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cuadernos

de arquitectura
• •

mesoamer1cana número 4 • julio 1985

UNAM

DI VI SIÓ N DE ESTUDIOS DE POS G RA C O - t- A CUL T AO DE AR\.)U ITECTURA


cuadernos número 4-julio 1985
de arqu itec tura ARQUITECTURA DEL ALTIPLANO CENTRAL 1
mesoamericana

Dl\'1 10 DE E TUDIOS DE POSG RADO


FACULTAD DE ARQU ITECTURA. U AM Índice
Editor: Paul Gendrop
Consejo t>ditorial: EDITORIAL . .. ... .. ..... ..... ................................... ............ . 1
Jesú< Aguirre Cá rdenas English ....... . . ......................... ... ... • ................•........... 2
Fran~ais .... .. ............................................. . ... . . • ...... .... 2
Alberto Amador Sellerier
George F. Andrews
Alfredo Barrera Rubio LAS CRUCES PUNTEADAS EN MESOAMÉRICA:
Mar vin Cohodas VERSIÓN ACTUALIZADA
Beatri7 de la Fuente Anthony F. Avení y Horst Hartung ... . .......... . ................ • ....... ...... 3
H. Stanlcy Lotcn
LA ACEQUIA REAL: UN ANTIGUO CAMINO
Horst Hartung
DEL AGUA EN LA CIU DAD DE MÉXICO
Miguel León Port illa
Juan Antonio Siller y Alejandra Rodríguez Diez ......... • .... . ..... . .. . ........ • .. 15
Jaime Litvak King
Karl Herbert Mayer
LA INFLUENCIA NÁ HUATL EN LA
Mary E. Millcr
TERMINOLOGÍA ARQUITECTÓNICA
Ernesto Velasco León
Pablo Chico Ponce de León y Juan Antonio Siller ....... .......... ....... ...... .. . 23
Rt>darrión ) distño ¡tnírico:
LOS EDIFICIOS CIRCULARES DE TEOTIH UACAN
Paul Gendrop. Ro~a ;\loncayo, Gerardo
Y OTRAS NOTAS HISTÓRICAS
Ramirez. Juan Antonio iller y Alejandro Daniel Schávelzon .. . .......... ............... .......... ........ ...... ....... . 31
Villalobos P.
Impresión: Off et Comercial Policromo, S.A. TEOTIHUACÁN: CIUDAD HORIZONTAL
~lédicos o 23. Col. Sifón CP. 09400. México, lñaki Díaz Balerdi ..................... . ..... ....... .............. . ... . .. .... . 35
D. F.
LOS REMATES O CORONAMIENTOS DE TECHO
EN LA ARQUITECTURA MESOAMERICANA (ficha técnica)
Ti raje: 3000 ejemplares
Paul Gendrop .. ....... ........ ... ...•................. .... . ................. 47
Distribu ció n:
LAS ALMENAS DE CINTEOPA
En las librerías dependientes de la Distribuido- Carmen Cook de Leonard .................................. . . . .. . ............ . SI
ra de Libros de la UNAM (Centro Comercial
C.U., Centro Cultural Universitario C.U.,
Librerías Insurgentes, Minería y otras), en las CONSIDERACIONES SOBRE UN PLANO RECONSTRUCTIVO
librerías del INAH (Córdoba 45, El Carmen, DEL RECINTO SAGRADO DE MÉXICO-TENOCHTITLAN
Aeropuert o, Tepotzotl án, y en los Ce ntros Re- Alejandro Villalobos Pérez ..................................... . . . ......... . . . 57
gionales de Mérída y de Campeche), en las Es-
cuelas de Arquitectura de Mérida y Guana-
juato, y en la Casa de la Cultura de Aguasca- LA ARQUITECTURA MONOLITICA EN TETZCOTZINGO
líentes. Y EN MALINALCO, ESTADO DE MÉXICO
Francisco Arturo Schroeder Cordero ................. . .......... .. .......... • . . . 65
Precio del ejemplar: 600 pesos M.N.
Ejemplar atrasado: 600 pesos M. N.
Precio en el extranjero: 1000 pesos SEMBLANZA ....... . .......................... .. ... .. ..................... . . . 91
ó 4.00 U .S. dollars.
CARTAS AL EDITOR ................. ....... . ....... ........................ . 94
Con porte pagado por vía de superficie:
850.00 pesos M.N. en la República
RESEÑA ............................ ............................ .. .. ........ .

Notas: EVENTOS ... ......................................... . ...................... . 95

Los artículos deberán ser redactados en espa-


llol } acompallados de un breve resum en en
inglés. o bien en inglés con resumen en espallol. PRÓXIMOS NÚMEROS
Serán dirigidos al Seminario de Arquitectura
Prehispánica, Apartado Postal 20-442, San ARQUITECTURA MAYA 2
Angel, Delegación Al varo Obregón. 01000,
México. D.F. ARQUITECTURA DEL GOLFO 1
El consejo editorial se reserva el derecho de
selección. Autoriza la reprod ucción parcial de ARQCITECTURA DE OAXACA 1
artícu los a condición de que se cite la fuente.
o se devolve rán origi nales. PRESENCIA PREHISPÁNICA EN LA ARQUITECTURA MEXICANA
Temas de restauración en México gación arqueológica en el Caribe. El tema a tratar en la Mesa Redonda
Informes de yacimientos. - Va lidez Teórica del Concepto de
Interacción humana y movimiento en la cuenca Mesoamérica- será discutido por medio de las
El pasado día catorce de mayo del presente, del Caribe. ponencias que se presenten, con énfasis en· la
dio comienzo el ciclo de conferencias denomi- Petroglifos en yacimientos abiertos. discusión teórica de dicho concepto, incluyen-
nado "Temas de restauración en México" or- El concepto teórico de la investigación arque- do el problema referente a la regionalización y
ganizado por el Colegio de Restauradores de ológica en el Caribe: historia, problemas y po- periodi ficación.
Bienes Muebles de la Ciudad de México y que sibilidades. El Congreso comprenderá simposios y po-
tuvo como sede el foro cultural Domecq. Arqueología Histórica. nencias de tema libre, pero siempre relaciona-
El objetivo principal de este ciclo fue el de dos con el campo antropológico.
Utilización de la tierra y la costa, y adaptación
dar a conocer la importancia que tiene la RES- humana en el Caribe. Para mayor información, dirigirse al Comité
TAURACIÓN para la reafirmación de nuestra Antropología física y restos humanos. Organizador de La XIX Mesa Redonda de la
identidad nacional, a través, claro está, del res- Sociedad Mexicana de Antropología, Departa-
Investigaciones etnohistóricas.
cate, tratamiento y preservación de los docu- mento de Etnohistoria, Museo Nacional de
Arqueología Sub-Acuática.
mentos físicos que aún existen, de los cuales El e•1ento está auspiciado por La Fundación Antropología, Paseo de la Reforma y Gandhi,
otras disciplinas obtendrán datos que serán de Arqueológica, Antropológica e Histórica de Delegación Miguel Hidalgo, código postal
sumo provecho para el mejor conocimiento de Puerto Rico, Apartado 9187, Santurce, Puerto 11560, México, D. F.
nuestro pasado. Rico 00908, con el Coauspicio de la Universi-
En este ciclo tomaron parte importantes his- dad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Juan Antonio Siller
toriadores, arquitectos y arqueólogos que, con-
juntamente con los restauradores que intervi-
Juan Antonio Siller VI Symposium Internacional de Con-
nieron en los distintos casos, trataron de mane-
ra sencilla los antecedentes, importancia y tra- servación del Patrimonio Monumental
tamientos de restauración realizados.
Los temas que se expusieron fueron: "La im- El Consejo Mexicano de Monumentos y Sitios
portancia de la restauración" por Carlos Chan- del ICOMOS, Organismo "A" UNESCO, co-
fón O., "Excavaciones en Templo Mayor" po, munica que el VI Symposium Internacional de
Eduardo Matos M. y Maria Luisa Franco; Conservación del Patrimonio Monumental se
Primer Coloquio Internacional de llevará a cabo en la ciudad de Pachuca, Hidal-
"Textiles prehispánicos" por Eduardo Pare-
yón, Emma Herrera y Lorena Román; "Pro- Mayistas go, del4 al 9 de Noviembre de 1985, patrocina-
blemas de restauración de la basílica de Guada- do por el gobierno del Estado de Hidalgo con el
lupe" por Javier García Lascurain y José Luis El Centro de Estudios Mayas del Instituto de apoyo del ICOMOS Mexicano.
Calderón; "El Altar de los Reyes" por Guiller- Investigaciones Filológicas de la Unjversidad El tema general de la reunión es TRADI-
mo Tovar de Teresa y Arturo de la Serna, y Nacional Autónoma de México, organiza el CIÓN Y CONTEMPORANEIDAD EN LA
"Códices prehispánicos" por Carlos Martínez Primer Coloquio Internacional de Mayistas, RESTAURACIÓN, desarrollándose éste en re-
Marín y Lorenza León. que se celebrará del 5 al 10 de agosto del ailo en lación a los procedimientos tradicionales y téc-
Se hizo énfasis también en la importancia curso en la ciudad de México. nicas contemporáneas en conjuntos urbanos,
que tiene la realización de un trabajo interdis- Las disciplinas que se contemplan en el Colo- arquitectura, pintura y escultura.
ciplinario INVESTIGADOR-RESTAURA- quio son: antropología social, antropología Los interesados en participar o recibir infor-
DOR, para la obtención de óptimos resultados fisica, arqueología, etnología, epigrafía, histo- mación más detallada pueden dirigirse a las ofi-
en las investigaciones y en las propuestas de in- ria y lingüística. cinas del Comité Organizador en la siguiente
tervención. Se hizo notoria la formación Las sesiones de trabajo serán matutinas y dirección: Avenida Mazatlán Ni> 190, Colonia
científica del restaurador y no de simple técni- vespertinas, agrupando las ponencias por áreas Condesa, código postal 06140, México 11,
co, como lamentablemente se le ha venido cata- de interés común, no habiendo sesiones simul- D. F., teléfonos 515-I4-71 y 277-31-66.
logando. táneas. Las funciones tendrán lugar en la
El contenido de las conferencias será recopi- UNAM. Juan Antonio Siller
lado y publicado por los organizadores del Los trabajos para la memoria serán publica-
evento. Para mayor información diríjase a la dos por el Centro de Estudios Mayas.
sede del Colegio de Restauradores en: Yácatas Cualquier información puede solicitarse al UNIVERSIDAD NACIONAL
No. 326, Colonia Narvarte, C.P. 03020, Telé- Centro de Estudios Mayas, Instituto de Investi- AUTÓNOMA DE MÉXICO
fono 5-43-31-08 en México, D. F. gaciones Filológicas, Torre de Humanidades
Il, piso 11, Ciudad Universitaria, código postal RECTOR
Estrella García Tosco 04510, México, D. F. Dr. Jorge Carpizo
SECRETARIO GENERAL
Juan Antonio Siller Dr. José Narro Robles
Undécimo Congreso Internacional de SECRETAR IO GENERAL
ADMINISTRATIVO
Arqueología del C aribe
XIX Mesa Redonda de la Sociedad lng. José Manuel Covarrubias
SECRETARIO DE LA RECTORIA
La Asociación Internacional de Arqueología
Mexicana de Antropología Act. Carlos Barros Horcasitas
del Caribe tendrá su Undécimo Congreso Inter- ABOGADO GENERAL
nacional de Arqueología del Caribe, en la La Sociedad Mexicana de Antropología llevará Lic. Eduardo Andrade Sánchez
ciudad de San Juan de Puerto Rico del 28 de a cabo la XIX Mesa Redonda con el tema: VA- DIRECTOR DE LA FACULTAD
julio al 3 de agosto de 1985. Los temas prelimi- LIDEZ TEÓRICA DEL CONCEPTO DE DE ARQUITECTURA
nares para los seminarios serán: MESOAMÉRICA. La reunión será del 11 al 16 Arq. Ernesto Velasco León
Entoques \\ac\a \as tecno\og\as \)te\\\stórkas en de agosto de\ \)resente ai\o en \a ciudad de JEFE DE LA Dl'I\S\ÓN
Querétaro, Qro., y constará de dos partes: La DE ES1"UDlOS DE POSGRADO
e\ Caribe.
Mesa Redonda y e\ Con~reso. Mtro. X.avier Cortes Rocha
Metodología y/ o ciencia ap\icada en \a investi-
en este número:
ARQUITECTURA
DEL ALTIPLANO CENTRAL 1
autores: a. avení • h. hartung • j . a. siller • a. rodríguez • ·
p. chico • d. schávelzon • i. díaz. •" p. gendrop •
c. cook • a. villalobos • a. schroeder •

ISSN 0185-5113
EDITORIAL

Con este número 4 de nuestros Cuadernos, estamos reuniendo una serie de tra-
bajos de muy diversa índole, en torno a un tema común que es la Arquitectura
del Altiplano Central.

Iniciamos esta serie con la versión actualizada -y en español- del estudio de


Anthony F. Aveni y Horst Hartung sobre "las cruces punteadas en Mesoaméri-
ca", un clásico en su género.

El siguiente ensayo, de Juan Antonio Siller y Alejandra Rodríguez Díez, nos


hace revivir aquellas antiguas acequias de la ciudad de México, de claro origen
prehispánico, a través de sus supervivencias durante el virreinato y el siglo XIX.
Estos mismos resabios del mundo náhuatl son rastreados también -por Pablo
Chico Ponce de León y Juan Antonio Siller- a través de muchos vocablos
asociados hoy en México con el medio de la arquitectura y de la construcción en
general.

Escudriñando entre escritos del siglo pasado, Daniel Schávelzon desentierra


un testimonio muy sugestivo respecto a un edificio de planta circular que
todavía existía en Teotihuacán hace cosa de un siglo, y que puede haber consti-
tuido un antecedente de los templos de planta circular del Postclásico. Y sobre
la misma Teotihuacán sigue un ensayo de Iñaki Díaz Balerdi en el que el autor
subraya la horizontalidad como uno de lo principios rectores de la gran urbe clá-
sica del altiplano, tanto en el diseño urbano y la arquitectura en general, como
en la escultura, pintura mural y otras artes.

La "ficha técnica" sobre "remates o coronamientos de techo en Mesoaméri-


ca" se ve felizmente enriquecida por la aportación de Carmen Cook de Leonard
sobre las almenas de estilo teotihuacano halladas en Cinteopa, Morelos.

Y después de un ensayo de Alejandro Villalobos sobre las tentativas de re-


constitución del Recinto Sagrado de México-Tenochtitlan, se cierra este número
con una copiosa - y hermosamente ilustrada- monografia de F. Arturo Schroe-
der C. sobre la arquitectura monolítica de Tetzcotzingo y Malinalco, una de las
facetas más fascinantes del mundo mexica de vísperas de la conquista.

El editor
Portada: El "baño del Rey" en Tetzcotzingo,
donde el rey Nezahualcóyotl tenía sus baños y
placeres. Foto F. Arturo Schroeder Cordero.
Nota: Salvo indicación expresa, las ilustra-
ciones de cada capítulo son de los respectivos
autores de éstos.
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1.. fl.

Entirely devoted to the Architecture oj the Central Highlands of Mexico, this is-
sue presents a great diversity of subjects, from the "pecked-cross symbols" to
the monolithic architecture of Tetzcotzingo and Malinalco, and including essays
on: the ancient channels of the Valley of Mexico; the terms of Náhuatl origin
still in use in architecture; a lost round structure at Teotihuacán; the marked ho-
rizontal character of Teotihuacán in architecture and other arts; the roof orna-
ments ("almenas", roof crests, etc.) in Mesoamerican architecture including so-
me of those ornaments found at Cinteopa; and the attempts of theoretical re-
construction of the Sacred Precinct of Mexico-Tenochtitlan, the Aztec capital.

The editor

'
Entierement consacré a I'Architecture du Haut-Piateau Central Mexicain, ce
numéro 4 des Cuadernos présente une grande diversité de sujets allant des
"croix pointillées" (gravées a meme le roe ou sur un sol en stuc) a l'architecture
taillée dans le roe de Tetzcotzingo et de Malinalco, en passant par une étude sur
Arriba: Vista de la calle de Roldán y su desem-
les anciens canaux de la vallée de Mexico; une analyse des termes d'origine barcadero, en la que se puede observar la gran
nahuatl ayant trait a l'architecture; un témoignage concernant un édifice de plan actividad comercial. Las mercaderías que
circulaire qui subsistait le siecle passé a Teotihuacán; une "fiche technique" sur procedían del sur del lago eran conducidas a
les éléments de couronnement de toits en Mésoamérique, suivie de quelques-uns través del Canal de la Viga hasta el mercado de
de ces ornements découverts a Cinteopa, et d'une analyse sur les plans de re- la .Merced, continuando este canal hasta la
Acequia Real que pasaba junto al Palacio Na-
constitution hypothétique de l'Enceinte Sacrée de Mexico-Tenochtitlan, l'an- cional (véanse pp. 14 a 22) . Enfrente: Ejemplo
cienne capitale Azteque. de cruz punteada de la categoría l(a), según
Anthony F. Avení y Horst Hartung (véase fig .
L'éditeur 4-a p. 7).

2
LAS CRUCES PUNTEADAS EN MESOAMÉRICA: VERSIÓN ACTUALIZADA

We discuss the data and various hypotheses pertaining to the origin and function
of the pecked cross design which appears carved in the floors of ceremonial buil-
dings and in rock outcrops over a wide range of locations in Mesoamerica, but
especially in Teotihuacán and vicinity. Late/y, this symbol is being discovered,
discussed, and interpreted with increasing frequency in the literature. We recog-
nize severa/ distinct types of pecked designs which m ay or may not be related to
the archetypal double circle noted long ago in the floors of Structure A - V at
Uaxactún and in a building near the Viking Group at Teotihuacán. Hypotheti-
cal explanations for the meaning and use of the designs have included calendars,
architectural markers, astronomical or non-astronomical orientation devices,
•o
1
observation points, and games. With caution against over-interpreting these da-
ta, particular/y with regard to the in tended precision of the designs, we present
evidence suggesting that all of these interpretations are sti/1 viable and further-
Anthony F. Aveni y Horst Hartung* more that, in particular cases, more than one of these functions is likely .

Repaso de los datos disponibles La falta de espacio impide una pre-


sentación exhaustiva de los datos
Diseños a base de cavidades puntea- existentes a la fecha . En vez de esto
das aparecen en edificios ceremo- referimos al lector a las publicaciones
niales y en los afloramientos de rocas con la información correspondiente.
por todas partes en Mesoamérica. Un Los datos pertenecientes a los 29
número de estos patrones de diseño ejemplos de cruces punteadas conoci-
han sido reconocidos como constitu- dos hasta 1978 son presentados en
tivos de una clase de símbolos a causa forma tabular en Avení, Hartung &
de su similaridad. La llamada cruz Buckingham 1978. Desde la publica-
punteada generalmente se compone ción de esta información los autores
de uno, dos o tres círculos concéntri- han determinado, por medio de un
cos centrados a una cruz (Avení, Har- cuidadoso examen, que los diseños
tung & Buckingham 1978, figs. 1-a, 1- TE0-6 y TE0-11, que fueron pensa-
b, etc.). A veces un círculo y un dos como grabados en líneas conti-
cuadro aparecen en el mismo diseño nuas, ~esultaron en realidad punte-
(1978, fig. 1-0 y a lo menos en un ca- ados y posteriormente modificados,
so el diseño concéntrico es una "Cruz probablemente en tiempos recientes.
de Malta" (1978, fig. 1-e). Debemos afiadir que los otros disefios
Como muchos nuevos ejemplos de mencionados en este artículo, TE0-8
variadas formas de este símbolo han y TE0-9, nunca pudimos locali-
estado apareciendo, el propósito de zarlos. En un artículo posterior (Ave-
este ensayo es mencionar las nuevas ni & Hartung 1982a) reportamos la
fuentes de datos, resefiarlos breve-
mente y presentar las diferentes hipó-
tisis respecto a su significado y fun-
ción y, en general, enterar a los histo- • Dr. en astronomía, Charles A. Dana Profe-
riadores del arte y arquitectura meso- ssor of Astronomy & Anthropology, Colga-
americanos de su difundida existencia te University, Hamilton, N. Y., U. S. A.
Arquitecto, Dr.- lng. en planificación urba-
y de la variedad de las condiciones ba- na y regional, profesor de la Facultad de
jo las cuales aparecen en y alrededor Arquitectura, Universidad de Guadalajara,
de los sitios arqueológicos. Guadalajara.

3
existencia de tres diseños (TE0-13, 14
_ _•!~ __l!!Qfic.Q.I!fJ;AJ!WL
y 15) que acompañan a TE0-7 en los
EL CHAPIN
afloramientos de rocas en el Cerro
Chiconautla a 14 km. al poniente-
GOLFO DE MáiCO
surponiente de la Pirámide del Sol.
Éstos, como algunos otros símbolos
citados en nuesto artículo de 1978,
fueron ya mencionados por Gaitán et
al (s. f.). Sólo TE0-13 y TE0-14
tienen una cercana semblanza con la
forma del círculo punteado, los otros
dos consisten solamente en ejes cur-
vados que se cruzan en ángulos no
rectos. También TE0-16, una piedra
grabada exactamente al poniente de
1 la Pirámide del Sol, es discutida en
ese artículo aunque no contiene un
círculo punteado.
En 1982 publicamos datos (A veni &
l Hartung 1982a) sobre dos petroglifos
adicionales en Tepeapulco (más apro-
TEPEAPULCO piadamente llamado Xihuingo como
CERRO GoRDO
+
XIHUINGO
nombre para el sitio arqueológico),
otro tallado sobre una piedra suelta
+6 que ahora está en el Museo de Coate-
telco (Morelos) y un cuarto, que en
realidad es un cuadrado formado por
siete grandes agujeros punteados, en
Chalcatzingo (More1os). En el mismo
afto reportamos dos nuevas cruces
punteadas (A veni & Hartung 1982b)
+TEPONAXTLE que fueron encontradas por Rubén
Cabrera, una en la Ciudadela TE0-
17) y otra cerca de las ruinas prehis-
lago de pánicas de Purépero (Michoacán).
Iwaniszewski (1982) resumió los da-
texcoco tos referentes a cuatro diseños adi-
cionales descubiertos por los arqueó-
logos del INAH en la Ciudadela y
" sus alrededores (TE0-18, 19, 20, 21).
Solamente TE0-19 puede ser clasifi-
" cado como un verdadero círculo pun-
teado, TE0-18 y TE0-21, como


T LALANCALECA
TE0-7 en el Cerro Chiconautla, con-
sisten sólo en agujeros punteados o
ejes intersecados. TE0-20, el más cu-
rioso de todos los diseños recientemen-
te descubiertos, es un trazo reminis-
cente de un par de "curvas Gaus-
sianas", que parecen constar de una
categoría
+ 1 (a)
mitad de un diseño cuatripartita. Se
encuentran casi al ras del muro exte-
rior de la Ciudadela, en el lado frente a
.... 1 (b)
la Calle de los Muertos. Otro diseí'lo,
• 2 (b) TE0-22 (sin publicarse) fue descubier-
o 30
to hace poco en el mismo conjunto.
X 3 (b) 1 1

4
Folan (1978) y Folan & Ruiz (1980) (1980) trató los círculos punteados en l. Mapa de Mesoamérica sei'lalando los sitios
han reportado varios disefios puntea- el amplio contexto del símbolo cuatri- con cruces punteadas. 2. Plano de los alrededo-
res de Teotihuacán con los sitios de cruces pun-
dos en Cerrito de La Campana (CEC) partita en Mesoamérica. teadas clasificadas según las categorías pro-
y Boctó (BOC) cerca de Acambay En la fig . 1 presentamos un mapa de puestas en el texto.
(Edo. de México). El símbolo CEC-1 Mesoamérica con la localización de
es un doble círculo punteado tallado los disefios que consideramos perte-
en una gran piedra suelta en una posi- necen a las categoría de las cruces
ción vertical formando ahora parte de punteadas . La fig. 2 ensefia la locali-
un muro (fig. 6-h), mientras que en zación de estos símbolos en los alre-
Boctó a lo menos otros siete disefios dedores de Teotihuacán, mientras la
muestran cuadrados punteados o par- fig. 3 muestra una sección de la Calle
te de éstos. de los Muertos con varios de esos
Recientemente Rivera (1984) reportó ejemplos. En la fig. 4 aparecen unos
petroglifos adicionales en lo que él dibujos y fotografías representativos posible una supervisión adecuada en
denomina Tepepulco (Tepeapulco en de cada una de las categorías. sitios como Xihuingo (Tepeapulco) o
nuestros estudios y ahora Xihuingo Desgraciadamente el estado de con- El Chapín (cerca de Alta Vista,
para el sitio arqueológico). Rivera servación de muchas de estas cruces Chalchihuites), aunque en los últimos
también mencionó el trabajo en pro- punteadas es extremadamente pobre; se trata de símbolos tallados en las ro-
ceso de Wallrath, del cual se tuvo in- por ejemplo TE0-1 está prácticamen- cas.
formación más tarde en una contribu- te destruida. Aunque en la zona ar- Empleamos la siguiente simbologfa
ción al Simposio de Arqueoastrono- queológica de Teotihuacán sería po- en la figura 2. Y de aquí en adelante
mía y Etnoastronomía en la ciudad de sible un mejor cuidado de los disefios nos referimos a las tres categorías de
México a fines de septiembre de 1984 en los pisos de estuco -no faltaron disefio arriba mencionadas. Sin duda,
(Rangel & Wallrath, s.f.). Después de llamadas a las autoridades correspon- la primera constituye la más clara de-
su presentación Wallrath fue tan dientes hace ya muchos afios- es im- finición de la cruz punteada.
amable en guiar a uno de los autores
(AFA) en un tour detallado por
Xihuingo, donde mostró la existencia DISEÑO
de por lo menos 30 disefios que con- CATEGORÍA 1 (a) sencillo, doble o triple círculo con cruz, punteado en el
cuerdan con la definición estándard piso de un edificio:
del círculo punteado. Estamos espe- TE0-1, 3, 4, 8(?), 9(?), 10, 12, 17, 19, 22;
rando con mucho interés la publica- UAX-1, 2(?) 3(?) figs. 4-a, e, d,)
ción de estos nuevos datos, prevista en
CUADERNOS en uno de los siguien- DISEÑO
tes números. Por su mera abundancia CATEGORÍA 1 (b) sencillo, doble o triple círculo con cruz, punteado en la
y preciso detalle, estos petroglifos con roca:
seguridad nos van a informar acerca TE0-5, 6, 11, 13, 14; ACA, TEP-1, 2, 3, 4, 5;
de la esencia del símbolo en el contexto CHA-l, 2; TUI, RIV(?) SEI, COA, CEC, NMX, PUR.
de estas ruinas. figs. 4-e, J, g, h, i,)
Zeilik (1980) anunció la existencia de
patrones de cruces-círculos en forma DISEÑO
petroglífica y pictográfica en los alre- CATEGORÍA 1 (e) "Cruz de Malta", triple y punteada en el piso de un edifi-
dedores del cafión Chaco, Nuevo Mé- excepción cio (fig. 4-b)
xico. Queda por verse si estos
ejemplos concuerdan con la verdade- DISEÑO
ra definición del círculo punteado. CATEGORÍA 2 (b) sencillo o doble cuadrado con o sin diagonales, punteado
Finalmente, para completar la lista de en la roca:
la literatura del símbolo "cruz punte- TLA-1, 2, 3; PON, CHL, BOC-1 - 7. (figs. 4-j, k)
ada", debemos mencionar que en
otras publicaciones (Aveni & Hartung DISEÑO
1979; Aveni, Hartung & Kelley 1982a CATEGORÍA 3 (b) línea punteada o líneas punteadas cruzadas en recto o
y 1982b) hemos interpretado datos de curveadas, en la roca :
muchas de las cruces que ya se cono- TE0-7, 15. (fig. 4-e)
cen; véanse también Aveni & Gibbs
1978, y Avení 1980 con más discusión NO ADMISIBLES TE0-18, 20(?), 21.
e interpretación). Además Coggins
5
el ejemplo más antiguo (7) en Chal-
L
.t.
.-s .
catzingo, a los probablemente bastan-
glifos contiene 260 agujeros, lo mejor
que pudimos contar considerando su
te tardíos en Boctó. Los pocos otros estado de conservación. Si no conta-
diseños de la categoría 3, que se mos el agujero central, el patrón con-
componen de sencillas rectas o curvea- siste en 20 agujeros en los ejes, 20 en
1 das líneas cruzadas, pueden conside- cada cuadrante de los círculos inte-
rarse casi como no miembros de la riores y 25 en cada cuadrante de los
4 clase de las cruces punteadas. Los
mapas de Mesoamérica y de los alre-
círculos exteriores (incluimos el punto
de la intersección del círculo y los ejes
dedores de Teotihuacán demuestran en las cuentas axiales). El patrón de
1
que la cruz punteada es un símbolo 20 agujeros en los ejes acomodados
muy difundido, del cual podemos ci- en una secuencia de 10-5-5, contando
1 tar a lo menos 60 ejemplares de la del centro hacia el exterior, es prácti-
categoría 1 que persisten por un largo camente general. Este hecho en sí, da-
periódo de la historia mesoamerica- da la importancia del número 20 en
na. Pero ¿es que el desarrollo y difu- las matemáticas y los calendarios me-
sión de este intrincado diseño indican soamericanos, es una muy fuerte evi-
una continuidad de propósito en la dencia en favor de la idea "contador-
..
1
cultura mesoamericana?. Para con-
testar esta pregunta tenemos que rese-
calendárico" .
Las cuentas en los círculos aparecen
3 ñar de nuevo rápidamente las diferen- agrupadas alrededor de múltiplos de
tes explicaciones que se han propues- 20, es decir: sesenta (6 ejemplos),
3. Plano de una sección de la Calle de los Muer- to para el significado y función de es- ochenta (12 ejemplos) y cien (12
tos en Teotihuacán, donde se ubican las princi-
pales cruces punteadas. 4. Dibujos y
te símbolo, y en particular la eviden- ejemplos). Toleramos una desviación
fotografías de las cruces punteadas representa- cia en que se apoyan cada una de es- de ± 7 de cada total.
tivas de las tres categorías y sus subdivisiones tas explicaciones. Como ya argumentamos, TE0-2 es
respecto a la situación en pisos de estuco (a), o otra cruz punteada que sugiere un ca-
en rocas (b). o. TE0-1, b. TE0-2, c. TE0-17, Discusión de las hipótesis lendario (1978, p. 269). La cuenta
d . UAX-1, ubicados todos en pisos de estuco
pertenecientes a la categoría 1 (a). e. TE0-13 y
sobre el círculo exterior del diseño es
La hipótesis calendárica
15, ambas apuntan aprox. a las dos grandes pi- 260, la misma que hay sobre la perifé-
rámides de Teotihuacán; la primera pertenece a La explicación más antigua sobre el rica del "calendario" en el Códice
la categoría 2 (b), la segunda a la categoría 3 uso de la cruz punteada fue la que Féjérvary-Mayer, p. 1, cuyo diseño se
(b). f . ACA (Acalpixcan) apunta con su casi parece en forma general a la cruz
ofreció A. Chavero (en una parte de
completa diagonal hacia Teotihuacán, g. TE0-
5 se encuentra en el Cerro Colorado a unos 3 la publicación de Riva Palacios de punteada (fig. 4-b). Por otra parte,
km. de TE0-1, y esta línea visual está a 90° con 1889), quien, según nuestro conoci- existen unas cuentas que parecen no
el eje de la Calle de los Muertos (fig. 3). h. CEC miento, fue el primero en reportar la tener nada con los calendarios; por
en el Cerrito de la Campana. i. CHA-l en El existencia del símbolo en 1886. Él su- ej. el círculo exterior de TEP-5 consta
Chapín.j. CHL en Chalcatzingo. k. BOC-1 en- de 130 agujeros, mientras la misma
cima de una roca casi plana en Boctó. /. Dibujo
girió que el petroglifo RIV, que nun-
del juego de quince que fue anotado con los ta- ca fue localizado, pero que sospecha- parte de UAX-1 contiene 156, distri-
rahumaras en el norponiente de México (redi- mos puede identificarse con CHA-l, buidos muy disparejos en cada
bujado según Bennett & Zingg 1935, p. 342). fue utilizado como contador calendá- cuadrante (43 - 45 - 32 - 36).
rico. Más reciente, Worthy & Dickens Frecuentemente las distancias entre
(1983) indicaron un método para las marcas punteadas varían; a veces
De un total de 51 ejemplos citados, 14 marcar el año de 365 días con el uso aparecen demasiado amontonadas
se refieren a la categoría 1 (a y e), de la forma de los 260 puntos del (cuadrante exterior NE de TE0-1),
punteados en los pisos de los edificios círculo punteado. En nuestro trabajo como si el artista no hubiera puesto
de Teotihuacán (11) y Uaxactún (3). de 1978 (1978, fig. 6) expusimos cier- mucha atención. ya sea en ejecutar
20 diseños más de la categoría 1 (b) ta evidencia de que los números de un una cuenta precisa o en realizar un di-
fueron tallados en la roca. Los apro- significado calendárico estuvieron seño conciso. Mientras es posible que
ximadamente 30 ejemplos no publica- presentes en muchas cruces puntea- algunos de los diseños hayan sido
dos de Wallrath, también concuerdan das. Aveni, Hartung & Kelley (1982, hechos con la intención de contar los
con esta muy estricta definición. p. 329) llevaron la idea más en detalle días en grupos de 20 y sus múltiplos y
Hemos notado que los 12 ejemplos de para los petroglifos en lo alto del quizá aún en totales de 260, es eviden-
la categoría 2 son muy variados, tan- Cerro El Chapín, desde donde puede te que no todos pueden haber fun-
to en diseño y procedencia como en verse desde arriba a las ruinas de Alta cionado de esa manera. Aunque es
espacio y tiempo: éstos abarcan desde Vista (Chalchihuites). Ambos petro- posible conjeturar que variaciones en
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7
la cuenta se puedan atribuir a la nece- ña desviación parece haber sido se- gunos investigadores lo han hecho
sidad de usar diferentes calendarios guida en todo el valle de México en (Chiu & Morrison 1980), que cada
en zonas de diferente altitud y clima, tiempos posteriores (Avení & Gibbs nuevo petroglifo que se descubre debe
no podemos ofrecer una evidencia 1976). Un cierto número de cuerpos acomodarse en este sistema. Algunos
concreta de que fue así, excepto ad- celestes se han sugerido como razón lo hacen, p.e. TE0- 13, 14, 15 (fig.
mitir que en el largo lapso del imperio para esta peculiar orientación. En 4-e), que apuntan hacia las pirámides
teotihuacano hubo ciertamente nece- nuestro juicio la que parece de más desde una distancia de 14 km. e indi-
sidad de controlar el calendario sobre peso es el punto del ocaso de las Plé- can también la dirección general de la
un vasto estado. No podemos tampo- yades que sabemos jugaron un impor- salida del sol en el solsticio de verano,
co ofrecer un método universal para tante papel en la cosmovisión mexica- pero otros no, p.e. ACA, TEX y
usar el petroglifo como un contador, na y que también pasaban por el pun- TEP- 1, cuyos ejes apuntan a la di-
una computadora o un ábaco. Nota- to cenital de Teotihuacán alrededor rección general de Teotihuacán (to-
mos, sin embargo, que si contáramos del tiempo en que la ciudad fue cons- dos en diferentes direcciones), pero
marcando un punto por día desde truida. Más aún la primera aparición que no tienen una función astronómi-
fuera hacia el centro (o a la inversa) a anual de las Pléyades en el cielo de ca aparente (fig. 2). Ahora que se ha
lo largo de un eje, casi siempre se lle- Teotihuacán antes de oscurecer hallado que las cruces-petroglifos
ga a 20 días. ocurrió en el mismo día del paso del marcan las direcciones al poniente, al
sol por el cenit, es decir, la primera norte y posiblemente al sur, se debe
Las hipótesis del marcador arquitec- aparición de las Pléyades propor- buscar en las montafias hacia el orien-
tónico y de la orientación astronó- cionó un aviso del evento más impor- te en Teotihuacán para un ulterior ca-
mica tante en el calendario anual. El que so de este símbolo.
los teotihuacanos hayan querido in- A menudo pasados por alto entre
Aunque estas dos ideas son sepa- corporar una función calendárica en los ejemplos de la hipótesis de orien-
rables, las consideramos en conjunto su arquitectura ceremonial no parece tación astronómica son dos notables
por razones históricas. Enunciando irrazonable. Muchos de los realizado- marcadores cerca del Trópico de Cán-
brevemente, la primera hipótesis pro- res de ciudades antiguas compar- cer que creemos proveen el argumen-
pone que los marcadores estaban en tieron lo que C. Loew (Myth, Sacred to más contundente que aquí pode-
relación con el trazo de los centros ce- History and Philosophy, New York mos presentar para relacionar los
remoniales, y la segunda que las 1976, pp. 5 y 13) llama una "convic- círculos punteados, la arquitectura y
líneas entre pares de marcadores y/o ción cosmológica", significando con la astronomía en referencia al hori-
ejes de marcadores indican los puntos ello que hay un orden cósmico que zonte (A veni, Hartung & Kelley
de salida o puesta de cuerpos celestes une al hombre con la sociedad y 1982a, 1982b). Vista desde un par de
usados para determinar eventos en el los cielos. Como parte de esta con- petroglifos (CHA-l y 2) tallados en
calendario. En conjunto, estas dos hi- vicción el hombre adopta la posición unas rocas de la ceja oriente de una
pótesis implican que consideraciones de que la estructura y la dinámica de aislada meseta (Cerro El Chapín), la
astronómicas tomaron parte en la la sociedad son discernibles en los tra- salida del sol en el solsticio de verano
planificación y orientación de los zos de los movimientos de los cuerpos ocurre precisamente sobre la cúspide
centros ceremoniales. celestes. A más de esto, existe la del Picacho, un prominente pico al
Los argumentos relacionando la fun- creencia de que la sociedad humana nororiente, en cuya base se extraían
ción astronómica de los marcadores debe ser un microcosmos de la so- las piedras azules (chalchihuites). Las
de la categoría 1 como TE0-1, 5, 6 y ciedad divina reflejada en los cielos. ruinas de Alta Vista (fig. 5), un sitio
11 en el plano de Teotihuacán, han si- Es la reponsabilidad principal de los muy fuertemente influenciado por la
do expuestos ampliamente en la lite- sacerdotes arreglar el orden humano fase Xolalpan de Teotihuacán, se en-
ratura por Dow (1967), Millon sobre la tierra para que se acomode al cuentran a unos kilómetros al norte.
(1973), Avení, Hartung & Buc- orden divino que se manifiesta en los Desde estas ruinas, la salida del sol en
kingham (1978), Avení & Hai"tung cielos. Por tanto debemos estar pre- los esquinoccios ocurre sobre el mis-
(1982a), Ruggles (1984), Avení (con- parados para creer que entre las so- mo pico. Así podemos decir que la ar-
testación a Ruggles, 1984), y otros. ciedades antiguas la estructura del quitectura en Alta Vista y los círculos
El factor móvil para proponer estas centro urbano estuvo profundamente punteados están relacionados con la
relaciones ha sido el reconocimiento influenciada por sistemas religiosos misma montafia, porque tomados en
de la poco usual desviación de 15 y de creencia, que a su vez estuvieron conjunto forman una doble alinea-
medio grados al oriente del norte de íntimamente relacionados con las ción astronómica que marca puntos
la cuadrícula de la ciudad, una alinea- estrellas. importantes en la cuenta del afio.
ción desviada de las direcciones cardi- Dada la hipótesis de la orientación J.C. Kelley excavó en la ruinas un ca-
nales que corren en contra de la ten- astronómica de Teotihuacán, debe- mino que conduce hacia el oriente en
dencia general del paisaje. Esta extra- mos cuidar de no anticipar, como al- dirección al prominente pico. Es pro-
8
+~
bable que los petroglifos y el sitio se
hayan ubicado conscientemente en el
Trópico de Cáncer para marcar el lugar
en el imperio teotihuacano donde el sol
se "regresa". Aquí, y solamente aquí,
el sol se encuentra en el cenit en el día
más largo del año -el solsticio de
junio- cuando también el sol se "vuel-
ve" en el horizonte en su curso anual.

