La Razón de Mi Actuación-Anibal Grunn
La Razón de Mi Actuación-Anibal Grunn
La Razón de Mi Actuación-Anibal Grunn
1
Aníbal Grunn, una vida que comienza
3
En un pequeño pueblo de la pampa seca
4
habíamos venido. Los verdaderos clientes eran los
campesinos de las cercanías, quienes llegaban con sus
carros a caballo.
5
sirviéndonos para beber, para cocinar y por supuesto para
bañarnos.
6
puerta central con espejo. Recuerdo que un día, mi abuela,
que era muy bajita, estaba ordenando algo y se montó en el
ropero por el centro. Pero el peso de su cuerpo hizo que
el mueble perdiera el equilibrio y se cayó de frente,
dejando atrapada a mi abuela, dentro de él. Ella pegaba
gritos y nadie la oía. Nosotros estábamos en la escuela,
la muchacha de servicio, en la cocina en sus quehaceres,
pero con el radio encendido y mis padres en el negocio.
Hasta que mi padre entró en el cuarto de depósito y pudo
oír los gritos y así rescatarla. Mi abuela estaba muerta
de la risa. No le había pasado nada, solo el susto y la
espera.
7
fueron poco a poco siendo reemplazados por los de 45
revoluciones por minuto y luego los “long play” de 33 rpm,
cada vez de menos velocidad y mayor cantidad de música,
grabados por ambos lados, doce temas del mismo cantante.
Cómo olvidar a Nat King Cole, al Trío Los Panchos, Los
Cinco Latinos y José Luis, un español que cantaba
acompañado de su guitarra. Aparecieron los tocadiscos
portátiles, de baterías. Los radios de transistores,
radios pequeños, radios con audífonos que nos permitían
escuchar sin molestar a nadie.
8
sin frisar, con una amplia pista de baile, un escenario de
cemento inmenso, en el que de vez en cuando se presentaban
compañías de teatro, las mismas que escuchábamos por radio
en la tarde. El mayor milagro se produjo el día que nos
pidieron el juego de jardín de hierro forjado, pintado de
blanco, con cojines forrados de tela plástica de colores,
para utilizarlo en una de esas obras. Gracias a eso nos
invitaron y fuimos. Quedé absolutamente impactado, nunca
había visto nada igual: una obra de teatro y con los
artistas que escuchaba por la radio. Mayor sorpresa cuando
al otro día vinieron a casa, dos de ellos, a agradecerles
a mis padres el favor de haberles prestado los muebles. Y
además mi madre les ofreció un café que ellos aceptaron.
Yo supe de eso cuando regresé del colegio. Me lo había
perdido. Pero escuché fascinado a la muchacha de servicio
contándome cada detalle.
9
Una infancia feliz
10
grados inferiores, por lo tanto, mi maestra. Recuerdo que
yo estaba empezando a escribir con tinta. Unas plumas de
metal que se colocaban en un trozo de madera en forma de
pequeño lápiz. Las plumas cucharita, así se llamaban, se
mojaban en la tinta azul. El pupitre para dos, pegado al
asiento, con una tapa que se levantaba y donde podíamos
guardar los cuadernos. La mesa inclinada y encima, en un
rincón, el tintero de porcelana que alguna vez fue blanco,
pero que de tanto uso había perdido su color inmaculado.
11
murió y enviaron dos maestras de la ciudad, que vivían de
lunes a viernes en la misma escuela. Se hicieron muy
amigas de mis padres y como la misma quedaba tan lejos del
pueblo, tuvieron que aprender a usar un rifle, por si
acaso. Mi papá se ocupó de enseñarles a disparar.
12
cura pidió los exámenes, lo entregué. Dos días después
gran escándalo, citaciones, entrevistas con el cura-
director y mi posición frente a mi madre, clara, muy
clara.
13
No entendí nada, pero acepté. Él y su esposa se
dedicaron a darme clases de voz y dicción. Yo iba todas
las noches a su casa. Me gustaba eso, aprendía cada día
cosas nuevas, me relacionaba con los artistas de la
ciudad. La obra no se hizo, pero él dirigía un programa de
radio, donde todas las semanas se leía un texto teatral.
Teatro leído. Y comencé con ellos. No tenía ni idea de lo
que hacía. Lo hacía por placer, solamente, porque me
gustaba y me divertía. Hoy todo eso forma parte de mi
profesión. Me llenó de cultura, pude leer los grandes
textos de la literatura dramática universal. Han pasado
tantos años de aquellos comienzos, cuando me escapaba de
mi casa para ir a ensayar. Tanta agua ha corrido bajo ese
puente, que no lo puedo creer.
14
Los descubrimientos de la adolescencia
15
el que uno lucha hasta quedar desmayado, sin fuerzas, sin
lágrimas para seguir llorando. Por ese amor hui de mi
casa, por ese amor me hice adulto de un solo golpe, por
ese amor supe lo que costaba la libertad. Y luego, un buen
día, te arrebatan ese amor, te lo llevan lejos y tú
vuelves a quedar vacío, lleno de huecos, de heridas que
aunque cicatricen, dejarán sus huellas para siempre. El
primer amor, es verdad, nunca se olvida. Dure lo que dure.
Es el primero y es para siempre. Aún hoy, ya viejo,
escribo esto y lo recuerdo y vuelvo a temblar como la
primera vez. Lo siento como si fuera en este momento que
me volviese a enamorar. Un amor por el que me enfrenté al
mundo, a mi vida, a mí mismo. Y qué curioso, luego de casi
cincuenta años, un día, por obra de ese destino que juega
con los hombres como si fuésemos muñecos de un gigante
titiritero, me volví a topar con ese primer amor, ya
estábamos viejos y muy cambiados. La vida es terrible, los
años no pasan en vano.
16
formándome. Un proceso que no se detuvo jamás.
17
Siempre aparece un ángel en tu vida que te da luz. Y
además, si estás convencido de algo, nada ni nadie te
puede hacer cambiar de idea. Perseverancia, estudio,
disciplina, dedicación, entrega, verdad, palabras que
fueron marcando hitos a lo largo de mi vida y de mi
carrera.
Al fin, mi primer estreno profesional. Un entremés de
Cervantes. Se llama: “Los habladores”, y como dato
curioso, mi personaje, Corchete, no hablaba ni una
palabra. Entraba al final de la escena, se paraba en un
rincón y ya. Ensayé mucho, me hice mi propio vestuario,
cosido a mano. Llegaba antes que los demás a los ensayos,
a las funciones. Me maquillaba y me vestía temprano.
Cuando veo las fotos, no puedo dejar de reír.
18
abandonada, que al frente tenía espacio para un negocio.
Esa sería nuestra sala de teatro. Entre todos limpiamos,
acomodamos y acondicionamos el lugar. Un patio, donde
estaba el único baño. Un larguísimo corredor al que daban:
la cocina, una pequeña habitación que usamos de depósito
técnico, otro cuarto que transformamos en una especie de
cafetín, un camerino que se comunicaba con el escenario y
la sala.
