la agricultura, como asimismo para la abolición del
analfabetismo en el campo, la Federación Nacional Campesina
establecerá las necesarias relaciones y acuerdos con la Asociación
Nacional de Técnicos (CNT) y la Federación Nacional de Sindicatos de la
Enseñanza (CNT) y los organismos regionales de estas dos entidades.

» Recursos económicos de la Federación. Art. 22.º Los recursos


económicos de la Federación Nacional Campesina serán de los dos
siguientes órdenes:

» a) Procedentes de la participación de la Federación en las cuotas


sindicales cobradas a los afiliados por los sindicatos que compongan las
Federaciones regionales.

» b) Procedentes de la economía agraria vinculada a los organismos


adscritos a la Federación Nacional Campesina, a tenor de lo previsto en
el artículo cuatro.

» Art. 23.º La participación de la Federación Nacional Campesina a que


se refiere el apartado a) del artículo anterior, será determinada
libremente por el secretariado nacional de la Federación Nacional
Campesina, a propuesta de las Federaciones regionales que componen
la Federación nacional, pero nunca podrán exceder de la tercera parte
del importe de las cuotas pagadas por los afiliados a sus sindicatos
respectivos.

» Art. 24.º Los recursos procedentes de ingresos obtenidos por la


Federación Nacional Campesina, en virtud de lo establecido por la letra
b) del artículo 22, serán de la cuantía y forma que resulte de lo que se
determina en los artículos que tratan de la coordinación económica.

» Art. 25.º La Federación Nacional Campesina podrá también obtener


recursos económicos por donativos, subvenciones o aportaciones que
le sean hechas por otros organismos confederales o de otro orden,
siempre que, en este último caso, sean aceptados o solicitados por el
secretariado nacional o con la expresa autorización de éste.

» Coordinación económica de los campesinos y colectividades y de


éstos con la Federación. Art. 26.º Los campesinos agrupados en
colectividades que estén adheridas a esta Federación, a los fines
previstos en el artículo cuarto, y los campesinos que no constituyan
colectividades, pero que estén encuadrados en Sindicatos campesinos
afectos a la CNT, quedarán coordinados económicamente con la
Federación Nacional Campesina del siguiente modo:

» a) Tanto la colectividad campesina como el pequeño propietario


campesino o cultivador individual, integrante de la Federación Nacional
Campesina, tendrán plena libertad de iniciativa y ejecución, a los fines
del desarrollo agrícola de los terrenos que ocupen; pero estarán
subordinados a los acuerdos nacionales de la Federación Nacional
Campesina y de su secretariado nacional en cuanto se refiera a obtener
un mejor rendimiento de los cultivos, evitar la propagación y aparición
de plagas del campo, y la transformación o sustitución de aquellos
cultivos que económicamente no convenga continuar, por resultar de
valoración deficiente, a los fines de garantizar a los trabajadores
campesinos u n mejor medio de vida.

» b) Tanto las colectividades como los pequeños propietarios o cultiva


dores individuales antes aludidos, vendrán obligados a facilitar a b
Federación Nacional Campesina cuantos datos estadísticos solicite
respecto a la producción existente o previsible, y también los de todo
orden que fuesen necesarios a dicha Federación, relativos a la marcha
de las explotaciones individuales y colectivas.

» c) Las entidades colectivas e individuales antes citadas reconocerán


como único distribuidor de la producción y exportación de la misma, en
cuantos casos esta exportación sea necesaria, a la Federación Nacional
Campesina.

» d) Para cumplimentar lo indicado en la letra anterior establecerán la


debida relación entre sí todas las colectividades y explotaciones
individuales existentes en una misma localidad o comarca mediante la
creación del correspondiente Comité de Enlace, que proveerá a todos
los fines necesarios para el exacto cumplimiento de su misión y los que
con este mismo objeto le sean señalados por la Federación Nacional
Campesina.

» e) Aunque inicialmente se considerarán facultadas las colectividades


y explotaciones individuales para poder separar de su propia
producción la cantidad que estimen necesaria para su propio consumo,
se entiende, sin embargo, que tanto unas como otras declaran aspirar
a una equitativa distribución de los productos obtenidos por la
economía agraria de forma tal que asegure un igual derecho a todos los
consumidores del cuerpo social, en el más amplio sentido de la
palabra. Consecuentes con esta aspiración, se entiende aceptan las
restricciones que en algún momento fuesen necesarias para asegurar al
campesino su igual derecho de consumo con relación a los demás
componentes de la nación. Desde luego estas restricciones no serán
nunca obligatorias para los campesinos afectos a la Federación
Nacional Campesina, en virtud de los artículos primero y cuarto de
estos Estatutos, sino en aquellos casos en que expresamente lo
acuerde el Secretariado de la Federación Nacional Campesina, pues no
se reconoce a ningún otro organismo con potestad bastante para
establecer aquellas limitaciones.

» f) Los sobrantes de producción no directamente consumida o la


totalidad de la producción lograda a que se refieren los dos casos
previstos en la letra anterior, se entenderá son aportados a la
Federación Nacional Campesina, la cual pagará su valor
correspondiente siendo este valor el que rija en la localidad productora
o el que fuere determinado por un organismo nacional único que
regulase los precios, constituido totalmente por la Federación Nacional
Campesina o con representación bastante de ésta y aceptado por su
secretariado nacional.

» g) Las colectividades y explotaciones individuales se proveerán de la


Federación Nacional Campesina de cuantos artículos de todo orden
precisen para el desarrollo de sus actividades agrícolas y también para
el abastecimiento de las cooperativas de consumo, almacenes
comunales de distribución y otros centros dedicados a la recepción de
los artículos necesarios para el consumo de los campesinos asociados.
Se extiende el concepto de artículos a todos y cada uno de los abonos
útiles de trabajo, maquinaria agrícola, etc., que puedan ser necesarios
para el mejor aprovechamiento de las explotaciones agrícolas o
agropecuarias y mantenimiento de los trabajadores de la tierra. La
Federación Nacional Campesina facilitará todo esto a los precios de
coste: esto es, a los mismos precios a que ella lo obtenga, con la sola
agregación de los gastos de transporte y administrativos en general
necesarios para hacer llegar lo solicitado al campesino consumidor.

» h) Queda expresamente entendido que todas las relaciones de


Colectividad y explotación individual con la Federación Nacional
Campesina, y de ésta a aquéllas, se efectuarán a través de la
correspondiente Federación regional de Campesinos, integrante de
esta Federación nacional.

» Art. 27.º Las Federaciones regionales que constituyen la Federación


Nacional Campesina establecerán los departamentos de estadística de
cultivos, de mano de obra, etc., que sean necesarios para su exacta
coordinación con los Sindicatos o Secciones comarcales y locales y
explotaciones colectivas o individuales radicadas en las diversas
localidades.

» La Federación Nacional Campesina tendrá los mismos órganos en el


plano nacional para reflejar y coordinar lo procedente de todas las
Regionales que la componen.

» Art. 28.º La Federación Nacional Campesina orientará su actuación en


el sentido de lograr una justa distribución de la tierra, para que todos
los campesinos tengan tierra que cultivar, y que toda la superficie
cultivable de la nación esté al servicio de la Colectividad nacional con el
trabajo de los campesinos asociados.
» La Federación Nacional Campesina, mientras se logra la finalidad
indicada en el párrafo anterior, procurará facilitar el traslado de
trabajadores campesinos de zonas donde escasea la tierra cultivable a
zonas donde se nota escasez de brazos para cultivar la mucha tierra
disponible.

» Relación de la Federación con organismos económicos confederales o


de otra naturaleza. Art. 29.º La Federación Nacional Campesina, por
mediación de su secretariado nacional, o por militantes de la CNT
libremente designados por dicho secretariado, aunque no pertenezcan
sindicalmente a la Federación Nacional Campesina, establecerá la
necesaria relación con cualesquiera organismos económicos
confederales o de otra naturaleza, con los que fuere conveniente
cooperar o colaborar para fines propios de la Federación Nacional
Campesina.

» Art. 30.º La Federación Nacional Campesina participará directa y


obligatoriamente en aquellas instituciones u organismos de carácter
económico nacional o internacional que existan o puedan existir en lo
futuro adscritos a la Confederación Nacional del Trabajo y, por lo
mismo, se considerará que la economía vinculada a la Federación
Nacional Campesina es una parte del conjunto de la economía nacional
a que alcance la jurisdicción de las instituciones u organismos
nacionales de carácter económico creados por nuestra central sindical.

» Art. 31.º Mientras no existan organismos o instituciones confederales


nacionales que llenen esta función, la Federación Nacional Campesina
organizará en todo el territorio a que extienda su jurisdicción un
servicio auxiliar de Cajas de compensación destinadas a actuar de
oficinas de cobros, pagos e intercambios, en las diversas localidades
afectadas por sus transacciones, tanto en nuestra nación como en el
extranjero. Queda entendido que en cualquier momento en que
queden funcionando instituciones nacionales confederales apropiadas
a esta finalidad, la Federación Nacional Campesina traspasará a ellas las
funciones provisionalmente ejercidas por ella, dejando de funcionar
entonces la organización de Cajas de compensación aludidas.
» Art. 32.º Del mismo modo indicado en el artículo anterior, y para los
mismos casos, podrá la Federación Nacional Campesina tomar las
medidas que estime necesarias de común acuerdo con las federaciones
regionales afectadas, para proveer a la compensación de los siniestros
y perjuicios motivados por accidentes, incendios, plagas del campo,
etc., y también para articular la solidaridad y apoyo mutuo que cubra
los riesgos de los casos de enfermedad, jubilación, orfandad, etc. de los
trabajadores campesinos individualmente y sus familiares, que no
forman parte de las colectividades, pues en éstas es innecesario por no
existir tal desamparo. Al existir alguna institución confederal dedicada
a esta finalidad, la Federación Nacional Campesina traspasará a la
misma estas funciones participando con una representación directa en
el organismo rector o responsable de dicha institución.

» Disposiciones generales. Art. 33.º La interpretación de las dudas que


pudieran surgir en la aplicación de los presentes Estatutos, incumbe al
secretariado nacional de la Federación Nacional Campesina.

» Art. 34. Los casos no previstos en estos Estatutos serán resueltos por
alguno de los dos siguientes procedimientos:

» a) Mediante congreso o pleno nacional extraordinario convocado a l


efecto.

» b) Por acuerdo del secretariado nacional de la Federación Nacional


Campesina adoptado en reunión plenaria y sometido a la revisión y
aprobación del Comité nacional de la Confederación Nacional del
Trabajo. Sólo una vez obtenida formalmente esta aprobación se
consideraría resuelto el caso.

» Art. 35.º La Federación Nacional Campesina no podrá disolverse


mientras no lo acuerde un congreso nacional de la Confederación
Nacional del Trabajo.»

Del 11 al 13 de junio se celebró en París un Pleno extraordinario de la


Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT) en el que, después de ser
examinados los informes sobre los últimos y sangrientos acontecimientos de
Barcelona, se redactó una moción por la que se denunciaban los móviles de
aquellos hechos como una provocación con mi ras a arrebatar a la CNT el
control de las empresas y a arrojarla de sus posiciones revolucionarias, así
como un intento de exterminio de sus militantes. El dictamen señalaba como
principal responsable al Partido Comunista español, acusándole de fiel
ejecutor de los torvos designios del Estado soviético.

La moción se refería igualmente a la crisis política a que condujeron aquellos


sucesos, y tras breve recapitulación de sus consecuencias, declaraba:

« Que la dirección de la guerra revolucionaria, simultáneamente con la


transformación social, debería excluir por parte de la CNT toda
participación directa y todo convenio indirecto con los gobiernos de
Barcelona y Valencia, y necesitaría el abandono por la CNT de todas las
concesiones políticas, económicas y doctrinales hechas a estos
gobiernos con el fin de mantener intacto un denominado frente
antifascista compuesto de sectores que negocian con el enemigo de
clase a fin de liquidar la guerra y estrangular la revolución, considera
que la retirada oficial de la CNT del frente antifascista se impone cada
vez más, reservándose sin embargo el derecho de iniciar o de aceptar
acuerdos circunstanciales con los elementos sinceramente antifascistas
de este frente, deseosos de ver terminar la guerra por una revolución
emancipadora del proletariado español dirigida no sólo contra el
fascismo, sino también contra la llamada democracia republicana.

» Sin querer imponer a la CNT una línea de conducta que podría serle
momentáneamente inaceptable, el Pleno extraordinario está
convencido que la CNT permanecerá fiel a los principios y a la doctrina-
enunciados por la AIT y efectuará, tan pronto como el ambiente lo
permita, el enderezamiento que imponen los acontecimientos. Esta
reacción está estrechamente ligada a la existencia misma de la CNT y a
la salvación de la revolución social en España y en los otros países.
» La AIT se compromete por su parte a continuar apoyando con más
fuerza y mayor cohesión que nunca, materialmente y por la acción, a la
revolución española.

» El Pleno encarga, por consiguiente, al Secretariado de la AIT estudiar


con toda urgencia y de común acuerdo con las centrales afiliadas y
simpatizantes los medios de intensificar la propaganda de la revolución
española, de aumentar y acrecentar la ayuda a nuestros camaradas de
la CNT y de preparar la eventualidad en todos los países de huelgas
generales de solidaridad con el proletariado español en revolución,
siendo los deberes más inmediatos de la AIT.»

Esta declaración iba firmada por los delegados de Suecia, Holanda, Francia,
Italia, Polonia, Bélgica y Chile. La delegación de la CNT española hizo constar su
abstención. Cosa comprensible, si tenemos en cuenta que la CNT iba a
reclamar muy pronto su participación en el gobierno de Valencia.

El 17 del mismo mes se reunía en Valencia, bajo la presidencia de Giménez de


Asúa, la Comisión ejecutiva del Partido Socialista. Asistieron a la reunión
Fernando de los Ríos, Vidarte, Bujeda, Cordero, de Gracia y Lamoneda. Albar y
Prieto, excusaron su asistencia. González Peña y Cruz Salido habían solicitado
permanecer en Bilbao para asistir a la defensa de aquella plaza.

Bilbao cayó en poder de las legiones italianas cuatro días más tarde. Unas
manifestaciones de Federica Montseny, en las que se lamentaba de que se
hubiese evacuado aquella capital sin haber intentado destruir siquiera las
instalaciones industriales y portuarias, fueron replicadas por el presidente
Aguirre, alegando que dicha destrucción hubiera representado la mejor
renuncia a la reconquista de la plaza y un abandono a toda esperanza en el
final justiciero de la guerra. Con la caída de Bilbao, la más acariciada, después
de Madrid, de las presas de Mola, la zona leal del norte quedaba seriamente
comprometida. Mola no tuvo ocasión de saborear los frutos de su tan
pregonada ofensiva. Había perecido en un misterioso accidente de aviación a
principios del mismo mes.
En la reunión de la Ejecutiva socialista se examinó el problema de las
relaciones del partido con el Partido Comunista, y se ratificaron los acuerdos
de mantener sus relaciones a través de los órganos de enlace establecidos.

El 17 de junio, el secretario de la CNT salía al paso de unas declaraciones del


doctor Negrín, en las que éste había afirmado que su gobierno tenía una
amplia representación, pues si bien no figuraban en el gabinete las
organizaciones sindicales, lo estaban, en cambio, los partidos políticos que
ideológicamente las representaban. Decía la nota de la CNT:

« En el actual gobierno no hay ninguna tendencia política que nos


represente, y a los obreros enrolados en la CNT -esos dos millones y
medio que tienen que soñar los partidos-, y a los milicianos de la CNT, y
son más de un centenar de millares, que dan su vida en los frentes, no
los representa ninguno de los partidos que forman el moderado
gobierno actual.»

Esta declaración de la CNT iba más allá de una simple protesta. El 28 del mismo
mes, organizado por el propio Comité nacional confederal, se celebró en el
Teatro Apolo de Valencia un mitin en el que participaron los oradores Lunazzi,
Galo Díez y el mismo secretario del Comité nacional. Este pidió abiertamente
la participación de la CNT en el gobierno, «por razones de responsabilidad y no
de oportunismo». Presidió Domingo Torres, alcalde de Valencia, y resumió
éste los discursos en las siguientes conclusiones:

« 1.º Constitución de un gobierno con representación proporcional de


todas las fuerzas antifascistas, el cual se imponga una auténtica política
de guerra. 2.º Cese de la censura en cuanto se refiera a críticas y
cuestiones políticas. 3.º Revocación del decreto constituyendo el
Tribunal especial, por ser un arma dictatorial inadmisible en manos de
una minoría. 4.º Libertad de los detenidos gubernativos y vista rápida
en público y con garantías de los procesos pendientes.»
Esta reclamación de la CNT no podía producirse en peor momento. Acababa de
plantearse en Cataluña una nueva crisis de la Generalidad, de consecuencias
políticas decisivas para la CNT. La crisis se planteó el día 26, y tuvo al principio
todas las apariencias de un simple reajuste de oficio. El gobierno dimisionario
había sido creado durante las dramáticas jornadas de mayo y vino funcionando
a título de Consejo ejecutivo de la Generalidad. La crisis fue preparada de
común acuerdo por todos los partidos y organizaciones representadas en el
Consejo. Se trataba de resolver la interinidad del gobierno y de darle la debida
amplitud, pues cada consejero regentaba varios departamentos. Y aunque
estaba previsto que la solución iba a ser rápida, Solidaridad Obrera del 27 de
junio expresaba en su editorial algunos recelos:

« Hay que constituir rápidamente el Consejo de la Generalidad, pero


sin lesionar lo que constituye un derecho lícito de cualquier partido. La
CNT no ignora que se pretende lesionarla reduciendo el número de sus
representantes, y advierte lealmente y a tiempo que no es ése el
camino más adecuado para afirmar las bases en que ha de descansar la
nueva línea gubernamental de mutuo respeto, imprescindible si de
verdad se quiere ganar la guerra.»

El presidente Companys, al declarar planteada la crisis a primeras hora de la


tarde del día 26, advertía a los informadores que a las ocho y media de aquella
misma tarde hablaría por la radio. He aquí un pasaje de su discurso:

« Las conquistas de las clases proletarias, que son el motor de la


victoria, han de ser mantenidas con la firmeza de una realidad
profunda capacitada y constructiva, porque así se responde a la
significación básica de la lucha, y es justo y es legítimo. Pero no se
puede operar sobre el cuerpo vivo de nuestro pueblo, ni forzar sus
características por la coacción o la amenaza. Ha de ser respetada la
libertad de trabajo, garantizadas las actividades legítimas; y es
necesario que nuestros campesinos, que aman y sudan la tierra que
trabajan, y las clases medias en general, de la ciudad y del campo,
encuentren el respeto, la ayuda y el estímulo a que les da derecho su
esfuerzo y su aportación a la guerra que sostenemos contra el frente
internacional de todos-les elementos de la barbarie, congregados en
torno del emblema del fascio.»

El presidente Companys, en uso del amplio voto de confianza otorgado por los
partidos y organizaciones gubernamentales, daba el día 28 por constituido el
siguiente gabinete:

Presidencia: Luis Companys.

Gobernación: Antonio María Sbert, ERC.

Finanzas: José Tarradellas, ERC.

Cultura: Carlos Pi y Suñer, ERC.

Sanidad y Asistencia Social: Roberto Alfonso Vidal, CNT.

Servicios Públicos: Juan García Oliver, CNT.

Economía: Germinal Esgleas Jaume, CNT.

Abastos: Miguel Serra Pamies, PSUC.

Justicia: Rafael Vidiella, PSUC.

Trabajo y Obras Públicas: Juan Camarera, PSUC.

Agricultura: José Calvet Soler, UDR.

Sin cartera: Dr. Pedro Bosch Gimpera, catalanista independiente.

La CNT había transigido en la paridad representativa con respecto a la


Esquerra y al PSUC, así como en un representante para la Unión de
Rabassaires. Estaban incluidos en la lista los tres nombres facilitados por el
Comité regional confederal, pero el presidente había agregado al final de la
lista, sin previa consulta, un consejero sin cartera. La CNT se encontró, pues,
en que la fórmula acordada de 3-3-3-1 se había convertido, según comentaba
irónicamente el Boletín de Información, en una docena de fraile. La reacción
confederal queda reflejada en un manifiesto hecho público el día 30:

« La Confederación Regional del Trabajo de Cataluña, desde el 19 de


julio de 1936, en que se alzó gallardamente frente al fascismo, ha
compartido con toda dignidad las responsabilidades de la participación
en los gobiernos de la Generalidad de Cataluña.

» Pública es la actuación y la obra de sus hombres en los cargos


responsables y la línea de conducta política transigente y serena ante
las discordias de la retaguardia, y rectilínea, inflexible, frente al
fascismo y a la afirmación de las libertades populares y de las
conquistas de justicia social, en conducta observada en todo momento
por la Organización confederal catalana.

» La Confederación Regional del Trabajo de Cataluña, a pesar de contar


con una fuerza vital, enraizada en la masa trabajadora y en el alma del
pueblo, mayoritaria y preponderante, jamás ha pretendido utilizarla
para adquirir posiciones de privilegio, precisamente en aras de la
unidad moral de todos los sectores antifascistas, y esta actitud la ha
mantenido a pesar de los continuos y desleales ataques de que ha sido
objeto.

» Después de los hechos de mayo, en los que la Confederación


Regional del Trabajo de Cataluña y la Confederación Nacional del
Trabajo de España dieron ante el mundo el ejemplo más magnífico de
serenidad y de cordura frente a una provocación preparada de
antemano, y dieron prueba también de una disciplina enaltecedora
para parar el fuego que no habían iniciado y que los elementos
provocadores que fraguaron la maniobra tenían interés en prolongar,
se constituyó un gobierno de la Generalidad provisional, del que
formaba parte un representante de la CNT.

» Desde mayo a la fecha, las provocaciones contra la CNT en Cataluña


no han cesado. Se ha perseguido a militantes, se les ha procesado y
asesinado; se han clausurado centros y deshecho Colectividades; se
han elevado al cubo los desafueros para arrastrar a la Confederación
Regional del Trabajo de Cataluña a una actitud de defensa
desesperada. Y siempre por nuestra parte, frente al vendaval represivo
y provocador, se ha dado la misma sensación de serenidad. No hemos
querido encender una guerra fratricida. No hemos querido romper el
bloque antifascista, resquebrajado por las maniobras innobles de
ciertos elementos. Hemos tenido en cuenta la guerra y la necesidad de
ganarla a todo trance, los difíciles, los grave momentos que vivimos y,
conscientes de nuestra responsabilidad no nos hemos salido del
camino recto que nos habíamos trazado.

» La crisis de la Generalidad. Planteada la crisis nuevamente en el


gobierno de la Generalidad, desde las primeras entrevistas tenidas con
el presidente de la misma, para hallar una solución al problema
político, le hemos dado toda clase de facilidades.

» Pública es la actitud de la Confederación Regional del Trabajo de


Cataluña, al respecto, por la nota que, entregada por nosotros al
presidente, éste facilitó a la prensa y que reproducida íntegra, dice así:

« Llamada a consulta la Confederación Regional del Trabajo de


Cataluña, por el presidente de la Generalidad, le ha hecho entrega de
la siguiente nota:

» Presidente: Considera la Confederación Regional del Trabajo de


Cataluña que el gobierno de la Generalidad, ante los graves momentos
que vivimos y la intensificación de la crudeza de la lucha, ha de tener
por principio, ahora más que nunca, la unión de todos los sectores
antifascistas y la colaboración de todos ellos en el gobierno,
representados por las dos sindicales UGT, CNT, U de R y ERC y ha de
procura r mantener una política rectilínea en el sentido de la lucha
contra el fascismo, de afianzar las libertades populares y de afirmar las
conquistas de justicia social que estén más en consonancia con las
aspiraciones y necesidades del pueblo y con los mismos sacrificios que
la guerra impone.

» La Confederación Regional del Trabajo de Cataluña entiende que el


gobierno de la Generalidad debería constituirse en la misma
proporcionalidad que el anterior, sin debilitar ninguna tendencia; mas,
de cara a la guerra y dispuesta a los sacrificios máximos para dar
ejemplo a todos, se aviene a la solución de que su representación
quede reducida a las tres Consejerías que regía en el gobierno
provisional.

» Preconizamos que haya Comisiones mixtas responsable s de


asesoramiento en cada consejería.

» El gobierno debe tener por programa:

» Fortalecer la unión de todos los sectores antifascistas.

» Ganar la guerra.

» Evitar toda política persecutoria y de represión entre los elementos


antifascistas y sectores responsables de la obra del gobierno.

» Levantamiento de la moral combativa del pueblo.

» Regularización y revalorización de la vida económica.

» Plan de trabajo ajustado a las necesidades de la guerra y para


terminar con el paro forzoso.

» Impedir el aumento de las subsistencias y artículos de primera


necesidad.

» Sancionar a los agiotistas y a los especuladores.

» Protección y respeto a las colectividades.

» Saneamiento de elementos dudosos de la retaguardia.

» Combatir a la burocracia.

» Armamento eficaz y rápido de toda Cataluña.

» Constitución del Cuerpo Único de Seguridad.

» Depuración de los mandos de los Cuerpos armados.

» Desarrollo progresivo de la cultura popular.»


» Una nota en la que se defina la posición de un sector vital de
Cataluña, tan concreta, tan ponderada, tan ecuánime y tan apropiada a
las necesidades del momento, no creemos la haya dado en las
consultas evacuadas partido político u organización sindical alguna.

» En ella, la Confederación Regional del Trabajo de Cataluña, hacía


constar bien claro que, por encima de todo, le interesaba la unión de
todos los sectores antifascistas y ganar la guerra, y por medio de esta
nota quedaba bien patentizado que era la Confederación Regional del
Trabajo de Cataluña la única que se sacrificaba, que se avenía a perder
pos1c1ones, para dar ejemplo a todo el mundo, y no porque se sintiera
debilitada como alguien podía querer dar a entender.

» Una maniobra. Y bien. Cuando ya parecía que estaba resuelto el


problema político y ya la Confederación Regional del Trabajo de
Cataluña había dado nombres de los hombres que habían de
representarla en el Consejo de la Generalidad, la Organización
confederal de Cataluña se encuentra ante el hecho consumado de una
lista de constitución de un gobierno en el que figura u n consejero sin
cartera, para lo cual nuestra Organización no había dado su aval, antes
bien había impugnado dicha fórmula de solución desde el primer
instante de las negociaciones de crisis, y no por el nombre del
consejero en sí, sino por anomalía de designar un consejero sin
representar a un sector o partido.

» Como esto podía suponer además una maniobra, una deslealtad, la


Confederación Regional del Trabajo de Cataluña ha hecho constar al
presidente de la Generalidad su disconformidad absoluta con dicho
nombramiento, y el presidente de la Generalidad se ha pronunciado a
favor de mantenerlo. ¿Para formar nuevo gobierno prescindiendo de la
Confederación Regional del Trabajo? El tiempo aclarará el enigma.

» La Confederación Regional del Trabajo de Cataluña había convenido


con el presidente Companys que el gobierno de la Generalidad que se
formara estaría formado por el presidente de la Generalidad, como
presidente del nuevo Consejo de la misma, t res consejeros del PSUC,
tres consejeros de la CRT de Cataluña, tres consejeros de Esquerra
Republicana y uno de la Unión de Rabassaires.

» Entendía la Confederación Regional del Trabajo de Cataluña que el


gobierno que se formara de cara a ganar la guerra había de tener la
máxima autoridad, y para ello habían de representarlo hombres a
quienes respaldaran organizaciones vitales, auténticas y responsables,
y que nadie a título personal, por más prestigioso que fuera su nombre,
y precisamente por el prestigio del mismo Consejo que se constituyera
y por la seriedad de las propias organizaciones y partidos que Jo
integraran, podía figurar en él.

» Puntualizando posiciones. Conocida la posición clara de la


Confederación Regional de Cataluña y los sacrificios que ha venido
realizando, la actitud del presidente Companys, al dar esta solución de
gobierno, y la de los demás sectores que la respaldan, se hace
inexplicable, si no es ya un plan deliberado de excluir, ignoramos con
qué fin, aunque podríamos adivinarlo fácilmente, a la organización
confederal de Cataluña de la responsabilidad del gobierno.

» Ante ello, la CRT de Cataluña, que no ha perdido la estima de sí


misma, que sabe el valor de su propia fuerza, que no ha de mendigar lo
que Je pertenece de derecho, ha manifestado bien claramente al
presidente Companys que no puede resignarse al papel a que se le
quiere reducir. La CRT de Cataluña ha de actuar con plena autoridad,
segura de que no ha de ser juguete ni apéndice de nadie si se la
imposibilita moralmente de formar parte del gobierno.

» Como no es la Confederación Regional de Cataluña la que ha creado


este hondo problema que disocia el bloque antifascista, declina toda
responsabilidad de un hecho tan sumamente grave; pero ha de
manifestar bien alto que, en el terreno de la lucha contra el fascismo y
para ganar la guerra, sabe cuál es su deber y sabrá cumplirlo, como ha
sabido siempre, con toda dignidad.

» Y si alguien pretendiera llevar a la CRT de Cataluña al peor de los


terrenos, convertirla en cabeza de turco de ciertas maniobras que se
mascan en el ambiente, [ella] sabrá también adoptar la posición
adecuada en legítima defensa, ya que no podría sufrir en silencio que
se la atropellara impunemente.

» Conste bien alto que la CRT de Cataluña ha hecho lo imposible


transigiendo para llegar a soluciones de concordia, conste bien alto
asimismo que la CRT de Cataluña ha hecho todo lo posible para que se
constituyera un gobierno con responsabilidad, de cara a la guerra,

y que si no han podido tener virtualidad dichos propósitos, no es por


culpa suya.

» Que juzgue la opinión pública y la clase trabajadora de Cataluña, de


España y del mundo entero, y a través de la actuación de ayer, de hoy y
de mañana, podrá juzgársenos también a todos.

«¡Abajo el fascismo y todos los fascismos disfrazados y encubiertos.

» Por la Confederación Regional del Trabajo de Cataluña. El Comité.

» Barcelona, 29 de junio de 1937.»

La respuesta a este manifiesto, y a una carta dirigida por el Comité


regional confederal al presidente Companys, en la que se le significaba
que los consejeros confederales no se harían cargo de los
departamentos asignados ni colaborarían en el Consejo mientras no se
dejase sin efecto el nombramiento de un consejero sin cartera, la dio el
mismo Companys dando por constituido el gobierno sin participación
confederal. He aquí la lista del nuevo gabinete, del que quedaba
excluida la CNT:

Presidencia: Luis Companys.

Gobernación y Asistencia Social: Antonio María Sbert, ERC. Hacienda:


José Tarradellas, ERC.
Cultura: Carlos Pi y Suñer, ERC.

Trabajo y Obras Públicas: Rafael Vidiella, PSUC. Economía: Juan


Comorera, PSUC.

Abastos: Miguel Serra Pamies, PSUC. Justicia: Pedro Bosch Gimpera,


ACR. Agricultura: José Calvet, U de R.

Casi al mismo tiempo regresaban a Barcelona algunas de las


personalidades de la política que habían desertado a Francia, tales
como Juan Casanovas y José Escofet. No tardarían en imitarles otros
personajes políticos de la meseta, a quienes el odio al pueblo y el
temor a la revolución había llevado a Francia el 19 de julio. Se
preparaban en Valencia los festejos políticos y la consigna del
comunismo apuntaba a la organización del carnaval parlamentario.

Volvían las oscuras golondrinas...


XXIV

IRONÍAS DE UN PRIMER ANIVERSARIO

Los días 4, 5, 6 y 7 de julio se celebró en Valencia un Pleno peninsular de la


Federación Anarquista Ibérica de excepcional importancia. Ya se ha hecho
constar en otro lugar de esta obra que la FAI fue creada en 1927, en ocasión de
una conferencia que tuvo lugar en la misma capital levantina. Su misión
consistía en coordinar la acción de los grupos y federaciones que se
desenvolvían con cierta autonomía y en velar por la integridad de los principios
libertarios en el seno de la Confederación Nacional del Trabajo. La base de la
Federación era el llamado grupo de afinidad, pequeño conglomerado de
alcance ilimitado. Los grupos se hallaban federados entre sí en forma de
Federaciones locales, comarcales y regionales. La unión de todas las
Federaciones regionales, incluida la Federación portuguesa, formaba la
Federación Anarquista Ibérica, cuya máxima representación ostentaba el
Comité peninsular.

Aunque la FAI publicaba varios periódicos en España y había intervenido en


actos públicos, se había desenvuelto siempre al margen de la legislación
oficial. La FAI era, pues, una organización clandestina, pero no secreta, si la
comparamos con las organizaciones de este carácter, tales como la masonería.

