Dios Siempre Da Nuevas Oportunidades
Dios Siempre Da Nuevas Oportunidades
Dios Siempre Da Nuevas Oportunidades
La vida está llena de momentos en los que se ponen a prueba nuestra fuerza y coraje. Momentos en los
que debemos demostrar que somos capaces de salir adelante a pesar de lo que nos pueda ocurrir y no
bajar los brazos ante nada. Tenemos que tener la seguridad en que siempre podremos seguir y aprender
de las experiencias, pues a veces es necesario que las cosas se pongan mal para que después sepas
apreciar las buenas consecuencias que tienen.
En la vida te habrás enfrentado con diferentes caídas, con momentos dolorosos que querrás olvidar ya
que te causaron mucho dolor. Y es que el dolor de algunas caídas es tan profundo que nuestra mente
muchas veces quiere rehusarse a volverlo a intentar.
La biblia nos dice en Proverbios 24:16 «Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse»
Quizá las cosas se salieron de control, quizá en algún momento has pensado en renunciar, en no seguir
más, en rendirte. Pueda que esa caída que acabas de experimentar o la que experimentaste hace un
tiempo pero que aun no puedes superar, está causando en ti la indisposición de volverlo a intentar cada
meta que tengas en tu vida.
¡Vamos! ¡Levántate e inténtalo otra vez!, Dios quiere que sepas que Él está contigo, que lo que has
experimentado servirá para cimentar tu fe, para crear en ti un carácter de siervo, pero que al volverlo a
intentar lo lograras.
En momentos caerás, te golpearas y te dolerá, pero ¡Levántate!, no fuiste llamado para retroceder, no
fuiste llamado para quedarte en el suelo después de una caída, tú has sido llamado para conquistar, para
vencer, para lograrlo, tienes la capacidad de hacerlo porque Dios la depositó en ti y como respaldo de
eso, Él ha estado, está y estará contigo, porque no te dejara, porque no permitirá que seas vencido, por
lo tanto: ¡Levántate!
Cada caída te hará más fuerte y tendrás la mente más clara después. Te impulsará con más fuerza para
continuar caminando por el sendero de tu vida, y no permitas que nada ni nadie te impida continuar.
Pues a veces necesitas detenerte a descansar y aprender una lección, pues la vida está llena de
enseñanzas y no hay mejor forma de aprender que viviendo una experiencia que te ponga al límite y te
ilustre qué es lo que sucede y cómo debes actuar la próxima vez. No importa si caes, pues de seguro te
levantarás con más fuerza nuevamente. (Salmos 31:24)
Dios, siempre da nuevas oportunidades, Él nos permite empezar de nuevo. En Cristo nunca es demasiado tarde para
volver a empezar. Una de nuestras mayores promesas radica en que su misericordia y su fiel amor permanecen para
siempre.
“El SEÑOR llevará a cabo los planes que tiene para mi vida, pues tu fiel amor, oh SEÑOR, permanece para siempre.
No me abandones, porque tú me creaste.”(Sal 138:8)
Para volver a empezar debemos identificar todo aquello que impide que iniciemos nuevamente y una de esas
situaciones son las excusas. Las mayores barreras para el éxito son las excusas.
No debemos pensar que no somos capaces de lograr lo que nos proponemos. Incluso Muchos personajes bíblicos a los
que Dios eligió pusieron grandes excusas para aceptar el desafío.
Uno de ellos fue Gedeón, quien comenzó a poner excusas para aceptar el desafío al cual Dios lo estaba llamando.
“Y Gedeón respondió: —Perdón, señor, pero ¿cómo puedo salvar a Israel? Mi familia es la más débil de todas las
familias de Manasés, y yo soy el más joven de todos.” (Jue 6:15)
El temor a volver a empezar regularmente aparece con la intensión de detenernos. Pedro había tenido una infructuosa
pesca durante toda la noche, ya estaba limpiando sus redes y resignado a no pescar nada ese día. Pero se encontró con
el mensaje de la palabra de Jesús. Pedro boga mar adentro y vuelve a empezar.
No olvide que todos fracasamos, somos producto del pasado pero no tenemos que ser prisioneros de ese pasado. El
pasado no tiene que controlarnos, Dios está más interesado en nuestro futuro que en el pasado.
Nuestro Señor está siempre innovando, siempre está haciendo algo nuevo.
“No recuerden lo que pasó antes ni piensen en el pasado. Fíjense, voy a hacer algo nuevo. Eso es lo que está pasando
ahora, ¿no se dan cuenta? Haré un camino en el desierto y ríos en tierra desolada.” (Isa 43:18-19)
Que los errores del pasado o las malas experiencias no se conviertan en fuertes excusas que nos mantengan retenidos y
estancados sin lograr aquello a lo que Dios nos ha dado la capacidad de alcanzar.
“Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja, halla perdón.”(Pro 28:13)
Mantengamos siempre presente la promesa de Dios que cada día sus misericordias son nuevas. Si nos equivocamos o le
fallamos en algo, acerquémonos confiadamente delante del trono de la gracia, allí encontraremos gracia para la ayuda
necesaria.
Dios nos perdona, aunque nuestras faltas sean rojas como la grana, Él las vuelve como blanca lana. Jesús nos ha dado la
facultad y la oportunidad de volver a empezar y emprender el camino.
“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo
peso y del pecado que tan fácilmente nos enreda, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos delante de
nosotros” (Heb 12:1)
UN INVENTARIO PERSONAL
Para volver a empezar debemos saber con que recursos contamos. Pensemos en los dones y talentos que Dios nos dio,
habilidades, recursos materiales, las experiencias que hemos vivido o las personas que nos rodean.
Sobre todo lo más importante, es que tenemos a Cristo, quien nos ha hecho más que vencedores por su amor.
Que hemos aprendido en este tiempo. Todo lo aprendido se vuelve un valioso recurso del cual poder echar mano, El
apóstol Pablo sabía que los hermanos de la iglesia en Galicia habían atravesado situaciones difíciles, pero que no había
sido en vano todo lo que habían padecido.
La mejor forma de llamar a un fracaso es aprendizaje, experiencia o capacitación. Valoremos todo lo aprendido y que se
conviertan en recursos que podamos utilizar ahora que ha llegado el tiempo de volver a empezar.