La Independencia de México

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La Independencia de México

La Independencia de México fue un proceso político y social que se


desarrolló a lo largo de once años. Inició el 16 de septiembre de 1810 y
finalizó el 27 de septiembre 1821 al liberar a México, anteriormente Virreinato
de la Nueva España, del dominio español.

La primera etapa de la independencia inició con el Grito de Dolores, llamado


que hizo el sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla a sus feligreses para que se
rebelaran en contra del Virreinato de Nueva España. Once años después, el
proceso de independencia finalizó con la firma de los Tratados de Córdoba,
documento en el cual se reconocía a México como una nación independiente.

Antecedentes de la Independencia de
México

México estuvo bajo el dominio de la


corona española por cerca de 300
años. La Nueva España fue el
virreinato más importante de la
monarquía hispánica en la época
colonial, pero a finales del siglo XVIII
su economía y sus instituciones de
gobierno se hallaban en declive.
Entonces fue notable que otras
naciones se desarrollaban más
rápidamente.

Como las formas de gobernar el virreinato eran menos eficientes, los malestares
internos de la sociedad virreinal produjeron conflictos. Ese desgaste, sumado al
debilitamiento del poder político de España en el mundo, desembocó en el
proceso de independencia.

Causas de la independencia

 Destitución del rey Fernando VII tras la toma de España por parte de las
tropas napoleónicas en 1808.
 Desigualdad de privilegios existente entre las castas sociales; solo se
beneficiaban los aristócratas españoles, mientras el resto de la población
era excluida o incluso despreciada.
 Las reformas borbónicas de la corona española, pues modificaban la
administración de las colonias.
 Influencia de los ideales de la Ilustración, la revolución francesa y la
independencia de Estados Unidos; ya que en estas se pregona la defensa
de la libertad, la igualdad, la crítica a las monarquías y la división de
poderes políticos.

Desarrollo de la independencia de México

El proceso de lucha independentista se puede dividir en varias etapas a fin de


comprender mejor los hechos durante este largo proceso.

Primera etapa (1810-1811): Conspiración de Querétaro y Grito de Dolores

En las poblaciones de Nueva España se protestó contra la ocupación del


ejército francés en España. Para desplazar a los colaboradores del nuevo orden
se organizaron conjuras y conspiraciones. Entre estas, la conjura de Valladolid,
que fue descubierta en 1809 y fracasó.

Luego, la Conspiración de Querétaro de 1810 fue un movimiento organizado


por Miguel Domínguez, Miguel Hidalgo, Juan Aldama e Ignacio Allende. Estos
apoyaban la vuelta al poder del rey Fernando VII, pues era el heredero legítimo
del trono español. Pensaban erróneamente que el rey le concedería más
autonomía a las provincias americanas si volvía al mando.

Los planes de rebelión que preparaban los conspiradores fueron descubiertos el


10 de septiembre de 1810. Como respuesta, el día 16 de septiembre Hidalgo
convocó al pueblo de Dolores a llevar a cabo un enfrentamiento armado en
contra del gobierno, promulgando el famoso Grito de Dolores: “¡Viva la Virgen
de Guadalupe! ¡Abajo el mal gobierno! ¡Viva Fernando VII!”.

Hidalgo contaba con multitudes que querían tomar tierras, confiscar bienes
españoles y redistribuirlos. Sin embargo, hubo diferencias entre los líderes de la
rebelión y nunca llegaron atacar la capital virreinal.

El movimiento armado fue vencido en enero de 1811 en el Puente de Calderón,


cerca de Guadalajara. Sus líderes: Hidalgo, Allende y Aldama fueron capturados
en su huida hacia el norte, en Coahuila. Los tres fueron fusilados meses más
tarde en la ciudad de Chihuahua.
Segunda etapa (1811-1815): Congreso de Anáhuac y la constitución de
Apatzingán

Tras la muerte de Hidalgo, los líderes encargados de continuar la rebelión


fueron el sacerdote José María Morelos e Ignacio López Rayón. Morelos fue un
líder que se caracterizó por su sentimiento nacionalista y por haber organizado
un ejército más disciplinado que el de Hidalgo.

En 1812, las fuerzas de Morelos ocuparon provincias en el centro y sur de


México. Los insurgentes promulgaron decretos que favorecían el autogobierno y
le entregaban tierras a los pueblos para su cultivo. Luego Morelos convocó
el Congreso de Anáhuac en 1813.

En este congreso se leyeron los Sentimientos de la Nación. Entre otras cosas,


este documento establecía que la soberanía de la nación provenía de su pueblo.
Abolía la esclavitud y se eliminaba la distinción de castas. Además, se dividía
los poderes en ejecutivo, legislativo y judicial.