Aunque la llamada Organización específica tenía gran ascendente en los


sindicatos y comités confederales, pues casi todos sus afiliados pertenecían a
la confederación, el número de éstos era bastante limitado habida cuenta del
volumen de la CNT. Los adherentes a la FAI podrían calcularse, antes del
movimiento, en u nos 30 000 (52).

Las relaciones entre la FAI y la CNT iban más allá de una mera simpatía o
afinidad ideológica. La primera había reivindicado siempre una intervención
directa en ciertos aspectos comunes de la lucha y obtenido la llamada
«trabazón», que consistía en su participación oficial en determinados comités,
tales como los Comités Pro-presos, y en los Cuadros de Defensa. Los primeros
tenían encomendadas gestiones de solidaridad y de asistencia jurídica a los
numerosos presos de ambas organizaciones sujetos a prisión gubernativa o
condena. Los Cuadros de Defensa, representados por los comités del mismo
nombre, estaban organizados por barriadas y en los pueblos, y se desenvolvían
clandestinamente a la sombra de los sindicatos. Constituían una red de grupos
de choque, y actuaban en los trances de peligro o de represión. Sin embargo,
los Cuadros de Defensa tuvieron en varias ocasiones carácter ofensivo, como
demuestran los movimientos revolucionarios de enero y diciembre de 1933.

La FAI acentuó su actividad pública a partir del 19 de julio. La hemos visto


desde entonces suscribir pactos, junto con la CNT, con los partidos y
organizaciones antifascistas, formar parte de los municipios, de los Tribunales
populares y de otros organismos oficiales. La FAI intervino indirectamente en
el proceso colaboracionista y en la designación de los militantes que se
incorporaron al gobierno de Caballero en nombre de la CNT. Dos de los
ministros anarquistas representaban oficiosamente en aquel gobierno a la FAI.
Después del movimiento de julio de 1936 las relaciones orgánicas de la FAI, en
el aspecto nacional o peninsular, sufren un prolongado colapso. No obstante,
los grupos y comités específicos intervienen intensamente en la lucha, en la
coalición antifascista y en la reconstrucción económica estrechamente
vinculados a los Sindicatos y comités confederales. Anarquistas específicos y
confederales han unido sus anagramas, y el nuevo lema «CNT-FAI» habla muy
alto de la completa fusión de ambos movimientos. La FAI no empieza a
recobrar su tradicional autonomía hasta avanzado el mes de septiembre de
aquel mismo año, fecha en que producida la reorganización del Comité
peninsular, éste se decide a reanudar las relaciones orgánicas con las
Regionales de grupos, cual demuestra la circular número 1 de aquel comité
que damos a continuación:

« FEDERACIÓN ANARQUISTA IBÉRICA. COMITÉ PENINSULAR. Circular


n.º 1.

« A LAS REGIONALES Y GRUPOS:

» Estimados camaradas, SALUD:

» Ha transcurrido mucho tiempo desde que se cursó a la Organización


la última circular de este comité. Durante este tiempo han sido
múltiples los acontecimientos que se produjeron, todos ellos de
máxima importancia y trascendencia para nuestro movimiento en
particular, y para la revolución proletaria en general.

» Son por todos presumibles las causas que motivaron la


incomunicación orgánica, y por lo mismo, consideramos, las
comprenderéis. Producto de las circunstancias surgieron actividades
múltiples y urgentes que hubo que atender en desdoro de las tareas de
organización. Hoy sosegados un tanto los ánimos y centrados en la
actuación para atender eficientemente las actividades revolucionarias
que se multiplican, reorganizamos el Comité peninsular de forma
completa, procurando que funcione normalmente.

» Si bien por nuestra parte hemos de informar lo más frecuente y


extensamente que sea posible, no hay que olvidar que nuestros
informes han de ser el resumen de los que nos sirvan las Regionales,
por lo que, recomendamos especialmente a todas, nos comuniquen sus
actividades y las de los otros sectores en sus zonas, para que podamos
cumplir nuestra función de Comité de relaciones.

» Por parte de este comité hemos procurado que el movimiento


específico en toda su actuación, estuviera ligado al movimiento
confederal, haciendo un solo frente que ha puesto a una altura
inconmensurable, el ideal que sustentamos. La febril actividad de los
primeros momentos de lucha, y la no menos intensa que le siguió,
tanto en el orden guerrero como en el de reconstrucción económica,
fueron compartidas integral mente con la organización confederal,
confundiendo en un solo anagrama las letras representativas del
movimiento confederal y del específico.

» Hemos procurado crear los organismos que respondieran a las


necesidades del momento, y se han constituido comisiones que
atienden a la propaganda oral y escrita, tanto en el interior del país
como en el exterior. Lamentando desde luego que los efectos de esta
propaganda no lleguen a todos los rincones de España, como sería
nuestro deseo.
» Hemos procurado en todo momento influir con nuestra opinión en el
seno de la organización confederal, en la toma de resoluciones de
enorme trascendencia, que implicaban cambios de conducta, para que
éstos fueran de resultados halagüeños a nuestros propósitos e ideas. Y
hemos compartido la responsabilidad en organismos nuevos, creados
por imperativo de la convulsión revolucionaria, con sectores
antifascistas, no afines a nuestras ideas. El detalle y alcance de estas
intervenciones, es algo tan complejo y amplio, que en el reducido
marco de una circular, no se puede exponer con detalle.

» Conformémonos con apuntarlo, y tiempo habrá de exponéroslo en


detalle, ya que en líneas generales os será conocido por la prensa
propia y ajena.

» Hemos recabado la solidaridad internacional, y esta llamada ha sido


escuchada por nuestros hermanos de todos los países, que, en la
medida de sus fuerzas, ayudan al movimiento español. De unos lugares
se ha recibido dinero, y de otros han acudido los compañeros, para dar
su sangre en pro de nuestra causa.

» Hemos dado las consignas para que la ayuda que antes reseñamos, se
nos prestara de la forma más eficiente, y a tal efecto dimos
indicaciones para que los fondos fueran remitidos a lugar donde no
estuvieran expuestos a fluctuaciones monetarias perjudicial es. Dimos
indicaciones acerca de la ayuda personal, recomendando se
mantuvieran en sus lugares de origen, los compañeros que en tropel
acudían a España; demostrándoles que nos era más eficaz su presencia
en los lugares de procedencia, que entre nosotros, ya que sobraron
afortunadamente hasta ahora, hombres para atender los frentes. En
una palabra, procuramos orientar en la medida posible.

» La lucha entablada contra el fascismo sigue encarnizada, y nuestro


primordial interés ha sido y es, poner los medios para ganarla. Ahora
bien, hemos de tener en cuenta que tendremos más posibilidades de
ello, cuanta más fuerza organizada y cohesionada tengamos. Por lo
mismo se impone la reorganización de nuestros cuadros, y la
ampliación de nuestros efectivos. El ambiente que el heroísmo de
nuestros militantes ha despertado en el pueblo de forma favorable,
tiene que ser aprovechado para ampliar nuestro radio de acción. La
influencia de la FAI tiene que llega r a todos los rincones, y para ello
precisa tener grupos numerosos y preparados. El ejemplo de las
Regionales que van estructurando sus organismos debe de ser tomado
como ejemplo de imitar, y de esta forma lograremos que la enorme
aureola que rodea nuestro movimiento, sea fiel reflejo de nuestros
efectivos. Han de ser cubiertos rápidamente los claros que en nuestras
filas produjo la metralla del fascismo asesino, reemplazando
honrosamente a los camaradas caídos, con emoción y orgullo
recordados en estos momentos.

» Son tan vastos los problemas que tratar, que preferimos hacer punto
por hoy, para en próximas circulares ir tratando de forma particular la
enorme serie de problemas que son de urgente solución. Por el
momento no os cansamos más.

» Fraternalmente vuestros, y siempre de la Anarquía. El Comité


peninsular.»

Esta circular, por descuido sin duda, no lleva fecha, pero puede deducirse ésta
por su texto y también por la circular Nº. 3 (falta la Nº. 2 en nuestros archivos).
La circular Nº. 3 es del 25 de octubre de 1936, y constituye un avance de las
reformas que había de acometer seriamente el Pleno peninsular de julio de
1937, del que nos ocupamos en este capítulo. He aquí el texto de la circular:

« FEDERACIÓN ANARQUISTA IBÉRICA. COMITÉ PENINSULAR.


BARCELONA. Circular n.º 3.

» A TODOS LOS COMITÉS REGIONALES, FEDERACIONES LOCALES Y


GRUPOS.

» M omentos de intervención. Por imperativo de las circunstancias en


que nos colocó el levantamiento fascista y la lucha que hemos
entablado para su aplastamiento, por no poder realizar nuestras
aspiraciones ideales de forma rápida y completa, por tener que aceptar
la colaboración con otros sectores a fin y efecto de ganar la guerra, por
contribuir la duración de esta misma guerra al mantenimiento de la
relación y colaboración de partidos políticos antagónicos, y porque el
estado anímico del pueblo así lo reclamaba, hemos sido partidarios de
la intervención en organismos de tipo oficial que previamente
procuramos modificar, dándoles la tónica revolucionaria que nuestra
inclusión en ellos exigía.

» En otras ocasiones citamos más al detalle y justificamos de forma


más completa esta intervención; de momento la recordamos
únicamente por ser preciso el reconocimiento de esta necesidad, para
comprender argumentos que a continuación expondremos.

» Desprendimiento de la función política existente en el Sindicato. Los


organismos populares que nos hemos visto precisados a propiciar se
crearan, que hemos contribuido a constituir, y en los que intervenimos
como parte integrante del bloque antifascista, han de absorber
forzosamente funciones que nosotros siempre confiamos al Sindicato,
y aunque el aparato de éste tenga que conservarse, sea imprescindible
conservar en virtud de la función benefactora, ya no tendrá la misión
política que como representante de una tendencia se le tuvo
encomendada.

» En el campo las actividades múltiples que el desarrollo de la


agricultura reclama, no podrán ser encomendadas a diversos
organismos sindicales a la vez que, por separado, realicen la misma
función, entorpeciendo unos a otros su realización, no podrá confiarse
tampoco a un solo sector, que por no representar a todos, pueda
realizar labor parcial, o cuando menos parecerlo, y despertar recelos
perjudiciales; tiene que encomendarse a un organismo único que
concentre los intereses comunes, y que comúnmente los desarrolle y
defienda. Puede entonces ser este organismo, o bien un Sindicato
exclusivamente profesional, o bien el municipio por medio de
comisiones especiales, lo importante es que no se produzca el
fraccionamiento, antieconómico y suicida.
» En la ciudad y centros industriales, por exigencia de la buena marcha
de la economía, tendremos que confiar la ordenación de la industria, a
un solo sindicato que realice su función profesional al margen de toda
tendencia, y atendiendo únicamente al buen funcionamiento de la
industria o rama de la industria que represente. Todo esto, porque si
introducimos la discordia en el campo de la economía y fraccionamos
los esfuerzos que para su desenvolvimiento se lleven a cabo,
produciremos una situación caótica.

» Por todo ello, anticipándonos a los acontecimientos que pudieran


sobrevenir, hemos de prevenir la desaparición del sindicato tal como es
en la actualidad en unas ocasiones; y la fusión de nuestro organismo de
lucha, con organismos similares de otras tendencias, en otras.

» Nuestra urgente y decisiva misión. Si no queremos que nuestros


conceptos sobre ordenación de la sociedad queden anulados, si, como
corresponde, pretendemos pesar en la marcha de la colectividad, nos
es preciso tener un organismo que represente aquellos pensamientos
que condensan un magnífico cuerpo de doctrina, y que con tanto
empeño hemos conservado y enriquecido para su aplicación.

» Los sindicatos, convertidos en organismos híbridos desde el punto de


vista político, por las circunstancias que antes señalábamos, no pueden
imprimir a sus actividades más que aquella función profesional que se
les asignó, y es obligado de que exista entonces el motor productor de
la cantidad de energía fabulosa que se precisa para moverles en
aquella dirección que más interesa a las ansias renovadoras y
emancipadoras de la Humanidad. Este motor a que hacemos
referencia, no puede ser otro que la Organización Específica.

» La FAI, organismo cuyo ambiente popular ha crecido en un volumen


insospechado, tiene, es imperioso que tenga, la obligación de aglutinar
la cantidad de afiliados proporcional a este ambiente y a esta favorable
opinión, que el pueblo español le ha otorgado.

» La multiplicación de los afiliados a nuestra organización ha de ser


inmediata. Nuestra actividad en la adaptación de adeptos, ha de
acrecentarse de forma tal, que esto sea logrado en un mínimo de
tiempo. Como el aceleramiento de esta labor captadora puede
producir serios inconvenientes, debido a la infiltración de elementos
que no dio lugar a fiscalizar previamente, podemos emplear para su
adopción el procedimiento que nos permita la selección, con
posterioridad a tenerlos controlados. Dicho procedimiento puede
consistir en aglutinarles de forma que hasta tener garantía de su
pureza no se les dé cuenta de las actividades todas de la organización.

» Habremos de renovar las formas actuales de nuestra organización.

Nuestra organización constituida por medio de grupos reducidos de


afinidad ha dado magníficos resultados en las épocas heroicas de la
clandestinidad, y en aquellas que sin serlo, la incomprensión de las
gentes no quería concederle el valor que en ella residía, reduciendo su
influencia a la de sus organismos exclusivamente.

» La presente época que abre una nueva era para nuestro movimiento,
y en la que se verán multiplicadas considerablemente nuestras
actividades, obligan a una extensa ampliación de base, y a la
movilización de gran número de militantes que pongan en juego su
capacidad organizadora para llevar a cabo la transformación que tanto
tiempo hemos propiciado. Hemos de buscar a los compañeros
ignorados que con capacidad viven en el anonimato, para que
colaboren con los destacados en la obra sólo ligeramente señalada. La
organización sindical, nuestra querida CNT, puede ser cantera
inagotable de militantes, donde tomemos los que nuestro movimiento
anarquista requiere.

» Activemos entusiastas y decididos, para recoger el fruto a que nos


hemos hecho acreedores con nuestra actuación en el movimiento
revolucionario.

» Sin más de momento, quedamos vuestros y de Acracia. POR EL


COMITÉ PENINSULAR, EL SECRETARIO.

Barcelona, 25 de octubre de 1936.»


El ministro rujo, al eliminarla de la composición de los Tribunales populares,
fue el primero en poner en relieve la irregularidad jurídica que representaba la
FAI como organización no sujeta a las leyes y partícipe a la vez de los
organismos del Estado. La medida adoptada por el ministro de Justicia era para
la FAI, y para el conjunto del movimiento libertario, de una importancia
capital. Menos intervenir oficialmente en el gobierno, la FAI formaba parte de
casi todos los organismos de colaboración. La influencia de los libertarios en
esos organismos dependía del número de puestos que podían exigirse. Ahora
bien, los otros sectores, particularmente el marxista, se ofrecía bajo el doble
aspecto de partido y de organización filial. La presencia de la FAI al lado de la
CNT era más bien un hecho consumado, impuesto primero y tolerado después.
Pero tal como se desarrollaban los acontecimientos, de prosperar el criterio
del ministro de Justicia, que era indudablemente el criterio del gobierno, la FAI
podía ser de un momento a otro víctima del veto en los organismos
representativos y ser declarada «organización clandestina o inexistente»,
según los argumentos del ministro de Justicia. Y no estaban las cosas para
ceder posiciones por formalidad más o menos.

Las circunstancias empujaban, por tanto, a la FAI, poniéndola en el trance de


aceptar con todas las consecuencias su transformación en una especie de
partido político, o prepararse a abandonar parte de las posiciones adquiridas
por sus méritos revolucionarios. El valor de estos méritos estaba en franca
decadencia desde la última crisis de Gobierno y ante la exhumación de la
legalidad republicana, del Frente Popular y del parlamento. A falta de otras,
éstas serían suficientes razones para justificar la convocatoria del Pleno
peninsular de Regionales de que hablamos.

He aquí el más importante de los dictámenes del Pleno:

« CONSIDERACIONES GENERALES. Por parte de todas las Regionales de


la FAI se han constatado las graves y serias deficiencias que
imposibilitan su pleno desarrollo en concordancia con las exigencias de
orden práctico que demanda la actual transformación económico-
social. Los grupos que le sirven de célula inicial, si bien eran propios
para épocas de clandestinidad y han cumplido una importante misión
histórica, no lo son en momentos como los actuales en que se impone
la actuación a la luz del día de forma que todo el mundo pueda
conocernos y, con nosotros, conocer también nuestro pleno sentido
creador y responsable.

» Por otra parte, esa modalidad no tenía la flexibilidad necesaria para


actuar coordinando nuestros acuerdos y decisiones a las exigencias de
cada momento. Los propios compañeros desconocíamos las facultades
y atribuciones que nos correspondían con grave daño para la
Organización y para la revolución misma.

» La FAI representa en realidad la mejor garantía para el éxito de la


revolución; para ello, es absolutamente indispensable ceñirse a las
necesidades imperiosas de la hora, enfocando los problemas clásicos
con espíritu realizador.

» Sin dejar de lado las necesidades propias de la revolución y sin que


represente menoscabo para nuestra finalidad, estamos obligados, por
imperativo de circunstancias más fuertes que la voluntad individual y
colectiva de los anarquistas, a comprender esas exigencias, a afrontar
los problemas de la reconstrucción libertaria tal cual se presentan; a
resolver las situaciones con los elementos heterogéneos que el
ambiente general ofrece como contribución valiosa para la
transformación revolucionaria.

» Ampliando el sentido que siempre hemos dado a las prácticas


consustanciales, al espíritu y a los valores éticos y filosóficos de
nuestros ideales, hemos de superar una actuación que
preferentemente exigía la fuerza, la energía y la perseverancia en la
lucha, en atención a que en España tenemos en nuestras manos nada
menos que una revolución de tipo social. La única revolución social
acaecida después de los días iniciales de la rusa de 1917 y a la que no
podemos, ni como revolucionarios y menos aún como anarquistas,
sacrificar.

» La FAI no podría cumplir íntegramente su misión si se perdiera la


guerra. Ganar la guerra es mantener firme y victorioso el principio de la
revolución, y ésta será la consecuencia inmediata de la victoria. Utilizar
y transformar esa victoria en un triunfo lo más completo posible del
espíritu, de las ideas y de las prácticas anarquistas es, como
expresamos, más que un deber, una exigencia, no sólo del anarquismo
y del movimiento obrero confederal de España, sino de toda la clase
trabajadora. De los productores del mundo entero que seguirán
nuestro ejemplo si marca líneas y orientaciones precisas, imponiendo
nuevas normas de convivencia aplicables a la condición psicológica,
política y social del mundo del trabajo.

» Afirmando más que nunca nuestros principios libertarios, podemos


ser más eficaces en la acción y en la aplicación de los métodos
revolucionarios. Si nuestra Organización no pesa en la marcha de los
acontecimientos con toda la fuerza de la opinión y las soluciones
libertarias, nos tendremos que enfrentar en condiciones desventajosas
con situaciones de violencia que intentarán imponernos fracciones y
partidos de esencia burguesa y dictatorial que pugnan por desplazar al
anarquismo para restaurar en España una situación semejante a la
anterior al 19 de julio.

» Esto es para la FAI lo vital y lo urgente.

» Reestructurar su movimiento orgánico, aceptando las prácticas que


convienen a su necesidad de triunfar y que reclaman las condiciones
especialísima s en que estamos colocados por la guerra y la revolución.
Subordinados individual y colectivamente a nuestra suprema finalidad,
debemos ser coherentes, disciplinados y temerarios en la acción, y,
para que esta acción plasme y cristalice en realizaciones efectivas, la
FAI debe tener una línea uniforme que abarque todos los aspectos de
la vida política y social, que le permita saber cómo actuará en todo
momento y circunstancias.
» Si aspiramos a que las multitudes nos acompañen y nos secunden en
la transformación que propugnamos, es igualmente indispensable
presentar soluciones accesibles a la mentalidad común e identificadas
con su íntimo anhelo de emancipación económica y de liberación
política.

» La revolución debe ser orientada y dirigida, y esas orientaciones y esa


dirección deben estar, para seguridad y garantía de todos, en manos de
los trabajadores y de los organismos que auténticamente los
representan.

» La FAI, concretando, tiene las manos puestas en las poderosas


palancas de una revolución.

» El aprovechamiento inteligente y honesto de todas las energías


sociales, orgánicas o inorgánicas, pero que existen y palpitan en el seno
común de la sociedad, debe ser también preocupación preferente de la
FAI. Muchos núcleos que fluctúan sin orientación propia, pueden y
deben ser incorporados a la corriente impulsada por la FAI.
Individualidades y fracciones pueden sumar su esfuerzo al nuestro, y la
FAI, intransigente en la aplicación revolucionaria, debe armonizar su
acción abriendo un solo cauce y marcando una sola dirección a los
acontecimientos.

» Al lado de la FAl, paralelamente, caben y pueden actuar todos lo que


no sueñan con hegemonías particulares, de sector o de partido. Todos
los absolutismos son malos y en política se traducen en tiranías y
dictaduras, y el pueblo ibérico no puede -después de estas jornadas de
fecundo dramatismo- caer en el viejo error de alimentarlas ni
sostenerlas.

» Libertad, coordinación y revolución han de ser nuestro lema de


hermandad para con todos los que aspiran a una transformación social
para beneficio del pueblo y no para usufructo de un partido o de una
fracción.
» De acuerdo con la seguridad de los movimientos que la FAI ejecute,
serán los resultados que obtenga. Por eso la FAI asegura, con las
disposiciones transcritas en los apartados que siguen, la eficacia de sus
procedimientos y la suerte futura del proletariado español.

» FUNDAMENTOS. Considerando que las tendencias naturales del


individuo y las exigencias de la vida social conducen a la humanidad
hacia una sociedad libre, sin clases ni intereses que dificulten su
desarrollo, la Federación Anarquista Ibérica declara:

» Que su objetivo principal es la consecución de esta finalidad, a cuyo


logro tenderá en todos sus actos y por consecuencia en los de sus
afiliados, para transformar las relaciones sociales de manera que el
desenvolvimiento pleno de todas las actividades del hombre y de la
colectividad garanticen y aseguren su emancipación económica,
política y social.

» DECLARACIONES SOBRE EL MOMENTO. Siendo necesario, por


imperativo del momento, que la intervención del anarquismo como
organización trascienda a la vida pública de España para dar a todo el
proletariado un instrumento orientador en sus relaciones
revolucionarias, la FAI, sin desatender y concediendo la máxima
importancia a las necesidades de la guerra; sin renunciar a sus
aspiraciones finalistas, se pronuncia por impulsar la revolución desde
todos los organismos populares en que su acción pueda ser eficaz para
afirmar en sentido progresivo la culminación de la revolución que se
está realizando.

» INTERPRETACIÓN ANARQUISTA DE LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA. En el


orden económico, constata la FAI que España vive un periodo de
profunda transformación. La propiedad feudal de la tierra que
sobrevivía desde tiempo inmemorial, tiende velozmente a
transformarse en posesión colectiva, destruyendo con ello el primer
baluarte histórico del capitalismo español. Los trabajadores, con su
instinto creador, la intuición revolucionaria cultivada por el anarquismo
y la educación libertaria de muchos años, hacen surgir nuevas
instituciones. Por otro lado, las grandes empresas de tipo industrial
tienden a tomar también carácter colectivo, haciendo con ello cambiar
fundamentalmente la fisonomía de la economía nacional. Con la
creación de los nuevos intereses colectivos, se han modificado las
relaciones de los anarquistas para con el medio que los circunda. Los
que hasta ayer combatíamos sin tregua la expresión inhumana de un
estado de injusticia y tiranía, en el nuevo estado de cosas nos
encontramos al lado de las instituciones nuevas surgidas durante la
revolución, como expresión del más profundo anhelo de las
multitudes. Propugnamos por la total desaparición de los residuos
burgueses que aún subsisten y tendemos a vigorizar los organismos
que contribuyan a esta finalidad. Por lo tanto, consideramos que,
frente a nuestra posición inhibicionista del pasado, es deber de todos
los anarquistas interve.nir en cuantas instituciones públicas puedan
servir para afianzar e impulsar el nuevo estado de cosas.

» En consecuencia, será misión inmediata de la FAI lograr para los


sindicatos obreros la función de organizar el trabajo en grandes planos
y el control más estrecho sobre todos los medios y formas de
producción.

» ALCANCE POLÍTICO DE LA POSICIÓN REVOLUCIONARIA DE LA FAl. Si


transformaciones fundamentales persigue la FAI en el orden
económico, en el político siente la necesidad de afirmar el federalismo
consubstancial con la historia y la geografía ibéricas. Por lo tanta, aspira
a la restitución de la península a su base específica, propugnando por
integrar el desarrollo político a sus propias y especiales características
naturales: la federación, teniendo como fundamento la región
geográfica con su desarrollo autónomo en cuanto no comprometa el
pleno desenvolvimiento del conjunto, así como la comarca y el
municipio, células naturales de la arquitectura peninsular, sintetizada
en la federación de regiones con sus variantes de lenguas y
costumbres.
» LA FAI EN EL INTERIOR y EN EL EXTERIOR. En el momento de proceder
a su reorganización, la FAI reafirma sus postulados internacionalistas.
Luchará por desterrar los prejuicios de casta y violencia que tiendan al
sojuzgamiento de un pueblo por otro. Por la misma razón se pronuncia
expresamente por el respeto y la exaltación de todos los valores
morales que comprenden las tradiciones libertarias y las riquezas
artísticas, culturales y científicas de la península ibérica, sin
confundirlas ni caer en ningún género de especulación nacionalista.

» NORMAS DE CONVIVENCIA. Sin perjuicio de mantener su derecho a


influir en la vida española, la FAI declara que nuestra revolución no
puede ser la expresión de ningún credo totalitario, sino el exponente
de todos los sectores populares influyentes en la vida política y social.
Como anarquistas, somos enemigos de las dictaduras, ya sean de casta
o de partido; somos enemigos de la forma totalitaria de gobierno y
creemos que el sentido futuro de nuestro pueblo será el resultante de
la acción conjunta de todos los sectores que coincidan en la creación
de una sociedad sin privilegios de clases en donde los organismos de
trabajo, administración y convivencia sean el principal factor para dar a
España, por medio de normas federales, el cauce que dé satisfacción a
sus distintas regiones.

» NORMA PARA EL INGRESO EN LA FAI. Podrá pertenecer a la FAI todo


trabajador manual o intelectual que, aceptando íntegramente las líneas
generales enumeradas, esté dispuesto a cooperar por su realización,
respetando los acuerdos que a este efecto tome la Organización en sus
comicios regulares. Todo afiliado a la FAI estará obligado a responder
del desempeño de las misiones que le sean confiadas al llamamiento
de sus respectivos comités, siempre y cuando éstos hayan sido
previamente facultados para ello por las asambleas y congresos.

» SOBRE LOS GRUPOS DE AFINIDAD. El grupo de afinidad ha sido,


durante más de cincuenta años, el órgano más eficiente de
propaganda, de relación y de práctica anarquista.
» Con la nueva organización que se imprime a la FAI, la misión orgánica
del grupo de afinidad queda anulada.

» El Pleno entiende que los grupos de afinidad han de ser respetados, si


bien, en razón de las modalidades adoptadas por la FAI, no podrán
tener en la misma una intervención orgánica como tales grupos.

» PERSONALIDAD ORGÁNICA DE LA FAI. La FAI, al adoptar su nueva


forma orgánica, estará compuesta de la siguiente manera:

» a) Agrupación local en los lugares de pequeña densidad de población

y según el grado de desarrollo de la Organización.

» b) Agrupaciones de barriadas y distritos para los grandes núcleos


urbanos.

» c) Federaciones locales de agrupaciones de barriadas.

» d) Dependiente de toda agrupación local de barriada, de distrito o


federación local, actuará una comisión de admisiones a los fines que
mas abajo se expresan.

» e) Federaciones comarcales, integradas por todas las agrupaciones


locales o federaciones organizadas dentro de su circunscripción.

» f) Federaciones provinciales, en tanto la actual división política


subsista, integradas a los fines puramente políticos por todas las
agrupaciones y federaciones de cada provincia.

» g) Federaciones regionales, formadas por todas las comarcales y


locales integrantes dentro de la configuración regional.

» h) Federación Anarquista Ibérica, a la cual estarán adheridas todas las


regiones geográficamente naturales de la península ibérica.

» DEL INGRESO EN LA FAI. Todo aspirante que solicite ingreso en la FAI


enviará su petición a la agrupación local de barriada, o de distrito,
avalada por dos afiliados efectivos. Se abrirá una información sobre
cada caso, a la vista de la cual la asamblea general decidirá si el ingreso
procede o no. En el caso de las agrupaciones de barriada, éstas
enviarán la información y las peticiones de ingreso a la federación local
para que, complementada, si procediera, dé validez en asamblea
general.

» ADMISIÓN INTEGRA. Podrán ser afiliados con todos sus derechos:

» a) Los militantes que actualmente pertenecen a la FAI de una manera


normal.

» b) Podrán ingresar con todos los derechos los que, a la vista de la


información correspondiente, quedara probada su actuación como
militantes de las Organizaciones sindicales, culturales, etc., afines al
anarquismo con anterioridad al 1.º de enero de 1936.

» ADMISIÓN CONDICIONADA. Los que no llenaron estas condiciones, y


la información sea favorable, no podrán adquirir ni ostentar cargos ni
representaciones hasta después de transcurridos seis meses a partir de
su ingreso.

» En los casos en que la conducta y las condiciones personales del


solicitante pudieran interesar a la FAI, a juicio de un número x de
antiguos militantes, se abrirá una nueva información en la que
expondrán estos compañeros las razones en que apoyan su solicitud,
que será elevada al examen y aprobación de la federación local, si se
tratara de zona rural o pequeños núcleos de población, de la
federación comarcal. Las agrupaciones locales, así como las de
barriada, estarán regidas por comités nombrados en sus asambleas
generales, en las cuales tendrán derecho a voz todos los afiliados y a
voto los que lo sean efectivos.

» Los acuerdos de las asambleas de barriada sólo tendrán efectividad


cuando se trate de problemas que afecten exclusivamente a su
circunscripción.

» Los comités de las federaciones locales serán nombrados en


asambleas de afiliados de todas las barriadas y los acuerdos de aquéllas
alcanzarán a todos los afiliados por igual.
» Los comités comarcales, provinciales, regionales y peninsular serán
designados en congresos o plenos convocados al efecto con un orden
del día confeccionado en colaboración de todas las agrupaciones y
enviado con la debida anticipación para su estudio.

» DE LOS CARGOS. Los comités de agrupación local, de barriada y


federación local, constarán de un secretario general, un vicesecretario,
un tesorero, un contador y tantos vocales como las circunstancias
exijan, previo acuerdo de la asamblea general. Cada uno de ellos
desempeñará las funciones propias de sus cargos. Existirá asimismo la
Comisión de admisiones que estará en contacto con el comité, pero
respondiendo directamente ante la asamblea general por la cual ha
sido nombrada. A cargo del comité estará la misión de nombrar
cuantas comisiones técnicas especiales juzgue necesarias para su
normal desenvolvimiento, dando cuenta de ello en la primera
asamblea que se celebre.

» Los cargos serán renovados periódicamente por mitades cada año en


las condiciones que las asambleas determinen, dando cuenta también
de los trabajos realizados en las asambleas generales.

» Los delegados de la FAI en los cargos públicos quedan obligados a


rendir cuentas de su misión y de su actuación a los comités,
manteniendo estrecho contacto con ellos a fin de seguir en todo
momento las inspiraciones que den en cada caso concreto.

» Todo afiliado a la FAI que sea designado para ocupar cualquier cargo
público, sea el que fuere el carácter del mismo, podrá ser
desautorizado o cesar en el cargo tan pronto como los órganos
adecuados de la Organización lo determinen, quedando los comités
obligados a informar también en esos casos.

» La potestad max1ma de la FAI residirá en sus asambleas generales


cuando se trate de agrupaciones locales, y en los plenos y congresos
cuando se trate de federaciones comarcales, provinciales, regionales y
peninsular.
» Entre congreso y congreso, el Comité peninsular tendrá facultades
para orientar la marcha general de la Organización, respondiendo de
sus actos ante los plenos.

» Los comités comarcales, provinciales, regionales y peninsular se


nombrarán en los Congresos convocados al efecto. Constarán de
secretario, tesorero y contador directamente designados, y el resto de
la forma y número que éstos tengan por conveniente.