19
dinero que pagar. Nos llevaban el diez por ciento de la
taquilla. Pero descubrimos que si hacíamos nuestros
propios textos, ese diez por ciento, quedaba en casa. Y
empezamos a escribir.
20
Primeros pasos en el teatro profesional
21
voluntarios. Todo cada vez más difícil.
22
los boletos (entradas) y nosotros los vendíamos en
fábricas, negocios y empresas. Así comenzó nuestra gira
internacional. En Bogotá estuvimos más de un mes. Nos
alojábamos en casa de compañeros artistas. Comíamos muy
mal, con muy poco dinero y cosas a las cuales no estábamos
acostumbrados: frijoles, arroz, yuca, plátanos y tantas
cosas distintas.
23
testimonio de eso. Un pequeño cuaderno que no sé dónde se
perdió en medio de tantas mudanzas que luego conformaron
mi largo trajinar por tierras venezolanas. Y fue en
Medellín que estrenamos “Zarpazo”, la obra colombiana. Ahí
tuve uno de los momentos más fuertes de mi vida. Yo era el
protagonista, un estudiante que es muerto por las fuerzas
del orden público, durante una manifestación en la
Universidad de Antioquia.
-¡Hijo!
24
tiro en la frente, delante de todos sus compañeros.
25
Venezuela
27
Al fin comenzaron las audiciones y fui. Un grupo muy
grande de actores y actrices jóvenes se encontraban
presentes. Todos en el escenario, un círculo inmenso de
sillas. Repartieron los libretos. El director comenzó las
pruebas. Leímos la obra. A mí me tocó el más pequeño de
todos los papeles, un fotógrafo que decía una o dos
líneas. Pero yo lo leí con ganas, como si fuera un
monólogo. Al finalizar salimos, esperamos en el lobby del
teatro y luego el director en persona citó a quienes
necesitaba ver al día siguiente. Entre esos, estaba yo. No
lo podía creer.
Y me dice:
28
Se inició la lectura y yo casi no podía hablar. Me
costaba mucho hacer que las palabras salieran de mi boca.
El ensayo se me hizo eterno. El director corrigió todo el
tiempo, hizo muchas acotaciones. Al finalizar, nos volvió
a citar para el día siguiente a la misma hora.
29
Esto último no era tan cierto. Tenía aún mis amigas de
la infancia y las nuevas amistades venezolanas. Pero nadie
conocía mis temores, mis miedos por estar indocumentado,
que me atraparan, que me deportaran. No era la forma en
que había imaginado el regreso.
30
El primer exilio
31
Me incorporaron a un proyecto de teatro con actores
famosos de televisión, y también me ofrecieron
protagonizar una obra de Goldoni, pero no pude porque
coincidían las fechas. Todo iba viento en popa, pero yo
seguía indocumentado. Mentía, daba números de cédula
falsos, cruzaba de acera cuando veía a un policía o a un
guardia nacional. No podía salir de Caracas y cuando me
pagaban con cheques, pedía que me los hicieran al portador
para que mis amigos fueran quienes pudieran cobrarlos.
32
colocado un espejo y me estaba acomodando las colitas. En
ese momento recuerdo que tenía unos invitados a la función
y me asomo por un costado a ver si habían llegado. Pero en
lugar de eso, veo en la cuarta fila a un señor, joven, de
unos treinta años, delgado, quitándose la camisa.
Asombrado por esto, pienso:
-¡Está desnudo!
33
camerinos a intentar calmarla. Llega el director, nos dice
que la situación está controlada, que la función
continuará como si nada. Que borremos de nuestra memoria
lo que pasó. Que él habló con el público y le explicó.
34
Los días continuaban. A mi amiga argentina le pidieron
el local, había que desalojar. Buscar donde mudarnos. Otra
amiga, la actriz y su pareja tenían un apartamento en un
viejo edificio, que había sido invadido, pues estaba
declarado no-habitable, ya que en el famoso terremoto del
sesenta y pico sus bases habían sufrido quebraduras. Allí
me mudé. Les cuidaba el apartamento y cuando ellos iban a
pasar su rato yo salía a caminar o a otras actividades.
35
Yo temblaba, me vi deportado, preso, con esposas en las
muñecas, llegando a la Argentina como un inmigrante
ilegal.
-Eso es verdad.
36
inventar, a ver qué hacía.
37
dediqué de lleno a la enseñanza y a la dirección.
38
Años de universidad
39
universidad dijo sí. Poco a poco se fue acondicionando. Se
le hizo un pequeño escenario, con latas de leche
construimos nuestro equipo de luces, la consola con dimers
caseros y todo el mundo a trabajar. Unos querían actuar, a
otros les gustaba la producción o la asistencia de
dirección.
40
y alumnos. Un texto que siempre había querido dirigir:
“Prohibido suicidarse en primavera”, de Alejandro Casona.
Fue todo un éxito.
41
haciéndome el fuerte. Al llegar tuve que ir a la Policía
Federal y entregar el pasaporte para su renovación. Me
dijeron que en veinte días hábiles me lo devolverían. Me
quedé tranquilo, pues iba a estar más de un mes.
42
al antipático funcionario que me había atendido y le
pregunté:
43
También en esa época el amor había vuelto a aparecer en
mi vida. Y como siempre que aparecía, era tormentoso,
arrollador, humano, lleno de fuerza, de vida y de entrega
total.
De más está decir que fue muy bien recibida, tanto que
de ahí en adelante, nos tocó viajar por todo el país. En
Caracas nos presentamos en el Teatro Nacional y en el aún
no inaugurado Teresa Carreño: en la sala José Félix Rivas.
Fue tanto el éxito que viajamos a Puerto Rico y la hicimos
con una coral y una orquesta de allá. La Universidad puso
los actores, el iluminador y a mí. Una coproducción entre
la Universidad Simón Bolívar y la Universidad de Río
44
Piedras.
45
venezolano.
46
¡Al fin Europa!
48
Nuevamente me instalé en Florencia y desde allí me
desplazaba a otras ciudades cercanas.
49
más.
50
El tren arrancó y al instante un señor muy alto, bien
vestido, con un pequeño maletín en la mano, abre la puerta
y pidiendo permiso, entra y se sienta frente a mí. Yo, ya
casi a punto de cerrar los ojos para dormir, lo saludo y
acomodo mi cabeza sobre el morral con toda la intención de
ignorarlo.
-¿Por qué?
51
Asistí a la Bienal de Arte y el lunes a la inauguración
del Festival de Cine.
52
con la que derrotara a Goliat. Manos enormes, cuerpo
perfecto, mirada dulce, llena de ternura. Vivo, se sentía
vivo. El mármol rosado, las venas en los brazos, todo era
perfecto, absolutamente perfecto. No sé cuánto tiempo
estuve contemplándolo, lo que sí sé, es que después de
eso, mi valor por el arte sufrió un cambio definitivo.