Para octubre de 1814, el Congreso de Anáhuac concluyó la redacción


del  Decreto Constitucional para la libertad de la América Mexicana,
o Constitución de Apatzingán. Este documento recogió el espíritu de
los Sentimientos de la Nación  y es señalado por diversos historiadores como la
primera constitución del México independiente.

No obstante estos logros, los insurgentes continuaron siendo perseguidos por el


General español Félix María Calleja. Las tropas realistas al mando de Agustín
de Iturbide capturaron a Morelos a finales de 1815 y lo fusilaron el 22 de
diciembre del mismo año en Ecatepec. Los rebeldes que sobrevivieron se
dispersaron y buscaron refugio en la Sierra Madre del Sur.

Tercera etapa (1815-1820): resistencia de las guerrillas

En España el rey Fernando VII había vuelto a tomar el poder en 1814, pero se
manifestó como un monarca absolutista. Él suprimió la Constitución de Cádiz y
no reconoció el  Decreto Constitucional para la libertad de la América Mexicana.
Así, después de la muerte de Morelos, vinieron años difíciles para la causa de la
independencia.

Los insurgentes se dispersaron y lucharon separados, formando guerrillas. El


ejército realista tuvo ventajas, por lo que recuperó y ocupó pueblos y ciudades
antes controladas por las fuerzas independentistas. No obstante, la resistencia
continuaba ahora bajo el liderazgo de personajes como Vicente Guerrero,
Guadalupe Victoria y Nicolás Bravo.

Ante la dificultad de acabar con la rebelión, el virrey novohispano Juan Ruiz de


Apodaca le ofreció indulto a los jefes insurgentes. El indulto significaba el
perdón por sus acciones y por su pretensión de separarse de la corona
española. Los líderes no hicieron caso y continuaron con la guerra de guerrillas,
que se mantuvo por más de cinco años en regiones del sur y de Veracruz.

El panorama no cambió hasta 1820, cuando el militar realista Agustín de Iturbide


vio con desagrado lo que acontecía en España. En el viejo continente el rey
Fernando VII se vio obligado a admitir y respetar la Constitución de Cádiz
debido a la inestabilidad política de su país. La independencia tomaría otro
rumbo.

Iturbide consiguió el apoyo de los sectores conservadores de Nueva España. La


iglesia, el ejército y los criollos de la alta sociedad querían mantener los valores
tradicionales. Para ello incluso estuvieron dispuestos a negociar con los
insurgentes. Así comenzó el contacto y el intercambio de correspondencia entre
Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero.

Cuarta etapa (1821): el Plan de Iguala y los Tratados de Córdoba

Aunque fueron adversarios durante años, Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero


convinieron terminar su lucha. En febrero de 1821 tuvo lugar el Abrazo de
Acatempan, cuando estas dos figuras sellaron la reconciliación del ejército de la
Nueva España con las tropas insurgentes.

El 24 de febrero Iturbide expuso su Plan de Iguala para la independencia de


México. Quedaba claro que se unirían las fuerzas de ambos bandos y que
pasarían a formar el Ejército Trigarante, o ejército de las tres garantías. Las
garantías eran la defensa de la independencia, la religión católica y la
unidad.

El Plan de Iguala contenía ideas que se distanciaban de los propósitos


expuestos en los Sentimientos de la Nación  de José María Morelos años atrás.
Sin embargo, se tenía que detener la confrontación y con el pacto de varios
sectores por fin se abrió paso a una independencia sostenible en el tiempo.
Al llegar al país, Juan O' Donojú (el último virrey enviado por la corona), notó
que el plan de Iturbide era ampliamente aceptado por la sociedad novohispana.
En agosto de 1821, los ejércitos ratificaban su alianza y firmaron los Tratados
de Córdoba. Mediante estos se estableció el retiro de las tropas españolas de
Ciudad de México. O' Donojú había decidido renunciar a su cargo.

Finalmente, el 27 de septiembre de 1821, el Ejército Trigarante entró a la ciudad


de México con Iturbide al frente y con Vicente Guerrero en la retaguardia. Pronto
se firmó el Acta de la Independencia y con esta se selló el proceso que dio
nacimiento al Primer Imperio Mexicano (1821-1823).

Representaci
ón de la entrada del Ejército Trigarante a la ciudad de México. Basada en el dibujo
de Ramón Sagredo (circa 1865).

Consecuencias

 Pérdida del poder político de la corona española en México.


 Abolición de la esclavitud.
 Crisis económica a causa de la falta de mano de obra, pues muchos
jóvenes se habían alistado en los movimientos armados.
 Inestabilidad política por causa de las diferencias entre los líderes del nuevo
país.
 Fin de las leyes que permitían el sistema de castas sociales.

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