Más aún, el esquema de Alta Vista


refuerza la conexión entre la alinea-
ción y la hipótesis calendárica. Co-
mo se indicó en el capítulo anterior,
ambos petroglificos del Cerro El
Chapín constan de aproximadamente
260 marcas punteadas. Por esto es
posible que en el Trópico de Cáncer,
en el extremo norte de su extenso im-
perio, los teotihuacanos hayan inten-
tado coordinar su calendario tanto
contando los días como fijando im-
portantes direcciones en el espacio
para marcar el movimiento del sol.
a

S S. Alta Vista (Durango): a. Plano de la doble Vista por encima del Laberinto de Alta Vista;
alineación astronómica sobre el Picacho. Una se divisa el Picacho. c. Un "camino equinoccial"
hipotética tercera alineación (del solsticio de in- apunta hacia el Picacho. d. Desde el interior
vierno) está indicada con la línea interrumpida, del Laberinto se aprecia el Picacho entre el pa-
así como su probable lugar de observación. b. fio del muro izquierdo y el gnomón (pilar aislado).

b e d

9
Como en el caso de la hipótesis ca- otras direcciones axiales, también en Teotihuacán parecen seguir un patrón
lendárica, tenemos que ser cuidado- su mayoría de la categoría de diseño 1 arbitrario, como Jo indica la fig. 6-c.
sos conjeturando una precisión inne- (b). Estos tres grupos definidos a base Quizá unos pocos de éstos pueden ha-
cesaria, porque la evidencia de- de la distribución de la cruz punteada ber intentado indicar la alineación del
muestra que si las alineaciones fueron en el paisaje, se diferencian conside- trazo de Teotihuacán, como por ej.
astronómicas, éstas no se ejecutaron rablemente uno del otro. Claramente las de UAX- 1, 2, 3. ¿O será que es-
con la misma exactitud que fascinó a casi todas las cruces punteadas en los tos petroglificos simplemente incor-
los astrónomos del Viejo Mundo. La pisos de los edificios adyacentes a la poran la común alineación general al
tentación de sobreinterpretar estos Calle de los Muertos en Tcotihuacán oriente del norte que se encuentra en
datos es parte de nuestra idiosincracia (TE0-1, 2, 3, 4, 9, 10, 12) fueron todos los sitios arqueológicos meso-
occidental. La especificación de las orientadas casi con precisión en línea americanos (Avení 1975, Avení &
posiciones de los marcadores o de las paralela con el trazo reticular de la Hartung s.f.)?. Cuatro diseños
alineaciones en fracciones de segundo ciudad. Las más notables excepciones pueden ser indicadores del solsticio:
de arco, es en nuestra opinión no jus- son TE0-17 y 21, pero ya cuestiona- el par de petroglifos de El Chapín cer-
tificada. Nótese por ej. que en la fig. mos la última cuando no la admiti- ca del Trópico de Cáncer y el petrogli-
4 los ejes de muchos de los círculos mos para la categoría 1 de los dise- fo en un campo de lava cerca de
punteados frecuentemente no son ños. TE0- 17, como TE0-19 que Tuitán (TUI), Durango, un sitio a 132
perfectamente rectos, ni tampoco se está algo desviada, están entre las más kilómetros al norte del Trópico ac-
cruzan normalmente en ángulos de 90 alejadas de la Calle de los Muertos. tual, que puede haber sido otro inten-
grados. Hasta los ejemplos que a pri- Estos resultados nos ofrecen una mo- to por parte de los astrónomos te-
mera vista parecen construidos más tivación para asociar los símbolos de otihuacanos para determinar el lugar
cuidadosamente (por ej. TE0- 17, la categoría 1 a lo largo de la Calle de donde el sol se devuelve. El cuarto
fig. 4-c) en realidad no son muy preci- los Muertos con el trazo de la ciudad. ejemplo es la cruz (en un cuadrado)
sos. En este caso los ejes se desvían En verdad, TE0-1 ha estado impli- punteada en Tlalancaleca (TLA- 3),
del ángulo recto por más o menos 3 cada en este esquema desde hace situada en una prominente meseta ro-
grados y las terminaciones del eje tiempo (Dow 1967). Pero ¿qué pode- cosa que ofrece una dramática vista
nororiente-surponiente son conside- mos decir del gran número de estos hacia el suroriente - una situación
rablemente torcidas, fuera de la línea diseños en los edificios aliado oriente muy similar a la de CHA-l y 2. En
recta. Estas desviaciones lineales son de la calle, enfrente de TE0-1? De- ambos casos el lugar puede haber ser-
reminiscencia de las variaciones en la seamos sugerir una alineación hacia el vido como un punto conveniente para
cuenta de las marcas en los diferentes oriente o una orientación prolongan- observar o marcar un evento astróno-
cuadrantes de los círculos que consti- do el eje desviado a 15°25' (al sur del mico.
tuyen el diseño. Suponer que todas oriente) hacia el horizonte y entonces Los ejes de varios ejemplos de Boc-
estas variaciones son sutiles y preme- buscar en ese lugar un petroglifo tó parecen esparcirse en todas direc-
ditadas y que indican una disposición correspondiente, similar a TE0-5 en ciones, pero como vamos a argumen-
de precisión más allá de nuestras ex- el horizonte poniente. En la segunda tar en el próximo capítulo, éstos pro-
pectativas, es en nuestra opinión in- categoría, aunque todas se dirigen ha- bablemente se destinan a tableros de
sostenible. cia el oriente del norte, virtualmente juego y su trazo puede perfectamente
Para resumir la distribución de las ninguna concuerda con el trazo, pero bien no tener un significado direc-
direcciones de los ejes de las cruces cinco de los siete petroglifos apuntan cional. Si no consideramos los
punteadas, nos referimos a la fig. 6 en hacia las pirámides y cuatro se aline- petroglificos de Boctó, el único con
la cual se expone la dirección prome- an (aproximadamente) con un evento sus ejes desviados hacia el poniente
dia de la orientación de los ejes de ca- astronómico -la salida del sol en el del norte es el petroglifo cuadrado
da petroglifo, en referencia al norte solsticio de junio. Los diseños de los punteado de Chalcatzingo, un sitio
verdadero. En la fig. 6-a trazamos so- petroglifos de la categoría 1 (b) que se con una marcada influencia olmeca
lamente las cruces punteadas dentro encontraron en la periferia del valle (su dirección es 8 y medio grados al
de la parte central de Teotihuacán; és- de Teotihuacán apuntan, ya sea hacia poniente del norte). Puede ser signifi-
tas están comprendidas en su mayoría el centro ceremonial, o hacia un pun- cativo que los sitios olmecas sean los
en nuestra categoría de diseño 1 (a), to significativo astronómicamente o únicos desviados al poniente del norte
como lo anotamos en el esquema de hacia ambos. ¿Acaso revela esto las en Mesoamérica. Este hecho puede
las categorías de diseño. En la fig. 6-b intenciones de los constructores de la haber ejemplificado unos principios
están las de los alrededores, definidos gran ciudad de asociar principios cós- calendáricos y de orientación muy di-
como sitios desde donde las pirámides micos directamente con el diseño y el ferentes que no se siguieron en los de-
son visibles; todas éstas pertenecen a trazo de su ciudad? sarrollos ulteriores tanto en las tierras
la categoría de diseño 1 (b); finalmen- Las direcciones de los ejes de todos altas como en Yucatán. De los
te en la fig. 6-c se indican todas las los diseños que se encuentran lejos de petroglifos de Xihuingo (TEP), de los
10

,•
que tenemos datos, los ejes se distri- 6
111-1••

/'
buyen en varias direcciones y parecen
"'o
)i"~:
no seguir ningún patrón particular. a.
TEP- 1 apunta en dirección del
Cerro Gordo, perfectamente enmar-
cado al centro de la depresión entre
dos lomas prominentes. La situación ! '
de este petroglifico resulta muy con- /1/
1
veniente como un punto de observa- /1
ción, aunque en este caso el objeto a
avistar no es astronómico sino la gran
montaña al extremo norte del valle de te o tihuacan
Teotihuacán. Hasta donde es posible
apreciar actualmente los datos de
Wallrath sobre el abundante material
iOISliCIO \
de los diseños de la categoría 1 en
Xihuingo, no podemos afirmar si és-
verano ~•Ytfl~~ b.
tos constituyen un sistema. Sin em-
bargo, como este lugar se encuentra
en la ruta del comercio de obsidiana
de Teotihuacán, pudo haber sido un
factor determinante para la ubicación
de Jos marcadores. ~\\: ,;l'// 1

--------------"_)!f-._~.J~,~~---------·-1-re-d-edores
La hipótesis de tableros de juego teot i hu a can

En 1978 (Avení, Hartung & Buc- 1


kingham, p.278) resumimos la evi-
dencia de la relación de las cruces
punteadas con el patolli, un juego de c.
tablero nativo de América. Entre las
similitudes están el diseño general
cruciforme, la existencia de estos di-
seños en los pisos de edificios y la sin-
gular frecuencia del número 5 en el
esquema de contar, un número que
también tiene mucha importancia en otras
la descripción de las reglas de ese cruces
punteadas
juego. Pero aparte de los dos aislados
ejemplos de dos patollis huastecos, la
forma de todos los tableros de patolli
descritos en los códices o grabados en
los sitios arqueológicos son más bien
similares a nuestra categoría de dise-
ño 2, es decir, rectangulares más que ro idéntico a los petroglifos de Boctó 6. Gráficas de las alineaciones de las cruces
circulares. Casi todos los ejemplos in- (Referencias: C. Lumholtz 1902 Unk- punteadas: a. En Teotihuacán (las cruces aleja-
das de la Calle de los Muertos están dibujadas
dican una cuenta de 5 de una intersec- nown Mexico, pp.278-281, Río con línea interrumpida). b. En los alrededores
ción a la otra. Aquí le estamos dando Grande Press, edition '73; W.C. Ben- de Teotihuacán. c. Otras cruces punteadas (las
una particular atención a los petrogli- nett & R.M. Zingg 1935, The Tarahu- cruces de Boctó están dibujadas con línea in-
fos de Boctó y su semejanza con los mara, an /ndian Tribe of Northern terrumpida). Nota: todos los dibujos y las
tableros de juego (vea también Folan Mexico, U. of Chicago Press, p.342; fotografías son de los autores, menos la fig.
1-d. que es de L.A. Smith "Uaxactún" 1950,
& Ruiz 1980). Kelley (comunicación C. Pennington 1969, The Tepehuan fig. 15-a.
personal) nos hizo notar varias of Chihuahua, U. of Utah Press, pp.
descripciones de un juego de los ta- 172-3). El tablero ilustrado en
rahumaras llamado "quince"o Lumholtz y dibujado en Bennett &
"quinze", que se jugaba en un table- Zingg incluye las "esquinas volantes"
11
que se extienden hacia afuera de la fi- mo tableros de juego (por ej. en lade- las propiedades constructivas de la
gura característica que existe también ras escarpadas o en sitios inaccesibles cruz punteada, creemos imprudente
en los petroglifos de Boctó (figs. 4-k y como para sentar a dos jugadores). asumir que el sín:bolo se concibió pa-
!). Importante en este concepto es el J.C. Kelley observó (en carta de feb. ra ser preciso tanto en la cuenta de los
hecho de que los jugadores están sen- 29, '84) que en muchos casos los agujeros componentes, como en el
tados uno frente al otro y comienzan tableros de quince se grabaron mera- emplazamiento del símbolo en el
la cuenta en la extensión del eje mente sobre la tierra más que en estu- paisaje o en la orientación de los ejes.
diagonal, que se extiende siempre 4 ó co o piedra. Si los círculos punteados Quizá variaciones locales y experi-
5 puntos fuera de la esquina. La cuen- hubieran sido también grabados en el mentos con la orientación y/o el es-
ta continúa al cuadrado. Según Ben- suelo, no habría la posibilidad de re- quema de contar condujo a una evo-
nett & Zingg (p.343) " ... nueve agu- descubrirlos, un hecho que puede lución en la estructura del símbolo.
jeros fueron hechos en cada esquina, explicar la singularidad actual de es- Esto puede ser la razón de que las
es decir, uno en la esquina y cuatro en tos diseños. cuentas de los agujeros y las direc-
cada lado" . Una comparación de este ciones de las orientaciones varíen
juego de quince con los petroglifos de Conclusiones entre los distintos ejemplos que Jos in-
Boctó es sorprendente (veáse Folan & vestigadores han encontrado a la
Ruiz 1980, figs. 3 y 4; aquí fig. 4-k). El concepto de la cuatripartición y fecha. Aún dándose cuenta de que
El análisis de la cuenta en unidades de del diseño cuatripartita formó parte cualquiera de las suposiciones sobre
cinco recuerda al que encontramos en de la persistencia cultural mesoameri- la precisión son una consecuencia del
los círculos punteados, tanto en la dí- cana. Sabemos por la literatura que la pensamiento occidental europeo, po-
visibilidad de las cuentas en los círcu- división de las cosas en cuatro es un demos encontrar todavía casos en los
los en grupos de cinco, y en particular modo común de pensamiento, ya sea cuales el símbolo jugó un papel (a lo
en la cuenta en los ejes, que casi que se trate de una ciudad, de las menos en parte) en el trazo de Teo-
siempre procede como sigue (las in- ilustraciones sobre la cosmovisión en tihuacán, motivado por una orienta-
tersecciones entre paréntesis): los códices, en los juegos, o hasta en ción astronómica y por mantener el
4 - ( 1)- 4 - ( 1)- 4 - ( 1) - 10- las formas de los glifos. Como una calendario. Quizá si nosotros libera-
(1)-1 0-( 1)-4-( 1)-4-( 1)-4. expresión de estas ideas tenemos el mos nuestras ideas de la noción de
La evidencia anterior demuestra símbolo de la cruz punteada en una que un gran diseño o un único propó-
que un gran número de los diseños de variedad de situaciones en toda Meso- sito debe abarcar todos los símbolos
la categoría 2 pueden considerarse co- américa. de las cruces punteadas, llegaremos a
mo tableros para juego y que la simi- En este ensayo no ofrecemos una lograr una serie de explicaciones, for-
litud en la estructura de los números única explicación para dar sentido a muladas en niveles diferentes, que
ofrece la indudable posibilidad de que la existencia de este símbolo tan di- sean razonables dentro del contexto
algunos diseños de la categoría 1 fundido y hemos sugerido que para de lo que sabemos de la mentalidad
puedan haber tenido una función si- ciertos ejemplos, por ej. CHA-l y 2 se mesoamericana.
milar. Con todo, queremos indicar pretendió una función multivalente.
que muchos círculos-cruces puntea- Así, presentamos evidencia que apo-
dos están situados en lugares bastante ya una variedad de hipótesis referente
inconvenientes para haber servido co- a su uso. Dado que hemos observado Diciembre de 1984

12
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13
1
- -~

1. a. Vista general de las acequias y chinampas


de la ciudad de México Tenochtitlan según el
dibujo reconstructivo de Luis Covarrubias del
Museo de la Ciudad de México; b. Detalle de
las chinampas y acequias; c. Detalle de la ace-
quia junto al recinto ceremonial del Templo
Mayor, según dibujo de Luis Covarrubias.
2. Supervisor del trabajo de mantenimiento de
templos, puentes y acequias según el Códice
a Mendocino, tomado de Víctor Castillo.

b e

14

.,
!
LA ACEQUIA REAL UN ANTIGUO CAMINO DE AGUA EN LA CIUDAD DE MÉXICO

Juan Antonio Siller Recent archaeological excavations in Mexico City's central Historie District
y Alejandra Rodriguez Diez* hove located the Acequia Real or Royal Canal, an importan! aquatic communi-
cation network. The knowledge of this urban injrastructure provides a great in-

"'. .~v. . . ¡
.:~
dicator in the history and growth of Mexico City. The pre-existing canal and ro-

m
ad systems are one of the most influentialfactors in the city's design during the

....
16th Century.
We know that the new colonial city was built over the razed Tenochtitlan, taking
advantage of the existing land reclama !ion and chinampas systems. The colonial
··· .......~ period reutilized this original prehispanic communication network. La ter, much
oj the system deteriorated, leaving intact one main canal which continued toser-
ve the city until the beginning of the 20th Century.
2

"Codornices, tórtolas y tanta va- la llegada de los españoles y particu-


riedad de páxaros que venden los larmente adaptable al peculiar medio
índios a docenas, pues en el Puente de que, todavía hace un siglo, era el de la
Palacio es una maravilla ver una calle cuenca lacustre de México.
entera de aves y animales, así vivos
como muertos: conejos, liebres, ... sin Dos son las acequias principales:
que se verifique que se llegue a heder la Acequia Real y la de Mexicalt-
esta carne, pues para todo tiene Méxi- zingo; están divididas en varios ra-
co y muchas veces no alcanza para su males que reciben por un lado el
abasto." 1 agua de la Laguna de Chalco; la
En 1980-1981, tuvimos la oportuni- otra recibe el agua que viene de los
dad de realizar la exploración arqueo- ríos Morales y Santorum. La Ace-
lógica de la Acequia Real, por parte quia Real tiene su origen en el cru-
de la Dirección de Monumentos His- cero del calvario con rumbo Oeste-
tóricos; hecho que nos permitió cons- Este, la distancia de su recorrido es
tatar las fuentes históricas que descri- de 1590 varas hasta San Juan de
ben el sistema de acequias de la Letrán; 1800 varas hasta el puente
Nueva España. La excavación arqueo- de la Leña; la acequia pasa por el
lógica se planeó para determinar la Colegio de las Doncellas, Casas de
trayectoria de esta acequia en el área Cabildo, Real Palacio y otras
denominada actualmente como Cen- calles . " 2
tro Histórico de la Ciudad de México
en su perímetro "A". Y si la publica-
mos aquí, es en la medida en que cree-
mos no sólo que el tema tiene sus cla-
ras raíces prehispánicas, sino que, a
través de su desarrollo histórico, si-
guió manteniendo muchas de sus • Arquitecto y Arqueólogo, Maestrla en Res-
características antiguas. De hecho, tauración y Museologia, ENCRM, INAH,
Pasante de Doctorado en Arquitectura,
nos parece constituir uno de los más UNAM.
claros resabios de una importante
forma de actividad indígena previa a Arqueóloga, INAH.

15
"La de Mexicaltzingo que se di- Las acequias como se puede ver te lo mucho que aceptaron del tra-
vide en cuatro: una que empieza en tenían diferentes trayectorias que zo fundamental. Conservaron las
Santo Thomás, con una dirección recorrían la Ciudad; sin embargo hay calzadas principales que les sir-
de Sur a Norte pasando por el que considerar que éstas fueron ele- vieron de base y punto de partida
Puente de Colorado con una longi- mentos urbanos que ya existían antes para la traza española y aun ésta
tud de 1072 varas, se une en el de la Colonia, ya que las calzadas az- correspondió esencialmente a los
Puente de la Leña con la Acequia tecas originales, que conectaban la cuatro canales principales que los
Real hasta llegar a la compuerta de Ciudad con Guadalupe al Norte, Ta- indios habían hecho para regular
San Lázaro." 3 cuba al Oeste y Mexicaltzingo y Co- las aguas en tiempos decrecien-
"Otra acequia es la que se yoacan al Sur, continuaron como cal- tes."I4
nombra del Carmen; comienza en zadas principales durante el periodo
el Puente de Alvarado y por el Colonial, pero continuamente fueron En relación a las calles de la
Norte da vuelta hacia el Oeste en el modificadas. 9 Manuel Toussaint con- ciudad, Fray Juan de Torquemada
Puente del Zacate, continuando sideró que las acequias hasta cierto nos dice:
por el Este a la compuerta del Car- punto fueron los ejes que sirvieron
men, sigue hasta la garita del Con- para trazar la ciudad de México di- "Las calles de esta ciudad eran de
sulado a cuyo paraje dicen vulgar- ciéndonos que probablemente se tra- dos maneras: una era toda de agua
mente Tepito. " 4 zó una paralela a la Calzada lxtapala- de tal manera que por ésta no se
"La acequia de la M erced, cono- pa, fijándose un límite en la calle ac- podía pasar de una parte a otra si-
cida actualmente por el nombre de tual de Jesús María; la acequia que no en barquillas o canoas, que a es-
Regina, inicia su trayectoria en el tenía esta dirección se prolongaba ta calle o acequ ia de agua
Puente del Hospital Real, hacia el media distancia más al Oriente sobre correspondían las espaldas de las
Este se incorpora en uno de sus tra- la calle de Roldán. En el lado Norte casas y unos camellones de tierra
mos con la acequia de Mexicaltzin- sucedía lo mismo en cuanto a la pre- en los cuales sembraban su pan y
go; se entra a la ciudad subterrá- sencia de la acequia sobre la calle del legumbres, los camellones dividían
neamente y desemboca a espaldas Apartado que obligó a desviar esta zanjas de agua y muy hondas, estas
del Convento Grande de los Reli- vía. 10 calles de agua eran para sólo el ser-
giosos Mercedarios, motivo por el El alarife toma el punto en que la vicio de las canoas y de las cosas
cual se le dio el primer nombre." 5 acequia cruza la calle de San Juan de comunes y manuales de casa y así
"La acequia del Chapitel tiene Letrán y desde éste tira la perpendicu- tenían también puertas que se lla-
principio en el Puente del San- lar hasta unirla con el límite oriental; man falsas para este ministerio, y
tísimo, en su dirección hacia el Sur por el Sur toma una distancia similar podían pasar de una parte a otra
pasa por el Puente de Peredo hasta a la que tenían las casas nuevas de por puentes que las dichas acequias
el del Salto del Agua, desde aquí Moctezuma a su límite Norte y en este tenían. otra calle había toda de
hacia el Este llega a Monserrate punto cierra su cuadro sobre la calle tierra, pero no ancha, antes muy
Necatitlán, hasta San Antonio de San Miguel. 11 En el interior de este angosta y tanto, que apenas
Abad ." 6 espacio quedaba la acequia inclinada podían ir dos personas juntas (y
"La acequia de Tezontlale prin- que duró siglos, pues todavía aparece hay hoy en día de estas calles, en
cipia en el puente de las Guerras, en planos de 1700 la trayectoria que los barrios de los indios que son los
de Oeste a Este llega a la compuer- atravesó casas sin formar calle.I2 La arrabales de la ciudad de los espa-
ta de Sapinco, continúa para llegar presencia de estos elementos urbanos ñoles), son finalmente unos calle-
a la siguiente compuerta de Santa de la antigua ciudad de Tenochtitlan jones muy estrechos. A estas calles
Ana, después al Puente del Hospi- fue uno de los factores importantes o callejones salían las puertas prin-
tal Real, al de Santiago, corriendo que intervinieron en la planificación cipales de todas las casas y por és-
de Sur a Norte llega a la compuerta de la nueva ciudad. Las acequias pu- tas entraban por tierra.
como Tepito. " 7 sieron límite a la urbe: la que corría Por las calles de agua entraban y
Algunos documentos coloniales se- sobre la calle de San Juan de Letrán salían infinitas canoas o barquillas
ñalan que la acequia principal, a marcó el lindero de la traza, dividien- con las cosas de bastimento y servi-
manera de río caudaloso, era la do el espacio comprendido entre las cio de la ciudad que era necesario y
Acequia Real de Mexicaltzingo, casas viejas de Moctezuma y la ace- así no había vecino ninguno que no
conocida más tarde con el nombre quia y haciendo surgir dos núcleos se- tuviese su canoa para este ministe-
de canal de Xochimilco, o de la Vi- parados por la actual calle de rio y no sólo en la ciudad se usaban
ga, era una de las acequias hondas Bolívar. 13 estas canoas, sino en toda la redon-
que servían como vía de comunica- da de esta laguna con las cuales to-
ción y desagüe de las lagunas de la "El plano atribuido a Alonso de dos los de la comarca servían a la
cuenca. 8 Santa Cruz nos muestra claramen- ciudad, que hay sin número." !S
16
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3. Forma en que eran transportados los materiales de construcción por me-


dio de canoas a través del lago, según el Códice Mendocino, tomado de
Víctor Castillo. 4. Actividades de pesca y caza en el lago en tiempos de Aca-
rnapichtli , según el Códice Azcatitlan, tomado de Víctor Castillo. 5. Vista
de un canal de la ciudad de México-Tenochtitlan, en un día festivo. Se ven
las canoas,-muelles, casas y espectadores según el Códice Azcatitlan, toma-
do de Carmen Aguilcra. 6. Vista del recinto ceremonial del Templo Mayor
y de la acequia norte junto al coatepantli, según el dibujo reconstructivo de
4 Ignacio Marquina.

17
Las acequias o calles con cañón al para la alimentación de la población, Con la inundación de 1629, la acti-
centro, como las llamaba Cervantes tuvo una importante actividad rela- vidad comercial se vio afectada. 29
de Salazar , 16 tenían la función de cionada al transporte del forraje.21
controlar el desagüe de la ciudad y el "Para julio de 1630 la ciudad se
de ser vías de comunicación y trans- "Sácase de esta laguna zacate para había resignado a vivir medio ane-
porte. Las rutas comerciales ante- los caballos, que es la yerba que gada, el cabildo pidió al virrey que
riores a la conquista permanecieron comen, y de ésta hay todo el año dispusiese que los vecinos
durante la colonia; en este periodo la llevándola en canoas por aquellas ampliasen a tres varas y pavimen-
red de caminos se amplió y modificó acequias arriba a las plazas y allí la tasen aceras a ambos lados de las
de acuerdo a los intereses comerciales venden." 22 calles, para lo cual se requerirían
de los españolesY La única ruta en 20 canoas cargadas de tezontle y 40
que los indios mantenían cierto La ruta comercial de Chalco con la indígenas. Aunque la idea era
control era la ruta de canoas a través ciudad de México fue muy importan- buena, Cerralvo no podía prescin-
de los lagos de Chalco y Xochimilco, te. Chalco se localizaba en un punto dir de los indios ni de las canoas
que penetraba hasta el centro de la estrátegico que conectaba a la capital que estaban dedicados a obras más
ciudad por la Acequia Real y termina- con las tierras calientes del Marquesa- urgentes, pero, no obstante, el ca-
ba cerca de la Plaza Principal. Este do. Chalco entre otras actividades bildo emprendió la obra."30
canal fue el único que permaneció económicas tenía una que nos parece
abierto durante los tiempos colo- significativa: algunas de sus hacien- El "artificio" para bombear las
niales, por ser el único en que el nivel das se dedicaban al corte de madera calles se usó al principio sin orden ni
del agua permaneció lo suficiente- que servía para la construcción; unida concierto, agravando el problema del
mente alto como para resistir el tráfi- a ésta, estaba la producción de car- tránsito de canoas. Al cabildo le pare-
co constante. 18 bón y fabricación de canoas. 23 cieron un gasto infructuoso y sólo de-
El canal principal era el que iba de jó unas cuantas canoas en puntos
Las aguas del lago de Texcoco per-
Oriente a Poniente por el lago; en To- estratégicos. Se colocaron dos en la
manecieron navegables en el siglo
matlán se unía con el canal general acequia junto al palacio para secar la
XVI, y sólo en los años de sequía esto
que entraba a la ciudad de México plaza y facilitar el comercio; otras dos
no era posible. A principios del siglo
por el barrio de San Lorenzo donde en la calle de Juan de Alcocer bombea-
XVIII, un canal para el transporte de
estaban los embarcaderos24 • De Xico, ban agua a la calle de San Francisco,
suministro tuvo que ser cavado desde
que era otro punto por donde pasaba haciendo un corte en la Casa Profesa
San Lázaro, localizado en la parte
el canal, hubo otro camino por el cual y liberando del agua a la platería. 3l
oriental de la ciudad de México y a
se llegaba a Tlapacoya para desembo- La búsqueda de soluciones para re-
través del lecho del lago de Texcoco.
car en el embarcadero de Santa Bár- mediar las inundaciones fue una tarea
A fines de la colonia éste tuvo muy
bara; ahí se transportaba la madera constante por parte del gobierno. El
poca profundidad, por lo que el tráfi-
de la hacienda de Río Frío.2s tránsito de canoas se vio alterado; sin
co de canoas ya no fue posible. El trá-
Los productos de las chinampas del embargo el abastecimiento para la ur-
fico de canoas se realizaba sobre la
lago de Xochimilco se vendían en los be pudo realizarse a pesar de estos in-
ruta sur del canal de Xochimilco.
mercados urbanos entre un periodo convenientes. Las inundaciones pro-
Chalco e Ixtapalapa fueron impor-
de 24 a 48 horas después de haber si- vocaron que el tráfico de canoas se
tantes centros comerciales. Los
do recogidos en la ciudad de México; viera afectado; sin embargo este me-
pueblos del Norte se dedicaron a
los rábanos y nabos eran considera- dio de transporte fue el que en estas
otras actividades .19
dos como alimento para animales circunstancias sirvió para el abasteci-
El tráfico de canoas solucionaba el después del segundo día. 26 La harina miento de la urbe.
abastecimiento de la ciudad, sobre to- de trigo era otro de los productos que
do durante la época de la estación se- se transportaban por canoas; la hari- "Las canoas sirvieron de todo y
ca; los mercados coloniales, en los na de Atlixco se llevaba a caballo has- fue el remedio con que se nego-
meses de noviembre a marzo, recibían ta Ayotzingo y se embarcaba de allí ciaba y trajinaba; y así, en breves
tomates, calabazas, chiles etc., al en canoa a la ciudad27 • Huitzilopoch- días, concurrieron a México infini-
igual que frutos y flores que venían co, Mexicaltzingo, Chalco, Ateneo, dad de canoas y veremos las calles
del Sur. Dependían de este sistema de Xochimilco, Ayotzingo y Telco eran y plazas estaban llenas de estos
transporte: los indios de Huitzilo- los principales puertos de embarque; barcos, y ellos sirvieron de todo
pochco (Churubusco) compraban el transporte de los diferentes produc- cuanto hay imaginable para la pro-
fruta verde del Sur, la maduraban y la tos se hacía normalmente por las visión de una tan gran república; y
vendían a la ciudad20 La red de circu- noches, los artículos llegaban a la llegó lo que era trabajo a ser alivio,
lación de canoas, además de trans- ciudad y eran descargados cerca de comodidad y recreación. Una sola
portar artículos de primera necesidad Palacio. 28 canoa cargaba lo que necesitaba de
18
muchos arrieros y bestias.
En canoas se llevaban los cuerpos
de los difuntos a las iglesias, y en
barcos curiosos y con mucha de-
cencia se llevaba al Santísimo
sacramento a los enfermos. El de
la catedral muy pintado y dorado,
su tapete y silla en que el cura sen-
tado, y haciéndole sombra otro
con un quitasol de seda acompañá-
vanle otras canoas en que ivan gen-
te que llevavan luces, y la campa-
nilla que se acostumbra iva adelan-
te para avisar a los menos atentos;
para resguardo de los cimientos de
los edificios se hicieron unas calza-
dillas por ellas andavan muchos a
pie, y para que se pudiesen pasar
las encrucijadas y bocas de las
calles se hicieron muchos puentes
de madera, altos, para que a lo ba-
jo pasasen las canoas, y las más ca-
sas que no eran de argamasa de cal
y arena se cayeron en esta inunda-
ción. "32
b
La cita anterior nos demuestra la
importancia de las canoas como un 7. a. Plano de Alonso de Santa Cruz de 1555
que se conserva en la Universidad de Upsala,
medio acuático de transporte de muy Suecia. Descripción fisiográ fica y etnológica de
diversos artículos, así como la mane- las actividades de las poblaciones rurales y la-
ra de solucionar la circulación en la custres de la Cuenca de México. Se observan
ciudad y el abastecimiento de ésta. los lagos de Texcoco, Chalco y Xochimilco, el
Las inundaciones desde luego fueron Albarradón de Nezahualcóyotl y el dique de
Mexicaltzingo y de Tláhuac, las calzadas de Te-
un problema que alteró el orden de la peyac, Tlacopan e Iztapalapa, así como las ace-
vida urbana. Desde el punto de vista quias de la ciudad de México, particularmente
económico, el transporte de granos la acequia que parte de Chalco hasta el centro
que se realizaba por medio de las ca- de la ciudad; b. Detalle del mismo mostrando
noas fue una de las actividades más actividades lacustres. 8. Detalle de la Acequia
Real en la ciudad de México, según la perspec-
importantes, puesto que la provisión tiva México en 1760, de Carlos López del Tren-
de maíz de la ciudad dependía de la coso .
cosecha, del transporte, y del almace-
namiento. El maíz que producía la e
hacienda de Chalco era comprado ca-
si en su totalidad por la ciudad de Mé-
xico; el maíz era vendido al por ma-
yor a un intermediario o trajinero,
que lo llevaba a la ciudad y disponía
de él en el "pósito". También lo
vendían a compradores particulares;
el producto era transportado de la ha-
cienda a uno de los muelles de embar-
que y posteriormente se llevaba por
canoa indígena a los mercados de la
ciudad. 33
Existieron tres tipos de transporte
acuático: las llamadas trajineras cuya
19
carga consistía en frutas y pilones de Chalco, como hemos dicho, "En la circunferencia de la ciudad
azúcar; las balsas ocupadas para el preferían a la Voladora, y pagaban hay muchísimos parajes donde
transporte de madera, y cuya estruc- con mucho gusto el doble precio concurre la gente a divertirse, pues
tura se adecuaba al tipo de material por el pasaje. "37 (véase grabado, todo es un puro vergel, y no hay
de carga; y las canoas que eran el p. 2). paraje que no sea una frondosa ar-
vehículo de mayor utilidad; su tama- boleda, cercada toda de azequias
i'lo variaba de acuerdo al producto Los vehículos que circulaban en es- de agua y así, en tales días, unos se
transportado.3 4 Las canoas eran ta red de caminos crearon un trabajo van al barrio de la Candelaria,
fabricadas en Xochimilco, pues era especializado. Los indios conservaron otros a la Coyuca, otros al Pradi-
un centro de trabajo en la madera y su antigua destreza como bogadores, to, otros a las orillas de San Pablo,
artes mecánicas antes de la conquista; mientras que los espaftoles no se pre- otros a la Tlaxpana, otros a Romi-
para el siglo XVI, la mayor parte de ocuparon por aprender esta técnica. ta, otros al Coliseo; en fin, tiene
la población tenía la categoría de ofi- Los espaftoles eran propietarios de los esta ciudad tantos recreos y diver-
cial como albaftiles, carpinteros, embarcaderos y los operaban, así co- siones. " 40
fabricantes de canoas.3s mo las estaciones para la carga de ca- "Otro paseo, superior a los que lle-
Las canoas más grandes del pe- noas en los lagos de Chalco y Xochi- vo referidos es un breve epílogo de
riodo colonial eran embarcaciones de rnilco que manejaban de hacienda. 38 las delicias con que la mano sobe-
50 pies o más de largo, con capacidad El trabajo como botero presenta rana de Dios quiso adornar esta
para varias toneladas. Su longitud características particulares, puesto ciudad, pues desde el centro de la
mínima era de unos catorce pies. El que se desarrollaba de una manera plaza corre por una calle derecha la
material utilizado para la construc- libre; es decir el conductor indígena laguna que va para Chalco, hecha
ción de estos vehículos era la madera, establecía previamente los precios por otra segunda Venecia, de manera
cortada de un solo tronco, con remo el viaje y la carga; el transporte por que, dejando por una y otra acera
cuadrado y poco profundo.36 Estos este medio era más económico que para un coche y caballo, el centro
vehículos no sólo eran utilizados para por tierra, para los hacendados y los de la calle lo ocupa la laguna que
el transporte de artículos, sino que en espaftoles, y en ocasiones los indios corre por un canal de mampos-
ellos se viajaba, como podemos ob- trataron de aprovecharse de esta si- tería, registrándose desde los bal-
servar en las siguientes escenas de la tuación elevando el precio de los fle- cones de las casas el crecidísimo
novela los Bandidos de Rfo Frfo: tes. Los espaftoles protestaron cuan- número de canoas y chalupas que
do los indígenas cobraron dos pesos, entran cargadas de flores , verduras
"La canoa tenía cinco toldos o di- en lugar de seis reales, por el viaje a y miniestras en esta laguna; por de-
visiones, que llamaremos camaro- Ayotzingo, e intentaron persuadir a terminados tiempos, se embarcan
tes, cubiertos con encerado y divi- los boteros de subir el precio a los car- los vezinos de México para pasear-
didos por dentro con una cortina gadores. Para el siglo XVII, los corre- se por todo el día a un pueblo
de gruesa lona. Éste era un lujo, gidores intentaron crear monopolios nombrado lxtacalco; para este fin,
las demás trajineras no usaban más de canoas o establecer impuestos al cubiertas las canoas con sus carro-
que petates, a través de los cuales tráfico ilegal; se tienen pocos datos zas de esteras, adornadas todas de
se filtraba la lluvia y permanecían sobre la imposición de los espat\oles flores del tiempo, se acomodan
húmedos y goteando durante todo en el uso de este trabajo indígena.39 una o dos familias según el tamafto
el viaje .. . llamábase la canoa "La El análisis que se desprende de esta de la embarcación, llevando consi-
Voladora", nombre que con gran- fuente de trabajo creada a partir de la go mússica e instrumentos con que
des letras rojas estaba más bien necesidad de un medio de transporte van cantando y bailando dentro de
tallado en relieve que no pintado acuático para entrar a la ciudad y la misma canoa hasta llegar al refe-
en la ancha popa. Era un recuerdo distribuir una serie de productos, ma- rido pueblo, pintar la hermosura
de sus buenos tiempos de la plaza terias primas, pasajes, etc., es impor- de esta laguna, tan llena de árboles
del Volador ... rígida como la aba- tante en la medida de que fue un tra- verdes en todos tiempos, la multi-
desa de un convento, no arrendaba bajo indígena propiamente dicho y tud de canoas de esta calidad, la
los toldos sino a una sola persona o esto se dio puesto que el indígena con- alegría de las gentes; las ricas ga-
familia, y jamás permitía esa mes- taba con toda una tradición histórica las, los bellos adornos de las sefto-
colanza de sexos y ese encuentro de este oficio, razón suficiente que le ras y los caballeros que las acom-
accidental en un lugar estrecho, de permitió desempeftar su trabajo hasta pat\an; la multitud de páxaros, no
personas que no se conocían, que cierto punto con libertad. Las ace- cabe la misma eloquencia, solo di-
tenían que pasar la noche juntas, y quias, aparte de tener como actividad ré lo que un religioso europeo, na-
que son irremediablemente venci- principal el abasto a la ciudad, pro- vegando por entre las chinampas
das por el suefto .. . y por esta causa porcionaron medios de recreo y es- (que son los jardines de flores que
las más distinguidas familias de parcimiento para la población. tienen en su centro esta laguna)
20
prorrumpió lleno de admiración: los Jardines de Kensington de la NOTAS
"¿Quándo sale a detenernos el pa- metrópoli, ya que en México no se
so el querubín que guarda el paray- practica el paseo a pie, que aquí se
so para que no pasemos más ade- considera poco elegante ... la Viga,
lante?". Pues es cierto que es un que se está poniendo como de mo-
remedo de la gloria que a cada pa- da, la bordea un canal, con árboles
so da motivo para alabar la omni- que le dan sombra, y que conducen
potencia del creador. ¡Oh, si la a las chinampas; siempre se ve lle- Juan de Viera, Compendioso Narración
de la Ciudad de México, p. 38.
malicia humana no profanara se- no de indios que en sus embarca- J oseph Francisco Cuevas Aguirre y Espi-
mejantes parajes que más incitan a ciones llevan fruta, flores y le- nosa, Extracto de los autos de diligencias
bendecir a Dios que a ofenderlo! gumbres al mercado de México; o y reconocimientos de los rfos, lagunas,
Ármanse en este pueblo muchos las que en día de fiestas se engala- vertientes y desagües de la capital México
fandangos de toda clase de perso- nan con guirnaldas de flores; y y su valle: de los daños que se vieron re-
medios que se adbitraron: de los puntos
nas, y es una maravilla en las cantan y bailan al compás de sus
en particular decididos: de su práctica: y
noches de luna ver volver las ca- guitarras, mientras sus canoas se de otros a mayor examen reserva para con
noas para la ciudad, coronadas las deslizan al filo del agua todo bajo mejor acierto resolverlos, p. 38
personas de coronas de hermo- un cielo azul y sin nubes, con un lbfdem, p. 38.
4 lbfdem, p. 39.
ssísimas flores y rosas de Castilla, aire puro y transparente; y si po- 5 lbfdem, p. 39.
cantando en cada canoa de las sible fuera cerrar los ojos para no 6 lbfdem, p . 39.
aguas sin agitarlas el impulso de ver la única nota discordante del lbfdem, p. 42.
los remos. cuadro: la multitud de léperos, en- 8 Teresa Rojas, Nuevas noticias sobre las
Hay varios pueblillos en este cami- tonces podrías creer que México es obras hidráulicas prehispánicas y colo-
el más floreciente. "42 niales en el Valle de México, p. 41.
no de la laguna, tan frondosos, 9 Charles Gibson, Los aztecas bajo el domi-
floridos y divertidos, que muchas nio español, 1519-1810.
personas suelen quedarse los días Las acequias habían sido durante 10 Manuel Toussaint et. al., Planos de la
enteros en alguno de ellos para te- siglos la base para el abastecimiento Ciudad de México; siglos XVI y XVII, p.
ner más sociego para su diversión. de la ciudad. Con el transcurrir del 22.
11 lbfdem, p. 23.
Uno es el pueblo de Santa Annita tiempo, el desarrollo urbano hizo ino- /2 lbfdem, p . 22.
que tiene una muy buena iglesia, perante la actividad económica de es- 13 lbldem, p. 22.
bien que no tan grande, tan rica ni tas vías de transporte. Ya en el siglo /4 lbfdem, p. 38.
tan hermosa como la de Ixta- XVIII, la acequia situada a un costa- /5 Artemio del Valle AriZPe, Historia de la
calco. " 41 do de Palacio estaba en muy malas Ciudad de México según los relatos de sus
condiciones, por lo que Revillagigedo cronistas, México 1977, pp. 148-1 49.
16 Francisco Cervantes de Salazar, Crónica
La tradición de estos pasajes conti- en 1784 mandó cegarla.
de la Nueva España, p. 166.
nuó, y así nos encontramos la des- 17 Charles Gibson, Los aztecas bajo el domi-
cripción que hace la marquesa Calde- "Revillagigedo al tapar la acequia nio español, 1519-1810, p. 35; vid Fran-
rón de la Barca en el afio 1839 cuando formó una hermosísima calle, de- cisco, Cervantes Salazar, op. cit.p. 304;
sapareciendo la Plaza del Francesco Giovanni Gemelli Carreri,
viene a México. Los paseos preferidos Viaje alrededor del mundo de la Nueva
eran: Volador .. las atargeas sustituyeron España, p. 337.
a los cafios que impedían el paso de 18 lbfdem, p. 371 apud. en A.G.N. Archivo
"El paseo llamado de Bucareli, una acera a otra; se establecieron General de la Nación: Mercedes, Vol. 2,
que es una larga y ancha avenida banquetas y se quitaron los puen- fol. 122 V, C.D.I.A.L. VI, p. 493,
tes que estorbaban.' •43 N.C.D.H.M. (1886-92), VI p. 213.
orlada con árboles, y en donde se 19 lbfdem, p. 371.
halla una fuente grande de piedra, 20 lbldem, p. 371, vid. Francisco Javier Cla-
y que remata una dorada estatua Hacia fines del siglo XIX se intentó vijero, Historia antigua de México, 4
de la Victoria. Aquí cada tarde, pe- reactivar el tráfico por agua. En 1890 Vols., vid. Hernán Cortés, Cartas de Re-
ro de preferencia los domingos y el presidente Porfirio Díaz inaugura- lación, p. 44.
21 Francisco del Barrio Lorenzot, Ordenan-
días festivos, estaba siempre lleno ba la línea de vapores entre Chalco y
zas de gremios de la Nueva España, com-
de carruajes en que iban las sefio- Xochimilco. Sin embargo, para ese pendio de los tres tomos de la compilación
ras lujosamente ataviadas, multi- entonces, la extinción del canal era ya Nueva de Ordenanzas de la muy noble e
tud de caballeros montando finí- un hecho, quedando parte de este ca- imperial Ciudad de México, p. 433, Fol.
simos caballos, soldados, una nal como un recuerdo nostálgico de lo 262 n-262 v.
22 Artemio del Valle Arizpe op. cit., 425.
muchedumbre de gente de pueblo y que en un tiempo habían sido paseos 23 Enrique Semo y Gloria Pedrero Nieto,
léperos. Este paseo es el Prado Me- de recreación. "La vida en una Hacienda Aserradera
xicano o el Hyde-park; mientras mexicana, principios del siglo XIX", en
que la Viga p11ede reputarse como México, D.F. julio de 1983 Siete Ensayos sobre la Hacienda Mexica-