53
Bicentenario del Natalicio del Libertador, recuerde que
nuestra universidad se llama Simón Bolívar.
54
De vuelta a casa
56
Los aplausos no se hicieron esperar, como tampoco las
felicitaciones. Yo estaba muy nervioso, no podía creer que
lo habíamos logrado. Mis alumnos, todo el equipo,
encabezado por mi adorada Coordinadora de Cultura de la
universidad y yo como responsable y cabeza de todos.
57
residencié en un hotel en Caracas.
58
En toda la plaza San Jacinto se armó un mercado como en
la época, con gallinas, verduras, granos y bebidas a
precios irrisorios, casi gratis.
59
había valido la pena.
60
Llegó diciembre, mes de elecciones y todo cambió. Ya el
año bicentenario había tocado a su fin.
61
Nuevamente en Caracas
62
su lado, nunca dejamos de discutir, de planificar nuevos
proyectos, de volar y como decía él: “de encender fuegos
de artificios”. Al final siempre quedaba algo.
63
101, conducía a los espectadores al sótano y los sentaba
alrededor del ascensor, en ese momento una barcaza de
remos ascendía a los cielos con los dos pirandellos.
Entonces, los espectadores subían al inmenso ascensor que
comenzaba a moverse hacia el escenario. Cuando se detenía,
la oscuridad cubriendo el espacio, el telón comenzaba a
subir y en la platea, como reflejo de ellos mismos, todos
los artistas que habían participado de esta gran
performance los aplaudían.
64
Los críticos hablaron muy mal de mí, se preguntaban
dónde me había sacado la patente de corso para dirigir,
otros decían que el pirata Nelson se revolvía en la tumba
oyendo destruir al dramaturgo inglés. Fue tanto, que solo
se hicieron dos funciones y se bajó la obra de cartelera.
Y a mí me costó casi la pérdida de la vista, porque
somaticé por una alergia en los ojos, que me tuvo ocho
días en cama y ciego. Nunca habían hablado tan mal de mí.
Hoy me divierte mucho leer todos esos comentarios, pero en
aquel momento fue muy fuerte.
65
Rajatabla y viviera los casi diez años más importantes de
mi profesión.
66
muerte del padre de Carlos Giménez, lo cual lo arrastró a
una terrible depresión.
67
nuestro propio semillero, nuestros propios actores, a
imagen y semejanza. Se inscribían alumnos de todas partes
del país. Dio comienzo a la etapa más prolífera del teatro
venezolano.
68
Ya durante el montaje de Se-chuan había tenido ciertas
experiencias, que habían hecho que el director se fijara
en mí como actor. Era un elenco muy grande y siempre
faltaba alguien a los ensayos. Yo, por supuesto, corría a
reemplazarlo. Eso me dio la posibilidad de demostrar mis
condiciones histriónicas, me ofrecieron un pequeñito
personaje: el tercer dios. Encantado lo ensayaba. Luego
uno de los actores de planta renunció y por supuesto ahí
estaba yo para interpretar al carpintero Lin-To.
69
UN PASEO POR LOS 80 Y 90
70
internacionalmente. No solo en el aspecto artístico, sino
también gerencial. Se fortalece el Festival Internacional
de Teatro de Caracas, creando Fundateneofestival,
institución permanente que se ocupará de la realización
del mismo, extendiéndose a todo el país. Desarrolla la
escuela de teatro de Rajatabla: el Taller Nacional de
Teatro (TNT). Funda el Centro de Directores para el Nuevo
Teatro a partir del I Festival de Nuevos Directores. Da
vida al proyecto: Teatro Nacional Juvenil de Venezuela y
al Teatro Infantil Nacional, con vínculos importantísimos
con la Asociación Internacional de Teatro para Niños y
Jóvenes, con sede en Europa (ASITEJ). Propician desde la
gerencia de la Fundación Rajatabla el movimiento teatral
más importante de los últimos años. Se realizan los
primeros festivales de teatro y danza para jóvenes y para
niños.
71
acontecer cultural a través de los medios periodísticos.
La élite cultural ya no es una pequeña minoría, ni se mira
con cara rara a los artistas, el público asiste con afán a
los conciertos, a las exposiciones, a los teatros. La
empresa privada siente que también se puede apoyar a la
cultura, porque la cultura tiene espectadores.
72
Se cierran, en Caracas, algunos espacios creados para la
representación. Se acaban los proyectos que eran fuentes
de trabajo para los jóvenes graduados en las artes
escénicas. Desaparece la sana competencia artística y
reaparece la división entre el teatro de Caracas y el
teatro de las regiones. La política cultural, los pobres
presupuestos asignados y sobretodo el desinterés
demostrado por las autoridades competentes: Ministerio de
Educación, desde el Concejo Nacional de Cultura y a través
de la Dirección Sectorial de Teatro, modifican
sustancialmente el espectro teatral venezolano. Las
pequeñas ambiciones de poder y la incapacidad para
gerenciar la cultura, van mermando los trabajos. Se
emplea más tiempo en discutir presupuestos que en
valorizar la creación artística. Se es más poderoso cuanto
más cercano al gobierno de turno se pueda estar. Los
hacedores del teatro se desorientan cada vez más, no solo
por la pelea del pequeño presupuesto que se les pueda
asignar, sino por la falta de un gerente que liderase el
movimiento del sector. Algunas Compañías Regionales de
Teatro intentan continuar su actividad y se mantienen con
pequeños talleres y pobres puestas en escena. Otras logran
realizar sus trabajos con cierta dignidad. Compañías con
grandes subsidios, de la noche a la mañana y sin
explicación posible dejan de funcionar. La misma Compañía
Nacional de Teatro sufre también los embates de la crisis
económica, pero sobre todo artística. Desaparece su elenco
estable y se comienza a llamar a los artistas para
proyectos solamente. Pierden su sede en el Teatro
Nacional. No hay creación. Pareciera que los directores
solo pueden inspirarse con dinero. Puestas en escenas
mediocres, pequeñas, van tomando los pocos espacios
teatrales que quedan.
73
lo hizo, también yo. Y no se dan cuenta que para montarse
un solo artista en un escenario y recitar un texto, hace
falta tener talento y un buen equipo de trabajo. La
banalidad, los temas vacíos llenan las salas del teatro
caraqueño y toman por asalto algunas capitales de los
estados. El público ríe y aplaude estas burbujas
escénicas, llenando y pagando entradas a precios
desorbitantes, mientras exigen que el teatro de arte se
realice de forma gratuita.
74
lucha por mantener el prestigio adquirido a lo largo de
sus múltiples ediciones, y en él podemos observar algunas
puestas en escena criollas que no son sino chispazos de
talento.
75
El creador dialéctico
76
participaran de la creación. Hacía del teatro un proceso
colectivo. Pero sobre todo consultaba mucho. A veces
parecía inseguro, pero no era así.
