Materia Formacion Ciudadana
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Derechos de la ciudadanía
Se puede afirmar que, entre los distintos criterios sobre cuáles son los elementos
que integran el concepto de ciudadanía, se distingue un componente jurídico-
político, un componente socio-cultural y un componente institucional. El
componente jurídico-político se refiere al reconocimiento, por parte del Estado, de
derechos y responsabilidades hacia el individuo como miembro de una comunidad
política. O sea, deriva de la condición legal o jurídica de la persona dentro de la
comunidad.
El aspecto socio-cultural se refiere a la identidad, conciencia y sentido de
pertenencia a una comunidad política y a las prácticas individuales y colectivas
para ejercer derechos y cumplir las responsabilidades ciudadanas. El aspecto
institucional tiene como finalidad proteger los derechos y regular las
responsabilidades que se encuentran reconocidas en las constituciones políticas
nacionales y en los tratados de la órbita de Naciones Unidas. Por último, los
derechos sociales garantizan las condiciones mínimas de supervivencia y dignidad
para todos los miembros en condiciones de igualdad.
El autor en mención expresó6 que el estatus de ciudadanía es asignado a todos
aquellos miembros plenos de una comunidad. Todos los que posean tal estatus
son iguales respecto a derechos y deberes. En cuanto a clase social, expresaba,
es un sistema de desigualdad y también, como ciudadanía, puede basarse en un
conjunto de ideales, creencias y valores. Una de las debilidades anotadas a este
pensamiento es que pone al mismo nivel, en un solo concepto, derechos civiles y
políticos, los cuales, desde el punto de vista liberal, son universales. A finales del
siglo XIX, el concepto de ciudadanía se enmarca en una «cuestión social», se
vinculó, de manera más directa, con la necesidad de reivindicar de modo más
formal a los derechos sociales y la noción del trabajo para la construcción de un
Estado de bienestar social.9 Sin embargo, en la idea de ciudadanía se pone
énfasis en la importancia de los derechos, sin considerar las obligaciones. Esto ha
dado lugar a fuertes críticas, como posturas ideológicas, debido a la necesidad de
que un concepto adecuado de ciudadanía debe incluir tanto derechos como
responsabilidades en un marcado equilibrio.
Surge entonces la duda de si es posible gozar plenamente de derechos civiles y
políticos cuando no hay acceso a las condiciones de satisfacción de las
necesidades básicas. Importa un enfrentamiento del Estado y la sociedad civil,
cuyas asociaciones ejercen su libertad, autonomía y expresan sus intereses.
Sólo así se puede pretender instituir una ciudadanía universal que supere la
diferenciación entre derechos del hombre y derechos del ciudadano, y reconozca
a todos los hombres y mujeres del mundo, en cuanto personas con idénticos
derechos fundamentales.
La ciudadanía comprende, como se ha expuesto, derechos que pueden
considerarse, desde el punto de vista neoliberal, únicamente como derechos para
entrar en el mercado. Realiza el mismo planteamiento respecto al concepto de
educación sobre derechos humanos como base de la ciudadanía, desde una
visión de derecho universal y europeo, por encima de lo nacional. Asimismo,
afirma que la enseñanza de los derechos humanos es el punto de partida de todos
los esfuerzos para obtener ciudadanía a través de la educación y que el «ser
persona y el ser ciudadano» van unidos. En una detallada referencia a las
principales constituciones europeas y pactos universales de derechos humanos,
del modo como en ellos están consagrados los alcances de ser ciudadano,
concluye en la importancia de educar desde la más temprana edad sobre los
derechos humanos, como fundamento de las actuales democracias.
CONCLUSIÓN
Asimismo, se evidencia la necesidad de que se enriquezca dentro de la educación
ciudadana el rubro correspondiente a la inclusión social. Así, todos los menores de
edad podrán acceder a una educación que les permitirá transformarse en
ciudadanos completos cuando lleguen a la mayoría de edad. Pero es importante
reflexionar sobre el hecho de que la desigualdad no se vincula únicamente con el
ingreso y la situación económica. Se propone, por tanto, que antes de iniciar la
educación en las primeras etapas de formación y educación, se deben afrontar
primero la inclusión social y revertir la desafección ciudadana.
Asimismo, se repite que, mientras exista desigualdad económica, existirá
desigualdad política que incidirá en la formación de una ciudadanía que responda
más a factores económicos. Superando esto, se podrá, consecuentemente,
avanzar en la educación de infantes para que posteriormente ejerzan una
ciudadanía completa y esto lleve a mejorar la calidad de la democracia.
Finalmente, es importante que cada ciudadano emplee los elementos con los
cuales se limiten los factores que impiden o retrasan la construcción de
ciudadanía.
FUENTES BIBLIOGRAFICAS
https://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S1726-569X2013000200002&script=sci_arttext&tlng=en
https://www.redalyc.org/pdf/132/13211609.pdf
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https://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S1665-
109X2011000100005&script=sci_abstract&tlng=pt