El Aporte Filosófico de Antenor Orrego Postmodernidad, Subalternidad y Filosofia Latinoamericana
El Aporte Filosófico de Antenor Orrego Postmodernidad, Subalternidad y Filosofia Latinoamericana
El Aporte Filosófico de Antenor Orrego Postmodernidad, Subalternidad y Filosofia Latinoamericana
I. Introducción.-
El primer gran homenaje que se le hizo al Amauta Antenor Orrego Espinoza fue en el
año 2002. En esa oportunidad se realizó el Coloquio “Antenor Orrego. La unidad
continental y los orígenes de la modernidad en el Perú”, que se efectuó en el
Hemiciclo “Raúl Porras Barrenechea” del Congreso de la República (2, 3 y 4 de
octubre). Las ponencias que presentaron los expositores y las que enviaron algunos
intelectuales que no pudieron estar presentes salieron publicadas en un libro que se
titulo Antenor Orrego, la unidad continental y los orígenes de la modernidad en el
Perú y que editó el Fondo Editorial del Congreso del Perú con todas las ponencias del
Seminario[1]. Nueve años de este gran acontecimiento la Universidad Privada
“Antenor Orrego” de Trujillo (UPAO) organiza el segundo homenaje al gran filósofo
cajamarquino: Simposio “Vigencia y Trascendencia de Antenor Orrego. Por la ruta de
la identidad”. Justamente, el presente ensayo se redacto pensando en este
trascendental acto intelectual.
El trabajo intelectual de Antenor Orrego siempre se desarrolló en varios campos muy
visibles. El primero, y el más importante sin lugar a dudas, es el filosófico. Es esta
actividad, reflexiva y especulativa, poco común en el Perú de ese entonces y
especialmente en un medio provinciano, la que prácticamente determina y orienta todo
su quehacer intelectual. Orrego siente una especial atracción por la filosofía de la
historia. Así, serán con la mente y los ojos de la filosofía que se acercará a sus otras
cinco áreas de interés la estética, poesía, música, teatro, novela y crítica literaria,
ejercicio que muestra su gran afición por las letras, de manera especial por la poesía y
estética. Sorprende que a pesar de ser un hombre vinculado a los quehaceres
culturales pocas veces incursionará en el trabajo de creación literaria propiamente
dicha. El mismo se encargó de señalar claramente su "incapacidad" para este tipo de
ejercicio[3].
Ambos para Orrego tienen una enorme responsabilidad pues su pensamiento y/o
creación artística necesariamente debe tener tres características esenciales.
Primero, ser realmente autónomo, auténtico y original. En ese sentido, la imitación, la
repetición, el colonialismo mental, los esquemas etnocéntricos cuando no
eurocéntricos, son duramente cuestionados y combatidos. Segundo, poseer una
dimensión práctica, es decir, deben servir para mejorar y superar la vida. Tercero,
tener una estrecha relación con la sociedad. Así, se cuestiona el trabajo
intelectual purista que no establece vínculos con el entorno social, cultural y con la
historia. Por ejemplo, su libroPueblo continente: ensayos para una interpretación de la
América Latina es un claro ejemplo de como la filosofía puede entablar contactos con
otras disciplinas: la sociología, para entender la nueva estructura social clasista que
reemplazó a otra de carácter estamental y que se constituyó con el proceso de
formación de las haciendas azucareras del norte; y la economía política, en su versión
marxista, para entender no sólo el proceso de concentración de tierras, y el control
absoluto de las aguas de regadío de estas haciendas, sino también las repercusiones
económicas, sociales y políticas que trae el capitalismo monopólico (imperialismo).
Lo mismo podría afirmarse de Hacia un humanismo americano donde se reivindica a
varios personajes latinoamericanos (Inca Garcilaso de la Vega, Simón Bolívar y César
Vallejo) como expresiones o símbolos del proceso histórico social y cultural de
emergencia de una nueva conciencia continental.