21
na, 1780-1880, pp. 129-162. BIBLIOGRAFÍA Memoria Histórica, Técnica y Administrativa
24 Gloria Pedrero Nieto "Descripción Gene- de las Obras de Desagüe del Valle de México
ral y Población de Chalco durante el siglo 1449-19(}(),
XIX", Siete Ensayos sobre la Har;ienda 1902 Junta del Desagüe del Valle de Mé-
Mexicana, p. 102. xico, México.
25 Gloria Pedrero Nieto, op. cit., p. 102; AGUILERA, Carmen OROZCO Y BERRA, Manuel
apud. en Sierra Carlos J. "Breve Historia 1977 El Arte oficial tenochca. Su signifi- 1867 Memoria para el plano de la
de la Navegación en la Ciudad de cación Social, Cuadernos de Histo- Ciudad de México, Santiago Whi-
México", Sobretiro del Boletfn Bibliográ- ria del Arte 5, Instituto de Investi- te, México.
fico de la S.H. y C.P., México, 1968. gaciones Estéticas, UNAM, México. PAYNO, Manuel
26 Charles Gibson, op. cit., p. 372; apud. I975 Los Bandidos de Rio Frio, Porrúa,
BARRIO LORENWf, Francisco del
Alzate, Gacetas de Literatura Tomo Il, 1920 Ordenanzas de Gremios de la México.
pp. 298-99; El se~undo Conde de Revilla- Nueva Espolia, compendio de los RIVERA CAMBAS, Manuel
gigedo, p. 170; Francisco Javier Clavije- tres tomos de la compilación nueva 1974 México Pintoresco, Artistico y
ro, op. cit., Vol. IV, pp. 133-134. de ordenanzas de la muy noble e Monumental, 3 vol., Valle de Mé-
27 Francisco Cervantes de Salazar, Crónica imperial Ciudad de México, xico, México.
de la Nueva Espolia, p. 304. Secretaría de Industria, Comercio ROJAS, Teresa
28 Charles Gibson, op. cit., p. 372. y Trabajo, Talleres Gráficos, Mé- 1974 Nuevas noticias sobre las obras
29 Richard Everett Boyer, La gran inunda- hidraúlicas prehispánicas y colo-
xico.
ción, p. 68. CASTILLO F., Victor M. niales en el Valle de México,
30 lbfdem, p. 69 apud. A.C. XXVII, p. 258- SEP /INAH, México.
1972 Estructura económica de la So-
259, 15 julio de 1630. ciedad mexica según las fuentes SEMO, Enrique, et. al.
31 lbidem, p. 70 apud. A.C. XXVII, p. 258. 1977 Siete ensayos sobre la hacienda
documentales, Serie Cultura
15 julio de 1630. Náhuatl 13, Instituto de Investiga- mexicana, 1780-1880, Colección
32 Memoria Histórica, Técnica y Admi- Científica 55, INAH, México.
ciones Históricas, UNAM, Mé-
nistrativa de las Obras de Desagüe del xico. SIERRA, Carlos J .
Valle de México, 1449-19()(), Tomo 1, pp. CASTRO MORALES, Efraín 1968 "Breve historia de la navegación
131-132. 1976 Palacio Nacional, Secretaría de en la Ciudad de México", Sobreti-
33 Charles Gibson, op. cit., p. 357. ro del Boletin bibliográfico de la
Obras Públicas, México.
34 Gloria Pedrero Nieto, op. cit., p. 103. Secretaria de Hacienda y Crédito
CERVANTES DE SALAZAR, Francisco
35 Charles Gibson, op. cit., p. 370. Público, México.
1914 Crónica de la Nueva Espolia,
36 lbidem, p. 372; apud. Ojea, Libro Terce- TOUSSAINT, Manuel, et al.
Jaime Ratés Martín, Madrid.
ro, p. 3. Menciona botes de 15 a 50 pies, CLAVIJERO, Francisco Javier 1937 Planos de la Ciudad de México:
COBO, Obras, 11, pp. 469-70, nos dice 1945 Historia Antigua de México, Siglos XVI y XVII, Instituto de In-
que habla canoas tan grandes como la Ca- Porrúa, México. vestigaciones Estéticas, UNAM,
pilla de la Congregación, con una longi- CORTÉS, Hernán México.
tud de 100 pies y un ancho de 32 pies. 1976 Cartas de Relación, Porrúa, México. VALLE ARIZPE, Artemio de
37 Manuel Payno, Los Bandidos de Rio CUEVAS AGUIRRE Y ESPINOSA, Joseph 1977 Historia de la Ciudad de México
Frio, pp. 157-159. Francisco según los relatos de sus cronistas,
38 Charles Gibson, op. cit., p. 374; apud. Jus, México.
1979 Extracto de los autos de diligencia
"Las noticias de los embarcaderos en ven- y reconocimiento de los rfos, lagu-
ta", en Gacetas de México, Compendio nas, vertientes y desagües de la ca-
de Noticias Tomo 1, p. 312; VII. 24; vid. pital de México y su valle: de los
Florescano Enrique et. al., La clase obre- daflos que se vieron: remedios que
ra en la Historia de México de la Colonia se adbitraron: de los puntos en
al Imperio, pp. 9-124. particular decididos: de su prácti-
39 Ibidem, pp. 374-375; apud. A.G.N. Ra- ca: y su mayor examen reservados 9. Detalle del Códice Mendocino mostrando un
mo de Indios, Vol. 2., Fol. 224r-225v. para con mejor acierto resolverlos, indígena transportando materiales de construc-
Fuentes para la historia del trabajo en UNAM, México. ción en una canoa para la edificación de un
Nueva Espafta VII, pp. 13-15; vid. Las se- EVERETT BOYER, Richard templo.
ries de registros de embarcaciones de las 1975 Vida y sociedad de la Ciudad de
Haciendas Jesuitas. México 1629-1638, Colección SEP-
40 Juan Viera, op. cit., p. 75. Setentas 218, Secretaría de Educa-
41 lbidem, pp. 78-79. ción Pública, México.
41 Alicia Diadiuk, Viajeras anglosajonas en GEMELLI CARERI, Giovanni Francesco
México, p. 29. 1976 Viaje a la Nueva Espolia, Instituto
43 Manuel Rivera Cambas, México pintores- de Investigaciones Bibliográficas, 9
co, artistico y monumental, introducción; UNAM, México.
vid. Manuel Orozco y Berra, Memoria pa- GIBSON, Charles
ra el Plano de la Ciudad de México, p. 164 1978 Los aztecas bajo el dominio espa-
vid. documento paleográfiado en el texto llol, América Nuestra 15, Siglo
de Efrain Castro, Palacio Nacional, p. XXI, México.
258, tomado del Archivo General de la GONZÁLEZ RUL, Francisco y Federico
Nación, México, ramo: Obras Públicas, MOOSER
Vol. 28 donde se habla de la atarjea que 1962 "La calzada de Iztapalapa", Ana-
existe en el costado del Palacio correspon- les 1NAH, Tomo XIV, No. 43, pp.
diente a la Plazuela del Volador. 113-119, México.

22
LA INFLUENCIA NÁHUATL EN LA TERMINOLOGÍA ARQUITECTÓNICA

Pablo Chico Ponce de León


y Juan Antonio Siller*

The Nahuatl terms present in Spanish reflect part of the fusion of these two
cultures. We see this phenomenon in many architectural and construction terms
used today in Mexico.
Codices and historical documents research, principal/y those of the religious
chroniclers, conquerors and recent studies, jorm the basis of understanding the
Nahuatl terms related to al/ aspects of prehispanic, colonial and present doy
architecture.
1

l. Introducción época de la colonia, ya sea aplicados


a los mismos objetos o prácticas
Para llegar a comprender cuál es la prehispánicas, o bien aplicados a
influencia náhuatf en la terminología nuevas prácticas constructivas.
de arquitectura, tenemos que explo- 3. Investigar dentro de la ter-
rar una serie de aspectos, que en este minoglogía actual qué palabras son
caso particular (de la arquitectura o nahuas, y cuáles son híbridas de
de la construcción) han sido poco es- náhuatl y español.
tudiados. Para lograr cabalmente este Obviamente, mientras más se aleja
objetivo, sería necesario investigar en el tiempo el objeto de nuestra in-
profundamente en diversas fuentes, vestigación, será más dificil resolver
como son los códices prehispánicos, la problemática de esta terminología.
las crónicas indígenas de los primeros
años de la colonia, las crónicas de los 11. La lengua náhuatl y los aztequis-
conquistadores y de los misioneros de mos
esa misma época, los tratados
lingüísticos y lexicográficos sobre el "Todo pueblo, por rudimentario
náhuatl, las investigaciones lingüís- que sea su progreso, piensa y habla.
tico-sociológicas sobre los pueblos Entre los que hablan, unos lo hacen
contemporáneos de habla náhuatl y mejor que otros. Piensan más al-
otros tipos de estudios o de aporta- to, sienten más hondo y hablan más
ciones arqueológicas. Como no con- claro ... " (Garibay K.).
tamos con el tiempo para un estudio
de estos alcances, nos limitaremos a
señalar la problemática y sus puntos
esenciales:
l. Representación del Hospital de los indios,
l . Determinar la terminología según el Códice Osuna. Dibujo Chico-Siller.
náhuatl relacionada con todos los as-
pectos de la arquitectura durante la
época prehispánica, para lo cual es
necesario penetrar en los modos de vi-
da de estos pueblos, en sus formas y • Arquitecto y Maestro en Restauración,
ENCRM, INAH .
prácticas constructivas y en su estruc-
Arquitecto y Arqueólogo, Maestro en Res-
tura económico-social en general. tauración y en Museología, ENCRM,
2. Esclarecer cuáles términos per- INAH, Pasante de Doctorado en Arquitec-
duraron durante la conquista y en la tura, UNAM.

23
Podemos fijar los límites espacio- Fray Juan de Torquemada co, tamal, petate, mochila) se ha sus-
temporales de los pueblos de habla Las principales fuentes de conser- tituido, muy oportunamente, por el
náhuatl durante la época precorte- vación, a su vez, son: más exacto de nahuatlismo. Mexica-
siana: Unos Anales Históricos de la Na- nismo, por su parte se refiere a todo
l. Limite de espacio. Las ciudades- ción Mexicana, descubiertos por Bo- vocablo, giro o modo de hablar pro-
Estado más o menos libres, y de las turini, que datan de 1528 pio de los mexicanos de la actualidad,
que existe documentación: Tenoch- Cantares Mexicanos, datados entre y no a las voces derivadas del idioma
titlan y Tlatelolco, Tezcoco, Tlaco- 1532-1597 náhuatl (al que también se ha llamado
pan, Azcapotzalco, Chalco, Cuauh- Informantes de Sahagún, ma- "mexicano").
titlan y sus satélites, Tlaxcala, nuscritos datados en 1548 y 1585
Huejotzingo, Tecamachalco y C ho- Pláticas de los Ancianos, restos de 111. La terminologia náhuatl o de
lula. la colección de Olmos, que son de influencia náhuatl en la construcción,
2. Limite de tiempo. Es fácil de de- 1547 y posteriores
en la arquitectura o en el urbanismo.
finir la época en que termina, al caer Historia Tolteca Chichimeca, de
el señorío tenochca el13 de agosto de 1545, etc.
1521 (aunque se puede abarcar el l . Topónimos
siglo XVI en su integridad, ya que ha- En cuanto a los códices y otros re- 2. Urbanismo
cia los finales de éste hay escritos que ceptáculos de escritura náhuatl, pode- 3. Nombres de edificios
guardan el perfume del pasado. La mos decir que existen en gran canti- 4. Espacios específicos
fecha más antigua queda establecida dad y que están escritos en signos de 5. Elementos estructurales
con seguridad para el siglo XIV. Así, diferentes tipos: 6. Materiales de construcción
en cuanto a la literatura náhuatl a. signos numerales 7. Oficios de contrucción
tendríamos tres siglos de existencia, b. signos pictográficos 8. Organización de la construc-
considerando que existieron etapas c. signos ideográficos ción
previas de su formación como lengua, d. signos fonéticos 9. Instalaciones
y también etapas posteriores (hasta Pero siempre se tiene que conside- 10. Herramientas
nuestros días) de su influencia en el rar que "lo que se decía, se inscribía 11. Sistemas constructivos
español y del hecho de seguirse también en los códices." 12. Mobiliario y decoración
hablando por varios grupos étnicos.
El primer contacto de los espaftoles
J. Topónimos
en territorio mexicano fue con la len-
gua maya, pero la penetración y con-
quista española del territorio maya en Consideramos importante señalar
sí fue posterior a la de los pueblos de este tipo de términos, con los que se
habla náhuatl. La lengua del señorío designan lugares, por las siguientes
de Tenochtitlan y sus aliados fue im- razones:
puesta a los pueblos sometidos como • porque nos pueden indicar la pro-
lengua de dominación y de comercio. cedencia de un material;
signo pictográfico: casa
La unidad de lengua facilitó la pe- • porque el material puede tomar el
signo numeral: 400
netración hispana en todos los nombre del lugar del que procede;
signo ideográfico: canto
pueblos dominados. si~~:no fonético: A (Atl)
• porque nos puede indicar el tipo de
Al concluir la primera etapa de la ubicación geográfica del pueblo
conquista, los misioneros y hombres Gunto a un río, junto a un cerro,
cultos empezaron una investigación en una planicie, etc.);
gracias a la cual podemos ahora tener • porque la calidad del material que
una base para un estudio de esta se obtiene en un determinado lu-
índole. Éstos fueron, entre otros: gar, ocasiona a menudo que se de-
Fray Toribio de Benavente, Moto- signe al material por ese nombre.
linia En cuanto al término "aztequis-
Fray Andrés de Olmos mo", nos dice la Enciclopedia de Mé- Ejemplos:
Fray Bernardino de Sahagún xico: "Varios pueblos prehispánicos
Fray Diego Durán hablan la lengua náhuatl sin ser azte- a. Ocotlán: lugar donde hay oco-
Juan Bautista Pomar cas o haber sido sojuzgados por los tes
Fray Jerónimo Mendieta aztecas: por ejemplo Jos tlaxcaltecas y b. Chilucan: nombre del lugar
Fernando de Alvarado Tezozómoc los metzcos. El término aztequismo donde se ha de haber extraído la
remando de Alva Ixtlixóchitl (para indicar palabras como chama- pied1a que lleva este nombre.
2A
2 3 4 c. Tlatelolco: nos indica que es un
sitio ubicado en un terraplén
d. Tecalli: significa "casa de
piedra'' , pero se designa con ese
nombre a una especie de már-
mol: mármol tecalli (o tecali)
e. Ixtapaluca: éste es otro caso di-
ferente a los cuatro anteriores,
en que el lugar, que tiene una
actividad específica, da nombre
a un material (en este caso se de-
Ejemplos de topónimos de origen náhuatl, se- nimo de Acolman. Escudo labrado en piedra nomina "madera iztapaluca").
gún Macazaga. 2. Topónimo de Ocotelolco . 3. del convento agustino del siglo XVI. Compáre- además que nos indica el oficio
Topónimo de Acohuacan. Jeroglífico con el se con el jeroglífico prehispánico de la pobla-
signo agua, atl, aparentemente atado con una ción de Acolhuacan, figura anterior. Ejemplo de sus habitantes (el tallado en
cinta roja a la altura del hombro ocolli y el na- de uso de la tierra. 5. Medición de un terreno madera)
cimiento de un brazo que lleva una pulsera o durante el siglo XVI, del Códice Osuna 1568, 2. Urbanismo
brazalete, según el Códice Mendoza. 4. Topó- tomado de Chanfón. a. Calpulli. "La tierra era pro-
piedad colectiva en manos de
5
los llamados calpulli, barrios o
cooperativas agrícolas. A cada
ciudadano azteca se le concedía
una parcela de esa tierra, para
que la cultivara y sacara pro-
vecho de ella mientras vivía.
Cuando moría, el derecho de su
cultivo pasaba a su hijo, pero la
tierra seguía siendo propiedad
del capulli." (Leandcr)
b. Otros ejemplos de terminología
referente a urbanismo:
Altépetl: pueblo
Altepetlalli: tierras del pueblo
Calpullalli: tierra perteneciente
al calpulli
Chinampa: terreno para cultivo
1 hecho artificialmente sobre el
1 agua
Chinancalli: calpulli
1
Tecpan: casa comunitaria
_); indígena
Tecpantlalli: tierra del tecpan
Tecuhtlalli: tierra del tecuhtli o
señor
Teotlalli: tierra de los templos o
dioses
Tlalmilli: parcela del calpullalli
Tlatocatlalli: tierra de un tlato-
ani o gobernante indígena de
una comunidad
3. Nombres de edificios
a. Tlapalería: "Es una palabra
híbrida, construida con el
náhuatl tlapalli, color, y la disi-
nencia española -ería, es decir,
"lugar en que hay o venden pin-
turas". Es un tipo de tienda
25
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11

Urbanismo y usos de la tierra. 6. Representa-


ción de un cercado a la manera indígena, basa-
do en el Plano de diversas propiedades (Boban,
34), apoyado en Castillo, quien describe que las
dimensiones están indicadas en el cémmatl o
braza indígena que, en su sentido más general,
significa la medida tomada del pie a la mano en
alto, y en el que los círculos tienen un valor de
veinte. 7. Plano y título de una propiedad en
Huexocolco cercana a Tezcoco en Boban, 33,
13 apoyado en Castillo. Las medidas de la izquier-
da representan un cenyollotli, braza náhuatl
que se toma del pecho a la mano, aproximada-
mente de 0.90 m. Abajo, el paso indica un
centlácxitl que significa un paso normal con las
variantes que este tipo de paso puede tener. 8.
Plano de la ciudad de Tezcoco, según el Frag-
mento de Humboldt VI, de Berlín, tomado de
Castillo. 9. Representación de una vivienda del
Códice Florentino. Obsérvense el rodapié de
piedra, los muros, jambas con anclajes y plata-
banda aparejada, sistema constructivo espa-
llol. 10. Conjunto de viviendas con cubiertas
planas, terrado, rodapié de piedra, muros,
jambas y dinteles de madera, según el Códice
Florentino. 11. Cuexcomate actual de la zona
de Santa Ana Chiautenpan; Tlaxcala. Dibujo de
Pedro Dozal, tomado de Gendrop. il. Cuexco-
mate prehispánico del Códice Sahagún y cuex-
comate de la época de la conquista según El
Lienzo de Tlaxcala, tomado de Moya. 13. Te-
mazcal o bailo de vapor prehispánico, repre-
sentado en un dibujo de códice.
14. Canteros en un banco de materiales de rentino. 18. Indio cortando madera, según Có- templo de Tlatelolco, donde se ven indígenas
piedra, o cantero. Se observan las distintas acti- dice Florentino. 19. Oficio de carpintero, del cargando sobre la espalda los materiales a la
vidades y herramientas utili.zadas en el corte y Códice Florentino. 20. Constructor indígena, manera prehispánica, según el Códice Azca-
talla de piedras labradas, según el Códice Roren- según díbujo del Códice Florentino. 21 y 22. titlan 14, tomado de Castillo. 25. Organización
tino. 15. Arcilla y elaboración de adobes por Indios acarreando piedra y otros materiales, se- del trabajo en la edificación de una casa, de
un indígena, según el Códice Florentino. 16. gún el Códice Florentino. 23. Trabajadores acuerdo al dibujo del Códice Florentino, toma-
Obras comunales de albañilería durante la épo- indígenas construyendo una casa. Se ve un ins- do de Reyes Valerio. 26. Indios constructores
ca colonial. Se ve el uso del instrumento llama- trumento de trabajo y un cargador con chunde colocando la madera de una cubierta, según el
do huictli, como aparece en el Códice Osuna. o canasto así como el mecapa/ con el que secar- Códice Florentino.
17. Indígena preparando materiales de cons- ga sobre la frente, del Códice Florentino. 24.
trucción como la cal de piedra, del Códice Flo- Proceso de construcción de un basamento del

14 15 16

lO

17
18

15
24

27
común en toda la República, en de los magueyes para fermentar. El 5. Elementos estructurales
donde se preparan y se venden uso de la palabra se limita a Méxi- a. Tapeste: "Viene del náhuatl Tla-
colores y otros útiles para pin- co". (Leander) pechtli, compuesto de tia, algo y
tar, y también diversos mate- Cuezcómatl: Troja, almacén de pechtli, una derivación del verbo
riales de oficios manuales como granos (maíz), cuezcómac, en la pechoa, que significa echar funda-
carpintería, albañilería, etc. La troja, en el granero. (Siméon). mento de un edificio. Es entonces
palabra se usa solamente en la Cuexcomate, o silo para maíz " lo que sirve como fundamento de
República Mexicana." (Lean- (Gendrop); véanse figs. 11 y 12. algo" . (Leander)
der) c. Interiores específicos: b. Calegual: (no conocemos la pa-
b. Otros ejemplos de terminología Jacal: "Deriva de la palabra labra azteca de donde se haya for-
referente a la denominación de náhuatl xacalli. Está compuesta de mado este vocablo). Especie de
edificios: xalli, arena, y de calli, casa, y morillo delgado, de madera de
Achcauhcalli: donde se reunían quiere decir "casa de arena". Pero oyamel, que se emplea en la cons-
los funcionarios de segunda hay otra interpretación que dice trucción de las casas, ya sea en los
categoría que viene de xámitl, adobe, y de techos, ya como puntales para for-
Calmécac: escuela para la pre- calli. Después de perdida la termi- mar la armadura de las cabañas.
paración de la nobleza nación -itl (lo que siempre sucede (Robelo)
Coacalco: panteón de los dioses en la composición) la m se convier- 6. Materiales de construcción
Cuicacalco: casa de canto y te en n, que es una letra que los az- a. Arcillas y arenas
baile tecas muchas veces pronunciaban Zoquite: "Viene de la palabra
Tecalli: casa de piedra suavemente, razón por la que náhuatl zóquitl, que significa lodo
Telpoc hcalli: "casa de puede haberse perdido en la escri- o fango. Sacado en cajas se con-
jóvenes", destinada a la ense- tura. Con esta etimología su signi- vierte en adobe que se usa mucho
ñanza militar para plebeyos ficado sería "casa de adobe", lo entre los pobres para la construc-
Tlacochcalli: "casa de los dar- cual es una definición más exacta ción de casas. El uso de la palabra
dos"; arsenal. de jacal. Hoy se usa esta palabra se limita a la República
4. Espacios especificos para señalar cualquier choza o casa Mexicana.'' (Leander)
a. Exteriores: humilde, sea de adobe, de carrizo o Xámitl: adobe
Tianguis: "Entre los aztecas se de zacate. La palabra se usa en Mé- Jal: "Viene del náhuatl xalli que es
decía tianquiztli y era la feria o el xico, Venezuela y España". (Lean- arena." (Leander)
día en que se juntaban los vende- der) b. Materiales pétreos:
dores de los alrededores de un Temazcalli: Cuarto, establecimien- Chiluca: (chilo-can o chilu-can,
pueblo para vender sus productos to, casa de baños, sudadero. Tipos nombre del lugar donde han de ha-
en la plaza. El lugar del mercado se de baño de vapor en uso todavía, ber sacado primero la piedra que
llamaba tianquizco, con el sufijo - principalmente en las alturas de lleva este nombre). Traquita anfi-
co, que significa lugar. Tianguis México; la palabra pasó al español bólica. Piedra siliceosa que se
quiere decir hoy generalmente fe- temazcal. Con la posposición co: emplea en la construcción de edifi-
ria, pero a veces también el merca- temazcalco, en un baño. (Siméon); cios y de banquetas de calle". (Ro-
do mismo. La palabra se usa en véase fig. 13. belo)
México y en Filipinas y se conoce d. Interiores parciales: Tesoncle: "Viene del náhuatl tet-
en España. Se escribe también Tapanco: "Viene del náhuatl tia- zontli, compuesta de tetl, piedra, y
tianguiz. Entre los aztecas el tian- panco. Tia quiere decir cosa, pan tzontli, cabellos. El significado es
guis más famoso era el de Tlatelol- viene de pantli, que significa línea entonces "cabellos de piedra", lo
co." (Leander) o fila , y -co quiere decir en. La pa- que alude a su forma que parece un
Tlachtli: cancha destinada al juego labra tlapantli sería entonces "en conjunto de cabellos petrificados .
de pelota. la fila de las cosas", pero se usaba Otra interprPtación puede ser que
b. Interiores comprendidos dentro de en el significado de azotea o terra- estuviera compuesta de tetl y zo-
un conjunto: do, y tlapanco sería "en la nectic, esta última palabra signifi-
Tinacal: "Es una palabra híbrida, azotea" . Otra etimología es que ca "cosa esponjada", lo que tam-
compuesta del español tina y del deriva de tlapanqui, cosa quebra- bién vendría al caso. Es una piedra
náhuatl calli, casa; es, entonces, da, aludiendo a un piso de madera compuesta de sílice y de ceniza de
una "casa de tinas". Los indios que se pone sobre las vigas del lava volcánica, porosa y resistente,
dieron este nombre a los departa- techo y que sirve a modo de bode- de color rojo oscuro, que abunda
mentos de las haciendas de pulque ga. El Diccionario de la Lengua en la Mesa Central. Se le conoce
donde estaban las tinas en que los Española dice que la palabra viene también bajo el nombre de tezontli
tlachiqueros vaciaban el aguamiel del verbo tapar". (Leander) y tezontle." (Leander)
28
17 19

11 b
Tenescle: ceniza de piedra, o signuica cargador. Esta compuesta na que se usaba para poner en vo-
piedra de cal de tia, cosas, y del verbo meme o ladizo las partes salientes de un
Tepetate: "Viene del náhuatl tepé- mama, que quiere decir cargar. El tablero de tipo teotihuacano; pro-
tatl, compuesta de tetl, piedra y de significado literal es "el que carga viene del náhuatl ixtlapalteca, (ex-
pétatl, petate o estera. Significa en- cosas". Se usa sobre todo para de- tender o poner una cosa de través,
tonces, "petate de piedras", por- signar a los que llevan su carga con de lado) y tetl o piedra (Gendrop).
que es una roca que se corta en lá- el mecapa/, al modo 12. Mobiliario y decoración
minas con apariencia de petates . prehispánico." (Leander); véanse Equipal: "Viene del náhuatl ic-
Es porosa, blanquecina o ama- figs . 21 a 24. palli. Deriva de la proposición ic~
rillenta; se usa en la fabricación de Tlacuilo: escriba o pintor. pac, que quiere decir sobre o enci-
casas." (Leander); véanse figs. 14 8. Organización de la construcción ma. El significado de icpalli es
a 17. Téquitl: "Los aztecas tenía una simplemente silla o sillón. Es una
c. Maderas: idea muy elevada del servicio clase de asiento típicamente mexi-
Ocote: "Viene del náhuatl oco- público. Los plebeyos estaban so- cano, y el dominio de la palabra se
cuáhuitl, compuesta de ócotl, tea, metidos a un sistema de trabajo co- limita a México." (Leander); véase
y quáhuitl, árbol; es decir, "árbol lectivo llamado téquitl, gracias al fig. 29.
de teas" . Porque servía para hacer cual podían ejecutar un número
con su madera antorchas para considerable de obras públicas." La presencia de voces de las len-
alumbrar las casas." (Leander) (Leander); fig . 16. guas indígenas en el castellano es una
Oyamel: Utilizado en la construc- muestra palpable del sincretismo de
9. Instalaciones nuestro pasado prehispánico, el cual
ción para la elaboración de vigas
(figs. 18 y 19). Apantli: Canal o acequia de agua. ha trascendido a través de la historia
d. Materiales para cubiertas: Apanteca, hacer un acueducto, un para formar parte de nuestra cultura
Zacate: Zácatl, pequeña planta canal de agua. (Siméon); véase fig. actual. Un investigador reciente como
gramínea que cubre los campos y 28 . Roberto Moreno de los Arcos, co-
sirve de alimento a los ganados; JO. Herramientas o instrumentos menta lo siguiente: "Algunas de las
paja, cañas secas de maíz, trigo, Talacha: "Es una palabra híbrida; primeras palabras transplantadas de
etc. (Robelo); véase fig. 27. la primera parte deriva del náhuatl las lenguas indígenas al castellano
Zoyate: zóyatl, palmera, palma; el tlalli, tierra, la segunda parte cons- fueron términos que los españoles re-
aztequismo zoyate no se refiere al tituye la palabra española hacha; cogieron a su paso por las Antillas.
árbol sino a la materia textil que se significa entonces "hacha para la En este proceso de aculturación se
saca de sus hojas (Robelo); tierra". Es un instrumento de conformó una cultura colonial trilin-
e. Resinas: labranza que se usa como una güe, que se expresaba en castellano,
Chapopote: "Viene del náhuatl hacha o un azadón, para romper latín y náhuat/, conservándose duran-
tzaucpopochtli. Deriva de tzauctli, tierra dura y cortar tallos y te los siglos XVI, XVII y XVIII, al fi-
que es una metátesis de la palabra raíces." (Leander); fig. 23. nal del cual llegó al país la corriente
tzacutli, que significa pegamento y Mecate: soga filosófica del racionalismo, la cual
de popochtli, que quiere decir per- Malacate: instrumento para subir y
fume, porque los aztecas lo usaban bajar objetos en la construcción y 27. a. Cubierta de madera y zacate del Códice
Florentino; b. Casa de madera y zacate, del
tanto como pegamento así como en las minas Códice Florentino. 28. Compuerta de agua o
pintura para el cuerpo." (Martínez Mecapa!: cuerda ancha o faja de atzacual, del glifo toponimico Atzacan, "don-
1970: 125-128, y Leander) cuero que usan los cargadores o de se detiene el agua", según la representación
mecapaleros (figs. 21 a 24). prehispánica del Códice Mendoza. tomado de
7. Oficios
Macazaga. 29. Equipal, tal como se sigue ela-
Tameme: "Deriva de la palabra 11 . Sistemas constructivos borando en la actualidad . Dibujo de Miguel
náhuatl tlameme o tlamama, que Ixtapaltete: Laja ancha y muy pla- Barbachano Osorio, tomado de Gendrop.
29
influyó para que desapareciera el riano" . uso de estas palabras, que tienen una
latín; sin embargo, es el liberalismo Durante este período se da la entra- raíz náhuatl y que han sido llamadas
del siglo XIX el que deja de usarlo. El da a muchas manifestaciones extran- mexicanismos, forma parte de mu-
liberalismo inicia un proceso en la ex- jeras como formas de penetración chos de los términos arquitectóni-
tinción de las comunidades indígenas. cultural en el lenguaje. Agrega el cos que cotidianamente empleamos
Más tarde esta corriente fue susti- autor que en el trasfondo de nuestra en la construcción.
tuida por el pensamiento positivista- lengua proviene al aporte indígena
evolucionista del régimen porfi- que todos, mal que bien, tenemos. El México, D.F., mayo de 1985

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1
30
LOS EDIFICIOS CIRCULARES DE TEOTIHUACÁN
Y OTRAS NOTAS HISTÓRICAS

Daniel Schávelzon*

After the publication of H.E.D. Pollock'sfundamental essayon Round struc-


tures of aboriginal Middle America (1936), severa/ more of these hove been un-
covered in Mesoamerica, including afew remains in Teotihuacán (/.Rodríguez,
Teotihuacán 1980-1982: 49-57).
lnformation is given here by an eye witness (Ramón Almaraz, 1865), of
·cs:::::::=::::=·.--Ciiil!3 another of those round structures, reportedly discovered and looted in 1864.
According to Almaraz's description, this structure could well hove been an an-
cestor of so many Post-Classic temples related to the cult of Ehécatl.

La historia de la arqueología y sobre gentes; no tendría sentido por lo tan-


todo la búsqueda de información en to repetir esa información. Sin em-
la bibliografía antigua, siempre trae bargo, ni este libro ni ningún otro di-
hallazgos interesantes. Incluso a veces ce algo acerca de la posibilidad de la
nos llega a sorprender, no sólo por- existencia de edificios circulares en
que los datos descubiertos se conju- Teotihuacán, pese a que éste es uno
gan admirablemente con la nueva in- de los sitios más estudiados de toda
formación recabada científicamente, Mesoamérica. La primera referencia
sino porque a veces llegan a abrir moderna ha sido publicada muy re-
nuevos horizontes. Queremos relatar cientemente y corresponde a los res-
aquí uno de estos casos: la posibilidad tos de muros de forma semicircular
de que hayan existido edificios circu- descubiertos en el cuadrángulo adosa-
lares en Teotihuacán. do al norte de La Ciudadela. Ha sido
La existencia en Mesoamérica de publicada muy parcialmente por Ig-
construcciones de ese tipo es tema de nacio Rodríguez2 en 1982, y sólo sa-
estudio desde hace muchos años, y bemos que estos restos se remontan
tanto en las representaciones de ar- posiblemente a la fase Tlamimilolpan
quitectura (pintura, códices, relieves) de esa ciudad; que poseían varias su-
como en los textos de los cronistas, perposiciones, y que su grado de
hay datos importantes sobre el parti- destrucción era casi total. Se trata de
cular. Y se han descubierto tanto ba- los restos de tres estructuras, una muy
samentos circulares en numerosos si- pequeña, circular, de unos 7.50
tios, como templos con esa forma. metros de diámetro, que se encuentra
Existe un libro de H.E.D. Pollock ti-
tulado Round structures of aboriginal
Middle America 1, en el cual el autor
ha hecho un exhaustivo análisis de to- Arriba: Detalle del "Cuadrángulo" anexo a la -
dos los datos conocidos sobre este ti- Ciudadela, según Ignacio Rodríguez G. y Ru-
po de construcciones, o por lo menos bén Cabrera C., Proyecto Arqueológico Teo-
de los que existían o se tenía noticias tihuacán.
con anterioridad a 1936, fecha de su
publicación. Pese a que con poste-
rioridad se descubrieron nuevas evi-
dencias sobre otras construcciones si- • Dr. en Arquitectura, UNAM . Director de
milares, sus planteamientos teóricos y Investigaciones, Facultad de Arquitectura,
metodología de estudio aún siguen vi- Universidad de Buenos Aíres.

31
dentro de otra construcción mayor, ba la cabeza de una serpiente, co- serpiente, con la cabeza hacia aba-
semicircular, y de 10 metros de mo la de otro animal feroz, como jo y el cuerpo levantado a la parte
diámetro máximo. La tercera, ubica- un tigre o un león; estaban además superior, cual si estuviera destina-
da a un lado de las anteriores, tiene el encorvadas hacia afuera, y todas da a servir de soporte7 •
mismo ancho aunque uno de sus debían formar un monumento cir- Esto no deja de ser llamativo, ya que
extremos está unido a un muro que la cular de 5.20m. de radio; fueron las columnas es forma de serpiente,
cierra por el lado sur. No se han destrozadas sin piedad, aunque pu- con la cabeza abajo y los crótalos ha-
publicado aún ulteriores detalles 3 • de tomar dibujo de una de ellas. cia arriba, son características de lo
Pero lo interesante es comparar este En el mismo tlaltel había otras tolteca y lo maya yucateco postclási-
edificio con la descripción de otro, piedras esculpidas con algún pri- co, y por lo tanto son posteriores al
circular también, que llegó intacto mor, en cuyos contornos se nota- desarrollo clásico teotihuacano. Por
hasta mitad del siglo XIX y que fue ban, sin esfuerzo alguno. la cabeza suerte este tipo de columnas y de los
visto por varios viajeros e investiga- de un tigre con algunas otras figu- edificios que ellas definen, ya han si-
dores quienes llegaron a describirlo ras que no me fue fácil descifrar. do ampliamente estudiados por Geor-
detalladamente. Este edificio fue des- Por este orden han sido las pérdi- ge Kubler en 19828 , siendo este dato
mantelado, piedra por piedra, por un das sufridas5. nada más que una mera curiosidad
coleccionesta de la ciudad de México, Es evidente que nos está describiendo histórica, aunque a no dudar hubiera
quien se lo llevó a su casa como tro- un edificio circular, del tipo tradi- sido interesante que, durante los tra-
feo arqueológico. Allí fue visto por cional de los templos erigidos en ho- bajos arqueólogicos que se realizaron
otras personas, pero lamentablemen- nor a Quetzalcóatl, lo que se ve re- en ese rancho hace varios años, se le
te más tarde desapareció, destruido marcado por el hecho de haber sido hubiera prestado atención a esta refe-
quizás por ignorancia de los herede- una figura de ese tipo la que circunda- rencia. Hoy en día la zona está
ros o, lo que sería peor, tal vez per- ba la construcción. ¿Sería la otra ca- completamente destruida, por lo que,
manece olvidado en el patio posterior beza, descrita como "de animal fe- si algo hubo alguna vez, ya está perdi-
de alguna gran residencia de la roz", un Tláloc? De ser cierta esta do para siempe. Recordemos que en
ciudad. Quien describió con mayor descripicón nos hallaremos frente a esa época poco se sabía respecto a este
detenimiento este edificio fue el sabio un edificio circular, posiblemente un tipo de columnas, ya que los primeros
mexicano, geólogo y topógrafo de templo, ya que había espacio interior en estudiarlas con cierto detenimiento
profesión y arqueólogo por afición, -lo que descarta un altar circular- a fueron Alfred Maudslay y William
don Ramón Almaraz, en 1864. Cien- similitud de algunos aztecas, como en Holmes, hacia fines del siglo pasado.
tífico de rigurosa exactitud, levantó el el caso de Malinalco. ¿Tendría tam- Para terminar, sólo queremos desta-
detallado plano de Teotihuacán cuan- bién este edificio una puerta en forma car nuevamente la importancia de re-
do era director de la Comisión de fauces serpentinas, como en tantos leer los libros del siglo pasado, no
Científica del Valle de México, y tuvo otros casos? 6 Son preguntas a las que con la simple intención de criticar su
labor destacada en la geografía na- ya nunca se podrá responder. Lo que falta de método científico o sus posi-
cional durante el imperio de Maximi- sí podemos hacer es comparar las di- ciones teóricas o ideologícas, sino to-
liano y el gobierno de Juárez. Llegó mensiones dadas por Almaraz, de mándolos como una verdadera cante-
incluso a plantear, por primera vez en 5.20 metros de radio, con otras cono- ra de información que puede arrojar
América Latina, la necesidad de apli- cidas. Por ejemplo en Malinalco, los un poco de luz sobre algunos des-
car técnicas rigurosas de excavación tres edificios circulares miden por su cubrimientos actuales. Hoy en día es
en los montículos arqueológicos, con interior entre 4.50 y 10.50 metros de imposible aseverar que el edificio
una clara percepción de lo que más diámetro aproximadamente, teniendo destruido a la vista de Ramón Alma-
tarde llegaría a ser el método estra- el mejor conservado poco más de 6 raz y sus compañeros de expedición
tigráfico. No podemos poner en tela metros de diámetro interior. Estas haya sido uno de los descubiertos ar-
de juicio los datos referidos por él. medidas son, por cierto, bastante se- queológicamente el año pasado; pero
Sus principales colaboradores fueron mejantes a las de los basamentos re- ¿y si lo hubiera sido? Tendríamos un
Francisco Jiménez y Antonio García cientemente descubiertos en Teo- dato que, de otra manera, la
Cubas4 • Almaraz nos dice textual- tihuacán. arqueología por sí sola jamás podría
mente: Un último dato interesante. Almaraz llegar a obtener.
Ha pasado casi a mi vista, que habla también, un poco más adelante
de uno de los tlalteles se extrajeron en su texto, de una columna serpenti-
ocho piedras labradas de 1.20m. de na descubierta en el rancho de La
ancho por l. 10m. de largo; las ca- Ventilla. Nos dice textualmente:
ras exteriores estaban labradas He visto en La Ventilla, poco dis-
representando una figura extraña y tante de las ruinas, una piedras
grotesca, que también representa- representando, a mi parecer, una Buenos Aires, noviembre de 1984
32
NOTAS Y BIBLIOGRAFÍA mexicanas", Anales de lo Sociedad Hum-
boldt, vol.I, pp.49-98, México, 1872.
5. Alamaraz, op. cit., p.354.
6. Una caractística común a muchos de estos
l. H.E.D. Pollock, Round structures of abo- edificios fue la fachada zoomorfa. "Dra-
riginal Midd/e America, Carnegie lnstitu- gon mouth entrances: zoomorphic portals
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México, 1982. re", Third Palenque Round Table, vol.5,
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mides de San Juan Teotihuacán", Memo- Austin, 1980.
rias y Trabajos Ejecutados por la Comisión 7. Almaraz, op. cit. p.355.
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co, 1865. Columns : Symbols of Maya-T oltec
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terminación astronómica de San Juan Teo- turol Historions, vol. XLI, no.2, pp. 93-
tihuacán", Boletfn de la Sociedad Mexica- 115, Washington, 1982. Este dato ya había
na de Geograjfo y Estadistica, la. Epoca, sido observado por Carmen Cook de Leo-
tomo XI, pp. 155-181, México, 1865. Anto- nard, Cien años de arqueologfa mexicana,
nio García Cubas, "Ensayo de un estudio Sociedad Mexicana Americana, México,
comparativo entre las pirámides egipcias y 1%9.

