Una Voz Grita
Una Voz Grita
Una Voz Grita
Un clamor en el desierto
Se present Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea: Convirtanse, porque el Reino de los Cielos est cerca. A l se refera el profeta Isaas cuando dijo: "Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Seor, allanen sus senderos". Juan tena una tnica de pelos de camello y un cinturn de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. La gente de Jerusaln, de toda la Judea y de toda la regin del Jordn iba a su encuentro, y se haca bautizar por l en las aguas del Jordn, confesando sus pecados. Al ver que muchos fariseos y saduceos se acercaban a recibir su bautismo, Juan les dijo: Raza de vboras, quin les ense a escapar de la ira de Dios que se acerca? Produzcan el fruto de una sincera conversin, y no se contenten con decir: Tenemos por padre a Abraham. Porque yo les digo que de estas piedras Dios puede hacer surgir hijos de Abraham. El hacha ya est puesta a la raz de los rboles: el rbol que no produce buen fruto ser cortado y arrojado al fuego. Yo los bautizo con agua para que se conviertan; pero aquel que viene detrs de m es ms poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de quitarle las sandalias. El los bautizar en el Espritu Santo y en el fuego. Tiene en su mano la horquilla y limpiar su era: recoger su trigo en el granero y quemar la paja en un fuego inextinguible.
Evangelio de Mt 3,1-12
MOISS
Este Profeta realizara milagros, restablecera la Ley y el culto verdadero en el pueblo y conducira tambin a otros pueblos al conocimiento de Dios. As, segn el Evangelio de Juan, la samaritana del pozo de Jacob le aseguraba a Jess:
ELAS
Moiss fue el mediador en la revelacin de la Ley de Dios. Elas fue el gran predicador de la conversin, del retorno a esa Alianza. Ambas figuras eran los ms adecuadas para que el Profeta se manifestara en su forma definitiva.
ucas usa expresamente la frmula con la que se narra la vocacin de los profetas bblicos: un nuevo profeta haba surgido, como en los siglos anteriores. a visin que, segn ucas, tuvo su padre en el Santuario ( c ,8), era una experiencia que no se haba dado desde los das en que el profeta acaras haba sido martirizado en el Templo. so significaba que haba terminado la poca del silencio de Dios.
Llamada a la conversin
Dad, pues, fruto digno de conversin, y no creis que basta con decir en vuestro interior: Tenemos por padre a Abraham (Mt 3,8-9). Como otros profetas Juan exhorta a la conversin. sta es una experiencia interior, que consiste en orientar la propia voluntad hacia la voluntad de Dios. Pero se demuestra exteriormente a partir de un cambio de conducta. Como el rbol manifiesta por sus frutos su propia vitalidad: En los das que vendrn, Jacob echar races, Israel florecer, dar brotes, y llenar el mundo con sus frutos (Is 27,6). Bendito el hombre que confa en el Seor y en l tiene puesta su confianza! El es como un rbol plantado al borde de las aguas, que extiende sus races hacia la corriente; no teme cuando llega el calor y su follaje se mantiene frondoso; no se inquieta en un ao de sequa y nunca deja de dar fruto (Jer 17,7-8). Esta llamada la diriga a todos, porque ante Aquel que iba a juzgar al mundo no poda invocarse privilegios de sangre. A Abraham hay que imitarlo en su fidelidad: Abraham es padre insigne de una multitud de naciones, y no hubo nadie que lo igualara en su gloria. El observ la Ley del Altsimo y entr en alianza con l; puso en sus carne la seal de esta alianza y en la prueba fue hallado fiel (Eclo 44,19-20).