» Las agrupaciones de barriada o distrito dependerán


administrativamente, a los efectos generales, de la Federación local.

» ORGANISMOS AUXILIARES. Para fines de expansión y propaganda, se


crearán grupos en los centros de producción y en todos los demás
lugares que se considere oportuno. Todos estos grupos estarán en
estrecho contacto con las comisiones correspondientes,
cumplimentando la línea de conducta general determinada en cada
momento, quedando obligados a pertenecer a ellos todos los afiliados
a la FAI que actúen o trabajen en los lugares de referencia.

« ADICIONAL. Considerando los vínculos de estrecha afinidad


ideológica que le unen a la CNT y a la Federación Ibérica de Juventudes
Libertarias, la FAI estrechará sus relaciones con estos organismos
manteniendo las delegaciones comunes con ellos y estimulando la
acción conjunta de toda la gran familia anarquista.

» Valencia, 7 de julio de 1937.

» Por la Ponencia: Las delegaciones de la Regional del Centro; Regional


de Levante; Regional de Cataluña; Regional de Aragón; Regional de
Andalucía.

» Norte. Se hace constar que las Regionales de Extremadura, del norte


y de Asturias no asistieron al Pleno por impedirlo las necesidades
apremiantes impuestas por la guerra.» (53)
El dictamen que acabamos de transcribir produjo, al ser sometido a
referéndum de los Plenos regionales, una viva reacción en los delegados de los
grupos anarquistas. Esta reacción fue particularmente intensa en Cataluña. En
un Pleno regional de Grupos celebrado en Barcelona del 5 al 7 de agosto, se
enfrentaron duramente los partidarios de la nueva estructura con los grupos
que veían en ella una evolución política peligrosa por la cual la FAI ponía en
entredicho los principios y tácticas del anarquismo. Muchos delegados de la
oposición se retiraron del Pleno al grito de «¡viva la anarquía!». La oposición
había hecho resaltar los extremos del dictamen en que se declara que, «frente
a nuestra posición inhibicionista del pasado, es deber de todos los anarquistas
intervenir en cuantas instituciones públicas puedan servir para afianzar e
impulsar el nuevo estado de cosas». Se interpretaba esta cláusula como una
decisión de la FAI de intervenir directamente, como un partido político más, en
las instituciones gubernamentales. Esta sospecha quedaba afianzada por la
parte del dictamen en que se declara que los delegados de la FAl en los cargos
públicos quedan obligad os a rendir cuentas de su misión y de su actuación a
los comités. Añadía el dictamen: «Todo afiliado a la FAI que sea designado
para ocupar cualquier cargo público, sea el que fuere el carácter del mismo,
podrá ser desautorizado o cesar en el cargo tan pronto como los órganos
adecuados de la Organización lo determinen quedando los comités obligados a
informar también en estos casos.»

Por otra parte, las condiciones de ingreso en la FAI eran tan amplias, que
podían ser admitidos con todos los derechos los militantes de las
organizaciones sindicales y culturales afines al anarquismo que lo fueran con
anterioridad al primero de enero de 1936. Si se tiene en cuenta que no hay en
todo el dictamen una declaración de principios netamente anarquista,
quedaba sobreentendido que podían ingresar en la FAI todos los simples afines
o militantes sujetos a información favorable. En cuanto a la declaración de
principios, el dictamen se limita a decir que:

« Como anarquistas, somos enemigos de las dictaduras, ya sean de


casta o de partido, somos enemigos de la forma totalitaria de gobierno
y creemos que el sentido futuro de nuestro pueblo será el resultante
de la acción conjunta de todos los sectores que coincidan en la
creación de una sociedad sin privilegios de clases, en donde los
organismos de trabajo, administración y convivencia sean el principal
factor para dar a España, por medio de normas federales, el cauce que
dé satisfacción a sus distintas regiones.»

No hay, pues, una declaración rotunda contra el Estado bajo todas las formas o
colores, sino «contra la forma totalitaria de gobierno». Esto, junto con la
anulación orgánica del grupo de afinidad y la suplantación de los antiguos
grupos por Agrupaciones de barriada o locales, daba a entender, teniendo en
cuenta las generosas normas de ingreso establecidas, que la FAI abandonaba
su clásico carácter de organización específica.

Unas declaraciones de Gilabert, secretario de la Federación local de


Agrupaciones Anarquistas de Barcelona, confirman las conclusiones
apuntadas:

« -¿Cómo estaba estructurada la FAI antes del 19 de julio? -le


preguntamos al camarada Gilabert.

» -En la Conferencia de Valencia, celebrada el año 1927, se constituyó


definitivamente la FAI, dándose la misma estructura orgánica que tenía
la vieja Federación Nacional de Grupos Anarquistas de España, a base
de pequeños grupos de afinidad, federados entre sí local, comarcal,
regional y nacionalmente.

» -¿Qué resultados dio el grupo de afinidad?

» -El grupo de afinidad dio excelentes resultados cuando el anarquismo


era un movimiento que desarrollaba casi por completo una acción
clandestina, al margen de la legalidad establecida. El grupo de afinidad
superó todos los periodos represivos y fue un instrumento de lucha
muy eficaz contra los gobiernos.

» -¿En qué condiciones se encuentra actualmente el movimiento


anarquista?
» -Actualmente el anarquismo ibérico se halla en condiciones de
ejercer y reclamar la dirección de la revolución que vive y realiza
nuestro pueblo; por eso la FAI ha acordado darse una nueva
estructuración orgánica, admitiendo en su seno a todos los elementos
de tendencia libertaria.

» -¿Qué alcance tiene la nueva estructuración de la FAI?

» -En el orden político producirá una verdadera revolución, pues la FAI


será, antes de un mes, la organización revolucionaria más potente de
España, sin contar los millares de afiliados que tiene en Portugal,
Francia y Estados Unidos. Pues has de saber que la Unión Anarquista
Portuguesa, la Federación de Grupos Anarquistas de lengua española
en Francia y la Federación de Grupos Anarquistas de lengua española
en los Estados Unidos también están adheridos a la FAI.

» -¿Cuántos afiliados tiene la FAI en Barcelona?

» -Con la nueva estructuración, la FAI tendrá solamente en Barcelona


más de 30 000 afiliados, pues ahora se daba el caso de que una
multitud enorme de anarquistas no estaban afiliados a la FAI, aunque
algunas veces hablaran en nombre de ella.

» -La nueva modalidad creada, ¿implica que la FAI se haya


transformado en un nuevo partido político?

» -Será un partido revolucionario, o una organización específica que


trascenderá a la vida pública para dar al proletariado un instrumento
orientador de sus realizaciones revolucionarias, impulsando la
revolución desde todos los organismos populares.

» -¿Cómo actuará la FAI desde el nuevo plan de su estructuración?

» -De acuerdo con las nuevas determinaciones, la FAI hará todo lo


posible para que nuestra revolución no pueda ser la expresión de
ningún credo totalitario, sino el exponente de todos los sectores
populares antifascistas influyentes en la vida política y social. Como
anarquistas somos enemigos de toda forma totalitaria de gobierno, y la
FAI en su nueva fase de actividades políticas pondrá en juego sus
fuerzas para evitar que la revolución ibérica sea desfigurada o yugulada
por una dictadura de partido.

» -¿Renuncia la FAI a la implantación del comunismo libertario?

» -Los anarquistas dentro de la disciplina de la FAI queremos que el


futuro de Iberia sea el resultante de la acción conjunta de todos los
sectores que coinciden en la creación de una sociedad sin privilegios de
clases, en donde los organismos de trabajo, administración y
convivencia sean el principal factor para dar a nuestro país por medio
de normas federales, el cauce que dé satisfacción a sus distintas
regiones, pues éste es el alcance político, social y revolucionario de la
nueva estructura de la FAI según los acuerdos tomados en el Pleno
peninsular que nuestra organización celebró en Valencia durante los
primeros días del pasado mes de julio.» (54)

La prensa del 27 de julio publicaba en lugar destacado un manifiesto del


Comité peninsular de la FAI. Con antelación se habían celebrado unos cuantos
mítines en las principales capitales de la zona leal, tales como Madrid,
Cartagena y Castellón, destinados a dar a conocer al pueblo las nuevas
orientaciones del anarquismo organizado. Intervinieron en estos mítines Ángel
Rodríguez, Salvador Cano Carrillo, Claro Sendón, M. González Inestal y
Federica Montseny.

He aquí el manifiesto del Comité peninsular:

« Trabajadores de España: La FAI, que ha batallado en todos los


tiempos por vuestra emancipación, que ha estado en la vanguardia en
la lucha por vuestra revolución, que tiene como lema en esta guerra
contra el fascismo y la burguesía internacional la conquista de la
libertad efectiva de la clase proletaria, os abre sus puertas.

» Todo revolucionario que lucha por la libertad, centra el pasado de


explotación y calumnia, contra cualquier intento de represión y
dictadura, tiene su puesto de honor. La FAI, organización que ha
resuelto en su último e histórico Pleno celebrado en Valencia ampliar
sus filas, para hacer de nuestra aguerrida Federación el instrumento
del proletariado revolucionario libertario, la FAI no se convierte en un
partido político más, no renuncia a sus finalidades, no renuncia a sus
métodos; sólo se sitúa ante la realidad de la España que gesta el nuevo
mundo, que derrama la sangre generosa de sus mejores hijos, que
quiere real iza r u n sistema de convivencia propio de su existencia
libertaria, y llama a todos los verdaderos revolucionarios para llevar
adelante la empresa libertadora.

» Nuestra FAI quiere la victoria del pueblo, del proletariado, no de


ningún partido. Quiere la revolución con el y para el proletariado.
Quienes estén con la revolución española, que es la revolución por la
libertad, a engrosar nuestras filas. Juntos, en potente bloque de hierro,
iremos a la victoria, y juntos con la FAI aplastaremos a la reacción.

» ¡Por nuestra España proletaria!»

A pesar de cuantos esfuerzos se realizaron, los propósitos de crear una


organización anarquista de masas no dieron el resultado apetecido. Un
considerable número de grupos de Cataluña, unidos a los que se habían
retirado del Pleno regional de agosto, mantuvieron un frente cerrado de
franca oposición. El conflicto quedó en el punto muerto que revela otro
artículo del propio Gilabert:

« No es inoportuno machacar sobre el tema. Ningún anarquista debe


dejar de pensar en la FAI, su organización propia. He dicho y repetido
numerosas veces que una gran cantidad de anarquistas no están
organizados en la FAI sin reparar en el enorme perjuicio que con esta
actitud infieren al movimiento libertario. No basta con ser militante de
la CNT: el anarquista tiene que desarrollar actividades específicamente
libertarias encuadrado y disciplinado en su propia organización.

» Sufren un error tremendo los camaradas que creen que la CNT


"representa el anarquismo. La CNT es una organización de masas que
defiende los intereses morales y económicos de los trabajadores, pero
no es una organización específicamente anarquista, aunque su
finalidad es el comunismo libertario. El anarquismo, hay que decirlo de
una vez, lo representa la FAI. Es cierto que ha habido incontables
circunstancias que obligaron a muchos anarquistas a permanecer un
poco alejados de la FAI. Pero no es menos cierto que esas
circunstancias han sido superadas y vencidas. Hoy, en la FAI hay sitio
para todos los elementos libertarios. La nueva estructuración orgánica
que se ha dado a la FAI ofrece una mayor ampliación al movimiento y
señala a cada militan te un lugar de actuación eficaz.

» Yo sé la resistencia que oponen algunos grupos y camaradas a la


nueva estructuración. Esta resistencia parte de un error lamentable, ya
que, fundamentalmente, no hay disparidad de criterios. Reflejemos los
acuerdos tomados en distintos plenos y Sé verá cómo los anarquistas
de Barcelona y de Cataluña están obligados a secundar la orientación y
las normas emprendidas por los camaradas del resto de la península.
He aquí una síntesis de los acuerdos tomados:

» PLENO PENINSULAR DE VALENCIA. Los días 4, 5, 6 y 7 de julio del


presente año se celebró en Valencia un Pleno peninsular de Regionales
de la FAI. Con anterioridad el Comité peninsular cursó una circular a
todos los grupos con el orden del día a discutir en dicho Pleno, que
llegó a poder de los grupos de Barcelona por mediación de su
secretariado. Todos los grupos de la península discutieron los puntos
del orden del día del Pleno de Regionales, y los delegados que fueron a
él llevaban acuerdos concretos sobre la nueva estructuración de la FAI,
excepto las Regionales de Cataluña y Aragón. Al celebrarse el Pleno de
Valencia los delegados acordaron fundir en uno los puntos 4 y 5 del
orden del día, y reunieron los diversos dictámenes e informes de las
Regionales por medio de una ponencia nombrada al efecto, integrada
por una delegación de cada Regional, la cual presentó un dictamen de
reconstrucción orgánica de la FAI y de línea programática, que fue
aceptado por unanimidad.

» PLENO LOCAL DE GRUPOS DE BARCELONA. Durante los días 22 y 25


de julio, se celebró u n Pleno de Grupos al que se convocó a todos los
compañeros de los grupos de Barcelona. En dicho Pleno local se
discutieron los acuerdos de Valencia, y después de largos y
apasionados debates, se acordó, por mayoría, aceptar la nueva
estructuración de la FAI, con el voto en contra de algunos grupos.

» PLENO REGIONAL DE GRUPOS DE CATALUÑA. Los días 5, 6 y 7 de


agosto, se celebró también en Barcelona un Pleno regional de Grupos
de Cataluña donde se volvió a discutir la estructuración de la FAI,
acordada en Valencia. El ambiente mayoritario del Pleno era el de
aceptar íntegramente la nueva estructura pero había una minoría
considerable que estaba en contra. Las discrepancias llegaron a tal
extremo, que algunos grupos disconformes, amenazaron con la
escisión. Ante el grave problema planteado y velando, por encima de
todo, por la unidad de los anarquistas, se nombró una ponencia para
que buscaran una fórmula de reconciliación que aunara los criterios
opuestos. Dicha ponencia redactó un dictamen que f ue aprobado por
todos los Grupos de Cataluña que asistieron al Pleno y que dice así:
«Reunida esta Ponencia y repasadas detenidamente todas las
incidencias que han suscitado las diferentes opiniones de los diversos
delegados, y considerando inevitable y primordial la cordialidad entre
la familia anarquista, afirmamos: Que del resultado de las delibera
dones suscitadas sobre la aprobación o no del dictamen elaborado en
el Pleno peninsular, vista la mayoría de los que se pronunciaron en pro
del mismo, conste éste como aprobado; pero reconociendo también la
gran oposición al mencionado dictamen hasta degenerar en una franca
amenaza de escisión, se deja en libertad a los grupos que no acepten el
mismo para continuar como hasta ahora, pero teniendo en cuenta que
sus determinaciones de carácter orgánico tendrán el valor numérico
que corresponda a su cantidad de afiliados. Este acuerdo se toma con
la obligación de emplazar al Comité peninsular para que cite a un
Congreso peninsular en el más breve espacio de tiempo posible, por
creerse que es un Congreso peninsular el único soberano para cambiar
formas de estructuración orgánica y de carácter ideológico.»
» PLENO DE DELEGADOS DE LOS GRUPOS DE BARCELONA. El día 14
de agosto se reunieron los delegados de los grupos de Barcelona para
nombrar las comisione reorganizadoras de las Agrupaciones
Anarquistas de barriada. También en este Pleno se discutió el alcance
de la nueva estructura de la FAI ya que existían diversas
interpretaciones opuestas. Después de mucho discutir, se acordó que
el secretariado de la Federación local convocara por separado a todas
las barriadas para nombrar las comisiones reorganizadoras de las
agrupaciones. Se acordó también respetar los grupos de afinidad que
no estuvieran de acuerdo con la nueva estructuración; pero sin que
ninguno de los afiliados a esos grupos pueda pedir su ingreso en la
Agrupación de barriada. Los grupos que se mantengan al margen de la
nueva estructuración tendrán también representación orgánica en los
plenos y congresos que celebre la FAI.

» He procurado recoger los acuerdos tomados por la FAI para que


todos los militantes asuman una responsabilidad en el movimiento
anarquista. Y no hagamos más literatura ni más artículos. Solamente
tengamos presente este grito: ¡Camaradas, la FAI!» (55)

El primero de julio, una circular del Comité nacional de la CNT pedía el


envío de telegramas, en nombre de los Comités, Consejos Obreros -con
preferencia CNT-UGT- y sindicatos, al jefe del gobierno, a la Comisión
ejecutiva de la UGT, al Comité central del Partido Comunista y al propio
Comité nacional confederal. El texto de los telegramas tenía que
expresar concretamente disconformidad con el gobierno, pedir que se
constituyera otro, con participación de las Sindicales, protestar contra
la censura de prensa, exigir la libertad de los presos, la anulación del
decreto sobre Tribunales especiales y la rápida tramitación de los
procesos incoados contra probados elementos antifascistas.

Un Pleno de locales y comarcales de la CNT de Cataluña, reunido


aquellos mismos días en Barcelona, elaboró un dictamen en el que

se examinaban las consecuencias de la última crisis de la Generalidad, y


en el que se declaraba que la CNT no renunciaba al derecho de
participar directamente en las funciones de gobierno, siempre que
pudiera hacerlo en un plano de dignidad.

Sabemos que uno de los decretos del ministro Irujo venía a enmendar
substancialmente el del anterior ministro de Justicia sobre la creación
de Tribunales populares. En estos tribunales no podrían intervenir
aquellas organizaciones o partidos que no estuvieran legalizados antes
del 16 de febrero de 1936. La medida afectaba concretamente a la FAI.

El decreto sobre creación de Tribunales especiales proclamábase iba


destinado a la represión de los delitos de espionaje y alta traición. Las
sesiones de este tribunal se celebrarían a puerta cerrada y todos los
delitos contra la forma de gobierno constituido estaban comprendidos
en el decreto.

Los Tribunales especiales parecían destinados especialmente al


proceso abierto contra el POUM. Mariano R. Vázquez, en el discurso
que había pronunciado en el Teatro Apolo de Valencia, y del que
hemos hablado en el capítulo anterior, había declarado:

« Nos encontramos con el caso, por ejemplo, de que con esa


persecución se detiene y desaparece, porque inmediatamente se le
esconde bien, para que no le dé el aire, a un hombre como Nin. Con
nosotros nada tiene ni ha tenido de común. Hace muchos años que
estaba en nuestros medios. Los abandonó por considerar que eran
otras doctrinas las más acertadas, que eran otros caminos y no los de
las ideas libertarias los que debía seguir. Y se fue a otra organización.
¡Ah! Pero lo que nadie puede comprender, lo que no puede
comprender el pueblo es que a Nin se le diga que está en relación con
Franco y que Nin es un fascista. Y esto debe pasar a los tribunales y
demostrarse ante el pueblo, porque Nin, para el pueblo, es un
revolucionario.»

El mismo día 28 de junio, el Comité nacional de la CNT había dirigido un


extenso documento al presidente de la República, al presidente de las Cortes,
al presidente del Consejo de ministros, a los ministros de Justicia y de
Gobernación y a los comités centrales de todos los partidos y organizaciones.
Contenía una severa protesta contra los procedimientos policiacos y judiciales
empleados contra el POUM y sus principales militantes. He aquí algunos
fragmentos de dicho documento:

« Ante todo, nos importa declarar que la CNT, por su fuerza, intacta y
poderosa, hoy perfectamente organizada y disciplinada, está fuera de
todo temor de que mañana ese proceso de eliminación por etapas
pueda alcanzarle a ella. Colocada por encima de esta lucha
semiinterna, sólo le cabe plantear un aspecto concreto del asunto, y
afirmar una posición que estima necesaria y justa. No va a discutir si en
el POUM hay o no agentes provocadores, espías pagados por el
fascismo, gentes en combinación con el enemigo. Probablemente los
hay, como existen agazapados en todos los demás partidos y
organizaciones. Nada diría si se hubiese procedido judicial o
policiacamente contra determinados individuos, instruyendo procesos
que ofreciesen la garantía de una comprobación jurídica en las
acusaciones. Pero la eliminación del POUM, empezada en Cataluña en
el mes de diciembre, y que ha proseguido sistemáticamente, no ha
empezado por el proceso contra unos hombres emboscados en él, y
agentes del fascismo, sino que ese proceso, que bien podía ser un
pretexto hábilmente urdido -la sucesión sospechosa de hechos nos
obliga incluso a temerlo-, ha venido ahora, cuando ya el POUM, como
partido ha sido excluido de todas las actividades antifascistas, separado
del gobierno de la Generalidad, apartado de la Consejería de Defensa

-Comisariado-, incluso de Sanidad de Guerra, en Cataluña. Eliminación


que no empieza en mayo, sino que comienza en diciembre del año
pasado. Luego, después de los sucesos de mayo, la persecución se
perfila y adquiere estado público. No contra los hombres, contra el
partido. Contra los hombres se precisa hoy, cuando se necesita
materializar la figura y caracteres del delito.

» Además, se registra el hecho de que, lo mismo en Cataluña que en el


resto de España, la persecución contra el POUM no es una necesidad
sentida por todos los partidos y organizaciones... Sólo la pide y la
impone un partido, trabajando en ello con la tenacidad y la constancia
que le caracteriza. Los demás asisten como espectadores a esa lucha
desigual y un tanto innoble, entre un partido débil y un partido más
fuerte, y que tiene sobre la España leal la potencia moral que le da el
apoyo por Rusia prestado a nuestra causa.»

« El decreto del Ministerio de Justicia, estableciendo los tribunales


especiales con vistas a puerta cerrada y con terrible aparato de nuevos
Tribunales de la Sangre, parece una concesión más a las necesidades o
a los propósitos de eliminación del partido llamado de unificación
marxista sentidos y puestos en práctica por el Partido Comunista de
España y en Rusia. Y estimamos que esto no puede consentirlo la
opinión liberal española.

» Que en la URSS resuelvan sus problemas como puedan o como las


circunstancias les aconsejen. No es posible trasplantar a España la
misma lucha, persiguiendo a sangre y fuego, internacionalmente, por
medio de la prensa y aquí por medio de la ley, utilizada como arma y
mediante un chantaje moral poco digno, a un partido de oposición o
sector disidente de una ideología y de una política.

» ¡Que hay en el POUM emboscados, agentes de Franco, espías y


provocadores! Que se les detenga, que se les procese, con garantías de
que no se trata de un amaño, que se les fusile. Pero a los agentes, a los
espías, a los provocadores. No a los miembros de un partido que se
quiere destruir, y al que se elimina primero apartándolo de la legalidad
y luego aniquilando sus cabezas representativas, los hombres que, por
su larga historia, tienen un prestigio adquirido entre las masas. A
nosotros se nos puede convencer de que Nin, de que Andrade, de que
Gorkín, de que David Rey son traidores, agentes del fascio, espías, etc.,
etc., a condición de que se nos demuestre todo eso. Necesitamos
pruebas para creerlo, como necesitaríamos pruebas para creer,
pongamos por caso, que Gordón Ordás o Albornoz están al servicio del
fascismo, o que lo está el general Miaja. Y estas pruebas es preciso que
se aporten de manera clara y categórica, no en vista a puerta cerrada,
que remedan demasiado sospechosamente procedimientos
importados de otros países.»

***

« Por todas estas causas y muchas más que podríamos ir exponiendo,


nos creemos obligados a elevar este documento a los presidentes de la
República y de las Cortes, a los ministros de Justicia y de la
Gobernación, al presidente del Consejo y a los Comités nacionales de
todos los partidos y organizaciones. Toque de atención, llamada a la
nobleza española y advertencia a los débiles que mañana podrán ser
devorados y a los fuertes que pueden creerse demasiado
impunemente devoradores.»

Pocos días después de la publicación de este documento aparecieron por las


calles unas octavillas, firmadas por una supuesta Sección Bolchevique-
Leninista de España, adherida a la IV Internacional». Contenían consignas de
huelgas generales y hablaban de la necesidad de formar un frente único de
acción entre la CNT, la FAI y el POUM. Delataban claramente una nueva
maniobra provocativa del Partido Comunista.

En vísperas del 19 de julio estaban en preparación varios actos


conmemorativos en las principales ciudades de la República. En Cataluña, las
organizaciones libertarias propusieron a los demás sectores una manifestación
conjunta. Se llegó a un acuerdo, y el 16 se publicaba en la prensa el orden de la
concentración, en el centro de Barcelona, de los diversos sectores
manifestantes. El recorrido de la manifestación estaba previsto a lo largo de
las Ramblas, partiendo de la Plaza de Cataluña. En Atarazanas se pronunciarían
los discursos de rigor y se descubrirían unas lápidas en memoria a los caídos
allí el 19 de julio de 1936. Todos los actos conmemorativos fueron suspendidos
por orden del gobierno central el 18 de julio. El Comité nacional de la CNT hizo
público el siguiente manifiesto:

« NUESTRO PRIMER PENSAMIENTO. Para los caídos: Obregón,


secretario de la Federación local de Grupos Anarquistas de Barcelona,
caído el 19 de julio, Francisco Ascaso, acribillado el 20, en la conquista
de Atarazanas; Fausto Falaschi, el anarquista de vasta cultura, José
Ramos, miembro del Comité Regional de Cataluña, sucumbido al frente
de la columna «Tierra y Libertad»; Alcodori, del Comité Regional de
Defensa de Cataluña, Durruti, fulminado por un balazo, en la defensa
de Madrid, el 20 de noviembre. Estos de la Regional catalana.

» Teodoro Mora, caído en Casa Vieja (Ávila), en septiembre, Senderos,


de las Juventudes Libertarias, que pereció en el asalto a la fortaleza de
Toledo, Tomás de la Llave, en la Sierra, Arenas y Domínguez, en la Casa
de Campo, defendiendo Madrid, Manuel Vergara, asesinado en
Mallorca, siendo tesorero del Comité nacional de la CNT. Estos del
Centro, donde sólo el Ramo de la Construcción, en la defensa de
Madrid, ha perdido dos mil cuatrocientos camaradas.

» Juan Méndez, Francisco Arín, Antonio Carrero, Juan Arcas, Arturo


Parera, María Durán (56) en Andalucía, junto al defensor de la Alianza,
Vicente Ballester, y al lado de Sánchez Rosa, el anarquista veterano, y
su hija Paca, Antonio Calle, José Chicón y Elías García, el poeta
anarquista; caídos en Pozoblanco.

» Bayón. Cipriano Alvite, Enrique Castro, Jacinto Méndez, Ramón


Ponte, Joaquín de la Torre y Villaverde, militantes nuestros destacados,
de Galicia.

» Manuel Zubalca, Baldomero del Val, José Arias y el hijo de nuestro


inolvidable José María Martínez, Acracia Martínez, en Asturias.

» Liquiniano, Pablo Sanz y Gallurralde, del Norte.

» Vera, en Ceuta. Aureliano Delgado, en Algeciras. Y nuestro camarada


Isaac Puente, el teórico propulsor del anarcosindicalismo, en los
últimos tiempos.

» Todos militantes de vanguardia de nuestro movimiento libertario.


Caídos con centenares más, en las jornadas de julio, y en los frentes,
asesinados por el fascismo triunfante.
» Y unidos a éstos, millares y millares de camaradas anónimos,
militantes revolucionarios y antifascistas de corazón. Mujeres, niños,
ancianos, cuyas vidas segó la metralla de los traidores, que a la
próspera España sumieron en ruinas. Los mutilados, mártires de una
guerra sostenida con tesón por la libertad y la independencia.

» A todos nuestro primer respetuoso pensamiento. Un minuto de


silencio. ¡Son los artífices de la Libertad!...

» Y un pensamiento de profundo desprecio a quienes, en lugar de


luchar por ganar la guerra, sean quienes sean y estén donde estén, han
conspirado, intrigando y laborando con tesón exclusivamente para su
partido.

» Nuestro rotundo anatema para quienes no han trabajado por la


unidad, franca, noble, sinceramente sentida, y que, con sus actividades,
en lugar de la unidad de acción, han fomentado la discordia, la división,
el recelo.

» Son quienes han traicionado a los caídos. Son quienes han olvidado
que el pueblo no ha derramado heroicamente su sangre por bandería,
sino por lograr el aplastamiento de los traidores, por dar una batalla
definitiva al fascismo internacional y por conquistar la libertad y la
independencia a que tenemos derecho, individual y colectivamente.

» Vaya el desprecio para esos renacuajos, incapaces de comprender en


toda amplitud la magna gesta del pueblo que fue quien, en aquellos
días de julio, dio la vida y aplastó a los canallas que trataban de sumirle
en el dolor, la miseria y la esclavitud.

» 19 DE JULIO DE 1936. La CNT cumplió lisa y llanamente con su deber.


Salió a la calle. Sus militantes, con las pistolas y algunas armas largas
que sustrajeron a pesar de las persecuciones de quienes gobernaron
desde el 31, negros y blancos, se lanzaron al combate. Sus pechos
constituyeron barrera infranqueable frente a los militares de la
traición, a los curas emboscados, al capitalismo avariento.
» Días antes, la CNT, en todas las capitales de provincias se acercó a los
gobernantes de izquierda y les pidió armas, armas con que batir la
traición que se presentía. Los gobernantes se las negaron. Temían la
sublevación pero temían aún más a los anarquistas. De por sí era
suficiente motivo para que les dejáramos a ellos solos. Pero,
responsables de nuestros actos, salimos a la calle. No se nos escapaba
la trascendencia enorme del triunfo del fascismo en España. Por eso,
cuando el Frente Popular pedía al pueblo votos, la CNT decía: «No
importa que votéis o no votéis. Votando o sin votar, si queréis
oponernos al fascismo, a la reacción, habréis de salir a la calle y ganar
la batalla en las barricadas». Una vez más la CNT demostraba su
acertada visión. Y donde triunfó el fascismo, fue por culpa de los
gobernantes de febrero -¡qué caro lo pagaron!-, que en su temor a la
CNT, encarnación viva del pueblo, no le dieron facilidades para
contrarrestar el ataque de la facción. Y así, la Zaragoza brava, la
Zaragoza confederal, fue dominada por los traidores fascistas, por
ineptitud de las autoridades no fascistas. Y así cayeron Galicia y parte
de Andalucía, y Castilla la Vieja... No tuvo de ello la culpa ni el
anarquismo ni la CNT. Sus militantes dieron la vida, luchando en la
impotencia.

» UNA SOLA ILUSIÓN. 19 de julio. Nadie preguntaba al compañero de


barricada de qué partido era, cómo pensaba, qué deseaba. Todos lo
sabían: Batir el fascismo, conquistar sus posiciones. Eso sólo. Después,
barridos los traidores, vendría lo demás. Si nos encontrábamos en la
barricada, si nuestra sangre se confundía, ¿por qué no íbamos a
entendernos cuando abandonásemos la barricada?

» Si en la guerra íbamos juntos, de cara a la muerte, ¿cómo habríamos


de irlo en la paz, de cara a la vida?

» La unidad estaba hecha. La sellaban los balazos y la sangre, los gritos


de dolor del herido y la alegría de quien conquistaba una posición al
enemigo o fulminaba a un adversario. Un porvenir magnífico
auguraban al proletariado las jornadas de julio...
» Y AQUELLO PASÓ... Terminó la lucha en las ciudades. Dominó el
pueblo en los municipios. Se organizaron las primeras columnas
entusiásticas, alegres; con fe ilimitada en el triunfo, salieron al
encuentro del enemigo victorioso.

» Meses que pasaron. La guerra que se prolongaba. La indiferencia en


algunos, el afán proselitista en otros. Los dudosos que cobraban
confianza y aparecían de nuevo en el palenque de la vida social,
especulando, robando, enriqueciéndose, a costa del esfuerzo del
pueblo. Los cobardes, que se escondieron mientras el pueblo luchaba,
reaparecían a la hora de recoger su botín. Los eunucos de siempre. Los
acomodaticios iniciaron su interrumpida tarea de intrigar.

» Y así, la unión sagrada, sellada con la sangre del 19 de julio, fue


disgregándose. Hoy, es la desunión, el recelo mutuo, la desconfianza, el
afán dominante y absorbente lo que priva, y en sarcástico contraste,
¡es cuando más se habla de la unidad! El 19 de julio, sin hablar de
unidad, se practicó honrada, noblemente, frente al enemigo.

» LA CNT TIENE LA SEGURIDAD DE HABER CUMPLIDO CON SU DEBER.