Adjunto: Detalle de una de las estructuras de


planta circular del mismo "Cuadrángulo" . Fo-
to Ignacio Rodríguez G. y Rubén Cabrera C.,
Proyecto Arqueológico Teotihuacán.

33
Abajo: Panorámica aérea de la Ciudadela en
Teotihuacán. Enfrente: Perspectiva interior de
las plataformas que ciñen la Ciudadela. Fotos
Cía. Mexicana Aerofoto y Salvador Vázquez
Bader.

34
TEOTIHUACÁN: CIUDAD HORIZONTAL

Teotihuacán urban planning was based on one main principie: horizontality.


This tendendy is found not only in the architecture of the "City of the Gods",
but a/so in its sculpture, its mural painting, and even -in a smaller sea/e- in its
ritual ceramics and other "minor" arts.

Iñaki Diaz Balerdi*

La historia de Mesoamérica, desde el Los avatares que el destino reserva


Preclásico temprano hasta la llegada a cada ciudad son variados. Las hay
de los españoles, se puede caracteri- efímeras, de vida corta y poca tras-
zar como un movimiento dialéctico cendencia. Otras, medianas y con una
con tres componentes básicos: migra- importancia histórica más o menos
ciones, asentamientos en ciudades y relevante. Finalmente, un número
abandono de las mismas. La dinámi- muy reducido de ellas se configuran
ca de este proceso es recurrente. Gru- como fenómenos auténticamente
pos nómadas o seminómadas, dedica- extraordinarios, de tal manera que
dos fundamentalmente a la caza, a la cualquier evento mesoamericano que
pesca y a la recolección, encuentran hoy queramos estudiar nos retrotrae
en determinado momento un lugar directa o indirectamente, como ante-
cuyas particularidades ecológicas les cedente o como consecuencia, a algo
permiten acogerse a las ventajas del con ellas relacionado. Por último, las
sedentarismo. Surgen las aldeas, cam- ciudades, todas ellas y sin excepción,
bia el sistema productivo, aparecen son abandonadas. Las causas profun-
los excedentes -que pueden ser das de estos abandonos todavía cons-
empleados para fines no directamente tituyen en nuestros días motivo de
relacionados con la subsistencia-, se análisis y discusión, pero el hecho es
vuelven más complejas las estructuras incontrovertible: sus moradores las
de poder y, paralelamente, comienza dejan. Ahí comienza un nuevo ciclo
a desarrollarse un cierto afán de mo- de migración, asentamiento y aban-
numentalidad en las expresiones del dono.
grupo. Una de las primeras manifes- En la Cuenca de México, Te~
taciones de este afán va a ser la erec- tihuacán es la ciudad por excelencia.
ción de un templo que, si bien es mo- Es lo grandioso, lo monumental, Ni
desto al principio, no por ello deja de siquiera el fasto, el brillo y el poder de
constituir inmediatamente el centro Tenochtitlan lograrían opacar, años
de esa aldea que con tantos afanes se después, la importancia de aquella
ha ido gestando. Aldea que en no po-
cos casos succiona sobre su entorno,
se engrandece progresivamente y, me- • Licenciatura en Historia del Arte, Universi-
diante un salto cuantitativo y cualita- dad de Salamanca, y Maestría en Arte
tivo, se convierte en ciudad. Prehispánico, UNAM.

35
y consumo, ubicación e infraestructu-
ra de talleres especializados, etc. Las
excavaciones arqueológicas han de-
mostrado que la planeación de la
ciudad no se circunscribía a la zona
efectivamente poblada, sino que tam-
bién abarcaba áreas del extrarradio
susceptibles de ser ocupadas en un fu-
turo más o menos cercano.
Nada quedaba en manos del azar o
de la improvisación. Y fue así desde
muy tempranas épocas. La ubicación
de la ciudad, al Nordeste de la Cuen-
ca de México y sobre un terreno llano
en medio de un inmenso valle, facili-
taba las cosas y no obligaba a labo-
riosas tareas de nivelación, como en
Monte Albán, o de adecuación a una
orografía problemática, como en los
centros de la cuenca del río Usuma-
cinta. La ciudad se estructuró en tor-
no a la llamada Calzada de los Muer-
tos, eje rector que la atraviesa de Nor-
te a Sur, y de la Avenida Este-Oeste,
ciudad legendaria, que en tiempos tihuacán se convierte en un auténtico que se traza perpendicularmente a
mexicas ya no era sino un montón de centro de peregrinación, no descuida la primera. Además, los teotihuaca-
ruinas. Los aztecas siempre se sabrán el control sobre los yacimientos de nos supieron sacar el máximo partido
deudores de su legado cultural obsidiana ni sobre las rutas de comer- del entorno donde se asentaron, in-
-transmitido por los habitantes de cio que comunicaban con las más dis- tegrando sabiamente sus construc-
Tula- y en ella situarán el escenario pares regiones, empleando para ello, ciones al mismo y ciñéndose fielmente
de uno de sus mitos trascendentes: la en caso necesario, su fuerza militar a un claro principio de diseño: la ho-
creación del Quinto Sol. Teotihuacán que, hemos de suponer, no debió ser rizontalidad.
será la Ciudad de los Dioses. Ciudad nada desdeñable. El ritmo contrapuesto de grandes
de los Dioses que, sin embargo, estu- Racionalidad, porque las grandes masas volumétricas y generosos espa-
vo en tiempos habitada por hombres empresas no se improvisan, sino que cios vacíos siempre se resuelve en fu-
de carne y hueso que llegaron a unos requieren una calculada planeación y gas visuales y acentos compositivos
grados de destreza y racionalidad que una fría capacidad para adelantarse a horizontales. El esquema tablero-
aún hoy asombran a cualquier obser- los problemas que en cualquier ins- talud, que Teotihuacán supo llevar a
vador un poco atento. tante puedan presentarse. En este sen- unas cotas de perfección antes nunca
Destreza, porque supieron resolver tido, los teotihuacanos demostraron igualadas y a una preeminencia que
los retos que entraña la progresiva una habilidad igualada en contadas desde ese momento se vuelve clásica,
edificación de una urbe de tal magni- ocasiones. Superieron aunar en sus constituye el logro paradigmático de
tud, incorporando soluciones nove- construcciones el sentido práctico y el tal tendencia (fig. 1). El tablero pre-
dosas que habrían de marcar hitos cu- alarde monumental, en una síntesis domina, suspendido (como apunta
yas influencias se pueden rastrear en realmente sorprendente. Lo aparente, Kubler 1977) en el aire, sobre todo a
.
1ugares mesoamencanos 1 muy d"Istan- lo visualmente perceptible para quien determinadas horas del día, cuando
tes de la metrópoli. Destreza, tam- pudo contemplar la ciudad en su apo- los contrastes de claroscuro produci-
bién, porque la conducción de los geo, hubo de ser grandios0. Lo que do por la luz solar incidente oculta a
asuntos públicos necesitaba mucha quedaba oculto, lo que no se veía a la nuestra vista el talud. Mediante este
imaginación y clarividencia: el primera ojeada, pero que sin embar- recurso, el impulso ascensional, que
poderío teotihuacano, y su preponde- go constituía la complicada trama necesariamente entraña cualquier
rancia sobre otras ciudades coetá- sustentante de todo lo demás, no pu- construcción, queda hábilmente
neas, debió estar basado en un acusa- do ser menos digno de encomio: redes contrarrestado. Incluso en las inmen-
do dominio de los parámetros econó- de alcantarillado, conducciones y al- sas pirámides nuestro ascenso visual
mico-ideológicos que regían la vida macenamientos de agua, sistemas de hacia su remate será escalonado, nun-
del momento. Así, a la par que Teo- distribución de bienes de producción ca inmediato: habremos de ir de hori-
36
zontal en horizontal, ascender rítmica 2
y metódicamente de tablero en tablero.
Si consideramos que el tamaiio y,
sobre todo, la altura de los edificios
prehispánicos, están directamente re-
lacionados con el rango que ocupan
'
en el organigrama socio-religioso del
conjunto urbano, y que en Teo-
tihuacán el tablero-talud se emparen-
ta estrechamente con ámbitos cerca-
nos a la divinidad (Kubler 1977), he-
mos de concluir que la horizontal es
uno de Jos rasgos fundamentales del
diseiio teotihuacano, algo omnipre-
sente y definitorio. Indudablemente,
no podemos negar que existe un po-
deroso impulso ascensional en
determinadas construcciones teo-
tihuacanas, particularmente en sus pi-
rámides. La del Sol (fig. 2) se impone,
además, por su volumetría, por su 3
presencia inexorable que domina la
ciudad como necesario punto de refe-
rencia. Ahora bien, es así mismo una
pirámide escalonada y de ninguna
manera da la impresión de salirse de
los lineamientos básicos del diseiio
urbano: en último caso, los acentúa
por contraste, del mismo modo que
los cerros circundantes resaltan la
planitud del inmenso valle donde se
asienta la ciudad. De igual manera, la
Pirámide de la Luna (fig. 3) funciona
como confluencia de una serie de fu-
gas visuales, en espt:cial si la observa-
mos desde cualquier punto de la Cal-
zada de los Muertos: es una culmina-
ción, un tope; no hay invitación a pa-
sar más allá de un horizonte
- producto de la naturaleza o de la
mano del hombre- perfectamente
establecido y limitado. También los
templos que pudieron coronar estos
inmensos basamentos piramidales se
apegaban a la norma, a tenor de los
restos y evidencias arqueológicas
hallados en otras partes de la urbe.

l. Ejemplo de un típico basamento teotihuaca-


no provisto de varios cuerpos en tablero - ta-
lud. 2. Vista parcial de la Plaza de la Luna y de
la Calzada de los Muertos, con la pirámide del
Sol en segundo término. 3. Panorámica aérea
de la Calzada de los Muertos y de la Plaza de la
Luna, rematando con la pirámide de la Luna .
Fotos Paul Gendrop y Cía. Mexicana Aerofoto
37
nuevos ritmos en la articulación de las
fachadas, no por ello dejan de ser
esencialmente horizontales o, si aca-
so, escalonadas (fig. 6). Y observe-
mos que, para acentuar aún más esta
sensación, estas últimas constan de
dos cuerpos: un basamento rectangu-
lar y, por encima, un perfil piramidal
truncado e invertido, con lo que ella-
do más ancho queda arriba y elimina
la fuerza direccional del esquema
triangular, con punta hacia lo alto,
que se labra en su centro.
En Teotihuacán no existe la estili-
zación ni la ligereza arquitectónica.
Todo es masividad, contundencia de
la materia, volumetría cerrada. Ob-
viamente, las construcciones jamás
4 quedaban desnudas. En sus muros,
alfardas, taludes o tableros, se desple-
gaba todo un repertorio de escenas o
Aquí no existen elevadas cresterías dad, nunca pertenecen al campo advocaciones de la más diversa
como las de la zona maya. La estrictamente secular. índole, tanto mediante relieves como
crestería puede considerarse como un En Teotihuacán no tenemos nada mediante pinturas, lo que sin duda
paso intermedio entre la masividad de eso. Los edificios rematan en una aliviaría la rigidez y eliminaría los po-
del basamento y la ligereza del espa- banda horizontal claramente marca- sibles atisbos de monotonía esce-
cio abierto, pudiendo en muchos ca- da (fig. 4). En algunos casos se nográfica. No queremos decir que la
sos perforarse para lograr una síntesis pueden incorporar "almenas", como visión de la ciudad en su momento de
dialéctica de materia sólida (la contin- las magníficas piezas del Palacio de esplendor pudiera ser monótona, pe-
gencia terrenal) y de aire (el espacio Quetzalpapálotl (fig. 5); pero son ro sí señalar que estaba pensada, ante
de los cielos, el lugar de los dioses): "almenas" que, si bien dinamizan el todo en su centro ceremonial, para
los motivos que en ellas se represen- remate del edificio, aligerándolo del imponerse, para apabullar a quien
tan siempre se conectan con la divini- peligro de pesadez e introduciendo la contemplara, lo que en gran medi-
da se lograba con la reiteración de
patrones compositivos: su imagen era
la de una ciudad sagrada por excelen-
cia, poderosa y descomunal. Los re-
lieves y las pinturas, decíamos,
dinamizarían las superficies y, a la
vez, servirían para especificar deter-
minados contenidos ideológicos.
Quizá el ejemplo más deslumbrante
lo tengamos en la Pirámide de Quet-
zalcóatl, en cuyo frente aún se conser-
van elementos de un discurso rela-
cionado, según todas las evidencias,
con el agua y la fertilidad (fig. 7). El
trabajo es de un primor que no escati-
ma recursos técnicos (pensemos por
un momento en el dominio de la
estereometría por parte de sus
artífices, capaces de hacer que los
grandes bloques de piedra ensambla-
ran perfectamente unos con otros) ni
detalles minuciosos en el quehacer es-
cultórico y pictórico. Aquí nos volve-
mos a encontrar con esa no desmenti- 6
da lógica de la horizontalidad de la
que hablábamos al principio, con el
escalonamiento de los cuerpos pira-
midales, con la alternancia y repeti-
ción de motivos como recurso plásti-
co, con el ritmo como quintaesencia
de las posibilidades expresivas.
Pero de ahí que en determinado
momento los teotihuacanos (o su cla-
se dirigente) deciden tapar, enterrar
esta estructura por razones aún no del
todo clarificadas (transformación de
cultos religiosos, pugnas por el poder
político, crisis de ideologías o credos
vigentes hasta entonces ... ). Y lo hacen
recubriéndola con una nueva, mucho
más austera y lineal: se conforma así
el definitivo aspecto de lo que hoy

4. El ángulo suroeste de la Plaza de la Luna,


con el remate horizontal del pórtico de acceso
al palacio del Quetzalpapálotl. 5. Pequei'la "al-
mena" de alabastro en forma de jaguar estili-
zado, proveniente del palacio del Quetzalpapá-
lotl. ¿Museo Nacional de Antropología? 6. Án-
gulo del patio principal del palacio del Quetzal-
papálotl, con sus "almenas" coronando el techo.
7. Detalle de la pirárrúde de Quetzalcóatl con sus
esculturas integradas. Fotos Salvador Vázquez
Bader, Jilaki Diaz Balerdi y Paul Gendrop.

7
8

J
conocemos como Ciudadela (fig. 8), que él pretendía hacer patentes en su lo rectilíneo que, en ocasiones, parece
amplio espacio limitado por perfiles talla. Por ello prefiere las líneas rigu- rozar la sequedad. Si en la escultura
netos, concisos, juegos puros de hori- rosamente marcadas, las superficies en piedra se prefiere la fría racionali-
zontales con marcada preponderancia rígidamente trabajadas, las angula- dad del trazo sobrio y de la arista vi-
de los tableros, toda vez que los talu- dones bruscas, el hieratismo, la va, en cualquier plano de la ciudad
des quedan minimizados en tamaño. ausencia de movimiento y la solemni- podremos observar su correlato en los
En última instancia, este juego se ve dad (fig. 10). quiebros de los corredores, en las
reforzado por el contraste rítmico Los paralelismos de la escultura en agrupaciones simétricas de edificios,
introducido por las escalinatas que piedra con la arquitectura y el urba- en los cortes bruscos de dirección que
comunican con la parte más alta de la nismo son evidentes. En todas se im- cualquier vagabundeo por los conjun-
plataforma circundante y con la Cal- pone la masividad, el bloque cerrado, tos residenciales entraña (fig. 9).
zada de los Muertos. El resultado
reivindica la pureza y concisión de
líneas, llevadas ambas a su máxima
impresión. 8. Perspectiva interior de las plataformas que ci- René Millon. 10. Escultura colosal de
ften el costado norte de la Ciudadela. 9. Plano de Chalchiuhtlicue. Museo Nacional de
Pero las ciudades prehispánicas
la parte central y noroeste de Teotihuacán, según Antropologia (M.N.A.). Fotos INAH.
son, además de arquitectura y urba-
nismo, un marco de integración plás-
tica en el que las distintas manifesta-
10
ciones artísticas se interrelacionan de
manera unitaria. Teotihuacán no
constituye una excepción: tanto escul-
turas como pinturas observan el prin-
cipio de horizontalidad de manera
bastante rigurosa.
Comencemos por las esculturas,
entre las que se pueden constatar dos
grandes grupos: las piezas de barro y
las trabajadas en distintos tipos de
piedra. La diferencia de material
guarda relación directa con los resul-
tados formales obtenidos . Las de
barro son por lo general más natura-
listas, menos esquemáticas que las de
piedra. Los detalles pueden ser minu-
ciosos, apegados fielmente a la reali-
dad. Cabe un cierto gusto por lo sen-
sual, por la suave modulación de las
superficies cuando algo vivo (humano
o animal) representan. Con toda pro-
babilidad, el uso de tales obras se
hallaba generalizado y su carácter de-
bió ser poco ritual.
Las de piedra, en cambio, evitan
este apego a lo real y prefieren la con-
ceptualización abstracta. Indudable-
mente fueron concebidas como ele-
mentos monumentales y duraderos
que iban más allá de una posible utili-
zación doméstica o de un significado
no trascendente. El artífice que traba-
jó tales piedras no estaba interesado
en la plasmación del detalle, pues éste
podría distraer la atención del espec-
tador y apartarlo de esa comunión vi-
sual con los aspectos de la divinidad

41
11 portante: si realmente se trata de un Huehuetéotl (fig. 13) y las máscaras 1•
marcador para el juego de pelota, es El ejemplo de los felinos (Del Corral
un marcador de un terreno libre, 1984) confirma lo dicho (figs. 14 y
abierto, pues en Teotihuacán no se 15), por lo que no creemos necesario
conocen restos de canchas para el insistir sobre este puntal.
juego de pelota. La integración, pues, Otro tanto ocurre con la pintura.
en el sentido que la estamos tratando, Fundamentalmente porque se trata de
es un problema fuera de lugar en este pintura mural, con lo que las escenas
caso. o motivos deben adecuarse composi-
Por lo demás, la mayoría de las ve~ tivamente a un marco arquitectónico
ces las esculturas se estructuran como previamente delimitado. De todas
bloques horizontales, escalonados, maneras, la pintura no es exclusiva de
superpuestos. Paul Westheim (1963) alguna zona de la construcción, sino
se ocupó del tema, centrándose en que se extiende por igual a taludes,
tres ejemplos claves: la estatua de tableros, muros, machones angula-
Clialchiuhtlicue (fig. 9), las de res, jambas, etc.

12

Ahora bien, esta integración casi


mimética del monumento a su entor~
no arquitectónico no deja de tener ex~
cepciones. El torso en piedra verde
que se conserva en el Museo Nacional
de Antropología (fig. 11) sería uno de
los ejemplos más connotados: su ar~
mónica estilización, su dinamismo
mesurado, la textura de sus superfi~
cies finamente pulidas, así como la
propia concepción estructural de sus
formas, obligan a algunos interrogan-
tes. ¿Es tan sólo un caso extraño que
confirma la regla? ¿Lo realizó algún
artista procedente de otra región, o
tal vez formado en unos parámetros
técnico-culturales diferentes? ¿O es
que la pieza fue traída a Teotihuacán
por esas rutas de intercambio que ci~
tábamos más arriba? En cualquier ca~
so, parece incuestionable que si la
obra se integró en algún momento a
un marco arquitectónico definido, su
integración se verificó por vía del
contraste, no del acomodo elemental.
El marcador del juego de pelota en~
contrado en la Ventilla también se sa-
le de las coordenadas habituales de la
escultura monumental teotihuacana.
Y se sale por su manifiesta verticali-
dad, lo que está en contradicción con
el principio de horizontalidad que
aquí nos ocupa (fig. 12). Pero hemos
de tener en cuenta un dato muy im-
42
13

14

11. Torso de piedra verde. M.N.A. 12. Marcador


(o "estela") de la Ventilla, Teotihuacán. M.N.A.
13. Escultura de Huehuetéotl. M.N.A. 14. Cabe-
za de jaguar. M.N.A. IS.Otra cabeza de jaguar
proveniente del Complejo Plaza Oeste. In situ
16. Fragmento de pintura mural con tocado de
plumas. M.N .A . Fotos Iñaki Diaz Balerdi.

Por arriba, las pinturas van


siempre ceftidas por una cenefa. Nun-
ca queda el espacio libre. Los límites
son estrictos . Y tampoco encontra-
mos "intromisiones" de motivos
entre una superficie y su inmediata
superior o inferior. Por ejemplo, el
tocado de plumas de una figura pinta-
da en un talud nunca rebasará del án-
gulo de quiebro que da paso al muro
vertical superior. Incluso, de ser nece-
sario, las plumas se incurvarán de
manera que queden paralelas al borde
de arriba (fig. 16). Las relaciones
entre el plano pictórico inferior y el
superior habrán de ser, en todo caso,
conceptuales, no escénicas. No suce-
de lo mismo con los colatera!es, pues
en no pocas ocasiones nos encontra-
mos con agrupaciones de figuras o
procesiones que se extienden sin in-
terrupción a varios muros de un cuar-
to, pudiendo, además, continuarse en 16
43
otros cuartos contiguos (fig. 17). En
Teotihuacán se prefieren las agrupa-
ciones de figuras pintadas a las figu-
ras por individual, lo que acentúa la
horizontalidad de nuestra apreciación
óptica del recinto en cuestión: nuestro
ojos van de un motivo a otro, bien de
izquierda a derecha, bien de derecha a
izquierda, pero nunca de arriba abajo
o viceversa.
La división reticulada de algunos
muros pintados, como por ejemplo,
los del Pórtico 2 del Patio Blanco de
Atetelco (fig. 18), introducen un fac-
tor de movilidad vertical, pero de to-
das formas, además de que los muros
están limitados por una cenefa, se da
18 una efectiva alineación de los perso-
najes que aparecen en los rombos for-
mados por el esquema en red, con lo
que la horizontalidad queda salva-
guardada.
Finalmente, tenemos el caso de la
horizontalidad reiterada. La pintura
teotihuacana se aplica sobre un fondo
de estuco a base de capas planas, dife-
renciando nítidamente unos colores
de otros. No se usan matizaciones de
sombra ni difuminados, por lo que
los motivos carecen de volumetría.
Tampoco se recurre a perspectivas en
fuga, de tal manera que en muchos
casos parece que las escenas o figuras
se recortan sobre un fondo plano y
uniforme, semejante a un telón escé-
nico. Sin embargo, a veces sí existe un
principio de lejanía visual en relación
al espectador, conseguido mediante la
disposición en registros horizontales:
el inferior, obviamente, corresponde
19 a lo más próximo 'y el superior a lo
más alejado. El llamado "mural de
los animales mitológicos" es un buen
ejemplo (fig. 19). Las figuras se
mueven, actúan, se ocultan entre es-
quemas ondulados que han sido iden-
tificados como agua: la ordenación a
base de horizontales se vuelve rítmica
y repetitiva.
Para acabar, digamos que el caso
de la cerámica es algo distinto: la in-
tegración horizontal no se observa de
manera estricta. Pero señalemos que
lo fundamental en tales piezas (fig.
20) es su utilización, es decir, que los
imperativos funcionales priman sobre
44
los plásticos. Ahora bien, cuando al- 20
gún recimiente es soporte de signos,
símbolos o escenas, el principio de
horizontalidad se cumple a rajatabla:
decoraciones en franjas paralelas, en-
cuadramientos, etc. (figs. 21 y 22).
La horizontal teotihuacana, ca-
racterística definitoria y recurrente
de una ciudad minuciosamente plani-
ficada, constituye uno de los rasgos
fundamentales de una urbe imponen-
te que, sin embargo, no se impone
sobre su entorno, sino que lo magnifi-
ca y enaltece. Es una peculiaridad que
sin duda se emparenta con aspectos
que aquí no hemos tratado (técnicas
constructivas naturaleza de un suelo
propenso a las sacudidas y movimien-
tos, concepciones cosmológicas que
se reflejan en lo que el hombre pien-
sa, crea o ejecuta) y cuya impronta
podemos rastrear en todo aquello que
por su monumentalidad, o por su
cercanía al discurso de lo sagrado, se
viste de un ropaje formal que evita el
deliquio de lo humaqo y busca la con-
tención majestuosa.

México, D.F., diciembre de 1984

17. Detalle de pintura mural del Palacio de los


jaguares. 18. Reconstitución parcial de pintu-
ras murales en el Patio Blanco del Palacio de
Atetelco, según Agustín Villagra Caleti. 19.
Mural de Jos Animales Mitológicos. Copia del
M.N.A . lO. Un ejemplo de cerámica doméstica
teotihuacana. M.N.A. 11. Cerámica decorada.
M.N.A. 22. Cerámica pintada. Fotos lilaki
Díaz Balerdi. 22
4S
NOTAS 2 Refiriéndose a la cabeza en piedra del Mu-
seo Nacional de Antropología (fig. 15),
apunta: "Finalmente, si algo es digno de
De Xiuhtecuhtli dice: "Ua obra tiene ser mencionado es la acusada tendencia a
estructura de bloque, de contorno rectan- la horizontalidad: partiendo de la banda
gular, casi cuadrado. La impresión es la que forma la mandíbula inferior, pode-
de una figura encajada en un bloque, divi- mos realizar una ascensión escalonada
dido en cuatro cuerpos horizontales, uno hasta llegar al rectángulo en el que se ins-
encima del otro, de carácter tan marcada- criben las orejas, culminación y límite
mente arquitectónico que casi se podría que, por supuesto, impide toda fuga vi-
hablar de pisos." (Westheim 1963: 170) sual hacia arriba." (Del Corral 1984: 47)

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA KUBLER, George Abajo: Almena teotihuacana de ónix .


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HARDOY, Jorge WESTHEIM, Paul


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46
LOS REMATES O CORONAMIENTOS DE TECHO
EN LA ARQUITECTURA MESOAMERICANA

Paul Gendrop*

La buena acogida que tuvo la parte tificación de que brindaba, al edificio


central (pp. 47-50) del número 2 de que coronaba, una silueta más o me-
estos Cuadernos, dedicada al tema nos almenada (véase fig. 1).
del tablero-talud y demás perfiles ar- Desde luego, este nombre de alme-
quitectónicos en Mesoamérica, nos na fue sugerido inicialmente por los
incita a continuar con nuestro propó- contornos escalonados que poseen
sito de brindar al lector -por el con- muchos de los modelos teotihuacanos
ducto de una "ficha técnica" suscep- más tradicionales (véase fig. 8-a, b,
tible de ser desprendida, coleccionada e) y que brindan al coronamiento de
o eventualmente colgada en alguna estos techos una silueta vagamente re-
pared- una documentación esencial- miniscente de un muro fortificado de
mente gráfica en torno a un tema la tradición occidental. Sin embargo,
específico. en vista de la variedad de formas que
reviste este tema, un apelativo más
En esta ocasión presentamos un adecuado -considerando su función
elemento arquitectónico caracterís- tanto como su integración respecto a
tico de algunas regiones de Mesoamé- determinados elementos arquitectóni-
rica al menos desde los inicios del cos- podría ser a nuestro juicio el
período clásico. Se trata por una par- de adornos o remates de pretil (o,
te de la -no muy correctamente llama- según el caso, de parapeto o de
da- almena, inseparable de la tradi- muro). En efecto, si bien su función
ciÓn arquitectónica del altiplano primigenia parece haber sido coronar
céntral de México a partir del esplen-
dor teotihuacanao (250-650 d. C.),
tradición que, a través de los toltecas
y otros pueblos, habría de llegar hasta
la arquitecctua mexica.
El nombre con que se conoce dicho
elemento, almena, a pesar de no ser • Profesor de Doctorado, Seminario de Ar-
técnicamente el más apropiado (basta quitectura Prehispánica, División de Estu-
con ver la diversidad de formas que dios de Posgrado, Facultad de Arquitectu-
presenta: fig . 8), tiene al menos la jus- ra, UNAM
47
l 3
el pretil (o parapeto de azotea) de edi-
ficios suntuarios, en fachadas exte-
riores tanto como interiores (como ve-
mos hoy, hipotéticamente recons-
truido, en el patio principal del palacio
del Quetzalpapálotl en Teotihuacán:
fig. 1), el altar-templete reconstruido
al centro del pario principal de Atetel-
co (fig. 2) sugiere que dicho elemento
pudo ser utilizado también, en la pla-
taforma superior de algunos basamen-
tos piramidales, a la manera de un pa-
rapeto discontinuo o de silueta alme-
nada, como podremos comprobarlo,
siglos más tarde, entre los huastecos y
totonacas de vísperas de la conquista
espafiola, en la cúspide de basamentos
piramidales de Cempoala o del cemen-
terio de Quiahuiztlan en Veracruz (fig.
5). Y también lo vemos, en un encade-
namiento ininterrumpido de motivos
en forma de concha de caracol corta-
da, coronando el coatepantli o ''muro
4 a b e de serpientes" de la metrópoli toteca,
Tula (fig. 3).
5 Sus dimensiones y su peso varían
grandemente, pues con todo y espiga
o parte empotrable, su altura total os-
cila entre 22 y 185 cm . y pueden ser
moldeados en barro (probablemente
hechos en serie) o bien labrados en
una placa más o menos delgada de
cantera, con o sin calados. Hay inclu-
so casos de piezas hecha en un bloque
translúcido de ónix hermosamente
trabajado, y cabe imaginar el bello
efecto luminoso que éstas debían pro-
ducir cuando les daba el sol ...

6 7
l. El altar-templete del patio principal en el pala-
cio de Atetelco, Teotihuacán. 3. El "coatepan-
tli" de Tula. 4. Representaciones de templos co-
ronados por "almenas" ; a. Detalle de pintura
mural en el palacio de Tetitla, Teotihuacán; b.
Detalle de la estela 1 de Monte Albán, según
<!
Laurette Séjourné; c. Detalle del códice
Fejervary-Mayer. 5. Tumba 1 del cementerio
central en Quiahuiztlan, Veracruz. 6. "Almena"
de barro tolteca (véanse figs . 3 y 8-q). 7. Templo
azteca en miniatura. Barro. M.N.A. 8. Algunas
variantes de "almenas" en cantera (a, e, d, J, q,
r, s), ónix (b, g, p) y barro (e, h-o, 1), de estilo
teotihuacano (a-p), tolteca (q-s) y azteca (1: véase
fig. 7). Fotos Paul Gendrop. Dibujos Paul
Gendrop, Rafael Moranchel, Carmen Abardía
Panadés, Mario Carballo, Honorato Carrasco
Mahr, María de Lourdes García Vázquez, Di-
mitri Maekawa, Isabel de Régules Ruiz Funes y
Alejandro Villalobos Pérez.
48
8
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....... - -- -- -- - -- . . : quitectónica maya, aunque distinta
~ e~
• "':.o"
de la rama de las cresterías (véase
...-v-. ¡~.r_'... .-:: : ~L: ~'
-
Cuadernos de Arquitectura Meso-
americana 1: 25-39), otra familia de
.···· .---t los elementos de remate o corona-
r
--;.~ miento de techos está constituida por
los copetes ylo remates de friso o de
techo. A diferencia de los anteriores
-que, además de empotrarse o mon-
tarse en el eje central del pretil o del
muro (o bien hacia la orilla de la pla-
taforma superior de un basamento),
solían contrastar con su sustentáculo
tanto por su volumen como por sus
demás elementos formales - estos
otros elementos de remate muestran
9 una relación más estrecha (tanto
física como temática) con el friso o
parte superior de la fachada . En efec-
to, es así como suelen arrancar más
b
bien encima de la moldura media de
la fachada (o, si acaso, encima de uno
de los elementos que ornamentan el
friso) e, interrumpiendo la moldura
media o cornisa, rebasan en mayor o
menor medida el nivel del techo (a la
manera de una fachada o crestería vo-
lada, si se quiere, pero en forma de
paneles o copetes separados entre sí,
si bien integrados a una ornamenta-
ción general). Indicios de esta varian-
te de remates escultóricos subsisten
hoy, en el área maya central, en sitios
como Tikal, Yaxhá, Seibal y tal vez
Palenque (como copete central de
crestería); y en el área maya norte,
con la posible excepción de Acancéh,
parece más bien limitarse a las fases
tardías del Puuc y a un número reduci-
do de casos como el Palacio de Sayil,
el de Xlapak y el edificio norte del
cuadrángulo de las Monjas en Uxmal
(fig. 10).

Los "copetes" y/ o remates de friso o de techo


en la arquitectura maya clásica. 9. A la usanza
del Petén; a. El edificio 50-63 (abajo a la iz-
quierda), en la Acrópolis Central de Tikal, se-
gún H. Stanley Loten; b. El templo 30-40 de
Yaxhá. Dibujo Frank Ducote según Nicholas
Hellmuth . 10. Al estilo Puuc Tardío; a. El Pa-
lacio de Xlapak; b y c. El edificio norte del
cuadrángulo de las Monjas en Uxmal. Fotos
Paul Gendrop. Enfrente: La almena N~ 2 de Cin-
teopa in situ. Foto Carmen Cook de Leonard.
50
LAS ALMENAS DE CINTEOPA

Carmen Cook de Leonard*

A Teotihuacán II1III (ca. 300 A .D.) site near Amatlán, More/os, was disco ve-
red by peasants, who a/so uncovered a sma/1 almena or roof ornament, now in
the Museum Cuauhnáhuac in Cuernavaca. Later excavations by the author pro-
duced severa/ more of these, of which only one has been reconstructed, and is
here described and interpreted. The figure represented is that of the god Quet-
za/cóatl as the Lord of the planet Venus. The mystified cycle of the planet is
represented in its various phases: vows of chastity, sin, and death by self-
punishment.
The figure described is guarded in the village of Amatlán, and shown only on
special days.

Antecedentes también, que aquí fue bautizado


Quetzalcóatl, el futuro rey de Tula,
nacido en Amatlán . Si el niño salía
El sitio arqueológico de Cinteopa, "el del agua en forma de león, iba a ser
Templo del Maíz", se encuentra sabio y valiente, pero si salía como
sobre una loma, aliado derecho y a la coyote, resultaría ser personaje sin
vista de la vereda que conduce de importancia. Adecuadamente se le
Amatlán (Municipio de Tepoztlán, llama a este manantial Nahuálatl,
Estado de Morelos) a Oacalco, centro
"Agua de Brujos".
hoy productor de azúcar. Precisa-
mente enfrente, y del otro lado de la La conservación de los nombres an-
ti-guos es sorprendente, pero el hecho
vereda se levantan varios cerros o pe-
de que se frecuente esta vereda, que
ñascos, de formas caprichosas, que se
deja a un lado una honda barranca
deben a la erosión de tobas basálticas
llamada Xochiatlaco o Mixiatlaco,
acumuladas que alternan con cenizas
"Barranca de Flores" (o "de Pesca-
volcánicas. Son estribaciones de la
dos", pues insisten que es Michiatla-
llamada Sierra de Tepoztlán.
co), en cuyo fondo reposa una forma-
Los pobladores destacan dos de es-
ción de bellas lajas; de que camina-
tos cerros, que llaman Cihuapapálotl
ban por aquí los leñadores y carbone-
y Mixcoatépetl y los consideran ser
ros; y que los de Amatlán tienen aquí
los padres de Quetzalcóatl. Detrás de
terrenos de siembra, podrán explicar
estos cerros se levanta el Sol, tarde en
la mañana, acompañado de especta- la conservación de nombres y leyen-
das. El mismo sitio de Cinteopa es re-
culares neblinas; se admira este espec-
cordado como parte de aquellos tiem-
táculo cuando se pasa la noche en
pos mejores, ahora lejanos, pues se
Cinteopa, como tantas veces lo hici-
dice que quien carecía de maíz podía
mos. La forma de estos cerros es sim-
ocurrir a este templo, en donde, a!
bólica, pues Mixcóatl es masculino,
entregar un grano de maíz, encontra-
delgado, y se levanta recto hacia el
ba al regreso a su hogar, un costal del
cielo, en tanto Cihuapapálotl es
sagrado alimento . Podría ser símbolo
ancho con una división central que se
de la tierra que devuelve con creces la
abre hacia arriba, facilitando la in-
terpretación de una mariposa con las semilla que se coloca en su seno.
alas en reposo, pero también de dos
piernas abiertas, en cuya unión se en-
cuentra una misteriosa poza, que se
• Arqueóloga de la ENAH, INAH. Ca-
dice es mágica. Es peli'groso acercár-
fundadora del Centro de Investigaciones
sele, ya que puede lévantarse una Antropológicas de México (CIAM), y del
gran ola y jalar al curioso. Se cuenta, Centro Mexicano de Estudios Astronómicos.

51
l ro, o almena, que tal parece fue su
función original, se trasladó al pueblo
y se informó a la Presidencia Munici-
pal del hallazgo; a su vez se celebró
una asamblea en el pueblo y se levan-
tó un acta el 17 de enero de 1972.
Un grupo de campesinos, encabe-
zado por Felipe Alvarado, Presidente
del Comité Cultural, me vino a ver a
Cuernavaca, para solicitar hiciera
una excavación. Se dirigieron a mí,
pues mi esposo Donald y yo teníamos
ya vari_os años de frecuentar el pueblo
cada fin de semana, llevando cine u
otro tipo de diversión y ayuda.
Atendíamos las asambleas del pueblo
y participábamos en sus problemas.
Para entonces había ya fallecido mi
esposo, por lo que sin mucho entu-
siasmo solicité el permiso del INAH
para investigar el carácter del sitio.
a Fue concedido con la condición de que
los gastos corrieran por mi cuenta.
Una de las primeras cosas que hici-
mos fue entregar la almena al Museo
de Cuernavaca, dependiendo del
INAH, para su reparación, recons-
trucción y exhibición. La reconstruc-
ción se hizo un tanto arbitraria (véase
fig. 1), rellenando únicamente los
huecos, y ajustando la espiga al
cuadro de madera que habría de reci-
bir la escultura. Sólo por insistencia
de los campesinos, se colocó final-
mente en la Sala Teotihuacana. Se hi-
zo una tarjeta postal a colores, para
su venta, y se le puso el pie de grabado:

TLAHUISCALPANTECUHTLI de
Amatlán de Quetzalcóatl, Tepoztlán,
Mor., México.
y al reverso:
b
MUSEO CUAUHNAHUAC. Sr. del
Alba; relacionado con el Planeta Venus.
Descubrimiento topó con un piso que rompió. Éste se God. of Dawn; tied in with the Planet
extendía y la curiosidad también. És- Venus. Cuernavaca, Mor., México. Fo-
El tiempo había formado una capa ta no se colmó hasta que encontraron to: S. Fematt.
vegetal de tierra protectora, cubierta hecho pedazos un tablero, con miste-
de matorrales, sobre lo que alguna riosas figuras, colocadas en un orden
l. La almena N° 1 de Cinteopa; a. Dibujo de
vez había sido un templo. Como suele que permitía su fácil reconstrucción. reconstitución de Alejandro Villalobos, según
ocurrir, el descubrimiento se debe a La llevó a cabo el compadre de Emi- Carmen Cook de Leonard; b. Aspecto que pre-
una casualidad, agregada una poca de lio, Basilio Escalante, quien había sentaba la almena antes de su reparación. Nó-
curiosidad. El campesino Emilio acudido para ayudar en la excavación. tese que de la espiga casi no había quedado na-
Corrales tomó posesión de la loma y Sobre una tabla colocaron los peda- da; el pico del buho se halla completamente ro-
sembró maíz. Observó que en algunos to; hay rosetas en lugar de cuadretes; el fleco que
zos casi correctamente, aunque se le falta a la N° 2 aquí está presente, y hay huellas
lugares la planta no había prosperado ayudaron de algunos fragmentos aje- de pies intercaladas entre las ondulaciones de la
y, al buscar la razón mediante la pala, nos, del mismo material. Este table- serpiente. Foto Carmen Cook de Leonard.