77
que lo obliga a una mayor entrega a su grupo, y su
creatividad no se dispersa en pequeños asuntos. Su
proyecto de vida iniciado en l971, arranca hacia la
consolidación.
Si bien el primer montaje de “Bolívar”, en 1983, fue un
éxito de público en su estreno en la ciudad de Maracaibo,
y tuvo la misma repercusión en Caracas y en algunos
festivales internacionales, él nunca se sintió del todo
conforme con este trabajo. Le costaba creer en el texto.
Lo modificó ampliamente desde su inicio, discutiendo mucho
con el autor. Luego, cada vez que remontaba la obra, le
hacía cambios, ya sea en el texto, en los personajes, en
la puesta, hasta llegar a 1986, cuando Rajatabla es
invitado a la extinta Unión Soviética y se modifica
totalmente el concepto dramático. A pesar del disgusto del
autor, quien sintió que su personaje favorito: El Poeta,
ya no era un héroe, sino un hombre con sus aciertos y sus
miedos. Fue quizás su montaje más comprometido
ideológicamente y el que más cambios sufriera en toda su
temporada de repertorio. Un texto y un montaje barroco,
lleno de sueños, de imágenes, de historia y de una música
densa creada especialmente para la obra, que lograba
momentos extraordinarios a nivel visual y conmovedores en
algunas actuaciones.
78
que inventaba sin pausa en cada sitio. Quizá la más
extraordinaria fue la puesta en Georgia, donde una pared
de luces montada en brazos mecánicos servía de fondo y
creaba una imagen ilusionista muy cinematográfica, pues
las entradas y salidas eran a través de la luz. Los
personajes aparecían y desaparecían como fantasmas.
79
rodilla, se había hinchado y ya tenía el tamaño de la
cabeza de un bebé. De urgencia me llevaron a la Cruz Roja,
que era lo más cerca. Varios médicos me vieron, me
cortaron el pantalón y me hicieron unas punzaciones. En
ese momento escuché que debían llevarme a otro hospital
para hacerme unas radiografías, pues ahí no tenían ese
aparato. Pero que era posible que me tuvieran que cortar
la pierna. Comencé a sudar frío. Mi mente empezó a
trabajar y negar toda posibilidad de quedar cojo. Estuve
ocho días en absoluto reposo. Inmóvil en la cama. Me
atendían mis amigos. Me bañaban acostado. Pero mi cabeza
no dejaba de enviarle ondas a la rodilla para que sanara.
80
el momento de completar el reparto.
81
gira por algunas capitales de Venezuela. Mientras
estábamos en temporada con esta obra, Rajatabla realizaba
la segunda gira por toda Venezuela con lo que en mi vida
he llamado el “best seller” teatral. Una obra titulada
“Ramón Terra nostra”, que junto a una compañera escribimos
por petición explícita de un sindicato de trabajadores de
no sé qué cuento. Era un poco la historia de un
sindicalista importante en la década del cuarenta, quien a
su vez escribió una obra llamada: “Las hachas malditas”.
Por supuesto muy mala, breve, sin conflicto, una cosa
horrenda. Y le piden a Rajatabla que hagamos algo con eso.
82
de actuación ponían a esta puesta el broche final para
transformarse en un montaje inigualable que debe recordar
por siempre la historia del teatro de Venezuela.
83
Ante los ojos del mundo
84
partir del I Festival de Teatro para Nuevos Directores.
Una primera muestra que nace de un taller de dirección. Al
año siguiente se realizó el II Festival y se les entregó a
los jóvenes directores el Centro. Un proyecto magnífico,
que como todas las cosas, se quedó en manos de unos pocos,
que lo transformaron en una productora para los dos o tres
más audaces, más valientes y más “inteligentes”. Pero no
por ello los más talentosos.
85
hierro.
86
casi dos horas, era manejado por los actores con gran
maestría. El texto era un verdadero pretexto para mostrar
los sentimientos de amor, celos, envidia, codicia y
avaricia, que se encerraban en cada uno de los personajes.
Todo esto resultó inolvidable para los espectadores que
tuvieron la oportunidad de apreciar este montaje estrenado
en Nueva York y mostrado luego en San Francisco, El
Salvador, Costa Rica, Colombia, México, Curazao e Italia.
87
En la ciudad de Motzia, ubicada en la isla de Sicilia,
en Italia, a pesar de ser un puerto de playa no había
arena, solo sal, sal marina. Se reemplazó la arena por
este mineral y estéticamente la obra cobró otra dimensión.
Los actores nos heríamos los pies descalzos, pues la sal
al caer el sol, se endurecía y se cristalizaba, pero esto
no impidió que en cada representación la obra creciera en
sus interpretaciones. Aunque en una función estuve a punto
de quemarme vivo con un caldero lleno de aceite. En
Venezuela se hicieron varias temporadas que se
interrumpían por las constantes invitaciones no solo a
recorrer los escenarios criollos, sino también el
exterior.
88
Le digo: sí, me parece una idea genial.
89
está claro en cómo lo quiere, pero se confunde. Habla de
barro, de lluvia, de paraguas. No puede interpretarlos. El
escenógrafo habla de vidrios que se rompen, de gallinas
desplumadas, de pies en el agua.
90
vestuario, pues se moja y hay que salir nuevamente a
escena con la ropa seca.
91
llega y el Coronel ve pasar la historia como una traición
permanente a lo que una vez fue la fe en una causa.
92
para almorzar. No lo puedo creer.
93
siempre me había imaginado.”
94
Me había quitado un peso de encima. Con los años muchas
veces me encontré con García Márquez, en México y en
Bogotá, pero nunca le hablé del tema.
95
LA TEMPESTAD DE UN CREADOR
96
Barroco, denso e interminable montaje. Más de tres
horas y media de representación, reducidos a tres inmensos
actos Algunos espectadores se iban antes de terminar la
función y regresaban otro día para ver el final. En algún
momento se pensó en representar la obra por etapas. Es
decir: martes y jueves el primer acto. Miércoles y viernes
el segundo y el tercero. Sábados y domingos la obra
completa. Pero era demasiado esnobismo. De todos modos
hubo funciones donde éramos más los actores sobre el
escenario que el público en la platea.
97
espiritual y regresa en un barco a su lugar de origen.
Busca a Solveig, la muchacha que abandonara en la boda y a
quién aún ama. Se enfrenta a su pasado, intenta vencerlo,
pero no puede.
98
-Quiero que audiciones el Director del manicomio.
99
que tenía un vestuario y una propuesta que iba acorde con
todo lo que se estaba haciendo. Cuando finalicé, todo el
elenco me aplaudió y él no tuvo más remedio que decir:
100
Nos fuimos a la reunión. Por supuesto pasó la tarde y
no ensayé el monólogo. Fui de una vez al estreno sin que
él lo viera.