Salimos a la calle. Colaboramos intensa y definitivamente en las
batallas. Dimos la flor de nuestra militancia. Organizamos
inmediatamente la producción. Pusimos en marcha los lugares de
trabajo, abandonados por los fascistas. Y dejamos que los políticos
dirigieran el país cuando, con un leve esfuerzo, los habríamos
desplazado, haciéndonos dueños de la situación. ¿Quién podía
oponerse a nuestra potencia arrolladora y dominante?

» Pasaron unos meses. Vimos que los políticos no eran capaces de


orientar al pueblo hacia la victoria, y en el mes de septiembre ya
acordaba la CNT intervenir en la dirección de la guerra. Olvidamos
nuestros principios, nuestra historia, nuestro pasado de oposición
permanente. Todo lo sacrificamos en aras al interés culminante de
ganar la guerra.

» No se interpretó así. Todos los partidos nos habían combatido por no


ser colaboracionistas, y, cuando la CNT determinó colaborar, se
pusieron trabas e inconvenientes mil para impedir ejerciera un derecho
que todas las organizaciones tienen.

» Por fin, cuando las cosas iban tan mal que la debacle se adivinaba, se
nos dio entrada en el gobierno. Fue en noviembre.

» Seis meses compartiendo la dirección de la guerra. Una actuación


limpia y honesta. Dura y violenta, a causa de los manejos y las intrigas
de bandería e interés financiero. Fue aquel gobierno el que organizó el
ejército. Fue aquel gobierno quien dio confianza al pueblo, hasta en los
momentos de mayor peligro, en los más duros trances. Fue aquel
gobierno el que atendió, en lo que permitieron las oposiciones e
intereses bastardos, a los obreros, para que los lugares de producción
no quedaran paralizados. Fue el que organizó eficientemente las
evacuaciones. Fue el que inició la reforma de la juridicidad. El que dio
igualdad de derechos y deberes a la mujer y al hombre. Fue en fin, el
que hizo cuanto pudo y le permitieron las circunstancias.

» Pero se nos desplazó. Una crisis inoportuna. Una solución más


inoportuna aún.

» Y la CNT, que ya no era la organización sin dirección, que se había


trazado una línea, que se había marcado una disciplina, dejó que el
gobierno se constituyera.

» Le ha dejado actuar. En el frente, nuestros hombres fueron los que


mejor se portaron. Los que conquistaron algo.

» Elaboramos inmediatamente un programa de colaboración, cuyo


contenido se fundamentaba en dar facilidades a nuestro triunfo en la
guerra.

Y lo sometimos al jefe del gobierno. No se tuvo en cuenta. Ni lo


tomaron en consideración algunos partidos. Y seguimos aún
trabajando, obsesionados por la idea de la victoria, a la que ni
renunciamos ni renunciaremos,
» POR LA UNIDAD Y NADA MÁS QUE LA UNIDAD. Un año de
experiencia dura puede ser más que suficiente para que todos
rectifiquen actitudes y posiciones. Para que se comprenda que sin la
estrecha unidad, sin la formal colaboración honrada y leal, no es
posible alcanzar la victoria anhelada, y menos lograrla con la rapidez
precisa.

» Y esta colaboración, esta unidad, debe fundamentarse en dos


principios:

» 1.º Reconocimiento implícito de que el 19 de julio es una


transformación de hecho de la estructura social y política del país.

» 2.º Que el pueblo no lucha sólo por batir al fascismo, sino por
mejorar su situación en el orden económico y de independencia.

» Partiendo de estos principios insoslayables, hay que basar la unidad


de todos los sectores antifascistas. Para ganar la guerra. Para
reconstruir la economía quebrantada.

» A ello tenemos que ir sin dilación, sin cortapisas, sin reservas. Y junto
a la unidad de los antifascistas, la alianza de las sindicales.

» Son nuestras conclusiones terminantes en este aniversario sangrante


y glorioso.

» Conclusiones a las que no renuncia la CNT. De las que hace bandera.

Por las que trabajará intensamente y pondrá cuanto a su alcance esté.

» Y apréstense todos a reconocerlo y hacerlo. No se nos repita la


cantinela del Frente Popular. Este fue inútil. Tuvo su época, que ha sido
superada. Y no es la unidad antifascista, porque en él no están quienes
más han dado y luchado. Recordemos, al efecto, el 19 de julio de 1936.

¿Qué habría hecho el Frente Popular por sí solo? Contéstense todos


sincera y honradamente: ¿Se habría vencido, donde se venció, sin la
CNT, sin la UGT, sin la FAI?
» Estas fueron quienes más dieron y quienes batieron al enemigo. ¡Que
nadie se cobre prebendas a costa de la sangre y el sacrificio ajenos!

» El pueblo juzga y aplastará a quienes se opongan a una rápida unión


antifascista.

» Manifestemos nuestro inquebrantable deseo de lograrla.

» ¡Viva el Frente Antifascista! ¡Viva la alianza CNT-UGT! ¡Arriba el


pueblo! ¡En pie los proletarios! ¡Por la victoria!

» Valencia, 18 de julio de 1937. El Comité nacional.»

En Cataluña, el día 21 de julio pudo celebrarse por fin el acto conmemorativo


del primer aniversario de la revolución. Tuvo lugar en el Teatro Olympia de
Barcelona, y entre los oradores figuraba Federica Montseny. Esta denunció
públicamente, como crimen de Estado, el asesinato de Andrés Nin. Hasta el 4
de agosto no se decidió el ministro de Justicia a dar, como veremos más abajo,
una tímida explicación de este suceso.

La presencia de Federica Montseny en la tribuna del Olympia fue en los


primeros momentos acogida con gran alboroto entre el público. Desde los
sucesos de mayo, era la primera vez que aparecía ante un gran público en
Cataluña. Una gran parte del auditorio manifestaba su reproche por la
actuación apaciguadora de la exministro durante aquellos días sangrientos.
Calmados al fin los ánimos, la oradora pronunció un discurso del que
extractamos la parte más sustanciosa:

« Camaradas y amigos, pueblo de Barcelona:

» Un año ha transcurrido desde el 19 de julio. Un año de lucha. Un año


de guerra. Un año de revolución. Y es terriblemente doloroso que al
cabo de este año, congregados aquí para recordar y evocar la memoria
de los que cayeron y dieron su sangre por una revolución que
representa la lucha contra el fascismo; que al cabo de un año de esta
gesta aún tenga que gritar el pueblo: ¡Los presos! ¡Los presos! Es
preciso que hablemos del hecho que, en plena lucha contra el fascismo
haya presos antifascistas en las cárceles de España. Es preciso que os
deis cuenta de lo que ello representa, si Cataluña y España no tuvieran
tan arraigado el espíritu revolucionario y la guerra hubiese terminado.
La revolución ha empezado solamente. Estamos en una de las muchas
etapas que se presentan en todos los movimientos revolucionarios. La
revolución sigue el camino ascendente y lo seguirá doblemente cuando
haya sido batido el fascismo en todas las regiones que hoy viven
aplastadas bajo su bota.

***

»La revolución rusa siguió adelante rebasando el periodo del gobierno


de Kerenski; el pueblo destruyó la tiranía de los zares, pero creó la
tiranía de Stalin. Siguen los fusilamientos. Después de Tuklaschevsky
siguen otros. Es preciso que los pueblos se pongan en guardia contra la
tendencia que, enfrentada contra el fascismo, representa una
concepción autoritaria de la vida.

» Aquí en España siempre habíamos tenido un poco de decoro y


honradez. Siempre luchamos con armas limpias, nos enfrentábamos
unas organizaciones contra otras, pero costaba mucho recurrir al
crimen; recurrir a la infamia; recurrir a la calumnia. Eso lo hacía la
monarquía, no lo habían hecho ni los republicanos, ni los socialistas, ni
los comunistas, ni los anarquistas. Se intenta importar procedimientos
de otros países, para que se acuse de espías a los miembros de todo un
partido, meterlos en la cárcel e incoar un proceso en la sombra.
Cuando vienen a España los representantes de los países socialistas se
deja en libertad a unos cuantos para cubrir apariencias. Acaban de
decirnos que han sido hallados en Madrid los cadáveres de Nin y dos
compañeros más. Esta noticia no ha sido confirmada, pero hasta tanto
el gobierno no la desmienta, diciéndonos dónde está Nin, hemos de
creer que es cierta. No se puede impunemente, pasando por encima de
la voluntad, de la dignidad de un pueblo, coger a un puñado de
hombres, acusarles de algo que no se ha demostrado, meterlos en una
casa particular, habilitada al efecto, sacarlos por la noche y asesinarlos.

» Eso no se puede hacer, porque España es un país que aún no ha


perdido la dignidad y la virilidad. Donde no se puede engañar a las
masas aborregadas sin conciencia propia. Se nos puede decir que Nin
es un agente del fascismo, pero nosotros diremos: Muy bien; ¡probad
todo esto y entonces, en medio de la plaza más pública de España,
fusilarlo! Cuando puedan demostrarnos que Nin, Gorkín, Andrade son
espías, pediremos que sean fusilados, pero matar, asesinar en la
sombra, no puede tolerarse. Que asesinen Franco, Queipo, Cabanellas,
pero no puede asesinarse en nombre de un gobierno que representa la
lucha contra el fascismo, donde están representados todos los partidos
antifascistas, menos la CNT y la FAI.

» Sentimos en este instante la complacencia de no figurar en él, porque


si se hubiera hecho de una manera traidora, pasando por encima del
Ministerio de Justicia, si se hubiera hecho tal como se ha hecho,
nosotros estaríamos envueltos en la misma tremenda responsabilidad
histórica. La CNT y la FAI tienen derecho a plantear al pueblo español
este dilema: España es un pueblo que ha demostrado saber morir por
su libertad.

¡Ni Roma, ni Berlín, ni Moscú!

» En este instante recuerdo que soy exministro. No tengo ganas de


lanzarme a estridencias, porque el que más chilla no es el que tiene
más razón, pero puedo hablar con autoridad y también puedo ser
procesada. En España va a ser procesado todo el mundo. Pero para
procesarme a mí es preciso que se reúna el Tribunal de Garantías
Constitucionales, tiene que dar la orden el gobierno y el Fiscal General
de la República, y esto daría mucho trabajo. El haber pasado por el
gobierno, tiene aún alguna ventaja.

» Tengo ganas de hablar hoy, camaradas... porque hace mucho que no


había hablado en Barcelona. Vuelvo a reencontrarme en la Barcelona
auténticamente revolucionaria, que no perderá jamás la CNT por
muchas que sean las calumnias en las colas y los muertos que se
desentierren por los pueblos.

***

» Verdaderamente, lamento haber dejado de ser ministro de Sanidad,


pues yo prepararía para muchos de aquí las mejores habitaciones del
Instituto Pedro Mata de Reus (57). Hay cosas que sólo mentes
calenturientas pueden concebir.

» A todos estos señores dedicados a faenas de vampiros, los considero,


en el mejor de los casos, como atacados de una neurosis que exige
rápido tratamiento. No quiero pensar en el peor de los casos. No
quiero pensar que ninguno de esos señores que he citado, todos los
que sienten esas marcadas aficiones, puedan tener interés en
colaborar con el enemigo, creando en la retaguardia un
quebrantamiento espiritual que sólo puede redundar en beneficio de
las huestes de Franco, Queipo y Cabanellas. No acierto a comprender,
cuando no está ganada la guerra, en la que nos esperan sacrificios
cotidianos, que nadie pueda complacerse en romper una unidad
indispensable para sostener la guerra.

» Al hablar de que en Cataluña los hombres de la CNT son unos


asesinos, ya que los fascistas ejecutados el 19 de julio los mataron sólo
los de la CNT, ¿qué se persigue?

***

» Los presos de la CNT no están presos por los sucesos de mayo; hay
algunos, pero muy pocos. Se cargó la responsabilidad exclusivamente
al POUM, porque era la fuerza minoritaria y porque hay hombres que
sólo se atreven con los débiles, pero con los fuertes ¡no! Los sucesos de
mayo se aclararán algún día, diciendo quiénes son los verdaderos
agentes de la Gestapo. Los sucesos de mayo no han motivado la
mayoría de los presos de Cataluña y Barcelona. El procedimiento es
mucho más honroso. Un señor o una señora escribe una carta dirigida
al presidente de la Audiencia, y en esta carta este «señor» o esta
«señora», afiliado a un partido, denuncia que «en Puigcerdá mataron
el 19 de julio al cura, y que fueron fulano, fulano y fulano». A
consecuencia de esta denuncia, se busca el cadáver del cura y se abre
sumario. Ya tenemos unos cuantos militantes de la CNT y de la FAI en la
cárcel.

» Otro ejemplo: en Molins de Rey, algunos militantes de la CNT


mataron a unos curas que habían huido de Montserrat; pues a
desenterrar los cadáveres, y, si se encuentran, a pasearlos por el
pueblo.

» Otro caso: En tal pueblo se hizo una colectivización. ¡Cómo no! Unos
cuantos militantes de la CNT en la cárcel, por haber obligado, pistola en
mano, a efectuar aquella colectivización.

» Pero ¡camaradas! En Tarragona, varios afiliados del PSUC asesinaron


a 36 camaradas de la CNT. Que yo sepa, no se ha abierto sumario. En
Sardañola, en el cementerio, hallaron 12 cadáveres de las Juventudes
(58), horriblemente mutilados, con los ojos fuera y las lenguas
cortadas. Los llevó una ambulancia, los dejó en el cementerio. Yo exigí
que se instruyera sumario y no se ha hecho.

» El problema que se plantea es el siguiente: somos legalistas, estamos


amparados por los derechos democráticos. Haciendo caso omiso de
que existe una revolución, ni puede asesinarse sin juicio previo, ni
meter en la cárcel sin pruebas. Queremos no perder la guerra. Y la
guerra la están perdiendo, ¡nos la están perdiendo!

» A todos los que actúan de esta manera, produciendo el malestar de la


retaguardia, quebrantando la moral de los frentes y abriendo las
puertas de España, me dirijo.

» Es necesario que situemos las cosas tal como son y los dos enemigos
frente a frente, prescindiendo de los intermediarios. A un lado los
partidarios de la autoridad y del Estado totalitario, de la economía
dirigida por el Estado, de una organización social que militarice a todos
los hombres y que convierta al Estado en el gran dueño, en la gran
alcahueta y en el Dios de un país. Al otro, debe estar la explotación de
las minas, de los campos, de las fábricas y de los talleres por la clase
trabajadora, organizada en Federaciones de Industria.

» Colectivizar un taller, poniéndolo en manos de todos los operarios y


existiendo hoy más propietarios que el 19 de julio, tampoco es hacer
una revolución social. Es hacer la fórmula primitiva del socialismo. Esa
fórmula infantil que los hechos han debido superar. Y hoy la
estructura­ción sobre bases socialistas ha de ser la constitución de las
grandes Federaciones de Industria. A ello se oponen los demócratas
burgueses. A la unidad de todos los obreros preparándose y
poniéndose de acuerdo para asumir la producción: ése es el problema
que el fascismo plantea en España en el aspecto político.

» Y plantea otro problema, que es la necesidad de superar el hecho


fatal producido en todas las revoluciones. En España debemos dar la
sensación que se estructura una nueva sociedad, sin necesidad de
dictadura. Esta ha sido la posición más firme de la CNT. Nosotros
combatimos a los sectores minoritarios, aspirantes a la dictadura. Si
hubiésemos querido, en Barcelona y en Cataluña, puesto que éramos
los dueños absolutos de la situación, hubiéramos podido implantar una
dictadura anarquista. Éramos la fuerza mayoritaria y la habíamos
conquistado jugándonos la vida, por Jo que se nos consideraba como
árbitros de los destinos de este pueblo.

» A veces me río cuando pienso en las guardias que hicimos para


proteger a muchos hombres, que ojalá se hubieran marchado de
España. Se había tejido una leyenda de terror y queríamos aparecer
como buenos chicos. Pero había otra cosa: queríamos mantener la
unidad antifascista, y queríamos demostrar que la unión hace la fuerza
y que éste era el único medio para batir al fascismo. Pudiendo ser los
amos, hemos dejado de serlo. Pero lo que no consentiremos nunca es
que nadie sea dictador a expensas nuestras. Eso no lo consentiremos,
por el propio espíritu, por la propia resonancia universal de la
Revolución española.
» Por encima de todo la guerra ha de ganarse y la revolución ha de
hacerse por la clase trabajadora. Por encima de todo, porque la unidad
es garantía de ello. Cuando los otros combaten, levantando la bandera
contra la unión UGT-CNT, es que ven el peligro formidable que
representaría para ellos esta unión. En el fondo son grandes y
pequeños burgueses todos ellos. Los únicos que saben lo que se juegan
en esta lucha, somos nosotros. Son los hombres que iban a la
revolución antes del 19 de julio y que van ahora también.

» Luego, la parte consciente y sana de la UGT. No olvidéis que en


España hay dos UGT. Hay la de pequeños comerciantes, tenderos,
propietarios e industriales. La UGT de pequeños tenderos, que antes
estaban en la Lliga y que ahora están en la UGT porque hay que
sindicarse en una central u otra. Y ¡claro! El espíritu del clásico señor
Esteve se dice: tengo que sindicarme, de lo contrario no podría vender.
Pues en la UGT, que es la que mejor me comprende... Y esto es la UGT
de Cataluña (59).

» Hemos de levantarnos contra el espíritu conservador de los pequeños


propietarios y pequeños tenderos que hay en la UGT.

» Y luego, hay otra UGT. La de España, que está incorporada al


movimiento revolucionario de España, la auténticamente socialista,
con responsabilidad de clase, que ha colectivizado y que ha constituido
las grandes socializaciones. La UGT de los trabajadores que saben que
ha sonado la hora del proletariado y que hay que aprovechar esta hora
y unirse a la Sindical hermana. Con ella contamos nosotros; es la que
no susurra en las colas, fábricas y talleres «No hagáis caso de las
consignas de la CNT». Es la que estructurará, junto con nosotros, el
federalismo; la que constituye la médula contra el fascismo.
¡Entusiasmo, espíritu combativo para terminar la guerra! ¡Sin contar las
horas! ¡Sin contar las pesetas! Dándolo todo por el proceso de la
producción. Con esas dos palancas: con la unión que hace la fuerza y
con la fe que levanta las montañas, el triunfo será nuestro y España
habrá abierto una nueva era para el mundo, y España señalará a todos
los pueblos la ruta del verdadero progreso, de la verdadera cultura, del
verdadero derecho a la vida que tienen todos los hombres y todos los
pueblos.»

Como se ha dicho más arriba, hasta el 4 de agosto no hubo explicaciones


oficiales sobre la suerte de Nin. Las que dio el ministro de Justicia en aquella
fecha no aclaraban el misterio. El despacho que damos a continuación traspira
un mal contenido pudor. Decía así:

« Valencia, 4. Esta mañana, en el Ministerio de Justicia han facilitado


una nota que dice así: «Al hacerse cargo esta jurisdicción de varios
atestados formados por la policía a las órdenes de la Dirección general
de Seguridad, con respecto a los sucesos subversivos ocurridos en
Cataluña, en mayo pasado, en relación con las denuncias, información
y documentos de espionaje recogidos en Madrid, de los que se ha dado
nota pública anteriormente, se observó que entre los detenidos
puestos a disposición de los Tribunales de Justicia, no aparecía Andrés
Nin, ex­consejero de Justicia de la Generalidad, dirigente del partido
POUM. Practicadas las necesarias informaciones, resulta que Nin, en
unión de otros directivos del POUM, fue detenido por la policía de la
Dirección general de Seguridad, trasladado a Madrid y recluido en un
preventorio, del cual desapareció, habiendo resultado hasta la fecha
infructuosas cuantas gestiones se han llevado a cabo por la policía para
rescatar al detenido y su guardia. El hecho ha sido puesto en
conocimiento del fiscal general de la República, con orden de instar con
la máxima urgencia al Tribunal de espionaje que entiende el asunto
cuantas medidas se reputen adecuadas para averiguar el paradero de
Nin y la conducta de los elementos que han entendido en los hechos, a
partir de los documentos en que aparece insinuada la figura de Nin,
sobre los cuales, su contenido y autenticidad, el tribunal está
conociendo ya. Todo ello sin perjuicio de la acción de la policía, que
continúa realizando pesquisas conducentes al rescate de aquel
detenido, para ser puesto a la disposición de los tribunales de justicia
de la República en las cárceles del Estado.»
Para mayor comprens10n de este texto, añadiremos que el 30 de julio
el propio ministro de Justicia había hecho saber en otra nota que
habían sido entregados al Tribunal Especial de Espionaje y Alta Traición
dos atestados policiacos referentes, uno de ellos, a Javier Fernández y
102 más, calificados de pertenecer a Falange Española, y otro contra
Miguel Borjas Lloret y 17 más, detenidos en Madrid, pertenecientes al
POUM.

A esta nota, y a la ya transcrita del día 4 de agosto, siguieron unas


declaraciones sensacionales del propio ministro de Justicia, en las que
demostraba que no era todo incuria en su ministerio. Refiriéndose a
unas manifestaciones hechas en el periódico francés Le Temps, sobre la
posible autorización de cultos en España, declaraba el señor lrujo a la
prensa del 16 de agosto:

« Mi tesis en estos momentos es la de que hay que ganar la guerra


prescindiendo de todo lo que dificulte la victoria. Dentro de esta norma
de gobierno, yo soy hombre liberal, republicano y defensor de los
derechos individuales, que garantizan la seguridad de las personas y el
derecho a ser juzgadas con arreglo a las leyes y por los tribunales
competentes. La libertad de pensamiento y de conciencia es otro de
mis postulados, y con relación a la práctica y extensión del culto
religioso, además de ser un principio constitucional y una prescripción
de la ley, es una aspiración doctrinal y política. Esto es en principio lo
que hay en relación a esas declaraciones. El gobierno, al que he
planteado el problema de la libertad de conciencia y de cultos, se ha
mostrado plenamente de acuerdo en la necesidad de que se autorice la
práctica del culto religioso de las diversas religiones que tengan fieles
en España. Esto queda autorizado en privado, para cuyo efecto se
llevarán a cabo los registros correspondientes, tanto de las capillas
autorizadas como de los sacerdotes y ministros respectivos, dejando
para más adelante la apertura de las iglesias públicas [...]»
Entre los campeones de la reapertura de las iglesias figuraban, desde hacía
mucho tiempo, los vicarios de la iglesia comunista española, los más celosos
discípulos del que dijo que «la religión era el opio de los pueblos».

Por lo que se refiere a los presos de la CNT y de la FAI, los tribunales no


permanecían ociosos. El 2 de julio, en la Audiencia de Tarragona, terminaba
una de las fases de la vista por los sucesos de Tortosa. Ya hemos expuesto los
detalles de la represión llevada a cabo en Tortosa, en ocasión del paso por
aquella villa de las fuerzas expedicionarias enviadas a Cataluña. Figuraban en
el sumario cuantos lograron escapar, milagrosamente, a las cobardes
ejecuciones perpetradas por los comunistas tortosinos, ayudados por sus
colegas de la fuerza pública. La acción judicial se había propuesto dar
apariencia legal a aquellos crímenes con otros crímenes.

Comparecieron ante el Tribunal noventa y un encartados. Doce más se


hallaban en rebeldía. Por disposición del gobierno los procesados fueron
juzgados por el Código de Justicia militar. Entre los defensores figuraba el
famoso letrado Eduardo Barriobero. Barriobero había cobrado fama de gran
jurisconsulto actuando, durante más de veinte años, en los procesos más
sensacionales incoados contra los militantes de la Confederación. Era un
sarcasmo ver actuar a Barriobero en pleno periodo revolucionario
defendiendo nuevamente a los hombres de la CNT.

Durante la vista de este proceso, y a pesar de la magnífica exposición de los


abogados y de lo favorable de la prueba testifical, el ministerio público elevó a
definitivas sus conclusiones, que eran de pena de muerte para los doce
encartados en rebeldía y la misma pena para tres tenientes del Ejército y para
tres paisanos que estaban presentes en la sala. Pedía además penas de nueve
a quince años para los restantes. La respuesta del Jurado fue un tanto
desfavorable para los acusados y, en vista de su veredicto, el Tribunal de
Derecho confirmó las penas de muerte pedidas. Pero ante la severidad de la
sentencia, ateniéndose a las atribuciones que concedía la ley, el jurado, en
votación secreta, le puso reparos. El Tribunal tuvo que pronunciarse por la
revisión de la causa por nuevo jurado. Durante la vista fueron puestos en
libertad 85 procesados, absueltos por el jurado y para quienes el fiscal retiró la
acusación. Quedaba pendiente de revisión la causa de los tres militares, los
tres paisanos y los doce que se hallaban en rebeldía.

El 4 de septiembre se vio en la misma Audiencia la revisión de esta causa.


Después del interrogatorio, el fiscal mantuvo su petición de pena de muerte
para los presentes y para los que continuaban en rebeldía. Pero tras los
informes de los defensores, el tribunal se retiró a deliberar y dictó veredicto
absolutorio para los procesados presentes y pena de quince años para los
condenados en rebeldía. El Tribunal de Derecho confirmó esta sentencia.

El 19 de julio el Comité nacional de la CNT se lamentaba públicamente del


vacío dispensado por los partidos a su proposición de un programa mínimo de
gobierno. El Partido Socialista había razonado su respuesta alegando que no
podía intervenir en la discusión de aquel programa al margen del gobierno. Los
partidos republicanos no dieron una respuesta categórica. El Partido
Comunista lo hizo en forma destemplada. Sólo la UGT declaró estar dispuesta
a la discusión. En compensación de aquel resultado, las relaciones entre la CNT
y la UGT iban por buen camino. Entretanto, se agravaba por momentos la
tirantez existente entre la propia UGT y el Partido Socialista, influido éste por
el sector comunistoide. La misma UGT iba cediendo paulatinamente a la
presión de los adversarios de Largo Caballero. Un Pleno provincial de la
Federación Socialista Valenciana, celebrado a mediados de julio, declaró
disueltos los Comités de Enlace con el Partido Comunista hasta que no
rectificasen Jesús Hernández y Pasionaria las calumnias vertidas contra Largo
Caballero en discursos recientes. Adelante del 10 de julio había escrito, contra
el Partido Socialista Unificado de Cataluña, lo siguiente:

« Citaremos un caso como muestra. Bajo los auspicios del mencionado


partido, se creó una sección sindical adherida a la UGT, titulada
«Gremio de Entidades de Pequeños Comerciantes e Industriales». Los
obreros sindicados en la UGT desde antes del 19 de julio del pasado
año, se ven ahora encuadrados en una misma sindical con aquellos que
fueron sus dueños y les regatearon reivindicaciones muy justas en unas
huelgas que todos recordamos.»
Desde su ángulo de fuego, El Socialista, que dirigía Manuel Albar, arremetía el
15 de julio contra los combatientes confederales de Aragón:

« En el frente de Aragón no han faltado armas. Sólo que las armas que
esperábamos ver utilizadas en el frente, porque para eso se
movilizaron, aparecieron un día, no contra el gobierno actual, el
gobierno que es repudiado por la CNT, sino contra el anterior, que era,
según la CNT, el de la victoria.»

El escarnio a costa de los combatientes era más que un escarnio si tenemos en


cuenta, que había empezado por aquellos días la batalla de Brunete, que
algunos calificaron de la más grande de todas las guerras. La primera versión
fue de que el enemigo había iniciado su ofensiva por aquel sector, utilizando
masas de aviación, de artillería y de tanques, con el propósito de poder
celebrar con un triunfo resonante el primer aniversario de la cuartelada.

Algo muy parecido a una cuartelada se produjo el día 26. Por una disposición
de la Comisión ejecutiva del Partido Socialista, la Agrupación de Valencia se
incautó de los locales de la Federación provincial, que como hemos visto,
defendía la posición de Largo Caballero. Acto seguido, una comisión, presidida
por el conocido socialista Malina Conejero, gobernador civil de Valencia,
intentó hacer Jo propio con el diario Adelante. Encontraron aquí alguna
resistencia, pues la dirección del periódico manifestó estar dispuesta a que
Adelante dejase de ser órgano de la Federación e inclusive portavoz socialista,
pero que no podía hacer entrega de él por no figurar en el registro como
propiedad de la Federación provincial. La capitulación no tardó mucho en
producirse (60). Un Pleno extraordinario del Partido Socialista, convocado
urgentemente para aquella misma tarde, dio como buenas cuantas medidas
de incautación se habían producido. El mismo periódico Adelante, bajo nueva
orientación, publicó aquella decisión en su edición del día 27. Como nuevo
director de Adelante fue nombrado Cruz Salido.

En respuesta a estas medidas arbitrarias, la Comisión ejecutiva de la UGT, en


manos todavía de Largo Caballero, hizo público el día 29 que los periódicos Las
Noticias, de Barcelona, y Claridad, de Madrid, habían dejado de ser portavoces
de la Unión General de Trabajadores. El mismo día la Ejecutiva de la UGT daba
cuenta del acuerdo, de carácter provisional, y hasta que se reuniera un
congreso nacional de dicha organización, de unas nuevas bases de alianza con
la Confederación Nacional del Trabajo. Simultáneamente, el mismo acuerdo
era dado a conocer por la CNT en la prensa.

He aquí el texto del nuevo acuerdo:

« Reunidas las representaciones del Comité nacional de la CNT y la


Comisión de la Ejecutiva de la UGT de España para determinar
conjuntamente el criterio que les merecen los diversos problemas que
la clase trabajadora tiene planteados, y articulando a su vez las normas
que estiman indispensables establecer para llegar a la solución
inmediata de los mismos, acuerdan en primer término las siguientes
conclusiones:

» Primera. La CNT y la UGT renuncian en sus propagandas de prensa,


tribuna, etc., a realizar toda clase de críticas y ataques de tipo violento
contra los postulados sindicales que las informan. Las divergencias
doctrinales que separan a ambas organizaciones serán examinadas
siempre de forma objetiva, con frases cordiales, fundamentando los
razonamientos en la misma doctrina sindical que una y otra central
defienden.

» Segunda. La CNT y la UGT no reconocerán ni darán beligerancia a las


organizaciones obreras sindicales que funcionen al margen de la
disciplina de la CNT y de la UGT.

» Tercera. La UGT y la CNT se comprometen a respetar en absoluto la


libertad de los trabajadores para que éstos se afilien en cualquiera de
las dos organizaciones CNT-UGT en los centros de trabajo, campos,
talleres, fábricas, minas, etc., etc. Se considerará documento
acreditativo de personalidad sindical el carnet que presenten los
camaradas, sea de la UGT o de la CNT.
» Cuarta. Ambas organizaciones se comprometen a no admitir en su
seno a ningún afiliado que sea expulsado por inmoral o por vulneración
de los acuerdos de la otra sindical hermana.

» Quinta. Asimismo se comprometen a no admitir a los sindicatos que


fueran dados de baja de la UGT o de la CNT cuando pidan su ingreso en
una de las dos organizaciones, sin previa consulta a la organización a
que anteriormente pertenecieran.

» Sexta. Se considerará un acto de deslealtad al pacto establecido, que


será castigado inmediatamente, las coacciones que se cometan
tendentes a obligar a los compañeros o a los sindicatos a afiliarse a
alguna de las organizaciones, con la cual no estén identificados.

» Séptima. La UGT y la CNT se comprometen a imponer los correctivos


sindicales a los afiliados y a los sindicatos que sistemáticamente se
nieguen a cumplir los acuerdos adoptados por ambas centrales
sindicales.

» Octava. Para dar viabilidad a este principio de respeto mutuo, base


indispensable para la articulación y desarrollo de resoluciones
posteriores, la UGT y la CNT acuerdan la creación de un Comité
nacional de enlace, compuesto por tres representantes de cada una de
las centrales. Será función de este Comité nacional de enlace:

» a) Reunirse por lo menos una vez a la semana.

» b) Ser fiel cumplidor de lo que se preceptúa en los puntos anteriores.

» c) Crear en todas las localidades Comités de enlace entre las


organizaciones locales, los cuales no tendrán más atribución que la de
cumplir las disposiciones que dicte el Comité nacional y trasladar al
citado comité cuantas sugerencias puedan tener en orden a los
diversos problemas planteados.
» d) Discutir los problemas que planteen las circunstancias y que no
estén previstos en el programa de acción ni en las decisiones que
conjuntamente adopten las dos centrales sindicales.

» Novena. Los pleitos que surjan en una localidad serán resueltos por el
Comité nacional de enlace.

» Décima. El Comité nacional de enlace propondrá a las Ejecutivas CNT


y UGT las sanciones que se deben imponer a los sindicatos que no
cumplan los acuerdos que éste dicte.

» Undécima. Los acuerdos que se adopten, para ser válidos, serán


firmados por los organismos nacionales de las dos centrales sindicales.