52
Excavaciones Arquitectura tén de un techo de los cuartos. Los
cerros pudieron producir vigas del ta-
Como las almenas son punto
Se juntó una cuadrilla de unos maño necesario, pues todavía están
central de este pequeño estudio, nos
ocho a diez hombres del mismo bien poblados de vetustos árboles. En
concretamos a lo más necesario en
pueblo y los trabajos se llevaban a ca- el relleno se encontraron también
cuanto a la arquitectura. Las excava-
bo en los fines de semana, permane- abundantes lajas de Mixiatlaco, de la
ciones permitieron exponer varios
ciendo en el sitio las noches del sába- cantera ya mencionada, que parece se
cuartos contiguos a un pequeño patio
do. Durante los demás días usaron para la construcción de muros
hundido con dos escalones de tres la-
permanecía como vigilante el supues- de contención y para el empedrado.
dos . También se descubrió lo que
to dueño Emilio, a quien se necesita- Las almenas
quedaba de una pequeña pirámide
ba tratar con especiales miramientos,
con talud y tablero. Con pena se reco- Si hemos de aceptar que alguna vez
primero por ser de edad avanzada y
noció la escalera supuestamente estos bajorrelieves funcionaron como
considerarse todavía dueño del sitio;
central con tres escalones. Del lado iz- almenas, tendremos que concederle al
además porque decía que hablaba con
quierdo de la estructura no quedaba artista más amor que técnica. Deben
sus antepasados, quienes lo pondera-
ni huella. haber sido decenas las que se fabrica-
ban diciéndole: "Mi Grande, a tí por-
Trataron de defenderse contra las ron, sin pensar en su durabilidad . Ca-
que eres pobre, te vamos a revelar
torrentosas lluvias con la construc- si podría pensarse en algún gran
nuestros secretos". Estaba seguro
ción de una avenida curva empedra- acontecimiento para el que se hi-
que todo descubrimiento se había
da, para desviar el agua hacia el oes- cieron las decoraciones, que iban a
hecho debido a él.
te, que tiene una barranca. Termina- sucumbir con el primer ventarrón.
Se principió por abrir el piso ya ro- ba esta avenida en un tapón, dando Podría, también, especularse que las
to por los campesinos, reconociéndo- salida por un angosto túnel. A este ta- oquedades, de las que tiene ocho la
se un extenso cuarto rodeado por lo pón le llaman axictli, y tiene la misma que hemos de describir, hubieran ser-
que quedaba de muro, hecho con una forma de 'dona' que el usado en el te- vido para fijar la almena sobre el res-
capa del mismo barro de las almenas, mazcal, sirviendo de coladera. paldo del muro prolongado hacia
a ambos lados, con un relleno de En cuanto a la dirección que tienen arriba, con la espiga metida sobre la
piedras y tierra, de unos 60 cm. de los edificios, debo a Mateo Wallrath base más ancha. Pero no quedarían
grueso y quedaba de alto unos 50 cm. los siguientes datos: "Los edificios libres como auténticas almenas. Si
Se resanaron las orillas para conser- tienen dos orientaciones: 7.5°E del N. quedaban arriba del techo, de cuya
var lo poco que quedaba. Como las y 15° al E del N., que coincide con las fabricación no tenemos indicación al-
fragmentadas esculturas se encontra- direcciones que se han encontrado en guna, estarían a una altura de mínimo
ban debajo del piso, como ya se dijo, Teotihuacán." 1,80 a dos metros.
se deduce que las almenas petenecían Los pisos son de una mezcla de gra- Por su similitud de técnica '1 conte-
a una primera época de construcción. va volcánica, de la que hay en las nido, pudieron haber sido de una sola
cercanías, sobre una capa de tierra mano, o por lo menos trabajadas ba-
En vista de que estas almenas son re- amarilla compacta, que no recono- jo la dirección de un solo artesano.
lativamente grandes (de 60 a 80 cm. cieron los pobladores. El piso de la Las almenas son pesadas. Mide, la
de alto) y el barro es de la misma cali- primera etapa parece que fue en parte que se ilustra en la figura 2, 82. 5 x
dad arenosa que el de las esculturas, destruido cuando se hizo la posterior 58 cm ., con un grueso máximo de 4
puede pensarse que el tiempo, con la construcción, quizás para retirar al- cm. Se le calculan de lO a 12 kilos. La
ayuda de los tremendos aguaceros y guna ofrenda, y solamente en algunas espiga está fuera de proporción al ta-
vientos, deshizo los muros y derrum- partes pudo verificarse su existencia. maño y peso de la almena. Mide 14 de
bó las almenas . La gran cantidad de Termina hacia abajo en una capa de alto por 27 de ancho, y no tiene en las
pedacería lisa, sin dibujos, que se en- tierra negra, que cubre inmensos cantos orillas el resfuerzo que tiene la demás
contró en la excavación, debe proce- rodados, que no tratamos de mover, escultura. Aunque se encontraron .fi-
der de los muros originales que pues se encontraban ahí por naturaleza. nalmente unos pedazos más, la espiga
sostenían las almenas. Algunas de és- Los cuartos son relativamente se rompió tal como se muestra en la
tas cayeron boca abajo (y caerían de grandes; el mayor es de 6.75 x 5.05 fotografía, lo que podría significar
golpe) . Otras parece que se iban desli- m., lo que aumenta la problemática que tenía alguna resistencia el mate-
zando, pues quedaron en posición del techo. Se encontraron huellas de rial en que estaba hundida la almena,
anatómica, con la cara hacia arriba y dos pilastras, separadas por 2.10 m. y pero no se encontró muestra de éste,
la cabeza hacia el muro. Su duración 40 cm. de cada lado, que más bien pa- pues todo se había deslavado.
en uso no pudo haber sido muy pro- recen haber cargado un dintel (del que Son probablemente seis o siete las
longada, pues todos los años el Valle no se encontro huella) de la entrada, almenas que pueden reconstruirse con
de Morelos es visitado por fuertes por su posición sobre el muro y otra el tiempo, encontradas en posición
temporales. que tampoco indicaba haber sido sos- anatómica como la presente. Partes
53
2 de otras se encontraron como relleno
y hasta amontonados los pedazos, sin
que se pudiera encontrar relación
entre ellos. No cabe duda que usaron
la pedacería como relleno y que ha
habido saqueos a través de los siglos,
por lo que es mejor hablar de un re-
descubrimiento; hay demasiada
destrucción y no suficiente piedra y
pedacería para justificar un templo
como lo podríamos imaginar.
Aparte del relieve que se encuentra
en el Museo Cuauhnáhuac (fig. 1),
solamente se ha podido reconstruir
otra almena (fig. 2). La del Museo es
más pequeña, pues mide sólo 60 cm.
de alto. La que ahora servirá para
una descripción más detallada, fue
restaurada por Rolando Araujo y sus
medidas se dieron líneas arriba. Le
faltaron, finalmente, un pedazo de la
espiga, un pedazo de la base de la pi-
rámide, un pedacito de una de las an-
teojeras, y el pico del buho está des-
postillado.
a
Consideramos, por los detalles vi-
sibles en las otras (figs. 4 y 5), que de
todas las almenas ésta es la mejor,
tanto artísticamente como por su ri-
b queza en simbolismos, sirviendo para
interpretar las otras. No había goza-
do, aparentemente, de una posición
central dentro de las estructuras, pues
había resbalado hacia afuera de uno
de los extremos occidentales, y no
había tenido la ventaja de un piso
protector de la segunda etapa de
construcción. Sin embargo, en-
contrándose en el extremo opuesto a
la vereda, el polvo del tiempo logró
\
( .\ taparla, sin que fuera descubierta.
Antes de pasar a la descripción de
esta almena, deben mencionarse unos
extrañ.os animalitos que también estu-
vieron empotrados con su espiga (fig.
6), parece que alternando con las ma-
jestuosas figuras de la deidad. No se
logró una sola completa y nos queda
solamente el intento de una recons-
trucción en dibujo. Se antoja conside-
rar estos animalitos -sin duda con
semejanza a los de almenas y murales
teotihuacanos-, como antecedente
de los de Tula. Su lengua de fuera nos
indica su conexión con las ceremonias
para obtener lluvia.
54
Descripción de la almena N° 2
Sobre una pirámide está parado,
con las piernas abiertas y los pies ha-
cia afuera, un individuo masculino,
con un gran tocado, que representa a
un buho. Sobre la frente lleva una
banda con cinco cuadretes, alrededor
de la cual se enroscan dos serpientes
que levantan sus cabezas a un lado y
abajo de la cabeza del buho.
La cabeza es grande en proporción,
casi del tamaño del cuerpo, con lo
que forma la parte central -y más
importante- sobre la que se con-
centra la mirada del observador.
Igual que ésta, todas las figuras llevan
anteojeras, pero la nuestra es hasta
a
ahora la única que muestra los dientes.
Los brazos se extienden hacia
afuera, y sostienen las manos un tallo b
de planta de la que penden un ojo, un
corazón y tres gotas de sangre. De los
lados, y sobre los extremos de la pirá-
mide, hay tres huellas de pisadas hu-
manas, dos más pequeñas de un lado e 3
y otra más grande del otro. Lleva san-
dalias, no marcadas, sino indicadas
por sus grandes pompones. Su máxtlatl 2. La almena N° 2; a. Dibujo de Alejandro menas similares; a. Cabeza con anteojeras; b.
lleva al frentre un moño, y su punta cae Villalobos, según Carmen Cook de Leonard; b. Cabeza de buho con el pico entero y con rose-
La almena reconstituida, con excepción de los tas en vez de cuadretes; c. Cuadretes. 4. Repre-
sobre la escalera de la pirámide. pedazos faltantes de la espiga. Es curioso notar sentaciones de animal mítico; a. Intento de re-
La pirámide sobre la que descansa que al igual que la N° 1, siendo almenas repre- constitución. b y c. Restos de un cuerpo y de
es la típica teotihuacana, con tablero- sentan un templo teotihuacano igualmente co- dos cabezas sueltas. Dibujo y fotos Carmen
talud y escalera central, similar a la ronado por almenas. 3. Fragmentos de otras al- Cook de Leonard.
del sitio ya tan destruida.
Sobre su pecho se extienden dos
serpientes ramificadas. Sus pulseras y
tobilleras podrían ser de cuero recor-
tado. Su pelo cae en ondulaciones, de
los lados de la cabeza, pero le falta el
fleco que aparece en otras figuras.
Todos estos detalles nos permiten
fechar el templo primero con sus al-
menas en la época Teotihuacán 11,
dato verificado por la cerámica, que
sólo al pie del cerro aparece en abun-
dancia y es de color crema.

Interpretación
La banda con los cinco cuadretes
sobre la frente del personaje, nos in-
dica la presencia de Quetzalcóatl en
su aspecto del planeta Venus. Tene-
mos los mismos cinco períodos de 584
días cada uno en las páginas 46 a SO
del Códice Dresde, en que cada pági-
na representa una revolución de
55
Venus. La razón por la cual se cierra un xico antiguo, con supervivencia en el BIBLIOGRAFÍA
ciclo es que Venus repite su conjun- actual.
ción con el Sol en el mismo lugar del A pesar de indicar un momento
zodiaco después de cinco revolu- preciso de la vida cíclica de Venus-
ciones, como lo interpreto en la gráfi- Quetzalcóatl, por medio de las tres COOK de LEONARD, Carmen
ca adjunta (fig. 7), para formar una huellas de pies, está contenida en for- 1967 "Scu1ptures and rock Carvings at
estrella de cinco puntas, que explico ma condensada toda la historia del Chalcatzingo, More1os", Contri-
con mayor detalle en un trabajo pron- dios planetario; su juramento frente a butions oj the University oj Cali-
to por salir (CCL. Ms.). Cada cuadre- la Luna expresado por el ojo, su auto- fornia, Archaeological Research
Facilities N!' 3, Berke1ey.
te de nuestra escultura tiene un punto sacrificio representado por el corazón 1973 "An astronomical Interpretation
en medio, que significa el Sol y un sangrante, su muerte por el buho en el of the four ball-court panels at
punto en cada esquina, que son las tocado. Falta solamente la indicación Tajín, Mexico", ponencia presen-
cuatro estaciones de Venus: entrando del pecado, que posiblemente se tada en el Meeting oj the American
y saliendo frente al Sol (8 días) y exprese por las serpientes que rodean Association jor the Advancement
oj Science and Conacyt, "Science
entrando y saliendo atrás del Sol (90 la banda frontal y levantan su cabeza and Man in the Americas", June
días). El dibujo adjunto (fig. 8), pre- abajo de las alas del buho. Las deco- 20 to July 4, 1973, Publ. in Ar-
parado para mi trabajo sobre el Tajín raciones triangulares habrán de indi- chaoastronomy, Austin.
( 1973), muestra este ciclo. car colores, y corresponde tal serpien- Ms. Notes on Venus.
Esta fila tan convencional de cinco te a las que aparecen en los códices
SELER, Eduard
cuadretes se encuentra en otras alme- junto a los pecadores y a la Diosa del 1961 ''Die Tierbilder der Mexikanischen
nas de este lugar en forma de 5 rose- Pecado. Dice Seler (GA IV:681): und der Maya Handschriften",
tas, o cinco cruces, cuya interpreta- "El tlapacouatl, dibujado como G.A. IV:681, Berlin/Graz.
ción sería mucho menos obvia sin una especie de coralillo, rojo o de va-
nuestra escultura. Podría ser que la rios colores, que los zapotecas llaman
cruz, usada en esta época tan tempra- xicaa pitao-mani 'el animal de la vasi-
na para indicar el ciclo de Venus, ja divina', o sea el recipiente del sacri- 5
fuera el origen de la Cruz de Quetzal- ficio, parece que representa el líquido
cóatl, que posteriormente aparece en divino, la sangre del penitente, o
formas aparentemente decorativas . simplemente la sangre en general.
Las huellas de pies que se en- Aparece junto al pecador o pecadora
cuentran en los extremos arriba de la y a la Diosa del Pecado". (Códices
pirámide, son tres, no cuatro como Borgia 2, 3, 68, Vaticano B 61, Bo-
era de esperarse, pues hasta uno de logna 2 y Bórbonico 17).
los nombres de Venus-Quetzalcóatl es En tanto las serpientes sobre su
Nácxitl, o sea 4 Pies ó 4 Pasos. Creo, pecho, con sus nudos. simbolizando
sin embargo, que significa que ha to- "Tierra", denotarían su bajada a la
mado un paso y le faltan tres por dar. Tierra, en donde toma forma de
Pienso, también, que el paso que está hombre, susceptible a las debilidades
por dar (o sea el segundo), es su de la carne. Pero, también, podría ser
entrada al Mictlan para proceder al la representación del Tlillan-
Juego de Pelota en contra del Sol, Tlapallan, el País de (las Serpientes)
rojo y negro, el Lugar del Sacrificio. 5. Las cinco conjunciones inferiores que forma
mismo en el que, derrotado, entrega Venus con el Sol. Después de cinco revolu-
el cuchillo a aquél, simbólico de su La almena que hemos descrito ciones de Venus ( = ocho aftos solares), la con-
muerte en los rayos del Sol. líneas arriba se encuentra en el pueblo junción se repite en el mismo lugar del zodiaco,
En todas las versiones de la leyenda de Amatlán, bajo la custodia de las formando una est rella de cinco puntas. 6. Grá-
autoridades. Se exhibe solamente el fica de la revolución de Venus con las cuatro
de Quetzalcóatl, éste ha tomado vo- estaciones, de acuerdo con la astronomía y la
tos de castidad, con su juramento último domingo de mayo, en el que se leyenda. Dibujos Carmen Cook de Leonard.
frente a la Luna, lo cual está aquí festeja a Quetzalcóatl, ulterior Rey de 6
representado por el ojo, escena que Tula, ya que éste es su lugar de naci-
aparece en el primer tablero de la miento, según la tradición y algunas
Cancha del Juego de Pelota Norte de fuentes históricas. Se le considera el
Tajín (Cook de Leonard, 1973). Su máximo tesoro del pueblo y se lleva
muerte voluntaria se expresa por el en procesión, adornado de flores.
corazón sangrante, y la muerte la pro-
nostica el buho del tocado, que tiene
ese significado en la creencia del Mé- Amatlán, junio de 1985
56
CONSIDERACIONES SOBRE UN PLANO RECONSTRUCTIVO
DEL RECINTO SAGRADO DE MÉXICO-TENOCHTITLAN

Alejandro Villalobos P~rez*

This article is an exhaustive re-examination of the reconstruction plan of the


1
Recinto Sagrado (or Sacred Precinct) of the ancient Mexico- Tenochtitlan, as it
had been undertaken by Ignacio Marquina in the sixties, andas it has been mo-
dified by subsequent explorations in the central district of Mexico City.
The author's research is based on those more recent data and on architecture
analytical theory. Jt includes reconstruction drawing of the Azt-.>c ceremonial
center ca. 1460-1480, when Mexico-Tenochtitlan was ruled by Moctezuma l and
Axayácatl.

Introducción donde las posibilidades de objetivi-


dad permiten, tentativamente, reba-
La identificación de los valores ide- sar aquéllas meramente descriptivas .
ológicos de un grupo social encuentra
en la arquitectura monumental toda Antecedentes
una gama de posibilidades para refor-
zar su existencia y actuar así como se- Hemos de considerar a la ar-
de de la regulación de la dinámica del quitectura mexica como el producto
grupo en su papel de sistema cultural de un proceso de desarrollo al interior
activo. La arquitectura mexica, en de dos niveles de operación: primera-
base a lo anterior, puede condicionar- mente diacrónico, es decir como el
se como una más de las expresiones punto último del desarrollo arquitec-
materializadas de la dinámica del gru- tónico en el altiplano central meso-
po en sus términos de espacio y tiem- americano donde, a través de la inclu-
po, para de esta manera legitimar su sión de nuevos elementos en el espa-
existencia como elemento socialmente cio urbano, se conforma un conjunto
necesario, en un marco donde la insti- integrado por diversos géneros ar-
tución (o estructura social) provee los quitectónicos como componentes de
elementos necesarios para su edifica- un sistema activo. En segundo luga~.
ción, tanto en la capital de México- el nivel sincrónico, en el cual el grupo
Tenochtitlan como en los sitios in- y, básicamente, su estructura social,
tegrados a la expansión, donde la pre-
sencia mexica alcanza los límites de lo
arquitectónico.
(Arriba): Panorámica del Recinto Sagrado . Di-
Estas consideraciones preliminares bujo Alejandro Villalobos.
nos ofrecen un primer paso en el stu-
dio de la arquitectura mesoamerica-
na, fuera de la enumeración de agen- • Arquitecto y Profesor de la Facultad de Ar-
tes visibles y permitiendo así el acceso quitectura, UNAM y de la Escuela Nacional
a otros campos de la investigación de Antropología e Historia, INAH .

57
2

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58
2. Panorámica del Recinto Sagrado desde el su- la imposición de la presencia física en sión del habitacional (de Aca-
reste, según Alejandro Villalobos. 3. Cuadro el extremo de lo arquitectónico, cier- mapichtli a Itzcóatl, 1370 a 1430
cronológico - evolutivo de géneros arquitectó-
tamente la existencia de elementos cu- d. C.).
nicos en el altiplano central mesoamericano
(del Formativo al Posclásico), según Alejandro ya forma se asocia en el lugar-origen
Villalobos. de esta producción arquitectónica y la 2) Período de Autonomía y
determina como extensión de la pri- Expansión:
mera. En este caso la identificación La arquitectura mexica ad-
proveen los elementos necesarios par~ de los valores ideológicos del grupo quiere, como expresión física de
la construcción de tal o cual edificio, local hacia esta arquitectura es exten- la dinámica cultural, un carác-
conformando igualmente al espacio siva al sistema tributario establecido ter que progresivamente in-
urbano como escenario de la vida por el centro. Esta consideración tegrará nuevos elementos en
cívica de los individuos que habitan el incluye al sistema constructivo, ya busca de monumentalidad; sur-
interior. Ambos niveles estructuran que este último se afecta de manera ge la arquitectura regional con
un entorno urbano y determinan el determinante por efecto de la materia programas exportados por el
rumbo de la producción arquitectóni- prima y mano de obra aplicada, que Centro (de ltzcóatl a Ahuízotl,
ca a lo largo de su propio desarrollo, eventualmente puede ser de importa- 1430-1502 d. C.).
no ya como producto sino como pro- ción; sin embargo, la mayoría de los
casos se refieren a edificios en versión 3) Período de Descentralización
ceso que establece sus alternativas
central resueltos con sistemas locales. Arquitectónica:
específicas e iniciativas de edificación
De estos dos géneros básicos deri- Cuando la arquitectura mexica,
(fig. 1).
varán otros géneros de edificios que, configurada bajo un esquema
Para el estudio de la arquitectura
mexica, se han definido dos géneros por su función, se agrupan en: cívico- productivo propio, llega a las
religiosos, administrativos, oluas postrimerías de su desarrollo.
básicos en su conformación: la ar-
públicas, de servicio y habitacionales. La conservación arquitectónica
quitectura centralista? aquélla cons-
Éstos a su vez se agrupan en subgéne- y el mantenimiento de la ar-
truida en la mancha urbana del islote,
con diversos géneros y subgéneros al ros cuya inversión de trabajo y cali- quitectura central desplazan las
dad constructiva son directamente iniciativas arquitectónicas por
interior, desde el monumental-
ceremonial hasta el habitacional su- proporcionales a la cercanía con el parte de la capital, con lo cual la
burbano. Para efecto de nuestros tra- núcleo o subcentros urbanos regiona- arquitectura regional adquiere
les, provocando así una estructura ur- mayor promoción y calidad de
bajos, esta arquitectura se ha conside-
bana zonificada tal y como la descri- construcción (Motecuhzoma
rado como elemento dinámico en el
ben las crónicas y en algunos casos es Xocoyotzin, 1502-1519 d. C.).
sistema social, desde la proyección de
su futura existencia hasta el manteni- verificada arqueológicamente.
4) Período de Fusión Novohispana:
miento de los edificios públicos. Su Posterior a la conquista, donde
contenido, traducido en componentes La capital México-Tenochtitlan la arquitectura virreinal incor-
básicos, fluctúa entre la iniciativa pora la mano de obra y elemen-
institucional y la asignación de opera- Paralelo al desarrollo cultural, el tos técnicos de la arquitectura
rios ocupados en la labor de conser- espacio destinado al asentamiento ad- prehispánica e integra progresi-
vación. Este género, entendido así co- quiere mayores dimensiones y mejo- vamente nuevos programas ar-
mo componente primario del sistema res condiciones de uso; esto es, el quitectónicos (Siglo XVI: Te-
cultural urbano, adquiere las dimen- asentamiento es sujeto de procesos si- quitqui) .
siones de subsistema dinámico, en cu- multáneos de crecimiento y desarro-
ya producción intervendrá una ma- llo. Para el caso de la ciudad de El modelo reconstructivo elabora-
quinaria social perfectamente defini- México-Tenochtitlan, y específi- do por Ignacio Marquina se refiere a
da y estructurada, misma que diversi- camente para su aspecto arquitectóni- la ciudad de México-Tenochtitlan pa-
fica funciones a partir de la estratifi- co, estos procesos pasan por diversas ra el momento del contacto español,
cación y especialización técnica de los etapas a lo largo de su existencia, mis- es decir que se sitúa en la tercera eta-
constructores. mos que pueden ser resumidos en: pa de nuestra periodificación. Es im-
Por su parte, la arquitectura re- portante dejar establecido que la
gional, el segundo género básico, 1) Período de Asentamiento: ciudad que describen las crónicas pre-
comparte elementos de forma con En el que, desnuda de monu- senciales es irrecuperable arqueológi-
aquélla construida en el centro o capi- mentalismo, la arquitectura me- camente, ya que las edificaciones
tal; es decir que su esquema formal xica resuelve los requerimientos prehispánicas eran la fuente de mate-
reproduce la imagen arquitectónica básicos de vivienda y produce ria prima para levantar los solares de
del núcleo urbano, productor origi- un incipiente género ceremo- los conquistadores y erigir los edifi-
nal. Su cometido se considera como nial-administrativo como exten- cios públicos novohispanos del Siglo
59
4. Fo tog rafí a aérea mostrando el área La distribución arquitectónica el limitado. 4
comprendida dentro del Coatepantli en la
mancha ur bana del Cent ro Histórico . Nótese el
presente plano reconstructivo difiere El fechamiento aproximado del
emplazamiento del Templo Mayor, Catedral y en el emplazamiento de algunos edifi- plano que se presenta a continuación,
Sagrario Metro politano . Foto Cía. Mexicana cios descritos por Marquina. Las ra- corresponde a un estrato de - 6.80 m.
Aero foto, 19R l. zones básicamente son dos: primera- bajo el nivel medio del piso de la Ca-
mente, debido a la confrontación con tedral Metropolitana (Vega Sosa
el hallazgo arqueológico de los últi- 1979) considerado como banco de ni-
XVI. Manejar el modelo de Mar- mos decenios en el área que tentativa- vel ± 0.00 m). Corresponde, en ex-
quina como elemento de verificación mente circundaría el Coatepantli tensión, a las fases IV y IVb de la
arqueológica puede por ello presentar dentro del primer cuadro de la ciudad cronología publicada por Eduardo
desventajas notables. Significa sin y zonas adyacentes, en un radio no Matos (1982). Como es sabido, estos
embargo un auxiliar valioso debido a mayor a 700 m. aproximadamente. niveles tienen fluctuaciones debido a
que incluye y describe los edificios si- En segundo lugar, y donde se vierten los asentamientos diferenciales, pro-
tuados en el interior del Recinto nuestras consideraciones, es la razón ducto del descenso y superposición de
Sagrado con una aproximación a su por la cual dos épocas se hacen paten- estructuras tanto preshipánicas como
emplazamiento. tes. La distribución y dimensiona- coloniales y modernas, por lo que
Para la elaboración del presente miento del plano siguiente se centran puede existir discrepancia en la con-
pla no reconstructivo, se han conside- en el registro arqueológico y la recon- temporaneidad a partir de los niveles
rad o cuatro elementos básicos en la sideración de algunos edificios men- de desplante. Por otra parte, el análi-
parte de investigación documental : cionados por las crónicas y de los que sis comparativo de los sistemas cons-
una revisión exhaustiva del Plano y se carece de verificación exacta. La tructivos, que eventualmente pu-
Modelo de Ignacio Marquina en aso- organización del conjunto nos mues- dieran haber apoyado la búsqueda de
ciación a las fuentes presenciales y tra plazas difusas a la circunstan- contemporaneidad en las estructuras,
documentales novohispanas; un aná- cia más bien del Coatepantli que de la no fue exitoso, ya que en un margen
lisis del entorno geográfico publicado estructura del trazo de las edifica- de tres superposiciones no existen
por Luis González Aparicio paralela- ciones, aspecto que para el caso del cambios significativos en el procedi-
men te al manejo de fotografías aéreas plano de Marquina se convierte en miento de construcción, limitándose
del Departamento de Distrito Federal ejes de composición ortogonales, lo al careo de sillares exteriores sobre
y la Compañía Mexicana Aerofoto que racionaliza, en nuestros térmi- núcleos de mampostería en barro pa-
(fig. 2); las consideraciones teóricas nos, la función de un área específica ra un 75D!o de Jos casos trabajados. A
sobre el desarrollo arquitectónico en en relación al volumen piramidal. Es- partir del nivel medio -6.80 m. y de
los textos de teoría analítica de la ar- to es, la función del edificio está en su correlación estratigráfica con las fa-
quitectura con dos autores más im- relación directa con el espacio genera- ses IV y IVb del Templo Mayor, esta-
portantes : Christian Norberg Schulz do y trazado en forma axi¡li, situación mos frente a un conjunto de estructu-
y Roberto Segre; y finalmente la revi- que, en el plano que presentamos a ras cuya edificación parte de un piso
sión continua y actualizada de Jos tra- continuación, se desfasa provocando fechado hacia 1460-1480 de esta era,
bajos arqueológicos del Centro de perspectivas diversas a un área cuya correspondientes a las fases Motecuh-
México con sus tres autores básicos: función se integra a un entorno ar- zoma Ilhuicamina y Axayácatl, res-
Jordi Gussinyer, Constanza Vega y quitectónico más amplio, con movi- pectivamente.
Eduardo Matos Moctezuma. miento de planos consecutivos no for- Quizá para estas fases, el espacio
Al concluir los trabajos del Proyec- zosamente paralelos (fig. 3). útil tuviese mayor capacidad que para
to Templo Mayor en el Centro Histó- El presente plano reconstructivo las postrimerías de 1519. Esto lo apo-
rico de la Ciudad de México, fueron (fig . 4), si bien parcializa las fun- yamos en base a un crecimiento en la
publicados los resultados de las exca- ciones como el primero, permite una edificación dentro de un área dispo-
vaciones y los procesos de análisis y libre circulación en el sector poniente, nible y enmarcada por el Coatepantli
conservación de los objetos arqueoló- lo cual, considero, manifiesta un ma- cuya existencia remonta a la fase Itz-
gicos. Sin embargo poco se ha publi- nejo desajustado del espacio en térmi- cóatl - 1435 aprox. (Aguilera 1976)-,
cado acerca del conjunto arquitectó- nos de la interacción con el volumen, o sea que al delimitar una superficie
nico a la luz de los nuevos hallazgos. es decir que la proporción del volu- destinada al Recinto Sagrado y con la
En esta ocasión se propone un replan- men es limitada por el espacio que construcción de edificios públicos y
tamiento teórico sobre un Recinto predomina sobre el primero, y extien- administrativos en su perímetro, el
Sagrado pretérito a aquél descrito por de los márgenes de actividad visual y arquitecto mexica -calquetzani-
las crónicas, mismo que, como ya se participativa a otras áreas en forma enfrenta la problemática de un creci-
ha dicho, es producto de las investiga- radial y/o perimetral a un elemento miento controlado a Jo largo de las
ciones de Ignacio Marquina y Car- delimitante, aspecto que en Plano fases siguientes hasta la conquista,
men Antúnez . Marquina se convierte en espacio de- aun cuando las fuentes mencionan un
60
número mayor a 70 estructuras en la tini, Tlatocáyotl, etc., es el germen de ensayos previos al presente, de una 6
misma superficie donde se erigió el la iniciativa de producción arquitec- simple ubicación de hallazgos y unifi-
Templo Mayor de México-Tenoch- tónica en una sociedad que encuentra cación de escalas varias, hasta los es-
t.itlan. Es por lo anterior que, en el en el espacio urbano la materializa- tudios de proporciones para las altu-
momento de la cuantificación de ción de todas aquellas atribuciones ras de edificios y apuntes perspectivos
estructuras, comparativamente con el ideológicas del grupo al interior y ex- en su conjunto, son igualmente suje-
Plano Marquina existen discrepancias terior, en una dinámica regulada por tos de revisión y actualización por
significativas en cuanto al volumen de la propia institución que, de esta ma- parte del autor, lo que da lugar a re-
edificios. nera, legitima su ubicación en el es- novaciones continuas. Aquí se han
quema a quien dirige su actividad y de presentado los resultados finales, cu-
Conclusión quien se sustenta. ya definitividad depende del agota-
miento de la información arqueológi-
En una escala progresiva, la pro- El Plano Reconstructivo (fig. 5) ca y documental.
ducción arquitectónica mexica es- que conforma este artículo es una
tablece sus propias alternativas de so- aproximación teórica al emplaza- México, D.F., junio de 1985
lución a requerimientos de edificios o miento urbano-arquitectónico de un
conservación de éstos. La institución, conjunto de edificios que comparten
5. Plano de reconstitución del Recinto Sagrado
depositaria de la autoridad o en su una media de desplante ubicada a de México - Tenochtitlan hacia 1460 - 1480
papel de regulador de las relaciones -6.80 m. bajo el nivel de piso actual, d.C., según Alejandro Villalobos. 6. Apunte
sociales de producción, proporciona y cuya cronología fluctúa entre 1460 y perspectivo del Recinto Sagrado según el trazo
los recursos necesarios para la edifi- 1480 de esta era y corresponde a las de red modular (visto desde 18° al suroeste del
fases Motecuhzoma Ilhuicamina y eje del Templo Mayor y aproximadamente a 75 m.
cación tanto en el núcleo urbano o
del nivel del suelo). Nota: Para efecto de repre-
Capital como en el caso de la ar- Axayácatl. Por supuesto que el pro- sentación gráfica, se ha omitido la esquina su-
quitectura regional. La institución, ducto de nuestro trabajo debe suje- roeste del Coatepantl:.Dibujo Alejandro Villa-
llámese Tlatoani, Cihuacóatl, Tlama- tarse a revisión constante, ya que los lobos.

5
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1
DE
PLANO RECONSTRUCTIVO
ARQUITECTURA
DEL RECINTO SA8RAOO
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1 DE MtXICO- TENOCHTITLAN. 111
1
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62
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63
1

64
LA ARQUITECTURA MONOLÍTICA EN TETZCOTZINGO Y EN MALINALCO,
ESTADO DE MÉXICO

Francisco Arturo Schroeder Cordero* This essay deals with the two sites in central Mexico which possess monolithic
architecture, a rater unusual trait in Mesoamerica. One is concerned with the re-
mains of an important complex of baths and gardens created in 1431 by king
Nezahualcóyotl in the Tetzcutzingo hi/1. The other describes the sacred city of
Malina leo where the Aztec conquerors built, between 1487 and 1521, the shrine
devoted to their elite orders of the "eagle" and "tiger" warriors, exquisitely
carved in the cliff, and which colfstitutes, even today, one of the most drama tic
sites in central Mexico.

Agradecimientos placeres, con sentido épico y reli-


l
gioso, como un pórtico en lo alto de
Quiero agradecer al Dr. Paul la montañ.a donde el hombre atisba el
Gendrop, con este ensayo de índole cosmos, el mundo infinito que lo ro-
histórica, sus inolvidables clases en el dea, e igualmente en introspección de
Doctorado de Arquitectura; al Maes- su ego, realiza el difícil conocimiento
tro Eduardo Pareyón Moreno y al socrático. Trataremos, a través del
Dr. Alfredo López Austin, sus origi- tiempo y del espacio, de entrever có-
nales y valiosas colaboraciones que mo eran estos magníficos conjuntos
aparecen en este trabajo sobre Mali- arquitectónicos y comprender tanto
nalco; y a tan distinguidos catedráti- sus funciones, como a la gente que los
cos su generosa entrega de hace ya construyó y habitó en ellos.
muchos ai'íos como Maestros, en la
ardua tarea de forjar el intelecto de
las nuevas generaciones en nuestra
Alma Mater.

Introducción

El sugestivo tema sobre la arquitec-


tura monolítica implica el pensamien-
to de la cosmovisión, de la morada de
los dioses, pero también la enseñ.an-
za, disciplina y ejercicio del espíritu
para los hombres, que mediante este
arte inmarcesible conviven con la di-
vinidad, llegándose a identificar con
ella y con el universo.
Paul Gendrop hace mención de ... l. Tetzcotzingo. El "bailo del Rey" . 2. Detalle
de la pila del mismo. Fotos Arturo Schroeder.
"los edificios de Malinalco, parcial o
totalmente labrados en el flanco de
unos. imponentes acantilados, parti- • Investigador Titular de Tiempo Completo
cularidad que los hace únicos en Me- en el Instituto de Investigaciones Jurídicas
soamérica, junto con los bañ.os que el de la UNAM, Licenciado en Derecho y Ma-
estro en Restauración de Monumentos,
soberano Nezahualcóyotl mandó
Profesor Titular, por oposición, de las ma-
labrar en los cerros de Tezcotzingo" 1• terias "Derecho Constitucional" y "Arte
Así, en la entrañ.a de la roca, fueron Colonial Mexicano", en el Centro de Estu-
tallados a perfección templos, salas y dios para Extranjeros de la UNAM .

65
patrimonio cultural como Nación,
que deben contemplarse y cuidarse
cual crisol del espíritu que animó a
aquellos Mexicanos de hace ya
quinientos años y cuyo mensaje de
grandeza nos llega a través de sus
obras, concretamente de su arquitec-
tura monolítica, así muertos hablan
siempre.

Tetzcotzingo

A) Denominación de/lugar. a) Co-


mo su nombre lo indica, por el sufijo
tzi n o tzintli, expresión de diminuti-
vo, pero también reverencial, de
amor o respeto 4 , quiere decir según
Eduardo Noguera: "pequeño Texco-
co, conforme a la tradición menos re-
buscada, lo mismo que la más fiel que
se pueda ofrecer" 5 ; b) Antonio Peña-
fiel señala, después de expresar que el
diptongo jeroglífico Texto-co o Tez-
cuco, y cuya interpretación pertenece
a Orozco y Berra, es: "una montaña
riscosa, sobre la cual florece la jarilla
y junto un brazo extendido con el
símbolo atl", ciudad fundada en
3
tiempo de los toltecas con el nombre
de Catenichco y destruida al tiempo
de aquella nación, pero las reedifica-
Localización geográfica lindancia sur, en la que se asienta por ron los emperadores chichimecas,
decirlo así, y viéndolo en el mapa co- particularmente Quinatzin , quien la
A) Los lugares de mérito se hallan mo un peñasco, sobre el Estado de embelleció mucho y puso en ella su
en el Estado de México, relativamente Morelos. residencia y capital del imperio; que a
cerca del Distrito Federal, según se su llegada los chichimecas la llamaron
mira en el correspondiente mapa2 , Publicaciones relativas Tezcuco, es decir, lugar de deten-
siendo ahora fácil su acceso a través ción ... cobrando un carácter ideográ-
de buenas carreteras y cami nos Hasta la fecha poco es lo que se fico con valor fónico el vocablo Tez-
vecinales3. han ocupado y tratado los eruditos coco, pero que la escritura "sumi-
B) Dicho Estado, aunque territo- sobre estos edificios y obras que con- nistra gráficamente otra etimología:
rialmente pequeño pues ocupa el sép- sideramos fuera de serie: algunos tlácotl, jarilla vardasca, se refiere a la
timo lugar en extensión, de menor a muy buenos artículos y menciones que brota en los terrenos llanos; tex-
mayor, entre las Entidades Federati- sobre el particular, un folleto sobre cotli, es la jarilla de los riscos, toman-
vas, con 21,414 km2, es sin embargo Tetzcutzingo y el libro de Malinalco do la radical de texcalli, peñasco o ris-
uno de los más ricos e interesantes de José García Payón que fue quien co; de aquí la verdadera ortografia
por su gran número e importancia de restauró por 1935 el pequeño pero del nombre de Texco-co, en la jarillo
Monumentos Prehispánicos y impresionante Santuario de los
Vi rreinales en el Altiplano, bastando Guerreros del Sol y demás ruinas de
al respecto indicar que en él se en- sus dependencias. Para este breve en-
cuentran las Pirámides de Teo- sayo hemos compilado fragmentos
tihuacán y el Museo Nacional del substanciales de las publicaciones re-
Virreinato en Tepotzotlán, como lat ivas, así como recogido importan- 3. Detalle del mapa DETENAL mostrando la
muestras del aserto . tes opiniones de los Maestros que co- localización de Tetzcotzingo y Malinalco. 4.
Cúspide del cerro Tetzcutzingo. S. Detalle de
C) El Distrito Federal está rodeado nocen y sienten devoción por estos escalera labrada en la roca. 6. y 7. Dos aspectos
por el Estado de México, salvo su co- monumentos, orgullo de nuestro del cerro. Fotos Arturo Schroeder.