101
Puedo asegurar, sin miedo a equivocarme que las tres
puestas en escena más espectaculares de Rajatabla fueron:
“La máscara frente al espejo”, “La Honesta persona de Se-
chuan” y “Peer Gynt”. En ninguna hubo límite para la
imaginación creadora. Toda la inventiva al servicio del
teatro, de la puesta en escena y de la producción de un
“genio”.
-¿Supiste?
102
-Vamos a hacer “La tempestad” de Shakespeare y voy a hacer
Próspero.
103
En el caliente agosto neoyorquino se estrena la obra.
Muchísimo público, reseñas y críticas espantosas. Malos
comentarios. Los periodistas atacaban por todos los
flancos. Los “shakesperianos” de Nueva York no se
interesaron por la propuesta. “Demasiado vanguardista”,
dijeron. O quizá los críticos eran un tanto clásicos.
104
LA COCINA DEL TNT
Ya tenía más de cinco meses trabajando con los alumnos
del Taller Nacional de Teatro una obra que toda la vida me
había fascinado: “La cocina”, de Arnold Wesker. Y ese año
se iba a estrenar como trabajo de grado. Una experiencia
única. Cuando la tuvimos lista, con todos los jugueticos,
hasta olía a comida, se la mostramos a la directiva de
Rajatabla y a todo el cuerpo de profesores. Pero no les
gustó. Nos dijeron que era poco audaz, que nosotros
estábamos preparados para hacer algo más interesante. Yo,
en lugar de deprimirme, me crecí. A los pocos días nos
íbamos a Colombia a realizar una temporada con el
“Coronel…” y luego regresábamos a Canadá. No había mucho
tiempo, el desafío era fuerte. Ya estábamos programados
para presentarnos con la obra en el Primer Festival de
Teatro Juvenil de Venezuela, no era el momento de
asustarse. A grandes males, grandes remedios.
106
historia y formando parte del conflicto central: el amor,
el desamor, la discriminación.
107
del natalicio de Mozart. El entonces Ministro de Cultura,
encargó a Rajatabla un espectáculo para el Teatro Teresa
Carreño, sobre la vida del gran compositor austríaco.
108
conocer la Acrópolis, el teatro del Pireo y todo lo que
pudimos, incluyendo la piedra donde aseguran que se
sentaba Séneca con sus discípulos. Al otro día, nos
montamos en un pequeño avión con estructura de tela, sin
presurizar y nos fuimos a conocer la famosa isla de
Míkonos. Qué días tan maravillosos. El café Venecia, el
encuentro con un pelícano de plumaje rosado, pico amarillo
y patas grises, la infinita cantidad de pequeñas capillas
y los molinos de viento para moler el trigo. Nos
regresamos a Madrid y en la Plaza del Sol recibimos el
nuevo año, escuchando las doce campanadas en el
tradicional reloj, rodeados de muchísima gente e
iluminados por el famoso letrero del Jerez Tío Paco y el
Corte Inglés.
109
volver a dirigir un Festival, no es otra cosa que una
carta de amor, en la que nadie ha puesto el remitente.”
110
va y yo comienzo a repasar mi texto, mientras camino por
el camerino. Al rato tomo conciencia de que estoy
caminando diferente, por los pantalones y la cintura que
me queda casi debajo de las axilas. Pero eso me gusta, me
da un andar fuerte, vigoroso. Me miro en el espejo y me
doy cuenta que ese sí puede ser Sonnestich. Le invento
unos anteojos y me lo imagino muy rubio, muy alemán.
Cambia no solo el caminar, cambia mi voz, mis inflexiones,
mis sentimientos. Entro en pánico, me digo si lo hago así
en el ensayo o mejor le cuento al director antes. Pienso,
reflexiono, decido hacerlo y sorprenderlo, él quería un
personaje, este es un personaje.
111
LAS DOS PARTIDAS
112
Porque la dirección no tiene un solo lado, es un asunto
entre dos, es un diálogo de entendimiento entre el
director y el actor, ambos creadores, que deben discutir
en el mismo nivel de inteligencia y de profundidad. El
director propone, el actor acepta esta propuesta y
responde con una contrapropuesta, que no tiene por qué ser
diferente. Puede ser la misma, asimilada, ampliada y
digerida. Para eso son los ensayos, para poner en práctica
las propuestas y corregir y hacer crecer cada sentimiento,
cada texto, cada mirada.
113
Ese mismo año dirige y estrena su última puesta:
“Oficina Número Uno”, la novela de Miguel Otero Silva, en
versión de Larry Herrera. Completa así el sueño de la
trilogía: primero “Fiebre”, luego “Casas Muertas” y ahora
“Oficina...” Cosa curiosa, ninguna de las tres fueron
grandes éxitos. Las dos primeras por fallos en la versión,
la última por errores en la escogencia del reparto. Es la
mejor versión que yo haya leído de un texto narrativo. Es
una epopeya extraordinaria. A los personajes de la novela,
Herrera le agrega otros de su propia cosecha que hacen
desarrollar de forma mucho más dramática la historia de la
fundación de ese pueblo, de esa gente que llegaba a
Venezuela a desarrollar lo que luego sería la principal
industria del país.
114
Yo no quería. A pesar de estar cansado de todos los
problemas que me enfrentaba a diario, en Rajatabla:
envidias, celos y zancadillas, no me quería ir. Y mucho
menos a San Cristóbal, la ciudad más extrema del mapa
venezolano. Pero obedecí. Y el día dispuesto para
acompañarme y presentarme a los actores y el personal del
núcleo, me dijo que no iba, que no se sentía bien. Lo miré
y me di cuenta de que era verdad, que estaba muy enfermo.
Pero a pesar de todo lo obligué a pararse de la cama y nos
fuimos al Táchira.
115
una semana a Italia. Yo tenía miedo, no quería ir. Logré
convencerlo para regresarnos, pero el productor de la
compañía nos regaló los pasajes en avión a Venecia. Nos
fuimos un compañero, él y yo.
116
cenaríamos en casa de nuestro amigo. Regresamos al hotel.
Dormimos la siesta y al atardecer se despertó bañado en
sudor y con mucha fiebre. Logramos meterlo en la bañera con
agua helada. Se tranquilizó, pero se sentía muy agotado y
decidió no ir a la cena. Nos fuimos mi amigo y yo. Allí
pude hablar en privado con nuestro representante y me dijo
algo definitivo:
117
que más había amado en toda su vida, la pareja de esa
persona también estaba enferma. Muchos de sus amigos
estaban enfermos y caían como contagiados por una terrible
peste. Él sabía que estaba en la lista.
118
Pero me presionan demasiado, el productor, el gerente,
todos me ponen contra las cuerdas. En ese momento a Carlos
lo hospitalizan de urgencia en terapia intensiva. Sentía
que mis nervios estaban a punto de estallar. Salí del
ensayo, le pedí a la secretaria que redactara mi renuncia.