» Duodécima. El Comité nacional de enlace propondrá al Comité


nacional de la CNT y la Comisión ejecutiva de la UGT, aquellas
resoluciones que a su juicio deben adoptarse en la solución de cuantos
problemas la realidad nos plantea, siendo los encargados de la
ejecución de estos acuerdos la Comisión ejecutiva de la UGT y el
Comité nacional de la CNT en cumplimiento de las determinaciones
adoptadas por el Comité nacional de enlace. La Ejecutiva de la UGT. El
Comité nacional de la CNT.»
XXV

DESTRUCCIÓN DEL CONSEJO DE ARAGÓN

A últimos de julio se produce una ofensiva política de gran estilo. La inicia el


diario Frente Rojo de Valencia (comunista) con la publicación de un suelto en
el que denuncia «que algunos extremistas que amparan ciertas organizaciones
en íntima ligazón con la Quinta Columna se disponen a provocar disturbios y
acciones criminales en la retaguardia». El suelto fue publicado el 31 de julio, y
dos días después el Comité nacional de la CNT se dirige al Comité central del
Partido Comunista instándole a que pruebe la acusación: Si no se prueba, el
anatema tajante de traidor caerá sobre el difamador.» Se suman a la
requisitoria del Comité nacional confederal los organismos subalternos de la
CNT, el Comité peninsular de la FAI y las Juventudes Libertarias.

El 2 de agosto, a la salida del Consejo de ministros, Jesús Hernández manifestó


a los periodistas:

« Fundamentalmente, el Consejo ha estado dedicado a estudiar las


medidas que era preciso adoptar, desde el punto de vista del orden
público, para prevenir y cortar, con la máxima energía, cualquier
intento de perturbación e inquietud que determinados elementos,
titulados extremistas, instrumentos del fascismo, pretendieran
provocar.»

Como hemos apuntado, la denuncia se produjo el 31 de julio, y, rara


coincidencia, el primero de agosto era objeto de un atentado el presidente de
la Audiencia de Barcelona, sobre quien dispararon unos desconocidos
apostados en las inmediaciones del Palacio Je Justicia. El atentado no tuvo
consecuencias para el agredido, pero no deja de ser sintomática la
coincidencia de este hecho con las previsoras denuncias de Frente Rojo. El
mismo Comité nacional confederal apuntaba al blanco en otra nota (5 de
agosto), en la que decía: «Esta situación podría conducir a que los denominado
«provocadores» fueran provocados a conciencia.»
No se había liquidado todavía este asunto cuando el mismo Frente Rojo se
preparaba para abrir otro frente. Evocando con retraso manifestaciones de
Federica Montseny, poco halagadoras por cierto para Rusia, el portavoz del
Partido Comunista planteaba en tonos melodramáticos una especie de
cuestión de confianza hacia el «país del proletariado».

« Nunca creí -replicaba la aludida- que mis palabras del Olympia o de


otros lugares pudieran producir tales efectos en los camaradas
comunistas. Las frases que se me atribuyen las dije, efectivamente,
pero es de un mal gusto y de una cursilería que asusta sacar partido de
ellas para significar que se pretendía, con las mismas, atacar a la Unión
Soviética y poner a Rusia a la misma altura que Alemania e Italia.» (61)

Solidaridad Obrera de Barcelona, del mismo día, decía más concretamente:

« Nuestro agradecimiento a la URSS por el apoyo prestado a España es


infinito. Pero eso no quiere decir que los que en España representan al
partido que detenta el poder en Rusia se crean con derecho a todo por
lo que la URSS ha hecho en favor de España. Si tal cosa ocurriera,
perdería inclusive la Unión Soviética el derecho a nuestro
agradecimiento. Porque se agradece lo que se recibe, lo que se da
generosamente, no lo que se vende ni lo que se compra.»

La polémica dura varios días, y cuando parece que las aguas vuelven a su
cauce, se produce un nuevo ataque por un nuevo frente. El 8 del mismo mes
tiene lugar un mitin comunista en el Teatro Capitol de Valencia. Entre los
oradores figura el líder y secretario del PSUC, Juan Comorera. He aquí el
resumen que del discurso dieron las agencias:

« Comorera comenzó diciendo que Cataluña había cambiado


completamente su situación y ello debe servir de ejemplo a todos. Esta
transformación profunda se debe al partido único del proletariado, ya
que sin él la región sería un peso muerto en la República y un factor
decisivo para la derrota.

» Compara la situación actual con la del año anterior. Entonces -dice- la


influencia marxista era pequeña. El proletariado estaba influenciado
por el anarquismo y por los partidos de izquierda. Con la unión de los
cuatro partidos marxistas de Cataluña comenzó a variar y se luchó
contra el dominio casi absoluto del anarquismo y contra las influencias
de los partidos de izquierda. Hoy hemos vencido nosotros y hemos
acabado con las provocaciones y con los fascistas.

» Cataluña, al principio, mantenía sus vicios de origen. Empezó la


guerra con unas cuantas tribus que asaltaban los camiones diciendo
que iban a tomar Zaragoza (62). Hoy contamos con un gran ejército
cuyo ejemplo está en la gloriosa División Carlos Marx. Hemos vencido
las dificultades y hemos eliminado a los valientes de las carreteras,
pero cobardes en los frentes.

» Gracias a la unificación de los partidos marxistas se acabó con la


hegemonía del anarquismo en Cataluña, que pretendía extender su
influencia a toda España.

» En nosotros encontraréis la unión de los partidos socialista y


comunista. Nosotros no ofrecemos dificultades de ningún género.
Ofrecemos toda clase de facilidades, muy especialmente al camarada
Negrín, de quien algún día se sabrá cuánto le debe el proletariado
catalán.

» Todavía nos esperan días dolorosos en el frente y en la retaguardia.


Hay que mantener, para vencer estas dificultades, la unidad del
proletariado, a fin de poder mantener el Frente Popular. Sólo pueden
oponerse a la unión los insensatos y los enemigos, pues no se explica
que sea hoy enemigo de la unión quien la defendió por toda España,
haciéndose llamar el «Lenin español», cuando era el ídolo de las
Juventudes Socialistas Unificadas, como lo es hoy de las Juventudes
Libertarias (63).
» Recuerda que a Barcelona fue un señor, Hernández Zancajo, a
declarar la guerra al Sindicato del Transporte, uno de los sindicatos que
más ha luchado. En la lucha, nosotros hemos tenido más de doscientos
compañeros asesinados.

» Ataca a los directivos de la UGT que dice estuvieron en mayo en


Barcelona para hacer un pastel que nosotros no podíamos tragar.
Pretendían que el gobierno de la Generalidad se constituyese de
acuerdo con los Comités nacionales de la CNT y de la UGT, sin contar
con nosotros para nada.

» Terminó diciendo que ahora el enemigo interior quiere emplear el


atentado personal. Conozco -dice- una lista de más de sesenta
nombres de destacados elementos del Partido Socialista y del
Comunista a quienes se quiere asesinar; por cada gota de sangre que
caiga de nuestros compañeros, rodará una cabeza de nuestros
enemigos.»

Por los acontecimientos que se desarrollaron después, se puede ver ahora que
todos estos ataques no eran más que una cortina de humo para amortiguar los
efectos que habían de producir otros hechos. Digamos de una vez que la
ofensiva general iba dirigida contra el Consejo de Defensa de Aragón.

A principios de aquel mismo mes de agosto se había reunido en Barbastro el


llamado Frente Popular de Aragón, formado por los comunistas, la UGT y los
republicanos. Coincidieron los asambleístas en que «la política del Consejo de
Aragón era equivocada y opuesta a los intereses de la economía de la región»,
y acordaron proponer al gobierno la designación de un «gobernador federal»
que ejerciera allá la autoridad. Hay que tener en cuenta que el Consejo de
Aragón estaba formado por todas las fracciones políticas y sindicales, desde el
Partido Comunista e Izquierda Republicana a la CNT y UGT.

En el acto conmemorativo del 19 de julio, celebrado en Caspe, el presidente


del Consejo de Aragón, Joaquín Ascaso, había pronunciado un discurso por
medio de la radio, del que entresacamos los párrafos más interesantes:
« iAragoneses! Hoy he aceptado la invitación del Departamento de
Información y Propaganda para hablaros desde el micrófono por en
tender que la situación político-social de nuestra región lo requería [...]

» Hoy, el Consejo de Aragón y toda la obra realizada a su calor por el


pueblo de Aragón, produce insomnio a aquellos hombres que lanzaban
sus estridencias demagógicas con el único afán de que el trabajador del
campo y de la fábrica les entregara su personalidad y su hombría
envueltas en una papeleta que virtualizaba su anquilosis mental y la
entrega del producto conseguido con su esfuerzo muscular en las arcas
de los que aceptaban, como un sacrificio, dilapidar en el templo del
vicio lo que nada les había costado.

» El Consejo de Aragón, para que lo sepan en todas aquellas esferas


políticas, altas o bajas, que pretenden desconocerlo en su valor
intrínseco, pero que su ignorancia desaparece cuando se trata de
yugularlo para destrozar con ello las innovaciones realizadas para el
bien común, nació por y para el pueblo, surgió de manera democrática
rebosante de esencia social; su nacimiento fue asistido por el valiente
miliciano que sonreía a la muerte y por el heroico campesino que
encorvado sobre el terruño, arrancaba los frutos que necesitaba el
hermano que a pocos metros de distancia aplastaba al fascismo.

» Sus primeros vagidos fueron saludados por el estruendo del cañón y


el fragor del combate que ponía tintas rojas en la tierra madre, pero
era hijo de la revolución y era fuerte y robusto, nació con el cariño de
una idea grande y hermana, pero que no tenía espíritu exclusivista, y
guiado por este afán, buscó, fomentó y logró que, en sus brazos
fuertes, se estrecharan en el mismo afán todas las ideas que ansiaban
una nueva era. Era hijo de la revolución y, como tal, acogió y defendió
por igual a todas sus facetas, pero sería lamentable que hubiera quien
pretendiera jugar con él cual endeble muñeco, porque se le obligaría a
sacar sus uñas de hierro y sus acerados dientes, que acabarían con los
que pretenden exterminarle como Consejo, que es tanto como acabar
con su madre: la revolución...
» En el proceso doloroso de un año, luchando contra la incomprensión
y la apatía de los más altos responsables, Aragón se ha tenido que valer
de sus propios medios, hoy su riqueza regional es la que se cotiza más
alta por su espíritu sobrio y porque se impidió con energía el agio que
asoló a otras regiones hermanas, como los departamentos de
Transportes y Obras públicas pueden demostrar. Se han hecho
infinidad de caminos. Con apoyo de los milicianos se han construido
carreteras, una serie de líneas de transportes y viajeras funcionan con
normalidad. Asimismo el tendido de líneas telefónicas. Y se ha iniciado
la realización de un tendido ferroviario que hacía más de 16 años,
polvoriento, dormitaba en un ministerio. Los municipios, valorizados en
su verdadera función, han logrado realizar lo que antes del 19 de julio
de 1936 era un sueño lejano que rebotaba cual pelota, de partido en
partido, para ganar sendas voluntades que se veían defraudadas una y
otra vez. En el aspecto agrícola surgieron cual santa llamarada, las
colectividades. Yo puedo afirmar sin temor a equivocarme, que
ninguna obra es perfecta. Hay que estar siempre vigilante sobre lo que
uno crea, para atisbar las más mínimas imperfecciones, imperceptibles
quizás, pero imperfecciones al fin. Y si unimos a todo eso el deseo que
anima a todo humano de agrandar, renovar, embellecer en una
palabra, lo que ha de hacernos la vida más agradable, todavía
encontraremos más imperfecciones a aquella obra en que ciframos
toda nuestra esperanza.

» Es, pues, lógico, es natural, que la obra de las colectividades, creada


con la inteligencia sana, pero rudimentaria del campesinado aragonés,
no fuera ni justa ni hermosa en su totalidad. Si añadimos que las
colectividades nacieron en momentos de miedo indefinido por una
parte y de un deseo de plasmación de una idea humana y grande, por
otra, todavía encontraremos una justificación normal en el fondo de
aquella anormalidad, que hizo posible que se hirieran sentimientos e
intereses que venían a doblegarse ante el interés mayoritario, sin que
esto prejuzgara la rectificación -como ya se está verificando- en el
porvenir.
» Mas a pesar de las torpezas o equívoca iniciación de las
colectividades, no se pueden permitir los ataques indignos que se les
endosa, porque quiérase o no, son el porvenir. Es la hora de señalar
defectos, errores y de apuntar rectificaciones que las hermoseen más.
Combatirlas en el mitin y en la prensa, con el afán desmedido de
atraerse adeptos descontentos, muestra de manera clara la contextura
moral y la firmeza ideológica de quienes tales cosas realizan. Iniciar
campañas con denominativos canallescos, guiados por un fin político,
desconociendo además, el desenvolvimiento de Aragón, no merece
otra réplica que nuestro silencio, por ser el mejor desprecio...

» Por eso es mi obligación decir al pueblo de Aragón, que hoy, lo


mismo que ayer, continúa desasistido. Sus ofrecimientos sinceros para
la causa antifascista han sido acogidos como una gracia especial hecha
a nosotros, y el apoyo mínimo que desde hace un año venimos
reclamando, con una paciencia puesta a prueba, ha sido siempre
denegado, con sonrisas muy cortesanas pero que encubrían la
intención, demostrada hoy, de acabar con los avances conquistados
(de «experiencias estériles y peligrosas» las motejan las lumbreras de
la revolución) por impulso del pueblo huérfano de todo sostén. Y
cuando en Aragón se había logrado aunar las aspiraciones de todas las
organizaciones antifascistas, cercenando ideas propias de cada uno,
plasmándolas en un pacto escrito que fue firmado y rubricado por
todos, se ha iniciado la maniobra torpe y contrarrevolucionaria que dé
al traste, primero con el Frente Popular y rápidamente con el bloque
antifascista.

» Todas las organizaciones que confeccionaron, firmaron y se


comprometieron a llevar el pacto -que luego os desmenuzaré- a la
práctica, cayendo el peso de la autoridad del resto contra aquella
organización que pretendiera burlarlo y menoscabarlo, tienen una
responsabilidad histórica que el mundo juzgará, y antes que el mundo,
su pueblo, que le exigirá estrechas cuentas de la poca nobleza que
existió en su firma.
» He aquí, aragoneses, el pacto que el bloque antifascista se
comprometió a cumplir, para que la normalidad revolucionaria ya
existente en Aragón tomara más cuerpo y más amplitud.

» El primer punto del pacto es el que considera que el Consejo de


Aragón puede y debe seguir de la misma forma que está compuesto en
la actualidad.

» El segundo trata de que el presidente del Consejo será el delegado


del gobierno para las tres provincias, ejerciendo la autoridad plena y
haciendo cumplir los acuerdos del gobierno de la República y los del
propio Consejo.

» El tercer punto es el que aprecia el hecho de que todas las


organizaciones antifascistas, dándose cuenta de que la población civil
necesita una garantía imparcial que defienda sus derechos y haga
cumplir sus deberes, estimó la necesidad de reforzar el principio de
autoridad revolucionaria.

» El cuarto patentiza el deseo de que aquellas organizaciones que por


la explosión revolucionaria perdieron el control de sí mismas y no les
fue dable acudir en tiempo oportuno, necesitan una garantía en los
Consejos municipales y a ello se fue y se irá en lo sucesivo.

» El quinto punto del pacto se ocupa del problema agrario: «El Consejo
hará respetar la voluntad del campesino para trabajar la tierra
individual o colectivamente, a fin de evitar el descontento que pudo
crearse acaso por las rápidas transformaciones de los primeros
momentos, pero aunque el Consejo de Aragón será defensor de la
pequeña propiedad, habrá de mantener incólumnes los acuerdos de las
dos sindicales UGTCNT, para evitar que se pueda volver al sistema
despreciable anterior al 19 de julio.

» El sexto enunciado trata del apoyo al gobierno, apoyo que le ofrece


para la guerra y para la economía nacional con toda su potencialidad,
no obstante el poco calor que el gobierno central ha prestado a nuestra
región, si bien confiamos que este gesto magnífico de los aragoneses
tendrá correspondencia para nuestras justas necesidades.

» Dice el séptimo punto que no habrá otros órganos de la


administración pública que el Consejo de Aragón y los Consejos
municipales y naturalmente las funciones que el gobierno acuerde
delegar en las respectiva s consejerías.

» El octavo punto es como sigue: «El Consejo de Aragón, que ha de ser


un entusiasta colaborador del gobierno legítimo de la República,
intensificará la producción en la retaguardia, movilizará todos los
recursos de la región para el mejor desarrollo de la guerra, avivará el
espíritu antifascista de las masas para que éstas trabajen y luchen de
cara constantemente a la guerra; a tal fin desarrollará una intensa
depuración de las zonas liberadas, imponiendo un orden implacable y
persiguiendo a los fascistas emboscados, a los derrotistas,
especuladores y a todos los que no justifiquen debidamente sus
actividades y representen un peligro para la consecución de nuestro
triunfo.»

» Este pacto lleva las siguientes firmas: Partido Comunista: J. Acero


Laguna (firmado y rubricado); Federación Socialista Aragonesa: Arsenio
Gimeno (firmado y rubricado); Unión Republicana: ilegible (firmado y
rubricado); Confederación Nacional del Trabajo: J. Morlás (firmado y
rubricado); Unión General de Trabajadores: Alberto Pérez (firmado y
rubricado); Juventudes Socialistas Unificadas: Manuel Soler (firmado y
rubricado), Izquierda Republicana: A. Roig Estrada (firmado y
rubricado); Consejo de Aragón (Presidencia): Joaquín Ascaso (firmado y
rubricado con sus correspondientes sellos en tinta).

» Yo no he tenido ningún inconveniente en hacer mío este


compromiso, con el propósito firme de llevarlo a la práctica en todas
sus partes, con toda la autoridad precisa, pero también haciendo
constar que seré inflexible con aquellos que pretendan burlarlo o
adosarlo a sus intereses particulares o conveniencias del momento.
» Todas las organizaciones firmantes han hecho holocausto de sus
aspiraciones propias guiadas por su deseo firme de ganar la guerra con
la mayor dosis de normalidad y convivencia en la retaguardia. Espero y
confío en que el gobierno de la República apreciará en todo su valor el
sacrificio que realiza en estos momentos el antifascismo aragonés, y
que haciendo caso omiso de las voces destempladas de los «gloriosos
arreglalotodo», avalará con su asenso la pauta que el pueblo de Aragón
se marca a sí mismo a través de sus organismos responsables, base de
la paz futura de su retaguardia. De equivocarnos en esta confianza que
tenemos en nuestros gobernantes, no seremos responsables de la
tragedia que a no dudar se cernería sobre nuestra región y, por lo
tanto, sobre todo el antifascismo español [...]»

El 2 de agosto se había reunido en Alcañíz un Pleno de comarcales de la


CNT para tomar posiciones sobre la delicada situación creada por los
elementos políticos reunidos en Barbastro. De la reunión salió el
siguiente acuerdo:

« La CNT, tras discutir y razonar serenamente la situación planteada,


afirma su convicción de que debe ser mantenido el bloque antifascista
para bien de la guerra y de la revolución.

» Si este deseo fuera roto y quebrantado por aquellas otras


organizaciones que tienen representación más o menos numerosa en
Aragón, nunca más podrá acusarse a la CNT de irresponsable, de
incontrolada ni de provocadora.

» Afirma la CNT que no se prestará al juego sucio que robusteció a


algún otro partido en determinadas regiones. En Aragón, la CNT,
consciente y segura de su responsabilidad, dice:

» Que así como no desea que se destroce el frente antifascista por


apetencias políticas, ni se traicionen los acuerdos de un pacto firmado
que aún tiene la tinta fresca, tampoco está dispuesta, y lo afirma sin
jactancias de ninguna clase, a dejarse arrebatar las conquistas logradas
en el aspecto político, social y económico.

» No es desafío; es advertencia cordial. Si el interés es uniforme, la CNT


se congratula de ello, pues así lo desea. Hasta hoy lo ha demostrado y
continúa haciéndolo. Pero si se entiende que es multiforme y cada
partido va a lo suyo y sin mirar el interés general, la CNT, con la misma
ponderación con que ha aguantado la lluvia de ataques encaminados a
provocarla, defenderá hasta el último momento y con todas sus
energías Jo que por derecho le pertenece. El Comité regional.»

El 7 de agosto celebróse un mitin confederal en Alcañíz. Entre los oradores


figuraba Federica Montseny. Era el último de una serie de actos por tierras de
Aragón con el evidente propósito de contrarrestar el mal ambiente creado allí
por la campaña de la prensa comunista. La oradora arremetió a fondo contra
el llamado Frente Popular, al cual hizo responsable, por su ineficacia y por su
ceguera política, de la catástrofe del 18 de julio de 1936. Este Frente Popular
había renacido ahora, tarde y con daño para las conquistas revolucionarias, y
dañoso también para las relaciones entre los partidos y las organizaciones,
hermanados antes en el Frente Antifascista y en el Consejo de Defensa. Se
ocupó principalmente de la grave situación política creada al Consejo, cuya
expresión federalista exaltó. Las circunstancias aconsejaron posiblemente a la
oradora pronunciarse con gran benevolencia y tacto con respecto a Rusia.

Por fin, el 11 de agosto, se produce el trueno, seguido inmediatamente de la


tormenta. Este trueno es el Decreto de disolución del Consejo de Aragón. El
texto es el siguiente:

« Las necesidades morales y materiales de la guerra exigen de una


manera imperiosa ir concentrando la autoridad del Estado, de suerte
que pueda ser ejercida con unidad de criterio y de propósito. La
división y subdivisión del poder y de sus facultades ha desvanecido en
más de una ocasión la eficacia de acción, que aun siendo puramente
administrativa en su origen, tiene, como no puede menos,
repercusiones profundas en los negocios de la guerra.
» La región aragonesa, capaz por el temple de sus hombres de las más
altas contribuciones humanas y económicas a la causa de la República,
padece con mayor rigor que ninguna otra los defectos de la dispersión
de la autoridad, de donde se sigue un daño a los intereses generales e
ideológicos.

» El Consejo de Aragón, cualesquiera que hayan sido sus esfuerzos, no


ha alcanzado a remediar el mal. En tanto que el resto de la España va
centrándose en una nueva disciplina, hecha de responsabilidades y
eficacia, en la que en muchos casos no está ausente el sacrificio,
Aragón permanece al margen de esa corriente centralizadora, a la que
debemos en buena parte la victoria que nos está prometida.

» El gobierno estima, al disponerse a acudir en remedio de la crisis de


autoridad que se advierte en Aragón, que sólo alcanzará sus propósitos
concentrando el poder en sus manos. Y por ello, de acuerdo con el
Consejo de ministros y a propuesta de su presidente, vengo a decretar:

» Artículo primero. Queda disuelto el Consejo de Aragón y suprimido el


cargo de delegado del gobierno del presidente del citado Consejo. En
consecuencia, cesarán en el cargo de delegado del gobierno en Aragón,
don Joaquín Ascaso y Budria y demás consejeros que integran el citado
organismo.

» Artículo segundo. Los territorios de las provincias aragonesas, afectas


a la autoridad de la República, quedan bajo la jurisdicción de un
gobernador general de Aragón, nombrado por el gobierno, con
facultades que la legislación vigente atribuye a los gobernadores
civiles.»

Por otro decreto de la misma fecha se nombraba gobernador general de


Aragón a José Ignacio Mantecón.

Oído el trueno, veamos ahora lo que fue la tormenta. La disolución del Consejo
de Aragón se había producido cuando el Frente Popular aragonés, como
hemos visto, se había comprometido a defenderlo. Pero inmediatamente de
publicarse el decreto, el ministro de Defensa envió hacia Caspe a la 11 División
del ejército de maniobras, al mando del teniente coronel Líster. El movimiento
fue secundado por la 27 (Carlos Marx) y 30 Divisiones, mandadas también por
comunistas y separatistas. Estas fuerzas desataron el terror en la retaguardia
aragonesa, no lejos de los frentes en que contenían al enemigo las divisiones
confederales 25, 26 y 28. Se procedió a la ocupación militar de los pueblos y al
asalto de los locales de la CNT, FAI y Juventudes Libertarias, así como a la
destrucción de las colectividades y Consejos municipales. El presidente del
Consejo de Aragón, Joaquín Ascaso, lo mismo que los consejeros confederales
del mismo, y los miembros del Comité regional confederal, fueron detenidos
(64). Mientras tanto, la prensa comunista orquestaba la represión lanzando a
voleo las mentiras más infames:

« Nos hemos referido en nuestro periódico a la situación que el


disuelto organismo había creado en la región republicana aragonesa.
Del fondo de la entraña campesina llegaba a nosotros diariamente el
clamor de indignación aterrorizada por las violencias y coacciones para
la aplicación de sistemas que no contaban con más voluntad que la de
las bayonetas que la imponían.

» Económica y administrativamente, el caos era mayor; regía


caprichosamente los destinos de Aragón leal uno de esos gobiernillos
incontrolados de que hablara Uribe. El malestar de la población
antifascista evidenció su profundidad en la última reunión del Frente
Popular aragonés. Los representantes del pueblo comprobaron el
reinecillo de la tropelía y la sometida protesta de las masas populares.
El gobierno, desde el primer momento, abordó el problema y lo ha
resuelto de la única manera que era posible: disolviendo el órgano,
terminando con el charco.

» Los campesinos aragoneses, el pueblo de esta región leal, al respirar


como al salir de una cárcel, vibran como al despertar de una pesadilla.
El gobierno es autoridad de Aragón. ¿En nombre de qué podía existir
esa especie de cantonalismo, clavado como un quiste, dificultando la
marcha de la guerra y el desenvolvimiento de la economía nacional?

¿Qué sentimiento popular, qué voluntad de masas interpretaba y


servía ese Consejo espontánea y caprichosamente formado por los
deseos de una organización?

» Hay un síntoma bien claro y bien triste de lo que significaba y servía


el disuelto Consejo de Aragón; el procedimiento de su presidente
Joaquín Ascaso; es procesado por contrabando de alhajas.

» ¿Qué significa esto? Significa que era cierto cuanto nosotros


veníamos denunciando sobre el pillaje y terror de Aragón. Sobre el
despojo a los campesinos, sobre los desafueros constantemente
cometidos a la sombra de los fusiles que el gobierno les había dado, no
para desvalijar la retaguardia, sino para combatir a los fascistas en la
línea de fuego. (65)

Las fuerzas militares comunistas entraron en Aragón en plan de


conquistadoras. A muchos de los soldados se les había hecho creer fácilmente
que el avance era sobre territorio enemigo. Los invasores llegaron a Caspe e
irrumpieron en los locales de la CNT y la FAl. En uno de estos lugares, uno de
los oficiales destrozó entre exclamaciones soeces un retrato de Durruti,
diciendo que procedería de igual modo con todos los elementos de la
Confederación. A las detenciones de elementos oficiales hay que añadir la de
los redactores del órgano del Consejo en la prensa, Nuevo Aragón. El diario fue
suprimido, o más bien suplantado por el periódico comunista El Día. Otras
fuerzas de la 11 División hicieron su entrada triunfal en Alcañíz, sede del
Comité regional confederal de Aragón. Los componentes de este comité,
Francisco Muñoz (secretario), Miguel Vallejo y Manuel López, estuvieron
detenidos varios días e ignorado el lugar de su encarcelamiento. He aquí los
detalles de su detención. En la madrugada del 12 de agosto, por acuerdo de la
mayoría del Comité regional, los aludidos se habían trasladado a Caspe para
entrevistarse con el gobernador general. Durante el trayecto de Alcañíz a
Caspe observaron gran movimiento de fuerzas de la 11 División. La
conversación con el gobernador fue cordial. Se informó a la primera autoridad
de la necesidad de apaciguar los ánimos de los pueblos atropellados y del
propósito de celebrar un Pleno de Locales y Comarcales en Alcañíz, a cuyo
efecto se pedía las debidas garantías para las delegaciones que prometían
asistir. El gobernador asintió. Se le pidieron también garantías para poder salir
de Caspe, y el gobernador les extendió un salvoconducto en toda regla. A
pesar de todo, los comisionados fueron detenidos por los controles militares y
a la mañana siguiente eran encerrados clandestinamente en la llamada «Torre
del Bosque», a orillas del Ebro, a nueve kilómetros de Caspe. Permanecieron
por espacio de cinco días en una bodega húmeda y sin recibir más alimentos
que las sobras del rancho de los soldados. Hasta el sexto día no empezaron las
declaraciones. El primero en declarar fue Francisco Muñoz. El juez militar
empezó amenazándole de muerte si no respondía afirmativamente a todas las
acusaciones. Este juez era un capitán apellidado Torres, al cual asistía un
teniente. Entre imprecaciones de mal gusto contra el comandante de la 25
División -Antonio Ortiz-, el juez preguntó insistentemente a Muñoz el por qué
de su evasión de la zona facciosa de Zaragoza, instándole a dar minuciosos
detalles de su fuga.

La actitud enérgica del Comité nacional de la CNT pudo evitar a tiempo que se
llevaran a cabo las prometidas ejecuciones. Los detenidos fueron libertados
por mandato del gobernador, y su transferencia se efectuó entre insultos y
amenazas de muerte.

El asalto al local del Comité regional se llevó a cabo el mismo día 12.
Mandaban las fuerzas asaltantes un comandante apellidado Royo y un
comisario de la 100 Brigada Mixta (11 División). Una contraorden telefónica
del gobernador fue desobedecida en forma irreverente. Fuerzas de orden
público se sumaron a los primeros uniformados. El hallazgo de algunas armas
en el local dio motivo a que se practicaran detenciones. Por la tarde, y en
plena sesión, fueron detenidos los componentes del Consejo municipal. En el
registro efectuado en la alcaldía fueron encontradas algunas monedas de
plata, y aunque el Consejo justificó que en repetidas ocasiones se había
consultado al departamento de Hacienda sobre el alcance del decreto que
prohibía tales depósitos, y que estaban pendientes de la correspondiente
aclaración, los detenidos pasaron a la cárcel. Al día siguiente, el alcalde
destituido compareció ante una denominada Comisión gestora nombrada por
el comandante militar de la plaza para formalizar la entrega de los fondos
municipales. Dicha comisión estaba compuesta por Ángel Sanz Navarro
(Izquierda Republicana), Pascual Noguero Gómez y Ángel Sánchez (UGT) y
Ramón Fabián y Gil Barberán (Partido Comunista). Salvo uno de los
nombrados, los demás eran vecinos de otros pueblos. Con los consejeros
fueron detenidos los empleados de oficinas del ayuntamiento.

Los asaltantes del Comité regional otorgaron gran publicidad al hallazgo de


200 jamones, que estaban allí con carácter de depósito, pues procedían de un
pueblo evacuado próximo a la línea de fuego (Segura de Baños). Copia del
recibo obraba en poder del Consejo municipal. Sin embargo, los uniformados
amontonaron los jamones en el patio del local e invitaron al pueblo a
contemplar tan divertido espectáculo. Se practicaron detenciones entre los
referidos evacuados y sus familiares.

Las mismas fuerzas destrozaron y desvalijaron el local, inclusive las


habitaciones particulares, llevándose ropas de uso personal, diez máquinas de
escribir y demás material de secretaría. Violaron también la correspondencia y
archivos de aquel comité. Dos motos y siete coches y todo el ganado lanar de
la Colectividad de Pastores engrosaron el botín de guerra de la 11 División. Los
detenidos fueron maltratados en presencia de Líster, quien ordenó también la
requisa de todos los vehículos que poseía la Colectividad del Transporte (línea
de autobuses de Alcañíz-Caspe-Binéfar) y quedaron intervenidos los
correspondientes talleres de reparaciones. Fuerzas de otras divisiones
comunistas cometieron tropelías en gran cantidad de pueblos. He aquí algunos
detalles.

ESPLUS. Fuerzas de la 27 División (Carlos Marx) penetraron en el pueblo


haciendo fuego sobre los campesinos que se hallaban trabajando en la huerta.
Practicaron detenciones, entre ellas la de un miliciano de la 127 Brigada Mixta
(28 División) que disfrutaba de permiso.

ALCOLEA DE CINCA. Las mismas fuerzas detuvieron a los miembros del Consejo
municipal y requisaron gran parte de los víveres del pueblo. Había allí un local
para viejos e inválidos de los pueblos evacuados, del cual se incautaron los
invasores y arrojaron a los desvalidos al arroyo. Se apoderaron también de los
locales de la CNT y la FAI. Destrozaron el material de secretaría e izaron
triunfalmente la bandera comunista.