A diferencia de los otros pensadores peruanos del siglo XIX, XX y XXI para quienes el
Perú, la región geográfica (costa, sierra, selva) o la simple provincia se convertía en el
punto central de preocupación (liberales, conservadores, radicales, positivistas,
arielistas o novecentistas[4], anarquistas, anarcosindicalistas, hispanistas,
indigenistas, socialistas, comunistas, populistas, social cristianos, marxistas, etc.) para
Orrego la problemática peruana se encuentra subsumida dentro de otra mayor: la
latinoamericana. Así, el continente se revela como el eje central de su pensamiento.
Es por eso que se puede afirmar que América Latina aparece en su discurso siempre
no solo como un punto de partida sino también de llegada especialmente en su
segunda y tercera etapa -Latinoamericanismo Social (1923-46) yLatinoamericanismo
Humanista (1947-60)- y justamente sus libros Pueblo continente… (1939) y Hacia
un… (1966) son una clara muestra de ello. Ahora bien, la región latinoamericana es
vista por Orrego como un bloque “homogéneo” producto de todo un largo devenir
histórico pero enmarcada en un conjunto de relaciones sociales, económicas y
culturales concretas.
En esa época la gran mayoría de los filósofos se caracterizaban por ser meros y
simples intermediarios de conocimientos producidos por filósofos de otras latitudes
(europeos) y de otros tiempos (clásicos griegos). Es decir, el trabajo filosófico se
limitaba simplemente a repetir, difundir y divulgar lo que otros filósofos ya habían
escrito y/o reflexionado. Salvo las notables excepciones de José Enrique Rodó y José
Vasconcelos, los filósofos latinoamericanos no habían generado un conocimiento
propio que contribuyera al debate filosófico mundial. Algo parecido se podría decir de
la literatura escrita por lo autores nacidos en el continente. En resumen, el filósofo y el
artista latinoamericano no han sido libres sino todo lo contrario han tenido un carácter
y/o naturaleza liberta, manumetida, etc. porque simplemente se dedicaban a imitar o
copiar y no a crear.
En Orrego hay un esfuerzo por construir un marco teórico propio, entendida como una
matriz analítica -Teoría del Espectro- aunque él prefiere llamarla Teoría de los
Gérmenes para explicar sus principales tesis. Esto es sumamente claro especialmente
durante su segunda y tercera etapa -Latinoamericanismo Social (1923-46)
y Latinoamericanismo Humanista (1947-60)- y nuevamente sus libros Pueblo
continente… (1939) y Hacia un…(1966) nuevamente son una clara muestra de ello.
Todo este ejercicio creativo es algo realmente inédito no sólo en la filosofía peruana
sino también latinoamericana. José Enrique Rodó, Antonio Caso, José Vasconcelos,
Samuel Ramos, Leopoldo Zea, Augusto Salazar Bondy, Enrique Dussel, solo para
citar algunos nombres de los filósofos latinoamericanos más importantes del siglo
pasado y del actual, si bien han levantado diversas tesis o planteamientos, ninguno de
ellos se han caracterizado por construir un andamiaje teórico que los convalidara y/o
respaldara.
II.5. La Tesis del Pueblo Continente.-
III. Post-modernidad.-
Tercero, los filósofos postmodernos, la gran mayoría han tenido una militancia
comunista (Lyotard, Foucoult y Vattimo), que son los filósofos más representativos y
por consiguiente han tenido una formación marxista y en los caso de Lyotard y
Foucoult su marxismo fue de corte estructuralista pues en el Partido Comunista
Francés (PCF) el principal ideólogo era Louis Althusser. Mientras que el caso de
Vattimo es distinto pues el Partido Comunista Italiano (PCI) el marxismo practicado era
tributario de Antonio Gramsci, que pregonaba un marxismo más historicista y
culturalista.
Cuarto, la crítica a la “razón universal” puede muy bien ser entendida como un
cuestionamiento teórico y práctico a una razón que tuvo su partida de nacimiento en la
vieja Europa y que desde ese espacio se expandió por todo el mundo. Entonces una
crítica a este tipo de razón hace que el discurso post-moderno tenga un carácter y/o
naturaleza crítica del eurocentrismo. Sin duda, que un factor a tomar en cuenta es el
pesimismo que se apodero de Europa y que tuvo efectos en el estado de ánimo de los
intelectuales europeos. La caída del Muro de Berlín lo aceleró. Así se produce un
suerte de desencanto de las ideas, ideologías y utopías[18].