No podía más. Hablé con el elenco, me disculpé y les
informé que me iba, que dejaba el montaje y renunciaba a
Rajatabla.
119
atendiendo. ¡Mentiras! Me lo negaban. Era todo un ardid.
Lo sabía. Me deprimí, caí en el más oscuro de los huecos.
Pero seguí adelante.
120
Frente a mí, ese terrible hueco de tierra. No llovía,
había sol. La Cantoría lo despidió con el “Te quiero” de
Mario Benedetti y música de Alberto Favero. Lloré sin
control. La tierra cubrió el féretro, se hizo una montaña
de coronas de flores. Alguien me quiso llevar, dije que
no. Me quedé allí, solo. Más lejos las cámaras de
televisión entrevistaban a algunos compañeros. Un tipo se
acercó, me insultó, me gritó:
121
se ocupó toda su vida. Amaba a la gente inteligente,
talentosa y trabajadora. Era polémico, pero no odiaba ni
tenía rencores. Muy por el contrario, propiciaba la
amistad, el amor, el diálogo. Tuvo muchos enemigos durante
su vida y aún ahora después de muerto. Pero los
principales enemigos son aquellos que no siguen haciendo
teatro, los que detienen el proceso creador, los que no
luchan, los que sienten que no hay nada que hacer. Los que
han desertado y se sienten abatidos por la crisis, por la
falta de subsidios. Los más grandes enemigos son aquellos
que antes y ahora siguen creyendo que es necesario estar
con el gobierno de turno y “raspar” un poquito de la olla
para ver qué les toca.
122
SEGUNDO EXILIO
124
agradable, me llené de experiencia tras las cámaras. Yo
como siempre audaz, inventaba y me metía en caminos
difíciles, pero no imposibles. Vendimos motos, telas,
comida, restaurantes.
125
Estábamos a finales de 1994 y decidí que no iba a
seguir escondiéndome más. Le escribí a una amiga, que en
ese momento tenía cierto poder y le dije:
126
entrado en el juego caraqueño del desamor hacia mí.
127
-Apendicitis- dijo el médico internista.
128
cicatriz de lado a lado del vientre.
-¿Qué pasó? ¿Por qué esta cicatriz? ¿Por qué los drenajes?
129
en los drenajes.
130
hora. Pero nunca me pude imaginar, en ese momento, lo que
iba a suceder quince años después, producto de todo esto.
131
LOS FESTIVALES INTERNACIONALES
133
planeado para hacerlo al aire libre, en una plaza, que es
el espacio natural que pide el texto. La directiva del
festival me dice que no, que no se puede, que debe ir en
una sala.
134
Allí me reencontré con un viejo y entrañable amigo, el
director de la Compañía Regional de Teatro de Portuguesa,
con quien nunca había perdido contacto y quien me ofrece
dirigir una obra con la compañía. Le propuse hacer: “Mi
planta de naranja-lima”. Le gustó mucho la idea y quedamos
en hablar para el próximo año.
135
Mi experiencia como director y maestro residente del
TNJV había culminado. Debía pasar la página, era hora de
comenzar una nueva etapa. Ya veríamos qué me ofrecía
Caracas.
136
De todos modos se continúan haciendo y grandes
espectáculos del mundo pasan por Caracas, permitiendo a
esos mismos detractores aprender y tomar conciencia del
movimiento escénico mundial. Agrupaciones nacionales
comienzan a tener repercusión en otras latitudes y de la
misma forma, el Festival Internacional de Teatro sirve
como vitrina y trampolín para agrupaciones de otras partes
del mundo.
137
“enfiebraba” de teatro. Muchos espectadores que a lo largo
del año no se acercaban a las salas donde se hacían
representaciones permanentes, comenzaban a darse cuenta de
la importancia del teatro en la formación del ser humano y
descubrían que en Venezuela había excelentes actores,
directores, escenógrafos y sobre todo algo que el teatro
del mundo siempre ha reconocido, los mejores tramoyistas,
iluminadores y sonidistas.
138
Yo como siempre era el responsable de las subsedes, es
decir llevaba algunos espectáculos internacionales, con
apoyo de algunos nacionales a diferentes ciudades del
país.
139
quiere suspender.
-¿Dónde estás?
140
Monté en cólera. Me fui al hotel. No había llegado. Fui
al Teatro Nacional, resolví el asunto de las entradas, que
era nada para lo que iba a pasar y regresé a la sala
Rajatabla. Cuando llegué, Alfredo estaba sentado en la
puerta.
141
-¿Tú conoces de Bibí Anderson?- me pregunta.
142
comentaba de sus películas, de lo que había significado el
cine de Bergman en mi formación. Hablaba, hablaba y ella
sonreía.
143
poco a poco a dejar de hacerlo y se resuelve la
programación con videos, con recomendaciones de amigos, de
conocidos, de gente que no sabe que el espíritu de un
festival está en los artistas que lo organicen y no en la
burocracia. Se pierden cada vez más el rigor Y la
excelencia, el público lo presiente y se aleja de las
salas.
144
DRAMATURGIA Y DRAMATURGISMO
145
y jóvenes que se iniciaban. Una maravilla.
146
Luego nos armamos de valor e hicimos una temporada en
la sala Rajatabla. El boca a boca llenaba cada función.
Las críticas nos trataron muy bien. Ese año, por primera
vez el Premio Municipal de Teatro se abría a una compañía
de teatro del interior del país. Nos dieron (compartido)
el mejor actor y el actor de reparto. Luego el premio Casa
del Artista a la mejor escenografía. También, por primera
vez estuvimos invitados al Festival Internacional de
Teatro de Caracas.
147
asesinada. Todo el mundo se encuentra horrorizado, pero no
se puede detener el rodaje, por lo tanto es reemplazada.
Los textos de los personajes (Técnicos, director,
maquilladora, camarógrafo y otros) se mezclan con los
parlamentos de los personajes de la película. Mientras el
público se mueve en los diferentes sets donde se simula el
rodaje de las escenas. En un momento se produce tal
confusión, que el espectador no sabe con certeza cuándo
están rodando y cuándo están hablando del asesinato. Al
final, se descubre al asesino, por supuesto y entra la
policía a llevárselo. Lo genial, es que nosotros
utilizamos a la policía de verdad que llegaba con su carro
y su sirena y sus esposas. El público quedaba en shock
realmente.
148
La Compañía Regional de Teatro, que seguían disfrutando
del éxito de “Mi planta de naranja-lima”, viajaron a Perú
y me invitaron a montar una nueva obra para el siguiente
año. Se trataba de “De la calle”, una obra del mexicano
Jesús González Dávila. Un texto hermoso, cruel, despiadado
y terrible. Yo le propongo al director hacer una versión,
pues creo que es necesario acercarlo a nuestra realidad
social, que no es tan terrible, como la planteada por el
autor. Me aprueban esto y comienzo a escribirla.