BARBASTRO. El 13 de agosto, fuerzas de orden público y paisanos comunistas


asaltaron la Casa CNT-FAI de esta población, incautándose de ella. Practicaron
setenta detenciones.

ANGUÉS. La noche del 12 penetraron en este pueblo fuerzas de la 133 Brigada


Mixta (30 División). Cerca del pueblo apagaron las luces de los camiones que
las transportaban y avanzaron desplegadas militarmente, cual si se tratase de
atacar una posición enemiga. Invadieron el local de la CNT y se incautaron de
un aparato de radio y de una máquina de escribir. Destrozaron la biblioteca y
cuantos cuadros alegóricos colgaban de las paredes. Fueron detenidos los
cinco cenetistas que componían el Consejo municipal y emplazaron cuatro
ametralladoras frente a la iglesia, que había sido convertida en depósito de
víveres por la 28 División. Los soldados que la guarnecían resistieron
valientemente a los asaltantes. Estos arrasaron entonces el almacén general
del Comité Comarcal de Colectividades, llevándose los sacos de azúcar y de
café y gran número de aves de corral.

MAS DE LAS MATAS. Dos guardianes de orden público del antiguo Consejo de
Aragón fueron detenidos en esta comarca. Se salvaron del fusilamiento
arrojándose de los coches en marcha en los cuales se los conducía al lugar del
suplicio. Otros dos guardianes de este mismo cuerpo fueron detenidos. No se
supo más de ellos.

VALDERROBRES. Los campesinos Jacinto Pérez, Manuel Cardona y Sebastián


Boltaina fueron detenidos por los cosacos de la 11 División y conducidos al
cuartel general de Líster. Más tarde fueron libertados juntamente con los
miembros del Comité regional.

MONTALBÁN. Fuerzas de la 30 División practicaron registros en los centros


confederales y en el Consejo municipal. Los dirigentes sindicales y oficiales
ingresaron en la cárcel de Utrillas. En Palomar de Arroyos se produjeron
idénticos desmanes. Entre los detenidos aquí figuraba el alcalde.
MUNIESA. Fuerzas de la 27 División destruyeron la colectividad. Después
organizaron un mitin, el cual hubieron de suspender por falta de público. Las
mismas fuerzas asaltaron la Colectividad de Blesa y se entregaron a toda
suerte de escarnios.

Frente Rojo del día 14 de agosto celebraba con gran alborozo estas fechorías:

« El gobierno de Frente Popular ha hecho una entrada verdaderamente


triunfal en Aragón. Los campesinos le saludaron alborozados y llenos
de esperanza. Aragón comienza a respirar y a sentir los beneficios de la
nueva administración. Ha terminado sin duda una época odiosa y
trágica.

» Bajo el reinado del extinguido Consejo de Aragón -de triste memoria-,


ni los ciudadanos ni la propiedad contaban con la menor garantía. El
arbitrario y la arbitrariedad de un puñado de nuevos autócratas había
sido elevado a la categoría de sistema de gobierno. Y este sistema se
había impuesto mediante el ejercicio del terror, cuyas proporciones se
irán conociendo en toda su profundidad conforme avance la
depuración que efectúa el gobierno del Frente Popular.

» Aragón es un gigantesco arsenal. El gobierno se ha encontrado en


Aragón con gigantescos arsenales de armas y municiones y con
depósitos de millares de bombas y centenares de ametralladoras del
último modelo. Con cañones y tanques. Y todo este material estaba
reservado, no precisamente para combatir en los frentes de batalla,
sino como propiedad de quienes quisieron hacer ele Aragón un
baluarte para las luchas contra el gobierno ele la República.

» La mejor prueba es que las mejores trincheras de Aragón no


apuntaban hacia las del traidor Cabanellas, sino hacia el lacio opuesto.
¿Para qué se fortificaba Aragón del lado catalán? ¿Es que el peligro
faccioso avanzaba por la costa mediterránea? Hay que buscar con
empeño todos los depósitos clandestinos de armas. Todo ese cuantioso
armamento lo necesita nuestro ejército del Este. Que no quede en
Aragón ni un fusil, ni una bala que no vaya a poder de quien debe
tenerlo: el ejército popular.
» En cuanto a las colectividades se refiere, diremos que no hay un solo
campesino aragonés que no haya sido forzado a entrar en las mismas.
El que resistió sufrió en su carne y en su pequeña propiedad la sanción
terrorista. Miles de campesinos han emigrado de la región prefiriendo
desertar a soportar las mil medidas torturantes que el Consejo de
Aragón impuso. Se les incautaron sus tierras, se les obligó a trabajar de
sol a sol en sus propias tierras en jornada agotadora, recibiendo un
salario de noventa y cinco céntimos. Al que resistió se le privó del pan,
del jabón y de lo más indispensable para vivir. Se incautaron de todos
los alimentos del consumo privado. En los Consejos municipales se
instalaron los fascistas conocidos y calificados; jefes de escuadra de
Falange, dueños de un carnet, oficiaban de alcaldes, de consejeros, de
agentes o autoridades de orden público del Consejo de Aragón,
bandidismo de origen, hicieron de él una profesión y un régimen de
gobierno.

» Cambia el panorama aragonés; la entrada del ejército popular y la


inauguración del gobierno han constituido un acontecimiento para
toda la nación. Miles de quejas y denuncias llueven diariamente de
todos los rincones de la región. Ha comenzado el descubrimiento de los
arsenales y la recogida en gran escala. Los héroes de la Quinta Columna
están rindiendo cuentas ante el gobierno de la República. Las
explicaciones han cesado para siempre. Una nueva era ha comenzado
verdaderamente en Aragón.

» Los campesinos saludan alborozados a lo que ellos llaman régimen.


Sin duda alguna no se equivocan. Habrá que reparar en lo posible las
injusticias que se han cometido. Hay que terminar con el crimen de las
colectividades forzadas. Hay que devolver sus tierras a los propietarios
expropiados. Hay que establecer una libertad para los campesinos
aragoneses. Hay que limpiar a los espías y a los fascistas de los cargos
en que vivían plácidamente en Aragón. Así nuestro gobierno hará una
retaguardia de acero que necesita el ejército popular para conducir
nuestras armas a la victoria. Bien pronto, el frente del Este emulará al
glorioso frente del Centro y esto no será una de las pequeñas victorias
del gobierno.»

Huelga decir que no pudieron ser probadas nunca tan mayúsculas falsedades.
Pese a las reiteradas instancias de la CNT, los periódicos comunistas no
pudieron explicar en cifras la cuantía de los supuestos arsenales que dijeron
haberse encontrado en la retaguardia aragonesa. Ello dio lugar a sostenida
polémica entre el Comité nacional de la CNT y el Comité central del Partido
Comunista. El primero había anunciado la rotura de relaciones con el segundo
mientras no fuesen satisfechas sus demandas o se produjera una pública
rectificación de tan desorbitadas acusaciones. Los comunistas correspondieron
siempre con salidas por la tangente, tal era la desviación del problema al
terreno político y la requerida colaboración con el «gobierno del Frente
Popular». Ante ello, la CNT hacía protestas de haber llevado a cabo una
oposición franca y hacía jugar la actitud y disciplina de los soldados, jefes y
comisarios confederales en los frentes, no obstante la grave provocación que
había representado para éstos los recientes sucesos. «Nuestra oposición -decía
M. R. Vázquez en una de sus cartas abiertas al Partido Comunista-, por lo
tanto, no ha pasado de ser una oposición platónica, la cual nadie podrá
discutirnos y mucho menos ese partido que en muchas ocasiones, formando
parte del gobierno, ha combatido sus disposiciones.» En el mismo documento
se dejaba tendido un puente con vistas a futuras negociaciones:

« Sin embargo, dispuestos estamos a discutir con toda amplitud, en


una reunión a la que asistan delegaciones responsables de todas las
organizaciones y partidos, cuál ha sido la marcha militar de los
acontecimientos y al propio tiempo el comportamiento de cada cual en
la retaguardia desde que se formó el gabinete del doctor Negrín. En esa
reunión podrá quedar bien probada la gestión de cada cual, caso de
que no pueda hacerse en público, en bien precisamente de la marcha
de la guerra por la que todos estamos obligados a velar, para que su
final sea la indiscutible victoria de las armas del antifascismo español.»
Puede muy bien servir de colofón a esta controversia la nota publicada en
Mundo Obrero el 16 de agosto, y que dice así:

« En la mañana del sábado, como solicitó el Comité nacional de la CNT,


se ha realizado un amplio cambio de impresiones en Valencia entre una
representación de este Comité, en la que figuraban los compañeros
Vázquez y Antona, y una representación del Comité central de nuestro
partido, sobre la manera de reforzar la unión antifascista para hacer
más efectivo el orden y la disciplina en la retaguardia, y resolver, con
un plan de realizaciones prácticas, los grandes problemas políticos
planteados para ganar la guerra y desarrollar las conquistas de la
revolución popular.

» Los compañeros de la CNT expusieron ampliamente su posición


frente a los problemas actuales, expresando algunas quejas sobre el
trato que, afirmaron, reciben sus organizaciones. En respuesta a las
manifestaciones de los camaradas de la CNT, nuestros camaradas
confirmaron una vez más la política del Frente Popular,
consecuentemente seguida por nuestro partido, que apoya al gobierno
del Frente Popular, y expresando el deseo de que, en la situación
actual, se llegue a una estrecha colaboración de todas las fuerzas
antifascistas, esforzándose por eliminar todos los resquemores y
desavenencias que obstaculicen los propósitos de alcanzar este fin.

» Después de aclaraciones mutuas, los reunidos estuvieron de acuerdo


en establecer las condiciones para llegar a una acción común entre el
Partido Comunista, la CNT y todas las organizaciones antifascistas, y en
la conveniencia de iniciar este acercamiento con una mayor cordialidad
recíproca en la prensa y en las relaciones generales de ambas
organizaciones. Muy pronto se realizará otra reunión para terminar de
examinar las cuestiones planteadas.»

El día 20, la Agencia «Febus» reproducía lo manifestado por David Antona,


nuevo secretario general de la CNT del Centro, a un redactor de La Libertad.
Antona había sido nombrado para el cargo por el Pleno de locales y
comarcales de Castilla celebrado el 28 de julio. Sustituyó a Isabelo Romero,
fallecido por aquellos días:

« La CNT -dijo David Antona- tuvo una reunión de Regionales en


Valencia y en ella se examinó la situación militar y política de España
frente a los rebeldes y a los extranjeros invasores. De esta reunión salió
el acuerdo unánime de reiterar la inquebrantable adhesión de la CNT a
la causa de la España leal y de ofrecer las organizaciones y los
elementos de producción y trabajo con que cuenta al gobierno de la
República, por entender que es un deber ineludible de todos prestar en
estos momentos un apoyo a lo que el gobierno representa y ejercitar el
derecho de participar en las responsabilidades del poder, mediante el
programa mínimo de ganar la guerra y encauzar la revolución por los
derroteros que exige la economía nacional.

» El presidente de la República quedó altamente complacido de


nuestra entrevista. Agradeció nuestro ofrecimiento, asegurándonos
que, dentro de las limitadísimas iniciativas que le son permitidas por la
función de su cargo interesaría acerca del gobierno la realización de
nuestros propósitos.

» También los dirigentes del Partido Comunista nos recibieron


fraternalmente, aceptando nuestra posición y ofreciéndonos olvidar
apasionamientos anteriores, de una y otra parte, y proseguir con
nosotros la lucha contra el fascismo hasta la victoria final.

» El Partido Sindicalista, así como los republicanos -Izquierda y Unión-


se expresaron en términos análogos.

» -¿Y el gobierno?

» -El doctor Negrín acogió con viva simpatía nuestro criterio y nuestro
deseo en la amplia y cordial entrevista que tuvimos. Entonces, cuando
las cosas iban por este camino de concordia, un periódico de Valencia,
órgano de la Agrupación por todos conocida, arremete contra nuestra
organización y frustra tan buenos y desinteresados propósitos.
¿Consecuencias? Que en la segunda conferencia con el doctor Negrín,
nos manifestó que el gobierno creía estar en pleno acierto y que, por
consiguiente, no podía plantear la cuestión política para abrir paso a
nuestras aspiraciones hasta que el gobierno decidiera el momento
oportuno.»

Corramos un velo piadoso al chalaneo político y ocupémonos nuevamente de


Aragón.

Una delegación del Comité nacional confederal se había trasladado a Caspe


para interceder por la suerte de las víctimas de la represión. Los detenidos
sumaban todavía más de trescientos, y su defensa quedó a cargo de los
letrados y diputados a Cortes Cordero Bell y Suárez Picayo. En entrevista con el
gobernador general prometió éste ocuparse de la libertad de los detenidos no
sumariados y de tomar medidas de seguridad en favor de las colectividades.
Fue también autorizado el proyecto de un Pleno regional de sindicatos.

La reunión preparatoria se celebró en Caspe con asistencia de unos 200


militantes. El Pleno tuvo lugar del 6 al 11 de septiembre, bajo la sombra de las
bayonetas de la 11 División. Este Pleno tenía carácter informativo y de
reorganización sindical. Escuchadas las informaciones del Comité regional y de
las delegaciones de los pueblos, se aprobó la siguiente moción:

« 1.º Libertad inmediata de los presos no sometidos a proceso.

» 2.º Rápida tramitación de los sumarios.

3.º Garantía absoluta para los perseguidos y funcionamiento normal


los sindicatos.

" 4.º Respeto absoluto a las colectividades que quieran continuar, y


devolución a las mismas de cuanto les ha sido arrebatado.

» 5.º Reclamar el exacto cumplimiento del decreto por el que se dio


vida legal a los Consejos municipales, en los que podrán tener
representación aquellos partidos o sindicales creados después del 19
de julio, pudiendo sólo ocupar cargos administrativos quienes lleven
más de dos años de residencia en los municipios.

» 6.º Con el fin de evitar parcialidades, los delegados gubernativos que


hayan de intervenir en gestiones de carácter político o sindical,
deberán ir acompañados de dos representantes de los sectores
antifascistas, de conformidad con lo convenido con el ministro de la
Gobernación.»

Otro de los acuerdos del Pleno se refiere a la reorganización y control de las


colectividades. Puede decirse que el Pleno se constituyó automáticamente en
reunión de colectivistas, ciado que la mayoría ele los delegados ostentaban
esta doble representación. Transcribimos el dictamen elaborado por la
Ponencia:

« Reunida la Ponencia para deliberar sobre el sexto punto del orden del día,
tras el correspondiente cambio de impresiones, emite el siguiente dictamen:

» Recogiendo el sentir expresado por la mayor parte de las delegaciones que


han intervenido en el Pleno, considerando que las colectividades han de estar
mejor controladas por los sindicatos de la CNT, la Ponencia propone, para la
mejor estructuración de este nuevo sistema de organización, los siguientes
puntos:

» 1.º Considerando que nuestra vida de relación, tanto en el orden


sindical como económico, tiene que tender a simplificarse, estimamos
procedente que junto al Comité regional de la CNT funcione una
comisión, anexa al mismo, de relaciones colectivistas, que asuma
idénticas f unciones al actual Comité regional de colectividades.

» 2.º De la misma forma que en el artículo anterior, todos los Comités


comarcales de la CNT crearán en el seno de los mismos esta misma
comisión, manteniendo relaciones constantes con la Comisión del
Comité regional.
» 3.º Los sindicatos, a su vez, organizarán también, en el seno de sus
comités respectivos estas comisiones, que estarán en relación
permanente con las comisiones de los Comités comarcales.

» Al fundirse estos Comités de colectividades con los Comités


confederales, el control que tenía que realizarse en las colectividades
por los sindicatos de la CNT queda con este sistema de organización
solventado perfectamente.

» Ahora bien, para que estas colectividades funcionen en las debidas


condiciones, se rodearán del necesario número de personas
competentes, técnicas, en las transacciones que obligadamente han de
realizar las colectividades, para organizar con la mayor perfección
posible la economía colectivista.

» 4.º En aquellas localidades en que las colectividades estén


constituidas a base de UGT y CNT, los sindicatos seguirán la misma
línea de conducta que se ha seguido en el control que se realiza con
nuestros representantes en municipios y otras entidades oficiales, es
decir, los sindicatos procurarán orientar constantemente a nuestros
representantes en aquellas colectividades.

» 5.º Al dar esta nueva estructura para el mejor control de las


colectividades, la Federación Regional de Colectividades pasa a ser
parte integrante de los comités correspondientes de la Organización,
en el aspecto local, comarcal y regional.

» 6.º Todas las cooperativas locales están obligadas a suministrar


cuantos artículos precisen aquellos trabajadores individualistas que
están organizados en la CNT, siempre que lleven sus productos
sobrantes a las cooperativas.

» En estos seis puntos hemos creído resumir la interpretación que el


Pleno ha expresado en las intervenciones de los diferentes delegados
que han intervenido en esta discusión. La Ponencia.»
El nuevo Comité regional de la CNT quedó formado por los siguientes
miembros. Secretario: Francisco Muñoz (reelegido); por la provincia de Teruel:
Miguel Chueca, I. Miralles, H. Ferrer y J. Aldemonde; por Zaragoza: Feliciano
Subero, Florencia Galbán y Ricardo Madrigales; por Huesca: Ramón Yallo,
Manuel Segura, Francisco Casas y J. A. Prados.

Este comité residiría en Caspe.

Un detalle insólito vino a perturbar las tareas del Pleno. Fue la entrada
inesperada en el local de unos cuantos soldados comunistas, portadores de
una salutación al Pleno de parte del Comisariado de la 11 División.

Para glosar los acuerdos se celebraron mítines en Caspe y Barbastro, que


fueron muy concurridos.

Pero el acontecimiento cumbre de aquel agitado mes de agosto es, sin duda, la
ofensiva leal sobre Zaragoza. Bilbao había caído el 19 de julio y, con Bilbao,
toda Vizcaya, Santander siguió la misma suerte el 25 de agosto. Transcurren
dos meses entre la caída de ambas plazas, pero en realidad la ofensiva contra
la Montaña no empieza hasta el 14 de agosto. La operación dura, pues, 12 días
justos, prueba fehaciente de que no hubo apenas lucha. Concurrían en
Santander defensas naturales poco menos que inexpugnables. Los facciosos
reivindican para sí 70 000 prisioneros, 20 tanques y 200 ametralladoras como
trofeo de aquella batalla.

El gobierno vasco, que tras la caída de Bilbao había buscado refugio en


Bayona, publicó en la prensa francesa un documento derrotista sobre la caída
de Santander, pues se siembra en él la duda al referirse a una supuesta y
premeditada encerrona para las tropas vascas que operaban en aquel frente.
No parece menos tendenciosa la especie de una supuesta defección de los
batallones vascos por causa del desmoronamiento general del frente de
Vizcaya. Nos parece más razonable la hipótesis de un descenso general de la
moral combatiente como repercusión de esta pérdida.

Al iniciarse la batalla de Santander, el ejército del Centro quiso contrarrestarla


montando la famosa operación de Brunete. El objetivo marcado a esta
operación fue romper el frente enemigo en dirección a Ávila y provocar el
derrumbamiento de las sólidas posiciones enemigas en el Guadarrama. La
ofensiva se llevó a cabo por las cercanías de El Escorial con gran lujo de
artillería, tanques y grandes masas de infantería, logrando una penetración
inicial de veinte kilómetros de profundidad. Se sucedieron una serie
ininterrumpida de contraataques con desprecio por ambas partes del factor
humano, las cuales culminaron con el restablecimiento de la situación: Un
Pleno de Regionales del Movimiento Libertario (septiembre de 1938) calificó
esta operación de «política, no militar». «25 000 bajas tuvimos en aquella
operación sin ningún objetivo estratégico y sólo para salvar al gobierno que
había expulsado de su seno a las sindicales. Se ha conocido un manifiesto en
que se atribuye previamente el éxito problemático de Brunete a determinada
fracción (66), salvadora de España. Con el mismo criterio de partido se hicieron
las operaciones del frente de Aragón a mediados de 1937, habiendo designado
antes de las mismas el alcalde de Zaragoza reconquistada.» (Santillán: ¿Por
qué perdimos la guerra?, p. 251-252.)

La etapa final de la batalla del norte la inician en firme los facciosos a primeros
de septiembre, con penetraciones por el sector oriental de Asturias,
sincronizadas con presiones y avances por el resto de los frentes de la
cordillera cantábrica y por los sectores de la costa. Esta batalla es la más
trágica de toda la guerra. Los defensores asturianos no cuentan con más salida
que el mar, dominado éste por la escuadra facciosa. Esta salida marítima
quedó completamente cerrada el 21 de octubre con la caída de Gijón. El
último parte de guerra del ejército enemigo del norte lleva esta misma fecha:

« El frente asturiano ha sido derrumbado por nuestras tropas. El


enemigo, derrotado y abandonado por sus cabecillas, entrega sus
armas a las columnas nacionales. En los frentes de Oviedo y del Nalón,
en el de Villaviciosa y en el de Infiesto, las fuerzas rojas se entregan a
los vencedores. Columnas nacionales avanzaron, de Pravia y
Escamplero, sobre Avilés. En la tarde de hoy ambas ciudades quedaron
en poder del ejército nacional. El pueblo, en clamorosa manifestación,
se lanzó a las calles enarbolando la bandera nacional. Con las armas
nacionales entra el orden, la paz y la justicia. El frente del Norte ha
desaparecido. Salamanca, 21 de octubre de 1937.»
La ofensiva sobre Zaragoza dio comienzo el 25 de agosto con un ataque inicial
combinado por dos frentes, por el Sur-Ebro y por el sector de Huesca,
distinguiéndose como fuerzas de choque las 25 y 28 Divisiones confederales
situadas respectivamente en estos frentes. En el centro del dispositivo, la 26
División (antigua Columna Durruti) aguardaba impaciente el momento de su
entrada en acción. Los estrategas, tanto leales como facciosos, han otorgado a
esta operación categoría de contragolpe a la crítica situación creada por el
enemigo en el norte. En el sector del Ebro el avance quedó paralizado a tiro de
cañón de Zaragoza, después de haber rebasado Belchite el 3 de septiembre.
Las fuerzas de la 28 División, que habían perforado por el curso del Gállego,
recibieron la orden de regresar a sus posiciones de partida.

Aceptando como buena la tesis estratégica, la opinión contraria que atribuía a


estas operaciones intenciones estrictamente políticas hasta cierto punto, sigue
en pie. Según ésta, la ofensiva sobre Zaragoza estaría preparada de antemano
para desviar a la opinión pública del efecto deplorable causado por los
atropellos de las fuerzas militares comunistas en la retaguardia aragonesa. Los
mismos periódicos comunistas, anticipándose a la ofensiva misma, la habían
anunciado. El artículo de Frente Rojo que hemos transcrito más arriba termina
con estas palabras: «Bien pronto el frente del este emulad al glorioso frente
del Centro, y esto no será una de las pequeñas victorias del gobierno.» Lo que
por lo menos viene a demostrar que para el Partido Comunista no existían los
secretos de guerra, y hasta le era permitido especular políticamente con ellos.
Otra de las hipótesis sobre el origen de aquel mismo acontecimiento era que
se tuviera interés en tener ocupados a los milicianos confederales a fin de
desviar su atención de los sucesos políticos que se producían a pocos
kilómetros de sus posiciones en primera línea. La prensa comunista prosiguió
proclamando que el victorioso avance se debía a la desaparición del Consejo
de Aragón y a la consiguiente canalización hacia los frentes de los arsenales
clandestinos descubiertos en la retaguardia. La verdad era que los milicianos
confederales de Aragón habían sido eficientemente armados y apoyados en su
avance por primera vez y estaban, por tanto, en condiciones de librar la
primera batalla seria. De todo lo expuesto puede deducirse que estas
operaciones eran aprovechadas por el comunismo para sus fines de
dominación política, sobreponiendo estos últimos fines a los primeros. Lo
prueba, además, el que a la hora de cosechar aplausos, la 11 División, que
continuaba en gran parte ocupada en la retaguardia, porque tal vez no llegase
a imaginarse que los combatientes confederales tomasen en serio su papel en
el frente, se apresuró a monopolizar los laureles de tan inesperada victoria. He
aquí un telegrama de Líster, dirigido al general Miaja el 4 de octubre, y que
difundió toda la prensa:

« En el momento histórico en que nuestro glorioso ejército avanza


sobre Aragón, contrarrestando así la brutal ofensiva del invasor en el
norte, envío saludo cariñoso en nombre de todos los combatientes de
la 11 División, que han puesto en este combate el mismo ardor y
entusiasmo que demostraron en el frente de Madrid y que usted ha
sabido inculcarnos.»

En todo caso, los combatientes cuya participación en la lucha se tiene cuidado


de no mencionar aquí, supieron demostrar con hechos que, abastecidos de
armas y municiones en cantidad suficiente, eran capaces de atacar al enemigo
y de vencerlo. Después de esto, quedaban desvanecidas todas las calumnias
lanzadas desde las tribunas y prensa sobre los combatientes del frente de
Aragón.
XXVI

LA CRISIS DEL PARTIDO SOCIALISTA

Ya hemos expuesto en precedentes capítulos algunos aspectos de la crisis que


corroía al Partido Socialista y a la UGT. Vamos a entrar ahora en una de las
fases más agudas de esta crisis, que obedecía a designios secretos del
Komintern, en realidad un secreto a voces: apoderarse de la dirección del
Partido Socialista. Los medios que se venían empleando eran los clásicos
métodos comunistas. Cedamos la palabra a Luis de Araquistain (67):

« El plan de los rusos, apasionadamente sostenido durante toda la


guerra, era fundir los dos partidos. El nuevo partido se llamaría, como
se había hecho en Cataluña, Partido Socialista Unificado, pero en
realidad sería un partido comunista controlado y dirigido por la
Internacional Comunista y las autoridades soviéticas. El nombre
engañaría a los trabajadores españoles y se esperaba que no alarmaría
a las potencias occidentales. Stalin quería fervientemente que Largo
Caballero, desde el poder y por su enorme autoridad en el Partido
Socialista, impusiera la absorción de éste por el Partido Comunista.»

Stalin, que se había apoderado de la voluntad del embajador en Moscú,


Marcelino Pascua, envió a éste a Valencia con la misión de convencer a Largo
Caballero de la necesidad de aquella fusión. Una carta de Stalin a Largo
Caballero servía de introducción:

« Moscú, 4 de febrero de 1937.

» Al camarada Largo Caballero, Presidente del Consejo de Mi n ist ros


de la República Española. Valencia.

» Querido camarada: El camarada Pascua nos ha entregado su carta de


usted. Hemos tenido con él una larga conversación acerca de las
cuestiones que eran para nosotros completamente claras. Nada
escribimos acerca del carácter y de los resultados de esta conversación
porque el camarada Pascua se ha ofrecido a ir a Valencia y referírselo a
usted personalmente.

» A usted y al pueblo español le deseamos la más completa victoria


sobre los enemigos exteriores e interiores de la República Española.
Estimamos como un deber nuestro continuar en el porvenir
ayudándole en la medida de lo posible.

» Le estrechan la mano como amigos.


Stalin, Molotov, Voroshilov.»

Sobre las negociaciones de Pascua continúa diciendo Araquistain:

« Ese era el mensaje que traía Pascua (y ése era probablemente otro de
los precios que se ponían a la «ayuda rusa»). Largo Caballero contestó
que no creía llegado el momento de la unificación por la labor
proselitista de los comunistas, que tanto molestaba a los socialistas.
Pascua llevó esta categórica respuesta a Moscú. Esto era una prueba
más de que Largo Caballero no servía para los fines de Moscú.

» La no unificación de los dos partidos hizo imposible que el comunista


llegase a dominar por completo a España y fue la causa de que el
pueblo español se pudiera sublevar contra el gobierno Negrín en las
postrimerías de la guerra, por la intervención decisiva que tuvo en ese
movimiento de independencia el Partido Socialista de Madrid.

» Pascua, un oscuro licenciado en medicina que hasta entonces sólo se


había ocupado de cuestiones sanitarias, había sido nombrado
embajador en Moscú por presión de Negrín, previendo tal vez que a su
política personal le convenía tener en tal puesto, donde se iba a jugar
el destino de España, un hombre de su absoluta confianza, antiguo
protegido suyo y ligado a él por una lealtad casi doméstica. Me imagino
que ese embajador debió ser un colaborador eficaz en la política rusa
para reemplazar a Largo Caballero por Negrín. Después de oír su
conversación con Largo Caballero sobre la unidad de los dos partidos,
supongo que los rusos se afianzarían en el propósito de arrojar del
poder a un hombre tan inflexible a la política comunista.

» Ya no hubo más cartas...»

Privado Largo Caballero de su influencia en el Partido Socialista, y desprovisto


también del favor de los principales órganos de su prensa, continuó haciendo
frente desde la Comisión Ejecutiva de la UGT y sirviéndose de La
Correspondencia de Valencia, al cerco creado en torno suyo por comunistas y
comunistoides. Ya nos hemos ocupado de la defección de El Socialista y
Claridad, de Madrid. El asalto contra Adelante, de Valencia, fue llevado a
cabo con la colaboración de la fuerza pública, puesta a disposición de los
disidentes por el ministro de la Gobernación (Julián Zugazagoitia). Lo de
Claridad fue también un despojo. El periódico estaba registrado como
propiedad de Carlos Baraibar y de Luis de Araquistain.

El 19 de agosto, La Correspondencia de Valencia publicaba el siguiente artículo:

« LA LIQUIDACIÓN DEL PARTIDO SOCIALISTA. En Jaén se ha creado un


nuevo Partido Socialista autónomo. Si no hubiera habido ya bien
abundantes pruebas del porvenir que aguarda al Partido Socialista con
la «unificación» que tan exaltadamente viene propugnando el Partido
Comunista, lo sucedido en Jaén sería más que suficiente para
demostrar cuánta razón han tenido los hombres de la izquierda del
socialismo español al poner en guardia a todos sus camaradas sobre los
verdaderos fines que se persiguen.

» En efecto, contraviniendo lo hasta ahora pactado por los organismos


nacionales respectivos, y con una dejadez ética de los deberes que
como dirigentes del Partido Socialista obliga a los camaradas de aquella
Federación Provincial, los organismos provinciales socialistas y
comunistas jaenenses han creado el partido único en su demarcación,
fusionando las fuerzas respectivas.

» Verdad, órgano comunista matutino, único diario marxista de


Valencia -hecho bien significativo- que se atreve a jalear la
monstruosidad, señala los «grandes sacrificios» que para llegar a tan
venturoso fin han hecho los comunistas de Jaén, a saber: el nuevo
partido, a propuesta de aquellos socialistas, se llamará Partido
Socialista Unificado, y el comité será presidido por un socialista.

» Conviene que los camaradas de toda España tomen nota del héroe y
de los compañeros de victoria. Son Alejandro Peris, Fernández, López
Quero y López Vizcaíno.»

Esta audaz maniobra fue desbaratada por la propia Ejecutiva del Partido
Socialista, la cual tuvo esta vez un asomo de pudor al calificar públicamente de
indisciplina la actitud de la Ejecutiva Provincial de Jaén y disponer el cese de
sus representantes.

A mediados de septiembre, el Buró político del Partido Comunista nos


sorprende con una ofensiva de cordialidad antifascista. Según esta
declaración, el Frente Popular será el principal objetivo del Partido Comunista.
El Comité provincial comunista de Madrid explica esta consigna a los
adoctrinados, diciendo (17 de septiembre):

« Y lucharemos con todas nuestras fuerzas para que Madrid y su


provincia, y los partidos, sepan estrechar, apartando toda clase de
dificultades, la unidad más estrecha, entre todas las fuerzas
antifascistas, acelerando el proceso de fusión entre el Partido
Comunista y el Partido Socialista, y estableciendo una efectiva
colaboración y unidad de acción con los camaradas anarquistas y de la
CNT.»