IV. Subalternidad.-
El marco teórico del Grupo de Estudios Subalternos en esta primera etapa bajo la
dirección de Guha tiene una identificación con las ideas del marxista italiano Antonio
Gramsci cuya interpretación del marxista esta marcada por una suerte de
descentramiento respecto a los centros teóricos e ideológicos en boga en esos años:
Alemania y Rusia. Justamente el término subalterno es una contribución propiamente
gramsciana. Pero junto al marxismo historicista y culturalista de Gramsci hay una
identificación pero al mismo tiempo una ccrítica a la historiografía marxista inglesa
(“historia-desde-abajo”) de Edward Thompson, Erick Hobsbawn, Christopher Hill, etc.
Por otro lado, la crítica que el Grupo de Estudios Subalternos le hace tanto a los
historiadores indios colonialistas como a los historiadores nacionalistas es que
construyeron una visión de la historia totalmente elitista. Es por eso que la propuesta
historiográfica que levantan es una historia donde los grupos subalternos fueran vistos
como sujetos de la historia. Para hacer esto era necesario conceptualizar el término
subalterno y darle un contenido concreto. Ahora pueblo y clases subalternas serán
sinónimos y se las define como la “diferencia demográfica entre el total de la población
india” y las elites dominantes tanto indígenas como extranjeras.
Hay otros dos aspectos del ideario de Guha que es necesario señalar. Primero, la
crítica a las concepciones históricas eurocéntricas que lo lleva a plantear una visión
de la historia que rompa con esta perspectiva o enfoque pero que no implicaba un
desconocimiento del carácter universal o globalizante del capitalismo y menos de la
historia. En otras palabras la reivindicación de la especificidad o particularidad de una
sociedad post-colonial, en este caso de la India, no debe anular una visión totalizante
o macro donde el conocimiento de lo post-colonial desde una perspectiva no europea
se constituye en una contribución para el conocimiento global. Segundo, al reivindicar
las características sociales indias que lo diferencian del mundo europeo en Guha hay
una reivindicación del campesinado como actor político central. En este punto la
diferencia con los marxistas ingleses es realmente radical pues para ellos el
campesinado era una clase social totalmente secundaria destinada a desaparecer con
la emergencia pero sobre todo la expansión del capitalismo[27].
En 1988 Ranajit Guha se retira del equipo editorial Grupo de Estudios Subalternos y
eso permite que emerga una nueva promoción de científicos sociales que continúen
con este importante y valioso. ejercicio intelectual y es aquí que hablamos del segundo
gran momento del Grupo de Estudios Subalternos que continua hasta el día de hoy.
Como era de esperarse los nuevos miembros continúan con las líneas maestras de
Guha pero también señalan algunos vacios y se dedican a llenarlos. Básicamente
encuentran dos: el olvido de las ccuestiones de género o de no haber establecido
vínculos con el feminismo teórico y que no se había enfrentado con las críticas
contemporáneas de la idea misma del sujeto. Desde el plano teórico se observa la
influencia del deconstruccionismo y del post-modernismo o para ser más preciso de un
autor post-modernista, Michelle Foucoult.
Los méritos que tiene el Grupo de Estudios Subalternos de la India es que su
epistemología, que es una especie de descentramiento de la historia, entendida como
un conocimiento social que no puede estar sustentado en el análisis de la experiencia
de un solo tipo de sociedad, en este caso la europea, y que erróneamente es
presentado como si tuviera caracteres universales. Lo que se propone
alternativamente es una nueva mirada que ha tenido la suerte de difundirse ya por
muchos espacios académicos y universitarios ( Inglaterra, Estados Unidos, Australia,
América Latina, etc.). Hoy encontramos ya Grupo de Estudios Subalternos en Asia,
Latinoamérica, etc.