149
situación política, geográfica e histórica, no es la
misma. Solo la idea es igual. Pero en la vida, ¿cuántos
casos como el de Orestes o el de Medea no nos encontramos?
Lo cual no quiere decir que estemos plagiando a los
maestros griegos. También es cierto que nadie inventó el
agua tibia. Pero es honesto, es ético, es una condición de
principios, si se toma prestado algo, por lo menos darle
su crédito.
150
través de una computadora.
151
traficante de niños. Y el encuentro con uno de los
personajes más hermosos de la obra, una especie de
Teresías, ciego, borracho, pero lleno de sabiduría, esa
sabiduría que solo te puede dar la escuela de la vida. Y
él, el Cara e’pan, lo guía, le da luz y le enseña el
camino para encontrar a su padre, un ex boxeador, casi
tarado de tantos golpes recibidos en el ring para poder
llevarse un poco de comida a la boca. En el encuentro, las
paredes del escenario se mojaban de sangre, el agua como
elemento purificador, nuevamente era el protagonista de un
montaje mío.
152
se avecinaba. Siempre tuve dudas, siempre tuve mis
precauciones, pero nunca abandoné mi profesión y mucho
menos el país que tantas posibilidades me había ofrecido
hasta ahora y que me abría cada día otras puertas para
nuevos proyectos y nuevas aventuras.
153
EL NUEVO MILENIO
155
de los hechos. Pero lo único que deseo en este momento, es
que mañana caiga un tremendo palo de agua y se acabe toda
esta farsa que eres tú.
156
Goldoni, que ya había hecho con la universidad años atrás.
157
el sida, pude dirigir y estrenar con mucho éxito.
158
justo.
159
Occidente, la temporada de la obra se extendió hasta
diciembre.
160
¿TEATRO, CINE O TELEVISIÓN?
161
personaje se apodere del actor, lo haga suyo mientras dura
la representación.
162
muy claro la diferencia entre la actuación en cine, en
teatro o televisión.
163
vino a hablar con el director del largometraje y se
pusieron de acuerdo, que él me iba a permitir rodar una
escena del corto, en medio de su rodaje. Lo terrible es
que en: “Al borde de la línea”, además, tenía barba y en
“El chancecito” mi personaje era un transexual, que quería
volver a operarse los senos.
-No puedo- Les dije- estoy todo depilado, las cejas, los
brazos.
164
Y finalizando a las once de la noche, me fui a mi casa,
me quité las uñas postizas que me habían pegado con
acrílico, me bañé, me acosté a dormir y a las siete de la
mañana me pasaron buscando para ir a grabar la publicidad.
165
En una película, me tocó doblar la voz de una escena
cinco veces, porque el director nunca estuvo en el momento
del doblaje y por supuesto cuando la oía no le gustaba o
me cambiaba una palabra por otra. Todo eso perjudica
demasiado la producción y los costos se elevan
desmedidamente.
166
Empezarás con mucho entusiasmo y adorando el proyecto,
a los dos meses ya estarás comenzando a extrañar tu
libertad y tu antigua vida. Al quinto mes querrás que te
maten, que se acabe ese tormento y sufrirás mucho más
porque empezarás a contar los meses que faltan para que
llegue el capítulo final.
167
series enlatadas, donde no solo no saben actuar sino que
además nos modifican el lenguaje. Y lo más terrible para
los nuevos aspirantes a actores, esos que se inscriben en
talleres o escuelas de teatro, es que su único referente
para la actuación son esas novelas. Porque comienzan a
estudiar actuación, pero no ven teatro.
168
GITANO, NÓMADA Y CREADOR
169
proyecto, todos los días venía con propuestas
interesantes. Justamente lo que a mí me gusta encontrar en
un actor y que pocas veces se da.
170
La productora y el escenógrafo entraron en ese momento
y nos miraron muy tristes.
171
Releí el texto y decidí cambiar la historia tal como me
la sugería el coreógrafo. Pero tenía dudas por la reacción
del actor cuando le dijera que no iba a bailar y que le
iba a cambiar la historia.
172
historias que no vale la pena recordar.
173
padre. La tragedia se avecina.
174
Pero nunca pude encontrar el final adecuado. Lo cambié,
lo varié, lo modifiqué muchísimas veces, porque el público
se reía y eso me molestaba.
175
formando una nueva agrupación en la ciudad de Barinas:
“Punto de partida”.
176
de Venezuela.
177
CUMPLIENDO CUARENTA AÑOS
178
Con “A tu memoria”, el proceso era lento, pero
sustancioso, conmovedor, me tocaba la fibra más íntima de
mi ser, de mi memoria emotiva y de la historia de muchos
amigos que seguramente se verían reflejados cuando
asistieran a las funciones. El espacio escénico, creado
por un gran artista portugueseño, con quien habíamos
trabajado muchas veces, simbolizaba muchas cosas. Una
pared cóncava, como la puerta de un panteón, una pequeña
lápida y un piso circular como la pista de un circo,
también pintado por otro genio de las artes plásticas del
estado Portuguesa. Todo rodeado de pequeñísimas luces que
respiraban teatro por todos los rincones: un inmenso
camerino, una pequeña pista de baile, un círculo de
energía y la música que nos transportaba a los diferentes
espacios de la geografía mundial donde estos dos seres
habían estado juntos durante cuarenta años de sus vidas. Y
los cuarenta años, eran mis cuarenta años. Un trozo de
tela color beige, de cuadros, hacía las veces de ruana, de
capa y de mantel, donde el Hombrecito bebía con su eterno
amigo, su última taza de té.
179
que se unen solidariamente para hacer realidad la fantasía
de la vieja protectora y dueña del bar, prostíbulo y
habitación, de esa casa con gallinero al borde de una
carretera, por donde solo pasan, de vez en cuando, algunos
camiones perdidos en ese llano seco y árido. Las tres:
Rita, Mary y Chela, junto a su incondicional amigo: el
Cheo, inventan un viaje a Venecia, con el único objetivo
de que la vieja Tana, Clavelito en su juventud, se
encuentre con su enamorado, don Giacomo y pueda pedirle
perdón por haberle robado aquel cofrecito lleno de joyas.
Una historia llena de amor, de solidaridad, de amistad y
de mucho teatro.
180
algunos montajes, como si no quisiese que terminasen
nunca. Es difícil entender esto. O quizás, con los años y
la madurez me he puesto demasiado exigente.
Fue un año muy agotador para mí. Por esos días una
amiga, productora, argentina, me llama por teléfono y me
propone la dirección de una obra, que yo por casualidades
de la vida, había leído y no me parecía un buen texto.
181
travestismo, los recuerdos y la recurrente maldición en
boca de la abuela muerta me atrapaban teatralmente.
Modifiqué el texto, agregué personajes, las acotaciones
del autor las volví diálogo en boca de los otros seis
hermanos.