« El Buró político del Partido Comunista ha dado a la publicidad un


documento que nosotros juzgamos de importancia decisiva», decía
Solidaridad Obrera del 18 del mismo mes, en un escrito en que se
celebraba el acontecimiento.
Por su parte, La Correspondencia de la misma fecha expresaba en la siguiente
forma sus reticencias:

« Acertamos cuando a la vista del documento del Buró político del


Partido Comunista dijimos que no se fiara nadie y que todo cuanto
perseguía era convertir en juego suyo a la CNT con fingidas protestas
en favor de la unidad y el restablecimiento del Frente Popular. El
Partido Comunista ha engañado, una vez más, a quienes ingenuamente
quisieron ver en las manifestaciones de su Buró una rectificación de
táctica. El Partido Comunista no trae la unidad antifascista. La quebró
un día y la deshizo, y hoy, persistiendo en una táctica suicida que él
mismo ha proclamado de incompatible con los intereses de la guerra y
de la revolución, dificulta la solución y pretende crear una situación de
hostilidad, con el más viejo y repugnante estilo entre las dos grandes
centrales sindicales españolas. He aquí los laureles del Partido
Comunista»

Hagamos constar, entre paréntesis, que pocos días después, el día 21, se
producía en Barcelona, «obedeciendo a órdenes superiores», el asalto por la
fuerza pública del local confederal denominado «los Escolapios», sede del
Comité de Defensa del Centro. A pesar de la aguerrida ostentación de los
asaltantes, que pusieron en servicio toda clase de material ofensivo, incluido
cañones y carros de asalto, los confederales presentaron batalla durante varias
horas. Se practicaron catorce detenciones. Los detenidos pasaron al juzgado.

El 25 de septiembre, la fracción disidente de la UGT solicitaba de la Comisión


ejecutiva la celebración de un Pleno del Comité nacional. Dicha petición fue
contestada por la Ejecutiva el día 27, diciendo que no se había opuesto ni se
opondría jamás a reunir el Pleno dentro de lo que determinaban los estatutos
de la UGT. El 28, los disidentes replicaban dando un plazo de 48 horas para
convocar la reunión. Según éstos, el Pleno debía tratar sobre la expulsión por
la Ejecutiva de «una tercera parte de las Federaciones que componen la UGT»
(68). Y casi al mismo tiempo, el periódico Adelante publicaba la convocatoria
de dicho Pleno para el día primero de octubre, en el local de la Ejecutiva. Esta
replicaba con la siguiente carta:

« Compañeros Antonio Pérez y Rodríguez Vega: En nuestro poder


vuestra carta fecha 25 del presente mes, de cuyo contenido quedamos
informados, pasando a contestaros lo siguiente: El tono de vuestra
carta y forma conminatoria con que os dirigís a la Comisión ejecutiva,
nos produce más que extrañeza, después de conocer el texto de
vuestra anterior comunicación, en la cual preguntabais a la Comisión
ejecutiva si con la presentación de la documentación solicitada por
nosotros para convocar el Pleno nacional, la reunión se celebraría. A
vuestra carta contestó inmediatamente la Comisión ejecutiva
afirmando que no se ha opuesto ni se opondrá jamás a la celebración
del Pleno nacional de la UGT, siempre dentro de los Estatutos. Y a esta
comunicación contestáis de nuevo vosotros conminando a la Ejecutiva
para que en un plazo de

48 horas convoque al Comité nacional. Tenemos el deber de


recordaros que el Comité nacional no puede reunirse si previamente
no lo convoca la Comisión ejecutiva. Si la reunión que anunciáis se
efectuara, la consideraríamos facciosa; y de las consecuencias que en el
orden interior y exterior pueden producirse por este hecho, seréis
vosotros los únicos y verdaderos responsables. Sin otro particular,
queda vuestro y de la causa obrera. El Secretario General.»

El 30 de septiembre se reunió la Comisión ejecutiva de la UGT y en su


referencia para la prensa hacía constar, entre otras resolu­ciones de trámite,
que:

« A pesar de esto se insiste en celebrar a espaldas de la Comisión


ejecutiva la reunión del Comité nacional, y en su reunión de hoy, la
Ejecutiva acordó hacer constar que no se ha recibido en Secretaría un
solo documento de las Federaciones de Industria en el cual éstas hagan
constar haber autorizado a sus delegados para que se dirijan a la
Ejecutiva en demanda de una reunión del Pleno. Y la forma de
convocar el Comité nacional a espaldas de la Ejecutiva la consideramos
un acto de indisciplina y de provocación, que no estamos dispuestos a
tolerar, y por último, que la Ejecutiva suspenderá de derechos a las
Federaciones que, no siendo dadas de baja, se han permitido firmar la
convocatoria o puedan asistir a la misma.»

En la mañana del primero de octubre se presentaron en la sede de la Ejecutiva


los representantes de las Federaciones de Industria disidentes, de acuerdo con
la convocatoria publicada a espaldas de la decisión oficial. Al llamar a la puerta
del local se entabló un violento diálogo a través de la mirilla. Los visitantes se
anunciaron como miembros del Comité nacional que venía n a asistir a un
Pleno. Los del interior del local manifestaron que ninguna clase de estas
reuniones había sido convocada por la Ejecutiva. Viendo que no se les
franqueaba la entrada, los disidentes hicieron intervenir a la fuerza pública.
Uno de los policías dijo a Largo Caballero, que había acudido a repeler la
intervención de los agentes, que por tratarse de una reunión solicitada
previamente y autorizada por la superioridad debía abrir la puerta. El
secretario general de la UGT dijo que la Comisión ejecutiva no había citado al
Comité nacional y que no era caso de abrir a los miembros del Comité ni a los
agentes de la autoridad. Y al añadir Largo Caballero que en el interior del local
se hallaban varios diputados, los policías juzgaron prudente no insistir más.

Sin embargo, los disidentes, que se decían representantes de 30 Federaciones


de Industria, acordaron dar por constituida la reunión en el mismo rellano de
la escalera. La reunión, que presidió Felipe Pretel, tesorero de la Ejecutiva,
pasado con armas y bagajes a la escisión, fue de corta duración. Se redujo a
dar por constituido el Comité nacional, y tras esto los reunidos acordaron
trasladar las sesiones al local de la Federación Gráfica. Fueron tomados allí los
siguientes acuerdos:

« Primero. Considerar que la que hasta hoy ha sido Comisión ejecutiva


de la Unión General de Trabajadores no tenía facultad, con arreglo al
reglamento, para dar de baja a algunas Federaciones en la forma que lo
ha hecho.
» Segundo. Anular el acuerdo de expulsión de 14 Federaciones
producido por falta de pago.

» Tercero. Nombrar una Comisión ejecutiva de la Unión General de


Trabajadores que ha quedado constituida de la forma siguiente:

» Presidente: Ramón González; Vicepresidente: Edmundo Rodríguez;


Secretario general: Rodríguez Vega; Secretario adjunto: Amado del
Rosal Díaz; Tesorero: Felipe Pretel; Vocales: Ezequiel Ureña, Claudina
García, Antonio Pérez, Antonia Génova, César Lombardía y Daniel
Anguiano.»

Otros acuerdos expresaban la incondicional adhesión de la UGT al gobierno, y


dirigían un saludo al secretario regional de Cataluña y a la Confederación
Nacional del Trabajo.

Este acto significaba una escisión en el seno de la UGT. El 2 de octubre, la


Ejecutiva disidente lanzó su primer manifiesto, en el que daba cuenta de los
acontecimientos del día anterior y hacía resaltar la necesidad de una estrecha
política de unidad sindical con la CNT y con los demás partidos republicanos y
comunistas.

« En España -decía el manifiesto- no habrá más voz ni más


representación de la UGT que esta Comisión ejecutiva, nombrada
legítimamente por el Comité nacional, en el que estaban presentes 31
Federaciones y un miembro de la Ejecutiva (69) que no ha querido
juntar su actitud a la personal de los que han restado la asistencia de
los representantes de 9 Federaciones, entre las que también se
encuentran algunas faltas de pago, y, además, cuatro de ellas se hallan
representadas en la Ejecutiva destituida.»

Por su parte, la fracción caballerista quiso explicar su actitud por medio de La


Correspondencia de Valencia. La intervención parcialísima del ministro de la
Gobernación hizo que este periódico fuese suspendido por algunos días, lo que
dio lugar a que se produjeran manifestaciones callejeras por los trabajadores
afectos a la tendencia de Largo Caballero.
Se celebraba por aquellos días la apertura de la sesión de las Cortes de la
República en Valencia. La ausencia de Largo Caballero fue explicada como una
actitud de protesta contra el proceder del ministro de la Gobernación. Sobre
esto, el 3 de octubre escribía Solidaridad Obrera:

« Se cree que los diputados de la fracción de Largo Caballero han


preguntado a Zugazagoitia si sabía algo del asalto al local de la
Comisión ejecutiva. El ministro ha contestado que él no intervenía en
este asunto, y que si lo hizo antes con el diario Adelante es por
considerar que los de Adelante tenían razón.

» Esto no es obstáculo para que luego se suspenda La Correspondencia


de Valencia, órgano de la UGT.

» Y esa manifestación de ayer en favor de Largo Caballero, ¿cómo


habrá sentado a los disidentes? ¡Que lo digan! ¡Que lo digan! Los vivas
a Largo Caballero se oían en toda Valencia...

» La Comisión formada a iniciativa de los Trabajadores de la Tierra para


entablar relaciones con las Federaciones dadas de baja, ha hecho
pública una nota diciendo que no desiste de su esperanza de lograr una
armonía entre todos los componentes de la UGT. Pero creemos que
ello va a ser imposible si consideramos que La Correspondencia de
Valencia, que era el órgano oficial de la central hermana, ha sido
suspendido indefinidamente. Previamente hubo un intento de asalto
que encontró resistencia. Entonces se pensó que sería mejor
suspenderlo y el lunes, por ejemplo, presentarse los nuevos ejecutivos
y hacerse cargo de él.

» Siguiendo el mismo camino de las Federaciones nacionales, las


Provinciales de Valencia han convocado una reunión de consejeros del
secretariado para el día 4, también, como todos ellos hicieron, en el
domicilio del organismo provincial de la UGT.

» El Partido Comunista triunfa. Sus consignas son acatadas fielmente


por los que no se avienen a que hablen los trabajadores.»
Frente a la reunión convocada para el día 4 por los elementos provinciales
disidentes, la Ejecutiva provincial hizo pública la siguiente nota:

« Ante una nota publicada en la prensa y en la que se convoca a una


reunión para el lunes en el domicilio de este Secretariado Provincial,
debemos hacer constar lo siguiente: Que por circular anterior ha
quedado aclarada la situación de este secretariado con respecto a
aquellas organizaciones suspendidas por la Ejecutiva nacional de la
UGT y de este secretariado. Que con posterioridad y ante la actitud de
quienes se habían levantado contra la Ejecutiva nacional, ésta se vio
obligada a dar de baja a los rebeldes y, por lo tanto, siendo
reglamentario para pertenecer a la Secretaría, serlo de la UGT, carecen
de todo derecho a convocar y menos a emplazar a esta Ejecutiva
provincial los firmantes de la citada nota. Para el lunes, esta Ejecutiva
no ha convocado a nadie a reunión, y rechaza en absoluto todo intento
de perturbación [...]»

Sin embargo, la reunión proyectada se llevó a cabo en la fecha que se había


fijado. Se nombró en ella nueva Ejecutiva provincial, a la cual se revistió de
amplios poderes. La Correspondencia de Valencia reanudó su publicación el
mismo día 4 de octubre. El 7 publicaban los periódicos la referencia de una
reunión de la Ejecutiva de Largo Caballero y daban cuenta del acuerdo de

« realizar una amplia campaña de propaganda por la España leal para


informar a los trabajadores de la escisión provocada dentro de las filas
de la UGT por algunos elementos». Se acordó también ir a la
celebración de un Congreso nacional de la UGT. La Ejecutiva hacía
constar al mismo tiempo su protesta por el hecho de que la
correspondencia dirigida a la misma fuese retenida, y también por el
abuso que representaba que el director del Banco de España se negase
a pagar los cheques a quienes tenían la firma registrada hacía más de
once meses.»
En la misma fecha publicaba una nota el Comité de enlace de los Partidos
Socialista y Comunista.

« Al conocer -decía- los acuerdos adoptados por el Comité nacional de


la UGT, entre los cuales destaca el de reincorporación a la misma, con
plenitud de derechos, de las Federaciones expulsadas injustamente por
la anterior Comisión ejecutiva, la desautorización de la conducta
escisionista y dictatorial de ésta y la obra de la misma Ejecutiva, este
Comité de enlace saluda con satisfacción al Comité nacional de la UGT
que pone fin a la situación de violencia y malestar existente en la gran
organización y entre la clase trabajadora, estableciendo la unidad
interna de nuestra gloriosa central sindical, y el Comité nacional de
enlace saluda a la nueva directiva de la UGT que representa el sentir y
la voluntad de los afiliados a la UGT, y recomienda a sus organizaciones
y militantes y a todos los trabajadores la más firme adhesión y
colaboración con la autoridad legítima de nuestra central sindical, para
ayudarle a resolver todos los problemas que tiene planteados la clase
obrera y todos los antifascistas en el aspecto de la producción, en el
orden económico, salarios, abastecimientos, control obrero, etc., para
que, intensificando los trabajos conjuntos con la CNT y estrechando los
lazos de unidad de los dos grandes partidos del proletariado y el Frente
Popular, al lado del gobierno, contribuyan a la tarea de borrar las
dificultades de la hora presente, en el camino de ganar pronto la
guerra, aplastando a Franco y al fascismo invasor, y asegurando las
conquistas populares.»

Por fin, el 17 de octubre dio Largo Caballero la esperada conferencia, durante


tanto tiempo anunciada. Lo propuesto era una serie de conferencias, pero a
ello se opuso la voluntad omnímoda del gobierno. El mismo texto del discurso
fue mutilado escandalosamente por la censura gubernativa al ser publicado en
la prensa.

La conferencia fue dada en el Cine Pardiñas, en Madrid, y se retransmitió a los


cines Ideal, Fuencarral y Monumental, los cuales se hallaban, como el Cine
Pardiñas, atestados de público. En la tribuna acompañaron al orador Pascual
Tomás, Ángel Galarza, Luis Araquistain, Roberto Solano, Wenceslao Carrillo,
Hernández Zancajo, De Francisco, Carlos Baraibar y otras personalidades
socialistas adictas a la política de Largo Caballero. El local se hallaba adornado
con pancartas y banderas de los sindicatos confederales y ugetistas.

El orador empezó haciendo historia del gobierno presidido por él. He aquí los
párrafos más esenciales de su discurso:

« No os voy a contar ahora lo que ese gobierno hizo, lo reservo para


otras conferencias; por lo cual contestaré a aquella campaña de injurias
y de calumnias que el que es hoy ministro de Instrucción pública,
todavía tuvo el descaro de hacer y de realizar en un acto público.
Muchos dirán y habrán dicho: ¿Cómo Largo Caballero no contesta a
esas infamias? Pues lo digo ahora con entera libertad y franqueza: no
porque no tenga qué contestar, sino porque para mí, por encima de
esas miserias, estaba el ganar la guerra y estaba el no ir a la tribuna
pública, con lo cual podía, sin querer, contribuir a algo que pudiera
perjudicar en la guerra. Unas veces por si internacionalmente
estábamos en tal o cual situación, yo dije siempre, a pesar de los
requerimientos que se me hacían por todos los sitios: no hablo, es
preciso que España salga del pleito que: tiene en la Sociedad de
Naciones; que jamás se pueda decir que ninguno de nosotros hemos
contribuido con nuestra palabra a que España no logre en Ginebra lo
que tenía derecho de lograr. Otras veces por si se estaban haciendo
operaciones en tal o cual frente, procurando que no llegase a esos
frentes el eco de lo que se manifestase y pudiera desmoralizar a los
combatientes y perjudicarles. Os aseguro que de los mayores sacrificios
que he hecho yo en mi vida, ha sido el guardar silencio durante cinco
meses, pero no me pesa, porque ese silencio, aunque los
calumniadores y los difamadores hayan hincado sus uñas y sus dientes
en mi persona, tengo la tranquilidad de conciencia de que mi silencio
contribuía en bien de España y en bien de la guerra.»

« ¡Ah! entonces, ¿por qué se ha hecho esa campaña? Pues esa


campaña se ha hecho, ¿sabéis por qué? Porque Largo Caballero no ha
querido ser agente de elementos que están en nuestro país, y Largo
Caballero ha defendido la soberanía nacional en el orden militar, en el
orden público, en el orden político y en el orden social.

» Y cuando ciertos elementos comprendieron, bien tarde por cierto,


que Largo Caballero no era un agente para ellos, ¡ah! entonces se
emprendió la campaña con una nueva consigna contra mí. Pero yo
afirmo aquí qué hasta poco antes de emprender la campaña, a mí se
me ofrecía todo cuanto hay que ofrecer a un hombre que pudiera
tener ambiciones y vanidades; yo podía ser el jefe del Partido Socialista
Unificado, yo podía ser el hombre político de España, no me faltarían
apoyos de todos esos elementos que me hablaban, pero había de ser a
condición de que yo hiciera la política que ellos quisieran; y yo dije que
de ninguna manera.

» Decía yo que tarde me conocieron a mí. Ya podían haber


comprendido, desde el primer momento, que Largo Caballero no tenía
ni temperamento ni madera de traidor para nadie. Y me negué,
rotundamente, hasta el extremo de que en alguna ocasión, en mi
despacho de la presidencia del Consejo de ministros, tuve escenas
violentísimas con personas representativas (70) que debían haber
cumplido con el deber de tener discreción, y no la tenían. Y yo les dije,
delante de agente suyo, pero que desempeñaba entonces cartera de
ministro, que Largo Caballero no toleraba injerencias de ninguna clase
en nuestra vida interior política nacional. Y estas escenas violentas que,
como digo, tuvieron testigo que no será capaz de negarlo, fueron el
comienzo de la campaña contra mí. Y principiaron contra Largo
Caballero, pero vieron que la campaña esa personal no les daba
resultado, porque había muchos trabajadores que no comprenderían
cómo esa campaña personal se podía hacer contra un hombre, y
entonces mudaron de disco y fueron contra la Ejecutiva de la Unión
General de Trabajadores. Pero al ir contra ella, principalmente contra
quien iban era contra Largo Caballero.»

***
« Además, camaradas, yo vengo aquí a hablar porque veo que nuestro
Partido Socialista y nuestra Unión General de Trabajadores están en
peligro, y yo vengo a contribuir a salvar a este partido y a salvar a la
Unión General de Trabajadores de España, porque lo que se pretende
aquí para servir ciertos intereses políticos, es provocar la disidencia en
el Partido Socialista y en la UGT, y la están provocando todos los días.
Pero yo lo he dicho y lo repito ahora: se equivocan también, Largo
Caballero ni provoca la disidencia en el partido ni en la Unión General
de Trabajadores, el que quiera, que la provoque; es decir, ya la han
provocado, ya lo han realizado. Largo Caballero, no.

» ¿Qué es lo que ha sucedido en la Unión General de Trabajadores de


España? Os lo voy a contar con la mayor brevedad posible. El origen de
esta campaña contra la Unión General de Trabajadores comenzó ya
cuando la crisis de mayo, la crisis política; crisis que yo considero

-y lo tengo que decir aquí-, la más vergonzosa que he conocido en la


historia de España. Incluso en la monarquía no conocí yo una crisis que
pudiera sonrojar tanto a cualquier buen español, como ésta. Y aunque
no entre ahora en muchos detalles, que ya lo haré, debo manifestaros
que esta crisis se provocó por los representantes del Partido Comunista
en el gobierno. El día anterior a la provocación de la crisis, algunos
periódicos madrileños ya anunciaban acontecimientos políticos en el
Consejo de ministros. Y en ese Consejo de ministros la representación
comunista armó -pudiéramos decir- el escándalo, pidiendo un cambio
de política en la guerra y un cambio de política en el orden público.
Este era el pretexto, porque en lo que se refiere a la guerra, el Partido
Comunista, como yo, sabía lo que ocurría porque tenía representación
en el Consejo Superior de Guerra, y por consiguiente no lo ignoraba, y
en la cuestión del orden público en Cataluña, nosotros como gobierno
central, no teníamos ninguna jurisdicción en dicha región. Fue un
pretexto.

» Y en aquella reunión se me pidió a mí, se pidió que el gobierno


disolviese una organización política disidente del Partido Comunista.
Largo Caballero, que ha sido perseguido, juntamente con las
organizaciones a las cuales ha pertenecido y pertenece, por los
elementos reaccionarios de nuestro país, manifestó que,
gubernativamente, no disolvía ninguna organización política ni sindical,
que no había ido al gobierno a servir intereses políticos de ninguna de
las fracciones que allí había, que aquél que tuviera que denunciar
hechos criminales o delictivos, como quieran llamarse, lo hiciese, y los
tribunales serían los que interviniesen y los que disolviesen o no la
organización, pero que Largo Caballero, como presidente del Consejo
de ministros, no disolvería ninguna de esas organizaciones. Y antes de
terminar el Consejo de ministros, como no recibían satisfacción los
proponentes, como el que está en un comité de un pueblo rural, en el
casino, con la mayor irresponsabilidad, como si se tratara de una
reunión de amigos que no tuviera en el país ninguna labor ni ninguna
responsabilidad, se levantaron los ministros comunistas y abandonaron
el Consejo de ministros.»

***

« En esta situación, se produce la crisis. Después me encargaron a mí,


me encargó otra vez quien podía encargarme, después de unas
consultas, el formar nuevamente gobierno y yo hablé con todos,
absolutamente con todos, y, como siempre -porque en estas
triquiñuelas de política burguesa en seguida nos adaptamos todos-
dieron buenas palabras, todo el mundo se ofrecía, pero en cuanto
salían del despacho del presidente del gobierno ya se ponían de
acuerdo para poner toda clase de inconvenientes, y recuerdo bien que
una de las condiciones que a mí me ponía el Partido Comunista para
colaborar en el gobierno que estaba yo encargado nuevamente de
formar, era el que yo no fuese ministro de la Guerra, yo les decía: ¿Qué
fundamento tenéis para esto? Y me contestaban: Porque ministro de la
Guerra y presidencia es muchísimo trabajo, y no conviene que tenga
tanto trabajo. Yo les decía que no me parecía un fundamento sólido,
porque quien lo tenía que examinar no eran ellos, era yo. Agradecía
íntimamente el buen deseo, la buena voluntad que tenían al procurar
descargarme de trabajo. Pero no era eso; era algo de lo otro que os
decía antes, que si hoy no puedo entrar en detalles, ya lo haré.

» Yo, en Guerra, ya tuve que comenzar a ponerme, como vulgarmente


se dice, en pie, a impedir muchos abusos que se estaban realizando.
Entre ellos, me encontré un día con que los socialistas en los cuales
había depositado yo la confianza, en el Comisariado de Guerra habían
permitido que se nombrasen, a espaldas mías, y con documentos
firmados por quien no los podía firmar, más de mil comisarios. Habían
nombrado más de mil comisarios y los habían nombrado, poniendo la
firma en los nombramientos, quien legalmente no tenía derecho para
hacerlo, porque el único que lo podía hacer era yo. Y cuando yo llamé a
estas personas, correligionarios nuestros de confianza, y les dije que
cómo habían hecho eso, me contestaron que creían que lo podían
hacer, y dio la casualidad de que la inmensa mayoría de los comisarios
de Guerra que habían nombrado así eran comunistas (71). Y me
encontré con más; me encontré con que en el Comisariado de Guerra,
a espaldas mías, se había hecho un pequeño «straperlo». Me encontré
con que habían hecho una asimilación de generales de brigada y de
división para algunos correligionarios, con veintidós mil y dieciséis mil
pesetas. Cuando yo les llamé para preguntarles cómo habían hecho
esto a espaldas mías, me contestaron que creían que yo estaba
enterado. ¿Pero cómo voy a estar enterado -les dije- de que ustedes se
hayan nombrado generales de división y de brigada para cobrar?
(Faltan 5 líneas censuradas.)

» De ahí el motivo de que yo publicase una disposición anulando todos


los nombramientos de comisarios y que los que quisieran ser
comisarios me lo pidieran a mí, para yo revalidar el nombramiento. Ya
recordaréis todos la campaña que se hizo contra mí por este motivo,
diciendo que quería deshacer el Comisariado.

» ¡Ah! No. Yo he entendido siempre, cuando le fundé, cuando publiqué


la disposición, he entendido siempre que sería una institución que
haría una gran labor y un gran trabajo si cumple con su deber en el
Ejército.
» ¡Ah! Pero lo que no creía ni pensaba yo, era que eso podía servir para
hacer un Ejército de partido. Y claro, todo esto fue haciendo el
ambiente. Se produce la crisis, y cuando llego a la Comisión ejecutiva
de la Unión General, la Ejecutiva de la Unión General, para dar un
ministro, pone condiciones.

» Yo, amistosamente, fraternalmente, tengo que decir que al poner


aquellas condiciones, yo creo que se cometió un error, error de detalle.
Yo sé los buenos propósitos de la Comisión ejecutiva al proceder así. La
Comisión ejecutiva vio que se había producido una crisis un poco
obscura, producida por maniobras. No estaba bien enterada. La
Ejecutiva, al decir: «Nosotros no damos ministros si no es un gobierno
de Largo Caballero» expresaba, no el que fuera simplemente ministro
Largo Caballero, porque los comunistas querían que yo fuese el
presidente del Consejo, pero no querían que yo fuese ministro de la
Guerra, y yo dije:

¿Queréis ponerme a mí de espantajo de ellos para que puedan hacer lo


que les dé la gana en Guerra? No; de ninguna manera. Yo, socialista,
internacionalista, tengo amor a mi país, lo tengo a mi pueblo, que es
éste, Madrid; lo tengo a España, que soy español, que no es
incompatible con ser internacionalista, ni mucho menos, y yo, delante
de quien debía decirlo, en una reunión dije: Yo no puedo dejar de ser
ministro de la Guerra por varias razones; primera, porque yo no he
hecho motivos para que se me eche del Ministerio de la Guerra y
segunda, porque creo que como español, tengo la obligación de
defender al Ejército español, y de conducirle de forma que pueda llegar
al triunfo. Pues no creáis que estas arrogancias de españolismo quedan
impunes en algunas ocasiones; en aquella ocasión no lo quedó. Ocurrió
lo que todos sabéis. Pues bien; la Ejecutiva dice: no; pero lo hizo por
este motivo, no porque fuera Largo Caballero, porque, últimamente,
no tenía por qué decirlo; porque Largo Caballero, si hubiera querido,
hubiera sido presidente del Consejo de ministros, hubiera continuado
siendo el jefe del gobierno. Pero yo no iba allí para ser jefe del
gobierno, yo iba allí a cumplir un deber. Creía que lo estaba
cumpliendo en Guerra; lo que pasaba, es que yo estorbaba en Guerra,
ésta era la cuestión. Y claro, desde ese momento empezó la campaña
contra la Ejecutiva; y empezó la campaña pidiendo la reunión de un
Comité nacional. Y efectivamente, yo todavía no me había reintegrado
al cargo de secretario. Se celebró el Comité nacional, y la inmensa
mayoría de las Federaciones que celebraron ese Comité nacional,
estaban fuera de los estatutos. Todos muy amantes de la Unión
General y todos muy amantes de la disciplina y de UHP y de todas estas
cosas, pero no se acordaban de cumplir con la Unión General en
cuanto a cotizaciones, no los cotizantes, los obreros, los pertenecientes
a las secciones, que ésos pagaban, no. Los comités, que no pagaban y
que no sabemos lo que harían con el dinero, porque últimamente,
cuando hay una Federación que no recauda cotizaciones, no tiene más
que decirlo, y como no tiene asociados, pues no paga por nadie, o paga
por pocos. Pero no, había Federaciones que no pagaban una cotización
desde el primer trimestre del año 1933, las había de cuatro y cinco
años, de tres años, de dos trimestres, etc.

» Ha habido siempre en la Unión General en eso mucha tolerancia y


esos amigos, abusando de ella, no solamente tomaron determinados
acuerdos, sino que inmediatamente comenzó una campaña de prensa
contra la Ejecutiva, diciendo: «¿Veis? Hemos desautorizado a la
Ejecutiva, y tal y cual.» La habían desautorizado unos compañeros que
decían representar a organizaciones que estaban en esa situación. Pero
el caso es que se reunió el Comité, y siguen las campañas contra la
Ejecutiva.»

La Unión General, en vista de la marcha de la guerra, comprendió que


había que hacer una labor intensa en favor de España y de la guerra
nuestra. ¿Quienes son los que han movido las Internacionales, tanto la
política como la sindical, más que la UGT de España? Todas las
reuniones que han celebrado, todo el apoyo internacional que se ha
tenido por parte de la clase trabajadora organizada, ¿a quién se debe,
sino a la Unión General? Porque allí han ido otros organismos políticos
que se llaman también obreros y nadie les ha hecho caso. A la UGT ha
sido a la única que se ha hecho caso, porque ha sabido ganarse un
prestigio internacional que no tienen muchos ni podrán tener. Y la UGT
provocó la reunión de Londres, para apoyar al gobierno, etc., etc., y
luego la reunión de París. Y todos sabemos que hubo un movimiento
de la clase trabajadora en el extranjero favorable a nosotros,
movimiento que, por cierto, luego se atenuó, y no por culpa nuestra,
sino por los errores políticos que se cometía n en España. Esa campaña
favorable a nosotros en el extranjero, llegó un momento, después de la
crisis, en que se enturbió, porque más allá de las fronteras llegaron
rumores de que aquí se hacía una política de persecución a los
elementos discrepantes. y todos sabéis que ha habido casos
verdaderamente desgraciados, que todavía no se han esclarecido, de
personas «desaparecidas» por elementos que no son del gobierno, que
son los que han constituido un Estado dentro de otro Estado. Y eso ha
trascendido, compañeros, hasta el extremo de que han venido a
España representantes de las Internacionales expresamente a
averiguar qué había de verdad en eso.

Y a nosotros, personalmente, se nos ha dicho que desde que esto ha


sucedido ellos no podían levantar otra vez el entusiasmo del
extranjero, porque sospechaban que aquí quienes dominan y quienes
influyen son -y nos lo decían claramente- los elementos comunistas. Y
todo el mundo se pregunta si se va a ayudar a España para que luego
sean los comunistas los que rijan los destinos de nuestro país. Eso lo
han venido a preguntar esos representantes. Y no os extrañe, porque
una de las cosas que yo censuré eran esos excesos que, a juicio mío, se
cometían, por ejemplo, de que hubiera mandos militares de gran
importancia que asistían a Congresos comunistas, a desfiles en honor
de comunistas. De esto se hacían fotografías, se publicaban en los
periódicos, y esos periódicos iban a Londres y a París y a otros países y,
naturalmente, cuando veían eso y veían que jefes del ejército, de gran
nombre y de gran influencia, asistían a esos actos, decían: «Bueno, es
verdad que allí los que dominan, los que influyen y manda n son los
comunistas». Esto nos perjudicaba muchísimo.»
« Otra de las campañas, compañeros, que se ha hecho ha sido el pacto
de no agresión -para hablar en términos diplomáticos- que ha hecho la
Unión con la Confederación. Indudablemente en todas esas campañas
ha presidido siempre la mala fe, porque recordaréis que cuando se hizo
público el pacto, lo primero que se dijo fue que ese pacto no tenía
ninguna importancia, que ahí no se hablaba nada de la ayuda que había
que prestar al gobierno en la guerra, y, por consiguiente, que debía
haberse hecho otro pacto de otra naturaleza. Cuando se convencieron
de que eso era una torpeza, porque además de haber hecho ese pacto
se estaba en relaciones con la Confederación para hacer un programa y
llevarlo al Comité nacional -que así se lo dijimos a los compañeros de la
Confederación- para que lo aprobase y luego ir a la tribuna pública a
propagarlo, cuando vieron eso, dijeron: «No; es que ese pacto, a pesar
de ser de no agresión, no lo debíais de haber hecho la Ejecutiva, sino el
Comité nacional». ¿Qué fundamento había para eso? Yo voy a exponer
unos pequeños antecedentes de esta cuestión. En primer lugar, en
nuestros Estatutos se determina, en su artículo 1º, punto 8°, lo
siguiente: «Entre los deberes que tiene la Unión, está el de unificar la
acción del proletariado con el propósito de crear la fuerza de
emancipación integral de la clase obrera, preparándose para que, de
acuerdo con el principio de que el instrumento de trabajo pertenece de
derecho al trabajador, pueda asumir la dirección de la producción, el
transporte y la distribución e intercambio de la riqueza social.»

» En primer lugar, ya los estatutos imponen la obligación de unificar la


acción del proletariado. Pero aquí tengo yo el pacto que hicimos con la
Confederación en el año 1920, hecho por la Ejecutiva, no por el Comité
nacional, y que está firmado por las siguientes personas:

» Por la Unión General de Trabajadores, Francisco Largo Caballero,


Francisco Núñez, Tomás, Manuel Cordero, Luis Fernández, Juan de los
Toyos y Lucio Martínez Gil.