V. Filosofía Latinoamericana.-
Si esto es así, una filosofía latinoamericana si bien tendría sus inicios con las tres
grandes civilizaciones precolombinas tendría su primera plasmación con la producción
filosófica de José Enrique Rodó, José Vasconcelos, etc. (fines del siglo XIX y
comienzos del XX) y especialmente con los filósofos de las décadas del 40 y 50 del
siglo XX para adelante, que por razones de espacio vamos privilegiar a estos últimos.
Ya en esas épocas se distinguía a los filósofos que habían nacido en estas tierras de
diversas maneras: una de ellas era distinguir entre universalistas y latinoamericanistas:
los primeros postulaban que su estilo debía ser universalista mientras que los
segundos abogaban que debía tener un carácter regionalista, ser una filosofía de lo
latinoamericano. Una segunda forma era diferenciando entre
filósofoscomprometidos[38] y filósofos torres de marfil [39] Más allá de estas
clasificaciones que siempre son simplistas, cuando no arbitrarias, lo importante es
señalar es que en estas generaciones cuando la filosofía latinoamericana se encuentra
plenamente a sí misma y logra desarrollarse de manera creativa tanto en el aspecto
teórico como en el práctico. Si uno revisa la producción filosófica no latinoamericana
sino europea se encuentra que por esa época en la Europa continental, especialmente
en Francia e Italia, los filósofos estaban también divididos en estos dos grandes
grupos. Esta división era, en muchas veces, bastante aristada y cada grupo rechazaba
al otro, a veces despectivamente, y consideraba que leer lo que producía era tiempo
perdido.
X --> Y --> W
Y: Sabiduría Popular
W: Pensamiento filosófico
Hoy en día, a diferencia de hace unos años por no decir décadas, hay consenso en el
mundo académico sobre el estatus de la filosofía latinoamericana. La importancia que
a día a día va teniendo es cada vez mayor. No sólo es el hecho que los filósofos
latinoamericanos son más reconocidos, que sus ideas se abren paulatinamente paso
tanto que la producción filosófica latinoamericana no puede seguir permaneciendo
ignorada, sino que ahora algunos filósofos latinoamericanos ocupan puestos de
importancia en las organizaciones filosóficas mundiales e inclusive se atreven a
discutir con sus antiguos maestros o polemizan con filósofos franceses u alemanes tal
como lo atestigua la polémica entre Enrique Dussel y Karl-Otto Apel
VI. Matriz Analítica, Análisis y Conclusiones.-
Federic Nietzsche
Deconstruccionismo Gustavo Gutiérrez
Martin Heidegger
Crítica a la
Crítica al marxismo historiografía marxista Marxismo
estructuralista inglesa (“historia- latinoamericano
desde-abajo”): Edward
Thompson, Erick
Hobsbawn,
Crítica al
Christopher Hill, etc.
eurocentrismo
Reivindicación de
la liberación
Reivindicación de
la cultura y la
cultura popular
Contribución a la
Teoría Post-colonial
Grupo
Latinoamericano de
Estudios Subalternos
Contribución a la
Teoría Post-colonial
Bibliografía.-
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En: El Norte. Trujillo, 4-IV-1925.
[3] "...mi escaso talento o casi nulo talento narrativo. Este nunca he tratado de
cultivarlo o desarrollarlo durante mi azarosa carrera de escritor y, pocas veces, en muy
contadas ocasiones, ciertamente, me he visto en el caso de ejercitarlo en
circunstancias que me fueran imprescindibles. Por este motivo, jamás intenté el
género literario del cuento, de la novela o de la investigación histórica de
acontecimientos, o de la simple crónica narrativa" (ORREGO ESPINOZA, Antenor. Mi
encuentro con César Vallejo. Bogotá: Mesa Redonda, 1989, pp. 35).
[4] Aquí habría que hacer una sola y brillante excepción Francisco García Calderón
quien quizás por su distancia física del Perú se permite abordar en 1912 la
problemática latinoamericana en dos libros: La creación de un continente (En: Obras
Escogidas. Lima: Fondo Editorial del Congreso del Perú, 2001, T. II. 211 pp.) y Las
democracias latinas de América. (En: Ob., cit., T. III, 518 pp.).