66
5

6 7

67
de los riscos. El brazo es de carácter 9 Tezozómoc, rey de Azcapotzalco y se
ideográfico, ya de la provincia de casa con la princesa Matlalcihuatzin,
Acolhuacan, ya de la tribu acolhua; el hija de Huitzilíhuitl, segundo tlatoani
conjunto jeroglífico dice: la ciudad de tenochca, y éstos fueron los padres de
Texcoco en la provincia de Acolhua- Nezahualcóyotl 14 ; e) Este príncipe
can6. e) Manuel de Olaguíbel en su "nació en Texcoco, en el afio 1-Cone-
" Onomatología del Estado de Méxi- jo, 1402... y murió en el de 6-
co" indica lo mismo que Pefiafiel7. d) Pedernal, 1472"15; d) Su nombre,
Por su parte, César Macazaga mani- "según el caballero Boturini quiere
fiesta: "El Mapa Quinatzin nos acer- decir Coyote Hambriento, no sólo
ca a la significación auténtica de Tetz- porque habiendo sido despojado del
coco, donde vemos una olla (cómitl) Imperio y perseguido en vida de (Te-
de la que parece salir una planta. Si el zozómoc) y Maxtlaton, tirano(s) de
material pétreo que está atrás de la Azcapotzalco, fue obligado de esca-
olla es alabastro (tetzcaltetl), la parse por los bosques y serranías y
etimología sería: tetz-co-co: Tetzcal- huírse como el coyote de los perros,
tetl, alabastro (Malina); cómitl, olla; sino también porque este Monarca,
co, en: en donde está la olla o vasija C) Breve historia del lugar y del per- en los mayores vaivenes de su Impe-
de alabastro''8. sonaje que lo hizo famoso rio, solía ayunar cuarenta días conti-
nuos, en honra del Dios Creador de
B) Ubicación geográfica, coorde-
nadas y alturas del Tetzcotzingo. a) a) Fundación de Texcoco, linaje de todas las cosas; y así lo hizo cuando
El cerro se encuentra en la parte
Nezahualcóyotl y algunos datos se le rebelaron los Chalcas y los ven-
biográficos del mismo ció. Llamábanle también Acolmiztli,
oriental de la Cuenca de México; aho-
quiere decir Brazo de León, porque
ra bien, tomando como punto de par-
En el afio 1 Pedernal ( = 1168, se- desoló a la enemiga ciudad de Azca-
tida el centro de la Ciudad Capital y
gún aprecia Víctor M. Castillo, o potzalco y venció a todos sus enemi-
trazando una línea recta hacia el
1244 según Wigberto Jiménez More- gos"l6, e incluso cogió prisionero a
N.E ., Tetzcotzingo está a 35 km.
no), Xólotl el gran caudillo chichime- Maxtla y personalmente lo sacrificó a
aproximadamente, que se alargan a
ca y más célebre ascendiente de Ne- los dioses, en castigo por la muerte
50 km. por carretera y de la población
zahualcóyotl, conquistó (¿e incen- del Emperador lxtlixóchitl, su
de Texcoco se halla a 7 km. hacia el
dió?) Tula Xicocotitlan, su capital del padre17; esto aconteció, probable-
S.E .9; b) Sus coordenadas son: para-
otrora poderoso imperio tolteca, de- mente, el afio 3 Conejo = 1430; e)
lelo 19°29'46" o lat. N. y 98°49'05"
sarticulado por sus propias disen- Gran Chichimécatl Tecuhtli de los
de longitud W. del Meridiano de
siones y cuya notable Toltecáyotl, Acolhuas. El afio 4 cafia ó 1431, Ne-
Greenwich 10 ; e) Su altura aproxima-
cultura heredada de los Teotihuaca- zahualcóyotl es consagrado Tlatoani
da, en relación a la Ciudad de Texco-
nos y enriquecida con elementos pro- de Texcoco por ltzcóatl, rey de los
co, es de 222m. y "según las observa-
pios y otros diversos, apenas mexicas 1s. f) Como nuevo David, co-
ciones practicadas con un aneroide y
sobrevivía en centros apartadosl3; b) dició la mujer del próximo, e igual
un termómetro libre, la cima del Tetz-
Xólotl y su mujer Tomiyauh sientan que el rey bíblico 19 "urdió la muerte
cutzingo tiene sobre el nivel del ce-
sus reales en Oztopulco, lugar de de su fiel vasallo el sefior de Tepech-
menterio de la Iglesia de San Nicolás
grandes cuevas en Tenayocan, y a la pan a fin de hacer suya a la joven Az-
una elevación de 172m., siendo su al-
muerte del primero toma el mando su caxochitzin, su prima, hija del noble
tura absoluta sobre el nivel del mar
hijo Nopaltzin de cuya esposa Azca- tenochca Temictzin, quien la había
2,497 m." 11 ; el templo referido es el
xochitzin hubo, entre otros hijos, a dado por legítima esposa a
de San Nicolás Tlaminca12. pueblo al
Toltzin Póchotl, casado con lcpac- Cuacuauhtzin ... Para el afio 3 Cafia,
que pertenece el Cerro y que está al
xóchitl con la que procreó seis hijos, 1443, muere Cuacuauhtzin comba-
pie del mismo.
uno de los cuales fue Quinatzin, tiendo en la celada dispuesta por el se-
quien a partir de 1327 impulsa a Tex- fior de Tetzcoco"20. g) Estadistas, le-
coco como capital y centro muy im- gislador y buen gobernante, a la vez
portante y cuya mujer Cuauhcíhuatl que usaba de un modo suave en el tra-
concibió a Techotlalatzin, quien to, hacía cumplir inflexiblemente las
contrajo matrimonio con su prima leyes, que en número de ochenta
herma Tozquentzin y tuvieron entre había dispuesto para el orden y
otros vástagos a Ixtlilxóchitl, el cual policía de su reino; entre los delitos
buscando la proponderancia política más graves eran considerados : la
8 menosprecia a Tecpaxochitzin hija de traición, el adulterio, el pecado
68
8. Glifo nominal del rey Nezahualcóyotl. Códi-
ce Azcatitlan, XIX. 9. Representación de Ne-
zahualcóyotl según Boban, Atlas, 67 . 10. El
"baño del Rey" visto desde el camino de cir-
cunvalación. Foto Arturo Schroeder.

contra natura, el de homicidio y el


hurto. Castigó severamente a mucha
gente encumbrada, incluso parientes
y a dos de sus hijos; por distintos mo-
tivos de suma gravedad los mandó
ejecutar, al tiempo que su corazón
por ello se partía21 • Fue caritativo y
generoso con los pobres y en el año de
la hambruna (1 Conejo = 1454) era el
primero en dar ejemplo en el trabajo
común 22 . h) "Fue consejero de los re-
yes aztecas y como arquitecto extra- "(A)demás de los jardines y recrea- cada uno de ellos asimismo escul-
ordinario, dirigió la construcción de ciones que tenía el rey Nezahual- pidas las cosas más memorables
calzadas, las obras de introcucción coyotzin llamados Hueitecpan, y que hizo; y por dentro de la rueda
del agua a México, la edificación de en los palacios de su padre llama- esculpidas sus armas que eran una
los diques o albarradas para aislar las dos Cillan y en los de su abuelo el casa que estaba ardiendo en llamas
aguas saladas de los lagos e impedir emperador Techotlalatzin, hizo y deshaciéndose; otra que estaba
futuras inundaciones" 23; testimonio otros, como fueron el bosque tan muy ennoblecida de edificios, y en
de este aserto es el monumento a su famoso y celebrado de las histo- medio de las dos un pie de venado,
persona que hay en la Gran Avenida rias, Tetzcotzinco, etc. . . . De los estaba en él una piedra preciosa, y
del Bosque de Chapultepec, teniendo jardines el más ameno y de curiosi- salían del pie unos penachos de
como marco la soberbia fuente- dad fue el bosque de Tetzcotzinco, plumas preciosas; y asimismo una
acueducto, en cuyos muros están es- porque demás de la cerca que tenía cierva, y en ella un brazo asido de
culpidos pasajes de la vida del prócer tan grande para subir a la cumbre un arco con unas flechas, y como
y los glifos de la Triple Alianza, así de él y andarlo todo, tenía sus gra- un hombre armado con su morrión
como el del príncipe o sea la cabeza das, parte de ellas hecha de arga- y orejeras, coselete, y dos tigres a
de coyote24. masa, parte labrada en la misma los lados de cuya boca salía agua y
peña; y el agua que se traía para las fuego, y por orla doce cabezas de
D). El Tetzcutzingo y sus monumentos fuentes, pilas, baños y caños que se reyes y señores, y otras cosas que el
repartían para el riego de las flores primer arzobispo de México don
a) Para mejor comprender el sitio y y arboledas de este bosque, para fray Juan de Zumárraga mandó
la múltiple obra arquitectónica lleva- poderla traer desde su nacimiento, hacer pedazos, entendiendo ser al-
da a cabo en él conviene primero fue menester hacer fuertes y gunos ídolos, y todo lo referido era
transcribir la descripción que al res- altísimas murallas de argamasa la etimología de sus armas: y de allí
pecto hizo el historiador del noble es- desde unas sierras a otras, de se repartía esta agua en dos partes,
tirpe texcocana don Fernando de Al- increíble grandeza, sobre la cual que la una iba cercando y rodean-
ba Ixtlixóchitl (1578 ?-1650), quien lo hizo una tarjea hasta venir a dar en do al bosque por la parte del norte,
conoció perfectamente, pero ya semi- lo más alto del bosque; y a las es- y la otra por la del sur. En la
destruido por el "fanatismo del Arzo- paldas de la cumbre de él, en el pri- cumbre de este bosque estaban edi-
bispo Zumárraga (Fr. Juan de, 1468- mer estanque de agua, estaba una ficadas unas casas a manera de
1548) y del Predicador Fr. Domingo peña, esculpida en ella en circunfe- torre, y por remate y chapitel esta-
de Betanzos (1480-1549)" y no antes rencia los años desde que había na- ba hecha de cantería una como a
de ello como asevera Vargas Rea2S, cido el rey Nezahualcoyotzin hasta manera de maceta, y dentro de ella
He aquí lo que nos dice de Alva Ixtli- la edad de aquel tiempo, y por la salían unos penachos de plumería,
xóchitl: parte de afuera los años, en fin de que era la etimología del nombre
69
11 del bosque; y luego más abajo
hecho de una pefia un león de más
de dos brazas de largo con sus alas
y plumas: estaba echado y mirando
a la parte del oriente, en cuya boca
asomaba un rostro que era el mis-
mo retrato del rey, el cual león es-
taba de ordinario debajo de un pa-
lio hecho de oro y plomería; un po-
quito más abajo estaban tres alber-
cas de agua, y en la del medio esta-
ban en sus bordos tres ranas escul-
pidas y labradas en la misma peña,
que significaban la gran laguna, y
las ranas las cabezas del imperio; y
por un lado (que era hacia la parte
del norte) otra alberca, y en una
pefia esculpido el nombre y escudo
de armas de la ciudad de Tolan,
que fue cabecera del imperio de los
toltecas; y por el lado izquierdo
que caía hacia la parte del sur esta-
ba la otra alberca, y en la peña es-
culpido el escudo de armas y
nombre de la ciudad de Tenayocan
que fue la cabecera del imperio de
los chichimecas, y de esta alberca
salía un caño de agua que saltando
sobre unas peñas salpicaba el agua,
que iba a caer en un jardín de todas
flores olorosas de tierra caliente,
que parecía que llovía con la preci-
pitación y golpe que daba el agua
sobre la pefia. Tras de este jardín
se seguían los baños hechos y
labrados de peña viva, que con di-
vidirse en dos bafios eran de una
• pieza; y por aquí se bajaba asimis-
mo por una pefia grandísíma de
unas gradas hechas de la misma pe-
b ña, tan bien labradas y lisas que
parecían espejos, y por el pretil de
estas gradas estaba esculpido el
día, mes, año y hora en que se le
dio aviso al rey Nezahualcoyotzin
de la muerte de un sefior de
Huexotzinco a quien quiso y amó
notablemente, y le cogió esta
nueva cuando se estaban haciendo
estas gradas; luego consecutiva-
mente estaban el alcázar y palacios
que el rey tenía en el bosque, en los
cuales había entre otras muchas sa-
las, aposentos y retretes, una muy
grandísima, y delante de ella un
patio, en la cual recibía a los reyes

70
de México y Tlacopan, y a otros
grandes señores cuando se iban a
holgar con él, y en el patio se
hacían las danzas y algunas repre-
sentaciones de gusto y entreteni-
mientos. Estaban estos alcázares
con tan admirable y maravillosa
hechura, y con tanta diversidad de
piedras, que no parecían ser
hechos de industria humana: el
aposento en donde el rey dormía,
era redondo: todo lo demás de este
bosque, como dicho tengo, estaba
plantado de diversidad de árboles y
flores odoríferas; y en ellos diversi-
dad de aves, sin las que el rey tenía
en jaulas traídas de diversas partes,
que hacían una armonía y canto
que no se oían las gentes; fuera de
las florestas, que las dividía una
pared, entraba la montaña en que
había muchos venados, conejos y
liebres, que si de cada cosa muy en
particular se describiese, y de los
demás bosques de este reino, era
menester hacer historia muy par-
ticular." 26

b) La relación anterior hace pensar


en una de las Siete Maravillas de la
Antigüedad, los Jardines Colgantes
de Babilonia, atribuidos a la reina
Semiramís, hija de Belojo (780 a. C.),
con cerca de dos hectáreas de terrenos
elevados, que sostenían arcos de 23 a
91 m. de altura, emplazados en los
límites de los terrenos del Palacio de
Nabucodonosor (604-561 a . C.), 12
quien posiblemente los mandó re-
construir y engrandecer, así como co-
locar en la parte más elevada un gran los riscos de pórfido color violáceo, como arquitecto de grandes concep-
depósito que se llenaba con las aguas vestidos de líquenes verde-grisáceo y ciones que era, manejó el espacio y
del río Eufrates; se plantaron en ellos por doquier la jarilla que crece alegre los volúmenes del cerro como un gi-
calles de árboles e hicieron cenadores y despreocupada, así como magueyes gantesco edificio en el cual, bajo pro-
para banquetes y en todas partes y nopales, al tiempo que se advierten yectos y dibujos geométricos preci-
había las fl ores más fragantes y claramente las terrazas, algunas de sos, mandó labrar en el pórfido rosa
apreciadas 27 ; e) El Cerro de que se cultivo, que se aprovechan y vienen violáceo de sus laderas los oratorios,
trata presenta en planta forma ovala- desde los tiempos prehispánicos en salones y placeres cuyas vetustas
da irregular, y en su elevación aseme- que fueron hechas; desde cierta altura ruinas hoy vemos, así como los acue-
ja un cono, también muy irregular; a ya se aprecian grandes vistas panorá-
él se asciende por las calles empedra- micas hacia los pueblos vecinos, al N.
das del pueblo de San Nicolás Tla- San Miguel Tlaixpan y la Purificación
minca, ya relacionado, y conforme se y al N. W. el Cerro Soltepec, a cuya
11. Detalle de duetos y vertederos del " bailo de
sube se advierte lo pedregoso del ladera está un Centro Internacional
la Reina" o pila votiva. 12. Bailo del Rey , y es-
terreno, los árboles cuyas ramas cre- de Mejoramiento del Maíz y Trigo; d) calera que bajaba al palacio hoy destruido. Fo-
cen como formando una sombrilla, Debemos decir que Nezahualcóyotl, tos Arturo Schroeder.

71
13
Reyes que junto con o tras personas
inspeccionó estos lugares, varias ve-
ces, en 1878 y 1880: "Estas ruinas se
descubrieron por los años de 1864 a
65, por una compañía organizada en
Texcoco para emprender algunas ex-
cavaciones, con la mira de encontrar
presuntos tesoros que se suponía en-
cerrados en los antiguos edifi-
cios ... " 28; con esta idea y por el tiem-
po citado, debió hacerse el socavón
(fig. 7) que vemos en el nicho rocoso
del altar dedicado a la Cha\chiuhtli-
cue, pues el lugar se llamaba
Chalchiuhtémetl, que por su ubica-
ción, características y medidas, coin-
cide con la descripción de V. Reyes29;
por mera coincidencia, acabo de ver
una antigua fotografía exactamente
de este si tio, en la exposición
Fotografía Siglo XIX del Museo Ta-
mayo, tomada entre 1880 y 1890, en
a la que se aprecia más reducido el
diámetro del socavón que como aho-
b ra está y, por supuesto, sin la canti-
dad de basura así como letreros que
hoy presentaJo. f) Bajando un poco en
línea casi recta hacia el oriente, en-
contramos una pequeña pirámide for-
mada por un basamento y tres cuer-
pos, escalonados en forma muy irre-
gular. Se advierte desde luego que ha
sido reconstruida, no restaurada ni
consolidada, y careciendo por ahora
de elementos de juicio necesarios nos
reservamos la opinión que tal recons-
trucción merezca, la cual se estima
hecha no hace mucho tiempo. Acorde
a la relación de V. Reyes, y por la
imagen y medidas de la parte superior
de dicha pirámide, o sea donde estuvo
presumiblemente el altar, debió éste
estar incrustado en la roca viva, pues
su piso y paredes forman parte de la
montaña 6 m. de N. a S. y 8 de O, a
P, con una altura entre 7 y 7.30 m.
duetos de la arquitectura hidráu- tengan un sentido de lo exquisito y no aproximadamente, y sobre el nivel del
lica correspondiente (fig. 12), con menos; tengamos en cuenta además piso hay un zócalo o base casi cuadra-
sorprendente buen gusto y adecuadas que, como señala Paul Gendrop, no da, que por su costado poniente se in-
funciones a los propósitos que esta- había antecedente alguno de arquitec- tegra al talud del risco. Debió servir
ban dedicadas las diversas instala- tura monolítica en Mesoamérica; e) para soportar el altar; tiene 2.27 x
ciones, que a veces se complementa- Comencemos la visita al Tezcutzingo 2.67 m. y 25 cm. de altura aproxima-
ban con co nstrucciones de cal y can- por un oratorio cuyos escasos restos damente; estaba dedicado a Mictlan-
to . Pero el tratamiento en la roca, se hallan hacia la mitad de su altura, tecuhtli, dios de los infiernos y señor
aún al hacer arquitectura en ella, es en el costado oriente del Cerro, pero de los muertos, por otro nombre
escultórico, de ahí que estas obras oigamos antes lo que expresa Vicente Aculnaócatl o Tzontémoc, el que ca-
72
yó de cabeza, del verbo temo, caer, y 14
tzontli, cabellos, o sea el Sol, Tona-
tiuh, al perderse en su ocaso tras el
horizonte3 1 , pues la tradición de
los vecinos de Tlaixpan que acom-
pañaban a la comisión en que iba el
Sr. Reyes asignó a dicha deidad,
Mictlantecuhtli, el sitio de que se
habla, "agregando que era un lugar
destinado para adorar al Sol y esta
circunstancia encuentra una explica-
ción natural en la teogonía náhoa y en
su abundosa (sic) sinonimia, pues es
bien sabido que por la mezcla de las
leyendas de diversos pueblos y de dis-
tintas civilizaciones, cada deidad lle-
gó a tener variados nombres y atribu-
tos ... "32; por el costado sur de la pi-
rámide hay una escalinata angosta
que sube el cerro y está tallada en él;
éste Monumento recibe ahora el
nombre ostentoso de Trono del Rey,
tal vez después de la reconstrucción
que sufrió. g) Frente a la pirámide an-
tes mencionada, se desarrolla una
plataforma de tierra hacia el oriente,
que conduce hasta el otro Cerro fron-
tero llamado Metécat/, y que sostenía
el acueducto conductor del agua que
bajaba del manantial "Texapo ", ubi-
cado cerca de la cima de dicho Cerro
Metécatl. Al respecto, Sir Edward
Tylor, viajero inglés, que visitó Tex-
cotzingo en 1861, expresó en un in-
forme relativo: "Durante nuestra vi-
sita no nos dirigimos primero a Tex-
cotzingo, sino que fuimos a otro
cerro con el que se halla unido por un
acueducto de enorme tamaño sobre el
que caminamos. En este lugar los
cerros son de pórfido y el canal del
acueducto está construido principal-
mente con losas del mismo material,
las que fueron revestidas de estuco en
su interior y exterior y todavía se con- lo hizo antes, un servicio inapreciable aún visibles, probablemente in situ.
servan en perfecto estado. Este canal a mucha gente o animales que necesi- Pronto llegamos a ver una soberbia
quedó sostenido por medio de un tan aún el precioso líquido. h) Visto el roca saliente en el talud de la monta-
terraplén macizo de 50 a 75 m. de alto monumento a que se refiere la letra f ña y que se halla a nivel inferior del
y suficientemente ancho para el paso o pirámide reconstruida, caminamos andador; en su cara superior está
de un carruaje" 33 ; actualmente el hacia el sur por ese pasillo de 3 m. de labrada una tinaja circular, lige-
acueducto no existe: sólo pobres ancho aproximadamente y que rodea ramente abocinada, que presenta
vestigios quedan de él; su destrucción el Tetzcutzingo como un anillo; por él una grieta qu e se proyecta al vacío,
es otra de tantas estupideces hu- corría el acueducto que entre otros lu-
13-a. Escalera anexa al "Trono del Rey" ; b. Ado-
manas, ya que aparte de haber podi- gares surtía de agua los célebres ba-
ratorio de Mictlantccuhtli, conocido hoy como
do embellecer y acreditar mejor las ños del monarca, hay pequeños tra- " Trono del Rey", en el costado oriente del cerro.
magníficas ruinas, podía dar, como mos de la caña tallados en piedra y 14. Bailo del Rey . Fotos Alluro Schmcder.
teniendo enfrente la maravillosa vista
del Valle de México . Dicha tinaja, de
1.41 m. de diámetro superior, 0.60 m.
de radio en la base inferior y 60 cm.
de profundidad a la que alimentaba el
cañón de agua ya relacionado, pre-
senta dos pequeños escalones para
bajar o subir en ella con comodidad.
A su costado poniente y tallada en el
pórfido del cerro, hay una escalinata
en cuya base miramos tres peldaños,
un pequeño descanso y luego, su bien-
do 25 escalones, similares todos, de
aproximadamente 20 cm. de huella,
23 cm. de peralte y 57 de longitud. En
dicha escalera y como dice de Alva
Ixtlixóchitl, debió estar esculpido el
glifo que marcaba la época de su a
construcción , el cual ordenó Ne-
zahualcóyotl que se hiciera al saber la b 15
muerte del Señor de Huejotzingo.
Parte integral de la roca de este baño
llamado del Rey, y como antepecho
de protección, existe la base de un
murete almenado o tenámitl, cuya
parte superior, según Vicente Reyes,
debió ser arrojada al pie del cerro y
pudo tratarse del jeroglífico de
Tenayocan34; vista la magnífica roca
desde el lado opuesto, aun ya intem-
perizada, ofrece gran belleza plástica,
y tanta que el inmenso pintor mexica-
no don José María Velasco (1840-
1912) la inmortalizó en uno de sus 15-a. Pila votiva a la Triple Alianza, conocida
preciosos cuadros35. Y vienen al oído hoy como "bafio de la Reina" ; b. Detalle inte-
rior de la misma. 16.-a. Detalle de relieve (¿ich-
las notas poéticas de don Carlos Pelli-
cahuipilli o coselete?); b. Restos de esculturas
cer (1899-1977) sobre esta pequefia gran antropomorfas en la ladera noroeste del cerro,
obra de la Arquitectura Monolítica: cerca de la cúspide. Fotos Arturo Schroeder.

" En Tetzcutzingo hay una roca i) Más abajo de este Baño se locali- hallan escalonados varios muros de
cuya mitad da al vacío. zan los vestigios de lo que fue el Pala- retención de mampostería, bien res-
Allí la atmósfera cio del Rey. j) Continuando por el pa- taurados, como está todo el conjun-
pesa más que la piedra. sillo que circunda el Tetzcotzingo, to, pero se advierte que desde su ori-
El Rey ordenó trabajarla rumbo al poniente, llegamos a una gen fue un espléndido programa y
en forma de bafiera, hermosa terraza cuya vista panorámi- obra arquitectónica, especialmente si
y podía sentarse entre el agua, ca se pierde en el infinito. En ella está tomamos en cuenta el muro de con-
y volar con los ojos hecha, de mampostería, una pequeña tención del cantil y en uno de los nive-
Llenos de sol, de madurez y de fuerza. alberca circular, que V. Reyes llama les se ve aún el tramo del dueto por el
Perseguido político, su atletismo. "Tetzcuco" y ahora conocemos co- que corría el agua y como saltaba por
fue entre los bosques mo el Baño de la Reina. Sus medidas diferentes cafios, bien dispuestos para
y su entereza observando las estrellas. son: diámetro 4 m.; profundidad: ello, hasta la alberca donde, junto a
Ahora hace quinientos años 1.30 m. y en la base tiene un ligero la breve escalinata, había tres ranas,
que el Dios Desconocido, rehundimiento circular, excéntrico, de las cuales queda medio cuerpo de
que él tan lum inosamente adivinó, de 1.28 de diámetro; atrás del borde una. Vicente Reyes expresa que "ésta
desapareciéndolo, se baja al fondo por seis peldaños. fue evidentemente la pila votiva con-
determinó su recompensa ... "36 Mirando hacia el talud del cerro se sagrada a la gran laguna, como dice
74
16 sus concubinas, que tenía muchas en
sus palacios y jardines. El Museo Na-
cional posee una importante colec-
ción que compró al Sr. Olivares, de
San Miguel Tlaixpan, de figurillas de
barro de mujeres desnudas, admi-
rablemente modeladas y sin ningún
atributq teogónico, lo cual permite
suponer que eran representativas de
personas, con toda probabilidad de
las concubinas del erótico monarca,
pues fueron encontradas en los terre-
nos de los desaparecidos jardi-
nes ... "40
1) Subiendo el Tetzcotzingo por el
lado N. y ya casi para llegar a la cima
hay un pequeño terraplén, de aproxi-
a madamente 8 m. de longitud por 5 de
latitud. Al fondo se alza el talud roco-
b acústica; consideramos que debe ha- so del monte, en cuyas peñas adivina-
cerse un estudio urgente sobre el pe- mos dos esculturas de relieve, de ta-
ligro que estas "industrias" repre- maño natural, ya inexistentes, pero
presentan (para la ecología del lugar y quedan aún los pies de ellas, así como
de algún modo) para la estabilidad restos de una angosta y gruesa plata-
del Cerro, si como se teme siguen forma sobre la cual descansan, todo
avanzando hacia él; máxime que la labrado en el pórfido color rosa violá-
Ley sobre protección de monumen- ceo, revestido de grandes manchas de
tos38 no marca zonas de respeto para líquenes en tono verde pálido, con la
éstos, entre otras graves omisiones, y profusa vegetación, arbustos y nopa-
por cuanto a lo dispuesto por el art. les del sitio como marco, un auténtico
44 de su Reglamento39 vemos frecuen- poema para quien sepa oír el canto de
temente su inoperancia, sobre todo en estas ruinas. Tirada en el suelo, cara
el presente caso en que se requiere al sol, rotos sus contornos en forma
una extensa faja de protección para la muy irregular, hay una gran piedra
zona arqueológica, que es todo el con un jeroglífico primorosamente
cerro y sus laderas; k) Dei Baño de la tallado en ella. Sus medidas son
Reina hacia el N. seguimos el anillo- aprox. 1.50 x 1.30 m. y 0.40 m. de
pasillo, hasta arribar a unas ruinas grueso. Conforme manifiesta el Sr.
que presentan bello y melancólico as- Reyes, los naturales que acompaña-
Ixtlixóchitl, y dedicada a conmemo- pecto . Se trata de una escalinata de ban a la Comisión que visitó el Tetz-
rar la Triple Alianza de los Señores de diez anchos peldaños tallados en la cutzingo por 1880, manifestaron que
México, Texcoco y Tlacopan"3 7 • roca, y abajo de ellos los restos que "este lugar se llamaba Teotlatonan-
Desde esta increíble atalaya, lugar mal conforman lo que fue otra tinaja tzin, de téotl = dios, tlalli = tierra,
que fue de esparcimiento, juegos y circular labrada en el pórfido, pero ya tonan = nuestra madre y la partícula
ensueño, con los cantos de pájaros y fracturados y en parte inexistentes. reverencial tzin, significando: nuestra
aves canoras al oído, ahora con- Sus medidas fueron: 1.30 m. de diá- Madre la Diosa Tierra, pues sabido es
templamos con pena e indignación el metro y 0.60 m. de hondura, es el que la madre-tierra fue una de las
mercantilismo de los "businessmen" nombrado Baño de las Concubinas, principales divinidades a que tributa-
que a escasos dos kilómetros devora a donde debió encontrarse el jeroglífico ron culto los acolhuas" 41• Del trozo
grandes tarascadas y prisa la mara- de Tollan; nos dice Miguel O. de escultural que vemos, V. Reyes in-
villosa tierra, explotando a cielo Mendiozábal que el Tetzcotzingo fue dica que parece representar un cosele-
abierto gigantescas minas de arena, para Nezahualcóyotl lo que Tzinaca- te o ichcahuipilli, que describe por-
con los consiguientes golpes de má- nóztoc para su abuelo en los momen- menorizadamente y resulta de gran
quinas y estridencias de claxons de ca- tos de dicha y Chicuhnayocan para su interés y refiere que en este sitio era
miones cargueros, que se escuchan padre en los de tribulación, "en este adorado el Sol en su ocaso42 ; m) Por
ensordecedores por una resonancia de bosque el Rey Poeta gozó el amor de último llegamos a la cumbre, en ella
75
se yerguen ahora dos cruces de madera ña. Para subir hasta esta cumbre se E) Invasión y peligros que sufre el
sobre un murete de piedras (fig. 5), pasan quinientos y veinte escalo- cerro del Tetzcotzingo. Su aspecto
símbolo del triunfo de la nueva fé: nes, sin alg unos que están ya jurídico
"Fr. Agustín Dávila Padilla (1 562- deshechos, por haber sido de
1604), cronista dominicano que visitó piedras sueltas y puestas a mano, Son dos los puntos más graves que
Tctzcotzingo con el espíritu prevenido que otros muchos escalones hay, inciden y atraen la atención en esta
desfavorablemente, por conceptuarlo labrados en la pro pia peña co n zona arqueológica: 1) La invasión de
los monjes en esa época lugar endemo- mucha curiosidad. El año pasado una parte del cerro y 2) La cercanía de
niado, nos hace una descripción que los anduve todos y los conté, para las min as de arena.
no difiere en lo esencial de la del des- deponer de vista (sic) advirtiendo 1) Subiendo el Tetzcotzingo por su
cendiente de los reyes acolhuas: el punto de gravedad que aquellos ladera oriente, de inmediato se ad-
Reyes Indios guardaban en su anti- vierte que una extensión considerable
" A una legua del pueblo (Texcoco),
güedad ... ' ' 43 está acotada y cercada con postes me-
se ve hoy con extraña magestad el
puesto que tenía el demonio tirani- Yo lo pregunto tálicos y gruesa malla de alambrón,
zado para su honra. Es un cerro abarca un cuadrado de 150m. por la-
Yo Nezahualcóyotllo p regu nto:
que se llama Tezcucingo, donde el do, con superficie de 22,500 m+ o sean
¿Acaso de verdad se vive con raíz
gran poder de los Reyes de Tezcu- en la tierra? dos hectáreas y cuarto aproximada-
co se había singularizado en servi - No para siempre en la tierra: mente (véase plano de la zona arqueo-
cio del demonio. E n lo más alto de sólo un poco aquí. lógi ca relativa) . No prejuzgamos
sobre los títulos por los cuales el po-
este cerro estaba el famoso ídolo Aunque sea de jade se quiebra,
que llama ban Zaualcoyótl y todo aunque sea de oro se rompe, seedor de esa área del monte la deten-
ta; sólo nos preguntamos cómo es po-
el cerro estaba sembrado en con- aunque sea de plumaje de quetzal
sible que esto suceda, pues se trata de
torno de vistosas ar boledas y pre- se desgarra.
terrenos que constituyen parte de la
ciosos frutales, con much as matas No para siempre en la tierra:
zona arqueológica y, conforme a lo
de jazmines y flores olorosas, co- sólo un poco aquí.
mo se ven el día de hoy. Para regar dispuesto por los artículos 5°, 27 y 28
Anatema sea contra Zumárraga y de la Ley Federal sobre Monumentos
todo el cerro, pudo la industria y
Betanzos por estos crímenes de lesa- y Zonas Arqueológicas Artísticos e
grandeza de lo s Reyes de Tezcuco
arte e historia, que ya tenían cultura Históricos vigente 78,
traer encañada el agua de casi dos
su ficiente para darse cuenta de lo que
leguas, allanando montes y ll enan- "Son propiedad de la Nación ina-
hacían; n) Toca a su fin nuestra rápi-
do valles, para que el agua viniese lienables e imprescriptibles, los
da excursión a l Tetzcotzingo y no po-
a un peso (sic) hasta llegar a lo alto monumentos arqueológicos
demos menos que mirar y darles un
de este cerro; de donde va hacien- muebles e inmuebles" y "son mo-
adiós (¡no!, un hasta pronto) a tales y
do caracol y regando todos sus ár- numentos arqueológicos los bienes
maravillosas ruinas, que a unos pasos
boles y m atas, como persevera muebles e inmuebles, producto de
de la cima vemos sus últimos vestigios
hasta el día de hoy. En lo más alto culturas anteriores al estableci-
y por la forma del pórfido semejan la
de todo el cerro estaba labrado en miento de la hispánica en el territo-
im agen del felino que describe Ixtli-
peña viva un Coyotl, que llaman rio nacional, así como los restos
xóchitl en su Hi storia . Dejémosle las
en esta tierra y es un género de lo- humanos, de la flora y de la fauna
últimas palabras:
bos, menos feroz que los de Euro- relacionados co n esas culturas."
pa y más bravo que los mastines y "En la cumbre de este bosque esta-
así parecen un a media especie en tre ban edificadas unas casas a manera Lo anterior se relaciona con lo pre-
lobos y perros. Esta figura repre- de torre y por remate y chapitel es-
ceptuado por el artículo 39 del Orde-
sentaba a un indio grande ayuna- taba hecha de cantería una como a
namiento Legal invocado que dice:
do r a quien tuvieron por santo y manera de maceta, y dentro de ella
fingie ndo luego el demonio figura salían unos penachos de plu mería,
"Zona de Monumentos arqueoló-
de este animal, se les apareció di- q ue era la etimología del nombre
gicos es el área que comprende va-
ciendo que era el ayunador y así le del bosque; y luego más abajo
rios monumentos arqueológicos
diero n el nombre que sign ifica lo hecho de una peña un león de más inmuebles, o en que se presuma su
uno y lo otro. Este ídolo destruye- de dos brazas de la rgo con sus alas existencia, " 79
ron el San to Obis po de México y plu mas; estaba echado y mi rando
Fray Juan Zumárraga y el biena- a la parte del oriente, en cuya boca por lo cual claramente adverti mos
ven turado P . Fr. Dom ingo de Be- asomaba un rostro que era el mis- que la situación de esa superficie
tanzos y mandaron picar y desha- mo ret rato del rey, el cual león es- segregada al TP.tzcotzingo en la fo rma
cer toda la fi gura del Coyot l que taba de ordinario debajo de u n pa- a ntes dicha es co ntraria a las no rm as
estaba labrado en lo alto de la pe- lio hecho de oro y plumcría ... " 4 4 lcgnlcs ci tadas y debe hacerse la in ves-
76
tigación y denuncia consiguiente de a) Antonio Peñafiel, Manuel de ridiano de Greenwich47; b) El Cerro
los hechos, tanto a la Procuraduría Olaguíbel y César Macazaga están de los Ídolos pertenece al sistema
General de la República como a la acordes en que el jeroglífico o escritu- montañoso que culmina en el Ajusco,
Secretaría de Desarrollo Urbano y ra ideográfica "se compone de un y tiene una altura de 215 m. sobre el
Ecología para los fines consiguientes: cráneo humano (de perfil), teniendo nivel de Pueblo de Malinalco48, pero
máxime que según sabemos por fuen- en la frente una yerba con frutos las ruinas de los edificios de que se
te digna de crédito, la invasión de que amarillos, signo del Malinalli, y en la trata ocupan una meseta que está a la
se trata ocurrió hace siete años apro- cavidad orbitaria un ojo o pupila con mitad de su elevación, o sea aproxi-
ximadamente. Nos preguntamos qué párpado rojo ... malinalli, planta de madamente a 125 m. sobre dicha
ocurre en el INAH para que esto su- las gramíneas, conocida por zacate población (véase plano anexo de la
ceda y se consolide, ya que las autori- del carbonero, dura, áspera, fibrosa, zona arqueológica). El conjunto ar-
dades municipales brillan por su que fresca sirve para formar las sacas quitectónico recibía el nombre de
ausencia y las juntas vecinales o del carbón y para sogas que las asegu- Cuacuauhtinchan, que quiere decir
uniones de campesinos relativasso pa- ran; uno de los veinte signos del To- "Las casas de las águilas. "49
recen no existir en este caso. nalámatl, que designaba el duodécido
2) Como ya lo expusimos, por el cos- día" 45; b) El nombre, según la tradi- C) Breve historia sobre la población
tado poniente del Cerro se miran las ción, le fue dado por Malinalxóchitl,
enormes y profundas excavaciones que hermana de Huitzilopochtli, desde a) Eduardo Pareyón indica que la
sufre la tierra, a consecuencia de las mi- que tomó el lugar por morada. Maca- Malinalxóchitl es una fantasía mexica
nas de arena a cielo abierto y en explo- zaga ilustra sobre el particular dicien- para atribuir la conexión de los azte-
tación, a no mayor distancia de un kiló- do que Malinalco es "Vida y Muerte cas con el lugar y justificar su con-
metro y medio o dos, menguando con- en el pensamiento religioso del Méxi- quista en la política expansionista que
siderablemente los campos dedicados a co antiguo; significa culto a la vida y teníanso; b) Efectivamente, nos dice
la siembra y acercándose peligrosamen- pleitesía a la muerte; la vida brota del Fr. Diego Durán en su Historia de las
te al Tetzcotzingo; la Ley de la Materia mundo de los muertos, de la región de Indias de Nueva España, que "El
es omisa respecto a señalar, según los los descarnados, de la morada de dios de los mexicanos (Huitzilopoch-
casos, una franja de protección o de Mictlantecuhtli, a donde va Quetzal- tli) tenía una hermana, la cual se lla-
respeto alrededor de los monumentos o cóatl en busca de los huesos de gene- maba Malinalxóchitl y venía en esta
zonas de monumentos, por lo cual es raciones pasadas para ministrarles el congregación (cuando la peregrina-
imperativo que las autoridades corres- influjo vital, que es sangre de su pro- ción de ésta última tribu nahua hacia
pondientes se avoquen a la solución de pio pene. La vida y la muerte están la tierra prometida). Era muy hermosa
este problema. magistralmente expresadas en este y de gentil disposición y de tanta ha-
jeroglífo Malinalli: de la monda cala- bilidad y saber que vino a dar en má-
ca nace el zacate; de la tierra abonada gica y hechicera, de tan malas mañas
MALINALCO con los jugos cárnicos de los muertos que, para después ser adorada por
y entre sus huesos, renacen plantas y diosa, hacía mucho daño en la
A) Jeroglífico y denominación del flores, es decir que surge la vida. De congregación, haciéndose temer. Y
lugar esta suerte, la materia revive gracias a habiéndola sufrido por respeto de ser
su propia muerte. " 46 hermana de Huitzilopochtli, determi-
naron de pedirle les dijese el modo
que habían de tener para librarse (de
B) Ubicación geográfica, coordena- ella). El cual mandó al Sacerdote, en
das y alturas del cerro sueños como solía, que la dejasen en
el lugar que les señalaría, a ella y a sus
a) Las ruinas arqueológicas de que ayos y a los principales que eran de su
se trata, están en una meseta semiarti- parcialidad"51; y así aconteció, pues
ficial del monte llamado "de los concluida la plática y revelación del
ídolos", inmediato y al poniente del sacerdote que la hizo cuando creyó
pueblo de Malinalco, que se halla oportuno, dejaron a la Malinalxóchitl
aproximadamente a diez km. al y sus aliados durmiendo y venida la
17 Oriente de Tenancingo, o a seis y me- mañana hallóse sola con sus ayos y llo-
dio km. al Poniente de Chalma, en el rando de rabia y dolor, quejándose de
Estado de México, y a 1750 m. sobre su hermano, por la burla que había
el nivel del mar, siendo sus coordena- sufrido, sin saber dónde ir a buscarlos,
das: paralelo 18° 57' 10" o latitud N. y entonces fueron a un lugar que aho-
17. Glifo de Malinalco. y 99° 30' 00" de longitud W. del Me- ra llaman Malinalco, el cual fue pobla-
77
do por aquella señora con su gente, to- tuado entre Cuauhnáhuac y Malinal- montañas que hacía el oriente, el nor-
mando la denominación el sitio de co, una batalla muy reñida con los te y el sur señorean el paisaje y el pro-
ella52. enemigos; los derrotó y persiguió has- fundo valle donde se asienta Malinal-
ta la falda del alto monte en que esta- co, que se esconde tras del Cerro de
0) Breve relación de la sujeción de ba la ciudad de Malinalco, a la cual los Ídolos, con su caserío, como un
Malinalco a los aztecas no pudo hacer daño por ser el monte nacimiento. El descenso hacia el
inaccesible a la caballería; pero taló pueblo se hace por un camino apenas
García Payón expresa que "Histó- las campiñas y por cumplírsele ya el rehundido en el talud de la montaña,
ricamente se ha comprobado por me- término de diez días que se le había hecho como por el dedo de un gigante
dio de los Anales Tolteco- prescrito para la expedición, dio la y sólo cabe un vehículo, de suerte que
Chichimecas de la Colección Aubin, vuelta a su real " 57 , si bien estas rela- a vista de pájaro se tiene que mirar y
los Códices Telleriano Remensis y ciones no pueden tomarse al pie de la esperar si alguno sube o a la inversa,
Aubin y las Crónicas de Durán y Te- letra y hay que interpretarlas ade- si alguno baja y no dejan de experi-
zozómoc, que desde el año 1476, cuadamente, nos parece que el énfasis mentarse la consiguiente inquietud,
fecha de la conquista de Malinalco puesto en la noticia de que Andrés de pero todo entra en el ánimo de esta vi-
por los mexicas bajo el mando de Tapia no le hizo daño a la ciudad que sita que resulta inolvidable por todos
Axayácatl, éstos pusieron especial in- estaba en el monte, o sea a Cuacuauh- conceptos; b) Ahora se puede ir
terés en conservar este rico centro tincha, es válida; su destrucción debió mucho más rápido y con toda como-
agrícola" .53 sobrevenir por los propios matlatzin- didad, a través de carreteras y cami-
cas que estaban soj uzgados por los nos asfaltados, hasta el pueblo de
E) I<ue Ahuítzotl, octavo monarca az- aztecas y sobre todo cuando se cons- Malinalco, pasando por Chalma, cu-
teca truyó la Iglesia y convento agustino yo Santuario y peregrinaciones son
del siglo XVI, o sea después de 1540. famosas. e) El Valle nos proporciona
Célebre por la cruenta dedicación vistas llenas de verdor, por doquier
del gran teocalli o templo mayor que F) Exploración y restauración de los pastos, yerbas, palmas, árboles y
realizó en su mandato, quien ordenó, las ruinas arbustos se visten con mi l tonos de es-
entre los años 1487 a 1490, la cons- te hermoso color, y enhiestos los
trucción de los templos de esta pe- En 1936, el Instituto Nacional de montes de toba conglomerada pare-
queña pero grandiosa ciudad sagrada Antropología e Historia comenzó la cen, por su reciedumbre, verdaderas e
y en el año 9 Calli ( = 1501) mandó al ardua labor de excavar e investigar la inexpugnables fortalezas. También
gremio de los Tetlepanque o canteros zona arqueológica, correspondiendo alegra el ánimo ver los fértiles campos
se trasladaron a Malinalco para ini- al Arqueólogo don José García Pa- de labranza y sembradío; d) Ya en el
ciar la talla y labrado de los edificios yón la dirección de estos trabajos58, pueblo llegamos hasta la Plaza princi-
monolí tico s5 4 ; a la muerte de así como la posterior consolidación y pal, a cuyo centro se alza un desabri-
Ahuítzotl, por causa de una herida restauración en lo que cabe, de tan do kiosco y en su costado oriente, al
que se infirió en la cabeza al huir de la importantes edificios; debemos decir fondo de enorme atrio, se alza majes-
inundación que violentamente se pro- que hay aún muchos montículos por tuoso el templo y convento agusti-
dujo en Tenochtitlan, su sucesor Mo- explorar. niano dedicado a la advocación del
techuhzoma 11 o Xocoyotzin (el jo- Divino Salvador, erigido en el ses-
ven), en 9 Ácatl ( = 1503) repitió la G) Cuacuauhtinchan, la ciudad quicento y motivo ineludible de otra
orden para continuar la obra hasta el sagrada visita, pues constituye, entre otros
año 1O Acatl ( = 1515) pero parece atractivos, uno de los exponentes más
que un edificio no llegó a concluirse, a) Accesos al pueblo de Malinalco y ricos de la pintura mural verdadera-
pues la obra fue interrumpida por la a la zona arqueológica. Hasta hace mente sorprendente, con la técnica
Conquista EspañoJa55, y en 1521 un diez años aproximadamente la excur- del buen fresco, y descubierta no hace
destacamento mandado por Hernán sión a Malinalco presentaba un en- mucho al quitar la caliche que se veía
Cortés durante el sitio de Tenoch- canto especial, pues se tenía que ir sobre los paramentos del claustro ba-
titlan, al mando de Andrés de Tapia, primero a la población de Tenancin- jo, pero eso es ya otra historia. Para
"ocupó la población y el cerro de Ma- go, por buena carretra, de donde por ir a la zona arqueológica tomamos
linalco por asalto, destruyendo y una mala brecha y bordeando los bos- hacia el poniente, por larga calle que
prendiendo fuego a sus edificios"56; ques de Mixtongo, a través de pinto- se aprecia como un columpio o pro-
aserto este último que hay que poner rescos paisajes, se llega a la cumbre nunciada catenaria y remata en gra-
en duda, ya que Francisco Javier Cla- de Matlálac. Ahí se domina el precipi- ciosa iglesita. Conforme caminamos
vijero, en su "Historia Antigua de cio y en increíble vista panóramica, vemos hacia el interior de las casas, la
México", manifiesta: "tuvo este des- que llena de solaz el espíritu, se admi- mayoría con muros aún de adobe y
tacamento, en un pequefio lugar si- ran el cielo infinito, las cadenas de techos a dos aguas, cubiertos con lá-