182
Además, la sala donde se estrenaría, era una sala
muerta, a la que no asistía nadie, porque aunque estaba
bien ubicada, no tenía estacionamiento, cosa
importantísima en Caracas. Todo conducía al riesgo, todo
me obligaba a lanzarme a la piscina, pero para ganar, no
había ninguna posibilidad de imaginar que nos podía ir
mal. Se estaba invirtiendo demasiado. Todos apostábamos al
éxito total, incluyendo el dueño del teatro. Y así fue.
“Solo para ellas”, escrito por mi adorada alumna Gennys
Pérez, se transformó en un éxito de taquilla maravilloso.
Logramos rescatar una sala de teatro para Caracas, que
estaba desaparecida, con un elenco increíble y donde lo
burdo que podía ser el tema del desnudo masculino, se
transformó en un hecho artístico muy apreciado por el
público femenino que agotaba las entradas todas las
noches.
183
LA RAZÓN DE LA ACTUACIÓN
Hace tiempo ya, escribí para un taller que dicté en la
Universidad de Oriente, estos datos, que creo serán de
bastante utilidad tanto para los actores profesionales, como
para aquellos que se inician en el mundo del teatro.
189
Todos los personajes tienen su voz y su modo de caminar,
de moverse, de sentarse, de pararse. Eso es lo que el actor
debe buscar, debe crear, debe darle de sí al personaje. Por
supuesto que nada de esto debe ser creado al azar. Para darle
vida física a un personaje debemos buscarlo en el texto, para
ponerle una voz determinada, una particular forma de llorar,
de gritar, de sonreír, debemos tenerlo justificado en el
texto.
Por otra parte, los teóricos solo nos dan una orientación
o sus descubrimientos, lo cual no significa que sea lo que
más se ajusta a nuestro trabajo. Muchos son los caminos que
debe recorrer un actor para llegar a un buen fin, lo
importante es que sea riguroso, disciplinado, inteligente y
verdadero.
191
LA GERENCIA TEATRAL
De pronto un día, sin saber muy bien cómo ni por qué, me
vi como gerente de una sala de teatro en Caracas. Una sala de
teatro comercial, que hasta ese momento solo había dado
pérdidas económicas y dolores de cabeza, a sus dueños. Me
proponen que asuma la gerencia y yo, de puro audaz, digo que
sí.
Los casi tres años que estuve al frente del teatro fueron
maravillosos. Desgastantes, eso sí, muy agotadores porque
193
aunque tenía excelente personal técnico, llegó un momento que
la actividad nos desbordó. Los martes y miércoles el teatro
se alquilaba para eventos especiales, talleres, conferencias,
casting, filmaciones de videos, proyecciones y cuanta
actividad pudiera realizarse. Los lunes era para
mantenimiento y descanso del personal. Pero a partir del
jueves comenzaban las actividades propias del teatro. Llegó
un momento en que se hacían hasta seis obras diferentes por
temporada, cuatro para adultos y dos infantiles, lo cual
significaba, más personal técnico, más guías de sala, más
taquilleros y por supuesto más gente para estacionar los
carros.
196
LA HISTORIA CONTINÚA
198
ofrece el trabajo de coach de un elenco juvenil con quienes
iba a realizar una telenovela escrita por él. De más está
decir que acepté el reto. Nunca había hecho esto para
televisión, pero me dispuse a aprender. Y en diciembre de ese
año me metí de lleno en el mundo de la televisión.
200
sido tan grave, si la calidad y el contenido de las obras no
hubiesen atentado contra el mismo teatro. Poco importaba lo
que se decía. Se impuso, lo que yo di en llamar: “la época de
las vaginas”. Los temas femeninos, donde se intentaba
rescatar a la mujer hablando mal de los hombres, perjudicando
a su vez la imagen de la mujer, colmaron los escenarios.
Todas las actrices se creían con derecho a hacer sus
monólogos y muy pocas estaban en capacidad de hacerlo.
Cualquier director novel, dirigía y se montaba en un
escenario. Fue un verdadero caos, ya que los productores o
empresarios solamente veían al teatro con un afán comercial y
de llenar las salas. Y por supuesto, a los que toda la vida
habían hecho teatro, a los que verdaderamente hacían arte,
los fueron desplazando. Cada vez había menos salas y cada vez
más temas sexuales, donde la burla, lo grosero y sobre todo
el tema femenino se fue imponiendo por medio del facilismo.
202
EJERCICIO PURO O LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD TEATRAL
203
cual partimos de las propias emociones del alumno, es para
poder conocer sus resortes, para que él mismo sepa hasta
dónde puede llegar con sus sentimientos y para que encuentre
dentro de sí cada uno de ellos, aplicados a las diversas
circunstancias. Todo esto nos llevará al conocimiento, como
profesor, de las limitaciones que cada alumno tiene y hacia
dónde enfocar la enseñanza, ya que cada ser humano tiene a su
vez sus propios conflictos y sus particulares formas de
expresarlos.
PROTAGONISTA Y ANTAGONISTA
204
A su vez, ese Pedido implica una urgencia (Se debe
resolver aquí y ahora), y una razón por la cual, él y solo él
(Antagonista) es el que puede concederle esa petición o
resolver el conflicto del Protagonista.
1) Me botaron de la casa
206
Ej.: Realizar una tarea escolar.
Pintar un cuadro.
207
previamente ha estudiado y ha preparado en esos ocho días
anteriores. Cuando sienta que lo ha logrado y sin salir de
él, comenzará a realizar la Tarea. Es muy importante estar
absolutamente compenetrado en la Tarea y en el Estado de
ánimo. A partir de este momento, el Antagonista decide el
momento de volver a tomar conciencia de ejercicio y darle la
señal al Protagonista, para indicarle que ya está listo para
comenzar. La señal, es acordada previamente por ambos, puede
ser una palmada, un golpe, un sonido, algo que ambos decidan.
208
Cuando se ha llegado a dominar la técnica del Ejercicio
Puro, es decir, cuando ya los alumnos pueden realizar todos
los pasos y trabajar el ejercicio con suficiente verdad
orgánica, es procedente pasar a la segunda fase.
1) Pedido
2) Protagonista y antagonista
3) Relación emocional
209
Y LA HISTORIA CONTINUARÁ…
211
-Disculpe- atiné a decir y me encerré en el baño que me
indicaban a darme una ducha. Me sentía sumamente avergonzado,
con la dignidad por el suelo, pero a su vez, muerto de la
risa con la imagen del ayudante todo salpicado por líquido
que mi cuerpo había expulsado tan violentamente.
212
información exacta de cuanto había sucedido en el quirófano.
213
Una semana después me dieron de alta y a los doce días
exactamente visité el consultorio de mi médico para quitarme
algunas grapas. Era muy temprano, fui acompañado de un gran
amigo, casi un hermano. Yo muy débil, me senté mientras mi
amigo buscaba una manzanilla. En eso viene el doctor, me
saluda y se me acerca al oído.
217