» Por la Confederación Nacional del Trabajo, Salvador Seguí, Salvador


Quemades y Evelio Boal.
» Posteriormente, se nombró una comisión compuesta de los
compañeros Besteiro, Saborit y Caballero, que fueron por Cataluña a
propagar y a defender este pacto. De modo que ya tenemos el
antecedente de que una Comisión ejecutiva había hecho un pacto, y
que fue aprobado por el Congreso de la Unión General de Trabajadores
de España.

» Pero no es solamente eso; es que la Comisión ejecutiva de la Unión


General, antes de reintegrarme yo al cargo de secretario, hizo otro
pacto con la Confederación, firmado el 2ó de noviembre de 1936, y
suscrito por diversos camaradas, entre los cuales estaba Manuel
Cordero.

» ¿Qué decía este pacto? Pues lo mismo que el que hicimos nosotros
sólo que el nuestro estaba más articulado.

» Es decir, que ya la Ejecutiva ésta, en noviembre, había hecho un


pacto, y luego, nosotros, hacemos el otro pacto, que es como éste,
pero que en vez de ser un simple manifiesto, lo articulamos.

» En relación, con el de noviembre, de los estatutos nadie dice una


palabra. Pero en cuanto se hace el nuevo pacto, que está Largo
Caballero en la secretaría de la Unión, ya no parece bien, se dice que es
un disparate, que debía haberse llevado al Comité nacional, etc., etc.
Eso no es justo.

» Y por si esto fuera poco, hay que tener presente que los elementos
disidentes de la Unión, uno de los primeros acuerdos que han tomado,
ha sido dirigirse a la Confederación para hacer un pacto con ellos; es
decir, que ellos pueden hacer pactos, pero nosotros, no. Esa es la
cuestión.»

« iSi tendremos nosotros fundamentos para sospechar lo que se quiere


hacer con la Unión General de Trabajadores cuando se intenta hacer
con ella lo que se ha hecho con la organización de Cataluña! Sabéis que
en Cataluña hay lo que llaman un Partido Socialista Unificado, que no
es Partido Socialista Unificado, sino que en realidad es el Partido
Comunista Catalán, porque la realidad es que desde el primer
momento ingresó en la Tercera Internacional. (Faltan 7 líneas
censuradas.)

» Y eso nosotros no lo podemos permitir, nosotros queremos que la


Unión General esté libre y que sea ella la que determine cuáles son sus
destinos políticos y sociales, pero no ponerla al servicio de nadie,
absolutamente de nadie.

» En cambio, a nosotros se nos acusa de anarcosindicalistas porque


estamos en relación con la Confederación -con la que se quieren poner
ellos también en relación. Aquí lo gracioso, compañeros, es que eso lo
hacen con intención de ofendernos. ¿Ofendernos a nosotros porque
estamos en relación con la Confederación? Están completamente
equivocados. Lo que hace falta es jugar limpio, y yo tengo que recordar
-algo he dicho antes- aquellas campañas que se hicieron de carácter
electoral, que hicimos llamamientos a los obreros de la Confederación
y a los anarquistas, diciéndoles: «Las libertades de España están en
peligro: venid a ayudar, y vamos a derrotar al fascismo y al enemigo.»

» Nosotros -y me vais a permitir un poco de digresión en esto- desde


hace muchos años, cuando Pablo Iglesias vivía, ya hacíamos campañas
contra el apoliticismo de la Confederación. Considerábamos que esa
actitud era una actitud equívoca. Ellos en tendían lo contrario; pero
nosotros entendíamos que la Confederación debía entrar en la acción
política. Esta es la aspiración de todos, absolutamente de todos
nosotros, que los trabajadores actúen políticamente como clase en
contra de la clase burguesa. Esto lo hemos dicho siempre.

» Y llegan las elecciones, y cuando vemos en peligro las candidaturas de


izquierda, entonces no tenemos ningún escrúpulo en llamar a la
Confederación y a los anarquista s y decirles: «Venid a votar por
nosotros.» Pero cuando nos han votado y ya estamos en el parlamento,
cuando se han constituido los gobiernos, les decimos: «Vosotros ya no
podéis intervenir en la vida política; habéis cumplido con vuestro
deber.»
» ¿No habíamos quedado todos los socialistas y todos los elementos de
la Unión General de Trabajadores en que no debía haber ningún sector
en España que fuera indiferente a la acción política? Si habíamos
quedado en eso, al entrar en la acción política se entra en plenos
derechos íntegramente, no simplemente como agentes electorales
para darnos el triunfo, sino para algo más, porque si fuera para eso
sólo, yo tendría que decir a los compañeros de la Confederación que no
hicieran caso a esos llamamientos. No; eso es de mucha más
importancia de lo que algunos creen. Esta campaña que se está
haciendo contra los sindicatos, porque dicen que los sindicatos quieren
sustituir a los partidos políticos, es una de tantas engañifas como están
ocurriendo por ahí.»

« Naturalmente que ha habido por parte de algunos compañeros de la


Confederación un deseo como todo novicio en la vida pública. Se lo
digo con toda fraternidad a estos camaradas que son un poco
inocentes en política. Todavía creen que todos somos buenas personas.
Creen que en política basta el razonamiento, basta el tener razón.
¡Bah! Ya se irán convenciendo; ya se van convenciendo de que no es
así, que la política, por desgracia, tiene muchos recovecos, y que,
muchas veces, no basta tener buenos propósitos, ni mucho menos.
Llegó un momento en que querían que en el gobierno hubiera una
representación proporcional a la fuerza de cada elemento: los partidos
políticos, como tales partidos políticos, las organizaciones sindicales,
como tales organizaciones. Naturalmente, que si se hace un gobierno
con representación proporcional a las fuerzas de cada uno de los
elementos, resultarían en mayoría los sindicatos, pero no quieren
excluir, ni mucho menos, a los partidos políticos. Lo que ellos dicen es
que son las sindicales quienes deben gobernar, porque son las que
producen, son las que hacen cambios de productos, etc., etc. Esta era
su teoría, y ante esto los partidos políticos en general todos han dicho:
«Aquí hay un peligro. Estos vienen ahora a desbancarnos del poder y,
naturalmente, hay que defenderse.» Y han hecho una cruzada contra
aquéllos; pero es injusta, compañeros, completamente injusta. Y, sobre
todo, yo llamo la atención a todos los trabajadores del peligro que
significaría el que a una organización como la Confederación Nacional
del Trabajo, que ha entrado en el gobierno y ha trabajado con entera
lealtad -y yo estoy dispuesto a discutirlo con el que quiera
públicamente- se prescinda de su colaboración. Estos hombres
podrán haber tenido en el gobierno alguna exageración en el deseo,
por no tener conocimiento todavía de lo que era la política, pero de
buena fe, de buena voluntad y lealtad... ¡Ah! Por encima de muchos
elementos que hablaban siempre de lealtad, por encima de muchos...

» A tales efectos, yo recuerdo cuando los de la Confederación hicieron


una campaña contra el ministro de Marina, que hablé con ellos les dije
los inconvenientes que eso tenía y accedieron a desistir de dicha
campaña, cosa que no han hecho otros, porque habréis observado que
se boicotean disposiciones del gobierno, o si no dicen que no se
cumpla tal disposición, salen con otras cuestiones como la que me
planteaban a mí. Por ejemplo, habréis observado que hay una
disposición del Ministerio de Defensa nacional, que dice no hacer nada
de proselitismo, nada de exhibición militar, etc., etc. Callan un poco de
tiempo, después dicen: «Bueno, la aceptamos.» Como si los
ciudadanos tuviesen que decir eso; los ciudadanos tenemos que
aceptarla, desde el primer momento. No hacemos ningún favor al
gobierno con aceptarla. Pero aparecen ellos como diciendo: «Para que
veáis que somos buenos chicos, ahora recomendamos que se acate.»
No, no. Pero enseguida comienzan con una campaña, dicen, por
ejemplo, hay que tener reservas, no bastan las reservas que hay. No
atacan por el otro lado, pero atacan por el de las reservas. Y se están
pidiendo todas las quintas como vosotros sabéis. Y aunque suponiendo
que no hubiese reservas, deber patriótico de ellos era callarse, porque
lo contrario es decir al enemigo cuál es nuestra situación; es una
denuncia al enemigo, es decirle: no hay reservas, puedes hacer lo que
quieras. Otra campaña: material de guerra, industrias de guerra. Hay
que hacer esto y lo otro. Teniendo como tienen ministres en el
gobierno, eso no se puede hacer fuera de él. Esto lo puede hacer quien
no tiene representación en el gobierno, el que la tiene lo hace dentro
del gobierno, pues decir eso en los periódicos, es decirle a Franco: no
tenemos municiones, no tenemos industrias de guerra.

» Por esto digo que son más leales, en este caso, los compañeros de la
Confederación que los otros. No tienen más que eso, que son un poco
inocentes. No conocen todavía la política como la conocen los otros.
Pero ése es el hecho.

» Yo recuerdo de un caso que me ocurrió a mí, y lo digo ahora


incidentalmente, ya que lo explicaré en otra ocasión, con motivo de
una campaña que se hacía siempre. En España tenemos hombres. Pero
ellos unas veces pedían reservas y otras veces decían que teníamos
muchos hombres. Decían: Tenemos hombres, tenemos armas,
tenemos municiones, tenemos aviones, tenemos tanques; lo que hay
que hacer es aplicarlos bien, hay que dárselos a los combatientes
porque si no se les da, éstos sufrirán las consecuencias. Tuve yo que
llamar a algunos de estos elementos y enseñarles los datos que tenía,
pues llevaba al día la estadística de todas las municiones, de todos los
fusiles y de todas las ametralladoras con una cuenta corriente de
entradas y salidas. Y cuando estos hombres en los periódicos decían
que teníamos todas esas cosas y que no se aplicaban bien porque el
ministro de la Guerra no las daba, tenía yo a disposición mía en España,
veintisiete fusiles. Lo digo porque ya pasó; pero yo llamé a uno de los
agentes que tenían dentro del gobierno y le dije: «Mire usted. ¿Qué
hago yo? ¿Salgo públicamente a decir que eso es una falsedad y que no
tengo más que estos fusiles? Con esto, lo que hago es enterar al
enemigo de nuestra situación. ¿Me callo? Si me callo, la opinión pública
española dirá que los combatientes no vencen porque el ministro de la
Guerra no les da el material que tiene.»

***

« Yo hablé en algún tiempo de la unificación, por ejemplo, de las


Juventudes Socialistas. Cuando yo hablaba de la unificación de las
Juventudes Socialistas o marxistas, mejor dicho, yo me refería a las
Juventudes Socialistas, a las Juventudes Libertarias de la
Confederación, a toda la juventud revolucionaria, convenía fusionarse
orgánicamente, pero lealmente. ¡Ah! Pero desde entonces acá, no yo
sino otros que hablaban entonces también de unificación de las
Juventudes lo han interpretado en el sentido de que la verdadera
unificación de las Juventudes se hace por edades, no por ideologías. Es
decir, que ya no van a entrar solamente los socialistas, los comunistas y
los libertarios, sino los católicos, los enemigos del régimen que
nosotros queremos implantar, y con eso yo no transijo.»

***

« Por lo que respecta a la unificación del Partido Socialista y el Partido


Comunista, yo no he retrocedido nada. Únicamente lo que pido es que
aquellos que en algún tiempo querían hacer esta fusión se mantengan
en el terreno de hacer una fusión de los dos partidos con un programa
revolucionario.

» Yo recuerdo bien, cuando hablábamos de esto, que el Partido


Comunista nos ponía como condición -porque así se había acordado en
Moscú- que rompiéramos con todos los partidos burgueses. ¿Es que lo
mantienen ahora? ¿Es que mantienen ahora que rompamos con lucios
los partidos burgueses como lo hacían antes? No, al contrario; la
consigna que tienen es que volvamos otra vez a antes del 18 ele julio.»

***

« Con la Confederación es más difícil la fusión. No debemos engañar a


la gen te ni a los compañeros hablándoles de fusión de la
Confederación y de la Unión General. Quién sabe si con el tiempo...
Pero, por ahora, no.»

« Si la Confederación ha entrado en la vida política, yo -perdonadme un


rasgo de vanidad- es de las cosas que en mi historia política
consideraré como un galardón el haber contribuido a que estos
compañeros entren ele lleno en la vida política de nuestro país, y que
históricamente, yo me hago responsable ele todo lo que puede haber
en eso. Con estos compañeros que hayan reconocido nuestra
honradez, nuestro buen propósito, nuestras ansias de traer un nuevo
régimen mejor que en el que vivimos, en aquello en que podamos estar
de acuerdo, debemos ir juntos, debemos cooperar juntos, porque yo
tengo la confianza de que con el tiempo estos compañeros
reconocerán que esos ideales que ellos tienen -un poco, a juicio mío,
no diré fantásticos, pero algo inocentes- de crear una sociedad en que
todos seamos buenos y honrados, como decía la Constitución del 12, se
convencerán, que la Humanidad es ésa, y para llegar a eso -que llegará-
hay que recorrer muchas etapas de socialismo, de comunismo, y luego
irán, incluso, al anarquismo. Cuando se habla de anarquismo parece -ya
lo decían los burgueses y así lo recogen los enemigos políticos- que
significa el caos, que nadie se entiende. No, no es eso: el anarquismo es
un ideal de quienes quieren implantar un régimen utópico hoy, porque
quieren la perfección de la Humanidad y eso es imposible. Pero,
¿hemos por eso nosotros, de estar enfrente de ellos? Y, además,
cuando ellos lleguen a convencerse de las imperfecciones de los
humanos, ¿no han de reconocer que tenemos que ir todos de común
acuerdo para ir saltando obstáculos y llegar a lo que ellos mismos
desean? ¿Quién se va a oponer a eso? Nadie. Por eso me parece que si
con la Confederación no podemos hacer la fusión, lo que podremos
hacer es tener unos lazos de unión, de comprensión, de relaciones, que
no nos ataquemos los unos a los otros, que respetemos nuestras
organizaciones, que vayamos convenciéndonos todos de que debemos
ser todos uno, y creo que esto se puede hacer.

» ¿Es que esto no es conveniente para la clase obrera? ¿Es que por eso
soy anarquista, como dicen algunos elementos? Además, a mí eso no
me deshonraría; lo que me deshonraría es que habiendo sido socialista
marxista, me hiciese católico. Lo que me deshonraría es que habiendo
estado en este partido y teniendo una vida pública modesta, un día
apareciese, por ejemplo, que había ingresado en un partido
republicano burgués, por coger unos cuantos puestos o unas cuantas
«propinas» que pudieran dar en un ministerio. Eso sí que me
deshonraría. Pero, si yo un día me convenciese de que teóricamente el
anarquismo era posible, y yo por estudios y evoluciones de las ideas
comprendiese que era fácil, lo diría públicamente y no me deshonraría
por eso. ¡Estaría bueno que se pudiera considerar como una deshonra
llamar a nadie anarquista! Eso son los residuos de las teorías
burguesas, porque como ha habido en España, y en todas partes, lo
que se llamaba anarquistas de acción, que se les llamaba criminales
entonces, creen ahora que todos los anarquistas hacen lo mismo. Son
épocas que pasaron y que, por desgracia, no sé si tendrán que volver.»
(72)

***

Vamos a dar cuenta ahora de los hechos que siguieron Pardiñas relacionados
con el proceso de la escisión.

El 21 de octubre, bajo la presidencia de Largo Caballero y Díaz Alor, se reunió


la Comisión ejecutiva de la UGT. Se acordó convocar a las Federaciones a una
reunión extraordinaria del Comité nacional que había de tratar de la
conveniencia de celebrar un Congreso nacional extraordinario con miras a
solucionar el problema interno de aquella organización. Podrían acudir al
Congreso todas aquellas secciones que estuviesen en regla
administrativamente con la UGT. Pero el 30 de noviembre varios elementos de
la Federación Provincial valenciana (escisionista), procedieron a la incautación
del diario La Correspondencia de Valencia.

El 12 de diciembre, Solidaridad Obrera de Barcelona daba la siguiente noticia:

« LA UGT UNIFICADA. Todo indica, por informes directos llegados a


nosotros, que reputamos fidedignos, que el pleito suscitado
internamente en la UGT de España está a punto de ser liquidado con
criterio de unidad proletaria y antifascista, con el acuerdo de
reconstituir rápidamente la homogeneidad de clase de la organización
nacional hermana, La reunión convocada en París por el Comité
ejecutivo de la Federación Sindical Internacional, al cumplir sus
objetivos, puede ser calificada de fructífera en todos los órdenes. No
dudamos que la acumulación, total o parcial, de causas que motivaron
la polémica y el colapso interno de la Unión General, provocará en el
proletariado de nuestro país, y en la totalidad de la clase obrera
europea, una reacción saludable.»

La Correspondencia de Valencia, controlada por la escisión, repetía el


25 del mismo mes:

« Con ritmo acelerado, pensando en que cada día que permanecemos


desunidos se derrama mucha sangre en los frentes, la Federación
Sindical Internacional contará con la más firme colaboración de la
Ejecutiva de la UGT para resolver el problema que se ha dado en llamar
interno de nuestra sindical, pero que afecta a todo el proletariado y a
todos los antifascistas. Ese será, en fin de cuentas, el mejor homenaje
que podremos ofrecer, en estos días del aniversario de su muerte, al
fundador del Partido Socialista y de la UGT.»

A todo esto, los trabajos de unificación emprendidos por la FSI eran


entorpecidos obstinadamente por las campañas de la prensa comunista. Hasta
enero de 1938 no se realizaron contactos serios entre las Ejecutivas en litigio.
Tuvieron lugar en presencia del líder sindical francés León Jouhaux, venido
especialmente a España para arbitrar la solución del conflicto.

El 2 de enero se reunió en Valencia un Pleno ampliado bajo la presidencia de


aquél. Asistieron los miembros de ambas Ejecutivas, inclusive Largo Caballero
y González Peña. En el curso de los debates se nombró una ponencia de la que
formaron parte Amaro del Rosal, Ricardo Zabalza y Rodríguez Vega, bajo la
presidencia de Jouhaux. Este propuso una fórmula de solución que consistía en
ampliar la Ejecutiva disidente con cuatro miembros de los representantes
oficiales. El Pleno aprobó esta solución. Al día siguiente se reunió la Ejecutiva
oficial para dar el visto bueno a la fórmula aprobada por el Pleno. En
consecuencia, la Comisión ejecutiva quedó compuesta definitivamente en la
forma siguiente:
Presidente, González Peña, Vicepresidente, Edmundo Domínguez, Secretario
general, Rodríguez Vega, Vicesecretario, Amaro del Rosal, Tesorero, Felipe
Pretel, Vocales: Pascual Tomás, Antonio Pérez, Carlos Hernández Zancajo,
Daniel Anguiano, Antonio Giménez, Ricardo Zabalza, Claudina García, César
Lombardía, Ezequiel Ureña y Díaz Alor.

Es fácil comprobar lo que significaba esta solución. Los principales cargos de la


Ejecutiva quedaban en manos de la fracción disidente. Los caballeristas
Pascual Tomás, Carlos Hernández Zancajo, Ricardo Zabalza y Díaz Alor
figuraban en ella como simples vocales. La ausencia de Largo Caballero en la
nueva Ejecutiva fue la nota más elocuente del carácter de esta solución.

Los elementos comunizantes habían ganado la partida.


Notas:

1. Diario de nuestra guerra, Tierra y Libertad, Barcelona, 1937. El autor murió después de la
guerra civil al pisar tierra mexicana, evacuado. <<<

2. Declaraciones de Mr. Hull en el Washington Post. <<<

3. Hoja diaria editada por el Comité de Defensa del Centro (CNT) con destino a los milicianos
confederales. <<<

4. El alcalde de Madrid. <<<

5. Sin duda se trata de los ministros de la CNT. Federica Montseny declararía más tarde que
se había comprometido a regresar a Madrid tan pronto instalara su ministerio en Valencia:
« Yo también fui arrestada y me dejaron porque les dije que regresaría al día siguiente a
Madrid.» <<<

6. Madrid rojo y negro, Buenos Aires, 1939. <<<

7. Solidaridad Obrera de Barcelona, 27 de febrero de 1937. <<<

8. Se refiere a la anterior ofensiva facciosa por el sector del Jarama en la que se emplearon
por primera vez formaciones de «moros rubios» (alemanes) como f erza de choque. <<<

9. Solidaridad Obrera, 23 de marzo de 1937. <<<

10. Referencia a la Federación Internacional y a la Internacional Socialista. <<<

11. «Horas de serenidad y de realidades », en Solidaridad Obrera. <<<

12. Las Juventudes marxistas (JSU) en el Congreso de Valencia (marzo de 1937) fijaron una
línea política de fusión con todos los jóvenes que luchaban contra Franco, incluidos los
católicos. <<<

13. Solidaridad Obrera, 16 de diciembre de 1936. <<<

14. La Pravda de Moscú del 22 de marzo de 1937. <<<

15. Adelante, órgano de la Federación Socialista Valenciana, 29 de marzo de 1937. <<<

16. De la prensa del 21 de enero de 1937. <<<

17. «Yo exijo pruebas. Contestando a unas imputaciones calumniosas ». Solidaridad Obrera,
16 de abril de 1937. <<<

18. Otra cheka. <<<


19. Este relato de Samblancat fue escrito expresamente para La CNT en la revolución
española. <<<

20. Boletín de Información CNT-FAI, Barcelona, 20 de enero de 1937. <<<

21. De la prensa del 1 de septiembre de 1937. <<<

22. «Esta labor de unificación, es decir, de absorción del proletariado socialista por el
comunismo, comenzó por las Juventudes. Había que unificar -un humorista decía
«ursificar»- las juventudes socialista y comunista. Las operaciones preparatorias se hicieron
en el domicilio de Álvarez del Yayo. Yo vivía en Madrid en un piso encima del suyo y fui
testigo de las visitas diarias que le hacían los jóvenes dirigentes socialistas para
entrevistarse allí en su casa con el agente del Komintern entonces destacado en España, un
tal Codovila que usaba el nombre falso de Medina y que hablaba español con un fuerte
acento suramericano. Allí recibieron los jóvenes socialistas las primeras lecciones de
catequesis comunista; allí se les organizó un viaje a la Meca moscovita allí se pactó la
entrega de la juventud socialista, la nueva generación obrera de España, al comunismo. Esto
era en los primeros meses de 1936. » (Araquistain: El comunismo y la guerra de España.)
<<<

23. Se refiere a los ofrecimientos de los traficantes internacionales. <<<

24. De Companys a Prieto. Documentos sobre las industrias de guerra de Cataluña. Servicio
de Propaganda Española, Buenos Aires, 1939. <<<

25. En febrero de 1936, al constituirse la nueva Cámara, Miguel Maura reveló ante ésta una
estadística de la Dirección general de Seguridad sobre los efectivos de los partidos y
organizaciones españoles. Según ella, los socialistas figurarían con 1447 000 afiliados;
anarcosindicalistas, 1 577 000; comunistas, 133 000; fuerzas de derecha, 549 000;
falangistas, 50 000; militares retirados, de 25 000 a 30 000; curas y frailes, SO 000. Por lo
que se refiere a los comunistas, el general Krivitski sostiene en sus revelaciones que el 19 de
julio aquéllos sólo contaban con 3000 adherentes. <<<

26. Sin duda el comisario político y agente a la vez de la OG PU. <<<

27. El Uruguay, transatlántico español anclado en el puerto de.; Barcelona, hacía las veces
de cárcel flotante. Se celebró allí el Consejo de Guerra que condenó a muerte al cabecilla de
la sublevación militar, general Goded. Corno contraste señalaremos que en el mismo muelle
estuvo anclado, en febrero de 1932, el vapor Buenos Aires que condujo a la deportación a
los anarquistas detenidos a consecuencia del levantamiento revolucionario del Alto
Llobregat. <<<

28. Alusión a las unidades navales de la No lntervención. <<<


29. Según W. Solano, Víctor Colomé había sido uno de los fundadores del Bloque Obrero y
Campesino (luego POUM). Por discrepancias fundamentales con la política del POUM fue
expulsado de este partido en enero de 1936. <<<

30. De Solidaridad Obrera del 7 de marzo de 1937. Como se habrá podido comprender se
trataba no de tanques de guerra si no de canos blindados. <<<

31. Publicado en Ruta (órgano de las Juventudes Libertarias ele Cataluña). El 18 de marzo de
1937. <<<

32. El acorazado faccioso España (antes Alfonso XIII) fue hundido por aquellos días en el
Cantábrico por la aviación leal. (Julián Zugazagoitia afirma en su libro Historia de la guerra
de España que el acorazado España había sido hundido por la flota británica.) <<<

33. Esta alocución iba destinada a la fuerza uniformada gubernamental. <<<

34. El nuevo gobierno de la Generalidad fue frustrado por la muerte de Sesé. Debió estar
compuesto por éste (UGT, comunista), Valerio Mas (CNT), J. Pons (Rabassaires) y Martín
Faced (Esquerra). <<<

35. Aquel mismo día había sido nombrado un juez especial para la discriminación de las
responsabilidades por los sucesos ocurridos. <<<

36. En algunas capitales de provincia de Cataluña, donde la organización confederal no


estaba cimentada, la CNT había enviado después del 19 de julio a algunos militantes a los
fines de orientación revolucionaria. Sea porque escaseaban los elementos expertos o por no
habido acierto en escoger los que se disponía, la conducta de estos refuerzos no fue a veces
ejemplar. Con mayor motivo hicieron lo propio los otros partidos, mucho más carentes de
militantes y moralmente menos preparados. A la hora de la represión, quienes llevaron la
ventaja (es decir, las «fuerzas del orden») se dedicaron a intoxicar al pueblo (es decir, a las «
fuerzas cívicas ») contra los vencidos (es decir, contra los solos y únicos «malhechores»),
resultando repugnantes y cobardes asesinatos que no harían ruborizar al púdico aparato de
la Justicia que inauguraría el señor Irujo. <<<

37. Ricciotti Garibaldi. Se trata de un descendiente del ilustre patriota italiano que en 1926
obró de agente provocador (a sueldo del fascismo italiano) en el famoso complot de Prats-
de-Mollo, en donde anduvieron complicados el líder catalanista Francisco Maciá y los
anarquistas catalanes, en una operación, a través de la frontera catalana, contra la
dictadura de Primo de Rivera. <<<

38. El llamado Polo ha sido uno de los sanguinarios esbirros de la policía franquista en la
feroz represión que abrió la cesación de la guerra civil. Había sido policía de la Generalidad a
las órdenes del también esbirro Badía. En el régimen franquista fue comisario general de las
brigadillas especiales para la represión de las actividades resistentes de la CNT. <<<
39. Los principales fragmentos del libro de Krivitski fueron publicados por primera vez en
abril de 1939 en la revista norteamericana The Staurday Evening Post de Filadelfia. <<<

40. Agent de Staline, p. 118. <<<

41. Op. cit., p. 119. <<<

42. Op. cit., p. 121-122. <<<

43. Op. cit., p. 128. <<<

44. Op. cit., p. 129. <<<

45. Op. cit., p. 130. <<<

46. Op. cit., p. 133 <<<

47. «Como Luis de Araquistain, exembajador de la República española en Francia, lo


demuestra de un modo decisivo, el noventa por ciento de los puestos más importantes del
Ministerio de la Guerra republicano habían sido finalmente ocupados por los lacayos de
Stalin. » (Agent de Staline, p. 120). <<<

48. «Agent de Staline», p.134-139. No hemos podido resistir la copia de varios extractos de
este importante documento. <<<

49. Solidaridad Obrera, 15 de mayo de 1937. <<<

50. Oficiosamente la FAI intervenía en el gobierno de Largo Caballero a través de Federica


Montseny y J. García Oliver; Juan Peiró y Juan López representaban a la CNT. <<<

51. « Personalmente yo me oponía a la cooperación gubernamental y, en honor a la verdad,


Santillán también, mientras que García Oliver y Jover aceptaban la incorporación del
Movimiento a las responsabilidades de Estado. Una vez incorporada, la CNT fue obligada a
suprimir los Comités revolucionarios de Defensa de la revolución. Después de tantos años y
aún en pleno drama, es difícil explicarnos serenamente cuál fue la causa que empujó a la
CNT a semejante aventura. De esta dramática experiencia yo he salido más convencida que
nunca de mis convicciones anarquistas. De haber sido una mujer ambiciosa de gloria y de
poder habría terminado mal como es el caso de algunos de mis amigos. Otros compañeros,
como yo, no han olvidado las fuentes éticas del anarquismo que nos han alimentado. Jamás,
jamás, la crítica de la política y el Estado ha tenido tanto valor como hoy, pues que nosotros
hemos hecho la experiencia, bien funesta ciertamente...» «En una palabra: no hicimos nada
bueno, todo lo contrario: contribuimos a destruir todo. Un triste balance fue nuestra
cooperación en los cargos del Estado. Compañeros: yo os pido no volver a empezar parecida
aventura... » (Declaraciones de Federica Montseny ante el Congreso de la AIT celebrado en
Toulouse a partir del 12 de mayo de 1951. Véase Actas y acuerdos del Séptimo Congreso de
la AIT, Toulouse, sin fecha.) <<<

52. «A fines de 1937 figuraban en nuestras filas 154 000 inscritos. Eran menos, es verdad,
antes de la guerra, pero su influencia alcanzaba a millares de trabajadores industriales y
campesinos.» (Santillán: Por qué perdimos la guerra, p. 297-298.) <<<

53. Memoria del Pleno peninsular de la FAI, Valencia, 1937, 32 p. <<<

54. Solidaridad Obrera, 10 de agosto de 1937. <<<

55. Solidaridad Obrera, 12 de octubre de 1937. <<<

56. El supuesto asesinato de María Durán, Gallurralde y Liquiniano fue infundado. Se


omiten, sin embargo, eminentes víctimas como los doctores hermanos Alcrudo, de
Zaragoza, y el profesor del Instituto de Huesca, Ramón Acín. <<<

57. Se trata de un manicomio. <<<

58. Entre estos doce cadáveres de las Juventudes Libertarias de Cataluña no se pudo
identificar el de Alfredo Martínez, secretario de Defensa de dichas Juventudes, que jamás se
pudo recuperar. <<<

59. Recuérdese que la UGT catalana era la sucursal del PSUC, secc10n ésta de la
Internacional Comunista, que no tenía que ver con el Partido Socialista clásico: « ¡Si
tendremos nosotros fundamentos para sospechar lo que se quiere hacer con la Unión
General de Trabajadores cuando se intenta hacer con ella lo que se ha hecho con la
Organización de Cataluña ! Sabéis que en Cataluña hay Jo que llaman un Partido Socialista
Unificado, que no es Partido Socialista Unificado, sino que en realidad es el Partido
Comunista catalán, porque la realidad es que desde el primer momento ingresó en la
Tercera Internacional...» (Véase capítulo XXV: discurso de Largo Caballero en el Cine
Pardiñas.) <<<

60. En el asalto al diario caballerista Adelante intervinieron los guardias de Asalto por orden
expresa del ministro de la Gobernación, el socialista Zugazagoitia. <<<

61. Castilla Libre, de Madrid, 4 de agosto de 1937. <<<

62. Alusión canallesca a la primera columna de milicianos, conducida por Durruti, que salió
de Barcelona al encuentro de las fuerzas militares sublevadas en la capital de Aragón. <<<

63. Habrá que recordar que fueron los comunistas quienes dieron a Largo Caballero el
halagüeño título de «Lenin español». <<<

64. Joaquín Ascaso fue puesto en libertad al cabo de un mes aproximadamente. <<<
65. Frente Rojo, diario comunista de Valencia. <<<

66. Alusión al Partido Comunista. <<<

67. El comunismo y la guerra de España. <<<

68. La explicación sobre estas expulsiones la daba La Correspondencia de Valencia de 1º de


octubre, según los estatutos de la UGT, artículo 9: «Serán dados de baja los organismos que
adeuden dos trimestres de cotización» <<<

69. Se refiere a la defección de Felipe Pretel, tesorero de la Ejecutiva oficial, quien se pasó a
la escisión con los fondos. <<<

70. La persona representativa a que se alude era nada menos que el embajador de la URSS
en España, Marcelino Rosenberg, y el « agente suyo », Álvarez del Vayo, ministro de Estado
y prominente personalidad socialista. <<<

71. Nueva alusión a Álvarez del Vayo en tanto que comisario general del Ejército popular.
<<<

72. Largo Caballero denuncia la traición del Partido Comunista español. Servicio de
Propaganda Española, Buenos Aires, 1937, 64 p. <<<

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