78
minas acanaladas o tejas de barro re- ran al abismo , por altas paredes en ta- no admitía errores al manejar Jos vo-
cocido, todavía pintorescos, si bien el lud que sirven de contrafuertes a todo lúmenes del cerro y el espacio útil que
cemento armado va introduciéndose este hermoso conjunto de edificios de ello resultaba, ni su factura en-
en las modificaciones o nuevas cons- que, como un nido de águilas, se en- miendas, ya que un golpe mal dado
trucciones, de modo violento, y lasti- cuentran colgados a la orilla de un en la roca en cuanto al lugar preciso o
moso, pues quita el aspecto vernáculo precipicio"; debemos considerar al el efecto deseado era irreparable, y
de las construcciones originales y ar- respecto la perfecta planeación y or- todo se hizo, sin otro antecedente pa-
tesanales de nuestros pueblos; al tér- ganización que tuvo la obra que hoy ra esta clase de arquitectura más que
mino de la calle buscamos la senda admiramos, el enjambre descomunal la talla de sus soberbias esculturas co-
que conduce hasta la vereda prehispá- de operarios que se necesitó para re- mo son la famosa Piedra del Sol o
nica que sube por el cerro de los alizarla, si bien el tallado en la roca
ídolos, con un tramo que conserva al- fue ya trabajo de un gremio muy es-
gunas losas puestas por los aztecas, pecializado, el de los tetlepanqui o
hace ya quinientos afios y después de canteros61 , todos ellos dirigidos por
corta ascensión arribamos a las ruinas auténticos y grandes arquitectos cuyo
de Cuacuauhtinchan, la ciudad sagra- proyecto se llevó a cabo con perfec- 18. Plano de Malinalco, según J. García Payón
da de los guerreros del Sol, tallada en ción milimétrica. Pues su concepción e l. Marquina.
la roca de la montafia, sin otros ins-
trumentos que primitivos cinceles y 18
marros, hechos con trozos de la pro-
pia cantera, pues bien dice el refrán
que para que la cufia apriete debe ser
del mismo palo, así los tetzotzon-
ques59, armados con estos instrumen-
tos e infinita paciencia y con el agua
que todo lo ablanda, hasta la roca, e
imbuidos de su arte maravilloso,
labraron estos edificios y sus escultu-
ras, que son prodigio de la Arquitec-
tura Monolítica Mexica: e) El levan-
tamiento del plano de la zona arque-
ológica fue hecho por el Instituto Na-
cional de Antropología e Historia y
muestra que abarca una superficie
rectangular de aproximadamente tres
hectáreas; las ruinas de los edificios
de Cuacuauhtinchan se asientan
sobre un espacio en forma de triángu-
lo escaleno, que ocupa media hectá-
rea aproximadamente60 (véase plano
anexo).

f) Para el estudio del presente ensa-


yo, seguiremos el órden numérico de
los edificios sefialado en el plano del
Arqueólogo José García Payón; El •
conjunto arquitectónico de los mis-
mos está labrado en el flanco de la
montafia y, como expresa el propio
García Payón: "todas estas estructu-
ras son parte integrante de una
amplia terraza que fue formada arti-
ficialmente, desgajando el cerro y
agregando grandes cantidades de ma-
teriales de relleno que están sosteni-
das por sus lados Este y Sur que mi-
79
la montafia. El monumento 1 corres-
ponde al templo de las Órdenes Mili-
tares cuautli-océlotl, el N2 II son las
ruinas de una pirámide, el N-2 IIl
corresponde a las ruinas de dos salo-
nes para incinerar a los guerreros
muertos; el N2 IV son las ruinas del
templo del Sol, el N2 VI los restos de
otra estructura monolítica.
g) Monumento /, el Templo de los
Guerreros del Sol. Se encuentra en el
lado Sur de la terraza; es una reduci-
da pirámide compuesta de dos cuer-
pos tallados en discreto talud, sobre
una base irregular y peraltada; en me-
dio tiene amplia escalinata de 13 pel-
dafios, flanqueada por alfardas que
rematan en dados sui géneris, la pla-
taforma de 3.50 m. de ancho aproxi-
madamente presenta dos niveles y a
a su término se alza el pequefio pero
grandioso templo circular, horadado
en la entraña de la roca, de manera
que sus muros, plataforma, pirámide,
escalinata y esculturas exteriores e in-
teriores, es decir todo el conjunto
arquitectónico-escultórico, está
labrado en el bloque rocoso de la
montafia. De ahí que es absolutamen-
te monolítico; sólo la techumbre es
armazón de ramas o morillos, cubier-
ta con zacatón o palma; en la base, a
ambos lados de la escalinata, vemos
del lado izquierdo, los vestigios de un
enorme gato y del derecho el cuerpo
sin cabeza de otro gigantesco felino.
Al centro de la escalinata, entre el
cuarto y séptimo peldafios están los
restos de una figura al parecer seden-
te, posiblemente un portaestandarte,
y sobre la plataforma, flanqueando la
b puerta de entrada y del lado izquierdo
19 hay un huéhuetl, con agujeros así-
métricamente distribuidos para poner
en ellos matatenas de rojo tezontle,
semejando así la piel del ocelótl; fue
la base de una estatua en posición se-
dente, ya inexistente, que representa-
Calendario Azteca y la no menos cé- y estudio del 1 al VI, se ubican en la ba un guerrero tigre. Del lado opues-
lebre cuanto temible Coatlicue, y los terraza indicada que presenta, como to se halla la cabeza de una serpiente,
incomparables Baños de Nezahualcó- enunciamos, fo rma de triángulo esca- con el hocico entreabierto, sacando la
yotl ya relacionados . Pero aún así, la leno, de aproximadamente 90 m. de lengua bífida; sobre ella quedan las
Ciudad Sagrada de Malinalco es una longitud con vista haaia el Oriente, o piernas y pies de otro guerrero águila,
hazaña sin par de la arquitectura sea al pueblo de Malinalco, y 70 m. de también inexistente y que igualmente
monolítica mesoamericana. Sus edifi- latitud con vista hacia el Sur y 110m. estuvo en posición sedente. La entra-
cios, numerados para la investigación en línea imaginaria sobre el talud de da al recinto está formada por el pro-
80
pio talud montañoso, y en la roca
apreciamos esgrafiadas las fauces del
hocico del ofidio con sus colmillos, de
gran realismo e impresión (P. Gen-
drop y García Payón hicieron
magníficos dibujos reconstructivos
sobre el particular)62; y conforme a
ellos podemos decir que la composi-
ción geométrico-arquitectónica de es-
te monumento se enriquecía con la
aplicación de sombras bien estu-
diadas para diseñar los volúmenes.
Sobre la puerta del santuario, Paul
Gendrop advierte: "adopta la forma
de unas fauces abiertas (de un estilo
marcadamente regional y que difiere
totalmente de las que vimos en la ar-
quitectura clásica de Yucatán). Note-
mos que el vano, hoy mutilado, se re-
cortaba en forma de arco de medio a b
punto, forma inusitada en Mesoamé-
rica, y que sólo se explica aquí por el
principio mi smo eMpleado en su eje-
cución"63. Al trasponer el umbral,
fo rmado por la lengua bífida de la
sierpe, entramos al sanctasanctorum
de las órdenes militares cuautli -
océlotl, "ver este recinto electriza,
por su belleza arquitectónica, vigoro-
sa manifestación artística -además
monolítica- y comprensión histórica
de su alto significado para aquellos
hombres que ahí recibieron, en
impresionante ceremonia, la investi- 20
dura de su elevada misión y rango, e
como guerreros águila y tigre, perfo-
rándose el septum o tabique nasal pa-
ra colocar en él una uña de la garra
del ave o fiera (como indica García
Payón); fue ahí donde forjaron su al-
ma muchos de los que murieron en
1520-1521 por la defensa de la gran
ciudad de México-Tenochtitlan' '64.
Su planta es circular, seis metros de
diámetro, por tres a tres y medio de
altura aproximadamente, con una ca-
ña de desagüe en la parte superior.

19. Dos aspectos del templo monolítico. 20-a.


Detalle de la entrada antes de colocar el techo
de protección. Fotos INAH; b. Reconstitución
segú n José García Payón; c. Croquis de Félix
Nuncio Rossell y Allende Rodríguez.
a

21. Detalles de las esculturas zoomorfas en el


interior del santuario; a. y b. Aguila que se
halla al entrar a la derecha; c. Aguila de la par-
te izquierda antes de que su pico fuera mutila-
do; d. y e. Océlotl en el eje central del san-
tuario. Fotos Arturo Schroeder e INAH.

82
21 d

e
22 guerrero cósmico en forma estelar.
Era misión del guerrero celestial
acompañar al sol (poniente) que
moría hasta las profundidades del
inframundo, enmedio del holocausto
que caracteriza el campo de batalla
celestial " 69 •
k) Monumento IV. Se trata del edi-
ficio más grande de este conjunto y se
le conoce como la Casa o Templo del
Sol. Se ubica en el costado oriente de
la terraza y mira hacia el sol que nace.
"Participa en parte de los dos siste-
mas de construcción, pues la parte
posterior está tallada en el flanco
oriente de la montaña, en tanto que el
frente es de mampostería" 70. La plan-
ta del gran salón tiene 20 x 14 m.,
sus muros debieron ser muy altos y,
acorde a García Payón, "tuvo un
Excavados en la masa de la roca co- fiesta: "Al lado oriente del primer techo macizo, es decir, de un vaciado
mo ya hemos dicho, las dos águilas y edificio, apoyado también o más bien de mezcla de cal y arena, sostenido
el tigri llo, simétricamente labrados formando parte del talud natural de por vigas y el todo distribuido en dos
sobre la banqueta anular, así como el la montaña y mirando igualmente al niveles, el primero o sea el del fondo
águila central sobre el suelo, repre- Sur, está el monumento 111 cons- más elevado que el segundo de mane-
sentan las pieles de estos animales, no truido de piedra unida con mortero ra que pasasen entre ellos los rayos
sus cuerpos; y el simbolismo corres- de tierra y cal"66. Su planta es mixta: solares, a fin de que la parte delantera
po nd iente, a través de las razas, se compone de una sala rectangular al del edificio quedara en la obscuridad
países y edades de la humanidad, pa- frente, de 8.50 x 2.50 m. y en la par- mientras que el fondo de hallara ilu-
rece ser muy similar . "Se asocia a las te posterior un recinto circular de minado por la luz que se filtraba entre
ideas de nacimiento y renacimiento .. . 6.50 m. de diámetro, unidos por un los dos techos ... " En su centro, des-
el simbolismo de la piel se puede rati- corto y ancho pasillo; era el Tzinacalli cansando al pie del muro del fondo
ficar por el rito denominado "pasaje o casa que servía para llevar a cabo debía hallarse la representación del
por la piel" que celebraban los farao- las fiestas de la incineración y deifica- sol, es decir, el lpalnemohuani " - él
nes y sacerdotes para rejuvenecerse .. . ción en persona (cadáver) o efigie de por el cual vivimos-" y donde cada
el rito practicado por los sacerdotes los miembros de la citada organiza- 260 días o tonalpohualli se efectuaba
del México precolombino de revestir- ción militar que fallecían o caían pri- la Netonatiuhzaualiztli o gran fiesta
se con la piel de las víctimas humanas sioneros en el campo de batalla"67. del Sol el día nahui ollin (4 movimien-
sacrifi cadas, tiene análogo fondo Por eso tiene al centro de cada una de to), en que los cuacuauhtin enviaban
simbólico, así como las pieles que lle- dichas salas una oquedad cuadrada un representante de su organización
vaban los portadores del signum en calcinada, o base del "altar cremato- al l)Ol, personaje que era sacrificado
las legiones romanas ... "65 Desafortu- rio" donde se llevaba a cabo la inci- en medio de una gran fiesta" 71 .
nadamente, entre 1970 y 1973 manos neración, y por supuesto ambas salas 1) Con todos estos edificios está re-
salvajes rompieron el pico de un debieron contar con techumbres ad lacio nado el extraordinario tla-
águila sobre la banqueta anular, lado hoc para permitir el desfogue de las panhuéhuetl o tambor ceremonial de
ponien te del templo, que constituía el llamas y la ventilación necesaria a tan Malinalco, tallado primorosamente
último y más delicado toque de la tremenda quemazón. En el muro del en madera de tepehuaje, 97 x 52 cm.
gran o bra maestra de unidad costado poniente del salón rectangu- aproximadamente, reresentando gue-
arquit ectura-escultura que es Mali- lar, hubo una pi ntura de guerreros en rreros cuautli y océlotl, de cuyas bo-
nalco; fue un crimen de lesa-arte . act it ud como de desfile, sobre una cas sale la doble banda fuego-agua o
h) Monumento 11. Es una pequeña banda estelar formada de pieles de atl-tlachinolli, grito de guerra de los
pirámide de planta ligeramente rec- tigres y plumas; representaban el al- aztecas, y como figura principal el
tangular, 8.50 x 7.50 m., que en su ma de los guerreros68. Al respecto, sol, Tonatiuh, vestido con un gran
costado poniente tiene una escalinata Rubén Mendoza expresa: "los Mexi- disfraz de águila; m) Sobre los Monu-
fl anq ueada por alfardas; i) Monu- ca creían que un guerrero, después de mentos V y VI, sólo podemos decir
menlo 111, Ignacio Marquina mani- su muerte física, reencarnaba como que el primero consta de vestigios de
84
un basamento pequeño de planta cir- 23 a
cular y el segundo, monolítico, se
quedó a medio construir n) Sobre es-
tas ruinas, Geurge C. Vaillant ha
escrito : "Una excavación más o me-
nos reciente hecha en un risco que se
proyecta sobre Malinalco, cerca de
Tenancingo, Estado de México, puso
al descubierto un complejo de
templo(s), en gran parte excavado(s)
en la roca viva, que deja a las famosas
tumbas egipcias de Abu-Simbel tam-
bién excavadas en la roca, a la altura
de una simple decoración de teatro de
provincia" 72 • Al respecto debemos
comentar que si bien nuestro entu-
siasmo por la Ciudad Sagrada de los
Mexicas que conocimos hace ya
muchos años, es siempre creciente, no
es posible admitir la aseveración
hecha por el Sr. Vaillant sobre las
también venerables ruinas de Abu-
Simbel en la Baja Nubia, a 280 km.
de Assuán, primera catarata del Nilo,
y 54 de Uadi Jaifa, segunda catarata,
exploradas por Burckhart en 1812,
pues dicho crítico se olvida que aparte
de constituir una obra colosal de

22. Calca de las pinturas murales, según José


García Payón. 23-a. Huéhuetl o tambor de
guerra de Malinalco. Museo de Antropología
del Estado de México, Tenango del Valle; b.
Desarrollo del mismo, según Ignacio Mar-
quina.

85
arquitectura y escultura, no era facha- sacrificio humano se torna cada leña que era precisamente Jo que
dismo, pues correspondían a un so- vez más necesario para la renova- los aztecas requerían, y de esta ma-
berbio templo excavado a gran pro- ción de las fuerzas divinas. Es en nera tuvieron un granejo perma-
fundi dad "en las altas y uniformes gran parte por ello que instituyen nente; e) es oportuno decir que en
rocas que cierran las márgenes del la llamada Guerra Florida según la este caso la naturaleza circundante
gran río egipcio" así como también lo cual, y de común acuerdo con al- es la obra de los dioses; Malinalco
correspondiente a otro templo, el de gunos enem igos tradicionales co- es boca o entrada de tierra caliente,
Athor igualmente monolítico y a poca mo los tlaxcaltecas, los prisioneros ahí se da actualmente plátano, café
distancia del principal, ambos labra- hechos en cada bando eran sacrifi- y posiblemente en la época prehis-
dos en vida y por órden del Ramsés II cados ... ¡envidiable destino que los pánica se daba algodón y cacao; y
- 1324 a 1258 a. C.- 73. Como sabe- transformaba en 'cuauhtecas' o recordemos que en la región abun-
mos, para salvar estos monumentos compañeros del Sol!. .. "77. dan los manantiales, permitiéndo-
de su completa destrucción, por les a los aztecas dominar un centro
cubrirlos la elevación de las aguas del Al iniciarse el atardecer, desde la agrícola de primer orden; d) Como
Nilo a consecuencia de la construc- terraza de Cuaucuauhtinchan con- quedó dicho, la población del Ma-
ción de la nueva presa de Assuán, templamos la espléndida panorámica linalco es matlatzinca, dedicada al
fueron cortados en bloques para del pueblo y, vigorizados por la visita cultivo de la tierra, pero gente fiera
reinstalarlos en un sitio más alto y a este auténtico "nido de águila" me- que empuñaba las armas cuando se
alejado del río (1965), a un costo ma- xica, bajamos por la ladera del cerro, irrumpía en su territorio; de esta
yor de 36 millones de dólares 74 ; o) El gozando el paisaje incomparable. suerte la difícil fundación mexica
criterio de Vaillant sobre Abu-Simbel en tal sitio se debe a lo impresiona-
mejora en el expresado por Henry- dos que quedaron los conquistado-
Paul Eydoux respecto a las ruinas de H) Comentarios adicionales del Ma- res aztecas con el paisaje y que
Petra, la fabulosa ciudad de los naba- estro Eduardo Pareyón* aparte de soj uzgar un em porio
teos, en el corazón del desierto jorda- agrícola, tuvieron un lugar extra-
no, pues manifiesta que: "es un gi- "l. El lugar maravilloso de Mali- ordinario para construir estos edi-
gantesco decorado de ópera", ciudad nalco fue escogido por las ficios relacionados con las órdenes
que "vivió su edad de oro del 50 a características especiales que tiene; militares de guerreros del sol, e)
J.C. al 70 d. C.", y ubicada en la a) geográficamente es una conti- Por su parte Chalma, cercana seis
estratégica encr ucijada norte-sur: nuación hacia el sur de la Sierra de km . al oriente de Malinalco, tiene
Mar Negro-Mar Rojo y oriente- Tepoztlán, Morelos, y ésta es deri- un nombre importante que viene
poniente: Golfo Pérsico-Mar Medi- vación de la Sierra del Ajusco, pe- de chalchíhuitl cosa preciosa) y
terráneo. Sus monumentos como Ed ro cabe comentar que Axayácatl maitl (mano}, y significa mano
Deir, El Jazné Firaun y el conjunto de entra en el Valle de Toluca en el úl- preciosa, en relación con el sober-
Las Tumbas, son verdaderos prodi- timo tercio del siglo XV (1476), lo bio paisaje, porque sólo una mano
gios de la arquitectura monolítica 75, y cual permite a los aztecas asentarse preciosa, la de los dioses, pudo re-
dichas expresiones resultan impropias en territorio matlatzinca; b) es ne- alizarlo. Lo anterior justifica la
en boca de sus autores; p) Pero volva- cesario insistir que Jos maltatzincas erección de este centro dedicado
mos, después de esta breve y obligada (gente de la red), y los mazahuas exclusivamente a los miembros de
digresión, a Malinalco, para decirle (gente de los venados), están rela- las órdenes cuautli y océlotl, a fin
un hasta luego; mucho es lo que nos cionados con los otomíes (descen- de que ahí realizaran su especial ce-
preguntamos sobre este sitio y sus dientes del caudillo Otómitl según remonial y construir al mismo
personajes, a quienes imaginamos Sahagún); el sur del Estado de Mé- tiempo una guarnición militar que
ftsicamente ahí, como ahora los pre- xico es importante, pues la región mantuviera dominados a los habi-
sentan los historiadores Wilfrido du dominada por estos grupos es del tantes de la región, considerando
Solier y Josep h Hefter en sus obras 76; cultivo del maíz y la explotación que su dios el Sol Huitzilopochtli
g) Sobre su mística Paul Gendrop nos de la leña; así los mexicas tenía ase- se los había entregado para su ado-
ilustra: guradas en cuanto a alimentos a ración, lugar de gran belleza y de
sus huestes que recorrían gran par- sustentación para sus ejércitos.
''Para entender el arte azteca, hay te de Mesoamérica en plan de con- 2. a) El conjunto de edificios fue
que adentrarse en la mentalidad quista, teniendo así cereales y la le- creado por verdaderos arquitectos
peculiar de aquel pueblo, para el ña para cocerlos; los mismos caci- mexicas que pertenecían a la aris-
cual hacer la guerra era una forma ques matlazi ncas y otomíes, cuan- tocracia y demuestran gran domi-
de cul to, segú n comenta Alfonso do se rindieron a Axayácatl, le in- nio del proyecto y de la técnica de
Caso. Y dentro de esta terrible reli- dicaron que eran muy pobres y que construcción, misma que de-
gión azteca, severa y exigente, el no podían tributar más que máíz y sarrollaron en la roca del Cerro de

86
los Ídolos y complementaron con infestada ahora por víboras de cas- tido y rango. Esto es lo que en su
sus acostumbrados sistemas cons- cabel. En la cúspide de este cerro diseño arquitectónico sugiere la
tructivos de mampostería (piedra y existen terrazas con retenes, que forma del templo, y con este tipo
lodo), formando así un conjunto sugieren habitaciones que debieron de ideas y ritos esotérmicos no
espectacular para sus élites milita- ser de bajareque, y donde se aloja- podía el pueblo común estar pre-
res. b) Se proyecta una obra ar- ban los guerreros de clase noble sente; de ahí la sacralización de es-
quitectónica haciendo el programa con su séquito, familiar y servi- te recinto; i) Antecedente técnico
muy detallado de las necesidades dumbre, controlando así la pobla- para tallar este templo en la roca lo
que debe cubrir el edificio. Un ple- ción de Malinalco, aparte de reali- encontramos en los jardines de Ne-
beyo no podía recabar estos datos, zar todas sus actividades en rela- zahualcóyotl en Texcotzingo, don-
por lo que debemos pensar en un ción con sus ordenanzas militares, de el concepto es diferente: ahí se
noble o noble s , incluso a horas precisas, en el templo y sus incluyen templos y baños tallados
guerreros(s), como su(s) proyectis- demás dependencias; h) La entrada en la roca por el gusto y admira-
ta(s) y constructor(es). e) El con- al templo circular monolítico son ción de la gran hermosura de la na-
junto se mantenía con el ojo de las fauces de una serpiente y ésta es turaleza, aunada a la necesidad de
agua de San Miguel, conectado la representación de la tierra y por un sistema hidráulico que diera vi-
con restos arqueológicos de la épo- extensión de Coatlicue, la madre de da a esos placeres".
ca prehispánica y que surte actual- Huitzilopochtli el Sol. Sus enaguas
mente de agua a Malinalco. Con son las serpientes entrelazadas, y la 1) Comentarios adicionales del Dr.
esto se demuestra la vida indepen- cabeza de la diosa, previamente de- Alfredo López Austin**
diente de los aztecas respecto de los capitada, está formada por dos
matlatzincas, que nada tenían que corrientes de sangre que nacen de "Muchas ciudades mesoamerica-
hacer en la pequeña Ciudad Sagra- su cuello representando la vida, y nas son manifiestamente copia de
da. No es un centro ceremonial pa- cobran formas de cabezas de sitios arquetípicos de carácter
ra el pueblo, sólo para los guerre- víboras afrontadas, que integran el mítico como los casos de Tenoc h-
ros águilas y tigres. d) El centro rostro monstruoso de la diosa. Es- titlan, de TuJa, y en el particular de
tiene espléndida vista a Malinalco. ta deidad es la vida y la muerte, Malinalco. Actualmente hay un
e) Su templo monolítico mira hacia por eso tiene colgando los senos, pueblo en el Estado de Mic hoacán
el sur, región de Huitzilopochtli y ya que ha amamantado a los dioses llamado Ocumicho, que está vin -
relacionada con el color azul. El y hasta la humanidad y porque la culado con la vía de comunicación
eje principal de este templo, par- serpiente es también la vida (chico- entre la superficie de la tierra y el
tiendo del océlotl y pasando por el mecóatl, siete serpiente); de ahí inframundo, camino representado
águila y la lengua bífida, se dirige que el templo circular monolítico por el túnel de una tusa. Es curioso
hacia una hendidura que hay en los sea obviamente la representación que, en la actualidad, las alfareras
cerros de enfrente, en la roca, y del claustro materno de donde na- de ahí afirmen recibir en sueños las
sería interesante un estudio solar ció Huitzilopochtli el Sol, ya arma- ideas de las piezas de cerámica de
para constatar si el astro aparece do, para defender a su madre Co- motivos demoníacos que han de
en ese rumbo en determinada épo- atlicue, pues sus hermanos - o se- realizar. Malinalco es el lugar de la
ca del año, probablemente en in- an la Luna (Coyolxauhqui) y las vía de unión de los tres planos - o
vierno (curso del sol), lo que ade- estrellas- pretendían matarla por sea el cielo, la tierra y el infra-
más conecta el cosmos con el edifi- haber concebido a Huich ilopoc ht li mundo-; el símbolo es un mali-
cio monolítico, integrando éste a a causa de haber guardado en su nalli que se representa como una
aquél. No olvidemos la cosmovi- seno una bola de plumón que bajó hierba torcida o dos bandas en tor-
sión que sucedía en la casi contigua del cielo al estar ella barriendo el zal o bien la parte inferior de una
Casa del Sol; f) Al desembocar la templo. Por lo tanto, al entrar al calavera o maxilar de la que sale un
calinata del templo en la platafor- interior del recinto sagrado se pe- ojo, etc. En las prácticas magicas
ma, hay un hueco rectangular don- netra dentro del claustro materno, antiguas y actuales los magos creen
de iba empotrada la piedra de y si Coatlicue - madre del Sol poder viajar a los distintos planos
sacrificio o téchcat l; en dicha pla- Huitzilopochtli- es la tier ra , por estas bandas helicoidales. En
taforma, el huéhuetl y la serpiente, había que tallar por eso el templo Malinalco desde épocas muy anti-
bases de los guerreros, estaban co- en la roca, que es el alma de la guas hasta el presente existe la fa-
mo símbolos de las órdenes milita- tierra. Por ello están conectados ma de que hay muy hábiles perso-
res; g) Hay ruinas prehispánicas los guerreros con Huitzilopochtli nas en la práctica de la magia. La
hasta arriba del Cerro, a donde se en forma tan íntima, y ahí se reali- figura de las dos bandas se repre-
accede por la escalera que está al zaban gran parte de las ceremonias senta frecuentemente con símbolos
costado oriente del templo, zona religioso-militares del más alto sen- polares: por una parte la corriente

87
fría que procede del inframundo, do hacia el cerro, además del grave • Arquitecto, Arqueólogo, Maestro en Cien-
con caracoles y gotas de jade, y por deterioro ecológico para la zona, es cias Antropológicas de la ENAH.
•• Doctor, Investigador del Instituto de Inves-
otra la corriente de fuego con cur- preciso que las autoridades corres- tigaciones Antropológicas, U"'AM.
vas a manera de herradura y un re- pondientes formulen los estudios téc-
mate florido, como las que están nicos y legales necesarios y tomen las
en el Huéhuetl de Malinalco. Esta medidas pertinentes en ambos casos,
oposición también se representa en sin demorar más su ejecución. 24. El "baño del Rey"de Tetzcotzingo, según
el contraste del águila y el ocelote; una pintura al óleo de José María Velasco
Tercera. Por tratarse de edificios y
el águila es el cielo y lo caliente y el (1840-1912). M.N .A.
monumentos de reducidas propor-
ocelote es el inframundo y lo hú-
ciones, es conveniente pensar en
medo. El atl-tlachinolli es el
controlar adecuadamente la visita a
símbolo de la guerra, que es la con- 24
los mismos, pues el desgaste y daños
junción - o efecto sobre la tierra-
que resienten son considerables, ya
de las influencias del cielo y las
que dicha visita se lleva a cabo en for-
del inframundo; por eso en el
Huéhuetl vemos la presencia tarito ma irrestricta y masiva. Hasta para
las pirámides de Teotihuacan es me-
de las bandas helicoidales como del
nester no dejar subir y bajar libre-
grito de guerra, de las águilas y del
mente a los "turistas", recuérdese
ocelote. Por otra parte es evidente
que a estos monumentos ascendían
la correlación entre las esculturas
sólo los sacerdotes y su séquito, no el
del templo monolítico, el Huéhuetl
pueblo; es preciso conservarlos, no
mencionado, el nombre del lugar y
negar la visita, pero restringirla en ca-
la fama de sus magos. Quién está
da caso a ciertas áreas y según sea
en la "puerta" de los conductos
conveniente.
hacia los otros mundos puede
viajar con mayor facilidad a esos Cuarta. Ambas zonas arqueológi-
niveles cósmicos. Posiblemente cas deben contar con una vigilancia
dentro del templo monolítico se re- eficaz, de la cual carecen.
alizara algún ritual referente al ma-
linalli". México, D.F., agosto de 1983

CONCLUSIONES NOTAS

Primera. Los mbnumentos monolí-


ticos del Tetzcutzingo y de Malinalco, Cfr. Paul GENDROP y Doris HEYDEN,
Arquitectura Mesoamericana, Aguilar,
de mitad y de fines del siglo XV y Madrid 1975. p. 246.
principios del XVI, respectivamente, Cfr. Mapa de Lozalización Geográfica de
constituyen una arquitectura excep- las dos zonas de estudio, Malinalco y
cional y exquisita de la cultura Tetzcotzingo, en el Estado de México, Re-
náhuatl en el Altiplano y única tam- pública Mexicana. Investigación y proyec-
to: F. A. Schroeder, dibujo de U. Robles.
bién en Mesoamérica. Mapa "México, D.F. y sus alrededores"
Ed. Mapas Turísticos de México, 1966.
Segunda. En virtud de la invasión Cfr. Cecilio A. ROBELO, Diccionario de
que padece la zona arqueológica del Aztequismos, Ediciones Fuente Cultural,
Tetzcotzingo en su ladera oriental, y México, Colección Daniel, 3a. ed . pp.
294, 295, 298 y 299.
que por la occidental tiene ya cercana
Cfr. Eduardo NOGUERA, "Arqueología
la explotación de gigantescas canteras de la Región Tetzcocana", Artes de Méxi-
de arena a cielo abierto y pueden ser co, N°. 151M 1972, p . 83.
de algún modo, una amenaza para su 6 Cfr. Antonio PEÑAFIEL, Nombres Geo-
estabilidad en caso de seguir avanzan- gráficos de México, Catálogo Alfabético

88
de los Nombres de Lugar Pertenecientes que antecede, v. láminas y sus correspon- UNAM, Instituto de Investigaciones His-
al Idioma Náhuatl México, 1885; Edición dientes textos 1 a 49. tóricas, México 1977, pp. 114 a 116.
Fascimilar, 1967, Edmundo Aviña Levy, 15 Cfr. Miguel LEÓN PORTILLA, "Ne- 27 Cfr. El Tesoro de la Juventud, o Enciclo-
Ed., p. 201. zahualcóyotl, su vida y pensamiento", pedia de Conocimientos, tomo VIII, W.
Cfr. Manuel de OLAGUÍBEL, Arte de México, N°. 151, 1972, México M. Jackson, Inc. Editores p. 2614 y lámi-
Onomatología del Estado de México, N° pp. 7 y 8. Los historiadores están acordes nas.
XLI de la Biblioteca Enciclopédica del Es- en estos datos biográficos. Cfr. Gran Enciclopedia del Mundo, tomo
tado de México, Ed. facsimilar de la de 16 Cfr. Vicente REYES, artículo citado en la 11, Durvan, S. A. de Ediciones, Bilbao,
1894, preparada por Mario Colín, Méxi- nota 11, p. 135 . pp. 300 y 301.
co, 1975, p. 113. 17 Cfr. José Luis MARTÍNEZ, "Nezahual- 28 Cfr. Vicente REYES, op. cit. en la nota
Cfr. César MACAZAGA ORDOÑO, cóyotl, vida y Obra" ed. facsimilar de la 11, p. 140.
Nombres Geográficos de México, de 1972, N° LXXXIV de la Biblioteca En- 29 Ibídem . p. 144.
fotog rafías de Antonio Toussaint, Edito- ciclopédica del Estado de México, Méxi- 30 Cfr. Foto: "Excavaciones y viejas ruinas
rial Innovación S.A. México, 1979. p. co, 1980 pp. 23 y 24. en Tezcocingo, Estado de México" , Al-
154. Cfr. Víctor M. CASTILLO, op. cit., nota bum Mexican Views, Albúmina impresión
9 Cfr. Mapa " México D.F. y sus alrededo- 13-a), lámina y texto 105. de época ca. 1880-1 890, de William Henry
res", cit. en la nota 3. Cfr. Cartas To- 18 Cfr. Víctor M. CASTILLO, op. cit., nota Jackson (1843-1942), E.U. A. Ficha de la
pográficas "Texcoco" E. 14-B 21 y 13-a) lámina y texto 110. Exposición Fotográfica Siglo XIX, Mu-
"Chalco" E 14-B 31, de la Secretaría de la 19 Cfr. La Sagrada Biblia, Libro 11 Reyes seo Tamayo, Chapultepec, México, Julio
Presidencia, Comisión de Estudios del Caps. XI y XII. Traducción de la Vulgata de 1983 .
Territorio Nacional (CETENAL), Méxi- al español por D. Félix Torres Amat, 31 Cfr. Vicente REYES, op. cit. en la nota
co, Primera reimpresión, 1977. Unión Tipográfica Editorial Hispano 11, pp. 140 a 143.
10 Ibídem. Americana, México, 1954. David se pren- 32 Ibídem p. 142.
11 Cfr. Vicente REYES, "Las Ruinas de dó de Bethsabée, hija de Eliam y mujer de 33 Cfr. Eduardo NOGUERA, op. cit. nota
Tetzcutzingo", Boletln de la Sociedad de Urías Hethéo, a quien mandó a una muer- 5, pp. 79 y 83
Geografía y Estadfsticas de la República te segura en desigual combate y después 34 Cfr. Vicente REYES, op, cit. en la nota
Mexicana, cuarta época, tomo I, México, tomó a Bethsabée por esposa por lo que 11, p. 147.
1888 p. 139. Jehová lo castigó. 35 Cfr. José María Ve/asco, pinturas, dibu-
12 a) De Olaguíbel indica que Tlamini, ver- 20 Cfr. Víctor M. CASTILLO, op. cit., nota jos, acuarelas, Prólogo y tres sonetos de
bo, es acabarse (de terminar algo); pero 13-a) láminas y textos 123-124. Carlos Pellicer, Fondo Editorial de la
tlaminque viene de tlalli = tierra y mi na, 21 a) Cfr. José María VIGIL, Nezahualcó- Plástica Mexicana, México, 1970. Lámina
verbo que significa tirar saeta o garrocha, yotl, Edición facsimilar de la de 1972 pre- Baño del Rey Nezahualcóyotl, 1878, óleo
o sea: los que se dedican a cierta especie parada por Ernesto Lemoine, N°. LXXI sobre tela, 45 X 61 cm., M. de A.M. p.
de caza. Molina expresa que tlaminani, es de la Biblioteca Enciclopédica del Estado 35.
tirar con arco o ballesta, o tirar arpón o de México, México, 1979; p. 123 . 36 Cfr. Carlos PELLICER, Noticias sobtfe
vara; pues tlaminanino es alzarse en alto b) Cfr. Miguel O . de MENDIZÁBAL, Nezahualcoyotl y algunos sentimientos,
el chorro de agua a la culebra cuando lle- "El Jardín de Netzahualcoyotl", Ethnos, Ed. Facsimilar de la de 1972, Biblioteca
va levantada la cabeza, o nadar reciamen- tomo /, Nos. 3 y 4, México, 1925, p. 89. Enciclopédica del Estado de México No.
te un pez u hombre. Por lo anterior y la 22 Cfr. Víctor M. CASTILLO, op . cit. nota LXXXV, México, 1980, pp. 19 a 23.
desinencia ca por co, creemos que Tla- 13-a), lámina y texto 127. 37 Cfr. Vicente REYES, op. cit. nota 11, p.
minca quiere decir en la tierra o lugar 23 Cfr. Miguel LEÓN PORTILLA, op. cit. 148.
donde se caza con flechas o varas (lanzas). nota 15, p. 7 38 Cfr . Ley Federal sobre Monumentos y
b) Cfr. Manuel de OLAGUÍBEL, op. cit. 24 Cfr. Catálogo de Monumentos Escultóri- Zonas Arqueológicos, Artísticos e Histó-
pp. 115. Cfr. Fray Alonso de MOLINA, cos y Conmemorativos del Distrito Fede- ricos expedida el 28 de abril 1972 por el
Vocabulario en Lengua Castellana, estu- ral, D.D.F., Oficina de Conservación de Congreso de la Unión y promulgada el
dio preliminar de Miguel León Portilla, Edificios Públicos y Monumentos, Direc- mis mo día por el Presidente Lui s
Edit. Porrúa S.A., México, 1970, pp. 56 tor General Ricardo Prado Nuñez, Coor- Echeverría, pub!. D.O. 6, mayo 1972.
reverso y 126 reverso. dinación Ernesto Murrieta Necoechea, In- 39 Cfr. Reglamento de dicha Ley promulga-
13 a) Cfr. Víctor M. CASTILLO F., Ne- vestigación Ma. de Lourdes Romano y do por el mismo Presidente el 20 de Sept.
zahualcóyotl Crónica y Pinturas de su José Vergara Vergara, México, 1976, pp. 1975 y publ. D.O. 8, diciembre 1975 .
Tiempo, Edición Facsimilar de la de 1972, 37, 39, 162, 169, 172 y 338. El monumen- 40 Cfr. Miguel O. de MENDIZÁBAL, "El
Biblioteca Enciclopédica del Estado de to lo realizó el escultor Luis Ortiz Monas- Jardín de Netzahualcóyotl en el Cerro de
México, México, 1979, p. 21. Hay dispa- terio entre 1955 y 1956; de este Rey hay Tetzcotzingo", Ethnos, tercera época, to-
riedad entre los acontecimientos sobre la también un busto, bien esculpido, en uno mo I, Nos. 3 y 4, marzo-abril 1925, Méxi-
destrucción de Tula y también respecto de de los pedestales que ornamentan la reja co.
la fachada en que Xólotlllega a la Cuenca perimetral del ex-templo de San Agustín, 41 Cfr. Vicente REYES, op. cit. nota 11, pp.
de México. Marquina indica que fue hacia ahora ex-Biblioteca Nacional, esq. Uru- 144 y 145.
1224 y Jiménez Moreno señala que arribó guay e l. la Católica, Centro Histórico de 42 Ibídem pp. 145 y 146.
a la capital tolteca hacia 1244. la Cd. de México. 43 Cfr. Miguel O. de MENDIZÁBAL, op.
b) Cfr. Ignacio MARQUlNA, Arquitec- 25 Cfr. VARGAS REA, "Datos Relativos a cit., nota 40 pp. 91 y 92.
tura Prehispánica, 2a. edición, INAH, Tetzcutzingo y al pueblo de Santa María 44 Cfr. Vicente REYES, op. cit., nota JI p.
México, 1964, p. 164. Nativitas", Biblioteca Aportación Histó- 137.
e) Cfr. Wigberto JIMÉNEZ MORENO, rica, Editor Vargas Rea, México, 1944, 45 Cfr. Antonio Peñafiel, op. cit., nota 6, p.
José MIRANDA y María Teresa FER- pp. 11 y III. 135 . Cfr. Manuel de OLAGUIBEL, op.
NÁNDEZ, Historia de México, 4a. ed., 26 Cfr. Fernando de AL VA IXTLI - ci,t. nota 7, p. 105. Cfr. César MACAZA-
Edit. ECLALSA, Librería de Porrúa y XÓCHITL, Obras Históricas, tomo 11, GA ORDOÑO, op. cit., nota 8, pp. 93 y
Hnos . S.A., México, 1969, p. 108. Edición, estudio introductorio y apéndice 95 .
14 Ibídem. Referencia de la letra a) nota 13 documental por Edmundo O'Gorman, 46 Cfr. César MACAZAGA ORDOÑO, op.
89
cit., nota 8, p . 95 . View and the Monolithic Temples of Ma-
47 C fr. Carta topográfica "Tenancingo", E linalco, México: lconography and Ana-
14-A 58, tercera impresión, CETENAL, logy in Pre-Columbian Architecture",
1978. Journal de la Société des Américanistes,
48 Cfr . Ignacio MARQUINA, Arquitectura tome LXIV, París, 1977, P . 77.
Prehispánica, INAII, SEP, 2a. ed ., Méxi- 70
Cfr. Ignacio MARQUINA, op. cit., pp.
co, 1964, p . 205 . 212 y 215.
49 Cfr. Malinalco, Guía Oficial del INAH , 71 Cfr. José GARCÍA PAYON, op. cit., pp.
texto de José García Payón, México, 19, 20 y 24.
1958, p . 24.- Según Cecilio A. Robelo, en 72 Cfr. George C. VAILLANT, La Civiliza-
su Diccionario de Aztequismos p. 130, ya ción Azteca, 4a. reimpresión en español,
citado en la nota N° 4, Cuautinchan signi- Fondo de Cultura Económica, México,
fica : C uaut li = ág ui la ;• t = letra 1977, p. 134.
diacrítica; in = su; chantli = madriguera; 73
Cfr. Enciclopedia Universal Ilustrada
o sea " Su madriguera de las águilas". Europeo-Americana, J. Es pasa e Hijos,
50 Comunicación verbal del Maestro Eduar- Barcelona, tomo 1, A- ACD., pp. 816 y
do Pareyón al autor del presente ensayo. 817.
51 Cfr. Fr. Diego DURÁN, Historia de las 74 Cfr. Diccionario Enciclopédico Esposa,
Indias de Nueva España, tomo Il, prepa- Tomo 1-, A- Alfonsina, Espasa Calpe,
rada por Angel María Garibay K., Edit. S.A. Madrid, 1979, p. 74.
Porrúa. México, 1967, pp. 30 y 31. 75 Cfr. Henri Paul EYDOUX, "Petra" ,
52 Ibídem, pp. 31 y 32. Ciudades Desaparecidas, Selecciones del
53 Cfr. " Mali nalco" op. cit. en la nota 49, Reader' s Digest, México 1982, pp. 182 a
p. 7. 187.
54 Ibídem , p. 7. 76
Cfr. W. DU SOLIER, Indumentaria An-
55 ldem. p. 7. tigua Mexicana, SEP-INAH , México,
56 ldem. p. 7. 1979, pp. 57, 58, 60, 61, 65, 66, 81 y 84.
57 Cfr. Francisco Javier CLAVIJERO, His- Cfr. Joseph HEFfER, "Crónica del Tra-
toria Antigua de México, Ed . y prólogo je Militar en México, siglo XVI al XX",
de Mariano Cuevas. S.J ., Edit. Porrúa S. Artes de México, N° 102, año XV, 1968,
A. , México, 1964, p. 408 . pp. 8, 11 y 12.
58 Cfr. Ignacio MARQUINA, op . cit. , nota 77 C fr. Paul GENDROP, El México
48, p. 205. Antiguo-Ancient Mexico, Segunda edi-
59 C fr. Alonso de MOLINA , op. ci t. nota ción bilingüe, Editorial Trillas, S.A., Mé-
12-b, p. 111 reverso . xico, 1977, p. 174.
60 78
Cfr. Plano de la Zona Arqueológica de Cfr . Ley Federal Sobre Monumentos y
Mal inalco , Regist ro Público de Monu- Zonas Arqueológicos, Artlsticos e Histó-
mentos y Zonas Arqueológicos, INAH ; ricos, expedida por el Congreso de la
levantó y calculó: Ing. Augusto Co rtés Uni ón y promulgada por el presidente
0 .; Dibujó: José Guadalupe Orta B. Res- Luis Echeverría el 28 de abril 1972 y
po nsa ble Eduardo Co ntreras, escala publicada en el Diario Oficial el día 6 de
1: 1000, Julio de 1976. mayo siguiente.
61 79 Ibídem.
Cfr. Fr. Alonso de MOLINA , op. cit.,
nota 12-b, p. 109. 80 Propicia la constitución de estas aso-
62 C fr. Paul GENDROP , Arte Prehispánico ciaciones el Reglamento de la Ley Federal
en Mesoamérica 3a. ed., Editorial Trillas, sobre Monumentos y Zonas Arqueológi-
México, 1979, p. 243 fig. 268-d . Cfr . Ig- cos, Artísticos e Históricos promulgado
nacio MARQU INA, op . cit, nota 48 , p. por el presidente Luis Echeverría el 20 de
207 y lámi na 60. septiembre 1975, publicado en el Diario
63 Cfr. Paul GENDROP y Doris HEYDEN, Oficial del 8 de diciembre siguiente.
op . cit., nota 1, pp . 246 y 249.
64 Cfr. Feo . Arturo SCHROEDER , art.
" Mali nalco ha sido profanad o" , Excel- Adjunto: Baño de la Reina en Tetzcotzingo.
sior, Magazi ne Domin ical, 9, di ciembre, Croquis de Félix Nuncio Rossell y Allende
1973, pp . 2 y 3 Rodríguez.
Cfr. José GARC ÍA PAYON, op . cit ., no-
ta 49, p . 23.
65 Cfr. J uan Eduardo CIRLOT, Diccionario
de Símbolos, Editorial Labor, S.A., Bar-
celona , 1969, p. 375 .
66 Cfr. Ignacio MARQUINA, op. ci t. , nota
48, p. 21 2.
67 C fr. José GARCÍA PA YON, op. cit., no-
ta 49, p . 25 .
68 Cfr. Ignacio MARQUINA , op . cit. , p.
212. Cfr. José GARC ÍA PA YON , op .
cit., pp. 25 y 26 .
69 Cfr. Rubén G. MENDOZA, "World
90