[8] LYOTARD, Jean Francois ( ). La condición postmoderna. Madrid: Cátedra, 1987.
[13] En este punto conviene leer: Miguel Giusti “Modernidad sin alternativas, sobre las
condiciones de racionalidad en Jürgen Habermas” (En: Modernidad en los Andes.
Cusco: Centro de Estudios Regionales Andinos "Bartolomé de las Casas", pp. 9-27) y
F. Hinkenlammert "Utopía y proyecto político: la cultura de la postmodernidad"
(En: Nueva Sociedad. Venezuela, # 91, 1987).
[19] NUN, J. ( ). La rebelión del coro. Buenos Aires: Nueva Visión, 1989.
[21] José Ignacio López Soria fue el primer filósofo que se definió como postmoderno.
He aquí algunos de sus ensayos mas leídos: "Tres entradas al debate de la
modernidad: Lyotard, Habermas, Heller)" (En: Ob., cit., pp. 37-59) y “Perspectivas
postmodernas” (En: Ob., cit., pp. 87-110).
[28] Un examen objetivo y sereno mostraría que lo que surgió con los primeros
filósofos griegos, los famosos presocráticos, no cumple los criterios de una filosofía
estricta. Sigue siendo un pensamiento mitomórfico, no siempre es grabado en
escritura (gran parte de los presocráticos y el propio Sócrates); contiene un alto grado
de sabiduría práctica; es impregnado por la religiosidad; no sigue un método
establecido; no es del todo sistemático; no se trata de filósofos académicos u
profesionales; mantiene un nexo vivo con los problemas prácticos de la vida.
[29] Aquí habría que mencionar dos libros pioneros que abrieron trocha a toda esta
nueva línea de pensamiento: Paul Radin (El hombre primitivo como filósofo. Buenos
Aires: Eudeba, 1960), Placide Temples (La philosophie bantoue) y en los últimos años
dos textos que desde distintas perspectivas cumplieron un papel trascendental de
cuestionamiento al eurocentrismo Samir Amin (El eurocentrismo: crítica de una
ideología. México: Siglo XXI, 1989. 230 pp.) y Edward Said (Orientalismo. Madrid:
Libertarias-Prodhufi, 1990. 444 pp.).
[40] Según Horacio Cerruti Guldberg los rasgos comunes de todas estas tendencias
de la llamada filosofía de la liberación latinoamericana serían: 1) Se trata de elaborar
una filosofía auténtica en América Latina. 2) Se piensa que es necesario destruir la
situación de dependencia que afecta a América Latina. 3) Se sostiene que esta
situación dependiente está apuntalada por una filosofía justificatoria y académica que
lo convalida, y que es preciso reemplazar entonces por otra que haga críticamente
explícitas las necesidades de las grandes mayorías explotadas del pueblo pobre y
oprimido de América Latina, 4) Se afirma que este pueblo es el portador de una
novedad histórica que debe ser pensada y expresada por la filosofía de la liberación
(Filosofía de la liberación latinoamericana. México: FCE, 1983).
[41] Los principales libros de Enrique Dussel son los siguientes: Caminos de liberación
latinoamericana (Segunda edición. Buenos Aires: Latinoamérica, Tomos I y II,
1973), Para una ética de la liberación americana (Buenos Aires: Siglo XXI, Tomos I-II,
1973), Filosofía ética latinoamericana (1972-79),América Latina: dependencia y
liberación. Antología de ensayos antropológicos y teológicos desde la proposición de
un pensar latinoamericano(Buenos Aires: Fernando García Cambero, 1973. 229
pp.), Método para una filosofía de la liberación: superación analítica de la dialéctica
hegeliana(Salamanca: Sígueme, 1974. 295 pp.), Filosofía de la liberación (México:
Edicol, 1977. 213 pp.), "Enrique Dussel un proyecto ético y político para América
Latina" (En: Anthropos: Huellas del Conocimiento, # 180, set-oct. 1998, pp. 3-92), "La
filosofía de la liberación ante el debate de la postmodernidad y los estudios
latinoamericanos" (En: Cuadernos de Filosofía Latinoamericana, # 74-75, 1999, pp.
11-30), etc.