l.
SEMBLANZA

.,....:_______
J ~

-· .... - ' ( 1

Ignacio Marquina Barredo (1888-1981) de Historia de la Arquitectura en México - y


especí ficamente al tratar esta época- como un
integrante de la nueva escuela. Las razones que
" ... La Arquitectura es un reflejo directo del he detectado al respecto son básicamente dos.
grado de bienestar de los habitantes; en los En primer lugar el maestro Marquina , desde
pueblos basta ver sus construcciones para darse joven, había sentido especial atracción por los
cuenta de su mayor o menos riqueza, pudiendo monumentos prehispánicos y dirige su labor a
asegurarse que depende su importancia de la éstos al lado de Manuel Gamio, esto es de to-
calidad de los materiales y de la cantidad de dos conocido, desde sus primeros años como
agua de riego de que disponen ... "• arquitecto. La segunda y quizá la más significa-
Si n lugar a dudas, la figura más importante tiva, se debe a que su desempeño profesional
en el estudio de la Arquitectura Prehispánica como constructor es demasiado poco conoci-
durante generaciones enteras de Arquitectos y do . Baste mencionar a este respecto que cuenta
Arqueólogos, Ignacio Marquina, significa para con obras situadas en el primer cuadro de la
nosotros un legado insust ituible no sólo de do- Ci udad , especialmente aquellas que eran pro-
cumento, si no de la labor - ante todo huma- piedad de un grupo de españoles llegados a Mé-
na- de un personaje que dedicó toda su vida a xico en 1936; casas habitación, unifam iliares y
la Arqueología Mesoamericana, especialmente multifamiliares, en colonias como la Roma,
al aspecto arquitectónico, en una época que Narvarte, Lomas de Chapultepec e lnsurgcn-
cualquier dato, por insignifi cante que pudiera tes-Mixcoac, por mencionar sólo algunas, ade-
parecer, sería decisivo para esas generaciones más de edificios públicos y recreativos. Igual-
que hoy somos una realidad . mente, es el autor del Proyecto del Pabellón
Ignacio Marquina nace en la Ciud ad de Mé- Mexicano para la Exposición Internacional de
xico, justamente en la Calle de la Acequia (hoy Sevilla; y la última intervención de que he teni-
Corregidora) y muere en esta misma ci udad el do noticia es aquélla en que elabora, para el
año en que se redescubre el canal al que debía equipo del Arq. Pedro Ramírez Vázquez, el
su nombre la calle donde había nacido. Muchos programa básico arquitectónico del ala norte
otros detalles casuales sobre su vida ·rodean la del Museo Nacional de Antropología e Historia
personalidad del maestro, todos ellos curiosa- de Chapultepec (y como otro detalle al margen,
mente asociados a su labor. es el Arq . Marquina quien dirige el discurso de
En 1913 recibe el título de Arquitecto por la inauguración del mismo, hace justamente vein-
Academia de San Carlos de la Universidad Na- te años).
cional de México en plena revolución mexica-
na cuando el constructivismo de la época por-
fi riana había quedado atrás físicamente, si bien
presente aún en las cátedras de la Academia ,
siendo los arquitectos Antonio Rivas Mercado,
Francisco Serrano y Obregón Santacilia los ex-
ponentes más representativos de esta etapa de
la Arquitectura Mexicana. La Revolución trae 1. Ignacio Marquina en el Caracol de Chichén
consigo cambios co nsiderables, no sólo en lo Itzá. Foto Susana Marquina de Reyes Retana.
político, si no en lo que a producción arquitec-
tónico corresponde. Es el momento en que otra
generación de arquitectos emprende la labor de
reconstit ución de la Arquitectura en México
durante la Post-Revolución. Federico Maris-
cal, Juan Segura, Luis M. Ruiz y José
Villagrán, entre otros, marcan el comienzo de • La población del Valle de Teotihuacán; Ar-
una nueva tendencia y una nueva ideología. Ig- quitectura Contemporánea (T-11-Cap. Xlll-5;
nacio Marquina no ha aparecido en los libros p. 594).

91
Nos ocuparemos de esa fase que todos cono- templan una serie de ramificaciones que, en el 1943-44 " Principales Actividades del INAH
cemos y que corresponde a su obra como inves- campo de la investigación arquitectónica meso- ( 1943-44)' ', Instituto Panamericano
tigador. Ya he mencionado que desde sus pri- americana, implican un desarrollo progresivo, de Geografía e Historia, Boletín
meros años como Arquitecto, se integró como constante y ascendente, en cuyo origen en- Bibliográfi co de Antropología Ame-
cola borador del Dr. Manuel Gamio, en la en- contramos la grata confiab ilidad de estudios ricana, Tomo VII, 6 pp., México.
tonces Dirección de Antropología, realizando realizados sistemáticamente. Esto sólo ha sido 1945 Actividades del Instituto Nacional
sus primeros trabajos en la zona arqueológica posible gracias a un personaje que hoy se nos de Antropología e Historia de Méxi-
de Teotihuacán; el Altiplano Central de la re- muestra tan cercano como su obra. co , Insti tu to Panamericano de
cientemente co nceptualizada Mesoamérica, Geografía e Historia, Boletfn
sería el sujeto principal de la obra del Arq. Alejandro Villalobos Pérez• Bibliográfico de Antropología Ame-
Marquina: Tena yuca, Cholula y el Templo Ma- ricana, Tomo Vlll, 7 pp., México.
yor figuran entre las investigaciones más signi- • Licenciado en Arquitectura; Consejo de Re- 1946 " La Arquitectura", en México
fica tivas y en las cuales participa físicamente. dacción y Diseño, Seminario de Arquitectura Prehispánico, pp. 596-601, 2 ils.,
Los años veinte traerán a la investigación Prehispánica, División de Estudios de Pos- México .
antropológica un impulso importante. El Dr. grado, Facultad de Arquitectura, UNAM . "Las Ciudades", en México Prehis-
Alfonso Caso, junto con el Arq . Ignacio Mar- pánico, pp. 607-613, 1 pi., México.
quina, es una labor conjunta, son los principa- 1947 "Anthropologycal Research in Me-
les promotores de la conformación del Institu- xico' ', Social Science in Mexico, To-
Bibliografía de Ignacio Marquina
to Nacional de Antropología e Historia a mo 1-1, pp. 19-23, México.
media década. Durante el gobierno del Gral. (1922-1971) "Discurso de Inauguración de Cur-
Lázaro Cárdenas, la Antropología adquiere un sos de la ENAH", Revista Mexicana
vigor sólo comparable a aquél que posterior- 1922 " Arquitectura Contemporánea", en de Estudios Antropológicos IX, pp.
mente ofrecería la gestión del Lic. López Ma- La Población del Valle de Teotihua- 169-173, México.
teas . Para el primer periodo se promueve el tra- cán I, 99-164, 70 láminas y 31 "Estado Actual de los Estudios
bajo de campo, surgen los hallazgos que llena- ilustraciones, México. Antropológicos en México (su
rían las bodegas de los museos, salen a la luz 1928 Estudio Arquitectónico Comparati- progreso desde 1939)", Cuadernos
los "Cent ros Ceremoniales" de los pueblos vo de los Monumentos Arqueológi- Americanos N~ 28, París.
prehispánicos, las " Ruinas". Un gran volumen cos de México, 86 pp ., 6 mapas, 118 1951 Arquitectura Prehispánica, Memo-
de in formación sobre estas investigaciones eran láminas y 36 ilustraciones, México. rias del INAH, N ~ 1, SEP-JNAH,
cent rali zadas por el Instituto Nacional de 1930 "City Planning by Ancient Maya", México.
Antropología y permanecían en la Ci udad de El Palacio N~ 29, pp. 314-316. 1952 "Palenque, Nuevos Descubrimien-
México en espera de su divulgación , mientras 193 1 "Estudio Comparativo entre los tos", Cuadernos Americanos, Tomo
tanto los trabajos se seguían realizando. Una principales edificios prehispánicos 15-5, pp. 199-202, 8 ils., México.
de las labores que sin duda era necesaria fue la de México", Universidad de Méxi- 1953 "Necrología de Enrique Juan Pala-
de conformar un volumen que integrase aque- co, Tomo ll, pp. 3-16, 4 láms ., Mé- cios", Yan . ll, pp. 125-134, México.
llos documentos en una estructura continua; es xico. " El Templo Mayor de
así, para la década de los cincuenta, que surge 1932 Y Ruiz, Luis A. "La orientación de Tenochtitlan", Artes de México l,
la obra magna del Arq. Marquina: Arquitectu- las pirámides", Cuadernos America- pp. 16-17, 1 il., México.
ra Prehispánica, un volumen que desde su pri- nos, N ~ . 25, pp. 101 -106, La Plata. 1954 "Le Mexique Primitif", La Tradi-
mera edición integró un gran caudal de infor- 1935 Y Ruiz, Luis A. "Orientación de la tion Archalque, en Les Sculpteurs
mación que, de no haber existido, hubiese deja- pirámide" , en Tenayuca, pp. 107- Célebres, pp. 48-51, 1 lám., París.
do atrás datos irrecuperables. Arquitectura 113, 2 láms. , México . 1956 " La Dirección de Antropología" , en
Prehispánica ha sido, desde su proyecto, pla- "Estudio Arquitectónico", en Tena- Homenaje a Manuel Gamio, pp. 39-
neada para ofrecer un panorama general de la yuca, pp. 77-102, 37 láms., México. 44, México.
Arqueología Mesoamericana, desde los empla- 1936 "Arquitectu ra Prehispánica de Mé- 1957 Templo Mayor de México, Guía Ofi-
zamientos urbanos, su Arquitectura, Escultura xico" en El Libro de la Cultura, to- cial, 25 pp., 20 ils. (en español e
y Pintura, hasta la asociación con la cerámica y mo IV, Barcelona. inglés), México.
la lítica; el arquitecto Marqui na legó, con su 1938 "Trabajos de la Dirección de Monu- 1960 El Templo Mayor de México, Publi-
obra , una visión global de la Mesoamérica mentos Prehispánicos durante el año caciones Especiales del Instituto Na-
Prchispánica que hoy día es, sin duda alguna, de 1938 y principios de 1939", Insti- cional de Antropología e Historia,
el pu nto de partida de muchos trabajos de in- tuto Panamericano de Geografia e 118 pp ., 43 ils., 5 láms., México.
vestigación que involucren, directa o indirecta- Historia, Boletfn Bibliográfico de "La Obra del Dr. Man uel Gamio,"
mente, a la expresión arquitectónica en su con- Antropología Americana, Tomo ll, Al. Tomo lil NQ 20; pp. 277-278,
text o cultural. pp. 98-108, México. México .
Sería necesario contar con mayor espacio pa- 1939 "Exploraciones en la Pirámide de 1964 Arquitectura Prehispánica, Serie
ra hacer una semblanza justa a una personali- Cholula, Pue.," Cuadernos Ameri- Memorias del INAH , N ~ l, 2a. edi-
dad tan vasta como lo fue el maestro Mar- canos, N ~ 27-2, pp. 52-63 , 1 lám., ción, SEP-INAH, México.
qui na. Basta para el caso particular de esta México. 1970 "La arquitectura teotihuacana. El
brevísi ma contribución decir que, desde el Es- 1940 "Bibliografía" , Instituto Panameri- arte en México," y "La pintura en
tudio Arquitectónico Comparativo de Monu- cano de Geografía e Historia; Teotihuacán," en Teotihuacán . Lu-
mentos Arqueológicos en 1928, hasta sus consi- Boletfn Bibliográfico de Antropolo- gar de Dioses, Artes de México N ~
deraciones inéditas al Proyec to Tem plo Mayor gfa Americana, Tomo IV, pp . 289- 134, Año XVII, pp. 19-48, y 49-88,
(manuscritos de 1980), nos sugiere una incan- 299, México. México.
sable labor cuyo ejemplo estamos lejos de 1941 " Relación entre los Monumentos de 197 1 "Introducción", y "La pintura en
com prender si no logramos ese acertamiento a Yucatán y los del Centro de Cholula", en Chol ula, Ciudad
su obra escrita y ese recuerdo vivo de su presen- México", Revista Mexicana de Estu- Sagrada, Artes de México N ~ 140,
cia fís ica. Ignacio Marquina, sin lugar a dudas, dios Antropológicos V, pp. 135-150, Año XVIII, pp. 4-5, y 25-40, Mé-
ha sido el precu rsor de trabajos que hoy con- México. xico.
92
1

2. Ignacio Marquina con su esposa y su hijita


frente al templo de los Guerreros en Chichén
ltzá (hacia los ailos treinta). 3. Paul Rivet e Ig-
nacio Marquina en el Museo Nacional de
Ant ropología. Fotos Susana Marquina de Re-
yes Retana .

93
CARTAS AL EDITOR He leído con interés los dos números de los me. En relación al crédito sobre el plano de
Cuadernos de Arquitectura Mesoamericana y "Localización de la Zona Arqueológica" le pi-
me parece un esfuerzo importante de recopila- do mis disculpas más sinceras ·por no haber re-
ción y difusión de artículos temáticos rela- petido una vez más su nombre y el de su co-
Muy distinguido Doctor Gendrop: cionados con tan importante aspecto de las cul- autor que aparecen en el plano inmediatamente
Ruego a usted dar cabida a esta nota aclara- turas prehispánicas. localizado en la parte baj a del mismo conjunto
toria en relación con las toponimias de Tepe- Sin embargo, y precisamente por estas razo- de planos.
apulco y de Tepepulco anotadas por el ar- nes, me parece que debe de haber un cuidado Me permito finalmente hacer mención de que el
quitecto Víctor Rivera Grijalba en su artículo mayor en los artículos seleccionados para somero artículo solamente tuvo como objetivo
"Tepepulco", publicado en el Número 2 de su publicación, pues aunque uno no puede esperar original el de dar una visión de tipo panorámi-
magnífica revista Cuadernos de Arquitectura que siempre se presenten datos novedosos, sí co sobre la localidad en cuestión, y ocasional-
Mesoamericana, página 41 . que exista información recopilada en un senti- mente se utilizó en la revista en lo referente al
Preciso es dejar asentado que el arquitecto do definido. Me refiero concretamente al tablero-talud de influencia teotihuacana.
Rivera habla de dos etimologías: Tepeapulco y artículo "Tepepulco" de Víctor Rivera Grijal-
Tepepulco, y por lo que a mí concierne, escri- ba, aparecido en el número 2 de esta revista, el Víctor Rivera Grijalba
be: cual uno no puede más que leer con asombro.
"Macazaga Ordoño nos dice que Tepeapul- Por la trayectoria de investigación que he teni-
co deriva de Tépetl, cerro; apulco (donde el do en ese sitio, me permito hacer algunos co-
agua gruesa), es decir " en el agua gruesa del mentarios.
cerro" . En el escrito no queda claro qué quiso decir- RESEÑAS
Esto es cierto; pero entiéndase bien, para Te- nos el autor sobre el sitio, y esto se manifiesta
peapulco, no para Tepepulco . Por agua gruesa desde el principio, pues presenta una serie de
debe entenderse el agua con sales, no apta para datos inconexos, donde igual peso tiene la
beber. etimología que los sistemas constructivos o los
Y a continuación el arquitecto añade: "Se- petroglifos . LIBROS
gún Fran Alonso de Molina, tepéatl significa El problema es más grave cuando es evi-
agua de sierra, que con la versión de apulco dente que la sección de Generalidades y de Chichén Itzá en la historia y en el ar-
(donde el agua gruesa) dada por Macazaga 0., Asentamientos Humanos está tomada casi lite- te, y Palenque, esplendor del arte ma-
daría algo así como " sierra donde cae el agua ralmente de un artículo citado sólo en forma
gr uesa".
ya
margi nal -del cual soy coautor- si n una refe-
En pri mer lugar, de acuerdo con las reglas de rencia directa en la forma tradicional de citado.
la morfología náhuatl, el vocablo resultante de De este mismo trabajo toma el plano de "loca- La siguiente reseñ.a se refiere a los
tepéatl con apulco sería tepeaapulco, con doble lización de la zona arqueológica", sin dar el dos primeros volúmenes de la lujosa
a (que lo sepa el señor arquitecto), porque no crédito correspondiente (p. 45) . serie ARTE Y PAISAJE MAYA que
podrían perderse ninguna de las dos. En segun- Da la impresión de que el resto de los datos
do lugar, la trad ucción de este absurdo vo- proviene de la visita del autor al sitio, manejan-
publicó la Editora del Sureste en la
cablo , inventado por el arquitecto Rivera Gri- do parcialmente la información, lo que oca- ciudad de México en 1979 y 1980.
jalba, sería: "agua de sierra donde el agua siona el planteamiento de una serie de inferen-
gruesa" . Pero nunca la que traduce el arquitec- cias no garantizadas sobre la relación del sitio El primer volumen, Chichén /tzá en la histo-
to: "sierra donde cae el agua gruesa" , signifi- teotihuacano con el azteca y la fun ción de los ria y en el arte, tiene a mi j uicio la ventaja de
cación en la que, para colmo de erratas, intro- petroglifos. De esta manera, el artículo men- que, al haber sido escrito en su totalidad por un
duce de improviso la inflexión " cae" del verbo cionado no es un trabajo exhaustivo sobre la solo autor - a la vez que uno de nuestros más
"caer" , que se sacó de la manga. etimología del lugar, ni sobre el asentamiento grandes mayólogos: Alberto Ruz Lhuillier-
Por últi mo, el arquitecto pudo haberse evita- prehispánico, la arquitectura o los petroglifos. presenta una secuencia lógica y coherente, in-
do todo este engorro si hubiera consultado en Espero que estos comentarios sean de utili- terrumpida tan sólo (pero eso es una falla de di-
mi obra Nombres geográficos de México (1979, dad para su revista, permitan una consolida- seño) por una sección de documentación gráfi-
con reimpresiones posteriores, Edit. Innova- ción de la política editorial y así refrendar el ca, eso sí, muy bella, pero que viene a romper
ción), el topónimo Tepepulco, explicado eti- merecido prestigio que tan rápidamente se ha la continuidad conceptual de la obra, pudiendo
mológicamente en la página 147 así: ganado. -como se me antojaría más lógico- ir enri-
" Tepe-pul-co: tépetl, cerro; pul, partícula queciendo cada uno de los capítulos en el lugar
aumentativa; co, locativo: "en el cerro grande Atentamente que más conviniera ...
o en el cerrazo" . La obra se divide esencialmente en dos par-
Agradeceré a usted su gentileza por la publi- Arqlgo. Fernando López Aguilar, tes. En la primera, intitulada " Chichén Itzá en
cación de esta nota. Coordinador de la Licenciatura la historia" , el autor pasa revista a las fuentes
en Arqueología, pri ncipales tanto mayas como castellanas (en
Ing. César Macazaga Ordoño Escuela Nacional de Antropología e Historia. especial el Chilam Balam y la obra de Landa),
para continuar con los relatos de las principales
exploraciones científicas y de las obras de res-
Respuesta del autor del citado artfculo a la nota Respuesta del autor del citado artículo a la nota tauración llevadas a cabo en este sitio, dedican-
del lng. César Macazaga Ordoño: del Arqlgo. Fernando López Aguilar: do especíal énfasis a los trabajos de explora-
ción del Cenote Sagrado.
En el articulo en cuestión se dan los créditos y y Antes de cualquier aclaración agradezco al Sr. El autor hace resaltar a continuación las
opiniones respectivas sobre la etimología de Arqlgo . Fernando López Aguilar su amabili- principales contribuciones científicas logradas
TEPEP ULCO o TEPEAPULCO y a él me re- dad al haberme permitido ver el expediente iné- a través del tiempo. Esta es tal vez la parte más
mito por toda contestación. dito sobre "Excavaciones en Tepeapulco" y la útil y de mayor síntesis de la obra, no obstante
serie de informes que sobre la localidad objeto su modesto título : " Investigaciones sobre ma-
Víctor Rivera Grijalba de mi breve artículo tuvo a bien proporcionar- teriales procedentes de Chichén ltzá" .

94
Y después de una breve dis..:usión sobre el te- entrega a un claro análisis de "La arquitectura Puebla y los Laboratorios Nacionales de Fo-
ma de "Chichén y los Itzaes", y de una síntesis de Palenque", haciendo hincapié en los apre- mento Industrial. Las ponencias fueron enfo-
histórica de las principales tesis sustentadas por miantes problemas de conservación y restaura- cadas sobre técnicas de protección, conserva-
Morley, Tozzer y el propio Ruz respecto a la ción que presenta esta joya de nuestro patrimo- ción y archivo de papel, fotogra fía y película.
posible secuencia evolutiva de Chichén Itzá, se nio monumental. En ellas se señalaron la falta de personal espe-
pasa a un segundo capítulo -Chichén Itzá en Sigue una larga sección de Ricardo de Robi- cializado; la falta de capacitación del personal
el arte- que empieza analizando generalida- na sobre "La escultura de Palenque", que pre- existente para la conservación y archivo de los
des, funciones del arte, elementos causales del senta partes de un marcado lirismo poético, pe- materiales; el bajo presupuesto con el que
arte maya clásico y características del arte tolte- ro que adolece de una falta de rigor en la expo- cuentan la mayoría de las instituciones encar-
ca. Sigue un análisis descriptivo del arte de sición, tejiendo y volviendo a tejer una y otra gadas de la custodia y protección de sus docu-
Chichén, empezando por el centro ceremonial vez sobre el mismo tema (como por ejemplo, en mentos; el problema que es proteger y conser-
y la arquitectura, y continuando -tras la men- las pp. 192 y 212, sobre la arquitectura, y sobre var los acervos debido a la importación de los
cio nada y un tanto arb itraria intrusión de una la glífica en las pp. 186 y 208). materiales adecuados para ello; las particulari-
importante documentación gráfica- con la es- Merle Greene Robertson se entrega a un aná- dades en el proceso de laboratorio para dupli-
cultura, la pi ntura mural, la cerámica, la lapi- lisis tan metódico como pormenorizado de "El cación y copiado de materiales de archivo. Y de
daria y la orfebrería (que incluyen datos suma- Templo de las Inscripciones y sus tesoros", te- manera general se habló sobre sistemas de cla-
mente valiosos) para terminar con conclusiones ma que hoy pocas personas conocen como ella. sificación y catalogación de diaposit ivas y de
muy pertinentes. Introduce además en esta obra la interpreta- material fotográfico.
Considero por mi parte que, si bien ensalza ción histórica de la dinastía de prÍIÍcipes que se En todas estas ponencias quedó manifiesta la
la postura científica de Lothrop, Tozzer, Pros- han sucedido en el poder en esta ciudad , tema necesidad y el gran interés de mejorar técnicas
kouriskoff y Brainerd frente a la problemática que constituye uno de los más sonados resulta- y conocimientos para la protección, conserva-
de Chichén Itzá, critica con excesiva severidad dos de las Mesas Redondas de Palenque que ción, restauración y custodia de este tipo de
la actitud rígida de Morley (con su famosa hi- ella misma ha estado promoviendo desde 1973 . materiales, que coadyuven a proteger tan inva-
pótesis del " Antiguo Imperio Maya", hoy tan Y después de un vívido relato de Arturo Ro- luable parte de nuestro patrimonio cultural.
obsoleta en muchos aspectos ... ) mientras que, mano Pacheco, testigo presencial del fab uloso
en el extremo opuesto, pasa por alto, conscien- hallazgo, sobre "La tumba del Tem plo de las Ma. Eugenia Aragón Rangel,
temente, aquella importante tesis de Román Pi- Inscripciones", termina este volumen bella- Di rección de Monumentos
ña Chan que nos habla de la posibilidad de una mente editado aunque de calidad desigual. En Históricos-Archivo, INAH.
participación local más activa en lo que se re- efecto resulta difícil, al intervenir tantos auto-
fiere a la gestación del arte llamado "maya- res tan distintos, mantener a través de la obra
tolteca" . Opino finalmente que, si bien las una tónica -y un nivel de calidad- unifor-
ilustraciones en general son excelentes (tanto mes. Además, como era casi inevitable, y a pe- 111 Coloquio Nacional de Museos
las de Guti Lusiérrez como las -clásicas- de sar del teórico deslinde de temas, varios autores ICOM-México
Armando Salas Portugal), y si algunas de ellas se salieron de sus supuestos "márgenes" para
constituyen una verdadera aportación, es de la- invadir otros campos. Es así como Ricardo de
Contando con el apoyo y la participación de la
mentarse que en muchos casos no se hallen Robina, por ejemplo, como arquitecto que es,
Comisión Nacional de los Estados Unidos Me-
donde deberían estar: a proximidad del texto añade sus propias consideraciones arquitectó-
xicanos para la UNESCO, el Departamento del
correspondiente. Esta carencia resulta particu- nicas; y como Carlos R. Margain, entre otras
Distrito Federal, el Instituto Nacional de
larmente aguda en el caso de las valiosísimas muchas cosas, se ocupa también de la arquitec-
Antropología e Historia, el Instituto Nacional
copias de pinturas murales hechas por Adela C. tura y de la escultura en Palenque. Todo ello
de Bellas Artes y el Instituto Michoacano de
Breton en 1904, y que en libro aparecen total- redunda en un libro disparejo cuya lectura
Cultura, el Comité Nacional Mexicano del
mente desconectadas de las minuciosas descrip- resultaría un tanto pesada y repetitiva en más
ICOM organizó el Ili Coloquio Nacional de
ciones hechas por Alberto Ruz a las que hacen de una ocasión, si no la alegraran sus hermosas
Museos, cuyo tema central fue; "El Museo Me-
resultar en gran parte estériles. ilustraciones.
xicano: fun ciones y responsabilidades". La se-
Esta distribución un tanto caprichosa del de del evento estuvo en la Casa de la Cultura de
material gráfico no resulta tan molesta en el se- Paul Gendrop
la Ciudad de Morelia, Michoacán, los días 23
gundo volumen de la serie, Palenque, esplen- al 25 de agosto de 1984.
dor del arte maya, debido a la misma partición EVENTOS El programa del coloquio contó con cuat ro
de ésta en seis contribuciones de distintos auto- ponencias base, las cuales trataron sobre los si-
res, de longitud y calidad inevitablemente desi- guientes temas:
guales . 11 Seminario Nacional sobre Conser-
"El Museo Mexicano Funciones y Responsa-
En la primera parte, "Palenque en la leyenda
vación de Documentos, Libros y Ma- bilidades" . Presentación : Dra. Gruadalupe
y en la historia", Eduardo Enrique Ríos hace teriales Gráficos y Filmicos Salcedo. Ponente: Mus. Mario Vázquez.
una bien escrita reseña histórica sobre el des- "Administración de Museos". PresentaciÓJl:
pertar del interés mundial por Palenque, dedi- Los días 6 y 7 de agosto de 1984 en la Cineteca Lic. Javier Martínez. Ponentes: Lic. Gerardo
cando especial atención a los exploradores del Nacional, se realizó el 11 Seminario Nacional Garza, Lic . Eugenio Sisto, Lic. Cristina Antú-
siglo XIX entre los que destacan figuras usual- sobre Conservación de Documentos, Libros y nez.
mente poco mencionadas como Arthur Mo- Materiales Gráficos y Fflmicos, organizado por "Animación en Museos" . Presentación: Ya-
rellet y Mathieu de Fosset. CODOLMAG: Comité Permanente de Conser- ni Herreman . Ponente: Dr. Manuel Servín
De la segunda parte, "La arqueología de Pa- vación de Documentos, Libros y Materiales Massieu.
lenque' ' , de Carlos R. Margain, no retendré si- Gráficos, de la Secretaría de Relaciones Exte- "Los Museos Michoacanos" . Presentación:
no la introducción, que constituye un fresco y riores y al que pertenecen veinte instituciones. Etnóloga Maria Teresa Martínez.
ameno relato de las condiciones en que se efec- En dicho Seminario se presentaron una serie "Seguridad en los Museos" .
tuaron en Palenque los primeros trabajos ar- de ponencias a nombre de diferentes organis- Las mesas de trabajo cubrieron las cuatro
queológicos. mos como: la Filmoteca de la UNAM, la Foto- grandes áreas de la museología: educación, in-
Pasando la bella sección gráfica dedicada al teca del INAH, el Archivo general de la Na- vestigación, exhibición y conservación . Los te-
paisaje de Palenque, Arturo Molina Montes se ción, la Cineteca Nacional, la Universidad de mas tratados fueron: "Educación en los Muse-

95
os", coordinación: Pro fa. Ma. Engracia Valle- ber de preservarlos bajo todas aquellas consi- Egipto, Mesopotamia, China, India y Japón.
jo; "Conservación en los Museos", coordina- deraciones que los determinaron como tales, lo Arq . José Antonio Zorrilla Cuétara.
ción: Mtro. Tomás Zurián; "Exhibición en los que hace, además, que funja como un medio de Grecia y Roma. Arq. Ricardo Arancón García.
Mu seos" , coordinación : Lic. Consuelo comunicación directo entre el inmenso y va- Islam, pre-románico, románico, gótico, renaci-
Maquívar Maquívar . riado acervo de información y el hombre. miento, manierismo y barroco. Arq. Ricardo
La bienvenida fue dada por el Dr . Fermín Cabe sei'lalar por último que es en estos mo- Arancón Garcla.
Reygadas Macedo, Presidente del ICOM- mentos - cuando el deterioro ambiental y so- Arquitectura de la Revolución Industrial. Los
México y la ponencia inaugural "Política cul- cial es de tal magnitud- que se precisa utilizar pioneros de la Arquitectura Moderna. Arq.
tural en México y América Latina" por el Lic. todos los medios posibles para informar e ins- Flavio Salamanca Guemes.
Carlos Arriola, Secretario General de los Esta- truir a la gente a fin de condicionar su actitud Mesa redonda del tema. Moderadora: Ma.
dos Unidos Mexicanos para la UNESCO. mental en forma deseable, pues en realidad lo Luisa Mendiola de Carrera.
único y Verdaderamente efectivo y duradero Visita Guiada al Centro Histórico de la Ciudad
Juan Antonio Siller tendrá que derivarse de la reestructuración de de México por el M. en Arq. Rodolfo Uzeta.
la posición que adopten los hombres ante la na-
turaleza. Tema IV. Evolución del Espacio en la Ar-
quitectura en México
Los museos y su realidad Maestra en Ciencias Lourdes Navarijo O.,
Curadora de la colección ornitológica, Arquitectura Olmeca. M. en C. Antrop.
Departamento de Zoología, Eduardo Pareyón Moreno.
En el mes de agosto de 1984, la ciudad de Mo- Arquitectura Maya. Dr . Paul Gendrop Fran-
relia fue el escenario del III Coloquio Nacional Instituto de Biología de la UNAM.
cotte.
de Museos, el cual se realizó con el noble pro- Arquitectura en la región del Altiplano. Dr. en
pósito de reunir a todas aquellas personas invo- Curso de actualización sobre "Teoria
Arq. Alberto Amador Sellerier.
lucradas, de una u ot ra forma, en la labor de la Arquitectura, Evolución del Es- Arquitectura del Siglo XVI en México. Dr. en
mus.eística, con el espírit u y finalidad de cono- pacio en México" Arq. Carlos Chanfón Olmos.
cer las experiencias adq uiridas a todo nivel, así Arquitectura del Siglo XVII en México. M. en
como para escuchar e intercambiar puntos de La Coordinación de Actualización de la Divi- Arq . José Manuel Mijares y Mijares.
vista sobre la situación y problemática que pri- sión de Estudios de Posgrado y el Área Arquitectura del Siglo XVIII en México. M. en
va hoy en día en los museos del país. Teórico-Humanística de la Facultad de Ar- Arq. Luis Ortiz Macedo.
Para el buen logro de esta meta, y como una quitectura de la UNAM, organizó el curso de Arquitectura del Siglo XIX en México. Arq.
vía de canalizar las valiosas aportaciones de los actualización sobre "Teorfa de la Arquitectu- Flavio Salamanca.
participantes, se trabajó dentro de un marco ra, Evolución del Espacio en México", del 23 Arquitectura del Siglo XX en México. Arq.
general en el que se establecieron temas básicos de abril al 14 de mayo de este ai'lo. El objetivo Honorato Carrasco Navarrete.
como lo es sin duda la INVESTIGACIÓN, fue la actualización y difusión de los conoci- Mesa redonda del tema. Moderador: Arq. Ho-
CONSERVACIÓN , EXHIBICIÓN, ADMI- mientos producto de las investigaciones espe- norato Carrasco Navarrete.
NISTRACIÓN, así como lo referente al papel cializadas que se han realizado en México, Plática preliminar y visita guida a la Ciudad
que juega el museo en la Educación y Difusión sobre el concepto espacial arquitectónico y ur- Universitaria por el Arq. Mario Pani.
de la Cultura, dado que todos estos tópicos en bano durante la época prehispánica y de los Mesa redonda final y conclusiones. Participan-
su conjunto, representan las funciones y posi- siglos XVI al XX. Los temas tratados en el tes: Arqs. José Luis Benlliure Galán, Francisco
bilidades que conlleva implícita una institución programa fueron los siguientes: J. Trevii'lo, Ma. Luisa Mendiola de Carrera y
de este carácter destinada a salvaguardar todos Honorato Carrasco Navarrete. Moderador:
aquellos elementos dictami nados como patri- Tema l . Ubicación Conceptual: Arq. Ernesto Alva Martínez.
monio de la humanidad . El curso fue recibido con gran interés por los
Así , uno de los puntos medulares de esta Definición del Marco Conceptual. Lic. Jorge estudiantes, profesores y asistentes en general.
reunión constituyó, a mi modo de ver, el hecho Alberto Manrique. La necesidad de desarrollar investigaciones
de que pese a que se acepta la falta de profe- Marco Psicológico. Lic. Jorge Romo Guerra. sobre la evolución del espacio en México, en-
sionistas en esta área, pese también a los Marco Artístico. Lic. Luisa Noé Gras de Mere- cuentra una gran demanda e interés en nuestra
problemas presu puestarios que se palpan les. comunidad académica de la Facultad de Ar-
diariamente en las diversas actividades que van Marco Urbano. M. en Arq. Xavier Cortés quitectura por ser el punto de partida para el
desde el rescate de los objetos o material - y Rocha y José Mariano Campero González. conocimiento de la Historia de la Arquitectura
por tanto de la información contenida en Teoría. El Espacio naturaleza-hombre. Arq. y del Urbanismo de nuestro país .
ellos- hasta el manejo de los recursos para la Arturo Defosse. Se propuso la elaboración de material
exposición, planeación y uso de los espacios, Mesa redonda del tema. Moderador: Arq. José audiovisual y didáctico con el material de los
etc., se dejó sentir que se tiene ya una visión Luis Benlliure Galán. trabajos presentados por los participantes.
más clara de lo que es un museo y su importan- La coordinación del curso estuvo a cargo de
cia que va más allá de las implicaciones que Tema 11. Estructura Teórica del Problema: Es- la Arq. Ma. Luisa Mendiola de Carrera y del
tiene el tratar de satisfacer las múltiples necesi- pacio Arquitectónico Coordinador de Actualización, Arq. Rafael
dades que plantea la cultura a di fe rentes niveles Sámano Ibái'lez. Para mayor información
y que tienen una correspondencia con el con- Est ructura Teórica 1-II . Arq. Raúl F. Gutié- sobre la publicación de este curso y las inscrip-
texto al que pertenecen. rrez. ciones para el próximo, dirigirse a la División
En ot ros términos, se expusieron un sinnú- Mesa redonda del tema. Moderador: Arq. de Estudios de Posgrado, Facultad de Ar-
mero de elementos que se deben considerar en Francisco Trevii'lo. quitectura, Unidad de Posgrado UNAM, ane-
la proyección de un museo para no sólo darle Visita Guiada a Acolman y Teotihuacán por xo a la Facultad de Humanidades 11, primer ni-
vida sino hacerlo funcio nal y activo. Esta pre- Dr. en Arq. Carlos Chanfón Olmos y M. en C. vel, Ciudad Universitaria, código postal 04510,
ocupación tiene su origen en la premisa que se Antrop. Eduardo Pareyón Moreno . México, D. F., teléfonos 550-62-09 y 550-52-
ha estipulado al reconocer y aceptar la est recha 15, ext. 3460.
relación del hombre con los bienes que ha here- Tema 111. Temas Espedficos. El Espacio en la
dado y con los que le rodean, adoptando el de- Arquitectura María Luisa Mendiola de Carrera

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